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CULTURA, COMUNICACiÓN Y IIASA·

En la conclusión de su libro Cultura y sociedad, Raymond Wi-


lIiams hace la siguiente observación: 'Masa fue una palabra
usada para sustituir multitud. De hecho, no hay masas; exis-
ten apenas maneras de ver a las personas como mesas". Su
prcposjcíén deriva, evidentemente, de un análisis anterior,
en el cual considera el modo en que el término está penetra-
do por mandatos ideológicos. Nacido en el campo político
conservador, se aplica sobre todo, en el siglo XIX, a las agio-
meradones urbanas, al designar las clases peligrosas, cuya
exclusión de la sociedad industrial es manifiesta. En verdad,
Williams expresa una reticencia compartida por varios inte-
lectuales respecto de la idea de 'cultura de masas' -noción
hfbrida, imprecisa, forjada :redentemente en el dominio de
las ciencias socíaíes-iCeeo que tiene razón en sus críticas.
Analíticamente, es difícil concebir una sociedad en términos
de masa. Entre tanto, aun cuando se parta de esta certeza,
queda la pregunta: ipor qué un conceplo lnconsisIente goza
de una vida y una credibilidad tan largas? ¿Por razones ex-
clusivamente ideológicas? ¿Debido a un equívoco teórico de
aquellos que 10 usan? Pienso que no. Los conceptos nunca
son puros, están marcados por la historicidad que se suma
a su existencia categorial Por eso es importante la reflexión
acerca de su génesis y su implicaciónes. Permite aclarar un
conjunto de significados implíd.tos en su interior, y nos ayu-
da a entender ciertas cuestiones aún presentes en el debate
contemporáneo.
El término cultura de masa es nuevo, surge en los Esta-
dos Unidos, probablemente entre el final de la década del

.. Traducción: Ada SoIari


1 WiIIiams, R, Cullureand society, Nueva YOI'k,. Columbia Universi.ty Press,
1983, p. 297.
2 Sobre este aspecto, véase Cohn, G" Sociología da cormmiaipio= tevrill e
ideologio, San Pablo, Livraria Pioneira, 19'73.
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treinta y la terminación de la Segunda Gu~~a Mundial; de auditorio), la poblicidad, etc. Pujanza que llevará a mu-
Digo probablemente, pues la literatura especializada prestó chos autores, americanos y extranjeros, a identificar equivo-
poca atención al hecho. No obstante, sabemos que como.las cadamente "cultura de masa" y amerkanísmc'; La verdad es
palabrasson vitales y capciosas, nombran objetos, pero también que los Estados Unidos conocen, antes que otros paises,la "re-
revelan el estado de ánimo de aquellos que las emplean. SI voluci6n" tecnol6gica-conumicacional, así como sus implica-
consultamos un manual de sociología de la época, Ogbum dones en el dominio cultural. La sociedad americana expresa
y Nimkoff (1940), veremos que la noción no es a~ utiliza- un momento de radicalización de la modernidad, aún incon-
da'. Hay, por cierto, una sección referida a la multitud yel sistente dentro de los estándares europeos o latinoamericanos.
público, asunto debatido entre los americanos, desde la.es- Pero, antes de entender; la especificidad de esla sociedad
cuela de Chieago. 'Iambién la ignora Adorno en sus e~tos de "masas", es necesario retomar al pasado, poes el concepto
sobre música popular, fruto de las investigaciones en eqwpo tiene un antecesor ilustre: la multitud. A partir de la revolu-
con Lazarsfeld (1933-1941)'. Ahora bien, en Dialéctica del ción industrial, y de las transformaciones políticas ocurridas
iluminismo, publicado en 1944, el panorama es otro. En la durante el siglo XIX, las ciudades europeas sufren un creci-
década del cuarenta, las denominaciones "comunicación de miento sin precedentes. Tanto en las capitales (Londres o
masa", "medios masivos" y "cultura de masa" se tomaron París), como en las cíudades-fábncas, circula un número cada
de uso corriente. Este es el momento en el que se desarrollan vez mayor de personas. Mendigos, trabajadores, marginales,
las investigaciones sobre comunicación, que inten~ c.om- prostitutas, inmigrantes y obreros, componen esta "multi-
prender el impacto de los mensajes junto a las audienaas y tud". El pensamiento burgués los percibe como una amena-
el público'. za, un foco permanente de disturbio. Como acertadamente
El hecho de que esos estudios florecieran en los Estados observa Louis Chevalier, esas clases peligrosas son vistas
Unidos es sintomático. Mientras que los países más indus- como integradas por "bárbaros", "salvajes", grupos entera-
trializados de Europa se encontraban movilizados por la mente al margen dela civílizaci6n'. El alcohnlismo,la crimina-
guerra, en los Estados Unidos el debate intelectual tenía lidad, las enfermedades epidémicas, en suma, el desorden,
como referencia otra realidad: los filmes de Hollywood, el serían sus atributos esenciales. Esta visión, etnocéntrica y
stm-system, la radio, con desdoblamiento político (elección
de Roosevelt), pero también cuIturaIes (soap<>pe7Il, programas
6 En la introducri6n de un compendio universitario, Bernard Rosem-
berg, un crftico despiadado de la "'masificadón'", tiene necesidad de
3 Ogbum, W. F. y N _ M F.• S<ridogy, _ _ The RNenOde Press, refutar el argumento -"América is responsible formass celture"- pre-
Cambridge, 1940. senteen el debate.VéaseRosemberg. B.YWhite, O. M. {comps.),MIlss
4 En este períodoAdornoescribe"On Popular Music'" Yalgunasrese- Culture: tire PopulaT Arls in.Ammaz, Nueva York, The Free Press, 1955.
