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Autores: Soto yina, Villarreal Karen, Méndez Luisa, Cárdenas Karl, hooker jelanine
RESUMEN
Desde cualquier punto de vista, lo que parece una evidencia es que el ejercicio físico, actividad
física y/o deporte son elementos condicionantes de la calidad de vida y por ende de la salud y el
bienestar, ya que existen suficientes datos tanto cuantitativos como cualitativos que concluyen
que la actividad física realizada de forma regular es una conducta saludable (Powell, 1988).
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ABSTRACT
A healthy lifestyle is a set of behaviors and attitudes that contribute daily to the well-being of
people. Promoting good healthy habits helps to promote health and improve the quality of life.
Within this parameter to have a healthy lifestyle should include a balanced diet that helps reduce
the risks of chronic diseases, cardiovascular nutritional and improve the quality of life of people
also exercise plays a key role in obtaining of this lifestyle since regular physical exercise
decreases the risk of suffering from noncommunicable diseases and also helps the improvement
of many of those that have appeared
Research shows that today's society often presents various health problems such as gastritis,
nausea, headache, obesity, cardiovascular diseases, among others due to inadequate consumption
of meals, due to lack of time during their work that the schedules are not flexible enough another
factor is the poor nutritional education that leads to individuals consuming inadequate food,
added to this the little or nothing physical activity that causes them to suffer different diseases
PALABRAS CLAVES estilo de vida saludable, actividad física, calidad de vida, enfermedades
: Hábitos alimenticios
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INTRODUCCIÓN
En el mundo mueren 57 millones de personas al año. Según la Organización Mundial de la Salud
el aumento de las enfermedades crónicas no transmisibles es el responsable de
Las dos terceras partes de estas muertes y del 46% de la morbilidad. Muchas de las causas
actuales de mortalidad están íntimamente asociadas a factores de riesgo evitables como
alimentación desequilibrada, obesidad, sedentarismo
Un estilo de vida saludable es aquel que se encuentra asociado a un determinado conjunto de
comportamientos y actitudes que contribuyen diariamente al bienestar de las personas dentro de
estos estilos se están una dieta balanceada, rica en nutrientes y de buena calidad, que es
necesaria para disminuir los riesgos de enfermedades crónicas de origen nutricional y mejorar la
calidad de vida de las personas así mismo la realización de actividad física de forma regular es
un hábito que mejora tu calidad de vida.
Ibáñez E., Thomas Y., Bicenty A., Barrera J., Martínez J, Gerena R. (2008) afirma que
“Dentro de estos cambios, la alimentación resulta uno de los factores menos visibles en los
estudiantes, pero que generan mayores problemas en la salud a mediano y largo plazo”.
A largo plazo los buenos estilos de vida conllevan a un mejoramiento general de todos los
sistemas de organismo disminuyendo el riesgo de contraer algún tipo de enfermedad, aumenta
las probabilidades de tener más longevidad y de tener un óptimo funcionamiento durante esta
etapa.
Son numerosos los estudios que han analizado la relación de la satisfacción con la vida con el
ejercicio físico (Reis, Sheldon, Gable, Roscoe, y Ryan, 2000; Balaguer, Castillo, Álvarez, y
Duda, 2005; Reinboth, Duda, y Ntoumanis, 2004), en los cuales, además, se ha incluido la
relación con otras variables comportamentales, cognitivas, biológicas y/o emocionales, de forma
que, para la consecución de una mayor satisfacción con la vida a través de la práctica de
persona y cómo dicha práctica pueda mediar para una mejor salud mental . Estos aspectos
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provocarían finalmente en una adaptación positiva hacia la meta de la satisfacción con la vida de
la persona
El ser humano, como todo organismo vivo, se comporta como un sistema complejo e
integrado, que presenta la capacidad de generar y mantener sus propias estructuras y permitir un
equilibrio interno constante. Puede, además, relacionarse con el medio que le rodea y lograr
metas específicas, a través de la autoprogramación, autorregulación y a adaptación. Estas últimas
corresponden a la génesis del comportamiento humano. Se puede definir como cualquier proceso
o actividad humana o animal, que puede observarse o medirse objetivamente y con neutralidad
(sin influencia de juicios de valores, preferencias personales o prejuicios y con el acuerdo de
distintos observadores), que tienen como objetivo el cubrir una determinada situación carencial
en las personas (Troncoso C.P., Amaya J.P., 2009).
