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PRESENTAN DENUNCIA.

SOLICITA SE RESUELVA
CESE DE CONDUCTA ANTISINDICAL.
Ciudad de Buenos Aires, noviembre de 2018.
Señor Director del Comité de
Libertad Sindical de la O.I.T.
S / D

Hugo Ernesto Godoy, en su carácter de


Secretario General del Consejo Directivo Nacional de
la Asociación Trabajadores del Estado (ATE), con
domicilio legal en la Av. Belgrano 2527 de la Ciudad
Autónoma de Buenos Aires, República Argentina, con
el patrocinio letrado del Dr. Matías Cremonte, Agustín
Arbor González, en su carácter de Secretario General
de la Asociación de Profesionales de la Comisión
Nacional de Energía Atómica y la Actividad
Nuclear (APCNEAN), con domicilio en Avenida del
Libertador 8250, Planta Baja, Oficina No. 324, de la
Ciudad Autónoma de Buenos Aires, República
Argentina, Correo Electrónico apcnean@cnea,gov.ar,
TE 5411-4704-1242 y 4703-0940, con el patrocinio
1
letrado del Dr. Carlos Pablo Szternsztejn,
acompañados por Julio Durval Fuentes, en su
carácter de Secretario General de la Confederación
Latinoamericana de Trabajadores Estatales
(CLATE), con domicilio legal en la calle Paraná 26,
Dto. 6 de la Ciudad Autónoma de Buenos Aires,
República Argentina, venimos a formular queja contra
el Gobierno Argentino por violación a los Convenios 87,
98, 151 y 154 de la O.I.T. a raíz de la violación del
proceso de negociación colectiva para regular las
relaciones laborales en la Comisión Nacional de
Energía Atómica (CNEA) y en la Autoridad Regulatoria
Nuclear (ARN) respectivamente.

Se hace saber que ambos son organismos


autárquicos en el ámbito del Estado Nacional y se
solicita que, previo el traslado correspondientes al
Estado Argentino, se resuelva el cese de la postura
antisindical violatoria del plexo jurídico nacional e
internacional al que más adelante se hará referencia.

II. La Confederación Latinoamericana y


del Caribe de Trabajadores Estatales (CLATE) es
2
una organización sindical internacional que agrupa a
los trabajadores estatales de las hermanas naciones de
América Latina, con pleno respeto de las entidades
afiliadas a ella.

Según el artículo 6° del su Estatuto, son parte


de sus objetivos y fines: “g) Desarrollar la protección
jurídica de los trabajadores estatales en el plano
latinoamericano e internacional, especialmente en el
derecho de constituir organizaciones libres y
democráticas. h) Asumir la representación de todas las
organizaciones afiliadas ente los organismos e
instituciones latinoamericanos e internacionales que
tengan relación con la promoción de los fines e
intereses de las organizaciones afiliadas y de sus
miembros”.

La APCNEAN se encuentra inscripta como


sindicato con Personería Gremial No. 1664 de 2005 de
acuerdo al régimen previsto por la ley No. 23.551,
tiene ámbito de actuación en los entes antes
mencionados y está adherida a la Federación de

3
Trabajadores de la Energía Eléctrica de la República
Argentina, (FETERA) entidad de segundo grado.

La Asociación Trabajadores del Estado


(ATE) es un sindicato de primer grado, con personería
gremial Nº2, con ámbito de actuación en todo el
territorio de la República Argentina y su ámbito de
representación, conforme a su estatuto y a la
personería gremial señalada, abarca a los trabajadores
estatales que tengan relación de dependencia o
presten servicios para cualquiera de los poderes del
Estado Nacional, Provincial o Municipal, entes
autárquicos, entes públicos no estatales, empresas
estatales, sociedades de economía mixta, sociedades
anónimas, sociedades estatales y con participación de
capital estatal, servicios de cuentas especiales y todo
otro organismo centralizado o descentralizado en el
orden nacional, provincial, municipal o mixto.

III.- El Estado Nacional ha ratificado los


Convenios OIT Nº 87, 98, 151 y 154 de la OIT.

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La Constitución Argentina, en su art. 14 bis
garantiza a los gremios, como derecho fundamental, el
de la negociación colectiva.

