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Cap. 1 y Cap.4
1). La exclusión social se define por fuera del orden social, se pone el acento en un
estado. La exclusión nos habla de un estado en el que se encuentra el sujeto. La pobreza
define estados de desposesión material y cultural que no necesariamente atacan
procesos de filiación y horizontes o imaginarios futuros. La pobreza no necesariamente
afecta a la “creencia” o a la confianza de que es posible alcanzar otras posiciones
sociales. La exclusión pone el acento en un estado. El excluido es meramente un
producto un dato, un resultado de la imposibilidad de integración.
2). Utiliza el concepto de “nuda vida” para conceptualizar a aquellos sujetos que han
perdido visibilidad, nombre, palabra y que transitan por una sociedad que parece no
esperar nada de ellos. Cuando un sujeto deja de realizar en sus inscripciones múltiples,
trabajador, mujer, hombre, hijo, padre, artista, estudiante, etcétera, se aproxima a la
nuda vida. Porque han entrado en un universo de la indiferencia, por que transitan por
una sociedad que parece no esperar nada de ellos.
B) Como forma instituida en los ritos: miembro del grupo adquiere un cierto estatuto.
Una condición que le confiere al sujeto una posición dentro del grupo. Actos violentos
sobre el propio cuerpo.
D) Como matriz cotidiana en la calle: un lugar del que no se puede escapar. Es un lugar
ineludible. Se puede elegir el modo de vivirla, de ocuparla, pero sus efectos se dejan
sentir en la subjetividad.
5) Uno de los indicios del agotamiento de la autoridad familiar es la visible
indiferenciación de los lugares tradicionales de padre, madre e hijo con la consecuente
disolución de las posiciones de protección y autoridad de los padres hacia los hijos. En
ese marco de disolución y confusión, la desubjetivación consiste en la imposibilidad de
gestionar lugares de enunciación desde los cuales habitar esas transformaciones. La
familia constituía para la tradición moderna el eslabón en el proceso de filiación.
Tal es así, que afirmo que es posible crear una educación radical y democrática,
basada en la ética y trabajada sobre los campos más hostiles. La ética liberadora, es la
matriz de actores emergentes que generan el desarrollo de nuevas críticas hacia la
sociedad desde la sociedad. Pues la pedagógica así como el espacio escolar, deben ser
necesarios para liberar y potenciar la responsabilidad y el compromiso liberador que
supone este paradigma crítico, en la educación pública nacional y latinoamericana. Para
visibilizar experiencias educativas transformadoras, debemos intentar reconstruir una
historia pedagógica coherente con proyectos sociales de carácter contra-hegemónico.
Naturalizar cuestiones impuesta, ha sido siempre el talón de Aquiles de las sociedades,
naturalizar radica en el embargo de las generaciones que atan esperanzas sobre
esfuerzos sociales cotidianos.
A su vez, debemos comprender que estos enemigos oscuros no solo le son atribuibles
a actores extranjeros, sino a HASNTERS de estas mismas latitudes que aseguran su
futuro a costa de miles de desposeídos que nunca pudieron tener modo de elección de
vida. Es desde ahí re-orientar intereses, preocupaciones, presupuestos, prioridades de
trabajo destinados al fin propio. Por lo tanto las acciones educativas comunitarias y
populares, pueden leerse entre-líneas diferentes reflexiones, discusiones y síntesis de un
proceso de largo aliento y luchas.
Asumir la lucha de poder por parte de actores sociales (políticos, docentes, familias,
etc) a quienes se ha históricamente intentado marginalizar del campo pedagógico,
implica asumir una práctica política de dimensiones utópicas cuantas uno haya
imaginado.
Las acciones políticas deben ser la fuente que garantice nuestra identidad, nuestra
vida social, donde construya posibilidades emancipadoras a corto y mediano plazo. No
proclamo tiempos corto por mi grado de arbitrariedad, sino reclamo correspondencia
devolutiva, acciones de resarcimiento a nuestras voces muchas veces calladas. No
debemos temerle al trabajo sobre los contextos de vulnerabilidad y exclusión, más bien
identificar esas acciones de imposición para luego actuar sobre las mismas
reproducciones sociales.
El estado como metainstitución debe ser el actor regulador moralmente activo, donde
promueva acciones facilitadoras a las instituciones baja su órbita; hospital, escuela,
iglesia y familia. Es tos pilares fundamentales son el reencuentro esperanzador para el
bienestar social. Son las patas de una sociedad plena, el sostén de una Nación.