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Entre todas las conductas que son adquiridas por los seres humanos, las alimentarias
pueden ser definidas como un comportamiento habitual relacionado con hábitos alimentarios,
selección de alimentos, preparaciones y volúmenes consumidos de estos alimentos, los que
influyen de manera directa en el estado nutricional de los individuos pertenecientes a diversos
grupos etarios. Es un fenómeno de naturaleza compleja y de origen multifactorial, que por
definición es influenciado por diversos factores entre los cuales se distinguen la sociedad,
cultura, religión, situación económica, disponibilidad de alimentos entre otros. La regulación de
la alimentación es la resultante de una serie de procesos que incluyen señales hormonales,
metabólicas y neuronales, los que son integrados en el hipotálamo, órgano encargado de generar
respuestas de cesación o de búsqueda de alimentos (Troncoso C.P., Amaya J.P., 2009).
Los alimentos son el combustible con el que funciona el cuerpo humano. Parece lógico
que la calidad de la alimentación pueda influir en todos los aspectos de nuestra salud. Un cuerpo
de alto rendimiento funciona mejor con un combustible de alto rendimiento (LIPPINCOTT
WILLIAMS & WILKINS, 2015).
Los alimentos son parte fundamental en la nutrición del organismo, pues estos alimentos
le proporcionan al cuerpo los nutrientes necesarios para un desarrollo y funcionamiento óptimo,
y para que esto se dé correctamente se hace necesario su combinación adecuada, debido a que
por sí solos no son capaces de aportar todos los nutrientes necesarios que el organismo necesita
para funcionar correctamente. Estos se han clasificado en tres grandes grupos de acuerdo al
contenido de nutrientes y las funciones que desempeñan: alimentos constructores y reparadores,
que poseen un alto contenido en proteínas, son necesarios para crecer, desarrollar y reparar los
tejidos y alimentos reguladores aquellos que aportan vitaminas, minerales, fibra o celulosa,
regulan las diferentes funciones del cuerpo y protegen la salud (García, 1986).
Entre las funciones fundamentales de la alimentación está la de satisfacer las necesidades
energéticas de cada organismo. El requerimiento energético puede definirse como la ingesta
calórica necesaria para mantener un estado de salud y crecimiento normal, así como un nivel de
actividad física adecuado (OMS, 2003). Puede existir un riesgo de desnutrición cuando los
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nutrientes esenciales se encuentran ausentes o en proporciones muy bajas dentro de la dieta. Ppr
el contrario si existe un consumo excesivo de nutrientes aportando mucha energía al organismo
puede producirse un balance calórico positivo que trae como consecuencia obesidad entre otras
enfermedades (OCIODI, 1988).
Los hábitos alimenticios se adquieren desde la infancia y estas pautas alimentarias pueden
ser el origen de patologías crónicas relacionadas con la malnutrición por exceso en edades
posteriores. (Troncoso C.P., Amaya J.P., 2009). Estos hábitos adquiridos empiezan a ser
reforzados en el trascurso de la adolescencia y la juventud. La alimentación adquirida por los
diferentes estudiantes universitarios les genera un gran reto, ya que estos generan un cambio en
la vida de ellos.
Los buenos hábitos de alimentación provocan una seria de cambios que repercuten en el
estado de salud de las personas y finalmente influyen en su calidad de vida. Tomar bueno hábitos
de vida saludable, se encuentra relacionado con la disminución de enfermedades crónicas que no
son transmisibles. La adquisición de estos bueno hábitos alimenticios se dan en una etapa crítica
de la vida que es el la infancia, pero al igual que esta etapa también se da en la vida universitaria,
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en la cual los estudiantes pasan a una rutina de inactividad física, la cual es común en la vida
universitaria. Esto se ve reflejado en hábitos de vida poco saludables en la vida.
