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Esta conclusión se ve amparada por lo dispuesto por el art. 41 de la ley 4976 que reza “El ejercicio
del poder disciplinario no excluye las responsabilidades civil, penal y administrativa, ni la aplicación
de sanciones, que se encuentra deferida al poder judicial”. El texto es locuaz y una norma casi
idéntica tiene las leyes de colegiación en las distintas provincias (por ej. El art. 21 ley 5805 de
Cordoba; art. 24 de la ley 5177 mod., por ley 12277 de la Pcia. de Bs. As.; ART. 43 ley 23187 de la
Capital federal).
La posición asumda con firmes argumentos son la causa por la cual entiendo que las facultades
sancionarias de los jueces deben preservarse, no solo por lo aquí expuesto, sino tambien porque
habrá conductas procesales que solo implique una falta procesal y que no lleguen a configurar una
falta de ética, y si se cercenara de que el juez sancione la falta, la accion antijurídica quedaría
impune. Asi, el profesional que trata de obstruir el proceso con planteamientos improcedentes o
inoportunos, quizás despliega una conducta que no da lugar a la formación de un sumario
disciplinarios, y en este caso el juzgador deberá contar con la herramienta legal que le permita
aplicar la sanción –aunque esta sea leve- si es que fuera pertinente hacerlo.
Entonces, reconocidas sin hesitación las facultades disciplinarias de los jueces, la problemática pasa
por la extensión de esas facultades, o dicho de otro modo, frente a conductas procesales disvaliosas
cual es el grado de la prorrogativa en cuanto a la gravedad de la puncion.
Al principio del presente, señale el cuestionamiento de la facultad de los jueces de aplicar
suspensiones a los profesionales, pues es entendida como una facultad de competencia exclusiva y
excluyente de los tribunales de disciplina para aplicar este tipo de sanción atento a que afecta el
ejercicio de la profesión global (PINIOHILLAR, “Los abogados y la ética”, pag. 24), o que es una
sanción grave que afecta la libertad de trabajar como garantia constitucional (GUARINO ARIAS,
ALDO “Codigo procesal civil de mendoza” pag. 234).
Sin duda que suspender a un profesional en el ejercicio profesional es una sanción grave, como
asimismo lo es la de aplicar una detención –que a nivel profesional puede llegar a ser de hasta 10
dias y en la justicia nación de hasta 5- (art. 47, inc. 4 CPC de mendoza; art. 18 Ley de organización de
tribunales nacionales, texto ordenado por el art. 2 de ley 24289).
En definitiva el cuestionamiento viene por quien aplica “semejantes” sanciones.
Considero, sin mas, que es una cuestion de política legislativa que puede o no compartirse, pero
que estando legislada y otorgada la facultad a los jueces serán aplicada por ellos de acuerdo a su
discrecionalidad y que ante hechos graves podrán acudir a sanciones graves, por supuesto, e insisto,
siempre apelando a la discrecionalidad.
Grave es el hecho que comete el profesional que sustrae maliciosamente un expediente para luego
acusar la caducidad de instancia y beneficiarse el y la parte que patrocina o representa con su
declaración. Grave es el hecho de falsificar la firma del magistrado. Estos ejemplos de hechos
circunspectos no son mera hipótesis, sino acontecimientos efectivamente ocurridos en nuestra
practica tribunalicia y que sin duda requirieron serios castigos para tales inconductas, ya que
punciones menores como un apercibimiento, un llamado de atención, una advertencia, aparecen
como instrumentos débiles del juez para sancionarlas, en una total desproporcion de la pena frente
a la falta.
Asi, considero que es fundamental el papel que juega el principio de moralidad y que toda ley
procesal debe tener precisas sanciones a quienes lo violen, puesto que es un verdadero “deber” su
respeto y que posibles reformas a la ley procesal deben exponerlo enfáticamente. En la nota del art.
22 del actual código procesal civil de Mendoza, esta claramente expuesto el pensamiento de
PODETTI: “La legislación debe consagrar en forma expresa y con mayor extensión que la actual, la
vigencia de los principios morales en el proceso”.
Tanto en la época de los romanos, donde se exigia a las partes la declaración jurada de comportarse
con buena fe en al ámbito del proceso, como en el derecho indiano –La nueva recopilación y las
partida- se advierte la obligacion de su observancia y la posibilidad de aplicar correcciones
disciplinarias a abogados, litigantes y funcionarios ante las irrespetuosidades cometidas en las
audiencias y excesos vertidos en los escritos.
Es que en los tempos que vivimos, donde los valores que tienen que inspirar el ejercicio de la
profesión de los abogados se hayan trastocados como consecuencias de que tambien han mudado
los valores de la sociedad en general, no debemos por ello renunciar a lo que consideramos
“bueno”, “ético”, “respetable”, “probo”, sino que le debemos poner un freno a lo patético, para que
dejemos de quejarnos de que la justicia es lenta –entre otras quejas-, puesto que gran parte de la
culpa de que ello ocurra es de los abogados que faltan permanentemente a la buena fe procesal con
planteamientos dilatorios o que entorpecen el normal desarrollo del proceso, que no respetan al
tribunal, ni al colega.
La practica de la abogacía ha ido deteriorándose como consecuencia de ese cambio de valores, no
en vano el cumulo de causas disciplinarias ante el tribunal de ética ha aumentado geométricamente
en estos últimos años, lo cual es un fiel reflejo de ello. Se habla de “hombre light”: “…en el se dan
los siguientes ingredientes: pensamiento débil, convicciones sin firmeza, asepsia en sus
compromisos, indiferencia SUI GENERIS; su ideología es el pragmatismo, su norma de conducta la
vivencia social, lo que se lleva lo que esta de moda; su ética se fundamenta en la estadística,
sustituta de la consciencia; su moral repleta de neutralidad, falta de compromiso y subjetividad,
queda relegada a la intimidad, sin atreverse a salir en publico” (E. ROJAS, “El hombre light. Una vida
sin valores”, pag. 15) ¿Es el abogado actual ajeno a esta caracterización? ¿Encaja en ella por ser
producto de esa nueva sociedad? Infelizmente, la respuesta es afirmativa.
Por supuesto que lo aquí expuesto no debe considerarse una generalización, puesto que hay aun un
buen numero –que por suerte es mayoritario- de buenos abogados, que son tambien victima del
colega inescrupuloso, por lo que tambien en defensa de ellos y para dejar a salvo la honorabilidad
en el desempeño de su profesión, propugno que el principio moralizador se encuentre enfatizado y
que las obligaciones procesales impuestas a los abogados y que se hayan vinculadas a el, se
respondan a una mayor casuística, asi quienes lo vulneren serán diferenciados de quienes no lo
hagan, para evitar que seamos medidos todos los profesionales con la misma vara.
En definitiva y a modo de conclusión, la competencia en el juzgamiento en la conducta de los
abogados y procuradores en el ejercicio de la profesión tiene distintas ópticas y por ello los jueces,
en general, pueden sancionar al profesional que incurra en una falta procesal, del mismo modo que
el tribunal de ética podrá sancionarlo si existe una falta ética, el juez penal si cometio un delito y el
juez civil condenarlo a indemnizar los daños que esa misma conducta pudiera haber causado. De
allí, entonces que una de las atribuciones que tienen los juzgadores, cual es la de aplicar sanciones,
a los fines de defender el principio de la buena fe, de la lealtad y probidad, deben ser consideradas
fundamentales en todo proceso, siendo la competencia de los tribunales de disciplina concurrentes
con tales facultades.
El proceso, como ha demostrado CHIOVENDA, no es algo de los particulares, sino que, al contrario,
es algo perteneciente al campo del derecho publico, se trata del ejercicio de una potestad publica.
Los particulares que actúan en el proceso tienen deberes y derechos para con las contrapartes y
para con el Juez, y es este el que debe velar para que no se viole el debido proceso, es decir, aquel
que encuentra su fundamento en la ética y además en el derecho. Asegurando al juez el debido
proceso, contribuye a la practica profesional “buena” de los abogados y, además, posibilita el
camino para su prudente resolucion.
