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Arqueólogo. Programa de Magíster en Antropología,
Universidad de Tarapacá – Universidad Católica del Norte.
korgull69@yahoo.es
I. INTRODUCCIÓN
Trabajos recientemente publicados (Velásquez y Adán 2002, 2004, Adán et al. 2004, Mera y
García 2004, Jackson y García 2005), han dado a conocer algunos aspectos de los hallazgos efectuados
en el sitio alero Marifilo 1, ubicado en la costa noreste del lago Calafquén, X Región de Los Lagos
(figura 1). Dichos hallazgos dan cuenta de una serie de ocupaciones del alero desde momentos
finipleistocénicos hasta el siglo XV de nuestra era, las cuales se caracterizan por una industria lítica
expeditiva y poco formatizada, algunos artefactos óseos, restos de fauna de pequeño tamaño, moluscos
dulceacuícolas y carporestos vegetales.
El presente trabajo, tiene por objetivo entregar nuevos antecedentes relacionados específicamente
con la tecnología ósea desarrollada por grupos de cazadores y recolectores en la selva valdiviana, a
través del largo período de tiempo que presentan las ocupaciones humanas del alero Marifilo 1. Nuestro
interés se centra en la descripción y contextualización de los artefactos óseos registrados en este
lugar, para con ello aportar al conocimiento de los habitantes prehispánicos de la zona.
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II. ANTECEDENTES
El sitio alero Marifilo 1 (39°30’48’’S y 72°03’31’’W) se encuentra ubicado en la ribera noreste
del lago Calafquén, a 300.4 m.s.n.m. y a una distancia horizontal de 1260 m de la playa del lago.
Administrativamente, el alero se ubica en la localidad de Pucura, comuna de Panguipulli, provincia de
Valdivia, X Región de Los Lagos.
El alero, ubicado en un antiguo cuello volcánico de columnas basálticas, perteneciente al sistema del
volcán Villarrica, debe su formación a la infiltración de las aguas de un antiguo río, que habrían
erosionado la base del alero. En la actualidad, presenta una extensión de 15,5 m de frente y una
profundidad máxima de 3 m.
Marifilo 1 ha sido investigado en cuatro temporadas de trabajos en terreno y análisis de laboratorio,
entre los años 1999 y 2002. En total, en Marifilo 1 se excavó una superficie cercana a los 8 m2,
producto de lo cual se obtuvo el registro de una larga secuencia de ocupaciones, dentro de las cuales
es posible hacer una distinción operacional del registro arqueológico en al menos tres componentes
culturales diferentes, atendiendo a su asociación estratigráfica, al registro arte y ecofactual, así como
a los fechados absolutos.
a cuatro fogones, fragmentos de cerámica con decoración Vergel-Valdivia, instrumentos líticos poco
formatizados, un fragmento de punta de proyectil, un artefacto óseo y restos de animales como pudú,
zorro chilla, huemul (Hippocamelus bisulcus), mustélidos, aves y moluscos dulceacuícolas (Velásquez y
Adán 2002, 2004). Para este componente cultural se han obtenido varios fechados por
termoluminiscencia, los cuales van desde el 770 ± 70 (UCTL 1458) hasta el 1480 ± 150 años A.P. (UCTL
1460).
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La cara reversa de la pieza presenta en este extremo una situación análoga, con su superficie pulida y
múltiples estrías, tanto paralelas como transversales al eje del hueso. El pulimento por esta cara alcanza
hasta los 9 mm.
Este extremo, habría sido originalmente pulido y redondeado con algún material blando que no produjo
estrías ni melladuras sobre la superficie ósea, no observándose marcas de cepillado ni de rebaje de esta
superficie. Las estrías arriba comentadas, por ende, no pertenecerían a la fase de manufactura, sino a
la de uso del artefacto. Junto con el pulimento de este extremo, se habría pulido el borde lateral de la
pieza (derecho), el cual originalmente estaba fracturado.
La funcionalidad de este extremo romo y pulido es difícil de precisar, aunque las marcas presentes
sobre su superficie dan la idea del trabajo con un material duro. Debido a que se encuentra en un
fragmento óseo que posee un sector aguzado, consideramos que pudo haber sido utilizado en tareas
de retoque de instrumentos líticos, como la punta de proyectil registrada en este Estrato.
Por otra parte, el extremo opuesto del fragmento óseo aparece con una fractura irregular, de la cual se
aprovechó un sector apuntado muy agudo, el cual fue pulido principalmente por el anverso, mientras
que por el reverso solo aparece pulido el ápice. Si bien para confeccionar este extremo agudo se utilizó
una fractura, es posible apreciar con ayuda de la lupa binocular, la presencia de pequeñas hendiduras,
posiblemente correspondientes a negativos de extracciones de la superficie ósea para regular la forma
apuntada. Sin embargo, dichas depresiones aparecen obliteradas por el pulimento posterior al que fue
sometido el extremo del artefacto.
El ápice de este extremo aguzado presenta estrías de uso solo por el anverso de la pieza, principalmente
cortas, superficiales y paralelas al eje del hueso. Sin embargo, fue posible apreciar con la lupa la
presencia de otras estrías en múltiples direcciones las que avanzan sobre la superficie original del
hueso que no se encuentra pulida. Consideramos que estas marcas se relacionan al uso de la pieza,
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sobre algún tipo de material duro en tareas que no necesitaban gran fuerza, sino que mayor precisión
de los movimientos ejecutados con la pieza. La función de este extremo aguzado puede relacionarse a
su uso como punzón, así como un retocador de piezas líticas.