El segundo párrafo del art. 75 inc. 22, por su


parte, le otorga carácter constitucional a una serie de
Tratados Internacionales de Derechos Humanos, entre
los cuales se encuentran los Pactos de Nueva York de
1966, por cuyo intermedio se reconoce con idéntico
rango al Convenio 87 (art. 8.3 del Pacto de Derechos
Económicos, Sociales y Culturales y art. 22.3 del Pacto
de Derechos Civiles y Políticos).

Cierra este círculo de protección de la


libertad sindical el primer párrafo del artículo 75, inc.
22) de esa misma Constitución que le otorga jerarquía
supralegal al resto de los Tratados Internacionales,
entre ellos a los Convenios de la O.I.T.

Por su parte, mediante Ley Nº24.185-


sancionada en diciembre de 1992- se garantiza el
derecho de los trabajadores estatales a la negociación
colectiva.

5
No obstante todo lo expuesto en cuanto a
protección formal del derecho a la negociación
colectiva, el Gobierno Nacional, en el curso del primer
proceso de negociación colectiva sectorial previsto por
la última de las leyes antes mencionada, demora y
obstaculiza en forma permanente la negociación, en
clara violación de los Convenios Nº87, 98, 151 y 154 de
esa Organización, de acuerdo a las consideraciones
que a continuación se exponen.

IV.- Antecedentes.

1)Expte No.1136090/05 (negociación


colectiva en CNEA).

En el marco de un reclamo salarial de los


trabajadores en el que la Autoridad de Aplicación había
decidido la Conciliación Obligatoria de las partes
según los parámetros de la ley 14.786, la propia
Comisión Nacional de Energía Atómica, empleadora
directa de nuestros representados, solicita en la
audiencia celebrada el 31/10/05 (cf. fs.26 del expte. del
epígrafe), que se adjunta como prueba, la apertura de

6
una negociación colectiva para quienes se desempeñan
en la empresa, indicando que en el año 1997 se
sancionó la Ley Nuclear. Un año después, fue el turno
del Decreto Reglamentario.(No.1398). (cfr. fs.123/162).

La CNEA está encargada por la ley 24804 de


las tareas de investigación y desarrollo en la actividad
nuclear y sus facultades están enumeradas en el art.
2º. de esa norma.

Ese dispositivo estableció que la relación con


los trabajadores de la CNEA se regiría por la Ley de
Contrato de Trabajo No.20.744 de 1974 (art.3), lo que
en los hechos implicaba asimilar a los agentes estatales
a los del sector privado, lo que permitía, entre otras
modificaciones de la situación anterior, interpretar que
se afectaba la estabilidad de que gozaban y gozan los
primeros.

No es motivo de esta presentación el análisis


de ese tópico aunque resulta claro que el cambio del
marco legal permitía intentar por parte de la patronal,
una minoración de derechos ya adquiridos por los

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empleados que por entonces laboraban en la
Institución.

En razón de la nueva situación se dictó por


parte de la CNEA, en forma unilateral, el 25 de Abril
de 1999, la Resolución del Directorio No. 10/99 que
pretende encuadrar por esa vía las relaciones
laborales.

El 18/05/06 también la APCNEAN (fs.434)


requiere la apertura de la negociación y en distintos
momentos lo hacen los otros gremios que actúan en la
Comisión, además de ATE: la Unión de Personal Civil
de la Nación (UPCN) y la Asociación de Técnicos de la
Comisión Nacional de Energía Atómica.

La apertura de las negociaciones se efectiviza


en la audiencia del 5/6/2007 (fs.449/53) donde todos
los intervinientes expresan su beneplácito por haber
llegado a esa instancia.

En una Reunión posterior se forman distintas


Comisiones Técnicas para abordar los diversos ítems
que debían integrar el Convenio Colectivo a signarse.

8
A esta altura conviene poner de resalto que
durante todo el curso de la interminable negociación,
los sindicatos solicitan que se discutan aumentos
salariales, que invariablemente va fijando el Estado
con la sola participación de UPCN.

