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XII

En todas estas circunstancias el Hospital estuvo y está presente para


recibir y atender con excelente nivel profesional y humano a todos los que
así lo requieran.
Las cátedras de Enfermedades Infecciosas y de Tisioneumonología, que
funcionan en el predio del hospital, reciben diariamente a cientos de alum­
nos que tienen así la oportunidad de asimilar los conocimientos y la expe­
riencia de docentes de reconocida trayectoria. Ellos nos han honrado al
colaborar en la realización de esta obra.
Al hacer referencia a las cátedras de Enfermedades Infecciosas y de
Tisioneumonología no podemos dejar de mencionar a quienes han sido
nuestros grandes maestros. De ellos -a quienes guardamos un eterno re­
conocimiento- hemos aprendido a comprometemos con nuestros enfer­
mos, no sólo en el aspecto médico, sino también en el contexto humano.
Por nombrar solamente algunos de los que con su esfuerzo y dedicación
honraron esta casa de la calle Uspallata 2272, citaremos a Francisco Inda,
Alejandro Giuliano, José María Leston, José Peroncini, Rubén Sampietro,
José Bertelli, Oscar Croxatto, Guido Pollitzer, León Charosky, Humberto
Rugiero, Enrique Libonatti y tantos otros.
En este libro se desarrollan los temas más importantes de las infecciones
prevalentes en nuestro país y en América latina. Está destinado a estudian­
tes de Medicina, médicos residentes, infectólogos, médicos internistas y
generaiistas, y contiene los conceptos indispensables para la atención de
pacientes con enfermedades infecciosas.
La importancia de las enfermedades transmisibles es aún un tema de
gran vigencia a pesar del desarrollo constante de nuevos antimicrobianos.
Estas enfermedades siempre cambiantes y la aparición de otras nuevas
nos obligan a actualizar los conocimientos permanentemente.
Nuestro trabajo no termina en este libro, sino que nuestra intención y la
del grupo de colaboradores es mantenerlo vigente y actualizado en futuras
reediciones. Quiero agradecer a todos los que alentaron su realización, a
los que colaboraron en la confección de los distintos capítulos, y a quienes
lo lean, las críticas y sugerencias que nos permitan mejorarlo.

Ornar J. Palmieri
XIII

Prólogo de la tercera edición

La rapidez con la que también se agoló la segunda edición de este libro


y la amplia aceptación que ha tenido por parte de los estudiantes y médicos
interesados en las enfermedades infecciosas nos han alentado a la publi­
cación de esta tercera edición.
Cada capítulo fue revisado y actualizado y algunos de ellos totalmente
renovados.
Debido a la celeridad de los cambios en la terapéutica, todos los capítu­
los y en especial el capítulo Enfermedad por el virus de la inmunodefi-
ciencia humana (HlV/sida), fueron actualizados hasta pocos días antes de
la impresión de este libro.
También se agregó un índice alfabético con un mayor número de entra­
das que hará más fácil la búsqueda de los distintos temas.
Nuestro reconocimiento a la Sra. Helga Willer que computarizó y corri-
gió íntegramente los manuscritos; a la Sra. Silvia Birolo por la diagrama-
ción y el diseño y a los Sres. Roberto y Sergio Arrojo de Grafmor S. A. por
el esfuerzo puesto en la impresión y presentación de este libro.
Gracias a todos los que colaboraron en la realización de esta obra y a los
médicos y estudiantes las sugerencias que nos permitieron mejorarla. Tal
como ya fue expresado en el prólogo de la primera edición nuestra inten­
ción y la del grupo de colaboradores es mantenerla vigente y actualizada
en futuras ediciones.

Ornar J. Palmieri
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Contenido

Autor, coautores y colaboradores.................................................................... VII


Prólogo de la primera edición ...........................................................................XI
Prólogo de la tercera edición ..........................................................................XIII

1 - Introducción al estudio de las enfermedades infecciosas........................ 3


2 - Glosario de términos epidem iológicos........................................................7
3 - Fiebre de origen desconocido..................................................................... 13
4 - Diagnóstico bacteriológico..........................................................................27
5 - Antimicrobianos.............................................................................................37
6 - Profilaxis en infectología..............................................................................59
7 - Inmunoprofilaxis............................................................................................67
8 - Sepsis............................................................................................................... 83
9 - Endocarditis infecciosas............................................................................... 97
10 - Infecciones del tracto respiratorio superior............................................ 107
11 - Infecciones del tracto respiratorio inferior.............................................. 115
1 2 - Infecciones nosocomiales............................................................................129
13 - Infecciones urinarias................................................................................... 133
14 - Infecciones perineales.................................................................................143
15 - Abscesos del sistema nervioso central.................................................... 151
16 - Meningitis..................................................................................................... 157
7 7 - E ncefalitis.................................................................................................... 171
18 - O steom ielitis................................................................................................175
19 - Artritis infecciosas......................................................................................179
20 - Generalidades de zoonosis ........................................................................ 183
21 - Enfermedades exantemáticas....................................................................185
22 - Infecciones abdominales ........................................................................... 195
23 - Enfermedades por venenos de animales................................................. 203
24 - Enfermedades de transmisión sexual .................... .............................. 209
25 - Enfermedad pelviana inflamatoria........................................................... 221

26 - Diarreas infecciosas ..................................................................................... 225


27 - Infecciones de la piel y partes blandas.......................................................235
28 - Infecciones oculares......................................................................................245
-m 29 - Infecciones en el paciente inmunocomprometido.................................. 259
%
m Segunda parte
m Infecciones virales

# 30 - Mononucleosis infecciosa ..........................................................................279


31 - R a b ia ...............................................................................................................285
32 - Fiebre hemorrágica argentina .................................................................... 291
« 33 - Hepatitis v ira les............................................................................................ 297
# 34 - Infecciones por enterovirus ........................................................................ 307
35 - Parotiditis ep id ém ica................................................................................... 311
# 36 - Influenza........................................................................................................ 315
m 37 - Dengue ........................................................................................................... 321
38 - Enfermedades por Hantavirus ................................................................... 327
m 59 - Enfermedades por virus de la familia Herpesviridae ............................335
# 40 - Fiebre am arilla.............................................................................................. 343
41 - Enfermedad por el virus de la inmunodeficiencia
<•
humana (HlV/sida) .......................................................................................347
<• 42 - HlV/sida en la infancia ............................................................................... 403
43 - Síndrome agudo respiratorio grave .......................................................... 413
(•
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ViTercer^ parte
In fe c ció iitó

44 - Leptospirosis ................................................................................................. 419


45 - A ctinom icosis................................................................................................429
« 46 - Nocardiosis ....................................................................................................433
47 - Enfermedades por rickettsias .....................................................................437
!• 48 - Enfermedad por arañazo de g a t o ...............................................................443
(• 49 - Enfermedad de L y m e ...................................................................................447
50 - Infecciones por anaerobios .........................................................................451
(•
5 } - C ó lera ..............................................................................................................461
t« 52 - Fiebre tifoidea y otras salm on elosis......................................................... 465
53 - Shigelosis ....................................................................................................... 473
' !•
54 - Infecciones por clamidias ........................................................................... 477
55 - Tos ferina.........................................................................................................483
!• 56 - Legionelosis .................................................................................................. 487
57 - Tuberculosis .................................................................................................. 491
>•
(•
XVI

58 - Carbunco ........................................................................................................ 505


59 - Brucelosis .......................................................................................................511
60 - Lisieriosis .......................................................................................................521
61 - Fiebre Q ..........................................................................................................525
62 - Difteria .......................................... .............................................................. 529
63 - Tétanos ............................................................................................................535
64 - Botulismo .......................................................................................................543
65 - Lepra ............................................................................................................... 547

Cuarta parte
Infecciones m icóticas y p o r algas

66 - Generalidades de micología m é d ic a .........................................................557


67 - Candidiasis .....................................................................................................565
68- Histoplasmosis ...............................................................................................575
69 - Paracoccidioidomicosis ...............................................................................581
70 - Coccidioidomicosis ......................................................................................587
71 - Criptococosis .................................................................................................591
72 - Blastomicosis ................................................................................................ 597
73 - Aspergilosis ................................................................................................... 601
74 - Esporotricosis ................................................................................................607
75 - Mucormicosis ................................................................................................ 611
76 - Micetomas ......................................................................................................615
77 - Neumocistosis ............................................................................................... 621
78 - Prototecosis (Algosis) ..................................................................................627

79 - Paludism o........................................................................................................635
80 - Enfermedad de C hagas.................................................................................645
81 - Toxoplasm osis................................................................................................655
82 - Leishm aniosis................................................................................................ 663
83 - B abesiosis....................................................................................................... 669
84 - Microsporidiosis............................................................................................673
85 - Infecciones por amebas de vida lib re........................................................ 675
86 - Esquistosom osis.............................................................................................679
87 - Fasciolosis.......................................................................................................683
88 - Paragonimosis................................................................................................ 687
89 - Capilariosis.....................................................................................................689
90 - Angiostrongilosis...........................................................................................691
VIII

91 - H idatidosis..................................................................................................... 693
92 - Triquinosis ......................................................................................................
93 - Cisticercosis ................................................................................................... 703
94 - Oncocercosis ..................................................................................................707
95 - Parasitosis intestinales ................................................................................. 711
96- Miasis .............................................................................................................. 731
97 - Síndromes de larva migrans .......................................................................735

índice alfabético......................................................................... 739


1 "

Primera parte
Generalidades
Síndromes clínicos
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Introducción al estudio
de las enfermedades infecciosas
Ornar J. Palmieri

En los últimos años se han realizado importan­ una enfermedad es importante tener en cuenta el
tes avances en el conocim iento de las enferme­ ciclo biológico de los distintos microorganismos.
dades infecciosas en cuanto a su etiología, diag­ Las enfermedades infecciosas cumplen duran­
nóstico, tratamiento y prevención; no obstante te su evolución distintos períodos: incubación,
ello, aún constituyen uno de los problemas más invasión, estado y convalecencia. Las formas clí­
frecuentes en la práctica médica, y también, son nicas que originan pueden ser inaparentes o
las responsables de una elevada morbimortalidad. asintomáticas, leves, graves y mortales.
Las enfermedades infecciosas pueden compro­
meter distintos aparatos y sistemas del organis­
HISTORIA CLÍNICA
mo, por lo tanto, deben ser conocidas no sólo por
e! infectólogo, sino que todos los médicos dedi­ La historia clínica es el elemento fundamental
cados a la atención de pacientes tendrán que diag­ para llegar al diagnóstico, tanto en pacientes con
nosticar y luego tratar distintas infecciones. És­ enfermedad infecciosa, com o en los que pade­
tas, están producidas por una gran variedad de cen afecciones debido a otras etiologías.
microorganismos tales como virus, bacterias, hon­
gos y parásitos los que ingresan al organismo A n teced en tes h ered itarios. Pueden revelar
vehiculizados por aire, agua, alimentos, vectores condiciones que predisponen a las enfermedades
artrópodos, inyecciones, transfusiones, objetos infecciosas tales com o diabetes, alergia, asma,
inanimados (fóm ites), elem entos que producen talasemia, inmunodeficiencias y otras.
heridas traumáticas o quirúrgicas, hombre a hom­
bre o de los animales al hombre (zoonosis). Los A ntecedentes personales. Son también de par­
reservorios de dichos patógenos constituyen el ticular valor y deben incluir el interrogatorio so­
punto de partida de la infección para el hospede­ bre enfermedades padecidas, puesto que algunas
ro susceptible, ya sea el hombre, los animales o confieren inmunidad permanente, mientras que
los vegetales. El tiempo en el cual se transmite el otras se caracterizan por la recidiva. Se interro­
agente infeccioso en forma directa o indirecta de gará sobre antecedentes de vacunaciones, trans­
persona infectada a sana, o de animal infectado a fusiones, heridas, operaciones, hábitos sexuales,
persona sana, o de persona infectada a animales viajes, drogadicción y consumo de medicamen­
se denomina período de transmisibilidad. A fm tos, en particular analgésicos, antiinflamatorios,
de conocer las posibilidades de transmisión de corticosteroides y antimicrobianos. Respecto de
a P rim era parte - G eneralidades - Síndrom es clínicos

estos últimos se tendrá en cuenta la posibilidad ratura baja a lo normal una vez por día. Si la va­
de generar resistencia microbiana, dificultar la riación es muy grande, fiebre en picos o en agu­
búsqueda del agente etiológico a través de los jas, se denomina fie b re héctica y se observa en
exámenes microbiológicos, favorecer la aparición abscesos, infecciones piógenas y tuberculosis en­
de sobreinfecciones bacterianas o micóticas e in­ tre otras.
cluso provocar fiebre por medicamentos. Los Fiebre rem itente. Es la que disminuye en ge­
analgésicos, los antiinflamatorios y los corticos- neral por las mañanas, pero sin llegar a valores
teroides pueden normalizar o modificar la curva normales. Se observa en supuraciones, bronco-
febril y ocultar otros síntomas orientadores y ade­ neumonía y otras.
más, predisponer a la aparición de distintos pa­ Fiebre ondulante. S t caracteriza por períodos
decimientos infecciosos y no infecciosos. febriles cortos con intervalos de uno a varios días
de temperatura normal. Se constata en el paludis­
A ntecedentes epidem iológicos. Pueden llevar mo, brucelosis, endocarditis bacteriana, enferme­
por sí mismos al diagnóstico de la enfermedad dad de Hodgkin (fiebre de Pel-Ebstein), infec­
infecciosa o a una firme sospecha sobre la m is­ ciones piógenas e infecciones canaliculares como
ma. Éstos, son una parte importantísima de la ana­ las de las vías biliares o urinarias. En este último
mnesis; se preguntará sobre el lugar de nacimien­ caso, en general, la infección se ve favorecida
to, la residencia habitual y los viajes a zonas en­ por la obstrucción de alguna de estas vías, que
démicas. Para evaluar estos dalos es preciso te­ cuando se debe a litiasis y la obstrucción es in­
ner conocimiento de la geografía médica y de los termitente, la fiebre baja al restituirse la permeabi­
períodos de incubación de las enfermedades que lidad de los conductos.
pudieron haberse contraído. Otros aspectos a in­ Fiebre recurrente. Se caracteriza por alternar
terrogar son los antecedentes de posibles contac­ períodos de fiebre continua de 5 días o más, se­
tos con personas o animales enfermos o muertos, guidos de otros tantos días de apirexia. Se obser­
vectores artrópodos, presencia de roedores, carac­ va en infecciones crónicas con episodios de bac-
terísticas de la vivienda, servicios sanitarios, epi­ teriemia.
demias, incursiones recreativas o accidentales en Hay que enfatizar en que la fiebre no siempre
ríos o arroyos, agua de consumo, alimentos y los es causada por un proceso infeccioso, por lo tan­
antecedentes de haber estado en áreas endémicas. to, no debe asociarse con un intempestivo trata­
miento antimicrobiano. La inflamación y el do­
E nferm edad actual. Es el padecimiento que lor tampoco, aunque sea evidente la tétrada de
lleva a la consulta, es lo primero que hay que in­ C elso (dolor, rubor, calor, tumor); a veces se de­
terrogar y son básicas las preguntas sobre cómo ben a colagenopatías, ataque agudo de gota, etc.
y cuándo com enzó, si tomó medicamentos antes El descenso de la fiebre puede ser brusco o en
(fiebre por medicamentos) o después del com ien­ crisis, o gradual o en lisis.
zo de la enfermedad (reacciones de hipersensi- La hipertermia es el aumento de la temperatu­
bilidad, m odificación de la evolución de la m is­ ra sin la intervención de citocinas pirógenas y es
ma, deterioro de la inmunidad o la presencia de debido a mayor producción de calor con menor
microorganismos de selección). Habitualmente la disipación, o disregulación, en cambio fiebre es
fiebre es el motivo de la consulta, y de sus carac­ la elevación de la temperatura mediada por cito­
terísticas sé pueden obtener elem entos orien­ cinas pirógenas com o respuesta a microorganis­
tadores del diagnóstico; puede ser continua, in­ mos u otros pirógenos; y síndrome febril es una
termitente, remitente, ondulante o recurrente. respuesta fisiológica compleja con componentes
F iebre continua. Es la que presenta pocas va­ sistém icos, inm unológicos y endocrinos donde
riaciones diarias, las que no llegan a 1® C. Puede además de fiebre, hay taquicardia, taquipnea, su-
observarse en la fiebre tifoidea, endocarditis in­ doración, mal estado general, etc. En cuanto a la
fecciosa y otras enfermedades septicém icas. temperatura normal y otras causas de síndromes
Fiebre interm itente. Se la puede definir como febriles se estudiarán en los capítulos siguientes
una exageración del ritmo circadiano. La tempe­ (ver el capítulo Fiebre de origen desconocido).
C apitulo 1 - Introducción al estudio de las enferm edades infecciosas □

A pa ra to circulatorio. Hipotensión, hiperten­


EXAMEN FÍSICO
sión, bradicardia, taquicardia, soplos, frote o de­
El examen físico del enfermo infeccioso no di­ rrame pericárdico, insuficiencia cardíaca.
fiere del examen clínico exhaustivo que siempre A parato respiratorio. Tos, expectoración, he­
debe realizarse en todo paciente. La enumeración moptisis, síndromes de condensación, cavitario
pormenorizada del examen sem iológico se deta­ o de derrame pleural.
llará en los capítulos correspondientes a cada en­ A bdom en. Dolor localizado o generalizado,
fermedad, pero se recuerda la importancia que vientre en tabla, ascitis, hepatomegalia, espleno-
tienen para el diagnóstico de las enfermedades megalia, circulación colateral.
infecciosas los siguientes aspectos de la explora­ R egión perineal. Abscesos, úlceras, erosiones,
ción física. tumores o fístulas anales, perianales o genitales.
Piel. Palidez, cianosis, exantemas, vesículas, A p a ra to osteo m u scu lo a rticu la r. Impotencia
ampollas, ictericia, linfangitis, petequias, equi­ funcional, dolor, edemas, artralgias, derrame ar­
mosis, úlceras, nódulos, costras, lesiones vege­ ticular, contractura muscular, osteom ielitis fistu-
tantes, fístulas. Placas eritematosas, acrómicas, lizada o no.
infiltradas o anestésicas. Sistem a nervioso. Signos m eníngeos (Kernig
Tejido celular subcutáneo. Nódulos, abscesos, y Brudzinski), rigidez de nuca, posición en gati­
edema, fibrosis cicatrizal. llo de fusil, síndrome de hipertensión endocra-
G anglios. Adenomegalias únicas o múltiples, neana, síndrome encefalítico, punción lumbar o
duras ñuctuantes, dolorosas a la palpación o no, cistem al, LCR.
con tendencia a fistulizar a piel o no.
Parótidas. Parotiditis epidémica, única o bila­
CONSIDERACIONES DIAGNÓSTICAS
teral, con o sin submaxilitis agregada o parotiditis
bacteriana con secreción purulenta a nivel de la Con los datos obtenidos en el interrogatorio y
desembocadura de los conductos excretores de las en el examen físico se tratará de llegar a un d ia g ­
glándulas salivares (Stensen o Stenon y Warthon). nóstico sindrom ático (síndrome septicémico, me­
Tiroides. Aumento de tamaño y consistencia, níngeo, encefalítico, diarreico, disentérico, etc.)
dolor a la palpación. Tiroiditis subaguda, tiroidi- y a partir de allí, a través de los exámenes comple­
tis aguda, abscesos. mentarios, arribar al diagnóstico etiológico para
Ojos. Conjuntivitis, palidez, ictericia, hemorra­ así poder establecer una terapéutica racional.
gias subconjuntivales, m iosis, midriasis, paráli­ En todos los casos hay que considerar el d ia g ­
sis oculares, trastornos de la visión. nóstico diferencial. Éste, debe abarcar las enfer­
Fondo de ojos. Hemorragias, exudados, ingur­ medades infecciosas y no infecciosas en la for­
gitación o trombosis venosa, obstrucción de ar­ ma más amplia posible.
terias retinianas, edema de papila.
Oídos. Supuración, dolor, congestión o perfo­
EXÁM ENES COMPLEMENTARIOS
ración del tímpano, vesículas en el conducto au­
ditivo externo. Los exám enes com plem entarios serán orienta­
N ariz. Deformación de la pirámide nasal, obs­ dos de acuerdo con el diagnóstico sindromático
trucción, perforación del tabique, epistaxis, rino- y la sospecha etiológica: radiografías, ecografías,
rrea, fístula de LCR. TC, RM, centellografías (gammagrafías), hemo-
Boca. Estado de la dentadura, lesiones de la grama, eritrosedimentación, uremia, glucemia,
mucosa yugal o gingival, focos sépticos, enfer­ proteinograma, serologías (V D R L, FTA Abs,
medad periodontal, úlceras, tumores, perforación HIV, brucelosis, Chagas, psitacosis, etc.). Exá­
o lesiones infiltrativas del paladar. menes de LCR, líquido pleural, líquido ascítico,
Faringe. Congestión, exudados, pseudomembra- punción de abscesos u otras colecciones.
nas, lesiones ulcerosas, necróticas o ulceronecróticas. Exámenes bacteriológicos. Exámenes directos (en
Cuello. Congestión venosa, edema, latidos arte­ fresco y con coloraciones de Ziehl-Neelsen, Gram
riales, adenopatías nucales o en cadena carotídea. o Giemsa), cultivos (sangre, médula ósea, materia
□ Prim era parte - Generalidades - Síndromes clínicos

fecal, LCR, orina), identificación del microorga­ dad funcional parcial o total de los órganos invo­
nismo. pruebas de sensibilidad in vitro, antige- lucrados o la muerte del enfermo.
nemia, reacción en cadena de la polimerasa (PCR).
Estudios virológicos. Exámenes directos, cul­
TRATAMIENTO
tivos, serología, PCR, carga viral.
Exámenes parasitológicos. Materia fecal, san­ Sin diagnóstico no hay tratamiento ni pronósti­
gre, orina, directo, enriquecimiento, serología. co. No deben prescribirse antimicrobianos hasta
Estudios micológicos. Directo, cultivos, serolo­ no tener el diagnóstico etiológico o por lo menos
gía, antigenemia, antigenuria, antigenorraquia. haber recogido las muestras para los estudios
Biopsias. Serán remitidas para su estudio histo- microbiológicos y posteriormente la realización de
patológico en los líquidos fijadores habituales, o las pruebas de sensibilidad in vitro (antibiograma,
en los que indique el patólogo de acuerdo con la CIM, CBM, poder bactericida del suero, etc.).
sospecha diagnóstica; y además, otra parle será En los distintos capítulos de este libro se am­
enviada en tubo seco, estéril, o en solución fisioló­ pliarán los conceptos que aquí sólo se han enun­
gica, para los estudios microbiológicos correspon­ ciado a fin de establecer generalidades sobre el
dientes. También el microbiólogo debe ser infor­ enfoque del enfermo infeccioso.
mado del posible patógeno para así orientar su
búsqueda a través de coloraciones especiales, me­ PROFILAXIS
dios de cultivo adecuados u otros estudios.
La prevención es una de las funciones más im­
portantes del médico. Se deberá interrogar sobre
PRONÓSTICO
las vacunas recibidas y luego completar el esque­
El pronóstico está en relación directa con la ma de vacunaciones de acuerdo con la edad, los
exactitud del diagnóstico y el correcto manejo estudios serológicos y la posibilidad de viajes a
terapéutico. No siempre puede establecerse un zonas endémicas. El amplio espectro de la pre­
pronóstico acorde con la evolución, dada la po­ vención incluye el agua, los alimentos, los vec­
sibilidad de situaciones imprevisibles o poco pre­ tores artrópodos y toda otra posibilidad de llevar
visibles que lo cambien en forma diametralmen­ la enfermedad de hombre a hombre, de animal a
te opuesta. El pronóstico incluye la curación sin hombre (zoonosis), a través de transfusiones,
secuelas, la curación con secuelas en la capaci­ hábitos sexuales, prácticas quirúrgicas; etc.

B ib lio g r a fía ------------------------------


Betts RF, Chapman SW y Penn RL. Enfermedades Infec­ Mandell GL, Bennett JE y Oolin R. Enfermedades Infeccio­
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Glosario de términos epidemiológicos
Ángela Spagnuolo de Gentile
Ornar J. Palmieri

:/5Trr- .

Agente infeccioso: es todo organismo (virus, donde no sea un problema fundamental de salud
rickettsia, bacteria, hongo, protozoo o helminto) pública.
capaz de producir una infección o una enferme­
dad infecciosa. Educación para la salud: proceso mediante
el cual las personas y grupos aprenden a fomen­
Cobertura: en epidemiología, es la magnitud tar, proteger o restablecer la salud.
en la cual los servicios ofrecidos cubren las ne­ La educación para la salud comienza con las
cesidades potenciales de salud en una comuni­ personas tal como son, con los intereses que pu­
dad. Se expresa con una relación en la cual el dieran tener para mejorar sus condiciones de vida.
numerador es el número de servicios brindados
y el denominador el número de casos en los que Efícacia: el grado en el cual una intervención
el servicio debió haberse prestado. específica, procedimiento, régimen o servicio
produce un resultado beneficioso en condiciones
Cobertura de vacunación: es el porcentaje de óptimas.
la población objeto que ha sido vacunada.
Eficiencia: son los efectos o resultados fínales
Contacto: cualquier persona o animal cuya re­ alcanzados en relación con el esfuerzo invertido
lación con un individuo o animal infectado, o con en términos de dinero, recursos y tiempo.
un ambiente contaminado, genere la posibilidad
de contraer el agente infeccioso. Elim inación: nivel intermedio de impacto en­
tre control y erradicación.
Contaminación: presencia de un agente infec­
cioso en la superficie del cuerpo, y en vestimen­ Endemia: es la presencia continua de una en­
ta, ropas de cama, juguetes, instrumentos quirúr­ fermedad o un agente infeccioso dentro de una
gicos, apósitos u otros objetos inanimados o sus­ zona geográfica determinada. También puede
tancias, incluso el agua y los alimentos. denotar la prevalencia habitual de una enferme­
dad particular en el interior de esa zona. El tér­
Control: para ejercer restricción o regulación, mino hiperendemia significa la transmisión in­
para corregir o restaurar a lo normal. Aplicado a tensa y persistente, y holoendemia, un nivel ele­
las enfermedades, el término «control» describe vado de infección que comienza a panir de una
las operaciones o procedimientos dirigidos a re­ edad temprana y afecta a la mayor parte de la
ducir la prevalencia de la enfermedad a un nivel población.
8 □ Prim era parte - Generalidades - Síndromes clínicos

Enferm edad infecciosa: es una enfermedad finición de procedimientos uniformes, la reali­


clínicamente manifiesta del hombre o de los ani­ zación de actividades conjuntas, y la determina­
males, resultado de la penetración y multiplica­ ción de indicadores de planeamiento y evaluación.
ción de un microorganismo. La estrategia sigue una política determinada.

Enfermedad transmisible: es cualquier enfer> Fuente de infección: es la persona, animal, ob­


medad causada por un agente infeccioso especí­ jeto o sustancia de la cual el agente infeccioso
fico o sus productos tóxicos, que se manifiesta pasa a un huésped. La fuente de infección debe
por la transmisión del mismo agente o sus pro­ distinguirse netamente de la fuente de contami­
ductos, de una persona o animal infectados o de nación, como sería la que produce el derrame de
un reservorio a un huésped susceptible, en forma una fosa séptica en un abastecimiento de agua, o
directa, o indirecta por medio de un huésped in­ la causada por un cocinero infectado al preparar
termediario, de naturaleza animal o vegetal, de una comida.
un vector o dei medio ambiente inanimado.
Huésped u hospedero: es una persona o ani­
Epidemia: es la manifestación, en una colec­ mal vivo, incluso aves y artrópodos, que en cir­
tividad o región, de un grupo de casos de alguna cunstancias naturales (en comparación con las
enfermedad que excede netamente de la inciden­ experimentales) permiten la subsistencia o el alo­
cia normal prevista en igual tiempo y lugar. El jamiento de un agente infeccioso. El huésped que
número de casos que indica la existencia de una sirve de vehículo es un vector en el cual el orga­
epidemia varía con el agente infeccioso, con el nismo permanece vivo.
tamaño y las características de la población ex­
puesta, con su experiencia previa o la falta de ex­ Impacto: en administración, los indicadores de
posición a la enfermedad, y con el sitio y la épo­ impacto o resultado son los utilizados para eva­
ca del año en que se presenta. Por consiguiente, luar el nivel de salud alcanzado com o conse­
la epidemicidad guarda relación con la frecuen­ cuencia de la intervención. Se busca identificar
cia común de la enfermedad en la misma zona, las variaciones y cambios, a los niveles de enfer­
entre la población especificada y en la misma medad, invalidez o muerte en la comunidad, pro­
estación del año. La aparición de un solo caso de ducidos por la nueva estrategia basada en el enfo­
una enfermedad transmisible que durante un lap­ que del riesgo. Este tipo de indicadores requiere,
so prolongado no había afectado a una población en muchas ocasiones, un largo período, ya que
o que invade por primera vez una región en la que los cambios en la reducción de las tasas de mor­
no había sido identificada, requiere notificación talidad y la morbilidad se expresan con mayor cla­
inmediata e investigación epidemiológica; la ma­ ridad a mediano plazo. No obstante el inconve­
nifestación de dos casos de una enfermedad de esa niente del tiempo, este tipo de indicadores es efec­
naturaleza en los que exista una relación de lugar tivo y directo para evaluar el impacto de las inter­
y tiempo constituye una prueba suficiente de trans­ venciones a nivel de la salud de la población.
misión para que se la considere epidémica.
La diferencia entre brote y epidemia consiste Indicador: es una medida o concepto de infor­
en la existencia de relación entre los casos; en un mación, que permite caracterizar un problema o
brote los casos están relacionados entre sí, mien­ condición por medio de una definición operacio-
tras que una epidemia es de mayor magnitud y nal cuantitativa o cualitativa. Los indicadores se
los casos no están relacionados. expresan típicamente como porcentaje, tasa y ra­
zones o conceptos, con el fin de efectuar las compa­
Estrategia: diagnóstico y previsión de recur­ raciones necesarias. Un indicador del nivel de sa­
sos y variables para establecer prioridades. Pro­ lud de la población es la tasa de mortalidad general.
cedimiento para alcanzar el objetivo. Cuando se
trata de conocer y atender comunidades no cu­ Individuo infectado: es la persona o animal
biertas por los servicios, la estrategia incluye de­ que alberga un agente infeccioso y que presenta
Capítulo 2 “ Glosario de términos epidemiológicos □

signos de la enfermedad (paciente o enfermo) o contraerán. El concepto se refiere a la resistencia


una infección inaparente. Una persona o animal de un grupo de población a la diseminación de
infeccioso es aquel de quien puede adquirirse el un agente infeccioso, sobre la base de la inmuni­
agente infeccioso en condiciones naturales. dad de una proporción de individuos del grupo.

Individuo inmune: es la persona o animal que N otificación de una enfermedad: es la comu­


posee anticuerpos protectores específicos o in­ nicación oficial a la autoridad correspondiente de
munidad celular, como consecuencia de infección la existencia de una enfermedad transmisible o
o inmunizaciones previas. de otra naturaleza, en el hombre o en los anima­
les. Las enfermedades del hombre se notificarán
Infección: es la penetración y el desarrollo o a la autoridad local de salud, y si se trata de en­
multiplicación de un agente infeccioso en el or­ fermedades de los animales, al servicio veterina­
ganismo de una persona o animal. Infección no rio agrícola o de sanidad agropecuaria. Algunas
es sinónimo de enfermedad infecciosa; el resul­ enfermedades de los animales que también son
tado puede ser inaparente o manifiesto. transmisibles al hombre se notificarán a ambas
autoridades. Cada jurisdicción elabora una lista
Infección inaparente: es la presencia de in­ de enfermedades cuya notificación cumple con
fección en un huésped sin que aparezcan signos sus requisitos particulares.
o síntomas clínicos manifiestos. También se deben notificar los casos sospecho­
sos de enfermedades de importancia particular
Inmunidad: es el estado de resistencia en ge­ para la salud pública, por lo general las que re­
neral asociado con la presencia de anticuerpos o quieren investigación epidemiológica o el inicio
células que poseen una acción específica contra de medidas específicas de control.
el microorganismo causante de una enfermedad Además de la notificación sistemática de de­
infecciosa. La inm unidad pasiva se adquiere en terminadas enfermedades, se exige la notificación
forma natural por transmisión transplacentaria especial con regularidad de todas las epidemias
desde la madre, o en forma artificial por inocula­ o brotes de enfermedades, aun de aquellas que
ción de anticuerpos protectores específicos (pro­ no aparecen en las listas de enfermedades de no­
venientes de animales inmunizados, suero de con­ tificación obligatoria.
valeciente o gammaglobulina humana inmune);
es breve, sólo dura días a meses. La inm unidad Paciente o enfermo: cualquier persona que su­
humoral activa, que suele durar años, puede ad­ fre una enfermedad.
quirirse por mecanismos naturales, como conse­
cuencia de una infección, con manifestaciones Patogenícidad: es la capacidad de un agente
clínicas o sin ellas, o en forma artificial, por ino­ infeccioso de producir enfermedad en un hués­
culación del propio agente, muerto, modificado, ped susceptible.
o de fracciones o productos de tal agente. La in­
munidad efectiva depende de la inm unidad celu­ Portador: es una persona o animal infectado
lar, que se adquiere por sensibilización de los que alberga un agente infeccioso específico de una
linfocitos T, y la inm unidad humoral^ que se basa enfermedad sin presentar signos o síntomas clíni­
en la respuesta de los linfocitos B. cos de ella, por lo que constituye una fuente de
infección. El estado de portador puede generarse
Inmunidad de grupo: cuando en una pobla­ en un individuo en el curso de una infección ina­
ción la mayoría de los individuos son inmunes a parente (en estos casos suele denominársele por-
enfermedades com o sarampión, difteria, tos tador sano o portador asintomático), o durante el
ferina o poliomielitis, se interrumpe la cadena de período de incubación, la fase de convalecencia y
transmisión. Los pocos individuos que no son la posconvalecencia de infecciones que se mani­
inmunes difícilmente entren en contacto con al­ fiestan clínicamente (por lo general llamado p o r­
gún caso de la enfermedad, por lo tanto no la tador en incubación o portador convaleciente.
10 o Primera parte - Generalidades - Síndromes clínicos

respectivamente). En una y otra circunstancia, el Susceptible: es cualquier persona o animal del


estado de portador puede ser breve o prolongado que se supone que no posee suficiente resisten­
(portadores íemporales o transitorios, o crónicos). cia contra un agente patógeno determinado, que
lo proteja contra la enfermedad si llega a estar en
Período de incubación: es el tiempo que trans­ contacto con el agente.
curre entre la exposición a un agente infeccioso
y la aparición del primer signo o síntoma de la Táctica: elección de una acción para intentar

-m enfermedad de que se trate o, en el caso de un


vector, de la primera vez que es posible la trans­
misión (período de incubación extrínseco).
resolver un problema concreto (estrategia).

Tasa: es una proporción que permite estable­


cer la relación entre la ocurrencia de un aconte­
Período de transm isibilídad: lapso o lapsos cimiento en la población en riesgo durante un
durante los cuales el agente infeccioso puede período definido. En epidemiología las tasas son
transferirse directa o indirectamente de una per­ herramientas básicas para el estudio de la frecuen­
sona infectada a otra, de un animal infectado al cia de las enfermedades.
hombre, o de un hombre infectado a un animal, Existen dos tipos: lasas brutas y tasas especí­
incluso artrópodos. fic a s. Las primeras se refieren a acontecimientos
Algunas enfermedades son más transmisibles generales y tienen como denominador la pobla­
durante el período de incubación que durante el ción total; en cambio, las segundas correspon­
curso propiamente dicho. den a un acontecimiento en particular en un de­
terminado grupo de población.
Resistencia: es el conjunto de mecanismos cor­
porales que sirven de defensa contra la invasión Tasa de ataque o tasa de casos: es una tasa de
o multiplicación de agentes infecciosos, o contra incidencia que se usa a menudo para determina­
los efectos nocivos de sus productos tóxicos. La dos grupos específicos, observados durante pe­
resistencia inherente es la capacidad para resistir ríodos limitados y en circunstancias especiales,
i#
una enfermedad, con independencia de los anti­ como en una epidemia, que suele expresarse en
cuerpos o de la respuesta específica de los teji­ porcentajes (casos por 100). En materia de en­
dos; por lo general depende de las características fermedades transmisibles, la tasa de ataque se­
anatómicas o fisiológicas del huésped, y puede cundario expresa el número de casos entre los
ser genética o adquirida, permanente o temporal. contactos familiares o en instituciones, produci­
Sinónimo: inmunidad no específica. dos dentro del período de incubación aceptado,
después de la exposición a un caso primario, en
Sistem a de información: es una combinación relación con el total de esos contactos. Puede li­
de estadísticas vitales y de salud, de múltiples mitarse a los contactos susceptibles si es que és­
orígenes, que sirven para derivar información tos se pueden identificar. La lasa de infección
acerca de salud, recursos de salud, costos de uso expresa la incidencia de casos manifestados y
de los servicios de salud y los resultados del uso asintomáticos.
por la población de una jurisdicción específica.
El término puede describir la liberación automá­ Tasa de incidencia: es la razón entre el núme­
tica de información almacenada en computadoras ro de casos nuevos de una enfermedad específi­
en respuesta a un estímulo programado. Por ejem­ ca, diagnosticados o notificados en el curso de
plo; los padres pueden ser notificados cuando sus un período determinado (numerador) y el núme­
niños deben recibir la dosis de vacuna contra ro de individuos en la población en que ocurren
agentes infecciosos. (denominador). Por lo general se expresa en tér­
mino del número de casos por 1.000 o 100.000
Sospechoso: es una persona cuya historia clíni­ habitantes y por año. Esta tasa puede ser especí­
ca y síntomas sugieren que pudiera tener o que está fica por sexo o edad, o por cualquier otra carac­
desarrollando alguna enfermedad transmisible. terística o subdivisión de la población.
Capítulo 2 - Glosario de términos epidemiológicos □ 11

Tasa de letalidad: es la razón, expresada por Transmisión de agentes infecciosos: cualquier


lo general en forma de porcentaje, del número de mecanismo por el cual un agente infeccioso se
personas diagnosticadas como casos de una en­ propaga, desde una fuente o reservorio hasta una
fermedad particular y el número que ha fallecido persona. Estos mecanismos son los siguientes:
como consecuencia de esa enfermedad. La tasa de a) Transmisión directa: es la transferencia di­
letalidad debe diferenciarse con claridad de la tasa recta y en esencia inmediata de agentes infeccio­
de mortalidad. Sinónimos: porcentaje de letalidad, sos a una puerta de entrada receptiva, por donde
tasa de morbiletalidad. La tasa de letalidad es un se producirá la infección del hombre o del ani­
indicador de gravedad de la enfermedad. mal. Ello puede ocurrir por contacto directo como
tocar, morder, besar o tener relaciones sexuales,
Tasa de morbilidad: es la tasa de incidencia o por proyección directa (diseminación de goti-
que expresa el número de personas de una pobla­ tas), en las conjuntivas o en las membranas mu­
ción determinada que se enferman durante un pe­ cosas de los ojos, nariz o boca, al estornudar,
ríodo dado. La población puede circunscribirse a toser, escupir, cantar o hablar (por lo general la
un grupo específico según sexo, edad u otras ca­ diseminación de las gotitas se circunscribe a un
racterísticas. radio de un metro o menos).
b) Transmisión indirecta:
Tasa de mortalidad: es una tasa calculada de 1. Mediante vehículos de transmisión: obje­
la misma forma que la de incidencia, que tiene tos o materiales contaminados, como juguetes,
como numerador el número de defunciones ocu­ pañuelos, ropa sucia, ropa de cama, utensilios-de
rridas en la población durante un período deter­ cocina y de mesa, instrumentos quirúrgicos y
minado, en general un año. La tasa total o bruta apósitos (contacto indirecto); agua, alimentos,
de mortalidad incluye las muertes por todas las leche, productos biológicos, inclusive sangre,
causas y se expresa como el número de defuncio­ suero, plasma, tejidos u órganos; o cualquier sus­
nes por 1.000 habitantes, mientras que la tasa de tancia que sirva de conducto intermedio por el
mortalidad específica por una enfermedad determi­ cual el agente infeccioso se transporta a un hués­
nada sólo incluye las muertes por una sola enfer­ ped susceptible y se introduce por una puerta de
medad y por lo general se expresa por 100.000 entrada apropiada. Antes de ser transmitido, el
personas. La población base puede definirse según agente pudo haberse multiplicado o desarrollado
sexo, edad u otras características. La tasa de mor­ en el vehículo, o no.
talidad no debe confundirse con la de letalidad. 2. Por intermedio de un vector.
c) A través d el aire: es la diseminación de
Tasa de prevalencia: es un coeficiente que se aerosoles microbianos transportados hacia una
obtiene usando como numerador el número de puerta de entrada adecuada, por lo regular las vías
personas enfermas (casos nuevos y antiguos) que respiratorias.
presentan cierto trastorno en una población es­ 1. Núcleos de gotitas
pecífica y en un momento determinado (preva­ 2. Polvo
lencia en un punto), o durante un período prede­
terminado (prevalencia en un período), con in­ Virulencia: es el grado de patogenicidad de un
dependencia de la fecha en que comenzó la en­ agente infeccioso, indicado por la tasa de letalidad,
fermedad o el trastorno, y como denominador, el y por su capacidad para invadir y lesionar los te­
número total de personas de esa población. jidos del huésped, o ambos parámetros.

B ib lio g rafía------------------------------
Benenson AS. El control de las enfermedades transmisibles. Epidemiología clínica. 2* ed. Interamericana/McGraw-
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Fiebre de origen desconocido
Ornar J. Palmieri

Con frecuencia creciente el médico se enfren­ T em peratura norm al. La temperatura cor­
ta con casos de fiebre prolongada de difícil diag­ poral normal, medida en la boca o en el recto, se
nóstico. A pesar de algunos cambios que puedan considera que es 37®C. La temperatura axilar sue­
introducirse en la definición clásica que propo­ le ser 0,6°C más baja; no obstante, la temperatu­
nen Petersdorf y Beeson -e n la excelente revi­ ra normal es variable entre individuos sanos. Al<
sión de 100 casos publicada en 1961-, a los fmes gunas personas, sobre todo adultos jóvenes y mu­
prácticos esta última continúa vigente y se enun­ jeres en la segunda fase del ciclo ovárico, pue­
cia como fieb re de más de tres semanas de dura­ den tener hasta 37,8®C. El ejercicio físico y las
ción, con tem peraturas superiores a m edi­ comidas también pueden aumentar ia temperatu­
das en varias ocasiones, sin diagnóstico después ra corporal. Ésta también presenta cambios diur­
de una sem ana de estudios en un medio hospita­ nos de hasta 1°C; la temperatura más baja se re­
lario. gistra por la mañana y la más alta por la tarde,
La condición de más de 38*^0 de temperatura pero vuelve a bajar por la noche. A veces las va­
tiene por fínalidad excluir aquellos casos de hi- riaciones excesivas de la temperatura diaria nor­
pertermia habitual o esencial que oscilan entre mal se consideran fiebre, lo cual es un error.
37,3°C a 37,8®C y nunca superan ios 38®C. El
criterio de las tres semanas de duración, como H om eostasis térmica. En la homeostasis tér­
mínimo, permite excluir todos aquellos padeci­ mica se reconocen mecanismos termogénicos y
mientos que se autolimitan en un plazo me­ termolíticos. Los mecanismos termogénicos se
nor, como la mayoría de las infecciones virales basan en el aumento de la producción interna de
más comunes. Por último, su causa debe perma­ calor y en la disminución de las pérdidas exter­
necer oculta después de un interrogatorio exhaus­ nas. La mayor fuente de producción de calor es
tivo, un examen sem iológico prolijo, la realiza­ el temblor de los músculos esqueléticos, mien­
ción de exámenes de laboratorio y los estudios tras que la conservación del calor corporal se debe
de diagnóstico por imágenes. Sólo aquellos cua­ a la vasoconstricción cutánea.
dros que reúnan estas tres condiciones pueden Los mecanismos termolíticos regulan la pérdi­
rotularse como fiebre de origen desconocido da de calor por vasodilatación a través de la piel,
(FOD); por lo tanto, quedan excluidas de esta y por calentamiento del aire y evaporación a tra­
defínición enfermedades que se manifiestan con vés del pulmón.
fiebre prolongada pero que por su clara expre­
sión clínica o por los resultados de los estudios Patogenia de la fíebre. Las causas que pue­
radiológicos o de laboratorio se diagnostican con den determinar aumento de temperatura, que son
rapidez. m últiples, accionan sobre los centros hipota-
14 □ Primera parte - Generalidades - Síndromes clínicos

lámicos termorreguladores que rigen los ntieca- po de enfermedades se encuentran ejemplos muy
nismos termogénicos y termolfticos. claros de lo que se define como FOD, ya que tanto
El proceso fisiopatológico fundamental en la el examen clínico como la rutina de laboratorio y
producción de fiebre es el ajuste del mecanismo radiológica no revelan elementos orientadores del
hipotalámico de regulación de la temperatura en diagnóstico. Lo mismo se puede decir de las leu­
un nivel más elevado que el normal, debido a al­ cemias y del mieloma.
gún proceso patológico. El factor desencadenante Otras neoplasias pueden expresarse con hiper-
del aumento de la temperatura podría ser la libe­ termia como primero y único síntoma; es el caso
ración de prostaglandinas, sobre todo la de clase del cáncer de colon en todas sus localizaciones.
E^, por las células endoteliales de los microvasos También las neoplasias del hígado y del riñón sue­
cerebrales próximos al área hipotalámica termo- len expresarse de esta forma.
rreguladora. Este mecanismo es estimulado por El hepatocarcinoma con frecuencia es una com-
dos tipos de sustancias circulantes: pirógenos plicación de la cirrosis hepática y debe sospe­
exógenos y endógenos. Los pirógenos exógenos charse siempre que un enfermo cirrótico empeo­
están constituidos por diversos y complejos agen­ re clínicamente sin causa aparente que lo justifi­
tes, como las bacterias y sus endotoxinas, virus, que. Los elementos clínicos que orientan hacia
hongos, protozoos, reacciones inmunitarias, tu­ esta evolución, aparte de la fiebre, son: aumento
mores, fármacos y otros. Éstos, además, pueden del tamaño del hígado, dolor en el hipocondrio
desencadenar la liberación de pirógenos endóge­ derecho, ascitis de comienzo brusco, hipogluce-
nos desde los macrófagos y otras fuentes. Los mia y aumento de la fosfatasa alcalina. La pre­
principales pirógenos endógenos son la interleu- sencia en el plasma de alfafetoproteína es un dato
cina 1, la caquectina o factor de necrosis tumo- de gran valor para el diagnóstico, aunque no es
ral, y los interferones. Estos últimos producen la absolutamente específico.
activación de los macrófagos y pueden incremen­ En el carcinoma renal, aparte del cuadro febril,
tar la producción de interleucina 1 y factor de pueden presentarse características particulares,
necrosis tumoral. La patogenia de la fiebre tiene como reacción leucemoide con leucocitosis de has­
el mismo mecanismo fisiopatológico para pro­ ta 100.CX)0 glóbulos blancos por milímetro cúbi­
cesos de muy diferentes etiologías, lo cual hace co, policitemia, dermatitis eccematoide, hiperten­
que sea un signo totalmente inespecífico. Sólo sión, hipercalcemia, plasmocitosis y amiloidosis.
es la expresión de la ruptura del equilibrio entre
los sistemas termogénico y termolítico, pero pue­ C olagenopatías. Dentro de éstas, el lupus eri-
de ser producida por enfermedades infecciosas y tematoso diseminado, la artritis reumatoidea y la
no infecciosas. fiebre reumática pueden expresarse por FOD mu­
Dentro de las enfermedades infecciosas, todas cho antes de dar otros signos o síntomas orien­
las noxas son capaces de determinar aumento de tadores. Salvo la fiebre, las manifestaciones ini­
la temperatura. En consecuencia, se deberán con­ ciales de la dermatomiositis o la polimiositis tam­
siderar: virus, bacterias (incluidas rickettsias, bién pueden ser clínicamente poco expresivas.
espiroquetas, clamidias y micoplasmas), hongos,
protozoos y helmintos. Vasculltis. Son otro grupo importante de enfer­
Dentro de las enfermedades no infecciosas que medades a considerar. Dentro de éstas hay que
producen FOD la gama también es muy amplia. recordar la poliarteritis nudosa, la granulomatosis
Se pasará una revista rápida a estas últimas, para de Wegener, la vasculitis granulomatosa y alérgica
enumerar luego las de naturaleza infecciosa. de Churg-Strauss y la vasculitis alérgica por hi-
persensibilidad o leucocitoclástica. Son varios los
agentes desencadenantes de esta última: fármacos,
FOD DE ORIGEN NO INFECCIOSO
infecciones, neoplasias, colagenopatías y otros.
Neoplasias. Ocupan un importante lugar como También debe considerarse la arteritis de célu­
causa de FOD, con mayor frecuencia en la enfer­ las gigantes, una de cuyas localizaciones frecuen­
medad de Hodgkin y otros linfomas. En este gru­ tes es la arteria temporal (arteritis temporal de
Capítulo 3 - Fiebre de origen desconocido □ 15

Horton). Otras arterias, por lo general craneales, cia de la causa que la produjo, es capaz de pro­
pueden estar comprometidas en esta enfermedad vocar por sí sola temperatura elevada. La hiper-
(occipitales, oftálmicas u otras). La arteritis de función corticosuprarrenal puede originar fiebre
células gigantes se vincula con frecuencia con la prolongada por la posible acción de la etioco-
polimialgia reumática (ver más adelante). lanolona.

Fiebre por medicamentos. En muchos casos Fiebre ficticia. Debe sospecharse en individuos
ésta pone a prueba la sagacidad del médico. La que fueron estudiados en varias ocasiones, e in­
toma permanente de fármacos no siempre surge cluso hospitalizados, sin resultados positivos des­
del interrogatorio. Éste debe ser muy cuidadoso y pués de llevar a cabo numero.sos procedimientos
se tendrán en cuenta la ingestión de laxantes, diagnósticos. Los métodos empleados para simu­
fenolftaleína, sulfamidas, antibióticos, sedantes, lar la fiebre son varios: manipulación del termó­
quinina, anticonceptivos, antihipertensivos y otros. metro por frotación vigorosa con los dedos, po­
La hidralazina, la procainamida, la isoniazida y nerlo en agua caliente, acercarlo a la lámpara o
otros fármacos pueden provocar un cuadro clíni­ cambiarlo por otro cuya columna mercurial haya
co similar al del lupus eritematoso diseminado. sido elevada previamente hasta la marca desea­
Algunos psicofármacos, neurolépticos, aniide- da. La palpación de la piel, que está fría mientras
presivos tricícíicos, inhibidores de la monoami- la marca termométrica es de 39®C a 40®C, puede
nooxidasa y otros, producen a veces un grave ser un dato revelador de la falsedad de este he­
cuadro febril denominado síndrome neuroléptico cho. Lo mismo ocurre con la frecuencia del piil-
maligno. so, que salvo algunas excepciones, como la fie­
bre tifoidea y algunas infecciones virales, aumen­
E ndocrinopatías. Estos trastornos también ta en unas diez pulsaciones por cada 0,5®C de
pueden causar fiebre prolongada; el hiperti- incremento de la temperatura corporal. Ante la
roidismo lo hace con mayor frecuencia y por eso sospecha de fiebre ficticia, lo más eficaz es la
se lo debe pesquisar con cuidado. Se examina el vigilancia cuidadosa del enfermo mientras se le
cuello, donde pueden encontrarse nódulos o toma la temperatura.
agrandamiento difuso de la glándula tiroides, y
además se investigará la existencia de temblor, Síndrom e de fatiga crónica. En épocas ante­
exoftalmos, nerviosismo, dianea, adelgazamiento riores, este trastorno, de naturaleza no debida­
con hiperfagia, caída del cabello, sensación de mente aclarada aún, se denominaba neurastenia
calor, y piel caliente y húmeda. epidémica, enfermedad de Islandia, enfermedad
La tiroiditis subaguda merece un comentario de Royal Free y encefalomielitis miálgica. En
especial. Si bien no es una enfennedad frecuen­ época más reciente pasó a llamarse infección cró­
te, puede dar lugar a dificultades diagnósticas. nica por el virus de Epslein-Barr, mononucleosis
El síntoma que en general (leva a la consulta es crónica y enfermedad del Yuppie. El síndrome
la fiebre y el dalo de laboratorio más llamativo, de hipertermia hipotalámica, o hipertermia habi­
la eritrosedimentación muy acelerada. El paciente tual o esencial, o “fiebre psicógena'’, puede simu­
no siempre refiere dolor en el cuello, de allí la lar este trastorno. En realidad la fiebre en estos
importancia de un cuidadoso examen semioló- enfennos no responde a la definición clásica de
gico. Éste suele mostrar una glándula aumentada FOD. Se presenta habitualmente en pacientes
de tamaño, de consistencia firme y dolorosa a la jóvenes, entre los que predominan mujeres, de
palpación. Puede aparecer algunos días después buen nivel sociocultural, quienes experimentan
de un episodio de faringitis aguda y a veces se fatiga inhabilitante de por lo menos tres meses de
asocia con infecciones virales como la parotiditis duración, “fiebre” de aproximadamente 37,5®C,
epidémica o el sarampión. nunca mayor de 38®C y uno o más de los siguien*
La diabetes puede ser causa de FOD por pre­ tes síntomas: cefalea, mialgias, adenopatías, fa­
disponer a distintos procesos infecciosos. La in­ ringitis sin exudado, tos y diarrea. En algunos
suficiencia corticosuprarrenal, con independen­ casos el inicio de los síntomas es precedido por
16 □ P riw cra p ar/e - Generalidades - Síndromes clínicos

una enfermedad febril aguda, com o infección malabsorción: diarrea, pérdida de peso y dolor
viral de las vías respiratorias o mononucleosis abdominal. El edema periférico es frecuente, y
infecciosa. El examen físico suele ser absoluta* la fiebre, con escalofríos o sin ellos, se hace pre­
mente normal, al igual que ios exámenes com­ sente en más de la mitad de los pacientes. Otros
plementarios de laboratorio y radiológicos. No síntomas son artralgias, artritis, confusión, pér­
se ha podido demostrar, tai como ha sido suge­ dida de la memoria, afectación de pares craneanos
rido, que los agentes causales sean el virus de -con nistagmo y oftalmoplejía-, linfadenopatías y
Epstein-Barr, el herpesvirus humano 6 u otros anemia. El diagnóstico se realiza mediante biopsia
agentes etiológicos. Es importante tener en cuenta del tejido afectado: biopsia peroral del intestino del­
la aparición frecuente en estos pacientes de tras­ gado, ganglios linfáticos periféricos o mesentéri-
tornos psíquicos, de los cuales no se sabe aún si cos. Este padecimiento se trata con antimicrobianos.
son causa o efecto del síndrome aunque siempre Otra de las afecciones capaces de provocar
es conveniente la consulta psiquiátrica. FOD es la alergia a inhalantes (alveolitis alérgica
extrínseca) que pueden estar presentes en casas,
Otros trastornos. Hay enfermedades, de etio­ fábricas o depósitos. En estos casos la fiebre des­
logía no establecida aún con claridad, que tam­ aparece al abandonar el lugar donde se inhalan
bién son capaces de determinar FOD, com o los alérgenos. La naturaleza de éstos es variada;
sarcoidosis, ileítis de Crohn o enfermedad intes­ pueden ser polvos de algodón, cáñamo, lino o
tinal granulomatosa inespecífíca, enfermedad in­ yute. En estos casos es orientadora del diagnós­
testinal ulcerosa inespecífíca, enfennedad perió­ tico la presencia de síntomas respiratorios, como
dica de Reimann o fiebre mediterránea familiar, tos, expectoración o broncospasmo. Otros alér­
osteítis pubiana, policondritis recidivante y otras. genos son los hongos de las sustancias enmohe­
La polimialgia reumática debe considerarse en cidas u otros polvos orgánicos, como los que pro­
individuos de más de 60 años con fiebre prolon­ ducen el pulmón de los granjeros, criadores de
gada, debilidad proximal de ios miembros supe­ pájaros, recolectores de heno y segadores; y de
riores e inferiores, eritrosedimentación acelerada los que manipulan cereales, estiércol y otros.
(más de 50 mm), aumento de la alfa-2-globulina y En algunas tareas industriales se inhalan sus­
anemia hipocrómica. Como ya se mencionó, en tancias tóxicas que también pueden ser causa de
estos enfermos debe tenerse presente una posible FOD, como ocurre con los fundidores de cinc. La
asociación con la arteritis de células gigantes. característica de estos padecimientos es su desapa­
Distintas causas, infecciosas o no infecciosas, rición tras domingos o feriados, lo que les ha val­
pueden determinar trom boflebitis, con trom- ido la denominación de fieb re de los días lunes.
boembolismo pulmonar o sin él, y FOD.
Un padecimiento poco frecuente que puede ser
FOD DE ORIGEN INFECCIOSO
causa de FOD es la enfermedad de Whipple, con­
siderada en el presente como de etiología infec­ Infecciones urinarias. Las infecciones urina­
ciosa aunque no ha sido cultivado el microorga­ rias son causa frecuente de fiebre prolongada. Por
nismo causante. Lo sugiere el hecho de que los otra parte, no siempre su diagnóstico surge con
órganos afectados estén invadidos por bacilos claridad de la clínica o del laboratorio, y muchas
grampositivos pequeños, que por la reacción en veces para llegar a él se requiere un estudio cui­
cadena de la polimerasa (PCR) han sido clasifi­ dadoso del paciente. Se efectuarán análisis bacte­
cados como un nuevo género y especie para el riológicos de orina orientados en particular al
que ha sido propuesto el nombre de Trophetym a recuento de colonias y al aislamiento del agente
wippclii y también por la buena respuesta obte­ infeccioso, que debe ser compatible con infec­
nida con los antimicrobianos. Las manifestacio­ ción urinaria. Por supuesto, como complemento
nes clínicas son variadas y dependen de los órga­ de todo esto y con fines terapéuticos debe pedir­
nos afectados. Los síntomas gastrointestinales se el antibiograma, que puede ser un medio de
suelen ser importantes y similares a los que se orientación útil para seleccionar la terapéutica
observan en otros padecimientos que causan antiinfecciosa. El estudio radiológico del árbol
Capítulo 3 • Fiebre de origen desconocido □ 17

urinario es indispensable para detectar afeccio* atención especial ya que inducen sospechas que
nes que predisponen a la infección y faciliian la llevan al diagnóstico. La hepatitis tuberculosa es
recidiva, o aquellos casos que son tributarios de un ejemplo de lo anterior; puede expresarse por
solución quirúrgica. La ecografía o la tomografía hepatomegalia y alteraciones en el cnzimograma
axial computarizada permiten poner en eviden­ que sugieren colestasis. El medio de diagnóstico
cia abscesos perirrenales imposibles de diagnos­ más eficaz de esta localización es la punción biop­
ticar por otros medios. sia hepática, cuyo estudio histológico detectará
La prostatiiis bacteriana, aguda o crónica, pue­ el granuloma, un hallazgo compatible con esta
de ser causa de FOD de difícil diagnóstico. afección. Para obtener el diagnóstico de certeza
se cultiva parte del tejido extraído, donde podrá
Endocarditis bacteriana. Para su diagnóstico demostrarse el bacilo de Koch. La localización
etiológico deben realizarse hemocultivos seriados renal puede ser sugerida por signos o síntomas de
en aerobiosis y anaerobiosis. El bacteriólogo ob­ cistitis, la presencia de piuria ácida y los estudios
servará estos cultivos durante 15 días o más (tener bacteriológicos negativos para gérmenes comunes.
en cuenta el desarrollo lento de algunas cepas En estos casos, para buscar el bacilo de Koch se
bacterianas). La positividad de los hemocultivos efectúan cultivos de orina recogida durante 12
puede estar dificultada por la aplicación previa de horas con régimen de concentración previo.
antibióticos, o aun tratarse de endocarditis con
hemocultivos negativos. Los exámenes comple­ Infecciones intraabdominales. A veces el exa­
mentarios también son útiles para orientar este men semiológico es poco expresivo y pueden cau­
diagnóstico. La ecocardiografía puede demostrar sar fiebre de difícil diagnóstico. Esto suele suce­
vegetaciones o defectos anatómicos que predispo­ der con las colecistitis, las colangitis y, en particu­
nen a la endocarditis bacteriana. Este método tam­ lar, con las colecciones purulentas intrahepáticas,
bién permite diagnosticar el mixoma auricular, subfrénicas, interasas o de otras localizaciones
una afección no infecciosa pero con clínica simi­ intraabdominales. El diagnóstico es posible me­
lar. diante ecografía, tomografía axial computarizada
y gammagrafía.
Tuberculosis. La tuberculosis pulmonar, a ve­
ces, no tiene repercusión radiológica. En la Ginecopatías. Es preciso tenerlas en cuenta en
primoinfección, por ejemplo, el chancro de ino­ toda paciente con FOD. Deberán considerarse:
culación no tiene la densidad radiológica nece­ anexitis tuberculosa o no tuberculosa, piosálpinx,
saria para ser evidente; tampoco las adenopatías enfermedad pelviana inflamatoria, infecciones
intertraqueobronquiales poseen el tamaño sufi­ debido al DIU, feto muerto y retenido, endome-
ciente como para visualizarse en la telerradio­ tritis, miometritis supurativa, endom etriosis,
grafía de tórax y generar sospecha. Otro tanto tromboflebitis pelvianas, absceso ovárico y mio­
ocurre con la granulia tuberculosa, que puede ma en nccrobiosis. En todas las pacientes coiTes-
evolucionar con manifestaciones radiológicas es­ ponde efectuar un examen ginecológico minucio­
casas o nulas en los primeros días de enferme­ so. En algunos casos la ecografía pelviana es un
dad. valioso auxiliar en el diagnóstico de las afeccio­
La serositis o poliserositis tuberculosa suele te­ nes mencionadas.
ner expresión clínica o radiológica que ponga en
evidencia el derrame pleural, la presencia de lí­ B rucelosis. Es una enfermedad proteiforme
quido ascítico o signos y síntomas de meningi­ y es muchas veces causa de FOD. En estos casos
tis. Los líquidos obtenidos por punción de estas es de gran importancia el antecedente epide­
localizaciones deben cultivarse y si hubiera de­ miológico: haber sido obrero de frigorífico o tra­
rrame pleural, la biopsia con aguja proporciona­ bajador rural. La brucelosis también puede con­
rá muestras para el estudio histológico de la pleura traerse por ingestión de “quesillo de cabra” u otros
parietal y el cultivo de uno de los fragmentos ex­ alimentos que no hayan sido sometidos a coc­
traídos. Las manifestaciones viscerales merecen ción y provengan de animales enfermos. Se so­
18 O Primera parte - Generalidades - Síndromes clínicos

licitarán reacciones serológicas, hemocultivos y N ocardiosis. La nocardiosis producida por


m ieloculiivos en medios adecuados para brúce­ Nocardia asteroides puede ser causa de FOD, en
las. especial en sujetos inmunodeficientes o en trata­
miento crónico con corticosteroides. La manifes­
Leptospirosis. La leptospirosis se presenta a tación inicial suele ser pulmonar y se disemina
veces con la forma clínica febril pura. Obligan a por vía hemática, sobre todo al encéfalo o al teji­
pensaren ella los antecedentes de medio o epide­ do celular subcutáneo.
miológicos. La clínica que sugiere esta etiología
es el compromiso simultáneo del hígado, con un A ctinom icosis. Esta enfermedad bacteriana,
patrón serológico de colestasis; el riñón, con un supurativa y granulomatosa subaguda o crónica,
sedimento urinario patológico, y el sistema ner­ producida por A cfinom yces israelii. puede ser
vioso central, con meningoencefalitis similar a causa de FOD en sus distintas localizaciones, mu­
las producidas por virus tanto desde el punto de cho tiempo antes de que las manifestaciones clí­
vista clínico como del LCR. El hemograma, en nicas sean evidentes: cervicofacial, torácica, ab­
cambio, muestra leucocitosis neutrófila y eritro- dominal o uteroanexial. Esta última, en general,
sedimentación acelerada. No es fácil aislar la debido a la presencia de DIU.
leptospira, pero el diagnóstico se facilita con las
reacciones serológicas de aglutinación. Infecciones focales. Es posible ver fiebre pro­
longada por infecciones focales dentarias, sin nin­
Salm onelosis. En las salmonelosis tanto tíficas guna otra manifestación clínica. El cuadro febril
como no tíficas puede predominar la fiebre como debe atribuirse al foco séptico cuando su remo­
síntoma principal. En estos casos también es im­ ción condiciona la curación del paciente. De igual
portante considerar los antecedentes de medio y modo deberán considerarse los focos sépticos
epidem iológicos, la serología, así com o los sinusales o amigdalinos.
hemocultivos y coprocultivos para llegar al diag­
nóstico bacteriológico. Infecciones m ícóticas. Constituyen un gran
grupo de enfermedades dentro de las cuales hay
Enfermedades septicémtcas. Un gran porcen­ algunas que pueden originar FOD, com o las
taje de casos puede diagnosticarse mediante primoinfecciones por H istopiasm a capsulatum o
hemocultivos seriados en medios para aerobiosis C occidioides im m itis, agentes productores de
y anaerobiosis. histoplasmosis y coccidioidomicosis, respectiva­
mente, de los cuales hay que tener en cuenta las
Toxoplasm osís. La toxoplasmosis adquirida zonas endémicas. El primer microorganismo es
del adulto inmunocompetente también puede ex­ de zonas húmedas y el segundo de zonas secas.
presarse con fiebre prolongada. Se suele ver en La candidiasis sistémica debe sospecharse en
sujetos jóvenes con buen estado general y pue­ pacientes inm unodeprimidos y tratados con
den ser orientadoras las adenopatías nucales, cer­ antibióticos, corticosteroides, citostáticos o so­
vicales, axilares o supraclaviculares. La serología metidos a iiT adiación. Suele ser una infección
y eventualmente la biopsia ganglionar pueden oportunista, que también puede afectar a enfer­
aclarar el diagnóstico. mos diabéticos. El diagnóstico se hace por los
hemocultivos y la serología.
Paludism o. Éste también será considerado Otras m icosis también pueden ser causa de
como causa de FOD. Son de suma importancia FOD como la aspergilosis, mucormicosis, crip-
los antecedentes epidemiológicos, sin olvidar el tococosis, paracoccidioidomicosis, esporotricosis
paludismo postransfusional o por compartir je ­ y otras.
ringas. Se ha comprobado el paludismo en viaje­
ros que ni siquiera bajaron del avión en aeropuer­ Parasitosis intestinales. Pueden dar fiebre pro­
tos de zonas endémicas y el posible transporte longada con conservación del buen estado gene­
del mosquito por ese medio a zonas alejadas. ral; con frecuencia originan temperaturas infe­
Capítulo 3 - Fiebre de origen desconocido □ 19

rieres a 38® C. Es muy importante tener en cuenta sible solicitud de estudios específicos de las
estas afecciones en las que se suele pensar pocas afecciones mencionadas antes. No hay que omitir
veces. El examen parasitológico de la materia fe­ las reacciones serológicas que correspondan, de
cal debe convertirse en análisis de rutina si se acuerdo con las posibilidades etiológicas; la reac­
quiere llegar al diagnóstico. En ocasiones es ne­ ción de Manioux o PPD, el proteinograma, el
cesario recurrir al sondeo duodenal. En la bilis colagenograma y el hepatograma. También se efec­
así obtenida y centrifugada se pueden hallar for­ tuarán exámenes bacteriológicos directos de to­
mas vegetativas de Giardia lamblia, huevos de dos los materiales que puedan obtenerse: esputo,
F asciola heparica, A n c y lo sto m a duod en a le, orina y pus de abscesos o fístulas; además todos
Necator am ericanus o larvas de Strongyloides ellos de cultivarán para bacterias, hongos y bacilo
stcrcoraiis. Todos estos parásitos pueden ser causa de Koch. Por último, corresponde solicitar exa­
de fiebre por períodos prolongados y también men citológico para detectar células neoplásicas.
eosinofilia en sangre periférica. Los hem ocultivos deben realizarlos bacte­
La amebiasis puede provocar fiebre prolonga­ riólogos bien entrenados y en condiciones de
da, además de diarrea o constipación. La localiza­ aerobiosis y anaerobiosis. En los últimos años se
ción visceral más frecuente es en el hígado, donde han incorporado técnicas que dotan de un mayor
es posible que se desanolle el absceso amebiano. grado de sensibilidad a este método, com o la
Las migraciones larvarias viscerales de algu­ centrifugación-lisis, el cultivo de membranas
nos parásitos -Toxocara canis o T. cati, Ascaris esterilizantes a través de las cuales se ha filtrado
lumbricoides, N ecator americanus, Ancylostoma sangre y la determinación del consumo de meta-
duodenale. Strongyloides stercoralis, Fasciola bolitos mediante sustancias marcadas. Si el
hepático y Paragonim us rin g eri- generan fiebre hemograma lo justifica, se llevará a cabo la pun­
y leucocitosis de más de 15.000 elementos por ción medular aspirativa o la biopsia de médula
milímetro cubico, con eosinofilia del 30% a! 70%. ósea. También se efectuarán biopsias de ganglios
Strongyloides stercoralis es capaz de producir patológicos o nódulos subcutáneos. Una mitad
autoinfestaciones masivas -potencialmente mor­ del material se enviará para el examen anato-
tales-en inmunodeprimidos. mopatológico y la otra para estudios bacterioló­
gicos, micológicos e investigación del bacilo de
Koch. Si se sospecha actinomicosis, recordar que
DIAGNÓSTICO
su agente etiológico es sensible a los antibióticos
Todo enfermo con FOD debe ser internado, tras y se desarrolla en medios anaerobios. Mediante
lo cual se le indica reposo y suspensión de todos biopsia de piel, tejido celular subcutáneo y mús­
los medicamentos que estuviera recibiendo. Me­ culo es posible llegar al diagnóstico de derma-
diante un interrogatorio minucioso se recogerán tomiositis, polimiositis, triquinosis, vasculítis y
antecedentes hereditarios, personales, de medio otros trastornos. La biopsia pleural siempre debe
y epidemiológicos. Es muy importante indagar realizarse si hay derrame pleural no purulento.
acerca de la ingestión de medicamentos, hecho Una parte de la muestra se enviará para el estu­
que a veces es involuntaria o deliberadamente dio histopatológico y el resto para los estudios
negado, como en el caso de laxantes, analgésicos, bacteriológico, micológico y del bacilo de Koch.
antihipertensivos, anticonceptivos y otros, que El líquido obtenido se enviará para el estudio fí­
por su habitualidad no son considerados medica­ sico, químico, citológico y microbiológico. De
mentos. Además se deberá realizar un examen igual modo se procederá con el líquido ascíticoo
clínico exhaustivo, que junto con el interrogato­ de punción de abscesos.
rio habrá de reiterarse diariamente. En ocasiones La biopsia hepática por punción se efectuará
sólo en el curso de la evolución aparecen elemen­ siempre que el hepatograma haga pensar en la
tos sem iológicos que orientan la investigación y afectación de ese órgano. Antes de realizarla es
el diagnóstico. Se solicitarán los exámenes de ru­ conveniente contar con una ecografía o tomo-
tina, de laboratorio y radiológicos, cuyos resul­ grafía computarizada (TC) abdominal, las cuales
tados y la orientación clínica determinarán la po­ pueden mostrar enfermedad difusa, nodular o
20 □ Primera parte - Generalidades - Síndromes clínicos

quística. En el primer caso, la biopsia conven­ costeroides que podrán utilizarse si se piensa en
cional percutánea con la aguja de Menghini po­ colagenopatías o vasculitis alérgicas, pero se ten­
drá ser suficiente para el diagnóstico. En cuanto drán presente los riesgos que implican estas tera­
a los nódulos, la biopsia puede llevarse a cabo péuticas en caso de error diagnóstico.
bajo guía ecográfica o de TC. En ausencia de También puede utilizarse la prueba del napro-
imágenes quísticas, la hidatidosis se descarta xeno. En las dosis habituales, este fármaco pue­
mediante la serología. Una parte del fragmento de ser útil para suprimir la fiebre en pacientes
obtenido con la punción biopsia se envía al con enfermedad neoplásica. No obstante, esta
anatomopatólogo y el resto, o el lavado de la aguja prueba es un procedimiento adicional que no re­
de punción con solución fisiológica, se reserva emplaza los estudios para descartar infección.
para el estudio microbiológico.
Hace algunos años la laparotomía exploradora
NUEVOS ENFOQUES SO BRE FOD
era un procedimiento de rutina si no se llegaba al
diagnóstico con los estudios complementarios y Hasta aquí lo descripto no se ha apartado del
se pretendía descartar abscesos -hepáticos, sub- concepto clásico de FOD, pero los avances de la
frénicos, perirrenales, periapendiculares, peridi- Medicina han determinado la necesidad de am­
verticulares- y otras afecciones abdominales; pliarlo, no sólo a los fines semánticos sino en res­
pero todas ellas pueden hacerse evidentes con los puesta a una necesidad práctica. Estos nuevos en­
métodos de diagnóstico por imágenes actuales. foques incluyen FOD nosocom ial, FOD en neit-
No obstante, en los casos en que haya evidencia iropénicos, FO D asociada con el H IV y FOD
clara de localización abdominal que no se pudo p o sq u in n g ica . Estas nuevas categorías son to­
diagnosticar por otros m edios, se impone la talmente diferentes de las clásicas en duración,
laparoscopia o bien la laparotomía. etiología, tratamiento y resultados. Antes de pa­
Los radioisótopos también son de gran interés sar a describirlas es necesario aclarar que en mu­
para el diagnóstico de ciertos trastornos. Su uso chas oportunidades hay superposición de situa­
en estudios como la centeilografía o la gamma- ciones que dificultan el encasillamiento en una u
grafía permite delectar la localización de dife­ otra variante. El denominador común de estas
rentes procesos. Son de indudable valor en el re­ FOD es que en general requieren tratamiento ur­
conocimiento del embolismo pulmonar. La gam- gente y por lo tanto empírico.
magrafía con galio es útil para demostrar la loca­
lización de procesos inflamatorios o abscesos, por FOD nosocom ial. Se produce en enfermos
la afinidad de este radioisótopo con los leucoci­ cuya fiebre se desarrolla durante la hospitaliza­
tos polimorfonucleares neutrófilos. En algunas ción. La mayor parte de ellos tiene enfermeda­
afecciones las imágenes por resonancia magné­ des importantes, ya diagnosticadas, por las cua­
tica (RM) pueden ser un método de diagnóstico les reciben tratamientos complejos. Se trata de
irreemplazable. pacientes con traumatismos graves, quemados,
portadores de neoplasias o individuos sometidos
Pruebas terapéuticas. En forma deliberada no a intervenciones de cirugía mayor, trasplante de
se han mencionado aún las pruebas terapéuticas órganos o terapia antineoplásica, que requieren
que algunos autores preconizan. Éstas deben rea­ internación en unidades de cuidados intensivos.
lizarse en última instancia y después de haber Las causas de esta FOD nosocomial son diversas
agotado los estudios clínicos, microbiológicos, y su estudio requiere tener en cuenta la enferme­
radiológicos y otros. dad que motivó la internación y las complicacio­
Las pruebas terapéuticas más utilizadas son: el nes de ésta (infecciones o fiebre por medicamen­
tratamiento con antibióticos, en los casos en que tos). Muchas de las FOD nosocomiales son pro­
se sospeche enfermedad por bacterias comunes; ducidas por infecciones, algunas de fácil diag­
el tratamiento antituberculoso cuando la sospe­ nóstico mediante hemocultivos o cultivos de co­
cha de esa afección sea muy fnine y luego de las lecciones purulentas, y otras más difíciles de diag­
tomas de muestras para cultivos; y los corii- nosticar, como la candidiasis sistémica, la infec­
Capítulo 3 - Fiebre de origen desconocido □ 21

ción por citomegalovirus en individuos politrans- incluye, como en las otras variantes de FOD, exá­
fundidos, las hepatitis no A no B no C, la colecis­ menes sem iológicos minuciosos, estudios por
titis alitiásica, la sinusitis maxilar por sonda naso- imágenes, análisis de laboratorio, procedimien­
gástrica y la fiebre por medicamentos. Otras ve­ tos serológicos y microbiológicos, además de
ces coexisten varias causas, lo cual acentúa la hemocultivos y urocultivos. Todo esto es previo
dificultad diagnóstica. El examen físico de estos a la terapéutica empírica que, como ya se ha se­
pacientes puede estar obstaculizado por las con­ ñalado, en estos casos tiene indicación precisa.
diciones propias de los cuidados intensivos, como
el monitoreo, los respiradores, las sondas y otros FOD asociada con el HIV. El enfermo infec­
elementos. Hay que tener en cuenta la remoción tado por HIV tiene un sinnúmero de posibilida­
de apósitos o vendajes a fm de permitir un ade­ des diagnósticas en caso de presentar fiebre. La
cuado examen físico; como ya se ha comentado» sistemática de su estudio es similar a la ya enun­
éste deberá ser minucioso y repetido, además de ciada en párrafos anteriores. En primer lugar, se
complementado con los medios auxiliares de tendrá en cuenta la fiebre prolongada en la infec­
diagnóstico (ecografías, TC, RM, gammagrafías, ción aguda por HIV, donde además de la fiebre
endoscopias, biopsias, serologías y otros). pueden orientar al diagnóstico los antecedentes
epidemiológicos y los síntomas, que en algunos
FOD en neutropénicos. Debido a las terapias casos pueden simular mononucleosis infecciosa.
antiblásticas con fármacos citotóxicos, el número En esta etapa de la infección, a veces meses des­
de enfermos neutropénicos se ha incrementado en pués, se produce la seroconversión. Pero una
forma considerable. Existe una relación inversa serología positiva para HIV no significa que la
entre el número de neutrófilos en sangre periférica causa de la fiebre esté en relación únicamente con
y la frecuencia de infecciones. Son factores im­ esta infección. Las posibilidades diagnósticas se
portantes la naturaleza y el curso de la enferme­ relacionan con el número de linfocitos T CD4+.
dad subyacente, la gravedad y duración de la neu- Si éstos están por debajo de 400 por m m \ la bús­
tropenia, y las condiciones de administración de queda debe orientarse a todas aquellas afeccio­
la quimioterapia. En estos pacientes predominan nes que complican la inmunodepresión que pro­
bacteriemias y neumonías, así como las infeccio­ voca el HIV. Los recuentos de T CD4+ por deba­
nes de la piel, las mucosas y los tejidos blandos. jo de 200 células por mm^ amplían la lista de po­
En la etapa inicial de la neutropenia son fre­ sibilidades diagnósticas. Dentro de las que no tie­
cuentes las infecciones bacterianas, pero después nen una explicación obvia y por lo tanto consti­
los agentes etiológicos comienzan a diversifícarse tuyen FOD, hay que recordar las infecciones por
y predominan virus y hongos. Las infecciones por micobacterias atípicas, la toxoplasmosis, la crip-
el virus del herpes simple son especialmente fre­ tococosis y la infección diseminada por citome-
cuentes en las fases tempranas postrasplante de galovirus.
médula ósea. Dada la gravedad de las infeccio­
nes en los enfermos neutropénicos, en ellos se FOD posquirúrgica. A las causas ya recono­
justifica la administración de un tratamiento em­ cidas de FOD es conveniente agregar las pirexias
pírico. Hay protocolos que guían la elección de posoperatorias, por la frecuencia con que se produ­
la terapéutica antimicrobiana y además incluyen cen y las dificultades diagnósticas que generan.
antibióticos de uso corriente, más fármacos Encontrar el origen requiere una anamnesis proli­
antivirales y antimicóticos si fallan los primeros. ja así como un examen clínico minucioso y reite­
Con el tratamiento empírico se obtiene con fre­ rado, complementado con distintos procedimien­
cuencia una mejoría rápida, aunque sólo en un tos de laboratorio y de diagnóstico por imágenes.
porcentaje que oscila entre un 30% y un 60% de Las estadísticas señalan un porcentaje aproxi­
los casos es factible la identificación del agente mado al 20% para la fiebre de etiología infeccio­
etiológico. La posibilidad de recurrencia de los sa y un 80% para las que no responden a ese mo­
episodios febriles está en relación con la persis­ tivo, En un número importante de casos no es
tencia de la neutropenia. El enfoque diagnóstico posible determinar el origen de la fiebre.
22 □ Prim era parte ~ Generalidades - Síndromes clínicos

Las causas que determinan la pirexia pueden malignas, tratamientos citostáticos, corticoste-
dividirse en tres grandes grupos: 1) las que no roides, neutropenia, disglobulinemias o disfun­
dependen directamente de la operación; 2) las ción inmunitaria.
que dependen de la operación, y 3) las indepen­ Las bacterias que colonizan las heridas pueden
dientes de la operación. Dentro del primer grupo ser de origen exógeno (aire, instrumentos, equi­
son frecuentes la flebitis por catéter, la flebitis po quirúrgico, piel del paciente, larga duración
química, las trombosis venosas profundas, el del acto quirúrgico y curaciones posteriores) o
tromboembolismo pulmonar, ios abscesos glú­ endógeno (bacteriemia o contacto con el conte­
teos, las infecciones de las vías urinarias, las in­ nido de una viscera hueca). Ante la sospecha de
fecciones del aparato respiratorio, la fiebre por infección de la herida debe realizarse el examen
medicamentos y la hepatitis posanestesia. Den­ bacteriológico de la secreción o del material as­
tro del segundo grupo se tendrán en cuenta la in­ pirado. El examen directo con coloración de Gram
fección de la herida quirúrgica, las infecciones muestra leucocitos polimorfonucleares y microor­
de las serosas (peritonitis, meningitis, artritis), las ganismos, que por sus características morfotin-
infecciones viscerales y las infecciones sistémi- toriales pueden orientar la etiología del proceso
cas. En el tercer grupo se considerarán otras en­ infeccioso. El examen bacterioscópico se com­
fermedades coexistentes sin relación con la enfer­ pletará con cultivos, aislamiento bacteriano y
medad que motivó el acto quirúrgico: lupus eri- pruebas de sensibilidad a los antimicrobianos. Las
tematoso, artritis reumatoidea, vasculitis alér­ bacterias halladas más a menudo son estafilo­
gica, linfomas y otras. Es importante establecer cocos y estreptococos. Sin embargo, la flora de
la relación cronológica entre el acto operatorio y selección condicionada por tratamientos anti­
el comienzo de la fiebre. bióticos puede determinar infecciones por baci­
En cada caso -cada uno se considerará en for­ los gramnegativos u hongos.
ma individual- se llevará a cabo una anamnesis Hay que tener especialmente en cuenta el diag­
detallada y un examen clínico prolijo y cuidado­ nóstico diferencial de infección de la herida con
so en forma previa a los estudios complementa­ hematomas o seromas, que también pueden pre­
rios. A continuación se considerarán las causas sentar fenómenos inflamatorios locales. El diag­
más frecuentes de fiebre posquirúrgica. nóstico por punción aspirativa encierra el riesgo
Infección de la herida. A pesar de los adelan­ de llevar una infección a un área donde no exis­
tos de la época actual, ésta es la causa más fre­ tía, posibilidad que habrá que evaluar antes de
cuente de fiebre en el posoperatorio. En general punzar.
se presenta entre el quinto y el octavo día, con Infección urinaria. Ésta es otra causa muy im­
fiebre elevada, de comienzo brusco, que puede portante de fiebre en el posoperatorio. Es común
estar acompañada por escalofríos. En determina­ en los sujetos a los que se les deja sonda vesical
das circunstancias el período de incubación pue­ permanente, a pesar de los estrictos cuidados del
de ser menor -2 4 a 48 horas-, como en las infec­ catéter, y sistema de drenaje cerrado. La terapéu­
ciones por estreptococos betahemolíticos o clos- tica antimicrobiana preventiva no evita la infec­
tridios. En cambio, en los individuos que reciben ción, sobre todo después de algunos días de per­
antibióticos o en inm unocomprometidos los manencia de la sonda vesical; además provoca la
signos de infección pueden aparecer en forma aparición de cepas resistentes. En los pacientes
más tardía. En casos de anergia intensa puede de sexo masculino hay que tener en cuenta la apa­
haber pus en la herida sin signos locales de infla­ rición de prostatitis o epididimitis. Es rutinario
mación. en la fiebre del posoperatorio el estudio de la ori­
Factores locales y sistémicos predisponen a la na: sedimento, examen bacteriológico directo,
infección de las heridas: presencia de tejidos cultivos, recuento de colonias y antibiograma.
necróticos, coágulos, espacios muertos, cuerpos Estas infecciones pueden ser causa de bacteriemia
extraños, trastornos locales de la irrigación, eda­ y sepsis, sobre todo en los pacientes sometidos a
des extremas de la vida, obesidad, desnutrición, manipulaciones instrumentales o con obstrucción
diabetes, insuficiencia renal, shock, neoplasias parcial de las vías urinarias.
Capítulo 3 - Fiebre de origen desconocido □ 23

Aparato respiratorio. Las complicaciones pul­ C atéteres intravenosos. Los catéteres intra­
monares son problemas frecuentes en el poso- venosos pueden determinar fiebre por mecanis­
peratorio y muchas veces causa de muerte. Las mos infecciosos o no infecciosos. La coloniza­
afecciones previas del aparato respiratorio son ción del catéter puede provenir de la piel que lo
una condición predisponente de gran importan­ circunda y provocar una tromboflebitis supurativa
cia (fumadores, EPOC, asma, secuelas de infec­ de donde en general se aíslan Staphylococcus
ciones parenquimatosas, pleurales o quirúrgicas). aureus, pero también pueden aislarse estafilo­
La ateleciasia es uno de los problemas más co­ cocos coagulasa negativos, bacilos gramnega-
munes y se produce luego de operaciones abdo­ tivos y diversas especies de hongos, como Candi­
minales o torácicas. Las zonas atelectásicas pue­ da albicans y Torulopsis glahrata. La coloniza­
den infectarse y determinar la aparición de un cua­ ción del catéter puede determinar bacteriemia o
dro infeccioso. septicemia. Los aislamientos en los hemocultivos
La aspiración de contenido gástrico, en gene­ efectuados después de haber retirado el catéter
ral asociado con los vómitos posanestesia, deter­ sugieren septicemia. En el estudio de la infec­
mina un cuadro de neumonitis química. El pH ción por catéter deben realizarse cultivos cuanti­
bajo del jugo gástrico produce necrosis de las tativos o semicuantitativos de su punta.
células alveolares tipo I, hemorragia alveolar, Los mecanismos no infecciosos de la fiebre por
necrosis de la mucosa bronquial y formación de catéter intravenoso están determinados por la pre­
membranas hialinas. Puede que no haya sobrein- sencia del dispositivo, en general en venas su­
fección bacteriana, dado que en general el jugo perficiales, o por irritación química causada por
gástrico es estéril. La aspiración de contenido los medicamentos que circulan por él. No siem­
bucofaríngeo, que lleva la flora que coloniza esa pre hay manifestaciones clínicas claras de la fie­
área, determina en cambio la producción de neu­ bre por catéter; por lo tanto, establecida la sos­
monía bacteriana. Los microorganismos aislados pecha se procederá a retirarlo.
son P eptostreptococcus, P eptococcus, Bacte- Hay que tener en cuenta la posibilidad de que
raides melaninogenicus y Fusohacterium nuclea- se inyecten directamente en el paciente bacterias
(uní. aunque también pueden hallarse otros gér­ provenientes de la contaminación de tubuladuras
menes. La mayoría de los pacientes tiene infec­ o soluciones parenterales, incluida sangre o sus
ciones mixtas, tres o cuatro microorganismos con derivados. Esta situación puede sospecharse ante
predominio de los anaerobios. Algunos estudios un brote de infección hospitalaria por el mismo
muestran la correspondencia entre la flora oral y microorganismo, con frecuencia bacilos gramne-
la de la neumonía aspirativa. En los pacientes hos­ gativos hidrófilos o levaduras.
pitalizados, después de 4 o 5 días la flora orofarín- Injertos vasculares y prótesis valvulares. Tan­
gea muestra bacterias aerobias patógenas, entre las to en los injertos vasculares como en las prótesis
que se incluyen Staphylococcus aureus, Pscuáo- valvulares pueden desarrollarse colonias de
monas aeruginosa. Proíeus y Escherichia coU. microorganismos. La forma de presentación tie­
Trom bosis venosas profundas y trom hoem - ne un parámetro común que es el síndrome febril
botismo pulmonar. Estos procesos pueden origi­ acompañado por escalofríos, sudoración y bacte-
nar fiebre en el posoperatorio sin que el cuadro riemia, que puede llegar al shock bacteriémico.
clínico sea orientador. El examen físico puede no La infección puede ser precoz, antes de los 12
evidenciar las tromboflebitis pelvianas o de las meses de la cirugía, y la contaminación por lo
venas prostéticas y aun es difícil en las de los general se produce dentro del acto quirúrgico. Los
miembros inferiores. microorganismos más frecuentes son los esta­
El tromboembolismo pulmonar también pue­ filococos y los bacilos gramnegativos. La infec­
de evolucionar con fiebre y sin la signosinto- ción tardía, después de los 12 meses del acto
matología clásica, por lo que para confirmar el operatorio, se produce por bacteriemia y los gér­
diagnóstico se requerirán centellogramas de ven­ menes más frecuentes son los estreptococos y en
tilación-perfusión, flebografías y arteriografías segundo lugar los estafilococos.
pulmonares.
24 □ Primera parte - Generalidades - Síndromes clínicos

H iperterm ia m aligna. Es un trastorno raro del mentos deben suspenderse los que sean sospe­
músculo esquelético, de origen genético, que tie­ chosos. La fiebre puede persistir por varios días
ne una alta mortalidad (30% a 40%). Se presenta a pesar de la interrupción de la administración
a los pocos minutos de la inducción anestésica, del fármaco.
pero también puede hacerlo varias horas después Fiebre p o r transfusiones. La sangre o sus deri­
de finalizado el acto quirúrgico. Se debe a una vados pueden originar fiebre por mecanismos in­
liberación anormal de calcio por el sarcoplasma, munes o por haberse contaminado con bacterias
inducida por algunos relajantes musculares. Otros durante su manipulación y almacenamiento. Ade­
desencadenantes pueden ser ios anestésicos inha­ más con la sangre transfundida pueden trans­
latorios: halotano, ciclopropano y metoxiflurano. mitirse otras infecciones, como hepatitis B, C,
El cuadro clínico consiste en temperaturas entre no A no B no C, citomegalovirosis, sífilis, bruce-
39®C y 42®C, que en ocasiones pueden llegar a los losis, paludismo, toxoplasmosis, enfermedad de
44°C a 46°C, y además taquicardia, taquipnea, Chagas y otras.
taquiarritmias, cianosis, rigidez muscular, acidosis, Fiebre poscardiocirugía. Después de la ciru­
hipoxemia, hipergiucemia, hipercalcemia e hiper- gía cardíaca pueden aparecer cuadros febriles de
potasemia. Pueden agregarse mioglobinemia e in­ etiología aún no determinada y evolución limita­
suficiencia renal aguda mioglobinúrica. da, como los que sobrevienen después de bypass
Hepatitis por anestésicos. El anestésico vincu­ coronarios o de la colocación de prótesis val­
lado con más frecuencia con la hepatitis poso- vulares, los cuales se denominan fieb re poscar-
peratoria es el halotano. La fiebre se presenta diotom ía o pospericardiotom ía. También puede
entre los 7 a 15 días del posoperatorio. En quie­ producirse un cuadro febril que comienza aproxi­
nes lo han recibido con anterioridad aparece en­ madamente a las ocho semanas e incluye hepa-
tre las 24 y las 48 horas; se acompaña con náu­ toesplenomegalia, leucocitosis, linfomonocitos
seas, vómitos y suele haber hepatomegalia dolo- atípleos en el extendido de sangre periférica y
rosa. El laboratorio revela leucocitosis, eosinofília alteraciones de las enzimas hepáticas. Se resuel­
y aumento de las enzimas hepáticas. ve en forma espontánea en varias semanas y pa­
Fiebre p o r medicamentos. A un gran número rece deberse a citomegalovirus.
de agentes terapéuticos se les atribuye el efecto Fiebre poscirugía abdom inal. La aparición de
de provocar hipertermia. En este cuadro clínico fiebre después de la cirugía abdominal es un he­
la fiebre es a veces el único elemento y en gene­ cho muy frecuente. La causa principal, como én
ral el buen estado del paciente no está en rela­ las otras cirugías, es la infección de la herida, en
ción con los picos febriles. Puede haber otras ma­ particular cuando se abordan órganos infectados
nifestaciones que acompañan a la fiebre, las cua­ (apendicitis, colecistitis, diveniculitis). Le sigue
les contribuyen a sospechar el diagnóstico de en frecuencia la peritonitis, que puede ser pre­
fiebre por medicamentos; algunas de ellas son: existente, si es que hubo perforación de viscera
erupciones cutáneas -exantemas morbiliformes, hueca, o por contaminación en el acto quirúrgi­
escarlatiniformes, mixtos, urticaria, eritemas poli­ co. Ésta puede ser generalizada o localizada,
morfos en sus variantes mucosas, cutáneas y cuta- como en el caso de las colecciones purulentas:
neomucosas-; artralgias, adenopatías dolorosas, abscesos subfrénicos, subhepáticos, interasas o
hepatitis y nefritis. El laboratorio puede mostrar de fondo de saco de Douglas. La circulación por­
eosin ofilia.'L os m edicam entos que con más tal puede llevar gérmenes al parénquima hepáti­
frecuencia producen fiebre son casi todos los uti­ co, lo que determina la aparición de hepatitis sép­
lizados; su lista es grande y aquí sólo se señalarán tica y abscesos a ese nivel. Los esquemas anti­
algunos: penicilinas, cefalosporinas, sulfamidas, bióticos utilizados posteriormente a esta ciru­
tetraciclinas, cloranfenicol, nitrofuranos, isoniazi- gía en general no son útiles frente al enterococo,
da, anfotericina B , rifampicina, hidralazina, por lo que éste puede convertirse en germen de
tiazidas, furosemida, difenilhidantoína, carba- selección y agente patógeno de la infección poso-
mazepina, alfametildopa, alopurinol, salicilatos peratoria. Hay que tener muy en cuenta la posibi­
y otros. Ante la sospecha de fiebre por medica­ lidad de que se presente colecistitis aguda, aun en
Capítulo 3 - Fiebre de origen desconocido □ 25

vesículas no litiásicas, y pancreatitis aguda como Sonda n a so ^á stñ c a . La sonda nasogástrica


complicación de una cirugía abdominal. puede provocar rinitis seguida por sinusitis maxi­
La osteítis pubiana puede ser una complicación lar como causa de fiebre en el posoperaiorio. Ade­
posquirúrgica de la cirugía pelviana (prostatec- más causa lesiones esofágicas por decúbito y fa­
tomía, adenomectomía prostética, hernia ingui­ vorece la esofagiiis por Candida.
nal, partos, etc).

B ib lio g ra fía -------------------- --- ------


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4
Diagnóstico bacteriológico
Víctor A. Triarte
Ornar J. Palmieri

El estudio bacteriológico precoz, basado en una sangre sea menor. Es preciso que el material ob­
interpretación clínica adecuada, permite el uso tenido llegue con rapidez al laboratorio.
racional de los antimicrobianos y aumenta la efi­ Para la evaluación de los cultivos se debe te­
ciencia terapéutica. ner en cuenta la flora normal que coloniza la’piel
Es fundamental que el bacteriólogo asuma un y las mucosas.
pape! dinámico, tenga contacto permanente con El informe de un buen examen directo tiene un
el médico, y responda con idoneidad y prontitud valor incuestionable para el seguimiento infec-
los requerimientos de éste. Su propósito es lle­ tológico, porque en él se basa la elección de la
gar al diagnóstico etiológico y comprobar lo an­ conducta. Por consiguiente, es necesario remar­
tes posible la sensibilidad del microorganismo a car la importancia de realizar ese examen, tanto
los antimicrobianos; para ello es importante co­ en fresco como con las coloraciones de Gram,
nocer los antecedentes del paciente y del diag­ Ziehl-Neelsen y otras. Todos estos procedimien­
nóstico presuntivo, a fm de racionalizar la bús­ tos posibilitan la identificación del microorganis­
queda bacteriológica. También informará todo mo predominante, que orienta en la elección de
cambio de la flora bacteriana y la aparición de una terapéutica antimicrobiana temprana mien­
resistencias o de cepas oportunistas. tras se aguarda el resultado de los cultivos perti­
Los factores que dificultan un buen diagnósti­ nentes.
co bacteriológico son el diagnóstico clínico erró­
neo, el tratamiento antibiótico previo, la loma de
HEMOCULTIVOS
las muestras en forma incorrecta, o su conserva­
ción y transporte inadecuados, y el tiempo exce­ Los hemocultivos forman parte de la rutina bá­
sivo entre la loma del material y su procesamien­ sica en todo paciente febril, ya que es la forma
to. más importante de llegar al diagnóstico de mu­
Las muestras deben ser representativas y sufi­ chas enfermedades infecciosas. Lo ideal es obte­
cientes para un estudio bacteriológico completo, ner tres muestras, porque la positividad de dos
sin olvidar que tal vez sea el único momento en de ellas permite diferenciar una bacteriemia de
que se cuente con material de un paciente no tra­ una contaminación. Una extracción de sangre re­
tado. La toma se lleva a cabo antes del comienzo presenta un hemocultivo, con independencia del
de la terapéutica o de lo contrario ésta se suspen­ número de frascos que se siembren.
de con suficiente anticipación. Si esto último no El volumen de sangre es la variable que más se
es posible, lo más conveniente es efectuar las to­ relaciona con el rendimiento de los hemocultivos.
mas cuando la concentración de antibiótico en En los adultos se cultiva 1 mL de sangre por cada
28 □ Prim era parte - Generalidades - Síndromes clínicos

10 mL de caldo de cultivo. Si el volumen de san­ res o catéteres, además su hallazgo puede tener
gre es mayor, aumenta la probabilidad de obte­ significación clínica.
ner falsos negativos por atrapamiento bacteriano El procesamiento de hemocultivos puede rea­
en el coágulo de fibrina. La obtención de más de lizarse por métodos convencionales inoculando
30 mL de sangre no aumenta el aislamiento de la sangre extraída en frascos que permitan el de­
microorganismos. sarrollo de microorganismos aerobios y anaero­
El mejor momento para la extracción de san­ bios como también se pueden utilizar otras meto­
gre es antes de que sobrevenga el pico febril, ya dologías como son la lisis-centrifugación, este
que durante éste se produce la lisis bacteriana. sistema consiste en tubos que contienen un agen­
En pacientes con bacteríemias continuas la ex­ te lítico (saponina) en propilenglicol, anticoagu­
tracción puede llevarse a cabo en cualquier mo­ lante (EDTA o polianetol sulfonato de sodio) ade­
mento. Si no se evidencia desarrollo a las 48 a 72 más de una capa fluorquímica inerte que facilita
horas, se pueden repetir las tomas. Antes de la la sedimentación de las bacterias. Los medios
extracción hay que tener en cuenta no sólo la bifásicos como el de Ruiz Castañeda son utiliza­
curva térmica sino también otros síntomas clíni­ dos para la recuperación de Brucella sp y tam­
cos, como aumento del pulso, hipotensión, esca­ bién en el cultivo del LCR.
lofríos, postración, etcétera. Los métodos automatizados abarcan distintas
El intervalo entre las tomas depende de la ur­ técnicas. Dentro de ellas, las técnicas radiomé-
gencia, aunque en general es de treinta minutos. tricas son un sistema basado en caldo de las mis­
En los pacientes graves es necesario obtener con mas características que el hemocultivo conven­
rapidez dos o tres muestras, ya que hay que ini­ cional, al que se adicionan sustratos marcados
ciar cuanto antes la terapéutica antimicrobiana radioactivos. Cuando los microorganismos desa­
empírica. En los pacientes febriles de evolución rrollan estas sustancias son metabolizadas y des­
prolongada se pueden realizar las tomas que se prenden COj en el medio y en el aire del frasco.
consideren necesarias, con intervalos de varias Este sistema denominado Bactec utiliza la técni­
horas entre una y otra. ca de espectrometría infrarroja, que se basa en la
La extracción de sangre para los hemocultivos detección infrarroja del COjdel aire de la botella
se hará previa antisepsia de la piel con alcohol producido por el metabolismo bacteriano. El
yodado al 2% que se dejará actuar durante 1 mi­ Bact/Alert también se basa en la producción de
nuto, luego pasar alcohol a 70® que se dejará eva­ COj de las bacterias que se desarrollan en el cal­
porar antes de proceder a la punción venosa o do, que al disolverse en el agua del medio de cul­
eventualmente arterial. El tapón del frasco tam­ tivo producen ácido carbónico que reduce el pH
bién requiere antisepsia, para descontaminarlo y es detectado por un indicador que cambia de
antes de inocular la sangre. color (del verde al amarillo) que es leído por el
Los hemocultivos se incuban a 37®C durante aparato. Los equipos para estos métodos inclu­
siete días, con lo que es posible rescatar el 95% yen capacidades de agitación e incubación pro-
de las bacteriemias. En pacientes en quienes se gramables, junto con la lectura a intervalos pre­
sospecha endocarditis la incubación debe prolon­ determinados, además de ofrecer la posibilidad
garse, como mínimo, durante tres semanas. En del uso de código de barras para la identificación
brucelosis, leptospirosis, micobacteriosis y mico­ del paciente.
sis se requiere un seguimiento de los cultivos de
cuatro semanas antes de informar un resultado
UROCULTIVOS
negativo. Hay que tener en cuenta que menos del
10% de las bacteriemias son polimicrobianas. En la mayoría de los casos un sedimento uri­
Hay microorganismos considerados contami­ nario normal descarta la infección urinaria (lU).
nantes, como Staphylococcus coagulasa negati­ Para la toma de la muestra es importante saber
vo, Corynebacterium spp y otros. Antes de des­ si el paciente controla los esfínteres o no. Si los
cartarlos hay que informar al médico su aisla­ controla, la muestra se toma del chorro medio.
miento, porque pueden infectar prótesis articula­ Se recolecta la primera orina de la mañana o con
CapUulo 4 - Diagnóstico bacteriológico □ 29

ires horas de retención, previa higiene genital con el pH, la densidad y el sedimento urinarios.
a«ua y un jabón que no haya sido usado previa­ Es posible interpretar por error como negati­
mente; en el hombre se retrae el prepucio y en la vos (falsos negativos) los que provienen de pa­
mujer se coloca un tapón vaginal de gasa estéril. cientes que reciben antibióticos, si la densidad
Se elimina el primer chorro, que arrastra los urinaria es menor a 1005 y el pH inferior a 5 o
microorganismos de la uretra, y el chorro medio superior a 8,5 y si el tiempo de retención fue in­
se recolecta en frasco estéril. La muestra se remi­ suficiente o había obstrucción ureteral, focos re­
te con rapidez al laboratorio o se guarda en la nales no drenantes o microorganismos que no se
heladera a 4®C, ya que la orina es un medio de desarrollan en los medios habituales.
cultivo rico en nutrientes que favorecen el desa­ En los portadores de sonda vesical, la adhe­
rrollo bacteriano. El frasco de recolección se trans­ sión de los microorganismos a las paredes de ésta
porta en un envase térmico con un refrigerante. es favorecida por el pH de la orina, por la pre­
Si el paciente no controla esfínteres, la toma sencia de proteínas y sales urinarias, y por el tipo
de la muestra se realiza por recolección al ace­ de material con el que está fabricada. En la super­
cho, previa higiene y descarte del primer chorro. ficie interna de la sonda se desarrolla una película
En pacientes con sonda se efectúa la punción formada por bacterias, moco, proteínas y restos
de ésta, previamente se la pinza durante 15 a 20 celulares. Por lo general, en estos pacientes las lU
minutos y luego se la punza en la zona más son polimicrobianas, por lo que el tratamiento se
proximal, previa desinfección con alcohol 70® o basa en la sensibilidad a los antibióticos de cada
povidona yodada al 10%. uno de los microorganismos aislados.
Para descartar contaminación, o si se sospe­ Corresponde solicitar una muestra nueva en los
cha lU por anaerobios, es necesario recurrir a la siguientes casos: si se produce desarrollo polimi-
punción suprapubiana, la cual normalmente es crobiano, si no hay desarrollo en orinas con sedi­
estéril. mento patológico, si se desea corroborar una bac-
En este último caso cualquier recuento de co­ teriuria asintomática, si el hallazgo bacteriano
lonias es significativo. Es la única muestra que sugiere un microorganismo contaminante, si se
se siembra en medio líquido. La punción se rea­ recuperan microorganismos poco frecuentes y
liza a un centímetro de la sínfisis pubiana, ase­ para descartar tuberculosis renal. En este último
gurándose antes de que la vejiga esté llena. caso, se sembrará en los medios adecuados el se­
Las muestras que no se procesan, por carecer de dimento de la orina recogida durante las 12 ho­
valor bacteriológico, son la punta de la sonda vesi­ ras previas, con un régimen de escasa ingestión
cal, la bolsa colectora y la orina del frasco colector. de líquidos.
El diagnóstico bacteriológico de la lU requiere La piuria no siempre indica infección, también
cultivos cuantitativos. puede aparecer en cuadros de deshidratación o
Una gota de orina que se deja secar sobre un litiasis, como también si se realizaron interven­
portaobjetos y que coloreada con tinción de Gram ciones quirúrgicas previas.
permite observar por lo menos dos bacterias por
campo de inmersión, se correlaciona con un recuen­
DIARREAS
to de colonias mayor o igual a 100.000 UFC/mL.
Los recuentos de colonias significativos en la Según la QMS la diarrea se defme como el au­
interpretación de los cultivos son el hallazgo de mento del número y volumen de las deposicio­
más de 100.000 UFC/mL de un microorganismo nes, con disminución de la consistencia, por lo
compatible con infección urinaria. que toma la forma del envase que las contienen. ,
Pueden obtenerse falsos positivos en pacientes Es importante conocer la existencia de antece­
con uretritis, en muestras contaminadas por falta dentes de viajes, pérdida de peso, ingestión de |
de higiene, en orinas conservadas a temperatura pescado, enfermedades predisponentes (HIV) o
ambiente o por el uso de un jabón contaminado. uso de antibióticos.
En el informe se incluye la tipificación y el La muestra se obtiene al comienzo de los sín­
antibiograma del o los microorganismos aislados; tomas y antes de la prescripción de antibióticos.
30 □ Prim era parte • Generalidades - Síndromes clínicos

Todos los materiales destinados a cultivo se porte para su envío al laboratorio. Los medios de
conservan a temperatura ambiente hasta que sean transporte más utilizados son el de Stuart, donde
procesados. Una muestra negativa nunca indica se conserva el material hasta doce horas, y el de
ausencia del patógeno. Cary Blair, que lo conserva hasta cinco días.
Deben rechazarse las muestras provenientes de H isopado anal. Se pasa un hisopo estéril por
pañales, por los fal.sos negativos que induce la el margen del ano y se lo coloca en el medio de
acidez de la orina. transporte elegido. Para investigar N eisseria
En niños con diarrea sanguinolenta es impor­ gonorrfweae se usan preferentemente hisopos tra­
tante descartar Escherichia coli 0157:H 7, por su tados con carbón activado. Para C hia m yd ia
asociación con el síndrome urémico-hemolítico. trachomatis se utilizan como medio de transpor­
Las colonias sospechosas que se desarrollan en te soluciones de sacarosa-fosfato.
sorbitol agar Mac Conkey se confirman por Líquido duodenal. Se envía en tubo seco y es­
serología. Para la búsqueda de portadores de téril.
Salmonella spp se pueden transportar las mues­ Biopsia de intestino. Remitir en tioglicolato de
tras en caldo selenito. sodio.
La búsqueda de Crypfosporidiiim en pacientes
con SIDA requiere el examen de un extendido de
LÍQUIDO CEFALORRAQUÍDEO
materia fecal coloreado con un anticuerpo
monocional o con coloración de Kinyoun modi­ El estudio del líquido cefalorraquídeo (LCR)
ficada. En pacientes con diarrea y en tratamiento es fundamental para el diagnóstico etiológico de
antibiótico, debe investigarse Clostridium diffidle las meningitis.
por cultivo o por enzimoinmunoensayo (ELISA), Diversos microorganismos pueden ser respon­
que revela las toxinas A y B. sables de esta enfermedad, pero los más frecuen­
El informe del examen directo debe incluir el tes son Síreptococcus pneum oniae, N eisseria
recuento de leucocitos y la investigación de la pre­ m eningitidis, H aem ophilus influenzae, Listeria
sencia de hematíes, parásitos o levaduras; estas úl­ monocytogeties, Siaphylococcus aureus, Esche­
timas tienen significación clínica cuando hay más richia coli y Síreptococcus spp.
de 5.000 colonias por gramo de materia fecal. El La punción se realiza antes de iniciar cualquier
infiltrado leucocitario se infonna como «abundan­ tratamiento antibiótico. El LCR se recolecta en
te», «regular», «escaso» o «no se observa». tres tubos, uno para los estudios físico, químico
Los enteropatógenos se tipifican, por pruebas y citológico; otro para el bacteriológico, y el res­
bioquímicas o serológicas y el resultado de! tante para las pruebas inmunológicas u otros es­
antibiograma. En toda disbacteriosis, si hay pre­ tudios complementarios.
dominio absoluto de una especie, se la debe tipi­ Como los microorganismos responsables son
ficar e informar. muy lábiles, el material deberá procesarse de in­
Las muestras que se remiten para estudio bac­ mediato. La muestra se conserva a temperatura
teriológico son las siguientes: ambiente o a 37° C, nunca se dejará en la heladera,
Coprociiltivo. En un frasco estéril se recoge salvo que se sospeche meningitis viral, tuber­
materia fecal de una deposición reciente. Se rea­ culosa, micóiica o por Listeria monocytogenes.
liza el examen microscópico directo y los culti­ Para la decisión terapéutica inicial es funda­
vos. Para el recuento de leucocitos se utiliza como mental el examen directo del centrifugado del
colorante azul de metileno o Giemsa, lo que ayu­ LCR con coloración de Gram. A veces es muy
da a distinguir una diarrea invasora de otra que difícil definir si un microorganismo es grampo-
no lo es (ver el capítulo Diarreas infecciosas). sitivo o gramnegativo. Tanto su morfología como
H isopado rectal. Se introduce en el recto un la capacidad de colorearse pueden estar altera­
hisopo estéril sin lubricante (excepto el del me­ das si el paciente ha recibido antibióticos previa­
dio de transporte); .se verifica que esté impregna­ mente. Si se sospecha que Cryptococcus neofor-
do con materia fecal (signo de la ampolla rectal m ans es el agente etiológico, corresponde llevar
ocupada) y luego se coloca en el medio de trans­ a cabo el examen del LCR con tinta china, bús­
Capítulo 4 - Diagnóstico bacteriológico □ 31

queda de la antigenon aquia con )a prueba de aglu­ El material con el que está fabricado el catéter
tinación del látex y confirmación posterior me­ y el tiempo de permanencia de éste tienen una
diante cultivos. También se realizará la colora­ relación directa con esta infección.
ción de Z ieh l-N eelsen para la búsqueda de Las muestras que deben enviarse para cultivo
micobacterias. incluyen:
Cuando el paciente presente epidemiología y • La puma del catéter (3 o 4 cm en tubo seco y
clínica compatible con leptospirosis, se realizará estéril).
microscopía de campo oscuro, además de los es­ • Dos muestras para hemocultivo obtenidas por
tudios por técnicas inmunológicas y los cultivos punción de distintas venas.
correspondientes. • Hisopado de la herida donde se inserta el ca­
Los métodos inmunoserológicos que permi­ téter (en medio de transporte).
ten la d etección de an tígen os bacterianos • Hisopado de la conexión del catéter con la
{S trep to co ccu s p n e u m o n ia e , N e iss e r ia niC’ vía de infusión (en medio de transporte) y
n in g id d is , H a e m o p h ilu s in fliien za e ) son la • Punción aspirativa de la vena en la que se
coaglutinación, aglutinación de partículas de lá­ sospecha que hay tromboflebitis supurativa
tex y la contrainmunoelectroforesis. La sensibi­
lidad de los métodos de diagnóstico rápido dis­ Para el cultivo de la punta del catéter pueden
minuye cuando en el examen directo se obser­ utilizarse las siguientes técnicas:
van pocos microorganismos o ninguno. La bio­ Semicuantitativa, como el método de Maki» que
logía molecular supera el aporte de ios métodos permite la evaluación de la parte externa del ca­
inmunológicos aplicados al diagnostico micro- téter. Se considera significativo un recuento de
biológico. La reacción en cadena de la polimerasa colonias mayor o igual a 15 UFC/mL.
(PCR) permite aumentar el número de copias de Cuantitativas, cuyo recuento significativo es
un fragmento de ácido nucleico específico de un mayor o igual a 1.000 UFC/mL.
microorganismo, hasta más de un millón de ve­ Dentro de estas últimas se encuentran los mé­
ces para su posterior detección con sondas todos de Cleri y Brun-Buisson, que evalúan tan­
moleculares. Este método tiene mayor sensibili­ to la parte interna como la externa del catéter, y
dad y mayor especificidad, delecta alrededor de el método de Linares, que sólo permite el estu­
100 UFC/mL. Potencialmente es capaz de detec­ dio de la parte interna.
tar una sola copia de un gen presente entre Si se desea conservar la vía, se realizará un re-
1.000.000 de células eucariotas. Sin embargo esta trocultivo. En este caso el cultivo de la sangre
elevada especificidad trae aparejada serias difi­ obtenida a través del catéter que presente un re­
cultades técnicas para evitar contaminaciones del cuento de colonias 5 a 10 veces mayor que el del
material con otros ácidos nucleicos que podrían hemocultivo convencional, es indicación para el
falsear los resultados (las características del LCR retiro del dispositivo.
normal y patológico se detallan en el capítulo Los retrocultivos por el método automatizado
Meningitis). Bact/Alert para catéteres permanentes se reali­
zarán cultivando iguales volúmenes de .sangre de
una muestra del catéter y una muestra de sangre
INFECCIONES ASOCIADAS CON CATÉTERES
periférica.
Se considera infección asociada con el catéter Para considerar la infección asociada con el catéter
cuando de la punta de éste y de los hemocultivos tiene que desarrollar la muestra de sangre del caté­
se aísla el mismo microorganismo. ter dos horas antes que la muestra de sangi-e peiiférica.
La forma más ostensible de esta enfermedad
es la tromboflebitis supurativa.
INFECCIONES DE LAS VÍAS RESPIRATORIAS
La sepsis asociada con catéteres tiene una in­
cidencia del 1% y una mortalidad del 60%, que El examen m icrobiológico del esputo es la
se reduce al 50% si cursa sin flebitis. En los pa­ muestra de elección para evaluar una infección
cientes quemados es cinco veces más frecuente. de las vías respiratorias.
32 □ Prim era parte - Generalidades - Síndromes clínicos

La muestra debe recogerse en las primeras ho­ Lavado bronquial. Se usa para la búsqueda de
ras de la mañana, en frasco estéril, de boca an­ micobacterias, no sirve para el rescate de anae­
cha, previa higiene bucal con buches de agua robios y tiene poco valor para gérmenes comu­
bicarbonatada. Se remite al laboratorio dentro de nes y hongos.
las dos horas que siguen a su recolección, para C epillo envainado. M ediante la fibrobron-
evitar el desarrollo de la flora acompañante, que coscopia con cepillo envainado se evita la conta­
puede impedir la recuperación del verdadero res­ minación orofaríngea. El cepillo debe transportarse
ponsable del proceso infeccioso {Streptococcus rápidamente al laboratorio, en tubo seco y estéril
pneum oniae, Haem ophilus influenzae y otros). para evitar su desecación. Permite la búsqueda
Un esputo es representativo cuando tiene más de anaerobios y tiene poco valor para micobac­
de 25 leucocitos polimorfonucleares y menos de terias y hongos, ya que la muestra es escasa.
10 células epiteliales superficiales por campo de Lavado broncoalveolar. Es una muestra de ma­
100 aumentos. yor volumen obtenida mediante la fibrobron-
Para el cultivo de las secreciones traqueales va­ coscopia. Se utiliza para investigar micobacterias,
len las consideraciones ya mencionadas. Debe gém ienes comunes y hongos. No es adecuada
realizarse la búsqueda de fibras de elastina con para anaerobios.
hidróxido de potasio al 40% y usar la técnica La muestra, que no debe ser menor de 5 mL, se
cuantitativa para su procesamiento. Es significa­ centrifuga a 2.500 rpm durante 10 minutos para
tivo un recuento mayor de 106 UFC/mL en la hacer un recuento diferencial de células. El re­
interpretación de los cultivos. sultado es significativo si hay menos del 1% de
Para el cultivo de micobacterias y hongos la células epiteliales superficiales y un recuento de
muestra puede conservarse en la heladera a 4°C. colonias mayor o igual a 100.000 UFC/mL.
Es importante conocer los antecedentes del pa­ Se informa el examen directo con las colo­
ciente: si es inmunodeprimido, si está tomando raciones de Gram, Giemsa y Ziehl-Neelsen. En
antibióticos, si está en asistencia respiratoria me­ caso de sospecha clínica se puede realizar la co­
cánica y si tiene otras enfermedades (diabetes, loración de Kinyoun para N ocardia spp o la de
alcoholismo). En todos los casos los aislamien­ Gomori-Grpcott para Pneum ocysfis jiroveci.
tos bacteriológicos deben correlacionarse con la Biopsia de pulmón. Se realiza cuando no ha sido
clínica, aunque algunos microorganismos siem ­ posible llegar al diagnóstico con las muestras to­
pre se consideran patógenos {Mycobacterium tu ­ madas por fibrobroncoscopia y la clínica del pa­
berculosis). Si se sospecha tuberculosis, se reco­ ciente justifica su indicación.
mienda enviar para cultivo en medios especia­ Los exámenes directos se realizan por impron­
les, tres muestras de esputo recogidas en tres días tas o a partir de homogeneizados de la muestra
seguidos, conservadas en la heladera a 4®C. recogida.
Punción transtraqueal. Se realiza fundamen­ H isopado de fa u ces. Se pasa un hisopo por las
talmente para el aislamiento de microorganismos fauces y se coloca en medio de transporte de
anaerobios, en pacientes con trastornos de la con­ Stuart. Si se observan seudomembranas, hay que
ciencia y en los inmunodcprimidos. desprenderlas con una pinza y colocarlas en un
Está contraindicada en pacientes con reflejo tubo seco y estéril, que se remite con rapidez al
tusígeno exacerbado, alteraciones psicomotoras, laboratorio. Debe recordarse que el diagnóstico
trastornos de la coagulación y en bronquiales cró­ de difteria es clínico y no bacteriológico. Es im­
nicos con hipoxia grave. Las complicaciones más portante la información que brinda el examen
frecuentes de este procedimiento son las hemo­ microscópico con coloración de Gram, en el que
rragias, las infecciones, el enfisema mediastínico podrán observarse las corinebacterias despla­
y el neumotórax. zantes que ayudan a confirmar la sospecha clíni­
Normalmente es un material estéril y cualquier ca. Además, se cultivará en medios selectivos con
desarrollo en los cultivos se considera responsa­ telurito de potasio.
ble del cuadro respiratorio, salvo en pacientes En los casos de faringitis el cultivo permite con­
bronquiales crónicos. firmar o descartar la presencia de estreptococos
Capítulo 4 - Diagnóstico bacteriológico □ 33

betahemoiíticos. Se solicita también cuando exis­


MATERIALES QUIRÚRGICOS. HERIDAS,
te la posibilidad de rescatar Neisseria gonorrhoeae
ÚLCERAS y ABSCESO S
si la clínica y la epidemiología lo justifican.
La angina de Plaut-Vincent se confirma por la Las muestras para el estudio bacteriológico de
correlación de la clínica con el examen directo, los tejidos se obtienen mediante procedimientos
en e! que se observa la asociación fusoespirilar quirúrgicos y se envían al laboratorio en frasco
con la tinción de Gram. estéril de boca ancha con tapón roscado. Una par­
En los pacientes inmunodeprimidos u hospita­ te es enviada en formol para el estudio anatomo-
lizados, el hisopado de fauces pone en evidencia patológico.
la flora predominante o desplazante. El tejido se corta con tijeras estériles y se mue­
Hisopado nasal: se realiza para buscar porta­ le en un mortero para preparar una suspensión al
dores de estafilococos resistentes a la metici- 20% en caldo de cultivo. El resto se conserva en
lina, estreptococos betahemoiíticos o Neisseria la heladera, a 4®C por lo menos durante 15 días,
nieningiíidis. También se utiliza para investigar para eventuales estudios complementarios.
Klebsiella ozenae o K. rhinoescleromaiis, ante Las heridas nunca son estériles. Los hisopados
la sospecha de rinoscleroma, o M ycobacteríum de herida son útiles para conocer los microor­
leprae en la enfermedad de Hansen. ganismos que la colonizan. Estos cultivos de vi­
gilancia son una práctica común en el seguimiento
de pacientes quemados.
INVESTIGACIÓN DE BACTERIAS ANAEROBIAS
La punción aspirativa es el método de elección en
Si hay sospecha de infección por anaerobios, colecciones purulentas o abscesos, el material obte­
es preferible tomar el material de cavidades ce­ nido se inocula en frascos de cultivo pai*a anaerobios.
rradas libres de contaminación externa. Estos mi­ Los hisopados de drenajes, fístulas, úlceras o
croorganismos están relacionados con muchas heridas abiertas están contaminados con la flora
enfermedades infecciosas, a veces asociados con propia de piel o mucosas. Son preferibles los ma­
bacterias aerobias (abscesos pulmonares, infec­ teriales lomados por punción aspirativa; de ser
ciones de la piel y partes blandas, infecciones den­ necesario se instila previamente solución fisio­
tales, intraabdominales y ginecológicas). lógica estéril o se realiza biopsia.
Las muestras deben estar protegidas del efecto Las gangrenas son infecciones graves de la piel
letal del oxígeno del aire y procesarse de inme­ o partes blandas. En estos casos el estudio bacte­
diato. Se mantienen a temperatura ambiente. riológico tiene gran importancia; los materiales
El uso del hisopo para investigar estas bacte­ se recogen y envían como ya se ha señalado.
rias tiene un valor limitado, por la escasa canti­ En la lepra se realizan baciloscopias de los
dad de muestra obtenida con este método, la cual frotis tomados por escarificación de los lóbulos
se colocará en un medio de transporte. de las orejas, nalgas e hisopado nasal. Se practi­
La toma con jeringa y aguja por aspiración es ca una pequeña incisión, cuyos bordes se raspan
ideal. Siempre deben tomarse las medidas de para recoger linfa que se extiende sobre un
bioseguridad correspondientes. La aguja debe ob­ portaobjetos limpio y desengrasado. Los exten­
turarse pinchándola en un tapón de goma estéril; didos se colorean con Ziehl-Neelsen y su posi­
previamente se eliminará el aire que pudo haber tividad se informa con los índices bacteriológico
quedado en la jeringa. Para el traslado se usará y morfológico. Esto no sólo permite confirmar el
un recipiente de paredes rígidas. Se recomienda diagnóstico, sino también evaluar la respuesta al
el uso de medios de transpone para anaerobios. tratamiento.
El examen directo con coloración de Gram es muy El índice bacteriológico es el promedio de ba­
importante cuando se sospecha infección por cilos ácido-alcohol resistentes observados en los
anaerobios. Las características morfotintoriales frotis, en 100 campos con objetivo de inmersión,
propias de estos microorganismos denotan su pre­ y el índice m orfológico es el porcentaje de baci­
sencia. los enteros, ácido-alcohol resistentes, en relación
con el total de bacilos observados.
34 □ Primera parte - Generalidades - Síndromes clínicos

Estos estudios bacteriológicos por examen di­ coloración de Gram se observan células clave,
recto son de gran importancia, ya que Mycobac- en ausencia de bacilos de Doderléin.
teriuin ¡eprae no se cultiva (ver el capítulo Le­ El diagnóstico de chancro blando requiere del
pra). examen directo del exudado de la úlcera con co­
loración de Gram. así como la punción aspirativa
de los ganglios abscedados. Puede observarse el
INFECCIONES DEL TRACTO GENITAL FEMENINO
cocobacilo gramnegativo (HaemophUus ducreyi),
Para llegar al diagnóstico de las vulvovaginitis que se confirma por cultivo.
es necesario el estudio bacteriológico del flujo En los pacientes con sífilis primaria o secun­
vaginal. La muestra se toma del endocérvix y del daria, Treponema pallidum se investiga median­
fondo de saco vaginal, en lo posible, sin tratamien­ te la observación con microscopio de fondo os­
to antibiótico previo, lejos de los días del período curo del material obtenido de las lesiones. Su
menstrual, con una buena higiene la noche ante­ negatividad no descarta el diagnóstico, que pue­
rior y un lavado superficial el día del estudio. de confirmarse mediante la serología.
Se usan espéculos descartables, hisopos esté­ El diagnóstico de tricomonosis se basa en un
riles y medios de transporte adecuados para con­ examen en fresco de una muestra obtenida del
servar el material, el que habrá de procesarse fondo de saco vaginal en la que se observe Tri-
dentro de las dos horas de su recolección. chomonas vaginalis con movimientos activos y
Un informe adecuado incluye el examen en se cultiva en el medio de Diamond. Los extendi­
fresco y los exámenes directos con las tinciones dos fijados se colorean con Giemsa.
de Gram y Giemsa. Para el diagnóstico de la enfermedad pelviana
En las pacientes con DIU es importante inves­ inflamatoria la muestra se obtiene por culdo-
tigar i^c/i/iowyceí israelii en las secreciones del centesis o aspiración de la cavidad uterina. Son
cuello uterino. La presencia de Neisseria gonorr- varios los microorganismos capaces de causar­
hoeae se confirma por cultivo del moco cervical, la, entre ellos C hlam ydia trachom atis y N eisse­
ya que la observación microscópica de un frotis ria gonorrhoeae; otros pueden ser bacterias
coloreado con Gram carece de validez diagnós­ aerobias y anaerobias, que en general están aso­
tica. Si el cultivo es positivo, es necesario con­ ciadas.
signar si se trata de una cepa productora de beta-
lactamasas o no. El material para el diagnóstico
URETRITIS EN EL HOMBRE
del linfogranuloma venéreo {Chlamydia tracho’
maíis) se extrae del cuello del útero mediante un Para el estudio de los exudados uretrales el pa­
hisopo de alginato de calcio, ya que los de made­ ciente debe concurrir al laboratorio sin orinar o
ra son tóxicos para el microorganismo. con la mayor retención posible. En el hombre las
El diagnóstico presuntivo se realiza con un ex­ uretritis pueden ser gonocócicas o no gono-
tendido coloreado con Giemsa. Se confirma por cócicas. Para el diagnóstico de las primeras se
cultivo en células Me Coy o HeLa, o por inmuno- lleva a cabo un frotis de la secreción purulenta,
fluorescencia directa. que en el examen directo, con coloración de
Para M yco p la sm a h o m in is y U reaplasm a Gram, muestra diplococos gramnegativos intra-
urealyticum el material se extrae del endocérvix. celulares y extracelulares compatibles con Neisse­
Su conservación, transporte y procesamiento tie­ ria gonorrhoeae. Este hallazgo es suficiente para
nen las m ism as c o n sid era cio n es que para el diagnóstico presuntivo, que se confirma por
clamidias. cultivo en medio deThayer-Martin. En todos los
La vaginosis bacteriana, enfermedad produci­ casos es necesario establecer si la cepa es produc­
da por Gardnerella vaginalis, bacilos anaerobios tora de betalactamasas o no.
gramnegativos, M ycoplasm a hom inis y M o b i' Si la secreción es escasa, hay que ejercer pre­
¡uncus spp, se sospecha cuando la secreción es sión sobre la uretra y tomar el material mediante
maloliente y de un pH mayor que 4,5, y con prue­ la introducción en ella de un hisopo de alginato
ba de Whiff positiva. En el examen directo con de calcio o carbón activado.
Capítulo 4 - Diagnóstico bacteriológico □ 35

Las uretritis no gonocócicas son de etiología Las uretritis por Trichomonas vaginalis produ­
variada {Chlamydia trachom atis, M ycoplasm a cen escasa secreción mucopurulenta. En el hom­
hom'mis, Vreaplasm a w ealyticum , Garcinerella bre es frecuente que el parásito sea inmóvil. Se
vaginalis, Enierococcus spp, Escherichia coli). En realizarán los cultivos en el medio de Diamond y
las uretritis por Chlamydia trachomatis hay secre­ los extendidos se fijan y colorean con Giemsa.
ción matinal, escasa y cristalina, que se acompa­ La PCR es el método útil sensible y específico
ña con ardor. Se coloca un hisopo de alginato de en el diagnóstico de infecciones por Chlamydia
calcio en la uretra, se lo hace rolar y luego se lo trachomatis, Haemophylus ducreyi, Treponema
introduce en un medio de transporte adecuado. pallidum y Herpes simple I-II.

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5
Antimicrobianos
Ornar J. Palmieri
Gerardo E. Laube

Los antimicrobianos son las sustancias utiliza­ Todas las penicilinas tienen un mecanismo de
das en et tratamiento etiológico de las enferme­ acción similar, ya que se unen a receptores de las
dades infecciosas. Pueden ser quimioterápicos, bacterias, las proteínas fijadoras de penicilina
antibióticos o quimioantibióticos. Los primeros (PBP). A partir de este proceso interfieren en la
en ser utilizados con buenos resultados fueron síntesis de la pared, lo que lleva a la lisis y muer­
los quimioterápicos (Ehrlich, 1906). Son medica­ te de la célula.
mentos obtenidos por síntesis química en el la­ La administración de penicilina puede produ­
boratorio (arsenicales, sulfamidas, nitrofuranos, cir diferentes reacciones adversas, como la reac­
quinolonas y otros). ción alérgica inmediata, de tipo anafiláctica, que
Los antibióticos son desarrollados a partir de suele presentarse dentro de los treinta minutos
seres vivos (hongos, bacterias o algas). Así fueron de la administración. Las manifestaciones clíni­
denominados por Waksman en 1943, quien tuvo cas son sudoración, taquicardia, broncospasmo
en cuenta la capacidad de estas sustancias de mo­ y estado de shock. Otros efectos adversos aso­
dificar los procesos metabólicos vitales y llevar a ciados con la penicilina son la reacción alérgica
la muerte a otros seres vivos. tardía, el fenómeno de Jarish-Herxheimer y la
Los quimioantibióticos son antibióticos obteni­ toxicidad a nivel del sistema nervioso central.
dos por síntesis o por semisíntesis. Estos últimos
tienen como base productos biológicos modifica­ Penicilina G, penicilina G benzatina y penicilina V
dos en el laboratorio. No obstante, el uso ha consa­ £1 espectro antimicrobiano de estas penicili­
grado la palabra antibiótico para referirse a los agen­ nas comprende cocos gram positivos (estrep­
tes terapéuticos destinados al tratamiento de las in­ tococos betahemolíticos de los grupos A y B,
fecciones, aunque la denominación preferible es la Streptococcus viridans, S. pneum oniae, Pepto-
de antimicrobianos. En este capítulo se tratarán coccus y Pepíostreptococcus), bacilos grampo­
aquellos de uso corriente y eficacia comprobada. sitivos (Corynebacierium diphtheriae, Bacillus
anthracis y lactobacilos), bacilos grampositivos
ANTIBACTERIANOS anaerobios {C íostñdium tetani, C. perfringens,
C . b o tu lin u m ), d ip lo c o c o s g ram n egativos
PENICILINAS {Neisseria m eningitidis, N. gonorrhoeae)^ baci­
los anaerobios gramnegativos (Fiisobacterium,
A partir de la penicilina natural se han desarro­ Bacteroides melaninogenicus). También son sen­
llado distintos derivados de gran utilidad para el sibles Treponema paüidum , Leptospira, Actino-
tratamiento de diversas infecciones. m yces israelH y Borrelia.
38 □ Prim era parte - Generalidades - Síndromes clínicos
s%
m La penicilina G puede administrarse por vía
intramuscular o intravenosa. Se distribuye am­
S. viridans, Peptococcus, Enterococcus fa eca lis,
C orynebacteriiim diphtheriae, h isteria mono-
• pliamente en los diferentes tejidos. Las meninges cytogenes, H aemophilus influenzae, Saimonella.
inflamadas permiten una mejor difusión en el sis­ Shigella, N eisseria m eningitidis, B nicella sp y
tema nervioso central. M oraxella ca ta n halis.
La penicilina G benzatina se administra por vía Se absorben bien por vía oral, la amoxicilina
fii inlramu-scular y su vida media es de siete a diez aun mejor que la ampicilina.
días. Los efectos adversos más comunes son diairea
La penicilina V o fenoximetilpenicilina se ab­ y erupción maculopapulosa. N o deben indicarse
m sorbe bien por vía oral y alcanza su pico sérico a
la hora de su administración.
ante la posibilidad de mononucleosis infecciosa,
por la frecuencia con que en esta enfermedad se
% producen exantemas purpúricos.

m Indicaciones y dosis
La penicilina está indicada en diferentes pro­ indicaciones y dosis
m cesos infecciosos, entre los que se incluyen: in­
fecciones estreptocócicas (faringoamigdalitis, es­
Estos antimicrobianos están indicados en dife­
rentes afecciones, como otitis media aguda, sinu­
m carlatina, piodermitis y celulitis), meningitis (por sitis, infecciones por H aem ophilus influe/nae no

m estreptococo, meningococo y neumococo), neu­


monía neum ocócica, endocarditis bacteriana
productor de betalactamasa y bronquitis crónica.
La dosis de ampicilina o amoxicilina, por vía oral,

m (5. viridans), difteria, sífilis, leptospirosis y acti-


nomicosis.
es de 50 a 100 mg/kg/día. También pueden ad­
ministrarse por vía IV en dosis de hasta 12 g/día
m La penicilina G sódica puede aplicarse en adul­
tos en dosis máxima de hasta 24.000.000 UI por
divididos cada 4 a 6 horas.

día, por vía intravenosa, divididas en 6 aplica­ Penicilinas resistentes a la penicilínasa


• ciones. La vía intramuscular permite hasta un Todas estas penicilinas son de poco uso y mu­
máximo de 2.000.000 UI por aplicación, que pue­ chas no existen en algunos países. Si bien tienen
den repetirse cada 6 horas. Las dosis mayores son acción antiestafilocócica, han sido desplazadas
difíciles de tolerar por la molestia local que pro­ por fármacos más activos, como las cefalospo-
m ducen. En los niííos la dosis varía de 50.000 a
400.000 Ul/kg/día.
rinas de primera generación, la vancomicina, la
teicoplanina y otras.
La penicilina G benzatina se administra, en Los agentes de este grupo son: oxacilina, cloxa-
adultos, en dosis de 1.200.000 a 2.400.000 UI cilina, dicloxacilina, meticilina y nafcilina.
por vía IM, la que .se repetirá con intervalos de 8 El mecanismo de acción, similar al de los otros
a 15 días. betalactámicos, es el bloqueo de la síntesis de la
La penicilina V se indica por vía oral, en adul­ pared bacteriana. Sus indicaciones terapéuticas
tos, en dosis de 1.000.000 a 1.500.000 UI cada 6 se restringen sólo a las infecciones producidas
horas, y en niños, 50.000 a 100.000 UI/ kg/día. por los estafilococos, en particular artritis, celu­
• En algunos preparados comerciales la penicilina litis y osteomielitis.
V potásica se expresa en miligramos (625 mg =
m 1.000.000 Ul). Carboxipenicilinas

m Amincpenicitínas
Este grupo de antibióticos betalactámicos está
integrado por la carbenicilina y la ticarcilina, que

m Las aminopenicilinas son derivados semisin-


téticos. obtenidos del ácido 6-aminopenicilánico,
se caracterizan por su actividad contra Pseu-
dom onas aeruginosa y enterobacterias. Inhiben
m con un espectro más amplio y el mismo meca­
nismo de acción. Las más importantes de este
la síntesis proteica de la pared bacteriana. Las
principales indicaciones terapéuticas incluyen
m grupo son la ampicilina y la amoxicilina. sepsis y endocarditis causadas por Pseudomonas

m Su espectro abarca diferentes microorganis­


mos: Streptococcus pyogcnes, S. pneitm oniae.
a e ru g in o sa , P rofeus, S e rra d a m a rcescen s y
Enterobacter,

m
m
Capitulo 5 - Antimicrobianos □ 39

Los efectos adversos asociados con su admi­ M. catarrhalis productores de betalactamasas.


nistración son reacciones de hipersensibilidad, También se la indica en las exacerbaciones agu­
neurotoxicidad, hepatotoxicidad y alteraciones das de la bronquitis crónica, heridas por morde­
hemáticas. duras, piodermitis por estafilococos, estrepto­
En la actualidad han sido desplazadas por otras cocos y en algunas infecciones por anaerobios.
penicilinas antiseudomonas más activas. La dosis oral en adultos es de 500 a 875 mg de
amoxicilina con 125 mg de clavuianato cada 8
Ureidopenicilinas horas. Por vía IV amoxicilina 1 g más clavuianato
Los principales fármacos de este grupo son la 200 mg cada 6 a 8 horas.
mezlocilina y la piperacilina. Esta última es la
mejor penicilina antiseudomonas y puede asociar­ Sulbactam
se con un inhibidor de la beialactamasa, como el Se lo asocia con la ampicilina, combinación que
tazobactam. puede administrarse por vía oral o intravenosa.
Está indicada en particular en procesos infec­ Es intrínsecamente activo k tn te a Acinetohacter.
ciosos graves producidos por Pseuclonwnas aeru- Sus indicaciones clínicas son similares a las de
giiiosa. enterobacterias y bacteroides. Entre sus la amoxicilina-clavulanato. Sin embargo, se ad­
efectos tóxicos se incluyen reacciones de hiper­ ministra habitualmente por vía intravenosa en in­
sensibilidad, y alteraciones hidroelectrolíticas, fecciones abdominales, obstétricas, ginecológicas
hemáticas, neurológicas y hepáticas. y óseas. En niños la asociación está indicada en
La dosis de piperacilina es de 200 a 300 mg/kg/día, meningitis y epiglotitis, aunque la experiencia es
por vía IV, fraccionados cada 6 u 8 horas. limitada en este grupo etario.
Por vía oral se utiliza en forma de éster de
sulbactam con ampicilina (sultamicilina) en do­
INHIBIDORES DE LAS BETALACTAMASAS
sis de 375 s 750 mg cada 8 a 12 horas. Por vía IM
Los inhibidores de las betalactamasas son sus­ o IV ampicilina I g más sulbactam 500 mg cada
tancias que tienen poca actividad antibacteriana, 6 a 8 horas.
pero inhiben estas enzimas. Debido a ello pue­
den restaurar las funciones antibacterianas de al­ Tazobactam
gunos antimicrobianos, como la amoxicilina, la Tiene una estructura química similar a la del
ampicilina, la ticarcilina, la piperacilina y otros. sulbactam y también es intrínsecamente activo
Son muy activos frente a las betalactamasas pro­ frente a Acinerobacter. Está disponible para su
ducidas por S. aureus, H. influenzae, M. catanha- administración parenteral en combinación con la
lis. Bacteroides y algunas enterobacterias. piperacilina, en una relación 8:1 de piperacilina/
Los inhibidores de las betalactamasas de utili­ tazobactam. Se indica en infecciones abdomina­
dad clínica son el ácido clavulánico, el sulbactam les, neumonías y celulitis, como también en
y el tazobactam. neutropénicos febriles. La dosis IM o IV es de
piperacilina 4 g más tazobactam 500 mg cada 6 a
Ácido clavulánico 8 horas.
Inhibe ciertos tipos de betalactamasas de bac­
terias grampositivas y gramnegativas. Tiene muy
CEFALOSPORINAS
escasa actividad antimicrobiana excepto frente a
L.pueum ophiía, N. gonorrhoeae y C .jejim i Está Las cefalosporinas son antimicrobianos beta-
disponible en combinación con amoxicilina y lactámicos. Su actividad farmacológica se basa
ticarcilina. Se absorbe relativamente bien, con in­ en la inhibición de la síntesis de la pared bac­
dependencia del momento de la ingestión. En ge­ teriana y su espectro de actividad incluye nume­
neral no se producen reacciones secundarias de rosas bacterias, grampositivas y gramnegativas.
importancia. La clasificación más aceptada las divide en cua­
La combinación amoxicilina-clavulanato es útil tro generaciones, de acuerdo con su actividad
en otitis media causada por H. in flu en za e y antimicrobiana.
40 □ Prim era parte - Generalidades - Síndromes clínicos

Cefaiosporinas de primera generación ves en adultos la dosis, es de 1,5 g cada 6 a 8


Estos antimicrobianos son activos frente a esta­ horas y en niños, 75 a 100 mg/kg/día por vía IV.
filococos no productores de betalactamasas y
estreptococos. También son sensibles C lostri- Axeti¡‘Cefuroxima
dium, Escheríchia co/i y Proteus mirabUis. El espectro de actividad es similar al de la
cefuroxima.
Cefalotina Se administra por vía oral, en dosis de 0,5 a
Está en desuso en muchos países. Tiene una 1 g/día para adultos y de 20 a 40 mg/kg/día para
vida media muy corta, por lo que debe utilizarse niños, fraccionados en dos o tres tomas.
en intervalos de 4 a 6 horas. La dosis en adultos
es de 4 a 6 g/día, por vía IM o IV, y en niños, 50 Cefaclor
a 150 mg/kg/día. Es activo contra H. influenzae, M. ca ta n h a lis,
E. coli y P. m irabilis. Se indica por vía oral, en
Cefazoiina dosis de 500 mg a 1 g cada 6 a 8 horas en adultos
Tiene una vida media más prolongada que la y de 40 mg/kg/día en niños.
cefalotina, a la que ha reemplazado. Puede apli­
carse por vía IM o IV. Su mayor vida media per­ Cefoxitina
mite administrarla a intervalos de 8 a 12 horas. Es muy activa contra bacterias gramnegati-
La dosis depende de la gravedad de la infección, vas y también contra la mayoría de las cepas de
0,5 a 2 g cada 8 a 12 horas. La dosis pediátrica es B .fra g ilis y otros anaerobios. La dosis en adultos
de 50 a 100 mg/kg/día. es de 4 a 12 g/día y en niños, 40 a 80 mg/kg/día,
repartidos cada 4 horas por vía IM o IV.
Cefalexina
Se administra por vía oral. Su vida media es Cefaiosporinas de tercera generación
corta, por lo que debe administrarse cada 6 ho­ Se diferencian de las otras cefaiosporinas en
ras. La dosis en adultos es de 1 a 4 g/día y en varios aspectos, entre los que se destacan su ma­
niños, 25 a 50 mg/kg/día. yor resistencia a las betalactamasas, su espectro
más amplio y la mayor actividad contra entero-
Cefadroxilo bacterias como E. coli, Proteus, KlebsieUa, Sal­
Se indica en infecciones urinarias producidas moneUa, Shigella, Pseudomonas y otras.
por E. coli, P. m irabilis y KlebsieUa; piodermi-
tis por estafilococos y estreptococos y faringitis Cefotaxima
estreptocócica. Su mayor vida media permite Su espectro de actividad incluye cocos grampo-
administrarlo cada 8 a 12 horas. La dosis por vía sitivos (excepto enterococo y S. aureus M.R.),
oral, en adultos, es de 2 a 3 g/día y en niños, N eisseria, C lostridium , enterobacterias, Haemo-
30 mg/kg/día. p h iliis, M o ra xella , L ep to sp ira , P ep to co ccu s,
Fusobacterium, Bacteroides (excepto
Cefaiosporinas de segunda generación S. pneum oniae y Pseudomonas.
El espectro antimicrobiano es más amplio que Es útil en especial para la terapéutica de las
el de las cefaiosporinas de primera generación. meningitis bacterianas por H. influenzae y neu­
mococo, debido a que tras la administración IV
Cefüroxima alcanza buenas concentraciones en el LCR. La
Es activo frente d^Neisseria, E. coli, KlebsieUa, dosis para adultos es de 4 a 8 g/día y para niños,
P. mirabilis, SalmoneUa. ShigeUa y H. influenzae. 100 a 200 mg/kg/día, administrados cada 6 ho­
Tiene una vida media relativamente prolonga­ ras, por vía IV.
da, lo que permite mayores intervalos entre las
dosis. Alcanza buenas concentraciones en LCR, Ceftriaxona
por lo que se utiliza en meningitis bacterianas por Su espectro de acción es similar a la cefota­
microorganismos sensibles. En infecciones gra­ xima. Su mayor vida media permite administrar­
C apítulo 5 ‘ Anúmicrobiíinos □ 41

la cada 12 a 24 horas. Es el antimicrobiano de


Cefalosporinas de cuarta generación
elección para el tratamiento empírico de las me­
ningitis en niños y también es muy efectiva para Cefpiroma
el tratamiento de neumonías, bacteriemias, infec­ Su mayor actividad la ejerce contra S. pneum o­
ciones óseas y aniculares, así como celulitis pro­ niae, P. aeruginosa, N eisseria y enterobacterias.
ducidas por gérmenes susceptibles, en particular Penetra en el LCR cuando las meninges están
grampositivos y gramnegativos aerobios. La do­ inflamadas. La dosis es de 1 a 2 g IV cada 12
sis para adultos por vía IM o IV es de 1 a horas. En niños, 80 a 100 mg/kg/día.
4 g/día y para niños, 50 a 100 mg/kg/día.
Cefepima
Ceftazidima Este antimicrobiano tiene mayor actividad con­
Es una cefalosporina muy efectiva contra tra P. aeruginosa. neumococos, estreptococos,
P. aem sinosa. Por este motivo es útil en particu­ estafilococos y enterobacterias. Se administra con
lar en las exacerbaciones pulmonares de la intervalos de 12 horas, aunque en infecciones gra­
fibrosis quística. La dosis habitual en adultos es ves se recomienda hacerlo cada 8 horas, en parti­
de 6 g/día y en niños, 75 a 150 mg/kg/día repar­ cular cuando el agente etiológico es P. aerugi-
tidos cada 8 horas, por vía IV. nosa. Se distribuye ampliamente en lodos los te­
jidos; en el LCR su grado de penetración es si­
Cefalosporinas de tercera generación por vía oral milar al de las cefalosporinas de tercera genera­
Estas cefalosporinas tienen un amplio espec­ ción. La dosis para pacientes adultos es de l a
tro terapéutico, pero no tienen acción antiseu- 2 g IM o IV cada 12 horas. No se recomienda
domonas como las de tercera generación descrip­ para menores de 12 años.
tas antes.
CARBAPENÉMICOS
Cefixima
Es una cefalosporina semisintética que se ad­ Los carbapenémicos constituyen un grupo de
ministra por vía oral. Tiene una vida media de antimicrobianos betalaciámicos que tienen en co­
3 a 4 horas, pero puede llegar a las 9 horas en mún el núcleo carbapenem. Los dos miembros más
algunos casos, por lo que se suele administrar en importantes son el imi'penem y el meropenem.
una o dos dosis diarias. Es muy estable frente a
la acción de las betalactamasas y se la emplea en Imipenem-cilastatina
el tratamiento de las infecciones de las vías uri­ El imipenem es uno de los antibióticos beta-
narias causadas por E. coli y P. m irabilis. Tam­ lactámicos de espectro más amplio utilizados en la
bién se la recomienda para tratar otitis produci­ práctica clínica. Sólo se encuentra disponible en
das por H. influenzae, M. catarvhalis y S. pyO’ combinación con cilastatina, la cual impide que sea
genes. La dosis recomendada para adultos es de degradado por acción de la deshidropeptidasa pre­
400 mg/día y para niños, 8 mg/kg/día, en una o sente en el ribete en cepillo de los túbulos renales.
dos lomas. Ello evita su acumulación en los túbulos renales,
con la consiguiente reducción de la nefroioxicidad.
Cefíibuteno El mecanismo de acción del imipenem consis­
Es una cefalosporina sem isintética que se te en inhibir la formación de la pared celular bac­
administra por vía oral. Está indicada sobre todo teriana, por lo que es bactericida. Es efectivo fren­
en las exacerbaciones bacterianas agudas de te a diferentes bacterias, gramposilivas y gramne-
las bronquitis crónicas, así como en la otiii.s me­ gativas, entre las que se incluyen estreptococos,
dia aguda por microorganismos sensibles, como estafilococos, neumococos, H. influenzae, Acine-
H. influenzae, N eisscria, M . catan halis, S. pyo- to b a cter, N . m e n in g itid is , N . g o n o rrh o e a e .
genes y S. pneum oniae sensible a la penicilina. P. aeruginosa, BacteroidesfragUis, Peptococcus
La dosis para adultos es de 400 mg/día y para y Peptosíreptococcus. No debe utilizarse contra
niños, 9 mgAg/día en una o dos dosis. estafilococos resistentes a la meticilina.
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42 O Primera parte - Generalidades - Síndromes clínicos
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Está indicado en neumonías inlrahospitalarias, Es útil en infecciones de vías urinarias, gineco­
osteomielitis, endocarditis, meningitis, gonoco- lógicas, sepsis y neumonías intrahospitalarias por
cia, septicemias, e infecciones de vías urinarias, microorganismos gramnegativos. Los efectos
abdominales y ginecológicas. adversos, de poca relevancia, son náuseas, vó­
Entre los efectos secundarios asociados con su mitos, tromboflebitis y exantemas.
administración se incluyen flebitis y trombofle­ La dosis es de l a 2 g cada 6 a 12 horas por vía IM
bitis, trastornos gastrointestinales, exantemas y, o IV. La dosis pediátrica es de 100 a 150 mg/kg/día.
en altas dosis, neurotoxicidad y nefrotoxicidad.
La dosis en adultos es de 0,5 g IM cada 8 a 12
AMINOGLUCÓSIDOS
horas; o de 0,5 a 1 g IV cada 6 a 8 horas. En
niños 10 a 15 mg/kg IM o IV cada 6 horas. Son antimicrobianos bactericidas que penetran
a través de la pared y la membrana celular, tras
Meropenem lo cual se unen en forma irreversible a los ribo-
Es un antimicrobiano de espectro similar al somas 30S; esto altera la síntesis de proteínas en
imipenem que se administra por vía IV. Su acti­ la bacteria y genera su muerte. Tienen actividad
vidad bactericida es el resultado de la inhibición contra casi todos los microorganismos gramne­
de la síntesis de la pared celular de la mayoría de gativos aerobios, la cual es sinérgica o aditiva
las bacterias grampositivas y gramnegativas. No con la ejercida por las penicilinas o las cefalos-
está indicado para tratar infecciones causadas por porinas contra bacilos gramnegativos o cocos
estafilococos resistentes a la meticilina. La dosis grampositivos aerobios, aunque no deben admi­
en adultos es de 0,5 a 1 g cada 6 a 8 horas y en nistrarse en la misma solución parenteral o mez­
niños, 10 a 20 mg/kg cada 6 a 8 horas. clarse en la misma jeringa.
Una de las propiedades de los aminoglucósidos
Ertapenem es su efecto posantibiótico, que se define como
Es activo frente a microorganismos grampo- la supresión persistente del crecimiento bacte­
sitivos aerobios como S. pneumoniaey estrepto­ riano luego de una exposición breve al fármaco.
cocos, estafilococos sensibles a m eticilina y Se considera que cuanto mayor es la concentra­
Lisferia. No es activo frente a enterococos, ni a ción, más prolongado es el efecto posantibiótico.
estafilococos resistentes a meticilina. Es activo Esta propiedad permite su administración cada
frente a E. co/i, Klebsiella, H aemophilus, N. go- 24 horas, lo cual disminuye la toxicidad renal.
n o n h o eo e y Boctevoides fragilis. N o es activo Su principal desventaja se relaciona con la toxi­
frente a P. aeruginosa y Acinetobacter. La dosis cidad renal y del nervio auditivo (coclear y ves­
en el adulto es de 1 g/día IM o IV. tibular). Pueden producir bloqueo neuromuscular,
por lo que no deben administrarse antes y duran­
te la anestesia general.
MONOBACTÁMICOS
A continuación se detallan las principales in­
Aztreonam dicaciones de los diferentes aminoglucósidos .
Es un antimicrobiano sintético de acción bac­
tericida, que inhibe la síntesis de la pared celular Estreptomicina
bacteriana. Su acción se ejerce en particular con­ Es un antimicrobiano de primera línea en el tra­
tra bacterias gramnegativas, debido a su afinidad tamiento de la tuberculosis. Siempre debe asociar­
por las proteínas fijadoras de penicilina de los se con otros antimicrobianos.
microorganismos susceptibles. A diferencia de los Se administra por vía IM, pero también puede
otros agentes betalactámicos, tiene poca efecti­ utilizarse por vía IV en infusión lenta. Se elim i­
vidad contra bacterias gram positivas, com o na por vía renal. Su penetración a través de las
estreptococos y estafilococos. Se indica princi­ meninges es escasa, pero aumenta si están infla­
palmente com o alternativa de los aminoglu- madas. Es nefrotóxica y ototóxica. También pue­
cósidos, ya que su espectro de acción es casi el de provocar exantemas y parestesias peribucales.
mismo que el de éstos pero no es nefrotóxico. Atraviesa la placenta y puede provocar sordera
Capítulo 5 - Antimicrobianos D 43

congéniia. En forma periódica deben realizarse cipalmente por vía renal, por lo tanto, quienes
controles audiométricos y de los parámetros re­ reciben esta sulfonamida deben ingerir líquidos
nales, con el fin de corregir la dosis si sobreviniere en abundancia a fm de evitar la formación de cris­
alguna alteración significativa. La dosis en adul­ tales en el interior de los túbulos renales. La do­
tos es de 1 g cada 24 h y en niños de 15mg/kg/día. sis por vía oral para adultos es de ig a cada 4 a
6 horas. En niños 100a 150 mg/kg/día, divididos
Gentamicina en 4 tomas.
Se utiliza en infecciones urinarias e infecciones
graves por microorganismos gramnegativos sen­ Trimetoprima-Sulfametoxazol (Cotrimoxazol)
sibles. Se administra por vía IM o IV, en adultos Es la combinación de una proporción fija (1:5)
160 a 240 mg cada 24 h. En niños, 5 a 7 mg/kg/día. de una diaminopirimidina, la trimetoprima (TMP),
y una sulfonamida, el sulfametoxazol (SMX). El
Amikacina mecanismo de acción es el bloqueo de la síntesis
Tiene indicaciones similares a la gentamicina, del folato bacteriano. El espectro antimicrobiano
aunque es más activa que esta última. Es el abarca bacterias grampositivas y gramnegativas,
aminoglucósido de elección en las infecciones por así como microorganismos no bacterianos. Los
Pscudomonas aeruginosa. aunque siempre se la gérmenes más sensibles son: E. cali, Salmonelta.
debe asociar con un betalactámico. Es bactericida Vibrio cholerae, Chlamydia trachomatis, Pneu-
contra M. tuberculosis. Como los demás amino- m ocysíis jiroveci, Shigella, Nocardia asteroides
glucósidos, es ototóxico y nefrotóxico. Se admi­ e ¡sospora belli.
nistra por vía IM o IV, en adultos 1 a 1,5 g cada Un porcentaje bajo de pacientes presenta sín­
24 h. En niños, 15 a 30 mg/kg/día. tomas gastrointestinales o erupciones cutáneas.
En algunos casos se comunican alteraciones
Kanamicina hemáticas, como anemia, trombocitopenia, neu-
En el presente tiene indicaciones muy limita­ tropenia y aplasia medular.
das. Es de segunda elección en algunos casos de Puede administrarse por vía oral o IV, en dosis
tuberculosis multirresistente y en las infecciones de 160 mg de TMP -f- 800 mg de SMX cada 12 ho­
por M. kansasii. La dosis es de 15 a 30 mg/kg/día ras, y en casos graves a cada 6 a 8 horas. En niños
por vía IM o IV cada 24 horas. la dosis es de 8 a 12 mg/kg de TMP y 40 a 60 mg/kg
de SMX cada 12 horas. En la infección poi'Pneu-
Neomicína mocysíis jiroveci, la dosis es de 20 mg/kg/día de
Se indica para la preparación prequirúrgica del TMP y 100 mg/kg de SMX cada 6 horas.
colon o en la insuficiencia hepática. La dosis es
de 50 a 100 mg/kg/día cada 6 horas por vía oral.
CLORANFENICOL

Netilmícina, Sisomicina, Tobramicina Es un antimicrobiano muy activo contra una


Tienen un espectro similar al de la gentamicina, variedad de microorganismos, entre los que se
aunque han sido reemplazados por esta última o incluyen bacterias, espiroquetas, rickettsias, cla-
por la amikacina. midias y micoplasmas. Las principales indicacio­
nes terapéuticas incluyen meningitis bacterianas,
abscesos de cerebro, infecciones por anaerobios
SULFONAMiDAS
y fiebre tifoidea.
Sulfadlazina Su mecanismo de acción se basa en la inhibi­
En la actualidad este fármaco se utiliza casi en ción de la síntesis proteica bacteriana. El princi­
forma exclusiva para el tratamiento de la toxo- pal efecto tóxico se produce sobre la médula ósea
plasmosis, a pesar de ser activo contra otros y su manifestación clínica consiste en anemia,
microorganismos. Se absorbe muy bien en el leucopenia y trombocitopenia. Este tipo de toxici­
tracto gastrointestinal, aunque también puede ad­ dad es dependiente de la dosis y se observa cuan­
ministrarse por vía intravenosa. Se elimina prin­ do se administran dosis cercanas a los 4 g/día.
44 □ Prim era parte - Generalidades - Síndromes clínicos

En los casos de idiosincrasia se produce anemia tromicina, roxitromicina, azitromicina y espira-


aplásica irreversible y fatal, independientemente micina.
de la dosis administrada. En la actualidad, es un Hay pocas diferencias en el espectro de activi­
fármaco de alternativa en las infecciones con ries­ dad de los distintos macrólidos. Las especies ha­
go de vida en las que no sea posible la adminis­ bitualmente sensibles son estreptococos, Mora-
tración de otro antimicrobiano. xella caíarrhalis, Boráetella pertiissis, C orync'
La dosis es de 50 a 100 mg/kg/día repartidos hacterium cUphtheriae, Mycoplasma pneumoniae,
cada 6 horas. Se puede administrar por vía oral Chlamydia spp, Treponema pallidiim y Legionella
o intravenosa. pneiim ophila, y entre los anaerobios, Propioni‘
bacteriiim acnés. Las principales indicaciones de
los macrólidos se detallan a continuación.
TETRACICLINAS

Las tetraciclinas son agentes antimicrobianos Faringoamigdalitis aguda. Demostrada su etio­


bacteriostáticos de amplio espectro, que abarca logía bacteriana, los macrólidos tienen especial
bacterias grampositivas y gramnegativas, aero­ indicación en aquellos pacientes que son alérgicos
bias y anaerobias, espiroquetas, micoplasmas, a la penicilina. Debido a su mejor difusión tisular
clamidias, rickettsias y algunos protozoos. Su y a su vida media más prolongada, los nuevos
mecanismo de acción se basa en la unión rever­ macrólidos, como la azitromicina, pueden utili­
sible a los ribosomas 305 y en la inhibición de la zarse en esquemas más cortos. En efecto, la azi­
síntesis proteica. Entre las tetraciclinas disponi­ tromicina administrada durante 3 a 5 días mues­
bles en la actualidad merecen mencionarse la tra la misma eficacia clínica y bacteriológica que
oxitetraciclina, la doxiciclina y la minociclina. 10 días de otros macrólidos.
La absorción gastrointestinal de estos fármacos Bronquitis aguda. En aquellos casos de bron­
es adecuada, tanto en ayunas como en presencia quitis aguda en los que, por las características clí­
de alimentos. nicas, se considere la adm inistración de un
Por su acción quelante del calcio no debe ad­ antimicrobiano, los nuevos macrólidos han mos­
ministrarse en niños, en los que produce colora­ trado mejor actividad frente a los microorga­
ción permanente gris pardusca de los dientes e nismos responsables como Streptococcus pneu­
hipoplasia del esmalte. Están contraindicadas du­ m oniae y H aem ophilus influenzae.
rante el embarazo y en niños menores de 8 años. Neumonías de ¡a comunidad. La administración
Por su acción fotosensibilizante, durante el tra­ de macrólidos, como eritromicina, claritromicina
tamiento debe evitarse la exposición solar. Otros o roxitromicina, está indicada en todo adulto jo­
efectos secundarios incluyen erupciones cutá­ ven, debido a la alta incidencia en estos casos de
neas, síntomas gastrointestinales, hepáticos y M ycoplasm a pneum oniae.
neurológicos. Infecciones de la p iel y partes blandas. En las
Las dosis para adultos son: oxitetraciclina, 250 infecciones de la piel producidas por estrep­
a 500 mg cada 6 horas; doxiciclina, 100 a 200 mg tococos, los macrólidos son una alternativa a la
cada 12 a 24 horas; minociclina, 50 a 100 mg cada penicilina.
12 a 24 horas por vía oral. Infecciones genitales. Los macrólidos son una
alternativa a las tetraciclinas en las infecciones
producidas por clamidias, en especial en el em­
MACRÓLIDOS
barazo. La azitromicina es más activa que la eri­
Son un grupo de antimicrobianos de indicación trom icina contra H a e m o p h ilu s in flu e n z a e ,
frecuente en la práctica clínica. Su espectro anti­ Gardnerella vaginalis, M obiluncus y Chlamydia
bacteriano no es muy amplio, pero es activo so­ tracbomatis.
bre las bacterias intracelulares. Estas sustancias Toxoplasmosis. La principal indicación de la
inhiben la síntesis proteica al fijarse en la unidad espiramicina es la terapéutica de la toxoplasmosis
50S de los ribosomas bacterianos. Los más utili­ en la embarazada.
zados en la práctica diaria son eritromicina, clari-
T
Capítulo 5 • Antimicrobianos □ 45

A continuación se consignan las dosis de los La dosis en adultos es de 1.200 a 2.400 mg/día,
diferentes macrólidos. repartidos cada 6 a 8 horas. En niños, 20 a
30 mg/kg/día.
Eritronticina. En adultos, 250 a 500 mg cada 6
horas por vía oral. En niños, 30 a 50 mg/kg/día.
GLUCOPÉPTIDOS
Claritromicina. En adultos, 250 a 500 mg cada
12 horas por vía oral. En niños, 15 mg/kg/día. Integran este grupo la vancomicina y la teico-
Este macrólido también se presenta para usar por planina.
vía intravenosa, lo cual lo hace adecuado para el
tratamiento de las neumonías atípicas graves. La Vancomicina
dosis es de 500 mg IV cada 12 horas. La vancomicina es un agente bactericida que
Roxitromicina. En adultos, 150 mg cada 12 ho­ inhibe la síntesis de la pared celular de la bacte­
ras o 300 mg cada 24 horas por vía oral. En niños, ria. Es activo sólo frente a bacterias grampo-
8 mg/kg/día. sitivas, en especial estafilococos, tanto sensibles
Azinom idna. En adultos 500 mg cada 24 horas como resistentes a la meticilina. Sin embargo, este
por vía oral, durante 3 a 5 días. En niños, 10 mg/kg antimicrobiano es bacteriostático frente a ente-
cada 24 horas. rococos aunque en algunos casos estos microor­
Espiramicina. En adultos 1 g (3.000.000 UI) ganismos son resistentes. Su absorción por vía
cada 8 a 12 horas. oral es muy pobre. Se la utiliza por esta vía en la
diarrea causada por C. dijficile.
Además de la probabilidad de algunas interac­ Sus principales indicaciones clínicas son las in­
ciones medicamentosas, los principales efectos se­ fecciones graves causadas por Staphylococcus
cundarios de los macrólidos son trastornos diges­ aureus y 5. epidermidis resistentes a la meticilina
tivos, intolerancia hepática y erupción cutánea. y la colitis seudomembranosa por C. difficile.
Las reacciones adversas más importantes son
neutropenia, erupciones cutáneas, flebitis y el sín­
LlNCOSAMtNAS
drome del cuello rojo cuando se administra rápi­
Este grupo está compuesto por la lincomicina y damente.
la clindamicina. Tienen los mismos sitios de ac­ La dosis en adultos es de 1 g IV cada 12 horas;
ción que los macrólidos, los ribosomas 50S. En la en niños, 40 a 60 mg/kg/día. La administración
actualidad la lincomicina es de uso muy restringi­ debe realizarse por venoclisis durante 30 a 60 mi­
do, dado que puede reemplazarse con ventajas por nutos. En la colitis seudomembranosa la dosis es
la clindamicina. Ésta se indica para el tratamiento de 250 mg cada 6 horas por vía oral.
de las infecciones producidas por cocos grampo-
siiivos, como estreptococos y estafilococos, y es Teicoplanina
eficaz contra las bacterias anaerobias gramne- Tiene una estructura molecular relacionada con
gativas, en especial Bacteroidesfragilis. la vancomicina. Su mecanismo de acción se ba­
Su absorción gastrointestinal es rápida y casi sa en el daño que produce en la pared celular
total. En las infecciones graves se administra por bacteriana. El espectro antimicrobiano abarca
vía intravenosa. bacterias gram positivas com o estafilococos,
Sus principales indicaciones clínicas son: in­ estreptococos, enterococos y bacterias grampo­
fecciones abdominales o pelvianas causadas por sitivas anaerobias, como clostridios, Lisíeria y
anaerobios, osteomielitis por gérmenes suscepti­ C orynebacterium . Contra enterococos es algo
bles, neumonías por aspiración o abscesos de pul­ más activa que la vancomicina.
món, infecciones odontógenas y toxoplasmosis Está indicada en infecciones de piel, tejidos
del sistema nervioso central. blandos, huesos, articulaciones, sepsis y endo­
Los efectos secundarios asociados con su utili­ carditis, como también en infecciones en hués­
zación son diarrea por Closiridium d ijfk ile , reac­ pedes inmunodeprimidos.
ciones alérgicas, y toxicidad hepática y hemática.
Ü
46 □ Primera parte - Generalidades - Síndromes clínicos

Los efectos secundarios asociados con su ad­ en niños, durante dos días. En la quimioprofilaxis
ministración son erupciones cutáneas y dolor en de la infección por H. infíuenzae tipo b, la dosis
el sitio de aplicación. en adultos es de 600 mg/día y 20 mg/kg cada 24
Tiene una vida media larga, lo que permite su horas en niños, durante cuatro días. Se adminis­
administración una o dos veces por día. Puede tra por vía oral, pero en infecciones graves, por
aplicarse por vía IM o IV. La dosis en adultos es vía intravenosa.
de 200 a 400 mg/día. En niños, 6 a 10 mg/kg/día,
Rifapentina
Es un análogo de la rifampicina para el trata­
RIFAMICINAS
miento de la tuberculosis. Se utiliza por vía oral
Se describirán los siguientes derivados: rifam- y tiene acción prolongada.
picina, rifapentina, rifabutina y ritaximina. La rifapentina es activa contra M ycohacteriuni
tuberculosis. M. avium com plex y Toxoptasma
Rifampicina gondii. Las cepas de M. tuberculosis resistentes
Es un derivado semisintético de la rifamicina a la rifampicina lo son también a la rifapentina.
B; pertenece a un grupo de antibióticos macro- En adultos se administra por vía oral en dosis
cíclico s com plejos desarrollados a partir de de 600 mg dos veces por semana los primeros
Streptomycesmediterrcmei. Es bactericida por in­ dos meses, luego 600 mg una vez por semana,
hibir el ADN dependiente de la RNA polimerasa siempre en asociación con otros fármacos antitu­
de las bacterias. Penetra en las células fagoci- berculosos.
tarias, por lo que es útil contra microorganismos
intracelulares. Rifabutina
Su espectro antimicrobiano abarca bacterias Es un fármaco más activo que la rifampicina
grampositivas -estafilococos, estreptococos, neu­ frente a M ycobacterium avium com plex como así
mococos, clostridios y Lisíería-, microorganismos también contra M. tuberculosis. Otras micobac-
gramnegativos -m eningococo, Haemophilus in- terías, en una gran proporción son sensibles a la
jlítenzae, HaemophUus ducreyi, Brucella, LegiO' rifabutina como M. m arinum, M. scrofulaceum y
nella, Proteus y Klebsiella-; también es muy activa M. leprae. En el adulto la dosis oral es de 150 a
contra Mycobactenum tuberculosis y M. kansasii. 300 mg por día en una sola toma.
Luego de su absorción se elimina por la orina,
la saliva, las lágrimas y el sudor, líquidos a los Rifaximina
que confiere una coloración anaranjada. Los efec­ Es un fármaco activo frente a Staphylococcus,
tos secundarios son erupciones cutáneas, hepati­ Streptococcus, Enterococcus y la mayoría de las
tis tóxica, interferencia con el metabolismo de enterobacterias enteropatógenas, por lo que tie­
otros fármacos, nefritis intersticial, síntomas gast­ ne indicación en la diarrea del viajero. P. aerugi-
rointestinales y exantemas. nosa es resistente. En general hay desarrollo de
Sus principales indicaciones son tuberculosis, resistencias a partir del tercero ai quinto día de
infecciones pormicobacterias atípicas, infeccio­ tratamiento.
nes estafilocócicas y brucelosis. Siempre debe La dosis en adultos es de 800 a 1.200 mg/día
asociarse con otros antimicrobianos, dado que ge­ por vía oral, en 2 o 3 tomas. En niños, 20 a
nera resistencia con rapidez. 30 mg/kg/día.
La dosis para adultos es de 600 mg cada 12 a
24 horas y en niños, 10 a 20 mg/kg/día, dividi­
ISONIACIDA
dos en 2 a 3 dosis. Como fármaco único sólo está
indicada en la quimioprofilaxis de contactos de La isoniacida es un fármaco sintético, la hídra-
individuos infectados por N eisseria meningiticlis cida de ácido isonicotínico o isonicotil hidracida.
y H. infíuenzae tipo b. La dosis de quimioprofi- Tiene actividad bactericida intracelular y extrace-
laxis contra el meningococo es de 600 mg cada lular contra M ycobacterium tuberculosis y M.
12 horas en los adultos y 10 mg/kg cada 12 horas kansasii. Las micobacterias atípicas son resisten-
Capítulo 5 - Aniimicrobianos □ 47

les. Aclúa sobre los bacilos en fase de crecimien­ g in o s o , S e rr a tia . K le h sie lla , E n tero b a cter,
to aciivo, pero no tiene tanto efecto sobre los ba­ Salnw nella, Shigella y H. influenzae.
cilos de metabolismo lento o intermitente. No Se absorbe poco cuando se la administra por
suele tener resistencias cruzadas. La isoniacida vía oral. Está indicada en osteomielitis, infeccio­
se absorbe bien tanto por vía oral como intra­ nes del sistema nervioso central, artritis, neumo­
muscular. La absorción en el tracto intestinal se nías y pielonefritis causadas por gérmenes sus­
produce en unas dos horas y se distribuye por ceptibles, en especial estafilococos y P. aerugi’
iodo el organismo, pulmón, abscesos, caseum, nosa. Siempre debe utilizarse asociada con otros
huesos, sistema nervioso, cámaiti anterior del ojo, antimicrobianos.
cavidad pleural, sinovial y peritoneal y llega al Su elevado contenido de sodio (cada gramo con­
LCR. En este último, sí hay inflamación de las tiene 14,5 mEq de Na) obliga a considerar su uti­
meninges, las concentraciones son equivalentes lización en determinadas afecciones, en particular
a las del plasma; luego descienden al mejorar el en niños y en adultos con insuficiencia cardíaca.
proceso inflamatorio. No hay que modificar la Los efectos tóxicos son escasos, aunque puede
dosis en la insuficiencia hepática o renal, salvo desencadenar hipersensibilidad cutánea, incre­
que éstas sean muy acentuadas. No debe usarse mento de las transaminasas, diarrea, hipernatre-
ante la sospecha de hepatitis. mia y flebitis.
Los efectos adversos son raros si no se supera La dosis en adultos es de 2 a 4 g IV cada 6
la dosis máxima diaria. Puede ocasionar eleva­ horas, mientras que en niños se administran 100
ción transitoria de las transaminasas y en muy a 200 mg/kg/día.
raras oportunidades hepatitis que puede ser mor­
tal. Los trastornos gastrointestinales son infre­
NITROFURANTOÍNA
cuentes. A veces puede provocar neuritis perifé­
rica. ñebre, exantemas, artralgias, psicosis, de­ Debido a sus propiedades químicas y farma­
presión. euforia; o convulsiones en pacientes con cológicas, se emplea exclusivamente para la pre­
enfermedad neurológica previa. En sujetos con vención y el tratamiento de las infecciones uri­
riesgo de tener concentraciones bajas de piri- narias. Son sensibles más del 90% de cepas de E.
doxina (vitamina B6) como alcohólicos, diabéti­ coli, Citrobacter, Síaphylococcus saprophyticus
cos, embarazadas o desnutridos debe administrar­ y Enterococcus faecaÜs.
se un suplemento de 10 a 30 mg diarios de piri- La absorción aumenta cuando se ingiere con
doxina. alimentos. La excreción es predominantemente
La isoniacida es una droga de primera línea en urinaria; las concentraciones en orina son muy
el tratamiento de la tuberculosis y se prescribe elevadas y suelen exceder la CIM de los microor­
para el tratamiento inicial en asociación con otras ganismos susceptibles.
drogas antituberculosas. Puede utilizarse en la Entre los efectos adversos se incluyen náuseas,
gestación y la lactancia. Está indicada en todas vómitos, cefalea, reacciones de hipersensibilidad
las formas de tuberculosis. Es el medicamento cutánea, anemia m egaloblástica, eosin ofilia,
de elección para la quimioprofilaxis en niños e polineuropatías y neumonitis.
inmunodeprimidos que hayan tenido contacto con La dosis en adultos es de 200 a 400 mg/día y
tuberculosos. en niños, 5 a 7 mg/kg/día, por vía oral, fraccio­
Se administra en dosis de 5 mg/kg/día, en una nados en cuatro tomas.
sola toma, sin pasar de los 300 mg/día.
METR0NIDA20L
FOSFOMICIWA
El metronidazol pertenece al grupo de los
Es un antibiótico bactericida que bloquea la sín­ 5-nitroimidazólicos. Su mecanismo de acción es
tesis de la pared celular de la bacteria. Es activa principalmente citotóxico. Los metabolitos inter­
contra estafilococos, neum ococos y bacterias medios se unen al ADN de las células blanco, lo que
gramnegativas, como E. coli, Pseuclomonas aeru- provoca rupturas en la cadena del ácido nucleico.
48 □ Primera parte - Generalidades - Síndromes clínicos

Su espectro antimicrobiano abarca bacilos gram- enterobacterias de localización urinaria. Aquí no


positivos y gramnegativos anaerobios, en especial serán consideradas, ya que en la actualidad se dis­
Bacteroides, bacterias microaerófilas y cocos anae­ pone de fármacos más eficaces.
robios. Es el antianaeróbico de mayor espectro. Segunda generación. Ciprofloxacina, ofloxa-
También son sensibles algunos protozoos como cina y norfloxacina.
Trichomonas vaginalis, Entamoeba histoiyíica, Tercera generación. Levofloxacina, gatiflo-
Giardia ¡amhlia y Balantidium co ii y bacterias como xacina y esparfloxacina.
Gardnere/ia vaginalis y H elicohaaer p y h ri. Cuaria generación. Moxifloxacina.
Se tolera bien; los efectos tóxicos más comu­
nes son neutropenia, neuropatía periférica, infla­ Ciprofloxacina
mación de la mucosa oral y efecto disuifiram Es una de las fluoroquinolonas más activas para
cuando se ingiere alcohol en forma conjunta. el tratamiento de la infecciones por enterobac-
Se indica como antimicrobiano de primera elec­ terias, ya que inhibe el 90% de las cepas. Este
ción en meningitis, endocarditis, artritis, osteo­ antimicrobiano también es muy activo frente a
mielitis y abscesos causados por anaerobios, así P. aeriiginosa.
como en tricomonosis, amebiasis, giardiosis, Se absorbe muy bien luego de su administra­
gardnerelosis y enfermedades gástricas donde se ción oral. Las concentraciones urinarias son al­
demuestre la presencia de H elicohacter pylori. tas y pueden alcanzar 100 veces los niveles plas­
La dosis varía de acuerdo con la situación clí­ máticos.
nica. En infecciones por anaerobios se indican Las indicaciones clínicas más importantes in­
500 mg IV cada 8 horas. En amebiasis, 30 a cluyen infecciones complicadas del tracto urina­
50 mg/kg/día, por vía oral, divididos cada 6 ho­ rio, prostatitis, osteomielitis, artritis séptica, fibro-
ras; en giardiosis y tricomonosis, 15 mg/kg/día, sis quística, gastroenteritis por Salm onella y
por vía oral, en intervalos de 12 horas. Shigeüa, y enfermedades de transmisión sexual
como la gonococia y el chancro blando. La dosis
QUINOLONAS
es de 250 a 750 mg cada 12 horas, e IV, 200 a
400 mg cada 12 horas.
Las quinolonas son agentes antimicrobianos
con una rápida acción bactericida al interferir la Ofloxacina
síntesis del ADN bacteriano mediante la inhibi­ La ofloxacina es un compuesto tricíclico deri­
ción de la ADN girasa, que es una enzima esen­ vado quinoleínico fluorado, activo frente a Myco-
cial para la replicación bacteriana. bacterium tuberculosis, M. kansasii, M. marina-
Si bien las quinolonas son bien toleradas, pue­ rum, M . fortuitum y M ycobacierium leprae. Se
den presentarse reacciones adversas, como náu­ utiliza en el tratamiento de la tuberculosis, lepra
seas, vómitos, diarrea, convulsiones y erupcio­ y otras micobacteriosis; se muestra aditiva o sinér-
nes cutáneas. Su uso en niños está contraindica­ gica con la rifampicina. También es activa frente
do, ya que se han comunicado alteraciones del a enterobacterias y Pseudom onas aeruginosa y
cartílago de crecimiento en modelos animales. Sin frente al resto de las bacterias sensibles a la
embargo, en los casos de infecciones graves de­ ciprofloxacina. Las reacciones adversas son en
berá evaluarse el riesgo-beneficio. general leves y consisten en náuseas, vómitos,
Son activas contra cocos gramnegativos y ente- diarrea, insomnio, mareos, nerviosismo y aluci­
robacterias. El espectro antimicrobiano amplio, la naciones. No se han descripto efectos tóxicos gra­
biodisponibilidad, la penetración tisular y la vida ves en tratamientos prolongados. La dosis es de
media prolongada las convierten en agentes muy 200 a 400 mg cada 12 horas por vía oral o IV.
activos en el tratamiento de numerosas infecciones. (ver también el capítulo Lepra).
Se las clasifica en generaciones de diferente
espectro antimicrobiano. Norfloxacina
Prim era generación. Ácido nalidíxico, ácido Tiene un espectro similar a la ciprofloxacina.
oxolínico y ácido pipemídico. Actúan sobre las Su buena concentración urinaria la convierte en
Capítulo 5 - Antimicrobianos □ 49

un fármaco de amplio uso en infecciones urinarias.


ESPECTINOMICINA
La dosis es de 400 mg cada 12 horas por vía oral.
Es un aminociclitol similar a la estreptomicina
Levofloxacina pero con menor potencia intrínseca. Casi todos
Es una fluoroquinolona de tercera generación, los gonococos son sensibles, aun los productores
activa frente a cocos grampositivos y micobac- de betalactamasa. Ureaplasma urealyticum tam­
lerias atípicas. También lo es contra S. pneiim o' bién es sensible. Ciüamydia y Treponema son
niac, Chlamydia y M ycoplasma lo cual la con­ resistentes. Está indicado en el tratamiento de la
vierte en un fármaco adecuado para el tratamien­ uretritis y proctitis en la mujer provocadas por
to de las neumonías de la comunidad. Se indica cepas sensibles de N eisseria gonorrhoeae. La
en dosis de 500 mg cada 24 horas por vía oral o dosis en el adulto se administra por vía IM en
IV. No está indicada en menores de 18 años. una sola dosis de 2 g en el hombre y 4 g en la
mujer.
Gatlfloxacina
Es una fluoroquinolona de tercera generación,
COLISTINA
posee una actividad similar a la levofloxacina y
es más activa que esta Cillima frente a S. pneu- Es la polimixina E. Actúa sobre los lípidos de la
moniae. Además, es útil en infecciones urinarias pared bacteriana y de la membrana citoplasmática.
y gonocócicas. La dosis en adultos es de 400 mg Es bactericida. Es activa frente a bacilos gram-
cada 24 horas por vía oral o IV. negativos aerobios como especies de Pseudom o'
ñas, Acinetobacter, Vibrio cholerae, B. pertussis
Esparfloxacina y H. infJuenzae. Los microorganismos anaerobios
La esparfloxacina, fluoroquinolona de tercera y Neisseria son resistentes. La dosis en el adulto
generación, tiene actividad coraxdi M ycobacteñum es de 2,5 a 5 mg/kg/día, en 2 o 3 dosis, IM o IV.
tuberculosis, M .fortuiium . M. kansasii y microor­
ganismos del complejo M ycobacterium avium.
LINEZOLID
Además, como otras fluoroquinolonas tiene un
potente efecto bactericida contra £ . coii y espe­ Es una oxazolidinona activa frente a microor­
cies de Saimonella, Shigella, Eníerobacter, Cam- ganism os gram positivos com o estafilococos,
pylobacter y Neisseria. La esparfloxacina se uti­ estreptococos, enterococos y neumococos, aun
liza en especial com o parte de regímenes de aquellas cepas resistentes a penicilina, meticilina
polifármacos para el tratamiento de la tuberculo­ y vancomicina. Otros microorganismos sensibles
sis multirresistente e infecciones por micobac- son C lostridium , Rhodococcus equi, Listeria,
terias atípicas y complejo M . avium en enfer­ Peptococcus, Nocardia, Mycobacterium tubercu­
mos de sida. La esparfloxacina, es en general bien losis y M. avium complex. La dosis en adultos es
tolerada; las reacciones adversas más frecuen­ de 600 mg cada 12 horas por vía oral o IV.
tes son náuseas, vómitos, diarrea, cefalea, ma­
reos y fotosensibilidad. Se administra en dosis
QUINUPRISTINA-DALFOPRISTINA
de 200 mg/día, por vía oral.
Es la combinación de las estreptograminas A y
Moxifloxacina B. Este antimicrobiano es activo frente a cocos
Pertenece a las fluoroquinolonas de cuarta ge­ grampositivos como estafilococos, estreptococos,
neración, con un espectro de actividad que abar­ neumococos y Enierococcus fa eciu m , aun aque­
ca bacterias grampositivas y gramnegativas. Es llos cepas resistentes a penicilina, meticilina y
útil para el tratamiento de las afecciones del apa­ vancomicina. Otros microorganismos sensibles
rato respiratorio provocadas por microorganismos son Clostridium , Listeria, Legionella pneiimo-
sensibles (neumonía, sinusitis, reagudizacíones phila, MaemophÜus infJuenzae, Neisseria y Toxo-
de EPOC). La dosis habitual para adultos es de plasm a. La dosis en el adulto es de 7,5 mg/kg
400 mg cada 24 horas por vía oral. cada 8 a 12 horas.
9
m 50 □ Primera parte - Generalidades - Síndromes clínicos
(•
ritis óptica retrobulbar, con disminución de la
DAPTOMICINA
agudeza visual, alteraciones del campo visual y
Es un antibiótico lipopéptido que puede inhi­ trastornos de la visión de los colores (rojo y verde).
bir la biosíntesis de peptidoglucanos, alterar la Se aconseja el control oftalmológico mensual
permeabilidad de la membrana celular y reducir del paciente. La toxicidad óptica es dosis-depen­
la síntesis de ácidos Üpoteicoicos. Es activa con­ diente. N o se aconseja su uso en menores de 5
tra todos los cocos grampositivos, Stophylococcus años por la dificultad para detectar la toxicidad
aureus, tanto sensible como resistente a la me- descripta. Es importante tener presente la función
ticilina, estafilococos coagulasa negativos, enie- renal del paciente, por la acumulación del fár­
rococos, incluido Enferococcusfaecium resistente maco.
a la vancomicina. No tiene actividad contra las La dosis habitual es de 25 mg/kg/día en ios pri­
bacterias gramnegativas. La dosis es de 4 mg/kg meros 60 días de tratamiento y luego 15 mg/kg/clía.
cada 24 horas por vía IV.
PIRAZINAMIDA
TIGECICÜNA
Es un fármaco bactericida que actúa en medio
Es una glicilciclina, derivado sintético de la ácido y es eficaz contra los bacilos intracelulares.
tetraciclina, que inhibe la síntesis de proteínas Penetra bien en el SNC. Sus derivados activos se
bacterianas al unirse al sitio 30S del ribosoma. No forman por metabolismo hepático y son elimina­
es afectada por las betalactamasas. Es bacte- dos por el riñón. El fármaco se concentra en el
riostática y tiene efecto posantibiótico. Es activa hígado, el pulmón y el riñón. Provoca hiperuri-
frente a cocos grampositivos aerobios como Sta- cemia de modo constante y, en raras ocasiones,
phylococcus spp sensibles o resistentes a metaci- exantemas o trastornos digestivos. Su principal
lina, enterococos resistentes o no a vancomicina, efecto tóxico se ejerce sobre el hígado, con ele­
neumococos sensibles o no a penicilina y estrep­ vación de enzimas.
tococos. Pseuclomonas aeruginoso y Burkholderia Se administra por vía oral en dosis de 25 mg/
son resistentes. Es activa frente a enterobacterias kg/día.
excepto Proteus spp. Providencia y Morganeila.
En adultos la primera dosis es de 100 mg se­
ÁCIDO PARAAMINOSALICÍLICO (PAS)
guida de 50 mg cada 12 horas IV administradas
en 30 a 60 minutos. Se utiliza en la terapéutica de la tuberculosis
multirresistente. Se absorbe bien tras la adminis­
tración por vía oral. Atraviesa las meninges en
CAPREOMICINA
proporción que varía entre 10% y 50%. Se acetila
Es un antibiótico polipeptídico, útil en la tera­ en el hígado y se elimina en forma inactiva por la
péutica de la tuberculosis multirresistente. orina. Su principal toxicidad es gastrointestinal
Los efectos adversos más importantes son la y se manifiesta con náuseas, vómitos y diarrea. Se
afectación de la rama auditiva del VIII par y administra por vía oral a razón de 200 mg/kg/día
desequilibrios electrolíticos, con depleción de en tres tomas diarias, junto con una comida ácida.
potasio y magnesio. La dosis es de 1 g diario por
vía IM o IV en infusión lenta.
CICLOSERINA

Se administra por vía oral. Se difunde bien en


ETAMBUTOL
los tejidos, atraviesa las meninges y se elimina
Es un agente antituberculoso bacteriostático, por vía renal.
que se administra por vía oral con excelente ab­ La principal toxicidad es sobre el SNC; provo­
sorción. No penetra en el SNC, aunque puede ca trastornos de la personalidad, depresión y con­
hacerlo en presencia de inflamación meníngea. vulsiones, que suelen remitir con la suspensión del
Los efectos adversos más frecuentes son neu­ fármaco o la disminución de la dosis. La asocia­
Capítulo 5 • Antimicrobianos □ 51

ción frecuente con fluoroquinolonas potencia los etapa de este proceso es catalizada por la enzi­
efectos neurotóxicos de ambas sustancias. La do­ ma timidina cinasa inducida por las células in­
sis es de 15 mg/kg/día. En el adulto, 750 mg/día, fectadas por los virus heipes. El trifosfato de aci­
en dos tomas (500 mg por la mañana y 250 mg por clovir inhibe la síntesis del ADN viral al compe­
la noche). tir con una desoxiguanosina como sustrato de la
polimerasa del ADN del virus. La menor produc­
ción de trifosfato de aciclovir en las células no
ETIONAMIDA-PROTIONAMIDA
infectadas y su especificidad por la polimerasa del
La etionamida se administra por vía oral y tie­ ADN viral produce muy pocos efectos tóxicos en
ne una penetración meníngea variable. Entre los las células. Se presenta en forma de cápsulas, un­
efectos adversos se incluyen trastornos gastroin­ güento, suspensión y solución para administración
testinales (náuseas, vómitos y diarrea). También intravenosa. La absorción tras la administración
puede provocar hepatitis tóxica, que obliga a sus­ oral es muy escasa, por lo que es necesario, en los
pender el tratamiento. Está contraindicada duran­ casos graves, la administración por vía intravenosa.
te el embarazo. La dosis es de 15 mg/kg/día en 3 Debido a que su vida media plasmática es corta,
tomas diarias. la dosis diaria total debe dividirse en 4 o 5 tomas.
La protionamida es más activa y se administra El aciclovir es efectivo para tratar las infeccio­
en dosis de 500 a 750 mg por vía oral. nes causadas por los virus del herpes simple tipos
1 y 2, y varicela zoster. La administración intrave­
nosa está indicada en los casos de varicela en pa­
CLOFAZIMINA
cientes inmunocomprometidos, encefalitis herpé-
Es de amplia utilización contra Mycobacterium tica, episodios iniciales y recurrentes por herpes-
¡eprac. Se concentra en las células del sistema virus l y 2 que comprometen la piel y mucosas, y
reticuloendotelial y en los macrófagos. Su prin­ en el herpes zoster. Su uso durante el embarazo
cipal efecto tóxico es la coloración rojiza acen­ sólo está indicado cuando los beneficios justifi­
tuada de la piel, que se intensifica por la exposi­ quen con claridad el eventual riesgo para el feto.
ción solar. Otros efectos tóxicos que se pueden Las reacciones adversas más comunes son náu­
presentar son hiperqueratosis, dolor abdominal, seas, vómitos e hipersensibilidad cutánea.
decoloración del iris y depósitos de microcrista- La dosis habitual por vía oral es de 200 mg cada
les del fármaco en el cristalino. En pacientes con 4 h, sin toma nocturna, o sea 5 veces por día. En
sida se ha descripto el depósito pulmonar de esos los casos graves o en el herpes zoster la dosis es
cristales. Se administra por vía oral, en dosis de de 800 mg 5 veces por día. Por vía intravenosa la
100 mg/día (ver también el capítulo Lepra). dosis es de 10 mg/kg cada 8 horas, durante 10 días.

Valaciclovir
ANTIVIRALES
El valaciclovir es el 1-valil éster del aciclovir.
Los disponibles en la actualidad son eficaces Después de su administración oral, en el tracto
para el tratamiento y la profilaxis de diferentes gastrointestinal y el hígado se convierte rápida­
enfermedades virales. La mayoría inhibe dife­ mente en aciclovir. Esta reacción es catalizada
rentes etapas de la replicación de los virus, por por la enzima valaciclovir hidrolasa. Su biodis-
lo que no suelen ser de utilidad en las fases de ponibilidad tras la administración oral es 3 a 5
latencia. En este capítulo se tratarán los de uso veces mayor que la del aciclovir. Es un fármaco
más frecuente. Los antirretrovirales se conside­ efectivo para el tratamiento de las infecciones
rarán en el capítulo de Infección por HlV/sida. causadas por los virus del herpes simple y vari­
cela zoster, así como en la profilaxis de la enfer­
Aciclovir medad por citomegalovirus.
Es un análogo de la 2-desoxiguanosina, cuyo La dosis es de 1.000 mg cada 8 horas durante 7
efecto anliviral se inicia luego de su biotransfor- días en el herpes zoster y de 500 mg cada 12 horas
mación en trifosfato de aciclovir. La primera durante 7 días en el herpes simple mucocutáneo.
52 □ Prim era parte - Generalidades - Síndromes clínicos

Ganciclovír Por esta última vía también se absorbe en forma


E! ganciclovir tiene un mecanismo de acción sisiémica, como lo indica la presencia de con­
similar al aciclovir. Este fármaco es convertido centraciones plasmáticas relativamente altas. Sus
en monofosfato de ganciclovir por una fosfo- principales indicaciones clínicas son fiebres he-
transferasa codificada por el virus en aquellas morrágicas, hepatitis C e infecciones graves cau­
células infectadas por citomegalovirus. Su vida sadas por el virus sincitial respiratorio. En este ca­
media es de alrededor de 12 horas. Su concentra­ so. para que sea eficaz debe administrarse en las
ción plasmática pico, luego de su administración etapas tempranas de la infección. En la hepatitis C
intravenosa, excede el nivel mínimo necesario se administra en forma simultánea con el ínter-
para inhibir la mayoría de las cepas de citome­ ferón. Por vía oral la dosis es de 600 a 1.200 mg
galovirus, por lo que es efectivo para el tratamien­ cada 12 horas.
to de estas infecciones. Su administración oral
también es útil, aunque se considera que su ac­ Lamívudína
ción está limitada por su baja biodisponibilidad. Lamivudina o 3TC, es un análogo de la citidina
La dosis por vía intravenosa es de 5 mg/kg cada y se utiliza para el tratamiento de la infección
12 horas durante 14 a 21 días. por el HIV. También tiene actividad contra el vi­
rus de la hepatitis B. No tiene actividad contra
Famciclovir otros virus. Las dosis e indicaciones se conside­
El famciclovir se absorbe bien luego de su ad­ rarán en los capítulos de Enfentiedad por el Vi­
ministración oral. La vida media intracelular del rus de la Inmunodeficiencia Humana (HlV/sida)
metabolito activo, el trifosfato de penciclovir, es y de Hepatitis virales.
muy prolongada, lo que permite su administra­
ción dos o tres veces por día. El famciclovir es Amantadina y rimantadina
efectivo en el herpes genital y el herpes zoster. La amantadina es una amina con un anillo úni­
La dosis es de 500 mg cada 8 horas, por vía oral, co de 10 carbonos; la rimantadina es un fármaco
durante 7 días en el herpes zoster, y de 125 mg 2 análogo al anterior. Ambas inhiben la replicación
veces por día, durante 5 días, en el herpes genital del virus influenza A al bloquear el canal iónico
recurrente. de la proteína M2.
La amantadina alcanza una buena biodispo­
Foscarnet nibilidad después de la administración oral. La do­
El foscarnet es un análogo orgánico de un sis es de 100 mg, por vía oral, 2 veces por día, du­
pirofosfato inorgánico. La vía de administración rante 5 días.
es intravenosa. Diferentes estudios clínicos de­ La rimantadina también se absorbe muy bien.
mostraron que es equivalente al ganciclovir en el Alrededor del 75% de la dosis se metabolíza en
tratamiento de la enfermedad por citom ega­ el hígado. Los ancianos requieren una reducción
lovirus, así como en los casos de infecciones cau­ de la dosis, probablemente debido a una declina­
sadas por herpesvirus resistentes al aciclovir. Los ción de la función hepática con la edad. Ambos
efectos adversos son náuseas, vómitos, insuficien­ fármacos son efectivos para la prevención y el
cia renal, desequilibrio electrolítico y, a veces, tratamiento de las infecciones por el virus influen­
anemia, úlceras genitales y convulsiones. La do­ za A. La dosis es de 200 mg por vía oral, durante
sis es de 60 a 120 mg/kg IV, 2 veces por día, du­ 5 a 7 días.
rante 7 a 21 días.
Zanamiviry oseltamivir
Ribavirina Estos fármacos antivirales inhiben la actividad
La ribavirina es un análogo de la guanosina. de la neuraminidasa de los virus influenza A y B.
Luego de su fosforilación intracelular se trans­ La biodisponibilidad del zanamivir tras la admi­
forma en trifosfato de ribavirina e interfiere las nistración oral es baja, por lo que la mayoría de
primeras etapas de la transcripción viral. Puede los estudios han utilizado la forma intranasal o
administrarse por vía oral o en forma de aerosol. inhalatoria, en dosis de 5 mg por inhalación cada
Capítulo 5 - Antimicrobianos O 53

12 horas. Estos agentes antivirales actúan en las no se lo administra solo. Es particularmente acti­
infecciones producidas por los virus influenza A vo contra Candida y C. neoformans. Su penetra­
y B, tanto en forma terapéutica com o preventiva. ción en el LCR es buena, alcanza niveles de has­
En efecto» cuando se administran en las primeras ta el 80% de los plasmáticos, y su absorción tain-
etapas de la afección gripal, se observa el acorta­ bién es muy buena. Los efectos tóxicos son alte­
miento de los síntomas y en consecuencia una raciones hepáticas, intolerancia gastrointestinal
rápida resolución de la enfermedad. y anormalidades hemáticas.
Estos fármacos son bien tolerados y, en el caso La dosis para adultos es de 100 a 150 mg/kg/día
del oseltamivir, los efectos adversos son princi­ fraccionados cada 6 horas, por vía oral o IV. En
palmente gastrointestinales, en general leves y niños, 50 a 150 mg/kg/día.
transitorios. La dosis de este último en los adul­
tos es de 75 mg, por vía oral, 2 veces por día Griseofulvina
durante 5 días. Es producida por una especie de Peniciliium .
Su mecanismo de acción se basa en la inhibición
de la mitosis del hongo. Su espectro abarca prin­
ANTIMICÓTICOS
cipalmente dermatófitos, com o M icrosporum ,
Anfotericlna B Trichophyton y Epidermophyton. Aunque es un
La anfotericina B es uno de los fármacos de fármaco bien tolerado, pueden presentarse efec­
mayor espectro antifúngico; se lo utiliza para el tos adversos entre los que se incluyen cefalea,
tratamiento de las micosis invasoras. náuseas, vómitos y gusto amargo.
Su mecanismo de acción se basa en su unión al La dosis en adultos es de 500 mg a I g por día;
ergosterol, uno de los principales esteróles de la en niños, 10 a 15 mg/kg/día.
membrana celular del hongo, lo que lleva a la aper­
tura de los poros, con la consiguiente pérdida de Azoles
constituyentes y muerte celular. Los efectos ad­ Se dividen en imidazoles y triazoles. Entre los
versos asociados con su administración incluyen primeros se incluyen el miconazol y el ketoco-
fiebre, escalofríos, trom boflebitis, trastornos nazol. Los triazoles son el itraconazol, fluconazol,
hidroelectrolíticos, aumento de lacreatinina, ane­ voriconazol y posaconazol.
mia y otras. La dosis correcta para el tratamiento Los azoles son una alternativa segura y efecti­
de las diferentes afecciones micóticas es de 0,3 a va a la anfotericina B para el tratamiento de mu­
1,5 mg/kg cada 24 a 48 horas por vía IV. La for­ chas micosis sistémicas. Todos estos fármacos
ma farmacéutica convencional es el desoxicolato ejercen su acción mediante la inhibición de la
de anfotericina. La dosis total no debe superar biosíntesis del ergosterol, que es el principal es-
los 2 a 3 g. Siempre hay que comenzar con dosis terol de la membrana celular. Sin embargo, estas
bajas, con incrementos diarios. Sólo se diluye en sustancias pueden interactuar con las enzimas del
suero glucosado al 5% y se administra en 4 a 6 huésped, que son dependientes del citocromo
horas. No requiere protección de la luz. P450. Esta interacción es la que produce alguna
En la actualidad hay nuevas formas farmacéu­ de las principales reacciones adversas de estos
ticas, como la liposómica, los complejos lipídicos fármacos. Los principales compuestos azólicos
y la dispersión coloidal, que en general no pre­ que se tratarán en este capítulo son miconazol,
sentan los efectos adversos descriptos para la for­ ketoconazol, itraconazol, fluconazol, voriconazol
ma convencional. De la anfotericina liposómica y posaconazol.
se administran dosis de 1 a 5 mg/kg/día por vía
IV; del complejo lipídico, 2,5 a 5 mg/kg/día, y de Miconazol
la dispersión coloidal, 1 a 5 mg/kg/día. Es un imidazol que se presenta para su aplica­
ción tópica, oral e intravenosa. Como agente
Flucitosina antimicótico ha sido reemplazado por otros más
La 5-fluorocitosina es un fármaco antifúngico efectivos y menos tóxicos, en la actualidad su uso
efectivo, pero debido a la resistencia que origina está limitado al tratamiento tópico.
54 □ Prim era parte - Generalidades - Síndromes clínicos

Ketoconazol fluconazol también se utiliza en la candidiasis


Es clínicamente útil por vía oral para el trata­ orofaríngea y esofágica del paciente inmuno-
miento de diversas m icosis sistémicas. Es activo comprometido. Aunque es bien tolerado, algunos
contra Candida, Paracocciodioides brasHiensis, pacientes pueden presentar erupciones cutáneas,
H istoplasma capsuíatum, C occidioides im m itis y náuseas, vómitos y hepatotoxicidad.
Biastom yces derm aíitidis. La dosis para el adulto es de 100 a 800 mg/día
Sus principales indicaciones son candidiasis y en niños, 3 a 9 mg/kg/día, de acuerdo con la
mucocutánea crónica, infecciones por dermató- gravedad de la enfermedad.
fitos, candidiasis oral y esofágica, así como infec­
ciones sistémicas por los agentes antes menciona­ Voríconazol
dos. Los efectos adversos más comunes son náu­ El voriconazol, es un triazol antimicótico apro­
seas, erupciones cutáneas y hepatotoxicidad. bado para tratar la aspergilosis invasiva e infec­
La dosis en adultos es de 200 a 800 mg/día y ciones graves por Scedosporium apiospermitm y
en niños, 3 a 6 mg/kg/día, de acuerdo con la gra­ especies de Fusarium en pacientes que no han
vedad de la afección. respondido o no toleraron otros fármacos. Tam­
bién es activo contra C andida albicans, C. tro-
Itraconazol picalis, C. glabrata, C. krusei, Ct'yptococcus neo­
Es un triazol para administración oral, que se fo rm a n s, Penicilinum m arneffei y otros. La dosis
indica para el tratamiento de diferentes infeccio­ en el adulto es de 6 mg/kg cada 12 horas por vía
nes fiíngicas. Su absorción tras la administración IV el primer día, para seguir luego con 4 nig/kg
en ayunas es de sólo el 30% al 40%, pero aumen­ cada 12 horas por la misma vía.
ta cuando se administra con comidas grasas. Cuando el paciente lo tolere se administrarán
Sus indicaciones principales son la histoplas- por vía oral 200 a 300 mg cada 12 horas.
mosis y la paracoccidioidomicosis. También se
utiliza en la terapéutica de infecciones causadas Posaconazol
por Candida, C occidioides immin's, Sporothrix El posaconazol es un triazol con amplio espec­
schenckii, C ryptococcus neoform ans y Aspergi- tro de actividad antifúngica. Es activo frente a
flus. Los efectos adversos incluyen náuseas, vó­ distintas especies de Candida, las más sensibles
mitos, alteraciones de las enzimas hepáticas, pru­ son C. parapsilosis, C. krusei, C. glabrata y C.
rito, erupciones cutáneas, hipertensión y cefalea. guillerm ondii. También es activo frente a Crypto­
La dosis en adultos es de 100 a 400 mg/día, coccus neoform ans, H istoplasm a capsuíatum ,
por vía oral. No se dispone de información acer­ P a ra c o c c id io id e s b r a silie n sis, C o cc id io id e s
ca de la dosis pediátrica. im m itis y A spergillus fu m ig a tu s. Ha mostrado
buena actividad sobre cepas de C andida spp y
Fluconazol A sp erg illu s spp resistentes al flu con azol. El
Al igual que los demás azoles, inhibe la sínte­ posaconazol puede ser una alternativa eficaz en
sis del ergosterol, con el consiguiente aumento la aspergilosis invasora, enfermedad grave que
de la permeabilidad de la membrana celular. La afecta en especial a pacientes inmunodeprimi-
absorción oral es completa, con picos séricos si­ dos, en reemplazo de la anfotericina B deso-
milares a los obtenidos con la administración xicolato o de las anfotericinas liposomales. En
intravenosa. En el LCR alcanza concentraciones estudios clínicos se mostró activo frente a cro-
que pueden llegar al 80% de las plasmáticas. Tam­ moblastomicosis y micetomas maduromicósicos
bién es útil para el tratamiento de las micosis resistentes a los tratamientos habituales. Se ad­
oculares, ya que traspone la bañ era hematoocular. ministra en el adulto, en dosis de 200 mg cada 6
Sus principales indicaciones clínicas incluyen horas, en solución oral que contiene 40 mg de
la meningitis por C ryptococcus en pacientes con posaconazol por mL.
sida, tanto como tratamiento como para la profi­
laxis. Sin embargo, en estos pacientes se prefiere
la anfotericina B com o terapéutica inicial. El
Cap/íf«/o 5 - Antimicrobianos □ 55

Equinocandinas diográfíco. Los síntomas de intoxicación son ano-


C a s p o f u n g in a rexia, náuseas, vómitos, dolor abdominal, paresias
La caspofungina, es el primer inhibidor de la 0 parálisis, hipotensión y arritmias. No debe ad­
síntesis del glucano, componente de la pared ce- ministrarse a pacientes con trastornos cardíacos o
lular micótica. Está indicada en el tratamiento de renales ni a mujeres embarazadas.
la aspergilosis invasiva en pacientes que no tole­ Su indicación principal es la disentería ame-
ran o no responden a otros fármacos. También biana aguda, el ameboma y el absceso hepático
está indicada en candidiasis diseminada y esofa- amebiano o en otras localizaciones.
aitis candidiásica en pacientes con sida. La cas­ Se administra en forma de clorhidrato de eme-
pofungina tiene una actividad escasa o nula con­ tina por vía subcutánea profunda, en dosis de
tra Cryptococciis neoformans y especies átM ucor. 1 mg/kg/día sin pasar de los 60 mg diarios, du­
El acetato de caspofungina sólo está disponi­ rante 10 días. Con esta dosificación, la probabi­
ble para uso intravenoso. La dosis en el adulto es lidad de que se produzcan reacciones tóxicas gra­
de 70 mg IV el primer día, seguido de 50 mg IV ves es baja. Si fuera preciso repetir el tratamien­
por día. to hay que dejar pasar dos meses, ya que la eli­
minación del fármaco puede durar alrededor de
A n id u la fu n g in a 6 semanas (actualmente no está disponible).
La anidulafungina es una nueva equinocandina
semisintética derivada de Aspergillus nidulans. Cloroquina
Como las otras equinocandinas actúa inhibiendo La absorción en el tubo digestivo es buena y al­
la síntesis del B -1,3 D-glucano, componente prin­ canza una alta concentración en el hígado, el bazo,
cipal de la pared celular de muchos hongos. Tan­ el pulmón y el riñón, mientras que en la luz del
to in vino como in vivo es activa frente a hongos colon la concentración es escasa. Estas condicio­
de los géneros Candida y Aspergillus. Se admi­ nes, como en el caso de la emetina, la hacen útil
nistra por vía intravenosa, tiene un excelente per­ para el tratamiento de la amebiasis hística. Es poco
fil de seguridad, se autodegrada en el organismo eficaz en la amebiasis intestinal.
humano y puede utilizarse en pacientes con in­ Los síntomas de intolerancia son escasos: náuseas,
suficiencia hepática y renal. Ha sido licenciada vómitos, mareos, prurito y cefalea. Está indicada
para infecciones invasoras por Candida resisten­ en los abscesos amebianos y en el paludismo. Para
tes a! fluconazol, la dosis diaria inicial es de esta última indicación, ver el capítulo conespon-
200 mg, seguida por 100 mg, durante un lapso diente. La dosis de cloroquina base en la amebiasis
medio de 3 a 4 semanas. es de 10 mg/kg/día, por vía oral, durante 20 días
(dosis máxima: 300 mg de fármaco base por día).
ANTIPARASITARIOS
Metronidazol
Emetina Este fármaco ya fue considerado en este mis­
Es el más activo de los alcaloides de la ipeca­ mo capítulo.
cuana. Actúa intensam ente sobre las formas
vegetativas, pero no sobre las formas quísticas de Yodoquinol
Entamoeba histolytica. Es la 5,7-diyodo-8-hidroxiquinorma, deriva­
Se concentra principalmente en el hígado y en do de la quinolina con mayor porcentaje de yodo.
cantidades menores en el intestino, el riñón, el bazo Es muy poco tóxico y muy eficaz como antia-
y el cerebro. Esta circunstancia hace que se lo uti­ mebiano, como también en otras protozoosis in­
lice como amebicida sistémico, capaz de destruir testinales. Actúa en la luz intestinal y su acción
las formas vegetativas en la intimidad de los teji­ antibacteriana se ejerce sobre microorganismos
dos. La toxicidad es uno de los problemas que ha grampositivos y gramnegativos, también sobre
restringido su uso. Se emplea sólo en pacientes C andida albicans, ya que modifica el hábitat del
internados en los que se pueden realizar cuidado­ parásito. Se cree que éste es uno de los mecanis­
sos controles ch'nico, neurológico y electrocar- mos de su acción antiamebiana. N o tiene acción
56 □ Prim era parte - Generalidades - Síndromes clínicos

en la amebiasis de los tejidos. Las molestias que Pirimetamina


puede provocar son leves y consisten en dolor Es una diaminopirimidina de las más importan­
abdominal, prurito anal, diarrea o fenómenos de tes de este grupo junto con la irimeioprima. El
yodismo. mecanismo de acción de ambas se basa en la ca­
Está indicada en las parasitosis por Entamoeba pacidad de antagonizar los ácidos fólico y folínico.
histoíytica. D ientam oeba fra g ilis, B lasiocystts La pirimetamina es un antipalúdico de nota­
honiinis y Balantidium coli. ble eficacia, que se usa en asociación con una
La dosis es de 30 a 40 mg/kg/día, divididos en sulfonamida; con la sulfadoxina, para el trata­
3 lomas diarias, por vía oral, durante 20 días (ac­ miento o la profilaxis antipalúdica, y con la sulfa-
tualmente no está disponible). diazina, para el tratamiento y la profilaxis secun­
daria de la toxoplasmosis. La pirimetamina pue­
Furazolidona de provocar anemia megaloblástica similar a la
Es un derivado de los nitrofuranos de mínima provocada por la deficiencia de ácido fólico, que
absorción en el tracto digestivo, por lo que pue­ se corrige con la suspensión del fármaco o con la
de utilizarse en infecciones intestinales. Se me- administración de ácido folínico. Además de uti­
taboliza en escasa proporción en el hígado; la lizarse en la terapéutica del paludismo y la toxo­
mayor parle se elimina con las heces, sin metabo- plasmosis, puede indicarse com o fármaco único
lizar, y muy poco con la orina, la que puede to­ en el tratamiento alternativo de pacientes con
mar un tinte pardo. Como anliparasitario se utili­ isosporosis alérgicos a las sulfonamidas. En es­
za en el tratamiento de la giardiosis y es un me­ tos casos se indicará una dosis de 75 mg por día,
dicamento alternativo en la isosporosis. A veces junto con 10 mg por día de ácido folínico, duran­
produce náuseas, vómitos, dolor epigástrico, ce­ te 4 semanas, por vía oral.
falea, mareos, insomnio y en forma ocasional tras­ Las dosis en el paludismo y la toxoplasmosis
tornos alérgicos, con exantemas que pueden es­ se detallan en los capítulos correspondientes.
tar acompañados por fiebre y eosinofilia.
Se administran 5 mg/kg/día en dos o tres tomas, Tiabendazol
durante 7 días. En el adulto, 100 mg 4 veces por Es un derivado del benzimidazol de intensa ac­
día durante 7 días. tividad sobre diversos nematodos que parasitan
el tracto gastrointestinal. También tiene acción so­
Furoato de diloxanida bre huevos y larvas. Se absorbe bien tras la admi­
La diloxanida es un derivado dicloroacetamí- nistración por vía.oral y alcanza buenas concen­
dice descubierto a raíz de la investigación de una traciones plasmáticas. Se distribuye ampliamente
serie de acetanilidas sustituidas en busca de acti­ y el 90% se elimina con la orina en 24 horas como
vidad antiamebiana. El éster furoato resultó ser 5-hidroxitiabendazol. Puede provocar anorexia,
el más activo entre los compuestos estudiados y náuseas, vóm itos, diarrea, malestar epigástrico,
de gran eficacia en los casos de amebiasis in­ mareos, cefalea y reacciones de hipersensibili-
testinal humana. Tiene acción amebicida directa, dad. Está indicado principalmente para tratar la
in vitro, en concentraciones de 0,01 a 0,1 mg/mL. estrongiloidosis y la triquinosis.
Es eficaz en el tratamiento de la amebiasis intes­ La dosis es de 25 a 50 mg/kg/día, por vía oral,
tinal asintomática que cursa con eliminación de divididos en dos o tres tomas durante 5 días. La
quistes o trofozoítos con la materia fecal. N o está dosis máxima no debe pasar de los 3 g diarios.
indicado en la amebiasis extraintestinal ni en las En los casos de estrongiloidosis diseminada su
formas disentéricas. En general es bien tolerado administración debe prolongarse (actualmente no
y los efectos colaterales, que son leves, consis­ está disponible).
ten en flatulencia y, en ocasiones, náuseas, vó­
mitos, exantema o prurito. Mebendazol
La dosis recomendada es de 500 mg, por vía Este agente, derivado del benzimidazol, es un
oral, 3 veces por día durante 10 días. En los niños, eficaz antihelmíntico de amplio espectro. Inhibe
20 mg/kg/día (actualmente no está disponible). en los parásitos la captación de la glucosa, lo que
C apítulo 5 - Antimicrobianos □ 57

les provoca una parálisis que facilila su expulsión fármacos más utilizados en la terapéutica anti­
del tracto digestivo. Luego de su administración parasitaria: tiabendazol, mebendazol, fluben-
por vía oral se absorbe muy poco. En general es dazol y albendazol. El principal metabolito del
bien tolerado y en raras ocasiones puede provocar tríclabendazol es el sulfóxido, que es el res­
n astomos gastrointestinales o reacciones alérgicas. ponsable de su actividad antiparasitaria contra
Está indicado en las parasitosis por A scaris Fasciola hepatica. La principal característica de
lumbricoides, Enterohius verm icularis, N ecaíor este fármaco es su acción sobre los tres estadios
am encanus, Ancylostom a duodenale y Trichiiris evolutivos del parásito: temprano inmaduro, in­
tñchiitra. maduro y adulto. Su metabolito activo, el sulfó­
Tanto en niños com o en adultos, en las para­ xido, tiene una poderosa acción sobre el tegu­
sitosis por Ascaris lum bricoides, N ccator a m e n ­ mento del parásito al inhibir la síntesis de proteí­
canus. Ancylostom a duodenale y Trichuris tri- nas. Este fármaco ha sido extensamente investi­
chiura se administran 100 mg dos veces por día, gado en animales. Su utilidad en el hombre se
por vía oral, durante 3 días. evaluó en varias publicaciones en las que se se­
En oxiurosis, tanto en niños com o en adultos ñala la buena tolerancia y la ausencia de toxici­
se indican 100 mg en una sola toma, repetida a dad. Aunque este fármaco no está aprobado para
los 15 días. No debe omitirse el tratamiento del uso humano, es el de mayor eficacia y sería el
grupo familiar. tratamiento de elección de la fasciolosis.
En el comercio está disponible como suspen­
Albendazol sión al 5% o 10%, para uso veterinario. La dosis
Es un derivado benzimidazólico con potente es de 10 mg/kg por vía oral, en una sola dosis
efecto antihelmíntico; también se utiliza en la administrada en ayunas. En caso de persistencia
hidatidosis y la cisticercosis. Bloquea la captación de la infección, puede administrarse una segun­
de glucosa por los parásitos intestinales y sus lar­ da dosis.
vas. Se absorbe en parte en el intestino y se distri­
buye por todo el organismo. Se metaboliza en el Pamoato de pirantel
hígado, donde se biotransforma en sulfóxido de Es un derivado de la tetrahidropirimidina con
albendazol y es excretado en esa forma por la ori­ un poderoso efecto antiparasitario. Paraliza los
na; el resto se elimina con las heces. En general es vermes por bloqueo neuromuscular, lo cual evita
bien tolerado. En raras ocasiones puede provocar la migración de los parásitos y causa su elimina­
trastornos gastrointestinales y cefalea. ción. Se absorbe poco y en el intestino permane­
Está indicado en oxiurosis, ascariosis, anquí- ce el 50% a 70% de la dosis administrada, lo que
lostomosis, necatorosis, tricocefalosis, estrongi- permite su acción intensa a ese nivel.
loidosis, teniosis, himenolepiosis nana, hidati­ En general es bien tolerado; raras veces produ­
dosis y cisticercosis. ce anorexia, náuseas, vómitos, diarrea, cefalea,
En ascariosis, anquilostomosis, necatorosis y mareos, somnolencia, insomnio o reacciones de
tricocefalosis se administra a niños y adultos una hipersensibilidad, como fiebre medicamentosa o
sola toma de 400 mg. En teniosis, estrongiloidosis exantemas urticarianos.
e himenolepiosis nana, 400 mg en toma única dia­ Es muy efectiv o en infestaciones produci­
ria tanto en niños como en adultos, durante 3 días das por Enterobius verm icularis, A scaris lum-
consecutivos. En oxiurosis, 100 mg en niños ma­ bricoides, A n cylo sto m a duodenale y N ecato r
yores de 2 años y 400 mg en adultos, en una sola am ericanus.
toma que se repite a los 15 días. En hidatidosis, En ascariosis, necatorosis y anquilostomosis
10 m g^g/día durante plazos variables. En cisti­ se administra por vía oral, en dosis única de 10 a
cercosis, 15 mg/kg/día durante 15 días. 20 mg de fármaco base por kilogramo de peso.
Puede repetirse dos o tres días consecutivos. Se
Tríclabendazol aconseja no pasar de l g por dosis. En la oxiurosis
El tríclabendazol pertenece al grupo de los se administra una sola dosis que se repetirá a los
benzimidazoles, que también integran los cuatro 15 días.
58 □ Prim era parte - Generalidades - Síndromes clínicos

Praziquante! dos hematófagos que parasitan a los animales.


Es un derivado de las isoquinolinas con una Inmoviliza los parásitos al inducir la parálisis tó­
notable actividad anliparasitaria. Es absorbido nica de sus músculos.
con rapidez por algunas especies de cestodos y Es efectiva en una sola dosis por vía oral y al­
tremátodos, en las que produce parálisis espástica canza concentraciones séricas pico 4 o 5 horas
y alteración de los tegumentos, con formación después de la toma. La vida media de elimina­
de vacuolas, vesículas y alteración metabólica ción es de 50 a 60 horas; se une a las proteínas
con la consiguiente lisis. La administración por plasmáticas y se concentra en el hígado y el teji­
4 vía oral determina en el hombre la rápida absor­ do adiposo. Un pequeño porcentaje se excreta con
f ción del 80% del fármaco. La tolerancia es bue­
na y los efectos indeseables, mínimos; consisten
la orina y el resto por las heces. Suele tolerarse
bien.
s en molestias abdominales, náuseas, cefalea, can­ La ivermectína está contraindicada en todos
sancio y mareos, que en general desaparecen con los casos en que esté alterada la barrera hema-
m rapidez. toencefálica, como en la meningitis, por los efec­
Está indicado en las parasitosis por Taenia tos que tiene sobre los receptores GABA del sis­
4 saginata, Taenia solium, Diphyllobothrium latum, tema nervioso central; también en los enfermos
H ym enolepis nana, D ipylidium caninum , Fas- medicados con sustancias depresoras del SNC.
cióla hepático, P aragonim us w esterm ani, así No se recomienda su uso en menores de cinco
como en esquistosomosis y cisticercosis. años y en las mujeres embarazadas.
En todas las teniosis se indican 10 a 25 mg/kg Está indicada en el tratamiento de la oncocer*
en una sola dosis. En la fasciolosis, 25 mg/lcg, cosis, estrongiloidosis, ascariosis, tricocefalosis
tres veces al día, por vía oral, durante 7 días. En y oxiurosis. También se utiliza para el tratamien­
esquistosomosis, una sola toma de 40 mg/kg. En to por vía oral de la pediculosis y la escabiosis.
cisticercosis, 50 mg/kg/día durante 15 días. * Es importante tener en cuenta que una sola dosis
puede curar la estrongiloidosis con la misma efi­
Ivermectína cacia que el tratamiento con tiabendazol, pero
Es un derivado de las avermectinas obtenido con menor toxicidad, y que además sería útil en
de la fermentación del caldo de cultivo de Strepto- los casos de coexistencia de esa parasitosis con
myces averm itilis. ascariosis, oxiurosis o tricocefalosis. Se admi­
Es un antiparasitario de amplio espectro, acti­ nistran 0,1 a 0,2 mg/kg en una sola dosis por vía
vo en dosis bajas contra nematodos y artrópo­ oral.

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6
Profilaxis en infectología
Horacio Mingrone
Norma Porteiro
Ornar J. Palmieri

Se denomina profilaxis prim aria al conjunto 2) La utilización debe ser restringida, para ev i­
de medidas tendientes a evitar la adquisición de tar la aparición de resistencia.
una infección, y profilaxis secundaria^ a las que 3) El antimicrobiano elegido debe ser de es­
se toman para impedir la aparición de la enfer­ pectro reducido y bajo costo.
medad clínica cuando la infección ya se ha insta­
lado. En realidad, el objetivo es reducir esos ries­ Debe destacarse que las recomendaciones no
gos, ya que la efectividad de la prevención no son estáticas ni permanentes, sino que están su­
siempre es absoluta. jetas a revisiones periódicas a cargo de com isio­
La profilaxis puede ser de recomendación uni­ nes de especialistas y organismos de control, los
versal (más aplicable a las inmunizaciones) o que se basan en los resultados obtenidos y en los
estar dirigida a determinadas poblaciones consi­ datos de la vigilancia epidemiológica.
deradas de alto riesgo para la adquisición de una Las situaciones en las que se utilizan antimi­
infección determinada. Dentro de este último gru­ crobianos para la prevención de las complicacio­
po se encuentran los contactos directos de pacien­ nes infecciosas son diversas, pero se clasifican
tes con enfermedades infectocontagiosas, los in­ en dos áreas: quim ioprofilaxis m édica y quimio^
dividuos que visitan áreas endemoepidémicas, profilaxis quirúrgica.
quienes padecen enfermedades o estados mór­ La primera se lleva a cabo en aquellas enfer­
bidos que favorecen la aparición de ciertas in­ medades en las que se ha demostrado que la pro­
fecciones (pacientes con lesiones valvulares, filaxis ha reducido la frecuencia o gravedad de
esplenectomizados, etc.) y aquellos en quienes las infecciones asociadas con ellas.
las infecciones adquieren especial gravedad, La segunda es la que se utiliza para reducir la
como los pacientes con sida o linfomas. incidencia de infecciones en el sitio quirúrgico.
Los procedimientos mediante los cuales se ins­
trumenta la prevención son varios (cuadro 6-1).
C u ad ro 6-1. Tipos de profilaxis en infectología.
El presente capítulo se referirá a la qidmiopro- • Medidas de bioseguridad
filaxis, o sea a la prevención mediante el uso de
« Medidas epidemiológicas
antimicrobianos, cuya aplicación está regida por
• Inmunizaciones
algunas reglas generales;
• Uso de antimicrobianos
1) El beneficio debe superar el riesgo de su uso.
60 □ Prim era parte - Generalidades - Síndromes clínicos

PROFILAXIS MÉDICA
Cirugía ORL. Tonsilectomía y adenoidectomía.
C irugía respiratoria. Incluida la fibrobroncos-
Endocarditis bacteriana copia con broncoscopio flexible, aun sin biopsia,
La endocarditis bacteriana (EB) representa el en pacientes con alto riesgo de desarrollar EB.
\%o de los ingresos hospitalarios y aún es una Cirugía gastrointestinal (G í). Escleroterapia de
entidad de mortalidad elevada. En algunos casos várices esofágicas, dilatación esofágica, cirugía
su diagnóstico es dificultoso debido a la diversi> biliar, cirugía intestinal con compromiso de la
dad de los síntomas y signos. mucosa, colangiografía endoscópica retrógrada
La quimioprofiiaxis de la EB tiene com o obje­ si hay obstrucción de la vía biliar, incluida la
tivo evitar la colonización de las válvulas cardía­ esofagogastroduodenoscopia, aun sin biopsia en
cas por las bacterias que pasan al torrente circu­ pacientes con alto riesgo de desarrollar EB.
latorio durante la remoción de focos sépticos C irugía genitourinaria (G V ). Cistoscopia, di­
(cuadro 6-2). El antibiótico utilizado debe alcan­ latación uretral y cirugía prostática.
zar niveles en sangre iguales o superiores a la
CIM de los microorganismos responsables (en El principal problema de la profilaxis es el bajo
especial S. viridans) en el momento del procedi­ nivel de cumplimiento, por lo que en la actuali­
miento quirúrgico. dad se utilizan regímenes más simples, más cor­
tos y por vía oral. Se administra una sola dosis
Se indica profilaxis a los pacientes con riesgo antes del procedimiento.
alto o moderado de desarrollar EB. • C irugía dental, ORL, respiratoria y esofágica:
• Pacientes con alto riesgo de desarrollar EB Amoxicilina, 2 g i hora antes.
a) Quienes padecen cardiopatía congénita con Si hay imposibilidad de administrar medicamen­
cianosis (transposición de los grandes vasos, tos por VO:
tetralogía de Fallot). Ampicilina, 2 g, o cefazolina, 1 g IM 30 minu­
b) Portadores de prótesis valvulares. tos antes.
c) Individuos que han padecido endocarditis. Alérgicos a la penicilina:
• Pacientes con riesgo moderado de desarrollar EB Azitromicina o claritromicina, 500 mg, o clinda-
a) Individuos con valvulopatía adquirida, reu­ micina, 600 mg o cefadroxilo, 2 g VO 1 hora antes.
mática o de otro origen. • C irugía G I (excluida la esofágica) y G V ’.
b) Portadores de miocardiopatfa hipertrófica. Pacientes con alto riesgo:
c) Mayores de 45 años con prolapso de la vál­ Ampicilina, 2 g IM, más gentamicina, 80 mg 30
vula mitral con regurgitación. minutos antes.
Alérgicos a la penicilina:
Los procedimientos en los cuales se indica la Vancomicina, 1 g IV a pasar en 30 a 60 minu­
profilaxis son: tos en goteo, más gentamicina, 80 mg IM 30 mi­
Cirugía dental. Procedimientos que produzcan nutos antes.
sangrado, cirugía periodontal, tratamientos de Pacientes con riesgo moderado:
conducto e implantes dentales. Amoxicilina, 2 g VO una hora antes.
Alérgicos a la penicilina:
Vancomicina, 1 g IV a pasar en 30 a 60 minutos.
C uad ro 6*2. Incidencia de bacteríenriia luego de dis-
tintos procedimientos diagnósticos. Fiebre reumática
La fiebre reumática (FR) es una complicación
•Cirugía dental 20 a 80%
no supurativa de las infecciones causadas por el
• Cirugía urológica 12 a 4 6 %
estreptococo betahemolítico del grupo A.
• Colonoscopia O a 9 %
La profilaxis primaria se utiliza para evitar el
• Colon por enema 8 a 11 %
primer brote de FR luego de una infección estrep-
• Biopsía hepática 3 a 13%
tocócica. El grupo de mayor riesgo son los niños
• Broncosccpia 10 a 15%
de 5 a 10 años, por lo general luego de infeccio­
Capítulo 6 - Profilaxis en infectología □ 61

nes del aparato respiratorio superior (aunque este En mujeres embarazadas la profilaxis se conti­
antecedente clínico se reconoce en menos del núa hasta el parto, y en los niños, hasta la solución
50% de los casos). El tratamiento adecuado de quirúrgica del problema anatómico que genera el
esas infecciones evita la aparición de la FR. reflujo o el residuo. Si esto no fuera posible, se
instaura la profilaxis por 6 meses, al cabo de los
P r o f ila x is p r im a r ia cuales se evalúa si es necesario continuarla.
Se realiza con penicilina G benzatina por vía
IM una sola dosis o penicilina V por vía oral, I n d ic a c io n e s r e la tiv a s
durante 10 días, en las dosis habituales. Esta Se estima que alrededor del 20% de las muje­
medida tiene eficacia para prevenir la FR cuan­ res con antecedentes de lU baja presentarán
do se administra hasta 7 a 9 días después del co­ recurrencias. Luego del tercer episodio se reco­
mienzo de los síntomas. mienda realizar estudios con el fin de descartar
anomalías del aparato urinario. Habitualmente no
P r o f ü a x is s e c u n d a r ia se encuentran alteraciones estructurales de la vía
La profilaxis secundaria tiene como objetivo urinaria.
evitar la recurrencia de un nuevo brote de FR ante En este grupo, la aparición de complicaciones
ulteriores infecciones estreptocócicas. ascendentes o pielonefritis crónica es excepcional.
Se realiza con penicilina G benzatina, 1,2 mi­ Se contempla la profilaxis en las siguientes si­
llones UI por vía IM cada 4 semanas. Como al­ tuaciones:
ternativa, penicilina V -5 0 0 .0 0 0 UI 2 veces por a) Mujeres adultas con lU sintomática que pre­
día- o claritromicina -2 5 0 mg 2 veces por día-. senten más de 3 episodios en 12 meses. Si está
Si el paciente es portador de una secuela relacionado con el acto sexual, se recomienda
valvular reumática, en el futuro deberá realizar profilaxis poscoito con una dosis única de 160 mg
profilaxis para la EB ante procedimientos que deTM P/800 m g d e SMX.
produzcan bacteriemia. b) En los ancianos puede considerarse la profi­
laxis en casos de lU sintomática recurrente, aso­
Infección urinaria recurrente ciada con uropatía obstructiva inoperable. El pro­
La infección urinaria recurrente tiene conse­ blema es especialmente común en ancianos con
cuencias graves en los niños, en quienes puede sonda vesical permanente, en quienes la lU es
conducir a la insuficiencia renal. Por lo tanto, éste inevitable. Es por ello que se debe ser muy cau­
es el grupo más vulnerable en el que es preciso teloso, con el fin de evitar la aparición de resis­
evitar la reiteración de los episodios de infección tencia bacteriana por presión de selección. En
urinaria (lU ). estos casos se indicará 1 comprimido de 160 mg
de TMP/800 mg de SM X 3 veces por semana o
In d ic a c io n e s a b s o lu ta s amoxicilina, 250 mg/día.
a) Niños menores de 5 años, en quienes por
estudios urodinámicos se demuestre reflujo o re­ Erisipela recurrente
siduo vesical posmicción. Con frecuencia la erisipela recurrente se aso­
b) Embarazadas luego del tercer episodio de cia con trastornos en los miembros inferiores,
lU o bacteriuria asintomática. Las embarazadas como insuficiencia venosa crónica, linfedema,
con lU recurrente presentan mayor riesgo de parto traumatismos previos, cirugías, m icosis Ínter-
pretérmino. digital y algunos trastornos generales como dia­
En los niños se administrará nitrofurantoína betes, obesidad y tabaquismo.
2 mg/kg una vez por día o TPM/SMX, sobre la En la mayoría de los casos es causada por
base de 2 mg/kg/día de trimetoprima en una sola estreptococos de los grupos A, C y G.
dosis. Se indica quimioprofilaxis si el paciente presen­
En adultos, 1 comprimido de 160 mg deTM P/ ta más de tres episodios al año. Sin embargo, hay
800 mg de SMX una vez por día o una cápsula que destacar que la profilaxis brinda escasa protec­
de nitrofurantoína de 100 mg 1 vez por día. ción cuando hay factores locales, cuya corrección
62 □ P rim era parte - Generalidades - Síndromes clínicos

es imprescindible para evitar la recun*encia. o adultos con alteraciones de la inmunidad celu­


Se indicará penicilina G benzatina, 1,2 m illo­ lar) en contacto con un paciente tuberculoso con
nes UI I vez por mes. En los alérgicos a la peni­ baciloscopia positiva.
cilina se utilizará claritromicina o aziiromicina.
Profilaxis secundaria
Esplenectomizados Se indica a individuos con trastornos que los
Los pacientes esplenectomizados (anesplenia predisponen a la reactivación de una infección
anatómica) o aquellos que sufren la ausencia de la pasada o que puedan desarrollar la enfermedad a
función esplénica (anesplenia funcional), como partir de la reinfección exógena, por estar en con­
ocurre en la invasión del órgano por linfomas, tu­ tacto con un paciente bacilífero.
mores o en la anemia de células falcifonmes, pue­ Los grupos de mayor riesgo son:
den sufrir infecciones masivas por microorganis­ a) Pacientes infectados por HIV. En este grupo
mos capsulados como Sfreptococais pneumonioe el riesgo de desarrollar la enfermedad es 500 ve­
o «nás raramente HaemophUus infliienzae o Neisse- ces mayor que el de los no infectados por este vi­
ría meningifidis. Estas infecciones masivas pueden rus (es obligatorio descartar TBC activa antes de
producirse meses o años después de la esplenec- comenzar la profilaxis).
tomía y su prevención es inciena y controvertida. b) Adictos a drogas por vía intravenosa.
El paciente debe llevar consigo una tarjeta de c) Pacientes con insuficiencia renal avanzada.
identificación donde conste su condición de d) Diabéticos mal controlados.
esplenectomizado y haber sido informado él y sus e) Pacientes con silicosis pulmonar.
familiares de las posibles complicaciones. O Pacientes gastrectomizados.
En las esplenectomías programadas debe ad­ g) Pacientes en tratamiento prolongado con cor-
ministrarse la vacuna antineumocócica al menos ticosteroides (más de 20 mg/día por más de 20 días)
2 semanas antes, la que se repetirá 5 años des­ o inmunosupresores.
pués. N o está demostrada la eficacia de esta va­ h) Pacientes con enfermedades linfoprolifera-
cuna pero debería ser administrada. tivas malignas.
En cuanto a la profilaxis con antibióticos no
estaría absolutamente indicada en los adultos por Tanto para la profilaxis primaria como para la
otra parte sanos, pero sí. en aquellos que pade­ secundaria, el fármaco de elección es la isoniacida,
cen linfomas y han sido esplenectomizados y tra­ en dosis de 5 mg/kg/día (máximo 300 mg/día) has­
tados con quimioterapia o radioterapia. Se admi­ ta 3 meses después de la negativización del esputo
nistrará penicilina V 500.000 UI 2 veces por día del caso índice. Su eficacia es del 70% al 80% y el
o amoxicilina 500 mg por día, durante 2 a 4 años efecto adverso más común es la hepatotoxicidad.
después de la esplenectomía.
En caso de enfermedad aguda se debe requerir
PROFILAXIS EN CIRUGÍA
la consulta médica inmediata y la toma de mues­
tras para hemocultivos. Mientras no se disponga La infección del sitio quirúrgico es la segunda
de datos bacteriológicos se iniciará tratamiento por causa de infección intrahospitalaria y la más im­
vía intravenosa con ceftriaxona y vancomicina. portante en el paciente operado. Su presentación
duplica la estadía hospitalaria e incrementa los
Tuberculosis costos en un 20% a un 30%.
El objetivo de la quimioprofilaxis es reducir el La contaminación bacteriana de la herida qui­
riesgo de adquirir la infección (quim ioprofilaxis rúrgica es inevitable. El uso de profilaxis anti-
prim aria) o disminuir el riesgo de enfermedad biótica en cirugía disminuye en forma significa­
U/u imioprofÜQxis secundaria). tiva la incidencia de infecciones, debido a que
reduce la proliferación bacteriana en la herida
Profilaxis primaria quirúrgica. La dosis del antibiótico se administra
Es la que se realiza a individuos con PPD ne­ 30 minutos antes de efectuar la incisión.
gativa (en general niños que no han recibido BCG El principal error es la prolongación innecesa­
Capítulo 6 ‘ Profilaxis en infectología □ 63

ria de la administración del antibiótico, que no 1. Espectro reducido.


debe exceder las 24 horas. La colocación de dre­ 2. Efectivos contra los microorganismos que
najes o catéteres no justifica prolongar la admi­ con más frecuencia producen infección.
nistración de los antibióticos. La profilaxis no su­ 3. En el momento de la incisión deben alcan­
planta !as medidas de asepsia y rigor en la técnica zar niveles por encima de la CIM para esos
quirúrgica, tampoco reduce la incidencia de infec­ microorganismos y mantenerse con niveles ade­
ciones no relacionadas con el sitio quirúrgico. cuados mientras dure la cirugía.
Tienen indicación de profilaxis las siguientes
cirugías: De acuerdo con estos criterios, los antimi­
a) Limpias contaminadas. crobianos más utilizados son las cefalosporinas
b) Limpias con colocación de prótesis, dispo­ de primera generación (cefazolina). Deben ad­
sitivos o injertos. m inistrarse 30 a 60 m inutos antes de la incisión;
c) Limpias En la actualidad también se reco­ se recomienda hacerlo en la inducción anestésica.
mienda la dosis preoperatoria de antibiótico en La cesárea constituye la excepción, ya que los
este tipo de cirugía, ya que hay datos suficientes antibióticos se administran al ligar el cordón.
que demuestran su utilidad.
Siem pre debe utilizarse la vía intravenosa. Ex­
En cirugías sucias (abscesos, peritonitis, gan­ cepto en la preparación para la cirugía progra­
grena, perforación de viscera hueca, etc.) el uso mada del colon, en la que también se utiliza la
de antibióticos se considera terapéutico, por lo vía oral. Debe repetirse una dosis intraoperatoria
tanto la duración y los esquemas utilizados son si la cirugía se prolonga más de 4 horas o si hubo
los habituales para cada foco en particular. hemorragia importante (cuadro 6-3). En el cua­
Los antibióticos se seleccionarán de acuerdo dro 6-4 se expone la profilaxis según el tipo de
con los siguientes criterios: cirugía.

Cuadro 6-3. Vida media e intervalo de dosis según el antibiótico.

Cefazolina 2h 4 horas
Cefoxitina. piperaciünd y ampicilina 1h 4 horas
Vancomicina 6h No requiere dosis ¡ntraoperatoria
Metronidazol 8h No requiere dosis intraoperatoria
Clindamicina 3h No requiere dosis intraoperatoria

Cuadro 6-4. Profilaxis antibiótica en procedimientos quirúrgicos.


V;7l/_':'C¡r_Lígla:iraü^ v’- vv/''j

íWvíibiaficdVi^í'.%!í'?>:' : r,,;
Colocación de prótesis y material Cefazolina 1 g/IA. Luego 1g c/8 h x 24 h
de osteosíntesis
Fractura expuesta Igual profilaxis
Amputación Clindamicina. 600 mg. más gentamicina. 1,5 mg/kg/lA. Luego clindamicina,
600 mg c/8 h, más gentamicina, 3 mg/kg x 24 h; o cefazolina más
metronidazol o cefoxitina, 2 g/lA. Luego 1g c/6h x 24 h
Otros procedimientos Cefazolina Ig/IA OU

Alergia a la penicilina: vancomicina, 1 g 30 minutos antes de la operación, luego 1 g c/12 h x 24 h o clindamicina,


600 mg/lA. Luego 600 mg c/8 h x 24 h

lA. inducción anestésica; OU, dosis única. Continúa


64 □ Prim era parte - Generalidades - Síndromes clínicos

C uadro 6-4. Profilaxis antibiótica en procedimientos quirúrgicos. (Continuación).

vórugía dé cabeza^^^ •. -^Cr. !. ■

Tipo de cirugía ^ÁntiÍ3ÍótÍco ■



Amigdalectomía y adenoidectomfa Sin datos que avalen recomendación de profilaxis
Cinjgfa rinológica Cefazolina 2 g/lA DU
Cirugía que atraviesa la cavidad Cündamicina, 600 mg, más gentamicina, 1,5 mg/kg/IA. Luego clindamicina,
oral 0 cirugía n>ayor de cabeza 600 mg c/8 h, más gentamicina, 3 mg/kg x 24 h. o cefazolina. 2 g/IA.
y cuello Luego lg c / 8 h x 2 4 li

• ■•<eirúgía>):Gr^ácicV-: ;■ v. *''V- :;Vl ■


Tipo de cirugía Antibiótico v
Traumatismo de tórax con colocación Cefazolina, 1 g c/8 h x 24 h, o Clindamicina. 600 mg c/8 h x 24 h
de drenaje pleural o resección
pulmonar o cirugía dei mediastino

■■•rGirügíacái^^
Tipo dé cirügíá " Antibiótico
Cirugía cardíaca con colocación de Cefazolina, Ig/IA. Luego Ig c/8 h x 24 h. o vancomicina, 1 g IV
material protésico o no, o colocación 30 minutos antes del acto quirúrgico
de prótesis vasculares
Colocación de marcapasos definitivo Cefazolina, 1 g/IA DU, o vancomicina, 1 g IV 30 minutos antes
del acto quirúrgico

;• ^;Ñfiuroíit;ugra

■tip o
Craneotomía (que no atraviesa Cefazolina 1g/lA DU
la mucosa sinusal ni oral)
y laminectomía
Cirugía transesfenoidal o que Clindamicina, 600 mg/IA. Luego 600 mg c/8 h x 24 h. o cefazolina, 1 g/lA.
atraviesa la mucosa oral Luego. 1g c/8 h x 24, o vancomicina, 1 g IV 30 minutos antes del acto
0 sinusal quirúrgico

• jCirugíárabdominal

Esofagogastroduodenal, hígado, Cefazolina, Ig/IA DU, o Ampicilina, 2 g, más gentamicina,


páncreas y vías biliares 1,5 mg/kg/lA DU
Procedimiento endoscópico sobre Piperacilina, 4g. Luego, 4g c/8 h x 24 h
vía biliar obstruida
Intestino delgado, colon y recto Preparación mecánica previa más metronidazol. 500 mg, más gentamicina,
1,5 mg/kg/lA DU, o clindamicina más gentamicina lA DU
Apendicectomía o traumatismo Metronidazol, 500 mg, más gentamicina, 1.5 mg/kg/lA OU o cefoxitina,
penetrante del abdomen 2 g/IA DU. Si hay perforación o gangrena, continuar 3 a 5 días

Alergia a betalactámicos: clindamicina más gentamicina


lA, inducción anestésica: OU, dosis única.
1

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C apítulo 6 ' Profilaxis en infectología D 65
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áÉ É ttáiB iB
Inmunoprofilaxis
Gerardo E. Laube
Ornar J. Palmieri

La inmunoprofilaxis puede lograrse mediante respuesta inmunitaria similar a la de la infección


la inm unidad activa, a través de la aplicacióade natural, pero con poco o ningún riesgo para el
vacunas, o por la inm unidad pasiva, con la in­ receptor. A estos productos se los denomina va­
yección de sueros y gammaglobulinas. cunas y están constituidos por los antígenos
inmunizantes que pueden ser microorganismos
inactivados (muertos), vivos atenuados o super-
VACUNAS
atenuados, o sus partes constituyentes.
El objetivo principal de las vacunas es la erra­ El toxoide o anatoxina es una toxina bacteriana
dicación de las enfermedades infecciosas, las que modificada que ha perdido su toxicidad pero man­
pueden prevenirse a partir del desarrollo de una tiene la propiedad de inducir la formación de anti­
inmunidad activa. toxinas. Se denom ina toxoide a la sustancia
Las vacunas pueden aplicarse con un criterio inactivada por el calor y anatoxina cuando lo es
de protección individual, sobre toda persona sus­ por sustancias químicas como el formol o el fenol.
ceptible, o como acción epidemiológica dirigida A veces, estos antígenos son responsables de
a la comunidad, para evitar la diseminación de efectos de hipersensibilidad, tanto debido al lí­
determinadas enfermedades. quido de la suspensión del antígeno inmunizante,
Los mecanismos destinados al control de algu­ que puede ser sólo agua, o parte del sistema bio­
nas infecciones en la comunidad tienen por fina­ lógico en el que se produce la vacuna, como cal­
lidad: dos de cultivo, huevos embrionados, cultivos en
a) Utilizar a las personas inmunizadas como líneas celulares, o estabilizadores del antígeno
barreras que impidan la diseminación del agente que es necesario usar en ciertas ocasiones.
infeccioso. Los adyuvantes por lo común son compuestos
b) Erradicar los reservorios. de aluminio (hidróxido o fosfato) que se utilizan
c) Desplazar el agente patógeno por otro ino­ para aumentar la respuesta inmune del organis­
culo, con un efecto de vacunación indirecta. mo. Sus dos funciones principales son mantener
d) Vacunar a un grupo poblacional para prote­ el antígeno cerca del lugar de la aplicación y ac­
ger a los que se encuentran en situación de ma­ tivar las células presentadoras de antígeno, para
yor susceptibilidad. que éste sea bien procesado y haya una adecuada
producción de interleucina. Las vacunas que con­
La inmunización activa consiste en la adminis­ tienen adyuvantes deben inyectarse profunda­
tración de todo o parte de un microorganismo, o mente en la masa muscular y no por vía subcutá­
de una parle modificada de éste para producir una nea o intradérmica, porque pueden provocar irri-
68 O Prim era parte - Generalidades - Síndromes clínicos

C u ad ro 7-1. Vacunas actualmente disponibles. polisacáridos bacterianos, ya que sólo activan el


i. Vacunas bacterianas' sistema T independiente.
Vivas atenuadas: BCG, fiebre tifoidea oral, En la respuesta inmune también intervienen
colérica oral otros factores que suelen estar asociados con el
Inactivadas: pertussis. pertussis acelular, fiebre huésped, com o la edad, la constitución genética
tifoidea parenteral, leptospirosis y el estado de nutrición. Esta última representa
Toxoides: diftérico, tetánico una situación que influye particularmente en los
Polisacáridos: meningococo AC, meningococo W 135, casos de desnutrición grave ya que produce alte­
meningococo Y, neumococo raciones en la inmunidad celular, con la consi­
Polisacáridos conjugados: Haemophilus influenzae guiente disminución de la respuesta inmune.
tipo b (Hib), neumococo, meningococo C. Es muy importante no perder las oportunida­
meningococo A, C, Y y W-135 des de vacunación, así como evitar las falsas con­
Proteínas de membrana externa: meningococo B traindicaciones, tales como reacciones leves con
dosis previas de ciertas vacunas como difteria, té­
2; V acu n as vira le s
tanos, pertussis (DTP), afecciones benignas auto-
• Vivas afenuadas; sarampión, rubéola, parotiditis, limitadas (resfrío, catarro bronquial), alergias
potiomíelitis (Sabin) oral (OPV), fiebre amarilla, inespecíficas, antecedentes familiares de con­
varicela, rotavirus, fiebre hemorrégica argentina vulsiones relacionadas con alguna vacuna o en­
• Inactivadas: poliomielitis (Salk) inyectable (IPV), fermedad neurológica resuelta o con secuelas.
influenza, hepatitis A. rabia En todos los casos en que se interrumpe el e s­
• Recombinante: hepatitis 8 quema de vacunación es importante continuar con
• Subunidades virales: algunas vacunas contra las dosis fallantes, independientemente del tiem­
la influenza y las vacunas tetravalente y bivalente po transcurrido, ya que no se recomienda el rei­
contra el HPV nicio del mismo.
3.. V acu n as co m b in ad as Las vacunas pueden ser administradas por vía
• Doble bacteriana adultos (dT): difteria, tétanos oral (Sabin, fiebre tifoidea, rotavirus), intradér-
• Doble viral (SR): sarampión, rubéola mica (BCG), subcutánea (antivirales vivas ate­
• Triple viral (SRP): sarampión, rubéola; parotiditis nuadas) o intramuscular (cuádruple bacteriana,
• Triple bacteriana celular (DTP); y acelular (DTPá): antihepatitis, etc.). En este último caso, en los
difteria, tétanos, pertussis menores de 12 meses, las vacunas deben aplicar­
• Cuádruple baaeriana celular (DTP, Hib); y acelular se en la región anterolateral del muslo y en los
(DTPa, Hib): difteria, tétanos, pertussis, Hib mayores de un año en el deltoides.
• Ou/htup/e ce/u/ar (DTP, Hib, IPV); y ace/u/ar (DTPa, A los individuos que hayan recibido hasta dos
Hib, IPV): difteria, tétanos, pertussis, Hib, IPV m eses antes inmunoglobulinas o sangre se les
• Qufntuple celular (DTP Hib, HB): difteria, tétanos, debe diferir la aplicación de vacunas virales vi­
pertussis, Hib. hepatitis B vas atenuadas com o la triple viral y antivarice-
• Séxtuple ace/u/ar (DTPa, Hib, HB. IPV): difteria, losa, por la interferencia entre los anticuerpos
tétanos, Hib, hepatitis B, IPV administrados en forma pasiva y dichas vacunas.
• Hepatitis A hepatitis B Todas las vacunas deben respetar la cadena de
frío, desde el lugar de producción hasta el mo­
mento de su administración. El rango de tempe­
ratura oscila entre 0®C y 8®C, en un lugar habili­
tado únicamente para su conservación.
tación local, inflamación, formación de granu­ Los datos acerca de la seguridad de las vacunas
lomas o abscesos estériles. son evaluados durante su investigación y son parte
La conjugación de ciertas vacunas con una pro- de los requisitos para autorizar su comercialización.
teína transportadora permite una respuesta inmu­ El seguimiento luego de la vacunación requie­
ne del tipo T dependiente, particularmente en ni­ re de la farmacovigilancia, que permite detectar
ños, los que habiiualmente no responden a los las reacciones adversas y aquellos efectos que no
i
f
C apitulo 7 - Inmunoprofilaxis O 69
f
Cuadro 7-2. Calendario de vacunas obligatorias en la República Argentina (2009). c
<

t
Redén nacido Única 1* dosis
dosis (») (**) t
2 meses 1* dosis 1* dosis 2* dosis
4 meses 2* dosis 2" dosis 3* dosis <
6meses
12 meses
3* dosis 3* dosis
1* dosis 1* dosis
c
18 meses 4* dosis 4‘ dosis t
6 años refuerzo refuerzo 2* dosis
11 años refuerzo (***) «
16 años refuerzo
Cada 10 años refuerzo f
Puerperio o 1* dosis
posaborto i
inmediato

(1) BCG: antituberculosa, (*) antes del egreso de la Maternidad
(2) DTP'Hib: difteria, tétanos, pertussis, Haemophilus ir)fluenz3e tipo b <t
(3) DTP: difteria, tétanos, pertussis
(4) OPV: antipoliomieiítica oral (Sabin) t
(5) SRP; sarampión, rubéola, parotiditis
(6) dT: difteria, tétanos. Embarazadas: aplicar vacuna dT a partir del 2® trimestre de embarazo; 1*, 2* dosis de refuerzo
según corresponda y luego cada 10 años. En caso de no contar con vacuna dT, aplicar la antitetánica
f
(7) H8: hepatitis B. (**) Antes de las 12 h de vida. (*•*) A los 11 años, si no recibió et esquema indicado, se aplicarán 3 í-
dosis (0*30180). Además, está indicada en los miembros del equipo de salud, adolescentes y adultos
(8) HA: hepatitis A. Se aplicará al cumplir el año de edad, junto con la triple viral f
(9) SR: sarampión, rubéola. Se aplicará por única vez como parte de la estrategia general para la erradicación de la
rubéola congénita y mantener elevados títulos protectores de anticuerpos antisarampionosos X
Adenda: vacunas contra la fiebre amarilla y fiebre hemorrágica argentina, si residen o se trasladan a zonas de riesgo.
t .

fueron previstos en las etapas previas de control tos, como errores durante la aplicación, uso de c
solventes inapropiados, vía de aplicación equi­
y evaluación. Se define como efecto adverso al
episodio médico que se presenta después de la vocada, sobredosis y otras. c
administración de un fármaco. Los episodios que En el cuadro 7-1 se mencionan las vacunas ac­ t
se producen luego de la aplicación de las vacu­ tualmente disponibles.
nas en el marco de los programas de inmunizacio­ En el cuadro 7-2 se detallan las vacunas compren­ i
nes son denominados efectos adversos supuesta- didas en el Calendario Nacional de Vacunación
mente atribuibles a ¡a vacunación e inm uniza­ de la República Argentina, Ministerio de Salud t
ción. En este marco existen circunstancias que Pública, febrero de 2009.
deben comunicarse, com o los casos de linfa­ f
denitis por BCG, los abscesos en el sitio de la (
DESCRIPCIÓN DE LAS DISTINTAS
inyección, las muertes sospechadas de estar rela­
VACUNAS
cionadas con la inmunización, los casos que re­ (
quieran internación y que se sospechen de estar VACUNA BCG
asociadas con la vacunación, así como aquellas La tuberculosis aún es un problema sanitario (
situaciones que puedan desencadenar dichos efec­ de importancia en los países en vías de desarro-

l
70 G Prim era parte - Generalidades - Síndromes clínicos

lio. Esto hace que deban establecerse programas pese más de 2.000 g. La vía de aplicación es única­
de prevención, diagnóstico y tratamiento adecua­ mente intradérmica. Deben vacunarse hasta los 6
dos para todas aquellas comunidades que regis­ años de vida todos aquellos niños que no presenten
tren tasas de incidencia y prevalencia elevadas. cicatriz ni constancia de haber sido vacunados.
En este sentido, el diagnóstico temprano y el tra­ La vacunación induce una reacción tuberculí-
tamiento supervisado, junto con la vacuna BCG, nica posterior de un diámetro variable (3 a 20 mm)
representan la tríada fundamental para un ade­ cuyo tamaño depende de distintos factores, como
cuado control de la enfermedad. la edad al momento de la vacunación y la canti­
Desde las primeras semanas de vida, todo niño dad de bacilos atenuados, pero no predice el gra­
está expuesto, en grado variable, a entrar en con­ do de protección proporcionada.
tacto con enfermos bacilíferos, lo que constituye Si bien la vacuna BCG es muy segura, puede
un riesgo de infección. Entre los que se infectan, originar reacciones secundarias como la inflama­
aproximadamente un 10% puede enfermar du­ ción de los ganglios axilares y un nódulo dérmi­
rante los años posteriores, mientras que el resto co grande, con supuración prolongada, que per­
curará en forma espontánea. El riesgo de contraer manece varios meses y que en algunas ocasiones
la enfermedad más grave es mayor en los niños se debe a fallas técnicas. Es una lesión poco do-
pequeños; por lo tanto, es muy importante vacu­ lorosa y, salvo en los casos de sobreinfección, no
nar con BCG antes de que puedan ser infectados. requiere tratamiento. Las com plicaciones más
La inmunización con BCG tiene el propósito de graves incluyen la infección diseminada y la
provocar una infección controlada, por bacilos osteítis, las que pueden aparecer 1 a 12 meses
incapaces de producir lesiones progresivas en el luego de su administración.
ser humano, pero que tienen capacidad antigénica. Está contraindicada en casos de inmunodefi-
La vacuna BCG es una vacuna compuesta por ciencias graves, peso inferior a 2.000 g, enfer­
una suspensión de bacilos bovinos atenuados, la medades infecciosas y dermatosis generalizadas.
cepa Calmette y Guerin (BCG). Las diferentes Actualmente, tanto la OPS como la QMS acon­
subcepas de vacunas BCG deben su nombre al sejan su aplicación en hijos de mujeres sero-
laboratorio o lugar donde han sido cultivadas, positivas para el HIV. En estos niños, si bien es re­
como Danesa, Moreau, Glaxo, Pasteur y Tokio. comendable descartar la infección por HIV antes
La vacuna intradérmica debe contener no menos de su administración, se recomienda aplicarla in­
de 100.000 bacilos por cada 0,1 mL. mediatamente después del nacimiento en todos
En la actualidad se sabe que la capacidad para aquellos casos en que la madre fue sometida al tra­
inducir reacciones tuberculínicas posvacunales es tamiento de prevención de la transmisión vertical.
una característica de cada cepa y no se relaciona
en forma directa con el efecto protector. Se ha
VACUNA ANTI-HEPATITIS B (HB)
demostrado que la eficacia global de la vacuna
para menores de 5 años es del 73% y la protec­ La hepatitis B constituye un verdadero desa­
ción para las formas extrapulmonares alcanza del fío, debido a la gran cantidad de personas porta­
95% al 100%. doras que existen en todo el mundo con capaci­
En un principio el cultivo se realizaba en me­ dad de contagiar. Esta situación no sólo se pre­
dio líquido y así se la fraccionaba hasta su uso, senta en individuos de alto riesgo, com o en los
lo cual la hacía vulnerable a la acción del calor y adictos a drogas inyectables, los que tienen con­
la luz. Esta falta de estabilidad fue una de las tacto sexual con portadores crónicos o los indi­
causas de las disparidades en el efecto protector viduos con riesgo profesional, sino que también
observado en distintos estudios. La liofilización adquiere importancia la transmisión perinatal. En
ha re.suelto este inconveniente, ya que permite la actualidad se practican estrategias destinadas
controlar cada partida antes de ser utilizada. a controlar la infección por el virus de la hepati­
La vacuna se administra en una dosis única den­ tis B en lodos ios lactantes, así com o la detec­
tro de los primeros días de vida y antes del alta de ción del HBsAg en todas las embarazadas. En
la mateniidad, siempre y cuando el recién nacido este caso, el recién nacido debe recibir en forma
Capítulo 7 - Inmunoprofilaxis □ 71

inmediata la gam m aglob u lin a anti-hepatitis B y, suspensión de bacilos Bordetella pertussis muer­
en distinto sitio , la prim era d o sis de la vacuna. tos y el componente conjugado de Haem ophilus
D ebido a la dificultad d e proceder a la evalu a­ infuenzae tipo b.
ción rutinaria d e las em barazadas, y a que la v a ­ El toxoide tetánico inactivado con formol, debe
cuna es altam ente e fe c tiv a para evitar el co n ta ­ contener entre 5 y 30 Lf/dosis; el toxoide difté­
gio en los c a so s d e e x p o sic ió n perinatal, en la rico, entre 10 y 30 Lf/dosis y el de Bordetella
República A rgentina s e im p lem en tó, a partir de p ertu ssis una potencia de 4 U.l. y contener hasta
noviem bre de 2 0 0 0 , la vacunación obligatoria a 16 unidades de microorganismos muertos por
todos lo s recién nacid os antes de las 12 horas de cada dosis.
vida. L uego de esta primera d o sis s e aplicará la La incorporación del componente nnú-Haemo-
segunda a los 2 m ese s y la tercera a lo s 6 m eses. philus influenzoe tipo b (anti-Hib) se debe a que este
Además de cumplir con el esquem a del recién cocobacilo gramnegativo es el responsable de afec­
nacido, la vacuna está indicada a partir de los 11 ciones invasivas, como meningitis, neumonía o abs­
años de edad, así com o para todos los m iem bros del cesos, así como de procesos no invasivos como oti­
equipo de salud, con un esquem a de 0 , 1 y 6 m eses. tis y bronquitis. Actualmente, existen vacunas de­
Las diferentes vacunas disponibles en la Ar­ nominadas conjugadas que se caracterizan por
gentina son similares en las tasas de seroconver- tener una proteína transportadora o carrier uni­
sión que proporcionan, que varían entre el 90% da al polisacárido capsular. La gran ventaja de
y el 100%. A fin de evaluar si hubo respuesta a este tipo de vacunas es su inmunogenicidad én
la vacuna, dos meses después de la última dosis, menores de 2 años. Existen cuatro tipos de va­
se solicitará la determinación de anticuerpos anti- cunas que difieren en su com posición en el tipo
HBs; un título superior a 10 UI/L se considera de proteína transportadora (toxoide diftérico, mu-
protector. La duración de la inmunidad varía, tante CRM107 de la proteína de C orynehac-
pero diversos estudios demuestran que luego de terium diphtheriae, complejo proteico de la mem­
diez años de seguimiento todavía hay anticueipos brana externa de N eisseria m eningitidis del gru­
protectores en algunos individuos. Aunque estos po B o toxoide tetánico), todas las cuales pueden
anticuerpos no estén presentes, se ha comproba­ intercambiarse entre sí. Deben conservarse en la
do la existencia de una buena memoria inmu- heladera entre los 2*^C y 8°C.
nitaria en muchos vacunados que no tenían con­ La vacuna cuádruple se aplicará a partir de los
centraciones detectables de anti-HBs. Algunos 2 meses, con refuerzos a los 4, 6 y 18 meses. El
investigadores vinculan la falta de respuesta que componente anti-Hib se aplicará solamente has­
se observa en algunos individuos, con la existen­ ta los 5 años de edad, razón por la cual al ingreso
cia de factores genéticos que estarían asociados escolar de los 6 años se aplicará la vacuna triple
al sistema HLA, bacteriana. En los casos de interrupción del es­
Esta vacuna está elaborada con el antígeno de quema siempre debe completarse el misiao, in­
superficie de la hepatitis B (H BsA g) recom- dependientemente del tiempo transcurrido. En
binante adsorbido en hidróxido de aluminio. Debe este sentido debe recordarse que siempre se con­
conservarse en la heladera a temperaturas entre sideran los esquemas como dosis/vida, por lo que
los 2®C y 8®C. Las reacciones adversas comuni­ no deben reiniciarse en los casos en que se inte­
cadas son mínimas, principalmente de tipo local, rrumpan los mismos.
y raras veces cuadros febriles. Las contraindica­ La vacuna cuádruple se administra por vía in­
ciones son similares a las generales de todas las tramuscular, de preferencia en la región antero-
vacunas. Puede aplicarse en forma simultánea con lateral externa del muslo o en el brazo, en el
otras vacunas, pero en sitios diferentes. músculo deltoides.
Las molestias locales son infrecuentes y con­
sisten en dolor en el sitio de la inyección. Puede
VACUNA CUÁDRUPLE BACTERIANA (DTP-Hib)
producir fiebre y malestar genera!, que suelen
Esta vacuna está compuesta por los toxoides desaparecer dentro de las 48 horas. Se puede ad­
diftérico y tetánico superficiales purificados, una ministrar en forma simultánea con otras vacunas.
72 □ Prim era parte - Generalidades - Síndromes clínicos

a
VACUNAS ANTI-POLIOMIELÍTICAS producir rápida respuesta local y general, con
costos operativos no significativos. Las desven­
La poliomielitis es una enfermedad de distri­ tajas que se han comunicado son la posibilidad
bución universal, con mayor frecuencia de apa­ de mutación, los fracasos que se han producido
rición en los meses de verano, que en general en zonas tropicales por interferencia viral y la no
afecta a los niños. Las infecciones subclínicas son conveniencia de administrarla a pacientes con
muy frecuentes, hecho de gran importancia epide­ inmunodeficiencias.
miológica ya que indica la diseminación de la
enfermedad en una comunidad determinada.
VACUNA TRIPLE VIRAL (SRP)
A partir de la década de 1960 se introdujo la
vacuna Sabin, de administración oral, que pro­ Esta vacuna es una combinación de cepas vira­
dujo un descenso significativo de la enfermedad, les atenuadas de sarampión, rubéola y parotiditis
el que se mantiene en la actualidad. Sin embar­ que se presentan liofilizadas.
go, en los últimos años se siguen comunicando Las cepas para el sarampión y la parotiditis son
brotes en algunos países, particularmente de Áfri­ cultivadas en embrión de pollo, mientras que la
ca y Asia. Existen 2 tipos de vacunas: la vacuna de la rubéola es cultivada en células diploides
Sabin y la vacuna Salk. humanas. En la Argentina existen diversas vacu­
La vacuna Sabin (OPV) está elaborada con vi­ nas disponibles: para sarampión, las cepas utili­
rus vivos atenuados y su administración es oral. zadas son Schwartz o Edmonston-Zagreb, para • i
Estos virus provocan una infección en el aparato rubéola la cepa Wistar RA27/3 y para parotiditis
digestivo, con la consiguiente inducción de in­ las cepas Jeryl Lynn, Urabe AM9 y Rit 1485.
munidad. Se absorbe con rapidez, proceso que Deben conservarse en la heladera entre los 2®C
se favorece si no se ingieren alimentos dentro de y 8®C, no congelarse y preservarse de su exposi­
los 30 minutos luego de su aplicación. ción a la luz solar.
La vacuna tipo Salk (IPV), está elaborada con La inmunogenicidad es de aproximadamente
virus inactivados. Se administra por vía subcutá­ el 90% al 95%, con una eficacia superior al 95%.
nea o intramuscular, es inmunogénica y altamente El esquema de vacunación es a los 12 meses y
eficaz. Su indicación principal es para los niños al ingreso escolar de los 6 años. Deben vacunarse
con inmunodeficiencias, particularmente aquellos todos los adolescentes a partir de los 11 años que
pacientes infectados por el virus HIV, así como no tengan dos dosis previas aplicadas. En los ca­
para quienes convivan con individuos inmunode- sos de interrupción del esquema, debe comple­
ficientes a los que no se les aplicará la vacuna Sabin. tarse el mismo con la dosis faltante sin importar
Ambas vacunas deben conservarse a tempera­ el tiempo transcurrido desde la última dosis.
turas entre 2®C y 8°C. Esta vacuna se aplica en dosis de 0,5 mL, por
El esquema básico de administración para am­ vía subcutánea en la parte superior del brazo.
bas vacunas es su aplicación a los 2 ,4 y 6 meses Los efectos adversos se presentan en el 5% al
de vida, y refuerzos a los 18 meses y al ingreso 10% de los casos y son diferentes de acuerdo con
escolar de los 6 años. cada uno de los componentes; sarampión (fiebre,
Estas vacunas no suelen generar reacciones exantema, tos, conjuntivitis), rubéola (fiebre,
secundarias; no obstante se han descripto paráli­ exantema, linfadenitis) o parotiditis (tumefacción
sis luego de la administración de la cepa Sabin parotídea, fiebre).
oral (un caso cada 9 millones de dosis). Las contraindicaciones incluyen reacciones
Las ventajas de la vacuna Salk se basan en la alérgicas de tipo anafiláctico con las dosis pre­
imposibilidad de mutación y en su utilidad en vias, inmunodeficiencias graves o el embarazo.
pacientes inmunodeprimidos. Sus desventajas son Sin embargo, a pesar de no haberse comunicado
la ausencia de respuesta local intestinal y la apli­ casos de anomalías fetales atribuidas a la vacu­
cación parenteral. na, no se recomienda la administración de nin­
La vacuna de la cepa Sabin confiere inmuni­ guna vacuna atenuada en gestantes, ni dos meses
dad humoral e intestinal; es muy adecuada para antes de la posibilidad de embarazo. Pueden
Capitulo 7 - Inm unoprofilaxis □ 73

vacunarse los pacientes infectados por el HIV, Estas vacunas pueden administrarse en forma
con recuentos de linfocitos T CD4+ superiores al simultánea con otras vacunas, aunque deben apli­
15%. carse en sitios diferentes.

VACUNA ANTI-HEPATITIS A (HA) VACUNA TRIPLE BACTERIANA (DTP)

La hepatitis A es una enfermedad de distribu­ Esta vacuna está constituida por los toxoides
ción universal. Según los diferentes estudios diftérico y tetánico purificados, con una suspen­
epidemiológicos, existen áreas de endemicidad sión de bacilos Bordetella pertussis muertos, ad­
alta, media y baja, que se relacionan principal­ sorbidos en hidróxido o fosfato de aluminio. Debe
mente con la situación socioeconóm ica de cada conservarse en la heladera entre los 2®C y 8®C.
región geográfica. En efecto, la falta de un ma­ No debe congelarse porque precipita el adyuvante
nejo adecuado del agua potable y de las excretas con la consiguiente pérdida de potencia.
se asocia con los mayores índices de prevalencia En el Calendario Nacional de Vacunación de
de esta afección. La República Argentina se en­ la República Argentina (2007) está indicada su
cuentra entre las áreas de endemicidad alta, con aplicación sólo a los 6 años como refuerzo de la
lasas de prevalencia de anticuerpos anti-HAV del inmunización contra difteria, tétanos y pertussis
30% en menores de 5 años y superiores al 70% recibida hasta los 18 meses con la vacuna cuá­
en mayores de 15 años. Se considera que la gran druple (DTP Hib). Debe aplicarse en la región
mayoría de la población adulta posee anticuerpos anterolateral externa del muslo o en el brazo, en
protectores por haber padecido la enfermedad en el músculo deltoides.
forma clínica o subclínica Los efectos adversos más frecuentes incluyen
Las diferentes vacunas anti-hepatitis A son a dolor y tumefacción en el lugar de aplicación,
virus inactivados y se elaboran con las siguientes fiebre, llanto persistente e irritabilidad. Esporá­
cepas virales: HM 175, CR326, GBM y RG-SB. dicamente pueden presentarse com plicaciones
Todas deben conservarse entre los 2®C y 8®C y com o som nolencia, convulsiones, hipotonía,
no pueden congelarse ni exponerse a la luz. hiporreflexia, anafilaxia y encefalopatía. La pro­
La decisión para su indicación en una pobla­ babilidad de estas complicaciones, particularmen­
ción depende de las prioridades de ese país y del te presentes con la mayor edad, desaconseja su
costo-beneficio, que en general guardan relación administración en niños mayores de 7 años, por
con el estado sanitario de esa región. Esta vacu­ lo que a partir de esta edad se indica la vacuna
na ha demostrado su eficacia para el control de doble bacteriana.
brotes, por lo que está indicada en aquellas situa­ Debido al elevado número de complicaciones
ciones en la que es posible un brote epidémico relacionadas con la vacuna preparada con la sus­
como en el caso de inundaciones. pensión de bacilos Bordetella p ertussis muertos,
El esquema de estas vacunas es de dos dosis se han desarrollado vacunas acelulares (DTPa)
con intervalos de 6 a 12 meses, que se adminis­ que contienen sólo componentes antigénicos,
tran a partir de los 12 meses de vida. Si bien la com o la hemaglutinina filamentosa, la toxina
concentración de anticuerpos disminuye con el pertussis, la pertactina y las fimbrias. Los prepa­
tiempo, existen estudios que muestran que los rados comercialmente disponibles incluyen 2, 3
anticuerpos protectores persisten por más de 20 y 4 de estos componentes.
años, por lo que en la actualidad no está indica­ La vacuna triple acelular combinada para adul­
da la revacunación. Debido a las elevadas tasas tos (dTPa) está compuesta por los toxoides difté­
de seroconversión en personas inmunocompe- rico y tetánico y dos componentes acelulares de
tentes, no se requiere indicar estudios serológicos B. pertussis (hemaglutinina filamentosa y toxoide
posvacunación. pertussis). Este compuesto ha demostrado su efi­
Los efectos adversos incluyen dolor y eritema cacia y seguridad, por lo que puede ser utilizado
en el sitio de aplicación, así como malestar gene­ en caso de brotes, así como para refuerzos preex-
ral, en particular cefalea. posición. En este sentido, en algunos países se la
o
74 O P rim era parte - Generalidades - Síndrom es clínicos

recomienda como dosis de refuerzo única a par­ Las reacciones adversas corresponden a cada
tir de la adolescencia. También se está evaluan­ uno de sus contenidos, con una frecuencia del
do su indicación en embarazadas y en el posparto 5% al 10% y son para el componente antisaram­
inmediato. pión, fiebre, exantema, tos y conjuntivitis, y para
el de rubéola, fiebre, exantema y linfadenitis.
VACUNA DOBLE BACTERIANA ADULTOS (dT)
VACUNA ANTl-VARICELOSA
Es una asociación de los toxoides diftérico y
tetánico purificados y adsorbidos en hidróxido o El agente inmunizante es una cepa del virus
fosfato de aluminio. varicela-zoster (cepa OKA), aislada en Japón en
En el caso de los adolescentes que hayan reci­ el año 1970 y atenuada por el pasaje a través de
bido las 5 dosis de vacuna DPT, debe aplicarse cultivos de tejidos. Se ha establecido que luego
una dosis a los 16 años, y a partir de esta edad, de una dosis de vacuna aplicada a niños entre 1 y
cada 10 años. 12 años, la seroconversión es de aproximadamen­
Las embarazadas deben recibir esta vacuna te el 97%, con persistencia de los anticuerpos
como esquema básico a partir del 2® trimestre de durante más de 10 años.
la gestación. No deben vacunarse aquellas em­ La vacuna liofilizada debe almacenarse con­
barazadas que acrediten el esquema completo y gelada a -15°C. El diluyeme se guarda por sepa­
el tiempo transcurrido desde entonces sea inferior rado a temperatura ambiente o en heladera entre
a 10 años. Si este intervalo es superior a los 10 los 2°C y 8®C. Una vez que se reconstituye, debe
años deberá administrarse una dosis de refuerzo. aplicarse inmediatamente para evitar la pérdida
La vacunación muestra una eficacia superior de potencia.
al 95%, y alcanza el 100% para la prevención del Debido a la elevada seroconversión en la edad
tétanos neonatal. pediátrica, se aplica una dosis en niños entre 1 y
Los efectos adversos son leves e infrecuentes, 12 años; sin embargo, com o la seroconversión es
y consisten en dolor e induración en el sitio de menor a partir de esta edad, en mayores de 13
aplicación, así como fiebre moderada y malestar años deben administrarse dos dosis con 1 a 2
general. meses de intervalo.
Esta vacuna debe conservarse a una tempera­ La vacunación está recomendada para todas
tura entre 2®C y 8®C. No debe congelarse porque aquellas personas que residan en áreas de alta pre-
precipita el adyuvante con la consiguiente pérdi­ valencia. La vacuna es bien tolerada, aunque en
da de potencia. ocasiones pueden presentarse reacciones menores
como fiebre y un exantema papulovesiculoso leve.
Se han descripto casos de varicela en niños va­
VACUNA DOBLE VIRAL (S R )
cunados, pero en estas situaciones la enferme­
Es una suspensión liofilizada de una combina­ dad nunca ha sido grave y la cantidad de vesícu­
ción de cepas de virus vivos atenuados de saram­ las presentes ha sido significativamente menor a
pión (cepas Schwartz o Edmonston-Zagreb) y de las que se registran en las formas comunes. Puede
rubéola (cepa Wistar RA27/3). Deben vacunarse indicarse, por su acción de bloqueo, dentro de los
todas las mujeres susceptibles, que no tengan dos 3 días luego del contacto con un caso de varicela,
dosis previas, en el posparto o posaborto inme­ a fin de evitar la aparición de un brote, particular­
diato por única vez, antes del egreso de la mater­ mente en instituciones cerradas como escuelas.
nidad. Está contraindicada en personas con deterio­
La vacuna también está indicada para el con­ ro franco de la inmunidad. Sin embargo, las últi­
trol de foco, por su acción de bloqueo. En este mas recomendaciones indican que puede aplicar­
caso debe administrarse antes de los 3 días del se a qu ien es presenten in m u n od eficien cias
contacto. Se aplica en forma subcutánea en la humorales o a los niños con infección por HIV
parte superior del brazo. Esta vacuna debe con­ con cargas virales muy bajas y un recuento de
servarse a una temperatura entre 2^C y 8®C. linfocitos T CD4+ superior al 25%.
C apítulo 7 - Inmunoprofilaxis □ 75

En algunos países ya se dispone de una vacuna La vacuna puede indicarse a partir de los 6
tetravalente viral (sarampión, rubéola, parotiditis, meses de vida. El esquema es de dos dosis de
varicela) que está indicada para su aplicación en 0,25 mL, con un intervalo de un mes, por vía
niños de 1 a 6 años de edad. intramuscular. Para los adolescentes y adultos se
indica una dosis única de 0,5 mL. Se recomienda
la revacunación anual de acuerdo con la cepa pre­
VACUNA ANTl-HERPES ZOSTER
dominante en ese momento.
El herpes zoster es una erupción metamérica do- Esta vacuna está indicada en particular para ios
lorosa que afecta con mayor frecuencia a indivi­ individuos mayores de 65 años, y para todos aque­
duos mayores y a pacientes inmunocomprometidos. llos menores de esta edad que padezcan inmuno-
Es causada por la reactivación del virus varicela- deficiencias y enfermedades respiratorias cróni­
zosier. La complicación más frecuente del her­ cas. Los miembros del equipo de salud deberán
pes zoster es la neuralgia posheipética, a veces ser vacunados en forma anual ya que deben ac­
extremadamente dolorosa y que puede persistir tuar como barrera epidemiológica. También debe
durante semanas o meses. El tratamiento inmediato aplicarse a embarazadas en aquellas situaciones
con aciclovir, valaciclovir o famciclovir suele re­ que así lo requieran, y en particular cuando la fecha
ducir la gravedad y la duración del dolor, si bien probable de parto sea en los meses de invierno.
en algunas oportunidades deben indicarse anal­ Hay diversas presentaciones comerciales, las
gésicos mayores o antidepresivos tricíclicos. cuales incluyen una jeringa prellenada con una
La vacuna disponible en la actualidad es un dosis de 0,5 mL que debe conservarse entre los
preparado del virus varicela-zoster atenuado, cepa 2®C y 8®C. Las reacciones adversas son habitual-
OKA, similar a la utilizada en las vacunas anti­ mente leves como dolor y tumefacción en el sitio
varicela. Su potencia es mínima, varias veces in­ de la aplicación, mialgias, malestar general y fie­
ferior a la presente en las vacunas contra la vari­ bre. Las contraindicaciones incluyen afecciones
cela. Esta vacuna está recomendada para las per­ respiratorias agudas, antecedentes de reacciones
sonas mayores de 60 años y no tiene contraindi­ anafilácticas con las dosis previas, cuadros de
caciones. incluso en aquellos pacientes que re­ hipersensibilidad grave al huevo o a alguno de
fieren haber padecido previamente un herpes sus componentes.
zoster. No es necesaria la revacunación.
Está contraindicada en aquellos pacientes que
VACUNAS ANTI-NEUMOCÓCICAS
presentan afecciones con inmunocompromiso
grave, enfermedades oncohematológicas, sida y Se reconocen en la actualidad aproximadamen­
otras inmunodeficiencias. te 84 serotipos de neumococos que se diferen­
cian por la antigenicidad de sus polisacáridos
capsulares.
VACUNA ANTI-INFLUENZA
Existen dos tipos de vacunas antineumocócicas:
La gripe es una enfermedad febril aguda que una es la elaborada con polisacáridos capsulares
habitualmente es autolimitada. El tipo A es el res­ del neumococo y la otra es la conjugada.
ponsable de las grandes epidemias, mientras que La vacuna con polisacáridos, contiene 23 sero­
los tipos B y C producen brotes epidémicos más tipos que son responsables de casi el 90% de las
limitados y esporádicos. Los agentes inmunizantes infecciones invasivas producidas por este micro­
se preparan a partir de las cepas A o B, de acuerdo organismo.
con las circunstancias epidemiológicas del mo­ Debe conservarse a una temperatura entre los
mento y del área geográfica. En este sentido, es 2®C y 8®C. Esta vacuna está indicada en niños
habitual que la OMS recomiende a los laborato­ mayores de 2 años y adultos que estén en riesgo
rios fabricantes la composición de las vacunas, por de padecer afecciones invasivas graves por Strep^
lo que en algunas circunstancias se sugieren ce­ tococcus pneiim oniae, tales com o cardiopatías
pas diferentes para el hemisferio norte o el hemis­ congénitas, enfermedades pulmonares crónicas,
ferio sur. fístulas de LCR, anesplenia funcional o anató­
76 □ P rim era parte - Generalidades - Síndromes clínicos

mica, H lV/sída, enfermedades oncohem atoló- b) B ivalente BC. Preparada con proteínas de la
I-.1
gicas, síndrome nefrótico, trasplantes, diabetes e membrana externa del grupo B y polisacáridos
implante coclear. capsulares del grupo C.
Se aplica en dosis única de 0,5 mL por vía c) Polisacárida aníim eningocócica C conjuga-
intramuscular y es recomendable su administra­ da. Preparada con polisacáridos del grupo C con­
ción por lo menos dos semanas antes de situa­ jugados con la porción proteica del toxoide
ciones de inmunosupresión com o la esplenec- tetánico, absorbida con hidróxido de aluminio. vi
tomía, inicio de la terapéutica amineoplásica o d) Tetravalente A ,C ,Y y W -135. Preparada con 4?-
trasplante. La revacunación está indicada a los 3 polisacáridos de los serotipos mencionados con­ •VI
años de la primovacunación en el caso de aque­ jugados con toxoide diftérico.
llos niños que lo fueron antes de los 10 años de Estas vacunas están indicadas en brotes epidé­
edad y a los 5 años para mayores de esta edad. micos, y en las regiones endémicas, en aquellos
Para el caso de los mayores de 65 años, deberán individuos con factores de riesgo como anesple-
recibir una dosis de refuerzo a los 5 años. No se nia funcional o anatómica o deficiencias del com­
recomienda la revacunación para aquellos indi­ plemento.
viduos que padezcan afecciones com o enferme­ El componente A es eficaz a partir de los 6
dad pulmonar obstructiva crónica, cardiopatías, m eses de edad y el C a partir de los 2 años. Para
diabetes, alcoholismo o fístula de LCR. la vacuna BC se comprobó que su efectividad es
Los efectos adversos más comunes incluyen del 74% a partir de los 4 años de edad. La vacuna
dolor y eritema en el sitio de aplicación, y even­ antim eningocócica C conjugada es segura e
tualmente fiebre. Puede administrarse en forma inmunogénica a partir de los 2 meses de vida,
simultánea con otras vacunas, si son aplicadas con una seroconversión mayor al 98%.
en sitios diferentes. Los esquemas y dosis de estas vacunas son:
La vacuna conjugada, destinada a niños, utili­ Vacuna AC . Una dosis única, por vía intramus­
za la técnica de conjugar antígenos polisacáridos cular, a partir de los 2 años si el brote es por el
con proteínas denominadas transportadoras o grupo C y de los 6 meses si es por el grupo A.
carrier en forma covalente. Este tipo de vacuna Vacuna B C . Deben aplicarse 2 dosis por vía
ha demostrado buena inmunogenicidad y efica­ intramuscular con un intervalo de 2 meses.
cia protectora para aquellos serotipos incluidos Vacuna C p olisacárida conjugada, En los ni­
en la misma, para los lactantes mayores de 2 ños menores de 12 meses se aplicarán 3 dosis con
meses, particularmente para las enfermedades intervalos no menores de un mes a partir de los 2
invasivas como neumonía, meningitis y bacterie- meses; en niños mayores de 12 meses, adolescen­
mia. La vacuna conjugada heptavalente incluye tes y adultos, se administrará una dosis única.
los serotipos 4, 6B, 9V, 14, 18C, 19F, 23F que Los efectos adversos incluyen eritema y dolor
están conjugados con 20 pg de CRM^^. El es­ en el lugar de la inyección, fiebre y decaimiento.
quema de vacunación es a los 2 ,4 y 6 meses, con En el caso de la vacuna BC se han observado, si
i
un refuerzo entre los 15 y 18 meses de edad. bien en forma muy infrecuente, hipotonía o
hiporrespuesta y síndrome purpúrico con o sin
poliartritis.
VACUNAS ANTÍ-MENINGOCÓCICAS
Vacuna tetravalente A ,C ,Y y W-135: fue apro­
Existen vacunas con diferentes combinaciones bada en EE.UU. para su administración a partir
de cepas de N eisseria m eningitidis. Este micro­ de los 11 años y en Canadá a partir de los 2 años.
organismo puede desencadenar bacteriemias y Esta vacuna demostró una buena respuesta de los
meningitis, particularmente en niños, y en los me­ títulos de anticuerpos luego de la primera dosis,
ses fríos, aunque en ocasiones pueden desenca­ si bien existen diferencias relacionadas con las
denar brotes epidémicos. edades de los vacunados. Las recomendaciones
Las vacunas disponibles son: actuales para los niños mayores de 2 años inclu­
a) Bivalente AC . Compuesta por los polisacá­ yen a aquellos residentes en países en los cuales
ridos capsulares de los grupos A y C, la enfermedad meningocócica es hiperendémica,
C apítulo 7 - Inmunoprofiiaxis O 77

ios que padecen inmunodeficiencias y ios que ce o no hay certeza sobre su estado, frente a toda
presenten anesplenia anatómica o funcional. mordedura por especies silvestres y personal de la­
No se comunicaron efectos adversos significa­ boratorio accidentado con material contaminado.
tivos, por lo que se deberá evaluar la convenien­ Cuando se utiliza la vacuna de células Vero,
cia de su aplicación de acuerdo con la situación las dosis deben administrarse los días 0 , 3 ,7 ,1 4 ,
epidemiológica de cada región geográfica en par­ 28 y un refuerzo optativo a los 90 días. En los
ticular. casos de exposiciones graves las dosis se aplica­
Las contraindicaciones para estas vacunas son: rán los días O, 3, 7, 14 y 28. Inmediatamente an­
hipersensibilidad a alguno de los componentes, tes de la primera dosis de vacuna se aplicará por
procesos febriles agudos y, para el caso de la va­ única vez, en otro sitio, gammaglobulina hipe-
cuna BC, convulsiones o afecciones purpúricas. rinmune. También se recomienda toda vez que
En las poblaciones en que persistan las situa­ sea posible, administrar la mitad de la dosis por
ciones que justificaron el esquema inicial, se debe infiltración alrededor de la herida y el resto en
revacunar con las vacunas adecuadas. forma intramuscular, de preferencia en la región
glútea.
Si se utiliza la vacuna de tejido nervioso, fren­
VACUNA ANTI-RÁBICA
te a exposiciones leves el esquema es de l dosis
La rabia es una enfermedad viral del sistema diaria durante 7 días y 3 refuerzos los días 10,20
nervioso central que puede afectar a cualquier y 30 o 60. En las exposiciones graves se agrega
mamífero. El reservorio es animal, el que trans­ la gammaglobulina antirrábica en la forma ya
mite la afección a través de las mordeduras o la­ señalada. En los casos de interrupción del esque­
midas sobre las mucosas o heridas. Las vacunas ma antes de la 5* dosis, se debe reiniciar el m is­
antirrábicas de uso humano son inactivadas. Se mo desde la primera dosis.
emplean 2 tipos de vacunas: La vacuna de células Vero se administra por
a) Vacuna producida en células Vero, que es vía intramuscular, mientras que la de tejido ner­
una suspensión estabilizada y liofilizada de la vioso se aplica por vía subcutánea, ambas en la
cepa Wistar, Pitman-Moore, y que se mantiene región deltoidea.
estable durante 5 años a una temperatura de 2^C En aquellas situaciones en que se produzcan
a 8®C y durante 3 años a 37®C, por lo que mues­ nuevos accidentes dentro del año de finalizado el
tra ser muy útil para aquellas provincias con tem­ tratamiento previo, es recomendable realizar un
peraturas elevadas. estudio serológico o aplicar una dosis de refuerzo.
b) Vacuna de tejido nervioso, que utiliza el ce­ Con respecto a la inmunogenicidad, cuando se
rebro de ratón lactante de un día de vida. Esta aplica la vacuna de células Vero, a los 7 días ya
vacuna es trivalente y contiene 3 cepas de virus se detectan anticuerpos, y se alcanza el 100% de
rábico. Una de las cepas fue aislada originalmente seroconversión a las dos semanas. En el caso de
por Pasteur mientras que las otras dos lo fueron la vacuna de tejido nervioso, los anticuerpos apa­
por Fuenzalida de un perro y un humano con ra­ recen a los 10 días de su administración, pero
bia. Ésta, debe mantenerse refrigerada entre los recién se llega al nivel de seroconversión com ­
2°C y 8°C. pleta después de la 5* dosis.
La profilaxis preexposición está destinada a Los efectos adversos suelen ser poco impor­
aquellas personas con un riesgo elevado para tantes con la vacuna de células Vero. En cambio,
contraer la enfermedad, particularmente trabaja­ con la vacuna de tejido nervioso existe el riesgo,
dores de laboratorio que manipulan el virus, ve­ debido a la presencia de mielina, de estimular la
terinarios, cuidadores de animales, trabajadores formación de anticuerpos antimiclina que pue­
de áreas rurales con contacto eventual con ani­ dan desencadenar enfermedades graves. Estas
males silvestres y viajeros de turismo de aventu­ reacciones solían presentarse luego de la 10* do­
ra a regiones endemo-epidémicas. sis. En la actualidad existen procedimientos de
La profilaxis posexposición debe indicarse en purificación para eliminar los restos de mielina
exposiciones leves o graves si el animal desapare­ de la vacuna (ver también el capítulo Rabia).
■m
78 □ Prim era parte - Generalidades - Síndromes clínicos
'f

41 dosis de refuerzo cada 10 años.


VACUNA ANTI-FIEBRE TIFOIDEA
La vacuna está indicada en las poblaciones ru­
Existen dos vacunas para la prevención de esta rales de aquellas regiones endémicas de la enfer­
enfermedad: una oral atenuada y otra parenteral medad y en los viajeros hacia esas zonas en situa­
con poliscárido capsular Vi. ción de brote. Puede aplicarse a partir de los 12
En la vacuna oral, el agente inmunizante es meses de vida, sin bien en situaciones especiales
m
Salmonellct typhi atenuada, lacepaT y21a, que se puede administrarse desde los 9 meses. Está con­
presenta en cápsulas con cubierta entérica, las que traindicada en individuos inmunocomprometidos y
deben conservarse entre los 2®C y 8®C. embarazadas. Su aplicación es por vía subcutánea.
Está indicada para los viajeros a regiones en­ Los efectos adversos comunicados son pocos,
démicas y convivientes de portadores de Solmo- y en general son fiebre, mialgias y cefalea. En
neUa typhi. a partir de los 6 años. El esquema laclantes se produjeron algunos casos de encefa­
recomendado es de una cápsula por vía oral cada litis, razón por la cual no se la debe administrar a
48 horas, 4 dosis. Las cápsulas deben ingerirse este grupo etario.
con líquidos fríos antes de las comidas. El es­
quema de revacunación es cada 5 años en los ca­
VACUNA ANTI-COLÉRICA
sos de persistencia de las condiciones que deter­
minaron la vacunación primaria. Tiene una efica­ Está compuesta por bacterias vivas atenuadas,
cia de aproximadamente un 70%, con una dura­ cepa CVD 103 HgR, que deriva del biotipo Clásico
ción de la inmunidad de 3 a 5 años. Puede provo­ serotijx) Inaba 569B. Se presenta en 2 sobi^es, uno
car síntomas gastrointestinales y malestar gene­ con la vacuna liofilizada y el otro con sales de car­
ral. No debe administrarse a inmunodeprimidos y bonato y ácido ascórbico y se prepara con 100 mL
tampoco en forma concomitante con antimicro­ de agua fría. Debe conservarse entre 2°C y 8®C.
bianos, antipalúdicos o quimioterápicos. Puede indicarse a partir de los 2 años de edad y
La vacuna parenteral está compuesta por el una vez preparada debe ingerirse en forma inme­
pol isacárido capsular Vi purificado de Salmonella diata lejos de las comidas. La revacunación se reali­
typhi. Debe conservarse entre los 2®C y 8®C. Esta za entre los 6 meses y los 3 años en los casos de
vacuna está indicada a partir de los 2 años de edad persistencia de las condiciones que hayan justifica­
para quienes viajen a zonas endémicas, convi­ do la primovacunación. Entre los efectos adversos
vientes de portadores, trabajadores de laborato­ se comunican diarrea leve y molestias abdomina­
rio en contacto con la bacteria y para residentes les. La cloroquina y la mefloquina inhiben la cepa
en zonas de alta incidencia. CVD 103 HgR, por lo que se deben indicar con un
Se debe administrar en foima intramuscular, con intervalo no inferior a las 72 horas. Está con­
revacunación cada 2 años en aquellos casos en traindicada en los individuos inmunodeprimidos.
que persistan las condiciones de la primovacu-
nación. Su eficacia es de aproximadamente un
VACUNA ANTI-ROTAVIRUS
60%. Los efectos adversos consisten en eritema y
dolor en el sitio de aplicación, así com o manifes­ El rotavirus es una de las causas más impor­
taciones generales como cefalea y fiebre. Puede tantes de diarrea en la población infantil, con un
aplicarse en forma conjunta con otras vacunas. franco predominio en menores de 5 años. Se es­
tima que es responsable de aproximadamente 2
millones de internaciones y de 500.000 muertes
VACUNA ANTI-AMARÍLICA
por año. La infección ocurre en forma similar,
La vacuna contra la fiebre amarilla fue intro­ tanto en países desarrollados com o en aquellos
ducida en la década de 1930 y está elaborada con en vías de desarrollo, por lo que la mejoría de la
virus vivos atenuados de la cepa 17D. Provoca higiene ambiental no es suficiente para el con­
una seroconversión cercana al 95% a partir de trol de la afección. La vacunación trata de evitar
las dos semanas de su aplicación. En los casos las formas graves, con la consiguiente necesidad
en que sea necesario puede administrarse una de intemación, así como reducir la mortalidad.
C apítulo 7 - Inmunoprofilaxis □ 79

Actualmente existen dos vacunas: la vacuna medidas eficientes de prevención. En este senti­
monovalente G1 P l(8 ) humana y la humana-bo- do, ya desde principios del siglo XX el esfuerzo
vina pentavalente (G l, G2, G3. G4 y P l(8). Am­ se dirigió a la investigación de vacunas eficaces
bas son vacunas a virus atenuados, deben conser­ tanto para los animales como para el ser huma­
varse entre los 2®C y 8®C y se administran por la no. A partir de un brote epidémico que se produ­
vía oral, a partir de las 6 semanas de vida. El jo en Cuba en 1980, se estableció un programa
esquema de vacunación para la vacuna mono­ nacional de control que se puso en vigencia a
valente es de dos dosis con un intervalo de 2 me­ partir del año siguiente. A tal efecto, a partir de
ses, mientras que para la vacuna multivalente hu- 1994 se inició la investigación de una vacuna
mana-bovina es de tres dosis con intervalos de 4 a inactivada que incluyó los serovares conicola,
10 semanas. Es recomendable que el esquema sea copenhagi y m odzok con un gel de hidróxido de
completado no más allá de los 6 meses de vida y aluminio como adyuvante.
sin intercambio de las marcas comerciales. La efi­ La vacuna resultó ser segura para el control de
cacia de ambas vacunas es superior al 85% y llega la enfermedad, con una buena seroconversión, si
a evitar el 100% de casos graves, con una dismi­ bien algo inferior a la observada con otras cepas.
nución general de las internaciones por diaiTea. En la actualidad se lleva a cabo un plan piloto de
Estas vacunas están contraindicadas en casos vacunación en la Argentina, provincia de Entre Ríos
de inmunodeficiencia, así como en lactantes con a fm de evaluar su inmunogenicidad y eficacia.
alteraciones gastrointestinales. Hasta el momen­
to no se comunicó su asociación con invaginación
VACUNA ANTl-HPV
intestinal, como tampoco evidencias de mutación
a cepas virulentas. Pueden administrarse en for­ La infección por el papilomavirus humano (HPV)
ma conjunta con otras vacunas, incluso con la representa una de las principales causas de enfer­
antipoliomielítica oral, ya que se demostró que medades de transmisión sexual (ETS). Si bien en la
no se producen cambios en los títulos de anticuer­ mayoría de los casos la afección es asintomática y
pos alcanzados. autoUmitada, la infección persistente por serotipos
oncogénicos puede evolucionar hacia el carcinoma
del cuello uterino. Algunos serotipos de HPV tam­
VACUNA ANTI-FIEBRE HEMORRÁGICA
bién son responsables de verrugas genitales y de
ARGENTINA
neoplasias anogenitales. El método de Papani-
La fiebre hemonágica argentina es una enfer­ colaou es de suma utilidad para la detección de las
medad viral aguda cuyo agente etiológico es el lesiones precancerosas. Sin embargo, no siempre
vims Junín. La vacuna está elaborada con el virus se practica, por lo que este tipo de neoplasias está
Junín atenuado, cepa Candid#l, cultivado en cé­ ampliamente difundido, especialmente en las cla­
lulas diploides de pulmón fetal de mono Rhesus. ses socioeconómicas más vulnerables.
La misma demostró ser segura e inmunogénica Existen dos tipos de vacunas para el HPV:
y tiene una eficacia superior al 95%. La apari­ tetravalente (serotipos 6-11-16-18) y bivalente
ción de anticuerpos suele producirse a partir de (16-18). Los serotipos 16 y 18 son los responsa­
los 15 días luego de la vacunación. Su aplicación bles de aproximadamente el 70% de las displasias
está destinada a una población limitada. Está in­ de alto grado y de la mayoría de las lesiones
dicada para las personas entre los 15 y 65 años escamosas de alto grado. Ambas vacunas deben
de edad que sean residentes, trabajen o visiten administrarse con un esquema de 3 dosis en in­
las áreas endém icas. D ebe aplicarse por vía tervalos de l a 2 meses entre cada dosis. Si bien
intramuscular en dosis única de 0,5 mL. todavía está en discusión la edad ideal para la
vacunación, se considera que la misma debe in­
dicarse antes del inicio de las relaciones sexua­
VACUNA ANTI-LEPTOSPIROSIS
les, por lo que puede ser variable cuando se con­
La leptospirosis planteó desde hace muchos sideran distintas poblaciones. En los países que
años un verdadero desafío para el desarrollo de adoptaron estas vacunas, se determinó que sean
80 □ Prim era paríe - Generalidades - Síndromes clínicos

aplicadas entre los 10 y los 12 años. La vía de parotiditis), en l a 2 dosis según corresponda,
administración es IM. Los efectos adversos son deberá ser indicada a todo el personal de salud
en general leves y se asocian con dolor en el sitio susceptible. En este sentido es importante tener
de la administración. Debe tenerse en cuenta que en cuenta que se consideran inmunes a todos los
la vacunación no sustituye el examen rutinario adultos que hayan recibido 2 dosis de triple viral
para la detección del cáncer cervical. o 1 dosis de triple viral más l dosis de doble viral,
los que tengan inmunidad docum entada por
serología y los adultos mayores de 45 años.
VACUNAS PARA EL PERSONAL DESALUD
La vacuna antivaricelosa está indicada con un
La vacunación del personal de salud tiene por esquema de 2 dosis con un mes de intervalo en
objetivo provocar la protección individual de e s­ aquellos miembros del personal de salud que sean
tos trabajadores y evitar que los mismos puedan susceptibles. En aquellas situaciones dudosas y
eventualmente contagiar a los pacientes. Todos cuando no existe la posibilidad de efectuar la
los miembros del equipo de salud deben estar serología se debe indicar la vacuna.
protegidos con todas las vacunas obligatorias,
además de mantener permanentemente las nor­
SUERO S Y GAMMAGLOBULINAS
mas de bioseguridad. Deben tener completo el
esquema de la vacuna doble de adultos (dT), se La inmunización pasiva se suele lograr me­
aplicarán 3 dosis (O, 1 y 6 meses) o recibir los diante la administración de sueros hiperinmunes.
refuerzos cada 10 años en el caso de haber sido Habitualmente los anticuerpos se administran en
inmunizados durante la infancia. Actualmente se forma de sueros com pletos o luego del fraccio­
recomienda que todos los adultos, incluido el namiento de los m ism os, y se pueden obtener
personal de salud, reciban una dosis de refuerzo tanto de seres humanos com o de animales.
de la vacuna triple acelular para adultos (dTPa). El principal objetivo de la inmunización pasi­
La vacuna para la hepatitis B es obligatoria para va es el de brindar protección inmediata, parti­
todos los miembros del equipo de salud (ley N® cularmente la neutralización de toxinas o vene­
24.141). Se aplican tres dosis (0-1-6 meses). Es nos, así como para modificar el curso clínico de
efectiva y segura y tiene una eficacia superior al determinadas infecciones ya establecidas.
95%. Aproximadamente uno o dos meses luego Las principales diferencias que existen entre
de finalizado el esquem a debe realizarse la la inmunización activa y la inmunización pasiva
cuantifícación de los anticuerpos anti-HBs para se relacionan con la inmediata protección que
determinar la respuesta, la que se considera pro­ brindan las inmunoglobulinas, así como del tiem­
tectora con títulos superiores a 10 mUI/mL. En po relativamente breve de la misma. Esto se debe
el caso de ausencia de respuesta se debe revacunar a que en condiciones fisiológicas, la vida media
con tres dosis. Si nuevamente hay ausencia de de las inmunoglobulinas es de aproximadamente
respuesta, se lo considera no respondedor y ante 3 semanas. Por otra parte, tampoco inducen me­
un contacto con un fluido contaminado deberá moria inmunitaria, lo que explica que a medida
recibir gammaglobulina específica. que se produce su catabolismo, el individuo vuel­
Si bien las normas nacionales no establecen la ve a quedar susceptible. Al administrarse sueros
indicación rutinaria de la vacuna para la hepati­ de origen animal puede desencadenarse una res­
tis A, la misma debería administrarse a todos los puesta de hipersensibilidad que se manifiesta por
miembros del equipo de salud con serología anti- episodios de alergia. Prácticamente todas las
HAV negativa. inmunoglobulinas son del tipo IgG, y reflejan los
La vacuna antigripal tiene como finalidad redu­ antecedentes de las enfermedades padecidas y las
cir la posibilidad de transmisión de la enfermedad vacunaciones previas de los donantes.
a aquellos pacientes que tienen mayor riesgo de Es importante tener presente que cuando se
padecer complicaciones. La misma deberá apli­ administran inmunoglobulinas se deberá esperar
carse en forma anual durante los meses de otoño. un tiempo que habitualmente no es inferior a los
La vacuna triple viral (sarampión, rubéola. 3 meses, para la aplicación de vacunas, particu-
C apítulo 7 • Inmunoprofilaxis □ 81

larmcnte las compuestas por virus atenuados. ción correcta y que presenten heridas potencial-
Existen inm unoglobulinas polivalentes, así mente tetanígenas y aun para el tratamiento del
como IgM híperinmunes contra el tétanos, hepa­ tétanos.
titis B, rabia y Rh. También se dispone de sueros Las de administración IV también pueden di­
de origen animal para la rabia, difteria, botulis- vidirse en:
mo y contra algunos venenos de ofidios y ara­ • Polivalentes, indicadas para inmunodeficien-
ñas. Existen además inmunoglobulinas intrave­ cias primarias, secundarias y afecciones inmu-
nosas contra el citomegalovirus, varicela-zoster, nitarias, tales como la enfermedad de Kawasaki
virus sincitial respiratorio y hepatitis B. Además, y la púrpura trombocitopénica inmune. Su efica­
el advenimiento de las inmunoglobulinas intra­ cia es probable en el síndrome de Guillain-Barré
venosas, las que dem ostraron propiedades y el síndrome del shock tóxico estafilocócico.
inmunon-eguladoras, ha posibilitado su indicación • Hiperinmunes o específicas, que incluyen:
en ciertas enfermedades autoinmunes. a) Inmunoglobulina intravenosa anticitome-
Las inmunoglobulinas pueden clasificarse para galovirus, indicada para la prevención de las in­
su uso terapéutico de acuerdo con su vía de ad­ fecciones luego de trasplantes y en pacientes in­
ministración IM o IV. fectados con enfermedad aguda.
Las de administración IM pueden ser: b) Inmunoglobulina antivaricela-zoster, que se
• Polivalentes o inespecíficas; éstas contienen indica para la profilaxis en individuos que puedan
aniicueipos específicos en relación con los ante­ padecer formas graves de la enfermedad, especial­
cedentes infecciosos o de inmunizaciones previas mente recién nacidos e inmunocomprometidos.
de los donantes. Se utilizan en determinadas si­ c) Inmunoglobulina antivirus sincitial respira­
tuaciones clínicas particulares, como la profilaxis torio, que se administra para la profilaxis de in­
para el sarampión y la hepatitis A. Para que sean fecciones graves en lactantes en riesgo. Debe in­
eficaces, estas sustancias deben administrarse dicarse en dosis de 750 mg/kg en forma mensual
antes de los 15 días partir de la fecha de contac­ durante los 5 meses de la estación invernal. Tam­
to. Las últimas recomendaciones indican que para bién se encuentra d isp o n ib le en form a de
la profilaxis del sarampión y de la hepatitis A anticuerpos monoclonales (Palivizumab que
deben aplicarse las vacunas respectivas dentro los puede administrarse a los niños menores de 2 años
primeros días luego del contacto. con enfermedad pulmonar crónica y los recién
♦ Inmunoglobulinas hiperinmunes o esp»ecíficas, nacidos de menos de 32 semanas de gestación,
en las que se selecciona un grupo de donantes frente durante los meses de invierno.
a antígenos concretos, que se adquirieron en fonma d) Inmunoglobulina intravenosa antihepatitis B,
natural o mediante vacunaciones. La inmunoglo- cuyo uso está indicado para la prevención de la
bulina antihepatitis B logra anticuerpos anti-HBs reinfección por el virus en individuos sometidos
durante aproximadamente 60 días. Está indicada a trasplantes hepáticos.
para la profilaxis posexposición, así como en re­ Las inmunoglobulinas homólogas están indi­
cién nacidos de madres HBsAg positivas. cadas tanto para la profilaxis pasiva, como la
La inmunoglobulina antirrábica se indica a in­ antitetánica, antihepatitis B, antirrábica, así como
dividuos expuestos que no han sido vacunados, para el tratamiento de enfermedades como el té­
asociada con la profilaxis activa que se aplicará tanos y la fiebre hemorrágica argentina. En este
en otro sitio. último caso se utiliza el plasma inmune obtenido
La inmunoglobulina antitetánica se indica para de pacientes que curaron de esta enfermedad (ver
aquellos individuos sin antecedentes de vacuna­ el capítulo Fiebre hemorrágica argentina).

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8
Sepsis
Ornar J. Palmieri

rias que actúan en un organismo, con paso de ellas


DEFINICIONES
desde focos necróticos infectados a la sangre, a
Durante mucho tiempo se han utilizado los tér­ través del sistema circulatorio, lo que, en conse­
minos sepsis, septicemia, síndrome séptico, bac- cuencia, origina metástasis sépticas y manifes­
teriemia, septicopiohemia y otros para denomi­ taciones clínicas generales”.
nar al estado clínico que acompaña la presencia Se denomina septicopiohemia a la septicemia
de gérmenes (habitualmente bacterias) en la san­ con metástasis purulentas.
gre. Con posterioridad, se supo que ciertos esta­ Otros autores propusieron las denominaciones
dos de respuesta a noxas no infecciosas podían bacteriem ia transitoria, bacteriem ia interm iten­
acom pañarse co n un sín d rom e c lín ic o no te y bacteriem ia continua.
distinguible del producido por la agresión La bacteriemia transitoria es la que acompaña
microbiana. con frecuencia la remoción de abscesos o tejidos
En 1992 un comité de consenso del American infectados, o es inducida por hechos fisiológicos
College o f Chest Physician y de la Society of como masticar. El cateterismo de las vías urina­
Critica! Care Medicine (ACCP/SCCM) estable­ rias, los procedimientos endoscópicos y las extrac­
ció las definiciones unifícadoras que figuran en ciones dentales con frecuencia producen bacte­
el cuadro 8-1. La enunciación de las definicio­ riemia transitoria. El peligro de este estado depende
nes de la ACCP/SCCM permitió aunar criterios de los microorganismos causantes y de la presen­
y establecer de mejor manera el estadio evoluti­ cia o ausencia de enfermedad subyacente. Puede
vo de los pacientes ingresados en las unidades ser totalmente asintomática o producir fiebre, es­
de cuidados críticos. Se comenzaron a hacer es­ calofríos e hipotensión; si bien tiende a la cura­
tudios epidemiológicos que evidenciaron la pro­ ción espontánea, ésta no siempre se produce.
gresión clínica de los pacientes con SRIS a sepsis, La bacteriemia transitoria por Staphylococcus
sepsis grave y shock séptico, con los cuales se aureus puede llevar al desarrollo de abscesos
demostró que éstos eran estadios evolutivos de metastáticos en riñones o huesos. La producida
la respuesta inflamatoria a la infección. por Streptococcus viridans, resultado de extrac­
Estas definiciones están vigentes en la actua­ ciones o manipulaciones dentarias, en general no
lidad. A pesar de ello, se hará una breve revisión tiene repercusión, salvo en el caso de pacientes
a las denominaciones clásicas. con cardiopatía valvular, aneurismas, conducto
El término septicem ia -propuesto por Piorry arterioso permeable u otras cardiopatías congé-
en 1874- etimológicamente quiere decir “podre­ nitas o adquiridas, en quienes puede llevar a
dumbre en la sangre”. Schottmüller define la endarteritis o endocarditis bacteriana. Aunque la
sepsis como “la infección por diferentes bacte­ bacteriemia transitoria por lo general no tiene
84 D Primera parte - Generalidades - Síndromes clínicos

C uad ro 8-1. Definiciones de! comité de consenso de! American College of Chest Physician y la Societyof
Critica! Care Medicine (ACCP/SCCM).

Fenómeno mlcrobtclógico caracterizado por la respuesta inflamatoria a la presencia de microorganismos o


a la invasión de ios tejidos del huésped por parte de éstos.

Presencia de bacterias en la sangre.

Se entiende como tal a la respuesta inflamatoria sistémica desencadenada ante una variedad de situaciones clínicas
graves, de etiología infecciosa o no, que se define por la presencia de 2 o más de las siguientes condiciones:
Temperatura mayor de 38^ C o menor de 36^ C
FrecueiKia cardiaca de más de 90 latidos/minuto.
Frecuencia respiratoria mayor a 20 respiraciones/minuto o PaC02 menor de 32 mm Hg.
Recuento de leucocitos m avor dp 12 000/mm ^ n m onnr río á n n n /m m i r\ la nroconrii, Ha mác ria! Í/JO/.

Se la define como la sepsis asociada a disfunción orgánica, hipoperfusión o hipotensión arterial.


La hipoperfusión puede evidenciarse por acidosis láctica, oliguria o alteración del sensorio (si bien no se limita
a estos trastornos).

r
Es la persistencia de hipotensión inducida por la sepsis, a pesar del tratamiento adecuado, y asociada con
hipoperfusión periférica Oos pacientes que reciben fármacos inotrópicos o vasopresores pueden no estar hipotensos
en el momento en que se objetiva el déficit de perfusión).

consecuencias, el conocim iento de las even ­ Los abscesos obstruidos en forma intermitente,
tualidades señaladas hace aconsejable la instau­ com o en las vías urinarias o biliares, también
ración de tratamiento profiláctico con antimi­ pueden ser causa de bacteriemia intermitente. La
crobianos inmediatamente antes y 24 a 48 horas elevación de la temperatura y el escalofrío son
después del procedimiento que puede generarla. característicos de esta entidad.
La bactcriem ia interm itente es el pasaje recu­ La bacteriem ia continua se caracteriza porque
rrente de bacterias a la sangre, debido a lo cual todos los hemocultivos son positivos. Las infec­
los hemocuUivos seriados son positivos en for­ ciones intravasculares, como la endocarditis bac­
ma intermitente. Es una característica de los abs­ teriana, la tromboflebitis séptica y la endarieritis
cesos y de algunas infecciones, como la bruce- infecciosa son causas frecuentes. Ciertas infec­
losis. En los abscesos perirrectales o prostáticos ciones, com o la fiebre tifoidea, la brucelosis, el
puede producirse bacteriemia después del tacto carbunco y otras, también pueden producirla. Por
rectal o ia defecación. Los pacientes con absce­ lo tanto, el concepto de bacteriemia continua pue­
sos perirrenales pueden tenerla tras la palpación de superponerse a la denominación de septice­
de la zona o el traumatismo del flanco afectado. mia.
V
i
C apítulo 8 - Sepsis □ 85
i
diveiticulitis {E. coli y otras enterobacterias). (
e t io l o g ía
Algunos datos epidem iológicos, como el tra­
(
C om o ya se m en cion ó, la sep sis s e d efin e com o bajo rural o el consumo de lácteos no industria­
la p r e s e n c ia d e una r e sp u e s ta in fla m a to r ia lizados, harán pensar en Brucella como agente (
sistém ica asociad a con una e tio lo g ía in fe c c io sa , etiológico; el antecedente de haber residido en
sea ésta bacteriana, parasitaria, viral o m icótica. áreas endémicas de estrongiloidosis (sobre todo i
Por la frecuencia con que este cuadro se pro­ en pacientes inmunodeprimidos o con corticote-
duce en los pacientes hospitalizados, la sepsis se rapia prolongada) obliga a descartar enfermedad i
considera fundamentalmente un problema noso­ diseminada por S. stercoralis y, en consecuen­
t
comial y, sobre todo, de los pacientes en estado cia, bacteriemia por E. coli. El trabajo rural en el
crítico (unidades de terapia intensiva, unidades nordeste argentino o en regiones determinadas de l
de neonatología, servicios de quemados, pacien­ Paraguay, Brasil, Venezuela y Colombia puede
tes que cursan posoperatorios prolongados, etc.). inducir la sospecha de enfermedad diseminada i
Sin embargo, el cuadro no se limita a esta pobla­ por P. hrasiliensis, mientras que ciertas tareas
ción restringida, sino que también se presenta en rurales o recreativas la generarán sobre fiebre
i
el medio extrahospitalario, donde existen infini­
dad de situaciones que generan la aparición de
hemorrágica argentina, enfennedad por hanta- i
virus, leptospirosis y otras infecciones.
sepsis en la comunidad. Por consiguiente, para Sin embargo, es el resultado del laboratorio el (
establecer la etiología de la sepsis se requiere de único dato que permite establecer la etiología
análisis bacteriológicos y clínico-epidem iológi- definitiva en los casos de sepsis, sea por técnicas (
cos exhaustivos. serológicas o, preferentemente, mediante el ais­
<
En los pacientes hospitalizados, los proce­ lamiento microbiológico. El hemocultivo es fun­
dimientos invasivos (asistencia respiratoria me­ damental para el diagnóstico, cuya realización c
cánica, catéteres venosos centrales, catéteres arte­ sistemática en pacientes en los que se sospecha
riales, sondeo vesical, procedimientos quirúr­ infección da como resultado alrededor de un 15% i
gicos) obliga a considerar los gérmenes intra- de resultados positivos. El 50% de los hemocul-
hospitalarios (5. aureus, P. aeruginosa, Acineío- tivos positivos clínicamente valorables, obteni­ i
hacter sp, enterobacterias, E nterococcus sp) y dos en un hospital general, corresponden a pa­
i
la sensibilidad a los antim icrobianos de los cientes que adquirieron la infección en la comu­
microorganismos aislados en los distintos centros
de internación: S. aureus resistente a la meticilina,
nidad. c
bacilos gramnegativos no fermentadores con sen­
EPIDEMIOLOGÍA
c
sibilidad restringida a pocos antibióticos, ente­
robacterias productoras de betalactamasas de es­ Los estudios epidemiológicos permitieron esta­ c
pectro amplio y Enterococcus sp resistente a la blecer factores de riesgo asociados con el desa­ (
vancomicina. rrollo de SRIS, que se resumen en el cuadro 8-2.
La existencia de detenninados factores de ries­ Se logró reconocer así que la probabilidad de (
go (catéteres venosos, reemplazos valvulares, pro­ que un paciente desarrolle disfunción de órganos
cedimientos de cirugía abdominal) también obli­ o muerte crece con el estadio evolutivo y con el (
ga a considerar la presencia de Candida sp y, en el número de criterios de SRIS que reúne.
caso de procedimientos invasivos cardiovascu­ Por lo tanto, el reconocimiento temprano del
i
lares, de Staphylococcus coagulasa negativos. SRIS es de importancia vital para adoptar con­ (
En la sepsis de la comunidad deben tenerse en ductas terapéuticas adecuadas y precoces.
cuenta, como factores de riesgo, la adicción a dro­ í
gas de uso intravenoso (5. aureus, Candida sp), la
PATOGENIA
enfermedad por HIV (M. tuberculosis, complejo
M kl.Salm onella sp, C. neoformans, S. stercoralis,
H. capsulatum) y la existencia de antecedentes de
La sepsis se caracteriza por la respuesta des­
medida del huésped ante la presencia de microor­
t
infecciones urinarias, biliares, apendicitis y ganismos. «

>(

((
86 □ Prim era parte - Generalidades - Síndromes clínicos

C uad ro 8-2. Factores de riesgo asociados con el desarrollo de SRIS.

