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El bullying, también conocido como acoso escolar, es una de las situaciones más
duras con las que se pueden encontrar los adolescentes en la escuela. Se trata
de una forma de tortura en la que un chico o chica o un grupo de ellos someten a
maltrato a un compañero. Cualquier forma de maltrato físico, psicológico o verbal
que se ejerce sobre un escolar durante un tiempo prolongado está considerado
bullying.
Los chicos o chicas que se ven sometidos a este tipo de acoso llegan a vivir
aterrorizados, tienen pavor a ir a la escuela y en algunos casos llegan a
tener depresión y pensamientos de suicidio que, en ocasiones, llevan a cabo.
Son situaciones tan peligrosas que padres y maestros deben vigilar
estrechamente para descubrirlas.
Pese a que todos los niños son susceptibles de sufrir bullying, la etapa de
mayor riesgo es la que va desde los nueve hasta los catorce años porque los
niños no han madurado aún psicológicamente.
Por otro lado, el acoso escolar es como un iceberg, donde solo vemos y nos
damos cuenta de algunos casos. Otros muchos no son detectados, por esta
razón es complicado hablar de cifras exactas de niños acosados.
Intentando trazar un perfil general, que no tiene por qué ser norma, estos niños
suelen ser sensibles, cariñosos, tímidos, etc. Por desgracia, el acoso escolar es
más frecuente en niños con diversidades funcionales como el síndrome
de Asperger o los que tienen síndrome de Down.
4.1. Verbal: En este caso entrarían los insultos pero también cuando se habla
mal de alguien o se expanden rumores malintencionados sobre un compañero.
Son acciones no corporales con la finalidad de discriminar, difundir
chismes o rumores, realizar acciones de exclusión o bromas insultantes y
repetidas del tipo poner apodos, insultar, amenazar, burlarse, reírse de los
otros, generar rumores de carácter racista o sexual, etc. Es más utilizado por
algunas chicas a medida que se van acercando a la adolescencia.
4.2. Física: Aquí entrarían las palizas o los simples golpes además de los robos
o el destrozo de sus materiales u objetos. Es el tipo de acoso más común,
especialmente entre chicos. Incluye golpes, empujones e incluso palizas entre
uno o varios agresores contra una sola víctima. En ocasiones, se produce
también el robo o daño intencionado de las pertenencias de las víctimas,
creando una mala conducta que no se puede permitir.
4.3. Psicológica: En este caso están las intimidaciones para provocar miedo y
así conseguir que la víctima haga algo que no quiere hacer: entregar su dinero u
objetos personales o cualquier otra cosa bajo coacción.existe una persecución,
intimidación, tiranía, chantaje, manipulación y amenazas al otro. Son acciones
que dañan la autoestima de la víctima y fomentan su sensación de temor, con
el problema añadido que son las más difíciles de detectar por parte de
profesores o padres porque son formas de acoso o exclusión que se llevan a
cabo a espaldas de cualquier persona que pueda advertir la situación.
4.4. Aislamiento social: Pretende aislar al niño o joven del resto del grupo,
ignorándolo, aislándolo y excluyéndolo del resto Puede ser directo: excluir, no
dejar participar a la víctima en actividades, sacarlos del grupo o indirecto:
ignorar, tratar como un objeto, como si no existiera o hacer ver que no está ahí.
4.5. Sexuales: En esta categoría están todas las agresiones que tienen como
objetivo hacer que la víctima se sienta humillada o incómoda. La forma más
frecuente del acoso sexual en la escuela es con la utilización de los celulares o
las redes sociales. Se presenta un asedio, inducción o abuso sexual o
referencias malintencionadas a partes íntimas del cuerpo de la víctima. Incluye
el bullying homófobo, que es cuando el maltrato hace referencia a la
orientación sexual de la víctima por motivos de homosexualidad real o
imaginaria.
4.6. Racista: En algunos casos, la forma que utilizan los agresores son los
insultos racistas cuando la víctima pertenece a alguna minoría como la latina.
Con independencia del tipo de bullying, el perfil del acosador suele ser el de
una persona físicamente fuerte, impulsiva, dominante, con conductas
antisociales y con una ausencia total de empatía con sus víctimas.