Por otra parte, la representación empleadora


integrada por paritarios designados por CNEA y
distintos efectores estatales, que incluso se van
modificando al ritmo en que se cambia la estructura
administrativa del aparto burocrático, en forma
abrupta, deja de participar en las Reuniones de las
Comisiones Técnicas sin explicar nunca su actitud.

Tampoco proporciona los datos que les fueran


solicitados para que los gremios contasen con la
información necesaria para precisar sus reclamos y a
lo que están obligados legalmente.

Las quejas que se formulan caen en saco roto,


con la complicidad del Ministerio de Trabajo que
desoye todos los pedidos que se le hacen para que en
el ejercicio de sus atribuciones, intime primero a la

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patronal para que vuelva a la Mesa de Negociación y
que ante la contumacia omisiva que manifiestan, se la
sancione.

Conviene poner de relieve que el Directorio


de la Comisión el 13/1/10, expresa que no puede
continuar concurriendo a las Reuniones por falta de
instrucciones gubernamentales.

Ante la prolongación inaudita de este estado


de cosas, la Asociación de Trabajadores del Estado
( ATE) promueve una acción de Amparo ante la Justicia
que dicta una sentencia el 27/9/12 que es confirmada
por la Cámara de Apelaciones (cf. fs.625 y 629
respectivamente) .

La ejecución de las órdenes de la Jurisdicción


es demorada por el Ministerio de Trabajo con
melindres y chicanas administrativas que llevan a que
recién se reanude la Negociación el 15/12/16
(cf.fs.771/73).

No carece de importancia señalar que entre


otros sucesos acaecidos en ese lapso, es menester

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consignar el lanzamiento de un Plan Nuclear que
implicaba entre otros objetivos la construcción de dos
nuevas Centrales Atómicas, que en la actualidad ha
sido “suspendido “ y el cambio de elenco
gubernamental que como consecuencia determinó la
participación de un nuevo actor estatal que es el
Ministerio (ahora Secretaría) de Modernización,
Subsecretaría de Relaciones Laborales y
Fortalecimiento del Servicio Civil cuyo rol consiste en
trabar más todavía, lo que aun llamamos negociación.

Lo cierto que se está prácticamente a fojas


cero, habiéndose realizado la última Reunión de la
Comisión Negociadora el 11/09/18 (fs.833/4) y fijado la
próxima para el 27/11/18.

2. Expte. No. 1226744/07 (negociación


colectiva en ARN)

La Autoridad Regulatoria Nuclear según lo


dispuesto por la ya citada Ley 24804 es el organismo
encargado de la regulación y fiscalización de la
actividad nuclear en todo lo que se refiera a los temas

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de seguridad radiológica y nuclear así como la
protección física y fiscalización del uso de materiales
nucleares, licenciamiento y fiscalización de
instalaciones nucleares y salvaguardas internacionales,
así como también asesorar al Poder Ejecutivo en
materias de su competencias. Sus atribuciones se
encuentran descriptas en el art.7 de la Ley Nuclear.

El 28/06/07, la APCNEAN (cf. fs.1/25 del


expte. mentado), invocando las prescripciones de la
24.185 que en el país establece el procedimiento para
la negociación colectiva, requiere la apertura de la
Sectorial correspondiente a los trabajadores que se
desempeñan en esa Institución.

A fs.34 la ARN manifiesta su acuerdo con ello


y posteriormente también expresan su conformidad,
los otros gremios que tienen afiliados laborando en la
Autoridad Regulatoria Nuclear. Nos referimos a ATE
(Asociación de Trabajadores del Estado) y UPCN
(Unión Personal Civil de la Nacional).

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Sin embargo el pedido no es recepcionado y
ante ello la APCNEAN, el 28/03/08, invocando
normativa respaldatoria, solicita se intime a las partes
a presentarse conforme lo dispone la ley.

Finalmente (cf. 79), el 15/09/11 se convoca a


una audiencia preparatoria que se efectiviza el
13/10/11 (cf. fs.87/8). Recién un año después se dicta
el Acto Administrativo necesario por parte del
Ministerio de Trabajo.

Se ve obligado a ello por cuanto la APCNEAN


había promovido ante la Justicia una acción de Amparo
que culminó con una orden intimatoria dictada por el
Juzgado interviniente ( cf. 116/7).