Páci'efitui fiospitdlizddos on áreas generalf’^ Pacientes hospitalizados en tér/ifáib intónsivá


Mayores de 70 años Asistencia respiratoria durante más de 5 días
Darto crónico de órganos (hígado, riftón) Disfunción de órganos
Cateterismo vesical prolongado Grandes quemados
Alteraciones dei estado de conciencia Infección intrahospitalaria previa
Neutropenia Uso de corticosteroides
Presencia de hemocultivos positivos Traumatismo múltiple
Lesiones cutáneas extensas Inmunosupresión
Coma

Esta presencia determina la liberación de pro­ sucede, se produce el síndrome de respuesta infla­
ductos microbianos, que al actuar sobre las célu­ matoria sistémica.
las del organismo (m acrófagos, polimorfonu- A nivel molecular los productos bacterianos in-
cleares y linfocitos) favorecen la liberación de teractúan con las células del sistema inmune, con lo
citocinas. Éstas regulan la respuesta inflamatoria que generan su activación y el incremento ulterior
a nivel vascular y central, por lo que provocan de la síntesis de citocinas. Su interacción con re­
fiebre, vasodilatación periférica, redistribución ceptores específicos a nivel de los vasos determina
circulatoria y activación del sistema inmune. la relajación del músculo liso vascular, con aumen­
Entre los microorganismos capaces de provo­ to de la capacitancia del lecho distal e hipotensión.
car esta respuesta inflamatoria sistémica, las bac­ En respuesta a estos cambios se secretan ami­
terias son los más comunes, aunque también hon­ nas vasoactivas, que al aumentar la frecuencia
gos, micobacterias, parásitos y virus pueden des­ cardíaca y el volumen sistólico completan el cua­
encadenar el síndrome de respuesta inflamatoria dro hemodinámico de la sepsis, caracterizado por
sistémica. la presencia de resistencias vasculares periféricas
Entre los productos bacterianos que determi­ disminuidas con volumen minuto cardíaco alto.
nan la evolución de la infección hacia la sepsis y Si el proceso avanza, los mecanismos compensa­
a su expresión más grave, el shock séptico, se torios se toman insuficientes, aparece hipotensión
encuentran el lipopolisacárido de la pared de las arterial con hipoperfusión tisular, generación de
bacterias gramnegativas y la exotoxina del shock ácido láctico por metabolismo anaerobio y falla
tóxico de los estreptococos y estafilococos. orgánica. Esta última se manifiesta por oliguria,
La secuencia de activación del sistema inmune encefalopatía, alteraciones del hepatograma y tras­
es compleja.y todavía no se conoce por com ple­ tornos de la coagulación. Por último, la suma de
to. La estimulación de los macrófagos residentes estas fallas individuales constituye el síndrome de
en el tejido conectivo es responsable, en princi­ falla multiorgánica.
pio, de comenzar la cascada de la inflamación Las alteraciones hemodinámicas se expresan
que se encarga de delimitar el proceso infeccio­ con taquicardia e hipotensión; el volumen minu­
so. Estas células liberan citocinas -interleucina to cardíaco suele ser alto, com o en un intento de
1 (IL -1), interleucina 6 (IL-6) y factor de necrosis mantener la perfusión tisular con resistencias
tumoral (TNF)~, metabolitos del ácido araqui- vasculares periféricas muy disminuidas. La pre-
dónico y radicales libres del oxígeno, que al ac­ carga del ventrículo izquierdo en general es baja,
tuar sobre el endotelio vascular y los polimor- com o expresión de la redistribución del espacio
fonucleares circulantes favorecen la adhesión de intravascular a expensas de la vasoplejía y el au­
éstos a la pared de los vasos sanguíneos y la pos­ mento de la permeabilidad capilar.
terior migración al tejido conectivo. Normalmen­ En algunos individuos las toxinas bacterianas
te esta respuesta es limitada, beneficiosa para el y las propias cito cin a s producen depresión
huésped y no se generaliza; pero si esto último miocárdica, con bajo volumen sistólico y precar-
C apitulo 8 - Sepsis Q 87

oa ventrícular alta. En general son ancianos o da del gasto cardíaco. También suele haber fenó­
pacientes con enfermedades concurrentes. Este menos trombóticos o hemorrágicos .secundarios
es un hallazgo de pésimo pronóstico. a coagulación intrávascular diseminada.

anatomía patológica MANIFESTACIONES CLINICAS

La sepsis es un proceso generalizado, que en El cuadro clínico de la sepsis puede ser suma­
mayor o menor medida puede afectar todos los mente polimorfo, en función del fenómeno que
órganos. le dio origen. En consecuencia, las m anifes­
Las lesiones anatómicas pueden ser primarias taciones iniciales dependerán en muchos casos
o secundarias. Como lesiones primarias se en­ del órgano blanco primario, pero en muchos otros
tienden las que dan origen al proceso séptico; por (pacientes añosos o en asistencia respiratoria me­
ejemplo, infiltrados pulmonares constituidos cánica, en coma, posquirúrgicos, etc.) los signos
por neutrófílos, con exudación y bacterias en la clínicos pueden ser mucho más sutiles; es necesa­
neumonía o colecciones purulentas, como en ios rio el monitoreo periódico en busca de SRIS y
abscesos o las metástasis infecciosas a distancia. disfunción orgánica, lo cual posibilitará contar con
De estas lesiones en general puede recuperarse un diagnóstico precoz y tratamiento inmediato.
el agente causal. Las lesiones secundarias son Al inicio los pacientes tienen alguno de los
producidas por mecanismos desencadenados por parámetros que definen h. respuesta inflamatoria
el proceso séptico y mediados por la acción inmu- sistémica. Es común la presentación con fiebre y
nitaria, con com prom iso endotelial marcado. escalofríos, que suele anunciar la existencia de
También pueden depender de alteraciones hemo- bacteriemia.
dinámicas por hipoperfusión o ser secundarias a Con independencia del sitio de origen, la evo­
coagulación intravascular diseminada. lución hacia la hipotensión y, por último, al shock
En el pulmón estas lesiones se manifiestan refractario es la regla en los casos en los que no
como exudados proteináceos con infiltración se instituye el tratamiento adecuado.
polimorfonuclear en parches y proliferación in­ Son frecuentes los trastornos de la conciencia
tersticial, lo que en clínica se traduce como le­ (desorientación, excitación o estupor) más co­
sión pulmonar con déficit de la hematosis, que munes en los pacientes añosos.
puede ser tan grave como para llevar al distrés La piel está fría y con livideces que evidencian
respiratorio del adulto. la hipoperfusión tisular. El aumento de la permea­
El tubo digestivo es asiento frecuente de lesio­ bilidad capilar favorece la aparición de edemas
nes, entre las cuales las más comunes son gastri­ generalizados.
tis hemorrágica, úlceras por estrés y la atrofia La aparición en la piel de petequias y manchas
vellositaria. equimóticas revela los trastornos de la coagu­
En el hígado se observa esteatosis, que de lación. Sea el aparato respiratorio el origen del
acuerdo con la gravedad del proceso es de mayor cuadro séptico o no, se mostrará como órgano de
o menor cuantía, la que en estadios avanzados choque, con distintos grados de daño pulmonar
puede determinar la falla orgánica. secundario. Éste puede llevar al síndrome de
En la piel, al igual que en los otros órganos, se distrés respiratorio agudo del adulto, con la conse­
observa daño endotelial que determina lesiones cuente falla respiratoria e hipoxemia, y necesi­
isquémicas, con alteraciones de la microvas- dad frecuente de asistencia respiratoria mecáni­
culatura. ca.
El compromiso del riñón en principio es rever­ Los cambios fisiopatológicos y hemodinámicos
sible y secundario a los cambios hemodinámicos descriptos, se evidencian por la aparición de fa­
profundos. Cuando éstos persisten, se constituye lla hemodinámica, con taquicardia, tendencia a
la necrosis tubular aguda. la hipotensión, y caída de la presión capilar pul­
En estadios finales el compromiso isquémico monar y de la resistencia periférica. Al inicio este
del miocardio se traduce clínicamente com o caí­ estado se puede corregir con fármacos inotrópicos
88 □ Prim era parte - Generalidades • Síndromes clínicos

y expansores (coloides y cristaloides), pero en En el paciente séptico se producen múltiples,


etapas avanzadas no hay respuesta ai tratamien­ complejos y no bien estudiados trastornos endo­
to. crinos. El cuadro más frecuente es el de insufi­
Durante el cuadro séptico el corazón ingresa ciencia suprarrenal, que contribuye a la hipoten­
en un proceso de pérdida de la distensibiiidad, se sión basal y, en ocasiones, obliga a administrar
torna rígido y se observan dificultades en el ma­ corticosteroides en dosis supletorias.
nejo de los volúmenes vasculares. Las enérgicas Merece mención especial la sepsis en los pa­
expansiones con líquidos y este comportamiento cientes hipotiroideos, clásicamente hipotérmi-
del miocardio incrementan el riesgo de aparición cos, en los cuales la administración de hormona
de edema agudo de pulmón cardiogénico, difícil tiroidea junto con el tratamiento específico es
de diferenciar del síndrome de distrés respirato­ vital.
rio agudo del adulto. A pesar de esta dificultad, Los trastornos hemáticos que produce la sepsis
se necesita el diagnóstico de certeza, dado que son sumamente variados. Al inicio es posible
los enfoques terapéuticos y el pronóstico son dis­ evidenciar un aumento del fibrinógeno y de las
tintos. plaquetas como reactantes de fase aguda. Más
El hígado es otro órgano de choque en el mar­ tarde la evolución es hacia la plaquetopenia. Pue­
co de! daño sistém ico. En la medida en que el de observarse prolongación de los tiempos de
cuadro séptico progresa, se producen grados va­ coagulación, de protrombina y KPTT.
riables de daño hepático que pueden terminar con Son frecuentes los fenómenos de coagulación
la claudicación de la función del órgano. Al ini­ intravascular diseminada, con aumento de los
cio es común el aumento de las transaminasas y productos de degradación del fibrinógeno y del
la fosfatasa alcalina, la caída de la albúmina sérica dímero D, y caída de la antitrombina IIL
y, más larde, la elevación progresiva de la bili- También es común observar distintos grados
rrubina. de depresión medular con pancitopenia.
La hipoperfusión periférica, propia de la res­ Los trastornos descriptos pueden tener distin­
puesta inflamatoria sistémica, la utilización de tos grados de significación clínica; en algunas
medicación vasopresora y algún grado de daño ocasiones son sólo datos de laboratorio, pero en
directo sobre el riñón llevan a la aparición de in­ otras producen trastornos hemorragíparos carac­
suficiencia renal aguda. El primer dato clínico terizados por la aparición de petequias, equimo­
observable es la oliguria, que al principio respon­ sis, sangrado en los sitios de punción y del tubo
de bien a la administración de líquidos, dado que digestivo, y, con poca frecuencia, hemorragia
es consecuencia de la caída de la presión de lle­ alveolar pulmonar, gingival y del sistema nervio­
nado ventricular izquierdo. Ulteriormente se pro­ so central.
duce elevación progresiva de la urea y de la Los pacientes con sepsis tienen como deno­
creatinina, lo que evidencia la falla renal. minador común, con independencia del microor­
En ocasiones el cuadro clínico plantea la nece­ ganismo causal, la apertura de comunicaciones
sidad de diálisis, para eliminar metabolitos orgá­ vasculares, con disminución simultánea de la re­
nicos y corregir la acidosis metabólica. Otras sistencia vascular periférica sistémica total (RP),
veces se requiere hemofiltración, para regular el menor utilización periférica de 0^ e incremento
exceso de agua corporal. del volumen minuto cardíaco o gasto cardíaco
La hipotensión, que por lo general integra el (VM). La consecuencia es una tendencia marca­
cuadro, muchas veces impide la conexión del da a la acidosis láctica y a la hipotensión arterial.
paciente al aparato de hemodiálisis, por lo que
en algunos casos puede efectuarse hemofiltración
DIAGNÓSTICO
arteriovenosa continua.
La hipoperfusión tisularen principio, y secun­ El diagnóstico de sepsis requiere un gran índi­
dariamente la falla renal, llevan al paciente sép­ ce de sospecha, y un monitoreo cuidadoso y ex­
tico a un cuadro de acidosis metabólica, con re­ haustivo de las variables fisiológicas básicas, así
tención de aniones orgánicos y lactacidemia. como de las funciones orgánicas, para de esta
Capítulo 8 - Sepsis O 89

Cuadro 8-3. Sepsis intrahospitalaria.

igifoMgPnW

Piel y partes blandas S. aureus MR. Secundariamente, Vancomicina o teicopianina


Celulitis en sitios de bacilos gramnegativos intrahospitalarios, incluso con imipenem, meropenem
catéteres o cirugías P. aeruginosa y Adnetobacter sp 0 ceftazidima, o sin ellos
limpias
Abdomen Enterobacterias. anaerobios intestinales, bacilos Ticarcilína-ácído clavulánico,
Poscirugía gramnegativos íntrahospitalarios incluso 0 piperacilina-tazobactam, o
P. aeruginosa y Adnetobacter sp. enterococos, imipenem (adicionar anfoterícina B
Candida sp si se sospecha candidiasis)

Pulmonar 5. aureus MR. Bacilos gramnegativos Vancomicina o teicopianina más


Neumonía asociada Intrahospitalarios incluso P. aeruginosa imipenem. meropenem o ceftazidima
con el respirador y Adnetobacter sp (si se comprobara la presencia
de empiema pleural, debe drenarse)

Sistema nervioso S: aureus MR. Secundariamente, bacilos Vancomicina o teicopianina más


Meningitis o colecciones gramnegativos íntrahospitalarios incluso imipenem. meropenem o ceftazidima
intracraneanas P. aeruginosa y.4c/neíoí>acíersp
posneurocirugía
Cardiovascular 5. aureus MR. estafilococos coagulase negativos, Vancomicina o teicopianina con o sin
Endocarditis protésica enterococos. Secundariamente, bacilos rífampicina más imipenem, meropenem
gramnegativos íntrahospitalarios incluso 0 ceftazidima (adicionar anfoterícina B
P. aeruginosa y Adnetoi:>dcter sp. Candida sp si se sospecha candidiasis)

Mediastinitis 5. aureus MR, estafilococos coagulasa Vancomicina o teicopianina más


postoracotomía negativos, enterococos. Secundariamente, imipenem, meropenem o ceftazidima
bacilos gramnegativos Íntrahospitalarios incluso
P. aeruginosa y Adnetobacter sp
Infección urinaria E. coíi, Proteus sp. Bacilos gramnegativos Ciprofloxacina o ceftriaxona o
Pielonefritis íntrahospitalarios incluso P. aeruginosa y ceftazidima o imipenem
Adnetobacter $p. estafilococos coagulasa
negativos
Catéteres S. aureus MR, estafilococos coagulasa Vancomicina o teicopianina más
negativos, enterococos. Secundariamente, imipenem, meropenem o ceftazidima
bacilos gramnegativos Íntrahospitalarios incluso (si se sospechan bacilos
P. aeruginosa y/\c/nefo¿>acíersp. Candida sp gramnegativos). Debe removerse
el catéter, o hacer tratamiento
intracatéter. si no fuera posible
retirarlo (adicionar anfoterícina B
sí se sospecha candidiasis)


i
90 O Prim era parte - Generalidades - Síndromes clínicos

Cuadro 8-4. Sepsis extrahospitalaria.


;EtÍplÓgtá;pOSÍblt ,:r / Ésquerna4éfapéUtj^ V'!

Piel y partes blandas 5. aureus meticilino senable. Cefazolina con aminoglucósidos


Celulitis y piodermitis Streptococcus sp 0 sin ellos
Gangrena gaseosa C perfringens Penicilina en altas dosis
Sistema nervioso N. meningitidis, S. pneumoniae. Ceftriaxona o cefotaxima (puede
Meningitis H. influenzae (en población pediátrica) adicionarse vancomicina en áreas
de endemia de neumococo resistente
a penicilina)
L monocytogenes. (en ancianos, Ampicilina o cotrimoxazol
embarazadas, inmunodeprimidos.
alcohólicos, etc.)
Odontógeno Flora mixta (cocos grampositivos. Ampiciiina-sulbactam o amoxicilina-ácido
aerobios y anaerobios) clavulánico o penicilina en altas dosis más
metronidazol o clindamicina
Pulmonar S. pneumoniae, K. pneumoniae. Ceftriaxona o cefotaxima más macrólidos
Neumonía grave Chiamydia sp. Legionella sp (en áreas (se prefiere claritromicina por permitir
de la comunidad endémicas), H. influenzae y M. catarrhalis la administración IV) o levofloxacina
(en EPOC y fumadores)
Cardiovascular 5. vlridans y otros estreptococos, Penicilina o ampicilina o cefazolina más
Endocarditis 5. aureus (en ADIV*) aminoglucósidos (utilizar ampicilina si se
sospecha infección por enterococos)
Infección urinaria E. coli, Proteus sp, estafilococos Ciprofloxacina o ceftriaxona o
Pielonefritis coagulasa negativos. amoxicilina-ácido clavulánico
Perinefritis S. aureus meticilino sensible. Cefazolina
Ginecológico N. gonorrhoeae, Chiamydia trachomatis. Ceftriaxona o ciprofloxacina más
Enfermedad pelviana enterobacterias. estreptococos. metronidazol o clindamicina; ampiciiina-
inflamatoria Bacteroides sp sulbactam más doxiciclina
Aborto séptico o luego Bacteroides sp, Prevotella sp. Ampiciiina-sulbactam o piperacilind-
de maniobras estreptococos, enterobacterias. tazobactam o ceftriaxona más
ginecológicas C perfringens metronidazol o clindamicina
Gastrointestinal E. col! enteroinvasiva, Salmonelia sp. Cefotaxima o ceftriaxonao ciprofloxacina
Diarreas Shigella sp (deben descartarse además,
amebiasis y otras parasltosis)
Fiebre tifoidea y otras Salmonelia sp Cefotaxima o ceftriaxona o ciprofloxacina
salmonelosis 0 cotrimoxazol
Perforación de viscera Enterobacterias. anaerobios intestinales, Ampiciiina-sulbactam o ceftriaxona más
hueca enterococos, Candida sp metronidazol o piperacilina-tazobactam o
ampicilina más gentamidna más
metronidazol (adicionar anfotericina B
si se sospecha candidiasis)
Vía biliar Enterobacterias. anaerobios, enterococos Ampiciiina-sulbactam o piperacilina-
Colecistitis y colangitis tazobactam 0 ampicilina más gentamicina
más metronidazol
C apítulo 8 ‘ Sepsis □ 91

forma efectuar el diagnóstico temprano de SRIS ejemplo, grandes quemados, pancreatitis aguda,
y disfunción orgánica. embolia pulmonar, síndrome de distrés respira­
Diagnosticado el SRIS, es necesario estable­ torio agudo de! adulto de causa no infecciosa,
cer si se debe a una noxa microbiana o no, para politraumatismos y otras. Muchas de las entida­
lo cual los datos clínicos y epidem iológicos son des mencionadas son clínicamente indistinguibles
de importancia vital. de la sepsis, por lo que la sospecha clínica tem­
El diagnóstico de sepsis sólo podrá formularse prana y la toma de cultivos adecuados es funda­
con la demostración del agente etiológico que mental para el diagnóstico.
desencadena el síndrome. En algunos casos se recomienda el seguimien­
Para efectuar el diagnóstico microbiológico de­ to con cultivos de control (de biopsias de piel en
ben tomarse las muestras correctas de acuerdo grandes quemados, hemocultivos en pancreatitis
con la presunción clínica. Se realizarán hemocul- aguda, etc.).
livos y urocultivos, y ulteriormente cultivos de
todos los materiales sospechosos: líquido cefa­
TRATAMIENTO
lorraquídeo si se sospechara meningitis, material
de piel si se observaran lesiones sugestivas de El tratamiento antimicrobiano dependerá de la
algún proceso específico, materia fecal en casos etiología sospechada. En los casos de sepsis
de presunción de enfermedades gastrointestinales intrahospitalaria (cuadro 8-3) el esquema pres-
invasoras y muestras provenientes del aparato cripto deberá contemplar la flora de la instiiu-
respiratorio (esputo o material obtenido por fibro- ción (habitualmente bacilos gramnegativos y S.
broncoscopia) si se sospechara neumonía. aureus resistentes a la meticilina).
Siempre deben buscarse colecciones que pue­ La sepsis poscirugía abdominal se trata en for­
dan drenarse y cultivar ese material. ma empírica, pero hay que tener en cuenta que
En cuanto a los hemocultivos, se realizarán por E n tero co ccu s y C andida sp son los posibles
lo menos tres y un máximo de seis, para gérme­ microorganismos de selección si hubo antibio-
nes aerobios y anaerobios. En medios líquidos ticoterapia previa.
adecuados se siembra 1 mL de sangre por cada Siempre deben buscarse colecciones purulentas
10 mL de caldo de cultivo. Las muestras deben y, en caso de que existan, hay que proceder a su
obtenerse de distintas venas en procedimientos drenaje.
separados por algún intervalo de tiempo, de acuer­ En los cuadros de sepsis extrahospitalaria la
do con la gravedad o la urgencia del caso. Si no confección correcta de la historia clínica permi­
es posible obtener sangre venosa, se recurrirá a tirá iniciar una terapéutica empírica adecuada
la sangre arterial. También es posible hacer cul­ (cuadro 8-4).
tivos de médula ósea por punción de la espina Como norma general, todos los esquemas de
ih'aca posterosuperior. antimicrobianos se adecuarán al resultado de los
Se tendrán en cuenta como causa de este síndro­
me, además de las bacterias, hongos, parásitos y
virus. Para investigar estas etiologías se recurri­
rá a las técnicas adecuadas según la sospecha clí­ Cuadro 8-5. Tratamiento antimicrobiano empírico
nica. inicial de acuerdo con el foco, la situación epidemio-
En todos los casos el diagnóstico etiológico es lógica y la etiología posible.
de una importancia fundamental, dado que per­ 1. Los esquemas antibióticos sugeridos se deben adecuar
mite efectuar una terapéutica dirigida y hacer un a las características epidemiológicas de la flora
pronóstico cieno. de la institución.
2. El tratamiento iniciado en forma empírica se modifica
DIAGNÓSTICO DIFERENCIAL para adecuarlo a los aislamientos obtenidos.

El diagnóstico diferencial de la sepsis debe in­ 3. Al comienzo del tratamiento la vía de administración
cluir todas las causas de SRIS no infecciosas; por debe ser Intravenosa.
92 □ Prim era parte - Generalidades - Síndromes clínicos

exámenes microbiológicos en forma temprana» a 20 latitíos/min durante las primeras 48 horas se


fin de disminuir los cosios de la internación y asocia con buen pronóstico.
evitar la presión de selección que ejercen los anti­ Presión arterial. Es posible monitorearla con
bióticos de amplio espectro sobre la flora intra- métodos no invasivos convencionales o median­
hospitalaria (cuadro 8-5). Una vez desencadena­ te la inserción de un catéter arterial, que permita
da la respuesta inflamatoria, el pronóstico del pa­ mediciones continuas y precisas aun en los pa­
ciente también depende del mantenimiento de las cientes hipotensos o con bajo gasto cardíaco.
funciones vitales dentro de los parámetros desea­ El mantenimiento de la presión arterial es en sí
bles. un objetivo del tratamiento de la sepsis; hay que
Es menester evitar la disfunción de órganos y mantener valores de TA sistólica mayores de
mantener los parámetros vitales dentro de los 90 mm Hg o TA media de más de 60 mm Hg.
valores enunciados más adelante. Para ello se Función cardíaca. En realidad no es una va­
procede a la reanimación con líquidos (coloides riable monitoreada con frecuencia, pero durante
y cristaloides) y fármacos vasoactivos (dopamina, el shock séptico puede observarse disminución
dobutamina, adrenalina, metaraminol, noradre- de la fracción de eyección con volumen sistólico
nalina, etc.). En muchos casos la asistencia res­ conservado. Los pacientes que evolucionan de
piratoria mecánica temprana disminuye el traba­ modo favorable, durante los primeros cinco días
jo respiratorio. de shock séptico sufren una dilatación aguda del
Estos pacientes deben recibir una alimentación ventrículo izquierdo que no se presenta en los
apropiada, dado que el SRIS produce en ellos un pacientes con mala evolución.
estado hipercatabólico. Es necesario mantener el M onitoreo hem odinám ico invasivo. Se efec­
equilibrio hídrico y electrolítico, como también, túa mediante la inserción de un catéter de Swan-
en ciertas circunstancias, corregir la acidosis me- Ganz en la arteria pulmonar, a través de una vena
tabólica con bicarbonato. central. Esto permite medir la presión capilar
Se ha intentado la remoción de mediadores de pulmonar (PCP), la presión venosa central (PVC),
la inflamación, con hemoflltración arteriovenosa las presiones pulmonares, el volumen minuto
continua, y su neutralización con anticuerpos anti- (VM) e inferir el estado de las resistencias vascu­
TNF y antiinterleucinas. En pacientes con menin- lares periférica y pulmonar.
gococemia también se utilizó el óxido nítrico y Es deseable mantener en estos pacientes una
la plasmaféresis. En ninguno de los casos los re­ PCP mayor de 10 y menor de 18 mm Hg, un ín­
sultados fueron concluyentes. dice cardíaco (L/min.m-) mayor de 4,5 y un índi­
ce de resistencias vasculares sistémicas (Dinas,
seg/cm^m^ mayor de 1.200.
MONITOREO
M onitoreo de variables relacionadas con la
En los pacientes sépticos con SRIS, el moni- oxigenación y la perfusión tisular. Las altera­
toreo de los parámetros hemodinámlcos es de ciones hemodinámicas producidas en los pacien­
vital importancia, dado que gran parte del tra­ tes con sepsis tienen como consecuencia hipo-
tamiento inespecífico de la sepsis consistirá en perfusión e hipoxia tisular. Por lo tanto, los nive­
mantenerlos dentro de determinados valores idea­ les arteriales de lactato demuestran este déficit
les. Estos parámetros pueden medirse por distin­ de perfusión. Valores mínimamente alterados (en­
tos métodos que se enumerarán a continuación: tre 2,2 y 3 mmolA-) se asocian con incremento
de la mortalidad. Su medición seriada también
Frecuencia cardíaca. Casi lodos los pacientes es útil, ya que se ha demostrado que los pacien­
con sepsis tienen elevación de la frecuencia car­ tes que pueden revertir la acidosis láctica son los
díaca como consecuencia de la descarga adre- que tienen probabilidad de sobrevivir.
nérgica propia del padecimiento. Su monitoreo tie­ La entrega tisular de oxígeno (DO^) es función
ne importancia para el diagnóstico y constituye del producto entre el índico cardíaco (IC) y el
uno de los indicadores de SRIS. Se ha demostra­ contenido arterial de oxígeno (C a O j). El consu­
do que el descenso de la frecuencia cardíaca en mo de oxígeno (VOj) se calcula conociendo el
Capítulo 8 - Sepsis □ 93
i
< '
C aO „ el contenido venoso de oxígeno (CvOj) y
el IC' Todos estos valores pueden calcularse con
tantes son el factor de necrosis tumoral (T N F ), el
factor activador de plaquetas (P A F ), y las
t '
relativa exactitud por medio del catéter de Swan- interleucinas IL - IB , IL-6, IL-8 e IL-10.
Ganz, utilizando una técnica de termodilución, y Distintos grupos de trabajo trataron de demos­
conociendo la concentración plasmática de la he­ trar la correlación de los valores plasmáticos de t
moglobina y de los gases arteriales y venosos estas citocinas y del lipopolisacárido capsular de
mixtos (estos últimos se obtienen de la sangre de bacterias gramnegativas con la evolución del cua­ (
la arteria pulmonar). dro séptico. De las citocinas mencionadas, sólo I
Se ha demostrado que los pacientes que al­ de la IL-6 se demostró valor para predecir por sí
canzan valores de IC mayores de 4,5 L/min, sola mortalidad, si bien su determinación no es i
DO, mayor de 600 mL/min/m- y VO, mayor de de uso habitual en la práctica clínica.
170'mL/min/m^ tienen mayores probabilidades t
de sobrevivir, por lo que estas variables no sólo
COMPUCACIONES (
son parle del monitoreo sino que además su con­
trol es un objetivo terapéutico. La complicación más temible es la falla multi- (
Otro método útil para el monitoreo de la perfu­ orgánica, definida por la claudicación de dos o
sión es la medición del pH intramucoso gástrico más parénquimas (pulmón, riñón, hígado, mio­ t
(pHi). Resultados menores de 7,32 fueron alta­ cardio, cerebro) o trastornos de la coagulación.
mente predictores de mortalidad (50% a 60% al Como se mencionó antes, los pacientes además %■
ingreso, 70% a 90% a las 24 horas), en tanto que pueden desarrollar en forma independiente sín­
la reversión de esta medida a valores mayores de drome de distrés respiratorio agudo del adulto o
c
7,35 redujo la mortalidad al 35%. En pacientes insuficiencia renal con necrosis tubular aguda.
con alto riesgo las caídas del pHi permiten pre­
decir -c o n horas de anticipación- la alteración €
PRONÓSTICO
de la perfusión tisular, el aumento del lactato y
las alteraciones hemodinámicas. El pronóstico del paciente con sepsis depende
M onitoreo de citocínas. Varias citocinas se de distintas variables. Son más vulnerables y la
encuentran íntimamente relacionadas con los me­ mortalidad es más alta en ancianos, neonatos,
canismos patogénicos de la sepsis, las más impor­ desnutridos e inmunodeprimidos.

Cuadro 8-6. Sepsis en hospederos especiales. t


>^tiÍ3Ídgt^íWs|Me-:- ♦
Peritonitis bacteriana £ coli, otras enterobacterias Ceftriaxona o ciprofloxacina
espontánea S. pneumoni$e Ceftriaxona o cefotaxima

Bacteriemia en adictos a 5. aureus meticilino sensible, estreptococos, Cefazoiina más aminoglucósidos


drogas de uso intravenoso bacilos gramnegativos (infrecuente). (adicionar anfotericina 8 si se
(descartar endocarditis) Candida sp (en heroinómanos) sospecha candidiasis)

Paciente neutropénico Cocos gran^positivos extrahospitalarios. Cefazoiina o ceftriaxona o cefotaxima,


febril sin foco evidente secundaríannente bacilos gramnegativos más aminoglucósidos
¡
(sin hospitalización previa)
(con hospitalización previa) Ceftazidima o piperacilina •
Bacilos gramnegativos intrahospitalarios (incluso
Pseudomonas aeniginosa y Acinetobacter sp), tazobactam o imipenem más
(t
cocos grampositivos (en segundo lugar). amikacina (adicionar terapéutica
Hongos (Candida sp, Aspergillus sp), herpesvirus. antimicótica o antiviral según
citomegalovirus corresponda). *
í

V*

I
94 □ P rim era parte - Generalidades - Síndromes clínicos

Los pacientes neuiropénicos (sea por procesos sonal médico y paramédico, antes y después del
malignos, quimioterapia oncológica o trasplante contacto con cualquier paciente. Su costo es bajo
de médula ósea) son más susceptibles a las infec­ y en distintos estudios epidem iológicos se ha
ciones por bacilos gramnegativos (cuadro 8-6); demostrado que es una medida altamente efec­
en ellos el episodio febril es una urgencia in- tiva, aunque de muy difícil aceptación por parle
fectológica en la que debe instituirse con rapi­ del personal de la salud.
dez un esquema empírico, debido a la elevada De acuerdo con las características de los pa­
mortalidad asociada con cada uno de estos epi­ cientes tratados, pueden indicarse medidas de
sodios. aislamiento. Con aquellos en quienes se sospe­
En los enfermos alcohólicos y los sometidos a chan enfermedades transmisibles por la vía aé­
diálisis en forma crónica hay un déficit en la mi­ rea se pueden tomar medidas de “aislamiento res­
gración de los macrófagos, por lo que su capa­ piratorio'* (habitación individual, filtros de aire,
cidad de respuesta a la infección es menor que utilización de barbijos por todos los visitantes a
en la población normal y ello ensombrece el pro­ la sala, etc.). Es creciente el número de notifica­
nóstico de vida. ciones de epidemias nosocom iales de tubercu­
Los pacientes esplenectomizados o con anes- losis en pacientes no aislados debidamente. Hay
plenia funcional se encuentran en riesgo elevado que tener en cuenta las epidemias nosocomiales
de padecer infecciones graves por gérm enes de tuberculosis multirresistente.
capsulados (5. pneum oniae, H. influenzae, N. L os pacientes portadores de enferm edades
m eningiíidis) que pueden adquirir una gravedad transmisibles por contacto pueden requerir “aisla­
inusitada. miento de contacto” (utilización de camisolín y
Ciertos factores del microorganismo -v ir u ­ guantes descartables, además del lavado de ma­
lencia e inóculo- también condicionan la grave­ nos para todo el personal que entre en contacto
dad del cuadro séptico. Las bacteriemias por físico con el enfermo). La bibliografía interna­
Pseudom onas sp o Staphylococcus aureus habi­ cional abunda en datos de epidemias transmiti­
tualmente se asocian con mayor mortalidad que das por esta vía, sobre todo en unidades cenadas
las producidas por otros microorganismos. (neonatológicas, terapia intensiva y centros quirúr­
Con independencia de la virulencia propia del gicos).
microorganismo, la sensibilidad restringida a los Debe disminuirse el tiempo de estadía del pa­
antibióticos, que a menudo exhiben las bacterias ciente en el medio hospitalario, así como el tiem­
nosocomiales, introduce un factor de gravedad po de permanencia de los medios de diagnóstico y
dado lo limitado del arsenal terapéutico y la po­ tratamiento invasivos (sondas vesicales, catéteres
sibilid ad de utilizar inicialm en te esquem as -venosos, arteriales o de Swan-Ganz-, o la per­
antibióticos erróneos. manencia en asistencia respiratoria mecánica).
Por último, el estadio evolutivo del fenómeno Es imprescindible el cuidado estricto de las
de respuesta inflamatoria sistémica también es tubuladuras de infusión venosa, la utilización del
fundamental para el pronóstico. menor número posible de conectores y llaves de
tres vías, así como el recambio periódico de és­
tas, además del aseo, desinfección o esteriliza­
PROFILAXIS
ción (o ambos procedimientos) de los instrumen­
Se han utilizado diversas medidas para dism i­ tos médicos de diagnóstico y tratamiento (fibro-
nuir la incidencia de sepsis en el medio hospi­ broncoscopios, respiradores, y sus tubuladuras,
talario. Muchas de ellas han sido discutidas» por material quirúrgico y otros). Existen comunica­
los altos costos que generan y por la producción ciones de epidemias nosocom iales de infeccio­
de efectos colaterales, com o la aparición de re­ nes por P se u d o m o n a s sp, A c in e to b a c te r sp,
sistencia a los antimicrobianos. Staphylococcus aureus o E nterococcus sp, trans­
Sin duda, para evitar la diseminación nosoco­ mitidas por estos implementos.
mial de infecciones la medida más simple y efec­ Los pacientes que reciben asistencia respira­
tiva es el lavado de manos sistemático, del per­ toria mecánica deben permanecer con la cabece­
Capítulo 8 - Sepsis □ 95

ra de la cama a 30®, para disminuir la probabili­ deprimidos, y la profilaxis de la peritonitis bacte­


dad de microaspiraciones que condicionen la apa­ riana espontánea -co n quinolonas- en pacientes
rición de neumonía asociada al respirador. La portadores de ascitis debida a hipertensión por­
utilización de antiácidos y la colocación de son­ tal o síndrome nefrótico; también la profilaxis pri­
da nasogástrica en esta población son tema de maria o secundaria de infecciones oportunistas
discusión. en pacientes infectados por HIV, profilaxis espe­
Las soluciones de nutrición parenteral deben cíficas en receptores de trasplantes y en neutro-
prepararse con las más estrictas condiciones de pénicos.
esterilidad. Todas las medidas destinadas a mejorar el esta­
Los quirófanos deben ser seguros, el lavado de do inmunitario de los pacientes también tienden a
manos preoperatorio escrupuloso y la técnica disminuir el número y la gravedad de los episo­
quirúrgica cuidadosa, para disminuir la inciden­ dios de sepsis. La administración de factores esti­
cia de infección relacionada con la cirugía. mulantes de colonias a los pacientes neutropénicos
Medidas como la utilización de flujo laminar, o la minimización (en tiempo y forma) de los es­
radiación ultravioleta o filtros de aire en el quiró­ quemas inmunosupresores, en los pacientes que
fano son muy onerosas y sólo disminuyen el ries­ los requieren, disminuyen la incidencia de epi­
go de infección cuando las otras medidas se cum­ sodios sépticos en estas poblaciones susceptibles.
plen a la perfección. Es menester la conformación de un comité de
Se ha recurrido a diversos procedimientos para control de infecciones en todas las instituciones,
minimizar el riesgo de infección de la herida qui­ para monitorear la prevalencia de la flora hospi­
rúrgica. La profilaxis se lleva a cabo con antimicro­ talaria y de la infección nosocomial, vigilar el
bianos en los casos indicados, se inicia con la in­ desarrollo de resistencia a antibióticos, decidir
ducción anestésica y no dura más de 24 a 48 horas estrategias para el control de las infecciones y
poscirugía, para evitar el gasto indtil y la posible establecer los esquemas antibióticos empíricos
aparición de microorganismos resistentes. adecuados en la institución. Tal comité debe te­
En algunos grupos de pacientes corresponde ner un carácter multidisciplinario, con participa­
instaurar la profilaxis para ciertas infecciones, ción de médicos infectólogos, clínicos, cirujanos
como la vacuna antineumocócica en pacientes y personal paramédico, a fin de conocer toda la
esplenectomizados o con trastornos cardíacos, problemática institucional y lograr mejor acep­
insuficiencia renal, EPOC, inmunodepresión, tación de las medidas dictadas para las distintas
etc.; la vacuna antigripal en ancianos e inmuno- áreas del hospital.

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' . • . • • ' ■ ',- ./sV' ■• - - ■
T

Endocarditis infecciosa
Ornar J. Palmieri
Elena I. M aiolo

DEFINICION
como los estreptococos del grupo viridans. Esto
determina una endocarditis de curso indolente,
Se denomina endocarditis infecciosa a la in­ que sin tratamiento lleva a la muerte luego de
fección de la superficie endocárdica del corazón. varios meses de evolución.
El término infecciosa hace referencia a los múl­ Las clasificaciones más recientes son endocar­
tiples agentes etiológicos que pueden provocar­ ditis de válvula nativa, endocarditis de válvula
la, si bien en la gran mayoría de los casos es de protésica y endocarditis en adictos a drogas de
origen bacteriano. El compromiso endocárdico, uso intravenoso (ADIV). La clasificación basa­
caracterizado por la presencia de vegetaciones, da en el agente etiológico es útil, ya que puede
asienta con frecuencia sobre el endocardio val­ predecir el curso de la enfermedad, presuponer
vular y puede extenderse a las cuerdas tendinosas, la presencia o ausencia de alteraciones cardíacas
los músculos papilares y el endocardio mural. Si preexistentes y orientar la elección del antimi­
las lesiones iniciales se localizan sobre altera­ crobiano apropiado.
ciones como la coartación aórtica o el conducto
arterioso persistente, se denominan endarteritis.
ETIOLOGÍA

Si bien numerosos microorganismos son capa­


CLASIFICACIÓN
ces de provocar endocarditis bacteriana, el 70%
En la era preantibiótica la endocarditis infec­ a 80% de los aislamientos en endocarditis de vál­
ciosa se clasificó como aguda, subaguda y cró­ vula nativa son estreptococos y estafilococos. La
nica; la primera es casi siempre fatal en menos endocarditis de válvula nativa provocada por
de seis semanas, con deterioro cardiovascular estreptococos por lo general es de curso subagu-
grave por destrucción de las válvulas cardíacas do, la mayoría son casos adquiridos en la comu­
previamente normales y manifestaciones embó- nidad y en el 80% de ellos hay enfermedad car­
licas tempranas frecuentes. Los agentes etiológi­ díaca subyacente.
cos involucrados con mayor frecuencia son Los estreptococos del grupo viridans constitu­
Staphylococcus aureus, Streptococcus pneum o- yen el 50% de los aislamientos: de éstos, el 50%
niae, S. pyogenes^ N e isse ria g o n o rrh o ea e y de los episodios son provocados por Streptoco-
H a e m o p h iliis in flu e n z a e . Las en d ocard itis ccus sangiiis, S. miris y S. m utans. El enterococo
subaguda y crónica asientan en general sobre es el causante del 5% al 10% de los casos de en­
válvulas estructuralmente anormales y son pro­ docarditis de válvula nativa; el 80% correspon­
vocadas por microorganismos menos virulentos. de a Enterococcus fa e ca lis y el 20% a Entero-
98 □ Prim era parte - Generalidades - Síndromes clínicos

coccus faecium \ en orden de importancia sigue agentes etiológicos aislados son similares a los
Staphylococcus aureus sensible a la meticilina de la afección de válvula nativa.
(15% a 35%). Streptococcus bovis (5% a 10%)
en el 50% de los casos se halla asociado a enfer­
EPIDEMIOLOGIA
medad colónica. Con menos frecuencia la endo­
carditis es provocada por estreptococos mi- La endocarditis infecciosa es una enfermedad
croaerófilos, estreptococos betahemolíticos del prevalente, con elevada mortalidad aun en la era
grupo A y Streptococcus pneum oniae. La inci­ antibiótica. En las últimas décadas la edad pro­
dencia de endocarditis por bacilos gramnegativos medio de los pacientes ha aumentado desde los
dentro de las de válvula nativa es en general in­ 30 hasta los 50 años. En la actualidad la gran
ferior al 10% y los agentes aislados más a me­ mayoría de los casos tiene entre 31 y 60 años,
nudo pertenecen a! grupo HACEK (Haentophilus excepto los provocados por estreptococos del
sp, A c tin o h a c iU u s a c tin o m ic e te n c o m ita n s , grupo D, que afectan a individuos mayores de 70
Cardiobacterium hominis, EikencUa corroclens y años. Un 60% a 80% de los enfermos tiene algu­
K in g e lla k in g a e ), B r u c e lla , P s e u d o m o n a s na anomalía cardíaca preexistente. La endocar­
oentginosa y enterobacterias en general. Menos ditis infecciosa es poco frecuente en la población
frecuentes aún son los anaerobios, Listeria sp, pediátrica, pero se observa en pacientes que pa­
L c g io n e lla sp, C o x ie lla b u r n e tii, N e isse ria decen enfermedad cardíaca congénita, en los ca­
gonorrhoeae, Chiamydia psittaci y hongos. sos secundarios a la reparación quirúrgica de ésta
La incidencia de endocarditis de válvula nati­ o como complicación en pacientes con bacte-
va de adquisición intranosocomial ha aumenta­ riemia asociada con catéteres.
do en los últimos años, debido a la utilización Los menores de 35 años con endocarditis in­
creciente de dispositivos intravasculares, caté­ fecciosa son en general mujeres con antece­
teres de hemodiálisis e infección de heridas qui- dentes de fiebre reumática, si bien su incidencia
riírgicas. El microorganismo causante en el 80% ha disminuido en los últimos años de la era anti­
al 90% de los casos es Staphylococcus aureus biótica. Por el contrario, la incidencia de enfer­
resistente a la meticilina; en menor porcentaje, medades vasculares degenerativas ha aumenta­
Staphylococcus epiderm idis y, más raros aun, do en pacientes ancianos, debido a su mayor su­
bacilos gram negativos com o P se u d o m o n a s pervivencia.
aeruginosa, bacterias del grupo KES (Klebsiella, Prácticamente todas las anomalías estructura­
l'Uttcrobacter, Serratia) y Candida. les predisponen al desarrollo de endocarditis in­
Staphylococcus aureus sensible a la meticilina fecciosa, dado que la mayoría de ellas provoca
es el principal agente de endocarditis en ADIV; turbulencia en el flujo sanguíneo.
en un mínimo porcentaje se aíslan bacilos gram­ El 30% al 75% de las endocarditis infecciosas
negativos, anaerobios y hongos. En algunos ca­ se presentan en pacientes que han padecido en­
sos se aísla más de un microorganismo. fermedad reumática; de éstas, el 85% compro­
La endocarditis de válvula protésica se divide meten la válvula mitral, con una relación mujer
en precoz y íardfa. La primera es la que se pre­ hombre de 2:1. El compromiso aórtico es más
senta antes del año de realizado el reemplazo raro y predomina levem ente en hombres. Las
valvular y la tardía la que aparece después. anomalías congénitas determinan el 6% al 24%
Staphylococcus epidermidis es el principal agente de los casos y son, en orden de importancia, con­
ctiológico en endocarditis de válvula protési­ ducto arterioso persistente, defectos ventriculares
ca precoz, en el 50% de los casos es resistente a sep tales, coartación aórtica, válvula aórtica
la meticilina. En menor porcentaje se aíslan bicúspide, tetralogía de Fallot y, más raramente,
Staphylococcus aureus, Corynebacterium sp (dif- estenosis de la válvula pulmonar. Los casos se­
tcromorfos), bacilos gramnegativos y hongos, cundarios a defectos del ostium secundum o
como Aspergillus y Candida. A pesar de la dife­ atriales no son frecuentes, ya que la alteración
rencia, desde el punto de vista del pronóstico, en del flujo sanguíneo que determinan es de baja
la endocarditis de válvula protésica tardía los turbulencia. En el 30% al 40% de los pacientes
C apítulo 9 - Endocarditis infecciosa □ 99

la endocarditis es de válvula nativa. Se presenta como ocurre en pacientes neoplásicos, con en­
en mayores de 60 años y es secundaria a calcifi­ fermedades caquectizantes o con colagenopatías.
cación de! anillo mitral, por enfermedad arte- Las situaciones hemodinámicas que producen
riosclerótica, o a la presencia de trombos ulterio­ el despulimiento de! endotelio son la lesión pro­
res al infarto agudo de miocardio. Las causas vocada por la corriente sanguínea anormal de alta
menos frecuentes son el síndrome de Marfan con velocidad (como ocurre en la insuficiencia mitral
insuficiencia aórtica, la enfermedad cardíaca y aórtica), por el flujo de una cámara de alta pre­
luética, la fístula arteriovenosa y la estenosis sión a otra de baja presión (tal como se observa
subaórtica hipertrófica dinámica o hipertrofia en los defectos ventriculares septales) y por la
asimétrica del tabique interventricular. Por últi­ turbulencia que se produce entre dos cámaras
mo, cabe mencionar a los pacientes gravemente separadas por un orificio estrecho capaz de ge­
enfermos con largos períodos de hospitalización nerar un gradiente de presión. La mayor concen­
sometidos a hiperalimentación parenteral, con tración de bacterias se halla en el área de baja
catéteres intravenosos, de hemodiálisis o de moni- presión inmediatamente distal a la obstrucción.
toreo hemodinámico, y cables de marcapasos Este hecho determina que la superficie ventricular
intracavitario, quienes constituyen un grupo de de la válvula aórtica y la superficie atrial de la
altísimo riesgo de padecer endocarditis de adqui­ válvula mitral sean las localizaciones típicas de
sición intranosocomial. la endocarditis en la insuficiencia aórtica y mitral,
La incidencia de endocarditis de válvula proté­ respectivamente.
sica ha aumentado en relación con la mayor fre­ El endotelio vascular sano resiste la adhesión
cuencia con que se practican los reemplazos val­ bacteriana, pero si está dañado, los microorga­
vulares. La endocarditis que se observa en ADIV nismos se adhieren con facilidad. La bacteriemia
compromete con frecuencia las cavidades cardía­ transitoria se produce cuando cualquier mucosa
cas derechas. Se produce aun en ausencia de ano­ colonizada por bacterias es traumatizada. Los
malías cardíacas o valvulares subyacentes, por le­ procedim ientos que habitualmente ocasionan
sión química del endotelio de la válvula tricúspide. bacteriemia son las manipulaciones dentales en
En el 20% al 40% de los pacientes no se detec­ general (extracciones, cirugía, cepillado enér­
ta cardiopatía subyacente. gico), la broncoscopia, (en especial si se utilizan
en d oscop ios rígidos), la am igdaiectom ía, la
intubación orotraqueal, la endoscopia digestiva,
PATOGENIA
el cateterismo uretral, lacistoscopia, la resección
La endocarditis infecciosa es el resultado de prostática transuretral y algunos procedimientos
una interacción compleja entre los factores que ginecobstétricos, en especial la colocación y re­
provocan el daño del endotelio vascular, los efec­ moción de elementos anticonceptivos como el
tos locales hemodinámicos, las bacterias circu­ dispositivo intrauterino.
lantes y las defensas locales y sistémicas del hos­ (3tros factores a tener en cuenta son los que
pedero. El endotelio dañado o denudado es un dependen de la virulencia bacteriana y de la in­
inductor potente de trombogénesis. La lesión munidad propia del hospedero, como el poder
endotelial permite el depósito de fibrina y pla­ bactericida del suero mediado por el com ple­
quetas, que constituyen la llamada endocarditis mento, en especial ante bacterias gramnegativas,
trombótica no bacteriana o trombo fibrinopla- si bien existen cepas serorresistentes com o
quetario, el cual será colonizado por bacterias. E sch erich ia coli^ P seudom onas aeruginosa y
Este hecho es favorecido por características par­ S e rr a tia m a rc e sc e n s. Otras bacterias com o
ticulares de algunas bacterias, como la mayor Siaphylococcus aiireiis y Streptococciis pneii-
adhesividad aun con bajo inóculo. La endocardi­ m oniae pueden afectar válvulas con lesiones mí­
tis trombótica no bacteriana también puede pro­ nimas y aun normales. Las bacteriemias provo­
ducirse en presencia de complejos inmunes cir­ cadas por estreptococos productores de dextranos
culantes o de estados de hipercoagulabíiidad, se asocian con mayor frecuencia a endocarditis
haya o no coagulación intravascular diseminada, que las cepas no productoras. La fibronectina.
100 □ Prim era parte - Generalidades - Síndromes clínicos

secretada com o respuesta a la lesión vascular ruptura del tabique interventriculary del múscu­
por las células endoteliales, plaquetas y fibroblas­ lo papilar, con una tasa de curaciones mucho
tos, favorece la adhesión de bacterias que poseen menor que en los casos subagudos.
receptores para fibronectina, com o Sta p liy- Los abscesos intramiocárdicos y del anillo
lococcus aureus, estreptococos del grupo viri- valvular, frecuentes en la endocarditis aguda por
dans, Streptococcus pneum oniae y Candida. La Staphylococcus aureus, se asocian con trastor­
fibronectina, secretada como respuesta a la le­ nos de la conducción. Los fenómenos embólicos
sión vascular por las células endoteliales, pla­ en endocarditis bacteriana han disminuido en for­
quetas y fibroblastos, favorece la adhesión de ma notoria en la era antibiótica. Se presentan en
bacterias que poseen receptores para la misma, el 15% al 35% de los casos y comprometen con
com o S ta p h y lo c o cc u s aureus, S trep to co c cu s frecuencia las circulaciones renal, esplénica,
pneu-m oniae, Candida y estreptococos del gru­ coronaria y cerebral.
po viridans. A este grupo pertenece Streptococcus Los mal llamados aneurismas micóticos por su
sanguis que exhibe dos antígenos de superficie. aspecto m acroscópico -e n realidad son aneu­
Clase I y Clase II, que promueven la adhesión rismas in fe c c io so s- son dilataciones aneuris-
del microorganismo a la superficie de las pla­ máticas de los vasos sanguíneos. Se producen por
quetas y la agregación de las mismas. invasión bacteriana directa de la pared arterial,
Hay otros importantes factores en la patogenia con formación de abscesos y ruptura por oclu­
de endocarditis bacteriana, como la producción sión embólica y séptica de los vasa vasorum, o
de glicocálix, una glicoproteína que promueve por depósito de inmunocomplejos que dañan la
la adhesión bacteriana, por ejem plo, de Sta- pared arterial. Su localización habitual es la zona
p h y lo c o c c u s epid erm id is. La tromboplastina de bifurcación arterial, en especial en las ramas
tisular y la trombospondina, que también es una periféricas de la arteria cerebral media, pero
g lic o p r o te ín a alm acenada en lo s gránulos pueden asentar en cualquier vaso de la econo­
p laq u etarios, aum entan la ad h esiv id a d de mía y son asintomáticos hasta que se produce la
Staphylococcus aureus al endotelio. ruptura.
El compromiso embólico renal se manifiesta
por el hallazgo de abscesos, infartos o glo-
ANATOMÍA PATOLÓGICA
merulonefritis focal, caracterizada por prolife­
Las vegetaciones presentan grandes variacio­ ración endotelial y mesangial, hemorragias, in­
nes macroscópicas en consistencia y tamaño; filtrado polimorfonuclear, necrosis fibrinoide y
pueden medir desde pocos milímetros hasta va­ curación por fibrosis. En el 10% al 15% de los
rios centímetros. Asientan en el borde libre de casos se observa glomerulonefritis mediada por
las válvulas, como masas frágiles e irregulares. inmunocomplejos, que la microscopía electróni­
En la m icroscopía óptica estas lesiones están ca revela com o depósitos subepíteliales electro-
constituidas por fibrina, agregados plaquetarios densos de IgG, IgM e IgA, o depósitos de com­
y restos de elementos celulares de la sangre. Tam­ plemento detectados por inmunofluorcscencia.
bién se observan colonias de conglomerados de Las embolias pulmonares, con derrame pleural o
bacterias, cuya visualización a veces es dificul­ empiema, se ven en los casos de endocarditis
tosa por hallarse en la profundidad de la vegeta­ derecha. En las em bolias cutáneas, com o los
ción. En la valva subyacente se observa una re­ nódulos de Osler, la microscopía óptica revela
acción inflamatoria inespecífica. proliferación de la íntima arteriolar, trombosis, y
El proceso de formación de la vegetación pue­ necrosis de vénulas y arteriolas. Las lesiones de
de llevar a la destrucción total de la válvula; la Janeway son em bolias sépticas que se carac­
curación se produce por fibrosis y calcificación terizan por la presencia de bacterias, infiltrado
ulterior. En los casos agudos de endocarditis in­ polimorfonuclear, necrosis y hemorragias subcu­
fecciosa se evidencian grandes focos de necrosis táneas. Las manchas de Roth, que se visualizan
y supuración, asociados con frecuencia a perfo­ con facilidad en el examen de fondo de ojo, se
ración valvular, ruptura de cuerdas tendinosas, caracterizan por la presencia de infiltrados lin-
r
<
Capí7u/o P - Endocarditis infecciosa D 101
(

fociiarios, hemorragias y edema de la capa de fi­ frecuentes en las endocarditis de curso subagudo (
bras nerviosas de la retina. o lento, son nódulos eritematosos dolorosos en los
pulpejos de los dedos. Las manchas de Janeway
(
son maculopápulas eritematosas localizadas en <
manifestaciones clínicas
palmas y plantas. Las manchas de Roth del fon­
La endocarditis infecciosa puede seguir un cur­ do de ojo se presentan con una zona central páli­
so agudo o subagudo. Las manifestaciones clíni­ da, ovalada, rodeada de un halo hemorrágico.
cas son en extremo proteiformes y pueden estar La esplenomegalia se presenta en el 25% al i
referidas a cualquier aparato o sistema del orga­ 60% de los pacientes, aunque en la era antibiótica
(
nismo. Este hecho está en relación estrecha con esta frecuencia se redujo. Las embolias sistémicas
la bacteriemia persistente, el agente etiológico, se observan en el 20% al 30% de los casos y pue­ (
el tamaño de las vegetaciones, la presencia de den aparecer en cualquier momento de la evolu­
complicaciones cardíacas o extracardíacas, los ción, pero son más comunes al comienzo de la t
fenómenos em bólicos y los inmunocomplejos enfermedad. En orden decreciente de frecuencia
circulantes. La forma de presentación más fre­ comprometen el sistema nervioso centra], el bazo, i
cuente de la endocarditis infecciosa es el síndro­ el riñón y las extrem idades inferiores. Los
me febril prolongado, pero a menudo ios prime­ aneurismas micóticos se observan en 2% al 5%
i
ros signos y síntomas dependen de la localiza­ de los enfermos y comprometen principalmen­ i
ción de los fenómenos embólicos o de las com­ te el sistema nervioso central. El 25% de los pa­
plicaciones. La fiebre está presente en el 90% de cientes presenta alguna manifestación neuroló- c
¡os casos de endocarditis de válvula nativa, ex­ gica. Las manifestaciones clínicas en ADIV de­
cepto en pacientes inmunodeprimidos, ancianos, penden de la válvula afectada; por lo general es i
con insuficiencia renal o cardíaca avanzada y los la tricúspide y el agente etiológico más frecuente
c
casos tratados previamente con antimicrobianos. es Staphylococcus aureus. El soplo tricuspídeo es
Los síntomas generales son astenia, anorexia,
pérdida de peso y artromialgias. Estas últimas se
una observación rara; la gran mayoría de los pa­
cientes presenta fiebre y manifestaciones respi­
c
relacionan con la presencia de inmunocomplejos. ratorias, como dolor pleurítico, hemoptisis, dis­ c
Las manifestaciones clínicas solapadas, que en
general se asocian con agentes etiológicos como
nea y tos que están determinadas por embolias
sépticas pulmonares. c
los estreptococos del grupo viridans, el grupo La endocarditis de válvula protésica es extre­ e.
HACEK o Staphylococcus epiderm idis, consis­ madamente grave. Se divide, como ya se señaló,
ten en fiebre moderada y toxemia leve. Otros en precoz y tardía, y se caracteriza por fiebre, i
agentes etiológicos, como Staphylococcus au- toxemia, disfunción protésica y manifestaciones
reus, Streptococcus pneum oniae y estreptococos embólicas. c
del grupo A, evolucionan con un curso agudo,
toxemia importante, fiebre alta, escalofríos, ma­ c
DIAGNÓSTICO
nifestaciones embólicas tempranas e insuficien­ <c
cia cardíaca aguda. El diagnóstico de endocarditis infecciosa se
La aparición de un nuevo soplo cardíaco de basa en la concurrencia de varios factores, dado t
carácter regurgitante o las variaciones de un so­ que sus manifestaciones clínicas son proteiformes
plo preexistente se encuentran en el Z5% de los en extremo. Los signos y síntomas son variables; t
casos. La insuficiencia cardíaca de curso agudo dependen de la duración de la bacteriemia y de
es de mal pronóstico, puede estar determinada por la localización de los microorganismos. (i
descompensación de una insuficiencia cardíaca Los hallazgos de laboratorio son inespecíficos.
previa, por anemia, fiebre, ruptura de cuerdas El síndrome anémico se encuentra en más del
tendinosas o por destrucción valvular, en espe­ 80% de los pacientes; la trombocitopenia es me­ 1
cial en casos de compromiso de la válvula aórtica. nos frecuente y su incidencia no supera el 30%
El 20% de los pacientes presenta petequias y he­ de los episodios; la leucocitosis con desviación a
morragias subungueales. Los nódulos de Osler, la izquierda, presente en el 20% al 30% de los

t
f
(I
102 □ Prim era parte - Generalidades - Síndromes clínicos

casos de endocarditis aguda, es de alrededor de fecciosa subaguda de las cavidades derechas, la :


25.000 a 30.000 leucocitos por mm^ La leuco- toma de hemocultivos realizada luego de tres ;
penia es de rara observación, excepto cuando la meses de evolución de la afección, la uremia, !
esplenomegaliaes importante (hiperesplenismo). la endocarditis mural, la administración previa :
En la mayor parte de los enfermos de endocardi­ de antibióticos, la endocarditis füngica, m i­
tis subaguda la eritrosedimentación está acelera­ croorganismos exigentes como los anaerobios, |
da. Otros hallazgos frecuentes pero inespecíficos m icroorganism os del grupo HACEK, estrep- ¡
son hipergammaglobulinemia, factor reumatoideo lococos, B rticella y microorganismos intrace- ¡
-que se detecta en especial en casos de más de 6 lulares obligados pertenecientes a la fam ilia ;
semanas de evolución sin diagnóstico- y resul­ Rickettsiaceae y Chlamydiaceae.
tado positivo falso de la VDRL. El examen de Hay otros métodos complementarios de diag- I
orina es anormal con frecuencia; se observa pro- nóstico, como la detección de bacterias intraleu- ;
teinuria, hematuria macroscópica o microscópi­ cocitarias, que se realiza a través de la técnica de [
ca, cilindros hemáticos, piuria, cilindros leucoci- m onocapa, y la d etecció n por conlrainm u- ;
tarios y bacteriuria. Los títulos altos de inmu- noelectroforesis de ácidos teicoicos. Éstos son
nocomplejos circulantes y la crioglobulinemia constituyentes de la pared del estafilococo, por [
mixta son hallazgos frecuentes pero inespecíficos. lo que los títulos superiores a 1/4 se asocian con !
La bacteriemia por lo general es de bajo grado frecuencia con enfermedad estafílocócica dise- i
y continua (menos de 100 UFC/mL de sangre). minada.
Los hem ocultivos, que son la base del diag­ El ecocardiograma transtorácico, fundamen­
nóstico, tienen un rendimiento cercano al 97%. tal para el diagnóstico, permite la visualización :
Este porcentaje disminuye con la administración de vegetaciones de más de 2 mm en el 60% de .
previa de antibióticos. Se deben tomar por lo los casos, y hasta el 90% si se utiliza el ecocar- •
menos tres series de hemocultivos durante las pri­ diograma transesofágico. Este último es de elec­
meras 24 horas. Cada serie incluye 2 a 3 frascos ción en los diagnósticos de las endocarditis de ‘
que se incubarán en medio tripticasa-soja o infu­ válvula protésica y de hemocultivos negativos, :■
sión cerebro-corazón y tioglicolato. No debe sem­ com o también de los abscesos perivalvulares. •
brarse más de 1 mL de sangre por cada 10 mL de La técnica permite medir el tamaño y la movili- ;
caldo de cultivo. En los pacientes tratados pre­ dad de las vegetaciones, factores que se asocian ;
viamente con antibióticos es conveniente aumen­ con la aparición de fenómenos em bólicos, y ade­
tar el número de hemocultivos. Se efectúa una más es útil en el seguimiento del cuadro hemo- .
inspección diaria y en los días primero y tercero dinámico.
se siembran subcultivos. El seguimiento se ex­ Si el cuadro clínico es característico y los ha- i
tenderá hasta cuatro semanas. Todo crecimiento llazgos de laboratorio son altamente compa­
bacteriano inicial que no se evidencie en los sub­ tibles, el ecocardiograma negativo no excluye el
cultivos ulteriores requiere nuevos subcultivos en diagnóstico.
medios a los que se ha adicionado cisteína y fos­
fato de piridoxal para descartar o confirmar la
DIAGNÓSTICO DIFERENCIAL
presencia de cepas de estreptococos nutricional-
mente exigentes. La endocarditis es una infección intravascular !
La técnica de hemocultivos por lisis-centrifu- cuyas manifestaciones clínicas dependen de la :
gación aumenta sensiblemente la recuperación de duración de la bacteriemia y de la localización
estafilococos y de hongos, pero es importante de los microorganismos transportados por vía
tener en cuenta que los estreptococos con defi­ hem ática. El d iagn óstico diferencial abarca
ciencias nutricionales no sobreviven a este pro­ prácticamente todos los síndromes tóxicos origi­
cedimiento, tampoco S. pneum oniac y los mi­ nados en infecciones no controladas en cual­
croorganismos anaerobios. quier sitio del organismo. En la fase inicial de
Las causas más frecuentes de endocarditis con estos cuadros sépticos, el aumento del gasto y
hemocultivos negativos son la endocarditis in­ del índice cardíaco, provocados por el mayor
Capítulo 9 - Endocarditis infecciosa □ 103

consumo de o x íg en o , determinan un estado Complicaciones extracardíacas


hiperdinámico con la aparición, en ciertos casos, Las más frecuentes son las embolias perifé­
de soplos funcionales, como se observa en las ricas, que en general se observan antes de la ad­
infecciones provocadas por S ta p h y lo c o c c u s ministración de la antibioticoterapia o poco des­
aureus sin compromiso endocárdico, en la sepsis pués de ella, pero pueden manifestarse en cual­
grave por catéteres, en las tromboflebitis supu­ quier momento del curso de la enfermedad. En
rativas y en la sepsis por Streptococcus pneu- orden decreciente de frecuencia, sus localiza­
moniae. La esplenomegalia, la leucocitosis y las ciones son sistema nervioso central, bazo, riñón
lesiones cutáneas, estas últimas provocadas por y los miembros inferiores. La presencia de co­
embolias sépticas, vasculitis o coagulación intra- lecciones o abscesos viscerales es la causa más
vascular diseminada, sugieren el diagnóstico común de persistencia de la fiebre. Los aneu­
diferencial con enfermedades de origen hemático. rismas micóticos se localizan preferentemente en
La aparición de petequias exige descartar síndro­ la circulación cerebral, en especial en el territo­
mes purpúricos e infección por N eisseria m enin' rio de la arteria cerebral media. En general son
giiidis o por Strepiococcus pneitm oniae en pa­ asintomáticos hasta que se produce su ruptura.
cientes inmunodeprimidos. Otros diagnósticos di­
ferenciales son la endocarditis trombótica no
PRONÓSTICO
bacteriana, la fiebre reumática aguda, el mixoma
auricular, el lupus eritematoso sistém ico y la En la era preantibiótica la mortalidad era del
drepanocitosis. Corresponde sospechar endocar­ 100% y en la actualidad se aproxima al 20%. En
ditis en todos los cuadros de insuficiencia car­ la endocarditis de válvula nativa provocada por
díaca aguda o ante la aparición de trastornos de estreptococos del grupo viridans la mortalidad
conducción sin causa aparente en pacientes fe­ es menor al 10% y si el agente etiológico es
briles. Los accidentes cerebrovasculares, que Staphylococcus aureuSy Síreptococcits pneum o-
pueden ser la primera manifestación de un fenó­ niae o Enterococcus fa eca lis, es del 30%.
meno embólico o de la rotura de un aneurisma La principal causa de muerte es la insufi­
infeccioso (aneurisma m icótico), deben tenerse ciencia cardíaca, seguida, en orden decreciente
en cuenta como diagnóstico diferencial en pacien­ de frecuencia, por los accidentes cerebrovascu-
tes jóvenes, febriles y sin patología vascular pre­ lares. Los factores de mal pronóstico son el re­
via. traso en el diagnóstico, la edad avanzada, el com ­
promiso valvular aórtico y la aparición de las
com plicaciones ya señaladas. La endocarditis
COMPLICACIONES
de cavidades derechas en ADIV tiene mejor
Las complicaciones de la endocarditis infec­ pronóstico y la tasa de curación con antibiotico-
ciosa se dividen en cardíacas y extracardíacas. terapia supera el 90%, aunque en ocasiones re­
quiere valvulectomía y se asocia con un por­
Complicaciones cardíacas centaje elevado de complicaciones. Por el con­
En la endocarditis de las válvulas aórtica o trario, la endocarditis de válvula protésica es ex ­
mitral es muy frecuente la insuficiencia cardíaca tremadamente grave, con una mortalidad supe­
aguda. Ésta, en general es provocada por des­ rior al 50%.
compensación de la cardiopatía preexistente o por
destrucción valvular con la consiguiente sobre­
TRATAMIENTO
carga hemodinámica agravada por el síndrome
anémico y la fiebre. En la mayoría de estos casos El buen resultado terapéutico está en estrecha
se requiere cirugía de reemplazo valvular. Otras relación con el diagnóstico temprano, la iden­
complicaciones frecuentes son los trastornos de tificación del agente etiológico y la elección ade­
conducción provocados por abscesos intramio- cuada de los antimicrobianos. La erradicación de
cárdicos o pericarditis, y el infarto agudo de la infección, aun cuando se trate de gérmenes
miocardio por embolia de las arterias coronarias. sensibles, demanda varias semanas de tratamiento
104 □ Prim era parte - Generalidades - Síndromes clínicos

intravenoso, a pesar de lo cual las recidivas son Terapéutica antimicrobiana según el agente
frecuentes. etiológico
La elección del antibiótico se basa en las prue­ Endocarditis estreptocócica
bas de sensibilidad del microorganismo median­ La gran mayoría de los estreptococos del gru­
te la técnica de difusión en disco; y de las deter­ po viridans son sensibles a la penicilina, al igual
minaciones de la concentración inhibitoria míni­ que S. pyogenes y ios estreptococos no entero-
ma (CIM) y de la concentración bactericida m í­ cocos del grupo D. La CIM de penicilina para la
nima (CBM ) para el microorganismo aislado mayoría de los estreptococos es 0,1 a 1 ^ig/mL;
(mínima concentración del antibiótico capaz de también son sensibles a cefazolina, vancomicina,
inhibir o de matar, respectivamente, a un inóculo estreptomicina y gentamicina. S. bovis es muy
determinado) que se efectúan mediante las prue­ sensible a la penicilina. Para la mayoría de las
bas de dilución en caldo. Para erradicar la infec­ cepas hay sinergia entre penicilina (o vancomi­
ción se necesita la acción bactericida sostenida cina) más estreptomicina, gentamicina o kana-
del antibiótico. Se lo administra por la vía intra­ micina. El régimen recomendado para pacientes
venosa porque las concentraciones séricas ade­ jóvenes con endocarditis por estreptococos sen­
cuadas se correlacionan con una mejor penetra­ sibles a CIM de penicilina < 0,1 |ig/m L es 15 a
ción en las vegetaciones. 20 millones de UI diarias de penicilina IV, dividi­
En el trombo fibrinoplaquetario las bacterias se das cada 4 horas, más 500 mg por vía IV de estrep­
multiplican libremente, por lo cual su concentra­ tomicina cada 12 horas, durante dos semanas. En
ción es muy elevada. La tasa de reproducción es pacientes ancianos, con deterioro de la función
mayor en la periferia de la vegetación y disminu­ renal o con riesgo de padecer ototoxicidad, el ré­
ye hacia el centro, donde los gérmenes se hallan gimen sugerido es 15 a 20 millones de UI diarias
en un estado de actividad metabólica reducida. de penicilina IV divididas cada 4 horas y durante
Esto dificulta la acción de los antibióticos betalac- 4 semanas, sin la adición del aminoglucósido.
támicos que actúan sobre la síntesis de la pared Para individuos alérgicos a la penicilina, la in­
celular. Por otra parte, la absorción tras la admi­ dicación es cefazolina - 2 g IV cada 6 horas- más
nistración por vía bucal es errática y los antibió­ estreptomicina o gentamicina. Si los betalactá­
ticos bacteriostáticos no son efectivos. La admi­ micos están contraindicados, se utilizará vanco­
nistración de betalactámicos junto con aminoglu- micina, 1 g IV cada 12 horas.
cósidos produce una mayor acción bactericida. A Los estreptococos sensibles a CIM mayores
esta acción sinérgica se suma el efecto posantibió­ de 0,5 pg/mL se tratan igual que el enterococo.
tico de los aminoglucósidos, que consiste en la Para Enterococcus faecalis la (ÍIM de ampicilina
inhibición del crecimiento bacteriano aun después es de 0,4 a 3,1 fig/mL y la de penicilina, 0,4 a
de la caída de los niveles terapéuticos del fármaco. 12,5 jxg/mL. Esto demuestra una resistencia natu­
El monitoreo del paciente se realiza con hemo- ral del enterococo a los agentes betalactámicos, que
cultivos de control, para verificar la negativi- en este caso poseen efecto bacteriostático y para
zación de la bacteriemia, la determinación de ami­ obtener un efecto sinérgico bactericida hay que ad­
noglucósidos (dado que éstos tienen un escaso ministrarlos junto con un aminoglucósido.
margen terapéutico y mayor toxicidad) y la deter­ En la endocarditis por enterococos el régimen
minación del poder bactericida del suero (PBS), recomendado es 20 m illones de UI diarias de
en pico y en valle. Para determinar el PBS (la penicilina por vía IV, fraccionadas cada 4 horas,
mínima dilución de suero del paciente capaz de o ampicilina - 2 a 3 g IV cada 4 horas-, más
inhibir el desarrollo bacteriano) se confrontan estreptomicina o gentamicina durante 4 a 6 se­
diluciones seriadas del suero ante un inóculo co­ manas. Si las pruebas de sensibilidad revelan re­
nocido del gernien aislado. La referencia a pico sistencia a la estreptomicina, se la debe reem­
y valle se relaciona con la máxima y la mínima plazar por gentamicina. La aparición de cepas de
concentración del antibiótico en sangre. Los va­ enterococo resistentes a la vancomicina es un
lores predictivos de curación bacteriológica son problema creciente y un desafío terapéutico,
de 1/64 y 1/32, respectivamente. en estos casos se han utilizado con algún éxito el

i
I
Capítulo 9 - Endocarditis infecciosa □ 105

linezolid, que es una oxazolinidona, y las estrep- de acuerdo con el antibiograma. En general
lograminas, quinupristina-dalfopristina. En los se utilizan cefalosporinas de tercera generación
casos de resistencia debidos a la producción de (cefotáxima 2 g IV cada 4 a 6 horas o ceftriaxona
beialaciamasas se emplean dosis elevadas de pe­ 2 g IV cada 12 horas, o ceftazidima 2 g IV cada 8
nicilina IV, 40.000.000 de UI diarias o tratamien­ horas) o ciprofloxacina 400 mg IV cada 12 horas
tos combinados con ampicilina, cefalosporinas de en asociación con el aminoglucósido al que el
y generación y aminoglucósidos. En las endo­ microorganismo es sensible: amikacina o genta­
carditis con compromiso de la válvula mitral de micina durante 4 a 6 semanas.
niás de 3 meses de evolución, endocarditis de La endocarditis fúngica por C a n d id a sp o
válvula protésica y recidiva de la endocarditis, el por A spergillus se trata con anfotericina B en
tratamiento debe prolongarse por 8 a 12 sem a­ dosis de 0,3 a 0,5 mg/kg IV durante 6 a 8 sema­
nas. En algunos casos la curación sólo se obtiene nas. En general tienen indicación quirúrgica, da­
con la cirugía. do el tamaño importante que alcanzan las vege­
taciones y el elevado porcentaje de fenómenos
Endocarditis estafílocócica embólicos.
La mayoría de los aislamientos de S. aureus,
adquiridos en la comunidad o no, son resisten­
EVOLUCIÓN
tes a la penicilina (CIM > 0,2 (Xg/mL). Si el mi­
croorganismo fuera sen sib le a la penicilina Luego de iniciado el tratamiento, la deferves­
(CIM < 0,1 |ig/m L), ésta es el agente de elec­ cencia en general se produce en 3 a 7 días, con
ción, en dosis de 20 millones de UI por día por caída de la fiebre y negativización de los he-
vía IV, fraccionadas cada 4 horas, durante 4 a 6 mocultivos. En la endocarditis por S. aureus con
semanas. En ia endocarditis provocada por frecuencia la fiebre persiste entre 7 y 10 días y
S. aureus resistente a la penicilina pero sensible los hemocultivos suelen mantenerse positivos
a la meticilina, el tratamiento es cefazolina 2 g durante la primera sem ana de tratam iento
IV cada 8 horas durante 4 a 6 semanas más genta- antimicrobiano. La persistencia de la fiebre hace
micina l mg/kg de peso IV o IM cada 24 horas necesario descartar el absceso del anillo o las
durante dos semanas. complicaciones supurativas metastásicas.
En pacientes alérgicos a la penicilina o con
endocarditis por S. aureus resistente a la meti-
PROFILAXIS
cilina se utiliza vancomicina, 1 g cada 12 horas
por vía IV durante 4 semanas. La rifampicina es En procedimientos odontológicos, de la cavi­
altamente activa contra 5. aureus, pero nunca se dad bucal o del tracto respiratorio superior, así
la debe utilizar sola debido a la aparición de re­ como en cirugía menor del tracto gastrointestinal
sistencia. Está indicada en casos de endocarditis o genitourinario, la profilaxis consiste en ia ad­
con baja actividad bactericida del suero durante ministración de amoxicilina, 2 g VO 1 hora antes
la terapia con betalactámicos o vancomicina, o y 1,5 g 6 horas después del procedimiento. En
en pacientes con com plicaciones supurativas, pacientes alérgicos a la penicilina y sólo en pro­
como abscesos murales o del anillo valvular. cedimientos del tracto respiratorio o la cavidad
En la endocarditis de válvula protésica causa­ bucal, se utiliza clindamicina, 600 mg VO 1 hora
da por S. epiderm idiSt el 87% de las cepas son antes y 300 mg 6 horas después. En pacientes de
resistentes a la meticilina. Se tratan con vanco­ alto riesgo, en quienes se llevarán a cabo pro­
micina más gentamicina en las dosis ya señala­ cedimientos en los tractos genitourinario o gas­
das, más rifampicina, 600 mg IV cada 12 horas, trointestinal, se utilizarán antibióticos parente-
durante 6 semanas. rales com o ampicilina-sulbactam 3 g IV más
gentamicina 1,5 mg/kg IM o IV 30 minutos an­
Otros microorganismos tes del procedimiento. Este régimen parcnteral
En la endocarditis por bacilos gramnegati- puede repetirse 8 horas después o, como alter­
vos el antibiótico de elección debe seleccionarse nativa, amoxicilina, 1,5 g VO 6 horas después.
T
106 □ P rim era parte - Generalidades - Síndromes clínicos

En pacientes alérgicos a la penicilina se admi­ dica cefazolina 2 g IV en el momento de la in­


nistra vancomicina, 1 g IV 1 hora antes del pro­ ducción anestésica, y 8 y 16 horas después o
cedimiento más gentamicina IV o IM. Ante cual­ vancomicina, 1 g IV en el momento de la induc­
quier procedimiento de cirugía cardiovascular, ción anestésica, y 8 y 16 horas luego de finaliza­
incluso el implante de prótesis valvulares, se in­ do el procedimiento.

Bibliografía-------------------------------------------------
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J é
10
Infecciones del tracto respiratorio
superior
Ornar J. Palmieri

A continuación se estudiarán las infecciones gitis los estreptococos betahemolíticos de los gru­
que con más frecuencia comprometen el tracto pos C y G, las infecciones mixtas por anaerobios
respiratorio superior según el siguiente orden: (angina de Plaut-Vincent por asociación fusoes-
faringitis, rinitis, otitis, sinusitis y laringitis. pirilar), Neisseria gonorrhoeae, Coiynebacíerium
u lc e r a n s , A r c a n o b a c te r iu m h a e m o lyticiim ^
Yersinia en tero co litica , Treponem a pallidttm ,
FARINGITIS
C hlam ydia pneiim oniae y M ycoplasm a pneum o-
La faringitis es la inflamación de la pared farín­ niae.
gea y su tejido linfático que se caracteriza por
hiperemia, con o sin exudado, ulceración o seudo- Epidemiología
membranas. Puede afectar la faringe, amígdalas, La epidem iología varía con la edad del pacien­
úvula, paladar blando, adenoides y anillo linfático te y con el agente etiológico. La mayor parte de
faríngeo. Distintos microorganismos pueden se estas afecciones se producen en los meses fríos
causa de faringitis, dentro de ellos predominan del año, son transmisibles en la comunidad y los
los virus y las bacterias. niños son los más afectados. Entre los adoles­
centes y adultos jóvenes deben tenerse en cuenta
Etiología las faringitis provocadas por el EB V, Mycoplasma
Se considerarán las etiologías virales y las bac­ pneum oniae y los relacionados con la actividad
terianas. sexual (HIV, T. pallidum y N . gonorrhoeae).
Las etiologías virales más frecuentes correspon­
den a los virus respiratorios: rinovirus, coronavi- Manifestaciones clínicas
rus, influenza y parainfluenza. Otros virus respon­ Las manifestaciones clínicas más frecuentes de
sables son los adenovirus, los virus Coxsackie A, las faringitis son: dolor de garganta de variable
los virus del herpes simple (HSV), el virus de intensidad, espontáneo o a la deglución (odino-
Epstein-Barr (EB V), el citomegalovirus (CMV) y fagia), fiebre, malestar general, mialgias, rinitis,
el virus de la inmunodeficiencia humana (HIV). laringitis y traqueítis. Estos síntomas difieren
Las etiologías bacterianas más importantes de acuerdo con el agente etiológico y con ia for­
son: S tr e p to c o c c u s p y o g e n e s (estrep tococo ma clínica que el mismo origine: faringitis erite-
betahemoiítico del grupo A) y C orynebacterium matosa, petequial, vesicular, eritematopultácea,
diphtheriae. Además pueden ser causa de farin­ cripticopultácea, ulcerosa o seudomembranosa.
108 □ iP nw era p a r/^ - G eneralidades - Síndrom es clínicos

Lafarin g itis eriiem aiosa se caracteriza por una están eritematosas con poca repercusión ganglionar
rubefacción que puede estar circunscripta a ios submaxilar.
pilares anteriores o abarcar amígdalas, pilares El virus de la influenza, agente etiológico de la
posteriores, parte del paladar blando y la úvula, gripe, ocasiona una faringitis eritematosa con
que además puede estar edematosa. Sobre este edema de la mucosa, dolor de garganta, coriza,
fondo congestivo a veces asientan petequias lo disfonía, laringitis, traqueítis y tos que se acom­
que configura la fa rin g itis petequial, o vesícu­ pañan de otras m anifestaciones del síndrome
las, como en la faringitis vesicular. En lafaringitis gripal com o fiebre, mialgias y cefalea.
eritem atopultácea sobre el fondo congestivo se El adenovirus causa una faringitis eritematosa,
destacan las amígdalas tumefactas y cubiertas por a veces con exudado blanquecino sobre las amíg­
un exudado blanco, cremoso, purulento que con­ dalas (eritematopultácea), que se acompaña de
trasta con la rubicundez de la mucosa que lo ro­ dolor de garganta, fiebre, cefalea, mialgias y en
dea. Este exudado se desprende con facilidad y un tercio de los casos conjuntivitis bilateral (fie­
no deja una superficie sangrante. Hay odinofagia bre faringoconjuntival).
y se palpan adenopatías subangulomaxilares do- El EBV, agente etiológico de la mononucleosis
lorosas. En \ 2í fa rin g itis cripticopultácea el exu­ infecciosa, origina en general una faringitis con
dado se limita a las criptas de las amígdalas, aun­ exudado blanquecino que cubre total o parcial­
que puede confluir y originar una faringitis erite­ mente ambas amígdalas, adenopatías subangu­
matopultácea. En la farin g itis ulcerosa sobre el lomaxilares, nucales, axilares, hepatoespleno-
fondo congestivo se observan úlceras de fondo megalia y fiebre (ver el capítulo M ononucleosis
granuloso, a veces profundas cubiertas por un exu­ infecciosa).
dado grisáceo o rojizo. En \<¡i fa rin g itis seudo- El CMV determina un cuadro clínico similar
membranosa el exudado se desprende con dificul­ al de la m ononucleosis infecciosa.
tad, deja una superficie sangrante y es coherente, La herpangina es producida por el virus Cox-
es decir no se disocia en el agua. Esta faringitis sackie A y se presenta con odinofagia, fiebre,
es típica de la difteria (ver el capítulo Difteria). mialgias y una faringitis eritematosa con escaso
El cuadro clínico puede sugerir o no un micro­ número de pequeñas vesículas que asientan en
organismo en particular, en tanto que la certeza los pilares anteriores, úvula y paladar blando.
diagnóstica se obtendrá al evaluar los aspectos Estas vesículas se abren en pocas horas y se trans­
epidem iológicos y de laboratorio. forman en úlceras de 1 a 2 mm de diámetro cu­
biertas de un exudado blanquecino.
Faringitis virales. Pueden ser la expresión de La faringitis aguda por el HSV, a veces asociada
resfríos comunes (rinovirus, coronavirus, virus con una gingivoestomatitis, es la expresión de la
parainñuenza) y se acompañan de rinitis, fiebre, infección primaria por este virus. Puede provocar
odinofagia, mialgias y malestar general. Las fauces una faringitis eritematosa o presentarse con lesio­

C u a d ro 10-1. Causas virales más comunes de faringitis aguda.

■.'.Enferniédádes'qué^pfqdüceriA^^^^^

Rinovirus y coronavirus Resfriado común


Adenovirus Fiebre faringoconjuntival
Virus paraínfluenza Resfriado común
Virus influenza Influenza
Virus Epstein-Barr . Mononucleosis infecciosa
Virus herpes sinnple tipo 1 Estomatitis herpética.
Cítomegalovirus Faringitis
Virus Coxsackie A Herpangina
Virus de la inmunodeficiencia humana (HIV) Faringitis
i
C apitulo 10 - Infecciones del tracto respiratorio superior □ 109
(

nes vesiculosas o ulcerosas en toda la mucosa bu­ merulonefritis y la fiebre reumática. (


cal, fiebre y adenopatías dolorosas sub-maxilares. Los estreptococos del grupo C y G originan
í
El HIV puede provocar una faringitis erite- un cuadro clínico similar al anteriormente des-
matosa, asociada o no a candidiasis oral, fiebre y cripto aunque de menor gravedad. <
adenopatías com o primera manifestación de la
infección por ese virus.
La asociación de bacterias anaerobias y espi­
roquetas (angina de Plaut-Vincent) puede provocar c
una faringitis ulcerosa con exudado purulento sobre
t
Faringitis bacterianas. Una de las más fre­ una o ambas amígdalas o un absceso periamig-
cuentes e importantes es la faringitis estrep- dalino. Hay fiebre, odinofagia y aliento fétido. i
tocócica provocada por Streptococcus pyo^enes La difteria, enfermedad provocada por C oiyne-
que puede presentarse com o una faringitis leve, bacíerium áiphthenae, origina una faringitis seu- í
indistinguible de una faringitis viral, o también domembranosa. Se tendrá en cuenta por su gra­
como un cuadro clínico de mayor gravedad, con vedad, aunque en la actualidad no es frecuente i
intenso dolor faríngeo, odinofagia, fiebre de 39®C debido a la vacunación (ver el capítulo Difteria).
i
a 40°C, escalofríos, cefalea, dolor abdominal, Como ya fue señalado, otras bacterias son ca­
náuseas y vómitos. La faringe está eritematosa, a paces de provocar faringitis aguda, su cuadro c lí­ e
veces petequial, con edema de la mucosa y un nico es similar a las precedentes y por su escasa
exudado blanquecino que cubre ambas amígda­ frecuencia no serán descriptas (cuadro 10-2). (
las (faringitis eritematopultácea). Los ganglios
linf^icos subangutomaxilares están agrandados Diagnóstico
4
y dolorosos. El hemograma muestra leucocitosis La epidemiología, la clínica y el laboratorio <
y neutrofilia. Pueden sobrevenir complicaciones pueden contribuir eficazmente al diagnóstico de
supurativas o no supurativas, las primeras se ma­ las faringitis. i
nifiestan com o flem ones o abscesos periamig-
dalinos o retrofaríngeos, adenitis supurada, oti­ Faringitis eritem atosas. Las faringitis erite- C
tis media o mastoiditis y ocurren dentro del pe­ matosas son con frecuencia de etiología viral.
{
ríodo agudo de la enfermedad. Las com plicacio­ Se acompañan de rinitis, laringitis, traqueobron-
nes no supurativas se presentan aproximadamente quitis, fiebre y mialgias. Suelen ocurrir en los i
a los 20 días, las más importantes son la glo- meses fríos del año y en general son la expresión
i
i
C u a d r o 10- 2. Causas bacterianas más frecuentes de faringitis aguda.
Ágeht^étiblÓ gicosV -C’ ‘!:.v ^ . ■'/-v'Enférmeaade^^^ : 'v V/VÍ V i
Estreptococo betahemolítico del grupo A . Faringitis, amigdalitis, escarlatina
t
(Streptococcus pyogenes)
Estreptococos de los grupos C y G Faringitis, amigdalitis <c
Infección mixta por anaerobios, asociación Faringitis, perlamigdalitis, abscesos periamigdalinos.
fusoespirilar gingivitis, estomatitis, angina de Plaut-Vincent 't
Neisseria gonorrhoeae Faringitis
<
Yersinia eñterocolitica Faringitis
Arcanobacterium haemolyticum Faringitis ((
Corynebacteríum diphtheríae Difteria
Corynebacteríum ulceraos Faringitis i
Salmonella typhi Angina de Ouguet
Mycoplasma pneumoniae Faringitis <c
Chiamydia pneumonie Faringitis
'H
Trepcr^ema pallidum Localización faríngea de la sífilis primaria, secundaria o
terciaria (i
(I

\t
d
110 □ P rim era parte - Generalidades - Síndromes clínicos

de una virosis respiratoria aguda. En cuanto a las los antimicrobianos de acuerdo con el agente etio­
faringitis eritematosas de causa bacteriana los lógico. La faringitis estreptocócica se tratará con
hallazgos clínicos no permiten asegurar el diag­ penicilina V por vía oral en dosis de 500.000 a
nóstico etiológico por lo que se recurrirá al cul­ 1.500.000 UI cada 6 a 8 horas en los adultos y
tivo del hisopado faucial. Existen métodos rápi­ 50.000 Ul/kg/día en los niños, repartidos cada 6
dos de delección de antígenos cuya positividad a 8 horas, durante 10 días. Otra alternativa es la
indica infección por S. pyogenes y por lo tanto la penicilina G benzatina por vía IM en una sola dosis
indicación de tratamiento. La negatividad de es­ de 1.200.000 a 2.400.000 UI en los adultos y de
tas pruebas no exluye la infección por dicho mi- 600.000 a 1.200.000 UI en los niños. No deben uti­
croorgani.smo, por lo tanto siempre deberán rea­ lizarse ampicilina ni amoxocicilina. En los pacien­
lizarse los cultivos del hisopado faríngeo. Con­ tes alérgicos a la penicilina se utilizarán los
viene señalar que los métodos rápidos no identi- macrólidos como la claritromicina de 250 a 500 mg
ñcan a los estreptococos de los grupos C y G, cada 12 horas en los adultos o 15 mg/kg/día en los
también relacionados con faringitis. niños, repartidos cada 12 horas, durante 10 días
o la azitromicina 500 mg cada 24 horas en los
Faringitis con exudado. Streptococcus pyo- adultos o 10 mg/kg cada 24 horas en los niños,
genes también puede originar una faringitis erite- durante 5 días.
m atopultácea con exudado que cubre ambas La angina de Plaut-Vincent se tratará con anti­
amígdalas. Otras bacterias y virus se tendrán en microbianos que tengan actividad contra gérme­
cuenta en las faringitis con exudado como las nes anaerobios. Puede indicarse la clindamicina
provocadas por los estreptococos de los grupos en dosis de 300 a 600 mg por vía oral, IV o IM cada
C y G, las bacterias anaerobias, C. diphtheriaey 6 a 8 horas en los adultos y 40 mg/kg/día en los
adenovirus, virus del herpes simple y el virus de niños, repartidos cada 6 a 8 horas, durante 10 días.
Epstein-Barr. Las enfermedades causadas por En las faringitis con edema importante pueden
estos agentes etiológicos se describen en los ca­ utilizarse los corticosteroides.
pítulos correspondientes.
Profilaxis
Diagnóstico diferencial La difteria tiene una eficaz profilaxis median­
El diagnóstico diferencial de las faringitis eri­ te la vacunación con el toxoide diftérico (ver el
tematosas hay que establecerlo con las faringitis capítulo Difteria). La vacuna contra la influenza
eritematosas virales y las bacterianas. Dentro de es útil en la prevención de las faringitis provoca­
estas últimas, en especial, con la provocada por das por ese virus. Aún no existen vacunas contra
Streptoccus pyogenes (estreptococo beta-hemo- otros patógenos capaces de provocar faringitis.
lítico grupo A), para la que se dispone de un trata­ Los pacientes con ep isod ios recidivantes de
miento etiológico eficaz capaz de evitar las com­ faringitis por S. pyogenes asociados con la por­
plicaciones tanto las supurativas o intrainfecciosas tación faríngea de dicha bacteria pueden reque­
como las no supurativas o posinfecciosas. rir tratamiento con antimicrobianos, aunque es
En las farinitis con exudado se considerará la difícil su erradicación. Resulta muy eficaz la clin­
posibilidad de ser la expresión local de enferme­ damicina por vía oral en dosis de 40 mg/kg/día,
dades generales graves como hemopatías, agranu- repartida cada 8 horas, durante 10 días. También
locitosis, leucemia o, enfermedades infecciosas puede utilizarse una combinación de rifampicina
como escarlatina, difteria, mononucleosis infec­ con penicilina V o con penicilina G benzatina.
ciosa, adenovirosis y las provocadas por el virus
del herpes sim ple, bacterias anaerobias y los
RINITIS
estreptococos de los grupos A, C y G.
Se denominan rinitis a las afecciones inflamatorias
Tratamiento de la mucosa nasal, pueden ser agudas o crónicas.
El tratamiento de las faringitis virales es sinto­ Las rinitis agudas se caracterizan por su gran
mático. En las faringitis bacterianas se indicarán frecuencia y en general por ser provocadas por
Cap/7«/o JO - Infecciones del tracto respiratorio superior □ 111

rinovirus. Se manifiestan por estornudos, obstruc­ realiza con doxiciclina asociada a estreptomicina
ción nasal y rinorrea mucosa, a veces mucopu- osulfadiazina.
rulenta o sanguinolenta. Se producen en los me­ La rinosporidiosis producida por Rh'm ospo’
ses fríos del año, en general son autolimitadas y ridium seeberi se caracteriza por el crecimiento
sólo requieren tratamiento sintomático. Otros vi­ lento de pólipos nasales y su tratamiento es qui­
rus también pueden ser causa de rinitis aguda rúrgico.
como adenovirus, coronavirus, virus influenza o La mucormicosis es una grave enfermedad pro­
virus parainfluenza. Otras veces son sintomáticas ducida por hongos de las esp ecies R hizopus,
de afecciones como sarampión, escarlatina, vari­ Mucor, Absidia o Rhizom ucor que afecta en gene­
cela y otras. Merece mención especial la rinitis ral a diabéticos descompensados y que origina una
diftérica que debe sospecharse en un niño con grave rinitis serosanguinolenta que luego se ex­
rinitis serohemorrágica y erosiones en e! vestí­ tiende a los tejidos vecinos (ver el capítulo Mu­
bulo nasal. La rinoscopia puede evidenciar las cormicosis).
características pseudomembranas (ver el capítu­ La sífilis congénita puede manifestarse con
lo Difteria). rinitis y produce la típica deformación denomi­
En el recién nacido puede producirse la rinitis nada «nariz en silla de montar».
gonocócica acom pañada de fiebre, rinorrea La leishmaniosis, la tuberculosis, la lepra, la his-
purulenta y conjuntivitis, que en la actualidad, toplasmosis, la paracoccidioidomicosis, las miasis
se observa excepcionalmente. y otras enfermedades infecciosas también pueden
La rinitis de la sífilis coiigénita se manifiesta ser el origen de rinitis crónica y de importantes
de modo progresivo algunas semanas después del alteraciones de la pirámide nasal. Éstas, se estu­
nacimiento, con escasa fiebre, obstrucción nasal, diarán en los capítulos correspondientes.
rinorrea hemorragicopurulenta, costras y erosio­
nes vestibulares.
OTITIS
Las rinitis crónicas son menos frecuentes y son
debidas a distintos microorganism os. M erece Se considerará la otitis externa y la otitis media.
mencionarse el rinoescleroma, o escleroma, ya
que puede extenderse a la faringe, laringe y trá­ Otitis externa
quea. Su agente etiológico es K lebsiella rhinos- La otitis externa es una dermoepidermitis agu­
cleromafis y produce rinitis granulomatosa cró­ da o crónica, que suele comprometer en forma
nica en la que alternan zonas hipertróficas y aislada o en conjunto, el pabellón auricular, el
atróficas cubiertas con costras de un olor parti­ conducto auditivo externo y la capa epidérmica
cular. La histopatología revela las características o externa de la membrana timpánica, y puede ser
células de Mickulicz en cuyo proioplasma vacuo- provocada por distintos microorganismos.
lado se visualiza el agente etiológico. El trata­ La otitis externa circunscripta o fo rú n cu lo del
miento se realiza con cotrinioxazol, ciproflo- conducto auditivo externo es la infección estafi-
xacina o doxiciclina. locócica de los folículos pilosebáceos. Las cau­
Otro microorganismo responsable de rinitis sas predisponentes son el prurito que ocasionan
crónica es K lebsiella ozaenae, agente etiológico algunas dem iatosis, alergias por contacto debi­
de la ocena, en que se presenta com o una rinitis das a productos cosm éticos, fijadores para el ca­
atrófica cubierta por costras secas y malolientes. bello o esmalte de uñas, la introducción de obje­
Se trata con ciprofloxacina oral asociada con la tos como horquillas o palillos, los lavados exce­
administración intranasal de aminoglucósidos. sivos, la inmersión en cursos de agua o piscinas
El muermo es una rinitis producida por Bur- («otitis del nadador») y demás elem entos que
kholderia (Pseudom onas) m allei que ocasiona modifiquen la piel de la zona. El forúnculo del
una enfermedad respiratoria equina que a veces conducto auditivo externo se caracteriza por in­
se transmite al hombre u otros animales dom és­ tensa otalgia, congestión y edema que imposibi­
ticos. Se caracteriza por lesiones granulomatosas lita la colocación del otoscopio, el que incrementa
ulceradas y rinonea purulenta. El tratamiento se más aún el dolor. Éste, se exacerba también con la
112 □ P rim era parte - G eneralidades - Síndrom es clínicos

palpación del trago, la masticación, el bostezo y Otitis media


la fonación. La otitis media es la inñamación del oído me­
El tratamiento es local y general. El tratamien­ dio que puede ser originada por distintos microor­
to local consiste en la aplicación de gotas óticas ganismos y evolucionar en forma aguda o crónica.
con antibióticos y anestésicos tópicos. El trata­ La otitis m edia aguda se observa con mayor
miento general se realiza con antibióticos acti­ frecuencia en la infancia y en especial en invier­
vos frente al estafilococo, por vía oral o paren- no. Los microorganismos responsables en la ma­
teral. Se administrarán analgésicos y si no se pro­ yoría de los casos son Streptococcus pneum oniae
duce el drenaje espontáneo del pus está indicada y H aem ophilus influenzae y con menor frecuen­
la evacuación quirúrgica. cia M oraxella catarrhalis, Streptococcus pyogenes
La otitis externa difusa es una epidermoder- y Staphylococcus aureus. Los factores predispo­
mitis aguda del conducto auditivo que a veces nentes están constituidos por obstrucción funcio­
compromete la membrana timpánica y parte del nal o mecánica de la trompa de Eustaquio o sus
pabellón auricular. La infección en general es pro­ alteraciones anatómicas. En el niño la trompa es
vocada por distintos m icroorganism os com o más corta y ancha que en el adulto y durante el
S ta p h y lo c o c c u s a u reu s, P se u d o m o n a s a eru - llanto permite el paso de secreciones orofaríngeas
ginosa, Aspergillus niger y otros. Los factores al oído medio.
predisponentes son los mismos que se m encio­ Las manifestaciones clínicas locales son otalgia
nan para la otitis externa circunscripta. El trata­ u otorrea, y a veces, repercusión general como fie­
miento es local y general. Para el tratamiento lo­ bre, irritabilidad, diarrea o vómitos. El diagnósti­
cal se aplicarán gotas óticas con antibióticos, y co se realiza mediante la otoscopía la que muestra
en la otom icosis, gotas con antifúngicos com o el un tímpano congestivo, abombado, con pérdida del
miconazol. El tratamiento general se hará con cono luminoso y en ocasiones otorrea y perfora­
antimicrobianos de acuerdo con los resultados del ción. El examen bacteriológico de la secreción i
examen bacteriológico. obtenida del conducto auditivo externo o por tim-
La otitis externa m aligna está provocada por panocentesis permite el diagnóstico etiológico y
P seudom onas aeruginosa. Se caracteriza por su la adecuada elección terapéutica. El tratamiento
evolución crónica y la propagación a las partes empírico debe realizarse con antimicrobianos acti­
blandas vecinas y los huesos de la base del crá­ vos frente a los microorganismos más frecuentes
neo. Los principales factores predisponentes son ya mencionados e incluyen la amoxicilina, el cotri-
la diabetes y la edad avanzada. Las manifesta­ moxazol y las cefalosporinas de segunda genera­
cion es clín icas incluyen dolor local, otorrea ción. Ante la falta de respuesta la timpanocentesis
purulenta verdosa y granulaciones del conducto puede ser un recurso diagnóstico y terapéutico.
auditivo externo. La osteom ielitis de la base del La otitis m edia crónica es la inflamación del
cráneo puede provocar parálisis facial periférica oído medio de evolución prolongada con supu­
y a veces compromiso de los nervios IX, X y XL ración a través de una perforación timpánica per­
El pronóstico es sombrío, dada la posibilidad de sistente. La curación deja una secuela cicatrizal
complicaciones sépticas intracraneales. Para el definitiva. Las otitis crónicas se dividen en dos
diagnóstico se practica el examen bacteriológico grupos: con perforación central y con perforación
del pus que mana por el conducto y la biopsia de marginal. La primera, también denominada oti­
las granulaciones para descartar tumores. La TC tis crónica simple u otitis mucosa u otorrea tubaria
o RM determinarán la extensión de las lesiones. presenta una perforación central y persistente del
El tratamiento se hará en base a la sensibilidad tímpano que no llega hasta sus bordes. La otitis
del microorganismo con antimicrobianos anti- crónica con perforación marginal se caracteriza
pseudomonas por vía local, oral y parenteral. En por una perforación marginal que incluye los
ocasiones se complementará con la cirugía. bordes del tímpano. La mucosa de la caja timpá­
Es muy importante el adecuado control de la nica presenta signos de inflamación crónica con
diabetes y el medio interno. pérdida total o parcial de la capa superficial, me-
taplasia del epitelio, infiltración del corion por
Capítulo 10 - Infecciones del tracto respiratorio superior □ 113

células redondas y gran número de osteoclastos dos molares de la arcada superior. Otras causas
en las paredes óseas de la caja. El hueso que la de sinusitis son los barotraumas por inmersiones
rodea presenta fibrosis, es irregular con deficiente marinas profundas o viajes aéreos, los irritantes
neumatización del hueso temporal y signos de in­ químicos y las anomalías del moco, como suele
flamación activa. Debido a la intensa granulación verse en la fibrosis quística. Los tumores y las
y proliferación de la mucosa pueden originarse enfermedades granulomatosas también pueden
pólipos. Otra forma clínica de las otitis crónicas causar sinusitis secundaria a la obstrucción.
es el colesteatoma, tumor benigno en cuanto a su En los casos habituales no está indicada la pun­
estructura histológica pero maligno por su evo­ ción sinusal y los cultivos del drenaje nasal no
lución, de crecimiento excéntrico y de gran po­ son confiables.
der destructor. El tratamiento empírico de las sinusitis bacte­
El diagnóstico y el tratamiento debe realizarlo rianas agudas debe dirigirse contra los patógenos
el especialista. El infectólogo se limitará a inves­ bacterianos más comunes com o Streptococcus
tigar la presencia de microorganismos y realizar pneum oniae, HaemophUus influenzae, M oraxella
el tratamiento con antimicrobianos de acuerdo c a ta rrh a lis, S ta p h y lo c o cc u s a u reu s, S trepto-
con la sensibilidad. Los hallazgos bacteriológicos c o c c u s p y o g e n e s , B a c te r o id e s , P e p to s tr e p -
más frecuentes incluyen: S. aureus, P. aeruginosa, to co ccu s y F u sobacterium . Pueden utilizarse
Klebsiella, Froteus, E. coli, Prevotella y algunas a m oxicilin a, trim etoprim a-sulfam etoxazol o
especies de bacteroides. amoxicilina-clavulanato, durante 10 a 15 días. En
la sinusitis nosocomial los patógenos más fre­
cuentes son S. aureus y bacilos gramnegativos.
SINUSITIS
En esta circunstancia conviene cultivar el mate­
La más frecuente es la sinusitis maxilar, segui­ rial obtenido por punción aspirativa del seno afec­
da por la etmoidal, la frontal y la esfenoidal. En tado, para guiar el tratamiento. A l inicio se indi­
general es secundaria a una infección viral de las can antimicrobianos de amplio espectro que se
vías respiratorias altas. Muchas de estas infec­ adaptarán después al resultado del cultivo. La
ciones se complican con sinusitis bacteriana agu­ punción, para aspiración y lavado del seno, o la
da con repercusión clínica. cirugía, para ensanchar los orificios y drenar las
Las infecciones respiratorias altas de origen secreciones espesas, pueden resultar imprescin­
viral aumentan la cantidad de m oco y dañan las dibles en la sinusitis aguda grave.
células ciliadas con lo cual retardan el tiempo de
transporte del moco y además, constituyen la cau­
LARINGITIS
sa más frecuente de obstrucción de los orificios
de los senos paranasales. La rinitis alérgica, ya La laringitis se debe a la infiamación aguda de
sea por edema de la mucosa o por pólipos, es otra la mucosa laríngea, las cuerdas vocales y en oca­
causa común de obstrucción de los orificios. La siones, también de la tráquea. La mayoría de los
intubación nasotraqueal o nasogástrica puede casos son producidos por los virus parainfluenza
determinar la obstrucción de los orificios, por lo y en ocasiones por M ycoplasm a pneum oniae. La
que constituye un factor de riesgo para las sinu­ laringitis aguda se caracteriza por la aparición de
sitis nosocomiales. Las infeccione.s alveoloden- ronquera y tos sin estridor. Suele acompañar a
tarias, como granulomas, osteítis, abscesos o quis­ las rinitis y faringitis víricas. La terapéutica es
tes periapicales originan sinusitis maxilares en sintomática y consiste en humidificar el aire inha­
un 5% a 10% de los casos, lo cual es debido a la lado y el reposo de la voz. También son aconse­
proximidad de la cúpula alveolar con el piso del jables las nebulizaciones. Si se produce infección
seno maxilar com o ocurre con las raíces de los bacteriana secundaria, se utilizarán ios antimicro­
segundos premolares, y de los primeros y segun­ bianos.
114 G - G eneralidades - Síndromes clínicos

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11

Infecciones del tracto respiratorio inferior


M arcelo E. Corti
Ornar J. Palmieri

rxxap.'.::

Se tratarán las infecciones del tracto respirato­ bronquitis provocadas por los virus del resfrío
rio inferior en el siguiente orden: traqueobron- común, como rinovirus y coronavirus, es raro que
quitis aguda, traqueobronquitis crónica, neumo­ haya fiebre.
nía aguda, neumonía crónica, absceso pulmonar La auscultación torácica se caracteriza por
y pleuresía. estertores gruesos que se modifican con la tos;
no hay disnea ni cianosis. Puede haber molestias
y dolor retroesternal asociados con la tos. En ge­
TRAQUEOBRONQUITIS AGUDA
neral, es una afección que se autolimita en 10 a
La traqueobronquitis aguda es la inflamación 15 días.
del árbol traqueobronquial asociada por lo gene­ El tratamiento es fundamentalmente sintomá­
ral con una infección respiratoria viral. Los virus tico: antipiréticos y antitusivos. En general los
capaces de provocarla son: influenza, parain- antibióticos no están indicados, dada la natura­
fluenza, adenovirus, rinovirus, coronavirus, vi­ leza viral de la mayoría de las traquebronquitis
rus sincitial respiratorio, virus Coxsackie A21, agudas. D e sospecharse micoplasma, clamidias
virus de la rubéola, del sarampión y otros; y las o infección bacteriana, pueden utilizarse ma-
bacterias son Bordetella pertussis, M ycoplasm a crólidos, com o claritromicina, roxitromicina o
pneumoniae y C hlam ydia pneum oniae. También azitromicina.
es posible hallar Streptococcus pneum oniae y
Haemophilus influenzae, aunque no está estable­
TRAQUEOBRONQUITIS CRÓNICA
cido con claridad su papel patogénico.
Los microorganismos patógenos provocan al­ La traqueobronquitis crónica es la inflamación
teraciones de la mucosa traqueobronquial, como de! árbol traqueobronquial que se caracteriza por
inflamación, edem a, hipersecreción m ucosa, tos e hipersecreción mucosa. La causa más co­
mucopurulenta o sanguinolenta con daño de la mún es el hábito tabáquico; otras son la inhala­
función mucociliar. El virus influenza puede pro­ ción de vapores irritantes en algunas actividades
ducir necrosis del epitelio. laborales y el reflujo gastroesofágico. En ocasio­
La tos es el síntoma predominante de la tra­ nes hay antecedentes de alergia o asma. La
queobronquitis aguda; puede ser seca o con ex­ reagudización de la traqueobronquitis crónica
pectoración. La temperatura varía de acuerdo con suele ser de causa infecciosa y tiene com o agen­
el agente etiológico determinante, 38®C o más tes etiológicos los ya considerados al estudiar la
en las infecciones por virus influenza, adenovi­ traqueobronquitis aguda y en especial a M o-
rus y M ycoplasm a pneum oniae. En las traqueo- raxella c a ta n halis.
116 □ - G eneralidades - Síndrom es clínicos

radas o encuentran condiciones favorables, como


NEUMONÍA AGUDA
tejido necrótico (infarto de pulmón) o afeccio­
Definición nes bronquiales.
La neum onía aguda es la inflam ación del En las neumonías que se presentan en los pa­
parénquina pulmonar situado por detrás de la cientes en asistencia respiratoria mecánica, los
porción distal de los bronquiolos terminales. Se agentes causales identificados con mayor fre­
caracteriza por alveolilis con exudado intraal- cu en cia son b acilos gram negativos intrano-
veolar e infiltrado intersticial, y puede ser causa­ s o c o m ia le s - P s e u d o m o n a s a e r u g in o s a y
da por noxas infecciosas o no infecciosas. A con­ A cinetobacter spp-pero también deben conside­
tinuación se considerarán las neumonías bacte­ rarse gérm enes gram positivos, com o Stapíiy^
rianas. ¡ococcus aureus.

Etiología Epidemíología
Varía según: a) la edad del paciente, b) el lugar Las infecciones respiratorias constituyen afec­
de adquisición de la neumonía (de la comunidad ciones frecuentes. Los procesos que afectan las
o extrahospitalaria, y nosocom ial o intrahos- vías aéreas superiores (faringitis, laringitis, tra-
pitalaria) y c) la presencia de enferm edades queítis) son habitualmente banales; sin embargo,
preexistentes. En el recién nacido predominan los las infecciones del tracto respiratorio bajo pue­
gérm en es adquiridos en e l canal del parto den causar un compromiso grave de la salud y
{Escherichia coli, estreptococos grupo B). En el aun de la vida del paciente, en especial cuando
niño son más frecuentes H aem ophiliis influenzae existen enfermedades preexistentes com o diabe­
y Streptococcus pneum oniae. En el adulto, 5. tes, alcoholism o, inmunodepresión, tabaquismo
pneum oniae es el agente identificado en el 40% o enferm edad pulm onar obstructiva crónica
al 80% de los casos de neum onías extrahos- (EPOC). Las neumonías recurrentes se incluyen
pitalarias. dentro de las enfermedades marcadoras del sida
Los pacientes con diabetes o bronquitis cróni­ (ver el capítulo Enfermedad por el Virus de la
ca, así como los alcohólicos y ancianos, pueden Inmunodeficiencia Humana- HlV/sida).
sufrir infecciones por bacilos gramnegativos, en La neumonía neum ocócica puede presentarse
especial K lebsiella pneum oniae, E . co li y En- en cualquier estación, pero es más común duran­
tero b a cter spp. Los portadores de leucem ia, te el invierno.
mieloma múltiple, anemia de células falciformes Los serotipos que causan neumonía con mayor
o los sometidos a esplenectom ía sufren infeccio­ frecuencia en adultos son 1 , 3 , 4 , 5 , 7 , 8 , 1 2 ,1 4 y
nes por gérm enes capsulados com o S. p n e u ­ 19. Los adultos normales pueden ser portadores
m oniae o H . influenzae. del neum ococo en las vías aéreas superiores y
En las neumonías intrahospitalarias predomi­ desempeñar un papel importante en la disemina­
nan los bacilos gramnegativos resistentes a los ción de los serotipos patógenos, en especial en
antibióticos. Son especialmente frecuentes P seu­ las comunidades cerradas. En estas circunstan­
dom onas aeruginosa, K. p neum oniae, E. coli, cias, la aparición de infecciones respiratorias
Proíeus sp, Enterobacter sp, Serratia m arcescens virales puede dar lugar a epidemias de neumo­
y A cinetobacter calcoaceticus. En estos casos nías bacterianas, en especial por neum ococos y
también puede identificarse S ta p h y lo c o c c u s estafilococos.
aureus com o agente etiológico. La neumonía neum ocócica complica con fre­
Las neumonías por gérmenes anaerobios son cuencia a los pacientes con anesplenia anatómi­
frecuentes en pacientes con alteraciones del sen­ ca o funcional, como también a los portadores de
sorio, ya que éstas permiten la aspiración de m ieloma múltiple o hipogammaglobulinemia.
f
secreciones orofaríngeas. También la enfermedad
periodontal origina un incremento en el número Patogenia
de bacterias anaerobias de la cavidad bucal, las L os m icroorgan ism os pueden alcanzar el
que causan infecciones graves cuando son aspi- parénquima pulmonar por tres vías:
C apítulo 11 - Infecciones del tracto respiratorio inferior □ 117

• Por penetración a través de las vías respira­ pulmonares, hasta alcanzar las cisuras, lo que
torias, ya sea por inhalación de microorganismos origina la consolidación de todo el lóbulo.
suspendidos en el aire o por aspiración de los pre­ Evoluciona en cuatro períodos establecidos por
sentes en las secreciones orofaríngeas. La mayor Laennec: en la porción más externa del área de
parte de las neumonías, en especial las de adqui­ consolidación aparece una zona de congestión y
sición extrahospitalaria, responden a este meca­ edema, en la cual los alvéolos están llenos de un
nismo. líquido seroso acelular poblado de bacterias. Por
• Por extensión directa, a partir de un foco con­ dentro se observa una zona con abundantes
tiguo situado en el mediastino o en el espacio leucocitos y fenómenos de fagocitosis. Más ha­
subfrénico. En estos casos suele producirse un cia adentro se comprueba una zona de consolida­
empiema pleural. ción, donde los alvéolos están repletos de célu­
• Por disem inación hem ática desde un foco las. En la periferia predominan el edema y la he­
séptico distante. Es el caso de las tromboflebitis morragia, lo que se denom ina «hepatización
sépticas o la endocarditis derecha. roja». En las áreas más centrales de la lesión, la
densa infiltración leucocitaria explica el color
En estas situaciones se producen fallas en los característico de la «hepatización gris».
mecanismos de defensa naturales del pulmón La bronconeum onía se caracteriza por la pre­
contra las infecciones. Éstos son de 2 tipos: sencia de exudado purulento en el interior de los
bronquiolos terminales y alvéolos adyacentes. El
1. Locales, que son muy importantes para ase­ exudado es más denso y apenas se difunde a tra­
gurar la esterilidad habitual de bronquios y vés de la pared alveolar. Se trata de una bron-
alvéolos. Dentro de ellos, los principales son: q u io lo a lv eo litis supurativa y ulcerativa, con
a) las defensas de superficie, en especial la acti­ necrosis de la pared bronquial, trombosis vascular
vidad mucociliar, enzimas antiinfecciosas ines- y abscedación del parénquima. Si los abscesos
pecíficas (lisozima) y sustancias con actividad peribronquiales comunican con la vía aérea, en­
inmunitaria específica como la IgA secretoria de tra aire a la cavidad del absceso y se forma el
las mucosas, presente en las secreciones salival, neum atocele característico, por atrapamiento
nasal y bronquial; b) los m acrófagos alveolares, aéreo. La infección se difunde por vía bronquial
adaptados en particular a la fagocitosis y muy y origina m ú ltip les fo c o s de co n so lid a ció n
importantes para garantizar la integridad del pul­ lobulillar. La extensión desde el intersticio a la
món profundo, y c) el reflejo tusígeno desperta­ serosa es causa de exudación y derrame pleural.
do por cualquier material extraño que trasponga En las neumonías intersticiales la reacción infla­
la glotis. matoria predomina en el intersticio, con edema y
2. G en era les, representados por las inmu- exudado compuesto por células mononucleares.
noglobulinas séricas, que pueden alterarse en for­ Cuando la infección so localiza en el espacio
ma cualitativa o cuantitativa (hipogamm aglo- subpleural, puede originar un exudado serofí-
bulinemias o agammaglobulinemias). brinoso de naturaleza reactiva, o bien un empie-
ma si el germen invade la pleura.
Las neumonías agudas bacterianas siempre es­
tán asociadas con una alteración transitoria o per­ Clasificación
manente de estos mecanismos de defensa del pul­ Las neumonías pueden clasificarse de acuerdo
món. con criterios anatómico, patogénico, etiológico
y clínico.
Anatomía patológica
La neum onía lobular se caracteriza por la pre­ 1. El criterio anatóm ico contempla el sitio de
sencia de un exudado fíbrinopurulento en el in­ asiento del proceso. Se denominan, entonces, neu­
terior de los alvéolos. La infección se extiende monía lobular, lobulillar o bronconeumonía, y
en forma centrífuga y progresa hacia los alvéolos neumonía intersticial o neumonitis. En la neu­
vecinos sin respetar el límite de los segmentos m o n ía lo b u la r, provocada por S trep to co c cu s
118 □ P r / m ^ r a - G eneralidades - Síndromes clínicos

pneumoniae, el microorganismo alcanza el parén- causal o por los resultados de las pruebas sero-
quima pulmonar por vía aérea, se disemina en for­ lógicas. Según este criterio se clasifican en neu­
ma centrífuga, llega a los espacios aéreos perifé­ monías por virus, hongos o bacterias (rickettsias,
ricos - a través de los conductos de Lamben- y pasa micoplasma o clamidias).
de un alvéolo a otro a través de los poros de Kohn.
En la bronconeum onía el proceso inflamatorio 4. La clasificación clínica las divide en neu­
comienza en la vía aérea y de allí se propaga al m onías bacterianas localizadas, grupo que com ­
parénquima circundante, com o ocurre en la prende las neumonías agudas sim ples no supu­
bronconeumonía por Staphylococcus aureus. rativas, limitadas a un segmento o lóbulo pulmo­
En la neiim onitis la inflamación compromete nar, y las neumonías agudas supurativas o absce­
el intersticio pulmonar, como en el caso de las so de pulmón. Las primeras suelen tener buen
neumonitis por virus, micoplama o clamidias, que pronóstico y en general se curan sin secuelas. Las
en general determinan neum onías atípicas. supuraciones pulmonares requieren tratamiento
más intensivo y prolongado. Pueden dejar secue­
2. El criterio patogénico toma en cuenta el es­ las y, en algunas oportunidades, el tratamiento
tado previo del huésped y la vía de llegada de los m édico debe completarse con la cirugía.
microorganismos al árbol bronquial. Se denomi­ Las neum onías bacterianas graves se denomi­
nan neum onías prim arias o prim itivas aquellas nan así por la extensión del fo co infeccioso
que afectan a pacientes sin alteraciones previas y (bronconeumonías de focos m últiples), por la
son provocadas por los microorganismos habi­ presencia de microorganismos resistentes a los
tuales del árbol respiratorio, como la neumonía antimicrobianos o por comprometer a gerontes,
neumocócica. inmunodeficientes, pacientes con trastornos car­
Son secundarias las que se instalan en indivi­ díacos o individuos con EPOC.
duos afectados por enfermedades orgánicas o de­
ficiencias inmunitarias previas. Son causadas por Además se las clasifica en neum onías de la
microorganismos oportunistas, poco patógenos en c o m u n id a d o e xtra h o sp ita la ria s y neum onías
condiciones habituales pero capaces de inducir nosocom iales o intrahospitalarias.
infección respiratoria en algunas circunstancias,
como la neumonía por P seudom onas aeruginosa Manifestaciones clínicas
que compromete a pacientes intubados y en asis­ La neum onía neum ocócica tiene un período de
tencia respiratoria mecánica. incubación que oscila entre 1 y 3 días.
Las neum onías hem atógenas o m etastásicas El com ienzo es agudo y brusco, con fiebre alta
son aquellas en las cuales lós microorganismos (39®C a 40®C), escalofrío intenso y duradero, y
llegan al pulmón transportados por la circulación dolor torácico en forma de puntada de costado.
sistémica. En estos casos debe investigarse la pre­ La tos es productiva, con expectoración mucopu-
sencia de un foco séptico extrapulmonar. Es fre­ rulenta, hemoptoica o herrumbrosa.
cuente la disposición bilateral de las lesiones, En los pacientes de edad avanzada o debilita­
com o en el caso de la neumonía estafilocócica. dos la presentación es insidiosa, con febrícula,
Las neum onías aspirativas son la consecuen­ deshidratación y confusión mental.
cia del ingreso al pulmón de microorganismos El examen físico muestra un síndrome de con­
provenientes de la encrucijada aerodigestiva. Son densación, a veces con compromiso pleural. En
frecuentes en pacientes con compromiso de la un 25% a 30% de los casos hay episodios de
conciencia que aspiran secreciones o en los ali­ bacteriemia con hemocultivos positivos. La neu­
mentados por sonda nasogástrica. Los agentes monía neumocócica es la fom ia más frecuente
etiológicos más comunes son anaerobios y baci­ de neumonía extrahospitalaria. Strep to co ccu s
los gramnegativos. pneum oniae es un diplococo grampositivo, lan­
ceolado, aerobio, anaerobio facultativo, que en
3. La clasificación etiológica depende del la­ un medio de agar sangre da una reacción alfahe-
boratorio, ya sea por reconocimiento del agente molítica. Su principal componente antigénico es
C apítulo 11 - Infecciones del tracto respiratorio inferior □ 119

la cápsula, que puede ponerse de manifiesto uti­ tos productiva con expectoración mucopurulenta
lizando el antisuero específico de tipo, que pro­ y, en ocasiones, hemoptisis y dolor pleurítico.
duce su tumefacción (reacción de Quellung). Produce neumonía lobular o segmentaria, con
La neum onía estafilocócica es una neumonía frecuente derrame pleural paraneumónico y, a
grave, de frecuente adquisición intranosocomial, veces, bacteriemia.
que rara vez se presenta como enfermedad pri­ Pseudom onas aeruginosa es un bacilo gramne-
maria. Síaphylococcus aiireus es un coco gram- gativo aerobio, no fermentados que se aísla con
positivo que se agrupa en racimos y en agar san­ frecuencia de nebulizadores, humidificadores,
gre desarrolla colonias doradas (de allí el nom­ filtros de aire, aparatos de asistencia respiratoria
bre). Hay dos formas de presentación de neumo­ y cánulas de traqueostom ía. En todos estos
nía estafilocócica. La primera es la que aparece reservorios se pueden mantener las condiciones
con posterioridad a in feccion es respiratorias necesarias para la supervivencia del microorga­
virales del tipo de la influenza o el sarampión. nismo. Además este agente resiste habitualmen­
Estas últimas provocan modificaciones anatómi­ te la acción de los antisépticos utilizados para
cas y funcionales del epitelio respiratorio que esterilizar estos equipos.
predisponen a la sobreinfección bacteriana. La Las condiciones predisponentes para la adqui­
otra forma de presentación es la asociada con sición de neumonía por P. aeruginosa son que­
infección sistémica (metástasis sépticas pulmo­ maduras graves, EPOC, fibrosis quística, anti-
nares y en otros parénquimas). bioticoterapia prolongada previa, terapéutica con
Suele haber causas predisponentes, com o corticosteroides, neoplasias sólidas o leucemias.
catéteres venosos, adicción a drogas intravenosas, Las infecciones por este agente adquieren su
diálisis crónica, inm unodepresión, diabetes y máxima frecuencia en los pacientes neutropénicos
otras. El com ienzo es agudo o subagudo, con fie­ con menos de 5(K3 granulocitos neutrófílos/mm^.
bre, escalofríos, disnea, tos y dolor pleurítico. No El cuadro clínico es el de una bronconeumonía
es frecuente el hallazgo del síndrome de conden­ difusa bilateral, con compromiso de varios lóbu­
sación completo. Se auscultan estertores húme­ los y tendencia a la formación de abscesos. Las
dos o crepitantes en varios focos y signos de de­ lesiones predominan en los lóbulos inferiores. En
rrame pleural. los cuadros sépticos, el ectima gangrenoso es un
Las neum onías p o r bacilos gram negativos -d e signo cutáneo orientador de esta etiología.
elevada mortalidad- constituyen más del 60% de K lebsiella pneum oniae es un bacilo gramne-
las adquiridas en el hospital. Se adquieren: a) por gativo capsulado que se dispone de a pares o en
aspiración endógena de la flora orofaríngea, que cadenas cortas. Las neumonías que causa se ca­
es el mecanismo más común. Luego de 48 a 72 racterizan por comprometer más de un lóbulo y
horas de internación los pacientes presentan una se localizan con mucha frecuencia en el lóbulo
colonización creciente de la región orofaucial por superior del pulmón derecho. En general hay un
gérmenes gramnegativos, cuyo ingreso al pulmón aumento del volumen del lóbulo, con abomba­
por aspiración es tanto más probable cuánto más miento de la cisura menor, y es frecuente la abs-
deprimidas se encuentren las defensas del hués­ cedación. El com ienzo suele ser agudo, con
ped. Esto ocurre en especial en casos de compro­ fiebre, escalofríos, sudoración, tos productiva,
miso del sensorio por drogas, anestesia o estados disnea y dolor pleurítico. El esputo es mucoge-
de coma. También es frecuente en pacientes año­ latinoso, adherente, color rojo ladrillo -m ezcla
sos con EPOC o en inmunodeprimidos; b) p o r de sangre y m o co - en «jalea de grosellas». A ve­
aspiración exógena de bacterias presentes en el ces la hemoptisis es franca. La diabetes y el al­
ambiente hospitalario, y c) p o r disem inación coholism o son factores predisponentes. Puede
hemática a partir de un foco infeccioso ubicado causar neumonías intrahospitalarias o extrahospi-
en el tubo digestivo o el aparato genitourinario. talarias.
H aem ophiius influenzae afecta a pacientes con El examen físico revela un síndrome de con­
EPOC, alcohólicos y ancianos. El cuadro clínico densación lobular. En el 20% de los casos se
se inicia en forma brusca con fiebre, escalofríos. acompaña de bacteriem ia con localizacion es
120 □ P rim era parte - G eneralidades - Síndromes clínicos

extrapulmonares com o pericarditis, meningitis, de obtener una muestra adecuada del esputo. La
poliartritis y ótras. expectoración se obtiene de un golpe de tos pro­
A diferencia de otras neumonías por gramne- fundo, para evitar la contaminación con secre­
galivos, las neumonías por E scherichia co li son ciones nasofaríngeas; se la coloca en un frasco
casi siempre secundarias a bacteriemia origina­ estéril y se procesa antes de las dos horas. El exa­
da en focos sépticos gastrointestinales, abdomi­ men directo con coloración de Gram -d e impor­
nales o genitourinarios (pielonefritis, abscesos, tancia fundam ental- se correlaciona con el culti­
diverticulitis). vo en el 75% de los casos. La muestra debe con­
El cuadro clínico no difiere del de otras neu­ tener menos de 10 células epiteliales y más de 25
monías, compromete con mayor frecuencia los leucocitos PMN por campo microscópico de bajo
lóbulos inferiores y suele acompañarse con em- aumento.
piema. El examen bacteriológico del líquido pleural
Serraíia marcescens es un bacilo aerobio gram- (directo y cultivo) tiene gran valor diagnóstico.
negativo, oportunista y característico de las in­ La punción u*anstraqueal está indicada cuando el
fecciones nosocom iales. Al igual que P. aeru- paciente no puede expectorar, cuando existe com­
ginosa, se relaciona con el empleo de elementos promiso de la conciencia, no se puede obtener una
para la asistencia respiratoria. Provoca cuadros muestra de esputo confiable o si se sospecha una
de bronconeumonía, con infiltrados apicales o infección por bacterias anaerobias. La punción
basales, y, con frecuencia, empiema. pulmonar aspirativa tiene las mismas indicaciones.
La fibrobroncoscopia con lavado broncoal-
Diagnóstico veolar es la principal indicación en las infeccio­
El diagnóstico se basa en criterios clínicos, nes pulmonares en huéspedes inmunocompro-
microbiológicos y radiológicos. metidos sin diagnóstico o sin respuesta al trata­
miento, así com o en aquellos pacientes en quie­
Clínico nes se sospecha una neoplasia pulmonar.
Todo aumento súbito de la temperatura, acom ­ Los hemocultivos deben realizarse en todos los
pañado por escalofríos, tos y dolor torácico de pacientes. Un 25% al 30% de las neumonías
tipo «puntada de costado», debe hacer sospechar neum ocócicas cursan con bacteriemia y hemo­
el diagnóstico de neumonía. Sin embargo, durante cultivos positivos.
las primeras horas de la ev o lu ció n el dolor La contrainmunoelectroforesis en suero, orina
torácico y la tos pueden faltar, e incluso la aus­ o esputo es un método rápido y sencillo que per­
cultación puede ser normal. En los ancianos el mite demostrarla presencia del antígeno capsular
diagnóstico de neumonía, com o el de cualquier del neum ococo en el 75% de los pacientes. Tam­
otra infección, requiere un alto índice de sospe­ bién pueden utilizarse la coaglutinación y la aglu­
cha debido a su escasa expresión clínica. En e s­ tinación del látex.
tos casos, la fiebre sin foco aparente, acompaña­ La PCR para neumonía bacteriana es un méto­
da con taquipnea o desorientación, pueden ser los do rápido, sensible y específico, especialmente
únicos elem entos positivos para el diagnóstico. cuando se trata de microorganismos de difícil
Es importante tener en cuenta que una neumonía identificación com o L e g io n e lla p n eu m o p h ila ,
basal puede simular una afección intraabdominal, M y c o p la sm a p n e u m o n ia e , C h la m y d ia p n e u -
con dolor que sugiere una apendicitis o colecistitis m oniae y C hlam ydia psittaci.
agudas.
Radiológico
Microbiológico La radiografía de tórax orienta el diagnóstico
El diagnóstico de neumonía se confirma por el hasta tanto se obtengan los resultados del espu­
aislamiento del agente causal en esputo, sangre, to, los hem ocultivos y la serología. En ia neumo­
líquido pleural, punción transtraqueal o en m e­ nía neum ocócica es característica la consolida­
tástasis sépticas. En algunos casos pueden ser ción lobular o segmentaria homogénea, con bron-
útiles los exámenes serológicos. Hay que tratar cograma aéreo. Dado que el proceso es alveolar.
Capítulo 11 ‘ Infecciones del tracto respiratorio inferior □ 121

permite ver el espacio aéreo bronquial. La loca­ Diagnóstico diferencial


lización por lo general es unilobular, la cavitación Debe hacerse con procesos de naturaleza in­
es rara y el compromiso pleural, frecuente. fecciosa y no infecciosa que cursen con fiebre y
En la neumonía estafilocócica se observan in­ síndrome de condensación. Entre ellos se desta­
filtrados difusos o localizados, con áreas de ca­ can el infarto de pulmón, en el que el dolor pleural
vidades pequeñas, neumatoceles, empiema o pió- suele ser más intenso, el esputo puede ser hemo-
neumotórax. Los neumatoceles son frecuentes en ptoico y rara vez hay escalofríos. El centellogra-
niños y raros en adultos. ma ventilación/perfusión puede ayudar al diag­
La neumonía por H . influenzae se caracteriza nóstico diferencial.
por el compromiso lobular o segmentario con En algunas ocasiones la neumonía puede adop­
derrame pleural. tar forma esférica, o localizarse en la región
E. coli y P. aeruginosa provocan infiltrados parahiliar y sim ular un tumor. También hay
difusos bilaterales, con compromiso de varios que considerar las neumonías de otra etiología
lóbulos y tendencia a la formación de micro- (por micobacterias, parasitarias o micóticas), las
abscesos. En ambos casos las lesiones predomi­ neum onías atípicas (por M y c o p la sm a p n e u ­
nan en los lóbulos inferiores, con compromiso m o n ia e, L e g io n ella pneum ophilüy C hla m yd ia
pleural frecuente. psittaci, C oxiella burnetii^ adenovirus, virus in­
En la neumonía por K. pneum oniae la radiolo­ fluenza) (cuadro l l - l ) , así como la atelectasia y
gía muestra la consolidación lobular, por lo ge­ las supuraciones broncopulmonares.
neral en el lóbulo superior derecho, con tenden­ Los abscesos subdiafragmáticos, hepáticos u
cia a abombar y descender la cisura horizontal otras infecciones del abdomen superior pueden
(signo del lóbulo pesado). Puede haber compro­ provocar pequeños derrames pleurales, dolor
miso multilobular o abscesos. torácico y atelectasia secundaria a la disminución
Serrana m arcescens provoca infiltrados bron- de los movimientos respiratorios.
coneumónicos apicales o basales y, con frecuen­
cia, empiema. Complicaciones
Debe tenerse en cuenta que durante las prime­ El empiema pleural es la com plicación más
ras horas de la evolución de una neumonía, en común de las neumonías. Se debe sospechar ante
especial neum ocócica, la radiografía de tórax los signos clínicos de derrame pleural, la persis­
puede ser normal o mostrar cambios mínimos. tencia de la fiebre y la leucocitosis. Se denomina
En pacientes neutropénicos, con menos de 500 paraneumónico cuando aparece durante el curso
leucocitos PM N /m m \ las manifestaciones clíni­ evolutivo de la neumonía y metaneumónico cuan­
cas suelen preceder a los cambios radiológicos, do se desarrolla con posterioridad a ésta. Deberá
incluso en varios días. procederse a la toracocentesis y al drenaje pleural

Cuadro 11-1. Diagnóstico diferencial entre neumonías típicas y atípicas.


Neumoriía típica _ ^ ■ Neumonía atípica
Fiebre 39®C a 40“C 38^Ca38,5®C ■
Comienzo Agudo, brusco . . Insidioso .
Tos Productiva con expeaoración Seca, cpquelüchoide
mucopurulenta o herrumbrosa
Dolor Torácico de tipo puntada de costado Retroesternal por traqueítis
Examen físico Síndrome de condensación Escasos signos semiológicos
Radiografía de tórax Consolidación lobular 0 segmentaría Infiltrado intersticial. Disociación
clinicorradiológica .
Hemoqrama Leucocitosis con neutrofilla Variable -
Esputo PMN y gérmenes Sin bacterias
122 □ P rim era parte - G eneralidades - Síndromes clínicos

para evitar el tabicam iento y las adherencias entre 0,1 a 1 mg/L y resistentes a las cepas con
pleurales. Sin tratamiento, puede llegar a abrirse CIM mayor de 1 mg/L. Estas últimas presentan
al exterior a través de la pared torácica (empie- grados sim ilares de resistencia a aminopeni-
ma de necesidad) o en un bronquio, lo que origi­ cilinas, m eticilina, isoxazolilpenicilinas, carbo-
na una fístula broncopleural. xipenicilinas y cefalosporinas de primera gene­
Una complicación grave, en particular de la neumo­ ración, com o también a antimicrobianos perte­
nía neumocócica, es la meningitis, que se presen­ necientes a familias diferentes de los betalactá-
ta en un 20% de las neumonías de esta etiología. micos, com o macrólidos y tetraciclinas. En cam­
La endocarditis, la pericarditis y las artritis sép­ bio, las cefalosporinas de tercera generación son
ticas pueden complicar las neumonías estafilocó- altamente efectivas.
cicas. Es importante recordar que el mecanismo de
En la neumonía por KlebsieJla pneum oniae hay resistencia a la penicilina de los neum ococos no
destrucción rápida de tejidos, con tendencia a la se debe a la síntesis de enzimas inactivadoras,
supuración y abscedación. Son frecuentes las del tipo de las betalactamasas, sino que se esta-
complicaciones extrapulmonares, como pericar­ blece por alteraciones de las proteínas ligadoras
ditis y poliartritis. de la penicilina (PBP í?protein binding penicilin).
Para las cepas sensibles, el tratamiento de elec­
Pronóstico ción e s la p en icilin a G só d ic a en d o sis de
Depende de la edad del paciente, las enferme­ 1.000.000 de UI por vía IV cada 6 horas, durante
dades previas, los datos clínicos, las alteraciones 7 a 10 días o hasta que la temperatura se manten­
de laboratorio y radiológicas, y el patógeno invo­ ga normal durante 72 horas. Como alternativa
lucrado. para pacientes ambulatorios, puede utilizarse
Son signos de mal pronóstico la presencia de amoxicilina -5 0 0 mg cada 8 horas-, ampicilina
diabetes, insuficiencia cardíaca, EPOC, alcoho­ - 5 0 0 mg cada 6 horas- o claritromicina -5 0 0 mg
lismo, inmunodepresión, neoplasias, insuficien­ cada 12 horas por vía oral-. Para cepas resisten­
cia renal, frecuencia respiratoria elevada, hipoten­ tes se utilizarán cefalosporinas de tercera gene­
sión arterial sostenida, compromiso del sensorio, ración: cefotaxim a - 2 g IV cada 6 h oras- o
localizaciones extrapulmonares (m eningitis, en­ ceftriaxona - l a 2 g IV cada 12 horas-. En la
docarditis), anemia, leucopenia con neutropenia, mayoría de los casos la respuesta al tratamiento
hipoxemia y compromiso multilobular o derra­ es rápida, con defervescencia en crisis y notable
me pleural, y la edad mayor de 65 años. mejoría de los síntomas en 72 a 96 horas.

Tratamiento Neumonías estafilocócicas


Neumonía neumocóc/ca Las provocadas por Staphylococcus aureus sen­
La penicilina es el agente antimicrobiano de sible a la meticilina se tratarán con ccfazolina
elección para el tratamiento de las infecciones -1 a 2 g IV cada 8 horas- asociada con rifampicina
neumocócicas. Sin embargo, el surgimiento, re­ en casos de absceso o empiema. En presencia de
lativamente reciente, de cepas resistentes total o microorganismos resistentes a la m eticilina se
parcialmente a la penicilina hizo que, en la actua­ empleará vancomicina o teicoplanina en las do­
lidad, se requiera el apoyo del laboratorio micro- sis habituales. En ambos casos la duración del
biológico para confirmar la sensibilidad de los tratamiento es de 4 a 6 semanas.
microorganismos a este fármaco. Las primeras
cepas resistentes a la penicilina con concentración Neumonías por bacilos gramnegatívos aerobios
inhibitoria mínima (CIM) superior a 0,5 mg/L se Se deben principalm ente a enterobacterias
describieron en los EE.UU. en 1965. Estas cepas { K le b s ie lla p n e u m o n ia e y E s c h e r ic h ia c o li,
han aparecido después en casi todos los países y Serratia m arcescens, E nterobacter y otras). Se
en la actualidad se considera sensibles a aque­ tratarán con una ccfalosporina de tercera gene­
llos aislamientos con CIM para penicilina menor ración, o la combinación de un betalactámico
de 0,1 mg/L; relativamente sensibles a las CIM con un inhibidor de las betalactamasas o una

m
C apítulo 11 • Infecciones del tracto respiratorio inferior □ 123

fluoroquinolona (levofloxacina o ciprofloxacina), persisten durante varias semanas o meses. N eu ­


administrados durante 4 a 6 semanas. m onías de resolución lenta son las que evolucio­
nan con más lentitud de lo habitual para sus agen­
N e u m o n ía s p o r g r a m n e g a tiv o s n o fe r m e n ta d o r e s tes etiológicos com o cuando hay afecciones
Se tratarán con antimicrobianos activos contra preexistentes.
Pseudomona aeruginosa: ceftazidima, piperaci-
lina, imipenem, meropenem o ciprofloxacina, más Etiología
un aminoglucósido (amikacina) administrados Las neumonías crónicas están vinculadas con
por vía IV durante 4 a 6 semanas. micobacterias {M ycohacterium tuberculosis y
otras micobacterias); m icosis {Paracoccidioides
Profilaxis brasiliensis, C occidioides im m itis, C ryptococcus
Las medidas profilácticas deben destinarse a neoform ans, H istoplasm a capsulatum ) y parási­
restituir los mecanismos de defensa del pulmón, tos (Toxoplasm a gondii, Entam oeba histolytica,
evitar la aspiración de secreciones orofaríngeas P aragonim us w esterm ani, D irofilaria im m itis,
en pacientes comatosos, mantener una higiene Echinococcus granulosus). También los microor­
dental adecuada y vacunar a la población de ries­ ganismos que habitualmente provocan cuadros
go contra Streptococcus pneum oniae. agudos (anaerobios, enterobacterias, estafiloco­
La vacuna polivalente antineumocócica contie­ c o s , P s e u d o m o n a s a e r u g in o s a , K le b s ie lla
ne 23 tipos de polisacáridos capsulares pertene­ pneum oniae, Legionella pneum ophila, N ocardia
cientes a las cepas de neumococos predominan­ asteroides) pueden originar neumonías crónicas
tes. Está indicada en pacientes ancianos y en o neumonías de resolución lenta cuando se dan
aquellos sujetos con afecciones que predisponen ciertas condiciones locales o generales (EPOC,
a ¡as infecciones neumocócicas, como los som e­ ancianos, alcoholism o, diabetes, neutropenia,
tidos a esplenectomía y los individuos con enfer­ inmunodepresión, tabaquismo, neumoconiosis y
medad de células falciformes, linfomas, mieloma otros).
múltiple, cirrosis hepática, alcoholism o, insufi­
ciencia renal, inmunodeprimidos (por trasplan­ Epidemiología
tes de riñón, médula ósea o infección por HIV), Deberán investigarse los antecedentes de resi­
insuficiencia cardíaca, EPOC, diabetes y niños dencia en zonas endémicas de micosis sistémicas,
con síndrome nefrótico. Es probable que en al­ consumo de alcohol, tabaco, contactos con en­
gunas de estas situaciones la vacuna genere un fermos tuberculosos, diabetes, EPOC, neum oco­
bajo título de anticuerpos protectores, pero aun niosis y otros.
así se la debe aplicar.
El período de protección de la vacuna se cal­ Anatomía patológica
cula en 5 años. Los efectos secundarios son mí­ Se caracteriza por la organización del exudado
nimos y por lo general locales. La revacunación neumónico con signos de inflamación crónica.
en personas sanas, en un plazo menor que 5 años, Las zonas afectadas del pulmón aumentan su
se asocia con mayor incidencia de reacciones consistencia, se retraen y presentan una colora­
adversas, por lo que se aconseja una dosis única ción grisácea en el examen macroscópico. La
de 0,5 mL por vía subcutánea, que puede ser re­ microscopía revela proliferación de vasos, com ­
pelida a los 5 años. No es conveniente reiterar la promiso intersticial y tejido conectivo que ocupa
vacunación más de una vez (ver el capítulo Inmu- la luz de los alvéolos y bronquiolos. Este tejido
noprofilaxis). conectivo reemplaza el exudado fibrinoso de la
neumonía aguda.
NEUMONÍAS CRÓNICAS
Manifestaciones clínicas
Definición La clínica revela una sintomatología de larga
Se denominan neum onías crónicas a aquellas evolución con malestar general, anorexia, aste­
cuyas m anifestaciones clínicas y radiológicas nia, pérdida de peso y tos, productiva o no. Tam­
124 □ P rim era parte - G eneralidades - Síndromes clínicos

bién puede comprobarse disnea de intensidad padecer estas infecciones. Por este motivo, la fre­
variable, fiebre, hemoptisis y dolor pleurítico. cuencia de infecciones por anaerobios en pacien­
Sem iológicam ente se comprueba síndrome de tes desdentados es menor. Para que se produzca
condensación y, a veces, broncospasmo. El espu­ la aspiración de las secreciones orofaríngeas es
to, por lo general mucopurulento, puede volver­ preciso que el paciente haya sufrido un descenso
se abundante por la existencia de bronquiec- en su nivel de conciencia, por anestesia, alcoho­
tasias. lismo, adicción a drogas, coma de cualquier etio­
logía, convulsiones o intervenciones bucofarín-
Diagnóstico diferencial geas. La aspiración es frecuente en pacientes afec­
Se incluyen neumopatías crónicas de causa no tados por neoplasias de las vías aéreas superiores
infecciosa, com o neoplasias, sarcoidosis, granu- o del esófago. La obstrucción bronquial por carci­
lom atosis de Wegener, neum oconiosis, inters- noma broncogénico, adenopatías o cuerpos extra­
ticiopatías, eosin ofilia pulmonar, neumopatía ños también puede originar un absceso pulmonar.
lipoidea, etcétera. Los abscesos metastásicos pueden ser resulta­
do del tromboembolismo pulmonar séptico ori­
Tratamiento ginado en una endocarditis del corazón derecho,
Dependerá del agente etiológico determinante. de una tromboflebitis pelviana consecutiva a in­
fecciones ginecológicas, de aborto séptico o de
la propagación de un absceso subdiafragmático.
A BSC ESO PULMONAR
£1 primer acontecimiento en la patogenia es la
Definición producción de una neumonía. Ulteriormente la
Es una infección supurativa en la que hay des­ trom bosis de lo s pequeños v asos origina la
trucción del parénquima y formación de una o isquemia de la zona neumónica, con liberación
varias cavidades, que contienen aire y líquido. de enzimas proteolíticas que generan necrosis y
licuefacción del tejido pulmonar. El contenido
Etiología líquido se vacía en el bronquio de drenaje con
Los abscesos provocados por Staphylococcus formación de una cavidad.
aureuSy K lebsiella pneum oniae, Streptococcus
pneumoniae y Pseudomonas aeruginosa suelen ser Manifestaciones clínicas
la consecuencia de la evolución hacia la cavita­ El com ienzo puede ser brusco o insidioso. Se
ción de neumonías causadas por dichos gérmenes. presenta con fiebre, dolor torácico, sudoración,
Los abscesos por anaerobios suelen tener el anorexia y pérdida de peso. A los pocos días se
antecedente de la aspiración de secrecion es agrega tos productiva. La expectoración, de un
orofaríngeas. Son provocados por los microor­ olor fétido característico, puede eliminarse en
ganismos que colonizan la cavidad bucal, en es­ grandes volúm enes luego de un acceso de tos
pecial los espacios intergingivodentales, y que (vóm ica). La hemoptisis es frecuente. En la ma­
con frecuencia provocan periodontitis y absce­ yoría de los casos el interrogatorio permite des­
sos apicales. Los agentes etiológicos son B acte- cubrir el antecedente de la pérdida de conciencia
roldes m elaninogenicus, B acteroides fr a g ilis y o de consumo excesivo de alcohol.
bacilos gramnegativos anaerobios com o FusO’ El examen físico pone en evidencia la existen­
bacterium nucleatum y P revotella interm edia. cia de infecciones dentarias y gingivales, y una
zona de matidez con estertores húmedos en la zona
Patogenia afectada.
Los abscesos primarios del pulmón que invo­ A veces los abscesos pulmonares se acompa­
lucran flora anaerobia habitualmente se produ­ ñan con empiema y fístula broncopleural.
cen por aspiración del contenido orofaríngeo; la
causa predisponente es la alteración del estado Diagnóstico
de conciencia. La presencia de gingivitis, perio­ Se establece con la radiografía de tórax, que
dontitis y caries dentales incrementa el riesgo de revela una cavidad con contenido líquido rodea­
C a/i//íi/o i / ‘ Infecciones del tracto respiratorio inferior □ 125

da por un consolidación. Con frecuencia moptisis y septicemia. Esta última puede origi­
demuestra un nivel hidroaéreo en la cavidad al nar metástasis sépticas en distintos órganos.
tomar radiografías en diferentes posiciones. Como
la aspiración suele producirse en decúbito supino, Tratamiento
el segmento posterior del lóbulo superior derecho Consiste en la administración del antimicro­
y los segmentos posteriores de los lóbulos infe­ biano adecuado en las dosis precisas y durante el
riores, derecho e izquierdo, son los afectados con tiempo suficiente. Se indica penicilina G - 5 a 10
más frecuencia. Si la cavidad tiene un buen dre­ m illones de UI por día por vía intravenosa-. Si
naje en la luz bronquial, puede que no se observe los agentes causales son gérmenes productores
el nivel líquido y quede una cavidad residual. de betalactamasas, podrá utilizarse clindamicina,
El examen microbiológico del esputo suele de­ en dosis de 20 a 40 mg/kg/día, o metronidazol
mostrar el agente etiológico. Con frecuencia se “20 a 40 m g/kg/día- también por vía intravenosa.
hallan Staphylococcus aureus o Klebsiella pneu‘ El tratamiento debe mantenerse durante 4 a 6 se ­
moniae; mientras que en los abscesos pulmonares manas.
por aspiración hay flora mixta (aerobia y anaerobia). £1 drenaje postural facilita el vaciamiento de
Para la identificación de gérmenes anaerobios la cavidad, así como la broncoaspiración median­
puede recurrirse a la aspiración transtorácica o te la broncoscopia.
transtraqueal, y en el empiema, a la punción y
aspiración del derrame pleural. PLEU R ESÍA S
Definición
Diagnóstico diferencial Pleuresía es la inflamación de la serosa pleural
El carcinoma broncogénico puede asemejarse con exudado hacia la cavidad o en su superficie.
a un absceso pulmonar primario cuando entra en Puede ser aguda o crónica y responder a diferen­
un proceso de necrosis o si la obstrucción bron­ tes etiologías.
quial genera un absceso microbiano. La historia
clínica, el examen seriado de la expectoración con Etiología
estudios citológicos y microbiológicos, así como Pueden ser de causa infecciosa o no infeccio­
la radiología y la tomografía computarizada y la sa. Las primeras, pueden provocarlas múltiples
broncoscopia con biopsia, ayudan al diagnóstico microorganismos.
diferencial entre ambas entidades. En los tumo­
res el esputo no es fétido y radiológicamente la Patogenia
pared del absceso es irregular y más gruesa. La Los gérmenes pueden alcanzar la pleura por
tuberculosis suele tener un com ienzo más insi­ propagación linfática desde ganglios traqueo*
dioso, con síndrome de impregnación, esputo no bronquiales, hecho frecuente en la tuberculosis;
fétido, compromiso más frecuente de los lóbulos por diseminación hemática a partir de focos pul­
superiores y la presencia en la expectoración de monares o extrapulmonares, y por propagación
bacilos ácido-alcohol resistentes. También debe­ directa o contigüidad desde lesiones de localiza­
rán tenerse en cuenta aquellas m icosis bronco- ción subpleural o infradiafragmática.
pulmonares que pueden ca v ila rse, com o la
histoplasmosis, la coccidioidom icosis y otras.
Anatomía patológica
Los quistes pulmonares infectados tienen pa­
redes delgadas en ausencia de consolidación La pleuresía serofibrinosa suele iniciarse como
periférica, con menor com prom iso del estado una pleuritis serosa y después, cuando la reac­
general. Otros diagnósticos diferenciales son las ción exudativa es más importante, se transforma
bronquiectasias quísticas y el infarto pulmonar. en serofibrinosa. Es un líquido transparente ca­
racterístico, límpido y ambarino, en cuyo sedi­
Complicaciones mento se pueden observar linfocitos, macrófagos,
Las complicaciones más importantes del abs­ polimorfonucleares y células m esoteliales. La
ceso pulmonar son empiema, neumotórax, he­ mayoría de las pleuresías serofibrinosas son de
126 □ P rim era parte - G eneralidades - Síndromes clínicos

etiología tuberculosa y suelen ser la primera ma­ te pleural. Tiene curso benigno y se autolimita
nifestación clínica de la infección bacilar. En es­ en 5 a 7 días sin dejar secuelas.
tos casos la histopatología a veces permite ob­ El tratamiento es sintomático; se basa en anal­
servar los granulomas tuberculoides (folículos de gésicos, antiinflamatorios no esteroides y, even­
Koster). tualmente, corticosteroides.
La pleuresía purulenta o em piem a se caracte­ Las pleuresías serofibrinosas se clasifican, de
riza por un exudado espeso, de color amarillo o acuerdo con su mecanismo de producción y la
verdoso, abundante y con mayor reacción infla­ com posición química del derrame, en trasudados
matoria pleural que en el caso de las pleuresías y exudados. Los trasudados responden al aumento
serofibrinosas. El exudado está compuesto casi de la presión hidrostática de los capilares (insu­
en su totalidad por leucocitos polimorfonucleares ficiencia cardíaca congestiva, pericarditis cons­
y pueden identificarse los m icroorganism os trictiva, síndrome de la vena cava superior) o a
causales. Puede ser unilateral o bilateral y por lo la disminución de la presión coloidosm ótica por
general es do causa bacteriana, tuberculosa o hipoalbuminemia (cirrosis hepática, síndrome
micótica. nefrótico y otros).
En general se producen por disem inación a Los exudados son de causa infecciosa (bacte­
partir de un foco pulmonar supurativo, pero a rias, hongos, virus o parásitos) y no infecciosa
veces responden a una patogenia hemática o (neoplasias, enfermedades del colágeno, afeccio­
linfática a partir de infecciones a distancia. Con nes intraabdominales com o abscesos subdiafrag-
m enos frecu en cia los a b sceso s subdiafrag- máticos o pancreatitis, sarcoidosis, uremia, trau­
máticos, en especial del lado derecho, pueden matismos). La causa infecciosa más frecuente de
atravesar el diafragma y abrirse en la cavidad derrame pleural serofibrinoso es la pleuresía
pleural. tuberculosa (ver el capítulo Tuberculosis).
Sin el tratamiento adecuado, y en ocasiones a L as pleuresías p urulentas o em piem as se ca­
pesar de él, el empiema puede desarrollar adh­ racterizan por la presencia de pus en la cavidad
erencias capaces de obliterar el espacio pleural y pleural y por la existencia de gérmenes en el lí­
a veces calcificarse. quido. Se producen com o respuesta inflamatoria
La pleuresía hem orrágica responde a diátesis a un foco infeccioso de la vecindad, neumonías
hemorrágicas, hemotórax traumático o neoplasias (empiema paraneumónico) o abscesos. Tienen
pleurales. tendencia al tabicamiento, lo que dificulta el pos­
terior drenaje del líquido. Los gérmenes que con
Manifestaciones clínicas mayor frecuencia provocan este tipo de derra­
Dependen de la etapa evolutiva y el tipo de exu­ m es son los anaerobios, neum ococos y estafi­
dado, se estudiarán las pleu ritis secas, las p le u ­ lococos.
resías serofibrinosas, purulentas o empiemas.
Las pleuritis secas son producidas por proce­ Diagnóstico
sos inflamatorios localizados. Cursan con esca­ Se basa en el cuadro clínico con la tríada clási­
so derrame y su principal característica es el do­ ca de dolor torácico, tos y disnea, y en el examen
lor pleurítico. Sus causas más frecuentes son las físico. Debe tenerse en cuenta que si los derra­
infecciones virales y el trombocmbolismo pul­ mes son de pequeño volumen el examen físico
monar. De las infecciones virales, la más conoci­ puede ser normal. En derrames mayores el sín­
da es la pleurodinia epidém ica, causada por el drome de derrame pleural se comprueba con
virus Coxsackie B , que afecta a adolescentes y matidez, disminución o abolición del murmullo
adultos jóvenes y se caracteriza por malestar ge­ vesicular y de las vibraciones vocales. La radio­
neral, fiebre, odinofagia y dolores musculares grafía de tórax suele demostrar el derrame pleural.
difusos. Domina el cuadro un dolor intenso de Para confirmar el diagnóstico etiológico debe­
tipo puntada de costado, acompañado por tos seca rá recurrirse a la obtención de líquido pleural
que aumenta con la respiración profunda. Como mediante toracocentesis. El color del líquido ob­
signo auscultatorio característico se percibe fro­ tenido puede orientar hacia la etiología: citrino
C apítulo 11 - Infecciones del tracto respiratorio inferior □ 127

en los derrames serofibrinosos, lechoso en el En la pleuresía tuberculosa es muy poco fre­


Quilotórax, purulento en casos de empiema, y cuente el hallazgo de bacilos de Koch, tanto en
hemático en neoplasias y trom boem bolism o el examen directo com o en los cultivos del líqui­
pulmonar. Un exudado contiene más de 30 g/L do pleural; pero los cultivos de la biopsia pleural
de proteínas, mientras que por debajo de esa c i­ suelen ser positivos.
fra es muy probable que sea un trasudado. La presencia de un líquido lechoso con abun­
El estudio citológico puede demostrar la ex is­ dancia de quilomicrones deberá hacer sospechar
tencia de c é lu la s atíp icas en lo s derram es un quilotórax que, en ausencia de traumatismo,
neoplásicos, un predominio de neutrófilos en los sugiere la obstrucción del conducto torácico.
empiemas, de linfocitos en la tuberculosis, eosi- Cuando el análisis del líquido no ha permitido
nófilos en las parasitosis o asbestosis. En caso arribar al diagnóstico etiológico, deberá practi­
de empiema, el examen bacteriológico directo carse la biopsia pleural.
con la coloración de Gram del centrifugado del
líquido obtenido por toracocentesis puede m os­ Tratamiento
trar el agente etiológico. Se realizará de acuerdo con la etiología.

B ib lio g rafía---------------------------------------------------
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Infecciones nosocomiales
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Las infecciones nosocom iales son producidas La invasión de los gérmenes es favorecida por
por microorganismos adquiridos en el medio hos­ la ruptura de las barreras de defensa del organis­
pitalario. Constituyen un grave problema, que mo por cirugía, catéteres, sonda vesical, sonda (
afecta a cerca del 10% de los pacientes interna­ nasogástrica, intubación orotraqueal y traqueos-
dos en el hospital, genera mayor tiempo de inter­ tomía. Otros factores contribuyentes son la ali­
nación, aumenta el costo hospitalario y produce mentación parenteral y los que dependen de los
mayor morbimortalidad. Esta cifra, de importan­ microorganismos.
cia creciente en la actualidad, se debe al empleo Los agentes etiológicos han variado a través
de técnicas agresivas, cuidados intensivos, tras­ de los años. Staphylococcus aureus fue el princi­
plantes, quimioterapia, radioterapia, corticote- pal agente, luego se incrementó la frecuencia de
rapia y a la selección de microorganismos resis­ gramnegativos aerobios multirresistentes (ente-
tentes por el uso de antimicrobianos. Las locali­ robacterias y P seudom onas aeruginosa). En la
zaciones más frecuentes en orden de importan­ última década se mantuvo la incidencia de baci­ (
cia son: infección urinaria, infección de ¡a h eri­ los gramnegativos, pero hay un crecimiento im­
da quirúrgica, neum onía y bacteriem ia. En cuan­ portante de las infecciones causadas por estafi­ 'i '
to a su etiología, en general se deben a microor­ lococos resistentes a la meticilina, coagulasa- -X
ganismos resistentes a los antimicrobianos. positivos y coagulasa negativos, estos últimos
Se admite que los microorganismos que cau­ considerados hoy verdaderos patógenos.
san las infecciones nosocom iales pueden ser de Otro problema de importancia creciente es la
origen endógeno o exógeno. Los primeros pro­ emergencia de EnterococcuSt asociada con el uso
vienen de la flora propia del paciente y los se­ indiscriminado de cefalosporinas de tercera ge­
gundos de una fuente exterior. neración y quinolonas.
(t .
La transmisión de los gérm enes intrahospi- La infección por hongos del género C andida
lalarios es interhumana, lo que pone de manifiesto en general es favorecida por la utilización de ali­
que el lavado de las manos es, en la práctica, la mentación parenteral. A continuación se tratarán
medida más eficaz de control de las infecciones las localizaciones antes mencionadas.
hospitalarias. (j
La microflora endógena -q u e desempeña un
INFECCIÓN URINARIA
papel fundamental en el desarrollo de las infec­
ciones nosocom iales- es alterada por la estadía Es la infección nosocomial más frecuente, con
en el hospital y por el uso de antimicrobianos no una incidencia del 35% al 45%. El 80% de estos
selectivos. casos se asocia con la utilización de sondas c

f
c
l
130 □ P rim era parte - G eneralidades - Síndromes clínicos

vesicales y el 5% ai 10% con otras manipulacio­ quirúrgico, la duración de éste, la estancia previa
nes del tracto genitourinario. Los factores de ries­ del enfermo en el hospital y la higiene del equi­
go de la infección urinaria son el tiempo de per­ po quirúrgico.
manencia del catéter, la técnica para colocarlo y Las infecciones exógenas son en general mono*
la interrupción del sistema cerrado sonda-tubo microbianas, provocadas por bacterias com o
colector. Los agentes etiológicos en general pro­ estafilococos coagulasa-positivos o coagulasa-
vienen de la flora colónica del paciente y, con negativos, enterobacterias y Pseudom onas. Las
menor frecuencia, de fuentes exógenas (entero- infecciones endógenas son en general polimi-
bacterias y bacilos gramnegativos aerobios no crobianas, causadas por bacterias aerobias y
fermentadores). Las vías a través de las cuales anaerobias (bacteroides, enterobacterias, entero-
los gérmenes acceden a la vejiga, luego de la colo­ cocos, corinebacterias, clostridios).
nización periuretral, son básicamente tres: desde El diagnóstico de la infección posquirúrgica es
la uretra, en el momento de la inserción del caté­ difícil porque los síntomas, com o fiebre o dolor,
ter; por vía ascendente (a través de la uretra y la pueden deberse a causas no infecciosas, como la
superficie externa de la sonda) o por vía intralu- reabsorción de hematomas y exudados. El íleo
minal luego de la colonización de ésta. La última prolongado o el neumoperitoneo pueden ser la
es la vía más frecuente. La presencia de bacte­ expresión de la evolución del posoperatorio in­
rias en la orina, aun con bajo recuento de unida­ mediato o deberse a com plicaciones infecciosas.
des formadoras de colonias (UFC), es un índice En la mayoría de los casos el tratamiento es
temprano de infección urinaria. Bacteriurias ma­ médico (aislamiento del agente etiológico y pres­
yores o iguales a 1.000 UFC, más la presencia de cripción de antimicrobianos) y quirúrgico (dre­
piuria, son indicadoras de infección. naje de los abscesos).
El tratamiento se basa en el aislamiento bacte­ La utilización de antibióticos, con propósito
riológico y el antibiograma, y en forma empírica profiláctico o terapéutico, no sustituye la técnica
mediante la utilización de los antimicrobianos quirúrgica adecuada. La profilaxis antibiótica se
elegidos de acuerdo con los patrones de resisten­ utiliza en las cirugías lim pias contam inadas (en
cia revelados por la vigilancia epidem iológica de éstas se penetra en el tracto digestivo, respirato­
cada unidad de internación. rio, genitourinario o en la cavidad orofaríngea sin
contaminación significativa o infección previa),
y en las contam inadas (en estas intervenciones
INFECCIÓN DE LA HERIDA QUIRÚRGICA
se transgreden las medidas de asepsia quirúrgi­
Es la segunda en frecuencia y representa el 10% ca, hay salida de material gastrointestinal o in­
al 30% de las infecciones nosocomiales. La inci­ flamación aguda no purulenta, com o en la infec­
dencia en tod os lo s p acien tes intervenidos ción del tracto urinario o biliar).
quirúrgicamente es del 5% al 17%. La infección No se realiza profilaxis antibiótica en las cirugías
puede ser superficial, por contaminación de la consideradas lim pias, que son aquellas interven­
brecha operatoria, o profunda (abscesos o infec­ ciones en las cuales el único territorio potencial­
ción protésica). La infección superficial es la más mente séptico que atraviesa el cirujano es la piel,
frecuente. por ejemplo en las hemioplastias. Las excepcio­
Los factores de riesgo de la infección posqui- nes a esta regla la constituyen algunas cirugías lim­
rúrgica son la capacidad patógena de las bacte­ pias en que s í está aceptado el uso de antibióticos
rias que contaminan la herida quirúrgica, las con­ profilácticos, como en la colocación de prótesis ar­
diciones locales (hematomas, seromas, cuerpos ticulares, vasculares o de válvulas cardíacas.
extraños, prótesis, isquemia), el deterioro de los En las cirugías sucias o infectadas, com o las
mecanismos de defensa del huésped (edad avan­ heridas traumáticas abiertas o con tejido necró-
zada, neoplasias, diabetes, inmunosupresión), las tico, cuerpo extraño o contaminadas con pus o
fallas en ¡a esterilización del instrumental utili­ materia fecal, está indicado el tratamiento anti­
zado, el grado de desinfección del quirófano, el microbiano, ya que esta definición presupone la
número de personas presentes durante el acto presencia previa de infección.
72 - Infecciones nosocom iales □ 131

La profilaxis se implementa en función de las Los agentes etiológicos aislados con más fre­
bacterias halladas con más frecuencia según el cuencia son las enterobacterias pertenecientes al
sitio quirúrgico. En el caso de la cirugía torácica, grupo KES {KlebsieUa, Enterohacter, S e n atia),
ei antibiótico elegido deberá ser efectivo contra E scherichia coli, Pseudom onas, Acineíohacter y
cocos grampositivos, y en la cirugía abdominal estafilococos resistentes a la meticilina. La inci­
lo será frente a enterobacterias y anaerobios. dencia de los microorganismos y el patrón de
sensibilidad a distintos antibióticos varían según
neumonía nosocom ial
las características de cada unidad de cuidados
intensivos. Esto pone de manifiesto la importan­
Constituye 10% a 15% del total de las infec­ cia de la implementación de un sistema de vigi­
ciones adquiridas en el hospital. Esto significa lancia epidem iológica, cuyos resultados deben
que el 0,5% al 1% de los pacientes internados servir para determinar el tratamiento empírico
sufrirán neumonía nosocomial. inicial. Éste es un paso fundamental y decisivo
La mortalidad se acerca al 33% y afecta sobre para la elección de un tratamiento eficaz. La
todo a poblaciones de pacientes hospitalizados mortalidad de la neumonía nosocom ial oscila
de alto riesgo. Del 30% al 50% del total de las entre un 30% y un 70%.
neumonías nosocomiales se presentan en pacien­
tes internados en terapia intensiva, de éstas el 50%
BACTERIEMIA
aparece luego de intervenciones .quirúrgicas y el
50% restante tras maniobras de intubación y ven­ Las manifestaciones clínicas son proteiformes,
tilación mecánica. Los factores de riesgo para el el paciente puede estar asintomático, presentar
desarrollo de neumonía nosocomial son la pre­ signos clínicos de sepsis o síntomas relaciona­
sencia de intubación nasotraqueal u orotraqueal, dos con el foco secundario.
la disminución del nivel de conciencia, la enfer­ En la práctica el diagnóstico se fundamenta en
medad pulmonar obstructiva crónica, la aspira­ el aislamiento ~en los hem ocultivos- de microor­
ción del contenido gástrico, los antecedentes de ganism os considerados patógenos. Las bac-
cirugía torácica o abdominal y la edad superior a teriemias en general se producen en áreas cerra­
los 70 años. das: unidades de cuidados intensivos (UCI), uni­
Tras 48 horas de estadía en la unidad de cuida­ dades de diálisis o unidades de neonatología.
dos intensivos la tasa de colonización por baci­ Pueden dividirse en primarias, sin un foco claro
los gramnegativos entéricos de la flora del pa­ de origen, o secundarias a un foco séptico identi-
ciente es superior al 70%. ficable (pulmonar, digestivo, urinario, piel y par­
En los pacientes con alteración de la concien­ tes blandas) y representan el 70% de los casos,
cia, trastornos en la deglución, vaciamiento gás­ mientras que las bacteriemias asociadas con caté­
trico lento o disminución de la motilidad del tubo teres son sólo ei 10%.
digestivo se producen microaspiraciones de con­ Los factores de riesgo son las edades extremas
tenido orofaríngeo, que es la vía más frecuente de la vida, la neutropenia, las quemaduras, las
de desarrollo de la neumonía nosocomial. Ade­ enfermedades subyacentes y la presencia de in­
más de la pérdida de las barreras naturales, la fección previa. Los gérmenes más frecuentes, en
intubación orotraqueal favorece las filtraciones orden de importancia, son bacilos entéricos gram­
bacterianas alrededor del tubo. La sonda naso- negativos, cocos grampositivos -co m o estafilo­
gástrica puede favorecer la colonización al per­ cocos y enterococos-y bacilos gramnegativos no
mitir la migración de las bacterias por sus pare­ fermentadores, com o A cinetobacter y P seu d o ­
des hacia la faringe. m onas. La fungemia por Candida por lo general
La elevación dcl pH gástrico por encima de se asocia con la alim entación parenteral, la
cuatro, debida a la utilización de antiácidos, fa­ antibioticoterapia de amplio espectro, la estancia
vorece en más del 70% la colonización de la prolongada en UCI y las complicaciones posqui-
mucosa gástrica por bacilos entéricos gramne­ rúrgicas de la cirugía abdominal. Los gérmenes
gativos. asociados con más frecuencia a sepsis por dispo­
132 □ Prim era parte - G eneralidades - Síndromes clínicos

sitivos intravasculares son Staphylococcus aureus depende de la virulencia de la bacteria, del estado
y S. epidermidis^ con patrones de sensibilidad di­ previo del paciente, de la edad, de la repercusión
ferentes a los aislados en la comunidad. Son por sistémica, del tratamiento del foco de origen y de
lo común resistentes a la meticilina. El pronóstico la antibioticoterapia adecuada y precoz.

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Infecciones urinarias
M arcelo E. Corti
Ornar J. Palmieri (

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Por último, las bacterias anaerobias son una < ^


DEFINICIÓN

Las infecciones urinarias (lU ) comprenden una


causa poco frecuente de lU; sólo se recuperan en
pacientes sometidos a procesos instrumentales y,
(
gran variedad de cuadros clínicos, cuyo deno­ en ocasiones, durante el embarazo.
minador común es la proliferación de microor­ Las lU son habitualmente monomicrobianas.
ganismos -habitualmente bacterias- en el apara­ El hallazgo de más de una especie en un cultivo i
to urinario, al que involucran total o parcialmen­ de orina de pacientes no sometidos a estudios ins­
te. Pueden conducir al deterioro de la función trumentales puede representar una contaminación.
renal y ser la puerta de entrada de bacteriemia y En este caso, el aislamiento deberá reiterarse en
sepsis con elevada morbimortalidad. otra muestra de orina para confirmar el hallazgo.
En mujeres sometidas a evaluaciones instru­ e ■
mentales o en período posmenopáusico, así como
e t io l o g ía
en sujetos portadores de uropatías obstructivas, c
En la mayoría de los casos, las bacterias que pueden identificarse lU mixtas; en la mayoría de
c ^
causan lU provienen del tracto intestinal del pro­ estos casos una enterobacteria se asocia con
pio paciente. Por consiguiente, la mayor parte son Enterococcus fa eca lis. 1 .S 1
enterobacterias y la más común, en cualquier edad
y sexo, es E scherichia coli. En las lU de adqui­
EPIDEMIOLOGÍA
sición intranosocomial cobran mayor importan­
cia K lebsiella pneum oniae, E nterobacter, Pseu- Se considera que la prevalencia de las lU se
domonas aeruginosa^ Proteus m irabilis y Citro- incrementa en alrededor del 1% por cada década
bacter freundii. de la vida. En la mujer, el aumento más signi-
£ . coli es responsable de más del 80% de las fícativo se relaciona con el inicio de la actividad
lU agudas extrahospitalarias; Staph ylo co ccu s sexual. Cerca del 15% de las lU que afectan a
saprophyticus y otras especies coagulasa negati­ mujeres con antecedentes de episodios recurren­
vas ocupan el segundo lugar en frecuencia entre tes se producen dentro de las 24 horas posterio­
las lU de la mujer joven y sexualmente activa. res al coito.
En pacientes sometidos a algún tipo de instru­
mentación urológica se aíslan K lebsiella spp,
PATOGENIA
Enterobacter spp, C itrobacter spp, M organella ( 0
niorganii. P rovidencia rettgeri, P seudom onas En condiciones normales la orina y el árbol uri­
Qeruginosa, E nterococcus spp y otras. nario (con excepción de la uretra distal) son es- 1 0

I
( (u a
134 O P r / m ^ r a - G eneralidades - Síndrom es clínicos

lériles. Los mecanismos que preservan y mantie­ Varios factores predisponen a la aparición de lU:
nen esta condición son:
• Alteraciones anatómicas o funcionales de las
• Vaciamiento vesical. vías urinarias (cálculos pieloureterales, válvulas
• Transporte ureteral y válvulas vesicoureterales. uretrales, fim osis, tumores, estenosis cicatrizales
• Poder antibacteriano del líquido prostáiico. y otras).
• Fagocitosis. • Daño renal previo, de causa infecciosa o no.
• Sistema inmune competente. • Instrumentación del árbol urinario (sondas,
• Propiedades fisicoquím icas de la orina. catéteres).
• Factores antimicrobianos del urotelio. • Embarazo (por la compresión mecánica de
las vías urinarias debido al útero grávido y la ac­
Los gérmenes pueden llegar al árbol urinario ción miorrelajante de la progesterona sobre la
por 3 vías principales. musculatura lisa de los uréteres).
• Diabetes.
Ascendente. Es la más frecuente y consiste en • Relaciones sexuales.
la propagación de gérmenes desde la uretra distal. • Estados de inmunodepresión.
La mayor incidencia de lU en mujeres demues­
tra la importancia de esta vía. Además hay factores diversos relacionados con
los microorganismos responsables que influyen
H emática. Mucho menos frecuente que la an­ en su capacidad uropatógena o virulencia; éstos,
terior, se debe a la localización renal de ciertos más la resistencia del huésped, condicionan la
procesos generalizados. Se observa en caso de gravedad de la infección.
infecciones debidas a Staphylococcus aureus (en Entre los factores de virulencia más importan­
el curso de estafilococem ias), C andida albicans tes pueden citarse:
(en casos de sepsis por este microorganismo) y
por M ycobacterium tuberculosis (siempre secun­ • Antígenos O y K (lipopolisacáridos y poli-
daria a un foco pulmonar). sacáridos).
• Adhesinas, en particular las fimbrias.
Linfática. Las evidencias reales de que puedan • Hemolisinas.
llegar gérmenes al árbol urinario exclusivam en­ • Sideróforos o proteínas captadoras de hierro.
te por esta vía son escasas y controversiales. Sin
embargo, es posible, debido a la existencia de co­ En relación con la fisiopatogenia de las lU en
nexiones linfáticas entre la vejiga y los riñones a la mujer, debe destacarse el valor de los reser-
través dei tejido submucoso ureteral. vorios de los microorganismos que provienen de
la flora fecal, que colonizan el introito vaginal y
El concepto de lU implica la colonización de luego la uretra. E. coli suele reemplazar la flora
la orina por microorganismos o la invasión por normal de la vagina o del introito, constituida
parle de éstos de estructuras del árbol urinario, o principalmente por L a cto b a cillu s sp, C oryne-
ambas cosas. La presencia de bacterias en la ori­ bacterium sp y anaerobios. Además, las células
na (bacteriuria) es el denominador común de uroepiteiiales de mujeres con lU recurrentes per­
ambos procesos, aunque hay algunas excepcio­ miten una mayor adherencia bacteriana que las
nes de lU sin bacteriuria demostrable (TBC, m i­ de mujeres normales.
cosis, tratamiento antibiótico previo, presencia de El hallazgo de E. coli en la vagina debe hacer
formas L o protoplastos, pielonefritis crónica, pH sospechar la existencia de lU . Es importante en­
u osmolaridad urinaria en valores extremos). tonces controlar la colonización uretral en muje­
La presencia de bacteriuria no siempre implica res portadoras de E. coli en la vagina y efectuar
la existencia de una lU , sino que es un dato anor­ en ellas tratamientos con antisépticos, com o una
mal de laboratorio que habrá que evaluar en el forma de evitar la aparición de episodios recu­
contexto global del cuadro clínico. rrentes de lU .
C apítulo 13 - Infecciones urinarias □ 135

Las cepas de E. coli que producen lU altas tie­ punta de las pirámides renales. Suele ser bilate­
nen características de virulencia que facilitan el ral y constituye una forma grave de exterioriza-
desencadenamiento de ese proceso. De esta ma­ ción de la pielonefritis aguda, en particular en los
nera. cuando una cepa hemolítica y poseedora de pacientes diabéticos y en los no diabéticos que
fimbrias P llega a la vejiga, puede localizarse con padecen obstrucción importante de las vías urina­
facilidad en el parénquima o la pelvis renal sin rias, como en el caso de la hipertrofia prostática.
que medie alteración estructural alguna de las vías La pionefrosis es la distensión de la pelvis re­
urinarias. nal, los cálices y el uréter, que se cubren con un
exudado purulento como consecuencia de pielo­
nefritis con obstrucción, en especial litiásica, de
anatomía patológica
la vía urinaria.
La p ie lo n e fr itis a g u d a es la in flam ación La cistitis aguda se caracteriza por la hiperemia
supurativa de un riñón o de ambos, producida por de la mucosa, que puede cubrirse con un exuda­
cualquier microorganismo piógeno. Es análoga do purulento, amarillento o blanco grisáceo. Si
a la supuración o formación de absceso en otros el proceso continúa, el aspecto normal, atercio­
tejidos. El signo histológico característico es la pelado, de la mucosa es reemplazado por una su­
necrosis supurativa, que puede presentarse como perficie hem orrágica, granulosa y friable, a
abscesos focales en uno o ambos riñones, o como veces con ulceraciones superficiales. El predo­
áreas extensas de supuración capaces de destruir m inio del componente hemoiTágico, constituye
grandes segmentos del riñón e incluso todo el ór­ la cistitis hem orrágica, mientras que si prevale­
gano. En general la invasión bacteriana es mayor ce el exudado, se denomina cistitis supurativa.
en la médula, pero cuando las bacterias han pro- El progreso de la infección puede provocar la
liferado invaden la corteza, en la que producen cistitis ulcerosa, originada por el esfacelo y ulce­
una reacción inflamatoria más intensa. En la in­ ración de grandes zonas de la mucosa. Por último,
fección grave y confluente los abscesos sustitu­ la infección puede extenderse a la pared subya­
yen casi todo el parénquima renal, lo que da lu­ cente, donde causará ulceraciones profundas y abs­
gar al cmtrax. La propagación a través de la cáp­ cesos intramurales, con edema inflamatorio e
sula hacia los tejidos adyacentes conduce a la isquemia que dan lugar a la cistitis gangrenosa.
formación del absceso perirrenal. En c a so s m uy a v a n za d o s o cuand o lo s
En una etapa temprana la infiltración con pre­ microorganismos son muy virulentos, la infec­
dominio de polimorfonucleares se circunscribe ción puede atravesar la pared de la vejiga y dar
al tejido intersticial; luego progresa hacia los lugar a abscesos p eriv esica les, perforación,
túbulos, a los que destruye. peritonitis pelviana y fístulas hacia órganos
La luz tubular es una vía fácil de extensión del vecinos.
proceso infeccioso a los tubos colectores. Por úl­ La persistencia de la infección origina la cistitis
timo se terminan destruyendo los glomérulos. El crónica, que sólo difiere de la forma aguda en el
exudado dentro de los túbulos da origen a los c i­ carácter del infiltrado inflamatorio, que en este
lindros granulosos o leucocitarios que se obser­ caso mostrará el predominio de linfocitos.
van en el sedimento urinario.
La pielonefritis crónica se caracteriza por la
MANIFESTACIONES CLÍNICAS
presencia de cicatrices renales, focales o difusas,
con engrosamiento de la cápsula y reducción del Los signos y síntomas clásicos de las lU son
tamaño del órgano. En el examen histológico las dolor lumbar, fiebre, pujos y tenesmo vesical, di­
zonas del riñón atacadas son reemplazadas por suria y polaquiuria, cuya frecuencia varía según
tejido fibroso e infiltración intersticial en la que se trate de lU altas o bajas. En ciertas situaciones
predominan linfocitos y células plasmáticas. no hay sintomatología urinaria específica; no obs­
Algunos tipos especiales de pielonefritis inclu­ tante, debe hacer sospechar la lU y descartar su
yen la p apilitis necrotizantcy que es una com bi­ presencia, el retraso en el crecim iento en los
nación de necrosis isquémica y supurativa de la lactantes, la fiebre de origen desconocido, la
136 □ Prim era parte - G eneralidades - Síndrom es clínicos

hipertensión arterial en personas jóvenes y la dia­ poco frecuentes y deben atribuirse a errores en la
betes descompensada sin causa aparente. elección de la terapéutica o a obstrucciones, li­
En los niños portadores de lU son frecuentes las tiasis o alteraciones anatómicas de las vías uri­
manifestaciones gastrointestinales y la enuresis. narias. Para establecer esta posibilidad de mane­
En el interrogatorio de los pacientes afectados ra fehaciente, debe recurrirse a métodos micro-
por lU deberán tenerse en cuenta los anteceden­ biológicos precisos que brinden el biovar, el sero-
tes de instrumentación del árbol urinario, los em­ var y el antibiovar de la cepa en estudio, en espe­
barazos, las internaciones previas y las enferme­ cial de las diferentes cepas de E. c o li, de la que
dades asociadas. se reconocen más de 170 serovares diferentes.
Para su mejor comprensión, las lU se pueden Las reinfecciones son la causa más frecuente
clasificar, desde un punto de vista anatomoclfnico, de las recidivas; suelen presentarse con frecuen­
en distintos tipos que se describen a continuación. cia en mujeres sexualmente activas o en pacien­
tes con alguna forma de obstrucción urinaria, en
lU aguda no complicada especial litiasis.
Es aquella que aparece en sujetos sin altera­ En ambos casos, recaídas o reinfecciones, de­
ciones estructurales ni funcionales del árbol uri­ ben buscarse los factores predisponentes para
nario y que no se asocia con sondas ni cuadros corregirlos o eliminarlos.
de sepsis. Se caracteriza por disuria, polaquiuria,
incontinencia de orina y dolor suprapúbico, los lU asintomática o bacteriuria asintomátíca
que expresan e l com prom iso de la m ucosa Se caracteriza por dos urocultivos positivos
vesical. En su etiología predomina E. c o li (90% para el mismo microorganismo, acompañados por
de los casos) y suele responder muy bien al trata­ sedimento urinario normal y ausencia de mani­
miento antimicrobiano. festaciones clínicas. Su presentación aumenta con
Hay que tener en cuenta que estos síntomas la edad, y es más frecuente en el sexo femenino
pueden corresponder a cuadros de vaginitis sin y en los diabéticos.
lU . Si el cultivo convencional de la orina resulta
negativo, hay que considerar la posibilidad de que C istitis abacteriana
se trate de un síndrome uretral femenino, (ver más Se defme por la presencia de síntomas vesicales
adelante). También estos mismps síntomas pue­ y sedimento urinario patológico, con urocultivos
den presentarse en el curso de una pielonefritis. reiteradamente negativos.

!U aguda complicada Pielonefritis


Se produce cuando al cuadro séptico focal de S e acompaña con fiebre y dolor lumbar espon­
las vías urinarias se agrega un trastorno de la cir­ táneo a la palpación o a la puñopercusión. En los
culación de la orina, ya sea por obstrucción, li­ varones se detecta en el 98% de los casos un fac­
tiasis, cateterismo crónico o alteraciones neuroló- tor obstructivo local, que sólo aparece en el 45%
gicas (vejiga neurogénica). Son cuadros difíciles a 50% de las mujeres, en las que predomina la
de controlar si no se logran corregir los factores pielonefritis primaria no complicada. Los facto­
predisponentes. res obstructivos del aparato urinario cobran ma­
yor importancia en la segunda mitad de la vida
lU recidivante o recurrente de la mujer.
Puede tratarse de recaídas (causadas por el mis­
mo microorganismo que reaparece una vez sus­ Prostatitis
pendido el tratamiento) o reinfecciones (provo­ La forma aguda de la enfermedad se caracteri­
cadas por gérmenes distintos). En la mayoría de za por fiebre, escalofríos, artromialgias, dolor
los casos se trata de reinfecciones (80% a 90%). perineal, disuria, polaquiuria y urgencia miccio-
Las recaídas se caracterizan por la presencia nal, con grados variables de obstrucción urinaria
en eí urocultivo del mismo microorganismo en­ y a veces hematuria macroscópica. Puede ser cau­
contrado con anterioridad al tratamiento. Son sa de fiebre de origen desconocido. La glándula
C apítulo 13 - Infecciones urinarias □ 137 f l

prostática duele a la palpación, se encuentra au­ aguda, lU alta subclínica, uretritis y vaginitis.
mentada de tamaño e indurada en forma focal o La orientación hacia uno u otro diagnóstico < "
difusa. La bacteriuria es frecuente y el tratamiento dependerá de las características del sedimento uri­
debe incluir fármacos que alcancen concentra­ nario, del resultado del recuento de colonias y del ( ■
ciones elevadas en el tejido prostético com o microorganismo identificado.
rifampicina, cotrim oxazol, fluoroquinolonas, Las pacientes consultan habitualmente por «ar­
macrólidos y tetraciclinas. Debido al alto riesgo
de bacteriemia, mientras no se hayan logrado ni­
dor al orinar» y disuria de instalación aguda o gra­ C
dual. También es importante en estos casos inte­
veles adecuados en sangre de un antimicrobiano rrogar acerca de la existencia de secreción vaginal (
apropiado no se debe practicar el masaje pros­ o cervicovaginal anormal y solicitar el examen
tético durante la fase aguda de la enfermedad. microbiológico de la orina, de la uretra y de la se­ i
La prostatitis crónica es la causa más común creción cervicovaginal. Además de los habituales
K
de episodios recidivantes de lU en el hombre patógenos causantes de lU baja o cistitis, es fre­
adulto. El tacto rectal y la ecografía pueden no cuente el aislamiento de otros agentes, como N. i
ayudar al diagnóstico, ya que la inflamación cró­ gonorrhoeae, U. urealyticum y C. trachomatis.
nica de la glándula no siempre se acompaña con Se considera que un 30% a 40% de los diag­ t-
su hipertrofia. nósticos de lU baja en mujeres sexualmente acti­
Para el diagnóstico está indicada la toma de vas son erróneos y que en realidad éstas padecen <
diferentes muestras. La primera es de orina uretritis o vaginitis. 4
uretral, o sea del primer chorro de la micción; la A veces el SU F puede responder a causas no
segunda es la del chorro medio, la tercera es la infecciosas, lo que hay que sospechar cuando el i
de secreción prostética obtenida por masaje y la sedimento urinario arroje recuentos de menos de
última, la de orina emitida luego del masaje de la 5 leucocitos por campo microscópico de 400 au­ t. ■
glándula. Se confirma con un recuento bacteriano mentos. Por el contrario, la ausencia de desarro­
%r
diez veces mayor en el líquido prostético o en la llo de microorganismos en la orina obtenida por
orina emitida después de esta maniobra que en la chorro m edio, pero con sedim ento patológico % ^
orina del segundo chorro de la micción. A sim is­ (más de 5 leucocitos por campo microscópico de
mo, el recuento de polimorfonucleares en la se­ 400 aumentos) deberá conducir al estudio del
creción prostética deberá ser mayor de 10 leuco­ material uretrovaginal.
citos por campo microscópico, que es el máximo Si esto no fuera posible, es aceptable instaurar
número normal observado en el líquido no infec­ el tratamiento empírico con un antimicrobiano
tado. Si es imposible obtener el líquido prostético activo sobre los agentes causales del SUF, sobre
por medio del masaje, el semen puede ser una todo luego de la falla de una terapéutica conven­
muestra adecuada. cional para una lU .
El tratamiento de la prostatitis crónica es pro­
longado, dura no menos de 6 a 12 semanas. A pe­
lU en algunas circunstancias especiales
sar de esto, el índice de curaciones oscila entre el
35% al 70%. Cuando no es posible esterilizar la En el recién nacido
glándula, deberán tratarse los episodios de lU o Las lU son muchas veces secundarias a cua­
utilizar un esquema de profilaxis de largo plazo. dros de sepsis (vía hemática). Su incidencia va­
ría del 1% en los mayores de 2.500 g hasta el
10% en los pretérmino, con predominio en los
Síndrome uretral femenino (SUF)
varones. En 70% a 75% de los casos son causa­
Es un cuadro clínico relevante y frecuente en das por E. coli, seguida por K lebsiella y Staphy-
la mujer sexualmente activa, caracterizado por lococcus coagulasa negativos.
ardor al orinar en ausencia de fiebre y dolor lum­
bar e inexistencia de antecedentes de lU . En la m ujer embarazada
Puede asociarse con diversas entidades clíni­ Se increm enta la incidencia de bacteriuria
cas; entre las cuales las más frecuentes son cistitis asintomática, que si no se controla puede llevar a
138 O P rim era parte - G eneralidades - Síndrom es clínicos

la lU aguda sintomática con compromiso renal te diferenciar entre microorganismos gramposi-


(piclonefritis). Ésta se presenta principalmente tivos y gramnegativos, lo que orienta la elección
durante el tercer trimestre de la gestación, favo­ del tratamiento empírico inicial.
recida por los cambios en el tracto urinario, se ­ El urocultivo es una prueba imprescindible para
cundarios al aumento del tamaño del útero y a establecer el diagnóstico de certeza de lU , iden­
factores hormonales. Las mujeres con anteceden­ tificar su agente causal, conocer la sensibilidad
tes de lU recurrentes tienen un riesgo incremen­ de éste a los antimicrobianos y confirmar la cura
tado de partos pretérmino. bacteriológica posterior al tratamiento. Se lleva
a cabo con el chorro medio de la primera orina
lU in tr a h o s p ita la r ia s de la mañana o con la que haya permanecido en
Constituyen la forma más frecuente de infec­ la vejiga por un período mínimo de 3 horas. Se
ciones intranosocomiales y la causa más impor- desecha la primera parte de la micción -q u e arras­
inntc de bacteriemias por bacilos gramnegativos. tra los gérmenes de la uretra- y en un recipiente
Rn general son secundarias a instrumentación o estéril se recoge una muestra del segundo chorro
cateterismo de las vías urinarias. de la micción. La orina es un buen medio de cul­
tivo para la mayoría de las enterobacterias, por
lo tanto, la muestra se siembra dentro de las 2
DIAGNÓSTICO
horas que siguen a su obtención; si esto no es
La sospecha de lU se confirma mediante el exa­ posible, se la mantiene refrigerada a 4®C, tempe­
men microscópico de una muestra de orina o de ratura a la que puede permanecer durante 24 ho­
su sedimento, obtenido por centrifugación, y por ras sin que el número de bacterias se modifique
medio del urocultivo. Ambas pruebas deben prac­ significativamente. La muestra se siembra en agar
ticarse sobre la orina recién emitida, de lo contra­ sangre y a las 24 horas se practica el recuento de
rio es probable que los resultados sean alterados colonias. El resultado se expresa en número de
por el desarrollo de microorganismos contaminan­ colonias/mL de orina; se considera que cada co­
tes o por modificaciones en el pH urinario. lonia representa al menos una bacteria en la ori­
En el sedim ento urinario el dato más relevante na sembrada. Se necesitan 24 a 48 horas más para
es la observación de leucocituria, que es signifi­ la identificación del germen y la obtención del
cativa cuando hay más de 10 leucocitos por cam­ antibiograma.
po microscópico. Esto no ocurre en los pacientes Los parámetros más importantes para el diag­
granulocitopénicos y en los tratados con altas nóstico de una lU son: las m anifestaciones clíni­
dosis de corticosteroides. La leucocituria no es cas, el sedimento urinario patológico y un recuen­
específica de lU; la nefritis intersticial, la litiasis to de más de 100.000 colonias/mL de un germen
urétera! y la tuberculosis renal pueden cursar con compatible con lU .
leucocituria. La contaminación de la orina por Recuentos inferiores a 10.000 colonias/m L in­
exudado vaginal produce un falso incremento del dican contaminación, en tanto los situados entre
número de leucocitos en la orina. ambos valores se interpretarán en función del
La presencia de cilindros leucocitarios en el microorganismo (cultivo puro), de la naturaleza
sedimento urinario significa que la infección se del cuadro clínico y de la existencia de leuco­
localiza en el parénquima renal. cituria.
Las lU pueden cursar con proteinuria modera­ Si la muestra se obtiene por punción suprapú-
da y hematuria macroscópica o microscópica. bica, cualquier recuento sugiere infección. La
El examen directo con coloración de Gram de punción suprapúbica está indicada cuando hay
una muestra de orina sin centrifugar permite de­ dificultades técnicas para obtener la muestra por
tectar si el paciente tiene bacteriuria significati­ la técnica del chorro medio, en lactantes, en pa­
va. La presencia de una bacteria por campo m i­ cientes con sonda, en presencia de gérmenes no
croscópico se correlaciona, en la mayoría de los habituales {Candida sp) y en los casos en que el
casos, con recuentos superiores a 100.000 colo- urocultivo indica flora mixta.
nias/mL. La coloración de Gram también permi­ Si se detecta infección por dos o más microor­
C apitulo 13 - Infecciones urinarias O 139

ganismos, la sospecha se centra en la existencia La determinación de anticuerpos séricos ayu­


de anomalías en las vías urinarias tales como li­ da a establecer la ubicación anatómica del pro­
tiasis, fístulas, vejiga neurogénica, portadores de ceso y su control evolutivo. La afectación del
sonda vesical permanente o antecedente de ma­ parénquima renal genera una respuesta de anti­
nipulación urológica. cuerpos específicos mucho mayor que en la lU
La obtención de muestras de orina en pacientes baja. Los estudios se realizan, en general, frente
portadores de sonda vesical permanente también al antígeno somático de cepas de E. coU, princi­
puede realizarse por punción proximal de ésta. pales causantes de lU . El diagnóstico de infec­
Siempre corresponde realizar el antibiograma, ción renal lo da el hallazgo de un título elevado
pero muy especialmente en casos de pielonefritis, de anticuerpos o bien la demostración de un in­
infecciones complicadas, recurrentes o de adqui­ cremento de 4 veces en el título en 2 determina­
sición intranosocomial. Los estudios por imáge- ciones sucesivas. Se emplean técnicas de agluti­
nes -la pielografía intravenosa, la ecografía y la nación directa.
tomografía computarizada (T C )- permiten des­ El test de «bacterias recubierras de anticuer­
cartar la existencia de anomalías de las vías uri­ pos» (antibody-coated bacteria), es una reacción
narias responsables de la infección, como reten­ de inm unofluorescencia indirecta que permite
ción posmiccional o reflujo vesicoureteral, for­ identificar la presencia de bacterias con anticuer­
mación de abscesos, pionefrosis, litiasis y otras. pos de tipo IgG, y en algunos casos de tipo IgA o
La cistografía retrógrada se practicará en aque­ IgM, unidos a antígenos de superficie. Se ha de­
llos casos en que se desea evaluar el grado de mostrado que este procedimiento tiene alta espe­
reflujo vesicoureteral. Es importante tomar una cificidad y sensibilidad para detectar el sitio de
placa posmiccional a fin de determinar si hay la infección. En los pacientes con lU alta la prue­
reflujo y residuo vesical o no. ba de inmunofluorescencia es positiva, mientras
que un resultado negativo sugiere infección vesi­
D ia g n ó s t ic o t o p o g r á f ic o d e la s lU cal. En los enfermos con prostatitis suelen darse
Es de suma importancia determinar en qué si­ resultados positivos.
tio del árbol urinario se encuentra la infección,
ya que ello se relaciona con el pronóstico y con­
DIAGNÓSTICO DIFERENCIAL
diciona la estrategia terapéutica. Si bien los ha­
llazgos clínicos muchas veces son orientadores, El de la pielonefritis aguda abarca las lumbal-
no siempre permiten diferenciar una infección gias m usculoesqueléticas, el có lico renal, los
urinaria alta (pielonefritis) de otra baja (cistitis), hematomas retroperitoneales (en especial en pa­
además las lU asintomáticas son comunes. cientes hem ofílicos), la diverticulitis, la apendi-
Desde el punto de vista clínico, la existencia citis aguda y el cólico vesicular.
de dolor lumbar con puñopercusión positiva, más En la mujer las cistitis agudas deberán diferen­
hipertermia con escalofríos, compromiso del es­ ciarse de las vaginitis por tricomonas, herpes sim­
tado general, náuseas, vóm itos, postración y, en ple o cándida, en las cuales la disuria se acompa­
ocasiones íleo reflejo, caracterizan a la pielo­ ña con dolor o ardor genital durante la emisión
nefritis aguda. La presencia de disuria, polaquiu- del chorro miccional. En cambio, la existencia
ria, ausencia de compromiso del estado general de dolor suprapúbico o hematuria, junto a disu­
y puñopercusión lumbar negativa sugieren el ria y polaquiuria, sugieren el diagnóstico de lÜ
diagnóstico de cistitis. baja.
En relación con el laboratorio, una serie de Oíros diagnósticos diferenciales deberán hacer­
datos indirectos puede ayudar al diagnóstico to­ se con las enfermedades de transmisión sexual,
pográfico. La presencia de cilindros hialinos, co m o las p rovocad as por N . g o n o r rh o e a e ,
granulosos o leucocitarios en el sedimento uri­ C hlam ydia trachom otis o U reaplasm a urealy-
nario, junto a una leucocitosis con neutrofilia y ticum. En las lU crónicas también se tendrá en
eriirosedimentación acelerada, son indicadores de cuenta com o diagnóstico diferencial la tubercu­
afectación renal. losis del aparato urinario.
140 □ P rim era parte - G eneralidades - Síndrom es clínicos

Orquitis
COMPLICACIONES
Suele observarse en pacientes de más de 40
Sepsis años con infección urinaria, som etidos a mani­
Las infecciones urinarias constituyen un foco pulación urológica y en general a partir de una
de sepsis muy frecuente, con capacidad para lle­ epididimitis.
var al shock séptico y a la muerte.
PRONÓSTICO
Absceso perinefrítico
Es la colección de pus en la celda renal, como En las l ü sin obstrucción ni reflujo vesicou-
consecuencia de la rotura de un microabsceso de reteral el pronóstico es bueno. Pero la existencia
la corteza renal en el curso de una pielonefritis de cualesquiera de las dos circunstancias men­
aguda. Los gérmenes responsables más frecuen­ cionadas lo ensombrece, porque hacen posible
tes son E. coli y S. aureus, que se propagan hacia que evolucione hacia un deterioro progresivo de
los tejidos perirrenales a través de la cápsula re­ la función renal.
nal. Su manifestación clínica puede ser la de una Los recién nacidos, las embarazadas, los pa­
l ü alta con fiebre persistente a pesar del trata­ cientes diabéticos, los inmunodeprimidos y los
miento antibiótico, o com o un síndrome febril de gerentes constituyen grupos de alto riesgo por la
com ienzo insidioso y de difícil interpretación. probabilidad de com plicaciones.
La ecografía y la TC de abdomen permiten rea­
lizar el diagnóstico. La etiología podrá determi­
TRATAMIENTO
narse por medio de urocultivos, hemocultivos o
p u n ción p ercu tán ea d ir ig id a con co n tro l Medidas generales
ecográfico. • A bundante hidratación. Su finalidad es dis*
En general son abscesos muitiloculares, cuyo minuir la osmolaridad urinaria del intersticio re­
tratamiento incluye el drenaje quirúrgico y la nal, lo que reduce la multiplicación bacteriana y
administración de antibióticos en función del re­ favorece la fa g o c ito sis y neutralización por
sultado de los cultivos. En casos seleccionados anticuerpos a ese nivel. Una diuresis adecuada
se podrá intentar el drenaje percutáneo. facilita además el arrastre miccional de las bac­
terias vesicales.
Abscesos perivesicales
Se producen en casos muy avanzados o causa­ • A u m en ta r la frecu en cia m iccional. El objeti­
dos por gérmenes muy virulentos, lo que da lu­ vo es disminuir el tiempo que la orina permane­
gar a fístulas hacia los órganos vecinos, perfora­ ce retenida en la vejiga.
ción y peritonitis pelviana.
• Tratam iento sintom ático. D e ser necesario,
Litiasis se realizará con antiespasmódicos y analgésicos.
Se denominan «cálculos infecciosos» porque
se producen com o consecuencia de la infección La co n ju n c ió n de h id ra ta ció n adecuada,
vesical o renal por bacterias productoras de m icciones frecuentes y mantenimiento de un pH
ureasa. Por lo general son de gran tamaño. Los urinario ácido, así com o la fagocitosis de los
de la pelvis renal pueden ser coraliformes. La leucocitos polimorfonucleares son por lo gene­
mayoría de los pacientes presenta anomalías de ral suficientes para eliminar las lU bajas en au­
las vías urinarias (reflujo o estenosis) que favo­ sencia de com plicaciones u obstrucciones, siem ­
recen la infección. pre que se trate de un paciente sin alteraciones
inmunitarias ni enfermedades basales. La admi­
Epididim itis nistración de antimicrobianos ayuda a reducir el
Es una inflamación aguda del epidídimo que tiempo necesario para que los urocultivos se vuel­
en general se produce por reflujo deferencial de van negativos, en consecuencia limitan el riesgo
orina uretral infectada. de com plicaciones.
T
C apítulo 13 - Infecciones urinarias □ 141

Concf/c/ones q u e d e b e n r e u n ir lo s a n tim ic r o b ia n o s -Trimetoprima/sulfametoxazol, 160 + 800 mg


p a ra r e s u lt a r ú t ile s e n e l tr a t a m ie n t o d e la s lU cada 12 horas, o
. Excretarse por vía urinaria en forma exclusi­ - Cefadroxilo, 1 g cada 12 horas, o
va o casi exclusiva. - Am oxicilina, 1 g cada 6 horas.
- Eliminarse por la orina como fármaco inalte­ En todos ios casos durante 10 días.
rado o com o metabolitos activos. Si hay compromiso del estado general, el tra­
- Mantener su actividad en la orina a pesar de las tamiento podrá iniciarse con ceftriaxona por vía
modificaciones químicas que pudieren sobrevenir. parenteral: 1 a 2g/día durante los primeros 3 días
-Alcanzar niveles renales terapéuticos. y los 7 días restantes con ciprofloxacina, 500 mg
- Es preferible que sean bactericidas. cada 12 horas por vía oral.
- Siempre que sea posible se los debe adminis­
trar por vía oral. 5. lU alta intrahospitalaria, con riesgo de
- El número de dosis diarias debe reducirse; lo sepsis
ideal es un esquema de 1 o 2 veces por día. - Am inoglucósido + aminopenicilina
- Se lo indicará en las dosis recomendadas y - Aminoglucósido + ureidopenicilina
durante el tiempo adecuado. El tratamiento se efectuará por vía IV durante 7
- Poseer mínimos efectos adversos. días; luego, si el estado del paciente y la sensibili­
dad del microorganismo lo permiten, se continuará
Esquemas terapéuticos con norfloxacina - 4 0 0 m g cada 12 h oras- o
1. C istitis aguda no com plicada, en hom bres ciprofloxacina-5 0 0 mg cada 12 horas-, por vía oral.
y en m ujeres no em barazadas
- Norfloxacina, 400 mg cada 12 horas, o 6. P ielonefritis crónica
- Ciprofloxacina, 250 mg cada 12 horas, o En estos casos el tratamiento curativo dura 1 a 3
- Cefadroxilo, 500 mg cada 12 horas, o meses, pero es imperioso eliminar o corregir los fac­
- Trimetoprima/sulfametoxazol, 160 + 800 mg tores predisponentes, como litiasis o calcificaciones.
cada 12 horas, o Si el agente etiológico es refractario al tratamien­
- Amoxicilina, 500 mg cada 8 horas. to curativo adaptado al antibiograma o la infec­
En todos los casos la duración de la terapia es ción es causada por gérmenes litogénicos, como
de 3 a 10 días Proteus, se aconsejan tratamientos más prolonga­
dos con quinolonas orales, 3 veces por semana, o
2. C istitis aguda no com plicada en m ujeres ceftriaxona por vía IM, 2 veces por semana.
embarazadas
- Cefadroxilo, 500 mg cada 12 horas, o 7. P rostatitis
- Cefixima, 400 mg cada 24 horas, o El tratamiento se realizará en base a los hallaz­
•A m oxicilina, 500 mg cada 8 horas. gos m icrobiológicos y el antibiograma.
Duración del tratamiento, 3 a 10 días. En la prostatitis aguda se utilizarán fármacos
que penetran adecuadamente en el tejido prostá-
3. Síndrome uretral femenino tico com o cefalosporinas de tercera generación
- Trimetoprima/sulfametoxazol, 160 + 800 mg (cefotaxima o ceftriaxona), ciprofloxacina, levo-
cada 12 horas, o floxacina, o un aminoglucósido (gentamicina o
- Roxitromicina, 150 mg cada 12 horas, o amikacina) durante 8 a 10 días para continuar
- Claritromicina, 250 mg cada 12 horas, o luego por vía oral con cotrimoxazol, ciproflo­
- Doxiciclina, 100 mg cada 12 horas. xacina o levofloxacina durante 1 mes.
La duración del tratamiento será de 3 a 10 días. En la p r o sta titis cró n ica pueden utilizarse
fluoroquinolonas o cotrimoxazol por vía oral du­
4. lU alta extrahospítalaria, en hom bres y rante 4 a 6 semanas. Es conveniente el agregado
en mujeres no em barazadas de un bloqueante alfa (terazosina o doxazosina)
- Norfloxacina, 400 mg cada 12 horas, o en dosis única antes de acostarse.
- Ciprofloxacina, 250 a 500 mg cada 12 horas, o Tanto en la prostatitis aguda como en la cróni­
142 □ P rim era parte - G eneralidades - Síndrom es clínicos

ca, deben practicarse urocultivos de control a los manteniendo la dosis nocturna del antibiótico y
15, 30 y 180 días de finalizado el tratamiento. recolectando la orina por la mañana, con no me­
nos de 3 horas de retención. Estos pacientes de*
8. R espuesta al tratam iento ben ingerir líquido en abundancia, a fin de man­
Los síntomas urinarios y la fiebre suelen des­ tener una adecuada diuresis. Con ello se reduce
aparecer en 3 a 5 días. La persistencia de la tem­ la osmolaridad medular, lo que favorece las de­
peratura obligará a descartar una obstrucción del fensas biológicas y evita el desarrollo de formas
tracto urinario o un tratamiento inadecuado. L bacterianas (bacterias sin pared).
La orina se vuelve estéril en 24 a 48 horas; los En estos casos también son útiles las micciones
urocultivos de control se efectuarán 7 a 10 días y frecuentes y después del coito (en especial las
4 a 6 semanas después de la finalización del tra­ mujeres).
tamiento. Para los pacientes con cateterismo vesical per­
Durante el tratamiento los urocultivos sólo se manente la profilaxis incluye: 1) colocación de
efectuarán si no hay respuesta clínica luego del un equipo estéril con la máxima asepsia posible,
quinto día o si el ancibiograma indica resistencia 2) lavado de manos cada vez que haya que mani­
al antimicrobiano utilizado. pular la sonda, 3) mantener el drenaje cerrado y
la sonda permeable, 4) fijar el catéter para evitar
traumatismos, 5) evitar las irrigaciones y 6) man­
PROFILAXIS
tener siempre la bolsa de drenaje por debajo del
Está indicada en los siguientes casos: nivel de la vejiga. El cateterismo vesical, aun con
• Pielonefritis agudas no complicadas recidivantes. una asepsia rigurosa, es una fuente indudable de
• Pielonefritis ascendentes crónicas. lU , ya que el paso de la sonda arrastrados gérme­
• Cistitis recidivante de la mujer en relación nes de la uretra anterior hasta el interior de la
con la actividad sexual. vejiga. Por tal razón, la sonda vesical permanen­
• Prostatitis crónicas. te sólo debe ser una indicación de necesidad. En
• Pacientes con sonda. lo posible, si el paciente vacía en forma espontá­
• Cirugía e instrumentación urológica. nea la vejiga conviene utilizar colectores, o bien
realizar cateterismos intermitentes procurando
Para las 4 primeras circunstancias puede utili­ retirar la sonda con lentitud a fin de lograr un
zarse trimetoprima/sulfametoxazol, 160 + 800 vaciamiento completo de la vejiga.
mg, o norfloxacina, 200 a 400 mg, o cefadroxilo, Para la cirugía y los procedimientos de instrumen­
500 mg 3 veces por semana en una dosis oral tación urológicos se administra trimetoprima/sul­
nocturna. En la cistitis recidivante de la mujer en fam etoxazol, 160 + 800 mg, respectivamente, o
relación con la actividad sexual, la dosis se ad­ norfloxacina, 400 mg por vía oral, o gentamicina
ministrará antes o después del coito. La profi­ por vía IM en dosis de 4 mg/kg, desde 2 horas
laxis se instituye durante 6 m eses. Ante la sospe­ antes y cada 12 horas durante las 24 horas poste­
cha de TU sintomática, se efectuará el urocultivo riores al procedimiento.

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Ui'

Infecciones perineales
Ornar j. Palmieri
Roberto G. Castiglioni

R*

Se describirán brevemente las infecciones peri­ y cultivo. Se elimina el aire del interior de la jerin­
neales que son m otivo frecuente de consulta ga y la punta de la aguja se ocluye con un tapón de
infectológica. En la mayoría de ellas el tratamien­ goma. Esta maniobra tiene por objeto recuperar la
to es médico y quirúrgico. Este último -parte in­ ñora anaerobia. Otras veces será enviado al labo­
soslayable de la terapéutica- permite el drenaje ratorio el material obtenido con hisopo estéril, el
de colecciones purulentas o la reparación de las cual se introduce en un tubo con medio de trans­
alteraciones anatómicas producidas por la infec­ porte, o también muestras de tejido en tubo o fras­
ción. El tratamiento médico, complemento indis­ co estéril con solución fisiológica, además de las
pensable del quirúrgico, está fundamentalmente remitidas en solución de formol para el estudio
dirigido a su agente etiológico, el que será identi­ histopatológico. Si no se dispone de laboratorio
ficado con antelación para poder indicar una tera­ de bacteriología en el momento de la obtención
péutica adecuada. Por lo tanto, inmediatamente del material, se realizarán 5 o 6 extendidos en
antes de la prescripción de los antimicrobianos portaobjetos, los que se dejan secar al aire para lue­
siempre se lleva a cabo el estudio bacteriológico go entregarios al laboratorio. También se sembrará
de los materiales obtenidos del foco infeccioso. 0,5 a 1 cm^ del material en un frasco de hemocul-
Mientras se esperan los resultados de los exáme­ tivo. Éste puede dejarse a la temperatura ambiente
nes bacteriológicos, estos fármacos serán admi­ hasta llevario al laboratorio. El resto dcl materia! se
nistrados en forma empírica contra los patógenos guarda en la heladera a disposición del bacteriólogo.
más frecuentes o probables. La localización, evo­ El cultivo, que se hace en aerobiosis y anaerobiosis,
lución y manifestaciones clínicas del proceso in­ es fundamental para el correcto diagnóstico micro-
feccioso a veces permiten suponer la identidad del biológico y el antibiograma, el que permitirá ajus­
o los agentes etiológicos. También es posible in­ tar el tratamiento antimicrobiano en forma racio­
dicar una terapéutica racional orientada por el re­ nal. Si el criterio clínico lo justifica, también se rea­
sultado del examen directo de las muestras con la lizarán hemocultivos, un mínimo de tres muestras.
coloración de Gram. Éste se realiza en pocos m i­ Aquí se considerarán las pautas terapéuticas
nutos y es conveniente disponer de su resultado con antimicrobianos de las infecciones perineales
antes de la indicación de los antimicrobianos. Es más frecuentes, sin considerar otras alternativas.
importante respetar las técnicas de recolección
adecuadas para que los resultados sean confiables.
A BSC ESO S PERIAN ALES Y RECTALES
En lo posible las colecciones se punzan y aspiran
con jeringa, la cual se remite de inmediato al la­ La teoría criptoglandular explica el mecanis­
boratorio de bacteriología para su examen directo mo de la infección e incluso su etiología bacte­
144 □ Prim era parte - G eneralidades - Síndrom es clínicos

riana. Los microorganismos involucrados son


FORUNCULOSIS PERIANAL
cocos gram positivos aerobios (estreptococos,
estafilococos, enterococos), cocos grampositivos Son supuraciones únicas o múltiples cuyo agen­
anaerobios (Peptococcus, P eptostreptococcus), te etiológico es Síaphylococcus aureus. El trata*
bacilos gramnegativos aerobios {Eschevichia coli, miento de elección es una cefalosporina de pri­
P ro te u s, K le b s ie llá ), b acilos gram p ositivos mera generación por vía oral, de preferencia
anaerobios esporulados {Clostridium peifringens) cefadroxilo, ya que se puede administrar cada 8
y bacilos gramnegativos anaerobios no esporu­ o 12 horas. Otra posibilidad es trimetoprima-
lados {Bacteroides fra g ilis). En general son in­ sulfametoxazol com o única medicación o en aso­
fecciones polimicrobianas y el tratamiento em ­ ciación con rifampicina. En ocasiones se reque­
pírico debe abarcar los microorganismos citados. rirá el tratamiento quirúrgico (ver el capítulo In­
Por lo tanto, la opción es la triple medicación: fecciones de la piel y partes blandas).
metronidazol más amoxicilina más gentamicina.
De acuerdo con las condiciones del enfermo, el
ER ISIPELA
metronidazol y la amoxicilina se administrarán
por vía oral o intravenosa, y la gentamicina, por Es provocada por el estreptococo betahemo-
vía intramuscular o intravenosa. Otra posibilidad lílico del grupo A. Es una placa roja, turgente y
es amoxicilina más ácido clavulánico o pipera- dolorosa, de bordes netos y elevados, que comien­
cilina más tazobactam. Estos preparados son úti­ za con un cuadro agudo, temperatura de 39® a 40®C
les frente a la mayoría de los patógenos presen­ y compromiso del estado general. El tratamiento
tes en estos abscesos. El tratamiento médico se de elección es la penicilina G o V. En los alérgicos
complementará con la cirugía. a la penicilina se utiliza eritromicina, claritro-
micina, roxitromicina o azitromicina (ver el capí­
tulo Infecciones de la piel y partes blandas).
QUISTE SACROCOCCÍGEO ABSCEDADO

También denominado quiste dermoide o quis­


HiDRADENITlS SUPURATIVA
te pilonidal, que significa nido de pelos, es una
lesión ubicada en el surco interglúteo. D esde allí, Es una infección supurativa, recurrente y cró­
uno o varios trayectos recubiertos por epitelio nica de las glándulas apocrinas bloqueadas. Pue­
escam oso conducen a una cavidad subcutánea, de presentarse en las regiones axilar, genital y
tapizada por epitelio cúbico estratificado, que en perianal. Inicialmente el microorganismo causal
su interior aloja una masa de pelos, secreción es Síaphylococcus aureus, aunque durante la evo­
sebácea y restos epiteliales. Está rodeado por una lución pueden hallarse bacilos gramnegativos
zona de tejido inflamatorio con infiltrados de aerobios {Proteus, K leb siella ). El tratamiento
neutrófilos, linfocitos y células plasmáticas. En debe tener en cuenta el inconveniente que repre­
la parte más periférica pueden hallarse células sentan los múltiples y profundos asientos de la
gigantes de cuerpo extraño y tejido fibroso. infección y el proceso inflamatorio, que dificulta
Los síntomas son escasos si no está infectado, la llegada de los antimicrobianos. Los exámenes
pero las condiciones locales (humedad, micro- bacteriológicos reiterados con pruebas de suscep­
traumatismos) y sus conexiones con la superfi­ tibilidad in vitro permiten orientar la terapéutica
cie de la piel facilitan la abscedación de la cavi­ sistém ica, que no cura la enfermedad pero ayuda
dad. La piel que la recubre está tensa, eritematosa, a controlar el proceso agudo. El tratamiento qui­
edematosa, y hay dolor espontáneo y a la pal­ rúrgico es casi siempre necesario.
pación. El tratamiento es el drenaje quirúrgico
amplio en una primera etapa y en un segundo
COLITIS ULCERO SA
tiempo, la extirpación del quiste. El tratamiento
con antimicrobianos es igual que en los abscesos Es una enfermedad de la mucosa del recto y el
perianales. colon cuya etiología no está totalmente aclarada.
Habitualmente tiene una evolución retrógrada, o
T
C apitulo 14 - Infecciones perineales □ 145
(
c
sea desde el recio inferior hacia el colon proximal. nante del pene. Después recibió distintas deno­ t
En un pequeño porcentaje de los pacientes con minaciones, com o gangrena idiopática del escro­
formas rectales pueden desarrollarse abscesos y to, gangrena escrotal estreptocócica o flemón t
fístulas perianales. El tratamiento de los absce­ perianal. Es una forma de fascitis necrotizante
«
sos es igual al descripto antes, sin descuidar el tra­ de los genitales masculinos, el perineo adyacen­
tamiento de la enfermedad que los ha originado. te y la pared abdominal, aunque puede limitarse f
al escroto. Se produce en pacientes con diabetes,
traumatismo local, parafim osis, extravasación t
en ferm ed a d d e CROHN

Como la anterior, es una afección cuyo origen


periuretral de orina, infecciones perirrectales o
perianales, y cirugía de la zona (circuncisión, c
no se conoce» pero se diferencia en que afecta la hemorragia, operaciones sobre próstata). Comien­ I
pared intestinal y se extiende al intestino delga­ za con celulitis adyacente a la puerta de entrada,
do. En las formas rectales, con mayor frecuencia con tumefacción, eritema y dolor que llega a ser <
que en la colitis ulcerosa, puede dar origen a úl­ intenso. Hay fiebre y gran compromiso del esta­
ceras, fisuras, abscesos y fístulas. El tratamiento do general. La tumefacción y crepitación del e s­ t
quirúrgico debe ser conservador, se limita al dre­ croto progresan con rapidez y se desarrollan zo­
naje adecuado y puesta a plano de las superficies nas violáceas oscuras, que llegan a la gangrena
t
afectadas. El tratamiento con antimicrobianos escrotal extensa. El olor fétido es característico <
será mucho más prolongado que en los abscesos y está vinculado con la presencia de bacterias
y fístulas de origen críptico, por lo que son de anaerobias. La pared abdominal se afecta en for­
primera elección los fármacos que permitan la ma muy importante en el diabético obeso.
administración por vía oral. Si bien la gangrena de Fournier ha sido inicial­
mente descripta en el hombre, como se señala <
más arriba, no es exclusiva del sexo masculino.
GRANULOMA INGUINAL
En la mujer también pueden producirse casos de t
El granuloma inguinal o donovanosis es una gangrena de la zona genital y perianal, que se
enfermedad cutánea ulcerativa y granulomatosa, extiende al resto del perineo con similares carac­
indolente y progresiva, que puede comprometer terísticas clínicas.
la zona perianal. Es causada por C alym m ato- La infección es polimicrobiana; se han aislado
bacterium granulom atis y se adquiere por con­ bacterias aerobias {Escherichia coli, K lebsiella, t
tacto venéreo y no venéreo. N o tiende a la remi­ E n te r o c o c c u s ) y an aerob ias { B a c te r o id e s , I

sión espontánea y puede ser gravemente debili­ F u s o b a c íe r iu m , C lo s tr id iu m , P e p to c o c c u s ,


tante. El diagnóstico se basa en la epidemiología, Peptostreptococcus). El tratamiento antimicro­
la clínica, la biopsia y las improntas en por­ biano debe contemplar la variedad de los microor­ « '
taobjetos obtenidas con el material de la biopsia. ganismos involucrados. Es de gran importancia €
Los cortes histológicos y las improntas se colo­ el tratamiento de la enfermedad preexistente, el
rean con la tinción de Giemsa. El hallazgo carac­ control del medio interno y el tratamiento qui­
terístico es la p resen cia de lo s cuerp os de rúrgico. Éste consiste en una amplia remoción
Donovan en los fagocitos (grandes células con de los tejidos afectados. Los testículos deben res­
un núcleo redondo, ovoide o arriñonado). petarse, ya que tienen otra vía de irrigación (ver
El tratamiento de elección es la administración en este capítulo A bscesos perianales y rectales).

de doxiciclina durante 4 semanas (ver el capítulo
Enfermedades de transmisión sexual).
SIFILIS
«L a
Es una enfermedad de transmisión sexual pro­
gan g ren a d e FOURNIER
ducida por Treponema pallidum . La sífilis prima­ C
Foumier, urólogo francés, describió hace más ria, o sea el chancro sifilítico, puede asentar en la
de un siglo esta afección en cinco varones jóve­ zona perianal, por lo que es preciso reconocerlo y
nes, aparentemente sanos, como gangrena fulmi­ diferenciarlo de otras lesiones frecuentes en esa

C

C
146 G Prim era parte - Generalidades - Síndromes clínicos

zona, como la trombosis hemorroidal aguda, las vical uterino, neoplasias vulvares, carcinoma del
fisuras o los traumatismos. La sífilis secundaria pene y del ano. En la actualidad se acepta la trans­
se manifiesta en la zona perianal como condilomas misión sexual de los condilomas acuminados. El
planos. Hay que hacer el diagnóstico diferencial diagnóstico es esencialmente clínico. La citología
con los condilomas acuminados por HPV. Para el con la tinción de Papanicolaou es la técnica más
diagnóstico se recurre al examen en fondo oscuro, empleada para la detección de las infecciones por
que tanto en el chancro como en los condilomas HPV; son características la c o ilo c ito sis y la
planos permite la observación de los treponemas. disqueratosis. El diagnóstico diferencial hay que
Además deben realizarse las reacciones sero- plantearlo con el m olusco contagioso y con los
lógicas no treponémicas (inespecíficas), como la condilom as planos de la sífilis secundaria. La
VDRL, y las treponémicas (específicas), com o multiplicidad de tratamientos de esta afección
la FTA-Abs. El tratamiento de la sífilis primaria pone de manifiesto su escasa eficacia. Los m éto­
y secundaria consiste en la administración de dos utilizados son de destrucción local; el más
penicilina benzatina -2 .4 0 0 .0 0 0 U por vía intra­ empleado es la tintura de podofilino al 25%, la
muscular, una vez por semana durante 4 a 6 se­ cual no debe permanecer más de 2 horas en con­
manas-. En los alérgicos a la penicilina se utili­ tacto con la piel y se aplica 1 a 2 veces por sema­
zará doxiciclina -2 0 0 mg vía oral 2 veces por día na. Está contraindicada en el embarazo. Otro
durante 15 d ías- (ver el capítulo Enfermedades agente citotóxico es el ácido tricloroacético en
de transmisión sexual). solución al 50%, que se aplica una vez por sema­
na. Puede provocar úlceras de cicatrización
tórpida. También se utilizan métodos quirúrgicos
H ERPES SIM PLE
y los interferones alfa y beta (ver el capítulo En­
K1 virus del herpes simple tipos I y II puede fermedades de transmisión sexual).
provocar lesiones perianales. Comienza con la
«parición de múltiples vesículas confluentes, las
LINFOGRANULOMA VENÉREO
(|uc dan lesiones policíclicas que luego se trans-
íorman en úlceras dolorosas. En los inmunocom- Es ca u sa d o por C h la m y d ia tr a c h o m a tis ,
pclcntcs las lesiones evolucionan en forma e s ­ serotipos L l, L2 y L3. La lesión inicial puede
pontánea a la curación en 10 a 15 días, pero en presentarse com o una pápula, una úlcera de poca
los inmunocomprometidos se cronifican y sólo profundidad o erosión, o com o lesión herpe-
se curan con el tratamiento adecuado. Se utiliza tiforme. Los linfáticos retroperitoneales pueden
aciclovir en dosis de 200 a 800 mg cada 4 horas estar afectados y producir estenosis rectales. Es
por vía oral, evitando la toma nocturna, o sea 5 una enfermedad de transmisión sexual. El diag­
dosis cada 24 horas durante 10 días. nóstico de laboratorio se realiza con anticuerpos
Puede complementarse con la aplicación local m onoclonales (inmunofluorescencia directa) o
de cremas con aciclovir. Las lesiones suelen in­ por métodos inmunoenzimáticos (ELISA). El tra­
fectarse en forma secundaria, lo que requerirá tra­ tamiento de elección es doxiciclina - 1 0 0 mg 2
tamiento con antimicrobianos (ver el capítulo En- veces por día, durante 15 a 20 d ía s-. También
Icrmedades por virus de la familia Herpesviridae). pueden utilizarse eritromicina, claritromicina,
roxitromicina y azitromicina (ver el capítulo En­
fermedades de transmisión sexual).
CONDILOMAS ACUMINADOS

Las verrugas genitales o condilomas acumi-


PARASITOSIS
tiados son formaciones verrugosas y vegetantes,
de tamaño y coloración variables, que asientan Las infecciones parasitarias suelen provocar
rn la región genital o perianal y producen pocos prurito perianal e infecciones bacterianas asocia­
síntomas. Son producidas por los papilomavirus das con lesiones por rascado. La parasitosis que
humanos (HPV) tipos 1, 2, 3, 4, 6, 11, 16 y 18. provoca prurito con más frecuencia es la oxiu-
Los IIPV 16 y 18 se asocian con carcinoma cer­ riasis (ver el capítulo Parasitosis intestinales).
C apítulo 14 - Infecciones perineales □ 147

el examen m icológico directo y los cultivos. En


AMEBIASIS PERIANAL
los enferm os inm unocom petentes la afección
La amebiasis cutánea perianal es una extensión puede curarse al suspender los antimicrobianos
de la am ebiasis intestinal. Es producida por o con tratamiento local con cremas de nistatina o
Entamoeba histolyiica y consiste en una ulcera­ ketoconazol. En los inmunodeficientes puede ser
ción perianal progresiva, de fondo granuloma- necesario el tratamiento sistém ico con ketoco­
toso, cubierta por un exudado amarillo grisáceo nazol o itraconazol (ver el capítulo Candidiasis).
con estrías sanguinolentas. Las intervenciones
quirúrgicas del colon pueden complicarse con
TUBERCULOSIS
fístulas fecales y amebiasis cutánea. El diagnós­
tico requiere la identificación de los trofozoítos La tuberculosis de la zona anal, frecuente an­
en el raspado de los bordes de la úlcera o me­ tes de la era antibiótica, es rara en la actualidad.
diante su estu d io h isto ló g ic o . Se trata con Consiste en úlceras, lesiones verrugosas peria-
metronidazol (ver el capítulo Parasitosis intesti­ nales, fístulas anales y fístulas asociadas con abs­
nales). cesos perirrectales bajos, así com o múltiples
fístulas asociadas con abscesos perirrectales al­
tos. Las fístulas anales se hallan casi siempre en
ERITRASMA
pacientes con buen estado general. Su origen es
Esta afección dermatológica perianal, pruri- un absceso frío tuberculoso, de com ienzo insi­
ginosa, aparece en áreas de intertrigo y se carac­ dioso, que causa molestias al defecar, prurito anal
teriza por zonas pardo-rojizas descamativas. Su y sensación de cuerpo extraño. Su drenaje espon­
etiología es el bacilo grampositivo C orynebac- táneo deja una fístula cuyo trayecto es habitual­
terium m inutissim um . El diagnóstico se hace por mente amplio, de paredes blandas y poco dolo­
la fluorescencia rojo-coral típica, que se produce roso. D e sus orificios, de bordes despegados,
al iluminar con lámpara de Wood la zona afecta­ violáceos e irregulares, mana una secreción sero-
da. El examen microscópico directo con colora­ purulenta. Estas lesiones fistulosas siguen un
ción de Gram y el cultivo muestran el microor­ curso crónico, con períodos agudos debido a
ganismo. El diagnóstico diferencial hay que ha­ infección piógena sobreagregada. El diagnóstico
cerlo con las m icosis superficiales. El tratamien­ se basa en la demostración de bacilos ácido-al-
to consiste en la administración de eritromicina cohol resistentes en los frotis teñidos con colo­
(ver el capítulo Infecciones de la piel y partes rante de Ziehl-Neelsen y en los cultivos de la se­
blandas). creción, o en el raspado de la fístula, o bien del
cultivo de una parte del tejido obtenido para la
biopsia. El estudio histopatológico de este mate­
CANDIDIASIS PERIANAL
rial también es importante para el diagnóstico.
La candidiasis perianal es producida por hon­ En estos casos es oportuno solicitar radiografías
gos del género Candida. Es en general una exten­ de tórax, cutirreacción de Mantoux o PPD, así
sión de la candidiasis intestinal y consecuencia de como los demás estudios para demostrar otras lo­
tratamientos con antimicrobianos. Los diabéticos calizaciones de la misma enfermedad. El trata­
están especialmente predispuestos, así como los miento médico con los fármacos antituberculosos
inmunodeficientes por enfermedades malignas y es prioritario, y debe comenzarse antes de la ci­
los tratados con corticosteroides, citostáticos u rugía reparadora, (ver el capítulo Tuberculosis).
otros inmunodepresores. La piel perianal presenta
un eritema pronunciado y progresa hacia la
ENFERMEDAD POR HIV/SIDA
maceración, lo que produce un prurito intenso.
Las complicaciones son el compromiso del con­ Es una enfermedad infectocontagiosa produci­
ducto anal y la extensión masiva sobre el perineo. da por el HIV (hum an im m unodeficiency virus),
En general el diagnóstico se hace por el exa­ de evolución crónica y comienzo agudo o asinto-
men clínico y los antecedentes, y se certifica con mático, que genera una disfunción progresiva e
148 Q P rim era parte - G eneralidades - Síndromes clínicos

irreversible de la inmunidad, lo que predispone a La tuberculosis perianal se origina en lesiones


padecer infecciones y enfermedades prolifera- que asientan en el aparato digestivo. La caracte­
livas malignas. A esta última etapa se la denom i­ rística histopatológica en estos pacientes es que
na sida. Durante su evolución se producen, ade­ no hay formación de granulomas.
más, distintas enfermedades infecciosas y no in­
fecciosas que afectan la zona pcrianal, las que Sífilis
serán descriptas brevemente (ver el capítulo En­ En estos enfermos pueden observarse chancros
fermedad por el virus de la inmunodeficiencia primarios gigantes, chancros primarios persisten­
humana HlV/sida). tes, en coexistencia con lesiones de secundarismo
luético, sífilis necrótica con evolución a formas
Herpes simple cicatrizales, sifílides nodulares rojo-vinosas, que
Las lesiones perianales -m ás comunes en los se parecen al sarcoma de Kaposi, placas cutáneas
hombres homosexuales pasivos-pueden compro­ disem inadas o le sio n e s cutáneas típ icas del
meter por contigüidad el escroto y los genitales. secundarismo, en forma simultánea con lesiones
Como ya se ha expresado, son lesiones crónicas, gom osas de las mucosas. La inmunodeficiencia
dolorosas y profundas, que obligan al diagnósti­ condiciona grandes diferencias m orfológicas y
co diferencial con otras enfermedades de trans­ cronológicas con los pacientes inmunocompe-
misión sexual. Se tratan con aciclovir por vía oral, tentes. El diagnóstico, los diagnósticos diferen­
pero en caso de intolerancia se recurre a la admi­ ciales y el tratamiento no difieren de lo tratado
nistración por vía intravenosa lenta de 10 mg/kg con anterioridad.
de aciclovir cada 8 horas. Además se harán apli­
caciones locales con crema de aciclovir. Angiomatosis bacilar
Causada por B artonella henselae, es una en­
Moluscos contagiosos fermedad sistém ica que cursa con un cuadro cu­
Son pápulas de aspecto perlado, con umbi- táneo caracterizado por pápulas, nódulos o tumo­
licación central, que miden entre 3 y 20 milím e­ res de aspecto angiomatoide, con una histología
tros. A veces por fusión de varios elem entos ad­ característica. La distribución de las lesiones es
quieren un aspecto vegetante. Se localizan en la variable; pueden asentar en cualquier parte de la
cara, el tronco y los miembros, en orden decre­ superficie cutánea y su número varía desde esca­
ciente. También se los ha hallado en la zona sos elem entos hasta centenares de ellos. El diag­
perianal. El diagnóstico es clínico, pero es im­ nóstico diferencial más importante es con el sar­
portante confirmarlo con la biopsia. El diagnós­ coma de Kaposi y está basado en la histopato-
tico diferencial se establece con la criptococosis logía. El tratamiento es con macrólidos.
cutánea. Suelen aparecer en pacientes con recuen­
to de linfocitos T CD4 menores a 200/mm^ El Micosis
tratamiento es el raspado o la electrocoagulación. Dentro de ellas, la candidiasis es la de mayor
También pueden utilizarse ácido tricloroacético, frecuencia. Su localización preferente son las
ácido retinoico, láser de carbono o criocirugía. mucosas, pero también suele ser perianal. Esta
m icosis ya fue tratada con anterioridad. Merecen
Condilomas acuminados especial mención dos micosis sistémicas que pue­
En estos pacientes los condilomas acuminados den causar importante compromiso cutáneo: la
anogenitales tienden a ser más numerosos, de histoplasmosis y la criptococosis. Suelen mani­
mayor tamaño y muy rebeldes a los distintos tra­ festarse com o una erupción de máculas erite-
tamientos. Estos últimos no difieren de los ya matosas pequeñas, que progresan a pápulas, al­
descriptos en este capítulo. gunas foliculares, con tendencia a la necrosis y
rodeadas por un halo eritematoso. Se diseminan
Tuberculosis por todo el tegumento y también pueden com ­
Se pueden observar formas orificiales, por prometer la zona pcrianal. El diagnóstico se hace
autoinoculación desde un foco visceral contiguo. por el examen directo y los cultivos del material
C apitulo 14 - Infecciones perineales □ 149

de la escarificación de las lesiones o por histo- Son células grandes cuyos núcleos tienen un ta­
palología. maño aumentado y presentan una gran inclusión
hialina rodeada de un halo claro que rechaza la
Sarcoma de Kaposi cromatina contra la membrana nuclear. En el cito­
Es una n eop lasia m ulticéntrica de origen plasm a pueden v erse pequeñas in c lu sio n es
endotelial. Su frecuencia es mayor en los hom­ basófilas. Este virus suele causar una infección
bres homosexuales o bisexuales; la mujer adquie­ diseminada en las etapas tardías de la infección
re la enfermedad por el contacto sexual con hom­ por HIV con lesiones ulcerosas a cualquier nivel
bres bisexuales. La enfermedad se caracteriza por del aparato digestivo, com o la boca, el esófago,
máculas, pápulas, placas o nódulos, cutáneos o el estóm ago, el colon y la región perianal. El
mucosos; tienen una coloración que va desde el diagnóstico se establece con la demostración
rosa pálido hasta un rojo violáceo intenso y se de las inclusiones virales típicas en la citología o
distribuyen en todo el tegumento. El diagnóstico en la biopsia de las úlceras. Hay controversias
es clínico e histopatológico y el diagnóstico di­ respecto de este virus como causa de la afección
ferencial se hace con la angiomatosis bacilar. sintom ática, inclu so cuando se lo encuentra
en las lesiones. Un gran número de cuerpos de
Carcinoma anogenital inclusión en los tejidos y la presencia de un pro­
Es más común en los varones homosexuales, con ceso inflamatorio intenso o vasculitis típica por
independencia del HIV y en relación con el HPV CM V son elem en tos importantes que corre­
oncogénico. Con la inmunodepresión, los cambios lacionan el virus con las lesiones. En ciertas opor­
displásicos progresan hacia procesos malignos. tunidades se observa coexistencia con el HSV.
El diagnóstico diferencial debe plantearse con las
Citomegatovirus úlceras perianales descriptas precedentemente. El
Es un virus ADN que debe su nombre al aspec­ tratamiento es con ganciclovir o foscarnet.
to característico de las células afectadas por él.

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Abscesos del sitema nervioso central


Gerardo E. Laube
Ornar J. Palmieri
León Turjanski

Los abscesos del SNC son procesos supurativos Etiología


focales provocados por distintos microorganismos. Los microorganismos vinculados con los abs­
Pueden ubicarse en el cráneo o en el canal raquídeo, cesos encefálicos dependen de la patogenia. Los
y localizarse dentro del parénquima nervioso, en estreptococos lo están en el 60% al 70% de los ca­
el espacio subdural o en el espacio extradural. sos. Uno de ellos, Strepíococcus intermedius, resi­
Las ubicaciones y localizaciones mencionadas dente habitual de la cavidad oral y del tracto geni­
dan lugar a diferentes cuadros clínicos (cuadro tal femenino, tiende a la formación de abscesos.
15-1), que se analizarán a continuación. Staphylococcus aureus produce entre el 10% y
el 15% de los abscesos del encéfalo; es el agente
más común en los casos de abscesos postraumá-
ABSCESO S ENCEFÁLICOS
ticos o posquirürgicos.
Definición El aislamiento de gérmenes anaerobios se ha
Los abscesos encefálicos son procesos supurati­ incrementado gracias al desarrollo de las técni­
vos focales debidos a diferentes microorganismos. cas actuales, las que han posibilitado que microor­
Se ubican en el cerebro o cerebelo; más raramente ganismos com o los bacteroides y otros se aíslen
en el tronco encefálico y en forma excepcional en el 20% al 40% de los casos, en genera! com o
dentro de las cavidades ventriculares. La infección parte de flora mixta.
llega por distintas vías: hemática, contigüidad y Las levaduras y los hongos se han convertido
continuidad. Su localización está determinada con en causas importantes, sobre todo en individuos
claridad por la puerta de entrada de la infección. con diferentes estados de inmunodepresión. En­
tre los microorganismos causantes se mencionan
C rypíococcus neoform ans, Aspergillus, M ucor y
otros.
Cuadro 15-1. Abscesos del SNC
M Sí-
Epidemiología
Abscesos. Encefálicos (cerebro, cerebelo, etc.)
endocraneanos
Aunque su incidencia se mantuvo estable a
Subdurales . .
pesar del advenimiento de los antibióticos, su
. Epídurales
aparición varía de acuerdo con las regiones geo­
Abscesos Subdurales gráficas. Se estima que representan alrededor de
espinales Epídurales una cada 10.000 internaciones en hospitales ge­
Medulares nerales. Predomina en el sexo masculino en una
152 □ P rim era parte - Generalidades - Síndromes clínicos

proporción de 3 a 1. La edad de mayor frecuen­ grandes vasos. En otros, pueden deberse a focos
cia de aparición se sitúa entre los 30 y los 40 años, sépticos dentarios o a infecciones pulmonares.
aunque esto varía de acuerdo con la etiología. En los abscesos postraumáticos o posquirúr-
gicos los microorganismos penetran a través de
Patogenia la herida.
Los agentes causales de abscesos pueden lle­
gar al parénquima encefálico en forma directa, Anatomía patológica
desde un foco contiguo o por vía hemática. En la El proceso patológico muestra una evolución
mayoría de los pacientes puede comprobarse un que pasa por diferentes etapas: 1) cerebritis ini­
foco infeccioso vecino, en especial sinusal u cial, 2) cerebritis tardía y 3) necrosis central ro­
ótico. En estas situaciones los microorganismos deada por cápsula. La formación de esta última
llegan por diseminación directa, a través de una depende de cien o s factores, com o la concentra­
osteom ielitis o de una tromboflebitis. El foco ción de oxígeno, las características de patogeni-
ótico suele originar abscesos de cerebro, mien­ cidad del microorganismo y la respuesta inmu-
tras que el foco mastoideo genera abscesos de nitaria del paciente. Esta evolución puede ser dis­
cerebelo. La sinusitis frontal puede generar abs­ tinta en los enfermos inmunocomprometidos.
cesos en el lóbulo frontal.
La llegada de los gérmenes por vía hemática Manifestaciones clínicas
se hace a partir de focos distantes. Su localiza­ Se estima que, en general, menos de la mitad
ción preferencia! es en el territorio de la arteria de los pacientes presenta la tríada clásica de fie­
silviana, que es la responsable del mayor aporte bre, cefalea y alteraciones neurológicas focales.
de sangre al cerebro. La ubicación en la región Los síntomas relevantes son los propios de la
de la arteria cerebral media desencadena habi­ masa ocupante más que los infecciosos. En estos
tualmente abscesos poco encapsulados. casos la signosintom atología neurológica estará
En algunos casos los abscesos encefálicos son de acuerdo con la localización del proceso. Por
secundarios a cardiopatías congénitas, en espe­ este motivo, en caso de abscesos cerebelosos el
cial tetralogía de Fallot y transposición de los paciente llega a la consulta por ataxia, nistagmo

Cuadro 15-2. Tratamiento empírico de los abscesos encefálicos.

Condición predisponente. lyitcroorganisriio’ Tratam iento !'

Otitis media o mastoiditís Estreptococos Penicilina más metronidazol más


Bacterqides sp cefaíosporina de 3 ' G.
Enterobacterias

Sinusitis Estreptococos Vancomicina más metronidazol más


Enterobacterias cefaíosporina de 3 ' G. .
Staphylococcus aureus
Foco dentario Fusobacterium Penicilina más metronidazol
Baaeroides spp
Estreptococos

Enfermedad cardíaca Estreptococos Penicilina más cefaíosporina de 3* G.


congénita Haemophilus influenzae
Herida penetrante Estreptococos Vancomicina más metronidazol más
Estafilococos cefaíosporina de 3* G
Clostrídium
Enterobacterias
Cfl/7Í/«/o 75 - A bscesos del siiem a nervioso central □ 153

y dismetría. Los abscesos encefálicos múltiples debe continuarse durante cuatro a seis semanas
generan cuadros clínicos confusos. (15-2). Ante la ausencia de un diagnóstico etio-
lógico, el tratamiento empírico se basará en el
Diagnóstico mecanismo patogénico que llevó a la formación
El diagnóstico se sospecha por los anteceden­ del proceso supurativo.
tes del enfermo y por la presencia de un síndro­ En la mayoría de los pacientes se requiere el
me de hipertensión intracraneana. La punción drenaje quirúrgico. En estos casos la aspiración
lumbar está contraindicada en todos los casos en mediante la cirugía estereotáctica es el procedi­
que se sospecha un absceso, por la posibilidad miento de elección. Sin embargo, con la aspira­
de enclavamiento del tronco cerebral. La tomo- ción no siempre se logra el drenaje completo, en
grafía computarizada (TC) es el procedimiento especial en lesiones con múltiples tabiques.
radiológico de elección, ya que permite la locali­
zación del proceso infeccioso no sólo a nivel del
A BSC ESO S SUBD URALES
parénquima encefálico, sino también del foco de
origen si éste está ubicado en ios senos parana- Definición
sales o el oído. Sin embargo, las imágenes por Los abscesos o empiemas subdurales son pro­
resonancia magnética (RM) ofrecen ciertas ven­ cesos supurativos que se localizan en el espacio
tajas por sobre la TC, ya que permiten detectar virtual existente entre la superficie interna de la
precozmente los signos de cerebritis. En todos duramadre y la externa de la aracnoides. Se pre­
¡os casos es importante solicitar el estudio con sentan en general com o e m p iem a s u b d u ra l
sustancia de contraste, ya que es la única forma intracraneano, aunque también se lo observa
de evidenciar la existencia de la cápsula. En los com o em piem a subdural espinal.
centros especializados la aspiración del material
purulento, mediante el procedimiento estereotác-
Absceso subdural intracraneano
tico, permite realizar el diagnóstico ijiicrobioló-
gico. Etiología
Entre los microorganismos responsables se in­
Diagnóstico diferencial cluyen con más frecuencia los estreptococos anae­
El diagnóstico diferencial del absceso encefá­ robios y los estafilococos, aunque también puede
lico incluye el empiema subdural, las masas tu- deberse a otros gérmenes aerobios y anaerobios.
morales del encéfalo, el quiste hidatídico, los
aneurismas cerebrales y el hematoma subdural o Patogenia
intraparenquimatoso. Las imágenes de laT C o la El proceso llega al espacio subdural a través
RM pueden resolver muchos de estos diagnósti­ de las venas emisarias o por contigüidad de una
cos diferenciales. osteom ielitis del cráneo. En la mayoría de los
casos la infección se origina en los senos parana-
Pronóstico sales, los frontales o los etmoidales, con pocas
Depende de la localización, del agente etioló- manifestaciones clínicas. En los niños el empie­
gico, de la precocidad del diagnóstico, y del tra­ ma subdural es casi siempre una complicación de
tamiento rápido y adecuado. A pesar de los nue­ las meningitis bacterianas y es producido por los
vos y más efectivos antimicrobianos, así como mismos microorganismos involucrados en ella.
de los avances en las técnicas neuroquirúrgicas,
los abscesos encefálicos aún son una enferme­ Anatomía patológica
dad grave. El proceso supurativo puede afectar uno o am­
bos hemisferios. En algunas ocasiones se produ­
Tratamiento ce una reacción inflamatoria en el espacio suba-
En todo paciente en quien se sospeche la pre­ racnoideo. En otras, el edema cerebral vecino al
sencia de un absceso encefálico se iniciará la te­ foco infeccioso determina una mala evolución si
rapéutica antimicrobiana de inmediato, la que no se efectúa con rapidez el drenaje quirúrgico.
154 □ P rim era parte - Generalidades - Síndromes clínicos
m
Manifestaciones clínicas con antimicrobianos efectivos contra S. aureuSy ade­
El empiema subdural se manifiesta clínica­ más del drenaje quirúrgico, a fm de prevenir el daño
mente con fiebre, vómitos, cefalea y compromi­ medular.
so m eningoencefalílico. Después aparecen los
signos neurológicos focales, acompañados por ios
A B SC E SO S EPIDURALES
propios de la hipertensión intracraneana. En oca­
siones el cuadro sigue una evolución fulminante Definición
o subaguda. El tratamiento previo con antibióticos Los abscesos epidurales son infecciones loca*
puede enmascarar los síntomas. En los niños el lizadas entre la duramadre y el cráneo (absceso
comienzo suele ser inespecífíco, con irritabilidad epidural intracraneano) o entre la duramadre y
y rechazo de la alimentación. En los lactantes la columna vertebral {absceso epidural espinal).
puede observarse aumento del perímetro cefálico En general sus límites son netos y se acompañan
y abombamiento de las fontanelas. con osteom ielitis local.

Diagnóstico A bsceso epidural intracraneano


El diagnóstico debe sospecharse ante todo en­ S e considera que las causas, lo s aspectos
fermo que consulta por signos meníngeos con patogénicos y los microorganismos responsables
signos de foco. Toda sinusitis seguida por signos son los mismos que los que originan el empiema
meníngeos debe alertar al médico, quien indica­ subdural. En casi lodos los casos es la consecuen­
rá ios procedimientos que permitan el diagnósti­ cia de sinusitis frontal, craneotomía o mastoiditis.
co. La TC o la RM son los procedimientos diag­
nósticos de elección. Manifestaciones clínicas
El com ienzo suele ser insidioso, con síntomas
Pronóstico que muchas veces están enmascarados por la si­
Depende de la precocidad diagnóstica y terapéu­ nusitis o la otitis desencadenante. Con ulterio-
tica. Esta conducta permitirá disminuir la probabi­ ridad se presentan los síntom as neurológicos,
lidad de aparición de secuelas neuroiógicas. La mor­ acompañados, en algunas oportunidades, por al­
talidad del empiema subdural alcanza al 20%, con teraciones de la conciencia. A medida que el abs­
un aumento franco en aquellos pacientes que lle­ ceso aumenta su tamaño aparecen los síntomas y
gan a la consulta con alteraciones de la conciencia. signos propios de la hipertensión intracraneana.

Tratamiento Diagnóstico
La terapéutica se basa en tres principios: 1) ma­ El diagnóstico se basa en la fiebre persistente,
nejo del edema cerebral, 2) antibioticoterapia la leucocitosis con neutrofilia y las manifestacio­
durante no menos de tres semanas, con antibió­ nes neuroiógicas focales. La RM o la TC son los
ticos de amplio espectro, de acuerdo con la etio­ procedimientos diagnósticos de elección.
logía y 3) el drenaje quirúrgico. Este último debe
realizarse sin tardanza, en especial en aquellas Pronóstico
situaciones que progresan con rapidez. El pronóstico es favorable si el tratamiento es
el adecuado.
Absceso subdural espinal
Es una entidad infrecuente, cuyo agente etioló- Tratamiento
gico habitual es Staphylococcus aureiis. La locali­ Todo absceso epidural debe considerarse como
zación topográfica más común es la región ver­ una urgencia neuroquirúrgica. Se practicará el
tebral torácica y lumbar. Los síntomas sugesti­ drenaje del proceso supurativo, lo que evitará la
vos de la presencia de un empiema subdural evolución hacia un empiema subdural. La tera­
espinal son los propios de la compresión medular. péutica es con antimicrobianos cuyo espectro
La RM es el procedimiento diagnóstico de elec­ abarca estreptococos aerobios y anaerobios, y
ción. El tratamiento debe iniciarse con rapidez estafilococos.
C apitulo 15 - A bscesos del sitem a nervioso central O 155

Absceso epidural espinal Manifestaciones clínicas


Es un proceso supurativo que» de acuerdo con Las manifestaciones clínicas dependen del ni­
su evolución, puede ser agudo o crónico. Se con­ vel topográfico de la lesión y del tiempo de ins­
sidera que es el resultado de una infección aleja­ talación del proceso compresivo. Se reconocen
da. En general la vía de llegada de los gérmenes dos formas de evolución: una progresiva, de ev o ­
responsables es la hemática, aunque puede origi­ lución lenta, que se caracteriza por la aparición
narse a partir de lesiones penetrantes. de un cuadro compresivo medular, sin manifes­
taciones infecciosas asociadas, y otra de evolu­
etiología ción aguda, con repercusión general o sin ella.
Staphylococcus aureus es el microorganismo Los abscesos originados por vía hemática evolu­
responsable en la mayoría de los casos. Otros gér­ cionan en general en forma aguda y generan un
menes involucrados son los estreptococos aero­ cuadro de compresión medular de instalación rá­
bios y anaerobios, así com o las enterobacterias. pida y curso progresivo. Los antecedentes y el
examen clínico pueden reconocer la existencia
Paiogem de un foco séptico en miembros inferiores. A ve­
El espacio epidural o extradural espinal, ocu­ ces la compresión local de las apófisis espinosas
pado por tejido graso (grasa epidural), está -correspondientes a la localización del absceso-
profusamente vascularizado. Por dentro de la genera dolor. La infección por contigüidad suele
duramadre se encuentra la médula hasta la duo­ generar un cuadro de compresión mielorradicular
décima vértebra dorsal, a la que siguen las raíces de evolución lenta. El antecedente puede infor­
de la cola de caballo. El espacio que comparten mar de una cirugía anterior (hernia de disco). El
estas estructuras está limitado por las estructuras tiempo de aparición, depende de si el paciente
óseas vertebrales que configuran el canal espinal. estuvo bajo tratamiento antimicrobiano o no.
Estas características hacen que cuando se desa­
rrolla un proceso que ocupa espacio, la repercu­ Diagnóstico
sión sobre el tejido noble es de gran significa­ El diagnóstico se debe sospechar ante todo in­
ción, lo que genera una disfunción que depende dividuo que consulta por dolor dorsal y síntomas
de la velocidad de su instalación. A esto hay que de compresión radicular. El método de elección
sumarle la tromboflebitis asociada de las venas es la RM, ya que permite demostrar tanto la pre­
perimedulares intradurales. sencia del absceso epidural com o, eventualmen­
La infección del espacio extradural espinal re­ te, la del foco osteomielítico.
conoce tres vías de acceso: 1) la hemática: a tra­
vés de las venas epidurales que se conectan con Pronóstico
los grandes vasos abdominales avalvulares, así El pronóstico neurológico es bueno si la tera­
como las osteom ielitis o tromboflebitis de los péutica se inicia antes de la aparición de las ma­
miembros inferiores; 2) por contigüidad: proce­ nifestaciones radiculares. En los casos de afecta­
sos sépticos de vecindad pueden extenderse ha­ ción de la médula cervical hay mayor probabili­
cia el espacio epidural, como discitis u osteo­ dad de que haya secuelas neurológicas perma­
mielitis vertebrales, y 3) por inoculación: ciertos nentes.
procedimientos médicos están dirigidos al espa­
cio epidural (a n estesia epidural, perfusión Tratamiento
analgésica) y se han reconocido casos de infec­ La prioridad es el drenaje quirúrgico urgente,
ción secundarios a estas maniobras. Por las razo­ por laminectomía amplia, lo que evita la necrosis
nes anatómicas descriptas, los abscesos origina­ medular con la consiguiente paraplejía definiti­
dos por vía hemática se localizan con preferen­ va. Además, se realizará el tratamiento empírico
cia en la región dorsal media, lo mismo ocurre con antimicrobianos cuyo espectro incluya S.
en caso de inoculación por maniobra anestésica, aureus. durante tres a cuatro semanas, y ocho si
mientras que las secundarias a discitis se locali­ hay una osteom ielitis subyacente.
zan preferentemente en la región lumbar baja.
156 □ P rim era parte - G eneralidades • Síndrom es clínicos

A R c rp c n ^ wipniii a r p q deberse a Toxoplasma gondii, Paracoccidioides


bi asiliensis u otros. Las manifestaciones neuroió-
Los abscesos medulares son entidades de muy gicas pueden sugerir la localización medular, pero
rara presentación. Su patogenia está vinculada con el diagnóstico se establece con RM o TC. El trata-
la vía hemática o las infecciones vecinas. El agen- miento es el drenaje quirúrgico, que además per-
te e tio ló g ic o hallado con más frecuencia es mite la investigación microbiológica del material
Staphylococcus aureus, aunque también pueden obtenido y la adecuación de los antimicrobianos.

B ib liografía - ............................................................................................................................................................
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(t
Éfc cc.

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Meningitis
(i
Ornar J. Palmieri «
cs*«.r.ii.*Kía‘3».»35?5W~ia^;»í;:a5íií5-'rci2ES£?aKriia^^

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ci

El sistem a nervioso central está recubierto por traumatismos, infecciones contiguas, neuroci- ((
tres membranas: la duramadre^ la aracnoides y rugía o fístulas del LCR que drenen hacia la piel,
la piam adre. oídos o fosas nasales. <
La duram adre, dura y fibrosa, es la más peri­ Estos procesos inflamatorios producen altera­
férica y su superficie exterior está adherida al ciones del LCR y se extienden por todo el espa­
periostio. Se la denomina paquimeninge y su in­ cio subaracnoideo del encéfalo, la médula espinal i
flamación, paquimeningitis. y a veces, de los ventrículos cerebrales. Con fre­
La hoja parietal de la aracnoides está íntima­ cuencia el encéfalo está involucrado en mayor o (
mente adherida a la superficie interna de la menor grado, por lo que la mayor parte de las
duramadre y la hoja visceral se extiende sobre m eningitis son, en realidad, m eningoencefalitis. 'i
las partes salientes de la superficie cerebral. En­ t
tre la hoja parietal y visceral de la aracnoides hay
SÍNDROME MENÍNGEO
un espacio virtual. i
La piam adre, que es la membrana nutricia, re­ El síndrom e m eníngeo es el conjunto de signos
cubre todo el neuroeje siguiendo sus anfractuo­ y síntomas que exteriorizan la afectación de las (
sidades. Entre la p ia m a d re y la a ra c n o id e s m eninges; está constituido por los siguientes
(
visceral queda un espacio, denominado espacio síndromes:
subaracnoideo, por el que circula el líquido cefa­ M-
lorraquídeo (LCR). La piam adre y la aracnoides • Síndrom e de hipertensión endocraneana:
visceral constituyen las m eninges blandas o cefalea, vóm itos, bradicardia, edema de papila, (X
leptomeninges, cuya inflamación se denomina fotofobia, oftalmoplejías, constipación.
leptomeningitis o simplemente meningitis.
t
Las meninges duras (duramadre y hoja parietal
de la aracnoides) en general son asiento de in­
• Síndrome de hipertensión endorraquídea:
posición en gatillo de fusil, trastornos motores, tras­
c
fecciones crónicas tales como tuberculosis, m i­ tornos sensitivos (hiperestesia), alteración dé los (i
cosis, además de otras meningitis crónicas, y de­ reflejos, contracturas musculares (rigidez de nuca,
terminan las inflamaciones denominadas paqui­ vientre en batea, signos de Kemig y Brudzinski). (i
meningitis. Los siguientes signos sem iológicos ponen de
Las leptom eningitis están determinadas por manifiesto las contracturas musculares y son fun­
procesos infecciosos agudos provocados por dis­ damentales para establecer el diagnóstico del sín­ n
tintos microorganismos, que pueden llegar a la drome. Rigidez de nuca: debe explorarse movien­
meninges por distintas vías: hemática, linfática do la cabeza del paciente en sentido anteropos- (t-
y directa. Esta última puede ser consecuencia de terior. Si hay rigidez de nuca, el paciente no po­
t
l

11=
m
158 □ P rim era parte - G eneralidades - Síndromes clínicos
(« I
drá tocar con el mentón el mango del esternón. Otra sobre el esternón y se imprime un movimien­
Vientre en batea: la pared abdominal está contrac- to de flexión a la cabeza. La respuesta positiva
OI» turada y no es posible deprimirla sin despertar es la flexión de los miembros inferiores, o sea la
dolor, lo que puede confundirse con un abdomen elevación de las rodillas. El signo de Brudzinski
agudo. II, o signo de la pierna, o contralateral, se explo­
Signo (¡e K ernig: el signo de Kernig I, o del ra con el enfermo acostado, flexionando la pier­
tronco, se explora con el paciente en decúbito na sobre el muslo y éste sobre el abdomen. Si es
(a dorsal. El examinador coloca su antebrazo deba­ positivo, la pierna contralateral se flexiona.
jo de los hombros y la otra mano sobre las rodi­
«i» llas del paciente. Se intenta sentarlo y, en caso • Síndrom e encefalítico; alteraciones psíqui­
positivo, se flexionan los miembros inferiores sin cas, convulsiones, parálisis, estupor o coma, afa­
(lü que la mano apoyada sobre las rodillas pueda sia o mutismo, nistagmo, parálisis oculares y otros
impedirlo. Para buscar el signo de Kernig II, o trastornos.
(n»
de los miembros inferiores, se procede com o en
bl el signo de Laségue; se levanta el miembro infe­ • Síndrom e infeccioso: fiebre, eritemas, púr­
rior, tomándolo por el talón, y la otra mano se puras, herpes simple peribucal, polipnea, hepato-
((» coloca sobre la rodilla del paciente. En caso po­ m egalia, esplenomegalia, manifestaciones vaso­
sitivo, al elevar el pie se flexiona el miembro. motoras (raya meníngea de Trousseau).
Signo de Brudzinski: el signo de Brudzinski I,
o de la nuca, se explora con el paciente en decú­ • Síndrom e del líquido cefalorraquídeo: el
(A
bito dorsal y sin almohada. El examinador colo­ estudio físico, químico, citológico, microbioló-
<!f» ca una mano en el occipucio del paciente y la gico e inmunológico del LCR revela alteracio­
nes; éstas casi siempre son capaces de definir la
m etiología de las meningitis y permitir el segui­
Cuadro 16-1. Liquido cefalorraquídeo (valores nor­ miento de su evolución (cuadro 16-1 y 16-2).
o males).
r*-vertT'.'. n r •. •.
<» Tensión Sentado 18 a 25 cm de H^O ETIOLOGÍA
Acostado 7 a 17 cm de HjO
a N o infecciosa: vasculares (hemorragia menín­
Aspecto . Transparente - incoloro
gea), vasculitis alérgicas, colagenopatías, tumo­
<9 Proteínas totales 15 a 45 mg/100 mL res del cerebelo, siembras carcinomatosas menín­
Albúmina 10 a 30 mg/100 mL geas, sarcoidosis, insolación, meningitis asépticas
&
Globulinas. 5 a 15 mg/100 mL
inducidas por fármacos (cotrimoxazol, azatiopri-
na, antiinflamatorios no esteroides y otros), trau­
Reacciones de Pandy Negativas
matismos y meningitis químicas producidas por
y de Nonne-Apelt *
6» el medio de contraste yodado hidrosoluble para
Glucosa + 40 a 80 mg/100 mL el estudio radiculomielográfico, o fármacos uti­
di Cloruros (expresado 7003 750 mg^lOOmL : lizados para el tratamiento intratecal (metotre-
en NaCI) xato, anfotericina B y otros).
9
Cloro - 430 a 460 rrig/100 mL
9 Infecciosa: virus, bacterias (incluidas rickettsias,
120 a 130 m Eq/l :
clamidias, treponemas, borrelias y leptospiras),
d» Células (linfocítos laSpormm*
hongos, protozoos y helmintos.
0 monocitos)
Bacteriología Es un líquido estéril
LÍQUIDO c e f a l o r r a q u íd e o
* Detectan e) aumento del pasaje de las globulinas, son cualkuan-
títatívas y la positividad se expresa de 4-a Su estudio es fundamental para un diagnóstico
t La glucorraquia es aproximadamente el 60% de la glucemia.
Ü Determinar la glucemia antes de la obtención del LCft. Tener etiológico correcto. Será considerado en particu­
especialmente en cuenta en los diabéticos. lar al tratar las distintas meningitis. La obtención


C apítulo 16 - M eningitis □ 159

del líquido cefalorraquídeo requiere de la pun­ quido claro y con líquido turbio o purulentas.
ción lumbar -en ire la cuarta y la quinta vértebras Hay que destacar que las distintas causas in­
lumbares (linca bicrestílea)- con el paciente pre­ fecciosas pueden provocar cuadros clínicos y ca­
ferentemente en decúbito lateral, aunque también racterísticas del LCR que no determinen de mane­
puede estar sentado. Previamente deberá descar­ ra uniforme el encasillamiento en uno de los gru­
tarse la existencia de hipertensión endocraneana, pos mencionados; por ejemplo, meningitis bacte­
por el peligro de enclavamiento buibar que lleve riana que en algún momento de su evolución pre­
al paciente a la muerte. sente líquido claro, meningitis viral con líquido
Se realizará el examen neurológico completo turbio o meningitis tuberculosa de aparente co­
en busca de signos de foco, alteración de los refle­ mienzo agudo, etc. Por lo tanto, a los fmes de su
jos pupilares y el examen de fondo de ojo. Si bien estudio, se clasificarán de acuerdo con su etiología
el aspecto normal de este último no descarta total­ en bacterianas, virales, m icóticas y tuberculosa.
mente la hipertensión endocraneana, el edema de
papila haría peligrosa la punción. No obstante, si
MENINGITIS BACTERIANAS
ella fuera indispensable, será realizada en un cen­
tro especializado. La tomografía axial compu- Meningitis meningocócica
tarizada o la resonancia magnética del encéfalo Es una enfermedad infectocontagiosa, la más
permiten descartar lesiones expansivas en la fosa frecuente de las meningitis bacterianas agudas, que
posterior o accidentes cerebrovasculares. La pun­ se presenta en forma esporádica o epidémica. Ea
ción cistemal debe realizarse en casos de bloqueos causada por N eisseria m eningitidis, que tiene 9
y quedará en manos del neurocirujano. serotipos: A. B, C, D, X, Y. Z, 29-C y W-135.
Como ya fue señalado, en el LCR se realizarán
los exámenes físico, químico, citológico, micro- Epidemiología
biológico e inmunológico que en la mayoría de Las infecciones meningocócicas son endémi­
los casos permitirán el diagnóstico etiológico. cas, epidémicas y de distribución universal. Se
transmiten por contacto directo o a través de
secreciones de la nariz o la garganta de personas
MENINGITIS INFECCIOSAS
enfermas, o portadores sanos. El reservorio es el
Se considerarán las meningitis infecciosas de hombre.
más importancia en la práctica médica. A los fi­
nes de su estudio se las puede dividir en menin­ Patogenia
gitis agudas y meningitis subagudas o crónicas. Luego de la colonización de la mucosa naso­
También pueden dividirse en meningitis con lí­ faríngea por el meningococo, se produce la inva­

Cuadro 16-2. Diagnóstico diferencial según el LCR.


^^Tu&é'fcíílb^a^^m
^í^<o;:,me^lhQ^

Tensión .. Aumentada Aumentada Aumentada


Aspecto Claro Turbio Opalescente o claro
Proteínas totales Poco aumentadas Aumentadas Aumentadas
Reacciones de Pandy Positivas (+ a ++) Positivas (++++) Positivas (+++ a ++++)
yde Nonne-Apeit
Glucosa Normal Disminuida o ausente Disminuida
Cloro Normal Normal Disminuido

Células Pleocitosis con predominio Pleocitosis con predominio Pleocitosis con predominio
iinfocitarío de neutrófUos Iinfocitarío
160 □ P rim era parte - G eneralidades - Síndrom es clínicos

sión local del microorganismo a la que sigue la y anisocoria. Los trastornos psíquicos pueden
bacteriemia. A través de la vía hemática se pro­ estar ausentes o expresarse com o delirio, excita­
duce la colonización meníngea y la replicación ción psicomotora, confusión mental o coma.
bacteriana en el espacio subaracnoideo. Merecen especial mención dos manifestacio­
nes cutáneas que sugieren la etiología menin-
Anatomía patológica gocócica. Una aparece al com ienzo de la enfer­
La a fecta ció n m en ín gea com prom ete las medad y es la erupción purpúrica; la otra, que se
meninges cerebrales y medulares. Las meninges evidencia alrededor del quinto día, es el herpes
blandas aparecen congestionadas, edematosas y sim ple peribucal. La erupción purpúrica puede
cubiertas por exudado purulento. Éste forma un ser simplemente petequial y de pocos elementos,
casquete sobre la superficie del cerebro, aunque o bien muy importante, conformando zonas de 1
también, y a veces en mayor medida, en la base a 5 cm de diámetro que en oportunidades llegan
del cerebro, el quiasma y los pedúnculos cerebra­ a la necrosis de la piel. Estas lesiones a veces
les. Pueden observarse arteritis y tromboflebitis están centradas por una pequeña vesicopústula
craneanas, con obstrucción vascular y el consi­ de la que se puede aislar el meningococo. El her­
guiente compromiso parenquimatoso. pes simple puede tener una extensión llamativa
Los ventrículos están dilatados, en especial que abarca toda el área peribucal, las mejillas y
cuando el exudado tabica los orificios de com u­ el mentón. Las manifestaciones articulares son
nicación del LCR. El examen por microscopía frecuentes. Suele haber artralgias o derrames de
óptica revela congestión vascular y manguitos grandes articulaciones, que pueden ser serosos o
linfoplasm ocitarios perivasculares, con focos purulentos.
encefalom ielíticos diseminados. La coagulación intravascular diseminada, que
suele hacerse presente, determina múltiples he­
Manifestaciones clínicas morragias con compromiso bilateral de las glán­
£1 período de incubación es de 2 a 10 días, con dulas suprarrenales (síndrome de Waterhouse-
más frecuencia entre 3 a 4 días. El com ienzo en Fridérichsen).
general es brusco y puede ser precedido por
rinofaringitis. Los síntomas iniciales son cefalea Diagnóstico
intensa, raquialgia, vómitos y fiebre de 39®C a La clínica puede realizar el diagnóstico de sín­
40®C. Casi en forma simultánea se establece el drome meníngeo, mientras que el cuadro cutá­
síndrome meníngeo: cefalea, náuseas, vóm itos, neo y la noción de medio epidém ico sugieren la
contracturas, característica actitud en gatillo de etiología m eningocócica. El diagnóstico de cer­
fusil, signos de Kernig y Brudzinski, rigidez de teza se realiza a través del examen del LCR, cuyo
nuca, fiebre e hiperestesia, que despierta dolores aspecto es turbio o purulento, la tensión está au­
espontáneos y provocados por los más suaves mentada, y las proteínas ascienden entre 100 y
movimientos. Los reflejos tendinosos están exal­ 200 mg/lOOmL, las reacciones de Pandy y Nonne-
tados. Los trastornos vasomotores se expresan Apelt son positivas (+++ o ++++), la glucosa ha
con rubicundez y con el signo de Trousseau o descendido o está ausente y la clorurorraquia es
«raya meningítica», que se obtiene al frotar la normal, salvo por la hipocloremia que puede pro­
piel con un elemento romo, lo que produce una ducirse en los casos de vómitos reiterados. Hay
línea roja que persiste más tiempo que en el suje­ pleocitosis - 5 0 0 hasta más de 10.000 leucocitos
to normal. Las m anifestaciones oculares, que por mm^- con el 100% de polinucleares neu-
pueden presentarse com o consecuencia de me­ trófilos. El examen microscópico del sedimento
tástasis bacterianas, son iritis, íridociclitis, panof- puede mostrar diplococos gramnegativos y los
talmía, conjuntivitis, queratitis o neuritis óptica. cultivos pueden ser positivos. También se solici­
Otras responden a la hipertensión endocraneana, tarán hem ocultivos y cultivos de secreciones
como el edema de papila o el compromiso del VI faríngeas y de las lesiones vesicopustulosas cu­
par craneal, que es el afectado con mayor fre­ táneas, si existieran, con el objeto de aislar la bac­
cuencia. Puede haber nistagmo, m iosis, midriasis teria. Cuando el examen bacteriológico del LCR
26 - M eningitis D 161

es negativo, las técnicas inmunológicas, com o la la administración de una cefalosporina de terce­


conirainmunoelectroforesis y la coaglutinación, ra generación, com o la cefotaxima, en dosis de 6
pueden contribuir al diagnóstico de las meningi­ a 8 g diarios por vía IV repartidos cada 6 horas.
tis causadas p o rN . m eningiíidis, H. influenzae y En el niño la dosis es de 200 mg/kg/día. También
S. pneum oniae. Ambas suelen dar resultados ne­ puede utilizarse ceftriaxona, 2 a 4 g/día, repar­
gativos o positivos falsos. tidos cada 12 horas; en el niño la dosis es de
El hemograma muestra leucocitosis neutrófila 100 mg/kg/día. La duración del tratamiento anti­
(15 a 30.000 leucocitos) y la eritrosedimentación biótico es de 7 a 10 días. Junto con los antibióticos
está acelerada. se indica dexametasona -0 ,6 mg/kg/día IV, cada
6 horas durante las primeras 48 a 72 horas- con
Diagnóstico diferencial el propósito de disminuir las secuelas neuroló*
Abarca todas las afecciones que determinen gicas. La primera dosis se administra antes de la
síndrome meníngeo, infecciosas o no infeccio­ primera del antibiótico. A pesar del tratamiento
sas. El examen del LCR es fundamental para el parenteral con antibióticos, los pacientes pueden
diagnóstico. La clínica contribuye si se tienen en persistir com o portadores nasofaríngeos del
cuenta los signos y síntomas que con frecuencia m eningococo, por lo que antes del alta hospita­
acompañan cada una de las meningitis (véanse laria se requiere tratamiento con rifampicina,
las descripciones clínicas). com o se verá a continuación.

Complicaciones Profilaxis
Hipertensión endocraneana con herniación del La meningitis meningocócica es la única que
uncus o amígdalas cerebelosas; hidrocefalia, c o ­ puede presentarse en forma epidémica; por lo
municante o no comunicante; crisis com iciales tanto, para prevenir la enfermedad y eliminar a
focales o generalizadas; déficit neurológicos los posibles portadores hay que tratar a los con­
focales (hemiparesia, afasia, déficit campimé- tactos. En los adultos se administran 600 mg de
tricos y otros); lesión de los pares craneales (so­ rifampicina cada 12 horas durante 2 días. En los
bre todo III, rv, VI, VII y VIII); shock endotóxico; niños de 1 a 12 años, 10 mg/kg cada 12 horas, y
coagulación intravascular diseminada y síndro­ en los menores de 1 año, 5 mg/kg cada 12 horas
me de Waterhouse-Friderichsen. • durante 2 días. Hay vacunas preparadas con
polisacáridos de meningococo. El concepto sobre
Pronóstico las vacunas en uso (A + C o la tetravalente contra
En la era preantibiótica la mortalidad era del A, C, Y y W -135. disponible en los EE.UU.) es
50%. Si se producía la curación, en general las que la repuesta a los polisacáridos en general es
secuelas eran graves e incluían demencia, epi­ escasa, sobre todo en niños menores de 18 me­
lepsia, sordera, hemiplejía e hidrocefalia. En la ses; salvo el componente A que es inmunogénico
actualidad el diagnóstico temprano y el tratamien­ en los lactantes desde el tercer mes.
to adecuado posibilitan la curación en el 95% de Se utiliza para el control de las epidemias; se
los casos. aplican 2 dosis con 3 m eses de intervalo. N o se
recomienda este tipo de vacunas para la inmuni­
Tratamiento zación de rutina, excepto en situaciones particu­
Debe iniciarse con la mayor urgencia. Una vez lares; com o anesplenia funcional o anatómica,
determinada la etiología m eningocócica, se ad­ deficiencias de fracciones terminales del comple­
ministra penicilina G por vía intravenosa, en do­ mento (C5, C9), brotes epidémicos en institucio­
sis de 24.000.000 UI por día divididas cada 3 ho­ nes cerradas, como colegios con internos, etc. El
ras. En el niño la dosis es de 250.000 Ul/kg/día, meningococo del grupo C fue prevalente en el
En los casos de alergia a la penicilina se utilizará brote epidémico que se extendió desde 1973 hasta
el cloranfenicol en dosis de 4 a 6 g diarios por 1977, en coincidencia con la epidemia brasileña,
vía IV repartidos cada 6 horas. En el niño la do­ inicialmente lo fue el grupo C, en 1971-1972, y
sis es de 50 a 100 mg/kg/día. Otra alternativa es luego con mayor intensidad el grupo A, que cau­
íiHí» 162 □ P rim era parte - Generalidades - Síndromes clínicos

só una gran morbilidad y letalidad. En la Argen­ anemia de células falciformes, mieloma, hipo-
tina no hubo casos por este último serotipo. En gammaglobulinemia y otros trastornos).
Brasil la vacuna A + C contribuyó al cese de la
epidemia. Por contigüidad. Las infecciones neumocóci-
En la actualidad, en los EE.UU. y América la­ cas de los senos paranasales, el oído medio o la
:C\l
tina se registra un incremento de casos por el apófisis mastoides pueden originar meningitis por
ziR serotipo B. En Cuba, en el Instituto Finlay de La esta vía.
Habana, se produce una vacuna preparada a par­
,ií) tir de proteínas de la membrana externa del Vía directa. Las fístulas meníngeas postrau-
m eningococo del grupo B purificadas, conjuga­ máticas o posquirúrgicas pueden ser causa de
'#■ das con el polisacárido capsular del meningococo meningitis neum ocócica cuando drenan el LCR
del grupo C. El complejo proteína-polisacárido hacia la rinofaringe. Si lo hacen hacia la piel, las
es adsorbido en un gel de hidróxido de aluminio. bacterias involucradas son estafilococos y baci­
Se aconseja aplicar dos dosis separadas por un los gramnegativos.
■>t
intervalo de 6 a 8 semanas, por vía intramuscular
profunda en el músculo deltoides. Anatom ía patológica
Actulamente se dispone de una vacuna conjuga­ En todas las meningitis purulentas los hallaz­
Í|H da contra el meningococo del grupo C que es más gos anatomopatológicos son semejantes. En el
inmunogénica que las preparadas con polisacári- caso del neum ococo, el exudado es más abun­
’í l
dos capsulares (ver el capítulo Inmunoprofilaxis). dante y consistente que en la meningitis por me­
ningococo descripta precedentemente. El resto de
los hallazgos es similar.
Meningitis neumocócica
Etiología y patogenia Manifestaciones clínicas
Es la producida por Streptococcus pneum oniae. Corresponden a un síndrome meníngeo que en
Las vías posibles de llegada del neumococo al SNC general evoluciona en forma rápida y desfavora­
son la hemática, por contigüidad y la directa. ble, por lo que es importante el diagnóstico urgen­
ifii te y la instauración del tratamiento adecuado.
Vía hem ática. A partir de focos distantes,
v% como la neumonía u otras localizaciones del m i­ Diagnóstico
croorganismo en el aparato respiratorio. Puede El LCR tiene las características físicas, quími­
tener relevancia en sujetos inmunocompetentes cas y citológicas señaladas para el meningococo.
o con alteraciones de la inmunidad (pacientes con En el sedimento pueden hallarse diplococos gram-
anesplenia funcional o anatómica, portadores de positivos lanceolados. Los cultivos y la coaglu-
lí»>

Q
Cuadro 16-3. Tratamiento antibiótico para cepas de neumococo resistentes a la penicilina.
B «^f^póslficación^^^^

ííit Cefotaxima 2 g IV cada 6 horas ' .200 mg/kg/día

#
Ceftrlaxona 2 g IV cada 12 horas lOOmg/kg/día
C9 más
Vancomicina 1 g iV cada 12 horas 40 mg/kg/día .

sd Rifampicina (opcional) en asociación 600 mg IV cada 12 horas 20 mg/kg/día


con los anteriores
a
C apítulo 16 - M eningitis □ 163

tinación o la conirainmunoelectroforesis pueden antes de transcurridos 5 años y sólo dos dosis en


ser positivos. Es importante tomar muestras para toda la vida. En circunstancias especiales tam­
hemocultivos antes de iniciar el tratamiento. bién se realiza profilaxis con antimicrobianos.
Existe una vacuna antineumocócica conjuga­
pronóstico da que incluye 7 serotipos para uso en pediatría
En la era preantibiótica las meningitis neumo- (ver el capítulo Inmunoprofílaxis).
cócicas tenían una mortalidad del 100%. En la
actualidad, aun con tratamientos correctos la mor­ Meningitis por Haemophilus infiuenzae
talidad es de alrededor del 50%; en cambio, las La meningitis por H aem ophilus infiuenzae tipo
meningitis neumocócicas provocadas por fístulas b se da con más frecuencia entre los 2 meses y
del LCR son de menor gravedad y su mortalidad los 5 años de vida; es rara en los adultos. En la
es baja, aunque las recidivas son frecuentes. mitad de los pacientes está asociada con faringitis
u otitis media. Las características clínicas y de
Tratamiento laboratorio de esta meningitis no difieren de las
En las cepas sensibles a penicilina, puede tra­ descriptas.
tarse con este antibiótico en dosis de 24.000.000
Ul/día IV, repartidas cada 3 horas. En el niño la Tratamiento
dosis es de 250.000 Ul/kg/día. En los pacientes Los antibióticos de elección son las cefalospo-
alérgicos a la penicilina se utilizará cloranfenicol, rinas de tercera generación: cefotaxima o ceftria-
1 g IV cada 4 o 6 horas; dosis pediátrica: 50 a xona. La primera se administra en dosis de 6 a 8 g
100 mg/kg/día. En presencia de cepas resistentes diarios por vía IV, divididos cada 6 horas. En el
a la penicilina se administrará cefotaxima o cef- niño la dosis es de 200 mg/kg/día. La dosis de
triaxona más vancomicina asociadas o no a rifam- ceftriaxona es de 2 a 4 g/día, divididos cada 12
picina, en las dosis que se detallan en el cuadro horas. La dosis pediátrica es de 100 mg/kg/día.
16-3. También puede utilizarse la com binación de
El tratamiento antibiótico deberá mantenerse ampicilina con cloranfenicol. De la primera se
durante 15 días. Junto con los antibióticos debe administran 12 a 16 g/día IV, divididos cada 3 o
indicarse dexametasona, al igual que en el trata­ 4 horas (niños: 300 mg/kg/día) y de cloranfeni­
miento de la meningitis por meningococo. col, 4 a 6 g/día IV divididos cada 6 horas (niños:
100 mg/kg/día). Si los microorganismos son pro­
Profilaxis ductores de betalactamasas, debe suspenderse la
Se realiza con la vacuna antineumocócica, que ampicilina, y si son sensibles a ésta, se suspen­
incluye 23 serotipos. Es muy inmunogénica, se ­ derá el cloranfenicol. La duración del tratamien­
gura y clínicamente efectiva, aunque es posible to antibiótico es de 15 días.
que no prevenga todas las infecciones neumo­ Junto con los antibióticos está indicada la
cócicas. Está indicada en personas de más de 2 dexametasona, como se expresó en el tratamien­
años de edad con riesgo aumentado por diabetes, to de la meningitis meningocócica. A pesar del
agammaglobulinemia, anesplenia -funcional o tratamiento parenteral con antibióticos, los pa­
porespienectomía-, linfomas, mieloma múltiple, cientes pueden continuar como portadores naso­
alcoholismo, cirrosis hepática, fístulas de líqui­ faríngeos de la bacteria, por lo que serán tratados
do cefalorraquídeo, enfermedades cardiovascu­ con rifampicina antes del alta hospitalaria, como
lares y pulmonares crónicas, insuficiencia renal, se verá a continuación.
drepanocitosis y hemopatías malignas, también
en personas mayores de 50 años internadas en Profilaxis
instituciones de atención crónica. La vacuna El objetivo de la profilaxis en los contactos de
antineumocócica polivalente se administra por vía un paciente con m eningitis por H aem ophilus
intramuscular, en una dosis de 0,5 mL. N o se co­ infiuenzae tipo b es proteger a los niños menores
noce el intervalo óptimo para administrar una de cinco años. Se Ies administrará rifampicina
dosis de refuerzo, pero nunca se la debe aplicar 20 mg/kg/día (hasta 600 mg/día) en una sola toma
164 □ P rim era parte - Generalidades - Síndromes clínicos

durante 4 días. Los contactos adultos, aunque no Tratamiento


son susceptibles de enfermarse, pueden ser por­ La ampicilina es el antibiótico de elección. En
tadores del microorganismo y llevarlo a un niño lo s a lé r g ic o s a e ste fárm aco se utilizará
sano, por lo tanto también serán tratados con cloranfenicol. Se administrarán siguiendo las
rifampicina; 600 mg/día en una sola toma duran­ pautas señaladas con anterioridad, al igual que
te 4 días. para el uso de la dexametasona. La duración del
En la actualidad se dispone de vacunas efica­ tratamiento es de no menos de 3 semanas. En los
ces, inmunogénicas y seguras. Están constitui­ pacientes inmunocomprometidos a veces hay que
das con oligosacáridos o polisacáridos conjuga­ prolongarlo hasta 6 semanas.
dos del antígeno capsular de H. influenzae tipo
b. La conjugación varía con el fabricante; puede Otras meningitis bacterianas
ser con toxoide diftérico, toxoide tetánico, un Muchos otros microorganismos pueden produ­
matante no tóxico de la toxina diftérica, o con un cir meningitis. En los lactantes, E scherichia coli
complejo proteico de la membrana externa de y otros bacilos gramnegativos, junto con Strepto-
N. m eningitidis. Conjugarlos antígenos capsula­ coccus agalactiae, son los que producen el ma­
res con estos últimos tiene com o única finalidad yor número de casos. Puede haber localizacio­
intensificar la respuesta de anticuerpos contra nes meningoencefálicas en el curso de septice­
H, influenzae tipo b, de ningún modo se procura mias por Klebsiella, E. coli, Pseudom onas aerugi-
sustituir la vacunación rutinaria contra la difteria nosa o S ta p h ylo co ccu s aureus, com o también
o el tétanos ni la eventual vacunación contra el después de traumatismos craneanos o interven­
meningococo. Se administra una dosis de 0,5 mL ciones neuroquirúrgicas. Las válvulas de deriva­
por vía IM, en la zona externa y la parte media ción del LCR se infectan en general por Staphy-
del muslo, a los 2 ,4 ,6 y 15 meses de vida. Puede ¡ococcus epidermidiSy seguido en frecuencia por
aplicarse en forma simultánea con las vacunas los bacilos gramnegativos y difteroides.
Sabin oral o con la triple DTP (difteria-tétanos-
pertussis). Esta última se inyecta en distinto lu­ Tratamiento
gar y con otra jeringa. En necesario iniciar con rapidez el tratamiento
En la actualidad se dispone de vacunas cuá­ antibiótico empírico, sobre la base de la sospe­
druples (difteria-tétanos-pertussis-//. influenzae cha etiológica, dada por el cuadro clínico y la
tipo b) y quíntuplos, que además contienen la epidem iología, hasta tanto se disponga del aisla­
antipoliomielítica de virus muerto. A los niños miento bacteriano y del antibiograma.
de más de 15 m eses y hasta los 5 años, que nunca
hayan recibido la vacuna contra//, influenzae tipo
MENINGITIS VIRALES
b, se Ies aplicará una sola dosis (ver el capítulo
Inmunoprofílaxis). Son siempre secundarias a procesos virales
sistémicos. Algunas veces la afectación meníngea
Meningitis por Listería monocytogenes es lo predominante del cuadro clínico y en algu­
La meningitis por Listeria m onocytogenes es nas otras su manifestación es escasa o nula. Sue­
poco frecuente. Se produce en individuos nor­ len ser procesos de poca gravedad y autolimi-
males o en inmunocomprometidos, tanto recién tados. Como ocurre con otros agentes etiológicos,
nacidos com o adultos. Es frecuente el compro­ puede haber com prom iso en cefá lico (menin-
m iso del tronco encefálico con afectación de los goencefalitis).
nervios craneales. El hemograma puede mostrar
leucocitosis con linfom onocitosis. El aspecto del Etiología
LCR es probable que no difiera del descripto con Numerosos virus pueden provocar meningitis,
anterioridad, aunque a veces en la pleocitosis pero la mayor parte de los casos son producidos
predominan los linfocitos. L isteria m onocyto- por enterovirus (Coxsackie B, ECHO y poliovi-
genes es difícil de identificar con la coloración rus) y por el virus de la parotiditis. Siguen en
de Gram, pero el cultivo puede ser positivo. frecuencia el virus del herpes sim ple tipo 2,
Capi/M/o - M eningitis ü 165

adenovirus, el virus de la coriomeningitis linfo- examen clínico y el concepto de medio epidé­


citaria, el de la hepatitis A, el del sarampión, el mico pueden sugerir la etiología del cuadro me­
de la mononucleosis infecciosa (Epstein-Barr) y, níngeo, como ocurre en presencia de varicela, her­
en la actualidad, el HIV. pes zoster, herpes simple genital, parotiditis epi­
También son capaces de provocar m eningitis démica, sarampión, mononucleosis infecciosa y
muchos otros virus, com o el de la varicela zoster, otros trastornos. En un gran número de casos el
los arbovirus, el citom egalovirus, el virus de la diagnóstico etiológico no puede establecerse,
rabia y otros. pero hay que intentar aislar el virus y, en forma
paralela, titular anticuerpos en suero y LCR. El
Epidemiología hemograma en general muestra leucopenia o un
Las características epidemiológicas varían con número normal de leucocitos, con linfocitosis o
cada virus. A lgunos, com o los arbovirus, son linfom onocitosis (salvo en la mononucleosis in­
transmitidos por artrópodos; otros pasan de hom­ fecciosa en que suele haber leucocitosis con
bre a hombre o incluso se presentan en forma linfomonocitosis). La eritrosedimentación es nor­
epidémica en distintos períodos del año. mal. Puede haber otros parámetros de laborato­
En cualquier etiología viral la afectación me­ rio, en función de la etiología.
níngea es más frecuente en los niños hasta los 10
años de edad. En la adolescencia y en los adultos Diagnóstico diferencial
su incidencia disminuye. Hay que descartar afecciones que tienen una clí­
nica y un LCR similar, pero que no diagnostica­
Manifestaciones clínicas das ni tratadas a tiempo pueden evolucionar mal,
Se caracterizan por un com ienzo agudo, febril, com o las meningitis micóticas y la tuberculosa.
con síndrome meníngeo en general de escasa in­ Otras afecciones a tener en cuenta son las menin­
tensidad y curso leve, escaso compromiso del gitis bacterianas parcialmente tratadas, la leptos-
estado general, y resolución rápida y espontánea. pirosis, la listcriosis, la sífilis, la brucelosis y los
Sea cual fuere el virus causal, los signos y sínto­ procesos supurativos parameníngeos en los que
mas de la afectación meníngea son similares y no hay invasión bacteriana del espacio subarac-
no se distinguen de los de otra causa. Los más noideo, como la otitis media aguda, la mastoiditis,
constantes son cefalea frontal o retroorbitaria, la sinusitis, la osteom ielitis vertebral y otros.
fiebre, fotofobia, irritabilidad o cambios en la
conducta, mioartralgias, náuseas y vómitos. Pue­ Pronóstico
de haber confusión y somnolencia de grado va­ En la gran mayoría de los casos, com o ya se ha
riable, pero el coma es excepcional. La altera­ expresado, el pronóstico es bueno. Sin embargo,
ción dcl estado de la conciencia en general es algunos pacientes tendrán secuelas de evolución
escasa o nula. prolongada, com o disminución de la fuerza mus­
cular, papiledema bilateral, convulsiones y afec­
Diagnóstico tación de las funciones corticales superiores.
Frente al diagnóstico de síndrome meníngeo se
procederá al examen del LCR, cuyos hallazgos Tratamiento
lo fundamentarán. £1 líquido es hipertenso, cla­ En los pacientes inmunocompetentes es sinto­
ro, pocas veces opalescente, las proteínas están mático; en 5 o 6 días desaparece la fiebre y en 10
poco aumentadas (50 a 80 mg/iOO mL), las reac­ a 12 días quedan asintomáticos. En algunos ca­
ciones de Pandy y Nonne-Apelt son levemente sos está indicada la administración de fármacos
positivas (+ o ++), mientras que la glucosa y los antivirales.
cloruros son normales. El recuento leucocitario
muestra una plcocitosis de 25 a 300 células por
MENINGITIS MICÓTICAS
mm^ con predominio linfocitario (90% a 100%).
En las primeras 24 a 48 horas suelen predominar Numerosas especies de hongos pueden afectar
los polimorfonucleares. En algunos enfermos el el sistema nervioso central y provocar meningi-
m
m
166 Ü P rim era parte - G eneralidades - Síndrom es clínicos
m
<m lis subagudas o crónicas, similares en su presen­ Manifestaciones clínicas
tación a la meningitis tuberculosa (ver más ade­ El com ienzo de esta meningitis suele ser insi­
m lante). Dentro de este grupo de pacientes, mu­ dioso (meningitis crónica), pero puede ser agudo
m chos son inmunocomprometidos o diabéticos. Las en los pacientes con inmunodepresión grave. Los
meningitis micóticas a tener en cuenta son las pro­ signos y síntomas responden a las características
m vocadas por C rypíococcus neoform ans, C occi’ ya descriptas del síndrome meníngeo. Es intere­
dioides im m itis, A spergillus fu m ig a tu s o fla v u s, sante destacar que algunos pacientes son oligo-
m Candida, H istoplasm a capsulatum y el género sintomáticos y sus manifestaciones no sugieren
Mucor, afección meníngea. Por esta razón, corresponde
m examinar el LCR en todo paciente del que se haya
m Meningitis criptococóctca aislado C. neoform ans en cualquier otra locali­
Su agente etiológico es C ryptococcus neofor­ zación o que la prueba de aglutinación del látex
« m ans o Tonda histolytica. En el 50% de los ca­ haya resultado positiva en suero.
sos se asocia con enfermedad subyacente (linfo- El predominio basal de las lesiones encefálicas
m ma, cáncer, leucemia, diabetes, uremia, mieloma, determina con frecuencia el compromiso de los
enfermedad por HIV, tratamientos inmunosu- pares craneanos (diplopía, estrabismo). Además
m
presores). La puerta de entrada suele ser la vía de causar meningitis crónica, C. neoform ans pue­
m aérea y llega al SNC por vía hemática. de ocasionar granulomas en el cerebro, la médu­
la espinal y los espacios epidural, subdural o in-
m Epidemiología traventricular. Esas lesiones suelen alcanzar un
Crypíococcus neoform ans se ha aislado de fru­ tamaño suficiente com o para manifestarse clíni­
m tas, leche, deyecciones de palomas y otras aves. camente com o una lesión expansiva (criptoco-
m La presencia del hongo en la naturaleza es abun­ coma o toruloma), situación que se produce en
dante y el hombre entra en contacto con él con sujetos inmunocompetentes.
m frecuencia; la primoinfección pulmonar se pro­
duce por inhalación. Diagnóstico
m El LCR por lo general es hipertenso, transpa­
Patogenia rente o ligeramente opalescente, a veces xantocró-
m m ico, con aumento de las proteínas. Las reaccio­
En general C. neoform ans se inhala, llega al
• alvéolo pulmonar y allí comienza a reproducirse nes de Pandy y Nonne-Apelt son positivas, la
glucosa y los cloruros están disminuidos y hay
m e invadir. Penetra en los ganglios linfáticos del
hilio pulmonar y se disemina por vía hemática,
por donde llega al SNC.
aumento de células con predominio linfocitario.
Estos hallazgos no pueden proporcionar un diag­
m nóstico preciso, por lo que se tratará de identifi­
Anatomía patológica car C ryptococcus mediante preparaciones con
m
La respuesta de los tejidos a C. neoform ans es tinta china del sedimento del LCR, el que ade­
m variable y depende del estado inmunitario del más se cultivará en medios adecuados com o agar-
huésped. En sujetos inmunodeprimidos el LCR glucosa de Sabouraud. También se puede buscar
m de la meningitis causada por estos hongos puede el antígeno de CryptococcuSy en el LCR y el sue­
contener numerosos microorganismos, sin reac­ ro, por medio de la prueba de aglutinación del
m ción leucocitaria vecina. En los inmunocom- látex, de gran utilidad para el diagnóstico por su
m petentes se desarrolla una reacción granulomatosa precocidad, especificidad y alto porcentaje de
crónica de las leptomeninges, con presencia de positividad. Los hemocultivos suelen ser positi­
m macrófagos, linfocitos y células gigantes multinu- vos en los infectados por HIV,
cleadas. A veces puede producirse una arteritis
m granulomatosa que compromete el polígono de Diagnóstico diferencial
Willis, por la localización preferente del exuda­ Incluye todas las meningitis crónicas. Dentro
«
do en la base del cerebro. de las de causa no infecciosa, con las infiltra­
m ciones de las meninges por leucem ias, linfomas

m
#
C apítulo 16 - M eningitis □ 167

o carcinomas. Entre las de causa infecciosa se partir de un foco tuberculoso distante, o como
considerarán todas las otras meningitis micóticas consecuencia de la diseminación miliar. Es más
y, en especial, la meningitis tuberculosa. frecuente en niños y adultos jóvenes, pero puede
presentarse a cualquier edad. El agente etiológico
C o m p lic a c io n e s es M ycobacterium tuberculosis.
Trastornos o pérdida de la visión, parálisis de
los nervios craneales, disfunción motora y alte­ Epidemiología
raciones psíquicas. Los antecedentes de contacto con pacientes
tuberculosos se encuentran en el 20% al 30% de
P r o n ó s tic o los casos. La incidencia es directamente propor­
Si hay enfermedad grave subyacente, el pro­ cional a la prevalencia de la infección tuberculosa
nóstico dependerá de ésta. En los pacientes sin en una comunidad y depende de sus condiciones
enfermedad predisponente el tratamiento adecua­ higiénicas, socioeconóm icas y culturales. Es la
do cura la casi totalidad de los casos. Sin trata­ meningitis más frecuente después de las virales
miento, la mortalidad es del 100%. y bacterianas.

T r a t a m ie n t o Patogenia
El tratamiento de elección es la anfotericina B, El microorganismo llega al SNC por vía hemá­
0,4 mg/kg/día diluidos en 500 mL de solución de tica.
dextrosa al 5% , que se administrarán por vía
intravenosa en 4 a 6 horas. La anfotericina se Anatomía patológica
presenta en un frasco ampolla con 50 mg de fár­ En el examen macroscópico se evidencia un
maco, que se diluyen con 10 mL de agua bides- exudado gelatinoso o fibrinoso que ocupa el e s­
tilada estéril. D e ese frasco ampolla se sacará la pacio subaracnoideo; es más importante en la base
cantidad necesaria para diluir en 500 mL de so­ del cerebro y se extiende a los surcos laterales.
lución de dextrosa al 5%; el resto se conserva en En el examen microscópico este exudado apa­
la heladera. En forma simultánea se administrará rece constituido por células inflamatorias cróni­
5-fluorocitosina, 100 a 150 mg/kg/día por vía oral, cas, linfocitos, células plasmáticas, macrófagos
en dosis fraccionadas cada 6 horas. Esta com bi­ y fibroblastos. También se observan tubérculos,
nación permite utilizar dosis menores de anfote­ algunos de ellos con necrosis caseosa y células
ricina que las habituales. El tratamiento se conti­ gigantes. Las arterias pueden presentar endar-
núa durante 6 a 8 semanas y en su transcurso se teritis obliterante con infiltrados inflamatorios en
realizarán controles de la función renal, hepato- sus paredes y engrosamiento de la íntima. A ve­
grama, ionograma y hemograma. Como alterna­ ces se observa una aracnoiditis con adherencias
tiva, o en aquellos enfermos en los que el trata­ fibrosas densas, sobre todo en la base del cere­
miento de elección sea impracticable, puede uti­ bro. Este cuadro anatomopatológico puede pro­
lizarse fluconazol: 400 mg/día por vía oral o IV ducir trastornos en la circulación del LCR, como
(ver el capítulo Criptococosis). se verá más adelante.

Profilaxis Manifestaciones clínicas


No hay vacunas ni otros métodos eficaces de La meningitis tuberculosa se presenta en gene­
profilaxis. Las personas inmunocomprometidas ral com o un síndrome meníngeo de com ienzo
deben evitar las zonas muy contaminadas por subagudo. En los niños los primeros síntomas
excrementos de aves. suelen ser náuseas, vómitos, irritabilidad, aste­
nia, dolor abdominal y fiebre. Luego de 1 a 3 se­
manas con estos síntomas se presenta el síndro­
MENINGITIS TUBERCULOSA
me meníngeo, con las características descriptas
Es la forma más común de la infección tuber­ antes, y el nivel de conciencia disminuye en for­
culosa del SNC. Se produce por vía hemática a ma gradual.
168 □ P rim era parte - G eneralidades - Síndrom es clínicos

La progresión de la enfermedad determina bacterianas parcialmente tratadas pueden consi­


hipertensión endocraneana» afectación de los ner­ derarse también en el diagnóstico diferencial. No
vios de la base del cerebro (en especial ios pares hay que olvidar que en las fases tempranas de la
II, III, VI y VII), crisis comiciales y déficit neuro- enfermedad el predominio polimorfonuclear en
lógicos focales (hemiparesia, ataxia). Con me­ el LCR puede originar confusión con una menin­
nos frecuencia se observan movimientos anorma­ gitis bacteriana.
les (corea, hemibalismo), paraparesia y tetrapa-
resia. La sim ultaneidad con la tu berculosis Complicaciones
pulmonar es baja. Los tubérculos coroideos se El predominio basal de los exudados y su ubi­
observan con poca frecuencia y son la expresión cación en la región optoquiasmática puede de­
local de la diseminación miliar. terminar ceguera y parálisis de los nervios oculo-
motores, con diplopía y estrabismo. Las arterias
Diagnóstico cerebrales suelen mostrar necrosis parietal y obs­
Se basa fundamentalmente en las característi­ trucción de su luz (arteritis), con zonas de reblan­
cas del LCR. La punción lumbar puede mostrar decimiento de la cápsula interna, el hipotálamo, las
una presión de apertura elevada (LCR hiperten- vías ópticas y la corteza, que se manifiestan por
so). El aspecto puede ser límpido, transparente u paresias, ceguera, convulsiones y otras secuelas.
opalescente, a veces xantocrómico. Luego de al­ La aracnoiditis espinal genera com presión
gunos minutos, en el tubo de ensayo puede for­ medular; las adherencias con bloqueo de las cis­
marse un retículo de fibrina. La proteinorraquia, ternas basales determinan la aparición de hidro­
que está aumentada, oscila entre 50 y 500 mg/ cefalia «comunicante», mientras que la esteno­
100 mL. Las reacciones de Pandy y Nonne-Apelt sis u oclusión del acueducto de Silvio, o el blo­
son positivas. La glucorraquia es baja, aunque queo de los agujeros de Luschka y M agendie lo
no tanto com o en las meningitis purulentas. A hacen con la hidrocefalia obstructiva o «no co­
menudo la clorurorraquia está disminuida por municante». El neurocirujano debe evaluar estos
debajo de 680 m g/100 mL. Hay pleocitosis de trastornos en la circulación del LCR para consi­
250 a 1.500 elem entos por mm^ y a veces más. derar el implante de derivaciones ventriculo-
El predominio celular es linfocitario, pero al c o ­ peritoneales u otras.
mienzo de la enfermedad puede ser transitoria­
mente polimorfonuclear. Como puede observar­ Pronóstico
se, estas características del LCR son comunes a Sin tratamiento, la mortalidad es del 100%. Si
otras m eningitis crónicas y no son de por sí el tratamiento se inicia en forma oportuna, la cu­
diagnósticas. El hallazgo del bacilo despeja to­ ración se produce en el 80% de los casos. La de­
das las dudas. La búsqueda se realiza en el exa­ mora en el tratamiento origina secuelas neuroló-
men directo, con la coloración de Ziehl-Neelsen gicas irreversibles.
del centrifugado del LCR o de la red de fibrina
que se forma al dejar reposar el líquido en el tubo Tratamiento
de ensayo. Esta búsqueda es positiva en alrede­ Se realizará lo antes posible. La isoniacida y la
dor del 25% de los casos. Los cultivos se reali­ rifampicina son los fármacos de mayor penetra­
zan en medio de Lowenstein-Jensen y luego de 4 ción en el SNC. La estreptomicina, el etambutol
a 8 semanas resultan positivos en el 75% de los y la pirazinamida penetran en las meninges in­
casos. La positividad de los cultivos permitirá el flamadas en menor concentración que los ante­
estudio de la sensibilidad in vitro a los fármacos riores, pero en cantidad suficiente para obtener
antituberculosos. buenos resultados terapéuticos.
La duración del tratamiento debe ser de un mí­
Diagnóstico diferencial nimo de 9 m eses y las dosis son las siguientes:
Incluye todas las meningitis crónicas, en espe­ isoniacida, 5 a 10 mg/kg/día oral, IV o IM; rifam­
cial las m icóticas (C ryptococcus neoform ans, picina, 10 mg/kg/día hasta 600 mg/día oral o IV;
C occidioides im m itis). Las meningitis virales o estreptomicina, 15 mg/kg/día hasta 1 g/día IM;
C apítulo 16 - M eningitis G 169

etam butoK 25 m g/kg/día oral; pirazinam ida, intratecal. El uso de corticosteroides aún está en
25 mg/kg/día hasta 2 g/día, oral. Salvo la estrep­ discusión; parece ser beneficioso cuando existe
tomicina, todos estos medicamentos pueden ad­ edema cerebral o hiper-proteinorraquia marcada
ministrarse en forma ora! por la mañana. La vía (ver el capítulo Tu-berculosis).
parenteral o por sonda nasogástrica está reserva­
da para los casos de trastornos del sensorio o a
Profilaxis
vómitos, en los que no es posible la administra­ La vacuna BCG es un eficaz método profilác­
ción por vía oral. N o debe realizarse tratamiento tico de la meningitis tuberculosa. I

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Encefalitis
Ornar J. Palmieri

ferentemente la sustancia blanca y panencefalitis


SÍNDROME ENCEFALÍTICO
si se afectan ambas. El compromiso meníngeo
Definición hace que en la mayoría de los casos se trate en
El síndrome encefalítico está constituido por realidad de encefalomeningitis o de meningoen-
combinaciones de varios de los siguientes sig ­ cefalitis, según el predominio de uno u otro sín­
nos y síntomas: convulsiones, confusión, estu­ drome. La encefalitis viral aguda se divide en
por o coma, afasia o mutismo, hemiparesia, asi­ primaria y secundaria. La forma primaria se debe
metría de reflejos tendinosos, signo de Babinski, a la invasión directa y la replicación del virus
movimientos involuntarios, ataxia, sacudidas dentro del SNC. La forma secundaria, que es
mioclónicas, nistagmo, parálisis oculares, paresia posinfecciosa o parainfecciosa, sigue a una en­
facial y rigidez de nuca con signos de Kernig y fermedad viral o a la aplicación de algunas
Brudzinski (cuadro 17-1). En general el com ien­ vacunas. Se trata de una reacción de hipersensi-
zo es agudo y febril, con alteraciones del LCR. bilidad, con un cuadro histopatológico de desmie-
Todos estos signos y síntomas, que con frecuen­ linización perivenosa multifocal que por su ex­
cia se enmarcan en una meningitis febril aséptica, tensión lesional es, en general, encefalom ielitis.
demuestran una alteración focal de las funcio­ El virus no se puede aislar del SNC (cuadros 17-
nes, en forma total o parcial, combinada o no, 2 y 17-3). Otras dos categorías de encefalitis es­
del cerebro, el tronco cerebral y el cerebelo. tán constituidas por las infecciones por priones
(proteínas modificadas infectantes) o infecciones
Generalidades virales lentas del SNC (panencefalitis esclero­
El síndrome encefalítico puede ser de causa in­ sante subaguda, kuru, enfermedad de Creutzfeldt-
fecciosa -virus, bacterias, hongos y parásitos- o Jakob, leucoencefalopatía multifocal progresiva)
no in fecciosa -tó x ic a , m etabólica, vascular, y las enfermedades degenerativas crónicas del
vasculítica o neoplásica-. Por lo común la ence­ SNC de posible etiología viral (cuadro 17-4).
falitis es producida por agentes virales y dura se­
manas o excepcionalmente meses. La mortalidad
ENCEFALITIS VIRALES
es del 5% al 20%. En un 20% de los pacientes
quedan signos residuales, com o deterioro men­ Etiología
tal, alteraciones de la memoria, cambios de la per­ Los virus vinculados con más frecuencia con
sonalidad y hemiparesia. las encefalitis son los arbovirus. El grupo A pro­
Según la localización lesional, puede ser po- duce las encefalitis equinas del este (EE.UU.,
lioencefalitis, cuando está afectada la sustancia Argentina, Antillas), del oeste (EE.UU., Brasil)
gris; leucoencefalitis, cuando se compromete pre­ y Venezolana (Venezuela, Colombia, Panamá);
172 Ü P rim era parte - G eneralidades - Síndrom es clínicos

el grupo B, la encefalitis por garrapata (Europa mutismo, signo de Babinski, hemiparesia, ataxia,
central), encefalitis japonesa (Japón), encefalitis m ovim ientos involuntarios, sacudidas m iocló-
del valle de Murray (EE.UU.) y encefalitis de San nicas, nistagmo, paresia facial, parálisis oculares
Luis (EE.UU., Jamaica, Panamá, Trinidad, Bra­ y síndrome meníngeo. Los signos neurológicos
sil, Argentina), mientras que el Grupo California acompañantes pueden ser evocadores del virus
produce la encefalitis de California (EE.UU.). causal. En el caso del virus del herpes simple tipo
Otros virus productores de encefalitis son los 1, son frecuentes las lesiones temporales y en la
enterovirus (ECHO, C oxsackie y poliovirus), varicela las lesiones cerebelosas. En las infec­
herpesvirus (herpes sim ple, varicela zoster, ciones por enterovirus las lesiones encefalíticas
citomegalovirus y virus de Epstein-Barr), virus son acompañadas por las medulares. La evolu­
de la fiebre urliana, del sarampión, de la rubéola, ción de la encefalitis es variable y se relaciona
de la influenza, de la rabia, adenovirus, virus de con el virus causal, desde formas leves a formas
la coriomeningitis linfocitaria y el HIV. graves con muerte rápida. La curación puede pro­
ducirse con secuelas o sin ellas.
Manifestaciones clínicas
Dentro de un contexto de síntomas generales Diagnóstico
como fiebre, mialgias, trastornos digestivos o res­ El cuadro clínico y neurológico suele orientar
piratorios se destacan los signos y síntomas de la hacia una encefalitis viral. Los antecedentes del
afectación neurológica, vinculados con las estruc­ medio epidémico o el diagnóstico de sarampión,
turas anatómicas afectadas en forma predominan­ varicela, herpes zoster, rubéola o fiebre urliana
te. El com ienzo de la enfermedad es casi siem ­ sugerirán esa etiología viral. La encefalitis por el
pre brusco, con cefalea, desorientación, trastor­ virus de Epstein-Barr es sospechada por el cua­
nos de la conciencia, del comportamiento y aluci­ dro clínico y la fórmula leucocitaria característi­
naciones. Se pueden agregar letargo, estupor o ca de la mononucleosis infecciosa. Un examen
coma, náuseas y vóm itos, convulsiones, afasia o citológico del sedimento urinario que muestre

Cuadro 17-1. Manifestaciones del síndrome encefalitico.

MOTORAS ALTERACIONES DE LA CONCIENCIA ANATOMOPATOLÓGICAS


1. Paresias o parálisis a) confusión 1. Encefalitis primaria
a) nervios craneales b) estupor o coma a) neuronofagia
b) oculomotoras c) alucinaciones b) proliferación glíal
c) monoparesids, hemiparesias o 2. Encefalitis secundaria
cuadriparesias TRASTORNOS DEL SUEÑO a) meningoencefalitis
2. M ovim ientos involuntarios a) insomnio b) infiltrados perivasculares
a) ataxia b) hipersomnia
b) mioclonfas c) inversión del sueño DIAGNÓSTICO POR IM ÁGENES
c)distonías (algunas imágenes son sugerentes
d) movimientos coreicos INFECCIOSAS de determinada etiología)
3. Convulsiones a) fiebre a)TC
a) focales b) exantemas b)RM
b) generalizadas c) arteriografía
4. Alteración de los reflejos ELEaRO EN CEFALO G RÁFICAS
a) puntas y ondas lentas aisladas DIAGNÓSTICO DE LABORATORIO
SENSITIVAS 0 en salvas en todas las a) LCR
a) cefaleas . derivaciones b) hemograma
b) mialgias c) serologfa
c) neuralgias
T
'((

C apiítt/o i 7 - Encefalitis □ 173 <í

4
células gigantes con inclusiones y elevación de Cuadro 17-2. Causas virales de encefalom ielitis
las transaminasas sugiere ciiom egalovirosis. Las aguda.
respectivas serologías confirmarán la presunción
■ P o r ih fe c c ió ii d ire cta .
diagnóstica o no. La punción lumbar puede m os­
trar un LCR normal o con 50 a 300 cél/mm^ con TOGAVIRIDAE PICORNAVIRIDAE
predominio polimorfonuclear al com ienzo, para Alphavirus (grupo A) Enterovirus
virar con rapidez hacia células mononucleadas. Equina de! Este PoliONÁrus
La presencia de hematíes junto con células m o­ Equina del Oeste Coxsackievirus
nonucleadas sugiere encefalitis por virus del her­ Equina Venezolana Echovirus
pes simple tipo 1. La proteinorraquia suele estar Flavivírus (grupo B) RABDOVIRIDAE
normal o poco elevada. La glucorraquia y la San Luis Lyssavírus
clorurorraquia son normales. A veces es posible Vaile de Murray Rabia
hacer aislamientos virales del LCR, en el que Japonesa
HERPESVIRIDAE
además se solicitarán titulaciones de anticuerpos Transmitidas por
Herpesvirus
antivirales, en paralelo con las del suero, durante garrapatas
Herpes simple tipo 1y II
la fase aguda de la enfermedad. En ei suero de­ Dengue
Varicela zoster
ben practicarse titu la cio n es de anticuerpos PARAM YXO VIRIDAE Epstein-Barr
antivirales durante la fase aguda de la enferme­ Paramyxovirus Citomegalovírus
dad y dos semanas después (muestras pareadas). Fiebre uriiana
ADENOVIRIDAE
Tiene valor de positividad un aumento de cuatro M orbillívírus
veces o más de los títulos de la segunda muestra Sarampión BUNYAVIRIDAE
respecto de los de la primera. El EEG se realiza­ Bunyavirus
ARENAVIRIDAE
rá en lodos los casos; no provoca mayores m o­ Serogrupo California
Arenavirus
lestias al enfermo y de hacerse en forma seriada Coriomeningitis RETROVIRIDAE
permite seguir la evolución de la enfermedad. linfocitaria Lentivirus
Mostrará puntas y ondas lentas aisladas o en sal­ Machupo Virus de la
vas en todas las derivaciones, lo cual puede ex­ Lassa Inmunodeficiencia
cluir un absceso o tumor. Sin embargo, la ence­ Junín Humana (HIV)
falitis herpética suele tener localización tempo­
ral o bitemporal. Los elementos más valiosos para Cuadro 17-3. Causas virales de encefalom ielitis
el d iagn óstico anatóm ico son la tom ografía aguda.
computarizada (TC) y las imágenes por resonan­
• ' P ó s irife c d o s a s ; ' , v
cia magnética (RM). La biopsia cerebral puede
ser necesaria en casos muy especiales, para lo­ TOGAVIRIDAE POXVIRIDAE
grar un diagnóstico certero. Las alteraciones Rubivirus Orthopoxvirus
histológicas más comunes de las encefalitis vira­ Rubéola Vacuna
les, aunque no específicas, son los infiltrados peri- M YXO VIRID AE HERPESVIRIDAE
vasculares y parenquimatosos mononucleares, los Influenzavlrus Herpesvirus
nodulillos gliales y la neuronofagia. Una forma Influenza A y B . Varicela zoster
rápida de diagnóstico es la identificación del vi­ Epstein-Barr
PARAM YXO VIRIDAE
rus en la biopsia cerebral mediante anticuerpos
Paramyxovirus
específicos marcados con fluoresceína. Otras ca­
Fiebre uriiana
racterísticas histopatológicas son los cuerpos de
Morbillivirus
inclusión intranucleares asociados con infeccio­
nes por los virus herpes y los cuerpos de Negri
propios de la rabia.
La detección de ácidos nucleicos con la reac­ nóstico de las encefalitis, especialmente en las
ción en cadena de la polimerasa (PCR) es un provocadas por virus tales com o H erpes sim ple,
método rápido, sensible y no invasivo en el diag- Enterovirus y Poliomavirus. En la meningoen-
w

m
m
174 □ Prim era parte - G eneralidades - Síndromes clínicos
m
C uad ro 17-4. Causas no virales de encefalomielitis. cíente, la meningoencefalitis tuberculosa o la pro­
Septicemia Vasculitis
vocada por C¡yprococcus neoform ans, también
# con las demás meningitis micóticas. Además se­
Toxoplasmosis Paludismo (P. faldparum)
rán consideradas las infecciones parasitarias;
m Endocarditis bacteriana Naeglería
toxoplasm osis, cisticercosis, amebiasis y triqui­
subaguda Acanthamoeba
m Sífilis meningovascular
nosis. Dentro de las afecciones no infecciosas se
Triquinosis
excluirán las intoxicaciones agudas, los trastor­
Leptospirosis Legionelosis
« nos metabólicos, los accidentes vasculares, los
Tuberculosis Mycoplasma
procesos vasculíticos, los tumores, los trauma­
Hístoplasmosis Psitacosis
tismos y los trastornos psiquiátricos.
Coccidioidomicosis Criptococosis
# Tripanosomosis Enfermedad de Beh?et
Tratamiento
Lupus erítematoso Enfermedad de
Los pacientes deben ser internados en unida­
diseminado Chagas-Mazza
Fiebre tifoidea
des de cuidados intensivos, a fín de asegurar un
m control adecuado del medio interno. La alimen­
tación se realizará por vía parenteral o por sonda
#
nasogástrica cuando los trastornos deglutorios o
cefalitis herpética, el ADN viral puede detectar­ el estado de conciencia lo hagan necesario. Se
se pocos días después de instalado el cuadro clí­ efectuará el control y la eventual corrección de
nico, y en caso de ser inicialmente negativa, debe los parámetros hematimétricos y hemodinámicos.
repetirse en 48 a 72 horas. La utilización de son­ Es posible que sean necesarios los medicamen­
# das múltiples permite detectar en un solo paso y tos para combatir el edema y la hipertensión
con menor riesgo de contaminación varios agen­ intracraneana. El paciente debe estar en la cama
tes etiológicos (HSV, CMV. VZV). semisentado, ya que esta posición disminuye la
« La PCR también se utiliza en el diagnóstico de presión intracraneana. Si la enfermedad es pro­
encefalitis por TreponemapaUidum, Borrelia burg- vocada por HSV o VZV, se prescribirá aciclovir
« dorferi y Toxoplasma gondii. Además, es muy sen­ a razón de 10 mg/kg cada 8 horas, en infusión
sible y específica en el diagnóstico de meningoen- intravenosa administrada en 1 hora, durante 10
# cefalitis por M ycobacterium tuberculosis. días. Comenzar, de ser posible, antes de las 48
horas de iniciados los síntom as. La antibioti-
Diagnóstico diferencial coterapia sólo se empleará si se demuestran com­
# Se hará con las meningitis bacterianas de co­ plicaciones bacterianas. Los corticosteroides es­
mienzo reciente o las tratadas en forma insufi- tarían indicados en las encefalitis posinfecciosas.