Finalmente, también del Estrato 1, asociado al componente alfarero, se registró un pequeño fragmento
de punzón (M/T/E1/126), desde un testigo estratigráfico que separaba las unidades de excavación
C14 y C15. Este punzón fue confeccionado sobre una diáfisis medial de un elemento óseo no determinado
de Pseudalopex griseus y, sobre su superficie no se observaron huellas de ningún tipo.
V. CONCLUSIONES
La existencia de artefactos óseos en la larga secuencia de ocupaciones del alero Marifilo 1,
manifiesta un conocimiento muy antiguo de las potencialidades tecnológicas del hueso como materia
prima para la confección de distintos tipos de herramientas. Este conocimiento se inscribe en las
características conocidas, tanto para los habitantes tempranos, como para aquellos que habitaron en
tiempos cercanos a la llegada de los europeos al continente. Sin embargo, este saber tecnológico, de
tan larga data, no había sido reportado antes en los territorios de espesos bosques, grandes lagos y
volcanes que constituyen el escenario de las poblaciones que ocuparon el alero Marifilo 1.
Específicamente, para la zona sur del país cercana al lago Calafquén, se ha informado sobre la presencia
de artefactos óseos, de variados tipos en otros contextos arqueológicos, principalmente vinculados a
la costa, como Chan-Chan 18 (Navarro y Pino 1999) y Piedra Azul (Gaete et al. 2004), así como al otro
lado de la cordillera en la cueva Haichol (Fernández 1988-1990). Particularmente este último sitio,
muestra el desarrollo de la tecnología ósea en un medio también boscoso, aunque de diferentes
características.
En este sentido, los hallazgos de Marifilo 1 ofrecen una perspectiva diferente sobre el desarrollo de la
tecnología ósea en un medio ambiente de bosques templados lluviosos. En primer término, podemos
decir que la tecnología ósea representada en estos artefactos da cuenta de una tendencia de largo
tiempo de aprovechamiento de las formas naturales de los huesos y de algunas astillas. De acuerdo al
grado de transformación sufrida por el soporte óseo, el conjunto total analizado corresponde a artefactos
no formados (Stordeur 1978), por cuanto solo se ha agregado el aguzamiento de bordes o el corte de
los extremos distal y proximal, dejando sin modificación la fracción ósea restante. Esta situación de
escasa inversión de trabajo en la confección de herramientas de hueso, podría considerarse junto a las
características de la industria lítica en el sitio, la cual está marcada por la expeditividad y el oportunismo
durante miles de años. Si tal correlación existe, podría inferirse hipotéticamente un modo de vida,
donde la tecnología del hueso o de la piedra, si bien son conocidas y tienen un lugar importante en
su sistema económico, constituirían actividades productivas que no requieren de grandes cantidades
de tiempo y esfuerzo, por cuanto las herramientas especializadas sobre estas materias primas no son
tan necesarias. Esto último, pensamos, se fundamenta en el hecho de que la recolección de vegetales
y moluscos dulceacuícolas no hace necesaria la confección de instrumentos especializados. Igualmente,
la caza de aves de hábitos lacustres o de animales pequeños, podría solo haber necesitado de trampas
(Velásquez y Adán 2002) y no de artefactos de piedra o hueso de gran especialización. Igualmente, se
debe considerar que la vida en la selva valdiviana habría contemplado, además, la posibilidad de
producir otras herramientas con maderas y fibras vegetales, las cuales habrían complementado el
conjunto artefactual. Con todo, este planteamiento hipotético necesita ser falseado mediante el
trabajo en nuevos sitios en este tipo de medio ambiente, tarea en la cual actualmente nos encontramos.
Finalmente, agreguemos que la funcionalidad de los artefactos reseñados, específicamente en el caso
de los punzones, señalaría principalmente su acción sobre materiales blandos, como el cuero o las
pieles. En este sentido, es factible plantear que los artefactos óseos de Marifilo 1 están más relacionados
98 a tareas domésticas de mantención que a tareas de extracción, llevadas a cabo por grupos de trabajo
específico, aún cuando para ambos tipos de tareas no parece existir mayor diferencia en el grado de
especialización de las herramientas. Consideramos que esta presunción se ve apoyada por los restantes
elementos que constituyen los contextos arqueológicos registrados en el sitio para cada componente
cultural, los cuales apuntan a actividades básicamente relacionadas a la preparación y consumo de
alimentos (con la clara excepción de la ocupación que sepultó a un niño en el alero). Sin embargo,
nuevamente queremos dejar claro que este planteamiento necesita ser falseado con nuevos datos para
poder admitirlo con seguridad.
De esta forma, consideramos que la revisión de la tecnología ósea de Marifilo 1 no solo está informando
de su presencia y características distintivas en la selva valdiviana, donde hasta ahora se desconocía,
sino que además ha permitido generar nuevas interrogantes y ha comenzado a abrir la posibilidad de
desarrollo de metodologías más imaginativas, con las cuales continuar trabajando en un medio donde
no siempre la evidencia ósea se conserva.
Agradecimientos
Este trabajo fue desarrollado en el marco del proyecto FONDECYT 1040326 “Dinámica ocupacional y
ambiental de los bosques templados del sur de Chile: estudio interdisciplinario de la cuenca de Valdivia
durante los periodos Arcaico y transición Formativo”. Expresamos nuestra gratitud a Donald Jackson
por los comentarios al manuscrito y a Patricio López por la confección de los dibujos de las piezas.
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