Las partes pueden violar ese debido proceso, e incurren en tal supuesto en conductas procesales
indebidas. Concretamente son cinco: negligente, dilatoria, temeraria, maliciosa e irrespetuosa.
NEGLIGENTE. – Consiste en no satisfacer ciertas exigencias definidas por el derecho positivo y que
trae aparejada la frustración de actos procesales cuya realización se intentaba. Tales conductas no
trascienden a la contraparte ni le provocan un daño; el perjuicio directo lo padece la propia parte
negligente, no logrando la concreción de lo pretendido. La ética del abogado no aparece
desinteresada de este tipo de comportamiento, dado que exige que el profesional actue en
conocimiento de las normas jurídicas, y en la medida que nos encontremos con una capacitación
inadecuada o con una atención indebida a la causa encomendada, estaremos frente a una falta a
aquella ética.
El juez no puede permanecer al margen de este problema, puesto que el orden del proceso exige
que los pedimentos respondan a la fundamentación de hecho y derecho apropiada, y debe por
razones éticas aplicar la sanción que ha previsto el derecho positivo para estas conductas procesales
negligentes. Asi por ejemplo, se frustra una prueba por no reiterarla dentro del plazo previsto; se
desestima un pedido de nulidad por no expresar el perjuicio sufrido; etc.
DILATORIA. – El proceso debido tiene cierto ritmo y su conclusión es necesario que resulte
oportuna. Toda conducta que altere ese ritmo, prolongando el proceso mas de lo razonable, atenta
contra la seguridad jurídica que genera la sentencia judicial al definir equitativamente los derechos
y obligaciones de las partes, y además provoca una justicia tardia que por ser tal puede llegar a ser
injusta. Los elementos caracterizadores de esta conducta son: a) Afecta el tiempo del proceso mas
de lo razonable; b) Provoca un daño en la contraparte al ver demorada la atribución de lo “suyo”; c)
La conducta dilatoria carece de la intención de generar el resultado que efectivamente produce, y
esta característica es la que permite distinguirla de la maliciosa. Es cierto que dicha distinción es
sutil y que, además, no resulta fácil entrar a valorar intenciones, pero no hay dudas de que desde el
punto de vista teorico cabe una dilación maliciosa o dolosa y otra culposa o, incluso, de buena fe, y
esta distinción tiene importancia a los efectos de graduar la sanción de la parte que haya incurrido
en conducta procesal indebida.
TEMERARIA. – Procesalmente, es temerario aquel que afronta una aventura judicial sin haber
concretado previamente un análisis y valoración de sus posibilidades y fundamentos facticos y
jurídicos. La conducta temeraria es típicamente culposa; no revela un propósito de provocar daños,
pero este, sin embargo, acaece al iniciarse una accion o al contestarla apresuradamente sin la
debida prudencia. Mientras que en la conducta dilatoria no se pone en duda la razón de ser del
proceso, sino su extensión desmedida, en la temeraria no es problema el tiempo de el, sino el haber
dado luz una causa que no tenia el suficiente justificativo para ser, y que en consecuencia se
hubiese podido evitar, de realizar una ponderación apropiada del proceso que se iniciaba.
MALICIOSA. – Esta conducta se caracteriza por el dolo procesal, o sea, hay alguien que se sirve
conscientemente del proceso, utilizando los medios que este le brinda, para ocasionar un daño a la
contraparte. En la malicia hay una deliberada intención de emplear procesalmente hecho o
derechos falsos con vista a una sentencia favorable, o para postergar la decisión judicial o para en
definitiva provocar un daño económico o moral, aun a costa de perder la causa. Es decir que una de
las variedades de la malicia procesal es incurrir en la invocación de hechos falsos, pues por medio
de la mentira se pretende ilícitamente eludir el cumplimiento de una obligacion o de beneficiarse
con una derecho. En el proceso rige el deber de no mentir, mas que el de decir la verdad, pues
como señala Santo Tomas, “debe decirse que una cosa es callar la verdad y otro proponer la
falsedad. De las cuales la primera es permitida en algun caso. Pues nadie esta obligado a confesar
toda verdad, sino solo la que de el puede y debe requerir el juez según el orden del derecho”. Aquí
tambien, como en los casos anteriores, el juez al comprobar que la parte se ha servido del proceso
indebidamente, debe procurar la reparación del daño y además sancionar al responsable; el
proceso y el derecho es una cosa serie, como es la justicia y la seguridad que por el se intenta
brindar, y que constituyen su razón de ser.
IRRESPETUOSA. – La ética profesional lo exige, y el derecho positivo generalmente asi lo consagra,
que el estilo y forma de las actuaciones procesales satisfaga ciertos requisitos que impliquen
garantizar el debido respeto a la contraparte y al juez mismo. La conducta procesal irrespetuosa no
solo no favorece la solución del problema, sino que además normalmente termina agravándolo o
generando nuevos problemas. La litis no es un campo en donde rija el maquiavelismo de que todos
los medios son validos, pues el juez esta por encima de las partes y entre sus deberes aparece el de
exigir un comportamiento externo y lenguaje apropiado al caso, y a la seriedad mismo del proceso.
La irrespetuosidad carece de toda razón de ser, y solo fomenta las discordias; es por ello que la ética
del juez impone el deber de sancionar cualquier exceso en este terreno.
CONCURRENCIA DE FACULTADES DISCIPLINARIAS. DIVERSIDAD DE ORDENES NORMATIVOS
(LA EXPOSICION DEBERA SER ADAPTADA A LO DISPUESTO POR LAS NORMAS VIGENTES EN CADA
JURISDICCION).
La atribución, no solo como facultad o derecho, sino como deber de los tribunales, de poder
imponer sanciones disciplinarias en determinadas circunstancias a los litigantes, funcionarios y
partes, ha sido pacifica y tradicionalmente admitida. Emana del poder de policía inherente al Estado
y es ejercido por cada una de las ramas del gobierno, para el eficaz desenvolvimiento de sus
funciones especificas y el logro del cumplimiento de sus fines. El poder judicial no puede ser
excepción al principio de que toda facultad de gobierno debe estar dotada del poder o imperio
necesario para hacerla efectiva. Es una potestad connatural e irrenunciable, que la ejercita aun
cuando no estuviese expresamente reglamentada. Claro esta, no en forma arbitraria. Leyes
organicas, códigos de procedimientos y algunas leyes especiales la contemplan.
Las sanciones se imponen. Abarcan las injurias proferidas en juicios, los debordes apasionados, las
expresiones indecorosas u obscenas, el entorpecimiento de tramites y audiencias, el desorden,
ciertas desobediencias, temeridad y malicias procesales, etc. Las sanciones varian según leyes
organicas, códigos de procedimientos o de regulación de la profesión, contemplando el
apercibimiento o prevención o llamado de atención, la amonestación publica, multas y
suspensiones hasta ciertos limites. Es criterio aceptado que las faltas deben ser sancionadas por el
tribunal ante el cual se han cometido.
Los caracteres que definen el poder disciplinario judicial son: a) GENERAL. Lo ejercen todos los
tribunales, contra todos los que falten a la autoridad o decoro (y buena marcha de la justicia); b)
Limitado en el tipo y duración de las penalidades; c) Discrecional, en cuanto a la elección de la
sanción, pero motivada, apreciándolo con justicia y equidad. Pueden sumarse otras notas
distintivas: d) Recurrible, pues la discreción puede transformarse en arbitrariedad o animosidad,
puede no ser proporcionada y hasta afectar el derecho de defensa; e) Igualitario, pues no admite
excepciones ni inmunidades; f) Imperativo, se aplica de oficio y es un deber; tambien puede pedirlo
las partes; g) Especifico, respecto de las faltas cometidas en juicio.
