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LOS ARTEFACTOS ÓSEOS DE RESUMEN

El objetivo de este artículo es reseñar las


MARIFILO 1. UNA características de los artefactos óseos
registrados en el sitio alero Marifilo 1, ubicado
APROXIMACIÓN A LA en el lago Calafquén, en la X Región de Los
Lagos. Para esto, entregamos algunos
TECNOLOGÍA ÓSEA ENTRE antecedentes de las ocupaciones humanas
LOS CAZADORES registradas en el sitio arqueológico, los detalles
de la muestra y la metodología de análisis
RECOLECTORES DE LA utilizada, para luego realizar la descripción 91
detallada de los artefactos óseos. Finalmente y
SELVA VALDIVIANA a manera de conclusiones, entregamos algunos
antecedentes que relacionan estos hallazgos a
otros contextos cercanos temporal y
BONE ARTIFACTS FROM MARIFILO geográficamente, al mismo tiempo que sitúan
1. AN APPROACH TO THE BONE sus particularidades en la zona de investigación.
TECHNOLOGY IN HUNTER-
GATHERERS OF VALDIVIAN
FOREST ABSTRACT
The main goal of this article is to describe the
characteristics of bone artifacts registered at
CHRISTIAN GARCÍA P.1
the site Marifilo-1 rockshellter, located in the
Calafquén lake, in the X Region of Los Lagos.
For this, we provide some antecedents of
human occupations registered at the
archaeological site, the details of the sample
PALABRAS CLAVE: TECNOLOGÍA and the methodology of analysis; afterwards
ÓSEA, CAZADORES RECOLECTORES, we carry out a detailed description of the
BOSQUES TEMPLADOS LLUVIOSOS, bone artifacts. Finally and as a manner of
PERÍODO ARCAICO Y ALFARERO conclusion, we deliver some antecedents that
TARDÍO, LAGO CALAFQUÉN relate these discoveries to other contexts near
temporal and geographically, that locate their
particularities in the zone of research.
KEY WORDS: BONE TECHNOLOGY,
HUNTERS-GATHERERS, TEMPERATE
RAIN FORESTS, ARCHAIC AND LATE
POTTERY PERIODS, LAKE CALAFQUEN

Recibido: 1 de noviembre de 2005.


Aceptado: 16 de mayo de 2006.

1
Arqueólogo. Programa de Magíster en Antropología,
Universidad de Tarapacá – Universidad Católica del Norte.
korgull69@yahoo.es

Revista Werken No8:91-100


Christian García P.

I. INTRODUCCIÓN
Trabajos recientemente publicados (Velásquez y Adán 2002, 2004, Adán et al. 2004, Mera y
García 2004, Jackson y García 2005), han dado a conocer algunos aspectos de los hallazgos efectuados
en el sitio alero Marifilo 1, ubicado en la costa noreste del lago Calafquén, X Región de Los Lagos
(figura 1). Dichos hallazgos dan cuenta de una serie de ocupaciones del alero desde momentos
finipleistocénicos hasta el siglo XV de nuestra era, las cuales se caracterizan por una industria lítica
expeditiva y poco formatizada, algunos artefactos óseos, restos de fauna de pequeño tamaño, moluscos
dulceacuícolas y carporestos vegetales.
El presente trabajo, tiene por objetivo entregar nuevos antecedentes relacionados específicamente
con la tecnología ósea desarrollada por grupos de cazadores y recolectores en la selva valdiviana, a
través del largo período de tiempo que presentan las ocupaciones humanas del alero Marifilo 1. Nuestro
interés se centra en la descripción y contextualización de los artefactos óseos registrados en este
lugar, para con ello aportar al conocimiento de los habitantes prehispánicos de la zona.

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Figura 1. Localización del Area de Estudio y del sitio Alero Marifilo 1.