#
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18
Osteomielitis
Elena I. M aiolo
Ornar J. Palmieri

DEFINICIÓN hemática a partir de un foco séptico que permita


la entrada de microorganismos al torrente circu­
La osteomielitis es la infección ósea provoca­
latorio. Estos focos sépticos primarios suelen ser
da por distintos microorganismos, con mayor fre­
heridas cutáneas, abscesos, infecciones dentarias,
cuencia por bacterias piógenas o micobacterias.
del tracto respiratorio, urinario, intestinal o aun
Puede ser aguda o crónica, y su patogenia no
de endocarditis bacteriana. A través de la circu­
siempre sigue un mismo mecanismo; puede pro­
lación capilar, los microorganismos alcanzan to­
ducirse por vía hemática, por contigüidad o por
dos los tejidos y se acumulan con preferencia en
inoculación directa traumática o quirúrgica.
aquellos donde la vascularización es más rica,
como ocurre en la metáfisis ósea, donde el ritmo
ETIOLOGÍA de perfusión lento permite la adherencia bacte­
En la mayoría de los casos el agente etiológico riana a las paredes del vaso, favorecida por una
es Staphyiococcus aureus excepto en la osteo­ disminución de la actividad fagocitaria lo que
mielitis vertebral, en la que con frecuencia se facilita la multiplicación de los mismos microor­
aíslan Escherichia coli y otros bacilos gramnega- ganismos. La osteom ielitis también puede pro­
livos. En pacientes adictos a drogas de uso intra­ ducirse por la existencia de un foco infeccioso
venoso, Pseudom onas aeruginosa y Serratia sue­ contiguo o por inoculación, en caso de heridas
len ser causa de osteomielitis sacroilíaca, esterno- traumáticas o quirúrgicas.
clavicular y pubiana. Hay factores predisponentes, com o traumatis­
Las hemoglobinopatías se asocian con osteo­ mos y la presencia de tejido isquémico o cuerpos
mielitis de huesos largos provocadas ^ox Salm o- extraños.
nella y Staphyiococcus aureus. En individuos adultos, por lo general hay com­
La tuberculosis y la brucelosis comprometen promiso de la diáfisis. En niños menores de un año
habitualmente la columna vertebral. Son menos la infección puede extenderse desde la epífisis hasta
com unes las o s te o m ie litis p rovocad as por la superficie articular lo que provoca una artritis sép­
Candida, C ryptococcus y A spergillus, que en tica con frecuente destrucción del cartílago del cre­
general afectan a pacientes inmunodeprimidos. cimiento y por consiguiente, graves alteraciones en
el crecimiento normal del miembro afectado. Trans-
cunido un año, la placa de crecimiento, que es avas-
PATOGENIA cular, limita la infección a la diáfisis y la metáfisis.
En la mayoría de los casos la llegada de los La infección aguda se caracteriza por supura­
microorganismos al hueso se produce por vía ción, edema, congestión vascular y trombosis de
176 D P rim era parte - G eneralidades - Síndrom es clínicos

los vasos pequeños. La fagocitosis de las bacte­ ríodos de inactividad que alternan con recurrencias.
rias provoca la liberación de enzimas osieolíticas Con frecuencia se observan fístulas cutáneas, a '
que favorecen la necrosis ósea. La infección se través de las cuales mana un material purulento y
extiende hacia la cortical, a través de los conduc­ a veces hasta pequeños trozos de hueso necrótico.
tos de Havers y del sistema de Volkmann, y pro­ En general no hay fiebre, excepto ante la existencia
gresa hacia la superficie ósea donde se formarán de infección de parles blandas o abscesos. Los pe.
abscesos subperiósticos y habrá compromiso de ríodos de exacerbación se caracterizan por un au-
las partes blandas. En la infección crónica los mentó de la secreción purulenta a través de la fí$.
segmentos no vascularizados, por trombosis y ede­ tula, dolor local y eritrosedimentación acelerada.
ma, originan focos de necrosis isquémica denomi­ Con el tratamiento adecuado, sólo un bajo por­
nados secuestros, los cuales favorecen la per­ centaje de las osteom ielitis agudas evolucionan
sistencia de los microorganismos. El hueso nuevo a la cronicidad.
(involucro), originado en el periostio, se deposita
sobre el secuestro y desempeña una función e s­ Osteomielitis vertebral
tructural en la fase de curación. La osteom ielitis vertebral puede originarse por
vía hemática, secundaria a endocarditis bacteriana
o a sepsis por catéteres. El origen genitourinario
a n a t o m ía p a t o l ó g ic a
es muy frecuente en los ancianos. En estos casos
La osteomielitis aguda se caracteriza por la pre­ las bacterias llegan a través del plexo venoso pros-
sencia de bacterias, infiltrado polimorfonuclear tático. La osteomielitis vertebral también puede
neutrófilo, trombosis y congestión vascular. En la ser secundaria a heridas traumáticas o quirúrgicas.
osteomielitis crónica hay necrosis ósea, resorción La osteom ielitis vertebral compromete la co­
del tejido óseo por osteoclastos, infiltrado mono- lumna lumbar, seguida en orden de frecuencia por
nuclear, tejido de granulación y fibrosis. El ha­ la torácica y la cervical. En cambio, en la espondi­
llazgo de microorganismos no es habitual. litis tuberculosa (mal de Pott) las vértebras más
afectadas son las dorsales.
Los cuerpos vertebrales están muy vasculari­
MANIFESTACIONES CLÍNICAS
zados por las arterias espinales, que se bifurcan
Osteomielitis hematógena aguda e irrigan más de un cuerpo vertebral. Por este mo­
Afecta por lo general los huesos largos, casi tivo el compromiso de los cuerpos venebrales ad­
siempre un solo hueso, con más frecuencia la ti­ yacentes es muy frecuente; además, en ciertas
bia seguida por el fémur o el húmero. Tiene un ocasiones la infección excede los límites de la vér­
comienzo agudo con fiebre alta, escalofríos, do­ tebra y origina abscesos epidurales, subdurales,
lor y sensibilidad local. En forma ocasional, so­ paravertebrales o laterofaríngeos. En los casos gra­
bre la zona afectada se observa eritema cutáneo ves puede extenderse hasta el mediastino, el es­
y tumefacción. pacio subfrénico e incluso el retroperitoneo.
En pacientes menores de un año e incluso en la En la mayoría de los casos hay dolor espontá­
pubertad, la infección puede atravesar la epífisis neo del cuerpo vertebral, que se exacerba con la
y comprometer la articulación. El hemograma percusión. Al principio no es muy intenso, pero
muestra leucocitosis y neutrofilia. En la radio­ puede agravarse durante la evolución. La contrac-
grafía simple se observa engrosamiento de las tura de los m úsculos paravertebrales lim ita la
partes blandas y, en ocasiones, rarefacción ósea. movilidad. El cuadro es en general subagudo; la
La reacción perióstica se presenta al cabo de diez fiebre no siempre está presente y algunos pacien­
días y las lesiones líticas (absceso de Brodie) lo tes tienen dolor referido a causa de la irritación
hacen luego de dos a seis semanas. de las raíces nerviosas, con déficit motor y sen­
sorial. La eritrosedimentación por lo general está
Osteomielitis hematógena crónica acelerada y la leucocitosis es poco frecuente.
La osteomielitis crónica es una entidad de curso En la radiografía simple se observa erosión de
prolongado, que se caracteriza por presentar pe­ los platillos vertebrales contiguos y pinzamiento
f

Capítulo 18 - O steom ielitis □ 177

del disco intervertebral. Las imágenes por reso­ partes blandas, y por biopsia del hueso. Los cul­
nancia magnética (RM) son muy útiles para el tivos se realizan en los medios habituales para
diagnóstico de abscesos epidurales, paraespina- bacterias aerobias y anaerobias, hongos y mico-
les, retrofaríngeos, m ediastínicos, retroperito- bacterias.
neales o del músculo psoasilíaco. En la osteom ielitis crónica el hisopado de la
fístula en general no se correlaciona con el agente
etiológico. En estos casos se realiza la punción as­
diagnóstico
pirativa de la lesión - a través de la piel sana próxi­
El diagnóstico de osteom ielitis debe ser pre­ ma a la fístula-, la biopsia ósea y el cultivo del
coz, ya que la implementación de un tratamiento material obtenido por desbridamiento quirúrgico.
adecuado puede evitar la necrosis ósea y la evolu­ En la tercera parte de los casos de osteomielitis
ción hacia la cronicidad. La radiografía simple aguda de los niños los hemocultivos son positi­
suele ser normal en la fase temprana de la enferme­ vos, pero lo son en menor medida en los adultos
dad. En la osteomielitis aguda y en las exacerba­ y en la osteom ielitis vertebral.
ciones de la osteomielitis crónica, hay leucocitosis,
neutrofilia y eritrosedimentación acelerada.
COMPLICACIONES
El centellograma óseo con bifosfonatos mar­
cados con tecnecio 99m tiene una sensibilidad Las complicaciones pueden ser locales o a dis­
elevada y es de mucha utilidad en las fases tem­ tancia. Las primeras son la propagación de la in­
pranas de la infección. Puede mostrar un aumen­ fección -d esd e una m etáfisis hasta la opuesta
to de la captación desde la aparición de los pri­ (osteítis bipolar), a toda la diáfisis (pandiafísitis)
meros síntomas. o a todo el hueso (panosteítis)-, el desprendimiento
En el diagnóstico diferencial se incluyen frac­ de la epífisis, la fractura a nivel de la lesión, la
turas, tumores e infartos, dado que el tecnecio se invasión sucesiva de varios huesos, el compromi­
concentra en zonas de actividad osteoblástica so de la articulación contigua (hidrartosis, artritis
intensa o de gran vascularización. supurativa o pioartrosis), el acortamiento del hue­
La gammagrafía con leucocitos marcados con so por destrucción del cartílago de conjunción y,
citrato de galio o las inmunoglobulinas marca­ en las fístulas crónicas, la degeneración carcino-
das con indio revelan afinidad aumentada del matosa del trayecto fistuloso. Si no se practica el
trazador por los sitios de inflamación activa, por drenaje quirúrgico, el absceso epidural en las osteo­
lo que son procedimientos útiles para poner en mielitis vertebrales puede conducir a la parálisis.
evidencia procesos infecciosos. La gammagrafía Entre las com plicaciones a distancia se inclu­
secuencial con tecnecio y galio posibilita el diag­ yen endocarditis, meningitis, y abscesos hepáti­
nóstico diferencial de infección activa con alte­ cos, renales y pulmonares. En los casos cróni­
raciones óseas de etiología inflamatoria. cos, amiloidosis.
La tomografía computarizada (TC) es de utili­
dad en el diagnóstico de secuestros, fístulas y abs­
TRATAMIENTO
cesos de parles blandas. La RM es de elección
para documentar la resolución anatómica de El tratamiento con antimicrobianos sólo se ini­
abscesos epidurales, el compromiso de partes blan­ ciará luego de tomar muestras para hemocultivos
das, la osteomielitis vertebral y la osteomielitis del y del foco óseo. El examen directo de estas últi­
pie diabético. En la osteomielitis crónica puede mas, con la coloración de Gram, orientará la elec­
determinar la presencia de infección activa y defi­ ción del tratamiento empírico. Si el examen di­
nir la extensión del desbridamiento quirúrgico. recto fuera negativo, el tratamiento se orientará
El diagnóstico microbiológico debe ser ante­ hacia los patógenos más probables. En la mayo­
rior al tratamiento empírico. La toma de mues­ ría de los casos el tratamiento empírico debe con­
tras del foco óseo o de sus adyacencias -guiada siderar la posibilidad de infección por StaphylO'
por las técnicas de diagnóstico por im ágenes- se coccits aureus', por lo tanto se administrará una
lleva a cabo por punción y aspiración, ósea y de cefalosporina de primera generación (cefazolina)
*
178 □ P rim era parte - G eneralidades - Síndrom es clínicos

o vancomicina. Si se sospecha la presencia de oral, o la combinación de ambos hasta completar


microorganismos gramnegativos, se indicará una el tratamiento. La dosis de ciprofloxacina por vía
cefalosporina de tercera generación (cefotaxima, oral es de 750 mg cada 12 horas.
ceftriaxona o ceftazidima) más un aminoglucósido
(amikacina, geniamicina) o una fluoroquinolona
INFECCIÓN ASOCIADA CON PRÓTESIS
(ciprofloxacina, levofloxacina). Los aniimicro-
bianos a utilizar serán bactericidas y durante las Con las medidas habituales de control de in­
primeras 2 o 3 semanas se administrarán por vía fecciones y la profilaxis antibiótica adecuada, la
venosa. El tratamiento se adecuará a los resulta­ incidencia de infecciones asociadas con prótesis
dos de los cultivos obtenidos de las muestras del de cadera es habitualmente menor del 3%. En
foco óseo o de los hemocultivos» así como a la sen­ estos casos la infección se produce durante el acto
sibilidad in vitro de los microorganismos aislados. quirúrgico o en el posoperatorio inmediato.
S. aitreus sensible a la meticilina se trata con El com ienzo es en general agudo, con dolor
cefazolina, 2 g IV cada 8 horas, y el resistente a la localizado en la articulación, fiebre y signos
meticilina, con vancomicina 15 mg/kg (hasta l g) inflamatorios locales. Los agentes etiológicos son
cada 12 horas IV, diluidos en 500 m Lde solución Staphylococcus aureus^ seguido en frecuencia por
glucosada al 5% a pasar en una hora y media. Streptococcus p yo g en es y bacilos gramnegati­
Las infecciones por bacilos gramnegativos sen­ vos. Si el agente etiológico es menos virulento
sibles se tratarán con ampicilina, 2 g IV cada 4 {Staphylococcus epidermidis o difteroides), la evo­
horas o ciprofloxacina, 400 mg IV cada 12 horas. lución es algo más tórpida, mientras que las mani­
Las osteomielitis por Pseudom onas aeruginosa festaciones clínicas suelen limitarse a dolor local
se tratarán con un antibiótico betalactámico (pipe- leve o aflojamiento y disfunción de la prótesis.
racilina, 4 g IV cada 8 horas, o ceftazidima, 2 g El diagnóstico se basa en la tinción de Gram y
IV cada 8horas) asociado con un aminoglucósido el cultivo del material de la punción aspirativa
(amikacina, 15 mg/kg IV cada 24 horas), para del líquido articular. En éste se constata la pre­
evitar el desarrollo de resistencia durante el tra­ sencia de polimorfonucleares neutrófilos. Los
tamiento. El betalactámico puede reemplazarse cultivos no sólo se realizan en m edios habituales
por ciprofloxacina en la dosis ya indicada. para bacterias, sino también en medios especia­
En las infecciones causadas por Bacteroides les para hongos, micobacterias atípicas y mi-
puede administrarse metronidazol 500 mg IV ca­ coplasma. La duración del tratamiento es de cua­
da 8 horas, o clindamicina, 300 a 600 mg IV cada tro a seis semanas, dado que siempre hay com­
6 a 8horas. promiso óseo. La cirugía de remoción de la pró­
En el caso de las osteom ielitis crónicas se pre­ tesis es la regla; la reimplantación protésica se
fiere el tratamiento por vía oral y durante perío­ llevará a cabo semanas a m eses después, si se
dos más prolongados. Tanto las osteomielitis agu­ tiene la certeza de la falta de actividad del proce­
das como las crónicas pueden requerir tratamiento so infeccioso; las recidivas son muy frecuentes.
quirúrgico. En casos seleccionados en los que no se constata
La duración del tratamiento en las osteomielitis despegamiento de la prótesis, se puede imple-
agudas es de 4 a 6 semanas; 2 a 3 semanas por mentar tratamiento antibiótico conservador y
vía intravenosa y luego por vía intrainuscular u artrotomía de drenaje.

B ib lio g r a fía -------------- ----------------


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..Sf*

Artritis infeccciosas
Elena I. M aiolo
Ornar J. Palmieri

}SS^' ••íiS . 5r

se observan en neonatos y pacientes diabéticos.


d e f in ic ió n
Strepíococcus pneum oniae es causa de artritis en
La artritis infecciosa es la reacción inflamatoria pacientes ancianos, inmunodeprimidos y alcohó­
de la superficie articular provocada por la pre­ licos.
sencia de diferentes microorganismos. En la ma­ Los bacilos gramnegativos son la principal cau­
yoría de los casos, la infección de la membrana sa de artritis en lactantes, ancianos, pacientes
sinovial es de etiología bacteriana y se caracteri­ inmunodeprimidos, ADIV, portadores de enfer­
za por la presencia de artritis supurativa con des­ medades malignas o individuos con artropatías
trucción articular. Por lo general es monoarticular, crónicas de otra etiología. En los ADIV es fre­
aunque es de observación frecuente el compromi­ cuente el compromiso de la articulación ester-
so de múltiples articulaciones cuando es secunda­ noclavicular por P seiidom onas a e ru g in o sa o
ria a bacteriemia. Con menos frecuencia se debe a Salm onella. En ancianos, la artritis por bacilos
la inoculación directa iatrogénica, traumática o a gramnegativos en general es secundaria a bacte­
partir de la extensión local de focos contiguos. riemia de origen genitourinario.
Puede clasificarse en artritis aguda bacteriana, La artritis por P a stew ella m ultocida, provoca­
artritis crónica monoarticular, artritis fúngica, ar­ da por la mordedura de perro o gato, afecta con
tritis viral y artritis posinfecciosa. mayor frecuencia las articulaciones de la mano.
Streptobacillus moniliformis es el agente etioló­
gico de la fiebre por mordedura de rata. Origina
ETIOLOGÍA Y EPIDEMIOLOGÍA
un cuadro clínico caracterizado por poliartralgias,
En la mayoría de los casos el agente etiológico que aparecen luego.de dos o tres días después de
es Staphylococcus oureus^ que afecta principal­ la inoculación y se acompañan con una erupción
mente a niños mayores de dos años y adultos, maculosa en palmas y plantas. Es frecuente la
sobre todo ancianos y adictos a drogas de uso in­ recuperación del microorganismo en los hemo-
travenoso (ADIV). En la población sexualmen- cultivos, no así en el líquido articular.
te activa la artritis gonocócica es una localiza­ M ycobacterium tuberculosis produce una artri­
ción frecuente de la infección diseminada. tis crónica monoarticular con reacción granuloma-
Haem ophilus inflttenzae provoca artritis en ni­ tosa, la cual se presenta en menos del 1% de los
ños menores de dos años. En adultos y niños los pacientes con tuberculosis en otra localización.
estreptococos causan un tercio de las artritis in­ Las micobacterias atípicas comprometen sobre
fecciosas, principalmente el estreptococo betahe- todo las articulaciones de las manos y tobillos,
molítico del grupo A. Los del grupo B y viridans especial en pescadores y trabajadores del campo.
19

180 □ P rim era parte - Generalidades - Síndrom es clínicos

Las artritis fúngicas son de origen hemático y brana sinovial, presencia de fibrina, infiltrado
afectan a pacientes inmunodeprimidos. Son pro­ linfoplasm ocitario y polimorfonuclear. En los
vocadas por hongos saprófitos, com o C andida y casos graves la reacción inflamatoria provoca un
Aspergillus. Las enfermedades por hongos pa­ exudado fibrinopurulento importante y necrosis.
tógenos causantes de enfermedad diseminada, co­ Con la tinción de Gram es posible poner en evi-
mo histoplasm osis* p aracoccid ioid om icosis, dencia el microorganismo responsable. En la ar­
coccidioidom icosis y criptococosis, en forma tritis tuberculosa se observan desde infiltrados
ocasional pueden provocar artritis. linfoplasmocitarios sinoviales difusos, con algu­
Las infecciones virales, como la rubéola y la nas células gigantes y caseificación, hasta los tí­
parotiditis, cuando se contraen luego de la pu­ p ico s granulom as co n flu en tes con necrosis
bertad se asocian con artritis de resolución es­ caseosa central, en los cuales en la mitad de los
pontánea. Otras causas de artritis son el virus de casos la tinción de Ziehl-Neelsen revela el baci­
la hepatitis B, adenovirus, herpesvirus, picorna- lo. En las artritis fúngicas se observa una reac­
virus, alfavirus y parvovirus B19. ción de tipo granulomatoso que requiere tinciones
Treponem a pallidum causa artritis en la etapa esp eciales para poner en evidencia al agente
secundaria y espondilodiscitis luética en la etapa etiológico.
terciaria.
Borrelia burgdorferi, agente etiológico de la
MANIFESTACIONES CLÍNICAS
enfermedad de Lyme, transmitida por la morde­
dura de garrapatas, produce una sinovitis reactiva El síntoma predominante en las artritis es el
en la etapa terciaria de la enfermedad. Otras ar­ dolor, que es de moderado a intenso, la limita­
tritis posinfecciosas pueden responder a infeccio­ ción de la movilidad de la articulación compro­
nes entéricas por Salm onella, Shigeila, Campy- metida, la fiebre y los escalofríos. La piel vecina
lobacter y Yersinia^ en especial en portadores del está eritematosa, caliente, con edema y tumefac­
antígeno de histocompatibilidad HLA-B27. ción provocados por la acumulación de líquido
sinovial. En forma ocasional, en las artritis agu­
das bacterianas de los niños se produce la infec­
PATOGENIA
ción de los tejidos blandos adyacentes y celulitis.
La membrana sinovial está muy vascularizada, En la mayoría de los casos hay compromiso
por lo que la principal vía de contaminación es la monoarticular, más frecuente en la rodilla, segui­
hemática, a partir de un foco primario. En los da por las articulaciones de la cadera, el hombro,
niños menores de un año, la artritis bacteriana la muñeca, el tobillo y otras.
puede producir con posterioridad osteom ielitis, Las m anifestaciones clínicas de la enfermedad
debido a que los capilares atraviesan la placa de gonocócica diseminada permiten diferenciar dos
crecimiento epifisario. Por el contrario, en pa­ formas de presentación. La primera es de comien­
cientes mayores de un año esa misma placa con­ zo agudo, con síntomas generales com o fiebre y
tiene y restringe la infección al espacio articular. escalofríos, compromiso poliarticular y lesiones
Además la artritis puede originarse por extensión cutáneas; estas últimas son máculas, pápulas y
de focos infecciosos contiguos, com o osteom ie­ petequias, que evolucionan a vesículas y pústu­
litis e infecciones de partes blandas. Con menos las en 3 a 4 días. N eisseria gonorrhoeae se aísla
frecuencia se produce por inoculación directa con facilidad de los hem ocultivos, así com o del
iatrogénica, por ejemplo luego de intervenciones cultivo de los exudados uretral, rectal, faríngeo,
quirúrgicas traumatológicas o infiltraciones. endocervical, de lesiones cutáneas y, muy rara­
mente, del líquido articular. El cuadro librado a
su evolución natural presenta remisiones y exa­
ANATOMIA PATOLÓGICA
cerbaciones, con recurrencia de las lesiones cu­
Los hallazgos varían según el agente etiológico. táneas y poliartritis.
En la artritis bacteriana se observa reacción in­ La segunda forma de presentación es una artri­
flamatoria intensa, con hiperplasia de la mem­ tis supurativa monoarticular, con cultivos positi­
C apítulo 19 - A rtritis infeccciosas □ 181

vos del líquido sinovial y hemocuUivos por lo servar la erosión de la superficie articular en adul­
general negativos. En algunos casos las poliar- tos y el desplazamiento del núcleo de osificación
{ralgias y las lesiones cutáneas son transitorias y en los niños. C.
preceden a la artritis.
Las manifestaciones clínicas de las espondilo-
En la artritis tuberculosa se observa estrecha­
miento de la superficie articular, erosión y for­
c,
discitis bacterianas son principalmente el dolor mación de quistes.
continuo de comienzo agudo, que se exacerba con La ecografía, la tomografía computarizada (TC)
la presión local, además de fiebre y malestar ge­ y las imágenes por resonancia magnética son úti­
neral. En ancianos e inmunodeprimidos puede ser les para determinar la magnitud del derrame
de curso indolente. En orden decreciente de fre­ sinovial. La punción en las articulaciones de ac­
cuencia se comprometen las vértebras lumbares, ceso difícil, com o las de la cadera y el hombro
las dorsales y las cervicales. Los síntomas neu- pueden ser guiadas por la ecografía o la TC.
rológicos se deben a la compresión de las estruc­
turas nerviosas por la presencia de abscesos
DIAGNÓSTICO DIFERENCIAL
epidurales y paravertebrales, o por la destrucción
del disco intervertebral. Las manifestaciones c lí­ Incluye todas las monoartritis, poliartritis y oli-
nicas de la espondilodiscitis tuberculosa o mal goartritis reactivas de etiología autoinmune. Otros
de Pott son similares, pero de curso insidioso. diagnósticos diferenciales de importancia son
artritis reumatoidea, fiebre reumática, gota, con-
drocalcinosis o seudogota. Las espondilodiscitis
DIAGNÓSTICO
plantean el diagnóstico diferencial con metásta­
El hemograma muestra leu cocitosis y neu- sis vertebrales; si bien éstas no comprometen el
trofilia, mientras que la eritrosedimentación está disco, los síntomas son similares en ambas.
acelerada. El diagnóstico de certeza se obtiene
por aislamiento del agente etiológico en hemocul-
COMPLICACIONES
tivos o en el líquido articular obtenido por artro-
centesis. El cultivo del líquido articular es posi­ Las complicaciones habituales son secundarias
tivo en la mayoría de las artritis bacterianas y en a la extensión de la infección fuera del espacio
un tercio de las gonocócicas. En este último caso articular, y consisten en osteom ielitis y celulitis
se deberán cultivar, además, los exudados ure­ con formación de abscesos en los tejidos adya­
trales, endocervicales, rectales y faríngeos en centes.
medio de Thayer-Martin. Alrededor de un tercio de las artritis infeccio­
El líquido sinovial es turbio o purulento y en sas generan secuelas, como alteraciones funcio­
ocasiones, serosanguinolento. Presenta más de nales o limitaciones de la movilidad articular, que
50.000 células por mm^ entre las que predomi­ se reducen de manera importante con el inicio
nan los neutrófilos. En la artritis reumatoidea el temprano del tratamiento. Casi la mitad de los
líquido sinovial también puede ser de aspecto adultos afectados presentan lim itaciones de la
purulento por el importante aflujo de polimorfo- movilidad y dolor persistente. En los niños con
nucleares neutrófilos. El descenso de la glucosa artritis complicadas con osteom ielitis se pueden
en el líquido sinovial es inespecífico y de baja observar secuelas graves, como acortamiento del
sensibilidad. miembro por compromiso del núcleo de osifica­
En ios casos en que se sospeche la etiología ción.
fúngica o tuberculosa, se deberán realizar culti­
vos en los medios adecuados. La radiografía en
PRONÓSTICO
la etapa temprana puede mostrar distensión de la
cápsula articular y edema de partes blandas. La Los factores de mal pronóstico que deben te­
destrucción de la superficie articular no se ve con nerse en cuenta son la edad avanzada, la presen­
claridad, excepto tras dos semanas o más desde cia de prótesis articulares y las enfermedades sub­
el inicio del cuadro clínico, cuando se puede ob­ yacentes graves.
182 □ P rim era parte - G eneralidades : Síndrom es clínicos

dos semanas en los casos de artritis por Haemo-


p h ilu s influcnzae y estreptococos; tres a cuatro
% TRATAMIENTO semanas en las artritis estafilocócicas y por baci­
los gramnegativos, y diez días en las artritis go-
m El tratamiento empírico inicial se inicia luego
nocócicas.
de la toma adecuada de muestras para cultivo. Se
orientará según la tinción de Gram, la edad del La administración parenteral de los antibióticos
alcanza niveles adecuados en la cavidad anicu­
paciente, los antecedentes epidem iológicos y la
■% lar. En ningún caso se administrarán antibióticos
presencia de focos primarios de infección. Se
intraarticulares. Se realizará aspiración con agu­
realizarán los cambios necesarios tras e! aisla­
% ja durante los primeros 5 a 7 días. La disminu­
miento en los cultivos y el antibiograma.
ción del volumen del líquido articular, y de los
m En niños menores de 5 años el tratamiento de
polimorfonucleares presentes en él, evidencia la
elección es la ceftriaxona en dosis de 50 mg/kg/IV
efectividad de la antibioticoterapia. La persisten­
cada 12 horas. En los mayores de 5 años y en los
cia de líquido en la articulación durante más de
adultos con cocos positivos en la tinción de Gram
siete días requiere drenaje quirúrgico. Las arti­
se utilizarán cefalosporinas de primera genera­
culaciones de la cadera y el hombro requieren
# ción, como la cefazolina. Si se sospecha la etio­
drenaje quirúrgico debido al difícil acceso para
logía estreptocócica, la indicación es la penicili­
realizar punciones repetidas. Las espondilodis-
na. Por último, en pacientes sexualmente activos
citis son de resolución quirúrgica en caso de apa­
con presencia de cocos gramnegativos detectada
• rición de síntomas neurológicos. N o es necesaria
en el examen directo, el tratamiento se iniciará
la inm ovilización de la articulación, pero es im­
con cefalosporinas de tercera generación como
m portante mantener su posición funcional y, a me­
la ceftriaxona o con ciprofloxacina.
dida que los síntomas mejoran, iniciar la m ovili­
m En todos los casos el tratamiento inicial se ad­
zación pasiva y luego la activa lo más precoz­
ministra por vía intravenosa. Su duración es de
m mente posible.

#
Bibliografía'^-
Clarke JT y Tan TQ. Infecciones óseas y articulares. En: Infecciosas Principios y Práctica. 6a ed. Elsevier. Madrid.
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M andell GL, Bennett JE y Oolln R. Enferm edades 18*ed. Elsevier. Masson. Madrid. 2008.

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"3


Trv*í.tis-^C3-í>-

Generalidades de zoonosis
Ornar J. Palmieri
A lfredo C. Seijo

El término zoonosis etimológicamente signifi­ gunas intoxicaciones alimentarias u otras en las


ca «enfermedad de los animales» {zoo, animal; que se reconoce la importancia del medio am­
nosis, enfermedad), por lo cual no sería apropia­ biente en su desarrollo. Es también discutible la
do su empleo. Sin embargo, su utilización es tan inclusión en este grupo del botulismo y el tétanos.
universal, que los especialistas concuerdan en no La interpretación global de las zoonosis, para
reemplazarlo por otros términos más precisos, poder ejercer acciones de salud pública, requiere
como zooantroponosis o antropozoonosis. conocer los reservorios y sus hábitat, los vectores
Aún hoy la amplitud de su significado se dis­ tanto abióticos como bióticos, el ecosistema don­
cute. La definición corriente pero muy inexacta de se desarrollan ios ciclos biológicos y los fac­
es «enfermedad común a los hombres y a los ani­ tores que al alterarlo permiten la aparición de las
males». Desde el primer intento de definir su cam­ enfermedades zoonóticas. A diferencia de otras
po de acción, en la reunión de Expertos en Zoono­ enfermedades infecciosas, el conocimiento de di­
sis de Ginebra, 1951, hasta la de 1965, se avanzó cho ecosistema es el elemento distintivo de las
en las consideraciones sobre transmisibilidad: zoonosis, por lo que su abordaje -interdiscipli-
«Todas las enfermedades e infecciones en que nario- requiere la participación de médicos, mé­
pueda existir relación animal-hombre y vicever­ dicos veterinarios, biólogos y bioquímicos.
sa, bien sea directamente o a través del medio Las zoonosis se pueden clasificar sobre la base
ambiente, incluidos portadores, reservorios y de distintos conceptos. Ninguna de las clasifi­
vectores». caciones existentes es satisfactoria por com ple­
La diferencia entre una «enfermedad común a to. La que presenta en el cuadro 20-1 se basa en
hombres y animales» y las zoonosis, se centra la etiología.
en los ciclos biológicos de los patógenos. Los D esde otro punto de vista se podrán considerar
microorganismos que para su supervivencia de­ zoonosis rurales, urbanas y periurbanas, o bien
penden de ciclos estables en animales, son los según el modo de transmisión o el tipo de ciclo
considerados, sin duda, dentro del grupo de las biológico. Se trata de intentos que no reflejan la
zoonosis, como la hidatidosis, la psitacosis y verdadera complejidad biológica de estas enfer­
la rabia. En estos casos, que son la mayoría, la medades.
enfermedad humana es un episodio accidental, En los últimos años el interés por las zoonosis
donde en general se cierra el ciclo de la transmi­ ha cobrado un nuevo impulso, básicamente en
sión. tres aspectos:
Se discute la inclusión dentro de las zoonosis 1) La necesidad creciente de los habitantes de
de un reducido grupo de enfermedades, com o al­ las sociedades urbanas de poseer animales de
184 □ P rim era parte - Generalidades - Síndrom es clínicos

Cuadro 20-1. Clasificación de las zoonosis.


Zoonosis bacterianas

Leptospirosis. brucelosis, peste, psitacosis, ^Imoneiosís, fiebre Q, rickettsiosis.


Zoonosis virales

Fiebre hemorrágica argentina, rabia, enfermedades por hantawrus, fiebre amarilla, encefalitis por arbovirus
Zoonosis parasitarias •V :vVÍ i-. •
Triquinosis, hidatidosis, enfermedad de Chagas, cisticerco$is, toxoplasmosis, distomatosis, leishmanlosis
Zoonosis micóticas.

Algunas dermatofitosis como las provocadas por Microsporum canis, M. gypseum y Trichophyton mentagrophytes.
Micosis sistémicas como la histoplasmosis y la críptococosis.

compañía. Esto trae aparejadas cuestiones como cuya prevención se basa en un control de calidad
contaminación de ambientes públicos, manejo adecuado de éstos.
integral de las poblaciones animales y, lo más 3) La irrupción, a fines del siglo X X , de enfer­
importante, evitar la transmisión de enfermeda­ medades consideradas controladas o «históricas»,
des a pacientes inmunocompromeiidos (infección denominadas «emergentes», en su mayoría zoo-
por HIV, pacientes oncológicos, receptores de nóticas, en las que la causa de la emergencia se
trasplantes y ancianos). atribuye a los cambios profundos en los ecosis­
2) Las zoonosis transmitidas por alimentos, temas causados por el hombre o la naturaleza.

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Vol l-ll y III. Buenos Aires. 2006. Técnicos N® 682. Ginebra, 1982.
Enfermedades exantemáticas
Gerardo E. Laube
Ornar J. Palmieri

sentado por el enantema bucofaríngeo, que en la


CONCEPTO
mayoría de los casos orienta el diagnóstico.
Bajo la denominación de enferm edades exante- Los datos sobre la epidem iología de las enfer­
máticas se agrupan una serie de padecimientos medades eruptivas indican que suelen tener dis­
de distinta etiología, cuya manifestación más pro­ tintos patrones de presentación. El sarampión, por
minente es el compromiso de la piel, el cual pue­ ejemplo, se presenta con brotes epidém icos cada
de adoptar las siguientes características: 4 a 5 años. El último, ocurrido en Argentina en
1991, afectó un porcentaje importante de lactantes
• Exantem a m acu lo p a p u h so . Es de muy fre­ m enores de 12 m eses y adultos jó v en es. La
cuente observación. Puede ser m orbiliform e, si rubéola predomina en la segunda infancia y en la
deja espacios de piel sana entre las maculopá- adolescencia, con picos estacionales en los me­
pulas, o escarlatiniform ey si son placas hom ogé­ ses de invierno y primavera. La escarlatina suele
neas. A veces puede ser purpúrico o petequial. observarse en niños de edad escolar en los meses
de invierno. La varicela presenta picos de inci­
• Exantem a papulovesiculoso. Se caracteriza dencia en los meses de primavera y verano.
por la presencia de elementos papulosos que evo­ La antigua clasificación alemana numeró las
lucionan a vesículas. enfermedades eruptivas maculopapulosas de la
siguiente manera;
1. Sarampión
GENERALIDADES
2. Escarlatina
Con frecuencia el exantema inicia el período 3. Rubéola
de estado de las distintas enfermedades eruptivas 4. Rubéola escarlatiniforme
y puede durar desde algunas horas hasta 7 a 10 5. Megaloeritema
días. Su desaparición suele estar relacionada con 6. Exantema súbito posfebril
la intensidad de la erupción. En aquellas enfer­
medades que cursan con una afectación impor­ Estas tres últimas enfermedades son también
tante de la piel puede haber descamación mani­ denominadas enfermedades pararrubeólicas. La
fiesta, com o en el caso de la escarlatina. En otras rubéola escarlatiniforme hoy no se considera una
se observan máculas hiperpigmentadas (manchas entidad, por lo tanto no será tratada. A continua­
café con leche) que desaparecen en I o 2 sema­ ción se estudiarán las diferentes enfermedades
nas. eruptivas maculopapulosas, incluida la enferme­
El exantema suele acompañarse con compro­ dad de Kawasaki y después la varicela, afección
miso m ucoso o enantema. Éste suele estar repre­ papulovesiculosa.
186 □ P rim era parte - G eneralidades - Síndrom es clínicos
«'
la diseminación del virus, que pasa a alojarse en
SARAMPION
el sistema reticuloendotelial. A partir de allí se
<1 Definición produce una viremia secundaria con la cual se
Es una enfermedad infeclocontagiosa, endémi­ inicia el período de invasión. En los tejidos afec­
ca en nuestro país. Presenta brotes epidémicos tados se observan células gigantes. La naturale­
cada 4 a 5 años y es producida por un virus de la za del exantema no se conoce con exactitud, pero
familia Paramyxoviridae. El cuadro clínico se se trataría de una vasculitis por presencia de
caracteriza por fiebre, enantema (triple catarro: antígenos.
ocular, nasal, traqueobronquial y manchas de
Koplik) y exantema morbiliforme de disemina­ Anatomía patológica
ción cefalocaudal. Es una característica del sarampión la presen­
cia de células gigantes multinucleadas, produ­
Etiología cidas por la fusión celular, de las que se distin­
El virus del sarampión pertenece al género guen dos tipos: las células de Warthin^Finkeldey,
Morbillivirus. Tiene forma circular, mide 150 a presentes en todo el sistema reticuloendotelial
300 nm de diámetro y posee una envoltura que (amígdalas, adenoides, ganglios linfáticos, bazo,
presenta proyecciones superficiales. Esta envol­ timo, placas de Peyer y apéndice), y las células
tura es sensible a las sales biliares, lo que explica epiteliales gigantes, halladas en el epitelio respi­
por qué la entrada en el organismo y el contagio ratorio.
se producen a través de la mucosa respiratoria. En las biopsias del exantema se evidencian las
La sensibilidad del virus a los agentes físicos hace típicas células sincitiales epiteliales gigantes y
que el contagio sólo sea interhumano. un infiltrado linfohistiocítico difuso que rodea los
vasos sanguíneos superficiales congestivos. La
Epidemiología histopatología de las manchas de Koplik es sim i­
El reservorio natural del virus es el hombre; se lar a la cutánea. La patología pulmonar se carac­
lo puede aislar de las secreciones nasofaríngeas teriza por un infiltrado mononuclear e intersticial
4 a 5 días antes del com ienzo del exantema. En con células gigantes.
zonas templadas la mayoría de los casos suele
presentarse durante el invierno y la primavera. Manifestaciones clínicas
Antes de implementarse la vacunación masiva las Se describen cuatro períodos en la evolución
epidemias solían afectar a niños de corta edad. de la enfermedad.
Uno de los brotes epidémicos acaecidos en nues­
tro país (1985-1986) se debió en parte a una falta Período de incubación: es asintomático y dura
de vacunación adecuada. En el brote registrado alrededor de 10 a 12 días.
en 1991 un porcentaje significativo de casos se
observó en niños menores de 12 meses; much'os Período de invasión: dura 3 a 4 días. Se carac­
padres de estos pacientes también fueron afecta­ teriza por un cuadro febril que a veces puede ad­
dos. Los pacientes contagian desde 24 a 48 horas quirir la característica de un síndrome tífico, con
antes de que aparezcan los síntomas; la conta­ cefalea frontoorbitaria y obnubilación de distin­
giosidad es máxima durante el período de inva­ ta intensidad. Su com ponente principal es el
sión de la enfermedad. El virus se transmite por enantema constituido por rinofaringitis, conjun­
vía aérea, en el aerosol de las secreciones respi­ tivitis y laringotraqueobronquitis, lo que confi­
ratorias creado por la tos o el estornudo. gura el triple catarro y las manchas de Koplik,
que son características de la afección. Éstas m i­
Patogenia den alrededor de 1 a 2 mm, son blanquecinas y si
Una vez que el virus se aloja en el huésped sus­ bien aparecen a la altura del segundo molar su­
ceptible, comienza a multiplicarse; primero en el perior, pueden extenderse por toda la mucosa
jB epitelio respiratorio y después en los ganglios bucal. La contagiosidad es muy alta en esta fase
linfáticos. La invasión de los leucocitos permite de la enfermedad.
j B
J é
C apítulo 21 - Enferm edades exantem áticas □ 187

período de estado: comienza con la aparición técnicas de alta sensibilidad y especificidad como
del exantema, que es maculopapuloso, suave al el enzimoinmunoensayo y el radioinmunoensayo.
tacto, morbiliforme y de diseminación cefalo-
caudal. Esta erupción es acompañada por un nue­
Diagnóstico diferencial
vo pico febril. El aspecto del paciente, con exan­
tema y catarro conjuntival y nasal, configura la Debe efectuarse con otras afecciones que cur­
llamada «cara sucia» del sarampión. A los 4 a 5 san con exantema maculopapuloso.
días la erupción comienza a desaparecer en el mis­
mo orden en que apareció. Deja máculas hiper- R u b éo la : poliadenom egalias generalizadas,
pigmentadas, denominadas «manchas café con le­ esplenom egalia y exantema morbiliforme más
che», que son más notorias en aquellos pacientes atenuado, sin triple catarro ni manchas de Koplik.
de piel más oscura. La desaparición del exante­
ma puede acompañarse con una descamación fma. M egaloeriíem a: lactantes con exantema morbi­
liforme de tipo maculopapuloso, que tiende a con­
Período de convalecencia: los pacientes, en fluir en la cara (signo de la bofetada), con poca
especial los adolescentes y adultos, pueden ma­ fiebre.
nifestar astenia psicofísica, que dura 2 a 3 sema­
nas. Exantem a sttbito posfehríl: lactantes con 3 días
de fiebre sin otros signos. Al desaparecer ésta, se
Formas clínicas presenta una erupción generalizada que dura 24
Las observadas con más frecuencia son: a 36 horas.

Común: es la descripta precedentemente. Escarlatina: fiebre y angina de comienzo brus­


co con vómitos. Lengua y facies características,
Saram pión con exantem a pitrpúrico: se carac­ exantema maculopapuloso escarlatiniforme con
teriza por la presencia de elem entos petequiales. descamación posterior.
Esta forma suele observarse en los brotes epidé­
micos y no hay que confundirla con el saram­ M ononucleosis infecciosa: fiebre, faringoamig-
pión hemorrágico. dalitis, poliadenom egalias generalizadas y e s­
plenomegalia. Hemogramacon linfomonocitosis
Saram pión hem orrágico: es en general de pro­ y células atípicas mononucleadas hiperbasófilas
nóstico reservado. Tiene manifestaciones hemo- (linfocitos T reactivos o virocitos).
rrágicas en la piel (púrpura) y las mucosas (epis­
taxis, hematemesis). Reacciones alérgicas: pueden generar una erup­
ción maculopapulosa con prurito. A veces se en­
Saram pión atenuado: se observa en aquellos cuentra el desencadenante. Son de evolución errá­
enfermos con inmunidad parcial, ya sea por la tica y suelen ser afebriles.
presencia de anticuerpos matemos o por haber
sido vacunados con anterioridad. Complicaciones
Dependen de la edad del paciente, de su estado
Diagnóstico de nutrición, de que padezca alteraciones inmu-
Es fundamentalmente clínico y epidemiológico. nitarias o no y de factores socioeconóm icos. Pue­
En los casos dudosos pueden emplearse los mé­ den ser tempranas o agudas -e n general con pre­
todos serológicos para confirmarlo. Entre éstos, sencia de antígenos virales- o tardías, mediadas
la determinación de los anticuerpos inhibidores por mecanismos inmunitarios.
de la hemaglutinación y neutralizantes es alta­ El compromiso respiratorio debido al propio
mente sensible y específica. El momento de la virus determina laringitis, bronquiolitis o neumo­
infección aguda puede ponerse en evidencia me­ nía. La sobreinfección bacteriana origina otitis,
diante la determinación de la IgM específica, por neumonía o bronconeumonía.
188 G P rim era parte - Generalidades - Síndrom es clínicos

A nivel del sistema nervioso central, durante 5^ día, en ese caso la dosis es de 0,4 mL/kg (ver
el período agudo puede presentarse meningitis el capítulo Inmunoprofilaxis).
con LCR hipertenso, claro, con disociación citoal-
buminosa, glucosa y cloruros normales. Tiene una
RUBÉO LA
mortalidad que en algunas estadísticas llega al
10%, aunque en general cura sin secuelas. D u­ Definición
rante la convalecencia, el depósito de inmuno- Enfermedad infectocontagiosa producida por
com plejos en la m ielina puede producir una un virus de la familia Togaviridae. Por lo general
meningoencefalitis desmielinizante de evolución sus síntomas son leves, pero cuando se presenta
tórpida, con una mortalidad aproximada al 40%, en la mujer embarazada puede producir impor­
que en ocasiones deja secuelas graves. Años des­ tantes daños en el embrión.
pués del período agudo puede producirse una
enfermedad progresiva del SNC, causada por una Etiología
infección sarampionosa persistente denominada El virus de la rubéola pertenece al género Rubi-
panencefalitis esclerosante sitbaguda. virus. Mide 50 a 60 nm, contiene 3 polipéptidos
Otras com plicaciones posibles son gastroen­ y tiene una envoltura lipoproteica. Penetra por la
teritis, adenitis mesentérica y miocarditis. mucosa respiratoria, con una primera multipli­
cación allí y en los ganglios linfáticos locales,
Pronóstico seguida por viremia y diseminación que alcanza
Está determinado principalmente por la edad su máximo durante la segunda semana.
del enfermo, por la forma clínica y por la presen­
cia o ausencia de complicaciones. Los brotes epi­ Manifestaciones clínícas
démicos, en especial cuando los afectados son in­ En su forma adquirida se pueden distinguir 4
dividuos de bajo nivel socioeconómico, condicio­ períodos.
nan en general un pronóstico de gravedad, sobre
todo debido a la mayor frecuencia de las sobrein- P eríodo de incubación: es asintomático y dura
fecciones bacterianas del aparato respiratorio. 14 a 21 días.

Tratamiento Período de invasión: cursa con síndrome mono-


El tratamiento es sintomático, además del de nucleosiforme, fiebre moderada, adenomegalias
las eventuales complicaciones. y enantema eritematoso, que puede ser de tipo
escarlatiniforme o morbiliforme. Dura 2 a 3 días.
Profilaxis
Puede ser de tipo activo, mediante el uso de la P eríodo de estado: se inicia cuando aparece el
vacuna de virus vivos atenuados, que es altamente exantem a, que e s de tipo m aculoso, a veces
inmunogénica y causa pocos efectos secundarios maculopapuloso, y de aspecto morbiliforme. Co­
(fiebre de poca intensidad y un «sarampión ate­ mienza en la cara y se generaliza en 24 horas,
nuado» dentro de los 7 días de la vacunación). con predominio centrípeto. Desaparece en 3 o 4
Se administra por vía subcutánea al año de edad; días. A esta erupción se agrega fiebre, adenome­
la seroconversión se produce en el 95% de los galias y leve esplenom egalia blanda.
vacunados. Puede administrarse sola o en forma
de vacuna triple viral (sarampión, rubéola y paro­ P eríodo de convalecencia: de 1 a 2 semanas
tiditis). de duración. Puede haber astenia, sobre todo en
En individuos de alto riesgo por estados de inmu- adolescentes y adultos.
nodepresión puede utilizarse gammaglobulina hi-
perínmune humana antisarampionosa. Se consi­ Complicaciones
dera inmunoprotección cuando se administra antes Las artralgias son la complicación más frecuen­
del 5® día posexposición en dosis de 0,2 mL/kg te y pueden imitar un proceso crónico del tipo de
o inmunoatenuación cuando se aplica luego del la artritis reumatoidea. Las com plicaciones neu*
CapítM/o 27 - Enferm edades exantem áticas □ 189

roiógicas suelen presentarse durante el período paracetamol o ibuprofeno. Se considerará el uso


agudo, en la convalecencia o años después, con de corticosteroides si se sospecha la existencia
un síndrome similar a la panencefalitis esclero­ de com plicaciones mediadas por m ecanism os
sante subaguda descripta originalmente para el inmunitaríos.
sarampión.
La púrpura trom b ocitopénica y la anemia Profilaxis
hemolítica son poco frecuentes. La vacuna de virus vivos atenuados (cepa RA
2 7 /3 ) es altam ente inm unogénica y produce
Diagnóstico seroconversión en el 90% de los vacunados. Se
El hem ogram a m u estra le u c o p e n ia con la recomienda a partir de los 12 m eses, sola o
Ünfomonocitosis, hallazgo que se mantiene du­ com o parte de la vacuna triple viral (sarampión,
rante todo el curso de la afección. El diagnóstico rubéola y parotiditis).
se obtiene mediante el análisis de dos muestras Debiera efectuarse una prueba serológica a to­
obtenidas con 15 días de intervalo, en busca de das las adolescentes, a fin de determinar si sus
anticuerpos inhibidores de la hemaglutinación. títulos son protectores o no. Si no lo fueran, la
Es de certeza si se produjo la seroconversión. La vacunación a esta edad evitará el incremento de
presencia de IgM específica confirma el diagnós­ los casos de embriopatías nibeólicas.
tico durante la etapa aguda, hecho que es de suma El uso de gammaglobulina humana hiperin-
importancia diagnóstica en el caso de una mujer muñe previene o atenúa los síntomas en aquellos
embarazada o de un recién nacido en quien se individuos susceptibles que han sido expuestos
sospecha una embriopatía rubeólica. a la enfermedad (ver el capítulo Inmunoprofi-
laxis).
Diagnóstico diferencial
Corresponde efectuarlo con: Rubéola congénita
Se produce a partir de la viremia materna; el
Sarampión: presenta triple catarro, manchas de riesgo de que se produzca la embriopatía depen­
Kóplik y exantema maculopapuloso. La clínica, de del período del embarazo en el que se produ­
la epidemiología y la serología confirman la en­ ce la infección. La acción antimitótica del virus
tidad. explicaría las m anifestaciones clínicas que se
observan, en especial en tejidos altamente espe­
Escarlatina: comienzo brusco con fiebre y «an­ cializados com o el ojo, el oído y el miocardio.
gina que vomita». Facies y lengua característi­ Las consecuencias de la embriopatía pueden ir
cas con exantema escarlatiniforme. desde el aborto hasta la enfermedad congénita o
las malformaciones (o ambas).
M o n o n u deosis infecciosa: se caracteriza por Las manifestaciones clínicas incluyen afeccio­
la presencia de angina, fiebre, esplenomegalia y nes de la visión (cataratas, coriorretinitis, microf-
poliadenomegalias. El hemograma pone en evi­ talmía, glaucoma), cardiovasculares (persisten­
dencia linfomonocitosis. La serología confirma cia del conducto arterioso, comunicación inter-
el diagnóstico. ventricular, miocarditis), del oído (sordera uni­
lateral o bilateral), del sistema nervioso central
Reacciones alérgicas: las manifestaciones cu­ (meningitis crónica, degeneración vascular, lesio­
táneas suelen ser similares. La falla de cronolo­ nes isquémicas, microcefalia, calcificaciones ce­
gía en el desarrollo de la signosintomatología y rebrales, retraso de la mielinización del cerebro)
los antecedentes de alergia, de exp osición a o signos de sepsis (hepatoesplenomegalia, me-
alérgenos y los epidemiológicos son orientadores. ningoencefalitis, ictericia, hemólisis, petequias,
púrpura, etc.). La excreción viral puede persistir
Tratamiento hasta los 10 a 12 meses de vida, lo cual es impor­
Es sintomático, ya que no hay una terapéutica tante desde el punto de vista epidemiológico por
antiviral específica. Las artralgias se tratan con la posibilidad de contagio a personas susceptibles.
190 □ P rim era parte - G eneralidades - Síndromes clínicos

El diagnóstico diferencial de la embriopatía maculopapuloso, de tipo morbiliforme, que suele


rubeólica debe efectuarse con aquellas enferme­ desaparecer en 24 a 48 horas y que ha sido llama­
dades agrupadas dentro del síndrome TORCH, do poéticamente «el amanecer rosado la curación».
un acrónimo para designar las infecciones adqui­ La afección es autolimitada y de evolución be­
ridas intraútero o perinatales. La T significa nigna, por lo que el tratamiento es sintomático.
toxoplasm osis, la O, otros agentes. La lista de Se han descripto recidivas de este cuadro, lo
estos últimos -q u e ha ido aumentando con el que haría presumir que la inmunidad conferida
tiem po- incluye sífilis (lúes congénita), parvovi- sería de corta duración.
rus B 19, enterovirus, virus varicela zoster, virus
de la influenza, virus de Epstein-Barr, Plasm o-
ESCARLATINA
dium , Listeria, tuberculosis, leptospirosis y los
virus de la inmunodeficiencia humana (HIV-1 y Definición
HIV-2). La R significa rubéola; la C, citomega- Enfermedad endem oepidém ica de com ienzo
lovirus, y la H, virus del herpes simple. agudo, originada por Streprococcus betahemo-
lítico del grupo A, productor de una toxina
eritrogénica. Se caracteriza por la presencia de
MEGALOERITEMA
un enantema faríngeo y exantema maculopa­
Es una afección de evolución benigna, también puloso generalizado seguido por descamación.
denominada quinta enfermedad o eritema infec­
cioso. Se observa en lactantes y niños de la prime­ Etiología
ra infancia y es producida por el parvovirus B 19. Es causada por Streptococcus betahemolítico
Luego de un período de incubación variable, del grupo A. La toxina eritrogénica, responsable
de 6a 12 días, aparece exantema maculopapuloso del exantema, es producida por cepas lisogénicas.
con mejillas muy enrojecidas («signo de la bofe­ Hay 3 tipos de esta toxina (A , B y C) que no in­
tada»). Sigue luego una erupción en las superfi­ ducen inmunidad cruzada, razón por la cual la
cies de extensión de los miembros superiores e afección puede repetirse. Otros gérmenes produc­
inferiores, y glúteos. Tiene bordes geográficos, tores de esta sustancia, com o los estafilococos,
puede exacerbarse con el frío o el calor, y dura 7 pueden ocasionar cuadros semejantes.
a 10 días. La fiebre es de poca intensidad. En
algunas ocasiones la erupción puede reaparecer Patogenia
debido a estímulos calóricos. La puerta de entrada es en general la vía respi­
Las únicas complicaciones mencionadas en la ratoria, con la formación de colonias en el istmo
literatura son artralgias y anemia hemolítica, aun­ de las fauces, donde el microorganismo elabora
que no son frecuentes. El tratamiento es sinto­ la toxina eritrogénica. Ésta pasa al torrente san­
mático. guíneo por vía linfática, lo que produce una
vasculitis generalizada tal vez debido a un meca­
nismo de hipersensibilidad.
EXANTEMA SÚBITO PO SFEBR IL

También denominado roséola infantil o sexta Manifestaciones clínicas


enfermedad, se observa en niños de 6 meses a 3 Se describen 4 períodos en la evolución de la
años. El agente etiológico es el herpesvirus 6, enfermedad.
aislado de linfocitos periféricos de niños afecta­
dos. En época reciente se han comunicado casos Período de incubación: 2 a 4 días, asintomático.
de esta enfermedad por un agente viral que fue
reconocido como herpesvirus 7. Período de invasión: es breve, 24 a 36 horas, con
El período de incubación es de 5 a 15 días y el com ienzo brusco, fiebre, odinofagia, faringitis
cuadro clínico se caracteriza por síndrome febril eritematosa, eritematopultácea, petequial o mixta,
de alrededor de 3 días sin síntomas específicos. con vómitos («angina que vomita»), adenomegalias
Cuando cede la temperatura aparece un exantema dolorosas y lengua completamente saburral.
C apítulo 21 • Enferm edades exantem áticas □ 191

período de estado: se inicia con una erupción Saram pión: triple catarro, manchas de Kóplik
que se inicia en la cara pero se generaliza en 24 y exantema maculopapuloso.
a 72 horas. Este exantema es áspero al tacto («pa­
pel de lija o piel de gallina») y no deja espacios M o n o n u c le o sis in fe c c io sa : angina, fiebre,
de piel sana salvo a nivel del rostro, donde la esplenomegalia y poliadenomcgalias. Hemogra­
palidez periorificial configura la denominada ma con linfomonocitosis. La serología confirma
«facies de Filatow». Son muy frecuentes los sig­ el diagnóstico.
nos de fragilidad capilar (prueba del lazo positi­
va). Exantem as p o r enterovirus: más frecuentes en
Entre el 3® y el 5® día la lengua, por descama­ lactantes con erupción, que puede ser tanto
ción» adquiere el aspecto de doble V (zona ante­ escarlatiniforme como morbiliforme.
rior y bordes rojos, y posterior, saburra!). Más tar­
de, cuando pierda por completcf la saburra, se con­ Síndrom e d el shock tóxico: com ienzo agudo
vertirá en lengua de gato o aframbuesada. Al 4® con fiebre, hipotensión, insuficiencia renal, com ­
día declina la temperatura y desaparece el exante­ promiso orgánico multisistémico y exantema ge­
ma. Al 8®día comienza la descamación de la piel neralizado. Es producido por Staphylococciis
que se completa en 8 a 10 días. La intensidad de la aureus o Strepíococcus pyogenes. Puede haber
descamación es directamente proporcional con la un foco infeccioso evidente como ceiulitis, abs­
del exantema. cesos, miositis o fascitis nectrotizante o sin un
foco fácilmente reconocible.
Período de convalecencia: en las formas gra­
ves puede durar 1 a 2 semanas, con persistencia E nferm edad de Kawasaki: fiebre, congestión
de la astenia y la adinamía. conjuntiva!, adenopatías cervicales, exantema,
descamación, artralgias, artritis y arteritis.
Complicaciones
Pueden dividirse en supurativas, dentro de la Tratamiento
fase aguda de la enfermedad (abscesos amigda- La penicilina es el fármaco de elección. Nunca
linos, adenitis subangulomaxilar, bacteriemias, se han aislado cepas de estreptococos del grupo
otitis media), y no supurativas, que aparecen 2 a A resistentes a la penicilina. Se administrará la
3 semanas después de la etapa aguda (fiebre reu­ fenoxim etilpenicilina (penicilina V) en dosis de
mática y glomerulonefritis). 500.000 a 1.000.000 UI por vía oral, cada 8 ho­
ras, durante 10 días. La penicilina G benzatina
Diagnóstico es una alternativa eficaz ya que asegura concen­
La sospecha se genera ante todo paciente que traciones sanguíneas adecuadas y evita el riesgo
inicia su enfermedad en forma brusca con fiebre, del incumplimiento del tratamiento oral, pero su
vómitos, odinofagia, angina eritematosa o con adm inistración es dolorosa. La d o sis es de
exudado blanquecino, un exantema micropa- 600.000 UI a los niños que pesan menos de 30
puloso rojo que en 24 a 48 horas se extiende a kilos y de 1.200.000 UI a los que superan ese
todo el tegumento y un hemograma con leucoci­ peso, en todos los casos se aplicará una dosis úni­
tosis con neutrofilia. El estudio bacteriológico del ca. Los pacientes alérgicos a la penicilina se trata­
exudado faucial revela la presencia del estrep­ rán con macrólidos como la claritromicina en do­
tococo. La prueba de la antiestreptolisina «O» sis de 15 mg/kg/día dividida en dos tomas, duran­
(ASTO) suele ser francamente positiva. te 10 días o azitromicina en dosis de 12 mg/kg
cada 24 horas, durante 5 días.
Diagnóstico diferencial
Debe efectuarse con: Profilaxis
El paciente debe ser aislado hasta 24 horas des­
Rubéola: adenomegalias, hemograma de tipo pués de iniciada la terapéutica antibiótica. Se
viral, exantema maculopapuloso no tan intenso. identifican los contactos con portación faucial
192 □ P rim era parte - G eneralidades - Síndrom es clínicos

de estreptococos, a fin de efectuar la terapéutica ciona por brotes; por eso en una misma zona se
antibacteriana. observan elem entos en distinta etapa evolutiva,
lo que condiciona polimorfismo local y general.
Cada brote se acompaña con un repunte febril y
VARICELA
la erupción tiene una orientación cefalocaudal y
Definición confluencia hacia el eje central, es decir, sigue la
Enfermedad endemoepidémica producida por ley del máximo centrípeto. Las máculas evolu­
el virus varicela zoster. La primoinfección pro­ cionan a pápulas, vesículas y costras que se des­
duce la varicela, que es una afección exantemática prenden a la semana sin dejar cicatriz, salvo que
generalizada, m aculopapulovesiculocostrosa. se haya lesionado la membrana basal por rasca­
Después de curada la varicela, el virus permane­ do o sobreinfección.
ce en estado de latencia en los ganglios sensiti­
vos durante toda la vida y en determinadas cir­ Período de convalecencia: puede haber aste­
cunstancias se reactiva y produce el herpes zoster. nia psicofísica, que aumenta con la edad del pa­
ciente y dura 2 a 3 semanas.
Etiología
El virus varicela zoster pertenece al grupo de Complicaciones
los herpesvirus. Tiene simetría cúbica icosaé- La com plicación más frecuente es la infección
drica, mide unos 100 nm de diámetro, posee cuer­ secundaria de la piel por cocos grampositivos.
pos de inclusión nucleares y sus partículas con­ También puede comprometerse el tejido celular
tienen ADN. Es fácil encontrarlo en las lesiones subcutáneo, lo que generará abscesos y flemones.
vesiculares. La localización del virus en el tejido pulmonar
puede originar neumonía varicelosa, con tos, ex­
Patogenia pectoración hemoptoica, cianosis, taquipnea y a
El virus ingresa a través de las vías respirato­ veces afectación pleural. Las com plicaciones
rias, la piel y las conjuntivas, donde se produce neurológicas son: encefalitis con compromiso
lareplicación primaria, con viremia posterior que cerebeloso, mielitis transversa o ascendente y sín­
llega a la piel. En ésta se produce el exantema drome de Guillain-Barré. En niños con afecciones
que evolucionará de mácula a pápula, vesícula y malignas puede producirse una forma progresiva
costra. A partir de estas lesiones el virus ascien­ con diseminación visceral. Otras complicaciones
de por los nervios periféricos hasta alcanzar los m enos frecu en tes son m io ca rd itis, púrpura
ganglios nerviosos, donde permanece en estado trombocitopénica, artritis y glomerulonefritis.
latente.
Diagnóstico diferencial
Manifestaciones clínicas Deberá hacerse con:
Se describen los 4 períodos de su evolución.
H erpes zoster generalizado: dolor, distribución
Período de incubación: á\yí2itx\\.rt I 4 y 2 1 días, radicular, vesículas en ramillete.
es asintom ático, aunque en algunas ocasiones
puede observarse exantema fugaz. H erpes sim ple disem inado: lesiones vesiculo­
sas de tipo monomorfo.
P eríodo de invasión: dura 1 a 2 días. Lo carac­
terístico es el enantema de pilares, amígdalas y P rurigo: erupción cutánea papulosa con pruri­
paladar blando, además de escasos elem entos to, en la cual la lesión característica tiene forma
cutáneos maculopapulosos o maculopapulove- de cúpula con pequeñas vesículas a las que sue­
siculosos pruriginosos, y fiebre. len seguir costras o liquenificación.

Período de estado: se caracteriza por el exan­ ¡m pétigo: es afebril, sin enantema, no hay
tema maculopapulovesiculocostroso que evolu­ polimorfismo ni aparece por brotes.
c-
C apítulo 21 - Enferm edades exantem áticas ü 193
c
Escabiosis im petigenizada: tiene surcos y v e ­ Varicela congénita c
sículas perlados, predomina en los pliegues y el Cuando la enfermedad es padecida en el pri­
prurito es predominantemente nocturno. mer trimestre del embarazo, puede producirse el
aborto; pero si la gestación llega al término, el f
Toxidermias: hay antecedente de la ingestión recién nacido suele ser de bajo peso y presentar
de medicamentos. lesiones cicatrizales en la piel, hipotrofia de
miembros, alteraciones oculares (coriorretinitis,
Picaduras de insectos: hay antecedente epide­ atrofia óptica, microftalmía, cataratas), daño ce­
miológico, por lo general están comprometidas rebral y retraso mental.
i
zonas expuestas. Cuando la infección materna se produce du­
rante el período perinatal, un 20% de los neonatos
Erupción variceliform e de K aposi: se produce puede padecer infección generalizada, con un
en niños con eccema atópico, hay monomorfismo índice de mortalidad cercano al 35%.
local y general, y es producida por el virus del
t
herpes simple.
ENFERMEDAD DE KAWASAKI

Tratamiento Es una afección aguda y autolimitada que afecta


En las formas comunes el tratamiento es sinto­ a niños menores de 5 años y puede producir se­ (
mático. Sin embargo, si se presentan formas gra­ cuelas cardiovasculares en hasta el 20% de los
ves, como las que se observan en pacientes inmu- casos. Si bien se desconoce su etiología, ciertas (
nocomprometidos, puede utilizarse el aciclovir, características, tanto clínicas como epidem ioló­ (
que inhibe la replicación viral. Se recomienda gicas, sugieren la posible existencia de una cau­
administrarlo durante los 3 primeros días del sa infecciosa.
exantema, en dosis de hasta 30 mg/kg/día duran­ Debido a que no hay una prueba de laboratorio
te 4 a 5 días. específica para el diagnóstico, éste se basa en la i
Es importante no utilizar aspirina para tratar la presencia de 5 de los 6 criterios principales si­
fiebre, ya que hay una relación entre su uso y el guientes:
síndrome de Reye. Esta afección se caracteriza 1. Fiebre, que en general es elevada y dura no (
por signos de daño hepatocelular, con hipoglu- menos de siete días, si bien cede con la adminis­
cemia, acidosis, hiperamoniemia y aumento de tración de aspirina. (
las transaminasas séricas, lo que genera ence­ 2. Congestión de la conjuntiva bulbar sin exu­
falopatía grave y elevada mortalidad. Se ha pro­ dados. Lo habitual es que com ience poco des­ (
puesto un m ecanism o de lesión mitocondrial pués que la fiebre. (
hepatocítica, por el cual la acción deletérea del 3. Cambios en la mucosa oral, que consisten
salicilato y del virus sería potenciada por una en labios secos, fisurados y con tendencia al san­ (
deficiencia enzimática no detectada. grado. Suele observarse lengua aframbuesada,
similar a la de la escarlatina. (
Profilaxis 4. Cambios en las extremidades que suelen ser
(
Se utiliza una vacuna de virus vivos atenuados, característicos, consistentes en induración rela­
de la cual hay 3 cepas. Es altamente inmunogénica tivamente firme y dolorosa en palmas y plantas. (
y no genera reacciones secundarias importantes. Hay descamación de la piel de los dedos, que sue­
También se dispone de gammaglobulina hiper- le comenzar en la región periungueal hasta com­ (
inmune humana, que puede administrarse a indi­ prometer toda el área distal de las extremidades.
viduos inmunocomprometidos que han estado en 5. Erupción, que en general comienza algunos (
contacto con personas afectadas. Si no se dispo­ días después de instalado el cuadro febril. Puede
c
ne de ésta, la gammaglobulina estándar tiene una adoptar distintas formas, que van desde el exan­
concentración adecuada de anticuerpos, razón por tema urticariano hasta un eritema polimorfo con (
la cual puede usarse en caso de necesidad (ver el localización predominante en el tronco, el área
capítulo Inmunoprofílaxis). del pañal y la zona de aplicación de la vacuna BCG. (

c
(
194 □ P rim era parte - G eneralidades - Síndromes clínicos

- 9 6. Adenomegalia cervical, que adopta la forma 1 año, padecer fiebre de más de 14 días de dura­
de adenopatía única submaxilar. ción, eritrosedimentación acelerada durante más
Hay también manifestaciones asociadas» entre de 1 mes, trombocitosis y palpación de aneuris­
las que de incluyen artralgias y artritis, que pue­ mas periféricos.
den presentarse hasta en el 30% de los casos. El diagnóstico es clínico, y se establece de
La enfermedad de Kawasaki es una vasculitis acuerdo con los síntomas y signos mencionados.
sistémica que afecta las arterias de calibre me­ El tratamiento se basa en la administración de
diano y pequeño. El compromiso cardiovascular aspirina; 30 a 100 mg/kg/día durante el período
puede manifestarse con aneurismas coronarios y agudo, con reducción en el período de conva­
de otras arterias. La arteritis es autolimitada, aun­ lecencia.
que los aneurismas coronarios pueden progresar, También se preconiza el uso de gammaglobu-
lo que hace indispensable una evaluación ade­ lina IV en la dosis de 400 mg/kg/día durante 5
cuada para tratar con rapidez estas com plicacio­ días consecutivos, a fin de disminuir la inciden­
nes. Hay criterios para pronosticar el riesgo co­ cia de aneurismas, aunque en muchos centros se
ronario: ser del sexo masculino y tener menos de ia utiliza en dosis única de 1,5 a 2 g/kg.

B ib lio g ra fía ----------------------------------------------------


Álvarez Peñaloza E y Palán Castaño JM . Infecciones en M andeíl GL, Ben nett JE y Dolin R. Enferm edades
Pediatría. 2a ed. McGraw*Hill/lnteramericana. México, Infecciosas Principios y Práctica. 6a ed. Elsevier. Madrid.
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Feigin RD y Cherry JD. Tratado de Infecciones en Pediatría. Infecciosa Pediátrica. Ediciones Doyma. Barcelona, 1984.
Tercera edición. México. 1995.
Infecciones abdominales
M arcelo E. Corti
Ornar J. Palmieri

CONCEPTO INFECCIONES DEL PERITONEO


Las infecciones abdominales son una causa Peritonitis bacteriana aguda
importante de morbilidad y mortalidad, tanto en También llamada peritonitis secundaria, es la
hospederos inmunocompetentes com o inmuno- que se produce como consecuencia de la perfo­
comprometidos. De acuerdo con su localización, ración de visceras huecas, secundaria a la obs­
se las clasifica en intraperitoneales y retroperi- trucción, inflamación, infarto, neoplasias, trau­
toneales; según su extensión, pueden ser gene- matismos penetrantes o cuerpos extraños de ór­
ralizadas (peritonitis generalizada) o localizadas ganos contenidos en la cavidad abdominopel-
(uno o varios abscesos), por último, de acuerdo viana. La perforación en la cavidad peritoneal
con su fisiopatogenia se dividen en infecciones libre suele superar los mecanismos de defensa
prim itivas o secundarias a procesos de vecindad. del peritoneo ante la contaminación bacteriana y
El abdomen se divide en tres compartimientos deriva por lo general en una peritonitis difusa.
anatómicos: la cavidad peritoneal. el retroperi- El cuadro clínico, que es independiente de la
toneo y la pared abdominal; las infecciones pue­ etiología, consiste en dolor abdominal, fiebre,
den comprometer cualesquiera de estas regiones náuseas, vóm itos y taquicardia con signos de
o extenderse de una a otra. shock. En el examen físico se comprueba disten­
Los microorganismos que componen la biota sión abdominal, dolor difuso con la palpación,
normal del aparato digestivo (o flora normal) son signos peritoneales y abolición de los ruidos hi-
los responsables de la mayoría de las infeccio­ droaéreos. El laboratorio revela leucocitosis con
nes abdominales. Alcanzan la cavidad peritoneal neutrofilia, hem oconcentración, alteraciones
al alterarse la integridad de las paredes de las vis­ electrolíticas y acidosis metabólica.
ceras huecas abdominales y comprometen zonas La radiografía simple de abdomen puede m os­
próximas o accesibles por continuidad. También trar neumoperitoneo y asas intestinales dilatadas
alcanzan la cavidad abdominal por el torrente con niveles hidroaéreos. Las principales com pli­
sanguíneo, durante episodios de bacteriemia o por caciones de la peritonitis aguda son el shock sép­
contigüidad, desde focos infecciosos de vecin­ tico con falla multisistémica y el íleo paralítico.
dad, en especial si se sitúan en los aparatos geni­ Luego de la cirugía pueden observarse fístulas
tourinario o hepatobiliar. digestivas, dehiscencia de las suturas e infeccio­
Aquí se tratarán las infecciones del peritoneo, nes de la herida quirúrgica. El tratamiento inicial
las introperitoneales, los abscesos viscerales, los comprende la expansión intravascular, aspiración
abscesos retrop>eritoneales y los abscesos de la con sonda nasogástrica y antibioticoterapia acti­
pared abdominal. va contra flora aerobia y anaerobia. Cuando el
196 □ P rim era parte - G eneralidades - Síndrom es clínicos

estado general lo permita, el paciente deberá ser de los niveles de proteínas en el líquido ascítico
som etido a !a intervención quirúrgica con re­ no es definitoria.
paración de la perforación, lavado peritoneal, El tratamiento es m édico y la elección del es­
extracción de restos necróticos de la cavidad ab­ quema antibiótico dependerá del agente causal.
dominal y la colocación de drenajes. El pronós­ Una vez efectuada la recolección de muestras para
tico es siempre reservado y empeora con la edad, cultivo de líquido ascítico y hem ocultivos, podrá
la peritonitis fecal, el shock o la falla respira­ indicarse un esquema antimicrobiano empírico,
toria. como la asociación de ceftriaxona, en dosis de
2 g/día, más metronidazol, 1,5 g/día, por vía intra­
Peritonitis bacteriana espontánea venosa. El pronóstico de esta complicación depen­
Es la infección primaria del peritoneo en au­ de del de la enfermedad preexistente, pero hay que
sencia de un proceso agudo intraabdominal de­ tener en cuenta que es una causa frecuente de insu­
sencadenante. Los gérmenes involucrados pue­ ficiencia hepática en pacientes con cirrosis.
den no ser de origen entérico; con frecuencia se
aíslan el neum ococo y el estafilococo. La perito­ Peritonitis en la diálisis crónica
nitis espontánea es característica de aquellos pa­ Esta com plicación se presenta en el 10% de los
cientes con ascitis preexistente, con focos sépti­ pacientes con insuficiencia renal som etidos a
cos extraabdominales (endocarditis, catéteres diálisis peritoneal crónica mediante catéter peri­
intravasculares infectados o infecciones urinarias) toneal permanente. Más de la mitad de los casos
o con inmunodeficiencias. Suele observarse con son causados por microorganismos que forman
frecuencia en la ascitis provocada por síndrome parte de la flora cutánea habitual, com o Staphylo-
nefrótico o cirrosis hepática. La morbilidad aso­ coccus aureiís, S. epiderm idis y Síreptococcus sp.
ciada con esta entidad se ha reducido en forma Las bacterias gramnegativas están involucradas
notable en los últimos años a partir de los esque­ con menor frecuencia y a veces se aíslan hongos.
mas de profilaxis que se implementan en los pa­ El tratamiento se basa en la administración de
cientes con factores predisponentes. El mecanis­ antibióticos intraperitoneales y sistém icos, y en
mo más frecuente de infección en los cirróticos ocasiones hay que retirar el catéter de diálisis.
con ascitis es el pasaje de bacterias intestinales a
través de la pared intestinal.
INFECCIONES INTRAPERITONEALES
Foreste motivo, la descontaminación bacteria­
na por medio de antibióticos activos contra gér­ A bscesos intraperitoneales
menes gramnegativos (fluoroquinolonas) se con­ Se producen casi siempre por el pasaje de flora
sidera una medida preventiva eficaz. En estos entérica de la luz intestinal a la cavidad peritoneal,
pacientes la contaminación peritoneal puede ser como consecuencia de perforación, isquemia, trau­
facilitada por el deterioro de la función hepática matismos o lesiones quirúrgicas. Suelen localizarse
en relación con la erradicación de bacterias y el en áreas bien delimitadas de los companimientos
rápido pasaje de los gérmenes desde los linfáticos supramesocólico o inframesocólico. Las localiza­
hepáticos al líquido ascítico. ciones más frecuentes son la pelviana y la subdia-
El cuadro clínico se caracteriza por dolor ab­ fragmática, lo que se explica por tratarse de las
dominal difuso con reacción peritoneal, íleo, fie­ áreas con mayor declive cuando el paciente está
bre, náuseas y vómitos. El diagnóstico incluye el en decúbito, junto con el efecto de las contraccio­
estudio del líquido peritoneal, que permite alcan­ nes diafragmáticas que atraen el líquido perito­
zar el diagnóstico etiológico en un elevado por­ neal hacia la región subfrénica a través del espa­
centaje de casos. La presencia de gérmenes en el cio parietocólico derecho. El cuadro clínico se
examen directo con la coloración de Gram, la exis­ caracteriza por fiebre con frecuencia en picos,
tencia de más de 300 leucocitos/mm^, un pH me­ dolor y distensión abdominal, con anorexia, náu­
nor de 7,3 y un nivel de lactato mayor que 25 tc\g% seas, vóm itos y mal estado general. La presencia
son elem entos importantes a tener en cuenta en de escalofríos indica bacteriemia procedente del
el momento del diagnóstico. La determinación absceso o de su extensión a órganos adyacentes.
CApiVi/Zo 22 - Infecciones abdom inales Q 197

La localización del absceso depende del foco enterococos, K. pneum oniae, P. aeruginosá) y
contaminante y del declive del líquido peritoneal; anaerobias {B. fra g ilis y especies de Fusobac-
la mayoría de los abscesos causados por perfora­ te riu m , P e p to c o c c u s , P e p to s tr e p to c o c c u s y
ción apendicular se localizan en la fosa ilíaca clostridios). <c.
derecha, aunque pueden diseminarse al fondo de En pacientes inmunocomprometidos, así como
saco de Douglas o al resto de la cavidad peritoneal, en portadores de catéteres intravasculares o en <L,
en especial a los espacios subfrénico y subhepático. individuos sometidos a tratamientos prolongados
Los secundarios a infecciones hepatobiliares se con antimicrobianos, debe sospecharse la etiolo­
localizan en el espacio subfrénico derecho. Los gía micótica. Las muestras para el diagnóstico X,
síntomas pueden referirse al tórax, con dolor en m icrobiológico pueden tomarse por aspiración
la base del hemitórax derecho o irradiado al hom­ con aguja fma, guiada por ecografía o TC, o du­ c
bro homolateral, disminución de la entrada de rante el acto quirúrgico, y se las somete a un e x ­
aire, respiración superficial, matidez, derrame haustivo estudio microbiológico (bacterias aero­
pleural o atelectasias basales, o signos de reduc­ bias y anaerobias, hongos y micobacterias). Los
%■
ción de la motilidad del hemidiafragma derecho. hem ocullivos se practican en lodos los pacientes
A veces pueden disem inarse por el esp acio y pueden alcanzar hasta un 25% de positividad. <c
parietocólico derecho a la fosa ilíaca derecha o El tratamiento de los abscesos intraabdominales
al fondo de saco de Douglas, lo que origina los es médico y quirúrgico; incluye las medidas de 't
síntomas propios de esta localización. sostén tendientes a mejorar el estado general del
Los abscesos que se originan en procesos in­ paciente, la prescripción de esquemas de antibió­
fecciosos que afectan el bazo se localizan en el ticos empíricos de amplio espectro, que sean ac­ 'l ,
espacio subfrénico izquierdo y se acompañan con tivos contra aerobios y anaerobios, y el drenaje
similares características sem iológicas. quirúrgico que deberá indicarse lo más temprano
Los síntom as rectales (d olor anal, pujos, posible. El tipo de drenaje dependerá del número
tenesmo) o urinarios (disuria, polaquiuria) sugie­ y la localización de los abscesos; en general, los
ren una localización pelviana. Ésta puede confír* abscesos solitarios se drenan por vía percutánea
marse mediante el tacto rectal o vaginal, ya que
provoca poca repercusión abdominal.
cuando la accesibilidad y localización así lo per­
mitan. La exploración quirúrgica será necesaria ""i
Las colecciones intermesentéricas se desarro­ si se sospecha la existencia de varios abscesos o
llan entre las asas del intestino delgado y el me- la imposibilidad del drenaje percutáneo con ca­
senterio y se acompañan con fiebre y en la ma­ téter. El tratamiento antibiótico empírico consis­
yoría de los casos con íleo paralítico. te en la asociación de metronidazol o clindami-
La radiología convencional, la ecografía, la TC cina, un am inoglucósido y un betalactám ico
o la RM, así com o los estudios con radioisótopos (amoxicilina, piperacilina).
(galio 67, leucocitos marcados) ayudan a esta­ (i:;
blecer la localización del absceso. La radiografía Apendicitis aguda
simple de abdomen en posición de pie puede evi­ Es la enfermedad quirúrgica aguda del abdo­
denciar imágenes con nivel hidroaéreo, íleo pa­ men más frecuente; puede presentarse a cualquier
ralítico localizado, desplazamiento de las asas edad, con franco predominio entre los 12 y los
intestinales y derrame pleural homolateral. La 20 años. En su patogenia desempeña un papel
ecografía y la TC son las técnicas más usadas en muy importante la obstrucción de la luz apendi­
la actualidad para visualizar los abscesos intraab- cular, que puede deberse a coprolitos, hipertrofia
dominales; la elección de uno u otro método de­ del tejido linfoide del interior del órgano, cuer­
pende de cada caso en particular. En el presente, pos extraños -sem illas de vegetales o frutas- y
los estudios por imágenes efectuados por radió­ parásitos intestinales, com o Enterobius vermi-
logos intervencionistas tienen un doble objetivo: cularis y A scaris lum bricoides. La obstrucción
diagnóstico y terapéutico. de la luz produce la acumulación de secreciones
La mayoría de los abscesos son polim icro- mucosas con incremento de la presión intralu-
bianos, causados por bacterias aerobias (£. coU, minal, congestión venosa y compresión de los

dt
A l'

198 D P rim era parte - G eneralidades - Síndrom es clínicos

m vasos que irrigan la porción distal de! apéndice. vuelve sintomática cuando aparece alguna de su.s
Esto condiciona la invasión y reproducción de com plicaciones graves: hemorragia, perforación
« bacterias y la eventual perforación de la pared y diverticulitis.
m isquémica. Una vez producida la perforación La diverticulitis es un proceso inflamatorio con
apendicutar, se inicia el cuadro de peritonitis, que infección local de uno o más divertículos. Suele
m puede ser pelviana o extenderse al espacio sub- iniciarse por la retención de materia fecal en el
hepático derecho a partir del flujo normal del lí­ saco diverticular debido a la estrechez de su cue­
quido peritoneal. La rotura apendicular suele so­ llo. Las heces se desecan y transforman en co-
brevenir dentro de las 48 horas de iniciados los prolitos, que erosionan en forma mecánica la mu­
m
síntomas. A veces la inflamación queda localiza­ cosa colónica con posterior invasión bacteriana de
m da, por la formación de adherencias entre el cie­ la porción distal del divertículo. Como éste asien­
go y el íleon, y el cuadro clínico evoluciona en ta fuera de la pared colónica y el proceso inflama­
m un tiempo más largo, que lleva a la formación de torio se inicia en su punta, lo que en realidad se
un flemón apendicular, y con posterioridad se produce es una peridiverticulitis con perforación
« origina el absceso. Los microorganismos que se macroscópica o microscópica del divertículo.
aíslan en casos de apendicitis aguda son los de la Los síntomas predominantes son dolor abdo­
flora intestinal normal compuesta por enterobac- minal y fiebre. El dolor es con frecuencia cons­
terias y anaerobios. tante y se localiza en la fosa ilíaca izquierda. La
El cuadro clínico se caracteriza por dolor de fiebre, a veces acompañada por escalofríos, pue­
comienzo epigástrico, que luego se localiza en la de ser la única manifestación de la enfermedad,
fosa ilíaca derecha y se acompaña con fiebre, náu­ en especial en los ancianos. La gravedad del cua­
m dro clínico y los hallazgos del examen físico de­
seas y vómitos. En algunos pacientes el dolor pue­
m de irradiarse hacia la región lumbar o el hipo­ penden de la extensión e intensidad del proceso
condrio derecho, según la ubicación anatómica inflamatorio. Éste suele comprometer con rapi­
I* del apéndice. En el examen físico predomina el dez la serosa, por lo que pueden comprobarse sig­
dolor con la palpación, que inicialmente se loca­ nos peritoneales localizados en la fosa ilíaca iz­
# liza en la fosa ilíaca derecha y puede acompañarse quierda. Es frecuente el hallazgo de una cuerda
con reacción peritoneal localizada. Después el cólica palpable y dolorosa. La diverticulitis agu­
dolor se generaliza, al igual que los signos de com­ da puede complicarse con perforación y peri­
# promiso peritoneal. La temperatura diferencial tonitis fecal generalizada, la que es de muy mal
axilorrectal es habitualmente mayor de un grado. pronóstico.
# El laboratorio evidencia leucocitosis con neu- En algunos p acientes las m an ifestacion es
trofilia y eritrosedimentación acelerada. La ra­ inflamatorias se atenúan y la reiteración de epi­
diografía simple de abdomen puede mostrar íleo sodios de diverticulitis puede favorecer la evolu­
localizado o generalizado. El tratamiento siem ­ ción hacía una forma crónica seudotumoral y
#
pre es quirúrgico, además deberá indicarse la te­ estenosante. La formación de abscesos silentes
m rapéutica antibiótica adecuada. puede obstruir el colon o provocar fístulas hacia
otras asas intestinales, vejiga o vagina.
# Diverticulitis La diverticulitis no complicada responde al tra­
Los divertículos del colon son protrusiones de tamiento médico. El tratamiento quirúrgico de­
# berá indicarse en forma urgente cuando se com­
la mucosa a través de puntos de mayor debilidad
de la capa muscular; por lo tanto, la pared de los prueben signos de peritonitis, de progresión de
divertículos carece de capa muscular. Predomi­ un absceso, a pesar de la antibioticoterapia ade­
nan en el colon distal, pero pueden encontrarse cuada, u oclusión intestinal.
en otros sitios del órgano.
« La prevalencia de los divertículos se incrementa Colecistitis aguda
con la edad y son muy frecuentes en edades avan­ Es la inflamación aguda de la pared de la vesí­
zadas. La mayoría de los sujetos no presenta sín­ cula biliar como respuesta a la infección bacte­
« tomas. La enfermedad diverticular de! colon se riana. Con excepción de las formas primarias

#
(•
C apítulo 22 - Infecciones abdom inales □ 199

(colecistitis por salmondas) y de las lesiones isqué­ trucción parcial de las vías biliares. Es habitual
micas agudas (diabetes), la mayoría de los casos que se asocie con coledocolitiasis (colangitis as­
son secundarios a la obstrucción aguda del con­ cendente) y, con menor frecuencia, con el carci­
ducto cístico. En el 80% de los casos la colecistitis noma de las vías biliares. También puede presen­
aguda es una complicación de la colelitiasis; el 20% tarse com o una com plicación de la esfintero-
restante son colecistitis alitiásicas secundarias a plastia.
nutrición parenteral total u hospitalizaciones pro­ Desde el punto de vista clínico .se caracteriza
longadas, posoperatorios e infección por HIV. por fiebre en picos precedida por escalofríos, ic­
Los agentes etiológicos predominantes son E. tericia y dolor en el hipocondrio derecho.
coli y los anaerobios de las especies B acteroides El laboratorio demuestra la existencia de leuco­
y C lostñdium . citosis con neutrofilia y eritrosedimentación ace­
E! cuadro clínico se caracteriza por dolor loca­ lerada. El cultivo de la bilis es positivo en el 75%
lizado en el hipocondrio derecho acompañado por de los pacientes y los hemocultivos, en un 40% de
anorexia, náuseas, vóm itos y fiebre. El hipo­ los casos. El microorganismo que se aísla con
condrio derecho es selectivamente doloroso con mayor frecuencia es £ . coli. Cuando la infección
la palpación, en especial en inspiración profunda progresa puede complicarse con la formación de
(signo de Murphy). En algunos sujetos puede múltiples abscesos hepáticos.
palparse la vesícula. La ictericia, por lo general Una variante e.special por su gravedad es la
leve, se presenta en un pequeño porcentaje de forma supurativa. Compromete casi con exclusi­
casos. En pacientes seniles o debilitados la cole­ vidad a ancianos y constituye una indicación para
cistitis puede tener un curso subagudo y mani­ efectuar la laparotomía de urgencia para descom­
festarse como fiebre de origen desconocido. presión y drenaje de la vía biliar. La antibio-
El laboratorio evidencia leucocitosis con neu- ticoterapia de amplio espectro y las medidas ge­
trofilia. Las transaminasas -fosfatasa alcalina y nerales de sostén completan el tratamiento.
gammaglutamiltranspeplidasa- pueden estar ele­
vadas en grado moderado aun en ausencia de
A BSC ESO S VISC ERA LES
coledocolitiasis. La amilasa también puede ele­
varse en ausencia de pancreatitis simultánea. La Comprometen el hígado, el bazo y el páncreas.
radiografía simple de abdomen puede evidenciar La localización más frecuente es la hepática.
cálculos radiopacos. La ecografía -e l método más
valioso para confirmar el diagnóstico- muestra Abscesos hepáticos
el engrosamiento de la pared, la distensión vesicu­ Pueden ser primarios o secundarios, únicos o
lar y la litiasis o barro biliar. múltiples. El lóbulo derecho es el comprometido
Las complicaciones más importantes de la cole­ con más frecuencia. Los primarios por lo general
cistitis aguda son la perforación localizada con se originan en infartos hepáticos y los secunda­
absceso perivesicular, la perforación en cavidad rios, en tromboembolismo séptico. Los consecu­
libre, que origina una peritonitis biliar o coleperi- tivos a colangitis séptica suelen ser múltiples y
toneo con elevada mortalidad, y las fístulas colecis- comprometen ambos lóbulos. Por último, en los
toentéricas, por la perforación de la vesícula en el que se originan a partir de apendicitis, colecistitis,
duodeno. diverticulitis o focos sépticos abdominopelvianos
El tratamiento consiste en hidratación parenteral, las bacterias llegan por vía portal o por contigüi­
sonda nasogástrica, analgésicos, antibioticoterapia dad. Se han descripto también como complica­
(ampicilina, gentamicina y metronidazol) y en la ción del trasplante hepático así como de enfer­
mayoría de los casos el abordaje quirúrgico ur­ medades granulomatosas crónicas, diabetes me-
gente. llitus, anemia de células falciformes. hemopa-
tías malignas, hepatocarcinoma y en pacientes
Colangitis con infección por HIV. La etiología en general es
La colangitis es la inflamación de los conduc­ polimicrobiana e incluye bacterias aerobias y
tos biliares, que en general coincide con una obs­ anaerobias de la flora del aparato digestivo:
200 □ Prim era parte - Generalidades - Síndromes clínicos

Staphylococcus aureus es el responsable en los El mecanismo patogénico más frecuente es la


casos de bacteriemia; los de etiología micótica diseminación hemática de microorganismos pro.
se observan en inmunocomprometidos y en adic­ cedentes de sitios distantes, que llegan al órgano
tos a drogas por vía intravenosa. En ellos son fre­ a través de la arteria esplénica. En el 75% de los
cuentes las bactericmias por Candida. casos los abscesos son múltiples. Los estrepto­
La manifestaciones clínicas predominantes son cocos y los estafilococos son las bacterias que se
fiebre, hepatomegalia y dolor en el hipocondrio aíslan con mayor frecuencia. En aquellos sujetos
derecho. La fiebre suele presentarse en picos y con trastornos de los mecanismos de fagocitosis
precedida por escalofríos, pero también puede ser y opsonización pueden identificarse especies de
continua o cursar como fiebre de origen desco­ SalmoneUa. Durante el curso de las formas dise*
nocido. El dolor de tipo pleurítico puede referir­ minadas de tuberculosis que se observan en pa­
se al hombro derecho. La ictericia no es frecuen­ cientes con sida, se identifica M. tuberculosis
te, salvo en aquellos abscesos que se originan como agente causal. En pacientes con hemopatías
como consecuencia de una colangitis, los que en malignas, las fungemias por Candida o Asper-
general presentan leucocitosis con neutrofilia y gillus pueden dar lugar a la formación de mi-
elevación de la fosfatasa alcalina. La radiosco­ croabscesos esplénicos. Por último, cuando se
pia de tórax puede mostrar alteraciones en la producen por contigüidad de abscesos subfréni-
movilidad del hemidiafragma derecho y la radio­ cos, la flora suele ser mixta e incluye microor­
grafía, atelectasia basal o derrame pleural dere­ ganismos aerobios gramnegativos y anaerobios.
cho. Los hemocultivos son positivos en el 50% Sus características clínicas son dolor en el
de los casos. El diagnóstico se confirma a través hipocondrio izquierdo que se irradia al hombro
de la TC o la ecografía, que además permiten, homolateral, fiebre y esplenomegalia. Puede de­
con escaso riesgo, efectuar la punción dirigida sarrollarse derrame pleural, a telecta sia s e
para obtener material para cultivos y colocar hipoventilación en la base izquierda con paráli­
catéteres de drenaje. Si bien el centellograma sis del hemidiafragma. En el hemograma habi-
puede ayudar a localizar el absceso, la TC o la tualmente se observa.leucocitosis con neutrofilia
ecografía son los métodos de elección, ya que (excepto en casos de neutropenia) y eritrosedi-
permiten distinguir entre masas sólidas o colec­ mentación acelerada. La ecografía y la TC son
ciones líquidas. los métodos de elección para el diagnóstico, los
El diagnóstico diferencial deberá establecerse que además permiten la detección de otros focos
con el quiste hidatídico y el absceso amebiano. intraabdominales y la punción dirigida que ayu­
El tratamiento más apropiado debe incluir el da a definir el diagnóstico etiológico. El trata­
drenaje percutáneo y la adm inistración de miento de elección es médico y quirúrgico, o bien
antimicrobianos; éstos ai principio se adminis­ el drenaje percutáneo con aguja guiada porTC.
tran en forma empírica y luego según los resulta­ La esplenectomía debe evitarse, dado el compro­
dos de los exámenes microbiológicos. El drenaje miso inmunitario que tal conducta acarrea; no
a través de catéteres percutáneos colocados bajo obstante, puede estar indicada en casos de abs­
control tomográfico o ecográfico ha reducido la cesos únicos de gran tamaño, abscesos múltiples
necesidad del tratamiento quirúrgico. y falta de respuesta al tratamiento.

Abscesos esplénícos Abscesos pancreáticos


Son infrecuentes y consecutivos a trauma­ No son frecuentes y por lo general son secun­
tism os, hematomas o infartos originados por darios a episodios de pancreatitis aguda, a la rea­
embolias sépticas durante el curso de endocardi­ lización de colangiopancreatografías retrógradas
tis u otras infecciones sistémicas. Otras causas y a lesiones traumáticas penetrantes. La flora pre­
predisponentes son anemia drepanocítica, esple- dominante incluye las enterobacterias y los gér­
nom egalia, en la que se desarrollan infartos menes anaerobios. El cuadro clínico se caracte­
subcapsulares, y las inmunodeficiencias que com­ riza por dolor abdominal con las características
prometan la función inmunitaria del bazo. propias del dolor pancreático, acompañado por
Capítulo 22 - Infecciones abdominales □ 201

fiebre, náuseas, vómitos y un cuadro séptico de El diagnóstico se confirma con los mismos
gravedad variable. En el examen físico se com­ métodos utilizados para los restantes abscesos
prueba distensión abdominal, dolor con la palpa­ viscerales. La TC y la ecografía permitan cono­
ción superficial y profunda, e íleo paralítico. Pue­ cer la localización anatómica.
de haber derrame pleural izquierdo. El tratamiento incluye la administración de
El diagnóstico se confirma por la ecografía y antibióticos (aminoglucósidos más clindamicina
laTC. El tratamiento es médico y quirúrgico. o metronidazol) y el drenaje quirúrgico a cielo
abierto, o por punción guiada por TC o ecografía.
absceso s RETROPERITONEALES
Abscesos del músculo psoas
Constituyen cerca del 40% de los abscesos ab­ Pueden ser primarios o secundarios a osteo­
dominales y entre ellos se incluyen los perirre- mielitis o discitis vertebral, piógena o tubercu­
nales y ios del músculo psoas. Se asocian con losa, artritis séptica de la articulación sacroilíaca,
una elevada morbimortalidad, principalmente apendicitis retrocecal perforada, abscesos perirre­
debida a las dificultades para el diagnóstico y el nales o enfermedad de Crohn. En la actualidad
retraso en el inicio de la terapéutica. El retrope- Staphylococcus aureus es el patógeno aislado con
riioneo es una región anatómica compleja, com ­ mayor frecuencia en los abscesos primarios y en
prendida entre el peritoneo parietal posterior y la los originados en osteomielitis vertebrales, sacroi-
parte posterior de la fascia transversal. Se divi­ leítis y perinefritis. Cuando se originan en una
de en 3 espacios: el pararrenal anterior o retroperi- perforación de viscera hueca la flora es mixta e
toneal anterior, el perirrenal y el pararrenal poste­ incluye microorganismos aerobios y anaerobios.
rior o retroperitoneal posterior. Limita por arriba Debido a la localización posterior del músculo
con el diafragma, por debajo con el reborde de la psoas, los síntomas son poco sugestivos; a veces
pelvis y a los laterales con los músculos lumbares. se manifiestan como fiebre de origen desconoci­
do. También pueden presentarse con dolor irra­
Abscesos perirrenales diado a la cadera, la ingle, el muslo y la espalda.
Se originan habitualmente a partir de infeccio­ El paciente suele flexionar la cadera y rotar la
nes renales y los gérmenes que predominan son pierna hacia afuera; ya que esa posición, al rela­
las enterobacterias. Cuando son secundarios a jar el músculo, alivia el dolor. La elevación del
bacteriemias el agente involucrado por lo gene­ miembro homolateral despierta dolor y en la fosa
ral es Staphylococcus aureus, y si se inician en el ilíaca puede palparse una masa dolorosa.
tubo digestivo, predominan las enterobacterias y Hay leucocitosis con neutrofilia, eritrosedi­
los anaerobios. mentación acelerada y los hemocultivos suelen
El cuadro clínico se caracteriza por fiebre, es­ ser positivos. La radiografía simple de abdomen
calofríos, compromiso del estado general, náu­ de pie muestra borramiento del borde del psoas.
seas, vómitos y dolor lumbar, que puede propa­ La TC con contraste y la ecografía proporcionan
garse a glúteos, ingles, caderas o muslos, sin las el mejor detalle anatómico del psoas, además
características del dolor cólico asociado con la permiten detectar el compromiso de órganos ad­
litiasis renoureteral. Hay puñopercusión lumbar yacentes.
dolorosa, abovedamiento de la región lumbar, El tratamiento incluye el drenaje quirúrgico o
distensión abdominal y, a veces, íleo paralítico. percutáneo, con aguja guiada por TC o ecografía,
En los exámenes de laboratorio se comprueba y la antibioticoterapia de acuerdo con la flora
leucocitosis, neutrofilia y eritrosedimentación predominante.
acelerada. La radiografía directa de abdomen
puede mostrar asas intestinales dilatadas por el
A BSC ESO S DE LA PARED ABDOMINAL
íleo y el borramiento de la silueta del músculo
psoas. En los procesos causados por gérmenes Pueden deberse a múltiples causas: bacteriemia
anaerobios suele haber gas dentro de la colec­ o septicemia, infecciones de piel y heridas trau­
ción. máticas o quirúrgicas. Estas últimas son las res­
202 □ Prim era parte - Generalidades - Síndromes clínicos

ponsables, con mayor frecuencia, de los absce­ sos originados por la cirugía de apendicitis,
sos de la pared abdominal. En general se produ­ colecistitis o diverticulitis la infección es poli-
cen entre los 8 y 15 días del posoperatorio. La microbiana y se debe a bacterias de la flora in­
fiebre de 39*C a 40®C y el cuadro general (esca­ testinal (E. coli, bacilos aerobios gramnegativos,
lofríos. astenia, anorexia, palidez, sudoración) son bacteroides o Enrerococcus). Estos abscesos pue­
orientadores de esta complicación posquirdrgica. den ser foco emisor de microorganismos y origi­
El dolor local debido al acto quirúrgico, que ya nar infecciones sistémicas.
había cedido parcialmente, vuelve a incremen­ Aunque la mayoría de las veces el diagnóstico
tarse. Hay tumefacción de la herida y a veces a clínico es claro, es importante el examen ecográ-
través de ella o de los puntos de sutura drena ma­ fico porque, además de confirmar el diagnósti­
terial purulento o seropurulento. co, permite descartar abscesos en la cavidad
El absceso asienta en general en el tejido celu­ peritoneal.
lar subcutáneo, pero puede comprometer la piel El laboratorio evidencia leucocitosis, neutro-
y los planos profundos. En ocasiones drena en filia y eritrosedimentación acelerada. Antes de
forma espontánea hacia la piel o hacia el perito­ administrar el tratamiento antimicrobiano se lle­
neo. Las causas predisponentes son los defectos vará a cabo el examen bacteriológico directo (flo.
en la técnica quirúrgica o de la esterilización del ra predominante) y los cultivos en aerobiosis y
material quirúrgico, así como hematomas, sero- anaerobiosis del material del absceso, obtenido
mas, tejidos necróticos o cuerpos extraños (gasa, por punción aspirativa o por el drenaje quirúrgi­
material de sutura) en la herida. En intervencio­ co, además de los correspondientes hemocultivos.
nes quirúrgicas sobre la pared abdominal que no El tratamiento es quirúrgico y debe asegurar el
hayan interesado órganos huecos o previamente completo drenaje del absceso. Además se reali­
infectados, como en la cirugía de hernias, los abs­ zará el tratamiento empírico con antimicrobianos
cesos son provocados por microorganismos prove­ activos frente a microorganismos aerobios y
nientes de la piel del paciente o del exterior, por lo anaerobios, hasta tanto se obtengan los resulta­
general Sfaphylococcus aureus. En ios absce­ dos de los exámenes bacteriológicos.

Bibliografía - • .........-
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23
Enfermedades por venenos de animales
Olindo A. L. Martino
Tomás Orduna
Ornar J. Palmieri

El ser humano es susceptible a ia acción tóxica De acuerdo con diferentes variables, depen­
de ciertos venenos de animales inoculados a tra­ dientes del animal agresor y del sujeto agredido,
vés de picaduras o mordeduras. el emponzoñamiento evolucionará hacia una for­
Toda exposición entraña un riesgo imprevisto ma cutánea o cutaneosistémica. Entre esas varia­
para la salud, mientras que la magnitud del daño bles se destacan: cantidad de veneno inoculado,
dependerá de los siguientes factores: picadura, área de inoculación y susceptibilidad individual
mordedura o contacto con las estructuras o al veneno de Loxosceles.
secreciones del animal; inoculación de la ponzo­
ña específica (veneno biológico), complicacio­ Loxoscelísmo cutáneo
nes vinculadas con sobreinfecciones y factores La picadura de esta araña produce una sensa­
de riesgo relacionados con la víctima. ción punzante, poco dolorosa, relacionada con la
Aquí se estudiarán sólo las zoopatías médicas acción mecánica de los quelíceros. El sitio de la
más importantes. lesión suele localizarse con mayor frecuencia en
los miembros.
Transcurrido un lapso variable, entre minutos
ARAÑAS
y algunas horas, en el área de la picadura apare­
Las arañas son artrópodos, ampliamente distri­ ce dolor de tipo urente (sensación de quemadu­
buidos por lodo el mundo, que comprenden gran ra). que suele acompañar gran parte de la evolu­
cantidad de familias con numerosos géneros y es­ ción de la enfermedad y extenderse a zonas ad­
pecies. Varios de estos géneros son responsables de yacentes.
accidentes que pueden causar daño local o sistémico. La lesión cutánea se inicia con una pápula, que
al cabo de algunas horas llega a medir 2 o 3 cm,
Loxosceles la cual evoluciona a placa eritematosa o bien a la
La picadura de arañas del género Loxosceles clásica placa íivedoide. Esta última muestra áreas
provoca una pequeña lesión traumática en el si­ rojo-violáceas que .se alternan con otras de tinte
tio de hincadura de los quelíceros, evidenciable pálido y contornos irregulares; el conjunto da un
muchas veces sólo con 1a ayuda de una lupa. El aspecto de mármol veteado. La frecuencia de apa­
momento en que se produce el accidente puede rición de la placa y su tamaño son muy variables.
pasar desapercibido, ya que a menudo se produ­ Desde el inicio del cuadro se desarrolla un ede­
ce en las horas del descanso. ma de consistencia dura que afecta toda el área
204 □ Prim era parle - Generalidades - Síiidromc.s clínicos

de la lesión. Entre el quinto y el séptimo día la La dosis depende del cuadro clínico; para el
zona afectada se oscurece, evoluciona a la ne- loxoscelism o cutáneo es de 5 ampollas por vía
crosis y se convierte en una escara. Luego de 10 IM o IV, y para los ca so s de loxoscelism o
a 15 días ésta comienza a desprenderse lentamen­ cutaneosistémíco es de 10 ampollas. En presen­
te por los bordes y tra.s su caída queda una úlcera cia de anemia hemolítica grave está indicada la
de bordes irregulares. La cicairización suele pro­ administración temprana de corticosteroides. Se
ducirse en 4 a 6 semanas. considera que la dapsona, 100 mg cada 12 horas,
A veces se registran manifesiaciones genera­ tiene una acción terapéutica marcada, con dismi­
les de poca duración (insomnio, astenia, escalo­ nución de la respuesta local. La diálisis está in­
fríos). dicada en los casos de insuficiencia renal.

Loxoscelismo cutaneosistémíco Profilaxis


Entre 6 y 24 horas después de producida la pi­ Eliminar las telas de araña, sobre todo las teji­
cadura se desarrolla un compromiso sistémico gra­ das en los rincones oscuros de las habitaciones.
ve, caracterizado por hemólisis intravascular con Limpieza periódica detrás de cuadros, cortinas,
fiebre, escalofríos, hematuria, hemoglobinuria e muebles, interior de baúles, etc.
ictericia. La hipoxia, la hipovolemia y la hemo­
globinuria llevan al daño renal, que puede evolu­ Latrodectus
cionar a la insuficiencia renal aguda. Ésta suele Las arañas del género Latrodectus -d e tamaño
ser la causa de muerte del loxoscelismo sistémico. pequeño- se caracterizan por poseer un veneno
neurotóxico y hábitos peridomiciliarios; son fre­
Diagnóstico cuentes en el medio rural. Su nombre vulgar más
El diagnóstico de certeza, con identificación del conocido es «viuda negra».
animal agresor, muy pocas veces es posible. Las El cuadro clínico del latrodectismo es dramáti­
manifestaciones clínicas que sugieren el diagnós­ co y se inicia pocos minutos después de la pica­
tico de loxoscelismo son: a) dolor local de carác­ dura. En el sitio de ésta puede observarse una
ter urente, b) presencia de edema consistente que pápula eriiematosa y en ocasiones un edema leve.
puede exceder el área de la lesión, c) formación Las manifestaciones sistémicas más frecuentes
de una placa livedoide con vesículas o flictenas, son opresión precordial, vómitos, taquicardia, hi­
o sin ellas. Hay escasa repercusión de los ganglios pertensión arterial, mialgias, sialorrea y midriasis.
linfáticos regionales- En 6a 8 horas el paciente evoluciona hacia un es­
tado de depresión psíquica con astenia acentuada.
Diagnóstico diferencial La muerte tiene como causa habitual el edema
Abarca principalm ente ectim a, carbunco, agudo de pulmón precedido a v eces por un
forúnculo y ántrax. La forma sistémica debe di­ broncoespasmo intenso.
ferenciarse de las hemólisis provocadas por ali­
mentos (intoxicación por hongos venenosos) y Tratamiento
por medicamentos o agentes químicos, de las Con el uso del antiveneno específico el cuadro
anemias hemolíticas en las enfermedades autoin- clínico remite en forma espectacular.
munes, de la lepiospirosis icterohemorrágica y
de las septicemias. PhonButría
Conocida vulgarmente como «araña del bana­
Tratamiento no» o «araña armadeira», su cuerpo mide unos
Hasta el presente no hay un criterio único acer­ 50 mm. Es oriunda del Brasil, por lo que, en
ca del tratam iento más adecuado contra el mercados, verdulerías y puertos, es común que
loxoscelism o en el ser humano. El tratamiento se registren accidentes relacionados con carga­
específico se basa en el empleo del antiveneno; mentos procedentes de este país. Su veneno es
cada ampolla de 5 mL neutraliza 75 DMN (dosis exclusivamente neurotóxico y de acción casi in­
mínimas necrosantes) de veneno de Loxosceles. mediata.
Capítulo 23 - Enferm edades por venenos de aninfiales ü 205

Sus características clínicas son las de un sín­ motriz, contracciones tonicoclónicas, taquicardia,
drome neurológico con dolor y parestesias inten­ hipotensión, sudoración, broncorrea, edema pul­
sas en el lugar de la picadura, sudoración, sialorrea, monar, sialorrea, rinorrea y epífora. En algunos
visión bonosa, calambres musculares, priapismo, casos la progresión de la siniomatología puede
excitación psicomotriz y crisis convulsivas. El llevar a la muerte.
cuadro suele ser más grave en los niños.
Tratamiento
Tratamiento En los sujetos adultos el accidente no reviste
El antiveneno específico está formalmente in­ gravedad, por lo que sólo se realizará el trata­
dicado, sobre todo en niños pequeños. miento sintomático.
En los niños pequeños, en cambio, debido a la
iycosa gravedad de los síntomas se requiere el antive­
También se la denomina «araña lobo» o «ara­ neno específico.
ña jardinera». Es muy común en parques y jardi­
nes; su tamaño habitual oscila entre 25 y 30 mm.
OFIDIOS
La picadura de esta araña produce una pápula
eritematosa muy dolorosa. Pueden aparecer pe­ Accidentes por mordedura de yarará
queñas vesículas con contenido seroso y a veces Alrededor del 95% de los accidentes que se
áreas equimóticas. producen en la Argentina debidos a ofidios vene­
nosos son mordeduras de víboras del género
Tratamiento Botbrops. Los ejemplares, de diversos tamaños,
Suele ser suficiente la medicación sintomática poseen un aparato inoculador constituido por dos
(analgésicos, antihistamínicos). En regiones tro­ colm illos finos, largos y levemente curvos, que
picales ha resultado beneficioso el uso del antive­ tienen un conducto central (solenoglifo) sem e­
neno específico. jante a una verdadera aguja hipodérmica. Se ha­
llan en la región anterior del maxilar superior y
tienen la facultad de protruir cuando el animal
ESCORPIONES
ataca y de retraerse contra el paladar cuando la
Tityus trivittatus boca está cerrada. En la Argentina se conocen las
Dentro de los escorpiones, Tityus friviítarus es sig u ie n te s e sp e c ie s: B o th ro p s a lte r n a tiis ,
la especie más difundida en América. En la Ar­ Bothrops neuw iedii d iponts, Bothrops am m o-
gentina se lo encuentra desde el norte del país dytoides, Bothrops jararaca y Bothrops jarara-
hasta la provincia de Buenos Aires inclusive. Es CUSSlí.
de color castaño claro o rojizo. Posee una pinza El veneno de yarará tiene tres propiedades fun­
anterior, que utiliza para inmovilizar a su presa, damentales: proteolítica, coagulante y hemorrá-
y una cola articulada, que termina en una púa gica. La acción necrótica o proteolítica se debe a
doble que vehiculiza el veneno. Esta especie pa­ la presencia de proteasa, fosfolipasa A, nucleasa
rece ser partenogénica, lo que favorecería su dis­ y sustancias com o la L-am inoácido-oxidasa,
persión geográfica. En las zonas rurales se los hialuronidasa y factores liberadores de histamina,
halla en lugares secos y oscuros, debajo de cor­ bradicinina y otras. Todas estas enzimas produ­
tezas de árboles, piedras, ladrillos, etc. cen daño celular e inflamación, que pueden lle­
Se han adaptado bien a las zonas urbanas, como var a la necrosis en el sitio de la mordedura. La
la ciudad de Buenos Aires, donde se los ha en­ realización de maniobras locales, como tornique­
contrado en sótanos, túneles y depósitos. te, cauterización y aplicación local del antiveneno
La picadura de escorpión determina manifes­ favorecen esa acción y agravan el cuadro local.
taciones locales y generales. En el lugar de la pi­ El efecto coagulante depende principalmente
cadura el individuo refiere dolor de intensidad de la enzima L-arginina esterasa. Esta enzima
variable, eritema, edema y parestesias. Las ma­ transforma el fibrinógeno en fibrina y además
nifestaciones generales son excitación psico­ actúa sobre la protrombina y el factor X. Se pro­
m

m
206 □ Prim era parte - Generalidades - Síndromes clínicos
<R

«I ducen así múlliples microtrombos que pueden La muerte en las primeras 72 horas se debe al
depositarse en diferentes visceras, principalmen­ shock o a la hemorragia cerebral o en otras visceras.
te en el riñón, el pulmón, el corazón y el cerebro. La letalidad del accidente botrópico sin trata­
La acción hemorrágica es producida por com­ miento se acerca al 8%, pero se reduce al 0,5%
ponentes del veneno (metaloproteínas) que le­ cuando el antiveneno se utiliza oportunamente.
sionan la membrana basal de los endotelios
vasculares, a lo que se suma la trombocitopenia Diagnóstico
y las alteraciones de la coagulación menciona­ El diagnóstico de accidente botrópico en la eta­
das. pa precoz es sugerido por un edema doloroso, en
Si el veneno circula por los vasos en cantidad cuyo centro se encuentran las improntas dentarias
suficiente, el fibrinógeno desaparece por comple­ del ofidio, y por la aparición de signos revelado­
to y la sangre se torna incoagulable. La adición res de la alteración de la coagulación sanguínea
de trombina no revierte el cuadro, pero sí lo lo­ (equimosis local, epistaxis, hemorragia gingival).
gra el antiveneno en dosis adecuadas. La localización más frecuente de la mordedura es
el tercio distal de los miembros inferiores.
Manifestaciones clínicas
Luego de la mordedura, que deja la impronta Tratamiento
de los colmillos, comienza en forma casi instan­ Se aplicará el antiveneno específico en dosis
tánea un dolor de intensidad variable. A los po­ suficiente y por vía intravenosa. El tratamiento
cos minutos aparece un edema duro, que puede debe ser precoz para neutralizar con rapidez los
abarcar todo el miembro afectado. Al cabo de 12 efectos del veneno. En todos los casos deberá ha­
a 24 horas se observa equimosis y a veces apare­ cerse la profilaxis antitetánica.
cen ampollas de contenido seroso o hemátíco. La
equimosis suele extenderse a todo el miembro y Accidentes por mordedura de víbora de cascabel
evolucionar a la necrosis cutánea. En los casos La denominación víbora de cascabel (Crotaius
graves se compromete el músculo y los planos durissus terrificus) se atribuye a la presencia de
óseos. Si hay alteraciones de la coagulación, apa­ un apéndice caudal articulado que con el movi­
recen hemorragias gingivales, epistaxis y hema- miento produce una vibración que origina un so­
temesis. En ocasiones el paciente acusa dismi­ nido característico.
nución de la agudeza visual, náuseas, vómitos, El veneno posee tres acciones: neurotóxica,
taquicardia, hipotensión y shock. Este último miotóxica y coagulante.
puede llevar a la necrosis tubular renal y, en con­
secuencia, a la insuficiencia renal aguda. Manifestaciones clínicas
En los exámenes de laboratorio se comprueba A diferencia del accidente botrópico, en el si­
leucocitosis leve o moderada, trombocitopenia, tio de la mordedura los signos locales son dis­
tiempo de protrombina prolongado, que puede cretos: eritema leve, con edema ligero o no, equi­
llegar hasta la incoagulación sanguínea, albu­ mosis pequeña, dolor poco acentuado y sensa­
minuria y hematuria. ción de adormecimiento.
Existe una forma leve de emponzoñamiento, Luego de 15 a 30 minutos sobrevienen visión
caracterizada por dolor y edema discreto, con alte­ borrosa, diplopía, ptosis palpebral, disminución
raciones de la coagulación o sin ellas y manifes­ de la agudeza visual, alteraciones del equilibrio,
taciones hemorrágicas leves o ausentes. cefalea e hiporreflexia osteotendinosa.
En la forma moderada el edema supera el seg­ El cuadro neurológico se asocia con mialgias
mento anatómico agredido y se comprueban ma­ generalizadas (miotoxicidad) y mioglobinuria que
nifestaciones hemorrágicas. La forma grave se en casos graves puede llevar al daño renal. En
caracteriza por hemorragias viscerales y shock, ocasiones hay incoagulabilidad sanguínea o tiem­
mientras que el cuadro local típico incluye ede­ po de coagulación prolongado. La muerte, que
ma extenso y duro, dolor intenso y, a veces, sín­ puede sobrevenir entre las 24 a 48 horas o al cabo
drome compartimental. de varios días, se debe a insuficiencia renal. Sin
Capitulo 23 - Enferm edades por venenos de anim ales □ 207

tratamiento, el accidente crotálico se asocia con Tratamiento


una mortalidad de hasta el 70%; con el tratamien­ El antiveneno específico deberá aplicarse lo an­
to específico desciende al 10%. Cuando cura no tes posible y en dosis suficiente, además corres­
deja secuelas. ponde instaurar profilaxis antitctánica.

B ib lio g ra fía ______________ ______________


Martino OAL y Orduna T. Temas de Patología Infecciosa. Humberto R. Rugiero. Asociación Médica Argentina.
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Enfermedades de transmisión sexua
Alcira Bermejo
Viviana Leiro
Ornar J. Palmieri

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Las enfermedades de transmisión sexual (ETS) En la actualidad se mencionan por lo menos


se producen debido al contacto directo con los 25 microorganismos diferentes capaces de deter­
microorganismos que las causan. £1 aparato ge­ minar ETS, los cuales originan unos 50 síndromes
nital humano es el hábitat natural de la mayoría clínicos.
de ellos y la principal vía de transmisión son las De acuerdo con su etiología las ETS más im­
relaciones sexuales. La importancia epidcmio- portantes se pueden clasificar como lo muestra
lógica de estas afecciones incumbe no sólo a las el cuadro 24-1.
personas directamente involucradas, sino también Aquí se considerarán sífilis, chancro blando,
en muchos casos a su descendencia. linfogranuloma venéreo, granuloma inguinal, ure-
Tienen su pico máximo de expresión en las eta­ tritis, secreciones vaginales, condilomas acumi­
pas de mayor actividad sexual (17 a 34 años); las nados y herpes genital.
mujeres son más susceptibles y en ellas la proba­
bilidad de desarrollar complicaciones es mayor.
SIFILIS
Tanto éstas como sus secuelas pueden repercutir
en la vida reproductiva, la salud de los recién Definición
nacidos o en el más largo plazo generar enferme­ La sífilis o lúes es una enfermedad sistémica
dades neoplásicas. causada por Treponema paUidum, Su principal
La posibilidad de adquirir una ETS depende vía de contagio es la sexual; otras son la perinatal
de varios factores que incluyen aspectos tan va­ y a través de la sangre (transfusiones, compartir
riables como la conducta sexual, la infectividad jeringas).
propia del agente patógeno, la susceptibilidad Es de evolución crónica y se caracteriza por
particular del huésped y la existencia previa de períodos de actividad, con manifestaciones clí­
otra ETS. nicas evidentes, y largos períodos de latencia.
A partir de la identificación del virus de la inmu-
nodeficiencia humana (HIV) se pudo comprobar Etiología
el papel importante que desempeñan otras ETS Treponema pallidum es una bacteria anaerobia
en su transmisión. Una historia clínica de ETS o estricta, de características biológicas complejas,
la presencia de ciertas enfermedades genitales que aún no se ha podido cultivar in vitro. Una
ulcerativas aumentan en más de 6 veces la pro­ pared externa de mucopolisacáridos confiere a
babilidad de transmisión del HIV. esta espiroqueta la capacidad de persistir dentro
210 □ Prim era parte - Generalidades - Síndromes clínicos

l í del organismo durante largos períodos en los que Hay una alta prevalencia de sífilis entre los in­
evade la respuesta inmune. fectados por HIV, debido a que la vía de transmi­
Se divide por fisión binaria cada 30 a 33 horas, sión de ambos agentes patógenos es la misma.
es de forma espiralada y ejecuta un triple movi­
l i
miento característico que visto con el microsco­ Patogenia
pio de campo oscuro permite identificarla entre La sífilis se transmite por contacto directo con
oíros treponemas no patógenos. lesiones infecciosas (sífilis primaria o secunda­
«• ria). Treponema pallidum penetra a través de la
Epidemiología piel o las mucosas sin necesidad de que éstas se
li La distribución de la sífilis es mundial y sus encuentren traumatizadas. Comienza a replicarse
patrones epidemiológicos son los de la mayoría en el sitio de inoculación y a las pocas horas se
ۥ
de las ETS. Es más frecuente entre personas disemina por vía hemática y linfática. Esto des­
!• sexualmente activas con conductas de riesgo (dro- encadena una respuesta inmune que culmina con
gadicción, prostitución). El aumento de su inci­ la síntesis de anticuerpos específicos antitre-
(* dencia entre los heterosexuales, a partir de la se­ ponémicos y anticuerpos inespecíficos. Ambos
gunda mitad de la década del 80, se ha acompa­ son evidenciables por el resultado positivo de las
ñado del correspondiente incremento en las ta­ reaccion es ser o ló g ic a s, treponém icas y no
sas de sífilis congénita. treponémicas (ver más adelante).
El tiempo de incubación varía entre 10 y 90
c i días con una media de 3 semanas.
Cuadro 24-1. Clasifícddón de las BT$ según su causa. La enfermedad cursa con períodos de gran
contagiosidad de persona a persona (primario y
secundario) y etapas silentes sólo detectables
Sífilis
mediante pruebas serológicas. Durante los esta­
Chancro blando o chancroide
dios de actividad el riesgo de contagio a la pareja
H Gonorrea
varía del 30% al 60%.
Enfermedades por Chiamydia trachomatis
Enfermedades por Mycoplasma hominis
Anatomía patológica
Enfermedades por Ureaplasma urealyticum
m En la sífilis prim aria, en las lesiones se obser­
Vaginosis bacteriana
va vasodilatación, con proliferación de células
i» Granuloma inguinal
endoteliales e infiltrados perivasculares, con
linfocitos y abundantes células plasmáticas. La
.,t í Herpes simple (HSV) intensidad del infiltrado determina la dureza ca­
Condilomas acuminados (HPV) racterística del chancro primario. Las tinciones
'M
Molusco contagioso argénticas identifican las espiroquetas a nivel
Ü Hepatitis B dermoepidérmico.
HlV/sida La sífilis secundaria se caracteriza por una
i» Infección por Citomegalovirus capilaritis plasmocitaria, mínima en la etapa de
roséola y más llamativa en el resto de las lesio­
II nes. En las lesiones de más de tres meses de evo­
Tricomoniasis
lución se insinúan infiltrados granulomatosos de
41 Giardiasis
células epitelioides y gigantes.
Amebiasis
ft l En la actualidad la sífilis terciaria es muy in­
I
frecuente; puede manifestarse años después de
»• Candrdiasis la infección inicial.
El aparato cardiovascular es el más afectado,
O AíU
80% a 85% de los casos. En cambio, el compro­
Escabiosis
miso del SNC se produce en el 5% al 10% de los
lá l Pediculosis pubiana
casos. Otras manifestaciones posibles son las

Al
41
I»'
Ca/;i7M/o 2^ - Enferm edades de transmisión sexual □ 211

lesiones gomosas en el hígado, pulmón u otras Sífilis terciaria: es la forma tardía de la enfer­
localizaciones. medad, sólo observable en un tercio de los pa­
La sífilis cardiovascular -quQ afecta principal­ cientes no tratados. Se caracteriza por el escaso
mente la aorta- produce una cicatrización infla­ número de treponemas en las lesiones, pero hay
matoria de la túnica media (mesoaortitis) que gran destrucción de tejidos.
debilita la pared arterial. Ello es causa de dilata­
ción (aneurisma) y ensanchamiento de la luz Sífilis latente: el diagnóstico sólo es posible por
vascular, insuficiencia del anillo valvular y este­ la realización de pruebas reactivas, treponémicas
nosis de los ostium coronarios. y no treponémicas, en ausencia de síntomas.
La sífilis del SNC, o neurosífilis, también es
una manifestación tardía que puede presentarse Manifestaciones clínicas
como sífilis m eningovascular, tabes dorsal o p a ­ Sífilis primaria
rálisis general progresiva. La sífilis meningo- En el sitio de inoculación y después de un pe­
vascular se caracteriza por la presencia de una ríodo de incubación de unos 25 días, aparece el
endarteritis obliterante con reacción inflamatoria chancro primario o chancro duro, lesión indolo­
perivascular en la que predominan célu las ra, indurada y de aspecto limpio. Por lo general
plasmáticas. es único, pero también suele haber varios. En la
La {abes dorsal se caracteriza por la pérdida de actualidad es frecuente observar formas atípicas:
axones y de mielina de las raíces dorsales, con atro­ chancro fagedénico, balanitis erosiva y otras.
fia de los cordones posteriores de la médula Las localizaciones más comunes en el hombre
espinal. La pérdida de sensibilidad que esto gene­ son el surco balanoprepucial, el frenillo y el glan­
ra es la causa de la arlropatía degenerativa de la de. En la mujer se suele encontrar en los labios
articulación de la rodilla (artropatía de Charcot). mayores, los menores y el clítoris. En el 25% de
La parálisis general progresiva se produce por los casos asienta en el cuello uterino y pasa inad­
la atrofia cerebral generada por la invasión vertido.
parenquimatosa difusa del treponema, que causa El 10% de los chancros tiene ubicación extra-
necrosis celular. Hay pérdida de neuronas cor­ genital: ano, lengua, labios, etc. A la semana de
ticales y proliferación de la microglia. su aparición se pueden palpar las adenopatías sa­
Los gomas sifilíticos están constituidos por télites, definidas por su aflegmasia característica.
necrosis plástica o gomosa; son más frecuentes La evolución del chancro dura 2 a 3 semanas,
en hígado, huesos y testículos. La erosión de un al cabo de las cuales desaparece en forma espon­
goma cutáneo o submucoso suele producir una tánea y se inicia el período de latencia precoz.
úlcera anfractuosa. Puede haber un goma solita­ El diagnóstico diferencial del chancro sifilítico
rio o varios, y su tamaño oscila desde algunos abarca chancro blando, herpes simple, linfogra-
milímetros a grandes masas tumorales. La cica­ nuloma venéreo, chancro escabiótico, epitelioma
trización de los gomas en el hígado determina y otras lesiones ulcerosas.
una lesión conocida como hepar lobatum.
Sifílis SGCUtJdaria
Clasificación Se inicia al cabo de 4 a 8 semanas después del
La sífilis se clasifica en precoz y tardía. Es chancro, o sea 2 a 3 meses después del contagio.
precoz cuando el tiempo de evolución es menor Es el resultado de la diseminación sistémica de
de un año y tardía cuando supera ese umbral o los treponemas y su impacto en los distintos teji­
no se puede determinar su antigüedad. dos.
Es el período más contagioso y en el cual el
Sífilis primaria: se caracteriza por la presencia título de anticuerpos tiene su valor máximo.
del chancro en el sitio de inoculación. Como resultado de esta «sepsis treponémica»
el paciente puede presentar síntomas generales
Sífilis secundaria: su rasgo distintivo es la inva­ como fiebre, cefalea, dolores óseos y decaimien­
sión de Treponema pailidum a los distintos tejidos. to general. En etapas más avanzadas se suele ver
212 □ Prim era parte - Generalidades - Síndromes clínicos

alopecia de cuero cabelludo y cola de cejas; más El diagnóstico diferencial del goma sifilítico
raramente, hepatomegalia e incluso ictericia. En incluye gomas micóticos y tuberculoso, mientras
algunos pacientes puede presentarse síndrome que los tubérculos deben diferenciarse de la tu­
nefróiico por inmunocomplejos circulantes. berculosis y la lepra.
Es clásica la presencia generalizada de adeno-
patías indoloras. No obstante, el signo más típi­ SiUiis cardiovascular
co de este período es el compromiso cutáneo, que Por lo general comienza 15 a 20 años después
se presenta con intensidad variada en el 75% al de la infección primaria y su manifestación princi­
100% de los casos. Se trata de un exantema que pal es la aortitis, que puede presentarse como
pasa de un estadio maculoso (roséola sifilítica) a aortitis no complicada, insuficiencia aórtica o
otro papuloso, no pruriginoso, que si bien es de aneurisma aórtico. Las complicaciones que pue­
localización muy variable, nunca falta en palmas den llevar a la muerte son la insuficiencia circu­
y plantas. latoria, la obstrucción coronaria o la rotura del
A las lesiones de este período se las denomina aneurisma. La aorta ascendente es la afectada
sifílides. En los pliegues, las sifílides se maceran con mayor frecuencia. Produce debilidad del ani­
y se conocen como condilomas planos (anales, llo valvular aórtico, distorsión de las cúspides,
vulvares, etc.). Los condilomas planos y las sifí­ regurgitación aórtica y estenosis de las arterias
lides mucosas (orales, genitales), por ser lesio­ coronarias.
nes húmedas, son muy contagiosas.
En ausencia de tratamiento las lesiones de la Neurosífilis
sífilis secundaria evolucionan por brotes recu­ Puede ser asintomática o sintomática. En la pri­
rrentes hasta desaparecer sin dejar cicatriz. El mera no hay signos o síntomas neurológicos que
polimorfismo de estas manifestaciones justifíca sean expresión de lesiones del sistema nervioso.
que a la sífilis se la denomine «la gran simula­ Éstas sólo pueden diagnosticarse detectando anor­
dora». malidades del LCR, con VDRL o FTA-Abs posi­
Luego de esta etapa de secundarismo el sujeto tivas.
entra en otro período de latencia. La reactivación La neurosífilis sintomática depende del grado de
ulterior sólo se produce en un tercio de los casos compromiso parenquimatoso, vascular o meníngeo.
y constituye el último estadio, o sea la sífilis ter­ El goma sifilítico puede comprometer el siste­
ciaria. ma nervioso, lo que origina síntomas -fenóm e­
El diagnóstico diferencial de la sífilis secun­ nos compresivos, signos focales motores y au­
daria debe hacerse con los exantemas virales, la mento de la presión intracraneana- relacionados
farmacodermia, la pitiriasis versicolor, la piti- con el tamaño y localización de las lesiones.
riasis rosada y otros exantemas. En la actualidad la sífilis cerebrovascular es
un cuadro raro. El accidente cerebrovascular, que
SifíUs terciaria se presenta en pacientes de 35 a 55 años, es pre­
Es la forma tardía, que asume distintas carac­ cedido por cefalea, vértigo y hemiparesia.
terísticas de acuerdo con el momento cronológico La parálisis general progresiva es una menin-
en que se presente. goencefalitis crónica que aparece entre los 20 y
La localización cutánea, llamada forma benig­ los 40 años después de la sífilis primaria. Tiene
na, está constituida por la presencia de tubércu­ un comienzo discreto, con deterioro psíquico y
los (le sio n e s dérm icas) o gom as (le sio n e s físico asociado con trastornos motores, al que en
hipodérmicas). Los tubérculos se ubican por lo forma progresiva se agregan déficit de la concen­
general en la región centrofacial, el tronco y los tración y la memoria, como también alteraciones
genitales. Suelen ser escasos, poco contagiosos, psiquiátricas. Éstas consisten en cuadros de
destructivos y dejan secuela cicatrizal. Los g o ­ megalomanía que concluyen con deterioro inte­
m as son más frecuentes en los miembros y en el lectual y motor progresivo, que lleva a la muerte
cuero cabelludo; cuando asientan sobre un plano antes de los 5 años del comienzo de los sínto­
óseo, pueden destruirlo. mas.
T
Capítulo 24 - Enferm edades de transmisión sexual □ 213

La neurosífilis tabética suele iniciarse entre los S ífilis congénita tardía. Sus características
15 y 20 años de la sífilis primaria. Se caracteriza destructivas -que recuerdan la sífilis terciaria del
por la degeneración de los cordones posteriores adulto- son secuelas de la forma precoz no trata­
(je la médula, que origina un cuadro de ataxia da. Entre ios hallazgos típicos están la tríada de
progresiva, con dolores lancinantes de los miem­ Hutchinson (sordera, queratitis intersticial y al­
bros inferiores y crisis viscerales. Hay pérdida teraciones dentarias), las cicatrices radiadas
de los reflejos tendinosos y de la sensibilidad peribucales, las tibias en hoja de sable y las alte­
profunda, trastornos vegetativos (disfunción vesi­ raciones óseas craneanas.
cal e intestinal) y, con frecuencia, se asocian el
signo de Argyll-Robertson, la atrofia óptica, el Diagnóstico
mal perforante plantar y la artropatía degenerativa El diagnóstico clínico se basa en la epidemio­
de la rodilla (artropatía de Charcot). logía y en el aspecto de las lesiones, de acuerdo
con lo descripto precedentemente.
SifíÜs y HIV El diagnóstico de laboratorio requiere los pro­
En los infectados por HIV -entre quienes la cedimientos que se describen a continuación.
incidencia de sífilis es elevada- el curso de la
enfermedad dependerá del estado inmunitario. Examen directo. Se realiza con microscopía de
Cuando hay compromiso grave del sistema in­ fondo oscuro y es un método útil para el diag­
mune, las manifestaciones son más floridas y las nóstico de la sífilis primaria o secundaria, siem ­
pruebas serológicas, difíciles de interpretar. pre y cuando haya lesiones cutáneas o mucosas
Por su gravedad, y porque es muy común en con treponemas en abundancia, com o el chan­
esta población, es importante detectar la neuro­ cro, las placas mucosas y los condilomas. El re­
sífilis temprana. Ésta puede ser asintomática sultado negativo no excluye el diagnóstico de sí­
-sólo detectable por punción lumbar- o adoptar filis. El material obtenido de las lesiones de la
la forma inflamatoria (meningitis, neuritis ópti­ mucosa bucal o genital presenta el inconvenien­
ca bulbar, uveítis, coriorretinitis). te de que hay que diferenciar Treponema pallidum
de otros treponemas, no patógenos, comunes en
Sífilis congénita esas cavidades. No obstante, un resultado positi­
La transmisión vertical de la sífilis puede tener vo obtenido por un bacteriólogo entrenado es
lugar en cualquier momento del embarazo; cuanto suficiente para establecer el diagnóstico e iniciar
más precoz sea la infección materna (mayor el tratamiento.
antigenemia), más elevado será el riesgo.
En las embarazadas con sífilis primaria o se­ Serología. La serología para sífilis suele ha­
cundaria el riesgo de transmisión al feto supera cerse positiva una a tres semanas después de la
el 60%, mientras que con sífilis no sintomática aparición del chancro. Este estudio se emplea para
desciende al 30%. Puede haber muerte fetal el diagnóstico de sífilis primaria, secundaria, la­
intraútero o bien un recién nacido vivo con sífi­ tente y terciaria. Además es útil para el segui­
lis congénita. miento de la enfermedad y el control de la efica­
cia del tratamiento.
S ífilis congénita precoz. Es equivalente al El procedimiento incluye pruebas reagínicas,
secundarismo del adulto y muy grave; suele pre­ que son inespecíficas o no treponémicas, y p ru e­
sentarse en el momento del nacimiento o en los bas treponémicas, que son específicas. En las
primeros meses de vida y los hallazgos caracte­ primeras se emplea un antígeno de cardiolipina-
rísticos son hepatoesplenomegalia, ictericia, neu­ lecitina-colesterol, que por su similitud antigénica
monía intersticial, rinitis, amigdalitis y un cua­ con los tejidos humanos normales suele dar re­
dro cutáneo específico, el penfigoide sifilítico, sultados positivos falsos. La más usada es la
que se observa en más del 30% de los casos y se VDRL iyenereal disease research laboratory). La
caracteriza por la formación de ampollas palmo- mayoría de los positivos falsos se dan con títulos
plantares. menores de 1:8 y en general se asocian con otras
w

‘Í 9
214 O Primera parte - Generalidades - Síndromes clínicos
<(«

a enfermedades (neoplasias, colagenopatías, endo­ antiinflamatorios no esteroides. Hay que adver­


carditis, síndrome antifosfolípídico y otras). tir al paciente que al inicio del tratamiento esta
itt Las pruebas treponémicas, como ya se señaló, reacción puede ocurrir.
son específicas y emplean antígenos treponémi-
K» cos. Las más utilizadas son la FTA-Abs (flúores-
CHANCRO BLANDO
cent ireponemal antibody absortion) y la MHA-
<*
TP {microhemagglutination te stfo rT . pallidum). El chancro blando o chancroide es una enfer­
lO Los resultados positivos falsos son muy raros. medad infectocontagiosa, localizada y autoino-
Es importante tener presente que la positividad culable, producida por H aem ophihis ducreyi, un
de la FTA-Abs se mantiene indefinidamente a estreptobacilo gramnegativo que se agrupa for­
pesar del tratamiento, por lo cual no es útil para mando cadenas y es difícil de cultivar.
& evaluar la respuesta terapéutica.
Epidemiología
O Tratamiento Es poco frecuente en nuestro medio y se trans­
El fármaco de elección es la penicilina. En la mite en forma exclusiva por vía sexual. La mujer

sífilis precoz (primaria, secundaria y latente tem­ es transmisora asintomática, por lo tanto la evi­
lO prana) se indican 2.400.000 UI de penicilina G dencia clínica es más frecuente en los hombres.
benzatina por vía intramuscular una vez por se­ Su período de incubación es de 2 a 7 días.
A mana, durante 4 semanas.
En la sífilis latente tardía o cuando la antigüe­ Anatomía patológica
O dad del cuadro no se pueda determinar, se admi­ En la base de la úlcera hay modificaciones
nistran 2.400.000 U1 de penicilina G benzatina vasculares, restos necróticos y vasos de neofor-
por vía intramuscular, una vez por semana du­ mación, como también infiltrados densos de neu-
rante 6 semanas. trófilos y fibrina. Es difícil detectar los bacilos, a
Si el paciente fuera alérgico a la penicilina, los los que hay que buscar en la capa más superficial
agentes de segunda elección son la tetraciclina del piso de la úlcera y cerca de sus bordes.
por vía bucal un comprimido de 500 mg cada 6
horas o la doxiciclina, también por vía bucal un Manifestaciones clínicas
comprimido de 200 mg cada 12 horas, durante Múltiples ulceraciones muy dolorosas, no in­
15 días. filtradas, en el sitio de inoculación. Pocas vecesr
En presencia de compromiso neurológico se la lesión es solitaria.
utiliza penicilina G sódica 300.000 Ul/kg/día por En el hombre las localizaciones más comunes
vía intravenosa, una vez por día durante 10 días son el surco balanoprepucial y el frenillo; en la
o ceftriaxona 1 g por vía intramuscular o intrave­ mujer, los genitales externos. La consulta es pre­
nosa durante 14 días. En caso de alergia a la peni­ coz y el motivo es el dolor intenso. En el 30% de
cilina, durante 21 días se administrará tetraciclina los casos se presentan adenopatías en forma de
un comprimido de 500 mg cada 6 horas o doxi- plastrón inflamatorio inguinal (bubón), por lo
ciclina un comprimido de 200 mg cada 12 horas. general unilateral, con tendencia a la fístulización
Al comenzar el tratamiento antimicrobiano espontánea por una sola boca.
de la sífilis puede ocurrir una reacción de Jarisch-
Herxheimer que consiste en hipertermias, esca­ Diagnóstico
lofríos, mialgias, cefalea, taquicardia, taquip- Por lo general el diagnóstico es clínico, tras
nea, leucocitosis con neutrofilia e hipotensión ar­ descartar las otras ETS ulcerativas.
terial. El diagnóstico bacteriológico consiste en el
En los pacientes con sífilis secundaria se acen­ hallazgo de H. ducreyi en los frotis coloreados
túa el eritema y el edema de las lesiones muco- con Gram de los exudados de la úlcera o del ma­
cutáneas. Las adenopatías se toman discretamente terial obtenido por punción aspirativa de los
dolorosas. Esta reacción es leve y transitoria y bubones. La interpretación de los frotis puede ser
no requiere tratamiento con corticosteroides o dificultosa; por lo tanto, debe intentarse el culti-
Capítulo 24 - Enferm edades de transmisión sexual O 215

‘ vo de esos materiales que, de dar resultado posi- ciales y no a la profundidad. En forma ocasional,
j livo, establece el diagnóstico de certeza. por encima del ligamento inguinal se palpa una
tumefacción ganglionar no supurativa.
Tratamiento El plastrón ganglionar evoluciona hacia un re­
Los fármacos más útiles son azitromicina Ig blandecimiento, con fistulización por varias bo­
^ por vía bucal o ceftriaxona 500 mg por vía intra- cas y salida de un material purulento amarronado
, muscular en dosis única. del que se puede aislar al agente etiológico.
f; A la fistulización de los ganglios sigue un cur­
so crónico; éste puede prolongarse por más de
l in f o g r a n u l o m a v e n é r e o
un año debido a la cicatrización y reapertura re­
E[ linfogranuloma venéreo (LGV) o enferme­ currente de bocas. En las mujeres, en quienes la
dad de Nicolas-Fabre o poradenitis es una enti­ adenitis suele ser retroperitoneal, los síntomas
dad poco frecuente causada por los serotipos L l, pueden imitar los de una afección anexial o
L2 y L3 de Chlamydia trachom atis, una bacteria apendicular. En algunos casos el enfermo presenta
pequeña, gramnegativa, que se comporta como mal estado general.
parásito intracelular obligado y causa enferme­ El período terciario está constituido por las
dades de evolución crónica. El LGV sólo se trans­ manifestaciones tardías del LGV. Éstas sólo se
mite por vía sexual, deja inmunidad y se lo suele observan en algunos pacientes no tratados y has­
relacionar con conductas sexuales promiscuas. Es ta 20 años después de haber adquirido la enfer­
más frecuente en países de clima tropical. medad. Son la consecuencia de la extensión del
proceso hacia los tejidos periganglionares e in­
Anatomía patológica vasión de los órganos vecinos, lo que produce
Lo más típico es el hallazgo de microabscesos úlceras vaginales crónicas, proctitis, estenosis
estrellados en los ganglios afectados. Son cavi­ rectal, abscesos y fístulas rectovaginales, y ele­
dades, por lo general triangulares, con paredes fantiasis de los órganos genitales.
tapizadas con células epitelioides. Durante la
evolución de la enfermedad estos microabscesos Diagnóstico
se hacen necróticos, y se cubren con neutrófilos Se basa en la clínica y en la detección de Chlamy-
y macrófagos. dia trachomatis (L l, L2, L3), por métodos direc­
i tos -^n el material de aspiración de los nódulos
Manifestaciones clínicas linfáticos- o indirectos, mediante serología.
El LGV tiene un período de incubación de 1 a M étodos directos: cultivo en células McCoy o
4 semanas luego del cual aparece la lesión ini­ Hela-229, o detección del antígeno por anticuer­
cial, que muchas veces pasa desapercibida debi­ pos monoclonales.
do a su corta duración y pequeño tamaño (micro- M étodos indirectos: tienen un valor limitado
chancro poradénico). Se trata de una pápula que para el diagnóstico, pero la detección de anticuer­
se erosiona con rapidez y adquiere un aspecto pos contra Chlamydia trachom atis y su determi­
herpetiforme; como desaparece en 2 o 3 días es nación periódica son útiles para evaluar el resul­
raro que el paciente concurra a la consulta. Esta tado del tratamiento.
lesión primaria, que puede ser genital o extra-
genital, constituye el período prim ario de la en­ Tratamiento
fermedad. Doxiciclina 100 mg por vía bucal, dos veces
El período secundario comienza después de las por día, durante 21 días o azitromicina 500 mg
dos semanas, con la diseminación linfática de la por vía bucal, una vez por día, durante 15 días.
clamidia que produce la aparición de las adenitis
regionales. La más típica de éstas es la inguinal,
GRANULOMA INGUINAL
que en la mayoría de los casos es unilateral. Los
ganglios se caracterizan por ser varios y estar El granuloma inguinal o donovanosis es una
unidos entre sí; se adhieren a los planos superfi­ enfermedad infectocontagiosa, ulceroprolifera-
216 □ Prim era parte - Generalidades - Síndromes clínicos

tiva, invasora, producida por C alym m atobac- rados histológicos. Con tinción de Giemsa sej
terium granulom atis. Es un bacilo gramnegativo observan estructuras ovoides, de tonalidad inten­
cuyo hábitat natural es el intestino, donde no cau­ sa, rodeadas por una cápsula más clara.
sa enfermedad. En las lesiones se sitúa dentro de
los macrófagos, en grupos de 20 o más y con la Tratamiento
apariencia de ser una formación quística (cuer> D o x ic iclin a 100 mg dos v e ce s por día o
pos de Donovan). roxitromicina 300 mg por día, durante 3 sema­
nas.
Epidemiología
Es una enfermedad relacionada con niveles
URETRITIS
socioeconómicos bajos y poca higiene. Se discute
si su transmisión es realmente sexual, ya que es Es un síndrome caracterizado por la aparición
poco común el contagio a la pareja. También se ha de exudado uretral que puede acompañarse de
descripto su aparición en edades extremas de la disuria y prurito del meato uretral.
vida en ausencia de antecedentes de relaciones
sexuales. Por otro lado, es más frecuente en eda­ Etiología
des de máxima actividad sexual, en personas con Bacteriana, micótica, parasitaria, viral y trau­
antecedentes de coito anal y de hábitos promiscuos. mática.

Anatomía patológica Uretrítis bacterianas


Las úlceras muestran en sus bordes una epi­ Uretritis gonocócica (UG). Es producida por
dermis con acantosis marcada. En la dermis se el d ip lo co co gram negativo N e isse ria gono-
observan infiltrados densos con predominio de rrhoeae y tiene un período de incubación de 2 a
histiocitos, además de microabscesos con neutró- 5 días. Se inicia en forma aguda con ardor, dolor
filos. El hallazgo típico lo constituye la presen­ y exudado uretral abundante y purulento. Puede
cia de los cuerpos de inclusión citoplasmática originar infección ascendente, orquiepididimitis,;
(cuerpos de Donovan) ubicados dentro de los estrechez uretral y esterilidad.
histiocitos. La infección gonocócica diseminada puede,
causar meningitis, endocarditis y artritis.
Manifestaciones clínicas D iagnóstico. La tinción con Gram pone en evi-;
Después de un período de incubación, que en dencia los diplococos gramnegativos intracelu-:
general es de 15 días pero varía entre 3 y 120, en lares, que son indicadores de infección por:
el sitio de inoculación (piel o mucosas) hacen su N eisseria. El cultivo en medio de Thayer-Martin
aparición una o varias pápulas que se ulceran; confirma la presencia de N eisseria gonorrhoeae. \
son indoloras, sangran con facilidad y evolucio­ A los fines terapéuticos corresponde determinar,
nan a la cronicidad. Según el patrón predominan­ además, si es productor de betalactamasas.
te, sus formas pueden ser papulonodular, ulcero- Tratamiento. Ciprofloxacina 500 mg por vía
vegetante, hipertrófica elefantiásica y cicatrizal. bucal o ceftriaxona 500 mg por vía intramuscular,
Se localiza con más frecuencia en las áreas en una sola dosis.
genital, inguinal y perianal.
Estas úlceras se van extendiendo, llegan a ocu­ U retritis no gonocócicas (U NG ). Son todas
par regiones extensas, y muestran fenómenos de aquellas uretritis bacterianas en las que no se aísla
cicatrización y actividad en forma simultánea. Neisseria gonorrhoeae. Hay varios agentes etioló-
Son secretantes y las adenopatías están ausentes. gicos: Chlamydia irachomatis, Gardnerella vagi-
nalis, M ycoplasm a hom inis y Escherichia coli.
Diagnóstico La uretritis por C. trachomatisy que es la más
Calymm atobacterium granulom atis no se ha frecuente, tiene un período de incubación de 10
podido cultivar. El diagnóstico consiste en la de­ a 14 días. Se caracteriza por la presencia de una
tección de los cuerpos de Donovan en los prepa­ secreción matinal cristalina escasa, acompañada
Capítulo 24 - Enferm edades de transmisión sexual D 217

k>
i^por ardor uretral. Puede originar epididimitis,
SECRECIONES VAGINALES
fprostatitis y síndrome de Reiter.
^ Se requiere la identificación de La anatomía y los cambios fisiológicos del apa­
é c . trachom atis en el material obtenido por rato genital femenino explican las dificultades
.'hisopado uretral, con la metodología descripta diagnósticas de las ETS en las mujeres, así como
^í'para el diagnóstico de linfogranuloma venéreo. la mayor vulnerabilidad de éstas a las complica­
^ Tratamiento. Doxiciclina, 100 mg cada 12 ho- ciones, a veces con secuelas graves y permanen­
ras, por vía bucal, durante 15 días o azitromicina tes tanto para ellas como para su descendencia.
■ Ig bucal, en dosis única. Es frecuente que la mujer se comporte como
La uretritis por M ycoplasma hom inis tiene sín- portadora asintomática; de esta manera, el perío­
• tomas similares a los de la anterior. El diagnósti- do entre la adquisición de la enfermedad y su tra­
co se realiza mediante el cultivo específico y el tamiento se prolonga, con lo cual aumenta su
I tratamiento es el mismo que para C. trachomatis. papel epidemiológico en la transmisibilidad así
La uretritis por Gardnerella vaginalis se diag- como la probabilidad de complicaciones.
nóstica por el examen bacteriológico y la epide- La infección gonocócica se caracteriza por
I miología (ver más adelante Vaginosis bacteriana). leucorrea purulenta. N e isse ria g o n o rrh o ea e
I Tratamiento. Metronidazol 500 mg dos veces asienta en forma primaria en el epitelio cilindri­
por día durante 7 días. co del endocérvix. La infección puede propagarse
La uretritis por E. coli se diagostica y se trata y producir salpingitis y enfermedad pelviana
de acuerdo con lo expresado en el capítulo Infec­ inflamatoria, además de ser causa de embarazo
ciones urinarias. ectópico y esterilidad.
En el recién nacido de madre con gonococia se
Uretritis micótica produce con frecuencia conjuntivitis. De no me­
Es raro que Candida albicans origine uretritis, diar tratamiento precoz, la consecuencia es la ce­
pero sí es frecuente la balanitis por este hongo. guera.
I Los estados de inmunodepresión, la diabetes y Las infecciones por Chlamydia trachom atis y
los tratamientos previos, con antibióticos, corti- M ycoplasm a hom inis producen leucorrea esca­ i
i costeroides o inmunosupresores, predisponen a sa, que puede acompañarse con polaquiuria y di­
I padecer esta micosis. suria. i
En el recién nacido, la infección por C. tracho- i
i Uretritis parasitaria m atis puede provocar conjuntivitis y neumonía.
I Es la producida por Trichomonas vaginalis; se c
caracteriza por provocar escasa secreción mu- Vaginosis bacteriana
copurulenta. Producida por el complejo GAMM {Gardne­
D iagnóstico. Investigación microscópica en rella vaginalis, anaerobios, M ycoplasma hominis
fresco de T. vaginalis en el exudado uretral o su y M obilincus)y se caracteriza por un exudado c
cultivo en medios selectivos.
Tratamiento. Metronidazol, 500 mg dos veces
vaginal abundante, homogéneo y maloliente. c
•por día, por vía bucal, durante 10 días. Diagnóstico
En el examen microscópico se observan las
i Uretritis virales llamadas «células clave», células epiteliales cubier­
¿ Tanto HSV como HPV pueden dar síntomas de tas de cocobacilos que desdibujan los márgenes.
R uretritis cuando se localizan dentro del meato. Hay escasos polimoifonucleares y ausencia de Lac- c
tobacillus. El pH es superior a 4,5 y al añadir KOH
<
■■Uretritis traumática al 10% se desprende un típico olor a pescado.
V- Se produce por un mecanismo irritativo, por lo (
general por compresión manual que el paciente Tratamiento
realiza para verificar la ausencia de secreción. Metronidazol, 500 mg 2 veces por día, por vía <
bucal, durante 7 días. En caso de no poder utili­
(

<

i
218 □ Prim era parte - Generalidades - Síndromes clínicos

14 zarse la vía bucal, pueden prescribirse tabletas poral determinada. Alrededor de 40 tipos de HPV
vaginales de 100 mg de clindamicina, durante 3 pueden infectar el tracto genital, muchas veces
(« noches. en forma sintomática. Quince de ellos se han cla­
sificado como de alto riesgo o carcinogénicos (16
(« Candidiasis vaginal 18, 3 1 .3 5 , 3 9 ,4 5 , 52, 56. 58. 5 9 . 68, 73 y 82). A
C. albicans produce un exudado blanco, adhe- nivel de genitales externos los tipos de HPV más
rente, acompañado por prurito intenso. Se deben prevalentes son 6 y 11 .
íM
investigar antecedentes de tratamiento con anti­
bióticos o anticonceptivos, inmunosupresión por Manifestaciones clínicas
ít fármacos, HIV y diabetes. Es particularmente fre­ El período de incubación es variable y oscila
cuente en el embarazo. entre 6 semanas y 24 meses.
Ü Son formaciones papilomatosas, sésiles o pedi-
Diagnóstico culadas, únicas o múltiples, de coloración rosa^
íé
Se realiza por el examen microscópico directo do-pálida. Pueden hacerse vegetantes, con lo cual
y cultivo dcl flujo vaginal. adquieren aspecto de coliflor o cresta de gallo.
&
Son asintomáticas, pero pueden inflamarse y pro­
Tratamiento vocar fimosis.
Ruconazol, 150 mg por vía bucal en una sola do­
li sis. Puede complementarse con tratamiento local. Diagnóstico
Se realiza por la clínica, mediante colposcopia
0 Tricomontasis vaginal o penescopia, examen citológico con coloración
Trichomonas vaginalis produce un flujo ama­ de Papanicolaou, estudio histopatológico e hibri­
41
rillento, de aspecto espumoso y maloliente, que dación del HPV.
m se acompaña con prurito. El estudio histopatológico muestra paraquera-
Es frecuente encontrar tricomoniasis vaginal tosis, papilomatosis, acantosis y vacuolización de
t t asociada con otras ETS. Cuando coexiste con el las células epiteliales. La presencia de coilocitos
gonococo, T. vaginalis lo fagocita. Esto debe te­ es característica del HPV. Corresponde informar
nerse en cuenta al indicar el tratamiento. Se de­ al patólogo si la biopsia se obtuvo después de
ben tratar en forma simultánea la tricomoniasis y efectuar aplicaciones con tintura de podofilino,

la gonococia. ya que ésta puede provocar alteraciones celula­
9 res que se confunden con las presentes en lesio­
Diagnóstico nes malignas.
Se basa en el examen microscópico directo en
fresco de una muestra de flujo vaginal, obtenida Diagnóstico diferencial
del fondo de saco vaginal posterior. También pue­ Deberá establecerse en particular con los con­
den utilizarse varios medios de cultivo. dilomas planos sifilíticos.

Tratamiento Tratamiento
Metronidazol, 500 mg por vía bucal, dos veces La elección del más adecuado requiere tener
por día, durante 10 días. Puede complementarse en cuenta el sitio anatómico, así como el tamaño
con tratamiento local. y número de las lesiones.
Las posibilidades disponibles en el presente son
las topicaciones con tintura de podofílino, ácido
CONDILOMAS ACUMINADOS
tricloroacético, pomada con 5-fluorouracilo o de
Los condilomas acuminados o verrugas geni­ uso más reciente, la aplicación tópica semanal,
tales tienen com o agente etiológico un virus por parte del propio paciente de imiquimod
ADN, el papilom avirus humano (HPV), del cual (inmunomodulador). Como tratamiento destruc­
por hibridación se han identificado más de 60 ti­ tivo físico pueden utilizarse la aplicación de lá­
pos. Cada tipo tiene afinidad por una zona cor­ ser, criocirugía o electrocirugía.
Capítulo 2 4 ' Enferm edades de transmisión sexual □ 219

Las lesiones deben controlarse en forma perió- localizar en el pene o en el escroto, y se acompa­
dica y hacer el seguimiento simultáneo de la pa­ ñan con dolor, ardor miccional, secreción uretral
reja, para evitar reinfecciones. y prurito.
En las mujeres infectadas por HIV el potencial El cuadro puede acompañarse con fiebre,
carcinogénico del HPV está aumentado, por lo mialgias y adenopatías regionales. La intensidad
cual el control ginecológico en esta población de los síntomas se hace máxima entre los 8 y 10
debe ser muy estricto. días, con un curso clínico de unos 15 días.
El herpes genital recurrenfe es más leve y de
menor duración que la primoinfección.
h e r p e s g e n it a l
La vulvovaginitis por HSV se caracteriza por
Es una afección producida por el virus del her­ dolor, ardor vaginal y vesículas agrupadas, que
pes simple (HSV). se rompen y dejan superficies erosionadas. Se
Su frecuencia ha aumentado en los últimos años acompañan con eritema y edema genital. Otra
y. por su tendencia a las recidivas frecuentes, afec­ lo ca liza ció n genital posible del HSV es la
ta la conducta sexual y social de quienes lo pade­ cervicitis.
cen. Es de gran importancia la detección de HSV
en las embarazadas, dado que hay alto riesgo de
Etiología co n ta g io al n eo n a to , m ayor en c a so s de
Hay 2 tipos antigénicos de HSV capaces de primoinfección materna que en los episodios re­
causar herpes genital: los tipos 1 y 2; el primero currentes, ya que en el primer caso la concentra­
se relacionaría más con el sexo oral. ción de virus excretado es mucho más importan­
Tienen como único huésped natural el ser hu­ te. En mujeres con embarazo a término y herpes
mano y afin idad e sp e c ia l por lo s tejid os gen ital en actividad corresponde practicar
ectodérmicos. cesárea.
El herpes sim ple genital en enfermos de SIDA
Epidemiología se caracteriza por la presencia de úlceras cróni­
La transmisión se produce por contacto direc­ cas, dolorosas, de evolución tórpida y recidi­
to con secreciones infectadas. La inoculación es vantes.
más frecuente en los tejidos mucocutáneos, la
mucosa bucal, y los genitales internos y exter­ Diagnóstico
nos. Es más frecuente entre los 18 y los 30 años. Citodiagnóstico de Tzanck: permite observar
c é lu la s g ig a n tes m u ltin u clea d a s, c élu la s
Manifestaciones clínicas balonizantes y cuerpos de inclusión intranu-
La prim oinfección se produce después de un cleares.
período de incubación de 3 a 14 días desde el Aislam iento y cultivo viral a partir del líquido
contacto. Una vez inoculado el virus, hay una de las vesículas.
mínima replicación local; las partículas virales Inm unofluorescencia directa.
viajan a lo largo de las vías nerviosas sensitivas Test de neutralización viral con anticuerpos
y se establecen, en estado de latencia, en los monoclonales.
ganglios sensitivos radiculares. A sí permanecen Histopatología: vesícula intraepidérmica pro­
hasta que por diversos estímulos se activan y re­ ducida por degeneración reticular y balonizante,
tornan, por vía nerviosa, a los tegumentos. La y cuerpos de inclusión intranucleares.
inmunidad humoral y celular interviene en la
patogenia y condiciona el curso de la infección. Tratamiento
Ésta comienza con la aparición de vesículas pe­ Se utiliza aciclovir. La dosis habitual es de 2 g
queñas, de contenido seroso, que se agrupan en diarios repartidos en 5 tomas por vía bucal du­
ramillete. Ulteriormente las vesículas se rompen rante 7 días. En los pacientes con HIV, en quie­
y progresan hacia lesiones erosivas en el curso nes el HSV adquiere una virulencia inusitada, la
de 2 a 4 días. En el hombre las lesiones se suelen dosis de aciclovir es de 4 g diarios.

l
220 □ Prim era parte - Generalidades - Síndromes clínicos

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Buenos Aires. 1999.
1

W4;Tp<yArx•svriC’
t

Enfermedad pelviana inflamatoria


Elena I. Maiolo
Ornar J. Palmieri

.vrjíin

rus del herpes simple, pueden ser agentes etio-


k d e f in ic ió n
lógicos de la EPL
j La enfermedad pelviana inflamatoria (EPI) es
f la infección aguda de los órganos pelvianos fe>
EPIDEMIOLOGÍA
j meninos, no relacionada con la cirugía ni con el
■ embarazo. En la mayoría de los casos es provo­ Es más común en mujeres jóvenes sexualmente
cada por microorganismos exógenos asociados activas. La mayor incidencia se asocia con el
con enfermedades de transmisión sexual o por diagnóstico de enfermedades de transmisión
’ bacterias que colonizan normalmente la vulva, sexual, con nuevas o múltiples parejas y con bajo
^ la vagina y colon. nivel socioeconóm ico. La utilización de disposi­
También se la puede denominar, de acuerdo con tivos intrauterinos aumenta la incidencia, en es­
la localización anatómica de la infección, como pecial en los primeros cuatro meses luego de la
I endometritis, endomiometritis, salpingitis o pelvi- colocación del DIÜ. Otros factores predispo­
- peritonitis, aunque no siempre es posible esta- nentes son la utilización de duchas vaginales, el
blecer en forma conecta la extensión del proce* hábito de fumar, la menstruación y la drogadic-
so infeccioso. ción.
La vaginosis bacteriana, entidad provocada
por la asociación de G ardnerella vaginalis y
ETIOLOGÍA
anaerobios, predispone a la EPI de etiología poli-
La mayoría de los casos de EPI son provoca- microbiana.
f dos por N eisseria gonorrhoeae y C hlam ydia
trachom atis, aunque es frecuente la etiología
PATOGENIA
polimicrobiana. En estos casos se observa la pre­
sencia de flora mixta anaerobia -B acteroides, Una gran mayoría de casos se deben al ascen­
PeptococcuSf P e p to strep to c o c cu s- y aerobia so de microorganismos a partir de infecciones del
-Gardnerella vaginalis, enterobacterias y Strep- tracto genital. Éstos provienen de fuentes exó-
tococcus-. Es frecuente el aislamiento de Actino- genas cuando se asocian con enfermedades de
mycetales en relación con la presencia de dispo­ transmisión sexual o forman parte de la flora
il 3
sitivos intrauterinos. endógena normal de la vulva, la vagina y el co­
En la actualidad aún se desconoce si ciertas bac­ lon. Si bien es poco frecuente, en ocasiones la ( a
terias, como M ycoplasma hominis y Ureaplasma infección puede originarse en estructuras conti­
urealyticum, o virus, como citomegalovirus y vi­ guas, como el apéndice.

t _

\
i
f*
f» 222 D Prim era parte - Generalidades - Síndromes clínicos
f l
incluirse dentro de los diagnósticos diferencia­
0 MANIFESTACIONES CLÍNICAS
les.
Las manifestaciones clínicas pueden ser varia­
bles, pero los hallazgos más frecuentes son fie­
COMPLICACIONES
bre, dolor hipogásirico, cervicitis mucopurulenta
y dolor al movilizar el cuello y anexos. Es fre­ Las com plicaciones más frecuentes son los
cuente la leucocitosis y la eritrosedimentación abscesos y la pelviperitonitis. Las consecuencias
acelerada. de mayor gravedad son el embarazo ectópico y
m la infertilidad. Esta última aumenta en propor­
Ü ción alarmante ante cada episodio de EPI y se
DIAGNOSTICO
debe a esclerosis o a obstrucción tubaria. La ma­
a El diagnóstico se basa en las manifestaciones yor lasa de infertilidad se asocia con la infección
clínicas y en los hallazgos de laboratorio. Un dato por C. (rachomaiis. Algunas pacientes, después
ti» orientador es la presencia de un exudado cervi­ del ep iso d io presentan dispareunia y dolor
cal con más de cinco leucocitos por campo mi­ pelviano crónico por adherencias pelvianas.
I» croscópico. En la mayoría de los casos los
hemocultivos son negativos. El diagnóstico mi-
o PRONÓSTICO
crobiológico se basa en el aislamiento y cultivo
o de muestras clínicas. Existe gran diferencia en­ La respuesta al tratamiento instituido tempra­
tre los cultivos endocervicales, de fondo de saco namente es buena, con mejoría del estado gene­
d de Douglas y los obtenidos por laparoscopia. Este ral y disminución del cuadro febril.
último método tiene menor riesgo de contamina­
m ción, no se asocia con mayor morbilidad y puede
TRATAMIENTO
utilizarse en la práctica clínica. La muestra se
o
toma a través de un catéter fmo o por biopsia. Si El tratamiento se basa en reposo en cama y
# se sospecha obstrucción tubaria, se realiza pun­ antibioticoterapia. Es indicación de internación
ción aspiración de ella. La biopsia de endometrio la sospecha de apendicitis aguda o embarazo
es otro método que también puede utilizarse para ectópico, así como aquellos casos con evolución
el diagnóstico de la EPI. desfavorable tras 48 horas de tratamiento. Tam­
La culdocentesis no permite realizar el diag­ bién se hospitalizarán las pacientes en las que se
nóstico definitivo de infección de las trompas por sospeche un absceso tuboovárico, las que eviden­
#
Chlanxydia. El examen bacteriológico del cuello cien un gran deterioro del estado general y las
# uterino es muy útil para el diagnóstico de las en­ afectadas por inmunodepresión.
fermedades de transmisión sexual asociadas con Debido a que es posible la participación de más
la EPI, com o las in feccion es por N eisseria de un patógeno, el tratamiento antibiótico empí­
gononhoeae y por Chlamydia trachomatis. rico debe ser de amplio espectro. Las combina­
La ecografía, la gammagrafía y la tomografía ciones utilizadas con más frecuencia en pacien­
computarizada deben tenerse en cuenta para el tes ambulatorias son: ciprofloxacina, 500 mg dos
# veces por día durante 14 días, más metronidazol,
diagnóstico de los abscesos pelvianos.
500 mg dos veces por día durante 14 días ambos
#
por vía oral. Otra alternativa es administrar una
DIAGNÓSTICO DIFERENCIAL
# única dosis de 500 mg de ceftriaxona IM más
Los principales diagnósticos diferenciales doxiciclina 100 mg por vía oral, cada doce ho­
# abarcan las afecciones crónicas de la pelvis fe­ ras, durante 14 días.
menina, como endometriosis y tumor de ovario, Las alternativas de administración parenteral
# o las agudas, como hemorragia del cuerpo lúteo, son las siguientes: a) cefoxitina, 2 g IV cada 6
embarazo ectópico, apendicitis aguda, linfadenitis horas, más doxiciclina; b) clindamicina, 600 mg
#
m esentérica y trom b ofleb itis de las venas IV cada 6 horas más gentamicina, IM o IV 4 a
pelvianas. La apendicitis aguda también debe 5 m g/kg en una dosis diaria; c) am picilina-

#
Capítulo 25 - Enferm edad pelviana inflamatoria G 223

sulbactam, 3 g IV cada 6 horas más doxiciclina, los de gran tamaño requieren drenaje ya sea por
y d) ciprofloxacina, 200 mg IV cada 12 horas más cirugía Iaparoscópica,percutáneo o transvagina].
meironidazol 5 00 mg IV cada 8 horas, más Los casos de pelviperitonitis requieren drenaje
doxiciclina. Esta última se administrará por vía quirúrgico por laparotomía.
oral en la dosis antes mencionada.
El tratamiento empírico de la pareja incluye
PROFILAXIS
antimicrobianos activos contra N . gonoirhoeae
y C. trachomatis. Es la misma que para las enfermedades de
El tratamiento del absceso tuboovárico requie­ transmisión sexual, en especial ia de las infec­
re antibióticos activos contra bacilos gramne- ciones por N . gonoirhoeoe y C. irachomatis. Se
gativos y anaerobios. Para los abscesos peque­ deberá efectuar el correcto diagnóstico y trata­
ños suele bastar con el tratamiento médico, pero miento de las parejas sexuales.

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Diarreas infecciosas
M arcelo E. Corti
Gerardo E. Laube
Ornar J. Palmieri

se transmite de persona a persona por vía aérea,


DEFINICIÓN
como en el caso del virus Norwalk.
Diarrea es el aumento en el volumen diario de Se reconocen otros factores de riesgo, como
las heces, como también de la fluidez y frecuen­ viajes a países en vías de desarrollo, consumo de
cia en las deposiciones. Las infecciones son la mariscos o pescado crudo, homosexualidad, pros­
causa más frecuente de diarrea aguda. La diarrea titución, consumo de drogas y sida.
de causa infecciosa en general está relacionada Los niños que se hallan en guarderías son sus­
con la ingestión de agua o alimentos contamina­ ceptibles, a través de la transmisión de persona a
dos por microorganismos o sus toxinas, y se ca­ persona, de adquirir infecciones por Shigella,
racteriza por su comienzo agudo. Son altamente Giardia lamblia, Cryptosporidium y rotavirus,
transmisibles a través de las manos o de objetos con una elevada tasa de casos secundarios entre
contaminados por materia fecal, también por el padres y hermanos menores.
sexo oro-anal. También se reconocen como poblaciones de
La diarrea puede ser una de las manifestacio­ riesgo los residentes en instituciones para enfer­
nes del cuadro general que producen infecciones mos mentales, ancianos y hospitales.
urinarias, neumonías o la enfermedad pelviana
inflamatoria.
PATOGENIA

El elemento fundamental en la patogenia de


EPIDEMIOLOGÍA
cualquier diarrea infecciosa es la célula epitelial
La diarrea es la principal causa de desnutrición intestinal. Si bien el aparato gastrointestinal es
en los países en vías de desarrollo. Los factores un órgano complejo sólo un cierto número de sus
epidemiológicos más importantes son el manejo funciones intervienen en la patogenia de las
inadecuado de los residuos, las deficiencias en el diarreas infecciosas. Estas son fundamentalmen­
suministro de agua, el índice de hacinamiento, el te, la absorción y secreción de líquidos, la mo-
bajo nivel socioeconómico y la falla de higiene y tilidad y la inmunidad local. Habitualmente, la
educación. diarrea es la consecuencia de un desequilibrio
• La transmisión es fecal-oral, a través de agua y entre la secreción y absorción de líquidos y
alimentos contaminados, por la ingestión de car­ electrolitos a nivel del intestino delgado, colon o
nes mal cocidas de vaca, cerdo y aves. También ambos. Cuando la secreción supera la capacidad
(V

(%

m
226 □ Prim era parte - Generalidades - Síndromes clínicos
(%

(« de absorción del tubo gastrointestinal se produ­ líquidas con aumento del volumen y del número
cirá diarrea. de deposiciones. Las bajas se originan en el co­
(• Desde el punto de vista fisiopatogénico exis­ lon y se caracterizan por heces de pequeño volu-
ten dos mecanismos principales por los cuales men y mayor frecuencia, con pujos y tenesmo
(•
los microorganismos pueden causar diarrea. El rectal. Cuando se acompañan de moco, pus y san­
primero es a través de la acción de enterotoxinas gre constituyen lo que se define como síndrome
(•
que se fijan a gangliósidos presentes en la mem­ disentérico (ver más adelante).
brana de los enterocitos lo cual inicia una serie De acuerdo con el tiempo de evolución se cla­
de fenómenos que terminan en la estimulación sifican en agudas con menos de dos semanas des­
m de la adenilciclasa que cataliza la transformación de el inicio de los síntomas y crónicas con una
del ATP en AM P-cíclico. Este sistema energéti­ duración mayor de tres a cuatro semanas o con
m co es responsable de la secreción activa del ión síntomas intermitentes prolongados.
cloro y de la inhibición de la absorción de sodio. De acuerdo con el mecanismo de acción de las

Este flujo iónico determina un derrame de líqui­ toxinas, se clasifican en diarreas infecciosas cau­
m do isotónico en la luz intestinal, sin proteínas pero sadas por neurotoxinas (generalmente ingresan
con gran cantidad de agua y electrolitos como preformadas con los alimentos, como en el caso
m sodio, cloro, potasio y bicarbonato. Las diarreas del botulismo), por enterotoxinas secretorias (có­
provocadas por enterotoxinas son por lo tanto lera) y por citotoxinas (Escherichia coli entero-
m diarreas secretorias, que comprometen principal­ toxigénica).
mente el intestino delgado y provocan deshidra- También pueden clasificarse en diarreas no
m
tación con desequilibrio hidroelectrolítico. No inflamatorias y diarreas inflamatorias.
m hay cambios histológicos a nivel de las células
de la mucosa intestinal que conservan su capaci­ Diarreas no inflamatorias
m dad de absorción pero que requieren de una fuente Cuando el microorganismo no invade la mu­
exógena de energía como la glucosa. Un buen cosa, la diarrea es de tipo no inflamatorio, como
m ejemplo de este mecanismo es la diarrea provo­ la provocada por agentes virales como el agente
cada por el vibrión colérico. Norwalk y Rotavirus. Los síntomas aparecen lue­
« go de 24 a 48 horas de la ingestión por lo general
El segu n d o m ecan ism o fisio p a to g é n ic o
involucra a aquellos patógenos que deben inva­ de mariscos poco cocidos, ensaladas o agua con­
dir las células epiteliales intestinales para causar taminada, y consisten en fiebre, diarrea, cólicos
enfermedad. En este caso, el proceso patológico abdominales, mialgias y cefalea. El cuadro casi
involucra al intestino distal y al colon y se acom­ siempre es leve y autolimitado.
paña de una respuesta inflamatoria que destruye Los parásitos como G iardia lambHo y Cryp-
las células de la mucosa intestinal con formación tosporidium provocan en general dolor abdomi­
de numerosos y pequeños abscesos y úlceras. nal leve, diarrea y en ocasiones esteatorrea. Es
Estas son diarreas osmóticas, con heces de pe­ característica la anorexia y el cuadro so mani­
queño volumen, presencia de leucocitos polimor- fiesta 1 a 3 semanas después de la exposición.
fonucleares en las heces y, a veces, manifesta­ Escherichia coli enterotoxigénica es frecuente en
ciones extraintestinales como consecuencia de la personas que viajan a zonas donde ésta es endémi­
invasión tisular y bacteriemia. Son ejemplos de ca. Este microorganismo elabora enterotoxinas que
este tipo de diarreas, la disentería bacilar o estimulan la secreción de las células epiteliales. Se
amebiana y la provocada por Escherichia coli caracteriza por dolor epigástrico y diarrea acuosa
enteroinvasiva, entre otros patógenos. 24 a 72 horas después de la exposición.
La infección por Vibrio cholerae por lo gene­
ral es de comienzo agudo, curso afebril y se ma­
CLASIFICACIÓN
nifiesta 16 a 72 horas después de la visita al área
Según la localización del trastorno se las divi­ endémica. El vibrión elabora una toxina potente
de en altas y bajas. Las primeras comprometen que causa la secreción m asiva de líquido y
el intestino delgado y provocan heces pastosas o electrólitos mediante la activación del AMP cí
Capítulo 26 - Diarreas infecciosas □ 227

i
clico. Si bien puede haber casos leves, en gene­ te y el período de incubación puede extenderse
ral es una diarrea acuosa grave con deposiciones hasta una semana después de la ingestión de car­
superiores a un litro por hora (ver el capítulo ne o lácteos contaminados. La diarrea es profu­
Cólera). sa, sanguinolenta y con intenso dolor abdominal.
Los síntomas predominantes de la infección por La infección por Vibrio parahaem olyticus se
Siaphylococcus aureus y Bacillus cereus son náu­ caracteriza por la aparición de diarrea explosiva
seas y vómitos, con dolor abdominal leve y difu­ y dolor abdominal de tipo cólico tras 12 a 24 horas
so. La diarrea es en general de tipo secretor y el de haber ingerido mariscos o pescado poco coci­
comienzo, al cabo de pocas horas luego de la in­ do. El cuadro se acompaña con fiebre alta y e s­
gestión, se debe a la presencia de toxina prefor- calofríos.
mada por las bacterias presentes en los alimen­ La infección por Yersinia enterocoütico se ca­
tos. La fiebre no es habitual y por lo general el racteriza por dolor abdominal, en general locali­
cuadro se autolimita en 24 horas. zado en la fosa ilíaca derecha, debido al compro­
Por último, aunque poco frecuente, se mencio­ miso frecuente del íleon terminal y el ciego que
nará la infección por Clostridium pe/fringens, de muchas veces obliga al diagnóstico diferencial
comienzo agudo, entre 6 y 24 horas posteriores a con la apendicitis aguda. La diarrea es abundan­
la ingestión de alimentos, por lo general carne te, por lo general acuosa y a veces sanguinolenta.
contaminada. La infección por Yersinia se asocia en ocasiones
con síndrome de Reiter (artritis, uretritis y con­
Diarreas ínfiamatorias juntivitis).
Cuando el microorganismo invade la mucosa, La infección por Entamoeba histolytica se pro­
la diarrea es de tipo inflamatoria, como la provo- duce por la ingestión de agua o alimentos con­
! cada por los agentes que se describen a conti­ taminados con materia fecal. Las manifestaciones
nuación clínicas son en extremo variables y pueden origi­
La infección provocada por Salm onella no nar un cuadro leve, con dolor abdominal y deposi­
tífica se asocia con la ingestión de carne de aves, ciones acuosas, o bien una forma disentérica clá­
vaca, cerdo o huevos poco cocidos y se mani­ sica o una colitis fulminante con dolor abdomi­
fiesta 6 a 48 horas después de la ingestión. Como nal, íleo, toxemia marcada y mortalidad elevada.
factores de riesgo se reconocen la administración Treponema pallidum , Neisseria gonorrhoeae,
previa de antibióticos, la utilización de antiácidos, Chlamydia y virus del herpes simple provocan
la edad avanzada, la diabetes, la gastrectomía, la proctitis venéreas. Habitualmente no causan dia­
presencia de linfomas o el sida. El comienzo es rrea sino dolor, tenesmo rectal y a veces exuda­
agudo, con náuseas y vómitos, fiebre alta, esca­ do.
lofríos, malestar general, dolor periumbilical y La infección que provoca Campylobacter es de
deposiciones diarreicas abundantes no sangui­ comienzo agudo y se manifiesta 12 a 24 horas
nolentas. En pocos pacientes el cuadro se pre­ después de la exposición. Se relaciona con la in­
senta como disentería clásica, con moco, pus y gestión de aves mal cocidas y se caracteriza por
j. sangre, además de pujos y tenesmo rectal. malestar general, mialgias y cefalea. La diarrea
La infección por Shigella, de origen fecal-oral, es de tipo acuosa con dolor abdominal y con el
■ se debe a la ingestión de ciertos alimentos conta­ correr de las horas se torna sanguinolenta.
minados, como leche, huevos, quesos y vegeta­
les; a relaciones homosexuales y a viajes a áreas
MANIFESTACIONES CLÍNICAS
endémicas. Sus manifestaciones clínicas son fie­
bre, dolor abdominal y diarrea. En algunos casos Éstas varían en mayor o en menor grado de
se presenta como disentería. Los casos graves se acuerdo con el agente etiológico, pero en gene­
deben a la elaboración de una toxina que causa ral consisten en náuseas, vómitos, dolor abdomi­
necrosis tisular intestinal extensa, nal, con distensión abdominal y dolor a la palpa­
i En la infección por Escherichia coli entero- ción, fiebre y la diarrea que puede ser acuosa,
; hemorrágica la fiebre no es un hallazgo frecuen­ por malabsorción o sanguinolenta.

EL
228 □ Prim era parte • Generalidades - Síndromes clínicos

DIAGNÓSTICO DIAGNOSTICO DIFERENCIAL

£ i diagnóstico se basa en un interrogatorio ex> Incluye todas las enfermedades inflamatorias


haustivo. Se deben recabar datos epidemiológicos intestinales: colitis por radiación, colitis isqué­
de importancia, como antecedentes de antibioti- mica, colitis ulcerosa, enfermedad de Crohn, tu­
coterapia previa, que orienta el diagnóstico de mores del aparato digestivo, enfermedad diver-
diarrea por Cíostridium difficile aun hasta 4 se­ ticular del colon y otras. En caso de disentería
manas después de concluido el tratamiento. con pujos y tenesmo, se deben tener en cuenta
La aparición de síntomas antes de las 6 horas las proctitis venéreas. Por último, se deberán des­
que siguen a la ingestión de un alimento orientan cartar los efectos adversos de distintos fármacos.
el diagnóstico hacia Staphylococcus aureus o
Bacillus cereus, debido a la presencia de toxina
COMPLICACIONES
preformada en los alimentos contaminados. Las
manifestaciones clínicas luego de 12 a 72 horas Las principales complicaciones son la sepsis
ponen en evidencia la replicación en el intestino por bacilos gramnegativos, probablemente debi­
de las bacterias que contaminaron los alimentos do a traslocación bacteriana en pacientes inmu-
ingeridos. nocomprometidos, a la presencia de abscesos
En caso de sospecha de proctitis venérea se intraabdominales y a la perforación intestinal.
debe realizar la rectosigmoidoscopia y la toma
de muestra para cultivo.
TRATAMIENTO
El laboratorio es inespecífico» la leucocitosis
es frecuente en casos de diarrea inflamatoria. En En la terapéutica de las diarreas en general se
forma ocasional la infección por Shigella provo­ tendrá en cuenta la gravedad de los síntomas y el
ca una reacción leucemoide. En los casos graves estado general del paciente, además de los ante­
se presentan trastornos hidroelectrolíticos impor­ cedentes de inmunosupresión o factores de ries­
tantes, como hipopotasemia, deshidratación gra­ go, y el agente etiológico, para definir los pocos
ve con hiperazoemia y acidosis metabóUca. casos que requieran internación.
Los leucocitos en materia fecal se observan en El primer paso es la reposición hidrosalina, oral
una gota de materia fecal fresca colocada entre o intravenosa según la gravedad del caso. Hay
portaobjetos y cubreobjetos, eventualmente te­ preparados comerciales de sales de rehidratación
ñida con la coloración de Gram. La presencia de oral o preparados caseros, que consisten en agua
3 o más leucocitos en el campo de gran aumento potable, sal, azúcar y jugos cítricos.
o en más de 4 campos se considera un resultado Los antidiarreicos están contraindicados, ex­
positivo que revela la inflamación de la mucosa cepto el subsalicilato de bismuto, en dosis de 0,60
intestinal. Es necesario efectuar el coprocultivo. g cada 4 a 6horas. Este fármaco tiene acción anti­
Los medios de uso habitual permiten el desarro­ bacteriana directa, se une a las toxinas bacterianas
llo de Salm onella, Shigella y Campylobacter. Es y estimula la absorción de agua y electrólitos.
importante notificar al laboratorio si se sospecha Si los cólicos abdominales son intensos, son
otra etiología, dado que en estos casos se requie­ útiles los derivados opiáceos, la loperamida o el
ren medios de cultivo especiales. difenoxilato, pero están contraindicados en la
La muestra se siembra antes de las 2 horas y si diarrea inflamatoria.
ello no es posible, se utilizarán los medios de En todos los casos se excluirán de la dieta las
transporte adecuados. bebidas cafeinadas, así como los vegetales y las
Se debe realizar la búsqueda de parásitos y frutas crudas también los lácteos, dado que la
huevos en materia fecal por lo menos en 3 mues­ diarrea se acompaña con un déficit transitorio de
tras seriadas, ya que su eliminación puede ser lactasas.
intermitente. En caso de sospecha de Giardia En la mayoría de los casos las diarreas son de
lamblia o Strongyloides stercoralis, la muestra curso autolimitado y se resuelven en 24 a 36 ho­
de aspirado duodenal es de gran importancia. ras.
TT

i
Capítulo 26 - Diarreas infecciosas □ 229
ii; >i
a-' (C
Si bien el cuadro inicialmente no siempre es Diarrea del viajero
claro» la indicación de tratamiento antibiótico se La diarrea es un motivo de consulta frecuente
basa en las manifestaciones clínicas y en la pre­ entre los viajeros a regiones de clima tropical o a
sunción diagnóstica. Cuando el tratamiento em­ países en vías de desarrollo. Su incidencia varía
pírico está indicado, el antibiótico de elección es considerablemente entre 2% en áreas de bajo ries­
la ciprofloxacina, 500 mg por vía oral cada 12 go como los EE.UU., Europa y Australia al 40%
horas o trimetoprima-sulfametoxazol, 160/800 en América latina, el Caribe, Africa y el sudeste
(■
mg dos veces por día durante 5 días. Ambos asiático. Cerca del 80% de los casos se compor­
antimicrobianos poseen actividad contra los agen­ tan como diarreas agudas de etiología bacteriana.
tes etiológicos más frecuentes. El principal agente etiológico es Escherichia
La ciprofloxacina por vía intravenosa está in­ coli enterotoxigénica pero también puede ser cau­ c ’
dicada en casos graves de salmonelosis, dado que sada por Escherichia coii enteroinvasiva, Sal-
se presenta en forma bacteriémica en un tercio m o n e lla spp, S h ig e lla spp, C a m p y lo b a c te r c
de los casos. Se tendrá en cuenta el pasaje a la spp, C ryp to sp o rid iu m spp, G iardia lam blia,
vía oral en cuanto se confírme la negatividad de E. histolytica y rotavirus. Como casi todas las í
los hemocultivos. diarreas agudas bacterianas e l período de
En el tratamiento de la diarrea aguda por incubación es corto entre 1 a 5 días y la mayoría
4
Yersinia y S h ig e lla , la primera e lecció n es de los casos se resuelven en 2 a 4 días. Un 5% de c
trimetoprima-sulfametoxazol y en segundo lugar los pacientes evolucionan en forma más prolon­
ciprofloxacina por vía oral. El tratamiento de la gada y presentan diarrea crónica.
infección por Vibrio cholerae incluye doxiciclina, Para evitar la diarrea del viajero es fundamen­
100 mg cada 12 horas por vía oral durante dos tal cumplir con las normas de prevención que €>
días o trimetoprima-sulfametoxazol como segun­ incluyen el lavado de manos antes de comer, evi­
da opción. tar la ingesta de agua no potabilizada (incluso la
La diarrea provocada por C am pylobacter se usada en el lavando de los dientes), no comer ali­ i:
trata con ciprofloxacina, 500 mg por vía oral cada mentos vendidos en la calle, especialmente en­
12 horas o eritromicina, 500 mg por vía oral cada saladas o frutas que deben ser siempre peladas y
6horas durante 5 días. cocidas o preparadas por la propia persona.
La infección por Giardia lam blia se trata con Deben tenerse en cuenta dos conceptos: el de c :
metronidazol, 250 mg por vía oral cada 8 horas,
durante 5 días y E ntam oeba h isto ly tic a con
quimioprofílaxis y el de tratamiento.
La profilaxis de la diarrea del viajero con c;
metronidazol, 500 mg cada 6 horas durante 7 a antibióticos deberá indicarse en todos aquellos
10 días. sujetos en quienes un episodio de diarrea pueda
descompensar alguna enfermedad subyacente. c
Entre estas indicaciones se incluyen: insuficien­
PROFILAXIS
cia cardíaca, respiratoria o renal, diabetes, uso
La prevención de las diarreas infecciosas se
^ basa fundamentalmente en el cumplimiento es-
de diuréticos, digital o litio, deficiencia de la ba­
rrera ácida gástrica por el uso de inhibidores de c.
^ tricto de medidas higiénicas y normas de biose-
guridad, tanto en la elaboración de los alimentos
los receptores de la histamina o inhibidores
de la bomba de protones, inmunodcficiencias
c
como en su manipulación. Es muy importante el (sida, neoplasias, inmunodepresión por fárma­ c
lavado de las manos. cos), colitis ulcerosa, enfermedad de Crohn y via­
jeros que no deben correr el riesgo de enfermar­ c
se, como soldados o deportistas. Las fluoroqui-
OTROS SÍNDROMES DIARREICOS c
nolonas permiten la prevención de la diarrea del
^ Por su importancia y frecuencia se considera- viajero en el 90% de los casos en regiones donde
c
• rán por separado: diarrea del viajero, toxiin- los enteropatógenos son sensibles mientras que
i fecciones alimentarias, diarrea por antibióticos y el subsalicilato de bismuto sólo lo hace en el 65%.
1 síndrome disentérico. Las tetraciclinas y el cotrimoxazol no se reco­
230 □ Prim era parte - Generalidades - Síndromes clínicos
<•

miendan por la elevada tasa de resistencia de los Se describirán a continuación las característi­
patógenos incriminados en estos episodios. cas de las toxiinfecciones provocadas por los
En relación con el tratamiento está indicado en agentes antes mencionados.
m casos de diarreas graves con dolor abdominal y
fiebre, persistencia de la diarrea luego de 48 ho­ Staphylococcus aureus
(é ras de tratamiento sintomático, y en todas las si­ El mecanismo patogénico de la toxiinfección
tuaciones de riesgo citadas en las indicaciones alimentaria por este microorganismo es la exis­
m de quimioprofílaxis. El tratamiento se basa en el tencia de una enterotoxina, que produce el esta­
uso de ciprofloxacina en dosis de 500 mg dos filococo cuando contamina productos lácteos y
m
veces por día por vía oral o norfloxacina 400 mg de repostería. Este tipo de toxiinfección suele
m dos veces por día por vía oral durante tres días a originarse por el consumo de alimentos en insti­
cinco días. tuciones, asilos, aviones, etc. Los síntomas y sig­
m Cyclospora cayetanensis puede ser la causa de nos más comunes son los vómitos, que se presen­
diarrea del viajero en el 3% de los casos; el trata­ tan antes de las seis horas, y después la diarrea.
• miento de elección es trimetoprima-sulfameto- Los enfermos habitualmente están afebriles. De- ¡
xazol 160/800 mg dos veces al día durante 7 días. bido a que el estafilococo no coloniza el intesti-;
no, no deben administrarse antibióticos, ya quei
Toxiinfecciones alimentarias la enfermedad está ocasionada por la toxina
Las toxiinfecciones alimentarias más frecuen­ preformada en el alimento. Sólo se repondrán lí­
tes son producidas por Síaphylococcus aureus^ quidos y electrólitos, y se tratará en forma sinto­
lia c illu s c e r e u s, C lo s tr id iu m p e r fr in g e n s , mática.
C losíridium boíiilinum, Escherichia coli, Vibrio
cholerae 01 y Vibrio cholerae no 01, Campy- Bacillus cereus
iobacíer je ju n i, Salm o n ella . Sh ig ella , Vibrio Esta bacteria grampositiva produce dos tipos
parahaemolyticus y Yersinia eníerocoUtica, como de toxinas que se asocian con los signos y sínto­
tam bién por h o n g o s, m a risco s, etc. E stos mas gastrointestinales propios de la toxiinfección
microorganismos pueden provocar distintos tras- alimentaria. La primera, similar a la del estafilo­
lornos en la esfera digestiva y a veces con reper­ coco, origina un cuadro clínico que se caracteri­
cusión general, ya sea por la ingestión de toxinas za por vómitos. La segunda, semejante a la de
prcformadas en el alimento o por la colonización Escherichia coli. es la causante de cólicos y de­
en el tubo digestivo, o por ambos mecanismos. posiciones diarreicas. La signosintomatología por
Un aspecto importante relacionado con el diag­ lo general dura menos de 24 horas. Uno de los
nóstico diferencial es la determinación del tiem­ alimentos que en general está involucrado en esta
po transcurrido entre la ingestión del alimento y toxiinfección es el arroz. Las esporas de B. cereus
la aparición de los primeros síntomas. En efecto, pueden soportar la ebullición y después, en el
de acuerdo con el intervalo transcurrido se pue­ alimento, transformarse en la forma vegetativa
de sospechar la presencia de determ inados productora de las toxinas. Las consideraciones
microorganismos. Siempre se deberá indagar so­ en cuanto a la terapéutica son las mismas que para
bre una fuente alimentaria común cuando los sín­ el estafilococo.
tomas y signos se presentan en más de dos per­
sonas dentro de los tres días de haber ingerido Clostridium perfringens
una comida compartida. El género C lostridium incluye más de 60 espe­
La prevención de estas enfermedades se basa cies, de las cuales C. peifringens^ además de las
en evitar la contaminación de los alimentos du­ diferentes afecciones asociadas con su presencia,
rante su manipulación, en la destrucción de las puede producir la toxiinfección alimentaria que
posibles sustancias contaminantes y en una co­ se relaciona con la producción de una enterotoxi­
rrecta educación de todo el personal de la indus­ na por las cepas del tipo A. Los alimentos que
tria alimentaria que elabora las diferentes com i­ con más frecuencia se asocian con esta toxiin­
das. fección son las carnes y las salsas mal conserva­
í

C apítulo 26 • Diarreas infecciosas □ 231

das. Esta forma de toxiinfección es relativamen­ Campylobacter jejuni


te frecuente. El período de incubación es corto, La mayoría de las afecciones producidas por
entre 7 y 15 horas después de la ingestión de la este microorganismo son el resultado del consu­
comida desencadenante. Entre las características mo de agua o alimentos contaminados. Las sus­
clínicas predomina ia diarrea, que se presenta en tancias comúnmente involucradas como vehícu­
más del 90% de los casos, acompañada por cóli­ los de este agente son la leche cruda y la carne de
cos abdominales. Los individuos afectados tam­ aves poco cocida.
bién llegan a la consulta por náuseas, vómitos y El cuadro clínico se inicia 12 a 24 horas des­
fiebre, si bien estos síntomas son menos frecuen­ pués de la ingestión de la comida contaminada.
tes. La gastroenteritis resultante de esta toxiin­ Los síntomas más comunes son vómitos, dolor
fección alimentaria se resuelve de manera favo­ abdominal tipo cólico, fiebre y diarrea que en
rable y sólo requiere un tratamiento sintomático. algunas ocasiones adquiere características fran­
camente sanguinolentas. La fiebre, cuando es
SaímoneWa muy alta, puede llevar a la sospecha de fiebre
Las fuentes más importantes para la infección tifoidea. En estos casos el diagnóstico definitivo
en el ser humano son las aves de corral y sus pro­ lo establece el hallazgo del microorganismo res­
ductos, en especial los huevos. Las salmonelas ponsable en el coprocultivo.
causantes de gastroenteritis {S. typhimurium, S. Por lo general la gastroenteritis por Campylo^
choleraesuis, S. enteñíidis, S. añzona, S. newport, bacter es autolimitada; la mejoría de los signos y
S. ditblm y otras) invaden la mucosa y elaboran una síntomas tiene lugar dentro de la semana del co­
enterotoxina que actúa en el intestino delgado. mienzo de los síntomas.
Las primeras manifestaciones clínicas, como
en otras toxiinfecciones alimentarias, son náu­ Vibrio parahaemoiyticüs
seas y vómitos, que se presentan 6 a 40 horas Este microorganismo fue reconocido durante
después de la comida desencadenante. Muchas mucho tiempo como la principal causa de dia­
veces estos síntomas remiten en pocas horas. En rrea en los países de Oriente, en particular en Ja­
otras ocasiones la afección gastrointestinal se pón. Por lo general la enfermedad se presenta en
acompaña con cefalea y mialgias. Con posterio­ brotes agudos que se autolimitan. V. parahae-
ridad la diarrea se convierte en la principal ma­ m olyticus produce una enterotoxina que provoca
nifestación clínica, con características seudoco- una reacción inflamatoria en la mucosa intesti­
léricas o seudodisentéricas y se asocia con dolo­ nal. La fuente alimentaria comúnmente asociada
res abdominales y fiebre elevada. El período de con esta toxiinfección son los mariscos cocina­
estado es de alrededor de una semana, aunque dos en forma inadecuada y dejados a temperatu­
las deposiciones diarreicas pueden prolongarse ra ambiente. El cuadro comienza en forma agu­
durante algunas semanas más. Sin embargo, en da, con có lico s abdom inales y deposiciones
ios inm unodeprim idos y en los niños estas diarreicas luego de un período de incubación de
salmonelas no tíficas pueden producir cuadros 10 a 20 horas. El tratamiento es sintomático. Los
septicémicos con múltiples metástasis sépticas. antimicrobianos no están indicados, ya que no
E! diagnóstico se confirma mediante copro- acortan la evolución clínica de la enfermedad.
culiivo, que puede seguir siendo positivo aun
después uno o dos meses. A pesar de este hecho Yers'mia enterocolitica
la enfermedad es autolimitada. La mayoría de los Este microorganismo gramnegativo produce
casos se resuelven con rapidez sólo con el trata­ una enterotoxina termoestable, similar a la de
miento sintomático, que consiste en la reposición Escherichia coli. La fuente de infección más im­
de líquidos y electrólitos. En estos casos no es portante es el cerdo, ya que su nasofaringe puede
aconsejable el uso de antimicrobianos ya que estar colonizada por este agente. La capacidad de
pueden prolongar la elim inación fecal de la Y. enterocolitica para crecer a 4®C explica por qué
saimonela, lo cual tiene importancia epidemio­ las carnes refrigeradas se convierten en el vehícu­
lógica. lo de la toxiinfección cuando están contaminadas.
P-
232 □ P rim era parte - Generalidades - Síndromes clínicos

El período de incubación varía entre los 3 y los triquinosis, listeriosis, algunas parasitosis, fiebn
7 días. En más del 80% de los casos los pacien­ tifoidea y leptospirosis- serán consideradas ei
tes consultan por diarrea, dolor abdominal y fie> los capítulos correspondientes.
bre. Estos síntomas pueden persistir durante dos
a tres semanas. Diarrea por antibióticos
Cualquier antibiótico puede ser causa de dia
Vibrio vuínificus rrea pero aquellos que tienen un espectro que in
La toxiinfección alimentaria por este microor­ cluye a las bacterias anaerobias son los implica
ganismo se presenta doce horas a tres días des­ dos con mayor frecuencia. C lo strid iim difficiU
pués del consumo de ciertas sustancias, como es el agente etiológico en el 25% al 30% de lo:
mariscos crudos y en especial ostras. El cuadro casos. Clínicamente puede presentarse como un¡
clínico es muy grave, ya que predomina un esta­ portación asintom ática, colitis sim ple, coliti;
do de hipotensión y shock. La mortalidad llega seudomembranosa y colitis fulminante. En prí
al 90%, en particular cuando la afección se pre­ mer lugar se interrumpirá la terapéutica anti
senta en individuos con hepatopatías o alcoho­ biótica; el metronidazol a la dosis de 250 mg cadj
lismo crónico. 6 horas o 500 mg cada 8 horas por vía oral du
rante 7 a 10 días es de elección en estos casos. Si
E s c h e r ic h ia c o li no puede emplearse la vía oral se administrará
Este microorganismo es parte de la flora nor­ por vía parenteral. También puede utilizarse li
mal del intestino. Sin embargo, algunas cepas vancomicina en dosis de 125 mg cada 6 horai
toxigénicas y enteropatógcnas pueden asociarse por vía oral durante 10 días. A veces es suficien:
con toxiinfecciones alimentarias. Esta bacteria, te con suspender la terapéutica antibiótica. |
productora de enterotoxinas term osensibles y
termoestables, es la causa de casi la mitad de los Síndrome disentérico j
casos de diarrea del viajero. Los alimentos co­ Se define como síndrom e disentérico (del grie^
múnmente contaminados son vegetales y frutas go dys: mal, y énteron: intestino) a un conjunto
crudas. Es una afección a menudo autolimitada y de signos y síntomas entre los que se destacan:
sólo requeriría tratamiento sintomático. diarrea aguda, deposiciones frecu en tes de esca¡
Otra cepa de E. coli, el serotipo 0157:H 7, pro­ so volum en con m oco, p u s y sangre que se acom*
duce una verotoxina con un mecanismo de ac­ pañan de p ujos, tenesm o y dolor abdom inal.
ción similar a la de Shigella. Los individuos afec­ veces se presenta en forma epidémica y con frc;
tados presentan habitualmente diarrea sanguino­ cuencia en climas tropicales.
lenta sin fiebre. En algunos niños la consecuen­ La anatomía patológica se caracteriza por le
cia de esta afección es el síndrome urémico-he- siones inflamatorias y ulcerosas en la mucosa dej
m olítico, que puede llevar a la insuficiencia re­ colon y recto que además, pueden incluir la últij
nal aguda. ma porción del íleon.
Las etiologías infecciosas más frecuentes son
Vibrio cholerae no 01 especies de Shigella, responsables de la disenteríi
Los gérmenes de este grupo producen cuadros bacilar, y E ntam oeba histolytica, agente de lá
diarreicos, algunas veces muy graves, similares disentería amebiana. Otros microorganismos tamj
al cólera, o manifestaciones gastrointestinales bién pueden ser causa de síndrome disentéric^
más leves. A menudo la fuente de la infección es como Escherichia coli, Vibrio parahaemolyticus^
el agua contaminada, aunque también pueden S a lm o n e lla , C a m p y lo b a c te r je ju n i, Yersiniá
estar contam inados los alim entos. Su acción enterocolitica, Clostridium difficile, Balantidium
patógena se debe a una enterotoxina. El trata­ coli, G iardia lam blia y Trichuris trichiura. Eq
miento es sintomático, con reposición de líqui­ las infecciones provocadas por £ . coli 0 1 5 7 : ^
dos y electrólitos. o Shigella, sobre todo en los niños, junto con e!
Otras infecciones que pueden considerarse síndrome disentérico puede desarrollarse un sín­
toxiinfecciones alimentarias -cólera, botulismo. drome urémico-hemolftico. Otros padecimientoí
»í;-. C apítulo 26 - Diarreas infecciosas O 233
fe

iSf/
i- (Je etiología desconocida pueden originar cuadros tas y verduras crudas muy bien lavadas y pela­
compatibles con el síndrome disentérico como la das.
colitis ulcerosa inespecífica o la enfermedad de
Crohn. Disenteria amebiana
Aquí serán descriptas la disentería bacilar y la La disentería amebiana es provocada por
disentería am ebiana. Entam oeba histolytica. Este protozoario parási­
to, se presenta ya sea com o quiste, que es la for­
bacilar
D is e n t e r í a ma de resistencia o infecciosa, o como trofozoíto,
Distintas especies de Shigella (S. dysenteriae, que es la forma patógena. Los quistes, elimina­
S.flexneri, S. sonnei y S. boydii) pueden ser cau­ dos con las deyecciones de enfermos o portado­
sa de disentería aguda. Es una enfermedad con­ res asintomáticos, llegan al intestino con el agua
tagiosa, endémica y epidémica. La bacteria in­ o los alimentos contaminados y allí se transfor­
gresa al organismo a través del agua o los ali­ man en trofozoítos que invaden ia m ucosa
mentos contaminados en forma directa o indirecta colónica y producen así una enfermedad intesti­
(moscas, objetos) con heces de un enfermo o nal o extraintestinal. Casi todas las infecciones
portador del germen. El período de incubación son asintomáticas, pero en algunas circunstancias,
es corto, desde pocas horas hasta 6 a 7 días. El puede producirse un síndrome disentérico agudo
comienzo suele ser brusco con náuseas, vóm i­ con fiebre, e sca lo frío s y diarrea m ucosan-
tos, dolor abdominal y diarrea. En dos o tres días guinolenta. La mucosa colónica, presenta un pro­
se establece un verdadero síndrome disentérico ceso inflamatorio intenso y exudativo con úlce­
con 15 a 50 deposiciones de aspecto característi­ ras profundas, de bordes socavados que se ex­
co constituidas por moco, pus y sangre y muy tienden por la submucosa lo que les confiere una
escaso contenido fecal. La m ucosa rectosig- «forma de botellón». Rara vez se ulcera la piel
moldea presenta edema intenso, ulceraciones su­ de la región perianal por extensión de las lesio­
perficiales múltiples de pocos milímetros con nes intestinales.
bordes irregulares y fondo vegetante cubierto por El diagnóstico puede realizarse a través de la
exudado pseudomembranoso. rectosigm oidoscopia, el examen directo de la
El diagnóstico bacteriológico se realiza con el materia fecal o la serología. La rectosigmoidos­
cultivo e identificación del germen a partir de las copia muestra las úlceras y permite obtener ma­
heces. Los hemocultivos son negativos; en los teriales para la biopsia y el examen directo del
inmunocomprometidos pueden ser positivos. El exudado de los bordes de la úlcera donde se ob­
hemograma muestra leucocitosis y neutrofilia. servarán los trofozoítos de Entamoeba histolytica
Los p acien tes portadores del an tígen o de vivos y móviles. El examen de la materia fecal,
histocompatibilidad HLA-B27 pueden desarro­ también puede evidenciar dichos trofozítos, ade­
llar en la convalecencia una artritis serosa o un más de leucocitos, en menor número que en la
síndrome de Reiter. disentería bacilar, abundantes hematíes y moco.
El tratamiento consiste en el aporte adecuado de Además, el examen serológico por los métodos
líquidos y electrolitos por vía oral o IV y los anti­ de hemaglutinación indirecta (HAI) y enzimoin-
microbianos por espacio de 5 a 10 días. Pueden munodiagnóstico (ELISA) suelen dar resultados
utilizarse: ampicilina, 500 a 1000 mg por vía oral o positivos.
IV cada 6 horas; cotrimoxazol (TMP 160 mg/SMZ El tratamiento se realiza con metronidazol en
800 mg), oral o IV cada 12 horas; ciprofloxacina, dosis de 250 a 500 mg cada 6horas por vía oral o
500 a 750 mg oral o 200 mg IV cada 12 horas; o 500 mg cada 8 horas por vía IV durante 10 días.
ceftriaxona, 1 g IV cada 12 horas. Las formas le­ El metronidazol tiene acción sistémica y puede
ves son autolimitadas y no requieren tratamiento. eliminar tanto la enfermedad intestinal como la
La profilaxis reside en las medidas de higiene extraintestinal (abscesos hepáticos o en otras lo­
personal, combatir las moscas y el control de los calizaciones).
portadores de gérmenes. Los alimentos deben La profilaxis consiste en medidas de higiene
consumirse cocidos y servidos calientes y las fru­ personal, la eliminación sanitaria de las heces y
T if

m
234 □ Prim era parte - Generalidades - Síndromes clínicos
(H

m el lavado de las manos después de la defecación y frutas crudas sin lavar, ni beber agua con posibili­
antes de preparar e ingerir los alimentos y el trata­ dad de estar contaminada. La cloración del agua
m miento de los portadores. No consumir verduras o no siempre destruye los quistes de E. histolytica.

0%
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m

m
m


%
27
Infecciones de la piel y partes blandas
Ornar J. Palmieri
Elena I. M aiolo

La mayoría de las infecciones de la piel y par­


ECTIMA
tes blandas presenta características clínicas que
dependen de su localización, de la respuesta in­ La ectim a es una lesión infecciosa más pro­
flamatoria del huésped y del agente etiológico. funda que el impétigo, es dermohipodérmica, lo­
La invasión bacteriana de la piel origina un pro­ calizada con más frecuencia en piernas y que se
ceso inflamatorio local que en ocasiones se acom­ caracteriza por pústulas que generan con rapidez
paña con supuración y posible disem inación úlceras de evolución crónica, tórpida y dolorosa,
hemática, con el consiguiente compromiso sisté- sobre todo en pacientes desnutridos, alcohólicos
mico secundario. o con inmunodeficiencias. Estas úlceras, de uno
A continuación se considerarán las infecciones a varios centímetros de diámetro, tienen bordes
de la piel y partes blandas más frecuentes, cuya netos, eritematovioláceos, se acompañan de sín­
puerta de entrada en general está en la piel, aun­ tomas generales y a veces de fiebre. Son origina­
que algunas pueden ser de origen hemático. das por Streptococcus pyogenes al que luego se
agregan S ta p h y lo c o c c u s a u reu s y bacterias
gramnegativas. La lesión inicial suele ser una pi­
IMPÉTIGO
cadura de insecto o heridas traumáticas; la infec­
Es una lesión vesicular intraepidérmica que en ción es favorecida por el rascado, la higiene de­
su evolución se ulcera y cubre con una costra ficiente y el terreno predisponente.
amarillenta (melicérica). Se observa sobre todo La ectim a g a n g ren o sa , es una lesión provo­
en niños y es muy contagioso. Es provocado por cada por Pseudom onas aeruginosa en el curso
Streptococciis pyogenes y pocas veces por Sta- de una infección sistémica originada por este mi­
'■phylococcus aureus. Su repercusión sistémica es croorganismo y que se caracteriza por ampollas
escasa, el curso es indolente, a veces hay adeno- hemorrágicas que al romperse dan lugar a úlce­
paíías dolorosas y se disemina por autoinocula- ras. El diagnóstico diferencial debe hacerse con
ción. Una complicación importante es la nefritis. m icobacteriosis cutánea ulcerosa, úlceras va­
E! tratamiento es penicilina V o macrólidos por ricosas, epiteliom as, pioderma gangrenoso y
vía oral, además del lavado con agua y jabón, otros (ver más adelante).
aplicación de un antiséptico en fomentos o ba­ El tratamiento de estos padecimientos se basa
ños para acelerar la caída de las costras. Luego en los hallazgos bacteriológicos y consiste en la
{se pueden aplicar cremas con ácido fusídico, administración de antimicrobianos por vía oral o
mupirocina, bacitracina, polim ixina o eritro- parenteral, además de los cuidados locales de las
micina. lesiones.
236 □ Prim era parte - Generalidades - Síndromes clínicos

aunque a v e ce s se han aislado e sp ec ie s de


PIODERMA GANGRENOSO
Proteus, P seudom onas y otros bacilos gramne-
El pioderma gangrenoso no es una afección de gativos entéricos. Se localiza en las glándulas
etiología in fecciosa, aunque puede sobrein- apocrinas obstruidas de las axilas y la región pe-
fectarse, es una úlcera crónica idiopática que sue­ rineal; nunca se presenta antes de la pubertad. La
le acompañar a enfermedades sistém icas tales glándula se rompe e infecta a las circundantes, la
como colitis ulcerosa inespecíñca, artritis reuma* dermis y el tejido celular subcutáneo. Es una tu­
toidea y otras. mefacción roja, caliente y dolorosa, con escasa
£1 tratamiento es el de la enfermedad que le repercusión general, que evoluciona a la supura­
dio origen y los cuidados locales con baños o ción a través de múltiples orificios fístulosos (sig­
fomentos con antisépticos y cremas con antimi­ no de la espumadera). El acné, la obesidad y la
crobianos. diabetes son factores predisponentes.

FOLICULITIS LINFANGITIS

La foliculitis es una infección de la desem bo­ La linfangitis es la infección de los vasos linfá­
cadura dei folícu lo pilosebáceo causada por ticos superficiales, que se produce a partir de una
Staphylococcus aureus. Por lo general se locali­ herida de la piel. Se localiza con más frecuencia
za en la cara y las extremidades, y por ser super- en las extremidades. El microorganismo causal
fícial no deja cicatriz ni alopecia. La lesión se suele ser Strepíococcus pyogenes y se manifiesta
observa como un punto rojo, levemente doloro­ con dolor local, fiebre y repercusión general poco
so, que se hace purulento en 2 o 3 días y desapa­ importante. En el examen puede verse la puerta
rece en 5 a 7 días. Las localizadas en la barba de entrada, que es una herida con eritema y ede­
son de curación más difícil a causa del trauma­ ma circundante de la cual parten cordones erite-
tismo constante de la afeitada. matosos, palpables y dolorosos, que se dirigen
hacia la raíz de la extremidad y comprometen los
ganglios linfáticos regionales, que están aumenta­
FORÚNCULO
dos de tamaño y dolorosos. Puede haber edema
Es una foliculitis profunda, necrosante y con del miembro afectado.
p erifo licu litis, causada por S ta p h y lo c o c c u s El laboratorio muestra leucocitosis, neutrofília
aureus. El compromiso de la dermis hace que y eritroscdimcntación acelerada. Los hemocultivos
siempre deje una cicatriz. Comienza con una suelen ser positivos. El diagnóstico diferencial se
fo licu litis infiltrada, dolorosa y con edem a hará con la linfangitis que producen Nocardia
perilesional. A los pocos días en su parte central b ra silien sisy S p o ro th rix sc h e n c k ii y algunas
aparece una zona de necrosis y ulterior supura­ micobacterias como M . marinum y M . kansasii.
ción. Merece mencionarse la localización en el Estos microorganismos originan formas crónicas
conducto auditivo externo, por la intensidad del de linfangitis con escasa repercusión sistémica.
dolor que provoca, y la del labio superior, por la El tratamiento de la linfangitis estreptocócica
posible complicación con la trombosis de los se­ consiste en la administración de penicilina o ma-
nos de la duramadre. crólidos (azitromicina, claritromicina).
La forma recidivante se observa en diabéticos
y pacientes con trastornos en la inmunidad, o en ER ISIPELA
los tratados con corticosteroides u otros medica­
mentos. La erisipela es la inflamación aguda y febril de
la piel. Hay un importante compromiso linfático
regional y también puede afectar el tejido celular
ÁNTRAX
subcutáneo. Es provocada por Strep to co ccu s
El ántrax o hidradenitis supurativa es una in­ b etah em olítico del grupo A (S tre p to c o c c u s
fección provocada por Staphylococcus aureus. pyogenes). Otras bacterias, com o Staphylococcus,
T
i
$

I
is
C apítulo 27 - Infecciones de la piel y partes blandas □ 237

pueden ser causa de esta enfermedad, aunque es El diagnóstico casi siempre es clínico, ya que
un hallazgo poco frecuente. es raro que el microorganismo se aísle del mate­
El cuadro clínico se caracteriza por la apari­ rial obtenido por punción de la lesión . Los
ción súbita de síntomas generales, como males­ hemocultivos son de escasa utilidad, dado que
tar, náuseas, vómitos, cefalea, escalofríos, len­ las formas bacteriémicas, de elevada mortalidad,
gua saburral y, en los casos más graves, diarrea. son poco frecuentes.
La fiebre es de 38®C a 40®C y a veces se mani­ El diagnóstico diferencial más importante en la
fiesta antes de la aparición de la placa de erisipela, localización facial es el herpes zoster trigémina!»
junto con el dolor en el ganglio linfático regio­ en el que la hiperestesia y el dolor preceden siem­
nal. En estos casos la placa se hace visible 24 a pre a la aparición de las lesiones, y con la derma­
36 horas después del comienzo de los síntomas titis de contacto o la urticaria gigante, aunque
mencionados antes. ambas evolucionan sin fiebre y se asocian con pru­
La lesión inicial es una pápula eritematosa que rito. La erisipela de la pierna deberá diferenciarse
se extiende progresivamente en forma circular y del eritema nudoso, la tromboflebitis, el eritema
a vcces adquiere bordes sobreelevados (rodete). polimorfo exudativo, el eritema indurado, el eri­
La piel se halla indurada debido al edema provo­ tema solar y el eritema crónico migrans de la en­
cado por la obstrucción linfática regional. El lí­ fermedad de Lyme. Este último es indoloro, pro­
mite entre la piel sana y la lesión es nítido, y el gresa con lentitud y la fiebre es escasa.
centro de ésta, menos congestivo. En los casos El tratamiento de elección es la penicilina G
graves se observan vesículas, flictenas y a veces por vía intramuscular, en dosis de 1.000.000 UI
evoluciona a la necrosis. cada 6 horas, o fenoximetilpenicilina (penicilina
Los síntomas son tensión dolorosa local, ardor V) 1.000.000 a 1.500.000 UI por vía oral cada 6
y escozor más o menos intensos. Las lesiones se horas. En los alérgicos a la penicilina se admi­
localizan más comúnmente en las extremidades nistrará eritromicina, 250 a 500 mg cada 6 horas
y con menos frecuencia en la cara. Los ganglios por vía oral o claritromicina, 500 mg cada 12
regionales están aumentados de tamaño, son do­ horas por vía oral o IV, o roxitromicina o azitro-
lorosos y persisten varios días después de la des­ micina en las dosis habituales.
aparición de la placa de erisipela.
Si bien hay factores predisponentes, com o
ERITRASMA
estasis venosa, paraparesia, diabetes y alcoholis­
mo, en la mayoría de los casos la puerta de entra­ El eritrasma es una infección superficial de la
da se desconoce. Puede originarse en trauma­ piel, cuya localización habitual es la zona geni-
tismos locales, úlceras cutáneas, abrasiones de la tocrural. Son máculas pruriginosas, de color par­
piel, psoriasis, eccema e intertrigos, en especial el do rojizo, con descamación fina. Con la lámpara
interdigital de los pies. Una importante causa de Wood se observa una fluorescencia rojo coral
predisponente es el linfedema debido a la exéresis característica. Es más frecuente en hombres y
de los ganglios axilares en la cirugía del cáncer sujetos obesos y diabéticos. El agente etiológico
mamario. es C orynebacterium minutissimum^ bacilo gram-
La evolución espontánea de la erisipela se com­ positivo cultivable en medios aerobios. El exa­
pleta en 6 a 8 días y después aparece la descama­ men directo del raspado de la lesión muestra el
ción, cuya importancia está en relación directa microorganismo en gran cantidad.
con la intensidad de la lesión. El diagnóstico diferencial debe hacerse con las
En los casos graves la evolución puede pro­ m icosis de la zona crural, que son procesos más
longarse hasta 15 días por extensión de la lesión profundos y sintomáticos.
inicial, con aparición de celulitis, necrosis y co­ El tratamiento consiste en la administración de
lecciones purulentas. Son frecuentes las recidivas eritromicina, 500 mg cada 6 horas o claritromicina,
en la misma zona, las cuales originan obstruc­ 500 mg 2 veces por día por vía oral durante 8 a 10
ciones linfáticas, linfangiectasias y edema cróni­ días. El tratamiento tópico consiste en la aplica­
co, que predisponen aun más a la recidiva. ción de solución acuosa de clindamicina al 2%.
w

m
238 □ Prim era parte - Generalidades - Síndromes clínicos

Se trata con penicilina o macrólidos en las mis­


INTERTRIGO
mas dosis que las utilizadas en la erisipela.
El intertrigo es una dermatitis que ocupa los
pliegues cutáneos y los excede varios centíme­
CELULITIS
tros hacia ambos lados de los mismos. Es debido
a la acción traumática del roce, la vestimenta, la Se manifiesta com o una lesión eritematosa,
<•
maceración de la piel por la transpiración, el uso caliente, dolorosa, de bordes mal delimitados y
m de detergentes (sobre todo en manos) u otros fac­ sin rodete. Los agentes etiológicos más frecuen­
tores que irriten la piel de la zona y que provo­ tes son Síreptococcus pyogenes y Staphyíococcm
quen una inflamación de la piel con eritema. Pos­ aiireus. La extensión precoz, la linfangitis, la for­
teriormente se agregan microorganismos, en ge­ mación de bullas y la aparición de adenopaiías
« neral, hongos o bacterias. Las localizaciones más regionales sugiere la infección estreptocócica; er
frecuentes son el intertrigo retroauricular (estrep­ cambio, la infección estafilocócica se caracteri­
tococos, estafilococos), el intertrigo submamario za por edema importante, dolor y a veces trombo­
# (cándida), el intertrigo interdigital en manos, en flebitis regional.
general entre anular y meñique (cándida), el de Las celulitis producidas por mordeduras de
# los pies, predominante entre el cuarto y quinto animales pueden ser causadas por Pasteiirelk
dedos (hongos, bacterias). m ultocida, y las provocadas por mordedura hu­
>• El tratamiento se realizará en base a los hallaz­ mana, por E ik e n e lla corroclens. Aerom onas
gos microbiológicos, pero en los períodos inicia­ hyárophila y Vibrio m arinus causan celulitis al
les deben atenuarse los fenómenos inflamatorios contaminar heridas durante el baño en cursos de
>« de la piel mediante baños y fomentaciones con agua dulce o salada, respectivamente. Estas hipo-
antisépticos suaves y polvos secantes, para lue­ dermitis pueden evolucionar hacia la abscedacióH
go de establecida la etiología, aplicar cremas con y posterior fistulización.
los antimicrobianos indicados. El diagnóstico bacteriológico puede establecer­
se tomando muestras de la superficie de la heri­
da o por punción aspirativa del tejido celular sub­
ERISIPELOIDE
cutáneo, del ganglio regional o de la bulla. Se
m El erisipeloide, también llamado «mal rojo del practicará el examen directo con tinción de Gram
cerdo», es una infección cutánea, de aspecto si­ y los cultivos en los medios adecuados. Con fre­
# milar a la erisipela, que afecta sobre todo a suje­ cuencia los hemocultivos son negativos. El tra­
tos que manipulan peces de agua salada, crustá­ tamiento con antimicrobianos se indicará de
ceos, carnes de aves o vacunos, o pieles de ani­ acuerdo con el antecedente epidem iológico y los
males. Su agente etiológico es E rysipelothrix hallazgos del laboratorio. Si se formaran colec­
rhusiopatliiae, un bacilo grampositivo que pocas ciones purulentas, está indicado el drenaje qui:
# veces se halla en el examen directo de los frotis rúrgico.
de la lesión, pero que puede detectarse en culti­
m vos de la biopsia de su borde.
MICOBACTERIOSIS CUTÁNEA
La puerta de entrada es alguna excoriación o i
m La mayoría de las especies patógenas de las
herida cutánea pequeña, por lo general en las
« manos. Luego de un período de incubación de 5 micobacterias atípicas pueden ser causa de en^
a 7 días aparece una zona violácea, que se ex­ fermedad cutánea, aunque las más frecuentes son:
# tiende en forma periférica, posee bordes bien M ycobacterium m arinum y M. ulcerans.
delimitados y sobreelevados, y en su parte cen­ Aquí se describirán el granuloma de las pisci­
tral es más clara. La lesión es dolorosa y no se nas, peceras o acuarios y la micobacteriosis cu--
ulcera. El diagnóstico se basa sobre todo en los tánea ulcerosa o úlcera de Buruli.
m antecedentes epidemiológicos. El granuloma de las piscinas se produce a las
El diagnóstico diferencial debe hacerse en par­ dos o tres semanas del contacto con agua conta­
ticular con la erisipela. minada en esos estanques y en general asienta
v9

#
Capítulo 27 - Infecciones de la piel y parles blandas □ 239

I?
¡ sobre lesiones o heridas previas. La lesión ini- treptococcus spp y Peptococcus. Estos últimos
i cial es una pápula violácea en nnanos o zonas están presentes como flora única o en infecciones
! expuestas y evoluciona hacia una úlcera costrosa mixtas, asociados con enterobacterias como E. coli,
¡; -yg cuando cura lo hace con la formación de una Klebsiello, Proíeiis, Enrerobacter y, raramente,
■ cicatriz. Las lesiones pueden ser únicas o múlti- Pseiidom onas aeriiginoso (fascitis necrotizante
‘ pies y a veces a partir de ellas aparecen lesiones tipo I). La gangrena hemolítica estreptocócica es
: ascendentes que simulan una esporotricosis. Es provocada por estreptococos del grupo A, que en
importante el antecedente epidem iológico de ha­ ocasiones se asocian con Staphyhcoccus oureus
b e r limpiado un estanque de peces. Las piscinas (fascitis necrotizante tipo II). Cuando la fascitis
¡ 'únicamente son una posibilidad si el agua no está necrotizante compromete los genitales masculinos
clorada. El diagnóstico se realiza con el aisla­ o el periné en la mujer, se denomina gangrena de
miento del microorganismo (A/, m arinum ) del Fournier.
•kuliivo de la biopsia y de la secreción de la úlce- Los abscesos pueden presentarse como com­
ra, además del estudio histopatológico de la le- plicaciones de inyecciones intramusculares o sub­
í-sión. El tratamiento se basa en una combinación cutáneas. El principal agente etiológico en estos
^ de rifampicina y etambutol o en monoterapia con casos es Staphylococcus aureus, aunque en for­
¡{doxiciclina, claritromicina o SMX/TMP durante ma ocasional pueden provocarla bacilos gramne-
i.- por lo menos tres meses. gativos facultativos o anaerobios.
' La micobacteriosis cutánea ulcerosa o úlcera En adictos a drogas intravenosas es frecuente
^ de Buruli, infección provocada por M. uicerans. el hallazgo de abscesos subcutáneos causados por
■; es una afección rara, más frecuente en zonas tro- microorganismos anaerobios y estreptococos,
h picales, que se manifiesta por úlceras anfrac- como consecuencia del hábito de destapar la aguja
^ luosas de crecimiento rápido, con amplias zonas soplándola con la boca.
f. de necrosis grasa subcutánea, que se localizan en Los abscesos autoinducidos, en pacientes con
'j. las extremidades pero respetan palmas y plantas. patología psiquiátrica, son polimicrobianos y se
i\El diagnóstico se realiza com o ya fue señalado deben a la autoinoculación con flora oral o fecal;
más arriba. El tratamiento también es como en la los abscesos por autoinoculación de material ex­
micobacteriosis anterior. traño sin contaminación bacteriana son estériles.
Staphylococcus aureiis es el agente etiológico
más frecuente en los abscesos secundarios a fo­
í ABSCESOS
f cos contiguos, como osteomielitis aguda hemató-
i - Las infecciones bacterianas que comprometen gena, o por osteomielitis crónica con formación
‘ los tejidos blandos -p iel, tejido celular subcutá- de secuestros y trayectos fistulosos que drenan
: neo, fascias y músculo esquelético- y que evolu- al exterior. En otras ocasiones los abscesos son
; clonan hacia la abscedación no son fáciles de cía- una complicación de piodermitis primarias, como
{•sificar, dada la gran superposición de cuadros foliculitis, forunculosis y celulitis por Staphylo­
¡ clínicos. Éstos no sólo están determinados por la coccus aureus; por lo general son secundarios a
Mocalización y la extensión de la infección, sino defectos de las células fagocíticas o a hematomas
i .también por los múltiples agentes etiológicos que postraumáticos con infección secundaria. Tam­
i.con frecuencia producen cuadros clínicos de ca- bién hay que tener en cuenta los abscesos que se
i racterísticas similares. originan en el curso de infecciones bacieriémicas
; Las dos grandes entidades que por lo común o metástasis piógenas infectadas.
evolucionan hacia la formación de colecciones y
l abscesos son la celulitis por clostridios anaerobios
MIOSITIS
; como la provocada por Clostridium peifringens,
; y la celulitis no clostrídica o fascitis necrotizante. Es la infección del músculo esquelético que se
; En esta última, como ya se mencionó, se recono- produce por extensión de infecciones de sitios
; cen múltiples agentes etiológicos, los anaerobios contiguos, como abscesos subcutáneos, heridas
:-no esporulados, como Bacteroides spp, Peptos- quirúrgicas o traumáticas, osteomielitis y úlce­

d’ .
240 □ Prim era parte - Generalidades - Síndromes clínicos

ras por decúbito. El origen bacteriémico es poco de los casos se limita a la fascia del psoas, perc
frecuente. puede extenderse hasta la articulación de la ca
dera. En general es secundario a osteomieliti:
vertebral piógena o tuberculosa, pero también s<
PIOMIOSITIS
observa en casos de infecciones intraabdominalc;
Es la infección bacteriana del músculo esque­ (diverticulitis, apendicitis, abscesos perirrenale;
lético, causada con frecuencia por Staphylococcus o infección de hematomas retroperitoneales).
aureus y caracterizada por la presencia de pus Sus manifestaciones clínicas son fiebre y do
entre los haces musculares. Tiene un comienzo lor abdominal o dorsal, con contractura muscu
brusco, con intenso dolor muscular y edema lo­ lar refleja dolorosa. El signo del psoas (aire entn
cal. En esta infección se reconocen factores pre­ los haces musculares), observado en la radiogra
disponentes, como heridas penetrantes, insufi­ fía, junto con la tomografía computarizada o l¡
ciencia vascular e infección contigua. resonancia magnética permiten el diagnóstico. E
En raras ocasiones Streptococcus p yo g en es hallazgo de calcificaciones sugiere el diagnósti
puede provocar una piomiositis fulminante, que co de tuberculosis. La terapéutica empírica S(
se caracteriza por toxicidad sistémica elevada, indica de acuerdo con la sospecha etiológica y s(
bacteriemia y síndrome compartimental. adecuará según los microorganismos aislados ei
Una escasa proporción de casos de piomiositis los cultivos del material obtenido por el drenaj(
puede ser provocada por otros agentes etioló- quirúrgico o la punción aspirativa.
gicos, com o Streptococcus pneumoniae^ Entero-
coccus^ bacilos gramnegativos, P seudom onas
GANGRENAS INFECCIOSAS
aeruginosa, P. m allei, P. pseudom allei y Aero-
m onas hydrophila. Este último microorganismo Son infecciones graves que se originan en e
se adquiere por contaminación de heridas en cur­ tejido celular subcutáneo, pero después pueder
sos de agua o por contacto con animales acuáti­ comprometer piel, fascias y músculos, ademáj
cos. Evoluciona rápidamente, con dolor local, de generar una toxicidad sistémica importante j
edema marcado, gas entre los haces musculares mortalidad elevada. Aquí serán consideradas h
y fascias, formación de ampollas serohemáticas, gangrena p o r clostridios, la fa sc itis necrotizanu
gran toxicidad sistémica y bacteriemia. El trata­ y la celulitis necrotizante sinérgica.
miento exige una debridación quirúrgica rápida
y extensa, además de una terapéutica antimicro­ Gangrena por clostridios
biana adecuada. La gangrena gaseosa, por clostridios o mione
crosis por clostridios es una enfermedad aguda
de progresión rápida y extremadamente grave
PIOMIOSITIS TROPICAL
caracterizada por necrosis muscular extensa
Esta denominación se debe a que la gran ma­ toxicidad sistémica marcada. En la mayoría d(
yoría de los casos se diagnostican en países tro­ los casos el agente etiológico es C lostridium per
picales. Casi nunca se reconocen factores predis­ frin g en s, bacilo grampositivo, anaerobio obliga
ponentes y el agente etiológico es Staphylococcus do y esporulado. En forma ocasional la gangrení
aureus. El comienzo es agudo, con intenso do­ es provocada por otras cepas de C lostridium
lor, ausencia de toxicidad sistémica y síntomas como C. septicum , C. novyi, C. sordelli, C. his
generales. La linfadenopatía regional es poco tolyticum , C .fa lla x y C. bifermentans.
prominente. Los microorganismos del género Clostridiun
son ubicuos, se encuentran en el suelo, en el air<
y también se hallan, en altas concentraciones, er
ABSC ESO DEL MÚSCULO PSOASILÍACO
el tracto digestivo.
A menudo se produce por extensión de las in­ C lo strid iu m p erfrin g en s sintetiza múltiple
fecciones de estructuras adyacentes, pero es raro enzimas extracelulares, como colagenasa, neura
que se origine por vía hemática. En la mayoría minidasa, hialuronidasa y DNAsa, pero ademá
r
TT
m <k
I; Capítulo 27 ‘ Infecciones de la piel y partes blandas □ 241 ((
lis-.
((
i produce dos toxinas de importancia capital que Los síntomas de la gangrena gaseosa espontá­
■determinan las manifestaciones clínicas. Éstas nea no traumática son fiebre súbita, dolor abdo­ u
:$on la fosfolipasa C (alfa toxina), que produce minal, náuseas y vómitos. El paciente evolucio­
: hemólisis, destrucción plaquetaria, daño capilar na con rapidez al shock, con falla multiorgánica (C
muerte por falla multiorgánica, y una hemo- y evidencia de zonas de mionecrosis en sitios
¡ilisina (perfringolisina O), responsable de hipoten- distantes. En la gangrena gaseosa uterina el cua­
i sión profunda y bradicardia sostenida. dro es similar al anterior. En ambas formas la mor­
Las puertas de entrada más comunes son las talidad es elevada.
>asociadas con heridas traumáticas, fracturas ex­ El diagnóstico clínico temprano es de impor­ IC
puestas, aplastamientos, heridas de bala, cirugía, tancia capital para salvar la vida del paciente. Se
en especial del tracto intestinal y la vía biliar, in- basa en la demostración de la mionecrosis, en la f
.yecciones intramusculares y, más raramente, el cirugía y también en el examen microbiológico
/pie diabético y las úlceras por decúbito. En la pa- de los líquidos de punción y de las muestras ob­ i
i togenia son muy imponantes las condiciones lo- tenidas quirúrgicamente, en el que se observan (
kcales de la herida, ya que factores tales como la gran cantidad de bacilos grampositivos y esca­
fchipoxia celular, la presencia de cuerpos extraños, sos leucocitos. En las radiografías se puede obser­ i
lia insuficiencia vascular y la coinfección por otros var la presencia de gas entre los haces y fibras
Ümicroorganismos promueven la replicación de las musculares. La tomografía computarizada tam­ l
] formas vegetativas y la elaboración de toxinas. bién permite evidenciar la presencia de gas, lo
El curso de la infección es fulminante, con sig­ que es útil para evaluar la extensión del compro­ i
nos y síntomas locales e importante toxicidad
ísistémica. £1 período de incubación desde la le-
miso muscular; sin embargo, su indicación pue­
de retrasar el inicio de la terapéutica. Los hemo-
c
Ssión hasta la aparición de los síntomas es habi- cultivos con frecuencia son negativos, dado el (

c
Itualmente de 1 a 4 días, pero en los casos graves bajo porcentaje de formas bacteriémicas. En la
ipuede ser de pocas horas. cirugía el músculo aparece pálido, con aspecto
I El síntoma más temprano es el dolor, que es
'intenso, agudo y se manifiesta aun sin la apari-
de carne cocida, no se contrae al ser escindido y
la superficie muscular no sangra. En general la c
:ción de los signos locales de la infección. En
jminutos o en horas se observa un edema tenso y
extensión de la mionecrosis es mayor que el com­
promiso cutáneo.
c
•se comprueba crepitación con la palpación; la piel El tratamiento consiste en la desbridación qui­ c
:.al inicio se presenta pálida y después se torna roja rúrgica, que debe implementarse con rapidez y
jhasta adquirir color bronce, por último aparecen ser tan extensa y agresiva como lo requiera la <c
Iampollas de contenido hemático y enfisema sub- situación clínica. Todo músculo necrótico debe
c
;cutáneo. De las lesiones manan secreciones sero- ser resecado. En ocasiones está indicada una se­
^hemáticas de olor característico. gunda intervención quirúrgica, ampliatoria de la
X
^ El paciento está desasosegado, sudoroso, la fie- primera, así como la fasciotomía, si existiere un
tbre es escasa o está ausente y la taquicardia no síndrome compartimental. En algunos casos, c
íguarda relación con ella. Librado a su evolución cuando la mionecrosis es extensa, se requiere la
natural el cuadro presenta complicaciones tardías, amputación de la extremidad comprometida, así €
[que consisten en hemólisis intravascular, hemo- como la histerectomía en caso de gangrena gaseo­
iglobinuria, hipotensión refractaria, falla renal, sa uterina. La mortalidad global es del 20% al 25% (
[acidosis metabólica, alteración de la permeabili­ y se reconocen factores de mal pronóstico, como (
dad capilar con anasarca, falla multiorgánica, leucopenia, hemólisis intravascular, falla renal,
coma y muerte. edad avanzada y compromiso de la pared abdo­ I
Dos entidades poco frecuentes merecen men­ minal. La mortalidad sin tratamiento es del 100%
cionarse por su gravedad extrema: la gangrena a las 48 horas del comienzo de los síntomas. 4
gaseosa espontánea no traumática, cuya puerta El antibiótico de elección es la penicilina G,
c
de entrada es siempre el colon, y la gangrena ga­ 10 a 24 millones de Ul/día IV más clindamicina,
seosa uterina, secundaria a aborto séptico. 2.400 mg/día IV. Esta asociación parece ser la c

i
242 □ Prim era parte - Generalidades - Síndromes clínicos

más eficaz para inhibir la síntesis y liberación de que producen gas, como Escherichia cali, Kleb-
toxinas. También son útiles el cloranfenicol, el sieUa y AeromonaSy microorganismos facultati­
mcíronidazol y el imipenem. La utilidad del oxí­ vos como Streptococcus, en ocasiones Staphy­
geno hiperbárico aún está en discusión. lococcus y anaerobios no esporulados, como
Bacteroides, Peptostreptococciis y Peptococcus.
Fascitis necrotizante Al igual que en las formas clínicas descriptas
La fascitis necrotizante es una infección grave antes, hay áreas de extensa necrosis cutánea y de
de la piel y el tejido celular subcutáneo provoca­ tejido celular subcutáneo, con secreción purulenta
da por Streptococcus pyogcnes, a veces en aso­ fétida e importante toxicidad sistémica. Cuando
ciación con Staphylococcus aitreus. Es una afec­ esta afección compromete el pene, el periné y la
ción de comienzo agudo que habitualmente com­ pared abdom inal, se denom ina gangrena de
promete las extremidades y, en orden de frecuen­ Fournier o flemón perineal. A veces es produci­
cia, la pared abdominal, el periné y las heridas da por Streptococcus pyogenes^ y es muy frecuen­
quirúrgicas. Las puertas de entrada más frecuen­ te en pacientes diabéticos y obesos. Los factores
tes son los traumatismos, las picaduras de insec­ predisponentes son parafimosis, extravasación
tos o las quemaduras. Afecta a pacientes con fac­ periuretral de orina, infecciones perianales y
tores predisponentes, como diabetes, insuficien­ perirrectales, traumatismos y cirugía de la zona
cia vascular, alcoholismo o adicción a drogas por (ver el capítulo de Infecciones perineales).
vía intravenosa. En el recién nacido por lo general El tratamiento de elección es la administración
es secundaria a onfalitis. La toxicidad sistémica de ampicilina-sulbactam más gentamicina y la
es importante y la fiebre, elevada; el paciente se desbridación quirúrgica, que debe ser extensa. En
halla hipotenso, taquicárdico, confuso y evolucio­ la gangrena de Fournier la desbridación quirúr­
na con rapidez a la falla muUiorgánica. gica nunca incluye la orquiectomía, ya que la irri­
La lesión inicial comienza como un área erite- gación de los testículos pertenece a otro temto-
matosa, edematizada, de límites poco precisos, rio vascular.
caliente, sensible, dolorosa y sin compromiso lin­
fático. Con el correr de los días la piel en esa área
SÍNDROME DEL SHOCK TÓXICO
se torna rojiza, con zonas pálidas o grisáceas; en 4
ESTREPTOCÓCICO
o 5 días aparecen ampollas extensas con conteni-
do seroso o hemático, y necrosis cutánea. La le­ El agente etiológico del síndrome del shock
sión se caracteriza por la presencia de zonas de tóxico estreptocócico (SSTE) es en la mayoría
anestesia debidas a microtrombosis vascular y de los casos Streptococcus beta hemolítico del
necrosis de los filetes nerviosos, lo que permite el grupo A. Con el advenimiento de los antibióticos,
diagnóstico diferencial con la celulitis provocada la mortalidad de las infecciones estreptocócicas
por Staphylococcus aitreus. disminuyó de manera importante, pero en los úl­
Las formas bacteriémicas invasoras son fre­ timos años se ha observado un aumento en la in*
cuentes, presentan leucocitosis marcada y un sín­ cidencia de fiebre reumática y de infecciones de
drome tóxico similar al provocado por estafilo­ curso fulminante por estreptococos del grupo A,
cocos. La antibioticoterapia es esencial, así como caracterizadas por shock séptico, bacteriemia y
la desbridación quirúrgica. Ésta debe ser amplia, elevada mortalidad (SSTE).
con resección de todos los tejidos necrosados La respuesta inmunológica se ve influencia­
hasia encontrar fascia y músculo sano. da por los factores genéticos relacionados con
La terapéutica de elección es la ampiciiina más m oléculas de clase II del com plejo mayor de
clindamicina o gentamicina, siempre por vía histocompatibilidad y la presencia de aloantí-
intravenosa. genos que interaccionan con linfocitos B, o re­
ceptores de membrana de células T La acción de
Celulitis necrotizante sinérgica las toxinas pirógenas (exotoxinas A, B y C) ela­
También llamada mionecrosis sinérgica, es pro­ boradas por el microorganismo, inducen a las
vocada por la asociación de bacilos gramnegativos células mononucleares a liberar factor de necrosis
r
C apítulo 27 • Infecciones de la piel y partes blandas □ 243

i
tumoral alfa, IL lb, IL6 y otros mediadores de la alta (30 al 70%), el pronóstico mejora si se reali­
inflamación que causan gran toxemia y shock de za el diagnóstico temprano y se implementan me­
elevada mortalidad. didas agresivas de reanimación, tratamiento qui­
Algunos casos se presentan como un síndrome rúrgico y antibioticoterapia adecuada.
de tipo influenza, pero en general el comienzo es El tratamiento consiste en la exploración y
aoudo con fiebre alta, faringitis, escalofríos, mial- desbridación quirúrgica amplia que deben reali­
gias, náuseas, vómitos y diarrea. El cuadro clíni­ zarse tempranamente para determinar la exten­
co se inicia habitualmente con una lesión en sión del compromiso del tejido celular subcutá­
miembros inferiores, con marcado edema, flogo­ neo, fascias y músculo. La primera fase del shock
sis y dolor intenso que progresa rápidamente ha­ responde a la expansión con líquidos pero la agre­
cia un estado confusional con hipotensión y sividad del cuadro y la velocidad con que pro­
shock. Las lesiones evolucionan rápidamente, con gresa requieren de sostén con inotrópicos y de
la presencia de bullas de contenido serohemático asistencia respiratoria mecánica. Streptococcus
de aspecto violáceo que evidencian el compro­ beta hemolítico del Grupo A permanece sensible
miso profundo de los tejidos que a veces se ex­ a los antibióticos betalactámicos, pero éstos pier­
tiende al tejido celular subcutáneo, músculos y den efectividad ante la presencia de grandes
fascias (fascitis necrotizante, mionecrosis). El acúmulos bacterianos (efecto inóculo) en los cua­
paciente en menos de 4 horas se presenta hipo- les la reproducción de las bacterias es más lenta.
tenso, taquicárdico e hiperdinámico por aumen­ La clindamicina es un antibiótico que actúa de
to del gasto cardíaco que produce la sepsis. Ade- manera sinérgica, su acción no se ve afectada por
; más del gran edema local, el aumento de la per- el efecto inóculo, inhibe la producción de toxi­
i meabilidad capilar causado por las toxinas, ori- nas estreptocócicas, la síntesis de proteína M, la
• gina vasodilatación periférica con edema gene­ producción de lipopolisacáridos y el FNT alfa.
ralizado y síndrome de distrés respiratorio del Disminuye de manera importante los mediado­
• adulto. La eritrodermia es difusa y es la causa de res de la inflamación y permite la fagocitosis del
una importante descamación en la convalesencia. estreptococo.
Se reconocen como factores predisponentes del
shock tóxico afecciones virales com o varicela o
SÍNDROME DEL SHOCK TÓXICO
influenza pero en general se origina en una alte­
ESTAFILOCÓCICO
ración de la barrera cutánea tales com o úlceras,
cirugía, laceraciones extensas, quemaduras y le­ El síndrome del shock tóxico (SST) estafilo-
siones por adicción a drogas de uso intravenoso. cócico es provocado por Sraphylococcus auretis
La infección puerperal también puede dar origen productor de toxinas. Las principales toxinas que
al SSTE pero en la mitad de los casos no se co­ originan esta enfermedad multisistémica son la
noce la puerta de entrada. toxina 1 del SST y las enterotoxinas estafilocó-
El diagnóstico se basa en las manifestaciones cicas. El SST estafilocócico es una intoxicación
clínicas y en el laboratorio. El recuento de leuco­ aguda y grave que se caracteriza por fiebre, hipo­
citos no es inicialmente muy elevado dado el ca­ tensión, exantema, falla multiorgánica y desca­
rácter fulminante del cuadro pero se observan en mación en la fase precoz de la convalecencia. Para
la sangre periférica de formas inmaduras, con más que se desarrolle la enfermedad se requiere estar
del 50 % de neulrófiio.s en cayado. El 80% de los colonizado o infectado con una cepa toxigénica
pacientes presentan insuficiencia renal aguda con de S. aureus y no poseer anticuerpos protectores
hipoalbuminemia e hipocalcemia. En los casos contra la toxina elaborada por esta cepa. Esta
de mionecrosis o fascitis necrotizante, la CPK se enfermedad se describió en 1980 en mujeres y
halla elevada. en relación con el uso de tampones durante la
El diagnóstico microbiológico se lleva cabo a menstruación. Posteriormente se observó en si­
través de los cultivos en los medios adicionados tuaciones distintas de la menstruación, en am­
^ de líquido de las bullas o de material de desbri- bos sexos y en todas las edades. El SST estafilo­
; dación quirúrgica. Si bien la mortalidad es muy cócico no menstrual puede deberse a múltiples
244 □ Prim era parte - Generalidades - Síndrom es clínicos

causas tales com o sobreinfección de lesiones lengua despapilada («de frambuesa»). El labo­
cutáneas, quemaduras, picaduras de insectos, ratorio muestra aumento de la urea, hipoalbu-
heridas quirúrgicas, sinusitis agudas y otras le­ minemia, hipocalcemia, hipofosfatemia, elevación
siones colonizadas por una cepa productora de de la creatinfosfocinasa, leucocitosis o leucopenia
toxina. con neutrofilia, trombocitopenia, proteinuria y
Las manifestaciones clínicas de la enfermedad piuría. Al cabo de una semana comienza la desca­
comienzan en general en forma repentina con mación de piel del tronco, brazos y piernas a la
hipertermia, náuseas, vómitos, dolor abdominal, que le sigue la de palmas, plantas y dedos.
diarrea, mialgias, cefalea, odinofagia, hipotensión El tratamiento consiste en mantener el equili­
arterial y la aparición de la eritrodermia maculosa brio hidroelectrolítico y la administración de anti­
característica, que puede ser generalizada o lim i­ microbianos antiestafilocócicos. Si hay heridas
tada a una zona de la piel. Pueden producirse quirúrgicas recientes o evidencias del foco produc­
sufusiones conjuntivales, faringitis eritematosa o tor de toxina debe realizarse el drenaje quirúrgico.

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Infecciones oculares
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Humberto A, M etía €
Ornar J. Palmieri t

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Las infecciones que comprometen el ojo y las el párpado y la destrucción de los folículos de las €,
estructuras vecinas generan alteraciones anato- pestañas.
¿ mofuncionales capaces de poner en peligro la i
I visión e incluso la vida del paciente. Estos he- Orzuelo
• chos y las diferentes formas de comportamiento Es la infección aguda supurativa de las glán­ i,
i de la infección en un área tan sensible, hacen que, dulas de Zeiss o de Molí. Se evidencia como una
<
■ en ocasiones, su tratamiento requiera la interven­ tumefacción circunscripta superficial, eritematosa
ción de un equipo multidisciplinario compuesto y dolorosa, ubicada en el margen palpebral cerca i
por oftalmólogos, infectólogos, clínicos, otorrino- de las pestañas. Es frecuente la recidiva.
laringólogos, odontólogos y bacteriólogos. C
En este capítulo se tratarán las infecciones ocu­ Chalazión
lares desde una perspectiva clinicoinfectológica. Es el absceso de las glándulas de Meibomio.
Se considerarán infecciones palpebrales, con­ Se localiza en el tejido duro y fibroso del tarso;
juntivitis, dacriocistitis, queratitis, infecciones produce más dolor e inflamación que el orzuelo
orbitarias, endofialmitis infecciosas y uveítis in­ y a veces conduce a una celulitis preseptal.
fecciosas.
Tratamiento í .

INFECCIONES PA LPEBRA LES


Se utilizan pomadas y colirios con antibióticos.
En ocasiones es necesario prescribir antimicro­ c
Pueden ser difusas (blefaritis) o localizadas (or­ bianos por vía sistémica e incluso, en el orzuelo x:
zuelo y chalazión). El agente principal es Staphy- o el chalazión, practicar el drenaje quirúrgico.
lococcus aureus. i
CONJUNTIVITIS
Blefaritis 'C
Es la inflamación difusa del párpado o de sus La conjuntivitis es una inflamación que se ca­
bordes. Se evidencia por irritación e inflamación racteriza por vasodilatación, infiltración celular,
con hiperemia del borde palpebral. En la blefari­ y exudación de la conjuntiva bulbar y palpebral. L
tis sebácea o escamosa hay descamación de la Puede ser de causa infecciosa o no infecciosa,
piel, también suele haber otros signos de seborrea como también asociarse al compromiso de otras
en el cuero cabelludo, las cejas y los oídos. La estructuras oculares o perioculares, o ser mani­
blefaritis ulcerativa o estafiiocócica se caracteri­ festación de una enfermedad sistémica. Aquí se c
za por la presencia de ulceraciones pequeñas en tratarán las conjuntivitis de causa infecciosa.
i>

‘J
246 □ P rim era parte - Generalidades - Síndromes clínicos

Etiología Comprometen los márgenes palpebrales y los


Los agentes etiológicos más comunes son bac­ canalículos; la secreción mucosa es escasa.
terias y virus, aunque también pueden ser hon­ Staphylococcus aureus es el agente etiológico
gos o parásitos. más frecuente, cuyas toxinas provocan un exu­
dado que puede involucrar los párpados (blefaro-
Manifestaciones clínicas conjuntivitis). El reservorio de este microorga­
Los signos y síntomas son enrojecimiento con- nismo son las narinas.
juntival, sensación urente o de pesadez, prurito, M oraxella spp originan conjuntivitis angular
lagrimeo y secreción. La disminución de la agu­ crónica, con maceración dérmica en el borde
deza visual, la fotofobia y el dolor sugieren com ­ palpebral externo. Es común en individuos con
promiso corneano. Pueden detectarse folículos, pocos cuidados higiénicos y persiste por años.
membranas o seudomembranas, granulomas o úl­ M ycobacterium tuberculosis, Treponema palli-
ceras. El predominio o ausencia de alguna de es­ dum y F rancisella tularensis pueden originar
tas características, su carácter epidémico o aisla­ conjuntivitis unilaterales nodulares, con tenden­
do, la edad del paciente y su condición física con­ cia a la ulceración, escasa secreción y adenopatía
ducen a la sospecha etiológica y orientan la tera­ preauricular.
péutica.
Conjuntivitis por Chlamydia trachomatis
Co/yuní/V/í/s bacterianas C. trachom atis es una de las principales cau­
Se clasifican en hiperagudas, agudas (catarra­ sas de morbilidad ocular en el mundo. Los sero-
les o purulentas) y crónicas. tipos hallados con frecuencia son A, B y C, que
Las conjuntivitis bacterianas hiperagudas son originan cuadros agudos (conjuntivitis de inclu­
procesos rápidamente progresivos que se mani­ sión neonatal y del adulto) y crónicas (tracoma).
fiestan con hiperemia conjuntival, edema de pár­ La conjuntivitis de inclusión en el adulto es una
pados, abundante secreción purulenta, quemosis, infección oculogenital caracterizada por la pre­
molestias o dolor, con presencia de seudomem- sencia de folículos en la conjuntiva palpebral in­
brana o sin ella. También pueden acompañarse con ferior y adenopatía preauricular. En el neonato
queratitis. los folículos son infrecuentes, y se observa ede­
Dentro de los agentes etiológicos predomina el ma y secreción.
género Neisseria (N. gonorrhoeae, N. meningitidis). El tracoma, causa más común de ceguera de\
Constituyen una urgencia oftalmológica, ya que causa infecciosa en los países subdesarrollados,
pueden conducir a la perforación ocular. N . go- provoca una conjuntivitis folicular crónica que
norrhoeae causa oftalmía neonatal por contami­ lleva a la cicatrización conjuntival, la opacifí-
nación en el canal del parto; otro agente causal cación corneana y la neovascularización.
de este trastorno es C hlamydia trachomatis.
Las conjuntivitis bacterianas agudas integran el Conjuntivitis virales
grupo más importante. Son de inicio brusco pero Se manifiestan como conjuntivitis foliculares
con menor secreción serosa o purulenta que las y presentan escasa secreción serosa, con linfade-
hiperagudas. El cuadro se mantiene durante una nopatía regional o sin ella. Los adenovirus son
semana o menos y su agentes causales más fre­ los agentes habituales de conjuntivitis epidémi­
cuentes en los adultos son Staphylococcus aureuSy cas. El serotipo 8 se asocia con queratoconjun-
Streptococcuspneum oniae y H. influenzae. Es po­ tivitis epidémica, mientras que los serotipos 3 y
sible que también lo sean Streptococcus viridans, 7 producen la fiebre faringoconjuntival. La con­
S. pyogenes y Pseudom onas aeruginosa. La pre­ juntivitis por el virus de la varicela zoster suele
sencia de seudomembranas sugiere la participa­ observarse en el curso de una varicela con enan-
ción de estreptococos o C orynebacterium diph- tema vesiculoso o de herpes zoster oftálmico. El
theriae. enterovirus 70 causa conjuntivitis hemorrági-
Las conjuntivitis bacterianas crónicas son de ca epidémica, con preferencia en la conjuntiva
curso indolente y prolongado (más de I mes). bulbar superior.
C apítulo 28 - Infecciones oculares O 247

Síndrome oculoganglionar de Parinaud


DACRIOCISTITIS
Es una conjuntivitis granulomatosa unilateral
con ulceración o sin ella, adenopatía preauricular Es la inflamación aguda o crónica del saco
y submaxilar que puede supurar, y síntomas ge­ lagrimal. Los gérmenes predominantes son Sta-
nerales como fiebre y quebrantamiento. Persiste phylococcus aiireiis, Streptococcus pyogenes y
durante 4 a 5 semanas. Su patogenia se descono­ Streptococcuspneitm oniae. La dacriocistitis cró­
ce; como agentes etiológicos posibles se citan nica puede ser producida por Candida sp.
Rochalimaea henselae (enfermedad por arañazo Se observa en lactantes o en individuos mayo­
de gato), F ra n c ise lla tiila ren sis, C hla m yd ia res de 40 años que presentan obstrucción del con­
trachomatiSy Sporothrix schenckii, H aem ophilus ducto lagrimal. Provoca lagrimeo y flogosis lo­
(iitcreyi, A c íin o m y c e s is ra e lii, C o cc id io id e s cal. La tinción de Gram y el cultivo del material
inimitis, Yersinia spp, M ycobacterium íubercu' obtenido por expresión del saco lagrimal identi­
losis, Treponema pallidum y otros. fican el germen. El tratamiento comprende com­
presas calientes y antibioticoterapia de acuerdo
Diagnóstico con la etiología. La solución definitiva, en oca­
En los casos leves y moderados no se requie­ siones, depende del tratamiento quirúrgico.
ren procedimientos tendientes a individualizar el
agente etiológico; pero en los graves deben obte­
QUERATITIS
nerse muestras mediante hisopado de los sacos
conjuntivales y escarificación de la conjuntiva La inflamación de la córnea puede deberse a cau­
larsal superior e inferior. Se realizará el examen sas infecciosas o no infecciosas. Entre las últimas
directo con coloraciones de Gram, Giemsa y Ziehl- se citan traumatismos, hipersensibilidad y reac­
, Neelsen, y se cultivarán en medios especiales de ciones mediadas por mecanismos inmunitarios.
acuerdo con la etiología que se sospeche. El sistema de defensa de la córnea se compone
de la película lagrimal, el parpadeo, la posición
Diagnóstico diferencial correcta de los párpados y pestañas, así como el
Las conjuntivitis infecciosas deben distinguir- cierre palpebral adecuado. La secreción lagrimal
sede las manifestaciones oculares asociadas a com- contiene sustancias antimicrobianas como liso-
: promiso sistémico o no, como hiperergia o toxi­ zima, IgA, lactoferrina y otras.
cidad por soluciones de lentes de contacto, próte- Los factores que predisponen a la infección
! sis, cosméticos, atropina, luz ultravioleta, quera- corneana son los defectos en los mecanismos de
toconjuntivitis seca (síndrome de Sjógren), etc. defensa, la alteración de la inervación, los trau­
matismos, el uso de lentes de contacto, las enfer­
Tratamiento medades sistémicas preexistentes, el alcoholis­
En los casos no autolimitados se instilarán so­ mo, la diabetes mellitus, el ojo seco y otras.
luciones tópicas con antibióticos: gentamicina, La virulencia de las bacterias se basa en su ca­
5 tobramicina, eritromicina, ciprofloxacina y otros. pacidad de adherirse al defecto epitelial e inva­
La conjuntivitis por N . gonorrhoeae se trata con dir la estroma, lo cual logran por medio de fim­
ceftriaxona por vía parenteral y lavados oculares brias (estreptococos, estafilococos) y glicocálices
con solución salina normal. La terapéutica de la que se adhieren a receptores específicos. Otras
conjuntivitis por clamidias en el adulto requiere actúan mediante enzimas proteolíticas que licúan
; el uso de doxiciclina por vía oral durante 21 días. la estroma {Pseudomonas spp). Algunos microor­
Las conjuntivitis provocadas por el virus del her­ ganismos, como N. gonorrhoeae y C. diphtheriae,
pes simple o varicela zoster pueden controlarse pueden penetrar en el epitelio corneano intacto.
con aciclovir por vía oral y en pomada oftálmi- La respuesta inflamatoria del huésped causa la
: ca. afluencia de polimorfonucleares desde los vasos
i No ocluir el ojo en los casos de conjuntivitis del limbo corneano y la película lagrimal, neovas-
infecciosa, ya que ello facilita el desarrollo bac- cularización, fibrosis y queratólisis. Todo esto
; teriano. conduce a mayor destrucción tisular, lo que ori­
248 □ Prim era parte - Generalidades - Síndromes clínicos

gina secuelas o complicaciones como cicatrices Las queratitis virales originan secreción serosa
comeanas (leucomas) o perforación. o acuosa. El virus del herpes simple -agente más
Las queratitis virales pueden originarse por vía común de opacidades corneanas en los países
exógena, a partir del contacto con las manos, o desarrollados- tiene la característica de provo­
por vía endógena, desde la vía aérea superior o car queratitis recurrentes, de las que hay tres for­
por trayecto neurógeno. Los virus destruyen el mas de presentación: queratitis epitelial (dendrí-
estroma y el epitelio por replicación in situ. tica, geográfica), queratitis parenquimatosa (es-
Las queratitis micóticas requieren la alteración tromal) y queratitis disciforme (edema del estroma
previa del epitelio comeano. de forma circular). Durante el curso del herpes
zoster oftálmico hay queratitis si se afecta la rama
Etiología nasociliar. Puede sospecharse ante lesiones dérmi­
Los agentes bacterianos más comunes en la cas del ala de la nariz (signo de Hutchinson).
actualidad son estafilococos, estreptococos, Pseu- La queratoconjuntivitis epidémica por adeno-
dom onas spp y enterobacterias. En circunstan- virus se presenta con ojo rojo y doloroso, con
cias especiales (uso de lentes de contacto) pre­ adenopatía preauricular, y es unilateral.
dominan Pseudom onas aeruginosa y Staphylo- Las m icosis originan una queratitis con infil­
coccus spp. La conjuntivitis por N . gonorrhoeae trado bl^ q u ecin o leucocitario, de bordes desfle­
no tratada puede ser causa de queratitis. cados (filamentos fúngicos) en el estroma y le­
M. tuberculosis y T. pallidum desencadenan siones satélites. Son de curso prolongado y difí­
queratitis intersticiales provocadas por la respues­ ciles de erradicar.
ta inmune del enfermo. Asimismo, el primero de Durante la evolución temprana de la queratitis
estos microorganismos se asocia con úlceras de por A ca n th a m o eb a se observan ulceraciones
curso crónico. epiteliales focales y multifocales pleomorfas. Una
Los virus que con más frecuencia causan que­ vez establecida la infección, se observa un infil­
ratitis son los del herpes simple tipos 1 y 2, y los trado estromal anular, completo o no. Siempre
de la varicela zoster. Los tipos 8 y 19 de adenovi- causa dolor y puede asociarse con escleritis.
rus causan queratoconjuntivitis epidémica. Este protozoo se ubica profundamente en el
La frecuencia de queratitis micóticas está en parénquima, lo que dificulta la investigación diag­
aumento; los agentes etiológicos más comunes son nóstica. O nchocerca volvulus provoca hiperemia
Fusarium solani, Aspergillus spp y Candida spp. conjuntival, lagrimeo excesivo y fotofobia, como
Dentro de las queratitis parasitarias, Acantha- consecuencia de la invasión de las microfilarias
moeba -una ameba de vida libre- es reconocida al segmento anterior. Al morir las larvas se desen­
con frecuencia crecien te com o causante de cadena una reacción inflamatoria grave, que lleva
queratitis en sujetos que usan lentes de contacto. a la queratitis esclerosante y a la ceguera luego de
En los tejidos se la encuentra en dos formas: años de exposición a la alta carga parasitaria.
trofozoítos y quistes. Esta última la hace resis­
tente a condiciones adversas, por lo que su erra­ Diagnóstico
dicación es difícil. Ante la sospecha de queratitis microbiana, la
escarificación comeana debe realizarse con la es*j
Manifestaciones clínicas pátula de Kimura, que requiere anestesia local. ¡
L os síntom as capitales de la inflam ación La muestra se tiñe con coloraciones de Gramj
comeana son dolor, fotofobia y disminución de Giemsa, Ziehl-Neelsen y metenamina de plataj
la visión, a los que se agregan características pro­ se cultiva en medios con agar-chocolate, agar-san-
pias de los patógenos responsables. gre, tioglicolato, Sabouraud, Lówenstein-Jensen
En las queratitis de causa bacteriana se obser­ u otros medios rápidos para micobacterias, y en
va edema palpebral, secreción, edema de córnea medios para anaerobios. Si se aísla el microorga­
y ulceración del epitelio. Pseudom onas aerugi­ nismo y no hay evolución favorable, puede sei
nosa provoca úlceras superficiales amplias que necesaria una queratoplastia superficial o biop-
progresan con rapidez y exudado mucopurulento. sia comeana. j
C apítulo 28 - Infecciones oculares □ 249
f
Con frecuencia, en las queratitis virales no es
INFECCIONES ORBITARIAS
necesario el cultivo, el diagnóstico se realiza por
el aspecto morfológico de la lesión. Definición
Las infecciones orbitarias -inflam aciones di­
Tratamiento fusas de los tejidos blandos orbitarios, con ex­
El objetivo del tratamiento es eliminar el agente cepción de los componentes oculares propiamen­
infeccioso y reducir con rapidez la inflamación, te d ich os- incluyen la celulitis orbitaria y la ce-
para prevenir el daño estructural. lulitis preseptal.
Los antibióticos se administran por vía tópica,
subconjuntival y sistémica. Celulitis orbitaria
La primera incluye colirios disponibles en el Este proceso infeccioso es retroocular y retro-
comercio, soluciones con alta concentración (for­ septal. Suele ser secundario a sinusitis, dacrio-
tificados), ungüentos y lavados continuos con so­ cistitis agudas, infecciones dentarias, cuerpos
luciones de antibióticos. extraños intraorbitarios (traumatismos o cirugía
Las vías venosa e intra-muscular se reservan previa), septicemias, meningitis u otros procesos
para queratitis supurativas graves en las que hay sépticos.
amenaza de perforación. Para iniciar un trata­
miento empírico o ante infecciones mixtas se uti­ Etiología
lizará una cefalosporina de primera generación El agente causal varía de acuerdo con el foco
(cefazolina) asociada a gentamicina. de origen, la edad del huésped, las enfermedades
En lo posible se indicará la antibioticoterapia subyacentes y el estado inmunitario.
de acuerdo con el microorganismo aislado y su En las celulitis orbitarias relacionadas con si­
sensibilidad. nusitis agudas predominan las especies únicas,
En la queratitis intersticial por Treponem a como Streptococcus pneum oniae, S. pyogeneSy S.
pallidum el curso de la inflamación no es inñuen- viridans^ Staphylococcus aureus, H aem ophilus
ciado por la penicilinoterapia. Ésta reduce la pro­ influenzae y M oraxella catarrhalis.
babilidad de recurrencia y el compromiso del otro Cuando se originan en sinusopatías crónicas,
ojo. Un concepto equivalente se aplica en el caso se aísla flora polimicrobiana aerobia y anaerobia:
de M. tuberculosis. S tr e p to c o c c u s a lfa h em o lítico , H a e m o p h ilu s
La trifluridina y el aciclovir tópicos son útiles influenzae, Veillonella sp, Peptostreptococcus sp,
y seguros en casos de queratitis por los virus del Propionibacterium acnés y B acteroides sp.
herpes simple y de la varicela zoster. La querato- En los casos de diseminación a partir de absce­
conjuntivitis epidémica sólo requiere ciclopléji- sos dentarios, por vía hemática o por contigüi­
eos y lágrimas artificiales. dad, se aísla flora mixta en el 65% de los casos,
En las queratitis micóticas puede usarse natami- anaerobia estricta en el 30% y aerobia en el 5%
cina tópica (en suspensión al 5% ) administrada restante.
con frecuencia horaria. Si no se cuenta con este Ante lesiones con maderas o vegetales hay que
fármaco, se pueden administrar soluciones de considerar la posibilidad de infección por Bacillus
anfotericina B (1,5 mg/mL) o fluconazol al 1%. cereus, N ocardia o agentes micóticos.
El tratamiento de este trastorno requiere con En niños menores de cuatro años (entre seis
frecuencia un enfoque medicoquirúrgico (quera- meses y dos años) es frecuente la participación
toplastia). Se utiliza propamidina en combinación de H. influenzae tipo b a partir de otitis, rinofarin-
con antifúngicos (im idazoles) y antibióticos gitis, sinusitis o infecciones sistémicas (menin­
(paromomicina, neomicina). gitis, bacteriemias).
El uso de corticosteroides es controversia! y
requiere antibioticoterapia previa; en las queratitis Man/fesíac/o/ies clínicas
virales están formalmente contraindicados. Los hallazgos sem iológicos más importantes
de la celulitis orbitaria son edema palpebral y
conjuntiva!, proptosis (desplazamiento anterior
250 □ Prim era parte - Generalidades - Síndromes clínicos

del globo ocular), ofialmoplejía extrínseca y, en La tomografía helicoidal de alta resolución


ocasiones, disminución de la visión. permite individualizar imágenes óseas patológi-
En adultos y niños mayores de cuatro años se cas no observables con la tomografía computa­
registran antecedentes de infecciones de las vías rizada convencional.
aéreas superiores. Más de dos tercios presenta Las imágenes por resonancia magnética son el
evidencias radiológicas de sinusitis. mejor método para detectar materiales orgánicos
El inicio en general es agudo, pero puede de­ dentro de la órbita y diferenciar entre la natura­
morar semanas en manifestarse. Comienza con leza hemática o purulenta de una colección.
síndrome febril, cefalea, tumefacción de la piel
próxima a los senos comprometidos, edema, eri­ Diagnóstico diferencial
tema, dolor palpebral y quemosis unilateral, ade­ Se establece entre procesos infecciosos y no
más de los signos citados previamente. infecciosos. Dentro de los primeros se incluyen
La extensión del proceso infeccioso puede con­ la celulitis preseptal (no presenta proptosis ni
ducir a celulitis preseptal, absceso subperióstico, oftalmoplejía), la panoftalmitis, que puede origi-
absceso orbitario y trombosis del seno cavernoso. .nar una celulitis orbitaria; el absceso orbitario o
La trombosis del seno cavernoso debe sospe­ subperióstico, las dacrioadenitis virales y el quiste
charse en presencia de síndrome septicém ico, hidatídico. Entre los no infecciosos están el seu-
obnubilación, afectación unilateral al inicio que dotumor inflamatorio orbitario, que determina
con rapidez se hace bilateral, parálisis oculomo- lesiones perioculares ocupantes de espacio-idio-
toras, exoftalmía, edema de los párpados, inten­ páticas, no neoplásicas y de curso recidivante-
so edema conjuntival (quem osis) y síndrome capaces de llevar a la fibrosis de los tejidos orbi­
apical orbitario. Este último está constituido por tarios; y los tumores: quistes dermoides, infiltra­
oftalmoplejía, disminución de la visión e hipoes- ción de la órbita por linfomas o leucem ias, y
tesia trigeminal (rama oftálmica). rabdomiosarcoma.

Diagnóstico Celulitis preseptal


Entre los datos de laboratorio se destaca la Es la infección del tejido celular anterior al septo
leucocitosis con desviación a la izquierda. En los orbitario. Puede originarse en la infección de los pár­
pacientes menores de cuatro años, los hemocul- pados o estructuras vecinas: blefaritis, orzuelo, cha-
tivos son útiles para aislar el o los agentes etio- lazión, dacriocistitis aguda o conjuntivitis grave. .
lógicos. En los adultos, para identificar el micro­
organismo causal es necesario recurrir al drenaje Etiología
y cultivo del material de los senos paranasales in­ Los microorganismos hallados con más frecuen­
fectados, abscesos orbitarios o cualquier otro foco. cia son 5. aureus y Streptococcus betahemolítico.
El diagnóstico por imágenes debe incluir estu­ En casos originados en mordeduras humanas se
dios radiológicos y tomográficos, con indepen­ aislaron Peptostreptococcus y Bacteroides sp.
dencia del grado de proptosis.
Se solicitarán placas con incidencias frontona- Manifestaciones clínicas
sales y mentonasales; laterales para nasofaringe El paciente presenta dolor, edema palpebral,
y dentarias. quemosis e inyección conjuntival. Se hallan au­
La tomografía computarizada debe incluir cor­ sentes la oftalmoplejía, la proptosis y la dismi­
tes axiales y coronales, para explorar estructuras nución de la visión, característicos de la celulitis
orbitarias y sinusales. La presencia de nivel lí­ orbitaria. El grado de edema palpebral no puede
quido se considera una evidencia definitiva de correlacionarse con la presencia o ausencia de
absceso. También se pueden demostrar abscesos celulitis orbitaria.
focales dentro del espacio cónico de la órbita. Con
técnica de ventana ósea es posible visualizar de­ Diagnóstico diferencial
fectos óseos que constituirían la puerta de entra­ Dentro de las enfermedades no infecciosas de­
da de la infección. berán considerarse el angioedema: reacción de
H'- C apítulo 28 - Infecciones oculares O 251

I: [lipersensibilidad tipo I, constituido por un ede­ traumatismo penetrante. Las endoftalmitis exó­
ma blanco, blando, pruriginoso por la exposición genas tienen progresión anteroposterior.
a alérgenos (polen, pelo de animales, etc.); la E n d o fta lm itis endógenas: son metastásicas,
blefaroconjuntivitis por contacto: reacción tipo secundarias a bacteriemia o fungemia originadas
IV con edema eritematoso y eccemátide, y por en localizaciones infecciosas alejadas. Las endof-
último los traumatismos, en los cuales el hema­ talmitis endógenas tienen progresión posteroan-
toma y la disminución de los signos inflamatorios terior.
con el transcurso del tiempo facilitan el diagnós­
tico diferencial. Etiología
El conocimiento de la causa u origen de las en­
Tratamiento doftalmitis permite sospechar el agente etiológico
Tamo en la celuütis orbitaria como en la pre- e implementar una terapéutica apropiada y tem­
septal, antes de realizar la terapéutica antibiótica prana.
se tomarán las muestras para los estudios micro- Los agentes aislados con más frecuencia son
biológicos de material del foco y hemocultivos. los pertenecientes a la microflora de la superfi­
Después se llevarán a cabo los exámenes de ruti­ cie ocular: S. epiderm idis, S. aureus, Pseudo-
na, los estudios por imágenes y la evaluación m onas sp, Proteiis sp.
odontológica.
Dada la gravedad y evolución rápida de estas Endoftalmitis posquirúrgicas agudas
infecciones, el tratamiento empírico inicial debe Se desarrollan dentro de las 2 semanas de rea­
comenzar de inmediato tras la obtención de las lizada la intervención.
muestras para el estudio microbiológico. M ien­
tras se aguarda el resultado de estos estudios Factores predisponentes
-que podrán modificar el esquem a- puede c o ­ Preoperatorios: blefaritis, conjuntivitis, dacrio-
menzarse con la asociación de una cefalosporina cistitis, obstrucción del drenaje lagrimal, colirios
de primera generación (cefazolina) con amika- contaminados, lentes de contacto y focos sépti­
cina, o la combinación de vancomicina con una cos extraoculares.
cefalosporina de tercera generación (ceftriaxona Intraoperatorios: material quirúrgico con este­
o ceftazidima). Si el paciente es alérgico a los rilización deficiente, cirugía prolongada o com ­
betalactámicos, se puede utilizar vancomicina o plicada.
clindamicina asociadas con un aminoglucósido. Del huésped: diabetes e inmunosupresión.
; La cobertura para anaerobios se logra con cua-
lesquiera de los esquemas que incluyan metro- /Wan/fesíac/ones ciinicas
; nidazol o clindamicina. Si se dispone de ampici- Es destacable la rapidez de instalación y pro­
lina-sulbactam o amoxicilina-clavulanato para gresión. Ya a las 12 horas de la cirugía los pa­
; uso parenteral, se los puede usar como agentes cientes suelen referir dolor leve a intenso, con
[ únicos. efecto Tyndall y preservación del rojo pupilar o
f secreción conjuntival, edema comeano, hipopión
neto, sinequias pupilares, exudado masivo en el
' ENDOFTALMITIS INFECCIOSAS
i vitreo, dolor intenso, edema palpebral e imposibi­
I Definición lidad de ver el fondo de ojo a las 36 horas, o panof-
; La endoftalmitis -una forma grave de infección talmitis con síntomas sistémicos a las 48 horas.
- microbiana intraocular- afecta cavidades ocula- Esta característica subraya la importancia que
^ res y estructuras inmediatamente adyacentes, pero tiene el diagnóstico precoz para una resolución
i sin extenderse más allá de la esclera. Según el ori- anatomofuncional óptima.
J gen y progresión de la infección se consideran:
Endoftalmitis exógenas: 1) posquirúrgicas agu­ Endoftalmitis posquirúrgicas crónicas
das, 2) posquirúrgicas crón icas, 3) posqui- También llamadas «de inicio demorado o re­
I rúrgicas asociadas a ampollas filtrantes y 4) pos­ tardado», se producen luego de las 2 semanas del
252 ü Prim era parte - Generalidades - Síndromes clínicos

acto quirúrgico; pero en ocasiones se presentan ampolla, la atraviesan y pasan al interior del glo-
desde ios 7 días hasta meses después de éste. bo ocular.

Etiología Manifestaciones clínicas


Los hallazgos bacteriológicos por orden de fre­ El ojo permanece estable durante años luego
cuencia suelen ser: P ropionibacterium acnés. de la intervención en la que se formó la ampolla,
Candida sp, S. epiderm idis. pero la presentación siempre es aguda. Hay do­
lor, pérdida de v is ió n , in y e c ció n y edema
Manifestaciones clínicas conjuntival, además de material purulento o abs­
Cada agente etiológico origina un cuadro de ceso dentro de la ampolla.
características clínicas diferentes. La instalación
y velocidad de desarrollo de los síntomas es pro­ Endoñalmitis postraum atism o penetrante
pia de cada microorganismo. Etiología
Propionibacterium acnés provoca inflamación En la mayoría de los casos se aísla Staphylo­
posoperatoria que responde parcialmente a la coccus epidermidis; le siguen en frecuencia 5//*ep-
corticoterapia, «con curso fluctuante» de alrede­ tococcus spp, hongos, Staphylococcus aureus y
dor de 3 a 5 meses. Genera focos periféricos blan- otras bacterias, gramnegativas y grampositivas.
quecino-crem osos entre la cápsula y la lente, B acillus cereus es un patógeno común.
iridociclitis granuiomatosa, hipopión y rosario de
cuentas de fibrina en la cámara anterior. fJianifestaciones clínicas
Las infecciones micóticas evolucionan en se­ Dependen de la gravedad del traumatismo ocu­
manas o meses con signos clínicos escasos o nu­ lar y de la concentración del inóculo. El pronós­
los. Se manifiestan por exudados blanquecinos tico se relaciona con el tipo de lesión, el micro­
que progresan en el vitreo anterior (collar de per­ organismo involucrado y el grado de la inflama­
las), en la cápsula de la lente y pueden adherirse ción asociada.
al iris o no; hipopión (constante); no hay dolor y Ante heridas provocadas por vegetales o con­
sí una ligera disminución de la visión. taminadas con tiena cabe sospechar la infección
La endoftalmitis provocada por Staphylococcus por los géneros B acillus o Nocardia. Los sínto­
epidermidis progresa durante las primeras semanas mas comienzan aproximadamente a las 24 horas
con hipopión, vitritis difusa y menor pérdida visual. de producida la lesión, con dolor ocular intenso. J
Evoluciona con rapidez a edema conjuntival,
Endoftalmitis posquirúrgicas asociadas congestión palpebral y, en ocasiones, proptosis.
con ampollas filtrantes En estos casos también hay que considerar una
La infección se produce como complicación de posible infección micótica. El cuadro evolutivo
la cirugía del glaucoma u otra que genere ampo­ es más lento y con menor inflamación que en los
llas filtrantes. originados por bacterias. Los agentes causales
más frecuentes son Fusarium spp y Aspergillus
Etiología spp, aunque también se aíslan C andida spp.
La mayoría de los casos son provocados por
Streptococcus spp y H aem ophilus influenzae. Endoftalmitis endógenas
Otros patógenos son S ta p h ylo co ccu s aureus, Son las menos frecuentes de las endoftalmitis
Pseudom onas aeruginosoy bacterias gramnega- infecciosas.
tivas y hongos.
Etiología
Factores predisponentes. Conjuntivitis bacte­ Streptococcus pneum oniae, Streptococcus spp,
riana, lentes de contacto y colirios contaminados. Staphylococcus aureus, B acillus cereus, N eisse-
ria meningitidis, enterobacterias. Candida spp (en
Puerta de entrada. Los agentes etiológicos pe­ el 12% de los pacientes con candidemia).
netran por la mucosa conjuntival que recubre la
C apítulo 28 - Infecciones oculares □ 253
Ivy•
; Factores predisponentes. Son aquellas condi­ mo de 48 horas, secuestros vitreos, endoftalmitis
ciones que deterioran el sistema inmune o las micótica o por cuerpo extraño intraocular. Los
barreras naturales de defensa: bacteriemia o antimicrobianos se aplican por vía intravítrea,
fungemia (endocarditis, neumonía), antibiotico- subconjuntival, tópica y sistémica. Para la vía
terapia prolongada, uso de fármacos inmunosu- intravítrea, en los casos agudos se prefiere la aso­
presores, presencia de catéteres, maniobras ciación de vancomicina con ceftazidima, ya que
■urológicas y otras. los aminoglucósidos (gentamicina o amikacina)
tienen toxicidad retiniana. Para el uso sistémico
Manifestaciones clínicas pueden utilizarse ciprofloxacina o vancomicina
Varían según el agente causal. Las que respon- asociadas con cefalosporinas de tercera genera­
den a bacterias muy virulentas {Streptococcus ción o ureidopenicilinas (piperacilina, mezloci-
pneumoniae, B. cereus) tienen un inicio brusco, lina), en función de los hallazgos bacteriológicos
con vitritis densa e infíamación intensa de estruc­ y el antibiograma.
turas extraoculares. Staphylococciis aureus ge- En las endoftalmitis de inicio demorado es de
. ñera abscesos focales, únicos o múltiples, en el suma importancia la remoción de exudados en
i? iris o el segmento posterior, con mínima vitritis todo el saco capsular. La terapéutica única con
> y signos inflamatorios. antibióticos intraoculares predispone a las recu­
í Candida sp es el agente más común entre las rrencias, por lo que también debe utilizarse la vía
endoftalmitis micóticas endógenas. Tienen un sistémica.
1 comienzo insidioso, con pérdida visual lenta por En casos secundarios a ampollas filtrantes se
I vitritis y áreas localizadas de coriorretinitis. indican esquemas semejantes a los usados en las
infecciones agudas.
^ Diagnóstico Las inyecciones subconjuntivales se aplican
' Para la recuperación estructural y funcional rodeando la ampolla.
5 óptima es importante el diagnóstico precoz. En Los traumatismos penetrantes deben conside­
los casos de infección secundaría a cirugía ocu- rarse infectados. Es de regla la remoción del cuer­
‘ lar deberán realizarse controles cada 12 a 24 ho- po extraño como también la aplicación de profi­
• ras. Con lámpara de hendidura y ecografía se laxis antitetánica. Por vía intravítrea se indican
evaluarán los signos incipientes de inflamación. vancomicina o clindamicina en asociación con
Ante la comprobación de inflamación debe pro- amikacina, a lo que se suma el tratamiento por
cederse a la toma de muestras por aspiración de vía sistémica.
vitreo o cámara anterior, o de ambos. La siembra Las endoftalmitis endógenas se tratan del mis­
en medios para bacterias (agar-sangre-chocolate mo modo que las agudas. En casos leves pueden
‘ o tioglicolato) y para hongos (sangre o Sabou- administrarse antibióticos sistém icos, mientras
raud-agar-dextrosa) debe realizarse inmediata- que los más graves requieren el resto de las vías
f: mente después de la obtención de la muestra. de administración mencionadas.
El rescate microbiano a partir de cuadros com- Si la etiología es micótica, se usará natamici-
I patibles con endoftalmitis infecciosas no siem- na en suspensión tópica al 5%, anfotericina B o
^ pre es posible. Ello se debe a baja concentración fluconazol por vía intravítrea (en dosis de 5 a
de microorganismos en los líquidos intraoculares, 10 mg y 0,4 mg, respectivamente).
;• demora en el transporte y procesamiento, e insu- Es importante respetar estas dosis máximas,
' ficientes estudios microbiológicos. debido a la posible toxicidad retiniana. A sim is­
mo, por vía intravenosa se administrarán anfo­
Tratamiento tericina B (0,6 mg/kg/día) o fluconazol, en dosis
En las endoftalmitis posquirúrgicas originadas de ataque de 400 mg/día, y de mantenimiento
: en la incisión, ésta se reseca y procesa para culti­ (200 mg/día), según la evolución clínica del pro­
vo y examen histopatológico. La vitrcctomía está ceso.
indicada ante vitritis grave, falta de respuesta a La dexametasona administrada luego del inicio
la antibioticoterapia intraocular durante un máxi­ de la antibioticoterapia, 440 mg por vía intravítrea.
254 □ Prim era parte - Generalidades - Síndromes clínicos

es bien tolerada, además mejora el pronóstico de D iagnóstico. Se considerará el aspecto clíni­


la función visual al neutralizar la acción de las co, neurológico, oftalmológico y epidemiológico,
enzimas proteolíticas y los iones superóxido li­ en la reacción serológica reagínica (VDRL) y en
berados por los neuirófilos. las reacciones específicas (FTA Abs, MHATP).

Tratamiento. Se realiza con penicilina G sódica,


UVEÍTIS INFECCIOSAS
por la vía intravenosa, en dosis de iO a 15 millo­
Definición nes de UI diarias durante 14 a 21 días, como en
Las uveítis son inflamaciones del tracto uveal la neurolúes.
(cuadro 28-1), que, por su constitución conecti-
vovascular, se compromete en numerosas enfer­ Uveítis tuberculosa
medades sistémicas infecciosas o no infecciosas. La enfermedad ocular se desarrolla haya en­
La uveítis puede ser anterior, intermedia, poste­ fermedad pulmonar o extrapulmonar activa o no.
rior y difusa. El proceso inflamatorio suele afec­ Como causa de uveítis es poco frecuente. El ha­
tar e.structuras adyacentes como la retina, el vi­ llazgo más común es una iridociclitis granulo-
treo, la esclerótica y la córnea. matosa crónica, aunque también se observan for­
mas no granulomatosas. En el polo posterior afec­
Uveítis bacterianas ta principalmente la coroides (coroiditis focal o
Uveitis luética multifocal) y a veces origina un gran granuloma
En la actualidad la sífilis es una causa rara de coroideo solitario. También puede provocar con­
uveítis. En la forma adquirida puede afectar el juntivitis granulomatosa o flictenular, y queratitis.
ojo durante el secundarismo, la fase latente o el
período terciario; se manifiesta como iridociclitis, D iagnóstico. Debe investigarse una posible
coriorretinitis o neurorretinitis. afectación sistémica mediante estudios radio-ló­
gicos de tórax, PPD y búsqueda de M ycobac-
terium tuberculosis en exámenes directos y por
cultivos (esputo, lavado broncoalveolar, lavado
Cuadro 28-1. Criterios de clasificación de la inflama-
gástrico, orina). Sin embargo, es casi regla la
ción del tracto uveal.
imposibilidad de certificar el diagnóstico por ais­
Iritis lamiento del bacilo. Se acepta el diagnóstico
Anterior
Iridociclitis cuando se cuenta con antecedentes epidemioló­
Intermedia Pars planitis gicos, sem iología oftalmológica y radiología de
Localización
tórax compatibles, prueba tuberculínica reactiva
Coroiditis
anatómica Retinitis
o hiperérgica, exclusión de otras causas, historia
Posterior de inflamación progresiva refractaria a corti-
Coriorretinitis
coterapia, o respuesta marcada a la terapéutica
Retinocoroiditis
con 300 mg/día de isoniazida durante 3 semanas
Difusa Panuveítis
(test de Schaegel).
Aguda
Forma clínica
Crónica Tratam iento. Requiere igual esquema de tu-
Endógena berculostáticos que una infección sistémica.
Patogenia
Exógena
Uveítis de la lepra
Viral
La única forma que ataca primitivamente el
Bacteriana
Etiología globo ocular es la lepra lepromatosa. Las otras
Micótica
formas lo hacen en forma indirecta, por medio
Parasitaria
de afecciones palpebrales que dejan secuelas en
Granulomatosa los ojos. Origina uveítis anterior que se manifiesta
Histopatología
Nogranulomatosa por iritis aguda o crónica.
i C apítulo 28 - Infecciones oculares □ 255

üt-
Iritis aguda: es provocada por depósitos de coroiditis. Los quistes formados luego del ingre­
inmunocomplejos. Cursa con dolor, fotofobia, so íransplacentario o por vía digestiva se rompen
lagrimeo, blefarospasmo, disminución de la agu­ en los 10 a 35 años ulteriores; ello libera taqui-
deza visual, precipitados queráticos e inyección zoítos que van a alojarse en células retinianas
periquerática. Sus secuelas son sinequias poste­ previamente normales. De este modo se produce
riores del iris, así com o seclusión y oclusión la destrucción sucesiva de diferentes áreas de la
pupiUr. Se asocia con fiebre y tumefacción de retina, con compromiso coroideo y vascular.
las lesiones cutáneas.
Iritis crónica (miliar o nodular): se debe a in­ Manifestaciones clínicas. El niño o adulto acusa
vasión directa de la úvea anterior por bacilos. En disminución de la visión, dolor y disopsias. Con
el margen pupilar hay lesiones brillantes (perlas lámpara de hendidura se detectan vitritis en ca­
del iris) que aumentan de tamaño, coalescen, ad­ sos graves, retinitis necrotizante focal solitaria
quieren un pedículo y caen en la cámara anterior. (en general) o multifocal, periférica a una cica­
Son características de la lepra lepromatosa y es­ triz pigmentada antigua inactiva (lesión satélite).
tán compuestas por histiocitos cargados de baci­ Las lesiones pueden ser solitarias, de tamaños
los. Genera una uveítis neuroparalítica de los variables y en general asientan detrás del ecua­
nervios del iris, por lo que lleva a la atrofia de dor, donde se observan exudados blanco-amari­
este último. llentos con bordes borrosos indiferenciados. Otras
Las complicaciones de las uveítis anteriores son veces, como primeras localizaciones toma el área
la causa más frecuente de ceguera en la lepra. La yuxtapapilar (coroiditis de Jensen) o el nervio
afectación de la coriorretina y el nervio óptico óptico. Sobre el disco óptico se observa una masa
son de evolución tardía y las lesiones del seg­ inflamatoria blanca con derrame vitreo supraya-
mento anterior hacen dificultoso observarlas. cente. La agudeza visual es buena, salvo en los
Consisten en máculas blanquecino-grisáceas o casos en que también hay compromiso de la má­
pigmentadas en el sector periférico. No se obser­ cula o el haz papilomacular. En algunos pacien­
vó correlación entre estas lesiones y la presencia tes la inflamación persiste durante meses a pesar
de bacilos. del tratamiento específico. Lo habitual es la cu­
Otras lesiones originadas por la lepra en el ojo ración del episodio, con cicatriz atrófica de lím i­
son madarosis, queratitis, conjuntivitis, escleritis, tes bien definidos y rodeada de un borde hiperpig-
epiescleritis y cataratas. mentado. Luego del primer ataque suele haber 2
o 3 recidivas durante la vida del paciente.
Tratamiento. La forma aguda, además del tra­ Como consecuencia de esta uveítis se registran
tamiento sistém ico, se trata con midriáticos y pérdidas de la visión por causas directas o indi­
esteroides. La crónica es más resistente al trata­ rectas. Las causas directas son la afectación de la
miento; para resolver las sinequias es necesaria fóvea (mácula), el haz papilomacular o la papila;
la cirugía. Además, se indcará el tratamiento las indirectas son edema macular cistoide, ple-
sistémico para la lepra (ver el capítulo Lepra). gamiento foveal, neovascularización y despren­
dimiento de retina.
Uveítis parasitarias
Uveitis toxoplásmica D iagnóstico. Se realiza con pruebas seroló-
La toxoplasmosis os la causa más frecuente de gicas y angiorretinofluoresceinografía. Los títu­
uveítis infecciosas. Casi la totalidad de los casos los serológicos no sirven para demostrar activi­
se deben a la infestación intraútero. Tiene curso dad, ya que no hay correlación entre éstos y la
crónico con reactivaciones (recurrente). Sólo el producción intraocular de inmunoglobulinas. La
1% de las uveítis toxoplásmicas se deben a in­ negatividad serológica debe inducir la investiga­
fecciones adquiridas luego del parto. Origina ción de otras causas de uveítis. Se emplean inmu-
uveítis posteriores, aunque por reacción inflama- nofluorescencia indirecta (IFI) IgG e IgM. La
:loria puede dar lugar a iritis. presencia de anticuerpos de tipo IgM denota in­
En un sentido patogénico estricto es una retino- fección adquirida en época reciente.
256 □ P rim era parte • Generalidades - Síndromes clínicos

La angiorretinofluoresceinografía puede ev i­ granuloma con abundantes eosinófilos que cau­


denciar actividad infecciosa. sa la destrucción de los tejidos nobles del ojo.

Tratamiento. Son indicaciones absolutas de tra­ M a n ifesta cio n es clín ica s. Provoca diversas
tamiento aquellas lesiones que afecten la mácu­ manifestaciones, de acuerdo con su presentación:
la, el haz papilomacular o la papila, así como la endoftalmitis crónica, granuloma del polo poste­
vitritis grave capaz de llevar a la fibrosis vitrea y rior y granuloma periférico.
al desprendimiento de retina por tracción. Se uti­ La endoftalmitis crónica se presenta entre los
liza sulfadiazina por vía oral - 4 g/día fracciona­ 2 y los 9 años de edad; se observa uveítis ante­
dos en 4 tom as- asociada con pirimetamina por rior leve y vitritis. El pronóstico es malo por sus
vía oral, en dosis de 75 mg el primer día; 50 mg complicaciones (desprendimiento de retina, ede­
el segundo y luego 25 mg/día hasta completar 21 ma macular, cataratas).
días. También se administran 10 mg/día de ácido El granuloma del polo posterior se presenta
folínico, para prevenir la deficiencia de ácido entre los 6 y los 14 años. Es redondo, solitario y
fólico provocada por la inhibición de la dihidro- asienta sobre la papila o haz papilomacular. Pue­
folato reductasa debida a la pirimetamina, con la de distorsionar los vasos.
consiguiente toxicidad medular. Durante el tra­ Las complicaciones son el desprendimiento de
tamiento deberán realizarse controles hemato- la retina y la hemorragia subretiniana.
lógicos frecuentes. El granuloma periférico se presenta entre los 6
Como tratamiento alternativo, en casos refrac­ y los 40 años, es blanco, grande y se localiza so­
tarios o ante toxicidad manifíesta, algunos auto­ bre el ecuador del ojo, o por delante de éste. Es
res recomiendan administrar clindamicina por vía asintomático, salvo que se complique con plie­
oral, en dosis de 1.200 mg divididos en 4 tomas gues retinianos que lo unan al nervio óptico.
diarias.
En todos los casos el tratamiento dura 4 a 6 D iagnóstico. Se tendrá en cuenta la edad del
semanas. paciente, el antecedente epidem iológico de con­
El uso de corticosteroides está indicado siem ­ tacto con gatos o perros cachorros y el aspecto
pre que haya lesiones en actividad, pero hay que oftálmico compatible. El diagnóstico serológico
administrarlos después de haber iniciado el es­ se realiza con enzimoinmunoensayo (ELISA);
quema con los fármacos antiparasitarios. Se uti< adquieren significación los títulos superiores a
lizarán por vía tópica (ante uveítis anteriores aso­ 1/32. Ante una lesión ocular, un título de 1/8 ya
ciadas), subconjuntival (en casos graves) y es significativo. Se tendrá en cuenta en especial
sistémica. La corticoterapia sola o la inmunosu- el diagnóstico diferencial con el retinoblastoma,
presión pueden desencadenar una inflamación dada la similitud clínica de éste con la toxocariasis
fulminante. ocular y las trágicas consecuencias de una ciru­
gía radical innecesaria en el caso de esta última.
Uveítis p or Toxocara
La toxocariosis se produce por la ingestión ac­ Tratam iento. Se utiliza la dietilcarbamicina o
cidental de huevos de Toxocara cati o Toxocara el tiabendazol asociado con corticosteroides. La
caniSy presentes en la tierra u objetos contamina­ muerte larvaria provocada por estos compuestos
dos con heces de gatos o perros. Los huevos eli­ puede llevar a una mayor inflamación por reac­
minados por las heces de esos animales desarro­ ción inmunitaria. Por ello es necesario iniciar el
llan embriones y se tornan infecciosos al cabo de tratamiento con corticosteroides 24 a 48 horas
algunas semanas. Una vez ingeridos por el hom­ antes de tomar los compuestos larvicidas.
bre hacen eclosión las larvas, que atraviesan la La dietilcarbam acina se indica en dosis de
pared intestinal, pasan al torrente sanguíneo y se 2 mg/kg tres veces por día, durante 7 a 10 días;
localizan en diversos tejidos. Permanecen sin el tiabendazol en dosis de 25 mg/kg/día durante
completar su evolución, por no ser el hombre su una semana, repartida en 2 o 3 tomas y la predni-
hospedero habitual. Sin embargo, generan un sona en dosis de l mg/kg/día, con reducción gra-
i Capitulo 28 - Infecciones oculares □ 257

dual durante 2 a 4 semanas. Todos los fármacos ketchup» o también «en pizza». Conduce a atro­
í se administran por vía oral. fia de la retina y afectación del nervio óptico o
desprendimiento de la retina. El diagnóstico de
Uveítis virales certeza es difícil, salvo si se logra aislar el virus
Oveitis por el virus del herpes zoster de sangre, fauces u orina. La serología es muy
Alrededor de un 40% de pacientes con herpes difícil de interpretar, dada la seroconversión que
zoster oftálmico presenta iridociclitis en el ojo se produce durante la segunda década de la vida
afectado dentro de las dos semanas de aparición en una gran franja de población y la alteración
del cuadro herpético. El compromiso del ala de en la producción de inmunoglobulinas en el inmu-
la nariz, dermatoma correspondiente a la rama nodeprimido.
nasociliar (signo de Hutchinson), implica mayor El tratamiento se realiza con 5 mg/kg cada 12
riesgo de iridociclitis o queratitis. horas de ganciclovir por vía intravenosa o con
La iridociclitis no es granulomatosa y presenta 60 m g/kg cada 8 horas de foscarnet por vía
precipitados queráticos finos y efecto Tyndall leve intravenosa.
en la cámara anterior. En forma excepcional se
: ven exudados retinianos amarillos, hemorragias Uveítis micóticas
i; retinianas e infiltrados perivasculares. Uveítis por Candida spp
Candida spp son flora habitual de la piel, la
I D iagnóstico. Se realiza por el cuadro derma- boca, el tracto gastrointestinal y la vagina. Son
I tológico, disestesia o hipoestesia corneana y el causa de enfermedad en huéspedes inmunocom­
t aspecto oftálmico. prometidos, adictos a drogas intravenosas, por­
r. tadores de catéteres, neoplásicos, con sida, o
Tratamiento. Se utiliza aciclovir en forma de en quienes reciben terapéutica prolongada con
; pomada oftálmica. También puede administrarse antibióticos o corticosteroides. Puede provocar
¿ por vía oral o intravenosa, sobre todo en los ca- uveítis anterior, a veces con hipopión; también
f' sos de compromiso dcl segmento posterior. coriorretinitis multifocal con lesiones pequeñas,
redondeadas, ligeramente sobreelevadas y de
Uveitis por virus del herpes simple bordes borrosos. Se asocia a hemorragias con
En algunos casos la iridociclitis se debe a in­ centros pálidos . Si estas lesiones progresan, da­
vasión directa de partículas virales; en otros, a rán lugar a vitritis caracterizadas por colonias
: un fenómeno de hipersensibilidad. Puede mani- algodonosas blancas y flotantes, que al fusionar­
. festarse asociada con queratitis o no. No hay cri­ se por medio de cordones opalescentes se ase­
terio unánime acerca de la incidencia de este tipo mejan a un «collar de perlas».
de uveítis en ausencia de queratitis. El tratamiento Se resuelve en forma espontánea o se desarro­
es competencia del oftalmólogo. Si hubiera afec- llan abscesos del cuerpo ciliar y vitreorretiniano,
i tación sistémica, se indicará aciclovir, como en así como necrosis retiniana con desprendimiento
• el herpes zoster. posterior por tracción.
El diagnóstico se sospecha ante antecedentes
t Uveítis p o r citomegatovirus epidemiológicos con cuadro oftalmológico com ­
Se observa en pacientes inmunocomprometidos patible. La única forma de certificarlo es mediante
y es la principal causa de ceguera en los infecta­ examen m icológico, directo y de cultivos de las
dos por HIV. Origina retinitis crónica difusa, ca­ muestras obtenidas por vitrectomía o punción
racterizada por lesiones blanco-algodonosas a las aspirativa.
que siguen áreas de necrosis granulares blanco- El tratamiento tópico se realiza con natamicina
amarillentas, con edema de todo el espesor de la al 5%. En casos de endoftalmitis o vitritis deberá
retina. Se inician en la retina periférica o en el realizarse vitrectomía más inyección intravítrea
polo posterior y luego coalescen. Coexisten he­ de anfotericina B o fluconazol, siempre que se
morragias retinianas y vasculitis. Por su aspecto respeten las concentraciones para evitar toxici­
se la denomina retinitis en «queso cottage y dad retiniana. A dem ás se utilizarán por vía
258 □ P rim era parte - Generalidades - Síndromes clínicos

sistémica anfoiericina B o derivados imidazólicos poliosis, alopecia areata, disacusia y vitÍligo. Se


(fluconazol, itraconazol o ketoconazol). sospecha que podría tener etiología viral (virus
len to) o por agresión de lin fo c ito s T ante
antígenos comunes de tejidos originados en la
uveítis no in fec cio sas
cresta neural. Es la segunda o tercera causa de
A continuación se mencionarán brevemente al­ uveítis en Japón. Se relaciona con aloantígenos
gunas de las uveítis no infecciosas, a los fines del HLA D R 4 y D R W53.
diagnóstico diferencial con las uveítis infecciosas.
Sarcoidosís. El compromiso ocular se da en
E nferm edad de B ehget. Es una vasculitis el 25% de los pacientes; en la mayoría de los
sistémica, de origen desconocido, que se mani­ casos éstos presentan uveítis anterior. Alrede­
fiesta por uveítis no granulomatosa anterior, pos­ dor de un 25% a 35% son coriorretinitis, que
terior o panuveítis, en general bilateral. Con fre­ pueden resolverse en forma espontánea en un
cuencia se detecta vasculitis retiniana, edema de lapso de 6 a 12 m eses, aunque se registran evo­
mácula y papilitis óptica. Los criterios mayores luciones crónicas.
de diagnóstico son el hallazgo de aftas orales
recidivantes, úlceras genitales, vasculitis cutáneas A rtritis crónica juvenil. Es más prevalente en
y uveítis; los menores son artritis, gastroileoco- las mujeres. La afectación ocular se observa en
iitis, epididimitis y meningoencefalitis. menos del 1 % de los casos en forma de escleritis,
En cierto porcentaje de casos se detecta el epiescleritis o iridociclitis. La lesión tiene la
fenotipo HLA B5, B51 y DR5. histopatología del nódulo reumatoideo y puede
llevar a la perforación del globo ocular.
Enferm edad inflam atoria intestinal. Colitis
ulcerosa y enfermedad de Crohn. Espondilitis anquílopoyética. Prevalece en el
sex o m ascu lin o y e x iste a so cia c ió n con el
Artritis psoriásica. Formas espondilíticas. aloantígeno HLA B27. La uveítis anterior aguda
se observa en el 20% a 30% de los pacientes y
Uveomeningitís (síndrome de Vogt-Koyanagi- puede ser recurrente. En ocasiones es el primer
H arada). Constituido por uveítis, meningitis, síntoma que precede el cuadro poliarticular.

B ib liografía------------------------------------------------
Asociación Catalana de Oftalmología. Infecciones oculares. Nano HD. Atención primaria ocular. 1' ed. Buenos Aires.
Editorial Jims, Barcelona. 1987. 2008.
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Herreras JM y Pastor JC. Endoftalmitis: formas clínicas, Pavan-Laugston D. Manual de diagnóstico y terapéuticas
diagnóstico y tratamiento. McGraw-Hill/lnteramericana, oculares. 2da. ed. Salvat, Barcelona. 1988.
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KanskI JJ y Thomas OJ. El ojo en las enfermedades sisté-
micas. 2da ed. Madrid. 1992.
Infecciones en el paciente
inmunocomprometido
M arcelo E. Corti
Ornar J. Palmieri

de la inmunidad, fundamentalmente debido al uso


INTRODUCCIÓN
cada vez más extendido de fármacos inmunosu­
i Aquí se tratarán las infecciones que se produ­ presores, tanto en el tratamiento de neoplasias
cen en el paciente inmunocomprometido, excep­ oncohematológicas o tumores sólidos como en
to las que se originan en los enfermos HlV/sida, la prevención del rechazo de trasplantes.
las que serán consideradas en el capítulo corres­ Si bien en los últimos años se ha producido un
pondiente. marcado progreso en relación con la profilaxis y
Los estados de inmunodeficiencia incluyen tres el tratamiento de las complicaciones infecciosas,
clases de alteraciones: aquellas que involucran a éstas aun son una importante causa de morbimor-
i la actividad fagocítica de los leucocitos polimor-
talidad que desplaza en muchos casos a la enfer­
fonucleares neutrófilos, las vinculadas con la res­ medad de base com o causa de muerte.
puesta inmune humoral y las asociadas con la La gravedad del cuadro clínico depende del
inmunidad celular. Estas alteraciones de la res­ agente causal y de la intensidad y duración de la
puesta inmunitaria pueden aparecer en forma ais­ inmunosupresión. Las fuentes más probables de
lada o combinada, pueden ser primarias o secun­ infección la constituyen la propia flora endógena
darias a neoplasias malignas, quimioterapia anti- del hospedero y los microorganismos que forman
blástica, administración de inmunosupresores, parte de la flora del ámbito hospitalario. Dichos
infecciones sistémicas o tratamientos prolonga­ microorganismos colonizan generalmente el tubo
dos con corticosteroides. digestivo, las vías urinarias o respiratorias del
Cada tipo de inmunodefíciencia genera un ries­ hospedero (infecciones nosocomiales). Además,
go diferente de infecciones y predispone a dis­ pueden ser producidas por la reactivación de
tintos tipos de agentes etiológicos. Éstos son ha­ patógenos que estaban en estado latente.
bitualmente ubicuos y no suelen ser patógenos
para individuos sanos, por lo que se conocen M ecanism os norm ales de la respuesta inm u­
como microorganismos oportunistas. ne. Los mecanismos normales de defensa del or­
En estas últimas décadas se han incrementado ganismo incluyen los denominados generales o
de manera significativa las afecciones asociadas no específicos y los que proveen una respuesta
con la inmunodefíciencia, en especial por el au­ específica ante un microorganismo determinado.
mento de los pacientes con trastornos adquiridos Diversos factores generales contribuyen a dismi­
260 □ Prim era parte - Generalidades - Síndromes clínicos

nuir el riesgo de que un agente infeccioso ingre­ central, y los macrófagos esplénicos y los de los
se en el hospedero, como la integridad de la ba* ganglios linfáticos. Los linfocitos T y B son los
rrera cutaneomucosa, la flora autóctona normal, responsables de la respuesta inmune específica.
ciertas características genéticas y los anticuerpos Los linfocitos B, o plasmocitos, proveen la inmu-
naturales. Como paso intermedio antes de la res­ nidad humoral mediante la síntesis de anticuerpos
puesta inmune específica, cuando un microorga­ en respuesta a un antígeno dado, el cual ha sido
nismo ingresa en el hospedero se produce la res­ previamente procesado por los macrófagos. Los
puesta inflamatoria, en la que participan los anticuerpos actúan a través de la neutralización
macrófagos circulantes, polimorfonucleares neu- directa de virus o toxinas, por la activación de la
trófilos, basófilos, eosinófilos y monocitos, los vía clásica del complemento o por la opsonización
que son generados por la médula ósea. Estas cé­ del antígeno que facilita la fagocitosis posterior.
lulas son estimuladas por distintas sustancias a La respuesta inmune celular está mediada por los
migrar al lugar donde deben actuar, como el com ­ linfocitos T, que por acción de distintos estímulos
plemento y diversos factores humorales quimio- quimiotácticos llegan al sitio donde deben actuar.
tácticos. Otro grupo de macrófagos se localiza Las células T controlan la actividad de las células
en el denominado sistema reticuloendotelial, del B, facilitan su función (linfocitos T colaboradores
cual forman parte células fagocitarias distribui­ o helpers) o la regulan (linfocitos T supresores).
das en diferentes órganos, como los macrófagos
alveolares, las células de Kupffer en el hígado, M ecanism os de defensa de barrera. La inte­
las células de la microglia en el sistema nervioso gridad de la piel y las mucosas es fundamental
como primera barrera para el ingreso de microor­
ganismos. También es importante la acción de
C u ad ro 29-1. Mecanismos de defensa de! organis­ diversas sustancias, como las enzimas y el ácido
mo. clorhídrico, o que se mantenga el flujo normal
de los diferentes líquidos corporales. Todos es­
Generales o no específicos tos mecanismos pueden ser modificados por dis­
Integridad de )a barrera cutaneomucosa tintos factores, com o la colocación de catéteres
Flora autóctona venosos o arteriales, sondas vesicales o tubos
Características genéticas endotraqueales, la administración de antiácidos
Anticuerpos naturales o la inflamación de todo el tubo digestivo (mucov
Respuesta inflam atoria sitis), así como la obstrucción parcial o total de
Macrófagos circulantes conductos (colédoco, uréteres, etc.).
Sistema reticuloendotelial La mucositis se asocia con los microorganismos
presentes en la boca, tales como estreptococos
Respuesta inmune específica
aerobios y anaerobios. Los estafilococos son los
Linfocitos B (inmunidad humoral)
microorganismos más frecuentes en las infeccio­
Linfocitos T (inmunidad celular)
nes por catéteres intravenosos. Los bacilos gram-
negativos son la primera causa de la neumonía
asociada con la asistencia respiratoria mecánica
C u ad ro 29-2. Infecciones asociadas a déficit de la
inmunidad humoral. y con el uso de sonda vesical.

