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VIII

JORNADAS NACIONALES DE ANTROPOLOGÍA FILOSÓFICA


“Animales, humanos y artefactos técnicos, entre el arte y la política”
Avellaneda, 6 y 7 de Septiembre de 2017



“Pensar y hacer descolonial en el arte tecnológico Latinoamericano”.
Laura Nieves (UNDAV)
www.launieves.com



Colonialismo contemporáneo: Las nuevas tecnologías.

El uso de las nuevas tecnologías en el arte quiere ser considerado como una forma
genuinamente contemporánea, aunque hay que tener presente que las tecnologías
nunca surgen neutras y generan situaciones de dependencia. Como artista no tener
un discurso crítico sobre el impacto de estas tecnologías en la sociedad, ubica a la
producción artística como instrumento de implantación de nuevas dependencias en
este mundo globalizado. La tecnología, silenciosa hija del progreso, va colonizando
no solo nuestro espacio económico, sino también nuestro espacio cultural.

En el mundo de la tecnología, vale más la sorpresa que la utilidad. Los
latinoamericanos tenemos una obsesión por la novedad. Somos ávidos
consumidores de todo lo llamado “tecnología”. Las razones tienen más que ver con
la dificultad de acceso a la misma, que con una necesidad concreta de las
prestaciones que nos brinda. Como artistas, esto nos toma de lleno. Los dispositivos
tecnológicos que nos rodean en la vida cotidiana, son integrados dentro de la
producción artística contemporánea, influyendo no solo en el proceso creativo, sino
que también modificando la naturaleza de la relación obra-artista-espectador.

Deleuze en sus clases sobre pintura1, señala que el fracaso de la pintura está ligado a
la aplicación de códigos externos dentro del espacio pictórico. En estos años donde
han proliferado la utilización de nuevas tecnologías en la producción de obras
contemporáneas, es difícil comprender como escapar a la aplicación de ese código
externo. Simplemente, con solo referenciar el origen de las herramientas
tecnológicas, nos damos cuenta de que el arte contemporáneo está siendo
colonizado lentamente desde adentro. Están invadiendo con códigos extranjeros
nuestros diagramas personales.

Es necesario comprender como influyen los nuevos dispositivos tecnológicos en los
procesos de creación de los artistas, para poder desarmarlos y no quedar

1 Deleuze Gilles, “Pintura, el concepto de diagrama”. Buenos Aires, Ed. Cactus, 2007
2 Glauber Rocha, “La revolución es una Eztetyka, por un cine tropicalista”

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subyugados a la ideología implícita en las máquinas. ¿Puede el artista
latinoamericano escapar a las normas impuestas por las nuevas tecnologías
generadas en países centrales? ¿O es el arte uno de los medios para imponer el uso
de la tecnología dominadora en países periféricos?

Conocemos la importancia de las estructuras simbólicas como factor fundamental


para la reproducción del poder. Las nuevas tecnologías importan gustos y hábitos,
nos vuelven subalternos respecto de un sector hegemónico que en principio es
extranjero y luego es “criollo” aliado a las corporaciones extranjeras, cuyas elites
buscan reproducir sus costumbres. “Nuestras clases medias y nuestras burguesías son
caricaturas decadentes de las sociedades colonizadoras”2. El arte es la única critica
posible frente a la homogeneización que plantea la tecnología en la sociedad. “Una
obra de arte es un acto de resistencia si disloca la visión que la anticipa e implica a
quien la percibe en la afección de sus procedimiento”3¿Cómo lograr dentro del arte
electrónico4 la afección sin ser encantados por el espejismo de la tecnología? ¿Cómo
lograr que este tipo de arte, cuyos materiales son producidos en los países centrales,
logre involucrarse en la realidad del pueblo sin terminar siendo mero espectáculo?.
¿Cómo liberarse de los cánones ajenos que vienen incorporados en la tecnología.?