En la provincia del chaco, el CPCC establece en el CAPITULO IV – DEBERES Y FACULTADES DE LOS
JUECES – ART. 48: Deberes: Son deberes de los jueces: 5) Dirigir el procedimiento, debiendo, dentro
de los limites expresamente establecidos en este código: …d) Prevenir y sancionar todo acto
contrario al deber de lealtad, probidad y buena fe; 6) Declarar la temeridad o malicia en que
incurrieren durante el proceso los litigantes o profesionales intervinientes; ART. 49: Facultades
disciplinarias: Para mantener el buen orden y decoro en los juicios, los jueces y Tribunales podrán:
1) Mandar que se teste toda fase injuriosa o redactada en términos indecorosos u ofensivos; y
aplicar las correcciones disciplinarias autorizadas por este código, ley organica y reglamento del
poder judicial, asi como la ley reglamentaria de las profesiones de abogado, procurador y demás
profesionales auxiliares de la administración de justica.
La LEY ORGANICA DEL PODER JUDICIAL DE LA PROVINCIA DEL CHACO determina ART. 9: Los jueces
deben velar para que las actividades judiciales se desarrollen dentro de un ambiente de orden y
respeto y reprimirán todas las infracciones que en este sentido incurran los abogados, escribanos,
procuradores, secretarios y demás auxiliares o particulares en las audiencias o en los escritos
presentados o dentro del recinto del Tribunal, mediante sanciones disciplinarias.
ART. 10: Las sanciones disciplinarias consistirán en prevenciones, apercibimientos, multas,
suspensiones o arresto, conforme a la naturaleza de la infraccion. La multa no excederá de 300
pesos cuando la infraccion se consume ante el Superior tribunal de justicia; de 100 pesos ante los
Jueces de primera instancia y de 25 pesos ante los jueces de paz.
ART. 11: En los casos de apercibimiento, multa o arresto, las sanciones serán registradas en un libro
especial, debiendo efectuarse las comunicaciones pertinentes al Superior tribunal de justicia. El que
hubiere sido posible por tercera vez de sanciones pecunarias será suspendido en el ejercicio de su
cargo o profesión por un termino que no exceda de tres meses. La suspensión deberá ser decretada
por el Superior tribunal de justicia.
ART. 12: Contra el auto que impusiere sanciones disciplinarias, las partes pueden deducir los
recursos de reposicion y apelación. Sin perjuicio de las sanciones, el juez debe testar frases
concebidas en términos ofensivos o inapropiados.
ART. 13: A los efectos de velar por el mantenimiento del orden en el recinto de los tribunales, los
jueces ejercerán las facultades inherentes al poder de policía en dicha materia. En los tribunales
colegiados, tal facultad será ejercida por el Presidente.
A su vez la provincia del Chaco, la Camara de diputados de la provincia del Chaco sanciona con
fuerza de ley Nº 2275 (antes ley 7524), EJERCICIO DE LA PROFESION DE ABOGADOS Y
PROCURADORES
ART. 5: Son deberes específicos de los abogados y procuradores, sin perjuicio de otros que se
señalan en leyes especiales, los siguientes: …c) Comportarse con lealtad, probidad y buena fe en el
desempeño profesional.
TITULO III
PODERES DISCIPLINARIOS
CAPITULO I
SANCIONES
ART. 18: Los abogados y procuradores matriculados quedaran sujetos a las sanciones disciplinarias
previstas en esta ley, por las siguientes causas:
a) Condena judicial por delito doloso, cuando el delito haya sido cometido con motivo u ocasión
del ejercicio de la profesión, y en general todas aquellas que comprendan la de inhabilitación
profesional
b) Violación de los deberes, prohibiciones y limitaciones establecidas por esta ley.
ART. 19: Sin perjuicio de lo establecido en otras disposiciones legales, las sanciones disciplinarias
que se podrán aplicar, serán las siguientes:
a) Llamado de atención
b) Apercibimiento
c) Multa, cuyo importe no podrá exceder de 20mil U.T
d) Suspension de hasta 2 años en la matricula
e) Exclusión de la matricula, que solo podrá aplicarse:
1. Por haber sido suspendido el imputado 3 o mas veces por un termino no menor de 30 dias en
cada ocasión en los últimos 3 años.
2. Por haber ejercido o ejecutado actos de la profesión durante el cumplimiento de alguna de las
sanciones disciplinarias
3. Por violación a las incompatibilidades previstas en el art. 7
4. Por haber sido condenado por la comisión de un delito doloso cometido con motivo u ocasión
del ejercicio de la profesión.
A los efectos de la publicación de las sanciones de este articulo, siempre se deberá tener en cuenta
los antecedentes del profesional denunciado. Todo conforme con lo estipulado con lo dispuesto en
el art. 35 de la presente ley.
CAPITULO II ORGANO COMPETENTE
ART. 20: En primera instancia y conforme el procedimiento que se fija en la presente ley, en la
primera circunscripción judicial de la provincia, oficiara como tribunal de Disciplina la Camara
Contencioso administrativa. En las restantes circunscripciones judiciales lo hara la Camara civil y
comercial que actua como alzada para la circunscripción judicial done se desempeña el profesional.
La instrucción estará a cargo del fiscal correspondiente, pudiendo actuar en forma conjunta como
acusador el promotor de la denuncia y/o el damnificado, ambos con las mismas facultades que el
primero. Como segunda instancia intervendrá la Sala contencioso administrativa del Superior
tribunal de justicia de la provincia.
CAPITULO III – TRIBUNAL DE DISCIPLINA
ART. 21: Es competencia del tribunal de disciplina:
a) Sustanciar los sumarios por violación a las normas contenidas en esta ley y las demás leyes que
determinan inhabilidades e incompatibilidades
b) Aplicar las sanciones para las que este facultado
c) Dictaminar, opinar o informar, cuando ello le sea requerido
d) Informar las sanciones al superior tribunal de justicia y a las entidades gremiales que nuclean a
los abogados y procuradores en las respectivas circunscripciones judiciales
e) Informar a requerimiento de la Superintendencia del superior tribunal de justicia y de las
entidades gremiales que nuclean a los abogados y procuradores, el estado de causas
sustanciadas y sus resultados
ART. 22: El tribunal de disciplina se desempeñara de conformidad con el procedimiento establecido
por el código de procedimientos administrativos, adecuando el procedimiento a los principios de
reducción de plazos procesales, impulso de oficio y un termino máximo de duración del proceso de
3 meses.
TITULO IV – PROCEDIMIENTO. PROMOCION DE LA DENUNCIA. REQUISITOS
ART. 23: La denuncia ante el tribunal de disciplina se deducira en lo que respecta a su forma, de
acuerdo con lo dispuesto para la demanda en el juicio de plena jurisdiccion, previsto en el TITULO II
de la ley 135-A. podrá ser hecha por el cliente, damnificado o su sucesor, cualquier persona con
interes legitimo, por las entidades profesionales de abogados y procuradores, o por el organismo
del Superior tribunal de justicia encargado de la matricula.
TRAMITE
ART. 24: Deducida la denuncia, el tribunal formara causa, entregando bajo constancia copia del
escrito al Fiscal de Camara y al profesional involucrado.
INFORME DE LA AUTORIDAD
ART. 25: Se dara intervención al superior tribunal de justicia a efectos de que presente un informe, a
través del organismo encargado de la matricula, acompañando en su caso la documentación que
estime pertinente, pudiendo formular observaciones y reparos a la denuncia.
DICTAMEN
ART. 26: Presentado el informe a que hace mención el articulo anterior, el tribunal dara vista de
esas piezas al Fiscal de cámara quien dictaminara sobre la denuncia, ofreciendo la prueba que
entiende pertinente para la dilucidación de los hechos objeto de la denuncia.
Del dictamen se correra vista al profesional involucrado, por el termino de 10 dias quien podrá
formular observaciones al mismo, debiendo ofrecer toda la prueba de la que intente valerse.
APERTURA A PRUEBA
ART. 27: El tribunal de disciplina, en el caso en que hayan sido ofrecidas pruebas, ordenara
inmediatamente que se produzcan las mismas en un plazo no inferior a los 15 dias.