Según ENIDE, 2012 estudios recientes demuestran que, independientemente del país de
que se vega, en general las mujeres tiene mejores hábitos alimenticios y más saludables que los
hombres en las diferentes etapas de la vida adulta y, respecto a la edad, son las personas mayores
las que consumen más alimentos considerados beneficiosos (frutas, pescado o verduras) y
mantiene la regularidad de sus comidas, tanto en horarios como en número y en cantidades
ingeridas.
A continuación se enumeran diferentes tipos de alimentos y beneficios en el cuerpo
El consumo de frutas y verduras se asocia con menor riesgo de enfermedad
cardiovascular y coronaria (A,B). Su papel defi nitivo en la prevención del ictus
Un mayor consumo de frutas y verduras reduce el riesgo de cáncer en determinadas
localizaciones (cavidad oral, faringe, laringe, pulmones, esófago, estómago
Las frutas y verduras son alimentos de baja densidad energética que aumentan la saciedad
y disminuyen la ingesta. Existe una asociación inversa entre el consumo de fibra o de frutas y
verduras y la ganancia ponderal. Son útiles en programas de pérdida o mantenimiento del peso
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Acoplado con una buena dieta la actividad física es considerada como una conducta
fundamental en el fomento y mejora de la salud, de manera que constituye una de las variables
básicas del estilo de vida saludable La actividad física, además de la dimensión biológica
(movimiento corporal intencionado realizado por los músculos esqueléticos y que provoca un
gasto de energía), incorpora una dimensión personal y sociocultural (Devís, 2000).
La actividad física tiene variados beneficios en el cuerpo humano y son numerosos los
estudios llevados a cabo que evidencia que su práctica regular da múltiples ganancias por así
decirlo al organismo como los que se presentan a continuación
– Reducción del 10% de la mortalidad por todas las causas, reducción del 20% de las
enfermedades cardiovasculares y aumento de la supervivencia – Prevención de la cardiopatía
isquémica. Hay una relación inversa entre los episodios cardíacos y la cantidad de ejercicio
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realizado en kcal/semana, parece que tanto se vale si el ejercicio es de intensidad baja como
moderada
– Reducción de la frecuencia cardíaca y de las arritmias ventriculares. Aumento del gasto
cardíaco y de la oxigenación corporal, y aumento de la excreción de tóxicos.
– Prevención y tratamiento de la hipertensión arterial Las personas que hacen ejercicio
tienen cifras de tensión arterial basal más bajas, concretamente de 3 a 4 mm Hg menos, respecto
de las sedentarias Este fenómeno se ha observado tanto en el ejercicio aeróbico como en el de
resistencia.
– Tratamiento de las dislipemias. La práctica de ejercicio aeróbico en varios meses
aumenta en un 5% la cifra de colesterol-HDL y reduce en el 5 y 4%, respectivamente, las cifras
de colesterol-LDL y triglicé- ridos, en personas previamente sedentarias . Estos cambios
aumentan más si las personas reducen el consumo de grasas saturadas y pierden peso. Con el
ejercicio isotónico los cambios lipídicos son menores. – Prevención secundaria y rehabilitación
en la cardiopatía isquémica, tanto el ejercicio aeróbico como el de resistencia disminuyen la
mortalidad cardíaca en un 20%. – Prevención primaria y rehabilitación del ictus (11). El ejercicio
regular disminuye los factores de riesgo de sufrir un accidente vascular cerebral (AVC) y otros
como la resistencia a la insulina y los factores de la coagulación, y aumenta los sistemas de
antioxidantes endógenos
Prevención de la osteoporosis. El aumento de la masa ósea propia de la infancia y de la
adolescencia se incrementa con el ejercicio regular. La sobrecarga intermitente sobre el hueso
hace reforzar su estructura al microscopio. En mujeres posmenopáusicas, la actividad física
provoca un aumento de la densidad ósea en la columna vertebral y en el cuello del fémur, así
como en la columna lumbar, en un 1% anual. En las mujeres pre menopáusicas y en los hombres
se ha observado el aumento de la masa ósea que se traduce aún menor riesgo de padecer
osteoporosis. Hay una reducción del riesgo de sufrir fracturas osteoporóticas y caídas . Además,
con el ejercicio, mejora el equilibrio, la flexibilidad y la fuerza muscular y de las articulaciones.