Tenemos que encontrar modalidades para liberarnos de la mediatización que el


dispositivo tecnológico produce en el proceso de creación. Intentaré interpretar en
este ensayo, cuales son los procedimientos ligados a la producción de varios artistas
latinoamericanos contemporáneos y que invitan a liberarnos de los importadores de
conciencia enlatada. Tomaré al Barroco y la Antropofagia como antecedentes que
pueden ser entendidos como procedimientos que plantean una visión crítica hacia la
tecnología desde el arte contemporáneo, más específicamente desde el arte
electrónico, una salida posible del canon de legitimidad que impone la ciencia.


2 Glauber Rocha, “La revolución es una Eztetyka, por un cine tropicalista”
3 Cangi Adrian, Seminario “Estética y Política”, 1er cuatrimestre 2014, UNDAV
4 Artes electrónicas: Prácticas que no responden a una estética unificada pero todas ellas se sitúan en la
convergencia del arte, la ciencia y la tecnología, e incorporan los lenguajes electrónicos y/o digitales, tanto a
nivel formal como conceptual, en las distintas instancias del proceso creativo: instalaciones interactivas, cuevas
de realidad virtual, ambientaciones sonoras, esculturas robóticas, intervenciones digitales en el espacio público,
videos, obras de net.art, tecnopoesía y bioarte, entre otras (J. Adler, 2014).

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Barroco: El arte de la “contraconquista” tecnológica.

El barroco funciona como una gran amalgama ideología y política. Se inventó para
no dejar nada fuera. Los españoles hicieron del relato barroco, una estructura de
pensamiento por la cual la mentira se puso al servicio del emborronamiento de la
historia. Fue utilizado como recurso de ocultamiento tanto por la conquista como en
las dictaduras latinoamericanas. Pero por otro lado, el barroco dio lugar al espacio
de ruptura y de refugio de la memoria de aquellos que no tenían voz, de aquellos
que fueron silenciados, de aquellos que fueron desaparecidos del relato de la
historia.

Nos encontramos así frente a dos interpretaciones del barroco. Las dos caras de la
moneda barroca. Por un lado, el barroco como procedimiento, puede ser utilizado
por el artista latinoamericano para escapar a las normas impuestas por las nuevas
tecnologías generadas en países centrales. Por otro lado, es el barroco en el arte uno
de los medios para imponer el uso de la tecnología dominadora en países
periféricos. El lugar que le demos al uso del mismo, es el que nos define como
artistas latinoamericanos o artistas para el mercado.

El movimiento, la falsa apariencia, la alegoría, el volumen, como se define al “estilo
barroco”, para José Luis Marzo constituía una estrategia política y social de
dominación y acumulación, que pudiera gestionar la memoria de los “derrotados”,
obligándolos a abandonar la propia memoria mediante el uso del espectáculo, la
falsa apariencia, la alegoría. ¿Cuán alejado está esto al lugar que le damos hoy a la
tecnología?.
Pero desde allí, del mismo centro de la sociedad oprimida, por pequeñas fisuras se
coló la idea de barroco como “contracultura”, camuflando su iconografía, sus
creencias, sus memorias en el “centro espiritual del conquistador”. Esta adaptación,
este sincretismo fue una táctica de supervivencia. Conocer los códigos del
dominador para saber como moverse, como camuflarse y poder luego, desarmarlo
desde adentro.

Es así como el Barroco resurge en el SXX y Lezama Lima lo define como “el arte de la
contraconquista”5, que sirve para desmantelar la cultura hispánica impuesta en
latinoamérica. “Lo barroco será el modo de contraconquistar la identidad americana
frente a las ataduras europeas”. Así el barroco se definía como arma contracultural
dada su permeabilidad, su capacidad de propagarse y la superación que se hacía del
modelo, el europeo. ¿Quién sino el arte electrónico puede ser el embanderado del
arte de la contraconquista? ¿Cómo develar el dispositivo de dominación de las
nuevas tecnologías si no es utilizando los componentes de ese propio dispositivo?.
En esta época donde el arte contemporáneo está siendo colonizado por la


5 Lezama Lima, José, “La expresión americana”

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tecnología, debería ser el propio arte electrónico el representante barroco en la
contemporaneidad. Se pueden encontrar rasgos y procedimientos
característicamente barrocos en el arte electrónico, que son los que permiten
plantear una mirada crítica latinoamericana sobre el uso de la tecnología.

