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GUÍA DE ESTUDIO

“FOTOSÍNTESIS”
Nombre :
Curso : 1° B
Fecha : 24 Octubre 2013
Profesor (es) : Gonzalo Lagos G – Tamara Oporto C.

¿Qué es la fotosíntesis?

La fotosíntesis es un proceso que permite la incorporación de energía desde el ambiente al mundo


orgánico, por medio de la incorporación de energía lumínica (luz solar) en energía química. La luz
solar proporciona energía a prácticamente toda la vida sobre la Tierra, y se capta sólo mediante la
fotosíntesis.

A partir de moléculas sencillas inorgánicas, CO2 y H2O, la fotosíntesis convierte la energía de la luz
solar en energía química que se almacena en los enlaces de glucosa (C 6H12O6) y libera oxígeno (O2).
La reacción química general más sencilla para la fotosíntesis es:

6 CO2 + 6 H2O + energía luminosa ------> C6H12O6 + 6 O2

La fotosíntesis se efectúa en las plantas y algas Eucarióticas, y también en ciertos procariotas tales
como las cianobacterias o algas verde – azules.

Estructuras involucradas en la fotosíntesis

Las hojas de la mayoría de las plantas terrestres presentan unas cuantas células de espesor, tejidos
que se adaptan de manera precisa para las exigencias de la fotosíntesis.

La forma aplanada de las hojas expone un


área superficial (haz) a los rayos solares, y
su delgadez garantiza que éstos puedan
penetrar y llegar a los cloroplastos
interiores que captan la luz. Las superficies
tanto superior (haz) como inferior (envés)
de las hojas presentan una capa de células
transparentes, llamada epidermis. Además,
la epidermis de la hoja está protegida por
una capa cerosa e impermeable que evita la
evaporación del agua en la hoja, ésta capa
se llama cutícula.
Las hojas obtienen el CO2 del medio ambiente a través de poros llamados estomas, del griego boca.
Estos poros se ubican tanto en el haz como en el envés de la hoja, pero se encuentran en mayor
concentración en el envés de ésta.

Los estomas presentan dos células, que son las que abren y
cierran éstos poros para el ingreso de dióxido de carbono y
la salida de oxígeno y vapor de agua. Estas células se llaman
células guardianas u oclusivas, que tienen forma de
salchicha. Cuando la humedad del ambiente es alta y la
temperatura no es muy elevada, los estomas se abren debido
al ingreso de agua al interior de las células oclusivas,
mediante osmosis, lo que permite el ingreso de dióxido de
carbono a la hoja y la consecuente salida de oxígeno al
medio ambiente.

En caso contrario, cuando existe baja humedad en el ambiente y la temperatura es muy alta, los
estomas se cierran para evitar la pérdida de agua por evaporación de ésta. Esto ocurre ya que el agua
sale de las células oclusivas lo que hace que los estomas se cierren.

Dentro de la hoja existen unas cuantas capas de células que en su conjunto reciben el nombre de
mesófilo, que significa parte media de la hoja. Las células del mesófilo, contienen la mayoría de los
cloroplastos de la hoja, y por lo tanto, la fotosíntesis se realiza primordialmente en éstas células. Los
haces vasculares, o venas de las hojas, suministran agua y minerales a las células del mesófilo, y
llevan los azúcares producidos a otros lugares de la planta.

Dato curioso

Una sola célula del mesófilo puede tener de 40 a 200 cloroplastos, los que son lo suficientemente
pequeños, de modo que 2000 de ellos alineados cubrirían la uña de un dedo pulgar.

Los cloroplastos son organelos que consisten de


una doble membrana externa que encierra un
medio semilíquido, el estroma.

Incrustadas en el estroma hay bolsas


membranosas interconectadas en forma de
disco, llamadas tilacoides.

Las reacciones químicas de la fotosíntesis que


dependen de la luz ocurren dentro de las
membranas de los tilacoides, mientras que las
reacciones químicas independientes de la luz, ocurren en el estroma.
La fotosíntesis ocurre gracias a la existencia de
pigmentos fotosintéticos que corresponden a lípidos
que se encuentran unidos a proteínas presentes en las
membranas celulares de los tilacoides y que son
capaces de absorber la energía lumínica. De éstos, los
más comunes son la clorofila, de color verde; los
carotenos, de color amarillo; las xantofilas, de color
rojo anaranjado. La presencia de color en estos
pigmentos, se debe a que absorben todos los colores
y reflejan el color verde de la clorofila, por ejemplo.