Para ello, lo mejor es hablar con los niños a diario, saber su día a día en el
colegio, pero no solo sus resultados académicos, sino también con quién juega,
a qué, etc. Es importante favorecer la confianza de nuestros hijos en nosotros.
Podemos contactar con un psicólogo para que vaya siguiendo la evolución del
niño, así como de un pediatra, para conocer su salud física.
En un caso muy grave, el niño probablemente tenga que ser atendido por un
psiquiatra, aunque serán los profesionales quienes decidan esto.
Cuando el acoso ha pasado, debemos ponernos en manos de profesionales
que nos ayuden.
En el caso de que el acoso haya sido físico, debemos acudir al pediatra para
que se traten las lesiones y denunciar. Esto es muy importante porque
aunque sean menores quiénes ejercen el acoso, no se puede tolerar
la violencia. Además, si se denuncia y se destapa al agresor o agresores,
podremos llegar a conseguir que éstos se rehabiliten.
- Suele estar provocado por un alumno, apoyado por un grupo, contra una
víctima que se encuentra indefensa.
- En las personas que observan la violencia sin hacer nada para evitarla, se
produce falta de sensibilidad, apatía e insolidaridad.
- Se reduce la calidad de vida del entorno en el que se produce: dificultad para
lograr objetivos y aumento de los problemas y tensiones.
Lo sufran a la edad que sea, está claro que crea unas consecuencias, en
ocasiones permanentes, en la dignidad y autoestima del niño. Cuando llegan a
la pubertadsuelen ser niños más inseguros, con más miedos y temores. Por
supuesto, la autoestima queda minada y tienen dificultades en las relaciones
sociales.
Los padres de chicos o chicas que son víctimas de bullying tienen que establecer
con la escuela un plan para salir de esa situación y mantenerse en contacto
continuo con consejeros y maestros para seguir la evolución del proceso.
Y hay que darle todo el apoyo a la víctima. Habrá que explicarle y conseguir que
entienda que él no es culpable de nada, que ha estado sometido a una situación
de tortura y buscar fórmulas para restaurar su autoestima. En ocasiones puede
ser necesaria la ayuda de un terapeuta.?
Las medidas que deben tomar los padres de los acosadores también exigen que
se mantengan en comunicación con la escuela para seguir la evolución de la
situación. De igual modo deben hacer entender a su hijo que el acoso es
inaceptable e incluso puede ser un delito.?
Consecuencias: Para los agresores: Conductas de acoso escolar (bullying)
crónicas Creer en una manera ilegítima de alcanzar sus objetivos
Conductas delictivas, incluyendo violencia doméstica y de género a medida que
van creciendo
Es muy frecuente que en los casos de bullying exista una víctima, un acosador y
un grupo de observadores. El grupo de amigos es una de las características de
la adolescencia y hay veces que los chicos o chicas siguen a un líder sin
importar lo que este haga.
Los padres de los chicos o chicas que se han convertido en observadores deben
actuar igualmente. Si tienen noticia de un caso de acoso deben comunicarlo a la
escuela inmediatamente, explicando a su hijo lo que van a hacer y la importancia
de hacerlo. Y deben asegurarse de que su hijo comprende que la valentía y la
madurez están precisamente en no callarse ante este tipo de situaciones.
12.- Éxito
La mente es nuestro mejor regalo pero la tenemos relegada a lo que nos dicte,
sin enseñarle que somos nosotros los que dictamos nuestros objetivos. Vivir de
la imaginación nos permite crear escenarios que podrían ser materializados en
nuestro futuro. No plantearnos dichas metas deja al descubierto una vida sin
propósitos. Olvidar el pasado para atrevernos a soñar un futuro que
construimos nosotros mismos y no las actuales circunstancias que te
arrastran de un lado a otro.
5. Respetar el propio tiempo: Dice Sir Isaac Pitman que un tiempo bien
organizado es la señal más clara de una mente bien organizada. Las personas
te respetaran más cuando vean que eres una persona que valora su tiempo.
6. Servir desinteresadamente a los otros Despojarse del “yo” diario y comenzar
a ayudar a otras personas, pues la calidad de la vida se reduce en definitiva a
la calidad de lo que uno aporta. Para ello, ¿Practicas diariamente pequeños
actos de bondad?
Todos estamos aquí por una razón especial. Descubrirse a diario es una
de las importantes razones del sentido de una vida.