ñas "American Jazz Music"', "'Jau Hot and Hybrid"', publicadas en A\Ul así, ese tipo de concepción prevalece entre algunos autores. J.
Studws in PhiIosophy and Social Scienas, No. t, 1941; "'The Radio Simp- TunstaD escribe, en los años setenta. que los mass-media revelarian el
bony", en LazarsfeId, P. y Stanton, F.; RiuIiD~, Nueva York, ..ea.táde:t" ontológicodel Seramericano. Véase The MediIl trreAmeriam.
DueD Sloan and Peerce, l~ "O ret:ichismo:na m6sica e a regressáo Nueva York. 0Jlumbiá Univenity Presa, 1m.
da awH<ao", pubHcado ong;naImenteen_Zeil.mriftfut SaUsl- 7 Chevalieo-, L, a.- ~ "chula......,....,., p_~,
1984. Un trabajo esped6co sobre el tema en CIlesti6n es el de Susanna
jrJrsdumg, año 7, 1938.
5 Véase De MoragasSpA, TIf!Ilrirs M 14 cormmiaIcióts, Batte1ona, Gustavo Barrows, Miroirs dijornuznts: réfIexions sur 111 frnde en Fnmt:I!' i 111 fin du.
GiIi, 1981. X1Xe sikIe, Paris, Aubier, 1990.
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prejuíciosa, se desdobla en el plano político, pues el siglo vez menos. escribir e imprimir será un rasgo de distinción.
Con nuestros modos electorales, industriales, todo el mun.
XIX europeo asiste, también, a las luchas de clase, las reivin-
do tendrá, una vez en la vida. su página, su discurso, SIl&
dicaciones de las asociaciones de trabajadores} los con- prospectos, su celebración, será autoJ:. De alú a hacer un fo-
flictos poíüícos. Multitud se aplica, por lo tanto, a la clase lIetln, sólo hay un poso".
proletaria emergente, a sus exigencias de participación po-
lítica y ciudadana. Considerada como un agrupamiento E! tono es semejante entre los pintores Y críticos de arte;
irracional, atávico, guiado por la exacerbaci6n de los sen- eííos le niegan a la fotografía cualquier cualidad estética. ~
timientos, encarnaría la negación de los principios de- el asedio de esta nueva técnica, algunos gritan: 'Con la civi-
mocrétícos y la hbertad humana. Por eso, Gustave Le Bon lización penetra, en todos los lugares, esta lepra en las artes,
caracteriza la "era de las multitudes" como el momento del esta decadencia infalible que se llama el Abaratamiento.
H
•ascenso de las clases popoIares a la vida poIitica E! peligro ' . Propia o impropiamente dicho, no hay más límites, más vi-
se toma entonces inminente. Las reivindicaciones obreras sas} más obstáculos a la entrada en la carrera de las artes; por
-reducción de la jornada de trabajo, distnbución igualitaria lo tanto, no hay más fronteras contra la invasi6n de la me-
de 1", productos, sufragio universal- pasan a ser vistas como diocridad, contra el trueque de influencia perjudicial entre
una usurpación, la señal manifiesta de la decadencia civili- el comprador y el comprado, corrupdón general y pro-
zatoria.
fonda del gusto público'''.
Pero esta concepción no se circunscribe al campo de la Los términos del rechazo son idéntiros: la invasión del
politica. En gran parte, atraviesa todo el debate cultural. Dos mal gusto por Iamediocridad de las masas.1'ero es necesario
ejemplos: la condena de la novela-folletín por parte de los que quede claro. No se trata apenas de una ecuación pollti-
criticos literarios y la polémica acerca del estatuto artístico co-ideológicall . Durante el siglo XIX se dan, simulténeamen-
de la fotografía. Cito a Sainte-Beuve cuando, en 1839, frente te, la emergencia y la consolidación de esferas culturales
a las transformaciones del mercado editorial} hace un balan- distintas y antagónicas. Una, de "bienes restringidos' (recu-
ce de la literatura francesa: rro a Bourdieu); otra, de "bienes ampliados"'. Cada una tiene
su lógica propia El universo artístico es autónomo, posee
"Este campo libre, que hasta hoy era la honra de Francia, reglas especificas, formas, y modalidades de consagración
zqué se hizo de él? Sin duda, su condidón de ser común y de sus pares. La esfera de bienes ampliados está regida por
abierto a todos, en cada época, lo hizo presa del acoso de los otros criterios. En ella, las preocupaciones estéticas deben
espíritus. Diferentes formas del mal gusto, de modas hete-
adaptarse a las imposiciones técnicas, industriales y comer-
róclitas, de escuelas vocingleras pasaron por alli. En una pa-
labra, este campo estuvo siempreinfestado por bandos; pero
nunca llegó aserinvadido, explotado, reclamado como justa 9 Saínte-Beuve, Ch.-A de, "De la Iittérature industrielle", en ~ des
propiedad, por un bando tan numeroso, tan disparatado y Deux MonJes, septiembre de 1839, pp. 679-681.