Con posterioridad se suceden las


Audiencias sin resultados tangibles, siempre
enfrentando dilaciones de distinta naturaleza por parte
de la parte empleadora cuyo proceder es cohonestado
por el propio Ministerio.

V.- Violación a la Libertad Sindical.

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La actitud descripta que fuera asumida por
parte del Estado Nacional en forma sistemática
(empleadora directa, efectores estatales y el Ministerio
- hoy Secretaría de Trabajo-), viola la libertad sindical y
la negociación colectiva.

Como se puede deducir sin demasiada


explicación suplementaria, se dilatan al infinito las
respectivas negociaciones a extremos que avergüenzan
dado que si tomamos las datas de inicio de cada una de
las actuaciones podremos advertir que, quizás se
puede ingresar al Libro Guinnes de los records, ya que
en un caso llevamos 13 años y en el otro 11 de
“negociación”. Esto impide que se lleve adelante una
negociación sectorial seria, y fundamentalmente, que
consagre la estabilidad propia del empleado público, la
carrera administrativa de los trabajadores y
trabajadoras del organismo así como la cuestión
salarial de este colectivo profesional, entre otras
cuestiones tales como licencias, jornada, régimen de
ingreso, comisiones paritarias, etc.

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No es baladí subrayar algo que resulta
evidente: lo perdido por los trabajadores durante los
lapsos transcurridos, en materia salarial, condiciones
de trabajo y de vida no se recuperan. Estamos frente a
un daño irreversible y que habilita a reclamar, más allá
de esta queja, una indemnización por los daños
materiales, espirituales y morales inferidos a los
concernidos y que hacen a los conceptos mencionados
que se expresan muchas veces en los atrasos en el
ascenso en la carrera y la mera subsistencia por citar
los perjuicios más obvios.

VI. A continuación explicaremos cuales son


los derechos colectivos fundamentales que se violan a
partir de las prácticas adoptadas por el Estado
Nacional.

1. La cancelación de la negociación
colectiva sectorial y la imposibilidad de negociar
condiciones de trabajo y salario.

Tal como surge de la ley 24.185 que regula al


procedimiento para la negociación colectiva en el

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ámbito de la Administración Pública Nacional, existe la
posibilidad de negociar un convenio colectivo marco
y/o general y, en un nivel inferior, convenios colectivos
sectoriales por organismos o escalafones, siempre en el
marco del citado convenio general.

En el caso del Estado Argentino, la


Administración Pública Nacional cuenta con un CCT
General homologado por el Decreto 214/02 y diversos
CCT Sectoriales, algunos vigentes y homologados y
otros que se encuentran en proceso de negociación.

En el caso de ARN y de la CNEA, tal como


surge de los antecedentes referidos, se encuentran en
“trámite” las negociaciones pertinentes para la
celebración de dos CCT Sectoriales que regulen las
particularidades de estos organismos.

Lamentablemente, este proceso lleva más de


10 años –por cuestiones total y absolutamente ajenas a
los trabajadores y trabajadoras y a las organizaciones
sindicales que los representan-, lo que evidencia una
decisión política del Estado Argentino de negarse a

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negociar con las entidades sindicales las condiciones
de trabajo de este colectivo profesional. La
consecuencia de esta negativa, impacta sobre las
condiciones de trabajo de las trabajadoras y
trabajadores de los organismos en tres facetas
fundamentales: la estabilidad propia como empleados
públicos, el derecho a la carrera administrativa y el
salario de este colectivo profesional.

Sin perjuicio del régimen de ingreso,


derechos, deberes, jornada, licencias y diversas
cuestiones que se negocian en un convenio colectivo,
en el caso de los empleados públicos resulta excluyente
la posibilidad de negociar una carrera administrativa y
la estabilidad propia garantizada por el art. 14 bis de la
Constitución Nacional. La carrera administrativa
permite que los trabajadores y trabajadoras puedan
desarrollarse profesionalmente a lo largo de su vida
laboral, contar con capacitaciones para poder ascender
mediante concursos y otorga un incentivo para el
crecimiento personal. Asimismo, la carrera evita la
discrecionalidad de las autoridades de turno para el
17
reconocimiento de categorías que pueden ser
asignadas en forma discrecional y arbitraria.
Lógicamente, su implementación jerarquiza a los
trabajadores y trabajadoras implicados e implica un
reconocimiento salarial.

