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NÚCLEO DE ANZOÁTEGUI
ESCUELA DE INGENIERÍA Y CIENCIAS APLICADAS
DEPARTAMENTO DE MECÁNICA
“TRABAJO DE INVESTIGACIÓN”
Fig. 4.1 Gráfico del orden de apriete de los espárragos de culata de un motor de 8 cilindros en V.
Cada esparrago es completamente apretado en varias etapas y no de una sola vez, es decir,
debe hacerse varias veces el recorrido completo del circuito de los espárragos, siempre en el orden
convenido, y en cada una de las vueltas son apretados un poco más hasta que en la última quedan
a la tensión adecuada. Luego se hace funcionar el motor hasta que alcanza su temperatura de
régimen y se vuelven a tensar al valor correcto. Con culatas de aluminio, debe aún verificarse una
vez más la tensión cuando el motor se ha enfriado después de la operación anterior.
Precaución: hay que poner mucho cuidado y proceder lentamente en el apretado de los
espárragos para dar tiempo a los taques hidráulicos a vaciarse parcialmente y quedar al nivel
adecuado. Si se aprietan demasiado deprisa, resultara aplicada bruscamente una gran presión
sobre los taquetes, que pueden dañarse y también pueden producirse pandeos en las varillas
empujadoras.
Precaución: en los motores con válvulas de cabeza, al instalar la culata con sus balancines y
eje ya montados sobre ella conviene asegurarse de que los empujadores están en la posición
correcta y que sus extremos se apoyan en la parte adecuada del del zócalo de los empujadores.
5) Tipos y ajustes del motor encendido.
Reglaje del encendido y características.
5.1 Reglaje del encendido. El avance al encendido debe ser ajustado correctamente estando el
motor en ralentí, de modo que se produzca la chispa en el instante adecuado hacia el final de la
carrera de compresión. Para poder efectuar tal reglaje, la mayor parte de los motores llevan
graarrollabadas marcas sobre el volante o polea del cigüeñal (o incluso en el amortiguador de
vibraciones, «dámper»). Cuando el reglaje es correcto, esas marcas deben alinearse con las otras
situadas en partes fijas en el instante en que se produzca la chispa en el primer cilindro. La
alineación de tales marcas puede comprobarse con una lámpara estroboscópica (o lámpara de
reglaje) como se ve en la figura 5.1.
Fig. 5.1 Utilización del estroboscopio o lámpara de reglaje del encendido para su verificación.
La lámpara es alimentada por la batería. Los destellos luminosos de la lámpara son disparados
por la propia bujía al producir la chispa en el cilindro. En el instante en que la bujía produce una
chispa, se enciende la lámpara y se apaga casi instantáneamente. La sucesión de destellos y
extinciones hace aparecer a la polea o volante estacionarios (por el efecto estroboscópico) con lo
cual se puede observar el decalaje (si lo hay) del encendido. La corrección, si es necesaria, puede
hacerse aflojando y girando convenientemente el distribuidor en su montaje.
5.2 Comprobador del sistema de encendido. Existen numerosos instrumentos para comprobar los
elementos constituyentes del sistema de encendido, tales como comprobadores de bobinas, de
condensadores, de bujías y del distribuidor. También hay osciloscopios que se utilizan para
verificar el sistema completo de encendido. El osciloscopio (fig. 5.2) es análogo a un aparato de
televisión. Consta de un tubo de rayos catódicos sobre cuya pantalla aparece la traza de la tensión
en el secundario. Este aparato es empleado conectándolo a un dispositivo captador colocado en
el arrollamiento secundario.
NOTA: Este aparato permite asimismo descubrir otras numerosas anomalías del motor. Así,
en la figura 5.7, las desigualdades de la tensión de encendido pueden también provenir' del hecho
de que las mezclas suministradas no sean uniformes, es decir, en algunos cilindros puede ser
mucho más rica que en otros. Recuérdese que las mezclas más pobres exigen mayores tensiones
entre electrodos para que pueda saltar la chispa.
Fig. 5.7 Imágenes desplazables, en las que se ven las desigualdades en las tensiones de
encendido.
5.3 Métodos para calibrar válvulas, división de polea.
Fig. 6.10 Medidas y comprobaciones en el pistón. En estos pistones Plymouth, las cotas deben
quedar dentro de las especificaciones mostradas en la figura.
Fig. 6.13 Reacondicionador de las dimensiones del pistón. La presión ejercida entre ambas
ruedecillas comprime el metal y ensancha la falda.