INFORME DE VISTA DE CAUSA
ART. 28: Tanto el damnificado como el denunciante y el profesional involucrado podrán prestar
memoriales dentro del termino común de 10 dias, luego de producido el dictamen del fiscal de
cámara sobre el merito de la prueba.
SENTENCIA
ART. 29: La sentencia se dictara de acuerdo con lo dispuesto en el capitulo III del Titulo IV de la ley
135-A.
TITULO V – DISPOSICIONES COMUNES
ART. 30: Las acciones disciplinarias emergentes de esta ley prescribirán a los 2 años de producido el
hecho en que se funde su ejercicio o de dictada sentencia firme en sede penal.
ART. 31: Todas las resoluciones se notificaran por cedula en el domicilio legal constituido por el
profesional involucrado
ART. 32: Todas las resoluciones administrativas que causen estado aplicadas por el tribunal de
disciplina serán apelables con efecto suspensivo en el plazo de 10 dias hábiles de notificada la
respectiva resolucion. El tribunal de disciplina lo elevara en el termino de 5 dias a la Sala
contencioso administrativa del Superior tribunal de justicia, quien actuara como tribunal de alzada,
para control jurisdiccional
ART. 33: Contra las resoluciones de la Sala contencioso administrativa del superior tribunal de
justicia, solo se podrá interponer los recursos extraordinarios federales, los cuales por su sola
presentación suspenden el efecto de la resolucion.
ART. 34: Las sanciones aplicadas, una vez firme serán anotadas en el legajo correspondiente del
profesional sancionado. Asimismo deberán comunicarse las mismas a los denunciantes, a las
entidades profesionales con personería y a la caja forense del chaco. La renuncia a la inscripción en
la matricula no impedirá el juzgamiento del renunciante.
ART. 35: El abogado que haya sido excluido de la matricula podrá solicitar su rehabilitación, siempre
que hubieren transcurrido 2 años como minino del fallo disciplinario firme y cesado las
consecuencias de la condena penal si la hubo, de conformidad con lo establecido respecto de las
penas en el libro primero, titulo II del código penal argentino.
Transcurrido 5 años de la aplicación de las sanciones disciplinarias –excepto la exclusión de la
matricula-, y no habiendo el profesional cometido nuevas faltas ni haber sido sancionado
nuevamente, las sanciones impuestas serán borradas del legajo personal del profesional, todo ello
de conformidad con lo establecido respecto de las reincidencias en el Libro primero, titulo VIII del
CP.
ART. 36: En forma supletoria se aplicaran las normas del Codigo procesal civil y comercial y del
código contencioso administrativo, ambos de la provincia del chaco.
JURISPRUDENCIA. – Hay autores que han sobrevalorado esta fuente al punto de que solo
reconocen carácter jurídico a aquello que los jueces aplican en sus sentencias. Sin llegar a esa
exageración, es indudable que el derecho se nos revela en los fallos en términos de vigencia y de un
modo mas claro y preciso que en las normas generales, enriquecido precisamente con las
particularidades del caso.
Corresponde destacar que las decisiones jurisprudenciales existen generalmente como resultado de
las demandas y acciones que promueven los abogados, y los jueces fallan conforme se traba la litis,
estándole vedado ir mas alla de esta supliendo la actividad de las partes. Puede decirse que la
norma individualizada por el juez esta en gran medida atada o predeterminada por lo afirmado o
negado en el proceso; de alguna manera la sentencia ya esta hecha por el abogado de una de las
partes, y lo que hace el órgano de aplicación es una opción entre los argumentos y criterios de
distribucion de derechos y obligaciones enfrentados en el juicio, ratificando con la nota de su
autoridad jurigena el criterio normativo auspiciado por uno de los profesionales intervinientes.
El abogado traduce jurídicamente por ante el órgano de aplicación del derecho, la pretensión de su
poderdante, con lo que abre el juego al órgano de aplicación del derecho, y brinda la oportunidad
para que la jurisprudencia actue y se manifieste como fuente normal. Los jueces actúan por impulso
de los abogados, y puede concluirse que si es verdad que las leyes dicen lo que los jueces hacen
decir, puede agregarse que los jueces le hacen decir a las leyes aquello que una de las partes del
proceso dijo que la ley decía.
ACTOS JURIDICOS
Sin pretender ser demasiado técnicos ni precisos, a través de los actos jurídicos, las personas con
capacidad jurídica crean, dentro del margen legal establecido, normas jurídicas conmutativas de
alcance individual o general, según se apliquen a un numero determinado o indeterminado de
casos, por ejemplo, un boleto de compraventa y un convenio colectivo de trabajo, respectivamente.
Es normal que los sujetos que realizan el acto jurídico cuenten con asesoramiento profesional antes
y durante el mismo, conforme al grado de complejidad o importancia de los intereses
comprometidos, y asi el abogado traduce jurídicamente y respetando las previsiones legales, las
pretensiones de las partes; es decir que el contenido del acto o los intereses en juego lo suministran
los sujetos intervinientes, y la forma jurídica, el abogado encargado. Además, es habitual que la
participación del profesional alcance al contenido mismo del acto, llegando a funcionar en mas de
un caso como amigable componedor, conciliando los intereses enfrentados, y posibilitando el
dialogo fructífero que culmine con la suscripción de la norma jurídica conmutativa.
El reconocimiento del carácter de fuentes formales a los actos jurídicos implico que la teoría jurídica
admita la función de sujetos formales del derecho a las personas de derecho privado, con lo que se
robustecio el rol de fuente material que puede ejercer el abogado; pues aquellas cumplen con la
referida función por medio de profesionales, son estos los encargados de velar por la salud jurídica
de las personas, tratando de que sus derechos y obligaciones no se enfermen y se mantengan en
plenitud.
Contemporáneamente, se insiste en que la técnica legislativa debe recurrir a criterios amplios de
regulación, confiando en los jueces y en las personas jurídicas para que vayan dentro los limites de
la ley, contemplándola, enriqueciéndola y adaptándola; es decir, que ejerzan su función de sujetos
de fuente formal. Se funda esta orientacion en que resulta una pretensión utópica pensar que basta
la ley para lograr un orden jurídico eficaz, justo y seguro.
Consecuentemente, se termina por admitir a los abogados una tarea importante en ese espacio
legal, al estar encargados de preparar el “anteproyecto” de las sentencias judiciales e informar a los
particulares acerca de sus derechos y obligaciones, que en su ejercicio iran generando las normas
jurídicas correspondientes.
COSTUMBRE JURIDICA
La norma jurídica consuetudinaria, en virtud de su característica de no ser escrita y consistir en la
misma conducta que llega a tornarse obligatoria, presenta dificultades, fundamentalmente en
relacion con el conocimiento preciso de su contenido, como tambien en cuanto al momento en que
se ha constituido en verdadera fuente formal. En razón de ello, cuando la jurisprudencia aplica una
norma consuetudinaria esta, si bien regia como derecho positivo con anterioridad a esa
consagración y al nivel de la ley en el ordenamiento jurídico, gana no tanto entidad jurídica, sino
ciertos aspectos técnicos –formales, como por ejemplo: claridad, precisión y publicidad.
Corresponde al abogado lograr que el derecho consuetudinario obtenga esas ventajas técnico-
formales, pues el se encarga de invocarlo ante los tribunales en respaldo de sus demandas, y de esa
manera el juez puede llegar a consagrarlo en sus fallos.
LEY. – La entendemos en un sentido lato, comprensivo de la ley formal y ley material, o sea, abarca
toda norma jurídica general dictada mediante la palabra, sea por el poder específicamente
legislativo o cualquier otro órgano competente.
Esta fuente formal cuenta con plena capacidad de iniciativa, no participando el abogado en su inicio
concreto. Es que el Poder legislativo, adopta decisiones de tipo político mas que técnico-juridico,
pero aun aquellas requieren, a los fines de su validez, que se ajusten a la Constitucion, y este juicio
exige los conocimientos especializados que tiene aquel profesional.