casi organizado, como vemos hoy. Es necesario resignarse 10 Péríer, P., "Expositions universeDes: photographes~.en Roui-
a los nuevos hábitos, a la invasión de la democracia literaria, lIé, A, LA photographie enFmnce: textt!tlel rorwerses ·une tmtIrologW, 1816-
como al advenimiento de todas lasotrasdemocracias. Cada 1871, Paris, Macula, pp. 21~217_
11 Sobre el foBetfn Y la fotograffa, véase Qrtiz, R., "Cultura e mercado",
en Culfurrze morlemidtuk: a l'trJ1J9f no século XIX, San Pablo. BrasiHense,
1991.
8 Le Bon, G., Psirologia das multidOes, DeIraux, 199J.
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ciales. 'llmto el foIietln, como la fotografía, al contrario de la cías que los reúnen. Desde el punto de vista psicológico, la
literatura y la pintura. se articula Inlimamente con el merca- palabra multitud tiene un sentido totalmente diferente. En
do. Elsiglo XIX 'inventa' al artista Jibre Yautónomo, al mis- -....... cir<:unsIancias Y sólo en ésas, unagrupamlento
mo tiempo que las fuerzas industriales redefinen la relación de individuos adquiere caracteres nuevos, bien diferentes de
de las técnicas con la cultura (surgimiento de una industria los caracteres de cada uno de los individuos que lo compo-
editorial, de la gran prensa, de la producción mecánica de nen. La personalidad consciente se desvanece y los ele-
imágenes -fotografía y, posteriormente, cine-). mentos y las ideas de todas lasunidades se orientan en una
El conflicto deriva, por lo tanto, de un movimiento inter- dirección única. Se forma un almacolectiva, sin duda tran-
no de la sociedad. Ante el avance de la cultura de mercado, sitoria, pero que muestra caracteres bien definidos"13.
el campo de la culturaerudita se encuentra tensionado. Las Subrayo algunos puntos de esta definición. Primero, el
cóticas son reactivas, intentan defender un territorio con-
agrupamiento. Una multitud es una aglomeración de per-
quístado, está en cuestión el monopolio de la definición de sonas en un determinado lugar: Esto lleva a Ortega y Gasset
qué es el "verdadero" arte. En este senüdo.Ia contradicción a iniciar La rebelión de las masas con una metáfora espada1:
arte versus mercado se encuentraya contenida en la proble-
"Las ciudades están llenas de gentes. Las casas, llenas de
mática de la multitud. Cuando, más tarde, esta discusión se
inquilinos. Los hoteles, llenos de huéspedes. Los trenes, lle-
actualizaen los EstadosUnidos, lo que ocurre en verdad, es
nos de viajeros. Los cafés, llenos de consumidores. Las pla-
la reedlcton, por cierto dentro de nuevos parámetros, de
yas, llenas de bañistas. Lo que antes no solia ~,roblema
algo anterioJ: Es suficiente tomar como referencia el debate
empieza a serlo casi de continuo: encontrar sítío .
presidido por LazarsfeId, en 1959, organizado por el 'Iami-
La multitud posee, por lo tanto, una característica: la vi-
ment-Institute y la revista Daedalusu. La polémica sobre cul-
tura de masa y arte es la divisoria de aguas; galvaniza las
sibilidad. Expresa una concentración, un volumen localiza-
energías intelectuales de los participantes. do en un determinado espacio físico -durante el siglo XIX, el
Entre tanto, aun cuando es posible seña1ar aIgonas con- imaginario conservador ve la calle como el lugar, por exce-
lencia, de la 'irracionalidad', esto es, del movimiento contes-
tínuídades, se supone que el surgimiento de una nueva de-
nominación trae consigo otros elementos. ¿En qué difiere la tatario de las masas--. Segundo, la multitud está compoesta
multitud de la masa? Retomo a Gustave Le Bon, perono me de elementos heterogéneos, ningún vinculo sociaJ más pro-
interesa ahora su postura ideológica, sino focalizar su com- fundo une a sus integrantes. De ahí su carácterde transi-
'ón analilica. toriedad. Una vez termina la excitación de las personas, el
prenst ~_..- agrupamiento se deshace. La multitud posee un 'alma ro-
'Para el sentido común, la palabra multitud ......_ un con-
juntode individuos independientemente de lasdrcunstan- lectiva" porque sus miembros actúan en conjunto, pero es
incapaz de generaruna "concíencía colectiva"'. Los que par-
ticipan de ella son desconocidos unos para los otros, nada
12 mdebate fue pubH<ado po<)acobI, N. Cultuno Jo< Millions7, Boetcn, los aproxima, tradición, valores, 1azos familiares, ideología o
Beacon Press, 1964. En él participaron.. entre otros intelectuales, Han-
nah Arendt, Leo LowenthaJ, James Beldwin" Arthur Schlesinger jr.,
Daniel BeII. Bemard BereIson. Un comentario s1gnificativo sobreeste 13 LeBon, G., op. cit., pp. 23-24.
encuentro es el de Friedmann, G.,"Culture pourlesmillionsr, en Ces 14 Ortega Y Gasset, J.. LA rebelión de 1ss mIISIlS, Madrid, Revista de Ocd-
meroeilJeux instruments, París, Denoej, 19'79. dente, 1956, p. 50.