– El ejercicio mejora la memoria y el aprendizaje y produce mejoras en problemas de de
alzhéimer.
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La actividad física no solo conlleva a mejorar la salud física como se evidencia tambien
sino que es muy beneficiosa además para la salud mental ayudando a un bienestar psicológico
como el nivel de actividad, la autoimagen y el autoconcepto, la auto confianza y la sensación de
control, la estabilidad emocional o el funcionamiento intelectual e incluso el rendimiento en
campos tan diferentes como el académico, el laboral o el sexual. Igualmente, las relaciones
sociales, las conductas cooperativas, el seguimiento de normas, el establecimiento de la
autodisciplina, etc., se veían favorecidas por la actividad física (Biddle, 1993; Carter, 1977;
Márquez, 1995; Morgan, 1985; Stephens, 1988).
La práctica de actividad físico-deportiva se presenta como uno de los factores
relacionados en la investigación con el bienestar físico y psicológico de la persona (Fox, Stathi,
McKenna, y Davis, 2007) ya que repercute además, en la percepción sobre la satisfacción con la
vida. Las personas informan que hacen ejercicio físico porque quieren mejorar su calidad de
vida, concretamente su salud actual y envejecer de forma más saludable. Así, la actividad física
se convertiría en una herramienta útil para la mejora de la salud y para que las personas se
sientan finalmente más satisfechas con la vida.
Actualmente, cuando se estudia la actividad física se tienen en cuenta sus dimensiones básicas,
referidas por el acrónimo inglés “FITT” (Sallis y Owen, 1999): frecuencia (“frequency”),
intensidad (“intensity”), duración (“time”) y tipo (“type”). Las recomendaciones sobre actividad
física suelen ser emitidas teniendo en cuenta estas dimensiones, debido a que cada una puede
producir diferentes consecuencias en la salud. En general, la frecuencia se refiere a las veces por
semana que una persona realiza actividad física, la intensidad hace referencia al esfuerzo, la
duración consiste en el tiempo de cada sesión y el tipo de actividad se refiere a las diferentes
clases de actividades físicas existentes.
Además, para el fomento de la salud, la actividad física recomendada es la de tipo aeróbico,
facilitando una respiración abdominal rítmica, e incluyendo movimientos rítmicos y repetitivos
(Berger, Owen y Man, 1993). Se consideran indicadas aquellas actividades que Implican grandes
masas musculares como caminar a ritmo vigoroso, correr, nadar, ir en bicicleta, juegos
deportivos y trabajo de tonificación muscular (Serra y Bagur,
Igualmente existen recomendaciones de práctica de actividad física para poblaciones específicas
(niños, embarazadas, ancianos, etc.), así como para prevenir y tratar patologías concretas
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Consumo de tabaco
Fumar es al mismo tiempo una adicción física y psicológica, una conducta aprendida y
una dependencia social. Dejar de fumar supone, por lo tanto, superar la adicción a la nicotina
(mediante soporte psicológico y fármacos cuando se necesiten), desaprender una conducta
ALCOHOL
El consumo de riesgo y el consumo nocivo de alcohol es una de las primeras causas
prevenibles de morbilidad y mortalidad. El alcohol es el tercer factor de riesgo más importante
de muerte prematura y enfermedad, después del tabaquismo y la hipertensión arterial, por delante
de la hipercolesterolemia y el sobrepeso. Aparte de ser una droga de abuso y dependencia, y
además de los 60 o más diferentes tipos de enfermedad que puede causar, el alcohol es
responsable de notables perjuicios sociales, mentales y emocionales, incluyendo criminalidad y
todo tipo de violencia, que conducen a enormes costes para la sociedad.