Causas Micróprgáhísmps Inm unidad hum oral. Diferentes enfermeda­


Mieloma múltiple Streptococcus pneumoniae des se asocian con un déficit en la producción de
Leucemia linfática crónica Haemophilus influenzae anticuerpos o en la actividad de éstos. Entre ellas
pueden citarse el mieloma múltiple, la leucemia
Anesplenia funcional Neisseria meningitidis
linfática crónica, la anesplenia (funcional o ana­
0 anatómica
tómica) y las hipogammaglobulinemias, congé-
HipogammaglobuÜnemia nitas o adquiridas. Los microorganismos que con
congénita o adquirida mayor frecuencia causan infecciones son bacte-
tfí C apítulo 29 - Infecciones en el paciente inm unocom prom etido □ 261
I '
rías capsuladas, como Streptococcuspneumoniae, que con valores de menos de 500 células/mm^
Haemophilus influenzae y Neisseria meningitidis. tienen un riesgo máximo. Son factores predispo­
nentes a las complicaciones infecciosas en estos
I n m u n i d a d celular. Las alteraciones cualitativas pacientes la duración de la neutropenia, la inten­
o cuantitativas de los linfocitos T pueden ser congé-
niias o adquiridas. Dentro de las primeras se encuen­
sidad del tratamiento quimioterápico, el daño de
las barreras naturales como la piel y las mucosas, C
tra la aplasia tímica o síndrome de Di George y la el empleo de catéteres intravasculares, la reali­ c:
hipoplasia del m ism o órgano o síndrome de zación de procedimientos de diagnóstico invasi­
Nezelof. Las adquiridas son más frecuentes y pue­ vos y las afecciones bucodentarias. c
den ser causadas por la infección por el HIV, el La etiología de estas infecciones ha sufrido
linfoma de Hodgkin o el linfoma no Hodgkin, ios cambios con el paso de los años; hasta mediados
tratamientos quimioterápicos o la radioterapia, o el de la década del ’80 predominaban las infeccio­
tratamiento inmunosupresor de los pacientes some­ nes por bacilos gramnegativos; desde la mitad de
tidos a trasplante de órganos. En este grupo de pa­ los años *80 hasta fines de los *90 fueron los co­ t
cientes la mayoría de los microorganismos produc­ cos grampositivos los agentes causales predomi­
tores de infecciones son patógenos intraceluiares, nantes asociados con el empleo más frecuente de {
entre los cuales puede haber bacterias (Listeria catéteres intravasculares y de otros procedimien­
mono’cytogenes, Salmonella sp, Mycobacterium tu­ tos invasivos. Otras causas a tener en cuenta son
berculosis, m icobacterias atípicas, N ocardia la mucositis asociada con la quimioterapia y el
asteroides), hongos (Candida sp, H istoplasm a empleo de quinolonas en los esquemas de profi­
capsulatum, Coccidioides immilis, Cryptococcus laxis antibiótica. Desde finales de los *90 parece
neoformans, Pneumocystis jiroveci), virus de la fa­ observarse un nuevo incremento en la frecuencia
milia herpesviridae y parásitos (Toxoplasma gondii, de infecciones por bacilos gramnegativos.
Cryptosporidium, Microspora). Muchas de estas
infecciones constituyen la reactivación de infec­
ciones anteriores, aunque en algunos casos pue­ Cuadro 29*3. Infecciones asociadas a trastornos de
den ser primarias (cuadros 29-1; 29-2 y 29-3). la inmunidad celular.
Causas - MicrobrganismoS‘V4^5Í"
INFECCIONES EN EL PACIENTE NEUTROPÉNICO Congénítas Bacterias
Los estados de neutropenia (granulocitopenia), Síndrome de Di George asteria monocytogenes
se observan en pacientes con leucemia aguda, Síndrome de Nezelof; Salmonella sp
Adquiridas Micobacterias
aplasia medular o aquellos tratados con quimio­
terapia oncohematológica intensiva. En ellos, son Infección por HIV Nocardia asteroides
muy frecuentes las infecciones por cocos grampo- Ünfomas Hodgkin Hongos
sitivos como Staphylococcus aureus, S. epidermis 0 no Hodgkin Candida sp
dis, Streptococcus alfa y beta hemolíticos y ente- Quimioterapia ' Histoplasma capsulatum
rococos. También son comunes las infecciones por Radioterapia Coccidioides immitis
bacilos gramnegativos como Escherichia coli, Inmunosupresión Cryptococcus
Pseudomonas aeruginosa, Klebsiella pneumoniae, asociada con trasplante neoformans
Enterobacter spp y Proteus spp. Los hongos del de órganos Pneumocystis jiroved '
género Candida, Aspergillus y Fusarium y los vi­ Virus
rus de la familia herpesviridae también pueden Citomegatovirus
comprometer a estos pacientes, en especial, a Herpes simple 1y II
aquellos en los que la neutropenia se prolonga. Virus varicela zoster
1Parásitos
M anifestaciones clínicas. Se considera que un ¡ Toxoplasma gondii
paciente tiene neutropenia cuando la cifra abso­ Cryptosporidium
luta de neutrófilos es menor de LOOO/mm\ aun­ Microspora
262 □ Prim era parte - Generalidades - Síndromes clínicos

Diagnóstico. En los pacientes con neuiropenia ciente tiene colocada una sonda vesical, está indi­
es frecuente la ausencia de síntomas y signos de cada la realización de cultivos de orina. La radio»
inflamación, o bien éstos pueden ser mínimos y grafía de tórax está siempre indicada, aun cuando
hacen que se demore el diagnóstico. Por lo tamo, el paciente no presente síntomas o signos de com­
hay que tener en cuenta la aparición de infeccio­ promiso respiratorio. La punción lumbar en cam­
nes pulmonares que no muestren infiltrados en bio, sólo se hará ante la sospecha de meningoen-
la radiografía de tórax, meningoencefalítis sin cefalitis y en la medida en que la trombocitopenia
respuesta inflamatoria celular en el líquido cefa­ no la contraindique. Toda lesión cutánea debe ser
lorraquídeo, infecciones del tracto urinario sin escarificada o biopsiada para estudio citológico,
piuria e infecciones dermoepidérmicas o del te­ histopatológico y microbiológico.
jido celular subcutáneo sin signos evidentes de Debe tenerse en cuenta que la progresión de la
flogosis (induración, eritema). El examen clíni­ infección en pacientes neutropénicos puede ser
co deberá buscar signos y síntomas sutiles, fun­ rápida y el tratamiento con antimicrobianos debe
damentalmente dolor en los sitios que con más ser precoz tras el inicio de la fiebre. Los pacien­
frecuencia son la puerta de entrada de estas in­ tes neutropénicos, aun sin fiebre, pero con sínto­
fecciones: cavidad bucal, faringe y amígdalas, re­ mas o signos compatibles con un proceso infec­
gión perianal, piel y faneras (región periungueal), cioso también deben iniciar tratamiento con anti­
así como áreas que presenten catéteres vasculares microbianos (cuadros 29-4).
o sitios en los que se hayan efectuado punciones.
La fiebre es con frecuencia el único signo detec- Tratam iento de las infecciones bacterianas
table y obliga a mantener una metodología de diag­ en pacientes neutropénicos. Las bacterias gram-
nóstico posterior al examen clínico que debe in­ posilivas son las responsables del 60% al 70%
cluir: hemocuitivos para bacterias y hongos obte­ de las infecciones documentadas microbiológica-
nidos de una vena periférica y del catéter central. mente en los pacientes con fiebre y neutropenia.
Si existen síntomas o signos de infección urinaria En la selección del tratamiento antibiótico empí­
(alteraciones en el sedimento de orina), o si el pa- rico inicial debe tenerse en cuenta la frecuencia,
el tipo de microorganismos y la sensibilidad a
los aniimicrobianos de los aislamientos de ese
Cuadro 29-4. Infecciones en pacientes neutropénicos. hospital o lugar de internación. El uso de ciertos
fármacos puede verse limitado por los anteceden-''
'l^jcrocírgl^^^
tes de alergia, insuficiencia renal o hepática.
Leucemias Bacterias Aquellos pacientes con bajo riesgo de compli­
Ünfomas Escherichia coli caciones pueden ser tratados por vía bucal, aun­
Tumores sólidos Klebsiella sp que esta vía sólo incluye a aquellos pacientes con
Infiltración tumoral de la Enterobaaer $p fiebre como única manifestación clínica, sin foco
médula ósea \ Serratid sp infeccioso ni signos sistémicos como escalofríos
Fármacos Pseudomonas e hipotensión arterial. También los pacientes en
Infecciones graves aeruginosa fase de recuperación de la neutropenia pueden
Defectos congénitos Staphylococcus aureus recibir tratamiento por vía bucal ya que éste, tie­
Neutropenia cíclica Staphylococcus ne la ventaja de su menor costo, posibilita el trata­
Síndrome de Kostman coagulasa negativos. miento ambulatorio y evita el uso de catéteres, lo
Estreptococos que reduce el riesgo de infección hospitalaria.
Hongos
Entre los regímenes orales, se prefiere la combi­
Candida sp nación de ciprofloxacina más amoxicilina/clavu-
Aspergillus sp lánico, aunque también puede optarse por una
Mücorales fluoroquinolona como monoterapia.
Hongos ambientales En aquellos pacientes cuyas manifestaciones
Fusaríum clínicas indiquen la necesidad de hospitalización
Acremonium y tratamiento por vía intravenosa, puede optarse
C apítulo 29 - Infecciones en el paciente inm unocom prom eiido □ 263
?( -

por tres esquemas con eficacia similar. El prime­ berá asociarse vancomicina u otro glucopéptido
ro de ellos se basa en la monoterapia con una con el régimen terapéutico inicial de los pacien­
cefalosporina de tercera generación (cefiazidima) tes de alto riesgo y suspenderla a las 24 o 48 ho­
o de cuarta generación (cefepima) o un carbape- ras si el diagnóstico no se confirma. La adición
némico (im ipenem /cilastatina o meropenem). de un glucopéptido en forma empírica al régi­
También es útil la asociación de piperacilina/tazo- men inicial estaría indicada en pacientes con in­
bactam como monoterapia, pero ha sido menos fecciones relacionadas con catéteres intravascu-
empleada que las anteriores. En cambio, no es lares como celulitis, tromboflebitis séptica, bacte-
aconsejable en estos pacientes el uso de monote­ riemia, neumonía o meningitis pov Streptococcus
rapia empírica con fluoroquinolonas o aminoglu- pneum om ae resistente a penicilina y cefalospo-
cosidos por vía intravenosa por tratarse de regíme­ rinas o Staphylococcus aureus meticilino-resis-
nes subópiimos. Además, debe observarse en for­ tente.
ma estrecha la evolución de! paciente para detectar Las infecciones asociadas con dispositivos
falla de respuesta que pueda requerir la necesidad intravasculares, por lo general, son causadas por
de añadir otro antibiótico. Los esquemas mencio­ S taphylococcus aureus coagulasa negativos y
nados habitualmente no son activos frente a habitualmente responden bien al tratamiento an­
estafilococos coagulasa negativos, estafilococos tibiótico parenteral sin necesidad de retirar el
meticilino-resistentes, enterococos resistentes a catéter, salvo evidencias de infección del túnel
vancom icina, algunas cepas de neum ococos del mismo o alrededor del dispositivo (celulitis).
penicilino-resistentes y Sfreptococcus viridans. Si luego de 48 a 72 horas de tratamiento no se
Cuando se decide utilizar dos fármacos sin in­ aprecia respuesta a los antibióticos, deberá reti­
cluir un glucopéptido, los esquemas más utiliza­ rarse el catéter vascular, así como también se re­
dos son los que combinan un aminoglucósido tirará en las infecciones provocadas pov Stenotro’
(gentamicina, amikacina) con una cefalosporina p hom onas n w lto p h ilia , P seudom onas a eru g i­
con actividad 2tx\\.\-Pseudomonas (ceftazidima o nosa, enterococos resistentes a vancomicina,
cefepima) o con un carbapenémico (imipenem/ A cinetobacter hauniannii y las fungemias por
cilastatina o meropenem) con una carboxipeni- C andida spp para adecuar el tratamiento al ha­
cilina o ureidopenicilina (piperacilina/tazobactam llazgo microbiológico.
o ticarcilina/clavulánico). En general, cualesquie­ Otra indicación para añadir un glucopéptido al
ra de estas combinaciones ofrece resultados si­ esquema inicial es la mucositis en pacientes que
milares. Las ventajas del tratamiento combinado han recibido quimioterapia intensiva, ya que esta
incluyen el efecto bactericida de ambos fármacos situación incrementa el riesgo de infecciones por
con mínima emergencia de bacterias resistentes estreptococos resistentes a la penicilina (Strepto-
durante el tratamiento. Algunas combinaciones, coccus viridans) como ocurre en los pacientes
como ceftazidima más un aminoglucósido, tie­ en profilaxis con quinolonas. La teicopJonina
nen como principal desventaja, la falta de activi­ aparece en estos casos como una alternativa a la
dad frente a algunas bacterias grampositivas, ade­ vancomicina con menos nefrotoxicidad.
más de su nefrotoxicidad. Cualquier esquema de El linezolid, una oxazolidinona. es otra alter­
tratamiento debe incluir fármacos con actividad nativa para las infecciones por bacterias gram­
frente a Pseudom onas aeruginosa. positivas resistentes, incluso enterococos resis­
La vancomicina debe reservarse para casos de tentes a la vancomicina. Su principal efecto ad­
infección por Staphylococcus aureus meticilino- verso es la mielosupresión.
resistente y no debería formar parle de los es­ La quinupristina-dalfopristina también es efec­
quemas iniciales para no incrementar la tasa de tiva para infecciones por Enterococcus faecium
microorganismos resistentes a vancomicina, en resistente a vancomicina.
especial los enterococos aunque en algunos ca­ La eficacia del tratamiento antibiótico se eva­
sos, puede añadirse posteriormente. Sin embar­ lúa luego de 3 a 5 días de iniciado el mismo; en
go, en aquellos lugares donde predominan las este momento, puede ocurrir que el paciente esté
infecciones graves por cocos grampositivos de­ afebril, con lo cual el esquema deberá mantener­
264 □ P rim era parte - Generalidades - Síndromes clínicos

se un mínimo de 7 días o hasta la negativización más importante para el desarrollo de una micosis
de los cultivos y siempre que el paciente se en­ invasiva es la neutropenia prolongada. La mor­
cuentre asintomático. Lo ideal es que al suspen- talidad asociada con estas complicaciones es muy
der el tratamiento antimicrobiano se haya supe­ alta y oscila entre el 20% y el 40% para la candi-
rado la neutropenia. diasis diseminada y entre el 70% y el 95% para
En caso de que no haya un foco evidente para las infecciones invasoras pov A spergillus El
el origen de la fiebre ni cultivos positivos luego diagnóstico es con frecuencia difícil y requiere
de 48 horas de terapia intravenosa, el tratamien­ un elevado grado de sospecha clínica y una pre­
to se puede continuar por vía oral. Si el paciente coz intervención terapéutica. Como ya ha sido
es de alto riesgo se mantendrá la vía intravenosa. expresado, una opción para aquellos pacientes
En cambio, cuando la fiebre persiste durante neutropénicos con fiebre persistente luego de 3 a
más de 3 a 5 días sin identificación de un patóge­ 5 días de tratamiento antibacteriano de amplio
no bacteriano deberá pensarse en que se trata de espectro, es la adición de un antifúngico. El éxi-j
una enfermedad no bacteriana, de que exista re­ to depende del diagnóstico precoz, de una rápidaj
sistencia del microorganismo o una respuesta len­ iniciación del tratamiento y de la recuperación]
ta a los antimicrobianos utilizados, en la emer­ de la neutropenia. La opción terapéutica es la
gencia de una segunda infección, en inadecua­ anfotericina B tradicional o desoxicolato que
dos niveles séricos o tisuiares del antibiótico, en durante mucho tiempo representó el tratamiento
supuraciones cerradas tales com o abscesos, empírico estándar para estos pacientes. Tiene el
pionefrosis, colecistitis y otras o también, en fie­ inconveniente de la nefrotoxicidad que puede
bre de causa no infecciosa (ver el capítulo Fiebre sumarse al de otros fármacos utilizados (amino-
de origen desconocido). En estos casos podrán glucósidos, glucopéptidos), de la hipokalemia yj
repetirse estudios microbiológicos, evaluar nue­ de los efectos adversos inmediatos en el momen­
vamente los accesos vasculares, repetir la radio­ to de la administración que incluyen: dolor en el
grafía de tórax y agregar ecografía y tomografía sitio de la administración, flebitis, hipotensión,
computarizada de tórax, abdomen y pelvis. Si la mareos, cefalea, sudoración, náuseas y vómitos.
reevaluación no ha aclarado el origen de la fie­ Estos efectos secundarios pueden mitigarse con
bre y el paciente se mantiene estable se puede la administración lenta en no menos de 6 horas y
continuar con el mismo esquema de antibióticos. el agregado de antihistamínicos y antieméticos.^
En cambio, si hay evidencias de enfermedad pro­ Como alternativa se cuenta con las formulaciones^
gresiva o aparece alguna complicación no exis­ lipídicas de la anfotericina B, fluconazol e itraco-i
tente originalmente, se podrán cambiar o añadir nazol. D e las formulaciones lipídicas, la anfoteri-j
nuevos antimicrobianos o añadir un antifúngico ciña B liposomal y la anfotericina B en complejo:
con o sin cam bios en el esquem a de antimi­ lipídico incrementan notablemente los costos de
crobianos. Si el paciente recibía un esquema con la terapia aunque reducen sustancialmente la
uno o dos fármacos pero sin vancomicina, se aña­ nefrotoxicidad, mejoran la tolerabilidad inmedia­
dirá ésta. Si en cambio, recibía un glucopéptido ta y permiten utilizar dosis más elevadas y du­
desde el principio y no se identifica una bacteria rante mayor tiempo. Hay que tener en cuenta que
grampositiva, se puede suspender el glucopéptido el fluconazol no es activo frente a Aspergillus y
y añadir el antifúngico. Otra opción sería suspen­ determinadas esp ecies de C a n d id a y que eli
der el tratamiento si se sospecha que la fiebre es itraconazol sólo puede administrarse por vía oral,
debido a los antimicrobianos. situación que no es siempre posible.
La aparición de nuevos antifúngicos como las
Tratam iento de ias infecciones fúngicas en equinocandinas y el voriconazol permite contar
el p a c ie n te n e u tr o p é n ic o . La in fe c c io n e s con nuevas alternativas terapéuticas para estos
fúngicas invasoras afectan entre el 5% al 25% de pacientes. El voriconazol, que es un triazólico,
los pacientes con neutropenia prolongada, en es­ constituye el tratamiento de elección en la asper-i
pecial en aquellos sometidos a trasplante de cé­ gilosis invasiva. Puede administrarse por vía
lulas madre hematopoyéticas. El factor de riesgo intravenosa o por vía oral; por esta última tiene
I C apítulo 29 - Infecciones en el paciente inm unocom prom etido □ 265

una excelente absorción y biodisponibilidad, riesgo de infecciones graves. Este riesgo, aunque
siempre que se administre fuera de las comidas. con variaciones, persiste toda la vida del paciente.
Se m etaboliza en e l hígado por el sistem a Se encuentran en esta situación aquellos pacien­
enzimático citocromo P-450, por lo que presenta tes esplenectomizados por traumatismos con ro­
interacciones con otros fármacos que compartan tura del bazo (anesplenia anatómica) o por linfo-
esta vía metabóiica. mas, talasemia o hiperesplenismo (anesplenia fun­
La caspofungina es el primer preparado de una cional). También deben ser considerados los pa­
nueva familia de amifúngicos llamados equino- cientes cirróticos con pancitopenia periférica por
candinas que, a diferencia de otros amifúngicos, hiperesplenismo que son sometidos a embolización
actúan sobre la pared celular del hongo inhibiendo esplénica. Ésta es una forma de terapia con menos
la síntesis de l-3b-D-glucano. Este glucano no morbimortalidad que la esplenectomía.
está presente en las células de los mamíferos, lo Son características las infecciones por microor­
que explica la escasa toxicidad de este grupo de ganismos capsulados como Streptococcus pneu-
antimicóticos. Otra equinocandina se incorporó monxae, N eisseria m eningitidis y H aem ophilus
recientemente al mercado farmacéutico, es la influenzae y también ciertas protozoosis como
anidulafungina que también tiene un amplio es* babesiosis y paludismo. El neumococo es la causa
pectro de actividad antifúngica y por su diferen­ del 90% de los episodios de sepsis fulminante en
te mecanismo de acción estas equinocandinas pacientes esplenectomizados y el agente causal
pueden combinarse con otros fármacos como el más frecuente de sepsis y meningitis.
voriconazol o la anfotericina B en pacientes con Desde el punto de vista preventivo, estos pa­
infecciones graves. cientes deben recibir la vacunación frente a neu­
mococo, meningococo, H aem ophilus influenzae
lyatam ientoantíviral en el paciente neutropé- tipo b y virus influenza. La vacunación debe efec­
nlco. En general no hay indicación para adminis­ tuarse al menos quince días antes de una esple­
trarlos en forma empírica, por lo que se reservan nectomía programada o, en caso contrario, quin­
para aquellos casos con diagnóstico documentado ce días después de la cirugía si ésta fue de urgen­
de infecciones virales o para aquellos pacientes cia. Se recom ienda una única revacunación
que presentan lesiones cutáneas o mucosas por el antineumocócica a los cinco años. Algunos auto­
virus herpes simple o varicela zoster, que deben res aconsejan la profilaxis con antibióticos cuya
recibir aciclovir aun en ausencia de fiebre. Como duración va desde los dos años hasta toda la vida.
alternativa terapéutica se cuenta con el valaci- Se utilizan la penicilina oral, ampicilina, amoxi-
clovir y el famciclovir que se pueden administrar cilina/ácido clavulánico o macrólidos.
por vía oral por su'éxcelente absorción y con ma­ El tratamiento de los pacientes esplenectomi­
yor intervalo entre dosis en comparación con zados que desarrollan fiebre debe realizarse
aciclovir debido a su vida media más prolongada. precozmente para evitar la sepsis fulminante. Al
La infección diseminada por citomegalovirus inicio podrá utilizarse penicilina y si se sospecha
y en especial la neumonía, es una complicación la presencia de H aem opilus influenzae produc­
, frecuente de los pacientes sometidos a trasplante tor de betalactamasas y resistente a ampicilina o
de médula ósea. En este caso, el tratamiento de si existe alto riesgo de cepas de neumococo re­
elección es el ganciclovir o el foscarnet. sistentes a la penicilina, el tratamiento se inicia­
rá con cefalosporinas de tercera o cuarta genera­
ción más vancomicina.
INFECCIONES EN EL PACIENTE ANESPLÉNICO

El bazo cumple con dos funciones inmunitarias


INFECCIONES ASOCIADAS CON FÁRMACOS
muy importantes: la primera es la síntesis de
INMUNOSUPRESORES
anticuerpos y la segunda es la depuración de
patógenos del torrente circulatorio en casos de Fárm acos oncohem atológicos. La mayoría de
bacteriemia. Los pacientes con anesplenia ana­ los fármacos utilizados en oncohematología pue­
tómica o funcional presentan un incremento del den producir leucopenia o neutropenia. En algu­
266 □ P rim era parte - Generalidades - Síndromes clínicos
#

o» nos casos suelen asociarse otros factores que fa­ o cocos grampositivos (5. epiáermidis, Streptoco-
cilitan infecciones, como las mucositis asocia­ ccus sp), que producen bacteriemia de origen in­
# das con algunos fármacos. testinal o por la alteración de la barrera cutaneo-
4 » Fárm acos utilizados para evitar el rechazo de
mucosa (catéteres, sonda vesical). En esta etapa
inicial también se presentan infecciones por vi-
# órganos. La inmunosupresión necesaria para dis­ rus del herpes simple. Durante los tratamientos
minuir el riesgo de rechazo de un órgano tras­ de consolidación, como los pacientes tienen inter­
41 plantado requiere el uso de varios fármacos. Uno naciones más prolongadas y han sido expuestos
de ellos, la azatioprina, se asocia con una mayor a antibióticos de amplio espectro, pueden presen­
I» incidencia de infecciones por el virus varicela tarse in feccion es por bacilos gramnegativos
zoster. En época más reciente se han desarrolla­ multirresistentes, hongos, como C andida spp o

do otros fármacos, como la ciclosporina y el AspergiUits spp, y reactivación o primoinfección
m mofetil micofenolato, que disminuyen el riesgo por citomegalovirus.
de rechazo con menor incidencia de infecciones.
m L eucem ias crónicas. En la leucemia linfática
Corticosteroides. Por su uso tan difundido es crónica en particular, las infecciones se asocian
9 posible que sean los agentes inmunosupresores a la deficiencia de inmunoglobulinas. Esta últi­
m de uso más común. Se utilizan como profilaxis o ma puede no estar presente en el momento del
tratamiento del rechazo de órganos y en las en­ diagnóstico, pero con el avance de la enferme­
fermedades autoinmunes. Los corticosteroides dad y la implementación de las distintas medidas
modifican la respuesta inflamatoria al disminuir terapéuticas, la hipogammaglobulinemia se acen­
la circulación y proliferación de los linfocitosT túa y el paciente puede adquirir infecciones del
circulantes, la circulación de los monocitos, como tracto respiratorio superior e inferior (sinusitis,
también la actividad bactericida y quimiotáctica otitis, neumonía), de piel y partes blandas, e in­
de estas células. También actúan en el lecho fección urinaria. Los microorganismos más fre­
vascular, al impedir la migración de los macrófa- cuentes son S. pneum oniae, S. aureus. H. in-
gos a los sitios de la inflamación. flu e n za e y E. coli. La administración periódica
La inmunosupresión asociada con el uso de de gammaglobulina intravenosa disminuye el
corticosteroides está en función de la dosis y el riesgo de desarrollar este tipo de infecciones.
tiempo de administración. Se consideran dosis
inmunosupresoras las superiores a 20 mg/día de M ielom a m últiple. Esta enfermedad se carac­
prednisona o su equivalente durante más de dos teriza por la disminución en la síntesis de inmii-
semanas. noglobulinas, un aumento de su catabolismo y la
deficiente actividad del complemento. En conse­
cuencia los pacientes desarrollan infecciones por
iiSJFECCIONES EN PACIENTES
gérm enes capsulados, en particular S. pneii'
ONCOHEMATOLÓGICOS
m oniae. El tratamiento del mieloma y la neutro­
Leucemias agudas. En este grupo de pacientes penia exponen al paciente a las infecciones que
las infecciones se relacionan con la presencia de se asocian con esta condición.
neutropenia, que se produce como consecuencia
de la infiltración medular o en forma secundaria
INFECCIONES EN PACIENTES TRASPLANTADOS
al tratamiento quimioterápico. Es importante di­
ferenciar si el tratamiento quimioterápico es de Infecciones en receptores de trasplante de
inducción o de consolidación, ya que si bien las órganos sólidos. El trasplante de órganos sóli­
infecciones estarán en relación con la neutropenia dos no sólo ha permitido prolongar la vida, sino
asociada con la quimioterapia, existen variacio­ también el desarrollo de actividades normales a
nes. En el caso de la quimioterapia de inducción muchos pacientes que de otra forma tendrían ries­
las infecciones se asocian con bacilos gramne- go de vida o de padecer enfermedades crónicas
gativos (£. coii, P. aeriíginosa, K. pueum onioe) invalidantes. En la actualidad son cada vez más
Capítulo 29 - Infecciones en ei paciente inm unoconiprom etido □ 267

frecuentes los trasplantes de riñón, hígado, pul­ C uad ro 29-5. Factores asociados con infecciones en
món, corazón, corazón-pulmón, páncreas-riñón trasplante de órgano sólido.
e intestino delgado. Las dos complicaciones más
Tipo de trasplante
importantes de estos procedimientos son el re­
chazo del órgano trasplantado y las infecciones. Técnica quirúrgica
La aparición de infecciones en el receptor del tras­ Tipo de inmunosupresión empleada
plante depende de múltiples factores, entre ellos Anormalidades metabólicas
el tipo de trasplante, la técnica quirúrgica, la
Alteración de la barrera cutaneomucosa
modalidad de la inmunosupresión empleada, la
presencia de anormalidades metabólicas, la rup­ Infección por virus Inmunomoduladores (CMV)
tura de la barrera cutaneomucosa, la existencia Antecedentes epidemiológicos
de infección porcitomegalovirus, los anteceden­ Factores ambientales (exposición a infecciones
tes epidemiológicos, los factores ambientales (ex­ intrahospitalarias o extrahospitaiarias)
posición a infecciones intrahospitalarias o extra-
Tiempo transcurrido desde el trasplante
hospitalarias) y el tiempo transcurrido desde el
trasplante. Este último factor es muy importante,
ya que permite orientar la búsqueda del agente cau-
C u ad ro 29-6. Infecciones en pacientes con trasplan­
.sal o su localización. En el primer mes postrasplante
te de órgano sólido de acuerdo con el tiempo trans­
son más frecuentes las infecciones intrahos­
currido postrasplante.
pitalarias, como la de la herida quirúrgica, la neu­
monía, la asociada con el catéter o la de las vías
urinarias. Esta última, relacionada en particular Infecciones intrahospitalarias
con el trasplante de riñón o páncreas-riñón. Infecciones de la herida quirúrgica
Las infecciones virales que pueden observarse Neumonía
en este período son la hepatitis B, transmitida por Infección asociada con catéter
el órgano trasplantado, por sangre o por hemode- Infección urinaria
rivados o la reactivación de la infección por el Infecciones virales (hepatitis B, herpes simple)
virus del herpes simple tipos I o II. Entre el se­
gundo y el sexto mes los pacientes desarrollan
Infecciones por virus
las infecciones denominadas oportunistas. Den­
Herpes simple
tro de las infecciones virales se encuentran las
Varicela zoster
provocadas por la reactivación del virus del her­
Epstein-8arr
pes simple, el de la varicela zoster (herpes zoster),
Citomegalovirus
infecciones por virus de Epstein-Bair, capaces de
Infecciones por hongos
desencadenar enfermedades linfoproliferativas, y,
por último, infecciones por citom egalovirus Aspergillus spp
Pneumocystisjiroveci
(CMV). Estas últimas suelen presentarse con un
Candida spp
cuadro febril sin foco, acompañado con leucope-
Histoplasima capsulatum
nia y aumento de las transaminasas, o con for­
Cryptococcus neoformans
mas localizadas, cóm o neumonía o hepatitis.
Además, puede favorecer la aparición de otras Infecciones por bacterias
infecciones oportunistas, com o la producida por asteria mor)ocytogenes
Pneiimocysfis jiroveci, o acelerar el rechazo del Nocardia spp
órgano trasplantado. El uso de ciertos esquemas Mycobacterium tuberculosis
inmunosupresores, como los anticuerpos mono- Infecciones por parásitos
clonales anti-0KT3 o la gammaglobulina anti-
Toxoplasma gondii
ünfocitaria, se asocia con más frecuencia con en­
fermedad por CMV. El diagnóstico de la citome- Trypanosoma cruzi
Strongyloides stercoralis
galovirosis en el paciente receptor de trasplante
268 □ P rim era parte - Generalidades - Síndromes clínicos

requiere, además de la sospecha clínica, exáme­ recurso terapéutico que se utiliza en algunas neo-
nes complementarios com o la investigación del plasias hemáticas (leucemias, linfomas, mieloma)
virus, por cultivo de sangre u otros materiales, o o tumores sólidos. Para llevarlo a cabo es preci­
la detección de antígenos virales como pp65 o so provocar en el paciente la aplasia medular, para
del material genético viral por reacción en cadena lo cual se utilizan fármacos o radioterapia. Lue­
de la polimerasa (PCR). Para el tratamiento de las go por vía intravenosa se infunde la médula ósea
infecciones por CMV el ganciclovir es el fármaco o células progenitoras periféricas de un donante
de elección; la alternativa es el foscamet. Durante (trasplante alogénico) o del mismo paciente (tras­
el tratamiento con corticosteroides en altas dosis, plante autólogo). La frecuencia y gravedad de las
con anticuerpos monoclonales anti-0KT3 o con infecciones es mayor en pacientes con trasplante
gammaglobulina antilinfocitaria, debe prevenirse alogénico, ya que reciben un tratamiento inmuno-
la enfermedad por CMV mediante la administra­ supresor mucho más intenso que para un trasplan­
ción profiláctica de ganciclovir. te autólogo. Los receptores de trasplante alogé­
Las infecciones fúngicas que se presentan entre nico desarrollan enfermedad injerto contra hués­
el segundo y el sexto mes se deben a Aspergillus ped (EICH), que se produce porque los linfocitos
spp, Pneumocystis jiroveci, Candida spp, Histo- T del donante atacan distintos tejidos del recep­
plasm a capsulatum y Cryptococcus neoformans. tor, La expresión clínica de EICH consiste en
Las infecciones por Candida spp pueden asociar­ exantema, diarrea y alteraciones hepáticas. Tan­
se con la presencia de catéteres o como complica­ to los fármacos utilizados para tratarla (ciclos-
ción de la herida quirúrgica. La aspergilosis se lo­ porina, corticosteroides, metotrexato) com o la
caliza con más frecuencia en el pulmón; se pre­ enfermedad en sí aumentan el riesgo de desarro­
senta, en particular, en pacientes con trasplante de llar infecciones.
corazón o pulmón (cuadros 29-5 y 29-6). En el trasplante de médula ósea se distinguen
La neumonía por Pneum ocystis jiro veci afecta estadios en los que pueden presentarse diferen­
más a menudo a los pacientes con trasplante de tes infecciones.
pulmón. La criptococosis puede presentarse como
meningitis aguda o subaguda, como lesiones cu­ Período pretrasplante. En esta etapa las infec­
táneas o como síndrome febril. ciones son producidas por bacilos gramnegativos
La incidencia de histoplasmosis asociada con y se localizan con más frecuencia en la piel y par- ^
el trasplante de órgano sólido varía con el área tes blandas, la cavidad bucal y el tracto urinario.
geográfica o en relación con refacciones edilicias
contiguas al quirófano. Desde el punto de vista Período posirasplante inm ediato. Comprende ;
clínico se presenta como una forma diseminada, desde el día O, día de la infusión de la médula í
con fiebre, sudoración, escalofríos, cefalea, ar­ ósea o células progenitoras, hasta el día 30 en el |
tritis, mialgias, lesiones cutáneas (pápulas, pla­ que comienzan a producirse células progenitoras \
cas, úlceras o celulitis) y hepatoesplenomegalia. hematopoyéticas en el paciente. Durante esta eta- ;
Las infecciones bacterianas entre el segundo y pa el enfermo se encuentra neutropénico. Los ■
el sexto mes postrasplante son producidas por agentes etiológicos y la localización de las in- *
Listeria m onocytogenes, N ocardia spp o M yco- fecciones son similares a las que se observan en
bacterium tuberculosis. el paciente neutropénico por otra causa. Una di- ’
Las infecciones parasitarias pueden tener como ferencia es la mayor incidencia de enterocolitis o ¡
agentes etiológicos a Toxoplasma gondii, Tiypa- tiflitis necrotizante, así com o la mayor frecuen- |
nosoma cruzi o Strongyloides stercoralis. Merece cia de reactivación de infección por virus del j
destacarse que en este período, en el receptor de herpes simple tipo L Esta última produce gingi- *
trasplante renal también pueden desarrollarse in­ voestomatitis, que a su vez es puerta de entrada •
fecciones urinarias por microorganismos comunes. de infecciones bacterianas o micóticas. !

Infecciones asociadas con trasplante de mé- Períodopostrasplante intermedio. Abarca des­


dula ósea. El trasplante de médula ósea es un de el día 30 al día 100 luego de la infusión de la
C apítulo 29 - Infecciones en el paciente inm unocom prom elido □ 269

médula ósea. Durante esta etapa predominan las patógenos es necesario el estudio microbiológi-
alteraciones de la inmunidad celular y de la ba­ co del lavado broncoalveolar.
rrera cutaneomucosa. El riesgo de infecciones
está supeditado en gran medida a la presencia de Período postrasplante tardío. Después del día
EICH. La infección por CMV y sus manifesta­ 100 postrasplante la incidencia de infecciones es
ciones clínicas son frecuentes; se observan en baja, a menos que el paciente presente EICH. Esta
cerca del 50% de los receptores de trasplante, ya última eventualidad se presenta en un 30% a 50%
sea como reactivación de una infección previa o de quienes sobreviven más de 6 meses y condi­
como primoinfección. La reactivación es la for­ ciona la aparición de infecciones virales (40%),
ma más frecuente y grave. Su aparición depende bacterianas (30%) o fúngicas (20%). El virus de
de la historia de infección por CMV, tanto del la varicela zoster es el agente etiológico más fre­
donante como del receptor, y los factores de ries­ cuente en esta etapa y produce formas localiza­
go asociados son: das o diseminadas. Las infecciones bacterianas
son producidas por bacterias capsuladas (neumo­
• Incompatibilidad HLA entre receptor y do­ coco, meningococo, H aem ophilus influenzae) y
nante. se presentan como neumonía o sepsis.
• Edad avanzada.
• Uso de hemoderivados provenientes de do­
INFECCIONES EN PACIENTES CIRRÓTICOS
nantes CMV serop ositivos en receptores
inmunosusceptibles. Las infecciones bacterianas son una compli­
• Presencia de EICH. cación muy frecuente en pacientes con cirrosis
• Irradiación corporal total. hepática descompensada, ictericia, edemas, asci-
tis, encefalopatía y hemorragia digestiva; se aso­
La enfermedad por CMV puede presentarse cian con elevada morbimortalidad y ocupan el
como un cuadro febril inespecífico acompañado tercer lugar como causa de muerte. El mayor ries­
por leucopenia, trombocitopenia, hepatitis, esofa- go de infección se produce en aquellos enfermos
gitis, enterocolitis o neumonía. Esta última, que con mayor grado de compromiso hepático y su
es la forma más grave, se presenta en el 10% al prevalencia oscila entre el 30% y el 50% de los
40% de los pacientes con trasplante alogénico sin pacientes cirróticos hospitalizados. Le siguen en
profilaxis; no tratada tiene una mortalidad del importancia la insuficiencia hepática y la hemo­
80%. El diagnóstico virológico, al igual que en rragia digestiva. El alcoholismo como causa de
los receptores de trasplante de órgano sólido, se cirrosis a g r^ a otro factor de riesgo para las in­
basa en el cultivo viral, la detección de antígenos fecciones. Estas, son provocadas por trastor­
virales como pp65 o de ácidos nucleicos del vi­ nos en los mecanismos de defensa humoral y ce­
rus, por técnica de PCR en sangre u otras mues­ lular, cambios en la flora intestinal, aumento de
tras representativas. El tratamiento también re­ la permeabilidad de la mucosa intestinal para las
quiere la administración de ganciclovir o foscar- bacterias (translocación bacteriana desde la luz
net y, en caso de neumonía, de la asociación con intestinal hacia los ganglios mesentéricos) y dis­
gammaglobulina intravenosa. El diagnóstico di­ minución de la actividad fagocítica del sistema
ferencial de la neumonía por CMV se plantea con retículoendotelial debido al cortocircuito porto-
otras causas infecciosas o no infecciosas. Entre sistém ico que se produce en aquellos sujetos con
éstas últimas se describe la neumonía intersticial hipertensión portal, razón por la cual, el intesti­
idiopática, que clínicamente no se distingue de no es una importante puerta de entrada para las
la neumonía por CMV (fiebre, hipoxemia e infil­ bacteriemias.
trados intersticiales bilaterales) y se asocia con Las infecciones bacterianas más frecuentes en
una mortalidad del 50%. Como agentes infeccio­ los enfermos con cirrosis son; peritonitis bacte­
sos a considerar en el diagnóstico diferencial, hay riana espontánea, infecciones del tracto urinario,
que tener en cuenta Aspergillus spp y Pneumo- neumonías y bacteriemias. Menos comunes son
cysiis ¡iroveci. Para la identificación de ambos la celulitis de los miembros inferiores y de la
270 □ P rim era parte - Generalidades - Síndromes clínicos

pared abdominal, la endocarditis y el empiema llos que se recuperaron de una peritonitis bacte­
pleural. riana espontánea, la probabilidad de recurrencia
El peritoneo puede infectarse de manera pri­ es del 70%. La norfloxacina se administrará has­
maria en ausencia de un proceso intraabdominal ta la desaparición de la ascitis o hasta que se rea­
agudo. En estas circunstancias, el agente causal lice el trasplante hepático.
puede no ser de origen entérico {Streptococcus
pneum oniae, Siaphylococcus aureus). Este cua­
INFECCIONES EN PACIENTES EN HEMODIÁLISIS
dro, denominado peritonitis bacteriana espontá­
CRÓNICA
nea, es propio de los pacientes con asciiis y fo­
cos sépticos extraabdominales (endocarditis, ca­ Después de las enfermedades cardiovasculares,
téter infectado, infección urinaria). También pue­ las infecciones constituyen la segunda causa de
de ser provocada por bacterias gramnegativas; la muerte en pacientes en hemodiálisis crónica. Las
que se identifica con mayor frecuencia es E. coli. infecciones son una causa frecuente de morbilidad
Los signos clínicos incluyen dolor abdominal, y las responsables del 10% al 25% de la mortali-
fiebre y leucocitosis, que pueden no estar pre­ dad global en los hemodializados. Los factores
sentes hasta en el 30% de los casos. Por esta ra­ que incrementan el riesgo de muerte incluyen la
zón el diagnóstico precoz puede ser difícil y re­ edad avanzada, la duración prolongada de la
quiere un alto índice de sospecha. La paracentesis hemodiálisis, la diabetes como causa de la insu­
diagnóstica debe efectuarse en todo paciente ficiencia renal crónica y la desnutrición.
cirrótico con ascitis y signos de peritonitis o en Hay que tener en cuenta que la fiebre no siem­
casos de deterioro renal o neurológico. El hallaz­ pre es sinónimo de infección y puede responder
go en el líquido ascítico de un recuento de neu- a múltiples causas condicionadas o no por la he­
trófilos mayor de 250 células/mni^es una indica­ modiálisis. Además, las infecciones no siempre
ción para iniciar el tratamiento antibiótico empí­ se acompañan de fiebre, debido a la hipotermia
rico, antes de obtener el aislamiento bacteriano fisiológica de estos pacientes y a su respuesta
en el cultivo. térmica disminuida. Finalmente, con frecuencia,
El antibiótico de elección es la ceftriaxona en los enfermos en diálisis reciben analgésicos y
dosis de 1 g cada 12 horas por vía intravenosa, antitérmicos que pueden enmascarar la fiebre.
que tiene un índice de respuesta del 80% al 95%. Múltiples factores condicionan la alta frecuen­
Como alternativa pueden utilizarse otras cefalos- cia de infecciones en la insuficiencia renal c^óni-^
porinas de tercera generación o la combinación ca; entre ellos se incluyen las alteraciones que
de amoxicilina con ácido clavulánico. El uso de afectan tanto a la respuesta inmune humoral como
aminoglucósidos está contraindicado por la toxi­ a la celular, las alteraciones de la barrera cutaneo-
cidad renal. El tiempo de tratamiento es de 7 a mucosa, las enfermedades del riñón y de las vías
10 días. A las 48 horas de iniciado el mismo de­ urinarias, la presencia del acceso vascular y las
berá efectuarse una paracentesis de control para derivadas de la contaminación de los filtros y del
evaluar la eficacia del tratamiento. Una disminu­ líquido de diálisis.
ción del recuento de polimorfonucleares del 25% Algunos circunstancias pueden ayudar a es­
del valor inicial, acompañada de la resolución de tablecer el origen de la fiebre. Cuando ésta apa­
los síntomas y signos indica buena respuesta. La rece al inicio de la sesión de hemodiálisis, la causa
administración concomitante de albúmina dismi­ habrá que buscarla en reacciones de incompati­
nuye la mortalidad. bilidad, contaminación de filtros o del líquido de
La descontaminación intestinal se postula diálisis o en la bacteriemia a punto de partida del
como la mejor forma de prevenir las infecciones acceso vascular. La fiebre durante la sesión de
en los pacientes cirróticos. La profilaxis con diálisis puede obedecer a pirógenos bacterianos,
norfloxacina en dosis de 400 mg cada 12 horas temperatura excesiva del líquido de diálisis,
está indicada en los pacientes cirróticos con he­ bacteriemia o hem ólisis aguda. La aparición de
morragia digestiva, en los que el riesgo de infec­ fiebre en los períodos entre las sesiones obliga a
ción es dei 35% a! 65%, con o sin ascitis; en aque­ descartar la etiología infecciosa, bacteriana, viral
C apítulo 29 - Infecciones en el paciente inm unocom prom etido □ 271

o de otro origen. Finalmente, la fiebre prolonga­ de infecciones. Los microorganismos habituales


da acompañada de deterioro del estado general son los bacilos gramnegativos. Debido a la dis­
puede responder a tuberculosis o neoplasias. En minución del fiujo plasmático renal y de la poca
general, la fiebre de causa no infecciosa suele ser capacidad de concentración de la orina, la llega­
autolimitada y cede rápidamente con tratamien­ da de los antibióticos al riñón es escasa. Se acon­
to sintomático. seja el uso de quinolonas o cotrimoxazol.
Si se presentan manifestaciones clínicas com ­ Infección respiratoria. Su prevalencia se ve
patibles con etiología infecciosa, com o fiebre incrementada por las alteraciones de los meca­
acompañada de escalofríos y leucocitosis, deben nismos habituales de defensa y la posible pre­
tomarse muestras para hemocultivos y cultivos sencia de insuficiencia cardíaca. La forma más
de posibles focos (acceso vascular, vías respira­ común de presentación es la neumonía con o sin
torias, líquido de diálisis, orina) e iniciar un tra­ derrame pleural y el agente más frecuente es
tamiento antibiótico empírico. Sireptococcus pneum oniae. Cuando la neumonía
Entre las infecciones más comunes se inclu- es intrahospitalaria predominan los bacilos
yen: gramnegativos. La utilización de macrólidos o
Bacteriemia. Esta es una de las com plicacio­ betalactámicos suele resultar efectiva. La profi­
nes más frecuentes, en especial en los diabéti­ laxis con vacuna antineumocócica está indicada
cos. El origen más común es el acceso vascular, en estos pacientes.
y los microorganismos habituales son grampo- DiverticuUtis. La clínica es similar a la de la
sitivos, en general, Staphyiococcus aureiis. Cuan­ población general y el tratamiento incluye anti­
do la puerta de entrada es urinaria o intestinal microbianos con actividad sobre bacilos gramne­
son habituales los bacilos gramnegativos. La gativos y anaerobios.
bacteriemia se asocia con complicaciones graves, Se utilizarán cefalosporinas o imipenen asocia­
como la endocarditis, especialmente la del cora­ dos con metronidazol. El pronóstico es reserva­
zón izquierdo, las embolias sépticas pulmonares, do y la mortalidad elevada.
la osteomielitis y la artritis séptica. Tuberculosis. Se presenta con una incidencia
Infección del acceso vascular. Es la causa más de hasta 10 veces superior en los pacientes en
común de bacteriemia; la fístula autóloga tiene hemodiálisis, en comparación con la población
menor riesgo de infección que las prótesis vascu­ general y se asocia con elevada mortalidad. Su
lares, en cambio, los catéteres permanentes son los frecuencia se incrementa en los diabéticos, des­
que habitualmente se asocian con infección. Esta nutridos, HIV positivos y el aquellos pacientes
puede ser superficial o cutánea o bien ser peri- tratados con inmunosupresores.
protésica a partir de un hematoma o intraprotésica P eritonitis en pacientes en diálisis peritoneal.
por colonización directa. Por lo general, la infec­ Ocurre en los tratados con diálisis peritoneal a
ción lleva a la pérdida del acceso vascular. Los través de un catéter peritoneal permanente o tran­
microorganismos más comunes son: Staphylo- sitorio hasta que sea posible la colocación del
coccus aureus y S. epiderm idis. La vancomicina acceso vascular o se establezca la fístula arterio-
o las cefalosporinas de tercera generación aso­ venosa para la hemodiálisis. Aun con una asep­
ciadas o no con aminoglucósidos constituyen el sia estricta, esta complicación ocurre en el 10%
tratamiento antibiótico em pírico inicial. Las de los enfermos. La mayoría de los casos son
quinolonas y la rifampicina son una buena alter­ provocados por S ta p h yio co ccu s epiderm idis,
nativa para el tratamiento a largo plazo por vía Staphyiococcus aureus y Streptococcus sp. Los
oral. bacilos gramnegativos y la peritonitis fúngica son
Infeción urinaria. Su frecuencia se ve favore­ menos frecuentes.
cida por la disminución o ausencia de diuresis El tratamiento se basa en la administración de
junto con las alteraciones de la motilidad de la antimicrobianos de acuerdo con los hallazgos
musculatura lisa de los uréteres y la vejiga. La microbiológicos y se realizará por vía intravenosa
presencia de malformaciones, como la poliquis- e intraperitoneal y, en ocasiones, debe retirarse
tosis renal, se asocian con la mayor incidencia en catéter de diálisis.
272 □ Prim era parte - Generalidades - Síndromes clínicos

rias a la inoculación directa de microorganismos


habituales de la piel del propio adicto hacia los
INFECCIONES EN PACIENTES ADICTOS A tejidos a través de las venopunciones reiteradas.
DROGAS INTRAVENOSAS La celuiitis y los abscesos superficiales y pro­
fundos son las infecciones bacterianas más fre­
Las complicaciones infecciosas asociadas con
cuentes en los ADIV. Con menor frecuencia se
el consumo de drogas por vía intravenosa consti­
presentan la fascitis necrotizante y la piomiositis.
tuyen un frecuente motivo de infecciones en e s­
Estas lesiones se localizan habitualmente en el
tos pacientes y la principal causa de morbimor-
sitio de la inoculación, de allí su predominio en
talidad. Los adictos a drogas intravenosas (ADIV)
miembros superiores. Los microorganismos más
presentan una serie de trastornos vinculados con
frecuentes son Staphylococcus aureus y estrep­
la respuesta inmune humoral y celular que, si bien
tococos. Si existe necrosis tisular y un ambiente
favorecen algunas infecciones, no son determi­
de anaerobiosis adecuada pueden desarrollarse
nantes directos para su desarrollo. En cambio, las
infecciones por Clostridium tetani u otros clostri-
infecciones en los ADIV están fundamentalmen­
dios. A veces se presentan infecciones polimicro*
te relacionadas con las condiciones de vida del
bianas.
paciente como la marginalidad, el deficiente es­
Estas complicaciones se tratan en la mayoría
tado nutricionaU la promiscuidad sexual y con
de los casos con antibioticoterapia por vía oral
las condiciones de administración de las drogas
de manera empírica de acuerdo con los microor- í
tales como la falta de asepsia, compartir agujas y
ganismos predominantes (en cuanto al tétanos
jeringas y las venopunciones reiteradas. Las veno-
véase el capítulo correspondiente). En ocasiones j
punciones sin asepsia originan infecciones en el
puede ser necesario el amplio desbridamiento
sitio de la administración como flebitis, trom­
quirúrgico y la antibioticoterapia intravenosa en
boflebitis, aneurismas micóticos, fístulas arte-
casos de lesiones extensas, profundas o con sig­
riovenosas, celuiitis y abscesos subcutáneos que
nos de crepitación (ver el capítulo Infecciones
pueden condicionar la aparición de bacteriemias
de la piel y partes blandas). Es importante deci­
con metástasis sépticas (endocarditis derecha,
dir el tratamiento de acuerdo con del aislamiento
artritis séptica). Por este motivo, los microorga­
del microorganismo y su sensibilidad a los antimi- <
nismos implicados con mayor frecuencia son los
crobianos. |
que forman parte de la flora normal de la piel
Infecciones osteoarticulares. Son secundarias^j
como Staphylococcus aureus y Staphylococcus
a la diseminación hemática de microorganismos!
epidermidis.
y con menos frecuencia a metástasis sépticas de j
Por otra parte, el uso compartido de agujas y
endocarditis o por contigüidad con lesiones de
jeringas expone a un mayor riesgo de infeccio­
parles blandas. La forma más frecuente es la
nes por patógenos que se transmiten por vía
osteomielitis hematógena con compromiso de las
parenteral como el virus de la inmunodefíciencia
vértebras cervicales y lumbares. Las artritis sép­
humana (HIV), y los virus de las hepatitis B y C
ticas comprometen fundamentalmente las arti­
(HVB y HCV).
culaciones sacroilíacas y estemoclaviculares. Por
La promiscuidad sexual y las relaciones sexua­
su patogenia el microorganismo que se identifi­
les sin protección originan en esta población, una
ca con mayor frecuencia es S ta p h ylo co ccu s
mayor frecuencia de infecciones de transmisión
aureus. El tratamiento incluye la antibioticote- í
sexual como sífilis, gonorrea, uretritis no gono-
rapia, el drenaje articular y el desbridamiento
cócicas, vaginosis bacteriana e infección por el
quirúrgico. Estas infecciones se asocian con una :
virus del papiloma humano (HPV).
alta morbilidad. *
Finalmente, existen infecciones que se trans­
En la localización vertebral, debe tenerse en
miten a partir de la propia droga o de sus disol­
cuenta a M ycobacterium tuberculosis (mal de
ventes, como la candidiasis diseminada de los Pott), en especial en aquellos ADIV coinfectados;
heroinómanos que diluyen la heroína con limón
por el HIV
que contiene al hongo en su cáscara.
E ndocarditis infecciosa. Es una de las compli­
Infecciones de p artes blandas. Son secunda­
C apítulo 29 • Infecciones en el paciente inm unocom prom etido O 273

caciones más graves de los ADIV con elevada el 7% de la población adulta padece diabetes. De
morbilidad y mortalidad. La gran mayoría de los ellos, el 90% son diabéticos de tipo 2, y su pre­
casos comprometen al corazón derecho y son valencia aumenta por la mayor expectativa de
debido a Staphylococcus aureus. En los heroinó- vida, el sedentarismo y la obesidad. El paciente
manos hay que tener en cuenta la posibilidad de diabético es más susceptible a padecer infeccio­
Candida albicans. La enfermedad se localiza pre­ nes en comparación con la población general y
ferentemente en la válvula tricúspide y se mani­ además, estas com plicaciones revisten mayor
fiesta clínicam ente por fiebre, presente en el gravedad.
100% de los casos y síntomas respiratorios de La frecuencia y gravedad de las infecciones en
prevalencia variable tales com o tos, disnea, ex­ el paciente diabético se relacionan con el grado
pectoración hemoptoica y dolor torácico asocia­ de control metabólico; en aquellos pacientes con
dos con tromboembolismo pulmonar séptico ori­ buen control glucémico, la incidencia de infec­
ginado en las vegetaciones tricuspídeas. ciones no parece superior a la del resto de la po­
La radiografía de tórax muestra infiltrados blación.
nodulares unilaterales o bilaterales que pueden El motivo de la mayor susceptibilidad del pa­
cavilarse. ciente diabético a la infección se debe a la hiper-
El diagnóstico se confirma con los hemocul- glucemia y la acidosis; ambos estados generan
livos y el ecocardiograma transtorácico o transe- una reducción en la quimiotaxis, adherencia y
sofágico que permite ver las vegetaciones en más fagocitosis de los polimorfonucleares neutrófilos
del 80% de los pacientes. El mejor pronóstico de en el sitio de la infección. La función bactericida
la endocarditis tricuspídea en comparación con de los neutrófilos está asociada con el control de
la del corazón izquierdo y la necesidad de acor­ la glucemia. Además del control metabólico, exis­
tar la hospitalización de estos pacientes ha lleva­ ten otros factores que condicionan la mayor sus­
do a reducir la duración del tratamiento a cuatro ceptibilidad del paciente diabético a la infección:
semanas, las dos primeras por vía parenteral para la neuropatía predispone a microtraumatismos y
luego continuar por vía oral. quemaduras, en especial en los miembros infe­
Infecciones pleuropulmonares. Las infecciones riores que originan puertas de entrada para di­
respiratorias en ios ADIV pueden originarse en versos microorganismos, tanto los que forman
la aspiración de material orofaríngeo provocada parte de la flora habitual de la piel com o los del
por el deterioro del nivel de conciencia provoca­ medio exterior. Estas infecciones en general son
do por el consumo de drogas. En estos casos son dermoepidérmicas y con frecuencia están provo­
frecuentes las neumonías por bacterias anaero­ cadas por Staphylococcus aureus.
bias, los abscesos pulmonares y las pleuresías La neuropatía autonómica genera una dificul­
purulentas; además del ya señalado compromiso tad en el vaciado de la vejiga, lo que favorece la
pulmonar en la endocarditis derecha. aparición de infecciones urinarias.
Infecciones p or hongos. Las infecciones por El compromiso macrovascular y microvascular
Candida spp. son las m icosis más frecuentes en genera isquemia tisular que predispone a la pro­
ADIV. Entre las infecciones micóticas merecen liferación bacteriana.
destacarse las candidemias y la endocarditis por El control estricto de la glucemia es un factor
Candida spp de los heroinómanos. fundamental en el tratamiento de las infecciones
en el paciente diabético y es tan importante como
la antibioticoterapia o el drenaje quirúrgico de
INFECCIONES EN EL PACIENTE DIABÉTICO
abscesos o colecciones purulentas.
La diabetes constituye en la actualidad un gra­ Existe una serie de infecciones que son caracte­
ve problema de salud pública y se ha transforma­ rísticas del paciente diabético; entre ellas se in­
do en una verdadera epidemia. En el año 2000 se cluyen al pie diabético, la otitis externa maligna
calculaba que 170 millones de personas padecían por P seu d o m o n a s aeru g in o sa , la colecistitis
esta enfermedad y la predicción para el año 2030 enfísematosa por bacterias anaerobias, las feohi-
es de 366 millones de afectados. En la Argentina fom icosis, la mucormicosis rinocerebral (ver el
JW

9
274 □ P rim era parte - Generalidades - Síndromes clínicos
m

4» capítulo Mucormicois), así como las pielonefritis 0K T 3 en receptores de órgano sólido. También
y cistitis enfisematosas. Todos estos padecimien­ lo es en receptores de trasplante de órgano sólido
tos se asocian con diabetes de larga evolución o de médula ósea asintomáticos, en los que por
con mal control metabólico (cetoacidosis). medio del cultivo se detecta replicación viral en
Por otra parte, existen otras infecciones rela­ sangre, o antígeno o ácidos nucleicos virales por
cionadas con intervenciones terapéuticas frecuen­ PCR.
tes en pacientes diabéticos como la diálisis peri- La administración de trimetoprima-sulfame-
toneal o hemodiáiisis crónica, la infección de toxazol durante los primeros 6 m eses postras­
marcapasos o desfibriladores cardíacos y los tras­ plante, tanto de órganos sólidos como de médula
O
plantes de órganos. ósea, es útil para prevenir la neumonía por Pneu-
a Finalmente, existe un aumento de la inciden­
cia de neumonía bacteriana de la comunidad por
m ocystis jiroveci.
Para la prevención de la enfermedad por HSV
o Streptococcus pneum oniae con aumento de la en pacientes con trasplante de m édula ósea
mortalidad asociada con cetoacidosis. También seropositivos, durante el período de neutropenia,
ü
son frecuentes las neumonías por Staphyiococcus se utiliza aciclovir.
9 aureiis como complicación de la influenza. Estas La administración de antifúngicos tópicos,
circunstancias hacen recomendable la vacunación com o nisiatina, reduce el riesgo de desarrollar
antigripal y la antineumocócica en todos los dia­ infecciones cutaneomucosas por hongos del gé­
béticos. nero Candida. En los pacientes con trasplante de
médula ósea el uso de fluconazol reduciría el ries­
go de candidiasis superficial y profunda.
PROFILAXIS
Los pacientes esplenectomizados deben reci­
# La alta morbimonalidad de las infecciones en bir profilaxis antibiótica con penicilina benzatina
hospederos inmunocomprometidos justifica la intramuscular una vez por mes o amoxicilina oral
• importancia de las estrategias de prevención, des­ todos los días, en particular durante los dos pri­
tinadas a disminuir el riesgo de infección o de meros años luego de la esplenectomía, para pre­
41 enfermedad asociada. Las medidas a tener en venir las infecciones por bacterias capsuladas.
cuenta se describen a continuación:

3. Vacunas
(O 1. Generales Los hospederos inmunocomprometidos no pue­
Lavado de manos. den recibir vacunas de gérmenes vivos por el ries­
a Aislamiento en habitación individual (impres­ go de patogenicidad. Las habituales, con excep­
cindible en pacientes neutropénicos). ción de las mencionadas antes, se administran
41 Alimentos cocidos en caso de pacientes neu­ según el esquema de rutina.
tropénicos. La respuesta a las inmunizaciones es menor
Técnica quirúrgica adecuada (el riesgo de in­ cuanto mayor es el grado de inmunodepresión.
fecciones en receptores de órgano sólido aumen­ Para mejorar la respuesta, en el caso de pacien­
ta con la mala técnica quirúrgica o la prolonga­ tes con quimioterapia antineoplásica, la adminis­
ción del tiempo operatorio). tración de las vacunas debe efectuarse dos sema­
Evitar la internación de pacientes neutropénicos nas antes de la quimioterapia o dos meses des­
en cercanías de áreas en construcción, ya que pués de finalizado el tratamiento. Si el paciente
aumenta en forma significativa el riesgo de in­ recibe corticosteroides, se lo vacunará, de ser
fección por Aspergilliis spp. factible, luego de haberlos suspendido o reduci­
do la dosis. En los pacientes a quienes se les va a
2. Profilaxis con anrimicrobianos practicar una esplenectomía programada se re­
Ya se mencionó la utilidad del ganciclovir para comienda vacunarlos al menos dos semanas an­
prevenir la infección por citomegalovirus, en el tes. Los que van a recibir un trasplante deben
marco de un tratamiento con corticosteroides en inmunizarse antes; si se hace después, se hará una
altas dosis o con anticuerpos monoclonales anti- vez superada la etapa de mayor inmunosupresión.
i
C apítulo 29 - Infecciones en el paciente inm unocom prom eiido □ 275

t i t a s vacunas recom endadas son las siguientes:


con doble dosis).
• Antineumocócica, Antigripal (anual en el otoño).
. Antihepatitis B (esquem a de O, 30 y 180 días Anxi-HaemophUus influcnzae.
Antimeningocócica.

B ib lio g ra fía ---------------------------------------------------


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Segunda parte
Infecciones virales
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WJKia

Mononucleosis infecciosa
M arcelo E. Corti
Ornar J. Palmieri

En 1964, Epstein y Barr describieron partícu­


DEFINICIÓN
las virales «tipo herpes» en cultivos de células
La mononucleosis infecciosa es una enferme­ de linfoma de Burkitt. Por último, en 1966, W y
dad aguda, linfoproliferaiiva y autolimitada, pro­ G Henle demostraron que este virus es diferente
vocada por el virus de Epstein-Barr (EBV). Se de otros herpesvirus.
caracteriza por fiebre, faringoamigdalitis, linfa- El EBV pertenece a la familia de los herpes-
denopatías, esplenomegalia, linfocitosis atípica virus; posee un genoma de ADN bicatenario con
y presencia en el suero de anticuerpos heterófílos simetría cúbica de la cápside. Se trata de un vi­
inespecífícos en título alto y específicos contra rus envuelto, con un tamaño de 110 nm para el
el agente etiológico. virión, y sensible al éter.

ETIOLOGÍA EPIDEMIOLOGIA

En 1889 la mononucleosis infecciosa fue deno­ Se trata de una enfermedad cosmopolita, que
minada «fiebre ganglionar» por Pfeiffer. La pre­ en nuestro país es endémica con mayor inciden­
sencia de células anormales en sangre periférica cia en primavera.
hizo que en 1920 Sprunt y Evans la denominaran Predomina en la infancia, la adolescencia y an­
mononucleosis infecciosa. En 1923, Downey y Me tes de los 30 años. La transmisión del EBV se
Kinday describieron en detalle las características realiza por vía aérea, del individuo enfermo al
de estas células mononucleares. La serología para receptor susceptible. Es importante destacar que
el diagnóstico de la afección evidenció un gran el virus persiste en la orofaringe hasta 18 meses
avance en 1932, cuando Paul y Bunnell detecta­ después de la infección primaria. Luego es eli­
ron la presencia de aglutininas heterófilas en el minado en forma intermitente por todos los indi­
suero de pacientes afectados, las cuales aglutinan viduos seropositivos aunque no presenten enfer­
los glóbulos rojos de carnero. Esta reacción fue medad clínica. La incidencia de infección por
mejorada en 1937 por Davidsohn, quien, antes de EBV se incrementa con la edad; en algunas se­
hacer la reacción de aglutinación con glóbulos ro­ ries se demostraron anticuerpos específicos en el
jos de camero, adsorbió con riñón de cobayo las 90% al 95% de los adultos.
aglutininas heterófilas del tipo Forssman del sue­ El EBV está vinculado con la etiología del Un-
ro del enfermo. Los anticuerpos heterófílos pro­ foma de Burkitt, un trastorno linfoproliferativo
pios de la mononucleosis presentes en el suero del maligno descripto en niños de Africa Central; con
enfermo no son adsorbidos por riñón de cobayo. el carcinoma nasofaríngeo anaplásico y con el
280 □ Segunda parte - Infecciones virales

linfoma de células B que afecta a pacientes inmu> con linfocitos de distinto tamaño, y cierto grado
nodeprimidos. de reacción de las células B en el interior de los
folículos. Éstos presentan un mayor tamaño y
centros germinales prominentes, en los que se
PATOGENIA
observa gran cantidad de mitosis. Hay cierto gra­
El virus penetra en el hombre a través de la do de distorsión de la arquitectura normal del gan­
orofaringe, en cuyas células epiteliales se mul­ glio, debido a la reacción linfoproliferativa, don­
tiplica; desde este lugar alcanza los linfocitos de de en forma ocasional puede haber células del tipo
la sangre periférica. Los únicos linfocitos que tie­ Reed-Stemberg. Esto da lugar a dificultades en el
nen receptores para el EBV son una pequeña diagnóstico diferencial histológico con la enfer­
subpoblación linfoide de células B, que en con­ medad de Hodgkin. También deben descartarse
secuencia son las células blanco. Estas células B otras enfermedades linfoproliferativas malignas.
infectadas expresan diversos antígenos: el EBNA El bazo suele estar agrandado hasta duplicar o
{Epstein-Barr N uclear Antigen), que indica la triplicar su tamaño normal, es blando y con una
presencia del genoma del EBV, el antígeno de superficie de corte hipcrémica. En el estudio
superficie EA {Early Antigen) o antígeno tem­ histológico se observan folículos esplénicos pro­
prano, cuya aparición indica la entrada de la cé­ minentes, por la infiltración de linfocitos inmu-
lula infectada en un ciclo lítico y el antígeno de noestimulados que pueden borrar su arquitectu­
la cápside (VCA, Viral Capside Antigen), cuya ra. La infiltración de las trabéculas y la cápsula
presencia se relaciona con la producción de par­ del órgano por estas células aumenta la probabi­
tículas de EBV. lidad de ruptura esplénica.
La respuesta de los linfocitos B es policlonal; En la mayoría de los casos el hígado está afec­
en el suero primero aparecen los anticuerpos de tado. Su tamaño aumenta en forma moderada y
tipo IgM y luego los tipo IgA e IgG. En la segun­ su aspecto macroscópico es normal. En el estu­
da semana la hipergammaglobulinemia sérica dio histológico es posible observar infiltración
desencadena una respuesta de las distintas subpo- de los espacios porta por células mononucleares
blaciones de linfocitos T, con el propósito de con­ anormales que también invaden los sinusoides, y
trolar los linfocitos B. Éstos actúan a través de un hay áreas de necrosis parenquimatosa con célu­
mecanismo citotóxico e inhiben a los linfocitos B. las mononucleares. Estas alteraciones justifican
Por lo tanto, la leucocitosis que se observa en el aumento de las enzimas hepáticas. En el parén-
esta enfermedad se debe, en un principio, al in­ quima cerebral y las leptomeninges se puede ob­
cremento de las células B y después al aumento servar congestión, edema e infiltrados mononu­
de células T, que adoptan la forma de linfocitos cleares perivasculares. En algunos casos, en el
atípicos o células de Downey. parénquima pulmonar se ha observado neumo­
nía intersticial. En la médula ósea se han hallado
linfocitos atípicos.
ANATOMÍA PATOLÓGICA

Por tratarse de una enfermedad linfoproli- MANIFESTACIONES CLÍNICAS


ferativa benigna y autolimitada, las observacio­
nes anatomopatológicas no son numerosas y se El período de incubación oscila entre 5 días y
limitan a algunos casos de pacientes fallecidos 3 a 4 semanas; en los niños es algo más corto.
por ruptura esplénica u otras complicaciones. Las El período de invasión, también llamado pro-
observaciones más frecuentes corresponden a drómico, es por lo general insidioso y se caracte­
biopsias ganglionares o hepáticas. riza por fiebre, astenia marcada, cefalea y ano-
Los ganglios linfáticos están moderadamente rexia, seguidos por faringitis intensa y linfadeno-
agrandados, en especial en la región lateral del patías generalizadas. Dura 24 a 48 horas.
cuello, la nuca y las axilas. En el estudio histoló­ El período de estado se caracteriza por la per­
gico se aprecia una importante inmunoprolife- sistencia de la temperatura (38,5®C a 39°C) acom­
ración de células T en las zonas paracorticales, pañada con síndrome febril. El enfermo empeo­
(k
Capitulo 30 - M ononucleosis infecciosa □ 281

i
ra, se muestra francamente asténico y con una mana de la enfermedad y pueden dejar secuelas
anorexia pronunciada. hasta en un 10% a 12% de los casos.
El 90% de los pacientes presenta durante este Entre las presentaciones atípicas es importante
período una faringitis que en general es seudo- recordar la mononucleosis infecciosa que puede
membranosa, pero también puede presentarse aparecer en el curso de remisiones de leucemias
como eritematosa, eritematopultácea, ulcero- o linfomas.
membranosa o ulcerosa, unilateral o bilateral. Se La evolución es habitualmente hacia la cura­
acompaña habitualmente con faringitis exudativa ción espontánea.
y enantema petequial, que tapiza el paladar óseo,
membranoso y los pilares del velo.
DIAGNÓSTICO
Las adenopatías se localizan sobre todo en la
región cervical (subangulomaxilares, submandi- Se basa en ios antecedentes epidemiológicos,
bulares, carotídeas y suboccipitales). También las manifestaciones clínicas, el cuadro hemato- ii
pueden palparse adenomegalias axilares e ingui> lógico y las reacciones serológicas.
nales. Se trata de adenopatías que cursan sin El hemograma se caracteriza por leucocitosis
periadenitis, son espontáneamente dolorosas y de
tamaño mediano.
(10.000 a 20.000/mm^) con 40% a 50% de células
mononucleadas (linfocitos y monocitos), acompa­
'¡i
La presencia de adenopatías mesentéricas y ñados por neutropenia relativa. Las modificacio­ -

mediastínicas puede dar lugar a fenómenos com ­ nes cualitativas de los leucocitos mononucleares dan
presivos. origen a los linfocitos atípicos o células de Downey (
La esplenomegalia completa junto a la fiebre, tipos I, II y III, en porcentajes que oscilan entre
<
la faringitis y las adenom egalias, la tétrada 5% y 20%. Las de tipo I se originan en linfoblastos,
diagnóstica de la enfermedad. En el 50% a 70% las de tipo II en los plasmocitoblastos y las de tipo (i( ■
de los pacientes el bazo se percibe agrandado con III son linfoblastos que han pasado a la sangre.
la palpación, de consistencia blanda y con un do> Estos linfocitos atípicos, también llamados inmuno- *
lor discreto. citos o virocitos, pueden aparecer en otras infec­
La hepatomegalia es poco frecuente, se encuen­ ciones virales (rubéola, sarampión, hepatitis, CMV)
tra en el 10% al 15% de los casos; sin embargo, y en reacciones de hipersensibilidad y postransfusio-
i ‘
la elevación de las transaminasas es casi cons* nales. Desaparecen por lo general en 3 a 4 sema­
tante durante el período de estado. Con menos nas, pero pueden persistir durante varios meses. (í
frecuencia se observa edema periorbitario, acom­ Las reacciones serológicas para el diagnóstico
pañado con dolor retroocular y conjuntivitis. de la mononucleosis infecciosa se dividen en no (
Las manifestaciones hemorrágicas incluyen la específicas, que detectan anticuerpos heterófilos,
presencia de exantema petequial o purpúrico, y específicas, que miden anticuerpos anti-EBV. ■i
epistaxis, hematuria y proctorragia. La serología no específica incluye la reacción de
(
La anemia hemolítica aguda puede hacerse pre> Paul-Bunnell, que es una prueba de aglutinación de
sente durante la primera semana del período de glóbulos rojos de camero por el suero del paciente f
estado. Entre un 25% a 60% de estos pacientes que contiene anticuerpos heterófilos (heteroaglu-
presentan autoanticuerpos. tininas). La modificación de Davidsohn o método
Hasta en el 50% de los casos se constata trom- de adsorción es muy útil, ya que permite excluir re­
í
bocitopenia. La presencia de anticuerpos antipla- acciones inespecíficas y los anticuerpos tipo Forss-
quetarios en suero es mucho más frecuente que man, que aparecen luego de la administración de
(f
en la población general. Más raras son la neumo­ sueros heterólogos (sueros equinos antitetánico,
nía y la pericarditis, en tanto las localizaciones antidiftérico u otros). El tejido renal de cobayo '(
neurológicas afectan al 1 % de los pacientes y adsorbe este tipo de anticuerpos, no así los de la mo­
pueden presentarse en forma de meningoence- nonucleosis infecciosa. Se consideran significativos a
falitis, mielitis, síndrome de Guillain-Barré, y títulos mayores de 1/32. Algunas variantes de esta
(
compromiso de pares craneanos y nervios peri­ reacción incluyen el Monotes! (hematíes de caballo
féricos. Aparecen entre la segunda y tercera se­ formolizados) que se utiliza sin prueba de adsorción (i

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282 □ Segunda parte - Infecciones virales
i*
O del suero en estudio; el Monosticon (es una mez­ comentarse las hematológicas, las neurológicas
cla de hematíes de carnero y caballo) que se usa y la ruptura esplénica. La anemia hemolítica se
4» con adsorción previa del suero en estudio en ri­ produce hasta en yn 3% de los enfermos y en
ñón de cobayo, y el Monospot (hematíes de ca­ general está mediada por anticuerpos; en el 80%
«
ballo citratados) que requiere doble prueba de de los casos son crioaglutininas de la clase IgM.
O adsorción, del suero en estudio en riñón de cobayo La trombocitopenia leve es común. Alrededor
y estroma de hematíes de buey. del 50% de los enfermos con mononucleosis in­
4# Las reacciones serológicas estudiadas prece­ fecciosa tiene recuentos por debajo de las 150.000
dentemente no son específicas y pueden resultar plaquetas. Rara vez la trombocitopenia es causa
4^ negativas, aun en presencia de mononucleosis de hemorragias. Es posible que esta complica­
infecciosa. Ante la duda diagnóstica, el diagnós­ ción responda a un mecanismo inmune de des­
O
tico de certeza se realiza con las reacciones sero­ trucción periférica de las plaquetas. Las compli­
l> lógicas específicas que ponen en evidencia anti­ caciones neurológicas son raras y habitualmente
cuerpos elaborados contra las distintas estructu­ evolucionan a la curación. Puede producirse me>
O ras antigénicas del EBV. ningoencefalitis con cambios leves en el líquido
La detección de anticuerpos anticápside viral cefalorraquídeo, síndrome de Guillain-Barré,
O (VGA) del EBV es precoz en la evolución del parálisis facial periférica y mielitis transversa. La
cuadro clínico. Los anticuerpos de tipo IgM, tra­ ruptura esplénica es infrecuente, pero es la más
ducen infección aguda por este virus. En ausen­ grave de las complicaciones. La solución siem­
O cia de anticuerpos heterófilos, el hallazgo de pre es la esplenectomía. Se presenta más a me­
anticuerpos anticápside del EBV de tipo IgM en nudo en la segunda o tercera semana de enfer­
títulos significativos se considera diagnóstica. medad y el dolor es la manifestación más suges- j
Durante la evolución de la mononucleosis in­ tiva. Las esplenomegalias importantes predispo-:
fecciosa se observa la elevación de los anticuer­ nen a la ruptura. Se deberá ser muy prudente en
pos anti-VCA del tipo IgG y 3 a 4 semanas des­ la palpación y prohibir la práctica de deportes
pués del comienzo de la enfermedad los anticuer­ hasta tanto el bazo haya retrogradado a su tama- ¡
pos anti-EBNA. Estos dos últimos persisten toda ño normal. i
la vida. Transcurrido el período agudo, descien­
den los títulos de los anticuerpos anti-VCA IgM
PRONÓSTICO
hasta desaparecer en 4 a 8 semanas. \
En conclusión, en el 100% de las mononucleosis Es habitualmente favorable. Se ensombrece en
infecciosas hay anticuerpos específicos y su ha­ los raros casos de complicaciones hematológicas. ¡
*
llazgo confirma la etiología del cuadro clínico. neurológicas o si hay ruptura esplénica.
4 »
DIAGNÓSTICO DIFERENCIAL TRATAMIENTO

Se tendrán en cuenta otras afecciones que com­ La mononucleosis infecciosa es una enferme­

prometen las fauces. Entre éstas pueden citarse: dad que evoluciona en forma espontánea hacia
# faringoamigdalitis estreptocócica, angina de Plaut- la curación, por lo que en las formas clínicas ha­
Vmcent (asociación fusoespirilar), agranulocitosis, bituales el tratamiento se limita a medidas gene­
discrasias sanguíneas, difteria, candidiasis orofa- rales de sostén. Dentro de éstas se incluyen el
ríngea, toxoplasmosis, citomegalovirosis, rubéola, reposo, los analgésicos y los antitérmicos si fue­
« hepatitis virales y enfermedades linfoproliferati- ran necesarios. Los antibióticos no son eficaces
vas malignas. ni modifican el curso de la afección.
El reposo en cama y la duración de la inactivi­
m dad dependerán de la intensidad de los síntomas,
COMPLICACIONES
en especial de la fiebre, la astenia y la faringitis.
Raras veces se producen complicaciones en la En general el período de inactividad oscila en­
mononucleosis infecciosa. N o obstante, merecen tre 2 a 4 semanas, aunque en ocasiones puede
4 0

áá
C apítulo 30 - M ononucleosis infecciosa □ 283

prolongarse y requerir una convalecencia prolon­ xicilina obligará a descartar la existencia de


gada debido a la intensa astenia residual. mononucleosis infecciosa. Por lo tanto, el trata­
Deberán evitarse ejercicios violentos en tanto miento empírico de una angina de apariencia
el bazo sea palpable, porque la ruptura esplénica bacteriana deberá hacerse con penicilina G o V,
constituye una complicación rara pero sumamen­ macrólidos o clindamicina, nunca con ampicilina
te grave. o amoxicilina por la posibilidad de estar frente a
Se tendrá especialmente en cuenta que las ami- una mononucleosis infecciosa.
nopenicilinas como la ampicilina, la amoxicilina En relación con la administración de corticos-
o sus derivados, están contraindicados en el cur­ teroides, la mayor parte de los autores coincide
so de la mononucleosis infecciosa. En más del en reservarlos para las formas graves, complica­
90% de estos pacientes esos fármacos son res­ das o prolongadas de la enfermedad.
ponsables de la aparición de un exantema mor-
biliforme generalizado, muy intenso, a veces pur-
PROFILAXIS
piirico y discretamente pruriginoso. Su aparición
tiene lugar en los primeros días de la ingestión y Aún no hay medios eficaces de profilaxis de
se atribuye a la formación de polímeros a partir de esta enfermedad. N o es necesario el aislamiento
la ampicilina o de sus productos de degradación. de los enfermos, dado que la transmisión del vi­
Este tipo de reacciones adversas se observa sólo rus requiere un contacto íntimo. La viremia es
con la ampicilina y sus derivados. La frecuencia demostrable durante varios meses después de la
de reacciones cutáneas a las restantes penicilinas recuperación; por lo tanto, los pacientes no de­
o a otros antibióticos no parece estar aumentada. berán donar sangre hasta por lo menos 6 meses
La aparición de erupción cutánea en el curso después del comienzo de la enfermedad. No exis­
de una faringitis tratada con ampicilina o amo­ ten vacunas preventivas para esta enfermedad.

B ibliografía---------------------------------------------------
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k
Rabia
Ornar J. Palmieri
M arcelo E. Corti

un animal rabioso y produce la rabia humana y


DEFINICION
animal. Su período de incubación es de 10 días a
La rabia es una enfermedad viral de evolución 4 meses y tiene capacidad para invadir las glán­
aguda, que produce una encefalitis grave casi dulas salivales. En cambio, el virus fijo, es el vi­
siempre mortal. Es una zoonosis que afecta a ani­ rus de la calle que a través de pasajes y repiques
males mamíferos, tanto salvajes como domésti­ sucesivos por cerebro de ratón lactante pierde su
cos, los que la transmiten al ser humano por lo poder patógeno para el hombre. El período de
general a través de la mordedura. incubación de este virus es de 6 a 8 días y no
invade las glándulas salivales. Ambos tipos de
virus son muy parecidos desde el punto de vista
ETIOLOGÍA
inmunitario, por lo que el fijo se utiliza para pre­
El virus de la rabia pertenece a la fam ilia parar las diferentes vacunas.
Rhabdoviridae y al género Lyssavinis. S t carac­
teriza por su forma de bala y por poseer una en­
epidemiología
voltura con lípidos y múltiples proyecciones. Es
una partícula frágil que se inactiva por el calor, Esta enfermedad se presenta en todos los con­
las radiaciones ultravioletas y la mayor parte de tinentes habitados, con excepción de Oceanía. No
los antisépticos y desinfectantes comunes. Este obstante, varios países se consideran libres de
virus ARN está constituido por una nucleocápside, ella. La rabia no está uniformemente distribuida
compuesta en un 96% por nucleoproteínas y en en los países en los que se la observa. En efecto,
un 4% por ARN. La nucleocápside tiene una es­ se pueden encontrar áreas libres, áreas de endemia
tructura helicoidal de una sola cadena de ácido baja o alta y zonas de brotes epizoóticos. En es­
nucleico que por fuera tiene una envoltura com­ tos últimos años se ha comunicado en América
puesta por espículas. Los antígenos del virus de la un promedio anual de unos 14.000 casos de ra­
rabia son una glucoproteína proveniente de las espí­ bia en perros, con el mayor número registrado en ((
culas de la superficie del virión, que induciría la sín­ Brasil, Colombia, M éxico y Perú. Estos anima­
(\
tesis de los anticuerpos neutralizantes, y una núcleo^ les son los que habitualmente transmiten la rabia
proteína que determina la formación de anticuerpos al hombre, pero todos los animales de sangre ca­ (i
fijadores del complemento y precipitantes. liente pueden padecerla y transmitirla. Su grave­
Se conocen dos tipos de virus, el salvaje o de dad está en relación con diferentes variables, en­ i
la calle y el fijo . El primero es el que se aísla de tre las que se incluyen la cantidad de virus ino­
(i
Ki

(i
({■
o

286 □ Segunda parte - Infecciones virales


o

(• culado, el sitio de la inoculación y la edad del ani­ tuido por murciélagos vampiros, que se alimen­
mal enfermo. La llamada rabia silvestre, selvática tan de la sangre de los animales y el ciclo terres­
o rural constituye un problema grave en países de tre está compuesto por ganado, zorros, chacales,
Europa, como Alemania y Francia. En estas re­ coyotes, zorrinos, linces, mangostas y otros.
giones los zorros son los principales transmiso­ Después de muchos años sin casos de rabia, el
res. La rabia silvestre es un peligro permanente 10 de abril de 2008 se produjo el primer caso de
para el hombre y los animales domésticos, debido rabia felina en la Ciudad de Buenos Aires, en el
a que los animales salvajes pueden acercarse a los barrio de Caballito; un gato doméstico, de unos
sitios poblados y agredir tanto a los seres huma­ 3 años, se contagió al entrar en contacto con un
(« nos como a los animales. murciélago. El gato sufrió un episodio de rabia
La rabia del ganado bovino es transmitida por furiosa y mordió y rasguñó a su dueña y a otra
i* la mordedura de murciélagos vampiros, cuya sa­ mujer que debieron ser sometidas al tratamiento
liva posee gran cantidad de virus. Los síntomas antirrábico. El gato no estaba vacunado.
predominantes en estos casos son de tipo paralí­ En 2008, en Llavallol, partido de Lomas de
u tico, por lo que se la denomina rabia paresiante o Zamora, provincia de Buenos Aires, se produjo
paralítica; esta variante produce importantes pér­ el primer caso de rabia felina desde 2002. El gato
o didas económicas. había contraído la enfermedad al tener contacto
El mecanismo de transmisión por aerosoles con un murciélago. El felino atacó y mordió a su
A puede producirse en accidentes de laboratorio y dueña. En este caso el gato tampoco estaba vacu­
4» en espeleólogos durante la investigación en cue­ nado. El diagnóstico histopatológico fue negati­
vas habitadas por quirópteros hematófagos y no vo, pero la inmunofluorescencia directa fue positi­
m hematófagos. También se han comunicado casos va. La inoculación de ratones lactantes demostró
luego del transplante de córneas obtenidas de que se trataba del tipo de rabia que transmiten los
personas que habían muerto de rabia. murciélagos. Los estudios fueron realizados por el
En la epidemiología de la rabia se reconocen Instituto Pasteur de la Capital Federal.
dos ciclos: el urbano y el silvestre. A su vez, am­ El 24 de abril de 2008, un niño de siete años,
bos tienen un ciclo aéreo (murciélagos) y un c i­ residente en Punta Diamante, un barrio periféri­
clo terrestre (mamíferos). co de San Salvador de Jujuy fue mordido por un
En la rabia urbana, el ciclo aéreo está consti­ perro enfermo de rabia. El 29 de junio desarrolló
tuido por los murciélagos insectívoros y el terres­ los primeros síntomas de la enfermedad y días
« I tre por los mamíferos, en especial el perro y en después falleció. El niño no había recibido trata­

o menor grado el gato; ellos transmitirán la rabia


al hombre. Los perros, gatos y otros mamíferos
miento antirrábico. Este fue el primer caso de
rabia humana en Jujuy desde 1984.
contraen la enfermedad al morder o ser mordi­ En los primeros m eses de 2008, el Instituto
<1
dos por murciélagos u otros animales portadores Pasteur de la Capital Federal encontró 25 mur­
del virus. Los murciélagos tienen hábitos noc­ ciélagos capturados en la Ciudad de Buenos Ai­
turnos, por el día se los encuentra en colonias de res con diagnóstico positivo. El último, en pleno
mayor o menor cantidad de ejemplares ocultos centro de la Ciudad en un estacionamiento de las
en taparrollos, galpones, entretechos, etc. La am­ calles Corrientes y Callao.
plia difusión geográfica de los murciélagos insec­ Un modo de erradicar la rabia humana es cum­
tívoros y los resultados del diagnóstico efectua­ plir rigurosamente con la profilaxis preexposición
do en muestras de distintos lugares del país indi­ de perros, gatos u otras mascotas. Deben ser vacu­
m can que ese factor de riesgo es similar en toda la nados anualmente de acuerdo con las normas
Argentina. En la Ciudad de Buenos Aires se ha veterinarias vigentes.
(y i detectado que la circulación del virus de la rabia
en las poblaciones de murciélagos tiene una in­
PATOGENIA
cidencia cercana al 3%, lo cual constituye un fac­
tor de riesgo para la población humana y animal. El virus habitualmente penetra por la piel o las
En la rabia silvestre, el ciclo aéreo está consti­ mucosas, debido a la mordedura de un animal
Capítulo 31 - Rabia □ 287

V?.
rabioso. Éste contiene hialuronidasa en su sali­ neuronas, como inclusiones intracitoplasmáticas,
va, lo que facilita la progresión del virus, que redondeadas u ovales, eosinófilas, por lo general
inicialmente se replica en las células del múscu­ múltiples. Se colorean de rojo con la tinción de
lo estriado próximas al área de la inoculación. A S e llers. A sientan fundam entalm ente en las
partir de allí, infecta el sistema nervioso periféri­ neuronas piramidales del hipocampo y en las cé­
co y se propaga en forma centrípeta por el nervio lulas de Purkinje. Además, la presencia del virus
(neuroprobasia), a una velocidad de alrededor de de la rabia se puede detectar por exámenes inmu-
3 mm por hora. Por esta vía llega al SNC, se re­ nohistoquímicos y ultraestructurales.
plica en la sustancia gris y luego se dirige en for­
ma centrífuga por los nervios vegetativos hasta
MANIFESTACIOi^ES CLÍNICAS
las glándulas salivales, los pulmones, los riño­
nes, el hígado, las glándulas suprarrenales, la piel, Serán considerados los períodos de incubación,
el corazón y el mdsculo esquelético. La llegada invasión y estado.
del virus y su replicación en las células acinares
de las glándulas salivales es la causa de su elim i­ Período de incubación
nación con la saliva y el contagio a través de ella. Dura alrededor de 40 días, aunque en algunas
El virus no atraviesa la piel indemne, aunque ocasiones puede acortarse a 15 o prolongarse a
no es necesario que se produzca una mordedura 90 o más días. Esta etapa es totalmente asintomá-
inoculante. En efecto, unas gotas de saliva del ani­ tica y su duración se relaciona con:
mal rabioso, con suficiente concentración viral,
que se pongan en contacto con una solución de 1) extensión y profundidad de la herida: cuan­
continuidad, alcanzan para que se produzca la en­ to más extensa y profunda, menor es el período
fermedad. Esta situación no es muy frecuente, de incubación;
aunque sí lo es la mordedura inoculante del ani­ 2) distancia entre el sitio de inoculación y el
mal rabioso. Es muy importante la ubicación de SNC: a menor distancia, período de incubación
la herida en relación con los centros nerviosos. más breve;
Son muy peligrosas las que se ubican por encima 3) cantidad de virus inoculado: a mayor canti­
de los hombros e incluso las que se producen en dad, menor período de incubación; y
los miembros superiores. Éstas pueden ser úni­ 4) animal agresor: la mordedura de gato y lobo
cas o múltiples, proximales o distales y directas son las más profundas, desgarrantes y de mayor
o a través de la ropa. concentración de hialuronidasa en saliva. Ade­
más, los gatos tienen una mayor predisposición
a saltar a la cara. Estos factores determinan el
ANATOMÍA PATOLÓGICA
menor período de incubación en estos casos.
El examen macroscópico demuestra una con­
gestión vascular marcada y edem a cerebral. Período de invasión
Histológicamente se comprueban lesiones ines- Es de 48 a 72 horas, con manifestaciones a ni­
pecífícas similares a las observadas en otras in­ vel de la herida, como dolor, ardor, hormigueos,
fecciones virales, tales como una reacción infla­ prurito, y generales, como irritabilidad, insom­
matoria intensa, con degeneración neuronal que nio, cefalea, cambio de carácter, llanto y tenden­
afecta en forma predominante los núcleos basales, cia al aislamiento.
el mesencéfalo, el piso del cuarto ventrículo y,
en especial, el bulbo raquídeo. También pueden Período de estado
estar afectados la médula espinal y los ganglios Se caracteriza por una encefalitis aguda mor­
de las raíces dorsales. La alteración histológica tal. En este período se altera francamente el psi-
patognomónica, por lo tanto de extraordinario quismo. El enfermo presenta un estado de exci­
valor para el diagnóstico, es la presencia de los tación incontrolable, se vuelve agresivo, hay des­
corpúsculos de Negri. Éstos son conglomerados orientación temporoespacial, convulsiones toni-
de partículas virales que se observan en las coclónicas, alucinaciones, respiración suspirante,
288 □ Segunda parte - Infecciones virales

fotofobia, aerofobia e hidrofobia. Este último sig­ ción inversa en saliva, LCR, o tejidos del pacien­
no se debe al espasmo doloroso de la faringe que te. D e practicarse la autopsia, se realizará la bús­
se produce al intentar ingerir líquidos, motivo por queda de anticuerpos fluorescentes y corpúscu­
el cual los rechaza. Debido a este espasmo farín* los de Negri en el cerebro. Éste, también puede
geo doloroso, el paciente evita tragar su propia inocularse por vía intracerebral a ratones lactantes
saliva, la que entonces fluye por las comisuras en los que, a los 5 a 7 días, se produce encefalitis
labiales. Se distinguen tres formas clínicas prin­ que comienza con parálisis del tren posterior. En
cipales: el cerebro de los ratones se practica la inmuno-
fluorescencia directa y la búsqueda de los cor­
Espástica: se manifiesta por contracturas toni- púsculos de Negri.
coclónicas violentas y dolorosas, desencadenadas
por estímulos lumínicos, táctiles y auditivos.
DIAGNÓSTICO DIFERENCIAL

Paralítica: es de diagnóstico difícil si no exis­ Se establece con diferentes afecciones, entre


te el antecedente de mordedura. Este cuadro pue­ las cuales cabe mencionar; cuadros de excitación
de iniciarse como una paraplejía que en algunas psicomotriz, histeria, tétanos, intoxicaciones por
ocasiones adquiere la forma de parálisis ascen­ estricnina o neurolépticos mayores, síndrome de
dente de Landry. En ambos casos el paciente se Guillain-Barré, poliom ielitis, botulismo y ence­
mantiene lúcido hasta el coma terminal. La muer­ falitis virales o de otras etiologías.
te se produce por paro cardiorrespiratorio debi­
do al compromiso bulbar.
PRONÓSTICO

Form a dem encial o fu rio sa : se caracteriza por Aunque se han comunicado casos esporádicos
su rápida evolución al coma y a la muerte. de supervivencia, se considera que esta enferme­
dad es mortal.
En resumen, la rabia humana es una encefalitis
aguda e irreversible, que sobreviene después de
TRATAMIENTO |
la mordedura de un animal rabioso, doméstico o
salvaje, y evoluciona, desde las primeras mani­ Debe efectuarse en un centro especializado. En j
festaciones clínicas hasta la muerte, en 5 a 7 días. todos los casos se administran agentes que in-
duzcan al sueño crepuscular hasta que llegue el
paro cardiorrespiratorio.
DIAGNÓSTICO

Las manifestaciones clínicas ya descriptas, co­


PROFILAXIS
munes con las producidas por otras afecciones,
pueden inducir a errores en el diagnóstico, de no La profilaxis preexposición está indicada en
contarse con el antecedente de la mordedura. todos aquellos individuos con riesgo elevado de
El antecedente epidem iológico no siempre es contraer la enfermedad, como los trabajadores de
fácil de obtener, pero es fundamental para sospe­ laboratorios que manipulan el virus de la rabia,
char el diagnóstico de rabia. En esta enfermedad, veterinarios o personal en contacto con animales
de curso clínico irreversible, los análisis de labo­ silvestres. Ésta se realizará con la vacuna desa­
ratorio comunes no brindan datos que sean sig­ rrollada en células Vero; se aplicarán tres dosis
nificativos. En los seres humanos el método de (días O, 7 y 28). En las personas en que persista
elección para el diagnóstico es el examen de los el riesgo, se administrará una dosis cada 2 o 3
folículos pilosos de la biopsia del cuero cabellu­ años. Se considera una respuesta adecuada de
do de la nuca o la impresión de la córnea sobre anticuerpos neutralizantes cuando el nivel alcan­
portaobjetos de vidrio con anticuerpos fluores­ za 0,5 UI/mL, recomendada por la QMS. Los ni­
centes directos. También pueden utilizarse la re­ veles de protección en esas personas deben de­
acción en cadena de la polimerasa con transcrip­ terminarse cada seis meses. Cuando disminuyen
a .
C apítulo 31 - Rabia D 289

por debajo de los niveles protectores, se admi­ 2 mL poi* vía subcutánea 1 vez por día, durante 7
nistrará una dosis de refuerzo. La vacunación días, y 3 refuerzos a los 10, 20 y 30 o 60 días
<c
preexposición no excluye la necesidad de apli­ después de la última dosis. A los niños de hasta 3
car un refuerzo ante una exposición. años se les aplicará I mL por dosis; de 3 años en (i.
La p rofilaxis p o s e x p o s ic ió n (tratam iento adelante, 2 mL por dosis. Las vacunas de cultivo
antirrábico) se indica a cualquier edad en aque­ celular se aplican los días 0 , 3 ,7 ,1 4 y 30, con un <%
llos casos en que desaparece el animal agresor, eventual refuerzo a los 90 días.
mientras se inicia el período de observación ve­ i
terinaria o cuando el accidente de la mordedura Exposiciones graves
(C
involucra animales silvestres. Se consideran así las lesiones de la cara, el cue­
Toda profilaxis posexposición debe iniciarse llo, la punta de los dedos, las mucosas o las pro­ fC
con el tratamiento inmediato de la herida, con ducidas por la agresión de animales silvestres.
agua y jabón, y la posterior aplicación de anti­ S e aplicará una d o sis diaria de la vacuna
sépticos. Debe evitarse la sutura de la herida. Fuenzalida-Palacios, por vía subcutánea durante
Asimismo, se indicará la profilaxis antitetánica 14 días, y 3 refuerzos a los 1 0 ,2 0 y 30 o 60 días
y antimicrobiana. Estas medidas se completan con luego de la última dosis. Las vacunas de cultivo
la imprescindible administración de alguna de las celular se aplican los días O, 3, 7, 14 y 30, con
vacunas disponibles en la actualidad. La produ­ refuerzo opcional a los 90 días. En estos casos la
cida por el método Fuenzalida-Palacios es una vacunación se complementará con la administra­
suspensión al 1% del sobrenadante de un cen­ ción de inmunoglobulina antirrábica humana, que
trifugado de cerebro de ratón lactante (CRL) in­ se obtiene de plasma de dadores hiperinmu-
fectado por el virus fijo e inactivado por radia­ nizados. La inmunización pasiva con suero an­
ción ultravioleta. La producida por el Laborato­ tirrábico equino ha sido abandonada, por la fre­
rio Central de Salud Pública del Ministerio de cuencia de accidentes alérgicos.
Salud de la Provincia de Buenos Aires, se pre­ La vacuna Fuenzalida-Palacios se administra­
senta en frasco-ampolla que contiene 1 mL de la rá por vía subcutánea, en la región glútea, alter­
suspensión al 1 %. nando el lado en cada dosis. Las vacunas de cul­
La elaborada en el Instituto Malbrán (ANLIS) tivo celular se aplican por vía intramuscular, ha-
se presenta en frasco-ampolla con 2 mL de sus­ bitualmente en el músculo deltoides.
pensión de CRL al 1%; y la producida por el Ins­ En aquellos casos en que exista una nueva ex­
tituto Pasteur de la Ciudad de Buenos Aires se posición dentro del año de terminado el esquema
presenta en frasco-ampolla con 1 mL de suspen­ anterior, corresponde realizar un estudio seroló-
sión de CRL al 1%. gico o efectuar la vacunación de refuerzo. D es­
También se dispone de la vacuna antirrábica pués de tres años se realizará serología para de­
liofilizada producida sobre línea celular Vero, terminar el nivel de anticuerpos y, de acuerdo con
inactivada y purificada. Con esta vacuna la éste, se aplicarán 3 o 4 dosis de refuerzo (ver el
seroconversión con títulos protectores es del capítulo Inmunoprofílaxis).
100% a los siete días de iniciado el esquema; es­
tos títulos son 8 a 10 veces superiores a los obte­
RABIA ANIMAL
nidos por la vacuna con CRL.
Estas vacunas se conservan a temperaturas en­ La enfermedad que afecta al perro, mordido por
tre 4°C y 8°C; no deben congelarse. otro perro, gato u otro animal, tiene un período de
Los diferentes esquemas profilácticos se rela­ incubación muy prolongado. Durante el período de
cionan con la gravedad de la exposición. invasión el animal modifica su carácter, se vuelve
retraído, desorientado, se excita, modifica el ladri­
Exposiciones leves do y produce un aullido ronco y prolongado. Esto
Se consideran así las lesiones del tronco, el tó­ último se debe a la parálisis de las cuerdas vocales.
rax y los miembros, excepto la punta de los de­ Se vuelve agresivo, muerde a otros animales y per­
dos. Se aplicará la vacuna Fuenzalida-Palacios, sonas, y bebe con avidez (no tiene hidrofobia).
f l

290 □ Segunda parte - Infecciones virales

m Además de la rabia furiosa ya descripta, el pe­ Esto no significa que el médico veterinario nece­
rro puede presentar una forma paralítica. En esta site de este plazo para diagnosticar la enfermedad.
• última la fase de excitación está ausente o es muy En general puede realizarlo clínicamente durante
corta. La parálisis comienza por los músculos de los primeros dos días de observación.
m la cabeza y cuello y no deglute la saliva debido a En el cerebro del animal muerto se realiza la
la parálisis de los músculos de la deglución, lo prueba de anticuerpos fluorescentes directos o se
cual origina abundante salivación. Luego la pa­ buscan los corpúsculos de Negri; si éstos no se de­
rálisis se extiende a las extremidades y sobrevie­ tectan, se realiza la prueba de Webster, que es la
«
ne la muerte en un plazo de 1 a 10 días. inoculación por vía intracercbral de cerebro del ani­
n La enfermedad en el perro dura también entre 5 mal muerto a ratones lactantes. Éstos se sacrifican
y 7 días, con una mortalidad del 100%. La obser­ a los cinco días para la búsqueda de dichos cor­
a vación veterinaria del animal dura 10 días. Super­ púsculos, o se realiza la búsqueda de anticuerpos
vivencias de más de 10 días descartan la rabia. fluorescentes directos que es más rápida y eficaz.
a

4» B ib lio g ra fía ------------------------------ -


Acha PN, Szyfres 8. Zoonosis y enfermedades transmisibles Farreras-Rozman. Medicina Interna, 15*. ed. Elsevier. 2005.
4» comunes a! hombre y a los animales. 3* ed. Vol. II. Gury Dohmen F, Mena Segura C. Rabia en murciélagos
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#
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17. Asoc. Arg. de Zoonosis. 2004.

«
iá •
••í
32
Fiebre hemorrágica argentina
Ornar J. Palmieri

do o com plejo Tacaribe, constituido por el virus


DEFINICIÓN
Junín (agente de la FHA), el virus Machupo (agen­
La fiebre hemorrágica argentina (FHA) -co n o ­ te de la FH boliviana), el virus Guanarito (agente
cida también como mal de los rastrojos, virosis de la FH venezolana) y el virus Sao Paulo (agen­
hemorrágica del noroeste bonaerense, gripón y mal te de la FH brasileña).
de O’H iggins- es una enfermedad aguda, ende- El virus Junín comparte las características
moepidémica, cuya área geográfica predominan­ principales de la familia Arenaviridae. Los viriones
te abarca las zonas de mayor producción agrope­ son ovales o pleomorfos y miden de 50 a 300 nm.
cuaria de las provincias de Buenos Aires, Santa Son virus de ARN con una envoltura lipoproteica
Fe, Córdoba y La Pampa. Es producida por el vi­ en la que se hallan importantes glucoproteinas
rus Junín, cuyos hospederos naturales y reservónos antigénicas.
son los roedores campestres. Se caracteriza por El virus Junín se puede aislar en cobayos, rato­
fiebre, leucopenia, trombocitopenia, oliguria, nes lactantes, ralas y otros animales de experimen­
proteinuria, enantema, exantema, y manifestacio­ tación. En ratones lactantes produce una encefalo-
nes neurológicas, purpúricas y hemorrágicas. mielitis mortal a los 7 a 14 días después de la ino­
culación. Este procedimiento es utilizado para el
diagnóstico de certeza por aislamiento del virus de
ETIOLOGÍA
la sangre de los enfermos, o para el aislamiento de
El agente ctiológico de la FHA, aislado por pri­ cepas virales en los roedores de la naturaleza.
mera vez en 1958, es un virus de la familia Are- El virus Junín se replica en diversas líneas ce­
naviridae denominado virus Junín. Esa familia lulares, pero sólo produce efecto citopático en
está constituida por numerosos virus que se carac­ células Vero y MRC-5. Este efecto, de aparición
terizan por producir infecciones persistentes en lenta y progresiva, consiste en focos de células
roedores, que son los reservónos naturales y redondeadas que se desprenden en monocapa.
transmiten la infección al hombre. La denomina­ Una sublínea de células BHK-21 infectada de ma­
ción Arenaviridae se debe a las imágenes que se nera persistente se ha empleado para el diagnós­
visualizan con el microscopio electrónico dentro tico serológico de FHA por inmunofluorescencia
de los viriones, semejantes a granos de arena. indirecta.
Muchos de estos virus son patógenos para el hom­
bre, los cuales se pueden dividir en dos grandes
EPIDEMIOLOGÍA
grupos: 1) arenavirus del Viejo M undo, que com­
prende ei virus de la coriomeningitis linfocitaria La zona endémica de esta zoonosis es la de ma­
y el virus Lassa, y 2) arenavirus del N uevo M un­ yor producción agricolaganadera de las provin­
292 D Segunda parte - Infecciones virales

cias de Buenos Aires, Sama Fe, Córdoba y La món, peritoneo, riñón, cerebro y corazón. Hay un
Pampa. Este área tiene en el presente una super­ aumento discreto del tamaño de algunos órganos
ficie aproximada de 150.000 km^ y una pobla­ como ei riñón, el bazo y los ganglios linfáticos.
ción estable de alrededor de 3.000.000 de habi­ La microscopía pone en evidencia endotelios
tantes. Los brotes epidémicos se han registrado vasculares tumefactos, aumento moderado de la
anualmente, a partir de 1958, con extensión pro­ pared vascular, focos hemorrágicos perivascu-
gresiva del área endémica. lares, sobre lodo en piel y mucosas, e infiltrados
Los hospederos naturales y reservorios del vi­ discretos de células mononucleares en la perife­
rus Junín son varias especies de roedores campes­ ria de esos focos.
tres: Calomys laucha, Akodon azarae y M us mus- En el pulmón pueden observarse focos hemo­
culus, aunque el reservorio principal es Calomys rrágicos de diámetro moderado, con escasos in­
musculinus. Estas especies se han capturado en el filtrados intersticiales de células mononucleares,
área endémica infectadas en forma persistente. En y en los vasos, trombos fibrinosos, fibrinohe-
ellas la infección cursa en forma crónica e inapa- máticos o acelulares eosinófilos.
rente, con altos títulos de virus en la sangre, en ca­ En el riñón suele haber necrosis tubular, glomé-
si todos los parénquimas y en especial en la saliva. rulos congestivos, e hiperplasia moderada de los
Estos roedores contaminan el suelo, los pastos epitelios capsulares y glomerulares; microhe-
y el rastrojo, al eliminar gran cantidad de virus morragias intersticiales, congestión vascular, y
con la saliva, la orina y las secreciones. Entre ellos cilindros proteicos y hemáticos.
existe la transmisión horizontal y posnatal verti­ En el sistema nervioso central los rasgos más
cal a través de la leche y secreciones. notables son congestión meníngea intensa, focos
El hombre se infecta en forma accidental, en el hemorrágicos, microfocos de necrosis y gliosis
medio ambiente contaminado a través de excoria­ reaccional; los ganglios linfáticos presentan
ciones en la piel o por vía de las mucosas nasal, hiperplasia linforreticular. El bazo está congesti­
oral o conjuntival, y por la inhalación de aerosoles vo, la pulpa roja está hiperplásica y hay hipoplasia
contaminados producidos durante la cosecha ma­ linfoide folicular.
nual o mecánica. En resumen, el aspecto anatom opatológico
Los sujetos más afectados son los trabajadores dominante es la capilaropatía generalizada, con
rurales, que por la índole de sus tareas tienen una repercusión secundaria en el intersticio de diver­
mayor exposición. Sus edades oscilan entre los sos órganos y tejidos, y lesiones parenquimatosas
15 y los 60 años, y en el 80% de los casos son del atribuibles a la acción patógena viral.
sexo masculino. La transmisión interhumana se
ha registrado como un hecho excepcional y como
MANIFESTACIONES CLÍNICAS
consecuencia de contactos muy cercanos con el
enfermo. En los laboratorios que manipulan este El período de incubación de esta enfermedad,
virus es posible contraer en forma accidental la que varía entre 6 y 14 días, es silencioso y asinto-
infección a través de aerosoles, pipeteo o manejo mático. La invasión tiene un com ienzo insidio­
de animales infectados. También pueden adquirir­ so, con malestar general, astenia, anorexia y fati­
la los sujetos que por dedicarse a la caza deportiva ga, a lo que pronto se agregan hipertermia, esca­
o por otras razones incursionen en el rastrojo. lofríos, cefalea, artromialgias, lumbalgia, som ­
La mayor incidencia de FHA se produce en otoño nolencia o insomnio, irritabilidad, mareos e in­
(abril, mayo y junio), época de cosecha de maíz y seguridad en la marcha. Luego de este período
sorgo, por el aumento de la población de roedores. de invasión, que dura 3 o 4 días, con temperatu­
ras de 37,5®C a 38,5®C, se pasa insensiblemente
al período de estado, que dura 12 a 16 días y en
ANATOMÍA PATOLÓGICA
el cual la temperatura llega a 39®C y 40®C acom­
En el examen macroscópico se observan fenó­ pañada por escalofríos y sudoración. La facies
menos congestivohemorrágicos en diversos pa­ presenta un importante elemento sem iológico; se
rénquimas, como mucosa gastrointestinal, pul­ trata de un eritema rojo vinoso que abarca la cara,
T
Capítulo 32 - Fiebre hem orrágica argentina O 293

el cuello y la parte superior del tórax, y se acom­ rragia gingival, hemorragias digestivas, hema- (I-
paña con mirada brillante, inyección conjuntival turia, metrorragia, púrpura y sufusiones hemorrá­
y edema palpebral, todo lo cual configura una gicas en piel, espontáneas o provocadas por las
«facies abotagada». Las mucosas bucal y faríngea punciones venosas.
están hiperémicas en toda su extensión; las en­ Otros hallazgos frecuentes son deshidratación,
cías se observan congestivas y edematosas, con oliguria y proteinuria. Las formas graves pueden
mayor intensidad en los bordes, lo que se deno­ llegar a la insuficiencia renal.
mina ribete gingival. Es frecuente la hemorragia El período de estado dura 30 a 45 días. En la
gingival espontánea o al presionar las encías. mayoría de los casos, aproximadamente a los 10
Sobre ese fondo congestivo se destaca una red a 12 días comienza con lentitud la mejoría; cae
vascular de color rojo vinoso más intenso, micro- la temperatura, desaparecen las manifestaciones
vesículas y petequias. Estas lesiones se localizan hemorrágicas y nerviosas, mejora el psiquismo,
sobre todo en el paladar blando, aunque a veces se restablece la diuresis, desaparece la protei-
lo hacen en otras zonas de la mucosa bucofaucial. nuria, comienzan a normalizarse los valores de
La lengua saburra! y los bordes congestivos mues­ los leucocitos y plaquetas, y se inicia la convale­
tran la impresión dentaria a causa del edema. Al cencia. Ésta puede prolongarse por uno o dos
proiruirla se observa un fino temblor fibrilar ca­ m eses y transcurre con astenia acentuada, caída
racterístico de la enfermedad. Se palpan adeno- del cabello, hipoacusia y labilidad emocional. En
patías, sobre todo cervicales posteriores y supra- general la enfermedad se cura sin secuelas.
claviculares, no dolorosas ni adheridas a planos Las formas clínicas son inaparente, leve, co­
superficiales o profundos. mún y grave. Las formas graves pueden ser he­
En la piel de las axilas, flancos y cara anterior morrágicas. neurológicas o mixtas. Estas últimas
del tórax puede observarse un exantema petequial son las más frecuentes. Las formas graves de los
poco intenso. No hay manifestaciones catarrales enfermos no tratados con plasma de convaleciente
de las vías aéreas superiores; puede haber los seca son casi siempre mortales. En las formas neuro­
pero en general no hay compromiso broncopul- lógicas graves hay confusión mental, temblores,
monar importante, a diferencia de las virosis res­ excitación psicomotora, convulsiones, delirio y
piratorias estacionales. coma.
Las manifestaciones digestivas consisten en En las formas hemorrágicas graves hay hemo­
inapetencia, náuseas, vómitos, diarrea o constipa­ rragia digestiva, hemoptisis, hematuria, metrorra­
ción, epigastralgia o dolores abdominales en otras gia, hemorragia gingival, epistaxis y hematomas.
localizaciones o generalizados, que pueden ha­ El shock hipovolém ico, común en los estados
cer pensar en un cuadro quirúrgico. N o hay hepa- terminales, puede conducir a la insuficiencia re­
toesplenomegalia y es raro observar ictericia. nal por necrosis tubular aguda.
El sistema nervioso sufre alteraciones impor­
tantes dentro de las que hay que destacar cefalea,
DIAGNÓSTICO
dolor retroocular, convulsiones, arreñexia osteo-
tendinosa, lumbociatalgia, hiperestesia cutánea, Son importantes para el diagnóstico la noción
mareos, estupor, coma, excitación, insomnio, de medio epidem iológico, las actividades labo­
somnolencia, marcha inestable, y temblores fi­ rales desarrolladas en ese medio (trabajadores
nos de la lengua, las manos y peribucales. rurales) o recreativas (cazadores). En este último
Las alteraciones del aparato cardiovascular caso hay que tener en cuenta que el sujeto pudo
consisten en hipotensión, bradicardia -absoluta haber permanecido en contacto con el rastrojo
o relativa-y a veces pulso dicroto. La taquicardia sólo por algunas horas.
con hipotensión suele ser signo de gravedad. El Los aspectos epidemiológicos y clínicos per­
ECG presenta algunas alteraciones inespecíficas miten sospechar la FHA, pero el laboratorio con­
y a veces arritmias transitorias. firmará el diagnóstico.
Es importante destacar las m anifestaciones Son importantes la leucopenia precoz, con ci­
hemorrágicas, que consisten en epistaxis, hemo­ fras de 1.000 a 3.000 leucocitos por mm^ con
C1

( t

294 □ Segunda parte - Infecciones virales


m

60% a 70% de neutrófilos. La trombocitopenia período agudo. La viremia está presente durante
oscila entre 20.000 y 80.000 plaquetas por mm^. todo el período agudo febril y el virus se puede
<% La orina presenta alteraciones del sedimento con­ aislar de la sangre o de los parénquimas en los
sistentes en el hallazgo de hematíes, cilindros hia­ casos fatales, en particular de los órganos linfá­
linos, granulosos y células redondas similares a ticos, donde el virus se replica preferentemente.
las observadas en otras infecciones virales (célu­ El aislamiento se puede realizar en animales de
m
las de Milani). En general hay proteinuria y la laboratorio, como ratones y cobayos, y en los cul­
9 densidad es superior a 1020. La uremia y la creati- tivos celulares.
ninemia suelen estar elevadas; la eritrosedi- La serología incluye pruebas de fijación del
m mentación permanece normal o disminuida. complemento, inm unofluorescencia, ELISA y
La aspartatoaminotransferasa (ASAT oTG O ), neutralización. En la convalecencia es necesario
m la creatinfosfocinasa (CPK) y la deshidrogenasa documentar la conversión serológica. La técnica
del ácido láctico (LDH) pueden estar algo eleva­ de la trascriptasa reversa y reacción en cadena
m
das. La bilirrubinemia y la amilasemia suelen de la polimerasa (TR-RCP) es de gran utilidad,
9 estar normales, también el LCR, incluso en los sobre todo para establecer el diagnóstico etioló­
enfermos con alteraciones neurológicas graves, gico en los pacientes fallecidos.
9 en contraste con el LCR patológico que se obser­
va en el síndrome neurológico tardío. Éste se pro­
m DIAGNÓSTICO DIFERENCIAL
duce en el 8% al 10% de los pacientes tratados
a con plasma inmune (ver más adelante). Deberán considerarse enfermedades febriles
En resumen: si los antecedentes epidemioló­ infecciosas y no infecciosas. Dentro de las pri­
m gicos son compatibles, ante todo síndrome febril meras, fiebre tifoidea y otras salmonelosis, bruce-
in esp ecífico, con leucopenia menor a 4.000 losis, leptospirosis, hepatitis virales, mononu-
9 leucocitos y trombocitopenia menor a 120.000 cleosis infecciosa, listeriosis, infecciones por ade-
plaquetas, debe considerarse caso sospechoso de novirus y enterovirus, septicemia, enfermedades
9 FHA, en particular durante la primera semana de exantemáticas, meningitis, encefalitis, enferme­
9 la enfermedad, a fín de tratarlo con la mayor ur­
gencia posible con plasma inmune. Si la trom­
dad por hantavirus y otras.
Dentro de las no infecciosas, todas aquellas que
9 bocitopenia está por debajo de 100.000, se con­ cursen con trastornos hemáticos, de la coagula­
siderará caso probable. ción o purpúricos y las encefalopatías tóxicas o
9 Si el enfermo tiene antecedentes epidemioló­ metabólicas.
gicos y síndrome febril inespecífico pero no
9 leucopenia ni trombocitopenia, se lo controla dia­
COMPLICACIONES
9 riamente a fin de establecer el diagnóstico lo an­
tes posible. Se producen en general en los enfermos no tra­
9 La FHA provoca una inmunodeficiencia agu­ tados y son infecciones bacterianas o micóticas
da y transitoria, con alteraciones en las subpo- que pueden generalizarse; hemorragias digesti­
9 blaciones linfocitarias y depresión de la inmuni­ vas, hemoptisis, hematuria, metrorragia y hema­
dad celular. tomas en diferentes localizaciones.
9 La fisiopatogenia de la hemorragia aún no está
9 totalmente dilucidada, pero además de la trom­
bocitopenia hay anomalías en los mecanismos de
PRONÓSTICO

9 la coagulación, con KPTT prolongado, y descen­ La mayoría de los pacientes se cura sin secue­
so de los factores VIII, IX y XI. las. Un 15% a un 30% de los casos no tratados
9 En la médula ósea se evidencia un cese tempo­ son fatales. El tratamiento con plasma de conva­
rario de la hematopoyesis, con hipocelularidad lecientes reduce la mortalidad a menos del 1 %.
9 acentuada, pero que no deja secuelas definitivas. El 8% al 10% de los tratados con plasma de con­
9 El diagnóstico etiológico de FHA se realiza a
través del aislamiento del virus Junín durante el
valeciente desarrolla un síndrome neurológico
tardío entre 4 y 7 semanas después del período
C apítulo 32 - Fiebre hem orrágica argentina □ 295

agudo; puede remitir o dejar secuelas, pero la tos se administran por vía oral o intravenosa, no
muerte por esta causa es más rara. por las vías intramuscular o subcutánea, por la
posibilidad de que se produzcan hematomas o
infecciones. No está indicado el uso profiláctico
t r a t a m ie n t o
de antim icrobianos ni la adm inistración de
El tratamiento específico de la FHA es con plas­ corticosteroides.
ma inmune (plasma de convaleciente). Aplicado En la actualidad, la ribavirina se evalúa como
dentro de los primeros 8 días del comienzo de la una opción terapéutica. Es un nucleótido sintéti­
enfermedad reduce la mortalidad del 15% al 30% co que se ha utilizado en el tratamiento de otras
a menos del 1%. No es eficaz cuando se trans­ enfermedades virales. El efecto adverso más im­
funde después de los 8 días del comienzo de los portante es la hemólisis de carácter reversible.
síntomas. La dosis óptima de anticuerpos neutrali­
zantes contra el virus Junín a transfundir es de
PROFILAXIS
3.500 UT (Unidades Terapéuticas) por kg de peso.
El incremento de esta dosis no se asocia con una El control de los roedores y no entrar en con­
mayor reducción de la mortalidad. Este tratamien­ tacto con sus secreciones es prácticamente im­
to neutraliza la viremia, acorta la duración del posible. Por lo tanto, además de los cuidados hi­
período febril y reduce la incidencia de sobrein- giénicos y las medidas tendientes a disminuir los
fecciones, aunque en el 8% al 10% de los pa­ riesgos de exposición al virus, hay que recurrir a
cientes se desarrolla un síndrome neurológico la vacunación preventiva de las personas expues­
tardío, cuyas manifestaciones son distintas a las tas. La vacuna disponible en la actualidad es
observadas durante el período agudo de la FHA. inocua, inmunogénica y eficaz. Es elaborada con
Aparece durante la convalecencia y se caracteri­ la cepa Candid#l de virus Junín atenuado y su
za por un síndrome febril con afectación predo­ eficacia fue demostrada en un 95,5%. La persis­
minante del tronco cerebral, y un LCR con pleo- tencia de los anticuerpos neutralizantes se demos­
citosis y anticuerpos contra el virus Junín. En tró hasta el octavo año posvacunación. Desde
general la evolución es satisfactoria, pero pue­ 1991 se comenzó a vacunar a la población con
den quedar secuelas y en raros casos sobreviene mayor riesgo que no tuvieran antecedentes de
la muerte. El resto del tratamiento es sintomáti­ haber padecido esta enfermedad. Las epidemias
co y de sostén, con el paciente en reposo y los de 1992-1995 han sido las de menor número de
controles de los signos vitales y de laboratorio casos desde que se describió la FHA, lo cual avala
adecuados a su estado clínico. Los medicamen­ la eficacia de la vacuna.

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Hepatitis virales
Gerardo E. Laube
Ornar J. Palmieri

DEFINICIÓN HEPATITIS A

Las hepatitis virales son enferm edades in- Etiología


feciocontagiosas, causadas por distintos agentes El causante de la hepatitis A es un virus ARN
y asociadas con diferentes grados de necrosis e sin cubierta, de 27 nm, perteneciente al género
inflamación del hígado. La denominación hepa­ Hepatovirus, familia Picomaviridae. Es inacti-
titis viral se reserva para la afección determinada vado por la ebullición durante 1 minuto, por la
por los llamados virus hepatotrópicos: virus de irradiación ultravioleta, y por la exposición al
la hepatitis A (HAV), virus de la hepatitis B (HBV), formaldehído y al cloro. Si bien sólo se reprodu­
virus de la hepatitis delta (HDV), virus de la he­ ce en el hígado, también puede hallarse en la bi­
patitis C (HCV), virus de la hepatitis E (HEV) y lis, la materia fecal y la sangre, al finalizar el
otros aún no identificados con claridad. Otros vi­ período de incubación y durante la fase aguda
rus pueden ocasionar un cuadro clínico similar, preictérica de la enfermedad. Este virus puede
como el de Epstein-Barr» el varicela zoster, el cito- cultivarse in vitro.
megalovirus y el del herpes simple. El espectro
clínico de la hepatitis viral va desde una infec­ Epidemiología
ción asintomática hasta una enfermedad aguda, La infección se adquiere por vía fecal-oral. El
fulminante y mortal. Tanto HBV com o HDV y virus puede aislarse del hígado, la materia fecal,
HCV pueden desarrollar desde formas persisten­ la bilis y la sangre durante el período de incu­
tes subclínicas hasta enfermedades crónicas pro­ bación y en el período preictérico de la enferme­
gresivas, capaces de evolucionar hacia la cirrosis dad. La viremia y la presencia del virus en las
hepática o el hepatocarcinoma. heces disminuyen al aparecer la ictericia. En ge­
En la mayoría de los pacientes la hepatitis viral neral, cuando el paciente es aislado ya no es ca­
se presenta como una enfermedad aguda, de co­ paz de contagiar. La falta de higiene y el hacina­
mienzo brusco, con malestar general, fiebre, ano- miento son causas que favorecen la transmisión.
rexia, náuseas, vómitos, cefalea, dolor abdomi­ Se han detectado brotes epidémicos asociados con
nal, ictericia, prurito, coluria y acolia. En esta eta­ agua, leche y moluscos contaminados.
pa la enfermedad producida por diferentes virus La enfermedad es frecuente en la infancia y por
es indistinguible y sólo las pruebas serológicas lo común es asintomática. En los países indus­
permiten hacer el diagnóstico diferencial. trializados la frecuencia de infecciones en los
niños ha disminuido al mejorar las condiciones
de salubridad de la población. N o se ha demos­
(%

(%
298 □ Segunda parte - Infecciones virales

m trado el estado de portador después de padecer certeza se llega con los datos de laboratorio. Los
hepatitis A aguda. Los viajes a áreas endémicas más relevantes son leucopenia, aumento de la
m de los sujetos susceptibles constituyen una fuen­ bilirrubina como consecuencia del incremento de
m te de infección para los que proceden de regiones la forma directa y aumento de las enzimas hepá­
no endémicas. La presencia del virus en la natura­ ticas: la alaninoaminotransferasa (ALAT) o tran*
leza da infecciones subclínicas. Son frecuentes saminasa glutamicopirúvica (TGP) aumenta sus
los brotes epidémicos en grupos cerrados de po­ valores más de diez veces; la aspartatoamino-
blación, como guarderías, asilos y cuarteles. transferasa (ASAT) o transaminasa glutami-
cooxaiacética (TGO) lo hace en menor grado y
Patogenia la fosfatasa alcalina (FAL) se incrementa en for­
No se ha demostrado que el virus de la hepatitis ma proporcional al grado de colestasis.
9
A sea directamente citopático para los hepatocitos. El diagnóstico de certeza se obtiene con la
m Las manifestaciones clínicas y la evolución sugie­ serología específica. En la hepatitis aguda es po­
ren que la lesión hepática está determinada por las sitivo el anticuerpo anti-HAV IgM, pero pasada
(t respuestas inmunitarias del hospedero. la etapa aguda éste deja de detectarse y la sero­
logía es positiva para el anticuerpo anti-HAV IgG,
(i Anatomía patológica que también es marcador de infección pasada.
(• Las lesiones consisten en infiltración de los
lobulillos por mononucleares, necrosis de los Diagnóstico diferencial
(• hepatocitos, hiperplasia de las células de Kupffer En las formas anictéricas incluye otras enferme­
y grados variables de colestasis. El infiltrado dades infecciosas, y en las formas ictéricas afec­
• mononuclear está constituido por linfocitos, y a ciones que en algún momento de su evolución
veces por células plasmáticas y eosinófilos. La cursan con ictericia. Además se tendrán en cuenta
o
regeneración de los hepatocitos se evidencia a leptospirosis, paludismo, sepsis, mononucleosis
través de numerosas mitosis, células multinu- infecciosa y enfermedades no infecciosas, como
cleadas y la formación de seudoácinos. litiasis del colédoco, neoplasias de las vías biliares
o del páncreas y otras ictericias obstructivas.
Manifestaciones clínicas
« El período de incubación varía entre 15 y 45 Complicaciones
días. En la gran mayoría de los casos la hepatitis La complicación más importante es la necrosis
(•
A transcurre en forma totalmente asintomática o hepática masiva o hepatitis fulminante que en
(• se expresa con síntomas inespecíficos que no general se produce en adultos, ancianos o pacien­
generan la sospecha, salvo en epidemias. Si hay tes con enfermedades hepáticas subyacentes. Otra
A manifestaciones, las más comunes son fiebre, complicación a considerar incluye la forma co-
cefalea, epigastralgia, anorexia, náuseas, vóm i­ lestásica, de evolución prolongada y con prurito
• tos, prurito, ictericia, coluria y acolia. El examen intenso, que puede simular una ictericia obstruc­
clínico revela dolor en el hipocondrio derecho y tiva. La hepatitis A no evoluciona hacia la forma
el epigastrio, hepatomegalia dolorosa y a veces crónica activa como las hepatitis B y C y son
• esplenomegalia discreta. Luego de un período pocos los pacientes con recaídas luego de sema­
variable entre 2 a 6 semanas de persistencia de la nas o meses de la curación aparente.
m ictericia, se inicia el período de convalecencia,
con desaparición gradual de los síntomas y recu­ Pronóstico
m La mayoría de los pacientes se cura sin secue­
peración del apetito.
las. La mortalidad, salvo en las formas fulminan­
A
Diagnóstico tes, es muy baja.
4» Se basa en criterios epidem iológicos, clínicos
y de laboratorio. Tratamiento
• La epidemiología y la clínica responden a la N o hay tratamiento específico alguno para la
descripción precedente, pero al diagnóstico de hepatitis A. En la fase aguda se indica reposo. La
49

«•
Capítulo 33 - Hepatitis virales Q 299

dieta se basará en la tolerancia y los gustos del El HBsAg es el primer marcador que se detec­
paciente, con prohibición absoluta de alcohol y ta en el suero de los pacientes con hepatitis B. Su
medicamentos potencialmente hepatotóxicos. Los presencia precede al aumento de las enzimas he­
corticosteroides no tienen utilidad alguna, salvo páticas y las manifestaciones clínicas, y conti­
en pacientes con colestasis muy importante. Se núa detectándose durante toda la fase aguda de
administran en dosis equivalentes a 20 mg dia­ la enfermedad.
rios de prednisona, con reducción gradual según
la evolución. Epidemiología
Las formas fulminantes, caracterizadas por ic­ La hepatitis B es un grave problema de salud
tericia pronunciada, el descenso crítico de los en el mundo. Es responsable del 50% de los ca­
factores de la coagulación y los trastornos de la sos de hepatitis virales agudas y el 1% evolucio­
conciencia requieren hospitalización en un cen- na hacia la cronicidad con riesgo de desarrollar
íro con capacidad de realizar el trasplante hepá­ cirrosis y cáncer hepático. Más de un millón de
tico ortotópico. personas por año fallecen en el mundo por esta
enfermedad, mientras que en los países en desa­
Profilaxis rrollo es la causa más común de infección en el
Consiste en la educación sanitaria, medidas niño. El estado de portador afecta del 5% al 15%
higiénicas, control de las excretas y tratamiento de la población adulta, lo que a nivel mundial
adecuado del agua de consumo. Los individuos representa más de trescientos millones de indivi­
susceptibles que estén en contacto con enfermos duos.
de hepatitis A o que se trasladen a zonas hiperen- La forma más frecuente de transmisión es la
démicas deben recibir una sola dosis de gamma- vía parenteral, por sangre contaminada o subpro­
globulina IM de 0,02 mL/kg o 2 mL en los adul­ ductos de ésta, en particular por la transfusión de
tos. En la actualidad hay una vacuna inocua, sangre o de factor antihemofílico; también por
inmunogénica y eficaz com puesta por virus tatuajes, acupuntura y tratamientos odontoló­
inactivados (ver el capítulo Vacunas). gicos. La detección de sangre contaminada en
bancos de sangre ha disminuido en forma drásti­
ca la hepatitis B postransfusional; en cambio, la
HEPATITIS B
infección en drogadictos por vía intravenosa está
Etiología en franco incremento. Otras formas son el con­
El agente causal de la hepatitis B es un virus tacto sexual y la transmisión perinatal. Los re­
ADN perteneciente a la familia de los Hepadna- cién nacidos de madre HBeAg positivas tienen
virus, también denominado partícula de Dañe. alto riesgo de infección (90%) y tendencia a la
Tiene forma esférica, un diámetro de 42 nm y su cronicidad. Se considera que la infección se pro­
envoltura está formada por lipoproteínas. La pro­ duce por la sangre en el canal del parto, más que
teína de la envoltura que se expresa en la super­ por transmisión transplacentaria. Los niños naci­
ficie externa del virión se denomina antígeno de dos en estas circunstancias deben ser protegidos
superficie de la hepatitis B (HBsAg) y posee ca­ con gammaglobulina hiperinmune y vacunación.
pacidad antigénica. El anticuerpo correspondiente
es el anti-HBs. Por dentro de la envoltura se en­ Patogenia
cuentra una cápside de 27 nm que envuelve el Cuando el hepatocito es infectado por el virus
ADN y la transcriptasa del virus. La cápside está de la hepatitis B, sus proteínas virales se expre­
formada por la proteína C o antígeno del core san en la membrana celular; por consiguiente, son
(HBcAg) y su anticuerpo es el anti-HBc. El reconocidas por el sistema inmune, tanto en su
HBcAg no es detectable en el suero porque está componente celular como humoral. Si la respues­
dentro de una cubierta de HBsAg. Otro antígeno ta es eficiente, todas las células infectadas son
del HBV es el denominado HBeAg que es un destruidas y la necroinflamación resultante de­
marcador de la replicación del virus y su anti­ termina la eliminación del virus. Si la limpieza
cuerpo es el anli-HBe. viral es masiva, puede dar formas fulminantes de
300 □ Segunda parte - Infecciones virales

enfermedad. Una respuesta inadecuada condicio­ El período sintomático coincide con un aumen­
na la persistencia del virus con diversos grados to de las transaminasas 5 a 20 veces los valores
de necroinflamación y tendencia a la cronicidad. normales y de la fosfatasa alcalina 2 a 3 veces, lo
que refleja la necroinflamación hepática. El au­
mento de la bilirrubina con predominio de la di­
Anatomía patológica
recta suele llegar hasta 30 mg/dL. El tiempo de
En la hepatitis viral aguda los cambios morfo­ protrombina puede alterarse de acuerdo con la
lógicos que se producen son independientes del importancia del daño hepático.
tipo de virus causal e incluso son semejantes a En estos pacientes el ADN viral y su polimerasa
las reacciones a fármacos. £Í examen macros­ desaparecen con rapidez. El HBsAg persiste por
cópico del hígado revela hepatomegalia de dife­ más tiempo porque su ARN mensajero es de vida
rentes grados y un color verdoso que depende de media larga, por lo que su producción es excesiva.
la intensidad de la ictericia. La microscopía pone Durante la etapa aguda el anticuerpo anticore
en evidencia la necrosis de los hepatocitos, con de tipo IgM (anti-HBc IgM) está presente en tí­
lesión difusa de éstos y cambios reactivos de las tulos altos, pero con la recuperación del paciente
células de Kupffer. Durante la etapa de recupera­ es sustituido por un anticuerpo de tipo IgG que
ción hay signos de regeneración de los hepa- persiste durante toda la vida.
tocitos. En el estado de portador la histología El antígeno e, elemento soluble del core (HBeAg),
hepática revela cambios poco significativos. La es un índice de replicación viral que desaparece
microscopía electrónica permite demostrar la pre­ con rapidez reemplazado por el anticuerpo e (anti-
sencia del HbsAg en el citoplasma de los hepa- HBe), que también desaparece luego de meses o
tocitos en forma de esferas y túbulos, y núcleos años. Esta seroconversión tiene gran significa­
«arenosos» debido a la presencia de HBcAg. ción en el tratamiento de la hepatitis B crónica.
El anticuerpo de superficie de la hepatitis B (anti-
HBs) aparece luego de la recuperación y después
Manifestaciones clínicas
de la desaparición del HBsAg; entre ambos he­
Luego de un período de incubación que varía chos lo habitual es que haya un período ventana,
entre 30 y 180 días, la infección por HBV puede en el que la única manera de demostrar la infec­
dar lugar a diferentes formas de presentación: ción es por detección del anti-HBc IgM. Un pe­
agudas, crónicas y portación asintomática. queño porcentaje de pacientes no desarrolla anti­
cuerpo de superficie a pesar de estar curados.
F o rm a s a g u d a s A veces la remoción del HBsAg se produce con
Gran parte de los individuos infectados tienen gran rapidez al comienzo de los síntomas, a pe­
una infección subclínica seguida por una remo­ sar de la gravedad del cuadro. El marcador que
ción rápida del virus. Ésta se debe a una respues­ permite el diagnóstico en este momento es el anti-
ta inmunitaria adecuada, con producción de al­ HBc IgM. Este perfil es común en las formas ful­
tos títulos del anticuerpo de superficie (anti-HBs) minantes.
que confieren inmunidad. Una cuarta parte desa­ En pacientes con respuesta inmunitaria eficien­
rrolla una hepatitis clínica. Durante el período de te el virus es removido y la recuperación se pro­
incubación hay replicación viral y en el suero del duce en un período de 1 a 6 meses. Una pequeña
paciente se hallan HBsAg, DNA viral, polimerasa minoría -u n o de cada mil pacientes- desarrolla
del DNA viral y HBeAg. formas fulminantes (hepatitis B fulminante), con
Antes de la aparición de la ictericia y los otros necrosis hepática masiva y una mortalidad global
síntomas de la hepatitis, el paciente puede pre­ del 85%. Felizmente, el trasplante hepático orto-
sentar exantema cutáneo, neuralgias, artralgias, tópico ha modificado este pronóstico ominoso, j
artritis, glom erulonefritis, vasculitis, crioglo- I
bulinemia mixta, anemia aplásica y otros trastor­ H e p a t it is c r ó n ic a j
nos. Todas estas manifestaciones son el resulta­ Una décima parte de los pacientes infectados
do de inmunocomplejos circulantes. por HBV no pueden eliminar el virus y permane­
C apítulo 33 - Hepatitis virales □ 301

cen con serología positiva para HBsAg. Algunos P o r t a d o r e s c r ó n ic o s


desarrollan enfermedad hepática progresiva y Los portadores crónicos no tienen evidencia de
otros permanecen en un estado de equilibrio con enfermedad hepática. El anti-HBc IgM no es me-
portación crónica. dible.
En la hepatitis B crónica los marcadores Los factores que determinan la cronicidad son;
serológicos son similares a los de la forma agu­ 1) la edad del paciente en el momento de la in­
da, con la diferencia de queden la primera hay fección, 2) el estado de la respuesta inmune y 3)
persistencia de HBeAg, ADN viral, ADN polime- el sexo.
rasa y después de 6 meses de enfermedad las Se produce en el 90% al 95% de los recién na­
transaminasas se mantienen elevadas. En la ma­ cidos infectados y en el 30% de los niños infec­
yoría de estos pacientes el cuadro tiene un co­ tados después del nacimiento. Sólo el 1% al 10%
mienzo moderado y puede pasar desapercibido, de los adultos desarrolla infección crónica. Las
luego evoluciona con síntomas inespecíficos, mujeres son menos afectadas que los varones. Son
anorexia, fatiga, ligera elevación de las transami­ susceptibles los pacientes en hemodiálisis cróni­
nasas y ausencia de ictericia. El anti-HBc IgM ca o con lepra lepromatosa, linfomas, síndrome
permanece elevado, el HBsAg sigue presente y de Down, infección por el virus de la inmunode-
no se produce anti-HBs. ficiencia humana y otros hospederos inmuno-
El curso de la infección crónica es variable y comprometidos.
tanto su actividad como sus marcadores seroló­ La reactivación de una infección quiescente
gicos cambian con el tiempo. En la mitad de es­ puede ser espontánea o como consecuencia del
tos pacientes el HBeAg desaparece reemplazado uso de fármacos inmunosupresores, por ejemplo
por su correspondiente anticuerpo anti-HBe. Esta en el curso de un trasplante de órganos. En estos
seroconversión de etapa replicativa a no replicati- casos el HBeAg, el ADN viral, su polimerasa y
va representa una mejoría de la respuesta inmu­ el anti-HBc IgM reaparecen y el cuadro a veces
ne para eliminar el virus. El HBsAg persiste en es fulminante.
la mayoría de estos pacientes, aun en ausencia La caída inicial del HBeAg no significa nece­
de replicación viral, por lo que se los denomina sariamente que la infección se ha resuelto, sino
portadores crónicos. más bien que ha pasado al estado latente. El vi­
Durante la infección crónica se produce la in­ rus puede permanecer en este estado en los lin-
tegración del ADN viral en el ADN celular, lo focitos y el bazo del sujeto infectado.
que asegura la persistencia de la replicación. Este
paso es importante en la génesis del hepatocar- I n f e c c io n e s p o r m a t a n t e s d e l H B V
cinoma. Si la infección crónica se produjo en la La mutación más frecuente se produce en la
edad adulta, sólo unos pocos pueden eliminar el región precore e impide la formación de HBeAg.
HBsAg y seroconvertirse a anti-HBs. Esto dificulta el reconocimiento y la destrucción
El daño hepático lleva a distintos grados de del virus por parte del organismo, por lo que ge­
fibrosis e incluso hasta la cirrosis, que analizada nera las formas más graves de enfermedad cró­
en este momento es considerada criptogénica de­ nica. Sin embargo, la síntesis de HBcAg conti­
bido a la ausencia de marcadores de replicación núa, hay replicación viral y se detecta ADN del
viral activa. HBV, lo que tiene gran importancia diagnóstica.
En otros pacientes la infección se mantiene en Otros virus mutantes son más raros y sólo tie­
estado replicativo, con HBeAg positivo. nen interés para el especialista.
Del 10% al 20% de los pacientes con infección
crónica desarrollan cirrosis y sus com plicacio­ Diagnóstico
nes (hipertensión portal, várices esofágicas, Se basa en criterios epidem iológicos, clínicos
ascitis y encefalopatía). Los títulos del anti-HBc y de laboratorio. El diagnóstico de certeza se
se correlacionan con la actividad de la hepatitis obtiene con la serología específica.
crónica. En las exacerbaciones graves se hallan La prueba diagnóstica más utilizada es la de­
títulos altos. tección del antígeno de superficie (HBsAg). Sin
302 □ Segunda parte - Infecciones virales

embargo, debido a que este antígeno está presen­ supresión de la replicación viral y se utiliza en;
te tanto en la infección aguda como en la cróni­ los pacientes que no respondieron al interferón.
ca, la primera puede confirmarse por la presen­ También puede utilizarse el peginterferón (ver
cia de altos títulos de anticuerpo anticore del tipo más adelante) asociado con lamivudina, aunque
IgM (anti-HBc IgM). La persistencia del HBsAg el agregado de ésta no parece mejorar las tasas
durante más de seis m eses indica estado de de respuesta.
portación crónica. La persistencia del HBeAg por La falta de respuesta al tratamiento plantea la
más de 10 sem anas sugiere progresión a la necesidad del trasplante hepático.
cronicidad. El HBeAg. el ADN viral y la poli- I
merasa del ADN son marcadores de infectividad Profilaxis |
que persisten en los pacientes que progresan a Como ya se señaló al tratar la epidemiología,!
formas crónicas de enfermedad. es importante evitar el contacto con sangre con­
El nivel de ADN viral es el marcador más sen­ taminada o sus derivados, las relaciones sexua­
sible de replicación viral. Si es alto mientras que les con enfermos, como también compartir con’
las transaminasas se mantienen bajas, por lo ge­ ellos utensilios de uso común como afeitadoras,
neral la respuesta inmunitaria es baja. cepillos de dientes, agujas hipodérmicas y jerin-|
La positividad para anti-HBe en ausencia de gas para drogadicción intravenosa. Hay que to­
HBeAg y ADN viral sugiere resolución de la in­ mar precauciones para evitar los pinchazos acci­
fección, aunque el mejor indicador es la positi­ dentales en personas que trabajan en labórate-:
vidad para anti-HBs. rios y en el medio quirúrgico.
La profilaxis puede ser pasiva y activa. La pro­
Diagnóstico diferencial filaxis pasiva comienza inmediatamente después
Es similar al de la hepatitis A. del accidente o contacto infectante. También está
indicada en el recién nacido cuya madre es
Complicaciones HBsAg positiva, antes de las 72 horas de vida.
La complicación de la hepatitis por virus B en Se administra gammaglobulina humana hiperin-
la presentación aguda es la hepatitis fulminante mune anti-HBV en una sola dosis de 0,5 mL por
y en la forma crónica la evolución hacia la cirrosis vía intramuscular, y en otro sitio la primera dosis
hepática y el hepatocarcinoma. de la vacuna anti-HBV. En las otras situaciones;
de riesgo se procederá a aplicar la gammaglo-i
Pronóstico bulina en dosis de 0,06 mL/kg de peso, o 5 mL,
En la mayoría de los casos la infección se en los adultos, lo más temprano posible. En to­
autolimita. En el \% al 10% de los casos evolu­ dos los casos se complementará con la vacuna­
ciona hacia la cronicidad. El 70% al 90% de es­ ción anti-HBV (ver el capítulo Vacunas).
tos enfermos son asintomáticos, mientras que el
10% al 30% llegan a la cirrosis y al hepatocar­
HEPATITIS C
cinoma.
La infección por el virus de la hepatitis C (HCV)
Tratamiento es una causa frecuente de enfermedad hepática
En la hepatitis aguda el tratamiento es sinto­ crónica. La forma aguda es en general moderada
mático. En la hepatitis fulminante se requiere el y raramente origina formas fulminantes, pero
control de la hemostasia (tiempo de protrombina, cerca del 85% evoluciona a la cronicidad. La
factor V, etc.) y de las complicaciones nerviosas población afectada se estima que es del 1 % al
(confusión, coma, extrapiramidalismo, rigidez y 2%. Las formas crónicas pueden evolucionar a
asterixis) en un medio de cuidados intensivos y la cirrosis y al hepatocarcinoma. j
apto para el trasplante hepático ortotópico. Muchos pacientes son totalmente asintomáticosi
En la hepatitis crónica se utiliza el interferón y el diagnóstico se basa en alteraciones del hepa-
alfa recombinante que puede asociarse con la tograma practicado en un examen de rutina 0|
lamivudina. Este análogo de nucleósido induce cuando concurren a donar sangre. Sin embargo,
iI C apitulo 33 - Hepatitis virales O 303

la evolución puede ser insidiosa y progresiva Anatomía patológica


hasta llevar a la cirrosis y a la falla hepática lue­ La lesión histológica de la hepatitis C se ca­
go de años de enfermedad. racteriza por escasa reacción inflamatoria, alte­
raciones del epitelio de los conductos biliares,
Etiología activación de las células del revestimiento sinu­
La causa de la hepatitis C (HCV) es un virus soidal, infiltrados linfocitarios y esteatosis pro­
de ARN monocatenario, perteneciente a la fami­ nunciada.
lia Flaviviridae y de 50 a 60 nm de diámetro. Es
inactivado por la acción de solventes, tempera­ Manifestaciones clínicas
turas elevadas, formol y radiaciones ultravioleta. Luego de un período de incubación que varía
Muestra gran variabilidad genética. entre 20 y 150 días, prácticamente todos los pa­
Hasta el presente se han identificado por lo cientes desarrollan lesión hepática que se mani­
menos seis genotipos y algunos subtipos. Se de­ fiesta por el incremento de las iransaminasas, en
nominan cuasiespecies a los genotipos aislados particular de la alaninoaminotransferasa. En la
de un mismo hospedero con diferencias que no mayoría de los pacientes la enfermedad cursa en
alcanzan para definir un genotipo diferente. forma asintomática y sin ictericia. Sólo un 25%
El virus se detecta mediante el anticuerpo séri­ manifiesta astenia, anorexia y alguno de ellos
co que genera, el anti-HCV. El indicador más ictericia.
sensible es la presencia de ARN del HCV, detec­ Las formas fulminantes no son frecuentes. El
tada mediante PCR. anticuerpo IgG del HCV la mayoría de las veces
se detecta en el curso de la enfermedad.
Epidemiología La infección es autolimitada sólo en el 15% de
La incidencia anual de casos nuevos ha dismi­ los casos y se reconoce por la desaparición del
nuido sensiblemente en la última década gracias ARN viral y la normalización de las enzimas he­
a la detección del HCV en los bancos de sangre y páticas.
al cumplimiento de las recomendaciones sobre Alrededor del 85% de los individuos infecta­
el uso dei material descartable entre los adictos a dos por HCV desarrollan una hepatitis crónica
drogas intravenosas. * con viremia persistente. Esta capacidad para pro­
El alcohol fue considerado el mayor responsa­ ducir hepatitis crónica es uno de los rasgos ca­
ble de enfermedad hepática crónica, pero el 30% racterísticos de la infección por HCV. En la ma­
de los alcohólicos y el 40% de los pacientes con yoría de los pacientes con infección crónica hay
cirrosis alcohólica están infectados por HCV y un grado variable y fluctuante de elevación de
éste es un determinante de gran importancia en las transaminasas. En alrededor de un tercio los
el desarrollo de la hepatopatía. niveles de transaminasas permanecen normales.
La prevalencia del HCV en la población gene­ La presencia del anticuerpo para el HCV y el ARN
ral varía según el área geográfica estudiada. En viral es constante en todos los enfermos.
la Argentina se estima que es del 1%. La hepatitis C es un proceso insidioso y pro­
Las causas más frecuentes de la transmisión del gresivo, que no provoca signos ni síntomas du­
HCV son la transfusión de sangre o sus deriva­ rante los primeros 20 años. Algunos pacientes
dos, el trasplante de órganos de donante infecta­ manifiestan síntomas inespecíficos, com o fatiga
do, la drogadicción intravenosa con uso común intermitente y malestar general. Los síntomas
de jeringas, la hemodiálisis, la inoculación acci­ e sp ec ífic o s aparecen una vez establecida la
dental de material contaminado y la infección cirrosis y dependen de la falla hepática o de la
perinatal. También se ha comprobado la transmi­ hipertensión portal, como ictericia, ascitis, san­
sión por contacto sexual, pero es una vía menos grado de várices esofágicas y encefalopatía.
eficiente o frecuente que la parenteral. La infección crónica por HCV está asociada con
Hay factores que contribuyen a la cronicidad, co­ un mayor riesgo de desarrollar hepatocarcinoma
mo el alcohol, la coinfección por HBV o HTV, el ge­ en un lapso de 30 años, en general en presencia
notipo viral y el estado inmunitario del hospedero. de cirrosis. Estos pacientes pueden presentar
304 □ Segunda parte - Infecciones virales

m anifestaciones extrahepáticas de tipo inmu- peso mayor, obtiene una respuesta completa i
nitario, como artritis, queraioconjuntivitis, liquen sostenida en el 31 % de pacientes tratados duran
plano, glomerulonefritis y crioglobulinemia mixta te 6 meses y de 38% en pacientes tratados duran
esencial. La porfiria cutánea tarda es frecuente te 12 meses. Las mejores respuestas se logran er
en los pacientes con infección crónica por HCV. pacientes con genotipo 1 cuando el tratamientc
se prolonga durante ¡2 meses.
Diagnóstico No obstante, en la actualidad se prefiere la com
Hay varias pruebas disponibles para la deter­ binación del interferón pegilado (peginterferón
minación del anticuerpo para el HCV. El ensayo con ribavirina.
inmunoenzimático determina antígenos dcl core El peginterferón se presenta en dos formas
y componentes no estructurales del virus. El alfa-2b y alfa-2a. Este último tiene la ventaja di
inmunoblot recombinado (RIBA), contiene los no requerir dosificación de acuerdo con el pes(
mismos antígenos y no proporciona ventajas sus­ del enfermo y se puede suministrar en una dosi;
tanciales respecto del anterior. La prueba de la estándar, que es de 180 ^ig una vez por semana, ei
trascriptasa reversa con PCR, para detectar el casi todos los pacientes adultos. El agregado d<
ARN viral, es la prueba de confirmación por ex­ ribavirina a la dosis de 800 a 1.200 mg diarios me]
celencia. jora significativamente la respuesta antiviral sos­
Una vez aislado el ARN puede establecerse el tenida y favorece la eliminación del HCV del or
genotipo y los subtipos. Hasta el presente se han ganismo. Esta respuesta alcanza al 56% (en comj
determinado 6 genotipos y más de 30 subtipos de paración con el 44% de los que recibieron interí
ARN del HCV. Los pacientes con genotipo la /lb ferón alfa -2b) y resulta independiente del genotipd
tienen menor respuesta sostenida que los posee­ y de la carga viral para el HCV. Los pacientes in-¡
dores de genotipos 2 o 3. fectados con los genotipos 2 o 3 pueden recibir 1^
La biopsia hepática se considera el procedi­ dosis más baja de ribavirina (800 mg/día); en camj
miento más importante para establecer el diag­ bio, los infectados por el genotipo 1 deben recibir
nóstico y evaluar la gravedad o actividad de la dosis mayores ( 1.000 a 1.200 mg/día).
necroinflamación hepática como también el gra­ Los efectos adversos del peginterferón son si:
do de fibrosis. milares a los comunicados con el interferón alfa
convencional; sin embargo, los menores niveles
Tratamiento séricos obtenidos con el peginterferón se asocian'
Está a cargo del especialista y se basa en el uso con menor riesgo de fiebre, síntomas símil gripe;
del interferón alfa recombinante. Entre el 8% al cefalea y mialgias. En cuanto a la ribavirina, sii
21% de los pacientes con hepatitis C crónica sin principal efecto adverso es la anemia hemolíticaj
cirrosis y con niveles altos de alaninoamino- La combinación de peginterferón más ribavi-j
transferasa van a desarrollar una respuesta com ­ riña también es de elección en los pacientes con
pleta y sostenida, se entiende por tal la normali­ coinfección HIV/HCV. Éstos, deben ser tratadosi
zación de las enzimas hepáticas y la no detec­ al menos durante un año, independientemente del
ción del ARN viral a los seis meses de interrum­ genotipo del HCV. }
pida la terapéutica. Aquellos porcentajes pueden
ser menores en el caso del genotipo la /lb . El tra­ Profilaxis
tam iento c o n v e n c io n a l es la in y e c c ió n de Son válidas las medidas de control ya expre­
3.000.000 de unidades subcutáneas de interferón sadas en la profilaxis de la infección por el HBV
3 veces por semana durante seis meses. El man­ pero, la aplicación de inmunoglobulina con fines
tenimiento del interferón durante 12 meses no profilácticos no es eficaz en HCV. Aún no hayí
mejora la respuesta inicial, pero puede disminuir vacuna disponible para la profilaxis activa. Las,
el índice de recidiva. medidas preventivas se circunscriben a la bús-;
La asociación de interferón con ribavirina, en queda sistemática de anticuerpos contra el HCV¡
dosis de 800 mg/día por vía oral en pacientes de en todos los donantes de sangre. Además, se des­
menos de 70 kg, y de 1.200 mg en pacientes de cartarán todas las unidades de sangre en las que
•»

i se delecten altos niveles de enzimas hepáticas y


C apítulo 33 - Hepatitis virales Q

da B. En forma ocasional puede producirse falla


305

aquellas en las que se identifiquen anticuerpos hepática fulminante, sobre todo en drogadictos
contra HCV. Es necesaria la orientación para re­ por vía intravenosa. El diagnóstico se establece
ducir riesgos a personas no infectadas pero ex­ por el hallazgo de anti-HDV IgM, HBsAg y anti-
puestas a gran peligro de estarlo como el caso HBc IgM.
del personal sanitario además de observar todos La infección provoca aumento de las enzimas
los recaudos que surgen de lo ya expresado al hepáticas o, con más frecuencia, una curva bifá­
tratar la epidemiología de la enfermedad. sica con dos picos separados por semanas o me­
ses. Si la infección es simultánea, la expresión
del HDV es posterior a la infección de los hepato-
hepatitis D
citos por el HBV. En estas circunstancias este
El anlígeno delta fue aislado por Rizzetto en último produce el primer aumento de las transa-
Italia, en 1977, en biopsias de pacientes con in­ minasas; el segundo es responsabilidad del HDV.
fección crónica por HBV. Con este antígeno se Si los dos picos son muy cercanos, se superpo­
desarrolló un método sensible de radioinmu- nen; el resultado es una necrosis hepática masiva
noensayo para detectar la presencia del anticuer­ con falla hepática fulminante y muerte del pa­
po correspondiente en el suero de los pacientes. ciente. Si los picos están separados por meses, el
La zona endémica es la cuenca del Mediterrá­ primer ataque es producido por el HBV. En ge­
neo, Medio Oriente, Asia, África, Australia, Nue­ neral ambos virus son eliminados después del
va Zelanda, islas del Pacífico Sur y la cuenca del ataque agudo, el paciente se recupera y desarro­
Amazonas. lla anti-HBsAg y anti-HDV
Epidemias de hepatitis por virus D (HDV) fue­ Los anticuerpos para HDV por lo general no
ron comunicadas en América del Norte, y en son detectables en el suero al com ienzo de los
Colombia y Venezuela en América del Sur. En síntomas y en ocasiones, en los casos autolimi-
las zonas endémicas se transmite de persona a tados no se detecta el anti-HDV. Por esta razón,
persona, por contactos transmucosos o líquidos el diagnóstico de la infección aguda por HDV es
orgánicos. La transmisión perinatal es rara. dificultoso y requiere la búsqueda en la etapa
En regiones no endémicas del norte de Europa aguda y en la convalecencia.
y América, la transmisión se produce por inocu­ En un portador crónico del HBV, la sobrein-
lación con sangre o sus productos contaminados. fección causa enfermedad grave y llega a la falla
Sólo los infectados por HBV tienen susceptibili­ hepática fulminante. Esta situación se da en áreas
dad a la infección por HDV, en especial adictos a geográficas donde la infección por HDV es preva-
drogas por vía intravenosa, hem ofílicos, tratados lente, ya que acelera la progresión de la enfer­
con hemodiálisis, homosexuales y población car­ medad hepática hacia la cirrosis, que sobreviene
celaria. en poco tiempo.
El HDV es un virus ARN hepatotrópico defec­ El tratamiento de la infección crónica por HDV
tuoso, que requiere la presencia del HBV para es poco satisfactorio. Se utilizan altas dosis de
ser patógeno. Sólo se replica en hospederos con interferón alfa recombinante por tiempo prolon­
infección por HBV simultánea. El HDV es una gado, 12 meses o más. No más del 10% al 15%
panícula esférica de 36 nm compuesta por una de pacientes logran una respuesta sostenida con
cadena simple de ARN cubierta por el HBsAg. norm alización enzim ática y desaparición del
Tiene efecto citopático directo y no causa lesión ARN HDV, que en pocos casos es permanente.
mediada por la respuesta inmune. En la actualidad el control de la infección delta
Los pacientes inmunes al HBV también lo son depende de la prevención. Al ser un virus defec­
al HDV; los portadores de HBV están expuestos tuoso que se asocia al HBV, la vacunación contra
a la infección por HDV. este último previene nuevas infecciones en las
La infección por los dos virus puede ser simul­ áreas endémicas. No hay vacuna contra el HDV.
tánea. La enfermedad suele ser autolimitada y de
curso clínico similar al de la hepatitis viral agu­
306 □ Segunda parte - Infecciones virales

tar tanto el antígeno como el anticuerpo del HEV,


HEPATITIS E
El diagnóstico debe sospecharse en pacientes
El agente de la hepatitis E (HEV) es un virus con hepatitis aguda provenientes de zonas endé
ARN de 27 a 30 nm, no capsulado, esférico y micas de América Central y del Sur, Asia, Áfricí
con indentaciones com o púas, similares a las del y Medio Oriente, con marcadores negativos pan
calicivirus. Es responsable de epidemias en paí­ hepatitis A, B y C. La hepatitis E también apare
ses en vías de desarrollo. Se transmite por vía ce en forma esporádica en áreas endémicas.
fecal-oral, asociado con la contaminación de la Es una enfermedad autolimitada, transmitid;
comida o el agua. por vía enteral, que produce una hepatitis agud;
El antígeno del HEV (HEVAg) puede hallarse de grado variable. El período de incubación t\
en el hígado, la bilis y la materia fecal, durante el de 2 a 9 semanas. Se presenta con frecuencia er
período de incubación y en la etapa asintomática forma de brotes epidémicos y casi siempre se
o prcclínica de la hepatitis aguda E. Los títulos transmite por el agua contaminada por materia
de anti-HEV se incrementan durante la convale- fecal. Está asociada con alta mortalidad en Ij
cencia y pueden ser nulos al com ienzo de la en­ mujer embarazada, en particular en el tercer tri
fermedad. Por este motivo es necesario el segui­ mestre del embarazo. La hepatitis E no evolucio
miento serológico durante varios meses en aque­ na a la cronicidad ni al estado de portación cr6
llas hepatitis no A no B no C. Estos títulos no nica. N o se han registrado formas crónicas o de
confieren inmunidad definitiva. Se han desarro­ viremia persistente. Aún no se dispone de uní
llado inmunoensayos recombinantes para detec­ vacuna contra esta enfermedad.

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34
Infecciones por enteroviras
Gerardo E. Laube
Ornar J. Palmieri

-77-rvrL

virus (serotipos 68 al 72). El enterovirus 72 es el


d e f in ic ió n
de la hepatitis A, enfermedad que se trata en el
Se denominan enterovirosis las enfermedades capítulo Hepatitis virales (cuadro 34-1).
producidas por enterovirus, que junto con los
rinovirus pertenecen a la familia Picornaviridae
EPIDEMIOLOGÍA
(cuadro 34-1) en la que también están los cardio-
í'! virus y los aftovirus, que afectan a los animales. Son virus de distribución universal para los cuales
Los enterovirus se clasifican en grupos, de acuer­ el ser humano es el único hospedero natural. En
do con su acción patógena en animales y culti­ los países templados la mayor incidencia de infec­
vos de células, de los que en un principio se esta­ ciones enterovirales se registra durante los meses
blecieron tres: polio, echo y Coxsackie. Los des­ del verano, cuando es común la excreción fecal de
cubiertos con posterioridad recibieron una desig­ partículas virales durante períodos prolongados.
nación numérica a partir del 68. El contagio de las enfermedades producidas por
& En el ser humano estos virus producen distin­ estos virus es principalmente fecal-oral, aunque
tas enfermedades, com o cuadros febriles ines- también se produce por vía aérea. La contagio­
pecíficos, herpangina, pleurodinia, miocarditis, sidad es muy elevada entre los niños pequeños y
meningitis aséptica, encefalitis, exantemas, con­ la mayor prevalencia se da entre los grupos
juntivitis, poliomielitis y otras. socioeconóm icos más bajos.
Se considera que el período de incubación dura
menos de una semana y en la conjuntivitis he-
í ETIOLOGÍA
morrágica no suele superar las 72 horas.
Las infecciones enterovirales son causadas por
i partículas virales pequeñas de ARN simple, sin
I envoltura de lípidos, lo que los hace resistentes a C u ad ro 34-1. Familia Picornaviridae.
! las sales biliares y a los disolventes de lípidos. ?;Serpt!pps.
ÍGrüpb9:^'‘''¿ ,
; Su estabilidad en pH ácido permite que además
Enterovirus Poiiovirus 1.2y3
de su replicación orofaríngea se localicen en el
intestino. Suelen producir efectos citopáticos fá­ Coxsackievirus A 23
Coxsackievirus B 6
cilmente distinguibles en cultivos de células.
Echovirus 31
Dentro de lo s en teroviru s se in clu yen los
Enterovirus 68 al 72
coxsackievirus A (23 serotipos), coxsackievirus B
Rinovirus Rinovirus 1 al 100
(6 serotipos), echovirus (31 serotipos) y entero-
308 □ Segunda parte - Infecciones virales

La excreción fecal de los virus, y por ende las Pleurodinia epidémica


posibilidades de contagio, pueden persistir durante También denominada enfermedad de Bomholm
semanas después de comenzado el cuadro clínico. o mialgia epidémica, es producida por los virus
Coxsackie B 1 al 5. También se la ha atribuido a
los virus echo y a algunos Coxsackie A. La sinto-
PATOGENIA
matología es predominantemente muscular, lo que
La patogenia ha sido muy bien estudiada para le ha valido el nombre de mialgia epidémica. Los
los poliovirus. El virus penetra por el aparato di­ músculos más afectados son los pectorales, los
gestivo y se multiplica en la faringe y los ganglios rectos anteriores del abdomen, los de la cintura
linfáticos regionales. Desde estos últimos se di­ escapulary la región de la nuca. Este compromiso
semina por vía hemática y compromete el siste­ muscular se acompaña con fiebre y malestar ge­
ma reticuloendotelial; en algunos casos, a partir neral. La duración del proceso es de alrededor de
de éste se desencadena una segunda viremia que una semana, aunque pueden presentarse recaídas
afecta otros órganos. en los mismos grupos musculares.
El denominador común de los enterovirus es la
generación de síndromes diferentes, mientras que Miocarditis
una manifestación clínica determinada puede de­ La miocarditis del neonato se presenta en for­
berse a distintos virus. ma brusca a las pocas semanas del nacimiento,
con fiebre y rechazo de la alimentación. Hay di­
versos virus responsables de esta afección, entre
MANIFESTACIONES CLÍNICAS
los que se incluyen todos los serotipos de Coxsa-j
Producen diversas afecciones, muchas de las ckie B, los virus Coxsackie A 4 y 16, y los virus;
cuales cursan en forma asintomática, en especial echo 9 y 22. Después de una etapa de aparente
en lactantes y niños de la primera infancia. Entre recuperación evoluciona hacia el compromiso del
las manifestaciones más frecuentes se incluyen miocardio, con dificultad respiratoria, taquicar­
los cuadros febriles inespecíficos. Sin embargo, dia, arritmias y alteraciones electrocardiográfi-j
hay diferentes afecciones que son casi específi­ cas. El índice de mortalidad asociado con esta
cas de cada uno de los enterovirus. enfermedad llega al 50%.
A continuación se describen las presentacio­
nes clínicas más comunes asociadas con estos Miopericarditis i
agentes. Afecta a niños mayores y adultos, con predo- •
minio del sexo masculino. Los agentes etiológi-í
Herpangina eos son los mismos que causan la miocarditis del j
Este cuadro clínico es causado por los virus neonato.
Coxsackie A 1 al 10 y 16 al 22. Se caracteriza Los síntomas son dolor precordial, fiebre yj
por su comienzo brusco, con fiebre y la presen­ taquicardia; en ocasiones se auscultan frotes peri-:
cia de un número escaso de vesículas dolorosas cárdicos de carácter transitorio. Por lo general una;
localizadas en el velo del paladar, y en los pila­ a dos semanas antes se presentan signos prodró-'
res anteriores y posteriores. Afecta sobre todo a m icos, en especial en el aparato respiratorio.;
niños de 3 a 8 años, aunque también puede ob­ Mediante estudios por imágenes se comprueba’
servarse en adolescentes y adultos jóvenes. agrandamicnto de la silueta cardíaca, mientras ■
Las manifestaciones clínicas duran uno a cua­ que el ECG muestra elevación del segmento ST .;
tro días y el tratamiento es sintomático. El diag­ La mortalidad por esta afección es muy baja. |
nóstico diferencial incluye otras enfermedades
vesiculares de la boca, en especial la gingivoes- Meningitis aséptica aguda
tomatitis herpética. Ésta, asienta en toda la cavi­ Se caracteriza por la presencia de signos y sínto- ¡
dad oral y es producida por el virus del herpes mas de irritación meníngea y alteraciones del LCR.
simple tipo 1. Más del 80% de los virus Coxsackie y echo
pueden causar este síndrome, que es de comien­
i
La-
zo agudo y se presenta en particular en niños pe­
C apítulo 34 - Infecciones por enterovirus □

Las manifestaciones clínicas se presentan en


309

queños y en épocas estivales. forma brusca, con afectación de un ojo primero


Las manifestaciones clínicas son fiebre y cefa­ y luego del otro, y se caracterizan por dolor, foto­
lea, seguidas por la aparición de signos menín­ fobia, epífora y sensación de cuerpo extraño.
geos. La punción lumbar permite la obtención de Puede haber síntomas generales, como fiebre y
un LCR claro, ligeramente hipertenso, con au­ malestar. Hasta en el 90% de los pacientes apa­
mento de la celularidad y predominio linfocitario, recen hemorragias conjuntivales.
incremento leve de las proteínas (disociación La recuperación es rápida, ya que hacia el ter­
ciioalbuminosa), con glucorraquia y clorurorra- cer día suele comprobarse una mejoría sensible,
quia dentro de los límites normales. que se completa en algo más de una semana. Las
El tratamiento es sintomático y el pronóstico complicaciones más comunes de esta enferme­
suele ser bueno, si bien se han descripto algunos dad ocular son queratitis, sobreinfecciones bacte­
casos de secuelas neurológicas permanentes, en rianas e incluso casos de parálisis motora.
especial en niños menores de 12 meses. El diagnóstico de certeza se establece median­
te la recuperación de los agentes causales de mues­
Encefalitis tras de hisopados conjuntivales.
Según las diferentes estadísticas, las encefali­
tis por enterovirus son un pequeño porcentaje. Infecciones del recién nacido
Los tipos más comunes son Coxsackie B 5, y echo Son resultado del contagio transplacentario,
4,6 y 11. Su pronóstico es bueno, si bien se han perinatal o posnatal. En los neonatos las mani­
informado evoluciones desfavorables. festaciones clínicas son variadas, desde cuadros
oligosintom áticos hasta cuadros encefálicos y
Exantemas miocárdicos muy graves. Son causadas por dis­
Los virus Coxsackie y echo causan diversos tintos serotipos de virus Coxsackie B y echo.
cuadros exantemáticos, en ocasiones acompaña­ €
dos por enantema. La más característica de estas Enfermedades por poliovirus
erupciones es el síndrome mano-pie-boca, pro­ Estas partículas virales pueden originar dife­
ducido por los virus Coxsackie A 16, 19, B 13 y rentes cuadros clínicos, desde infecciones inapa-
enterovirus 71 que afecta a niños de la primera y rentes, meningitis aséptica, poliomielitis no pa­
la segunda infancia. Se inicia con fiebre alta, ve­ ralítica o enfermedad paralítica. i
sículas ciaras rodeadas por eritema en la mucosa
yugal, en palmas y plantas. La evolución es de Poliomielitis paralitica c
alrededor de una semana. Luego de un período de incubación de unos 10
También se han comunicado exantemas gene­ días, comienza con fiebre y malestar general. Esta i
ralizados causados por otros enterovirus, como etapa, que coincide con la fase virémica en la que el
(
el echo 16 (exantema de Boston), el echo 9 (erup­ agente etiológico llega al sistema nervioso central,
ción m orbiliform e similar a la rubéola) y el dura entre 3 y 5 días. El 95% de las infecciones son (
Coxsackie A 9 (exantema maculopapuloso). inaparentes, el 4% a 5% corresponde a la forma clí­
nica abortiva, que suele quedar en esta fase. Sin
Conjuntivitis hemorrágica aguda embargo, el 1% de los afectados suelen padecer for­
Se manifiesta principalmente con dolor, edema de mas meníngeas no paralíticas o paralíticas. Estas
los párpados y hemorragias subconjuntivales. Se ha últimas se caracterizan por la presencia de parálisis
establecido que el agente etiológico de esta afec­ fláccida que compromete los músculos toracoab-
ción es el enterovirus 70, si bien también se han co­ dominales o los pares craneanos. Cuando se locali­
municado casos por virus Coxsackie A 24. Se esti­ za en el tronco suele presentarse compromiso respi­
ma que, a diferencia de otras afecciones por entero- ratorio con la consiguiente gravedad. Las formas
virus, ésta se transmite a través de las manos o direc­ bulbares o encefalíticas son muy graves y tienen una
tamente por las secreciones respiratorias. La enfer­ altísima tasa de mortalidad. En la actualidad la
medad conjuntival hemorrágica es muy contagiosa. poliomielitis es rara, debido a la vacunación.
310 □ Segunda parte - Infecciones virales

plicaciones. Todos los pacientes con formas para­


DIAGNÓSTICO
líticas deben ser internados para tratar en forma
El diagnóstico de las enterovirosis se basa en conveniente el dolor, la ansiedad, la insuficiencia
el cuadro clínico. Sin embargo, muchas veces es respiratoria y, con posterioridad, las secuelas.
muy difícil establecer el diagnóstico etiológico
sólo sobre la base de los síntomas. En estos ca­
PRONÓSTICO
sos se debe tener en cuenta la procedencia, la edad
del enfermo, los síntomas y la época del año en La mayoría de las enterovirosis tiene buen pro­
que se presenta la afección. Siempre para llegar nóstico, salvo si hay com prom iso cardíaco o
al diagnóstico de certeza se debe aislar el agente neurológico, o cuando el paciente es un recién
viral. A tal efecto se toman muestras de nasofa- nacido. El pronóstico de la poliom ielitis varía de
ringe, materia fecal, sangre (durante la fase fe­ acuerdo con el grado de compromiso de los dife­
bril) y LCR. La toma debe hacerse lo antes posi­ rentes grupos musculares. Cuando la debilidad
ble, tras lo cual las muestras se envían al labora­ es leve, puede evolucionar hacia una recupera­
torio refrigeradas a 4®C para su cultivo en líneas ción completa en un plazo corto. En su mayoría
celulares; para la identificación ulterior se em­ las muertes se asocian con la insuficiencia respi­
plean técnicas de neutralización. Los hisopados ratoria.
fecales permiten el aislamiento viral durante se­
manas. Las pruebas serológicas no son de utili­
PROFILAXIS
dad, salvo para los estudios epidem iológicos de
prevalencia en determinadas comunidades. N o hay vacunas disponibles para los entero-
virus, salvo para los poliovirus. La efectividad
de las vacunas llevó a la disminución drástica de
DIAGNÓSTICO DIFERENCIAL
la enfermedad poliomielítica en todo el mundo.
El diagnóstico diferencial de las enterovirosis Esto determinó que a principios de los ’90 la OPS
incluye infecciones bacterianas y virales con com­ declarara erradicada la enfermedad paralítica en
promiso respiratorio, exantem ático, gastroin­ el continente americano. La persistencia de la
testinal o m eningoencefálico. La enfermedad afección en otras regiones del mundo hace nece­
poliomielítica no ofrece dificultades en los casos sario continuar con los esquemas de vacunación
epidémicos, aunque cuando es esporádica debe obligatorios. Hay dos tipos de vacunas: de virus
descartarse el síndrome de Guillain-Barré. vivos atenuados (Sabin) e inactivados (Salk).
Ambas tienen ventajas e inconvenientes (ver el
capítulo Inmunoprofilaxis). El esquema básico de
TRATAMIENTO
vacunación antipoliomielítica comprende la apli­
Para ninguna de las enfermedades enterovirales cación de las siguientes dosis: en el 2°, el 4° y el
hay terapéutica etiológica. El tratamiento es sin­ 6**meses de vida; una cuarta dosis al año de la 3*
tomático y eventualmente se tratarán las com ­ y un refuerzo al ingreso escolar.

B ibliografía---------------------------------------------------
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J é
i
crs%í«rrMresíu

Parotiditis epidémica
Gerardo E. Laube
Ornar J. Palmieri

DEFINICION aunque predomina en invierno y primavera. Se


La parotiditis epidémica, paperas o fiebre urliana observa sobre todo en la edad escolar, pero es
es una enfermedad infectocontagiosa aguda, excepcional antes de los 2 años y entre los ancia­
endemoepidémica, causada por un virus de la fa­ nos. Durante las epidemias puede presentarse en
milia de ios paramixovirus, que produce una in­ individuos de todas las edades. Se transmite del
flamación no supurativa de las glándulas salivales. sujeto enfermo al receptor susceptible por con­
A veces también compromete testículos, ovarios, tacto directo. El virus se elimina por la saliva y
páncreas, meninges y otros órganos. las secreciones respiratorias desde una semana
antes de la aparición de la tumefacción parotídea
y hasta 10 a 15 días después de iniciado el cua­
ETIOLOGÍA dro clínico. Esta eliminación prolongada del v i­
El virus de la parotiditis pertenece a la familia rus explica la gran contagiosidad de la parotiditis
Paramyxoviridae, junto con el virus sincitial res­ epidémica. La viruria persiste hasta casi los 20
piratorio, el del sarampión, el de la enfermedad de días de iniciado el cuadro clínico. Un 30% de los
Newcastle y los virus parainfluenza. Mide de 85 a sujetos infectados presenta formas inaparentes o
300 nm, tiene simetría helicoidal y un core com­ subclínicas, por lo que se constituye en una im­
puesto por un genoma de RNA monocatenario. portante fuente de contagio. Esta enfermedad
Posee una envoltura lipoproteica y es fácilmente confiere una inmunidad duradera.
inactivado por el calor y ciertos agentes químicos En el medio urbano se considera que el 80%
(éter, formol, rayos ultravioleta). El antígeno de la de los adultos tiene anticuerpos por haber pade­
envoltura determina la formación de anticuerpos cido la enfermedad tanto en forma aparente como
inhibidores de la hemaglutinación. En el organis­ subclínica. La inmunidad se transfiere pasiva­
mo infectado los antígenos internos estimulan la mente de la madre al feto y protege al recién na­
síntesis de anticuerpos neutralizantes y fijadores cido durante los primeros 6 meses de vida.
del complemento, todos ellos específicos de tipo. En la actualidad es una enfermedad poco fre­
Se conoce un solo tipo antigénico y es el único cuente debido a la eficacia de la vacunación.
paramixovirus que no afecta el árbol bronquial.
PATOGENIA
EPIDEMIOLOGÍA El virus ingresa por la vía aérea, tras lo cual se
Es una enfermedad de distribución universal, localiza en las células del epitelio respiratorio
i que puede aparecer en cualquier época del año superior y los ganglios linfáticos cervicales, don­
312 D Segunda parte - Infecciones virales

de se replica durante el período de incubación. El período de estado por lo común es precedido


Tras esta replicación inicial se produce la prime­ por fiebre de 38®C a 38,5®C. Por lo general co­
ra viremia con la localización del virus en las mienza con dolor y tumefacción parotídea unila­
glándulas salivales y las meninges, donde se vuel­ teral, que deforma la región y levanta el lóbulo
ve a replicar. A partir de allí puede producirse de la oreja. La palpación es dolorosa y la consis­
una viremia secundaria con afectación variable tencia elástica. En 24 a 48 horas, en el 70% de
de otros órganos: ovarios, testículos, tiroides, los casos se compromete la glándula contralateral.
páncreas, corazón y riñones. Ambas viremias son En raras ocasiones el compromiso parotídeo es
muy cortas, 12 a 24 horas, lo que hace muy difí­ unilateral. Hay disminución de la secreción y
cil aislar el virus de la sangre. espesamiento de la saliva. La desembocadura del
conducto de Stensen se observa congestiva y
edematosa. Durante la primera semana del perío­
ANATOMÍA PATOLÓGICA
do de estado y a veces como forma de comienzo
El curso benigno de esta enfermedad hace que de la enfermedad es frecuente el compromiso uni­
las observaciones anatomopatológicas no sean lateral o bilateral de las glándulas salivales sub-
frecuentes. N o obstante, se han descripto distin­ maxilares y sublinguales, en forma simultánea o
tas alteraciones. La glándula parótida muestra un no, con congestión y edema del orificio de desem­
proceso inflamatorio inespecífico, con edema bocadura del conducto de Warton. La fiebre y el
intersticial difuso y un infiltrado con predominio malestar general persisten durante 3 a 5 días. En
mononuclear que no compromete las células glan­ algunos casos, 5 a 7 días después del comienzo de
dulares. Con excepción del hallazgo de hemo­ la parotiditis se produce el compromiso de otras
rragias intersticiales y leucocitos polimorfonu- glándulas o meninges, lo que se acompaña con un
cleares, el compromiso testicular o pancreático nuevo ascenso febril. El compromiso parotídeo
es similar al de la parótida. En los testículos, pue­ remite en 7 a 10 días, sin supurar ni dejar secuelas.
den producirse áreas de infarto isquémico debi­
do al compromiso vascular originado por la com­ Localizaciones glandulares extrasalivaies
presión que ejerce el edema sobre el parénquima Aparecen habitualmente durante la segunda
en un órgano recubierto por la albugínea, que es semana del período de estado. A veces pueden
una membrana inextensible. En ocasiones estas preceder el compromiso glandular salival o aun
lesiones pueden determinar atrofia testicular. La presentarse en ausencia de éste.
encefalitis se ha descripto com o una entidad
posinfecciosa, con desmielinización perívenosa, Orquitis
manguitos perivasculares mononucleares y au­ Es la localización más frecuente después de la
mento de las células microgliales con neuronas parotídea. Es muy rara antes de la pubertad, pero
relativamente indemnes. También se han obser­ común en el adolescente y el adulto joven (30%
vado encefalitis primarias con neurólisis disem i­ de los casos). N o es habitual que la orquitis sea
nada y sin desmielinización. la única manifestación. Puede preceder a la paro­
tiditis en 24 a 48 horas, aunque lo habitual es que
aparezca al séptimo día de ésta y aun más tarde,
MANIFESTACIONES CLÍNICAS
hasta 21 días después. Comienza en forma brus­
El período de incubación es silencioso y dura ca con elevación de la temperatura (39®C a 40®C),
12 a 25 días. El período de invasión es de alrede­ escalofríos y dolor testicular intenso, que se irra­
dor de 36 horas y puede manifestarse por un sín­ dia al canal inguinal, la fosa ilíaca derecha y el
drome febril leve, malestar general, angina erite- periné. En el examen físico el testículo presenta
matosa, y congestión y edema del orificio de des­ mayor tamaño, mientras que el escroto está ede­
embocadura del conducto de Stensen o Stenon. matoso, de color rojo violáceo y con borramien-
La palpación suele generar dolor retroauricular, to de los pliegues. Hay compromiso del epidídi-
subangulomaxilar y preauricular. Durante este mo, por lo tanto se trata de una orquiepididimitis.
período ya es posible aislar el virus de la saliva. El compromiso testicular en general es unilate­
C apítulo 35 - Parotiditis epidém ica O 313

ral, sólo en un 20% a 25% de los casos es bilate­ Localizaciones neuromeníngeas


ral, a diferencia de la parotiditis en la que lo habi­ Su frecuencia varía según se considere el com ­
tual es lo segundo. En 3 a 4 días comienza a dismi­ promiso meníngeo subclínico con alteraciones del
nuir la temperatura y el dolor testicular; el cuadro LCR, que se da en el 50% de los casos, o la menin-
clínico se normaliza en alrededor de 10 días. En el goencefalitis con claras manifestaciones clínicas,
testículo afectado puede quedar un aumento de la que se observa en el 25% al 30% de los casos.
sensibilidad durante 4 semanas. En ocasiones, lue­ La meningoencefalitis aparece por lo general
go de una orquitis el testículo comprometido que­ 4 a 7 días después de la parotiditis. Puede pre­
da con un trastorno de la espermatogénesis -oligos- sentarse en forma aislada, sin compromiso paro-
pemiia o azoospermia- y en 2 a 6meses evolucio­ tídeo, y representa el 10% a 15% del total de las
na hacia la atrofia testicular. La atrofia bilateral, meningitis asépticas. Tiene un comienzo brusco,
con azoospermia y esterilidad, es muy rara ( 1% con fiebre alta y síndrome meníngeo franco. El
de los casos de esterilidad masculina). LCR es claro, hipertenso con hiperalbuminorra-
quia discreta, de 50 a 70 mg/100 mL. La glucosa y
p a n c r e a t it is los cloruros son normales. Hay pleocitosis con pre­
Es poco frecuente (5% a 10% de los casos). Apa­ dominio linfocitario (disociación cito/albuminosa).
rece entre el cuarto y el décimo día de la enferme­ La meningoencefalitis evoluciona hacia la cu­
dad, pero rara vez antes de la localización ración sin secuelas en 7 a 10 días. El aislamiento
parotídea. En general es un cuadro leve, con náu­ del virus en el LCR es posible en los primeros
seas, vómitos y dolor epigástrico, espontáneo y días de la enfermedad.
con la palpación abdominal. Se acompaña con El compromiso medular puede dar lugar a cua­
aumento de la amilasemia y amilasuría, aunque dros de mielitis transversa y síndrome de polirra-
no son hallazgos específicos de pancreatitis. La diculoneuritis (Guillain-Barré). También suele
hiperglucemia y la glucosuria no siempre están observarse compromiso de pares craneanos: neu­
presentes, en cambio la elevación de la lipasa sérica ritis óptica retrobulbar, parálisis facial periférica
es más específica del compromiso pancreático. Las y compromiso del nervio auditivo.
alteraciones del metabolismo de los hidratos de
carbono durante el curso de una pancreatitis son Parotiditis epidémica en la embarazada
en general transitorias. Evoluciona en 2 a 10 días En los primeros tres meses del embarazo puede
hacia la curación sin secuelas. Algunos meses des­ ser causa de aborto. En esta misma época de organo­
pués, en niños con predisposición genética suele génesis puede dar origen a malformaciones congé-
observarse diabetes, que respondería a un meca­ nitas del sistema cardiovascular y el aparato uroge­
nismo autoinmune entre antígenos virales y las nital. Una malformación particular atribuida a este
células beta de los islotes pancreáticos. virus es la fibroelastosis endocárdica. Se trata de si­
tuaciones muy poco frecuentes en la práctica clínica.
O o f o r it is
Su frecuencia es del 2% al 5% de los casos; es
DIAGNÓSTICO
rara en prepúberes. Se caracteriza por dolor en una
o ambas fosas ilíacas y, en ocasiones, metrorragias. El diagnóstico clínico se basa en los anteceden­
tes epidemiológicos y las manifestaciones clínicas.
P r o s t a t it is El laboratorio puede mostrar leucopenia con linfo-
Es excepcional y puede presentarse en forma citosis, elevación de la amilasemia en presencia de
aislada o acompañar al compromiso testicular. El compromiso de las glándulas salivales o el páncreas,
tacto rectal evidencia una próstata aumentada de y de la lipasemia en enfermos con pancreatitis.
tamaño y dolorosa. El virus se aísla de sangre, LCR, saliva y ori­
na, por inoculación en huevos embrionados o en
T ir o id it is , m a s t it is , d a c r í o a d e n it is y b a r t o l in it í s cultivos celulares, donde en 3 a 4 días se observa
Son de observación muy rara y se han descripto el efecto citopático.
en grandes epidemias. La serología permite la detección de anticuer­
314 □ Segunda parte - Infecciones virales

pos específicos con conversión serológica, lo que meningoencefalitis, de las meningitis con LCR cla­
asegura el diagnóstico. Se llevan a cabo reaccio­ ro causadas por enterovirus (poliovirus, virus
nes de inhibición de la hemaglutinación, fijación Coxsackie y echovirus).
del com plem ento y neutralización. La intra-
dermorreacción con el antígeno viral es una reac­
COMPLICACIONES
ción de hipersensibilidad retardada que en suje­
tos infectados se hace positiva a partir de los 15 Son raras. En forma ocasional la afectación
días del comienzo de la enfermedad. Se lee a las testicular bilateral puede dejar esterilidad. Cuan­
24 o 48 horas y sólo tiene valor epidemiológico. do se padece durante el embarazo, los trastornos
en la descendencia son poco frecuentes.
DIAGNÓSTICO DIFERENCIAL
PRONÓSTICO
La localización parotídea incluye las parotiditis
agudas bacterianas, que suelen aparecer en pacien­ En la mayoría de los casos esta virosis tiene un
tes con enfermedades previas como diabetes o in­ pronóstico favorable y cura sin dejar secuelas.
suficiencia renal. Se evidencia la salida de pus por
el conducto de Stensen y hay leucocitosis con neu-
TRATAMIENTO
trofilia. Son producidas habitualmente poiStrep-
tococcus pneum oniae y otros estreptococos, y en Es sintomático. Es importante el reposo, que
el medio hospitalario por Staphylococcus aureus. deberá mantenerse hasta una semana después de
También deberán tenerse en cuenta las otras la apirexia.
parotiditis virales, unilaterales o bilaterales, pro­
ducidas por los virus influenza, parainfluenza tipo
PROFILAXIS
3 y coxsackievirus.
La litiasis salival es unilateral y presenta el Los pacientes con parotiditis epidémica deben
característico cólico salival. permanecer aislados para evitar la propagación
Los tumores de la parótida (mixto, adeno-car- del virus a las personas susceptibles. No obstan­
cinoma y otros), evolucionan en forma más len­ te, esta medida es útil sólo en forma parcial, ya
ta, con menos dolor e inflamación y son de insta­ que la eliminación del virus con la saliva se pro­
lación progresiva. duce antes de la tumefacción parotídea.
Puede observarse tum efacción bilateral de La inmunoglobulina hiperinmune específica ya
parótidas en casos de alcoholismo crónico, desnu­ no se comercializa y su utilidad fue puesta en duda.
trición o cirrosis hepática. Algunas reacciones En la actualidad se dispone de una vacuna con
medicamentosas se acompañan con tumefacción virus vivos atenuados que se prepara en cultivo
dolorosa de la parótida y otras glándulas salivales, de células de embrión de pollo. Se aplica por vía
como ocurre con los productos yodados que se subcutánea a los 12 meses de vida dentro del es­
utilizan para contraste radiológico. Son parotiditis quema de la vacuna triple viral (sarampión, rubéo­
tóxicas que evolucionan sin fiebre. la y parotiditis) con refuerzo a los 6 años. Tam­
La orquitis deberá diferenciarse de las agudas bién deben vacunarse los adolescentes y adultos
de causa bacteriana o de la producida por virus sin antecedentes de haber padecido la enferme­
Coxsackie B; la pancreatitis, de las inflamaciones dad, y no posean anticuerpos neutralizantes con­
pancreáticas debido a virus Coxsackie B, y la tra el virus (ver el capítulo Inmunoprofilaxis).
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r

36
Influenza
Alfredo C. Seijo
Ornar J. Palmieri

tante asociado con la enfermedad humana, ya que


d e f in ic ió n
determina la infección (fijación a la célula hos­
Es una enfermedad viral de carácter zoonótico, pedera y a los eritrocitos) y es el principal res­
epidémica y pandémica, de transmisión rápida, ponsable de la variación antigénica, fenómeno
que se caracteriza por la aparición de hiperter- que está relacionado con la secuencia de sus
mia y mialgias, con compromiso de las vías res­ aminoácidos.
piratorias de intensidad variable. Es particular­ N euram inidasas: son dos (N i y N2), que junto
mente grave en personas con disminución del con las hemaglutininas forman las espigas que
estado inmunitario. El virus presenta cambios se observan en la superficie del virus aunque no
antigénicos en forma periódica, lo que obliga a tienen la variabilidad antigénica de aquéllas. Se
una estricta vigilancia epidemiológica para incluir les reconoce un efecto protector sobre el virus, al
las cepas correctas en la vacuna, que es el proce­ impedir que sus propias hemaglutininas autoa-
dimiento más eficaz para su control. glutinen las partículas virales.
Tanto las neuroaminidasas como las hemaglu­
tininas determinan los subtipos.
ETIOLOGÍA
La gran pandemia de 1918 fue producida por
El virus de la influenza es un virus ARN perte­ el virus Influenza A, subtipo H 1N I , que reapare­
neciente a la familia Orthomyxoviridae. Se co­ ció en 1977. Durante 1957 y luego en 1968 cir­
nocen tres tipos: A, B y C, de los cuales los dos culó el subtipo H 2N2, mientras que en 1983
primeros son los causantes de la enfermedad en apareció un subtipo nuevo, el H3N2. En 1997, en
el ser humano. El tipo A tiene un ancestro común Hong Kong, surgió el virus influenza A H5N l en
con el virus influenza de las aves acuáticas y es los seres humanos durante un brote de gripe avia­
el mismo que produce la influenza porcina. ria por ese mismo virus, aunque sólo se delecta­
La nomenclatura del virus indica tipo, lugar y ron pocos casos humanos de influenza A H 5N 1.
año de aislamiento de la cepa y subtipo (p. ej.. A / Otros componentes de la partícula viral son los
Beijing/95-subtipo H lN l) . La clasificación sur­ antígenos de envoltura y la cápside.
ge de su estructura molecular, la que a su vez A ntígenos de envoltura: los constituye una en­
determina la variabilidad genética del virus cu­ voltura bilipídica, que deriva de la célula hospe­
yos componentes son las hemaglutininas y las dera, y una proteína M cuya función principal es
neuraminidasas. estructural. Los agentes antivirales, com o la
Hemaglutininas'. se reconocen tres (denomina­ amantadina y rimantadina, actúan sobre la pro-
das H1, H2 y H3). Es el componente más impor­ teína M.
316 □ Segunda parte - Infecciones virales

Cápside: la nucleocápside está compuesta por minada es un fenómeno recurrente que se inicia
segmentos de ARN, cuya especificidad determi­ en los meses de frío, con tasas de ataque que pue­
na la clasificación del virus en ios tipos A, B y C. den llegar a ser del 50% de la población afecta­
En este sector del virus también se producen da. El mayor número de casos se verifica en las
variaciones antigénicas, por intercambio de se­ primeras tres semanas, con descenso al cabo de
cuencias de ARN cuando coexisten dos cepas un mes y medio. N o se sabe por qué cesa la epi­
distintas en la misma infección. demia. El virus no se aísla durante el resto del
año. La excepción la constituyen los países tro­
picales, donde la circulación sería endémica. La
EPIDEMIOLOGÍA
variación epidémica explica el motivo por el cual
Para comprender el comportamiento epidémi­ el virus continúa produciendo epidemias en una
co de la influenza deben considerarse dos fenó­ región durante varios años. Es posible que esta
menos resultantes de la variación antigénica del recurrencia produzca en la población un estado
virus. inmunitario capaz de favorecer la aparición de
1. El denominado fenóm eno de desviación g e ­ variantes nuevas (cambio antigénico). Estos nue­
nética o tendencia genética, que consiste en una vos subtipos se dispersan con facilidad, ya que
variación antigénica menor dentro de un subtipo no hay inmunidad específica que se les oponga,
viral. Estos cambios se producen con una perio­ lo cual favorece la aparición de una pandemia.
dicidad de 1 a 4 años y condicionan cepas -sie m ­ Las pandemias en las que son afectadas pobla­
pre dentro de un mismo subtipo- las cuales se ciones de varios continentes es un fenómeno que
dispersan con mayor facilidad en una población se repite con intervalos de más de 10 años.
con inmunidad para otras cepas distintas del m is­ Es posible que dentro de una epidemia circu­
mo subtipo. Esto explica las epidemias que se len dos subtipos o incluso dos tipos (A y B) dis­
presentan en una región donde ya circuló el m is­ tintos y otros virus respiratorios, hecho que des­
mo subtipo. La variación antigénica se atribuye de el punto de vista clínico es difícil de precisar.
a cambios en los segmentos de ARN que codifi­ La mortalidad depende de diversas variables.
can neuraminidasa y hemaglutinina, lo que alte­ Es mayor en niños, ancianos y en personas con
ra la secuencia de los aminoácidos de éstas. algún grado de inmunocompromiso, riesgo que
2. El cam bio genético^ que es una alteración no aumenta en forma sustancial en el paciente
estructural mayor, determina la aparición de una HIV positivo y en los ya afectados por enferme­
neuraminidasa o hemaglutinina nuevas. Esto su­ dades pulmonares. En época de epidemia la mor­
cede porque el segmento de ARN que las codifi­ talidad puede ser muy alta.
ca ha sufrido una reclasificación genética, por lo En los últimos años en la República Argentina
tanto es distinto al subtipo original. Este cambio circularon los tipos A y B, pero el primero es el
antigénico explica la aparición de epidemias ex­ de mayor prevalencia.
tendidas y de pandemias, dado que la población
no posee anticuerpos contra este nuevo subtipo.
PATOGENIA
La reclasificación genética, y por lo tanto el cam­
bio antigénico, sucede por transferencia de ma­ La influenza es la típica enfermedad de trans­
terial genético entre distintas cepas virales en un misión por aerosoles. La carga viral en las secre­
animal común. Hay evidencias de que es en el ciones del paciente es alta, porque en las células
cerdo donde se opera ese intercambio. En este del epitelio bronquial el virus se replica a alta ve­
animal, los genomas que codifican la neurami- locidad. Esto explicaría la brevedad del período
nidasa en los virus influenza aviarios se mezcla­ de incubación, de no más de 72 horas. La disper­
rían con los del virus del ser humano. sión del virus en la comunidad es favorecida por el ¡
En cuanto a las epidemias, tanto la incidencia clima frío. Un día antes y hasta una semana des- I
en la población como la probabilidad de varia­ pués de iniciados ios síntomas hay eliminación viral. ,
ción y cambio genético son mayores en el tipo A. La adhesión a las células cilindricas del epite- ;
La aparición de una epidemia en un área deter­ lio bronquial es un paso fundamental, que se rea- |
Capítulo 36 - Influenza □ 317
(

liza por las hemaglutininas de la superficie del ro a cuarto día. La postración es prolongada, con (
virus. Superados los mecanismos de inmunidad astenia y adinamia residuales.
local se produce la viremia, en coincidencia con La reaparición o incremento de la temperatura í
la aparición de los síntomas sistém icos (fiebre, alrededor del cuarto día (curva bifásica), así como
mioartralgias). el recrudecimiento de los síntomas respiratorios,
La secreción de interferón (quinto a séptimo en general se debe a la sobreinfección bacteriana. í
día) limita la replicación viral, con lo cual, de no Las complicaciones que aparecen en el curso de
mediar una complicación, se produce la mejoría la influenza están muy ligadas al estado general <
de los síntomas. A las dos semanas se detectan del paciente así como a la pertenencia a ciertos
grupos de edades -ancianos, lactantes y niños de <
anticuerpos de clase IgM y luego IgG, mientras
que en las mucosas hay IgA secretoria. La inmuni­ la primera infancia- y a la presencia de inmu-
dad es específica de cepa, pero existe inmunidad nodepresión, enfermedad pulmonar obstructiva
cruzada dentro del mismo subtipo siempre que no crónica, tabaquismo y enfermedades metabólicas. í
haya una divergencia antigénica marcada. Una forma particularmente grave de influenza
Los anticuerpos antihemaglutininas son protec­ es la neumonía primaria por el mismo virus -fo r­
tores (títulos mayores a 1:40) y se utilizan para ma parte del diagnóstico diferencial de las neumo­
(
la clasificación de cepa y subtipo. nías graves de la comunidad-, cuyo rápido pro­
greso conduce a la insuficiencia respiratoria. La c
neum onía por sobreinfección bacteriana que
ANATOMÍA PATOLÓGICA
aparece al promediar la semana de evolución, con
El epitelio traqueobronquial desarrolla edema curva bifásica y esputo purulento, se debe a
con escaso infiltrado leucocitario, pérdida de las H . influenzae, S. p n eum oniae, S. aureus o S. (
cilias, necrobiosis celular y descamación. En los pyogenes. A diferencia de la debido al virus in­
(
casos graves se observan exudados hemorrágicos fluenza, ésta responde a un esquema antibiótico
que incluyen los alvéolos y se forman membra­ apropiado. Ambas formas de neumonía producen (
nas hialinas con escasos polimorfonucleares. La más del 90% de las muertes por influenza.
sobreinfección bacteriana asociada modifica este En la neumonía primaria por virus influenza, <
patrón histopatológico. la radiografía de tórax muestra un compromiso
alveolointersticial bilateral, que progresa con ra­ (
pidez. La neumonía por sobreinfección tiene un
MANIFESTACIONES CLÍNICAS (
patrón radiológico alveolar confluente (síndro­
La influenza produce desde un síndrome febril me de condensación) o bien diseminado en am­ (
inespecífico hasta la forma de presentación habi­ bos campos pulmonares.
tual: brusca, con hipertermia, mioartralgias, cefa­ El estudio del esputo debe realizarse en exten­ (
lea y catarro de las vías aéreas. Las mialgias son didos con coloración de Gram o Giemsa. La pre­
sencia de leucocitos polimorfonucleares en ausen­ (
particularmente intensas, como las observadas en
el dengue, la leptospirosis, la triquinosis y otras cia de gérmenes hace sospechar la neumonía por
afecciones donde hay algún grado de inflamación virus influenza. En las infecciones por patógenos
del tejido muscular. Hay quebrantamiento, aste­ como M ycoplasm a pneumoniae, Chlamydia spp,
nia y adinamia. También hay odinofagia, eritema Coxiella burnetii, Legionella spp, Leptospira spp
faucial, rinitis no purulenta y traqueobronquitis, y varios virus respiratorios, las características del
con los seca e irritativa. En pocos días ésta se trans­ esputo son las mismas y en ocasiones producen
forma en tos con secreción mucosa, que puede un cuadro clínico similar, por lo que forman pane
evolucionar a mucopurulenta si se agrega una del diagnóstico diferencial. Los esputos con abun­
sobreinfección bacteriana. Algunos pacientes re­ dantes leucocitos y diplococos grampositivos
fieren estado nauseoso y dolor abdominal difuso, como flora microbiana predominante son caracte­
y la mayoría, anorexia. rísticos de la neumonía neumocócica.
De no mediar complicaciones, la fiebre remite El virus influenza puede ser el desencadenante
dentro de la primera semana, en general al terce­ de una crisis asmática o exacerbar una enferme­
318 □ Segunda parte - Infecciones virales

dad pulmonar crónica, propiedad que comparte la influenza no responde a los antivirales. La neu­
con C h la m y d ia p n e u m o n ia e , M y c o p la sm a monía bacteriana se trata con antimicrobianos en
pneum oniae y virus sincitial respiratorio. En ni­ forma empírica. En pacientes de riesgo la apari­
ños, una complicación frecuente es la laringitis ción de esputo mucopurulento y tos productiva
subglótica. puede ser una indicación de antibioticoterapia.
En algunas epidemias se han comunicado mio­ La amantadina es un agente antiviral que, cuan­
carditis, polineuritis, trastornos hemáticos, miosi- do se administra ante los primeros síntomas, re­
lis graves y disfunción hepática con trastornos duce las complicaciones, la intensidad de los sín­
ncurológicos, un cuadro, denominado síndrome tomas y probablemente la mortalidad en la in­
de Reye, que si bien también aparece como com­ fluenza por vitus tipo A. La dosis es de 100 mg
plicación de otras infecciones virales, se lo rela­ por vía oral dos veces por día. La rimantadina
ciona con mayor frecuencia con los grupos vari­ -100 mg/día por vía oral- parece ser más efecti­
cela zoster e influenza. Este síndrome aparece co­ va. El tratamiento dura 7 días.
mo complicación durante la convalecencia de la
influenza en niños, asociado con la administra­
PROFILAXIS
ción de aspirina durante la enfermedad. Como
mecanismo patogénicp se propone la existencia En las últimas décadas, una vacuna de virus
de un estado metabólico alterado en la estructura inactivado ha sido útil para disminuir la mor-
mitocondrial de varios parénquimas. La disfun­ bimortalidad de la influenza. Si bien es posible
ción hepática lleva a un aumento del amoníaco que no prevenga los síntomas, es el arma más
circulante, lo que desencadena encefalopatía. poderosa con la que se cuenta para el control de
esta enfermedad. Su eficacia está en relación di­
recta con la semejanza antigénica entre los virus
DIAGNÓSTICO
que la componen y las cepas circulantes en la
£1 diagnóstico se basa en la clínica y en los epidemia. La vigilancia epidemiológica de la in­
antecedentes de medio epidémico. Para el diag­ fluenza implica el aislamiento y tipificación viral,
nóstico de laboratorio se utilizan muestras obte­ para producir vacunas acordes con esta última.
nidas de hisopado faucial y nasal, lavado nasal y Por desgracia no siempre existe esa conespon-
esputo, las que luego se inoculan a cultivos celu­ dencia, por lo que se producen brotes epidémi­
lares o embrión de pollo. El crecimiento suele cos, aunque caracterizados por su atenuación clí­
ser rápido. Se están evaluando pruebas rápidas nica y baja morbimortalidad. En cambio, la cir­
para detectar antígeno viral en los materiales clí­ culación de un nuevo subtipo vuelve ineficaz la
nicos (PCR). La serología im plica encontrar vacuna utilizada. Su administración está indica­
scroconversión, por lo cual no es útil en situacio­ da en los niños mayores de 6 meses con riesgo
nes de epidemia. aumentado de padecer complicaciones y en los
adultos mayores de 65 años. También deben re­
cibirla los portadores de afeccione pulmonares
TRATAMIENTO
(EPOC, asma, fíbrosis quística, etc.), los que pa­
La mayoría de los casos de influenza se tratan decen trastornos cardíacos crónicos y los que re­
en forma sintomática: reposo en cama, dieta de quieren tratamientos o internaciones prolongadas
acuerdo con la tolerancia, y administración de por enfermedades metabólicas, insuficiencia re­
antitérmicos y analgésicos. La aspirina no se re­ nal, insuficiencia hepática o terapias inmuno-
comienda en niños o jóvenes adolescentes por su supresoras, así como los residentes en asilos o
asociación con el síndrome de Reye. En adultos instituciones.
está indicada en las dosis habituales. Las nebu­ La vacuna puede administrarse al mismo tiem­
lizaciones con solución fisiológica atenúan los po que la antineumocócica, indicación muy útil
síntomas respiratorios. No deben administrarse en personas mayores de 65 años o con otros fac­
antibióticos como profilaxis de la sobreinfección tores de riesgo de adquirir neumonía. La reva­
bacteriana. La neumonía primaria por el virus de cunación antiinfluenza es anual y la antineu-
Capítulo 36 - Influenza □ 319
i'
:- mocócica, quinquenal. Esta última se aplica sólo control de los brotes institucionales en personas
í3 dos veces en la vida. El uso de amantadina y no vacunadas antes del comienzo de la epidemia
‘ rimantadina en forma profiláctica no reemplaza o cuando existen contraindicaciones para la va­
•' la vacuna. Estos antivirales se utilizan para el cunación (ver el capítulo Inmunoprofilaxis).

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.. ; Ct'nAmo ?ep- o ?(•■;; irr V’'Vv‘> :n cy A; '■' r,:‘:-Vviu<..‘-^'-. a *í;í eír,;.
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Dengue (í'

A lfredo C. Seijo ií.

Ornar J. Palmieri í

'/'rr» j :j;íi^r.«-:jí>Tj;2rú!íivsrirÁ<rv:,u:’ ^rw--::r?75aTa'iSl\^ii:i:iSiaia55o:a2r,*5í7«i5« 'i ,


•<
(C.
i

zada, por lo cual la reinfección por otro serotipo (


DEFINICION
es posible y además condicionaría la aparición
El dengue es una enfermedad infecciosa agu­ del dengue hemorrágico. Las cepas aisladas no i
da, producida por un flavivirus y transmitida por muestran un comportamiento hom ogéneo en
el mosquito A edes aegypti. Su presentación clí­ cuanto a la virulencia y a ciertas características
nica varía desde una infección sin enfermedad epidemiológicas. Algunos subtipos del serotipo 'c :
manifiesta (conversión serológica), síndrome fe­ DEN 3 se han asociado con mayor frecuencia al
bril indiferenciado, dengue clásico, hasta el den­ dengue hemorrágico. í
gue hemorrágico o dengue con shock. En la ac­ La proteína estructural de la envoltura, deno­
tualidad el dengue se considera el mayor proble­ minada E, induce inmunidad protectora (anticuer­ t
ma de salud pública del continente americano. pos neutralizantes) y condiciona la capacidad in­
i
fecciosa del virus. Algunos epitopes de esa pro­
teína determinan la especificidad de serotipo. La i
ETIOLOGÍA
glucoproteína no estructural N S l también se re­
El virus del dengue pertenece a la fam ilia laciona con la respuesta inmune específica de t
Flaviviridae, junto con otros virus de importan­ serotipo. Ambas son objeto de estudio para el de­
cia actual en patología humana como el de la fie­ i
sarrollo de una vacuna.
bre amarilla, el de la encefalitis de San Luis y <
otros de distribución regional en distintas áreas
EPIDEMIOLOGÍA
del mundo. En la transmisión de los flavivirus (
(antes arbovirus: artro p o d born) intervienen El dengue es transmitido por la picadura de la
vectores: mosquitos o garrapatas que pueden hembra del mosquito Aedes aegypti, introducido
mantener por transm isión vertical un c iclo en América desde Africa por el comercio maríti­
enzoótico en la naturaleza, además de los reser- mo, en especial de esclavos, en siglos pasados.
vorios animales que convierten la mayoría de las Adaptado al dom icilio y peridomicilio humano
enfermedades por flavivirus en zoonosis. Una de se lo encuentra en contacto íntimo con el hom­
las excepciones es el dengue en el que el único bre. La hembra, una vez fecundada, deposita los
hospedero conocido es el hombre. huevos en pequeñas colecciones de agua (reci­
Existen cuatro serotipos de virus del dengue: pientes diversos como macetas, floreros, latas en
tipo 1 (DEN i) , tipo 2 (DEN 2), tipo 3 (DEN 3) y desuso, cubiertas abandonadas, tanques de agua,
. tipo 4 (DEN 4). La infección por alguno de los etc.). En condiciones apropiadas de humedad y
^ serotipos no produce inmunidad protectora cru­ temperatura, en 48 horas, de los huevos eclo-

í
322 ü Segunda parte - Infecciones virales

sionan larvas que en unos 7 días maduran, pue­ En 1981, con la epidemia de dengue hemorrá-
den aparearse y repetir el ciclo. La ovipostura gico en Cuba, se produjo un punto de inflexión
causa un incremento metabólico importante en en la historia del dengue en las Américas. En esa
la hembra, que necesita alimentarse de sangre y epidemia se notificaron más de 300.000 casos,
pica al hombre durante las horas diurnas. La pi­ de los cuales más de 10.000 fueron graves; de­
cadura a un enfermo con dengue en período bieron internarse 116.143 pacientes en tres me­
virémico infecta al mosquito, que a su vez puede ses y se calcula que se infectó el 50% de los ha­
transmitir la infección al hospedero siguiente. bitantes de ese país. La circulación de los cuatro
Hasta hace pocos años el ciclo aceptado era hom­ serotipos, pero en especial la reintroducción del
bre con viremia, mosquito, hombre susceptible. serotipo 3 en América Central a partir de 1994,
Se ha demostrado la transmisión transovárica del indica la gravedad del problema.
virus, por lo que la infección puede mantenerse Para complicar este panorama ya difícil, desde
en la población de mosquitos sin necesidad de la 1985 se conoce la presencia de Aedes albopictus
participación humana. Este ciclo enzoótico es un o «tigre asiático» en el sur de los Estados Unidos,
factor de primer orden en el mantenimiento de la en Brasil y América Central. Esta especie, impor­
endemia. tada probablemente de Japón, se ha dispersado y
Si las condiciones no son aptas (desecación), compite con A. aegypti; sus efectos en el largo
los huevos depositados pueden permanecer via­ plazo en la transmisión del dengue, la fiebre ama-¡
bles durante un año. rilla y otros arbovirus es difícil de precisar, j
La magnitud de la epidemia de dengue en el El control de Aedes es un desafío para la salud
mundo está estrechamente relacionada con las pública, en la medida en que las variables que
condiciones que favorecen la procreación y su­ determinan su dispersión son múltiples y no siem­
pervivencia de A. aegypti. En América, con ex­ pre bien conocidas: desde climáticas (como en
cepción de Canadá y Chile, todos los países tie­ América la relación entre el brote de dengue y el
nen niveles en general altos de infestación por efecto del fenómeno de El Niño); políticas y eco­
AedeSy desde el sur de los Estados Unidos hasta nómicas (m igraciones, asentamientos urbanos
la región pampeana de Argentina. En ciudades precarios, planes de salud deficitarios, aumento
como Buenos Aires y sus alrededores, la activi­ del intercambio comercial, zonas con actividad
dad del vector aumenta a partir de octubre o no­ militar) y factores propios de la biología del
viembre. Alcanza su mayor incremento en los vector, como el muy importante de la transmi­
meses estivales y está presente hasta junio. El sión transovárica del virus.
índice de infestación en la ciudad de Buenos A i­ El alto nivel de infestación por A edes aegypti^
res puede llegar al 30% de las casas censadas, y la aparición en forma epidémica del dengue|
con variaciones según las condiciones climáticas. hemorrágico con shock, más una notificación dej
En regiones tropicales la actividad del mosquito cientos de miles de casos anuales y una crecientq
se mantiene durante todo el año. población expuesta al riesgo de contraer la enfer­
Se calcula que alrededor de ochenta millones medad fueron las características sobresalientes del
de personas se infectan por año en el mundo. Las dengue al finalizar el siglo XX. Es un trastorno
zonas de mayor prevalencia son el sudeste asiá­ cada vez más importante entre los viajeros.
tico, el Pacífico Occidental, las islas del Pacífico
Sur, y América Central y del Sur. En los prime­
PATOGENIA
ros seis meses de 1997 sólo en Brasil se denun­
ciaron 200.000 casos. Una de las condiciones necesarias para la apa­
En la Argentina se han observado casos prove­ rición del dengue hemorrágico es la reinfección
nientes de otros países; en la frontera noroeste se por un serotipo distinto al del primer episodio.!
detectaron enferm os y personas sanas con Se considera que la inmunidad heterotípica no es|
anticuerpos antidengue. Si bien aún no se atra­ protectora y que los anticuerpos se comportarían
viesa por un brote epidémico, de mantenerse la como no neutralizantes, pero sensibilizan las par-|
situación actual ello podría ocurrir. tículas virales para su posterior fagocitosis por¡
C apítulo 37 - D engue □ 323

los macrófagüs mononucleados. Este «refuerzo» Dengue clásico


que implica mayor cantidad de células inmunes El período de incubación es de 6 a 8 días. El
reclutadas, daría como resultado la liberación de com ienzo es brusco, con hipertermia que a veces
citocinas con capacidad de alterar la permeabili­ responde poco a los antitérmicos. La cefalea
dad capilar (interleucinas, factor de necrosis retroorbitaria -m u y intensa- acompañada por
lumoral, interferón gamma) y de mediadores quí­ fotofobia, y mialgias en miembros y raquis, con­
micos» como el factor activador de plaquetas y ducen a una postración intensa, con adinamia y
complemento. Como resultado de estos aconte­ astenia marcadas. Las artralgias son frecuentes.
cimientos sobreviene una diátesis hemorrágica, La denom inación centroamericana de fiebre
en la que es probable que intervenga la proteína «quebrantahuesos» defme bien la sintomatología.
viral E sobre el plasminógeno. Sin embargo, los Este síndrome gripal carece de afectación de la
efectos más deletéreos son los producidos por el vía aérea, dato negativo importante que lo dife­
escape capilar que trasvasa importantes cantida­ rencia de la infección por los virus de la influen­
des de líquido del compartimiento vascular ha­ za, parainfluenza y otros virus respiratorios. Du­
cia el peritoneo, el espacio pleural y los alvéolos. rante este período, que coincide con la viremia,
La resultante es un shock hipovolém ico con el paciente presenta un exantema congestivo y
hemoconcentración por pérdida de plasma hacia generalizado que puede ser muy fugaz. Algunos
el tercer espacio. La combinación de hemorra* pueden presentar m anifestaciones digestivas,
gias con el síndrome de escape capilar conduce a com o náuseas, vómitos y dolor abdominal de ca­
la muerte, de no mediar un tratamiento de sostén rácter leve, que ceden alrededor del quinto día.
adecuado. Similares mecanismos patogénicos se En pocos casos hay odinofagia y sensación de
observan en otras enfermedades con las cuales congestión del tracto respiratorio superior, pero
f hay que hacer el diagnóstico diferencial, como sin evidenciarse con claridad compromiso de la
■ la fiebre hemorrágica argentina y otras fiebres vía aérea. La fiebre cede aproximadamente a los
hemorrágicas virales. El síndrome pulmonar por cinco días de comenzado el cuadro. Un 50% de
hantavirus reproduce este mecanismo de escape los enfermos presenta luego un exantema mor-
capilar, pero localizado en el pulmón. biliforme pruriginoso, que afecta el tronco y los
Además de la reinfección heterotípica, se han miembros pero respeta palmas y plantas. Con este
señalado otros factores de riesgo para la adquisi­ exantema suele recrudecer la temperatura y pue­
ción del dengue hemorrágico. Algunos son pro­ den comprobarse pequeñas adenopatías de dis­
pios del virus y otros del paciente, como raza, tribución universal. La hepatoesplenomegalia es
edad, nutrición, comorbilidades, etc. Los Ultimos infrecuente. Esta doble curva febril también se
brotes de dengue hemorrágico en Brasil y Cuba observa en enfermedades con las que hay que
muestran una preponderancia en adultos, distin­ hacer el diagnóstico diferencial, como la leptospi-
ta a la observada hasta el presente. rosis, la fiebre amarilla y la influenza. El exante­
ma morbiliforme y las adenopatías pueden hacer
sospechar el diagnóstico de enfermedades erup­
MANIFESTACIONES CLÍNICAS
tivas, como la rubéola y el sarampión. El exante­
La infección por el virus del dengue puede dar ma dura pocos días al igual que la fiebre. Algu­
lugar a las siguientes formas clínicas. nos enfermos tienen escasas petequias, así como
episodios de epistaxis o hemorragia gingival, o
Infección sin enfermedad manifiesta ambas, sin importancia clínica y atribuibles a una
Sólo detectabie por el estudio de la respuesta vasculitis limitada. Incluso puede producirse una
inmune. Una gran proporción de infectados se- irombocitopenia transitoria y leve. Este descen­
: rían asintomáticos en el curso de una epidemia. so de plaquetas no debe confundirse con el den­
gue hemorrágico. El hemograma en el dengue
Síndrome febril Indiferenciado clásico es variable: leucopenia con linfomono-
Cursa con fiebre y escasa repercusión general. citosis o neutrofilia, y a veces formas inmaduras
De corta duración y sin complicaciones. de mielocitos. Las complicaciones son la excep­
324 □ Segunda parte - Infecciones virales

ción. El paciente entra en una convalecencia pro­ la temperatura y sudoración fría. La profundi-
longada, caracterizada por astenia, cefalea y zación de los síntomas circulatorios y neuroló-
mialgias residuales, que puede durar m eses, en gicos indica un estado de shock profundo. Re­
especial la astenia. cién en los estadios fmales se produce coagula­
ción intravascular diseminada (CID). Son fre­
Dengue hemorrágico y dengue con shock cuentes la aparición de ascitis, derrame pleural e
Se asume que estos pacientes han padecido una hipoalbuminemia, y hepatomegalia en los niños.
infección previa (desde 6 meses o años antes) por La extravasación de plasma con hipovolemia gra­
un serotipo de virus distinto; sin embargo, no ve no se produce en todos los pacientes con den­
siempre se recoge este antecedente. Los prime­ gue hemorrágico. La recuperación del estado
ros días de enfermedad son indistinguibles del hipovolém ico suele ser rápida al cesar los acon­
dengue clásico. Con la defervescencia de la tem­ tecimientos patogénicos que llevaron a la extra­
peratura, alrededor del quinto día, el paciente re­ vasación, siempre que medie un tratamiento de
fiere dolor abdominal intenso, náuseas, vómitos sostén adecuado. Las complicaciones del dengue
y se percibe un deterioro progresivo del senso­ hemorrágico se relacionan con la sobreinfección
rio. Éste en sus comienzos puede ser apenas de- bacteriana del aparato respiratorio y la sepsis. Las
tectable o mostrar al paciente en estado de agita­ causas de muerte son el shock, las hemorragias
ción. Es el síndrome de alarma que indica la ne­ masivas y las sobreinfecciones. En la actual epi­
cesidad de solicitar un recuento de plaquetas y demia de Brasil se observó miocarditis y encefa­
evaluar la integridad de la pared vascular median­ litis, que se han atribuido a la acción directa del
te la prueba del lazo. Esta última se realiza con el virus. La tasa de mortalidad del dengue hemorrá­
manguito del tensiómetro colocado en posición gico puede superar el 30%.
habitual, insuñado a un valor intermedio entre la
tensión arterial sistólica y la diastólica, durante 3
DIAGNÓSTICO
a 5 minutos. Se mide el número de petequias que
aparecen en la región del antebrazo adyacente al La sospecha se basa en la epidemiología y en
manguito. En un cuadrado de 1 cm de lado, que las m anifestaciones clínicas ya descriptas. El
se dibuja sobre la piel, no deben aparecer más de diagnóstico virológico consiste en el aislamiento
3 petequias. Esta prueba positiva y un recuento del virus del suero o de muestras de tejidos de;
de plaquetas menor a 100.000/mm^, junto con el autopsia. El suero no debe congelarse y no sel
síndrome de alarma, obligan al seguimiento aten­ utilizarán anticoagulantes. El período óptimo de
to del paciente en un medio hospitalario. En e s­ aislamiento en el suero son los primeros cinco
tos casos se realiza el control del hematocrito, en días de enfermedad. Las muestras de autopsias
forma periódica, para evaluar la pérdida plasmá­ se congelan a -70°C
tica por extravasación capilar. Un aumento del El diagnóstico serológico se realiza con: inhi­
hematocrito indica hemoconcentración por la bición de la hemaglutinación, fijación del com­
pérdida de plasma, lo que constituye un signo de plemento, neutralización y enzimoinmunoensayo
suma gravedad que preanuncia el shock hipovo- (ELISA), con técnica de captura de IgG e IgM
lémico. Aparecerán hemorragias en forma de sín­ (MAC-ELISA). Con excepción de MAC-ELISA,
drome purpúrico, equimosis, epistaxis, hemorra­ con todas las otras técnicas se debe demostrar la
gia gingival, hematemesis, melena y hemorragias seroconversión. Un resultado de MAC-ELISA
en los sitios de venopuntura. Las hemorragias positivo indica infección reciente, pero se pro- \
agravan la hipovolemia. En estos casos el valor ducen reacciones cruzadas con otros flavivirus.
del hematocrito puede no expresar la hemocon­
centración. Un cociente hematocrito/hemoglobi-
DIAGNÓSTICO DIFERENCIAL j
na superior a 3,5 indica extravasación. La hipovo­ i
lemia se manifíesta por disminución de la ten­ El diagnóstico diferencial incluye leptospirosis, j
sión diferencial, descenso de la tensión sistólica, paludismo, fiebre amarilla, enfermedades virales i
pulso débil, depresión del sensorio, descenso de respiratorias, encefalitis virales, fiebres hemorrá- i
i
I^

i' C apítulo 37 - D engue □ 325

(
gicas por arenavirus y hantavirus, rubéola, saram­ £1 control del vector se basa en el saneamiento
pión, meningococemia y otras. ambiental, con activa participación comunitaria í
dado que es un mosquito de hábitos domicilia­
rios. Todas las acciones en este sentido son posi­ i
t r a t a m ie n t o

En el dengue clásico se administra paracetamol


tivas: eliminación de desechos, recipientes inúti­
les, neumáticos en desuso, control de tanques y
í
(acetaminofeno) para disminuir la temperatura y todo lugar donde se estanque el agua que pueda i
las mialgias. No se recomiendan los salicilatos o la servir de criadero de mosquitos.
aspirina, por su efecto sobre la agregación plaque- El control químico es secundario a las accio­ l
taria que favorece la hemorragia digestiva. Si se nes de saneamiento ambiental. Tiene tres nive­
considera necesario se pueden administrar sales de les: 1) focal: en aquellos recipientes que no pue­ í
rehidratación oral. Se alertará sobre los signos de
alarma y se realizarán los controles adecuados.
den eliminarse (p.ej., floreros de cementerios).
Un larvicida de baja toxicidad para los animales
c
Los pacientes a quienes se les diagnostica den­ mamíferos es el temefós, que puede aplicarse al í
gue hemorrágico deben internarse. Se iniciará la agua de bebida. 2) Perifocaí: se aplica en recipien­
rehidratación con soluciones de Ringer lactato y tes y su vecindad, utilizando polvos o emulsiones i
solución salina con glucosa al 5%. La dosis y la de aplicación mecánica a base de compuestos
(
velocidad de administración se ajustan en fun­ organofosforados o piretroides, que destruyen lar­
ción de la pérdida de plasma medida por el vas y adultos. N o se aplican en contenedores de <
hematocrito; la sobrehidratación debe evitarse, agua potable. 3) Aplicación espacial: basada en
^ por el peligro de que se desarrolle edema agudo diversos insecticidas que matan las formas adul­ (
de pulmón. Si la hipovolemia es grave, se admi­ tas. Se aplican en forma de aerosoles, con equi­
nistrará plasma y expansores plasmáticos. Si las pos manuales o fumigaciones desde aviones o ve­ (
hemorragias son importantes, está indicado el uso hículos terrestres. Se utilizan en situaciones de
<
de concentrados de plaquetas y sangre fresca. Un brote epidémico.
equilibrio correcto se traduce en el descenso del Con un enfoque ecológico se han desarrollado (
hematocrito y el mejoramiento de los signos vi­ medidas biológicas de control vectorial. Entre
tales. De no constatarse esto último, el descenso ellas mencionamos: peces larvíforos para conte­ (
de! hematocrito puede deberse a una hemorragia nedores de agua grandes, copépodos («pulgas de
interna. No está indicado el uso de coriicos- agua») que se alimentan con las larvas, bacterias (
teroides. La heparina sólo se administra cuando larvicidas inocuas para el hombre, hormonas y
(
se comprueba una CID en forma inequívoca. otras.
(
PROFILAXIS
V
Se basa en el control de A . aegypti y en dismi-
• nuir el riesgo de exposición de la población. Aún
no hay una vacuna disponible.

B ib lio g ra fía -------------------------------


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C'AUUX:. AIJIUR.

Enfermedad por hantavirus


A lfredo C. Seijo

región del lejano este soviético, denominado por


DEFINICIÓN
los médicos rusos y japoneses «fiebre hemorrágica
Las enfermedades por hantavirus son zoonosis con síndrome renal». En las décadas siguientes la
de amplia distribución mundial, producidas por enfermedad tuvo una dispersión rápida hacia Chi­
distintos serotipos virales que poseen reservorios na, el sudeste asiático y la región centroeuropea.
específicos en varias especies de roedores. Su es­ En la década de 1970 el Dr. Ho W. Lee descubrió
pectro clínico varía entre fiebres indiferenciadas, el agente etiológico y lo denominó virus Hantaan,
la denominada fiebre hemorrágica con síndrome al que aisló de un roedor capturado a orillas del
renal, la nefropatía de carácter epidémico y el sín­ río homónimo (Corea del Sur). Este nombre pasó
drome pulmonar, de descripción reciente en el a identificar todo el género. Después se aislaron
continente americano. otros serotipos en distintas regiones, con reservo­
rios definidos: Seoul, Hantaan, Dobrava y Puuma-
la, que producen fiebre hemorrágica con síndro­
ETIOLOGÍA
me renal (FHSR) en Eurasia, con características
La familia Bunyaviridae, dentro de la cual se clínicas y epidemiológicas propias según el sero-
clasifican los hantavirus, comprende varias espe­ tipo involucrado (cuadro 38-2).
cies que causan enfermedad humana de carácter A diferencia de Europa y Asia, los serotipos de
zoonótico o enzoótico. Algunas originan en todo hantavirus reconocidos en el continente ameri­
el mundo cuadros graves de fiebres hemorrágicas cano (Sin Nombre, Andes, Orán y otros) se rela­
(cuadro 38-1). cionan con el denominado síndrome pulmonar
Los hantavirus poseen un genoma de ARN con por hantavirus (SPH). Sin embargo, entre ambos
tres segmentos que codifican la proteína de la nu- síndromes hay un espectro clínico común y es
cleocápside (proteína N), que es el antígeno de elec­ posible que un mejor estudio de las enfermeda­
ción para las pruebas serológicas; dos glucopro- des por hantavirus conduzca a la detección de
teínas y la transcriptasa viral. A diferencia de los casos de fiebre hemorrágica en regiones de Amé­
otros bunyavirus no son transmitidos por vectores, rica. En la República Argentina se han reconoci­
pero han desarrollado una coevolución estrecha y do (1998) varios serotipos e individualizado sus
específica con distintas especies de roedores. reservorios (cuadro 38-3).
Puede afirmarse que existen dos grandes mo­
delos con características epidemiológicas y clí­
EPIDEMIOLOGÍA
nicas definidas. El primero conocido correspon­
de a Eurasia, donde en la década de 1930 se des­ Mientras la fiebre hemorrágica con síndrome
cribió un síndrome, de aparición epidémica en la renal y la nefropatía epidémica son importantes
328 D Segunda parte - Infecciones virales

problemas de salud pública en Eurasia, es llama­ La enfermedad predomina en adultos jóvene


tivo que en América no se hayan comunicado de sexo masculino, debido a las actividades d
brotes epidémicos de magnitud. Por el contrario, mayor riesgo de este grupo (tareas rurales divei
se conocen casos aislados y sólo existen eviden­ sas). En la República Argentina, a diferencia d
cias serológicas de infección en roedores de al­ otros países, se asistieron niños y además se de
gunas regiones. mostró la transmisión interhumana. Sin embaí
Totalmente distinta es la situación del síndro­ go, la forma habitual de contagio es a través d
me pulmonar por hantavirus (SPH). D esde su aerosoles que contienen virus eliminados por lo
identificación en los EE.UU. (1993, serotipo Sin reservorios. Otra vía de infección probable es 1
Nombre) hasta 1999, en el continente americano contaminación directa de heridas o excoriacione
se han comunicado cerca de 400 casos, de los de la piel, o de las mucosas.
cuales casi la mitad corresponde a la República En los reservorios la infección persistente e
Argentina. La provincia qué más ha notificado asintomática, de manera que las partículas vírale
es Salta (región de Orán), donde por primera vez se excretan por orina, heces, lágrimas y otra
se individualizó el síndrome pulmonar en la Ar­ secreciones. La transmisión entre ellos es de tip
gentina. También se han registrado casos en las horizontal. Además de un reservorio principa
provincias de Río Negro, Buenos Aires, Chubut, para cada serotipo de hantavirus, existen otro
Santa Fe, Jujuy, Neuquén y en la Capital Fede­ de importancia secundaria. Los m ecanismo
ral. involucrados en la aparición de casos en sere

C u ad ro 38-1. Bunyavirus y enfermedades asociadas.

Género/virus V ecto r' ‘ Enfermedad pistríbuciór^


Bunyavirus Aedes tríseriatus Enfermedad febril EE.UU .
La Crosse Meningoencefalitis
Encefalitis de California
Jdmestown
Canyon
Phiebovirus Aedes mcintoshi Enfermedad febril Africa subsahariana
Fiebre del Valle del Rift Encefalitis
Fiebre hemorrágica
Nairovirus Ixodidae {Nyalomma) Fiebre hemorrágica Medio Oriente
Fiebre hemorrágica África
Crimea - Congo Ex URSS
Hantavirus Sin vector FHSR* Mundial
SPH**
•Fiebre hemorrágica con síndrome renal. •• Síndrome pulmonar por hantavirus.

Cuadro 38-2. Serotipos de hantavirus reconocidos en Eurasia.


Serotipos -. Enfermedad asociada . D.istribua'ón ..'R eservorios /

Hantaan FHSR* Rural: Asia y Balcanes Múridos


Seoul FHSR Urbana (Mundial)
Dobrava FHSR Balcanes
Thai FHSR Urbana (índico)
Puumala Nefropatía epidémica Rural (Escandinavia- Europa) Cricétidos

* FHSR: Fiebre hemorrágica con síndrome renal.


C apítulo 38 - Enferm edad por hantavirus □ 329
(
i
humanos y el mantenimiento de la endemia en nes respiratorias depende del grado de escape
los reservorios son hechos complejos, que se re­ capilar de líquidos y esto, probablemente, de la > (.
lacionan con la biología de los roedores, con carga viral pulmonar y de la actividad inmunitaria
modificaciones en los ecosistemas y con activi­ (secreción de factor de necrosis tumoral e inter- (i.
dades humanas que posibilitan el contacto hom­ leucinas), pero con una limitación temporal mar­
bre-roedor. Los roedores reservorios dé los seroti- cada. La evolución es rápida; en horas el pacien­ ({
pos de hantavirus relacionados con el síndrome te pasa a la insuficiencia respiratoria y la falla
pulmonar pertenecen a la subfamilia de los sigmo- hemodinámica. Una vez que cesan los mecanis­
dontinos, de hábitat rural y periurbano. En la mos del síndrome de escape, si el paciente supe­ iC
República Argentina se identificaron como reser­ ró la fase de edema pulmonar y no hay una falla
vorios e sp ecies de O ligoryzom ys, A kodon, de bomba irreversible, el restablecimiento tam­ (
Bolomys, Abrotrix, Holochilus y Calomys, algu­ bién es rápido. La absorción de los líquidos res­
nas de las cuales se muestran en el cuadro 38-3. piratorios por la propia circulación pulmonar, al
Las partículas virales eliminadas en los mate­ ceder el escape capilar, se produce en un tiempo
(
riales biológicos de los roedores pueden inac- breve.
tivarse por distintos mecanismos fisicoquímicos. No se ha detectado actividad de complejos in­ 4
Por otro lado, la carga viral efectiva se diluye munes. Los anticuerpos de clase M, G y E apare­
cuando está expuesta a corrientes aéreas. La cu­ cen en los primeros días de enfermedad. Si bien €
bierta lipídica del virus lo hace susceptible a la la inmunoglobulina que persiste es la G, en algu­
acción de la mayoría de los métodos habituales nos casos puede esperarse la detección de IgM C
de descontaminación. después de ios cuatro o cinco meses considera­
«-
dos como promedio.
La respuesta inmune mediada por anticuerpos c
PATOGENIA Y ANATOMÍA PATOLÓGICA
aparece en la totalidad de los pacientes, de allí el
Luego de un período de incubación variable, valor de la serología en el diagnóstico temprano i
de algunos días a 2 meses (promedio dos sema­ de la enfermedad.
t
nas), se produce una viremia de pocos días de La ausencia de daño en el parénquima pulmo­
duración, que coincide con el inicio de los sínto­ nar, tanto histopatológico como de efecto cito- C
mas clínicos. Los casos demostrados de transmi­ pático, es el dato más relevante de los pulmones
sión interhumana tuvieron una incubación de al­ edematosos con líquido en abundancia, tanto en i
rededor de un mes.
Es probable que la replicación viral se realice
el intersticio como en los alvéolos y el espacio
pleural. El volumen de líquido extravasado, in­ c
en los linfáticos del tracto respiratorio superior y cluido el derrame pleural, puede ser de varios li­
(
que a partir de esta localización se produzca una tros, lo que explica la hipovolemia y el aumento
diseminación linfohemática. del hematocrito (hemoconcentración). El líqui- i
En las piezas de autopsia se han encontrado
partículas virales en las células endoteliales de (
C u ad ro 38-3. Serotipos de hantavirus reconocidos
los pulmones, el bazo, el riñón, los ganglios linfá­
en Argentina.
ticos, el hígado y otros tejidos. Los pulmones son
i--ít. .Enfermedad
los órganos blanco de la diseminación viral, pero ^^otipp R e serv e^ ^
no se detectan lesiones histopatológicas impor­
tantes. Sin embargo, es allí donde se produce un Lechiguanas 0. flavescens SPH*

importante escape capilar, de líquido plasmático, Bermejo 0. chacoensis Se ignora

que lleva a la insuficiencia respiratoria y al shock Orán 0. chacoensis SPH

hipovolémico. La presencia de linfocitos T (CD4 Andes 0. longicaudatus SPH

y CD 8) y de monocitos con características de Maciel B. obscuros Se Ignora

inmunoblastos, en ausencia de daño histológico Pergamino A. azarae Se ignora


Hu 39694 Se ignora SPH
o signos inflamatorios, indicaría la patogenia in­
mune señalada. La gravedad de las manifestacio­ SPH: síndrome pulmonar por hantavirus.
330 □ Segunda parte • Infecciones virales

do es similar al plasma, con alto contenido pro­ mínimo de colestasis y necrosis hepatocelular. Se
teico; en consecuencia, habrá hipoproteinemia. postula que los casos mortales refractarios al trata­
La histología pulmonar revela edema intersticial miento con inotrópicos se deberían a una disfun- i
con edema alveolar más o menos abundante. En ción del miocardio, pese a que no hay hallazgos
las formas evolutivas menos graves el edema anatomopatológicos apreciables en ese tejido.
alveolar puede ser escaso, lo que en la radiogra­ La infiltración periarteriolar de la pulpa blan>
fía se correspondería con imágenes intersticiales ca y de la pulpa roja esplénica por inmunoblastos
sin ocupación del espacio alveolar y en clínica, es muy característica y coincide con la marca­
con la disociación clinicorradiológica. Aun en ción de partículas virales; sin embargo, el bazo
aquellos ca.sos con edema intersticial solo, el in­ no es palpable. Iguales consideraciones merecen
tercambio de gases está gravemente afectado los hallazgos en los ganglios del sistema linfático
(hipoxia). El escaso infiltrado celular del inters­ y en las muestras de tejido hepático.
ticio está constituido por células mononucleadas
(inmunoblastos) y algunos leucocitos polinu­
MANIFESTACIONES CLÍNICAS
cleares. En las células endoteliales no se demues­
tra efecto citopático, aunque por técnicas histo- Los hallazgos clínicos y la cronología de la fie­
químicas se evidencian partículas virales en su bre hemorrágica con síndrome renal se detallan
interior. Por microscopía óptica tampoco se ob­ en el cuadro 38-4.
serva ruptura endotelial ni del epitelio alveolar; La denominada nefropatía epidém ica, es una
en cambio, mediante microscopía electrónica las variante clinicoepidemiológica, producida por el
uniones intercelulares del endotelio se comprue­ serotipo Puumala, cuya distribución abarca la
ban alteradas. región escandinava. A diferencia de la fiebre
No se halla líquido extravasado en el pericardio, hemorrágica con síndrome renal, no se producen
el peritoneo o el retroperitoneo. manifestaciones hemorrágicas. Luego de una fase
Las lesiones renales no tienen importancia clí­ prodrómica, similar a la señalada para los otros
nica y se deben a un doble mecanismo: la agre­ serotipos, se instala una nefropatía con localiza­
sión directa del virus y los efectos propios de la ción directa del virus en el riñón. Aparece una
disminución del ñujo plasmático renal, causada insuficiencia renal oligúrica con proteinuria no
por el estado hipovolémico. Se observa un grado selectiva, signos de colestasis intrahepática,

Cuadro 38-4. Fases clínicas de la fiebre hemorrágica con síndrome renal.


■■V-'-'á. ‘ ® t^f3cterrsticas clíriicás^'* -^^^
FEBRIL Hipertermia Sintomática
Duración: 1 a 5 días (vasculitis) Inyección conjuntival Ribavirina
Exantema y enantema petequial
Mialgias. cefalea
HIPOTENSIVA Leucocitosis. Plaquetopenia Expansores plasmáticos
Hemorragias y formación Hipotensión. Taquicardia Dopamina, noradrenalina
de tercer espacio Hemoconcentración Heparina en CID (raro)
(hipovolemia) Alteraciones sensoriales
Hemorragias
OLIGÚRICA Insuficiencia renal Restricción acuosa
(prerrenal y renal) Hipertensión Tratamiento de la IRA
Síndrome pulmonar y neurológico Diálisis peritoneal o hemodiálisis
POLIÚRICA Orina hipostenúrica Balance adecuado
CONVALECENCIA Secuelas renales y otras Sintomático
Capítulo 38 - Enferm edad por haniavirus □ 331

jrombocitopenia y leucocitosis con neutrofília. La el compromiso intersticial, habitualmente como


enfermedad se resuelve luego de un período pro­ líneas de Kerley tipo B, no siempre visibles. Ai
longado de poliuria hiposienúrica y algunos pa­ progresar el edema al espacio alveolar el patrón
cientes quedan con daño renal permanente. En radiológico adopta una configuración mixta
Escandinavia esta enfermedad se considera una de alveolointersticial, con infiltrados bilaterales que
las causas de hipertensión arterial de origen renal. tienden a ser basales y parahiliares. El derrame
Entre las enfermedades reconocidas por los pleural es constante y, según su magnitud, podrá
serotipos americanos de hantavirus se incluyen: ser detectado por el examen clínico, la radiogra­
infección asintomática. fiebre indiferenciada, fie­ fía, la tomografía o bien será un hallazgo de la
bre con manifestaciones hemoirágicas, neumonía autopsia.
sin falla hemodinámica y el denominado síndro­ En la mayoría de los casos el SPH reúne los
me pulmonar por hantavirus (SPH). El estudio de criterios clínicos del síndrome de distrés respira­
poblaciones de riesgo en las que se delectaron ca­ torio del adulto: lesión primaria de ambos pul­
sos de SPH no indica seroprevalencias altas. Las mones que se establece en forma aguda, infiltra­
infecciones sin enfermedad asociada o las formas dos difusos y bilaterales, y alteración grave del
febriles indiferenciadas no son frecuentes. intercambio gaseoso y la mecánica pulmonar.
El curso clínico del SPH muestra un desarrollo Las complicaciones, que sobrevienen en horas,
bifásico. En la prim era fa se , que dura tres a ocho son disfunción miocárdica e hipotensión refrac­
días y se la denomina prodrómica, las manifesta­ taria al tratamiento, aun cuando se haya mejora­
ciones constantes son hipertermia y mialgias ge­ do la hipoxia con asistencia respiratoria. La apa­
neralizadas. El cuadro tiene un comienzo agudo, rición de arritmias indica mal pronóstico. Los
con temperatura axilar superior a 38,5®C y esca­ valores de la resistencia periférica son normales
lofríos, pero en algunos casos en las primeras o altos, a diferencia del distrés que aparece en el
horas sólo hay febrícula. La cefalea no es intensa curso de la sepsis.
y no hay fotofobia. Algunos pacientes presentan El líquido extravasado que se obtiene por aspi­
congestión conjuntival. La astenia es marcada. ración no es purulento ni hemorrágico, y en el
Las manifestaciones digestivas, que son com u­ centrifugado no se observan células inflamatorias.
nes, consisten en dolor abdominal, náuseas y Los hallazgos de laboratorio característicos son
vómitos. Es característica la ausencia de signos leucocitosis con neutrofilia y desviación a la iz­
de afectación de la vía aérea superior, dato nega­ quierda, linfocitos atípleos, trombocitopenia y
tivo muy importante para diferenciar este síndro­ hematocrito elevado por la hemoconcentración.
me de otros cuadros respiratorios causados por La eritrosedimentación está acelerada (40 a
virus influenza, parainfluenza, adenovirus y vi­ 60 mm). Los valores de aspartatoaminotrans-
rus sincitial respiratorio. ferasa están elevados dos a tres veces (como ex­
En esta fase se hará el diagnóstico diferencial presión de la disfunción hepatocelular) y en ma­
con leptospirosis y otras fiebres hemon ágicas por yor grado los niveles de deshidrogenasa láctica.
arenavirus (fiebre hemorrágica argentina y otras), La urea y la creatinina están discretamente ele­
otros hantavirus, flavivirus (fiebre amarilla, den­ vadas, aunque algunos pacientes pueden desarro­
gue) y paludismo. llar un grado mayor de insuficiencia renal.
La segundo fa s e (cardiopulmonar o hipovo- La acidosis metabólica con lactacidemia apare­
lémica, con insuficiencia respiratoria y falla ce en los casos refractarios a la terapia de sostén.
hemodinámica) se instala en rápida progresión Si la hipoxia y la administración de líquidos se
clínica en tres a ocho días, con disnea progresi­ manejan en forma adecuada, tras el cese del es­
va, taquipnea, taquicardia, hipotensión, tos esca­ cape capilar el paciente se recupera en pocos días.
sa y signos de hipoxia. Estos síntomas están pre­ En el otro extremo, hasta un 50% fallece por el
sente antes de que se observen anormalidades shock hipovolémico refractario a las medidas te­
radiológicas o que la auscultación pulmonar in­ rapéuticas. Sí no se presentan complicaciones
dique la afección respiratoria. Un examen dete­ propias de los enfermos internados en unidades
nido de las radiografías de tórax puede mostrar de cuidados intensivos, en especial infecciones
332 □ Segunda parte - Infecciones virales

intranosocomiales, se produce una mejoría rápi­ que el paciente permanezca en reposo estrictoj
da de las funciones respiratoria y cardiovascular. La fiebre se controla con paracetamol (aceta-j
El diagnóstico diferencial abarca otras neumo­ minofeno). La fase prodrómica es común a otras
nías graves de la comunidad y la leptospirosis, enfermedades, por lo que las indicaciones seña-Í
que presenta algunas características clínicas y ladas son generales, ya que en este período casi
epidemiológicas en común con este síndrome. nunca hay diagnóstico o a lo sumo es una sospe^
También se considerarán las neumonías por in­ cha. En la actualidad la ribavirina es una opción
fluenza, Legionella spp, Streptococcus pncum o- que se evalúa para pacientes febriles que hayan!
niae, C hlam ydia psiítaci y R ickettsia spp. En de­ estado en contacto con casos confirmados de!
terminadas regiones se deberá tener presente la SPH. Es un nucieótido sintético que se ha utiliJ
emergencia de peste con formas neumónicas. zado en el tratamiento de enfermedades causa-l
das por los virus sincitial respiratorio, parain-i
fiuenza, sarampión, arenavirus (incluidos los de!
la fiebre Lassa, y los de la fiebre hemorrágicaj
DIAGNOSTICO
argentina y boliviana) y en hantavirus producto-,
El aislamiento del virus es muy dificultoso y res de fiebre hemorrágica con síndrome renal.'
requiere procedimientos complejos, debido a ello Como efecto adverso más importante se mencio-,
el diagnóstico se realiza con la demostración de na la hem ólisis de carácter reversible. I
anticuerpos séricos o material genómico, tanto En la fase cardiopulmonar se debe corregir la^
en suero como en material de necropsia. La téc­ hipoxemia con la administración de oxígeno (en
nica serológica utilizada en nuestro país es un general con asistencia respiratoria mecánica),
enzimoinmunoensayo con antígeno del serotipo reducir los ingresos de líquidos a valores míni­
Andes. El hallazgo de IgM específica tiene valor mos, para no incrementar el edema pulmonar, y
diagnóstico; pero en los pacientes en quienes sólo mejorar el estado hemodinámico con inotrópicos
se detecta IgG debe demostrarse seroconversión (dopamina o dobutamina). Recién al cesar la pér- j
en muestras pareadas, debido a la posible reactivi­ dida capilar se inicia la reposición con expansores ;
dad cruzada con otros hantavirus o a la presencia plasmáticos. Se ha comprobado la utilidad de la
de anticuerpos por infección previa no reconoci­ restricción acuosa en la fase de edema pulmonar.!
da. Ambas eventualidades son poco frecuentes Dada la patogenia propuesta para el SPH, en la j
en nuestro medio. Sin embargo, estudios recien­ actualidad se evalúa el uso de corticosteroides '
tes en una población aborigen del noroeste ar­ como inmunomoduladores.
gentino indicarían seroprevalencias más altas en Como toda neumonía de la comunidad, hasta
algunos grupos. La técnica es altamente sensible no disponer de un diagnóstico firme se indicará ■
y específica. un tratamiento empírico con antimicrobianos, !
En materiales como sangre entera o coágulo, basado en la experiencia regional y en los crite- ;
dentro de la primera semana de enfermedad, o rios epidem iológicos. !
en muestras de tejido pulmonar, hepático, renal
o en otros tejidos de biopsias o necropsias, el
PROFILAXIS
material genómico viral se puede reconocer me­
diante PCR. Los materiales se guardan congela­ La prevención se basa en evitar el contacto con
dos (-20°C a -70°C) o se envían de inmediato re­ excretas de roedores. Los ambientes cerrados, don­
frigerados a los laboratorios especializados. Hay de se sospeche que hay circulación de esos ani­
técnicas histoquímicas para marcar el antígeno males, deben ser aireados y los pisos, y otros lu- !
viral en muestras de tejidos. gares, lavados con soluciones de agua e hipoclo-
rito de sodio. Para entrar en estos sitios debe utili- ;
zarse barbijo, lentes y ropa adecuada. La elimina­
TRATAMIENTO
ción de los residuos, la protección de los alimen- !
El tratamiento es sintomático y de sostén car- tos y evitar que los roedores convivan en el pendo- ;
diorrespiratorio. En la primera fase es necesario micilio son medidas muy importantes para la pre- .
C apítulo 38 - Enfermedad por hantavirus □ 333

vención de las enfermedades donde se involucran recomendación para la atención de toda neumo­
estos reservónos. En las zonas donde se han com­ nía grave de la comunidad.
probado casos de SPH no deben imponerse res­ En el presente no se dispone de vacuna para
tricciones al turismo o al intercambio comercial. esta enfermedad. En China está en desarrollo una
La atención del enfermo con SPH requiere res­ vacuna para la prevención de la fiebre hemorrá-
peto por las normas universales de bioseguridad, gica con síndrome renal.

B ib lio g ra fía ---------------------------------------------------------


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V I ^ l| pl« ■1^ ■.1
Enfermedades por virus de la familia
Herpesviridae
Gerardo E. Laube
Ornar J. Palmieri

Los virus de la familia Herpesviridae produ­


INFECCIONES POR LOS VIRUS H ER PES SIMPLE
cen múltiples afecciones en el ser humano, des­ 1 y H ER PES SIM PLE 2
de oligosintom áticas, en general leves, hasta
sintomáticas y graves, con riesgo para la vida del Se conocen las secuencias completas de am­
paciente. La mayoría de ellos permanece en el bos. entre las cuales hay diferencias antigénicas.
ser humano luego de la primoinfección y son ca­ La prueba de neutralización permite identificar­
paces de reactivarse al cabo de meses o años. los aunque exista reactividad cruzada. Si bien el
Son virus grandes, con envoltura, contienen ser humano es su reservorio natural, también pue­
ADN y su estructura es muy compleja. A tempe­ den infectar a ciertos animales, en especial los
ratura ambiente son poco estables y los solven­ roedores; por lo tanto, éstos constituyen buenos
tes de lípidos los inactivan con rapidez. Estas modelos para reproducir los efectos patógenos.
partículas virales tienen muchas propiedades en
común, si bien se diferencian por sus caracterís­ Epidemiología
ticas genómicas y por el efecto que producen a Los aspectos epidemiológicos varían de acuer­
nivel celular. do con cada uno de los virus pertenecientes a esta
La familia Herpesviridae incluye los siguien­ familia. En general, la difusión de los HSV-1 y
tes virus patógenos para el ser humano: HSV-2 es muy amplia. Se estima que el 90% de
la población presenta a los 25 años de edad sero-
Herpes simple I (HSV-1) logía positiva para el HSV-1, aunque sólo el 10%
de ella padeció una primoinfección sintomática.
Herpes simple 2 (HSV-2) Por otra parte, alrededor de un 30% de los indi­
Varicela zóster (VZV) viduos presentan recurrencias ulteriores. En cam­
Citomegalovirus (CMV) bio, la primoinfección por HSV-2 es más tardía,
ya que tiene lugar sobre todo después de comen­
Epstein-Barr (EBV) zada la actividad sexual.
Herpesvirus humano 6 (HHV-6) La incidencia de herpes neonatal es baja. En
los recién nacidos el virus se transmite a través
Herpesvirus humano 7 (HHV-7)
del tracto genital materno. La mayoría de estas
Herpesvirus humano 8 (HHV-8) infecciones son causadas por HSV-2, aunque al­
336 □ Segunda parte - Infecciones virales

rededor del 15% es producido por HSV-1. Cuan­ Herpes genital


to más bajo es el nivel socioeconómico, más tem­ El herpes genital primario es habitualmente má!
prano se adquiere la primoinfección. grave que las infecciones recurrentes. Se consi­
dera que la infección previa por HSV-1 puede
Patogenia causar un primer episodio menos importante de
La infección primaria es consecuencia de la herpes genital que el producido por el HSV-2Í
penetración del virus a través de una solución de Alrededor del 70% de los individuos seroposiJ
continuidad en la boca, los ojos, los genitales o tivos para el HSV-2 son asintomáticos.
la piel. Debido a la distribución casi universal de El cuadro clínico en los varones se caracteriza
estos virus, la mayoría de los pacientes se infec­ por la presencia de vesículas sobre el glande o el
tan durante los primeros años de vida, en espe­ prepucio, las que se asocian con adenopatías, di­
cial por HSV-1. Esta primoinfección es habitual­ suria y malestar general. En las mujeres las le­
mente asintomática, aunque pueden observarse siones suelen asentar en la vulva y la vagina, si
pequeñas lesiones vesiculosas. La multiplicación bien el compromiso principal está en el cuello
local puede dar paso a una viremia con infección uterino. El diagnóstico del herpes genital es prin­
sistémica. Después se produce una infección la­ cipalmente clínico, basado en los antecedentes y
tente con reactivación periódica. Durante la in­ en el examen físico. Es importante que el paciente
fección primaria la partícula viral penetra en los conozca el riesgo de transmisión sexual de esta
nervios sensitivos y migra, a lo largo de los axo- afección.
nes, hacia los ganglios nerviosos, lo que le per­ Los episodios ulteriores en general son menos
mite eludir la respuesta inmune. Durante la eta­ graves que el inicial. El número y la importancia
pa de latencia, el ADN viral se mantiene como de las recurrencias depende del tipo de virus
un episoma, con una expresión limitada de genes involucrado; se considera que el tipo 2 es más
específicos del virus necesarios para el manteni­ frecuente que el tipo 1. Determinados factores,
miento de la latencia. como el estrés, las relaciones sexuales y la mens­
La lesión característica es una vesícula de pa­ truación, pueden desencadenar las recurrencias.
red delgada que asienta sobre una base eritema-
tosa localizada a nivel intraepidérmico. Estas le­ Encefalitis herpética
siones son similares a las observadas en las afec­ La encefalitis herpética es una entidad no muy
ciones producidas por VZV. frecuente, pero suele ser grave y requiere la deri­
vación rápida a un centro especializado para su
Manifestaciones clínicas tratamiento apropiado. Casi todos los casos son
Infecciones bucofaríngeas producidos por el HSV-1. Luego de síntomas
La primoinfección por HSV-1 se produce ha­ prodrómicos, com o malestar y fiebre, se presen­
bitualmente en los niños y en la mayoría de los tan trastornos de conducta, convulsiones, focales
casos es asintomática. Cuando hay síntomas, las o generalizadas, cefalea y letargía. Debido a que
lesiones vesiculosas comprometen la faringe, el otras afecciones pueden generar síntomas y sig­
paladar duro, la lengua, las encías y los labios. nos similares, el diagnóstico etiológico se esta­
Esta gingivoestomatitis herpética se acompaña blece mediante pruebas de laboratorio. Si bien la
con síntomas generales, como fiebre, irritabili­ biopsia cerebral confirma el diagnóstico, en la
dad, inapetencia y adenopatías cervicales y actualidad ha sido reemplazada por la reacción
submandibulares dolorosas. La reactivación del en cadena de la polimerasa (PCR) del A D N viral
virus provoca la erupción del herpes labial. Su en el LCR. La sospecha diagnóstica se basa en
aparición puede estar precedida por la sensación las imágenes de la tomografía computarizada y
de ardor o prurito, que se instala pocas horas an­ el electroencefalograma. Es importante iniciar lo
tes del desarrollo de las vesículas. El mecanismo antes posible el tratamiento antiviral, ya que la
de esta manifestación consiste en la migración evolución puede ser mortal o dejar secuelas muy
de los virus desde su reservorio en el ganglio de importantes si no se trata (ver el capítulo Ence­
Gasser. falitis virales).
C apitulo 39 - Enferm edades por virus de la fam ilia H erpesviridae □ 337

Meningitis herpética indicada en todos los casos en que se diagnostica


Hasta en un 3% de los enfermos con meningitis infección herpética del tracto genital durante la
aséptica se aísla el HSV. La meningitis por HSV gestación.
suele estar asociada con la infección primaria ge­
nital, provocada en general por HSV-2. Se pre­ Panadizo herpético
senta con cefalea, fiebre, fotofobia, rigidez de la Se trata de la infección de algún dedo de la
nuca, etc. (síndrome meníngeo) y tiene una evo­ mano por HSV ocasionada como complicación
lución autolimitada que se completa en 3 a 5 días. de una infección primaria bucal o genital, o por
El HSV es el agente etiológico aislado con ma­ inoculación del virus a través de alguna lesión
yor frecuencia en la meningitis linfocitaria recu­ preexistente en la piel o por penetración directa
rrente (meningitis de Mollaret). com o consecuencia de pinchazos u otro tipo de
El diagnóstico se establece con la demostra­ traumatismos accidentales o laborales (personal
ción en el LCR de anticuerpos frente al HSV o la de enfermería). El dedo infectado presenta lesio­
persistencia del ADN del virus. nes vesiculosas o pustulosas rodeadas de edema y
eritema que se acompañan de fiebre y linfadenitis
Parálisis facial periférica epitroclear y axilar. La similitud con una infec­ íC
La parálisis facial periférica o parálisis de Bell ción bacteriana piógena debe tenerse presente para
o parálisis facial «a frigore» como también fue evitar tratamientos médicos y quirúrgicos innece­
denominada, se debe en general, a la reactivación sarios y capaces de agravar el proceso. Debe rea­
de la infección primaria por HSV-1. Es impor­ lizarse el tratamiento antiviral que mejorará la evo­
tante tener en cuenta esta etiología a los fines de lución. Suelen ser frecuentes las recidivas.
instituir un inmediato y adecuado tratamiento
etiológico, lo cual acortará la evolución de la en­ Queratitis herpética
fermedad y evitará posibles secuelas. La queratitis herpética, causada por HSV-1, es
un proceso recidivante que provoca una típica úl­
Herpes neonatal cera central y dendrítica de la cómea que comien­
La infección herpética neonatal -provocada por za con dolor, visión borrosa, conjuntivitis y que-
el HSV-1 o el H SV -2- es infrecuente. Sus mani­ mosis. Es causa frecuente de ceguera corneal de­
festaciones son muy graves, en especial las pro­ bido a la curación con defecto (leucoma de cómea).
ducidas por el HSV-2. El virus se transmite de la En este padecimiento están contraindicados los cor- (t
madre al hijo en el momento del parto, siempre y ticosteroides tópicos porque pueden agravar el pro­
cuando haya partículas virales en el canal del ceso y provocar la perforación de la cómea.
t
parto. El riesgo es máximo cuando la infección
primaria se produce durante el embarazo. Las
En el niño, la primoinfección con localización
ocular produce conjuntivitis folicular, con pre­
t
lesiones del recién nacido se manifiestan en la sencia de vesículas y adenopatía preauricular.
piel y se acompañan con fiebre, letargia y recha­
zo del alimento. Sólo la mitad de los niños infec­ Infecciones en el paciente inmunocomprometído
tados presenta la erupción característica y con­ La infección herpética es más agresiva en los
vulsiones. La infección neonatal se diagnostica enfermos inmunocomprometidos y la disemina­
mediante cultivos del LCR o de las lesiones de la ción también es más frecuente en ellos. La ma­
piel. Otra prueba de utilidad diagnóstica es la PCR yoría de estas infecciones son recurrencias, ya
en muestras de orina, que permite amplificar el que en general los enfermos son seropositivos
ADN viral. Existen diversos tipos de infección desde antes de comenzar su inmunocompromiso.
neonatal por herpes, que incluyen el compromi­ En los pacientes con sida las infecciones herpé-
so cutáneo, ocular o bucal, la encefalitis o la afec­ ticas suelen persistir o incluso progresar. En los
ción multiorgánica. pacientes sometidos a trasplantes de órganos só­
La infección neonatal puede prevenirse si se lidos puede producirse la diseminación del vi­
toman en cuenta los riesgos del herpes genital rus, con el consiguiente compromiso hepático
durante el embarazo. La operación cesárea está más precoz que el causado, en las mismas cir­
>%

338 □ Segunda parte - Infecciones virales

m cunstancias, por el CMV, Ambos trastornos pue­ tintas localizaciones, algunas de las cuales serán
den tratarse en forma adecuada. consideradas a continuación.
(•
Diagnóstico Herpes zóster toracoabdominal
(•
El diagnóstico es relativamente sencillo si las Es la localización más frecuente, hallada en más
!• lesiones son características. La confirmación se de la mitad de los casos comunicados. Lo habitual
basa en el aislamiento y la identificación del vi­ es que, algunos días antes del comienzo de la erup­
rus. En general se considera que la serología es ción, los enfermos manifiesten una sensación uren­
poco relevante para el diagnóstico, a menos que te o dolor en el dermatoma afectado. Aquélla se
m se dem uestre seroconversión indicadora de presenta bajo la forma de un eritema sobre el que
primoinfección. asientan múltiples vesículas dolorosas. El cuadro
dura unas tres semanas, pero en los individuos
m Tratamiento inmunOcomprometidos la evolución clínica suele
De acuerdo con la gravedad del cuadro clínico ser más grave. Es frecuente el compromiso del sis­
m y del estado de inmunocompromiso del pacien­ tema nervioso central, con características del LCR
te, está indicado el aciclovir. Este agente antiviral similares a las de las meningoencefalitis virales.
se prescribe en los casos de encefalitis, afeccio­ Una de las manifestaciones más significativas aso­
nes neonatales o disem inación en pacientes ciadas con el herpes zóster es la neuritis aguda y,
inmunodeprimidos, en dosis de 10 mg/kg cada 8 con ulterioridad, la neuralgia posherpética. El tra­
# horas, por vía IV, durante diez días. En los pa­ tamiento con aciclovir acorta la evolución de la
cientes inmunocompetentes puede utilizarse el afección y disminuye su gravedad.
m aciclovir por vía bucal en dosis de 200 a 800 mg
cada 4 horas, por el día, o sea 5 tomas por día, Herpes zóster oftálmico
m durante 10 días. En los casos de recurrencias, en Es una de las localizaciones asociada con ma­
especial de localización genital, puede indicarse yor gravedad. Se produce por la afección de la
en dosis de 400 mg dos veces por día, por vía rama oftálmica del nervio trigémino y por lo co­
<• bucal, durante períodos de 6 meses a un año. mún afecta a ancianos, aunque en ocasiones se
observa en jóvenes. Puede provocar lesiones ocu­
4 ENFERMEDADES POR EL VIRUS VARICELA
lares que comprometan gravemente la visión. Es
necesario que todos los casos sean controlados
# 2ÓSTER
por un oftalmólogo. Las secuelas, en especial el
# En la actualidad se conoce la secuencia com ­ dolor, alteran en alto grado la calidad de vida.
pleta del genoma de este virus, que infecta a se­
# res humanos y a una gran variedad de tipos celu­ Herpes zóster ótico
lares de animales. El VZV origina dos entidades El herpes zóster ótico del conducto auditivo ex­
# clínicas distintas: la varicela y el zóster. La pri­ terno o síndrome de Ramsay Hunt se presenta con
mera se trata en el capítulo Enfermedades exan­ dolor y vesículas en esa localización, que a veces
temáticas; en cuanto al zóster, se sabe que, luego se extienden al pabellón auricular, pérdida del
de la primoinfección varicelosa, el VZV persiste sentido del gusto en los dos tercios anteriores de la
#
en los ganglios sensitivos del sistema nervioso lengua y parálisis facial del mismo lado. En ocasio­
--# central. Todavía no está aclarado si se trata de nes puede producirse una polineuritis craneal con
una infección latente o persistente, pero la reacti­ compromiso de los pares V, VIII, IX y X. En esta
# vación, que se produce años después, lleva al afección se compromete el ganglio geniculado.
daño tisular del dermatoma relacionado con el Otras localizaciones del zóster son: crural,
ganglio afectado y origina la erupción herpética, ciático, cervical, sacro, braquial y otros. Todas
o herpes zóster. Es importante tener en cuenta estas localizaciones deben tratarse precozmente
que el herpes zóster puede ser una manifestación con aciclovir, a fin de acortar la evolución y re­
paraneoplásica o de algún otro proceso que com­ ducir los síntomas dolorosos (ver el capítulo In­
prometa la inmunidad. Este puede presentar dis­ fecciones oculares).
C apítulo 39 - Enferm edades por virus de la fam ilia H erpesviridae □ 339

neurológico. En estos sujetos es particularmente


e n f e r m e d a d e s p o r e l v ir u s
significativa la retinitis, que comienza con visión
de EPSTEIN-BARR
borrosa y reducción de la agudeza visual y evo­
Este virus tiene un tropismo celular dual. Inva­ luciona a la amaurosis si no es tratada. En estos
de los iinfocitos B y origina una infección no pro* individuos el riesgo de desarrollar infección du­
^ ductiva, mientras que la invasión de las células rante el primer año luego del trasplante llega al
* epiteliales genera una infección productiva. La 60%; sin embargo, el riesgo de reactivación viral
; evolución natural de la infección es la activación se acerca al 100% (ver los capítulos Infecciones
t poiiclonal de las células B y la proliferación be- oculares. Enfermedad por el virus de la inmuno-
I ni<’na, que puede ser asintomática o desencade­ deficiencia humana (HlV/sida) e Infecciones en
nar un síndrome mononucleósico. Hay una aso­ el paciente inmunocomprometido).
ciación clara entre el EBV y la oncogénesis, que La disminución franca de los casos del síndro­
lleva al desarrollo del linfoma de Burkitt y carci­ me TORCH por el virus rubéolico se produjo tras
noma nasofaríngeo (ver el capítulo Mononucleosis la introducción masiva de la vacuna antirrubeó-
infecciosa), también está vinculado con otras afec­ lica. Esto determinó que la infección congénita
ciones (ver el capítulo Enfermedad por el virus de por CMV sea, en la actualidad, una las afeccio­
la inmunodeficiencia humana (HlV/sida)]. nes que con más frecuencia originan ese síndro­
me. Esta situación se presenta como un proble­
ma particularmente significativo cuando la pri-
en ferm ed a d es po r CITOMEGALOVIRUS
moinfección se produce en la mujer embarazada.
Es el virus más grande de la familia Herpes­ Muchas de estas infecciones pueden manifestarse
viridae. La cinética de la infección por CMV es meses o años después del contagio (ver síndrome
lenta, insume entre 7 y 14 días, mientras que la TORCH en el capítulo Enfermedades exante­
del HSV demora 24 a 48 horas. La infección produ­ máticas, rubéola congénita o en el capítulo Toxo-
ce el agrandamiento de las células (de allí el nom- plasmosis, diagnóstico diferencial).
; bre de citomesalovirus) y la aparición de cuerpos
' de inclusión en los diferentes tejidos afectados. Diagnóstico
El diagnóstico se basa en la detección de los
. Epidemiología antígenos del virus mediante anticuerpos mono-
Es un virus ampliamente difundido en la natu- clonales o el ADN del virus. También es muy útil
• raleza. La infección es prácticamente universal y la detección directa de los antígenos en los ncutró-
muchas de las afecciones que produce son asinto- filos mediante el uso de un anticuerpo monoclonal
máticas. Se considera que se transmite por vía oral frente a la proteína pp65 de la matriz del CMV.
y respiratoria, y que casi el 100% de los individuos Esta prueba representa una medida directa de la
ya están infectados cuando llegan a la pubertad. presencia del virus y puede detectar los antígenos
del CMV en el LCR de los enfermos de polirra-
Manifestaciones clínicas diculopatía por este virus y también en la sangre
Las manifestaciones de la enfermedad citome- de los pacientes inmunocomprometidos. La re­
j gálica adquirida varían con la edad y el estado de acción en cadena de la polimerasa (PCR) es una
I inmunocompetencia del paciente. En los niños técnica muy sensible mediante la cual se puede
: habitualmente es asintomática, pero en los adul­ detectar pequeñas cantidades de ADN del CMV
tos puede presentarse un síndrome mononucleó- en muchos líquidos corporales y en el LCR de
j sico, con fiebre y hepatoesplenomegalia. Se con­ los pacientes con encefalitis o polirradiculopatía
sidera que el CMV es la causa de este síndrome por CMV. La presencia del ADN de CMV en la
en alrededor del 5% de los casos. sangre de los enfermos de sida podría predecir el
En los individuos inmunodeprimidos, tanto los desarrollo posterior de la retinitis por este virus.
: que padecen sida com o los sometidos a trasplan- También puede realizarse el diagnóstico mediante
i te, las manifestaciones clínicas más comunes in- el aislamiento del virus en muestras de orina y
I cluyen neumonía, gastroenteritis y compromiso secreciones. Las muestras se cultivan en líneas
340 □ Segunda parte - Infecciones virales

de células diploides, en las que el efecto citopático T CD4+, además los primeros aislamientos se pro-
se observa en 10 a 20 días. El diagnóstico rápido dujeron en pacientes HIV positivos. Sin embargo
se basa en la detección de los antígenos del virus hasta el presente no se ha establecido una asocia­
mediante anticuerpos monoclonales. La conver­ ción causal entre ambas afecciones virales.
sión serológica, comprobada por ELISA, indica Se han desarrollado numerosas pruebas con
infección reciente. Todos los donantes de órga­ anticuerpos m on oclon ales, sondas de ADN,
nos deben ser sometidos a la detección de la IgG ELISA y amplificación con PCR, con las cuales
a fin de identificar los seropositivos. es posible diagnosticar con rapidez esta infección.
Estos métodos permiten confirmar la etiología de
Tratamiento muchas convulsiones febriles.
A pesar de haberse ensayado diversos tratamien­ N o hay terapéutica específica para este agente
tos con fármacos antivirales, los únicos con los que y en general no es necesario tratamiento alguno.
se demostró efectividad son ganciclovir y foscar- Sin embargo, en algunos casos con complicacio­
net. El primero, en dosis de 5 rng/kg cada 12 horas nes neurológicas se puede indicar ganciclovir, en
por vía IV durante tres semanas, tiene eficacia de­ dosis de 10 mg/kg/día, por vía IV, dividida en
mostrada en pacientes con sida, en especial en los dos aplicaciones diarias.
afectados por coriorretinitis. En algunos casos gra­
ves, e! foscamet -e n dosis de 60 mg/kg cada 8horas
ENFERMEDADES POR EL HERPESVIRUS
por vía IV durante tres semanas- produjo mejorías.
HUMANO TIPO 7

El HHV-7 fue descubierto en linfocitos CD4+


ENFERMEDADES POR EL HERPESVIRUS
HUMANO TIPO 6
humanos. Otras investigaciones pudieron estable­
cer que la infección se adquiere en etapas poste­
El HHV-6 fue identificado en 1986, tras aislar­ riores a la producida por el HHV-6, en general
lo de células mononucleares de sangre periférica luego de los tres años. Su origen parece ser la
de pacientes adultos con afecciones que cursan saliva, debido a que el HHV-7 es hallado con fa­
con inmunodepresión, como sida, linfom as y cilidad en las secreciones bucales de los adultos
leucemia. En un primer momento se lo denomi­ que poseen anticuerpos circulantes contra esta
nó virus linfotrópico B humano, pero después se partícula viral. Se considera que es el responsa­
comprobó que afecta preferentemente los linfoci- ble de un cuadro sim ilar al exantem a súbito
tos T. Su genoma se relaciona genéticamente con posfebril.
el del citomegalovirus. Tras su descubrimiento
se realizaron investigaciones destinadas a hallar
ENFERMEDADES POR EL HERPESVIRUS
la enfermedad causada por este agente. En el mar­
HUMANO TIPO 8
co de esta búsqueda, un grupo de investigadores
japoneses identificó este virus como agente etio- Hace poco se estableció que el HHV -8 es el
lógico del exantema súbito posfebril, sexta en­ agente etiológico del sarcoma de Kaposi (SK).
fermedad o roséola infantum, afección benigna Esta enfermedad, marcadora de la infección por
que afecta principalmente a niños (ver el capítu­ HIV, ha sido un enigma a partir de la comunica­
lo Enfermedades exantemáticas). ción de los primeros casos de sida. El descubri­
Durante años se debatió si el HHV-6 modifica miento del HHV -8 se produjo en 1994 y se lo de­
la evolución de la infección por HIV en los niños. nominó herpesvirus asociado al SK. Si bien el SK
Esta discusión surgió a partir del conocimiento de es excepcional en la infancia, se pudo establecer
que este agente viral infecta los mismos linfocitos que el virus se adquiere en esta etapa de la vida.
Il '

i-
C apitulo 39 - Enferm edades por virus de la fam ilia H erpesviridae □ 341

[■
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Fiebre amarilla
Ornar J. Palmieri

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300 casos por año principalmente trabajadores


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de zonas boscosas.
La fiebre amarilla es una enfermedad viral agu­ La fiebre amarilla tiene un ciclo selvático y un
da producida por un flavivirus. Su duración es ciclo urbano. En la fieb re am arilla selvática el
breve y la gravedad, variable. En los casos leves virus es transmitido a los monos por los mosqui­
el cuadro es indefinido y los ataques típicos se tos del género H aem agogus y Sabethes que tam­
caracterizan por la tríada ictericia, hemorragias bién infectan a las personas que ingresan en el
y albuminuria. Deja inmunidad permanente. bosque y luego llevan la enfermedad al área ur­
bana. La presentación de casos humanos es pre­
cedida por la ocurrencia de fiebre amarilla en
ETIOLOGÍA
monos.
El virus de la fiebre amarilla es el prototipo de En la fie b re am arilla urbana los seres huma­
la familia Flaviviridae (de flavus: amarillo), an­ nos son los hospederos virémicos y los mosqui­
tes denominados arbovirus o virus transm itidos tos domésticos A edes aegypti, los vectores. La
por artrópodos (de arthropod^borne-viruses). persistencia del virus en la naturaleza se debe a
Son esféricos, de 37 a 50 nm de diámetro, con su pasaje vertical a los huevos del mosquito, en
envoltura lipoproteica y nucleocápside icosaé- los que sobrevive durante meses. Además el mos­
drica que contiene la proteína del core y ARN quito infectado sigue siendo vector durante toda
monocatenario. La replicación viral es exclusi­ su vida, lo que lo convierte también en reservorio.
vamente intracitoplasmática y los viriones son
liberados por exocitosis o lisis celular.
PATOGENIA Y ANATOMÍA PATOLÓGICA
Este virus es inactivado con rapidez por calor,
radiación ultravioleta, detergentes y desinfectan­ El virus es inoculado con la saliva del mosqui­
tes diversos. to en los capilares de la piel, desde donde llega al
hígado, foco principal de la infección. A llí se
comprometen las células de Kupffer y los hepa-
EPIDEMIOLOGÍA
tocitos. Éstos presentan necrosis y degeneración
La fiebre amarilla es una enfermedad propia eosinófila (cuerpos de Councilman). Las altera­
deAméricay África tropical. Su incidencia es de ciones del hígado son la causa de la ictericia. La
unos 3.000 casos por año en el mundo y la mor­ insuficiencia renal aguda y la albuminuria se de­
talidad de los pacientes que evolucionan con ic­ ben a necrosis tubular aguda. La miocarditis, de­
tericia es del 20% al 50%. En América del Sur la mostrada por la histología, origina arritmias y
región más afectada es la amazónica, con 100 a colapso circulatorio. La encefalopatía se debe al
344 D Segunda parte - Infecciones virales

edema cerebral y a trastornos metabólícos. Las


DIAGNÓSTICO DIFERENCIAL
alteraciones de la coagulación son provocadas por
distintos factores: trombocitopenia, disminución El diagnóstico diferencial de la fiebre amarilla
de la síntesis de factores de coagulación por par­ grave incluye paludismo, leptospirosis, hepatitis
te del hígado y coagulación intravascular dise­ virales, fiebre tifoidea, dengue hemorrágico y j
minada. otras fiebres hemorrágicas asociadas con icteri­
cia.
MANIFESTACIONES CLINICAS
PRONOSTICO
Luego de un período de incubación de 3 a 6
días la enfermedad se inicia en forma brusca, con La mortalidad global de la fiebre amarilla es
fiebre, escalofríos, cefalea intensa, dolor lumbar, del 5% al 10% de los casos clínicos, o aun menor
mialgias, náuseas y malestar general que llevan si se tiene en cuenta que muchas infecciones son
a la postración. Hay bradicardia relativa (signo subclínicas. La mortalidad de los pacientes que
de Faget), inyección conjuntival y lengua saburral desarrollan ictericia es del 20% al 50%; el óbito
con bordes rojos. En esta fase temprana («perío­ tiene lugar entre los 7 y los 10 días desde el co­
do de infección») hay viremia. mienzo de la enfermedad.
Después de algunos días el paciente puede re­
cuperarse en forma transitoria («período de re­
TRATAMIENTO
misión»), pero luego la fiebre reaparece («perío­
do de intoxicación»), junto con ictericia, oliguria, El tratamiento es sintomático; aún no existe
albuminuria, delirio, estupor y manifestaciones agente antiviral específico alguno.
hemorrágicas. Dentro de estas últimas es carac­ Para reducir la fiebre y la cefalea puede admi­
terística la hematemesis o «vómito negro». nistrarse paracetamol, ya que la aspirina está
Los exámenes de laboratorio evidencian leuco- contraindicada. Para reducir el riesgo de sangra­
penia, trombocitopenia, hiperbilirrubinemia di­ do gástrico se utilizan antiácidos más omeprazol
recta, aumento de las enzimas hepáticas, urea y o ranitidina. Pueden estar indicadas las transfu­
creatinina. En el período terminal, hipoglucemia, siones de sangre o el uso de expansores de volu­
acidosis y shock. men en los enfermos con hemorragia o shock, la
administración de oxígeno en los que se demues­
tre hipoxia o la diálisis en aquellos que desarro­
DIAGNÓSTICO
llen insuficiencia renal. El uso de heparina está
El diagnóstico virológico depende del aisla­ reservado para los casos bien documentados de
miento del virus de la sangre, así com o de la coagulación intravascular diseminada. Es nece­
antigenemia viral, por la prueba de ELISA o por sario mantener el equilibrio hidroelectrolítico.
la reacción en cadena de la polimerasa (PCR)
durante el período de infección. El diagnóstico PROFILAXIS
serológico se basa en la demostración de anticuer­
pos por las pruebas de ELISA, inhibición de la Para la prevención específica de la fiebre ama­
hemaglutinación, fijación del complemento o rilla se dispone de una vacuna a virus atenuados
neutralización. Los anticuerpos aparecen 5 a 14 de la cepa 17 D cultivada en embrión de pollo.
días después del comienzo de la enfermedad. Se Es una vacuna del Reglamento Sanitario Inter­
deben examinar muestras pareadas de suero de nacional que se puede aplicar a partir de los 9
la fase aguda y de la convalecencia. El diagnós­ meses de edad. Se administra una dosis de 0,5 mL,
tico post mortem es posible por la histología he­ tanto en niños como en adultos, por vía intra­
pática, donde se observan los típicos cuerpos de muscular o subcutánea en la región anterolateral
Councilman, y demostración por inm unohis- del muslo o en la zona deltoidea. Induce una in­
toquímica del antígeno viral en cortes de tejidos munidad duradera en más del 95% de los vacu­
de hígado, riñón y corazón fijados con formol. nados. Si bien es posible que la inmunidad dure
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C apítulo 40 - Fiebre am arilla □ 345

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toda la vida, en caso de viajes a zona endémica gia al huevo: hipersensibilidad inmediata carac­
se recomienda revacunar cada 10 años. Deben terizada por exantema, urticaria y broncoespas-
vacunarse los viajeros que ingresan o salen de mo, pero es extremadamente rara. Excepcional­
zonas endémicas o epidémicas, los residentes de mente puede producir encefalitis en menores de
zonas endémicas o epidémicas en las que esté seis meses de edad, razón por la cual está con­
presente el mosquito Aedes aegyptiy población de traindicada en el primer semestre de la vida. Tam­
provincias limítrofes con áreas de riesgo; en la bién está contraindicada en las personas que han i
actualidad (marzo de 2008) existe en la Repúbli­ tenido reacción anafiláctica a la ingestión de hue­
ca A rgentina un program a de v a cu n a ció n vos o sus derivados y en inmunocomprometi-
antiamarílica en las provincias de M isiones, Co­ dos. En lo posible no vacunar en el embarazo y
rrientes, Entre Ríos, Salta, Jujuy, Formosa y Cha­ en especial no hacerlo antes del 6® mes de la ges­
co, por la proximidad con Brasil y Bolivia, don­ tación. La vacuna es compatible con la profilaxis
de existen áreas de epizootia. del paludismo, lo que no afecta su respuesta
En general, es una vacuna bien tolerada, en el inmunitaria. i
2% al 5% de los vacunados es posible que entre Durante la fase aguda los pacientes deben ser
los días 5® al 10® ocurran efectos adversos posva­ protegidos de las picaduras de mosquitos, para i
cunación. Los efectos locales son: eritema y do­ evitar la diseminación de la infección. Es impor­
lor. Los generales son: fiebre moderada, cefalea, tante la lucha contra estos insectos y el uso de
mialgia y malestar general. En personas con aler­ ropas protectoras, mosquiteros y repelentes. i á
< -

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41
Enfermedad por el virus de la
inmunodeficiencia humana (HlV/sida)
M arcelo E. Corti
Ornar J. Palmieri

En 1981 fueron descriptos los primeros casos ternacional de Taxonomía Viral, en 1986, HIV o
de una enfermedad que hasta hoy se conoce con virus de la inmunodeficiencia humana. Fue aisla­
la primitiva denominación de síndrome de la do por primera vez en 1983 por Luc Montagnier,
inmunodeficiencia adquirida (sida). Más que un en el Instituto Pasteur de París, quien lo denomi­
síndrome, es una enfermedad con un agente nó LAV (Lym phadenopathy Associated Virus).
etiológico debidamente identificado: el virus de Posteriormente, en 1984, Roben Gallo, en el Ins­
la inmunodeficiencia humana (HIV). No obstan­ tituto Nacional del Cáncer de los EE.UU., lo de­
te» la denominación sida aún se conserva y se nominó HTLV-III (Human T-Cell Lymphotropic
utiliza para la etapa en la cual a la infección por Virus Type III). En el mismo año, Jay Levy, de la
el HIV, debido a la inmunodeficiencia que ésta Universidad de California, lo designa ARV (AIDS
produce, se le agregan distintas complicaciones related virus). En los tres casos el agente identifi­
tales como infecciones o enfermedades prolife- cado fue el mismo. Por esta razón, y para aunar
rativas malignas, o ambas. criterios, desde 1986 se lo conoce como virus de
la inmunodeficiencia humana (HIV), denomina­
ción que considera la especie a la que afecta y el
DEFINICIÓN
cuadro clínico que provoca. Se lo designó como tipo
El HlV/sida es una enfermedad infectocon- 1 (HTV-1) para diferenciarlo del tipo 2 (HIV-2). Éste,
lagiosa, producida por el HIV (human immuno- aislado en 1986 en pacientes con sida de África
deftciency virus), de evolución crónica y de co­ Occidental, posee similitud estructural con el vi­
mienzo agudo o asintomático, que genera una rus de la inmunodeficiencia de los simios (SIV).
disfunción progresiva e irreversible de la inmu­ El HIV-l es una partícula esférica, de 80 a 110
nidad, la cual predispone a padecer infecciones nm de diámetro, con un núcleo, centro o core que
y enfermedades proliferativas malignas. contiene ARN genómico y varias moléculas de
una enzima, la transcriptasa reversa -también
llam ada transcriptasa inversa o retrotrans-
ETIOLOGIA
criptasa- que cataliza la síntesis de una copia del
El agente etiológico de esta enfermedad es un ADN (cDNA) a partir del ARN viral. Este cDNA
virus de la familia de los retrovirus, subfamilia se autoduplica e integra en el ADN de la célula
de los lentivirus, denominado por el Comité In­ hospedera infectada.
348 □ Segunda parte - Infecciones virales

La envoltura del HIV está constituida por una Es sensible al calor - s e inactiva a 56®C duran­
doble capa lipídica que, como en la mayoría de te 30 m inutos- y su infectividad desaparece en
los virus envueltos, loma sus elementos grasos contacto con etanol al 25%, éter al 50%, for-
de la membrana externa de la célula hospedera. maldehído al 0,5%, hipoclorito de sodio al 0,5%
En esta capa bilipídica están incluidas dos uni­ y glutaraldehído al 1%. Es relativamente resis­
dades glucoprotcicas. La mayor y más externa es tente a las radiaciones ionizantes y a la luz ultra­
la g p l2 0 , que al protruir hacia el exterior de la violeta.
partícula viral forma en ésta un engrosamiento o
botón terminal. Tiene gran importancia en la
EPIDEMIOLOGÍA
patogenia de la enfermedad, pues va a interactuar
con los receptores CD4 de las células blanco. La La OMS, OPS y ONUSIDA estimaban que a
segunda glucoproteína, la gp 4 1, se encuentra to­ fines de 2007 más de 33,2 millones de personas
talmente incluida en la capa lipídica, por lo que se encontrarían infectadas por el H IV -l, con un
también se la denomina glucoproteína de trans­ rango de entre 30,6 a 36,1 millones. Esta cifra
membrana. incluye 2,5 millones de niños menores de 15 años
Inmediatamente por debajo de la envoltura se y un 50% (más de 15 millones) de mujeres. Más
encuentra la cápside externa, que contiene a la del 90% de las personas infectadas viven en paí­
proteína p l8 . Esta cápside encierra el core, for­ ses pertenecientes al mundo en desarrollo y la
mado a su vez por una segunda cápside cuya pro­ mayoría de ellas desconoce su condición de por­
teína es la p24. El core protege dos cadenas de tadora del virus. La propagación del HIV-l es
ARN y la transcriptasa reversa. alarmante; se estima que se registran 6.850 nue­
El HIV, de gran variabilidad genética, posee vos casos de infección por día, de los cuales más
tres genes principales: ENV, GAG y POL. El gen de la mitad son mujeres. Durante el año 2007 se
ENV (por envoltura) codifica las dos unidades produjeron 2,5 millones de nuevas infecciones;
glicoproteicas de la cubierta viral; el POL (por 2,1 millones en adultos y 420.000 en niños de
polimerasa), la síntesis de la transcriptasa reversa, menos de 15 años.
y el GAG (por gen antígeno de grupo), la proteí­ Desde el comienzo de la pandemia, en 1981,
na que dará origen, luego de sucesivos clivajes más de 20 m illones de personas han fallecido de
proteolíticos, a las tres proteínas internas del core: sida. Durante el año 2007 fallecieron de sida 2,1
p 2 4 ,p l8 y p l3 . m illones de personas en todo el mundo; de éstos,
Además de estos tres genes principales están 300.000 fueron menores de 15 años. Tres de cada
los denominados SOR, TAT y TRS, que regulan cuatro muertes por sida en 2007 se registraron en
la expresión genética del virus; el gen 3 ’ORF, el Africa subsahariana. A pesar de que la morta­
cuyo producto es la proteína p27, y los LTR {long lidad por sida ha disminuido desde 1996, a la fe­
term inal repeats). Estos últimos se ubican en los cha, a partir de la introducción de la terapéutica
dos extremos del genoma y a través .de ellos el antirretroviral de gran actividad (TARGA o
provirus se inserta en el cromosoma de la célula HAART por sus siglas en inglés), sigue figuran­
hospedera. do como una de las principales causas de muerte
Todas las proteínas mencionadas tienen poder en todo el mundo.
antigénico y en el individuo infectado inducen la Aunque casi todos los países han denunciado
síntesis de anticuerpos específicos, cuya detec­ casos de sida, el virus se propaga de distinto modo
ción permite diagnosticar la infección a través en cada región e incluso entre zonas geográficas
de métodos serológicos. de un mismo país.
El virus ha sido aislado de sangre, semen, secre­ El África subsahariana es la región donde más
ciones vaginales y leche materna, que soii los lí­ rápidamente ha avanzado la epidemia. Se calcu­
quidos infectivos; pero también se lo ha identifi­ la que esta zona alberga al 90% de los infectados
cado en tejido nervioso, piel, pulmones, bazo, hí­ y a 2 de cada 3 adultos (68%).
gado, médula ósea, ganglios linfáticos, LCR, sa­ En esta región la mayoría de las infecciones se
liva y lágrimas. han producido por relaciones heterosexuales sin
C apítulo 41 - Enferm edad por el virus de la inmunodefíciencia hum ana (HlV/sida) □ 349 c-

c
protección. La transmisión vertical produjo el monía bacteriana a repetición y el carcinoma in­
c
nacimiento de 530.000 niños infectados, lo que vasor de cuello uterino que motivaron el 30% de
representa un 90% del total mundial. los casos notificados ese año. A partir de ese año t
La epidemia es más reciente en Asia que en se registra una reducción constante del número
Africa; en China, por ejem plo, con más de de casos de sida, coincidente con el uso expandi­ c
300.000 personas infectadas, se distinguen dos do de la TARGA. La población infectada oscila
grandes epidemias. Una afecta a ios adictos a entre 130.000 y 150.000 personas, el 60% de las c
drogas intravenosas (ADIV); la otra, más recien­ cuales ignora su condición serológica. En la Ciu­
l
te, predomina entre los heterosexuales, en espe­ dad de Buenos Aires, desde el inicio de la epide­
cial en la zona oriental, donde ha reaparecido la
prostitución y las enfermedades de transmisión
mia, la vigilancia epidemiológica estuvo centra­
da en la notificación de casos de sida. Pero a par­
i
sexual (ETS). tir del año 2003, se inició la notificación obliga­ l
En América latina la situación permanece esta­ toria de los nuevos casos de infección por HIV.
ble. La cantidad de nuevas infecciones en el 2007 Desde ese momento y hasta fines de 2007 se han (
se calcula en 100.000, lo que aumenta a 1,6 mi­ notificado 5.133 nuevos diagnósticos de infec­
(
llones el número de personas infectadas en esta ción por el retrovirus (el 41,1 % o sea 2.111 casos
región, con 58.000 muertes durante el último año. se registraron en la Ciudad de Buenos Aires. En <
La infección predomina en la población de nivel relación con los casos de sida, en la Ciudad de
socioeconómico más bajo, con menor acceso a Buenos Aires desde 1983 y hasta fines de 2007
los sistemas de salud y a la educación. En esta se habían registrado 15.235 casos, el 36,3% no­
región, las relaciones homosexuales y heterose­ tificados por el Hospital de Infecciosas «F. J. (
xuales no protegidas representan la principal vía Muñiz». El mayor número se encuentra en la Pro­
(
de transmisión del retrovirus con un marcado in­ vincia de Buenos Aires (42% del total), la Ciu­
cremento de la infección entre las mujeres.
En muchos países de América latina el sida se
dad de Buenos Aires (33%), y las provincias de
Santa Fe (7%) y Córdoba (4,7%). La relación
c
convirtió en la principal causa de muerte en la hombre/mujer de los casos de sida se redujo de c
población comprendida entre los 25 y los 34 años, 21/1 en 1988 (año del primer caso notificado en
incluso supera a los accidentes de tránsito. mujeres) a 2,4/1 en la actualidad. En cambio en­ «
En resumen, en casi todo el mundo la mayoría tre los nuevos infectados, la relación hombre mu­
de los nuevos casos de infección se dan en ado­ jer es de 1,5/1 (es decir, de cada 10 nuevos infec­
i
lescentes y adultos jóvenes; las mujeres son es­ tados, 6 son hombres y 4 mujeres). i
pecialmente vulnerables. En la actualidad la epi­ El comportamiento de esta variable no es ho­
demia está concentrada en el mundo en desarro­ mogéneo y se modifica según la región conside­ %
llo, donde 9 de cada 10 personas están infectadas rada.
y más de 30 millones ignoran su situación. La mediana de edad de los casos de sida es de %
En la República Argentina el número total de 32 años para los hombres y 29 años para las mu­ i
pacientes con sida registrados hasta fmes de 2007 jeres, lo que indica que estas últimas la adquie­
era de 34.214 casos denunciados al Programa ren a edad más temprana, probablemente por ini­ (
Nacional de Sida del Ministerio de Salud de la ciarse antes en las relaciones sexuales y por la
Nación. Sin embargo, se calcula que por el retra­ posibilidad de un diagnóstico precoz durante el
so en las notificaciones el número de casos de embarazo. En esta variable se aprecia un aumen­
sida asciende a 36.570. Del total de casos de sida to progresivo de la mediana de edad a partir de
notificados, 25% corresponden a mujeres y 75% 1992 que alcanza en 2006 los 37 años.
a hombres, pero entre 2006 y 2007 el número de En cuanto a las vías de contagio, la tendencia
casos en mujeres ascendió al 30%. El año 1996 tanto en la Argentina com o en el resto del mun­
con 2.860 casos representó el mayor número de do. señala que el mayor número de casos se con­
enfermos notificados. Este año coincide con la centra en edades sexualmente activas. De esta
incorporación de 3 nuevas enfermedades marca­ manera, las relaciones sexuales han sido la puer­
doras del sida: la tuberculosis pulmonar, la neu­ ta de entrada de la infección en el 59% de los
T
350 □ Segunda parte - Infecciones virales

casos, la vía sanguínea en usuarios de drogas


PATOGENIA
inyectables en el 32,1 %, la homosexualidad mas­
culina en el 18% y la transmisión vertical en el El HIV-1 ingresa en las células después de unir­
3,7%. Sin embargo, el patrón predominante de se a un receptor de la superficie celular, la molé­
transmisión que sigue la epidemia en la actuali­ cula CD4, aunque también es necesaria la pre­
dad se ha modificado; en el año 2006, las rela­ sencia de correceptores. El primer correceptor
ciones heterosexuales no protegidas fueron res­ identificado, el CXCR-4, es un receptor para la
ponsables del 63% de los casos de sida de ese subclase alfa (o CXC) de quimiocinas, que me-
año, seguidas por la homosexualidad masculina dia el ingreso de las cepas linfocitotrópicas del
en el 14% y la ADIV en el 12%. En relación con virus. Otro correceptor, el CCR-5, es un receptor
las nuevas infecciones, la principal vía de infec­ de beta-quimiocinas (clase CC), que media el
ción en los años 2006 y 2007 es la sexual con el ingreso de las cepas macrofagotrópicas dcl retro-
82,5% de los casos (61,5% en heterosexuales y virus. Una alfa-quimiocina, la SDF-1, que puede
21% en hombres homo o bisexuales). De esta unirse al receptor CXCR-4, suprime la replicación
manera, cuando se analiza el perfil de la epide­ de las cepas de HIV con tropismo para las célu­
mia en este aspecto a través de los años, se apre­ las T. En el presente se sabe que el HIV-1 utiliza
cia una disminución en el número de casos en una amplia variedad de receptores de quimiocinas
adictos a drogas inyectables, un aumento en la para concretar su ingreso en la célula blanco;
participación de los heterosexuales y una curva entre ellos están las moléculas CCR-2b, CCR-3
estable entre ios homosexuales. La transmisión y CCR-8. Las denominadas cepas de doble tro­
vertical también se redujo, de 4,2 a 4,7 nacidos pismo tienen capacidad para utilizar más de uno
infectados por HIV por cada 10.000 nacidos vi­ de estos receptores.
vos en el quinquenio 1991-1995 a 2,4 por cada Los pasos que llevan al ingreso del virus en la
10.000 nacidos vivos en la actualidad, con una célula incluyen la unión de la proteína g p l2 0 al
reducción del 50% en comparación con 1996 y receptor CD4 y la unión del complejo CD4-gpl20
en relación con la implementación y cumplimien­ al correceptor presente. Una vez dentro de la cé­
to de las pautas de profilaxis de la transmisión lula, el material genético del virus se combina
por esta vía. con el de aquélla, de lo que resulta una doble ca­
La evolución de la tasa de mortalidad es sim i­ dena de A D N . De esta manera, el A D N viral
lar a la de la tasa de incidencia de casos de sida, (ADN proviral) se incorpora al material genético
con un pico en 1996 y luego un marcado descen­ del núcleo de la célula y dirige la síntesis de un
so hasta los años 1999-2000. A partir de allí se nuevo ARN viral y proteínas virales, que se com­
produce una meseta en relación con los fracasos binan para formar nuevas partículas virales. Es­
terapéuticos por falta de adherencia y aparición tas últimas atraviesan la membrana celular y van
de mulantes resistentes y al diagnóstico tardío de a infectar otras células. La replicación del virus
la infección ya en la etapa de sida. En el año 2005 dentro de las células T CD4-I* es una de las cau­
se vuelve a apreciar una marcada disminución de sas de la destrucción celular, pero por sí sola no
la mortalidad que con respecto al año anterior fue alcanza para explicar la grave inmunodeficiencia
del 14%. Este hecho podría explicarse por un que acompaña al sida.
diagnóstico en etapas más tempranas de la infec­ Existen otros mecanismos de destrucción de las
ción y la mayor im plem entación de terapias células infectadas:
antirretrovirales combinadas más una profilaxis a) Formación de sincitios: son estnicturas carac­
adecuada de las complicaciones infecciosas su­ terizadas por la fusión de muchas células, mecanis­
madas a la aparición de nuevos fármacos con di­ mo por el cual las células T CD4+ no infectadas se
ferentes mecanismos de acción que han benefi­ unen y funden con las infectadas. El sincitio así
ciado a pacientes multirresistentes. Este último formado destruye la célula originalmente infec­
hecho también explica la disminución en la inci­ tada, pero también millones de células sin infectar.
dencia de neumonía por Pneum ocystis jiroveci b) C ito to x ic id a d m ed ia d a p o r anticuerpos:
como primera enfermedad marcadora. es una respuesta mediante la cual los propios
C apítulo 41 - Enferm edad por el virus de la inmunodeficiencia humana (HlV/sida) □ 351

anticuerpos anti-HIV-1 pueden destruir células T infectan células susceptibles, en las que ejercen
CD4+ infectadas que no producen nuevos virus, un efecto citopático directo o bien se mantienen
las cuales son vulnerables si expresan proteínas latentes.
virales en su superficie. 5) L o s linfocitos T CD4+ activados pero no
c) Circulación libre de g p l2 0 : es un proceso infectados. Son aquellos que en su superficie
exclusivo de la infección por HIV. La g p l2 0 que expresan moléculas proteicas que servirán como
circula libre puede unirse al receptor CD4 de las receptores para el HIV-1. De esta forma se con­
células; en consecuencia, sin estar infectadas és­ vierten en células susceptibles de ser infectadas.
tas pasan a ser blanco del sistema inmune. Se ubican principalmente en los órganos linfoides
d) Síniesis de citocinas: éstas son tóxicas para y son escasas en la circulación.
las células T coadyuvantes en la respuesta inmu­ Las poblaciones celulares descriptas no son
ne. El virus infecta y se replica no sólo en los lin- estáticas, ya que se han comprobado interacciones
focitos T CD4+, sino también en macrófagos, célu­ entre todas ellas.
las dcndríticas foliculares y células de Langerhans En el presente se considera que la eliminación
presentes en diferentes tejidos: piel, ganglios lin­ del virus de los linfocitos T CD4+ de memoria
fáticos, hígado, bazo, intestino y cerebro, donde podría insumir 7 a 10 años de tratamiento, mien­
induce la síntesis de esas citocinas. La infección tras que erradicar las poblaciones virales de las
por HIV-1 es un proceso dinámico; se considera células de vida media prolongada tardaría 3 años.
que la mitad de la población viral plasmática se La carga viral que desciende con más rapidez es
renueva cada 6 horas. En la actualidad se estima la aportada por los linfocitos T CD4+ de vida
que hay 5 compartimientos celulares que contri­ media corta.
buyen al mantenimiento de la viremia: Todos los órganos linfoides y los sistem as
1) Las células T CD4+ recientem ente infecta­ macrofágicos celulares son alcanzados por el HIV
das, que son responsables de la mayor parte de desde los primeros estadios de la infección. Por
la carga viral plasmática. Son células de vida consiguiente, estos órganos se transforman en los
media corta, aproximadamente de 1,6 días, en las reservorios del virus en el organismo y son una
cuales el virus se replica activamente. fuente de infección crónica potencial.
2) Los linfocitos T CD4+ de m em oria, infecta­ Una vez que el virus ingresa en el organismo
dos en forma latente, que pueden ser activados induce una rápida respuesta inmune humoral y
para producir viriones infectivos y tienen una vida celular, la cual inhibe la replicación viral en po­
media prolongada. cas semanas y hace descender la elevada carga
Este segundo compartimiento sólo contribuye viral que caracteriza el período de primoinfección
con una pequeña proporción de la viremia esta­ aguda. Las diferencias individuales en esta res­
ble (menor del 1%). puesta inmune inicial determinan el curso de la
3) Las células de vida prolongada, de 1 a 4 infección. La inhibición de la replicación viral
semanas, son los macrófagos infectados, las cé­ en esta primera etapa se correlaciona con la apa­
lulas dendríticas foliculares, las células de la rición de linfocitos T CD8+ citotóxicos, que con­
microglia y las de Langerhans. Se trata de una trolan la infección mediante la destrucción de
población con una cinética de recambio baja, que células infectadas productivas. Desde el punto de
puede servir como reservorio del virus por su re­ vista de la inmunidad humoral, la respue.sta in­
sistencia a la actividad citopática del HIV-L De mune inicial consiste en la aparición de anticuer­
estas células proviene menos del 1% de la carga pos neutralizantes. La importancia de la respues­
viral plasmática. ta humoral inicial queda demostrada por el ha­
4) Los viriones libres, son los virus presentes llazgo de niveles bajos de anticuerpos en perso­
en la circulación sanguínea. El 99% de ellos pro­ nas que progresan rápidamente al sida y de nive­
cede de los linfocitos infectados en las 2 sema­ les altos en quienes no muestran progresión de la
nas previas, de los que el 30% al 50% proviene enfermedad.
de células infectadas el día anterior. La vida me­ Durante el período clínico de latencia el virus
dia de los viriones es de unas 6 horas. Estos virus continúa replicándose activamente en los gan­
352 □ Segunda parte - Infecciones virales

glios linfáticos, en los cuales el número de célu­ En conclusión, la encefalopatía por HIV-1 es
las infectadas es 5 a 10 veces mayor que en las el resultado de un proceso multifactorial. Es pro­
células mononucleadas de la sangre periférica. bable que el tropismo del retrovirus por los ma-
Esta actividad en el tejido linfático, que se aso­ crófagos sea mayor que por el tejido neuronal.
cia con una imagen histológica de hiperplasia
folicular, se vincula con un mecanismo de secues­
ANATOMÍA PATOLÓGICA
tro y atrapamiento, de partículas virales y célu­
las infectadas, a cargo de las células dendríticas Las características anatomopatológicas de la
foliculares de los órganos linfoides. La forma­ infección por HIV-1 varían con el estadio clínico
ción de inmunocomplejos (partículas de HIV con de la enfermedad. Los aspectos histopatológicos
inmunoglobulinas y complemento) contribuiría de las infecciones oportunistas y las neoplasias
notablemente a la acumulación viral en las célu­ serán tratados más adelante. Aquí se hará refe­
las dendríticas foliculares. La activación del sis­ rencia a los cambios que se comprueban a nivel
tema inmune y la liberación de ciertas citocinas del tejido linfoide.
(en especial TNF-a e IL-6) desempeña un papel Durante la fase intermedia o crónica los gan­
importante en el establecimiento de la infección glios linfáticos se muestran hiperplásicos, con un
en los ganglios linfáticos. aumento de tamaño ostensible que clínicamente
En estadios avanzados se produce la destruc­ se evidencia com o síndrome de linfadenopatías
ción de la histoarquitectura ganglionar, con in­ generalizadas. El examen histológico revela una
volución de los centros germinales y pérdida de hiperplasia folicular reactiva, con centros germi­
la capacidad de retención de panículas virales por nales prominentes de gran actividad mitótica,
parte del tejido linfático. Esto coincide con la numerosos macrófagos, algunos inmunoblastos
muerte masiva de células dendríticas foliculares, en zonas interfoliculares, leucocitos polimorfo-
pérdida de los mecanismos de atrapam iento y nucleares, células plasmáticas y escasas células
elevación de la vircmia plasmática. gigantes multinucleadas que rodean los vasos.
El SNC es un blanco importante del HIV-1. La Esta proliferación linfoide también se observa en
replicación del retrovirus en las células nervio­ el pulmón, las glándulas salivales y el tejido
sas ocasiona una encefalitis que conduce a la linfoide del tubo digestivo. En relación con la
demencia en el 25% al 30% de los pacientes. progresión de la enfermedad se comprueba un
Dentro del SN C , las células del com plejo cambio en la histología ganglionar, que pasa del
macrófago/monocito son las que mejor albergan patrón de hiperplasia folicular al de depleción
al retrovirus, aunque las células del endotelio linfoide parcial. Esta última se expresa por una
capilar y las gliales también están en condicio­ pérdida de lin fo cito s paracorticales, mantos
nes de contener partículas virales y reaccionar foliculares mal definidos o ausentes, hialinización
frente a anticuerpos específicos dirigidos contra de los centros germinales y, a veces, intensa
el virus. plasm ocitosis interfolicular. Esta etapa coincide
Es probable que las células microgliales se ha­ con la aparición de infecciones oportunistas.
llen comprometidas en la formación de las célu­ Por último se ingresa en el tercer patrón his­
las gigantes multinucleadas, características de la tológico, que consiste en una depleción linfoide
demencia asociada con el sida; sólo aquellas cé­ completa, con pérdida de la arquitectura ganglio­
lulas microgliales con receptores T CD4+ son nar tanto en áreas de células B como en zonas de
aptas para albergar el HIV-1. células T; sólo quedan histiocitos y células plas­
La muerte neuronal ha sido relacionada con máticas residuales.
mecanismos indirectos, ya que las neuronas no La inmunohistoquímica de los ganglios linfá­
son aptas para albergar el H IV-l. Se considera ticos muestra cambios sustanciales en el número
que la g p l2 0 es uno de los factores de daño y la distribución de los linfocitos T CD4+, los
neuronal, además de la proteína TAT y otras sus­ cuales coinciden con las variaciones que se ob­
tancias neurotóxicas liberadas por los macrófagos servan en los estudios de sangre periférica. Las
infectados. células T colaboradoras comienzan a disminuir
C apítulo 41 - Enferm edad por el virus de la inmunodeficiencia humana (H lV /sida) D 353

en las áreas paracorlicales, mientras que en cen­ A continuación se describirán cada uno de los
tros foliculares y zonas del manto hay un incre- períodos antes señalados:
(Tiento de los linfociios T supresores citotóxicos.
gn etapas más avanzadas también se comprueba Fase aguda o síndrome retroviral agudo
una depleción de linfocitos B, además de profun­ La evolución de la infección a partir de la pri­
dizarse la disminución de células T CD4+. mera partícula viral que ingresa en el organismo
La biopsia ganglionar muestra los aspectos es relativamente independiente del mecanismo de
histológicos ya señalados, propios de la infección transmisión, aunque la dosis infectiva y, sobre
por HIV, y también suele revelar lesiones asocia­ todo, la virulencia intrínseca de la cepa involu­
das con la inmunodeficiencia (tuberculosis, mico- crada así como la capacidad de respuesta inmu­
bacteriosis atípicas, toxoplasmosis, linfomas, sar­ ne del hospedero parecen desempeñar un papel
coma de Kaposi y otras). importante.
La mayoría de los pacientes con sida presenta Durante esta fase el virus se disemina e invade
esplenomegalia de grado variable. En el examen numerosos tejidos y órganos, en especial los gan­
histológico se observa gran congestión esplénica, glios y otras estructuras linfáticas.
con virtual ausencia de centros germinales y una El paciente infectado puede permanecer asin-
profunda depleción de linfocitos B y T. tomático o presentar un síndrome mononucleó-
En relación con la pancitopenia periférica que sico, como ocurre hasta en un 60% a 70% de los
acompaña a los estadios finales de la enferme­ casos. El inicio de este cuadro se detecta luego
dad, la médula ósea puede mostrar hipercelu- de un período de incubación de 2 a 6 semanas
laridad moderada, hiperplasia mieloide, disminu­ después de la exposición; se caracteriza por fie­
ción de los elementos eritroides, hiperplasia lin- bre, adenopatías generalizadas, enaiflema faucial
foide, plasmocitosis variable, hiperplasia megaca- y, en ocasiones, un exantema morbiliforme tran­
riocítica y aumento de la cantidad de fibras de sitorio. Algunos pacientes presentan trombocito-
reticulina. p en ia, que puede confundirse con púrpura
trombocitopénica idiopática. Aunque con poca
(
frecuencia, esta primoinfección aguda puede ex­
MANIFESTACIONES CLÍNICAS
teriorizarse mediante trastornos neurológicos: (
El curso clásico de la infección por HIV-1 con­ meningoencefalitis, neuropatía periférica, mielo-
siste en la infección p rim a ria , con síndrome patía, parálisis del VII par craneal o, más rara­ t
retroviral agudo o sin él, el período clínico de mente, encefalitis o síndrome de Guillain-Barré.
(
latencia y la enferm edad clínicam ente eviden- En ocasiones la seroconversión se acompaña
dable debida a la inmunodeficiencia (sida). con la aparición de erosiones o ulceraciones en (
A la luz de los conocimientos actuales se sabe la cavidad oral, gastroenteritis o hepatitis.
que desde el momento en que el HIV-1 infecta a La primoinfección también se acompaña con
un paciente, prolifera de manera continua, en es­ niveles elevados de carga viral, antigenemia p24
pecial en los ganglios linfáticos, aunque a velo­ detectable y una importante caída en los recuen­
cidades diferentes según el estadio evolutivo de tos de linfocitos T C^D4+ circulantes.
la infección. Se distinguen entonces: De uno a tres meses después del inicio de los
• Fase aguda o síndrome retroviral agudo, de síntomas aparece una respuesta de anticuerpos
algunas semanas de duración. específica contra el HIV-1, coincidente con una
• Fase intermedia o crónica, con replicación declinación significativa de los niveles de carga
viral activa aunque a velocidad baja, cambios pa­ viral, desaparición del antígeno p24 y recupera­
tológicos mínimos y varios años de duración. ción parcial de los linfocitos T CD4+.
• Fase final o de crisis, que clínicamente co­ A lo largo de este proceso agudo, y como con­
rresponde al denominado síndrome de inmuno- secuencia de la inmunodepresión transitoria que
deficiencia adquirida (sida) propiamente dicho, se produce, es posible que se presenten infeccio­
con una duración de meses o años de acuerdo nes oportunistas, como la candidiasis esofágica
con la respuesta al tratamiento. y la neumonía por Pneum ocystis jiroveci, carac-
354 □ Segunda parte - Infecciones virales

lerísticas de etapas más avanzadas de la enfer­ Una respuesta inmune inicial adecuada también
medad. ayuda a la caída de la carga viral plasmática. :
La duración habitual de este cuadro es 2 a 4 Durante esta etapa la carga viral es 10 a 100 i
semanas, aunque puede prolongarse hasta 3 me- veces superior en los órganos linfoides que en
ses. La persistencia de la sintomatología en esta las células mononucleares de sangre periférica.
fase de la enfermedad suele asociarse con una Esta actividad en los ganglios linfáticos, que se
progresión más rápida hacia el sida. El laborato­ asocia con hiperplasia folicular, es resultado del
rio puede mostrar lin fop en ia marcada, con secuestro de células infectadas a este nivel.
depleción de linfocitos T CD4+ y T CD8+ y linfo- Los pacientes suelen presentar pocos síntomas:
citos atípicos en sangre periférica. A esta lin­ adenomegalias periféricas palpables y trastornos
fopenia inicial le sigue un período de linfocito- neuropsiquiátricos mínimos, sólo detectables por
sis relativa en la que predominan los linfocitos medio de pruebas de evaluación neurocognitivas
T CD8+. Desaparecidos los síntomas que acom­ y electrofisiológicas.
pañan el síndrome de primoinfección aguda, los En consecuencia, queda claro que si bien hay
niveles de linfocitos T C D8+ se normalizan, mien­ un período de latencia, se trata de un acontecimien-
tras que los de células T CD4+, si bien aumentan, to clínico y no virológico. Aun cuando durante esta
no vuelven a los valores previos a la infección. fase intermedia haya pocas evidencias de enfer­
Aunque durante el denominado período «ven­ medad, la infección debido al HIV-1 es progresi­
tana» o preserológico la detección de anticuerpos va aunque el paciente esté clínicamente silente.
por serología es negativa, el diagnóstico de sín­ Este período es de gran interés epidemiológico,
drome retroviral agudo puede confirmarse me­ ya que el enfermo, al ignorar su enfermedad, no
diante la demostración del antígeno p24, por la adopta las precauciones necesarias para evitar el
reacción en cadena de la polimerasa o por la car­ contagio.
ga viral. Los anticuerpos se delectan a partir
de las 8 a 12 semanas de producida la infección; Fase final o de crisis
al inicio son de tipo IgM y luego IgG. Los prime­ Cuando el HIV-I ingresa ai organismo, invade
ros anticuerpos en aparecer son los anti-p24 y distintos tipos de células. Si bien los linfocitos T
anti-gpl60; después aparecen los anti-gpl20 y CD4+ son la principal célula blanco, también se
anti-gp41. infectan otras células, las cuales pueden expre­
sar receptores CD4+ o no, como monocitos, ma-
Fase intermedia o crónica crófagos, linfocitos T C D 8+ , otras células hema-
Durante esta etapa, que por lo general dura topoyéticas, células del SNC (oligodendrocitos),
varios años, la actividad proliferativa viral per­ de la piel (células de Langerhans), así como de
siste aunque no haya sintomatología clínica; ade­ los epitelios renal, intestinal y pulmonar, entre
más se comprueba un deterioro progresivo de la otras. La destrucción progresiva de estas células,
inmunidad celular, en cuya aparición desempeña la pérdida de sus funciones o ambos hechos per­
un papel la incapacidad del ganglio linfático para miten explicar la mayor parte de las manifesta­
atrapar los antígenos circulantes. ciones clínicas. La disminución progresiva del
Las causas de la disminución de la carga viral número de linfocitos T C D 4+ provoca la inmuno-
y de la replicación del HIV-1 en sangre periférica supresión celular grave que favorece la aparición
son una combinación entre el mecanismo de atra­ de las infecciones asociadas y las neoplasias ca­
par los viriones por parte de las redes de células racterísticas del sida. Por último, la infección del
dendríticas foliculares y el secuestro de células SNC produce la encefalopatía desmielinizante
T CD4+ infectadas en el ganglio linfático hiper- subaguda o crónica, que en el 25% al 30% de los
plásico. Además, la formación de inmunocom- pacientes conduce al síndrome demencial del sida
plejos (partículas de HIV-1 más inmunoglobuli- o déficit cognitivomotor asociado con el HIV-l.
nas más complemento) contribuiría en forma El tiempo que transcurre hasta la aparición de
notable a la acumulación de virus en las células las manifestaciones clínicas del sida varía de un
dendríticas foliculares de los ganglios linfáticos. sujeto a otro. En general se acepta que en los pri­
Capitulo 41 - Enferm edad por el virus de la inmunodeficiencia humana (HlV/sída) □ 355

meros 2 años y hasta los 4 años que siguen a la desaparecen en los estadios avanzados de la en­
infección las tasas de progresión son bajas; au­ fermedad, lo que indica el progreso de ésta.
mentan en forma considerable a partir de los 5 Un tercer grupo es el integrado por aquellos
años, y llegan al 50% a los 10 años de seguimien­ marcadores de activación del sistema inmunitario,
to. En la actualidad los esquemas de terapéutica entre los que se citan: l) la p,microglobulina, una
antirretroviral combinada y la profilaxis adecua­ proteína presente en la superficie de todas las cé­
da de las infecciones asociadas, al prolongar y lulas nucleadas entre ellas, linfocitos y macró-
mejorar la supervivencia, han modificado la his­ fagos, cuyo incremento refleja la activación de
toria natural de la enfermedad HlV/sida. estas células. Los niveles plasmáticos mayores
Se ha intentado identificar cofactores que per­ que 5 mg/mL indican progresión de la enferme­
mitan explicar por qué la enfermedad progresa dad; 2) la neopterina, metabolito del trifosfato de
con más rapidez en ciertos pacientes más que en guanosina, es producida por los monocitos y ma-
otros, como también el motivo de que algunas de crófagos activados. Niveles plasmáticos de más
sus manifestaciones, como el sarcoma de Kaposi, de 20 nmol/mL son indicadores de progresión de
sean más frecuentes en grupos de riesgo deter­ la infección; 3) los linfocitos T CD8+, cuyo au­
minados (varones homosexuales y bisexuales). mento refleja la activación del sistema inmune; 4)
La teoría más aceptada se apoya en la activación la IgA, cuyo incremento refleja la activación de
del sistema inmune y del HIV-1 por parte de la los linfocitos B, y 5) el interferón gamma y el TNF-
coinfección por otros patógenos: CMV, EBV, a, cuyos niveles elevados también indican progre­
HSV-1. HSV-2, HHV-6, HHV-8, HBV, HCV y sión de la enfermedad.
HTLV-1. En el LCR, los niveles aumentados de p,micro-
También se han propuesto como cofactores de globulina y de neopterina se asocian con el com­
progresión la magnitud del inóculo infectivo, la plejo demencial del sida. El número y porcentaje
vía de inoculación, la infección por más de una de linfocitos T CD4+ es uno de los marcadores
cepa de HIV-1, la exposición frecuente a antí- biológicos más utilizados, ya que indica el m o­
genos alogénicos, como sangre o semen, la des­ mento de iniciar la profilaxis primaria contra de­
nutrición, la drogadicción, la edad (en los mayo­ terminadas infecciones asociadas. En esto aspec­
res de 35 años la enfermedad progresa con ma­ to, la etapa de sida propiamente dicha puede di­
yor rapidez) y los factores genéticos. vidirse como se indica a continuación.
Desde el inicio de la epidemia se ha procurado
identificar marcadores biológicos que anticipen Enfermedad temprana
la progresión hacia el sida. En este sentido, un Los pacientes con recuentos de linfocitosTCD4+
primer grupo de parámetros de laboratorio lo de 400 a 500 cél/|xL suelen presentar adenome-
constituyen la anemia, la leucopenia (menos de galias generalizadas y manifestaciones cutáneas.
4.000 leucocitos/|oL) con linfopenia (menos de Dentro de estas últimas se destacan la dermatitis
1.000 linfocitos/|iL) y la eritrosedimentación ace­ seborreica, la exacerbación o aparición de lesiones
lerada. de psoriasis, la foliculitis eosinofílica, el molusco
Un segundo grupo de marcadores inmuno- contagioso y las formas diseminadas de sama. La
lógicos y de actividad viral incluye los recuen­ leucoplasia oral vellosa, debida al EBV, compromete
tos de linfocitos T CD4-f- inferiores a 200 cél/fiL los bordes y la punta de la lengua, y es casi pato-
o un porcentaje menor de 25%, o un cociente gnomónica de infección por HIV-1. Las ulceracio­
CD4/CD8 menor que 1, y la antigenemia p24. nes bucales (aftas gigantes) así como la erupción la­
Esta última sigue un curso bifásico: se detecta bial por herpes simple o el herpes zoster metamérico
durante la infección aguda y ai final de la enfer­ también pueden observarse durante este período.
medad. No se comprueba antigenemia p24 con
niveles de T CD4-I- por encima de 500 cél/iiL. Su Enfermedad moderada
detección en un paciente asintomático es un mar­ Se asocia con recuentos de linfocitos T CD4+
cador biológico de progresión de la enfermedad. de 200 a 400 cél/jiL. Estos pacientes pueden
Los anticuerpos antiproteínas del core (p l7 y p24) presentar manifestaciones clínicas de enfermedad
356 □ Segunda parte - Infecciones virales

constitucional (diarrea recurrente, pérdida de peso, de Kaposi. El examen del fondo de ojo habitual-
fiebre intermitente, artromialgias y fatiga cróni­ mente revela exudados algodonosos asociados
ca), trastornos cutáneos (herpes simple recidivan­ con la retinopatía por HIV-1.
te, candidiasis oral o vaginal recurrente, derma­ Durante esta etapa también pueden presentarse
titis seborreica, foliculitis pruriginosa, leucoplasia cuadros de mononeurítis, mielitis, parálisis de pares
oral vellosa y erupción por VZV). craneanos y neuropatía periférica. Más raramente
En este estadio también son frecuentes las in­ se comprueban accidentes isquémicos transitorios.
fecciones bacterianas recurrentes, como sinusi­ Desde el pumo de vista endocrino, se observan
tis, bronquitis o neumopatías, cuyos agentes irregularidades menstruales, manifestaciones de
causales suelen ser Strepiococcus pneum oniae, insuficiencia suprarrenal crónica, hipogonadismo
H aem ophilus influcnzae, M oraxella catarrhalis e hipotiroidismo.
y M ycoplasm a pneum oniae. Son frecuentes la anemia, la leucopenia con
neutropenia y la trombocitopenia, como también
Enfermedad tardía las neoplasias asociadas con la infección por HPV,
Por lo general la padecen aquellos enfermos com o el carcinoma cervical invasor en la mujer
con recuentos de linfocitos T CD4+ de 50 a 200 y el carcinoma de recto en varones homosexua­
cél/|iL . Estos individuos suelen presentar con les.
mayor frecuencia síntomas constitucionales y se Durante esta etapa algunos pacientes pueden
encuentran en alto riesgo de desarrollar ciertas desarrollar un síndrome urémico progresivo con
infecciones oportunistas, com o neumonía por proteinuria, lo que se denomina nefropatía asociada
Pneumocystis jiroveci, encefalitis por Toxoplasma con el HIV-1, que desemboca en una glomerulo-
gondii, criptosporidiosis, isosporosis, tuberculo­ nefritis rápidamente progresiva, la cual provoca
sis diseminada, candidiasis esofágica y sarcoma una insuficiencia renal terminal en 4 a 6 meses.

Cuadro 41-1. Clasificación de la infección p or H IV de los centros de control de enfermedades (C D Q EE.UU.


(1986).
Grupo i Infección aguda
Grupo II Infección asintomética
Grupo III Ünfadenopatías generalizadas persistentes
Grupo IV Otras enfermedades por HIV
Subgrupo A Enfermedad consuntiva. Fiebre o diarrea (o ambas) de más de 1 mes de evolución,
con pérdida involuntaria de más del 10% del peso corporal, en ausencia de otro proceso
distinto a la infección por HiV que justifique la alteración.
Sübgrupo 8 Enfermedad neuroiógíca. Presencia de uno o más de los siguientes trastornos: demencia,
mieiopatía o neuropatía periférica, en ausencia de otro proceso que los explique.
Subgrupo C Enfermedades infecciosas asociadas con la infección por HIV.
C1. Incluyelas enfermedades señaladas en la categoría C de la clasificación de 1993.
C2. Pacientes con una de las siguientes enfermedades sintomáticas o ínvasoras:
leucoplasia oral vellosa, herpes zoster que afecte varios neurodermatomas, bacteriemia
recurrente por Salmonella sp, nocardiosis, tuberculosis, candidiasis orofaríngea.
Subgrupo D Neoplasias secundarias. Diagnóstico de uno o más tumores asociados con la infección
por HIV e indicadores del trastorno de la inmunidad celular: sarcoma de Kaposi, iinfomas
no Hodgkin,.linfomas primarlos del SNC.
Subgrupo E Pacientes con manifestaciones clínicas asociadas con el HIV no incluidos en los subgrupos
anteriores.
C apítulo 41 - Enferm edad por el virus de la inmunodeficiencia humana (HlV/sida) □ 357

Enfermedad avanzada En ella se pone énfasis en la importancia clínica


E l recuento de linfocitos T CD4+ es menor a de los recuentos de linfocitos T CD4+, debido a
50 cél/jxL. Los pacientes presentan riesgo eleva­ la estrecha asociación que hay entre el desarrollo
do de padecer infecciones oportunistas debido a de infecciones oportunistas y el número absolu­
la importante inmunodepresión que caracteriza to de estas células por |iL de sangre o su porcen­
este período de la enfermedad. La retinitis por taje. Además categoriza a las personas infectadas (
CMV» la enfermedad por micobacterias atípicas sobre la base de las condiciones clínicas asocia­
diseminada, la meningoencefalitis por Cryptoco- das con el HIV-1 y de los recuentos de linfocitos
cciis neoform ans, la leucoencefalopatía multi- T CD4+ (cuadro 41-2). El sistema se basa en tres (4 .
focal progresiva por poliomavirus JC y la histo- rangos de recuentos de linfocitos T CD4+ y en
plamosis diseminada son algunas de las más fre­ tres categorías clínicas:
cuentes. También puede observarse la coexisten­
cia de más de una infección asociada en el mis­ Categoría A
mo momento, e incluso con afección del mismo Una o más de las siguientes condiciones:
órgano o sistema. • Primoinfección aguda sintomática o antece­
En este estadio es particularmente prevalente el dentes de ella.
compromiso neurológico atribuible con el HIV-l, • Infección asintomática.
que se manifiesta con disminución de las funcio­ • Linfadenopatía persistente generalizada.
nes cognitivas y una atrofia cerebral difusa
evidenciable en los estudios por neuroimágenes. Categoría B
La enfermedad constitucional asociada al HIV-I Incluye trastornos sintomáticos que pueden
es muy frecuente; su diagnóstico requiere des­ presentarse en un adulto o adolescente mayor de
cartar infecciones oportunistas y tumores capa­ 13 años; no están incluidos entre los enumerados
ces de causar los siguientes síntomas: pérdida de en la categoría C, pero se relacionan con la in­
peso, anorexia, y síndrome de malabsorción con fección por HIV-l o pueden complicarse en pre­
diarrea y catabolismo proteico incrementado. Es sencia de ésta:
• Candidiasis orofaríngea. c
frecuente la detección de manifestaciones de in­
suficiencia suprarrenal, atribuibles a la inducción, • Angiomatosis bacilar. c
por parte del HIV-1, de la síntesis de ciertas • Candidiasis vulvovaginal recurrente, persis­
citocinas como el TNF-a. tente o de poca respuesta al tratamiento. t
• Displasia cervical moderada o grave.
Sistema de clasificación de casos • Carcinoma cervical in situ. <
La clasificación inicial de 1986 y la definición • Leucoplasia oral vellosa.
de SIDA de 1987 de los Centers for Disease Con­ • Herpes zoster que comprometa más de un
trol (CDC), de los EE.UU., fueron modificadas dermatoma o dos episodios distintos como míni­ I
en 1993 (cuadro 41-1). mo.
La clasificación nueva tiene el objetivo de pro­ • Púrpura trombocitopénica idiopática.
poner una definición de los casos para ser utili­ • Enfermedad pelviana inflamatoria.
zada por las autoridades de salud pública de las • Neuropatías periféricas.
diferentes regiones en programas de vigilancia. • Listeriosis.

Cuadro 41-2. Sistemas de clasificación de casos (CDC) EE.UU. (1993).


Categorías según.'eí número de íinfóc.ítos.CC)4 (T4)'- ' egórías ciínicj
A B C (sida)

> SOO/mm* (> 29%) Al B1 C1


200-499/ mm’ (14%-28%) A2 B2 C2
< 199/ mm^ (sida) {< 14%) A3 B3 C3
358 □ Segunda parte - Infecciones virales

• Síntomas constitucionales, como fiebre de bada (durante más de 30 días, intermitente o cons­
más de 38,5®C o diarrea de más de un mes de tante).
evolución.