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creencia. Tercero, la multitud presupone la dilución de las El pasaje es sugestivo. Para actuar en aintonfa, y colecti-
individualidades. Propicia un comportamiento irracional y vamente, ya no es necesario que los hombres se agrupen en
emocionaL A ella se aplicarfan enteramente las leyes de imi- un sitio determinado. Los medios de comunicación, en este
ladón de Gabriel 'Iarde. Entre el gesto inicial del "conductor caso el diario, redimensionan la reladón de proximidad-dis-
de multitudes" y su repetidón, casi automática, por los par- tanda. Por otro lado, la idea de opinión pública requiere una
ticipantes de una aglomeración, no existe ninguna media- "cohesión mental" (expresión de la época) entre los indivi-
cíén de la contienda. Las particularidades de cada uno se duos, esto es, una mediación intelectual entre la fuenteem.i-
encuentran anuladas por la coerción del todo. sora del mensaje y el receptor, diseminado por un "vasto
De forma distorsionada, este tipo de pensamiento preva- territorio". La individualidad, negada en tanto parte de la
Ieee en la explicación de una gama de fenómenos, en parti- multitud, encuentra así un medio para expresarse. Entre
cular los de naturaleza política. Sin embargo, a fines del tanto, larde continúa aún preso de sus concepciones ante-
siglo, algunos intelectuales ya habían percfbído ciertas insu- riores. El público es pensado en términos de sugestión,
ficiencias. Un conjunto de hechos escapan a su alcance. Un contagio, de la misma forma en que se caracterizaba la reía-
autor como 'Dude llega incluso a rever, quizá sería más co- dón entre "conductores" y"conducidos" en la multitud--el
rrecto decir ampliar; algunas de sus ideas. Él afirma: público seria "una especte de multitud menos ciega". 'larde
considera al público como el resultado de una evolud6n na-
"Es necesario dejar de confundir la multitud con el público tural, el grado espiritual más avanzado de un mismo fenó-
[...J. En lassociedades animales inferiores, la asociación con- meno. En el fondo, su ambición era construir una teoría
siste sobre todo en la agregación material A medida que general que comprendiese todos esos hechos.
subimos en los escalones del árbol de la vida, la relación
En verdad, poco a poco, la problemática del público ro-
social se toma más espiritual. Ahora bien, la multitud, en
mienza a ser diferenciada del tema de la multitud. En el co-
este sentido, tiene algo de animal. lNo es ella un haz de
mienzo esos campos se confunden, pero sus caminos están
contagios psíquicos, esencialmente producido por el con-
tacto físico? Pero no todas las comunicaciones, de espfritu a definitivamente trazados. En los Estados Unidos, los estu-
espíritu,. de alma a alma, tienen necesidad de una aproxi- dios de opinión pública se desplazan hacia una nueva di-
mación de los cuerpos. En nuestras civilizaciones, ron las co- mensión: la comunicación. Cooley, uno de los pioneros de
rrientes de opiniones, esta condición se cumple cada vez la
la sociología americana, manifiesta, desde el inicio del si-
menos. No es en las aglomeraciones, ni en la plaza pública, glo, un gran interés por la cuestión 6. Considera que las so-
donde nacen y se desarrollan esas especies de ríos sociales dedades estarían conociendo una "nueva época", en la cual
[...J. Es extraño, pero los hombres que se autosugestionan, los medios de comunicación redefinirían el propio sistema
o, mejor; que transmiten unos a los otros las sugestiones social Espacio y tiempo comenzaban a ser superados por el
que están por encima, esos hombres no se tocan, no se ven avance técnico, y la difusión de productos en gran escala
y no se escuchan. Están sentados, cada uno en su casa, le- haciacreer que el acceso a la cultura se generalizaría, en bre-
yendo el diario, y dispersos en un vasto territorio..15• ve, para "todos los hombres". Más allá de su visión excesiva-

15 Tarde, G., "La foule er le pubtic"", en L'opinion ella joule, París, PUF, 16 Véase Cooley C. H., SociIl1 OrgunirAJitm, Glencoe, TheFree PIes&, 1956
I

1969, p. 32 (edición original de 1898). (la. edición, 19(2).