Se reconocen dos etapas en la fotosíntesis: la fase dependiente de energía lumínica y la fase


independiente de energía lumínica. En condiciones naturales, la fase dependiente de luz ocurre sólo
de día y la fase independiente de luz se produce tanto de día como de noche.

Las reacciones químicas dependientes de luz ocurren en la membrana de los tilacoides en donde se
encuentran los fotosistemas. Las reacciones químicas que se producen en la fase independiente de la
luz ocurren en el estroma de los cloroplastos.

Fase dependiente de luz

Fotosistemas

Los fotosistemas son dos complejos proteicos asociados a los pigmentos fotosintéticos: el
fotosistema I o P700 (PS I) y el fotosistema II o P680 (PS II).

En cada fotosistema se distinguen dos componentes: la antena y el centro de reacción. La antena


está constituida por pigmentos fotosintéticos que solo pueden captar energía luminosa y transmitirla
al centro de reacción, donde se encuentran pigmentos (clorofila) que son capaces de transferir
electrones e iniciar la cadena de reacciones químicas de la fotosíntesis.

La fase dependiente de la luz se inicia con la llegada de los fotones al fotosistema II. Esto provoca la
excitación de los electrones de la clorofila P680, los cuales saltan a niveles energéticos más alejados
del centro de reacción. Estos electrones son capturados por una molécula llamada aceptor primario
de electrones, y luego pasan a lo largo de una serie de proteínas que forman la cadena
transportadora de electrones hasta llegar al centro activo o de reacción del fotosistema I.

La energía liberada a través de la cadena transportadora de electrones es aprovechada por la enzima


ATP – sintetasa para formar ATP a partir de ADP, proceso denominado fosforilación.

Debido a que la clorofila del fotosistema II pierde electrones estos, son reemplazados por electrones
provenientes de la fotólisis (rompimiento de la molécula de agua) del agua que se realiza en la cara
interna de la membrana del tilacoide.

La fotólisis del agua consiste, en la hidrólisis de la molécula de agua, produciendo oxígeno, protones
(H+) y liberando dos electrones (por cada molécula de agua), los cuales son transferidos al
fotosistema II. Los dos H+ se acumulan y el oxígeno es liberado finalmente al medio externo.
La energía lumínica también es absorbida por los pigmentos antena del fotosistema I y transferida a
la clorofila P700 del centro de reacción, lo que resulta en la excitación de los electrones que saltan
hacia un aceptor primario de electrones del fotosistema I. Los electrones que pierde la clorofila P700
son reemplazados por los electrones provenientes del fotosistema II. Desde el aceptor primario, los
electrones pasan por una cadena transportadora y finalmente son transferidos a la molécula NADP+,
que junto con los protones (H+) almacenados en el estroma, forman el NADPH.

Finalmente, la energía proveniente de las reacciones ocurridas en ambos fotosistemas (I y II), está
contenida en el ATP, formado por fosforilación, y en las moléculas de NADPH.

Fase independiente de la luz

El NADPH y el ATP producidos en las reacciones dependientes de la luz de la fotosíntesis, se


utilizan en la fase que no necesita de la luz del sol. Estas reacciones ocurren en el estroma del
cloroplasto y dan lugar al ciclo de Calvin, producto del cual se sintetizan (forman) moléculas
orgánicas a partir de moléculas inorgánicas. En éste ciclo se distinguen los siguientes pasos:

1. Fijación de CO2: el CO2 atmosférico se une a una molécula de 5 átomos de carbono, la


ribulosa difosfato o RuDP, formando un compuesto inestable de 6 átomos de carbono que
rápidamente se divide en dos moléculas de PGA o fosfoglicerato. Esta unión ocurre gracias a
una enzima llamada RuBisco, que presenta una alta afinidad para unirse tanto al dióxido de
carbono como al oxígeno.
Cada PGA es una molécula de tres átomos de carbono.
2. Reducción de CO2 fijado: mediante el consumo de ATP y el NADPH provenientes de la fase
dependiente de luz, el fosfoglicerato es reducido (ganancia de electrones) a
fosfogliceraldehído (PGAL), molécula que puede seguir dos vías, la mayor parte se utiliza
para regenerar la RuDP y el resto se utiliza para la biosíntesis de glúcidos, aminoácidos y
ácidos orgánicos.