El alcohol es de gran comercialización y es muy común que las personas lo ingieran de manera
habitual, el consumo excesivo de alcohol durante el embarazo provoca afectaciones al feto, a
lesiones intencionales, cánceres, bronquitis crónica, enfisema, trastornos cardiovasculares,
enfermedades hepáticas, alteración en la producción de espermatozoides y condiciones
neuropsiquiátricas, incluyendo la dependencia . El alcohol es una sustancia que afecta al cerebro
y a la mayoría de los órganos del cuerpo, y su consumo también está relacionado con accidentes
de tránsito y violencia familiar e interpersonal
La educación nutricional
Bourges (1990) afirma que “que la conducta alimentaria está establecida por varios
elementos que corresponde en gran parte a la influencia que tenga el individuo en los hábitos
alimenticios, donde implica el alimento que prefiere, el número de comida durante el día, el
horario, la cantidad, los hábitos de higiene de compras, de almacenamiento y de manejo de
alimento, por lo tanto la conducta se convierte en el hábito a ser repetitiva y termina por
permanecer en el individuo, volviéndose algo cotidiano y constante…”
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En muchos lugares las personas se vuelven vulnerables a presentar un descontrol de sus hábitos
alimenticios, ya que la mayoría de estos se ven sometidos a cambiar una alimentación
“saludable” a una en donde deben consumir comida chatarra o rápida porque se les facilita y les
brinda economía, sumándole la falta de tiempo que estos disponen, sus obligaciones diarias, las
tareas y las preocupaciones que los afectan, lo que genera un olvido de su educación nutricional
la cual debe ser preservada a pesar de las diferentes dificultades antes mencionadas.
Se puede afirmar que existe una cercanía directa entre el desarrollo de los pueblos, la
calidad de vida y de la educación, pero para que esta última se pueda dar, se necesita la
implementación de estrategia adecuadas las cuales permitan su óptimo desarrollo. La educación
nutricional contribuye a mejorar la calidad de vida di se implementan estrategias permitan
desarrollar desde muy jóvenes las competencias que sean necesarias para que en un futuro sea
individuos con responsabilidad, con capacidad crítica y autonomía frente a los diferentes
desafíos que se les presentan en la vida.
SEDENTARISMO
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El estilo de vida sedentario se define como aquel que no cumple las recomendaciones de
una práctica de actividad física de intensidad moderada durante un mínimo de 30 min 5 días por
semana o de intensidad alta durante un mínimo de 20 min 3 días por semana
La mayoría de las personas dedican a su trabajo una porción del día muy relevante, y este
suele ser un argumento para no realizar ejercicio físico. Sin embargo, la actividad física realizada
durante el trabajo también confiere protección contra la enfermedad cardiovascular.
Una investigación realizada por la revista colombina de cardiología en los principales resultados
de un estudio muestra que las conductas sedentarias se asocian con mayor riesgo cardiovascular,
especialmente en los factores de riesgo cardiometabólicos, hipertrigliceridemia, obesidad central
y obesidad general. Varias observaciones de corte transversal y longitudinal, indican que el
riesgo de padecer enfermedades cardio-metabólicas aumenta cuando no se realiza una dosis
mínima de actividad física regular
Sobre este último, Hamilton y colaboradores (17), señalan que las conductas sedentarias
(inactividad física por la actividad laboral o «estilo de vida sedentario») representan un elemento
relevante en el desarrollo de obesidad, diabetes mellitus tipo 2 e incluso en algunos tipos de
cáncer
Respecto al riesgo de cardiopatía isquémica, hipertensión arterial y accidentes cerebrovasculares
está firmemente apoyada en una abundante, rigurosa y uniforme investigación epidemiológica.
También es consistente el hallazgo de que niveles bajos de actividad física son importantes
determinantes del desarrollo y mantenimiento de la obesidad, cuya prevalencia alcanza niveles
alarmantes en la actualidad.
La asociación directa entre el sedentarismo y la incidencia de diabetes mellitus es también
consistente y reviste una gran importancia para la salud pública
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Conclusión
el estilo de vida saludable no solo previene diferentes enfermedades, sino que además
mejora todos los procesos del organismo ayudándonos a sentirnos mejor con nosotros mismo. El
estilo de vida saludable depende como lo vimos de dos factores fundamentales. La alimentación
y la actividad física estos en conjunto son la base fundamental para tener un estilo de vida
saludable
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REFERENCIAS
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de vida saludable en la adolescencia temprana [tesis doctoral]. Valencia: Servei de
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