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TAREA 3 - CALIFICADA

NOMBRE DEL PARTICIPANTE:


FECHA DE ENVIO:

A partir los siguientes testimonios, redacta un ensayo (entre 2000 y 2500 palabras)
que responda a las siguientes preguntas:
● ¿Qué tipo de violencia puedes identificar en estos testimonios?
● ¿Cómo podrías describir la situación planteada, a partir de los conceptos
estudiados (género, violencia de género, abuso sexual, interseccionalidad, etc.)?
● ¿Identificas algún estereotipo o prejuicio vinculado a los estereotipos de género
y discapacidad que sean determinantes en las experiencias de violencia de los
casos presentados? Explica y analiza.
● ¿Consideras que las personas de estos testimonios podrían acceder a recursos
de protección de la víctima, teniendo en cuenta su género y discapacidad?
Desarrolla.

Testimonio 1:

“A sus 40 años Diana de la Ossa vive “a la sombra” de su mamá. Ella misma lo dice. Y eso la hace
feliz. Nació con un retraso mental leve y creció siendo dependiente.

En una época iba sola a encuentros deportivos con personas como ella, pero un abuso sexual que
terminó con una denuncia en la Fiscalía contra uno de ellos la llevó a un hospital siquiátrico y luego
la recluyó con fuerza en la seguridad de su casa. Ahora le huye a la calle.

Durante la adolescencia de Diana, Nina Rojas, su mamá, escuchó varios consejos para esterilizarla
y prevenir un eventual embarazo. Y estuvo tentada de hacerlo. “Pensaba en cuál sería el futuro de
un hijo de ella, porque los niños con discapacidad, como ella, no pueden llevar una familia”.

Sin embargo, el tiempo pasó y el procedimiento nunca se llevó a cabo. Y ahora, dado que son
escasos los momentos de la una sin la otra, Nina no ve la necesidad de hacerlo. “Porque Diana no
es ‘brincona’. De lo contrario, ya lo habría hecho”.

Similares son las motivaciones de Gloria de Herrera para descartar la esterilización de su nieta
Alejandra, que nació hace 19 años con la manifestación más severa de Cornelia de Lange, un
síndrome que le impide hablar, caminar, asearse e interactuar con su entorno.

Por eso, la simple idea de la sexualidad de Alejandra resulta remota. “Eso no lo he pensado, ella es
una niña, es la bebé de nuestra casa”, dice mientras una terapeuta estimula a su nieta en un cuarto
aledaño a la sala donde Gloria y una amiga se toman un tinto para calentar la tarde.

–Aunque –dice la amiga– sería lo más lógico que tuviera ese derecho. Si lo tuvo uno ¿por qué ella
no?
Pero la posibilidad de un embarazo de Alejandra sencillamente no cabe en la cabeza de Gloria. Ni
siquiera la idea de que sienta deseo sexual. Y en ese sentido, la esterilización no viene al caso.”

(Texto tomado de: https://uniandes.edu.co/es/noticias/derecho/que-dicen-las-mujeres-con-


discapacidad-sobre-su-propia-sexualidad)

Testimonio 2:

“Patricia [mujer con retraso mental leve] tiene hoy 39 años y habla de su experiencia con la
tranquilidad de quien ha despertado de un mal sueño. A los 18 años sufrió maltrato físico
por parte de un compañero de instituto que se emborrachó y la agredió. Poco tiempo
después, en su barrio, un intento de violación. Todo aquello terminó por minar su autoestima
y convertirla en una persona muy insegura: "Me encerraba en casa y no salía a la calle". El
apoyo de su familia, su madre y su hermano mayor, fue clave en lo que ella llama "el
despertar". "Estaba dormida. Lo que me ocurría es como si estás en la cama durmiendo y
no despiertas, ahora sé que nadie se tiene que meter conmigo, he aprendido a defenderme
y tengo mucho genio". Aunque no vive con su novio tiene pareja desde hace dos años y las
metas muy claras: encontrar un empleo digno donde hacer lo que mejor sabe, poder tener
un sueldo y una casa propia. En el caso de Patricia los abusos comenzaron mucho antes,
siendo niña, y actuaron como fase previa a su estado de inseguridad en la vida adulta. Los
insultos de sus compañeros en el colegio eran casi diarios. Patricia sufría acoso escolar.
"Me miraban como a un bicho raro. Yo me escondía en el cuarto de baño del colegio y
lloraba hasta que venían a recogerme mi madre o mi hermano". Patricia no podía contarlo
a los profesores porque sus compañeros la amen[a]zaban. Al llegar a casa el silencio y las
lágrimas se repetían. "A mi madre tampoco se lo contaba, porque no me atrevía y no quería
dar problemas a nadie". Hoy, fuerte, segura de sí misma y consciente de todas sus
capacidades, el discurso de Patricia suena reivindicativo y representativo. "Ahora sé que
aquello no era normal, pero entonces no me daba cuenta, no sabía cómo pensar, vivía en
mi mundo. Las personas con discapacidad intelectual podemos hacer mucho aunque nos
consideren bichos raros. No lo somos, somos personas y como personas sabemos luchar
por lo que queremos. Aunque tengamos inteligencia límite sabemos escuchar y sabemos
comprender, porque ser listo no es que tú sepas más que yo, es que tú también entiendas
a las personas con inteligencia límite. Aquí somos todos humanos, tenemos pies, brazos,
manos, nariz, ojos, boca, como cualquiera, y sabemos defendernos. Para mí lo más
importante es que nos respeten, igual que nosotras respetamos al resto de la sociedad".
(Tomado de: https://www.20minutos.es/noticia/1682398/0/mujeres-discapacidad-
intelectual/victimas-maltrato-violencia-domestica/denuncias-miedo/)

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