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II. ANTECEDENTES
El sitio alero Marifilo 1 (39°30’48’’S y 72°03’31’’W) se encuentra ubicado en la ribera noreste
del lago Calafquén, a 300.4 m.s.n.m. y a una distancia horizontal de 1260 m de la playa del lago.
Administrativamente, el alero se ubica en la localidad de Pucura, comuna de Panguipulli, provincia de
Valdivia, X Región de Los Lagos.
El alero, ubicado en un antiguo cuello volcánico de columnas basálticas, perteneciente al sistema del
volcán Villarrica, debe su formación a la infiltración de las aguas de un antiguo río, que habrían
erosionado la base del alero. En la actualidad, presenta una extensión de 15,5 m de frente y una
profundidad máxima de 3 m.
Marifilo 1 ha sido investigado en cuatro temporadas de trabajos en terreno y análisis de laboratorio,
entre los años 1999 y 2002. En total, en Marifilo 1 se excavó una superficie cercana a los 8 m2,
producto de lo cual se obtuvo el registro de una larga secuencia de ocupaciones, dentro de las cuales
es posible hacer una distinción operacional del registro arqueológico en al menos tres componentes
culturales diferentes, atendiendo a su asociación estratigráfica, al registro arte y ecofactual, así como
a los fechados absolutos.

1. Componente Cultural Temprano


Corresponde a las ocupaciones humanas producidas desde fines del Pleistoceno y hasta
momentos del Holoceno temprano. Dichas ocupaciones presentes en el Estrato 6, son testimoniadas
por dos fogones, de cuyos carbones se han obtenido dos dataciones de 10190 ± 120 (Beta-138919)
y 8420 ± 40 años A.P. (Beta-164475), respectivamente. Relacionados a estos fogones se registraron
escasos restos culturales compuestos por lascas y láminas confeccionadas a partir del basalto columnar 93
de grano grueso que forma el alero, un artefacto óseo, un guijarro con aparentes huellas de uso en una
de sus caras, que podría sugerir la molienda o su uso como instrumento abrasivo (Jackson y García
2005), así como restos óseos de pudú (Pudu pudu), zorro chilla (Pseudalopex griseus), moluscos
dulceacuícolas (Diplodon chilensis) (Velásquez y Adán 2002, 2004) y carporestos vegetales (Solari y
Adán 2002).

2. Componente Cultural Medio.


Se trata, también, de varias ocupaciones humanas, las cuales se habrían producido en momentos
relacionados al Holoceno medio. Por un lado, en el Estrato 4, se registraron cuatro fogones, uno de los
cuales fue fechado en 7000 ± 40 años A.P. (Beta-164476). A estos fogones se asociaban núcleos de
basalto, derivados de su desbaste e instrumentos trabajados marginalmente. Los restos faunísticos
pertenecen principalmente a pudú y zorro chilla y en menores frecuencias, a félidos (Felis concolor, Felis
guigna), muestélidos (Galictus cuja), marsupiales (Dromiciops gliroides) y aves (Pteroptochos tarnii, Anas
sp., Chloephaga sp.). Destaca la presencia de dos fragmentos de instrumentos óseos. Por otro lado, en
el Estrato 3 se registró el contexto funerario de un infante, el cual fue directamente fechado en 5940
± 40 años A.P. (Beta-164474). Finalmente, también en el Estrato 3, se registró otro fogón circunscrito
por un ruedo de piedras, el cual fue fechado en 4870 ± 40 años A.P. (Beta-138918), al cual se
asociaban núcleos, derivados de desbaste y desechos de talla, algunos instrumentos líticos de baja
formatización, artefactos óseos y restos de pudú, zorro chilla, mustélidos, aves, moluscos dulceacuícolas
(Velásquez y Adán 2002, 2004) y carporestos vegetales (Solari y Adán 2002).

3. Componente Cultural Tardío.


Se relaciona a diferentes eventos de ocupación de grupos portadores de alfarería, los cuales
han sido registrados principalmente en el Estrato 1. Los testimonios de estas ocupaciones corresponden

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a cuatro fogones, fragmentos de cerámica con decoración Vergel-Valdivia, instrumentos líticos poco
formatizados, un fragmento de punta de proyectil, un artefacto óseo y restos de animales como pudú,
zorro chilla, huemul (Hippocamelus bisulcus), mustélidos, aves y moluscos dulceacuícolas (Velásquez y
Adán 2002, 2004). Para este componente cultural se han obtenido varios fechados por
termoluminiscencia, los cuales van desde el 770 ± 70 (UCTL 1458) hasta el 1480 ± 150 años A.P. (UCTL
1460).