Sarduy en sus escritos “La simulación” (1974) y “El barroco y el neobarroco” (1972),
hace referencia a los mecanismos barrocos del Simulacro y la Anamorfosis. Parto
desde allí para analizar y desarmar dos obras de artistas latinoamericanos
contemporáneos: ENT-e (2012) de la mexicana Gabriela Munguía y Desilusiones
Ópticas (2014) del argentino Leo Nuñez

ENT-e (2012) 6 de Gabriela Munguía es puro simulacro porque no es un robot


entendido como se entiende la eficiencia técnica, para cumplir una función. Toma su
modelo de la naturaleza, pero no es un ser natural que se adapta y convive en el
territorio. Es algo nuevo, un producto del uso de la tecnología para la
improductividad. ¿Trasviste la tecnología como simulacro de naturaleza o la
naturaleza como simulacro de la tecnología? O simplemente es una persecución de
una irrealidad infinita, huidiza, inalcanzable.

Parodia de la conquista, este nuevo Ser podría definirse como el
“contraconquistador”, que transita diversos territorios, pero es él quien ocupa el
lugar del desplazado. El que sufre la violencia del agua, de la fauna, de la tierra. Y al
final queda solo. Quiere construir comunidad pero su presencia intimida. Es un
transitar ineficiente de la tecnología. Parodia de la conquista tecnológico-científica
sobre la naturaleza. Pura carnavalización. La tecnología en América es puro
simulacro. La idea de progreso que acompaña a la tecnología es un camuflaje del
verdadero fin de dominación de la misma. Naturaleza y tecnología. ENT-e es
producto de ese encuentro. Producto del barroco como contracultura que puede
triunfar gracias a su capacidad de propagarse, de plantar esquejes que den nuevos
frutos surgidos del territorio latinoamericano.

En la obra Desilusiones ópticas (2014) 7 del argentino Leo Nuñez, la anamorfosis se


presenta como una opacidad inicial y se reconfigura a partir del desplazamiento del
espectador. Un desplazamiento físico y una trayectoria mental que permite al
pensamiento abandonar la “perspectiva” frontal, directa. Abandonar el pensamiento
central, para descubrir bajo la imagen explícita, enunciada, la figura “real”. Imagen
oculta que solo se descubre y se deja descifrar en el accionar y desplazamiento del
espectador. Es pura condensación, según Sarduy, allí donde todo convoca al juego
hace surgir el sentido, una sola unidad de discurso en la memoria del espectador.


6 https://www.youtube.com/watch?v=uOccim6ZgKs

7 https://www.youtube.com/watch?v=f-ZVULJkivc

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En un primer acercamiento, la “lectura frontal” de la obra Desilusiones ópticas nos
revela el vacío, nos intuye la ausencia, no sabemos diferenciar si la pila de papeles
son los restos de un festejo o la consecuencia de un desastre.
Pero entonces, nos desplazamos, accionamos y tenemos un segundo sentido, la
“lectura marginal”. Los papelitos volando nos revelan retratos, rostros desgarrados,
los rostros de los desaparecidos.
Pero aun tenemos una lectura más, la “lectura propiamente barroca” que involucra
un alejamiento, un desplazamiento del centro perspectivado. Lectura que
necesariamente nos implica como sujetos. La conversión que internamente hacemos
del gesto de festejo para lanzar los papeles al aire y que nos devuelve la imagen de
los silenciados, la imagen de la violencia, y nuestro cuerpo formando parte del
dispositivo de desaparición. He aquí el malestar. El festejo revela lo oculto, pero
simultáneamente lo encubre detrás de la acción de festejo. Al lanzar papeles al aire
se revela la proyección de los rostros de los desaparecidos en la última dictadura
cívico-militar de la Argentina. El acto de festejo es lo que devela el horror.