En el ciclo de Calvin, por cada CO2 que se incorpora, se necesitan 2 NADPH y 3 ATP.

Plantas C4

Una adaptación para reducir la fotorrespiración es el ciclo C 4, que una vía de fijación del carbono en
dos etapas. Las plantas que utilizan esta vía, prosperan en un clima relativamente cálido y seco. En
estas plantas, como por ejemplo el maíz, las células de la vaina del haz (además de las células del
mesófilo y los estomas) contienen también cloroplastos.

En ésta vía, el CO2 reacciona con una molécula llamada fosfoenolpiruvato (PEP) molécula de 3
átomos de carbono (en vez de ribulosa bifosfato), para formar moléculas intermediarias de 4 átomos
de carbono, que dan su nombre a las plantas C4.

La reacción entre el dióxido de carbono y el PEP, es catalizada por una enzima, que a diferencia de
la rubisco, es altamente específica para el dióxido de carbono y que no se ve obstaculizada por las
altas concentraciones de oxígeno.

Una molécula de 4 átomos de carbono se usa para transportar carbono desde las células del mesófilo
hasta las células de la vaina del haz, donde se descompone liberando CO 2. La alta concentración de
dióxido de carbono en las células de la vaina del haz (hasta 10 veces más alta que la del dióxido de
carbono atmosférico), permite que ocurra el ciclo C3 normal proceder con menos competencia por
parte del oxígeno.
Parte de la molécula transportadora (molécula de 3 carbonos llamada piruvato) de dióxido de
carbono, vuelve a las células del mesófilo, donde se utiliza energía del ATP para volver a formar
PEP, lo cual permite que el ciclo continúe.

Plantas C3 Plantas C4

Factores que afectan la


fotosíntesis

Las variables ambientales más


importantes que afectan a la
fotosíntesis son: la intensidad
lumínica, temperatura,
concentración de dióxido de
carbono y oxígeno, humedad.

La tasa fotosintética aumenta a


medida que se incremente la
intensidad lumínica. Sin embargo, esto ocurre a cierto grado de intensidad de luz (600 watts), valor
sobre el cual la tasa fotosintética no sigue aumentando aunque se incremente la intensidad lumínica.
Además, la tasa de fotosíntesis aumenta a medida que aumenta la temperatura. Sin embargo, y
dependiendo del tipo de planta y del lugar donde se encuentra, la tasa fotosintética comienza a
disminuir bruscamente.
La concentración de dióxido de carbono es otro factor que
influye en la fotosíntesis, ya que una alta concentración de ésta
molécula permite que se una a la enzima rubisco para formar
PGAL, en el ciclo de calvin. Llegado cierto punto, el
rendimiento en la tasa fotosintética se estabiliza (meseta) lo que
indica que hay una saturación de ésta enzima, por lo cual ya no
puede unirse más al CO2.

En el caso de la concentración de oxígeno, esto provoca una


disminución en el rendimiento fotosintético, ya que al igual que
el dióxido de carbono, éste puede unirse a la enzima rubisco, en
el proceso llamado respiración, en donde las plantas utilizan los
glúcidos formados en la fase dependiente de luz, reacción que
gasta energía en vez de producirla; además de liberar dióxido de

carbono al ambiente.

La humedad del ambiente, afecta a la


apertura y cierre de los estomas. Si la
humedad del ambiente es alta, los estomas se mantienen abiertos, lo que permite el ingreso de CO 2
hacia las células del mesófilo y la salida del oxígeno, hacia el ambiente. Si la humedad del ambiente
es baja (seco) los estomas se cierran producto de la pérdida de agua de las células oclusivas, lo que
provoca que haya un aumento en la concentración de oxígeno en el interior de la hoja, suceso que no
es provechoso para la célula.

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