Además, en esta fuente formal incluimos el amplio campo de las normas legisferantes dictadas por
el Poder ejecutivo o administrador, y será el abogado de la repartición publica que sanciona la
norma el encargado de armonizar la decisión con el resto del ordenamiento y de que cumpla con los
requisitos formales exigibles.
Tambien, en relacion con esta fuente, corresponde destacar al abogado como forjador de doctrina,
pues esta importante fuente material en sus orientaciones interpretativas, críticos-valorativa y
supletoria es elaborada por abogados que se preocupan por los aspectos practicos el derecho
positivo, y que influyen en mayor o menor medida en la formulación o variación de la ley.
Concluyamos este tema reafirmando el carácter inevitablemente ético de la profesión de abogado,
y destacando las posibilidades que diariamente se le ofrecen a este para perfeccionar directa o
indirectamente el derecho positivo, correspondiendo en consecuencia que los que cumplen estas
tareas abogadiles las asuman con vocación y conciencia de las características señaladas.
El abogado a quien afecte alguna incompatibilidad deberá comunicarlo, sin excusa, a la junta de
gobierno del Colegio de abogados y tendrá que cesar inmediatamente de su cargo como abogado.
Si no renuncia por escrito a su profesión como abogado en el plazo de 30 dias se entenderá que se
ha dado de baja en dicha profesión inmediatamente. El cese de la profesión de abogado por estar
inmerso en una causa de incompatibilidad constituye una infraccion muy grave, con independencia
de las demás responsabilidades que le correspondan.
CAPITULO VII – DERIVACION A MEDIACION – CODIGO PROCESAL CIVIL Y COMERCIAL DE LA
PROVINCIA DEL CHACO. LEY 7950 ACTUAL 2559
ART. 322. – En cualquier estado de la causa anterior a la sentencia, las partes podrán acordar
derivar la controversia a proceso de mediación, en la forma y en los términos previstos en las leyes
de mediación vigentes en la Provincia y en la Nacion si correspondiere. En caso de arribarse a un
acuerdo, las partes deberán presentar el mismo firmado por ellas, por los mediadores intervinientes
y por sus abogados ante el Juez de la causa para su homologación, debiendo contemplar costos,
costas y honorarios.
Este se limitara a examinar que el acuerdo no contravenga las disposiciones legales ni contenga
causales de nulidad absoluta, en cuyo caso dictara resolucion desestimado el acuerdo y ordenando
la continuacion del juicio según su estado. Caso contrario, dara por concluido el proceso.
ACEPTACION DE CAUSAS CIVILES Y PENALES. DESARROLLO Y CESE DE LA RELACION. EL SECRETO
PROFESIONAL
El abogado –salvo que sea funcionario del ministerio publico- es libre de aceptar o no las causas que
se le presenten, sin que sea menester dar explicación de su decisión en una u otra hipótesis; la
aceptación de causas penales en ningun caso es contraria a la ética, ni aun en los casos de
“venganza, odio, cuestiones políticas”, etc., si alguien cometio un delito inspirado por alguna de
esas motivaciones espurias u otras afines y es imputado, ¿no tiene derecho de defensa alguno?
¿cae entonces el principio constitucional de inocencia consagrado implícitamente en el art. 18 de la
CN y en las provinciales, como el art. 18 de la constitución de salta?
¿Cuál es la finalidad de la asistencia técnica del abogado respecto del autor confeso de delitos
abominables, crímenes de lesa humanidad, violaciones seguidas de muerte, etc., o guiados por
motivos de discriminación, por precio, etc.?
En primer lugar, el abogado debe ser el celoso custodio del respeto de las garantías a un debido
proceso y de defensa en juicio de su cliente, y segundo, debe tratar de que el obtenga su absolución
o la pena menor o mas leve posible, dentro del marco del ordenamiento legal, y sin valerse de
pruebas fraudulentas u obtenidas ilegítimamente (“fruto del árbol envenenado”).
Sabido es que resulta propio de lo jurídico lo que es controversial, para llegar a la verdad se necesita
de un camino a recorrer mediante las alegaciones y pruebas, en un proceso nada es obvio ni
evidente. Hay casos penales donde pese a lo que “a priori” aparece indiscutible, luego llega a
comprobarse que el hecho no existio, o que no lo cometio el acusado o que existieron
circunstancias que conducen a modificar sustancialmente la calificación de un delito; y situación
muy distinta es que se pretenda iniciar, en el marco penal, una querella impulsada por venganza,
odio, cuestiones políticas, para presionar, etc., allí si corresponde no aceptar el caso, por analogía
de lo que sabemos respecto de las causas civiles.
Todas las partes que intervienen en un juicio, litigio o procesal judicial desean la obtención de
justicia a través del descubrimiento de la verdad o del mejor derecho y su correspondiente prueba
que lo acredite. No es licito de conciencia patrocinar una causa cuya injusticia es conocida y notoria
de ante mano y menos aun si es ilícita, de esta forma el abogado además de complice se convierte
en responsable de daños y perjuicios a terceros pues con seguridad ha debido mentir o recurrir a
fraudes o falsificación de documentos y falsos testimonio violando los deberes éticos elementales
de la profesión en su relacion con la verdad y la justicia que se persigue, se convierte en cooperador
formal, con otro ej.: no es licito aceptar el patrocinio de una declaración de nulidad de matrimonio
en un tribunal eclesiástico, si se sabe que el matrimonio es valido y que, para probar lo contrario,
van a utilizarse pruebas falsas, actuando de este modo el abogado viola completamente los deberes
éticos elementales respecto a la verdad y a la justicia. Las causas dudosas pueden ser aceptadas y
son las mas frecuentes al tratarse de conflictos de intereses particulares, contratos, cesiones, etc.
En defensa de la causa el abogado esta obligado a emplear solo los elementos de investigacion,
pruebas autorizados por la ley y la moral, si después de haber aceptado una causa dudosa, el
abogado descubre que es radicalmente injusta, ha de desistir y comunicárselo al cliente las causas
con escasa probabilidad de ganar, se le debe aclarar al cliente que no hay probabilidad de que
prospere; si el cliente insiste, el abogado debe en principio rechazar el encargo, otro caso, se puede
aceptar igual sabiendo que se perderá al final porque es una causa justa, no es licito en cambio
aceptar el encargo de una causa injusta, aunque no se pretenda registrarla para un proceso normal,
con el fin de utilizarla como arma para lograr una transacción favorable al cliente, especulando con
el medio del demandado inocente.
En la rama penal el abogado puede aceptar todas las causas exceptuando aquellas que son injustas,
planeadas por un querellante. Asi por ejemplo, un abogado no puede aceptar el patrocinio de una
querella por calumnias, cuando le consta que no existe tal supuesto y que el querellante actuo con
injusticia, venganza o motivos oscuros, por ejemplo, calumnias e injurias fundadas en intereses
políticos o económicos, el abogado puede, en cambio aceptar cualquier tipo de causa penal, en
defensa del reo, aunque sepa que este es culpable. “El principio rector en las causas criminales es
que el acusado tiene derecho a quedar exento de sanción mientras no se prueba con certeza moral
que la merece”, en consecuencia el abogado defensor, aunque sepa que el demandado cometio el
crimen del que se le acusa, puede legalmente echar mano de todos los recursos licitos y legales,
para evitar el veredicto de culpabilidad, sin mentir y sin utilizar testigos falsos o perjuros, el abogado
puede y debe utilizar todos los medios que la ley le concede, asi como todos los procedimientos que
su imaginación o inventiva le sugieran, para conseguir un veredicto de inocencia.
La razón es clara: precisamente en nombre del derecho natural, todo acusado tiene derecho a la
mas amplia defensa posible para de este modo impedir acusaciones o condenas injustas.