Categoría C DIAGNÓSTICO
Incluye los siguientes trastornos clínicos, que Se basa en las m anifestaciones clínicas, la
corresponden a enfermedades conocidas como epidemiología, las pruebas de laboratorio que
«marcadoras» de un caso de sida: identifican la infección por HIV. Estas ültimas
• Infecciones bacterianas múltiples, graves o son:
recidivantes. 1. Determinación de anticuerpos específicos.
• Candidiasis esofágica o pulmonar (tráquea, 2. Detección del antígeno viral p24.
bronquios o pulmón). 3. Cultivo viral.
• Carcinoma cervical invasor, 4. Detección de los ácidos nucleicos.
• Coccidioidomicosis diseminada o extrapul-
monar. Determinación de anticuerpos específicos
• Criptococosis extrapulmonar. Se emplean dos tipos de métodos: aquellos que
• Criptosporidiosis intestinal crónica (de más por su bajo costo y ejecución sencilla se utilizan
de un mes de duración). com o pruebas de detección o screening y prue­
• Isosporosis intestinal crónica (de más de un bas confirmatorias. Las primeras, por su menor
mes de evolución). especificidad, requieren confirmación mediante
• Enfermedad por citomegalovirus (excepto la métodos más específicos, denominados pruebas
localizada en el hígado, el bazo o los ganglios confirmatorias, que no pueden utilizarse para
linfáticos). evaluar un gran número de personas por su ma­
• Encefalopatía relacionada con el HIV-1. yor costo y complejidad técnica.
• Úlcera mucocutánea crónica (de más de un Entre las pruebas de detección la más utilizada
mes de evolución) por virus del herpes simple, o es el enzimoinmunoensayo indirecto (ELISA) y
bronquitis, neumonía o esofagitis. entre los confirmatorios se encuentran el ELISA
• Histoplasmosis diseminada o extrapulmonar. específico para proteínas anti-p24 y anti-gp41,
• Sarcoma de Kaposi. el Western blot, la inmunofluorescencia indirec­
• Linfomas primarios de cerebro. ta (IFI) y la radioinmunoprecipitación (RIPA).
• Linfoma de Burkitt.
Enzimoinmunoensayo (ELISA)
• Linfomas inmunoblásticos.
Detecta anticuerpos anti-HIV-1 globales de tipo
• Infección por M ycobacterium tuberculosis,
IgG. Cuando una muestra da resultado positivo
pulmonar o diseminada.
se la repite; si el resultado vuelve a ser positivo,
• Infección diseminada o extrapulmonar por el
corresponde llevar a cabo una prueba confir­
com plejo M ycobacterium avium o M yco b a c’
matoria, cuyo resultado podrá ser positivo o ne­
ten u m kansasii.
gativo. En este último caso el resultado del ELISA
• Infección diseminada por otras especies de se considerará falso positivo.
micobacterias atípicas. También puede dar falsos negativos, como ocu­
• Neumonía por Pneum ocystis jiroveci. rre en las etapas finales de la enfennedad y en la
• Bacteriemia recurrente por Salm onella. fase inicial de la infección cuando aún no se pro­
• Leucoencefalopatía multifocal progresiva. dujo la seroconversión. A pesar de su elevada
• Toxoplasmosis cerebral. especificidad y sensibilidad (99%), son necesa­
• Neumopatías bacterianas recurrentes. rias pruebas confirmatorias.
• Síndrome constitucional por H IV -l, que in­ Actualmente se han desarrollado ensayos de
cluye pérdida de peso persistente (>10%), dia- ELISA de cuarta generación que incluyen antíge-
iTea crónica (al menos dos deposiciones blandas nos específicos adicionales (p24) y que son de
al día durante más de 30 días) o fiebre compro­ suma utilidad en los bancos de sangre.
C apitulo 41 - Enferm edad por el virus de la inmunodeficiencia humana (HlV/sida) □ 359

^Vesíern blot bién valor pronóstico cuando se la detecta en su­


Es una de las pruebas confirmatorias más utili­ jetos con enfermedad avanzada.
zadas. Por medio de esta técnica se identifican
anticuerpos específicos para las distintas proteí­ Cultivo viral
nas de la envoltura y el core virales. El cultivo del HIV puede hacerse en plasma o
Se considera reactiva cuando se detectan en células mononucleares de sangre periférica
anticuerpos contra las proteínas p24, p 31 y gp41, (CMSP). Determinan el número de unidades in­
o g p l20/l60, es decir, contra las estructuras prin­ fecciosas por millón de CMSP o por mL de plas­
cipales del virus. Es negativo cuando no se de­ ma, respectivam ente. En plasm a se realiza
tecta ninguna de estas bandas e indeterminado cocultivo con CMSP del paciente y de donantes
con cualquier otra combinación diferente de la sanos estimuladas con fitohemaglutinina. El cre­
descripta. Este criterio incrementa su especifici­ cimiento se detecta mediante la actividad de la
dad, aunque algunos autores consideran reactiva transcriptasa inversa en el sobrenadante. El títu­
una prueba en la que aparecen bandas dirigidas lo de la infección viral se expresa en diluciones
contra las proteínas de la envoltura (gp41 y seriadas de plasma.
gpl20/160). Su sensibilidad y especificidad son Los cocultivos en CMSP determinan la activi­
cercanas al 100%. dad de la transcriptasa inversa y del antígeno p24
en el sobrenadante. Permiten cuantificar la infec-
Inmunofluorescencia indirecta tividad viral mediante el uso de dichas células.
Con esta técnica sólo se identifican anticuerpos Estos métodos son cuantitativos, pero resultan
globales anti-HIV-1. La interpretación de los re­ costosos y lentos. Requieren de muchas precau­
sultados requiere experiencia, aunque su realiza­ ciones y suelen tardar por lo menos tres semanas.
ción es rápida. Se utilizan en casos de diagnóstico dudoso espe­
Puede dar resultados positivos falsos por reac­ cialmente en los hijos de madres seropositivas.
ciones cruzadas con antígenos del sistema HLA El aislamiento del HIV a partir de un indivi­
presentes en los linfocitos infectados. Su sensi­ duo es una prueba diagnóstica definitiva de la
bilidad y especificidad son similares a las del infección.
Western blot.
Detección de los ácidos nucleicos
Radioinmunoprecipitación Los ácidos nucleicos virales, ARN y ADN, y
Por sus dificultades técnicas y alto costo no se el ADN proviral pueden detectarse en células in­
utiliza en forma rutinaria. Sus patrones son sim i­ fectadas por la reacción en cadena de la polime-
lares a los del Western blot, aunque la RIPA es rasa (PCR). Esta técnica permite cuantificar el
más sensible para detectar anticuerpos contra número de copias virales y puede utilizarse en
gpl20 y su precursora, la gplóO. Reconoce con plasma, semen, LCR, CMSP y algunos tejidos.
mayor dificultad la gp41. La amplificación enzimática del ADN proviral o
del ARN viral pueden ser de utilidad para prede­
Detección del antígeno viral p24 cir si un recién nacido de una madre seropositiva
Se puede recurrir a este método en aquellos ca­ se infectó durante el período perinatal y para eva­
sos en los que se sospeche un resultado negativo luar la eficacia de la terapia antirretroviral (carga
falso con las pruebas de detección de anticuerpos, viral).
por ejemplo en la infección reciente. Se trata de
una técnica de ELISA que detecta la proteína del
COMPLICACIONES
core p24, con una sensibilidad tal que es capaz de
medir niveles de hasta 50 a 100 pg/mL. Se deben a la inmunodeficiencia producida por
La detección de la proteína p24 se emplea para la agresión del HIV; son de causa infecciosa o
el diagnóstico de la infección en el recién nacido enfermedades proliferativas malignas, o una com­
y en el adulto con factores de riesgo, cuando no binación de ambas. Asientan en distintos órga­
hayan realizado aún la seroconversión. Tiene tam­ nos, aparatos o sistemas.
360 O Segunda parte - Infecciones virales

Compromiso del aparato respiratorio pueden observarse localizaciones apicales, uni­


Neumonía por Pnemocystis jiroveci laterales o bilaterales, en aquellos enfermos que
Se describirán los patógenos que afectan con ma­ reciben un esquema de profilaxis con pentamidina
yor frecuencia el aparato respiratorio, aunque la en aerosol. Además, hay localizaciones endobron*
mayoría también comprometen otros parénquimas. quiales, con consolidación distal o sin ella, e in­
Constituye una de las infecciones oportunistas cluso imágenes de cavitación del parénquima
más importantes, por su clara relación con la pulmonar que pueden ser causa de neumotórax.
inmunodeficiencia generada por el retrovirus, su También se han descripto opacidades nodulares
gravedad y frecuencia. En los inicios de la epide­ únicas o múltiples. Durante la evolución algunos
mia, un 60% de los pacientes la padecía como pri­ pacientes desarrollan síndrome de distrés respira­
mera infección oportunista marcadora del síndro­ torio del adulto, cuyas imágenes radiológicas son
me, en tanto un 80% de ellos la presentaba en al­ características. Este trastorno requiere la deriva­
gún momento de la evolución de la enfermedad. ción a unidades de cuidados intensivos con asis­
En la actualidad su incidencia ha disminuido y tencia respiratoria y se asocia con alta mortalidad.
es superada en frecuencia por la tuberculosis y Por último, un 10% de los pacientes con diag­
las neumopatías bacterianas. nóstico de neumonía por Pneum ocystis Jiroveci se
Su identificación se realiza en forma directa a presentan con una radiografía de tórax normal.
través de la observación de los quistes, de 4 a Las formas extrapulmonares de la neumocis-
6 mm de diámetro, color pardo, paredes gruesas tosis son raras. El mecanismo de diseminación de
y con 8 esporozoítos en su interior. Los quistes Pneum ocystis jiroveci es mal conocido. Se desa­
no se tiñen con hematoxilina-eosina y adquieren rrolla muy bien dentro de los alvéolos pulmonares.
un aspecto de exudado rosado muy característi­ Es muy probable la vía de diseminación linfática,
co. Con coloraciones especiales (metenamina de debido a la frecuencia con que se observa el com­
plata de Grocott, Giemsa), se los reconoce con promiso del intersticio pulmonar. La vía hemática
rapidez en medio del exudado alveolar. La de­ explica sus localizaciones sistémicas y periféricas.
mostración del microorganismo en material ob­ En las formas pleurales es probable una dise­
tenido por fibrobroncoscopia con lavado bron- minación directa desde áreas de necrosis paren-
coalveolar, secreciones bronquiales o biopsias quimatosa, que se excavan y perforan en la cavi­
endoscópicas tiene valor diagnóstico. El diagnós­ dad pleural para dar origen a derrames serofi-
tico de las recidivas se basa en un cuadro clínico brinosos y neumotórax. Todos los pacientes con
compatible y no simplemente en el hallazgo del formas extrapulmonares o diseminadas de la neu-
microorganismo, que puede persistir en las secre­ mocistosis tienen el antecedente de haberse so­
ciones broncoalveolares aun después de superado metido durante períodos prolongados a profi­
el cuadro clínico con el tratamiento adecuado. laxis con pentamidina en aerosol.
En la mayor parte de los casos se inicia en for­ El diagnóstico de certeza se realiza por la vi-
ma subaguda, con fiebre, tos no productiva y dis­ sualización del microorganismo en el esputo in­
nea de instalación progresiva, al principio es de ducido a través de nebulizaciones con solucio­
esfuerzo y luego de reposo. En ocasiones el co­ nes hipertónicas, material de lavado broncoal-
mienzo es agudo o sobreagudo, con insuficien­ veolar o biopsia transbronquial obtenida por
cia respiratoria, taquipnea y cianosis. En el 90% broncoscopia. Las técnicas para la observación
de los pacientes hay hipoxemia temprana y gra­ microscópica de P neum ocystis Jiroveci se basan
ve. Con frecuencia la sem iología pulmonar es en las tinciones de plata o en inmunofluorescencia
negativa; en ocasiones se auscultan estertores con anticuerpos monoclonales.
crepitantes bibasales y signos de broncospasmo. Las técnicas serológicas de detección de anticuer­
En consecuencia, es común la observación de la pos o antígenos carecen de utilidad diagnóstica.
típica disociación clinicorradiológica. En las pruebas de función pulmonar la altera­
El patrón radiológico más común es el inters­ ción más notable es la disminución de la capaci­
ticial bilateral, hiliofugal en «alas de mariposa», dad de difusión del monóxido de carbono. Los
o hiliobasal unilateral o bilateral. Más raramente estudios de laboratorio no revelan alteraciones
C apítulo 41 - Enferm edad por el virus de la inmunodeficiencia humana (HlV/sida) □ 361

específicas, aunque los pacientes presentan con bacterium tuberculosis no alcanza niveles endé­
frecuencia hipoxemia y elevación de la LDH en m icos, com o en los EE.UU., la pandemia causa­
relación con la gravedad del proceso. da por el HIV ha provocado un notable incremen­
£l centellograma con galio 67 ha demostrado to del número de casos.
una alta sensibilidad, pero carece de especifici­ Los pacientes infectados por HIV que tienen
dad. Puede ser de utilidad en aquellos pacientes alta probabilidad de enfermar de tuberculosis son
sintomáticos sin evidencias de alteraciones en la los que han padecido infección previa por el ba­
radiografía de tórax. cilo de Koch, los adictos a drogas por vía intra­
El tratamiento de elección es la combinación trime- venosa, los residentes en zonas pobres con alto
loprima-sulfamctoxazol, en dosis de 20 mg/kg/día índice de coinfección HlV/tuberculosis y quie­
de trimetoprima y 100 mg/kg/día de sulfameto- nes han mantenido un contacto estrecho con en­
xazol, en 4 dosis diarias por vía oral o intravenosa. fermos tuberculosos.
Como alternativa se usa pentamidina, en dosis En los individuos infectados por el retrovirus
de 3 a 4 mg/kg/día, en una única aplicación dia­ la tuberculosis por lo general es consecuencia de
ria por vía intravenosa, durante 21 días. la reactivación de una infección tuberculosa la­
En las formas moderadas o graves están indi­ tente.
cados ios corticosteroides, cuyo uso ha provoca­ Con frecuencia las formas de presentación de
do una reducción notable de la mortalidad. Sus la tuberculosis relacionada con el sida son atí-
efectos se basan en la reducción del exudado in­ picas; hay una prevalencia elevada de localiza­
flamatorio alveolar. ciones extrapulmonares, anergia cutánea a la PPD
Con frecuencia relativa se presentan efectos ad­ e infiltrados difusos en la radiografía de tórax.
versos atribuibles a la terapéutica implementada ta­ Cuando la enfermedad se presenta en etapas
les como reacciones cutáneas, trastornos digestivos, tempranas de la inmunosupresión las manifesta­
elevación de las transaminasas séricas, hipoten­ ciones clínicas no difieren de las formas clásicas
sión arterial, fiebre, elevación de la urea plasmática, que afectan a individuos inmunocompetentes.
leucopenia, e hiperglucemia o hipoglucemia. Son formas pleuropulmonares que cursan con fie­
Los pacientes cuyos niveles de linfocitos T CD4+ bre, tos productiva, pérdida de peso, disnea y
descienden por debajo del límite de 200 cél/iiL anorexia. El dolor torácico sugiere compromiso
deben recibir profilaxis primaria. Quienes hayan pleural. La radiografía de tórax puede mostrar
superado un episodio de neumocistosis habrán infiltrados difusos o focales; las lesiones cavila­
de recibir, de todos modos, un esquema de profi­ rlas son menos frecuentes. La presencia de adeno-
laxis secundaria. Ambas formas de profilaxis, pri­ patías mediastínicas o de derrame pleural sugie­
maria o secundaria, pueden realizarse con trime- re el diagnóstico de tuberculosis. Algunos pacien­
toprima-sulfametoxazol, en dosis de 160 mg de tes con diagnóstico confirmado de tuberculosis
trimetoprima/800 mg de sulfametoxazol, 3 veces tienen radiografías de tórax normales. Otros, sin
por semana, o pentamidina intravenosa en dosis gran deterioro inmune, presentan imágenes radio­
de 4 mg/kg/mes; también puede emplearse dap- lógicas más típicas, con infiltrados lobulares su­
sona, en dosis de 100 a 300 mg/semana, o pentami­ periores que pueden evolucionar a la cavitación.
dina en aerosol en una nebulización mensual de El com ienzo de los síntomas suele ser insidio­
300 mg (ver también el capítulo Neumocistosis). so y es común que éstos precedan al diagnóstico
en varias semanas o meses. El diagnóstico dife­
Mycobacterium tuberculosis rencial con la neumocistosis u otras infecciones
La tuberculosis, tanto en sus formas pulmo­ oportunistas pulmonares a veces es dificultoso.
nares como en las extrapulmonares o disemina­ Cuando la tuberculosis se presenta en estadios
das, tiene una incidencia elevada en pacientes más avanzados de la enfermedad por HIV los sín­
infectados por el virus de la inmunodeficiencia tomas son inespecíficos: fiebre prolongada, dia­
humana. Es particularmente frecuente en aque­ rrea, pérdida de peso, adenomegalias, hepatoes-
llas regiones en las que la tuberculosis es endé­ plenomegalia y compromiso del sensorio. En es­
mica. En países en los que la infección por Myco- tas formas diseminadas el compromiso pulmonar
362 □ Segunda parte - Infecciones virales

puede no ser ostensible. Si se presenta, se apre­ bacteriológicos, con una asociación de 4 fármacos
cian imágenes de tipo miliar u opacidades exten­ mayores (isoniacida, rifampicina, pirazinamida,
sas confluentes que afectan campos medios e in­ y estreptomicina o etambutol) durante dos me­
feriores. ses. Luego, si no hay datos de resistencia de la
La tuberculosis debe incluirse en el diagnósti­ cepa, se continúa con una etapa de consolidación
co diferencial de los pacientes con compromiso con dos fármacos (habitualmente isoniacida y
pulmonar infectados por el HIV. Por lo tanto, la rifampicina) hasta completar 9 m eses de trata­
búsqueda exhaustiva del bacilo de Koch es obli­ miento. En aquellos casos en que por algún mo­
gatoria. tivo no puedan utilizarse la isoniacida o la
En los pacientes en estadios tempranos de la rifampicina, el tratamiento se prolonga hasta los
enfermedad HlV/sida la metodología diagnóstica 18 meses (ver también el capítulo Tuberculosis).
no d ifiere de la utilizada en los p acientes
inmunocompetentes: exámenes directos y culti­ Neumonías bacterianas
vos de esputo, lavado broncoalveolar, líquido Las neumonías bacterianas (NB) son compli-
pleural, y biopsias de pleura, pulmón o ganglios, caciones pulmonares frecuentes en el paciente
a lo que se suma el examen liistopatológico de HIV positivo y se asocian con importante morbi-
estas últimas. mortalidad. Pueden presentarse en cualquier
En las formas diseminadas se agregan los cul­ momento de la historia natural de la infección, a
tivos de orina, LCR, líquido peritoneal y materia v eces en forma independiente del deterioro
fecal. La aspiración con aguja fina de una adeno- inmunitario y en muchos casos constituyen la
patía es una alternativa aceptable de la biopsia primera manifestación clínica. Desde 1993 los
ganglionar. Centros de Prevención y Control de Enfermeda­
La práctica rutinaria de hem ocultivos para des de los EE.UU. (CDC) incluyeron a la NB re­
micobacterias ha sido altamente rentable en es­ currente como un evento definitorio de sida. Los
tos pacientes, dado lo frecuente de las bacilemias. factores que inciden en la aparición de NB en los
Los hemocultivos pueden ser positivos aun en pacientes HIV positivos son: la disfunción celu­
pacientes sin evidencia de compromiso pulmonar lar propia de la infección por el retrovirus a ve­
o sospecha de tuberculosis. ces sin correlación con el recuento de linfocitos
Los métodos de diagnóstico radiométricos T CD4+; las alteraciones de la inmunidad humo­
(BACTEC) han acortado el tiempo necesario para ral que predisponen a las infecciones bacterianas,
el desarrollo de M ycobacterhim tuberculosis a en particular a aquellas causadas por microor­
sólo 10 a 14 días, lo que permite realizar más ganism os capsulados com o S. p n eu m o n ia e y
rápidamente las pruebas de sensibilidad a los H. influenzae; el consumo de drogas especialmente
fármacos antituberculosos. inhalatorias, como así también el uso de irritantes
La prueba cutánea con tuberculina (PPD) debe químicos y el humo del cigarrillo son también fac­
practicarse a todos los pacientes. Suele ser posi­ tores predisponentes debido al daño directo sobre
tiva en los enfermos en etapas tempranas de la el epitelio respiratorio e independientes del esta­
infección por el retrovirus. En aquellos pacien­ do de la inmunidad. En relación al consumo de
tes con enfermedad avanzada la prueba será ne­ alcohol, los hallazgos son contradictorios. La
gativa, por lo que en estos casos carece de utili­ neutropeniacomo consecuencia de la infección por
dad diagnóstica. HIV, o asociada a la TARGA o a otros fármacos
Cuando existe compromiso del SNC, la TC del utilizados en el tratamiento de las infecciones opor­
encéfalo puede mostrar im ágenes de aspecto tunistas, a la invasión de la médula ósea por dife­
nodular con refuerzo del contraste «en anillo», rentes patógenos o neoplasias o a mecanismos
lo que obliga al diagnóstico diferencial con la autoinmunes también aparece como un factor fa­
toxoplasmosis cerebral. vorecedor de la NB. La esplenectomía, la desnu­
Cuando la sospecha clínica de la enfermedad trición, el antecedente de hospitalizaciones por
sea firme el tratamiento deberá iniciarse de in­ neumonía y un índice de Kamofsky bajo, también
mediato, aun sin los resultados de los exámenes se relacionan con mayor incidencia de NB.
Capítulo 41 - Enferm edad por el virus de la inmunodefíciencia humana (HlV/sida) o 363

El cuadro clínico suele ser de comienzo agu­ relación con el grado de inmunodepresión; la
do o subagudo con fiebre, escalofríos, tos pro­ obtención de desarrollo en hemocultivos es más
ductiva con expectoración mucopurulenia, dolor frecuente en aquellos individuos con recuento de
torácico de tipo pleuríiico, la denominada «pun­ linfocitos T CD4 + < 200 cél/iiL. En la NB por S.
tada de costado», asociado o no a disnea. El exa­ pneum oniae la positividad ocurre aproximada­
men físico puede revelar desde el clásico síndro­ mente en el 50% de los casos y en aquellas pro­
me de condensación hasta ausencia de signos vocadas por H. influenzae alcanza al 15%. La
semiológicos de compromiso pulmonar. En rela­ fibrobroncoscopia con LBA se realizará en aque­
ción con las diferencias clínicas más notables llos casos en que la evolución no es la esperada o
entre NB por Streptococcus pneum oniae en el ante la sospecha de otros microorganismos, como
paciente HIV seropositivo y seronegativo, la bac- por ejem plo M ycobacterium tuberculosis. Ai
leriemia es significativamente más frecuente en igual que en el inmunocompelente, el microor­
el paciente HIV positivo. Esta alta frecuencia de ganismo que se identifica con mayor frecuencia
bacieriemia se comprueba cualquiera sea el mi­ es Streptococcus pneum oniae: le siguen en or­
croorganismo considerado. Un recuento de linfo- den de frecuencia, H a em o p h ilu s in flu en za e,
citos T CD4+ < 100 cél/jiL, la presión parcial de Staphylococcus aureus, M oroxella catarrhaüs y
oxígeno < a 70 mmHg, un índice de Kamofsky Pseudom onas aeruginosa. Un estudio realizado
< 50, un recuento de neutrófilos < 1000 c€M\\L y en el laboratorio de bacteriología del Hospital de
signos de sepsis con hipotensión, coagulopatía y Infecciosas «F. J. Muñiz» que incluyó 1.384
falla multiorgánica son indicadores de mal pro­ muestras respiratorias se obtuvo el desarrollo de
nóstico y se asocian con alta mortalidad. patógenos bacterianos en 296 (21,39%), con un
Las anormalidades radiológicas son también 10,4% de los aislamientos con más de un pató­
mucho más comunes entre los HIV positivos. Las geno. Los microorganismos más comunes tam­
más frecuentes son las opacidades lobulares y bién fueron H. influenzae y S. pneum oniae que
segmentarias, aunque puede haber infiltrados incluyeron el 55,8% de las muestras, pero con
intersticiales uni o bilaterales, consolidaciones 30,9 % de pacientes en los que se identificó
multilobulares y compromiso bilateral (bronco- H. influenzae. En esta serie, la identificación de
neumonfas) o infiltrados alvéolo-intersticiales, R hodococcus equi alcanzó el 2,4 % de las mues­
especialmente en neumonías porH. influenzae. La tras analizadas. En un estudio realizado en la di­
incidencia de derrame pleural asociado con neu­ visión B del Hospital de Infecciosas «F. J. Muñiz»
monía en esta población de pacientes es mayor en se evaluaron 333 episodios de NB en 8 años pos­
comparación con la población general. En la ma­ teriores a la introducción de la TARGA (1997-
yor parte de los casos, el derrame pleural para- 2004). Las NB representaron el 18,5% de los
neumónico acompaña a la neumonía por Strep- diagnósticos de egreso durante ese período. La
íococais pneumoniae o Staphylococcus aureus. media de linfocitos T CD4 + en esta cohorte fue
El diagnóstico se confirma por los estudios de 80 cél/pL. Se logró el aislamiento e identifi­
microbiológicos. Para tal fin, deberá efectuarse cación del agente etiológico en 188 muestras de
la búsqueda de microorganismos en el esputo, esputo y LBA (56,5%). Se identificó S. pneu­
líquido de lavado broncoalveolar (LBA), hemo- m oniae en 69 muestras (20,7%), H. influenzae
cultivos y líquido pleural en caso de derrame. El en 29 (8,7% ) y Staphylococcus aureus en 27
examen microbiológico del esputo es uno de las (8,1% ). P seudom onas aeruginosa y A cineto-
estudios más valiosos para llegar a un diagnósti­ b a c te r b a u m a n n ii resultaron los patógenos
co definitivo. Sin embargo, en la práctica diaria intranosocomiales identificados con mayor fre­
sólo permite el diagnóstico en la tercera parte de cuencia. En esta serie, la mortalidad por NB fue
los casos. La escasa producción de esputo y los del 3,3%.
tratamientos previos con antibióticos podrían ser Tratamiento de elección para la neumonía por
algunas de las causas de la poca posibilidad de Streptococcus pneum oniae:
obtener el diagnóstico etiológico. El porcentaje * Paciente ambulatorio: amoxicilina 1 g por vía
de hemocultivos positivos es variable y está en oral (VO) cada 8 horas.
I
364 □ Segunda parte - Infecciones virales

• Paciente iniemado: penicilina 3.000.000 UI pacientes con enfermedad HlV/sida avanzada.


por vía intravenosa (IV) cada 4 a 6 horas (6 a 12 Las dificultades para cultivar micobacterias
millones Ul/día) o ampicilina 1 g IV cada 6 horas. atípicas inciden en el subregistro de casos, ya que
Tratamiento alternativo: se requiere un laboratorio especializado para el
• Paciente ambulatorio: ceftriaxona 1 g intra­ aislam iento y tipificación correctos de estos
muscular (IM) cada 12 horas o cefuroxima 500 mg microorganismos.
VO cada 8 horas. La enfermedad provocada por el complejo MAI
• Paciente internado: ceftriaxona 1 g IV cada es habitualmente diseminada. El estudio histo-
12 horas. patológico de las lesiones revela, en general, poca
Si el paciente es alérgico a los betalactámicos: reacción inflamatoria, ausencia de granulomas y
• Levofloxacina 500 mg/día VO o IV. presencia de grandes conglomerados de mico-
• Claritromicina 500 mg VO o IV cada 12 ho­ bacterias.
ras o azitromicina 500 mg/día VO. En los pacientes con sida la principal disfunción
La duración del tratamiento es de 7 a 10 días inmunitaria que permite la diseminación de la
en pacientes que evolucionan sin com plicacio­ infección por el complejo MAI es un defecto de
nes y con recuentos de linfocitos T CD4+ de más la función de los macrófagos. El poder patógeno
de 200 cél/^iL, Luego de 48 a 72 horas, si el pa­ de estas micobacterias es inferior al del bacilo de
ciente está afebril, hemodinámicamente estable y Koch, por lo que su presentación tiene lugar en
tiene buena tolerancia oral, se puede pasar a la vía condiciones de mayor deterioro inmunitario.
oral. Los enfermos se presentan habitualmente con
Tratamiento de elección de la neumonía por sintomatología sistémica e inespecífica, consti­
H aem ophilus influenzae: tuida por fiebre, pérdida de peso y astenia, a lo
• Paciente ambulatorio: amoxicilina 1 g VO que se suman manifestaciones gastrointestinales
cada 8 horas. Ante cepas productoras de beta- como diarrea crónica, dolor abdominal y hepa-
lactamasas: amoxicilina 875 mg/ácido clavulá- toesplenomegalia asociadas con la invasión de la
nico 125 mg VO cada 8 horas. pared intestinal por MAI.
Tratamiento alternativo: A veces se exterioriza mediante un síndrome de
• Paciente ambulatorio: ceftriaxona l g IM cada malabsorción crónico, con compromiso del intes­
24 horas o azitromicina 500 mg/día o claritro­ tino delgado, similar al que se observa en la enfer­
micina 500 mg VO cada 12 horas. medad de Whipple. Puede observarse ictericia
• Paciente internado: ceftriaxona 1 g IV cada obstructiva extrahepática, que suele ser secunda­
12 horas. ria a la presencia de adenomegalias periportales.
• Paciente alérgico a los antibióticos betalac­ Cuando hay compromiso pulmonar, a los sín­
támicos: ciprofloxacina 200 mg IV o 500 mg VO tomas descriptos se agregan tos y disnea de gra­
cada 12 horas o claritromicina 500 mg VO cada do variable.
12 horas o azitromicina 500 mg/día VO. Los pacientes con mejor estado inmunitario
La duración del tratamiento es de 7 a 10 días (habitualmente en tratamiento con antirretro-
en pacientes sin inmunodeficiencia grave y que virales) pueden desarrollar formas localizadas de
evolucionan sin complicaciones. En casos gra­ micobacteriosis, caracterizadas por la presencia
ves se inicia por vía IV y si luego de 48 a 72 de abscesos subcutáneos y viscerales.
horas el paciente se encuentra hem odinám i- La supervivencia luego del diagnóstico de infec­
camente estable y afebril se puede pasar a la VO. ción diseminada por el complejo MAI es muy cor­
ta; esto puede deberse a la profunda inmunode-
Micobacterias atípicas presión de estos pacientes, así como a la presencia
La in fección disem inada por el com plejo simultánea de otras infecciones oportunistas y tu­
M ycobacierium avium -intracellulare (complejo mores. Sin embargo, los nuevos esquemas de trata­
MAI) y por otras micobacterias (M. kansasii, M. miento antirretroviral han mejorado el pronóstico.
fo rtuitum , M . ulcerans y M , haem ophyliim) son Los hemocultivos, que es el método de elec­
de presentación cada vez más frecuente en los ción para el diagnóstico, suelen ser de gran utili­
CapÜulo 41 - Enferm edad por el virus de la inm unodeficiencia humana (HlV/sida) □ 365

dad en aquellos enfermos con fiebre prolongada patógenos pulmonares. La pancitopenia, que se
y diarrea de causa no explicada. La bacteriemia observa habitualmente, se asocia con la invasión
por MAI es persistente y los hemocultivos con de la médula ósea por el hongo.
técnicas de centrifugación/lisis son positivos en Los hemocultivos con técnica de centrifuga-
el 95% de los casos de infecciones diseminadas. ción/lisis y los mielocultivos son positivos en
Otros especímenes útiles para el aislamiento de gran número de casos. En la mitad de los pacien­
las micobacterias atípicas son el lavado broncoal- tes, H. capsulatum puede visualizarse en los frotis
veolar, el esputo, las heces, así como la aspira­ de sangre periférica o médula ósea teñidos con
ción o las biopsias de hígado, médula ósea o Giemsa.
ganglios. Los hemocultivos positivos confirman Más del 80% de los pacientes con diagnóstico
el diagnóstico de enfermedad invasora y habitual­ de histoplasmosis diseminada asociada con sida
mente diseminada. Los cultivos positivos de se­ presentan lesiones cutáneas y mucosas. El raspa­
creciones respiratorias o materia fecal preceden do y la biopsia de éstas, con el examen micros­
comúnmente a la bacteriemia. cópico directo, los cultivos y el estudio histopa-
El complejo MAI a menudo es resistente a los tológico, son métodos sencillos que permiten al­
luberculostáticos de primera línea (isoniacida, canzar el diagnóstico con rapidez.
rifampicina, pirazinamida y estreptomicina), pero La serología tiene poco valor diagnóstico, ya
muestra una sensibilidad variable in vitro a etam- que sólo un 25% de los pacientes tiene anticuer­
butol, rifabutina, clofazim ina, ciprofloxacina, pos específicos demostrables; en cambio, la exis­
ofloxacina, claritromicina y azitromicina. tencia de antigenemia o antigenuria se detecta con
En la actualidad se utilizan esquemas que com ­ relativa frecuencia mediante técnicas de radioin-
binan 2 o 3 de los antimicrobianos citados. Habi­ munoensayo.
tualmente se asocian etambutol, amikacina y El tratamiento inicial se realiza con anfotericina
ciprofloxacina u ofloxacina, en esquemas de 3 B en dosis de 0,5 a 0,6 mg/kg/día por vía intra­
meses de duración. La amikacina puede reem­ venosa durante 6 semanas o itraconazol, en do­
plazarse por alguno de los nuevos macrólidos sis de 400 mg/día por vía oral durante 8 sema­
(claritromicina o azitromicina) o también por nas. Luego se pasa a un régimen de profilaxis
cicloserina o clofazimina. secundaria (terapia supresora crón ica) con
itraconazol, 200 mg/día o anfotericina B, en una
Histoplasma capsulatum dosis semanal de 0,5 a 0,8 mg/kg (ver también el
La histoplasmosis es una micosis endémica que capítulo Histoplasmosis).
se presenta con frecuencia en pacientes con sida.
Es la consecuencia de la reactivación de una in­ Compromiso del aparato digestivo
fección latente y es mucho más grave en pacien­ Es sumamente frecuente en pacientes con sida.
tes con sida que en portadores de otras inmuno- Entre las causas infecciosas, a los patógenos intes­
deficiencias. En la República Argentina es me­ tinales habituales en varones homosexuales y bi­
nos frecuente que la criptococosis. sexuales (Shigella, Salm onella, Giardia lamblia
Las manifestaciones clínicas son las propias de y Entam oeba histolytica) se agregan las enfer­
una enfermedad diseminada: fiebre prolongada, medades de transmisión sexual, que pueden cau­
pérdida de peso, sudoración nocturna, tos y dia­ sar enfermedad anorrectal (gonorrea, sífilis, her­
rrea. En el examen físico se detecta hepatoes- pes simple, infección por HPV y por Chlamydia
plenomegalia, adenomegalias y lesiones cutáneas trachom atis). Además de los patógenos mencio­
diseminadas de localización predominante en la nados, se suman aquellas infecciones oportunis­
cara y el tronco. Éstas suelen ser asintomáticas, tas asociadas con la inm unodeficiencia (can-
de aspecto poco llam ativo, papulocostrosas, didiasis, criptosporidiosis, isosporosis y cito-
acneiformes, moluscoides o ulcerosas. megalovirosis).
La radiografía de tórax muestra infiltrados Entre las neoplasias, son comunes el sarcoma
intersticiales reticulonodulillares, bilaterales y de Kaposi, los linfomas de alto grado de malig­
difusos, indistinguibles de los que provocan otros nidad y los carcinomas.
366 Q Segunda parte - Infecciones virales

Gingivitis y períodontitis un tercio de los pacientes con sida desarrollan


La formación rápida de bolsas gingivales con síntomas esofágicos en algún momento del cur>
intensa resorción ósea alveolar, demostrable so de la enfermedad (disfagia, dolor retroes-
radiológicamente, determina la enfermedad pe- ternal). La aparición de infecciones oportunistas
riodontal o gingivitis ulceronecrosante, cuya pro­ en el esófago indica mal pronóstico, ya que se
gresión es paralela a ia del sida. Su patogenia se asocia con un deterioro inmunitario grave.
relacionaría con un estado de inmunodeficiencia C andida albicans es la causa más común de
local favorecedora de la proliferación de la flora e so fa g itis en p acientes con sida. La forma
anaerobia de la cavidad oral y de ciertos hongos ulcerosa se debe al virus del herpes simple y al
que llevan a la destrucción rápida del periodonto. citom egalovirus. También suelen observarse
ulceraciones esofágicas idiopáticas (ulceraciones
Estomatitis candidiásica aftoides).
La candidiasis oral o miiguet es de observación En algunas oportunidades pueden aislarse pro­
muy frecuente en los pacientes infectados por tozoos que parasitan el resto de tracto intestinal,
HIV. Su hallazgo en el curso de un examen clíni­ como Criptosporidium y Pneumocystis jiroveci.
co, en ausencia de tratamientos con antimicro- El sarcoma de Kaposi es la causa tumoral más
bianos, citostáticos, corticosteroides, diabetes o común de localización esofágica. Habitualmente
enfermedades hemáticas, debe hacer sospechar es asintomático y se lo diagnostica mediante
una posible infección por el HIV. endoscopia.
Se describen diversas formas de presentación: Por último, también deberán tenerse en cuenta
scudomembranosa, atrófica, hiperplásica y queili- las esofagitis ulcerosas por fármacos antirre-
tis angular. La más común es la seudomembra- trovirales, en esp ecia l zidovudina (Z D V ) y
nosa, caracterizada por un exudado blanquecino didesoxicitidina (ddC). El compromiso esofágico
que tapiza la mucosa oral y se desprende al pasar puede deberse a más de un patógeno. La radio­
el bajalenguas. grafía del esófago con contraste baritado se utili­
La estomatitis por C andida expresa el deterio­ za para la evaluación inicial de estos pacientes.
ro inmunitario y precede la aparición de otras La esofagitis candidiásica se caracteriza por una
infecciones oportunistas o tumores. imagen de falta o defecto del relleno, «en empe­
Suele responder al tratamiento local con nistatina drado», focal o confluente. Por el contrario, las
o miconazol, aunque tiende a recidivar cuando se esofagitis virales producen ulceraciones únicas
interrumpe la terapéutica. Para las formas exten­ o múltiples. Las lesiones del herpes simple son
didas o las recaídas frecuentes se recomienda múltiples ulceraciones pequeñas, de menos de 1,5
ketoconazol, 200 a 400 mg/día o flucohazol, 100 cm de diámetro, que se localizan en el tercio in­
a 200 mg/día por vía oral. ferior del órgano; la infección por CMV se ca­
En los pacientes que no responden o en casos racteriza por ulceraciones de mayor tamaño, so­
de disfagia intensa o afagia, se administra anfo- litarias o múltiples, que siguen el diámetro ma­
tericina B por vía intravenosa. yor del esófago.
La radiografía con contraste baritado es segura,
Leucoplasia oral vellosa económica y no invasora, pero por su escasa es­
Es una lesión blanca de la cavidad bucal que pecificidad hay que complementarla con el estu­
se localiza habitualmente en los bordes laterales, dio endoscópico. La fibroendoscopia digestiva alia
cara ventral y punta de la lengua. Es de superfi­ proporciona una visión directa de la mucosa y ade­
cie irregular y bordes más o menos netos. En ge­ más permite obtener muestras para el estudio
neral es asintomática y se atribuye al virus de histopatológico y los cultivos microbiológicos.
Epstein-Barr. La esofagitis por C andida tiene una imagen
endoscópica característica que permite el diag­
Compromiso esofágico nóstico inm ediato; en cam bio, las esofagitis
En el esófago, con mucha frecuencia asientan ulcerosas obligan al diagnóstico diferencial me­
infecciones oportunistas y tumores. Alrededor de diante el estudio histológico.
C apítulo 41 - Enferm edad por el virus de la inmunodeficiencia humana (HlV/sida) o 367

Si bien la imagen endoscópica es bien caracte­ Entre las afecciones tumorales merece mencio­
rística, el diagnóstico de la candidiasis esofágica narse el sarcoma de Kaposi. Las imágenes endos-
se basa en el examen m icológico directo y el cul- cópicas son sugestivas de esta afección y están
livo del material obtenido por cepillado de las constituidas por máculas, nódulos o tumores de
lesiones, también por biopsia de la mucosa y la color rojo vinoso.
submucosa. En las ulceraciones de causa viral el
efecto citopático se observa tanto en las de etio­ Compromiso intestina!
logía herpética como en las atrlbuibles a CMV. En diferentes estudios se ha estimado que en­
En consecuencia, el diagnóstico deberá confirmar­ tre el 30% y el 80% de los pacientes con sida
se mediante el estudio por inmunofluorescencia desarrollarán diarrea en algún momento de la evo-
con anticuerpos monoclonales específicos para lución de la enfermedad.
HSV (tipos 1 y 2) y CMV. También hay que tener El compromiso intestinal es más frecuente en­
en cuenta la posible presencia de ulceraciones tre los hom osexuales y bisexuales que en los
idiopáticas asociadas con la infección por HÍV-1. ADIV, quizá com o resultado de los numerosos
El tratamiento de la candidiasis esofágica con­ patógenos que se transmiten a través de las prác­
siste en la administración de ketoconazol, 200 a ticas sexuales de tipo oral-anal. No obstante, las
400 mg/día o fluconazol, 100 a 200 mg/día du­ causas son variadas y pueden ser infecciosas o
rante 14 días. Si se indica ketoconazol, su mayor no infecciosas. Entre los agentes infecciosos se
absorción en medio ácido indica la conveniencia incluyen protozoos, bacterias, hongos y virus.
de administrarlo lejos de las comidas. En gene­
ral es bien tolerado, pero puede provocar hepato- Criptosporidiosis. Es provocada por Cryptos-
toxicidad con elevación de las enzimas hepáti­ poridium parvum , un protozoo de distribución
cas, además de interacciones medicamentosas, en universal que parasiia las microvellosidades del
especial con la rifampicina y ios inhibidores de epitelio del intestino delgado. En sujetos inmu-
la proteasa. El fluconazol, en cambio, es soluble nocompetentes produce una gastroenteritis agu­
en agua, se absorbe bien por vía oral, indepen­ da y autolimitada, pero en personas inmunocom-
dientemente de los alimentos, y su vida media es prometidas causa una diarrea crónica, debilitan­
más prolongada que la del ketoconazol..Tiene te, intensa y a veces mortal. La patogenia de la
menos efectos adversos y es más eficaz. diarrea por Cryprosporidium aún no está bien
La anfotericina B, en dosis de 0,3 mg/kg/día, determinada, pero el síndrome de malabsorción,
se reserva para aquellos casos de enfermedad que se produce en ausencia de reacción infla­
grave (afagia) o de falta de respuesta al tratamien­ matoria, sugiere que podría tratarse de una dia­
to mencionado antes. rrea secretora o provocada por alguna toxina.
Para la esofagitis herpética se utiliza aciclovir, Si bien este coccidio infecta preferentemente
en dosis de 2 a 4 g/día por vía oral o 10 mg/kg al yeyuno, se lo ha encontrado a lo largo de todo
cada 8 horas IV durante 10 a 14 días. Este esque­ el tracto gastrointestinal incluso en la vía biliar,
ma se continua con una dosis de mantenimiento donde causa colangitis.
de 400 a 800 mg/día por vía oral. La esofagitis El diagnóstico de criptosporidiosis se confir­
por CMV se trata con ganciclovir, 5 mg/kg cada ma por la visualización de los quistes del micro­
12 horas durante 21 días y ulteriormente se organismo, en muestras de materia fecal recién
instaura profilaxis secundaria. emitida o en biopsias de intestino delgado, me­
Como alternativa, en ambos casos de esofagitis diante la coloración de Kinyoun. En la materia
virales se puede recurrir al foscarnet, en dosis ini­ fecal no se observan leucocitos, tampoco se ha­
cial de 60 a 120 mg/kg cada 12 horas durante 14 lla leucocitosis periférica.
a 21 días. Hasta el presente no hay un tratamiento efecti­
Las lesiones idiopáticas, tamo de la orofaringe vo para esta parasitosis. Sin embargo, la espira-
como del esófago, suelen responder a la talido- micina y la paromomicina pueden provocar al­
mida; de no haber respuesta, los corticosteroides guna mejoría.
constituyen una alternativa eficaz.
368 □ Segunda parte - Infecciones virales

¡sosporosis. Es causada por Isospora belli. El tinal, constituido por hepatoesplenom egalia
cuadro se caracteriza por una diarrea intensa, con adenom egalias, invasión de la médula ósea )
dolor abdominal» ñatulencia y malabsorción. El bacteriemia con hemocultivos positivos.
microorganiso, que completa su ciclo sexual en El diagnóstico se confirma por biopsia, en I
los enterocitos, invade la mucosa del intestino que se visualizan los bacilos en el interior de los!
delgado y destruye el ribete en cepillo. El diag­ macrófagos intestinales.
nóstico se basa en la observación de los ooquistes El tratamiento consiste en la asociación de 3 ,4
en la materia fecal o en material obtenido por o 5 fármacos, de acuerdo con el antibiograma,
aspiración duodenal. No se observan leucocitos hasta 6 a 12 meses después de obtenido el con­
en las heces, aunque suele haber cristales de trol clínico y bacteriológico de la enfermedad (ver
Charcot-Leyden. La leucocitosis es poco frecuen­ atrás).
te, pero suele haber eosinofiíia periférica.
El tratamiento consiste en la administración de Salm onelosis. Una de las causas de bacteriemia
trimetoprima-sulfametoxazol. En los alérgicos a recurrente en pacientes con sida es Salmonella
las sulfonamidas se utiliza la pirimetamina, 50 a e/tteritidis. Se manifiesta por fiebre prolongada
75 mg/día más un suplemento de ácido folínico con hem ocultivos positivos. El tratamiento se
durante 10 a 14 días. realiza con fiuoroquinolonas: ciprofloxacina, en
dosis de 500 mg 2 veces por día durante 14 días
Microsporidiosis. El %éntro M icvosporidium es y se continúa con profilaxis secundaria.
la causa del 30% de los casos de diarrea crónica
en pacientes con sida. Son parásitos intracelulares C am pilobacteriosis. Es provocada por Campy-
obligados que invaden las vellosidades del intes­ lobacterjejuni, un bacilo gramnegativo, microae-
tino delgado; pero también han sido descriptos co­ rófilo, que causa fiebre y diarrea con bacteriemia.
mo causantes de hepatitis, peritonitis y queratitis.
Debido a la localización intracelular y al tama­ C o litis seu d o m em b ra ñ o sa , es causada por
ño pequeño de estos microorganismos, el diag­ C h s tr id iu m d ifficile, un bacilo grampositivo,
nóstico es difícil. Se llevan a cabo biopsias del esporulado, que se asocia con el uso de antibió­
intestino delgado que se examinan con el micros­ ticos. Se la debe considerar en el diagnóstico dife­
copio electrónico. rencial de la diarrea asociada con sida. El diag­
En la mayoría de los casos descriptos se iden­ nóstico se confirma por el hallazgo de su toxina
tificó Enterocytozoon bieneusi. El microorganis­ en las heces filtradas. El tratamiento incluye la
mo predomina en el yeyuno, donde se observa supresión de la antibioticoterapia y la administra­
atrofia y fusión de las vellosidades, con elon­ ción de metronidazol o vancomicina por vía oral.
gación de las criptas e infiltrado inflamatorio en
el que predominan linfocitos. C itom egalovirosis. El citomegalovirus es cau­
El tratamiento se basa en la administración de sa de ulceraciones en la región rectosigmoidea.
albendazol 400 mg 2 veces por día. El diagnóstico se confirma con la endoscopia y
biopsia de las lesiones, en las que se observan
O tras protozoosis. Otros protozoos completan las típicas inclusiones virales, infiltrados perivas-
el grupo de parásitos que con mayor frecuencia culares de polim orfon u cleares y trom bosis
se identifican en los pacientes con sida y diarrea vasculares (enteritis necrosante). El tratamiento
crón ica tales com o E n ta m o e b a h is to ly tic a , no difiere del que se emplea para otras localiza­
Giardia lam blia y Blastocystis hom inis. ciones de este patógeno.

M icobacteriosis. El complejo M ycobacterium H erpes sim ple. Es producido por el virus ho­
avium es una causa frecuente de infecciones mónimo, que coloniza el área anorrectal de ho­
entéricas en pacientes con sida. El cuadro clíni­ mosexuales y bisexuales. Se asocia con la apari­
co se caracteriza por fiebre, pérdida de peso, ción de ulceraciones perianales profundas, que
malabsorción, diarrea y compromiso extraintes- causan dolor intenso, tenesmo y síntomas urina­
C apítulo 41 - Enferm edad por el virus de la inm unodeficiencia humana (HlV/sida) □ 369

rios bajos. El tratamiento se basa en el uso de hepática ayudará más al diagnóstico que el estu­
aciclovir. dio colangiográfico.
En la mayoría de los casos de compromiso de
Enteropatía asociada con el sida. Es un diag­ la vía biliar intrahepática, los estudios por imá­
nóstico de exclusión que se relaciona con la in­ genes revelan la dilatación del tracto biliar. Una
fección del tracto gastrointestinal por el propio dilatación marcada de la vía biliar es una indica­
HíV-1. El virus invade linfocitos y monocitos de ción para la realización de la colangiografía re­
la lámina propia del intestino, lo que provoca dia­ trógrada, que permitirá la toma de biopsias para
rrea con esteatorrea y síndrome de malabsorción. cultivos y estudio anatomopatológico.
El tratamiento de la diarrea asociada con el sida En muestras de la mucosa duodenal o de la vía
es el empleado para erradicar el agente causal. La biliar la histopatología suele revelar un infiltra­
terapéutica no específica incluye difenoxilato, do inflamatorio crónico; también puede identifi­
loperamida y hace poco tiempo se incorporaron carse CMV o Cryptosporidium. En forma oca­
talidomida y octreótido, un octapéptido análogo sional se observan neoplasias de la región de la
de la somatostatina, empleados en la diarrea incoe­ ampolla de Vater.
rcible por Cryptosporidium o Microsporidium.
Compromiso pancreático
Compromiso hepatobiliar N o es frecuente, aunque en algunos casos se
La presencia de hepatomegalia o la elevación comprueba hiperamilasemia, habitualmente asin-
de las enzimas hepáticas en el suero son hechos tomática.
habituales en pacientes con sida. Sin embargo, el Desde que comenzó la terapéutica con ddl y
compromiso hepatobiliar no ha sido destacado en ddC, la aparición de pancreatitis ha ido en au­
la literatura con la misma frecuencia y profundi­ mento debido a un fenómeno de hipersensibili-
dad con que se ha hecho referencia al compromi­ dad a esos fármacos. También puede presentarse
so del tubo digestivo. Los pacientes con sida es­ durante el tratam iento de la neum onía por
tán expuestos a gran variedad de factores capa­ Pneum ocystis jiroveci con cotrimoxazol o penta-
ces de alterar la función hepática, como fármacos, midina, o debido a infecciones diseminadas por
dieta con d eficien cia de proteínas, hipoxia, C ryptosporidium o CMV.
coinfección por virus de las hepatitis B y C, trans­ Es posible el compromiso tumoral dei páncreas,
fusiones y procedimientos quirúrgicos. por sarcoma de Kaposi o linfomas no Hodgkin.
El compromiso del tracto biliar se evidencia
por dolor en el hipocondrio derecho, fiebre, vó­ Compromiso neurológico
mitos y aumento de la fosfatasa alcalina. El compromiso neurológico, muy frecuente en
Las causas más comunes de enfermedad hepa­ pacientes con infección por HIV-1, suele afectar
tobiliar en los pacientes con sida son la colecistitis tanto el sistema nervioso central (SNC) como el
alitiásica y la colangiopatía asociada con el sida. periférico (SNP).
La colecistitis alitiásica es habitualmente se­ Los mecanismos patogénicos se originan en la
cundaria a la infección por C ryptosporidium o propia acción del HIV-1 en forma directa o indi­
CMV, o a la invasión directa de la mucosa biliar recta, o en las infecciones oportunistas. Ambos
por el propio HIV-1. A veces requiere tratamien­ factores no son mutuamente excluyentes y en al­
to quirúrgico. gunos casos pueden darse en forma conjunta, in­
La colangiopatía asociada con el sida está vin­ cluso con más de una infección oportunista al
culada con distintos trastornos del tracto biliar, como mismo tiempo.
la estenosis papilar, la colangitis esclerosante y
la estenosis de las vías biliares extrahepáticas. Meníngoencefalitis aséptica
La evaluación del paciente se realiza mediante Se presenta durante la primoinfección y pare­
ecografía hepatobiliopancreática, la cual debe ce ser la respuesta inicial del SNC a la agresión
preceder a la colangiografía retrógrada endos- del HIV-L Cuando se hace sintomática, se ca­
cópica. Si la ecografía es normal, una biopsia racteriza por un síndrome meningoencefalítico
370 □ Segunda parte - Infecciones virales
9

m leve a moderado, que se autolimita en 1 a 4 se­ La cantidad de nódulos microgliales se reía*


manas. El LCR es claro, con aumento de proteí­ ciona con el nivel de demencia. La encefalopatía
nas y pleociiosis en la que predominan los mono- de células gigantes multinucleadas se observa en
nucleares. La serología en el LCR es positiva y los individuos con síndrome demencial y es un
puede aislarse el HIV-1. signo de infección por HIV-1.
]
Encefalopatía subaguda o síndrome demencia! del sida MIelopatía vacuolar
Se caracteriza por trastornos de la esfera cogni- Se caracteriza por la vacuolización simétrica
tiva, con pérdida de la memoria, bajo nivel de de los cordones posteriores y laterales de la mé­
o
concentración, lentitud para la ideación y difi­ dula espinal, en especial a nivel de los segmen­
« I
cultades para la realización de tareas sencillas. tos torácicos, y la aparición de paraparesia espás-
Hay apatía, trastornos afectivos y tendencia al tica de progreso lento, con ataxia y trastornos
o aislamiento con cuadros psicóticos graves. El esfinterianos. Hay compromiso sensitivo sin un
curso clínico, en general progresivo e inexora­ nivel definido. A veces se asocia con la encefalo­
f l ble, termina en la demencia del paciente postra­ patía, ya que ambos procesos responden a una
do con ataxia e incontinencia esfinteriana. Se misma patogenia: la agresión a la mielina.
o
constata falta de atención, pérdida de la memo­ El examen del LCR muestra hiperproteinorra­
4» ria, incapacidad para repetir movimientos rápi­ quia y pleocitosis linfocitaria.
dos, temblores, inestabilidad para la marcha y
signos de liberación del lóbulo frontal. El LCR Pollneuropatia desmielinizante crónica
muestra hiperproteinorraquia con pleocitosis leve Es predominantemente motora, con hiporre-
de predominio linfocitario, además de niveles flexia o arreflexia osteotendinosa, debilidad pro­
elevados de p2 microglobulina y de neopterina, gresiva de miembros inferiores e hipotonía mus­
en relación con el grado de daño neurológico. cular. El electromiograma (EMG) muestra dismi­
También se comprueba incremento del ácido nución de la velocidad de conducción y la biopsia
quinolínico, un producto del metabolismo del del nervio revela una neuropatía desmielinizante
triptófano, y de las citocinas T N F -a e IL-L En inflamatoria con infiltrados mononucleares.
cambio, se detectan valores disminuidos de los
ácidos hom ovanílico y 5-hidroxiindolacético, Neuropatía distal simétrica
como expresión de un trastorno en el metabolis­ También llamada neuropatía sensitiva predo­
mo de la dopamina/serotonina. El HIV puede ais­ minante, se caracteriza por disestesias y pares­
larse del LCR; la serología en éste también es tesias acrales, que afectan fundamentalmente los
positiva para anticuerpos de tipo IgG. pies en forma simétrica. El EMG muestra com­
La TC muestra una atrofia cortical difusa mar­ promiso de las fibras motoras y sensitivas, ca­
cada, sobre todo en el lóbulo frontal, con agran- racterístico de la degeneración axonal.
damiento ventricular, y profundización de las c i­
suras y surcos cerebrales. Las neuroimágenes MIopatía
revelan tres patrones característicos: 1) difuso, Se instala de forma subaguda, con debilidad
con atrofia, lesiones de la sustancia blanca y progresiva, mialgias y fatiga. Se afectan prefe­
gliosis; 2) en parches, con bordes mal definidos, rentemente los músculos proximales. Hay aumen­
en relación con la encefalopatía de células gigan­ to de los niveles de CPK en suero y el EMG mues­
tes, y 3) patrón focal y puntiforme. tra características similares a las de la polimio-
Desde el punto de vista histopatológico se tra­ sitis. La biopsia revela degeneración de las
ta de una leucoencefalopatía desmielinizante, con miofibrillas e infiltrado inflamatorio perivascular
la presencia de nódulos microgliales compues­ e intersticial.
tos por linfocitos, macrófagos y células de la
microglia, células gigantes multinucleadas e in­ Toxoplasmosis
filtrados perivasculares con vacuolización de la Es una infección oportunista que compromete
sustancia blanca. con frecuencia el SNC en pacientes con sida. Se
Capítulo 41 - Enferm edad por el virus de la inmunodeficiencia humana (HlV/sida) □ 371

esíima que muchos de ellos la presentarán en al­ Criptococosis


gún momento de su evolución. En la gran mayo­ Es la infección oportunista que compromete el
ría de los casos se produce por la reactivación de SNC en forma difusa. Se trata de una micosis
una infección latente y por lo general en pacien­ sistémica que se manifiesta como meningoen-
tes con menos de 200 linfocitos T CD4+/|o.L. cefalitis de evolución aguda, subaguda o cróni­
Josoplosma gondii provoca encefalitis necrosante ca. La enfermedad es habitualmente diseminada;
y es la causa más frecuente de masa cerebral ocu­ las lesiones se observan en piel, ojos, articula­
pante en pacientes con sida. ciones, huesos, pulmón, hígado e intestino. Se
El cuadro clínico depende del tamaño y núme­ deben a la diseminación hemática del hongo des­
ro de las lesiones. Se presenta con cefalea, fie­ de un foco de reactivación de una primoinfección
bre, confusión y letargo, a lo que se agregan las pulmonar. Su incidencia varía según el área con­
manifestaciones de foco neurológico: hemiplejía, siderada y afecta a pacientes con menos de 100
hcmiparesia, convulsiones focales (jacksonianas) linfocitos T CD4+/|iL.
o oeneralizadas, compromiso de pares craneanos El agente causal es el hongo C rypfococcus
y afectación del campo visual. neoform anSy cuya fase asexuada o anamórfica es
LaTC muestra lesiones únicas o múltiples que levaduriforme y capsulada. El estudio antigénico
captan el contraste en forma difusa o con refuer­ de la cápsula permite diferenciar 4 serotipos prin­
zo periférico «en anillo», con edema perilesional cipales: el par AD concuerda con la especie
marcado. La RM revela, en general, mayor nú­ neoform ans y el BC con la variedad gatii de esta
mero de lesiones que la TC. última especie.
Los linfomas cerebrales y los abscesos pióge- El compromiso del SNC se presenta con fiebre
nos pueden dar imágenes similares. y cefalea, con signos meníngeos o sin ellos. El
El análisis del LCR, de poca utilidad diagnós­ estudio del LCR muestra las características pro­
tica excepto para descartar otras afecciones, mues­ pias de una meningitis linfocitaria crónica. Es un
tra pleocitosis con predominio linfocitario y ele­ líquido claro, hipertenso, con hipoglucorraquia,
vación de los niveles de proteínas. La serología hiperproteinorraquia y pleocitosis linfocitaria. A
no contribuye al diagnóstico; en general los títu­ veces las alteraciones del LCR son mínimas, in­
los de IgG son bajos y los de IgM, negativos. El cluso el examen físico, químico y citológico pue­
diagnóstico de certeza requiere de la realización den ser normales.
de una biopsia cerebral. Sin embargo, dada la fre­ El examen microscópico directo del sedimen­
cuencia de toxoplasm osis en estos pacientes, to del LCR adquiere relevancia especial. La cáp­
se acepta la indicación de un tratamiento empíri­ sula de C. n e o fo r m a n s es refractaria a la tinta
co en aquellos sujetos HIV positivos con dete­ china, lo que constituye un carácter distintivo de
rioro inmunitario pronunciado, signos de foco gran importancia. El número de levaduras es
neurológico e imágenes de lesiones focales en mayor cuanto más grave es el deterioro inmu­
laTC. nitario del paciente. Los pacientes con sida mues­
El tratamiento consiste en la asociación de tran por lo general un gran número de levaduras
pirimetamina, en dosis de 50 a 75 mg/día más y escasas o nulas alteraciones del LCR. Su culti­
sulfadiazina, 4 a 6 g/día o pirimetamina más vo no requiere medios complejos, ya que el hon­
clindamicina, 2.400 mg/día por vía IV. La tera­ go se desarrolla con facilidad en los medios de
péutica se completa con suplementos de ácido uso corriente. En condiciones aeróbicas, en 48 a
folínico, anticonvulsivantes y corticosteroides. 72 horas se desarrollan colonias de un color blan­
Luego de dos a tres semanas se repiten las neu- co amarillento. No obstante su rápido crecimien­
roimágenes; si no se aprecia mejoría, deberán to, los cultivos no deberán descartarse antes de
descartarse otros diagnósticos. las 3 semanas.
Si la evolución clínica y radiológica es favora­ Dado el carácter diseminado de la enfermedad,
ble, el tratamiento se mantiene durante 6 a 8 se­ pueden estudiarse otros materiales: sangre, esca­
manas; después se indica profilaxis secundaria con rificaciones o biopsias de lesiones cutáneas; pun­
la mitad de las dosis de los fánnacos utilizados. ción aspiración de médula ósea, esputo, líquido
372 □ Segunda parte - Infecciones virales

del lavado broncoalveolar y orina. Los hemocul- antivirales no han dado resultados satisfactorios;
tivos son positivos en más del 80% de los casos; no obstante, se han observado algunas remisio­
el método de lisis/centrifugación es de elección. nes asociadas con la terapia antirretroviral.
La cápsula de C. neoform ans posee antígenos
que constituyen un importante elemento de diag­ Enfermedad de Chagas
nóstico, tanto por su especificidad como por su Trypanosom a cruzi es causa de encefalitis ne-
sensibilidad. La búsqueda del antígeno capsular crosante multifocal en pacientes con sida. En
puede llevarse a cabo en suero (antigenemia), general se debe a la reactivación de la enferme­
LCR (antigenorraquia) u orina (antigenuria). Para dad latente, por lo que es necesario el control de
su determinación se emplea el método de agluti­ todos aquellos pacientes con serología positiva
nación de partículas de látex sensibilizadas con para la enfermedad de Chagas. También es posi­
anticuerpos específicos. El descenso de los títu­ ble la adquisición de esta enfermedad por vía
los del antígeno tiene valor pronóstico. La TC p o stra n sfu sio n a l. C om o produce im ágenes
muestra un patrón de atrofia cortical, raramente radiológicas de masa ocupante similares a las de
se observan lesiones focales. la toxoplasmosis y los linfomas, hay que incluir­
En la actualidad, la asociación de anfotericina la en el diagnóstico diferencial de esos trastor­
B con flucitosina se considera el tratamiento de nos. El diagnóstico se confirma por la visualiza-
elección para las formas diseminadas de crip- ción de los amastigotes de T. cruzi en el material
tococosis asociada con sida. Se administran 0,3 obtenido por biopsia de las lesiones focales cere­
a 0,5 mg/kg/día de anfotericina B por vía IV y brales, o de los tripomastigotes en el LCR, en
100 mg/kg/día de flucitosina por vía oral, en 4 casos de meningoencefalitis difusa.
tomas, durante 6 a 8 semanas. Si este esquema
no puede utilizarse, se administrará anfotericina Linfomas primarios del $NC
B sola, 0,8 mg/kg/día durante el mismo tiempo. Son tumores de células B que constituyen una
La anfotericina B es nefrotóxica y puede generar complicación tardía de los pacientes con sida. Se
anemia, neutropenia, hipopotasemia, hepatoto- presentan en aquellos enfermos con menos de 100
xicidad y cardiotoxicidad. T CD4+/^iL.
El derivado imidazólico fluconazol, 800 a 1.200 Se trata de tumores m ulticéntricos de gran
mg/día por vía oral o IV es una alternativa. Está malignidad, que se localizan preferentemente en
especialmente indicado en pacientes que no pue­ los ganglios basales, el cuerpo calloso, el tála­
dan recibir anfotericina B, pero además se em­ mo, la región subependimaria y la sustancia blan­
plea para la profilaxis secundaria en dosis de 200 ca periventricular.
a 400 mg/día por vía oral. En la actualidad el sida es el factor de riesgo
más importante para el desarrollo de linfomas
LeucoBncefalopatia multifocal progresiva primarios del SNC. Su incidencia en esta pobla­
Es una infección oportunista, propia de ios e s­ ción contrasta con su rareza en sujetos inmuno-
tadios finales de la enfermedad, causada por el competentes. Se caracterizan por la presencia de
papovavirus JC. Se caracteriza por un deterioro un síndrome de foco neurológico semejante al que
lento pero progresivo de la con cien cia, con provoca la toxoplasmosis, con imágenes simila­
incoordinación motora, ataxia y signos focales, res en la TC y la RM. El diagnóstico se confirma
como paresias, afasias y hemianestesias. La TC con la histopatología de muestras obtenidas por
y la RM muestran extensas lesiones en la sustan­ biopsia estereotáxica, que permite observar las
cia blanca que se caracterizan por no producir células atípicas con disposición perivascular pre­
efecto de masa. El diagnóstico de certeza sólo se dominante. La detección del genoma del virus
realiza con la biopsia estereotáxica. La anatomía de Epstein-Barr en el LCR de un paciente con un
patológica revela áreas extensas de desm ieli- cuadro de masa cerebral ocupante es diagnóstica
nización, con alteraciones de los astrocitos y de linfoma primario del SNC. La supervivencia
oligodendrocitos, que pueden mostrar cuerpos es breve luego del diagnóstico.
de inclusión intranucleares. Los tratamientos
V
C apítulo 41 - Enferm edad por el virus de la inmunodeficiencia humana (H lV /sida) □ 373

Compromiso cutáneo tración local de citostáticos o quimioterapia múl­


El compromiso de la piel en pacientes con sida tiple por vía sistémica.
puede ser de etiología infecciosa, neoplásica o ines-
pecífíca. Las lesiones cutáneas tienen valor diag­ Histoplasmosis
nóstico y pronóstico en la enfermedad HlV/sida. En la histoplasmosis asociada con el sida el
compromiso cutaneom ucoso es relativamente
Sdfcoma de Kaposi frecuente. Puede observarse una erupción macu-
Aunque su incidencia ha disminuido en los úl­ lopapulosa difusa, folicu litis, pápulas acnei-
timos años, el sarcoma de Kaposi (SK) aún es la formes, lesiones papulonecróticas, y ulceracio­
neoplasia más frecuente en pacientes con sida, nes bucales y perianales infiltradas. Estas lesio­
predomina entre homosexuales y bisexuales. En nes, que predominan en la cara y el tronco, tie­
época reciente se identificó el virus herpes hu­ nen un aspecto poco llamativo y con frecuencia
mano tipo 8 (HHV-8) como su agente etiológico, son asintomáticas, por lo que pueden pasar inad­
por hallazgo de sus secuencias de ADN en biop- vertidas. Su raspado y biopsia para el examen di­
sias de las lesiones. recto con coloración de Giemsa, el cultivo y el
Las lesiones suelen comprometer la piel, en estudio histopatológico son procedimientos sen­
especial la punta de la nariz, la región retroau- cillos que permiten obtener el diagnóstico con
ricular y el dorso de los pies. El compromiso de rapidez.
las mucosas, en particular la bucal (paladar), la
genital (glande) y la conjuntival (mucosa tarsal), Criptococosis
suelen ser la manifestación inicial de la enferme­ La presentación más típica es el brote agudo
dad. La invasión del tubo digestivo se comprue­ de pápulas umbilicadas, similares a las lesiones
ba en la mitad de los casos. La localización gan- del m olusco contagioso; por esta razón también
glionar es casi constante. La afectación pulmonar se denominan molitscoides. Se localizan con pre­
es un signo de mal pronóstico y se comprueba en ferencia en la cara, donde suele haber una o más.
casos de enfermedad diseminada con localización La escarificación y la biopsia, para cultivo y exa­
previa en la piel y mucosas. La extensión hacia men histopatológico, permiten un diagnóstico
¡a serosa pleural determina derrames hemáticos rápido al igual que en el caso de la histoplasmosis.
o serohemáticos, que se reproducen con rapidez. A veces las lesiones cutáneas pueden preceder al
Las lesiones cutáneas se caracterizan por su compromiso meningoencefálico.
color rojo vinoso y por su aspecto. Pueden ser
máculas, pápulas, nódulos o tumores. Muchas Molusco contagioso
veces son simétricas y con distribución meta- Es un trastorno provocado por un virus de la
mérica, en forma de elementos pequeños y alar­ familia Poxviridae. Se caracteriza por la apari­
gados. En algunas localizaciones, sobre todo la ción de lesiones de aspecto perlado, número va­
ocular y la genital, el compromiso linfático pue­ riable, umbilicación central y localización habi­
de generar la aparición de edema. tual en la cara y el cuello. Su tamaño oscila des­
La histología muestra estructuras vasculares de pocos milímetros a 2 o 3 cm de diámetro. A
dilatadas, con proliferación de células fusiformes veces adquieren un aspecto vegetante por la fu­
perivasculares, extravasación de eritrocitos y pig­ sión de varias lesiones. El diagnóstico se confir­
mento férrico, y depósitos de hemosiderina. ma por la biopsia o escarificación de las lesio­
El pronóstico del SK depende del nivel inmu- nes.
nitario del paciente, de la extensión tumoral y de Los moluscos contagiosos, marcadores cutá­
la presencia o ausencia de compromiso pulmonar. neos de enfermedad HlV/sida avanzada, apare­
El diagnóstico diferencial debe realizarse funda­ cen en sujetos con recuentos de linfocitos T CD4+
mentalmente con la angiomatosis bacilar. inferiores a 200 cél/)xL. El tratamiento se basa en
El tratamiento se basa en el empleo de esque­ el curetaje sim ple, la electrocoagulación o la
mas adecuados de terapia antirretroviral, asocia­ crioterapia. Las recidivas son comunes en rela­
dos con radioterapia, interferón alfa, y adminis­ ción con el deterioro inmune.
374 □ Segunda parte - Infecciones virales

# Condilomas acuminados se utiliza foscarnet: 60 mg/kg por vía IV, cada 8


También llamados verrugas genitales, son pro­ horas, durante 14 a 21 días.
m
ducidos por diferentes serotipos de HPV. Son le­
m siones de aspecto vegetante, de color rosado o Angiomatosis bacilar
blanquecino y superficie queratósica. En los pa­ También llamada angiom atosis epitelioide, per­
cientes HIV positivos los condilomas acuminados tenece al grupo de nuevas entidades clínicas que
anogenitales suelen ser más numerosos, de ma­ se han descripto asociadas con la pandemia HIV/
yor tamaño y persistentes a pesar de los diferen­ sida. Su denominación alude a la proliferación
tes tratamientos. Estas características se incre­ vascular que se presenta como reacción a la infec­
m
mentan en la medida en que se profundiza la ción bacilar. El agente causal pertenece a la fami­
inmunodeficiencia. Su presencia se asocia con lia Bartonellaceae, género Bartonella, especie hen-
mayor riesgo de padecer neoplasias vaginales, selae o quintana^ antes llamada RochaUmaea
a vulvares, anales o peneanas. Los tratamientos no henselae o quintana. El reservorio de este microor­
difieren de los indicados para la población gene­ ganismo es el gato doméstico {Feiis domesiicus) y
a ral (podofilino, ácido tricloroacético, imiquimod, su vector, la pulga del gato (Ctenocephalides felis).
elecirocoagulación, curetaje, crioterapia, cirugía Su aspecto clínico se caracteriza por la apari­
<o
e interferón intralesional). ción de pápulas, nódulos o tumores de aspecto
<A angiomatoide o botriomicoide, solitarios o múl­
Herpes simple mucocutáneo crónico tiples, a veces exofíticos o pediculados, que pue­
d La infección por el virus del herpes simple den comprometer piel, mucosas y órganos inter­
(HSV) es la infección viral más frecuente en los nos. La enfermedad, que cursa con fiebre y com­
(O enfermos de sida y sus manifestaciones clínicas promiso del estado general, puede tener formas
dependen del grado de la inmunodeficiencia. En puramente cutáneas, sin bacteriemia, y también
til pacientes con recuentos de T CD4-H mayores de se han descripto casos de compromiso visceral
m 200 cél/|iL adquiere la forma clásica de vesícu­ sin localización en piel. La? lesiones cutáneas
las arracimadas peribucales o la gin g iv o es- predominan en la cara y el tronco; el compromi­
m tomatitis vesiculosa. En sujetos con grados ma­ so visceral involucra hígado, bazo, ganglios y
yores de inmunodeficiencia es común observar huesos. Las lesiones son de tamaño y número va­
(O formas ulceradas perianales (en especial en ho­ riables, desde algunas pocas, pequeñas y punti-
mosexuales, como manifestación de la puerta de formes, hasta incontables, de aspecto tumoral
entrada) y genitales. Son úlceras grandes, dolo- angiomatoide o botriomicoide. Siempre mantie­
id rosas, con tendencia a la cronicidad, que desde nen su aspecto definidamente vascular y su ten­
la zona perianal pueden comprometer al escroto dencia a sangrar con facilidad. En un mismo pa­
(II y los genitales. ciente pueden coexistir distintos tipos de lesio­
Las ulceraciones genitales obligan siempre al nes, pero siempre predomina uno de ellos. Sue­
diagnóstico diferencial con otras enfermedades len estar comprometidas la cavidad bucal, la con­
de transmisión sexual. El diagnóstico se realiza juntiva y la mucosa anorrectal. De los órganos
m
por la escarificación de las lesiones y el empleo internos se destaca el com prom iso hepatoes-
(f» del citodiagnóstico de Tzanck que permite la de­ plénico (peliosis) y óseo, en general por conti­
tección de células gigantes multinucleadas. Ade­ güidad de las lesiones cutáneas o subcutáneas o
t i» más son de utilidad el estudio histopatológico y por diseminación hemática. La localización ósea
virológico (cultivo e inmunofluorescencia con predomina en los huesos largos; hay imágenes
(H anticuerpos monoclonales). osteolíticas e intensa reacción perióstica.
El tratamiento consiste en la administración de El diagnóstico se confirma por la histopatología
(jf>
2 a 4 g/día de aciclovir, por vía oral, durante 21 de las lesiones, cuyo sangrado al efectuar la biop-
ú(» días. En aquellos pacientes con recidivas frecuen­ sia es característico. Con coloración de hemato-
tes se indicará un régimen de profilaxis secunda­ xilina-eosina se visualizan formaciones lobulares,
ID ria, con dosis orales de 400 a 800 mg/día. Para ubicadas en la dermis, constituidas por capilares
las infecciones herpéticas resistentes al aciclovir y vénulas, espacios vasculares redondeados con
C*

íM

ib
C apítulo 41 - Enferm edad por el virus de la inmunodeficiencia humana (HlV/sida) □ 375

células endoteliales grandes, de citoplasma abun­ de la retina periférica pueden permanecer asinto-
dante, que prolruyen hacia la luz vascular. El máticas o provocar defectos en la visión periférica
estroma circundante suele mostrar cúmulos de llamados «moscas volantes». No se acompaña
neutrófilos y material granular perteneciente a los con dolor ocular ni fotofobia.
bacilos, que se evidencian con la tinción argéntica La acción directa del virus sobre las células de
de Warthin-Siarry. la retina provoca necrosis, que lleva a la pérdida
El principal diagnóstico diferencial de esta en­ permanente e irreversible de la visión. Las se­
fermedad es el sarcoma de Kaposi, cuyas lesiones cuelas dependerán de la precocidad del diagnós­
cutáneas y viscerales tienen un aspecto muy simi­ tico, de la localización de las lesiones (con com ­
lar. En este sentido es sumamente iltil la histología promiso de la mácula o no) y de la extensión de
que, en el caso de la neoplasia, muestra extrava­ ¡a necrosis.
sación de hierro y depósitos de hemosiderina. Debido a las dificultades para obtener muestras
El tratamiento de la angiomatosis bacilar se de tejido retiniano para el estudio histopaiológico,
basa en el uso de antibióticos del grupo de los el diagnóstico de retinitis por CMV se realiza
macrólidos. Se utiliza la roxitromicina en dosis mediante el examen oftalmoscópico. Los hallaz­
de 600 a 900 mg/día, por vía oral, durante 8 a 12 gos predominantes y característicos de la oftal-
semanas. Una vez lograda la remisión clínica se moscopia son infiltrados perivasculares blanco-
mantendrá un esquema de profilaxis secundaria amarillentos, asociados con hemorragias reti-
con 300 mg diarios. nianas. Hay escasa o nula inflamación vitrea. En
general comienza siendo unilateral y, de no me­
Compromiso ocular diar tratamiento, en la mayoría de los casos se hace
El compromiso ocular puede ser una de las pri­ bilateral.
meras manifestaciones de la progresión al sida. El tratamiento se basa en el uso de ganciclovir,
Deben mencionarse los exudados algodonosos y un inhibidor de la polimerasa del ADN de CMV,
los microinfartos retinianos, característicos de la HSV y VZV, con acción virostática. Para el trata­
microangiopatía ocular de! sida; la necrosis reti- miento de inducción se indica en dosis de 5 mg/kg
niana aguda por HSV o VZV; la coriorretinitis cada 12 horas, por vía IV, durante 14 a 21 días.
por Toxoplasma gondii; la coroiditis por Pneumo- Cuando se lo administra muy rápidamente puede
cystis j i w v e d y el compromiso ocular por Cryp- causar flebitis o dolor local. El ganciclovir es un
íococcus neoform ans, M ycobacterium tubercu­ depresor de la médula ósea; provoca leucopenia
losis, Histoplasma capsulatum. Candida albicans y neutropenia y, con menor frecuencia, plaque-
y Treponema pallidum . Una de las más impor­ topenia, anemia y eosinofilia. Durante la etapa
tantes y frecuentes es la retinitis por citome- de inducción se requiere un control hematológico
galovirus (CMV) que se describe a continuación. cada 48 a 72 horas. Para la profilaxis secundaria
se administra ganciclovir en una dosis diaria de
Retinitis por CMV 6 mg/kg durante 5 días por semana. No debe ad­
En estos pacientes, es la localización más co­ ministrarse con otros fármacos potencialmente
mún de la citomegalovirosis; las otras, esofágica, m ielotóxicos com o zidovudina, cotrimoxazol,
intestinal, pulmonar, nerviosa, hepática y su­ pirimetamina, dapsona o anfotericina B.
prarrenal, son menos frecuentes. Se presenta en Como alternativa terapéutica puede utilizarse
pacientes con enfermedad avanzada y deterioro foscarnet; 60 a 120 m g ^ g cada 12 horas como
inmunitario grave (m enos de 100 lin focitos terapia de inducción y 60 a 120 mg/kg/día en
T CD4+/|iL). La retinitis es la consecuencia de dosis única como mantenimiento. El foscarnet
la diseminación del CMV por vía hemática, lue­ inhibe la polimerasa del ADN de los virus herpes
go de la reactivación de la infección latente. y la transcriptasa reversa del HIV-1. Es nefro-
Aquellos pacientes con lesiones que comprome­ tóxico, por lo que debe administrarse junto con
ten principalmente la mácula o el nervio óptico un adecuado aporte de líquidos (2 a 3 litros dia­
consultan por disminución de la agudeza visual rios). Puede provocar hipocalcemia e hipomag-
o por defectos en el campo visual. Las lesiones nesemia en el momento de la administración, con
376 Q Segunda parte - Infecciones virales

crisis de tetania. Por lo tanto, deberán indicarse dores de la integrasa inhiben la reacción de trans>!
suplementos de calcio y magnesio, y administrar ferencia de la cadena de la integrasa y finalmen- [
el fármaco con lentitud, en no menos de 2 horas. te los antagonistas de los correceptores. Es decir,
También se ha descripto como efecto adverso la de las 6 familias de antirretrovirales, cuatro inhiben
aparición de erosiones en el pene y el escroto. enzimas del ciclo intracelular y dos actúan antes
N o debe administrarse con otros fármacos poten­ de la entrada del retrovirus a la célula blanco.
cialmente nefrotóxicos, como pentamidina, anfo-
tericina B y aminoglucósidos. Inhibidores de la transcriptasa reversa análogos
de los nucleósidos (ITRN)
Z idovudina (ZDV). También conocida como
TRATAMIENTO
azidolimidina o A2T, la ZDV, es el primer fár­
Los retrovirus son un blanco habitualmente maco con el que se demostró alguna actividad
difícil para los fármacos con actividad antiviral. contra el H IV -l. Se sintetizó por primera vez en
Como ya se dijo, estos virus se integran al genoma 1964, com o fármaco antineoplásico, y en 1085
de la célula hospedera, donde pueden permane­ se demostró su actividad como potente inhibidor
cer en estado de latencia durante períodos pro­ del HIV-1 en cultivos de células T. En 1986 se
longados. En el caso del HlV-1 el problema se comenzó a utilizar en ensayos clínicos y en marzo
agudiza por su capacidad para infectar distintas de 1987, a 6 años del comienzo de la epidemia,
células y tejidos, de manera especial el SNC al fue aprobado por la FDA, de los EE.UU., para su
que muchos fármacos no pueden acceder en con­ utilización en pacientes con infección por HIV.
centraciones útiles por su incapacidad para atra­ Pertenece al grupo de los didesoxinucleósidos,
vesar la barrera hematoencefálica. que son fárm acos inhibidores de la enzima
La complejidad del HIV-1, sumada a la natura­ transcriptasa reversa; o sea que impiden la trans­
leza devastadora de la enfermedad en sí, hace cripción del ARN a ADN viral.
necesario diseñar de la manera más racional po­ Se absorbe bien en el tracto gastrointestinal y
sible los diversos esquemas terapéuticos dirigi­ alcanza concentraciones séricas pico dentro de
dos a actuar en las distintas etapas del ciclo de las 0,5 a 1,5 horas. Su vida media es de alrededor
replicación viral. de una hora; en su mayor parte se metaboliza con
Desde diciembre de 2007, se dispone de más rapidez, mediante glucuronización hepática, para
de 20 fánnacos antirretrovirales pertenecientes a dar un metabolito inactivo, el gatz. Se elimina
6 familias con actividad sobre distintas etapas del por vía renal, tanto por filtración glomerular como
ciclo de replicación viral. por secreción tubular. Aquellos fármacos capa­
ces de inhibir la glucuronización hepática, como
Fármacos antirretrovirales el probenecid, los AINE y las sulfonamidas, pue­
Existen en la actualidad, 6 familias de fárma­ den prolongar la vida media de la zidovudina y,
cos antirretrovirales aprobados para el tratamiento en consecuencia, modificar su perfil de toxici­
de la infección por HIV. Los inhibidores nucleo- dad. La pentamidina, la anfotericina B y la flucito-
sídicos/nucleotídicos de la transcriptasa reversa sina, al ser nefrotóxicas, pueden incrementar los
y los inhibidores no nucleósidos de esta enzima riesgos de toxicidad. Atraviesa bien la barrera
que inhiben la transcripción inversa, un paso ne­ hematoencefálica y alcanza niveles satisfactorios
cesario para la replicación del genoma viral lue­ en el LCR, del 55% al 60% de los niveles plasmá­
go de la entrada en la célula hospedera. Los inhi­ ticos. Por esta razón está especialmente indicada
bidores de la proteasa actúan al final del ciclo en pacientes con manifestaciones neurológicas y
intracelular lo que impide el ensamblaje de las psiquiátricas atribuibles al propio HIV-1, inclui­
nuevas partículas virales. Los inhibidores de la da la demencia. Esta acción se ejercería debido a
fusión actúan en el primer paso del ciclo de in­ un efecto directo sobre los monocitos y macró-
fección viral y se unen a las glucoproteínas de la fagos del SNC infectados y de manera indirecta
cubierta del virus necesarias para que éste se ad­ a través de la inhibición de la neurotoxina o
hiera y penetre en la célula hospedera. Los inhibi­ linfocina neurotóxica producida por el HIV.
C apítulo 41 - Enferm edad por el virus de la inm unodefíciencia hum ana (HlV/sida) □ 377

E fecto s a d v e rs o s . El principal es la inhibición Dentro de la célula se convierte en trifosfato


de la médula ósea, con anemia y leucopenia; la de d id e so x ia d en o sin a (ddA T P), que e s su
jrombociiopenia, que suele aparecer en forma metabolito activo. Este compuesto tiene una vida
más tardía, es menos frecuente. La anemia es de media de unas 12 horas, o sea bastante más pro­
tipo megaloblástica; ciertas deficiencias vitamí­ longada que la de zidovudina, lo que permite
nicas, sobre todo la de la vitamina B12, favore­ administrarlo en dos dosis diarias o incluso en
cen su aparición. Se caracteriza por una madura­ una sola. Como se inhibe con rapidez en un pH
ción insuficiente del eritrocito» como lo eviden­ ácido, todas sus presentaciones orales deben con­
cia la macrocitosis que se observa durante la te­ tener agentes destinados a incrementar el pH gás­
rapia. Los pacientes que desarrollan anemia gra­ trico. En el momento de la toma es imprescindi­
ve, con niveles de Hb menores de 8 g % o leuco­ ble que el paciente esté en ayunas, ya que los
penia con menos de 2.000 cél/|iL y neutropenia, alimentos reducen la absorción en un 50%. En
deben interrumpir el tratamiento hasta que se consecuencia, desde tres horas antes y hasta una
observen signos de recuperación medular. Es hora después de la toma no deberá ingerir ali­
conveniente indicar suplementos de ácido folí- mentos, excepto agua.
nico, hierro y vitamina B 12, com o también efec­ El pasaje a través de la barrera hematoen-
tuar hemogramas de control cada dos semanas cefálica es muy inferior al de la zidovudina, por
durante los primeros tres meses de tratamiento y lo cual sus niveles en el SNC son el 20% de los
luego una vez por mes. Entre los individuos en plasmáticos. Alcanza una excelente concentra­
estadios tempranos de la enfermedad, la inciden­ ción en el interior de monocitos y macrófagos.
cia de toxicidad hemática es baja. Debe tenerse La unión a proteínas plasmáticas es baja, menos
en cuenta que el propio HIV genera un cuadro de del 5%, y la recuperación urinaria es de aproxi­
mielodisplasia con pancitopenia y que otros madamente el 20% de la dosis oral. Se elimina
fármacos utilizados en estos pacientes (pirime- por vía renal, mediante filtración glomerular y
tamina, cotrimoxazol, ganciclovir) pueden sumar secreción tubular. La fracción no excretada por
; su mielotoxicidad a la de la zidovudina. el riñón se metaboliza por las vías conocidas del
■ Otros efectos adversos son la cefalea, muy fre- metabolismo de las purinas, con la conversión a
j cuente en el inicio de la terapia, los trastornos hipoxantina y ácido úrico.
: gastrointestinales (epigastralgia, náuseas, vómi­
tos) y las mialgias con elevación de la CPK en Efectos adversos. Los que por su importancia
suero. Más raramente, convulsiones y confusión requieren acción inmediata son: la neuropatía
mental, y a nivel cutáneo diversos exantemas y periférica y la pancreatitis aguda.
pigmentación ungueal. La neuropatía periférica es de tipo sensitivo-
motora y se presenta con mayor frecuencia en
Dosis y vías de adm inistración. La zidovudi­ etapas tempranas del tratamiento, sobre todo en
na se administra por vía oral, en dosis de 250 a pacientes con neuropatías previas de otra etiolo­
300 mg cada 12 horas. La vía intravenosa se re- gía, deficiencias nutricionales y antecedentes de
j serva para el momento del parto y la solución alcoholismo; su incidencia es de un 5% a 12%.
, oral para la administración al recién nacido. Exis­ Se caracteriza por la aparición de hormigueos,
te en una presentación que combina 300 mg de dolor distal, y sensación de quemadura y adorme­
ZDV y 150 mg de lamivudina para administar 2 cimiento en las manos o en los pies. La pérdida de
veces al día. los reflejos osteotendinosos y de la sensibilidad a
la vibración debe interpretarse como un signo tem­
Didanosina (ddl). La 2 \ 3 ’-didesoxiinosina es prano del compromiso nervioso. Por lo general
un análogo de las purinas aprobado en 1991 para desaparece con la suspensión del tratamiento.
usar en pacientes con infección por H IV -l. Su La pancreatitis aguda, cuya incidencia es del
acción terapéutica es similar a ía de la zidovudina, 5% al 10%, se caracteriza por la presencia de
, pero difiere en toxicidad. hiperamilasemia, dolor epigástrico y en ambos
hipocondrios.
378 D Segunda parte - Infecciones virales

Otros efectos adversos son trastornos gas­ La zalcitabina deberá utilizarse con precauciónl
trointestinales, toxicidad hepática con elevación en pacientes con trastornos de la función renal.!
transitoria de las transaminasas, alteraciones Tampoco se la empleará junto con otros fármacos
electrolíticas (hipocalcem ia, hipopotasemia e capaces de provocar neuropatía periférica (ddl,
hipomagnesemia), hiperuricemia asintomática y isoniacida, d4T, vincristina).
xerostomía.
D osis y vías de adm inistración. Se administra
Dosis y vías de administración. En individuos por vía oral, lejos de las comidas y en dosis de
de más de 60 kg de peso la dosis es de 400 mg/día 0,75 mg cada 8 horas.
y en los de m enos de 60 kg se administran
300 mg/día. Se presenta en cápsulas entéricas de Estavudina (d4T), La 2 ’,3 ’-didesoxit¡midina
400 mg para administración en una sola dosis al también es trifosfatada dentro de la célula, pero
día. por su efecto más reducido sobre el metabolismo
de las timidinas genera menor toxicidad hemática.
Zalcitabina (ddC). La 2 \ 3 ’-didesoxicitidina Se absorbe con rapidez tras la administración
es un análogo de los nucleósidos que inhibe la oral y ios alimentos no interfieren. La vida me«
transcriptasa reversa; posee un perfil de toxici­ dia plasmática es de alrededor de una hora, con
dad similar al de la ddl, con la que no debe aso­ una penetración en el SNC del 30% al 40% de
ciarse. Dentro de la célula la zalcitabina es los niveles plasmáticos. Un 50% de la dosis oral
fosforilada a trifosfato, que actúa como sustrato se elimina por vía renal sin cambios. En estudios
de la transcriptasa reversa del HIV-1, se incorpo­ in vitro se ha demostrado una disminución de la
ra al ADN viral, que se está replicando, y provo­ fosforilación intracelularde d4T en pacientes tra­
ca una terminación prematura de la síntesis de tados en forma prolongada con zidovudina.
éste. Como en los otros fármacos de este grupo,
su actividad depende de su capacidad para ser Efectos adversos. El principal es la neuropatía
fosforilado por las enzimas celulares timidina- periférica sensitiva, que se presenta en alrededor
quinasas, lo que da lugar a la forma activa. del 30% de los pacientes. También puede provo­
Tras la administración oral se absorbe con ra­ car hepatitis con elevación de las transaminasas.
pidez y en alta proporción en el tracto gastroin­ No debe combinarse con zidovudina por su anta­
testinal, pero los alimentos reducen la velocidad gonismo farmacológico.
de absorción. Menos de un 4% se une a las pro­
teínas plasmáticas y en el LCR su concentración D osis y vías de adm inistración. La dosis de­
es el 20% de la plasmática. No se metaboliza pende del peso corporal. En individuos de me­
significativamente en el hígado; el 70% se elim i­ nos de 60 kg se indican 30 mg cada 12 horas y en
na en forma intacta por el riñón en 24 horas. Su los de más de 60 kg, 40 mg cada 12 horas por vía
vida rr>edia de eliminación es de unas 2 horas. oral.

Efectos adversos. El principal es la neuropatía Lam ivudina (3TC). La 3 ’-tiacitidina ha sido


periférica, que se observa en el 15% al 30% de aprobada por la PDA para utilizarla en combina­
los pacientes. Es una neuropatía sensitivomotora ción con zidovudina o d4T. Es un inhibidor po­
que se inicia en la porción distal de las extremi­ tente de la replicación del virus de la hepatitis B.
dades y compromete los reflejos osteotendinosos. Su utilización frecuente con zidovudina se basa
La aparición de aftas bucales y esofágicas, he­ en la mayor actividad antirretroviral de la aso­
cho relativamente común durante el tratamiento, ciación y a su actividad contra las cepas mutanies
puede obligar a la suspensión del fármaco. resistentes a este último fármaco, cuyo desarro­
La pancreatitis es poco frecuente. También llo retrasaría.
puede causar hepatitis o agravar los síntomas Se absorbe bien por vía oral y su biodispo-
cardíacos en pacientes con antecedentes de car- nibilidad es del 86%. Su vida media intracelular
diopatía. de 12 horas permite la administración en dos do­
C apitulo 41 - Enferm edad por el virus de la inmunodeficiencia humana (HlV/sida) □ 379

sis diarias. Penetra un 10% en el SNC y en un T en ofovir (T D F ). El tenofovir disoproxil


70% se excreta por vía renal. fumarato fue aprobado por la PDA en octubre de
2001 y es el primer inhibidor de la transcriptasa
Efectos adversos. Son mínimos. Con poca fre­ reversa análogo a cíclico de los nucleótidos
cuencia puede provocar c efa lea , trastornos (adenina).
gastrointestinales e insomnio. Experimenta una doble fosforilación dentro de
las células a través de enzimas que lo convierten
Dosis y vías de adm inistración. La dosis es de en tenofovir difosfato (a diferencia de los análo­
150 mg cada 12 horas por vía oral o 300 mg en gos de ios nucleósidos que sufren una triple
una única dosis diaria. fosforilación intracelular). Por vía oral, alcanza
una biodisponibilidad de aproximadamente el
Abacavir (A BC). La absorción oral es exce­ 25% cuando se lo administra sin alimento.s y del
lente y su biodisponibilidad es mayor del 95%. 40% cuando se lo hace junto con las comidas.
Pasa al SNC en proporción significativa, se Presenta una vida media plasmática de aproxi­
metaboliza en el hígado por glucuronización y madamente 17 horas y una vida media intracelular
se excreta por vía renal. de más de 60 horas lo que permite administrarlo
una vez al día. Ni el tenofovir disoproxil ni el
Efectos adversos. Un 2% a 5% de los pacien­ tenofovir son sustratos de las enzimas del siste­
tes presenta exantemas morbiliformes. También ma citocromo CYP450. La principal ruta de eli­
suele generar otras reacciones de hipersensibiii- minación es la renal por filtración glomcrular y
dad y trastornos gastrointestinales. Si el enfermo secreción tubular activa. Por lo tanto, la dosis
es portador del antígeno de histocompatibilidad debe modificarse cuando el clearance de crea-
HLA-B*5701 el tratamiento con ABC está con­ tinina es de menos de 50 mL/minuto.
traindicado.
E fectos adversos. Los efectos adversos más
Dosis y vías de adm inistración. La dosis es de frecuentes asociados con el uso de tenofivir son
600 mg diarios (300 mg cada 12 horas). Se pre­ gastrointestinales: diarrea, náuseas, vómitos y
senta también en una formulación combinada con flatulencia. Se han notificado casos fatales de
lamivudina que contiene 600 mg de abacavir y acidosis láctica y hepatomegalia con esteatosis.
300 mg de la lamivudina para administrar en una con el uso de nucleótidos solos o en combina­
única dosis al día. ción con otros agentes antirretrovirales. También
se han comunicado casos de deterioro de la fun­
E m tricitabina (FTC ). Fue aprobada por la ción renal y síndrome de Fanconi en terapias aso­
PDA en julio de 2003 y sus posibles combina­ ciadas con tenofovir.
ciones con otros fármacos antirretrovirales tanto
como sus efectos terapéuticos son similares a la D osis y vías de adm inistración. La dosis oral
lamivudina (3TC), incluso su actividad frente al recomendada de tenofovir es de 300 mg por día
virus de la hepatitis B. La ventaja sobre 3TC es administrados preferentemente con las comidas
su ingesta una vez por día. Dado su alto costo se recomienda evaluar bier
su indicación como primera línea de tratamien­
Efectos adversos. Su toxicidad es mínima e to. Tiene interacciones con didanosina y ataza-
incluye dolor abdominal, diarrea, debilidad ge­ navir. Se desaconseja su asociación con didano­
neralizada, náuseas y cefalea. sina (a excepción que no existan otras altemati
vas terapéuticas) ya que se ha comprobado qu(
Dosis y vías de adm inistración. La dosis es de esta combinación limita la recuperación de loí
200 mg una vez por día por vía oral. Se presen­ niveles de linfocitos T CD4-í- e incrementa la toxi
ta también en una formulación combinada con cidad de ambos fármacos. En caso de adminis
300 mg de tenofovir para administrar una sola trarse con didanosina en pacientes de más d<
vez por día. 60 kg, la dosis de ésta deberá reducirse a 250 mg
380 □ Segunda parte - Infecciones virales

Cuando se indica junto con atazanavir se redu­ E favirenz (EFV). Se absorbe bien por vía oral
cen los niveles plasmáticos del inhibidor de la y su biodisponibilidad, que es del 50% al 60%\
proteasa. Por esta razón se aconseja usar ataza­ es favorecida por los alimentos. La vida media
navir en dosis de 300 mg, en combinación con plasmática es prolongada, de 40 a 55 horas, lo que
ritonavir 100 a 200 mg una vez por día por vía permite la administración de una sola dosis diaria]
oral. Existe en la actualidad una presentación que Se metaboliza en el hígado por inducción e inhi­
combina tenofovir con emtricitabina y efavirenz, bición del sistema citocromo P450. Se elimina por
a las dosis de 30 0 ,2 0 0 y 600 mg, respectivamen­ la orina en un 35% y el resto por las heces. j
te, que permite indicar 3 fármacos en una única
tableta diaria. Efectos adversos. En más del 50% de los pa-|
cientes produce reacciones adversas en el SNC.
Inhibidores de la transcriptasa reversa no Éstas incluyen vértigos, mareos, somnolencia,)
análogos de los nucleósidos (ITRNN) insomnio, amnesia, dificultades para la concen-;
Nevirapina (N VP). Es el primer fármaco de este tración en el trabajo, alucinaciones, euforia y iras-|
grupo aprobado para el tratamiento de pacientes tornos del pensamiento.
HIV positivos. Siempre debe indicarse en asocia­ Modifica los niveles de los inhibidores de la pro­
ción con inhibidores de la trascriptasa reversa, teasa, con los que comparte la vía metabólica, y
análogos de los nucleósidos o inhibidores de la suele interactuar con claritromicina, anticoncepti-'
proteasa. Su absorción tras la administración oral vos orales, rifampicina, rifabutina, antihistamíni-i
es excelente y su biodisponibilidad sobrepasa el eos, midazolam, triazolam, fenobarbital y fenitoína.
90%. Una vez en el interior de la célula, no re­
quiere transformación. Su vida media plasmática D osis y vías de adm inistración. La dosis habi­
es muy prolongada, de 25 a 40 horas, lo que per­ tual es de 600 mg por vía oral en una sola toma
mite administrarla en 1 o 2 dosis diarias. Después diaria, preferentemente por la noche. i
de la zidovudina, es el antirretroviral que mejor se I
concentra en el SNC. Se metaboliza en ei hígado, E travirina (ETV). Recientemente aprobado
a través del sistema citocromo P450, y se elimina para su uso en pacientes HIV positivos.
en un 90% por la orina en forma de metabolitos.
E fectos adversos. Los más importantes son las ¡
Efectos adversos. Ei más frecuente es la erup­ reacciones de hipersensibilidad cutánea tales !
ción cutánea, que se presenta en el 7% al 17% de como exantemas de distinto tipo. Aparecen por j
los casos. Se manifiesta por un exantema mor- lo general en la segunda semana de tratamiento;
biliforme, con prurito o sin él, que compromete son de grado leve a moderado y, por lo general,
al tronco, la cara y las extremidades. A veces desaparecen en forma espontánea sin necesidad
puede adquirir las características de eritema poli­ de interrumpir la terapia.
morfo, con compromiso de las mucosas (síndro­ Otros efectos adversos incluyen náuseas, dia- ■
me de Stevens-Johnson). Es más frecuente du­ rrea, dolor abdominal, vómitos, fatiga, neuropatía '
rante las primeras semanas de tratamiento y su periférica y cefalea.
incidencia puede reducirse cuando el incremen­
to desde la dosis inicial hasta la dosis completa D osis y vías de adm inistración. Se presenta en
es paulatino. tabletas de administración oral y debe tomarse
También puede provocar hepatitis tóxica. con las comidas. La dosis diaria recomendada de
Interactúa con rifampicina, rifabutina, anticon­ etravirina para adultos es 200 mg (dos tabletas
ceptivos orales, midazolam y triazolam. de 100 mg) dos veces al día.

D osis y vías de adm inistración. Se comienza Inhibidores de ta proteasa (IR)


con 200 mg/día durante 14 días; luego se indica La proteasa o proteinasa retroviral es una enzi­
la dosis completa, que es de 400 mg diarios en ma codificada por el HIV, responsable del clivaje
una o dos dosis por vía oral. de las proteínas estructurales del retrovirus. Su
C apitulo 41 - Enferm edad por el virus de la inmunodefíciencia humana (HlV/sida) □ 381

inhibición produce partículas virales inmaduras tornos digestivos, epigastralgia, náuseas, vómi­
y no infecciosas, con el genoma viral mulante. tos, diarrea, sequedad de piel y mucosas, y hepa­
titis tóxica.
Saquínavir (SQV). Es el fármaco más antiguo El síndrome de lipodistrofia y las alteraciones
de este grupo. Su absorción es escasa por vía oral, m eta b ó lica s a so cia d a s con él (h ip ertrig li-
pero aumenta en fom ia considerable con los ali- ceridemia, hipercolesterolemia, hiperglucemia e
nientos. Su vida media plasmática es de 1 a 2 incremento de la resistencia periférica a la insu­
horas y se metaboliza en el hígado a través del lina) se asocian con frecuencia al uso del indinavir
sistema citocromo P450 (isoenzima CYP 3A4). y pueden obligar a suspenderlo. Al igual que otros
Se excreta por vía biliar en un 96% y por la orina fármacos de este grupo, puede incrementar el í
en un 1%. sangrado en pacientes hemofílicos.
Interactúa con otros fármacos que se meta- c
Efectos adversos. Se limitan a la esfera gastro­ bolizan por el sistema citocromo P450 (rifam- (
intestinal y consisten en náuseas, vómitos, dolor picina, rifabutina, astemizol, cisapride, midazo-
abdominal y diarrea. También suele causar cefa­ lam, ketoconazol e itraconazol), lo que obliga a f
lea y toxicidad hepática. ajustar la dosis de indinavir.
i,.
Dosis y vías de adm inistración. Se presenta en D osis y vías de administración. Se administra
c
cápsulas blandas de 200 mg y se administra por por vía oral en dosis de 800 mg cada 8 horas. Cuan­
vía oral en dosis de 1.000 mg cada 12 horas aso­
ciado con 100 mg de ritonavir. Recientemente se
do se asocia con otros inhibidores de la proteasa
debe modificarse la dosis (por ejemplo, 800 mg
r
dispone de cápsulas duras de 500 mg que se ad­ cada 12 horas de indinavir más 600 mg cada 12 i
ministran en igual dosis y también asociado con horas de saquinavir, o 1.000 mg cada 12 horas de
ritonavir, pero que mejoran notablemente la ad­ indinavir más 750 mg cada 12 horas de nelfinavir). c
herencia y tolerabilidad de este fármaco.
Nelfinavir (NFV). Su biodisponibilidad por vía
ir
Indinavir (IDV). Es uno de los fármacos más oral es variable; si se administra con las comidas,
su absorción mejora. Su vida media plasmática
c
potentes de este grupo. Se administra siempre en
combinación, en especial con los análogos de los es de 3,5 a 5 horas. Un 1% a 2% de la dosis se
nucleósidos. Su biodisponibilidad por vía oral es
afectada por los alimentos. La absorción mejora
elimina por orina y más del 90% con las heces,
fundamentalmente en forma de metabolitos. c
con el estómago vacío o con una comida liviana
t
de e sca so con ten id o graso. Su vida m edia E fectos adversos. El más frecuente es la dia­
plasmática es de 1,5 a 2 horas y se metaboliza en rrea que afecta a más del 90% de los pacientes y (
el hígado a través del sistema citocromo P450. suele responder en forma adecuada a la lope-
De este grupo, es el fármaco con mayor penetra­ ramida. Al igual que con los otros inhibidores de
ción en el SNC. Se elimina por la orina sin cam­ la proteasa, pueden com probarse trastornos
bios o como metabolitos. metabólicos y síndrome de lipodistrofia.

Efectos adversos. El más comdn es la eleva­ D osis y vías de adm inistración. La dosis es de
ción de la bilirrubina indirecta sin movilización 750 mg, tres veces por día, con las comidas. Es
de las transaminasas. Algunos enfermos presen­ el único IP que no se utiliza asociad o con
tan nefrolitiasis y hematuria, por lo que se debe ritonavir. En la embarazada se utiliza a la dosis
indicar la ingestión de más de 2 litros de líquido de 1.250 mg cada 12 horas.
por día, en especial agua, para mantener una diu­
resis mayor de 150 mL/hora durante las 3 horas Ritonavir (RTV): Desde hace algCin tiempo
que siguen a la toma de una dosis. se ha dejado de utilizar como IP debido a la fre­
Los cálculos son cristales de indinavir más cal­ cuencia de sus efectos adversos gastrointestinales
cio. También se presentan con frecuencia tras­ y dislipemia y a la cantidad de comprimidos dia­
m 382 O Segunda parte - Infecciones virales
m
rios que deben ingerirse para completar la dosis ridos, hiperglucem ia, aumento de amilasa e
de 1.200 mg (600 mg, 6 comprimidos cada 12 hiperuricemia. En pacientes con coinfección por
horas). Sin embíirgo, RTV ocupa en la actuali­ virus de la hepatitis B o C o ambas puede obser-
dad un lugar im portante en la terapéutica varse aumento de las transaminasas.
antirretroviral de gran actividad (TARCA) por su
capacidad de potenciar los efectos de otros IR Se D osis y vías de adm inistración. Se presenta en
trata de una estrategia terapéutica en rápida ex­ comprimidos y solución oral para uso pediátrico.
pansión, que aprovecha el efecto inhibidor del Cada comprimido contiene 200 mg de lopinavir
metabolismo del primer paso hepático que tie­ y 50 mg de ritonavir. La dosis diaria habitual en
nen todos los IP a excepción de NFV (con el que adultos es de 2 comprimidos (400/100 mg) cada
no se asocia). Este efecto inhibitorio de RTV se 12 horas junto con las comidas. Cada mL de so­
ejerce a nivel del sistema enzimático citocromo lución oral contiene 80 mg de lopinavir y 20 mg
P450 y se logra con pequeñas dosis de 100 mg a de ritonavir. La dosis habitual de la solución oral
200 mg 2 veces por día. Esta potenciación de los en adultos es de 5 mL cada 12 horas. La dosis en
efectos de otros IP permite la ingesta de menor niños se establece en función de su peso.
número de comprimidos, mejora la adherencia,
reduce los efectos adversos y mejora la tolera- Fosam prenavir (FAMP). En una prodroga del
bilidad. RTV puede asociarse con un IP (LOP/r, amprenavir.
SAQ/r o ATV/r) o con 2 IP (ATV más SAQ más
RTV) o (SAQ más FAPV más RTV). Efectos adversos. Entre sus efectos adversos
se incluyen erupciones cutáneas, a veces graves,
Lopinavir/ritonavir (LPV/r). Lopinavir/rito- que pueden presentarse en hasta un 20% de los
navir es una combinación fija de dos inhibidores pacientes; diarrea, náuseas y vóm itos, aumento
de la proteasa con un alto nivel de potencia de las transaminasas, cambios en la distribución
antiviral y buena tolerancia. Su favorable cociente de la grasa corporal, hipercolesterolemia, aumen­
de inhibición incrementa su actividad y permite to de los episodios de sangrado en pacientes con
alcanzar una alta bañera genética de resistencia hemofilia, elevación de la glucemia con apari­
que requiere una gran cantidad de mutaciones ción o empeoramiento de la diabetes.
para superar los elevados niveles plasmáticos de
lopinavir. D osis y vías de adm inistración. Se presenta en
Lopinavir es rápidamente metabolizado por el tabletas de 700 mg. Hay tres formas de adminis­
sistema citocromo P450 del hígado, casi exclusi­ trar la dosis de fosamprenavir en pacientes vír­
vamente por la isoenzim a CYP3A. Ritonavir genes de tratamiento: 1.400 mg dos veces al día
inhibe en forma potente el metabolismo de lopi­ sin ritonavir o l .400 mg más 200 mg de ritonavir
navir, lo que incrementa sus niveles plasmáticos. una vez al día; o 700 mg más 100 mg de ritonavir
La biodisponibilidad de LPV/r en cápsulas y so­ dos veces al día. Para los pacientes que ya han
lución oral, cuando son administrados con ali­ recibido fármacos antirretrovirales, la dosis re­
mentos con moderado tenor graso se incrementa comendada de fosamprenavir es de 700 mg más
en un 48% y 80% respectivamente. Su absorción 100 mg de ritonavir dos veces por día por vía
es alta y se recupera sólo el 20% de la droga en oral (en estos casos, no se recomienda la admi­
heces. Presenta alta unión a proteínas plasmáticas nistración en una única dosis).
(entre 90 a 98%). Su vida media es de 5 a 6 horas.
A tazanavir (ATV). Fue aprobada por la FDA
E fectos adversos. Los efectos adversos más en junio de 2003.
comúnmente observados son diarrea, dolor ab­
dominal, astenia, cefalea, náuseas y vómitos. En E fectos adversos. Comprenden hiperbilirru-
ocasiones puede causar insomnio. Las alteracio­ binemia asintomática a predominio de la fracción
nes de laboratorio más comunes son aumento de indirecta, prolongación del intervalo P-R en el
los niveles plasmáticos de colesterol y triglicé- electrocardiograma, hiperglucemia, diarrea, in­
Capítulo 41 - Enferm edad por el virus de la inmunodeficiencia humana (H lV /sida) □ 383

c r e m e n to de los episodios de sangrado en pa­ resistencia a múltiples fármacos antirretrovirales,


cientes hemofílicos y microhematuria. incluso a aquellas con mutaciones en el gen de la
proteasa. Está indicado en pacientes con múlti­
Dosis y yías ele adm inistración. Se presenta en ples fracasos terapéuticos y que hubieran fallado
cápsulas de 150 mg , 200 mg y 300 mg. La dosis con esquemas de inhibidores de la proteasa.
recomendada de atazanavir es de 400 mg (dos
cíípsulas de 200 mg), una vez por día junto con Efectos adversos. Los más comunes son náu­
las comidas (los alimentos aumentan su biodis- seas, diarrea y cefalea. Con menos frecuencia
ponibilidad). Se debe ajustar la dosis cuando se provoca erupciones cutáneas. Su perfil lipídico
combina con ciertos fármacos antirretrovirales, es similar al de otros inhibidores de la proteasa.
especialmente tenofovir y efavirenz. Si se coad-
ininisira con ritonavir la dosis es de 300 mg de D osis y vías de adm inistración. Se presenta en
atazanavir más 100 mg de ritonavir una vez por comprimidos de 300 mg. La dosis es de 600 mg
día Sobre los otros inhibidores de la proteasa pre­ junto con 100 mg de ritonavir, por vía oral, dos
senta la ventaja de su mejor perfil lipídico; por lo veces por día.
tanto, deberá quedar reservado como una prime­
ra opción de tratamiento para aquellos pacientes Inhibidores de la fusión
con trastornos metabólicos y mayor riesgo car­ Enfuvirtide (T20). Pertenece a una nueva cla­
diovascular. se de fármacos antirretrovirales que bloquean la
entrada del HIV a las células humanas no infec­
Tipranavir (TPV). El tipranavir es un inhi­ tadas por el retrovirus. Es el primer inhibidor de
bidor de la proteasa no peptídico. la fusión autorizado por la PDA en mai-zo de 2003
y está indicado para ser utilizado en combina­
Efectos adversos. Son náuseas, vómitos, dia­ ción con otros antirretrovirales.
rrea, dolor abdominal, vértigo, depresión y bra-
dipsiquia. Puede potenciar los efectos indesea­ E fectos adversos. Los más comunes son las
bles del simvastatin, cannabis y fentanilo. Como reacciones de la piel en el sitio de la inyección,
otros IP incrementa el sangrado en pacientes con que pueden presentarse como enrojecimiento,
hemofilia. Está contraindicado en la lactancia. No hematoma, prurito, nódulos y dolor. Un 98% de
se dispone de datos en el embarazo. los pacientes sufre reacciones cutáneas en el si­
tio de la inyección tales como dolor, eritema,
Dosis y vías de adm inistración. Se presenta en induración, celulitis y abscesos subcutáneos, pero
cápsulas de 250 mg. La dosis en el adulto es de sólo un 3% a 5% deben discontinuar la terapia
tipranavir 500 mg/ritonavir 200 mg cada 12 ho­ por esta causa. Los efectos adversos más graves
ras por vía oral. La ingestión con comida grasa de este fánnaco comprenden reacciones alérgicas
aumenta la biodisponibilidad. Se metaboliza en el con escalofríos, fiebre, náuseas y vómitos, tras­
hígado y es un inductor del citocromo P450-3A, tornos de la función renal, hipotensión arterial,
por lo tanto, la administración simultánea con otros parálisis, erupción cutánea grave y dificultad res­
fármacos que se metabolicen por esa misma vía piratoria.
puede requerir el m onitoreo de los n iv eles
plasmáticos de éstos. Tiene actividad sinérgica con D osis y vías de adm inistración. Se presenta en
ritonavir, zidovudina y delavirdina. El ritonavir polvo que se diluye con agua estéril y se admi­
aumenta los niveles plasmáticos del tipranavir. La nistra por vía subcutánea. Debe inyectarse en la
administración con antiácidos reduce la absorción piel del abdomen, el brazo o la región anterior
del fámiaco, que en ese caso, debe ingerirse 1 hora del muslo y se deben alternar los sitios de aplica­
antes o 2 horas después del antiácido. ción de las inyecciones entre los tres sitios men­
cio n a d o s. La d o sis diaria recom endada de
Darunovir (DRV). Es un potente inhibidor de enfuvirtida es de 90 mg (1 mL) dos veces por
la proteasa viral con actividad frente a cepas con día. Para los niños de 6 a 16 años, es de 2 mg/kg

L
384 □ Segunda parte - Infecciones virales

dos veces al día (dosis máxima de 90 mg dos para su uso en pacientes con resistencia a otras
veces por día). familias de fármacos antirretrovirales. Debido a
su particular mecanismo de acción, los pacientes
Nuevos fármacos antirretrovirates deben realizarse una prueba de tropismo para
Inhibidores de los correceptores asegurarse de que su virus utiliza al receptor
Los fármacos que inhiben la entrada del HIV CCR5.
a los linfocilos T CD4+ incluyen los inhibidores
de la fusión como el enfuvirtide que bloquea la E fectos adversos. Los más comunes incluyen
unión de la glucoproteina gp41 al receptor; los cefalea, mareos, náuseas, vómitos, exantemas e
que bloquean a la gp 120 y aquellos antagonistas hipotensión arterial. Se asocia con incremento en
de los correceptores. Los dos principales corre* los niveles plasmáticos del colesterol. Puede aso­
ceptores involucrados en la entrada in vivo son ciarse con toxicidad hepática. N o ha sido eva­
el CXCR4 y el CCR5. Aquellas cepas de HIV luado en niños ni en embarazadas.
que utilizan el correceptor CXCR4 para ingresar
a la célula pero no el CCR5, se denominan virus D osis y vías de adm inistración. Se presenta en
CXCR4-trópico o X4. Las otras son las CCR5- tabletas de 150 o 300 mg para la administración
trópicas o R%. Existen además, cepas con tro­ oral. La dosis habitual es de 300 mg cada 12 ho­
pismo mixto o dual, capaces de utilizar ambos ras, con o sin alimentos. La dosis de 150 mg 2
correceptores que se designan como R5/X4. veces por día se utiliza cuando se asocia MVC
En un paciente la población de viru.s circulan­ con la mayoría de los inhibidores de la proteasa
te está compuesta por una población pura en la que incrementan sus niveles plasmáticos (excep­
que todas las cepas comparten el mismo tropis­ to TPV), Con enfuvirtide, TPV/r y NVP la dosis
mo (virus R5, X4 o R5/X4) o una población mix­ es de 300 mg cada 12 horas. En cambio con
ta compuesta por virus con diferentes tropismos. efavirenz, etravirina o rifampicina, la dosis debe
CCR5 es el pricipal correceptor existente en aque­ incrementarse a 600 mg cada 12 horas pues re­
llos pacientes que adquieren el retrovirus por vía ducen sus niveles en sangre. MVC no está apro­
sexual. Además, es el receptor predominante en bado como tratamiento de inicio. MVC sólo debe
los estadios iniciales de la infección en tanto las emplearse como primer tratamiento en pacientes
variantes usuarias de CXCR4 emergen más larde que estén infectados por virus R5 trópico cuando
en coincidencia con una pérdida acelerada de no sea posible el tratamiento con no nucleósidos
linfocitos T CD4+ y una progresión rápida de la ni inhibidores de la proteasa.
enfermedad. La mayoría de los pacientes que re­
cién empiezan a tratarse alojan sólo cepas R5 en Inhibidores de la iniegrasa viral
tanto que en aquellos con múltiples fracasos te­ R altegravir (R G V ). Es el primero de los
rapéuticos emergen las cepas X4. Esto se expre­ inhibidores de la integrasa aprobado para su uso
sa por lo general como cepas mixtas; son raras clínico en 2008. Posee un novedoso mecanismo
las poblaciones con predominio de X 4 y aun en de acción y no tiene resistencia cruzada con los
pacientes tratados la mayoría de las cepas son otros fármacos antirretrovirales usados hasta aho­
R5. Por todo lo expuesto es de utilidad, antes de ra. Es un fármaco sintético con potente actividad
iniciar un tratamiento con estos fármacos, efec­ inhibitoria de la reacción de transferencia de la
tuar un estudio de tropismo. cadena de la integrasa viral. Tiene buena dispo­
nibilidad por vía oral y se metaboliza principal­
M araviroc (M VC). Es un potente antagonista mente por glucuronización hepática sin influen­
selectivo del correceptor CCR5 con potente acti­ cia significativa del sistema enzimático citocromo
vidad antiviral frente a aquellasa cepas de HIV P450. Por lo tanto es poco probable que presente
que usan este receptor para ingresar a los linfo­ interacciones farmacológicas clínicamente signi­
citos T CD4+ (las denominadas cepas R5) pero ficativas con otros fármacos antirretrovirales que
no contra aquellas usuarias de CXCR4 (llama­ son metabolizados por este sistema enzimático.
das cepas X4). Ha sido aprobado recientemente Raltegravir es activo frente a cepas resistentes a
C apítulo 41 - Enferm edad por el virus de la inmunodeficiencia humana (H lV /sida) a 385

j^üliiples fármacos, incluyendo variantes CCR5 nibles, de ser posible medida mediante técnicas
trópicas y CXCR4 trópicas. ultrasensibles (< 20 a < 50 copias/mL). En los tí.
pacientes ya tratados este objetivo es difícil de
Efectos adversos. Tiene un buen perfil de se­ alcanzar, y de no conseguirse, se debería intentar (C
guridad con escasos efectos adversos y sin efec­ mantener la CVP lo más baja posible.
tos sobre los lípidos sanguíneos. Los efectos ad­ La selección de resistencias es probablemente
versos más frecuentes son cefalea, mareos, dia­ un fenómeno inevitable cuando el HIV se expo­
rrea y elevación de la CPK. ne a la presión selectiva de uno o más fármacos

Dosis y vías de adm inistración. Se presenta en


que no consiguen suprimir la replicación viral. (C
La supresión absoluta de la replicación viral con
comprimidos de 400 mg y la dosis es de 400 mg combinaciones triples es el único modo de pre­ ((
dos veces por día, por vía oral, con o sin alimen­ venir o retrasar el desarrollo de resistencias. En
tos. Es de utilidad en pacientes vírgenes de trata­ la actualidad, existen m étodos genotípicos y (C
miento como en aquellos previamente tratados y fenotípicos para la detección de resistencias que
(C
que presentan múltiples mutaciones de resisten­ pueden ser muy útiles en ciertas situaciones c lí­
cia a los fármacos actualmente disponibles. nicas, en especial, cuando existe fracaso antirre- (I
troviral. Asimismo, en un futuro próximo y en
Tratamiento antirretroviral determinadas situaciones clínicas, la determina­ <c
En el momento actual la terapéutica antirre- ción de los niveles plasmáticos de los fármacos
troviral de gran actividad (TARGAo HAART por también puede ser de gran utilidad.
sus siglas en inglés) con combinaciones de al En los pacientes con inmunodepresión avan* í
menos tres fármacos constituye la terapia de elec­ zada, la restauración del sistema inmune, tanto
ción de la infección por el HIV ya que retrasa la cuantitativa (cifra absoluta de linfocitos T CD4+) X
progresión clínica, dism inuye el número de como cualitativa (calidad de la función inmuni-
internaciones y los costos asociados con esta en­ tana), es posible de alcanzar con las pautas actua­ c
fermedad, y aumenta significativamente la super­ les de la TARGA. Esta recuperación es lenta y al
vivencia, hechos comprobados desde el año 1996. parecer constante mientras la TARGA sea efecti­
El estado clínico del paciente, la cifra de Hnfocitos va, aunque podría ser más difícil de lograr a par­
TCD4+ y los valores de la carga viral plasmática tir de un determinado grado de deterioro del sis­
(CVP, ARN-HIV) constituyen ios elementos bá­ tema inmune y en pacientes de edad avanzada.
sicos para establecer las decisiones terapéuticas y Tal com o ya ha sido señalado, se dispone de
para controlar la efectividad de la TARGA en las más de 20 fármacos antirretrovirales que perte­ c
distintas situaciones clínicas. Tanto la cifra de necen a seis familias; sin embargo, su toxicidad
linfocitos T CD4+ como la CVP son parámetros a mediano y largo plazo es un factor limitante
imprescindibles a la hora de tomar las decisiones que obliga a buscar nuevas opciones terapéuti­
terapéuticas. Ambos tienen valores pronósticos in­ cas que, además de mantener la potencia antiviral,
dependientes de la progresión de la enfermedad; limiten o eliminen los efectos secundarios.
el nivel de T CD4+ indica, además, el riesgo de Existen diversas combinaciones de fármacos
padecer infecciones oportunistas y el momento de antirretrovirales similares desde el punto de vis­
iniciar la profilaxis de las mismas. Existe una bue­ ta de su potencia antiviral; la elección dependerá
na correlación entre la respuesta antiviral, la recu­ de las preferencias y la experiencia del médico
peración de la inmunidad celular y clínica, en re­ tratante; de las características del paciente, de ios
lación con el retraso de la progresión de la enfer­ efectos secundarios, de la tolerancia, de la adhe­
medad y el incremento de la supervivencia. rencia, de ios tratamientos previos, de la posibi­
El objetivo del tratamiento en los pacientes que lidad de resistencias cruzadas, de las potenciales
no han recibido TARGA previo debe ser la dis­ interacciones medicamentosas, de los costos y de
minución, durante el mayor tiempo posible, de la disponibilidad de antirretrovirales.
la CVP por debajo de los límites de detección En la actualidad existe una actitud más conser­
con los métodos comerciales actualmente dispo­ vadora que hace unos años en relación con el ini-
m
386 D Segunda parte - Infecciones virales

cío de la TARGA debido, fundamentalmente, a adherencia, la toxicidad y las potenciales inte­


ios efectos adversos de los fármacos a mediano y racciones medicamentosas en la primera consuU
largo plazo, a las dificultades para lograr la ad­ ta, a las 4 semanas y posteriormente en cada con­
m herencia y al riesgo de desarrollar resistencias. trol clínico.
También ha influido en esta actitud la imposibi­ El segundo de los objetivos de la TARGA es la
m lidad de lograr la erradicación del retrovirus con restauración inmune. El incremento de los linfo­
los fármacos actualmente disponibles o de res­ citos T CD4+ en las primeras semanas luego de
m taurar la respuesta inmune específica frente al iniciado el tratamiento es consecuencia de una
HIV. Las decisiones terapéuticas siempre deben redistribución del fenotipo de memoria desde el

ser individualizadas para cada paciente y se va­ compartimento linfático para que a partir de los
lorarán según sus circunstancias particulares. 3 a 6 meses comience a aumentar el fenotipo vir­

gen que tiene su origen en el timo. Asimismo, se
m Objetivos de la TARGA restaura la respuesta proliferativa frente a mitó
El principal objetivo de la TARGA es evitar la genos y antígenos de memoria (CMV), a excep
m aparición de síntomas y la progresión a sida en ción del HIV, lo que permite suspender las profi
los enfermos asintomáticos, así como evitar el laxis de diversas infecciones oportunistas al alean
m
desarrollo de nuevas infecciones oportunistas o zar determinados niveles de linfocitos T CD4+
« la muerte en los pacientes con sida. Por lo tanto, Paralelamente al aumento de los linfocitos T CD4+,
la aparición de una infección oportunista (tanto hay una disminución de los linfocitos CD8+ y de
nueva como una recidiva si el paciente recibía los marcadores de activación del sistema inmune
correctamente la profilaxis), de síndrome consti­ que refleja la disminución de la carga viral en
m tucional asociado con el HIV o de una neoplasia plasma y tejido linfoide.
relacionada con el sida debe considerarse como El aumento de la cifra de linfocitos T CD4+ es
m
un fracaso terapéutico, que en general está pre­ lento pero constante en el tiempo. En general se
m cedido del fracaso antirretroviral y la respuesta admite, en base a los estudios de cinética celular,
inmune. La única situación que no puede consi­ que durante el primer año existiría un aumento
m derarse como fracaso clínico es la aparición de com o mínimo de 50 a 100 linfocitos T CD4+. La
enfermedades oportunistas durante los primeros ausencia de respuesta o el empeoramiento signi­
• 3 a 6 meses luego de iniciada la TARGA en los ficativo del sistema inmune suele definirse como
pacientes con inmunodepresión avanzada y con el descenso de la cifra de linfocitos T CD4+ > 30%

una respuesta antirretroviral adecuada. En este a partir de la cifra basal. Esta cifra se ha tomado
m período, aunque existe un aumento cuantitativo de forma arbitraria, en base a las variaciones fi­
de linfocitos T CD4+ estas células no son fun­ siológicas y técnicas de la medición.
m cionales desde el punto de vista cualitativo y, por En ocasiones se observa una discordancia en­
lo tanto, no evitan la aparición de nuevas infec­ tre la respuesta antirretroviral y del sistema in­
m ciones oportunistas. En el caso que los pacientes mune a la TARGA. Existen pacientes que man­
tengan enfermedades asintomáticas, la restaura­ tienen una cifra estable de linfocitos T CD4+
m
ción del sistema inmune puede ponerlas de ma­ durante períodos más o menos prolongados a
<• nifiesto clínicamente (ver más adelante Síndro­ pesar de tener una CVP detectable o en otras oca­
me de reconstitución inmune). siones la cifra de linfocitos T CD4+ disminuye o
Hay que efectuar un control clínico a las 4 se­ no aumenta a pesar de que la CVP es indetectable.
manas de iniciar la TARGA y, posteriormente, En este segundo caso, puede existir una carga
t» cada 3 a 4 meses, salvo en los pacientes con inmu­ viral detectable en tejido linfático debido a una
nodepresión avanzada, quienes deberían tener un TARGA inadecuada.
seguimiento clínico más frecuente, al menos al La cifra de linfocitos T CD4-I- se ha convertido
comienzo. Los controles de laboratorio (CVP, en el criterio más importante para el inicio de la
recuento de linfocitos T CD4+) se efectuarán con TARGA e inclusive es el factor pronóstico más
M la misma periodicidad que los controles clínicos, importante de progresión clínica, mortalidad y
cada 3 o 4 meses. Es muy importante valorar la beneficio de la TARGA, aún más que la CVR

-m
r
C apítulo 41 - Enferm edad por el virus de ia inmunodeficiencia humana (HlV/sida) Q 387

por este motivo debe medirse la cifra de linfocitos En base a datos de cinética viral en pacientes con
T CD4+ en la primera consulta para adoptar de­ TARGA, los criterios de respuesta viral son los
cisiones respecto del inicio del tratamiento. Por siguientes:
el contrario, la cifra de linfocitos T CD4+ es un • Respuesta anfhrefroviral: CVP < 50/20 co-
criterio menos importante que la CVP para deci­ pias/mL a las 16 a 24 semanas. En todos estos
dir cambios en el tratamiento. El fracaso de! sis­ pacientes se obtiene una respuesta antiviral al mes
tema inmune suele ir precedido por el fracaso (disminución >1 loglO/mL) y a los 3 a 4 meses
antirretroviral, y los cambios de tratamiento sue­ tienen una CVP indetectable por las técnicas con­
len estar condicionados por las variaciones en los vencionales.
niveles de CVP. • Fracaso antirretroviral: cualesquiera de las
En los pacientes asintomáticos, debe efectuar­ siguientes situaciones definen el fracaso de la te­
se una determinación de linfocitos TC D 4+ cada 3 rapia antiviral; a) CVP detectable a las 24 sema­
o 4 meses aunque, debido a la variabilidad de la nas de inciada la TARGA; o h) en los pacientes
técnica (± 20%) y ante cualquier duda, siempre que tras alcanzar una CVP indetectable (< 50 co-
debe repetirse el recuento de linfocitos T CD4+ pias/mL) ésta vuelva a ser detectable en dos de­
antes de tomar alguna decisión terapéutica. terminaciones consecutivas.
El tercer objetivo de la TARGA es alcanzar una La CVP es el principal parámetro para evaluar
supresión lo más rápida y duradera posible de la la eficacia de la TARGA. para definir el fracaso
rcplicación viral. Para cumplir con este objetivo de la misma y, por lo tanto, para tomar decisio­
es fundamental la adherencia del paciente al tra­ nes de cambio de tratamiento. Sin embargo, ac­
tamiento. La CVP desciende rápidamente (1 a 2 tualmente se admite que la CVP es un criterio
log lO/mL de plasma) tras iniciar el tratamiento complementario a la cifra de linfocitos T CD4+
y el descenso que se alcanza a las 4 a 8 semanas para el inicio de la TARGA. Para el control y se­
se correlaciona con la durabilidad de la respues­ guimiento de la eficacia de! tratamiento debe uti­
ta. En pacientes sin tratamiento previo, los nive­ lizarse, siempre que sea posible, una técnica
les indetectables de la CVP por las técnicas con­ ultrasensible de determinación de CVP y, en lo
vencionales (< 500 o < 200 copias/mL) suelen posible, se debe emplear la misma técnica. Se
alcanzarse tras un período promedio de 3 a 8 se­ recomienda confirmar siempre el valor de la CVP
manas. Sin embargo, para conseguir menos de con una segunda determinación antes de tomar
20 a 50 copias/mL suelen necesitarse 4 semanas decisiones terapéuticas.
más. Algunos pacientes, especialmente aquellos Se debe efectuar una determinación de la CVP
que parten con las CVP más altas, pueden tardar a las 4 semanas de haber iniciado el tratamiento,
en lograr niveles inferiores a 20 a 50 copias/mL como medida de la adherencia del paciente y para
más de 24 semanas. Es importante obtener una comprobar que existe respuesta antiviral. Poste­
CVP < 50/20 copias/mL, ya que se ha compro­ riormente debe realizarse esta determinación cada
bado que continúa la replicación viral en el teji­ 3 o 4 meses junto con la medición de los valores
do linfático en pacientes cuya CVP se sitúa entre de linfocitos T CD4 +. Es muy importante tener
50 y 500 copias/mL. La duración de la respuesta presente que si se lleva a cabo la determinación
antirretroviral a los 18 a 24 meses es mucho ma­ de CVP tras un proceso infeccioso (habitualmente
yor en los pacientes que logran alcanzar una CVP viral) intercurrente o luego do haber sido vacu­
< 20 copias/mL, frente a aquellos que se mantie­ nado (vacuna antigripal o contra la hepatitis B),
nen con CVP entre 20 y 500 copias/mL. Además, pueden existir incrementos transitorios de la CVP,
debe tenerse en cuenta, que pequeñas elevacio­ por lo que en ese caso, se recomienda una nueva
nes temporales (blips) de la CVP (< 1.000 co- evaluación después de algunas semanas.
pias/mL) en pacientes con una respuesta antirre­ Los resultados de la TARGA que se observan
troviral completa a la TARGA no se asocian con en pacientes en una fase precoz de la infección
una mayor incidencia de fracaso. Sólo tienen sig­ crónica y que pueden llegar a normalizar su ni­
nificado los cambios en la CVP superiores a tres vel de inmunidad, se han visto oscurecidos por
vcccs o 0,5 loglO respecto de las cifras iniciales. la toxicidad de los antirretrovirales a mediano y
388 □ Segunda parte - Infecciones virales

largo plazo, los problemas de adherencia, la apa­ niveles más altos de CVP, por lo que debe con­
rición de resistencias con la consiguiente limita­ trolarse más estrechamente a los pacientes con
ción de futuras opciones terapéuticas, la posible CVP elevadas. La CVP puede ayudar a decidir
transmisión de cepas resistentes, las interacciones en determinadas situaciones, especialmente cuan­
medicamentosas y el impacto sobre la calidad de do la cifra de linfocitos T CD4+ está entre 250 y
vida. Por todas estas razones, las recomendacio­ 350 cél/jiL. En cambio, en pacientes que presen­
nes de la TARGA son actualmente más conser­ tan una cifra de linfocitos T CD4+ < 250 cél/|iL
vadoras. es claro el beneficio clínico de recibir tratamien­
to antirretroviral. Esperar hasta que los linfocitos
Cuándo iniciar el tratamiento T CD4+ estén por debajo de 200 cél/|iL puede
El debate actual se centra en tomo a cuál debe exponer a los pacientes al riesgo de enfermeda­
ser el criterio a utilizar para decidir el inicio de la des oportunistas.
TARGA y cuál es el momento óptimo para ello. Di­ La decisión de inicio del tratamiento antirre­
versos estudios apoyan el inicio de la TARGA cuan­ troviral debe basarse entonces en tres elementos:
do la cifra de linfocitos T CD4+ es < 200 céI/(iL, ya la sintom atología, el recuento de linfocitos T
que el riesgo de progresión a sida es alto a los 3 CD4+ y la CVR En los pacientes sintomáticos
años y varía de 14,3 a 85,5% en función de la (incluidos en los grupos B y C de la clasificación
CVR El riesgo de progresión a sida es del 38,5% de los CDC) se recomienda iniciar tratamiento en
en pacientes con linfocitos T CD4+ entre 201 todos los casos. Si el paciente tiene una infección
y 350 cél/}iL comparado con el 14,3% en pacien­ oportunista aguda, la TARGA puede diferirse unas
tes con cifras de más de 350 cél/íiL. Además, con semanas si las circunstancias clínicas lo aconse­
una cifra de lin focitos T C D 4+ entre 201 y jan. En los pacientes asintomáticos el inicio del
350 cél/|iL el riesgo de progresión a sida a ios 3 tratamiento se basará en la cifra de linfocitos
años es muy bajo (4,1% ) cuando la CVP es T CD4+/|iL y en la CVR En estos casos, en pa­
< 20.000 copias/mL, mientras que el riesgo au­ cientes con linfocitos T CD4+ < 250 cél/p.L se re­
menta si la CVP se encuentra entre 20.001 y comienda iniciar la TARGA, en aquellos con ni­
55.000 copias/m L (36,4% ) o si es superior a veles de linfocitos T CD4+ entre 250 y 350 cél/|iL
55.000 copias/mL (64,4%). Asimismo, en pacien­ debe recomendarse el inicio del tratamiento en la
tes con linfocitos T CD4+ > 350 cél/jiL, el riesgo mayoría de los casos. No obstante, podrá diferirse
de progresión es bajo si la CVP es inferior a en aquellos pacientes con recuentos de linfocitos
20.000 copias/mL pero aumenta al 14,8% cuando T CD4-f que se mantienen de manera estable en
la CVP está entre 20.001 y 55.000 copias/mL y al una cifra próxima a 350 cél/|xL y con CVP bajas
39,6% si está por encima de 55.000 copias/mL. (< 20.000 copias/mL).
Para el inicio del tratamiento se debe poner más En los pacientes con valores de linfocitos
énfasis en la cifra de linfocitos T CD4+ en el va­ T CD4+ entre 350 y 500 cél/^L puede diferirse
lor de la CVP. Hay que tener en cuenta que la el inicio de la terapia; sin embargo en este grupo
depleción de linfocitos T CD4+ es más rápida con de pacientes debe iniciarse la TARGA cuando la

Cuadro 41-1. Recomendaciones para el inicio del tratanniento.


Marilfestaclones clínicas - fi.. .Recuento
1 de linfocitos T CD4 +’ Indicación del trátániientó,

Sintomático Cualquier valor Tratar


Asintomático < de 250 cél/^íL o < 14% Tratar
Asintomético 250 a 350 cél/^L Recomendar tratamiento
AsintofTíátIco > 350 cél/nL Diferir**

•* Excepto: CVP > 100.000 copí3S/mL: proporción de CD4 <14%; cirrosis hepática, hepatitis B con indicación de tratamiento; hepatitis C
crónica.
En pacientes con linfocitos TCD4 +> de 500 céU^L puede diferirse el inicio de la TARGA.
C apítulo 41 - Enferm edad por el virus de la inm unodefíciencia hum ana (HlV/sida) □ 389

CVP es elevada, o la proporción de linfocilos combinaciones de 2 IP solamente. Los inhibidores


T CD4+ es inferior al 14%, o ante la presencia de de la fusión (enfuvirtida) no se utilizan en la te­
determinadas comorbilidades que requieren trata­ rapia de inicio y deben reservarse para pacientes
miento como hepatitis B, hepatitis C crónica o con fracaso a regímenes previos. La evidencia
cirrosis hepática. Si los CD4 + son > de 500 cél/^L disponible no apoya el uso de más de 3 fármacos
el inicio de la terapia puede diferirse. antirretrovirales como terapia inicial ya que no
Las recomendaciones de inicio de tratamiento mejora los resultados de la indicación conven­
no difieren según el género, la raza o la vía de cional.
adquisión de la infección. Los pacientes de ma­ La combinación de 2 ITRN está incluida en la
yor edad tienen mayor riesgo de progresión por mayoría de las terapias iniciales; en este aspecto
lo que ésta es una variable a considerar. se recomiendan aquellas combinaciones que han
demostrado eficacia y tolerancia en numerosos
Esquemas de inicio de la TARGA estudios clínicos. Entre las combinaciones de 2
En la actualidad la TARGA, con com bina­ ITRN para formar parte de regímenes triples de
ciones de al menos tres fármacos que incluyan inicio, la combinación ZDV + 3TC es una pauta
2 ITRN y 1 ITRNN o 1 o 2 IP, constituyen el sencilla, eficaz, con un perfil de toxicidad acep­
tratamiento de elección de la infección por el table y con una amplia experiencia clínica. La
HIV. Con la mayoría de estas combinaciones se combinación ABC + 3TC es equivalente a ZDV
consiguen CVP < 50 a < 20 copias/mL en el 60 + 3TC. El esquema de TDF + FTC es más eficaz
al 70% de los casos en 48 semanas. En aquellos y tiene menor riesgo de lipoatrofía que la combi­
pacientes en que no puedan utilizarse estos es­ nación ZDV + 3TC.
quemas que son los de elección podrá indicarse Emtricitabina (FTC) y lamivudina (3TC) son
un esquema que incluya 3 ITRN. En cualquier fármacos que por sus características se pueden
caso, la elección de un esquema de tratamiento utilizar indistintamente. La combinación d4T +
determinado debe individualizarse para cada pa­ 3TC ha demostrado su eficacia en varios ensa­
ciente, en base a sus potenciales beneficios e yos clínicos, pero en el momento actual se consi­
inconvenientes. Se deben tener en cuenta aspec­ dera sólo una alternativa por su mayor toxicidad
tos relacionados con el grado de inmunosupre- (produce más alteraciones del metabolismo de los
sión y la CVP basal del paciente, las posibilida­ lípidos, lipodistrofia y neuropatía periférica). La
des de adherencia, la complejidad de la poso- asociación de ddl + 3TC en una única dosis dia­
logia, las restricciones alimentarias que puede ria también es una alternativa que puede consi­
aparejar, los efectos secundarios a corto, media­ derarse y asociada con EFV no ha demostrado
no y largo plazo que puede originar, las poten­ ser inferior a la clásica combinación de ZDV +
ciales interacciones medicamentosas y las futu­ 3TC + EFV. La combinación d4T + ddl debe evi­
ras opciones terapéuticas que se reservan en ca­ tarse por su toxicidad, menor eficacia y, además,
so de un eventual fracaso terapéutico. Los es­ no está recomendada en mujeres embarazadas,
quemas que incluyen 3 ITRN (ZDV + 3TC + debido al riesgo de desarrollo de acidosis láctica
ABC) son menos eficaces que aquellos de 2 ITRN grave, o incluso fatal, con pancreatitis o esteatosis
+ 1 ITRNN o 2 ITRN + 1 IP cuando los pacientes hepática. Tampoco deben asociarse ZDV con d4T
tienen CVP muy elevadas al inicio del tratamien­ por su antagonismo ni 3TC con FTC por su per­
to. fil de resistencia similar.
Existe muy poca experiencia clínica con la La asociación TDF + 3TC ha demostrado una
combinación de fármacos antirretrovirales de las alta eficacia en combinación con EFV. No se han
tres familias (ITRN, ITRNN e IP); aunque esta realizado estudios sobre el uso de TDF y 3TC en
TARGA puede ser muy potente, su complejidad, combinación con un IP como tratamiento inicial,
toxicidad y limitación de futuras opciones tera­ pero sí de TDF + FTC (en combinación con LPV/r,
péuticas en caso de fracaso no la hacen recomen­ DRV/r y SQV/r). La combinación TDF + ddl no
dable para su utilización como primer esquema se recomienda por datos insuficientes respecto
de tratamiento. Lo mismo ocurre con aquellas de su eficacia, tolerancia y posología. Se debe
390 D Segunda parte - Infecciones virales

tener en cuenta que TDF + FTC y ABC + 3TC se especialmente en pacientes sin tratamiento pre­
presentan actualmente en combinaciones fijas de vio y su uso se ve comprometido en pacientes
un solo comprimido al día, lo que facilita la ad­ con fracaso del tratamiento. En relación con la
herencia. toxicidad, un estudio reciente sugiere que el ries­
La elección de la combinación de ITRN depen­ go de lipoatrofia es menor en los pacientes que
derá de las características del fármaco y de la si­ reciben LPV/r en comparación con EFV.
tuación clínica del paciente. Deben preferirse Cuando la elección final incluya un IP, la se­
aquellos que se administran una vez por día o los lección del mismo se basará en su eficacia, tole­
productos combinados con dosis fijas. rancia, interacciones farmacológicas, posología
En relación con los ITRNN como tercer fár­ y farmacocinética. Indinavir utilizado como úni­
maco para completar el esquema inicial, tanto co IP debe indicarse cada 8 horas en ayunas lo
EFV como NPV pueden ser una buena opción y que dificulta la adherencia; no se recomienda su
la elección de uno u otro se basará en sus efectos administración 2 veces al día (1.200 mg cada 12
adversos e interacciones con otros fármacos. horas) por la peor respuesta viral en compara­
Ambos fármacos son potentes inductores del sis­ ción con 3 veces diarias. En cambio, nelfinavir
tema enzimático citocromo P450 por lo que pue­ puede administrarse en 2 dosis diarias (1.250 mg
den originar interacciones farmacológicas. D e­ cada 12 horas) o en 3 veces al día (750 mg cada 8
ben utilizarse en combinaciones potentes ya que horas).
si no se consigue una supresión completa de la En la actualidad no se recomienda el uso de
replicación viral, su baja barrera genética origi­ ritonavir como único IP de inicio por su mala to­
na mutaciones que se asocian con resitencia cru­ lerancia y porque deben ingerirse 12 cápsulas al
zada a lodos los fármacos de esta familia. día (6 cápsulas cada 12 horas). Tampoco se utili­
En general, los esquemas basados en el uso de zan las cápsulas duras de saquinavir por la gran
ITRNN ofrecen algunas ventajas sobre aquellos cantidad de cápsulas (6 cada 8 horas) que difi­
que contienen IR Entre ellas se incluyen menos cultan la adhrencia. Esta formulación ha sido re­
interaccion es farm acológicas, m ejor perfil emplazada por la de cápsulas blandas y. más re­
metabólico y menores costos. Debido a su baja cientemente por las cápsulas duras de 500 mg.
barrera genética, estos fármacos están indicados Amprenavir ha sido reemplazado en la actuali-

C uad ro 41-2. Combinaciones de fármacos antirretrovirales en pacientes sin tratamiento previo.


7

vUñ fáfm acp dé.lá columna A + unb:de la:cb!ümna.B + uño.de la C


A B
TDF 3TC EFV
ABC FTC LPV/r 2 dosis al dfa
Esquemas de elección ZDV FPV/r 2 dosis a! dfa
SQV/r 2 dosis al día
ATV/r
DDl NVP
Esquemas alternativos
D4T ATV

Esquemas sin IP ni ITRNN ABC + 3TC+ 20V con o sin TDF


ABC + 3TC+T0F
DDl + 3TC + TDF
Combinaciones contraindicadas D4T + DDl + TDF
ZDV + D4T
TDF + DDl
C apítulo 41 - Enferm edad por el virus de la inmunodeficiencia humana (HIV/s¡da) □ 391

dad por el fosamprenavir que permite reducir y de barrera genética frente al desarrollo de re­
notablemente el número de cápsulas a ingerir tan­ sistencias respecto de los IP no potenciados.
to si se lo administra solo (700 mg cada 12 horas)
o potenciado con ritonavir (700 mg más 100 mg Esquemas de TARGA basados en una única
de ritonavir cada 12 horas o 1.400 mg de fosam­ dosis diaria
prenavir más 200 mg de ritonavir en una sola Hay que tener en cuenta que la adherencia del
toma diaria, aunque esta posología parece me­ paciente es uno de los principales parámetros a
nos efectiva). evaluar; se pueden elaborar esquemas de TARGA
ATV está aprobado para su uso en pacientes basados en drogas que por sus características far-
sin tratamiento previo y su eficacia se ha demos­ macocinéticas pueden administrarse en una sola
trado con ZDV más 3TC. Es de cómoda admi­ dosis al día. Existe ya un número significativo de
nistración (una sola vez al día 400 mg o 300 mg fármacos antirretrovirales para su administración
con 100 mg de RTV) y parece tener un buen per­ en una sola dosis: efavirenz (600 mg), didanosina
fil lipídico en comparación con otros IP. (400 mg cápsula entérica EC), tenofovir (300 mg),
Actualmente se utilizan cada vez con más fre­ lamivudina (2 comprimidos de 150 mg) emtrici-
cuencia esquemas de TARGA que incluyen un tabina (200 mg) y atazanavir (2 comprimidos de
IP potenciado con ritonavir en pequeñas dosis 150 mg o I comprimido de 300 mg). Además de
(100 a 200 mg). Esta combinación mejora el per­ éstos, y en base a parámetros farmacocinéticos,
fil farmacocinético al inhibir el retonavir, el meta­ abacavir, nevirapina, lopinavir/ritonavir, saqui-
bolismo hepático del IP (por su efecto sobre el sis­ navir/ritonavir y fosamprenavir/ritonavir, pueden
tema enziniático citocromo P450) lo cual mejora indicarse en pautas de una sola dosis al día.
la farmacocinética y los niveles plasmáticos de este Estos esquemas de una dosis al día se recomien­
fármaco. Esta asociación también permite, en al­ dan sólo para pacientes sin tratamiento previo o
gunos casos, reducir el número de tabletas a inge­ en aquellos en quienes se quiere simplificar la
rir» indicar posologfas de una o dos veces por día terapia.
con las comidas, con lo que mejora la adherencia En los últimos tiempos se ha considerado la
de los pacientes. Sin embargo, estas combinacio­ posibilidad de simplificar el tratamiento en pa­
nes de 2 IP pueden incrementar la toxicidad. cientes con CVP indetectable a los que se los rota
Lopinavir/ritonavir (LPV/r) es la primera aso­ de una esquema con IP a otro sin IP.
ciación de dosis fijas de 2 IP; su posología es de
2 comprimidos (200 mg de Iopinavir/50 mg de Cambio de TARGA por fracaso
ritonavir) cada 12 horas. Existen estudios en eva­ El fracaso de la TARGA tiene tres aspectos:
luación basados en la administración de este fár­ clínico, inmunitario y viral que ya han sido des-
maco en una sola toma diaria en combinación con criptos. Los factores que influyen en el fracaso
2 ITRN también de una única administración dia­ terapéutico pueden depender del paciente (defi­
ria (TDF/FTC). Este IP combinado es de primera ciente adherencia), de los fármacos (baja poten­
elección cuando se desee iniciar un esquema con cia o mala absorción e interacciones farmacoló­
este grupo de fármacos; como alternativas pue­ gicas que pueden dar lugar a bajos niveles plas­
den utilizarse saquinavir en cápsulas blandas o máticos que comprometen su eficacia antiviral) o
duras potenciado con ritonavir, atazanavir poten­ del virus (desarrollo de mutantes resistentes). Otro
ciado o no con ritonavir y fosamprenavir potencia­ factor dependiente del virus que puede actuar
do o no con ritonavir. A diferencia de los demás IP com o causa de fracaso terapéutico es su perma­
potenciados, LPV/r se administra en comprimidos nencia en ciertos lugares del organismo denomi­
coformulados que no requieren refrigeración. Para nados «santuarios» de difícil acceso para los fár­
todos los demás IP potenciados se recomienda macos y donde podría seguir replicándose sin que
mantener las cápsulas de RTV refrigeradas. se delecte en el plasma. En general se considera
En pacientes sin tratamiento previo, la admi­ que la mayoría de los fracasos terapéuticos están
nistración de un IP potenciado con RTV (LPV, en relación con interrupciones del tratamiento por
SQV, FPV, ATV, DRV) tiene ventajas de eficacia mala adherencia o por efectos adversos y muy
392 □ Segunda parte - Infecciones virales

pocas veces se trata de un fracaso terapéutico ge­ vos ITRN, más otro IP sin resistencia cruzada con
nuino por las causas estrictamente farmacológicas el del esquema que se desea modificar o 2 nue- j
ya citadas. vos ITRN, más 1 ITRNN, más un IP con las mis­
Como pauta general, y ante un fracaso viro- mas condiciones que las citadas anteriormente.
lógico, se recomienda cambiar el esquema tera­
péutico lo antes posible para evitar la acumula­ En cualquier caso deberá tenerse en cuenta que
ción de mutaciones y la elevación de la CVP, al la elección de dos nuevos ITRN tiene mucha tras-
mismo tiempo de facilitar ia respuesta al nuevo cendencia y deberá en lo posible guiarse por un
esquema terapéutico elegido. estudio de la sensibilidad, pues si ésta, está redu­
Es importante tener en cuenta que en algunos cida a algunos fármacos de este grupo probable­
pacientes con CVPindetectable pueden observar­ mente implique algún grado de resistencia a otros
se elevaciones transitorias de la CVP, apenas por integrantes de la misma familia. También deberá
encima del límite de detección, conocidas como considerarse que los ITRNN son drogas con baja
blips, que por lo general no se acompañan de ma­ barrera genética y que una sola mutación es ca­
yor frecuencia de fracaso virológico, aun en pa­ paz de generar resistencia de alto nivel a todos
cientes con múltiples tratamientos. los fármacos de la misma familia, lo que suele
Con respecto del fracaso inmunológico, en la ocurrir con frecuencia cuando se administran
mayoría de los casos va precedido del fracaso vi­ como parte de esquemas que producen una su­
rológico. Ocasionalmente, en algunos pacientes presión incompleta de la replicación viral. En este
con CVP indetectable se observa un descenso en aspecto, los IP presentan algunas diferencias con
la cifra de linfocitos T CD4+. En estos casos, al respecto del resto de los fármacos antirretro-
no ser posible alcanzar una mayor efícacia viroló- virales ya que el desarrollo de resistencia a los
gica, se deberá valorar el uso de interleucina-2. fármacos de este grupo es un proceso gradual que
En relación con el fracaso clínico, habitualmen­ requiere de la acumulación de múltiples muta­
te va precedido del deterioro inmunológico y del ciones. La eficacia de este grupo de fármacos se
incremento de la CVP y obliga a elaborar un nue­ reduce gradualmente a medida que se acumulan
vo esquema de tratamiento. mutaciones en el gen de la proteasa. En este sen­
En aquellos casos en los que el cambio de tra­ tido, se ha establecido en cinco el número máxi­
tamiento obedezca a efectos adversos o intole­ mo de mutaciones para asegurar una buena efi­
rancia a alguno de los componentes del esquema cacia de la combinación lopinavir/ritonavir. El
terapéutico puede realizarse la sustitución selec­ tratamiento tras un primer fracaso de un esque­
tiva del fármaco implicado. ma que contenía un IP puede ser dificultoso por
la frecuencia con que se detectan resistencias cru­
Cambio de TARGA luego del primer fracaso zadas entre miembros de esta familia. Este pro­
En estos casos deberá valorarse el esquema que blema es menos frecuente en aquellos pacientes
recibía el paciente. Pueden darse tres posibilida­ que reciben como primer tratamiento un IP po­
des: tenciado con ritonavir (lopinavir, saquinavir o
a) Si el paciente recibía un esquema que in­ fosamprenavir) o que son tratados con un IP con
cluía 3 ITRN podría optarse por la combinación un perfil de resistencia diferente como atazanavir.
de 2 ITRN nuevos, más 1 ITRNN o 2 ITRN nue­ A pesar de esto la utilización de un segundo IP,
vos, más IIP o I o 2 ITRN nuevos, más 1 ITRNN, un IP potenciado con ritonavir o 2 IP es una al­
más 1 IP. ternativa válida en estos pacientes.
b) Si el esquema previo incluía 2 ITRN y 1 También es importante tener en cuenta, que la
ITRNN el nuevo tratamiento deberá incluir 2 eficacia de los IP está más condicionada por fac­
nuevos ITRN, más 1 IP, preferentemente poten­ tores farmacocinéticos que en las otras clases de
ciado con ritonavir. antirretrovirales.
c) En casos de fracaso terapéutico de un primer Las alternativas a utilizar en pacientes que han
régimen que contenga IP la nueva elección debe­ fracasado con un primer esquema con IP es la
rá incluir 2 nuevos ITRN, más 1 ITRNN o 2 nue­ combinación de lopinavir/ritonavir, saquinavir/
C apítulo 41 - Enferm edad por el virus de la inmunodefíciencia humana (HlV/sida) D 393

riionavir (especialmente en aquellos que recibían En general puede decirse que para tener cier­
nelfínavir) o indinavir/ riionavir. Cuando no se tas posibilidades de éxito, una terapia de rescate
han utilizado ITRNN en el esquema inicial debe debe incluir ai menos dos fármacos nuevos de
considerarse su inclusión en el tratamiento de
segunda línea, dado que no existe resistencia cru­
forma simultánea frente a los que no haya ev i­
dencia de resistencia. Un fármaco que tiene un
t
zada entre ITRNN y los IP e ITRN y porque cier­ lugar en estos casos es el tenofovir, un análogo de 1
to grado de resistencia a los ITRN incrementa la los nucleótidos con gran actividad frente a cepas
e
susceptibilidad del virus a los ITRNN. silvestres y resistentes del HIV, aunque su efica­
Para cualesquiera de estas alternativas debe cia en terapias de rescate se reduce significativa­ c
tenerse en cuenta que las posibilidades de res­ mente cuando aparece la mutación K65R con tres
puesta se incrementan cuanto más precozmente o más mutaciones para la transcriptasa reversa t
se realiza el cambio de terapia, es decir con una (TAMS), en especial la 41L y la 21OW.
CVP lo más baja posible y con el menor deterio­ El otro fármaco posible en estos casos es enfu- c
ro posible en los niveles de linfocitos T CD4+. virtida (T20) perteneciente a la familia de inhibi­
<
dores de la fusión.
Cambio de TARGA luego de más de un fracaso Atazanavir/ritonavir (300 mg/100 mg) una vez
Este tratamiento ha sido denominado «terapia por día también ha sido evaluado en pacientes
(le rescate», y debe considerarse que las posibili­ con fracasos múltiples, en combinación con sa-
dades de alcanzar una CVP indetectable son ma­ quinavir/ritonavir O-OOO mg/lOO mg) dos veces
yores en aquellos pacientes con dos fracasos te­ por día o con lopinavir/ritonavir (400 mg/100 mg)
rapéuticos en comparación con los que eviden­ dos veces por día. Aunque en los pacientes sin
cian múltiples fallos terapéuticos. Sin embargo, tratamiento previo el atazanavir puede indicarse
con los nuevos fármacos de reciente aparición y sin ser potenciado con ritonavir, en pacientes en
diferentes mecanismos de acción el objetivo debe situación de múltiple fracaso debe tomarse con
ser también en estos pacientes alcanzar una CVP ritonavir, especialmente cuando tenofovir forma
indetectable. Las opciones terapéuticas para pa­ parte del esquema terapéutico.
cientes con múltiples fracasos son limitadas de­ Tipranavir es un nuevo IP que se utiliza aso­
bido a la aparición de mutaciones de resistencia ciado con ritonavir (500 mg/200 mg) con el que
cruzadas entre las diferentes familias de fármacos logra concentraciones plasmáticas suficientes
antirretrovirales. Los estudios de genotipificación com o para inhibir la replicación de cepas con
son de mucha utilidad en estos casos. múltiples mutaciones para IP, lo que lo convierte
Para pacientes con múltiples fracasos terapéu­ en una alternativa interesante para pacientes con
ticos existen tres opciones: la primera consiste fracasos múltiples.
en implementar un nuevo esquema terapéutico En todos estos casos es conveniente que la elec­
que combine cinco o más drogas en lo que se ha ción de los antirretrovirales se realice según estu­
dado en llamar mega TARGA (o mega HAART). dios de resistencia. El objetivo terapéutico en esta
Son tratamientos de difícil cumplimiento, asocia­ población es también conseguir de nuevo la máxi­
dos con importante toxicidad y muy costosos. Su ma supresión de la replicación viral (CVP < 50 co-
beneficio clínico todavía está en evaluación. pias/mL) para lo cual deben incluirse en el nuevo
La segunda posibilidad son tos esquemas de esquema al menos 2 fármacos plenamente activos
rescate precedidos de una interrupción supervi­ y otros ya utilizados pero que conserven cierta acti­
sada de la TARGA (IST). Los resultados de esta vidad y sean tolerados por el paciente. El porcenta­
opción son por ahora contradictorios. je de éxitos se reduce conforme se vayan acumu­
La tercera opción es la combinación de dos IP lando fracasos terapéuticos. La persistencia de un
potenciados con ritonavir, específicamente lopina- tratamiento inefectivo sólo conduce a la acumula­
vir/ritonavir/saquinavir o fosamprenavir. De esta ción de un mayor número de mutaciones en el gen
forma, la pequeña dosis de ritonavir que contiene de la proteasa y de la transcriptasa inversa.
la formulación comercial de lopinavir/ritonavir Con los conocimientos actuales, las combina­
potencia también al segundo IR ciones de DRV/r + ETR + T20 proporcionan ex­
394 □ Segunda parte - Infecciones virales

celentes resultados en pacientes que no han sido con infección por el HIV. Actualmente está en|
tratados previamente con enfuvirtide. Si este úl­ evaluación, y los resultados aún son escasos, uní
timo no puede utilizarse por intolerancia o fraca­ esquema de simplificación con monoterapia con
so previo podría sustituirse por MVC siempre que lopinavir/ritonavir luego de un período de induc­
la cepa viral del paciente mantenga tropismo R5. ción con triple terapia incluido este IP.
La reducción en el número de comprimidos,
Simplificación de la TARGA las dosis diarias o ambos se obtiene al reempla­
Desde hace algún tiempo, se intenta sim plifi­ zar el IP del régimen por un fármaco de otro gru­
car el tratamiento de aquellos pacientes que han po. Este tipo de estrategia está ampliamente eva­
alcanzado la supresión de la replicación viral a luada y para tal fin se han utilizado tres fármacos:
través de un régimen complejo evidenciado por efavirenz, nevirapina y abacavir. También se pue­
una CVP indetectable. La intención de sim plifi­ de disminuir el número de comprimidos y dosi.si
car la terapia es mantener dicha supresión, redu­ reemplazando un IP de primera generación por,
cir la complejidad de la TARGA, mejorar la cali­ atazanavir otro IP pero de administración más!
dad de vida y la adherencia de los pacientes y sencilla y mejor perfil de efectos adversos. Debe
evitar o revertir algunos de los efectos adversos. tenerse en cuenta que está contraindicada la sim­
Esta estrategia comenzó a utilizarse con el re­ plificación con abacavir asociado con tenofovir
emplazo de los IP de primera generación para y lamivudina o a tenofovir y didanosina.
atenuar sus efectos adversos y disminuir el nú­ La última forma de simplificar la terapia es a tra­
mero de comprimidos diarios. La TARGA se pue­ vés de la indicación de esquemas con drogas que
de simplificar a través de disminuir el número de puedan administrarse en una única dosis diaria.
fármacos, de comprimidos o de tomas por día, En este sentido, se recomiendan esquemas de
lodo lo cual mejora la adherencia. didanosina EC 400 mg en cápsula entérica, más
La reducción del número de fármacos es lo que emtricitabina 200 mg, más efavirenz 600 mg o
se denomina estrategia de inducción-manteni­ tenofovir 300 mg, más lamivudina 300 mg, más
miento, con una primera fase de inducción con efavirenz 600 mg.
tres o cuatro fármacos seguida de una fase de Recientemente se ha comprobado la eficacia
mantenimiento con menos de tres drogas. Los de simplificar un esquema terapéutico con IP por
resultados de esta estrategia indican que no es otro que contiene ZDV + 3TC + ABC coformu-
una pauta útil en el tratamiento de los pacientes lados y TOE Este esquema mantuvo la respuesta

Cuadro 41-3. Principales efectos adversos de los fármacos antirretrovirales: ¡TRN.

Zldovudina (ITRN) Anemia, neutropenia. toxicidad mitocondrial, cefalea, intolerancia digestiva


Abacavir Reacciones de hipersensibilidad con fiebre, exantema nrorbiliforme, trastornos gastrointestinales
Didanosina Pancreatitis, neuropatía periférica, diarrea, acidosis láctica, hepatitis tóxica, iipoatrofia
Estavudina Neuropatía periférica, lipodistrofia. Iipoatrofia, acidosis láctica, hepatitis tóxica
Lamivudina/Emtricitabina Toxicidad mínima
Tenofovir Nefrotoxicidad (infrecuente). Síndrome de Fanconi. proteinurla

# C uadro 41-4. Principales efectos adversos de los fármacos antirretrovirales: ITRN N.

Nevirapina Exantemas (15% a 30%), hepatitis tóxica (con CD4 > 250 cél/pl 11%). Barrera genética baja.
Efavirenz Exantemas (15 % a 27%), hepatitis tóxica, somnolencia, insomnio, confusión, agitación,
alucinaciones, pesadillas (>50% en las primeras 2 a 4 semanas), teratogénico. Barrera
genética baja. ___________________________
Capítulo 41 - Enferm edad por el virus de la inmunodeficiencia humana (HlV/sida) □ 395

viral (CVP indetectable) y mejoró el perfil Hpí- Otro efecto adverso asociado con los ITRN es
dico y redujo la necesidad de usar fármacos la lipodistrofia y la estavudina es la que se aso­
hipolipemiantes. cia con mayor frecuencia con esta alteración.
De los efectos colaterales específicos de droga
Efectos secundarios de la TARGA debe resaltarse la hipersensibilidad al abacavir
pueden estar asociados con cada fármaco o gru­ que si bien es rara (3% a 4%) puede llegar a ser
po de drogas; pueden ser agudos o de mediano o fatal. El espectro de presentación va desde exan­
lar<»o plazo. El efecto adverso específico de gru­ temas morbiiiformes a cuadros graves de erite­
po más importante para los ITRN es la toxicidad ma polimorfo. Aparece precozmente (dentro del
miiocondrial (inhibición de la ADN-polimerasa primer mes de iniciada la terapia) y el fármaco
niitocondrial) que puede llevar a la acidosis lácti­ debe interrumpirse y no se volverá a indicar.
ca y esteatosis hepática, cuya incidencia es baja Los efectos secundarios del grupo de ITRNN
pero que si no se reconoce puede llegar a ser mor­ son las reacciones de hipersensibilidad (no nece­
tal en 1 de cada l.OOO pacientes/año. Las mani­ sariamente cruzada entre nevirapina y efavirenz).
festaciones clínicas se presentan con niveles de Pueden causar desde exantemas hasta síndrome
ácido láctico por encima de 5 a 10 mm olA- Clí­ de Stevens-Jonhson.
nicamente se caracteriza por astenia, mialgias y El otro efecto secundario de este grupo es la
sienos de insuficiencia hepática. El tratamiento hipertransaminasemia y a veces hepatitis tóxica
consiste en suspender los ITRN y controlar los grave asociada principalmente con el uso de
niveles de lactato en el plasma. nevirapina.

Cuadro 41-5. Principales efectos adversos de los fárrr)acos antirretrovirales: IP.

Indinavir Trastornos gastrointestinales, nefrolitiasis (15% a 20%). nefrotoxicidad (2% ), aumento de


bilirrubina indirecta, hepatitis, síndrome metabóüco, mayor sangrado en hemofiiicos,
lipodistrofia.
Ritonavir Trastornos gastrointestinales, diarrea, parestesias periorales y en extremidades (10%).
hepatitis, lipodistrofia. síndrome metabóüco.
Saquinavir Intolerancia gastrointestinal, cefalea, elevación de transaminasas. lipodistrofia, síndrome
metabólico, aumento del sangrado en hemofiiicos.
Nelfinavir Diarrea (> 50%). elevación de transaminasas. lipodistrofia, síndrome metabólico. aumento de
los episodios de sangrado en hemofiiicos.
Fosamprenavir Exantemas (20%). trastornos gastrointestinales, elevación de transaminasas. lipodistrofia.
síndrome metabólico, aumento de los episodios de sangrado en hemofiiicos.
Lopinavir/Ritonavir Trastornos gastrointestinales, elevación de transaminasas. lipodistrofia. síndrome metabólico,
aumento de ios episodios de sangrado en hemofiiicos.
Atdzanavir Hiperbilirrubinemia indirecta, prolongación del inten/alo P-R del ECG. lipodistrofia. síndrome
metabólico, aumento de los episodios de sangrado en hemofiiicos.
Oarunovir Diarrea, cefalea.
Tipranavír Trastornos gastrointestinales, elevación de transaminasas. lipodistrofia, síndrome metabólico,
¡aumento de los episodios de sangrado en hemofiiicos.

Cuadro 41-6. Principales efectos adversos de los fármacos antirretrovirales: IF.

Enfuvirtide Reacciones locales en el sitio de inyección (dolor, eritema, prurito, induración, nódulos,
1abscesos), exantemas, escalofríos, fiebre, hepatitis, pancreatitis, neuropatía del VI® par craneal.
396 □ Segunda parte - Infecciones virales

En relación con efavirenz más del 25% de los por este método. Es necesario ajustar las dosij
pacientes que reciben este fármaco presentan tras­ de los ITRN y ITR nucleótidos ya que se excretar
tornos en la esfera neuropsiquiátrica (mareos, fundamentalmente por el riñón.
somnolencia, insomnio, alucinaciones, delirio, Zidovudina se ajusta de acuerdo con el clearan-
sueños vividos, confusión y despersonalización) ce de creatinina de la siguinete forma: Cl 10-50'
que suelen desaparecer luego de 2 a 4 semanas 250-300 mg c/12h; Cl <10: 250-300 mg c/24h.'
pero que en un 3% de casos obligan a interrum­ Didanosina y estavudina requieren mayor ajus
pir el tratamiento. Por esta razón el uso de efavi­ te de dosis debido a la influencia del peso corpo­
renz debe evitarse en pacientes con antecedentes ral sobre su farmacocinética; ambas son elimi­
psiquiátricos. nadas con facilidad por la diálisis debido a su baja
Dentro de la familia de los IP tos efectos ad­ unión a las proteínas plasmáticas. Por lo tanto
versos más comunes son las alteraciones en los deben administrarse luego del procedimiento.
lípidos plasmáticos y el síndrome metabólico con Abacavir no necesita ajuste de dosis porque su
resistencia a la insulina. El riesgo de padecer es­ excreción urinaria es baja y su metabolismo es
tos trastornos es mayor cuando se utiliza ritonavir, predominantemente hepático.
solo o com o potenciador de otros IR La dislipi- Lamivudina debe ajustarse de acuerdo con el si­
demia se puede manifestar en forma de hipertri- guiente esquema: clearance de creatinina ^ 50:
gliceridem ia (lo más frecuente), hipercoles- 150 mg c /l2 h o 300 mg c/24h; Cl 30-49: 150 mg
terolemia y disminución en los niveles de! coles- c/24h (primera dosis de 150 mg); Cl 15-29: l(X)mg
terol HDL. El atazanavir es un IP que no com ­ c/24h (primera dosis 150 mg); Cl 5*14:50 mg c/24h
parte estos efectos adversos del resto de los inte­ (primera dosis 150 mg); Cl <5: 25 mg c/24h (pri­
grantes de este grupo. mera dosis 50 mg).
La resistencia a la insulina suele ser asintomá- Para tenofovir se usa el siguiente esquema:
tica pero puede desencadenar una diabetes Cl > 50: no requiere ajuste de dosis; Cl 30-49:
mellitus en un 2% de los pacientes. Por estos efec­ 300 mg c/48h; Cl 10-29: 300 mg c/72 a 96h.
tos adversos, la duración de laTA R G A es un fac­ Los ITRNN, los IP y los inhibidores de la fu­
tor de riesgo independiente para el desarrollo de sión, con excepción se metabolizan fundamen­
cardiopatfa isquémica. talmente en el hígado con escasa eliminación re­
El otro efecto adverso de los IP es el síndrome nal. En principio no requieren ajuste de dosis en
de lipodisírofia que se caracteriza por la presen­ pacientes con enfermedad renal crónica.
cia, combinada o no, de pérdida de grasa perifé­
rica (lipoatrofia) y acumulación de grasa en ab­
SÍNDROME DE RECONSTITUCIÓN INMUNE
domen, mamas y cuello. Las alteraciones metabó-
licas citadas ames suelen ser más frecuentes en El inicio de la TARGA en pacientes con enfer­
pacientes con lipodistrofia. Las formas modera­ medad por HlV/sida suele acompañarse de un
das o graves de lipodistrofia afectan al 20% de incremento en los valores de linfocitos T CD4+ y
los pacientes a los 2 años de la TARGA y su pre- de una reconstitución inmune parcial con una sus­
valencia aumenta progresivamente con el tiem­ tancial reducción en la incidencia de enfermeda­
po de tratamiento. des oportunistas y en la mortalidad por sida. Sin
embargo, algunos pacientes bajo TARGA desa­
rrollan una respuesta inmune paradojal, asocia­
USO DE ANTIRRETROVIRALES EN PACIENTES
da por lo general con un deterioro del estado clí­
CON DETERIORO DE LA FUNCIÓN RENAL
nico, a pesar del control satisfactorio de la repli-
En estos casos no se debe posponer el uso de la cación viral y el incremento en los niveles de
TARGA sino adaptar de manera apropiada la linfocitos T CD4-H, conocida com o síndrome in­
dosis de los diferentes fármacos que tienen eli­ flamatorio de reconstitución inmune. El denomi­
minación predominantemente renal y agregar una nado síndrome inflamatorio de reconstitución o
dosis con posterioridad a la diálisis en aquellos de restauración o recuperación inmune asociado
casos de fármacos que se eliminen con facilidad con la TARGA consiste en una variedad de cua*
(4

Capítulo 41 - Enferm edad por el virus de la inmunodeficiencia humana (HlV/sida) □ 397 (C

dros clínicos que presentan una respuesta para- ses de iniciada la TARGA. Los autores señalan
dojal a diversos patógenos preexistentes. Antes una incidencia de 15,2 casos/100 pacientes/año. (C
de la era de la TARGA, este síndrome ya se ha­ El tratamiento del síndrome de reconstitución
bía descripto en pacientes con tuberculosis o le­ inmune se basa en mantener el tratamiento de la
pra, pero su frecuencia se incrementó notable­ infección oportunista junto con la TARGA, más (i
mente en la era de la TARGA, a partir de la cual, el agregado de antiinflamatorios no esteroides.
se han comunicado una gran variedad de manifes­ Si las manifestaciones persisten puede agregarse K
taciones relacionadas con una respuesta inflama­ metilprednisona a la dosis de 20 a 40 mg/día du­
toria exagerada frente a patógenos oportunistas rante 4 a 8 semanas. Eventualmente puede reque­ '(
que generalmente han causado enfermedad con rirse el drenaje quirúrgico de las lesiones focales.
anterioridad o recientemente. Se observa espe­ (C
cialmente en pacientes con antecedentes de tu­ Formas clínicas más comunes de SIRI i
berculosis o infección por el complejo M ycobac- 1. Respuesta paradojal en pacientes con tuberculosis
terium avium (MAC), citomegalovirus (CMV) o El principal factor de riesgo para el SIRI asocia­ c
Cryptococcus neoform ans y entre uno y tres me­ do con tuberculosis es el comienzo de la TARGA
ses después del inicio de la TARGA. En el caso dentro de los 2 primeros meses de haber iniciado í
del M ycobacterium tuberculosis y el MAC suele el régimen antituberculoso, cuando una cantidad
l
presentarse como una adenitis mediastinal, pe- sustancial de carga antigénica de las micobac­
riaórtica, mesentérica o subcutánea, en especial terias aún puede estar presente. La alta frecuen­ (
de localización supraclavicular, acompañada de cia de estas reacciones provocó la recomenda­
fiebre y leucocitosis; o como una pleuresía con ción, por parte de algunos investigadores, de re­ (
derrame y granulomas tuberculoides en la biopsia trasar el inicio de la TARGA al menos 2 meses
pleural.Con menor frecuencia, este síndrome pue­ luego del comienzo del tratamiento antitubercu­ (
de m anifestarse con ab scesos subcutáneos, loso. Sin embargo, algunos estudios retrospecti­
miositis, bursitis, nódulos cutáneos y osteomielitis. vos sugirieron que, si bien dicho retraso puede
En otros casos la manifestación de la recupe­ efectuarse en pacientes con recuentos de linfo- <
ración inmune se expresa como una vitreítis aso­ citos T CD4+ mayores de 100 células/pL, los que
ciada con el CMV, meningitis en el caso de la presentan cifras por debajo de este valor tienen c
criptococosis o leucoencefalopatía multifocal un riesgo elevado de morbilidad y mortalidad por
progresiva asociada con el virus JC. otras infecciones oportunistas, por lo que resulta (
En todos los casos publicados en la literatura conveniente tratarlos en forma más precoz. A di­ (
los pacientes que recibían TARGA y se encon­ ferencia del SIRI asociado con el complejo MycO'
traban con buena respuesta inmune (mediana de bacterium avium (MAC), la mayoría de los ca­ (
incremento de T CD4+ 120/pL) y viral (mediana sos tienen diagnóstico previo de tuberculosis, es
de carga viral en plasma 200 copias /mL). decir, antes de comenzar la TARGA. Las mani­ «
La incidencia del síndrome de reconstitución festaciones clínicas más comunes del SIRI aso­
inmune en pacientes que reciben TARGA es des­ ciado con la infección por M ycobacterium tuber­
conocida. Olalla y colaboradores observaron 9 culosis son la fiebre, las linfadenopatías y el agra­
episodios de respuesta paradojal en 33 pacientes vamiento de los síntomas respiratorios. Al igual
HlV/sida con enfermedad por micobacterias. que en el caso del MAC, las linfadenopatías son
Ocho tenían diagnóstico de tuberculosis y uno la forma de presentación más frecuente (70%) con
de enfermedad diseminada por MAC; la inciden­ localización periférica predominante (cervicales,
cia en esta serie fue del 27%. La incidencia anual inguinales, axilares o supraclaviculares) o aun
de respuesta paradojal durante los dos primeros mediastinales. La segunda manifestación más
años de este estudio fue del 20% y se incrementó común es la aparición de lesiones pulmonares o
al 50% en el tercer año de seguimiento. Kumara- el agravamiento de las preexistentes (28%). A
samy y colaboradores observaron el síndrome de veces puede manifestarse por síntomas neuroló-
reconstitución inmune en 11 pacientes de 144 su­ gicos por el crecimiento de tuberculomas o la
jetos con tuberculosis y sida dentro de los 6 me­ aparición de abscesos. Una vez hecho el diag­
398 □ Segunda parte - Infecciones virales

nóstico se debe tener una actitud expectante, «moscas volantes», visión borrosa, pérdida de la
mantener tanto el tratamiento antituberculoso, sin agudeza visual, a veces marcada, y ausencia de
adición de nuevos fármacos, como la TARCA. enrojecimiento o dolor ocular. El tratamiento con­
En algunos casos graves o con mala evolución siste en la terapia anti CMV, mantener la TARGA
pueden utilizarse antiinflamatorios no esteroideos y utilizar corticosteroides tópicos o sistémicos.
(AINEs) o corticosteroides (metilprednisolona en
dosis de 20 a 40 mg/día) durante 4 a 8 semanas o 4. Herpes zóster
mientras se mantenga la clínica de SIRI. Entre un 7 y un 9% de los pacientes que ini-
cian TARGA presentan episodios de herpes zóster
2. Linfadenitis porMycobacterium avíum complex que se caracterizan clínicamente por ser mono*
El MAC provoca enfermedad en pacientes con metaméricos y responder bien ai aciclovir. La
SIDA y marcado deterioro inmune. Por lo gene­ aparición de herpes zóster de reconstitución iti-
ral, en estos pacientes se observan formas dise­ muñe está relacionada con el incremento de la
minadas en las que el microorganismo puede cul­ población de linfocitos T CD8+.
tivarse de la sangre o de la médula ósea.
Desde el advenimiento de la TARCA, nume­ 5. Empeoramiento paradoja! de la leucoencefalopatia
rosas publicaciones señalan la asociación entre multifocal progresiva
SIRI y MAC. En la mayoría, la infección apare­ El mal pronóstico de la leucoencefalopatía
ció sin historia previa de enfermedad por esta multifocal progresiva (LEMP) en los pacientes
micobacteria y las manifestaciones aparecieron con sida, que producía el fallecimiento de éstos
en un tiempo promedio de 4 semanas luego de en los meses inmediatos a su diagnóstico, ha me­
iniciada la TARCA. El SIRI asociado con MAC jorado con la TARGA. Sin embargo, hay casos
aparece, en general, en individuos con inmuno- descriptos de empeoramiento de esta enfermedad
supresión profunda que presentan una respuesta en las cuatro primeras semanas luego del inicio
excelente a la TARCA. La presentación clínica de la TARCA. En algunas biopsias realizadas en
más frecuente es fiebre y linfadenopatías o estos pacientes se ha encontrado com o dato
linfadenitis con tendencia al reblandecimiento, histológico relevante la existencia de infíamación
supuración y fistulización (70%). Estos pacien­ linfoplasmocitaria perivascular con predominio
tes deben recibir tratamiento antimicobacteriano, de linfocitos T CD8+. Se recomienda el uso de
el mismo esquema de TARCA y AINEs o even- AINEs, aunque la experiencia es escasa.
tualmente corticosteroides sistém icos. Por lo ge­
neral, las lesiones responden bien a la terapia,
RECOMENDACIONES G EN ERA LES PARA EL
como es de esperar en el contexto de un microor­
MANEJO CLÍNICO DEL SIRI
ganismo de baja virulencia y con una respuesta
inflamatoria intensa. En ocasiones puede ser ne­ N o existen estudios controlados que permitan
cesario el drenaje quirúrgico. realizar recomendaciones precisas sobre el ma­
nejo del SIRI. Las recomendaciones existentes
3. SIRI relacionado con citomegalovirus se basan en opiniones de expertos y pueden
Se caracteriza por un cuadro clínico oftalmo­ resumirse de la siguiente forma:
lógico denominado uveítis por recuperación in­ • Antes de iniciar la TARGA en pacientes con re­
mune. Se trata de la aparición de uveítis en las cuentos de linfocitos T CD4+ menores de ICC cél/
primeras semanas o meses, y a veces mucho más |iL, descartar infección oportunista activa.
tarde, después de iniciar la TARCA. Se produce • Mantener los esquemas de profilaxis indica­
en pacientes previamente infectados por citome­ dos antes de iniciar la TARGA, hasta alcanzar la
galovirus (CMV) y no se relaciona con reactiva­ reconstitución inmune.
ción de esta infección, sino con presencia de • Mantener la TARGA siempre que no existan
Hniígcnos que producen una intensa respuesta signos de toxicidad.
inflamatoria secundaria a la reconstitución inmu­ • Iniciar o mantener el tratamiento etiológico
ne. Clínicamente se caracteriza por visión de de la enfermedad subyacente.
Capítulo 41 - Enferm edad por el virus de la inm unodefíciencia humana (H lV /sida) □ 399

• En ca so de SIR I con m a n ife sta c io n e s madres, incluso a aquellas con CVP bajas.
inflamatorias graves utilizar corticosteroides o Existen tres estrategias para intentar disminuir
AlNEs. e incluso evitar la transmisión vertical: TARGA,
cesárea programada y evitar la lactancia.
En relación con la TARGA, el tratamiento de
p r o f il a x is
la madre con ZDV a la dosis de 500 a 600 mg/día
Ya que por ahora no hay vacunas, la única po­ por vía oral (100 mg 5 veces al día o 200 mg
sibilidad cierta de prevenir esta enfeimedad con­ cada 8 horas o 300 mg cada 12 horas) que co­
siste en difundir en forma adecuada los conoci- mienza entre las 14 y 34 semanas del embarazo
niientos necesarios para evitar su transmisión, y continúa hasta iniciado el trabajo de parto; la
¿ io s ya se mencionaron al tratar la epidemiología administración de ZDV intravenosa durante el tra­
de esta infección. Sin embargo, hay tres circuns­ bajo de parto a la dosis de carga de 2 mg/kg dilui­
tancias en las que la indicación de regímenes de da en dextrosa al 5% a pasar en una hora, seguida
prevención con fármacos antirretrovirales está de una dosis de mantenimiento de 1 mg/kg/hora
ampliamente aceptada: la profilaxis de la trans­ hasta el parto, y la administración de ZDV en so­
misión vertical; la de la exposición ocupacional lución oral al recién nacido que se inicia entre
y la de la exposición no ocupacional al HIV-1. las 8 a 12 horas posparto en dosis de 2 mg/kg
cada 6 horas durante las primeras 6 semanas
Profilaxis de la transmisión vertical del HIV de vida, disminuye el riesgo de transmisión del
La transmisión matemo-fetal es la causa de casi 25,5% ai 8,3%.
lodos los casos de infección por HIV en niños. En países subdesarrollados se ha empleado ne-
La tasa de transmisión sin intervenciones preven­ virapina como único antirretroviral y en dosis úni­
tivas oscila entre 13% y 48%, esta variación de­ ca en el momento del parto con el que se obtiene
pende en gran parte del hecho que las madres una reducción del 50% en el riesgo de transmi­
amamanten o no a sus hijos. Esto se debe a que si sión vertical y se mantiene su efectividad en ni­
bien en la mayor parte de los casos la transmi­ ños que se alimentan con lactancia materna. Sin
sión ocurre durante el tercer trimestre del emba­ embargo, la rápida aparición de la mutación
razo y en el momento del parto, la lactancia ma­ K I03N que invalida el uso de ITRNN desacon­
terna es la causa del 40% de la infecciones de los seja la utilización de este fármaco como mono-
recién nacidos en países subdesarrollados. terapia y en dosis única.
En el mundo desarrollado, la eficacia de la La combinación ZDV más lamivudina (3TC)
TARGA ha motivado el interés por la procrea­ reduce la transmisión vertical a un 1,6%. El agre­
ción en parejas con ambos miembros infectados gado de un IP, especialmente nelfinavir, reduce
o serodiscordantes. este porcentaje a 0%.
Varios factores tienen influencia en el riesgo Si la mujer HIV positiva llega al embarazo sin
de transmisión; entre ellos so incluyen factores TARGA previo se podrá iniciar el tratamiento lue­
maternos, virales, obstétricos, lactancia y neona­ go de la semana 14 de gestación; en estas circuns­
tales, pero es la CVP materna durante el embara­ tancias, los esquemas más utilizados son ZDV, más
zo y en el momento del parto el factor más im­ 3TC, más NFV o ZDV, más 3TC, más NVP. En
portante asociado con la transmisión vertical. Sin aquellos casos en que la TARGA fuera opcional
embargo, no existe un nivel de CVP materna por o se prefiera limitar la exposición a antirretro­
encima del cual se pueda asegurar una transmi­ virales, se deberá ofrecer al menos monoterapia
sión del 100% ni un valor por debajo del cual la con ZDV.
transmisión no se produzca. En este sentido, una En aquellas mujeres bajo TARGA en quienes
CVP materna < de 1.000 copias/mL en mujeres el diagnóstico de embarazo se realice luego del
bajo TARGA se asocia con una tasa de transmi­ primer trimestre de gestación, la TARGA debe
sión de 0,9%; en cambio si la madre no recibe continuar; finalmente, cuando el diagnóstico de
TARGA esta tasa asciende al 9,8%. Esto demues­ embarazo se realice antes de la semana 14, se
tra la importancia de ofrecer TARGA a todas las deberá interrumpir todo el esquema de TARGA
400 □ Segunda parte - Infecciones virales

y reíniciarlo a partir del inicio del segundo tri­ Si se elige la cesárea como forma de parto, U
mestre. administración de ZDV debe iniciarse tres horas
Los datos de seguridad de los antirretrovirales antes de la cirugía.
para el feto son limitados hasta la fecha. ZDV es Finalmente, la lactancia está contraindicada, ya
el fármaco más experimentado y con el que se que representa el 15% de los casos de transmi­
tiene mayor experiencia. Sólo se refiere un ries­ sión por esta vía.
go pequeño de toxicidad mitocondrial en niños En resumen, la profilaxis de la transmisión
de madres tratadas con este ITRN. La adminis­ perinatal incluye el tratamiento antirretroviral de
tración de IP a la madre parece asociarse con ries­ la madre desde la semana 14, durante el parto, U
go de bajo peso al nacer. La seguridad de otros cesárea electiva, la sustitución de la lactancia
fármacos no es bien conocida; por la informa­ materna y el tratamiento del recién nacido. Estas
ción disponible deben evitarse, hasta no dispo­ medidas reducen el riesgo de transmisión verti­
ner de más datos, los siguientes fármacos: teno- cal casi a 0%.
fovir, abacavir y fosamprenavir. Efavirenz está
formalemnte contraindicado en ios primeros 3 Profilaxis de la exposición ocupacional
meses del embarazo por el riesgo de efectos tera- El riesgo de una infección luego de una expo­
togénicos sobre el tubo neural. sición accidental a líquidos posiblemente conta­
Si existen otras alternativas se desaconseja tam­ minados por HIV-1 difiere según el tipo de ac­
bién el uso de indinavir por el riesgo de ictericia cidente. Cuando se trata de una exposición percu-
neonatal. La prevalencia de defectos al nacer en tánea, el riesgo de seroconversión alcanza a un
niños que han estado expuestos a antirretrovirales 0,33% (o sea I cada 333 accidentes); en una ex­
durante el primer trimestre del embarazo fue del posición de las mucosas es del 0,09%, y cuan­
3,1%, cifra que no difiere significativamente de do el contacto es con la piel intacta resulta ser
aquellos niños no expuestos (2,1%). menor del 0,09%. Los factores de riesgo están
En relación con la madre, se han descripto ca­ relacionados con la profundidad de la lesión,
sos de toxicidad mitocondrial y acidosis láctica y con el estado clínico y virológico de la fuente
en mujeres embarazadas, las cuales parecen es­ de contacto.
tar más predispuestas a esta complicación. Estos Los accidentes de alto riesgo son los que invo­
efectos adversos se relacionan fundamentalmen­ lucran un gran volumen de sangre (por ejemplo
te con el uso de estavudina y didanosina, que por pinchazo profundo con una aguja que se ha utili­
esta razón están contraindicados en mujeres em ­ zado en un acceso vascular del paciente) que con­
barazadas. Además, la hepatotoxicidad por nevi- tenga una carga viral elevada (por ejemplo, de
rapina es mucho más frecuente en mujeres em­ un paciente que se encuentra en etapa de serocon­
barazadas con recuentos de linfocitos T CD4+ versión o en la fase final de la enfermedad).
> de 250 cél/pL. Los líquidos corporales pueden dividirse en
La cesárea electiva a las 38 semanas de gesta­ aquellos que contienen una elevada carga viral y
ción, antes de que comience el trabajo de parto y pueden intercambiarse entre personas: sangre, se­
de la ruptura de membranas, reduce en un 50% men, secreciones vaginales y leche materna; los
el riesgo de transmisión del HIV, independien­ que contienen una elevada carga viral y no son in­
temente de otros factores asociados ya descrip- tercambiables entre personas, pero pueden conta­
tos. Si la cesárea se realiza luego de comenzado minar al personal de salud en accidentes de labo­
el trabajo de parto o luego de la ruptura de mem­ rales: líquido pleural, pericárdico, ascítico, amnió-
branas, el valor preventivo de la transmisión ver­ tico y cefalorraquídeo; los considerados no conta­
tical del HIV desaparece. En mujeres que lle­ minantes (excepto cuando tienen sangre macros­
gan al parto con CVP < de 1.000 copias/mL la cópica): saliva, esputo, vómitos, lágrimas, sudor,
cesárea programada no reduce el riesgo de trans­ bilis, secreciones nasales, orina y materia fecal.
misión; en estos casos, la tasa de transmisión es Producido el accidente, hay una serie de medi­
del 0,8% con cesárea electiva y 0,7% con parto das generales a tomar. Si la herida sangra, per- ;
vaginal. mítase el sangrado profuso, para eliminar posi- •
\

Capítulo 41 - Enferm edad por el virus de la inm unodefíciencia humana (HlV/sida) □ 401 (

bles cuerpos extraños, y lávese con agua y ja­ 800 mg cada 8 horas o NFV 750 mg cada 8 horas
c
bón. Cuando se contamina la piel corresponde o lopinavir/ritonavir 400 mg más 100 mg, res­ (
lavarla con agua y jabón. En el caso de la muco­ pectivamente cada 12 horas.
sa oral, se efectuarán enjuagues con agua limpia, El efavirenz no puede utilizarse durante el c
y en cuanto a la conjuntiva, se indicarán irrigacio­ embarazo y debe tenerse en cuenta el riesgo ele­
t
nes con solución fisiológica. vado de exantemas por hipersensibilidad que
Ante una exposición accidental (pinchazo, sal­
picadura) de un profesional sanitario por líqui­
pueden confundir con el exantema del síndrome
retroviral agudo. La nevirapina no se aconseja
i
dos de una persona con diagnóstico de sida o HIV por el mismo riesgo de hipersensibilidad y por la t
(+)i o que rechace la investigación serológica, hay posibilidad de hepatopatía tóxica.
que informar al trabajador de los riesgos posi­ Si se sabe o se sospecha que el paciente índice t
bles y efectuar una evaluación clinicoserológica puede tener una cepa viral resistente a uno o va­
1
inicial del accidentado, para descartar o confir­ rios fármacos, deben seleccionarse antirretro­
mar una infección previa. Se le indicará que con­
sulte ante cualquier cuadro febril que se presente
virales sin resistencia cruzada con aquellos. Ésta
podría ser una indicación para efectuar un estu­
c
en las siguientes 12 semanas y que pudiera co­ dio de resistencia en el caso índice, pero sin por i
rresponder a la primoinfección. Después de la esto demorar el inicio de la profilaxis en la per­
evaluación inicial, los trabajadores seronegativos sona expuesta. «
deberán repetir las pruebas serológicas a las 6 y
i
12 semanas, y a los 6 y 12 meses posteriores al Profilaxis posexposíción no ocupacional
accidente laboral. El riesgo de transmisión del HIV a partir de i-
La administración de antirretrovirales posexpo­ una persona infectada es del 0,6 % tras una in­
sición accidental, para prevenir la infección, debe yección intravenosa, del 0,4% tras la inyección i
iniciarse lo antes posible, preferentemente duran­ percutánea, del 0,01% al 0,05% en el sexo oral
te las primeras 6 horas después del accidente, y sin eyaculación, del 0,05% al 0,8% tras el coito
se mantendrá durante un mes. La eficacia de ini­ vaginal receptivo, sin preservativo o con la rotu­ (t
ciar esta administración después que transcurrie­ ra o mal uso de éste, y del 0,8% al 3% luego del
ron 24 a 72 horas es controversial. Los esquemas
disponibles incluyen la combinación de zidovu-
coito anal receptivo, sin preservativo o con su
rotura o mal uso.
c
dina más 3TC. El denominado esquema expan­ La decisión de llevar a cabo este tipo de profi­ (
dido agrega un inhibidor de la proteasa, por lo laxis debe ser tomada entre el médico y el pa­
(
común indinaviro nelfinavir. El uso de uno u otro ciente, a través de la evaluación de los riesgos y
régimen debe basarse en el nivel de riesgo de in­ beneficios; se desaconseja en personas con repe­ (
fección. Habrá que considerar que toda exposi­ tidas exposiciones de riesgo. En todos estos ca­
ción percutánea a sangre entraña un riesgo muy sos debe considerarse si la exposición es esporá­ <
alto y la indicación será de un esquema con 3 dica y excepcional, si la persona concurre dentro
fármacos (2 ITRN más 1 IP). de las 48 a 72 horas de la exposición y si es posi­ (
Tras la exposición de las mucosas y la piel a ble el seguimiento clínico y por el laboratorio de
sangre contaminada también se usarán regíme­ la persona expuesta. Además, el riesgo se incre­
nes triples. menta si el caso índice tiene una carga viral e le ­
En cambio, las salpicaduras en la piel o muco­ vada (> 5000 copias/mL), durante la etapa aguda
sas con otros líquidos contaminados, como se­ de la infección, o tiene diagnóstico de enferme­
men, secreciones vaginales, LCR, y líquidos pleu­ dad HlV/sida avanzada.
ral, peritoneal, pericárdico y amniótico, serán Los esquemas de profilaxis son similares a los
indicación de profilaxis con regímenes de 2 fár­ de la prevención de la exposición ocupacional y
macos (2 ITRN). su indicación se recomienda en los accidentes de
Las dosis a utilizar son: zidovudina, 200 mg alto o moderado riesgo y con contacto con sujeto
cada 8 horas; 3TC, 150 mg cada 12 horas, e IDV, HIV positivo o desconocido.
m

402 □ Segunda parte - Infecciones virales


<•

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m
42
HlV/sida en la infancia
Héctor E. Ralli
Gerardo E. Laube
Ornar J. Palmieri

el riesgo se incrementa cuanto más se prolonga


CONCEPTO
el amamantamiento; esta vía de transmisión ha
La infección por el HIV en la infancia obede­ llevado a la decisión de contraindicar la lactan­
ce, casi siempre, a la transmisión vertical y un cia materna en toda madre infectada.
pequeño porcentaje a transfusiones de sangre o
hemoderivados. Otras vías, en general en ado­
MANIFESTACIONES CLÍNICAS
lescentes, son la drogadicción y la sexual.
La transmisión de madre a hijo varía del 13% al Si bien los nuevos esquemas terapéuticos han
32% en los países industrializados y del 25% al modificado el curso de la infección y la transfor­
48% en aquellos en vías de desarrollo. En la Argen­ maron en una enfermedad crónica, es fundamen­
tina se estima que la tasa se encuentra en un 30%. tal reconocer la sintomatología que presentan
Desde que se implementaron las medidas pre­ aquellos pacientes en los que no se ha hecho un
ventivas, tratamiento antirretroviral con zidovu- diagnóstico precoz y la terapéutica oportuna. La
dina durante el embarazo y en el parto, la transmi­ gravedad de los trastornos enumerados a conti­
sión bajó a un 8% y con tratamientos combinados nuación está en relación directa con la depleción
asociados a cesárea electiva bajó a menos del 1%. de los linfocitos T CD4+.
La transmisión materno-infantil puede suceder M a n ife s ta c io n e s in e sp e c ific a s. Pérdida de
en tres momentos distintos: peso, retardo del crecimiento, adenomegalias
Durante el embarazo. Por vía transplacentaria, generalizadas, fiebre de origen desconocido, hi­
generalmente en los últimos dos trimestres de la pertrofia parotídea, hepatoesplenomegalia.
gestación. In fe c cio n e s respiratorias altas. Otitis media
D urante el parto. Es la más frecuente y res­ aguda o crónica, sinusitis.
ponsable de un 60 al 70% de todos los niños in­ In fe c cio n e s respiratorias bajas. Infecciones
fectados; esta proporción aumenta en casos de bacterianas como neumonías y bronconeumonías
madres con carga viral elevada, sin tratamiento por gérmenes comunes como H aem ophilus in-
aniinretroviral, con infecciones genitales y cuan­ flu en za e o Streptococcus pneum oniae y en eta­
do se produce el parto pretérmino, ruptura pre­ pas terminales por enterobacterias o Pseudomo-
coz de membranas y sangrado vaginal. ñas aeruginosa. Infecciones oportunistas como
D urante la lactancia. Ya que el virus penetra a citomegalovirus, Pneum ocystis jiroveci y Candi’
través de la piel o las mucosas del recién nacido. da. Una infección oportunista de gran importan­
404 □ Segunda parte - Infecciones virales

cia epidemiológica es la tuberculosis, en general, O tras m a n ifesta cio n es. Hepatitis viral A, B y
asociada con algún caso de enfermedad familiar. C, miocarditis, glomerulonefritis focal y prolife.
Infecciones m ucocutáneas. FoIicuUlis, celuli- rativa, afecciones oculares con compromiso de-
lis, molusco contagioso, herpes simple, herpes la retina o la córnea y de los nervios periféricos o
zoster y varicela. músculos. Otro padecimiento a tener en cuenta
In fe c c io n e s d e l siste m a n e rv io so c e n tra l. es la neumonía intersticial linfoide (NIL), que es
Meningoencefalilis por bacterias comunes, Myco- un proceso inflamatorio progresivo del intersti­
b a c teriu m tu b e rc u lo sis, T oxoplasm a g o n d ii, cio pulmonar que evoluciona hacia la insuficien­
C iyptococcus neoform ans, citomegalovirus, her­ cia respiratoria crónica con grave hipoxemia en
pes y por el mismo HIV. los pacientes que adquirieron la infección por HIV
M anifestaciones digestivas. Diarreas agudas y al atravesar el canal del parto. La etiopatogenia
crónicas de origen viral, bacteriano, parasitario de esta afección parecería estar vinculada con los
o micóiico. virus de Epstein-Barr y HIV.
M anifestaciones hem áticas. Anemia, leuco- Los signos y síntomas de la infección por el HIV
penia, plaquetopenia o aplasia de la médula ósea en la infancia son numerosos y muy variables y
ya sea por invasión viral, bacteriana o toxicidad pueden resultar de la acción directa del virus so­
por medicamentos. bre diferentes órganos o sistemas o ser secunda-

C uad ro 42-1. Clasificación clínica de los niños infectados por el HIV.


, Gategoria N: asintom átka s.

Niños que no presentan signos o síntomas atríbuibies a la infección por el HiV o aquéllos que manifiestan tan sólo
una de las condiciones descriptas en la categoría A
' Categoría A: síntomas leves
Niños que presentan dos o más de las condiciones que se describen a continuación, pero ninguna
de las que se describen en las categorías 8 y C
• ünfadenopatfas
• Hepatomegalia
• Ésplenomegalia
• Dermatitis
• Parotiditis
• Infecciones de las vías respiratorias altas recurrentes o persistentes, sinusitis u otitis media
>Categoría B: síhtpmas'módérados
Niños que presentan manifestaciones clínicas átribuibles a la infección por el HIV diferentes delás enumeradas en
las categorías A y C. Como ejemplo se describen a continuación algünas de las condiciones clínicas de la categoría B
• Anemia (< 8 g/dL), neutropenia (< 1.OOQ/mL).o trombocitopenia (< 10O.pOO/mL) persistentes >30 días
• Meningitis baaeriana, neumonía o sepsis (episodio único)
• Candidiasis orofaríngea (muguet) persistente (> 2 meses) en niños mayores de 6 meses
• Cardiomiopatía
• Infección por citomegalovirus, durante el primer mes de vida
• Diarrea, recurrente o crónica
• Hepatitis
• Estomatitis herpética (HSV) recurrente (más de dos episodios en 1 año)
• HSV, bronquitis, neumonitis o esofagitis que se presentan durante el primer mes de vida
• Herpes zóster que afecta, al menos en dos episodios distintos, a más de un dermatoma
• Leiomiosarcoma - ,
• Neumonía intersticial linfoide (NIL) o hiperplasía pulmonar linfoide (HPL) continúa
Capítulo 42 - H lV /sida en la infancia □ 405

Cuadro 42-1. C la s i f ic a c i ó n d i n i c a d e l o s n i ñ o s i n f e c t a d o s p o r e l H I V ( C o n t i n u a c i ó n ) .
• Nefropatía
• Nocardiosis
• Fiebre persistente (> 1 mes)
• Toxoplasmosis, antes del mes de vida
• Varicela diseminada
Categoría C: síniornásgiravés
- Niños que presentan alguna de las condiciones enumeradas en la definición de caso de sida de 1987, con excepción
; de la NIL
• Infecciones bacterianas graves, múltiples o recurrentes (cualquier combinación, al menos, de dos infecciones
confirmadas con cultivo positivo en un períodos de 2 años) del siguiente tipo: sepsis, neumonía, meningitis,
osteomielitis o artritis, o abscesos de órganos internos (excluyéndose otitis, abscesos cutáneos o de mucosas,
. e infecciones relacionadas con catéteres)
• Candidiasis esofágica o pulmonar (bronquios, tráquea o pulmones)
. ■• Coccidioidomicosis diseminada (en localización distinta o, además, en pulmón y ganglios linfáticos cen/icales
■ o biliares)
• Criptococosis extrapulmonar
' • Criptosporidiosis o isosporosis con diarrea persistente durante más de 1 mes
• Citomegalovirosis activa de inicio después del primer mes (en otra localización distinta al hígado, bazo
, ó ganglios linfáticos)
;. • Encefalopatía (como mínimo, uno de los siguientes hallazgos progresivos presentes a! menos durante 2 meses,
- en ausencia de otras enfermedades concurrentes con la infección por el HIV que puedan explicar estas alteraciones):
d) pérdida o retraso en las adquisiciones propias de la edad o disminución de la capacidad intelectual, verificadas
mediante la escala normal de desarrollo evolutivo o tests neuropsicológicos; b) alteración del crecimiento del
. cerebro o microcefalia adquirida, demostrada mediante la medición del perímetro craneal o atrofja cerebral, puesta
' de manifiesto mediante TC o RM (se requieren alteraciones importantes en estas pruebas para el diagnóstico en
niños menores de 2 años), y c) déftcit motores simétricos puestos de manifiesto por dos o más de los siguientes
- hallazgos: paresía, reflejos patológicos, ataxia o alteración de la marcha
• Infección por herpes simple con úlcera mucocutánea persistente durante más de 1 mes o bronquitis, neumonitis
. :o esofagitis de cualquier duración que se inicie después del mes de vida
• HIstoplasmosis diseminada (en una localización distinta o, además, en pulmóri y ganglios linfáticos cervicales
. o biliares) .
• Sarcoma de Kaposi
• Linfoma primarlo de SNC
• Ünfoma de Burkitt o inmunoblástico, o linfoma de células B o de fenotipo Inmuriológico desconocido
• Infección por Mycobacterium tuberculosis, diseminada o extrapulmonar,
• Infección por otras especies de Mycobacterium o especies no Identificadas diseminada o extrapulmonar
; • Infección por Mycobacterium avium complex o Mycobacterium kansasii, diseminada p extrapulmonar
• Neumonía por Pneümocysf/s jiroveci ■
• Leucoencefalopatía multifocal progresiva '
• Bacterlemia por Salmonella (no tifoidea) recurrente
Toxoplasmosis cerebral de Inicio posterior al mes de vida .
' • Síndrome de emaciación en ausencia de otra enfermedad que coincida con la infección por el HIV que justifique
los siguientes hallazgos: a) Pérdida mantenida de peso >10%, o b) pérdida de peso durante el seguimiento, al
:. menos de dos percentlles de las tablas de los niños de edad superior a 1 año, o c) peso por debajo del percentil 5,
;:--en tablas de peso para la talla en dos controles consecutivos separados al.menos 30 días, además de: a) diarrea
;; aónica (por ej. dos deposiciones o más por día al menos durante 30 días), o b) flebre'documentada (durante un
: período mínimo de 30 días. Intermitente o constante).
TT

V
O
406 □ Segunda parte - Infecciones virales
#

O rios a la inmunodeficiencia que se complica con proteína viral (antígeno p24) o de su ácido nucleico
infecciones oportunistas. Las manifestaciones clí­ (ADN proviral o ARN genómico). Para los segun­
V nicas de los pacientes con infección perinatal se dos la detección de anticuerpos es suficiente para
relacionan de acuerdo con su evolución en: diagnosticar la infección. Esto se debe a que hasta
• i Progresores rápidos. Son aquellos pacientes el año y medio de vida todavía pueden encontrar­
que inician su sintomatología antes del año de se anticuerpos maternos en la sangre del niño.
u
vida, con retardo del crecimiento, retraso madu­ Una prueba virológica positiva indica presun­
o rativo, infecciones graves, en especial por Ptieu-
m ocysíis jiroveci o candidiasis bucal y caída im­
ción diagnóstica y debe ser confirmada con la re­
petición en una segunda muestra entre los 30 y 60
O portante de los linfocitos T CD4+, En este gru­ días. Para la realización de los estudios en niños,
po están del 15% al 20% de los infectados. de acuerdo con la Ley 23.798, se necesita el con­
D Progresores lentos. Son aquellos pacientes que sentimiento por escrito del padre, de la madre o
permanecen asintomáticos hasta el segundo o ter­ del adulto a cargo.
O
cer año o más; suelen presentar neumonía inters­ C ultivo viral. Se considera positivo cuando en
O ticial linfoidea, hipertrofia parotídea o infeccio­ dos muestras consecutivas se detecta antígeno
nes por el virus herpes zóster que progresan len­ p24 y negativo cuando a los 30 días todas lasi
O tamente. De un 70% al 80% de los pacientes es­ muestras fueron negativas.
tán en este grupo. Prueba de antígeno p24. Es una prueba muy
o Progresores lentos asintom áticos. Son aque­ específica pero de baja sensibilidad. Por la posi­
llos niños hijos de madre infectada que permane­ bilidad de falsos positivos no se recomienda como
€)
cen asintomáticos, con valores de carga viral baja técnica aislada para diagnosticar la infección en
y sin alteraciones del sistema inmune por un pe­ menores de 1 mes de vida.

i) ríodo de más de 12 años. Un 8% de los pacientes


pertenecen a este grupo.
Reacción en cadena de la polim erasa (PCR).
Es la técnica más sensible y específica para la
detección viral en lactantes.
«>
M étodos serológicos. La detección de anticuer­
DIAGNÓSTICO
f) pos ígG específicos en sangre es la práctica más
El diagnóstico precoz de infección por el HIV difundida en los mayores de 18 meses de vida.
t» en pediatría surgirá de un minucioso interrogato­ Se realiza en dos etapas, la primera llamada de
rio donde se tendrán en cuenta los antecedentes tamizaje que, debido a su alta sensibilidad, pue­
epidem iológicos, familiares y personales, así de generar resultados positivos falsos y la segun­
como las manifestaciones clínicas más frecuen­ da, de pruebas confirmatorias.
t> tes o ios estudios de laboratorio. De tamizaje: ELISA (Enzimoinmunoensayo)
Diagnóstico virológico. Los métodos para el con sensibilidad y especificidad del 98% y la de

diagnóstico de la infección varían si el paciente es aglutinación de partículas de gelatina.
menor o mayor de 18 meses. Para los primeros se De confirmación: Western blot, que es la téc­
necesita detectar directamente el virus, ya sea de nica más aceptada, y la imunofluorescencia indi­
partícula completa (cultivo linfocitario), de una recta (IFI).
>«’

Cuadro 42-2. Categorías inmunológicas basadas en el recuento de linfocitos T CD4+ especificas para cada
edad en núní)ero total y en porcentaje.
«>

i' < 12 meses 1-5 años 6-12 años


1
mm^ (% ) (% ) mm^ (% )
’íí)'’ 1. Sin inmunodepresión > 1.500 >25 > 1.000 >25 > 500 > 25
2. Inmunodepresión moderada 750-1.499 15-24 500-999 15-24 200-499 15-24
v i' 3. Inmunodepresión grave <750 <15 <500< 15 <200< 15
4
C apítulo 42 - H lV /sida en la infancia □ 407

Catéípríá iñmunolpgica: vi •* ••>. ' ^ Cátegdnás clínicas. ^ ' ’X


^— *

Asintom atíca Síntomas |éves: Síntomas moderados Síntomas graves


1 <;in inmunodepresión NI Al 81 C1
2jñmunodepresión moderada N2 A2 82 C2
3. inmunodepresión grave N3 A3 B3 C3

Cuadro 42-4. Clasificación clínica de los niños infectados por el HíV.


1íN!no;tnfeaa^q^^'¿.,
a) Niño menor de 18 meses que presenta: dos determinaciones separadas con resultado positivo de alguna
de las pruebas de detección del virus (PCR, cultivo o antígeno p24).
b) Niño mayor de 18 meses que presenta: anticuerpos detectados por dos determinaciones separadas de ELISA
y por una prueba confirmatoria (Western blot o inmunofluorescencia).
¿■NiAP^xpüe^tó^eh.fgiírgí'pénr^^
a) Niño cuya condición serológica se desconoce y es hijo de madre infectada por el HIV.
b) Niño menor de 18 meses que presenta: anticuerpos detectados por dos determinacionesde ELISA y por una
prueba confirmatoria (Western 6tof o inmunofluorescencia).

a) Niño nacido de madre in feaad a que presenta: dos exámenes de detección viral negativos y ELISA no reactivo
después de los 18 meses.
b) Niño nacido de madre infectada que presenta: dos pruebas de ELISA negativas antes deios 18 meses o una
después de dicha edad.

Cuadro 42-5. Antecedentes epidemiológicos y perinatales.

Ántécedéñte 5;ep'íáemio^
Padres HIV positivos Retardo en el crecimiento intrauterino
Padres con conductas de riesgo Detención intrauterina del perimetro cefálico
Tuberculosis Transfusiones intrauterinas o al nacer
Antecedentes de abuso sexual

Cuadro 42-6. Datos clínicos y de laboratorio.

Detención del crecimiento postnatal o pérdida de peso Hipergammaglobulinemia


Retardo madurativo o pérdida de pautas adquiridas Hipogammaglobulinemia
Diarrea persistente o recurrente infecciones bacterianas Anemia
recurrentes Leucopenia
Candidiasis recidivante Trombocitopenia
Adenomegalias Transaminasas persistentemente elevadas
Hepatoesplenomegalia
Parotiditis persistente o recurrente
Infecciones recurrentes del aparato respiratorio
Fiebre de origen desconocido
408 O Segunda parte - Infecciones virales

C uad ro 42-7. Esquema de diagnóstico de la infección en la infancia.

M ad re HIV positiva

Niño menor de 18 meses Niño mayor de 18 meses

Diagnóstico virológico Diagnóstico serológíco

^
Positivo
\Negativo
y "
Positivo
\
Negativo

y Y
Confirmar con Repetir al Infectado No Infectado
segunda muestra segundo mes

Y
Positivo Negativo

Y
Infectado Repetir entre 4
y 6 meses

Y
Serología a ios
18 meses

La prevención de otras enfermedades oportu­


TRATAMIENTO
nistas (tuberculosis, criptococosis, toxoplasmosis,
El tratamiento y cuidados del niño infectado citomegalovirosis y otras) dependerá del estado
por el HIV debe ser multidisciplinario y debe inmunitario del paciente.
incluir: A decuado aporte nutricional. La mayoría de
Tratamiento antirretroviral. La administración estos pacientes padecen algún grado de desnu­
de drogas antirretrovirales varias veces al día es trición que agrava la infeción por el HIV. Se ad­
uno de los desafíos del tratamiento, ya que se ministrarán suplementos vitamínicos y minera­
debe contar con el apoyo familiar y la adecuada les cuando se detecte su déficit.
adherencia por parle de los pacientes, especial­ A poyo psicológico individual y fa m ilia r. Con
mente a mayor edad. entrevistas individuales y grupales desde el mo­
Tratamiento de las complicaciones. Se basa en mento del diagnóstico y durante toda su evolu­
la indicación de antimicrobianos por las infeccio­ ción con la finalidad de informar a los padres
nes respiratorias y digestivas más frecuentes. sobre medidas generales, posibilidad de discri­
Prevención de las com plicaciones. La preven­ minación y contención ante las dificultades que
ción de la neumonía por Pneum ocystis jiroveci surjan.
está indicada a partir de la cuarta semana de vida Tratam iento y cuidado odontológico. Contro­
en todo niño con infección por el HIV y en los lar desde el inicio la secuencia de la erupción
hijos de madre infectada. En éstos, se suspende­ dentaria, tanto la temporaria como la definitiva y
rá si se descarta la infección. El tratamiento de sus probables infecciones o caries.
elección es trimetoprima-sulfametoxazol. Inm unizaciones. El paciente inmunodeficiente
i
C apítulo 42 - H lV /sida en la infancia □ 409
i

(Jebe tener el plan completo de vacunaciones, con Cuadro 42-8. Esquema de vacunación en el niño con i
los refuerzos correspondientes en las fechas pro­ infección por el HíV/Sida.
gramadas. Las vacunas a virus vivos se deben Vacuna Asintomáticb Sintomátrco
aplicar en ei momento que no haya compromiso
BCG No No
de la inmunidad. La vacuna BCG si bien está
Polio (Salk) SI Sí
contraindicada en estos niños ia OMS autoriza
Polio (Sabin) No No
su uso en los países con alta prevalencia de tu­
DPT-Hib Sí Sí
berculosis. La vacuna antipoliomielítica Salk, a
Antimeningococócica Sí Sí
virus muerto, reemplaza a la Sabin ora! a virus
Antineumococócica Sí Sí
vivos (ver Cuadro 42-8).
Antigripal Sí SI
Triple viral SI No
Tratam iento antirretroviral. La estrategia
Hepatitis 6 Sí Sí
actual de la indicación oportuna del tratamiento
Hepatitis A Sí No
es lograr la máxima supresión de la replicación
Antivaricelosa Sí No
viral, evitar el desarrollo de resistencia y preser­
Antiinfluenza (< 6meses) SI SI
var o restaurar la función inmune. Por otra parte,
los niños presentan particularidades farmaco-
cinéticas, que es necesario conocer para la indi­
cación dcl tratamiento antirretroviral. Éstas, pue­ b) Síntomas clínicos moderados o evidencia
den modifícarse en las distintas etapas de madu­ de inmunodepresión (linfocitos T CD4+ entre
ración y requiere formulaciones pediátricas e s­ 15% y 24% o carga viral >100.0(X) copias):
pecíficas, sencillas de administrar y de fácil do­ considerar.
sificación. Además, las interacciones medicamen­ c) En niños asintomáticos con estado inmune
tosas son frecuentes en los niños con infección normal y carga viral <100.000 copias: diferir.
por HIV, lo cual es un campo en continua evolu­ 4. A partir de los 13 años: considerar las si­
ción. Los potenciales beneficios inmunitarios y guientes situaciones:
antivirales del tratamiento antirretroviral deben a) Presencia de sida o T CD4+ < 200 células:
evaluarse en relación con los problemas de ad­ recomendar.
herencia, resistencia y toxicidad. El inicio de la b) Síntomas clínicos moderados o evidencia
terapia antirretroviral no es una urgencia y antes de inmunodepresión (linfocitos T CD4+ en­
de iniciarla es necesaria una correcta evaluación tre 201 y 350 cél/|xL y carga viral < 100.000
de cada caso basada en los criterios siguientes: copias): considerar.
c) En niños asintomáticos con estado inmune
L Edad menor de 2 años: independientemente normal y carga viral < 100.000 copias: diferir.
del estado clínico, viral e inmunitario.
2. Edad de 2 a 4 años: considerar las siguientes Regím enes recomendados para iniciar la te*
situaciones: rapia:
a) Presencia de sida o T CD4+ <20%: reco­ Inhibidor de proteasa más nucléosídos:
mendar. • Recomendado: 2 INTI más lopinavir/ritonavir
b) Síntomas clínicos moderados o evidencia (especialmente en niños menores de 2 años)
de inmunodepresión (linfocitos T CD4+ en­ • Alternativa: 2 INTI más nelfinavir
tre 20% y 24% o carga viral > 100.000 copias): Inhibidor no nucléosído más nucleósidos:
considerar • Recomendado: > 3 años: 2 INTI más efavi-
c) En niños asintomáticos con estado inmune renz; < 3 años : 2 INTI más nevirapina
normal y carga viral < 100.000 copias: diferir. • Alternativa: > 3 años: 2 INTI más nevirapina
3. Edad de 4 a 12 años: considerar las siguien­ N ucleósidos recom endados: AZT más 3TC;
tes situaciones: AZT + ddI;ABC más 3TC
a) Presencia de sida o T CD4+ <15%: reco­ Nucleósidos alternativos: ABC más AZT; d4T
mendar. más 3TC; ddl más 3TC
410 □ Segunda parte - Infecciones virales

Regím enes no recom endadados: Enfuvirtide (T20): inhibidor de la fusión: ni­


• Monoierapia. ños entre 6 y 16 años 2mg/kg/dosis, dos veces al
• Combinaciones de nucleósidos día por vía subcutánea.
Se realizarán:
C ontroles clínicos. Cada 3 meses en los pa­
NUEVOS ANTIRRETROVIRALES EN PEDIATRÍA
cientes asintomáticos y en los sintomáticos con
Tenofovir; 175mg/m^ /día u 8 mg/kg/día (única estabilidad de los niveles de linfocitos T CD4+ y
dosis) carga viral; y mensual en los menores de un año
FTC (Emtricitabina): 6 mg/kg/día (única dosis) y en aquellos con inestabilidad inmunitaria. Do­
Atazanavír/ritonavir: en mayores de 16 años cumentar peso, talla, perímetro cefálico, presen­
de más de 50 kg: 300mg/100 mg/día; de 30 a 49 kg: cia de adenomegalias y examen neurológico.
100 a 200 mg/día. C ontroles de laboratorio. Hemograma, ESD,
Fosam prenavir/ritonavir: 20 mg/kg más rito- uremia, glucemia, LDH, proteinograma, hepato-
navir. grama, amilasemia, calcio, fósforo, fosfatasa al­
Tipranavír: la dosis pediátrica aún no está cla­ calina, serología para toxoplasmosis, hepatitis,
ramente definida. Chagas e infección por citomegalovirus, orina com­

Cuadro 42-9. Drogas antirretrovirales en pediatría.


Inhibidores de la transcrlptasa réversá/hücleósíclgs'

Zídovudína (ZDV) 180 mg/m^ cada 6 h, o


120 mg/m* cada 8 h (en combinación)
Recién nacido 2 mg/kg cada 6 h
Dídanosina (DOl) 100 mg/m* cada 12 h
Zálcitabína (ddC) 0,01 mg/kg cada 8 h
Stavudína (d4T) 0,5 mg/kg cada 12 h
Lamivudina (3TC) 4 mg/kg cada 12 h
Abacavír 4 mg/kg cada 12 h

¡j.Inhibidores,d& reversa hp n u c l e ó s i d o s . ' : ..-vj'''' --

Nevirapina 200 mg/m* cada 12 h (comenzar con la mitad)


Deiavírdina 120 mg/m* cada 12 h
Efavirenz 10 a 15 kg 200 mg/día en una toma
16 a 20 kg 250 mg/día en una toma
2 1 a2 5 kg 300 mg/día en una toma
26 a 32,5 kg 350 mg/día en una toma
32,5 a 40 kg 400 mg/día en una toma
> 40 kg 600 mg/día en una toma
No hay experiencia en menores de 3 artos . •
Inhibidores de la proteasü . ^

Ritonavir 400 mg/m* cada 12 h (iniciar con 250 mg/m^ y aumentar


gradualmente)
Indinavir 500 mg/m^ cada 8 h
Nelfínavir 30 mg/kg cada 8 h o 60 mg/kg cada 12 h
Amprenavir 22,5 mg/kg cada 12 h 0 17 mg/kg cada 8 h
Saquinavir 33 mg/kg cada 8 h (en investigación)
Lopínavir/rítonavír 300/73 mg cada 12 h '
Cfl/?íif«/o ^2 - HlV/sida en la infancia □ 411

pleta, radiografía de tórax, pruebas Uiberculínicas, C ontroles de la inm unidad. Recuento de linfo-
electrocardiograma y contenido gástrico cada 3 citos T CD4+ cada 3 a 6 meses.
o 6 meses de acuerdo con el criterio clínico. C ontroles de carga viral. Cada 3 a 6 meses.

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I

Síndrome agudo respiratorio grave


Ornar J. Palmieri

en China continental, con una tasa de mortalidad


d e f in ic ió n
del 7%; 1.755 en Hong Kong con una mortalidad
El síndrome agudo respiratorio grave (SARG) del 17%; 346 en Taiwán con 11 % de mortalidad;
más conocido por su denominación en inglés severe 251 en Canadá con una mortalidad del 17%; 235
acute respiratoty síndrome (SARS) es una enfer­ en Singapur con 14% de mortalidad y 13 en Viet-
medad infectocontagiosa, aguda, epidémica, cau­ nam con 8% de mortalidad.
sada por un coronavirus que origina una neumonía El SARG parece tener origen zoonótico. Un im­
atípica grave con una significativa mortalidad. portante reservorio animal es la civeta de palme­
ra, que es un mamífero vivérrido, aunque tam­
bién se identificaron evidencias de infección en
e t io l o g ía
otras especies como el mapache, el tejón chino,
El agente etiológico del SARG es un nuevo el gato almizclero y el perro asiático.
coronavirus (SARS-CoV) que no está estrecha­ El contacto entre el ser humano y los animales
mente relacionado con ninguno de los corona- se asoció con numerosos casos de SARG, lo que
virus conocidos. sugiere que el coronavirus pasó del hospedero
animal al hombre, aunque la mayor parte de las
infecciones en el desarrolla de la epidemia fue­
e p id e m io l o g ía
ron debido a transmi^óh interhumana. Ésta, se
Los primeros casos de SARG se originaron en encuentra facilitada por la densidad de la pobla­
Fosham, Guangdong Province en el sudoeste de ción, su alto grado de conexión a través de los
China en noviembre de 2002. En abril de 2003 viajes de larga distancia y con el incremento, en
esa epidemia alcanzó su pico máximo en Beijing. particular en Asia, de zonas urbanas densamente
Aparentemente la infección que provocó los bro­ habitadas.
tes epidémicos siguientes en Hong Kong, Viet-
nam, Singapur, Canadá y otros sitios tendría su
MANIFESTACIONES CLÍNICAS
origen en un médico nefrólogo que proveniente
del sudeste de China s trasladó a Hong Kong el El período de incubación del SARG oscila en­
21 de febrero y murió el 4 de marzo de 2003. El tre 2 y 10 días. La enfermedad se presenta con
SARG se diseminó en forma rápida por todo el fiebre persistente mayor de 38®C, escalofríos,
mundo a partir de los viajeros internacionales mialgias, cefalea y malestar general. Con menor
asintomáticos. En julio de 2003, La Organización frecuencia se asocian náuseas, vómitos, diarrea,
Mundial de la Salud anunció el fin de la epide­ dolor faucial, coriza y artralgias. El cuadro res­
mia. Los casos probables de SARG fueron 5.327 piratorio incluye tos, expectoración y disnea.
414 □ Segunda parte - Infecciones virales

Ocasionalmente el SARG puede acompañarse ratoria que haya tenido contacto estrecho con un
de un síndrome neurológico agudo grave. En pa­ caso sospechoso o probable de SARG, o antece­
cientes que presentaron convulsiones, en el LCR dente de viaje o residencia en un área de trans­
se identificó el SARS-CoV. misión local reciente de SARG dentro de los 10
El laboratorio muestra linfocitopenia (destruc­ días del comienzo de los síntomas. Se consideró
ción de los linfocitos CD4 y CD8), tromboci- probable a un caso sospechoso de SARG con
topenia, prolongación del tiem po parcial de hallazgos radiográficos de neumonía, o síndro­
iromboplasíina activada, aumento del dímero D, me de distrés respiratorio, o un caso sospechoso
incremento dcl LDH, transaminasas y CPK. con una o más pruebas de laboratorio positivas
La radiografía torácica comparte las caracte­ para SARS-CoV, o un caso sospechoso con evi-
rísticas de la neum onía producida por otros dencias en la autopsia de síndrome de distrés res­
patógenos. El máximo compromiso radiológico piratorio de etiología desconocida.
pulmonar se correlacionó con un mayor aumen­ Los Centros para el Control y Prevención de
to de las transaminasas, lo que sugiere un meca­ Enfermedades (CDC) proponen una clasificación
nismo patogénico común, principalmente de me­ basada en criterios clínicos, epidem iológicos y
diación inmune para las alteraciones pulmonares de laboratorio. Los criterios clínicos fueron: c«-
y hepáticas. La tomografía computarizada de alta ferm ed a d tem prana (presencia de dos o más de
resolución es útil para detectar en forma tempra­ los siguientes hallazgos: fiebre, escalofríos, mial­
na opacidades parenquimatosas. Las imágenes gias, cefalea, diairea, dolor de garganta, rinorrea);
radiológicas se visualizan en la periferia o en una enferm edad respiratoria leve o m oderada (fie­
localización mixta axial y periférica, y en forma bre mayor a 38®C y como mínimo un síntoma del
predominante, en los dos tercios inferiores de am­ tracto respiratorio inferior, como tos, disnea o di­
bos pulmones. Las lesiones no evolucionan ha­ ficultad respiratoria); enferm edad respiratoria
cia la cavitación, ni se observan linfadenopatías grave (criterios de enfermedad leve o moderada
biliares o derrame pleural. La progresión radio­ más una o más de las siguientes características:
gráfica evoluciona desde una opacidad focal uni­ hallazgos radiográficos compatibles con neumo­
lateral hasta el compromiso multifocal o bilate­ nía o síndrome de distrés respiratorio, o hallaz­
ral durante la segunda fase de la enfermedad. Con gos necrópsicos compatibles con neumonía, o sín­
poca frecuencia se produce neumomediastino es­ drome de distrés respiratorio de etiología desco­
pontáneo o síndrome de distrés respiratorio. nocida).
La enfermedad tiene un patrón bifásico. La pri­ Los criterios epidem iológicos fueron: posible
mera fase, de replicación viral, se asocia con in­ o probable exposición a SARS-CoV dentro de los
cremento de la carga viral, fiebre, mialgias y 10 días anteriores al comienzo de los síntomas.
malestar general que mejoran después de unos Los criterios de laboratorio fueron: detección
días. La segunda fase, de daño inmunopatológico, de anticuerpos séricos anti SARS-CoV por una
se distingue por la recurrencia de la fiebre, desa- prueba válidada por los CDC o aislamiento en
turación de oxígeno, progresión radiológica de cultivo celular del SARS-CoV de especímenes
la neumonía y caída de la carga viral. clínicos, o detección del ARN del SARS-CoV por
La mayoría de los pacientes mejoran con el tra­ transcripción inversa de la reacción en cadena de
tamiento. Algunos requieren internaciones en la polimerasa (RT-PCR). Se estableció como caso
unidades de cuidados intensivos por evolucionar probable de SARG al cumplimiento de los crite­
a síndrome de distrés respiratorio y requerir asis­ rios clínicos de enfermedad respiratoria grave
tencia ventilatoria mecánica. más los criterios epidem iológicos de exposición
al SARS-CoV, y como caso confirmado de SARG
a la presencia de enfermedad clínicamente com­
DIAGNÓSTICO
patible con confirmación por el laboratorio.
La Organización Mundial de la Salud definió Las tasas de detección de SARG por medio de
como caso sospechoso de SARG a toda persona RT-PCR convencional son en la primera semana
con fiebre mayor de 38®C, tos o dificultad respi­ de enfermedad generalmente bajas. A los 14 días
C apítulo 43 - Síndrom e agudo respiratorio grave □ 415

(jel comienzo de la enfermedad las tasas de positi­


TRATAMIENTO
vidad son en muestras de orina del 42%, en aspi­
rados nasofaríngeos del 68%, y en materia fecal El tratamiento es empírico. Se demostró que
del 97%. Luego de 28 días de enfermedad la lopinavir/ritonavir como terapia inicial se asoció
serología para la confirmación puede alcanzar con una reducción de la lasa de mortalidad. El tra­
lasas de detección superiores al 90%. Mediante tamiento corriente es ribavirina asociada con pul­
la optimización de los métodos de extracción del sos de corticosteroides intravenosos. Durante la
ARN y la aplicación de técnicas de RT-PCR, la segunda fase de la enfermedad, cuando hay pro­
sensibilidad para el diagnóstico precoz del SARG gresión radiológica de la neumonía o hipoxemia,
puede aumentar al 80% en los aspirados nasofa­ se administrarán altas dosis de metilprednisolona
ríngeos en los primeros tres días de enfermedad. intravenosas para controlar la lesión pulmonar pro­
Las tasas de detección para la conversión seroló- vocada por mecanismo inmune. Están en estudio
2Íca de IgG para el SARS-CoV fueron del 15% a nuevos agentes antivirales e inmunomoduladores,
Tos 15 días y mayores del 90% a los 28 días. como gammaglobulina hiperinmune y anticueipcs
monoclonales. La ventilación no agresiva con pre­
sión positiva fue utilizada con buenos resultados
diagnóstico diferencial
en pacientes con insuficiencia respiratoria. En lo­
Deben tenerse en cuenta todas las enfermeda­ dos los casos deberán adoptarse las medidas de
des infecciosas agudas capaces de provocar un protección para los trabajadores de la salud.
cuadro clínico y radiológico de neumonía atípica
como las asociadas con M ycoplasm a, Chlamydia
PROFILAXIS
yLegionella. Los signos y síntomas también pue­
den ser superponibles a los originados por la in­ La prevención de la diseminación de la enfer­
fluenza y aun por las neumonías bacterianas. medad es la medida más importante para su con­
trol. Se debe evitar el contacto o la alimentación
con animales salvajes. Es importante el aislamiento
PRONÓSTICO
de los enfermos y las normas de precaución para
Entre los factores de mal pronóstico se tendrán los trabajadores de la salud como higiene de ma­
en cuenta: edad avanzada, diabetes u otras enfer­ nos, uso de vestimenta adecuada, guantes, másca­
medades previas, hepatitis B crónica tratada con ras y protección ocular, además del rastreo de los
lamivudina, aumento inicial de LDH, neutrofilia contactos y el aislamiento en cuarentena para los
al comienzo de la enfermedad y bajo recuento de contactos estrechos. Aún no se dispone de vacuna
linfocitos T CD 4 y CD8. para esta enfermedad.

Bib lio g rafía--------------- -


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416 □ Segunda parte - Infecciones virales

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Leptospirosis
A lfredo C. Seijo
Ornar J. Palmieri

hiperinmunes. De allí surgen las serovariedades


d e f in ic ió n
(serovares), más de 200, que a su vez se agrupan
La leptospirosis es una enfermedad zoonótica, de en complejos mayores o serogrupos, como ¡ctero-
amplia distribución mundial, que afecta en forma haem orrhagiae, C anteóla, Pom ona, Pyrogenes,
endémica a especies animales domésticas, perido- G rippotyphosa y otras.
mésticas y silvestres. La enfermedad humana se Las nuevas técnicas de biología molecular han
manifiesta por un espectro signosintomático rico y hecho posible proponer una clasificación de lep-
complejo, que abarca desde fomias «gripales», poco tospiras patógenas en siete especies: L. interrogans,
diferenciadas, a síndromes que indican la agresión L. borgpeterseniiy L. weilii, L. noguchii, L. san-
pluriparenquimatosa, con ictericia, insuficiencia tarosai, L. inadai y L. kirshneri.
renal, hemorragias, meningitis y neumonía. Todas las leptospiras son microorganismos del­
gados, de 0,1 |xm de diámetro por 8 a 20 |im de
largo. Sólo son visibles por medio de nucroscopia
ETIOLOGÍA
de fondo oscuro, característica ^ e^ ju n to con la
El microorganismo causal pertenece a la am­ morfología helicoidal, los reojiérimientos cultu­
plia y heterogénea familia Spirochaetaceae, que rales y la imposibilidad de tijwficación por méto­
agrupa tanto a T. palUdum como a las distintas dos bioquímicos, es propia de la familia Spiro­
borrelias que producen síndromes febriles rela­ chaetaceae.
cionados con mordeduras de garrapatas, com o la La envoltura externa, de tipo lipopolisacárido,
enfermedad de Lyme. determina la respuesta inmunitaria tanto de clase
Dentro del género Leptospira se consideran dos IgG com o IgM; en cambio, un antígeno profun­
especies: biflexa e interrogans. La primera agru­ do resistente al calor genera anticuerpos de clase
pa todas las Icptospiras de vida libre, presentes IgM. Estas propiedades son importantes para el
en los ambientes acuáticos más variados, no pató­ diagnóstico serológico de la enfermedad y los es­
genas para el hombre y los animales. La segunda tudios epidem iológicos de seroprevalencia.
especie, interrogans, la constituyen aquellas La patogenicidad y la virulencia son atributos
lepiospiras con distintos patrones de patogeni- de la cepa, más que de la serovariedad. Si bien
cidad para sus hospederos, donde desarrollan un L. icterohaemorrhagiae tiende a producir cuadros
ciclo biológico sin el cual no sobrevivirían. Esto con mayor compromiso sistémico, en ocasiones
determina su carácter zoonótico. sólo se observa un síndrome febril con poca re­
El taxón básico es el serovar, que las agrupa percusión general. La virulencia se ha asociado
por características inmunitarias ante sueros con la producción de enzimas: lipasa, hemolisinas
420 □ Tercera parte - Infecciones bacterianas

y una similar a endotoxina. La patogenicidad, N o se conoce el papel, en la cadena epidemio­


diferencia entre L. biflexa y L. interrogans, está lógica, de reptiles com o la yarará {Bothrops
determinada en el genoma del microorganismo. alternatus) y el de las aves, pese a que en ellos se
Las condiciones ambientales de supervivencia encontró seropositividad. Los insectos y ácaros
son pH alcalino» iones y sales en concentraciones no se consideran importantes para el manteni­
adecuadas (NaCl, Ca, Mg, NH4C1), baja inciden­ miento y la transmisión del microorganismo.
cia de radiación ultravioleta, escasa flora competi­ Ya sea como resultado de una infección, sin
tiva y oxígeno. El factor más importante es la hu­ evidencia de enfermedad, o bien luego de una
medad, que además las vehiculiza. Ejecutan movi­ enfermedad clínicamente manifiesta, las leptos­
mientos activos, para lo cual utilizan, como fuente piras se localizan en los túbulos renales y desde
de energía, los ácidos grasos de cadena larga. allí pasan al medio ambiente. En algunas espe­
cies, no en la humana, la eliminación puede per­
sistir muchos meses después de la enfermedad
EPIDEMIOLOGÍA
(estado de portación persistente) sin que ello im­
La enfermedad, tanto en animales como en el plique la existencia de lesiones crónicas renales.
hombre, ha sido reconocida en todos los conti­ Eliminadas con la orina a un medio ambiente
nentes excepto en el Antártico. Son numerosas apto, sobreviven durante semanas antes de repe­
las especies animales en las que se evidenció la tir el ciclo en otros animales o en el hombre.
infección por Leptospira. Uno de los reservorios Las fuentes de infección son diversas, pero
más importantes son los roedores, con los cuales siempre se asocian con humedad, o colecciones
han coevolucionado. El resultado ha sido una y cursos de agua. Es necesario insistir con las
adaptación hospedero/huésped tal, que IílLeptos­ preguntas dirigidas a establecer la fuente proba­
pira no manifiesta patogenicidad hacia los roe­ ble y la participación de reservorios, ya que no
dores pero tampoco éstos generan respuesta siempre los enfermos o sus familiares tienen en
inmunitaria. Es posible que en medios urbanos cuenta determinados antecedentes. Deben consi­
entre un 25% a 50% de R attus ratus, R attus ñor- derarse las inmersiones, totales o parciales, en
vegicus y otras especies sean eliminadores per­ cursos de agua (lagunas, ríos, arroyos, zanjas,
sistentes de leptospiras. Los perros padecen una bañados) por lo general en el marco de activida­
enfermedad polisindromática semejante a la hu­ des recreativas. Las inundaciones a veces son el
mana. Junto con los roedores, son los reservorios origen de brotes epidémicos, algunos de magni­
más importantes en las áreas urbanas. tud, en especial en centros urbanos densamente
La seroprevalencia en animales de cría varía poblados pero con infraestructura sanitaria defi­
con la especie, la región y otros factores, pero ciente. Este modelo epidem iológico se observa
los datos aportados por el Instituto Nacional de en las ciudades de países subdesarrollados. Son
Tecnología Agropecuaria (INTA), el Servicio clásicos los brotes epidémicos de Río de Janeiro,
Nacional de Sanidad Animal (SENASA) y otros Brasil, en 1988; Buenos Aires, Argentina, en 1976
centros indicaría, para bovinos, porcinos, ovinos y 1990, o el de Nicaragua, en 1995.
y equinos, tasas del 30% al 50%. En estos ani­ La limpieza de canaletas o zanjas, así como el
males la leptospirosis produce alteraciones que contacto con barro, escombros húmedos o basu­
se asocian con la reproducción, lo que genera ra han sido señalados en forma repetida como
importantes pérdidas económicas. fuente de infección.
En la Argentina fueron aisladas leptospiras de Hay profesiones y poblaciones con mayor ries­
especies silvestres, como D idelphys spp (coma­ go. Dentro de las profesiones, las relacionadas
dreja), Cavia pam parum (cuís), D asypus spp (ar­ con tareas agroganaderas son clásicas en la epide­
madillo) y otras, también se encontró evidencia m iología de la enfermedad: criadores de anima­
serológica de infección en liebres (incluida la les, u obreros de la zafra o plantaciones de arroz.
variedad patagónica), zorros, nutrias y otras es­ La leptospirosis está ligada históricamente a las
pecies. Últimamente se las aisló de diversos roe­ actividades relacionadas con las fuerzas armadas:
dores silvestres (Akodon spp, H olochilus spp). los primeros aislamientos europeos se produje-
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C apitulo 44 - Leptospirosis Q 421

ron en las trincheras alemanas y francesas du­ el daño tisular es producto de aquéllos o bien de
rante la Primera Guerra Mundial. Hubo brotes la liberación de sustancias con acción similar a
epidémicos en la Segunda Guerra Mundial y en las endotoxinas provenientes de la lisis bacte­
la guerra de Vietnam. riana. Es la fase sindromática, en la que puede
La enfermedad predomina en adultos jóvenes haber meningitis, nefropatía, ictericia, neumo-
del sexo masculino, lo cual es atribuido al tipo patía, hemorragias, uveítis y miocardiopatías. Las
de actividades que favorecen la infección. La ma­ meninges y el tracto uveal son ejemplos de pato­
yor incidencia en épocas de calor se debe a fac­ genia por inmunocomplejos. Es llamativo que en
tores climáticos, como las lluvias y las inundá­ la fase bacteriémica el pasaje de leptospiras por
is ciones, que dispersan el microorganismo y ex- el sistema nervioso sea asintomático y que a los
i ponen a los hospederos. El clima frío no es limi- pocos días se establezca una meningitis por com ­
tante para el mantenimiento de la leptospira, como plejos inmunes.
se ha comprobado en aislamientos realizados en En la patogenia de la ictericia y la nefropatía
'ñ la puna Argentina (Seijo y col.). concurren varios mecanismos: hipoxia, acción de
t*"i toxinas y consumo local de plaquetas. La vascu­
litis intensa se asocia con necrosis tubular y neu­
j- PATOGENIA
! monías graves con hemorragia alveolar. El m io­
Hay dos fases bien diferenciadas en la pato­ cardio, además de las perturbaciones propias de
genia y la físiopatología, las que a su vez condi­ un estado metabólico alterado por la nefropatía y
cionan distintas manifestaciones clínicas. la agresión hepática, sufre la lesión directa pro­
La primera es la irrupción del microorganismo vocada por la coronaritis. En el paciente grave se
en la sangre (bacteriemia), que condiciona una suman alteraciones que actúan en cascada y a su
respuesta evidenciada por los denominados reac- vez desencadenan nuevos mecanismos de daño. c
tantes de fase aguda (factor de necrosis tumoral
y otras interleucinas). Su resultado es la vasculitis, c
ANATOMÍA PATOLÓGICA
acontecimiento patogénico que será el marcador
c
evolutivo de la enfermedad. Desde el punto de vista La observación macroscópica de los órganos
clínico se corresponde con el período de inicio o involucrados en general los muestra congestivos c
«síndrome gripal», que se tratará más adelante. y con tamaño aumentado, en algunos casos con
La vasculitis es la primera causa de anoxia tisu- focos hemorrágicos y a veces impregnados por t
lar, trombocitopenia y manifestaciones hemorrá- pigmentos biliares.
gicas, cuya presencia es un signo de alarma ya El hígado conserva la arquitectura del lobulillo
t
que indican vasculitis subyacente de gravedad
intermedia a elevada.
excepto en las formas graves, en donde muestra
disociación de las trabéculas hepatocitarias y en
c
La segunda fase es la determinada por la apari­ las fases finales necrosis acidófila. La microsco­ t
ción de anticuerpos. Esta respuesta inmune es pía típica de la leptospirosis revela hepatocitos
cualitativa y cuantitativamente importante; ade­ tumefactos y balonizados en la región centrolo-
más es precoz, ya que se produce entre el 4® y el bulillar, con focos muy rart^de necrosis hepato-
5® día de la enfermedad. celular y sobrecarga de pigme^o-biliar. La acti­
Los anticuerpos IgM e IgG producen lisis vidad mitótica marcada constituye una caracte­
bacteriana, por lo cual la bacteriemia persiste en rística. El pigmento biliar también aparece en los
general alrededor de 10 días. Las leptospiras se canalículos y en las células de Kupffer, que están
localizan en los túbulos renales, donde quedan hiperplásicas e hipertróficas. En el espacio porta
protegidas de la respuesta inmune humoral. Es el infiltrado es linfocitario, con presencia de ma-
por ello que en algunas especies la leptospiruria crófagos. La placa limitante se conserva intacta.
puede continuar varios meses después de evolu­ La microscopia electrónica confirma la colestasis
cionada la fase aguda de la enfermedad. intrahepática, con desaparición de las microve-
La formación de inmunocomplejos y su depó­ llosidades de la región canaliculardel hepatocito
sito en los tejidos caracteriza esta fase, en la que y alteraciones del aparato de Golgi. Con técnicas
TT

'4
422 D Tercera parte - Infecciones bacterianas

« histoquímicas y nnoleculares se detecta antígeno


MANIFESTACIONES CLÍNICAS
de lep tosp ira en r ela ció n con e n d o te lio s
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vasculares y macrófagos. Acorde con la patogenia existen dos fases olí-
En el riñón el espectro de lesiones varía desde nicas, no siempre bien delimitadas. El período
una nefritis intersticial inespeciTica a la necrosis de incubación dura unos 10 días (de 2 a 40 días).
tubular. El infiltrado es de tipo linfomonocitario, El cuadro tiene un comienzo brusco, con hiper-
con plasmocitos y macrófagos de distribución termia, mialgias y cefalea. Un porcentaje eleva­
perivascular y periglomerular. Los glomérulos do de pacientes presenta hiperemia conjuntival.
rara vez son afectados (glom erulitis), aunque Esta forma de inicio se identifica, por analogía,
pueden ser depósito de complemento (C1 q y C3) como «gripal». Es común que el paciente refiera
en forma pasiva. La lesión principal se ubica en náuseas y a veces vómitos. En las formas graves,
los túbulos contorneados proximales, donde ade­ sumado a los síntomas anteriores, el dolor abdo­
más de la necrosis celular hay cilindros de he­ minal puede simular un abdomen agudo.
moglobina y mioglobina. Las hemorragias inters­ La fotofobia y la cefalea intensa pueden ser los
i ticiales van desde focales a voluminosas. primeros síntomas de compromiso meníngeo.
Con técnicas especiales de marcación puede Los exantemas no son frecuentes en esta eta­
tíí>
evidenciarse el antígeno en el intersticio, en el pa, excepto en los casos evolutivos graves en los
endotelio de los vasos (no en el glomérulo), en el que las petequias u otros signos hemorrágicos
epitelio de los túbulos contorneados y en ma­ pueden ser precoces.
# crófagos. Rara vez se refieren artralgias o artritis. Las
En los m úsculos, las lesiones son más eviden­ mialgias en las pantorrillas, el raquis, como tam­
tes en los gemelos; siguen los músculos pecto­ bién en las cinturas escapular y pelviana, son un
rales, ios paravertebrales y los de la cintura esca- síntoma predominante. La creatinfosfocinasa ele­

pular. El examen histológico revela pérdida de vada indica miositis subyacente.
las estriaciones, vacuolización, hialinización y Este período dura tres a cinco días y tiene dos
focos hemorrágicos. En los infiltrados celulares posibilidades evolutivas: la autolim itada y la
hay macrófagos, plasmocitos y muy pocos poli- sindrom ática. La más frecuente es la primera,
morfonucleares. La marcación del antígeno es antes llamada «abortiva», en la cual en pocos días
casi constante en las células de los músculos de el paciente se recupera sin pasar a la etapa sindro-
las pantorillas. m ática. Es muy difícil reconocer esta forma de
En el corazón, las fibras musculares presentan presentación como leptospirosis, por lo que que­
lesiones semejantes, pero el antígeno también se da rotulada como síndrome febril inespecífico o
ha detectado en las arterias coronarias con la estado gripal. Es la forma más común y sólo se
histopatología de la coronaritis y raramente en­ diagnostica cuando coexiste con los casos sindro-
docarditis vegetante. máticos o al estudiar un brote epidém ico. Se
En el pulm ón las alteraciones se relacionan con autolimita con independencia de los tratamien­
las formas graves seguidas de muerte. Se obser­ tos y se relaciona con bajo inóculo infectante,
van edema, exudados de fibrina y hemorragias virulencia atenuada de la cepa o condiciones in-
en los alvéolos de distintos grados de extensión. munitarias del enfermo.
Sin embargo, no se encuentran elem entos de Si la enfermedad progresa pueden aparecer ios
necrosis celular y es posible que la acumulación distintos síndromes. Esto suele ocurrir luego de un
de macrófagos, neutrófilos y linfocitos sea por período breve de remisión clínica aparente, lo que
I® simple extravasación sanguínea, producto de ia se ha descripto como forma bifásica, o como una
pérdida de perm eabilidad de los endotelios continuidad entre los síntomas del período gripal y
pulmonares. la aparición de los distintos síndromes. Éstos pue­
En el sistem a nenúoso las lesiones no son lla­ den combinarse de varias maneras e incluso se
mativas: consisten en escasos infiltrados peri- observan formas con escasa expresión clínica.
# vasculares de macrófagos y linfocitos. El edema La ictericia se presenta hasta en el 60% de los
cerebral es raro. pacientes. Como en toda colestasis intrahepática,
Capítulo 44 - Lepiospirosis Q 423

aumenta la fracción conjugada de la bilirrubina. do cefalorraquídeo revela un patrón bioquímico


£1 valor de las transaminasas puede permanecer bastante homogéneo: glucorraquia normal (las
normal o discretamente elevado. La fosfatasa leptospiras no metabolizan los hidratos de car­
alcalina suele estar aumentada. La amilasemia bono), proteinorraquia moderada y pleocitosis
elevada se observa en general en las formas gra­ con predominio mononuclear, aunque no es in­
ves. Los factores de coagulación hepatodepen- frecuente hallar polimorfonucleares.
dientes no se modifican en grado sustancial. En las formas graves puede haber compromiso
Es probable que todos los pacientes tengan al­ encefálico de origen metabólico, con un LCR
gún grado de daño renal; sin embargo» no siem ­ xantocrómico o hemorrágico.
pre es objetivable y en muchos casos sólo se apre­ En las leptospirosis autolimitadas el síndrome
cia una alteración del sedimento urinario, el que meníngeo evoluciona en pocos días sin secuelas
muestra escasos leucocitos y a veces eritrocitos. neurológicas.
La proteinuria no es significativa. Las formas Si no se tiene en cuenta la leptospirosis, estas
evolutivas que no revisten gravedad se asocian meningitis suelen diagnosticarse como meningi­
con un grado de insuficiencia renal leve o mode­ tis virales o «asépticas». Pocas veces son menin­
rado, con valores de uremia y creatininemia ele­ gitis puras, en general se acompañan de compro­
vados que se normalizan en algunos días. miso hepático, renal o de otro tipo que conduce a
En las leptospirosis graves el riñón es el mar­ la sospecha de la leptospirosis.
cador de la evolución. La insuficiencia renal se Son raras las localizaciones periféricas, como
debe a necrosis tubular aguda y es, en definitiva, neuritis o polirradiculoneuritis.
la causa primaria de muerte. La diálisis precoz La uveítis es poco frecuente; los síntomas indi­
puede conducir a la curación. cativos son dolor ocular, fotofobia y visión borro­
No debe esperarse la aparición de hiperpota- sa de intensidad variable. Puede ser unilateral o
semia para iniciar la diálisis, ya que la tubulopatía bilateral y aparece en la convalecencia o aun más
puede cursar con pérdida de potasio. La protei­ tarde, incluso varias semanas después de la cura­
nuria es elevada. En el sedimento urinario se ob­ ción clínica, lo que indica su patogenia inmune.
servan cilindros hemáticos y leucocitarios. Estos Durante varias décadas se subestimó la neu­
enfermos cursan con niveles altos de bilirrubina, monía causada por leptospira; se mencionaban
que sumados a la mioglobina, producto de la casi en forma exclusiva las neumonías de los
miositis, agravan el deterioro de la función re­ pacientes graves donde la hemoptisis era un sig­
nal. La plaquetopenia se asocia en general con la no hemorrágico más. Sin embargo, la leptospi­
necrosis tubular. El deterioro final involucra la rosis es una causa importante de las denomina­
falla multiparenquimatosa. Las hemorragias, fre­ das «neumonías atípicas». Pueden ser unilatera­
cuentes en estos casos, constituyen la expresión les o bilaterales, y adoptar un patrón radiológico
clínica de una vasculitis grave. Esta forma clíni­ alveolar diseminado. Los síntomas respiratorios
ca grave se denomina enfermedad de Weil, ya que aparecen alrededor del quinto día del inicio del
los primeros cuatro casos que describió este mé­ síndrome febril, acompañando la ictericia y la
dico alemán en 1886 tuvieron las características nefropatía. En estas formas leves el esputo pue­
señaladas. de ser hemoptoico y sin que medie tratamiento
La diátesis hemorrágica se expresa por un sín­ antibiótico, las imágenes radiológicas y los sín­
drome purpürico (petequias, equim osis) y por tomas respiratorios pueden retroceder en alrede­
hemorragias parenquimatosas: hem atem esis, dor de una semana.
melena, epistaxis y hemoptisis. Como se ha señalado, la intensidad de la vascu­
El sistema nervioso puede sufrir distintas agre­ litis separa las formas autolimitadas de las gra­
siones. La más común es la meningitis con líqui­ ves y hemorrágicas, en las que la neumonía pue­
do cefalorraquídeo claro, en general sin signos de ser de gravedad inusitada y configurar distrés
encefalíticos. Su expresión clínica puede ser des­ respiratorio del adulto.
de cefalea y fotofobia moderadas hasta un sín­ La miocarditis es la consecuencia de las per­
drome meníngeo completo. El examen del líqui­ turbaciones metabólicas de las leptospirosis gra­
424 □ Tercera parte - Infecciones bacterianas

ves, pero también suele originarse en la vasculitis agregado de suero de conejo o de ácidos grasos
de las arterias coronarias. de cadena larga, además de otras sustancias (me­
La rapidez con que se instalan los síntomas hace dios de Fletcher, Tween 80, albúmina bovina,
que el bazo no sea palpable en la gran mayoría etc.). A la sangre para hemocultivo se le agrega
de los casos. Hay también una reacción linfática oxalato de sodio o heparina, pero no citrato. En
en forma de pequeñas adenopatías indoloras sin estas condiciones es factible procesarla aun has­
periadenitis. ta 5 a 7 días después de su extracción. La orina
El hemograma muestra leucocitosis con neu- se envía refrigerada (4®C a 8°C, nunca congela­
trofilia y, en muchos casos, la aparición de mielo- da) con corrección de pH a 7 o 7,2, si no puede
citos inmaduros. La anemia de tipo hipocrómico procesarse de inmediato. Las técnicas de reco­
no es constante ni se corrige con la administra­ lección son las generales para los hemocultivos
ción de hierro. En su mecanismo estaría invo­ y urocultivos.
lucrado un trastorno del transporte del hierro. La El aislamiento tiene valor epidemiológico, pero
trombocitopenia en general se asocia con las for­ rara vez ayuda al clínico en el diagnóstico, debi­
mas graves. La eritrosedimentación está acelera­ do a su demora.
da: 40 a 100 mm o más en la primera hora. En el estudio de la respuesta inmune se utili­
Otros exámenes de laboratorio mostrarán la zan varias técnicas serológicas, de las cuales la
disfunción hepatocelular, los distintos grados de de referencia es la aglutinación microscópica
insuficiencia renal, las alteraciones gasométricas (MAT). El suero del paciente se enfrenta a dis­
y las del medio interno, según los parénquimas tintos serogrupos de leptospiras, para observar la
afectados y su gravedad. aglutinación en microscopía de fondo oscuro. Las
La evolución de la enfermedad depende de su aglutininas son de clase IgM e IgG. En la fase
forma de presentación. En los casos leves dura alre­ aguda de la enfermedad el patrón de aglutinación
dedor de dos semanas, pero en los graves es más es bastante característico, pero debe demostrarse
prolongada y su desenlace puede ser la muerte. conversión serológica en dos muestras de suero
extraídas con un intervalo mínimo de 7 días.
La aglutinación m acroscópica con antígeno
DIAGNÓSTICO
termorresistente (TR) es útil, ya que sólo eviden­
Como toda enfermedad infecciosa el diagnós­ cia aglutininas IgM, es de bajo costo y de reali­
tico se basa en la epidem iología, la clínica y los zación sencilla. Se han desarrollado ELISA,
estudios microbiológicos. contrainmunoelectroforesis y otros procedimien­
Epidemiología: considera las posibles fuentes tos que no tienen la difusión de los anteriores.
de infección, las actividades y los hábitos del El estudio de la respuesta inmune a través de
paciente, así como las condiciones de vivienda y la MAT es la forma habitual de diagnóstico. Esta
trabajo. Es necesario subrayar la importancia de técnica se lleva a cabo en laboratorios dedicados
la epidemiología para el diagnóstico. a leptospirosis, lo cual limita el estudio a áreas
Clínica: pensar en leptospirosis ante toda en­ determinadas. Sin embargo, los sueros pueden
fermedad de comienzo brusco, de tipo gripal, que derivarse correctamente refrigerados o congela­
en su evolución presenta, en conjunto o por se­ dos para su procesamiento.
parado, ictericia, nefropatía, meningitis con LCR M ediante técnicas de biología molecular es
claro, hemorragias y neumonía atfpica. posible detectar la presencia del genoma de la
E studios m icrobiológicos: se basan en la recu­ leptospira en los distintos materiales clínicos. La
peración del microorganismo de los distintos reacción en cadena de la polimerasa (PCR) ha
materiales clínicos y en el estudio de la respues­ sido evaluada para el diagnóstico, con resultados
ta inmune. promisorios. Permite recuperar material genó-
El crecimiento de la leptospira es lento y está mico de sangre, orina, LCR y humor acuoso en
afectado por factores como la terapéutica anti- períodos más amplios que las técnicas conven­
biótica previa y el tiempo de evolución de la en­ cionales de cultivo y sin las limitaciones de és­
fermedad. Los medios de cultivo requieren el tas.
Capítulo 44 - Leplospirosis □ 425

diagnóstico diferencial
fropatía. Las miositis autoinmunes pueden cur­
sar con distrés respiratorio, lo cual las asemeja a
En el primer período o «período gripal» el diag­ las formas graves de leptospirosis pulmonar.
nóstico diferencial incluye enfermedades virales La ictericia se diferencia de la provocada por
I.'-
í :~ como la influenza, la parainfluenza y la enfer- las hepatitis virales por la epidemiología, el cua­
I niedad febril por algunos serotipos de adenovirus dro clínico y los resultados del laboratorio. En

y enterovirus. La ausencia de manifestaciones en ocasiones, la hepatitis por virus de Epstcin-Barr
j las vías aéreas superiores puede ser sugestiva de puede simular una leptospirosis si, junto con el
leptospirosis; pero esta característica, con cua­ cuadro clínico de mononucleosis infecciosa, hay
dro clínico muy semejante, la comparten la fie­ otros signos de agresión parenquimatosa. Igual
bre hemorrágica argentina (FHA), la enfermedad consideración merecen algunas formas agudas de
por hantavirus, el dengue y la fiebre amarilla. infección por citomegalovirus.
La FHA y las enfermedades por hantavirus son Las salm onelosis que cursan con septicemia
zoonosis que también tienen a los roedores como (fiebre tifoidea y otras) tienen un comienzo y un
reservorios. En la FHA hay pancitopenia y me­ curso clínico más solapado, a diferencia del co­
nor repercusión renal, pero los hantavirus, tan­ mienzo agudo, «gripal», de la leptospirosis. En
to los productores de fiebres hemorrágicas con la fiebre tifoidea en general hay linfomonocitosis
síndrome renal (FHSR) com o los causantes del con leucopenia y esplenomegalia o sin ellas, lo
í:^ síndrome pulmonar, sólo se diagnostican a tra­ cual es excepcional en la leptospirosis.
vés de los exámenes de laboratorio. En la FHSR Las meningitis virales presentan un LCR simi­
el compromiso hepático y meníngeo no suele lar al de la leptospirosis, pero no se observa la
ser significativo. En el síndrome pulmonar por agresión pluriparenquimatosa de ésta. Por el con­
hantavirus la nefropatía y la hepatopatía son se­ trario, en las meningitis por M ycobacterium /u-
cundarias al distrés respiratorio, y no hay he­ berculosis y C ryptococcus neoform ans, descien­
morragia alveolar a diferencia de la leptospi­ den la glucorraquia y la clorurorraquia, además
rosis. casi siempre se observan signos de compromiso
El dengue ha sido considerado como la enfer­ encefálico.
medad emergente de mayor preocupación para El síndrome de neumonía atípica es producido ♦
las Américas, luego del sida. £1 cuadro clásico por varios agentes patógenos. Además del cua­
tiene una forma de presentación similar a la lep­ dro respiratorio, cuya característica general es la <
lospirosis (síndrome gripal), pero no evoluciona denominada disociación clinicorradiológica, es­
(
a una fase polisindromática. El dengue hemorrá- tos microorganismos agreden con distinta inten­
gico, en cambio, se caracteriza por una vasculitis sidad otros órganos y sistemas. Es por ello que a I
cuyas manifestaciones clínicas remedan las de la neumopatía pueden asociarse ictericia, nefro­
una leptospirosis grave. La nefropatía es secun­ patía, hemorragias, etcétera.
daria a la hipovolemia, como sucede en la fiebre Dentro de las neumonías atípicas, la de la lep­
amarilla, ya que ambos agentes etiológicos no tospirosis debe diferenciarse de las asociadas con
muestran un tropismo particular por el riñón, psitacosis, fiebre Q, enfermedad por M ycoplas-
r
como sí ocurre con las leptospiras. ma, enfermedadide los legionarios, síndrome pul­
El paludismo, en especial las formas graves por monar por hantavirus, neum onía grave por
Plasmodium falciparum y puede confundirse con Yersinia p estis y tularemia.
leptospirosis, dado que pueden no tener la curva La leptospirosis sfe-jncluye dentro de las deno­
febril cíclica ni la secuencia de síntomas que pro­ minadas fiebres hemoitágicas, conjunto nosoló-
ducen los otros plasmodios. gico que abarca un espectro de enfermedades de
Distintas enfermedades que cursan con miositis alto impacto en la salud pública y que abarca el
también pueden incluirse en el diagnóstico dife­ dengue, las fiebres hemorrágicas argentina y bo­
rencial, sobre todo la triquinosis y las miositis liviana, y las llamadas fiebres manchadas por
autoinmunes. En la triquinosis en general hay ricketlsias. Merece destacarse el hallazgo en nues­
edema bipalpebral, eosinofilia y ausencia de ne­ tro país de evidencias de infección por Rickettsia
426 Q Tercera parte - Infecciones bacterianas

ricketísii y que el tifus murino {Rickettsia typhi) hipoxemia y los desequilibrios del medio interno
se considera una endemia universal. es tan efectivo como el tratamiento con antimi­
crobianos. La utilización de estos últimos está
supeditada al momento evolutivo de la enferme­
COMPLICACIONES
dad: son útiles en la etapa bacteriémica, pero de
La leptospirosis es una enfermedad autoli- valor dudoso en la fase siguiente.
mitada que en su evolución no origina enferme­ La penicilina se administra por vía intraveno­
dad o lesiones crónicas. En la mayoría de los sa, a razón de 10 a 15 millones de UI por día o
pacientes los signos y síntomas se resuelven en ampicilina o amoxicilina por vía oral (2g/día). |
unas dos semanas. Las formas graves lo hacen Otras alternativas útiles son la eritromicina
en tres a cuatro semanas; las complicaciones más (2 g/día), la claritromicina (1 g/día), la roxitromi-;
importantes son la insuficiencia renal o, en las ciña (300 mg/día) y la doxiciclina (200 mg/día).
formas pulmonares graves, el shock hipovolé- La duración del tratamiento no deberá exceder
mico por hemoptisis. La insuficiencia hepática los 7 días. N o hay evidencias que avalen el uso
es una complicación y una consecuencia de las de corticosteroides.
anteriores.
En el paciente internado en unidades de tera­
PROFILAXIS
pia intensiva suelen presentarse las complicacio­
nes propias de este tipo de asistencia: infeccio­ Se relaciona con las formas de adquisición y
nes asociadas a los aparatos de reanimación, apo­ poblaciones de riesgo. Ante la existencia de bro­
yo respiratorio, catéteres, etcétera. tes epidém icos se administran antibióticos en
forma profiláctica, durante períodos breves, en
dosis similares a las señaladas.
PRONÓSTICO
La doxiciclina en una sola dosis semanal se ha
La disminución del número de plaquetas indi­ propuesto como profilaxis preexposición.
ca una posible necrosis tubular aguda, causa pri­ El uso de calzado y guantes impermeables es
maria de muerte. Las manifestaciones atribuidas una medida efectiva para prevenir la enferme­
a la vasculitis, como el síndrome purpürico y las dad en varias circunstancias, en especial labo­
hemorragias parenquimatosas, indican peor pro­ rales.
nóstico que el de las formas clínicas no hemo- El conocimiento, por parte de los profesiona­
rrágicas. La intensidad de la ictericia no indica les, de la prevalcncia, las formas de infección y
por sí sola mayor gravedad. los reservorios podría ser útil en el mediano pla­
El pronóstico se relaciona estrechamente con zo para reducir el impacto sobre la salud, tanto
la virulencia de la cepa, que no debe confundirse en el hombre como en los animales domésticos.
con un serovar en particular. Aún hoy la leptospirosis es una enfermedad con­
Los casos asociados con infección por HIV en siderada «exótica» por los médicos y muy poco
general no presentan características clínicas par­ conocida por la población. La vacuna es efectiva
ticulares, excepto en pacientes en estadios avan­ en animales tanto de cría como domésticos. En
zados del síndrome de inmunodeflciencia adqui­ algunos países con población humana de riesgo
rida, en quienes, como en toda enfermedad con (obreros de las alcantarillas de París, cose-
déficit inmunitario, la evolución y el pronóstico chadores de arroz en Italia y de azúcar en Cuba)
son ominosos. la vacunación contribuyó a bajar la prevalencia.
En el Instituto Finlay de La Habana (Cuba) se
investigó una vacuna con leptospiras muertas con
TRATAMIENTO
el agregado como coadyuvante de gel de hidróxi-
El tratamiento de sostén es fundamental, tanto do de aluminio. Esta vacuna incluye los serovares
en las formas moderadas como en las graves. La canicola, copenhageni y m ozdok (vacuna vax-
indicación temprana de la diálisis puede cambiar spiral) y resultó segura para el control de la en­
en forma drástica el pronóstico. Corregir la fermedad, por lo que se recomienda su utiliza­
C apítulo 44 • Leptospirosis □ 427

ción para prevenir la leptospirosis en los grupos no descarta en ningún caso las medidas preventi­
humanos de riesgo. La aplicación de la vacuna vas generales para el control de la enfermedad.

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Actinomicosis c

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Ornar J. Palmieri (v

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tarias, las criptas amigdalinas y los surcos gin- c


¿ definición
givodentales. Pueden aparecer otros focos de pro­
La actinomicosis es una afección supurativa y lifera ció n secun darios en la región ceco a - i
granulomatosa, con tendencia a la fistuiización,
fe producida por bacterias anaerobias o microae-
pendicular del intestino y en el moco cervical o
en secreciones cervicovaginales del 10% de las
i.
rófilas del género A ctinom yces. Estos microor­ mujeres que usan DIU. La presencia de caries (
ganismos son residentes habituales de la cavidad dentales, focos sépticos bucofaríngeos o proce­
bucal. La secreción purulenta de los abscesos y sos inflamatorios crónicos, com o también los t
las fístulas contienen granos visibles, como gra­ traumatismos accidentales o quirúrgicos, crean
nos de azufre, que son microcolonias del agente el ambiente necesario para la aparición de la t
causal. actinomicosis, al destruir en parte la barrera epite­
lial y originar tejidos necróticos con un potencial
i
f ETIOLOGIA
de oxidorreducción bajo. La localización más i
común es la cervicofacial, que se origina por pro­
Las bacterias de los géneros A ctinom yces y pagación directa a partir de focos dentarios o t
Arachnia forman filamentos cortos, gramposi- amigdalinos. Le siguen la actinomicosis torácica,
<
íivos, no acidorresistentes, anaerobios o microae- habitualmente producida por la aspiración de
rófilos. Son habitantes comunes de la boca. En secreciones bucofaríngeas, y por último la abdo-
el hombre la mayor parte de ios casos son produ- minopelviana, generada a partir de focos intesti­
, cidos por/i. israelii y con menor frecuencia por nales o de los genitales internos femeninos. Con
A. naeslundii, A. odontolyíicus, A . viscosus y menor frecuencia se han descripto formas septico-
Arachnia propionica. piémicas, de diseminación hemática a partii^e
lesiones pulmonares. /
La actinomicosis es una afección de distribu­
EPIDEMIOLOGÍA Y PATOGENIA
ción geográfica universal, más frecuente en indi­
Los actinom icetos anaerobios tienen como viduos de bajo nivel socioeconóm ico que no cui­
reservorio habitual la cavidad bucal del ser hu* dan bien su dentadura. El alcoholismo, la desnu­
mano. N o es, por lo tanto, una enfermedad ad­ trición, la diabetes, la tuberculosis y los trauma­
quirida desde el exterior y el agente causal es tismos accidentales o quirúrgicos han sido seña­
incorporado a la biota normal, junto con otros lados com o factores predisponentes o desenca­
microorganismos saprobios, poco después del denantes. Es más frecuente en adultos, con leve
^ nacimiento. Se los ha aislado de las placas den­ predominio en el sexo masculino.
430 □ 'I'erccra parte ■ Infecciones bacterianas

la aparición de abscesos múltiples y pequeños


ANATOMIA PATOLÓGICA
en panal de abejas. En los casos más avanzado
Origina una respuesta inflamatoria crónica, la infección se extiende a la pleura y a la paree
granulomaiosa y supurativa, con tendencia marca­ torácica, lo que origina un empiema de necesi
da a producir fístulas que comunican ios abscesos dad con la producción de múltiples trayectoj
entre sí y con el exterior. En las secreciones puru­ fistulosos, que drenan hacia la piel una secreciór
lentas se ven granos de 600 )im de diámetro, de purulenta con los típicos granos.
forma esférica irregular, con una corona externa
de clavas acidófilas y un material central levemente Actínomicosis abdominopelvíana
hcmatoxilinofílico. Con coloraciones de Gram o Suele simular los síntomas de una apendiciti
Grocott se observan filamentos finos en esta zona. de evolución subaguda o crónica y recurrente. E
la fosa ilíaca derecha hay una masa inflamatori
palpable y por último aparecen fístulas en la par
MANIFESTACIONES CLINICAS
te inferior del abdomen o en la región inguinal
Actínomicosis cervicofacial Con cierta frecuencia estos enfermos son inter­
Es la localización más frecuente, se presenta venidos quirúrgicamente sin un diagnóstico pre­
en más del 60% de los casos. Se inicia con dolor, ciso, o con la sospecha de apendicitis o tumor de
rubor y tumefacción del ángulo del maxilar infe­ colon. La infección puede extenderse al hígado
rior. Luego se desarrollan uno o más nódulos que (por vía hemática) o a los ovarios, el tracto uri­
se reblandecen en su parte central y se abren al nario y la región retroperitoneal por contigüidad.
exterior por una o más fístulas, a través de las Las formas pelvianas son casi exclusivas del
cuales mana una secreción purulenta con los ca­ sexo fem enino y mucho más corriunes en las
racterísticos «granos de azufre». Su evolución es mujeres que usan DIU. Producen fiebre, pérdida
intermitente, con períodos de involución segui­ de peso, dolor pelviano, flujo vaginal purulento
dos por progresión lesional. Al hacerse crónica y por lo general se palpa una tumoración anexial
se producen zonas induradas de consistencia le­ dolorosa. En los casos crónicos llega a producir
ñosa. En los períodos iniciales se puede producir un cuadro semejante a la pelvis congelada.
trismo, dolor local y fiebre, que desaparecen con
la cronicidad. Lo habitual es la existenciajde una
DIAGNÓSTICO
dentadura en mal estado de conservación y el
antecedente de intervención quirúrgica, extrac­ El diagnóstico se basa en el hallazgo de los
ción dentaria o traumatismo accidental. También granos típicos, constituidos por una trama de fi­
puede localizarse en las parótidas, lo que origina lamentos finos gram positivos no acidorresis-
focos de osteomielitis mandibular y extenderse tentes. Su aislamiento en cultivos no tiene valor
hacia la región temporal o propagarse al medias­ diagn óstico com o única prueba, ya que son
tino superior. Las formas extensas o muy cróni­ microorganismos integrantes de la biota normal;
cas son muy raras en la actualidad. sin embargo, tienen un valor confirmatorio en un
examen microscópico directo positivo. Su aisla­
Actínomicosis torácica miento puede hacerse en placas de agar infusión
Es la segunda localización en orden de frecuen­ de cerebro y corazón, en cámara de anaerobiosis
cia. Por lo general se produce por aspiración de y a 37®C. No deben agregarse antibióticos a los
secreciones bucofaríngeas, por lo que su locali­ medios de cultivo. En nuestro medio se utiliza tam­
zación más común es el lóbulo inferior del pul­ bién la siembra en caldo tioglicolato y en tubos de
món derecho. Otras localizaciones son menos ensayo con agar blando glucosado (0,3% de agar).
frecuentes. Produce tos, expectoración purulenta
o hemoptoica, fiebre, astenia, pérdida de peso,
DIAGNÓSTICO DIFERENCIAL
anemia y ligera leucocitosis neutrófila. Los estu­
dios por imágenes revelan infiltrados pulmonares Las lesiones de la piel, los tejidos blandos y los
focales, que más tarde se hacen heterogéneos por huesos debieran incluirse dentro del síndrome
C apítulo 45 - A ctinom icosis □ 431

niicetoma, ya que su distinción clínica es imposi- binación de ampicilina (2 g/día) con metronidazol
r ble- La actinomicosis pulmonar simula las neumo- ( i g/día) hasta la resolución de las lesiones. En
f nías, el cáncer de pulmón y la peripleuritis tuber- las actinomicosis torácicas o abdominales se em­
culosa. Las formas abdominales se confunden con plea penicilina G sódica, por goteo intravenoso,
j. a p e n d ic itis » diverticulitis y cáncer de colon, y las administrado cada 6 horas, en dosis diarias de 10
pelvianas con anexitis, endometritis y neoplasias. a 20 millones de unidades. Una vez alcanzada la
Sin la aparición de fístulas, la actinomicosis es involución de las lesiones se procede a la elimi­
■i jniiy difícil de sospechar. nación de los focos sépticos dentarios o del DIU y
se realiza un tratamiento de profilaxis secundaria
con penicilina V, en dosis diarias de 3 a 5 millones
PRONÓSTICO
de unidades o coirimoxazol (SMZ, 800 mg/TMP,
En la actualidad, debido a la buena respuesta 160 mg) cada 12 horas, ambos por vía oral.
clínica a los tratamientos con antibióticos, en
general es bueno. Sólo las lesiones muy extensas
PROFILAXIS
tratadas tardíamente pueden originar secuelas
discapacitantes. Deberá realizarse un cuidado adecuado de la
dentadura y la correcta higiene bucal. En el caso
del DIU, son necesarios los controles ginecoló­
t r a t a m ie n t o
g ico s correspondientes, incluido el exam en
La penicilina es el antibiótico de elección. En citológico cervicovaginal por el método de Papa-
las formas cervicofaciales suele usarse una com ­ nicolaou.

B ib lio g rafía----------------- --- — -------


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í d efin ic ió n epidemiología y patogenia


l
j- Se conocen como nocardiosis las infecciones Las nocardiosis tienen una distribución geográ>
i producidas por bacterias del género Nocardia. fíca universal. Los micetomas, sin embargo, po­
Estos microorganismos son geófilos, penetran por seen una alta prevalencia en determinadas regio­
:.vía inhalatoria o transcutánea y ocasionan tres nes del mundo (ver el capítulo Micetomas). Las
¡•cuadros clínicos: micetomas, síndrome linfangi- formas linfangiticonodulares son más comunes
i ticonodular de los miembros y procesos disemi- en regiones templadas, donde la prevalencia de
! nados de comienzo respiratorio, micetomas es baja y las formas pulmonares o
i
sistémicas se diagnostican con mayor frecuencia
en lugares con centros médicos de alta compleji­
I ETIOLOGIA
i
dad. Esto último puede deberse a la existencia de
i Las bacterias del género N ocardia son bacilos mayores facilidades de diagnóstico o un mayor
grampositivos aerobios, con tendencia a la for* flujo de enfermos inmunocomprometidos hacia
i
mación de filamentos ramificados, en especial en esos centros. A partir de la década del 60 se com­
.' medios líquidos; son parcialm ente acidorre- probó que un número significativo de las nocar­ {
I sislentes y se fragmentan en elementos cocoides. diosis pulmonares y sistémicas se relacionaban
Dan reacción de ureasa positiva y aprovechan la con causas de inmunodepresión, com o el empleo <
parafina como única fuente de carbono. Las co- de corticosteroides, fármacos antiblásticos, el al­
•lonias desprenden un fuerte olor a ozono y se aís- coholismo crónico con cirrosis hepática, los tras­ l
;lan con frecuencia de la tierra. plantes de órganos, y la presencia de linfomas y
\ Las especies fundamentalmente implicadas en enfermedades malignas de los órganos hemato-
las infecciones del ser humano son tres: N . poyéticos.
\QStcroideSy agente de la mayor parte de los cua- Las nocardias pueden ser habitantes transito­
.dros respiratorios y sistém icos, en especial en rios e inofensivos de las vías/espiratorias de las
pacientes inmunocomprometidos; N. brasUiensis, personas inmunocompetentés, incluso en forma
responsable del mayor número de los síndromes esporádica se las suele aislar de las secreciones
I linfangíticos y los micetomas, y N. caviae (en la bronquiales de sujetos sanos. Cuando produce en­
^actualidad N . oiitidiscaviarum ), productor de fermedad progresiva, determina una respuesta
^micetomas. inñamatoria aguda de tipo supurativo, genera
La diferenciación de estas especies se estable- bacteriemia de origen pulmonar y focos metas-
>'ct sobre la base de pruebas bioquímicas. tásicos en el tejido celular subcutáneo, los hue-
434 □ Tercera parte - Infecciones bacterianas

SOS, las articulaciones y el cerebro, aunque cual­ tes a los de una neumonía no resuelta, derrame
quier órgano puede ser comprometido. N o es una pleural y fístulas hacia la pared torácica.
enfermedad transmisible de persona a persona ni Las lesiones metastásicas en el cerebro y el te­
«I de los animales al hombre. El reservorio del agen­ jido celular subcutáneo son idénticas a los abs­
te causal es el suelo. La enfermedad sistémica es cesos agudos o subagudos de otras causas.
11 más frecuente en los adultos del sexo masculino El síndrome linfangiticonodular suele locali-
y en época reciente han aparecido algunos casos zarse en los miembros y con menos frecuencia
en la enfermedad por HIV. en otras partes descubiertas del cuerpo, afecta la
«1 piel, los vasos linfáticos y los ganglios linfáticos
del territorio atacado. Clínicamente consta de tres
ANATOMÍA PATOLÓGICA
!• com ponentes: el chancro de inoculación, la
Las infecciones por Nocardia generan una res­ linfangitis nodular y la adenopatía satélite. El
r» puesta inflamatoria aguda con infiltrados de chancro es un nódulo que se ulcera y se cubre de
polimorfonucleares neutrófilos. Con el tiempo una costra, la que al ser removida muestra un fon­

originan abscesos que tienden a confluir y se ro­ do granuloso o deja escapar secreciones purulen­
dean de tejido de granulación y fibrosis. La pro­ tas o gomosas. La linfangitis presenta una suce­
ducción de granulomas epitelioides no es habi­ sión de nódulos a lo largo de un trayecto linfático,
O tual y las lesiones se sitúan principalmente en los pueden ser sólidos o sufrir diversos grados de
pulmones, el cerebro, las meninges, el peritoneo reblandecimiento tornándose fluctuantes, el con­
y el tejido celular subcutáneo. D e no recurrirse a tenido de los mismos es gomoso o purulento. Tal
técnicas de coloración especiales, como Kinyoun como sucede con los nódulos, las adenopatías
11
(para acidorresistencia) o Grocott con metena- pueden ser sólidas o reblandecidas, gomosas o
(• mina de plata, las lesiones se confundirían con supuradas. En los casos de evolución prolonga­
las producidas por cocos grampositivos, en e s­ da, tanto los nódulos como los ganglios se fístu-
«• pecial por Staphylococcus aureus. lizan o ulceran en la piel.


MANIFESTACIONES CLÍNICAS DIAGNÓSTICO
f t
La nocardiosis pulmonar se presenta como un Los materiales clínicos útiles para el diagnós-'
m proceso agudo o crónico. En el primer caso asu­ tico son esputo, secreciones broncoaspiradas y
me el cuadro clínico de una neumonía comunita­ pus de abscesos cerrados. En general este último
úl ria con fiebre elevada, disnea, dolor torácico, es el mejor.
postración, síndrome de condensación o bronco- El examen microscópico directo se lleva a cabo
m neumónico. Los estudios por imágenes dan cuen­ en extendidos teñidos por las técnicas de Gramy,
f» ta de infiltrados lobulares o diseminados de as­ Kinyoun, que permiten reconocer la presencia de
pecto bronconeumónico. La tos al principio es filamentos finos, ramificados, grampositivos y j
í i improductiva y luego se hace mucopurulenta. Al acidorresistentes. Esta observación se realiza con
cabo de una o dos semanas hay una franca ten­ óptica de inmersión (1000 x). Los cultivos se
li» dencia hacia la formación de abscesos pulmo­ obtienen en diversos medios, com o agar-sangre,1
nares. La extensión hacia la pleura es menos fre­ agar-infusión de cerebro y corazón, agar glu-^
f i cuente en esta forma clínica. cosado de Sabouraud y medio de Lówenstein-
La nocardiosis pulmonar crónica se confunde Jensen. Se incuban a 37°C o incluso más (hasta
#
a menudo con la tuberculosis. Produce astenia, 45®C) sin agregar antibióticos ni efectuar técni­
m anorexia, pérdida de peso, febrícula, sudores noc­ cas de homogeneización semejantes a las utili*.
turnos, tos con expectoración hemoptoica y los zadas para micobacterias. Los aislamientos pro-*
tÜ estudios por imágenes muestran infiltrados hete­ cedentes de expectoraciones o secreciones bron- ’
rogéneos con imágenes cavilarías ubicadas por quiales son dificultosos debido al desarrollo d e;
iÜ lo general en los campos superiores. Con menor otros microorganismos. Además, como ya se dijo,'
frecuencia determina infiltrados focales semejan­ en forma esporádica es posible aislar nocardias;
m

«9
f C apítulo 46 - Nocardiosis □ 435

en las vías respiratorias de sujetos sanos. Esto buena. En enfermos inmunocomprometidos la


último sólo tendrá valor diagnóstico de nocar- nocardiosis pulmonar extensa es grave.
(jiosis si se comprueba la presencia de nocardias
en el examen microscópico directo y su aisla­
TRATAMIENTO
miento se reitera en los cultivos.
La sulfadiazina es el tratamiento de elección.
diagnóstico diferencial
Se administran 8 a 10 g diarios, divididos en 4
tomas. Se deben ingerir líquidos en abundancia,
Debe realizarse con las neumonías agudas, la aproximadamente 2 litros de agua bicarbonatada
tuberculosis, los abscesos pulmonares, las septi­ a fin de evitar la formación de cristales en el in­
cemias por gérmenes piógenos y la actinomicosis. terior de los túbuios renales. También se han ob­
En cuanto al síndrome linfangiticonodular pue­ tenido buenos resultados con cotrim oxazol
de ser originado por distintos agentes etiológicos. (SM X, 800 mg/TMP, 160 mg) 3 o 4 comprimi­
Un ejem plo c lá sic o de este síndrom e es la dos por día. Diversos iratamientos antibióticos,
esporoiricosis, provocada por un hongo dimorfo, en especial la amikacina por vía parenteral en
Sporofhrix sch en ckii (ver capítulo Esporotri- dosis de 15 mg/kg/día, se han asociado con éxito
co sis). D eben con sid erarse tam bién otros a las sulfamidas o se los ha empleado como me­
microorganismos que lo producen tales como: dicación alternativa en los casos de alergia a es­
Coccidioides im m itis, H istoplasm a capsulatum , tas últimas. Los abscesos requieren drenaje qui­
M ycobacterium m arinum , L e ish m a n ia brasi- rúrgico. El tratamiento médico se mantendrá por
liensis, F ranciscella tularcnsis y P seudalles- un lapso mínimo de 6 semanas.
cheria boydii (Scedosporium apiosperm um ).
PROFILAXIS
PRONÓSTICO
N o hay medidas preventivas eficaces; no obs­
Depende sobre todo de las localizaciones. Si tante, los inmunocomprometidos deben evitar
hay abscesos cerebrales, es malo; en las restan­ hacer trabajos de jardinería o huerta, para evitar
tes formas clínicas la respuesta al tratamiento es el contacto con la tierra.

B ib lio g ra fía -------------------- ------ ----


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Enfermedades por rickettsias
A lfredo C. Seijo
Ornar J. Palmieri

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permite mantener un metabolismo independien­


definición
te y producción propia de energía. Tampoco rea­
Las rickettsiosis constituyen un complejo y va­ lizan su ciclo intracelular dentro de una vacuola.
riado conjunto de enfermedades zoonólicas, dis­ Éstas y otras características, relacionadas con la
tribuidas ampliamente por todo ei mundo, que secuencia genómica, han conducido a la clasifi­
involucran diversas especies de reservorios ver­ cación actual, que separa a organismos como Co-
tebrados y vectores artrópodos. Estas enferme­ xiella o Bartoneüay antes considerados dentro de
dades requieren condiciones ambientales para su la tribu Rickettsieae, a la cual se le acepta, por
mantenimiento y emergencia. Su espectro clíni­ ahora, un solo género {Rickettsiá)^ con tres gru­
co varía desde fiebre como único síntoma, fiebre pos: 1) grupo tífico; 2) grupo de las fieb res m an­
con exantema (papuloso, purpúrico o vesiculoso) chadas; y 3) grupo del tifus tsutsugamushi o scrub
hasta cuadros sistém icos graves. tifus (tifus de los matorrales), este último de cla­
sificación dudosa. Sólo el grupo de las fiebres
manchadas tiene reconocidas más de 20 especies
ETIOLOGÍA de distribución mundial. Una clasificación sim ­
Las rickettsias son bacterias intracelulares es­ plificada se observa en el cuadro 47-1.
trictas. A diferencia de otros patógenos intrace­ Son pequeños bacilos o cocobacilos gramne-
lulares, poseen un complejo enzimático que les gativos, que sólo pueden cultivarse en líneas ce­

Cuadro 47-1. Clasifícadón y caraaerísticas de las principales rickettsiosis.


Enfermedad ^Especie / Resei^prjo - . . .Vector , . v^Dístribución '

Grupo tífico
Tifus exantemático R prowazekii Hombre, ardilla Piojo corporal Africa, Asia, América
Enfermedad de Brill-Zinsser R. prowazekii Hombre Ninguno Mundial (inmigrantes)
Tifus endémico R. typhi Rattus spp Pulga Mundial
Tifus R. felis Felinos Pulga d íg a te EE.UU. y otros
Fiebres manchadas
de las Montañas Rocosas R. rickettsii Roedores, perros - Garra^Mtas América
del Mediterráneo R. conorii Perro, roedores Garrapatas Mundial
Rickettsialpox R. akari, R. africae Roedores Ácaros O^odes) EE.UU. Africa. Asia
438 □ Tercera parte - Infecciones bacterianas

lulares o recuperarse por inoculación en anima­ cuando la garrapata, al alimentarse, inocula los
les de laboratorio. En forma indirecta, se recono­ m icroorganism os presentes en sus glándulas
cen en muestras de tejidos por inmunofluores- salivales infectadas. Los estadios intermedios,
cencia, técnicas histoquímicas o reacción en ca­ larvas y ninfas, pueden actuar com o vectores; en
dena de la polimerasa. La coloración de Giménez estos casos es difícil reconocer en el ser humano
y otras se han abandonado por su baja sensibili­ la zona de inoculación. Las garrapatas pueden
dad. sobrevivir en condiciones adversas durante pe-
Las rickettsias inducen la fagocitosis celular, ríodos prolongados y sin alimentación, hasta que
pero luego salen del fagosoma para localizar­ encuentran el hospedero adecuado.
se libremente en el citoplasma y, en el caso de) Por lo tanto, la complejidad de los ciclos bio­
grupo de las fiebres manchadas, ocasionalmente lógicos de las rickettsiosis depende de: 1) la dis­
en el núcleo. La replicación dentro de las células tribución geográfica de los hospederos y vectores;
endoteliales del hospedero conduce a la vascu- 2) la especificidad hospedero/vector. Por ejem­
litis, sustrato patogénico y hallazgo anatomopa- plo, la garrapata habitual del perro en nuestro
tológico común a todas las enfermedades por medio, Rhipicephalus sanguineus, excepcional­

rickettsias. mente se alimenta de sangre de otro hospedero,
o El lipopolisacárido induce serorreactividad cru­ incluido el hombre; 3) la existencia de varios
zada entre los grupos y con bacterias de los gé­ hospederos, de vectores secundarios o de ambos;
n neros Proleus, Legionella y otros. 4) condiciones de los ecosistemas que faciliten
la supervivencia de los vectores y las posibilida­
m des de difusión, y 5) en el caso de la enfermedad
epidemiología
humana, la posibilidad de integrar el ciclo bioló­
m
Las rickettsiosis son el típico grupo de enfer­ gico. Esta circunstancia siempre es un «acciden­
n medades transmitidas por vectores, con una am­ te epidem iológico», ya que el hombre es un mal
plia gama de reservorios animales. El tifus exan­ hospedero para mantener ciclos naturales.
m temático transmitido por piojos era considerado La distribución de las enfermedades rickett-
la única enfermedad del grupo con circulación siales es mundial, algunas con una delimitación
• humana exclusiva. Sin embargo, en los últimos geográfica característica por el tipo de reservorios
años se encontró un reservorio animal del grupo y vectores involucrados. En algunas regiones de­

de las ardillas, por lo cual también debe consi­ ben considerarse enfermedades emergentes, que
« I derárselo una zoonosis. En casos puntuales de en su aparición y difusión muestran una relación
alguna de estas enfermedades se ha comprobado estrecha con alteraciones del medio ambiente. Los
• transmisión por aerosoles y por vía parenteral. viajeros a áreas que tienen rickettsiosis endémi­
Las garrapatas duras (familia Ixodidae) son res­ cas pueden manifestar síntomas no siempre reco­
m ponsables de la transmisión de la mayoría de es­ nocibles si no se indaga el antecedente del viaje
tas enferm edades. Pulgas, com o X e n o p sylla (enfermedad importada).
m
cheopiSy son vectores del tifus murino {R. íyphí)\ En el continente americano, la mal denomina­
m los piojos del cuerpo {Pedicitlus hiimanus cor- da fiebre de las Montañas Rocosas (/?. rickettsii)
porisX del tifus exantemático (R. prow azekií), y tiene una distribución amplia, que abarca Cana­
m diversos ácaros e incluso garrapatas «blandas» dá, EE.UU., la región de América Central hasta
(Argasidae)y de otras rickettsiosis. Además de Brasil, Colombia y últimamente surgieron datos
m vectores específicos puede haber otros de carác­ que sugieren transmisión autóctona en el Noroes­
ter secundario. te Argentino. Además se conoce la circulación
m
Las garrapatas y otros artrópodos vectores se de otras rickettsias del grupo «fiebres mancha­
m infectan al alimentarse con sangre de los hospe­ das». En los EE.UU., la denominada rickettsial-
deros (diversas especies de vertebrados; los más pox o rickettsiosis varioliforme (por producir
m importantes, mamíferos). En algunos casos (ga­ exantema vesicular) es causada por R. akari. En
rrapatas) la infección puede mantenerse en for­ ese mismo país se ha reconocido una nueva es­
m ma vertical (transovárica). El ciclo se perpetúa pecie {R .fe lis), cuyo hospedero es el gato y el
m

m
C apítulo 47 - Enferm edades por rickeitsias □ 439

vector probable, la pulga del felino. Se descono­ las localizaciones parenquimatosas; éstas, se pro­
ce, por falta de estudios, su circulación en otras ducen por diseminación hemática. El vaso afec­
regiones. La fiebre botonosa o fiebre del M edi­ tado (capilar, arteriola o vena) es rodeado por un
terráneo (/?. conorii), descripta en países del sur infiltrado de células plasmáticas, histiocitos y
de Europa y norte de África, fue comunicada hace polimorfonucleares. En los endotelios se produ­
poco en forma de brote epidémico en Uruguay. ce adherencia de plaquetas y se forman trombos
Dentro del grupo tífico, el tifus exantemático en la microcirculación. La vasculitis por prolife­
permanece endémico en las regiones más pobres ración bacteriana explica tanto las manifestacio­
del mundo (Etiopía) y en forma esporádica en nes sistémicas com o la extravasación plasmática,
otras zonas de África y Asia. En los EE.UU. se mecanismo donde además intervienen mediado­
han registrado casos aislados relacionados con res inmunitarios. N o se han demostrado toxinas.
la existencia de enfermedad en animales y la apa­
rición, en emigrantes centroeuropeos, de una for­
MANIFESTACIONES CLÍNICAS
ma tardía de recidiva, hasta varios años después,
debida a inmunodepresión: enfermedad de Brill- Los tres grupos de Rickettsia se han clasifica­
Zinsser. El tifus endémico o murino (por estar do por sus características inmunogénicas, pero
ligado a reservorios del género R attus) es causa­ hay una superposición de los síntomas clínicos,
do por R. typhi (antes m ooseri). Es probable que por lo cual se describirán en conjunto con las
su distribución sea universal y que no se lo diag­ particularidades que pudieren presentar cada una
nostique por la frecuencia de cuadros oligosin- de las especies. La infección sin enfermedad aso­
i tomáticos. Se conoce su circulación en el conti­ ciada o los cuadros clínicos oligosintomáticos son
nente americano, por lo que deben profundizarse difíciles de diagnosticar salvo, si existen antece­
los estudios para conocer la real situación epide­ dentes epidemiológicos orientadores (mordedu­
miológica. ra de garrapata, permanencia en zona endémica
En la Argentina, en la provincia de Jujuy se u otros).
han confirmado casos clínicos producidos por^. Un cuadro clínico de inicio, común a la mayo­
rickeítsiiy también se ha recuperado material ría de las rick ettsiosis, incluye hipertermia,
genómico de la misma especie en garrapatas mialgias, cefalea, dolor abdominal, náuseas, vó­
Amblyomma cajenennse. Utilizando antígeno de mitos y diarrea, alrededor de una semana des­
R. conorii se encontró una seroprevalencia del pués de la inoculación. Sólo será posible, aun­
7% en la población del Noroeste Argentino y del que no constante, observar una escara de inocu­
4% en habitantes de Buenos Aires. En una en­ lación característica cuando la mordedura la pro­
cuesta en el N oreste Argentino, las tasas de dujo una garrapata adulta, como es el caso de las
seroprevalencia fueron del 5,7% para R. rickeusii fiebres manchadas (/?. rickettsii, R. conorii y otras).
y del 2% para R. prowazekii. Como enfermedad La mordedura de garrapata produce una pápula
importada se han estudiado casos de rickettsiosis pruriginosa que evoluciona a la ulceración y es
varioliforme en el Hospital «F. J. Muñiz» de Bue­ recubierta por una escara de color oscuro, que
nos Aires. remeda la úlcera carbuncosa. La vasculitis local
En el último decenio se han descripto nuevas producida por las ricketlsias y la probable acción
especies de rickeitsias, y reconocido sus reser­ enzimática de la secreción salival de la garrapata
vorios, vectores y patogenicidad, por lo que se son las causas de esta lesión inicial. Por el con­
abre un interesante campo de estudio aún no to­ trario, en el grupo tifus (i?, prowazekii y R. typhi)
talmente agotado. no hay escara, debido a que las rickettsias son
depositadas en la piel con las heces de los piojos
y pulgas. El grupo tifus de los matorrales presen­
ANATOMÍA PATOLÓGICA
ta una escara en el sitió de la inoculación por el
La lesión típica es una vasculitis con prolifera­ ácaro.
ción de la bacteria dentro de las células endo- Entre el quinto y séptimo día de iniciado el
leliales, tanto en la zona de inoculación como en cuadro en la mayoría de los pacientes se produce

L
440 O Tercera parte - Infecciones bacterianas

una erupción. En la infección por/?, ricketísii es específicos de las especies más importantes. El
maculopapular y petequial, aparece en las pal­ inmunodiagnóstico es tardío, ya que implica de-;
mas y plantas, y evoluciona en forma centrípeta. mostrar seroconversión y requiere una evaluación
En la fiebre botonosa (/?. conorii) predominan precisa por la serorreactividad interespecies con
las maculopápulas. El síndrome purpúrico, por otros géneros microbianos y en presencia de en-l
cl contrario, se origina en las axilas y el tronco y fermedades no infecciosas. Como el aislamiento!
deja indemnes la palma y las plantas, o tiene ma* debe llevarse a cabo en centros de alta seguridad
yor distribución en el tronco en los casos de tifus y cierta complejidad (cultivo celular), se han es-'
exantemático, tifus endémico y tifus de los ma­ tandarizado técnicas rápidas para demostrar el
torrales. Un caso especial lo constituyen las agente en el material de biopsia, en especial en
ricketisiosis con exantema vesicular {R. akari y raspados de las lesiones dérmicas: inmunofluo­
R. africae). El cuadro clínico es difícil de dife­ rescencia directa, técnicas histoquímicas y reac­
renciar de la varicela. La presencia de la escara ción en cadena de la polimerasa.
de inoculación es un dato muy valioso para el
diagnóstico. La enfermedad es autolimitada y
DIAGNÓSTICO DIFERENCIAL
carece de repercusión sistémica.
Los tifus exantemático y endémico, las fiebres El diagnóstico diferencial incluye leptospirosis,
manchadas de las Montañas Rocosas y la bo­ septicem ias, m eningococem ia, fiebre tifoidea,
tonosa o del Mediterráneo, así com o la fiebre de secundarismo luético, mononucleosis, neumonías
los matorrales, presentan además compromiso atípicas, enfermedad por hantavirus (tanto fiebre
multisistémico de distinta gravedad. Son frecuen­ hemorrágica con síndrome renal com o síndro­
tes las manifestaciones neurológicas: meningitis me pulmonar), fiebres hemorrágicas por arena-
con LCR claro, signos de foco y estupor. Hay virus y enfermedades exantemáticas, como sa­
además manifestaciones de compromiso hepáti­ rampión. Entre las enfermedades no infecciosas
co, insuficiencia renal, miocarditis, neumonía se tendrán en cuenta vasculitis (com o la púrpura
alveolointersticial diseminada y signos de hipovo- de Schónlein-Henoch), púrpura trombocitopénica
lemia por fenómeno de escape capilar, similar a trombótica y púrpura debida a colagenopatías,
lo que acontece en enfermedades por hantavirus, trombocitopenias inducidas por fármacos, púrpu­
arenavirus y virus dengue. Como en todas las vas- ra trombocitopénica idiopática y otras.
culitis, la trombocitopenia es frecuente y su mag­
nitud, índice de gravedad.
TRATAMIENTO
Se debe sospechar enfermedad por rickettsias
ante la secuencia clínica de hipertermia, cefalea, Se utiliza la doxiciclina en dosis de 100 mg
mialgias y síntomas abdominales, seguidos por dos veces por día, durante 7 a 10 días según el
una erupción maculopapular y petequial con cuadro clínico. Son alternativas el cloranfenicol,
trombocitopenia, más signos clínicos y de labo­ la rifampicina y las nuevas quinolonas.
ratorio de agresión pluriparenquimatosa, en au­
sencia de afección de la vía aérea superior.
PROFILAXIS
Se basa en los aspectos epidem iológicos de
DIAGNÓSTICO
cada enfermedad. En el grupo tífico se relaciona
Hasta hace unas décadas, para el diagnóstico con las condiciones de higiene personal, y elimi­
del tifus exantemático y endémico se utilizaba la nación de roedores e insectos. En las fiebres man­
reacción de W eil-Felix. Es una prueba de agluti­ chadas se evitará el contacto con garrapatas uti­
nación que se basa en la utilización de antígenos lizando ropas adecuadas, algo difícil de cumplir
de Proteus 0 X 1 9 y 0 X 2 , que tienen reactividad cuando se realizan trabajos rurales en áreas calu­
cruzada con las rickettsias. Pero es de baja espe­ rosas. Con excepción de una vacuna para el tifus
cificidad y sensibilidad. Actualmente se utiliza exantemático, en el resto de las rickettsiosis no
la inmunofluorescencia indirecta con antígenos se utiliza inmunoprevención.
I C apítulo 47 - Enferm edades por rickettsias □ 441

i.-
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48
Enfermedad por arañazo de gato
Ornar J. Palmieri

i d e f in ic ió n EPIDEMIOLOGÍA

i La enfermedad por arañazo de gato es una La enfermedad por arañazo de gato es de dis­
zoonosis de distribución universal, producida por tribución universal y en los climas templados
í Bartonella {Rochalimaeá) henselae y en algunas muestra un predominio estacional hacia el fin del
^ oportunidades por A fip iafelis. Se caracteriza por verano y el otoño. La mayoría de los pacientes
’ una infección en el lugar del rasguño, lamedura son menores de 20 años y preferentemente ni­
• o mordedura de gato, seguida por linfadenopatfa ños. Más del 90% refieren antecedentes de rasgu­
, regional y síntomas generales variables que per­ ño, lamedura o mordedura por un gato joven, con­
sisten durante semanas o meses. tacto con sus secreciones o heridas punzantes con
objetos contaminados por ellas. Los gatos que
transmiten la infección no tienen signos de enfer­
e t io l o g ía
medad y se desconoce cuánto dura la contagio­
Bartonella henselae es un cocobacilo gramne- sidad. En forma excepcional puede ser transmi­
gativo, aerobio y de crecimiento intracelular. En tida por perros, monos u otros mamíferos.
la actualidad hay suficientes evidencias de que
es el principal agente etiológico de la enferme­
PATOGENIA Y ANATOMÍA PATOLÓGICA
dad por arañazo de gato. La presencia del micro­
organismo se demostró mediante la realización En el lugar del arañazo o mordedura se produ­
de cultivos, amplificación del ADN por PCR y ce la lesión primaria, que se presenta como una
marcación inmunocitoquímica en los materiales pápula eritematosa. Ésta evoluciona a pústula,
obtenidos de los enfermos. B. henselae también que se cura en forma espontánea. Una o dos se­
se aisló de hemocultivos de gatos jóvenes, que manas después de la inoculación, y en general
tienen una bacteriemia crónica sin evidencias de con la lesión primaria ya curada, aparecen lin-
enfermedad. En los cortes histológicos teñidos fadenopatías regionales de tamaño variable y
con la técnica de Warthin-Starry, el aspecto del dolorosas. El examen histopatológico de los
microorganismo es compatible con bacterias del ganglios linfáticos revela hiperplasia linfoidea
género Bartonella. En muy pocos casos A .fe lis que evoluciona hacia una inflamación granulo-
es el agente causal de la enfermedad por arañazo matosa, con necrosis estrellada, neutrófilos y es­
de gato. No obstante, hay que considerar a ésta casas células gigantes. Con posterioridad las áreas
como un síndrome con distintos agentes etioló- de necrosis se fusionan para formar un absceso.
gicos. En las fases tempranas B. henselae puede evi-
444 □ Tercera parte - Infecciones bacterianas

denciarsc en los preparados histológicos colorea­ los casos de hepatitis granulomatosa las tran
dos con la tinción de plata de Warthin-Starry. El saminasas y la fosfatasa alcalina están alteradas
aspecto histopatológico de este padecimiento Es necesario efectuar la punción aspirativa de ia
puede asemejarse al de la tuiaremia, el linfo- adenopatías abscedadas. El pus obtenido no re
granuloma venéreo, las micosis y las micobac- vela la presencia de microorganismos en el exa
teriosis. men directo; los estudios realizados con las téc
nicas de uso corriente también son negativos, lc
que permite excluir las adenitis por otras bacte
MANIFESTACIONES CLÍNICAS
rías. Los cultivos de pus del absceso, en medios
Después del arañazo o mordedura del gato, tras especiales, pueden ser positivos para B. henselae
un período de incubación de 3 a 10 días se desa­ Los hemocultivos son positivos únicamente eti
rrolla una pápula eritematosa; ésta evoluciona a los pacientes inmunodeprimidos. Los exámene:
pústula y a! cabo de 1 a 3 semanas se cura en sero ló g ico s de detección de anticuerpos poi
forma espontánea. Una a dos semanas después inmunofluorescencia contra B artonella son po
de constituida la lesión primaria aparecen las sitivos en títulos de 1/64 o mayores. Las prueb
linfadenopatías regionales» a veces voluminosas, cutáneas suelen ser positivas. La biopsia de gan
con dolor espontáneo y a la palpación. Se acom­ glio linfático a veces muestra una histopatologí;
pañan con fiebre o febrícula» cefalea, astenia, compatible con esta enfermedad, aunque raras]
anorexia, pérdida de peso y malestar general. Las veces está indicada. B. henselae puede identifi
lesiones primitivas más frecuentes están en las carse en los tejidos con la tinción de plata de
manos o la cara; por lo tanto, las adenopatías sue­ Warthin-Starry. La ecografía puede servir para
len ser epitrocleares, axilares, pectorales o cervi­ detectar la abscedación de las adenopatías y diri­
cales. Los arañazos en las piernas, que se produ­ gir la punción aspirativa. La ecografía abdomi*
cen con menor frecuencia, determinan adeno­ nal, la TC o la RM suelen mostrar abscesos en el
patías inguinales. La inoculación conjuntival pue­ hígado y el bazo, que son múltiples, pequeños e
de provocar un síndrome de Parinaud, con con­ hipoecogénicos o lesiones nodulares. Con poste­
juntivitis y adenopatía preauricular. Sin trata­ rioridad es posible que se agranden y que al cu­
miento, las adenopatías persisten durante sema­ rarse se calcifiquen.
nas o meses y en el transcurso de su evolución
pueden llegar a supurar. La mayoría de los pa­
DIAGNÓSTICO DIFERENCIAL
cientes cursan un cuadro leve y se curan sin se­
cuelas. A veces se observan exantemas maculo- Comprende casi todas las causas conocidas de
papulosos, petequiales, eritema nudoso o erite­ linfadenopatías: linfogranuloma venéreo» sífilis,
ma polimorfo. Otras manifestaciones menos fre­ tuberculosis, esp orotricosis, histoplasmosis»
cuentes son encefalitis, meningitis» neurorre- tularemia, brucelosis y linfadenitis bacteriana
tinitis, mielitis transversa y osteomielitis. La es­ (estreptococos, estafilococos). También hay que
plenitis y la hepatitis granulomatosa o peliosis considerar las linfadenopatías malignas.
hepática pueden evolucionar con múltiples y pe­
queños abscesos esplénicos y hepáticos» dolor
COMPLICACIONES Y PRONÓSTICO
abdominal y fiebre persistente.
En los pacientes inmunocompetentes el cuadro
es autolimitado. En general no hay complicacio­
DIAGNÓSTICO
nes ni deja secuelas. Los ganglios pueden persis­
Los datos epidem iológicos más las manifesta­ tir agrandados por uno o dos años.
ciones clínicas sugieren el diagnóstico de enfer­
medad por arañazo de gato. £1 hemograma reve­
TRATAMIENTO
la leucocitosis discreta con neutrofília y a veces
eosinofilia. La eritrosedimentación está acelera­ A pesar de que B. henselae es sensible in vitro
da en las primeras semanas de enfermedad. En a muchos antimicrobianos, no parecen ser útiles.
C apítulo 48 - Enferm edad por arañazo de gato □ 445

Sin embargo, en los casos graves o en los que se lento, y se la repite las veces que sea necesario.
demuestren lesiones generalizadas puede utilizarse N o es aconsejable el drenaje quirúrgico y raras
doxiciclína, 1 comprimido de 100 mg 2 veces por
día, o ciprofloxacina, 1 comprimido de 500 mg 2
veces hay que extirpar el ganglio. 1
veces por día; también clarilromicina, I comprimi­
PROFILAXIS
do de 500 mg 2 veces por día o SMX 800 mg/TMP
l60 mg 1 comprimido 2 veces por día durante 2 o La prevención se lim ita a evitar arañazos,
3 semanas. lameduras o mordeduras de gatos, en especial si
La linfadenopaiía abscedada se trata con pun­ son cachorros. Pero si se producen, se procederá
ción aspirativa, para evacuar el contenido puru­ a la limpieza prolija de las lesiones.

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Enfermedad de Lyme
Elena I. M aiolo
A lfredo C. Seijo

diante las técnicas de impregnación argéntica. Las


DEFINICIÓN
diferentes cepas han sido identificadas con téc­
La enfermedad o borreliosis de Lyme es una nicas de electroforesis y Western blot, que anali­
espiroquetosis, provocada por B orrelia burg- zan tres proteínas de superficie (OspA, OspB,
dorferi. transmitida por garrapatas del género OspC) codificadas por diferentes plásmidos. Ade­
¡xodes. Se caracteriza por una lesión cutánea ini­ más de las cepas hay cinco serotipos detectados
cial, el eritema crónico migratorio, que puede mediante anticuerpos m onoclonales dirigidos
evolucionar, luego de varios días o semanas, con contra estas proteínas.
manifestaciones neurológicas, cardíacas o dolo­
res musculoesqueléticos. Por último, al cabo de
EPIDEMIOLOGÍA Y PATOGENIA
algunos años de latencia se transforma en una en­
fermedad persistente con artritis intermitente, o La enfermedad de Lyme es común en los Esta­
alteraciones cutáneas o articulares crónicas. dos Unidos y Europa. Es habitual que se presen­
te en forma de epidemias en determinadas áreas
geográficas. Afecta predominantemente a niños
ETIOLOGÍA
y adultos jóvenes y la mayor parte de los casos
Borrelia burgdorferi pertenece a la familia comienzan en los meses de estío.
Sp iroch aetaceae, que in c lu y e lo s g én ero s La transmisión de la enfermedad de Lyme se
Treponemo, Borrelia y Leptospira. Las espiro- debe a un ciclo enzoótico que se mantiene debi­
quetáceas se caracterizan por poseer protoplasma, do a la presencia de garrapatas del com plejo
espacio periplasmático, flagelos y una membra­ ¡xodes y a un amplio rango de hospederos. Estos
na externa. Borrelia burgdorferi es un microor­ varían según la especie y son roedores, aves, ma­
ganismo helicoidal, de 4 a 30 vueltas, que mide míferos, lagartos, ciervos, conejos y el hombre.
5 a 25 pm de largo por 0,2 a 0,5 |am de espesor. Los estudios reaüzados/en los Estados Unidos
Posee 14 flagelos periplasmáticos, con antige- han revelado que para ipantcner la transmisión
nicidad similar a la de otras borrelias, que le dan de la enfermedad es necesaria la presencia de
gran movilidad. Es microaerófilo, crece a ratones de pies blancos ^ ciervos de cola blanca.
en un medio líquido complejo (Barbour-Stoenner- El ratón es un buen reservorio de la espiroqueta,
Kelly) y habitualmente se recupera de las lesio­ mientras que el ciervo, que no es un buen reser­
nes de! eritema crónico migratorio. B orrelia vorio, es una importante fuente de alimento para
burgdorferi se tiñe con el colorante de Giemsa y la garrapata. Debido a ello alberga una gran po­
su presencia en los tejidos puede demostrarse me­ blación de garrapatas adultas cuyos huevos se
448 □ Tercera parte ■ Infecciones bacterianas

transformarán en larvas, éstas en ninfas y estas compromiso cardíaco se manifiesta por la apari­
últimas en ejemplares adultos. En cualesquiera ción de bloqueo auriculoventricular, que es raro
de los tres estadios del ciclo> en especial el de que dure más de una semana.
ninfa, pueden picar eventualmente al hombre e La conjuntivitis es la manifestación ocular más
inocular la borrelia. frecuente; con muy poca frecuencia se desarro­
Luego de la picadura, y al cabo de un período lla panoftalmitis.
de incubación de 3 a 32 días, la espiroqueta se El tercer estadio corresponde a la infección
multiplica localmente en la piel y se extiende a persistente, que se manifiesta meses a años des­
otras zonas cutáneas. Varios días después se di­ pués de la infección inicial.
semina por vía hemática a otros sitios, com o el La respuesta inmune, humoral y celular, deter­
sistema nervioso central, el miocardio, múscu­ mina la aparición intermitente de dolor articular y
los, huesos, bazo e hígado. edema que compromete las grandes articulacio­
La respuesta inmune inicial en seres humanos nes, en especial las rodillas. En esta etapa hay com­
es lenta. Los niveles detectables de IgM apare­ promiso de la piel y del sistema nervioso. La artri­
cen después de la tercera semana y la respuesta tis de Lyme es una artritis inflamatoria, monoar-
de anticuerpos IgG, al cabo de varios meses. Esto ticular u oligoarticular, que se caracteriza por ata­
posibilita la amplia diseminación del microorga­ ques recurrentes. Las articulaciones más afecta­
nismo, con las correspondientes manifestaciones das son las muñecas, los hombros y en particular
clínicas. las rodillas. En esta etapa no se presentan sínto­
En pacientes no tratados, Borrelia burgdorferi mas sistém icos; sin embargo, es común la fatiga.
sobrevive durante años, en especial en articula­ La lesión epitelial típica de esta etapa es la aero-
ciones, sistema nervioso y piel. dermatitis crónica atrófica, que aparece varios
años después, predomina en mujeres y consiste
en lesiones rojo-violáceas que evolucionan ha­
MANIFESTACIONES CLÍNICAS
cia la esclerosis y la atrofia. Además pueden com­
La enfermedad de Lyme afecta diferentes ór­ probarse anomalías neurológicas, entre las que
ganos y sistemas. Cursa en forma habitual en tres se incluyen el compromiso del sistema nervioso
etapas bien definidas. La primera se presenta en­ periférico (axonopatía distal, polineuropatía asi­
tre la primera y la tercera semanas después de la métrica) y del sistema nervioso central (encefalo-
picadura de la garrapata. En el sitio de la inocu­ mielitis crónica progresiva, encefalitis focal) y j
lación aparece una lesión característica de color un síndrome semejante a la esclerosis múltiple.
rojo, que se expande de manera centrífuga hasta
formar una mácula de forma anular, eritematosa
DIAGNÓSTICO
y de centro claro. Debido a la disem inación
hemática de la espiroqueta pueden aparecer en El diagnóstico de enfermedad de Lyme se basa
otras zonas de la piel lesiones semejantes; este en las manifestaciones clínicas y en los antece­
hecho ha dado origen a la denominación de eri­ dentes epidem iológicos. El cultivo de muestras
tema migratorio. Esta lesión inicial se acompaña de las lesiones cutáneas permite el diagnóstico
con m anifestaciones clínicas com o síndrome definitivo.
gripal, fiebre, cefalea, mioartralgias, astenia y, en El diagnóstico serológico en la fase temprana
forma ocasional, rigidez de nuca. Los síntomas de la enfermedad es poco útil, dado que la res­
persisten alrededor de tres o cuatro semanas y se puesta de anticuerpos es lenta. Ante un cuadro
resuelven con el tratamiento adecuado. clínico compatible, la presencia de anticuerpos
La segunda etapa se caracteriza por la apari­ es una fuerte evidencia a favor del diagnóstico,
ción de meningitis linfocítica acompañada por pero hay que tener en cuenta que un resultado
neuropatías y radiculopatías craneanas y peri­ positivo indica exposición a Borrelia más que
féricas, mioartralgias, hepatitis, linfadenopatía infección activa.
generalizada, esplenomegalia, faringitis y, a ve­ Las técnicas utilizadas son la inmunofluores-
ces, tos no productiva. En algunos pacientes el cencia o la prueba de ELISA. Esta última es el
C apítulo 49 - Enferm edad de Lyme Q 445

método más sensible y específico. Los pacientes cuatro semanas. En los niños o en mujeres em
con diagnóstico de artritis reumatoidea, fiebre barazadas la indicación es amoxicilina por víi
ipanchada de las montañas rocosas, mononu* oral.
cleosis infecciosa, meningitis tuberculosa, leptos- En pacientes en quienes el compromiso neuro-
pirosis y sífilis pueden dar resultados positivos lógico se limita sólo a parálisis facial, se admi
falsos. En estos casos son de gran utilidad las téc­ nistran antibióticos orales en las dosis ya men­
nicas de inmunoblot que utilizan proteínas alta* cionadas. Ante la aparición de otros síntomas
mente específicas. neurológicos, se indicará ceftriaxona, 2 g IV poi
El tratamiento temprano con antibióticos pue> día, durante dos a cuatro semanas, o penicilim
de disminuir la respuesta de anticuerpos sin eli* G, 20 a 24 millones de UI por día, por vía IV.
minar el microorganismo del sistema nervioso y durante 10 a 14 días; también puede administrar­
desarrollar, de esta manera, enfermedad de Lyme se doxiciclina, 100 mg cada 8 horas vía oral du­
tardía en un paciente seronegativo. rante 14 a 30 días.
El pronóstico por lo general es bueno, en espe­
cial si se trata de la forma temprana.
TRATAMIENTO

El tratamiento de la enfermedad de Lyme tiene


PROFILAXIS
el objetivo de limitar las manifestaciones agudas
de la enfermedad y los síntomas sistém icos aso- La profilaxis antibiótica no está indicada, ex­
ciados. También procura prevenir el desarrollo cepto en los casos en que el seguimiento del pa­
de manifestaciones tardías en la piel, las articu­ ciente es difícil o cuando su carga de ansiedad es
laciones, el corazón o el sistema nervioso, o de­ importante. El régimen indicado consiste en amo­
tenerlas si ya se han desarrollado. xicilina o doxiciclina por vía oral durante 10 días.
En la etapa temprana, ya sea enfermedad local Los resultados obtenidos con la vacuna recom-
o diseminada, se trata con doxiciclina, 100 mg binante a partir de la proteína OspA son pro­
cada 12 horas, durante dos a cuatro semanas, o misorios, aunque la vacuna aún se halla en la fase
amoxicilina, 500 mg cada 8 horas, durante dos a experimental.

Bibliografía .......— — ................—--- -------


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50
Infecciones por bacterias anaerobias
j Ornar J. Palmieri

INTRODUCCIÓN
como anaerobios estrictos. Un tercer grupo de
bacterias son las llamadas anaerobias facultati­
Las bacterias anaerobias son parte de la flora vas {enterobacterias). Esta últimas, pueden de­
normal de la piel y mucosas y, bajo circunstan» sarrollarse indistintam ente en aerob iosis o
olas especiales, pueden dar origen a infecciones anaerobiosis (cuadro 50-1).
poiencialmente letales. Las dificultades que exis­
ten para su aislamiento, han determinado que fre­
CLASIFICACIÓN
cuentemente no se considere su rol en las infec­
ciones graves. El aislamiento e identificación de Las características morfológicas y los factores
estas bacterias requiere de una adecuada toma de de patogenicidad de las bacterias anaerobias per­
muestras y del inmediato transporte al laborato­ miten identificar 2 grupos:
rio. En ocasiones, la naturaleza polimicrobiana
de las in feccion es que involucran bacterias • bacterias anaerobias esporuladas
anaerobias dificulta la selección apropiada de los • bacterias anaerobias no esporuladas
antimicrobianos. En este capítulo se considera­
rán los síndromes infectológicos más frecuentes Bacterias anaerobias esporuladas
causados por bacterias anaerobias y los princi­ Estas bacterias se encuentran en la naturaleza
pios que guían su diagnóstico y tratamiento. en forma esporulada (forma de resistencia en el
medio ambiente) o en forma vegetativa (forma
de reproducción e invasión en los tejidos). La
GENERALIDADES
mayoría de estas bacterias inducen enfermedad
Las bacterias anaerobias se caracterizan por no por medio de la síntesis y liberación de toxinas
utilizar el oxígeno molecular para obtener la ener­ (bacterias toxigénicas) com o las del género
gía necesaria en los procesos metabólicos de la C lostridium sp que incluyen los agentes etioló-
célula bacteriana. Por lo tanto, pueden crecer en gicos del botulismo (Clostridium botulinum ), del
ausencia de oxígeno (anaerobiosis) a diferencia tétanos {C lostridiu^ tetani), de la gangrena ga­
de las bacterias aerobias que sólo se desarrollan seosa {Clostridium welchii, C. septicum, C. novyi)
en una atmósfera con oxígeno al 21 %. Además, y enterocolitis grdves (C. difficile, C. perfringens).
algunas bacterias anaerobias que no poseen enzi­ Las enfermedades producidas por este grupo de
mas capaces de conjugar el oxígeno molecular bacterias anaerobias se describen en otros capítu­
{superóxido dism utasa) son inhibidas por la pre­ los de este lib ro.'
sencia de mínimas concentraciones (0,5%) de Un tercer grupb, de acuerdo con sus caracte­
oxígeno atmosférico. Estas últimas se conocen. rísticas metabólicas, son las bacterias microaeró-
452 Ü Tercera parte - Infecciones bacterianas
1

C u ad ro 50-1. >Agenfes etiológicos según los caracteres morfotintoriales y grado de anaerobiosis.