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mente optimista-marcada por derto democratismonortea- nización, en la cual las relaciones secundarlas (e! anonimato
mericano-, es importante comprender que nos encontra- de las grandes ciudades) se toman preponderantes. La este-
mos ante nuevos argumentos. Pero en el momento en que ra de la comunicación emerge así, como un espacio de dís-
Cooley escribe, 1902, esa tendencia es aún limitada. La "re- puta cultural y política. En ella son engendrados valores,
volución comunjcecíonal" se restringe a las técnicas y los ideologías y creencias.
materiales escritos, principalmente la prensa. El último aspecto, la dilución de la individualidad, cons-
En las décadas del veinte Y e! treinta e! movimiento se tituye un aspecto polémico. Los criticos piensan que el in-
acelera. A partir de la radio -que en los Estados Unidos se dividuo se desvanece en su interior -Adorno considera la
toma definitivamente"masiva" y comercialen 1928--, el cine cultura de masa como expresión de la "seudoindividualiza-
industrial (estructuración de Hollywood, surgimiento del dén" de los hombres-, Sin embargo, la corriente sociológica
cine habtado en 1930), las historietas Yla publicidad, la pro- mayoritaria toma otra direcrlón. Herbert Blumer sintetiza
blemática adquiere otra dimensión. No se trata apenas de cierta comprensión, común y dominante en la literatura
comprender la naturaleza de las opiniones, el modo en que norteamericana. Él dice:
los lectores son influidos por los diarios. Los medios de ro-
municaci6n pasana actuar de forma antes desconocida. Por "Los objetos de interés de las masas atraen la atención de
las personas hada fuera de sus culturas locales, así como de
eso, diversos aulores se vuelcan hacia e! análisis de la diná-
las esferas de la vida cubiertas pornormas, reglamentos y
mica de los medios y los comportamientos de "masa'. Éstos
expectativas. En este sentido, la masa puede serperci-
denotan otro tipo de sociabilidad, en la cual los individuos bida como constituida por individuos aislados y alienados
son separados de sus comunidades de origen e insertos [...]. Esto significa que el individuo en la masa, en lugar de
en un universo más amplio. Podríamos decir: la comuni- estar desprovisto de atención, es, en verdad, agudamente
cación profundiza las condiciones de desIocalización de las autoconsciente. Él no actúa en respuesta a sugestiones o a
personas. los estímulos excitantes de aquellos con quienes se relaciona;
Este es el contexto en el cual es acuñado el término "cul- actúa en respuestaal objeto que retiene su atención, y sobre
tura de masa", que traduce, si bien de manera insatis- la base de impulsos que él mismo estimula,,17.
factoria, esos cambios. Sería dificil comprenderlos en el
horizonte demarcado por los fenómenos de la multitud. Es decir, cada uno actúa en función de su propia selec-
ción de los objetos.
Varios de los presupuestos anteriores se vuelven claramente
insuficientes. Thrde ya habla presentido que, para que se No se trata de una interpretación ingenua. Posee impli-
manifestasen ciertos fenómenos,no era necesario que existie- caciones teóricas y metodológicas. Desde el ponto de vista
ra una ag10meración flsicade personas. La otra condición, metodológico, presupone una concepción de la sociedad,
la transitoriedad de los agrupamientos, está defuútivamen- en la cual el individuo es la unidad de acción. Él escoge,
te superada. La "cultura de masa" no es un espacio desarti- libremente, entre los objetos y las intenciones socialmente
culado, inorgánico. Al contrario,los sociólogos la perciben disporubles. La "cultura de masa' surge así como la expre-
como un vetúculo privilegiadode sodaJiz.ación. Representa
el pasajedesde una sociedad, en la cual las relaciones socia- 17 Blumer, H., "E1ementuy CoI1edive Grouping"', en Park. R. (comp.),
les estaban contenidas en los grupos primarios (familia, AnOidlineofPrinciplesofSociology, Nueva York,. Bames &:Noble, 1939,
asociaciones religiosas, vecindario), hacia otro tipo de orgo- p.242.

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si6n espontánea de las voluntades individuales. Es contra ¿Una deuda permanente en reJarión con una idea pretérita?
este tipo de comprensión que se rebelaron Adorno Herk- r. Las cosas pueden ser vistas de este modo -...1 texto de Blumer
heimer al elaborar el concepto de industria cultural '. Pero, se orienta, en parte, en esa dirección. Pero creo que es po-
dejando de lado este aspecto, no porque carezca de impor- sible entenderlas de otra manera.
tancia, sino para retomar el hilo de mi argumentación, que- Parto de una observación inicial que, quizá por estar so-
da claro cuánto nos distanciamos de la problemálira de la breentendida en la discusión, se encuentra a menudo en se-
multitud. El individuo, inconsciente, hipnotizado por la efer- gundo plano. Los primeros intentos de comprensión de la
vescencia colectiva, encuentra ahora un espacio de afir- cultura y la sociedad de 'masa', comparten todos algo en
mación. En este sentido, "'masa" no es simplemente otro común. Enfatizan la especificidad del momento histórico.