DESARROLLO Y CESE DE LA RELACION
El abogado siempre debe brindar al cliente seguridad, competencia, diligencia y honradez
profesional. No crearle falsas expectativas dándole la máxima información, trato igualitario,
fidelidad en el conocimiento de la causa y diligencia en la tramitación.
Es posible que el abogado experimente con frecuencia la tentación de servirse de su superioridad
técnica-juridica para escamotear alguna de esas dimensiones éticas. El fantasma real del legalismo
puede estar presente casi siempre. Pero sin embargo hacer que prevalezca lo jurídico por sobre lo
ético –en asuntos de importancia familiar o profesional del cliente- es ya un ataque a las normas
elementales de la deontología.
EL CESE DE LA RELACION
Los supuestos en que cesa la relacion y sus implicaciones deontológicas
1. Tiene lugar con la sentencia definitiva
2. Con el abandono de la causa por parte del cliente, en este caso el abogado no puede, con el
fraude o con informaciones falsas intentar persuadir a toda costa la continuidad del pleito, si por
el contrario, el abandono del cliente se hace de forma que puede resultar ofensiva para el honor
del abogado, este debe dar conocimiento al colegio, procurando su intervención
3. Con la transacción, conciliación
4. Desistimiento del abogado unilateralmente, con justa razón, por ej. Injusticia de la causa,
descubierta en un momento determinado, o con la acumulación de nuevas pruebas;
comportamiento irrespetuoso por parte del cliente; incompatibilidad sobrevenida (por ej. Que
el abogado se haya convertido en socio del cliente), este desistimiento debe efectuarse en
circunstancias favorables al cliente; con preaviso, para que se de tiempo a que busque un nuevo
letrado; con información detallada y completa al nuevo defensor; con el cumplimiento de los
remedios perentorios que estén pendientes (por ej. Interposición de un recurso antes de que
transcurra el plazo).
No es causa suficiente para el cese de la relacion, el agobio de trabajo excepto que se cause un
perjuicio cierto o probable al cliente, concordando una cierta compensación a favor del cliente
(reducción de honorarios).
La enfermedad grave es causa justa, para el cese como tambien una desgracia personal en el ámbito
de la familia, si eso trae consecuencias en el trabajo, no es causa justa el deseo de realizar un viaje,
o acudir a un congreso científico.
5. Por presentarse la necesidad de que el abogado intervenga como testigo en la causa, en la que
es representante de la parte
El secreto profesional es parte de la confianza que el cliente tiene con su abogado, es un deber y un
derecho fundamental de la profesión, comprenden las confidencias de sus clientes, sus adversarios,
sus colegas, y abarcan todos los hechos y documentos de los cuales se haya tenido noticias durante
el proceso sean propios o de elaboración compartida con otros abogados.
El secreto profesional del abogado constituye un deber y, a la vez, un derecho. Encuentra su
fundamento en el principio de la inviolabilidad de la persona humana, de su intimidad y en la vida
privada. Es, pues, el andamiaje necesario e indispensable de la libertad de expresión y comunicación
que debe existir entre el abogado defensor y el justiciable.
La reserva o silencio implica un imperativo insoslayable de carácter moral, ético y legal de
observancia rigurosa y estricta del secreto confiado. Es de su esencia.
Es, pues, en el orden normativo vigente, el de mayor jerarquía, habida cuenta de que se encuentra
en su cúspide jurídica (arts. 18, 75 inc. 22CN y demás disposiciones concordantes, en cuanto
garantiza el sagrado derecho de defensa, y tutela libertades y garantías individuales y
consecuentemente derechos constitucionales). El mejor secreto confiado es aquel que no se dice a
nadie; pertenece a la categoría de los derechos humanos básicos y esenciales, y asi ha sido
reconocido expresamente por pactos y convenciones internacionales, como tambien en
innumerables congresos nacionales y de la abogacía de todo el mundo.
En el congreso nacional de ética profesional, organizado por el colegio publico de abogados de la
capital federal se dijo: “El abogado debe respetar rigurosamente todo secreto profesional y
oponerse ante los jueces u otra autoridad al relevamiento del secreto profesional, negándose a
responder las preguntas que lo expongan a violarlo. Solo queda exceptuado:
a) Cuando se tratare de su propia defensa, en lo referido a: “salvo autorización fehaciente del
interesado”.
Tambien se aprobó la postura en el sentido de “propiciar la derogación del art. 244 del código
procesal penal de la nación (ley 23984) en lo que se refiere a la obligatoriedad de testimoniar, aun
cuando mediare autorización del cliente”.
Independientemente de ello, sostenemos que la ley adjetiva no puede estar por encima de la ley
material que ordena, precisamente, preservar el secreto profesional. Solo la conciencia del abogado
determinara en que circunstancias podrá hablar o callar definitiva.
El estado de derecho y la función social de la abogacía estan obligados a impulsar y propiciar
mecanismos que generen la absoluta y suficiente confianza de cualquier persona hacia su abogado
defensor, habida cuenta de que allí se encuentra en juego elementales principios y garantías
fundamentales protegidos no solo por la declaración universal de derechos humanos del 10 de
diciembre de 1948, sino tambien por pactos y convenciones internacionales de los cuales nuestro
país es signatario.
El secreto profesional es un mecanismo esencial e insustituible de la justica y el estado de derecho.
Constituye un pilar básico y forzoso del derecho de defensa, y requiere para su pleno ejercicio la
existencia de abogados libres e independientes, sin ninguna sujeción o subordinación jerarquica
tanto de los poderes públicos como privados.
Es necesario e indispensable, por lo tanto, garantizar la protección de la libertad y dignidad del
abogado haciendo efectiva la aplicación de la ley nacional 23187 (colegiación legal) toda vez que es
el abogado libre e independiente quien asegura el debido proceso legal y el acceso de los
ciudadanos a la justicia, en igualdad de condiciones y oportunidades.
TITULO I – ABOGADOS Y PROCURADORES – CAPITULO I
REQUISITOS PARA EL EJERCICIO PROFESIONAL
ART. 1. – El ejercicio de las profesiones de abogado y procurador en la provincia del chaco se regirá
por las prescripciones de la presente ley, por las normas especiales sobre la materia de los códigos
de procedimiento provinciales y demás leyes que no resulten derogadas por esta. La protección de
la libertad y dignidad de la profesión de abogados, forma parte de las finalidades de esta ley y
ninguna de sus disposiciones podrá entenderse en un sentido que los menoscabe o restrinja.
ART. 2- Para el ejercicio de las profesiones de abogados y procuradores ante los organismos
jurisdiccionales de la provincia será indispensable la inscripción ante el Superior tribunal de Justicia
de la provincia, que tendrá a su cargo el REGISTRO DE LA MATRICULA PROFESIONAL DE ABOGADOS
Y PROCURADORES.
ART. 3. – Para estar inscripto en los Registro de abogados y procuradores se requiere:
a) Poseer titulo habilitante expedido por universidad nacional, provincial o privada reconocida o
extranjera, debidamente revalidado por la autoridad competente.
a.1 Son títulos habilitantes para el ejercicio de la profesión de abogados:
1. de doctor en: Jurisprudencia o en derecho que lo habilite para esta profesión.
2. de abogado
a.2 son títulos habilitantes para el ejercicio de la profesión de procuradores:
1. de doctor en: Jurisprudencia o en derecho que lo habilite para esta profesión
2. de abogado
3. de procurador
b) Ser mayor de edad
c) Constituir domicilio legal en la provincia del Chaco y acreditar el domicilio real
d) Constituir domicilio electrónico conforme la reglamentación pertinente
e) Acreditar no encontrarse incurso en las inhabilidades previstas en el art. 9 de la presente ley
f) Abonar la suma equivalente a 1000 U.T al Superior tribunal de justicia, por única vez, quedando
prohibido el cobro de cualquier otro monto o arancel, en concepto de matricula, habilitación y/o
sostenimiento para ejercer la profesión.