Por su parte, la estabilidad propia prevista en


el art. 14 bis y materializada en un CCT garantiza que
los trabajadores y trabajadoras estatales no serán
despedidos sin causa, máxime en un Estado como el
argentino tan caro a regímenes caudillistas en los
cuales los empleados públicos terminan siendo
utilizados como “botines de guerra”, a lo que deben
agregarse las políticas económicas de ajuste que, sin
excepción, recaen sobre las espaladas de los
trabajadores y trabajadoras del estado. En estos dos
casos relativos a ARN y CNEA, tal como señaláramos,
se aplica la ley de contrato de trabajo que prevé el
despido sin causa, lo que permite interpretar que estos
trabajadores y trabajadoras no cuentan con estabilidad
absoluta en sus empleos –a contrario de lo previsto por

18
el art. 14 bis- y por tal motivo resulta fundamental que
la estabilidad quede plasmada en un CCT.

Ahora bien, respecto a la cuestión salarial, en


el esquema de negociación colectiva vigente, al no
existir aún estos convenios colectivos sectoriales
en CNEA y en ARN se aplican los aumentos salariales
que se acuerdan a nivel general, en cuya negociación
participan sólo la Asociación Trabajadores del Estado
(ATE) y la Unión del Personal Civil de la Nación
(UPCN), siendo esta última, la entidad sindical
mayoritaria.

Es decir, por el momento y hasta tanto no


exista un CCT Sectorial homologado y no se habilite la
discusión del sindicato mayoritario, se termina
aplicando el aumento que negocia UPCN con el Estado
Empleador a nivel general.

Asimismo, esta negociación general suele


negociarse en forma previa sólo con UPCN y la
Comisión Negociadora General termina siendo una
formalidad para que se pueda aplicar el aumento, en la

19
que tampoco se termina negociando nada, básicamente
porque ya se negoció antes y para colmo se publica en
los medios masivos de comunicación.

Resulta evidente entonces que no existe


posibilidad de llevar adelante la negociación colectiva
sectorial que las organizaciones sindicales entendemos
necesarias y convenientes.

Ese Comité de Libertad Sindical entiende que


“Es importante que tanto los empleadores como los
sindicatos participen en las negociaciones de buena fe
y que hagan todo lo posible por llegar a un acuerdo, y
la celebración de negociaciones verdaderas y
constructivas es necesaria para establecer y mantener
una relación de confianza entre las partes” (Párrafo
815).

La actitud asumida por el Estado Nacional ha


sido consecuente, no negocia la recomposición salarial
con los trabajadores a nivel sectorial, no los escucha y,
por el momento, aplica la pauta salarial general

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siempre muy lejos de las necesidades de los
trabajadores.

Por lo expuesto, la negociación colectiva en


los sectores de la administración pública se ve
impedida a través de la imposición salarial de la
Comisión Negociadora General, que a su vez, carece de
discusión y debate, constituyendo ello una violación a
la negociación colectiva reconocida
internacionalmente.

Tal como fácilmente puede apreciarse, el


obrar del Estado Empleador ha quebrantado las
garantías de derechos de los trabajadores y las
asociaciones sindicales establecidos en los arts. 3, 6, 7
y 8 del Pacto Internacional de Derechos Económicos,
Sociales y Culturales (ratificado por Ley 23.313).

El Convenio Nro. 87 de la OIT está contenido


en el Art. 8 inc. 3 del Pacto Internacional de Derechos
Económicos, Sociales y Culturales, el cual
textualmente reza: “Nada de lo dispuesto en este
artículo autorizará a los Estados Partes en el Convenio

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de la Organización Internacional de Trabajo de 1948
relativo a la libertad sindical y a la protección del
derecho de sindicación a adoptar medidas legislativas
que menoscaben las garantías previstas en dicho
convenio o a aplicar la ley en forma que menoscabe
dichas garantías”.

Asimismo, el Convenio Nro. 154 OIT en el Art.