nombre para 'multitud'. La sustitución de palabras implira Autores con perspectivas e inclinaciones teóricas antagóni-
un cambio de señales. La negatividad anterior se trasmuta cas convergen en el mismo tipo de apreciación. Cito, entre
en positividad. Puede 5eI; incluso, utilizada ideológicamente otros, a Ortega y Gasset:
como sinónimo de democracia. "La aglomeración, el lleno, no era antes frecuente. ¿Por qué
Lo que caracteriza la 'cultura de masa' es su homogenei- lo es ahora? [...] Losindividuos queintegran estasmuchedum-
dad, que es un elemento pre1iminar de su existencia concep- bres preexistían, pero no como muchedumbre. Repartidos
tual. Loshombres que consumen, en principio, forman parte por el mundo en pequeños grupos, o solitarios, llevaban
de un universo cohesionado, son "todos parecidos", Incluso una vida, por lo visto divergente, disociada, distante. Cada
la versión liberal (esto es, valorizadora del mercado) se ve cual-individuo o pequeño grupo-ocupaba un sitio. tal vez
obligada a enfrentar la contradicción entre ser "masa" o ser el suyo, en el campo, en la aldea, en la villa, en el barrio de
individuo. La solución hallada -admitamos, de compro- la gran dudad. Ahora, de pronto, aparecen bajo la especie
de aglomeración, y nuestros ojos ven donde quiera muche-
miso- consistió en afirmar la conciliación de tendencias dumbres":ll.
tan conflictivas. Las personas, individualmente, escogen los
objetos dispuestos en el mercado, pero colectivamente for- Hubo entonces, un período en el cual las "masas" no exis-
man parte de un conjunto homogéneo de consumidores. tían, los'bombres conocían "su" lugar, estaban confinados a
Ésta es, por ejemplo, la concepción de Blumer cuando defi- territorios bien delimitados. La historia estaría, por lo tanto,
ne "sociedad de masa": "un agregado de individuos que marcada por un 'antes" y un •después". Thmbién los sedo-
están separados, apartados unos de los otros, [que] son logos pen:iben, Yexp1ican, ese hecho. El texto de Edward Shills
anónimos y homogéneos respecto del comportamiento de "La sociedad de masas y su cultura" es bastante represen-
masa,,19. En este sentido, "masa" se aproxima a "multitud". En tativo de esta forma de pensar Sus primeros párrafos dicen:
ambas prevalecen las mismas disponibilidades. Anonimato "Después de la Primera Guerra Mundial, surgió un nuevo
y homogeneidad son sus atributos esenciales. Pero queda orden social, sobre todo en los Estados Unidos. pero tam-
una duda: i.se trata de un resquicio heredado del siglo XIX1 bién en Gran Bretaña, Francia, el norte de Italia, los paises
europeos del sur y el norte y Japón [...). Esta nueva sociedad
es una sociedad de masa, precisamente, en la medida en
18 Véase Adorno, T. W., "A ind:Ostrla culb.ll'al"', en Cohn, G. (comp.),
Adamo, San Pablo, Ática, 1986-
19 Blumer, H., "E1ementary CoDective Grouping"', op. cit., p. 242- 20 Ortega YCesset, J., op. cit., pp. 51-52.
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que la masa de la población fue incorporada a la sociedad. individuos podrían escapar hacia "más allá de la sociedad",
El centro de la sociedad -las instituciones y los valores cen- es decir, hacia los subgrupos, como los trabajadores, los ju-
trales que guían y legitiman esas instituciones- extendió díos, los homosexuales, etc. La autora añade: "buena parte
sus fronteras. La mayoría de la población se encuentra más de la desesperación de los individuos sometidos a las condi-
próxima del centro, que 10 que estaba en las sociedades pre- ciones de la sociedad de masas se debe al hecho de que hoy,
modernas o en las fases anteriores de la sociedad moderna. las vías de escape están cerradas, ya que la sociedad incor-
En las sociedades anteriores, una parte sustancial de la pobla- poró a todos los estratos de la población"". La integración
ción, con frecuencia la mayoría, nacía y permanecía, siem-
causaría así, el sofocam1ento de la índívídualídad".
pre,exclU1ída," .
Entre tanto, las citas anteriores pueden leerse tomando
Inclusión/exclusión. Espacio ampliado/espacio restringi- en consideración, no tanto el aspecto ideológico, sino la di-
do. La sociedad de "masas" es vista como una ruptura de las mensión propiamente sociológica. En este caso, dos ele-
fronteras. Una primera lectura de ese cambio radical es de mentos merecen ser explicados: la ruptura de las fronteras
naturaleza ideológica. A mi entender, predomina en los es- y la idea de integración. Ambos califican el'antes" y el"des-
critos y en la polarización del debate contemporáneo. Orte- pués". En verdad, hace mucho que los sociólogos describen
ga y Gasset tiene, evidentemente, una visión conservadora, el advenimiento de la sociedad moderna como el resultado
ve con desagrado la declinación del antiguo equilibrio espa- de un conjunto de cambios -industrialización, mbanización,
cial. La 'rebelión de las masas' significa, por cierto, que éstas migración del campo a la ciudad, formación de un mercado
ya no se contentan con la posición que ocupaban hasta en- interno, etc-, Perdben las sociedades pasadas, llamadas
tonces; "indebidamente", invaden los circulos dominantes. "tradicionales", como segmentadas, menos móviles, en cuyo
La interpretación de Shills traduce una concepción en la interior cada subgrupo viviría su vida. La misma estructura
cua1la antinomia inclusión/exclusión se reviste de une clara de la organización social favorecería esta separación de
connotación política. La integración de las "masas" se co- "mundos", jerarquizándolos según los patrones vigentes.