Cocos gramnegatívos Veillonella


Bacteroides
Fusobacteríum Anaerobios estrictos (no enterobacterias)
Porphyromonas
Prevotella
Acinetobacter
Bacilos gramnegatívos Escheríchia coli
Klebsiella
Enterobacter Anaerobios facultativos (Enterobacterias)
Otrobacter
Serratia
Proteus
Cocos grampositivos Peptostreptococcus
. Propionibaaerium Anaerobios estrictos
Bacilos grampositivos
Üostrídium

filas. Estas bacterias no crecen generalmente en la biota normal del organismo es de utilidad para!
presencia de oxígeno pero se desarrollan en me­ orientar la antibioticoterapia de las infecciones'
dios sólidos con una atmósfera de anaerobiosis o que se originan en esos tejidos. Las infecciones
C 0 2 al 10 %, estas últimas, incluyen especies de por anaerobios se producen cuando el inóculo
Streptococcus. bacteriano contamina áreas de tejido o cavida­
des normalmente estériles en presencia de uno o
Bacterias anaerobias no esporuladas más factores predisponentes (perforación de in­
Este grupo de bacterias forma parte de la biota testino, heridas, cirugía, radioterapia, instrumen­
normal del organismo. La proporción de bacte­ tación del tracto genital, mordeduras de anima­
rias anaerobias en relación con las bacterias les o humanas, entre otras).
aerobias es de 10:1 en la saliva, 100:1 en el tracto Ciertas infecciones se asocian con anaerobios
genital femenino y 1000:1 en el colon. Según sus en forma característica, ya sea como único agente
características morfológicas y tintoriales se cla­ etiológico o en el contexto de un proceso polimi-
sifican en cocos y bacilos grampositivos o gram- crobiano. Estas infecciones incluyen abscesos de
negativos. El cuadro 50-2 indica las principales cerebro, abscesos de pulmón, abscesos odontóge-
bacterias anaerobias de importancia médica. nos, peritonitis secundaria a perforación del intes­
tino, endometritis y aborto séptico (cuadro 50-4).
Epidemiología y Patogenia La bacteriemia primaria por anaerobios es infre-;
Las superficies cutáneas y mucosas están co­ cuente pero sugiere un foco oculto generalmente
lonizadas con bacterias aerobias y anaerobias en el tubo digestivo. Se ha identificado un cuadro
(cuadro 50-3). La proporción de las mismas, de bacteriemia y abscesos subcutáneos por Closiri-
como así también las especies de cada género dium septicum en pacientes con cáncer de colon.
presente, varía según el pH, la tensión de oxíge­ Las siguientes situaciones clínicas deben evo­
no, la capacidad de las bacterias de adherirse a car infecciones asociadas con bacterias anaerobias:
diferentes epitelios y las defensas innatas del or­
ganismo. En general, las bacterias anaerobias • Infección adyacente a una superficie mucosa
superan en cantidad a las aerobias en las diferen­ • Pus maloliente
tes localizaciones anatómicas. El conocimiento • Tejido con necrosis gangrenosa
de los géneros bacterianos que forman parte de • Presencia de gas en los tejidos
C apítulo 50 - Infecciones por bacterias anaerobias □ 453

• Infecciones relacionadas con tumores Otitis


• T rom boflebitis séptica Las bacterias anaerobias se aíslan en el 5 al
• In feccio n es q u e com p lican m ordeduras de 15 % de los cultivos obtenidos en el curso de las
anim ales o hum anas otitis media agudas y en el 42 % de las otitis me­
• Supuraciones que evidencian los «granos de azu­ dia serosas. En las otitis media supurativas cró­
fre» característicos de infecciones Actinomyces nicas, este porcentaje aumenta al 50 %. El cua­
• Perforación d e viscera hueca abdom inal dro clínico se caracteriza por otorrea crónica, i
• N eu m on ía aspirativa dolor auricular y disminución de la audición. La
otoscopía muestra una perforación timpánica
marginal o central de acuerdo con la presencia o
manifestaciones clínicas
ausencia de un colesteatoma.
Infecciones de cabeza y cuello
Las bacterias anaerobias son con frecuencia los
agentes causales de procesos infecciosos que
C u ad ro 50-2. Bacterias anaerobias no esporuladas.
afectan áreas anatómicas de la cabeza, cuello y
vías aéreas superiores. Por lo general los cuadros Cocos g ra m p o sitjvo s . ;
clínicos son de evolución subaguda o crónica y Peptosíreptococcus Peptostreptococcus
comprenden infecciones de los senos paranasales, P. magnas P. micros
otitis media, mastoiditis, amigdalitis, abscesos re- P. asaccl^arolyticus P. vaginalis
trofaríngeos o parafaríngeos, parotiditis, tiroidi- P. anaerobias Streptococcus micro-
tis e infecciones odontológenas. Los abscesos de aerófilos
los compartimientos anatómicos del cuello pue­ ' Cocos g ra m n e g a tivo s
den extenderse al mediastino lo que origina una
Vellonella -
grave localización que es la medistinitis aguda
V. parvala
supurada. Los agentes etiológicos que predomi­
nan en estas infecciones son los anaerobios de la : B a cjlb s.'g ra m p ó sitiv ó s ,
flora orofaríngea com o especies de Prevotella, Propionibacterium Bifidobacterium
Porphyromonas, Bacteroides, Fusobacterium y R acnés B. eriksonii f
Peptosíreptococcus además de especies microae- P. propionicum B. dentium
rófílas de Streptococcus. t
P. granulosum Actinomyces
Eubacteriam Aisraelii
Infecciones de senos paranasales E. lentum A naeslundii
La sinusitis crónica se define com o la presen­ E. limosam A. viscosus
cia de síntomas por más de dos meses o cuatro A. odontolyticus
episodios agudos anuales. En los pacientes que A. meyeri
no curan una sinusitis aguda, se ha observado una
B acilo s giramnegativQS
transición de la flora bacteriana con predominio
Grupo de Bacteroides,fragilis f^rphyromonas
de anaerobios debido al descenso del tenor de oxí­
B. fragilis P. asaccharolytica
geno en los tejidos. Mientras que en la sinusitis
aguda es posible aislar bacterias anaerobias en el B. thetaiotaomicron P. gingivalis
B. distasonis , P. endodontalis
7 % de los casos, este porcentaje aumenta al 67 %
B. vulgatus Fusobacterium
en los casos que evolucionan a la cronicidad.
B. ovatas F. nudeatum
La sinusitis por anerobios puede complicar la
evolución de tumores, enfermedad de Wegener o B. uniforn)is F. necrophorum
Prevotella/ F. gonidiaformans
presentarse como consecuencia de un absceso
odontógcno dcl maxilar superior. Estos últimos P. me/aninogenica F. naviforme
P. intermedia F. mortiferum
pueden eventualmente afectar el piso de la órbita
P. denticola F. varium
(osteomielitis) o extenderse por contigüidad al
sistema nerviosos central (abscesos de cerebro). P. córporis
«I
m
454 □ Tercera parte - Infecciones bacterianas
m

(•
Amigdalitis supurativo al espacio retrofaríngeo y parafarín-
(• Los anaerobios de la flora bucal se asocian con geo. El absceso periamigdalino puede ser una
amigdalitis de evolución crónica o recurrente. complicación supurativa de la amigdalitis por
(• Estas bacterias se han aislado en el 25 % de las Streptococcus beta hemolítico en asociación con
adenitis cervicales que acompañan a una amig­ anaerobios. En estos casos, los pacientes presen­
(• dalitis y también en niños con cuadros recurren­ tan intenso dolor, disfonía y disfagia. El examen
tes de amigdalitis asociada con Streptococcus beta de la faringe permite observar tumefacción del
hemolítico. Se ha sugerido que las bacterias anae­ área periamigdalina y desplazamiento de la amíg-
(• robias facilitan el desarrollo de amigdalitis recu­ dala hacia la línea media. El tratamiento se hará
rrente por S. beta hemolítico a través de la sínte­ en base a los hallazgos bacteriológicos.
(• sis de betalactamasas que neutralizan la activi­ La angina de Plaut-Vincent, provocada por la
dad bactericida de la penicilina. También se ha asociación de espiroquetas y Fusobacterium (aso­
(é identificado que la persistencia de la amigdalitis ciación fusoespirilar), se caracteriza por faringitis,
que acompaña a la mononucleosis infecciosa por amigdalitis ulceronecrosante con exudado purulen­
m
el virus de Epstein-Barr podría estar asociada con to sobre una o ambas amígdalas, fiebre, odinofagia
(O la sobreinfección por bacterias anaerobias. Las y aliento fétido. Dicha asociación también puede
complicaciones de las amigdalitis por bacterias provocar gingivoestomatitis ulceronecrosante agu­
(• anaerobias resultan de la extensión del proceso da (GUNA) con halitosis, inflamación y úlceras en
las encías. El tratamiento se realiza con amoxici-
(• lina-clavulanato, metronidazol o clindamicina.
La angina de Ludwing, o flemón del piso de la
m Cuadro 50-3. Distribución de la flora anaerobia nor­
mal. boca, es una celulitis que tiene origen en una in­
m fección dental del maxilar inferior o de una sub-
Boca maxilitis aguda supurada causada por la litiasis
(• Aparato respiratorio
Ve///one//a del conducto de Wharton que se extiende por el
Intestino
piso de la boca y el espacio sublingual. El pa­
Aparato genitourinario
ciente debe ser hospitalizado para controlar la
Boca permeabilidad de la vía aérea, el eventual drena­
(• Tracto respiratorio superior je quirúrgico y el tratamiento con antimicrobianos
Bacteroid$s Vías biliares como amoxicilina-ácido clavulánico o clindami­
m
Intestino cina. La complicación más grave de esta afec­
Genitales externos ción es la mediastinitis que se produce por ex­
Piel tensión de la infección a través del tejido laxo
(• fusobacterium ■
Mucosas que llega hasta el mediastino.
Vías biliares El síndrome de Lemierre, se presenta como una
m Clostridium
Intestino sepsis secundaria a una faringitis que se acom­
«I Boca paña de trombosis de la vena yugular, lo que da
Propior)ibecteríurn Piel . origen a embolias sépticas pulmonares con em-
(« Intestino piema. El agente etiológico es el Fusobacterium
n ecro p h o ru m . El tratamiento se realiza con
(• Boca
clin d a m ic in a 6 0 0 m g IV cada 6 h oras, o
Peptococcus Intestino
ampicilina-sulbactam (1 g/500 mg) 3 g cada 6
(!• Peptostreptococcus Aparato genitourinario
Piel horas, o penicilina G 3 millones de UI por vía IV
«9 cada 4 horas más metronidazol 500 mg IV cada
Vías billares .
6 horas.
Er)terobacterías ■Intestino
Aparato urinario
Mediastinitis
U» Boca Los procesos supurativos por anaerobios que
Porphyromonas
Aparato genitourinario
se extienden por las fascias del cuello pueden lie-

(#

U#
C apítulo 50 - Infecciones por bacterias anaerobias □ 455

Cuadro 50-4. Localizaciones infecciosas según el agente etiológico.


Bacteroides
Abscesos perírrectales, infecciones por mordeduras humanas y de animales, infecciones abdominales, infecciones
pelvianas, tromboflebitis pelviana, aborto séptico, infecciones bucodentales. úlceras por decúbito, sinusitis, abscesos
de cerebro

Infecciones periparto o at>orto, abscesos perírrectales. infecciones de partes blandas, úlceras por decúbito,
mionecrosis, infecciones de las vías biliares

Fusóbéctériüm '- ■ •s

Sinusitis, Infecciones de las vías respiratorias, abscesos pulmonares, úlceras del paladar blando, gingivitis
ulceronecrótica, peritonitis secundaria

propióríibacténüm •• i'"'' •'


Abscesos, infecciones de heridas, adenitis, sepsis

Reptócoccus

Abscesos pulmonares, infecciones respiratorias, úlceras por decúbito, peritonitis, infecciones abdominales

pepfosírepfqcpccws .
úlceras por decúbito, infecciones por mordeduras humanas, sinusitis, osteomielitis, peritonitis, infecciones
abdominales, infecciones de las vías respiratorias

Infecciones por mordeduras humanas, infecciones bucodentales, infecciones de heridas posquirúrgicas. infecciones
de partes blandas

Infecciones urinarias, neumonía por aspiración, sinusitis, abscesos de cerebro, abscesos hepáticos, pileflebitis.
colangitis. infecciones abdominales, tromboflebitis séptica, aborto séptico

gar al mediastino. Las mediastinitis por anaero­ Infecciones de piel y partes blandas
bios pueden ser también secundarias a perfora­ Los bacterias anaerobias que colonizan la piel nor­
ciones del esófago por cuerpos extraños, dilata­ mal son mayoritariamente especies de Propioni-
ciones terapéuticas, cáncer o la ruptura espontá­ bacterium spp y Peptostreptococcus spp. En la piel
nea (síndrome de Boerhaave). La terapéutica de del periné pueden encontrarse bacterias anaerobias
la mediastinitis es médico-quirúrgica. Aunque la que forman parte de la biota normal del colon o la
penicilina ü ofrece adecuada cobertura para los vagina {Bacteroides fragilis, Lactobacilltis).
anaerobios de la cavidad bucal, especies del gé­ Las infecciones de piel qíie involucran bacte­
nero Prevotella y Porphyrom onas son frecuente­ rias anaerobias pueden tener importancia cosm é­
mente resistentes a la penicilina. En casos donde tica (acné por Propionibacíeriiwi acnés) o de pro­
se sospechen esas bacterias debe considerarse el nóstico mortal (celulitis-fascitis por infecciones
uso de metronidazol, clindamicina, penicilinas clostrídicas o no clostrídicas). Una descripción
con inhibidores de la betalactamasa, imipenem o de las infecciones de p iel y partes blandas que
meropenem. Debe tenerse en cuenta la naturale­ involucran anaerobios puede encontrarse en otros
za polimicrobiana de estas infecciones y ampliar capítulos de este libro (ver el capítulo Infeccio­
la cobertura para enterobacterias. nes de la piel y partes blandas).
456 □ Tercera parte - Infecciones bacterianas

Estas infecciones pueden limitarse al tejido ce­ otitis crónica, m astoiditis, sinusitis, infección
lular subcutáneo adyacente a un sitio de mucosa dentaria y procesos supurativos de la orofaringe.
expuesta (orificio de traqucostomia» tejido adya­ Las infecciones del oído medio pueden extender­
cente a una gastrostomía o colostomfa) o com­ se al lóbulo parietal y las de la apófisis mastoidea
prometer planos profundos con formación de abs­ al cerebelo, mientras que las infecciones de los
cesos. senos frontales pueden afectar al lóbulo frontal.
En ocasiones el proceso infeccioso diseca los Los focos sépticos pulmonares (abscesos de pul­
planos anatómicos con compromiso de la fascias món, bronquiectasias o empiemas) y las bacte­
y recesos anatómicos (infecciones del pie diabé­ rias que producen endocarditis en general llegan
tico, úlceras por decúbito, quemaduras graves). al cerebro por vía hemática. En este último caso
Las formas más profundas pueden afectar el mús­ los abscesos pueden ser únicos o múltiples. Se
culo y producir miositis y mionecrosis. ha reconocido que las cardiopatías congénitas
Existen poblaciones especiales con mayor sus­ cianóticas son un factor predisponente para el
ceptibilidad a las infecciones de piel y partes blan­ desarrollo de abscesos de cerebro. Hasta en el 20
das por bacterias anaerobias. En los pacientes % de los casos es posible que no se identifique el
diabéticos la infección distal de los miembros in­ foco primario (absceso criptogénico). Las bacte­
feriores («pie diabético») frecuentemente involu­ rias aisladas conesponden en general a una flora
cra bacterias anaerobias com o parte de una ñora mixta de anaerobios (cocos y bacilos), en aso­
mixta. La infección inicial de las partes blandas ciación con cocos aerobios grampositivos y ente-
(celulitis) puede extenderse al hueso (osteom ie­ robacterias. Los anaerobios que se aíslan con
litis) y evolucionar a la cronicidad. El manejo mayor frecuencia (70 % de los casos) son espe­
clínico del cuadro requiere desbridamiento qui­ cies de Streptococcus aerobios, microaerófilos o
rúrgico de los tejidos desvitalizados, compensa­ anaerobios. En los abscesos que complican las
ción del cuadro metabólico y antibioticoterapia infecciones respiratorias y odontógenas se aso­
de amplio espectro. cian esp ecies de P revotella, Porphyrom onas,
B a c te r o id e s , F u s o b a c te r iu m y P e p to s tr e p ’
La gangrena de Foumier es una forma clínica íococcus.
de fascitis necrotizante tipo 1 (producida por El proceso de formación de un absceso de ce­
anaerobios facultativos y B .fra g ilis ) que gene­ rebro atraviesa cuatro etapas evolutivas que fue­
ralmente se extiende desde la región ano-rectal ron definidas en modelos experimentales de in­
hacia el periné, escroto y eventualmente la pared fección: cerebritis temprana (días 1 a 4), cerebritis
abdominal. El manejo terapéutico es clínico-qui- tardía (días 4 a 9), formación de cápsula tempra­
rúrgico lo que incluye un agresivo desbridamiento na (días 10 a 13), formación de cápsula tardía (a
del tejido necrótico y en ocasiones la colostomía partir del día 14 del inóculo).
(ver el capítulo Infecciones perineales). Las manifestaciones clínicas consisten en hiper­
tensión endocraneana, originada por el edema
Infecciones del sistema nervioso central perilesional, y la topografía de acuerdo con el
Las bacterias anaerobias pueden afectar diver­ lugar donde asienta la lesión. Éstas incluyen ce­
sas estructuras anatómicas del sistema nervioso falea, alteración del nivel de conciencia, convul­
central y provocar abscesos de cerebro, abscesos siones, náuseas, vómitos, bradicardia, hiperten­
subdurales y con menos frecuencia abscesos sión arterial, trastornos sensitivos y sensoriales,
epidurales y meningitis. paresias y parálisis. Es de notar que se observa
Los mecanismos de invasión de las bacterias fiebre en sólo el 50 % de los pacientes. Los abs­
al sistema nervioso ocurren por la extensión de cesos de cerebelo se presentan con ataxia, nistag-
fo co s in fe c c io so s c o n tig u o s, la ex p o sició n mus, vómitos y dismetría.
postraumática o posquirúrgica y la vía hemática. El diagnóstico de los abscesos del sistema ner­
La patogenia más frecuente de los abscesos de vioso central se apoya en su visualización por to-
cerebro es la extensión de una infección crónica mografía computarizada o por resonancia mag­
de una estructura anatómica adyacente com o la nética. Ambos procedimientos diagnósticos son
C apítulo 50 - Infecciones por bacterias anaerobias □ 457
r-,
C.:
también de utilidad para evaluar la respuesta al crónica, posquirúrgicos) es preferible ceftazidima
iraiamiento y las complicaciones (progresión de o cefepima. En los casos secundarios a un trau­
l:-. la lesión, hemorragias, ruptura en el espacio ven- matismo o cirugía es recomendable incluir vaneo*
iricular y otras). micina en el esquema por la posibilidad de Sta-
El tratamiento de los abscesos del sistema ner­ phylococcus aureus MR u otros cocos grampo-
vioso central, tales como los abscesos de cere­ sitivos resistentes hospitalarios.
bro, cerebelo, subdurales o epidurales, incluye Las meningitis por bacterias anaerobias son
medidas especiales de sostén para controlar la poco frecuentes y secundarias a una infección
hipertensión endocraneana, antimicrobianos y a pulmonar o a la infección del catéter de deriva­
veces la cirugía. El drenaje de los abscesos es ción ventricular. En este último caso se pueden
esencial para establecer el diagnóstico microbio- aislar bacterias anaerobias residentes en la piel
lógico y controlar la presión endocraneana. La {P. acnés) o anaerobios de origen entérico en el
aspiración del contenido del absceso puedo guiar­ caso de que el catéter de derivación ventrículo-
se por tomografía computarizada o por resonan­ peritoneal haya perforado el tubo digestivo {Bac-
cia magnética. teroides fra g ilis). Meningitis y abscesos de cere­
El abordaje terapéutico de los abscesos de ce­ bro por Clostridium perfringes pueden ocurrir en
rebro es médico-quirúrgico. En los pacientes que casos de traumatismo de cráneo o com o compli­
desarrollan un absceso por contigüidad a una in­ cación neuroquirúrgica.
fección del oído medio o de los senos paranasales
es imprescindible evacuar quirúrgicamente el fo­ Infecciones pleuropulmonares
co infeccioso mastoideo o de los senos paranasa­ Las infecciones pleuropulmonares primitivas
les. En la etapa temprana de cerebritis el trata­ por anaerobios se desarrollan debido a la aspira­
miento consiste en intervenciones para reducir ción de secreciones orofaríngeas, de contenido
la presión endocraneana y el uso de antim i­ gástrico en pacientes con trastornos del sensorio
crobianos. En las etapas tardías, que se identifi­ o por alteraciones en el reflejo de la deglución.
can por la formación de cápsula en los estudios El alcoholismo, la anestesia general, los acciden­
por imágenes, puede ser necesario el tratamiento tes cerebrovasculares con pérdida de la concien­
quirúrgico a cielo abierto o punciones estereotá- cia, las convulsiones y el abuso de psicofármacos c
xicas para evacuar el contenido del absceso. En
el caso de los abscesos múltiples, el tratamiento
son habitualmente los factores predisponentes.
Estas infecciones también pueden complicar los
c
es inicialmente médico y eventualmente quirúr­ tumores endobronquiales, cuerpos extraños o (
gico para aquellos abscesos de mayor tamaño. como extensión de procesos sépticos infradiafrag-
Como regla práctica, se prefiere el tratamiento máticos.
médico de las cerebritis y los abscesos con cáp­ La enfermedad periodontal o el mal estado den­
sula mayor de 2,5 cm; y el tratamiento quirúrgi­ tario incrementan el riesgo de infecciones pul­
co para aquellos abscesos mayores de 2,5 cm o monares por anaerobios. El material bucofaríngeo
con lenta resolución luego del tratamiento antimi­ que llega al pulmón por aspiración puede origi­
crobiano. nar una neumonitis, una neumonía necrotizante
La antibioticoterapia empírica debe orientarse o un absceso de pulmón con o sin empiema. La
según el foco primario. La penicilina G es activa orientación del árbol bronquial en posición supina
sobre los anaerobios de la boca. Cuando se sos­ determina que el material aspirado llegue con
pecha la presencia de B a ctero id es fr a g ilis o mayor frecuencia a los segmentos posteriores del
Prevotella spp debe considerarse el uso de me- lóbulo superior y al apical o posterior del lóbulo
ironidazol o cloranfenicol. Por la naturaleza mixta inferior del pulmón derecho. Las infecciones son
de los microorganismos que frecuentemente se en general polimicrobianas por aerobios y anae­
aíslan de los abscesos del SNC se recomienda robios provenientes de la flora orofaringea Las
í: que el esquema empírico inicial incluya una cefa- bacterias anaerobias se identifican en el 90 % de
losporina de tercera generación (cefotaxima o los abscesos de pulmón y en la mitad de los m is­
ceftriaxona). Si se aísla Pseudom onas sp (otitis mos son los únicos agentes aislados. Estos últi­
o

458 □ Tercera parte - Infecciones bacterianas


m

mos incluyen especies de Prevotella, Porphy- tes necesitan un curso de tratamiento de 6 a 8


romanas, Fusobacterium y Peptostreptococcus. semanas. Los pacientes que no respondan a los
La neumonía necrotizante, debida a un episo­ antimicrobianos pueden necesitar de la broncos-
m dio aspirativo, es un cuadro agudo que puede aso­ copia para drenar el absceso o descartar un pro­
ciarse con insuficiencia respiratoria y evolucio­ ceso obstructivo. La kinesiterapia respiratoria y
nar en rápida progresión hacia la «gangrena el drenaje postural son importantes para elimi­
pulmonar». El absceso de pulmón se desarrolla nar las secreciones del árbol respiratorio.
luego de la necrosis del parénquima que deter­
mina la formación de una o más cavidades. Se Vaginosis bacteriana
presenta clínicamente en forma subaguda con 2 Es una alteración de la biota normal del tracto
I» a 3 semanas de evolución de un síndrome febril, genital femenino inferior. Estudios microbioló-
tos con expectoración fétida, mucopurulenta o gicos de las pacientes con esta afección mues­
I» hemoptoica y dolor pleurítico. En ocasiones los tran un desplazamiento de la biota vaginal nor­
pacientes pueden experimentar una vómica de mal donde predominan Lacíobacillus sp hacia una
material necrótico y purulento al evacuar el con­ alta concentración de microorganismos patógenos
tenido del absceso en un bronquio mayor, lo que aerobios y anaerobios como Garcinerella vagh
determina la formación de un nivel líquido en los nalis, Prevoiella spp y M obiluncus spp El cua­
# estudios radiológicos. Un tercio de los abscesos dro clínico se caracteriza por flujo vaginal malo­
de pulmón se extiende a la pleura lo que produce liente, pH alcalino y la presencia de células ca­
un empiema con o sin formación de una fístula racterísticas denominadas «células guía». Éstas
broncopleural. son células del epitelio vaginal de aspecto granu­
••
El diagnóstico de absceso de pulmón se reali­ lar, debido a la adherencia de gran número de
# za en base a la existencia de un factor predispo­ G. vaginaliSy que se evidencian en los extendi­
nente como la aspiración de material bucofarín- dos de flujo vaginal coloreado con la tinción de
<• geo, los síntomas respiratorios, el olor pútrido de Gram. Además, se observan bacterias pleomór-
las secreciones respiratorias y los estudios por ficas gramnegativas, leucocitos polimorfonu­
imágenes. En pacientes sin antecedentes de aspi­ cleares y escasos lactobacilos en un extendido
ración, ni enfermedad gingival o inmunode- de flujo vaginal. La vaginosis bacteriana puede
fíciencias, debe sospecharse una obstrucción del alterar la homeostasis de la inmunidad en la mu­
# árbol bronquial provocada por algún cuerpo ex­ cosa genital lo que favorece el ascenso de bacte­
traño aspirado, neoplasias, bronquiectasias o mal­ rias al tracto genital superior y el desarrollo de la
(• formaciones de la vía aérea. Los exámenes de enfermedad pelviana inflam atoria (EPI). La
esputo coloreados con la técnica de Gram mues­ vaginosis bacteriana se asocia frecuentemente con
tran leucocitos polimorfonucleares y una flora la EPI y el parto prematuro.
polimicrobiana que es identificada en los culti­
#
vos en aerobiosis como biota habitual de la boca. Enfermedad pelviana Inflamatoria
# Las muestras obtenidas de líquido pleural por Es la infección de las trompas de Falopio
toracocentesis muestran las mismas característi­ (salpingitis) y del endometrio (endometritis). La
# cas y los resultados de los cultivos en anaerobiosis etiología es polimicrobiana e incluye agentes de
son altamente específicos porque evitan la con­ transm isión sexual {N eisseria gonorrh o ea e,
# taminación de la muestra con los microorga­ C hlam ydia trachom atis, M ycoplasm a hominis,
nismos del tracto respiratorio superior. U reaplasma urealyticum ) y también los agentes
#
El tratamiento se realiza con clindamicina, 300 etiológicos de la vaginosis bacteriana. La impor­
a 600 mg cada 6 horas por vía oral o parenteral o tancia de los anaerobios en esta entidad ha sido
metronidazol, 500 mg IV cada 6 horas más penici­ motivo de controversia, sin embargo, las bacte­
« lina G, 3 millones de UI por vía IV cada 4 a 6 ho­ rias anaerobias se aíslan entre el 13% y 78% de
ras. La amoxicilina-ácido clavulánico (lg /1 25 mg) las mujeres con criterios clínicos definidos de
« cada 8 horas también ha demostrado adecuada EPI. Se ha especulado que esta amplia variación
eficacia terapéutica. Frecuentemente los pacien­ en la identificación de anaerobios en la EPI po­
#

#
C apitulo 50 - Infecciones por bacterias anaerobias D 459

dría obedecer a factores étnicos de la población yen dolor abdominal, desorientación y flujo
estudiada. Las diferencias podrían obedecer a la vaginal hematopurulento.
metodología de investigación utilizada en los di­ El aborto séptico asociado con infecciones por
versos estudios. Los géneros de anaerobios ais­ C lostridiiw i perfringens se presenta con la clási­
lados con mayor frecuencia en mujeres con EPI ca tríada de coluria, ictericia y color bronceado
incluyen Bacteroides fra g ilis, Prevotella spp y de la piel que oculta la palidez secundaria a la
pepiosíreptococcus spp. La patogenia de las bac­ hemólisis intravascular inducida por las toxinas
terias anaerobias en la EPI se ha demostrado en de C. perfringens. Este cuadro clínico es también
modelos experimentales. Las bacterias anaerobias conocido como síndrome de Mondor y con fre­
del tracto genital femenino inferior producen una cuencia se presenta con insuficiencia renal y
variedad de enzimas mucolíticas, como muci- shock. El laboratorio muestra leucocitosis o
nasas y sialidasas con capacidad para afectar el leucopenia, plaquetopenia, anemia, aumento de
moco cervical. La exéresis quirúrgica de trom­ la bilirrubina indirecta y cifras elevadas de urea
pas de Falopio con infección por Bacteroides y creatinina. La ultrasonografía es de utilidad para
fragilis muestran en el examen histopatológico confirmar la presencia de restos ovulares y pla-
el daño de la delicada estructura ciliar de este centarios. La forma más grave del aborto séptico
órgano. Otros factores que intervienen en la pato­ es la gangrena uterina o mionecrosis del útero, la
genia de la EPI son la instrumentación del tracto cual generalmente se diagnostica durante la ci­
genital durante procedim ientos diagnósticos rugía exploratoria en aquellas pacientes que no
(histerosalpingografía), terapéuticos (curetaje), respondieron a un tratamiento inicial de soporte
iatrogénicos (aborto séptico) o el uso de disposi­ hemodinámico, diálisis y antibioticoterapia. Du­
tivos intrauterinos (DIU). Las características clí­ rante la exploración quirúrgica pueden recono­
nicas, complicaciones, diagnóstico y tratamien­ cerse perforaciones de la pared del útero, colon y
to de la EPI se tratan en otra parte de este libro. vejiga provocadas por la maniobra abortiva.
Se debe enfatizar en que la cobertura de bacte­ El aborto séptico es una emergencia infecto-
rias anaerobias en la EPI es de particular impor­ lógica y las pacientes con sospecha de mionecro­
tancia en los abscesos tubo-ováricos y en las sis uterina deben ser evaluadas por cirujanos con
mujeres con infección por el virus de la inmuno- experiencia en el manejo quirúrgico de esta afec­
deficiencia humana (HIV). En los casos que re­ ción. El tratamiento médico incluye medidas de
quieren hospitalización el tratamiento parenteral sostén hemodinámico, eventualmente diálisis y
se realiza con ceftriaxona, 1 a 2 g IV cada 12 altas dosis de penicilina G, 3 a 4 millones de UI
horas más metronidazol, 500 mg IV cada 8 horas por vía IV cada 4 horas, o clindamicina, 900 mg
y doxiciclina 100 mg cada 12 horas por vía oral. IV cada 8 horas o metronidazol, 500 mg IV cada
En los pacientes ambulatorios puede indicarse un 8 horas más una cefalosporina de tercera genera­
régimen oral que ofrece la misma cobertura so­ ción (ceftriaxona o cefotaxima), o imipenem-
bre los agentes etiológicos de la EPI que es la cilastatina, 500 a 1000 mg IV cada 6 horas o
combinación de ciprofloxacina con metronidazol. levofloxacina, 500 mg IV cada 24 horas más
metronidazol 500 mg IV cada 8 horas. También
Aborto séptico debe administrarse la profilaxis antitetánica.
Las infecciones ginecológicas posaborto son
consecuencia de la evacuación incompleta del Infecciones Intraabdomipales
Utero gestante y el traum atism o secundario a las Las infecciones intr^ábdominales asociadas con
maniobras abortivas. Los agentes etiológicos in­ bacterias anaerobias incluyen las peritonitis se­
cluyen microorganismos aerobios facultativos cundarias a perforación del intestino, apendicitis,
(enterobacterias) y anaerobios que forman parte diverticulitis y abscesos viscerales o intraperi-
de la biota normal de la vagina. Las pacientes toneales. Los anaerobios asociados con las infec­
con aborto séptico se presentan con fiebre, taqui­ ciones intraabdominales son parle de la flora in­
cardia y taquipnea dentro de los primeros cuatro testinal y la concentración de bacterias anaerobias
días del aborto. Otros síntomas asociados inclu­ en relación con las bacterias aerobias facultati­
460 □ Tercera parte - Infecciones bacterianas

vas varía en diferentes segmentos del tubo diges- del paciente. En este caso, la selección de anti­
tivo(1.000; 1 a 10.000: 1). La mayor concentra­ bióticos se realiza según los aislamientos predo­
ción de anaerobios se observa en el colon y co­ minantes en la institución. En el caso de las in­
rresponde a especies de Bacteroides, Clostridium, fecciones adquiridas en la comunidad las opcio­
F usobacterium y Eubacterium. En la mayoría de nes terapéuticas se basarán en los resultados de
las infecciones intraabdominales se observa una los estudios bacteriológicos y el antibiograma.
flora mixta compuesta de enterobacterias, anaero­ Los esquemas deben tener en cuenta los gérme­
bios y enterococos. Una infección característica nes anaerobios, los bacilos aerobios gramnega-
de pacientes diabéticos del sexo masculino es la tivos y en especial los enterococos. Son útiles las
colecistitis enfisematosa. Ésta, se caracteriza por asociaciones de piperacilina-tazobactam más me-
la formación de gas en la vesícula biliar. La pre­ tronidazol y eventualmente gentamicina o amika-
sentación clínica es similar a una colecistitis agu­ cina. Otros antimicrobianos a tener en cuenta son
da con fiebre, dolor en hipocondrio derecho y ciprofloxacina, levofloxacina, imipenem, mero-
vómitos, pero puede evolucionar a la gangrena y penem, ceftriaxona y otros de acuerdo con la res­
perforación de la vesícula. Se observan cálculos puesta terapéutica y los hallazgos bacteriológicos.
vesiculares en el 50 % de los casos. La infección
es polimicrobiana e involucra bacterias aerobias
PROFILAXIS
facultativas y anaerobias. El diagnóstico se rea­
liza teniendo en cuenta los factores predisponen­ La principal medida de prevención de las in­
tes, la presencia de gas documentado por ecogra­ fecciones por anaerobios es evitar todas, las si­
fía o tomografía computarizada y los hallazgos tuaciones que lleven a la disminución del poten­
intraoperatorios. Para una adecuada selección de cial de oxidorreducción de los tejidos. Esto se
los antibióticos es preciso establecer si el comien­ logra mediante la limpieza adecuada de las heri­
zo de estas infecciones fue en el medio intrahos- das, la elim inación de los espacios muertos y
pitalarío o en la comunidad. Las infecciones se­ cuerpos extraños, y la utilización de agentes ger­
cundarias en pacientes internados se asocian con micidas y antimicrobianos que eviten la introduc­
gérmenes intrahospitalaríos que colonizan el tubo ción de estos microorganismos en los diferentes
digestivo dentro de las 48 horas de la admisión tejidos.

B ib lio g ra fía -------------------------------


Ausina Ruiz V, Moreno Guillén S. Tratado SEIM C de Manden GL, Bennett JE. Dolin R. Enfermedades Infecciosas
Enfermedades Infecciosas y Microbiología Clínica. 1* ed. Principios y Práctica. 6a ed. Elsevier. Madrid. 2006.
Editorial Médica Panamericana, Buenos Aíres. 2006. Solomkln JS, et al. Guidelines for the selection of anti-
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Gram negative bacteria (exciuding spirochetes).CIO
1999; 29:724-7.
Cólera
Ornar J. Palmieri

ciones interhumanas que son de menor y más len­


d e f in ic ió n
ta difusión. La materia fecal de los enfermos o
£1 cólera es una enferm edad transm isible portadores produce la contaminación del agua y
endemoepidémica, producida por el vibrión co­ los alimentos. Las moscas y otros insectos de
lérico o Vibrio cholerae. Provoca un padecimien­ hábitos coprófagos también pueden actuar como
to agudo, caracterizado por vóm itos y diarrea medio de transporte del vibrión colérico.
incoercible, con aspecto de «agua de arroz», que El principal reservorio natural es el hombre,
puede llevar a la deshidratación, al shock hipo- aunque se sugiere la existencia de otros reser-
volémico y a veces a la muerte en pocas horas. vorios. Las migraciones siempre van asociadas t
con la propagación del cólera, lo cual tiene espe­
cial importancia en la actualidad, en que los me­ <;
ETIOLOGÍA
dios de transporte son tan rápidos.
El agente etiológico del cólera es Vibrio chole­ (
rae, un bacilo curvo gramnegativo, aerobio, con
PATOGENIA c
aspecto de coma, de unos 2 )im de longitud por
0,6 ^im de diámetro, con un flagelo polar que le La bacteria ingresa en el organismo con el agua t
confiere movilidad. El microorganismo crece en o los alimentos, y encuentra su primera y eficaz
abundancia en medios alcalinos. Existen más de barrera en el contenido gástrico; es sensible en <
90 serogrupos, pero sólo Vibrio cholerae 01 cau­ extremo al medio ácido. Si sortea esta barrera,
sa las epidemias de cólera. Incluye dos biotipos; coloniza el epitelio de revestimiento del intesti­
el clásico y la variante El Ton Dentro de cada no delgado. A llí secreta una exotoxina que esti­
uno de ellos hay tres serotipos: Inaba, Ogawa e mula la secreción activa de cloruro a ese nivel y
Hikojima. La infección provoca el aumento del provoca una pérdida intensa de líquido alcalino,
título de anticuerpos aglutinantes, vibriocidas y rico en bilis, que es un medio ideal para el desa­
antitóxicos, que confieren mayor resistencia a la rrollo del vibrión. E sta^terotoxina colérica ac­
reinfección. tiva ia adenilciclasa ligada a la membrana de las
células epiteliales de revestimiento, con el con­
siguiente aumento del monofosfato cíclico de
EPIDEMIOLOGÍA
adenosina intracelular (AMPc) que provoca la
La infección se produce por vía oral y su fuen­ pérdida profusa de agua y electrólitos. El micro­
te es el agua y los alimentos contaminados. Como organismo nunca forma colonias en otros tejidos
ocurre con otras infecciones hídricas, ésta adquie­ del organismo.
re un carácter explosivo, en contra de las infec­
T T

462 □ Tercera parte - Infecciones bacterianas


(I
'4» un adecuado tratamiento de reposición: sólo per*
ANATOMIA PATOLOGICA
sisten las deposiciones diarreicas. Los vómitos!
«I Vibrio cholerae no invade ni lesiona la mucosa que a veces se producen en las primeras horas
intestinal. M ediante técnicas de inmunofluo> desde el inicio del cuadro clínico, dificultan \i
«» rescencia se ha demostrado que no invade más rehidratación por vía oral.
allá del ribete en cepillo del epitelio. La lámina Otros síntomas relacionados con las pérdidas
(b propia de la mucosa se presenta congestiva y con son oliguria, hipotensión, mialgias, sed y com­
'4k un infiltrado inflamatorio mononuclear modera­ promiso de la conciencia. Puede producirse hipo^
do. A veces se observa hiperplasia de las células glucemia, sobre todo en los niños, acompañada
linfoides de las placas de Peyer, de los ganglios por convulsiones e inconsciencia. También pue­
linfáticos mesentéricos y del bazo. En ios casos de observarse hipopotasemia que condiciona íleo,
'DI mortales pueden evidenciarse las consecuencias debilidad muscular y arritmias cardíacas. El au-j
del shock hipovolémico y del desequilibrio hidro- mentó de la temperatura corporal es raro; por ei
>1^
electrolítico: edema pulmonar con membranas contrario, suele haber hipotermia más marcada-
hialinas» engrosamiento de los tabiques alveo­ en las extremidades. En su forma clínica gravej
lares, necrosis tubular renal o necrosis miocárdica el cólera es una de las enfermedades más rápida­
t» focal. Como complicación puede hallarse bron- mente fatales que afectan al hombre. En esta for­
coneumonía terminal. ma clínica de la enfermedad, desde la primera
deposición líquida hasta el estado de shock se
llega en 2 o 3 horas, y la muerte sobreviene en un
MANIFESTACIONES CLÍNICAS
plazo variable de pocas horas a 2 o 3 días.
El espectro clínico del cólera es muy amplio; La pérdida de líquidos por el intestino puede
abarca desde casos asintomáticos hasta formas ser de un litro por hora, de lo que se deduce la
clínicas graves con shock hipovolémico, coma y importancia de una reposición rápida y eficaz.
muerte en pocas horas si no se realiza el trata­
miento adecuando. Entre estos dos extremos hay
DIAGNÓSTICO
toda una gama de gradaciones con formas clíni­
cas leves y moderadas. El diagnóstico clínico sólo es posible en los
Luego de un corto período de incubación, que períodos epidémicos y cuando la forma clínica!
oscila entre 12 horas y hasta no más de 5 días, en es moderada o grave. Las formas leves pueden
# general 2 a 3 días, se presentan en forma súbita confundirse con diarreas de otra etiología.
vómitos, y diarrea acuosa y abundante. La dia­ Los exámenes bacteriológicos son imprescin-1
rrea es la manifestación clínica más importante dibles para el diagnóstico de certeza. Las mués- ¡
de esta enfermedad. tras de materia fecal se recogen preferentemente:
«
El primer síntoma suele ser el aumento del dentro de las 24 horas de comenzada la diarrea y ¡
peristaltismo intestinal que el paciente percibe antes de la administración de los antimicrobianos.
como ruidos hidroaéreos, siguen después, las pri­ Las muestras del hisopado rectal son útiles al ini­
meras deposiciones blandas, con las característi­ cio de la enfermedad, aunque en este caso es pre­
cas de cualquier diarrea. Luego de varias eva­ ferible hacer el estudio de las heces. En los suje­
cuaciones las heces toman el típico aspecto de tos convalecientes o asintomáticos la técnica del
«agua de arroz» y son prácticamente inodoras. hisopado es poco adecuada. En estas personas e s !
>•
No hay pujos ni tenesmo rectal. El dolor abdo­ conveniente la administración de un laxante,
minal, de tipo cólico y localizado en la región sulfato de magnesio o manitol, lo cual facilita e l ;
umbilical, es de poca intensidad y se observa en hallazgo del vibrión en individuos que lo excretan
# el 50% de los casos. Todos los signos y síntomas en pequeñas cantidades. También es posible re­
se deben a la depleción hidroelectrolítica de los cuperar el microorganismo de los vómitos que
41 espacios iniravascular y extracelular del organis­ suelen presentarse al comienzo de la enfermedad.
mo, por pérdida intestinal de líquidos. Estos sig ­ Las muestras se cultivan de inmediato o se colo­
m
nos y síntomas se alivian con rapidez luego de can en medios de transporte adecuados. Si lie-
C apítulo 51 - Cólera □ 463

gan al laboratorio antes de las 48 horas, no re­ E scherichia coli, Shigella, S a ln w n ella , Cam-
quieren refrigeración. Las materias fecales líqui­ p ylo b a cter fe tu s, C .je jitn i, Yersinia enteroco'
das se examinan en fresco con un microscopio Utico, Vibrio porahaem oliticus, BaciUtis cereus,
de campo oscuro o de contraste de fase, que per- Clostridium perfringens, C. bom linum , Staphy-
: Píite visualizar tamaño, forma y motilidad carac­ lococciis aureus, d o sfrid iu m difficUe, Rotavirus,
terísticos de los vibriones, y con coloración de virus tipo N orw aik, C andida, Isospora belii,
Gram, que muestra Vibrio cholerae com o un pe­ Cryptosporidium, Eiuamoeba histolytica, Giardia
queño bacilo gramnegativo en forma de «coma» lam blia, Balanfidium coli, Slrongyloides sterco-
con un único flagelo polar. En el frotis fecal en ralis, Trichinella spiralis y otros. También hay
■ general los leucocitos están ausentes, debido a que tener en cuenta distintas causas de diarrea,
que esta enfermedad es causada por una toxina y com o colitis ulcerosa inespecífica, colitis granu-
no hay inflamación de la mucosa intestinal. Si lomatosa inespecífica, pelagra, enfermedad de
bien esto es un hallazgo frecuente, no es cons­ W hipple, tirotoxicosis, síndrome carcinoide y
tante. Además del examen directo, las muestras otras.
deben cultivarse. Se utilizan distintos medios:
; agar sangre, agua peptonada alcalina y agar
COMPLICACIONES
l' liosulfato-citrato-sales biliares-sacarosa (TCBS).
' f Las colonias obtenidas se someten a la prueba de Las complicaciones más graves del cólera son
; ■ la citocromooxidasa, una reacción fuertemente la insuficiencia renal secundaria a la hipoperfu-
positiva en todas las especies de Vibrio, a dife- sión, con necrosis tubular aguda, y los proble­
i’^ rencia de los microorganismos de la familia Ente- mas del aparato respiratorio ocasionados por la
!f robacteriaceae, que son oxidasa negativos. Las aspiración del vómito.
í- colonias oxidasa positivas son sometidas a la
aglutinación con antisuero 01 polivalente, cuya
PRONÓSTICO
positividad es una fuerte presunción de estar fren­
te a Vibrio cholerae 0 1. La identificación defini­ El pronóstico depende de la precocidad y efec­
tiva se realiza con pruebas bioquímicas, indis­ tividad del tratamiento de rehidratación. En con­
pensables en áreas no endémicas o en países don­ diciones ideales la mortalidad es menor del \% .
de el cólera es raro. Al comienzo de las epidemias la mortalidad pue­
Existen distintos métodos de diagnóstico rápi­ de ser mucho mayor, hasta tanto se disponga de
do realizados con materia fecal, como el empleo los medios para atender a los pacientes en forma
de anticuerpos fluorescentes contra V. cholerae; oportuna.
un método inmunoenzimático (ELISA) que de­
tecta pequeñas cantidades de enterotoxina colé­
TRATAMIENTO
rica, y una prueba de coaglutinación que utiliza
un anticuerpo monoclonal contra V. cholerae 01 Lo más importante en el tratamiento del cólera
adsorbido a S. aureus muertos por calor. Tam­ es la sustitución rápida y adecuada de las pérdi­
bién es posible hacer un diagnóstico retrospecti­ das gastrointestinales de líquidos y electrólitos.
vo cuando el dosaje de los anticuerpos vibriocidas En la mayoría de los p a c i^ íe s la rehidratación
o antitóxicos en el suero sanguíneo de los pacien­ oral da buen resultado. ^ sobreviene el estado
tes; la primera muestra se toma al inicio de la de shock o los vómitos impiden la ingestión oral,
enfermedad y la segunda 15 días después. es imprescindible la reposición intravenosa, que
no se suspenderá hastó estar seguro de que el
paciente pueda equilibrar sus pérdidas con la in­
DIAGNÓSTICO DIFERENCIAL
gestión de la solución rehidratante. Los antimi­
En la actualidad, en toda América el cólera se crobianos en el tratamiento del cólera acortan la
incluye en el diagnóstico diferencial de todos los duración de la diarrea, disminuyen su volumen,
I pacientes con diarrea. Otros microorganismos reducen la expoliación hidroelectrolítica y acor­
también pueden ser causa de diarrea com o tan el período durante el cual se excreta Vibrio
464 □ Tercera parte • Infecciones bacterianas

cholerae. Deberán administrarse por vía oral tan 4 tomas diarias durante 3 días, o SM X 40 mg/
pronto com o cesen los vómitos, por lo general a TMP 8 mg/kg/día, en 2 lomas diarias, durante 3
las pocas horas de comenzada la rehldratación. días, o eritromicina, 50 mg/kg/día en 4 tomas día-
La vía parenteral no proporciona ventaja alguna. rias durante 3 día. En mujeres embarazadas:
Para la rehidratación oral se utilizan los sobres ampicilina, 1 comprimido de 250 mg cada 6 ho­
SRO (sales de rehidratación oral), que se disuel­ ras durante 5 días, o furazolidona, l comprimido
ven en 1 litro de agua y contienen: 3,5 g de clo ­ de 100 mg cada 6 horas durante 3 días.
ruro de sodio, 20 g de glucosa o 40 g de sacaro­
sa, 2,5 g de bicarbonato de sodio y 1,5 g cloruro
PROFILAXIS
de potasio. Si no se consigue una rehidratación
oral adecuada o el paciente entra en estado de La protección más segura contra el cólera es la
shock, se indicará el tratamiento intravenoso. Para higiene cuidadosa. Es importante aislar y tratar a
la rehidratación por vía venosa, en una vena peri­ los enfermos y portadores, e interrumpir las vías
férica se colocará una aguja calibre 18 que per- de transmisión. El agua de consumo deberá ser
mita administrar con rapidez el volumen reque­ hervida o clorada con dos gotas de lavandina con
rido, que en los primeros 10 a 15 minutos puede centrada por cada litro; en este último caso se la
llegar a ser de 1 litro. Se utilizará la solución de deja 30 minutos antes consumirla. Los alimentos
Ringer lactato alternando con solución fisiológi­ se lavan con cuidado con agua clorada, pero es
ca. Si sobreviene hipoglucemia, complicación fre­ mejor hervirlos. Las excretas deben tener un tra­
cuente en el niño, hiponatremia o hipematremia, tamiento adecuado y no se las usará como abono
e hipopotasemia, se corregirán con la mayor cele­ de suelos. Las vacunas actuales no son aconseja
ridad. Los antimicrobianos a utilizar en los adul­ bles, porque no protegen en forma eficaz y ade­
tos son tetraciclina, 1 comprimido de 250 mg cada más pueden dar una falsa sensación de seguridad
6 horas durante 3 a 5 día, o doxiciclina, 300 mg en que lleve a descuidar los cuidados higiénicos. Las
una sola dosis, o SMX 800 mg/TMP 160 mg, 1 posibles indicaciones de la vacuna anticolérica'
comprimido cada 12 horas durante 3 días, o furazo- incluyen a los viajeros y en áreas de alta endemia
lidona, 1 comprimido de 100 mg cada 6 horas du­ (ver capítulo de Inmunoprofilaxis).
rante 3 días, o norfloxacina, 800 mg en una sola La quimioprofilaxis tampoco ha demostrado ser
dosis. En los niños: furazolidona, 5 mg/kg/día en eficaz.

B ibliografía----------------------------------------------------
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Lí\.

Fiebre tifoidea y otras salmonelosis


Ornar J. Palmieri

y f ie b r e único reservorio de esta infección. Los portado­


t if o id e a
res o enfermos eliminan Salm onella typhi con la
: Definición materia fecal, la orina y también con el vómito o
La fiebre tifoidea es una enfermedad infecciosa las secreciones respiratorias. La fuente más im­
. aguda, por lo general grave y prolongada, causada portante de infección son los portadores cróni­
[ por Salmonella typhiy bacteria gramnegativa mó- cos. En ellos el reservorio del germen se halla en
[ vil. Se caracteriza por la presencia de fiebre, cefa­ el intestino, la vesícula biliar o las vías urinarias,
le a , estado tóxico, compromiso de la conciencia, en especial si el paciente tiene a ese nivel afec­
I diarrea o constipación, dolor abdominal, vómitos, ciones previas (litiasis biliar o urinaria).
debilidad, exantema maculoso y esplenomegalia. El microorganismo sobrevive durante semanas
en el agua, el hielo, el polvo y los residuos secos.
! Etiología Las moscas son excelentes vectores para trans­
! Las saimonelas son bacilos gramnegativos ae- mitir la infección.
'robios, anaerobios facultativos, no esporulados, La distribución por sexo no muestra predomi­
; de la familia Enterobacteriaceae. Son móviles, nio significativo. Más del 75% de los casos son
: excepto S. gallinariim-puUorum, y producen gas, personas de más de 30 años. En contraste, el e s­
; excepto S. typhi. Por medio de la técnica de hibri­ tado de portador crónico es más común en los
dación del ADN se las clasifica en seis subgrupos mayores de 50 años, con una proporción hom­
¡diferentes. Las saimonelas tienen antígenos somá- bre/mujer de 3:1.
í ticos (O), que son lipopolisacáridos de la pared No hay variación estacional en la incidencia
■celular y antígenos flagelares (H), que son pro- de esta enfermedad, aunque en ciertas regiones
Iteínas. Salm onella typhi también tiene un antíge- del mundo donde esta enfermedad es endémica,
no capsular o de virulencia (Vi). aumenta durante el verano.
? Crecen con rapidez en aerobiosis o anaerobiosis
¡en medios simples. Las muestras fecales que tie- Patogenia
inen alta concentración de otros microorganismos La puerta de entrada por lo general es el tracto
ipor lo común se colocan en medios selectivos. gastrointestinal. Los bacilos se multiplican en la
I
1
porción superior del intestino delgado, luego pe­
Epidemiología netran en la mucosa y llegan a los linfáticos re­
í La enfermedad se adquiere por la vía oral, de- gionales; pasan a la circulación sistémica a tra­
jbido a la contaminación fecal del agua o los ali- vés de la linfa y 24 a 72 horas después de la in­
jmentos. Puede producirse diseminación fecal-oral gestión producen una bacteriemia inicial transi­
■directa, en particular en niños. El hombre es el toria y asintomática. Los gérmenes son captados
466 □ Tercera parte - Infecciones bacterianas

por el sistema reticuloendotelial; allí y después El período de invasión comienza en forma in­
de una multiplicación intracelular, penetran nue­ sidiosa, con malestar general, cefalea, fiebre y
vamente en la circulación y producen una bac- anorexia. El 60% de los pacientes tiene tos y sín­
teriemia continua durante días o semanas. Esto tomas bronquiales. La alteración intestinal más
coincide con el comienzo de las manifestaciones frecuente es la constipación. Sólo el 20% de los
clínicas. Durante esta fase se produce la infec­ pacientes tiene diarrea moderada.
ción del árbol biliar. De hecho, el aumento de En la segunda y tercera semana, durante el pe­
Salm onella typhi en las heces durante la segunda ríodo de estado, la hipertermia es mayor y puede
y tercera semana de la infección se debe a la lle­ alcanzar los 40®C con bradicardia relativa, hipo-
gada al intestino de un gran número de bacterias. tensión, dolor abdominal, hepatoesplenomegalia,
Es importante resaltar que la enfermedad está diarrea o constipación y lengua seca. Es común
en relación directa con el número de microor­ la alteración del estado de conciencia, que se ma­
ganismos ingeridos. Se sabe que se necesitan nifiesta por confusión, estupor o delirio. Pueden
concentraciones relativamente elevadas de Sal- aparecer las manchas rosadas típicas de la enfer­
m onella typhi para provocar la infección. La flo­ medad (roséola tífica) localizadas por lo general
ra normal del intestino (o biota normal) es un im­ en la porción superior del abdomen. Se descri­
portante mecanismo de protección. La liberación ben como pequeñas lesiones maculopapulares,
de endotoxinas desempeña un papel no bien de­ poco numerosas, que palidecen con la presión.
terminado, aunque sería responsable de una par­ Persisten entre 2 y 4 días y pueden reaparecer.
le de los signos y síntomas. Es posible que la re­ Su frecuencia de aparición es muy variable; en
sistencia a la infección se deba a la inmunidad la actualidad se observan en pocas oportunida-,
celular. des debido al tratamiento precoz con antibióticos.
El período de convalecencia comienza después'
Anatomía patológica de la tercera semana con disminución de la fíe-'
La lesión más característica es la proliferación bre. Los demás signos van desapareciendo lenta-:
de grandes células mononucleares en distintos mente. La recuperación completa puede deman­
tejidos. Se localiza clásicamente en el tejido lin- dar más de cuatro semanas.
foide del intestino, en especial en las placas de
Peyer y en los folículos linfáticos del ciego. Pue­ Diagnóstico
de determinar necrosis y ulceración local, que si Las manifestaciones clínicas ya señaladas, así
se profundiza lleva a la perforación. Los vasos como los antecedentes epidem iológicos, pueden!
sanguíneos suelen erosionarse, lo que provoca sugerir el diagnóstico de fiebre tifoidea, Los ha­
hemorragia intestinal. llazgos del laboratorio en general varían con el
Hay aumento del tamaño del hígado, que pre­ estadio de la enfermedad. Se observa anemia
senta cúmulos de células mononucleares fago- normocítica y normocrómica, que puede agravar­
cíticas. se por las deposiciones sanguinolentas. La leuco-
El bazo también presenta un volumen mayor, penia, 3.000 a 4.000 leucocitos, con neutropenia,
con obliteración de los bordes foliculares, histio- es casi constante y es más acentuada en la terce­
citosis sinusal y proliferación dcl rcticuloendo- ra semana. Puede verse leucocitosis transitoria
telio. Se observan áreas de necrosis e hiperplasia en los primeros 7 a 10 días. Su presencia des­
de los ganglios linfáticos mesentéricos, con gran pués de esta primera fase puede sugerir una po­
activación de la función fagocítica del sistema sible perforación intestinal, hemorragia u otra
reticuloendotelial. complicación piógena.
Durante el período febril suele haber protei-
Manifestaciones clínicas nuria, que es probable que se deba a glomerulo-
El período de incubación es de 10 a 14 días, nefritis por inmunocomplejos. También se obser­
según el inóculo infectante. En los casos más tí­ va aumento leve y transitorio de algunas enzimas,
picos, en pacientes no tratados, la enfermedad como transaminasa glutamicooxalacética, deshi-
tiene una duración de unas 4 semanas. drogenasa láctica, creatinfosfocinasa y fosfatasa
C apítulo 52 - Fiebre tifoidea y otras salm onclosis □ 467

alcalina. Se han informado anormalidades de la cuenta otras enfermedades con un cuadro clínico
coagulación, o incluso coagulación intravascular semejante, como infecciones virales, mononu-
diseminada, que remiten con la resolución de la cleosis infecciosa, psitacosis, meningitis, apendi •
fermedad. No se han visto hemorragias por este citis, colecistitis, peritonitis, disentería bacilar o
motivo. amebiana, linfomas, enfermedad inflamatoria o
El diagnóstico definitivo se hace por el aisla­ granulomatosa intestinal, endocarditis bacteriana,
miento de Salm onella typhi en los hemocultivos. tuberculosis miliar, leptospirosis y otras.
Durante la primera semana es positivo en un 90%
de los casos, porcentaje que, de no mediar trata­ Compiícaciones
miento antibiótico, disminuye con la evolución La frecuencia de las complicaciones de la fie­
de la enfermedad a un 50% al final de la tercera bre tifoidea se ha reducido notablemente desde
semana. el advenimiento de la terapéutica antibiótica. Se
El microorganismo también puede aislarse de las puede clasificar como sigue.
la materia fecal en cualquier período de la enfer­
medad, hecho que si bien no define el diagnósti­ • Secundarias a la toxemia
co genera una fuerte presunción, en especial en Miocarditis, hiperpirexia, daño hepático y de
áreas endémicas. El coprocultivo es positivo en la médula ósea.
un 75% de los casos, durante la tercera y cuarta
semana de la enfermedad. A partir de allí la fre­ • Secundarias a lesiones gastrointestinales
cuencia de cultivos positivos disminuye; sólo el Hemorragia y perforación. La hemorragia es
3% de los pacientes continúa excretando microor­ producida por la erosión de los vasos sanguíneos
ganismos durante un año o más. La excreción en las placas de Peyer, que están hiperplásicas y
persistente es secundaria a la infección de la vía necróticas. El sangrado en ocasiones es impor­
biliar o del aparato urinario. tante. En el 10% al 20% de los enfermos se de­
El cultivo de la médula ósea puede ser positivo lecta la presencia de sangre en las heces.
aun cuando los hemocultivos sean negativos. De La perforación intestinal es el resultado de la
la roséola tífica también es posible aislar los necrosis del tejido linfoide, que compromete la
microorganismos. muscular y la serosa del intestino. Se produce
El diagnóstico serológico (reacción de Widal) durante la segunda y tercera semanas y por lo
muestra un aumento del título de aglutininas fren­ general se afecta la porción inferior del íleon. Esto
te al antígeno somático (O), que alcanza un máxi­ sucede en el 1% de los pacientes y es la compli­
mo durante la tercera semana. La detección de cación más grave.
un solo título elevado no es suficiente para esta­
blecer el diagnóstico. Los títulos contra el antí­ • Infección localizada
geno flagelar (H) son mucho más inespecíficos y Meningitis, tiroiditis, neumonía, derrame pleural,
no tienen valor en el diagnóstico. La inmunofluo- endocarditis, osteomielitis, artritis y tromboflebitis.
rescencia indirecta es de 10 a 100 veces más sen­
sible y específica que la reacción de Widal. La • Secundarias al tratam iento
inmunización con vacuna antitifoidea puede pro­ Depresión medular por cloranfenicol y reaccio­
ducir un aumento notable del título de aglutininas nes de hipersensibilidad.
anti-0. Sin embargo, las reacciones serológicas
no son confiables y carecen de utilidad clínica. • Recaídas
Como ya se ha señalado, el diagnóstico de certe­ En un 8% a 10% de los pacientes puede pro­
za se logra con el aislamiento de Salmonella typhi. ducirse una recaída l a 2 semanas después de la
desaparición de la fiebre. Por lo general es más
I Oiagnóstico diferencial leve que la enfermedad inicial y se produce 1 a 2
j Los hallazgos clínicos de la fiebre tifoidea no semanas después de finalizado el tratamiento
\ son patognomónicos; por lo tanto, para estable- antibiótico. El cloranfenicol no ha disminuido la
i cer el diagnóstico diferencial deben tenerse en frecuencia de recaídas.
468 □ Tercera parte - Infecciones bacterianas

• Portadores crónicos rifampicina asociada con cotrimoxazol. Si hay li.


Se define como portador crónico a la persona que tiasis biliar, el porcentaje de fracasos terapéuti­
continúa excretando el bacilo tífico en la materia cos oscila en alrededor del 75%, por lo cual está
fecal por lo menos durante un año. Habitualmente indicada la colecistectomía.
son asintomáticos. Por lo general ello se debe a afec­
ciones litiásicas subyacentes, biliares o urinarias. Profilaxis
Para controlar la transmisión de esta enferme­
Pronóstico dad, es imprescindible la educación sanitaria, que
En pacientes no tratados la mortalidad varía incluye el control de la contaminación de los ali­
entre el 12% al 15%, asociada con la toxemia y mentos y la precaución en su preparación y con­
las complicaciones ya mencionadas. En pacien­ servación. El lavado de manos con agua y jabón
tes tratados es menor del 1%. es de extrema importancia para controlar la dise­
minación de persona a persona, ya que de este
Tratamiento modo las salmonelas se eliminan con facilidad.
Si bien el cloranfenicol fue un gran avance en La identificación, el tratamiento y el seguimien­
el tratamiento de la fiebre tifoidea desde 1948, el to de los portadores crónicos desempeña un pa­
hecho de ser bacteriostáctico y la aparición de pel epidem iológico importante.
algunos efectos adversos, como la toxicidad me­ Se dispone de vacunas antitíficas seguras y efi­
dular, la frecuencia de las recaídas, la aparición caces.
de resistencia y el importante número residual La vacunación antitífica no se requiere en via­
de portadores crónicos, hacen que ya no sea el jes internacionales. La decisión de inmunizar a un
fármaco de elección en esta enfermedad. viajero debe tomarse sobre la base del itinerario, y
En la actualidad hay otros antimicrobianos e fi­ la duración y estilo del viaje. En general no es
caces e incluso bactericidas, como ciprofloxacina, necesaria la vacunación si el viaje será corto, y si
sulfametoxazol-trimetoprima (SMX/TMP) y al­ se es cuidadoso con el consumo de alimentos y
gunos betalactámicos. bebidas. El uso de la vacuna también debe consi­
La ciprofloxacina se administra en dosis de 500 derarse en personas con exposición continua a por­
mg cada 12 horas durante 12 a 14 días. No debe tadores. Las disponibles en el presente son la va­
administrarse a mujeres embarazadas ni a niños. cuna Oral atenuada, que se administra en 3 dosis
El SMX 800 mgA'MP 160 mg se utiliza en dosis con un intervalo de 48 horas, y la vacuna parenteral
de 1 comprimido cada 12 horas, durante 12 a 14 con polisacárido capsular-Vi, que se aplica en do­
días. sis de 0,5 mL por vía intramuscular. La duración
También pueden administrarse la ampicilina y de la inmunidad es de 3 a 4 años para la vacuna
la amoxicilina en las dosis habituales y durante atenuada y de 1 año para la vacuna parenteral (ver
el mismo período. el capítulo Inmunoprofilaxis).
Dentro de las cefalosporinas, sólo se emplean
las de tercera generación; dentro de éstas, la más
OTRAS SALMONELOSIS
indicada es la ceftriaxona, 1 a 2 glV o IM cada
12 a 24 horas durante 10 a 14 días. Definición
Los antipiréticos están contraindicados (hipo­ Las bacterias del género Salm oneila pueden
termia o hipotensión transitoria). producir infección asintomática del tracto gas­
Es importante vigilar la presentación de com ­ trointestinal o varios síndromes clínicos, como
plicaciones, como la hemorragia o la perforación gastroenteritis aguda, bacteriemia, fiebre parati-
intestinal. foidea o infecciones localizadas como osteomie­
litis o endocarditis.
Tratamiento de los portadores crónicos
Se administra amoxicilina, 4g/día, en 4 tomas, Etiología
durante 6 semanas. Como alternativas: ciproflo­ Como se mencionó antes, las salmonelas son
xacina o ceftriaxona en las dosis habituales o bacterias gramnegativas de la familia Entero-
C apítulo 52 - Fiebre tifoidea y otras salm onelosis □ 469

bacteriaceae. Su clasifícación ha vanado en los También el agua contaminada por heces u ori­
últimos años. Los serotipos de Salm onella se de­ na, de seres humanos o animales infectados, pue­
finen sobre la base de su estructura antigénica de transmitir la infección, que también es exten­
(antígenos somático O y ciliar H). Casi todas las dida por los individuos portadores que manipu­
salmonelas aisladas en la especie humana y ani< lan alimentos.
íííal pertenecen al subgrupo 1. Las conocidas Las mujeres embarazadas portadoras de 5a/-
como paratíficas son: m onella pueden contaminar al recién nacido y,
eventualmente, también la sala de partos o de neo-
Salm onella paratyphi A (bacilo paratífico A). natología.
Salmonella schottmuelleri (bacilo paratífico B). Hay una variación estacional en las infeccio­
Salm onella hirschfeldii (bacilo paratífico C). nes por Salm onella, pero la mayor incidencia se
Salm onella sendai. registra en los meses de clima cálido.
La tasa de ataque es especialmente alta en el
Todas ellas crecen con facilidad en medios sim­ primer año de vida y se mantiene elevada hasta
ples, en condiciones aerobias y anaerobias, aun­ los 5 años.
que para aislarlas de la materia fecal deben utili­ Las alteraciones de las defensas del huésped
zarse medios selectivos. favorecen el desarrollo de la infección, en espe­
Las salmonelas gastroenteríticas dan gastroen­ cial las infecciones sistémicas en pacientes con
teritis agudas sin bacteriemia o con bacteriemia enfermedad por HIV. Otros hospederos suscepti­
transitoria, salvo en lactantes, ancianos e inmuno- bles son los que padecen cirrosis hepática, colage-
deprimidos, en quienes puede originar bacterie- nopatías, leucemias, linfomas u otras neoplasias,
mias graves. quienes han recibido trasplante de órganos y los
Las especies de salmonelas gastroenteríticas gastrectomizados.
son 5. fyphim uñum , S. enteritidis, S. choleraesuis, La mayoría de los aislamientos de Salm onella
S. newport, S. dublin y otras. provienen de los estudios de casos esporádicos.
Esto a veces permite identificar epidemias fami­
Epidemiología liares no reconocidas.
Las infecciones por Salm onella en la especie Es frecuente la aparición de epidemias en ins­
humana se deben casi con exclusividad a la in­ tituciones: hospitales de atención de agudos, sa­
gestión de alimentos o bebidas contaminados. las de pediatría y neonatología, hogares de an­
Las distintas especies del género se encuentran cianos, escuelas, hospitales psiquiátricos e insti­
normalmente en numerosos animales: aves, mamí­ tuciones para retrasados mentales. Se asocian con
feros, reptiles e insectos. Su reservorio más impor­ frecuencia con alimentos o bebidas contamina­
tante son las aves domésticas y sus huevos, en es­ dos y a veces con la transmisión interhumana.
pecial pollos, gallinas, pavos y patos. La infección Esto último es habitual en instituciones médicas
de los animales domésticos es de importancia fun­ y es la causa de las epidemias nosocomiales. Se
damental en la epidemiología de la salmonelosis, producen por contacto de persona a persona; los
ya que la infección puede transmitirse de un ani­ gérmenes son transportados por el personal y los
mal a otro en forma directa o indirecta. Los alimen­ pacientes, en menor proporción se encuentran en
tos que contienen harina de pescado o subproduc­ equipos de diagnóstico difíciles de esterilizar.
tos contaminados son las fuentes mayores de infec­
ción para los animales. Su hacinamiento en corra­ Patogenia
les, donde se los alimenta y mantiene antes de la El desarrollo de la enfermedad está influido por
matanza, aumenta la diseminación de la infección. el número y la virulencia de los gérmenes, tam­
Ciertas infecciones han sido transmitidas por bién por varios factores relacionados con el hos­
la leche en polvo, el coco rallado, el chocolate y pedero.
algunos productos farmacéuticos de origen ani­ En seres humanos sanos por lo general es ne­
mal, como colorantes, pancreatina, sales biliares, cesario que se introduzca un alto número de sal­
gelatina, vitaminas y otros. monelas para que se produzca la enfermedad. Se
w

470 □ Tercera parte - Infecciones bacterianas

requiere la ingestión de un gran número de mi­ nos pacientes es tan intenso que hace sospechar
croorganismos para que se produzca una infec­ un proceso abdominal agudo, como apendicitís--
ción sintomática. La capacidad patogénica tam­ o colecistitis.
bién varía con cada serotipo. El hemograma puede revelar leucocitosis mo­
En el estómago, en condiciones normales las derada. En la materia fecal hay abundantes poli-
salmonelas están expuestas a un pH bajo, lo cual morfonucleares; con frecuencia el coprocultivo
reduce el número de microorganismos viables. permite identificar la especie responsable, cuyo
Esto puede ser alterado por la ingestión de medi­ aislamiento es más fácil en las etapas iniciales y
camentos o por afecciones que disminuyan la agudas. Para considerar un individuo com o por­
acidez gástrica. Asimismo, la modificación de la tador entérico crónico se requiere aislar la mis­
flora intestinal por antimicrobianos reduce el ma especie de Salm onella un año después de ha­
inóculo necesario para producir la infección. En berse iniciado la infección. Esto es casi exclusi­
el intestino delgado y el colon las salmonelas se vo de Salm onella typhi.
multiplican, producen inflamación de la mucosa En las enterocolitis la frecuencia de bacteriemia
y posiblemente desarrollan una enterotoxina. La es baja en los adultos y alta en los lactantes. Las
multiplicación puede ser asintomática o sintomá­ pruebas de aglutinación no tienen valor para el
tica, con gastroenteritis o bacteriemia, además de diagnóstico.
localización secundaria en diversos parénquimas.
Tras atravesar la mucosa intestinal los microor­ Bacteriemia
ganismos son transportados al tejido linfático Suele ser persistente y se caracteriza por fiebre
regional. A llí se produce su multiplicación en prolongada e intermitente, escalofríos, anorexia
células mononucíeares del sistema reticuloendo- y pérdida de peso. Puede causarla cualquier es­
telial y a través del torrente sanguíneo llegan a la pecie de Salm onella. Los cultivos de materia fe­
vesícula biliar; por último, con la secreción biliar cal a menudo son negativos. En algunos casos se
se produce su retorno secundario al intestino. observan infecciones supurativas localizadas, que
pueden evidenciarse mucho tiempo después del
Anatomía patológica cuadro inicial. Es común en los pacientes con
La respuesta inflamatoria inducida por Salmo- enfermedad avanzada por HIV; su tratamiento es
nella se caracteriza por la presencia de leucocitos difícil y las recaídas frecuentes.
polimorfonucleares. En el intestino delgado se ob­
serva un aumento del tamaño de los folículos Meningitis
linfoides, los que pueden llegar a ulcerarse. Es co­ Es una complicación infrecuente que se produ­
mún la inflamación de los ganglios mesentéricos. ce casi con exclusividad en neonatos. La evolu­
ción por lo general es prolongada y son comunes
Manifestaciones clinicas las recaídas. Sus complicaciones son el empiema
Enterocotitis subdural, el absceso cerebral y la ventriculitis. La
El período de incubación habitual es de 8 a 24 mortalidad por estos trastornos es elevada.
horas. El curso clínico típico se caracteriza por
la presencia de fiebre, dolor abdominal y diairea, Enfermedad pleuropulmonar
que se mantienen durante 3 a 5 días. Con fre­ Por lo general se trata de neumonía o empiema
cuencia los síntomas iniciales son náuseas y vó­ en pacientes con enfermedades subyacentes.
mitos, dolor abdominal marcado y después dia­
rrea. El dolor y las características de la diarrea Endocarditis y pericarditis
varían de un individuo a otro, algunas veces son Son muy raras, se asocian con alta mortalidad
heces relativamente líquidas y en otras se produ­ y resistencia al tratamiento.
cen 30 a 40 deposiciones líquidas por día. La tem­
peratura oscila entre 38®C y 39°C. Arteritis
En el examen físico se observa distensión ab- Se localiza en vasos mayores, aorta torácica y
(loniintil y dolor con la palpación, que en algu­ abdominal, arterias coronarias y periféricas, fís-
jm
Capítulo 52 - Fiebre tifoidea y otras salm onclosis □ 471

tulas arteriovenosas y puente aortofemoral. El al de la fiebre tifoidea, aunque la duración del


riesgo de desarrollarla es alto en los mayores de proceso es menor.
50 anos con bacteriemia; es frecuente como com-
ptieación por contigüidad de una osteomielitis Diagnóstico
vertebra!. Se requiere tratamiento quirúrgico pre­ Se basa en el aislamiento del agente causal en
coz. materia fecal, sangre o material purulento de las
localizaciones mencionadas. Las pruebas de aglu­
Osteomielitis tinación no son útiles.
La localización en huesos se observa en parti­
cular en p acientes con h em oglob in op atías, Diagnóstico diferencial
traumatismos, cirrosis hepática y en los someti­ Incluye gastroenteritis virales y bacterianas
dos a procedimientos quirúrgicos o inmunode- (Shigella, Staphylococcus aureus, Escherichia
primidos. coliy Carjjpylobacíer fetiis. Vibrio parahaem o-
lyiicus, Yersinia enterocolitico. Vibrio cholerae),
Artritis colitis seudomembranosa, enfermedad inflama­
Las artritis tienen la característica de ser migra­ toria intestinal, apendicitis aguda y perforación
torias; afectan rodillas, tobillos, muñecas, codos, de viscera hueca. Las osteomielitis y los absce­
hombros y articulación sacroilíaca. El líquido sos deben diferenciarse de otras localizaciones
articular contiene numerosos leucocitos polimor- similares causadas por otros gérmenes.
fonucleares. En una tercera parte de los pacien­
tes se asocian con uretritis y conjuntivitis, lo que Pronóstico
configura el síndrome de Reiter. Por lo general las infecciones por Salm onella
Las salmonelas también pueden causar artritis tienen un curso leve o moderado, pero pueden
supurativa. ser graves en neonatos, niños pequeños, ancia­
nos o en pacientes inmunodeprimidos.
y^íjscesos esplénicos
¡. Son una complicación rara. Se desarrollan lue­ Tratamiento
go de una bacteriemia en hematomas postrau- Las enterocolitis casi siempre se resuelven con
máticos o quistes esplénicos. tratamiento sintomático. Lo más importante es la
reposición de líquidos y electrólitos. No se reco­
Abscesos hepáticos mienda el tratamiento antimicrobiano, excepto
Por lo general se asocian con hepatopatías pre­ cuando hay compromiso sistém ico o en presen­
vias. cia de enfermedades subyacentes, en especial
sida, hemoglobinopatías drepanocíticas, linfoma
Aparato urogenital o leucemia, y en neonatos. Puede utilizarse am-
También es una localización rara; hay desarro­ picilina, amoxicilina, cotrimoxazol, cefalospo-
llo de cistitis o pielonefritis. riñas de tercera generación o quinolonas. No se
i recomienda el cloranfenicol en los niños, salvo
i Abscesos en tejidos blandos excepción, tampoco se recomienda el uso de las
Su frecuencia es baja. Se observan en pacien­ quinolonas.
tes internados y se localizan en regiones adya­ Los abscesos requieren drenaje quirúrgico.
centes al tubo digestivo. La bacteriemia sin signos de localización se tra­
i ta durante 10 a 14 días; las osteomielitis y endo­
1 Fiebre paratifoidea carditis, durante 6 a 8 semanas; los pacientes con
I Otras especies de Salm onella pueden producir sida se tratan durante 3 a 4 semanas seguidas por
I un cuadro clínico con las características de la fie- medicación oral durante períodos prolongados.
! bre tifoidea, denominado fiebre paratifoidea. En En caso de meningitis se utilizarán las cefalos-
I general este proceso se debe a los serotipos ya porinas de tercera generación.
j mencionados. El cuadro clínico es muy similar La resistencia de las salmonelas ha aumentado
472 □ Tercera parte - Infecciones bacterianas

en los ijltimos años, por lo cual debe realizarse huevos procedentes de animales infectados re­
siempre el antibiograma. duce la probabilidad de infección sin eliminarla.
Las salmonelas pueden sobrevivir al proceso de
Profilaxis cocción en las parles profundas de algunos ali­
Como la mayoría de ios casos de salmonelosis mentos. El personal hospitalario debe observar
se deben a la ingestión de alimentos contamina­ normas estrictas de higiene para disminuir al
dos, el mejor método de prevención es modificar mínimo la transmisión interhumana. La vacuna­
los sistemas de manipulación y preparación de ción no se recomienda en forma sistemática.
los alimentos. La cocción de la carne o de los

B ib lio g ra fía -------------------------------


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rs.

Shigelosis
O rn a r J . P a lm ie r i

palmente en verano; más frecuente en niños de 2


d e f in ic ió n
a 10 años, y relacionada con un área geográfica
La shigelosis es una enfermedad infecciosa pro­ determinada, ciertas condiciones sanitarias e hi­
ducida por bacterias del género Shigella. Este gé­ giene personal. Es más prevalente en países en
nero incluye a los patógenos entéricos más virulen­ vías de desarrollo. Las especies de Shigella esta­
tos; una pequeña cantidad de bacilos puede causar rían involucradas en el 10% al 40% de los casos
manifestaciones clínicas graves; las más importan­ de diarrea en el mundo. El hombre es el único
tes consisten en deposiciones diaireicas mucosan- reservorio de la infección. La forma habitual de
guinolcntas, cólicos abdominales, pujos y tenesmo. contraería es por vía fecal-oral, a través de la
Las shigelas son la causa de la disentería bacilar. transmisión hídrica, los alimentos e incluso de
las moscas. Se han descripto transmisiones en el
laboratorio entre los profesionales que manipu­
ETIOLOGÍA
lan materia fecal. Aunque con menor frecuencia,
El género Shigella, integrante de la familia también puede transmitirse a través de la activi­
Enterobacteriaceae, está constituido por bacilos dad sexual anal-oral. El microorganismo puede
gramnegativos inmóviles, no capsulados, aerobios partir de un portador o de un enfermo. En éste
o anaerobios facultativos, productores de exotoxinas. puede detectarse la bacteria hasta cuatro sem a­
De acuerdo con las reacciones bioquímicas y carac­ nas después de padecida la enfermedad. Son co­
terísticas antigénicas se los clasifica en cuatro espe­ munes las afecciones por Shigella en comunida­
cies: S. dysenteriae, S.flexneriy S. boydii y S. sonnei. des cerradas, como geriátricos o guarderías. En
Es preciso diferenciará, dysenteriae o bacilo Shiga, el curso de cataclismos y catástrofes suelen pro­
muy virulento, productor de una toxina con accio­ ducirse brotes epidémicos.
nes enterocitotóxica y neurotóxica, de las otras
shigelas de patogenicidad más atenuada, que tam­
PATOGENIA
bién producen una toxina con acciones secretora y
necrosante. Las serovariedades prevalentes en la La característica virulencia de las especies de
República Argentina son S.flexnerí tipos 2 ,3 y 6, y, Shigella se debe a su penetración en las células
menos frecuente, S. dysenteriae tipo 2. del epitelio intestinal. Luego de sortear la barre*
ra ácida gástrica, llegan al intestino delgado, se
multiplican y después pasan al intestino grueso,
EPIDEMIOLOGÍA penetran en el interior de las células epiteliales,
La shigelosis es una enfermedad de distribu­ donde al multiplicarse causan su destrucción. Ls
ción universal con incidencia estacional, princi­ necrosis celular se asocia con inflamación y for­
(•

(•
474 □ Tercera parte - Infecciones bacterianas
<•

mación de microabscesos, que confluyen y cau­ equilibrio hidroelectrolítico. También pueden


san ulceraciones. No se puede precisar el papel aparecer manifestaciones neurológicas como de­
que desempeña la producción de la enteroioxina lirio y letargía.
citoióxica en la patogenia de la enfermedad. En En niños y gerontes la enteritis y las alteracio­
m el huésped inmunocomprometido puede ingresar nes del medio interno son más graves. S. dysen-
en el torrente sanguíneo y producir bacteriemias teriae puede provocar disentería con alta morta­
9 con localizaciones a distancia. La patogenicidad lidad, sobre todo en niños desnutridos, con inva­
0 de Shigella se demuestra en forma experimental sión intestinal masiva. La sepsis es excepcional,
por su capacidad de producir queratoconjuntivitis salvo en el huésped inmunocomprometido. Los
• en el cobayo. enfermos portadores del antígeno de histocom-
patibilidad HLA-B 27 pueden presentar manifes­
taciones de patogenia inmune, como síndrome de
ANATOMÍA PATOLÓGICA
Reiter, uveítis, artritis y queratoconjuntivitis. S.
f li
Las lesiones se localizan en el colon y en el dyseníeriae también fue asociada con el síndro­
9 íleon terminal. Son erosiones mucosas superfi­ me urémico-hemolítico.
ciales que sangran con facilidad y poseen un gran
9 componente edem atoso e inflamatorio. Estas
DIAGNÓSTICO
ulceraciones están cubiertas por una seudomem-
brana, que contiene fibrina, polinucleares, detri­ Se basa en las características clínicas, epide­
tos celulares y bacterias. Después se desarrolla miológicas y de laboratorio. El hemograma re­
un tejido de granulación y se forman escaras. La vela leucocitosis con neutrofilia. El ionograma
infección es superficial y raramente atraviesa la está alterado por la pérdida de sodio y cloro.
lámina propia. Las localizaciones extraintes- Los métodos de diagnóstico específicos son
tinales no son comunes. posteriores al estudio en fresco de las heces. És­
tas se colorean con azul de metileno para visua­
lizar leucocitos, pus, células epiteliales intesti­
MANIFESTACIONES CLÍNICAS
nales, hematíes y macrófagos. Se realizará el
El espectro signosintom atológico de la shige- coprocultivo en forma inmediata, ya que las
losis va desde infecciones asintomáticas, gas­ shigelas son muy susceptibles a los agentes físi­
troenteritis inespecíficas a formas disentéricas cos y químicos. También se solicitarán hemo-
graves. cuUivos. Éstos, son negativos en los inmunocom-
El período de incubación varía entre 24 y 72 petentes, pero pueden ser positivos en los inmu-
horas, y la enfermedad dura 10 a 21 días. En un nocomprometidos. La colonoscopia muestra una
período inicial de 48 horas, que en algunos ca­ mucosa hiperémica friable, con áreas secretantes,
sos puede tener un com ienzo brusco, hay dia­ equimosis y ulceraciones.
rrea acuosa, cólicos abdominales y fiebre; tam­
bién es posible que los síntomas gastrointes­
DIAGNÓSTICO DIFERENCIAL
tinales sean escasos. A los 3 o 4 días se instala
el período de estado, con desarrollo del síndro­ Se realiza con otras enteritis bacterianas inva-
me disentérico: pujos y tenesmo rectal, cólicos soras en las que también se encuentran leucocitos
abdominales y deposiciones características -1 5 en la materia fecal, com o las producidas por
a 20 en el d ía - de pequeñas cantidades de mate­ Salm onella, E. coli enteroinvasora y Yersinia
ria fecal. Después las deposiciones pierden el enterocolitica.
carácter fecal y están constituidas por moco, pus La disentería amebiana se presenta con heces
y sangre. Por su pequeño volumen se asemejan mucosas, brillantes y con aspecto de jalea de gro­
a un esputo. sellas, con eosinófilos, cristales de Charcot-Leyden
El abdomen duele con la palpación, sobre todo y trofozoítos. La endoscopia revela ulceraciones
en ambas fosas ilíacas. El estado general del pa­ y escasa inflamación. Aunque es raro, Balantidhim
ciente se deteriora en forma progresiva y hay des­ coli puede causar síndrome disentérico (ver Sin-
C apítulo 53 ~ Shigelosis □ 475

e disentérico en el capítulo Diarreas infec-


TRATAMIENTO
Consiste en la rehidratación oral o parenteral.
Los antimicrobianos acortan la enfermedad y evi­
COMPLICACIONES
tan el contagio. El tratamiento de elección es SMX
Las más frecuentes son apendicitis, abscesos 800 mg/TMP 160 mg cada 12 horas, o ampicilina,
perirrectales y, con menor frecuencia, perfora­ 500 mg a 1 g cada 6 horas, durante 3 a 5 días.
ción. También se pueden presentar hepatitis con Otras alternativas son las quinolonas, como la
abscesos múltiples, parotiditis y miocarditis. En norfloxacina, 400 mg cada 12 horas, o la cipro-
ocasiones se desarrolla el denominado reumatis- floxacina, 500 mg cada 12 horas, durante 3 a 5
nio disentérico, con fiebre, deformación articu­ días. No se recomienda el uso de antidiarreicos.
lar y derrame sinovial, que por lo general se re­
suelve sin secuelas.
PROFILAXIS
Se concreta con saneamiento ambiental adecua­
pronóstico
do, provisión de agua potable, disposición de las
Depende del tipo de Shigella y del estado pre­ excretas en un área determinada, correcta higie­
vio del paciente. S. dysenteriae produce los cua­ ne personal y cuidados en la preparación de los
dros clínicos más graves. alimentos. Aún no hay vacunas preventivas.

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Infecciones por clamidias C ’

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Alfredo C. Seijo
Ornar J. Palmieri
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• C. írachomatis es el único patógeno propio ( 0


DEFINICIÓN
del ser humano, excepto una variedad que pro­
c
Las clam idias son bacterias gramnegativas duce neumonía en el ratón.
pequeñas, con un ciclo de multiplicación intra-
• C. psittaci produce infecciones en aves y ma­ í o
celular obligatorio. Pueden afectar tanto a los
animales como al ser humano con el desarrollo míferos. El hombre las adquiere en forma acci­
de enfermedades, tanto agudas como crónicas y dental por exponerse a secreciones o materia fe ­
persistentes. Pertenecen a la fam ilia Chlamy- cal de aves, en especial de los psitácidos, como i
los loros.
diaceae, con un género que incluye cuatro espe­
cies: C. írachom atis, C. psittaci, C. pneum oniae • C. pneumoniae se comporta, en algunos as­
c
y C. pecorum . pectos, en forma semejante a C. psittaci, en e s­ c
pecial en lo referente a la sensibilidad a determi­
nados antimicrobianos. Produce cuadros respira­ <
ETIOLOGIA
torios y está vinculada con la enfermedad coro­ <
Las clamidias son parásitos intracelulares obli­ naria y el asma bronquial.
gados, debido a su imposibilidad para sintetizar i
ATR La denominación clamidia deriva del grie­ • C. pecorum no ha sido asociada hasta el pre­
go, que significa capa, y se refiere a la inclusión sente con enfermedad en el ser humano. (
intracitoplasmática que se encuentra en las proxi­
midades del núcleo de las células infectadas. Su »
PATOGENIA E INMUNIDAD
ciclo de multiplicación se lleva a cabo en el inte­
rior de las células. Se conocen dos formas, fun­ Para producir la infección estos microorganis­
cional y biológicamente diferentes: el cuerpo ele- mos deben adherirse a las células, transformarse
mental, que es la forma infecciosa capaz de vivir en cuerpo reticulado, replicarse, volver al estado
en el medio externo, y el cuerpo reticuladOy que de cuerpo elemental y dejar la célula hospedera.
posee actividad metabólica y sólo vive en el in­ Las mujeres infectadas por C. írachomatis en for­
terior de las células infectadas. Las tres especies ma asintomática producen anticuerpos locales.
de clamidias que afectan al ser humano se dife­ Aunque se especula que la respuesta inmune no
rencian por las manifestaciones clínicas que cau­ brinda una protección completa, las infecciones
san, por sus sensibilidades diferentes a los anti­ previamente adquiridas reducen en general la
microbianos y por los hospederos que parasitan. posibilidad de episodios ulteriores.
í'1» 478 O Tercera parte - Infecciones bacterianas
<«1
de las infecciones en mujeres, e incluso en hom*
INFECCIONES POR CHLAMYDIA TRACHOMATIS
bres, son clínicamente silenciosas. Cuando no son.
llj» Las infecciones causadas por este microorga­ reconocidas y permanecen sin tratairtko.to, estás
nismo tienen un espectro amplio, entre ellas co­ bacterias pueden mantener su infectividad y, por
rresponde mencionar las oculares, las genitales y lo tanto, transmitirse a los compañeros sexuales
las neonatales (cuadro 54-1). del individuo afectado. En el hombre, C. trocho^
m atis es uno de los agentes responsables de las
Infecciones oculares uretritis no gonocócicas y posgonocócicas. Se
itt C. trachom atis produce principalmente dos ti­ estima que el período de incubación de estos cua­
pos de manifestaciones oculares. Los serotipos dros oscila entre los 4 y los 20 días. Su forma de
A a C son los responsables del tracoma, mientras presentación es, en general, con disuria y secre­
que los serotipos D a K originan la conjuntivitis ción mucopurulenta o mucosa. Este microorga­
folicular benigna o de inclusión, que es difícil de nismo también es causa de prostatitis. Un por­
diferenciar de la viral. El tracoma es una enfer­ centaje bajo de pacientes con uretritis desarro­
medad crónica endémica de regiones tropicales. llan artritis, uveüis y manifestaciones mucocu-
Comienza como una queratoconjuntivitis foli­ táneas, lo que constituye el síndrome de Reiter.
cular que se complica con opacidades, úlceras y En las mujeres el microorganismo se ubica en
<#
cicatrices corneanas. Con posterioridad se pro­ el cuello uterino. En un porcentaje importante de
duce la invasión vascular de la córnea, que suele casos las infecciones son asintomñticas. La pre­
llevar a la ceguera. sentación clínica sintomática se manifiesta como
'i d La conjuntivitis de inclusión, que se produce cervicitis mucopurulenta. La infección suele as­
en los adultos, comienza en forma aguda con la cender para producir endometritis, salpingitis y
'• sensación de cuejpo extraño, fotofobia, secreción enfermedad inflamatoria pelviana, que es la com­
mucopurulenta e irritación folicular y queratitis plicación más importante del compromiso geni­
(ver el capítulo Infecciones oculares). tal. Los síntomas habituales son dolor abdomi­
# nal difuso y permanente. En algunos casos la in­
Infecciones genitales fección origina una perihepatitis, conocida como
Las distintas manifestaciones clínicas respon­ síndrome de Fitz-Hugh-Curtis, que también pue­
den etiológicamente a diferentes serotipos. Estas de ser causado por iV. gonorrhoeae.
infecciones son un problema para el control de la El compromiso de las trompas eleva en propor­
'# salud pública, debido a que entre el 50% y el 70% ción considerable la probabilidad de que sobreven­
ga esterilidad como secuela. Hay comunicaciones
# que asocian la infección por C. trachom atis con
Cuadro 54-1. Enfermedades producidas por damh un incremento en el riesgo de embarazo ectópico.
dias. Entre las infecciones que afectan los órganos
'ifEhiérrnéidad^
genitales merece una mención especial el linfo-
'i»
granuloma venéreo, producido por los serotipos
C trachomatis
# L l, L2 y L3 de C. trachom atis. Es un trastorno
Serotipos A, B, Ba. C Tracoma
de tipo sistém ico, que cursa con fiebre y una le­
# Serotipos D a K Conjuntivitis de inclusión sión ulcerosa inicial (microchancro), raras veces
Infecciones genitales evidenciable, acompañada por un compromiso
Neumonía del lactante ganglionar regional. Estos ganglios pueden absce-
Conjuntivitis del recién nacido darse, adherirse a los planos profundos, acompa­
Serotipos L l, L2, L3 Linfogranuloma venéreo ñarse por una periadenitis intensa y fístulizarse.
C psittaci
Su estudio anatomopatolÓgico pennite confirmar
Psitacosis, ornitosis
la presencia de abscesos que tienden a la necrosis
C pneumoniae Infecciones respiratorias
y a la coalescencia. En algunas ocasiones se desa­
Aterosclerosis (¿?)
rrolla proctitis o proctocolitis (ver el capítulo En­
Asma bronquial (¿?)
fermedades de transmisión sexual).
ir
C apítulo 54 • Infecciones por clam idias L) 479

Los programas de control ponen énfasis en el episodios anteriores; sin embargo, puede ser muy
diagnóstico temprano, la notificación, y el irata- útil en el linfogranuloma venéreo. Es importante
(Tiiento de lodos los pacientes y el de su pareja recordar que entre los objetivos de los progra­
sexual. En algunos países la implementación ade­ mas de control se incluye la identificación tem­
cuada de estos programas ha llevado a una lenta prana de los pacientes afectados, a fin de inte­
declinación de la incidencia de estas infecciones. rrumpir la cadena de transmisión en la comuni­
dad.
Infecciones neonatales
El neonato se infecta en su pasaje por el canal Tratamiento
del parto. Por lo general la forma de presentación Está demostrada la sensibilidad de este micro­
es una conjuntivitis purulenta que se manifiesta organismo a los antimicrobianos con acción so­
entre los 3 y los 10 días de vida, y no se evita con bre la síntesis de proteínas y ácidos nucleicos.
la instilación de nitrato de plata (método de Credé). Foreste motivo, en los casos de afecciones de la
Otra localización es la neumonía neonatal, que uretra y del cu ello uterino puede emplearse
se presenta entre las 2 semanas y los 2 meses de doxiciclina, 100 mg cada 12 horas o minociclina,
vida como un cuadro respiratorio de inicio gra­ 100 mg por día durante 10 a 15 días. Para las in­
dual, evolución afebril y prolongada, y falta de fecciones oculares y las genitales, la azitromicina,
respuesta a los antibióticos betalactámicos. A l­ dosis única de 1 gramo por la vía oral, es equiva­
rededor del 50% de los laclantes con neumonía lente al esquema tradicional de 7 días de tetra-
tienen el antecedente de conjuntivitis. Esta neu­ ciclinas. En los casos de epididimitis puede admi­
monía se manifiesta con tos acompañada con nistrarse ceftriaxona, 500 mg IM como dosis ini­
laquipnea, afección intersticial, eosinofilia leve cial por la posible asociación con N. gonorrhoeoe,
e incremento de las inmunoglobulinas. El cua­ seguidos por tetraciclinas durante 10 a 15 días.
dro clínico puede durar semanas, con persisten­ Las mujeres embarazadas pueden tratarse con
cia radiológica durante meses. macrólidos, como eritromicina, claritromicina,
La infección de los lactantes puede prevenirse roxitromicina o azitromicina.
con un diagnóstico y tratamiento correctos de las La conjuntivitis del recién Jiacido se tratará con
afecciones provocadas por el microorganismo en eritromicina oral, 50 mg/kg/día divididos en 4
los padres. tomas más colirio de tetraciclina durante 10 a 14
días.
Diagnóstico En la neumonía del lactante se administrarán
El diagnóstico se basa en la sospecha clínica y macrólidos en las dosis habituales durante 10 a
se confirma mediante diferentes procedimientos, 14 días.
para lo cual se deben tomar muestras de exudados
que contengan células. El procesamiento de las
INFECCION POR CHLAMYDIA PSITTACÍ
muestras debe ser rápido, porque el microorga­
nismo es muy sensible. El método de elección La psitacosis, enfermedad provocada porC/?/¿7-
para el diagnóstico es el cultivo en líneas celula­ m ydia psittaci, es transmitida por los aerosoles
res, que permite la detección de los cuerpos de provenientes de las secreciones y la materia fe­
inclusión en 3 a 4 días. También se pueden utili­ cal de las aves. La enfermedad en el ser humano
zar pruebas de detección directa de antígenos, por se manifiesta con fiebre y compromiso respira­
medio de métodos com o la inmunofluorescencia torio que puede ser muy grave.
directa y ELISA, de eficacia y sensibilidad pro­
badas. La reacción en cadena de la polimerasa Epidemiología
(PCR) es otra prueba diagnóstica de sensibilidad Es una enfermedad de distribución mundial. El
y especificidad elevadas. mayor número do casos se asocia con el contacto
La serología no es un método confiable para el con aves de la familia de los psitácidos, en parti­
diagnóstico de la etapa aguda de la infección, ya cular loros, si bien este microorganismo se ha
que los anticuerpos circulantes pueden deberse a aislado de más de 120 especies de aves que pue­
480 □ Tercera parte • Infecciones bacterianas

den estar infectadas en forma natural. La trans> nifestaciones reflejan la hipoxia subyacente, que
misión interhumana es ocasional, pero se ha in­ progresa en algunas ocasiones al estupor y al
formado en algunos brotes epidémicos. En los coma.
países europeos la psitacosis se presenta como La enfermedad evoluciona en unas dos sema­
una enfermedad profesional en personas relacio' nas, con astenia franca que persiste durante un
nadas con la cría y comercialización de patos, y período prolongado.
en los EE.UU. con la de pavos. En la Argentina
tiene una incidencia sensiblemente mayor en los Diagnóstico
meses de verano y comienzos del otoño, en rela­ Para la sospecha clínica es fundamental el an­
ción con la comercialización de aves, en espe­ tecedente epidem iológico. Los exámenes rutina­
cial psitácidos, como mascotas. rios de laboratorio no permiten orientar con cla­
Ambos sexos son afectados por igual. La trans­ ridad la etiología del cuadro clínico. El recuento
misión al ser humano puede producirse por inha­ de leucocitos puede encontrarse dentro de los lí­
lación de excretas secas o por contacto directo mites normales.
con los animales enfermos. Es un trastorno co­ El aislamiento del agente etiológico es dificul­
mún en las personas que manipulan aves o que toso. Los exámenes serológicos confirmarán, jun­
concurrieron a locales donde se encuentran en to con los antecedentes de medio epidémico y la
exposición. Todos los casos confirmados de psita­ clínica, el diagnóstico de esta enfermedad. La
cosis deberán comunicarse con rapidez a las au­ elevación de los títulos de anticuerpos mediante
toridades sanitarias. inmunofluorescencia indirecta (IFI) permite es­
tablecer el diagnóstico definitivo.
Manifestaciones clínicas
El período de incubación varía entre 6 y 12 días. Diagnóstico diferencial
La enfermedad comienza en forma brusca, con El diagnóstico diferencial puede ser muy difí­
ñebre muy alta acompañada por gran decaimiento cil, aunque el antecedente del contacto con aves
general, inflamación conjuntival y cefalea fron- es muy importante para la sospecha clínica de
toorbitaria. Tiene las características del síndro­ esta enfermedad. Las neumonías que no respon­
me tífico, en especial por su componente neuroló- den al tratamiento con antibióticos betalactámicos
gico. Es común el hallazgo de hepatoespleno- pueden sugerir, junto con la epidemiología, que
m egalia. El com prom iso respiratorio aparece el paciente padece esta afección. En estos casos
unos cinco días después del inicio del cuadro clí­ también debe establecerse el diagnóstico diferen­
nico, con una neumopatía que evoluciona con cial con infecciones por micoplasma, influenza,
disociación clinicorradiológica, o sea con hallaz­ fiebre Q, legionelosis, leptospirosis, tuberculo­
gos auscultatoríos escasos y signos radiológicos sis, m icosis y otras afecciones respiratorias que
ostensibles. En ocasiones se origina una conden> originan el síndrome de neumonía atípica.
sación de ubicación variable. Los hallazgos clí­
nicos se contraponen con la extensión del com ­ Tratamiento
promiso pulmonar. Merece destacarse que es la Las tetraciclinas son los agentes antimicro­
neumonía atípica que produce con más frecuen­ bianos de elección. Lo habitual es indicar doxi-
cia síndrome de condensación. El paciente tiene ciclina, 100 mg por vía oral, dos veces por día,
tos persistente, que habitualmente es seca aun­ durante 10 a 14 días. En los niños se administra­
que a veces es productiva con secreciones mu­ rá claritromicina, 15 mg/kg/día divididos en 2
cosas y viscosas. A veces se producen atelectasias tomas durante el mismo período. En los casos
segmentarias que son el origen de sobreinfeccio- graves en que no sea posible la administración
nes por diferentes microorganismos, con el de­ por vía oral, puede recurrirse a la claritromicina
sarrollo posterior de abscesos. Hacia fines de la por vía IV. La terapéutica con estos fármacos pro­
primera semana de evolución, si el enfermo no duce mejoría clínica en 2 o 3 días. Si bien algu­
es tratado en forma adecuada puede evolucionar nos casos son muy graves, en general se consi­
con hipersomnia, confusión y delirio. Estas ma­ dera que el pronóstico es bueno.
C apítulo 54 - Infecciones por clam idias O 481

En los últimos años C. pneum oniae ha sido vin-


in f e c c io n e s p o r CHLAMYDIA PNEUMONIAE
culada con la patogen ia de la enferm edad
Esta especie fue aislada a mediados del año coronaria, debido al hallazgo de anticuerpos del
1960 de un niño de Taiwán (cepa TW-183) y ui- tipo IgG e IgA e inmunocomplejos en el 50% al
leriormente de un individuo con infección respi­ 60% de los pacientes afectados. Mediante PCR e
ratoria (cepa AR-39). De estas siglas proviene el inmunohistoquímica fueron hallados antígenos
nombre TWAR, con el que también se conoce este específicos de este microorganismo en placas de
agente, que en el presente se denom ina C. aterosclerosis de las arterias coronarias. Algunos
pneum oniae y causa neumonía atípica en el ser investigadores sostienen que C. pneum oniae pue­
humano. De acuerdo con diferentes estadísticas» de precipitar la formación de la placa ateromatosa
alrededor del 10% de las neumonías tienen este o desestabilizar la existente, lo que desencadena
microorganismo como agente etiológico. Si bien una respuesta inmune que lleva a la inflamación
su evolución en general es buena, en individuos y al proceso degenerativo de las arterias coro­
¡nmunodeprimidos o ancianos suele ser grave. narias. También se ha vinculado a esta clamidia
con el asma bronquial.
Manifestaciones clínicas
C. pneum oniae es responsable de infecciones Tratamiento
del tracto respiratorio superior (otitis, sinusitis y En la actualidad, los macrólidos más nuevos,
traqueobronquitis) e inferior (en especial neumo­ como la claritromicina y la azitromicina, con vida
nía). La neumonía por C. pneum oniae comienza media más prolongada y concentraciones adecua­
habitualmente en forma insidiosa, con febrícula, das en la mucosa y los macrófagos, pueden re­
decaimiento y tos irritativa. La radiografía de tó­ emplazar la doxiciclina, que hasta hace poco era
rax revela la presencia de infiltrados segm en­ el fármaco de elección. La duración óptima del
tarios, en general con disociación clinicorradio- tratamiento no está establecida, aunque algunos
lógica. Aunque el pronóstico del compromiso res* investigadores sugieren entre dos y tres semanas
piratorio es bueno, la convalecencia es prolon­ para evitar las recaídas.
gada y las recaídas, frecuentes.

B ibliografía------------------------------------------------
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55
Tos ferina
M arcelo E. Corti
Ornar J. Palmieri

cada colonia hay un estrecho halo de hemólisis.


: DEFINICIÓN
Se desarrolla con preferencia en los medios de
' La tos ferina, tos convulsa o coqueluche es una cultivo que contienen sangre y puede adoptar 4 fa­
i enfermedad infecciosa, altamente contagiosa y ses antigénicas serológicamente distintas: tipo I, fase
^ cndemoepidémica. Afecta predominantemente a lisa, colonias «S», muy antigénicas: tipos II, III y
niños y es producida por Bordetella pertussis o IV, fase rugosa, colonias «R», poco antigénicas.
cocobacilo de Bordet y Gengou. Afecta funda­ Sólo las cepas de la fase lisa son virulentas y
mentalmente las vías respiratorias altas, tiene una tienen gran poder inmunizante, por lo que se usan
; evolución prolongada, de semanas a meses, y deja para la elaboración de vacunas.
^ inmunidad duradera. Los diversos componentes antigénicos de B. per-
tussis son el aglutinógeno de Flosdorf y Kimball,
también llamado antígeno «K» de superficie, es
' ETIOLOGÍA
de naturaleza proteica y da lugar a la formación de
El cocobacilo, descripto por Bordet y Gengou aglutininas en títulos elevados; el antígeno protec­
: en 1906, p ertenece al género B o r d e te lla y tor soluble (SPA) de Pilemer, capaz de proteger
! comprende 3 especies: Bordetella pertussis^ agen­ ratones de la infección experimental; una hemaglu-
te etiológico de la tos ferina; Bordetella paraper- tinina, y el factor de sensibilidad a la histamina.
tussis, productora, en el hombre, de un cuadro se- B. p ertussis tiene además dos endotoxinas, una
mejante a la tos ferina (5% a 10% de los casos), y term olábil y otra term oestable. La term olábil se
‘ Bordetella bronchiseptica, generadora de cuadros libera al destruirse el soma bacilar, es muy difu­
I broncopulmonares en el perro y los roedores, que sible y por acción del formol se transforma en
_en el ser humano sólo excepcionalmente provoca anatoxina. Se destruye a 56®C en 30 minutos;
j un cuadro similar a la tos ferina. sería la responsable de la necrosis de la mucosa
' Bordetella pertussis es un cocobacilo gramne- del árbol respiratorio y contribuiría a la parálisis
I gativo muy corto, 0,5 a 1 jim de longitud, capsu- ciliar. La term oestable es la responsable de la ac­
¡ lado, inmóvil, aerobio y no esporulado. Tiene poca ción tóxica residual, ligada a la pared bacteriana;
I resistencia en el medio exterior. Para su desarro­ su estructura de lipopolisacárido es semejante a
llo en cultivo requiere medios complejos enrique- las endotoxinas de algunas bacterias gramnega-
Icidos. En el medio de Bordet-Gengou, a 37®C, en tivas. B. pertussis contiene péptidos que promue­
3 a 4 días se desarrollan colonias pequeñas, re­ ven una linfocitosis intensa en el hospedero (fac­
dondeadas, de superficie lisa y color grisáceo, se- tor de promoción de linfocitos), los que están aso­
¡ mejantes a una gota de mercurio. Alrededor de ciados con su pared.
484 D Tercera parte - Infecciones bacterianas

los bronquios, lo cual genera peribronquitis y com­


e p id e m io l o g í a
promiso intersticial. Durante este período el exu­
Se trata de una enfermedad endémica de zonas dado se acumula en las vías aéreas, donde produ­
urbanas, con brotes epidémicos cada 3 a 5 años. ce tapones mucosos que originan atelectasias. La
Afecta sobre todo a niños de 1 a 5 años, con pi­ consolidación alveolar es rara y suele ser la conse­
cos de presentación al final del otoño y durante cuencia de la invasión bacteriana secundaria. En
el verano. La mayor letalidad se observa entre los los alvéolos puede haber hemorragia y edema.
pacientes en el primer año de vida y alcanza el 5%. La tos espasmódica y la anoxia suelen ocasionar
La causa común de muerte son las neumopatías epistaxis, ruptura de vasos superfíciales de la mu­
bacterianas secundarias, causadas por Staphylo- cosa del aparato digestivo» hemorragias subconjun-
coccus aureus o por gérmenes gramnegativos. tivales, petequias en las serosas, 1a piel de la caray
El período de mayor contagio es el catarral (pri­ el cuello y hemorragias cerebrales puntiformes.
meras 2 a 4 semanas) con transmisión directa, por La encefalitis, una complicación poco frecuente!
vía aérea, del enfermo al receptor susceptible. Es de la tos ferina, es generada por la endotoxina
el período más importante desde el punto de vis­ del microorganismo.
ta epidem iológico, porque aun el paciente sin
diagnóstico de coqueluche y con el aspecto de
MANIFESTACIONES CÜNICAS
padecer un simple catarro estacional, continúa en
contacto con otros niños. Luego de un perío d o de incubación de 7 a 14
Deja inmunidad duradera y pertenece al grupo días sobreviene el período de invasión o catarral,
C de enfermedades de notificación obligatoria. de una a dos semanas de duración. Esta etapa
comienza en forma lenta, progresiva y se mani­
fiesta como un proceso catarral inespecíflco de
PATOGENIA
las vías aéreas superiores. Se caracteriza por tos
La transmisión se produce por vía aérea a tra­ seca y molesta, que se presenta sobre todo por la
vés de las gotitas infectadas provenientes de los noche, con escasa expectoración mucosa y filante;
enfermos. B. pertussis llega a las vías aéreas su­ no es emetizante ni cede con los tratamientos sin­
periores, se adhiere y multiplica en el epitelio de tomáticos comunes. La temperatura es de 37,5®C
la tráquea y los bronquios, interfiere la acción a 38°C, hay congestión faucial y escasos signos
ciliar y provoca la necrosis celular. estetoacústicos (estertores húmedos y sibilancias
Los microorganismos en desintegración libe­ aisladas en ambos campos pulmonares).
ran ia endotoxina que irrita las células superfi­ Como ya se señaló, este período tiene especial
ciales, lo cual origina las manifestaciones catarra­ importancia desde el punto de vista epidemio­
les y la necrosis del epitelio, con un infiltrado lógico por su alta probabilidad de contagio, ya
inflamatorio en el que predominan linfocitos. No que en su transcurso se eliminan grandes canti­
hay invasión del torrente sanguíneo. dades de bacilos con las secreciones.
El p eríodo de estado o convulsivo dura 2 a 4
semanas y se caracteriza por la aparición de los
ANATOMIA PATOLÓGICA
accesos o quintas de tos. El paciente tiene ñebre
El período de invasión se caracteriza por un exu­ o febrícula; si la temperatura es mayor de 38®C,
dado inflamatorio, en el que predominan polimor- hay sospechar una complicación.
fonucleares, en la mucosa de las vías aéreas supe­ La tos presenta su carácter explosivo típico en
riores. En esta etapa se descubren abundantes especial en los niños. Se lo define com o accesos
microorganismos en el infiltrado inflamatorio. En o quintas precedidos por pródromos, como mo­
el período de estado aparece la necrosis del epite­ lestias en la garganta, estornudos u opresión torá­
lio cilindrico seudoestratiflcado acompañada por cica. Luego se producen cinco o más golpes de
exudado purulento e infiltración leucocitaria. A tos, con sacudidas espiratorias breves y espasmó*
medida que la enfermedad progresa, la reacción dicas que impiden la entrada de aire, sin inspira*
inflamatoria atraviesa las paredes de la tráquea y ción entre ellos. La cara se congestiona, hay in*

l i
C apitulo 55 - Tos ferina □ 485

yección conjuntival, proirusión lingual, ingurgi­ gundos. También pueden cultivarse las secreciones
tación yugular, cianosis labial, diaforesis y tórax rinofaríngeas obtenidas con hisopo. Se siembran
fijo en espiración. Puede haber incontinencia en medio de Bordet-Gengou con penicilina, para
esfinteriana y pérdida de conciencia. Sobreviene eliminar contaminantes, y en 2 a 5 días, a 37®C, se
entonces una inspiración profunda, larga, ruido* desarrollan colonias semejantes a gotitas de mer­
sa, estridente y sibilante a través de la glotis semi- curio rodeadas por un halo de hemólisis. Las posi­
cerrada, llamada estridor, gallo o reprise. En esta bilidades de aislamiento son del 70% al 80% du­
etapa la tos es emetizante. rante el período catarral y se reducen en forma pro­
Finalizado el acceso coqueiuchoso el niño ex­ gresiva a medida que se avanza en la evolución.
pulsa una mucosidad vitrea, filante, transparen­ El diagnóstico bacteriológico también es facti­
te, espesa, semejante a clara de huevo crudo, for­ ble mediante reacciones de aglutinación con anti­
mada por moco, leucocitos, células bronquiales sueros específicos o por identificación de antíge-
descamadas, flora mixta y bacilos de Bordet-Gen- nos en las secreciones por medio de inmunofluo-
gou. El paciente queda con cansancio, disnea y rescencia directa.
taquicardia. Los casos comunes evolucionan con La serología, a través de reacciones de aglutina­
5 a 20 accesos por día, cuya repetición lleva al ción y fijación del complemento, ayuda poco al diag­
agotamiento del enfermo. Puede observarse ede­ nóstico porque la elevación de anticuerpos recién se
ma bipalpebral y equimosis subconjuntivales, lo produce en la tercera semana de la enfermedad.
que se denomina fa c ie s pertussis. A partir de la tercera semana de evolución del pe­
El período de declinación, de 1 a 2 semanas de ríodo de estado la radiografía de tórax puede mos­
duración, se caracteriza por la defervescencia de trar imágenes anormales en el 70% al 80% de las
los signos y síntomas; los accesos se hacen me­ formas graves y en el 30% al 50% de las comunes.
nos frecuentes y de menor intensidad. La tos deja Las imágenes más características, lo que se deno­
de ser emetizante y no hay reprise. mina pulm ón coqueiuchoso, son las siguientes: la
A veces el enfermo mantiene un estado coque- opacidad hiliofrénica de hilio a base, que sigue el
luchoide durante 3 a 6 meses. trayecto del pedículo broncovascular y ocupa el
En síntesis, lo más saliente de los accesos de seno cardiofrénico. N o es homogénea y resulta ser
tos en la tos ferina es su carácter im previsto, dis- semejante a una neumonía. La imagen basal de
neizante, cianosante y em etizante, y que finaliza Góttche, en escuadra, infrahiliar, paramedial dere­
con una inspiración ruidosa y sibilante {reprise}. cha con base diafragmática y vértice dirigido al
hilio, es más densa y homogénea que la anterior y
corresponde al lóbulo medio atelectásico y rotado.
DIAGNÓSTICO
También puede observarse una imagen reticular y
Se evaluarán la epidemiología (antecedentes de compromiso pleural, pero esto no es frecuente.
medio epidémico, contacto con enfermos), el es­
tado inmunitario del paciente (vacunas recibidas)
DIAGNÓSTICO DIFERENCIAL
y las manifestaciones clínicas ya señaladas.
En cuanto al diagnóstico de laboratorio, al fi­ En el período catarral puede confundirse con
nal del período de invasión y al com ienzo del otras afecciones agudas catarrales de las vías aé­
período de estado se destaca la leucocitosis, de reas superiores. Aquí tiene valor el antecedente
10.000 a 30.000 leucocitos/mm^ con linfocitosis epidem iológico y el no haber recibido la vacuna.
marcada. La eritrosedimentación se mantiene En esta etapa el diagnóstico puede confirmarse
dentro de lo normal, salvo que haya complica­ por el aislamiento de B. p ertussis en secreciones
ciones. Se comprueba anergia tuberculínica. de las vías respiratorias y por el hemograma, que
El aislamiento e identificación del bacilo de revela leucocitosis con linfocitosis.
Bordet-Gengou puede efectuarse en las gotas ex­ Durante el período de estado el diagnóstico
pelidas con cada golpe de tos. Para tal fm, durante diferencial deberá incluir las adenopatías com ­
los accesos de tos se coloca una placa de Petrí a presivas traqueobronquiales (tuberculosis, linfo-
10 cm de la boca del paciente y se la deja treinta se­ mas), que dan estados coqueluchoides secunda-
486 □ Tercera parte - Infecciones bacterianas

ríos a compresiones mediastínicas; la laringitis • Encefalitis: es una complicación grave, debi­


estridulosa, subglótica o seudocrup, que afecta a do a la acción de la endotoxina del germen. No
chicos menores de 2 años con tos ronca, tiraje y es desmielinizante y^predomii^en niños meno­
comaje, y la hipertrofia de! timo que ocasiona sín­ res de 2 años con taras orgánicas. Tiene un co­
tomas por compresión extrínseca en el lactante. mienzo brusco con convulsiones, hipotonía, pare­
sias, plejías oculares y coma. Se trata de una me-
COMPLICACIONES ningoencefalitis de LCR claro con hiperalbumi-
Mecánicas norraquia y pleocitosis en la que predominan
Se producen por efecto de la tos y las más fre­ linfocitos. Tiene una letalidad del 75% al 90%.
cuentes son: • Convulsiones
•Hemorrágicas: hemorragias subconjuntivales, • H em iplejía
epistaxis, otorragias, hemorragias del sistema ner­
vioso central. PRONÓSTICO
• Ulceración del frenillo lingual: por el choque de
la lengua contra los incisivos en cada golpe de tos. Se relaciona con la edad, el estado clínico pre­
• H ernias abdominales. vio, la forma clínica, la asociación con otras en­
• Enfisema, pulm onar o subcutáneo o mediasti- fermedades y las posibles complicaciones. Es más
nal: poco común. Se debe a la ruptura de tabiques grave en los lactantes, los inmunodeprimidos y
alveolares por el aumento de la presión intraalveolar. los desnutridos.
• Neum otórax espontáneo: poco común. Para
que se produzca es necesario que se rompa una TRATAMIENTO
bulla subpleural previa.
• A telectasia: secundaria a tapones mucosos. Está indicado el reposo. De ser posible, no in­
• Bronquiectasias: pueden quedar como secuela. ternar al paciente ya que hay riesgo de sobrein-
fecciones. La alimentación se adecuará a la tole­
Piógenas rancia digestiva y eventualmente se indicará hi-
Se deben a infecciones bacterianas sobreagre- dratación parenteral.
gadas y son: Se administrarán sedantes de la tos. antitér­
• O titis medio aguda micos y antibióticos (betalactámicos o macróli-
• Bronquitis aguda dos), para eliminar el microorganismo de las vías
• Neum onía y bronconeum onia: anteriormente aéreas superiores durante el período catarral y de
fueron las causas de mayor letalidad. Se presentan ese modo cortar la cadena epidemiológica.
entre la segunda y tercera semana de evolución,
con temperatura entre 39®C y 40®C, eritrosedi- PROFILAXIS
mentación acelerada y leucocitosis con neutrofilia.
El paciente debe ser aislado, en especial de sus
Neurológicas familiares susceptibles, y tratado precozmente.
Se producen raramente y responden a distinta La población susceptible deberá inmunizarse
patogenia, son: con vacunas (ver el capítulo Inmunoprofilaxis).

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56
Legionelosis
Alfredo C. Seijo
Ornar J . Palmieri

La legionelosis como entidad clínica fue des- aunque en los cultivos se han observado formas
cripta en 1976, durante un brote de neumonía que de más de 20 pm de longitud. En general no uti­
afectó a 221 personas entre los asistentes a una lizan hidratos de carbono, ya que ios aminoácidos
convención de legionarios en un hotel en Filadel- son su principal fuente de energía; para su creci­
fia, de los cuales 34 fallecieron. miento requieren L-cisteína.
El estudio del tejido pulmonar en la autopsia Su hábitat natural es el agua de ríos, arroyos,
permitió el aislamiento e identificación de un mi­ fuentes termales, etc. Resisten temperaturas entre
croorganismo desconocido hasta entonces que 0®C y 63®C, y rangos de pH de 5 a 8,5. Pueden
motivó la creación de la familia Legionellaceae. sobrevivir hasta 2 años en muestras de agua con­
El primer aislamiento de Legionella pneumo- servadas entre 2®C y 8®C. En aparatos de refrige­
phila tuvo lugar en 1947, por inoculación en el ración, y sistemas de distribución de agua, incluida
cobayo de sangre de un paciente con enfermedad la red domiciliaria, encuentran la temperatura, la
respiratoria febril. Por entonces se lo caracterizó protección física y las sustancias nutritivas que les
como un microorganismo semejante a Rickettsia. permiten resistir el tratamiento clorado habitual del
Estudios posteriores establecieron su verdadera agua. Se sabe que para su supervivencia es necesa­
identidad. ria la presencia de microorganismos simbióticos
La investigación retrospectiva de anticuerpos (protozoos y ciertas bacterias) donde se multiplica,
en sueros pareados, provenientes de 81 enfermos hasta la ruptura del organismo hospedero que libe­
(15 de los cuales murieron) de un brote de neu­ rará nuevos microorganismos, en un proceso seme­
monía, producido en 1965 en un hospital psiquiá­ jante al de las células mononucleares humanas.
trico de Washington, permitió demostrar la sero-
conversión para L. pneum ophila en 69 de ellos.
EPIDEMIOLOGÍA

Desde la identificación inicial del microorganis­


ETIOLOGÍA
mo hasta la actualidad se han realizado diagnósti­
Dentro de la familia Legionellaceae se reconocen cos de legionelosis en diferentes regiones, lo que
más de 30 especies con más de 50 serovares; L. demuestra su amplia distribución. La literatura
pneumophila es responsable de alrededor del 80% reciente da cuenta de la circulación del patógeno
de los casos identificados de enfermedad humana. en países vecinos, como Brasil y Chile.
Estos microorganismos se observan como ba­ Un estudio reciente, realizado en el Hospital «F.
cilos pleomorfos gramnegativos; miden, aproxi­ J. Muñiz» de Buenos Aires, sobre seroprevalencia
madamente, 0,5 pm de ancho por 2 pm de largo de Legionella spp en distintas poblaciones (350

V
488 □ Tercera parte - Infecciones bacterianas

muestras) demostró la circulación del microor­ La fiebre de Pontiac es una enfermedad aguda
ganismo en la Rcpiíblica Argentina. autolimitada, difícil de diferenciar de un cuadro
La enfermedad adquirida en la comunidad ha gripal y en la que no se produce una neumonía.
sido relacionada con la contaminación de la red La enfermedad de los legionarios, en cambio,
o los reservorios de agua, al igual que en los bro­ se presenta com o una neumonía grave, asociada
tes hospitalarios. La transmisión tiene varias vías: con signos y síntomas de alteración de otros pa-
gotitas en la atmósfera, dispositivos respiratorios rénquimas.
contaminados e ingestión de agua contaminada. La búsqueda sistemática de Legionella ha per­
Sin embargo, ninguna de ellas es absolutamente mitido reconocer formas clínicas de neumonía de
suficiente para explicar todos los casos. Es pro­ carácter leve y en ocasiones oligosintomáticas.
bable que la formación de aerosoles de agua con­ La neumonía está precedida por una fase pro-
taminada con cepas virulentas de legionelas sea drómica inespecífica, con fiebre, mialgias y ce­
el principal mecanismo de infección. falea. A lgunos pacientes presentan un cuadro
Al igual que L. pneum ophila, las otras espe­ diarreico con dolor abdominal difuso, náuseas y
cies se encuentran ampliamente distribuidas en vómitos. Es frecuente hallar hiponatremia. En las
medios acuáticos y suelos. La infección produci­ formas graves se observan alteraciones neuroló-
da por estas especies se asocia con estados de gicas, en especial estado confusional.
inmunodepresión, uso de corticosteroides, tras­ La tos suele ser poco productiva y en ocasio­
plantes o cáncer, pero también se presenta en suje­ nes puede comprobarse esputo hemoptoico. La
tos sin inmunodepresión conocida. disnea es progresiva. La sem iología respiratoria
Como agente etiológico de neumonía de la co­ revela condensación y estertores diseminados. La
munidad, la frecuencia varía, de acuerdo con nu­ neumonía puede ser unilateral o bilateral, y es
merosos estudios, entre el 5% y el 15%; se ha común el derrame pleural.
registrado un aumento en relación con el sida. Las imágenes radiológicas muestran la afecta­
ción del espacio alveolar, ya que muy raras veces
el infiltrado es intersticial. Se ha comprobado que
PATOGENIA
la cavitación pulmonar sobreviene incluso con tra­
En el pulmón los microorganismos se adhieren tamiento adecuado y a veces en períodos tardíos.
a los receptores de la célula hospedera. Se replica Los infiltrados pulmonares persisten durante va­
con rapidez en el citoplasma de los macrófagos rias semanas, aun con el paciente asintomático.
alveolares donde, al no producirse la fusión fago- Todos los síntomas asociados, como ictericia,
lisosómica, resiste los procesos oxidativos y la ac­ miocarditis, alteraciones hemáticas, renales y ^
ción enzimática. neurológicas no son específicos y se atribuyen a
Los factores que llevan a una alteración del siste­ la diseminación bacteriémica y a las alteraciones
ma mucociliar (alcoholismo, tabaquismo, EPOC) metabólicas asociadas.
se asocian con mayor riesgo de infección y grave­ N o hay parámetros clínicos ni radiológicos que
dad evolutiva. El microorganismo puede llegar al permitan diferenciar una neumonía por Legio-
pulmón, por vía aerógena directa o por bacteriemia nella de otras neumonías.
desde otra localización, probablemente la digestiva. En pacientes inmunodeprimidos se han des-
En el estudio histopatológico se observa un in- cripto formas muy variadas: celulitis, sinusitis,
fíltrado multifocal que ocupa el espacio alveolar, abscesos perirrectales, pericarditis, pielonefritis,
compuesto por leucocitos polimorfonucleares, ma­ pancreatitis y endocarditis.
crófagos alveolares y fibrina.
DIAGNÓSTICO
MANIFESTACIONES CLÍNICAS
Los métodos de diagnóstico de laboratorio son:
En la legionelosis se diferencian dos formas de • Aislamiento en medios de cultivo con carbón
presentación: la fiebre de Pontiac y la enferme­ y el agregado de antibióticos, a partir de materia­
dad de los legionarios. les respiratorios y sangre.
C apítulo 56 - Legionelosis □ 489

• Prueba de inmunofluorcscencia directa. S e conveniencia de utilizar macrólidos como fár­


¿niplea esta técnica con anticuerpos monoclo- macos de elección, ya que además de la eficacia
nales para la identificación de antígenos bacte­ reconocida sobre S trep to co ccu s p n e u m o n ia e
rianos en materiales respiratorios. T ie n e poca abarcan todo el espectro de las denominadas neu­
sen sib ilid ad y especificidad. monías atípicas de origen bacteriano (M ycoplas-
• Identificación de antígeno urinario. Se utiliza m a p n e u m o n ia e ^ C h la m y d ia spp, C o x ie lla
una técnica de radioinmunoensayo o enzimoin- burnetii, Leptospira interrogans, etc.) en espe­
munoensayo. Es de utilidad para el serogrupo 1 cial los nuevos macrólidos, como claritromicina,
de L pneumophiía. Es una técnica sensible y pre­ roxitromicina y azitromicina.
coz. En los casos graves puede utilizarse claritro­
• Serología. La positividad está detemiinada por micina por vía intravenosa o bien levofloxacina.
la seroconversión (aumento de 4 veces el título Por vía oral o parenteral también son eficaces
de anticuerpos en muestras pareadas de fase agu­ doxiciclina, rifampicina (combinada con macró­
da y de convalecencia) o títulos mayores a 1/128, lidos o quinolonas) y cotrimoxazol. Los betalac-
por técnicas de inmunofluorescencia indirecta o támicos y los aminoglucósidos no tienen utili­
enzimoinmunoensayo. dad terapéutica. El tratamiento dura 10 a 14 días.
Asimismo, más allá de las formas clásicas de
la enfermedad aún hoy resta comprobar la pato-
PROFILAXIS
genicidad de algunas especies y su relación con
distintas formas clínicas. N o existen vacunas que prevengan esta enfer­
Debe sospecharse Legionella en toda neumo­ medad. La reinfección puede producirse aun ha­
nía cuyo esputo teñido por coloración de Gram biendo superado una infección anterior. Como
muestre abundantes polimorfonucleares y pocos medida de prevención de la legionelosis noso­ U a
microorganismos o ninguno. Hay que tener en comial se recomienda la vigilancia bacteriológica
cuenta que esta característica es común a otras del agua de consumo en los hospitales. Durante
neumonías atípicas. brotes nosocomiales de esta enfermedad se reco­
mienda la quimioprofilaxis en los sujetos inmu- C
nodeprimidos. Se administrará claritromicina,
TR ATAM IENTO
azitromicina u otro macrólido.
i
El tratamiento empírico de las neumonías de i
la comunidad en inmunocompetentes indica la
c
Lr
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%


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57
Tuberculosis
Eduardo H. Abbaie
Ornar J. Palmieri

D E FIN IC IÓ N
algunas de las cuales determinan el característi­
co daño tisular que produce.
Mycobacterium tuberculosis y xdi^^mtwitMyco-
bacterium hovis, son los agentes etiológicos de la
E P ID E M IO L O G ÍA
infección y la enfermedad tuberculosa. Ésta pue­
de evolucionar en forma crónica y afectar diferen­ El reservorio del bacilo de Koch es principal­
tes órganos, pero la localización más frecuente es mente humano. Por ser un parásito estricto, la
la pulmonar. transmisión es por lo general directa, de persona
a persona.
E T IO LO G ÍA M . tuberculosis es el responsable del 99%,
aproximadamente, de las infecciones humanas y
El complejo de microorganismos M yco b a c­ M. bovis, que afecta con preferencia el ganado
terium tuberculosis consta de cinco especies: M. bovino, del 1% restante.
tuberculosis, M. bovis, M . afiicanum y M. microti. La tuberculosis es una enfermedad muy anti­
La tuberculosis por M. bovis ha sido prácticamen­ gua. Sus estigmas fueron encontrados en los hue­
te erradicada. M . qfricanum y M. canetti son cau­ sos del hombre del N eolítico, en Europa, y en las
sa rara de tuberculosis en África y M. m icroti es vértebras de momias egipcias. En cadáveres
un patógeno de los roedores. incaicos momificados fue posible demostrar ba­
M. tuberculosis es la causa más frecuente de cilos ácido-alcohol resistentes.
tuberculosis humana. Es un bacilo delgado, lige­ Sin embargo, las epidemias de tuberculosis se
ramente curvo, de 1 a 4 |im de longitud, que se produjeron con la aparición de la sociedad indus­
tiñe en forma irregular. Tiene una pared celular trial, favorecidas por el hacinamiento, que facili­
compleja de alto contenido lipídico. De ella de­ ta el contagio, y las malas condiciones de vida y
pende la ácido-alcohol resistencia, que hace que alimentación, que hacen posible el paso de in­
una vez teñido sea capaz de resistir la decolora­ fección a enfermedad.
ción con ácidos y alcohol; de ahí el nombre de Un incremento muy importante de la tubercu­
bacilos ácido-alcohol resistentes (BAAR). losis se produjo por la epidemia HlV/sida, que
M. tuberculosis necesita medios de cultivo además ha provocado la aparición de múltiples
complejos para su aislamiento. Es un aerobio casos de tuberculosis multirresistentes (ver más
obligado y su multiplicación es lenta. Tiene nu­ adelante).
merosos antígenos capaces de despertar una gran
variedad de respuestas inmunes en el hospedero,
492 □ Tercera parte - Infecciones bacterianas

Segunda etapa: de simbiosis o crecimiento


PATOGENIA
logarítmico
M. tuberculosis penetra en el organismo huma­ Durante los días o semanas siguientes hay un
no por vía aérea. Rara vez lo hace por vía diges­ crecimiento logarítmico de los bacilos dentro de
tiva o por otras vías (cutánea, oftálmica, etc.). los macrófagos y, como éstos son destruidos, tam­
Llevado por la corriente aérea hasta las zonas más bién dentro de los monocitos no activados atraí­
periféricas del parénquima pulmonar, alcanza en dos desde la corriente sanguínea a los tejidos.
general la región subpleural. Los enfermos con La fase de crecimiento termina con la adquisi­
tuberculosis pulmonar, habituaimente con espu­ ción por parte de los monocitos de una activa­
to positivo, expulsan los bacilos al toser, hablar, ción específica y el desarrollo progresivo de sen­
estornudar, o durante la realización de otras ma­ sibilidad tuberculínica.
niobras respiratorias, junto con pequeñas gotas La atracción celular inicia la formación de un
de secreción. Son de considerable importancia la granuloma, que es la primera lesión típica de la
frecuencia, vigor y duración de la tos, el carácter tuberculosis. Algunos bacilos pueden ser trans­
de la expectoración (fluida o viscosa), así como portados por la circulación linfática o dentro de
la ventilación del área donde el paciente y sus los macrófagos a los ganglios biliares y medias-
contactos conviven. tínicos, desde allí se vacían a la sangre venosa y
En aquellos países en los que la leche de vaca se diseminan por lodo el organismo. Las siem ­
no es sometida al proceso de pasteurización, la bras se producen donde se encuentra un sistema
puerta de entrada orodigestiva para M yco b a c' reticuloendotelial abundante (serosas, meninges,
terium bovis puede ser significativa. Se descri­ metáfisis de los huesos en etapa de crecimiento,
ben 4 etapas o estadios que siguen al contacto riñones y órganos genitales en la pubertad).
del hospedero con el microorganismo invasor.
Tercera etapa: de control Inmunitario
Primera etapa: inicial o de ataque El estado de crecimiento sin oposición de los
Como cualquier partícula que alcanza el alvéo­ bacilos finaliza cuando aparecen los macrófagos
lo, M. tuberculosis es fagocitado por los macró- activados respaldados por dos mecanismos inmu-
fagos alveolares. Estos macrófagos residentes se nitarios: la inmunidad mediada por células (IMC)
encuentran en un estado de activación inespe- y la hipersensibilidad retardada (HR).
cífica, o sea que son capaces de liberarse de al­ D os líneas de linfocitos (los CD4 relacionados
gunas partículas infecciosas sin ningún otro so­ con la IMC y los CD8 ligados a la HR) comien­
porte inmunitario, pero pueden ser superados si zan eliminando los macrófagos no activados, lo
el número de microorganismos o su virulencia es que crea áreas de necrosis caseosa donde los ba­
muy grande. Si los macrófagos destruyen los ba­ cilos ya no pueden multiplicarse como lo hacían
cilos que penetraron por vía aérea, es posible que en los macrófagos aunque pueden sobrevivir en
el individuo no sea infectado. Pero si esto no se estado latente. La población de bacilos tubercu­
produce con rapidez, las micobacterias se multi­ losos puede ser estable por períodos prolonga­
plican con libertad en el interior de los macró­ dos. Si la infección es contenida en esta etapa,
fagos y pueden llegar a destruirlos y liberarse en sin mayor desarrollo de bacilos o destrucción de
el medio extracelular. tejidos por el mecanismo inmunitario, finaliza el
La resistencia a la infección en el hombre es período de infección primaria.
variable y está relacionada con la virulencia de
la micobacteria y la innata permisividad de los Cuarta etapa; de licuefacción y formación
macrófagos alveolares no activados. de cavidad
En los sujetos infectados por el virus de la in- La licuefacción de las áreas de necrosis caseosa
m unodeficiencia humana hay susceptibilidad puede producirse de inmediato después de la in­
aumentada a la infección, que además progresa fección primaria (tuberculosis primaria progre­
con rapidez a enfermedad. siva) o después, en ocasiones tras un largo perío­
do de quiescencia (tuberculosis posprimaria).
C apítulo 57 - Tuberculosis D 493

Este fenómeno parece estar relacionado con la 2. La reinfección exógena es el resultado de la


acción de enzimas proteoiíticas sobre e! caseum exposición repetida en sujetos previamente in­
y las células circundantes. fectados.
Como el caseum hidrolizado es un mejor me­ 3. La reactivación endógena se produce a par­
dio para el desarrollo de los bacilos, se produce tir de focos latentes de infección previamente ad­
una proliferación extracelular intensa sin oposi- quirida.
ción inmunitaria. Si este material se drena al bron-
quio vecino, lo que ocurre cuando el foco se
ANATOMÍA PATOLÓGICA
agranda, se forma una cavidad o caverna, donde
los bacilos se multiplican y pueden ser transpor­ La llegada del bacilo de Koch a los tejidos de­
tados a través de las vías aéreas a otras partes del termina la formación del folículo de Koster, que m
pulmón o eliminados al exterior. Por otra parte, es el elemento típico de la infección tuberculosa.
como las cavidades contienen un gran número Consta de una zona central, en general con ne­
de bacilos, pueden aparecer mutantes resistentes crosis caseosa, y un cúmulo de células mononu-
a algunos de los fármacos antituberculosos. La oleares. Éstas se disponen adoptando una confi­ -
formación de cavidades es entonces una etapa guración parecida a un epitelio, por lo que se las «r
importante en el desarrollo de la enfermedad tu­ denomina células epitelioides. Algunas de ellas
berculosa y su transmisión. se fusionan y constituyen grandes células multi-
Otros bacilos pueden drenar por vía linfática a nucleadas; son las células gigantes de Langhans.
los ganglios biliares y mediastínicos, y por vía Miden de 40 a 50 |xm de diámetro y tienen abun­
venosa ai corazón derecho desde donde son dis­ dante citoplasma eosinófilo. Los núcleos, en nú­ «u
tribuidos a todo el organismo (diseminación he- mero de 20 a 40, se disponen en la periferia y
11
mática). El daño tisular que se produce en esta adoptan, a veces, una disposición en herradura. *11
etapa parece relacionarse mucho más con los me­ Estas células no son patognomónicas de la tu­ 1
canismos inmunitarios del hospedero que con las berculosis, pero su presencia orienta hacia ese '€
propiedades destructivas intrínsecas del bacilo. diagnóstico. Las células epitelioides están rodea­
Esto explica en parte por qué los pacientes con
%
das por una corona de linfocitos. En ciertas opor­
depresión inmunitaria, como los infectados por tunidades, con tinciones especiales, pueden e v i­
HIV, tienen menor tendencia a formar cavidades. denciarse los bacilos de Koch. Estos folículos
agrupados constituyen los granulomas. Miden de i
Tuberculosis posprimarías, de reinfección 1 a 2 mm de diámetro y tienden a confluir, lo que
exógena y de reactivación endógena origina importantes lesiones. Éstas tienden a
Es conveniente distinguir entre la primoin- transformarse en una masa necrótica (caseum);
fección que se produce en la infancia, con su ca­ se constituyen así ios granulomas tuberculoides
racterística evolución y tendencia a las disemi­ caseificantes {similares al queso), altamente su­
naciones linfohemáticas, de la llamada tubercu­ gestivos de enfermedad tuberculosa. Estas lesio­
losis del adulto, que es de aparición más tardía nes pueden evolucionar de distinto modo y trans­
pero que puede presentarse en cualquier edad. formarse en cicatriz fibrosa, calcificarse o exca­
varse (caverna tuberculosa).
La tu b ercu lo sis del a d u lto puede aparecer
en tres circunstancias diferentes:
MANIFESTACIONES CÜNICAS
1. La tuberculosis posprim aria tem prana se
presenta en los primeros cinco años que siguen a Tuberculosis primaria
la primoinfección. El riesgo es mayor durante el La primoinfección tuberculosa es el primer
primero y segundo año, luego va decreciendo contacto fértil del germen con el organismo. Una
hasta el quinto. Se considera que después de este vez producida, en la gran mayoría de los casos el
período la posibilidad de que la infección prima­ bacilo queda encapsulado en pequeños focos
ria progrese a enfermedad es pequeña, aunque quiescentes que no progresan. La primera demos­
queda latente durante toda la vida. tración de que esto ha sucedido es la aparición

494 □ Tercera parte - Infecciones bacterianas

de una respuesta cutánea positiva a la tubercuüna Oculta: es asintomática, con prueba tubercu­
(«viraje tuberculínico»), que antes era negativa. línica positiva y alteraciones radiológicas (diag­
La tuberculosis primaria consiste en la evolu­ nosticadas habitualmente cuando se estudia a
ción de esa infección primaria a enfermedad. El los convivientes de un enfermo con baciloscopia
'4»
paso de infección a enfermedad depende de dis­ positiva).
<(• tintos factores: 1) del bacilo: número y virulencia Manifiesta', puede ser atenuada (con escasos
o capacidad de reproducción, y 2) del hospedero: síntom as), larvada (síntomas inespecíficos) o
I# edad (mayor gravedad en lactantes, adolescentes manifiesta propiamente dicha, cuando los sínto­
o adultos jóvenes), factores genéticos (mayor re­ mas y signos orientan hacia el diagnóstico etio-
sistencia en la raza blanca que en la negra), estado lógico.
de nutrición, alcoholismo, infecciones virales, aso­
'i»
ciación con otras enfermedades (diabetes, sida), Tuberculosis posprimaria
tratamientos inmunodepresores y otros. La tuberculosis posprimaria es la que puede so­
Los síntom as constitucionales, si están presen­ brevenir luego de la tuberculosis primaria. Se debe
'li* tes, son similares a los de cualquier infección viral a la reactivación endógena, a partir de un foco pri­
autolimitada. Puede aparecer eritem a nudoso, mario, o a la reinfección exógena. La infección
aunque éste no es patognomónico de la tubercu­ progresa a la etapa de licuefacción y cavitación,
I» losis. En ocasiones, varias semanas después de con el cuadro clínico clásico de la tuberculosis
la infección suele presentarse derrame pleural. pulmonar, también llamado tuberculosis pulmonar
I» En los exámenes de catastro de los contactos de tipo adulto. Se diferencia de la primoinfección
con un caso bacilífero es posible demostrar alte­ por su mayor tendencia a progresar, por su ubica­
# raciones radiológicas. También es posible demos­ ción frecuente en las parles altas y dorsales de los
trar el com plejo prim ario {complejo de Ghon)^ pulmones, porque se disemina con preferencia por
#
que está constituido por el chancro de inocula­ vía bronquial o intracanalicular, y por su facili­
(i» ción {nódulo de G hon), la linfangitis intermedia dad para producir extensas áreas de caseosis y
y los ganglios regionales. Tanto el foco pulmonar cavidades. Los síntomas como astenia, anorexia,
ítt como el componente ganglionar del complejo pri­ adinamia y febrícula vespertina constituyen el
mario pueden calcificarse meses o años después. denominado síndrom e de im pregnación bacilar
'ill El compromiso ganglionar es más importante en y son tan frecuentes como los síntomas pulmo­
tamaño cuanto menor es la edad del enfermo. nares (tos, expectoración, disnea, hemoptisis o
ilil
La estenosis bronquial es más frecuente en el expectoración hemoptoica). El diagnóstico se
ü bronquio del lóbulo medio, por la presencia de sospecha por el carácter insidioso, gradual y pro­
adenopatías que lo rodean. En ocasiones el con­ gresivo de estas manifestaciones.
a» tenido ganglionar se reblandece y perfora el bron­ En otras ocasiones el comienzo puede ser agu­
quio {fístula gangliobronquial). del foco do y simular un cuadro neumónico o gripal, con
Ifl parenquimatoso o ganglionar puede haber d i­ hemoptisis o compromiso pleural (neumotórax o
seminaciones hemáticas, linfohemáticas o canali- derrame). El enfermo en general se presenta adel­
rd
culares, con progresión en el mismo pulmón, en gazado o francamente caquéctico. La semiología
«H el otro o en otros órganos. Las formas clínicas pulmonar puede ser negativa, sobre todo en las
más graves de la diseminación hemática son la formas iniciales.
ni tuberculosis m iliar y la m eningitis tuberculosa, En la radiografía de tórax el hallazgo de una
ambas potencialmente fatales si no se las trata en opacidad subclavicular y el compromiso total de
iii* forma adecuada. Otras localizaciones graves son un lóbulo o cavidades (la caverna es el cuadro
la osteoarticular y la renal. dominante de la tuberculosis posprimaria) deben
ii«
De acuerdo con estos signos y síntomas, se des­ hacer sospechar el diagnóstico.
criben las siguientes formas clínicas de la tuber­
culosis primaria: Tuberculosis extrapulmonar
• li ínaparente: sólo hay una prueba tuberculínica La tuberculosis extrapulmonar representa al­
positiva (en ausencia de vacunación con BCG). rededor del 15% al 20% de todos los casos de
II*

II»
C apítulo 57 • Tuberculosis □ 495

esta enfermedad. Las formas más frecuentes son En la mayoría de los pacientes con pleuresía
la pleural y la ganglionar, seguidas por la genitou­ tuberculosa la reacción a la tuberculina (PPD) es
rinaria, la osteoariicular, la tuberculosis disemi­ positiva. Mediante la punción pleural se obtiene
nada o miliar» la meningitis tuberculosa y el com­ un líquido claro, de color ámbar. El análisis quí­
promiso de otras serosas u órganos (pericardio, mico demuestra que es un exudado, o sea que
peritoneo, colon» glándula suprarrenal, piel, etc.). tiene más de 3 g/dL de proteínas (o una relación
En la tuberculosis de los enfermos con sida es proteínas del líquido/proteínas séricas mayor de
com ún hallar formas diseminadas. 0,5), y una LDH mayor de 200 UI/L (o una rela­
ción LDH del líquido/LDH de la sangre superior
rt/Jbercü/os/s pleural a 0,6). El número de células en el líquido es va­
puede presentarse como una pleuresía serofibri- riable y predominan los linfocitos.
nosa o un empiema. La pleuresía tuberculosa es En las formas agudas hay predominio de neu-
la complicación más frecuente de la tuberculosis trófilos. Como en otras formas de tuberculosis,
posprimaria, en especial en adolescentes y adul­ el hallazgo de M. tuberculosis confirma el diag­
tos jóvenes, aunque puede aparecer a cualquier nóstico etiológico. Sin embargo, la baciloscopia
edad y a veces, como ya ha sido señalado, puede directa del líquido pleural rara vez es positiva; el
ser expresión del complejo primario debido al cultivo sí puede serlo.
chancro de inoculación subpleural. La mayoría Los cultivos de la pleura parietal obtenida por
de los casos son producidos por la ruptura de un punción biopsia con aguja (Cope, Abrams) tie­
foco tuberculoso pulmonar subpleural, aunque nen una positividad del 70% al 90% y el estudio
también puede deberse a diseminación linfohe- histopatológico puede mostrar el granuloma tu­
mática. En este último caso son frecuentes las berculoso.
localizaciones en el pericardio, el peritoneo o en La respuesta a la terapéutica antituberculosa
varias serosas (poliserositis). En otras ocasiones casi siempre es muy buena. El agregado de corti-
la pleuresía está determinada por un foco conti­ costeroides favorece la reabsorción del líquido
guo (ganglionar mediastínico o peribronquial u pleural.
óseo: costillas, vértebras). El empiema tuberculoso se debe a la ruptura
Suele presentarse en forma aguda simulando de una cavidad tuberculosa en la cavidad pleural;
una pleuresía paraneumónica bacteriana, con fie­ puede asociarse una fístula broncopleural. El
bre, compromiso del estado general, tos seca y diagnóstico se sospecha por la gran cantidad de
dolor que puede ser intenso; este último mejora bacilos en el líquido, la expectoración y la pre­
a! instalarse el derrame. Otras veces el comienzo sencia de lesiones pulmonares. El empiema tu­
es más insidioso pero el dolor pleurítico y la fie­ berculoso puede curarse con un tratamiento ade­
bre están presentes. cuado con fármacos antituberculosos, el que a
El examen físico evidencia un síndrome pleu­ veces debe ser complementado con cirugía.
ral: movilidad disminuida, matidez, disminución
o ausencia de las vibraciones vocales, ausencia Tuberculosis gangliotiar
de murmullo vesicular, con soplo pleurítico en La mayoría de las adenitis tuberculosas son una
los dos* tiempos respiratorios en el hemitórax manifestación posprimaria de la infección porM.
comprometido y matidez de la columna dorsal. tuberculosis variedad humana, ya sea por exten­
La radiografía simple de tórax muestra una sión desde los ganglios intratorácicos o por dise­
opacidad que ocupa el seno costofrénico y si la minación linfohemálica. En el cuello recibe el
cantidad de líquido es mayor, puede desplazar el nombre de escrófula. Antes de la pasteurización
mediastino hacia el hemitórax contralateral. Si de la leche de vaca era causada por la infección
el derrame es pequeño, menos de 300 cm^, no por M. bovis. A los síntomas inflamatorios loca­
suele verse. La tomografía axial computarizada les se pueden agregar fiebre y síntomas sistémi-
es útil para demostrar pequeños derrames y áreas cos. El diagnóstico requiere la biopsia ganglio­
de cavitación pulmonar o adenopatías, que ha­ nar quirúrgica. Además del estudio anatomopa-
rían pensar en la etiología tuberculosa. tológico (que demuestra granulomas tubercu-
496 □ Tercera porte - Infecciones bacterianas

loídes con caseosis) debe enviarse material en un mete dos o más vértebras adyacentes y sus dis-
tubo estéril para el examen bacteriológico direc­ eos, con disminución del espacio intervertebral;
to y cultivos. Si el ganglio se halla reblandecido, hay posibilidad de compresión medular y para-
se puede obtener material por punción aspirativa, plejía. La infección puede extenderse a los teji-
o bien si se ha fistulizado, de la secreción que dos blandos vecinos, lo que determina abscesos
mana por la fístula. En dichos especímenes se y fístulas. Los abscesos paraespinales (abscesos
hará el examen directo con la coloración de Ziehl- fríos) siguen la vaina del psoas y llegan a la re­
Neelsen y el cultivo en el medio de Lowenstein- gión inguinal. La tuberculosis osteoarticular tam­
Jensen. El examen directo suele ser negativo y el bién puede afectar la rodilla y la cadera. Produce
cultivo, en general positivo. La quimioterapia grados variables de artritis (en general monoar*
antituberculosa cura la mayoría de las tuberculo­ ticular) y osteomielitis.
sis ganglionares cervicales. Estas adenopatías pue­ La radiología es fundamental para orientar el
den aumentar de tamaño durante o después del tra­ diagnóstico y seguir la evolución, así como la to-
tamiento, tal vez debido a reacciones de hipersen- mografía computarizada y la resonancia magné­
sibilidad. También pueden deberse a infección por tica.
otras micobacterias (micobacterias atípicas) entre Muchas veces el diagnóstico exige la biopsia
ellas M ycobacierium scrofulaceum. quirúrgica de la sinovia! o del hueso afectado, o
del aspirado de abscesos periarticulares o del lí­
Tuberculosis genitourinaria quido sinovial, para biopsia y cultivos.
Por lo común es una manifestación tardía de la
infección (5 a 30 años después); por lo tanto, afec­ Tuberculosis diseminada o miliar
ta a personas mayores. Las lesiones aparecen pri­ La tuberculosis miliar se debe a una disemina­
mero en la corteza renal y desde allí pueden dise­ ción hemática que se produce en el curso de una
minarse a la pelvis renal, el uréter, la vejiga y los tuberculosis primaria, posprimaria, pulmonar o
genitales. La obstrucción ureteral con hidrone- extrapulmonar, y es de extrema gravedad. El
frosis es la complicación más común. El diagnós­ nombre miliar se debe a la presencia de lesiones
tico se confirma con el cultivo de la orina. tuberculosas activas, nodulillares («como granos
La tuberculosis genital del hombre puede ser de mijo»), de menos de 2 mm de diámetro, dis­
producida por implantación directa por vía cana- tribuidas en todo el organismo. D e no mediar tra­
licular, por diseminación linfohemática o por tamiento precoz, la forma aguda es rápidamente
contigüidad. La orquiepididimitis tuberculosa es progresiva y casi siempre fatal. El hígado, el bazo
relativamente frecuente. El diagnóstico se basa y los pulmones son los órganos comprometidos
en la biopsia y el cultivo de la lesión, aunque el con más frecuencia. También puede haber afec­
cultivo del semen puede ser positivo en algunos tación de médula ósea, riñón, sistema nervioso
casos. central, glándulas adrenales y peritoneo. Los sín­
En la mujer, la localización genital puede afec­ tomas son inespecíficos: fiebre, debilidad, ano-
tar las trompas, el endometrio y los ovarios; es rexia, adelgazamiento y síntomas respiratorios.
causa frecuente de esterilidad. En forma ocasional la tuberculosis miliar puede
presentarse com o un «síndrome de dificultad res­
Tuberculosis osteoariicular piratoria». Las formas crónicas son más insidio­
Afecta la epífisis y metáfisis de los huesos lar­ sas, se presentan por lo general en individuos
gos y más raramente de los cortos. Compromete añosos com o «fiebre de origen desconocido». La
con preferencia la columna, donde se la conoce tuberculosis miliar diseminada no reactiva es
como «mal de Pott». Ataca con frecuencia las últi­ definida como una condición histológica en don­
mas vértebras dorsales y las primeras lumbares. de se observan áreas de necrosis que contienen
Esta espondilitis tuberculosa se produce habitual­ gran número de bacilos, rodeados por escasa o
mente por diseminación hemática o linfática, pero nula respuesta inflamatoria habitual.
puede ser debida a contigüidad desde la pleura, El diagnóstico de tuberculosis miliar suele ser
el abdomen o los ganglios. En general compro­ dificultoso. En el fondo de ojo pueden observar­
C apítulo 57 - Tuberculosis □ 497
i
se tubérculos coroideos. A veces hay compromi­
so meníngeo y aumento de la fosfatasa alcalina.
La certificación etiológica se logra por el reco­
nocimiento de M . tuberculosis en los cultivos.
fr 1
La tuberculina puede ser positiva o negativa. Los La reacción tuberculínica es una prueba indi­ i *
materiales para realizar los cultivos confirma­ recta, pues mide la respuesta del organismo a la
torios pueden obtenerse de esputo, o de biopsias infección por el bacilo de Koch. La mayoría de
transbronquiales, de médula ósea o hepáticas. las personas infectadas por M. tuberculosis nun­
En los enfermos de sida la tuberculosis dise­ ca desarrollan la enfermedad, el organismo en esta
minada se manifiesta de manera heterogénea,
incluso con formas clínicas no reactivas, y el he-
situación es capaz de controlar la agresión; sólo i
queda una reacción positiva a la tuberculina. Ésta
mocultivo suele ser positivo. puede realizarse con PPD, que es el derivado pro-
teico purificado de un extracto del cultivo de baci­
O tra s lo c a liz a c io n e s los tuberculosos o con la tuberculina «vieja de (i
El bacilo de Koch puede comprometer cual­ Koch» que es un filtrado del cultivo de M. tuber­
quier tejido del organismo. culosis.
1. La tuberculosis digestiva es frecuente en la La prueba tuberculínica o intradermorreacción
región colónica y en el peritoneo. Es posible ha­ de Mantoux consiste en la inyección intradérmica
llar fístulas anales tuberculosas. en la cara externa del antebrazo, de 0,1 mL de
2. La tuberculosis faringolaríngea se presenta PPD. El eritema cutáneo no es sinónimo de posi­
a partir de diseminaciones hemáticas o por vía tividad. Debe medirse la induración por palpa­ ce
canalicular a partir de la tuberculosis pulmonar. ción a las 48 y 72 horas de aplicada (reacción de
3. La pericarditis tuberculosa es una forma hipersensibilidad retardada). Se expresa en milí­
exudativa que puede coexistir con el compromi­ metros y se considera que reacciona a la tuber­ %
so de otras serosas. Puede calcificar el pericardio culina todo aquel que presenta una induración
y originar una pericarditis constrictiva que obli­ mínima de 10 mm. La reacción menor de 5 mm se I
ga a la intervención quirúrgica. considera negativa, y entre 6 y 9 mm es dudosa.
4. La localización en la glándula suprarrenal es <í
Una reacción positiva no significa enfermedad,
causa de insuficiencia (enfermedad de Addison).
5. La tuberculosis cutánea (úlcera tuberculosa,
sino que el individuo ha sido infectado en algún
i
momento de su vida con una micobacteria y que
goma tuberculoso, lupus vulgar y tuberculosis se ha sensibilizado a sus antígenos; también pue­ í
verrugosa) es otra de las localizaciones posibles de ser el resultado de la vacunación con BCG.
de la tuberculosis. En los niños menores de 5 años no vacunados
6. La mcningoencefalitis tuberculosa es consi­ con BCG, tuberculina positivos, aunque no ten­
derada en el capítulo Meningitis. gan signos de enfermedad deben ser tratados
En todos los casos es necesario obtener un diag­ como tuberculosos activos, ya que se estima que
nóstico de certeza rápido para poder establecer no han tenido tiempo de controlar la infección.
el tratamiento adecuado. Si las pruebas tuberculínicas son negativas, es
probable que el sujeto nunca haya estado en con­
tacto con M . tuberculosis^ con lo que la probabi­
D IA G N Ó S T IC O
lidad de tenerla es baja. Sin embargo, la reacción
El diagnóstico de tuberculosis se sospecha a tuberculínica también puede hacerse negativa en
partir de la epidemiología y de los síntomas clí­ forma transitoria o permanente. Esto puede ocu­
nicos. Los antecedentes del paciente, un examen rrir en tuberculosis muy agudas o graves, o en pre­
físico completo en busca de anormalidades y las sencia de infección por HIV u otras infecciones
pruebas complementarias (radiológicas o de la­ virales o bacterianas; sarcoidosis, enfermedades
boratorio) permiten confirmar la enfermedad. En proliferativas malignas, desnutrición, uso de
ocasiones, el estudio de personas que pertenecen corticosteroides y fármacos inmunodepresores.
a ciertos grupos de riesgo y de los contactos con La radiografía de tórax es un procedimiento
enfermos tuberculosos, aun asintomáticos, pue­ de singular importancia en el diagnóstico de la
de llevar al diagnóstico. tuberculosis pulmonar. Muestra imágenes que si
T IT

9\

«I 498 □ Tercera parte - Infecciones bacterianas

««
bien son inespecíficas sugieren esta enfermedad. del total de los casos), la especificidad de la baci-
«I Hs bastante típica la afectación de los lóbulos loscopia para diagnosticar tuberculosis es casi
superiores, en especial en los segmentos apical y absoluta. En cuanto a la sensibilidad, la probabi­
mi posterior. También puede afectar los segmentos lidad de resultado positivo es del 90% cuando la
apicales de los lóbulos inferiores. La presencia muestra contiene 50.000 bacilos por mL. Esta
^•1
de cavilación, infiltrados o nódulos es caracte­ cantidad de bacilos se puede hallar en el esputo
rística. El compromiso exclusivo de lóbulos in­ de pacientes con lesiones cavitarias.
feriores puede verse en pacientes diabéticos, de­ En cambio, el cultivo, puede delectar un míni­
bilitados o inmunodeprimidos, o en mujeres que mo de 10 a 100 bacilos por mL de muestra. Su
estén cursando un embarazo. En los pacientes con implementación puede aumentar el rendimiento
mi sida es probable el desarrollo de formas no típi­ del diagnóstico bacteriológico hasta en un 20%
cas de tuberculosis pulmonar. o más.
l»U
El estudio bacteriológico de las secreciones o En los medios de cultivo sólidos, como el de
4» muestras de biopsia permite la confirmación de Lówenstein-Jensen, las colonias aparecen rugosas,
la enfermedad. La obtención de expectoración no pigmentadas, forman cordones y demoran 3 a
(espontánea o inducida) es el medio más frecuente 6 semanas en desarrollarse. Es fundamental para
para investigar Af. tuberculosis. Ante la ausencia determinar la resistencia a los fármacos antitu­
liU de expectoración se puede recurrir al contenido berculosos (antibiograma) y para ios estudios de ti­
gástrico. El examen directo de este material no pificación que permiten diferenciar los bacilos tu­
tiene significación clínica, pues en este medio hay berculosos de otras micobacterias, patógenas o no.
Ííl bacilos ácido-alcohol resistentes no patógenos, Se han hecho muchos intentos para mejorar los
sólo tiene valor el cultivo. La fibrobroncoscopia métodos de cultivo de M. tuberculosis, de modo
permite obtener muestras de secreción bronquial que se pueda disponer de los resultados en pla­
por aspiración, lavados bronquiales o broncoal- zos más breves. Se han estudiado técnicas que
1) veolares y eventualmente biopsias de la mucosa apuntan a la detección precoz de metabolitos del
bronquial o transbronquiales. desarrollo bacteriano o a la investigación de cier­
ti
De acuerdo con la localización de la tubercu­ tos componentes bacilares, com o el ácido tuber-
losis, se podrá investigar la presencia del agente culoesteárico. Las técnicas más útiles parecen ser
etiológico en el líquido pleural, cefalorraquídeo, las radiométricas, que permiten hacer el diagnós­
' articular, orina, punción ganglionar y otros. tico de muchas infecciones bacterianas en pocas
El material de biopsias puede obtenerse con horas y de tuberculosis en un tiempo medio de 9
» agujas o por cirugía y su estudio permite recono­ a 11 días. Se utiliza el medio de cultivo de Middle-
cer alteraciones histológicas compatibles. brook, enriquecido con ácido palmítico y marca­
t
La bacHoscopia es un método de diagnóstico do con carbono 14. Al existir micobacterias vi­
•t directo, rápido, sencillo y económico; es funda­ vas y metabolizar éstas los ácidos grasos, liberan
mental para la detección de la tuberculosis, en el isótopo en forma de CO^ al medio ambiente,
.i especial de las formas pulmonares avanzadas. donde es detectado y cuantificado (ya que sus
Este método demuestra la presencia del bacilo niveles son proporcionales a la cantidad de baci­
i; ácido-alcohol resistente (BAAR) con la técnica los en crecimiento). Este mismo procedimiento,
de coloración de Ziehl-Neelsen. En el examen di­ conocido como B ACTEC, sirve para conocer en
recto los bacilos aparecen como bastoncillos lige­ pocos días la sensibilidad de la cepa en estudio y
’< ramente curvados, de color rojo sobre fondo azul. hacer el diagnóstico diferencial entre las distin­
Debido a que otras micobacterias comparten tas especies micobacterianas.
t la ácido-alcohol resistencia con el complejo M. También se han ensayado técnicas serológicas,
tubercuhsis'bovisy la presencia de BAAR en el con las que se trata de demostrar la presencia de
il
examen microscópico no significa necesariamen­ anticuerpos específicos en tuberculosis. Desde la
• I te tuberculosis. Sin embargo, cuando la frecuen­ aparición del enzimoinmunoensayo ELISA, exis­
cia de otras micobacterias es muy baja (en la te unanimidad en cuanto a sus ventajas, respecto
í República Argentina constituyen menos del 0,5% de otros métodos de serodiagnóstico, en esta en­

1
C apítulo 57 - Tuberculosis □ 499

fermedad. Sin embargo, su aporte es limitado ya plicaciones más importantes son diseminación
que un resultado negativo no descarta la presen­ hemática, hemoptisis masiva, fibrosis pulmonar,
cia de enfermedad, pero uno positivo es altamente insuficiencia respiratoria, amüoidosis, insuficien*
sugestivo de tuberculosis. La reacción en cade- cia suprarrenal y otras. Una complicación a te­
no de la poHmerasa (PCR) ha sido explorada en ner en cuenta cuando quedan cavidades residuales
forma exhaustiva en muestras clínicas, en casos es el aspergifom a, una bola micótica que ocupa
de tuberculosis de diversas localizaciones, con parte de la cavidad y da una imagen radiológica
resultados alentadores. Sin embargo, algunos as­ conocida como «signo del cascabel». Su mani­
pectos técnicos (extracción del ADN de la mues­ festación clínica prominente es la hemoptisis.
tra, presencia de inhibidores de la polimerasa,
etc.) todavía no han sido resueltos.
P R O N Ó S T IC O
Otra técnica atractiva de la biología molecular
es el RFLP (restrictionfragm eni length polinior- Depende principalmente del diagnóstico tem­
pliism) o polimorfismo de la longitud de fragmen­ prano, razón por la que es muy importante tener
tos del ADN separados por enzimas de restric­ un alto grado de sospecha. Diagnosticada la tu­
ción. Distintas cepas de la misma especie mico- berculosis, el cumplimiento estricto del esque­
bacteriana difieren entre sí en la ubicación, den­ ma terapéutico es otro factor que deberá tenerse
tro del genoma, de algunas secuencias repetitivas en cuenta para mejorar el pronóstico. En todos
de ADN; en la técnica de RFLP esto determina los casos el estado inmunitario previo condicio­
patrones de bandas de ADN (fingerprinting o hue­ na el pronóstico, ya que las diversas inmunode-
llas dactilares) diferentes. Esta variabilidad o ficiencias se asocian con una peor evolución.
polimorfismo es útil para caracterizar cepas en
forma más rápida y sencilla que la tipificación
T R A T A M IE N T O
por fagos, antisueros, o por sensibilidad a antibió­
ticos o a quimioterápicos. El RFLP se usa para el El tratamiento de la tuberculosis se basa en la
rastreo de foco en microepidemias hospitalarias administración de fármacos antituberculosos. La
y en Ja detección de multirresistencia a fármacos quimioterapia debe conseguir la muerte rápida y
antituberculosos. total de todos los bacilos presentes en las lesio­
nes. Los primeros en ser destruidos deben ser
aquellos que constituyen la población bacilar en
D IA G N Ó STIC O D IF E R E N C IA L **
multiplicación activa, presentes en las paredes
De acuerdo con su localización, se deberá es­ cavilarlas. Esta población, por su magnitud, con­
tablecer el diagnóstico diferencial con diversas tiene mulantes con resistencia a algún fármaco.
afecciones. En la forma pulmonar se realizará con Debido a que la selección de mulantes resisten­
micosis, neumonías crónicas, intersticiopatías, tes puede llevar al fracaso terapéutico, por la apa­
tumores y otras. Los derrames pleurales o de otras rición de resistencia adquirida, uno de los prime­
serosas deberán diferenciarse de derrames pro­ ros objetivos del tratamiento es evitar su apari­
vocados por colagenopatías, tumores, micosis, ción. Esto se logra con la administración simul­
infecciones virales y otras infecciones. La menin- tánea de diversos fármacos a los cuales los baci­
goencefalitis tuberculosa se deberá diferenciar de los son sensibles (tratamiento asociado).
otras meningoencefalitis (ver el capítulo Menin­ Otro de los objetivos del tratamiento es la nega-
gitis). tivización rápida de los pacientes. Por ello, una
vez hecho el diagnóstico se prescribirán fármacos
antituberculosos bactericidas.
C O M P LIC A C IO N E S
Ya que la destrucción de los microorganismos
Están asociadas con el tiempo de evolución de no se logra en fornia inmediata, y como el riesgo
la enfermedad, el estado inmunitario del pacien­ de selección de mulantes resistentes persiste hasta
te, la resistencia a los fármacos de la cepa infec­ que no se reduce en proporción significativa la
tante y el cumplimiento del tratamiento. Las com­ población en multiplicación activa, durante los
500 □ Tercera parte - Infecciones bacterianas

primeros meses del tratamiento la quimioterapia


P R O F IL A X IS
debe ser combinada y esencialmente bactericida
(primera fase del tratamiento o tratamiento de Puede realizarse de varias formas: quimiopro-
ataque o bactericida). Es importante que la tera­ filaxis, vacunación y aislamiento del paciente
péutica continúe aun después de lograr la nega- bacilífero.
tivización inicial. El tratamiento «prolongado» La quimioprofilaxis se efectúa mediante la ad­
es necesario para eliminar los bacilos «persisten­ ministración de un medicamento antituberculoso,
tes» que pertenecen a poblaciones bacilares me­ por lo general H, con el propósito de prevenir el
nos numerosas y en las cuales los gérmenes se desarrollo de la infección o enfermedad en el in­
multiplican en forma lenta o intermitente. Esta dividuo sano.
última característica hace que los fármacos sean Se utilizan 2 términos para describir los dife­
menos efectivos sobre ellas que sobre las pobla­ rentes tipos de quimioprofilaxis: 1) profilaxis pri­
ciones en multiplicación activa. La falla en com ­ maria o de la infección, cuando se administra un
pletar esta segunda fase del tratamiento, o fase medicamento a los individuos que no han sido
de consolidación o esterilizante, es la causa más infectados (PPD negativos) con el objetivo de
común de recaídas. prevenir la aparición de la enfermedad; 2) profi­
Los fármacos se clasifican en dos grupos prin­ laxis secundaria o de la enfermedad, cuando se
cipales: de «primera línea» y de «segunda línea». administra un medicamento para prevenir la apa­
Los primeros (isoniazida, rifampicina, pirazi- rición de la enfermedad en individuos que ya han
namida, estreptomicina y etambutol) son bacte­ sido infectados (PPD positivos).
ricidas, excepto el etambutol, con escasa toxici­ El medicamento utilizado en la quimioprofi­
dad y muy efectivos cuando se utilizan en com ­ laxis es H, en dosis de 5 mg/kg/día (sin exceder
binación. Los de segunda línea (cicloserina, etio- los 300 mg/día) por vía oral, en forma cotidiana
namida, kanamicina, capreomicina, ácido paraa- y por un mínimo de 6 meses. Este agente puede
m inosalicílico y derivados) son menos efectivos, ser ineficaz en los países donde existe un eleva­
más tóxicos y menos tolerados; por ello se los do índice de resistencia primaria a los medica­
reserva para el tratamiento de la tuberculosis re­ mentos. La utilización de otros fármacos antitu­
sistente a los fármacos de primera línea. berculosos para quimioprofilaxis son rnedid^s de
El plan terapéutico se cumple en forma ininte­ excepción. ( \ ' ^ ]
rrumpida en 2 fases: Las indicaciones relativamente precisas de
1. De ataque, que en la actualidad incluye en­ quimioprofilaxis son:
tre 3 y 4 medicamentos durante 2 meses [iso-
niacida (H), rifampicina (R), pirazinamida (Z), • Contactos domiciliarios o estrechos con en­
etambutol (E), estreptomicina (S)]. fermo recientemente diagnosticado (incluye asi­
2. De consolidación, con 2 medicamentos (H y los, guarderías, prisiones, etc.) tuberculina nega­
R) durante 4, 6 o más meses, de acuerdo con la tivos o positivos.
forma clínica y la localización. Las dosis y las • Viraje tuberculínico (pacientes recién infec­
vías de administración figuran en el cuadro 57-1. tados) en los dos últimos años.

Cuadro 57-1. Tratamiento antituberculoso.


fárm aco Dosis (mg/kg/dia) ’ (Máxim a/día) >. ''Vía
‘TZ. f • . ' de admlnlstráclón^
u-
H . ■5 Oral
R 10 (hasta 600 mq/día) Oral
Z 25 • . Oral
E 25 Oral
S 15-20 (hasta 1 g/día) IM
H. tsonidcida; R, rifampicina; Z, pirazinamida; E, etambutol; S, estreptomicina
Capi7«/o 5 7 -T uberculosis □ 501
c

. Contactos en niños menores de 5 años con enferm os vírgenes de tratamiento antituber­


prueba tuberculínica fuertemente positiva (gru­ culoso; la secundaria o adquirida es la que se
po de edades susceptible de presentar meningitis demuestra en enfermos que se encuentran en tra­ c
tuberculosa o tuberculosis miliar). tamiento antituberculoso o lo han estado pervia-
(
« Ciertas condiciones clínicas en las cuales, la mente. La resistencia a los fármacos antitubercu­
tuberculosis tiene mayores probabilidades de de­ losos debe sospecharse cuando los enfermos re­
sarrollarse, por ejemplo, infección por HIV, en­ fieren tratamientos previos para tuberculosis,
fermedad de Hodgkin, tratamiento prolongado cuando han estado en contacto con pacientes con
con corticosteroides, medicamentos inmunosu- resistencia a fármacos, cuando provienen de al­ J
presores, diabetes, silicosis y enfermedad renal gún lugar con alta prevalencia de resistencia a
terminal. los antimicobacterianos y en los que no respon­
den a un tratamiento bien instituido. La resisten­
En todos los casos deberá efectuarse un hepa- cia siempre debe ser confirmada por el estudio
lograma inicial y otros dos en el tercero y en el microbiológico de sensibilidad a los fármacos.
sexto mes, respectivamente, a fin de detectar el Se ha comunicado la transmisión intranoso-
desarrollo de toxicidad. comial de tuberculosis multirresistente, especial­
La vacunación tiene por objeto proteger a los mente entre los enfermos infectados por el HIV,
no infectados, en especial en las poblaciones en cuando no existen medidas adecuadas de control.
las que hay muchos tuberculosos bacilíferos y el Esta transmisión intranosocomial también inclu­
riesgo de transmisión es elevado. Su función es ye al personal sanitario y a los eventuales contac­
reemplazar una infección natural virulenta por tos con el paciente.
otra causada por una cepa de bacilos BCG avi- El pronóstico es muy variable, hay múltiples
rulentos, capaces de despertar las defensas del posibilidades entre la resistencia a un fármaco
hospedero ante nuevas infecciones. fácilmente reemplazable y la resistencia a todos
La BCG (bacilo de Calmette y Guérin) es una o casi todos los medicamentos antituberculosos.
vacuna de bacilos vivos que han perdido su viru­ La tuberculosis multirresistente complica el es­
lencia (los bacilos provienen de una cepa de M. quema terapéutico, ya que se tendrán que aso­
bovis atenuado en su virulencia a través de 230 ciar fármacos menos efectivos, más tóxicos y más
pasajes en medios de cultivo con papa glicerinada caros con una menor posibilidad de curación. La
biliada). mortalidad global de estos pacientes es elevada
La vacunación correcta determina un cambio en con respecto a la de la tuberculosis por bacilos
la reacción tuberculínica, la cual sirve para eva­ sensibles. La evolución es más tórpida en los adic­
luar la vacunación. Se recomienda vacunar a los tos a drogas intravenosas por la posibilidad de
recién nacidos para prevenir las formas graves de continuar su adicción y abandonar el tratamiento.
la enfermedad, que tienden a presentarse en esas Los fármacos que se utilizan en el tratamiento
edades. También se propicia revacunar a los gru­ de la tuberculosis multirresistente incluyen: etam-
pos de alto riesgo (poblaciones indígenas, grupos butol, pirazinamida, estreptomicina, kanamicina,
cerrados como los inmigrantes, personal de hos­ capreomicina, ácido paraaminosalicílico (PAS),
pitales, estudiantes de medicina y enfermería, etc.). cicloserina, etionamida, protionamida, rifabutina,
rifapentina, ñuoroquinolonas (ciprofloxacina,
esparfloxacina, gatifíoxacina, m oxifloxacina,
T U B E R C U L O S IS M U L T IR R E S IS T E N T E
ofloxacina), amikacina, linezolid y clofazimina.
Se denomina tuberculosis multirresistente a la El tratamiento de la tuberculosis muUirre-
enfermedad producida por cepas de A/, tubercu­ sistente deberá ser supervisado, realizado en cen­
losis que presentan resistencia a isoniacida y tros de internación adecuados y manejados por
rifampicina, acompañada o no de resistencia a médicos especialmente entrenados. Se seguirán
otros fármacos antituberculosos. estrictas medidas de bioseguridad para evitar la
La resistencia puede ser prim aria o secunda­ propagación a otros enfermos, en especial a los
ria: la prim aria es aquella que se halla en los inmunodeficientes y al personal sanitario.
m

(•

502 □ Tercera parte - Infecciones bacterianas

Los esquemas terapéuticos deben adecuarse a diferentes de M . tuberculosis, M . bovis y M.


cada caso en particular, al patrón de resistencia leprae. También han sido denominadas anónimas,
de cada enfermo, a los antecedentes de tratamien­ no c la sifica d a s o, mejor, m icobacterias no
tos previos y a la evolución clínica luego de ins­ tuberculosas (MNT). Existe una gran variedad de
tituida Ja medicación. Se prescribirán cuatro fár­ micobacterias en la naturaleza y la exposición a
macos de eficacia comprobada hasta que los cul­ ellas es inevitable. Hay gran variedad en la dis-
tivos sean negativos; luego se continuará con un tribución geográfica, tanto en la prevalencia de
mínimo de tres fármacos durante un año y si los enfermedad como de especie responsable.
cultivos siguen negativos se suspende el trata­ Es importante revisar algunas de sus caracte­
miento. En oportunidades el tratamiento hay que rísticas, ya que interfieren con la interpretación
prolongarlo durante más de dos años. Paradóji­ de la reacción tuberculínica (falsos positivos) y
camente, en ios pacientes no infectados por el en la evaluación de los programas de vacunación
HIV, el tiempo que transcurre hasta la negati- con BCG (confieren cierto grado de protección
vización de los cultivos es mucho más prolonga­ frente a la tuberculosis). Pueden aparecer en la
do que en los HIV positivos, y se pueden reque­ expectoración, en la orina o en otras muestras
rir de cuatro a seis meses para conseguirlo. Siem ­ orgánicas (baciloscopias falsamente positivas).
pre se tendrá en cuenta la posibilidad de comple­ Ya hace muchos años Runyon propuso una cla­
mentar el tratamiento médico con la cirugía. El sificación de las MNT (cuadro 57-2) basada prin­
tratamiento y el seguimiento de estos pacientes cipalmente en la producción de pigmentos y ra­

c# debe quedar a cargo de médicos especializados


en este padecimiento.
pidez de crecimiento.
Las MNT que infectan al ser humano provie­
nen de una serie de fuentes de la naturaleza (Ai.
marinum del agua, piletas de natación, acuarios;
E N F E R M E D A D P U L M O N A R PO R
M. scrofulaceum del agua, la leche; M. avium
M IC O B A C T E R IA S A TÍP IC A S
pájaros, leche, polvo, y M. chelonae suelo, pol­
El término micobacterias atípicas se refiere a vo, agua). La puerta de entrada parece ser el apa­
aquellas micobacterias que son biológicamente rato respiratorio, aunque también se ha propues­

<Cl()
Cuadro 57-2, Clasificación de Runyon de las micobacterias atípicas (actualizada).
(líl>

Expuestas a la luz: colonias amarillas. Crecen: en 6 a 28 días. M. kansasii, M. marinum, M asiaticum,


M. intermedium, M. simiae.
«p
Expuestas a la luz: colonias anaranjadas. Crecen: en 6 a 28 días. M. scrofulaceum, M. gordonae, M. bohemicum,
M. doricum, M. flavescens, M. heckeshornense, M. interjectum, M. kubicae, M. lentiflavum, M. palustre, M. szulgai,
m M. füsoae.

Expuestas a la luz: colonias blancas. Crecen: en 6 a 42 días. Complejo M. avium (M. avium, M. intracellulare),
M. branderi, M. celatum, M. conspicuum, M. gastric, M. genavense, haemophilum, M. heidelbergense, M. lacus,
m M. malmoense, M. paratuberculosis, M. shimoidei, M. triplex, M. ulcerans, M. xenopi.

#
Expuestas a la luz: colonias blancas. Crecen: en 3 a 14 días. M. fortuitum, M. chelonae. M. abscessus, M. ah/ei,
# M. aurum, M. elephantis, M. goodii, M. hassiacum, M. immunogenum, M. margerítense. M. mucogenicum,
M. neoaurum, M. novocastrense, M. peregrínum, M. phlei, M. septicum, M. smegmatis, M. thermoresistible,
üi
M. vaccae, M. wolinskyi.
C apítulo 57 - Tuberculosis □ 503

to la vía digestiva. N o se ha documentado el con­ la especie sea aislada en cultivo puro, con abun­
tagio interhumano. Es común encontrar daño dantes colonias (más de 10), en muestras repeti­
pulmonar previo (bronquitis crónica, enfisema das y sin que se asocie la presencia de otras mico-
pulmonar, tuberculosis pulmonar previa, neumo- bacterias (en especial M. tuberculosis). Son im­
coniosis, bronquiectasias, cifoescoliosis). Tam­ portantes las biopsias que muestran granulomas
bién influye la presencia de inmunosupresión. con BAAR o no en el examen directo, pero con
Así, la reducción de mecanismos de defensa físi­ cultivo positivo. Otro dato de utilidad relativa es
cos o inmunitarios permite la colonización por una mayor reacción de positividad a la tuberculina
micobacterias que normalmente hubieran sido homóloga de la micobacteria aislada, comparada
destruidas o removidas. Si bien M. kansasii, M. con la PPD estándar del bacilo tuberculoso.
xenopi, M. m alm oense y otras MNT han sido En forma ocasional se presentan adenitis por
dcscriptas en los pacientes con sida, no se sabe M. scrofulaceum o M . avium , así como lesiones
por qué el complejo M, avium-intracellulare es el cutáneas por M. m arinum o M . ulcerans. En la
de mayor frecuencia en este grupo de pacientes. actualidad las lesiones diseminadas en los pacien­
Con frecuencia la enfermedad por MNT se lo­ tes con sida, producidas por el com plejo M .
caliza en el pulmón y produce lesiones radioló­ Qvium-intracelluiare, son un problema grave y
gicas con opacidades y cavidades de evolución tienen elevada mortalidad.
crónica, indistinguibles de las que produce la tu­ Si el bacilo causante de la enfermedad es M.
berculosis. No hay síntomas ni signos específi­ kansasii, el tratamiento quimioterápico es sim i­
cos. La infección por MNT puede ser asintomá- lar al de la tuberculosis. En cambio, otras MNT,
tica, pero si hay síntomas, son graduales y de en especial las pertenecientes al complejo avium-
aparición subaguda o crónica. Entre ellos se in­ intracellulare son resistentes a la mayoría de los
cluyen tos, expectoración, hemoptisis, disnea, fármacos antituberculosos. La condición clínica
pérdida de peso, febrícula y sudoración noctur­ del paciente y el diagnóstico de la enfermedad
na. La sospecha se genera ante pacientes con tos subyacente condicionan el pronóstico.
crónica e imágenes radiológicas compatibles. Se emplean combinaciones de 3 ,4 o 5 fárma­
Debe enviarse una muestra de esputo para el exa­ cos, de acuerdo con el antibiograma, hasta 6 a 12
men directo y por cultivo. Si la tos no es produc­ meses después de obtenida la negativización.
tiva, se efectúa broncoscopia con lavado bron­ Los nuevos antimicrobianos (macrólidos y qui-
quial y biopsia. nolonas) han incrementado las opciones terapéu­
Para diagnosticar enfermedad por MNT se ne­ ticas. La cirugía puede estar indicada, en espe­
cesitan ciertos requisitos. Es indispensable que cial en lesiones localizadas.

B ib lio g ra fía ----------- ----- — ------------


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Carbunco
Ornar J. Palmieri

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contacto con harina de huesos que se utiliza como


d e f in ic ió n
fertilizante o en la elaboración de alimentos para
El carbunco es una infección aguda, zoonótica» animales. Las esporas penetran en la piel a tra­
provocada por Bacillus anthracis, que origina en­ vés de pequeñas so lu cio n es de continuidad
fermedad cutánea, pulmonar, orofaríngea o intes- preexistentes o producidas por el elemento con­
linal, y que, a partir de estas localizaciones, puede taminante. La picadura de moscas que previamen­
evolucionar hacia la septicemia carbuncosa. te hayan picado a un animal enfermo o muerto
por carbunco puede llevar, excepcionalmente, la
enfermedad al hombre. También es posible la lle­
E T IO LO G ÍA
gada de las esporas al organismo humano por
Bacillus a n th ra d s es un bastón recto, de 5 a inhalación, como puede ocurrir en los cardadores
10 pm de longitud por 1 a 3 jxm de ancho, gram- de lana en quienes produce enfermedad pulmo­
positivo, capsulado, inmóvil y dispuesto en ca­ nar; o por la ingestión de carne mal cocida de
denas. Forma esporas ovales en su zona central, animales carbuncosos, que origina carbunco oro-
las que no se producen en la sangre o tejidos de faríngeo o intestinal. La transmisión interhumana
los animales vivos, pero sí en los cultivos, en el es infrecuente.
suelo, y en los tejidos y exudados de los anima­ En general los animales contraen la infección
les muertos. Se cultiva en agar sangre, donde da por la ingestión de pastos o aguas contaminadas
colonias de aspecto rugoso y color gris claro que con esporas de B. a n th ra d s. El animal muerto
no producen hemólisis. por carbunco tiene en sus tejidos una enorme can­
tidad de bacterias y muere por septicemia carbun­
cosa. Los bacilos en contacto con el aire esporulan
E P ID E M IO L O G ÍA
y contaminan el suelo, el pasto y el agua. Los
El carbunco es una zoonosis. Puede adquirirse animales que pastorean en zonas contaminadas
por contacto directo con animales enfermos o se infectan y pueden llevar la infección a otras
muertos por carbunco, o con esporas de B. anthra- áreas. Las aves carroñeras también trasladan la
cis que contaminan pieles, pelo de cabra, cerdas, infección a lugares distantes. Los microorga­
lana y huesos, que se utilizan en la elaboración nismos habitan en suelos alcalinos en los que
de diversos productos. Las esporas pueden per­ abunda el calcio, con temperaturas mayores a
sistir largo tiempo en esos materiales y aun rela­ 15®C. A llí, favorecidos por la humedad y la des­
cionar la infección humana con el uso de bro­ composición de los vegetales, las esporas germi­
chas de afeitar, tamboriles, vestimenta y utensi­ nan y se multiplican. En las épocas frías y secas,
lios confeccionados con lana o crines, o con el los bacilos esporulan y se tornan resistentes a la
506 □ Tercera parte - Infecciones bacterianas

destrucción. De no alterarse las condiciones del El carbunco orofaríngeo es provocado por la


terreno, estos ciclos se mantienen durante déca­ llegada a la encrucijada aerodigestiva de las es­
das, lo que origina los llamados «campos maldi­ poras presentes en ¡a carne poco cocida de ani­
tos». males muertos por carbunco. Se manifiesta por
edema local, linfadenitis necrohemorrágicae im«
portante repercusión sistémica.
PA TO G EN IA
El carbunco intestinal se debe a la llegada de
Los factores de virulencia conocidos de B. an- las esporas al intestino. Desde allí son transpor­
fhracis son un polipéptido capsular antifago- tadas a los ganglios mesentéricos, donde se mul­
citario y la toxina carbuncosa, compuesta por tres tiplican y producen linfadenitis necrohemorrá-
proteínas denominadas antigeno protector (AP), gica, ascitis y septicemia.
factor de edema (FE) y factor letal (FL). El poli­ La septicem ia carbuncosa puede ser originada
péptido capsular hace que el microorganismo elu­ por cualesquiera de las localizaciones primarias
da la fagocitosis, se multiplique en forma activa mencionadas y la mayoría de las veces es causa
e invada el torrente sanguíneo hasta provocar la de muerte.
muerte. Los anticuerpos contra el AP protegen al
hombre y los animales del carbunco, por lo que
A N A T O M ÍA P A TO LÓ G IC A
son el principal componente de las vacunas utili­
zadas en el ser humano. El AP se fija a la mem­ En el carbunco cutáneo la lesión está consti­
brana de las células diana y actúa en la superficie tuida por un infiltrado dermoepidérmico que pasa
celular como un receptor específico y mediador de pápula a vesícula. Ésta, que contiene un exu­
para la penetración del FE y el FL, cuya penetra­ dado serosanguinolento con abundantes bacilos,
ción media. El FE tiene una acción enzimática evoluciona hacia una escara necrótica de color
intracelular que, a través del AMP cíclico, indu­ negro que le dio el nombre a la enfermedad (car­
ce la formación del edema característico del car­ bunco, ántrax: carbón). Por su aspecto histológico
bunco así como la inhibición de la fagocitosis por la reacción inflamatoria está constituida por ede­
los leucocitos polimorfonucleares. El FL lleva a ma intenso, congestión vascular con hemorragias
la muerte a la célula diana susceptible mediante y necrosis tisular con características de infarto.
un mecanismo que aún se desconoce. La afluencia leucocitaria, escasa en relación con
El carbunco cutáneo se produce por la pene­ la necrosis, está formada por neutrófilos y leu­
tración en la piel de las esporas de B. anthracis a cocitos mononucleares. La escara está rodeada
través de pequeñas heridas, excoriaciones o por por una corona de vesículas y asienta sobre una
la picadura de moscas. En pocas horas las espo­ zona de edema gelatinoso. La infiltración se pro­
ras se transforman en formas vegetativas, que se paga a lo largo de las vías linfáticas hasta los
reproducen con rapidez y comienzan a elaborar ganglios regionales, que se agrandan debido a
la toxina carbuncosa. La lesión tisular que ésta linfadenitis inespecífica o necrohemorrágica.
produce consiste en congestión vascular, hemo­ En el carbunco pulm onar se produce una neu­
rragia, necrosis y edema gelatinoso. La afluen­ monía difusa, cuyo abundante exudado serohe-
cia leucocitaria a la zona de la lesión es escasa, morrágico suele producir consolidaciones lobu­
por lo que la denominación clínica «pústula ma­ lares. El aspecto histológico de esta neumonía se
ligna» es inexacta. caracteriza por la escasez de polimorfonucleares
El carbunco pulmonar, o carbunco por inhala­ neutrófilos, la existencia de áreas de necrosis
ción, es provocado por la llegada a los alvéolos hemorrágica en los septos alveolares y la presen­
pulmonares de las esporas de B. anthracis trans­ cia de gran cantidad de bacilos en el exudado in­
portadas por el aire. Fagocitadas por los macró- flamatorio. La pleura suele estar inflamada y pue­
fagos alveolares, llegan hasta los ganglios me- de producirse un derrame pleural serohemático.
diastínicos, donde originan una linfadenitis necro- Hay linfadenitis necrohemorrágica mediastínica
hemorrágica con mediastinitis hemorrágica y sep­ y mediastinitis hemorrágica, con ensanchamien­
ticemia. to simétrico del mediastino.
C apítulo 5H - Carbunco O 507

En el carbunco orofaríngeo la mucosa presen­ supura. Algunas de las vesículas que rodean In
ta congestión, edema y áreas necrohemorrágicas, escara se rompen y son reemplazadas por cositas
con linfadenitis y edema cervical. melicéricas. Hay escurrimiento escaso de líqui­
En el carbunco intestinai las lesiones asientan do seroso. Es frecuente la linfadenitis regional
con mayor frecuencia en el yeyuno y son menos poco dolorosa. La fiebre está ausente en la ma­
comunes en otros tramos del tubo digestivo. Por yoría de los pacientes y la repercusión general es
lo general son múltiples y tienen características poco importante. El 80% de los casos llega a la
similares a la lesión cutánea. La pared intestinal, curación espontánea en pocas semanas. En los
el peritoneo, el mesenterio y el retroperitoneo enfermos graves la fiebre es alta y los síntomas
están intensamente congestivos, con focos necro- generales son muy marcados. Aparece bacte-
hemorrágicos y edema gelatinoso. Hay linfade­ riemia, que puede llevar al shock séptico y a la
nitis mesentérica necrohemorrágica y ascitis scro- muerte en plazo breve. En general la gravedad está
hemorrágica. en relación inversa con el tamaño de la lesión y en
En la septicem ia carbuncosa, además de las relación directa con la intensidad del edema. Si la
lesiones primitiva, cutáneas, pulmonares, orofa- lesión se localiza en una zona próxima al cuello,
ríngeas o intestinales, hay localizaciones espléni- el edema puede llegar a comprometer la permea­
cas, renales, cardíacas y meningoencefálicas. En bilidad de la vía aérea. En la mayoría de los casos
estos órganos la tendencia lesional más común la escara se elimina en la segunda o tercera sema­
es la necrohemorragia. Además de todas las le­ na de enfermedad y en su lugar queda una úlcera.
siones descriptas, pueden ser causa de muerte los Ésta cicatriza en 3 a 8 semanas más, lo cual de­
desequilibrios hidroelectrolíticos y la coagulación pende de su tamaño y profundidad.
intravascular diseminada.
Carbunco pulmonar
El carbunco pulmonar, carbunco por inhalación
MANIFESTACIONES CLÍNICAS
o enfermedad de los cardadores de lana es un
Más de 95% de los casos de carbunco en el ser padecimiento muy poco frecuente y de difícil
humano son cutáneos y menos de 5% son pulmo­ diagnóstico. Progresa con rapidez, con fiebre ele­
nares. La localización primitiva en el aparato di­ vada, tos con expectoración abundante, a veces
gestivo, por lo general intestinal, es rara, como sanguinolenta, donde se hallan bacilos en abun­
también lo es la forma orofaríngea. Otras formas dancia. Se acompaña además con disnea, estridor,
clínicas, como la meningoencefalitis carbuncosa, hipoxia e hipotensión; por lo general la muerte
son secundarias a septicemia por anthracis. llega en 1 a 3 días. Un aspecto radiológico carac­
terístico es el ensancham iento sim étrico del
Carbunco cutáneo mediastino. También pueden observarse zonas de
La lesión se localiza principalmente en zonas condensación unilateral o bilateral, con derrame
descubiertas de la piel, como la cabeza, el cuello pleural o sin él.
y los miembros superiores. En general es única,
pero pueden ser varias. Uno a tres días después Carbunco orofaríngeo
de la inoculación de las esporas de B. anthracis Esta forma clínica también es muy poco fre­
en la piel, aparece una mácula congestiva y pruri- cuente y difícil de diagnosticar. La lesión prima­
ginosa. En 2 o 3 días la lesión se hace papulosa y ria casi siempre asienta en las amígdalas. La mu­
luego vesiculosa. La vesícula es de tamaño va­ cosa está intensamente congestiva, edematosa y
riable, 3 a 15 mm, y tiene un contenido seroso o presenta áreas necrohemorrágicas. Tiene un co­
serohemático. Entre el tercero y el quinto día la mienzo brusco, con temperatura elevada, 39°C a
lesión aparece constituida por una escara central 40®C, odinofagia, disfagia y linfadenopatías re­
negra, deprimida, rodeada por una corona de ve­ gionales dolorosas. El edema de las fauces y el
sículas y una zona de edema duro característico, cuello puede provocar una dificultad respiratoria
que puede ir en aumento y llegar a ser muy in­ grave. En general esta localización también evo­
tenso. La lesión es indolora o poco dolorosa y no luciona a la septicemia carbuncosa y a la muerte.
508 □ Tercera parte - Infecciones bacterianas

Carbunco intestinal En Inform a intestinal la diferenciación inclu­


Se observa en raras ocasiones y es de difícil ye otras causas de diarrea sanguinolenta, apen-
diagnóstico. Comienza bruscamente con escalo­ dicitis aguda, diveríiculitis y peritonitis por per­
fríos, fiebre de 38“C a 40^C, malestar general, foración de viscera hueca.
náuseas, vómitos, dolor abdominal y diarrea mu- En la fo rm a septicém ica. la puerta de entrada
cosanguinolenta. A veces se produce ascitis de cutánea requiere el diagnóstico diferencial con
desarrollo rápido. La muerte sobreviene en 1 a 3 septicemias de otras causas, pero es muy difícil
días por septicemia carbuncosa. en las formas pulmonar, orofaríngea e intestinal.

Septicemia carbuncosa
COMPLICACIONES
A partir de las lesiones descriptas precedente­
mente, la infección puede generalizarse y deter­ Es posible la sobreinfección bacteriana de las dis­
minar metástasis múltiples. Una de ellas, de sin­ tintas localizaciones del carbunco. Otras complica­
gular gravedad, es la meningoencefalitis carbun­ ciones importantes son la obstrucción de la vía aé­
cosa. Los casos no tratados son siempre morta­ rea y el síndrome mediastínico, ambos provoca­
les. dos por el edema intenso, y las hemorragias causa­
das por la coagulación intravascular diseminada.
DIAGNÓSTICO
PRONÓSTICO
En la forma cutánea, el aspecto clínico de la
lesión es sugestivo y por lo general los antece­ El carbunco cutáneo se cura en forma espon­
dentes epidem iológicos no faltan. La demostra­ tánea en el 80% de los casos; la mortalidad es
ción de B. anthracis en las lesiones es posible si muy baja si es tratado en forma adecuada con
el enfermo no ha recibido antibióticos. Se reali­ antibióticos. En cambio, en las formas pulmonar^
zará el examen directo con coloración de Gram y orofaríngea e intestinal, y en la septicem ia car-
el cultivo del líquido de las vesículas. Se practi­ buncosa, la mortalidad es muy alta aun con tra­
carán hemocultivos, que en las formas septicé- tamiento correcto.
micas son positivos. En la meningoencefalitis
carbuncosa el LCR es hemorrágico y en él se
TRATAMIENTO
demuestra fácilmente el microorganismo, por el
examen directo y los cultivos. La penicilina G es muy eficaz. B. anthracis
El diagnóstico clínico de las formas pulmonar, desaparece de la lesión cutánea 5 horas después
orofaríngea e intestinal es muy difícil. La epide­ de la aplicación parenteral de penicilina. La do­
miología es un elemento valioso para orientar el sis para \z. fo rm a cutánea es de 2.000.000 de uni­
diagnóstico. dades cada 6 horas por vía intravenosa, durante
3 o 4 días, hasta la disminución del edema, luego
DIAGNÓSTICO DIFERENCIAL se continúa con penicilina oral (penicilina V
1.500.000 UI cada 6 horas) hasta totalizar 10 días
La fo rm a cutánea incluye el forúnculo, la ecii- de tratamiento. En los individuos alérgicos a la
ma, la erisipela y la picadura de insectos. penicilina puede utilizarse eritromicina, tetra-
La form a pulm onar debe diferenciarse de en­ ciclina o cloranfenicol. Los antibióticos no ev i­
fermedades respiratorias virales o bacterianas gra­ tan la formación de la escara. Las lesiones cutá­
ves, como también de la mediastinitis bacteriana, neas se tratan con curas locales y se cubren con
producida por ruptura espontánea o provocada del vendajes. Estos serán incinerados de inmediato
esófago. luego de ser retirados. Está contraindicada la ci­
En \difo rm a orofaríngea el diagnóstico diferen­ rugía local. En las formas pulmonar, orofaríngea
cial incluye el flemón del piso de la boca, la difte­ e intestinal así como en la septicemia carbuncosa,
ria, la angina por asociación fusoespirilar y el fle­ la dosis de penicilina es de 24.000.000 de unida­
món laterofaríngeo. des diarias por vía intravenosa.
C apítulo 58 - Carbunco ü 509

\

el pelo de los animales, y mejorar las condicio­
f profilaxis
nes de trabajo de las personas que los manipu­
Los cadáveres de animales muertos por car- lan. Los animales susceptibles se inmunizan con
* bunco se incinerarán en el mismo lugar donde vacuna esporulada avirulenta de Sterne, que es
^ mueren o se enterrarán a 2 metros de profundi­ la indicada por su actividad inmunogénica ade­
dad cubiertos con cal. N o hay que descuartizar­ cuada y su inocuidad. Hay vacunas para los se­
los ni utilizar su cuero. Hay que recordar que la res humanos expuestos ai riesgo de contraer la
esporulación de los bacilos eliminados con las enfermedad, las cuales se preparan con el sobre­
secreciones del animal se produce únicamente nadante de cultivos de cepas no capsuladas
en contacto con el aire. Para evitar el carbunco de B. anthracis precipitado con hidróxido de alu­
por inhalación hay que descontaminar la lana y minio.

B ib lio g ra fía --------------------------------- -------------- _


Asocidción Argentina de Zoonosis. Temas de Zoonosis. Parasitarias. Editorial Bibliográfica Argentina. Buenos
Vo!. l - II -111. Bos Aires. 2006. Aires. 1955.
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González HD y Floriani C. Enfermedades Infecciosas y
"•vn ?ji.l iífjjs’íjrwój iró ncúocy
í .••>;<.'C'*v ¿í}v-«-> -

■- ^: ‘* - í f c , . -í-'eccii-r. c x !v .iC A 0 (lfe ;'> 3 á B í^


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<
59
Bmcelosis
Ornar J. Palmieri
Jorge Wallach

D E FIN IC IO N 5.a¿>í)mw(Schmidty Weis, 1901); biotipos 1 al9.


5. (Hughes, 1893); biotipos 1 ,2 y 3.
La bm celosis es una zoonosis producida por B. jíííj (Huddleson, 1929); biotipos 1,2, 3 y 4.
distintas especies del género Brucella. Afecta a B. ovis (Buddle, 1956).
numerosos animales y se transmite al hombre por B. neotom ae (Stoenner y Lackman, 1957).
exposición ocupacional, accidental, o por el con­ B. canis (Carmichael y Bruner, 1968).
sumo de lácteos o carnes crudas. Las principales especies de Brucella asociadas
con patología humana son: B. m elitensis, B. suis,
E T IO LO G ÍA
B. ahortus y B. canis.

Las bacterias pertenecientes al género Brucella


E P ID E M IO L O G ÍA
presentan las siguientes características: a) son co­
cos, cocobacilos o bacilos cortos gramnegativos, La brucelosis, también denominada fiebre on­
no esporulados e inmóviles; b) son aerobios, no dulante, fiebre de Malta, melitococia y enferme­
crecen en condiciones de anaerobiosis estricta dad de Bang, es una enfermedad cosmopolita que
pero muchas cepas requieren bajas concentracio­ afecta principalmente numerosas especies anima­
nes de CO2 para su desarrollo; c) son catalasa y les y puede transmitirse al hombre, que consti­
oxidasa positivos; d) crecen mejor con ei agre­ tuye el último eslabón en la cadena epidemioló­
gado de suero o sangre, pero no requieren factor gica.
V (NAD) o X (hemina) para desarrollarse; e) con Como en otras zoonosis, la disminución de ca­
excepción de Brucella neotom ae, no acidifican sos en el ser humano está directamente relacio­
los medios que contienen carbohidratos; f) no nada con las medidas de control en ¡as zonas en-
licúan la gelatina ni lisan los glóbulos rojos; g) zoóticas. Esta enfermedad seguirá ocupando un
reducen el nitrato, producen H^S e hidrolizan la lugar relevante entre las enfermedades transmi­
urea en forma variable; h) no producen acetil- sibles mientras haya regiones con alta prevalen-
metilcarbinol (reacción de Voges-Proskauer ne­ cia de infección en los rebaños.
gativa), no utilizan citrato y la reacción del rojo En América latina, el mayor número de casos
de metilo es negativa, e i) la temperatura óptima de brucelosis humana se registra en Argentina,
de crecimiento es 37®C, con un rango de 20®C a M éxico y Perú.
40°C, en un pH de 6,6 a 7,4. A pesar de todas las medidas de control, en to­
Hay seis especies de Brucella y dieciséis bioti- do el mundo cada año se producen unos 500.000
pos conocidos: casos.
512 □ Tercera parte • Infecciones bacterianas

Las distintas especies del género Brucella tie­ órganos, como el hígado, el bazo, la médula ósea,
nen hospederos preferenciales, aunque no existe los ganglios linfáticos y los riñones, ricos en cé­
especificidad hospedero-parásito. Los reservorios lulas del sistema reticuloendotelial.
naturales de importancia para la transmisión de Por la característica de sobrevivir y multipli­
la enfermedad al hombre son el ganado vacuno carse en el interior de las células fagocíticas, se
{B. abortus)y el caprino, el ovino {B. me¡itensis)y consideran patógenos intracelulares facultativos.
el porcino (B. suis) y el perro {B. canis). Aún se desconocen los factores que favorecen la
Las fuentes de infección humana varían en re­ viabilidad intracelular de Brucella.
lación con las áreas enzoóticas, las ocupaciones, La virulencia de las distintas especies es varia­
los hábitos alimentarios y los reservorios natura­ ble y provoca diferentes tipos de reacciones
les. Las vías de infección más comunes son el hísticas en el hospedero. B. m elitensis, que es la
contacto directo con animales infectados, la in­ más virulenta, resiste la actividad bactericida del
gestión de alimentos contaminados (carnes o lác­ suero y la destrucción por parte de los polimor­
teos) y la inhalación de aerosoles en ambientes fonucleares. En animales de experimentación
contaminados. produce mayor reacción exudativa, con la forma­
ción de abscesos. B. abortus es menos virulenta,
con menor capacidad invasora, es destruida en
PA TO G E N IA
parte por la actividad bactericida del suero hu­
La forma de transmisión y las puertas de entra­ mano normal y en animales de experimentación
da del agente etiológico de la brucelosis están en produce granulomas, capaces de evolucionar a
relación con las áreas enzoóticas, con los grupos la fíbrosis y calcificación. La virulencia de B. suis
ocupacionales expuestos y con los hábitos ali­ se considera intermedia; las lesiones hísticas tien­
mentarios e higiénicos de la población. den a la caseosis y la supuración. B. canis es sen­
La vía cutánea, mucocutánea o mucosa (con- sible a la actividad bactericida del suero y su ac­
juntival y otras) es frecuente en el personal de ción patógena se limita a un pequeño número de
frigoríficos, mataderos, trabajadores agropecua­ hospederos.
rios y médicos veterinarios. La vía respiratoria, a La infección induce la respuesta inmune hu­
través de aerosoles, también afecta a trabajado­ moral y celular. Su magnitud y duración está de­
res de frigoríficos y es la más común en el perso­ terminada por varios factores: la virulencia de la
nal de laboratorios que manipulan Brucella. cepa infectante, el tamaño del inóculo, y la edad,
La infección por vía digestiva se debe a la in­ el sexo y el estado inmune del hospedero. La res­
gestión de leche o derivados no pasteurizados. puesta humoral se caracteriza por un aumento
Se han descripto brotes de infección en familias inicial de anticuerpos IgM, que alcanzan su máxi­
o pequeños grupos poblacionales, causados por mo nivel al tercer mes y luego declinan en forma
el consumo de productos lácteos no hervidos ni gradual hasta alcanzar títulos bajos que perduran
pasteurizados. Las carnes saladas o ahumadas son durante años. El aumento de anticuerpos IgG se
una fuente potencial de in fección , dado que produce luego de la segunda semana de infec­
B rucella es resistente a estos procedimientos. El ción y llega a niveles máximos durante el segun­
contagio interhumano es excepcional; se docu­ do mes. La persistencia de títulos elevados o su
mentaron casos de infección por transfusión de aumento, luego de haber declinado, indican in­
sangre, por transmisión vertical de la madre al fección persistente o recaída. Los anticuerpos
feto y por contacto sexual. Debe tenerse en cuenta intervienen en la opsonización de las bacterias,
como fuente posible de infección el trasplante de favorecen la fagocitosis y al parecer desempe­
órganos. Cuando las bacterias pasan la barrera ñan cierto papel protector en la reinfección.
mucosa o cutánea, son fagocitadas por los leuco­ En forma simultánea a la activación de los lin-
citos polimorfonucleares y mononucleares, ingre­ focitos B, se activan los linfocitos T. La libera­
san en el sistema linfático y se multiplican en los ción de linfocinas, principalmente interleucina 2,
ganglios regionales. Una vez que sobrepasan esta interferón gamma y factor de necrosis tumoral,
barrera se diseminan por vía hemática a distintos aumentan la respuesta inmune celular y la acti-
Capi7«/o 5P - Brucelosis □ 513

vación de macrófagos. Las personas y animales La fiebre suele acompañarse con dolor lumbar
infectados desarrollan una hipersensibilidad de y dorsal, astenia, disminución del apetito y adel­
tipo retardado a los antígenos de Brucella. gazamiento. Otros hallazgos sem iológicos obser­
vables en el curso de la brucelosis aguda son tos
seca o productiva, dolor abdominal, constipación
anatomía patológica
o diarrea, temblores, parestesias, adenomegalias
Los tejidos reaccionan frente a Brucella con la cervicales y axilares, hepatoesplenom egalia,
formación de granulomas, constituidos por célu­ exantema morbiliforme, papulonodular o erite­
las epitelioides, células gigantes, linfocitos y cé­ ma nudoso. La presencia de púrpura, secundaria
lulas plasmáticas. Algunos de estos granulomas a trombocitopenia e ictericia, es una manifesta­
presentan necrosis central y contienen numero­ ción de formas graves con compromiso hepato-
sos neutrófilos, otros adoptan un aspecto sem e­ celular y coagulación intravascular diseminada.
jante a las lesiones de la sarcoidosis y curan con Las formas septicémicas graves son excepcio­
fibrosis y frecuentemente con calcificación. La nales. Las formas recurrentes se deben en gene­
infiltración mononuclear difusa y los granulomas ral a recaídas por com plicaciones supurativas
pueden ser la causa de hepatoesplenomegalia. Las focales no resueltas o a reinfección.
lesiones localizadas y destructivas se asemejan a La brucelosis puede localizarse en uno o más
abscesos o infartos focales. En ocasiones la ra­ órganos o sistemas, en los que provoca alteracio­
diología detecta lesiones calcificadas en el bazo. nes anatómicas y funcionales. La frecuencia con
que se presentan estas localizaciones es variable
y se relaciona en forma directa con demora en
MANIFESTACIONES CLÍNICAS
llegar al diagnóstico y en iniciar el tratamiento
La brucelosis puede comenzar como una en­ específico.
fermedad febril aguda o en forma insidiosa. El Las localizaciones osteoarticulares son las más
espectro clínico es muy amplio y comprende des- frecuentes; las más comunes se observan en la
■ de formas asintomáticas hasta graves. El extraor­ columna vertebral, las articulaciones sacroilíacas
dinario polimorfismo clínico pone al médico ante y las coxofemorales, aunque puede comprome­
I un verdadero desafío diagnóstico, para el que terse cualquier parte del esqueleto. Se manifies­
i. debe valerse de una anamnesis prolija y un exa- tan por artralgias, artritis, osteomielitis, espon­
’ men físico exhaustivo. dilitis, tenosinovitis y bursitis.
La sacroileítis es una de las localizaciones es­
Brucelosis aguda queléticas más frecuentes, en especial en sujetos
En las formas sintomáticas el cuadro clínico jóvenes. El curso es agudo, y los signos y sínto­
comienza luego de un período de incubación va­ mas dominantes son el dolor en la región glútea
riable de una a tres semanas, si bien se han comu­ y la fiebre. En pacientes adultos y ancianos el
nicado algunos de mayor duración. En alrededor diagnóstico de sacroileítis puede estar enmasca­
de un tercio de los pacientes el comienzo es agu­ rado por la asociación con espondilitis de la co­
do, en el resto de los casos los síntomas se incre­ lumna lumbar.
mentan en una o dos semanas. El compromiso de las articulaciones grandes y
El inicio de las formas leves, no complicadas, pequeñas de los miembros ocupa el segundo o ter­
suele asemejarse a un cuadro gripal, pero se di- cer lugar en frecuencia, principalmente las coxo-
¡ ferencia de éste porque los síntomas no remiten fcmorales y las rodillas. El curso clínico de la ar­
en una o dos semanas. La fiebre, mayor de 38®C, tritis es agudo o subagudo y hay que diferenciarlo
está presente en la mayoría de los pacientes. El de la inflamación de los tejidos periarticulares
patrón clásico de fiebre ondulante, que no es co­ (bursitis y tenosinovitis), que se caracteriza por su
mún, puede observarse en etapas tardías de la localización errática. La gran mayoría de pacien­
evolución natural de la enfermedad. El síndrome tes con brucelosis sólo refiere artralgias.
febril se completa con escalofríos, sudoración El análisis del líquido articular revela aumento
profusa, cefalea y artromialgias. de la celularidad con predominio linfocltario y a
514 □ Tercera parte - Infecciones bacterianas

veces, utilizando medios de cultivo adecuados, llamados aneurismas micóticos). El LCR es cla­
se aísla Brucella. ro u opalescente, con pleocitosis linfocitaria y re­
También suele observarse un cuadro de artritis cuentos que van de 20 a 300 células/mm^ y po­
reactiva por complejos inmunes, que no produce cas veces superan las l .000 células/mm^. Las pro­
destrucción de los tejidos articulares. teínas están aumentadas y la glucosa disminuida
La espondilitis, que es la localización esque­ o normal.
lética más grave de la brucelosis, afecta más a Si se utilizan los medios de cultivo adecuados,
menudo a personas de sexo masculino y edad es posible m s h r B rucella del LCR. Las pruebas
avanzada. La localización más común es la co­ de aglutinación específicas en el LCR pueden ser
0 lumna lumbar, pero pueden estar afectados otros negativas o positivas con títulos bajos.
segm entos. Se manifiesta por dolor intenso e En la mayoría de los casos el compromiso
m impotencia funcional, y en muchos casos por medular y radicular se produce por efecto mecá­
compresión radicular. La ausencia de fiebre y sín­ nico, secundario a espondilitis o sacroileítís, con
0
tomas generales no descarta la enfermedad. En la formación de abscesos epidurales, aracnoiditis
u algunos casos los pacientes con espondilitis tie­ o estrechamiento de los agujeros de conjunción.
nen extensión paravertebral, con la formación de Las localizaciones cardiovasculares son poco
o abscesos que requieren drenaje quirúrgico. La frecuentes pero de alta mortalidad. La endocar­
compresión medular es poco común; se ha ob­ ditis por Brucella es muy rara, pero en áreas en­
servado en pacientes con localización cervical o démicas, con alta prevalencia de B. m elitensis, la
dorsal y cuando se produce, requiere la inmedia­ infección endocárdica es menos infrecuente. Es
ta liberación quirúrgica de la médula espinal. más común en personas de edad media y sexo
<í» Las alteraciones radiológicas tardan 2 a 3 se­ masculino; en primer lugar afecta la válvula aór­
manas en aparecer, las más precoces son el estre­ tica y después la mitral. En la mayoría de los ca­
tti chamiento del espacio intervertebral y la espon­ sos el curso es subagudo, lo que muchas veces
dilitis anterior o epifisitis vertebral. Éstas se ob­ retrasa el diagnóstico, pero puede ser agudo, con
servan mejor en la incidencia lateral, como una insuficiencia cardíaca grave por disfunción o ro­
muesca o desgaste del ángulo anterosuperior del tura del aparato valvular. Hay formación de gran­
cuerpo vertebral (signo de Pedro Pons). des vegetaciones con embolizaciones frecuentes;
De gran utilidad para el diagnóstico de esta lo­ la extensión perivalvular da origen a abscesos
calización son la TC y la RM. miocárdicos.
La centellografía con Ga 67 es positiva en la Esta etiología debe plantearse en pacientes con
mayoría de los pacientes con compromiso esque­ diagnóstico de endocarditis infecciosa y hemocul-
i» lético, aunque la captación del radiotrazador es tivos negativos en los medios habituales. Asimis­
menor que en las espondilitis piógenas. mo, se considerará la posibilidad de infección
f íi
La localización en el sistem a nervioso no es fre­ endocárdica en todo paciente con brucelosis y
cuente. Los síndromes clínicos más comunes son hemocultivos persistentemente positivos en los
meningitis, encefalitis, mielitis, radiculitis, neuri­ medios adecuados para Brucella a pesar de ha­
i» tis o combinaciones de ellos. El curso clínico pue­ ber recibido tratamiento con antimicrobianos.
de ser agudo, subagudo o crónico y presentarse El alto porcentaje de fallas de la terapéutica
« I en etapas tempranas o tardías de la enfermedad. antibiótica obliga a plantear siempre la posibili­
La forma más frecuente de afectación es la dad quirúrgica como parte del tratamiento de la
S f
meningoencefalitis. Pueden observarse parálisis endocarditis por Brucella.
0 de uno o más nervios craneales, principalmente Otros trastornos cardiovasculares de la bruce­
los pares III, VI y VII. En menos de la mitad de losis son la miocarditis, la pericarditis y la aortitis.
« los casos hay rigidez de nuca. La localización hepática es frecuente. Se obser­
Los episodios meningovasculares, que son ra­ van grados leves o moderados de citólisis hepato-
0 ros, se manifiestan como accidentes isquémicos citaria, que se manifiesta por aumento de la fosfa-
transitorios, vasculitis focal o hemorragias secun­ tasa alcalina y de las transaminasas al doble o
0 triple de sus valores normales. La bilirrubinemia
darias a la rotura de aneurismas infecciosos (mal
0
0
0
Capiiri//o 5P - Brucelosis □ 515

suele ser normal. El hallazgo clínico de hepato- Una complicación aún controversial es el abor­
niegalia no siempre se relaciona con los resulta­ to en seres humanos provocado por B ntcella. Si
dos de las pruebas funcionales. El cuadro histoló­ bien el microorganismo se aisló del tejido pla-
gico es el de una hepatitis intersticial difusa o gra- centario y del líquido amniótico, las mujeres con
nuíomatosa. La formación de granulomas y la ten­ brucelosis tienen bajo riesgo de aborto. Esto pue­
dencia a la supuración o caseosis es más frecuente de deberse a la escasa concentración de eritritol
en infecciones por B. suis y en segundo lugar por en el tejido placentario humano, a diferencia de
B. abortus, mientras que B. m elitensis causa una lo que ocurre en bovinos, ovinos, caprinos y por­
hepatitis difusa y granulomas más pequeños. cinos, que contienen altas concentraciones de este
La ictericia y la insuficiencia hepática son ra­ azúcar-alcohol que favorece el desarrollo de Bru-
ras y en general forman parte de cuadros sépti­ celia.
cos graves con falla de múltiples órganos. La La infección renal se manifiesta como pielo-
cirrosis con ascitis, abscesos hepáticos o colecis­ nefritis o nefritis intersticial, con proteinuria,
titis son infrecuentes en la actualidad, pero de­ hematuria o piuría. La pre.sencia de granulomas
ben tenerse en cuenta. caseososupurativos, con extensión perirrenal y
La localización esplénica muestra la predilec­ retroperitoneal, es más frecuente en infecciones
ción de B ntcella por el sistema reticulohistioci- por B. suis.
lario, lo que determina que el bazo sea altamente Las localizaciones respiratorias son raras. La
vulnerable a la infección. La esplenomegalia ho­ infección broncopulmonar por B ntcella es difí­
mogénea es común en los casos agudos, menos cil de documentar debido a que el aislamiento a
frecuente es la formación de abscesos, solitarios partir del esputo o el lavado broncoalveolar no
o múltiples, que pueden calcificarse. Las calcifi­ es común. N o obstante, hay que recordar que la
caciones esplénicas tienen un tamaño mayor de vía aérea es una puerta de entrada de la infec­
un centímetro y una imagen central densa, ro­ ción, por inhalación de aerosoles contaminados,
deada por láminas concéntricas con un halo hipo- por lo que puede constituir el foco primario e in­
denso que le confieren el aspecto de escarapela. clu so estar com prom etida durante la etapa
La presencia de imágenes calcificadas en el bazo bacteriémica de la enfermedad.
obliga a plantear el diagnóstico diferencial con En la radiografía de tórax pueden observarse
tuberculosis e histoplasmosis. En estas dos últi­ opacidades de tipo alveolar, segmentario o lobu­
mas también pueden observarse calcificaciones lar, nódulos únicos o múltiples, adenomegalias
esplénicas, pero en general no superan un centí­ biliares, imágenes cavitadas y derrame pleural.
metro de diámetro, son homogéneas, múltiples y En pacientes con infección crónica por B. suis se
excepcionalmente de aspecto laminar. han descripto nódulos únicos o múltiples que
En los casos de infección crónica el bazo pue­ plantean el diagnóstico diferencial con carcino­
de adquirir dimensiones importantes y aumentar ma primario o metastásico.
su actividad hemocaterética lo cual puede pro­ Las manifestaciones hemáticas más salientes
ducir pancitopenia. de la brucelosis aguda son leucopenia y linfo-
La esplenectomía o el drenaje quirúrgico de­ citosis relativa que pueden persistir por tiempo
ben plantearse en los pacientes con brucelosis e prolongado. En algunos casos hay troniboci-
hiperesplenismo o con la presencia de abscesos topenia moderada. También puede observarse
que no respondan al tratamiento antibiótico. anemia e hiperactividad macrofágica en la mé­
Las localizaciones urogenitales se observan po­ dula ósea, que puede llegar a constituir un sín­
cas veces. La más frecuente es la orquiepidi- drome hemocitofágico.
dimitis unilateral. Cuando se produce la reacción
inflamatoria de la túnica vaginal, la manifesta­ Brucelosis crónica
ción clínica más llamativa es el hidrocele. Entre los distintos autores no hay consenso
La orquiepididimitis puede evolucionar a la acerca de la definición de brucelosis crónica, un
atrofia testicular, que si es bilateral es causa de término que parece estar cayendo es desuso por
esterilidad. La infección prostática es muy rara. su escasa utilidad.
516 D Tercera parte - Infecciones bacterianas

Con un criterio cronológico, la padecerían El aislam iento bacteriológico puede provenir


aquellos pacientes que continúan sintomáticos de sangre, médula ósea, LCR y muestras de teji­
por un período mayor de 6 meses según algunos dos. Los hemocultivos son de elección en el pe­
y de un año según otros, posterior a la infección ríodo agudo. En general se obtienen series de tres
documentada. tomas con intervalos variables según el estado
Otros autores» basados en un criterio práctico del paciente.
y en los hallazgos clínicos, utilizan el término Para el aislamiento primario la OMS recomien­
para aquellas formas con manifestaciones focales da el medio bifásico de Ruiz Castañeda o medios
bien definidas (osteoarticulares, neurológicas, líquidos com o el caldo de triptosa-soja; sin em­
genitourinarias u otras). Más importante que el bargo, en la actualidad es preferible recurrir a sis­
diagnóstico de enfermedad aguda o crónica es es­ temas de hem ocultivos automatizados como
tablecer si la infección está activa o no, lo cual BACTEC o BacT/Alert que reducen el tiempo
tiene importancia en la decisión terapéutica y en de aislamiento.
el pronóstico. El cultivo de médula ósea, obtenida por pun­
Las reinfecciones se dan en personas que por ción aspirativa esternal o de la cresta ilíaca, se
razones profesionales o laborales están continua­ recomienda en los casos de infección crónica o
mente expuestas a Brucella. Por lo general las cuando los cultivos de sangre son negativos y hay
manifestaciones clínicas de las reinfecciones son fuerte presunción de la enfermedad. Otras mues­
más leves que las de la primoinfección. Hay tam­ tras útiles para el aislamiento de Brucella son la
bién reacciones de hipersensibilidad en personas biopsia hepática, los ganglios linfáticos, el LCR,
seropositivas con exposición reiterada a antígenos el líquido peritoneal, el líquido sinovial y el pus
de Brucella. de los abscesos.
Siempre que se sospeche brucelosis hay que
Infección por cepas vaccinales comunicarlo al laboratorio de bacteriología para
La infección accidental, percutánea o por vía que se adopten las medidas de bioseguridad co­
conjuntival con la cepa 19 (atenuada) de B. rrespondientes y se empleen medios adecuados
abortus utilizada en la vacunación animal, pue­ para el cultivo de Brucella, los que se manten­
de provocar reacciones locales o enfermedad drán en observación por lo menos durante 30 días.
sistémica similar a la que producen las cepas sal­ B. m elitensis se recupera en un 75% a 90% de
vajes de B. abortus. Las reacciones locales apa­ hemocultivos de pacientes con infección recien­
recen pocas horas después de la inoculación y se te, pero en las formas crónicas la recuperación
caracterizan por dolor intenso y edema que pue­ del microorganismo es menor del 30%. En in­
de evolucionar a la necrosis con formación de fecciones por B. abortus el aislamiento se pro­
escara en el sitio de entrada lo cual, se observa duce en menos del 50% de los casos.
en personas con evidencias serológicas de infec­ En la mayoría de los pacientes el diagnóstico
ción previa y parece corresponder a una reacción se basa en los exám enes serológicos que detec­
de hipersensibilidad retardada. tan anticuerpos contra el lipopolisacárido de la
membrana externa de Brucella.
Pueden aparecer resultados positivos falsos en
DIAGNÓSTICO
pacientes con infecciones por F rancisella tu-
La gran variabilidad de formas de presentación larensist Yersinia enterocoUtica, Vibrio cholerae
hace de la brucelosis un verdadero desafío diag­ y Salmonella.
nóstico. Una anamnesis prolija, en la que se Las técnicas de aglutinación en tubo (Wright) o
jerarquicen los antecedentes epidem iológicos, es en placa (Huddleson) utilizan antígenos prepara­
la clave para llegar a la presunción de la enfer­ dos con B. abortus cepa 1119-3 en solución salina
medad. formolada. Los títulos de 1/100 son altamente su­
El diagnóstico se confirma con métodos direc­ gestivos de infección activa. Con estas técnicas se
tos (aislamiento bacteriológico) o indirectos, ba­ detectan anticuerpos contra B. m eliten sis, B.
sados en pruebas inmunoserológicas. abortus y B. suis, pero no contra B. canis.
C apítulo 5 9 -BTücelos'is □ 517

La prueba de aglutinación en tubo con 2-mer- gicas positivas por los m étodos que detectan
captoeianol permite medir la actividad de IgG, anticuerpos contra los lipopolisacáridos, este mé­
mediante la destrucción de IgM. Con esta técni­ todo permite diferenciar infecciones activas de
ca, los títulos de 1/50 o mayores son indicadores inactivas.
de infección activa, pero los resultados negati- La detección de anticuerpos antiproteína cito­
vos no la descartan ya que al comienzo de la in­ plasmática tiene mayor especificidad, dado que
fección los anticuerpos son del tipo IgM. en los estudios preliminares no se demostraron
La prueba de Coombs antibruccla detecta anti­ reacciones cruzadas en infecciones por otras bac­
cuerpos no aglutinantes. Es útil cuando la enfer­ terias gramnegativas.
medad lleva varios meses de evolución, período El card test o prueba de la tarjeta con rosa de
en el que disminuyen los anticuerpos aglutinan­ Bengala es casi tan sensible com o la aglutina­
tes. Es una prueba complementaria y los títulos ción en tubo; es de ejecución sencilla y el resul­
son iguales o superiores a los de aglutinación en tado se obtiene con rapidez.
tubo o en placa. Ambos resultados negativos des­ Hace poco se desarrolló una técnica de reac­
cartan casi totalmente la infección. ción en cadena de la polimerasa (PCR), de alta
La introducción del enzim oinm unoensayo sensibilidad y especificidad.
(ELISA), para la detección y cuantificación de
las distintas ciases de inmunoglobulinas, permi­
DIAGNÓSTICO DIFERENCIAL
te estudiar las variaciones cuantitativas y cuali­
tativas de los anticuerpos durante la evolución Como ya se expresó, el amplio espectro de ma­
de la enfermedad. Las IgM aparecen en forma nifestaciones clínicas de la brucelosis hace que
precoz (primera semana), a lo que sigue un au­ el diagnóstico diferencial abarque numerosas en­
mento de las IgG e IgA que se mantienen eleva­ fermedades. En las formas agudas, si no se evi­
das por períodos prolongados (dos o tres años). dencian localizaciones deberá plantearse con
Cuando se produce una recaída aumentan las IgG otras enfermedades infecciosas y no infecciosas
y en menor grado las IgA, pero las IgM no se de manifestaciones clínicas similares, como fie­
modifican. bre tifoidea, leptospirosis, mononucleosis infec­
La mayor sensibilidad del ELISA ha desplaza­ ciosa, infección por citomegalovirus, toxoplas-
do en algunos lugares la prueba de aglutinación
en tubo con 2-mercaptoetanol para la cuantifi-
mosis, tuberculosis, hepatitis, paludismo, lupus
eritematoso sistém ico y otras. También se tendrá
c
cación de inmunoglobulinas. en cuenta el diagnóstico de brucelosis en todo
La prueba de fijación del complemento es com­ paciente con síndrome febril prolongado o fiebre
pleja y sujeta a error, debido a los múltiples pa­ de origen desconocido. En las formas subagudas I
sos y reactivos que se deben emplear. Los títulos o cuando se establecen localizaciones en distin­
de 1/10 o mayores se consideran positivos. El au­ tos órganos o sistemas, el diagnóstico diferencial
mento del título en muestras de suero seriadas, incluye tuberculosis, leishmaniosis visceral, osteo­
obtenidas con un intervalo de dos semanas, tam­ mielitis crónica, enfermedades linfoproliferativas
bién tiene valor diagnóstico. o mieloproliferativas, y otras neoplasias.
Todas las pruebas anteriores se basan en la de­
tección de anticuerpos contra el lipopolisacárido
COMPLICACIONES
bacteriano, los cuales pueden permanecer eleva­
dos en pacientes que se recuperaron de la enfer­ Las localizaciones del proceso infeccioso en
medad o en personas expuestas en forma reitera­ determinados órganos o aparatos pueden generar
da a antígenos de Brucella. complicaciones graves, como ruptura de un aneu­
Un grupo de investigadores argentinos utili­ risma infeccioso, compresión medular produci­
zó la técnica de ELISA para la detección de an­ da por un absceso paravertebral o aplastamiento
ticuerpos contra una proteína citoplasmática de vertebral, tromboembolismo o insuficiencia car­
18 kD, específica del género Brucella. En indi­ díaca provocada por una localización endocár-
viduos asintomáticos y con reacciones seroló- dica. Esta endocarditis es en general valvular,
9
m 518 □ Tercera parte - Infecciones bacterianas

m
miíral o aórtica, con asiento en válvulas sanas o Al iniciar el tratamiento antibiótico debe tener­
• previamente alteradas por malformaciones o fie­ se en cuenta que en alrededor del 25% de los pa­
cientes se producirá un aumento de la fiebre y de
bre reumática.
(i los síntomas generales. Esta reacción tipo Herx-
heimer, denominada efecto Spink, se debe a la
PRONÓSTICO
lisis bacteriana masiva y en algunos casos requie­
La brucelosis tiene en general buen pronósti­ re tratamiento con corticosteroides.

co. En la mayoría de los casos es una enferme­ La combinación de rifampicina con SMX/TMP
dad autolimitada que puede curarse en 3 o 4 se­ tiene buena actividad bactericida in vitro (CIM90
manas. El tratamiento con antimicrobianos hace = 1 ng/m L y 6,5 P-g/mL, respectivamente). Estos
i» que la evolución sea más breve y menos sintomá­ fármacos alcanzan niveles adecuados en el SNC,
tica. El pronóstico es más grave en las localiza­ lo que los hace de primera elección para el trata­
iW miento de la neurobrucelosis.
ciones endocárdicas y neurológicas.
La infección endocárdica es una de las locali­
zaciones más graves de la brucelosis. Debido al
TRATAMIENTO
alto porcentaje de recaídas cuando se utiliza el
Se lo iniciará de acuerdo con el diagnóstico clí­ esquema convencional de tetraciclinas y rifam­
nico y serológico. Los estudios bacteriológicos picina, se recomienda el uso combinado de 3 o 4
no deben condicionar el inicio del tratamiento, antibióticos: tetraciclina, estreptomicina o genta-
iíit
porque sus resultados demoran y son variables. micina, y rifampicina con SMX/TMP.
iS á La antibioticoterapia acorta la evolución de la En la mayoría de los casos se requiere el re­
enfermedad, pero ningún agente por sí solo es efec­ emplazo valvular por válvulas bioprotésicas. La
m tivo. Se aconseja asociar dos fármacos, de efecto intervención quirúrgica temprana está indicada
sinérgico o aditivo, que tengan actividad bacte­ en pacientes con insuficiencia cardíaca progre­
# ricida in vitro y penetración celular adecuada. siva, vegetaciones de gran tamaño e infección
En 1986 el Comité de Expertos en Brucelosis no controlada. En todos los casos hay que des­
#
de la OMS estableció como régimen de elección cartar la presencia de abscesos m iocárdicos, o
m la asociación de doxiciclina, 200 mg/día más de otras localizaciones, que requieran drenaje
rifampicina, 600 a 900 mg/dfa, por vía oral y en quirúrgico.
# dosis única durante seis semanas. La brucelosis durante el embarazo puede pro­
La combinación de estreptomicina y doxici­ vocar infección del feto por vía transplacentaria,
clina inhibe en forma sinérgica el crecimiento de que aunque es poco frecuente suele causar abor­
B rucella. El tratamiento con estreptom icina, to sobre todo cuando se produce durante el pri­
<n
1 g/día por vía intramuscular durante las dos prime­ mero o el segundo trimestre de la gestación. En
€» ras semanas asociado con doxiciclina, 200 mg/día estos casos el tratamiento de elección es la rifam­
por vía oral durante 45 días disminuye la inciden­ picina en dosis de 900 mg una vez por día duran­
m cia de recaídas y la aparición de complicaciones. te 45 días. Las tetraciclinas están contraindicadas
La estreptomicina se puede reemplazar por gen- durante el embarazo.
m tamicina administrada durante los primeros 7 días.
La asociación SMX/TMP también es efectiva,
m PROFILAXIS
pero se asocia con un porcentaje de recaídas ma­
f t yor cuando se administra sola. Se recomiendan 3 La disminución de la incidencia de brucelosis
comprimidos por día de SMX 800 mg/TMP 160 mg está directamente relacionada con el control de
m durante las dos primeras semanas, luego 2 com ­ los reservorios animales.
primidos por día durante tres a cinco meses. No En los países en vías de desarrollo las campa­
# es conveniente su administración como agente ñas de control en áreas enzoóticas no siempre se
único, debido al alto número de recaídas, sino en llevan a cabo con los recursos humanos y mate­
i*
combinación con otros fármacos útiles en situa­ riales necesarios y es frecuente su interrupción
41 ciones especiales. por razones presupuestarias. Las medidas de pre­

Ü
C apítulo 59 - Brucelosis O 519

vención y control fundamentales consisten en la por autoclave o hervirse durante 30 minutos en


interrupción de la cadena epidemiológica. una solución de soda cáustica al 2%.
La transmisión de la enfermedad al hombre se Para la desinfección de la ropa se emplea una
produce por contacto directo con animales infec­ solución de cloramina al 2% o jabón fenólico al
tados o por consumo de sus productos inadecua­ 3%; para la de las manos se utiliza cloramina al
damente procesados, por lo que contienen bacte­ 1% o soda cáustica al 0,5% durante 5 minutos,
rias viables. La inhalación de partículas en aero­ luego se procede al lavado con agua y jabón.
sol contaminadas es otra fuente de infección, con En los laboratorios de diagnóstico e investiga­
importancia en laboratoristas, trabajadores rura­ ción donde se trabaja con BniceUa deben garanti­
les y operarios de mataderos y frigoríficos. La zarse las medidas de bioseguridad para el perso­
población general tiene riesgo de infectarse por nal. Es imprescindible contar con gabinetes de
vía digestiva, debido al consumo de productos seguridad, con filtros de alta eficiencia para el aire
lácteos y cárnicos. La pasteurización de la leche extraído que garanticen el aislamiento físico entre
y la inspección veterinaria de las reses para con­ el operador y los materiales que se procesan. Todo
sumo tiende a la protección de gran parte de la procedimiento que pueda generar aerosoles con­
población de áreas urbanas y periurbanas. taminados se llevará a cabo en esos gabinetes.
En nuestro país hay que tener en cuenta que la En algunos países, como China y Rusia, se va­
población rural está expuesta a la infección por cuna con B. abortiis atenuada (cepas 104 M y 19
sus tareas específicas, principalmente la ganade­ BA, respectivamente) a todas las personas ex­
ría, y por el consumo de alimentos no industria­ puestas a la infección. Los posibles efectos se­
lizados. Sobre este grupo debe actuarse median­ cundarios por la virulencia residual, en especial
te campañas de educación a través de los medios con B. abortus 104 M, han desestimado su uso
de com unicación, establecim ientos escolares, en otros países.
hospitales y entidades intermedias (cooperativas, El control de la brucelosis en los rodeos de las
asociaciones cooperadoras, sociedades de fomen­ áreas enzoóticas está dirigido a reducir la tasa de
to y otras). prevalencia de infección mediante la vacunación
En cuanto a la población con riesgo ocupacio- de animales susceptibles, para luego iniciar la
nal, constituida por ganaderos, operarios de ma­ erradicación. La vacunación de terneras de 3 a 8
taderos y frigoríficos, veterinarios y un grupo mi­ meses se realiza con B. abortus cepa 19 (vacuna
noritario formado por profesionales y técnicos de con cepa viva atenuada). En rebaños de ovinos y
laboratorio que trabajan con Brucella, la preven­ caprinos la vacuna de elección es B. m elitensis
ción debe basarse en la educación para la salud, Rev 1, aplicada a hembras de 3 a 6 meses.
la disposición de infraestructura acorde con las Cuando se logra una baja prevalencia de infec­
tareas que se realizan, el uso de elementos adecua­ ción, puede iniciarse el programa de erradicación,
dos (guantes, máscaras) y la vestimenta de pro­ con eliminación de los animales infectados de los
tección, además de vigilancia médica periódica. rodeos y control del ingreso de nuevos animales
Para la desinfección de instalaciones de faena en ellos. En esta etapa es fundamental el control
en los mataderos se recomienda utilizar solución del tránsito de animales desde áreas infectadas
de cloramina al 5% o soda cáustica al 8% o 10%. hacia zonas libres y la vigilancia epidemiológica
El instrumental utilizado en la faena debe pasar permanente.

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520 □ Tercera parte - Infecciones bacterianas

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V 1

á / l i : . . ‘. :

Listeriosis
*-
Gerardo E. Laube
Ornar J. Palmieri
c

\r

t
DEFINICION nismo produce una intensa monocitosis en cone­
jos, aunque en la infección humana la monocitosis 4
La listeriosis es una zoonosis provocada por es infrecuente.
Listeria monocytógenes. Está muy difundida en­
tre los animales y puede contagiarse al ser hu>
mano» lo que da lugar a diferentes cuadros clíni­ EPIDEMIOLOGÍA t
cos: síndromes febriles, infecciones perinatales, La listeriosis tiene una distribución mundial y t
meningitis, abortos repetidos y otros. afecta a gran variedad de animales. El microor­
ganismo causal también se encuentra en la tie­ C

ETIOLOGÍA rra, en los pastos y en el agua. La transmisión


<
por vía alimentaria puede causar brotes epidémi­
L is te ria m onocyíogenes es un co cob acilo cos así com o infecciones esporádicas. Los ali­ í
grampositivo, aerobio o microaerófilo, sin cáp­ mentos que habitualmente están comprometidos
sula ni esporas. Produce betahemólisis en los cul­ en las toxiinfecciones son la leche no pasteuriza- t
tivos en agar sangre. De las diversas especies da, los quesos blandos, las carnes con escasa coc­
(
existentes, sólo ésta es patógena para el hombre. ción y los vegetales crudos. Esta forma de trans­
De acuerdo con sus características morfológicas misión se ha convertido en un importante pro­
y tintoriales, puede confundirse con otros mi­ blema de salud pública de muchos países, inclu­
croorganismos, como neumococos, Haemophilus so de aquellos de mayor nivel socioeconóm ico.
influenzae, estreptococos y difteroides. Su capa­ La portación fecal y vaginal en las mujeres em­
cidad para desarrollarse a temperaturas bajas per­ barazadas puede determinar enfermedad del recién
mite aplicar la técnica de Gray de enriquecimiento nacido a partir de la vía ascendente o transpla-
en frío. centaria, así como por la exposición en el momen­
L. monocyíogenes se divide en trece serotipos to del parto. Se especula que alrededor de un 4%
clasificados sobre la base de sus antígenos O (so­ de la población humana es portadora asintomáti-
mático) y H (flagelar). El 90% de las infecciones ca de este agente infeccioso, que puede excre­
humanas se debe a los grupos la, Ib y Illb. La tarse con las heces durante semanas. En los ani­
presencia de una listeriolisina O le confiere capa­ males produce diferentes cuadros clínicos, como
cidad patogénica, por lo que se comporta como abscesos, abortos, sepsis y meningoencefalitis.
un importante factor de virulencia. La denomi­ El contagio directo puede producirse en el re­
nación de L. Monocyíogenes se debe a que un cién nacido a partir de su madre, o en aquellas
extracto de la membrana celular del microorga­ personas que trabajan con carne infectada.
522 □ Tercera parte - Infecciones bacterianas
o

Su mayor incidencia se registra en recién naci­ durante el último trimestre. Muchas veces los sín­
• dos y en individuos de más de 50 años. Muchos tomas son poco reveladores, pero en algunas oca-¡
de los brotes epidémicos se han comunicado en siones el cuadro infeccioso puede precipitar un
los meses de verano. Alrededor de un 50% de los parto pretérmino. En estas circunstancias, el líqui­

a episodios clínicos de listeriosis se producen en in­


dividuos con enfermedades preexistentes. En este
do amniótico puede mostrar un color amarronado.,
!
sentido, se estima que los pacientes con infección Granulomatosis infantiséptica :
por HIV tienen más posibilidades de padecer lis- Su incidencia es de aproximadamente siete ca-;
» teriosis que los individuos inmunocompetentes. sos por cada 100.000 nacimientos. Al igual que
También se han comunicado casos relaciona­ otros cuadros de sepsis neonatal, existen dos for­
dos con trasplantes de órganos. mas de presentación: com ienzo temprano, de^
transmisión transplacentaria, o comienzo tardío,!
o por lo común por contagio durante el pasaje por;
PATOGENIA
el canal de parto. La transmisión transplacentaria^

La puerta de entrada del microorganismo es di­ puede originar un cuadro clínico caracterizado!
gestiva. Para que se produzca la enfermedad hay por abscesos múltiples o granulomas que afectan;
que considerar diferentes factores, como la inmu­ diferentes órganos, com o el hígado, el bazo, elj
m nidad del hospedero, la acidez de! estómago y la riñón y el encéfalo. Esta última localización esj
virulencia del microorganismo. La diseminación relativamente frecuente, al punto que representa;
m de la bacteria depende de que la invasión sea di­ la tercera causa más común de meningitis bac-!
recta, a través de los vasos sanguíneos, o de su teriana durante el período neonatal. Los signos;
circulación en los monocitos. La respuesta inmuni- de presentación incluyen fiebre, letargía, irrita­
taria del individuo afectado es del tipo celular, en bilidad y, ulteriormente, alteraciones del estado'
particular de los linfocitos T. Al igual que otros mi­ de conciencia. En la piel puede comprobarse la i
croorganismos, tiene capacidad para sobrevivir en presencia de una erupción maculopapulosa o¡
los macrófagos, donde puede multiplicarse. Por lo petequial. i
general, más de la mitad de estos pacientes padece
inmunodeficiencias (linfomas u otras afecciones). Sepsis
En ciertas oportunidades las infecciones porL .!
monocyíogenes se manifiestan como sepsis. Esta
ANATOMÍA PATOLÓGICA
situación puede darse en particular en pacientes
Su principal característica es la presencia de con inmunodeficiencias. En los recién nacidos la ¡
abscesos en los casos agudos y de granulomas infección suele contraerse durante el nacimien­
histiocitarios en los de más tiempo de evolución. to. En algunas ocasiones el frotis de sangre rev e-;
Estas lesiones pueden localizarse en diferentes la monocitosis.
órganos: hígado, bazo, corazón, pulmones y otros.
Meningoencefalitis ;
Este cuadro puede presentarse tanto durante e l ,
MANIFESTACIONES CLÍNICAS
período neonatal como en adultos con estados de '
La infección por este microorganismo puede inmunodepresión. El comienzo suele ser oligosin- ,
producir diferentes síndromes clínicos. Muchos de tomático, con rechazo de la alimentación y fe- |
ellos suelen ser de carácter transitorio y oligosin- brícula, síntomas inespecíficos que deben alertar
tomático. Aquí se describirán infecciones durante al médico y hacerle considerar la probabilidad \
el embarazo, granulomatosis infantiséptica, sepsis, de esta afección. L. monocytogenes muestra cierta
meningoencefalitis e infecciones focales. predilección por el tejido nervioso. Produce cere-
britis, absceso encefálico, afección del tronco
Infecciones durante el embarazo cerebral y meningitis. Esta última representa la j
La listeriosis puede presentarse en cualquier forma clínica más frecuente. El análisis del LCR |
momento de la gestación, aunque es más común puede mostrar aumento de la celularidad con pre- i
#

m
C apítulo 60 - Listeriosis □ 523

dominio de neutrófilos, aunque en algunas cir­ • M eningoencefalitis: con cuadros psiquiá*


cunstancias se comprueba un incremento de mo- iricos, meningitis bacterianas por otros microor­
nonucleares. ganism os {SireptococcH S p n e itn w n ia e, Hae-
En los pacientes adultos con estados de inmu- m o p h iliis in flu e n z a e , C ry p to c o cc iis n eofor-
nodepresión el cuadro clínico puede ser poco mans).
evocador del compromiso neurológico, que en • Infecciones focales: con conjuntivitis virales
general tiene una evolución subaguda. o bacterianas y síndromes mononucleósicos.

Infecciones focales
PRONÓSTICO
Éstas pueden ser la expresión local de la enfer­
medad generalizada, como ocurre en la granu- Depende en general de cada cuadro clínico y
lomatosis infantiséptica, aunque también son el del estado inmunitario del paciente. La mortali­
resultado de la inoculación directa, com o en el dad es más elevada en los ca.sos de granuloma-
caso de la conjuntivitis. También se comunica­ tosis infantiséptica y de meningoencefalitis. Sin
ron infecciones de los ganglios cervicales, uveítis, embargo, si la glucorraquia es normal, el pronós­
endocarditis bacteriana, artritis y peritonitis. tico es bueno. Como en otras enfermedades, la
evolución depende de un diagnóstico temprano
y de un tratamiento efectivo.
d ia g n ó s t ic o
Las secuelas en el largo plazo de la infección
Sospechada la enfermedad, sobre la base de neonatal incluyen retraso mental, hidrocefalia y
criterios clínicos y epidem iológicos, se recurrirá parálisis.
al diagnóstico de laboratorio. Éste sólo es confir­
matorio si se aísla el agente causal en las diferen­
TRATAMIENTO
tes muestras clínicas. En este sentido es importan­
te tener en cuenta que el método de enriquecimien­ Se acepta en general que la mayoría de las cepas
to en frío a 4'’C eleva las probabilidades de recu­ son sensibles a ampicilina, penicilina, eritromicina,
perar el agente bacteriano. Es excepcional su ha­ cloranfenicol, SMX/TMP y cefaloiina. No obstan­
llazgo en muestras de LCR, debido al escaso nú­ te, debido al sinergismo existente entre los betalac-
mero de microorganismos presentes en él. támicos y los aminoglucósidos, se recomienda la aso­
Los estudios serológicos no siempre son de ciación de ampicilina, 100 mg/kg/día y gentamicina,
utilidad, ya que L. m onocytogenes comparte di­ 5 mg/kg/día, durante dos semanas, para el tratamien­
versos antígenos con otras bacterias. Sin embar­ to de las formas generalizadas, en particular las me­
go, pueden ser de valor las técnicas de aglutina­ ningoencefalitis y la granulomatosis infantiséptica.
ción e inmunofluorescencia, siempre y cuando El SMX/TMP se ha empleado con buen resultado
demuestren conversión serológica. En la actuali­ en pacientes alérgicos a los betalactámicos. Las
dad hay procedimientos de biología molecular, cefalosporinas de tercera generación no son útiles.
aplicables principalmente a los estudios de bro­
tes que se originan en los alimentos.
PROFILAXIS

Debido al origen alimentario de ciertas infec­


DIAGNÓSTICO DIFERENCIAL
ciones, es necesario reforzar el control de los deri­
El diagnóstico diferencial deberá establecerse vados lácteos, en especial su pasteurización co­
con distintas afecciones, de acuerdo con la for­ rrecta, como también evitar el consumo de car­
ma de presentación de la listeriosis: nes poco cocidas. Estas medidas tienen impor­
tancia especial en individuos inmunodeprimidos
•Infeccionesde la embarazada: con gripe, pie- y en las embarazadas.
lonefritis, etc. La prevención de la infección perinatal se lo­
• Granulomafosis infantiséptica: con sepsis del gra mediante el diagnóstico y la terapéutica de la
recién nacido y meningoencefalitis neonatal. afección durante el embarazo.
524 □ Tercera parte - Infecciones bacterianas

B ibliog rafía----------------------------------------------------------------------------------------------------------------------- — i
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c
•'AJO'cf.morxtm3i
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Fiebre Q (r

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A lfredo C. Seijo i,

Cv
c
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DEFINICIÓN
I, virulenta, se relaciona con su estado natural y c
se la recupera de materiales infectados, mientras
Es una enfermedad zoonótica, febril, aguda y que la fase II es la forma avirulenta y adaptada
en ocasiones crónica, producida por C oxiella en pasajes sucesivos por cultivos celulares o em­ t
burnetii. Puede comenzar en forma repentina con brión de pollo. Posee tres plásmidos asociados
escalofríos, cefalea retrobulbar, astenia, males­ con la virulencia y a la capacidad de producir de­
tar general y sudoración profusa. Además suele terminadas lesiones tisulares. Hasta el momento
comprometer diferentes órganos, con las consi­ se han identificado seis cepas, de las cuales cin­
guientes manifestaciones clínicas. co son patógenas para el hombre o los animales.
Una forma de resistencia, de tipo esporógena,
producto de un ciclo de replicación con restric­
ETIOLOGIA
ción del soma bacteriano, le permite la supervi­
C oxiella burnetii (única especie del género vencia en condiciones adversas. t
Coxiella), considerada integrante de la familia
Rickettsiaceae, en el presente se la incluye dentro
C. burnetii muestra un patrón de alta patogeni-
cidad ya que un solo microorganismo es capaz c
del grupo de las gamma proteobacterias, más afín, de producir enfermedad, pero con una virulencia
por homología genética, a bacterias como Legio- en general baja que hace que predominen las in­
nella. Su ciclo de vida es intracelular y se inicia fecciones subclínicas. Eliminada al medio exte­ i
cuando ingresa en una célula por un mecanismo rior, sobrevive por tiempos prolongados: varios
pasivo de membrana (fagosoma). El proceso de meses en carne congelada, heces de garrapatas y
replicación intracelular requiere la formación de materiales biológicos desecados; semanas en le­
un fagolisosoma, en cuyo interior el microorga­ che no pasteurizada y sus derivados. Resiste con­
nismo lleva a cabo su ciclo, en un medio cuyo pH diciones fisicoquím icas no comunes para una
oscila entre 3 y 4, y donde la presencia de enzimas bacteria.
líticas impediría la supervivencia de otro patóge­
no. Esta característica, sumada a su alta resisten­
EPIDEMIOLOGÍA
cia en diversas condiciones desfavorables en el
medio exterior, explican algunas de las particula­ Es un patógeno de distribución mundial; se ha
ridades de la epidemiología de la fiebre Q. recuperado de varias especies de mamíferos, aves,
El microorganismo tiene dos formas de creci­ peces y garrapatas, pero no necesita insectos vec­
miento, indiferenciables desde el punto de vista tores para su transmisión, hecho habitual en las
morfológico, pero con distinta com posición del rickettsias. Las fuentes de infección para el hom­
lipopolisacárido de la pared bacteriana. La fase bre son los animales domésticos y el ganado de
nr
«%

526 □ Tercera parte - Infecciones bacterianas


«I
cría. El principal reservorio urbano es la hembra puede presentarse la enfermedad. Fueron afecta­
del galo, que elimina la bacteria con la placenta. das 8 personas con cuadros de neumonía, hepati­
La cría nace infectada en forma asintomáiica. A tis o bien sólo con fiebre.
semejanza de lo que ocurre en el ganado ovino,
>(• caprino y bovino, que son los más importantes
P A T O G E N IA
productores de brotes epidémicos en la especie
41 inimana, no se observan manifestaciones clíni­ Los microorganismos eliminados en distintas
cas ni alteraciones en la preñez o en las crías (in­ secreciones y excreciones animales son transpor­
itt fección asintomática). tados en forma de aerosoles. De esta manera al­
(i La enfermedad se ha descripto en todo el mun­ canzan la vía área donde, luego de una primera
do. En la mayoría de los países de América se han fase de replicación en los linfáticos regionales,
O registrado casos clínicos o evidencias de infección se diseminan por vía linfohemática. La vía di­
en los animales. Uruguay es uno de los países que gestiva está involucrada en los casos de inges­
(» tradicionalmenie comunica brotes epidémicos, tión de alimentos contaminados.
relacionados con profesiones de riesgo como ve­
íi terinarios, empleados de frigoríficos o peones ru­
M A N IF E S T A C IO N E S C L ÍN IC A S
rales. En la Argentina, los primeros casos en seres
humanos registrados en la literatura médica datan Las manifestaciones agudas de la enfermedad
(• de la década del sesenta, pero a su estudio no se le constituyen un amplio espectro: formas inaparen-
ha dado la importancia debida, motivo por el cual tes, síndrome febril, neumonía, endocarditis, he­
(• se la considera, por error, una entidad «exótica». patitis y cuadros neurológicos o hemáticos muy
Sin embargo, un estudio de seroprevalencia en variados.
M
distintas poblaciones de riesgo, realizado en el La neumonía comienza con hipertermia, cefa­
Hospital «F. J. Muñiz», mostró un índice de se- lea, sudoración, mialgias y artralgias. Durante los
rorreactividad que osciló entre el 14% y el 27% primeros días puede confundirse con un cuadro
entre sujetos provenientes de personal de frigorí­ viral inespecífico de las vías aéreas. Los síntomas
ficos, trabajadores rurales, personal de zoológicos respiratorios son tos, con expectoración o sin ella,
« y enfermos con neumonías atípicas (cuadro 61-1). dolor torácico, muy rara vez esputo hemoptoico o
En 1997 se comunicó un brote de fiebre Q que disnea. En sujetos con enfermedad pulmonar pre­
tt
afectó a personas relacionadas con pariciones de via o inmunodepresión, la neumonía puede adqui­
(t cabras, en un tambo de Gualeguaychú (Prov. de rir un carácter grave. Las formas habituales con­
Entre Ríos, República Argentina). sisten en infiltrados pulmonares alveolointers-
(* Los animales, importados del Uruguay, no pre­ ticiales, unilaterales o bilaterales; la excepción es
sentaban manifestaciones de enfermedad, tampo­ el derrame pleural.
•n co se observaron abortos o morbimortalidad en La agresión hepática tiene tres modalidades:
la cría. El estado sanitario del establecimiento era un patrón histológico y bioquímico similar a las
'(•
óptimo, con los controles sanitarios adecuados, hepatitis virales, con las que debe realizarse el
A lo que demuestra el carácter solapado con el que diagnóstico diferencial; una elevación moderada

c*
Cuadro 61-1. Serorreaa/V/dad en distintas poblaciones de nesgo de la R. Argentina.

í^^bbiaaonféstudjáda.í^ á 199 ![' ■Núnnerb'de rnüestrás" . ' ' . 2ritáje-clé:posit¡y ‘dad

Personal de frigoríficos 104 19,1
Trabajadores rurales * 71 16,5
'M
Trabajadores rurales MOA** 164 26,8
1» Personal del Zoológico de 8s. As. 44 36
Neumonías atípicas (Hospital Muñiz) 125 13,6
'M •Prov. Buenos Aires. **Noroeste argentino.

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>!•

(t
C apítulo 61 - Fiebre Q □ 527

de las iransaminasas con discreta o nula elevación la inmunofluorescencia indirecta, ya que la fija­
de la bilirrubina directa (colesiasis intrahepática), ción del complemento clásica puede mostrar reac­
o la formación de granulomas con una histopa- tividad inespecífica, debido a que el lipopolisa-
tología característica («granulomas en rosquilla»). cárido que utiliza también se encuentra en otros
En este último caso corresponde el diagnóstico microorganismos.
diferencial con otras causas de granulomatosis
hepática, como brucelosis, tuberculosis o linfomas.
DIAGNÓSTICO DIFERENCIAL
La endocarditis subaguda, que cursa con espleno-
niegalia y escasos síntomas, debe sospecharse ante Los diagnósticos diferenciales incluyen bruce­
toda endocarditis con hemocultivos negativos, por losis, leptospirosis, psitacosis, neumonías (vira­
lo general en sujetos con prótesis valvulares o en­ les, por micoplasma y otras neumonías extrahos-
fermedad endocárdica previa. El diagnóstico de pitalarias) y hepatitis virales.
esta forma clínica ofrece dificultades y se basa,
como en los cuadros anteriores, en la serología.
TRATAMIENTO
La respuesta humoral en la endocarditis se carac­
teriza por anticuerpos antifase I. El tratamiento consiste en la asociación de doxi-
ciclina más ofloxacina, cotrimoxazol o rifampi-
cina, durante aproximadamente dos años. Debe­
diagnóstico
rá evaluarse en forma periódica la función car­
Los intentos de aislar C. biirnetii tienen el in­ díaca, los títulos de anticuerpos y los indicadores
conveniente del riesgo que entrañan para el ope­ inespecíficos de infiamación.
rador, al tener que trabajar con materiales infec­
ciosos. Ello se debe a la facilidad de contraer la
PROFILAXIS
infección por aerosoles, lo cual hace necesario
contar con laboratorios de alta seguridad biológi­ En algunos países se administran vacunas al
ca. Por lo tanto, el diagnóstico se basa en la de­ personal en riesgo (veterinarios, matarifes, gran­
mostración de anticuerpos, en general contra antí- jeros) y al ganado de cría o productor de leche.
genos de fase II. Es necesario demostrar la sero- En la Argentina no hay vacunas disponibles. Las
conversión, dado que pueden encontrarse anti­ medidas de prevención incluyen el uso de barbijos
cuerpos residuales por infección pasada incluso y anteojos protectores en lugares donde puede
de clase IgM, o inespecíficos, por reactividad cru­ haber alta concentración de microorganismos en
zada con otros patógenos como Legionella spp. aerosol: recintos de parición o tambos, así como
El empleo de técnicas de biología molecular po­ una correcta eliminación de materiales peligro­
dría solucionar algunos aspectos del diagnóstico. sos, como placentas. Otra medida a tener en cuen­
Como prueba serológica más específica se utiliza ta es la pasteurización de la leche.

B ib lio g ra fía -------- -— —


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Difteria
Ornar J. Palmieri
Elena I. M aiolo

queñas y lisas o rugosas. Esta diferenciación mor­


DEFINICION
fológica puede complementarse con reacciones de
La difteria es una enfermedad infectocon- fermentación de los azúcares, potencial hemo-
tagiosa, aguda, endemoepidémica, provocada por lítico y otras pruebas bioquímicas. Algunas cepas
Cotynebacteríiim diphtheriae. Se caracteriza por de C. diphtheriae elaboran toxina diftérica, lo cual
ia afectación de las mucosas faríngea y nasal, con depende de la presencia de un fago p lisogénico.
formación de exudado seudomembranoso y pro­ que transporta el gen que codifica la toxina.
ducción a ese nivel de una exotoxina capaz de
originar miocarditis, polineuritis y otros efectos
EPIDEMIOLOGÍA
tóxicos sistémicos. Aunque con menor frecuen­
cia, también otras mucosas y aun la piel pueden El hombre es el único reservorio conocido de
ser asiento de la enfermedad. C. diphtheriae. El microorganismo se disemina
por la proyección de gotitas de saliva o por con­
tacto directo con secreciones provenientes de las
ETIOLOGÍA
vías respiratorias o exudados de lesiones cutá­
Corynebacíeriwn diphtheriae es un bacilo gram- neas infectadas. Los fomites y los alimentos con­
positivo pleomorfo, aerobio, no esporulado, inmó­ taminados también pueden ser causa de transmi­
vil y no capsulado. Mide 2 a 6 pm de largo por sión de la enfermedad. La portación respiratoria
0,5 a 1 jim de ancho con forma de garrote (del asintomática es un importante factor de persis­
griego K oiynee, garrote). En los extendidos los tencia de la difteria endémica y epidémica. La
I bacilos se agrupan en «empalizada» o en «letras enfermedad se presenta en todas partes del mun­
chinas». En ios medios de cultivo con telurito de do, con mayor frecuencia en invierno, y se rela­
{ potasio, en 12 a 24 horas a 37®C se desarrollan ciona con condiciones de hacinamiento. La no­
colonias de color gris o negro característico. El table disminución de la incidencia es atribuible a
empleo del telurito en los medios de cultivo dis­ la inmunización activa practicada en los niños
minuye el número de bacterias contaminantes y de edad preescolar. No obstante, los individuos
permite la diferenciación de C. diphtheriae en tres inmunizados también pueden desarrollar difteria
tipos de colonias: gravis, m ilis e interm edius. En aunque menos grave. Si bien la difteria afectaba
la variedad gravis son grandes, planas, de color principalmente a menores de 15 años, los casos
gris a negro y con superficie opaca; en la varie­ recientes se produjeron también en adultos.
dad m itis son de menor tamaño, negras y brillan- Las condiciones socioeconómicas desfavora­
*les, y en la variedad intermedius son negras, pe­ bles pueden constituir un riesgo para la reemer-
530 □ Tercera porte - Infecciones bacterianas

gcncia de la difteria en proporciones de epide­ vascular, áreas necróticas, edema intersticial y


mia, lo cual, obliga a mantener adecuadas medi­ exudados de fibrina. La alteración regional con­
das de control y el entrenamiento de profesiona­ siste en compromiso ganglionar y edema. Los
les en el diagnóstico clínico de laboratorio y en ganglios linfáticos regionales responden con una
el tratamiento de esta enfermedad. linfadenitis aguda inespecífica, acompañada, en
los casos graves, por un intenso edema perigan-
glionar que produce una deformación del cuello
PATOGENIA
denominada «cuello de toro».
El exudado seiidomembranoso y la producción Las alteraciones generales se deben a la toxemia.
a ese nivel de la exoto.xina, condicionan las distin­ Se produce una hiperplasia reticuloendotelial ge­
ni tas manifestaciones clínicas que pueden presentar­ neralizada, con afectación del bazo, ganglios lin­
se durante la evolución de la difteria. El exudado fáticos y, en ocasiones, esteatosis o necrosis focal
seudomemhranoso asienta en la mucosa respirato­ del hígado, los riñones y las glándulas suprarrena­
ria o, con menos frecuencia, en la piel. La exotoxina les. En los nervios hay alteración de las vainas de
actúa por efecto local y sisrémico. La acción local mielina, tumefacción y destrucción de los cilin-
se manifiesta por hiperemia, edema, inflamación droejes. A nivel del miocardio se obsei-van esteato-
aguda y necrosis de! epitelio. La coagulación del sis y necrosis aislada de las miofibrillas. Estas alte­
it exudado da origen a la seudomembrana, con reac­ raciones parenquimatosas son reversibles, aunque
ción inflamatoria que se extiende a los tejidos sub­ pueden persistir mínimos focos de fibrosis inters­
ti ticial, que dejan como secuela algunos defectos per­
yacentes. La progresión de la seudomembrana ha­
cia abajo puede comprometer la laringe y la tráquea, manentes en el sistema de conducción cardíaca.
14
y detemíiinar la obstrucción de la vía aérea con even­
tual muerte por asfixia. La acción sistémica es pro­
MANIFESTACIONES CLÍNICAS
ducida por la absorción de la exotoxina hacia la
tt circulación sanguínea, lo que puede causar mio­ Luego de un período de incubación silenciosa,
carditis, neuritis (craneal, periférica y del sistema que dura entre 2 y 6 días, comienzan en forma
4 insidiosa los síntomas de la difteria, que estarán
nervioso autónomo) y necrosis focal en riñones,
hígado y glándulas suprarrenales. en consonancia con la localización de la seudo­
membrana. Ésta puede asentar en la piel o en las
t* mucosas. La difteria cutánea es rara; se observa
ANATOMÍA PATOLÓGICA
en particular en los trópicos. Puede producir in­
tt La alteración local, característica de esta enfer­ fecciones caracterizadas por úlceras crónicas, cu­
medad, le ha valido la denominación de difteria biertas por una seudomembrana gris oscura que
<it habitualmente también está colonizada por estafi­
(del griego diphthéra, cuero) por el aspecto de la
i» seudomembrana. La colonización por C. diph- lococos y estreptococos. Es indolora, no progre­
theríae en el nivel de la mucosa de la nasofaringe, sa y pocas veces se asocia con signos de toxici­
<(• la orofaringe, la laringe o la tráquea determina dad sistémica. El oído también puede ser asiento
edema e hiperemia epitelial. Más tarde la exotoxina de difteria cutánea.
provoca necrosis del epitelio, con producción de La difteria de las mucosas puede ser conjun-
abundante exudado fibrinosupurativo. Éste se coa­ tival, vaginal y del tracto respiratorio. Dada la
gula para dar lugar a una seudomembrana consis­ poca frecuencia de las dos primeras y por ser en
nt tente, con un aspecto que varía desde el blanco general secundarias a la localización respirato­
amarillento al gris negruzco. Esta seudomembrana ria, se tratará en detalle esta última.
contiene células epiteliales necróticas descamadas,
leucocitos, fibrina y microorganismos. Al despren­ Difteria del tracto respiratorio
«• derse de su lecho deja una superficie congestiva Diñería nasal
y muy vascularizada, que sangra con facilidad. La difteria nasal suele ser secundaria a una lo­
«i calización faucial, aunque a veces es primaria.
Los tejidos subyacentes están infiltrados por
neutrófilos, y presentan congestión y trombosis En este caso en general está limitada a la parte
r
C apítulo 62 - Difteria □ 531

anterior del tabique y las fosas nasales. Produce paladar y la pared posterior de la faringe. Su as­
una secreción nasal serosanguinolienta o seropu- pecto en esta forma clínica es diferente del de las
rulenta, y una seudomembrana delgada blanco- anteriores, ya que su coloración suele estar alte­
amarillenta. rada por los vóm itos, el sangrado local o las
En ocasiones la piel que rodea las narinas y el epistaxis. Es gris negruzca y tiene mayor grosor.
. labio superior está erosionada. Los signos y sín­ A veces la invasión seudomembranosa alcanza
tomas de la toxemia son leves. las fosas nasales y provoca abundante secreción,
que puede estar mezclada con sangre. Hay odino­
Difteria faríngea fagia que acentúa la dificultad para deglutir, pro­
La presentación clínica de la difteria faríngea vocada por el intenso edema de las fauces. En
incluye tres formas: angina diftérica común, gra­ esta forma clínica, la adenitis y la periadenitis
ve y maligna. submaxilar alcanzan su máxima expresión, lo que
genera el característico aspecto de «cuello de
Angina diftérica común. Comienza de manera loro». En ocasiones la piel suprayacente presen­
insidiosa, con decaimiento, odinofagia, tempe­ ta un enrojecimiento erisipeloide que no debe
ratura de 38°C a 39°C y congestión faucial que en confundirse con un flemón. El compromiso del
* horas da paso a la seudomembrana de color blan­ estado general es muy acentuado: palidez plomi­
co brillante. Ésta asienta sobre una o ambas amíg­ za de la piel, abatimiento, facies terrosa, ojos
dalas y está rodeada por mucosa congestiva. Los excavados, taquicardia, hipotensión, colapso pe­
ganglios linfáticos regionales, subangulo-maxila- riférico y hemorragias (epistaxis, equimosis, pete-
res, están agrandados y son poco dolorosos. No quias, enteronagia, hematuria). La temperatura
hay periadenitis. Los signos y síntomas generales no suele superar los 38®C. Cuanto más grave es
son poco pronunciados: palidez facial, taquicardia la difteria, menos intensa es la fiebre.
y decaimiento; más adelante en la evolución pue-
, den evidenciarse miocaiditis y veloplejía. D/fter/a laríngea
También llamada crup diftérico, es la localiza­
Angina diftérica grave. Los síntomas de co- ción laríngea de la difteria. En general es la ex­
{ mienzo son similares a la angina diftérica común. tensión a la laringe de la seudomembrana farín­
‘ La seudomembrana es blanco-grisácea, excede gea. Rara vez es primitiva o de origen traqueo-
la superficie amigdalina, es unilateral o bilateral bronquial.
• y compromete los pilares anteriores y la úvula. Los elementos patogénicos de la difteria larín­
El edema submucoso es intenso y las fauces pue­ gea son: seudom em brana, edema y espasmo.
den adquirir el aspecto de un flemón periamig- El crup diftérico evoluciona en tres períodos:
dalino (seudoflemón). La úvula puede aumentar disfónico, disneico y asfíctico.
su tamaño en grado considerable. La adenitis sub-
maxilar es moderadamente dolorosa y está rodea­ Período disfóníco. Se caracteriza por la alte­
da por edema periganglionar (periadenitis) que ración progresiva de la voz y la existencia de tos,
modifica los relieves anatómicos normales del que es ronca y seca.
cuello. El estado general está más comprometi-
, do; la astenia es más marcada, la palidez se acen­ Período disneico. Continúa al anterior y se
túa, la taquicardia se acompaña con hipotensión origina por la reducción de la luz laríngea, pro­
arterial. La veloplejía es más precoz y los fenó­ vocada por el aumento y la extensión de la
menos tardíos (miocarditis y parálisis) son más seudomembrana. Los dos síntomas más impor­
frecuentes. tantes de este período son el tiraje y el cornaje.
La evidencia semiológica del tiraje es el hundi­
Angina diftérica m aligna. Tiene un com ien­ miento de las fosas supraclaviculares, la fosa
zo similar a las anteriores. La seudomembrana subesternal y los espacios intercostales durante
se extiende con rapidez, sobrepasa los límites de la inspiración. El cornaje es el ruido producido
, las amígdalas e invade los pilares, la úvula, el por el pasaje del aire durante la inspiración a tra-
532 □ Tercera parte - Infecciones bacterianas
J
v6s de la laringe obstruida. La evolución espon­ auricular, extrasístoíes, taquicardia ventricularci
tánea del crup diftérico lleva al enfermo irremi­ fibrilación ventricular. Clínicamente la miocar­
siblemente al siguiente período. ditis puede presentarse com o una insuficienciE
cardíaca congestiva aguda y colapso circulato­
Período asfíctico. Provoca la muerte por so­ rio. Otras veces la falla cardíaca se manifiesta eri
focación, salvo que se proceda a la intubación y forma insidiosa con disnea progresiva, ruidosj
extracción de la seudomembrana. cardíacos hipofonéticos, cardiomegalia, soplos?
sistólicos y ritmo de galope. E! monitoreo de lal
D/fter/a traqueobronquial evolución de la miocarditis se realiza en forma
Como forma primaria es excepcional, por lo seriada, con electrocardiogramas y determinacio-1
general es secundaría a las localizaciones faucia­ nes de transaminasa glutamicooxalacética y CPK.j
les o laríngeas. Los síntomas corresponden a la Los pacientes con intervalo P-R prolongado yj
obstrucción de la vía aérea. La tos puede provo­ alteraciones mínimas de la onda T en generalj
car la expulsión de la seudomembrana, que es un evolucionan bien y sin secuelas; en cambio, los'¡
verdadero molde de la tráquea y los grandes bron­ que presentan bloqueos de rama y disociación AV
quios. completa tienen mayor mortalidad. Los sobrevi-*
vientes pueden quedar con alteraciones perma­
Características de la seudomembrana diftérica nentes de la conducción.
Estas características son propias de las seudo­
membrana diftérica y se observan en todas las Neurotoxícidad
formas clínicas. Esta complicación también es proporcional a
A dhereníe: cuesta desprenderla y deja una su­ la gravedad de! compromiso faucial. La infec-í
perficie sangrante. ción leve produce neurotoxícidad sólo en formaj
C oherente: no se disocia en el agua. excepcional. Una proporción importante de pa-;
Sin solución de continuidad: se extiende uni­ cientes con enfermedad grave desarrollan neuro- i
formemente sobre la mucosa. patía. La parálisis del paladar blando y la pared;
Invasora: invade la mucosa vecina a las amíg­ posterior de la faringe se presentan durante los
dalas, pilares anteriores, úvula, faringe, laringe, primeros días de enfermedad y se expresan por
tráquea y bronquios. regurgitación nasal de los líquidos deglutidos.
De rápida reproducción: se reproduce en po­ Después aparecen las neuropatías craneales con
cas horas. parálisis ciliar y oculomotoras. La afectación de
Olor: característico. los nervios faciales, faríngeos o laríngeos puede
provocar broncoaspiración. La polineuritis perifé­
Efectos sistémicos de la exotoxina rica aparece entre los 10 y los 90 días después
La potente toxina diftérica hace sentir sus efec­ del inicio de la enfermedad faucial; consiste en
tos en todas las células del organismo, pero las ma­ una debilidad proximal de los miembros que se
nifestaciones más importantes, que se tratan a con­ extiende distalmente y afecta la dorsiflexión de
tinuación, son cardíacas y del sistema nervioso. los pies. Su gravedad varía desde paresia leve con
hiporreflexia hasta parálisis total con importante
Cardiotoxicidad compromiso de la dinámica respiratoria. Puede
En la mayoría de los casos se presentan signos haber neuropatía sensorial con parestesias «en
leves de miocarditis. Alrededor del 15% desarro­ guante» y «en bota». La afectación de los ner­
lla manifestaciones relacionadas con la gravedad vios motores del tronco y cervicales impide man­
y extensión de la enfermedad local. La miocardi­ tener la cabeza erguida.
tis puede aparecer durante la fase aguda o ini­
ciarse una a dos semanas después de mejorado el
DIAGNÓSTICO
compromiso faucial. Los cambios electrocardio-
gráficos consisten en alteraciones del segmento A los fines prácticos, el diagnóstico de la dif­
ST-T, bloqueos de grados variables, fibrilación teria es clínico, lo cual permite un inicio rápido
C apítulo 62 - D ifteria □ 533
• ' f
de la terapéutica que mejorará notablemente el cia suprarrenal. También se han señalado hemi­
pronóstico. La enfermedad se sospecha ante la plejías por embolia o encefalitis, convulsiones,
presencia de un exudado seudomembranoso que corea, ataxia cerebelosa, psicosis, endocarditis
sobrepase la superficie de las amígdalas e invo­ parietal con trombosis cardíaca, albuminuria,
lucre la úvula y los pilares, además de adeno- glomerulonefritis e insuficiencia renal.
niegalias con periadenitís o sin ella, disfonía, ve>
lopiejía, secreción nasal serosanguinolenta, tem­
PRONÓSTICO § -
peratura, que rara vez excede los 38,5®C, y sig­
nos de toxicidad sistém ica. La confirm ación El pronóstico de la difteria depende de la for­
diagnóstica se realiza mediante el aislamiento de ma clínica, de la precocidad del inicio del trata­
C. diphtheriae de la seudomembrana o del hiso­ miento, de la correcta dosificación del suero an­ c-
pado del lecho de desprendimiento de la misma titóxico, de la edad del paciente, y de si ha recibi­
cultivados en los medios selectivos con telurito do o no inmunización con toxoide diftérico y del 4-
de potasio. En la actualidad se dispone de técni­ estado de salud previo.
cas de inmunofluorescencia que permiten el diag­ Cuanto más extenso sea el proceso local y más
nóstico rápido en cultivos de 4 horas, pero la iden­ se demore la administración de la antitoxina, más
tificación definitiva de C. diphtheriae se realiza elevada será la mortalidad. Es máxima en la pri­
por la morfología de las colonias, el aspecto mi­ mera semana de enfermedad en la difteria malig­ «
croscópico y las reacciones de fermentación. De­ na; en los afectados de miocarditis con taquicardia
ben efectuarse pruebas de virulencia sobre todos ventricular, fibrilación auricular y bloqueos car­ i
los aislamientos de C. diphtheriae aislados. Por el díacos; en la difteria laríngea o traqueobronquial,
estudio bacteriológico no siempre es posible con­ en lactantes o personas mayores de 60 años y en
firmar el diagnóstico de difteria, en especial si el alcohólicos. La gravedad del proceso es mucho
enfermo fue tratado previamente con antibióticos. menor cuando la difteria se produce en enfermos
parcialmente inmunizados, aunque la mayor parte
de los casos se da en pacientes no inmunizados.
DIAGNÓSTICO DIFERENCIAL r
Las características particulares de la angina
TRATAMIENTO i
diftérica, descriptas antes, permiten diferenciar­
la de otras afecciones que comprometen las fau­
ces. No obstante, para su diagnóstico diferencial
D ebe iniciarse de inm ediato ante ¡a sospecha
clínica de la enferm edad. La antitoxina diftérica
c
deberán tenerse en cuenta: mononucleosis infec­ se aplica antes de la confirmación diagnóstica por c
ciosa, faringitis y amigdalitis estreptocócicas o el laboratorio, que, como se señaló, no siempre
virales, angina de Vincent (asociación fusoespi- se obtiene. Precocidad en la aplicación de la an­ (
rilar), flemón periamigdalino, herpangina (virus titoxina y dosis suficientes son indispensables
Coxsackie A) y agranulocitosis. El crup diftérico para mejorar el pronóstico. La antitoxina diftérica
se diferenciará del falso crup o laringitis estridu- proviene de suero de caballo, por lo tanto debe
losa, y de la epiglotitis aguda provocada por//ae- interrogarse sobre la posible alergia. Se practica­
mophilus influenzae. rá una prueba conjuntival o intradérmica, con
antitoxina diluida 1 en 20, para detectar una hi-
persensibilidad inmediata. Se tendrá preparada
COMPLICACIONES
adrenalina 1 en LOOO por si se produce una reac­
Todo lo descripto hasta aquí corresponde a la ción alérgica grave. Los enfermos con hipersen-
acción propia del bacilo y sus exotoxinas, por lo sibilidad inmediata deben ser desensibilizados
tanto no se considerarán complicaciones. Éstas con el método de Besredka. Éste consiste en la
son en general provocadas por sobreinfecciones aplicación por vía subcutánea, cada 15 minutos,
bacterianas, como el adenoflemón cervical, la de dosis crecientes de suero antidiftérico diluido
otitis media, la neumonía y la bronconeumonía. al 1:100 en solución isotónica de cloruro de sodio,
En las formas graves es frecuente la insuficien­ desde 0,1 mL hasta 1,0 mL, 8 a 10 aplicaciones.
vw

i34 r.I Tercera parte - Infecciones bacterianas

Si no hay reacción de iiípersensibilidad, repetir oral o intramuscular, durante 14 días en las dosis
rl iniHiiu) esquema con solución sin diluir, y en habituales. Durante la fase aguda se recomenda­
<• luiKcnciii de reacción alérgica se aplicará el total rá el reposo en cama y se iniciará un seguimiento
cir la dosis de antitoxina. Esia se administrará por para detectar los efectos de la acción sistémica
goteo intravenoso diluida en solución salina nor­ de la toxina y la permeabilidad de la vía aérea. A
mal durante I hora. Se busca de este modo neu­ veces es necesario, incluso urgente, practicar una
m tralizar con rapidez la toxina circulante, ya que intubación traqueal o una traqueostomía, para eli­
no acdla sobre la toxina fijada en las células. Si minar la seudomembrana y evitar la muerte por
m se realiza el tratamiento dentro de las 48 horas asfixia.
lÜ del comienzo de la enfermedad, las dosis son de Concluido el tratamiento y antes del alta hos­
1.000 unidades por kilogramo de peso en una sola pitalaria deben hacerse dos hisopados fauciales
II* aplicación para la forma común, de 2.000 U/kg para asegurarse la erradicación del bacilo. Los
de peso para la forma grave y de 3.000 U/kg de convalecientes de difteria deben recibir inmuni­
lÜ peso para la forma maligna. Cuando el tratamien­ zación con toxoide, dado que es posible que la
to se inicia después de 3 o 4 días del comienzo enfermedad no induzca niveles adecuados de an­
lif
de la enfermedad el pronóstico es más grave; en titoxina.
«I# estos casos pueden incrementarse las dosis de
antitoxina, pero sin superar las 300.000 unida­
PROFILAXIS
des como dosis total. Algunos autores sostienen
(|ue si a las 24 horas de la aplicación de la anti> La prevención de esta enfermedad consiste en
toxina no se detiene la progresión de la seudo- la administración del toxoide diftérico por vía
membrana, ésta tampoco tiende a desprenderse intramuscular, junto con el toxoide tetánico y la

y no hay mejoría en los aspectos local, regional vacuna anticoqueluchosa (vacuna triple DTP) o
Iti y general, debiera repetirse la aplicación o la mi­ la vacuna cuádruple (difteria, tétanos, pertussis,
tad de la dosis del día anterior. H. influenzae tipo b) al 2®, 4® y 6® m eses de vida.
•• La enfermedad sérica, que se produce en un 10% El primer refuerzo se hace a los 18 meses de vida
de los casos, es aceptable debido a la importante y el segundo al ingresar a la escuela. Luego se
reducción de la mortalidad lograda con la admi­ dan refuerzos con toxoide diftérico y tetánico (va­
nistración de antitoxina. Además debe prescribirse cuna doble adultos dT) cada 10 años.
<•
un tratamiento antibiótico que actúe sobre el baci­ Los sujetos en contacto con los enfermos difté­
lo. De este modo se logra eliminar la infección ricos, previo cultivo del hisopado de fauces, reci­
local, detener la producción de toxina y evitar la birán una dosis de toxoide y tratamiento preven­
llt transmisión del microorganismo a los contactos. tivo con penicilina o eritromicina (ver el capítulo
Se administra penicilina o eritromicina, por vía Inmunoprofílaxis).
t(l

((•

m Bibliografía
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Tétanos
Ornar J. Palmieri
Elena I. M aiolo

realizarse sobre la base de ese hallazgo, ya que


DEFINICIÓN
no indica que el microorganismo aislado posea
El tétanos es una enfermedad infecciosa no el plásmido para la elaboración de la toxina. Por
contagiosa, provocada por la exotoxina de Clos- lo tanto, no toda herida de la que se aísle la bac­
{ridium tetani. Se caracteriza por la aparición de teria será causa de tétanos. La infección de la
contracturas musculares permanentes y paroxís- herida por C. tetani permanece localizada y con
ticas, localizadas o generalizadas. poca o nula reacción local, si no están presentes
otros microorganismos.
ETIOLOGÍA
EPIDEMIOLOGÍA
Ctostridium tetani, el agente causal del téta­
nos, es un bacilo anaerobio obligado, grampo- Es una enfermedad de gran importancia en el
sitivo, móvil, con 30 a 40 cilios perítricos y una mundo, sobre todo en los países subdesarrolla-
espora terminal, de mayor diámetro que el resto dos, ya que produce gran número de muertes. En
del microorganismo, lo que le confiere el carac­ la República Argentina se informan alrededor de
terístico aspecto de palillo de tambor. La espora ICO casos anuales.
no se tiñe con la coloración de Gram y se ve como Diversos factores tienen importancia epidemio­
una estructura redonda e incolora. Las esporas lógica. La edad no es limitante; puede desarro­
son estables a la temperatura, humedad y oxíge­ llarse en el recién nacido y hasta en edades avan­
no atmosféricos así como a otras condiciones del zadas. En estas últimas se registra la mayor inci­
medio exterior. Se encuentran en el suelo y en dencia, lo que evidencia un déficit de la inmuni­
las heces del ser humano y de los animales. Son zación en esa población. En el sexo masculino
viables después de la exposición al fenol, la for- suele vincularse con la actividad laboral: traba­
malina y el etanol, pero pueden morir por expo­ jadores rurales, albañiles y toda otra tarea que
sición a peróxido de hidrógeno o glutaraldehído incremente la probabilidad de heridas en sujetos
y por esterilización por calor. La caída del poten­ no vacunados. Las heridas cutáneas son la puer­
cial de oxidorreducción en los tejidos favorece ta de entrada más frecuente de la infección tetá­
su pasaje a la forma vegetativa, la multiplicación nica. Aunque se presenta en raras oportunidades,
bacteriana y la elaboración de la exotoxina res­ merece mencionarse por su particular gravedad,
ponsable del tétanos. el tétanos posquirúrgico y el debido a inyeccio­
Clostridium tetani ocasionalmente se recupera nes intramusculares. En la mujer es frecuente
de heridas, pero el diagnóstico de tétanos no debe como consecuencia de abortos provocados. En
536 □ Tercera parte - Infecciones bacterianas

el 1% al 20% de los casos la puerta de entrada es durante los movimientos de un grupo motor par­
inaparente. El nivel socioeconóm ico y cultural ticular y la terminación de contracciones reflejas
es importante, ya que se relaciona con el conoci­ dependen de la acción de estos transmisores
miento de las normas higiénicas elementales para inhibitorios. Por el efecto de la neurotoxina, que
el cuidado de las heridas y sobre todo la inmuni­ produce la falta de inhibición, el sistema motor
zación adecuada conseguida a través del cumpU* responde a los estímulos aferentes con contrac­
miento estricto de los planes de vacunación. ción intensa, sostenida y simultánea de los mús­
culos agonistas y antagonistas, característica del
espasmo tetánico.
PATOGENIA

La presencia de esporas de C lostridium tetani


ANATOMÍA PATOLÓGICA
en heridas con bajo potencial de oxidorreducción
permite el pasaje de éstas a la forma vegetativa, £1 tétanos no determina lesiones anatomopa-
con la consiguiente producción de una potente tológicas específicas; por lo común las alteracio-
neurotoxina y su liberación al espacio extrace- nes morfológicas son mínimas. La lesión local o
lular. La disminución del potencial de oxidorre­ puerta de entrada evidencia una reacción infla­
ducción se vincula con necrosis tisular en heri­ matoria inespecífica con necrosis tisular, debido
das traumáticas o con la inyección intramuscular en general a fíora bacteriana mixta. El hallazgo
de sustancias necrosantes. La presencia en la he­ de bacilos grampositivos sugiere la presencia de
rida de bacterias aerobias puede ser un impor­ C lostridium tetani.
tante factor contribuyente. Éstas proliferan hasta En el SNC las alteraciones también son inespe-
agotar el oxígeno y luego lo hacen en forma anae­ cíficas e inconstantes. Las motoneuronas de la mé­
robia facultativa. Por este mecanismo se reduce dula espinal y del bulbo raquídeo presentan tume­
el potencial de oxidorreducción, lo que permite facción, cromatólisis y desplazamiento del núcleo.
que las esporas tetánicas se transformen en bac­ Otros hallazgos anatomopatológicos, complicacio­
terias elaboradoras de la toxina que luego ingre­ nes del tétanos, son: roturas musculares y tendi­
sa en el sistema nervioso central. La neurotoxina nosas, aplastamiento de cuerpos vertebrales, he­
está compuesta por dos subunidades: la tétano- morragias en la pleura, el endocardio, el diafrag­
Usina y la tetanospasm ina. Se cree que la prime­ ma, y bronconeumonfa o neumonía por aspiración.
ra produce la ruptura de las membranas celulares
y daño tisular, con caída del potencial de oxi­
MANIFESTACIONES CLÍNICAS
dorreducción, y que la tetanospasmina es respon­
sable de todas las manifestaciones clínicas del Se estudiarán el tétanos generalizado y el téta­
tétanos. La toxina ingresa a través de la unión nos localizado.
neuromuscular de la motoneurona alfa, a cuyo
cuerpo llega por la vía retrógrada de transporte Tétanos generalizado
axónico. Luego de alcanzar el espacio sináptico, El tétanos generalizado es la forma de presen­
llega al espacio extracelular y bloquea la libera­ tación más frecuente, ya que supera el 80% de
ción presináptica de los neurotransmisores inhi­ los casos de esta enfermedad. El período de incu­
bitorios naturales de la motoneurona alfa: el áci­ bación es silencioso y de duración muy variable,
do gammaaminobutírico (GABA) y la glicina. desde horas hasta meses y en la mayoría de los
Las células glicinérgicas son las principales inhi­ casos es de 5 a 15 días. Se considera período de
bidoras locales en el cordón medular y las célu­ incubación el lapso transcurrido entre la herida y
las gabaérgicas son las responsables de la inhibi­ la aparición de los primeros signos clínicos: in­
ción descendente presináptica en el sistema ner­ somnio, trismo y raquialgia. En ocasiones puede
vioso central. La estricnina produce un desorden ser muy corto, de pocas horas. El período de in­
similar al tétanos, pero sólo afecta las células gli­ vasión, que dura 24 a 48 horas, a veces más, se
cinérgicas de la médula espinal. caracteriza por raquialgia, insomnio, disfagia, ri­
La inhibición normal de otras motoneuronas gidez de nuca y dificultad para la marcha, y en la
C apítulo 63 - Tétanos □ 537

herida, parestesias y a veces contracturas. El tris- paciente concilia el sueño, es despertado por los
nio, que suele aparecer en este período, es lo que paroxismos. El delirio presente en el período de
evoca con seguridad el diagnóstico de tétanos. estado es más frecuente en los alcohólicos. En
El tétanos sin trismo es muy raro; en muy pocas las formas graves del tétanos la temperatura es
ocasiones éste es provocado por otras afeccio­ elevada, 39°C a 40®C, y aumenta si los paroxis­
nes. Lo que impide o limita la apertura de la boca mos son subintrantes. En el tétanos sobreagudo,
es la contractura de los músculos maseteros, tem­ es frecuente el compromiso del sistema nervioso
porales y pterigoideos. El trismo provocado por autónomo caracterizado por un estado hipersim-
el tétanos es irreductible» dificulta la alimenta­ paticomimélico debido al bloqueo en la inhibi­
ción, la deglución y el habla. En el período de ción de la liberación de catecolaminas produci­
estado las contracturas musculares se generali­ do por la toxina tetánica. Dicho estado es la cau­
zan, son descendentes y comprometen los mús­ sa de arritmias ventriculares graves (taquicardia
culos de la nuca, el tronco, los paravertebrales, ventricular, fibrilación ventricular) y de inesta­
los abdominales y los de los miembros. Como bilidad hemodinámica (hipertensión o hipoten­
consecuencia el enfermo adopta una posición ar­ sión arterial). La contractura de los músculos del
queada, opistótonos, donde el cuerpo se apoya en tórax genera respiración rápida y superficial, con
la nuca y los talones a modo de puente. Las manos estancamiento de las secreciones en el árbol bron­
y los pies están relativamente respetados. Se acen­ quial, lo cual favorece el desarrollo de infeccio­
túa el trismo y la disfagia. Se hace presente la fa­ nes pulmonares. En las primeras 2 a 3 semanas
cías denominada tetánica o risa sardónica, en la puede requerirse apoyo respiratorio.
cual la mitad superior del rostro llora, mientras El tétanos evoluciona en 4 a 6 semanas. El au­
la inferior ríe. La contractura tetánica se caracte­ mento del tono muscular dura en general unos
riza por presentar una forma tónica, o contractura 60 días, pero la recuperación suele ser completa.
permanente, y la clónica o paroxística. Sobre un El tétanos generalizado se divide en formas
fondo de contractura permanente sobrevienen sobreagudas, agudas y suhagudas, las cuales se
paroxismos dolorosos, que pueden ser espontá­ relacionan con el período de incubación, la inten­
neos o provocados. Estos últimos suelen ser ori­ sidad del paroxismo y el tiempo de generalización,
ginados por distintos estímulos, com o la deglu­ (cuadro 63-1)
ción, el ruido, la luz y aun el examen clínico. La En Inform a sobreaguda el período de incuba­
frecuencia y gravedad de las crisis paroxísticas ción es breve, menos de 5 días, y la generaliza­
varían según la forma de presentación y el grupo ción, rápida, se completa antes de las 24 horas.
muscular comprometido. Cuando son afectados La contractura tónica provoca la posición en opis­
los músculos de la glotis, el diafragma y los de­ tótonos; los paroxismos son frecuentes, subintran­
más músculos respiratorios, el paciente puede fa­ tes, dolorosos y de presentación espontánea. Su
llecer en plena crisis por asfixia. Los reflejos ten­ duración e intensidad generan trastornos respira­
dinosos se hallan exacerbados. La sensibilidad y torios y circulatorios que conducen a la muerte.
el nivel de conciencia están conservados. El in­ La mortalidad de esta forma de presentación es
somnio es constante y, en ocasiones, cuando el mayor del 85%.

Cuadro 63-1. Tétanos, características dinicas.


Forma clinica.iíí. ? ; ' Período Período . Contracturas clónicas 'Disautonomia
...
de incubación de generalización Intensidad.^vj Aparición Frecuencia-, ..... .-.-j-*
Sobreaguda < 5 días < 24 horas ++/+++ Espontánea +++ +++
y provocada
Aguda 6-11 días 24-48 horas +/++ Espontánea -f-h ++
y provocada
Subaguda 12 0 más días > 48 horas. + Provocada + +

‘ 1
m
538 □ Tercera parte - Infecciones bacterianas

En la fo rm a aguda el período de incubación es trismo, que se presenta en conjunto con la paráli­


m
más prolongado, de 6 a 11 días, y el de generali­ sis del VII par craneal. La parálisis facial puede
m zación dura 24 a 48 horas. El trismo es intenso y ser periférica completa o parálisis facial incom­
las crisis paroxísticas no tienen carácter subin­ pleta, superior o inferior. En el primer caso la
m trante. La mortalidad es elevada. motilidad de la mitad de la cara está abolida, con
En la fo rm a subagucla el período de incubación conservación de la motilidad del velo del pala­
m es de 12 o más días. Los síntomas no se mani­ dar. No hay compromiso de la sensibilidad.
fiestan con tanta rapidez y las contracturas son La facies del paciente tiene un aspecto carac­
más limitadas. El trismo y las alteraciones de la terístico, inexpresivo del lado de la plejía y de
<• deglución se observan con gran frecuencia. Las risa sardónica en el opuesto. Cuando la parálisis
crisis paroxísticas son menos intensas y más bre­ facial es incompleta e inferior, algo poco frecuen­
m ves. Esta forma de presentación tiene mejor pro­ te, se compromete la rama cervicofacial. La pa­
nóstico. rálisis facial incompleta de tipo superior es in­
m Según su foco de origen deben mencionarse el frecuente; cursa con borramiento de los pliegues
m tétanos puerperal, el neonatal y el quirúrgico. de la frente, el ojo permanece abierto y se obser­
El tétanos puerperal se presenta com o conse­ va el fenómeno de Bell. El compromiso del ner­
(9 cuencia de un parto o aborto. La intensidad, du­ vio facial no es defm itivo, en general desaparece
ración y frecuencia de las contracturas varían con la curación de la enfermedad. Las contrac­
m según la forma de presentación, pero por lo ge­ turas pueden generalizarse en un lapso de 1 a 25
neral corresponden a la forma sobreaguda. días hasta adquirir el carácter de tétanos típico.
m
El tétanos neonatal se produce por la infección El tétanos cefálico oftalm opléjico o bulbopa-
m del cordón umbilical por cuidados inapropiados ralitico, o de Worms, se caracteriza por la oftal-
en la ligadura y en las curaciones. La falta de moplejía y la parálisis facial. La puerta de entrada
succión y el llanto débil o ausente caracterizan el es habitualmente una herida en el cuero cabelludo
inicio del cuadro clínico, que con frecuencia es o en la cara, en especial en la arcada ciliar. El pe­
m de curso sobreagudo. ríodo de incubación es variable y el curso clínico
El tétanos quirúrgico se produce como conse­ se parece al del tétanos cefálico, pero se agregan
m cuencia del acto operatorio. Se debe a la conta­ las parálisis oculares. Puede comenzar con diplopía
m minación exógena, al material de sutura o por la o dificultad para mover los párpados, pero siem­
autoinfección a partir del tracto intestinal o de la pre tiene trismo. Si se comprometen los otros pa­
m piel del paciente. La forma de presentación es en res craneanos, el paciente puede presentar miosis,
general aguda o sobreaguda. midriasis y ambliopía con fondo de ojo normal.
a La oftalmoplejía puede ser unilateral o bilate­
Tétanos localizado ral, pero en general es más acentuada del lado don­
m
Las distintas formas clínicas de tétanos locali­ de se halla la herida. También puede generalizar­
m zado se caracterizan por el compromiso de un gru­ se, ai igual que otras formas clínicas, para dar lu­
po muscular determinado, con ausencia de gene­ gar al tétanos típico.
m ralización de la contractura. Son poco frecuen­ El tétanos cefálico no paralítico se divide en
tes, tienen buena evolución y se dividen en tétO" tétanos cefálico sim ple y tétanos cefálico disfá-
m nos cefálicos paralíticos, tétanos cefálicos no g ico o hidrofóbico.
paralíticos, y las formas m onopléjicas y para- El tétanos cefálico sim ple se caracteriza por la
m
pléjicas. presencia de trismo y contracturas en las zonas
m El tétanos cefálico paralítico tiene contractura inervadas por el nervio facial, sin parálisis y con­
y parálisis; hay dos lipos: el tétanos cefálico de secutivo a heridas de la extremidad cefálica. La
m Rose y el tétanos cefálico oftalm opléjico o bul- deglución se halla muy dificultada y la contractu­
boparalítico, o de Worms, ra de los maseteros sólo permite la ingestión de
<• El tétanos cefálico de Rose es la consecuencia líquidos que provocan espasmos faríngeos pasa­
de heridas que en general se localizan en el cue­ jeros. Esta forma de presentación también puede

ro cabelludo o el rostro. El primer síntoma es el generalizarse.
í§

m
r C apítulo 63 - Tétanos □ 539

El tétanos cefálico disfágico o hidrofóbico se nico, pero son importantes en el seguimiento del
caracteriza por la acentuada intensidad del espas­ paciente. El LCR es normal. Los signos y sínto­
mo faríngeo y los trastornos respiratorios. Las cri­ mas que caracterizan el comienzo de la enferme­
sis disfágicas preceden al trismo. Se presentan dad, que casi nunca faltan, son: trismo, raquialgia
ante la tentativa de deglutir y en fases más avan­ e insomnio. Los tres son altamente evocadores
zadas ante la sola presencia de líquidos. Las crisis del diagnóstico de tétanos. El trismo es irreduc­
de disnea son muy acentuadas; llevan a la sofo­ tible, el sensorio no está comprometido, los re­
cación, que se produce por los espasmos diafrag- flejos tendinosos son hiperactivos y la facies tie­
máticos, y pueden originar la muerte por asfixia. ne la típica expresión de risa sardónica. Después
Esta forma clínica también puede generalizarse se presentan las contracturas generalizadas y los
y el pronóstico es ominoso. espasmos. La inmunización ausente o inadecua­
En las formas m onopléjica y parapléjica las da suma un elemento importante para el diagnós­
contracturas y las crisis paroxísticas afectan du­ tico. Es poco posible la presentación del tétanos
rante toda la evolución de la enfermedad un te­ en un sujeto con historia de inmunización com­
rritorio muscular determinado, en general los pleta.
miembros inferiores. En la mayoría de los casos
el período de incubación es de 6 a 14 días, aun­
DIAGNÓSTICO DIFERENCIAL
que en algunos puede prolongarse hasta 6 meses.
Estos últimos se denominan tétanos tardíos. Deberá plantearse con procesos inflamatorios
La fo rm o m onopléjica se caracteriza por con- locales que provoquen trismo, como flemones pe-
tractura y dolor en el miembro afectado. La con- riamigdalinos, abscesos alveolares dentarios, so­
iractura es permanente, comienza en un grupo bre todo los del tercer molar, parotiditis y artritis
muscular y luego se extiende a todo el miembro. temporomandibular. Otras causas de trismo son
Suele haber crisis paroxísticas locales que nunca las reacciones distónicas por fármacos, como los
se generalizan. La evolución es lenta, pero la cu­ fenotiazínicos, butirofenónicos y la metoclopra-
ración se produce en todos los casos. mida. Otros procesos que pueden tener similitud
fo rm a parapléjica es poco frecuente. La pa- con el tétanos son la tetania hipocalcémica, la in­
raplejía puede ser superior o inferior, y se carac­ toxicación con estricnina, la rabia, la menin-
teriza por dolor y contractura. Las crisis paroxís­ goencefalitis, la histeria y la enfermedad del suero.
ticas son intensas, frecuentes y simulan un cua­
dro clínico de tétanos generalizado.
COMPLICACIONES

Las más frecuentes son las relacionadas con el


DIAGNÓSTICO
aparato cardiovascular, como trastornos hemodi-
El diagnóstico de tétanos es fundamentalmen­ námicos, edema agudo de pulmón, arritmias car­
te clínico. Es importante el antecedente de una díacas, tromboembolismo pulmonar e hiperten­
puerta de entrada como heridas cutáneas, úlceras sión arterial.
varicosas, escaras por decúbito, intervenciones Otras complicaciones importantes son hipo-
quirúrgicas, inyecciones intramusculares, morde­ ventilación, fracturas óseas, aplastamiento de
duras de animales, proyectiles u otro tipo de he­ cuerpos vertebrales, rupturas tendinosas, desga­
rida, por insignificante que parezca. Toda herida rros musculares e infecciones nosocomiales.
puede ser tetanígena. En algunos casos es impo­
sible hallar este antecedente (tétanos criptogené-
PRONÓSTICO
tico). El hallazgo de C lostridium tetani en la he­
rida sólo es posible en un número muy reducido Depende de la edad del enfermo y de la forma
de casos, incluso se lo suele aislar de heridas de de presentación de la enfermedad. Es malo en
sujetos sin tétanos, por lo tanto no tiene valor los extremos de la vida y en la forma sobreaguda.
como método diagnóstico. Tampoco lo tienen el Cuanto más corto es el período de incubación,
resto de ¡as determinaciones del laboratorio clí­ peor es el pronóstico. A pesar de los actuales
540 □ Tercera parte - Infecciones bacterianas

métodos de respiración asistida, la mortalidad es continuo. En los espasmos musculares intensos


elevada, 30% al 50% de los casos. pueden asociarse clorpromazina y meperidina. En
los casos más graves, en los que la ventilación
está amenazada, se utilizan bloqueantes neuro*
TRATAMIENTO
musculares com o el pancuronio, asociado con
Se procederá a la internación del enfermo en ventilación mecánica.
una unidad de cuidados intensivos, en una habi­ La traqueostomía, con ventilación mecánica o
tación adecuada y con la menor cantidad de estí­ sin ella, puede ser necesaria en la hipoventilación
mulos posible. Se deberá mantener una cuidado­ por sedación excesiva, en presencia de laringoes­
sa y permanente observación y monitoreo cardio- pasmo y para prevenir la broncoaspiración. En
pulmonar, asegurándose además la permeabili­ los enfermos con disfunción autonómica (taqui­
dad de la vía aérea. Los cuidados de la herida cardia, hipo o hipertensión arterial, arritmias ven*
incluyen el desbridamiento quirúrgico, la elim i­ triculares) se utilizan bloqueantes alfa y beta
nación de cuerpos extraños, la toma de material como labetalol o carvedilol. La heparina deberá
para el estudio bacteriológico y la desinfección utilizarse para prevenir el tromboembolismo pul­
adecuada. La manipulación de la herida puede monar. Hay que asegurar un equilibrio hidrosalino
vehiculizar toxina a la corriente sanguínea, por adecuado y aporte nutritivo suficiente, ya sea con
lo que se hará después de la aplicación de la an­ alimentación enteral o parenteral, dado el alto
titoxina. Esta última neutraliza la toxina circu­ gasto calórico de estos enfermos, fisioterapia para
lante, no actúa sobre la que ya está fijada en el evitar las contracturas y estar atento a la posible
sistema nervioso. Deberá administrarse con la aparición de infecciones intercurrentes, hemorra­
mayor urgencia; se prefiere el uso de gammaglo- gia digestiva y úlceras por decúbito.
bulina antitetánica humana, en dosis de 3.000 a El tétanos no deja inmunidad; por lo tanto se
6.000 U por vía intramuscular. Existen prepara­ deberá administrar, además, una dosis de toxoide
dos para usar por vía intravenosa e intratecal. tetánico por la vía intramuscular y completar lue­
Algunos autores aconsejan aplicar 1.000 U por go el plan de vacunación.
esta última vía además de las administradas por
vía parenteral. Es dudosa la utilidad de la infil­
PROFILAXIS
tración de la herida con la antitoxina. De no dis­
ponerse de gammaglobulina antitetánica huma­ La profilaxis del tétanos debe comenzar en el
na, puede recurrirse a la antitoxina tetánica de 2® mes de vida, junto con las vacunas antipertu-
caballo; se aplicarán 100.000 U diluidas en solu­ ssis y antidiftérica (vacuna triple DTP), o con la
ción de dextrosa al 5%, por vía intravenosa len­ vacuna cu ád ru p le, DTP m ás vacuna anti-
ta. Pueden presentarse reacciones de hipersensi- H aem ophilus influenzae tipo b. Se repetirá al 4®
bilidad y enfermedad del suero. El tratamiento y 6® mes, con refuerzo a los 18 meses y a los 5
con antitoxina deberá complementarse con anti­ años. Luego se continuará con vacuna doble (dT),
microbianos, con el propósito de erradicar de la tétanos y difteria para adultos, cada 10 años du­
herida las bacterias productoras de la toxina. Se rante toda la vida a partir de los 15 años. Es en-
preferirá el metronidazol o la clindamicina. No to.nces más fácil recordar que debe repetirse la
se aconseja la penicilina por su efecto antigaba, dosis a los 25, 35, 45, etc.
que podría tener una actividad sinérgica con la A la embarazada se la vacunará al 6® mes de la
toxina tetánica. gestación, si ha tenido un plan de vacunación
Los espasmos musculares son dolorosos y pue­ anterior. Si hay dudas, la dosis se repetirá al 7®
den provocar laringoespasmo y contractura per­ mes. De este modo se previene el tétanos puer­
manente de los músculos respiratorios; se tratan peral y, por el pasaje transplacentario de anticuer­
con agentes mioirelajantes. El más utilizado es pos maternos, también el tétanos neonatal.
el diazepam que es GABA-agonista y antagoniza Los adultos sin plan de vacunación anterior
indirectamente a la toxina. Las dosis oscilan en­ deberán ser inmunizados con una dosis de vacu­
tre 100 y 300 mg por día, en goteo intravenoso na dT, que se repite al mes y al año, para luego
C apitulo 63 - Tétanos □ 541

seguir cada 10 años. Es importante recordar que A los que consulten por heridas cutáneas o mu­
las vacunas precipitadas con hidróxido de alu­ cosas, recientes o crónicas, se les administrará
minio deben administrarse por vía intramuscular. una dosis de refuerzo del toxoide tetánico si es
A los enfermos que sean intervenidos quirúrgi* que tienen el plan de vacunación completo; si no
camente y tengan el plan completo de vacuna­ lo tienen o no recuerdan, se aplicará toxoide y
ción, sólo se les aplicará una dosis de refuerzo gammaglobulina, com o ya se expresó.
antes de la operación. Si no lo tienen o no recuer­ La vacuna antitetánica o toxoide tetánico es un
dan, y la cirugía es programada, se hará la vacu­ preparado de toxina tetánica a la que, por distin­
nación con 2 dosis del toxoide tetánico con inter­ tos procedimientos de laboratorio, se le suprime
valo de un mes. En cirugía de urgencia, si no hay su fracción tóxica con retención de su poder an-
referencia clara del estado inmunitario deberá tigénico, el cual se acrecienta por la precipita­
aplicarse una dosis de vacuna, y en otro sitio, y ción con hidróxido de aluminio.
con distinta jeringa, gammaglobulina antitetánica La gammaglobulina antitetánica humana se
humana, 250 a 500 U por vía intramuscular, o obtiene de dadores inmunizados en forma ade­
5.000 a 10.000 U de antitoxina antitetánica de cuada. Se puede reemplazar por antitoxina de
origen equino. Luego se completará el plan de origen equino, aunque con los inconvenientes
vacunación (ver el capítulo Inmunoprofilaxis). alérgicos ya citados.

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Botulismo
Ornar J. Palmieri

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C. botulinum se encuentra en el suelo y en el


DEFINICION
sedimento marino en todo el mundo. Elabora la
El botulismo es una enfermedad neuroparalítica toxina bacteriana más potente que se conoce. Hay
provocada por la toxina de Closíridium boíulim m . tipos de toxinas con actividad proteolítica que
Se reconocen tres presentaciones clínicas: botii- pueden digerir el alimento y modificarlo visible­
lismo alimentario^ por ingestión de alimentos que mente, y tipos no proteolíticos que no lo alteran y
contienen la toxina preformada; botulismo infan­ mantienen intactos sus caracteres organolépticos.
til, y botulismo de las heridas. En las dos últimas
la producción de la toxina se realiza por coloniza­
EPIDEMIOLOGÍA
ción del microorganismo, en el primer caso en el
tubo digestivo y en el segundo en la herida. Hay El botulismo en el ser humano es de distribu­
también un botulismo indeterminado, que se pre­ ción universal. Las esporas de C. botulinum son
senta en pacientes menores de 1 año y su origen ubicuas en los suelos. Las primeras descripciones
no se conoce. se referían a la ingestión de salchichas (botulus:
salchicha) y otros productos cárneos. En la actua­
lidad no es común esta forma de contraer la enfer­
ETIOLOGÍA
medad. El perfeccionamiento de las técnicas in­
Clostridium bofulinum es un bacilo anaerobio dustriales de envasado de los alimentos ha dado
grampositivo, recto o ligeramente curvo y con como resultado una disminución de su incidencia.
extremos redondeados, que mide de 3,4 a 8,6 |xm Aún se producen brotes como consecuencia de la
por 0,5 a 1,3 jim. Se mueve por acción de flagelos ingestión de conservas caseras. Los alimentos áci­
perítricos y produce esporas termorresistentes, dos, como tomates y cítricos, rara vez son respon­
ovales y subterminales, que tienden a deformarlo. sables de botulismo. Los microorganismos no se
Es fácil de cultivar en los medios anaerobios ha­ desarrollan ni producen toxina en pH bajo. A pe­
bituales. Sus esporas tienen mayor resistencia al sar de la rareza de esta enfermedad, por su espe­
calor que las de cualquier otro anaerobio y pue­ cial gravedad debe tenerse siempre presente.
den sobrevivir durante horas a 100®C y hasta 10
minutos a 120®C. También sobreviven a tempera­
PATOGENIA
turas de -190*C. Sus cepas se dividen en ocho ti­
pos serológicamente diferentes, A, B, C, Cb, D, E, La toxicidad de la poderosa neurotoxina de C.
F y G, de acuerdo con el tipo de toxina que produ­ botulinum se debe a la inhibición de la liberación
cen. Las diferencias inmunitarias entre estos tipos de acetilcolina por las terminaciones colinérgicas
tienen significado epidemiológico. ubicadas en la placa motora. No afecta las fibras
544 □ Tercera parte - Infecciones bacterianas

adrenérgicas y aun se discute su efecto sobre las general se presenta como una parálisis descendente
vías colinérgicas del sistema nervioso central. Es­ simétrica, que puede llevar a la muerte por com­
tas toxinas son sensibles al calor; se inactlvan a promiso de la mecánica respiratoria. El paciente
100®C en 10 minutos y a 80*C durante 30 minu­ permanece afebril y son muy poco frecuentes las
tos. Por lo tanto, los alimentos contaminados pier­ náuseas, los vómitos o el dolor abdominal. El co*
den su toxicidad si se los calienta lo suficiente. De mienzo de los síntomas suele ser la parálisis de
esta forma se previene la enfermedad. Es impor­ los nervios craneales, que produce diplopía y disar-
tante destacar que los alimentos contaminados tria con disfagia o sin ella, acompañada por sínto­
suelen tener aspecto y gusto absolutamente nor­ mas generales como debilidad, desmayos y ma­
males, aunque las cepas tipos A y B también pue­ reos. La alteración de la transmisión autonómica
den producir enzimas proteolíticas que alteren sus colinérgica provoca menor salivación, lo que cau­
caracteres organolépticos. Las toxinas se absor­ sa importante sequedad de boca, lengua y faringe
ben principalmente en el estómago e intestino del­ que no se alivia con la ingestión de líquidos. Hay
gado y con más lentitud en el colon. Las enzimas odinofagia y eritema faríngeos que pueden hacer
digestivas no destruyen la toxina botulínica y la pensar por error en una faringitis estreptocócica.
tripsina pancreática parece aumentar la toxicidad Otros síntomas relacionados con la disfunción
de la toxina tipo £ . La eventual llegada al colon autonómica son el íleo, la constipación, la reten­
de C. hotulinum o sus esporas puede determinar ción urinaria y la hipotensión ortostática. Con fre­
allí su desarrollo y la producción de toxina. Esta cuencia la debilidad motora se propaga con rapi­
circunstancia y la absorción colónica lenta de la dez desde la cabeza y afecta los músculos del cue­
toxina hacen posible su hallazgo en la sangre has­ llo, los brazos, el tórax y las piernas. Puede haber
ta después de varios días de ingerido el alimento ptosis palpebral, parálisis extraoculares, alteración
contaminado. de los reflejos pupilares o pupilas fijas y dilata­
das. visión borrosa y fotofobia. En la mayoría de
los casos el estado de conciencia está conservado,
ANATOMÍA PATOLÓGICA
pero puede haber adormecimiento, agitación o
El examen macroscópico de los órganos sólo ansiedad. El reflejo nauseoso suele estar atenuado
muestra congestión discreta. El bazo suele estar y los reflejos tendinosos permanecen normales o
congestivo y algo aumentado de tamaño. La mu­ están disminuidos. Los síntomas fuertemente su­
cosa del tubo digestivo se halla hiperémica y con gestivos de botulismo son: ausencia de fiebre,
equimosis diseminada. Las lesiones halladas en el hipotensión postural, pupilas midríáticas, mucosas
aparato respiratorio no son propias de la intoxica­ secas, parálisis descendente y dificultad respira­
ción botulínica, sino debido a alteraciones en la toria progresiva.
deglución causadas por la enfermedad.
Botulismo infantil
El botulismo infantil se debe a la ingestión de
MANIFESTACIONES CLÍNICAS
esporas de C. boiulinum, las que evolucionan en
Se estudiarán el botulismo alimentario, el bo- el intestino hacia formas vegetativas y elaboran
tuiismo infantil y el botulismo de las heridas. allí la toxina, que es absorbida. En el lactante las
formas clínicas de esta enfermedad van desde los
Botulismo alimentario cuadros leves, en los que el niño no aumenta de
El botulismo alimentario se adquiere por la in­ peso, hasta las formas con parálisis y alteración
gestión de alimentos que contienen la toxina. El de la mecánica respiratoria. También puede ser una
período de incubación es de 12 a 36 horas, pero de las causas de muerte súbita del lactante. La en­
puede ser de 6 horas y hasta 8 días después del fermedad se produce en general en menores de 6
consumo del alimento contaminado. La evolución meses, pero el porqué de este hecho se ignora. En
clínica es variable, desde una forma leve, que no la mayoría de los casos no puede atribuirse con­
requiere atención médica, hasta formas graves y cretamente a ningún alimento ni se conoce la ra­
mortales en un plazo menor a las 24 horas. En zón de la colonización intestinal por C. botulinum.
C apítulo 64 - Butulismo □ 545

La miel es una fuente de esporas de este microor­ Bairé. Ésta es una parálisis descendente, mientras
ganismo, por lo cual no es aconsejable alimentar que el síndrome de Guillain-Barré es una parálisis
con ella a niños menores de un año. ascendente con alteraciones sensoriales y LCR con
aumento de las proteínas y celularidad normal (di­
Botulismo de las heridas sociación albúm ino-citológica). La miastenia
El botulismo de las heridas es provocado por su gravis puede excluirse por electromiografía, estu­
contaminación con esporas de C. botulinunu que dio de anticuerpos y prueba del edrofonio. Aun­
se desarrollan hacia formas vegetativas y produ­ que esta última suele dar resultados positivos fal­
cen la toxina. Se ha observado en heridas traumá­ sos en el botulismo, es menos espectacular que en
ticas o quirúrgicas contaminadas con tierra, des­ la miastenia gravis. Otros diagnósticos diferencia­
pués del parto por cesárea y en los drogadictos. les a tener en cuenta son la poliomielitis, la paráli­
Los signos y síntomas de esta forma clínica son sis por garrapatas, la faringitis estreptocócica, los
similares al botulismo alimentario, excepto en que accidentes cerebrovasculares, y la intoxicación
el período de incubación es más prolongado (alre­ atropínica o por fármacos con acción anticolines-
dedor de 10 días) y no hay síntomas digestivos. El terasa.
aspecto de la herida es bueno. La fiebre se produ­
ce sólo si hay infección simultánea por otras bac­
COMPLICACIONES
terias. La profilaxis con antibióticos, para evitar
la infección de la herida, no impide el desarrollo En general son infecciosas: neumonía aspirativa,
de esta enfermedad. bronconeumonía y sepsis originada en el aparato
respiratorio o urinario. Trombosis y tromboem-
bolismo.
DIAGNÓSTICO

El diagnóstico clínico debe sospecharse ante una


PRONÓSTICO
parálisis descendente simétrica, en un paciente
lúcido, afebril y sin trastornos sensoriales. Los exá­ La enfermedad causada por la toxina del tipo A
menes de rutina de laboratorio no aportan datos suele ser más grave que la producida por la del
para el diagnóstico. El LCR es normal. El electro- tipo B. La mortalidad es más alta en los pacientes
miograma muestra alteraciones electrofísiológicas mayores de 60 años, mientras que en el botulismo
compatibles con botulismo: menor amplitud del infantil es baja. El factor de pronóstico más im­
potencial de acción muscular con un estímulo portante es el relacionado con la función respira­
supramáximo, fibrilación muscular y potenciales toria. En los casos graves puede ser necesaria la
de unidades motoras polifásicas de pequeña am­ respiración asistida, que a veces debe prolongarse
plitud. durante meses. La recuperación es lenta y gradual.
El diagnóstico puede confirmarse por el hallaz­ Algunos enfermos presentan menor salivación o
go de la toxina botulínica en la sangre del pacien­ lagrimeo, constipación, diplopía intermitente y
te, por medio de bioensayo en ratones. Esta prue­ debilidad motora residual semanas a meses des­
ba puede dar resultado negativo en el botulismo pués de la fase aguda de la enfermedad.
infantil y en el de las heridas. También puede de­
tectarse la toxina en las heces, el contenido gástri­
TRATAMIENTO
I co y el alimento sospechoso. La recuperación de
C. botulinum del alimento contaminado, de las Deberá realizarse seroterapia específica. El suero
heridas o de las heces requiere técnicas especiales de origen equino y polivalente es anti-A, anti-B y
de cultivos en anaerobiosis. anti-E. Es ineficaz si no corresponde al tipo inmu-
nitario específico. Actúa sólo sobre la toxina cir­
culante y no sobre la fijada en el sistema nervioso.
DIAGNÓSTICO DIFERENCIAL
La dosis es de 0,5 a 1 mL (1 mL = l.(X)0 UI) por
El diagnóstico diferencial más difícil es con la kilogramo de peso y por día, por vía intravenosa,
variante de Miller-Fisher del síndrome de Guillain- durante 3 a 5 días. Antes de aplicarlo se efectúa
546 □ Tercera parte - Infecciones bacterianas

una prueba conjuniival o intradérmica con suero asistencia respiratoria adecuada. Se realizarán eva
antibotulínico diluido 1 en 20 para delectar hiper- luaciones frecuentes de la capacidad vital y estu­
scnsibilidad inmediata. Se tendrá preparada adre­ dio de gases en sangre.
nalina al \%o por si se produce una reacción alér­ Si el paciente no tiene íleo, se le efectuarán ene­
gica grave. A fin de prevenir un shock anafiláctico, mas salinos para evitar la absorción de la toxin?
los pacientes con hipersensibilidad inmediata son remanente en el colon. También se pueden admi­
(Icscnsibilizados por el método de Besredka. La nistrar purgantes. Si hay íleo se coloca sonda nasoi
dcsensibilización consiste en la aplicación por vía gástrica. La retención urinaria hace necesario e
subcutánea, cada 15 minutos, de dosis crecientes cateterismo vesical. Se controla en forma adecúa
de suero antibotulínico diluido al 1:100 en solu­ da el medio interno y la alimentación parenteral;
ción isotónica de cloruro de sodio desde 0,1 mL Restablecida la moíilidad normal del tubo digestij
hasta 1,0 mL 8 a 10 aplicaciones. Si no hay reac­ vo, si el paciente no puede deglutir, se lo alimen­
ción de hipersensibilidad, repetir el mismo esque­ tará por sonda nasogástrica. Estar atento a la apa^
ma con suero sin diluir, y en ausencia de reacción rición de fiebre, que puede evidenciar una infec-í
alérgica se administrará el resto de la dosis de suero ción bacteriana nosocomial. i
por vía intravenosa, en perfusión lenta, diluida al
t
10% en solución isotónica de cloruro de sodio. Se
PROFILAXIS
julminislrará lo antes posible, luego de haber ex-
iraído sangre para estudios de laboratorio. Si ello Es necesario un control adecuado en el procedi-i
no es posible, igual se lo aplica, ya que se ha de­ miento industrial del envasado y preservación de
mostrado la presencia de toxina botulínica en la los alimentos. A pesar de ser una eventualidad rara,
sangre de algunos enfermos durante 20 a 30 días. la contaminación de las consei*vas industriales es
Aunque su valor es dudoso, se aconseja el uso de posible. Todo alimento enlatado sospechoso debe
penicilina con la intención de eliminar la posible desecharse, aunque la cocción a 100®C durante 15,
colonización intestinal de C. botulinum y evitar minutos destruye la toxina botulínica. Hay que
nsí la producción de toxina en el intestino. señalar el peligro de la preparación casera de con-,
Además del tratamiento específico, puede ser servas. El consumo de éstas se hará sólo si han
necesario practicar una traqueostomía e iniciar sido hervidas previamente. !

B ib lio g ra fía .....