Los abogados o procuradores matriculados en otras provincias y/o cuyo domicilio real se encuentre
fuera de la provincia, abonara una tasa diferenciada de 50mil U.T.
h) Prestar juramento ante el Presidente del Superior tribunal de justicia.
CAPITULO II
JERARQUIA DEL ABOGADO. DEBERES. DERECHOS Y FUNCIONES
ART. 4. – El abogado, en el ejercicio profesional, estará equiparado a los magistrados en cuanto a la
consideración y respeto que se le debe
ART. 5. – Son deberes especificos de los abogados y procuradores, sin perjuicio de otros que se
señalan en leyes especiales, los siguientes:
a) Observar fielmente la CN, los tratados incorporados en ella y las leyes nacionales que se dicten,
la constitución provincial y las leyes que se dicten en su consecuencia.
b) Observar con fidelidad el secreto profesional, conforme lo establece la ley nacional 24766 –de
confidencialidad-.
c) Comportarse con lealtad, probidad y buena fe en el desempeño profesional
d) Proceder con diligencia en la tramitación de los pleitos
e) Ejercer la representación conforme con lo estipulado por las normas que rigen el mandato en el
Codigo civil y en los códigos de procedimiento.
f) Comunicar al Superior tribunal de justicia todo cambio de domicilio real o legal que efectue,
como tambien la cesación o reanudación de sus actividades profesionales
ART. 6. – Son derechos y funciones específicos de los abogados, sin perjuicio de los acrodados por
otras disposiciones legales, los siguientes:
a) Evacuar consultas jurídicas, defender, patrocinar y/o representar, judicial o extrajudicialmente a
sus clientes; ejercer como árbitros y/o amigables componedores
b) Percibir una remuneración justa acorde a la labor realizada
c) Comunicarse libremente con sus clientes respecto de los intereses jurídicos de estos, cuando se
hallaren privados de libertad
CAPITULO III
INCOMPATIBILIDADES
ART. 7. – No podrá ejercer la profesión de abogados o procuradores:
a) El Gobernador, el Vicegobernador, los ministros, los secretarios y subsecretarios, el fiscal de
estado y el asesor de gobierno
b) Los magistrados, funcionarios y empleados de la administración de justicia nacional y provincial
y de las reparticiones auxiliares sobre las que tenga superintendencia al Superior tribunal de
justicia.
c) Los magistrados, funcionarios y empleados de los tribunales de faltas municipales
d) Los magistrados y funcionarios judiciales de cualquier jurisdiccion, jubilados o retirados como
tales. Esta incompatibilidad cesara automáticamente una vez transcurrido el termino de 3 años
de obtenido el beneficio previsional. El interesado deberá comunicarlo al Superior tribunal de
justicia, a fin de habilitar la pertinente matricula
e) Los escribanos de registro, los contadores públicos, martilleros y demás auxiliares de la justicia.
Se podrán ejercer sin embargo, simultáneamente las profesiones de procurador y abogado.
ART. 8. – La prohibición establecida en el articulo anterior no obstara para que las personas
comprendidas en los incs. A, b, c, y d del art. anterior, actúen en asuntos propios, en los de sus
conyuge, ascendientes y descendientes.
CAPITULO IV
INHABILIDADES
ART. 9. – No podrán ejercer la profesión de abogado o procurador en la jurisdiccion de la provincia
del chaco en los siguientes casos:
a) Los excluidos no rehabilitados en el ejercicio profesional, sea cual sea la jurisdiccion que lo haya
excluido
b) Los judicialmente declarados incapaces o inhábiles, según las normas del Codigo civil
c) Los condenados judicialmente a cualquier tipo de pena por delito doloso que le corresponda la
inhabilidad profesional y en la medida de la duración de las mismas, salvo la propia defensa
d) Los inhabilitados, conforme a los códigos y leyes de fondo
ART. 10. – Cuando un abogado o procurador inscripto en la matricula sea alcanzado por alguna de
las inhabilidades e incompatibilidades establecidas en los arts. 9 y 7 de la presente ley, el Superior
tribunal de justicia lo suspenderá en la matricula mientras dure la inhabilidad o incompatibilidad,
haciéndole saber a los tribunales inferiores esta circunstancia.
CAPITULO V
PROHIBICIONES
ART. 11. – Sin perjuicio de lo establecido en otras disposiciones legales, a los abogados y
procuradores le esta prohibido:
a) Representar, patrocinar, defender o asesorar simultaneas o sucesivamente, a personas que
tengan intereses contrarios en una cuestion litigiosa, ya sea en un proceso judicial o fuera de el,
ello según las previsiones sobre prevaricato del Libro segundo, TITULO XI, CAPITULO X DEL
CODIGO PENAL ARGENTINO
b) Ejercer la profesión en procesos en cuya tramitación hubiere intervenido anteriormente como
juez de cualquier instancia, Secretario, representante del Ministerio publico o asesor de
cualquiera de las dependencias del Estado
c) Autorizar el uso de su firma a terceras personas
d) Publicar avisos que induzcan a engaño u ofrecer ventajas que resulten violatorias de las leyes en
vigor o que atenten contra la ética profesional
e) Publicitar especialidades que el profesional no posee, asi como el ofrecimiento de servicios
especializados en áreas del derecho o especialidades que no se sustentan en titulo universitarios
f) Asegurar al cliente el éxito del pleito
g) Tener trato directo o indirecto con la contraparte, prescindiendo del profesional que la
represente, patrocine o defienda en juicio. Realizar actos que en forma deliberada perjudiquen
a sus clientes
CAPITULO VI
INVIOLABILIDAD DEL ESTUDIO PROFESIONAL
ART. 12. – Los abogados y procuradores gozan de la inviolabilidad de su estudio profesional, en
resguardo de la garantia constitucional de la defensa en juicio. El inmueble donde funcione el
estudio profesional solo podrá ser allanado por motivos ajenos al ejercicio de la defensa, por orden
judicial y previa comunicación fehaciente por parte del juez interviniente a la entidad gremial de
abogados a la que pertenezca. De no encontrarse asociado a ninguna entidad gramial, la
comunicación deberá dirigirse a la o las entidades gramiales con representación en la
circunscripción a la que pertenezca el estudio jurídico. En todos los casos, las entidades
profesionales deberán designar un miembro de su Comision Directiva para que este presente en el
procedimiento como veedor del mismo, controlando su legalidad y el respeto absoluto del
resguardo del secreto profesional. Sus opiniones deberán constar en las actas que se labren en la
oportunidad. El incumplimiento de este precepto hara el allanamiento absolutamente nulo e
insanable.
CAPITULO VII
PEDIDO DE INFORME. OBLIGATORIEDAD EN SU CONTESTACION
ART. 13. – Sin perjuicio de los derechos que se les acuerden en esta ley y en la restante legislación
vigente, es atribución de los abogados en el ejercicio de su función, recabar directamente de la
administración publica nacional, provincial o municipal, o de organismos privados, sociedades,
entidades o personas, informes, antecedentes y certificaciones sobre hechos concretos atinentes a
los asuntos en que intervengan. Estos pedidos deberán ser evacuados por los requeridos dentro del
termino de 20 dias. En caso de la existencia de impedimento o secreto en la información solicitada,
el requerido deberá informarla al abogado en forma inmediata, indicando la norma legal que
impone dicho impedimento. En las solicitudes que formulen, los abogados harán constar su
nombre, domicilio, la representación para la que actúan, caratula, proceso, causa o asunto en que
actúen, tribunal y secretaria o dependencia administrativa correspondiente, si existiere. Las
contestaciones podrán ser entregadas personalmente a los abogados o a quienes estos designen, o
bien remitirlas a su domicilio legal cuando asi lo requieran. El incumplimiento de lo dispuesto en
este articulo dara lugar a la imposición de una multa equivalente a 3000 U.T, que deberá ser
soportada en partes iguales por la entidad obligada a emitir el informe y por el funcionario
responsable de la misma, el monto recaudado tendrá como destino el fondo creado por el art. 38
de la presente ley.