rresponde con el fin de su marginalización. Las fronteras, al La ruptura de este orden plantea un problema: zcémo inte-
expandirse, toman el mundo "más" democrático. Pero in- grar las diferentes partes móviles de este conjunto, en el cual
cluso otros pensadores, como Hannah Arendt, pueden ser la circulación es una exigencia de la modernidad y el indivi-
recordados. Su comprensión, similar a la de los frankfurtia- duo ya no se encuentra vinculado por lazos tradicionales?
nos, refuerza mi argumentación. Ella dice: iI existe una dife- Este es el dilema de Durkheim cuando busca, en la división
rencia entre las primeras etapas de la sociedad Yla sociedad del trabajo, o en la educación, los elementos capaces de sol-
de masa, con relación a la situación del individuo. Mientras dar la sociedad "desarticulada".
que la sociedad propiamente dicha se restringía a determi- Loscdticosylosdefensoresdelasociedadde"masa"enfren-
nadas clases de la población, las posibilidades de que el in- tan la misma cuestión. Fundamentalmente, dicen: la cultura
dividuo subsistiese a sus presiones eran bien grandes"zz. Los
23 !bid., p. 252-
21 Shills, E. ~ Society ami its Cu1~, en Culturefor Millions?, ap.
I
24 m tema de lasintegraciones noscoloca, en esaepunto,en el polo opuesto
ciJ., p. 1. al de la multitud. Las ciases peHgrosas eran as( consideradas porqtIe
22 Arendt, H., "A crise da cultura'", en Eremo,...-loe o fuh4ro, San Pablo, se enronbaban al margen, sepandas del ronjuntn de la oociedad. Su
Perspectiva, 19'72,. p.151. potencia1 de pe6groe;dad derivaba de _ exd"-.

82 83
OTRO TERRITORIO CULTURA, COMUNICACiÓN Y MASA

cumple un papel esencial. Es el cimiento social a través del ciedades pasadas eran estamentales, díterendadas, y se orga-
cual se realiza esta función integradora. Pero, paraello, debe nizaban a través de vasos no comunicantes. Las sodedades
ser necesariamente de "masa", esto es, poseer el mayor fa- modernas se encuentran permanentemente en comunica-
dio de influencia posíbíe y ser interiorizada por la mayoría ción; en ellas, los medios tienen el poder de conectar laspar-
de la población. Las sociedades modernas tuvieron, por tes dispersas en el todo.
lo tanto, que generar sectores especializados de producción Pero sabemos que la modernidad no es apenas industria,
-las industrias culturales-. Separadas de las instituciones también es nación. Lo que los sociólogos describen, en tér-
primarias de socialización, serian las únicas instancias con ca- minos generales, como el industrialismo, sólo se actualiza
pacidad de producir objetos, valores, intenciones, para ser cuando encuentra una entidad histórica adecuada para su
absorbidos en escala ampliada. Esbueno recordarlo: ningu- realización. Ahora bien, ¿qué es la nación si no un conjunto
na sociedad anterior conoció un tipo de institución seme- constituido por partes relativamente homogéneas? --alme-
jante, en la coalla cultura es "fabricada" en esa proporción, nos éste es el rasgo valorizado por la mayoria de los pensa-
en espacios separados, distintos, de la vida de aquellos que dores-. Incluso Gellner, que tiene el mérito de vincular la
la utilizan. Tal vez la única comparación posible sea con emergencia histórica de la industrialización con la forma-
las religiones universales. Éstas también constituían, en las ción de la sociedad nacional, no escapa de esta visión15, Para
"iglesias", una esfera racionalizada para la gestión de lo sa- él, la idea de nación presupone la de homogeneidad cultu-
grado (pienso en Weber). Sin embargo, a pesar de sus in- ral. No porque esto sea el resultado de una ideologfa nado-
tenciones universalistas era, objetivamente, imposible que nalista; GeUner sabe que es el nacionalismo quien crea las
comprendiesen un gran sector de la población. Su universa- naciones, y no a la inversa Se trata de una expresión de la
lidad estaba contenida por la segmentación de las socieda- sociedad industrial, que refleja "una necesidad objetiva de
desagrarias. homogeneización". lbr lo tanto, masa y nación son caras de
La "cultura de masa" no conoce estos impedimentos, su una misma moneda. La homogeneidad, postulada para la
fuerza de incorporación supera los obstáculos existentes. integración del orden índustríal.es respuesta en el plano
Disfruta, además, de nuevas condiciones: tecnología y mer- nacional: propicia la mediación entre los individuos y el
cado. Sus productos son elaborados mecánicamente, e in- todo social
mediatamente distribuidos "para todos". Pero el hecho de Por eso la discusión acerca de la "cultura de masa" se en-
que sean fabricados en serie, o industrialmente, es una con- cuentra comprometida por la temática nacional. Elejemplo de
secuencia, y no la causa, de la "masificación". Por cierto, ese los Estados Unidos es, otra vez, paradigmático. Los publl-
aspecto refuerza la dimensión "homogeneizadcra", pro- cistas norteamericanos perciben, durante los afias veinte y
puesta anteriormente. La serialización de los productos cul- treinta, que la complejidad del modo de vida urbano crea
turales implica un grado elevado de estandarización. Se un vacío en la orientación de las personas. Seg6n ellos, los
trata de un axioma interno de la lógica del mercado y del consumidores, atomizados en el mercado, necesitaban un
proceso de difusión ampliada. Es necesario entenderlo: no vínculo que los asocie unos con los otros. En principio, los
es el factor industrial el que califica como siendo'"de masa". mase-media serian este factor unificador. La publicidad sur-
Esa es una exigencia anterior. Desde la perspectiva esboza-
da, la homogeneidad deriva de un imperativo estructural.