Afhrt PN y Szyfres B. Zoonosis. 3* ed. Washington 2005. Palmierí OJ y Martino OA. Botulismo. En: Temas de Pato-|
forrcin NO, Wcisse ME. Botulism. Adv Pediatr Infecí Ois logia Infecciosa. Martino O A (ed.). López Editores.;
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IH 'cd . OPS. Washington. 2005.
Lepra
Ornar J. Palmieri

DEFINICIÓN pal de eliminación de los bacilos .se cree que e.


la mucosa nasal de los enfermos de lepra lepro
La lepra es una enfermedad infecciosa crónica matosa no tratada. La puerta de entrada en e
producida por M ycobactenum leproe, bacilo áci- hospedero receptor es materia de controversia
do-alcohol resistente descubierto por Gerhard pero puede ser a través de la piel o de las mucosa:
Hansen en 1873. de las vías respiratorias altas. Una vez en el inte
Ataca piel, mucosas, sistema nervioso perifé­ rior del organismo, el bacilo se disemina por la:
rico y, en su forma grave, riñón, bazo, ganglios, vías linfática, hemática y neural.
ojos, genitales y otros órganos. Como en otras enfermedades infecciosas, só!(
una pequeña proporción de individuos que esiu
vieron en contacto con enfermos de lepra desa
ETIOLOGÍA
rrollan enfermedad clínica, aunque las prueba:
M ycobacterium leprae o bacilo de Hansen es inmunológicas sugieren que la mayor parte d<
una bacteria grampositiva, ácido-alcohol resis­ ellos están sensibilizados a M. leprae.
tente. Su morfología presenta muy pocas dife­ Es una enfermedad contagiosa en grado bajo)
rencias con el bacilo de Koch. Es de menor lon­ no es hereditaria. Tiene un largo período de in
gitud y tiende a agruparse en manojos o «paque­ cubación (promedio de 2 a 5 años) y su evoUi
tes de cigarrillos». Aún no se lo ha podido culti­ ción es crónica. La convivencia con pacientes au
var, pero sí inocular en animales de laboratorio, menta el riesgo de contraería.
como ratones, armadillos, mono Mangabey, mono En la República Argentina la lepra es endémi
verde africano y mono Rhesus. ca. La tasa de prevalencia actual es de 1,5/10.00(
Es de localización intracelular; se multiplica habitantes. La zona de mayor endemia es el N£
dentro de los macrófagos de la piel (histiocitos) (Chaco, Formosa, Entre Ríos, Corrientes, Misio
y de los nervios (células de Schwann). nes y Santa Fe). Es menos frecuente en la Capi­
tal Federal y en las provincias de Buenos Aires
Córdoba y Tucumán.
EPIDEMIOLOGÍA

La enfermedad se transmite en forma directa


PATOGENIA
de persona a persona, principalmente en el me­
dio familiar, por contacto del enfermo bacilífero M ycobacterium leprae es un microorganismc
con el hospedero sano susceptible. No todos los intracelular que vive como parásito en los macró­
enfermos eliminan bacilos; tampoco se ha com­ fagos. La relación parásito-hospedero llevará i
probado la existencia de vectores. La vía princi­ abortar la infección o a desarrollar la enferme­
548 Q Tercera parte - Infecciones bacterianas

dad, que sería inicialmente una forma clínica m- Baciloscopia


determ inada. Un hospedero con predominio de Es la búsqueda del bacilo en las lesiones de
macrófagos lisadores fagocita y destruye los ba­ piel y en e! m oco nasal y constituye uno de los
cilos. métodos de diagnóstico de esta enfermedad. Se
Si los bacilos exceden en número la capacidad realiza mediante la escarificación de la piel y el
lítica de los macrófagos, se multiplicarán dentro hisopado de las mucosas. El material obtenido se
de éstos. Si los linfocitos T son estimulados, se extiende en un portaobjetos y se tiñe con la colo­
desarrolla la lepra tuberculoide (buena inmuni­ ración de Ziehl-Neelsen. La observación micros­
dad). cópica se realiza con objetivo de inmersión.
Si los macrófagos no lisadores son los predomi­ Los bacilos se dividen en sólidos (vivos), que
nantes, el bacilo es fagocitado pero no se destru­ son los que se colorean de manera uniforme, o
ye, se produce la degeneración grasa del ma- fra g m en ta d o s y granulosos (muertos), que no se
crófago, que se transforma en la célula de Virchow. colorean de modo uniforme.
La diseminación sistémica origina la lepra leprO' Se determinan dos índices: el índice bacterio­
m atosa (escasa inmunidad). lógico, que es el número de bacilos por campo, y
Algunos pacientes con inmunidad intermedia el índice m orfológico, que es el porcentaje de ba­
desarrollan la llamada lepra dim orfa, con sus di­ cilos sólidos respecto del tota! de bacilos.
ferentes subgrupos, expresión clínica de la va­ El cálculo del número de bacilos en las lesio­
riedad de respuestas inmunes que presentarán los nes establece la gravedad de la infección, ayuda
enfermos (intermedia y escasa inmunidad). a su clasificación clínica y determina la respues­
ta al tratamiento.
Reacción a la lepromina
Esta reacción traduce en parte el estado inmuni- Histopatología
tario del sujeto. Consiste en la inyección intradér- Lepra indeterminada. Infiltrado inflamatorio ines-
mica de 0,1 cm3 de una suspensión del antígeno pecífico, con predominio de linfocitos, que se dispo­
en solución fisiológica fenicada. La más emplea­ ne alrededor de los vasos, anexos y nervios. M. le-
da es la leprom ina integral, constituida por baci­ prae se encuentra en escaso número o puede faltar.
los y tejidos de lepromas. Informa sobre el esta­
do de resistencia del organismo al bacilo de Lepra tuberculoide. Infiltrado inflamatorio con
Hansen. Es una reacción de pronóstico, nunca de los caracteres de granuloma folicular tuberculoide
diagnóstico. (células epitelioides centradas por una célula gi­
Su lectura se efectúa a las 48 horas y a los 21 gante y rodeadas por una corona linfocitaria) que
días. Si a las 48 horas produce un halo eritema- rodea vasos, anexos y nervios. Habitualmente no
toso mayor de 5 mm (reacción precoz de Fernán­ se observan bacilos.
dez), es positiva. A los 21 días (reacción tardía
de Mitsuda) se considera positiva si se forma un Lepra lepromatosa. Infiltrado inflamatorio cró­
nódulo mayor de 3 mm que puede llegar a ulce­ nico en la dermis, formado principalmente por
rarse. células vacuoladas cargadas de bacilos (células de
En los enfermos de lepra, una reacción positi­ Virchow). M. leprae se encuentra en abundancia.
va a la lepromina pronostica una forma clínica
benigna, abacilífera y no contagiosa, mientras que Lepra dim orfa o «borderline». La histopatolo-
la reacción negativa preanuncia una forma clíni­ gía suele reunir características de ambos tipos po­
ca maligna, bacilífera y contagiosa. lares, infiltrados tuberculoides y lepromatosos.
En un individuo sano que convive con un en­
fermo de lepra la reacción positiva indica defen­
FORMAS CLÍNICAS
sa contra la enfermedad y, en caso de adquirirla,
benignidad en su foiTna clínica, mientras que la La lepra se clasifica del siguiente modo:
reacción negativa se asocia con mayor probabi­ • Lepra inicial
lidad de contraer una forma grave. Lepra indeterminada (LI).
C apítulo 65 - Lepra Ü 549 (

• Tipos polares putación de falanges). Es frecuente el desarrollo


i
Lepra tuberculoide (TT)» de la garra cubital y el pie cuboide. i
Lepra lepromatosa (LL). En la lepra tuberculoide la baciloscopia es ne­
gativa y la leprominorreacción positiva. t
• Grupo dimorfo
Dimorfo B o «borderline» B (BB), Lepra lepromatosa
V
Dimorfo T o «borderline» T (BT), El bacilo ataca la piel, las mucosas, el sistema c
Dimorfo L o «borderline» L (BL). nervioso periférico y las visceras.
Piel: máculas de color pardusco (hoja seca), i
Lepra indeterm inada discretamente infiltradas y de bordes difusos, con
Se caracteriza por la presencia de máculas so> alteraciones de la sensibilidad que por lo general i
litarlas o en escaso número, hipocrómicas, acró­ respetan el cuero cabelludo, el cuello, los gran­ 1
micas o levemente eritematosas, hipoestésicas o
<
des pliegues y la corredera vertebral.
anestésicas, localizadas preferentemente en los Sobre las máculas aparecen tubérculos (¡epro- 1
<
miembros, los glúteos y la cara. m as) que pueden ulcerarse y dejar cicatriz. j

La afectación del sistema nervioso periférico La facies toma un aspecto característico, con i
suele ser muy leve y no hay compromiso de las acentuación de los surcos normales, alopecia de
mucosas ni de las visceras. la cola o del total de las cejas, madarosis (ausen­ <
La baciloscopia puede ser escasamente positi­ cia de pestañas), alopecia sectorizada de la bar­
i/
va o negativa y otro tanto ocurre con la lepromi- ba, infiltración de los lóbulos de las orejas (en
norreacción, que también puede dar cualesquie­ badajo de campana), lepromas y enrojecimiento
ra de los dos resultados. de los ojos por queratitis (facies leonina). La in­
Si el diagnóstico es precoz, se puede curar sin filtración de las manos les confiere un aspecto i
que avance a otras formas clínicas. edematoso y brillante. ■

• LI más baciloscopia negativa más lepromi- M ucosas: la que primero se compromete es la


norreacción positiva: puede evolucionar hacia nasal, desde allí la afectación puede descender a T
i
lepra TT o BT. la boca, la faringe y la laringe. Hay rinorrea,
íÉ
• LI más baciloscopia positiva más lepromi- epistaxis, perforación del tabique cartilaginoso,
norreacción negativa: puede evolucionar hacia le­ desmoronamiento de la pirámide nasal, laringi­
pra LL, BL o BB. tis y disfonía crónica. i i

Es necesario recordar la importancia que ad­


Lepra tuberculoide quiere la eliminación de bacilos en abundancia a c
El bacilo sólo ataca la piel y el sistema nervio­ través de la mucosa nasal y oral, por su impli­
4
so periférico. El compromiso nervioso es mayor cancia epidemiológica.
1
que el cutáneo. Sistem a nervioso p eriférico: el compromiso 1
Piel: máculas eritematosas con centro acrómi­ nervioso es menor que en la forma tuberculoide.
co, de bordes netos, rodeadas algunas veces por En la lepra lepromatosa el compromiso cutáneo t ;

elementos papuloides, únicas o escasas en núme­ es mayor que el nervioso.


ro y anestésicas. Riñón: amiloidosis que lleva a la insuficiencia t
Sistem a nervioso periférico: la lepra provoca renal crónica, principal causa de muerte en la le­
«
neuritis periférica (oligoneuritis o mononeuritis pra.
múltiple). Los nervios más involucrados son el H ígado, bazo y glándulas suprarrenales: afec­
cubital, el ciático poplíteo externo, las ramas au­ tados con frecuencia por infiltrados miliares y
ricular y transversa del plexo cervical superficial, amiloidosis.
i#
la rama anterior del radial, el supraorbitario, el G anglios: comprometidos en el 100% de los
facial, el supraclavicular y el mediano. La rama casos. Se observan infiltrados lepromatosos con
afectada está engrosada y hay trastornos de la bacilos ácido-alcohol resistentes. j
sensibilidad táctil, térmica y dolorosa, así como Testículos: infiltración intersticial, hipotrofia o
I
trastornos tróficos (ulceraciones, ampollas, am­ atrofia.

(t
1

1
550 □ Tercera parte - Infecciones bacterianas

Ojos: uveítis anterior, queratitis, cataratas y te la cara o los miembros. Se la considera una
lagoftalmos, que pueden llevar a la ceguera. primoinfección de carácter vacunante, en la que
Sistem a osteoarticular: las lesiones son pro­ el organismo responde a la agresión del bacilo
ducidas directa o indirectamente por el bacilo. con la formación de granulomas tuberculoides
En el prim er c a so , éste form a c o lo n ia s y reaccionales en los sitios de inoculación o con­
granulomas típicos en el hueso; o en el segundo tacto con el antígeno.
caso, por alteraciones nerviosas se originan le­ En esta forma clínica la baciloscopia es nega­
siones tróficas abacilares. tiva y la leprominorreacción fuertemente positi­
En la lepra lepromatosa la baciloscopia es po­ va.
sitiva y la leprominorreacción negativa.
Episodios reaccionales
Grupo dimorfo Son fenómenos de orden local o general, que
Como el nombre lo indica, este grupo presenta siguen un curso agudo y se intercalan en el cua­
algunas similitudes con ambas formas polares. dro crónico de la lepra. Suelen aparecer luego de
Cuanto más delimitadas sean las lesiones, más iniciado el tratamiento, aunque también pueden
cercano estará del polo T, por lo que pasará a ser la primera manifestación de la enfermedad.
denominarse BT. Cuanto mayor sea e! número Se observan en el 10% al 40% de los enfermos y
de lesiones y menos definidos sean sus bordes, son de patogenia inmune.
más cercano estará del polo L, por lo que recibi­ Pueden desencadenarse por distintos factores.
rá el nombre de BL. El grupo BB ocupa la zona En primer lugar por el tratamiento con la medi­
intermedia del espectro. cación antileprosa, y además por embarazos, in­
Las lesiones «en corte de hostia» son caracte­ fecciones intercurrentes, conmociones nerviosas
rísticas de este grupo. Se trata de máculas erite- y cambios de clima.
matosas o eritematovioláceas, de borde externo La evolución de estos episodios puede durar
difuso e interno neto, con una zona de piel sana, desde unos días hasta dos m eses. Una vez des­
redondeada en el centro, anestésicas o hipoes- aparecido el brote, la enfermedad sigue su curso
tésicas. crónico. Se los puede clasificar en dos tipos:
Este grupo de pacientes es muy inestable, de
acuerdo con su inmunidad pueden virar de una Tipo 1
forma a otra. Mediado por la inmunidad celular. Se observa
- Baciloscopia positiva (BB-BL). en especial en los pacientes del grupo dim orfo.
- Baciloscopia negativa o débilmente positiva a) Reacción reversal o de mejoramiento de la
(BT). inmunidad o «upgrading». En este caso el incre­
- Leprominorreacción negativa (BB-BL). mento de la inmunidad celular hace que el pa­
- Leprominorreacción débilm ente positiva ciente vire y se acerque al polo T. Es rara y se
(BT). puede presentar en aquellos pacientes que hacen
el tratamiento correcto.
Lepra Infantil b) Reacción de degradación o de empeoramien­
Esta enfermedad es excepcional antes del año to de la inmunidad o «downgrading». En este caso
de vida, rara antes de los tres y benigna hasta los se acercan al polo L. Por lo común se presenta en
cinco. En general los niños afectados conviven con aquellos pacientes que no reciben tratamiento o
enfermos bacilíferos. La forma clínica predomi­ lo hacen en forma incorrecta o irregular. Com­
nante es la indeterminada. Es fundamental que prende: lepra tuberculoide en reacción, lepra
el diagnóstico y el tratamiento sean precoces. dim orfa en reacción y leprom atización aguda.
Otra forma clínica que puede detectarse es la
nodular de la infancia, de excelente pronóstico Tipo 2
dada su regresión espontánea. Las lesiones son Mediado por la inmunidad humoral. Se obser­
nodulares, escasas en número, muchas veces úni­ va principalmente en pacientes con lepra lepro­
cas y asientan en sitios expuestos, preferentemen­ m atosa y se manifiesta por eritema nudoso, eri-
C apítulo 65 - Lepra □ 551

tema polimorfo, fenómeno de Lucio y otras ma­ Eccemátide acromiante.


nifestaciones reaccionales. Esclerodermia en placas.
Eritem a nudoso: es el episodio reacciona! más Parapsoriasis en placas.
frecuente. Se caracteriza por la presencia de nó- N evos acrómicos.
dulos dolorosos, cubiertos por piel roja y brillan­ Sifílide leucopigmentaria o collar de Venus.
te, que pueden reblandecerse y ulcerarse. Exce­ • Con lepra íuberculoide
de la topografía del eritema nudoso clásico, ya Dermatofitia de la piel lampiña.
que abarca miembros inferiores y superiores, y Granuloma anular.
puede generalizarse. Lupus eritematoso fijo.
Eritem a polim orfo: es igual que el clásico, con Roséola sifilítica.
eritema, pápulas, vesículas y ampollas. Puede Exantema tóxico.
acompañar al eritema nudoso. • Con lepra lepromatosa
Fenómeno de L u d o : es poco frecuente. Es una Prurigo vulgar crónico (localizado en la cara).
vasculitis necrosante que se presenta con mácu­ Xantoma tuberoso.
las eritematosas, que en su evolución se convier­ Leishmaniosis.
ten en purpúricas y necróticas. Se curan pero de­ Enfermedad de von Recklinghausen.
jan importantes cicatrices. Rosácea.
O tras m a nifestaciones reaccionales: son la M icosis fungoide.
mano o pie reaccional (o ambos), artritis, iridoci- • Con lepra dim orfa
clitis, neuritis, orquitis, hepatitis y glomerulone- Parapsoriasis en placas.
fritis. M icosis fungoide.
Linfomas.
2. N ettrológico
DIAGNOSTICO
Siringomielia.
Se considerarán tres aspectos: Secuelas de poliomielitis.
Clínica (lesiones cutáneas más trastornos de la Mal perforante plantar.
! sensibilidad). Acropatía ulceromutilante.
Baciloscopia. Enfermedad de Aran-Duchenne.
Histopatologia. Mononeuritis.
En la actualidad el bacilo de Hansen también se Mononeuritis múltiple.
puede identificar mediante reacción en cadena de
la polimerasa, que es altamente sensible y especí­
COMPLICACIONES
fica. La serología pemiite detectar la presencia de
anticuerpos contra M. leprae. A mayor carga baci­ Neurológicas
lar, es mayor el nivel de anticuerpos, aunque és­ a) M otoras
tos no tienen valor protector. Las técnicas utili­ Garra cubital (por compromiso del nervio cubi­
zadas son el enzimoinmunoensayo (ELISA) y la tal). Mano de sim io (por compromiso del nervio
FLA-Abs (fluorescein leprosy antibody absor- mediano). Marcha en «steppage» (por compro­
ption). Sin embargo, en la mayoría de los casos un miso del nervio ciático poplíteo externo).
examen clínico minucioso y la baciloscopia son b) Sensitivas
suficientes para confirmar el diagnóstico. Por pérdida de la sensibilidad termoalgésica
sobrevienen quemaduras y heridas que se sobrein-
fectan fácilmente. Como este proceso séptico
DIAGNÓSTICO DIFERENCIAL
tampoco es doloroso, la infección se extiende has­
Sólo se mencionan los más importantes. ta comprometer estructuras anatómicas profun­
1. D erm atológico das, como tendones, huesos y articulaciones.
* Con lepra indeterm inada c) Tróficas
VitÍligo. Ulceraciones.
Pitiriasis versicolor acromiante. Amputaciones espontáneas de falanges.
552 □ Tercera parte - Infecciones bacterianas

Pie cuboide. se desarrolle una anemia hemolítica leve. Son ra­


Mal perforante plantar. ros los casos de anemia hemolítica grave, salvo
en pacientes con déficit eritrocitario de glucosa-
Viscerales 6-fosfato deshidrogenasa. En dosis de 100 mg
Insuficiencia renal crónica (por amiloidosis y diarios tiene un leve efecto bactericida contra M.
nefroesclerosis). leprae y produce concentraciones séricas que
Insuficiencia hepática (por amiloidosis). superan en mucho la concentración inhibitoria
Ceguera. mínima contra el bacilo. La asociación de dapso-i
na con clofazimina demostró una actividad con>i
siderable contra M. leprae en la mayoría de los
PRONÓSTICO
enfermos de lepra lepromatosa; los pacientes tra-!
Difiere según la forma clínica de la enferme­ tados con esta asociación perdieron su infec-¡
dad. tividad cuando se inocularon en la almohadilla-
En la lepra ¡epromatosa, sin tratamiento, el plantar ratones normales.
pronóstico es grave. La muerte sobreviene por
complicaciones renales o hepáticas como conse­ R ifam picina
cuencia de la amiloidosis secundaria, también por La rifampicina es el fármaco más eficaz contra>
infecciones intercurrentes. M. leprae. Su actividad es mayor que la de cual-;
En la lepra tuberculoide el pronóstico es favo­ quier otro fármaco o asociación medicamentosa'
rable y no compromete la vida del paciente, pero antileprosa por lo que es fundamental para el tra-;
es importante señalar que en esta forma clínica tamiento de la lepra. Administrada en dosis de
el bacilo ataca con preponderancia el sistema 600 mg por mes tiene un intenso efecto bacteri-,
nervioso periférico, por lo que se pueden obser­ cida contra M. leprae y es casi tan eficaz como i
var paresias, parálisis, engrosamientos nerviosos cuando se la administra diariamente. Su toxici-i
y trastornos tróficos, en algunos casos invali­ dad es relativamente baja pero guarda relación
dantes. con la dosis y el intervalo entre las dosis. Se han,
En la lepra indeterm inada el pronóstico es va­ comunicado casos de insuficiencia renal, trombo-1
riable, depende de su evolución hacia una forma citopenia y hepatitis. La dosis es de 600 mg por!
lepromatosa o tuberculoide, aunque si se la de­ mes en los regímenes que incluyen la asociación
tecta en forma temprana puede curarse sin que con otros fármacos.
avance a otras formas clínicas.
En la lepra dim oifa el pronóstico es reservado C lofazim ina
por su frecuente evolución hacia la forma lepro­ La clofazimina, en las dosis utilizadas en los
matosa. regímenes de asociación medicamentosa, carece
Para que la lepra tenga un buen pronóstico es prácticamente de toxicidad. La pigmentación de -
fundamental el diagnóstico precoz de los casos la piel, en particular en las lesiones cutáneas, es .
nuevos, el tratamiento continuado y suficiente, frecuente pero desaparace una vez interrumpida i
la rehabilitación física, la protección social y el su administración. Las dosis habituales en los I
control médico. regímenes de asociación son de 50 mg/día, más
300 mg una vez al mes. }
TRATAMIENTO
O floxacina
Fármacos La ofloxacina es la fluoroquinolona más utiliza-!
Dapsona da en el tratamiento de la lepra. Es un fármaco bac­
La dapsona o diaminodifenilsulfona o sulfona tericida y se administra en dosis de 400 mg/día.
madre (DAPS) es barata y tiene escasa toxicidad Los efectos adversos son náuseas, vómitos, diarrea, •
a las dosis utilizadas, aunque se han comunicado insomnio, mareos, nerviosismo y alucinaciones. -
con poca frecuencia reacciones de hipersensibi- Son poco frecuentes y su escasa repercusión en
lidad y raramente agranulocitosis. Es común que general no exige la interrupción del tratamiento. ,
4

_ C a p (tu h 6 ¿ ^ e . p r ^ □ 553

M inocíclina negativa (TT - indeterminada Mitsuda positiva):


La minociclina es un miembro de la familia de Una toma diana de DAPS (100 mg). autoadmi-
ias tetracíclinas que tiene una buena actividad nistrada, a la que se agrega una toma mensual,
bactericida contra M. leprae. Es más activa que supervisada, de rifampicina (600 mg) por un tiem-
la claritromicina pero mucho menos que la rifam- po mínimo de 6 meses.
picina. La dosis de 100 mg diarios produce con­
centraciones séricas que superan la concentración P a cien tes niultihacilares. Con baciloscopia
inhibitoria mínima contra el bacilo. Se ha demos­ positiva (LL - BB - BT - BL o indeterminada Mil-
trado clínicamente eficaz en enfermos con lepra suda negativa):
lepromatosa. Entre los efectos adversos se men­ Una toma diaria de DAPS (100 mg) más clofa-
cionan trastornos digestivos, mareos, erupciones zimina (50 mg) autoadministradas. Un día por
cutáneas y pigmentación de la piel y mucosas. mes, supervisada, se administrará rifampicina
No debe administrarse a lactantes, a niños meno­ (600 mg) más clofazimina (300 mg) más DAPS
res de 8 años ni a embarazadas. Por su acción (100 mg), por un tiempo mínimo de 2 años y hasta
quelante del calcio, administrada a niños, produ­ la negativización de la baciloscopia.
ce coloración permanente gris pardusca en los Ante la intolerancia a alguno de estos fárma­
dientes e hipoplasia del esmalte. Por su acción cos o por resistencia bacteriana se utiliza como
fotosensibilizante debe evitarse la exposición alternativa: ofloxacina. 400 mg/día o minociclina,
solar durante el tratamiento. Se han comunicado 100 mg/día o claritromicina, 500 mg/día.
algunas reacciones graves como hepatitis autoin- No es conveniente el tratamiento con un solo
mune y un síndrome similar al lupus eritematoso fármaco ni siquiera como mantenimiento, tam­
sistémico. poco administrar dosis menores que las recomen­
dadas, por la posibilidad de generar resistencia
Claritrom icina bacteriana.
La claritromicina es un macrólido con impor­ La viabilidad del bacilo (contagio) se pierde a
tante acción bactericida contra M . leprae. Sus los pocos días de iniciado el tratamiento.
efectos adversos son trastornos gastrointestinales
y erupciones cutáneas. En enfermos de lepra le­ P acientes paucibacilares con lesión única. Al­
promatosa se administran dosis de 500 mg/día. gunos hechos sugieren que la lepra con lesión úni­
ca es una entidad clínica y puede ser curada con
Esquem as terapéuticos una quimioterapia reducida. El esquema ROM
La medicación recomendada por la Organiza­ {Rifampicina, O floxacina, M inociclina) se admi­
ción Mundial de la Salud (1982) es la siguiente: nistra en una sola dosis de rifampicina, 600 mg,
P acientes paucibacilares. Con baciloscopia ofloxacina, 400 mg y minociclina, 100 mg.

Cuadro 65-1. Esquemas terapéuticos recomendados por la OMS (1982).

Pacientes paucibacilares Con bdciloscopia negativa Una toma diaria de DAPS (100 mg). auto-
TT-lndeterminada administrada. a la que se agrega una toma mensual,
Mitsuda negativa supen/isada, de rifampicina (600 mg) por un mínimo
de 6 meses.
Pacientes multibacilares Con baciloscopia positiva Una toma diaria de OAPS (100 mg) más clofazimina
LL-BB-BT-BL- Indeterminada (50 mg). autoadministradas. Un día por mes se
Mitsuda positiva administrará una toma supennsada de rifampicina
{600 mg) más clofazimina (300 mg) más DAPS
(100 mg), por un mínimo de 2 años y hasta la
negativización de la baciloscopia.
554 □ Tercera parte - Infecciones bacterianas

Tratamiento de los episodios reaccionales La clave es buscar al enfenno incipiente en su


El eritema nudoso se trata preferentemente con medio, antes de que la enfermedad sea tan lla­
talidomida. Se comienza con 400 mg/día y se des­ mativa que le exija consultar. D e esta manera
ciende en forma paulatina. Como tiene alto po­ podrían encontrarse formas lepromatosas inci­
der teratogénico, se deben lomar todos los recau­ pientes, indeterminadas y tuberculoides, las que
dos en mujeres en edad fértil. Está absolutamen­ responderían con rapidez al tratamiento y aumen­
te contraindicada en el embarazo. taría estadísticamente la preponderancia de las
También pueden Indicarse corticosteroides y formas indeterminadas sobre las otras formas clí­
aniiinflamatorios no esteroldes. nicas.
La clofazimina, en dosis de hasta 300 mg/día, El aislamiento químico ha reemplazado el ai.«5-
puede combinarse con los fármacos antes cita­ lamiento físico al que se sometía a un enfermo
dos, dada su acción antiinflamaioria. de lepra. El médico tratante debe preocuparse de
El resto de los episodios reaccionales, en espe­ que el paciente reciba con regularidad la medi­
cial si hay compromiso de órganos nobles, se trata cación y así lograr que los bacilos dejen de ser
con corticosteroides en altas dosis. viables.
Tiene vital importancia el control, por medio
de la leprominorreacción, de quienes conviven
PROFILAXIS
con los enfermos.
Se basa en el aislamiento químico, la educación El efecto protector demostrado de la vacuna
sanitaria y el control de los que conviven con el BCG, tanto para formas multibacilares como para
paciente. las paucibacilares, hace que sea conveniente su
Una lucha efectiva contra la lepra consiste en administración en aquellos países donde esta en­
realizar una campaña sanitaria activa, encuestas fermedad tiene características de endémica.
en núcleos de población, ubicación de focos y Están en etapa experimental vacunas desarro­
tratamiento inmediato. lladas con técnicas recombinantes.

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Cuarta parte
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4.

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Generalidades de micología médica t

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Ricardo Negroni t

C I
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La m icología es la ciencia que estudia los hon­ Cuando los hongos alcanzan un grado de desa­ c
gos {myketes, en griego). Estos seres vivos en la rrollo determinado, se tornan visibles. Sus agru­ €.
actualidad se agrupan en un reino llamado Fungi, paciones reciben el nombre de colonias, las cua­
del que se reconocen alrededor de 200.000 espe­ les a veces poseen aspectos macroscópicos que c
cies válidas. orientan en la identificación del hongo.
La micología médica comprende el estudio de los Hay especies con un talo intermedio entre el c
hongos patógenos para la especie humana, como unicelular y el micelio; esta estructura recibe el
nombre de seudohifa o seudomicelio y está inte­ c
también el de las enfermedades que ocasionan, su
epidemiología, patogenia, diagnóstico y tratamien­ grada por una sucesión de brotes que quedan uni­
to. Aunque es una disciplina compleja, que exige el dos entre sí y crecen por su vértice, como lo ha­
conocimiento de la clínica y de las técnicas de labo­ rían las hifas verdaderas.
ratorio, abarca una mínima parte de la micología Las células fúngicas poseen una pared celular
general, dado que sólo unas 200 especies de hongos con componentes amorfos y fibrilares. Entre los
son causantes de enfermedades en el ser humano. primeros pueden mencionarse los glucomananos

Los hongos son organismos eucariotas (poseen y su asociación con proteínas, mientras que entre
núcleo estructural) y heterótrofos, o sea que ne­ los segundos se encuentra un polisacárido fibro­
cesitan vivir sobre sustancia orgánica muerta o so llamado quitina. Los componentes restantes
viva. En el primer caso son saprobios y en el se­ son los habituales de una célula eucariota: mem­
gundo, parásitos. Poseen un cuerpo, llamado talo, brana plasmática, mesosomas, retículo endoplas-
que puede ser unicelular o pluricelular. En este mático, ribosomas, polirribosomas, mitocondrias,
último caso las células se disponen en tubos, una sistema de microvesículas transportadoras de en­
a continuación de la otra, y los tubos crecen por zimas, que en los hongos reemplazan al aparato

su extremo distal (crecimiento apical). Esta es­ de Golgi, y un núcleo estructural con membrana t i
tructura tubular, que recibe el nombre de micelio, cribada que contiene un par de cromosomas.
se ramifica hasta formar una especie de telaraña Tanto del micelio como del talo unicelular al­ *
en la que cada ramificación se llama fiifa. Éstas, gunas células o compartimientos se diferencian
habitualmente están divididas en compartimien­ para resistir condiciones adversas del medio. Su t.
tos separados por tabiques o septos, aunque hay pared celular se hace más espesa, el citoplasma
t :
hongos con micelio continuo o cenocítico, no ta­ se condensa y las organelas se incluyen dentro
bicado. Los tabiques son incompletos, ya que de una vacuola lipídica. Estas células reciben el
poseen uno o más poros por los que pueden pa­ nombre de clam idosporas.
sar, de un compartimiento al otro, corrientes plas­ La reproducción de los hongos se hace por me­ •t
máticas, organelas e incluso núcleos. dio de células especiales, llamadas esporas, que
t
't '
<•

(• 558 □ Címr/a /?flríe • Infecciones micólícas y por algas


<•
pueden originarse por un procedimiento asexual La reproducción sexual se efectúa por la unión
o sexual. No es infrecuente que en la misma es­ de dos células de la misma especie fúngica, tras la
m pecie coexistan ambas formas; sin embargo, tas cual sobreviene un acto sexual en tres etapas:
esporas asexuadas son más abundantes, asegu­ plasmogamia (unión de los citoplasmas), cavioga-
(• ran la propagación de la especie y su aparición mía (copulación de los núcleos) y m eiosis (para
es más común entre los hongos patógenos del recobrar el número de cromosomas habitual de la
(• hombre. especie). Después de esta última se originan espo­
Los microorganismos unicelulares suelen re­ ras sexuales, que pueden estar libres, en contacto
(•
producirse por brotes llamados hlastoconidias o con el aire o el sustrato en el que crecen, o conte­
« por septos que originan dos células iguales. nidas en estructuras saculares llamadas ascos.
En los hongos con micelio una parte del talo Cada asco contiene un número limitado de ascos-
it está destinada a la producción de esporas y a su poraSj dos o potencia de dos, sin sobrepasar las
sustento; se diferencian así un micelio de fructi­ 32 esporas.
m ficación y otro vegetativo. El primero suele te­ Por su comportamiento sexual los hongos pue­
ner características morfológicas más constantes den ser herm afroditas (monoicos), en los cuales
y habitualmente específicas para cada especie. cada talo posee órganos masculinos y femeninos
<• Esto ha permitido que su estudio morfológico sea que pueden ser compatibles o no, o dioicos, cuyos
la técnica más empleada para el reconocimiento talos sólo contienen órganos masculinos o femeni­
(• de las diversas especies. nos, sexualmente indiferenciados, en los que pre­
Las esporas asexuales pueden formarse por ge­ sentan estructuras sexuales idénticas morfológi­
(• mación de una célula madre o de una hifa en los camente. Cuando la reproducción sexual sólo se
hongos con micelio, lo que constituyen las blas- produce por la unión de dos ejemplares diferen­
m
loconidias. Otras pueden originarse en la separa­ tes de la misma especie, se dice que la copulación
ción de segmentos de una hifa tabicada, lo que es heterotálica\ de lo contrario, se dice que los hon­
da lugar a la producción de artroconidias. Otras gos presentan reproducción sexual homotálica.
esporas asexuales se producen en el extremo de Los hongos que sólo poseen fructificación
hifas especiales, llamadas esporóforos. Las es­ asexual conocida se clasifican dentro de la clase
poras pueden ser simples o agruparse en cade­ Fungi Imperfecti o Deuteromycotina, los que tie­
nas. Un tipo muy común de espora asexual exter­ nen ascos que pertenecen a la clase Ascomyco-
na se origina en el extremo de un esporóforo sim­ tina, los que forman cigotes son los Zygomyco-
ple y tiene una cara plana de implantación en esta tina y los que producen basidiosporas a partir de
hifa. Cuando se desprende, se lleva parle de la células dilatadas en forma de maza se llaman
pared celular del esporóforo. Estas células pue­ Basidiomycotina. Los hongos de las tres últimas
den tener formas variadas, en clava, fusiformes clases producen esporas sexuales además de la
o piriformes, y reciben el nombre de aleuroco- fructificación asexuada.
nidias. Todos los ejemplos señalados hasta aho­ Los Ascomycotina pueden formar ascos suel­
ra son de esporas asexuales libres, también lla­ tos o contenidos dentro de frutos que reciben el
madas externas, por estar en contacto directo con nombre de ascostrom as. Estos últimos poseen
el aire. estructuras variables; la observada con más fre­
Otras esporas asexuales están contenidas en cuencia en los hongos patógenos es el cleisto-
frutos globulosos que en realidad constituyen di­ tecio, cuya forma es esférica irregular, con una
lataciones del extremo distal del esporóforo. La pared integrada por un fieltro denso de hifas (plec-
pared del fruto es la continuación de la pared de ténquim a) y ascos globulosos con 8 ascosporas
la hifa fértil y su interior está ocupado por miles elípticas.
de esporas, que son células producidas por la se­ Los Zygomycoiina producen esporas sexuales
paración de los numerosos núcleos que estaban grandes, de pared celular gruesa y rugosa, y con­
contenidos en esta dilatación. Las esporas reci­ tienen muchos núcleos. Estas esporas, que reci­
ben el nombre de esporangiosporas, el fruto se ben el nombre de cigotes, pueden formarse por
llama esporangio y la hifa fértil, esporangióforo. unión homotálica o heterotálica de dos hifas. Esta
C apitulo 66 - G eneralidades de m icología m édica □ 559

clase de hongos posee m icelio cenocítico y pro­ especies pueden ser geófilas, zoófilas o antropó-
duce esporangios como fructificación asexual. filas. Como su nombre lo indica, las primeras se
Los hongos de la clase Basidiomycotina pro­ adquieren de la tierra; las segundas, por contacto
ducen células fértiles especiales, dilatadas en for­ con los anim ales, y las terceras por contagio
ma de maza, llamadas básides. En ellas tienen interhumano. Los hábitos de vida y la profesión
lugar la cariogamia y la meiosis, con formación influyen en forma considerable en la adquisición
de 4 núcleos hijos que dan origen a 4 esporas de estas micosis. Las especies antropófilas, en
sexuales externas llamadas basidiosporas. particular Trichophyton ruhrum^ causan trastor­
Los hongos patógenos para el hombre poseen nos crónicos, difíciles de curar, que comprome­
una amplia distribución en la naturaleza. La ma­ ten la piel y las uñas. Una especie zoófila, Micros-
yor parle son geófilos (viven en el suelo) o son porum canis, invade con frecuencia el cuero ca­
parásitos de plantas. Sus esporas pueden pasar al belludo y es responsable de la mayor parte de las
aire y ser inhaladas o contaminar diversos sustra­ tiñas de la infancia.
tos, que a su vez sirven como fuente de infección Los hongos de género Candida son integran­
para el hombre (alimentos, plantas, tela adhesiva, tes habituales de la biota del organismo humano,
etc.). Los agentes de micosis superficiales pue­ viven sobre la superficie de la mucosa digestiva
den pasar de persona a persona o de los animales o vaginal, o sobre la piel. Producen infecciones
al hombre, ya sea en forma directa o a través de superficiales, como vaginitis, estomatitis, derma­
fómites. Los hongos productores de infecciones titis y compromiso ungueal y también invaden
profundas o sistémicas penetran en el organismo órganos profundos, lo que da lugar a las candi­
humano por traumatismos cutáneos, por inhala­ diasis diseminadas o viscerales. Estas últimas se
ción y, muy raras veces, por vía digestiva. comportan com o micosis oportunistas.
Enferman al hombre valiéndose de diversos La pitiriasis versicolor es producida por leva­
mecanismos y estas infecciones reciben el nom­ duras lipofílicas del género M alassezia, habitan­
bre de m icosis. La colonización o contaminación tes normales de las zonas seborreicas de la piel
secundaria de tejidos necróticos se llama micoti- humana. Cuando la secreción sebácea del hospe­
zación; los hongos del aire producen la sensibili­ dero presenta ciertos ácidos grasos, como el áci­
zación alérgica de personas atópicas, lo que da do oleico, desarrolla la fase filamentosa, deno­
origen a crisis asmáticas o rinitis. Por último, los minada M alassezia globosa o M .fu rfu r, que cau­
hongos pueden ser responsables de intoxicacio­ san una dermatitis discromicoescamosa.
nes, ya sea por contaminación de alimentos por Las m icosis subcutáneas constituyen un grupo
los géneros Aspergillus, P enicillium , Paecilo- heterogéneo de afecciones cuyos agentes etioló-
myces y Fusarium , que produce m icotoxicosis, o gicos viven en la tierra o sobre restos de vegeta­
por la ingestión de macromicetos del género Ama- les. Penetran en el organismo humano por trau­
m’ta, que da lugar al micetismo. matismos cutáneos y mucosos, y habitualmente
Aquí sólo se tratarán las infecciones fúngicas causan infecciones localizadas que pueden com­
o micosis. Se llaman m icosis superficiales aque­ prometer la dermis, la hipodermis, los músculos, y
llas cuyos agentes causales sólo invaden la capa los huesos o articulaciones. Algunas sólo progre­
córnea de la piel o sus faneras y la superficie de san por contigüidad y otras lo hacen además por
las membranas mucosas. Son muy frecuentes, se vía linfática. Los hombres de campo y todo aquel
calcula que más del 20% de la población del que por sus tareas o aficiones esté más en contac­
mundo las padece. Por lo común no comprome­ to con los vegetales y la tieira tienen mayor riesgo
ten la salud general y se transmiten de persona a de infectarse. En este grupo se incluyen la esporo-
persona o de los animales al hombre. Las m ico­ tricosis, la cromoblastomicosis, la lobomicosis, los
sis superficiales más comunes son las dermato- micetomas, la feohifomicosis, la rinosporidiosis y
fitosis, las candidiasis y la pitiriasis versicolor. las cigomicosis por Entomophtorales.
Las dermatofitosis son infecciones producidas por Las m icosis sistém icas endém icas son un con­
hongos de los géneros M icrosporum , Tvicho- junto de afecciones con ciertas características
phyton y Epidevmophyton. Según su hábitat las comunes: 1) sus agentes causales son organismos
560 □ Cuarta parte - Infecciones micóticas y por algas

geófilos, 2) desarrollan en la tierra su forma fila­ la regla. Esos mecanismos pueden dividirse er
mentosa, a veces con la fase sexuada o teleo- innatos, que no requieren contacto previo con el
morfa, 3) su distribución geográfica es restringi­ hongo, y adquiridos, que se producen tras el con­
da e incluso los más universales suelen mostrar tacto con él.
una incidencia mayor en determinadas regiones, La barrera mecánica que constituyen la piel y
4) infectan al hombre por vía inhalatoria y cau­ las mucosas es de gran importancia. N o sólo pot
san infecciones asintomáticas o respiratorias le­ su integridad anatómica, sino también por el pH,
ves y autorresolutivas; 5) en los tejidos del hom­ la presencia de ácidos grasos no saturados pro­
bre y otras especies animales producen un talo cedentes de la secreción sebácea y la producción'
totalmente diferente al que desarrollan en la na­ de IgA secretoria en las membranas mucosas. Las
turaleza, en general consiste en elementos leva- ulceraciones y los traumatismos favorecen la pe­
duriformes brotantes o esferas con endosporas; netración de los hongos hacia los tejidos más pro­
6) las formas progresivas de infección, que no se fundos. Varios hongos patógenos son capaces de
curan en forma espontánea, son mucho menos fre­ adherirse a las células epiteliales y penetrar a tra­
cuentes y los que las padecen por lo general po­ vés de ellas; así se inicia su acción deletérea para
seen factores predisponentes que disminuyen su los tejidos humanos.
resistencia inmunitaria. Se encuadran en este gru­ La segunda barrera defensiva se encuentra en
po la coccidioidom icosis, la histoplasmosis, la la sangre, donde las células fagocitarias y ciertas
paracoccidioidomicos, la penicilosis por P enici’ sustancias del suero ejercen una vigilancia per­
Ilium m arneffei y la blastomicosis. La criptoco- manente. Entre las primeras, los neutrófilos son
cosis posee algunas características propias de las células que acuden con más rapidez al foco
estas m icosis y otras de las infecciones oportu­ de penetración de los hongos. Son capaces de
nistas, dado que su distribución geográfica es fagocitar y lisar levaduras, mediante un mecanis­
universal y más del 90% de los casos de criptoco- mo dependiente de la mieloperoxidasa o indepen­
cosis diseminada en la actualidad se asocian con diente de ella. También destruyen las hifas de los
la enfermedad por HIV. hongos filamentosos. Los macrófagos son aptos
El último grupo comprende las m icosis sisié- para fagocitar y lisar tanto esporas de diversos
m icas oportunistas. Los microorganismos cau­ hongos com o elementos levaduriformes. Algu­
sales son poco virulentos y sólo afectan al hom­ nas subpoblaciones linfocitarias, como las natu-
bre cuando éste padece algún grado de compro­ ral killer, generan la destrucción de elementos
miso inmunitario. Los hongos que causan estas fúngicos por liberación de sustancias letales, sin
micosis tienen una amplia distribución geográfica. necesidad de fagocitar. Entre las sustancias
El sexo, la edad o la raza del hospedero no con­ séricas se destaca la transferrina insaturada, que
dicionan la aparición de la enfermedad, y las fuen­ actúa com o factor fungistático frente a derma-
tes de infección pueden ser endógenas (Candida) tófitos, hongos del género Candida, cigomicetos
o exógenas (Aspergillus, Rhizopus, Penicillium y otros. Una betaglobulina actúa como factor aglu­
y otros). Los agentes causales» excepto Candida, tinante que facilita la fagocitosis de las levaduras.
no son dimorfos ni causan primoinfecciones be­ La mayor parte de las infecciones fúngicas origi­
nignas que confieren cierta inmunidad. Todos los nan una doble respuesta inmune: humoral, median­
hongos causantes de m icosis oportunistas son te la producción de anticuerpos, y celular, por la
capaces de desarrollarse a 37®C, adaptarse a ba­ proliferación de grupos celulares más aptos para
jos potenciales de oxidorreducción y vivir con la ingestión y lisis de las células fúngicas. Este
concentraciones de 0^ y COj similares a las de último, sin duda el mecanismo de mayor impor­
los tejidos. tancia, está basado en la activación de macrófa­
Dada la abundancia de fuentes de infección y gos por parte de los linfocitos T helper CD4-J-. Hay
la frecuencia de los contactos con las esporas fún- numerosísimas comprobaciones, tanto experi­
gicas, es lógico suponer que los mecanismos de­ mentales como clínicas, que permiten afirmar que
fensivos del organismo humano son muy efica­ la falla del circuito células CD4+/macrófagos es
ces, dado que las m icosis son la excepción y no la principal responsable de la aparición de las mi­
C apítulo 66 - G eneralidades de m icología m édica □ 561

cosis en los seres humanos. Este defecto se ob­ nes de la inmunidad mediada por células, no pre­
serva en pacientes con candidiasis mucoculánea disponen a la aparición de micosis.
crónica, en quienes padecen m icosis asociadas El diagnóstico de las micosis se basa en la pre­
con la enfermedad por HIV y en los portadores sunción clínica, luego confirmada o descartada
de linfomas en tratamiento quimioterápico. En por los resultados de los estudios de laboratorio.
estos dos últimos casos son frecuentes las candi­ Las m icosis profundas carecen de manifestacio­
diasis recurrentes en las mucosas del aparato di­ nes clínicas específicas y las subcutáneas suelen
gestivo, así como criptococosis, histoplasmosis manifestarse con un cuadro clínico bastante ca­
y coccidioidom icosis diseminadas. Lo mismo racterístico, que puede confundirse con el de in­
ocurre en receptores de trasplantes de órganos que fecciones similares de otro origen. Las infeccio­
reciben medicación inmunosupresora. nes fúngicas sistémicas por lo general no se aso­
En condiciones normales la infección fiíngica cian con signos y síntomas típicos. Hay ciertos
determina la puesta en marcha de la inmunidad datos que ayudan a orientar la presunción diag­
específica mediada por células, que induce la pro­ nóstica, como la edad, el sexo, la profesión, la
liferación de células T helper capaces de activar procedencia y la existencia de otras enfermeda­
a los macrófagos. Esta cooperación se obtiene a des subyacentes o tratamientos médicos que pro­
través de la secreción, por parte de las células ducen inmunodepresión. Los estudios por imá­
TCD4+, de citocinas del tipo Th, com o IL-2, genes facilitan el reconocimiento de todas las
IL-12 e IN F -y, los macrófagos se tornan así con localizaciones de estas afecciones, pero no con­
más capacidad de fagocitar y Usar células fúngi- firman su diagnóstico.
cas, pero también se agregan y forman granulo­ Los exámenes de laboratorio suelen dividirse
mas epitelioides compactos, que focalizan la in­ en técnicas directas e indirectas de diagnóstico.
fección e impiden nuevas diseminaciones. Con Las primeras procuran satisfacer los postulados
el tiempo estos granulomas se rodean de una capa de Koch y las segundas estudian la respuesta in­
de fibras colágenas que en algunas circunstan­ mune específica o detectan la presencia de antí­
cias se calcifica. En algunas personas la estimu­ genos fúngicos en los líquidos orgánicos. Para
lación de las células TCD4+ da origen a una res­ las técnicas directas de diagnóstico en las m ico­
puesta de tipo Th2, que produce la secreción de sis profundas pueden ser de utilidad los siguien­
citocinas tales como IL-4 e IL-10, que deprimen tes materiales: esputo, lavado broncoalveolar,
la actividad de los macrófagos, originan granu­ punción-aspiración de nódulos o abscesos, biop-
lomas laxos poco eficientes y estimulan a los sias de piel, mucosas, ganglios linfáticos y otros
linfocitos B con gran producción de anticuerpos, órganos, LCR, orina, y líquido pleural, pericár-
hiper IgE y eosinofilia sanguínea. dico o peritoneal. Todas las muestras se recogen
Los linfocitos T cooperan con las células B en en recipientes estériles y con cierre hermético.
la producción de anticuerpos específicos, cuya La muestra de esputo se obtiene por la mañana,
función todavía no se conoce por completo. El después de una higiene bucal minuciosa, y el
nivel de anticuerpos aumenta en las micosis más enfermo debe ser instruido para reconocer cuán­
crónicas y diseminadas, y desciende cuando la do es catarro bronquial y no saliva. La orina se
enfermedad mejora por un tratamiento adecua­ recolecta después de un lavado prolijo de los ge­
do. En algunas m icosis se han encontrado inmu- nitales externos. En las mujeres se colocará tam-
noglobulinas específicas dentro de los granulo­ pón vaginal y sólo se recogerá el chorro medio
mas, por lo cual se sospecha que pueden impedir de la orina. En algunas micosis puede ser útil la
la dispersión de los antígenos fúngicos. También muestra de orina después de un masaje prostético.
se sabe que activan al complemento, tanto por la Las biopsias se dividen en dos porciones o se to­
vía clásica como por la alternativa; de esta forma man dos muestras, esto permite colocar una par­
incrementan la inflamación por acción quimio- te en solución fisiológica estéril, para el estudio
táctica y facilitan la fagocitosis de las células m icológico, y la restante en formol tamponado
fúngicas por opsonización. Las hipogammaglo- al 10% para el examen histopatológico. Este úl­
bulinemias, que no se acompañan con alteracio­ timo también puede utilizarse para recoger di ver­
562 □ Cuarta parte - Infecciones micóticas y por algas

sas muestras fluidas, como esputo, secreciones órganos se examinan microscópicamente y se


bronquiales, pus o líquido pleural, o hacerlo en cultivan.
alcohol absoluto. Todas aquellas muestras pro­ El estudio histopatológico incluye el examen
venientes de lugares no estériles serán procesa­ de preparaciones teñidas con hematoxilina-eosina
das de inmediato para su estudio m icológico o se y otras coloreadas con técnicas especiales para
las mantendrá refrigeradas a 4®C hasta el momen­ la visualización de hongos, com o las del ácido
to de su estudio, que deberá realizarse antes de peryódico de Schiff (PAS) o la metenamina de
las 48 horas. plata de Grocott. Cuando se sospechen infeccio­
El estudio m icológico de las muestras clínicas nes por actinomicetos se efectuará además una
comprende los exámenes microscópicos, los cul­ coloración de Gram para tejidos y la técnica de
tivos y la inoculación a animales sensibles. Kinyoun.
Los estudios microscópicos de ios especímenes Los métodos indirectos de diagnóstico com­
« no fijados en formol se basan en exámenes de prenden intradermorreacciones y pruebas sero-
preparaciones en fresco, colocadas entre un por­ lógicas. Las primeras pueden poner en evidencia
m taobjetos y un cubreobjetos, con una gota de so­ reacciones de hipersensibilidad retardada, de tipo
lución salina isotónica o KOH al 10%, o de ex­ IV o, con menor frecuencia, de tipo I, mediadas
(•
tendidos teñidos por los métodos de Gram, Ziehl- por IgE. Las reacciones de hipersensibilidad re­
(• Neelsen, Kinyoun o Giemsa. tardada tienen una utilidad especialmente epide­
Los cultivos se llevan a cabo en medios no en­ miológica, ya que se tornan positivas con la pri-
m riquecidos, como el agar miel de Sabouraud o moinfección y se mantienen en tal condición por
lactrimel, e incubados a 28®C, o en medios enri­ años. Por lo tanto, su positividad indica infec­
(• quecidos, com o agar infusión de cerebro y cora­ ción presente o pasada. Suelen tornarse negati­
zón con sangre, incubados a 37®C. A estos me­ vas en los pacientes con m icosis diseminadas
m
dios de cultivo se le adicionan antibióticos anti­ graves, en los que falla la inmunidad mediada
i§ bacterianos, en especial estreptomicina-cloran- por células. En estas condiciones pueden emplear­
fenicol hasta una concentración de 100 |ig/mL se como indicadoras del pronóstico.
(• de medio de cultivo. Según el diagnóstico presun­ Las pruebas de hipersensibilidad inmediata, de
tivo, puede agregarse un antibiótico antifúngico, tipo I, se llevan a cabo en la aspergilosis bronco-
i§ la cicloheximida, que actúa sobre hongos conta­ pulmonar alérgica y en otras alergias respirato­
minantes ambientales en la concentración fina! rias debidas a hongos.
(•
de 500 |xg/mL de medio de cultivo. La búsqueda de anticuerpos específicos en las
« Estos cultivos se examinan con frecuencia se­ m icosis sistémicas suele tener valor diagnóstico
manal durante un mes. En algunos países los la­ y pronóstico. Estas reacciones son: inmunodi-
(• boratorios de micología médica estudian además, fusión en gel de agar, contrainmunoelectroforesis,
las bacterias filam entosas del orden A ctino- fijación de complemento y enzimoinmunoensayo
(• mycetales. En estos casos los medios de cultivo (ELISA). Las dos primeras son las más específi­
(• no deben contener antibióticos. Los actinomicetos cas y las dos últimas las más sensibles. La prue­
anaerobios se cultivan en agar blando glucosado ba de ELISA ha sido usada en especial para dife­
(# (agar al 0,3%) o en placas de agar infusión de renciar los procesos activos de los que están en
cerebro y corazón en jarras de anaerobiosis a remisión. La especificidad de la inmunodifusión
37°C. Los actinomicetos aerobios se desarrollan y la contrainmunoelectroforesis es superior al
tanto en medio de Sabouraud com o en el de 95%, por lo tanto su positividad tiene un valor
(• Lowenstein-Jensen y también se incuban a 37®C. diagnóstico casi absoluto.
La inoculación a animales sensibles es un pro­ Los antígenos empleados habitualmente son:
(•
cedim iento excepcional para algunas m icosis coccidioidina, histoplasmina, paracoccidioidina,
(• sistémicas endémicas. Se prefieren ratones, que blastomicina, aspergilina y un antígeno citoplas-
son infectados por vía intraperitoneal, o cobayos, mático de C andida aibicans.
!• que lo son por la vía intratesticular. Estos anima­ La búsqueda, en suero y otros líquidos orgáni­
les se sacrifican después de 3 o 4 semanas y sus cos, de antígenos o fracciones antigénicas de
(•

(•
r
C apítulo 66 - G eneralidades de m icología m édica □ 563

l
|: hongos es muy importante para el diagnóstico de C. albicans, búsqueda de arabitinol, mañosa o
' las micosis sisiémicas en enfermos con déficit enolasa en orina y suero; aglutinación de partí­
arave de su inmunidad. En la actualidad sólo se
O culas de látex para glicoproteína de AspergiUus
I utiliza en forma rutinaria la aglutinación de par­ fum igatus, radioinmunoensayo para detectar un
tículas de látex sensibilizadas con gammaglo- p olisacárid o de H is to p la sm a c a p su la tu m y
bulina antipolisacárido capsular de Crypfococcus Western blot para los antígenos de Paracocci’
neoformans y una técnica de ELISA doble sand­ dioides brasilicnsis. Los inconvenientes de estas
wich para la detección de antígeno galactoma- reacciones son los lapsos relativamente breves
nano de la pared celular de AspergiUus fum igatus. en los que se encuentran antígenos en sangre u
Otras pruebas que se han empleado son la agluti­ orina» la falla de especificidad de algunas prue­
nación de partículas de látex para antígenos de bas y la formación de inmunocomplejos.

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67
Candidiasis
Ricardo Negroni

un talo (thallo) unicelular brotante. Cuando es­


DEFINICION
tas especies de Candida se siembran en medios
Se denominan candidiasis a las infecciones del de cultivo ricos en polisacáridos o proteínas,
hombre y de los animales producidas por hongos como agar-papa-zanahoria-bilis, agar-harina de
del género Candida. Puede usarse también el tér­ maíz o agar-leche-tween 80, y se las incuba a
mino candidosis. 28®C, la mayoría forma seudohifas y, en el caso
Aquí se estudiarán sólo aquellos tipos de particular de C. albicans y C. dubliniensis tam­
candidiasis que tienen mayor interés patogénico. bién clamidoconidios.
No serán tratadas las candidiasis superficiales, Dos de las especies aisladas con frecuencia, C.
con escasa repercusión general. glabrata y C. fa m a ta , no producen habitualmen­
te seudohifas y algunos taxonomistas las ubican
dentro del género Torulopsis. Sólo C. albicans
ETIOLOGÍA
puede identificarse por sus caracteres morfoló­
El género Candida incluye numerosas especies gicos, ya que produce seudohifas y clamidosporos
de hongos; de ellas, sólo una decena se aíslan en los medios de cultivo antes mencionados, y
con frecuencia de materiales clínicos y son: C. tubos germinativos a las 3 horas de incubación a
albicans, C. tropicalis, C .parapsilosis, C. krusei, 37®C en plasma, agua peptonada al 1% o albúmi­
C. glabrata, C. dubliniensis, C. kefyr, C. ínsita' na de huevo en igual concentración. Las espe­
niae, C. guillerm ondii, C. fa m ata, y C. viswa- cies restantes de este género son reconocidas por
nathü. Todos estos microorganismos se presen­ sus propiedades fisiológicas, mediante el cimo-
tan en las lesiones como elementos levadurifor- grama (estudio de la capacidad fermentativa) y
mes con b la sto co n id io s, acom pañados con el auxanograma (determinación de la capacidad
seudohifas. En las preparaciones para estudios oxidativa) frente a diversos hidratos de carbono.
microbiológicos aparecen como grampositivos, En la actualidad se dispone de varios equipos
en los cortes histopatológicos toman el color rojo comerciales que facilitan esta tarea de diagnósti­
con el PAS y se tiñen de marrón oscuro con la co, como API 20 C, API 32 C, CHROM-agar y
metenamina de plata de Grocott. Candifast.
Todas las especies se desarrollan bien y con Se han descripto cuadros clínicos semejantes a
rapidez en los medios de cultivo habituales, como la candidiasis, tanto superficiales como sistémi-
el agar-glucosado de Sabouraud. Las colonias son cos, producidos por hongos levadurifonnes de los
blanco-amarillentas, de consistencia pastosa y su­ géneros Trichosporon y Blastoschizom yces. Los
perficie lisa o plegada. En el examen microscó­ más importantes son las tricosporonosis sistémi-
pico de estas colonias se detecta la presencia de cas en pacientes neutropénicos, producidas por
566 □ Cuarta parte - Infecciones micóticas y por algas

Trichosporon cutaneum en todo el continente microorganismos en la circulación, como se ob­


americano y por Blastoschizom yces capitatis en serva en la cirugía abdominal, en especial la del
Europa. aparato digestivo, y en los catéteres colocados
en las venas o en las vías urinarias. Los mecanis­
mos de defensa para mantener la colonización de
EPIDEMIOLOGÍA
las mucosas y la piel por los hongos del género
Las especies del género C andida poseen una Candida, dentro de los límites que no perjudican
amplia distribución geográfica. Su presencia en la salud, son múltiples. La integridad anatómica
ia naturaleza se relaciona principalmente con la de la barrera epitelial, la secreción adecuada de
colonización de la piel y las membranas mucosas IgA por las mucosas, la preservación de sebo
de varias especies animales de sangre caliente, cutáneo y el funcionamiento correcto de la in­
entre las que se incluyen mamíferos y aves. munidad mediada por células son indispensables
En la especie humana se las encuentra como para este propósito. A ello debe sumarse la ocu­
integrantes normales de la biota en el contenido pación de los receptores celulares por parte de
gastrointestinal. En jóvenes sanos se las aísla en las bacterias integrantes de la biota. Si estas últi­
el 30% de los exudados faríngeos, en el 65% de mas desaparecen, por el uso de antibióticos anti­
los coprocultivos y en el 20% de los cultivos de bacterianos de amplio espectro, los hongos del
flujo vaginal. Pueden colonizar la piel normal y género Candida encuentran receptores libres don­
el tracto urinario cuando hay sonda vesical per­ de adherirse, emitir sus tubos germinativos e ini­
manente. Con estos antecedentes es fácil com­ ciar, de esta forma, su acción patógena. El em­
prender que la primera fuente de infección es la pleo de corticosteroides, citotóxicos o inmunosu-
endógena. presores, así como cualquier causa que perjudi­
Sin embargo, la caracterización del ADN de ce­ que el funcionamiento de la inmunidad mediada
pas de especies de Candida, en especial C. albi- por células, en especial la infección por HIV,
cans y C. parapsiiosis, ha permitido establecer incrementará el riesgo de candidiasis.
que también el personal de salud puede ser por­ Una vez en el torrente sanguíneo estos microor­
tador de estos microorganismos y producir infec­ ganismos son controlados por la acción conjunta
ciones en los pacientes hospitalizados. de los anticuerpos específicos, el sistema del com­
Los principales elementos a tener en cuenta pa­ plemento y los fagocitos (polimorfonucleares
ra medir el riesgo de padecer candidiasis son to­ neutrófilos y macrófagos). Estos mecanismos de­
das aquellas causas de deterioro de los mecanis­ fensivos actúan en forma coordinada y facilitan la
mos defensivos. opsonización, la fagocitosis y la lisis de los mi­
croorganismos levaduriformes. D e esta forma los
pacientes con neutropenia, hipocomplementemia,
PATOGENIA
enfermedad granulomatosa crónica y otros defec­
Las fuentes de infección, como se señaló, pue­ tos de la inmunidad son proclives a presentar in­
den ser tanto endógenas como exógenas. Las pri­ fecciones sistémicas debidas a Candida.
meras se sitúan principalmente en el aparato di­
gestivo. La colonización masiva de éste puede
ANATOMÍA PATOLÓGICA
conducir al pasaje de elementos levaduriformes
a través de la mucosa hacia los vasos linfáticos y La candidiasis diseminada aguda se caracteri­
luego al torrente sanguíneo, con la producción za por la presentación de abscesos en diversos
de fungemias. Este proceso es facilitado en cier­ órganos, en particular los riñones, el hígado, el
tas oportunidades por las alteraciones de la mu­ bazo, el miocardio y los pulmones. La respuesta
cosa gastrointestinal, como sucede en los pacien­ inflamatoria es inespecífica y está constituida por
tes afectados por hemopatías malignas tratados piocitos, en consecuencia, sólo la presencia de
con fármacos citotóxicos. La interrupción de la seudohifas y elementos levaduriformes permite
barrera epitelial por causas traumáticas o quirúr­ establecer el diagnóstico de la afección. Estos
gicas a veces permite la penetración de estos elementos fúngicos se observan con más facili­
C apitulo 67 - Candidiasis D 567

dad en los cortes histopatológicos teñidos con com o las de los pies, producen hiperqueratosis
PAS o Grocott. En las formas clínicas de evolu- subungueal y destrucción de la lámina.
I ción prolongada la pared de los abscesos está El otro cuadro clínico es el granuloma candidiá-
; constituida por macrófagos y tiende a fornnar sico, un proceso más grave que desfigura al pacien­
i granulomas mixtos, con centro supurativo y re- te y además del ataque bucoungueal produce lesio­
' acción epitelioide con células gigantes en la pe- nes hiperqueratósicas de aspecto vegetante en la piel
I riferia. que cubre las panes salientes del cueipo, en espe­
En la candidiasis mucocutánea crónica se ob» cial la frente, los pómulos, los codos y las rodillas.
; serva una hiperplasia epitelial, con acantosis y La candidiasis mucocutánea crónica no ocasiona
una respuesta inflamatoria crónica de la dermis candidiasis sistémica y su evolución no es habitual­
constituida por linfocitos, plasmocitos y macró­ mente fatal, salvo que la muerte se produzca por
fagos. Las seudohifas de C andida sólo invaden infecciones bacterianas, acidosis diabética o des­
la capa más superficial de la epidermis. La candi­ compensación de alguna endocrinopatía.
diasis del aparato digestivo genera ulceraciones
de la mucosa, reacción inflamatoria crónica no Candidiasis bucofaríngea
específlca y presencia de seudohifas de Candida. La candidiasis bucofaríngea aguda, de tipo seu-
domembranoso, es muy poco frecuente en los
adultos sanos. Puede presentarse hasta en un 5%
MANIFESTACIONES CLÍNICAS
de los recién nacidos con peso normal y en el
Se considerarán las siguientes formas clínicas 10% de los ancianos. Fuera de estas edades ex­
de candidiasis: tremas, este tipo de candidiasis bucofaríngea sue­
le asociarse al empleo de antibacterianos de am­
• Candidiasis mucocutánea crónica. plio espectro, al uso de altas dosis de corticoste-
• Candidiasis bucofaríngea. roides (locales o sistém icos), o a diabetes, leuce­
• Candidiasis esofágica. mias, linfomas, enfermedades malignas, neutro-
• Candidiasis gastrointestinal. penia, así como empleo de fármacos citotóxicos,
• Candidiasis peritoneal. radiaciones o ambos. En las últimas décadas la
• Candidiasis pulmonar. causa más frecuente de candidiasis seudomem-
• Candidiasis urinaria. branosa aguda ha sido la infección por HIV. Los
• Candidiasis del endocardio. síntomas más comunes son sensación de quema­
• Candidiasis diseminadas. zón, xerostomía, ageusia y odinofagia. Se com­
prueban objetivamente seudomembranas blan­
Candidiasis mucocutánea crónica quecinas, como leche cuajada, y eritema de la
Son candidiasis superficiales, de evolución cró­ mucosa bucal que sangra con facilidad.
nica y recidivante, que afectan la piel, las mucosas La candidiasis bucal crónica se observa en per­
y las uñas de quienes padecen alteraciones meta- sonas que usan prótesis dentarias o con déficit
bólicas, endocrinas y de la inmunidad mediada de la inmunidad mediada por células, en grandes
por células. No mejoran con antifúngicos tópi­ fumadores y en presencia de otras causas de irri­
cos y habitualmente requieren fármacos de ac­ tación crónica de la mucosa bucal. Los síntomas
ción sistémica. Por lo general estos pacientes son son semejantes a los de la forma clínica anterior,
niños con enfermedad granulomatosa crónica, pero algo más leves, con diversos aspectos clíni­
defectos de la inmunidad mediada por células, cos que podrían resumirse en formas atróficas e
diabetes, hipotiroidismo, hipoparatiroidismo, sín­ hipertróficas. En las primeras la lengua se pre­
drome de Addison o enfermedad poliglandular senta despapilada y roja, el resto de la mucosa
autoinmune. bucal está eritematosa y despulida. En las for­
La manifestación más frecuente es la candidia­ mas hipertróficas hay macroglosia, lengua escro-
sis bucal crónica de tipo hipertrófico, acompaña­ tal, lesiones de la mucosa bucal, blancas y sa­
da por distrofias ungueales. Estas últimas, que lientes, que pueden asemejarse al liquen rojo pla­
pueden comprometer tanto las uñas de las manos no, la leucoplasia o la papilomatosis florida.
568 □ Cuarta parte - Infecciones micóticas y por algas

Candídiasís esofágica El diagnóstico de certeza de la candidiasis di­


Es consecuencia de la progresión descendente gestiva sólo se obtiene mediante el estudio histo-
de la candidiasis bucofaríngea. En la actualidad patológico de biopsias endoscópicas que demues­
su causa más común es la infección por HIV. En tren la invasión de los tejidos por las seudohifas
estos pacientes la frecuencia estimada de la del hongo.
esofagitis por C andida es de alrededor del 12%.
También puede producirse en enferm os con Candidiasis peritoneal
hcmopatías malignas, neutropenia grave y en al­ Esta afección puede ser consecuencia de la
gunos enfermos inmunocomptentes con reflujo colonización de un catéter persistente utilizado
gastroesofágico. para la diálisis peritoneal intermitente ambula­
Los síntomas habituales son dolor retroestemal toria o de una perforación gastrointestinal debi­
y disfagia. Se acompaña casi siempre con candi­ do a úlceras, diverticulitis, cirugía o tumores ma­
diasis bucal. En los estudios contrastados del esó­ lignos del aparato digestivo. Los síntomas habi­
fago se observan defectos de relleno (esófago en tuales son fiebre prolongada con dolor y defensa
empedrado). El diagnóstico de certeza sólo pue­ abdominal. El líquido del dializado peritoneal es
de obtenerse con la visualización endoscópica de turbio y contiene más de 100 células/mL. Esta
la lesiones seudomembranosas y la toma de mues­ afección permanece localizada, salvo que el pa­
tras de tejido para los estudios m icológico e his- ciente esté inmunocomprometido.
topatológico.
Las manifestaciones clínicas de la candidiasis Candidiasis pulmonar
esofágica suelen confundirse con las producidas Puede ser la consecuencia de la diseminación
por las infecciones herpéticas, la esofagitis por hemática de las levaduras o de su progresión cana-
citomegalovirus y las aftas. lícular por el árbol traqueobronquial a partir de
La candidiasis esofágica puede ser punto de la orofaringe. Sus manifestaciones, tanto clíni­
partida de la candidiasis diseminada. cas como radiológicas, son inespecífícas y simu­
lan ser procesos bronconeumónicos difusos. Tam­
Candidiasis gastrointestinal bién se observan neumonías aspirativas en neo­
La colonización gastrointestinal intensa puede natos de bajo peso y en pacientes terminales. El
observarse en una amplia gama de enfermedades diagnóstico de esta localización es particularmen­
graves, como también en pacientes sometidos a te difícil, dado que el hallazgo de C andida en las
tratamientos que modifiquen la biota intestinal o secreciones bronquiales es inespecífico y los he-
los mecanismos defensivos, tanto locales como mocultivos con frecuencia son negativos. La com­
generales. Los estudios endoscópicos han demos­ probación h istop atológica de seudohifas de
trado seudomembranas sobre la mucosa gástrica. C andida en el parénquima pulmonar es la única
Los enfermos suelen excretar gran número de le­ evidencia irrefutable, pero en los enfermos neu-
vaduras en las heces y éstas pueden ser causa de tropénicos la realización de biopsias pulmonares
diarrea. En los pacientes con leucemias y lin- es dificultosa por el peligro de hemorragias.
fomas, como también en los sometidos a tratamien­ Se observa colonización bronquial por Candida
tos con citotóxicos y radioterapia, se producen en pacientes con bronquiectasias, com o también
ulceraciones de las mucosas gástrica y duodenal. en niños y jóvenes con mucoviscidosis.
En estos casos hay melena, perforación gástrica o
duodenal con peritonitis secundaria y, a veces, di­ Candidiasis urinaria
seminación por vía hemática de la infección. Los hongos del género C andida ocasionan en­
Debe recordarse que la mucosa digestiva es una fermedades muy variables en el aparato urinario.
importante puerta de entrada de las candidiasis En pacientes tratados con antibacterianos o so­
sistémicas por el mecanismo de traslocación in­ metidos a operaciones genitourinarias, como tam­
testinal, que es el pasaje de elementos levaduri- bién en aquellos que reciben altas dosis de cor-
formes, a través de la mucosa intacta, hacia los ticosteroides, puede haber candiduria transitoria
vasos linfáticos y sanguíneos. y asintomática. Favorece su aparición la diabe­
C apítulo 67 - Candidiasis □ 559

tes, el uso de sondas vesicales por períodos pro­ observa en pacientes con endocarditis bacteriana
longados, la hipertrofia prosiática, los tratamien­ previa tratados con antibacterianos en dosis altas
tos con antibióticos, las exploraciones endos- durante períodos prolongados. Se produce con
cópicas, las malformaciones de las vías urinarias, mayor frecuencia com o complicación de la en­
la vejiga neurogénica y la irradiación de la pel­ docarditis por Staphylococcus o Entevococcus.
vis por cáncer de cuello uterino. La cistitis por Otras causas que la favorecen son las válvulas
Candida es más frecuente en la mujer que en el protésicas, los catéteres cardíacos y la adicción a
hombre. drogas por vía intravenosa. En este último caso
La candidiasis renal se manifiesta como un cua­ las endocarditis se sitúan en general en las cavi­
dro de pielonefritis y puede producirse tanto por dades derechas.
diseminación hemática de la infección (candide- El cuadro clínico es similar al de otras endo­
mia) como por vía canalicular ascendente. En este carditis infecciosas: fiebre prolongada, soplo car­
último caso las malformaciones de las vías uri­ díaco, anemia, insuficiencia cardíaca, espleno-
narias y la colocación de catéteres persistentes m egalia y fenóm enos em bólicos, además de
desempeñan un papel importante en su aparición. tromboembolismo pulmonar, cuando están afec­
Cabe señalar también que el 80% de las candi­ tadas las válvulas derechas. La ecocardiografía
diasis diseminadas, así como los pacientes con bidimensional muestra vegetaciones endocár-
candidemias transitorias, pueden presentar loca­ dicas de gran tamaño. Clínicamente el diagnósti­
lizaciones renales. Los síntomas observados son co puede sospecharse por los antecedentes del
fiebre, dolor lumbar, puñopercusión dolorosa, paciente, la falta de respuesta a los antibióticos y
dolor en los puntos ureterales, orinas turbias y la gravedad de las embolias que afectan a arte­
hematuria. Los estudios por imágenes suelen rias medianas y grandes. La positividad de la re­
poner en evidencia estrecheces de las vías urina­ acción de inmunodifusión, así como el desarro­
rias, necrosis de las papilas, bolas fúngicas y di­ llo de C andida en los hemocultivos ayudan a in­
latación de las pelvis renales. crementar la sospecha. Por lo general se aísla C.
La candiduria no constituye, por sí sola, un parapsilosis y C. tropicalis.
buen elemento de sospecha de candidiasis dise­ El pronóstico de la endocarditis se relaciona
minada. Sin embargo, su hallazgo en pacientes con los émbolos. Cuando éstos afectan arterias
inmunocomprometidos siempre debiera tenerse medianas o grandes determinan la muerte de)
en cuenta. Los mayores problemas en las candi­ paciente. Por esta razón, las endocarditis de las
diasis urinarias se relacionan con la determina­ cavidades izquierdas tienen una indicación qui­
ción de la zona afectada, infección baja o alta, ya rúrgica indiscutida.
que esta última con frecuencia es consecuencia
de una candidemia. Ayudan a sospechar la infec­ Candidiasis diseminadas
ción alta la obtención de cultivos positivos a par­ Candidiasis congénita neonatal
tir de punciones suprapúbicas, la existencia de La candidiasis congénita se origina en la infec­
un sedimento urinario patológico con cilindros ción preparto del endometrio y puede ser causa de
granulosos, cilindros hialinos, leucocitos y hema­ aborto. El recién nacido presenta una erupción
tíes, junto a seudohifas de Candida", la prueba de eritematovesiculosa generalizada. Este proceso es
inmunodifusión positiva con antígeno citoplas- casi siempre superficial y de evolución benigna.
mático de C. albicans, en especial la conversión La candidiasis diseminada aguda de los neona*
de negativa a positiva de esta reacción en pacien­ tos de bajo peso y los pretérmino determina fie­
tes con antecedentes de inmunocompromiso, y bre que no responde a los antibióticos. En gene­
el desarrollo de hemocultivos positivos. ral son niños que están en incubadora, con trata­
mientos intensivos, canalizaciones venosas y ali­
Candidiasis del endocardio mentación parenteral. Es común la aparición de
Los hongos del género C andida son agentes meningoencefalitis con LCR claro. Compromete
causales de endocarditis infecciosas sobre vál­ también las vías urinarias, en las que produce he­
vulas previamente dañadas. Esta localización se maturia, piuría y obstrucción ureteral por bola
570 □ Cuarta parte - Infecciones micóticas y por algas

fiingica. La artritis purulenta se observa con me­ mieloide aguda sometidos a tratamiento especí­
nor frecuencia. fico y con neutropenia. En estos casos los pa­
Los hemocuUivos son casi siempre positivos, cientes con procesos febriles que no respondan a
al igual que los cultivos de LCR, de punción arti­ 5 días de tratamiento con antibióticos deben re­
cular y de orina. cibir anfotericina B en forma empírica.
Las manifestaciones clínicas más comunes de
Candidemias en pacientes no neutropénicos la candidiasis diseminada son fiebre, mialgias,
En los últimos años se han observado, con hipotensión arterial, arritmias cardíacas, deterioro
mucha frecuencia, enfermos en los cuales hay del estado general, alteraciones del estado de con­
pasaje de Candida a la circulación sanguínea, con ciencia y aparición de nódulos cutáneos. En las
aparición de focos secundarios o sin ellos. Cuan­ formas fulminantes hay un cuadro de coagulación
do las personas afectadas no son neutropénicas, intravascular diseminada y shock endotóxico.
esta candidemia tiene un curso leve y autolimi- El diagnóstico de certeza es dificultoso por el
tado. Las causas que favorecen su presentación bajo rendimiento de los hemocultivos. Pese a las
son el uso de catéteres venosos, la cirugía abdo­ mejoras introducidas en esta técnica de diagnós­
minal, en especial sobre el aparato digestivo, y tico, con los sistemas de lisis-centrifugación y la
ia adicción a la heroína marrón por vía intrave­ incorporación de métodos de lectura radiomé-
nosa. Clínicamente se caracteriza por un episo­ tricos o fotocromáticos, sólo en el 50% de los
dio febril inicial, que llega a los 39®C o 40°C y casos los hemocultivos son positivos. La búsque­
dura alrededor de 48 horas. Luego hay un perío­ da de antígenos de Candida en suero o en orina,
do de latencia, de alrededor de 2 semanas, segui­ por medio de técnicas de ELISA, RIA o agluti­
do por la aparición de focos metastáticos. Éstos nación de partículas de látex con anticuerpos
dan origen a osteofoliculitis o nódulos cutáneos monoclonales, da también resultados inconstan­
en las zonas pilosas del cuerpo, condritis en los tes. Sin embargo, su sensibilidad aumenta si se
cartílagos costales, osteom ielitis de costillas o repite en 2 o 3 muestras. La comprobación de
vértebras, y endoftalmitis. Las lesiones intraocu- metabolitos de C andida en los líquidos orgáni­
lares suelen situarse cerca de la mácula y produ­ cos como el D-arabinitol o la mañosa carecen de
cen visión borrosa. En el examen de fondo de especificidad. Debido a la evolución aguda de
ojo se observan exudados algodonosos en la co- este proceso y al tipo de enfermos a los cuales
riorretina o en el vitreo. afecta, por lo común inmunocomprometidos gra­
En estas candidemias los hemocultivos son po­ ves, la prueba de inmunodifusión en busca de
sitivos en una baja proporción de casos, debido a anticuerpos específicos es poco útil.
su carácter transitorio. Proporcionan buen rendi­ Dado las importantes dificultades de diagnós­
miento para el diagnóstico las biopsias cutáneas con tico de esta forma clínica, se adopta en general la
estudio histopatológico y los cultivos, la punción conducta de tratar con antifúngicos sistém icos a
de los abscesos y la aspiración del humor vitreo. todo paciente con factores de riesgo y cuadro clí­
nico compatible, que presente colonización por
Candidiasis diseminada aguda C andida en dos o más lugares no contiguos.
Se observa en enfermos con hospitalizaciones
prolongadas que presentan abundante coloniza­ Candidiasis diseminada crónica
ción por Candida en el tracto digestivo, con caté­ También se la conoce com o candidiasis hepa-
teres venosos, en tratamientos prolongados con toesplénica y afecta a pacientes con anteceden­
antibacterianos, corticosteroides o fármacos cito- tes de leucemia aguda y neutropenia prolongada.
tóxicos, en neutropénicos o en el posoperatorio Casi todos tienen colocado un catéter central para
de la cirugía abdominal. La nutrición parenteral, la administración de la quimioterapia. El proce­
tas hcmopatías malignas y los tumores sólidos so se hace evidente al aumentar los recuentos
también son causas predisponentes de importan­ leucocitarios próximos al nivel normal.
cia. La candidiasis diseminada aguda es particu­ El cuadro clínico se caracteriza por fiebre pro­
larmente frecuente en los pacientes con leucemia longada, ictericia, hepatoesplenomegalia, eleva­
Capítulo 67 ‘ Candidiasis □ 571

ción de la fosfatasa alcalina, cilindruria, piuría, escamas, uñas y exudados mucosos es un fuerte
iTiicrohemaiuria, y ap arició n de im ág en es hipoe- argumento a favor de candidiasis superficial, en
coicas en el hígado, el bazo y los riñones. Estas especial si coexiste con un cuadro clínico com ­
dltimas corresponden a abscesos múltiples, que patible. La presencia de elementos levadurifor­
también pueden ponerse en evidencia mediante mes sin seudohifas coincide habitualmente con
!a tomografía computarizada de abdomen. La colonización sin infección, salvo que la especie
mayor parte de las veces estos enfermos son tra­ aislada luego sea identificada com o C. glahrata
tados en forma empírica debido a la im posibili­ o C ./am aro.
dad de obtener cultivos de C andida o estudios La observación de levaduras y seudohifas en
histopatológicos confirmatorios a través de la secreciones bronquiales o esputo no permite diag­
punción biopsia hepática. La punción dirigida nosticar candidiasis pulmonar. Igual hallazgo en
mediante ecografía o tomografía ha mejorado orina (obtenida en la forma adecuada) es un dato
algo el rendimiento de estos estudios. a favor de la infección urinaria, pero sin estable­
Además de los expuestos, se han descripto ca­ cer su altura.
sos localizados de candidiasis osteoarticular por Estos microorganismos se cultivan con facili­
infiltraciones intraarticulares con corticosteroi- dad en medios habituales, como el agar-glucosado
des, endoftalmitis postraumáticas o posquirúr- o agar-miel de Sabouraud, a los que se adicionan
gicas, colecistitis, prostatitis, etcétera. antibióticos, y se incuban a 37®C. Para los hemo­
cultivos en la actualidad se prefiere el método de
lisis-cemrifugación con saponina, que permite la
DIAGNÓSTICO
siembra directa en medios sólidos y esto hace más
Los materiales útiles para el diagnóstico de las rápida su lectura. La obtención de cultivos posi­
candidiasis son escamas, uñas, pelos, biopsias de tivos tiene valor diagnóstico cuando los materia­
piel, punción de abscesos cerrados, biopsias de les examinados fueron obtenidos de líquidos o
órganos profundos, LCR, líquido pleural o peri- biopsias procedentes de sitios normalmente es­
loneal, lavado broncoalveolar, hemocultivos y tériles, com o líquido pleural, peritoneal o articu­
estudios serológicos. El examen microscópico lar, abscesos cerrados, LCR. sangre y humor vi­
directo puede llevarse a cabo en fresco, colocan­ treo. Tienen poco valor diagnóstico los cultivos
do el material entre un portaobjetos y un cubre­ p o sitiv o s de esp uto, secrecio n es broncoas-
objetos, con una gota de hidróxido de potasio al piradas, materia fecal, orina y líquidos de drena­
10% o blanco calcoflúor. Estas preparaciones se jes quirúrgicos. La presencia de cultivos positi­
observan con objetivo de 400 aumentos. Cuando vos con exámenes microscópicos directos nega­
se usa el blanco calcoflúor es necesario emplear tivos carece de todo interés cuando los especí­
el microscopio de fluorescencia. También se exa­ menes son escamas, uñas o exudados de mucosas.
minan extendidos teñidos con los métodos de La importancia diagnóstica de los procedimien­
Gram o Giemsa, así como preparaciones histopa- tos serológicos es un asunto muy debatido. En
tológicas procesadas por las técnicas de PAS y general puede afirmarse que si se buscan anti­
Grocott. En todas estas preparaciones, en casos cuerpos específicos de tipo IgG, mediante reac­
positivos se observan elementos levaduriformes ciones de inmunodifusión en gel de agar o con-
y seudohifas. Estas estructuras son grampositivas, trainmunoelectroforesis con un antígeno citoplas-
toman bien la coloración de Giemsa, se tiñen de mático de C. alhicans, en especial si éste es de
rojo con PAS y de marrón oscuro con Grocott. tubos germinativos, se obtendrá la máxima espe­
La observación de levaduras y seudohifas en cificidad. Esta prueba da resultado positivo en
los materiales obtenidos (por punción de un abs­ toda persona que sufra candidemia y sea inmuno-
ceso cerrado, de líquido pleural o peritoneal sin competente. Sin embargo, esta candidemia pue­
drenajes previos, en LCR o en una biopsia de te­ de ser transitoria, sin focos secundarios y a ve­
jido) tiene un valor indiscutido para el diagnósti­ ces sin repercusión sobre el estado general del
co de candidiasis profunda. La comprobación de paciente. La reacción es negativa en los inmuno-
estos mismos elementos en los especímenes de com prom etidos graves, en particular en los
572 □ Cuarta parte - Infecciones micóllcas y por algas

neutropénicos y durante las fases iniciales de la candidemias por catéter tienen habitualmente
candidiasis sistémica. En consecuencia, su valor muy buena evolución.
para el reconocimiento de las formas disemina­
das agudas es limitado.
TRATAMIENTO
La búsqueda de antígenos circulantes se reali­
za por medio de técnicas inmunológicas« como La anfotericina B está indicada en el tratamien­
la aglutinación de partículas de látex sensibiliza­ to de las formas diseminadas agudas, en particu­
das con suero anticándida de conejo, o por ELISA lar cuando se trata de enfermos inmunocompro­
o RIA utilizando anticuerpos monoclonales. Tam­ metidos o neutropénicos. Se emplea en dosis de
bién es posible detectar fracciones químicas de 0,7 a 0,8 mg/kg/día, diluida en 500 mL de solu- ■
estos antígenos en los líquidos orgánicos, por ción de dextrosa al 5%, que se administrarán por ■
medio de la cromatografía gas-líquido de alta vía intravenosa en 4 a 6 horas. Si este tratamiento ’
resolución; ésta permite comprobar la presencia falla o no es tolerado, puede recurrirse a la anfo-
de mañosa y D-arabinitol. tericina B liposómica, que es mejor tolerada y per­
Las antigenemias en las candidiasis sistémicas mite administrar dosis de hasta 4 o 5 mg/kg/día.
son fugaces; la sensibilidad de estas pruebas au­ Recordar que este tratamiento sólo se emplea en
menta con la repetición de las reacciones y con forma excepcional debido a su elevado costo.
la concentración de las muestras, en particular Los compuestos azólicos son utilizados en el
las de orina. tratamiento de las candidiasis digestivas, de las
La más utilizada de todas las pruebas es la aglu­ infecciones urinarias, en las candidemias transi­
tinación de partículas de látex, pero su sensibili­ torias, asociadas con catéter o drogadicción en
dad y especificidad son controversiales. enfermos no neutropénicos, y en la candidia­
El diagnóstico de las candidiasis diseminadas sis mucocutánea crónica. En esta última se pre­
agudas, en particular en enfermos neutropénicos, fiere el ketoconazol, por su eficacia y bajo pre­
es siempre difícil. cio. En las restantes se utiliza habitualmente el
La clasificación de las especies aisladas se rea­ fluconazol, que se administra en dosis de 600 a
liza de acuerdo con las técnicas ya explicadas en 1.200 mg/día en las formas clínicas más graves,
Etiología. como la candidiasis diseminada crónica y las in­
fecciones urinarias altas, a razón de 400 mg/día
en las fungemias e infecciones urinarias bajas, y
DIAGNÓSTICO DIFERENCIAL
de 200 mg/día en las afecciones del aparato di­
La mayoría de las veces las candidiasis dise­ gestivo. Debe recordarse que el efecto de los
minadas o viscerales pueden confundirse con in­ azólicos sobre C andida es fungistático y por este
fecciones bacterianas. También pueden imitar a motivo el tratamiento debe prolongarse por se­
otras causas de fiebre de origen desconocido. La manas o meses.
candidiasis esofágica presenta síntomas semejan­ Como ya se señaló, en las endocarditis de vál­
tes a los producidos por infecciones herpéticas y vulas izquierdas está indicado el reemplazo qui­
por las aftas; igual sucede con la candidiasis rúrgico.
bucofaríngea. Las formas mucocutáneas cróni­ Recientemente se han incorporado dos nuevas
cas, pese a exhibir un cuadro clínico muy carac­ drogas antifúngicas al arsenal terapéutico utili­
terístico, pueden confundirse con dermatoficias zado en candidiasis sistémicas, el acetato de cas-
hiperqueratósicas en inmunocomprometidos. pofungina y el voriconazol. La primera es una
equinocandina que inhibe la síntesis del (3 1-3
glucano y es fungicida. Sólo puede aplicarse por
PRONÓSTICO
vía venosa en dosis de 50 a 70 mg/día. Resultó
Es extremadamente variable. Depende de la eficaz en todas las formas clínicas de candidiasis
forma clínica y del estado inmunitario del pacien­ invasora y tiene muy buena tolerancia. El vori­
te. Las formas diseminadas agudas en enfermos conazol es un compuesto triazólico vecino del
neutropénicos suelen ser las más graves; las fluconazol, con mayor potencia antifúngica y
/ij
C apítulo 67 - Candidiasis □ 573
(V

espectro de acción. Está indicado en las candi­ rotación adecuada de las canalizaciones venosas, (Ci
diasis debidas a especies menos susceptibles al la buena higiene de éstas y el control de las
fluconazol {Candida glabraía y C andida krusei). candidiasis digestivas o cutáneas.
Puede administrarse por vía intravenosa u oral, En los receptores de trasplantes hepáticos o ((
[as dosis varían de 3 a 6 mg/kg/cada 12 horas. alogénicos de médula ósea se aconseja el uso de
fluconazol o itraconazol en solución, por vía oral, «
a fm de reducir la alta incidencia de candidiasis
PROFILAXIS U,
sistémicas. Algunas instituciones adoptan igual
conducta con los pacientes que sufren leucemias
No hay, en realidad, medidas profilácticas es­
peciales. Éstas son, fundamentalmente, el buen durante los lapsos de neutropenia provocados por
(t,
manejo de la terapéutica antimicrobiana, evitar los tratamientos antiblásticos y en aquellos que (t.
indicaciones innecesarias, así como el empleo de van a permanecer en terapia intensiva por más
antibióticos de espectro excesivamente amplio, de tres días después de una intervención quirúr­ ((
la moderación de la terapia inmunosupresora, la gica abdominal.
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Bibliografía ---------------------------------------------------- - (i
Consultar al final del capítulo Generalidades de micología médica.
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^ I
Histoplasmosis
Ricardo Negroni

DEFINICION de plata de Grocott. Posee un solo núcleo y for­


ma un brote, y por lo general se ubica dentro de
La histoplasmosis es una infección micótica macrófagos o células gigantes en granulomas epi-
común en el hombre y en varias especies anima­ telioides.
les. Es producida por un hongo dimorfo, geófilo, En diversos medios de cultivo, como agar glu-
llamado H istoplasm a capsulatum. Este micromi- cosado, agar papa-glucosado y lactrimel, incu­
ceto tiene dos variedades: H. capsulatum var bado a 28®C forma colonias vellosas de color
capsulatum, con elementos levaduriformes pe­ blanco o canela, constituidas por un micelio fino,
queños en los tejidos, y fí. capsulatum var duboi- ramificado, tabicado, hialino, con macroconidias
sii, con grandes levaduras dentro de células g i­ verrugosas de 8 a 10 |im, esféricas, y microco­
gantes. La primera variedad causa la histoplas­ nidias lisas de 3 a 4 |im. Por copulación heterotá-
mosis clásica, que es la única que se produce en lica forma gimnotecios esféricos de 100 fim de
América latina, en tanto que la segunda es res­ diámetro, con ascos globulosos que contienen 8
ponsable de la histoplasmosis africana. La infec­ ascosporas elípticas. La fase sexual recibe el nom­
ción por H. capsulatum var capsulatum se pro­ bre de A jellom yces capsulatus.
duce por inhalación de microconidias de la fase El hábitat de este hongo es la tierra, en espe­
micélica del hongo. Por lo general es leve y se cial en regiones de clima subtropical o templado
cura en forma espontánea. A partir de su puerta y húmedo. Los sitios abonados con excrementos
de entrada respiratoria es capaz de producir una de aves de corral, pájaros o murciélagos son pun­
gran variedad de manifestaciones clínicas, debi­ tos de gran desarrollo de H. capsulatum en su
do a la diseminación hemática precoz que se pro­ fase saprobia micélica, en la que infecta a través
duce durante la primoinfección, las que están en de sus microconidias.
relación con la cantidad de esporas inhaladas y
con el estado inmunitario del hospedero.
EPIDEMIOLOGÍA

ETIOLOGÍA La histoplasmosis es una micosis de distribu­


ción geográfica universal. Presenta, sin embar­
H. capsulatum se presenta en los tejidos parasi- go, un neto predominio en el continente ameri­
tados en forma de levaduras ovales, de 2 a 4 |im cano y en el africano.
de diámetro, con una pared celular que no se tiñe Las zonas de mayor endemicidad se sitúan en
con los colorantes de anilina como el Giemsa y el centro-este de los EE.UU. a lo largo de los
aparece con un típico halo claro; se tiñe de rojo valles de los ríos M ississippi, Missouri, Ohio, en
con el PAS y de marrón oscuro con la metenamina la Serra do Mar en Brasil y en la cuenca del Río
576 □ Cuarta parte - Infecciones micólicas y por algas

de la Plata en el cono sur de América. En la Repú­ inflamatoria, que es poco eficaz, está constituida
blica Argentina su distribución es amplia y abarca por neutrófilos y macrófagos no activados. Des­
tanto áreas rurales como grandes ciudades. pués de la tercera semana se instala la inmuni>
La mayor parte de las infecciones son asinto- dad adquirida mediada por células. Los linfocitos
máticas o se presentan como cuadros respirato­ T sensibilizados producen citocinas de tipoT hl,
rios agudos, que se curan en forma espontánea. que agregan a los macrófagos y los activan do­
El diagnóstico retrospectivo se hace por la positi­ tándolos de capacidad lítica sobre las levaduras
vidad de la prueba cutánea con histoplasmina de H. capsulatum. Se constituyen así granulomas
(antígeno de la fase m icélica de H . capsulatum ). epitelioides, con una zona central de necrosis
En la Argentina, entre el 20% y el 40% de la po­ caseosa y una cápsula externa de fibras colágenas,
blación adulta sana presenta intradermorrea- que con el tiempo tienden a calcificarse. Esto
cciones positivas con este antígeno. causa la muerte de gran cantidad de hongos pa­
Las formas clínicas progresivas de histoplas- rásitos y la autolimitación de la infección.
mosis, que no tienden a la curación espontánea, Ya han sido señaladas las causas que pueden ori­
se originan en defectos de la arquitectura pulmo- ginar el fracaso de este proceso defensivo en los
nar> o en alteraciones de la capacidad fagocitaria pacientes con formas progresivas de histoplasmosis.
y lítica de los macrófagos. Diversas situaciones
normales o patológicas actúan com o causas pre­
ANATOMIA PATOLÓGICA
disponentes: el sexo masculino (relación 29:1),
la edad superior a los 50 años, el tabaquismo cró­ H. capsulatum produce, como respuestas tisu-
nico, el alcoholism o, el empleo de corticoste- lares, inflamación, necrosis y reparación. La in­
roides, los fármacos inmunosupresores, los linfo- flamación consiste en infiltrados de polimorfonu-
mas, los trasplantes de órganos y, en época más cleares neutrófilos, hiperplasia histiocitaria y for­
reciente, la infección por HIV. Esta última ha mación de granulomas epitelioides con células
ocasionado un notable incremento de la histo- gigantes. La necrosis es de tipo caseoso y la re­
plasmosis diseminada en las áreas endémicas. paración se hace por fibrosis colágena con fuerte
Diversas especies animales se infectan, al igual tendencia a la calcificación. El cuadro histopa-
que el hombre, al inhalarlas microconidias proce­ tológico está íntimamente ligado al grado de efi­
dentes de la fase micélica, que vive en la tierra. Es cacia de las defensas del hospedero. En las for­
más frecuente en los perros, en los roedores do­ mas poco defensivas predominan la necrosis, los
mésticos y silvestres, y en los murciélagos. La his- infiltrados de neutrófilos y la hiperplasia histioci­
toplasmosis no se transmite de hombre a hombre, taria simple. Los elementos levaduriformes son
ni de los animales al hombre en condiciones ha­ numerosos y se encuentran tanto dentro de las cé­
bituales. lulas como fuera de ellas. Los pacientes con me­
jores defensas exhiben granulomas epitelioides
compactos, con fibrosis periférica y escasos ele­
PATOGENIA
mentos levaduriformes intracelulares. Para la me­
Las microconidias de la fase m icélica de H. jor identificación de los hongos parásitos se re­
capsulatum son inhaladas y penetran hasta los quiere el empleo de las tinciones de PAS y Grocott,
alvéolos pulmonares; allí son captadas por los así como la observación microscópica con l.OOO
macrófagos y en su interior se transforman en ele­ aumentos.
mentos levaduriformes brotantes. Éstos se pro­
pagan por contigüidad y por vía linfática, hasta
MANIFESTACIONES CLÍNICAS
provocar una diseminación hemática precoz en
los primeros 10 días consecutivos al contacto Se consideran las siguientes formas clínicas de
infectante. Esta fungemia por lo común es asin- histoplasmosis;
tomática y lleva a H. capsulatum a parasitar los
órganos ricos en sistema monociticohistiocitario. • Infección asintomática.
En las fases iniciales de la infección la respuesta • Primoinfección pulmonar aguda.
C apítulo 68 - H istoplasm osis □ 577
r

• Histoplasmosis pulmonar crónica excavada. Histoplasmosis diseminada aguda


• Histoplasmosis diseminada aguda o subaguda. o subaguda
• Histoplasmosis diseminada crónica. Se la observa en la primera infancia y en pa­
• Enfermedad mediada por mecanismos inmu- cientes con alteraciones inmunitarias graves, co­
nitarios. mo las producidas por linfomas o sida. Origina
fiebre en picos, pérdida de peso, astenia, anorexia,
Infección asintomátlca anemia, hepatoesplenomegalia, infiltrados pul­
Es la forma más frecuente. Sólo es detectable monares micronodulillares similares a los de la
por el resultado positivo de la prueba cutánea con tuberculosis miliar, lesiones cutáneas múltiples
histoplasmina y la de algunas pruebas serológicas. de tipo acneiforme, papuloulceradas, purpúricas
Con el tiempo, un tercio de los infectados puede o papulovesiculosas, y, con menor frecuencia,
presentar focos de calcificación en los pulmones, diarrea, meningoencefalitis con compromiso de
¡os ganglios linfáticos y el bazo. los pares craneanos y LCR claro. Las lesiones
osteoarticulares son de aparición excepcional. Sin
Primoinfección pulmonar aguda tratamiento conduce a la muerte por disemina­
Se presenta como un cuadro seudogripal o seu- ción en pocos meses.
doneumónico, cuya gravedad depende del núme*
ro de microconidias inhaladas. Los primeros sín­ Histoplasmosis diseminada crónica
tomas aparecen una o dos semanas después de la Es más frecuente en hombres de más de 40
infección y se caracterizan por fiebre, escalofríos, años, alcohólicos, fumadores, enfermos en trata­
cefalea, astenia, mialgias, tos y dolor torácico. miento con corticosteroides, o con diabetes tipo
Algunos enfermos presentan eritema nudoso o II o tumores sólidos. Las manifestaciones más
multiforme y artralgias. Las radiografías de tó- comunes son úlceras de bordes nítidos y fondo
rax muestran infiltrados pulmonares difusos o no- granuloso situadas en las mucosas yugal, nasal,
dulares, habitualmente bilaterales, y adenopatías faríngea o laríngea. Con menor frecuencia se lo­
biliares y mediastínicas. La remisión del cuadro calizan en el estómago o el intestino. Las mani­
se produce entre las 3 y las 6 semanas de evolu­ festaciones de tipo general son menos marcadas
ción; meses después, en los pulmones, ios gan­ que en la forma clínica anterior, hay una pérdida
glios linfáticos y el bazo pueden aparecer nódulos de peso discreta, febrícula, y hepatomegalia o
fíbróticos con tendencia a la calcificación. esplenomegalia poco llamativas. El compromiso
de las glándulas suprarrenales con la producción
Histoplasmosis pulmonar crónica excavada de un síndrome de Addison típico aparece en for­
Se observa en pacientes del sexo masculino de ma esporádica. También se observan casos de
más de 50 años, fumadores y de raza blanca. Sus meningitis crónica con LCR claro y tendencia a
manifestaciones son idénticas a las de la tuber­ la hidrocefalia. La endocarditis por este hongo
culosis avanzada y las más frecuentes son tos, es muy rara. La radiología pulmonar muestra le­
expectoración mucopurulenta, hemoptisis, pérdi­ siones intersticiales reticulonodulillares o infil­
da de peso, astenia, anorexia, febrícula y disnea trados parahiliares con adenopatías hiiiomedias-
de esfuerzo. La radiografía de tórax muestra in­ tínicas. La evolución dura años, pero sin trata­
filtrados heterogéneos en ambos vértices pulmo­ miento con frecuencia es fatal.
nares, acompañados por cavidades y fibrosis.
Además se observa engrosamiento de los casque­ Enfermedad mediada por mecanismos
tes pleurales, ascenso de los hilids pulmonares y inmunítarios
aplanamiento de las cúpulas diafragmáticas por Incluye afecciones de progresión lenta, ocasio­
enfisema hulloso. La evolución es crónica, a lo nadas por la liberación reiterada de antígenos de
largo de meses o años, no tiende a la involución H. capsulatum desde focos de parasitismo quies-
espontánea y sin tratamiento conduce a la muer­ cente. Comprende las lesiones numulares de cre­
te por caquexia o insuficiencia cardioirespiratoría cimiento lento ubicadas en los pulmones (histo-
en el 80% de los casos. plasmomas), la fibrosis mediastínica y el síndro­
578 □ Cuarta parte - Infecciones micóticas y por algas

me ocular, presuntamente vinculado con la histo- am onio para descontam inar la muestra. La
plasmosis. Los histoplasmomas son asintomá- incubación se hace a 28®C.
ticos y pueden confundirse con los tumores be­ Los hemocultivos se realizan con la técnica de
nignos y malignos del pulmón. La fibrosis me- lisis-centrifugación, utilizando sangre venosa
diastínica puede determinar la compresión extrín­ anticoagulada con polianetolsulfonato de sodio
seca de la vena cava superior y del esófago. al 0,4% y solución de saponina al 5%. Dan resul­
El síndrome ocular es una coriorretinitis cróni­ tados positivos en más del 80% de las histoplas-
ca que ocasiona desprendimiento de retina, he­ mosis asociadas con la enfermedad por HIV.
morragias y cicatrices blanco-amarilientas. Se la
observa en mujeres entre los 30 y 50 años con Pruebas inmunológicas
mayor frecuencia que en varones y predomina La reacción cutánea con histoplasmina al I/l 00
en portadores del antígeno de histocompatibilidad se torna positiva 7 a 10 días después del contacto
MLA B7. Las pruebas cutáneas con histoplasmi- infectante y permanece como tal durante años;
na son positivas, pero las reacciones serológicas por lo tanto, una respuesta positiva indica infec­
son negativas o denotan títulos bajos; en la reti­ ción presente o pasada. Esta prueba da resultado
na, H. capsulatum no ha sido hallado ni cultiva­ negativo en las formas progresivas graves, lo que
do. Sin tratamiento produce ceguera en la mitad pone en evidencia la falla de la inmunidad celu­
de los casos. lar. La reacción cutánea puede hacer que las prue­
bas serológicas den resultado positivo, lo que hace
más difícil su interpretación; por lo tanto, no es
DIAGNÓSTICO
aconsejable repetirlas.
Los materiales útiles para el diagnóstico pue­ Las pruebas de inmunodifusión en gel de agar,
den ser esputo, secreciones broncoaspiradas, de contrainmunoelectroforesis y de fijación de
biopsias de piel, mucosas, ganglios linfáticos, as­ complemento, con histoplasmina o con antígenos
piración o biopsia de médula ósea, sangre peri­ de la fase levaduriforme de H. capsulafum , 2 a 6
férica heparinizada o anticoagulada y orina. Los semanas después de la infección dan resultado
materiales deben enviarse al laboratorio lo antes positivo. La inmunodifusión con histoplasmina
posible, refrigerados y en recipientes estériles. es la reacción serológica más específica; la apa­
Las biopsias deben seccionarse en dos partes, una rición de la banda H significa histoplasmosis ac­
ac coloca en un recipiente estéril con solución tiva, en tanto que la banda M puede aparecer
salina isotónica y la otra en solución al 10% de como consecuencia de una infección pasada o de
formol en buffer de pH 7,2 para histopatología. haberse efectuado intradermorreacciones. La
El examen microscópico de los materiales no fi­ contrainmunoelectroforesis es algo más sensible
jados en formol se lleva a cabo en extendidos fi­ e igualmente específica. La reacción de fijación
nos teñidos con Giemsa y con lente de inmersión de complemento puede cuantificar el tenor de
(1.000 x). Esta tinción también puede emplearse anticuerpos séricos; el título de estos últimos se
para examinar la capa de glóbulos blancos en una relaciona con la gravedad de la enfermedad y
muestra de sangre heparinizada y centrifugada. suele descender cuando el tratamiento específi­
En las formas diseminadas agudas los resultados co produce la mejoría clínica. Esta prueba care­
suelen ser positivos. Para el estudio de los cortes ce de especificidad y da reacciones cruzadas con
histopatológicos se prefiere la tinción de Grocott P. hrasiliensisy C. im m itis y B. derm aíitidis. Las
con metenamina de plata. reacciones serológicas son negativas en el 70%
A los cultivos en medios de Sabouraud con glu­ de los casos asociados con enfermedad por el
cosa o miel, agar-papa glucosado y agar-sangre, HIV, pese a su gravedad. Los estudios de labora­
se agregan antibióticos y se los incuba a 28®C y torio de rutina suelen mostrar aceleración de la
37®C. Para los cultivos de materiales muy conta­ eritrosedimentación, anemia, neutropenia, hipoal-
minados, como las secreciones bronquiales o el buminemia e hipergammaglobulinemia en las
esputo, se prefiere el agar-extracto de levadura formas graves de histoplasmosis.
sin glucosa, con el agregado de hidróxido de
C apitulo 68 • H istoplasm osis G 579

y la dosis total, de 35 a 40 mg/kg.


diagnóstico d ifer en c ia l
Las formas diseminadas agudas asociadas con
Las primoinfecciones sintomáticas se aseme­ la enfermedad por HIV también pueden tratarse
jan a las neumonías virales o por micoplasma; con itraconazol, a razón de 400 mg/día hasta la
las formas pulmonares crónicas son idénticas a remisión clínica, tras la cual se continúa con 100
la tuberculosis fibrocaseosa. La histoplasmosis mg/día, como profilaxis secundaria, hasta que se
diseminada aguda puede confundirse con tuber­ comprueben dos recuentos de células T CD4+ de
culosis miliar, linfomas y leishmaniosis visceral. más de I50/).tL, separadas por tres meses de in­
La histoplasmosis diseminada crónica remeda la tervalo, en los pacientes que reciben TARGA (du­
tuberculosis, la leishmaniosis cutaneomucosa, los rante por lo menos un año). La anfotericina B se
epiteliomas, la paracoccidioidomicosis, la leuco- reserva para los casos más graves y para pacien­
plasia y el liquen rojo plano de la mucosa bucal. tes con alteraciones digestivas, como vómitos o
Los nódulos calcificados deben diferenciarse de diarrea, que dificultan la absorción del itracona­
los producidos por la tuberculosis» la coccidioi- zol, también para quienes requieran tratamiento
domicosis, la silicosis y la brucelosis. Como ya antituberculoso simultáneo o para los casos con
fue señalado, los histoplasmomas se asemejan a compromiso meningoencefálico.
tumores y la fibrosis mediastínica es similar a la Es necesario el tratamiento quirúrgico de algu­
ocasionada por la tuberculosis. nas cavidades pulmonares, del histoplasmoma, de
la fibrosis o la adenopatía mediastínica compre­
siva, y de la estenosis laríngea o traqueal. Antes y
TRATAMIENTO
después de los actos quirúrgicos se requiere un tra­
Las formas pulmonares agudas sólo requieren tra­ tamiento antifúngico eficaz.
tamiento sintomático. Sin embargo, las primoin­
fecciones graves pueden requerir el uso de corti-
PROFILAXIS
costeroides para controlar la insuficiencia respira­
toria y éstos deben asociarse al empleo de anfo- Hay que evitar la penetración en cuevas o gru­
tericina B intravenosa en dosis de 0,7 mg/kg/día tas habitadas por murciélagos, la remoción de tie­
para controlar la infección. En la histoplasmosis rra en sitios contaminados con heces de aves de
pulmonar crónica y en la diseminada crónica, el corral o pájaros y no llevar a cabo el trabajo de
itraconazol, 100 o 200 mg/día durante 6 meses laboratorio con cultivos de fase micélica sin una
es el tratamiento de elección. La anfotericina B protección respiratoria adecuada. Las personas
se considera de segunda elección en estos casos, que reciben tratamientos con corticosteroides o
debido a su mayor toxicidad y a la necesidad de antiblásticos no deben concurrir a esos lugares.
internar al paciente para administrarla por vía Para descontaminar el suelo se emplean aerosoles
intravenosa. La dosis media es de 0,7 mg/kg/día de formol al 3%.

Bibliografía
i Consultar a! final del capítulo Generalidades de micología médica.
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69 a

i
Paracoccidioidomicosis
Ricardo Negroni

filamentoso ramificado, hialino y tabicado. La


DEFINICIÓN
fructificación escasa está constituida por artroco-
Es una m icosis sistém ica, granulomatosa y nidias y aleurioconidias. En agar-sangre a 37"C
supurativa, producida por un hongo dimorfo lla­ origina colonias pastosas, plegadas y de color
mado Paracoccidioides brasUiensis. Se manifies­ crema, cuyo examen microscópico permite reco­
ta como una enfermedad subaguda, que compro­ nocer elementos levaduriformes semejantes a los
mete gravemente el sistema m onocítico-histio- hallados en los tejidos.
citario en niños y jóvenes de menos de 30 años,
o como una afección crónica en adultos de sexo
EPIDEMIOLOGÍA
masculino, con lesiones mucosas, pulmonares, gan-
glionares, suprarrenales u otras localizaciones. La paracoccidioidomicosis es endémica de las
Su distribución geográfica se limita a América áreas tropicales y subtropicales húmedas de Amé­
latina, desde el sur de M éxico hasta el norte de la rica latina, desde el sur de M éxico hasta el para­
República Argentina y el Uruguay. lelo 34® de latitud Sur, en la Argentina y el Uru­
guay. Las regiones que constituyen su hábitat
poseen abundantes cursos de agua dulce y suelos
ETIOLOGÍA
ricos en sustancias orgánicas, de pH ácido y flo ­
P. brasUiensis se presenta en los tejidos como ra autóctona exuberante. La enfermedad es más
células esféricas de pared gruesa y refringcntc. frecuente en Brasil, Colombia, Venezuela, Argen­
Mide 15 a 40 }im de diámetro y está rodeado por tina, Paraguay y Perú. Los casos clínicos son más
blastoconidias. La imagen típica de rueda de ti­ comunes entre los trabajadores rurales, en espe­
món, con la célula madre rodeada por brotes, sólo cial los varones de 35 a 65 años.
se observa en las afecciones graves. Es frecuente P. brasUiensis ha sido aislado del suelo en muy
comprobar células con un solo brote o cadenas pocas oportunidades y no se sabe mucho de su
cortas de 3 o 4 elementos. Es fácil de observar en hábitat, aunque se sospecha que vive a la vera de
preparaciones en fresco, entre portaobjetos y cursos de agua. Los elementos infecciosos son
cubreobjetos, con una gota de solución fisiológi­ las conidias de la fase micélica, que penetran por
ca o potasa al 10%. En los cortes histopatológicos vía inhalatoria. La infección a través de la piel o
toma un color rojo con PAS y marrón oscuro con las mucosas también es posible, pero tal vez m e­
la metenamina de plata de Grocott. nos frecuente.
En los cultivos a 28®C en medios no enriqueci­ La transmisión de hombre a hombre no se ha
dos, como el agar glucosado de Sabouraud, pro­ comprobado y es una m icosis excepcional en
duce colonias vellosas blanquecinas, con micelio otras especies animales.

%
582 Q Cuarta parte • Infecciones micóticas y por algas

PATOGENIA MANIFESTACIONES CLINICAS


Las conidias de la fase micélica de P. brasi- Se aceptan las siguientes formas de presenta­
liensis son inhaladas y llegan a los alvéolos pul­ ción de la paracoccidioidomicosis:
monares; allí son fagocitadas por los macrófagos,
en cuyo interior se transforman en elem entos ♦Infección asintomática.
levaduriformes que se reproducen por brote y se •Infección pulmonar aguda.
propagan, primero por contigüidad y luego por •Forma subaguda, tipo juvenil.
vía linfática. Producen de esta forma un com ple­ •Forma crónica, tipo adulto.
jo primario con neumonía, linfangitis, y adeno-
patías biliares e intertraqueobronquiales. Luego Infección asintomática
el hongo se disemina por vía hemática, lo que Incluye a personas residentes en áreas endémi­
origina una fungemia, asintomática y transitoria, cas, sin manifestaciones clínicas y con reaccio­
que coloniza todas las estructuras en las que abun­ nes positivas a la prueba cutánea de paracocci­
da el tejido linfático. Hacia la tercera semana se dioidina. Comprende entre el 6% y el 50% de los
instala la inmunidad específica mediada por cé­ habitantes de las zonas endémicas de paracocci­
lulas, lo que se evidencia por el viraje de la prue­ dioidom icosis. Se han comprobado casos asinto-
ba cutánea de paracoccidioidina, la activación de máticos con granulomas pulmonares o en los
los macrófagos, que adquieren capacidad para ganglios del hilio pulmonar. También se ha de­
lisar P. brasiliensis, y la formación de granulomas mostrado un período de latencia muy prolonga­
epitelioides altamente defensivos que circuns­ do, de años de duración, entre la infección pri­
criben las lesiones y originan la cura clínica de la maria y la aparición de síntomas en las formas
mayoría de las infecciones. Después de este epi­ crónicas tipo adulto.
sodio inicial pueden quedar focos latentes, tanto
pulmonares como extrapulmonares, que se reac­ Infección pulmonar aguda
tivan cuando se produce un déficit de los meca­ Ha sido documentada en muy pocas oportuni­
nismos defensivos. dades. Sus síntomas son semejantes a los de una
neumonía aguda de la comunidad, una cortico-
pleuritis o un complejo primario similar a la pri-
ANATOMÍA PATOLÓGICA
moinfección tuberculosa. Su existencia es pues­
La paracoccidioidomicosis da origen a una res­ ta en duda por algunos autores. Evoluciona hacia
puesta inflamatoria caracterizada por la produc­ la remisión espontánea en lapsos muy variables.
ción de granulomas mixtos. En éstos se diferen­
cia una parte central supurativa, una zona media Forma subaguda tipo juvenil
con células epitelioides y gigantes, y una perifé­ Se observa en niños y jóvenes de menos de 30
rica con linfocitos, plasmocitos y fibras coláge­ años, afecta a ambos sexos, produce un compro­
nas. También puede observarse necrosis caseosa, miso grave del estado general y su curso es sub­
en especial en los ganglios. Las infecciones de agudo. Se considera que es la consecuencia de la
curso agudo o subagudo se acompañan con una diseminación y progresión lesional de la infec­
supuración importante, con granulomas laxos y ción primaria. Representa sólo el 3% de los ca­
gran riqueza de hongos. En las de curso crónico sos sintomáticos en la mayor parte de las áreas
se generan granulomas compactos con pocos hon­ endémicas. Se caracteriza por empeoramiento del
gos, la supuración es escasa o nula, y la fibrosis estado general, fiebre, pérdida de peso, anemia,
periférica se hace más notable. leucocitosis con eosin ofilia y adenom egalias
Los elementos parasitarios de P. brasiliensis se múltiples de gran tamaño. Éstas primero son de
detectan con facilidad, tanto libres en las zonas consistencia firm e, pero más tarde tienden a
de la supuración o caseosis como dentro de las reblandecerse, supurar, y fistulizarse o ulcerar­
células gigantes en los granulomas. se. Los ganglios afectados de los territorios su­
perficiales tienden a la fistulización y ulceración
r
C apítulo 69 - Paracoccidioidom icosis □ 583

de la piel vecina. Con frecuencia son atacados fondo granuloso y sangrante. Cuando están afec­
los ganglios abdominales y retroperitoneales. El tados los pulmones, los pacientes refieren disnea
bloqueo de los linfáticos abdominales suele ori­ de esfuerzo, tos, expectoración mucopurulenta o
ginar síndromes de malabsorción y ascitis quilosa. hemoptoica, y la radiografía muestra infiltrados
Es común comprobar hepatoesplenomegalia, abs­ intersticiales, difusos, lineales o micronodulilla-
cesos subcutáneos fríos y osteomielitis con pro­ res. Por lo general estos últimos se sitúan en los
ducción de áreas de osteólisis en las metáfisis de campos medios y se expanden en forma centrí­
los huesos largos. En la radiografía los pulmones fuga (en alas de mariposa).
suelen no mostrar lesiones, aunque es factible Las lesiones cutáneas pueden situarse en cual­
encontrar P. brasiliensis en secreciones bronquia­ quier parte, pero predominan en la cara, cerca de
les y biopsias peribronquiales. Las lesiones los orificios naturales. Son nódulos rojo-violá-
mucosas son excepcionales y las cutáneas adop­ ceos, de consistencia firme, que se ulceran y son
tan la forma de pápulas acneiformes, papulopús- cubiertos por costras serohemáticas; la remoción
tulas, pápulas ulceradas y escrofuloderma. Las de éstas deja ver un fondo granuloso con punti­
meningoencefalitis son raras, en ellas el LCR es llado hemorrágico. El fondo de las úlceras puede
claro con pleocitosis linfocitana, hiperproteino- tornarse vegetante, de aspecto verrugoso y a ve­
rraquia y reacciones positivas para las globulinas. ces se forman placas por confluencia de varias
P. brasiliensis puede hallarse en el pus de los lesiones.
ganglios, en las lesiones cutáneas, en los absce­ La paracoccidioidomicosis crónica multifocal
sos y en el sedimento urinario; con frecuencia compromete, por lo general en forma simultánea,
los hemocultivos son positivos. Las reacciones los pulmones, las mucosas aerodigestivas supe­
serológicas muestran un título elevado de anti­ riores, la piel y los ganglios linfáticos. Estos últi­
cuerpos específicos y las pruebas cutáneas con mos se reblandecen y supuran, en algunos casos
paracoccidioidina son negativas. se ulceran hacia la piel, en forma similar al escro­
fuloderma tuberculoso. El compromiso de las
Forma crónica tipo adulto glándulas suprarrenales puede dar origen a una
Es más frecuente en hombres de más de 35 enfermedad de Addison típica o, con mayor fre­
años. El 90% son trabajadores rurales o han des­ cuencia, a un hiposuprarrenalismo sólo descubier­
empeñado esas tareas en el pasado, la mayor parte to mediante estudios de estimulación de la glán­
son alcohólicos crónicos, de bajo nivel socioeco­ dula con ACTH. Otras manifestaciones, menos
nómico o con algún grado de desnutrición. El comunes, son: meningoencefalitis crónica, gra­
estado general se afecta lentamente; se comprue­ nulomas abscedados de cerebro, meningomie-
ba fiebre o febrícula, pérdida de peso, astenia y lorradiculitis, osteoartritis crónica, úlceras gas­
adenopatías múltiples, pequeñas y de consisten­ trointestinales y lesiones del tracto genitourina­
cia fírme. La afección puede aparentar ser unifo­ rio. La muerte puede sobrevenir por insuficien­
cal o multifocal. En el primer caso se observan cia respiratoria, caquexia o por infecciones inter-
lesiones mucosas en la boca, la faringe, la larin­ currentes.
ge o en la nariz; con menos frecuencia compro­ P. bra silien sis se halla con facilidad en las
mete los pulmones en forma aislada. Las lesio­ biopsias de las lesiones focales, pero los hemo­
nes bucales son úlceras poco profundas que asien­ cultivos son habitualmente negativos. Las reac­
tan sobre una base infiltrada, rojo-violácea, de ciones serológicas muestran un título de anticuer­
consistencia casi cartilaginosa; el fondo es granu­ pos específicos que es proporcional a la grave­
loso y sangrante (estomatitis moriforme), los la­ dad del caso; la prueba cutánea con paracocci­
bios se toman infiltrados y prominentes (labio dioidina suele ser positiva en los casos crónicos
trombiforme) y el tabique nasal suele ulcerarse unifocales con buen estado general y negativa en
en su parte inferior. Las lesiones laríngeas son los pacientes graves con lesiones múltiples.
frecuentes y producen disfonía, odinofagia y a
veces disnea obstructiva. El estudio laringos-
cópico muestra infiltración difusa y úlceras de
584 ü Cuarta parte - Infecciones micólicas y por algas

plemento produce reacciones serológicas cruza­


DIAGNOSTICO
das con la histoplasmosis y la blastomicosis en
Los materiales dtiles para el diagnóstico son algo más del 25% de los casos, pero es la prueba
esputo, secreciones broncoaspiradas, pus de ade- serológica más apta para la cuantificación de
nopatías o abscesos, biopsias de lesiones cutaneo- anticuerpos. Los títulos son más elevados cuanto
mucosas o ganglionarés, y escarificaciones de más grave es la enfermedad y descienden meses
úlceras de piel o mucosas. El examen microscó­ después de producida la mejoría clínica con el
pico directo es una pane muy importante del diag­ tratamiento. La prueba cutánea con paracocci-
nóstico, dada la abundancia de hongos parásitos dioidina es positiva en los infectados por P.
en las lesiones. Éstos tienen un aspecto caracte­ brasiiiensis, tanto asintomáticos como portado­
rístico, en forma de levaduras esféricas de 15 a res de enfermedad activa. La paracoccidioidina
30 mm de diámetro, con varios brotes que se unen interviene en reacciones cruzadas con la histo-
a la célula madre por un pedículo estrecho. En plasmina y la blastomicina, y la prueba se torna
los materiales no fijados este examen m icroscó­ negativa en los casos graves de paracoccidioi-
pico se lleva a cabo en fresco, con una gota de dom icosis. Su valor pronóstico ha sido demos­
solución salina isotónica o KOH al 10% entre trado, ya que cuando la reacción persiste negati­
portaobjetos y cubreobjetos, con 400 aumentos. va pese a la remisión clínica de la enfermedad, la
Los cultivos se siembran en agar glucosado o recaída se produce con mucha frecuencia.
agar-extracto de levadura, con el agregado de
cloranfenicol, estreptomicina y cicloheximida. Se
DIAGNÓSTICO DIFERENCIAL
incuba a 28°C durante 3 o 4 semanas. También
se emplea agar-infusión de cerebro y corazón con La infección pulmonar aguda aparenta ser una
5% de sangre de oveja, que se incuba a 37®C du­ neumonía o bronconeumonía de otro origen. La
rante 2 semanas. El aislamiento del hongo en los forma subaguda tipo juvenil puede confundirse
cultivos tiene una tasa de resultados fallidos re­ con un linfoma o una tuberculosis diseminada.
lativamente elevada, en particular cuando la La forma diseminada crónica del adulto remeda
muestra es pequeña o está contaminada. la tuberculosis, la leishmaniosis cutaneomucosa,
Se puede intentar la inoculación por vía intra- la histoplasmosis, y los carcinomas de piel y mu­
testicular a un cobayo o un hámster, tanto con cosas.
cultivos com o con muestras clínicas en suspen­
sión en solución salina isotónica con antibióticos
PRONÓSTICO
antibacterianos. En 2 o 3 semanas se produce una
orquitis supurativa con numerosos elem entos En la actualidad el pronóstico ha mejorado
brotantes muy característicos. mucho por la eficacia de ios compuestos azólicos.
El diagnóstico histopatológico es muy impor­ Sólo la forma subaguda tipo juvenil continúa sien­
tante. Con el propósito de mejorar la observa­ do una amenaza de vida importante con un futu­
ción del hongo, se recurre a tinciones especiales ro incierto. En las demás formas clínicas la remi­
con PAS o a la metenamina de plata de Grocott. sión de los síntomas se obtiene con frecuencia y
También se ha utilizado inmunofluorescencia di­ el porcentaje de recaídas es menor que hace 15
recta con un conjugado específico. Las pruebas años. Las peores secuelas de la paracoccidioi-
serológicas poseen alto valor diagnóstico, ya que dom icosis se deben a la cicatrización fibrosa de
puede demostrarse la presencia de anticuerpos las lesiones pulmonares, traqueales y laríngeas.
específicos en el 90% de los pacientes con enfer­ Las primeras conducen a la insuficiencia car-
medad activa. La inmunodifusión con un exoan- diorrespiratoria y las segundas a la estenosis de
tígeno de P. brasiiiensis es la reacción más espe­ las vías aéreas superiores, que puede determinar
cífica con sólo 0,5% de reacciones cruzadas con la muerte por asfixia.
sueros de histoplasm osis. La contrainmunoe- La crisis addisoniana es otra causa frecuente
lectroforesis en agarosa es igualmente específica de muerte. La coexistencia con tuberculosis acti­
y algo más sensible. La prueba de fijación de com­ va se produce en el 10% al 15% de los casos y
d
C apitulo 69 - Paracoccidioidom icosis □ 585 a
a
ensombrece el pronóstico al complicar los esque­ ketoconazol, porque interactúan con la rifam-
mas terapéuticos. picina y la isoniazida, lo que reduce el 80% de la i
biodisponibilidad de estos fármacos.
Las sulfamidas son fármacos fungistáticos para 4
tratamiento
P. hrasiliensis. En la actualidad se emplea cotri-
l
El iiraconazol, un compuesto triazólico de bue­ m oxazol, en dosis de I comprimido de la con­
na absorción digestiva, es el fármaco de elección centración fuerte SMX 800 mg/TMP 160 mg cada H
en el tratamiento de esta micosis. Se administra 12 horas durante 2 años. Su empleo está justifi­
a razón de lOOmg/día durante 6 meses. Su efica­ cado en pacientes con buen estado general y esca­ t
cia es superior al 93% y el índice de recaídas, sas lesiones, con prueba cutánea de paracocci*
menor del 1%. Los fracasos terapéuticos se dan dioidina positiva y reacciones serológicas con tí­
en pacientes con la forma subaguda tipo juvenil, tulos bajos, como tratamiento de mantenimiento
que presentan bloqueo de la absorción digestiva después de haber utilizado anfotericina B en los
por las adenopatías mesentéricas. Produce esca­ casos de asociaciones con tuberculosis. La anfo­
sos efectos colaterales, sólo es común la eleva­ tericina B es eficaz en la paracoccidioidomicosis,
ción asintomática de las enzimas hepáticas que aun en las formas clínicas más graves; sin embar­
por lo general es transitoria. go, genera mayor número de efectos colaterales y
El ketoconazol es también muy eficaz en esta su aplicación, que debe hacerse durante un tiem­
micosis sistémica. Se lo indica a razón de 400 po limitado, no impide las recaídas postratamien-
mg/día durante los primeros 3 meses y luego 200 lo. La dosis media es de 0,7 a 0,8 mg/kg/día, di­
mg diarios hasta completar el año de tratamien­ luida en 500 mL de solución de dextrosa al 5%, y
to. Produce algo menos del 90% de remisiones se administra por vía intravenosa en 4 a 6 horas.
clínicas. Las recaídas se observan en el 10% de La dosis total por serie es de 1.500 mg. Después
los casos y los resultados fallidos se producen en deben indicarse sulfam idas para evitar las
pacientes con hipoquilia o bloqueo de la absor­ recidivas. La indicación de la anfotericina B debe
ción digestiva por adenomegalias abdominales. circunscribirse a los casos de gravedad extrema
Los efectos colaterales son trastornos digestivos, y a los pacientes con bloqueo de la absorción di­
impotencia sexual masculina transitoria, y ele­ gestiva.
vación asintomática y pasajera de las enzimas
hepáticas.
PROFILAXIS
Cuando coexisten paracoccidioidom icosis y
tuberculosis no se puede emplear itraconazol ni N o hay medidas eficaces hasta el presente.

B ibliografía------------------------------------------------------------
Consultar ai final del capítulo Generalidades de micología médica.
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70
Coccidioidomicosis
Ricardo Negroni

a animales de laboratorio, como ratas, ratones y


DEFINICION
cobayos, produce una enfermedad experimental
Es una micosis común al hombre y a varias es­ con formación de esferas. Estos también se pue­
pecies de anim ales, producida por un hongo den obtener in vitro en condiciones especiales
dimorfo, geófilo, del género C occidioides. La (cultivos agitados, ricos en proteínas, incubación
primoinfección por lo general se adquiere por vía a 40°C y con una concentración de CO, del 5%).
inhalatoria, es benigna y se cura en forma espon­
tánea. En una baja proporción de infectados la
EPIDEMIOLOGÍA
micosis se torna progresiva, ya sea en el propio
parénquima pulmonar o en otros órganos, La coccidioidom icosis es endémica en zonas
áridas del continente americano. El área de ma­
yor importancia, por el número de personas in­
ETIOLOGÍA
fectadas, se sitúa en el sudoeste de los Estados
R ecien tem en te, los estu d io s de b io lo g ía Unidos y noroeste de M éxico. En esta región, en
molecular, han permitido separar dos especies más del 50% de la población adulta las pruebas
dentro del género C occidioides. C. im m itis es el cutáneas de coccidioidina son positivas, lo cual
agente productor de la coccidioidom icosis en el es un testim onio de una infección previa por
estado de California (E.E.U.U) y C. posadasii es C occidioides. Otras áreas endémicas son el valle
el responsable de esta m icosis en las restantes de Comayagua, en Honduras; el Matagua, en
áreas endémicas, incluyendo a la Argentina. Am­ Guatemala; los estados de Lara, Falcón y Zulia,
bas especies son morfológicamente idénticas y en Venezuela; el noroeste del Paraguay; el no­
se presentan en los tejidos infectados en forma reste brasileño (estado de Piauí), y las zonas ári­
de esferas de 40 a 70 |im de diámetro, con una das de las provincias centrales y occidentales de
pared celular de doble contorno, refringente, y la República Argentina, desde Santiago del Este­
con gran cantidad de endosporas globulosas. En ro y Catamarca por el norte hasta Río Negro y
los medios de cultivo habituales, como agar-miel, Neuquén por el sur.
agar papa glucosado y lactrimel produce colonias Coccidioides vive como saprobio en suelos are­
vellosas, blancas o ligeramente pardas, con for­ nosos o arcillosos, en los que abundan sales, de
mación de un micelio filamentoso, ramificado, pH alcalino, en zonas con inviernos cortos y llu­
hialino y tabicado, y cadenas de artroconidias viosos, y veranos prolongados y secos. Los vien­
pequeñas separadas por célu las vacías. Las tos son por lo general fuertes y dispersan las
artroconidias tienen forma de barril y miden 4 artroconidias de la fase micélica, que son los ele­
mm de diámetro. La inoculación de estas esporas mentos infecciosos.
588 □ Cuarta parte - Infecciones micólicas y por algas

Las primoinfecciones son benignas, cursan en áreas de supuración o caseosis. En los casos cró­
forma asintomática o con un cuadro respiratorio nicos esos granulomas se hacen compactos, pre­
autolimitado. Las formas progresivas, pulmona­ sentan un manto externo de células mononu-
res o diseminadas, se presentan con mayor frecuen­ cleares, con abundancia de linfocitos T CD4+ y,
cia en varones en la edad media de la vida. Son aun más externamente, una fibrosis colágena. En
más comunes en negros, filipinos y aborígenes los procesos agudos predomina la necrosis y la
americanos que en las personas de raza blanca. supuración. La m orfología de las esferas de
Las diversas causas de depresión de ia inmunidad C occidioides también es variable; en la enferme­
mediada por células favorecen su aparición y el dad de evolución lenta forma esferas de 40 a
embarazo actúa como un factor predisponente. 60 |im de diámetro sin endosporas, en tanto que
Los perros y los roedores se infectan con e le ­ en las formas diseminadas agudas produce esfe­
vada frecuencia. La coccidioidom icosis no se ras grandes, de 80 }im o más de diámetro, con
transmite de hombre a hombre ni de los animales abundantes endosporas muy pequeñas en su in­
al hombre. terior. Las formas parasitarias de C. immitis se
tiñen de rojo con el PAS y de marrón oscuro con
la técnica de Grocott.
PATOGENIA
Como ya se ha señalado, las artroconidias de
MANIFESTACIONES CLÍNICAS
Coccidioides penetran por vía inhalatoria y se alo­
jan en los alvéolos pulmonares. A llí producen fo­ Se acepta la siguiente clasificación de las ma­
cos de neumonía aguda, seguidos por la propaga­ nifestaciones clínicas de la coccidioidomicosis:
ción linfática del agente causal» con adenitis de
los ganglios biliares y mediastínicos. Dos o tres • Primoinfección pulmonar asintomática o sub-
semanas después de la infección comienza a ac­ clínica.
tuar la inmunidad adquirida mediada por células. • Primoinfección sintomática.
Se produce entonces un cambio en la respuesta • Neumopatía persistente.
inflamatoria, con la formación de granulomas epi- • Secuelas de la primoinfección pulmonar.
telioides altamente defensivos que limitan la pro­ • Coccidioidom icosis pulmonar crónica exca­
gresión de la infección y destruyen gran cantidad vada.
de esferas. Por último se forman nódulos de con­ • Coccidioidom icosis diseminada subaguda.
tenido caseoso, con una capa externa fibrosa o cal­ • Coccidioidom icosis diseminada crónica.
cificada, en los cuales hay esferas muertas o vivas
y latentes. En este estado la reacción intradérmica La prim oinfección asintom ática es la más fre­
de coccidioidina vira de negativa a positiva. cuente, comprobada en más del 60% de los in­
La coccidioidomicosis progresiva se produce fectados.
como consecuencia de fallas de la inmunidad me­ Las formas de prim oinfección sintom ática son
diada por células o por la existencia de afecciones cuadros respiratorios de gravedad variable, con
pulmonares previas que dificultan la cicatrización manifestaciones semejantes a las de una gripe o
definitiva de los focos de neumonía iniciales. Las una neumonía de la comunidad. Dos rasgos dis­
causas más frecuentes de fallas de la inmunidad son tintivos son el dolor torácico intenso y la eosino-
las vinculadas con la raza (negros, filipinos y aborí­ filia sanguínea. En las personas de raza blanca
genes americanos) y el sexo, así como el empleo de suelen observarse alteraciones clínicas, vincula­
fármacos inmunosupresores, corticosteroides, anti- das con la hipersensibilidad a ios antígenos del
blásticos y la presencia de enfermedad por HIV. hongo, com o derrame pleural serofibrinoso, eri­
tema nudoso, eritema polimorfo y poliartropatía
inflamatoria no supurativa {reumatismo d el de­
ANATOMÍA PATOLÓGICA
s ie r to ). Los procesos pulm onares primarios
La coccidioidom icosis produce granulomas involucionan en forma espontánea en 3 a 6 se­
epitelioides con células gigantes que muestran manas.
C apítulo 70 * C occidioidom icosis □ 589

Se denomina neum opaiía persistente a la que casos más avanzados el cuadro meníngeo se hace
perdura más de 6 semanas. Son infiltrados focales más evidente con la aparición de alteraciones de
0 reliculonodulillares en personas con anteceden­ la conciencia, convulsiones, rigidez de nuca y pa­
tes de alcoholismo, tabaquismo o infección por rálisis de alguno de los pares craneanos. Esta lo­
HIV. La persistencia de la fiebre, la eosinofilia y calización es de muy mal pronóstico, por su es­
la aceleración de la eritrosedimentación indican casa respuesta a los tratamientos y la tendencia
progresión lesional y tendencia a la diseminación. marcada a producir hidrocefalia interna.
Como consecuencia de los focos de neumonía Las fo rm a s disem inadas crónicas se asocian
primaria quedan secuelas broncopulm onares di­ con mayor frecuencia con compromiso cutáneo,
versas, com o bronquiectasias, cavidades quísti- ganglionar, óseo y del sistema nervioso central.
cas, nódulos solitarios (coccidioidom as) y focos Las lesiones cutáneas son nódulos ulcerados con
de calcificación pulmonar. Las cavidades quís- fondo vegetante, que tienden a crecer en forma
licas son únicas, de paredes finas, sin infiltrados excéntrica. Los ganglios sufren habitualmente un
pericavitarios. producen hemoptisis y a veces tie­ proceso de reblandecimiento supurativo o ca­
nen cierto nivel líquido. Los coccidioidomas son seoso, que conduce a la fistulización y ulceración
asintomáticos, presentan imágenes numulares de hacia la piel vecina, lo que origina un cuadro se­
1 o varios centímetros de diámetro y crecimiento mejante al escrofuloderma tuberculoso. Las le­
muy lento. siones óseas son focos de osteom ielitis crónica
La coccidioidom icosis pulm onar crónica exca­ de localizaciones diversas; son dolorosos y deter­
vada se presenta en adultos del sexo masculino minan la tumefacción de las partes blandas veci­
de más de 40 años y con afecciones pulmonares nas así com o la impotencia funcional de la re­
previas, en especial enfermedad pulmonar obs­ gión afectada. En los casos más avanzados hay
tructiva crónica (EPOC). Su cuadro es idéntico hallazgos radiológicos de osteólisis, periostitis hi­
al de la tuberculosis avanzada del adulto; evolu­ pertrófica, colecciones purulentas en los tejidos
ciona durante años y puede ocasionar la muerte blandos y, por último, fistulización hacia la piel.
en una elevada proporción de casos por insufi­ El compromiso del sistema nervioso se mani­
ciencia respiratoria o caquexia. Los síntomas más fiesta con una meningoencefalitis crónica, en la
frecuentes son astenia, anorexia, pérdida de peso, que el LCR es claro, y hay predisposición mar­
tos, expectoración purulenta y hemoptisis. Las cada a la hidrocefalia y la demencia.
imágenes radiológicas son infiltrados pulmonares
heterogéneos, biapicales y excavados.
DIAGNÓSTICO
La coccidioidomicosis diseminada subaguda se
observa en pacientes con alteraciones graves de la Los materiales útiles para el diagnóstico pue­
inmunidad, como los portadores de linfomas tra­ den ser esputo, secreciones broncoaspiradas, pus
tados con fármacos antiblásiicos, los receptores de de abscesos fríos o adenopatías, biopsias de di­
trasplante de órganos con tratamiento inmunosu- versas lesiones, LCR y, con menor frecuencia,
presor y los afectados por enfermedad por HIV. hemocultivos. Para estos últimos se prefieren una
Son preponderantes los síntomas generales co­ o varias muestras de 10 mL de sangre venosa
rrespondientes a un cuadro infeccioso grave: fie­ heparinizada, que se procesan por las técnicas de
bre prolongada, pérdida de peso, anemia, hepa- lisis-centrifugación. El LCR tiene características
toesplenomegalia, imágenes pulmonares reticulo- semejantes al de la meningitis tuberculosa, pero
nodulillares, cefalea, hipersomnia y manifesta­ la prueba de fijación de complemento, cuando se
ciones de cuadro meningoencefalítico solapado. emplea coccidioidina como antígeno, permite el
Los exámenes de laboratorio muestran acelera­ diagnóstico de certeza. En los materiales restan­
ción de la eritrosedimentación, leucocitosis con tes, toda muestra no fijada en formol se examina
eosinofilia y anemia. El LCR es claro, con hiper- en fresco, entre portaobjetos y cubreobjetos, con
proteinorraquia, pleocitosis linfocitaria leve, una gota de solución salina isotónica o hidróxido
menor de 300 células/mL, hipoclorurorraquia y de potasio al 10%. En este tipo de preparación
reacciones positivas para las globulinas. En los pueden observarse las esferas típicas.
II

(•
590 □ Ciiaría parte • Infecciones micóticas y por algas
4f

If [.Qs cultivos se llevan a cabo en agarglucosado berculosis. El diagnóstico diferencial, por lo tan­
o agai'-micl de Sabouraud o en agar extracto de to, debe realizarse con la tuberculosis, las mico­
U levadura y glucosa, con el agregado de estrepto­ sis sistémicas y las enfermedades proliferativas
micina y cloranfenicol a razón de 100 jig/mL y malignas.
H cicloheximida en proporción de 500 ng/mL. La
incubación se realiza tanto a 28®C como a 37°C y
Ct TRATAMIENTO
en una semana se hacen visibles las colonias. Las
<• ailroconidias típicas se tornan evidentes entre los Se han utilizado anfotericina B, ketoconazol,
15 días y las 3 semanas. itraconazol y fluconazol. Con todos ellos se han
Cf Los ratones, los cobayos, las ratas y los háms- obtenido resultados discordantes, buenos o ma­
tcrs son sensibles a la inoculación de estas artro- los; puede aseverarse que no existe un tratamiento
M coiiidias, por lo que las coccidioidom icosis ex­ de elección. En general para el tratamiento de las
t t
perimentales que se producen en ellos permiten formas clínicas más leves se emplean los com­
la identificación del cultivo. puestos triazólicos itraconazol o fluconazol. Las
(• Las pruebas serológicas más utilizadas son la dosis son de 400 mg/día y se administran por vía
inmunodifusión, la contrainmunoelectroforesis y oral durante un año como mínimo.
(• In fijación de complemento. Como en la histoplas- La anfotericina B está indicada en quienes pre­
mosis, estas pruebas se tornan positivas en los sentan compromiso neurológico o formas clínicas
M
casos de enfermedad progresiva y los títulos de más graves. La dosis media es de 0,8 mg/kg/día y
t» la fijación de complemento son proporcionales a la dosis total por serie de tratamiento suele supe­
la gravedad del proceso. Después del tratamien­ rar los 2 g.
m to el tenor de anticuerpos baja hasta que las reac­ La cirugía puede ser necesaria para remover
ciones serológicas se hacen negativas. nódulos pulmonares solitarios o cavernas pulmo­
m La intradermorreacción con coccidioidina tie­ nares con hemoptisis frecuentes, y para colocar
ne valor diagnóstico de infección presente o pa­ válvulas de derivación ventriculares en los casos
o sada, y en las formas progresivas graves suele de hidrocefalia.
a lomarse negativa.
Rn las formas diseminadas subagudas, en pa­
PROFILAXIS
n cientes inmunocomprometidos, por técnica de
inmunoblot se han detectado antígenos de C. Los pacientes inmunocomprometidos deben
í» immitis en suero y orina. evitar las visitas a zonas endémicas, así como la
realización de ciertas actividades com o excava­
m
ciones y juegos de béisbol. Las obras de irriga­
DIAGNÓSTICO DIFERENCIAL
n ción artificial de los suelos y la pavimentación
La coccidioidomicosis imita todas las manifes­ reducen la frecuencia de infección. Está en estu­
t t taciones pulmonares y exirapulmonares de la tu­ dio la preparación de una vacuna.

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«I Bibliografía - ........
m Consultar al final del capítulo Generalidades de micologfa médica.

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Criptococosis
Ricardo Negroni

serotipos B y C. Tanto las especies como las va­


DEFINICIÓN
riedades de Crypíococcus presentan las mismas
La criptococosis es una micosis sistémica, pro­ características morfológicas y culturales en los
ducida por levaduras capsuladas del género medios de cultivo no selectivos.
Crypíococcus neoform ans. La fuente de infec­ C iyptococcus neoform ans se presenta en los
ción es exógena y la puerta de entrada pulmonar. tejidos como un hongo unicelular, esférico, con
Las manifestaciones clínicas son muy variadas, una pared de doble contorno y un solo brote. Suele
desde la colonización pulmonar asintomática estar rodeado por una cápsula cuyo espesor a ve­
hasta la disminución de la infección a cualquier ces supera al diámetro de la levadura. Precisa­
parte del organismo, pero la meningoencefalitis mente esta cápsula, su elemento distintivo de ma­
es la principal localización de este patógeno por yor importancia, se puede poner en evidencia por
su alta mortalidad. distintos procedimientos. En las preparaciones en
fresco se recurre al montaje en tinta china dilui­
da o a la observación con microscopio de con­
ETIOLOGÍA
traste de fase. En los extendidos, la coloración
El género C iyptococciis reconoce dos especies de Giemsa tiñe parcialmente la cápsula y en los
patógenas, C. neoform ans y C. gatíii, el primero corles histopatoiógicos ésta toma color rojo con
es un hongo de distribución geográfica univer­ mucicarmín, o azul con Alcian blue.
sa!, con amplio hábitat en la naturaleza, en espe­ El microorganismo se desarrolla con facilidad
cial heces y nidos do palomas, cortezas de árbo­ en medios de cultivo habituales, como el agar
les, excrementos de otras aves etc.; en tanto que glucosado o agar-miel de Sabouraud. Al cabo de
C. gaftíi predomina en áreas tropicales y subtro­ 3 o 4 días de incubación, tanto a 28®C como a
picales y su principal fuente de infección son las 37®C, se observa el desarrollo de colonias lisas,
hojas, cortezas y frutos de los árboles. Mientras de aspecto mucoso, inicialmente blancas y luego
C. neoform ans presenta dos variedades, C. neo- de color pardo claro. El examen microscópico de
form ans var. grubii y C. neoform ans var. neofor­ estas colonias revela la presencia de elementos
mans que corresponden a los serotipos A y D res­ levaduriformes brotantes, similares a los obser­
pectivamente. El serotipo A es el responsable de vados en los tejidos, pero con cápsula más fma.
la mayoría de los casos de criptococosis disem i­ Los cultivos en agar-sangre o agar-chocolate, in­
nada asociados con el sida en América del Sur, cubados a 37®C y en atmósfera con 10% de CO,,
en tanto que el serotipo B predomina en algunas incrementan el desarrollo de la cápsula.
zonas de Europa, en especial en el área medite­ En forma excepcional, las cepas aisladas del
rránea. La especie C. gatiii corresponde a los hombre o de los animales son capaces de produ­
592 ü Cuarta parte - Infecciones micóticas y por algas

cir filamentos in vitro. Cuando esto sucede, las La variedad gattii de C. neoform ans sólo ha
hifas presentan las típicas anastomosis en gan> sid o r ec o n o c id a en z o n a s tro p ica les o
cho, propias de la clase Basidiom ycotina. En el subtropicales de Australia, África, Asia, sur de
extremo distal de algunos de estos filamentos se California y América del Sur. Su hábitat está re­
observan dilataciones en forma de maza, de las lacionado con árboles del género Eucaliptus, en
cuales salen cuatro esporas globulosas y muy pe­ cuya corteza y frutos se encuentra, así como en
queñas. La germinación continua de estas basi- la tierra vecina a estos árboles.
diosporas da origen a la formación de cadenas La criptococosis ha sido descripta como una
cortas. Esta morfología es típica de Filobasidiella enfermedad espontánea en varias especies de ani­
neoformanSy fase teleomorfa de C. neoformans var males, com o perros, gatos, bovinos, equinos y
neoformans. Con menos frecuencia se observan leopardos. N o se ha comprobado la transmisión
cadenas de basidiosporas elípticas que correspon­ interhumana ni de los animales al hombre.
den a F. bacillispora teleomorfa de C. gattii. La mayor parte de las infecciones producidas
Cryptococcus neoformans presenta 4 serotipos, por C. neoform ans comprometen las vías respi-
designados A, B, C y D. El A y el D corresponden ratorias, son benignas y autolimitadas. La pro­
a la variedad neoformans y el B y el C a la variedad porción exacta de población que ha sufrido este
gattii. Recientemente al serotipo A se lo ha desig­ tipo de infección no se conoce bien, debido a que
nado como C. neoformans var grubii. En la Ar­ no hay un antígeno útil para pruebas cutáneas de
gentina la mayor parte de los casos asociados con hipersensibilidad retardada. En la autopsia de per­
el sida son producidos por esta última variedad. sonas con otras causas de muerte se ha compro­
Esta especie debe diferenciarse de otros inte­ bado la presencia de granulomas subpleurales con
grantes del género C ryptococcus así com o de C. neoform ans.
otras levaduras capsuladas, lo que se obtiene por Las formas progresivas de criptococosis pueden
pruebas bioquím icas. C. neoform ans produce estar ligadas o no a factores favorables que alte­
hidrólisis de la urea en 4 horas, no asimila el nitra­ ren los mecanismos defensivos. Desde el adve­
to de potasio ni la lactosa, no produce fermenta­ nimiento de la pandemia de sida, el 90% de los
ción de hidratos de carbono, utiliza el inositol y casos diagnosticados de criptococosis están aso­
la creatinina, produce melanina en presencia de ciados con la infección por HIV. Otras causas que
ácido cafeico y otros sustratos, y se desarrolla a la favorecen son el embarazo, los trasplantes de
37®C. La variedad gattii es reconocida por su ca­ órganos, los linfomas tratados con fármacos cito-
pacidad de asimilar la D-prolina como única fuen­ tóxicos, los tratamientos con altas dosis de corti-
te de nitrógeno. costeroides, como los utilizados en el lupus eri-
tematoso sistém ico, o el pénfigo. Los casos en
los que no se identifican causas predisponentes
EPIDEMIOLOGÍA
evidentes son más frecuentes en el sexo masculi­
La criptococosis es una micosis de distribución no y después de los 40 años. Por lo tanto, la crip­
geográfica universal, aunque la frecuencia de tococosis tiene, desde el punto de vista epidemio­
casos clínicos es mayor en Africa y América. La lógico, un comportamiento intermedio entre las
variedad neoform ans y grubii de C. neoform ans m icosis sistém icas endémicas y las sistémicas
viven en excrementos y nidos de palomas. Estos oportunistas.
sustratos constituyen su hábitat ideal, por su alto
contenido en creatinina y nitrógeno, y su con­
PATOGENIA
centración salina adecuada. En ellos se han en­
contrado formas viables de este hongo durante Por lo general la penetración de C. neoformans
más de dos años. La luz solar destruye estos se produce por vía inhalatoria, llega al alvéolo
microorganismos. En su hábitat natura! las leva­ pulmonar y allí comienza a reproducirse e inva­
duras no poseen cápsula y su diámetro sólo al­ dir. El desarrollo de la cápsula le permite evadir
canza 1 o 2 )im, lo que facilita su pasaje a través la primera barrera defensiva, que son los neutró-
de los bronquios más pequeños. filos. Luego acuden al foco los linfocitos; entre
C apítulo 71 - C riptococosis Q 593

éstos, los NK {natural killer) que son capaces de hospederos normales, la reacción inflamatoria es
destruir un buen número de hongos por mecanis­ menos productiva o está totalmente ausente. Se
mos no fagociiarios. Los macrófagos sólo son ca­ producen así lesiones seudoquísticas completa­
paces de fagocitar y lisar C. neoform ans cuando mente ocupadas por levaduras capsuladas, las que
han sido activados por los linfocitos T CD4+. Hay se encuentran rodeadas por unos pocos macró­
que destacar que la cápsula, rica en glucuroxido- fagos y células linfocitarias.
mananos, deprime la actividad de las células El reconocimiento de C. neoform ans en los te­
CD4+ (helper) y exalta la función de las células jidos se realiza mediante las técnicas de mucicar-
citotóxicas CD8+. De esta forma un exceso de mín de Mayer o de Alcian blue, que destacan la
aniígeno capsular impide la producción de una cápsula.
fagocitosis eficaz, así como la formación de gra­
nulomas epitelioides compactos que focalizan la
MANIFESTACIONES CLÍNICAS
infección. La activación de los macrófagos se
produce a través de las citocinas, en particular el La criptococosis puede presentarse como una
interferón gamma y la interleucina 2. En las for­ enfermedad pulmonar crónica, com o una afec­
mas diseminadas, la presencia dcl polisacárido ción extrapulmonar unifocal con manifestacio­
capsular origina la formación de complejos in­ nes cutáneas o neurológicas, o como un proceso
munes, así com o la activación del complemento diseminado.
por la vía alternativa, lo que incrementa la de­ La criptococosis pulmonar raras veces se ma­
presión de la inmunidad mediada por células. nifiesta com o un proceso agudo. En este caso
De esta forma se originan dos tipos de criptoco­ adopta el aspecto de una neumopatía aguda co­
cosis: una leve, en sujetos con funcionamiento munitaria. La única posibilidad de distinguirla es
adecuado de la inmunidad celular, y otra grave, su falta de respuesta a los antibióticos antibacte­
cuando este mecanismo defensivo falla. La pri­ rianos, así com o su curso, un tanto más prolon­
mera se circunscribe al pulmón, es muy frecuen­ gado.
te y se cura en forma espontánea. La segunda se Las formas crónicas generan síntomas que si­
origina en el pulmón, pero puede invadir los gan­ mulan ser los de una tuberculosis o un cáncer de
glios linfáticos del hilio pulmonar, los iniertra- pulmón: pérdida de peso, fiebre prolongada, ano-
queobronquiales y, por último, diseminarse por rexia, astenia, los, expectoración mucosa y he­
vía hemática a cualquier órgano. Se destaca la moptisis. Con menos frecuencia aparecen disnea
frecuencia con que ataca el sistema nervioso cen­ y dolor pleural. En la radiografía suelen encon­
tral, debido, probablemente, a la composición quí­ trarse infiltrados localizados, parahiliares, unila­
mica del cerebro y a la incapacidad de este tejido terales, no excavados y densos, de aspecto sem e­
de generar una respuesta inflamatoria eficaz. jante al cáncer broncopulmonar. También se ob­
servan imágenes densas, esféricas, llamadas crip-
tococomas, y derrames pleurales unilaterales. En
ANATOMÍA PATOLÓGICA
la punción de estos últimos se extrae un líquido
En los huéspedes inmunocompetentes, C. ne 0 ‘ mucoso, de color achocolatado, muy rico en le­
form ans produce una reacción inflamatoria proli- vaduras capsuladas.
ferativa, con formación de granulomas epitelioi­ El diagnóstico de criptococosis pulmonar debe
des compactos, con células gigantes y un manto confirmarse por biopsia, ya que el hallazgo de C.
periférico de células linfocitarias. En este granu­ neoform ans en las secreciones bronquiales no es
loma no se observan supuración ni caseosis; es prueba diagnóstica valedera.
común comprobarlo en todos los órganos, salvo La criptococosis del SNC puede manifestarse
el cerebro. Cuando se cronifica desarrolla un manto por una meningoencefalitis de evolución subagu-
de fíbrosis colágena que no tiende a la calcifica­ da o crónica que predomina en la base del cerebro,
ción. como una masa ocupante en el encéfalo o como
En todos los órganos de los pacientes inmuno- una meningomielorradiculitis. La meningoence­
comprometidos y en el tejido nervioso, aun de falitis es de comienzo insidioso, con cefalea, modi­
594 O Cuarta parle - Infecciones inicóticas y por algas

ficaciones del carácter, hipcrlermia leve, astenia y len ser de aspectos muy variados: pápulas aisla­
somnolencia. Más tarde pueden aparecer proble­ das o en placas, nódulos, úlceras y masas sub­
mas visuales (visión borrosa o diplopía), convul­ cutáneas de consistencia mixomatosa. Raras ve­
siones. vómitos y por último se instala un síndro­ ces produce abscesos y celulitis. Este gran pleo-
me meníngeo, a veces incompleto. Es frecuente morfismo toma difícil la sospecha. Estas lesiones
observar parálisis de los pares craneanos, en es­ deben estudiarse con mucho cuidado en enfermos
pecial del VI par, edema de papila y coroiditis. con iinfomas, sarcoidosis o diabetes, o en recep­
El LCR es transparente e incoloro, con hiper- tores de trasplantes de órganos.
proteinorraquia, hipoglucorraquia y pleocitosis, El paradigma de la criptococosis diseminada es
con predominio linfocitario. Cabe destacar que el asociado con sida, dado que en la actualidad
raras veces se cuentan más de 200 células/mL. más del 90% de los casos se observan en pacien­
El examen microscópico directo con tinta china tes HIV positivos. Suele haber un cuadro infec­
del sedimento del LCR es positivo en la mitad de cioso general caracterizado por fiebre, pérdida de
los casos. Los cultivos de este material dan como peso, astenia, anorexia, anemia, hepatoespleno-
resultado el desarrollo de C. neoform ans en más megalia y adenomegalias. Una o varias de estas
del 90% de ios pacientes. La búsqueda del antí- manifestaciones pueden fallar. En ausencia de otros
geno capsular en el sobrenadante del LCR, me­ síntomas o signos deben hacerse hemocultivos por
diante la aglutinación de partículas de látex, es la técnica de lisis-centrifugación, cuyo índice de
positiva en más del 95% de los casos. positividad es de aproximadamente el 70%. Alre­
Si el paciente presenta convulsiones o alguna dedor del 10% de los pacientes sólo tiene el cua­
parálisis focal, es aconsejable la realización de una dro infeccioso general con hemocultivos positi­
tomografía computarizada de! encéfalo o una re­ vos. Las manifestaciones respiratorias se obser­
sonancia magnética, a fm de descartar la presen­ van en algo menos de la mitad de los enfermos,
cia de masas ocupantes. En los casos que se acom­ son poco características y se expresan con tos.
pañan con un cuadro franco de hipertensión endo- expectoración mucosa o mucopurulenta, e infil­
craneana este estudio debe ser previo a la punción trados pulmonares difusos. Se las confunde con
lumbar, para evitar el enclavamiento bulbar. bronconeumonías bacterianas o tuberculosis.
Los criptococomas encefálicos, que se producen Las manifestaciones neurológicas son las más
en sólo el 5% o 10% de los casos, determinan la frecuentes y se observan en alrededor del 90% de
aparición de un síndrome de hipertensión endo- los enfermos. Los síntomas son semejantes a los
craneana (cefalea, vómitos, edema de papila), jun­ descriptos, pero la evolución es más aguda, el co­
to a manifestaciones focales variables. Predominan mienzo es menos típico, a veces sólo con cefalea,
los ubicados en la fosa posterior, que causan sín­ el síndrome meníngeo suele faltar o es muy in­
drome cerebeloso. completo y a pesar del tratamiento una tercera parte
El examen de fondo de ojo pone en evidencia el de los enfermos muere por problemas neurológicos
papiledema o la presencia de una coriorretinitis en las primeras 4 semanas que siguen al diagnós­
difusa o granulomatosa. tico. El LCR es transparente, incoloro, y exhibe
La evolución de la meningoencefalitis criptoco- muy pocas alteraciones fisicoquímicas y citológi-
cósica es subaguda o crónica. En la.s épocas an­ cas; los recuentos celulares suelen mostrar menos
teriores a la anfotericina B la muerte se producía de 20 linfocitos por mL. El examen con tinta chi­
después de varios meses o un par de años. Tal na del sedimento es positivo en más del 80% de
como sucedía con la meningitis tuberculosa, en ios casos y los cultivos muestran desarrollo de C.
los casos crónicos se produce hidrocefalia, dila­ neoformans en la totalidad de los pacientes. Al ha­
tación ventricular y demencia. cer la punción lumbar es común comprobar una
En raras ocasiones la criptococosis cutánea es presión de apertura elevada, con goteo rápido o
primitiva, por inoculación directa accidental. Se salida de líquido a chorro. Precisamente esta ele­
presenta con un nódulo que se ulcera sin tenden­ vada presión de apertura, la escasa hiperprotei-
cia a diseminarse. En los casos en que las mani­ noiTaquia, los recuentos celulares por debajo de
festaciones cutáneas son secundarias, éstas sue­ las 20 células/mL, el examen con tinta china po-
C apitulo 71 - C riptococosis □ 595

silivo, el desarrollo de C. neoform ans en hemo- antibacterianos permite la obtención de cultivos


ciiitivos o biopsias, el titulo elevado de antígeno puros en muestras contaminadas. No debe utili­
capsular en suero y LCR, y las alteraciones de la zarse la cicloheximida, porque inhibe algunas
conciencia son manifestaciones asociadas con cepas de este hongo. La incubación debe hacerse
mal pronóstico. Todas son habituales en enfer­ a 28®C y 37“C.
mos con sida, lo que explica su elevada y rápida Las cepas de C. neoform ans se reconocen con
mortalidad. El compromiso del sistema urogenital rapidez porque crecen a 37®C, producen hidrólisis
es frecuente pero asintomático. Los urocultivos son rápida de la urea y forman colonias pardas en me­
positivos en el 40% de los casos y la muestra se dio de agar-extracto de semillas de girasol, debi­
toma después de un masaje prostético. Muchas do a la producción de pigmento meiánico por la
veces, después de que éstos se han negativizado acción de la feniloxidasa.
en todos los otros materiales, el de líquido seminal Los materiales útiles para el diagnóstico son
sigue siendo positivo para C. neoformans. De allí varios: LCR, líquido pleural, punción ganglionar,
la importancia concedida a la próstata como pun­ biopsias de piel, pulmón, ganglio y médula ósea.
to de partida de las recidivas. Éstas son muy co­ Los urocultivos y los hemocultivos por técnica
munes en los pacientes con sida si no se realiza de lisis-centrifugación con saponina son frecuen­
tratamiento supresor (profilaxis secundaria). Las temente positivos.
recaídas se producen en más del 80% de los ca­ La determinación de antigenemia o antige-
sos. Las lesiones cutáneas se observan en alrede­ norraquia, por aglutinación de partículas de lá­
dor del 6% de los casos, su aspecto es de pápulas tex, posee una sensibilidad superior al 90% y gran
moluscoides o ulceradas semejantes a las produ­ especificidad. En el suero puede haber reaccio­
cidas por herpes simple o Histopíasma capsulamm. nes positivas falsas por la presencia del factor
Debe destacarse que en los enfermos con sida reumatoideo. En la actualidad los equipos dispo­
estos agentes causales pueden coexistir en la mis­ nibles en el comercio evitan este problema. Sue­
ma lesión. le persistir un muy bajo índice de falsos positi­
Las lesiones óseas son poco frecuentes. Apare­ vos en portadores de infecciones por Trichos-
cen en las formas crónicas no asociadas con la in­ poron y, con menor frecuencia, en presencia de
fección porHIV y se localizan en las vértebras, los mucormicosis, penicilosis e histoplasmosis.
huesos del cráneo, las epífisis de los huesos largos La detección de anticuerpos específicos care­
y las costillas. En la radiografía predominan las ce, por ahora, de valor diagnóstico.
imágenes osteolíticas. Las espondilitis pueden pro­
ducir epiduritis y meningomielorradiculitis por pro­
DIAGNÓSTICO DIFERENCIAL
pagación directa hacia el canal raquídeo.
Las meningoencefalitis por C. neoformans son
muy semejantes a las tuberculosas. Los criptoco-
DIAGNÓSTICO
comas pueden confundirse con gliomas o tuber-
Éste se basa en la observación de levaduras culomas. La criptococosis pulmonar crónica se
capsuladas en el examen microscópico directo, en confunde con las neoplasias de pulmón y la aguda
el aislamiento de C. neoformans en los cultivos y con las neumonías bacterianas. Las formas dise­
en la demostración de antígeno capsular en el minadas son parecidas a la tuberculosis sistémica
sobrenadante de diversos líquidos orgánicos, me­ que acompaña a los enfermos con sida, que tienen
diante aglutinación de partículas de látex o ELISA. recuentos de células CD4+ inferiores a los 250/|aL.
El examen microscópico directo debe hacerse
con tinta china diluida o en microscopio de con­
PRONÓSTICO
traste de fase. En los cortes histológicos se recu­
rrirá al mucicarmín o al Alcian blue. Los culti­ Varía mucho con la forma de presentación, es
vos se llevarán a cabo en medios de agar-miel de muy bueno en las formas pulmonares focalizadas
Sabouraud, agar glucosado o agar-infusión de y muy malo en las formas diseminadas asocia­
cerebro y corazón. El agregado de antibióticos das con el sida. La evolución de la criptococosis
596 □ Cuarta parte • Infecciones mícóticas y por algas

del sistema nervioso central siempre está sujeta interacciones de este triazol con la rifampicina, en
a la aparición de complicaciones y recaídas. És­ particular por la suma de hepatotoxicidad. Otro tra­
tas se producen en alrededor del 20% de los pa- tamiento alternativo es la asociación de itraconazol,
cientes HIV negativos y en más del 80% de los 400 mg/día con 5-fluorocitosina, 100 mg/kg/día,
enfermos con sida. Ya se han mencionado los sig­ durante 12 semanas. Este tratamiento se realiza
nos, síntomas y determinaciones de laboratorio exclusivamente por vía oral, pero tiene el incon­
que se vinculan con un mal pronóstico en estos veniente de que la remisión clínica es más lenta y
pacientes. De cualquier forma, la supervivencia que hay interacción con un gran número de fár­
de los pacientes con criptococosis asociada con el macos, en especial con los luberculostáticos. En
sida depende de la respuesta a los antiiretrovirales las formas que no comprometen el sistema ner­
y de la evolución de la infección por HIV. vioso central se ha obtenido un buen número de
éxitos terapéuticos con fluconazol, itraconazol,
ketoconazol y anfotericina B. Debe tenerse en
TRATAMIENTO
cuenta, en el momento de escoger el esquema te­
El tratamiento de elección de la criptococosis rapéutico que la 5-fluorocitosina no se comercia­
es la asociación de la anfotericina B por vía in­ liza en la Argentina.
travenosa, a razón de 0,4 mg/kg/día, con 5-fluo- El tratamiento quirúrgico está indicado en los
rocitosina por vía oral, en dosis de 25 mg/kg de criptococomas cerebrales o pulmonares y para la
peso cada 6 horas. Este tratamiento debe mante­ eliminación de los secuestros óseos. Deben rea­
nerse por 6 semanas en los pacientes HIV negati­ lizarse derivaciones ventriculoperitoneales o ven-
vos y durante 8 semanas en los enfermos con sida. triculoatriales en la hidrocefalia, y laminectomías
El porcentaje de remisiones clínicas completas en las epiduritis con compresión medular.
(desaparición de la signosintomatología y negati- Al com ienzo del tratamiento de las menin-
vización de los cultivos del LCR) se alcanza en el goencefalitis graves, con manifestaciones de hiper­
90% de los HIV negativos y en alrededor del 45% tensión endocraneana, está justificado el uso de
de los HIV positivos. La 5-fluorocitosina no pue­ manitol y corticosteroides.
de ser administrada a los enfermos en coma, con
vómitos frecuentes, con leucopenias inferiores a
PROFILAXIS
3.000 células/^iL de sangre o con elevaciones de
las enzimas hepáticas que exceden en 3 veces el No hay medidas profilácticas eficaces. Sin em­
límite superior normal. En estos casos debe sumi­ bargo, los pacientes inmunocomprometidos de­
nistrarse anfotericina B por vía intravenosa, en do­ ben evitar las áreas muy contaminadas con ex­
sis diarias de 0,7 a 0,8 mg/kg de peso, hasta com­ crementos de aves. La indicación de profilaxis pri­
pletar la dosis total de 40 mg/kg de peso corporal. maria en los pacientes con sida no parece justifi­
A veces es necesario interrumpir la administración cada. Por el contrario, siempre debe indicarse flu­
de este fármaco por trombosis venosa, anemia con conazol, 200 mg/día o itraconazol, 400 mg/día, o
cifras de hemoglobina inferiores a ios 9 g%, ne- anfotericina B, 1 mg/kg dos veces por semana,
frotoxicidad irreductible, hipopotasemia inferior com o tratamiento supresor o profilaxis secunda­
a 2 mEq/L y alteraciones del electrocardiograma. ria. La profilaxis secundaria puede ser interrum­
Como alternativa puede usarse fluconazol, por pida en aquellos pacientes HIV positivos que se
vía oral o intravenosa, en dosis diarias de 600 a encuentran bajo TARGA cuando hayan presen­
800 mg, durante 10 semanas. En los casos asocia­ tado dos recuentos de células CD4 h- mayores a
dos con tuberculosis hay que tener en cuenta las 150/pL separadas por tres meses de intervalo.

Bibliografía----------------- —------------------- — ----- -----------


Consultar at final del capitulo Generalidades de micología médica.
m 1,

Blastomicosis
Ricardo Negroni

DEFINICION EPIDEMIOLOGIA
La blastomicosis es una m icosis sistémica en­ El área endémica más significativa se sitúa en
démica, producida por el hongo dimorfo Blasío- América del Norte, desde el sur de Canadá, en la
m yces derm atitidis. Esta afección es principal­ zona de los grandes lagos y el río San Lorenzo,
mente endémica en América del Norte. A partir hasta el sur de los Estados Unidos, en especial a
de 1952 se detectaron numerosos casos en otras lo largo de la cuenca de los ríos M ississippi y
partes del mundo. Ohio, y en los estados de la costa atlántica, ex­
cepto Florida. Se han diagnosticado numerosos
casos en África, desde Marruecos hasta Sudáfrica,
ETIOLOGÍA
sin que haya una zona definida de mayor inci­
Blastom yces derm atitidis se presenta en los te­ dencia; se registraron esca so s pacientes de
jidos como un hongo unicelular, esférico, de pa­ blastomicosis en Israel, Arabia Saudí y Polonia.
red gruesa y refringente, de 8 a 15 |im de diáme­ Blastom yces derm atitidis vive en la tierra, en
tro y con un solo brote, que se une por un ancho lugares húmedos y sombríos, sobre suelos de pH
pedículo a la célula madre y de la cual se separa, ácido, con materia orgánica en abundancia pro­
finalmente, por la emisión de un tabique. Vive ducida por excrementos de animales. Su presen­
en la tierra como saprobio y, tanto en este hábitat cia se asocia, en general, con cursos de agua cer­
como en los medios de cultivo no enriquecidos canos, ríos, lagos, etc. La infección en el ser hu­
incubados a 28®C, crece bajo su forma micélica. mano se produce, la mayoría de las veces, por
Las colonias son vellosas, blanquecinas y a tra­ inhalación y es asintomática. Las infecciones res­
vés del microscopio muestran un m icelio fila­ piratorias sintomáticas son poco frecuentes y se
mentoso, hialino, ramificado y tabicado, con es- asocian con brotes epidémicos, de pocas perso­
poróforos simples que presentan en su extremo nas expuestas a una fuente masiva de infección.
distal una aleurioconidia piriforme, con pared Esta m icosis sistémica se ha señalado en ani­
celular lisa o ligeramente rugosa de 5 a 7 }im de males, en particular en los perros, pero no es
diámetro. Por unión heterotálica puede producir transmisible de ellos al hombre ni hay contagio
su fase sexuada o teleomorfa, llamada Ajellom y- interhumano.
ces derm a titid is, consistente en cleistotecios La blastomicosis progresiva es más común en
globulosos, de 100 a 150 |im de diámetro, con el sexo masculino (60% de los casos), entre los
hifas peridiales espiraladas y ascos globulosos 30 y los 60 años. La mayoría son campesinos o
c
que contienen 8 ascosporas elípticas. individuos que realizan con frecuencia activida­
des recreativas al aire libre en zonas rurales. La c .

r
#

598 □ Cuarta parte • Infecciones micóticas y por algas
<1

<• blastomicosis infantil es poco común, pero muy nar crónica, blastomicosis diseminada crónica, y
grave. blastomicosis diseminada aguda.
i* Como otras micosis sistémicas, los factores que La frecuencia de la infección asintom ática no
alteran la inmunidad mediada por células favo­ es bien conocida porque se carece de antígenos
(t recen la diseminación de la blastomicosis, aun­ adecuados para pruebas cutáneas, pero su exis­
que como afección oportunista es mucho menos tencia es indudable.
frecuente que la criptococosis o la histoplasmosis. La prim oinfección cutánea produce un nódulo
4* en el lugar de la infección, que luego se ulcera y
PATOGENIA en pocos días da origen a una linfangitis nodular
con adenopatía satélite. Este proceso es muy poco
Es similar a las otras micosis sistémicas endé­ común y cura en forma espontánea en 4 meses.
micas. La infección se produce por inhalación y La blastom icosis p u lm o n a r aguda se presenta
determina una afección respiratoria benigna y au- 3 a 15 semanas después de la exposición a una
tolimitada. La inmunidad mediada por células es fuente masiva de infección. Las manifestaciones
el principal mecanismo defensivo que controla clínicas y radiológicas son similares a las produ­
esta infección e impide su progresión. Como re­ cidas por las neumonías o bronconeumonías agu­
O siduos de este proceso primario quedan peque­ das bacterianas. Raras veces ocasiona, además,
ños granulomas pulmonares que contienen mi­ derrames pleurales. Tienden a la remisión espon­
« croorganismos viables; es a partir de ellos que se tánea en 2 a 8 semanas y habitualmente no dejan
produce la reactivación de la blastomicosis cuan­ focos de calcificación. Se han observado casos
O
do hay un déficit en la inmunidad celular. asociados a eritema nudoso.
« Desde estos focos pulmonares B, dermatitidis La blastom icosis p u lm o n a r crónica se origina
se disemina por vía hemática hacia varios órga­ como consecuencia de la progresión a partir de
nos, en especial a la piel, ios huesos, la próstata y la prim oinfección respiratoria sintomática. El
los testículos. La mayoría de las veces determina estado general empeora, aparecen astenia, ano-
« procesos diseminados de evolución crónica. rexia, pérdida de peso, sudores nocturnos, disnea,
tos, expectoración mucopurulenta o hemoptisis,
y dolor torácico. En el estudio radiológico se com­
ANATOMÍA PATOLÓGICA
prueban infiltrados de diversos tamaños, por lo
La reacción inicial frente a B. derm atitidis es general densos y parahiliares, acompañados por
« la formación de un infiltrado inflamatorio agudo adenopatías. En los casos más graves aparecen
compuesto por neutrófilos. Con rapidez, en tor­ zonas amplías de condensación pulmonar con
no del absceso inicial se forma un granuloma adenomegalias mediastínicas. Las cavidades y los
epitelioide con células gigantes. En las lesiones nódulos pulmonares solitarios son raros.
crónicas hay fibrosis periférica y raras veces se Su evolución es crónica, no remite en forma
produce calcificación. En algunos órganos se espontánea y puede ser punto de partida para la
observa la existencia de necrosis caseosa en el diseminación hacia otros órganos.
centro de los granulomas. La blastom icosis disem inada crónica es la for­
B. derm atitidis puede observarse tanto en el ma clínica diagnosticada con mayor frecuencia.
# interior de las células gigantes como libre en las Las lesiones cutaneomucosas se observan en el
áreas de supuración o caseosas. Es visualizado 80% de los pacientes y se sitúan en la cabeza, las
con mayor facilidad en cortes teñidos con FAS o extremidades y las mucosas de las vías aerodi-
metenamina de plata de Grocott. gestivas superiores. Hay dos tipos de lesiones
principales: nódulos que supuran o placas verru­
« gosas. Los primeros son nódulos, con una pústu­
MANIFESTACIONES CLÍNICAS
la apical que se ulcera y cubre con una costra. En
# Se aceptan las siguientes formas clínicas: infec­ algunos el fondo de la úlcera se torna vegetante
ción asintomática, primoinfección cutánea, blas­ y de aspecto papilomatoso. Las placas verrugosas
tomicosis pulmonar aguda, blastomicosis pulmo­ pueden tener varios centímetros de diámetro, el
C apítulo 72 - B lastom icosis □ 599

centro es cicatrizal, fibroso y está cubierto por piel raud, con antibióticos antibacterianos y ciclohe-
atrófica, en tanto que los bordes son elevados, ximida. Estos tubos son incubados a 27®C y allí
verrugosos, con pústulas y costras. En la piel tam­ se desarrolla la fase micélica. Parte del material
bién se observan fístulas con granulomas satéli- también se cultiva en agar-sangre a 37®C, donde
les, que provienen de las lesiones ganglionares u crece en forma de levaduras.
óseas subyacentes. Las lesiones mucosas son poco De esta manera queda demostrada la naturale­
comunes y sólo merece destacarse la laringitis cró­ za dimorfa de este hongo, lo que permite confir­
nica granulomatosa, semejante a la observada en mar el diagnóstico. Su reconocimiento puede
la histoplasmosis y la paracoccidioidomicosis. hacerse también por su capacidad de infectar a!
El ataque óseo -que también es bastante común- ratón, por la vía intraperitoneal o intravenosa, y
se localiza en especial en las costillas y las vérte­ por producir exoantígenos específicos que en
bras. En estas últimas suele haber destrucción y pruebas de inmunodifusión reaccionan frente a
colapso del cuerpo vertebral, lo que origina un sín­ antisueros de conejo.
drome de compresión medular parecido al del mal El diagnóstico histopatológico es muy impor­
de Pott. En las lesiones óseas los hallazgos radio­ tante; se recuerda la utilidad de las técnicas de
lógicos son semejantes a los de la osteomielitis coloración especiales que facilitan la observación
tuberculosa. de este hongo.
i Otro lugar de ataque habitual es el sistema geni- Sólo el 80% de los enfermos con formas pro­
; tourinario masculino. Las prostatitis y orquitis gresivas de blastomicosis tienen pruebas de inmu­
• crónicas son comunes, en tanto que los riñones nodifusión positivas cuando se utiliza un antígeno
en general son respetados. Los compromisos del purificado llamado A. Esta reacción es económi­
hígado, el bazo o el sistema nervioso central son ca y su especificidad es próxima al 100%. Tam­
raros. bién se han realizado pruebas de fijación de com­
La blastom icosis disem inada aguda es muy plemento y ELISA con este reactivo. Ambas per­
poco frecuente, tanto en pacientes inmunodepri- miten la cuantificación de anticuerpos, cuyos tí­
midos como en personas que carecen de antece­ tulos guardan relación con la gravedad de la afec­
dentes de enfermedades o medicaciones que afec­ ción; sin embargo, son técnicas más caras y com ­
ten la inmunidad mediada por células. Esta for­ plejas, y su especificidad es menor.
ma clínica puede adoptar dos tipos fundamenta­ Las reacciones serológicas tienden a hacerse
les de presentación: a) como enfermedad infec­ negativas después de la cura clínica de la blasto­
ciosa grave, acompañada por una intersticiopatía micosis.
pulmonar micronodulillar y lesiones cutáneas
papuloulceradas, y b) como una insuficiencia res­
DIAGNÓSTICO DIFERENCIAL
piratoria aguda del adulto, con infiltrados pulmo­
nares extensos y alteraciones cardiovasculares Las lesiones cutáneas se parecen a las produci­
graves. das por tuberculosis, paracoccidioidomicosis, his­
toplasmosis africana, leishmaniosis crónica, sí­
filis terciaria y carcinomas de células basales.
DIAGNÓSTICO
Las lesiones pulmonares deben distinguirse de
Se basa en el hallazgo microscópico y el aisla­ las producidas por la tuberculosis y las neoplasias
miento en cultivos de B. derm atitidis en mues­ del pulmón. Los procesos óseos se asemejan a
tras de esputo, lavados bronquiales, pus, biopsias, los ocasionados por la tuberculosis, la actinomi-
escarificaciones cutáneas y raras veces hemocul- cosis y la coccidioidom icosis.
tivos. El examen en fresco del material no fijado
en formol permite ver los elementos levadurifor-
PRONÓSTICO
mes con un solo brote, así como la pared celular
gruesa y refringente. La confirmación requiere Por lo general es bueno cuando el tratamiento
su aislamiento en cultivos, habitualmente los ma­ específico se inicia en forma temprana. Las pri-
teriales se siembran en agar glucosado de Sabou- moinfecciones sintomáticas se curan solas y las
600 □ Cuarta parte - Infecciones micóticas y por algas

únicas que pueden ofrecer dificultades terapéuti­ También se ha empleado ketoconazol con bue­
cas son las formas diseminadas agudas. Las ie> nos resultados, pero las dosis eficaces son de 400
sienes cutáneas crónicas remiten con rapidez. a 800 mg/día, razón por la cual era común la ob­
servación de efectos colaterales tanto gastroin­
testinales com o endocrinos.
TRATAMIENTO
Está indicado el drenaje y desbridamiento de
En la actualidad el tratamiento de elección es el las lesiones óseas y los abscesos.
itraconazol por vía oral, en dosis diarias de 200 a
400 mg durante 6 meses. La anfotericina B se re­
PROFILAXIS
serva para los casos más graves y se aplica por vía
intravenosa, a razón de 0,7 a 0,8 mg^g/día hasta N o se conocen medidas de eficacia comproba­
completar la dosis total de 30 a 40 mg/kg/peso. da.

B ib liografía----------------------------------------------------- ------
Consultar al final del capítulo Generalidades de nriicologíd médica.
73

Aspergilosis
Ricardo Negroni

DEFINICION EPIDEMIOLOGIA
Se denominan aspergilosis las infecciones pro­ Las especies de Aspergillus se hallan amplia­
ducidas en el hombre y los animales por hongos mente distribuidas en todo el mundo. Como ya
del género Aspergillus. Las aspergilosis huma­ se expresó, son hongos saprobios de los vegeta­
nas es un conjunto heterogéneo de afecciones, les y del suelo. Producen infecciones espontáneas
en su mayor parte de origen respiratorio, que com­ en los animales, en especial en las aves, en las
prometen ios pulmones y los senos paranasales, que invaden los sacos aéreos y los pulmones. En
y cuyos agentes causales más frecuentes son los bovinos producen el abono micótico.
Aspergillus fum igatus, A. fla v u s, A . niger y A. Los lugares húmedos y sombríos, en especial si
íerreiis. tienen vegetales, suelen ser ricos en esporas de
Aspergillus, que pasan al aire y son inhaladas. Su
abundancia es tan grande que casi todas las perso­
ETIOLOGÍA
nas inhalan diariamente varios millares de espo­
Los hongos del género A sp erg illu s son sa- ras de estos hongos. La mayoría de ellas son fago-
probios de amplia distribución en la naturaleza. citadas y lisadas por los macrófagos alveolares,
Viven en la tierra, sobre restos de vegetales, de sin que lleguen a ocasionar alteración alguna.
preferencia en lugares húmedos y sombríos. Pro­ La aspergilosis no se contagia de hombre a
ducen colonias vellosas de colores variables: ver­ hombre ni de los animales al hombre. Se requie­
de ceniza, verde amarillento, negro, pardo, etc. ren ciertas precauciones con las personas som e­
Poseen un m icelio vegetativo hialino, ramifica­ tidas a tratamientos con fármacos antiblásticos,
do y tabicado, y su fructificación asexual consis­ corticosteroides e inmunodepresores para no ex­
te en un esporóforo largo; en la base de éste pro­ ponerlas al contacto con vegetales crudos u or­
duce una célula con forma de pie cuyo extremo namentos florales. Tampoco deben trabajar en la­
distal remata en una dilatación globulosa con una boratorios de microbiología donde se manejen
o dos series de esterigmas (ramificaciones de cultivos de estos hongos ni permanecer en luga­
esporóforos), que dan origen a conidias dispues­ res próximos a obras en construcción o sitios en
tas en cadenas. Algunas especies poseen fructifi­ donde se efectúen movimientos de tierra. A fines
cación sexual, constituida por cleistotecios esfé­ de la década pasada se comprobó que los tan­
ricos, de 100 a 150 mm de diámetro, que contie­ ques de agua, las cañerías, las duchas y los WC
nen ascos globulosos con 8 ascosporas elípticas. son fuentes importantes de infección hospitala­
Las cuatro especies más comunes, ya señaladas, ria. Por lo tanto, los pacientes neutropénicos no
carecen de fructificación sexual. deben ducharse ni usar el WC.
602 □ Cuarta parte - Infecciones micóticas y por algas

ble respuesta de anticuerpos específicos. Una es


PATOGENIA
de tipo IgG y origina un fenómeno de vasculitis,
La aspergilosis pulmonar se produce por una similar al fenómeno de Arthus a nivel pulmonar;
falla en los mecanismos de fagocitosis y lisis de otra, de tipo IgE, ocasiona broncoespasmo y eosi-
los macrófagos o los polimorfonucleares, o bien nofilia. El cuadro que produce, denominado
porque las esporas no llegan al alvéolo pulmonar aspergilosis broncopulmonar alérgica, es cróni­
y pueden dar origen a los tubos germinativos co, evoluciona por brotes y después de cada epi­
en la luz bronquial o en el interior de una cavi­ sodio agudo se produce un aumento de la fibrosis
dad preformada. Las fallas de la fagocitosis se pulmonar, lo que da origen a insuficiencia respi­
observan en los enfermos neutropénicos, en su ratoria.
mayoría leu cém icos tratados con fárm acos Por último, las esporas de Aspergilliis pueden
antiblásticos y corticosteroides, en los recepto­ llegar a una cavidad pulmonar preformada y ta­
res de trasplantes de médula ósea y en pacientes pizada de epitelio, como sucede en las cavidades
con enfermedad granulomatosa crónica. Estas tuberculosas residuales, en los quistes congéni-
afecciones dan origen a la aspergilosis invasora tos y en las bullas de enfisema. Las esporas ger­
aguda, una forma clínica que comienza en los minan en el interior de la cavidad; en consecuen­
pulmones o en los senos paranasales. Luego las cia, en la luz y las paredes crecen masas fúngicas
hifas invaden las arteriolas, lo que produce trom­ no invasoras. Se produce así la aspergilosis intra-
bosis en ellas, necrosis en los tejidos adyacentes cavitaria, que en los casos más típicos genera una
y da lugar a la aparición de embolias sépticas con bola fúngica.
metástasis en otros órganos. Puede haber fallas
más leves de los mecanismos de la fagocitosis,
ANATOMÍA PATOLÓGICA
en general producidas por una cooperación defi­
ciente entre el linfocito T CD4+ y los macrófa­ Varía considerablemente según las diferentes
gos. Esto es lo que se observa en pacientes de formas clínicas. En la aspergilosis invasora las
edad avanzada con fibroenfisem a pulmonar, hifas penetran en las arteriolas, donde forman
neoplasias sólidas o corticoterapia crónica en trombos, producen necrosis e infartos hemorrá-
dosis bajas, también en infectados por HIV. En gicos en los tejidos vecinos, y originan una res­
estos casos se produce una invasión del parén- puesta inflamatoria aguda, inespecífíca y habitual­
quima pulmonar peribronquial, que determina mente débil a causa de la neutropenia. En la
una respuesta inflamatoria crónica con necro­ aspergilosis necrotizante o semiinvasora se obser­
sis ca seo sa y la form ación de granulom as van zonas de necrosis caseosa o supurativa, rodea­
epitelioides en torno de las hifas invasoras. Esta das por granulomas epitelioides con células gi­
forma clínica, llamada aspergilosis necrotizante gantes y reacción linfoplasmocitaria en la perife­
o semiinvasora, puede observarse en los pulmo­ ria, sin invasión vascular. En la forma broncopul­
nes y, con menos frecuencia, en los senos para- monar alérgica se comprueba vasculitis, áreas con
nasales. Se diferencia de la aspergilosis invasora infiltrados de eosinófilos, tapones o moldes bron­
aguda en que no compromete las arteriolas ni quiales con atelectasia del parénquima pulmonar.
origina focos metastásicos. Su curso crónico al­ En ia aspergilosis intracavitaria la caverna pre­
tera en forma discreta el estado general y cuando formada está revestida por epitelio bronquial o
se localiza en los pulmones, provoca un cuadro plano estratificado. En la pared y en la zona pul­
seudotuberculoso. monar vecina hay una fibrosis marcada y se ob­
En las personas atópicas, las esporas de Asper- serva una reacción inflamatoria inespecífíca, de
güliis quedan retenidas en la secreción hipervis- evolución crónica, con capilares de neoformación
cosa de los bronquios y no son eliminadas por y hemorragias focales.
los movimientos ciliares y la tos. Por consiguiente En todos los tipos de aspergilosis se comprue­
germinan en la luz bronquial, lo que determina ba la presencia de filamentos hialinos, ramifi­
la formación de tapones. Los antígenos de estas cados y tabicados, de 6 jim de diámetro y ramifi­
hifas retenidas en los bronquios generan una do­ caciones dicotómicas. Estas hifas toman un co­
Capítulo 73 - A spergilosis □ 603

lor marrón oscuro o negro con la metenamina de bajas, tumores sólidos, irradiación, etc.). La ra­
plata de Grocott y aparecen con un color rojo con diografía de tórax muestra infiltrados pulmo­
el PAS. nares biapicales con formación de cavidades.
Además se han observado casos de aspergilosis
sinusal semiinvasora, con rinorrea purulenta, fie­
MANIFESTACIONES CLÍNICAS
bre, cefalea, obstrucción nasal y opacificación
Se considerarán las siguientes formas clínicas radiológica de varios senos paranasales. Los es­
de aspergilosis: tudios tomográficos exhiben destrucción ósea y
tendencia invasora hacia la base del encéfalo.
• Invasora aguda. En los pacientes con sida este tipo de aspergi­
• Semiinvasora. losis sinusal se comprueba con poca frecuencia
• Broncopulmonar alérgica. y aún más rara es la forma pulmonar sem iin­
• Intracavitaria. vasora. En estos pacientes la evolución suele ser
subaguda y con frecuencia fatal. En los restan­
Aspergilosis invasora aguda tes, el curso es crónico y controlable.
Se presenta con fiebre acompañanda con infil­
trados pulmonares en pacientes neutropénicos Aspergilosis broncopulmonar alérgica
con antecedentes de leucemias, linfomas, tras­ Esta forma clínica se presenta en pacientes ató-
plante de médula ósea, enfermedad granulo- picos con antecedentes de crisis asmáticas u otras
matosa crónica o aplasia medular de origen tóxi­ afecciones alérgicas del aparato respiratorio. Evo­
co. La fiebre es refractaria al tratamiento con luciona en forma intermitente, con episodios ca­
antibacterianos y puede acompañarse con tos, racterizados por fiebre, disnea, tos, expectoración
hemoptisis, dolor torácico y derrame pleural he- mucopurulenta, a veces hemoptoica, sibilancias,
mático. Los estudios tomográficos muestran in­ estertores subcrepitantes e infiltrados pulmonares
filtrados, al principio homogéneos y más tarde de ubicación cambiante en pocos días. Con menor
excavados, que a veces dan origen a la forma­ frecuencia se comprueban atelectasias que afec­
ción de una bola fúngica aguda. Las lesiones tan áreas de extensión variable. La administración
pulmonares pueden coexistir con compromiso de de corticosteroides limita la extensión del episodio
los senos paranasales, en forma de una pansi- y alivia los síntomas. Cada recaída deja tras de sí
nusitis necrosante que tiende a la destrucción cierto grado de fibrosis pulmonar y bronquiec-
ósea. Cuando los pacientes recuperan los neutró- tasias proximales. Los exámenes complementarios
filos, y en la enfermedad granulomatosa crónica, muestran eosinofilia sanguínea y en la expectora­
pueden producirse nódulos abscedados, abscesos ción se comprueba la presencia de cristales de
subcutáneos y lesiones de la piel, semejantes a Charcot-Leyden, espirales de Curshman, eosinó-
las producidas por bacterias, que determinan el filos y filamentos de Aspergillus. En el esputo pue­
ectima gangrenoso. Estas lesiones son muy im­ den verse tapones o moldes bronquiales, como pe­
portantes porque las muestras provenientes de queños cilindros pardos de 2 o 3 mm de largo.
ellas permiten confirmar el diagnóstico. Su cur­ La evolución de esta afección es prolongada y
so es rápido, se mide en días, y en más del 80 % conduce a la insuficiencia respiratoria crónica.
de los casos es fatal.
Aspergilosis intracavitaria
Aspergilosis semiinvasora Lo más característico de esta forma clínica son
Consiste en un cuadro pulmonar seudotuber- los antecedentes de una cavidad intratorácica pre­
culoso, con un síndrome de impregnación toxiin- existente. Esta puede ser pulmonar, bronquial y,
feccioso, tos, expectoración purulenta, hemopti­ con mucho menor frecuencia, pleural; debe te­
sis y disnea de esfuerzo. Los pacientes son adul­ ner contacto con el exterior, a través de uno o
tos de más de 50 años con antecedentes de enfer­ más bronquios de drenaje, y por lo general pre­
medad pulmonar obstructiva crónica y causas de senta más de 4 cm de diámetro. Cuando se insta­
inmunodepresión leve (corticosteroides en dosis la la infección los pacientes refieren tos, expec-
604 □ Cuarta parte - Infecciones micóticas y por algas

toración purulenta y hemoptisis. En la radiogra­ formas intracavitarias, semiinvasoras y, en me­


fía de tórax se observa una modificación en la for­ nor medida, de las broncopulmonares alérgicas.
ma de la cavidad, caracterizada por aumento o dis­ El índice de positividad es superior al 90% para
minución del tamaño, aparición de un nivel líqui­ las dos primeras y sólo del 70% en el último caso.
do, engrosamiento de las paredes y, en forma más En la aspergilosis invasora aguda, debido a su
tardía, formación de una bola fúngica cuya ubica­ curso rápido y a la inmunosupresión de los pa*
ción cambia al variar la posición del paciente (sig­ cientes, no puede demostrarse la presencia de
no del cascabel de los autores franceses). La re­ anticueipos. En estos casos mediante anticuerpos
percusión sobre el estado general suele ser escasa. monoclonales, ELISA o aglutinación de partícu­
En oportunidades se refiere hipeitermia vesperti­ las de látex, se ha comprobado la presencia de
na, pérdida de peso y, con frecuencia, anemia pro­ una glucoproteína de la pared celular de A .futtih
vocada por la hemoptisis. Esta última constituye gafus en la orina concentrada o en el suero. De
el elemento más importante del cuadro clínico, al todos modos, la confirmación diagnóstica de las
condicionar la evolución de la enfennedad así formas invasoras agudas es muy difícil, por lo que
como la muerte de los pacientes. hay que instaurar tratamiento em pírico con
anfotericina B en todo paciente neutropénico con
más de 5 días de fiebre y ausencia de respuesta a
DIAGNÓSTICO
los antibacterianos, en especial si presenta infil­
En las formas pulmonares los materiales útiles trados pulmonares, derrame pleural y hemoptisis.
para el diagnóstico son la expectoración, las se­ Debido a las dificultades de diagnóstico de las
creciones broncoaspíradas, las biopsias pulmona­ formas invasoras agudas, los expertos han llega­
res y las piezas quirúrgicas. En el examen micros­ do a un acuerdo para clasificar a estos pacientes
cópico directo de la expectoración o de las secre­ en tres categorías de acuerdo al grado de certeza
ciones bronquiales, la presencia de filamentos hia­ del diagnóstico: posible, probable y probada.
linos, ramificados y tabicados, tiene gran valor Micosis posible: presenta factores de riesgo y fie­
diagnóstico. En estos casos los cultivos suelen pre­ bre sin respuesta a antibióticos. La m icosis pro­
sentar el desarrollo de numerosas colonias de una bable presenta los dos hallazgos anteriores y suma
especie de AspergiUus. En más del 90% de los ca­ la com probación de im ágenes pulmonares o
sos el ügerut os A. fum igatus, seguido por A. flavuSy extrapulmonares compatibles con aspergilosis y
A. niger y otras especies. En raras ocasiones pue­ alguna prueba de laboratorio com o antígeno
de haber más de una especie como agente causal; galactomanano o histopatología positiva sin cul­
la combinación más común es A .fu m ig a tu s y A. tivos. Finalmente, se considera probada cuando
flavus. En el líquido pleural o en las biopsias pul­ además de los factores de riesgo, la clínica y los
monares, el desarrollo de una especie ú tA sp erg i- estudios por imágenes son compatibles, se en­
llus es evidencia suficiente para el diagnóstico. cuentran hifas que invaden los tejidos y cultivos
Los estudios histopatológicos de biopsias o pie­ positivos para una especie de AspergiUus.
zas quirúrgicas, como también de inclusiones de En los pacientes con formas broncopulmonares
esputo, permiten ver filamentos no pigmentados, alérgicas, la prueba cutánea con aspergilina pro­
tabicados y con ramificaciones dicotómicas, o la duce una respuesta urticariana a los 15 minutos, y
formación de densos conglomerados de hifas que la aparición de una pápula vasculítica en 2 a 4 ho­
constituyen las bolas fúngicas. Estos hallazgos ras.
por lo general se consideran característicos de la Para las lesiones extrapulmonares es aconseja­
aspergilosis, pero también están presentes en otras ble realizar biopsias o punciones destinadas a
afecciones fúngicas producidas por hongos de los exámenes microscópicos y cultivos.
géneros Fusarium , Pseudallescheria y otros.
La demostración de anticuerpos de tipo IgG e
DIAGNÓSTICO DIFERENCIAL
IgM por medio de las reacciones de inmunopre-
cipitación (inmunodifusión y contrainmunoe- El cuadro clínico de la aspergilosis invasora
lectroforesis) es útil para el diagnóstico de las aguda es idéntico al producido por M ucorales,
r
\
C apítulo 73 - A spergilosis □ 605
(

fu sarium y PscudaÜescheria. Las formas semiin- Otro antifúngico empleado con éxito en casos i
vasoras son semejantes a la tuberculosis pulmonar de aspergilosis invasora aguda que no respondie­
excavada, a la histoplasmosis pulmonar crónica ron o no toleraron los medicamentos habitualmente
y a la coccidioidom icosis cavitaria. La forma empleados en esta enfermedad, es el acetato de
broncopulmonar alérgica debe diferenciarse de caspofungina. Esta droga se aplica únicamente por
otras causas de asma bronquial grave y de los vía venosa, la dosis inicial es de 70 mg/día y las «
infiltrados eosinófilos producidos por las migra­ subsiguientes de 50 mg/día.
ciones de larvas de parásitos hacia los pulmones. En las formas semiinvasoras se indica itracona­ (
La aspergilosis intracavitaria es idéntica a las zol, 200 a 400 mg/día durante 6 meses con muy
bolas fúngicas producidas por Pseudallescheria buenos resultados. Este tratamiento también es f
y otros hongos filamentosos. útil para la aspergilosis broncopulmonar alérgica (
Las sinusitis se diferenciarán de otras causas que asociado con corticosteroides facilita remi­
de sinusitis crónica y de la mucormicosis rino- siones muy prolongadas. Las formas intracavi- ((
sinuso-órbito-cerebral. tarias sólo responden en forma parcial. Si no es
posible una solución quirúrgica, el itraconazol, <
200 a 300 mg/día por períodos de 6 a 12 meses
PRONÓSTICO
se asocia con mejoría clínica en casi la totalidad
Varía mucho con la forma clínica. En las inva- de los casos, pero sólo en el 60% los cultivos de <
soras agudas la tasa de mortalidad es muy eleva­ la expectoración se hacen negativos.
da; las semiinvasoras suelen responder bien al Los tratamientos quirúrgicos de las formas in- (
tratamiento con itraconazol, mientras que en las tracavitarias son lobectomías, neumonectomías,
formas broncopulmonares alérgicas la asociación toracocavernostomías y toracotomías a lo Mo- X
de itraconazol y corticosteroides ha mejorado naldi (pequeñas, de 2 cm de diámetro), a fin de
mucho el pronóstico. En la aspergilosis intraca- insertar un catéter que permita instilar fármacos
í
vitaria la evolución es impredecible y depende antifúngicos dentro de las cavidades. í
de las hemoptisis; si hay una lesión solitaria y es
posible la cirugía, el pronóstico es favorable.
PROFILAXIS
4
En las habitaciones de los pacientes neutro- (
TRATAMIENTO
pénicos hay que evitar la presencia de vegetales
En la aspergilosis invasora aguda el tratamien­ crudos, ya sea alimentos u ornamentos florales.
C
to de elección es la anfotericina B por vía intra­ Estos pacientes deben alejarse de las obras en f
venosa. Deben alcanzarse, tan rápido como fuere construcción o de remodelaciones edilicias y es
posible, las dosis eficaces de 0,8 a I mg/kg/día. El necesario controlar los equipos de aire acondi­ ■t
tratamiento se mantendrá hasta completar 2 a 2,5 cionado o de filtración de aire. La internación en
g en total. En casos de resistencia o intolerancia una habitación con flujo laminar es muy costosa t
se justifica el empleo de la anfotericina B liposó- y no se justifica en función de la relación costo-
(
mica, en dosis de 4 mg/kg/día. La mayor limita­ beneficio. Recordar la recomendación de no usar
ción de este tratamiento es su costo elevado. Re­ duchas ni WC durante la internación. (
cientemente, se incorporó un nuevo triazólico, el En los receptores dé trasplantes alogénicos de
voriconazol, que puede ser administrado por vía médula ósea se indica la profilaxis primaria anti- (
oral o itravenosa. Es considerado por muchos ex­ fúngica con anfotericina B desoxicolato a razón
pertos como el tratamiento de elección, aunque de 0,7 mg/kg/día o anfotericina B liposómica en (
el número de pacientes tratados es escaso. Se ini­
cia con la administración por vía intravenosa de
dosis de 3 mg/kg/día, durante el periodo de neu-
tropenia. En algunas instituciones se indica tam­
í
6 mg/kg/cada 12 horas, en los días subsiguientes se bién profilaxis primaria para pacientes con leuce­ (
reduce la dosis a 4 mg/kg/cada 12 horas y cuando mia mieloide aguda o linfoblástica aguda que se
el enfermo está clínicamente compensado, se pasa encuentren recibiendo quimioterapia antiblástica. <
a la vía oral a razón de 200 mg cada 12 horas. En estos casos se recomienda la solución oral de
c
(
(
í
(•
(É 608 □ Cuarta parte • Infecciones micóticas y por algas

itraconazol a razón de 5 mg/kg/día o 400 mg/día, tra que más dei 8 % de los pacientes sometidos a
ÍÉ
en dos tomas alejadas de las comidas. Esta profi­ una determinada circunstancia de riesgo presen­
ü laxis comienza tres días antes de la neutropenia ta aspergilosis invasora.
y se inten umpe siete días después de la recupe­ La detección oportuna de la tuberculosis redu­
ÍÉ ración del número de neutrófilos. La indicación cirá significativamente el número de pacientes con
de profilaxis primaria antifúngica es una deci­ cavidades residuales o cavernas detergidas, que
u sión institucional y se justifica cuando se demues­ luego darán origen a la aspergilosis intracavitaria.
ü
a B ib liografía------------------------------------------------------------
€» Consultar al final del capítulo Generalidades de micología médica.

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Esporotricosis
Ricardo Negroni

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DEFINICION foros cortos, dispuestos a los lados de las hifas o


en el extremo distal de esporóforos más largos y
La esporotricosis es una m icosis habitualmen­ simples, donde se ubican en forma radiada.
te subcutánea y de los vasos linfáticos y es cau­ En agar infusión de cerebro y corazón con S%
sada por un hongo dimorfo llamado Sporothrix de sangre, incubados a 37®C en una atmósfera
schenckii. Es una infección aguda o crónica que con el 5% de CO^, produce la fase de levadura.
afecta al hombre y a otros mamíferos. Por lo ge­ Las colonias son pastosas, plegadas y están inte­
neral se presenta como una linfangitis nodular, gradas por elementos levaduriformes alargados
supurativa o gomosa, o como placas cutáneas ve­ y con un solo brote.
getantes.
EPIDEMIOLOGIA
ETIOLOGÍA
S. schenckii se ha aislado de diversos vegeta­
Sporothrix schenckii se presenta en los tejidos les enmohecidos, maderas y suelos. Se ha seña­
parasitados como elementos levaduriformes que lado que las temperaturas de 25®C a 27®C en con­
producen una blastoconidia en forma de cigarro diciones de humedad elevada favorecen el desa­
habano o navecilla; ésta mide 7 a 8 jim de largo rrollo de este hongo en la naturaleza. Las condi­
por 1,5 a 2 |.im de ancho y se tiñe de violeta con ciones climáticas registradas en las áreas endé­
la coloración de Gram. En los cortes histológicos micas son, sin embargo, muy variables y su distri­
toma el color rojo con PAS y el marrón oscuro bución geográfica es universal. Predomina en
con metenamina de plata. En las lesiones huma­ climas templados o cálidos, pero puede encon­
nas su número suele ser muy reducido y con fre­ trarse tanto en llanuras húmedas como en alti­
cuencia pasa inadvertido. A veces se presenta planicies moderadamente áridas, como en M éxi­
como una levadura brotante, hematoxilinofflica, co. La esporotricosis ha sido señalada en diver­
rodeada de radiaciones acidófilas que forman los sas especies de animales, entre los que se inclu­
cuerpos asteroides de Splendore. yen mamíferos, aves y delfines. Es más frecuen­
Los cultivos en agar glucosado de Sabouraud te en la rata, los equinos, el perro y el gato. Se ha
o lactrimel, incubados a 28®C, producen la fase demostrado que las hormigas, las moscas y las
micélica del hongo. Al inicio las colonias son li­ crines de los caballos pueden actuar como vec­
sas, grisáceas y opacas, con surcos radiados; lue­ tores y producir infecciones en el hombre.
go se hacen vellosas y pigmentadas de color par­ La mayoría de los pacientes refiere traumatis­
do. El micelio filamentoso es hialino, fm o, tabi­ mos con espinas, astillas o restos de juncos antes
cado y forma conidias que nacen sobre esporó- de la aparición de la enfermedad, lo que refuerza
608 □ Cuarta parte - Infecciones micóticas y por algas

la importancia de los vegetales com o fuente de libres, en las zonas de supuración o en el interior
infección. También se han producido casos por de las células gigantes. Para facilitar su visuali-
la caza del armadillo (habitual en la Argentina y zación puede hacerse una digestión previa de los
el Uruguay), por mordedura de ratas o de iguanas, tejidos con diastasa y después teñir la prepara­
y por traumatismos con objetos inanimados. Se ción con las técnicas de PAS o Grocott.
han descripto microepidemias familiares o labo­
rales al exponerse varias personas a una misma
MANIFESTACIONES CLÍNICAS
fuente de infección.
La esporotricosis aparece a cualquier edad y Se aceptan las siguientes formas de presenta­
en ambos sexos casi por igual. La diferencia en­ ción de la esporotricosis:
tre sexos se debe con exclusividad al contacto
con la fuente de infección. Se ha comprobado la • Esporotricosis cutaneolinfática (linfangítico
existencia de infecciones asintomáticas en las nodular).
áreas endémicas. Son personas con las pruebas • Esporotricosis fija o dermoepidémica.
cutáneas de esporotriquina positivas, que no re­ • Esporotricosis pulmonar.
gistran antecedentes de la enfermedad. • Esporotricosis diseminada.

Esporotricosis cutaneolinfática
PATOGENIA
Es la manifestación clínica de la primoinfección
La infección por 5. schenckii puede producirse cutánea y constituye el ejemplo típico del sín­
por vía transcutánea o inhalatoria. Las conidias drome chancriforme o síndrome linfangítico no­
se transforman en elementos levaduriformes que dular. En 15 a 30 días después del contacto infec­
son fagocitados por los neutrófílos y luego por tante, en el sitio de la penetración se produce un
los macrófagos. Se originan granulomas mixtos, pequeño nódulo. Éste aumenta de tamaño, se re­
supurativos y epitelioides, que limitan la exten­ blandece en la parte central, se adhiere a los pla­
sión de la infección. Ésta se propaga por vía lin­ nos superficiales y luego se ulcera. La úlcera tie­
fática y, en casos excepcionales, por el torrente ne bordes bien definidos y se cubre con una cos­
sanguíneo, lo que origina formas diseminadas de tra serohemática, que al ser removida deja ver un
esporotricosis. Éstas se comportan como afeccio­ fondo granuloso. Al cabo de dos semanas se for­
nes oportunistas en personas desnutridas, alco­ ma una serie de nódulos satélites que siguen el
hólicos, diabéticos y, en época más reciente, en trayecto de un tronco linfático hasta los ganglios
afectados por la enfermedad por HIV. Estos da­ que drenan la zona afectada. Estos nódulos se­
tos marcan la importancia de la inmunidad me­ cundarios tienen una evolución semejante a la del
diada por células como mecanismo defensivo. En chancro primario, sólo que el período de nódulo
la epidemia de Transvaal, que se produjo entre reblandecido es más prolongado y la punción de
mineros sudafricanos bien nutridos, no se obser­ uno de estos elementos da salida a una secreción
vó ningún caso de esporotricosis diseminada. gomosa. Los ganglios regionales aumentan de
tamaño pero no se reblandecen ni ulceran. La
evolución de este proceso es crónica, no afecta
ANATOMÍA PATOLÓGICA
el estado general del paciente y habitualmente
La esporotricosis produce la formación de un no tiende a curarse en forma espontánea. Las le­
granuloma mixto, con necrosis central supurativa siones suelen situarse en los miembros superio­
o gomosa, una zona media epitelioide, con macró­ res de los adultos, en la cara en los niños y, con
fagos y células gigantes, y una parte periférica menor frecuencia, en otras partes del cuerpo, en
con linfocitos y células plasmáticas. En los ca­ especial en los miembros inferiores y el tronco.
sos crónicos hay fibrosis colágena. Los agentes
causales son muy escasos en las lesiones del ser Esporotricosis fija o dermoepidérmica
humano; pueden verse bajo el aspecto de cuer­ Es el resultado de la reinfección cutánea en un
pos asteroides o con la clásica forma de habanos huésped con inmunidad parcial. N o se produce
T
<4
C apítulo 74 - Esporotricosis □ 609

(i
la linfangitis nodular. La lesión cutánea es única, en especial las rodillas. El ataque puede ser loca­
localizada y de evolución prolongada, a veces du­ lizado o poliarticular. Este último, más la pre­ ((
rante años. Se sitúa con frecuencia en la cara y sencia de lesiones cutáneas múltiples en forma
los miembros superiores. Su aspecto clínico es de tubérculos, nódulos o gomas, se observa con
muy variable, pero en general adquiere la forma frecuencia en pacientes con linfomas, en recep­
de placa verrugosa, con bordes elevados, vege­ tores de trasplantes, en individuos tratados con
(k
tantes, semejantes a la tuberculosis verrugosa u corticosteroides, en diabéticos descompensados 'I
otras infecciones similares. Pocas veces se pre­ y en pacientes con enfermedad por HIV. Las al­
senta como lesiones ulceradas, lupoides, impeti- teraciones observadas son propias de una artritis <
ginoides o erltematoescamosas. Estas formas son crónica. El compromiso del SNC, que es muy
más comunes en las zonas de alta endemicidad y raro, consiste en el cuadro típico de una menin­
por lo general representan el 25% de los casos. gitis crónica linfocitaria con predominio del ata­
'(
que basal, como la observada en la tuberculosis
Esporotricosis pulmonar y otras micosis sistémicas. El LCR es claro, con
Es una eventualidad rara en casi todo el mun­ hiperproteinorraquia y pleocitosis linfocitaria. El
do. Se trata de una forma clínica endémica en el ataque ocular, poco común en estas formas dise­ l
centro-este de los Estados Unidos. Se han com­ minadas, origina endoftalmitis. Se han registra­
probado infecciones pulmonares asintomáticas, do casos de endoftalmitis, sinusitis necrosante y <
con manifestaciones radiológicas que consisten
en el agrandamiento de los ganglios del hilio pul­
celulitis orbitaria en pacientes diabéticos descom­
pensados.
í
monar. Las infecciones sintomáticas son sem e­ (
jantes a una neumonía bacteriana, pero en la ra­
DIAGNÓSTICO
diografía se observan adenomegaiias biliares pro­ C
minentes. Estos procesos primarios suelen in- Los materiales pueden obtenerse por punción
volucionar en forma espontánea. de los nódulos cerrados o por biopsias de las úl­ c
La esporotricosis pulmonar crónica es patrimo­ ceras cutáneas.
(
nio de personas del sexo masculino, alcohólicos El exam en m icroscópico de los preparados
o diabéticos, y con procesos pulmonares previos. histopatológicos permite observar la presencia de
La signosintomatología es semejante a la de la cuerpos asteroides en la tinción con hematoxilina-
tuberculosis fibrocaseosa del adulto o la histo- eosina, pero su aparición es muy poco constante. (
plasmosis cavitaria. La radiografía muestra in­
filtrados biapicales y heterogéneos que se cavitan.
Las tinciones con PAS o Grocott, previa diges­
tión con diastasa, muestran un número reducido c
Las cavidades son de paredes finas y están ro­ de elementos parasitarios. El estudio de extendi­ (i
deadas por nódulos o infiltrados difusos. La evo­ dos teñidos con Gram o Giemsa sólo raras veces
lución de este proceso es muy crónica y puede da resultados positivos. Hay un conjugado espe­
dar origen a focos secundarios m eiastásicos
extrapulmonares.
cífico para el diagnóstico por inmunofluores-
cencia directa, aplicable tanto a extendidos como á
En algunos casos la esporotricosis pulmonar ha a cortes histológicos, pero sólo se lleva a cabo en
sido originada por la propagación hemática des­ laboratorios de referencia. El diagnóstico de cer­
%
de otros focos de infección. Esto sucede en las teza surge del resultado de los cultivos, que se i
esporotricosis multifocales, en las cuales las le­ obtienen con facilidad en agar glucosado o agar-
siones pulmonares pueden pasar clínicamente miel de Sabouraud a 28®C, y agar-cisteína-san- %
inadvertidas, aunque evidenciables en el estudio gre incubados a 37®C. El empleo de estos dos sis­
radiológico. Se presentan como nódulos miliares temas de cultivo permite observar las dos formas i
o infiltrados intersticiales difusos. de este hongo: micélica y levaduriforme. Los cul­
t
tivos pueden inocularse por vía intratesticular al
Esporotricosis diseminada cobayo o a la rata, o en la almohadilla plantar del i
Las lesiones articulares, que son las más fre­ ratón. Se obtendrá así la reproducción de la in­
cuentes, comprometen las grandes articulaciones, fección, en la cual es posible observar numero- (
i
(
612 □ Cuarta parte - Infecciones micólicas y por algas

infección, que es exógena, se sitúa en la natura­ Mucormicosis rinosinusoorbítocerebral


leza, como ya se señaló. Es un proceso de evolución aguda que se pre­
La aparición de casos clínicos está condicio­ senta en pacientes con acidosis metabólica por
nada por los factores predisponentes, pero no hay diabetes, uremia, deshidratación y en los gran­
predominio de sexo ni de edad. des quemados. Su aparición es menos común en
leucémicos o en individuos tratados con fármacos
inmunosupresores (azatioprína). La infección se
PATOGENIA
inicia en la mucosa nasal, los cornetes o los se­
La mucormicosis se presenta en pacientes con nos paranasales, y ocasiona una pansinusitis uni­
acidosis metabólica de diversos orígenes: diabe­ lateral, de curso rápido y necrotizante. La secre­
tes juvenil insulinodependiente, uremia, diarreas ción nasal es viscosa, sanguinolenta y puede acom­
con deshidratación, ingestión de aspirina y otros. pañarse con trozos de tejido necrótico. A veces se
Ciertas afecciones o tratamientos inmunodepre- visualizan escaras necróticas en la mucosa nasal y
sores también facilitan su aparición: leucemias, lin- palatina o en la piel de la cara. Luego la infec­
fomas, agranulocitosis y tratamientos con corti- ción progresa hacia la órbita, donde provoca ce-
costeroides o con inmunodepresores. Otro factor lulitis orbitaria con dolor, tum efacción de la
predisponente es el uso de un quelante del hierro, hemicara correspondiente, proptosis, pérdida de
la desferrioxamina, habitualmente utilizada en pa­ la visión y oftalmoplejía. La progresión por con­
cientes sometidos a hemodiálisis. Todas estas cir­ tigüidad puede producir la trombosis del seno
cunstancias condicionan una disminución del nú­ cavernoso y, eventualmente, un absceso en el ló­
mero o de la funcionalidad de los fagocitos, tanto bulo frontal. La arteritis infecciosa, debido a la
neutrófilos como macrófagos, que son los respon­ progresión del hongo por los endotelios vascu­
sables de la fagocitosis y lisis de las esporas inha­ lares, puede ocasionar áreas de necrosis isquémi­
ladas. En consecuencia, las esporas son capaces ca cerebral. Estas localizaciones son causa de
de germinar en los tejidos y sus hifas invaden los cefalea, convulsiones, pérdida de la conciencia
vasos sanguíneos, en una forma semejante a como y, en los casos más graves, de muerte.
lo hacen los filamentos áeAspergillus. Las arterio- El ataque cerebral no se produce en todos los
las afectadas producen émbolos sépticos que dise­ casos, es cronológicamente el último en apare­
minan la infección a distancia y la obstrucción de cer y puede evitarse mediante un tratamiento
su luz origina necrosis isquémica en la vecindad. médico eficaz.

Mucormicosis pulmonar
ANATOMÍA PATOLÓGICA
Esta forma clínica se observa en pacientes con
Los mucorales producen hifas gruesas no tabi­ leucemias o linfomas, con frecuencia en presen­
cadas, de diámetros irregulares y ramificaciones cia de la pancitopenia que produce el tratamien­
con orientación variable. Estos filamentos inva­ to de esas afecciones. La evolución es aguda, con
den las arteriolas, lo que provoca en éstas vascu- síntomas y signos de bronquitis, neumonía o in­
litis y trombosis. La reducción de su luz origina farto séptico de pulmón. Las manifestaciones
la necrosis isquémica de los tejidos irrigados. Se radiológicas son similares a las observadas en la
producen, además, hemorragias y reacciones in­ aspergilosis pulmonar invasora aguda, con infil­
flamatorias agudas inespecíficas con infiltrados trados nodulares o neumónicos, cavidades con
de polimorfonucleares. Los filamentos toman mal bolas micóticas y derrame pleural. La disemina­
la coloración de PAS y se tiñen de marrón oscuro ción de la infección hacia otros órganos es fre­
o negro con la metenamina de plata de Grocott. cuente. Su diagnóstico en vida es poco común y
lo habitual es que sea un hallazgo de autopsia.
MANIFESTACIONES CLÍNICAS
Mucormicosis gastrointestinal
Serán estudiadas según las distintas localiza­ Se presenta en niños con desnutrición grave o
ciones. en adultos con fiebre tifoidea u otras causas de
C apítulo 75 - M ucorm icosis O 613

gastroenteritis infecciosa. La infección se produ­ Los métodos serológicos no se practican en for­


ce por la ingestión de alimentos contaminados y ma rutinaria para el diagnóstico de esta afec­
las lesiones se sitúan en el estómago o en el co* ción.
Ion, son ulcerosas, necróticas y pueden producir
perforación del intestino con peritonitis secunda­
DIAGNOSTICO DIFERENCIAL
ria. Hay dolor abdominal, fiebre, diarrea, melena
o enterorragia, peritonitis y shock. Puede disemi­ Incluye otras infecciones necróticas produci­
narse hacia otros órganos, con evolución fatal en das por bacterias, hongos del g én tro A sp erg illu s
un alto porcentaje de casos. £1 diagnóstico en vida y virus del herpes simple.
del paciente sólo es posible mediante el estudio
de piezas quirúrgicas.
PRONOSTICO
Mucormicosis cutánea Es una infección grave y, con frecuencia, fatal.
Se observa en diabéticos, politraumatizados o Se curan aquellos pacientes en los que se pueden
en el posoperatorio de intervenciones quirúrgicas compensar las alteraciones metabólicas o las cau­
importantes. También es frecuente en los grandes sas de inmunodepresión.
quemados y la infección se produce por venda­
jes y telas adhesivas contaminadas. Se observan
TRATAMIENTO
zonas de necrosis, flictenas hemorrágicas, pús­
tulas, úlceras y abscesos profundos. El éxito terapéutico se basa en el diagnóstico
precoz, en la compensación de los factores predis­
ponentes, en la remoción de los tejidos necróticos
DIAGNÓSTICO
y en la administración de anfotericina B por vía
Debido al carácter agudo y con frecuencia fa­ intravenosa hasta completar una dosis total de 30
tal de esta enfermedad, es indispensable un diag­ a 40 mg/kg. La anfotericina 6 liposómica puede
nóstico rápido. Las muestras pueden ser secreción estar indicada en los casos que no evolucionan
nasal, esputo, tejidos necróticos removidos, o biop- favorablemente con la forma farmacéutica clási­
sias de piel o de mucosas digestivas. El estudio ca de este antibiótico.
micológico se inicia con el examen microscópico
en fresco, con potasa al 10%, entre portaobjetos y
PROFILAXIS
cubreobjetos. Es posible observar hifas no tabicadas
y de paredes gruesas, con un diámetro medio de Las medidas preventivas sólo están justifica­
10 a 15 }im y ramificaciones irregulares. das en personas que presentan algún factor de
Los cultivos se llevan a cabo en agar glucosado riesgo, com o diabetes, neutropenia y tratamien­
de Sabouraud al que se adicionan antibióticos. Se tos inmunodepresores.
siembran trozos de tejidos cortados con tijera, ya Estas medidas son idénticas a las señaladas para
que la homogeneización de las biopsias con mor­ las aspergilosis: evitar los contactos con los ve­
tero puede destruir y matar las hifas. Se incuban a getales y, en salas de internación, vigilar el siste­
28®C y en 7 a 10 días las colonias alcanzan el gra­ ma de ventilación, utilizar habitaciones con pre­
do de madurez que permite su identificación. Ésta sión de aire positiva y alejadas de las obras de
se realiza por el estudio de los esporangios, las remodelación. Como en el caso de la aspergilosis
esporangiosporas y los cigotes. La histopatología y de otras m icosis angioinvasoras debido a hon­
permite llegar al diagnóstico de mucormicosis sin gos m iceliales, se aconseja que estos pacientes
identificar el agente causal. no usen duchas ni WC durante la internación.

Bibliografía------------------------------------------------------------
Consultar al final del capítulo Generalidades de micología médica.
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Micetomas
Ricardo Negroni

m adura pelleíieri y Streptom yces somaliensis.


DEFINICION
Los micetomas por N ocardia spp producen
Los micetomas son procesos inflamatorios cró­ abundante supuración; los granos son pequeños,
nicos, granulomatosds y supurativos, de aspecto amarillentos y blandos, suelen medir hasta 200 iim
seudotumoral. Se caracterizan por deformar y y su visualización sin lupa es difícil. En el exa­
aumentar el tamaño de la región afectada. Pro­ men microscópico en fresco los granos son arriño-
ducen nódulos, abscesos, zonas de fibrosis con nados, con clavas refringentes y bien destacadas.
consistencia leñosa y trayectos fistulosos. Por En los extendidos teñidos con las técnicas de
estos últimos mana hacia el exterior un material Gram y Kinyoun es muy difícil ver las nocardias.
purulento o serosanguinolento, con granos de Se desarrollan bien en una gran diversidad de
distintos colores, formas y consistencias que son medios de cultivo, como agar glucosado y agar-
microcolonias del agente causal. Esta definición miel de Sabouraud sin antibióticos, Lowenstein-
corresponde a un síndrome que puede ser produ­ Jensen y agar glicerinado al 5%. Su temperatura
cido por Eumycotas (hongos verdaderos), Actino- óptima de desarrollo es 37®C, pero son termófílos
mycetales (tanto aerobios como anaerobios) y y pueden crecer a 43®C, con lo cual se elimina la
Eubacteriales (en particular, Staphylococcus au- flora contaminante. Las colonias se hacen visi­
reus y Pseudomonas aeruginosa). Los textos clá­ bles en 5 a 10 días; son plegadas, de color coral o
sicos de micología sólo incluyen en esta denomi­ naranja, lisas y con un fuerte olor a tierra moja­
nación las afecciones ocasionadas por Eumycotas da. Con el tiempo se cubren de un micelio aéreo
y Actinomycetales aerobios; las infecciones debi­ blanco y yesoso. La identificación de la especie
do a actinom icetos anaerobios se denominan requiere pruebas bioquímicas. El agente más co­
actinomicosis, en tanto que las ocasionadas por mún es N ocardia brasiliensis, seguido por N.
bacterias son botriomicosis o actinofitosis. asteroides y N, otitidiscaviarum .
Los cortes histopatológicos revelan la presen­
cia de granos pequeños, de 100 a 150 |im de diá­
ETIOLOGÍA
metro, con clavas periféricas acidófilas y un con­
El estudio m icológico de los agentes causales tenido central, granuloso, hematoxilinofílico, que
de micetomas es uno de los capítulos más com ­ no permite individualizar los filamentos. Éstos
plejos. Sólo se mencionarán aquí las especies ais­ se ponen en evidencia mediante las técnicas de
ladas con más frecuencia en todo el mundo. metenamina de plata de Grocott (toman el color
Entre los Actinomycetales aerobios se conside­ negro), de Gram-Weigert (se tiñen de violeta) o
rarán los siguientes: Nocarciia brasiliensis, N. oti- de Kinyoun (son acidorresistentes y retienen el
tidiscaviarum , Actinom adura m adurae, Actino- color rojo de la fucsina).
616 Ü Cwar/a porte - Infecciones micóticas y por algas

Los micetomas por Actinom adura y Strepto- entre dos portaobjetos, se fragmentan en trozos
m yces producen escasa supuración. Por las bo­ irregulares, lo que da la sensación de haber que­
cas de las fístulas sale muy poca secreción, los brado un trozo de tiza. En los extendidos se en­
granos son más grandes y de colores variables, cuentran los mismos hallazgos que las dos espe­
según el agente causal. Por lo general el diag­ cies precedentes. En los cortes histopatológicos
nóstico requiere la obtención de biopsias profun­ teñidos con hematoxilina-eosina los granos son
das, que lleguen hasta el plano óseo. ovoides o arriñonados, homogéneos, ligeramente
Actinomadura m adurae es el agente etiológico acidófilos y con hendiduras que se orientan en el
más frecuente de este grupo. Produce granos de sentido del paso de la cuchilla del micrótomo.
1 mm o más, de color blanco-amarillento, polilo- Como los anteriores, estos granos tienen una peri­
bulados y de consistencia pastosa. En extendidos feria radiada y acidófila, luego una faja estrecha
obtenidos por aplastamiento de los granos pueden de filamentos laxos hematoxilinofílicos y una zona
realizarse tinciones de Gram y de Kinyoun. A. central muy abundante en cemento intercelular.
m adurae se presenta como filamentos largos, fi­ Tanto A. pelletieri como S. som aliensis se de­
nos, de menos de 1 |im de diámetro, ramificados, sarrollan bien en los medios de cultivo en los que
grampositivos y no acidorresistentes. crecen las nocardias. A. pelletieri forma colonias
Se desarrolla bien en los mismos medios que plegadas, pastosas, de color rojo rubí y S. soma-
las nocardias; la incubación se lleva a cabo a 37®C liensis produce colonias pequeñas, cerebriformes,
y en 10 a 15 días produce colonias plegadas, li­ de color ocre, que se cubren tardíamente con un
sas y de consistencia pastosa, cuyo color varía vello blanquecino.
desde el blanco-amarillento al rosado. Los agentes causales de micetomas por Eumy-
En los cortes histopatológicos teñidos con cota son muy numerosos. Aquí consideraremos
hematoxilina-eosina, los granos de A. m adurae sólo cinco especies: M adurella grísea, Madurella
son grandes, con forma esférica irregular, poli- m ycetom atis, Pseudallescheria boydii {Scedos-
lobulados, con una parte periférica acidófíla cons­ porium apiosperm un), Fusarium solani (Acremo-
tituida por radiaciones finas m ezcladas con n iu m fa lcifo rm e) y Exophiala jeanselm ei.
neutrófilos; una parte media compacta, intensa­ M adurella grisea produce granos globulosos,
mente hematoxilinofílica, compuesta por una tra­ negros, de menos de 1 mm de diámetro y consis­
ma densa de filamentos que, por su parte más tencia blanda. El examen microscópico en fres­
externa, penetran en las radiaciones acidófilas. La co revela filamentos hialinos o ligeramente pig­
porción más central, también hematoxilinofílica, mentados, ramificados y tabicados, con dilata­
está integrada por una red más laxa de filamentos ciones vesiculosas y escaso cemento intercelular.
bacterianos. El reconocimiento de los granos de En los cortes histopatológicos teñidos con hema­
A. madurae no requiere tinciones especiales. toxilina-eosina los granos son arriñonados, de 500
Actinom adura pelletieri produce granos de 0,5 a 600 Jim de diámetro, poseen radiaciones aci­
a 1 mm de diámetro, de color rojo rubí. En los dófilas en la parte periférica, luego una capa
extendidos muestra las mismas características media de color castaño, con numerosas vesícu­
morfológicas y tintoriales que A. m adurae. En las y escaso cemento y una parte central con una
los cortes histopatológicos montados sin teñir se red de filamentos pardos dispuestos de manera
lo identifica con facilidad por su color rojo. En laxa.
los cortes teñidos con hematoxilina-eosina pre­ En el medio de agar de Sabouraud produce co­
senta una parte central hematoxilinofílica, com ­ lonias que crecen con rapidez a 28®C. Tienen un
puesta por una trama densa de filamentos finos y m icelio velloso de color gris y son negras por el
una porción periférica con radiaciones acidófilas. reverso. El examen microscópico revela dos ti­
Los granos se quiebran en forma irregular al paso pos de hifas, unas delgadas, hialinas y septadas,
de la cuchilla del micrótomo. y otras también tabicadas pero más anchas y con
Streptomyces som aliensis produce granos ovoi­ p igm en to gris. S e observan clam idosporas
des o arriñonados de color ocre, de 700 a 800 |im intercalares o terminales.
de diámetro. Son duros y cuando se los aplasta, M adurella m ycetom atis produce granos gran­
Caprtw/o 7<í - M icetomas □ 617

des, de 1 a 3 mm, negros y duros. En el examen sarrollo rápido, con micelio aéreo abundante y
en fresco se observan filamentos cortos, septados, blanquecino. Los bordes y el reverso presentan w
dilataciones vesiculosas grandes y abundante un pigmento lila o violáceo que se difunde al
cemento intercelular amorfo de color pardo roji­ i
medio de cultivo. Con el tiempo el micelio aéreo
zo. En los cortes histopatológicos teñidos con se hace más corto y pulverulento. El examen c ,
hematoxilina-eosina se ven filamentos radiados, microscópico revela hifas hialinas y ramificadas,
tabicados y poco abundantes, junto a dilatacio­ con clamidosporas intercalares o terminales en C 'i
nes vesiculares muy numerosas, todo ello inclui­ grupos de 2 o 3. Los esporóforos tienen forma de
do en una matriz intercelular amorfa de color fiálide afilada y originan conidias en forma de
pardo.
Se desarrolla bien a 37®C en medios habituales.
salchicha. Las microconidias no son septadas y C'i
las macroconidias, que llegan a tener 30 ^m de
En agar de Sabouraud produce colonias planas, diámetro máximo, presentan 4 o 5 septos. (
de micelio aéreo pulverulento y color ocre, que Exophiala jeanselm ei es agente productor de
por el reverso presentan un pigmento de color cao­ micetomas de granos negros, pequeños, tubulares (
ba que se difunde al medio de cultivo. En el exa­ y huecos. En el examen microscópico se observa
men de microscopía se observan hifas finas y un centro hueco con una zona periférica ocupada ( "
hialinas, junto a filamentos gruesos, pigmenta­ por filamentos cortos de color pardo y cadenas de <
dos y con dilataciones vesiculosas que contienen artroconidias de paredes gruesas y color oscuro.
vacuolas de color ocre. Las esporas son escasas, En el medio de Sabouraud se desarrolla con i
piriformes y asientan sobre un esporóforo simple. rapidez, al principio como una levadura negra,
Forma esclerotes en agar-papa-zanahoria. formando colonias de aspecto mucoso y consis­ í -
Pseitdallescheria boydii es la fase teleomorfa tencia pastosa donde predominan los elementos
(sexuada) de Scedosporium apiosperm un. Produ­ í ■
unicelulares brotantes. Después de 2 o 3 sema­
ce granos claros, esféricos, de 1 mm de diáme­ nas se cubre con un micelio aéreo gris oscuro que <
tro, blandos, que observados con el microscopio presenta colonias con reverso negro. El examen
muestran hifas hialinas con dilataciones vesi­ microscópico acusa la presencia de hifas pardas, <
culosas. En los cortes histopatológicos los gra­ ramificadas y septadas. Los esporóforos son lar­
nos son blanco-amarillentos, ovales o reniformes, gos, simples, septados y en su extremo distal ori­ c
con una parte central, ocupada por hifas hialinas
entrelazadas en forma densa, y otra periférica,
ginan anelosporas ovaladas y pequeñas, que salen
de los puntos fértiles o anélidos. También produ­
c-
compuesta de numerosas dilataciones vesiculo­ ce esporas muy pequeñas a partir de esporóforos c -
sas, sin cemento intercelular y con una corona de rectos y cortos en forma de boca de cañón.
radiaciones acidófílas. (
Los cultivos se desarrollan bien a 28®C o 30®C,
EPIDEMIOLOGÍA (
en agar-miel, lactrimel u otros medios comunes.
Produce colonias de micelio aéreo velloso, abun­ Los micetomas son más frecuentes en el hom­ c
dante. de color gris claro con el reverso también bre que en la mujer, en una proporción de 5:1. La
gris. Las hifas son hialinas, ramificadas y septa­ mayor parle de los enfermos son trabajadores 1
nas, los esporóforos son simples o compuestos rurales o han vivido en el campo y sus edades
en haces paralelos (sinemata) y producen conidias varían entre los 20 y los 50 años. La raza no pa­ t ^
piriformes de color gris. A lgunas cepas son rece ser un factor que incida en la predisposición.
homotálicas y presentan cleistotecios globulosos, Estas afecciones no se transmiten de los anima­
t
oscuros, de 100 a 130 jim, con ascos esféricos les al hombre, ni hay contagio interhumano. Los
que contienen 8 ascosporas ovoides. actinomicetos aerobios y los hongos verdaderos
F u sa riu m so la n i, conocido también com o que causan micetomas viven en la tierra y sobre
Acrem onium falciform e, produce granos blancos, restos de vegetales; en particular astillas, espi­
semejantes a los de P. boydii tanto en su aspecto nas y clavos sirven com o vehículos del agente
macroscópico como microscópico. causal, que penetra a través de la piel.
En medio de Sabouraud forma colonias de de­ Si bien en todo el mundo se han descripto ca­ (t. 1

i
618 □ C/mrtfl/7flr/e • Infecciones mícólicas y por algas

sos de micetomas, su incidencia es mayor en las


ANATOMIA PATOLÓGICA
zonas intertropicales entre los 30°N y los 15°S.
Las especies de Nocardio y Maditrefla grísea son Los micetomas generan una reacción infla­
mds frecuentes en las zonas selváticas o dedica­ matoria crónica poco característica. Tienen una
das al cultivo de caña de azúcar, con precipita­ parte central purulenta, que está en contacto di-
ciones pluviales de 1.000 mm anuales. M adweUa recto con los granos del agente causal, y una por­
m ycetom atis, Aclinom adiira m adurae y Sírep- ción media, con gran cantidad de macrófagos y
tomyccs som oliensis son los agentes etiológicos algunas células gigantes. Estas últimas son más
más comunes en las sabanas y valles serranos de abundantes cuando el agente causal tiene en los
clima semiárido. Las espinas de acacias o arbus­ granos cemento intercelular. En la parte más ex­
tos constituyen la principal fuente de infección. terna hay linfocitos, plasmocitos y fibrosis colá­
Fuera de las zonas tropicales o subtropicales, en gena. Los únicos elementos típicos son los gra­
regiones húmedas se encuentran m icetom as nos, de tamaño, formas y propiedades tintoriales
maduromicóticos pov Fusariiim solani y Pseuda- variables en función del microorganismo causan­
íleschciia boydii. te, con las características que ya han sido enun­
Las regiones de máxima incidencia de mice- ciadas. Los estudios histopatológicos deben in­
tomas son el Africa intertropical, M éxico y Amé­ cluir tinciones con hematoxilina-eosina, PAS,
rica Central, y en América del Sur, en orden de Brown-Brenn (Gram para tejidos) y Kinyoun.
frecuencia, Brasil, Venezuela, Ecuador y la Ar­
gentina.
MANIFESTACIONES CLÍNICAS

PATOGENIA Los micetomas por nocardias progresan con


más rapidez, son extensos y más supurativos. Al
Como ya señalamos, los agentes causales de palparlos predominan los nódulos reblandecidos
micetomas penetran en el organismo humano a y al ejercer presión de las fístulas mana una se­
través de la piel. Los microorganismos capaces creción abundante, purulenta o hemorrágica. La
de producir este cuadro clínico son termófilos, invasión ósea es común; las imágenes radiográ­
lo que les permite desarrollarse a temperaturas ficas permiten comprobar la presencia de nume­
de 35‘*C a 38®C. Además pasan por un proceso de rosas lesiones osteolíticas de dimensiones redu­
adaptación para resistir los mecanismos defensi­ cidas. La localización habitual de éstas es en los
vos del huésped. miembros inferiores, en especial en los pies, pero
Hs muy probable que no toda persona infecta­ también pueden situarse en los miembros supe­
da se enferme. En ratones se ha comprobado que riores, el dorso o las paredes del tórax.
para desarrollar micetomas experimentales es Los micetomas producidos por Aciinom adura
necesario un déficit de linfocitos T CD4+. Es y Síreptom yces son de evolución crónica poco
común que los pacientes presenten antecedentes secretantes; al palparlos predominan los nódulos
(le alcoholismo o desnutrición. Los micetomas indurados y la fibrosis, las bocas de las fístulas
progresan por contigüidad sin respetar barrera son poco salientes y suelen reepitelizarse. La in­
anatómica alguna. En el África también se des­ vasión ósea es muy común, con producción de
cribe la propagación por vía linfática, en espe­ grandes zonas de osteólisis (geodas) y neofor-
cial de los micetomas de los pies hacia los gan­ mación ósea a partir del periostio. La secreción
glios del triángulo de Scarpa. Esto no es frecuen­ que mana de las fístulas es escasa, purulenta o
te en América del Sur. La respuesta inflamatoria serosanguinolenta. Los granos son escasos, en
es semejante a la ob.<?ervada en otras micosis pro- general grandes y de colores variables, según el
í'iuulas de hospederos inmunocompetentes. A una agente causal. Se localizan con mayor frecuen­
primera etapa supurativa le sigue con rapidez un cia en los pies y, en orden decreciente de inci­
granuloma mixto, epitelioide y purulento, con una dencia, en las piernas y las manos.
porción periférica de fibrosis colágena. Los micetomas maduromicóticos, producidos
por Eumycotas, son de evolución crónica y pro­
Capitulo 76 - M icetomas □ 619

gresión muy lenta. Durante varios meses, a ve­ se los lava varias veces por decantación en tubos
ces más de un año, las lesiones se presentan sólo de ensayo que contienen 10 mL de agua destila­
como nódulos aislados que se rebiandecen en el da estéril. Este procedimiento es útil para descon­
centro y drenan su contenido al exterior a través taminar los granos que proceden de una fístula.
de una fístula. En los meses siguientes varios de Los granos se observan a ojo desnudo o con la
estos nódulos confluyen entre sí para formar pla­ ayuda de una lupa. Se consigna el color, el tama­
cas induradas. Como los anteriores micetomas, ño, la forma y la consistencia. Esta última .se apre­
éstos no respetan barreras anatómicas y al cabo cia al aplastarlos entre portaobjetos y cubreob­
de años llegan a comprometer los huesos. Una jetos. Los granos duros suelen partir el cubre­
vez constituidos, los eumicetomas o micetomas objetos. En los materiales no fijados el examen
maduromicóticos muestran un predominio de microscópico se practica en fresco, entre portaob­
nódulos indurados y lesiones fibrosas de consis­ jetos y cubreobjetos, con una gota de solución
tencia leñosa. Los trayectos fistulosos finalizan salina isotónica o KOH al 10 %. En esta obser­
en bocas poco salientes, cubiertas a veces por vación debe anotarse la presencia o ausencia de
epitelio, por donde mana una secreción serosan- clavas periféricas, así como el tamaño y la forma
guinolenta con escasos granos. Estos últimos di­ de los microorganismos integrantes del grano. En
fieren en color, forma y consistencia según el general los filamentos fúngicos se ven muy bien
agente causal. El ataque óseo es muy común y se con este procedimiento; por el contrario, los
caracteriza por la formación de lesiones osteolí- actinomicetos se observan con alguna dificultad
ticas de diferente tamaño, así como por la hiper- debido a su escaso diámetro, menor de 1 mm. Si
producción ósea a partir del periostio (osteófítos). el grano contiene hifas, debe detallarse su color
Se ubican en las partes expuestas del cuerpo, en y diámetro, la presencia y ubicación de las dila­
especial en los miembros inferiores y en particu­ taciones vesiculosas (clamidosporas), como tam­
lar en los pies. bién la existencia, color y abundancia de la ma­
El estado general de los pacientes habitualmen­ triz intercelular amorfa o cemento. Si no se ob­
te no se deteriora, sólo en casos muy avanzados servaron hifas, se retira el cubreobjetos y, con el
puede observarse adelgazamiento, astenia, ane­ material remanente en el portaobjetos, se prepa­
mia, leucocitosis y eritrosedimentación acelera­ ran dos extendidos finos que serán teñidos por
da. las técnicas de Gram-Kopeloff y Kinyoun.
Una vez concluido el examen microscópico se
procede a la siembra de los granos. Si éstos están
DIAGNÓSTICO
integrados por Eumycotas, se utilizan medios de
El diagnóstico de los micetomas se basa en la cultivo como agar-miel de Sabouraud, lactrimel,
observación de ios granos y en el aislamiento en agar-papa glucosado y agar-papa-zanahoria, a los
los cultivos de los agentes causales. que se agrega estreptomicina y cloranfenicol a
En los de secreción purulenta abundante se re­ razón de 100 mg/mL. La incubación se hace a
coge el material que mana de las fístulas o bien 28®C y 37®C durante 3 a 6 semanas.
se realiza la punción y aspiración de nódulos Cuando el examen de los granos revela la pre­
abscedados. Es aconsejable remitir al laborato­ sencia de actinomicetos, se emplean medios sin
rio entre 3 y 5 mL de pus. La mitad del volumen antibióticos. Para los actinomicetos aerobios se
se fija en alcohol absoluto y después de 24 a 48 usan el agar-caldo glicerinado al 5%, el medio
horas se centrifuga. La masa compacta obtenida de Lówenstein-Jensen, y el de Thayer-Martin y
se incluye en parafina y se corla para hacer tin­ la incubación se lleva a cabo a 37®C durante 3 a 4
ciones con hematoxilina-eosina. Gram-Weigert semanas. En los micetomas escasamente secre­
y Kinyoun. El resto se vuelca en una placa de tantes debe hacerse una biopsia quirúrgica am­
Petri y se diluye con agua destilada estéril, pro­ plia, de por lo menos 2 cm de diámetro, con una
curando desmenuzar el pus y separar los granos. profundidad que abarque hasta el plano óseo. El
Esta operación se facilita si se lleva a cabo sobre espécimen obtenido se divide en dos; una parte
un fondo negro. Una vez separados los granos. se coloca en formol-buffer al 10% o fijador de
620 □ Cuarta parte. • Infecciones micólicas y por algas

Buin y el resto en un recipiente estéril con solu­ glucósidos. El cotrimoxazol se indica a razón de
ción salina isotónica. El material fijado se inclu­ 1 comprimido, de la concentración mayor (SMX
ye en parafina, se corta y tiñe con hemaioxilina- 800 mg/TMP 160 mg), cada 12 horas, durante
eosina, Gram-Weigert o Brown-Brenn, Kinyoun lapsos prolongados, de meses o un par de años.
y PAS. La porción no fijada se abre en varios También pueden utilizarse las sulfamidas y las
puntos y se corta, con el propósito de separar los sulfonas. D e las primeras se prefiere la sulfa-
granos para luego proceder a su observación y diazina, en comprimidos de 500 mg; la dosis dia­
siembra com o ya se señaló. ria es de 6 a 8 g que se dividen en 4 tomas. La
La identificación final del agente causal es ta­ sulfona preferida es la diamínodifenilsulfona, en
rea de especialistas. Se basa en el estudio de los dosis diarias de 100 a 200 mg. Estos tratamien­
granos, de las colonias, de la temperatura óptima tos alternativos duran varios meses y a veces se
de desarrollo y de ciertas propiedades bioquímicas. alternan: varios meses de cotrimoxazol seguidos
por otros con sulfonas o sulfamidas.
La amikacina se administra por períodos bre­
DIAGNÓSTICO DIFERENCIAL
ves, de 10 a 15 días, en dosis de 15 mg/kg/día
Incluye principalmente las osteomielitis cróni­ por vía parenteral. En ios casos que presenten
cas que dan fístulas hacia la piel, cuyos agentes compromiso óseo se asocia al cotrimoxazol la
causales más frecuentes son S ta p h ylo co ccu s ciprofloxacina por vía oral a razón de 1,5 g/día,
aureiis y M ycobacterium lubeiculosis. Pocas ve­ durante 7 meses como mínimo, o la minociclina
ces se observan procesos similares debido a di­ por la misma vía, en dosis de 200 mg/día y du­
versos hon gos, en esp ecial dim orfos, com o rante un lapso semejante.
C occidioides im mitis, P aracoccidioides brasi- Los micetomas maduromicóticos responden
liensis, B íastom yces derm atitidis y Sporothrix poco al tratamiento médico. Algunos producidos
schenckii. En todos estos casos la ausencia de por P. boydii y, con menos frecuencia, por Madii-
granos en el estudio de la secreción y los cortes relia grísea mejoran con la administración de
histológicos permite la diferenciación. ketoconazol, a razón de 400 mg/kg/día, o de itra-
También es importante distinguir las otras afec­ conazol, en dosis de 200 mg/día, durante más de
ciones capaces de producir cuadros de micetoma, un año. Sin embargo, la mayor parte de las veces
como la actinomicosis y la botriomicosis. estos tratamientos son indicados como coadyu­
vantes de la cirugía. Los procedimientos quirúr­
gicos son muy variados y se adaptan en función
PRONÓSTICO
de la presencia y extensión de las lesiones óseas,
Debido a la evolución lenta y el buen estado o de la ausencia de éstas. Un nuevo compuesto
general de la mayor parte de los enfermos, el pro­ triazólico, el posaconazol, ha dado resultados pro­
nóstico de vida es bueno. El pronóstico local de­ misorios en estos micetomas.
pende de la extensión y gravedad del compromi­
so óseo; si éste es muy extenso, se requiere la
PROFILAXIS
amputación del miembro afectado.
No hay medidas preventivas de aplicación prác­
tica, dado que es muy difícil obligar a trabajado­
TRATAMIENTO
res rurales de áreas tropicales a llevar ropas y
El tratamiento médico sólo da resultados satis­ calzados que los protejan de traumatismos con
factorios en micetomas producidos por actino- astillas o espinas. Por otra parle, combatir los
micetos aerobios, sin compromiso óseo extenso. agentes causales de micetomas en su hábitat na­
Suelen emplearse el cotrimoxazol y los amino- tural es imposible.

Bibliografía............................................................... . ■■■—
Consultar al final del capítulo Generalidades de micología médica.
Neumocistosis
M arcelo E. Corti
María F. V illafañe Fioti

.\-Ar-t
-«.i.

varlo in vitro. La fase trófica (trofozoíto) es la


DEFINICION
infectante, mide de 1 a 4 pm, y se adhiere a los
La neumocistosis es la infección causada por alveolocitos de tipo I donde se inicia la repro­
Pneum ocystis jiro veci que se produce casi exclu­ ducción vegetativa por división binaria. Luego
sivamente en sujetos con compromiso de la in­ de varias divisiones tiene lugar la fase prequís-
munidad celular y particularmente, en aquellos tica en la que se Inicia el ciclo sexuado. Se produ­
con enfermedad HlV/sida. Este microorganismo ce la cariogamia que da origen a una fase diploide;
afecta en forma predominante el pulmón, aun­ luego hay una m eiosis que determina la produc­
que en algunas circunstancias puede diseminarse ción de 4 a 8 núcleos, los que a su vez generan
y provocar localizaciones extrapulmonares [ver otros tantos esporos sexuados internos (esporo-
el capítulo Enfermedad por el virus de la inmuno- zoítos). Esta última parte de la fase sexuada tie­
deficiencia humana (HlV/sida)]. ne lugar en los quistes que miden de 4 a 8 pm y
en su mayor parle se ubican en la luz alveolar. La
ubicación taxonómica de P. jiro veci se ha discu­
ETIOLOGÍA
tido largamente durante el último decenio. Dada
Pneum ocystis jiro veci es un patógeno oportu­ la morfología de las pequeñas formas trofozoí-
nista cuyo hábitat natural es el pulmón y consti­ ticas, los grandes quistes y la ruptura de los mis­
tuye un importante agente etiológico de neumo­ mos durante el ciclo con la liberación de nuevos
nía en pacientes inm unocomprom etidos. Fue trofozoítos, la imposibilidad de cultivarlo y su
descripto por primera vez por Carlos Chagas en respuesta a los fármacos antiparasitarios y no a
1909 en los pulmones de un ratón infectado ex­ las drogas antifúngicas, se lo ubicó taxonómi­
perimentalmente con T. cruzi y luego por Anto­ camente durante mucho tiempo como un proto-
nio Carini en los pulmones de ratas infectadas zoario. Sin embargo, estudios moleculares efec­
con T. lew isi. Es un microorganismo eucariota, tuados a partir de 1988 han permitido comprobar
incultivable in vitro, que parasita el pulmón de finalmente que presenta una secuencia de ARN
diversas especies de mamíferos (ratas, ratones, típicamente fúngica y determinantes antigénicos
hurones, equinos y humanos). Cada especie es es­ en su pared idénticos a los de los hongos levadu-
pecífica de hospedero; la variedad que infecta a riformes, por lo que se lo incorporó como un nue­
los humanos, antes Pneum ocystis carinii, ha sido vo miembro del reino de los hongos. Con su in­
recientemente rebautizada com o Pneum ocystis clusión en el reino Fungi surge claramente la si­
jiroveci. El ciclo biológico de P. jiro veci no se militud entre el ciclo biológico de este microor­
conoce bien, debido a la imposibilidad de culti­ ganismo y el producido en algunos integrantes
•«
622 □ Cuarta parte • Infecciones micóiicas y por algas
10

I# de la clase Ascomycotinay como Schizosaraccho- mas de propagación que miden de 1 a 2 |xm de


myces pom be, con el que está estrechamente re­ diámetro. La mayor parte de las infecciones se ori­
I# lacionado desde el punto de vista genético. Las ginarían durante el transcurso de la primera infan­
razones de la inclusión de P. Jiroveci dentro del cia, hasta los 4 años de edad y es probable que se
m
reino Fungí son varias: el ARN ribosomal pre­ presenten como cuadros leves, a veces oligosin-
m senta una secuencia característica de los hongos; tomáticos y autolimitados. A sí, los pulmones de
la pared celular incluye polisacáridos del tipo p los seres humanos parecen ser el principal reser-
m 1-3 glucano; sus genes son codificadores de pro­ vorio latente del microorganismo una vez trans­
teínas correspondientes a P tubulina y el ADN currida la primoinfección. La transmisión interhu­
ié mitocondrial es similar al observado en los hon­ mana es posible y en la actualidad se considera
gos. Sin embargo, uno de los constituyentes más el modo más probable de adquisición de nuevas
í#
característicos del reino que es el ergosterol de infecciones; además, pueden existir portadores
m la membrana plasm ática está ausente en P. asintomáticos del patógeno. El contagio intra-
jiroveci y ésta es la razón de la falta de suscepti­ hospitalario debe tenerse en cuenta para la reco­
m bilidad a los antifúngicos que con más frecuen­ mendación de medidas de bioseguridad como el
cia son empleados en la clínica. uso de barreras respiratorias. Como las especies
m de P neum ocystis son específicas de cada especie
animal, la fuente no humana de infección se ha
m EPIDEMIOLOGÍA
descartado. Quedaría por dilucidar la existencia
m La in fección pulmonar por P n e u m o c y stis de un ciclo en la naturaleza, desconocido hasta
jiroveci ocurre en seres humanos en todo el mun­ ahora.
m do. Existen dos variedades epidemiológicas de
la neumocistosis; la forma epidémica que se pre­
m PATOGENIA
senta como una neumonía intersticial que afecta
fundamentalmente a niños prematuros o desnu­ P neum ocystis jiro veci es un microorganismo
m
tridos, y la forma esporádica que compromete a con escasa virulencia que pocas veces produce
sujetos con deterioro de la inmunidad celular. El enfermedad en un hospedero con función normal
principal factor predisponente para esta última de los linfocitos T.
es la enfermedad HlV/sida, pero también puede Este microorganismo presenta dos componen­
presentarse en pacientes con inmunodeficiencias tes antigénicos mayores; una glucoproteína de
• congénitas, o que reciben tratamientos con corti- 120 kDa que estimula tanto la producción de
costeroides o quimioterapia. anticuerpos como la inmunidad mediada por cé­
m
La infección por Pneum ocystis jiroveci consti­ lulas y un complejo proteico de 45 a 55 kDa que
m tuye una de las infecciones oportunistas más im­ es un poderoso estimulante de la inmunidad ce­
portantes en pacientes con sida, por su clara rela­ lular. La neumonía por Pneum ocystis jiro veci se
m ción con la inmunodeficiencia generada por el caracteriza por la infiltración pulmonar por neu-
retrovirus, por su gravedad y por su frecuencia. trófilos que produce daño alveolar difuso con de­
m En los inicios de la epidemia, y antes del desa­ terioro del intercambio gaseoso e insuficiencia
• rrollo de regímenes efectivos de profilaxis, un
60% de los pacientes la padecía como primera
respiratoria de grado variable. De esta manera,
el compromiso respiratorio está más relacionado
m infección oportunista marcadora del síndrome y con el grado de repuesta inflamatoria pulmonar
un 80% de ellos la presentaba en algún momento que con la acción directa del microorganismo.
m de la evolución de la enfermedad. En la actuali­ La respuesta inmune dirigida contra P neum o­
dad, su incidencia ha disminuido; en la Repúbli­ cystis jiro veci incluye complejas interacciones
ca Argentina la superan en frecuencia la tubercu­ entre linfocitos T CD4+, macrófagos alveolares,
m losis y las neumopatías bacterianas. neutrófilos y citocinas, especialmente el factor
Los estudios epidemiológicos han demostrado alfa de necrosis tumoral y la interleucina-1. Los
jm <|uc la infección por P. jiroveci se produce por fosfolípidos del surfactante pulmonar, que con­
vía inhalatoria luego de la penetración de las for­ tribuyen a mantener la baja tensión superficial
■ i- i ®
Capítulo 77 - N eum ocisiosis □ 623

en los alvéolos, son escasos durante la neumo- Cuadro 77-1. Formasdinicasdelainfecciónpor


cistosis. Las anormalidades en su connposición y Pneumocystis jiroveci.
•.**
función también son el resultado de la respuesta Intratorácicas . -' Éxtrátbrácicas- \
inflamatoria del hospedero más que del efecto di­ Pulmón Bazo
recto del microorganismo sobre los componen­ Pleura Hígado
tes del surfactante. Pericardio Médula ósea
Corazón Ojos
Esófago Tiroides
ANATOMÍA PATOLÓGICA
Ganglios mediastínicos Piel
Cuando la forma trófica de P. jiro veci se ad­
hiere al alveolocito, se inicia un proceso infla­
matorio cuyo resultado final es la producción de
una neumonitis intersticial muy característica. La dades nodulares únicas o múltiples y formas neu­
histopatología revela la existencia de un exu­ mónicas. Durante la evolución de este cuadro,
dado en la luz alveolar rico en proteínas, espu­ algunos pacientes desarrollan un verdadero sín­
moso, ligeramente eosinofílico, con prolifera­ drome de distrés respiratorio del adulto, con la
ción de células alveolares, engrosamiento de los imagen radiológica característica y que requiere
tabiques interalveolares y con un intenso infil­ asistencia respiratoria.
trado inflam atorio, co n stitu id o por célu las Finalmente, alrededor de un 10% de los pacien­
mononucleares, con predominio de plasmocitos. tes con diagnóstico de neumonía por Pneumo-
Se han registrado tam bién casos graves de cystis jiroveci se presentan con una radiografía
proteinosis alveolar. de tórax normal.
Las formas clínicas de la neumocistosis se cla­
sifican en: intratorácicas y extratorácicas. En las
MANIFESTACIONES CLÍNICAS
formas intratorácicas pueden estar comprometi­
En la mayor parte de los casos el compromiso dos el pulmón, en forma predominante, y secun­
pulmonar se inicia en forma subaguda con fie­ dariamente el pericardio, la pleura, el corazón, el
bre, tos no productiva y disnea de instalación pro­ esófago y los ganglios mediastínicos; y en las
gresiva, al principio de esfuerzo y luego de repo­ formas extratorácicas el bazo, el hígado, la mé­
so. En algunos casos, el com ienzo es agudo o dula ósea, los ojos, el tiroides y la piel.
sobreagudo. Las manifestaciones de insuficien­ Las formas extrapulmonares son sumamente
cia respiratoria, especialmente la taquipnea y la raras con casos aislados publicados en la litera­
cianosis dominan el espectro clínico. La sem io­ tura médica. El mecanismo de diseminación de
logía pulmonar es habitualmente negativa y en Pneum ocystis jiroveci no se conoce bien, los mi­
ocasiones se auscultan estertores crepitantes croorganism os se desarrollan dentro de ios
bibasales y signos de broncospasmo. alvéolos pulmonares y es muy probable que se
El patrón radiológico que con más frecuencia diseminen por vía linfohemática debido a la fre­
se observa es el intersticial bilateral, con infiltra­ cuencia con que se observa el compromiso del
dos simétricos que se diseminan a partir de los hi- intersticio lo que explicaría las localizaciones
lios (hiliofugales o en «alas de mariposa») o hilio sistémicas y periféricas del patógeno.
basales uní o bilaterales. Es común comprobar la En las formas pleurales es probable la disemi­
típica disociación clínicorradiológica. nación directa a partir de zonas de necrosis pa-
Algunas veces pueden observarse localizacio­ renquimatosa que se excavan y se perforan en la
nes apicales (relacionadas con la profilaxis con cavidad pleural lo que origina derrames serofi-
pentamidina en aerosol) en uno o ambos pulmo­ brinosos y neumotórax. Todos los pacientes en
nes, localizaciones endobronquiales con o sin quienes se han descripto formas extrapulmonares
consolidación distal y aun imágenes de cavitación o diseminadas de la neumocistosis presentaban
del parénquima pulmonar que pueden ser causa el antecedente de prolongados períodos de pro­
de neumotórax. Se han descripto también opaci- filaxis con pentamidina en forma de aerosol, la
624 □ Cuarta parte - Infecciones micóticas y por algas

cual, no logra alcanzar concentraciones séricas veolar muy característico. La técnica de Giemsa
elevadas. Además, en el parénquima pulmonar es útil para la visualización de las formas tróficas
puede producirse una mala distribución del fár­ y la inmunofluorescencia directa con anticuerpos
maco, con acumulación de éste en las bases y sin monoclonales facilita la detección de todos los
alcanzar concentraciones útiles en los lóbulos su­ estadios evolutivos. En los niños se ha propuesto
periores, lo que da origen a formas clínicas atí- recientemente el empleo de la reacción en cadena
picas en esa localización. de la polimerasa (PCR) en el lavado nasofaríngeo.
Finalmente, hay que tener en cuenta la posibili­ Los métodos indirectos de diagnóstico a través
dad de que la neumonía por Pneiimocystis jiro- de la búsqueda de antígenos o anticuerpos no han
veci se presente como una manifestación de la pri- dado resultados de utilidad clínica. La mayor parte
moinfección por HIV en aquellos pacientes con de las personas, a partir de los 4 años de edad, tie­
infecciones primarias sintomáticas con caída en nen anticuerpos contra P. Jiroved. No resulta infre­
los recuentos de linfocitos T CD4+ por debajo de cuente, por otra parte, que pacientes con grave in-
200 células/pL. munocompromiso exhiban reacciones serológicas
negativas mientras cursan una neumocistosis.
La demostración del microorganismo en el ma­
DIAGNÓSTICO
terial obtenido por fibrobroncoscopia con lava­
El diagnóstico de certeza se realiza por la vi- do broncoalveolar, secreciones bronquiales o
sualización del microorganismo en diferentes biopsias endoscópicas tiene valor diagnóstico.
muestras: esputo espontáneo, esputo inducido a El diagnóstico de las recidivas debe realizarse en
través de nebulizaciones con soluciones hiper­ base a un cuadro clínico compatible y no simple­
tónicas, material de lavado broncoalveolar o biop- mente por el hallazgo del microorganismo que
sia transbronquial obtenida por broncoscopia. puede persistir en las secreciones broncoalveo-
Como el proceso patológico es alveolar y no bron­ lares, aun después de superado el cuadro clínico
quial, los microorganismos no son fáciles de ad­ luego del tratamiento adecuado.
vertir en las muestras de esputo. Las obtenidas En cuanto a las pruebas de función pulmonar,
mediante procedimientos invasivos tienen más la alteración más notable es la disminución de la
posibilidad de hallazgos positivos y, dentro de capacidad de difusión del monóxido de carbono.
éstas, el lavado broncoalveolar es el que propor­ Además, con frecuencia los pacientes presentan
ciona los m ejores resultados con la m enor hipoxemia y elevación de laLDH en relación con
morbilidad. Este estudio proporciona datos so­ la gravedad del proceso. El centellograma con
bre la carga de microorganismos, la respuesta galio-67 posee una alta sensibilidad pero carece
inflamatoria del huésped y la coexistencia de otras de especificidad; puede ser de utilidad en aque­
infecciones oportunistas. llos pacientes sintomáticos que no evidencian al­
Las técnicas microbiológicas clásicas para la teraciones radiológicas torácicas.
observación de Pneum ocystis jir o v e d se basan en
las tinciones de metenamina de plata (Grocott),
TRATAMIENTO
azul de toluidina y violeta de cresilo, que tiñen
selectivamente la pared de los quistes y la técnica El fármaco de elección es la combinación de
de Wright Giemsa que tiñe los núcleos en todas trimetoprima-sulfametoxazol (TMP/SMX) en do­
las etapas del desarrollo. La inmunofluorescencia sis de 15 a 20 mg/kg/día de trimetoprima, en 4
con anticuerpos monoclonales es más sensible que dosis diarias por vía oral o intravenosa. Como al­
las tinciones clásicas pero también más costosa. ternativa, se usa pentamidina en dosis de 3 a
En la observación microscópica directa, se iden­ 4 mg/kg/día en una única dosis diaria por vía
tifican los quistes que miden 4 a 8 pm, son de co­ intravenosa o la asociación de primaquina en do­
lor pardo y paredes gruesas, y contienen en su in­ sis de 30 mg/día por vía oral más clindamicina
terior 4 a 8 esporozoítos. Con la coloración de 2.400 mg/día por vía oral o intravenosa.
hematoxilina-eosina los quistes no se tiñen y ad­ Con cualesquiera de los esquemas citados, la
quieren un aspecto de exudado rosado intraal- duración de la terapéutica es de 21 días; en aque-
C apítulo 77 - N eum ocistosis G 625

Has formas moderadas o graves deberán indicar­


PROFILAXIS
se corticosieroides, 60 mg/día de metilprednisona
durante los primeros 5 días; 40 mg/día los siguien­ Los pacientes cuyos n iveles de lin fo cito s
tes 5 días y 20 mg/día durante 5 días más. En oca­ T CD4+ descienden por debajo de la cifra límite
siones puede utilizarse dexametasona en dosis de de 200 células/mm^ deben efectuar una profilaxis
12 a 16 mg/día por vía intravenosa. El uso de corti- primaria y aquellos que han superado un episo­
costeroides ha provocado una disminución nota­ dio de neumocistosis deben recibir, igualmente,
ble de la mortalidad causada por la neumocistosis un esquema de profilaxis secundaria. Ambas for­
y también redujo la necesidad de internar a estos mas de profilaxis, primaria o secundaria, pueden
pacientes en unidades de cuidados intensivos. Sus realizarse con TMP 160 mg/SMX 800 mg 3 ve­
efectos se basan en una reducción del exudado in­ ces a la semana; pentamidina intravenosa en do­
flamatorio alveolar, lo cual acelera la recuperación sis de 4 mg/kg/mes; pentamidina en aerosol en
y mejora la tolerancia al ejercicio. También dismi­ una nebulización mensual de 300 mg o con dap­
nuyen la incidencia de efectos adversos atribuibles sona en dosis de 100 a 300 mg/semana.
a la medicación utilizada y mejoran su tolerancia. La profilaxis de las recidivas de la neumocis­
Los efectos adversos por la terapéutica imple- tosis, al igual que la del resto de las infecciones
mentada, en algunos casos graves, tienen una fre­ oportunistas en estos pacientes, deberá ser per­
cuencia de hasta un 50% en algunas series y sue­ manente hasta alcanzar la reconstitución inmu-
len ser: reacciones cutáneas, trastornos digesti­ nitaria. Cuando el tratamiento antirretroviral de
vos, elevación de las transaminasas séricas, hipo­ gran actividad (TARGA o HAART por su sigla
tensión arterial, fiebre, elevación de la urea plas­ en inglés) provoca un incremento en los recuen­
mática, leucopenia e hiperglucemia o hipoglu- tos de los linfocitos T CD4+ por encima de 200
cemia. Recientemente se ha descripto un incre­ células/pL en por lo menos tres determinaciones
mento de la resistencia de P. jiroveci aTMP/SMX sucesivas, la profilaxis de la neumocistosis pue­
y a dapsona; este hecho se debería a mutaciones de interrumpirse.
en el gen de la dihidropteroato sintetasa sobre la El uso extendido del cotrimoxazol para la tera­
que actúa la fracción sulfamídica del cotrimo- péutica y profilaxis de la neumocistosis en los
xazol y no en la dihidrofolato reductasa que es el pacientes con sida se ha acompañado del incre­
blanco de la trimetoprima. A pesar de la probada mento de la aparición de cepas resistentes a este
eficacia de TMP/SMX en pacientes con neumo­ antimicrobiano de Staphytococcus aureus y bac­
cistosis, la resistencia a esta combinación varía terias de la familia Enterobacteriaceae, en espe­
entre el 10% y el 40%. cial Escherichia coü.

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626 □ Cuaría parte - Infecciones micóticas y por algas

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78
Prototecosis (algosis)
Ricardo Negroni
Ornar J. Palmieri

DEFINICION vecina por su estructura al género Chlorella. Es­


tas últimas han generado hasta el presente un
Con el nombre de prototecosis o algosis se co­ número reducido de infecciones en animales y
nocen las infecciones producidas en el hombre y ninguna en el ser humano. Son algas que contie­
los animales por especies de algas aclóricas del nen clorofila, morfológicamente muy semejan­
género Prototheca. Entre los animales es más fre­ tes a Prototheca.
cuente en el ganado bovino y su expresión clíni­ Las algas del género Prototheca (cuadro 78-1)
ca más constante es la mastitis. Otros animales son unicelulares y se reproducen por endoes-
también son susceptibles. En el hombre es una porulación. Se presentan con una estructura se­
enfermedad muy poco frecuente; su presentación mejante en los tejidos y en los cultivos. Son cé­
más común son las lesiones de la piel y el tejido lulas esféricas, hialinas, con pared celular de do­
celular subcutáneo. Se han observado otras loca­ ble contorno, y miden de 1,5 a 20 jim de diáme­
lizaciones y formas diseminadas. tro. Cuando alcanzan el estado maduro producen
2 a 20 endosporas. La reproducción tiene lugar
ETIOLOGÍA primero por una multiplicación de los núcleos,
seguida por la división por clivaje de la masa
Este género fue propuesto por Kruger, en 1894, citoplasmática; de esta forma se originan las en­
para designar microorganismos aislados de la dosporas mencionadas antes. La célula estalla,
resina de árboles. Primero se los consideró hon­ las endosporas son liberadas y reproducen el ci­
gos, hasta que en 1916 West los ubicó dentro de clo. Hay diferencias morfológicas mínimas entre
las algas aclóricas de la familia Protothecaceae, las especies integrantes del género. Prototheca

Cuadro 78-1. Caracteres diferenciales de las especies del género Prototheca.


‘Especie . Horma Capsula Nepnijq'na Cotrimóxazqr ^ ^ ^ V iiu x a iíra grama', ,, ^
30 \ig 50 ng Sacarosa Trehalosa
P. ZOpfii Esférica no - + * *
P. wickerhamii Esférica no + - * **
P. stagnora Ovoide sí - + ** *
(+) inhibe el desarrollo; (-) no inhibe el desarrollo; (*) no hay crectmiento;(**) hay crecimiento.
628 □ Cuarta parte - Infecciones micóíicas y por algas

stagnora tiene forma ovoide y está rodeada por ubres, que también se la utiliza como agua de
una cápsula semejante a la del género Crypto- bebida. Ha sid o frecuente el aislam iento de
coccus; P rototheca zopfii es ligeramente más Prototheca tanto de la leche no pasteurizada como
grande que Prototheca wickerham ii. Sin embar­ del estiércol de los animales. El perro es un ani­
go, la diferenciación más certera se hace por mal altamente susceptible, que presenta formas
medio de las pruebas de asimilación de fuentes clínicas muy graves de prototecosis con disemi­
de hidratos de carbono (auxanograma) de acuer­ nación a varios órganos, como el hígado, el bazo,
do con los trabajos de Arnoid y Ahearn. los riñones, la piel y los ganglios linfáticos. Ade­
Estas algas se desarrollan bien en medio de más produce endoftalmitis y diarrea, con elim i­
Sabouraud con glucosa o miel, a un pH de 5,6 a 6, nación de estos microorganismos en la materia
sin cicloheximida. La temperatura óptima de cre­ fecal. En los gatos se han observado lesiones sub­
cimiento es de alrededor de 30®C; crecen bien cutáneas y de los huesos del tarso. Hay un caso
entre 25®C y 37®C y cesan de desarrollarse a 41 °C. de prototecosis diseminada en un ciervo.
Las colonias carecen de micelio aéreo, son lisas Estas algas aclóricas fueron encontradas en las
o levemente plegadas, de color blanco amarillen­ muestras de materia fecal de pacientes que su­
to, con aspecto semejante al de las levaduras: se frían esprue tropical en Puerto R ico, también
hacen visibles después de 48 a 72 horas de incu­ como contaminantes de lesiones de paracocci-
bación. dioidomicosis y cromomicosis en Brasil, y de car­
En la actualidad se aceptan tres especies váli­ cinomas en España. Sin embargo, el significado
das del genero Prototheca: P. zopfii, es la de ais­ de estos aislamientos parece ser el de coloniza­
lamiento más común en animales; en el ser hu­ ción transitoria de lesiones debidas a otros agen­
mano sólo se han registrado dos casos produci­ tes causales. El primer caso de prototecosis con­
dos por esia especie. P. w ickerham ii es la culti­ firmada en el ser humano fue informado en 1964.
vada con más frecuencia de especím enes huma­ Un cultivador de arroz de Sierra Leona (Africa)
nos, mientras que P. stagnora hasta el presente se presentó con lesion es cutáneas ulcerove-
sólo fue recuperada de la naturaleza. getantes, de evolución crónica, en uno de sus
miembros inferiores y adenomegalias de los gan­
glios satélites. Con posterioridad se fueron des­
EPIDEMIOLOGIA
cribiendo casos aislados de estas infecciones en
Los integrantes del género Prototheca han sido distintas partes del mundo y su incidencia ha au­
aislados de numerosas fuentes exógenas, entre las mentado en los últimos años, en relación con la
que se incluyen resina y savia de vegetales, ba­ mayor cantidad de individuos inmunocompro-
rro de las cercanías de cursos de agua y en la ve­ metidos. Como factores predisponentes se han
cindad de plantas, agua de alcantarillado, tanto mencionado traumatismos, accidentales o quirúr­
de fuentes domésticas como municipales, pisci­ gicos, linfomas y leucemias, trasplante de órga­
nas de natación, acuarios, agua de mar, heces de nos, diabetes insulinodependiente, tratamientos
animales (en especial bovinos, perros, cangrejos, inmunosupresores, inmunodeficiencia primaria e
almejas y porcinos) y alimentos como papas, za­ inmunodeficiencia adquirida debida a infección
nahorias, tomates y leche no pasteurizada. por HIV. En apariencia el contacto del hombre
Los casos de prototecosis animal y humana con estas algas sería muy frecuente y la infec­
poseen una distribución geográfica universal. ción clínicamente evidente es de presentación
La especie animal que se encuentra infectada esporádica, por lo que es lógico pensar que es
con más frecuencia es el ganado bovino destina­ necesaria la existencia de fallas en los mecanis­
do a la producción lechera. En estos animales se mos defensivos para que aquélla se produzca.
han descripto numerosas microepidemias de mas­ N o se ha comprobado la existencia de conta­
titis. La afección de las ubres puede extenderse a gio interhumano, de los animales al hombre o
los ganglios linfáticos satélites. En la mayor par­ entre animales.
te de los casos la fuente de infección es el agua
de los estanques destinados a la limpieza de las
C apítulo 78 - Prototecosis (algosis) □ 629

diverso: úlceras de fondo granulomatoso, lesio­


PATOGENIA
nes vegetantes de aspecto verrugoso, nódulos con
Las vías de penetración de esta infección no tendencia al reblandecimiento y necrosis central.
están bien establecidas. Es evidente que en los También se ha observado celulitis en la herida
casos de infección cutánea el agente causal pe­ quirúrgica de algunos pacientes y unos pocos
netra a través de la piel. También se han observa­ casos de infecciones ungueales en las manos cuyo
do casos en los que una prototecosis nodular sub­ aspecto era semejante al de las onicom icosis dis­
cutánea se produjo en un área donde se habían tales subungueales y rodeadas por piel enferma.
inyectado corticosteroides. Es probable que pue­
dan producirse infecciones por vía digestiva o por Bursitis del olécranon
el uso de catéteres venosos contaminados. La Esta forma clínica, de frecuencia llamativa, a
infección se propaga por contigüidad, y también menudo sigue a un traumatismo no cortante so­
por las vías linfática y hemática. bre la región. Sus vías de penetración y la pato­
genia no están debidamente aclaradas. El cuadro
clínico es el de una bursitis supurativa, menos
ANATOMÍA PATOLÓGICA
dolorosa y eritematosa que la ocasionada por
La respuesta inflamatoria varía con el estado bacterias piógenas. Su curso clínico es también
inmunitario del hospedero. En las personas inmu- más crónico y suele resolverse por completo con
nocompetentes la prototecosis tiene un curso cró­ la extirpación quirúrgica.
nico y poco doloroso, que se caracteriza por una
reacción inflamatoria intensa con formación de Peritonitis
un granuloma epitelioide, acompañado por célu­ En la última década las infecciones de la cavi­
las gigantes y un halo linfomonocitario abundan­ dad peritoneal se han encontrado en pacientes
te. Se observan además zonas de necrosis fibri- sometidos a diálisis peritoneal intermitente ambu­
noide, o caseosa, y áreas de supuración. Las al­ latoria. En algunos de estos casos se ha compro­
gas pueden encontrarse dentro o fuera de las cé­ bado la presencia de nódulos blanquecinos en la
lulas gigantes, algunas muertas, con destrucción cavidad peritoneal, en el hígado y en otros órga­
parcial de sus estructuras, en tanto que la mayor nos abdominales.
parte se reproduce activamente por medio de
endosporas. En los pacientes con inmunocom- Enfermedad digestiva
promiso grave la respuesta inflamatoria es me­ Como ya fue señalado, la eliminación fecal de
nos proliferativa, no forma granulomas compac­ algas del género Prototheca no es suficiente ev i­
tos y el número de algas es mucho mayor. dencia diagnóstica para reconocer la existencia
de una enfermedad digestiva específica, ya que
fue observada como contaminación transitoria en
MANIFESTACIONES CLÍNICAS
pacientes que sufrían afecciones de otro origen.
En la literatura mundial se han descripto alrede­ Sin embargo, se han observado casos auténticos
dor de 80 casos de prototecosis humana, en más de prototecosis digestiva en los que el examen
de la mitad de ellos se presentaron lesiones cutá­ histopatológico comprobó la presencia de granu­
neas de evolución crónica o bursitis del olécra- lomas en el hígado, en la vesícula biliar y en el
non, y en los restantes: peritonitis, procesos di­ duodeno, así com o la producción de colangitis
gestivos e infecciones diseminadas. crónica obliterante.

Formas cutáneas Infección diseminada oportunista


Son lesiones de evolución crónica, que no afec­ El primer caso de esta forma de presentación
tan el estado general del paciente ni tienden a la corresponde a un paciente residente en Nueva
cicatrización espontánea. En muchos casos se Zelanda, con deficiencia de la inmunidad media­
comprobó invasión de los ganglios linfáticos sa­ da por células. Este enfermo exhibió lesiones
télites. El aspecto clínico de las lesiones es muy nodulares múltiples en la cavidad peritoneal, en

630 D Cuarta parte ■Infecciones micólicas y por algas

•« la piel de la cara, en la nariz y en el tejido celular inmunofluorescencia directa, tanto para cortes
subcutáneo. En los últimos años se han comuni­ histopatológicos como para extendidos de mate­
cados varios casos que exhibían distintas afec­ rial de cultivos. Estos reactivos son específicos
ciones subyacentes con déficit de la inmunidad de especie.
celular, com o in m u n od eficien cia primaria, En unos pocos casos se han utilizado técnicas de
leucemia mieioide aguda, linfoma de Hodgkin, diagnóstico serológico, para la identificación de
sida y trasplante de pulmón. Las manifestacio­ anticuerpos específicos con inmunofluorescencia
nes clínicas correspondieron a la de una infec­ indirecta, y los resultados fueron alentadores.
ción grave de evolución aguda o subaguda, con Los principales problemas que plantea el diag­
m fiebre, astenia, adinamia, anorexia, diarrea y pér­ nóstico de esta afección es la presencia de estas
dida de peso, así como diversos signos y sínto­ algas aclóricas, en la superficie de lá piel o las
m mas focales ubicados en la piel, las meninges, el mucosas, com o colonizantes transitorios o como
m cerebro, la mucosa nasofaríngea y los órganos contaminantes de lesiones producidas por otros
abdominales. agentes causales.

(• DIAGNÓSTICO DIAGNÓSTICO DIFERENCIAL


Para el diagnóstico de prototecosis pueden Las manifestaciones clínicas de las prototecosis
obtenerse muestras de las lesiones por biopsia, a humanas son muy diversas y poco característi­
# partir de piezas quirúrgicas, por punción de nó- cas. El diagnóstico diferencial de las lesiones
dulos cerrados y por hemocultivos. cutáneas incluye las causas de síndrome verru­
m En las muestras no fijadas en formol se practi­ goso, síndrome nodular de los miembros y celu-
ca el examen microscópico al estado fresco y las litis, tanto de heridas quirúrgicas com o acciden­
- # preparaciones fijadas con metanol se tiñen con tales. La bursitis del olécranon debe diferenciar­
coloración de Giemsa. se de la estafilocócica. Las peritonitis e infeccio­
m
En los especímenes fijados en formol se reali­ nes diseminadas se asemejan a las alteraciones
m zan preparaciones histopatológicas teñidas con producidas por otros agentes causales.
hem atoxilina-eosina, PAS, Gridley y Grocott
m (mctenamina-plata). Las características de la re­
PRONÓSTICO
acción inflamatoria ya fueron señaladas al con­
-m siderar la anatomía patológica. En estos prepara­ Las prototecosis en hospederos inmunocompe-
dos las algas presentan caracteres similares a los tentes son afecciones de evolución crónica, poco
m
ya señalados, toman el color rojo magenta con el dolorosas y con buen pronóstico. En general son
-m PAS y pardo oscuro o negro con el Grocott. Debe procesos circunscriptos que pueden extirparse
establecerse el diagnóstico diferencial con los mediante cirugía, con buena evolución posterior.
m esp oran gios de C o c c id io id e s im m itis y de En los pacientes inmunocomprometidos la evo­
Rhinosporidium seeberi, que son más grandes y lución de las infecciones por P rotctheca se rela­
su pared celular es de mayor espesor; en las pre­ ciona con el grado de inmunodeficiencia y con
paraciones teñidas con PAS puede confundirse las localizaciones de este proceso infeccioso. Su
m
también con la mioesferulosis, estos últimos cuer­ pronóstico es en general reservado y la respuesta
pos no se observan en los preparados teñidos con al tratamiento médico, variable.
mctenamina-plata.
- « Los cultivos se practican en el medio de Sabou-
TRATAMIENTO
raud con glucosa o miel más el agregado de anti­
bióticos antibacterianos, pero sin cicloheximida. Las algas del género Prototheca tienen 4% de
La incubación se realiza a 30®C durante una o ergosterol en su membrana plasmática; esta ca­
- «
dos semanas. racterística hace que sean sensibles a los fármacos
-^ m Se prepararon antisueros marcados con isotio- antifúngicos, en particular la anfotericina B, y a
cianato de fluoresceína para el diagnóstico por los compuestos azólicos. En los casos en seres
C apítulo 78 - Prototecosis (algosis) □ 631

humanos se han empleado tanto la anfotericina a 0,8 m g/kg/día). En las lesiones cutáneas y
B por vía intravenosa como el fluconazol, el iira- ungueales están indicados los triazólicos (fluco­
conazol y, en menor medida, el ketoconazol. nazol, itraconazol) en dosis que varían de 100 a
En los casos diseminados y con pacientes inmu- 200 mg/día, durante lapsos de varios meses. Sin
nocomprometidos se ha usado con más frecuen­ embargo, la respuesta a estos tratamientos médi­
cia la anfotericina B en las dosis habituales (0,2 cos ha sido dudosa.

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Quinta parte
Infecciones parasitarias

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79
Paludismo
Ornar J. Palmieri

El ciclo biológico de los plasmodios evolucio­


DEFINICIÓN
na en dos hospederos: el mosquito hembra del
El paludismo o malaria es una hemoparasitosis género A nopheles, en el que se desarrolla el c i­
aguda, de evolución crónica, recurrente, causada clo esporogónico o sexual, y el hombre, en quien
por protozoarios del género Plasmodiitm y trans­ se produce la división esquizogónica o multipli­
mitida por mosquitos del género A nopheles. Se cación asexual. Ésta tiene dos fases, la primera o
caracteriza por fiebre que produce distintos tipos exoeritrocitaria, que tiene lugar en las células
de curvas, esplenomegalia y anemia. hepáticas, y la segunda o hemática, que se desa­
rrolla en los glóbulos rojos.
ETIOLOGÍA
Ciclo en el hombre
El paludismo humano es causado por cuatro Por vía sanguínea los esporozoítos llegan a las
especies de un protozoo intracelular obligado del células hepáticas y penetran en ellas. A llí se de­
género Plasm odium . sarrolla la división esquizogónica, con posterior
ruptura de dichas células y la liberación de gran
• Plasmodium vivax, agente productor de la fie­ cantidad de merozoítos. Éstos van a parasitar nue­
bre terciana benigna. vas células hepáticas y también las del sistema
• Plasmodium fa ld p a n im , causante de la fiebre monocítico-macrofágico. Este ciclo se denomi­
terciana maligna. na esquizogónico hísiico primario o preeritroci-
• Plasmodium malariae, agente etiológico de la tario. Al cabo de 5 a 21 días los merozoítos co­
fiebre cuartana. mienzan a parasitar los glóbulos rojos, en donde
• Plasmodium ovale, que determina fiebre ter> se transforman en trofozoítos. Éstos, a su vez, por
ciana. división esquizogónica constituyen los esqui-
zontes, que liberan, según las especies de plas­
Es importante señalar que actualmente se ha modios, entre 4 y 72 merozoítos sanguíneos que
demostrado un nuevo Plasm odium , P. knowlesi. parasitan otros glóbulos rojos, con lo que se repi­
Sus hospederos naturales son los monos, aunque te el ciclo esquizogónico.
también puede provocar enfermedad en el hom­ Después de dos semanas de ciclo sanguíneo co­
bre. Es la causa más importante de malaria en mienzan las manifestaciones clínicas. En el m o­
Malasia, en particular en la isla de Borneo. P. mento de la ruptura de los hematíes parasitarios,
knowlesi produce fiebre cotidiana y si no se rea­ con la consiguiente liberación de merozoítos,
liza el tratamiento puede alcanzar rápidamente aparece el acceso febril palúdico. Algunos mero­
densidades potencialmente letales. zoítos se desarrollan como formas sexuales con
636 □ Q uinta parte - Infecciones parasitarias

caracteres morfológicos especiales; son los deno­ causante de la enfermedad predomina Plasmo-
minados gametocitos: macrogametocito el feme­ dium vivax.
nino y microgametocito el masculino. Recuérde­
se que sólo las formas asexuales intraeritrocitarias 2. N oreste. En esta zona el paludismo es epi­
son las responsables de la enfermedad. Tanto los dém ico, de mayor gravedad y está en relación con
esporozoítos, formas exoeritrocitarias, como los la endemia brasileña (paludismo por P. fa lc i­
gametocitos no son deletéreos para el hospedero. parum ).
Después de la invasión parasitaria de los hema­ Las epidemias están vinculadas con las varia­
tíes, en Píasm odium viva.x y P/asm odium ovale, ciones estacionales de los vectores {Anopheles
se produce un ciclo esquizogónico exoeritro- darlingi y A nopheles albitarsis) y pueden afec­
citario secundario. Este ciclo no se produce en tar las provincias de Formosa, Chaco, Corrientes
Píasm odium falciparum ni se ha podido demos­ y Misiones. No obstante, los casos autóctonos son
trar en Píasm odium m alariae. por P. vivax.

Ciclo en el vector
PATOGENIA
El ciclo sexual o esporogónico comienza con
la llegada de los gametocitos masculinos y fem e­ Los elementos patogénicos más salientes del
ninos -que circulan en la sangre humana- al tubo paludismo son:
digestivo del mosquito, donde maduran hasta 1. La rotura de los esquizontes (hematíes para-
transformarse en gametos. El gameto masculino sitados) con liberación de merozoítos, toxinas y,
penetra en el femenino, lo que origina un cigoto posiblemente, una sustancia pirógena que al ac­
y luego un ooquineto que es móvil. En la pared tuar sobre los centros hipotalámicos sería la res­
del estómago del mosquito el ooquineto produce ponsable de la crisis febril típica del paludismo.
un ooquiste, que por división genera m iles de 2. Los hematíes parasitados son menos defor-
esporozoítos. Estos son liberados tras la ruptura mables y se adhieren en mayor grado a los endote-
del quiste y la mayoría penetra en las glándulas lios de los capilares y a las vénulas poscapilares;
salivales del mosquito, que al picar secreta sali­ esto lentifica el flujo sanguíneo, con la consi­
va infectiva que lleva los esporozoítos a la san­ guiente anoxia hística.
gre del hombre. Esto da comienzo al ciclo asexual 3. Susceptibilidad de los hematíes menos defor-
o esquizogónico. mabtes a ser eliminados por el bazo.
4. Respuesta del sistema reticuloendotelial con
esplenomegalia y eventual hiperesplenismo.
EPIDEMIOLOGÍA
5. Anemia producida por la eliminación de cé­
La distribución geográfica del paludismo en el lulas parasitadas o no parasitadas, a lo que se
mundo es muy amplia; abarca Á frica, A sia, suma la depresión eritropoyética.
Oceanía y América latina. Están infectadas alre­
dedor de trescientos millones de personas. En la Un sinnúmero de otros factores constituyen la
Argentina el paludismo comprende dos zonas: patogenia del paludismo. Merece especial men­
ción la fie b r e hem oglobinúrica, ya que en su
1. Noroeste. En esta zona el paludismo es en- transcurso se produce hem ólisis intravascular
démico. En la actualidad abarca las provincias masiva. Los hematíes son destruidos por el siste­
de Tucumán, Salta, La Rioja, Caiamarca, Jujuy y ma reticuloendotelial del hígado y del bazo. Ade­
Santiago del Estero. Debido a sus límites geo­ más puede haber trombocitopenia y coagulación
gráficos, se lo denomina paludismo de pie de intravascular diseminada. Este trastorno se pro­
montaña (hasta 1.800 m sobre el nivel del mar) a duce si el parásito es P. falciparum .
diferencia del paludismo sudamericano (más de Los modos de contraer la infección palúdica
2.000 m sobre el nivel del mar). En esta región son:
es constante la presencia de Anopheles pseudo- Paludism o adquirido: por picadura de m os­
punctipennis, principal vector del área, y como quito hembra (vector) del géiitxo A nopheles, que
Capítulo 79 - Paludismo □ 637

adquiere el parásito de un enfermo o portador cales, denominadas granulomas palúdicos o de


asintomático. Dürck. Éstos son pequeños focos de necrosis is­
Paludism o congénito: hijos de mujeres infec­ quémica rodeados por reacción microglial. La
tadas pero no inmunes, con pasaje transplacen- hipoxia más intensa produce degeneración neu-
tario en el momento del parto. ronal y reblandecimiento focal isquémico. En las
Paludism o accidental: por transfusiones, je> formas graves, la importancia de las lesiones ce­
ringas compartidas por adictos y en el laborato­ rebrales basta para explicar los síntomas nervio­
rio. sos e incluso la muerte.
En el corazón hay infiltración inflamatoria
intersticial focal y a veces hemorragias subendo-
ANATOMÍA PATOLÓGICA
cárdicas. La obstrucción parasitaria de las peque­
La mayoría de los estudios de anatomía pato­ ñas ramificaciones coronarias puede causar mio­
lógica son de casos producidos por P. falciparum . carditis isquémica intersticial.
Los casos provocados por las otras especies es­ Las alteraciones en otros órganos tienen me­
tán poco estudiados, dada la habitual evolución nor importancia que las descriptas. En ocasiones,
hacia la curación clínica. los trastornos fisiopatológicos de la fiebre tercia­
Los hallazgos más representativos se eviden­ na maligna son más importantes que las lesiones
cian en el bazo, el hígado, los riñones, el cerebro anatomopatológicas. Tal es el caso de la coagu­
y el corazón. Otros parénquimas también resul­ lación intravascular diseminada, que es una fre­
tan afectados. cuente causa de muerte.
En la etapa aguda el bazo está agrandado, fria­
ble, congestionado y con hemorragias. La cápsu­
MANIFESTACIONES CLÍNICAS
la se adelgaza y, aunque no es frecuente, puede
producirse la ruptura esplénica. En la etapa cró­ El período de incubación desde la inoculación
nica el peso del bazo puede superar los 1000 g. por parte del mosquito hasta el comienzo de los
Hay incremento de la celularidad, fibrosis y en- síntomas es de una a dos semanas en P. vivax y P.
grosamiento de la cápsula; por depósito de pig­ falciparum , y de dos a seis semanas en P. malariae.
mento palúdico presenta una coloración gris o El paroxismo palúdico clásico -escalofríos, fie­
negruzca («esplenomegalia palúdica»). bre alta, sudoración seguida de gran astenia y
El hígado también está agrandado. En la fase som nolencia- es frecuente que dure hasta cinco
aguda la hepatomegalia es moderada y tiene una horas y se presente en períodos fijos. Pero no hay
hiperemia importante. En la cronicidad, el tama­ que descartar la enfermedad ante la falta de pe­
ño, la consistencia y la pigmentación aumentan riodicidad, ya que en la fase prodrómica, que dura
más. Hay hiperplasia de las células de Kupffer, uno a varios días, no hay periodicidad. Los sín­
en cuyo citoplasma se observan parásitos, restos tomas son inespecíficos (malestar, cefalea, mial-
celulares y gran cantidad de pigmento palúdico. gias) y se asemejan a los de una enfermedad viral,
En los hepatocitos también puede haber algo de o bien son localizados, com o dolor abdominal,
pigmento. torácico, artralgias, vómitos y diarrea, que con­
Los riñones también están agrandados y con­ funden al médico y retrasan el diagnóstico y el
gestivos. En los glomérulos se puede observar tratamiento. Esto es particularmente importante
pigmento y los túbulos suelen contener cilindros durante la práctica médica en zonas libres de en­
de hemoglobina. demia palúdica, ante un paciente que visitó zo­
El cerebro puede sufrir importantes alteracio­ nas endémicas o recibió transfusiones. La crisis
nes, sobre todo en el paludismo porP. falciparunty palúdica se asemeja al cuadro clínico de inyec­
en el que puede hallarse una intensa congestión ción de endotoxinas, pero en su transcurso éstas
de los vasos y su obstrucción por hematíes parasi- no se han identificado. El paciente presenta esca­
tados. Alrededor de estos vasos se producen he­ lofríos, temblor y cefalea. El frío y la palidez de la
morragias en anillo, por la hipoxia local debida a piel, con cianosis de labios y manos, son deter­
la estasis capilar, y reacciones inflamatorias fo­ minados por vasoconstricción periférica que evi­
tli

I# 638 □ Q uinta parte - Infecciones parasitarias

dencia una descarga simpática. Este período frío sangre muestra anemia normocítica, en general
licne una duración variable, de minutos a una o leve, pero puede ser de gran intensidad en casos
dos lloras, y es seguido por la fase caliente, ca­ de hemólisis por parasitemia intensa. El recuen­
racterizada por fiebre alta (más de 39®C a 40®C), to de leucocitos arroja valores normales o dismi­
piel caliente y seca, taquicardia, taquipnea, dolor nuidos; no hay eosin ofilia, pero puede haber
abdominal, náuseas, vómitos y delirio (en niños leucocitosis y neutrofilia.
>(# es frecuente la diarrea acuosa y la hipotensión La ictericia es rara, pero si la hay, es a predomi­
ortostática, a causa de la vasodilatacíón periférica nio de la bilirrubina indirecta. Los casos graves
marcada). En una a seis horas hay defervescencia, pueden originar disfunciones hepáticas graves,
con importante diaforesis, astenia y somnolen­ con elevación de las transaminasas. En infeccio­
cia. nes por Plasm odium fo lcip a ru m es frecuente ob­
lii La calma después del acceso dura 48 horas en servar hiponatremia, con.aumento transitorio de
las fiebres tercianas y 72 horas en la fiebre cuar­ creatinina y urea. También son posibles otras
m tana, aunque es frecuente que la temperatura complicaciones, como anemia hemolítica grave,
permanezca elevada entre los paroxismos provo­ insuficiencia renal aguda, edema agudo de pul­
m
cados por Plosmodium falcipanim . Es raro que se món y corea.
m mantenga la periodicidad si hay varias generacio­
nes de P lasm odhm falcipanim por reinfección. Infección complicada por Plasmodium falciparum
« ni examen físico muestra esplenomegalia mo­ A pesar de incurrir en algunas reiteraciones, es
derada y hcpatomegalia leve y dolorosa (ésta po­ conveniente hacer hincapié en el concepto de in­
« dría estar ausente en el primer examen). El bazo fección complicada a los fines del pronóstico y
es muy frágil, por lo que hay que extremar las de la terapéutica; si esta última no es oportuna,
m
precauciones en la palpación ya que puede de­ la vida del enfermo puede estar comprometida.
# terminar su ruptura. Ésta también se ha observa­ Son aquellos casos que presentan una o más de
do luego de iniciado el tratamiento. las siguientes condiciones:
En el paludismo no hay linfadenopatías. Se han • Parasitemia elevada (recuento mayor de
(lescripto otros signos menos frecuentes, como 80.000 glóbulos rojos parasitados/mm^ o más de
ictericia, exantema petequial, inyección conjun- 5% en el frotis).
tival, hemorragias e infecciones por herpes la­ • Alteraciones del estado de conciencia.
bial. • Cefalea intensa que no mejora con analgé­
- • La auscultación pulmonar por lo general es nor­ sicos.
mal, aunque suele haber escasos estertores. La • Vómitos incoercibles.
# fiebre y la anemia pueden determinar taquicardia, • Disnea.
.soplos funcionales y también precipitar la insu­ • Ictericia.
ficiencia cardíaca congestiva en pacientes con en­ • Insuficiencia renal aguda.
fermedad cardíaca previa. • Deshidratación.
#
ni examen neurológico es normal. El delirio y • Hematocrito menor de 30%.
otro.s pequeños cambios de conciencia son atri­ • Embarazo.
buidos a la fiebre. En infecciones ^ ot Plasmodium • Fiebre hemoglobinúrica.
# falriparum las alteraciones neurológicas pueden
ser más importantes y consisten en cefalea, som ­ El último trastorno es de particular gravedad.
nolencia, corea, cambio de conducta, alucinacio­ Comienza con escalofríos y fiebre, seguidos por
nes, meningismo, convulsiones y, más raramen- hem ólisis intravascular masiva, ictericia, hemo-
- #
u \ signos neurológicos focales o coma. globinuria, colapso, insuficiencia renal aguda y
4 !.!» punción lumbar no es diagnóstica; puede uremia. Se la considera una complicación «per­
hallarse aumentada la presión del líquido cefalo- niciosa» del paludismo por P. fa lcip a ru m y su
11aijuíilco, por edema cerebral, y en raras ocasio­ causa se atribuye a sensibilidad a fármacos anti­
nes se halla hiperproteinorraquiacon pleocitosis. palúdicos y a déficit de la deshidrogenasa de la
Iras varios días de enfermedad, el examen de glucosa-6-fosfato en los eritrocitos.
Capítulo 79 - Paludismo O 639

DIAGNOSTICO PRONOSTICO

El estudio clínico y la epidemiología pueden Depende fundamentalmente de la especie de


sugerir el diagnóstico de paludismo, pero la con­ Plasmoclium que origine la enfermedad. Como
firmación de éste se basa en la demostración de ya se ha señalado, las formas más graves son las
los parásitos en la sangre. Más importante que el producidas por P .falciparum . El pronóstico de­
momento de la extracción (crisis de escalofríos), pende de la precocidad del tratamiento, de la exis­
es el número de muestras obtenidas y el tiempo tencia de cepas resistentes, del estado clínico pre­
dedicado a la búsqueda. La muestra puede obte­ vio y la edad del enfermo, como también de la
nerse por frotis delgado (desplazamiento rápido raza y de si vive en un área endémica o no, ade­
de una gota de sangre sobre un portaobjetos) o más de otras variables dependientes de cada caso
por frotis grueso (depósito de una gota de sangre en particular.
sobre el portaobjetos» la que se remueve con una
varilla de vidrio hasta obtener un diámetro de un
TRATAMIENTO
centímetro) que a continuación se colorea con
Giemsa. Para el observador no experimentado, Fármacos antipalúdícos
es más fácil la búsqueda en el frotis delgado. Éstos se clasifican según sus acciones; sobre
El diagnóstico de especie es muy importante esta base, se ha creado la siguiente nomenclatu­
para iniciar el tratamiento correcto y estimar el ra:
pronóstico. 1. Acción proniáctica causal o esquizonticida
Las reacciones serológicas (inmunofluores- hística primaria: el fármaco actúa sobre las for­
cencía indirecta, hemaglutinación) son eficien­ mas preeritrocitarias (exoeritrocitarias) e impide
tes, pero no son suficientes para el diagnóstico. el acceso de los parásitos al eritrocito.
Se las utiliza para determinar la frecuencia de en­ 2. Acción supresora o esquizonticida sanguí­
fermedad en diversas poblaciones y para selec­ nea: la acción del fármaco se ejerce sobre las
cionar dadores de sangre. formas asexuales de la fase eritrocitaria de todas
las especies de los parásitos del paludismo y es
capaz de conseguir:
DIAGNÓSTICO DIFERENCIAL
a. La profilaxis clínica: impide el desarrollo
El paludismo siempre debe incluirse en el diag­ de las manifestaciones clínicas.
nóstico diferencial de procesos que producen es­ b. La curación clínica: desaparición de los ata­
calofríos, temperatura elevada, sudores y altera­ ques agudos, sin que necesariamente elimine por
ciones del estado general. completo los parásitos.
La lista es larga. Las enfermedades más im­ 3. Acción gam etocída: es la destrucción de las
portantes a tener en cuenta son: kala-azar, tripano- formas sexuales, o gametocitos, de todas las es­
somosis,esquistosomosis, tuberculosis, abscesos, pecies de parásitos del paludismo. Impide la in­
pielonefritis, colangitis y linfomas. fección del mosquito, lo que evita la transmisión
de la enfermedad.
4. Acción esporonticida: administrado a un
COMPLICACIONES
portador de gametocitos, el fármaco previene o
Las complicaciones más importantes se asocian inhibe la fase esporogónica del parásito en el tubo
con la enfermedad provocada por P .falciparum . digestivo del mosquito. Ello suprime la infecti-
Ellas son ruptura esplénica, fíebre hemoglobi- vidad del vector y, por lo tanto, impide la trans­
núrica, encefalopatía, edema pulmonar agudo, misión de la enfermedad. Esta acción es puesta
hipoglucemia, colapso circulatorio, anemia, ic­ en duda por algunos autores.
tericia, coagulación intravascular diseminada, in­ 5. A cción curativa radical o esquizonticida
suficiencia renal aguda y pancitopenia. hística secundaria o antirrecidivante: el fárma­
co actúa sobre las formas exoeritrocitarias secun­
darias o hísticas secundarias, con lo que se con­
640 □ Q uinta parte - Infecciones parasitarias

sigue la erradicación de la enfermedad en el pa­ fármacos antipalúdicos; no presenta efectos co­


ciente y lo que impide la recaída. Esta acción se laterales. En dosis elevadas puede producir náu­
refiere al paludismo por Plasm odium vivax y P. seas, vómitos, cólicos, diarrea, convulsiones toni-
ovale adquirido por picadura de mosquitos, ya coclónicas en niños, trombocitopenia, leucopenia
que el Plasm odium falciparum y P. m alariae no y anemia megaloblástica. Esta última se previe­
las poseen y se curan en forma espontánea supri­ ne con ácido folínico, principalmente durante el
miendo las formas eritrocitarias (curación radi­ embarazo.
cal en el curso del tratamiento supresor). La evidencia de teratogenicidad en animales no
se ha establecido en seres humanos.
Ctasíficación de los fármacos
Se considerarán los fármacos antipalúdicos en Q uinina. Sulfato de quinina, clorhidrato de
base a sus acciones más importantes: la supresora quinina y diclorhidrato de quinina contienen al­
y la curativa. rededor del 80% de quinina base.
a. Fármacos supresores: destruyen las formas La intoxicación leve o cinconismo comienza
asexuales eritrocitarias, tienen acción profiláctica cuando la concentración sanguínea es mayor de
clínica y curativa clínica de los ataques agudos 1 mg por 100 mL y provoca zumbidos, disminu­
con supresión de la sintomatología, pero no cu­ ción de la agudeza auditiva, vértigo, fotofobia,
ran en forma radical el paludismo por P. vivaxy lo visión borrosa, ceguera nocturna, constricción del
cual expone a recidivas. En el paludismo por P. campo visual, escotomas, ambliopía, náuseas, vó­
falciparum sensible a estos fármacos, con ellos mitos, cólicos abdominales, diarrea, púrpura y
se obtiene la curación. En esta categoría están precipitación del acceso de fiebre hemoglobi-
comprendidas las 4-aminoquinolinas, las diami- nürica en el paludismo por Plasm odium fa lc i­
nopirimidinas, la quinina y otras. parum', todo esto desaparece con la suspensión
b. Fárm acos curativos: destruyen las formas del fármaco. La intoxicación grave se da en do­
exoeritrocitarias secundarias de la fase hística sis muy altas; la dosis letal es de alrededor de 8
persistente (hipnozoítos). Son las 8-aminoqui- g. A los síntomas del cinconismo se agregan ce­
nolinas. La más importante es la primaquina. falea, alteraciones de la conciencia, disartria, co­
lapso y coma. El fármaco posee acción depre­
Fármacos antipalúdicos supresores sora cardíaca, semejante a la quinidina, y acción
4-A m tnoquinolinas. Fosfato de cloroquina; vasodilatadora en territorios periféricos. Admi­
Aralen* tabletas de 250 mg equivalente a 150 mg nistrada por vía intravenosa provoca caída de la
de cloroquina base (no se comercializa en la Ar­ presión arterial por vasodilatación periférica y
gentina). Sulfato de cloroquina: Nivaquine^ ta­ depresión miocárdica.
bletas con 100 mg de cloroquina base.
Son poco tóxicos en las dosis y duración del Q uinidina. Sulfato de quinidina en grageas de
tratamiento del paludismo. Las reacciones adver­ 200 mg, y gluconato de quinidina, en ampollas
sas son infrecuentes. También son seguros para de 400 mg. La introducción de la quinidina en la
usar durante el embarazo. En tratamientos pro­ terapéutica antipalúdica es reciente. Su actividad
longados y en dosis mayores, como se requiere es igual o mayor que la de la quinina y sus efec­
en las colagenopatías, se presentan náuseas, vó­ tos cardiotóxicos no son superiores a los de ésta,
mitos, dolor abdominal, anorexia, cefalea, ma­ si la infusión intravenosa se realiza con lentitud.
reos, prurito, exantema, hiperpigmentación, alo­ En cepas africanas y asiáticas de Plasm odium
pecia, anemia hemolítica, trombocitopenia, man­ fa lcip a ru m se ha demostrado mayor sensibilidad
chas corneanas que dan lugar a visión borrosa o in vitro a la quinidina que a la quinina. Por vía
formación de halos, y alteraciones de la retina. oral la quinidina es más activa que la quinina en
casos no graves de paludismo por Plasm odium
D íam in op irim id in as. Pirimetamina: Dara- falcip a ru m resistente a la cloroquina. La quini­
prim® comprimidos de 25 mg. En las dosis usua­ dina intravenosa es eficaz contra cepas resisten­
les la pirimetamina es el menos tóxico de los tes a la quinina.
Capítulo 79 - Paludismo □ 641

Se administra por vía intravenosa en una dosis N o debe administrarse a niños menores de 6
inicial de 15 mg/kg en infusión lenta (2 a 4 horas), m eses, mujeres embarazadas, o a pacientes con
seguida por 7,5 mg/kg cada 8 horas, durante 7 días. paludismo postransfusional. Tampoco a aquellas
Por vía oral se administra a razón de 10 mg/kg personas que viven en zonas palúdicas o regre­
cada 8 horas durante 7 días. sen a ellas.
Se realizará monitoreo electrocardiográfico en Otros fármacos curativos no son de uso corrien­
busca de modificaciones del QRS, PR y QT. Los te ni superan a ésta.
demás efectos colaterales y la toxicidad son si­
milares a los descriptos para la quinina. Se pro­ Esquemas terapéuticos
cederá con mayor prudencia en pacientes con 1. Infección no com plicada por todas las espe­
cardiopatía previa, trastornos de la conducción, cies excepto Plasm odium falcip a ru m resistente
insuficiencia cardíaca, hipotensión e hipersensi- a la cloroquina.
bilidad conocida al fáimaco. Tratamiento supresor:
• C loroquina (en mg de cloroquina base)
M efloquina. Clorhidrato de mefloquina: Tro- 1er. día: 600 mg vía oral (VO) la primera loma,
picur* comprimidos de 250 mg. 300 mg VO 6 horas después.
Es un antipalúdico de síntesis, activo frente a 2do. y 3er. día; 300 mg VO diarios.
cepas de Plasm odium fa lciparum resistentes a Tratamiento curativo: (sólo para P. vivax y P.
otros antipalúdicos, aunque hay cepas resisten­ ovale)
tes a éste. La combinación con otros fármacos • Prim aquina (expresada en mg de primaquina
puede retardar el desarrollo de resistencia. Está base) 15 mg por día VO, durante 14 días.
contraindicado en el embarazo. Puede provocar Algunos pacientes con Plasm odium vivax tra­
vértigo, náuseas, vómitos, diarrea, dolor abdo­ tados con cloroquina y primaquina pueden pre­
minal, anorexia, cefalea, palpitaciones y erupción sentar recaídas, las que se deben a fallas en el
cutánea. tratamiento con primaquina. Varían del \% al
30% y deben retratarse.
Proguaníl (cloroguanida). Se presenta en ta­
bletas de 100 mg (no se comercializa en la Ar­ 2. Infección no com plicada por Plasm odium
gentina). falcip a ru m resistente a la cloroquina.
Su producto metabólico es químicamente si­ a. Quinina o quinídína, 600 mg cada 8 horas
milar a la pirimetamina. Su principal acción es VO durante 10 días; más pirim etam ina, 25 mg
esquizonticida hística primaria, por inhibición de dos veces por día, los primeros tres días, en forma
la dehidrofolato reductasa. La seguridad del simultánea con la quinina o quinidina; más sulfa-
proguanil supera la de todos los agentes profi­ diazina, 500 mg 4 veces por día, durante 5 días.
lácticos. En raras ocasiones y en dosis altas se b. Fansídar® (sulfadoxina, 500 mg, más piri­
han observado vómitos, diarrea y hematuria. Su metamina, 25 mg) tres tabletas en una sola dosis.
eficacia está limitada por el rápido desarrollo de c. T rim etoprim a-sulfam etoxazol (Bactrim
resistencia del Plasm odium falciparum . Fuerte®) un comprimido (trimetoprima, 160 mg,
más sulfametoxazol, 800 mg) dos veces por día
Fármacos antipalúdicos curativos durante 4 días. Su uso es importante en las aso­
8-A m inoquínolinas. Fosfato de primaquina: ciaciones del paludismo con enfermedades bac­
tabletas de 26,5 mg equivalentes a 15 mg de pri­ terianas, bronconeumonía, fiebre tifoidea, o si no
maquina base. se dispone de la terapéutica convencional.
Puede dar reacciones adversas graves consis­
tentes en anorexia, náuseas, vómitos, cólicos, dia­ 3. Infección no com plicada por Plasm odium
rrea, cefalea, anemia hemolítica en los pacientes falciparum resistente a: quinina, cloroquina y aso­
con déficit eritrocitario de glucosa-6-fosfato des- ciación sulfadoxina-pirimetamina.
hidrogenasa, arritmias, metahemoglobinemia y a. Tetraciclina, 250 mg cada 6 horas VO, du­
fiebre. rante 10 días; más quinina o quinidina» 600 mg
642 □ Q uinta parte - Infecciones parasitarias

m cada 8 horas VO durante los tres primeros días plicarse en presencia de concentraciones que nor­
de iraiamienio con tetraciclina. malmente destruyen esos parásitos.
- #
b. C lindam icina, 600 mg VO cada 8 o 12 ho­ Si bien esta condición se refiere a cepas de
ras, durante 7 días; más quinina o quinidina, Plasm odium fa lcip a ru m , se debe mantener un
600 mg cada 8 horas VO durante ios tres prime­ «estado de alerta» frente a la respuesta del Plas­
ros días de tratamiento con clindamicina. modium vivaxy hasta el presente sensible a las
c. M efloquina, 25 mg/kg de peso como dosis aminoquinolinas.
m total. Puede administrarse como única dosis o dar Los patrones de resistencia para el Plasmodium
i0 tres comprimidos de 250 jng como primera do­ falcip a ru m se han establecido con respecto a la
sis, seguidos, 6 a 8 horas después, por dos com­ cloroquina en áreas g eo g ráfica s de A frica,
primidos, y una tercera dosis de un comprimido Oceanía, Asia y América del Sur.
6 a 8 horas más tarde. Esta distribución geográfica debe tenerse en
(• En casos de P. falciparum resistentes a cloro- cuenta en el momento de indicar quimioprofi-
quina y Fansidar, se puede administrar un curso de laxis, como también al inicio de un tratamiento
jj9
5 a 7 días de quinina o quintdina, en dosis habi­ empírico.
m tuales, seguidas por m efloquina, 1.500 mg/día La sensibilidad de los parásitos a los fármacos
como dosis única. esquizonticidas puede evaluarse por métodos in
m vivo o in vitro.
4. Infección c o m p lica d a por P la sm o d iu m La determinación de falla de respuesta a la te­
m falciparum . Deberá tratarse con la asociación de rapéutica con cloroquina se basa en una investi­
quinidina y clindamicina: gación cuidadosa del caso, en la que hay que te­
t i»
• Q uinidina, 15 m g/kg/dosis en 500 mL de ner en cuenta la calidad del fármaco y la dosis
m solución de dextrosa al 5%, en goteo intravenoso ajustada al peso del paciente, además es necesa­
muy lento (pasar en 4 horas). Si no se puede pa­ rio excluir la posible de falta de absorción (vó­
(• sar a la vía oral, repetir cada 8 horas a razón de mitos, diarrea).
7,5 mg/kg/dosis, hasta que se pueda administrar Los métodos in vivo para un tratamiento habi­
m por vía oral para completar 7 días de tratamiento. tual con cloroquina definen cuatro tipos de res­
En caso de insuficiencia renal o hepática, las do­ puesta (OMS):
«
sis se ajustarán después del tercer o cuarto día de S (sensible): desaparición de las formas ase
m tratamiento. Se recomienda reducir de un tercio a xuales en sangre periférica dentro de los siete días
la mitad de la dosis diaria total y disminuir la fre­ de iniciado el tratamiento, sin recrudecimiento
(• cuencia de administración de 8 a 12 horas. El apor­ subsecuente.
te de líquidos y sodio se controlará en forma ade­ RI (resistencia I): desaparición de la parasite-
Ü cuada, por el peligro de provocar edema pulmonar. mia asexual dentro de los siete días, seguida por
recrudecimiento dentro de los siete a veintiocho
(•
• C lindam icina, 600 mg en 100 mL de solu­ días después del tratamiento.
9 ción de dextrosa al 5%, en goteo intravenoso lento RII (resistencia II): reducción marcada de la
(a pasar en una hora), cada 8 horas durante 7 días. parasitemia asexual sin desaparición dentro de
i» En las formas cerebrales está contraindicado el los siete días.
uso de corticosteroides. Las transfusiones serán R U I (resistencia III): ausencia de reducción o
(• realizadas cuando el nivel de hemoglobina esté aumento de la parasitemia asexual dentro de los
por debajo de 5 g% o haya evidencia clínica de siete días.
hipoxia. El empleo de heparina parece no mejo­ Es aconsejable realizar frotis de sangre perifé­
(• rar la evolución de los casos con coagulación rica cada 6 horas en las primeras 48 horas, luego
intravascular diseminada. cada 12 horas hasta la desaparición de la para­
i# sitemia asexuada y después cada 24 horas duran­
Resistencia te 35 días.
La resistencia de los parásitos del paludismo a En los casos de paludismo por Plasm odium
un fármaco se define como su aptitud para multi­ vivax los exámenes de verificación de la cura­
#
Capítulo 79 - Paludismo O 643

ción deben realizarse los días 15, 45, 75, 105, c. Emplear insecticidas ambientales durante la
135, 165 y 180. Se considera día O el primer día noche (piretrina).
del tratamiento. d. Colocar en las viviendas telas metálicas
(mosquiteros) en todas las aberturas.
PROFILAXIS
Quimioprofilaxis
Si bien las cuatro especies de Plasm odium pro­ El uso profiláctico de un antipnliídico se defi­
ducen morbilidad significativa, sólo el Plasmo- ne com o la administración de un fármaco antes
dium falciparum causa mortalidad aguda, por lo de que la infección se vuelva evidente.
que la infección por esta especie se ha converti­ La prevención absoluta implicaría la destruc­
do en un problema de difícil manejo dentro y fue­ ción de esporozoítos, pero no existe por el mo­
ra de las áreas endémicas. La resistencia a los mento el fármaco que cumpla tal objetivo.
fármacos de uso habitual y la exposición creciente La profilaxis clínica reduce el número de pará­
de individuos no inmunes son factores de impor­ sitos en sangre periférica (esquizontes) a un ni­
tancia que determinan la morbimortalidad de la vel que no provoca síntomas. Cuando la admi­
infección. nistración se suspende, los parásitos vuelven a
La demora en comenzar la terapéutica adecua­ multiplicarse y puede sobrevenir un ataque ya
da, los grupos de riesgo mayor (mujeres embara­ fuera del área endémica.
zadas, niños, inmunodeprimidos) o la ignorancia La indicación de quimioprofilaxis merece una
de las medidas profilácticas acrecientan aun más reevaluación a la luz de los siguientes hechos:
los riesgos de complicaciones y letalidad. a. Extensas áreas de resistencia a la cloroquina.
El consejo médico para quien viaja a un área b. Resistencia a los antifolatos.
endémica debe ser personalizado e informativo en c. Falta de protección total con los fármacos
conceptos básicos, acerca de la transmisión de la disponibles.
enfermedad y de sus manifestaciones clínicas. d. Efectos colaterales graves.
De acuerdo con el ciclo biológico del parásito, e. Infecciones mixtas que no responden a un
sólo una medida ofrece la máxima protección: esquema único.
evitar el contacto con el vector. f. Descuido de medidas elementales y eficaces
La información geográfica y la descripción de­ de protección (agravado por el abandono del ré­
tallada del tipo de actividad a desarrollar debe gimen prescripto).
tener en cuenta: g. Selección de resistencia a fármacos de utili­
a. Residencia en el área endémica (urbana, ru­ dad terapéutica.
ral, selvática).
b. Momento del día en el que se desarrollará la Sobre estos precedentes, la quimioprofilaxis
actividad. debe ofrecer mínimos riesgos de toxicidad y com­
c. Tiempo de permanencia en el área. pletarse con el tratamiento precoz.
d. Itinerario y medios de locomoción emplea­
dos. Esquemas recomendados
Es comprensible que fuera del área urbana (sin Area de sensibilidad a la cloroquina (inclu­
exclusión) durante el crepúsculo y con la prolon­ ye el NO argentino, sin casos autóctonos de Plas-
gación de la permanencia aumenten las probabi­ m odium falciparum ):
lidades de transmisión. Cloroquina) 300 mg una vez por semana.
Algunas medidas efectivas que impiden el con­
tacto con el Anopheles son: Areas con casos com unicados de resistencia
a. Usar vestimenta adecuada que deje la me­ a la cloroquina (África central y su costa occi­
nor superficie corporal expuesta, fundamental­ dental):
mente en horas de la tarde. M efloquina, 250 mg una vez por semana.
b. Usar repelentes en áreas de piel expuestas y
en la vestimenta.
644 □ Q uinta parte - Infecciones parasitarias

Otro esquema posible es: la permanencia en el área endémica sin acceso a


C loroquina, 300 mg una vez por semana; más puestos sanitarios, ante todo episodio febril debe
proguaníl, 200 mg diarios. sospecharse un ataque palúdico; ante la duda, co­
A menzar el tratamiento, para lo cual el viajero de­
Areas con resistencia frecuente a la cloro- berá llevar consigo tabletas de quinina, quinidina
quina y a ias diam inopirim idinas (SE asiático, o mefloquina. Iniciado el tratamiento, se aconse­
islas del Pacífico, América del Sur): ja la búsqueda de asistencia médica.

Otro esquema posible es: Vacuna


M efloquina, 250 mg una vez por semana. Mediante la purificación de las proteínas más
antigénicas de la superficie del merozoíto y el
Maloprim® (pirimetamina 25 mg más dapsona aislam iento de sus principales determinantes
100 mg) una tableta, más cloroquina 300 mg una antigénicas, se ha logrado sintetizar una proteína
vez por semana. que confiere inmunidad contra el paludismo. De 1
El régimen profiláctico comenzará una sema­ este modo se espera conseguir, en un futuro próxi­
na antes de arribar al área y se mantendrá 4 a 6 mo, un mecanismo inmunoprofiláctico seguro y i
semanas después de haberla abandonado. Durante eficaz que permita evitar la enfermedad.

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is v^dely distributed and potentlally Ufe threatenlng. Ciln.
Infect. Oís. 2008; 46: 165-71.
Lyv;n*--“

r80

Enfermedad de Chagas
Ornar J. Palmieri

DEFINICION El epimastigote mide 20 \im y es fusiforme.