CAPITULO VIII
REPRESENTACION DE PERSONAS DETENIDAS
ART. 14. – Establecese que en dependencias policiales, penitenciaras o de organismos de seguridad,
deberán proporcionar al abogado los informes que este requiera respecto de los motivos de
detención de cualquier persona y el nombre del Juez o Fiscal a cuyo cargo se hallara la causa. Dicho
informe deberá ser proporcionado por medio del funcionario de mayor jerarquía existente al
momento del requerimiento. No podrá establecerse horarios para evacuar tales pedidos, a cuyo
efecto se consideran hábiles las 24 horas del dia. La sola exhibición de credencial otorgada por el
Superior tribunal de justicia es requisito suficiente para acreditar la condición de abogado.
El incumplimiento de lo dispuesto dara lugar a la imposición de una multa equivalente a 3000 U.T,
que deberá ser soportado por partes iguales por la persona física responsable del mismo y por la
dependencia que incumpla con esta obligacion, el monto recaudado tendrá como destino el fondo
creado por el art. 38 de la presente ley.
TITULO II – CASOS ESPECIALES. SUSPENSION DE TERMINO.
CAPITULO I
PROTECCION DE LA MATERNIDAD
ART. 15. – Las profesionales abogadas y procuradoras tendrán derecho de pedir la suspensión de
termino de los procesos en que intervengan como únicas apoderadas en sus clientes, por un
termino de 45 dias corridos, el que podrá dividirse en dos periodos, anteriores o posteriores al
parto. Dicho derecho podrá ser ejercido comunicándolo en forma fehaciente al Tribunal, hasta 10
dias antes del inicio del termino, adjuntando los correspondientes certificados.
CAPITULO II
FALLECIMIENTO O GRAVE INCAPACIDAD
ART. 16. – En los casos de fallecimiento del conyuge o padres o hijos o hermanos de un profesional
abogado o procurador, los términos procesales se suspenderán por 5 dias hábiles, a partir de la
fecha del deceso, debiendo el interesado presentar ante el Tribunal las constancias respectivas
dentro de los 5 dias de ocurrido el hecho. En los casos de grave incapacidad del profesional, su
conyuge, padres o hijos o hermanos, los términos procesales se suspenderán por 5 dias; el
interesado deberá presentar ante el Tribunal las constancias respectivas, circunstancia que será
notificada a las demás partes del proceso mediante cedula por parte del Tribunal.
ART. 17. – Las notificaciones que se practiquen mientras dure la suspensión de términos de los arts.
15 y 16 se consideraran validas pero practicadas en dia inhábil, comenzando a correr los plazos
desde el primer dia hábil posterior a la finalización de los términos citados precedentemente.
TITULO III – PODERES DISCIPLINARIOS
CAPITULO I
SANCIONES
ART. 18. – Los abogados y procuradores matriculados quedaran sujetos a las sanciones disciplinarias
previstas en esta ley, por las siguientes causas:
a) Condena judicial por delito doloso, cuando el delito haya sido cometido con motivo u ocasión
del ejercicio de la profesión, y en general todas aquellas que comprendan la de inhabilitación
profesional
b) Violación de los deberes, prohibiciones y limitaciones establecidas por esta ley
ART. 19. – Sin perjuicio de lo establecido en otras disposiciones legales, las sanciones disciplinarias
que se podrán aplicar, serán las siguientes:
a) Llamado de atención
b) Apercibimiento
c) Multa, cuyo importe no podrá exceder de 20mil U.T
d) Suspension de hasta 2 años en la matricula
e) Exclusión de la matricula, que solo podrá aplicarse: 1. Por haber sido suspendido el imputado 3
o mas veces por un termino no menor de 30 dias en cada ocasión en los últimos 3 años.
2. por haber ejercido o ejecutado actos de la profesión durante el cumplimiento de alguna de las
sanciones disciplinarias. 3. Por violación a las incompatibilidades previstas en el art. 7. 4. Por haber
sido condenado por la comisión de un delito doloso cometido con motivo u ocasión del ejercicio de
la profesión. A los efectos de la aplicación de las sanciones de este articulo, siempre se deberá tener
en cuenta los antecedentes del profesional denunciado. Todo conforme con lo estipulado con lo
dispuesto en el art. 35 de la presente ley.
CAPITULO II
ORGANO COMPETENTE
ART. 20. – En primera instancia y conforme el procedimiento que se fija en la presente ley, en la
Primera Circunscripcion judicial de la provincia, oficiara como Tribunal de Disciplina la Camara
Contencioso administrativa. En las restantes Circunscripciones judiciales lo hara la Camara civil y
comercial que actua como alzada para la circunscipcion judicial donde se desempeña el profesional.
La instrucción estará a cargo del fiscal correspondiente, pudiendo actuar en forma conjunta como
acusador el promotor de la denuncia y/o el damnificado, ambos con las mismas facultades que el
primero. Como segunda instancia intervendrá la Sala contencioso administrativa del Superior
tribunal de justicia de la provincia.
CAPITULO III
TRIBUNAL DE DISCIPLINA
ART. 21. – Es competencia del tribunal de disciplina:
a) Sustanciar los sumarios por violación a las normas contenidas en esta ley y las demás leyes que
determinan inhabilidades e incompatibilidades
b) Aplicar las sanciones para las que este facultado
c) Dictaminar, opinar o informar, cuando ello le sea requerido
d) Informar las sanciones al Superior tribunal de justicia y a las entidades gremiales que nuclean a
los abogados y procuradores en las respectivas circunscripciones judiciales
e) Informar a requerimiento de la Superintendencia del Superior tribunal de justicia y de las
entidades gramiales que nuclean a los abogados y procuradores, el estado de causas
sustanciadas y sus resultados.
ART. 22. – El Tribunal de Disciplina se desempeñara de conformidad con el procedimiento
establecido por el Codigo de procedimientos administrativos, adecuando el procedimiento a los
principios de reducción de plazos procesales, impulso de oficio y un termino máximo de duración
del proceso de 3 meses.
TITULO IV – PROCEDIMIENTO
PROMOCION DE LA DENUNCIA. REQUISITOS
ART. 23. – La denuncia ante el Tribunal de disciplina se deducira en lo que respecta a su forma, de
acuerdo con lo dispuesto para la demanda en el juicio de plena jurisdiccion, previsto en el TITULO II
de la ley 135-A. Podra ser hecha por el cliente, damnificado o su sucesor, cualquier persona con
interes legitimo, por las entidades profesionales de abogados y procuradores, o por el organismo
del Superior tribunal de justicia encargado de la matricula.
TRAMITE
ART. 24. – Deducida la denuncia, el Tribunal formara causa, entregando bajo constancia copia del
escrito al Fiscal de Camara y al profesional involucrado.
INFORME DE LA AUTORIDAD
ART. 25. – Se dara intervención al Superior tribunal de justicia a efectos de que presente un
informe, a través del organismo encargo de la matricula, acompañado en su caso la documentación
que estime pertinente, pudiendo formular observaciones y reparos a la denuncia.
DICTAMEN
ART. 26.- Presentado el informe a que hace mención el articulo anterior, el Tribunal dara vista de
esas piezas al Fiscal de Camara quien dictaminara sobre la denuncia, formulando las conclusiones
legales acerca de la decisión que deba dictarse, ofreciendo la prueba que entiende pertinente para
la dilucidación de los hechos objeto de la denuncia.
Del dictamen se correra vista al profesional involucrado, por el termino de 10 dias quien podrá
formular observaciones al mismo, debiendo ofrecer toda la prueba de la que intente valerse.
APERTURA A PRUEBA
ART. 27. – El tribunal de disciplina, en el caso en que hayan sido ofrecidas pruebas, ordenara
inmediatamente que se produzcan las mismas en un plazo no inferior a los 15 dias.
UNIDAD 9
EL PRINCIPIO DE COLEGIALIDAD. LA COLEGIACION OBLIGATORIA. SU CONSTITUCIONALIDAD