5. Pistones nuevos. Estos se suministran, sea acabados o semiacabados, a diversos tamaños. Los
pistones acabados pueden ya instalarse directamente en el motor. Cuando se utilizan estos
pistones debe mecanizarse el cilindro para ajustarlo al pistón. Normalmente, los fabricantes de
motores suministran pistones con sobredimensiones, pero del mismo peso que los originales, por
lo cual no hace falta cambiar todos los pistones cuando sólo alguno o algunos de los cilindros
requieren reparación, y tampoco habrán problemas de equilibrado puesto que todos los pistones
tendrán el mismo peso. Los pistones semiacabados tienen todos dimensiones mayores que las
debidas, y deben por lo tanto, acabarse a las dimensiones adecuadas para ajustar en el cilindro.
Cuando los pistones son excéntricos, hay que emplear aparatos especiales, rectificadores para
levas, para efectuar su acabado. Los pistones ya acabados no hay que retocarlos puesto que su
acabado es especial y al retocarlos para rebajar su medida se altera dicho acabado, con lo cual
una vez intercalados se deteriorarían rápidamente.
6. Montaje de pistones y bielas. A medida que se produce el montaje de los conjuntos hay que
asegurarse de que todas las piezas están emparejadas y cada una de las piezas que se usan de
nuevo deben regresar a sus posiciones originales. Hay que verificar el ajuste de todas las piezas
tal y como se explica en las secciones siguientes y las posiciones relativas entre el pistón y la
biela. Obsérvese, por ejemplo, que en el conjunto mostrado en la figura 6.14, la muesca en la
cabeza del pistón debe quedar hacia el frente del motor y el orificio del aceite en la biela hacia el
lado derecho. Los aros deben posicionarse en el pistón de modo que sus cortes se repartan
uniformemente a lo largo de la periferia del pistón (excepto en los pistones cuyos aros están
fijados o enclavijados). Habiendo teniendo todo esto en cuenta, el conjunto así montado debe
sumergirse en aceite ligero, para proporcionarle una cierta lubricación inicial, puede también
utilizarse para esto aceite de ricino que es considerado el mejor por los mecánicos, por dar lugar
a una película de aceite sobre las superficies metálicas de mayor resistencia y es más difícilmente
lavado de ellas que el aceite mineral. Para introducirlos pistones en sus cilindros, hay que utilizar
un aro compresor de los segmentos y un manguito de guía o la herramienta con manguito para
quitar los tornillos de cabeza de biela, para cubrir dichos tornillos e impedir cualquier ralladura.
Luego se une de nuevo la biela al cigüeñal y se pone su sombrerete que se fijará por medio de los
pernos sin apretarlos mucho, a continuación hay que golpear ligeramente dicho sombrerete con
un martillo de cobre o de latón para centrarlo mejor y posteriormente se procede al apretado final
de los tornillos con una llave dinamométrica. PRECAUCION: Hay que verificar los juegos de los
cojinetes
Fig. 6.14 Posiciones relativas correctas del pistón y biela.
Ajuste de los bulones en el pistón.
Si los cojinetes o apoyo del bulón están desgastados deben ser escariados o rectificados a un
tamaño mayor y, por lo tanto, hay que instalar también bulones a sobretamaño. Los bulones
deben ser reemplazados si están muy gastados o picados. Los procedimientos para efectuar estas
operaciones son muy similares a los que se utilizaban para el reacondicionamiento de los
casquillos de pie de biela. En los bulones, de tipo flotante, o que pueden girar en su apoyos, el
juego es correcto si el bulón puede pasar a través de ellos con sólo la presión del dedo (estando
pistón y bulón a la misma temperatura). Cuando el bulón debe ir con ajuste forzado, se monta por
medio de una prensa (fig., 6.15) o también calentando el pistón y montando luego el bulón con la
ayuda de una barra de guía (fig. 6.16). En algunos casos el bulón es fijado al pistón por medio de
un tornillo de bloqueo después de su instalación. Si el bulón debe ir montado a presión hay que
controlar el valor de la presión por medio de un indicador, puesto que si la presión de montaje es
demasiado baja el ajuste es demasiado flojo y en funcionamiento dará lugar a ruidos. Si es
demasiado elevada, el ajuste es muy fuerte y puede producir el resquebrajamiento del pistón en
la zona de los apoyos del bulón.
Se suministran bulones a sobremedida, adecuados para proporcionar el ajuste requerido y,
naturalmente los apoyos o cojinetes de los mismos pueden ser rectificados si el ajuste que se
obtiene era excesivamente fuerte.
Fig. 6.15 Aplicación de un cilindro hidráulico con indicador, para asegurar que el bulón del
pistón es montado en su alojamiento con la presión adecuada.
Fig. 6.16 Aplicación de un cilindro piloto para el correcto montaje del bulón y biela.
Ajuste de los segmentos del pistón.