5 establece que “se deberán adoptar medidas
adecuadas a las condiciones nacionales para fomentar
la negociación colectiva…deberán tener por objeto
que: a) la negociación colectiva sea posibilitada a todos
los empleadores y a todas las categorías de
trabajadores de las ramas de actividad a que se
aplique el presente Convenio…” y agrega en el Art. 8
que “Las medidas previstas con objeto de fomentar la
negociación colectiva no deberán ser concebidas o
aplicadas de modo que obstaculicen la libertad de
negociación colectiva”.

Tal como el Comité podrá advertirlo, los


Convenios de la OIT aludidos son contundentes y los

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hechos denunciados configuran un desconocimiento
total de los mismos.

2. Violación al principio de negociar de


buena fe.

Como se dijo, si bien se considera que ello es


una cancelación lisa y llana de la negociación colectiva
para los trabajadores estatales, si por ventura, así no
se lo calificase, por lo menos resulta un avasallamiento
al deber de negociar de buena fe.

Como lo ha dicho la O.I.T. el principio de


buena fe en la negociación colectiva entraña reconocer
a las organizaciones representativas, realizar esfuerzos
para llegar a un acuerdo, desarrollar negociaciones
verdaderas y constructivas, evitar retrasos
injustificados en la negociación y respetar mutuamente
los compromisos asumidos, teniendo en cuenta los
resultados de las negociaciones de buena fe.

El deber de negociar de buena fe involucra


pautas de comportamientos positivos de los actores en
el desarrollo de las conversaciones que obliga

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necesariamente a buscar la manera de alcanzar el
objetivo propuesto, siendo uno de los fines
primordiales de la libertad sindical, precisamente,
garantizar la negociación colectiva entre los
empleadores y los asalariados como lo ha dicho ese
Comité de Libertad Sindical en reiteradas ocasiones.

Consecuentemente, se ha expedido
priorizando la negociación colectiva libre y voluntaria
como medio de determinar las condiciones de trabajo y
los salarios y así ha sostenido que: “todos los
trabajadores de la administración publica que no están
al servicio de la administración del Estado deberían
disfrutar del derecho de negociación colectiva, y
debería darse prioridad a la negociación colectiva
como medio de solucionar los conflictos que puedan
surgir respecto de la determinación de las condiciones
de empleo en la Administración Publica” (La Libertad
Sindical, Recopilación de decisiones y principios del
Comité de Libertad Sindical del Consejo de
Administración de la OIT, Tercera Edición, párrafo
793).
24
En ese afán que tiene el Comité de Libertad
Sindical de fomentar la participación de buena fe en la
negociación colectiva, ha manifestado: “En el Trabajo
Preliminar a la adopción del convenio Nro. 87 se indica
que uno de los principales fines de la garantía de la
libertad sindical es permitir a los empleadores y
asalariados unirse en organizaciones independientes
de los poderes públicos, con capacidad para
determinar, por medio de convenios colectivos llevados
a cabo libremente, los salarios y otras condiciones de
empleo” (Párrafo 799).

“Si bien la actitud conciliadora o


intransigente adoptada por una de las partes frente a
las reivindicaciones de la otra es materia de
negociación entre las partes, tanto los empleadores
como los sindicatos deben negociar de buena fe
realizando esfuerzos para llegar a un acuerdo” (Párrafo
817).

Los denunciantes entienden que, luego de


más de 10 años de “negociación”, todos los parámetros
de buena fe en la materia fueron dejados de lado por la
25
Administración Pública Nacional –Estado Empleador-
al negarse en forma indirecta a concertar estos
Convenios Colectivos Sectoriales, lo cual implica
también una práctica desleal que deja en evidencia una
clara actitud de mala fe contraria al espíritu de la
normativa interna e internacional mencionadas en la
presente.

3)- Inexistencia de órgano imparcial.

Desarrollo aparte merece el accionar del


antes denominado Ministerio de Trabajo, Empleo y
Seguridad Social de la Nación (que como hemos dicho
ha sido reducido a la categoría de Secretaría, que lejos
de actuar como órgano imparcial, acompañó las
irregulares acciones del gobierno empleador).