Si el arte electrónico latinoamericano no fuera profundamente barroco, ¿qué sería?
El arte electrónico es un arte de frontera. Dispositivos que median la experiencia,
dependiendo del uso que se haga de la tecnología ajena se pueden ubicar de uno o
de otro lado de la moneda barroca. El de la representación: mostrar para ocultar,
embellecer para embriagar. O el de la expresión, ocultar para mantener viva la
memoria de los que no están, embriagar para tirar abajo los muros de resistencia.



La antropofagia como procedimiento de resistencia a la colonización de la
maquinaria.

“La tecnología es el ideal mediocre de un poder que no tiene otra ideología sino el
dominio del hombre por el consumo” (Glauber Rocha, 1970)

Las nuevas tecnologías, tanto analógicas como digitales, aportan al arte una nueva
sensibilidad a la hora de presentar y pensar las imágenes, de encarnar afectos. Pero
es imprescindible el “autoconocimiento” frente a los cánones que la cultura colonial
impone a nuestra condición de colonizado “tecnológico”.
La antropofagia aparece así como una posibilidad de emancipación. Es el
procedimiento utilizado por algunos artistas para deshacer la semejanza del modelo
exportado y hacer surgir la imagen propia de Latinoamérica. Una imagen que venga
del interior mismo de las entrañas, y que no sea una mera adaptación de las
aplicaciones tecnológicas definidas en países centrales. Estos artistas han
desarrollado proyectos en los que se reflexiona sobre la tecnología, sus usos y
efectos en la cultura y la sociedad, recurriendo por lo general a empleos no
convencionales de los medios, o manipulaciones de la tecnología. Al igual que los
artistas del Cinema Novo, estas obras buscan atacar al artificialismo y a la estética

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digerible, al arte como puro entretenimiento, con un lenguaje y una estética acordes
a su contexto social; volcado a la realidad nacional y a los conflictos sociales. Buscan
un contacto directo con la realidad.

Es dentro de este territorio donde podemos ubicar la obra Ocupación (2007)8 de la
artista mexicana Marcela Armas. La obra es una acción derivada de la ocupación del
espacio que produce el tráfico vehicular, como metáfora de la lucha entre la pérdida
del espacio social y la invasión de las máquinas en la sociedad de consumo. La
artista devora con su propio cuerpo la máquina y transita por el espacio urbano
desafiando la brutalidad de la tecnología solo con su cuerpo. Un diálogo donde la
artista conduce, pero la materia dicta parte del camino con el fin de producir una
pieza que señale las configuraciones del espacio social y provoque reflexiones sobre
los problemas urbanos contemporáneos. En ella investiga la fuerza corrosiva de los
materiales y las tecnologías. Examina y señala las transformaciones de la
experiencia urbana y la conformación del espacio social, a partir del uso de
tecnologías que dominan el paisaje de la ciudad.