Los aros o segmentos tienen que ser ajustados con respecto al cilindro y con respecto a las
ranuras del pistón, donde deben alojarse. Primeramente el aro debe introducirse en el cilindro con
un pistón y la separación entre puntas debe verificarse por medio de una galga. Si la separación
es demasiado pequeña, habrá que probar con un aro ligeramente menor, el cual dará una distancia
entre puntas algo mayor. En este caso, antiguamente se recomendaba limar las puntas del aro con
una lima de dientes finos; la herramienta era fijada en un tornillo de banco y el aro se frotaba
contra ella, puesto de modo que cada punta se apoyase en cada una de las caras de la lima
simultáneamente. En la actualidad esta solución ya se ha desechado.
Después de haber verificado este ajuste, la superficie o perfil exterior del aro debe ser colocado
en el interior de su ranura correspondiente; así colocado, se hace rodar el aro sobre la ranura, con
los cual se comprueba que el segmento se alojará libremente a lo largo de la periferia del pistón
(fig.6.17). Si se observa que el aro queda muy ajustado en la ranura, probablemente se trate de
que hay suciedad en ella y, por consiguiente, debe ser limpiada (fig.17-26). Tras instalarlos en su
ranura (con la herramienta tal como se ve en la figura 17-25), debe comprobarse el juego
nuevamente, lo cual se efectúa colocando una galga calibrada entre el aro y una de las superficies
laterales de la ranura (fig.17-43).
Fig. 6.18 Aplicación de una herramienta para comprimir los segmentos durante la instalación
del pistón con sus aros en el motor.
Segmentos del pistón.
Si un motor es retirado de servicio para efectuar una revisión profunda, después de un período
de funcionamiento razonablemente largo, probablemente haya que cambiar los aros. No obstante,
si los aros ya habían sido cambiados poco tiempo antes, lo único que se necesitará es dejarlos
sueltos en sus ranuras y limpiarlos. Hay productos especiales que se introducen en el colector de
admisión y en el aceite del motor para limpiar y soltar los aros del pistón, sin necesidad de
desmontar el motor.
Cuando se examinan los segmentos para determinar si es necesario o no reemplazarlos, hay
que tener en cuenta diversas condiciones. Si los aros muestran zonas irregulares negras y claras,
están retorcidos o desgastados, hay que reemplazarlos, así como en el caso de que la cara de los
mismos que apoya sobre las paredes esté rayada, con muescas o muy irregular. Si han perdido
elasticidad y no dan la adecuada tensión, es decir, hace falta muy poco esfuerzo para que su puntas
se junten, no deben usarse por más tiempo. En general, es aconsejable colocar aros nuevos cuando
se hace la revisión del motor, para evitar cualquier inconveniente posterior a causa de su desgaste.
La elección o selección de los nuevos aros depende del estado de los cilindros y si deben ser
reacondicionados. Pueden instalarse aros nuevos normales cuando las deformaciones no son muy
pronunciadas (desgaste y conicidad de los cilindros). Cuando por el contrario, hay una cierta
conicidad, pero ésta no justifica los gastos de una operación de rectificado del cilindro pueden
emplearse segmentos rascadores de aceite, de expansión. A medida que la conicidad va siendo
mayor, es más difícil que los segmentos se adapten al contorno o forma del cilindro y a su
diámetro y, por lo tanto, que proporcionen la adecuada estanqueidad y deduzcan el consumo de
aceite. Los expansores colocados bajo uno o más de los aros de compresión o de los segmentos
rascadores contribuyen notablemente a atenuar estas circunstancias. Estos aros ejercen una fuerte
presión contra las paredes y trabajan, por lo tanto, en condiciones más duras.
En algunos motores, los pistones llevan un segmento más, alojado en una garganta practicada
en el extremo inferior del faldón del pistón. Cuando el cilindro presenta conicidades en dicha
ranura inferior, puede emplazarse un aro rascador de aceite.
Los técnicos y reparadores de motores no están de acuerdo en la máxima conicidad admisible
para la aplicación de los aros de expansión. Algunos, más conservadores, prefieren rectificar los
cilindros con una conicidad considerable, antes que aplicar segmentos rascadores. Un fabricante
de recambios de aros afirma que sus aros están diseñados para dar una compresión y una
estanqueidad al aceite satisfactorias en cilindros cuya conicidad sea como máximo de 0,015
pulgada (0,38 mm) (es decir, que su diámetro en la parte superior sea 0,015 pulgadas mayor que
en la parte inferior).
No obstante, todos están de acuerdo en que incluso los segmentos con expansores muy fuertes
no funcionan correctamente con conicidades muy acusadas. En el mejor acabado de los cilindros
queda marcado por la muela un retículo de estrías cruzadas que forma entre sí un ángulo de 60º.
Una superficie así es la más adecuada para el buen asiento y adaptación de los segmentos.