Concretamente, luego de 10 años sin


resultado, es evidente que la autoridad de aplicación
ha ajustado su accionar a aquella que el Gobierno
Nacional le ha ordenado, es decir, impedir que se
celebren los convenios colectivos sectoriales en estos
dos organismos. Prueba de ello es que jamás intimó al

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Estado Empleador a negociar de de buena fe, o designó
audiencias en tiempo oportuno, o solicitó que
concurrieran a las negociaciones miembros paritarios
con capacidad de decisión, entre otras medidas que
podría haber llevado adelante.

El Ministro-o Secretario de Trabajo es en este


esquema administrativo un empleado de la
Administración Central, por supuesto obediente en
función del principio jerárquico que prevalece en el
derecho administrativo en muchos casos sin apego a la
normativa nacional, incluida la constitucional y la
internacional

Lo cual demuestra por sí solo lo inadecuado


de negociar ante el Ministerio de Trabajo, Empleo y
Seguridad Social de la Nación que en esto es también
juez y parte, como ya lo dijera la O.I.T, “Reiterando
que seria deseable que la decisión de iniciar el
procedimiento de conciliación en los conflictos
colectivos en el sector publico corresponda a un
órgano independiente de las partes en conflicto, el
Comité pide al Gobierno que ponga la legislación
27
pertinente y la practica en conformidad con los
Convenios Nros. 87 y 98”.

Desde este punto de vista, el Ministerio de


Trabajo no es un órgano independiente y ello se
verificó con el actuar del organismo mencionado.
Téngase en cuenta al respecto, que existe en la
actualidad un reconocimiento de que los derechos
referidos a la libertad sindical forman parte de los
derechos humanos fundamentales, habiéndose
comprometido los estados signatarios a respetarlos y,
en particular los derechos establecidos en el Convenio
87 sobre libertad sindical. Así el artículo 22 inciso 3 del
Pacto Internacional de Derechos Civiles y Políticos -
que hoy forma parte de nuestra constitución – dice,
expresamente, que ninguna disposición del citado
artículo autoriza a los Estados partes, en el Convenio
de la Organización Internacional del Trabajo de 1948
relativo a la libertad sindical y a la protección del
derecho de sindicación “a adoptar medidas legislativas
que puedan menoscabar las garantías previstas en él

28
ni a aplicar la ley de tal manera que pueda menoscabar
esas garantías”.

En este sentido este Comité ha dicho “El


derecho de negociar libremente con los empleadores
las condiciones de trabajo constituye un elemento
esencial de la libertad sindical, y los sindicatos
deberían tener el derecho, mediante negociaciones
colectivas o por otros medios lícitos, de tratar de
mejorar las condiciones de vida y de trabajo de
aquellos a quienes representan, mientras que las
autoridades públicas deben abstenerse de intervenir
en forma que este derecho sea coartado o su legítimo
ejercicio impedido. Tal intervención violaría el
principio de que las organizaciones de trabajadores y
de empleadores deberían tener el derecho de
organizar sus actividades y formular su programa.”
(Párrafo 583).

Sobre todo si lo vemos a la luz de los


derechos fundamentales, tanto el de la Declaración de
la O.I.T, relativa a los principios y derechos
fundamentales en el trabajo, que resalta dicho derecho
29
(convenios 87 y 98), como en los demás tratados
internacionales que rescatan a la libertad sindical
como derecho humano fundamental.

El Convenio de O.I.T Nro. 98 en su Art. 4


prescribe que se deberán adoptar las medidas
adecuadas a las condiciones nacionales para estimular
y fomentar entre los empleadores y las organizaciones
de trabajadores, el pleno desarrollo y uso de
procedimientos de negociación voluntaria.

Queda claro hasta aquí la complicidad del


Ministerio de Trabajo en la actitud de mala fe negocial
de la administración, en la que se impide la
negociación colectiva y termina obligando a la mayoría
de las demás asociaciones de trabajadores a aceptar
las condiciones impuestas sin posibilidad de rediscutir
las propuestas.

Indudablemente no existe ánimo de


negociación, y el Ministerio de Trabajo de la Nación
tampoco garantiza la posibilidad de negociar
libremente, esto a la luz de los principios

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constitucionales que rigen el Derecho Colectivo del
Trabajo, es inaudito e inaceptable, constituye una
práctica desleal y un abuso de poder.