III. MATERIAL Y MÉTODO


El material analizado corresponde a siete especimenes óseos, extraídos en las excavaciones
del sitio alero Marifilo 1 y que en la actualidad se encuentran almacenados en el Museo Histórico y
Antropológico Maurice Van de Maele de la ciudad de Valdivia. Dichos especimenes fueron seleccionados
debido a que en el análisis de los restos arqueofaunísticos, realizado con anterioridad (Velásquez y
Adán 2002, 2004), se habían identificado como posibles artefactos.
El análisis de los materiales óseos, fue realizado siguiendo la secuencia metodológica propuesta por
Fernández (1988-90). Esta se compone de los siguientes pasos:
a) Caracterización de la forma base, para determinar su procedencia anatómica y la técnica de separación.
b) Definición del grado de transformación del hueso, con el objetivo de identificar artefactos formados
y no formados.
c) Localización y descripción de las partes activas.
d) Análisis métrico.
e) Observación de rasgos macroscópicos y microscópicos (mediante lupa binocular de 40x), para
determinar huellas de uso pasivas y activas.
94 f) Clasificación
Todas estas observaciones fueron traspasadas a una ficha de registro para cada artefacto, en la cual
además se indicó su procedencia. Con estos datos, posteriormente se realizó la descripción de dichos
artefactos, la que a continuación se presenta.

IV. DESCRIPCIÓN DE LOS ARTEFACTOS ÓSEOS DE


MARIFILO 1

a) Componente Cultural Temprano.


Un posible artefacto fue registrado en la unidad de excavación C14, entre 180 y 200 cm de
profundidad, en la capa estratigráfica 6. Se trata de un fragmento de diáfisis medial anterior de fémur
de Pudu pudu, de 49 mm de largo y 11 mm de ancho máximo, con una sección circular (M/C14/180-
200/73). Este espécimen óseo presenta dos fracturas opuestas que han eliminado los sectores lateral,
medial y posterior del hueso, encontrándose separadas por un pequeño arco óseo (figura 2a). Mediante
la observación con lupa binocular se pudo advertir que uno de los extremos de la pieza fue rebajada
mediante la extracción de pequeñas lascas, conservando la superficie del reverso negativos de estas
extracciones. Asimismo, se pudo observar que una cara del arco óseo presenta pulimento y pequeñas
“saltaduras” de la superficie, cuyo origen relacionamos al uso. Este último es difícil de establecer, ya
que tanto la forma, como la manufactura de la pieza son poco claras. Aparentemente, la cara reversa de
la pieza sirvió para introducir algún tipo de material (¿madera?) a través del arco, para ser enderezado,
pulido o raspado. De hecho, la superficie cóncava del hueso se observa algo pulida. Sin embargo, no
se observan huellas de uso bajo el arco óseo como para poder establecer con seguridad la tarea a la
cual fue dedicado. Con todo, la falta de estrías y marcas en la probable superficie de trabajo podría
indicar tareas con materiales blandos.

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Figura 2. Artefactos óseos del sitio Marifilo 1.

El proceso de confección de este posible artefacto, es igualmente difícil de determinar. Aparentemente,


se habría aprovechado un fragmento de hueso ya fracturado con anterioridad de forma paralela al eje
del hueso, la cual habría dejado este singular arco y una prolongación aguzada. Este extremo aguzado,
fue posteriormente rebajado mediante lascado de pequeños trozos de hueso. En este sentido, el arco
óseo no habría sido manufacturado de manera intencional, sino que se habría aprovechado una fractura
anterior que dejó esta peculiar forma.
Por otra parte, el hecho de presentar negativos de lascado, de que la superficie del reverso de la pieza
y de un lado del arco presenten un pulido muy tenue, también nos hace pensar que podría tratarse de
un artefacto no terminado.
El anverso de esta pieza no presenta trabajo, ni huellas de uso, aunque es notorio un estadio de
meteorización 2 (sensu Behrensmeyer 1978), el cual se evidencia en la exfoliación de la capa de tejido
más externa del hueso, así como en pequeñas y delgadas lascas junto a los bordes fracturados.