La tecnología introduce en nuestras vidas un nuevo régimen de habitualidad donde


va implícito la imposición de un estilo cultural que altera nuestro estar (Kusch).
Nosotros no formamos parte de su creación. Se nos impone un nuevo modo de ser a
partir de la tecnificación. Es dentro de esta habitualidad donde dos artistas
mexicanas radicadas en la Argentina, Lupita Chavez y Gabriela Munguía, crean
Eisenia, máquina de impresión orgánica (2013)9, una escultura robótica que
conjuga el binomio artificial-orgánico para dar forma a una tecnología de
producción e impresión de vida que reflexiona sobre los modelos de producción
contemporáneos. Las artistas se apropian de la tecnología de impresión 3D, la
desmontan y la reconvierten para invertir los procesos, para hacer presente una
máquina cuyo funcionamiento depende de la relación entre diferentes organismos
vivos, sus ciclos, procesos químicos y orgánicos naturales. Los desechos orgánicos
son re-transformados a partir de procesos químicos y biológicos de la lombriz
eisenia foetida para dar origen a una materia prima de hidronutrientes que a su vez
permiten el crecimiento y desarrollo de otras formas de vida. La naturaleza en esta
obra es la que manda, define los ciclos de la tecnología y de la ciencia.

Kusch afirma que América existe porque es un continente de afirmaciones. Se afirma
la tecnología, la economía, la sociología. Se afirma lo que se puede hacer con la
sociedad, se educa para determinados fines, siempre de acuerdo con lo que está
ocurriendo en el mundo. Es aquí donde el arte debe producir el shock. Un arte épico
y didáctico (épico=revolución, didáctica=información), como proclamaba Glauber
Rocha, que habilite a la liberación económica, política y cultural.


8 https://vimeo.com/21881196
9 https://www.youtube.com/watch?v=UVkKAf-K4AU

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Un verdadero arte electrónico latinoamericano debería cuestionar los conceptos
culturales de un pueblo colonizado por la tecnología. Tanto Eisenia como
Ocupación plantean una mirada crítica a los efectos que el uso y consumo que la
tecnología “extranjera” produce en nuestras realidades latinoamericanas. Estas
obras son expresiones antropofágicas, los artistas devoran la tecnología, desarman y
destripan las máquinas para reconfigurar junto a expresiones propias del entorno,
la obra artística.




La relación entre los artistas latinoamericanos y su contexto son los detonadores de
sus búsquedas estéticas, una búsqueda estético-política que se mueve por debajo del
signo de la individualización del inconsciente colectivo, reconfigurando una nueva
tecnología latinoamericana a partir de la materialidad y los procedimientos
creativos que utilizan. El arte electrónico tiene la obligación de desarmar la
habitualidad de la tecnología en el sentido en que la entiende Kusch, para revelarla
como una monstruosidad electrónica y mecánica que sale de la cotidianidad.
La posibilidad como artista estaría entonces en continuar la búsqueda de lo
auténtico frente a lo importado pero sin negar a este último; mirar más allá de los
límites de Latinoamérica de manera barroca y antropofágica, quiere decir,
apropiarse de lo extranjero, introyectándolo pero sin erradicarlo. Absorber la
cultura del otro pero para transformarla, con el fin de conseguir una síntesis
superadora. La antropofagia y el barroco como procedimiento, no reúsan la
existencia del conflicto, sino que implican la necesidad de la lucha: son
procedimientos para afirmar lo negado en nosotros.


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Bibliografía

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--------------- “Manifiesto Antropófago”, Revista de Antropofagia, Año 1, Nº1, mayo 1928

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concepto de diagrama. Buenos Aires, Ed. Cactus, 2000

Glauber Rocha, “La revolución es una Eztetyka, por un cine tropicalista”, Buenos Aires, Caja
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Guerrero, Luis Juan, “Composición”, en Estética operatoria en sus tres direcciones, Buenos
Aires, Las cuarenta-Biblioteca Nacional, 2008

Jáuregui, Carlos, “Del canibalismo, el calibanismo y la antropofagia, al consumo” en
Canibalismo, calibanismo, antropofagia cultural y consumo en america latina, Ed.
Iberoamericana, 2008

Kusch, Rodolfo, “La negación en el pensamiento popular”, Buenos Aires, Las cuarenta, 2008

Lezama Lima, José, “La expresión americana”, La Habana, Editorial letras Cubanas, 1993
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Sarduy, Severo, “El barroco y el neobarroco”, Mexico, Siglo XXI, 1992
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