En este sentido, el Convenio de O.I.T Nro. 154


establece la necesidad del fomento de la negociación
colectiva libre y voluntaria.

El Convenio de O.I.T. Nro. 151 en el Art. 7


refiere que “Deberán adoptarse de ser necesario,
medidas adecuadas a las condiciones nacionales para
estimular y fomentar el pleno desarrollo y utilización
de procedimientos de negociación entre las
autoridades publicas competentes y las organizaciones
de empleados públicos acerca de las condiciones de
empleo, o de cualesquiera otros métodos que permitan
a los representantes de los empleados públicos
participar en la determinación de dichas condiciones. Y
en el Art. 8: “La solución de conflictos que se planteen
con motivo de la determinación de las condiciones de
empleo se deberá tratar de lograr, de manera
apropiada a las condiciones nacionales, por medio de
la negociación entre la partes o mediante
31
procedimientos independientes e imparciales, tales
como la mediación, la conciliación y el arbitraje,
establecidos de modo que inspiren la confianza de los
interesados”.

Consecuentemente ese Comité ha dicho:”La


negociación voluntaria de convenios colectivos y por
tanto la autonomía de los interlocutores sociales en la
negociación, constituye un aspecto fundamental de los
principios de la libertad sindical” ( Párrafo 844).

“Deberían llevarse a cabo consultas antes de


introducir la ley por la cual el bierno se popone
modificar las estructuras de “negociación en las cuales
participa efectivamente o indirectamente como
empleador “. (Párrafo 857).

Corresponde una vez más poner de relieve


que el estado empleador por un lado y pretenso órgano
que debería colaborar en llegar a acuerdos no trepida
en no ejercer ningún papel autónomo o independiente,
intentando habilitar su conducta en la ley 24.185.

VI. PRUEBA.

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1. Documental.

Se acompañan las actuaciones ya


mentadas, es decir, el expediente administrativo
No.113690/05 correspondiente a la negociación de
CNEA en 834 fojas y el No.1226744/07 referido a la
ARN en 649 fojas.

VII. CONCLUSIONES.

El Estado Argentino se niega a negociar


colectivamente dos convenios colectivos sectoriales
que, entre diversas cuestiones, impiden la posibilidad
de negociar el régimen de ingreso, licencias, jornada,
etc. y fundamentalmente la estabilidad propia de sus
trabajadores y trabajadoras, una carrera
administrativa y los salarios de este colectivo
profesional.

En consecuencia, se limita la negociación


colectiva violándose los Convenios 87, 98, 151 y 154 de
esa OIT.

VIII. PETITORIO.

Por lo expuesto solicitamos:


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1) Se tenga por interpuesta la denuncia ante
ese Comité de Libertad Sindical;

2) Se corra vista de la misma al Estado


argentino;

3) Oportunamente se expida a favor de la


presente adoptando las medidas pertinentes para
hacer cesar la actitud antisindical del Estado
argentino.

4) Va de suyo que los firmantes de la presente


queja, sin perjuicio de ella, nos reservamos en defensa
de los derechos humanos afectados como ya se ha
reseñado, promover las acciones sindicales,
jurisdiccionales y administrativas tendientes a obtener
el cese de las conductas denunciadas y requerir el
pago de los daños de todo tipo inferidos- y que se
siguen infiriendo- a nuestras organizaciones y a los
trabajadores que representamos.

Saludamos a Uds. muy atentamente.

Firman:

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Hugo Ernesto GODOY, Secretario General del Consejo
Directivo Nacional de la Asociación Trabajadores del
Estado (ATE).

Agustín ARBOR GONZÁLEZ, Secretario General de la


Asociación de Profesionales de la Comisión Nacional de
Energía Atómica y la Actividad Nuclear (APCNEAN).

Julio Durval FUENTES, Secretario General de la


Confederación Latinoamericana de Trabajadores
Estatales (CLATE).

Carlos Pablo SZTERNSZTEJN, Abogado de la


APCNEAN.

Matías CREMONTE, Abogado de ATE.

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