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b) Componente Cultural Medio.


Dos instrumentos similares, correspondientes a punzones, fueron recuperados de la unidad de
excavación C15, entre los 70 y 80 cm de profundidad, en el Estrato 3. El primer punzón (M/P3/70-80/
123), fue elaborado sobre una ulna derecha de Pseudalopex griseus y presenta una longitud de 65 mm
y un ancho máximo de 10 mm (figura 2b). Para la confección de este artefacto se aprovechó una
fractura longitudinal al eje del hueso, de la cual sobresale un extremo aguzado de 6 mm de longitud.
Los bordes de esta fractura, que corresponden a la superficie de uso del instrumento, aparecen pulidos.
No es posible apreciar si esta fractura fue producida intencionalmente para manufacturar el instrumento,
o si sencillamente se aprovechó una fractura existente. El extremo aguzado dejado por esta fractura y
que corresponde al área de penetración del punzón, presenta una rotura posterior, posiblemente
debido a factores postdepositacionales. La observación con lupa binocular, permite apreciar la presencia
de unas pocas estrías pequeñas, paralelas al eje de la pieza, las cuales tendrían su origen en el uso de
este instrumento. Conforme al escaso número de marcas en la superficie de trabajo del punzón, así
como a la aparente fragilidad del mismo, es posible que fuera usado para trabajar materiales blandos,
posiblemente cueros y pieles.
Un segundo punzón, elaborado sobre una ulna izquierda de Pseudalopex griseus (M/P3/70-80/124),
fue registrado también en la unidad de excavación C15, a similar profundidad que el anterior en el
Estrato 3 (figura 2c). Presenta una longitud de 68 mm y un ancho máximo de 10 mm. Al igual que el
instrumento anterior, se aprovechó el extremo aguzado dejado por una fractura longitudinal al eje del
hueso. Los bordes de esta fractura, correspondientes a la superficie de penetración del punzón aparecen
pulidos, probablemente por el uso. En el sector central de la pieza, se registran sobre la superficie
medial y hacia lateral, algunas pequeñas estrías superficiales, cortas y transversales al eje del hueso, las
cuales probablemente se relacionen a marcas postdepositacionales. Consideramos posible, al igual que
96 en el caso anterior, que este instrumento haya sido utilizado para trabajar sobre materiales blandos.
Desde un testigo estratigráfico que separaba las unidades de excavación C14 y C15 se obtuvo un
pequeño fragmento de punzón (M/T/E4/153), en el Estrato 4. Este instrumento, asociado a un rasgo
de una estructura de combustión, fue confeccionado sobre un fragmento medial de radio de Pseudalopex
griseus. En la pequeña fracción de este instrumento no se observaron huellas de ningún tipo.
Finalmente, de la excavación del testigo entre las unidades arriba señaladas, se recuperó también un
tibiotarso de Anas sp. (M/T/E4/179), asociado a otra estructura de combustión presente en el Estrato
4. Este elemento, presenta un corte transversal, lo que origina un tubo. Si bien no se observan huellas
de uso de ningún tipo, así como tampoco signos de piqueteo, su forma sugiere el haber sido
intencionalmente confeccionado como tubo para una función desconocida.

c) Componente Cultural Tardío.


En la unidad de excavación B17, entre 20 y 30 cm. de profundidad, en el Estrato 1, se
registró un artefacto elaborado sobre un fragmento medial, lateral de diáfisis de tibia de Hippocamelus
bisulcus (M/B17/111/208). Presenta una longitud de 82 mm, y un ancho máximo de 16 mm.
Probablemente corresponde a un artefacto elaborado para ejecutar varias funciones, ya que los extremos
de la pieza presentan distintas formas y huellas de uso (figura 2d).
Por una parte, un extremo aparece romo y muy pulido, alcanzando el pulimento hasta los 7 mm. Por el
anverso, se observan a simple vista múltiples estrías, en su mayor parte transversales al eje de la pieza.
El examen con lupa binocular, revela otras pequeñas estrías paralelas al eje de la pieza y sobrepuestas
en algunos casos, a aquellas transversales. El largo y profundidad de estas marcas es diverso, aún
cuando en general son superficiales. Dichas marcas se habrían originado producto del contacto de la
superficie ósea con un material duro en una tarea que implicó un solo movimiento que no requería
gran fuerza, sino probablemente mayor precisión.