Es el modo de multiplicación en el intestino del
La enfermedad de Chagas, iripanosomosis cruzi vector y es eliminado con las deyecciones del
o tripanosomosis americana, es una enfermedad triatomino, junto con el tripomastigote, pero es
zoonótica endémica, aguda y crónica, producida destruido en la sangre, como se verá más adelan­
por un protozoo flagelado, Trypanosoma cruzi, te. Es la forma predominante en los medios de
transmitida al hombre y otros animales por he- cultivo.
mípteros hematófagos de la subfamilia Triato- T. cruzi parasita a hospederos mamíferos: el
minae. hombre, animales domésticos como el perro y el
También puede adquirirse a través de transfu­ gato, y los animales salvajes, en especial roedo­
siones, trasplantes de órganos, por transmisión res y carnívoros. En el ciclo biológico participan
vertical y excepcionalmente por otras vías. Se ca­ esos mamíferos y los insectos vectores, los tria­
racteriza por el compromiso de distintos órganos tominos, conocidos vulgarmente como vinchuca.
y sistemas (corazón, sistema nervioso central y
aparato digestivo).
EPIDEMIOLOGÍA

ETIOLOGÍA
La enfermedad de Chagas es exclusiva del con­
tinente americano. La endemia más importante
El agente causal de esta enfermedad es Trypa­ se registra en Argentina, Brasil, Chile, Uruguay
nosoma cruzi, protozoo de la clase Zoom asíigo- y Venezuela. En Argentina se extiende desde los
phora, familia Trypanosomatidae. límites con Solivia, Paraguay y Brasil, hasta la
T. cruzi tiene un complejo ciclo biológico y du­ provincia de Santa Cruz.
rante su evolución adopta tres aspectos morfoló­ Los triatominos que transmiten T. cruzi se ha­
gicos diferentes: tripomastigoie, amastigote y llan desde el sur de los Estados Unidos hasta el
epimastigote. sur de la Argentina. Esta enfermedad es una ver­
El tripomastigote es la forma flagelada que cir­ dadera zoonosis.
cula por la sangre de los mamíferos. También se T. cruzi se ha aislado de más de 150 especies
halla en el intestino posterior de los triatominos. de mamíferos salvajes y domésticos. La parasi-
Es fusiforme y mide 20 a 25 |im de largo por 2 a temia prolongada en los animales signifíca un
3 ^m de ancho. abundante reservorio selvático y doméstico en las
£1 amastigote es la forma aflagelada. Se halla áreas enzoóticas. Triatoma infestans y otros tria­
en los tejidos de los mamíferos y allí se reprodu­ tominos pueden hallarse en la vivienda humana
ce. Es redondeado y mide 2 a 4 p.m de diámetro. ocupando grietas, techos de paja u otras imper­
m
646 □ Q uinta parte - Infecciones parasitarias
#

m fecciones de paredes o leciios, con lo que se esta­ Mardsen (1987) verificaron la presencia de T.
blece el ciclo doméstico de transmisión. Se co­ cruzi y comprobaron que en ese medio mantiene
#
nocen 122 especies de triatominos vectores de la su capacidad infectante durante 24 horas. La con­
enfermedad, la cual está vinculada fundamental­ taminación se produciría por la presencia de
mente con la vivienda precaria, la pobreza y la triatominos infectados y sus deyecciones presen­
ignorancia. En América latina se estima que hay tes en la caña de azúcar, aplastados por el trapi­
alrededor de 16 millones de personas infectadas. che durante el proceso de extracción del jugo.
• En la Argentina el número aproximado de infec­ Transplacentaria. La infección congénita es
tados es de 3 millones. Las provincias más afec­ poco frecuente. El pasaje transplacentario de tri-
m
tadas, por orden de importancia, son Santiago del panosomas desde la sangre materna al feto, puede
m Estero, Chaco, Salta, San Luis y Formosa. ocurrir con alta o baja parasitemia. Es desconoci­
do el mecanismo por el cual algunos niños de ma­
m Modos de transmisión dres chagásicas contraen la enfermedad y otros no.
El hombre puede adquirir la enfermedad por Leche materna. La posibilidad de transmisión
distintas vías: de T. cruzi a través de la leche materna es posible,
Vectorial. La transmisión vectorial es la más pero su frecuencia es muy escasa y es considerada
m
importante y frecuente vía de llegada de T. cruzi un riesgo excepcional. No obstante es aconseja­
m al organismo. Los triatominos infectados, duran­ ble que la madre chagásica aguda no amamante.
te la noche, pican y defecan en la piel en la que Contaminación accidental. Puede contraerse al
# depositan con sus deyecciones los tripomasti- trabajar con vinchucas, animales infectados, cul­
gotes; éstos, penetran por las mucosas vecinas o tivos de T. cruzi, al realizar necropsias, al extraer
m por el mismo orificio de la picadura llevados por sangre de animales o individuos infectados y otras
el rascado ya que la picadura produce prurito. tareas en laboratorios donde se estudia esta en­
m
H emotransfusión. Se debe a la transfusión de fermedad. Ya ha sido citado el trágico accidente
m sangre de dadores infectados que ignoran su en­ con infección fulminante del investigador argen­
fermedad. El receptor puede desarrollar hiperter- tino Mario Fatala Chabén.
m mia, hepatoesplenomegalia, chagomas, miocar­ Transplante de órganos. La procedencia de ór­
ditis o encefalitis. ganos para transplante de dadores chagásicos,
m Drogadicción intravenosa. El hábito de compar­ expone al riesgo de enfermedad, el cual se incre­
tir jeringas durante la drogadicción intravenosa menta debido a la inmunosupresión practicada en
m
provoca con alguna frecuencia la enfermedad. el receptor.
# Siempre hay que considerar esta posibilidad. Anim ales parasitados. En algunas regiones ru­
Digestiva. La posibilidad de que la infección rales se observa este mecanismo de infección al
m chagásica se produzca por vía digestiva, si bien es desollar animales silvestres o semidomésticos, que
rara, está bien documentada en la literatura mé­ como las cuices, son criados para la alimentación.
m dica. Mazza y Jorg la demostraron experimental­ Sexual. Esta rara posibilidad ha sido comproba­
mente en animales. En las necropsias de dichos da en animales y en el ser humano. Se han halla­
m
animales se observó una voluminosa adenopatía do tripomastigotes en la sangre menstrual de mu­
m mesentérica o retroperitoneal con gran reacción jeres chagásicas y en el semen de animales de la­
macrofágica y nidos parasitarios que confirman la boratorio. Los casos comunicados son de enfer­
m primoinfección en el tracto digestivo. Hay múlti­ medad aguda en hombres que tuvieron relacio­
ples observaciones de infecciones humanas por nes sexuales con mujeres chagásicas asintomá-
« ingestión de carne de animales silvestres parasi- ticas. El tripomastigote puede penetrar a través
tados y aun la infección mortal sufrida por Mario de la mucosa del pene.
m
Fatala Chabén por ingestión accidental de sangre
# contaminada en el laboratorio. También fue de­
PATOGENIA
mostrada por la ingestión de jugo de caña de azú­
car {gtiarapo), alimento que se consume habi­ En el ciclo doméstico, domiciliario y peridomi-
tualmente en Brasil, y en el que Soares, Dias y ciliario, el reservorio es el hombre y los anima­
m

m
C apitulo 80 - Enfermedad de Chagas □ 647

les domésticos que lo rodean, en especial el pe­


ANATOMÍA PATOLÓGICA
rro y el gato, y los vectores son los triatominos
que se alojan en la vivienda. En el ciclo silvestre Las lesiones de esta enfermedad varían de
intervienen triatominos con hábitat distinto al del acuerdo con el período considerado y el órgano
hombre y los reservorios son los animales salva­ involucrado.
jes, en particular roedores y otros mamíferos. Si bien hay descripciones de compromiso de
Como ya fue señalado el mecanismo más im­ prácticamente todos los órganos, los afectados
portante de transmisión es la transm isión vecto­ con más frecuencia son sólo algunos. Durante la
rial debida a la deyección de los triatominos. fase aguda éstos son corazón, hígado, bazo, gan­
Éstos, al picar para alimentarse en zonas descu­ glios linfáticos, sistema nervioso central y tejido
biertas de la piel del hombre durante el sueño, graso. Puede observarse hepatoesplenomegalia,
eliminan en sus deyecciones epimastigotes y tri- adenomegalias, meningoencefalitis y aumento del
pomastigotes metacíclicos que penetran por la tamaño de las cavidades cardíacas.
picadura, hecho favorecido por el rascado de la En este período la lesión tisular se debe sobre
zona a causa del prurito que produce. También todo a la multiplicación parasitaria y a la destruc­
pueden penetrar por las mucosas vecinas al sitio ción celular directa. Con microscopía electróni­
de la deyección. ca se ven amastigotes intracelulares que despla­
A sí llega el parásito a la sangre, donde las for­ zan a las organeias citoplasmáticas sin llegar a
mas de epimastigote son rápidamente eliminadas lesionarlas. Después se produce la rotura celular,
debido a la actividad del complemento, de la in­ la congestión vascular, el edema intersticial y el
munidad celular mediada por anticuerpos y del infiltrado de polimorfonucleares con depósito de
sistema fagocítico mononuclear. complejos inmunes. La liberación de restos ce­
Los tripomastigotes no responden a estos me­ lulares acarrea una respuesta inflamatoria que ter­
canismos defensivos e ingresan en las células por mina por dañar células parasiiadas y no para-
fagocitosis o penetración directa. Una vez den­ sitadas.
tro de la célula el tripomastigote se transforma Por último el proceso agudo se limita, dismi­
en amastigote y se divide por fisión binaria hasta nuyen los elementos parasitarios y la respuesta
romper la célula; pasa así nuevamente a la circu­ inmunitaria.
lación, donde se transforma en tripomastigote y Durante la fase crónica el daño suele circuns­
reinicia el ciclo. cribirse al corazón y a los órganos huecos del tubo
T. cruzi tiene un tropismo especial por el mús­ digestivo. Las lesiones suelen ser más difusas y
culo estriado, en especial por el miocardio, y tam­ al parecer independientes de la presencia del pa­
bién por el sistema nervioso central y los ganglios rásito.
del sistema nervioso autónomo. En el examen macroscópico el corazón suele
Durante la fase aguda el parásito produce daño estar agrandado; también se observan placas blan­
por lesión directa, aunque también están invo­ quecinas en el pericardio, engrosamientos fibro­
lucrados, pero en menor medida, mecanismos de sos en el recorrido de las arterias coronarias y
tipo inmunitario. Luego de períodos de latencia adenomegalias subepicárdicas.
variables, en los que existen parasitemias transi­ En el examen microscópico la lesión se mues­
torias, sobrevienen las lesiones de la fase cróni­ tra difusa, hay áreas de necrosis miocárdica con­
ca. Éstas parecen depender más de mecanismos fluente con infiltrado mononuclear y el tejido car­
inmunitarios que de la presencia del parásito. díaco es reemplazado en forma paulatina por te­
Algunas lesiones, como el megaesófago o el me- jido fibroso. Se ven nidos de amastigotes intrace­
gacolon, podrían estar justificadas por denerva- lulares, cuya inmunomarcación posibilita el diag­
ción, y otras por alteraciones reológicas y de la nóstico de certeza. Con el tiempo el número de
microcirculación. parásitos puede disminuir, al punto de que a ve­
ces no es posible identificarlos.
En el tubo digestivo lo más característico es la
producción de megaesófago y megacolon.
648 D Q uinta parte - Infecciones parasitarias C apítulo 80 - Enfermedad de Chagas □ 649

La lesión tisular se circunscribe a la capa mus­ fa se indeterm inada, clínicamente asintomática, adenopatía satélite preauricular. Este signo, si F ase c r ó n ic a

cular y a los plexos nerviosos mieniéricos; las ca­ y una fa s e crónica de larga duración. bien es característico, es poco frecuente. Durante esta fase los órganos involucrados con
pas mucosa y adventicia permanecen indemnes. El compromiso visceral es más comíin en el más frecuencia son el corazón y el tubo digestivo.
niño y muy grave en los menores de 2 años. El No obstante, la afectación de uno u otro varía con
Las lesiones observadas en la mucosa son secun­ Fase aguda
La fase aguda a menudo no se hace evidente, paciente tiene fiebre, habitualmente superior a los las distintas áreas geográficas. En la Argentina es
darias a la estasis.
El estudio histológico revela desaparición de las aunque también hay formas oligosintomáticas, 38®C, poliadenopatías generalizadas, diarrea, más frecuente el compromiso cardíaco y en raras
neuronas de los plexos nerviosos musculares. A por lo que el médico que se desempeña en áreas compromiso bronquial y hepatoesplenomegalia. ocasiones el del tubo digestivo, en tanto que en el
veces pueden verse infiltrados inflamatorios mo- endémicas debe considerar siempre este diagnós­ En las formas más graves hay compromiso car­ Brasil es mucho más común el hallazgo de me-
nonucleares; cuando no se ven, las lesiones son tico en los cuadros febriles, sobre todo en la po- díaco y del sistema nervioso central. gaesófago o megacolon. Esta diferencia parece de­
indistinguibles de las del megacolon idiopático. blación pediátrica. También en este período pueden aparecer cho' berse a la existencia de distintas cepas de T. cruzi.
La transmisión transplacentaria de T. cruzi es El período agudo clínicamente evidente se pre­ gom as subcutáneos, {chagom as hem atógenos), La cardiopatía crónica es desarrollada por alre­
posible durante la segunda mitad del embarazo. senta en alrededor del 5% de los infectados chagá- sobre todo a nivel de abdomen, nalgas y muslos; dedor del 30% de los enfermos chagásicos. Suele
En el feto produce una infección generalizada, sicos. La gravedad es mayor cuanto menor es la además de edema generalizado, fiebre, exante­ ser de inicio asintomático, con alteraciones elec­
sin signos de puerta de entrada que -c o n lesio­ edad del paciente. mas, hepatoesplenomegalia, miocarditis, menin- trocardiográficas como primera manifestación.
nes similares a las de la fase aguda- afecta el sis­ En la transmisión vectorial, luego de un perío­ goencefalitis, cefalea, insomnio, astenia y mialgias. El electrocardiograma puede registrar extra-
tema nervioso central, el miocardio, el sistema do de incubación de 4 a 12 días, en el sitio de in­ La miocarditis puede manifestarse como una sístoles ventriculares, trastornos de la conducción
reticuloendotelial y el músculo esquelético. greso del parásito puede producirse el denomi­ dilatación leve con pequeñas alteraciones elec- intraventricular o auriculoventricular. Son carac­
nado chagom a de inoculación. El mismo asienta irocardiográficas o como un cuadro grave con terísticos el bloqueo completo de la rama derecha
en zonas descubiertas de la piel, es de tamaño cardiomegalia, insuficiencia cardíaca descom ­ y el hemibloqueo anterior izquierdo, que en un área
MANIFESTACIONES CLÍNICAS pensada, edemas, anasarca y alteraciones elec- endémica son altamente sospechosos de enferme­
variable, poco o nada doloroso y puede adoptar
Se considerarán la enfermedad adquirida y la distintos aspectos (forúnculo, erisipela, hipoder- trocardiográficas francas. Estas últimas consis­ dad de Chagas. Durante la evolución pueden agre­
enfermedad congénita (cuadro 80-1). mitis). Cuando la picadura está próxima al ojo ten en taquicardia sinusal, voltaje disminuido del garse signos y síntomas de insuficiencia cardíaca,
suele presentarse com o com plejo oftalm ogan- QRS, bloqueos auriculoventriculares, y trastor­ por lo general global y de curso progresivo, con
Enfermedad adquirida glionar o signo de Rom ana. Éste es unilateral y nos de la repolarización ventricular y de la con­ mayores alteraciones electrocardiográficas.
En la enfermedad adquirida se reconocen tres está caracterizado por edema bipalpebral, inyec­ ducción intraventricular. El bloqueo de rama de­ Los pacientes con cardiopatía chagásica, aun
fases: una fa s e aguda, de evolución breve, una ción conjuntival, dacriocistitis, dacrioadenitis y recha y los hemibloqueos de rama izquierda del con leves alteraciones electrocardiográficas, es­ c .
haz de His, muy comunes en la fase crónica, son tán expuestos a un riesgo aumentado de muerte
excepcionales en este período. súbita por arritmias complejas. Si hay dilatación
Cuadro 80-1. Enfermedad de Chagas, formas clínicas. La meníngoencefalitis, que es muy grave, se cardíaca, debe tenerse en cuenta el riesgo de trom-
produce sobre lodo en lactantes; se caracteriza boembolismo pulmonar por desprendimiento de
por trastornos motores, convulsiones, vómitos y trombos intracavitarios, que suele ser una de las
compromiso del sensorio. Las alteraciones del causas de muerte.
•Forma inaparente •Asintomática •Cardlopatías líquido cefalorraquídeo suelen ser leves. El cuadro digestivo más característico es la apa­
•Forma aparente Normales: • IVlegavísceras rición de megaesófago y megacolon.
Cardiaca ECG •Neuropatías fa se in d e t e r m in a d a El megaesófago suele ser de inicio asintomá­
Meningoencefálica Ecocardiograma Comienza 8 a 10 semanas después de la pri- tico. Se detecta sólo en estudios de catastro con
Ergometria moinfección, sintomática o asintomática, y puede radiografías de tránsito esofágico. En ellas se ob­ c
Rx: tórax durar años, incluso toda la vida. En esta fase se de­ serva el órgano de tamaño normal con retardo en
(C.
Rx. aparato digestivo sarrolla una multiplicación parasitaria lenta, sin la progresión de la sustancia de contraste. Con la
Serología (+) evidencias clínicas, electrocardiográficas o radio­ evolución aparece disfagia, dolor retroesternal y
Serología (+) Serología (+)
Parasitemia (-) lógicas de compromiso visceral. La infección se regurgitación.
Parasitemia (+) Parasitemia (-)
Xenodiagnóstico (+) o (-) reconoce únicamente por la serología y en forma Es común que los pacientes refieran tomar abun­
Xenodiagnóstico (+) o (-)
eventual por la búsqueda del parásito en sangre, dante cantidad de líquido durante la comida para
lEnferbiedád dado que puede haber parasitemias transitorias. facilitar la deglución. Por último, la progresión del
Meníngoencefalitis Esplenomegalia Éstas no son detectables por los métodos directos, compromiso esofágico impide una alimentación
Miocarditis Anemia pero en el 20% al 60% de los casos pueden reco­ adecuada y sobreviene la desnutrición.
Hepatomegalia Irtericla nocerse mediante el xenodiagnóstico. En esta eta­ El cuadro radiológico evoluciona con dilata­
Serología (+) pa el paciente no tiene conciencia de su infección ción del órgano, cuyo calibre puede estar muy
Parasitemia (+) y constituye un importante reservorio del parásito. aumentado.
650 □ Q uinta parte - Infecciones parasitarias

El megacolon a menudo no produce síntomas en la ciudad de Buenos Aires, hasta el 7% en la


durante mucho tiempo. A lo largo de su evolu­ provincia de Jujuy.
ción a veces se producen fecalomas que originan El cuadro clínico aparece de inmediato o a los
obstrucciones intestinales. Lo más característico pocos días del nacimiento; se caracteriza por pre-
es la constipación pertinaz y progresiva, que pue­ maturez, bajo peso al nacer, hepatoesplenome-
de llevar a los pacientes a no evacuar por perío­ galia, meningoencefalitis, miocarditis, anemia e
dos de hasta 20 días. ictericia. Es un cuadro grave con alta mortalidad.
Más raramente se ven dilataciones en otros ór­
ganos huecos (vía biliar, megavejiga y megau- DIAGNÓSTICO
réter). El diagnóstico de la enfermedad de Chagas se
La existencia de compromiso nervioso duran­ basa en los aspectos epidem iológicos, clínicos y
te la fase crónica es discutida por distintos auto­ de laboratorio.
res. Carlos Chagas describió alteraciones neuroló- En cuanto a los datos epidemiológicos se consi­
gicas variadas -d esde cuadros de retraso mental derará el lugar de nacimiento o residencia, perma­
hasta neuropatías periférica.?- las que no fueron nente o transitoria en el área endémica, así como
demostradas con ulterioridad. En el presente es el conocimiento de la vinchuca o la referencia clara
clara la existencia de una neuropatía periférica de la picadura de este insecto, también transfusio­
somatosensitiva. nes, transplantes de órganos, compartir jeringas
La enfermedad de Chagas también se vincula entre adictos a drogas intravenosas y otros aspec­
con algunas formas de epilepsia. tos ya comentados. En cuanto a la enfermedad
Los pacientes chagásicos crónicos a quienes al­ de Chagas congénita se tendrá en cuenta la sero-
guna enfermedad o tratamiento (corticosteroides, logía de la madre. Otro aspecto importante del
citostáticos) les provoca inmunodepresión, sufren diagnóstico es la reagudización en un paciente
una reactivación de su dolencia y desarrollan for­ con enfermedad de Chagas crónica que ha sido
.4 1 mas clínicas agudas de la enfermedad. Esto se sometido a terapéutica inmunodepresora o adqui­
observa en pacientes sometidos a trasplantes de rió enfermedades que provocan inmunodepre­
órganos sólidos (corazón y riñón), en los que apa­ sión, como el sida.
recen las lesiones de la fase aguda con grandes Como ya fue expresado antes, las manifesta­
parasitemias, meningoencefalitis, lesiones cere­ ciones clínicas mostrarán distintos aspectos se­
brales de aspecto tumoral, miocarditis y, con fre­ gún se trate de enfermedad en fase aguda o cró­
cuencia, lesiones cutáneas. La presencia de T. nica; otro tanto puede decirse del diagnóstico de
criízi se evidencia tanto en sangre como en LCR laboratorio, ya que los estudios para cada fase
y en las biopsias de los órganos comprometidos. son diferentes. En \a fa se aguda se realizarán los
En los estadios tardíos de la infección por HIV siguientes exámenes:
también puede reactivarse la tripanosomosis; en Exam en m icroscópico de sangre fresca entre
estos casos lo más característico es la aparición portaobjetos y cubreobjetos, en el que se verán
de masas cerebrales que obligan al diagnóstico los tripomastigotes con movimientos activos.
■ jm diferencial con toxoplasmosis y linfomas de ce­ Exam en de gota gruesa. Se practican extendi­
rebro, El tripomastigote puede verse en el exa­ dos, se los colorea con May-Grünwald-Giemsa y
men directo o en la tinción con Giemsa de exten­ se los examina microscópicamente con objetivo
didos del LCR. de inmersión para ver los tripomastigotes.
M étodo de concentración de Strout. Los tripo­
Enfermedad congénita mastigotes se buscan en el centrifugado del sue­
Es una forma grave de la enfermedad que se ro obtenido por la retracción espontánea del coá­
produce por el pasaje de T. cruzi a través de la gulo de sangre venosa.
placenta, durante la gestación de una paciente M icrohematocrito. Seis capilares heparinizados
chagásica. Puede causar aborto o nacimiento se llenan con sangre periférica, se centrifugan y
pretérmino. La incidencia de la enfermedad con­ se quiebran a nivel de la capa de leucocitos; ésta
génita es variable según las zonas, desde 0,5% se vierte entre portaobjetos y cubreobjetos para
C apítulo 80 - Enfermedad de Chagas □ 651

su observación microscópica. Es un método sen­ piel, corazón, riñón y otros tejidos, además de la
cillo, rápido y sensible, que sólo requiere 0,6 cm' búsqueda de parásitos en sangre y LCR.
de sangre.
Xenocliagnóstico. En la piel del paciente se
DIAGNÓSTICO DIFERENCIAL
aplican cajas con triatominos libres de infesta­
ción, los cuales han sido alimentados con sangre En la fase aguda y en la zona endémica debe
de ave, y se dejan durante 30 minutos para que hacerse con todos los cuadros febriles que cur­
se alimenten con su sangre. Treinta y sesenta días san con hepatoesplenomegalia: leucemia, lin-
después las deyecciones de los triatominos se fomas, leishmaniosis visceral, esquistosomosis,
observan entre portaobjetos y cubreobjetos; el paludismo, septicemia y otras.
resultado es positivo, si las deyecciones mues­ El signo de Romaña debe diferenciarse de otras
tran el parásito. causas de tumefacción ocular con conjuntivitis.
S ero h g ía . Se dispone de las técnicas de enzi- La forma congénita obliga a distinguirla de la
moinmunoensayo (ELISA), inmunofluorescencia sepsis neonatal.
indirecta (IFI), hemaglutinación (HAI), aglutina­ La forma cardíaca crónica no debe confundir­
ción del látex, aglutinación directa, inmunoen- se con otras cardiopatías dilatadas: miocardio-
sayo en fase sólida y fijación del complemento patía hipertensiva, alcohólica, idiopática y otras.
(FC) o reacción de Machado-Gueneiro. La serología y la epidemiología son importantes
Las reacciones de ELISA e IFI son las más pre­ en estos enfermos.
coces y sensibles y pueden detectar IgM o IgG. Las megavísceras obligan al diagnóstico dife­
La sensibilidad de la FC es algo menor (cercana rencial con la acalasia, en el caso del megaesó-
al 85% después del sexto mes de enfermedad). fago, y de la enfermedad de Hirschprung en el de
La HAI es poco sensible en etapas tempranas megacolon.
de la infección, dado que no detecta IgM; es útil
para pruebas de detección o screening por su sen­
COMPLICACIONES
cillez y sensibilidad para detectar enfermedad
crónica. En los pacientes con formas cardíacas, las des­
La aglutinación directa -detecta anticuerpos del criptas con más frecuencia son la muerte súbita
tipo IgM - es útil por su sensibilidad en etapas por fibrilación ventricular, la cardiopatía dilata­
tempranas de la infección. da con insuficiencia cardíaca, la embolia pulmo­
Todas las pruebas mencionadas pueden dar re­ nar por trombos intracavitarios y, aunque poco
acciones cruzadas con otros parásitos hísticos. En frecuente, puede haber rotura del aneurisma de
la práctica suelen realizarse 3 reacciones: IFI, FC la punta del corazón.
y HAI. La muestra se considera positiva cuando Las complicaciones del megaesófago suelen
lo es el resultado de dos de ellas. De este modo ser: esofagitis por reflujo, neumonías aspirativas,
la sensibilidad y especificidad se aproximan al dificultad para la alimentación -co n la consi­
100 % . guiente desnutrición- y el aumento del riesgo de
La reacción en cadena de la polimerasa (PCR) desarrollar carcinoma epidermoide.
permite la detección de pequeñas cantidades de En los casos que cursan con megacolon pue­
ADN de T. cruzi. den desarrollarse obstrucciones intestinales por
Durante la fa se crónica la parasitemia es baja fecalomas, vólvulos y, con menor frecuencia, per­
y la identificación del parásito, poco probable; foración intestinal.
por lo tanto, se recurre a la serología, que estu­
diará la respuesta inmune del hué.sped o sea sus
PRONÓSTICO
anticuerpos.
En las fornias de reactivación -e n pacientes so­ Depende de diversos factores, entre los que se
metidos a trasplante o con sida- suelen ser útiles destacan el área geográfica, el período evolutivo
los métodos directos. Puede realizarse el estudio y la edad del paciente.
histológico y la inmunomarcación de biopsias de El área geográfica parece desempeñar un pa-
652 □ Q uinta parte - Infecciones parasitarias

peí importante, ya que la frecuencia de localiza­ Con frecuencia las taquiarritmias son contro­
ciones no es igual en distintas zonas. En Argenti­ ladas con amiodarona. Si hay bloqueos auriculo-
na, Brasil y Venezuela, entre el 15% y el 35% de veniriculares, puede requerirse la implantación
los chagásicos crónicos presentan formas cardía­ de un marcapasos.
cas. En El Salvador y Panamá prácticamente la En los pacientes con megaesófago correspon­
totalidad de los ECG tomados a pacientes con de instituir apoyo nutricional y, en muchas oca­
serología positiva son normales. siones, la solución es quirúrgica.
De los pacientes que alcanzan la forma cróni­ En los pacientes con megacolon están indica­
ca, en Brasil alrededor del 15% desarrolla for­ das medidas dietéticas para facilitar la evacua­
mas digestivas. En la Argentina cerca del 30% ción intestinal, pero en los casos avanzados está
padece formas cardíacas, pero no hay estadísti­ indicada la cirugía.
cas respecto del compromiso del tracto gastroin­ El tratamiento destinado a la erradicación de
testinal. la causa es de gran utilidad durante la fase aguda
Estas diferencias regionales parecen deberse a y en la forma congénita. En consecuencia, corres­
la presencia de cepas de T. cruzi con distinta vi­ ponde tratar a todos los pacientes dentro de los
rulencia. dos primeros años de contraída la enfermedad, ya
Durante el período agudo la enfermedad es que la eficacia de la medicación es máxima en los
mortal en el 10% de los casos no tratados. La le­ primeros meses y decrece con el tiempo.
talidad es mayor si hay bloqueos de rama izquier­ Si bien el tratamiento clásico se ha limitado a
da del haz de His o meningoencefalitis, también la enfermedad aguda, en un número creciente de
en pacientes de edad temprana y en los que pa­ publicaciones se señala la utilidad del tratamien­
decen formas congénitas. to de los pacientes en fase crónica indetermina­
La forma crónica indeterminada suele mante­ da. Instituciones oficiales en el Brasil y la Ar­
nerse por períodos de 10 a 30 años, e incluso gentina, com o también muchos expertos, sostie­
durante toda la vida. En este período el riesgo de nen lo mismo.
muerte es igual al de la población general. No se discute la necesidad de tratar las formas
Las manifestaciones orgánicas crónicas suelen de reactivación en enfermos inmunodeprimidos.
aparecer entre los 20 y los 40 años de edad, pero Hay dos alternativas terapéuticas:
en general las manifestaciones cardíacas graves El benznidazol -u n derivado nitroimidazólico-
se ven en mayores de 50 años. se administra en dosis de 10 mg/kg/día (600 mg/día
Las alteraciones del ECG, aun en pacientes en adultos) durante 30 a 60 días. Sus principales
asintomáticos, aumentan el riesgo de muerte sú­ efectos adversos son intolerancia digestiva, re­
bita por arritmias complejas. acciones cutáneas y polineuropatías. Está contra­
El pronóstico es peor en hombres que en muje­ indicado durante el embarazo.
res. El nifurtimox~üT\ agente del grupo de los nitro-
Las formas digestivas tienen mejor evolución furanos- se administra durante 30 a 60 días en do­
que las cardíacas. sis de 10 mg/kg/día en adultos y de 15 mg/kg/día
en niños. Sus efectos adversos son comunes aun­
que no suelen ser graves: puede producir intole­
TRATAMIENTO
rancia digestiva y polineuritis. No tiene contrain­
Debe considerarse el tratamiento de las locali­ dicaciones absolutas.
zaciones y consecuencias, pero también el de las
causas de la enfermedad.
PROFILAXIS
El tratamiento de la cardiopatía consiste en las
medidas habituales para los casos de arritmias o El denominador común de la endemia es el tipo
insuficiencia cardíaca de otra causa. Hay que te­ de vivienda. La profilaxis debe perseguir, en pri­
ner cuidado especial en el manejo de los digitá- mer término, el control de la transmisión vectorial
líeos, ya que pueden complicar el manejo de las domiciliaria; cuando fuere posible, mejorando las
arritmias. condiciones de la vivienda mediante la elimina-
C apítulo 80 - Enfermedad de Chagas □ 653

cíón de las grietas, en las que el insecto anida, o rutinaria desde 1963; se efectúa hemaglutinación
por medio del rociado periódico, del dom icilio y indirecta y la sangre reactiva se descarta.
el peridomicilio, con insecticidas de acción resi­ Para los países de alta endemicidad en los que
dual, como los piretroides. Con estas medidas y no hay control en bancos, se recomienda el trata­
con un sistema de vigilancia epidemiológica, en miento de la sangre con 125 mg de violeta de gen­
Brasil se eliminó la transmisión vectorial. ciana cada 500 mL.
También se debe realizar un control estricto en Si bien la transmisión vertical es muy variable
bancos de sangre de los hemoderivados a trans­ según la región a considerar, es importante reali­
fundir. zar pruebas serológicas a las mujeres embaraza­
En la Argentina la sangre se controla en forma das para la detección precoz del niño en riesgo.

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Toxoplasmosis
Ornar J. Palmieri

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DEFINICION El ooquiste se excreta en la materia fecal del


gato u otros felinos, mide 1 0 x 1 2 |xm, es de for­
La toxoplasmosis es una zoonosis parasitaria, ma ovoide y para ser infeccioso debe madurar
provocada por el protozoo Toxoplasma gondii, (esporulación) en el medio exterior. La esporula-
que afecta al hombre así como a diversas espe­ ción se lleva a cabo en 2 a 10 días, tiempo que
cies de mamíiferos y aves. En el ser humano la demanda la formación en el interior del ooquiste
enfermedad puede ser aguda o crónica, sinto­ de dos esporoquistes con cuatro esporozoítos cada
mática o asintomática, congénita o adquirida, y uno. Pueden permanecer viables en el suelo hú­
producirse en sujetos inmunocompetentes o con medo durante un año o más -so n muy resistentes
alteraciones de la inmunidad. Origina diversas a los desinfectantes com unes- y a partir de este
manifestaciones clínicas de acuerdo con la for­ reservorio ambiental infectar al hombre y los ani­
ma de transmisión y los tejidos involucrados. males, incluso el gato. Al ser ingeridos por ma­
míferos o aves, estos ooquistes se transforman
ETIOLOGÍA
en el intestino delgado en trofozoítos que desde
allí invaden el organismo.
Toxoplasma gondii pertenece a la subfamilia El trofozoíto de Toxoplasma gondii tiene un
A p ico m p lex a , c la se S p orozoasid a y orden aspecto de semiluna o arco (de allí su nombre;
Eucoccidiorida, por lo que se lo ha descripto del griego toxon, arco y plasm a, algo con forma)
co m o p arásito a p ic o m p le jo , e sp o r o z o o o con un polo anterior más agudo, un polo poste­
coccidio. Su ciclo biológico comprende la multi­ rior redondeado y dos caras, una cóncava y otra
plicación sexual o esporogónica, en el intestino convexa. Mide 2 a 4 pm de ancho por 6 a 7 jim
del gato y otros felinos {hospederos definitivos), de largo. En los tejidos de los mamíferos y las
y la multiplicación asexual o esquizogónica, en aves se pueden observar distintos aspectos de
los tejidos del hombre, otros mamíferos y aves Toxoplasma gondii: los trofozoítos, que libres tie­
{hospederos interm ediarios). Los felinos son los nen el aspecto descripto, están obligados a pene­
únicos animales en los que el parásito puede trar en una célula, en la cual se multiplicarán ace­
multiplicarse, tanto en el intestino como en los leradamente {taquizoítos) y constituirán el seu-
tejidos. En ellos puede completar todo su ciclo doquiste, que son células repletas de parásitos.
biológico, la multiplicación sexual en el intesti­ Éstos terminan destruyendo la célula, y los
no y la asexual en los tejidos. En cambio, en el trofozoítos libres invadirán otras células de la
hombre, los otros mamíferos y las aves sólo se vecindad o a distancia, por diseminación he-
cumple el ciclo asexual o esquizogónico, o ciclo mática o linfática. Si el ritmo de reproducción es
hístico. más lento {bradizoítos)^ se origina el quiste hís-
656 □ Q uinta parte - Infecciones parasitarias

tico. Éste tiene un diámetro de 10 a 200 jim y produce si la mujer contrae la infección durante I
puede contener varios miles de bradizoftos. Su la gestación.
pared se tiñe bien con ácido peryódico de Schiff Un grupo con susceptibilidad especial son los i
(PAS), Wrighi-Giemsa, inmunoperoxidasa y con pacientes con sida, en quienes la probabilidad de
la metenamina argéntica de Gomori. Los quistes adquirir la infección aumenta cuando el recuen- !
pueden localizarse en cualquier órgano, pero su to de células T CD4+ desciende por debajo de *
hallazgo es más común en el cerebro, la retina, el 100/mm^. Por lo general desarrollan una encefa­
miocardio y el músculo esquelético. Son relativa­ litis cuyo mecanismo patogénico suele ser la reac­
mente resistentes a los jugos digestivos, por lo que tivación de una infección pasada, aunque no hay ;
es posible adquirir la infección al comer carne cru­ que excluir su adquisición con ulterioridad a la
da o poco cocida. Son destruidos por el calor infección por HIV. Es importante advertir a las !
a61®C durante cuatro minutos y por congelación a embarazadas o a los sujetos inmunodeprimidos ^
20*C durante 24 horas seguida por calentamiento. con serología negativa para toxoplasmosis, cómo i
prevenir esta infección y la conveniencia de so- I
meterse a un control serológico periódico. 1
EPIDEMIOLOGÍA

La toxoplasmosis es la zoonosis parasitaria de


PATOGENIA
distribución más universal. Está presente en ani­
males herbívoros, omnívoros y carnívoros, inclui­ Los taquizoítos de Toxoplasma gondii infectan
dos todos los mamíferos. La carne destinada para todo tipo de células mediante una penetración
consumo humano tiene alta prevalencia de quis­ activa. Una vez en el interior de una célula, se
tes hísticos, mientras que alrededor del 1% de reproducen con rapidez, lo que provoca necrosis
los gatos excreta ooquistes. Las cucarachas, las celular y una reacción inflamatoria. La destruc­
moscas, las lombrices de tierra, las babosas y los ción celular libera los taquizoítos que invadirán
caracoles pueden ser medios de transporte de los a otras células, que también serán destruidas.
ooquistes. El gato es importante en la transmi­ Como ya se expresó, el parásito puede llegar al
sión de la enfermedad, sobre todo a los animales organismo tras la ingestión de ios quistes presen­
herbívoros, aunque sin el gato la toxoplasmosis tes en la carne de consumo, o de los ooquistes
podría perpetuarse a través de la transmisión con- que contaminan el agua o los alimentos. Los ta-
génita y del consumo de carne. El gato se infecta quizoícos atraviesan la pared intestinal y se dise­
debido a la ingestión de los ooquistes eliminados minan por todo el organismo llevados por el to­
con las deposiciones por otros gatos, o por co­ rrente sanguíneo o linfático, ya sea en forma di­
mer aves o pequeños roedores que contienen quis­ recta o transportados por macrófagos, linfocitos
tes en sus músculos. o granulocitos. En las inoculaciones accidenta­
En los seres humanos la incidencia de seropo- les de laboratorio se produce una linfadenitis re­
sitividad es muy elevada y se incrementa con la gional, con diseminación hemática ulterior. Al
edad; varía con el grupo poblacional y el área cabo de 10 a 15 días, desde el ingreso del parási­
geográfica, pero no hay diferencia significativa to en el organismo, se desarrolla el proceso de
entre los sexos. inmunidad y los bradizoftos se enquistan en los
Las dos vías principales de transmisión de 7b- tejidos. Los bradizoítos intracelulares forman su
xopiasm a gondii a ios seres humanos son la oral propia pared; ello da origen a los quistes, que
y la congénita, aunque también se transmite por cuando están íntegros no desarrollan reacción
transfusiones, trasplantes de órganos o inocula­ inflamatoria a su alrededor. Asientan preferente­
ción accidental en el laboratorio. Por la vía oral mente en el cerebro, la retina, el miocardio y el
pueden llegar los quistes presentes en la carne de músculo esquelético. La alteración de la respuesta
consumo o los ooquistes que contaminan el agua, inmune puede provocar la ruptura de los quistes
las verduras u otros alimentos. No hay evidencia y con ello la reactivación de la infección latente.
de transmisión por contacto interhumano, salvo En los enfermos de sida, éste es el mecanismo
de la madre al feto. En este último caso sólo se por el que se desarrolla la encefalitis toxoplásmica
Capítulo 81 * Toxoplasmosis Q 657

y la parasitemia. La coríorretinitis toxoplásmica La toxoplasmosis pulmonar puede presentarse


habilualmenie se produce por la ruptura de quis­ como neumonía intersticial, neumonía necroti-
tes de una infección congénita latente; en casos zante o consolidación.
raros es consecuencia de una infección adquirida. La toxoplasmosis ocular en el sida se caracteri­
za por una coriorretinitis con panoftalmitis, áreas
ANATOMÍA PATOLÓGICA
de necrosis rodeadas por taquizoítos y quistes. Las
lesiones pueden ser múltiples y bilaterales.
En la toxoplasmosis adquirida del adulto inmu-
nocom petente el hallazgo más característico son
MANIFESTACIONES CLÍNICAS
las linfadenopatías nucales. El examen histoló­
gico de estos ganglios muestra hiperplasia folicu­ Se describirán de acuerdo con su forma de pre­
lar, proliferación focal de células histiocitoides y sentación en: 1) toxoplasmosis adquirida en el pa ­
macrófagos epitelioides diseminados, que no for­ ciente inmunocompetente\ 2) toxoplasmosis adqui­
man granulomas bien definidos. N o se observan rida o reactivada en el paciente inmunodeficiente\
células gigantes de Langhans, microabscesos ni 3) toxoplasmosis ocular en el paciente inmuno-
focos de necrosis. Pocas veces pueden demos­ com petente y 4) toxoplasmosis congénita.
trarse irofozoítos o quistes hísticos.
En la toxoplasm osis congénita hay importan­ Toxoplasmosis adquirida en el paciente
tes lesiones de vasculitis así como necrosis peria- Inmunocompetente
cueductal y periventricular, que son característi­ Sólo en alrededor de un 15% de los casos de
cas. Las áreas necróticas se calcifican, lo que da toxoplasmosis adquirida por el paciente inmuno-
lugar a imágenes radiológicas que sugieren esta competente hay m anifestaciones clínicas y la
enfermedad aunque no son patognomónicas. Sue­ mayoría son síntomas discretos. Lo más frecuente
le haber hidrocefalia por obstrucción del acue­ es la aparición de linfadenopatías cervicales asin-
ducto de Silvio o del agujero de Monro. tomáticas, aunque otros grupos ganglionares tam­
En la coriorretinitis toxoplásm ica la destruc­ bién pueden estar comprometidos. Los ganglios
ción de la retina por los taquizoítos se acompaña en general no superan los 2 cm de diámetro, son
con una reacción granulomatosa de la coroides y indoloros, de consistencia variable y no supuran.
la esclerótica. Puede haber exudados en el vitreo A veces su tamaño es mayor, son dolorosos y pue­
e invasión de capilares neoformados. En la reti­ den estar adheridos. En algunas ocasiones hay
na suelen hallarse quistes y trofozoítos. repercusión general importante, con hipertermia,
En la toxoplasm osis en el paciente inmunodefi- malestar, odinofagia, mialgias, sudoración noc­
ciente, y en particular en el sida, suelen compro­ turna, exantema maculopapuloso y hepatoes-
meterse el encéfalo, los pulmones y ojos. La en­ plenomegalia. Las linfadenopatías abdominales
cefalitis toxoplásmica es la causa más frecuente suelen provocar dolor e incluso ascitis discreta.
de afecciones focales del encéfalo en el sida. Pro­ En el hemograma se suele hallar leucocitosis con
voca abscesos encefálicos con un área central de linfomononucleosis, lo cual, junto con la clínica,
necrosis rodeada por una inflamación aguda y puede hacer pensar en mononucleosis infeccio­
crónica, infiltrado de macrófagos y proliferación sa, rubéola, enfermedad por HIV o citomega-
vascular. En la periferia de los focos necróticos lovirosis. A veces está comprometido el medias­
es posible observar taquizoítos libres y quistes tino, donde la presencia de linfadenopatías pue­
hísticos, los que se identifican con las tinciones de determinar síntomas respiratorios escasos y
de hematoxilina-eosina, Giemsa o mediante la evidenciarse en las imágenes por resonancia mag­
técnica de la inmunoperoxidasa. También puede nética (RM). En los casos de toxoplasmosis ad­
observarse edema, vasculitis, hemorragia e infarto quirida aguda es posible el desarrollo de coriorre­
cerebral. La encefalitis toxoplásmica afecta con tinitis casi siempre unilateral, mientras que en la
preferencia los ganglios basales, aunque a veces forma congénita suele ser bilateral.
se localiza en el cerebelo, el tronco encefálico o En el paciente inmunocompetente la evolución
la médula espinal. de la toxoplasmosis adquirida suele ser autoli-

C
658 □ Q uinta parte - Infecciones parasitarias

mitada y produce escasa sintom atología. Las Toxoplasmosis ocutar en el paciente j


linfadenopatías pueden persistir durante varias inmunocompetente
semanas o meses. En raras ocasiones se desarro­ La toxoplasmosis ocular en el paciente inmu- ¡
lla una enfermedad polencialmente mortal, con nocompetente casi siempre es de causa congéni- i
miocarditis, neumonía, hepatitis o compromiso ta. Puede ser unilateral o bilateral y aparecer en­
multisistémico. tre los 10 y los 35 años de edad. En cambio, la |
coriorretinitis diagnosticada en el neonato es •
Toxoplasmosis adquirida o reactivada siempre bilateral. La toxoplasmosis es la causa j
en el paciente inmunodeficiente más frecuente de coriorretinitis en el mundo. En ¡
La toxoplasmosis adquirida o reactivada en el casos aislados, la forma adquirida del paciente
paciente inmunodeficiente, en particular en el inm unocom petente también puede provocar
sida, compromete fundamentalmente el encéfa­ coriorretinitis, casi siempre unilateral. Suele ser
lo, pulmones y ojos, con encefalitis, neumonía y una lesión solitaria, de tamaño variable, que en
coriorretinitis, respectivamente. general se sitúa en el polo posterior. El proceso
Se han descripto casos de falla muitiorgánica, activo casi siempre aparece cerca de una cicatriz
con insuficiencia respiratoria aguda y trastornos antigua, com o lesión satélite. Se trata de una
hemodinámicos. retinitis focal necrotizante, de aspecto algodono­
La localización más frecuente en pacientes con so y color blanco amarillento, de bordes impre­
sida es el encéfalo, que determina el mayor nú­ cisos, que origina cicatrices blancas con áreas de
mero de lesiones focales en esa enfermedad. El pigmento pardo. Los síntomas varían en función
comienzo es subagudo, con signos de foco neuro- del tamaño y la localización de las lesiones. Pue­
lógico, alteraciones del sensorio, convulsiones, de haber alteraciones de la visión, epífora, dolor
signos meníngeos, signos cerebelosos, trastornos y fotofobia. La toxoplasmosis puede originar una
de la motilidad, lesiones de los pares craneanos, panuveítis, pero no se ha comprobado que sea
trastornos psiquiátricos, hemiplejía o hemipa- causa de uveítis anterior aislada.
resia, compromiso del tronco encefálico, estupor
y coma. La localización medular se expresa por Toxoplasmosis congénita
paraparesia, paraplejía, trastornos de la sensibi­ La toxoplasmosis congénita se origina cuando
lidad, y alteraciones de la motilidad intestinal y la madre adquiere la infección durante el emba­
vesical. razo o 1 a 2 meses antes. Por lo general es asinto-
La tomografía computarizada (TC) del encéfa­ mática, y su incidencia y gravedad varían según
lo muestra imágenes características. Son lesio­ en qué momento del embarazo se adquiera la in­
nes hipodensas, que con la administración de la fección. Durante el primer trimestre, se produce
sustancia de contraste adquieren un refuerzo anu­ en el 10% al 20% de los casos y su resultado pue­
lar. La RM, en particular si se administra gadoli­ de ser el aborto espontáneo o la enfermedad gra­
nio como contraste paramagnético, permite ob­ ve del recién nacido. En cambio, durante el ter­
servar un número mayor de lesiones que con la cer trimestre se produce en el 50% al 65% de los
TC. El líquido cefalorraquídeo puede revelar hi- casos, pero menos del 30% de éstos presenta sig­
perproteinorraquia, hipoglucorraquia y pleocito- nos de infección ai nacer. El tratamiento de la
sis mononuclear. madre durante el embarazo reduce en alrededor
La toxoplasmosis pasa a ser sospecha priorita­ de un 60% la incidencia de enfermedad en el re­
ria en los enfermos con sida y en los inmunocom- cién nacido.
prometidos en general (receptores de trasplantes El espectro de manifestaciones clínicas de la
de órganos, así como portadores de linfomas y toxoplasmosis congénita es variado; desde la au­
otras enfermedades malignas). Puede deberse a sencia de ellas a su presentación luego de perío­
la reactivación de una infección latente o a una dos variables después del nacimiento. Ellas son
infección de adquisición reciente. coriorretinitis, ceguera, estrabismo, epilepsia, ic­
tericia, anemia, trombocitopenia, petequias, exan­
temas, neumonía, microcefalia, encefalitis, retra-
C apítulo 81 - Toxoplasmosis □ 659

so psicomotor, hidrocefalia, calcificaciones intra­ Reacción de Sabin-Feldman


craneanas unilaterales o bilaterales ubicadas con Es una reacción de inhibición de la coloración
preferencia en los núcleos grises de la base del con azul de metileno de los toxoplasmas puestos
cerebro, alteraciones del líquido cefalorraquídeo, en contacto con anticuerpos. Éstos atacan al pa­
microftalmía, hepatoesplenomegalia, linfadenitis rásito e impiden que se tiña. Es una prueba de
y otras. La enfermedad evidente en el momento referencia con la que se evalúan otros métodos,
del nacimiento suele tener consecuencias graves. pero tiene el inconveniente de llevarse a cabo con
Otros pacientes, que no presentan signos de en­ toxoplasmas vivos, por lo que entraña cierto ries­
fermedad al nacer, después desarrollan enferme­ go para el operador. Los microorganismos se
dad leve o grave. Las mujeres que hayan adqui­ obtienen del exudado peritoneal de ratón previa­
rido la toxoplasmosis antes de su embarazo no la mente inoculado. En la actualidad sólo la practi­
transmitirán al feto, salvo que la hayan contraído can los laboratorios de referencia. Este procedi­
muy poco antes (1 a 2 meses). En cambio, las miento pone en evidencia sobre lodo anticuerpos
portadoras de toxoplasmosis latente con una en­ IgG, que aparecen 10 a 15 días después de la in­
fermedad que determine su reactivación, como fección, alcanzan el pico máximo en 50 a 60 días
el sida o el lupus eritematoso sistémico tratado y comienzan a declinar en forma gradual en 1 o 2
con corticosteroides, pueden transmitirla al feto. años. Por lo general se mantienen durante toda la
vida en títulos bajos, aunque en ocasiones esos
títulos permanecen altos. No hay correlación en­
DIAGNÓSTICO
tre la gravedad de la enfermedad y los títulos de
El diagnóstico puede ser sugerido por las ma­ anticuerpos.
nifestaciones clínicas y los aspectos epidemio­
lógicos descriptos, pero el diagnóstico de certe­ Inmunoftuorescencia indirecta (tFI)
za depende de los exámenes de laboratorio. És­ Es la prueba que más se utiliza. Es más sencilla
tos deben relacionarse con la forma de presenta­ y barata, además no se efectúa con toxoplasmas
ción de la enfermedad. En lodos los casos es pre­ vivos y los títulos obtenidos son compatibles con
ciso distinguir entre «toxoplasmosis-infección» los de la reacción de Sabin-Feldman. Se pueden
y «toxoplasmosis-enfermedad». realizar determinaciones de anticuerpos IgG e IgM.
La certeza de infección aguda se obtiene con Estos últimos son los primeros en aparecer, dentro
la demostración de trofozoítos en la sangre, en de la primera semana siguiente a la infección, tras
otros líquidos corporales o en biopsias. El hallaz­ lo cual aumentan con rapidez; luego comienzan a
go de quistes en los preparados histológicos es disminuir hasta desaparecer en pocos meses. Los
posible que sólo corresponda a infección y no anticuerpos IgG, en cambio, aparecen a los 10 a
necesariamente a enfermedad aguda. 15 días y los títulos máximos se obtienen a los 30
La biopsia de ganglios linfáticos en la toxoplas­ a 60 días; luego declinan lentamente en 1 o 2 años
mosis adquirida del paciente inmunocompetente pero permanecen títulos bajos en general durante
puede mostrar las imágenes características ya toda la vida. Pueden dar resultados positivos fal­
descriptas. En los inmunodefícientes, la biopsia sos con los sueros que contengan anticuerpos
cerebral o pulmonar suele ser el único medio de antinucleares y factor reumatoideo.
diagnóstico de certeza de la localización de la
enfermedad en esos órganos. Prueba de inmunosorción para IgM (IgM-ISAGA).
Otros métodos de laboratorio son la reacción en Es una reacción sensible, específica y fácil de
cadena de la polimerasa (PCR), la detección de realizar, para detectar anticuerpos IgM. La pre­
antígenos de Toxoplasma en suero u otros líqui­ sencia de factor reumatoideo o anticuerpos anti­
dos orgánicos, y los exámenes serológicos para la nucleares no provoca resultados positivos falsos.
demostración de anticuerpos. Estos últimos son de Otras reacciones serológicas (hemaglutinación
importancia fundamental y en la práctica constitu­ directa, hemaglutinación indirecta, fijación de
yen el único medio para certificar el diagnóstico. complemento, etc.) no serán consideradas por­
Los más comunes se mencionan a continuación. que sus resultados no son seguros.
660 □ Q uinta parte - Infecciones parasitarias

Interpretación de los resultados positiva, el diagnóstico es sólo presuntivo, ya que :


Un gran porcentaje de sujetos adultos tiene re­ es frecuente el hallazgo de serología positiva en ^
acciones serológicas positivas para Toxoplasma la población sana. Si bien no es un procedimien­
gondü, pero no evidencia de enfermedad presen­ to de rutina, en la toxoplasmosis ocular la deter­
te o pasada (toxoplasmosis-infección). Son títu­ minación de anticuerpos en el humor acuoso pue- i
los bajos de anticuerpos IgG (1/64, 1/256 y hasta de dar com o resultado títulos elevados.
1/1.000). A veces también se hallan anticuerpos La toxoplasm osis congéniia se diagnóstica con
IgM porque, como ya se señaló, pueden persistir la determinación de IgM específica en la sangre
en títulos bajos durante algunos meses. Es impor­ del recién nacido. El pasaje de IgG de la madre
tante recordar que en estos casos no corresponde al feto invalida la medición de sus títulos como
tratamiento alguno. medio de diagnóstico. La determinación de IgM
En la toxoplasm osis adquirida en el paciente puede hacerse por IFI-IgM o, mejor aun, por IgM- j
inm unocom petente, durante la fase aguda de la ISAGA. D e todos modos, para confirmar el diag- !
enfermedad los títulos de anticuerpos IgG alcan­ nóstico es conveniente realizar un seguimiento
zan valores mayores a 1/1.000 y hasta 1/64.000 de la serología del recién nacido.
o más. En etapas tempranas pueden no ser deter-
minables y, en cambio, sí detectarse los IgM. Por
DIAGNÓSTICO DIFERENCIAL
lo tanto, siempre hay que solicitar ambas deter­
minaciones. Es de destacar que los valores de los Para el diagnóstico diferencial de la toxoplas-
títulos de anticuerpos no se relacionan con la gra­ mosis hay que tener en cuenta su forma de pre­
vedad de la enfermedad. sentación.
En la toxoplasm osis en el paciente inmunode- En la toxoplasm osis adquirida en el paciente
ficien te los títulos de anticuerpos IgG suelen ser inm unocom petente se tendrán en cuenta los sín­
bajos y los de IgM negativos. En los casos de en­ dromes m ononucleosiform es asociados con el
cefalitis toxoplásmica la determinación de anti­ virus de Epstein-Barr, el citomegalovirus, el HIV
cuerpos en el LCR puede ayudar a confirmar el y otros. También habrá que considerar otras afec­
diagnóstico. En el paciente inmunodeficiente el ciones en las que estén comprometidos los gan­
diagnóstico de toxoplasmosis puede confirmarse glios linfáticos, en particular los cervicales, como
por la detección del ADN de Toxoplasma gondii puede ocurrir en linfomas, tuberculosis, sarcoi-
por PCR o mediante la demostración de taqui- dosis, enfermedad por arañazo de gato y otros
zoítos en los preparados histológicos. Es impor­ trastornos.
tante señalar que en ios pacientes con sida, en La presencia de exantemas, miocarditis, corio­
los receptores de trasplante de órganos o en quie­ rretinitis, hepatoesplenomegalia, hepatitis, neu­
nes padecen enfermedades malignas es necesa­ monía, encefalitis o polimiositis obligan al diag­
rio realizar estudios serológicos. Los portadores nóstico diferencial con toxoplasmosis. En opor­
de anticuerpos IgG antitoxoplasma están expues­ tunidades se presenta como fiebre de origen des­
tos a reactivación y los no portadores se encuen­ conocido.
tran en riesgo de adquirir la infección. Por lo tan­ Las reacciones serológicas y, eventualmente,
to, en ambos grupos es menester una vigilancia las biopsias de los órganos comprometidos acla­
cuidadosa para detectar la enfermedad lo más rarán el diagnóstico.
temprano posible. La toxoplasm osis adquirida o reactivada en el
En la toxoplasm osis ocular los títulos de IgG pa cien te inm unodeficiente deberá diferenciarse
con frecuencia son bajos, mientras que los de IgM de otras causas de encefalitis, neumonía, corio­
por lo general son negativos. La coriorretinitis rretinitis, signos de foco neurológico, convulsio­
toxoplásmica puede diagnosticarse cuando la le­ nes, manifestaciones psiquiátricas, mielopatías e
sión ocular es característica y la serología es po­ incluso de compromiso multiorgánico.
sitiva. Si la serología es negativa y la lesión no En toxoplasm osis ocular el diagnóstico dife­
es compatible, el diagnóstico es poco probable. rencial incluye otras enfermedades capaces de
Si la lesión no es característica y la serología es provocar coriorretinitis, como tuberculosis, sífi-
C apítulo 81 - Toxoplasmosis □ 651

lis, sarcoidosis, lepra o el presunto síndrome de tratamiento lo constituyen las mujeres con sero­
histoplasmosis ocular. La panuveítis puede acom­ logía positiva que buscan el embarazo o las que
pañar a la coriorretinitis, pero la toxoplasmosis hayan tenido un hijo con toxoplasmosis congé­
nunca produce uveítis anterior en forma aislada. nita, ya que en embarazos posteriores no se pro­
En la toxoplasm osis congénita el diagnóstico ducirá la infección fetal.
diferencial abarca fundamentalmente todas las En cambio, hay que tratar a los pacientes inmu­
afecciones del síndrome TORCH [T oxoplas­ nocompetentes con toxoplasmosis adquirida de
mosis, Otras (sífilis, listeriosis, HIV y otras in­ repercusión general importante; a quienes pade­
fecciones virales y bacterianas). Rubéola, Cito- cen coriorretinitis activa; a los pacientes inmuno-
megalovirus y Herpes simple]. Esta forma clíni­ deficientes (por sida, linfomas u otra causa) con
ca se caracteriza por el aumento marcado de la toxoplasmosis adquirida o reactivada en cualquier
proteinorraquia. localización; a los niños con toxoplasmosis con­
génita; a las mujeres en las que se demuestra sero-
conversión durante el embarazo; a los que ad­
COMPLICACIONES Y PRONÓSTICO
quieren la toxoplasmosis por accidentes de labo­
En la toxoplasm osis adquirida en el paciente ratorio, y a aquellos casos postransfusionales o
inm unocom petente no suele haber complicacio­ postrasplante de órganos.
nes y el pronóstico en general es bueno; en la El tratamiento de elección es la asociación de
mayoría de los enfermos transcurre en forma so­ sulfadiazina con pirimetamina. La primera se ad­
lapada y el curso es autoUmitado. ministra por vía oral, a razón de 100 mg/kg/día;
En la toxoplasm osis adquirida o reactivada en en el adulto esto equivale 4 a 6 g por día reparti­
el paciente inm unodeficiente las complicaciones dos cada 4 o 6 horas. La dosis de pirimetamina es
que se presentan se relacionan, en la mayoría de de 100 a 200 mg el primer día y luego 25 a 75 mg
los casos, con la localización neurológica. El pro­ por día, en una sola toma, por vía oral. En los
nóstico casi siempre es malo, aunque mejora si niños, 1 mg/kg/día durante 1 a 3 días y luego
se instaura tratamiento temprano. 0,5 mg/kg/día en una sola toma. Ninguno de estos
La complicación más importante de la toxoplas­ fármacos es activo contra las formas quísticas, sólo
m osis ocular es la ceguera cuando la lesión en la lo son frente a los taquizoítos, por lo tanto no
mácula es importante, no retrocede a pesar del erradican la infección. Tanto la sulfadiazina como
tratamiento y deja una secuela definitiva. la pirimetamina inhiben, en distintos niveles, el
La toxoplasmosis congénita puede originar im­ metabolismo del ácido fólico del parásito, por lo
portantes complicaciones, las cuales ya se han que se trata de una asociación sinérgica. La ac­
descripto. El pronóstico depende de la forma clí­ ción antifolato sobre las células humanas puede
nica y de la precocidad con que se haya estable­ antagonizarse, sin mengua de la acción terapéu­
cido el tratamiento en la paciente embarazada, si tica, mediante el agregado de ácido folínico (leu-
es que la primoinfección se diagnosticó oportu­ covorina) en dosis de 5 a 20 mg por día, por vía
namente durante el embarazo. oral. En todos los casos y durante todo el trata­
miento debe realizarse, cada 2 o 3 días, el con­
trol del hemograma con recuento plaquetario,
TRATAMIENTO
sobre todo al finalizar el tratamiento que es cuan­
El tratamiento de la toxoplasmosis no es nece­ do la mielosupresión, inducida por la pirime­
sario en pacientes inmunocompetentes con in­ tamina, es más intensa. Además hay que admi­
fecciones asintomáticas o con formas linfogan- nistrar líquidos en abundancia con el fin de pro­
glionares de escasa repercusión general. Tampo­ mover una buena diuresis, para evitar la cristaluria
co lo es en embarazadas con serología positiva, que puede provocar la sulfadiazina.
pero en títulos bajos que no se elevan durante el La asociación trimetoprima-sulfametoxazol es
curso del embarazo, ya que ésta es expresión de una alternativa terapéutica algo menos eficaz que
infección pasada y por lo tanto la infección fetal la anterior. La dosis es de 30 mg/kg de sulfame-
no es posible. El tercer grupo que no requiere toxazol y 6 mg/kg de trimctoprima, cada 6 horas.
m

662 □ Q uinta parte - Infecciones parasitarias

m por vía oral o IV. También menos activa pero dosis altas 1 a 2 mg/kg/día de prednisona que se
menos tóxica es la espiramicina, por lo que está irán reduciendo en forma paulatina de acuerdo
indicada en la toxoplasmosis de la embarazada. con la mejoría clínica. El oftalmólogo debe con­
La dosis es de 1 g cada 8 horas por vía oral. Otra trolar la evolución, dado que en algunos casos

alternativa es la asociación de clindamicina con hay que recurrir a la fotocoagulación o a la vitrec-
m pirimetamina, sobre todo en las formas encefa- tomía. La duración del tratamiento varía con la
líticas de los inmunodeficientes (cuadro 81-1). evolución y la forma clínica, pero com o mínimo
•1 La coriorretinitis en actividad siempre debe tra­ es de 4 a 6 semanas. En los pacientes inmuno-
tarse, aunque en estos casos al tratamiento deficientes el tratamiento se prolonga hasta por
m etiológico hay que agregar corticosteroides en lo menos un mes después de la mejoría clínica.
Los niños con toxoplasmosis congénita, durante
m
el primer año de vida se tratan con sulfadiazina
m Cuadro 81-1. Esquemas de tratamiento de la ence­ 50 mg/kg dos veces por día, por vía oral más piri­
falitis toxoplásmica en pacientes con sida. metamina 2 mg/kg/día durante dos días y luego
1 mg/kg/día. También se administrarán 5 a 15 mg
por día de ácido foiínico. Este esquema de trata­
m • Pirimetamina: primera dosis 200 mg, miento se mantiene diariamente durante 2 a 6
luego 50 a 75 mg/día/vía oral meses; luego tres veces por semana durante 1 año.
m
más Algunos autores alternan con series de tratamien­
m Ácido foiínico (leucovorina): 10 a 20 mg/día/vfa oral to con espiramicina en dosis de 100 mg/kg/día.
o IM o IV (hasta 50 mg/día)
más alguna de las siguientes opciones
Sulfadiazina; 1 a 1.5 g cada 6 horas/vía oral
PROFILAXIS
m o Es importante en la embarazada seronegativa
Clindamicina: 600 a 1.200 mgAria oral o IV cada 6 horas y en el paciente inmunodeficiente. Ambos deben
consumir la carne y otros alimentos perfectamente
1 • Sulfametoxazol-trimetoprima: SMX 30 mg/TMP cocidos; no limpiarán las cajas con arena donde
6 mg/Vg cada 6 horas, vía oral o IV orinan o defecan los gatos ni tendrán contacto
o con ellos; usarán guantes descartables durante los
• Pirimetamina trabajos de jardinería y para la preparación de
-m igual dosis que en el alimentos com o carnes y verduras crudas; se la­
más
tratamiento de elección varán las manos después del trabajo y antes de
m Ácido foiínico
comer; no deben comer huevos crudos ni beber
más alguna de las siguientes opciones
leche no pasteurizada. Las cajas con arena que
Azitromicind; 1 a 1,5 g diarios, vía oral
contienen la orina y las heces de los gatos deben
'1 o
elim inarse todos lo s días, antes de que los
Atovacuona: 750 mg cada 6 horas, vía oral
ooquistes esporulen y puedan infectar.
o
Aún no se dispone de vacuna contra la toxo­
Dapsona: 100 mg diarios, vía oral
»
plasmosis.

J 9

B ib liografía------------------------------------------------
Asociación Argentina de Zoonosis. Temas de Zoonosis. immunocompromised host. En: Remington J, Schwartz
(9
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í í
i-

Leishmaniosis
Ornar J. Palmieri

promastigotes metacíclicos. Éstos migran hacia la


DEFINICIÓN
probóscide y son inoculados cuando el vector pica
Las leishmaniosis son zoonosis parasitarias» al mamífero. Los promastigotes son alargados, mi­
causadas por protozoos del género Leishm ania, den 10 a 15 |xm de largo por 2 a 3 ^m de ancho y
transmitidas por la picadura de las hembras de tienen un flagelo único que mide 15 a 25 |im y emer­
insectos hematófagos del género Phlebotom us o ge del cuerpo basal ubicado dentro del parásito.
Lutzomyia. Son enfermedades endémicas de áreas El género Leishm ania (L.) se clasifica en dos
tropicales y subtropicales. Su reservorio son los subgéneros: Viannia (K) y Leishm ania (L.). El
seres humanos y animales mamíferos. Produce subgénero Viannia incluye L. (V.) braziliensis,L.
distintas manifestaciones clínicas: leishmaniosis (V.) guyanensisy L. (V.) peruviana y L. (V.) pana-
visceral, cutánea y cutaneomucosa. m ensis, mientras que el subgénero Leishmania
incluye L. (L.) donovani, L. (L.) m ajoi\ L. (L.)
infantum , L. (L.) chagasi, L. (L.) amazonensis,
ETIOLOGIA
L. (¿O trópica^ L. (¿.) m exicana y otras.
Los protozoos del género Leishm ania pertene­
cen al orden Kinetoplastida. En el hombre y otros
EPIDEMIOLOGÍA
mamíferos se hallan como amastigotes dentro de
los macrófagos, y com o promastigotes extrace- Las enfermedades producidas por los protozoos
lulares en el intestino de los vectores invertebra­ del género Leishm ania están ampliamente distri­
dos {Phlebotomus y Lutzom yia). buidas en el mundo y dependen de un reservorio,
Los amastigotes miden 2 a 3 pm de largo, tie­ un vector y una población humana susceptible.
nen forma oval o redonda y carecen de flagelo. La leishm aniosis visceral o kala-azar, produ­
La tinción de Giemsa permite visualizar el cito­ cida por L. {L.) donovani, afecta sobre todo a ni­
plasma azul, y el núcleo y el cinetoplasto rojos. ños, adultos jóvenes y pacientes con inmunodefi-
Dentro de las vacuolas parasitóforas de los ma­ ciencias (sida y enfermos postrasplante).
crófagos se produce la multiplicación del parási­ Los agentes transmisores son especies de Phle­
to por fisión binaria; luego los amastigotes son botomus. Las áreas geográficas afectadas son la
liberados y van a infectar otros fagocitos mono- India, Bangladesh, China, Asia central y este de
nuclcarcs. El vector hematófago ingiere estos África. Se producen casos esporádicos de leish­
amastigotes al alimentarse de un reservorio ma­ maniosis visceral en Medio Oriente causados por
mífero infectado. En el tracto digestivo del vec­ L. (L.) donovani y L. {L.) infantum.
tor invertebrado las leishmanias se desarrollan, En el norte de Brasil la leishmaniosis visceral
pasan por estadios flagelados y se convierten en es producida por L. (L.) chagasi y transmitida por
664 □ Q uinta parte - Infecciones parasitarias

Lutzom yia longipalpis. Los reservorios de la in­ Estos promastigotes se convierten en amastigotes
fección son los perros domésticos y otros cánidos, en los macrófagos de la piel, se multiplican y lue­
zorros, roedores y aun el propio ser humano. En go se diseminan a los fagocitos mononucleares
forma esporádica pueden producirse casos de del sistema reticuloendotelial. Los síntomas, que
leishmaniosis visceral por otros tipos de Leishma- pueden abarcar un espectro variable, dependen
nia com o L. (L.) m exicana y L. (L.) trópica. de la forma de presentación. Ésta puede ser agu­
La leishm aniosis cutánea del Viejo Mundo, da, subaguda o crónica. Hay que destacar que hay
también llamada «botón de Oriente», «bolón de casos asintomáticos que se curan en forma es­
Bagdad» o «botón de Aleppo», es causada porL. pontánea. En las formas sintomáticas hay fiebre,
(¿.) trópica^ L. (¿.) m ajar, L. (L.) aethiopica, L. hepatoesplenomegalia, astenia, anorexia, palidez
{L.) infantum o L. {L.) donovani. y pérdida de peso. El bazo es blando e indoloro.
Los reservorios animales son los roedores del La hepatomegalia tiene borde agudo, es lisa y
desierto, sobre todo los jerbos, y los perros. La blanda. Pocas veces hay ictericia. Los ganglios
leishmaniosis cutánea del Viejo Mundo es una linfáticos en general no se agrandan. Con la evo­
enfermedad esporádica en las zonas endémicas. lución, la piel se toma grisácea, lo que dio origen
Éstas son el norte de África, India, Pakistán, Asia a la denominación kala-azar, que significa «fíe-
central y áreas urbanas de Medio Oriente, como bre negra». Puede haber distintas manifestacio­
Bagdad, Teherán y Damasco. Los vectores son nes hemorrágicas, como petequias, equimosis,
especies de Phlebotom us. epistaxis y hemorragias gingivales. El compro­
La leishm aniosis tegum entaria am ericana o miso de la médula ósea en ocasiones causa ane­
leishmaniosis cutánea del Nuevo Mundo -en d é­ mia aplásica. La complicación más frecuente es
mica en América Central y América del Su r- la infección bacteriana (dermatitis, neumonía,
constituye un importante problema de salud pú- otitis, septicemia, disentería). Otras complicacio­
blica. El norte de Argentina, Brasil y Perú son nes son tuberculosis, anemia y hemorragias gra­
los países con mayor prevalencia. ves. Hay que tener en cuenta la posibilidad de
Los agentes etiológicos son L. (V.) braziiiensis, que la leishmaniosis visceral pueda ser la prime­
L. (V ) peruviana, L. (V.) panam ensis, L. (L.) m exi­ ra manifestación del sida o incluso un aconteci-
cana, L. (L.) chagasi, L. (L.) amazonensis, L. (L.) miento de las etapas terminales.
pifanoi y otros. Los vectores son mosquitos del El diagnóstico de leishmaniosis visceral se sos­
género Lutzomyia y los reservorios animales son pechará en los sujetos que viven en el área endé­
los roedores del monte, el perro y otros animales mica o en los viajeros que semanas o m eses des­
domésticos. La leishmaniosis tegumentaria am e­ pués de estar en ella presenten fiebre prolonga­
ricana tiene distintas formas de presentación: da, astenia, anorexia, pérdida de peso, hepatome­
leishmaniosis cutánea, cutánea difusa y cutáneo- galia y esplenomegalia marcada.
mucosa. Recibe distintos nombres populares, como Los hallazgos de laboratorio característicos
«úlcera de los chicleros» o «uta» para la forma cu­ incluyen anemia, leucopenia e hipergammaglo-
tánea, y «espundia» para la forma cutaneomucosa. bulinemia. También pueden observarse inmuno-
complejos circulantes, factor reumatoideo y al­
teraciones del hepatograma.
LEISHMANIOSIS VISCERAL
El diagnóstico de certeza requiere la demos­
La leishmaniosis visceral o kala-azar es pro­ tración de la leishmania en los tejidos o en los
ducida en la mayoría de los casos porL. (L.) dono­ cultivos en el medio de Novy, M cNeal y N icolle,
vani, aunque también puede hacerlo L. (L.) infan­ o medio NNN. La aspiración de la médula ósea
tum o L. (L.) chagasi. El período de incubación es es un método práctico, seguro y con el que es po­
variable y puede oscilar entre pocos días y varios sible demostrar los amastigotes en los frotis teñi­
meses. £1 sitio de la inoculación de los promas- dos con Giemsa en alrededor del 80% de los en­
tigotes, debido a la picadura del Phlebotom us, fermos. La punción-aspiración esplénica, efec­
puede pasar inadvertido o evidenciarse una pápula tuada con aguja fina, es un método de diagnósti­
pequeña y más raramente por lesiones ulcerosas. co más sensible (hasta el 98% de positividad),
Capítulo 82 - Leishmaniosis □ 665

pero puede provocar hemorragias potencialmen- con fondo granuloso cubierto por secreción serosa
le fatales. La biopsia de hígado pocas veces re­ o serosanguinolenta. La histología revela una ne­
sulta ser positiva. crosis focal con respuesta infiamatoria mixta,
El hemocultivo o ei cultivo de la capa leucoci- aguda y crónica, con linfocitos, plasmocitos y
taria pueden dar resultado positivo. En los frotis células mononucleares, algunas de las cuales tie­
de la capa leucocitaria coloreada con Giemsa tam­ nen amastigotes en su interior. Después se desa­
bién pueden evidenciarse amastigotes dentro de rrolla una respuesta granulomatosa con células
los mononucleares. En los enfermos de sida los gigantes multinucleadas. La evolución es lenta y
amastigotes suelen encontrarse en biopsias de la curación, que demora un año o más, deja una
diversos órganos, como también en líquidos de cicatriz atrófica, plana y brillante. En general esta
lavado broncoalveolar o de derrame pleural. La enfermedad no representa un peligro para la vida
cutirreacción con leishmanina (reacción de Mon­ pero causa molestias locales y deja cicatrices an­
tenegro) suele ser negativa en la leishmaniosis tiestéticas, la mayoría de las veces en el rostro.
visceral. Las reacciones serológicas más utiliza­ Dos variantes clínicas infrecuentes son la forma
das son la prueba de ELISA y la inmunofluo- recidivante y la diseminada. En la primera, una
rescencla indirecta, relativamente sensibles y es­ variante hiperérgica, sobre las cicatrices de la
pecíficas. Suelen ser negativas en los enfermos de leishmaniosis ya curada o en su proximidad apa­
sida y dan falsos positivos en los pacientes con recen tubérculos. La lesión contiene escasos pa­ <
paludismo, enfermedad de Chagas, lepra, esquis- rásitos y su aspecto se asemeja al lupus vulgar.
i
tosomosis y leishmaniosis tegumentaria. La forma diseminada o leishmaniosis cutánea
El diagnóstico diferencial deberá realizarse con difusa es una vanante anérgica. En la cara y las <
otras enfermedades infecciosas del área endémica extremidades apaiecen nódulos diseminados, que
y aun con enfermedades no infecciosas. Dentro de no se ulceran y albergan parásitos en abundan­ {
las primeras se considerarán: paludismo, enferme­ cia. Estas dos variantes clínicas tienen una evo­
dad de Chagas aguda, esquistosomosis, fiebre ti­ lución prolongada. (
foidea, tuberculosis miliar, brucelosis, histoplas- El diagnóstico se sospecha cuando las caracte­
t
mosis y otras. Dentro de las no infecciosas, leu­ rísticas clínicas son compatibles y el paciente
cemia, linfomas y otras enfermedades malignas. proviene de zonas endémicas. El diagnóstico de t
certeza se basa en la demostración de los amasti­
LEISHMANIOSIS CUTÁNEA
gotes en los froiis del material del raspado de la i
base y bordes de la úlcera o en las improntas de
La leishm aniosis cutánea del Viejo Mundo, las muestras obtenidas para biopsia teñidas cor c
«botón de Oriente» o «botón de Bagdad», es pro­
vocada en la mayoría de los casos por L. (L.)
la coloración de Giemsa, o también por el exa­
men de la biopsia de los bordes de la lesión. Ade­
c
trópica, L. (L.) m ajor y L. (L.) aethiopica. En más estos materiales pueden cultivarse en el me­ ‘i -
ocasiones puede serlo por L. {L.) infantum o L. dio NNN. Los métodos serológicos, como la prue­
(L.) donovani. Los promastigotes son inoculados ba de ELISA, la inmunofluorescencia indirectí c
en la piel por la picadura del Phlebotom us. Allí o la cutirreacción con leishmanina (reacción de
se transforman en amastigotes y se multiplican Montenegro), carecen de valor práctico. (t‘
en los macrófagos. El período de incubación va­ El diagnóstico diferencial incluye micosis (blas-
ría de 2 semanas a 3 años. Las manifestaciones tomicosis, histoplasmosis o coccidioidomicosis)
(t
clínicas dependen de la cepa infectante y del es­ sífilis, lepra, tuberculosis (lupus vulgar) y mico- ft
tado inmunitario del paciente. bacteriosis atípicas. También deberán considerar­
La lesión comienza como una pápula en el lu­ se los epiteliomas y otros tumores malignos. (t
gar de la inoculación de los promastigotes. Esta
aumenta lentamente de tamaño, se transforma en %
LEISHMANIOSIS TEGUMENTARIA AMERICANA
costra y luego en una úlcera redondeada de unos
t
2 cm de diámetro, superficial, con bordes netos La leishmaniosis tegumentaria americana pre­
sobreelevados, rodeada de un halo eritematoso y senta tres formas anatomoclínicas principales
666 □ Q uinta parte • Infecciones parasitarias

\) ¡eishmaniosis cutánea; 2) leishm aniosis cutá- de los macrófagos parasitados. Incluso pueden
nea difusa y; 3) ¡eishmaniosis cufaneom ucosa. comprometer la nasofaringe y los ganglios linfá­
ticos.
Leishmaniosis cutánea Esta leishmaniosis está asociada con la deficien­
Esta enfermedad es transmitida por insectos cia inmunitaria del paciente en relación con los
vectores hematófagos del género Lutzom yia y antígenos parasitarios, lo cual lo lleva a un estado
producida por diversas especies del género Leish- de anergia frente a la infección. La reacción de
mania: L. (K) l?raziliensis, L. (K) guyanensisy L. Montenegro es negativa. La biopsia de las lesio­
(L.) am azonensis y otras. La picadura del vector nes muestra acúmulos de macrófagos con abun­
inocula los promastigotes, que en los macrófagos dante cantidad de leishmanias en su citoplasma.
de la piel se transforman en amastigotes. Luego Tiene un curso crónico y progresivo con esca­
de un período de incubación de uno a tres meses, sa respuesta al tratamiento.
en el lugar de la picadura, por lo general los miem­
bros, aparece una m ácula-que después evolucio­ Leishmaniosis cutaneomucosa
na a pápula y nódulo dérmico- que con frecuen­ Conocida como «espundia», es producida por
cia se acompaña con linfadenopatía satélite. Esta L. (K) braziliensis y más raramente por otras leish­
lesión nodular inicial puede evolucionar a: 1) auto- manias. Es la forma clásica de la leishmaniosis
rresolución; 2) ulceración y; 3) lesiones vegetan­ cutaneomucosa hallada en América Central y gran
tes o verrugosas. La forma ulcerosa es la más co­ parte de la zona norte de América del Sur.
mún. Puede haber una sola úlcera o bien dos o tres; Luego de un período de incubación que varía
son redondeadas, con bordes sobreelevados debi­ entre 1 y 3 meses después de la picadura infec­
do al intenso infiltrado inflamatorio y prolifera­ tante -producida por el insecto hematófago L u t­
ción epitelial, y con un fondo de tejido granuloso zo m yia - se producen las primeras manifestacio­
cubierto por exudado. Esta úlcera puede curarse con nes locales. Su patogenia y las características
tratamiento, lo que origina una cicatriz despigmen- anatomopatológicas son las de la leishmaniosis
tada, lisa, fina y brillante; o con menos frecuencia cutánea ya descripta. En la mayoría de los casos
progresa hacia formas fagedénicas y terebrantes, esta lesión inicial es única, aunque a veces c o ­
o bien adopta formas vegetantes o verrugosas. existen varías lesiones debido a múltiples pica­
El diagnóstico y el diagnóstico diferencial se duras simultáneas. En el lugar de la inoculación
basan en los mismos criterios que en la leishma­ infectante, luego del período de incubación ya
niosis del Viejo Mundo o «botón de Oriente». señalado, aparece una zona eritematosa de va­
rios milímetros de diámetro que evoluciona con
Leishmaniosis cutánea difusa lentitud a pápula y al final se ulcera. Con fre­
En Brasil es causada por¿. (L.) am azonensis y cuencia el cuadro local es acompañado por linfan-
en Venezuela porL. (L.) pifanoi. En M éxico se la gitis y adenopatía regional.
denomina «úlcera de los chicleros», porque afecta A veces, por diseminación linfohemática, apa­
a los que trabajan en los bosques en la extracción recen otras lesiones cutáneas. Éstas pueden cu­
del látex (chicle) para la fábricación del caucho rarse en forma espontánea al cabo de varios me­
y es producida por L. (L.) m exicana, también ses, tras lo cual queda una cicatriz com o la
hallada en Guatemala y Honduras. En Perú es descripta en la leishmaniosis cutánea. £1 rasgo
conocida como «uta» y provocada porL. (V.) bra- más importante y trascendente de esta enferme­
ziliensis. Los vectores son los insectos hema­ dad es la localización mucosa centro-facial, que
tófagos del género Lutzom yia. aparece luego de períodos variables y se debe a
Se caracteriza por lesiones difusas papulares o diseminación hemática. En el 70% de los casos
nodulares, no ulceradas, algunas verrugosas, que tiene lugar dentro de los primeros 5 años que si­
comprometen grandes zonas de la piel, en particu­ guen a la aparición de la lesión cutánea y en el
lar las áreas expuestas. Tiene predilección por los 30% restante, después de los 5 años.
pabellones auriculares. La multiplicidad de lesio­ La lesión se inicia en general en el tabique, con
nes se debe a la migración por vía linfohemática eritema y edema de la mucosa seguidos por su per­
Capítulo 82 - Leishmaniosis □ 667

foración. Los signos más precoces son la epistaxis diosis, rinoescleroma, rinofima, granulomatosis
y la obstrucción nasal. El tabique es destruido y la de Wegener, linfomas, carcinoma laríngeo, epite-
punta de la nariz se retrae, lo que configura un as­ liomas y granuloma de la línea media.
pecto característico denominado «nariz de tapir».
El proceso ulcerovegetante puede extenderse y
TRATAMIENTO
perforar la piel de la nariz o el paladar blando. Es
característico el compromiso del labio superior. En Los medicamentos utilizados en el tratamiento
oportunidades se afectan la mucosa bucal, la len­ de la leishmaniosis son los mismos para todas
gua, la faringe, la laringe y la tráquea. La localiza­ sus formas clínicas.
ción en la cavidad bucal provoca que en forma Los fármacos de primera elección son los com ­
progresiva y destructivá desaparezca la lívula y puestos de antimonio pentavalente: el estiboglu-
ios pilares de las fauces. En etapas avanzadas la conato de sodio (Pentostam®) y el antimoniato
enfermedad progresa hacia la faringe y laringe. En de meglumina (Glucantime*).
el velo del paladar se observa un aspecto muy par­ Este último es el más utilizado en América lati­
ticular que se ha denominado «cruz espúndica» y na. Se presenta en ampollas de 5 mL con 1,5 g de
que obedece a la retracción fibrosa de los tejidos antimoniato de meglumina, equivalentes a 425 mg
en medio del proceso vegetante que configura una de antimonio (Sb). La dosis es de 20 mg Sb/kg/día,
cruz. A veces las lesiones son tan destructivas y por vía IM profunda, durante 15 a 30 días. Es con­
mutilantes que el paciente no puede comer. En esta veniente comenzar el tratamiento con una dosis
etapa la neumonía es una complicación común que reducida, que se incrementará en forma progresi­
puede llevar a la muerte. va hasta alcanzar la dosis completa el tercer día. A
El diagnóstico de leishmaniosis se basa en la veces es necesario un nuevo ciclo de tratamiento
epidemiología, la clínica y la identificación de los luego de 4 a 6 semanas. En las formas cutáneas la
amastigotes. Para esta última se requiere biopsia, respuesta suele ser satisfactoria, aunque no siem­
frotis de la punción aspirativa, raspado de los bor­ pre ocurre lo mismo en las formas mucosas. Aún
des de la úlcera o improntas de las muestras obte­ no hay criterios rigurosos para demostrar la cura­
nidas para biopsia teñidas con coloración de ción y son frecuentes las recaídas luego de una
Giemsa. También puede recurrirse al cultivo de aparente buena respuesta al tratamiento.
parte del material obtenido para la biopsia en el Los efectos adversos del tratamiento con anti­
medio NNN, a las reacciones serológicas y a la monio son fiebre, los, artralgias, mialgias, náu­
intradermorreacción con leishmanina (reacción de seas, vómitos, pancreatitis, neumonía; alteracio­
Montenegro), que en esta forma clínica es positi­ nes de las funciones cardíaca, renal o hepática, y
va. La identificación de los amastigotes en las biop- dolor en el sitio de la inyección.
sias de lesiones de larga evolución es dificultosa. Para los que no responden ai tratamiento con
En las adenopatías que acompañan a las úlce­ antimonio o sufren recaídas, una alternativa es la
ras cutáneas de la etapa aguda la punción aspira­ anfotericina B. Se administra en dosis de 0,5 o
tiva puede mostrar las leishmanias. 1 mg/kg/día por medio, según la tolerancia del pa­
La respuesta de anticuerpos es variable, pue­ ciente, diluidos en 500 mL de solución glucosada
den detectarse en títulos bajos o ser indetectables. al 5% a pasar por vía IV en 6 horas. La dosis total
T,a prueba de ELISA es positiva en los primeros es de 1,5 a 2 g. Los efectos adversos de la anfote­
años que siguen a la lesión primaria. La cicatriz ricina limitan su uso (nefrotoxicidad, cardiotoxi-
de esta última es un elemento clínico de gran cidad, fiebre, flebitis). Otra posibilidad es admi­
importancia para el diagnóstico. nistrar isetionato de pentamidina 1 o 2 veces por
El diagnóstico diferencial de la lesión prima­ semana, hasta la curación de las lesiones, en dosis
ria abarca esporotricosis, tuberculosis cutánea, de 2 a 4 mg/kg de pentamidina base (máximo 180
sífilis, lepra, micobacteriosis atípica y neoplasias; mg/día) por vía IV diluidos en 100 mL de solución
en cuanto al de la lesión secundaria, cutaneo- glucosada al 5% a pasar en 1 hora. Este fármaco
mucosa, incluye paracoccidioidomicosis, histo* produce con frecuencia los siguientes efectos ad­
plasmosis, sífilis, lepra, tuberculosis, rinospori- versos: cefalea, náuseas, vómitos, dolor abdomi-
668 □ Q uinta parte - Infecciones parasitarias

nal, hipotensión aileria!, hipoglucemia y otros. do a un tratamiento previo con sal de antimonio sola.
El inieiferón gamma-1b recombinante, 100 pg/mV Otros fármacos utilizados son el ketoconazol,
día por medio, por vía subcutánea, asociado .con la el itraconazol, el alopurinol y aun otros, pero to-
sal de antimonio pentavalente puede ser eficaz en la davía no hay evidencias que permitan recomen*
leishmaniosis cutaneomucosa que no ha respondí- darlos en forma rutinaria.

C u ad ro 82-1. Leishmaniosis, formas clínicas.

_____________
Vectores Distribución geográfica
Kdld-azar L 0-) donovani Phiebotomus India, China, Asia, África
Fiebre negra L (L) chagasí Lutzomyia Brasil

Sinonimia Etiología Vectores •Dlstrlbuclóñ geográfica


Botón de Oriente L(L.) trópica Phiebotomus Africa, India, Pakistán
Botón de Bagdad LO..) major Medio Oriente
Leishmaniosis cutánea L(L.) aethiopica
del Viejo Mundo

Sino hililla'^-r •• \ Vectores ! : Distribución geográfica


Leishmaniosis L(V.) braziliensis Lutzomyia América Central
cutánea americana LO/.) guyanensis América del Sur
Úlcera cutánea única L(L.) amazonensis Argentina

Sinonimia Etiología Vectores Distribución geográfica


Ulcera de los chicleros L(L.) amazonensis Lutzomyia Brasil, México, Venezuela.
Uta L(L.) mexicana Guatemala. Honduras
L(V.) braziliensis

Sinonimia Vectores Dístfibúció'n geográfica


Espundia L(V.) braziliensis Lutzomyia América Central
América del Sur
Argentina

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Babesiosis (t

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A m adeo J. Bava «
Ornar J. Palmieri
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falciparum . Ante la duda no debe vacilarse en ins­


DEFINICION
tituir el tratamiento antipalúdico de inmediato.
« i
La babesiosis es una zoonosis> producida por El ciclo biológico del parásito requiere la mul­
protozoos del género Babesia. Éstos parasitan los tiplicación dentro de los eritrocitos del hospede­ I
eritrocitos sanguíne.os de manera similar a lo que ro, lo que da lugar a la formación de merozoítos.
ocurre con los parásitos que causan el paludismo. Éstos al salir provocan la ruptura del eritrocito, < I
Es transmitida por garrapatas del género Ixodes. con la consiguiente hemólisis y anemia.
Sus manifestaciones clínicas pueden ser sim i­ La transmisión se produce desde el reservorio
lares a las del paludismo, o sea fiebre, anemia, animal [roedores {B. microti) y ganado vacuno {B.
<e
ictericia, hemoglobinuria y hepatoesplenome- divergens)] al hombre u otros animales, a través
galia. No obstante, la infección provoca sínto­ de la picadura de garrapatas del género Ixodes. La
mas variables que van desde las formas asintomá- transmisión interhumana sólo se ha observado por
ticas hasta las graves que comprometen la vida transfusiones sanguíneas. Es de destacar que
del paciente. Estas últimas se presentan en indi­ Ix o d e s sc a p u la r is , el principal vector de la
viduos esplenectomizados, en inmunodeprimidos babesiosis, lo es también de Borrelia burgdotferi,
y en ancianos. agente causal de la enfermedad de Lyme, por lo
cual ambas infecciones pueden coexistir. Estos
artrópodos poseen un ciclo de vida con 4 estadios: fí
ETIOLOGÍA
huevo, larva, ninfa y adulto, el cual puede com­
Los protozoos del género Babesia (más de 100 pletarse en alrededor de 2 años. Para el pasaje de %
especies) viven como parásitos en una amplia va­ un estadio a otro el parásito necesita ingerir san­
riedad de aves y mamíferos en todo el mundo. gre. La ninfa de /. scapularís se alimenta con san­ <(
Algunas especies prefieren ciertos hospederos: B. gre de ratones silvestres {Feromyscus leucopus) y
microti, los roedores; B. divergens y B. bovis, los otros mamíferos infectados, mientras que la for­
vacunos. Todas ellas han sido reconocidas como ma adulta se encuentra en animales por lo general
causantes de infecciones en el ser humano. no parasitados por Babesia.
Dentro de los eritrocitos, la morfología del pa­
rásito es variable en cada una de las especies. Pre­
sentan forma de pera, ovalada o redonda; esta úl­
EPIDEMIOLOGÍA 'c.
tima, con su localización periférica dentro del eri­ La distribución geográfica de la enfermedad se

trocito, a menudo se confunde con Plasm odium relaciona en forma directa con la del artrópodo
4;

(c ;
670 O Q uinta parte - Infecciones parasitarias

vector. La parasitosis en el ser humano ha sido La reacción en cadena de la polimerasa (PCR)


observada en alrededor de 100 oportunidades, se ha implementado para el diagnóstico de casos
principalmente en América del Norte (Estados con niveles muy bajos de parasitemia.
Unidos y M éxico) y en numerosos países de Eu­
ropa. El avance de la enfermedad se relaciona
TRATAMIENTO
con la expansión del artrópodo vector.
La mayor parte de las infecciones provocadas
MANIFESTACIONES CLÍNICAS por 5 . microti son leves y curan en forma espontá­
nea, sin necesidad de tratamiento antiparasitario.
Son muy diferentes entre los pacientes euro­ Sin embargo, los pacientes esplenectomizados pue­
peos y americanos. Los casos del viejo mundo den poseer niveles más elevados de parasitemia y
corresponden por lo general a individuos esple- desarrollar una enfermedad grave. En estos últi­
nectomizados infectados con parásitos de origen mos puede emplearse la combinación de clindami-
vacuno. Se manifiestan con formas fulminantes cina (intravenosa o intramuscular) y quinina (vía
y mortalidad elevada, síndrome febril y enferme­ oral), durante 7 a 10 días. La dosis de clindamicina
dad hemolítica. es de 20 a 40 mg/kg/día en los niños y 300 a 600 mg
Por el contrario, ios casos americanos corres­ cada 6 horas en los adultos. La quinina se admi­
ponden a individuos normoesplénicos, infectados nistrará a razón de 25 mg/kg/día en los niños y
por cepas provenientes de roedores y en quienes 650 mg cada 8 horas en los adultos. El tratamiento
la infección es asintomática o bien se manifiesta oral con clindamicina, 600 mg cada 8 horas aso­
con un cuadro leve. ciado con quinina durante una semana ha sido su­
gerido en pacientes con formas clínicas más leves.
DIAGNÓSTICO El empleo de fármacos antipalúdicos y antipro-
tozoicos, como cloroquina, pirimetamina, prima-
Se realiza mediante la identificación del pará­ quina, pentamidina y quinacrina, ha carecido de
sito en frotis de sangre coloreados con las técni­ efectividad en el tratamiento de la babesiosis. Este
cas de Giemsa o Wright. Otras posibilidades son hecho debe tenerse en cuenta ante la posibilidad
la detección de anticuerpos específicos mediante de confusión entre ambos parásitos en los frotis
la técnica de inmunofluorescencia indirecta o bien de sangre.
la inoculación de sangre del paciente en anima­ La aparición de efectos indeseables o fallas te­
les de laboratorio susceptibles. rapéuticas con los fármacos disponibles ha dado
Los pacientes con infección activa presentan lugar a la búsqueda de esquemas alternativos. Un
títulos iguales o mayores a 1:1024 pocas sema­ derivado de las hidroxinaftoquinonas, la atova-
nas después de la infección, los cuales disminu­ quona, tiene una potente actividad antiprotozoica
yen en forma gradual en los m eses siguientes. y resiste el rápido metabolismo microsómico en
Los títulos de 1:32 o menores corresponden por los hepatocitos de los mamíferos. La dosis de ato-
lo general a infecciones pasadas. La determina­ vaquona en los adultos es de 750 mg por vía oral,
ción de IgM específica durante el período agudo dos veces por día.
aún se encuentra en estudio. La exanguinotransfusión ha sido empleada en
Si bien los estadios presentes en los frotis de pacientes esplenectomizados muy graves con ele­
sangre pueden confundirse con P. falcip a ru m , la vados niveles de parasitemia y hem ólisis. Junto
ausencia de esquizontes y gametocitos en la ba- con la quimioterapia esta medida puede remover
besiosis, así como la de pigmentos hemáticos, son de la circulación los productos tóxicos y los hema­
características diferenciales. tíes parasitados.
C apítulo 83 - Babesiosis □ 671

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5*?
Microsporidiosis
Ornar J. Palmieri

El phylum microspora está constituido por al­ identificadas), Enterocytoioon (£ . bieneusi) y


rededor de 100 géneros y más de 900 especies. Septata (5. intesíinalis).
Son protozoos parásitos formadores de esp o­ M icrosporidium es un grupo de por lo menos
ras intracelulares. Todos estos microorganismos dos microsoporidios infecciosos para el ser hu­
se denominan microsporidia y producen una en­ mano. No se han podido determinar aún los gé­
fermedad que se denomina microsporidiosis. Se neros y especies; por lo tanto, todavía no se con­
los reconoce desde 1857 como causa de enfer­ sidera un verdadero género.
medad en animales y perjudican a la industria de
la seda, de la miel de abejas y a la pesca comer­
MANIFESTACIONES CLÍNICAS
cial. También han provocado pérdidas e incon­
venientes al afectar a roedores de laboratorio, La infección humana es muy poco frecuente
conejos, primates y animales de pieles para uso en los sujetos inmunocompetentes. Se han comu­
industrial. nicado raras infecciones meningoencefálicas,
Las esporas de los microsporidios miden entre 1 comeanas, intestinales e incluso generalizadas.
y 20 {im; las que infectan a los mamíferos son de La mayor cantidad de casos se diagnosticaron
forma ovoide o piriforme, y miden entre 1 y 2 ^im. en enfermos con inmunodepresión por HIV. En
Todas poseen un túbulo o filamento polar enro­ ellos la infección por Enterocytoioon hieneusi
llado que las caracteriza. La ingestión de las es­ provoca diarrea crónica, anorexia, pérdida de
poras por el hospedero determina la eversión de peso, dolor abdominal, náuseas, vómitos y fie­
su túbulo enrollado, que penetra en la célula hos­ bre. Se evidencia también un síndrome de malab-
pedera e inyecta el esporoplasma en su citoplas­ sorción y los recuentos de T CD4+ en general
ma. Luego se producen la merogonia, la espo- están por debajo de 100 por mm^ A veces co­
rogonia y una nueva generación de esporoblas- existe una infección del árbol biliar, que ha sido
tos, que dan origen a nuevas esporas que infec­ reconocida como causante de colangitis esclero­
tan otras células del hospedero y contaminan el sante relacionada con sida. Es frecuente la coin­
medio ambiente a través de la materia fecal, la fección por otros patógenos intestinales.
orina o las secreciones respiratorias. En el medio Las dos especies conocidas de Encephalitozoon
exterior las esporas mantienen su infectividad du­ (E. cunicuii y E. hellem ) son causa de infección
rante lapsos prolongados. en pacientes con sida; producen un cuadro leve o
Cinco microsporidios han sido relacionados grave que se manifiesta por sequedad de los ojos,
con enfermedades humanas; Nosem a (N. connorí, sensación de cuerpo extraño, dolor ocular, epí-
N . corneum , N. ocularum ), Encephalitozoon (£. fora, fotofobia y visión borrosa. Se observa hipe­
cunicuii, E. hellem), Pleistophora (especies no remia conjuntival sin secreción purulenta, en ge­
674 □ Q uinta parte - Infecciones parasitarias

neral bilateral. El examen con lámpara de hen­ bilis, esputo, líquido de lavado broncoalveolar,
didura revela queratitis punciata superficial y di­ frotis conjuntival y otros líquidos corporales, y en
fusa. La ulceración comeana es infrecuente. La la biopsia de los tejidos infectados. No hay méto­
enfermedad ocular es la manifestación local más dos de diagnóstico inmunológico confiables.
ostensible de una enfermedad sistémica, pero tam­
bién se han diagnosticado bronquiolitis, sinusitis,
TRATAMIENTO
infección urinaria, hepatitis y peritonitis. En las
infecciones por Encephalitozoon en pacientes con Se han utilizado múltiples medicamentos para
sida los recuentos de HnfocitosTCD4+ son bajos. esta enfermedad: metronidazol, azitromicina,
Otros dos microsporidios han sido demostra­ quinacrina, paromomicina, atovaquona, octreó-
dos en enfermos con sida: Septoía intesiinalis y tido, albendazol, fumagilina y otros. El albenda-
Pleistophora. La infección por 5. intesíinaiis pro­ zol parece ser el más eficaz, si bien el tratamien­
duce las mismas manifestaciones que E. bieneusi. to debe ser continuado para mantener la supre­
En cuanto a la infección por Pleistophora aso­ sión clínica de la enfermedad ya que no produ­
ciada con el HIV, se ha descripto un solo caso ce la erradicación del parásito. La dosis es de
que cursó con debilidad muscular y mialgias di­ 400 mg 2 veces por día.
fusas, y los estudios complementarios revelaban
una miopatía inflamatoria.
PROFILAXIS

No hay medidas eficaces para prevenir esta


DIAGNÓSTICO
enfermedad, debido a que tampoco se conocen
La confirmación del diagnóstico se hace exclu­ con seguridad las fuentes de infección y las for­
sivamente a través del laboratorio. Depende del mas en que se transmite. Sin embargo, son reco­
hallazgo del microorganismo mediante microsco- mendables medidas de higiene personal para evi­
pia, en materia fecal, orina, LCR, líquido duodenal. tar la llegada de esporas al organismo.

B ib lio g ra fía - ----------— --------


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Infecciones por amebas de vida libre
Ornar J. Palmieri

En la naturaleza existen numerosas amebas que claro, con un nucléolo central denso y prominen­
viven com o organismos de vida libre, algunas de te, y un citoplasma granuloso, que contiene eri
las cuales, además, pueden ser parásitos del hom­ trocitos, leucocitos y emite seudópodos para su
bre o de los animales, por lo que se denominan traslación. La exposición al agua destilada indu­
amebas anfizoicas. ce al trofozoíto a transformarse en ia forma flage
Aquellas capaces de producir enfermedad en lada, que habitualmente es biflagelada aunque en
el hombre son las de los géneros Naegleria, Acan- ocasiones hay muchos más flagelos. El quiste es
tham oeha y Balam uthia. La primera provoca la esférico, tiene una pared densa y mide 8 a 12 (im.
m eningocncefalitis am ebiana prim itiva, denomi­ N, fo w leri es de distribución universal y ha sido
nada así para diferenciarla del absceso amebiano aislada de distintos medios; suelo, polvo, aire,
del encéfalo que puede producir en forma secun­ agua de ríos, lagos y piscinas, y también de la
daria Entam oeba histolyiica, por vía hemática, a nariz de individuos sanos.
partir del intestino. Las de los géneros Acantha- La meningoencefalitis amebiana primitiva afec­
moeha y Balamuthia provocan la encefalitis am e­ ta sobre todo a niños y adultos jóvenes que se
biana granulomarosa. Las del género Acantha- han bañado en lagos, piscinas o estanques de agua
moebüy además, pueden causar úlceras corneanas dulce cálida. N. fo w leri invade la mucosa nasal,
en usuarios de lentes de contacto, úlceras cutá­ el neuroepitelio olfatorio y accede al SNC a tra­
neas, abscesos subcutáneos, y lesiones pulmo­ vés de la lámina cribosa del etmoides. Provoca
nares, renales, uterinas, prostáticas y testiculares. una meningoencefalitis difusa y leptomeningitis
En el hombre la infección por amebas de vida purulenta. En la sustancia gris cortical se obser­
libre no es frecuente; tampoco se conocen insec­ van hemorragias y edema, con herniación del un
tos vectores ni portadores humanos de importan­ cus o del cerebelo. Los bulbos olfatorios presen­
cia epidemiológica. tan hemorragia y necrosis. En los preparados
histopatológicos coloreados con hematoxilina-
eosina o con hematoxilina férrica se observan los
MENINGOENCEFALITIS AMEBIANA PRIMITIVA
trofozoítos ó eN . fow leri, en los nervios olfatorios
La meningoencefalitis amebiana primitiva es y en la adventicia y espacios perivasculares de
causada por N aegleria fo w leri, única especie de arterias y arteriolas. No se observan los quistes
ese género que provoca enfermedad en el hom­ del protozoo en el encéfalo.
bre. Las manifestaciones clínicas comienzan des­
El ciclo vital de N. fo w le ri pasa por tres esta­ pués de períodos de incubación de 2 a 8 días y
dios: trofozoíto, flagelado y quiste. El trofozoíto consisten en un síndrome meníngeo que evolu­
mide 10 a 30 |im de diámetro, tiene un núcleo ción al coma con rapidez y en general sin signos
676 □ Q uinta parte - Infecciones parasitarias

neurológicos focales. El LCR es hiperienso, tos y quistes. Puede haber compromiso pulmonar
hemorrágico, con 500 a 20.000 leucocitos entre con alteraciones radiológicas y anatomopa-
los que predominan los neutrófilos. La glucosa tológicas, que consisten en neumonía con pre­
está disminuida y las proteínas aumentadas. En sencia de trofozoítos y quistes en los alvéolos
el examen microscópico del sedimento en fresco pulmonares.
pueden observarse los trofozoítos. El examen con Acantham oeba llega al SNC por vía hemática
ia coloración de Gram es negativo; por lo tanto, a partir del pulmón o la piel. En el cerebro puede
ante un LCR purulento, negativo para bacterias, hallarse edema, reblandecimiento, hemorragias
es importante la búsqueda de trofozoítos en un y abscesos. En los ganglios basales, el tronco ce­
examen en fresco sin coloraciones. rebral y el cerebelo suele haber áreas de necro­
La enfermedad sin tratamiento tiene una mor­ sis hemorrágica.
talidad del 100% y aun con tratamiento es muy El examen histopatológico revela encefalitis
elevada. La infección es fulminante y fatal en 24 necrosante y granulomatosa, con células epite-
a 96 horas. El tratamiento se realiza con anfote- lioides y células gigantes. En estas lesiones, así
ricina B por vía IV e intratecal. También se ha com o en los espacios perivasculares y los vasos »
utilizado miconazol por vía IV e intratecal, y ri- sanguíneos, pueden demostrarse trofozoítos ade­
fampicina y sulfisoxazol por vía IV. más de quistes intracelulares y extracelulares.
También es posible hallar leptomeningitis focal
crónica. En ios enfermos de sida las lesiones tien­
ENCEFALITIS AMEBIANA GRANULOMATOSA
den a ser necróticas y la inflamación es mínima.
La encefalitis amebiana granulomatosa es cau- El LCR revela pleocitosis linfocíticacon protei-
sada por varias especies de Acantham oeba y por norraquia moderada y gluconaquia normal. Los
Balam uthia mandrillaris. hallazgos en el LCR son inespecíficos y la demos­
Las especies de Acantham oeba halladas en esta tración de Acantham oeba es poco probable.
enfermedad son A. culbertsoni, A. castellana, A. Para el tratamiento se han utilizado distintos ¡
polyphaga, A. astronyxis y A . healyi. fármacos: sulfametazina, cloranfenicol, penta-
Los trofozoítos de Acantham oeba tienen entre midina, miconazol. ketoconazol y flucitosina.
15 y 35 |im de diámetro, un núcleo claro, con nu­ La evolución de la enfermedad es prolongada
cléolos esféricos, y un citoplasma granuloso, con y entre el com ienzo del cuadro neurológico y la
gran cantidad de vacuolas y mitocondrias. Emite muerte pueden transcurrir días o semanas.
proyecciones filiformes llamadas acantopodios;
el quiste tiene doble pared y mide alrededor de
QUERATITIS POR ACANTHAMOEBA
18 pm.
El género Acantham oeba está ampliamente dis­ La queratitis por Acantham oeba es una infla­
tribuido en todo el mundo. Se encuentra en el sue­ mación crónica de la córnea provocada por algu­
lo, aguas estancadas, sedimentos oceánicos y tu­ nas especies de ese género. Se debe al traumatis­
berías de aire acondicionado o calefacción. Tam­ mo com eano y a la exposición al agua contami- |
bién puede hallarse en las fauces de sujetos sanos. nada. Son factores de riesgo las lentes de contac­
La encefalitis amebiana granulomatosa afecta to y su limpieza con soluciones salinas no estéri­
a sujetos inmunodeficientes, a quienes padecen les. Esta afección se produce en individuos sin ¡
enfermedades crónicas y debilitantes, a los trata­ enfermedad previa, por lentes de contacto que j
dos con antibióticos de amplio espectro o a los dañan la córnea, por lavarse los ojos o las lentes
enfermos de sida. con aguas contaminadas.
Sus características clínicas son un comienzo Los agentes etiológicos hallados son A. culbert-
insidioso con signos neurológicos como hemi- soni, A. castellana, A. polyphaga, A. rhyzodes y
paresia, convulsiones, cefalea, náuseas, vómitos, A. hatchetti. Sus trofozoítos y quistes se locali­
estupor y signos meníngeos. Pueden hallarse ulce­ zan en la profundidad del estroma comeano, don- ;
raciones de la piel, con signos inflamatorios agu­ de se genera una respuesta inflamatoria modera- I
dos y crónicos en los que se evidencian trofozoí- damente aguda. La córnea dañada puede presen- ■
C apítulo 85 - Infecciones por amebas de vida libre □ 677

tar un infiltrado anular característico, congestión £1 tratamiento se realiza con isetionato de pro-
conjuntival o una epiteliopatía dendritiforme con pamidina y dibromopropamidina. También se
infiltrados ¡acunares del estroma. Esta afección utilizan polimixina B, miconazol, ketoconazol,
se caracteriza por la ulceración recurrente y re­ clotrimazol, neomicina y neosporina, que son
fractaria a los tratamientos habituales para las efectivos cuando se los asocia con el isetionato
infecciones virales, bacterianas o micóticas, tam­ de propamidina.
bién por el dolor intenso que produce. La profilaxis de la queratitis por Acanthamoeba
£1 diagnóstico se realiza con frotis del hisopa­ requiere una higiene cuidadosa de las lentes de
do, raspado comeano o biopsia, donde se identi­ contacto y uso de soluciones estériles para su lim­
fican trofozoítos y quistes. pieza.

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Esquistosomosis
Ornar J. Palmieri

DEFINICIÓN
pequeñas vénulas próximas a la luz intestinal,
donde depositan sus huevos. Éstos son de color
La esquistosomosis humana es una enferme­ marrón-amarillento y miden 120 a 180 }im de
dad aguda, subaguda o crónica, causada por tre­ longitud por 45 a 50 \xm de ancho. Su morfolo­
mátodos del género Schistosom a. Las formas gía es muy característica; son ovalados, tienen
adultas de estos parásitos se ubican en los plexos una espina lateral, similar a la del rosal, que emer­
venosos y los huevos que producen se localizan ge cerca de uno de sus polos y en su interior se
en diferentes órganos, según la especie de SchiS’ halla el miracidio. Estos huevos son eliminados
tosoma. Los agentes más frecuentes de la esquis­ con las heces del hombre, que es el hospedero
tosomosis humana son Schistosom a japonicum , definitivo de S. m ansoni, y pueden alcanzar las
S. haem atobium y S. m ansoni. Otras especies denominadas aguas superficiales de arroyos, ríos,
menos comunes son S. m ekongi, S. intercalatum cañadas, pantanos, bañados o lagunas. Una vez
y S. m attheei. en el agua los huevos hacen eclosión y liberan
En este capítulo se describirá sólo la enferme­ larvas de aspecto ciliado, llamadas miracidio. que
dad provocada por S. mansoni^ ya que ésta es la tratan de alcanzar al hospedero intermediario que
única especie autóctona de América. para S. m ansoni es un caracol del género Biom-
phalaria, donde el miracidio, después de perder
sus cilias, se transforma en esporocisto primario.
ETIOLOGÍA
Por poliembriotonía éste origina esporocistos
Schistosom a m ansoni es un platelminto trema- secundarios, que a su vez darán origen a nume­
todo, dioico (con sexos separados). Los dos sexos rosas larvas con capacidad natatoria denomina­
tienen morfología diferente. El macho mide 0,6 das cercarlas. Estas, que son las formas infectan­
a 1 cm de longitud, tiene el cuerpo aplanado, for­ tes, se liberan del hospedero intermediario para
ma foliácea y está ventralmente curvado para for­ alcanzar al hombre. Después de fijarse al folícu­
mar el canal ginecóforo, que aloja a la hembra lo piloso, con el auxilio de sus dos ventosas, las
durante la cópula. La hembra, larga y delgada, al­ cercarlas penetran a través de la piel con la ayu­
canza una longitud máxima de 1,6 cm. El cuerpo da de movimientos activos y de las secreciones
es casi cilindrico, con un diámetro de 0,3 mm. histülílicas de las glándulas de penetración. Las
Ambas formas poseen dos ventosas: una terminal cercarlas también son capaces de penetrar a tra­
y otra ventral. La morfología del cuerpo de los vés de las mucosas. Después de la penetración,
esquistosomas está especialmente adaptada, so­ transformadas en esquistosómulos, migran por el
bre todo en las hembras, a su existencia intravas- tejido celular subcutáneo hasta ingresar a la cir­
cular. Las hembras abandonan al macho en las culación venosa, desde donde son llevadas pasi­
680 □ Q uinta parte - Infecciones parasitarias

vamente al corazón derecho, los pulmones, el luciona hacia la forma adulta y comienza la pos­
corazón izquierdo, el sistema porta y las venas tura de huevos, lo que da lugar a la forma clínica
mesentéricas, hasta alcanzar el colon sigm oide y aguda. El cuadro se caracteriza por fiebre, dolor
el recto. En el sistema porta intrahepático los es- abdominal y diarrea con heces sanguinolentas o
quistosómulos se transforman en machos y hem­ sin ellas. Es poco frecuente la presencia de hepa-
bras, se aparean y migran por el sistema porta tom egalia o esp len om egalia. El hemograma
hasta el territorio de la arteria mesentérica infe­ muestra leucocitosis y eosinofilia. La respuesta
rior, donde comienza la postura de huevos, los inmunitaria del hospedero a los huevos deposi­
que luego alcanzan la luz intestinal, con lo que tados en los distintos tejidos da lugar a las for­
se completa él ciclo biológico. mas crónicas de la enfermedad. Una de ellas, la
esquistosomosis intestinal, se caracteriza por un
cuadro de diarrea crónica sanguinolenta, anemia
e p id e m io l o g ía
y desnutrición. En la endoscopia digestiva baja
Schistosom a japonicum se encuentra en Chi­ se pueden observar lesiones petequiales de la
na, Taiwán y Filipinas; Schistosoma haematobium mucosa, úlceras o pólipos. La otra forma crónica
se distribuye en África y Oriente Medio; Schis- es la esquistosom osis hepatoesplénica. Ésta se
tosom a m ekongi se encuentra en el sudoeste de presenta con hipertensión portal, hepatoesple-
Asia; 5. intercalatum , en el este de África, y S. nomegalia y várices esofágicas. En los estadios
mattheei, en Sudáfrica. La distribución de S. man- terminales de la enfermedad puede desarrollarse
soni incluye la zona tropical de Africa, Sudán, insuficiencia hepática.
Egipto y Yemen. En América, se encuentra en
Surinam, Puerto Rico y Brasil, donde llegó como
DIAGNÓSTICO
consecuencia del tráfico de esclavos africanos.
Un hecho epidem iológico importante es la pre­ El diagnóstico se basa en la identificación de
sencia en la Mesopotamia argentina de caracoles los huevos de S. m ansoni en las heces, las que se
que podrían actuar com o hospederos intermedia­ pueden examinar en forma directa o con técnicas
rios de S. mansoni. de concentración. La biopsia rectal permite de­
tectar huevos en casos de infecciones crónicas.
El diagnóstico serológico realizado con la técni­
ANATOMÍA PATOLÓGICA
ca de ELISA permite identificar anticuerpos con
Las características histológicas de las lesiones gran sensibilidad y especificidad.
provocadas por S. m ansoni se relacionan con la
reacción inflamatoria que producen los huevos
TRATAMIENTO
en los órganos donde se localizan. En el colon
pueden originar granulomas que dan lugar a le­ El praziquantcl es un fármaco activo contra
siones ulcerosas, polipoides o fibróticas. En el todas las especies de Schistosom a. Se absorbe
hígado suelen causar fíbrosis periportal, obstruc­ bien por vía oral y se administra en dosis de
ción presinusoidal y de la circulación portal. Tam­ 40 mg/kg en una sola toma.
bién pueden observarse granulomas en el SNC, Los efectos colaterales son escasos: fiebre, do­
en especial en la médula espinal, y en el pulmón. lor abdominal y diarrea. También puede emplear­
se la oxamniquina, que es activa sólo contra 5.
m ansoni. Se absorbe bien por vía oral y se admi­
MANIFESTACIONES CLÍNICAS
nistra en una sola toma de 15 mg/kg.
Los síndromes clínicos asociados con la esquis-
tosomosis están relacionados con el estadio de la
PROFILAXIS
infección. La penetración de las cercarlas en la
piel produce una dermatitis que puede adquirir Se basa en medidas que actúen sobre el ciclo
la forma de lesiones maculopapulosas, exante­ del parásito y en otras que permitan evitar la in­
mas, vesículas o pústulas. Luego el parásito evo­ fección humana. Ellas son:
T
4
Capítulo 86 - Esquisiosom osis □ 681 I

1. El control deí molusco hospedero interme­ aseguren el suministro de agua libre de cercarias,
diario, por medio de sustancias químicas molus- como también la implementación de medidas para
quicidas, en ciénagas, lagunas y cursos de agua que las heces de pacientes infectados no entren
con flujo subcrítico que favorezca su desarrollo, en contacto con las aguas superficiales.
así com o rectificaciones de cursos de agua, re­ 3. El tratamiento de los enfermos.
lleno sanitario, etc. 4. Las campañas de educación acerca de los mo­
2. La realización de obras de ingeniería que dos de transmisión y los métodos de protección.

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87
Fasciolosis
Ornar J. Palmieri

calizan en los conductos biliares. Llegan al esta­


DEFINICION
do adulto unos 2 meses después de su ingestión
La fasciolosis o distomatosis hepática es la en­ y comienzan la postura de huevos. El parásito
fermedad provocada por el irematodo Fasciola puede vivir de 1 a 5 años.
hepatica. Es una zoonosis cosmopolita que tiene
como hospederos definitivos animales herbívo­
EPIDEMIOLOGÍA
ros y, en ocasiones, también al hombre.
Fasciola hepática se distribuye en casi todas
las zonas templadas con suficiente humedad y
ETIOLOGÍA
temperatura donde se crían ovejas y otros herbí­
En su estado adulto Fasciola hepatica es un voros. Éstos son los hospederos definitivos y ac­
parásito lanceolado, blanco grisáceo, aplanado, cidentalmente lo es el hombre. El hospedero in­
de 2 a 3 cm de largo por 1 cm de ancho. En su ex­ termediario es un caracol del género Lymnaea,
tremo anterior tiene una eminencia cónica o emi­ imprescindible integrante del ciclo biológico del
nencia cefálica. Es hermafrodita. Se localiza en parásito que vive en aguas dulces, lagos y orillas
los canales biliares y en la vesícula. Los huevos de ríos no muy correntosos. La fasciolosis es una
operculados depositados allí alcanzan el intesti­ enfermedad de mayor importancia veterinaria que
no y salen al exterior con la materia fecal. Los humana. En América latina esta parasitosis ha
que llegan al agua se embrionan y quedan en li­ sido comunicada en Argentina, Chile, Ecuador,
bertad los miracidios. Éstos penetran en el hos­ Bolivia y Perú. En estos dos Ultimos países hay
pedero intermediario, un pequeño caracol de agua zonas con alta endemicidad. Las pérdidas oca­
dulce del género LymnaeOy en el que se transfor­ sionadas por esta enfermedad en los animales son
man en cercarías que abandonan el caracol y se múltiples en mortalidad y morbilidad; se consta­
depositan en las plantas acuáticas como meta- ta merma en el desarrollo, reducción en la produc­
cercarias. El hombre o los animales contraen esta ción de lana, leche, carne y decomiso de hígados
parasitosis al ingerir esas plantas acuáticas, en que suelen estar intensamente parasitados.
especial el berro, o al beber agua que contenga
las metacercarias enquistadas. Éstas pierden su
MANIFESTACIONES CLÍNICAS
envoltura quística en el duodeno y se liberan
distomas jóvenes, que atraviesan la pared intes­ La importancia e intensidad de las manifesta­
tinal e ingresan en la cavidad peritoneal. Desde ciones clínicas son proporcionales al número de
allí se dirigen a la cápsula de Glisson, la atravie­ parásitos. Se distinguen dos períodos; el de inva­
san, penetran en el parénquima hepático y se lo­ sión y el de estado. El período de invasión es el
684 □ Q uinta parte - Infecciones parasitarias

que media enire la ingestión de las metacercarias fluorescencia, inmunoelectroforesis, conirainmu-


hasta la llegada de los distomas a los conductos noelectroforesis e inmunoelectrotransferencia. El
biliares. El de estado comienza con la parasitación diagnóstico temprano de la fasciolosis permitiría
de los conductos biliares por distomas adultos. un tratamiento precoz a fin de prevenir un daño
Las manifestaciones clínicas son distintas en am­ hepático importante.
bos períodos. En el de invasión, que dura alrede­ En el período de estado el diagnóstico de cer­
dor de dos meses, puede haber fiebre, diarrea, teza se logra con el hallazgo casual del parásito
dolor abdominal y en especial dolor en el hipo­ en una intervención quirúrgica de vías biliares o
condrio derecho, que se intensifica con la palpa­ bien por la búsqueda de los huevos operculados
ción de la zona. Suele haber hepatomegalia do- característicos en la materia fecal o en la bilis
lorosa. El hemograma muestra leucocitosis con obtenida por sondeo duodenal. Si se sospecha de
eosinofilia elevada. En el período de estado se esta enfermedad, la búsqueda de huevos debe ser
acentúan los trastornos digestivos: náuseas, vó­ reiterada y cuidadosa.
mitos, anorexia, sensación de plenitud pospran- Los estudios por imágenes también pueden
dial, flatulencia, episodios diarreicos que alter­ aportar elementos de valor para el diagnóstico.
nan con constipación e intolerancia a ciertos ali­ La ecografía, 9 a 10 semanas de la infección, pue­
mentos. El dolor continúa como en el período an­ de mostrar lesiones hepáticas nodulares hipoden-
terior, pero suele ser más intenso y cursar con sas o quísticas, dilatación de los conductos bilia­
cólicos biliares que pueden obligar a una inter­ res y formas m óviles ecogénicas dentro de la vía
vención quirúrgica. La hepatomegalia se incre­ biliar. La tomografía computarizada puede evi­
menta con lentitud, la fiebre continúa y a veces denciar pequeñas áreas nodulares, hipodensas o
es causada por complicaciones com o la colecis­ imágenes lineales, hipodensas, tortuosas y ramifi­
titis aguda, el empiema vesicular, la colangitis o cadas.
la coledocitis. La ictericia puede ser leve y tran­ Otro método de diagnóstico es la colangiografía
sitoria, o más intensa y duradera si los distomas retrógrada que en ocasiones permite visualizar y
causan la obstrucción coledociana. extraer parásitos vivos del colédoco.

DIAGNÓSTICO TRATAMIENTO

Como en todas las enfermedades infecciosas, El fármaco de elección es el praziquantel,


es importante tener en cuenta los antecedentes 25 mg/kg, tres veces al día, durante siete días.
epidemiológicos. Pueden hacer sospechar la en­ Entre otras alternativas terapéuticas propues­
fermedad la tríada de fiebre prolongada, dolor en tas para esta parasitosis están la emetina, la dehi-
hipocondrio derecho y eosinofília persistente droemetina, la cloroquina, el mebendazol y el bi-
En el período de invasión el diagnóstico se fun­ tionol.
da en métodos indirectos. El hemograma puede Hace poco tiempo, ante la ineficacia en algu­
mostrar una anemia discreta, leucocitosis con leve nos casos de los fármacos mencionados, incluso
desviación a la izquierda y eosinofília elevada. el praziquantel, se ha utilizado el triclabendazol.
Las transaminasas suelen estar aumentadas. En Este fármaco pertenece al grupo de los benzimi-
algunos enfermos la eosinofília no es muy impor­ dazoles y ha sido extensamente investigado en
tante ni duradera. La bilirrubinemia permanece animales. Su utilidad en el hombre ha sido eva­
normal o bien está elevada y la fosfatasa alcalina luada en varias publicaciones en las que se seña­
en general supera el límite de la normalidad. la la buena tolerancia y la ausencia de toxicidad.
El diagnóstico serológico se realiza con el enzi- Actúa en los tres estadios evolutivos del parási­
moinmunoensayo (ELISA) que tiene gran sensi­ to: temprano inmaduro, inmaduro y adulto. La
bilidad y especifícidad. Otras pruebas inmuno- dosis es de 10 mg/kg en una sola dosis adminis­
biológicas se han propuesto para el diagnóstico trada en ayunas. Aunque este fármaco no ha sido
de la fasciolosis en esta etapa, entre ellas, la prue­ aprobado para uso humano, es el de mayor efica­
ba cutánea, fijación del complemento, inmuno- cia y sería el tratamiento de elección.
Capítulo 87 - Fasciolosis □ 685

a cocción deben lavarse bien y tratarse con sal­


PROFILAXIS
muera o vinagre, que destruyen las metacercarias.
Consiste en la cocción adecuada de verduras N o bañarse en aguas contaminadas ni beber és­
que puedan contener metacercarias, com o el be­ tas sin hervir.
rro u otras. Los vegetales que no sean sometidos

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Paragonimosis
A m adeo J. Bava
Ornar J. Palmieri

Éstas penetran en los caracoles (Sem isulcospira,


DEFINICIÓN
Thiara y otros) en los que se transforman en cer­
La paragonimosis o distomatosis pulmonar es canas, que nadan en el agua y finalmente se en-
una parasitosis provocada por tremátodos del gé­ quistan en los cangrejos y langostinos de agua
nero Paragonimits, que se localizan preferente­ dulce. La ingestión de estos animales crudos o
mente en los pulmones. mal cocidos, por los hospederos definitivos, de­
termina la infección.
ETIOLOGÍA
EPIDEMIOLOGÍA
Los agentes causales de la paragonimosis son
tremátodos del género Paragonimus. Las especies La parasitosis está muy extendida en amplias
difieren según el área del planeta donde la para­ regiones de Asia, principalmente Japón y Corea;
sitosis es endémica: P. westermani es frecuente en África Occidental y Central, América del Sur
el sudeste de Asia; P. ofricamis, en África; P. peru- (Brasil, Colombia, Ecuador, Perú y Venezuela),
vianus, en América del Sur, y P. kelUcotti, en Amé­ América Central y los Estados Unidos.
rica del Norte. La conservación de cangrejos y langostinos de
El ciclo biológico de Paragonim iis abarca más agua dulce en vino, vinagre o salmuera, una prác­
de un hospedero (heteroxénico). Sus hospederos tica muy común en el continente asiático y sud­
definitivos pueden ser el hombre, el perro, el gato, americano, no es eficaz para destruir las formas
el cerdo y algunos carnívoros salvajes, que se in­ infecciosas del parásito.
fectan al ingerir carne de cangrejos (de los géne­
ros Eriocheir o Potam on) o langostinos de río
MANIFESTACIONES CLÍNICAS
{Cambaroides) infectados por metacercarias. Es­
tas últimas se liberan en el tubo digestivo del hos­ Por lo general el paciente presenta tos produc­
pedero definitivo, perforan la pared intestinal, tiva (expectoración de color pardo) y en ocasio­
caen en la cavidad peritoneal, perforan el diafrag­ nes hemoptisis y dolor pleural. El hemograma
ma y migran a los pulmones, donde evolucionan suele mostrar eosinofilia y la radiografía de tórax,
hasta la forma adulta. A llí comienza la postura de infiltrados difusos o segmentarios, nódulos solita­
huevos. Éstos son eliminados por el esputo, o en rios, cavidades o quistes anulares, acompañados
las heces cuando son deglutidos, y llegan a las por derrame pleural o no. Puede haber localiza­
aguas dulces donde continúan su evolución hasta ciones extrapulmonares del parásito en el cerebro,
convertirse en larvas, denominadas miracidios. el tejido celular subcutáneo o el aparato genitou­

m
688 □ Q uinta p a rte - Infecciones parasitarias

rinario. La localización cerebral suele dar lugar a divididos en 3 tomas, durante i a 3 días.
crisis epilépticas, lo que obliga al diagnóstico di­ El triclabendazol es tan efectivo como el prazi­
ferencial con tumores o accidente vascular cere­ quantel. La dosis es de 5 a 25 mg/kg/día durante
bral. La portación asintomática de la infección pue­ 1 a 3 días. Este fármaco pertenece al grupo de
de durar muchos años y en ocasiones las imáge­ los benzimidazoles y ha sido extensamente utili­
nes radiológicas se confunden con tuberculosis. zado en animales. Su utilidad en el hombre ha
sido evaluada en varias publicaciones en las que
se señala la buena tolerancia y la ausencia de toxi­
DIAGNÓSTICO
cidad. Aunque el triclabendazol no ha sido apro­
Se basa en la identificación microscópica de los bado para uso humano, es el de mayor eficacia y
huevos del parásito en muestras de esputo o even­ sería el tratamiento de elección.
tualmente en materia fecal. £n la actualidad se
dispone de pruebas serológicas muy sensibles y
PROFILAXIS
específicas para la determinación de anticuerpos.
La medida más eficaz es alertar a la población
expuesta sobre la necesidad de cocer los crustá­
TRATAMIENTO
ceos. También es de gran importancia el conoci­
El fármaco de elección es el praziquantel, que se miento del ciclo de vida y la forma de transmisión
administra por vía oral en dosis de 25 mg/kg/día del parásito.

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A dot-EUSA test using monoclonal antibody-purífied
89 I

Capilariosis <

f
A m adeo J. Bava
Ornar J. Palmieri
f
c

(
La capilariosis es una parasitosis provocada por Esta parasitosis es endémica de las Filipinas
nemaielmintos del género CapiUaria. Se descri­ (Luzón), donde se han diagnosticado más de c
ben diferentes formas clínicas: capilariosis intes- 1.000 casos durante una epidemia.
tinal, hepática y pulmonar, producidas por C. pA/- <
lippinensisy C. hepático y C. aerophila, respecti­
TRATAMIENTO C 3
vamente.
Se realiza con tiabendazol o albendazol du­
rante 20 días, además del tratamiento sintomáti­
CAPILARIOSIS INTESTINAL
co. c
Consiste en una enteropatía acompañada por
pérdida masiva de proteínas y síndrome de malab- 0
CAPILARIOSIS HEPÁTICA
sorción. lo que provoca una pérdida de peso pro­
gresiva y emaciación extrema cuando el número El parásito adulto mide 20 mm de largo por
de parásitos es elevado. 1 mm de ancho. Se localiza en el hígado, donde
La diarrea puede ser intratable y acompañarse produce un cuadro de hepatitis aguda o subaguda
con dolor abdominal y fiebre. Los síntomas va­ acompañada por eosinofilia, similar a lo que ocu­
rían con el número de parásitos presentes en los rre con otras larvas migrantes viscerales.
pliegues del intestino delgado, preferentemente Desde su primera identificación, en 1924, se <
en el yeyuno. han descripto cerca de 25 casos en diferentes re­
El diagnóstico se realiza por el examen micros­ giones del planeta, la mayor parte en Checoslo­
cópico de la materia fecal, donde se visualizan vaquia y los Estados Unidos. C. hepatica es un
huevos y larvas, o por el examen macroscópico, parásito habitual de las ratas y otros roedores
en el que pueden observarse parásitos adultos de (hospederos definitivos).
2 a 4 mm de longitud. Los gusanos adultos colocan sus huevos en el
El ciclo biológico así como los mecanismos de (
tejido hepático y permanecen en él hasta que sea
contagio no se conocen bien. Los individuos in­ ingerido por otro hospedero, en cuyo intestino
fectados poseen en común el antecedente de la los huevos se liberan y pasan al medio externo
ingestión de pescados crudos o mal cocidos. Es­ donde sufren un proceso de maduración que los
tos hospederos intermediarios se infectan al in­ transforma en infectantes.
gerir huevos embrionados presentes en las heces Tras su ingestión los huevos embrionados li­
de los hospederos definitivos, los cuales evolu­ beran las larvas en el intestino, las que atravie­
cionan allí a larvas infectantes. 1
san la pared intestinal y llegan por el sistema porta
690 O Q uinta parte - Infecciones parasitarias

al hígado, donde maduran hasta alcanzar el esta­ la carga parasitaria del individuo. Es una parasi­
do adulto en el que ponen los huevos. tosis frecuente en gatos, perros y otros mamífe­
El diagnóstico parasitológico se hace por la ros. Se ha descripto en 9 oportunidades en seres
observación de los huevos en el interior de los humanos (que actúan como hospederos interme­
focos necróticos o granulomas en la biopsia he­ diarios) en la ex Unión Soviética.
pática. En muchos casos el diagnóstico se reali­ Los síntomas son el producto de la presencia
za en la autopsia. de los helmintos en la tráquea y los bronquios,
donde los adultos cavan galerías y ponen hue­
vos. Éstos pasan a la luz traqueobronquial y son
TRATAMIENTO
llevados hacia la faringe por el movimiento mu-
El tiabendazol y el albendazol son los fármacos cociliar, tras lo cual son deglutidos. Se eliminan
de elección para el tratamiento de esta parasitosis. con las heces al medio ambiente, donde se trans­
forman en lavas infectantes.
El hombre adquiere la infección al ingerir ali­
CAPILARIOSIS PULMONAR
mentos o agua contaminada con larvas infectantes
Es una enfermedad parasitaria caracterizada por (ciclo monoxénico). El diagnóstico se realiza por
la presencia de tos, broncoespasmo, fiebre y eosi- la visualización microscópica de los huevos en
nofilia, que varían de intensidad de acuerdo con el esputo de los individuos infectados.

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90
Angiostrongilosis
Am adeo J. Bava
Ornar J. Palmieri

Son parasitosís provocadas por nematelmintos se encuentran las larvas de tercer estadio. Éstas
del género Angiostrongylus. Pueden manifestar­ atraviesan la pared intestinal y se sitúan en los lin­
se como un cuadro intestinal provocado por A. fáticos, desde donde migran hacia las venas mesen­
cosíaricensis o bien como una meningoencefalitis téricas de la región cecal para poner los huevos.
eosinofflica, producto de la infección por A. caH’ El hombre es un hospedero accidental que per­
íonensis. mite al parásito llegar a su estadio adulto y colo­
Ambas afecciones son endémicas de zonas di­ car los huevos, los que degeneran y producen le­
ferentes del planeta, aunque la mayor parte de los siones granulomatosas de cuerpo extraño. En ge­
casos de A. cosíaricensis corresponden a Amé­ neral, como se observa en otras enfermedades pa­
rica Central y América del Sur; en cambio, A. cotí’ rasitarias, los niños se infectan con mayor fre­
íonensis predomina en el sudeste de Asia. cuencia.
Las masas granulomatosas se ubican en diferen­
tes porciones del intestino grueso y pueden confun­
ANGIOSTRONGILOSIS INTESTINAL
dirse con tumores o abscesos, que con el tiempo
Esta afección descripta desde M éxico hasta el se inflaman, hipertrofian y necrosan. A veces, por
sur de Brasil es producida por el nematodo me- su gran tamaño, pueden dar lugar a cuadros de
tasirongiiídeo Angiosírongyltis cosíaricensis. Su oclusión intestinal. En forma simultánea hay fie­
ciclo evolutivo es heteroxénico y comprende como bre, anorexia, dolor abdominal y vómitos, también
hospederos definitivos la rata algodonera (Sigmo- leucocitosis de 10.000 a 50.000 elementos/mm\
don hispidus) y la rata urbana (Ralíus norvegicits), con eosinofilia del 10% al 80%.
en cuyas arterias mesentéricas se alojan los hel­ El diagnóstico etiológico se realiza mediante
mintos adultos. A llí las hembras depositan sus la observación microscópica de larvas y huevos
huevos de los que surgen las larvas de primer esta­ en los materiales de biopsia intestinal, ya que casi
dio, que atraviesan la pared intestinal y son lle­ siempre la sospecha clínica lleva a la apendicec-
vadas al exterior con la materia fecal. Para una tomía. Hay que destacar que en general no se ob­
evolución exitosa deben ser ingeridas por una servan huevos ni larvas en la materia fecal de los
babosa {Vaginilus plebeius), que actúa como hos­ pacientes, por lo que los estudios coproparasitoló-
pedero intermediario, en la que evolucionan a lar­ gicos de rutina son ineficientes para el diagnóstico.
vas de segundo y tercer estadio, estas illtimas con Como profilaxis se recomienda el lavado rigu­
capacidad infectiva. roso de verduras que pudieron haber estado en
El hospedero definitivo habitual se infecta al in­ contacto con babosas, aunque este cuidado no
gerir las babosas o sus secreciones, en las cuales siempre elimina las larvas infectantes de los ali-
692 U Q uinta parte - Infecciones parasitarias

• nicntüs. A veces los alimentos pueden ser expor­ El ciclo biológico del parásito es heteroxénico
tados o introducidos de manera ilegal desde zo­ e incluye como hospederos definitivos las ratas
nas de endemia, sin pasar por los controles sani­ (hospedero habitual) o el hombre (hospedero ac­
tarios pertinentes. cidental), que se infectan al ingerir los moluscos
parasitados con larvas del tercer estadio, o bien
TRATAMIENTO vegetales o agua contaminados con estas larvas.
En el hospedero habitual la larva llega a los pul­
El tratamiento de esta parasitosis es en general mones, previo paso por el cerebro, donde alcanza
quirúrgico. Algunos autores no aconsejan el uso el estadio adulto y allí deposita los huevos. Éstos
de fármacos antihelmínticos para evitar fenóme­ hacen eclosión y las larvas (primer estadio) se li­
nos alérgicos indeseables en las lesiones. Éstos beran en las arterias pulmonares, pasan luego a la
son provocados por la liberación de antígenos tráquea por donde llegan hasta las fauces, y son
parasitarios, que en los individuos sensibilizados deglutidas y eliminadas al medio externo con las
pueden provocar reacciones graves. heces. Los moluscos, que actúan como hospede­
ros intermediarios, se infectan al ingerir las larvas
ANGIOSTRONGILOSIS MENINGOENCEFÁLICA presentes en los excrementos de las ratas.
O MENINGITIS EOSINOFÍLICA El hombre se infecta al ingerir alimentos mal
cocidos, com o caracoles o babosas parasitadas
Es una parasitosis sistémica provocada por An- con larvas de tercer estadio, o bien langostinos,
giosíro/ígyiiis cantonensis, un nematelminto que cangrejos y pescados que hayan ingerido a los
habitualmente vive como parásito en el pulmón anteriores. Las larvas pueden contaminar alimen­
de ralas y otros roedores, que son sus hospederos tos vegetales y de esa manera infectar al hombre,
definitivos. si no se lavan lo suficiente o se ingieren crudos.
Produce la meningitis eosinofflica, que cursa con En el hombre, que actúa como hospedero acci­
cefalea, fiebre y vómitos, aunque en ocasiones la dental, el ciclo se detiene en el SNC.
invasión puede ser asintomática. Un aspecto im­
portante para el diagnóstico es la pleocitosis eosi-
TRATAMIENTO
nofílica presente en el LCR (25% a 100%), no
siempre acompañada por la simultánea eosinofi- N o hay un tratamiento adecuado para esta
lia sanguínea. parasitosis, aunque el albendazol o la ivermecti-
Rara vez suelen observarse las larvas en el LCR, na podrían ser útiles. Al igual que en la angios-
por lo que hay que hacer el diagnóstico diferen­ trongilosis intestinal, algunos autores recomien­
cial con tuberculosis, micosis sistémicas endémi­ dan no tratar con antiparasitarios los casos
cas, toxoplasmosis u otras parasitosis. asintomáticos, para evitar la reacción de Jarish-
Es endémica del sudeste de Asia y de las islas de Herxheimer por liberación de antígenos parasi­
la Polinesia, pero se han descripto casos en numero­ tarios, que podrían ser más nocivos que la propia
sas partes del planeta, como Egipto, Brasil, Aus­ parasitosis Oeer reacción de Jarish-Herxheimer en
tralia, África central y Nueva Orleans (Estados el capítulo Enfermedades de transmisión sexual,
Unidos). tratamiento de la sífilis).

Bib lio g rafía — - ...... — ----


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Hidatidosis
Ornar J. Palmieri

geridos hacen eclosión en el intestino delgado y


DEFINICION
dejan en libertad al embrión hexacanto. Este pe­
La hidatidosis es una zoonosis producida por netra a través de la mucosa intestinal y llega a los
la larva de los cestodos del género Echinococcus. vasos que lo conducen a la vena porta. A llí la
Ésta, afecta a los animales herbívoros y al hom­ corriente sanguínea lo traslada pasivamente al
bre (hospederos intermediarios). En el estado hígado, donde en general se desarrolla la larva o
adulto estos cestodos parasitan principalmente al quiste hidatídico. Si sortea este primer filtro, por
perro y a otros animales carnívoros (hospederos las venas suprahepáticas alcanza el corazón de­
definitivos) que eliminan los huevos con las he­ recho y llega al pulmón, que es el segundo filtro,
ces los que al ser ingeridos por los hospederos donde también puede desarrollarse el quiste. Si
intermediarios, darán origen a la hidatidosis. sortea este segundo filtro, puede alcanzar el co­
razón izquierdo y por la circulación mayor llegar
a cualquier sitio del organismo.
ETIOLOGÍA E. m ultilocularis es el agente etiológico de la
Los agentes etiológicos que con más frecuen­ hidatidosis alveolar o multilocular. Los hospede­
cia producen la enfermedad humana son Echino- ros definitivos más frecuentes son los zoitos, aun­
cocctis granulosas, E. m ultilocularis y E. vogeli. que también pueden ser perros y gatos. Los hos­
Otra especie, £ . oligharthrus, raramente es cau­ pederos intermediarios son los roedores. El hom­
sa de enfermedad en el ser humano. bre, hospedero intermediario accidental, presen­
En su estado adulto E. granulosus vive en el in­ ta quistes múltiples, en racimo, infiltrativos, con
testino delgado del perro o en el de otros mamífe­ bordes indefinidos, que invaden los tejidos a se­
ros carnívoros, como el lobo, el chacal y otros. mejanza de las neoplasias malignas. Los órga­
Mide de 3 a 6 mm de largo. El escólex es piri­ nos principalmente involucrados son hígado, pul­
forme y mide 300 |im de diámetro. Posee 4 ven­ món y cerebro.
tosas y está armado con 30 a 40 ganchos. El cue­ E. vogeli es el agente etiológico de la hidatido­
llo es corto y a él le siguen 3 anillos o proglótides: sis poliquística. Los hospederos definitivos son
inmaduro, maduro y grávido. Este ultimo es el los animales selváticos carnívoros, como el pe­
más ancho y largo, y contiene de 500 a 800 hue­ rro de monte, el zorro guache y aun el perro do­
vos que son evacuados con la materia fecal del méstico. Los hospederos intermediarios son los
perro; contaminan el suelo, pastos, verduras y roedores selváticos. El quiste es múltiple e infil-
agua desde donde llegan a los hospederos inter­ trativo, como el multilocular.
mediarios: vacas, ovejas, cerdos y otros anima­
les, y accidentalmente al hombre. Los huevos in­
694 ü Q uinta parte - Infecciones parasitarias

cada caso depende de la localización anatómica


EPIDEMIOLOGIA
del quiste. Pequeños quistes pueden interferir en
La hidatidosis es una zoonosis frecuente en la función de un órgano vital y ocasionar la muer­
América del Sur. Los países más afectados son te. En la localización ósea puede provocar fractu­
Argentina, Chile, Uruguay, Brasil, Perú, Colom­ ras patológicas y en el SNC, convulsiones, hiper­
bia, Bolivia y Paraguay. Se observa en regiones tensión endocraneana, compresión medular, etc.
agrícolas y ganaderas. E. gramdosus es la especie Otras veces el quiste puede adquirir gran tamaño
de más amplia difusión en el mundo. La distribu­ sin producir síntomas o presionar sobre órganos
ción de E. multilocularis está limitada al hemisfe­ adyacentes. La ruptura del quiste en la cavidad
rio norte: Europa central y oriental, Rusia, Tur­ peritoneal o pleural puede provocar una reacción
quía, Irak, norte de la India, algunas islas de Ja­ anafiláctica. La ruptura de un quiste pulmonar en
pón, Canadá, Alaska y algunos estados del norte y la vía aérea se manifiesta por la vómica hidatídica,
centro de los Estados Unidos. En algunas partes que elimina su contenido con la tos, lo que en ge­
de Rusia, Canadá y Alaska pueden coincidir las neral produce la curación aunque a veces puede
infecciones por£. granulosus y E. multilocularis. ser causa de muerte por asfixia. La embolización
La distribución de E. oligharthrus y E. vogeli está arterial con membranas puede ser causa de shock
limitada a América del Sur y Central. anafiláctico, muerte súbita u otros padecimientos,
La prevalencia de la hidatidosis unilocular por según el tronco arterial embolizado. Muchas otras
E. granulosus es variable según las áreas geo­ posibilidades son originadas por las localizacio­
gráficas. Las tasas de infección más altas se regis­ nes orbitaria, ocular, cardíaca y otras.
tran en los países ganaderos, en particular en las
zonas de cría de ovinos.
ANATOMIA PATOLÓGICA
La infección es frecuente en las áreas rurales,
aunque también se registran casos en las áreas peri- El quiste hidatídico se localiza con mayor fre­
urbanas. cuencia en el hígado, le siguen en orden decre­
Esta enfermedad determina grandes pérdidas ciente las localizaciones pulmonar, ósea, cerebral
económicas, por el decomiso de las visceras afec­ y en otros órganos. El embrión hexacanto de E.
tadas, por la hospitalización e intervenciones qui­ granulosus es llevado por el torrente circulatorio
rúrgicas a los pacientes, el consiguiente compro­ a los distintos parénquimas, se aloja en los capi­
miso de su capacidad de trabajo, el carácter inva­ lares y desencadena una reacción inflamatoria
lidante de algunas localizaciones del quiste hidatí- constituida por linfocitos, monocitos y eosinó-
dico e incluso la posibilidad de muerte. fiilos. Algunos de estos embriones son destruidos,
El hecho epidemiológico más importante es que pero los que sobreviven darán origen a un quiste;
el hombre, por ignorancia, alimenta a los perros (hos­ al comienzo éste es microscópico, pero al cabo
pederos definitivos) con las visceras crudas de los de meses o años adquiere dimensiones que a ve­
animales parasitados (hospederos intermediarios). ces superan los 15 cm de diámetro. El quiste hida­
La proximidad del perro con el hombre determi­ tídico está constituido por una capa externa o
na que, este último, también se convierta acciden­ membrana cuticular, que es lisa, de color blanco,
talmente en hospedero intermediario. El hombre opaca, anucleada y con aspecto de clara de hue­
en general se infecta en los primeros años de su vo cocida. Su estructura es laminada, o sea for­
vida, cuando el niño en sus juegos con el perro mada por láminas concéntricas superpuestas
parasitado por E. granulosus ingiere los huevos que como catáfilas de cebolla, y mide desde décimas
el animal tiene adheridos a su hocico o a su pelo. de milímetro hasta un centímetro de espesor. Se
comporta como una membrana semipermeable
que deja pasar las sustancias coloides y cristaloi­
PATOGENIA
des pero no los microorganismos.
La enfermedad producida por el quiste hidatí- Inmediatamente, por dentro de la membrana
dico se caracteriza fundamentalmente por los tras­ cuticular se halla la germinativa o membrana
tornos mecánicos que ocasiona; la gravedad de prolígera. Es de color amarillento, brillante, de
Capítulo 91 - Hidalidosis □ 695

aspecto granuloso y fácil de romper. Tiene un te, que permiten el paso del líquido hidatídico al
espesor de 20 a 25 pm. Histológicamente es una espacio limitado por la adventicia. La localización
masa de aspecto plasmodial con numerosos nú­ hepática más frecuente es el lóbulo derecho próxi­
cleos. A partir de ella se desarrollan las vesículas mo a la convexidad. Allí su crecimiento puede
prolígeras, que son pequeñas vesículas que miden provocar síntomas pleurales o pulmonares, o abrir­
de 250 a 500 pm y están unidas a la capa germi­ se en la cavidad pleural o en el pulmón y evacuarse
nativa por pedículos muy tenues que se rompen por vía bronquial. Los quistes que ocupan la zona
fácilmente. En su interior se desarrollan 30 a 40 central del hígado pueden adquirir gran tamaño
escólices, que por rotura de la pared de la vesícula sin provocar síntomas o bien se abren en las vías
quedan libres en el líquido hidalídico que llena la biliares y las obstruyen con restos de membranas
cavidad del quiste o hidátide. El líquido hidatídico o vesículas hijas. La ruptura del quiste en la cavi­
es límpido y transparente; contiene sustancias or­ dad peritoneal puede originar un shock anafiláctico
gánicas e inorgánicas que le confieren propie­ y luego una siembra peritoneal hidatídica. La con­
dades antigénicas, además de elementos figurados taminación del quiste con bilis o su infección se­
constituidos por formaciones microscópicas, como cundaria provocan la muerte de la hidátide, al igual
vesículas prolígeras, escólices y ganchos {areni­ que la calcificación masiva de la adventicia. La
lla hidaíídica). También pueden hallarse vesícu­ calcificación parcial de la adventicia no causa la
las hijas. Éstas presentan la misma estructura de muerte del parásito.
la hidátide madre: cuticular por fuera, germinativa En el pulmón el quiste se localiza en general
por dentro y líquido hidatídico en su interior. en los lóbulos inferiores y con más frecuencia en
La capa externa o membrana cuticular de la hi­ el derecho. Crece más rápido que en el hígado y
dátide está en contacto íntimo con el parénquima puede adquirir gran tamaño sin generar síntomas.
del órgano comprometido. En éste se genera una Su apertura hacia los bronquios provoca una
reacción inflamatoria con fibroblastos, células gi­ vómica hidatídica constituida por líquido hidatí­
gantes, mononucleares y eosinófilos, que dan ori­ dico y restos de membranas. La apertura del quis­
gen a una cápsula fibrosa densa denominada ad­ te en la cavidad pleural provoca una reacción
venticia. Es la reacción del organismo frente al serosa y raramente hidatidosis pleural secundaria.
parásito y puede llegar a la calcificación total, que Además de las localizaciones hepática y pul­
ocasiona la muerte del parásito. Esta reacción ad- monar descriptas, el quiste hidatídico puede loca­
venticial es propia de tejidos blandos, como el hí­ lizarse en bazo, páncreas, riñón, corazón, tiroides,
gado, que además permiten el crecimiento pro­ órbita, parótida, músculo, mediastino, serosas,
gresivo del quiste; en cambio, en la localización hueso, encéfalo, canal raquídeo y otros sitios, ya
ósea no se produce este encapsulamiento adven- sea como localización única o en forma simultá­
ticial fibroso y la larva al crecer penetra entre las nea con otras localizaciones. Los signos y sínto­
trabéculas del hueso, donde produce múltiples mas que provoca en todas ellas corresponden al
microquistes que generan atrofia por compresión, tejido involucrado, al desarrollo de la hidátide y a
erosión de la cortical y fracturas espontáneas. las reacciones de vecindad con otros órganos. La
hidatidosis puede permanecer silenciosa durante
mucho tiempo o no dar síntomas en ningún mo­
MANIFESTACIONES CLÍNICAS
mento de su evolución, desde el comienzo de la
Éstas dependen de la localización del quiste y enfermedad hasta la muerte del parásito.
de su evolución. En ocasiones los quistes pue­
den ser totalmente asintomáticos y de evolución
DIAGNÓSTICO
lenta, como ocurre en general con los de locali­
zación hepática, o bien constituyen una tumora- La sospecha diagnóstica puede originarse en
ción palpable, indolora o poco dolorosa. razones epidemiológicas y en otras situaciones,
Las reacciones urticarianas y la eosinofilia, co­ tales com o fenóm enos alérgicos, eosinofilia,
munes a cualquier localización, están vinculadas vómica hidatídica, ruptura del quiste en la cavi­
con la permeabilidad de las membranas del quis­ dad peritoneal con shock anafiláctico, fractura ósea
696 □ Q uinta parte - Infecciones parasitarias

Figura 91-1. R a d io lo g í a p u l m o n a r e n la h id a t id o s is .

Quiste hidatidíco Signo Signo del


no complicado neumoperivesicular doble arco

Signo del Signo de la Signo de la


camalote membrana encarcelada caverna hidatídica

patológica, hematuria, síndrome de hipertensión radiología pulmonar (Fig.91-I) revela las siguien­
endocraneana, síntomas vinculados con el creci­ tes imágenes: 1) sombra redonda u ovalada, de
miento del quiste, como molestias o sensación de bordes netos y densidad homogénea; 2) aire en­
peso en ei órgano en que asienta, etcétera. tre la cuticular y la adventicia (signo del neumope­
En muchas oportunidades la sospecha provie­ rivesicular)', 3) imagen neumoperivesicular y aire
ne de imágenes obtenidas en estudios radioló­ en el interior del quiste parcialmente evacuado
gicos, ecográficos, de tomografía computarizada con nivel horizontal del líquido hidatídico (sig­
(TC) o de imágenes por resonancia magnética no del doble arco); 4) quiste parcialmente eva­
(RM). El diagnóstico por imágenes puede ser de cuado con la membrana cuticular despegada flo­
certeza cuando la ecografía, TC o RM muestran tando en el nivel horizontal del líquido hidatídico
un quiste que contiene vesículas hijas. La ecogra­ (signo del camalote); 5) cuticular totalmente des­
fía de hígado, además, puede mostrar la precipi­ pegada de la adventicia y arrugada (signo de la
tación de la arenilla hidatídica que se produce al m embrana encarcelada); y 6) si el quiste se rom­
cambiar en 180 grados y en forma brusca el de­ pe y se eliminan totalmente las membranas a tra­
cúbito del paciente {signo del nevado). Otras ve­ vés de un bronquio, puede quedar como secuela
ces puede haber una fuerte presunción cuando la una cavidad aérea rodeada por la adventicia (sig'

Figura 91-2. C la s i f ic a c i ó n d e G h a r b i.
Capítulo 91 - Hidatidosis D 697

no de la caverna hidatídica).
COMPLICACIONES
En la hidatidosis hepática, la clasificación de
Gharbi (Fig. 91-2) ha propuesto cinco tipos de imá­ Las complicaciones de la hidatidosis dependen
genes ecográficas: de múltiples factores: I) de la ubicación del pará­
Tipo I, corresponde a quistes uniloculares de con­ sito en el organismo; 2) de su tamaño; 3) de su
tenido líquido y bordes bien definidos. evolución hacia la invasión de áreas vecinas o su
Tipo II, es el que muestra despegamiento de loiptura, con vehiculización por vía canalicular del
membranas que flotan en la cavidad quística. parásito o sus fragmentos; 4) de la infección, que
Tipo III, evidencia colecciones multiseptadas comienza por la adventicia, invade el quiste y lo
o quistes multiloculares. transforma en un absceso que puede fistulizarse
Tipo IV, presenta masas heterogéneas complejas. hacia la piel u órganos, cavidades, conductos o
Tipo V, son quistes con gruesas calcificacio­ vasos sanguíneos; 5) de la calcificación de la ad­
nes de la pared. venticia, que suele provocar dolor y hemonagia
Estas imágenes se corresponden con el estado locales; 6) de procesos alérgicos de distinta inten­
evolutivo del quiste, lo cual es de utilidad para la sidad, desde eritema o prurito cutáneo hasta shock
elección de la conducta terapéutica. anafiiáctico y muerte por ruptura del quiste en una
El diagnóstico parasitológico puede ser macros­ cavidad. Merece destacarse que estas reacciones
cópico cuando se visualiza el quiste o alguno de alérgicas, que pueden configurar una verdadera
sus componentes durante el acto quirúrgico, o enfermedad sérica (exantemas, prurito, artralgias
cuando éste se rompe y su contenido sale al exte­ en las pequeñas articulaciones), se deben a la pro­
rior por una fístula o vómica, o microscópico, si ducción de microfisuras en la pared del quiste, por
se hallan ganchos, escólices o vesículas prolígeras donde escapan pequeñas cantidades de líquido
en materiales provenientes de vómica, expecto­ hidatídico que pasan al espacio virtual, que se con­
ración, líquidos de punción o fístulas. vierte en real, existente entre la cuticular y la ad­
El diagnóstico serológico se basa en el enzimoin- venticia; 7) de la contaminación del quiste con bi­
munoensayo (ELISA) que tiene alta sensibilidad lis, que pasa desde los canales biliares existentes
y especificidad. También se pueden utilizar la he- en la adventicia hacia el espacio entre ésta y la cu­
maglutinación indirecta, la inmunofluorescencia ticular. Esto determina el daño de esta última y la
indirecta, la fijación del complemento, la aglutina­ germinativa, que permite el pasaje del líquido hida­
ción del látex y el Western blot. tídico y las membranas hacia los canales biliares y
Capron y col. demostraron mediante la técnica provoca cólicos, ictericia y colangitis; 8) de la rup­
de dispersión en agar la presencia del «arco 5» con­ tura del quiste en la cavidad peritoneal, que ade­
siderado específico de la hidatidosis humana. Ul­ más de los fenómenos alérgicos ya mencionados
teriormente Coltorti y col. simplificaron la demos­ puede causar hidatidosis peritoneal secundaria; 9)
tración del «arco 5» con la doble difusión 5 o DD5. de la luptura del quiste en la cavidad pleural, que
Su especificidad es del 99%, en cambio tiene baja también provoca fenómenos alérgicos, irritación e
sensibilidad o sea que puede haber falsos negati­ infección pleurales, y raramente hidatidosis pleural
vos. También puede ser negativa en los portado­ secundaria; 10) de la mptura del quiste en grandes
res de quistes muertos o infectados. En pacientes vasos, que causa fenómenos embólicos; 11) de la
con otras enfermedades parasitarias, cirrosis he­ localización ósea, que provoca fracturas patológi­
pática y enfermedades del colágeno puede haber cas; 12) de los quistes encefálicos, causantes de hi­
reacciones positivas falsas a títulos bajos. pertensión endocraneana, signos de foco neurológi-
co y enclavamiento del tronco cerebral; 13) de los
quistes renales productores de hematuria y cólico re­
DIAGNÓSTICO DIFERENCIAL
nal; y 14) de los quistes en el canal medular, que ge­
Debe hacerse con distintas afecciones, de acuer­ neran compresión medular, paraparesia y paraplejía.
do con el órgano involucrado: quistes simples, Por supuesto, muchas otras complicaciones
enfermedad poliquística, neoplasias malignas, tu­ puede originar esta enfermedad, cuya enumera­
mores benignos, etc. ción completa sería difícil de alcanzar.
698 Ü Q uinta parte - Infecciones parasitarias

el 60%. Los pacientes deben ser controlados con


PRONÓSTICO
exámenes de laboratorio e imágenes (TC, ecogra­
El pronóstico depende de la localización del fía, RM) por lo menos durante 1 año.
quiste, de su tamaño, del momento en que se lle­ Una alternativa de tratamiento para quistes ino­
ga al diagnóstico y se inicia el tratamiento, de la perables es la punción percutánea del quiste con
edad del enfermo y de la presencia o ausencia de aguja fina bajo la guía de imágenes porTC. Esta
complicaciones. técnica denominada PAIR (Punción, Aspiración,
Inyección, Reaspiración) debe realizarse mientras
se administra albendazol al paciente para reducir
TRATAMIENTO
el riesgo de diseminación. Se aspira aproximada­
El tratamiento de la enfermedad en la mayoría mente el 30% del volumen del líquido hidatídico
de las localizaciones y circunstancias aún es de y seguidamente se instila un volumen igual de
competencia de la cirugía. £1 riesgo de ruptura etanol al 95% o una solución hipertónica de clo­
del quiste, la anafilaxia y la siembra hidatidica ruro de sodio, luego de 30 minutos se reaspira y
hacen aconsejable la intervención quirúrgica en retira la aguja. Si bien este tratamiento ha demos­
el plazo más breve posible. No obstante, en la trado ser eficaz está expueso a complicaciones.
actualidad se preconiza el uso del albendazol, que
parece ser eficaz en los quistes de entre 3 y 4 cm.
PROFILAXIS
En aquellos casos en que la cirugía no sea posi­
ble o aun en aquellos en que se decida realizarla, Lo más importante de la profilaxis de la hida-
antes de llevarla a cabo, es aconsejable instituir tidosis es evitar la parasitosis del perro (hospe­
el tratamiento con este fármaco. Se administra en dero definitivo) por E. granulosiis. Para ello no
dosis de 10 mg/kg/día, en dos tomas diarias, du­ hay que alimentarlo con visceras de animales que
rante plazos variables de 4 a 8 meses o más, se­ padecen hidatidosis (hospederos intermediarios).
gún el cuadro clínico y su evolución. Algunos Si esta premisa se cumpliera estrictamente, la en­
autores aconsejan un descanso de 15 días des­ fermedad humana y animal desaparecerían. Por
pués de cada mes de tratamiento, mientras que distintas razones, culturales y de otra índole, esto
otros prefieren el tratamiento en forma continua. no es fácil de lograr; por lo tanto, hay que despa-
En general la tolerancia es buena y la toxicidad rasitar a los perros y evitar el contacto estrecho
muy escasa. Los efectos adversos son proteinuria, de éstos con los niños, que son los principales
leucopenia, exantemas, prurito y leve aumento afectados. Se cuidará la higiene, el lavado de
de las transaminasas; todos ellos se normalizan manos, la limpieza de las verduras y, fundamen­
al terminar el tratamiento. El porcentaje de cura­ talmente, se llevarán a cabo campañas pennanen-
ciones con esta medicación varía entre el 30% y tes de educación para la salud.

B ib lio g r a fía ---- -------------------------


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Triquinosis
Ornar J. Palmieri

de cerdo cruda o mal cocida que contiene quistes


DEFINICION
de TrichineUa spiralis. En forma excepcional se
La triquinosis es una zoonosis parasitaria pro­ la adquiere por ingestión de carne de otros ani­
ducida por e! nematodo Tñchinella spiralis. Es males carnívoros, como jabalí, morsa, foca, oso
transmitida por la ingestión de carne cruda o mal y otros. El cerdo se infecta cuando es criado en
cocida que contenga quistes del parásito. El cua­ malas condiciones higiénicas, por comer ratas y
dro se caracteriza por una primera fase o fase in­ otros animales infectados. La infección se per­
testinal. con diarrea y otros síntomas digestivos. petúa en la naturaleza debido a los hábitos de
Sigue una segunda fase o fase de migración canibalismo de las ratas. Las larvas son destrui­
larvaria visceral, con fiebre, edema periorbitario, das por la cocción a 77®C y por la congelación a
conjuntivitis, quemosis, m iositis, leucocitosis, -15®C durante 20 días, o a -30®C durante 6 días;
eosinofilia y, a veces, miocarditis, encefalitis o en cambio, su viabilidad no es afectada por la sa­
neumonitis. lazón o ei ahumado de las carnes. El método más
seguro para destruir las larvas es la cocción.
e t io l o g ía
PATOGENIA
La enfermedad es producida por un pequeño
nematodo, T'nc/miW/firíp/ra/íí, que mide 1 a4m m Las larvas enquistadas en los músculos estria­
de largo. En su estado adulto vive en el intestino dos del animal, en general el cerdo en el caso de
delgado. La hembra fecundada deja en libertad la infección humana, llegan al estómago del nue­
larvas, que luego de recorrer distintos órganos se vo hospedero, allí, por acción de los jugos diges­
enquistan en los músculos estriados. Completa tivos es ingerida la carne y las larvas quedan en
todo el ciclo biológico en un solo hospedero. libertad. Una vez en el intestino delgado, en 48
horas se convierten en machos y hembras adul­
tos. Se produce la cópula y el macho es elimina­
EPIDEMIOLOGÍA
do al exterior con la materia fecal, mientras que
Con excepción de Australia, es una enferme­ las hembras grávidas se alojan en la mucosa de!
dad presente en todo el mundo. En Argentina y duodeno y del yeyuno. Éstas son vivíparas, por
Chile se producen con frecuencia brotes epidé­ lo que entre el tercero y el quinto día comienzan
micos esporádicos, en general de grupos fami­ a parir larvas, un proceso que dura alrededor de
liares que han consumido carne de cerdos faena­ 4 semanas. Durante ese tiempo cada hembra pro­
dos sin inspección veterinaria. En la mayoría de duce entre 500 y 1.500 larvas de 80 y a 120 (im
los casos el hombre se infecta por comer carne de largo, que penetran en la mucosa intestinal,
700 D Q uinta parte - Infecciones parasitarias

alcanzan los capilares linfáticos y venosos, y a graves y mortales por insuficiencia cardíaca
través de la circulación general llegan a todo el congestiva, neumonía o meningoencefalitis. En
organismo. Al cabo de tres semanas se enquistan las formas leves o asintomáticas el número de
sólo en los músculos esqueléticos y los quistes larvas por gramo de músculo es menor de 10. En
se calcifican al cabo de 6 a 18 meses. Éstos tie­ las formas graves hay entre 50 y 100 larvas por
nen forma ovalada, miden 500 [im y contienen la gramo de músculo. El período de incubación de
larva enrollada en espiral. Se calcula que perma­ la enfermedad depende del número de larvas in­
necen vivos y viables durante 5 a 10 años. El c i­ geridas con la carne cruda o poco cocida. Uno a
clo biológico sólo puede continuar si un nuevo tres días luego de la ingestión comienzan los pri>
hospedero ingiere las larvas enquistadas. meros síntomas, en los que predominan las ma­
Los músculos más afectados son; diafragma, nifestaciones digestivas: dolor abdominal, náu­
pectorales, deltoides, gemelos, intercostales, ma- seas, diarrea y a veces fiebre y malestar general.
seteros, laríngeos, linguales y oculomotores ex­ Son producidos por la acción irritante local de!
trínsecos. El pasaje de las larvas por otros teji­ parásito sobre el intestino, originada por la pene­
dos que no sean los músculos estriados produce tración de las hembras en la submucosa, y la pos­
una reacción inflamatoria granulomatosa, pero no terior parición y liberación de las larvas. En esta
da origen a quistes. etapa pueden encontrarse triquinas en las heces.
El estadio siguiente, o de las manifestaciones
extradigestivas, comienza al séptimo u octavo día
ANATOMIA PATOLÓGICA
y corresponde a la diseminación larvaria por todo
Las lesiones más importantes están en los mus- el organismo. Los síntomas dominantes de este
culos esqueléticos. Hay miositis intensa, con de­ período son fiebre, edema periorbitario, edema
generación hialina de las fibras adyacentes, hi­ subcutáneo, conjuntivitis, hemorragias subcon-
peremia, edema, hemorragia e infiltración de juntivales o retinianas, quemosis, mialgias, dis-
linfocitos, neutrófilos, eosinófilos y macrófagos fagia, trismo, hiperestesia y postración. A veces
mononucleares. Las larvas se enquistan cerca de se observan hemorragias subungueales «en asti­
los tendones, lo que da el aspecto microscópico lla» o exantema maculopapuloso. Las manifes­
típico descripto antes. La pared quística, deriva­ taciones de mayor gravedad son el compromiso
da de la célula hospedera, se hace fibrosa y al pulmonar, que puede expresarse con hemoptisis,
cabo de 6 a 18 meses se calcifica. Las larvas al­ disnea, derrame pleural e imágenes radiológicas
canzan otros tejidos, pero terminan por desinte­ de consolidación; la miocarditis, que se caracte­
grarse y reabsorberse sin enquistarse en ninguno riza por taquicardia, hipotensión, cambios elec-
de ellos. Durante su pasaje, la liberación de antí- trocardiográficos e insuficiencia cardíaca conges­
genos parasitarios produce reacciones de hiper- tiva, y el ataque al sistema nervioso central, con
sensibilidad, con la consiguiente infiltración de meningoencefalitis, polineuritis, poliomielitis, ce­
linfocitos, neutrófilos, eosinófilos y mononuclea­ falea, paresias focales o difusas, delirio, psicosis
res; a veces causa vasculitis, que compromete y coma. El LCR suele ser nornial. En general a las
arteriolas y capilares, como también nódulos gra- 2 o 3 semanas el paciente comienza a mejorar.
nulomatosos en los que se pueden identificar lar­ En los casos graves la evolución es más pro­
vas muertas. En consecuencia, esta migración longada. La recuperación es lenta y los dolores
larvaria puede producir miocarditis, pericarditis, musculares pueden persistir varios meses.
conjuntivitis, meningoencefalitis, edemas, hemo­
rragias, pleuritis e infiltrados pulmonares.
DIAGNÓSTICO
La sospecha diagnóstica surge del antecedente
MANIFESTACIONES CLÍNICAS
de haber comido carne de cerdo poco cocida o
En relación con el grado de parasitación, pue­ embutidos que la contengan. En general se da en
den variar desde formas totalmente asintomáticas, forma de brotes epidémicos, lo cual, junto con
que son la mayoría de los casos, hasta formas un cuadro clínico compatible, sugiere el diagnós­
Capítulo 92 - Triquinosis □ 701

tico. El diagnóstico de los casos esporádicos con ción alimentaria aguda, el cólera y los cuadros
síntomas poco intensos es más difícil; por lo tan­ diarreicos de otras etiologías. En la etapa de las
to se fundamentará en la anamnesis, en el cuadro manifestaciones extradigestivas se considerarán,
clínico y en los hallazgos de laboratorio. Uno de entre otras enfermedades, la fiebre tifoidea, la
los datos más constantes es la leucocitosis con leptospirosis, la dermatomiositis y la poliarteritis
eosinofilia de hasta el 50% o más, que en general nudosa. A veces el oftalmólogo es consultado por
aparece a partir de la segunda semana y puede la conjuntivitis con quemosis y edema bipalpe-
persistir elevada durante varios meses. Paradóji­ bral. La rigidez de la nuca provocada por la inva­
camente, en los casos graves no se desarrolla eosi­ sión muscular de larvas a ese nivel, más un cua­
nofilia, lo cual es un signo de mal pronóstico. La dro encefalítico y fiebre, pueden hacer pensar en
eritrosedimentación suele estar en valores nor­ una meningoencefalitis bacteriana.
males. En el suero hay aumento de las enzimas
musculares: transaminasa glutamicooxalacética,
COMPLICACIONES
aldolasa y creatinfosfocinasa. Después de la ter­
cera sem ana se presenta hipoalbum inem ia, Se observan sólo en las formas graves y están
hipergammaglobulinemia y aumento de la IgE en relación con la migración larvaria masiva. Las
circulante. El hallazgo del parásito en las heces, más importantes son: vasculitis necrotizante por
sangre o LCR es excepcional. A partir de la ter­ depósito de inmunocomplejos con IgE, cuadros
cera semana en la biopsia muscular pueden ha­ neurológicos como los ya descriptos, miocardi­
llarse las larvas enquistadas. La muestra para tis seguida por insuficiencia cardíaca congestiva
biopsia debe obtenerse preferentemente del y trombosis mural secundaria del endocardio
deltoides o de los gemelos de la zona próxima a ventrícular originada por la infiltración eosinófila
la inserción tendinosa. El diagnóstico serológico de esta estructura, que se produce en forma oca­
es positivo después de la segunda o tercera se­ sional cuando la eosinofilia persiste elevada du­
mana siguientes a la infección; se utilizan las re­ rante varios meses. Además se mencionan los tras­
acciones de prccipitinas, fíoculación de la ben- tornos respiratorios provocados por el pasaje lar­
tonita, inmunofluorescencia e enzimoinmunoen- vario pulmonar, el compromiso de los músculos
sayo (ELISA). Estas reacciones tienen sensibili­ del tórax y la eventual intercurrencia bacteriana.
dad y especificidad adecuadas. La intradermo-
rreacción de Bachman consiste en la inyección
PRONÓSTICO
intradérmica de 0,1 mL de antígeno de larvas de
Trichinella. La reacción precoz se lee a los 30 En general es bueno. Muchos casos transcu­
minutos. Es positiva si aparece una pápula del rren sin diagnóstico por la escasez de síntomas.
doble del tamaño de la provocada por la intrader- Menos del 10% de los pacientes con cuadros bien
morreacción cómo mínimo, rodeada por un halo ostensibles fallecen entre la cuarta y la sexta se­
eritematoso. La reacción tardía es positiva si 12 mana por las complicaciones ya señaladas.
a 24 horas después se observa una pápula erite-
matosa. Es de mayor valor la positividad de la
TRATAMIENTO
reacción precoz que la de la reacción tardía, aun­
que ninguna de las dos discrimina entre infec­ El tratamiento antiparasitario consiste en la
ción reciente o antigua y se hacen positivas du­ administración de albendazol, 10 a 15 mg/kg/día
rante las cuatro semanas siguientes a la infección. fraccionados en 2 tomas, durante 5 a 10 días. El
La intradermorreacción no es de uso corriente en propósito es eliminar las hembras de la submu-
la actualidad. cosa intestinal y de e se modo hacer cesar la
parición de larvas, que podría continuar durante
2 o 3 semanas más. En la actualidad esta medica­
DIAGNÓSTICO DIFERENCIAL
ción se considera de primera elección, debido a
Al comienzo de la enfermedad el diagnóstico su buena absorción intestinal y a que es muy bien
diferencial hay que establecerlo con la intoxica­ tolerada. Además es probable que tenga activi­
702 □ Q uinta parte - Infecciones parasitarias

dad sobre las larvas migrantes diseminadas o infección para el hombre. Hay que evitar la cría
enquistadas en los músculos. del cerdo en basurales y su alimentación con des­
El tiabendazol, de similar acción terapéutica, perdicios, además de realizar la inspección vete­
se administra en dosis de 25 a 50 mg/kg/día (do­ rinaria de los cerdos sacrificados mediante triqui-
sis máxima 3 g por día), divididos en 2 o 3 lomas noscopia, que es la investigación microscópica
diarias, durante 5 a 10 días. No siempre es bien de larvas en los músculos estriados, o por la de­
tolerado y a veces produce náuseas, vómitos, epi- tección de anticuerpos en el plasma del animal
gastralgia o reacciones alérgicas. mediante el método de ELISA. La inspección
Otra alternativa terapéutica es el mebendazol, veterinaria no asegura en un 100% la ausencia
en dosis de 25 mg/kg/día distribuidos en 3 tomas de larvas de triquinas, de manera que lo más se­
diarias, durante 5 a 10 días. Además se prescribi­ guro es consumir la carne luego de una adecuada
rán analgésicos y antipiréticos para el control sin­ cocción, la que se reconoce por el color oscuro
tomático de los dolores musculares y la fiebre. debido a la descomposición de la mioglobina que
En las formas graves se utilizarán los corticoste- se produce a los 70®C. N o comer carnes que con­
roides, para impedir las reacciones de hipersen- serven el color rojo o que estén sangrantes. Las
sibilidad. Se administra prednisona, 1 mg/kg/día triquinas también son destruidas por la congela­
durante 5 a 10 días. Se utilizará por el período ción a - I5®C durante 20 días, o a -30®C durante 6
más breve posible, para no interferir en la res­ días. La viabilidad de las larvas no es afectada
puesta inmunitaria del organismo. por la salazón o el ahumado.

PROFILAXIS

Lo ideal sería tratar de erradicar la infección


del cerdo, cuya carne es la principal fuente de

B ib lio g r a f ía ------------------------------
Acha PN. Szyfres B. Zoonosís. 3a ed. Organización Beaver PCh, Jung RC. Cupp EW. Parasitología Clínica.
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Cisticercosis
Ornar J. Palmieri

DEFINICIÓN
transparente y pared translúcida que permite ver
en su interior una pequeña esfera blanquecina,
La cisticercosis es una enfermedad provocada excéntrica, que corresponde al escólex invagi-
por Cysticercus ceilulosae, larva de Taenia so- nado provisto de cuatro ventosas y una doble
Uum, que alojada en distintos parénquimas origi­ corona de ganchos. En íilgunos cisticercos no se
na en el hombre, hospedero intermediario acci- individualiza el escólex ya que ha desaparecido
dental, una diversidad de signos y síntomas en com o consecuencia de un proceso degenerativo.
relación con su número y localización (ver Taenia Además de la forma vesicular descripta, el cis­
solium en el capítulo Parasitosis intestinales). ticerco puede adquirir la forma racemosa. Ésta está
constituida por múltiples vesículas en forma de
racimo, con contenido líquido transparente, mem­
ETIOLOGÍA Y PATOGENIA
brana más delgada y sin escólex en su interior. Con
El hospedero definitivo de Taenia solium es el frecuencia el cisticerco está rodeado por una fina
hombre y el hospedero intermediario habitual, capa de colágeno que lo separa de los tejidos del
portador de Cysticercus cellulosae, es el cerdo. hospedero. La localización de los cisticercos en el
La ingestión de huevos de Taenia solium con­ organismo humano es variada: encéfalo, ojos, te­
vierte al hombre en hospedero intermediario ac­ jido celular subcutáneo, músculos, médula espinal,
cidental. Los huevos llegan a la boca a través de corazón, pulmones, huesos y otros tejidos, y de
los alimentos o de las manos sucias. Otro meca­ ella dependen las manifestaciones clínicas.
nismo es la regurgitación al estómago o duodeno
de los anillos grávidos en aquellos enfermos por­
EPIDEMIOLOGIA
tadores de Taenia solium. En uno u otro caso, por
acción de los jugos digestivos, los huevos eclo- La zona endémica de esta enfermedad abarca
sionan y liberan en el intestino la oncosfera o áreas extensas de América latina, Asia, España,
embrión hexacanto, que con la ayuda de sus gan­ Portugal, África y Europa oriental. Esta infec­
chos penetra en la mucosa intestinal, llega a los ción puede prevenirse si se impide la contamina­
vasos mesentéricos y se disemina por vía hemá- ción con materia fecal humana, de la tierra, el
tica a todo el organismo. En los tejidos la oncos­ agua y los alimentos destinados al hombre o a
fera se transforma en una vesícula y en dos o tres los animales. El huevo de T. solium ya es infectivo
meses en cisticerco. Esta larva quística o vesicular al ser eliminado al exterior, por lo tanto también
se observa en los tejidos del cerdo o del hombre. es posible la infección por la vía ano-mano-boca.
El cisticerco es una vesícula esférica u ovoide de Otro modo de adquirir la cisticercosis, como
5 a 10 mm de diámetro, con contenido líquido ya fue señalado, es la regurgitación de anillos
704 □ Q uinta parte - Infecciones parasitarias

grávidos al estómago o duodeno, a veces provo­ pueden observarse sus movimientos. Las manifes­
cada por vómitos, en los portadores de T. solium. taciones clínicas son variables: uveítis, endoftal-
Los pacientes, en general adultos jóvenes, con mitis, cambios en la visión, dolor ocular, fotofobia,
frecuencia proceden de zonas rurales y pueden disminución de la agudeza visual y aun ceguera.
ser portadores de la tenia o no, o haber padecido La cisticercosis subcutánea y muscular, que a
esta parasitosis. El cerdo adquiere la infección veces coincide con la localización en el SNC,
debido a sus hábitos coprófagos provoca escasas manifestaciones clínicas.
La cisticercosis es un problema importante, Otras localizaciones viscerales son raras y en
tanto en salud pública por la gravedad de la in< general no dan síntomas. Se han hallado cisticer­
fección humana, como económico, por el deco­ cos en el pulmón, el miocardio, el riñón y otros
miso de los animales parasitados. Las tasas de parénquimas.
infección humana, por encuesta serológica, en
América latina ascienden hasta el 7%.
DIAGNÓSTICO

El antecedente de haber residido o viajado a


MANIFESTACIONES CLÍNICAS
alguna zona endémica es importante para pensar
Las manifestaciones clínicas de la cisticerco­ en cisticercosis. El diagnóstico clínico depende
sis son inespecíficas y están relacionadas con el del número y la localización de los cisticercos.
número y topografía de las lesiones, y también La localización fuera del SNC suele ser asinto-
con el grado de respuesta inflamatoria del hos­ mática. Los quistes muertos y calcificados pue­
pedero. Si el quiste está vivo y su pared intacta, den ser un hallazgo en radiografías simples obte­
genera escasa reacción en el hospedero. Las lo­ nidas por distintos motivos. Los quistes localiza­
calizaciones más frecuentes de los cisticercos son dos en el parénquima cerebral en general se ex­
cerebro, ojos, tejido celular subcutáneo, múscu­ presan por epilepsia. El diagnóstico por imáge­
los, médula espinal, corazón y otros tejidos. El nes, la tomografía computarizada o la resonan­
número de vesículas es variable, pueden ser múl­ cia magnética muestran quistes uniloculares en
tiples, muy pocas o sólo una. los que puede evidenciarse el escólex. Estos últi­
La localización en el sistema nervioso, deno­ mos procedimientos son seguros, precisos, per­
minada neurocisticercosis, puede comprometer miten definir el número, estadio, localización y
cualesquiera de sus estructuras. El parénquima extensión de las lesiones, y suelen proporcionar
cerebral es el que se afecta con mayor frecuen­ un alto grado de certidumbre diagnóstica.
cia, a la que le siguen las cavidades ventriculares, El examen del LCR puede mostrar hiperpro-
las meninges y la médula espinal. La cisticerco­ teinorraquia, hipoglucorraquiay pleocitosis linfo-
sis múltiple es más frecuente que la provocada citaria o eosinofílica.
por un cisticerco único. La forma racemosa es El diagnóstico de la cisticercosis ocular se rea­
común en los ventrículos o el espacio subdural, liza por la visión directa del cisticerco en el fon­
donde adquiere forma y tamaño diferentes. La do de ojo o en la cámara anterior.
respuesta inflamatoria del hospedero es mayor El diagnóstico de la localización subcutánea se
cuando los quistes mueren en forma espontánea hace mediante la biopsia quirúrgica.
o debido a tratamiento. Las manifestaciones clí­ El diagnóstico serológico puede confirmar la
nicas de la neurocisticercosis son, en orden de enfermedad. Se realiza en suero y LCR mediante
frecuencia, epilepsia, cefalea, hipertensión intra­ ensayo inmunoenzimático (ELISA) o, de prefe­
craneana, bloqueos comunicantes o no comuni­ rencia, por inmunoblot o inmunoelectrotrans-
cantes en la circulación del LCR, síndrome ence- ferencia. Este último procedimiento es sensible
falítico, síndrome meníngeo, síndrome cerebe- (98%) y esp ecífico (100% ). También pueden
loso, afectación de los pares craneanos y com ­ investigarse antígenos en el LCR mediante téc­
promiso de la médula espinal. nicas inmunoenzimáticas de captura, que utili­
La cisticercosis ocular en general afecta un solo zan anticuerpos monoclonales o policlonales que
ojo y el cisticerco suele ser único. Cuando está vivo tienen la utilidad de ser positivos frente a cisti-
Capítulo 93 - Cislicercosis Q 705

cercosis en actividad y no en pacientes con le­ niveles séricos del praziquantel pero aumentan
siones calcificadas. los del albendazol. La respuesta al tratamiento
Es importante también el examen parasitoló­ médico en las localizaciones cerebrales casi siem­
gico de la materia fecal para buscar huevos de pre es buena, en cambio, en las iniraventriculares
Taenia solium, los que son hallados en aproxi­ o cisternales o en la cisticercosis racemosa no
madamente el 20% de los casos, ya que en opor­ suele ser satisfactoria.
tunidades el enfermo es simultáneamente hospe­ La cisticercosis ocular requiere tratamiento qui­
dero intermediario y hospedero definitivo. rúrgico, aunque en algunos casos se logra elimi­
nar el parásito mediante fotocoagulación con rayo
láser.
TRATAMIENTO

En la mayoría de los casos el tratamiento mé­


PROFILAXIS
dico es el de elección. Consiste en la administra­
ción de praziquantel, 50 mg/kg/día, en tres to­ La profilaxis de la cisticercosis consiste fun­
mas diarias, durante 15 a 30 días o albendazol, damentalmente en evitar la contaminación fecal
15 mg/kg/día, en dos tomas diarias, durante 8 del suelo para impedir la infección del hombre y
días. La muerte de los parásitos determina fenó­ el cerdo; lavar bien los alimentos que puedan estar
menos inflamatorios locales que pueden acentuar contaminados con materia fecal humana usada
los síntomas, en particular los ataques epilépti­ como abono y tratar en forma adecuada a los por­
cos, para los que se utilizará la medicación anti- tadores de T. soliunty para evitar la regurgitación
convulsivante adecuada. En los casos de hidro­ de proglótides o la ingestión de los huevos elimi­
cefalia sintomática se practicará la derivación qui­ nados con las heces.
rúrgica del líquido cefalorraquídeo mediante ca­ La cocción adecuada de la carne de cerdo, al
téter valvulado ventriculoperitoneal. Los fenóme­ destruir los cisticercos, impide la infección hu­
nos inflamatorios del SNC pueden aliviarse con mana por T. solium , causa de la cisticercosis en
el uso de corticosteroides. Estos disminuyen los el hombre o los animales.

B ib lio g r a fía ------------------------------


Atfas A. Parasitología Médica. 4*ed. Publicaciones Técnicas Heymann 0. El control de las enfermedades transmisibles.
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;

m
Oncocercosis
Amadeo J. Bava
Ornar J. Palmieri

DEFINICIÓN EPIDEMIOLOGÍA

La oncocercosis o «ceguera de los ríos» es una La distribución geográfica de la oncocercosis


parasitosis, provocada por el nematodo filárico es amplia; abarca extensas regiones de África y
Onchocerca volvulus, que es transmitida de hom­ América latina, y en menor medida el continente
bre a hombre por diversas especies de insectos asiático. En América ha sido reconocida en Méxi­
del género Simulinm. La enfermedad se caracte­ co, en los estados de Chiapas y Oaxaca; en Bra­
riza por la localización de las filarias en nódulos sil, en pequeñas áreas cercanas al río Amazonas,
subcutáneos (oncocercomas), y las microfilarias y también en Colombia, Ecuador, Venezuela y,
en la dermis (oncodermatitis) y en el ojo (oncoof- con mayor frecuencia, en Guatemala. En África
talmía). Esta última provoca lesiones que pue­ se la ha observado en vastas regiones ubicadas al
den producir ceguera. sur del desierto de Sahara, mientras que en el
continente asiático sólo se la detectó en el Yemen
y el Oriente medio.
ETIOLOGÍA
Se estima en alrededor de treinta millones el
Las formas adultas del parásito se hallan den­ número de personas infectadas por Onchocerca
tro de los nódulos subcutáneos. El macho mide 2 volvulus sólo en el continente africano, y un mi­
a 5 cm de largo por 100 a 200 }am de ancho, y la llón en las regiones endémicas de América Cen­
hembra 30 a 50 cm de largo por 300 a 400 |.im de tral y del Sur.
ancho. Los vectores son insectos del género Simulium,
Luego de la fecundación las microfilarias sa­ cuya especie varía según las distintas regiones
len por la vulva y se las halla en nódulos subcu­ geográficas. Se multiplican en zonas de clima
táneos, vasos linfáticos, dermis, ojos, líquido ce­ cálido o templado y en las cercanías de corrien­
falorraquídeo, hígado, riñón y orina. La hembra tes de agua rápidas, donde se alimentan. Tanto
del insecto vector, al picar para alimentarse, en la sabana como en la selva tropical africana
succiona las microfilarias que circulan por la der­ las hembras de estos insectos tienden a picar en
mis, las que dentro del insecto se transforman en las regiones bajas del cuerpo, mientras que en
larvas infectivas que se localizan en el aparato América suelen hacerlo con preferencia en la
picador para ser inoculadas en un nuevo hospe­ cabeza y regiones cercanas a ella.
dero. El hombre es el único reservorio del parásito en
la naturaleza y no es afectado por otras especies de
Onchocerca que son parásitas en ciertos animales.
708 □ Q uinta parte - Infecciones parasitarias

diagnóstico también aplicable a esta enfermedad.


MANIFESTACIONES CLÍNICAS
Las filarías adultas pueden evidenciarse por
La evolución de la enfermedad es crónica, con medio de la biopsia de los nódulos subcutáneos,
un período de incubación variable entre los 6 y las microfilarias, en el examen microscópico
meses y el año. En América se manifiesta por la de la escarificación de las lesiones cutáneas o del
presencia de nódulos fibrosos (oncocercomas), sedimento urinario.
de localización subcutánea, en la cabeza y los E! examen oftalmológico con lámpara de hen­
hombros, y en África en los muslos, el tronco y didura permite la observación de las microfilarias
los brazos. El diámetro de estos nódulos u onco­ en la córnea, la cámara anterior del ojo o el hu­
cercomas oscila entre 1 y 8 cm y su número de 3 mor vitreo.
a 6, aunque puede haber muchos más. La administración de citrato de dietilcarbama-
Las manifestaciones cutáneas (oncodermatitis) cina da lugar a la aparición de prurito en ios indi­
son cambios en la pigmentación («piel de leo­ viduos infectados (reacción de Mazzotti), no obs­
pardo»), edema, alteraciones tróficas, pérdida de tante, esta prueba puede ser peligrosa en indivi­
la elasticidad, paquidermia y xerodermia, sobre duos intensamente infectados.
todo en los miembros inferiores. La migración
de las microfilarias a través de la piel da lugar a
TRATAMIENTO
fenómenos alérgicos, acompañados por prurito
intenso y liquenifícación ulterior. La pérdida de Los tratamientos con fármacos antiparasitarios
la elasticidad cutánea inguinal más la presencia se complementan con procedimientos quirúrgi­
de adenopatías regionales duras, de gran tama­ cos de extirpación de los nódulos subcutáneos u
ño, da lugar a la denominada «ingle colgante». oncocercomas. Las lesiones oculares son irrever­
La localización ocular de la oncocercosis (on- sibles, pero la administración de tratamientos
cooftalmía) da lugar a su complicación más peli­ antiparasitarios produce una mejoría en ellas.
grosa, ya que puede ocasionar la pérdida parcial La ivermectina es el fármaco de elección en el
o total de la visión. El examen oftalmológico tratamiento de la oncocercosis, debido a su se­
puede evidenciar queratitis, opacidad de la cór­ guridad y eficacia. Se utiliza en dosis únicas por
nea, atrofia del iris, iridociclitis, cataratas secun­ vía oral, a razón de 0,15 mg/kg de peso, dos ve­
darias, atrofia del epitelio pigmentario de la reti­ ces por año. Este fármaco no sólo destruye las
na, esclerosis de la coroides o atrofia óptica. microfilarias, también bloquea su liberación des­
Durante los brotes agudos el cuadro puede de el útero de la hembra adulta, lo cual produce
acompañarse con fiebre, eosinofilia de hasta el una disminución del número de microfilarias y
70% y deterioro del estado general. por consiguiente de la morbilidad. Sin embargo,
Si bien la enfermedad no es mortal, provoca en al igual que la dietilcarbamacina, no actúa sobre
el individuo parasitado una invalidez importante las formas adultas del parásito.
a causa de la ceguera, la cual en ciertas regiones El citrato de dietilcarbamacina es el agente
se presenta en más de la mitad de los casos. empleado en el tratamiento tradicional de la en­
fermedad. Se administra por vía oral a razón de
10 mg/kg/día, en 3 tomas diarias, durante 10 a
DIAGNÓSTICO
21 días. Este fármaco posee una actividad micro-
El diagnóstico presuntivo se basa en los hallaz­ filaricida marcada, pero no actúa sobre las for­
gos clínicos y epidemiológicos, mientras que la mas adultas del parásito. Los fenómenos alérgicos
certeza diagnóstica se obtiene mediante métodos provocados por su administración (reacción de
directos por la visualización del parásito en ma­ Mazzotti) pueden controlarse mediante el uso de
teriales extraídos de las lesiones. Entre los méto­ corticosteroides. En la actualidad no se lo reco­
dos indirectos, la demostración de anticuerpos mienda, salvo que se emplee con la suramina en
específicos por pruebas de fijación del comple­ determinados pacientes. Esta última actúa sobre
mento, ELISA, hem aglutinación indirecta e los parásitos adultos y disminuye el número de
inmunofluorescencia constituyen un medio de microfilarias circulantes. Se administra por vía
Capítulo 94 - Oncocercosis □ 709

intravenosa en dosis única de un gramo una vez trucción de los insectos vectores en sus criade*
por semana, durante 10 semanas. ros, mediante el empleo de insecticidas. Es nece­
La administración de 400 mg de albendazol du­ sario evitar la picadura de los insectos vectores
rante 10 días actúa sobre la embriogénesis del pa­ cubriendo las partes expuestas del cuerpo con
rásito y disminuye la densidad de las microfílarias. ropa apropiada o bien mediante la aplicación de
Se encuentra en estudio la efectividad de la repelentes contra insectos.
amocarcina, que al parecer se muestra activa con­ Es importante contar con laboratorios capaci­
tra las formas adultas de Onchocerca volvuiiis tados para el diagnóstico de esta enfermedad y
cuando se administra en dosis de 3 mg/kg dos con centros a sisten cia les p ro v isto s de los
veces por día durante 3 días. fármacos necesarios para el tratamiento.

PROFILAXIS

Las medidas preventivas consisten en la extir­


pación de los nódulos subcutáneos y en la des-

B ib lio g ra fía --------------------------------------------------


Atías A. Parasitología Médica. 4* ed. Ed. Mediterráneo. ed. Publicación Científica y Técnica No 581. Organización
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12 • - *• •.*
Parasitosis intestinales
Ornar J. Palmieri

veces el hemograma orienta el diagnóstico de una


INTRODUCCION
parasitosis. Este puede mostrar eo sin o filia
Las parasitosis son enfermedades frecuentes, (helmintosis), anemia hipocrómica (uncinariosis)
que determinan una gran variedad de trastornos o anemia macrocítica (botriocefalosis).
de gravedad diversa. Ello justifica su búsqueda y El examen clínico en general es poco expresi­
tratamiento, así como el establecimiento de con­ vo en estas afecciones, puede revelar dolor en el
troles que aseguren la curación. La incidencia de marco colónico, en la fosa ilíaca derecha (apen-
estas parasitosis está en aumento como resultado dicitis verminosa) o en el hipocondrio derecho
de la frecuencia actual de los viajes internacio­ (giardiosis, fasciolosis). Las migraciones larva­
nales, la migración de individuos desde áreas con rias viscerales de algunos parásitos, antes de su
prevalencia elevada, el incremento del número definitiva localización intestinal, pueden deter­
de niños en las guarderías, la transmisión sexual, minar distintos síntomas que dependerán de los
las fallas en la potabilización del agua de consu­ órganos comprometidos.
mo, etc. Además, la gran frecuencia de parasitosis Lo expuesto evidencia la necesidad de practi­
intestinales en los infectados por el HIV hizo que car en forma rutinaria y sin excepción el examen
su búsqueda se intensifique, y se propongan nue­ parasitológico de la materia fecal, procedimien­
vos y más precisos métodos de diagnóstico. No to indispensable para lograr el diagnóstico
siempre los síntomas sugieren la enfermedad, que etiológico al que seguirá el tratamiento adecua­
puede presentarse con distintos signos y sínto­ do. Éste no puede planearse, ni establecerse el
mas digestivos o extradigestivos. En algunos pa­ pronóstico o la profilaxis sin la certeza dada por
cientes, portadores asintomáticos, la repercusión el hallazgo del laboratorio. El examen copropa-
es nula, lo ^ue no significa que no necesiten tra­ rasitológico debe ser minucioso y estar a cargo
tamiento. Éste debe instaurarse no sólo porque de profesionales entrenados. Debe realizarse el
tales portadores son factores de diseminación, examen macroscópico, que permitirá la visuali-
sino también porque los parásitos en algún mo­ zación de anillos de tenias, oxiuros o áscaris, y
m ento pueden desarrollar en e llo s toda su el examen microscópico directo y previo enrique­
patogenicidad y provocar la verdadera enferme­ cimiento. Éste se realizará sobre materia fecal
dad parasitaria. En otros enfermos causan tras­ recogida en formol al 5%, durante 6 a 8 días (mé­
tornos digestivos: náuseas, epigastralgias, cóli­ todo de Deschiens) y con otra muestra de una
cos, diarrea o constipación, y una variedad de deposición líquida obtenida previa administración
molestias extradigestivas que es importante des­ de un purgante salino y recogida en solución de
tacar: cefalea, irritabilidad, sueños terroríficos, Ringer (método de Simio). Tampoco hay que omi­
fiebre o febrícula de evolución prolongada. A tir la búsqueda perianal de huevos de oxiuros
712 □ Q uinta parte - Infecciones parasitarias

(método de Graham o de Brunet). En algunas ñas, CA. Standarized Nomenclature o f Animal


parasitosis puede practicarse el diagnóstico inmu- Parasitic D iseases (SNOAPAD) Vet Parasitol
nológico que determina ia presencia de anticuer­ 1998, 29: 299-326). En el cuadro 95-1 se consig­
pos o antígenos parasitarios (ELISA, inmuno- nan sólo los parásitos que más adelante serán tra­
fluorescencia, fijación de complemento). tados.
Aparte de los procedimientos de rutina señala­
dos, a fin de lograr una mayor precisión diag­
PROTOZOOS
nóstica o cuantificar la intensidad de la parasi*
ración es posible recurrir a procedimientos espe­ Entamoeba histolytica
ciales, como las técnicas de flotación, de recuen­ Entam oeba histolytica es el protozoo produc­
to de huevos, el método de la cápsula entérica tor de la amebiasis. Aquí se empleará ese térmi­
(Enterotesí*) o hilo de nylon y otros. no para designar esta enfermedad, por su uso más
Otros métodos de diagnóstico pueden ser la difundido, aunque según la nueva nomenclatura
radiografía de colon por enema obtenido con téc­ correspondería entam ebosis. Se trata de un mi­
nica de doble contraste o la colonoscopia virtual croorganismo unicelular que adopta dos aspec­
que pueden mostrar amebomas o úlceras, y la tos polares en su ciclo vital: trofozoíto y quiste.
fíbrocolonoscopia que permite la toma de mues­ El trofozoíto, de unos 25 |im , tiene un citoplas­
tras para biopsia o extendidos de las lesiones. ma constituido por un ectoplasma claro periféri­
Llamará la atención el cambio en la denomina­ co, que recubre un endoplasma central finamen­
ción de algunas parasitosis respecto de la de uso te granuloso. En él se aloja sólo un núcleo esféri­
habitual. Ello se debe a que la Asociación Mun­ co de 3 a 5 jim, con cromatina periférica fina y
dial para el avance de la Parasitología Veterina­ un cariosoma central. El citoplasma contiene
ria y después la Federación Mundial de Para­ numerosas vacuolas y con frecuencia eritrocitos
sitólogos solicitaron que se uniformara la ter­ ingeridos. La traslación se realiza mediante la
minología de las parasitosis, para ello sugirieron emisión de seudópodos que determinan un m o­
que el nombre se formara con la denominación vimiento de traslación lineal unidireccional. El
del género del parásito más la terminación «osis» quiste, de alrededor de 12 |im de diámetro, con­
en lodos los casos, y escribir el nombre del géne­ tiene I a 4 núcleos con igual morfología que el
ro según su fonética. (Kassai T, Cordero del Cam­ núcleo del trofozoíto. Se genera por transforma­
pillo M, Euzeby J, Graafar S, Hiepe Th y Himo- ción del trofozoíto en la materia fecal no diarreica
y es la forma de resistencia en el medio exterior,
así como el modo de transmisión de la enferme­
C uadro 95-1. Clasificación de las parasitosis intesti­ dad. Pueden permanecer por semanas o meses
nales. en un ambiente con suficiente humedad.
La llegada de los quistes al intestino, a través
Protozoos , Helmintos' ;''' '
de aguas contaminadas o alimentos, determina
* Rízópodos • Nematodos su d esen quistam ien to y transform ación en
Entamoeba histolytica Ascaris lumbrícoides trofozoítos que habitan en el colon. A partir de
Dientamoeba fragilis Enterobius vermicularis a llí puede haber localizacion es intestinales,
• Blastocystis Ancylostoma duodenale extraintestinales o ambas. Entamoeba histolytica
Blastocystis hominis Necator americanus es un parásito cosmopolita.
• Coccídios Strongyloides stercoralis
isospora belii Trichurís tríchiura Manifestaciones clínicas
Cryptosporídium parvum • Cestodos La amebiasis intestinal puede adoptar distintas
Cychspora cayetanensis Taenia saginata formas clínicas: disentería, colitis no disentérica
• Ciliados Taenia solium y am ebom a. En la actualidad se sabe que las
• Balantidium coli Diphyllobothríum latum amebas pueden invadir la mucosa sin causar sín­
• Flagelados Hymenolepis nana tomas. En consecuencia, y a los fines prácticos,
Giardia lamblia es conveniente no considerar a estos pacientes
Capítulo 95 - Parasitosis intestinales □ 713

como «portadores sanos» y administrar el trata­ la amebiasis intestinal invasora y de las localiza­
miento adecuado en todos los casos en los que ciones extraintestinales. Se utilizan distintas téc­
en el exam en coproparasitológico se halle nicas. La hemaglutinación indirecta es la más sen­
Entamoeba histolytica, tanto por la posibilidad sible y los anticuerpos continúan elevados ( i/128)
de que desarrollen enfermedad grave como por durante años después de la enfermedad invaso­
razones epidemiológicas. ra. La contrainmunoelectroforesis y la precipita­
Como se ha expresado, puede haber enfermos ción por difusión en gel se vuelven negativas poco
asintomáticos con amebiasis intestinal; otros pa­ después de la curación de la enfermedad invaso­
decen meteorismo, cólicos intestinales, diarrea ra.
crónica, constipación, dolor con la palpación del El diagnóstico de absceso amebiano de hígado
colon, dispepsia y síndrome disentérico. Algu­ se basa en la presentación clínica ya descripta y
nos pueden padecer formas fulminantes de coli­ en el diagnóstico por imágenes (ecografía, reso­
tis amebiana, con perforación intestinal, mega- nancia magnética, tomografía computarizada),
colon tóxico u otras complicaciones. que puede complementarse con la aspiración de!
Los síntomas generales son variables e inespe- absceso con aguja fina bajo control ecográfico.
cíficos: astenia, anorexia, pérdida de peso, cefa­
lea, nerviosismo y trastornos del sueño. El hemo- Tratamiento
grama revela anemia discreta y a veces eosinofilia En la colifis no disem érica se utilizará prefe­
leve. El ameboma, forma particular de presenta­ rentemente alguno de los antiamebianos que ac­
ción de la amebiasis intestinal, se caracteriza por túan en la luz intestinal, como el yodoquinol (5,7-
el hallazgo clínico y radiológico de una tumora- diyodo-8-hidroxiquinolina) 30 a 40 mg/kg/día,
ción, en general localizada en el ciego. A veces por vía oral, divididos en 3 dosis durante 20 días
coexiste alguna otra localización en distintos ni­ o paromomicina, 25 a 30 mg/kg/día, por vía oral,
veles del colon. La existencia de más de una tu- divididos en 3 dosis durante 7 días o furoato de
moración sugiere la etiología amebiana, pero en diloxanida, 500 mg 3 veces por día durante 10
todos los casos es necesario hacer el diagnóstico días y en los niños, 20 mg/kg/día. También se
diferencial con tumores malignos mediante la utiliza el metronidazol; si bien este fármaco tie­
biopsia por endoscopia. ne acción sistémica, se lo puede utilizar como
La amebiasis extraintestinal origina distintas los anteriores en la colitis no disentérica. La do­
manifestaciones clínicas en correspondencia con sis y modo de administración es la que se expre­
los órganos comprometidos. En orden decreciente sará a continuación.
de frecuencia, los más afectados son hígado, piel, En la disentería, el ameboma y la amebiasis
pulmón y cerebro. extraintestinal los fármacos descriptos, que tie­
La localización extraintestinal más común, el nen acción en la luz intestinal, deben asociarse
absceso amebiano de hígado, produce hepatome- con otros que posean actividad sistémica, como
galia progresiva, dolor en el hipocondrio dere­ el metronidazol, que en la actualidad es de elec­
cho y el epigastrio, fiebre, náuseas, vómitos e ción entre los antiamebianos de acción sistémica.
ictericia. El hemograma revela leucocitosis y La dosis es de 35 a 50 mg/kg/día por vía oral,
neutrofilia. dividida en 3 tomas, durante 10 días. En aquellos
casos en que no sea posible la administración oral,
Diagnóstico puede utilizarse la intravenosa en goteo lento, cada
El examen coproparasitológico que muestre 8 horas, en dosis de 25 mg/kg/día. Conviene des­
quistes o trofozoítos, o ambos, es confirmatorio tacar la necesidad de evitar la ingestión de bebi­
de amebiasis intestinal. Otros recursos diagnós­ das alcohólicas durante el tratamiento. Otros
ticos son la endoscopia con biopsia de las lesio­ nitroimidazoles tales como ornidazol, nimorazol
nes ulcerosas colónicas y el examen microscópi­ y tinidazol también pueden usarse.
co del exudado de la superficie y los bordes de la Como alternativas están la cloroquina o la eme-
úlcera. Los exámenes de anticuerpos séricos an- tina. La primera a razón de 10 mg de cloroquina
tiamebianos son muy útiles en el diagnóstico de base/kg/día, por vía oral, durante 20 días (dosis
714 □ Q uinta parte - Infecciones parasitarias

m máxima 300 mg de cloroquina base por día). La Tratamiento


emetina se administra en dosis de 1 mg/kg/día Se utilizará el yodoquinol (5,7-diyodo-8-hidro-
por Via subcutánea profunda, durante 5 a 10 días
S (dosis máxima: 60 mg/día).
xiquinolina), 30 a 40 mg/kg/día, por vía oral, di­
vidido en 3 dosis, durante 20 días o metronidazol,

m Profilaxis
La amebiasis se adquiere por la ingestión de
15 mg/kg/día por vía oral, en 2 o 3 tomas, duran­
te 10 días.

los quistes eliminados con la materia fecal, que Profilaxis


contaminan el agua o los alimentos. En conse­ Se basa en las medidas individuales de higiene
cuencia, las medidas higiénicas constituyen la personal y de los alimentos.
base de la profilaxis de esta enfermedad.
Blastocystis bominis
Dientamoeba fragilis Blastocystis hom inis es un protozoo que suele

o Dientamoeha fra g ilis es un protozoo relativa­


mente pequeño. El trofozoíto mide entre 3 y
20 ixm. En el citoplasma se diferencian bien el
hallarse con mucha frecuencia en el intestino
humano. Su morfología es variable en extremo.
En los frotis de materia fecal B. hom inis mide 5 a
endoplasma y el ectoplasma. En general se ob­ 15 |im, es redondeado u ovalado, y tiene una gran
servan dos núcleos que muestran, con las colo­ vacuola central que desplaza hacia la membrana
raciones apropiadas, 4 a 8 granos de cromatina. uno o más núcleos.
; No se ha identificado la forma quística. Esta
ameba emite seudópodos hialinos que le permi­ Manifestaciones cíinicas
ten un movimiento de traslación. Vive en la luz A pesar de que se duda de su verdadero poder
del colon y en el moco de las criptas glandulares. patógeno, se lo asoció con frecuencia con dia­
En la materia fecal se la halla en los grumos de rrea leve o moderada. Se lo ha vinculado con
moco. Se admite que la infestación se produce casos de diarrea en infectados por HIV y en otras
por la ingestión de trofozoítos vivos contenidos inmunodefíciencias.
en el agua o los alimentos. La prevalencia es baja Tanto los adultos como los niños pueden ser
en la población general, pero puede ser alta en portadores asintomáticos. Algunos autores han
instituciones para enfermos mentales o de inter­ vinculado a este microorganismo con diarrea,
nación pediátrica. D ientam oeba fra g ilis no inva­ dolor abdominal, náuseas, vómitos, anorexia, fla­
de los tejidos, pero hay evidencias de que causa tulencia, escalofríos, febrícula y astenia (blasto-
irritación superficial de la mucosa por su presen­ cistosis). Puede haber eosinófilos en la materia
cia en las criptas glandulares del intestino, con fecal y escasa eosinofilia sanguínea. N o se en­
hipersecreción mucosa y aceleración del tránsito contraron evidencias endoscópicas de lesiones en
intestinal. la mucosa.
# Mediante la técnica de ELISA se ha demostra­
Manifestaciones clínicas do respuesta de anticuerpos contra B. hominis, lo
Como ya se ha señalado, D ientam oeba fragilis que sería sugestivo de invasión del microorga­
no invade los tejidos, pero provoca fenómenos nismo. Se cree que su transmisión es fecal-oral.
inflamatorios en las criptas glandulares del in­
testino c hipermotilidad intestinal, lo que provo­ Diagnóstico
ca diarrea, dolor abdominal y flatulencia. En opor­ Se realiza mediante el examen coproparasi­
tunidades puede haber anorexia, náuseas, consti­ tológico.


0
pación y eosinofilia sanguínea.
Tratamiento
Diagnóstico Se utilizarán los fármacos antiamebianos que
Se realiza examen coproparasitológico directo actúan dentro de la luz intestinal o bien metroni-
y con técnicas de concentración. Los preparados dazol, 15 mg/kg/día divididos en dos o tres tomas,
microscópicos requieren tinciones especiales. durante 10 días.
Cflp/ÍKfó P5 - Parasitosis intestinales □ 715

Profilaxis individuos asintomáticos. En los enfermos in-


Se basa en las medidas individuales de higiene munodeprimidos y en especial en los pacientes
personal y de ios alimentos. HlV/sida se producen diarreas crónicas de inten­
sidad variable que en algunos casos llegan a ser
tsospora belli muy graves, con esteatorrea, dolor abdominal,
Jsospora belli es un protozoo que pertenece a anorexia, pérdida de peso y aun con colangitis y
la familia de los coccidios, produce la isosporosis, colecistitis alitiásicas. Esta coccidiosis es un
que es una infestación autolimitada en los indi­ marcador del HlV/sida. La biopsia yeyunal mues­
viduos inmunocompetentes. Es posible que sea tra atrofia de las vellosidades asociada con sín­
una afección frecuente y muy difundida, pero el drome de malabsorción, tal como se observa en
hecho de ser de difícil diagnóstico parasitológico la giardiosis. Las heces diarreicas son amarillas
y de curarse en forma espontánea dificulta cono­ y malolientes con aumento de la grasa fecal. La
cer su real difusión. Esta parasitosis es de verda­ presencia de ooquistes en ellas puede evidenciar­
dera importancia en los individuos inmunodefi- se por períodos de 3 a 4 meses. La epidemiología
cientes y en particular en los enfermos por HIV. de esta infección no se conoce bien; puede ocu­
Todo el ciclo biológico de este parásito se de­ rrir tanto en inmunocompetentes como en inmu-
sarrolla en el intestino humano. La infección se nodeficiencias, y en individuos homosexuales o
adquiere al ingerir los ooquistes, que son elimi­ heterosexuales.
nados con la materia fecal de los sujetos para-
sitados. Según su grado de maduración pueden Diagnóstico
contener en su interior una masa de citoplasma La sospecha diagnóstica de esta enfermedad en
granuloso o dos esporoquistes con cuatro espo- sujetos inmunocompetentes se plantea ante una
rozoítos cada uno. Los ooquistes maduros miden diarrea aguda de variable intensidad acompaña­
12 por 30 |im. Estos, al quedar libres en la luz da de eosinofilia sanguínea.
del intestino delgado, invaden las células del epi­ Los ooquistes de Jsospora belli se pueden de­
telio donde se desarrollan y hacen que la célula mostrar en las heces mediante el examen micros­
parasitada adquiera mayor volumen. A llí tiene cópico con la tinción de Kinyoun modificada que
lugar la división asexuada; luego tras la ruptura muestra los ooquistes ovales acidoiTesisientes. Se
de la célula se liberan múltiples merozoítos que utiliza como método de enriquecimiento la flota­
irán a parasitar nuevas células intestinales, con ción con sulfato de cinc. La biopsia intestinal tam­
lo que se repite así el ciclo de esquizogonia. bién suele demostrarlos.
Después de reiterarse varias veces este ciclo
los merozoítos en el interior de las células epite­ Tratamiento
liales pueden convertirse en gametocitos; éstos El tratamiento de elección es la administración
darán origen a los ooquistes, que serán elimina­ de cotrimoxazol. En el adulto se prescribe un com­
dos con la materia fecal y que tienen gran resis­ primido de 160 mg de trimetoprima y 800 mg de
tencia en el medio exterior. Esta última es la fase sulfametoxazol cada 6 horas durante 10 días, lue­
sexual de la infección. En la mayoría de los ca­ go cada 12 horas durante tres semanas. En los pa­
sos estos ciclos de esquizogonia persisten entre cientes con alergia a las sulfamidas se indicará piri-
uno y tres meses, plazo en que se agota la infec­ metamina, 75 mg por día junto con ácido folínico,
ción en los sujetos inmunocompetentes. 10 mg por día, durante 4 semanas o ciprofloxacina,
500 mg por vía oral cada 12 horas, durante 7 días.
Manifestaciones clínicas Entre los infectados por HIV hay un alto índice de
En los individuos inmunocompetentes las infec­ recidivas poco tiempo después de finalizado el tra­
ciones son en general autolimitadas y asintomá- tamiento, por lo que está indicada la profilaxis
ticas, aunque también pueden producirse desde secundaria con un comprimido de sulfametoxazol,
trastornos gastrointestinales leves hasta cuadros 800 mg, y trimetoprima, 160 mg; o pirimetamina,
disentéricos graves de 4 a 6 semanas de duración. 25 mg, más ácido folínico, 5 mg, 3 veces por se­
Es común la eosinofilia sanguínea, aun en los mana.
716 Q Q uinta parte - Infecciones parasitarias

Profilaxis limitado que suele durar de una o dos semanas. A


La infección se adquiere por la ingestión de veces se acompaña con dolor abdominal, fiebre,
alimentos o bebidas contaminados con ooquistes. anorexia, náuseas y pérdida de peso. En los pa­
Por lo tanto, una higiene cuidadosa puede preve­ cientes inmunodeficientes y en particular en los
nir esta infección. infectados por HIV se producen diarreas graves,
con acentuación de los síntomas descriptos an­
Cryptosporidium parvum tes, que pueden llevarlos a la muerte. En estos
Cryptosporidium es un pequeño coccidio pa­ pacientes suele presentarse un síndrome disab-
rásito, de distribución cosmopolita, que produce sortivo, compromiso broncopulmonar, colecisti­
la criptosporidiosis, una zoonosis que afecta a una tis, colangitis esclerosante y pancreatitis aguda.
amplia gama de mamíferos, aves, reptiles y pe­ Otros agentes infecciosos .son acompañantes ha­
ces. Se han descripto diecinueve especies. Se bituales en estos casos, como el citomegalovirus.
considera que una de ellas, C ryptosporidium
parvum. es la que infecta a los mamíferos y, por Diagnóstico
lo tanto, al hombre. Se realiza con la identificación del parásito (es-
El ciclo vital de este parásito se completa en quizontes que contienen merozoítos así como ma­
un solo hospedero. La infección se adquiere al crogametos y microgametos) en la biopsia intes­
ingerir los ooquistes provenientes de la materia tinal o los ooquistes en las heces. Los ooquistes
fecal de una persona o animal infectados. Los pueden concentrarse utilizando la técnica de flo ­
ooquistes esporulados, de 4 a 6 jim de diámetro, tación-centrifugación con sulfato de cinc y por
llevan en su interior cuatro esporozoítos y son la tinción de los frotis fecales con el método de Kin-
forma infecciosa del parásito. Tras la ingestión youn o con coloración de Giemsa. El estudio sero-
por el hombre o los animales receptivos se libe­ lógico por la técnica de ELISA o la inmunofluo-
ran cuatro esporozoítos móviles, con forma de rescencia indirecta ponen en evidencia anticuer­
banana, que se adhieren a la pared de las células pos específicos contra Cryptosporidium. Es una
epiteliales del intestino. Los esporozoítos madu­ prueba de gran sensibilidad y especificidad.
ran y se desarrollan esquizontes (fase asexual) que
contienen merozoítos, macrogametos y micro- Tratamiento
gametos. Los merozoítos liberados en la luz intes­ En los pacientes inmunocompetentes se pro­
tinal invaden las células del hospedero, lo que pro­ duce diarrea, casi siempre autolimitada, que en
duce la autoinfestación. En cuanto a la fase sexual, general no requiere tratamiento. En los inmuno-
la conjugación del macrogameto con el microga- comprometidos, con diarrea grave, debe realizar­
meto da origen al cigoto y este último al ooquiste. se la reposición de líquidos y un adecuado con­
Los ooquistes maduros contienen cuatro esporo­ trol del medio interno. No se dispone aún de tra­
zoítos, son infecciosos y pueden hacer eclosión tamiento antiparasitario, ni curativo ni paliativo,
dentro del intestino, e iniciar un nuevo ciclo de confiable. Los antidiarreicos del tipo de la lope-
autoinfestación, o bien son eliminados con la ma­ ramida o el difenoxilato pueden proporcionar un
teria fecal al medio ambiente, donde permanece­ alivio transitorio. La espiramicina, 500 mg cada
rán viables durante muchos meses. Los ciclos de 4 horas por vía oral durante 20 días puede provo­
autoinfestación son de gran importancia clínica car alguna mejoría, aunque nunca demostró su
y explican por qué algunos pocos quistes pueden eficacia en estudios clínicos controlados. Tam­
provocar una enfermedad grave y desarrollar una bién se utilizaron con muy poco resultado quini­
in fecció n persistente en los enferm os con na, cloroquina, nitazoxanida, metronidazol, piri-
inmunodeficiencias. Esta infestación tiene ver­ metamina, cotrimoxazol, paromomicina y mu­
dadera importancia en infectados por HIV. chos otros.

Manifestaciones clínicas Profílaxis


Cuando esta zoonosis afecta a sujetos inmuno- La infección se adquiere por la ingestión de los
competentes, determina un cuadro diarreico auto- ooquistes eliminados por los animales domésti-
Capítulo 95 - Parasilosis inicslinalcs O 717

eos y el hombre enfermo. Los cuidados higiéni­ que infectan a los seres humanos. Existen algu­
cos son importantes para prevenir esta enferme­ nas diferencias morfológicas de las especies ha­
dad. En los hospitales deben extremarse las pre­ lladas en topos, víboras, roedores y miriápodos,
cauciones para evitar la transmisión interhumana. las cuales son ovoides y un poco más grandes
que el microorganismo esférico hallado en el
Cyclospora cayetanensis hombre.
Cyclospora cayetanensis es el agente etiológico El ciclo vital de Cyclospora en los seres huma­
de la ciclosporosis. Produce cuadros gastroin­ nos no se ha dilucidado por completo; en apa­
testinales con diarrea, a veces acuosa, e impor­ riencia, podría pasar por todas las etapas excepto
tante dolor abdominal, náuseas, vómitos, flatu- la de esporulación. Se ha demostrado la presen­
lencia, anorexia y pérdida de peso, por lo gene­ cia de formas asexuadas del parásito en entero-
ral precedidos por fiebre y síntomas generales citos. Los enfermos de los cuales se obtuvieron
inespecíficos. Puede presentarse tanto en hués­ las muestras de tejido tenían ooquistes en la ma­
pedes inmunocompetentes como en inmunocom- teria fecal, por lo tanto es de suponer que en ellos
prometidos, sean éstos adultos o niños. había tenido lugar el ciclo sexual del parásito.
El género Cyclospora es de la subclase Cocci- En los tejidos de esos hospederos aún no se han
dia, del phylum Apicomplexa. En un comienzo podido detectar las formas sexuadas de Cyclos­
la clasificación de este patógeno fue contro- pora. Es posible que en los seres humanos la fase
versial; se lo describió como un coccidio no espo- sexual se desarrolle en otras células que no sean
rulado o como una espora fúngica, otros infor­ enterocitos. Al igual que los de Jsospora, los
mes lo consideraron similar a una cianobacteria ooquistes de Cyclospora requerirían un tiempo
o a un coccidio, también como alga azul-verdosa fuera del h osp ed ero para esporular y ser
o como un C iyptospondium grande. En 1993, infectantes. Es improbable la transmisión del
Ortega y col. identificaron en forma definitiva a parásito de persona a persona; en cambio, los
este protozoo como un coccidio» lograron indu­ ooquistes de Cryptosporidium pueden reinfectar
cirlo a esporular y demostraron dos esporoquistes, al mismo hospedero o ser infectantes para otros
cada uno de ellos con dos esporozoítos dentro de seres humanos en el momento de su excreción
cada ooquiste. De este modo se lo ubicó como con las heces. El microorganismo puede ser in­
perteneciente al género Cyclospora y sugirieron ducido a esporular in vitro en agua o dicromato
el nombre de C yclospora cayetanensisy por la de potasio al 2% aireado, a temperaturas de 27®C
Universidad Cayetano Heredia, de Lima, Perú, a 32®C, para lo cual demora 8 a U días. A dife­
donde se investigó la ciclosporosis humana. rencia de los esporoquistes de Cryptosporidium,
Se desconoce en detalle el ciclo de vida de las los de C yclospora se colapsan dentro de los 2
especies de Cyclospora que infectan a los seres minutos de exposición a soluciones hipertónicas;
humanos, aunque en apariencia, al igual que por lo tanto son difíciles de concentrar con mé­
Isospora belii, podría esporular fuera del cuerpo todos de flotación con sacarosa o sulfato de cinc.
humano. A pesar de ser tan sensibles a la deshidratación,
Como se expresó antes, el género Cyclospora estos ooquistes exhiben una resistencia notable
es de la subclase Coccidia. Los coccidios son en el medio exterior: pueden sobrevivir en agua
parásitos intracelulares, principalmente de los potable clorada, soluciones al 2% de formol o
vertebrados. Los esporozoítos, fase infecciosa de dicromato de potasio, aguas estancadas y después
los coccidios, son expulsados del esporoquiste de la congelación. Tanto en seres humanos como
después de que el ooquiste es ingerido por el hos­ en animales Cyclospora es un parásito intrace-
pedero. lular obligado. Al igual que Isospora, se desarro­
Otros cuatro géneros de coccidios se han ha­ lla en el citoplasma de los enterocitos, en los que
llado en seres humanos: Cryptosporidium, Isos­ se ubica entre el núcleo y la superficie apical.
pora, Toxoplasma y Sarcocysíis. Se han identifi­ Los ooquistes de Cyclospora son esféricos y tie­
cado dos especies de Cyclospora en topos, pero nen un diámetro de 8 a 10 |im. Tanto en los pre­
se ignora el número de especies de Cyclospora parados en fresco de materia fecal como en aspi­
718 D Q uinta parte - Infecciones parasitarias

rados intestinales se observan como esferas no Las biopsias de tejido intestinal de pacientes
refringenies que contienen de 3 a 9 glóbulos con ciclosporosis han puesto en evidencia que
refringenies ligados a la membrana. Dentro de Cyclospora es verdaderamente un agente pató­
cada ooquiste hay dos esporoquistes ovoides de geno del ser humano. La localización habitual de
4 por 6 jim, dentro de los cuales hay dos esporo- la infección es la parte superior del intestino del­
zoítos. gado. El parásito se ha identificado dentro de las
Los ooquistes de Cyclospora se distinguen mor­ vacuolas del citoplasma de los enterocitos, entre
fológicamente de los de Cryptosporidium y de el núcleo y el polo apical. Las alteraciones histo-
los de ísosporo. Los de Cryptosporidium son re­ patológicas son marcadas e incluyen atrofia de
dondos y de 4 a 5 |im de diámetro, o sea la mitad las vellosidades, hiperplasia de las criptas y alte­
de los de Cyclospora, y contienen 4 esporozoítos. ración de las células epiteliales con fenómenos
Los de Isospora son mucho más grandes y elípti­ inflamatorios. Las alteraciones histopatológicas
cos, miden 20 a 30 jim por 10 a 19 |im y contie­ consignadas se correlacionan con cuadros de
nen dos esporoquistes dentro de los cuales hay 4 malabsorción y parecen ser similares a las de la
esporozoítos. esprue tropical.
En cuanto a la prevalencia, en todo el mundo La colangitis sólo fue consignada en infecta­
se han comunicado infecciones por Cyclospora. dos por HIV. La diarrea, que es acuosa y sin san­
La parasitosis se produce en individuos de todas gre, está relacionada con un proceso no invasor
las edades y el parásito ha sido identificado en del intestino delgado. Aún no se ha determinado
nativos y viajeros a América del Norte, A. Cen­ el mecanismo específico del daño intestinal.
tral y A. del Sur, Caribe, Sudeste asiático, India
y África. Cyclospora sería endémico en Nepal, Manifestaciones clínicas
Haití y Perú. En Haití, Pope y col. hallaron que Incluyen diarrea, con frecuencia acuosa, que
el I I % de 450 adultos infectados por HIV, que puede ser grave y acompañada por dolor abdo­
además padecían diarrea crónica, estaban infec­ minal, náuseas, vómitos, distensión abdominal,
tados por Cyclospora. Se desconoce la prevalen­ flatulencia, anorexia y pérdida de peso. Los sín­
cia de la infección en los países desarrollados. tomas gastrointestinales pueden estar precedidos
Los estudios hechos en Nepal y Perú demuestran por fiebre y mialgias. Un síntoma característico
la estacionalidad de las infecciones. En Nepal, la es la astenia, que puede ser muy intensa. Si bien
incidencia máxima se registra durante la estación la diarrea es similar a la producida por la criptos-
lluviosa o cálida, de mayo a octubre, y en Perú, poridiosis o la isosporosis, en la ciclosporosis el
de abril a junio. dolor abdominal y la anorexia dominan el cua­
Puede transmitirse a través del agua potable dro clínico. La diarrea puede ser continua, inter­
contaminada. El parásito se identificó en una mitente o alternar con períodos de normalidad,
muestra de dos litros de agua filtrada y clorada, incluso de constipación. También hay formas
lo que sugiere que, como Cryptosporidium, pue­ asintomáticas y formas leves. El período de incu­
de ser resistente a los tratamientos comunes del bación es de 1 a 11 días.
agua. También se ha señalado la posibilidad de En pacientes inmunocompetentes la enferme­
transmisión por consumo de alimentos contami­ dad es autolimitada, pero puede prolongarse en­
nados, como carne cruda o mal cocida, lechuga, tre 2 a 7 semanas o incluso más. La astenia y la
fresas u otros productos crudos. Es improbable anorexia suelen continuar durante semanas des­
la transmisión de persona a persona, porque los pués de haber cesado la diarrea. En infectados
ooquistes requieren un período fuera del hospe­ por HIV, la infección por Cyclospora está en ge­
dero antes de ser infectivos, como ocurre con neral asociada con diarrea crónica, sin períodos
Isospora. Fue sugerida la transmisión zoonótica, de remisión o con recaídas.
aunque no se ha podido establecer el espectro de En época reciente se ha informado la presen­
hospederos para las diversas especies y cepas de cia de colangitis en individuos con infección por
Cyclospora, tanto de seres humanos como de HIV. N o se han comunicado casos de ciclo s­
animales. p orosis en p a cien tes con otras inm unode-
Capítulo 95 - Parasitosis intestinales □ 719

ficiencias. Se han informado casos de ciclos* por HIV. La dosis es 160 mg de TMP/800 mg de
porosis asintomáticas en individuos nativos de SMX, 2 a 4 veces por día, durante 7 a 10 días. En
zonas endémicas. La eliminación de ooquistes en los enfermos por HIV puede haber recaídas al in­
la materia fecal puede preceder el inicio de la en­ terrumpir la medicación, por lo que es convenien­
fermedad clínica. La erradicación de estos ooquis­ te la profilaxis secundaria con una dosis (160 mg
tes normalmente coincide con la curación de la de TMP/800 mg de SMX) 3 veces por semana.
diarrea. Además de la terapéutica antiparasitaria, estos
pacientes pueden requerir otras medidas genera­
Dtagnósiico les y algunos, la hospitalización. La hidratación
S e basa en la d etección m icroscópica de por vía oral suele ser adecuada, aunque a veces
ooquistes en la materia fecal recién emitida. Lo es necesario hacerlo por vía intravenosa. No se
ideal es el estudio del material fresco y sin con­ conoce con exactitud si los agentes antidiarreicos
servantes, también se lo puede concentrar por son beneficiosos o no.
centrifugación. El examen microscópico con con­
traste de fase muestra ooquistes en forma de es­ Profilaxis
feras no refringentes, de 8 a 10 jim de diámetro, La infección se adquiere por la ingestión de los
que contienen varios glóbulos refringentes en­ ooquistes eliminados con la materia fecal por los
vueltos en membranas. animales domésticos y el hombre enfermo. Los
Al igual que los ooquistes de Cryptosporidium cuidados higiénicos son importantes para preve­
e Isosopora, los de C yclospora son acidorre- nir esta enfermedad.
sistentes, lo que facilita su identificación cuando
se utilizan técnicas de coloración como Kinyoun Balantidium coU
o Ziehl-Neelsen. Un rasgo típico de los ooquistes Balantidium coli es el protozoo ciliado produc­
de Cyclospora es su apariencia variable en esas tor de la balantidiosis, una zoonosis de distribu­
coloraciones, lo cual puede ser de utilidad para ción universal. Parasita el intestino de varias es­
su diferenciación de otros coccidios. Pueden pre­ pecies de insectos, peces y mamíferos. Se cree
sentar una coloración rosada o rojo brillante, in­ que el cerdo y secundariamente la rata son las
cluso no colorearse, y se distinguen de los ooquis­ fuentes de infestación para el hombre.
tes ovoides de Isospora por el mayor tamaño de El ciclo vital presenta dos estadios evolutivos:
estos últimos. Los ooquistes de Cryptosporidium el trofozoíto o forma vegetativa, y el quiste, que
son esféricos y de menor tamaño. También debe es la forma de resistencia en el medio exterior,
realizarse el examen con microscopía de fluores­ así como el modo de transmisión de la enferme­
cencia (UV), dado que los ooquistes de CycloS' dad. El trofozoíto es piriforme, está rodeado de
pora son autofluorescentes. cilios, y mide entre 50 y 200 (xm de largo por 40
C yc lo sp o ra se ha detectado en aspirados a 70 |im de ancho. Es el protozoo más grande
duodenales y en biopsias de duodeno y yeyuno. que parasita el intestino humano. El quiste es re­
La sensibilidad, la especificidad y el valor pre- dondo y más pequeño que el trofozoíto.
dictor de las diversas técnicas de diagnóstico no La infestación se produce por la ingestión de
han sido determinados. Después de la infección quistes que en el intestino se transforman en for­
por Cyclospora se han detectado títulos eleva­ mas vegetativas. Éstas invaden la mucosa y pro­
dos de anticuerpos en pacientes inmunocom- vocan una ulceración del colon, aguda y pene­
petentes. Lo importante para el diagnóstico es que trante, que con frecuencia se extiende por la sub-
el clínico y el parasitólogo estén atentos a esta mucosa. Puede producirse megacolon tóxico,
enfermedad emergente, para recurrir a los méto­ perforación intestinal o disentería fulminante, con
dos de investigación adecuados. hemorragia y shock. En raras oportunidades se
propaga al hígado, la vesícula o la vagina. Los
Tratamiento niños parecen ser más susceptibles a la infección
El cotrimoxazol es eficaz en esta parasitosis, que los adultos.
tanto en inmunocompetentes como en infectados
720 □ Q uinta parte - Infecciones parasitarias

Manifestaciones clínicas ran los trofozoítos, que se multiplican activamen­


Abarcan desde las formas asintomáticas hasta te y colonizan la mucosa del duodeno y el yeyuno.
las graves, con perforación coiónica o disentería
aguda. Los casos leves se caracterizan por episo­ Uanifesiaciones clínicas
dios diarreicos intermitentes con cólicos abdo­ Son muy variadas y consisten en síntomas di­
minales y deposiciones sanguinolentas. gestivos: dolor abdominal, sobre todo en el hipo­
condrio derecho o el epigastrio, con ritmo que
Diagnóstico recuerda el de la úlcera duodenal, debido a la
Se realiza mediante el examen coproparasi- duodenitis producida por la localización del pa­
tológico. En las heces diarreicas se podrán ver rásito a ese nivel. Además se presentan episodios
trofozoítos móviles y en las consistentes, quistes diarreicos que duran de dos a tres días y recurren
y trofozoítos. Estos últimos también pueden ha­ con frecuencia. Las heces son pastosas y brillan­
llarse en los exudados de las úlceras colónicas tes por su alto contenido de grasa, debido al sín­
observadas mediante endoscopia. drom e de m alab sorción que produ ce esta
parasitosis. Los síntomas extradigestivos más
Tratamiento importantes son cefalea, mareos, irritabilidad y,
El fármaco de elección en pacientes adultos es en muchos casos, febrícula.
la tetraciclina, 40 mg/kg/día divididos en 4 do­
sis, durante 10 días. También puede utilizarse Diagnóstico
metronidazol, a razón de 35 a 50 mg/kg/día divi­ Se realiza mediante el examen coproparasi-
didos en 3 o 4 dosis, durante 10 días, o paromo- tológico, que en general muestra abundantes for­
micina, 25 a 30 mg/kg/día divididos en 3 tomas, mas quísticas. También pueden hallarse formas
durante 7 días. vegetativas en las heces diarreicas, en el líquido
de sondeo duodenal o en la biopsia del intestino
Profilaxis delgado. En la actualidad pueden buscarse
Se basa en las medidas individuales de higie­ antígenos del parásito en las heces mediante el
ne; las personas que trabajan en la cría de cerdos inmunodiagnóstico con la técnica de ELISA; la
deben ser particularmente estrictas en esto. detección es rápida y su sensibilidad es del 99%.

Giardia lamblla Tratamiento


Giardia lamblia es el flagelado intestinal que El tratamiento de elección es la administración
produce la giardiosis, una enfermedad cosm opo­ de quinacrina, 100 mg tres veces por día en el
lita que afecta con preferencia a los niños. El ci­ adulto, en los niños la mitad de esta dosis, duran­
clo vital de este protozoo tiene dos estadios evo­ te 5 días. Puede reemplazarse por metronidazol,
lutivos: la forma vegetativa o trofozoíto y el quis­ 15 mg/kg/día divididos en dos o tres tomas, du­
te. Visto de frente, el trofozoíto es piriforme y rante 5 días. No hay que ingerir bebidas alcohóli­
mide de 10 a 20 |im de largo por 5 a 15 jim de cas durante el tratamiento. También puede utili­
ancho. Es simétrico y posee dos núcleos con zarse furazolidona, 5 mg/kg/día en dos o tres to­
nucléolos muy notables. A distintas alturas del mas, durante 7 días; en el adulto, 100 mg 4 veces
protozoo emergen cuatro pares de flagelos que por día, durante 7 días.
le permiten una movilidad activa. En su cara ven­
tral posee una concavidad que actúa a manera de Profilaxis
ventosa y le posibilita fijarse en el epitelio intes­ Comprende, como medida fundamental, la hi­
tinal del huésped. El quíste es ovoide y mide en­ giene personal y de los alimentos. Hay contagio
tre 8 y 14 |xm de largo por 5 a 10 |xm de ancho. iiiterhumano y los insectos pueden actuar como
En su interior se encuentran 4 núcleos y restos vectores mecánicos.
flagelares. La infestación humana se produce por
la ingestión de los quistes. La acción de los ju­
gos digestivos disuelve las envolturas y se libe­
Capítulo 95 - Parasitosis intestinales □ 721

no fecundadas ponen huevos de características


HELMINTOS
distintas a las descriptas antes, lo que dificulta el
Ascaris íumbrícoides diagnóstico, y si la parasitación es hecha por uno
Ascaris lumhricoides, causante de la ascariosis, o más ejemplares machos, obviamente no habrá
es un parásito cosmopolita más común en zonas postura de huevos. Ante la sospecha de esta
rurales cálidas y húmedas, y más frecuente en parasitosis se realizará el tratamiento de prueba.
niños que en adultos. Uno o varios ejemplares en
su estado adulto parasitan el intestino humano. Tratamiento
Es un gusano redondo, de 10 a 25 cm de longi­ El fármaco de elección es el mebendazol, 100 mg
tud por 2 a 5 mm de diámetro, de extremos afila­ cada 12 horas durante tres días, independiente­
dos y color blanco o amarillo rojizo. La hembra mente del peso del enfermo.
pone huevos ovoides o esféricos que miden 50 a También puede utilizarse el pamoato de piran-
70 |im de largo por 40 a 50 |im de ancho, con una tel, 10 m g ^ g (expresado en fármaco base), en
célula en su interior y una cubierta albuminoide una sola dosis, hasta un máximo de un gramo por
mamelonada muy característica, que se eliminan día durante dos o tres días. Como alternativa se
con la materia fecal humana. Después de dos se­ administra flubendazol, 100 mg dos veces por día
manas en el suelo, en su interior se desarrolla un durante tres días, o albenzadol, 400 mg en una
embrión. Estos huevos embrionados llegan por sola toma. La dosificación para niños de estos
ingestión al intestino del hombre. Allí quedan en dos últimos fármacos es igual que para adultos.
libertad los embriones, que perforan la pared in­ Otra alternativa terapéutica es la ivermectina, 0 ,1
testinal y son llevados por la circulación portal al a 0,2 mg/kg en una sola dosis.
hígado; de allí pasan al pulmón, atraviesan las pa­
redes de los alvéolos pulmonares y pasan al espa­ P r o f ila x is
cio aéreo. Luego ascienden por los bronquios y trá­ Consiste en evitar la contaminación del suelo
quea hasta la faringe y son deglutidos. Ya en el in­ con materia fecal humana; aconsejar medidas
testino se convierten en machos y hembras adultos. adecuadas de higiene personal, el lavado cuida­
Desde la infestación hasta la eliminación de los doso de las verduras y el consumo de agua pota­
huevos con la materia fecal, transcurren aproxi­ ble. No hay contagio interhumano.
madamente tres meses.
Enterobius vermicularis
Manifestaciones clinicas Enterobius vermicularis u Oxyuris vermicularis
Se relacionan con la cantidad de parásitos alo­ es un parásito cosmopolita muy común en niños
jados en el intestino y consisten en cólicos abdo­ y mujeres, algo menos en hombres, causante de
minales, diarrea, prurito nasal, fiebre, urticaria, la oxiuriosis o enterobiosis. Es un parásito blan­
rinonea paroxística, cefalea y vómitos. También quecino; la hembra mide 10 mm de largo por
pueden provocar oclusión y perforación intesti­ 0,5 mm de ancho, el macho es más pequeño. La
nal, migrar a las vías biliares, al apéndice cecal, hembra grávida aloja en el útero unos 10.000
ascender por el esófago y ser vomitados, o pene­ huevos embrionados, que deposita en las márge­
trar en la trompa de Eustaquio e incluso perforar nes del ano. Estos huevos llegan a la boca a tra­
el tímpano. vés de las manos sucias o de alimentos contami­
El ciclo larvario visceral suele provocar mani­ nados, tras lo cual desarrollan su estado adulto
festaciones generales como fiebre, leucocitosis, en el íleon terminal donde se produce la cópula.
eosinofilia o infiltrados pulmonares. El ciclo vital dura 15 a 40 días, aproximadamen­
te. Los parásitos se localizan en el ciego, el apén­
Diagnóstico dice y el resto del colon. Las hembras, al, poner
Se realiza por la visión directa del parásito, en sus huevos en la margen del ano y la zona perianal
caso de ser eliminado por vómitos o defecación, por la noche, provocan un prurito intenso, cir­
o por el hallazgo de sus huevos en el examen cunstancia que favorece la acumulación de hue­
microscópico de la materia fecal. Las hembras vos debajo del extremo anterior de las uñas. A l­
9
722 □ Q uinta parte - Infecciones parasitarias

gunas hembras pueden alojarse en la submucosa 100 mg en niños y 400 mg en adultos en una úni­
intestinal. Los huevos tienen gran resistencia en ca toma repetida a los quince días; pamoato de
e el medio exterior y por su escaso peso son lleva­ pirantel, 10 mg/kg (expresado en fármaco base,
dos junto con el polvo de las habitaciones y se hasta un máximo de 1 g por dosis) en una sola
e depositan sobre muebles u otros objetos. A partir dosis repetida a los quince días.
• de allí pueden ser ingeridos y el ciclo se reinicia.
Estas dos posibilidades: reinfestación endógena
Otra alternativa terapéutica es la ivermectina,
0,1 a 0,2 mg/kg en una sola dosis.
e (hembras alojadas en la submucosa) y exógena
(huevos depositados en las ropas, uñas, ambien­ Profilaxis
I te exterior), hacen difícil la erradicación de esta Las medidas profilácticas incluyen la higiene
parasitosis. personal, el baño diario, el cepillado de manos y
uñas, y el cambio de la ropa interior y de cama.
Manifestaciones dinicas Debe observarse también la limpieza de habita­
Los síntomas son variados: prurito anal, tras­ ciones, ya que en el polvo depositado sobre el piso
tornos nerviosos, prurito nasal, prurito vaginal, y los muebles pueden hallarse los huevos del pa­
cólico rectal, astenia, anorexia, irritabilidad,
é enuresis, insomnio, pérdida de peso, pesadillas,
rechinar de dientes, piodermitis perianal por ras­
rásito. Existe la posibilidad de contagio interhu­
mano, por lo que hay que tratar el grupo familiar.

# cado, vulvitis o vaginitis. La presencia de miilti- Ancyíostoma duodenale y Necator americanus


ples parásitos en el apéndice puede producir le­ Ancylostom a duodenale y N ecator am ericanus
siones en la mucosa, las que facilitan el desarro­ son los parásitos que producen la uncinariosis
llo de apendicitis aguda. (también: ancilostomosis o necatorosis), una en­
fermedad caracterizada por originar manifesta­
o Diagnóstico ciones digestivas y anemia hipocrómica. Esta
En la mayoría de los casos los parásitos son parasitosis es de distribución universal. En nues­
observados en la margen del ano, cuando el pa­ tro país, las provincias más afectadas son Corrien­
ciente despierta por la noche a causa del prurito, tes, Misiones, Chaco, Formosa, Entre Ríos, par­
• y a veces con la materia fecal. Ante esta eventua­ te de Santa Fe y Buenos Aires, Tucumán, Salla y
lidad se solicitará que uno o varios ejemplares Jujuy. Es muy importante en los países limítro­
n
sean llevados al laboratorio para su identifica­ fes Paraguay, Brasil y Bolivia.
o ción. Ancylostom a duodenale y N ecator am ericanus
La técnica de Graham o la de Brunet, así como son morfológicamente similares; miden entre 8
• el hisopado perianal, permiten la búsqueda de y 18 mm de largo por 0,3 a 0,6 mm de diámetro.
huevos del parásito. Si los resultados son negati­ Poseen una cápsula bucal provista de elementos
vos y se sospecha de esta parasitosis, puede cortantes, que se fija a la mucosa intestinal, la
recurrirse al tratamiento de prueba, tras el cual destruye y succiona sangre y la papilla tisular.
en la materia fecal del día siguiente se verán los Los huevos son ovalados y transparentes, de 70
parásitos muertos; algunos serán remitidos al la­ por 40 i^m, con 2 a 6 blastómeros en su interior.
boratorio. Los huevos llegan al suelo con la materia fecal
humana, en condiciones de humedad y tempera­
Tratamiento tura adecuadas desarrollan larvas en 24 a 36 ho­
o El fármaco de elección es el mebendazol. Tan­ ras. Unos 8 días después se transforman en lar­
to en niños como en adultos se indican 100 mg vas filaríformes, infestantes para el hombre, las
en una sola toma, la cual se repite a los quince que penetran en general por la piel de ios pies y
días. No se debe omitir el tratamiento del grupo por el torrente circulatorio llegan al corazón de­
familiar o de los convivientes. recho, desde donde pasan a los capilares alveo­
También pueden utilizarse: flubendazol, 100 mg lares. Al ser atravesados éstos, alcanzan el espa­
por día tanto en niños como en adultos, en una cio aéreo y se dirigen por esta vía hacia la farin­
sola toma repetida a los quince días; albendazol, ge, son deglutidos y una vez en el intestino se
Capítulo 95 - Parasitosis intestinales □ 723

fijan en la mucosa y se convierten en gusanos por dosis, durante 3 días.


adultos. También pueden prescribirse flubendazol,
Este ciclo dura unos 35 días. Los parásitos vi­ 100 mg dos veces por día durante 3 días, sin re­
ven en el intestino de 1 a 9 años. lación con el peso corporal o albendazol, 400 mg
en una sola toma en adultos o en niños de más de
Manifestaciones clínicas dos años.
Los primeros signos y síntomas se producen
en la piel, en la zona donde penetró la larva fila> Profilaxis
riforme, y son prurito, eritema, edema y una erup­ Consiste en desparasitar a los individuos enfer­
ción papulovesiculosa. Debido al rascado, en es­ mos y evitar que la materia fecal humana llegue
tas lesiones suelen desarrollarse infecciones bac­ al suelo o sirva como abono para la agricultura.
terianas secundarias. £1 pasaje de la larva por el Se ha planteado la desparasitación en masa en
pulmón suele ser causa de tos, disnea, infiltrados comunidades fuertemente afectadas, también la
pulmonares, fiebre y eosinofilia sanguínea. Una instalación de letrinas y redes cloacales. Es fun­
vez fijados los parásitos en la mucosa intestinal, damental la educación sanitaria. Es muy impor­
originan pirosis y dolor epigástrico o abdominal; tante el uso de calzado.
puede haber fiebre o febrícula. Durante la fase de
migración larvaria visceral se presentan leucoci­ Strongyloides stercoraUs
tosis y eosinofilia. La pérdida sanguínea determi­ Strongyhides stercoraUs es el parásito que pro­
nada por los parásitos está en relación con su núme­ duce la estrongiloidosis, enfermedad que se ha­
ro, puede ser considerable y es la causa de la ane­ lla con alguna frecuencia en pacientes proceden­
mia hipocrómica. Cada parásito absorbe 0,3 cm^ tes de zonas templadas y húmedas.
de sangre por día. El macho mide 0,7 mm de longitud por 40 a
En las formas más graves algunos otros hallaz­ 50 \xm de ancho y es de vida libre. La hembra pa­
gos probables son hipoproteinemia, piel de color rásita, que es partenogenética, se aloja en la mu­
amarillo terroso, astenia, edema periorbitario y cosa o la submucosa del intestino delgado, en es­
maleolar, diarrea, retardo de la pubertad, abdo­ pecial en el duodeno; mide 2,2 mm de largo por
men globuloso en los niños, torpeza mental, ca­ 40 nm de ancho y sus extremos son afilados. Po­
quexia y anasarca. see dos úteros con unos diez huevos embrionarios
que, depositados en la mucosa intestinal, dejan
Diagnóstico rápidamente en libertad una larva rhabditoide de
Se basa en la presencia de huevos en la mate­ 200 |im de largo, la cual llega al exterior con las
ria fecal. Se utilizan las técnicas de concentra­ heces. En el suelo las larvas evolucionan hacia el
ción por centrifugación o la de flotación en sulfato estado de parásitos adultos de vida libre, o hacia
de cinc. la forma infestante para el hombre. Penetran en
general por la piel de Ios-pies, ingresan en el to­
Tratamiento rrente circulatorio y por éste arriban al corazón
Es necesario tener en cuenta el aporte de hie­ derecho y luego al pulmón, donde perforan la pa­
rro y vitaminas, como también proporcionar una red alveolar y caen en el espacio aéreo. Ascienden
alimentación adecuada, rica en proteínas, con la por los bronquios y tráquea hasta la faringe, desde
finalidad de corregir la anemia y mejorar el esta­ donde son deglutidas. Llegan al intestino delgado
do de nutrición. La medicación antiparasitaria donde dan origen a hembras partenogenéticas que
puede prescribirse en forma simultánea. Los fár­ se alojan en la mucosa o la submucosa del duode­
macos a utilizar indistintamente son mebendazol no. Pueden colonizar también toda la extensión
o pirantel. Del primero se administran 100 mg del intestino delgado, el colon, la vía biliar y la
dos veces por día, durante 3 días, sin relación con pancreática. El ciclo dura unos 28 días.
el peso corporal. La dosis de pamoato de pirantel Se conoce también un ciclo de autoinfestación.
es 10 a 20 mg/kg (expresado en fármaco base), En la luz del intestino o en las márgenes del ano,
una vez por día, hasta un máximo de un gramo las larvas rhabditoides pueden evolucionar hacia
724 □ Q uinta parte - Infecciones parasitarias

la forma infestante, atravesar la mucosa intesti­ En su migración desde el intestino las larvas
nal o la piel perianal e iniciar así el ciclo de llevan, en su superficie o en su intestino, bacte­
autoinfestación. rias que pueden ser causa de meningitis, endo­
carditis, neumonía, colecistitis, peritonitis o sep­
M anifesiacmes clínicas sis. Hay que tener especialmente en cuenta que
En las zonas de penetración larvaria se produ­ casi todos los casos de meningitis por Escherichia
ce una dermatitis pruriginosa, maculopapulosa, coli, u otras bacterias de la flora intestinal en su­
de pocas horas de duración. El avance acelerado jetos adultos, tienen com o causa la estrongi­
de la larva por la piel, le ha valido el nombre de loidosis diseminada. Por lo tanto, en toda menin­
larva ciirrens. En su pasaje pulmonar las mani­ gitis por bacilos gramnegativos en sujetos adul­
festaciones dependen de la magnitud de la infes­ tos debe realizarse de inmediato, además del tra­
tación: traqueobronquitis asmatiforme, tos seca, tamiento antimicrobiano adecuado, la búsqueda
fiebre, le u c o cito sis, anemia hipocróm ica y de larvas de S. stercoralis en el hisopado rectal.
eosinofilia elevada. Las manifestaciones diges­
tivas son variables: epigastralgia, cólicos intesti­ Diagnóstico
nales, dolor epigástrico con ritmo de ülcera El examen coproparasitológico revela las lar­
duodenal (duodenitis parasitaria) y diarrea. vas rhabditoides, que también se hallan en el lí­
En los casos de reinfestación exógena o endó­ quido obtenido por sondeo duodenal. En las
gena (autoinfestación) puede originarse una es- autoinfestaciones masivas de los enfermos inmu-
irongiloidosis hiperinfestación. Esta se caracte­ nodeprimidos, en la fase de migración larvaria
riza por la colonización masiva de parásitos adul­ visceral, las larvas pueden encontrarse en el es­
tos, en todo el intestino delgado y el colon, que puto, en el líquido de broncoaspiración, en el lí­
produce importantes síntomas digestivos, como quido pleural, en el líquido cefalorraquídeo y en
diarrea, esteatorrea, dolor abdominal, íleo paralí­ otros humores o tejidos orgánicos.
tico, obstrucción intestinal, hemorragia intestinal
y hasta un cuadro clínico de abdomen agudo. Son Tratamiento
además consecuencias de la hiperinfestación, la En época reciente se ha utilizado, con gran efi­
anemia, la hipoproteinemia y el adelgazamiento. cacia y buena tolerancia, la ivermectina en una
Otra forma clínica aun más grave es la estron- sola dosis de 0,2 mg/kg por vía oral.
giloidosis diseminada. En ésta, a diferencia de la Es importante tener en cuenta que una sola
anterior, las larvas pueden hallarse en todos los dosis de ivermectina puede curar la estrongi­
órganos. Este cuadro se debe a la autorreinfes- loidosis con la misma eficacia que el tiabendazol,
tación endógena masiva, en enfermos que pade­ con la ventaja de que es menos tóxica y de que
cían estrongiloidosis en la forma crónica, y aun además sería útil si esta parasitosis coexistiera
asintomática, y que desarrollan enfermedades con ascariosis, tricocefalosis o enterobiosis.
proliferativas malignas, enfermedad por HlV/sida El tiabendazol se prescribe en dosis de 25 a 50
o son sometidos a terapéuticas inmunodepresoras mg/kg/día, repartidos en dos o tres tomas, duran­
con citostáticos o corticosteroides. te 5 días. En los casos graves debe prolongarse
En estos casos la migración larvaria masiva con su administración por 15 o más días. La dosis
localización anómala de parásitos adultos en di­ máxima diaria es de 3 gramos.
versos órganos puede ser causa de muerte. La ra­ También puede utilizarse el cam bendazol,
diología pulmonar muestra, en los estados gra­ en dosis única de 5 mg/kg. El albendazol, menos
ves, imágenes de infiltrados pulmonares bilate­ eficaz en esta parasitosis se indica a razón de
rales algodonosos o, con menos frecuencia, som­ 10 mg/kg/día durante 6 a 10 días.
bras densas o derrame pleural.
También se han descripto hepatitis granulo- Profilaxis
matosa y compromiso renal, cardíaco, tiroideo, El calzado impide la penetración de las larvas
paratiroideo, pancreático, prostético, muscular, por la piel de los pies. Otras zonas de la piel en
ganglionar, cerebral y otros. contacto con tierra contaminada también pueden
Capítulo 95 - Parasítosis intestinales □ 725

ser puertas de entrada de esta parasitosis. Siem­ posible en los casos de prolapso de la mucosa
pre debe hacerse el examen parasitológico de la rectal, donde se ven los parásitos fijados en ella.
materia fecal a todo enfermo que va a recibir te­
rapia inmunosupresora, para evitar, en caso de Tratamiento
que esté parasitado, la estrongiloidosis disemi* El fármaco de elección es el mebendazol, 100 mg
nada; si lo estuviera, previamente se realizará el dos veces por día, durante tres días, sin relación
tratamiento adecuado. con el peso corporal.
Es también de gran eficacia el albendazol, 400 mg
Trichurís trichiura en una única toma, o el fiubendazol, 100 mg dos
La infestación por este parásito produce la veces por día, durante 3 días. Estas dosis son para
trichuriosis. Es una parasitosis colónica habitual­ niños o adultos en forma indistinta.
mente poco sintomática, pero capaz de afectar Otra alternativa terapéutica es la ivermectina,
gravemente a niños mal alimentados. Es cosm o­ 0,1 a 0,2 mg/kg en una sola dosis.
polita, pero se observa con más frecuencia en
zonas tropicales húmedas y templadas. Profilaxis
Los gusanos tienen una forma muy caracterís­ Consiste en una educación sanitaria adecuada.
tica, que justifica el empleo del nombre «lom­ Es necesario impedir la contaminación fecal hu­
briz látigo». Más de la mitad anterior de su cuer­ mana del suelo. Se señalan en particular los cui­
po es fina y la posterior más gruesa; miden entre dados higiénicos, el lavado detenido de verduras
30 y 55 mm. Los huevos tienen en sus polos dos y alimentos, y evitar llevar a la boca las manos o
prominencias que les confieren aspecto de limón. elementos sucios con tierra.
En el momento de la postura no están segmen­
tados y para embrionarse requieren 10 a 14 días Taenia saginata
en el suelo húmedo. Los huevos embrionados son Este parásito cosmopolita produce en el hom­
ingeridos con los alimentos o por las manos su­ bre la teniosis saginata. Es un cestodo blanco o
cias con tierra. Son atacados por los jugos diges­ blanco amarillento que alcanza una longitud
tivos y liberadas las larvas, que se alojan en las aproximada de 5 metros (puede alcanzar 25 m o
criptas del intestino delgado donde se nutren y más). Se distinguen en él tres zonas bien diferen­
desarrollan. Luego de 3 meses se localizan en ciadas: escólex, cuello y cuerpo o estróbila, cons­
todo el colon, que es su ubicación definitiva, don­ tituida por anillos o proglótides. Los huevos son
de pueden vivir 7 a 10 años. iguales a los de otras especies de Taenia y no
tienen características que los diferencien. Llegan
Manifestaciones clínicas al suelo con la materia fecal humana y son inge­
Los síntomas digestivos son variados y están ridos con el pasto o con el agua por el ganado
en relación con la intensidad de la parasitación: vacuno, en cuyo intestino eclosionan y se libe­
deposiciones mucosanguinolentas, dolores cóli­ ran las oncosferas. Éstas penetran por la pared
cos abdominales, meteorismo, pujos y tenesmo, intestinal y caen en el torrente circulatorio hasta
náuseas, vómitos, anorexia y pérdida de peso. En alcanzar los músculos estriados y el miocardio,
los niños se da una situación muy característica, donde evolucionan hacia la forma de larva
que es el prolapso de la mucosa rectal donde se vesicular denominada Cisticercus bovis. Es una
observan los parásitos firmemente adheridos a vesícula ovoide blanco-opalescente de 5 por 8
ella. Entre los síntomas extradigestivos se con­ mm, que contiene el escólex invaginado en su
signan: palidez, astenia, mareos e irritabilidad. interior. El cisticerco es ingerido por el hombre
El hemograma puede revelar eosinofilia elevada con la carne vacuna cruda o mal cocida. Libera­
y anemia hipocrómica microcítica. do de los tejidos circundantes por la acción di­
gestiva, desinvagina el escólex, que se fija en la
Diagnóstico mucosa del intestino delgado mediante su.' vento­
El examen coproparasitológico mostrará los sas, y a partir del cuello da las proglótides que for­
huevos característicos. El diagnóstico clínico es marán el cuerpo de la tenia, A los 2 o 3 meses en la
m

m
726 □ Q uinta parte - Infecciones parasitarias
m

materia fecal o en la ropa interior del paciente se colaterales hacen posible repetir el tratamiento
verán anillos grávidos, ya que por sus propios para lograr la curación.
m
movimientos pueden trasponer el esfínter anal. Si se ha recuperado el escólex, puede tenerse
m la seguridad de la curación, si se trata, como en
Manifestaciones clínicas la mayoría de los casos, de un solo ejemplar.
m En general son poco importantes: anorexia, Si el tratamiento fracasa, las proglótides vol­
pérdida de peso, epigastralgia, diarrea, náuseas, verán a observarse unos 2 meses después.
m vómitos, urticaria, prurito anal, molestias anales
por deslizamiento de las proglótides y trastornos Profilaxis
f i
nerviosos atribuidos a la toxicidad del parásito. La inspección veterinaria es muy importante,
• Raramente da sensación de hambre excesiva. La pero Cisticercus bovis puede pasar inadvertido;
presencia de anillos en el apéndice puede favo­ en consecuencia, la mejor medida profiláctica
p recer el desarrollo de apendicitis aguda; la gran consiste en comer la carne bien cocida, con lo
longitud del verme, si se dispone en forma de que se asegura su destrucción.
p ovillo, puede causar obstrucción intestinal. To­
das estas manifestaciones ceden con la elimina­ Taenia solium
m
ción del parásito, que suele ser un solo ejemplar. La parasitación del intestino humano por Taenia
p solium determina la enfermedad conocida como
Diagnóstico teniosis solium. Se denomina así para diferenciar­
# En general el paciente consulta por la elimina­ la de la teniosis saginata, producida por Taenia
ción de proglótides grávidas, cuyo estudio saginata. Taenia solium se origina por consumo
parasitológico determina con precisión el diag­ de carne cruda o mal cocida de cerdos que tienen
nóstico diferencial de Taenia. Esto es muy im­ en sus músculos Cisticercus cellulosae. Esta pa-
portante, porque en caso de tratarse de Taenia rasitosis es frecuente en México, Latinoamérica,
solium deberán adoptarse precauciones para evi­ Portugal y otros países consumidores de cerdo.
tar que el enfermo vomite, lo cual puede hacer Taenia solium es un cestodo de una longitud
p regurgitar al estómago proglótides que luego da­
rán origen a la cisticercosis humana. En el caso
de 2 a 7 m que se aloja en el intestino delgado.
Es de color blanco o blanco amarillento. En el
p de Taenia saginata esta situación no se produce. parásito adulto pueden observarse tres zonas bien
diferenciadas: el escólex, el cuello y el cuerpo o
p Tratamiento estróbila, constituido por unos 800 anillos o pro­
p Los fármacos de elección son la niclosamida y
el praziquantel. La primera se prescribe en dosis
glótides. Las últimas proglótides grávidas, por­
tadoras de gran número de huevos, son elimina­
p de Ig para individuos entre 10 y 35 kg de peso; das del intestino con la materia fecal. El cerdo,
más de 35 kg de peso, 1,5 g; más de 50 kg de animal de hábitos coprófagos, ingiere esos hue­
p peso, 2 g, siempre en una sola toma administrada vos, que al llegar al intestino delgado eclosionan.

p al despertar. Los comprimidos se mastican bien


o se disuelven en agua. No es necesario suminis­
Las oncosferas penetran en la pared intestinal del
cerdo y son llevadas por la circulación sanguí­
p trar purgantes, excepto si se quiere recuperar el
parásito para identificarlo y reconocer el escólex.
nea hacia los músculos, donde se desarrolla Cisti­
cercus cellulosae.
p El praziquantel se administra en dosis de 10 a
25 mg/kg en una sola toma.
Es una vesícula ovoide de 5 por 10 mm, blan­
quecina, que contiene un escólex invaginado en
p También puede utilizarse mebendazol, en dosis su interior. Estos cisticercos son ingeridos por el

p mayor que para las otras helmintiasis, 500 mg dos


veces por día durante 3 días, o albendazol, 400 mg
hombre con la carne de cerdo cruda o mal coci­
da. Al llegar al intestino delgado desinvagina el

p en toma única diaria durante 3 días consecutivos.


Algunas veces esta terapéutica no logra la eli­
escólex, que se fija en la mucosa mediante sus
ventosas y ganchos; a partir del cuello se desa­
p minación total del parásito; no obstante, la tole­
rancia a estos fármacos y sus escasas acciones
rrolla el cuerpo de la tenia, que se completa en 2
o 3 meses. El hombre puede convertirse en hos­
<9#
Capítulo 95 - Parasiiosis intestinales □ 727

pedero intermediario accidental por la ingestión Profilaxis


de huevos o por la regurgitación al estómago de Debe realizarse la inspección veterinaria de los
las proglótides grávidas de la tenia que parasita cerdos sacrificados. En los músculos del animal,
su intestino, y así se desarrollará la cisticercosis Cisticercus cellulosae es más fácil de hallar que
humana (ver el capítulo Cisticercosis). Cisíicercus bovis. No obstante, la mejor profi­
laxis es comer la carne bien cocida.
i^anifestaáones clínicas
Los signos y síntomas determinados por la pa- Diphyllobothrium latum
rasitación en el intestino humano de Taenia so- La parasitación intestinal por Diphyllobothrium
lium son iguales a los que causa Taenia saginaia, latum determina la difilobotriosis, que se carac­
aunque, en el caso de Taenia solium, sus progló­ teriza porque puede producir anemia macrocítica
tides no poseen los movimientos activos que le por déficit de vitamina B12, además de trastor­
permiten trasponer el esfínter anal. En general nos inespecíficos digestivos, alérgicos, psíquicos
Taenia solium no produce manifestaciones graves, y otros. El mayor número de casos se da en Escan-
salvo la rara posibilidad de obstrucción intestinal dinavia, Finlandia, Alaska y Canadá. En Chile
o peritonitis por perforación del intestino. Puede fueron comunicados algunos casos provenientes
haber leucocitosis y eosinofilia moderadas. de la región lacustre vecina a la Argentina, cerca
del lago Nahuel Huapi y del Parque Nacional Lam'n.
Diagnóstico También se han comunicado casos en Bariloche.
El examen parasitológico de las heces puede Es un gusano que tiene una longitud de 3 a 10 m,
mostrar los huevos de Taenia que, como ya se de color blanquecino, con 3.000 o más progló­
dijo, no son diferenciables de los de Taenia sa- tides. El escólex es alargado con un surco a cada
ginata. La eliminación de anillos con la materia lado. Éstos son los órganos de fijación o botrios.
fecal puede mostrar las características diferen­ A continuación sigue el cuello, dos veces más
ciales que permitan el diagnóstico correcto. largo que el escólex, y luego el cuerpo, formado
por proglótides más anchas que largas centradas
Tratamiento en su cara ventral por el poro uterino. Los hue­
Se usarán los mismos medicamentos y dosis vos son ovoides y operculados, con una cápsula
que los indicados para Taenia saginata. Por lo gruesa y amarillenta en cuyo interior se encuen­
expuesto antes, en esta teniosis deben tomarse tra un embrión inmaduro. El huevo, que sale con
todos los recaudos para evitar el vómito o la re­ la materia fecal del hombre y de los mamíferos
gurgitación de proglótides al estómago. Para ello que padecen la enfermedad, llega al medio hídrico
es conveniente prescribir metoclopramida o si­ exterior donde en 12 días se desarrolla un em­
milares, en las dosis habituales, desde el día an­ brión ciliado (coracidium). Éste sale del huevo y
terior y hasta la administración del antiparasi­ nada hasta ser ingerido por el primer hospedero
tario. Dos horas después de la ingestión de éste, intermediario (varias especies de crustáceos). El
debe darse un purgante. En el caso de usarse me- coracidium atraviesa la pared intestinal del crus­
bendazol o albendazol, la metoclopramida o si­ táceo y en su cavidad general se transforma en
milares continuarán administrándose ha.sta dos una larva procercoide, que completa su desarro­
horas antes de la última toma del antiparasitario, llo en 3 meses. Estos crustáceos son ingeridos
y el purgante se indicará dos horas después de por diversos peces de agua dulce (salmón, tru­
e.sa última toma. cha) en los que la larva procercoide perfora el
Si se ha recuperado el escólex, puede tenerse intestino y se aloja en sus músculos y visceras,
la seguridad de la curación, si se trata, como en donde concluye su desarrollo hasta transformar­
la mayoría de los casos, de un solo ejemplar. No se en larva plerocercoide, que mide de 10 a 20
obstante, en esta teniosis es conveniente, para te­ mm de largo por 2 a 3 mm de ancho y es de color
ner la certeza de la curación, comprobar la ausen­ blanco. El hombre, el perro, ei gato y otros ma­
cia de huevos en las heces a los 2 y a los 3 meses míferos son los hospederos definitivos y contraen
después de haber concluido el tratamiento. la enfermedad al ingerir la carne cruda o mal co­
728 □ Q uinta parte - Infecciones parasitarias

cida de peces contam inados por esas larvas también mediante la ingestión de hospederos in­
plerocercoides. El proceso digestivo las libera de termediarios (gorgojos de los alimentos). Los
los tejidos que la rodean y se fijan en el intestino huevos llegan al intestino delgado del hombre y
mediante sus botrios. Luego de cinco a seis se* en su luz dejan en libertad el embrión hexacanto,
manas completan su desarrollo y aparecen los que con sus ganchos se fija en el espesor de una
huevos en las heces. vellosidad intestinal donde en tres o cuatro días
se desarrolla la larva llamada cisticercoide.
Manifestaciones clínicas Ésta crece, la vellosidad se rompe, y deja en
En la mayoría de los casos son escasas. En otros libertad la larva, de la que emerge el escólex que
determinan manifestaciones mecánicas por la se fija a la mucosa del íleon. Se inicia así el desa­
presencia del parásito. A veces, cuando hay más rrollo de proglótides y al cabo de 19 días, la pro­
de un parásito suele haber obstrucción intestinal ducción de huevos. Éstos salen al exterior con la
por un ovillo de parásitos. materia fecal y ya son infestantes, de modo que,
La acción competitiva de D iphyllohothrium por mala higiene después de defecar, se puede
latum por la vitamina B12 determina en pocos producir la autoinfestación exógena. Aun sin sa­
casos la aparición de anemia macrocítica. Otras lir al exterior los huevos pueden hacer eclosión
manifestaciones hemáticas poco frecuentes son dentro del intestino del individuo y producirse
leucocitosis y eosinofilia discretas. así la autoinfestación endógena. Esta autoin­
festación es la causa del gran número de ejem­
Diagnóstico plares que aloja el intestino humano.
Sólo es posible mediante el hallazgo de los ca>
racterísticos huevos operculados en la materia fe­ Manifestaciones cUnicas
cal. La confusión con los huevos, también opercu­ El elevado número de parásitos fijados en la mu­
lados, de Fasciola hepático es posible, pero estos cosa intestinal determina fenómenos inflamatorios,
últimos son dos veces más grandes. En la para- expresados por diarrea y dolor abdominal. Ade­
sitación pOT Diphyllobotríum latum no se produce más de anorexia, irritabilidad, cefalea, insomnio,
eliminación de proglótides con la materia fecal. prurito anal y nasal. Es frecuente la existencia de
Los últimos proglótides no se separan del estróbilo eosinofilia superior al 5%.
y se van desintegrando en forma gradual.
Diagnóstico
Tratamiento Se basa en el hallazgo de los huevos del pará­
Las indicaciones son las mismas que para Tae- sito en el examen de la materia fecal.
nia saginata. En cuanto a la anemia, se la tratará
con vitamina BI2. Tratamiento
Los fármacos de elección son la niclosamida y
Profilaxis el praziquantel. Como alternativa puede utilizar­
No comer carne de pescado cruda o mal cocida. se la paromomicina o el albendazol.
La niclosamida se administra durante 7 días.
Hymenoíepis nana El primer día se prescribirá la misma dosis que
H ym enolepis nana o «tenia enana» produce la la indicada para Taenia saginata, y desde el se­
himenolepiosis nana. Es un parásito cosmopoli­ gundo día hasta el séptimo se continúa con la
ta observado en regiones templadas y tropicales. mitad de esa dosis una vez por día. Este esquema
Es la tenia más frecuente y pequeña que parasita se repite después de 10 días de descanso, lo que
el intestino del hombre. La parasitación es por evita la recidiva al impedir que los cisticercoides
múltiples ejemplares, a veces varios miles. Mide que están en las vellosidades intestinales lleguen
30 a 40 mm de largo por 1 mm de ancho. Los a ser tenias adultas.
huevos son liberados al desintegrarse las últimas El praziquantel se administra en una sola dosis
proglótides. El hombre contrae la afección al in­ de 25 mg/kg de peso.
gerir los huevos con alimentos contaminados o La paromomicina se indica en dosis de 45 mg/kg,
Capítulo 95 - Parasitosis intestinales □ 729

en una so!a toma, durante 7 días. El albendazol, Los huevos eliminados con la materia fecal
tanto en niños como en adultos, se administra en contaminan la ropa interior o de cama, los asien­
dosis de 400 mg por día durante 3 días. tos de retretes y otros objetos. Las deyecciones
En todos los casos se deberán hacer exámenes de ratas y ratones parasitados por esta tenia con­
coproparasitólogicos a los 30 y 60 días después tienen huevos infestantes.
de finalizado el último ciclo de tratamiento, ya Pueden actuar como hospederos intermediarios
que son frecuentes las recidivas. varias pulgas y gorgojos de los alimentos, cuya
ingestión determinará el desarrollo de esta para­
P r o f ila x is sitosis.
Con el fin de evitar las reinfestaciones exógenas
es necesario contemplar cuidados higiénicos ade­
cuados.

B ib lio g ra fía ------------------------------------------------


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96
Miasis
Ornar J. Palmieri

La miasis es una afección debido a la invasión


M IA S IS P O R LA R V A S DE COCHLIOMYIA
de los tejidos o cavidades del organismo del hom­
HOMINiVORAX
bre o los animales por larvas de moscas dípteras
(con dos alas). C ochliom yia hom inivorax {Callitroga am eri­
La localización de estas larvas en los distintos cana) es una mosca de color azul acerado con
tejidos que parasitan se acompaña con molestias, reflejos verdosos, que mide 12 a 15 mm de largo
a veces de suma gravedad por las lesiones des­ y sólo se halla en el continente americano. La
tructivas que producen, a las que se suman fenó­ hembra de esta «mosca zumbadora» deposita sus
menos infecciosos, inflamatorios y hemorrágicos. huevos, de 20 a 400, aglutinados entre sí, en el
La miasis puede ser específica, semiespecífica borde de las heridas, orificios naturales o sobre
o accidental. Es específica cuando el parasitis­ la superficie cutánea con sangre o costras, a don­
mo de la larva de la mosca es obligatorio y se de van atraídas por el olor o las secreciones.
alimenta de los tejidos vivos del hombre o los Las larvas emergen de los huevos luego de 10
animales. Es sem iespecífica cuando la larva se a 20 horas y penetran en la profundidad de los
desarrolla en animales muertos o materia orgáni­ tejidos, donde se nutren y completan su desarro­
ca animal o vegetal y, en forma secundaria, pue­ llo. Después de 4 a 8 días caen al suelo para trans­
de invadir los tejidos necróticos del hombre o formarse en pupa, de donde emerge la mosca en
animales vivos atraída por los olores fétidos de menos de una semana.
heridas contaminadas. Es accidental cuando es La larva de esta mosca («gusano barrenador del
provocada por moscas de varios géneros y espe­ ganado») es un parásito obligado. Puede invadir
cies, que depositan sus huevos en materia orgá­ los tejidos de cualquier especie de animal horneo-
nica en descomposición, excrementos o alimen­ termo y es la principal causa de miasis en el con­
tos y sólo en forma ocasional invaden heridas, tinente americano. Ocasiona enormes pérdidas
cavidades, aparato digestivo o aparato urinario. económicas al atacar el ganado equino, bovino,
Las especies de m oscas capaces de causar ovino y caprino, y es la responsable de las for­
miasis son numerosas. Aquí se considerarán las mas más graves y del mayor número de las miasis
miasis específicas, que se producen con mayor humanas, que en general se presentan durante el
frecuencia. Las miasis sem iespecífícas y las ac­ verano y afectan con mayor frecuencia a pobla­
cidentales no serán consideradas. dores de zonas rurales.
La larva, que tiene forma de tornillo, mide 10
a 12 mm de largo. Produce una importante des­
trucción de los tejidos, los que son cubiertos por
un exudado sanguinolento que atrae a otras mos­
732 □ Q uinta parte - Infecciones parasitarias

cas. La miasis puede afectar todo tipo de herí* pias y cubiertas con gasa estéril, pueden favore­
das. accidentales o quirúrgicas. cer la extracción de las larvas de los lugares don­
Las infecciones bacterianas secundarias son una de no se puede instilar éter o tolueno. La iver-
com plicación importante de las heridas con mectina ha sido usada en la miasis de los anima­
miasis. Además de agravar el pronóstico, predis­ les y en pocos casos en humanos. La dosis es de
ponen a que otras especies de moscas semies* 0,1 a 0,2 mg/kg en una sola dosis.
pecíficas depositen sus huevos en la lesión, lo La profilaxis de la miasis es el cuidado ade­
cual aumenta aun más la población de larvas. cuado de las heridas, sobre todo tenerlas cubier­
Las localizaciones de esta miasis son todo tipo tas hasta su curación y evitar, mediante el uso de
de heridas de piel y tejido celular subcutáneo, con repelentes o insecticidas, el contacto con las
más frecuencia úlceras de piel, como la úlcera moscas. Las infecciones bacterianas secundarias
varicosa, o cavidades abiertas, como fosas nasa­ que complican la zona afectada requerirán trata­
les, senos paranasales, órbita, boca, conducto miento con antimicrobianos. En todos los casos
auditivo externo y vagina. corresponde instaurar la profilaxis del tétanos.
Las manifestaciones clínicas más importantes
son dolor intenso y prurito en la zona afectada.
MIASIS POR LARVAS DE DERMATOBÍA HOMINIS
De no mediar tratamiento, la destrucción de los
tejidos se incrementa y pueden producirse infec­ D erm atohia hom inis es una mosca robusta, de
ciones o hemorragias que lleven a la muerte. 15 a 17 mm de largo. Su cuerpo poco velludo
Las larvas de C. hom inivorax son las que pro­ tiene un color azul acerado con tonos grisáceos y
ducen el mayor número de miasis de las cavida­ el abdomen es azul brillante.
des. De todas ellas, la de las fosas nasales o rino- Esta mosca es muy abundante en las regiones
miasis es la más frecuente; en general es una com­ boscosas de América tropical, desde México hasta
plicación de procesos supurativos preexistentes Paraguay y nordeste de Argentina.
o de la ocena. Puede destruir los cartílagos, el La hembra deposita alrededor de 20 huevos
paladar, penetrar en los senos paranasales, la ór­ sobre el abdomen de artrópodos, en general pun­
bita e incluso en el cráneo. zantes, que captura durante el vuelo. El período
Otra forma de presentación de la miasis por de incubación dura 7 a 10 días.
larvas de C. hom inivorax la forunculoide. Ésta Cuando el artrópodo portador de los huevos ya
se caracteriza por la presencia de nódulos cutá­ incubados pica a los animales o al hombre, de­
neos no migratorios y se confunde con frecuen­ posita en su piel las larvas que penetrarán, a ve­
cia con forúnculos. En general se observan va­ ces por el mismo orificio de la picadura, hasta el
rios elementos en la misma zona de la piel. Estos tejido celular subcutáneo. Las larvas viven allí
nódulos, eritematosos y muy dolorosos, están durante 6 a 10 semanas, luego salen y caen al
centrados por un pequeño orificio por el que mana suelo, donde se transforman en pupas de las que
una secreción serosanguinolenta. Si se los com­ en 15 a 60 días emerge la mosca.
prime, puede observarse la parte posterior de la Las lesiones, que pueden ser múltiples, se lo­
larva que asoma por el orificio. Su extracción es calizan en las zonas expuestas de la piel, como
dificultosa pero posible si se utiliza una pinza cuero cabelludo, cara, manos, brazos, piernas y
adecuada que, introducida por el orificio, tome cuello. Su aspecto es el mismo de la forma forun­
al parásito en toda su extensión. culoide de la miasis por larvas de C. hominivorax
y en general cada nódulo aloja una sola larva.
Además de producir la miasis forunculoide,
TRATAMIENTO
D. hom inis puede invadir la cavidad orbitaria o
El tratamiento es fundamentalmente quirúrgi­ la boca. Las manifestaciones clínicas, el trata­
co: se desbrida la herida y se extraen las larvas. miento y la profilaxis son los mismos que se con­
Éstas también pueden eliminarse con éter sulfú­ sideraron al tratar la miasis por larvas de C. homi-
rico o tolueno. Las hojas de albahaca, bien lim­ nivorax.

Éám Étm
Capítulo 96 - Miasis □ 733

B ibliografía------ -------------------------------------- -
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■r3(>; > H i«v < f c » a r if t íu a # « * t f W > Í .it f í» i: s t . y A < ' i J i l %wtt»ifw;ia rt^sJubcTíq w *9ovf A .aíirwKi'-í!'
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r iÉ ü Ü iá É
Síndrome de larva migrans
Ornar J. Palmieri

El síndrome de larva migrans está provocado a tres milímetros de ancho. Éste, avanza irregu­
por el ingreso al organismo humano de larvas de larmente, de varios milímetros a varios centíme­
nemalodos de diversos animales, en general el tros por día y describe una curva o una línea si­
perro y el gato, que pueden migrar por la piel, o nuosa. Estas larvas son incapaces de completar
por distintos parénquimas. En el primer caso se su ciclo biológico, pero pueden sobrevivir durante
denomina síndrome de larva migrans cutánea y algunas semanas migrando por la piel o incluso
en el segundo, síndrome de larva migrans visce­ por el tejido celular subcutáneo; describe líneas
ral. Estas larvas, no llegan a completar su ciclo serpenteantes, eritematosas y vesiculares en el ex­
biológico en el hombre al que no reconocen como tremo por donde avanzan con atenuación del eri­
su hospedero definitivo; en cambio, Ascaris lum- tema en las partes por donde penetraron. Suelen
bricoides^ N ecator am ericanus, A ncylostom a producir prurito intenso, y debido al rascado pue­
duodenale y Strongyloides stercoralis, luego de de originarse una infección bacteriana sobrea-
la migración larvaria visceral, alcanzan su esta­ gregada; de no producirse ésta, el estado general
do adulto en el intestino humano. no se altera, ni hay adenopatías satélites. Este
cuadro dermatológico recibe distintas denomina­
SINDROME DE LARVA MIGRANS CUTÁNEA ciones: la n 'a migrans cutánea, erupción lineal
rampante, dermatitis serpiginosa, dermatitis ver­
Definición y etiología minosa rampante, creeping disease y otras. En
Este síndrome es debido a la penetración en la general, se produce la curación espontánea en dos
pie! normal de larvas de Ancylostoma braziliense, o tres semanas y a veces mediante el tratamien­
parásito de perros y gatos, o de i4. caninum o Un- to. Excepcionalmente, las larvas pueden llegar a
cinaria stenocephala, parásitos del perro. Esta los tejidos profundos e iniciar el mismo ciclo lar­
afección es frecuente en América del Sur, Amé­ vario que en el hospedero animal, io cual origina
rica Central, el Caribe, el sudeste de los Estados un síndrome de larva migrans visceral con ma­
Unidos y en toda el África tropical. nifestaciones clínicas leves o graves.
La infección humana se produce por el contac­
Manifestaciones clínicas to con la tierra contaminada: actividades agríco­
Cuando las larvas penetran en la piel, produ­ las, excavaciones, jardinería, etc. Existen dife­
cen pápulas pruriginosas que en 2 o 3 días se rencias en cuanto a la incidencia, aunque ésta obe­
transforman en túneles serpiginosos que recorren dece a diversos modos de vida y de exposición a
la epidermis entre los estratos germinativo y cór­ la enfermedad. En los países tropicales los niños
neo, con inflamación del corion adyacente. El la adquieren al arrastrarse o jugaren la tierra. Se
trayecto tiene varios centímetros de largo por dos han descripto epidemias en guarderías infantiles.
736 □ Q uinta parte - Infecciones parasitarias

cuya fuente de contaminación fueron los areneros en el intestino del hospedero cuyas larvas rhabdi-
para juegos. También están expuestos al conta­ toides se transforman en las márgenes del ano en
gio los que frecuentan las playas tropicales (An­ estrongiloides infestantes y penetran por la piel
tillas, México, Brasil, Senegal y Tailandia). En de la zona circundannte para reiniciar el ciclo. A
los lugares contaminados con excrementos de diferencia de la larva m igrans cutánea produci­
perro el contagio aumenta durante los períodos da por las larvas de parásitos animales, la larva
de lluvia. currens requiere tratamiento por vía oral (ver el
capítulo Parasitosis intestinales).
Diagnóstico
El diagnóstico es clínico y se basa en los ante­ Tratamiento
cedentes epidemiológicos y en el aspecto de la El tratamiento del síndrome de larva migrans
lesión. La eosinofilia sanguínea es inconstante y cutánea se realiza con tiabendazol administra­
moderada, por lo tanto, poco significativa. La do por vía oral en dosis de 25 mg/kg/día, en dos
biopsia cutánea es innecesaria, sólo se realiza o tres tomas, durante dos a cinco días. El tiaben­
cuando no se sospecha el diagnóstico. En los cor­ dazol por vía tópica en crema al 5 % es de gran
tes histológicos sólo se observa una epidermo- utilidad y se aplica tres o cuatro veces por día
dermitis inespecífica con abundante infiltrado de durante una semana, lapso en el que la mayoría
eosinófílos; la larva no suele visualizarse, por­ de los enfermos curan. La vía tópica es tan efi­
que en general, se encuentra uno o dos centíme­ caz como la vía oral y se tolera mejor. Otras al­
tros por delante de la zona más congestiva de la ternativas terapéuticas son: el albendazol por vía
lesión. oral en dosis de 400 mg/día durante 6 días; o la
iverm ectina en dosis única por vía oral de
Diagnóstico diferencial 0,2 mg/kg, ambos con buena tolerancia y eficacia.
El diagnóstico diferencial debe hacerse con las En cuanto a las medidas de prevención son las
miasis rampantes que causas las larvas de mos­ mismas que para la larva migrans visceral las que
cas que atacan al ganado y accidentalmente al serán tratadas más adelante.
hombre como Gasterophilus o Hypoderma. Esta
afección se sospecha cuando se observa un pe­
SÍNDROME DE LARVA MIGRANS VISCERAL
queño nódulo inflamatorio que avanza varios cen­
tímetros por día y que deja un surco equimótico Definición
característico. Luego de pocos días la larva se El síndrome de larva m igrans visceral, es cau­
elimina. sado por la migración a través de los distintos
Otro diagnóstico diferencial a tener en cuenta parénquimas del organismo humano de los esta­
es el de lai'va currens. Así se denomina la afec­ dos larvarios de Toxocara canis, con menor fre­
ción producida por la larva estro n g ilo id e cuencia T, cati y excepcionalmente por las larvas
infectante de Strongyloides stercoralis que al de helmintos parásitos de perros, gatos y otros
penetrar por la piel, también puede describir un animales carnívoros. Se caracteriza por uno o más
trayecto parecido al de la larva migrans que pro­ de los siguientes signos o síntomas: hipereosino-
ducen los parásitos de animales, pero ésta, se dis­ filia, hepatomegalia, esplenomegalia, neumonitis,
tingue por el avance más acelerado lo que le ha hipergammaglobulinemia y fiebre. Afecta en ge­
valido el nombre larva currens. La evolución neral a niños pequeños y puede producir una en­
también es más rápida y se completa en 24 a 48 fermedad leve o grave. La localización más im­
horas, para luego seguir el ciclo de migración portante es el ojo, donde produce una endoftal-
larvaria visceral y en el intestino llegar al estado mitis debido a las larvas que invaden el ojo y ori­
adulto. Las lesiones se localizan en el tronco y ginan una reacción granulomatosa eosinofílica,
sobre todo en la mitad inferior del cuerpo, región habitualmente en la retina. Este padecimiento no
perianal, lumbar, umbilical y parte superior de suele acompañarse de enfermedad general y ocu­
los muslos. En general este cuadro es debido a la rre meses o años después del ataque inicial.
autoinfestación que produce el parásito alojado
T
f
Capítulo 97 - Síndrome de larva migrans □ 737 f

i
Etiología leucocitosis, de 20.000 a 100.000 leucocitos/mm^
El síndrome de lan>a m igrans visceral es cau­ con eosinofilia que puede llegar al 90%. Con poca <
sado por larvas de parásitos de la familia Asca- frecuencia se producen convulsiones y trastornos
ridea, pertenecientes al género Toxocara, que psíquicos. Los casos más graves se deben a afee* (
incluye las especies Toxocara canis y T. cati, tación neurológica, pulmonar o miocárdica que
ascáridos de perros y gatos respectivamente. T. pueden llevar a la muerte. <
canis parece ser el más importante y es el más La forma ocular de la toxocarosis se produce
frecuentemente identificado en los casos confir­ cuando las larvas de Toxocara invaden el ojo. Al­ f
mados de la enfermedad. Otros agentes etioló- rededor de las larvas se desarrolla un granuloma
f
gicos, parásitos de animales, tienen una impor­ eosinofílico que se ubica casi siempre en el polo
tancia secundaria en la génesis de este síndrome. posterior de la retina. Esta forma clínica se ca­ f
T. canis es un parásito habitual en el intestino racteriza por disminución de la agudeza visual,
de perros, que son sus hospederos definitivos. El dolor ocular y estrabismo. El examen de fondo
hombre es un hospedero accidental en donde el de ojo presenta alteraciones compatibles con
parásito no completa su ciclo biológico. uveítis, papilitis, granuloma del polo posterior o e
El parásito adulto, machos y hembras, se aloja periférico, catarata y endoftalmitis. La forma
i
en el intestino del perro. La hembra fecundada ocular es casi siempre unilateral y afecta a niños
pone aproximadamente 200.000 huevos por día. de 10 a 14 años o adultos y no se acompaña de <
En el suelo, en adecuadas condiciones de tempe­ manifestaciones generales, ni eosinofilia. El he­
ratura y humedad, en dos o tres semanas se tor­ cho más importante a tener en cuenta es que la (
nan infectantes. La larva dentro del huevo se man­ lesión retiniana puede ser confundida con un
tiene infectante por varios meses. La infección retinoblastoma u otro tumor ocular y llevar a una <
del perro por T. canis puede adquirirse por: 1) la enucleación innecesaria.
(
ingestión de huevos infectantes del suelo; 2) la Como ya fue señalado la toxocarosis ocular no
ingestión de larvas presentes en tejidos de otros suele acompañarse de enfermedad general y ocu­ (
hospederos que se infectaron del suelo; 3) el pa­ rre meses o años después del ataque inicial.
saje de larvas de la madre a través de la placenta (
0 de la leche; 4) la ingestión de larvas eliminadas Diagnóstico
con las heces por los cachorros lactantes. El diagnóstico de larva m igrans visceral debe (

Manifestaciones clínicas
ser considerado en todo paciente con eosinofilia
persistente, sobre todo en niños y más aún si tie­ <c
La infección humana con larvas de T. canis se
contrae al ingerir huevos infectantes del suelo.
nen el hábito de pica (ingestión compulsiva de
sustancias no nutritivas como suciedad, arcilla,
c
Liberada la larva en el intestino atraviesa la pa­ tierra, etc.) o tienen perros o juegan con ellos. (C
red y por vía hemática llega al hígado y pulmo­ Los exámenes de laboratorio evidencian, como
nes. Otras migran a casi todos los órganos, in­ ya fue citado, un número elevado de leucocitos, i
cluido el cerebro, donde mantienen su actividad entre 20.000 y 100.000 por mm^ con una eosino-
durante largos períodos. Se dirigen de uno a otro filia del 50% al 90%. La eosinofilia puede per­ c
parénquima y en su migración provocan granu­ sistir por meses o años aun después de desapare­
(
lomas eosinofílicos que tratan de encapsularla. cidos los demás signos o síntomas. El proteino-
Las manifestaciones clínicas de la toxocarosis grama muestra la albúmina en cifras normales e
dependen del número de larvas ingeridas y de las hipergammaglobulinemia en especial de IgG,
distintas localizaciones en los tejidos, desde for­ IgM e IgE. Los títulos de isohemaglutininas anti 4
mas clínicas asintomáticas hasta formas graves. A o anti B están elevados en función de la estimu­
La enfermedad afecta casi siempre a niños de lación determinada por los antígenos de superfi­ (
1 a 4 años de edad. Los síntomas consisten en fie­ cie de las larvas de Toxocara. El mejor método
bre, anorexia, pérdida de peso, tos y bronquitis as- de diagnóstico de !a toxocarosis es la prueba de (
matiforme. A veces se producen exantemas y he- ELISA que tiene buena sensibilidad y especifici­
'(
patoesplenomegalia. Lo más característico es la dad. El examen de la materia fecal, que siempre
■i
i

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(t
738 □ Q uinta parte - Infecciones parasitarias

(lcl)c solicitarse para evaluar una eosinofilia, no Tratamiento


tiene valor en la toxocarosis, ya que las larvas no Si bien no existe ninguna terapéutica de pro
alcanzan su estado de machos y hembras adultos bada eficacia, se preconiza el uso de albendazol
cti el intestino humano, por lo tanto no se obser­ en dosis de 10 a 15 mg/kg/día, administrados en
varían huevos. dos tomas, durante 5 a 10 días. También se han
Fin los casos de compromiso hepático puede utilizado dietilcarbamazina, tiabendazol e iver-
líacerse la punción biopsia, preferiblemente por mectina. Se aconseja el uso de corticosteroides
iaparoscopia, obteniéndose el material de las zo­ en las formas clínicas más graves y particular­
nas blanquecinas de la superficie del hígado. La mente en la forma ocular.
histología puede mostrar el granuloma pero es
poco probable hallar restos de la larva, por lo que Pronóstico
no tiene gran utilidad para el diagnóstico. La mayoría de los casos de larva m igram visceral
El diagnóstico de la forma ocular se basa en el tiene un curso benigno y autolimitado, aunque pue­
examen de fondo de ojo, la ecografía ocular y la de haber casos fatales cuando existe compromiso
lomografía computarizada. La detección de del miocardio o del SNC. La forma ocular puede
anticuerpos en el suero suele dar títulos bajos o llevar a la pérdida unilateral de la visión.
ser negativa, en tanto que en el humor acuoso
puede ser elevada. Profilaxis
La prevención de esta enfermedad consiste en
Diagnóstico diferencial la adecuada higiene personal; evitar que los ni­
El diagnóstico diferencial de larva migrans ños jueguen donde defecan perros y gatos; lavar
visceral debe ser tenido en cuenta ante toda hipe- bien las hortalizas; lavarse bien las manos des­
reosinofilia persistente. Los antecedentes epide­ pués de manipular tierra y antes de comer; no
miológicos y los datos clínicos y de laboratorio comer hígado crudo o mal cocido de animales
pueden orientar hacia otras parasitosis como asca< expuestos a perros y gatos; evitar la pica; ense­
riosis, esquistosomosis, fasciolosis, capilariosis, ñar a los niños a que no se lleven objetos sucios a
etc. Se considerarán también las enfermedades la boca y desparasitar a los perros y gatos y a las
alérgicas y la vasculitis granulomatosa y alérgica perras que amamantan a sus cachorros.
de Churg-Strauss.
El diagnóstico diferencial de la forma ocular
se hará con el retinoblastoma, la retinitis exuda­
tiva o enfermedad de Coat y otras uveítis.

Bibliografía-----------------------------------------------
Acha PN y Syfres B. Zoonosis. 3* ed. OPS. Washington. Botero D y Restrepo M. Parasitosis humanas. 4 ' ed. CIB.
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Beaver P Ch, Jung RC y Cupp EW. Parasitología Clínica.
Salvat Editores. Barcelona. 1986.

%
1
índice alfabético

A A c tin o m a d u ra m adiirae, 615


Aborto séptico, 459 A c t 'm om adura p e lle tieri, 615
A bsceso del m úsculo psoasilíaco, 240 A ctinom icosis, 1 8 ,4 2 9 ,4 3 0
A bsceso epidural espinal, 155 A ctin o m yccs, 4 2 9 ,4 5 3
A b sceso epidural intracraneano, 154 A e d e s a eg yp íi, 321
A b sceso perinefrítico, 140 A fip ia fe lis , 443
A bsceso pulmonar, 124 A lbendazol, 57
A bsceso subdural espinal, 154 A lg o sis, 627
A b sceso subdural intracraneano, 153 Amantadina, 52
A b scesos, 239 A m ebiasis perianal, 147
A bscesos de la pared abdominal, 201 A m ikacina, 43
A bscesos del sistem a nervioso A m inoglucósidos, 42
central, 151 A m inopenicilinas, 38
A bscesos en cefálicos, 151 A m inoquinolinas, 640, 641
A bscesos esp lén icos, 2 0 0 ,4 7 1 A n c y lo sío m a d u o d en a le, 722
A bscesos hepáticos, 19 9 ,4 7 1 A nfotericina B , 53
A bscesos intraperitoneales, 196 A ngina diftérica, 531
A bscesos medulares, 156 A ngiom atosis bacilar, 148, 374
A bscesos pancreáticos, 200 A ngiostrongilosis, 691
A bscesos perianales, 143 A n g io stro n g ylu s, 691
A bscesos perirrenales, 201 Anidulafungina, 55
A bscesos perlvesicales, 140 A n o p h e le s, 635, 636
A bscesos retroperitoneales, 201 A nti-E B N A , 282
A b scesos viscerales, 199 A ntígeno viral p24, 358, 359
AbsidiOy 611 A ntim icóticos, 53
A ca n th a m o eb a , 675 Antim icrobianos, 37
A ciclovir, 51 Antiparasitarios, 55
Á cido clavulánico, 39 A nti-V C A , 282
A cido folín ico, 662 Anti virales, 51
Á cido paraam inosalicflico, 50 Ántrax, 236
A cinetobacter, 452 A pendicitis aguda, 197
A crem o n iu m fa lc ifo r m e , 616 Arañas, 203
740 Q Enferm edades infecciosas

Arbovirus, 321, 343


Arenilla hidatídica, 695 Campilcbacteriosis, 368
Arteritis, 470 C a m p y lo b a c te r je jiim , 231
Artritis, 471 Candidiasis, 565
Artritis crónica juvenil, 258 Capilariosis, 689
Artritis infecciosas, 179 Capreomicina, 50
Artritis psoriásica, 258 Carbapenémicos, 41
A sc a ris lu m b rico id es, 721 Carboxipenicilinas, 38
A sp e rg illu s, 601 Carbunco, 505
Aspergilosis, 601 Carcinoma anogenital, 149
Atovacuona, 662 Carcinoma cervical invasor, 358
Axetil-cefuroxima, 40 Caspofungina, 55
Azoles, 53 Cefalosporinas, 39
Aztreonam, 42 Ceguera de los ríos, 707
Celulitis, 238
B Celulitis necrotizante sinérgica, 242
Babesiosis, 669 Celulitis orbitaria, 249
B a c illu s a n íh ra cis, 505 Celulitis preseptal, 250
B a c illu s cereu s, 230 Chalazión, 245
Bacterias anaerobias, 451 Chancro blando, 214
Bacteriemia, 83, 84, 131,470 C h la m y d ia p n e u m o n ia e , 481
B a ctero id es, 452,453 C h la m y d ia p s itta c i, 479
B a la m u th ia , 675 C h la m yd ia tra ch o m a tis, 215,216,478
B a la n tid iu m co li, 719 Cicloserina, 50
Bartolinitis, 313 Ciprofloxacina, 48
B a rto n e lla (R o ch a lim a ea ) h en sela e, 443 Cirrosis hepática, 297, 302
Benznidazol, 652 Cisticercosis, 703
B ifid o b a cteriu m , 453 Cistitis abacteriana, 136
B la sto c y stis hom iniSj 368, 714 Citomegalovirosis. 368
Blastomicosis, 597 Citomegalovirus, 149,335
B la sto m y c e s d e rm a titid is, 597 C itrobacter, 452
Blefaritis, 245 Claritromicina, 553
B o rd etella , 483 Clindamicina, 45,110, 662
B o rrelia b u rg d o ife ri, 447 Clofazimina, 51,552
Botón de Oriente, 665 Cloranfcnicol, 43
Botriocefalosis, 711 Cloroquina, 55, 640
Botulismo, 543 C lo strid iu m b o tu lin u m , 451, 543
Brucelosis, 17, 511 C lo strid iu m d iffic ile , 368
Bunyavirus, 328 C lo strid iu m p e rfrin g e n s, 230
Bursitis del olécranon, 629 C lo strid iu m teta n i, 451,535
ín d ice alfabético o 74 -^

Closíridium welchii, 451 Dermaíobia homíniSy 732


Cocciciioides im m it iS y 587 Diagnóstico bacteriológico, 27
Coccidioides posadasii, 587 Diarreas, 29
Coccidioidomicosis, 358, 587 Diarrea del viajero, 229 f
Cochliomyia hominivorax, 731 Diarrea por antibióticos, 232
Colagenopaiías, 14 Diarreas infecciosas, 225
Colangitis, 199 Diarreas inflamatorias. 227 Y’
Colecistitis aguda, 198 Diarreas no inflamatorias, 226 (f’
Cólera, 461 DientamoebafragiIiSyll4
Colistina, 49 Difteria, 529
Colitis seudomembranosa, 368 Diphyllobothrium latum, 727
Colitis ulcerosa, 144 Disentería amebiana, 233
Condilomas acuminados, 146, 148, 218, Disentería bacilar, 233 'i
374 Distomatosis hepática, 683
Conjuntivitis, 245 Diverticulitis, 198
Conjuntivitis bacterianas, 246 Doxiciclina, 44
Conjuntivitis de inclusión, 478
Conjuntivitis del recién nacido, 478
Conjuntivitis hemorrágica aguda, 309 Echinococcus granulosusy 693
Conjuntivitis por Chlamydia Echovirus, 307 (u
trachomatis, 246 Ectima, 235
Conjuntivitis virales, 246 Emetina, 55
Corynebacterium diphtheriae, 529 Encefalitis, 171, 309 (1
Cotrimoxazol, 43 Encefalitis amebiana granulomatosa,
Coxiella burnetii, 525 675,676
Coxsackievirus A, 307 Encefalitis herpética, 336
Coxsackievirus B, 307 Encefalitis virales, 171
Criptococosis, 358, 371, 373, 591 Encefalopatía relacionada con
Criptosporidiosis intestinal crónica, 358 el HIV-1,358
Ciyptococcus neoform anSy 591 Encefalopatía subaguda, 370
Cryptosporidium parvum, 716 Encephalitozooriy 673
Cyclospora cayetanensis^ 717 Endocarditis, 470 ((
Cysticercus ceUulosaCy 703 Endocarditis bacteriana, 17, 60
Endocarditis estafilocócica, 105
Endocarditis estreptocócica, 104
Dacrioadenitis, 313 Endocarditis infecciosa, 97
Dacriocistitis, 247 Endoftalmitis, 251, 252
Dapsona, 552, 662 Enfermedad de Behget, 258
Daptomicina, 50 Enfermedad de Brill-Zinsser, 437
Dengue, 321 Enfermedad de Chagas, 372, 645

<!
742 □ Enferm edades infecciosas

Enfermedad de Crohn, 145 E spondilitis anquilopoyética, 258


Enfermedad de Kawasaki, 193 Esporotricosis, 607
Enfermedad de Lym e, 447 E sq uistosom osis, 679
Enfermedad inflamatoria intestinal, 2 5 8 Estreptom icina, 42
Enfermedad pelviana inflamatoria, 221 Etambuto!, 50
Enfermedad por citom egalovirus, 339 Etionam ida-protionamida, 51
Enfermedad por arañazo de gato, 443 E u b a c te riu m , 453
Enfermedad por el virus de Exantem a súbito posfebril, 190
Epstein-Barr, 339 Exantem as, 309
Enfermedad por e l virus de E x o p h ia la je a n se lm e i, 616
la inmunodeficiencia humana
(H lV /sida), 347
Enfermedad por el virus varicela Fam ciclovir, 52
zóster, 338 Fansidar, 641
Enferm edades de transm isión sexual, 209 Faringitis, 1 0 7 ,1 0 9
Enferm edades exantem áticas, 185 Fármacos antipalúdicos, 639
Enferm edades por rickettsias, 437 Fármacos antirretrovirales, 376
Enfermedades por venenos de F a sc io la h ep a tica , 683
anim ales, 203 F asciolosis, 683
E n ta m o e b a h isto lytica , 368, 6 7 5 ,7 1 2 F ascitis necrotizante, 242
E nterobacter, 45 2 F enóm eno de L ucio, 551
E n tero b iu s verm icu la ris, 721 Fiebre amarilla, 343
E nterocolitis, 47 0 Fiebre de origen d escon ocid o, 13
E n tero cyto zo o n b ien eu si, 368, 673 Fiebre ficticia, 15
Enterovirus 7 2 , 307 Fiebre hem oglobinúrica, 636
E pididim itis, 140 Fiebre liem orrágica argentina, 291
Equinocandinas, 55 Fiebre hemorrágica con síndrom e
Erisipela, 144, 236 renal, 330
Erisipela recurrente, 61 Fiebre paratifoidea, 471
Erisipeloide, 238 Fiebre por m edicam entos, 1 5 ,2 4
Eritema in feccioso, 190 Fiebre por transfusiones, 24
Eritema nudoso, 551 Fiebre poscardiocirugía, 24
Eritema polim orfo, 551 Fiebre poscirugía abdom inal, 24
Eritrasma, 147, 237 Fiebre Q , 525
Ertapenem, 4 2 Fiebre reum ática, 60
Escarlatina, 190 Fiebre tifoidea, 465
E scorpiones, 205 Fiebres m anchadas, 437
Esparfloxacina, 49 Flavivirus, 343
E splenectom izados, 62 Flucitosina, 53
E splenom egalia palúdica, 637 F luconazol, 54
ín d ice alfabético □ 743

F oliculitis, 236 Herpes neonatal, 337


Forúnculo, 236 Herpes sim ple, 146, 148, 3 3 5 , 368, 374
Forunculosis perianal, 144 Herpes zóster, 338, 398
F oscam et, 52 H idatidosis, 693
F osfom icina, 47 Hidradenitis supurativa, 144
Furazolidona, 56 Hipertermia m aligna, 24
Furoato de diloxanida, 56 H isto p la sm a c a p su la tu m , 365, 575
F u sa riu m solante 616 H istoplasm osis, 358, 3 7 5 , 577
F u so b a c teriu m , 4 5 2 ,4 5 3 H istoria clínica, 3
H lV /sida, 147, 347
H lV /sida en la infancia, 403
G anciclovir, 52 H y m e n o le p is nana^ 728
Gangrena de Foum ier, 145
Gangrenas in fecciosas, 24 0
G ardnerella va g in a lis, 21 6 Im ipenem -cilastatina, 41
G atifloxacina, 49 Im pétigo, 235
G entam icina, 43 Infección de la herida quirúrgica, 2 2 , 130
Gharbi, clasificación de, 696 Infección urinaria recurrente, 61
G iardia la m b lia , 368, 72 0 Infección urinaria, 2 2 ,1 2 9
Glosario de ténninos ep id em iológicos, 7 Infeccion es abdom inales, 195
G lucopéptidos, 45 In feccion es asociadas con catéteres, 31
Granuloma inguinal, 145, 215 In feccion es asociadas con fármacos
G ranulom atosis infantiséptica, 522 inm unosupresores, 265
G riseofulvina, 53 Infeccion es asociadas con trasplante
de m édula ósea, 268
H Infeccion es de la piel y partes
H isto p la sm a cap su la tu m , 575 blandas, 235
H a e m o p h ilu s ducreyi, 214 Infeccion es del peritoneo, 195
Hantavirus, 327, 328 Infeccion es del tracto genital
H elm intosis, 711 fem enino, 34
H em ocultivos, 27 In feccion es del tracto respiratorio
Hepatitis A , 297 inferior, 115
Hepatitis B , 2 9 7 ,2 9 9 Infeccion es del tracto respiratorio
Hepatitis C, 2 9 7 , 302 superior, 107
Hepatitis D , 2 9 7 , 305 Infeccion es en el paciente
Hepatitis E, 2 9 7 , 306 anesplénico, 265
Hepatitis virales, 297 Infeccion es en e l paciente
Hepatocarcinom a, 2 9 7 , 302 inm unocom prom etido, 259
Herpangina, 307, 308 Infeccion es en el paciente
Herpes genital, 2 1 9 , 336 neutropénico, 261
744 □ E nferm edades infecciosas

Infecciones en pacientes adictos a drogas Ketoconazol, 54


intravenosas, 272 Klebsiella, 452
Infecciones en pacientes cirrólicos, 269
Infecciones en pacientes diabéticos, 273
Infecciones en pacientes en hemodiálisis Lamivudina, 52
crónica, 270 Laringitis, 113
Infecciones en pacientes Larva currens, 736
oncohematológicos, 266 Latrodectus, 204
Infecciones en pacientes Legionella pneumophila, 487
trasplantados, 266 Legionelosis, 487
Infecciones focales, 18 Leishmania, 663
Infecciones intraabdominales, 17 Leishmaniosis, 551, 663
Infecciones intraperitoneales, 196 Lepra, 547
Infecciones micóticas, 18 Lepromina, 548
Infecciones nosocomiales, 129 Leptospira, 419
Infecciones oculares. 245 Leptospirosis, 18,419
Infecciones parasitarias, 633 Leucemias crónicas, 266
Infecciones perineales, 143 Leucoencefalopatía multifocal
Infecciones por amebas de vida progresiva, 358, 372
libre, 675 Leucoplasia oral vellosa, 366
Infecciones por bacterias Levofloxacina, 49
anaerobias, 451 Lincosaminas, 45
Infecciones por clamidias, 477 Linezolid, 49
Infecciones por enterovirus, 307 Linfadenitis por Mycobacterium avíum
Infecciones urinarias, 16, 133 complex, 398
Influenza, 315 Linfangitis, 236
Inhibidores de las betalactamasas, 39 Linfogranuloma venéreo. 146, 215,
Inmunoprofilaxis, 67 478
Interferón pegilado, 304 Linfoma de Burkitt, 358
Intertrigo, 238 Linfomas inmunoblásticos, 358
Isoniacida, 46 Linfomas primarios del cerebro, 358
Isospora belU, 715 Linfomas primarios del SNC, 372
Isosporosis, 358,368 Líquido cefalorraquídeo, 30
Itraconazol, 54 Líquido hidatídico, 695
Ivermectina, 58 Listeria monocyíogenes, 521
Ixodes, 669 Listeriosis, 521
Loxoscelesy 203
K Loxoscelismo cutáneo, 203
Kala-azar, 663 Loxoscelismo cutaneosistémico, 204
Kanamicina, 43 Lutzomyia, 663
A
Indice alfabético □ 745

L y m n a e a , 683 M icro sp o rid iu m ^ 673


Lyssavirus, 285 Microsporidiosis, 368, 673
Mieloma múltiple, 266
M Mielopatía vacuolar, 370
Macrólidos, 44 Minociclina, 44, 553
M a d u re lla grísea^ 616 Miocarditis, 308
M a d u re lla m y c e to m a tis, 616 Miopatía, 370
Mal perforante plantar, 551 Miopericarditis, 308
Mastitis, 313 Miositis, 239
Mebendazol, 56 Molusco contagioso, 148, 373
Mefloquina, 641 Monobactámicos, 42
Megaloeritema, 190 Mononeuritis, 551
Meningitis, 157, 470 Mononeuritis múltiple, 551
Meningitis aséptica aguda, 308 Mononucleosis infecciosa, 279
Meningitis bacterianas, 159 Monospot, 282
Meningitis criptococócica, 166 Monotest, 281
Meningitis eosinofílica, 692 Mordedura de víbora de cascabel, 206
Meningitis herpética, 337 Mordedura de yarará, 205
Meningitis infecciosas, 159 Moxifloxacina, 49
Meningitis meningocócica, 159 Mucormicosis, 611
Meningitis micóticas, 165 M y c o b a c te riu m avium ^ 358
Meningitis neumocócica, 162 M y c o b a c te riu m b o vis, 491
Meningitis por H a e m o p h ilu s M y c o b a c te riu m kansasii^ 358
in flu e n za e, 163 M y c o b a c te riu m leprae^ 547
Meningitis por L iste ria M y c o b a c te riu m tu b e rc u lo sis, 358, 361,
m o n o c yto g e n e s, 164 491
Meningitis tuberculosa, 167 M y c o p la sm a hominiSy 216
Meningoencefaiitis amebiana
prinnitiva, 675 N
Meningoencefaiitis aséptica, 369 N a e g le riú j 675
Meningoencefaiitis, 522 Nairovirus, 328
Meropenem, 42 N e c a to r a m e ric a n a s, 722
Metronidazol, 47, 55 Nefropatía epidémica, 330
Miasis, 731 N e iss e r ia gono rrh o ea ey 216
Micetomas, 615 Neomicina, 43
Micobacterias atípicas, 364, 502 Neoplasias, 14
Micobacteriosis, 368 Netilmicina, 43
Micobacteriosis cutánea, 238 Neumocistosis, 621
Miconazol, 53 Neumonía aguda, 116
Micosis, 148 Neumonía del laclante, 478
©
A 746 □ Enferm edades infecciosas

-
Neumonía neumocócica, 122 Paracoccidioidomicosis. 581
**
Neumonía nosocomial, 131 Paragonimosis, 687
Neumonía por P n e u m o c y sfis jiro veci^ P a ra g o n im u s, 687
358,360 Parálisis facial periférica, 337
Neumonías bacterianas, 362 Parasitosis intestinales, 18, 711
Neumonías crónicas, 123 Parotiditis epidémica, 311
Neumonías estafilocócicas, 122 Peginterferón, 304
© Neumonías por bacilos gramnegativos. Penicilina G benzatina, 37
122, 123 Penicilina G, 37
Neumopatias bacterianas recurrentes, Penicilina V, 37
358 Penicilinas resistentes a la
Neuropatía distal simétrica, 370 penicilinasa, 38
Neurosífilis, 212 P e p ío síre p to c o c c u s, 452,453
Nifurtimox, 652 Pericarditis, 470
Nitrofurantoína, 47 Peritonitis bacteriana aguda, 195
N o ca rd ia b ra silien sis, 615 Peritonitis bacteriana espontánea, 196
N o ca rd ia , 433 Peritonitis en la diálisis crónica, 196
Nocardiosis, 18,433 P h le b o to m u s, 663
9
Norfloxacina, 48 Phlebovirus, 328
N o se m a , 673 P h o n e u tria , 204
Picomaviridae, 307
O Pielonefritis, 136
9 Ofidios, 205 Pielonefritis crónica, 141
Ofloxacina, 48, 552 Pioderma gangrenoso, 236
O n ch o cei’ca volviiius, 707 Piomiositis, 240
9 Oncocercosis, 707 Piomiositis tropical, 240
Ooforitis, 313 Pirazinamida, 50
e i
Orquitis, 140, 313 Pirimetamina, 56, 640, 661, 662
o Orzuelo, 245 P la sm o d iu m , 635
<» Oseltamivir, 52 P le isto p h o ra , 673
Osteomielitis, 175,471 Pleuresías. 125
9 Otitis, 111 Pleurodinia epidémica, 308
• Oxitetraciclina, 44 P n e u m o c y stis jir o v e c i, 621
Polineuropatía desmielinizante
e i P crónica, 370
• Paludismo, 18. 635 Poliomielitis. 309
Pamoato de pirantel, 57 P o rp h yro m o n a s^ 452,453
A
V Panadizo herpético, 337 Posaconazol, 54
• Pancreatitis, 313 Praziquantel, 58
P a ra c o cc id io id e s b ra silien sis, 581 P re vo te lla , 452, 453

_ ^ 0
ín d ice alfabético □ 747

Primaquina, 641 R ibavirina, 5 2 , 304


Profilaxis en cirugía, 62 R ickettsialpox, 437
Profilaxis en in fectología, 59 R ick ettsiosis, 437
Profilaxis m édica, 60 Rifabutina, 46
Profilaxis primaria, 59 R ifam icinas, 46
P rofilaxis secundaría, 59 R ifam picina, 4 6 , 552
Proguanil, 641 R ifapenlina, 4 6
P ro p io n ib a c te riitm , 4 5 2 ,4 5 3 R ifaxim ina, 46
Prostatitis, 136, 1 4 1 ,3 1 3 Rim antadina, 52
P ro teu s, 4 52 R initis, 110
P rotolecosis, 627 R ubéola, 188
P ro to th eca w ic ke rh a m ii, 62 8 R ubéola congénita, 189
P w to th e c a zo p fii, 628 R oséola infantil, 190
P se u d a lle sc h e ria boydiiy 616
P sitacosis, 4 7 8 ,4 7 9
S a lm o n e lla ryphi, 465
Q S a lm o n e lla , 231
Queratitis, 247 S alm on elosis, 18, 3 6 8 ,4 6 5
Queratitis herpética, 337 Saram pión, 186
Queratitis p o r A c a n th a m o e b a , 6 7 6 Sarcoidosis, 258
Quinidina, 6 40 Sarcom a de K aposi, 149, 358, 373
Quinina, 6 40 S c ed o sp o riu m a p io sp e rm u n , 6 1 6
Q uinolonas, 48 S c h isto so m a h a e m a to b iu m , 680
Quinta enferm edad, 190 S c h isto so m a japonicurriy 679
Q uinupristina-dalfopristina, 49 S c h isto so m a m ansoni^ 679
Q uiste sacrococcígeo abscedado, 144 S ep sis, 8 3 , 522
S e p ta ta in te stin a lis, 6 1 A
R Septicem ia, 83
Rabia, 285 Septicem ia carbuncosa, 508
Rabia anim al, 28 9 S e rra tia , 4 5 2
Rabia del ganado b ovin o, 28 6 Sexta enferm edad, 190
Rabia silvestre, 2 86 Shigellay 473
R a ttu s noi'vegicuSy 4 2 0 ,6 9 1 S h ig elo sis, 4 7 3
R a ttiis ratuSy 4 20 S h ock séptico, 84
R eacción de Paul-B unnell, 281 S ífilis, 145, 148, 209
R eacción de Sabin-Feldm an, 659 S ífilis y HIV, 213
R etinitis por CM V, 375 S ig m o d o n hispidiisy 691
R habdoviridae, 285 S ig n o de la caverna hidatídica, 6 9 6
R h izo m u c o r, 611 S ig n o de la membrana encarcelada, 6 9 6
RhizopuSy 611 S ig n o del cam alote, 696
748 □ Enferm edades infecciosas

Signo del doble arco, 696


Signo del nevado, 696 Taenia saginata, 725
Signo neumoperivesicular, 696 Taenia solium, 726
Simuliurríy 707 Talidomida, 554
Síndrome agudo respiratorio grave, 413 TARGA, 386
Síndrome de fatiga crónica, 15 Tazobactam, 39
Síndrome de hipertensión Teicoplanina, 45
endocraneana, 157 Temperatura normal, 13
Síndrome de hipertensión Tétanos. 535
endorraquídea, 157 Tetraciclinas, 44
Síndrome de larva migrans cutánea, 735 Tiabendazol, 56
Síndrome de larva migrans Tifus endémico, 437
visceral, 736 Tifus exantemático, 437
Síndrome de reconstitución inmune, 396 Tigeciclina, 50
Síndrome de Vogt-Koyanagi-Harada, Tiroiditis, 313
258 Tityus trivitta tu S y 205
Síndrome del shock tóxico Tobramicina, 43
estafilocócico, 243 Tos ferina, 483
Síndrome del shock tóxico Toxiinfecciones alimentarias, 230
estreptocócico, 242 Toxocara canis, 736
Síndrome demencial del sida, 370 Toxoplasma gondii, 655
Síndrome de respuesta inflamatoria Toxoplasmosis, 18, 358, 370,655
sistémica, 84 Tracoma, 478
Síndrome disentérico, 232 Traqueobronquitis, 115
Síndrome encefalítico, 158, 171 Tratamiento antirretroviral, 385
Síndrome meníngeo, 157 Treponema pallidum, 209
Síndrome oculoganglionar de Triatoma infestans, 645
Parinaud, 247 Triatominae, 645
Síndrome retroviral agudo, 353 Trichinella spiralis, 699
Síndrome uretral femenino, 137 Trichuris trichiura, 725
Sinusitis, 113 Triclabendazol, 57, 684
Siringomielia, 551 Tricomoniasis vaginal, 218
Sisomicina, 43 Trimetoprima-sulfametoxazol, 43
Sporothrix schenckii, 607 Tripanosomosis americana, 645
Staphylococcus aureus, 230 Triquinosis, 699
Streptomyces somaliensisy 615 Tiypanosoma cruzij 645
Strongyloides stercoralis, 723, 736 Tuberculosis, 17, 62, 147,148,491
Sulbactam, 39
Sulfadiazina, 43 ,6 6 1 ,6 6 2 U
Sulfonamidas, 43 Úlcera mucocutánea crónica, 358
ín d ice alfabético □ 749

U ncinariosis, 7 22 Vacunas anti-m enin gocócicas, 7 6


U reidopenicilinas, 39 Vacunas anti-neum ocócicas, 75
Uretritis, 34, 2 1 6 , 217 Vacunas anti-poliom ielíticas, 7 2
U rocu ltivos, 28 Vacunas bacterianas, 68
U v eítis, 25 4 Vacunas com binadas, 68
U veom en in gitis, 258 Vacunas virales, 68
V aginosis bacteriana, 2 1 7 , 4 5 8
V alaciclovir, 51
Vacuna anti-amarflica, 78 V ancom icina, 45
Vacuna anti-colérica, 78 Varicela, 192
Vacuna anti-fiebre hem orrágica Varicela congénita, 193
argentina, 79 Varicela zóster, 338
Vacuna anti-fiebre tifoidea, 78 V eillonella, 4 5 2
Vacuna anti-hepatitis A , 73 V ibrio c h o le ra e , 2 3 2 ,4 6 1
Vacuna anti-hepatitis B , 70 V ibrio para h a em o lyticu S y 2 3 1
Vacuna anti-herpes zóster, 75 V ibrio vulnificuSy 2 3 2
Vacuna anti-HPV, 79 V ibrión colérico, 461
Vacuna anti-influenza, 75 V inchuca, 645
Vacuna anti-leptospirosis, 79 Virus del dengu e, 321
Vacuna anti-rábica, 77 Virus Junín, 291
Vacuna anti-rotavirus. 78 V oriconazol, 54
Vacuna anti-varicelosa, 74
Vacuna B C G , 69
Vacuna cuádruple bacteriana, 71 Y ersin ia en tero co litica , 231
Vacuna doble bacteriana adultos, 74 Y odoquinol, 55
Vacuna doble viral, 74
Vacuna triple bacteriana, 73
Vacuna triple viral, 72 Zanam ivir, 52
Vacunas, 67 Z o o n o sis, 183

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