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La cara reversa de la pieza presenta en este extremo una situación análoga, con su superficie pulida y
múltiples estrías, tanto paralelas como transversales al eje del hueso. El pulimento por esta cara alcanza
hasta los 9 mm.
Este extremo, habría sido originalmente pulido y redondeado con algún material blando que no produjo
estrías ni melladuras sobre la superficie ósea, no observándose marcas de cepillado ni de rebaje de esta
superficie. Las estrías arriba comentadas, por ende, no pertenecerían a la fase de manufactura, sino a
la de uso del artefacto. Junto con el pulimento de este extremo, se habría pulido el borde lateral de la
pieza (derecho), el cual originalmente estaba fracturado.
La funcionalidad de este extremo romo y pulido es difícil de precisar, aunque las marcas presentes
sobre su superficie dan la idea del trabajo con un material duro. Debido a que se encuentra en un
fragmento óseo que posee un sector aguzado, consideramos que pudo haber sido utilizado en tareas
de retoque de instrumentos líticos, como la punta de proyectil registrada en este Estrato.
Por otra parte, el extremo opuesto del fragmento óseo aparece con una fractura irregular, de la cual se
aprovechó un sector apuntado muy agudo, el cual fue pulido principalmente por el anverso, mientras
que por el reverso solo aparece pulido el ápice. Si bien para confeccionar este extremo agudo se utilizó
una fractura, es posible apreciar con ayuda de la lupa binocular, la presencia de pequeñas hendiduras,
posiblemente correspondientes a negativos de extracciones de la superficie ósea para regular la forma
apuntada. Sin embargo, dichas depresiones aparecen obliteradas por el pulimento posterior al que fue
sometido el extremo del artefacto.
El ápice de este extremo aguzado presenta estrías de uso solo por el anverso de la pieza, principalmente
cortas, superficiales y paralelas al eje del hueso. Sin embargo, fue posible apreciar con la lupa la
presencia de otras estrías en múltiples direcciones las que avanzan sobre la superficie original del
hueso que no se encuentra pulida. Consideramos que estas marcas se relacionan al uso de la pieza,
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sobre algún tipo de material duro en tareas que no necesitaban gran fuerza, sino que mayor precisión
de los movimientos ejecutados con la pieza. La función de este extremo aguzado puede relacionarse a
su uso como punzón, así como un retocador de piezas líticas.
Finalmente, también del Estrato 1, asociado al componente alfarero, se registró un pequeño fragmento
de punzón (M/T/E1/126), desde un testigo estratigráfico que separaba las unidades de excavación
C14 y C15. Este punzón fue confeccionado sobre una diáfisis medial de un elemento óseo no determinado
de Pseudalopex griseus y, sobre su superficie no se observaron huellas de ningún tipo.

V. CONCLUSIONES
La existencia de artefactos óseos en la larga secuencia de ocupaciones del alero Marifilo 1,
manifiesta un conocimiento muy antiguo de las potencialidades tecnológicas del hueso como materia
prima para la confección de distintos tipos de herramientas. Este conocimiento se inscribe en las
características conocidas, tanto para los habitantes tempranos, como para aquellos que habitaron en
tiempos cercanos a la llegada de los europeos al continente. Sin embargo, este saber tecnológico, de
tan larga data, no había sido reportado antes en los territorios de espesos bosques, grandes lagos y
volcanes que constituyen el escenario de las poblaciones que ocuparon el alero Marifilo 1.
Específicamente, para la zona sur del país cercana al lago Calafquén, se ha informado sobre la presencia
de artefactos óseos, de variados tipos en otros contextos arqueológicos, principalmente vinculados a
la costa, como Chan-Chan 18 (Navarro y Pino 1999) y Piedra Azul (Gaete et al. 2004), así como al otro
lado de la cordillera en la cueva Haichol (Fernández 1988-1990). Particularmente este último sitio,
muestra el desarrollo de la tecnología ósea en un medio también boscoso, aunque de diferentes
características.

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En este sentido, los hallazgos de Marifilo 1 ofrecen una perspectiva diferente sobre el desarrollo de la
tecnología ósea en un medio ambiente de bosques templados lluviosos. En primer término, podemos
decir que la tecnología ósea representada en estos artefactos da cuenta de una tendencia de largo
tiempo de aprovechamiento de las formas naturales de los huesos y de algunas astillas. De acuerdo al
grado de transformación sufrida por el soporte óseo, el conjunto total analizado corresponde a artefactos
no formados (Stordeur 1978), por cuanto solo se ha agregado el aguzamiento de bordes o el corte de
los extremos distal y proximal, dejando sin modificación la fracción ósea restante. Esta situación de
escasa inversión de trabajo en la confección de herramientas de hueso, podría considerarse junto a las
características de la industria lítica en el sitio, la cual está marcada por la expeditividad y el oportunismo
durante miles de años. Si tal correlación existe, podría inferirse hipotéticamente un modo de vida,
donde la tecnología del hueso o de la piedra, si bien son conocidas y tienen un lugar importante en
su sistema económico, constituirían actividades productivas que no requieren de grandes cantidades
de tiempo y esfuerzo, por cuanto las herramientas especializadas sobre estas materias primas no son
tan necesarias. Esto último, pensamos, se fundamenta en el hecho de que la recolección de vegetales
y moluscos dulceacuícolas no hace necesaria la confección de instrumentos especializados. Igualmente,
la caza de aves de hábitos lacustres o de animales pequeños, podría solo haber necesitado de trampas
(Velásquez y Adán 2002) y no de artefactos de piedra o hueso de gran especialización. Igualmente, se
debe considerar que la vida en la selva valdiviana habría contemplado, además, la posibilidad de
producir otras herramientas con maderas y fibras vegetales, las cuales habrían complementado el
conjunto artefactual. Con todo, este planteamiento hipotético necesita ser falseado mediante el
trabajo en nuevos sitios en este tipo de medio ambiente, tarea en la cual actualmente nos encontramos.
Finalmente, agreguemos que la funcionalidad de los artefactos reseñados, específicamente en el caso
de los punzones, señalaría principalmente su acción sobre materiales blandos, como el cuero o las
pieles. En este sentido, es factible plantear que los artefactos óseos de Marifilo 1 están más relacionados
98 a tareas domésticas de mantención que a tareas de extracción, llevadas a cabo por grupos de trabajo
específico, aún cuando para ambos tipos de tareas no parece existir mayor diferencia en el grado de
especialización de las herramientas. Consideramos que esta presunción se ve apoyada por los restantes
elementos que constituyen los contextos arqueológicos registrados en el sitio para cada componente
cultural, los cuales apuntan a actividades básicamente relacionadas a la preparación y consumo de
alimentos (con la clara excepción de la ocupación que sepultó a un niño en el alero). Sin embargo,
nuevamente queremos dejar claro que este planteamiento necesita ser falseado con nuevos datos para
poder admitirlo con seguridad.
De esta forma, consideramos que la revisión de la tecnología ósea de Marifilo 1 no solo está informando
de su presencia y características distintivas en la selva valdiviana, donde hasta ahora se desconocía,
sino que además ha permitido generar nuevas interrogantes y ha comenzado a abrir la posibilidad de
desarrollo de metodologías más imaginativas, con las cuales continuar trabajando en un medio donde
no siempre la evidencia ósea se conserva.

Agradecimientos
Este trabajo fue desarrollado en el marco del proyecto FONDECYT 1040326 “Dinámica ocupacional y
ambiental de los bosques templados del sur de Chile: estudio interdisciplinario de la cuenca de Valdivia
durante los periodos Arcaico y transición Formativo”. Expresamos nuestra gratitud a Donald Jackson
por los comentarios al manuscrito y a Patricio López por la confección de los dibujos de las piezas.

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VI. BIBLIOGRAFÍA
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