Es consecuencia de las transformaciones ocurridas. Las so- 25 VéaseGeIlner,E.,op.cil.

84 85
OTRO TERRITORIO CULTURA, COMUNICACiÓN Y MASA

ge así, como respuesta a la demanda mercadológica y al im- dad del siglo XIX. La educación formal, que en diversos lu-
perativo de integración nacional. Como se decía en la época: gares tuvo un papel clave en la constitución de la nedonell-
"el consumo implica la homogeneización nacional". En este dad, siempre fue precaria y algunas veces inexistente. En
caso, el individuo, inserto en el mercado, seria simultánea- este contexto de dispersión cultural y geográfica, los medios
mente consumidor y ciudadano. Entre tanto, para que esto de comunicación actúan como factores preponderantes; fu-
ocurriera, los individuos tenían que adecuarse al patrón so- sionan la diversidad existente en el seno de la unidad nacío-
cial emergente. La producción en masa requería una educa- nal. Los filmes, la música, el radioteatro, la radionovela y,
ción de las "masas". Los publicistas creían que ellos eran los posteriormente, la telenovela, son elementos dinámicos en
"educadores" modernos, los que guiarían a las personas, de la elaboración de una cultura nacional-popular. Por eso, la
forma material, ayudándolas a escoger los productos en el polémica sobre el imperia1ismo cultural gira en lomo de la
mercado, y espiritual, al consagrar valores y orientar la con- esfera de la producción. y de la distribución, de una "cultura
ducta. Es interesante el análisis de Stuart Ewen acerca de de masa" (cine nacional versus Hollywood, telenovela ver-
este período", Él muestra cómo los hombres de negocios sus series extranjeras, música popular versus rock-and-roll).
elaboran una ideología, en la cual los productos de masa Ese es el punto neurálgico, el núcleo donde se erige la inte-
encarnan los "verdaderos" valores, políticos y estéticos, de gridad del Ser nacional.
la vida americana La educación de los individuos se llevaría Integración-masa-nación. Los temas se superponen. Pero
a cabo a través del mercado. Consumo y "cultura de masa" ¿es convincente, en realidad, captarlos en tanto homogenei-
tendrían, como la escuela, un papel pedagógico en el proce- dad? Por cierto, no. En verdad, los científicos sociales y los
so de construcción nacional. políticos, al deificar la idea de integración, idealizaron la
También en América Latina, medios de comunicación, existencia de una nación homogénea, en la cual la diversi-
"cultura de masa" y nación se encuentran íntimamente liga- dad estaría, orgánica y, si es posible, armónicamente, articu-
dos", y yo diría que de manera más intrincada que en los lada al todo. En rigor, incluso en los países "centrales", esta
Estados Unidos o en Europa las razones son fáciles de enten- cohesión se encuentra fraccíonadapor los intereses dispares
der. En América Latina, la heterogeneidad de la población de los grupos y las clases sociales. Para no mencionar el resto
es evidentemente mayor -grupos indígenas, comunidades del mundo, donde el proyecto nacional no se realizó concre-
negras, inmigración europea: portugueses, españoles, italia- tamente en sus ambiciones uruversalístas'", No sólo en Améri-
nos, alemanes, etc.- y las clases dominantes nunca tuvieron ca Latina, sino también en África yen Asia. en diversos paises,
un proyecto realmente "republicano" para la integración de el Estado-nadón es, en el fondo, una entidad político-admi-
segmentos de todas las clases sociales. f\:Jr otro lado, sus pai- nistrativa, que carece de una base propiamente cultural-Re-
ses nunca conoderon, excepto como frustración, la modemi- nan diría de un "espíritu colectivo"-. La presencia de grupos
étnicos diferenciados, que hoy nos sorprende, sólo demuestra
26 Ewen, S., Glptains of Consciousness: Advertising and tire Roots of Consu- una realidad antigua, pero que habíamos imaginado como
merCulture, Nueva York,MLCraw-Hill, 19'76, p. 42. relegada en el tiempo. Por otro lado, el marcado COntraste
Z7 Véase Martín B., J., De los mdir a l#s mediaciones, Barcelona, Gustavo
Gili, 1987. Para la Argentina, Ford, A. el al., Medios de comunicación 1J
cultura popuiDr, Buenos Aires, Legase, 1985;para V~ezuela, Pasquelí, 28 Sobre la dificultad de realizadón de los proyectos nacionales en !os
A., Comunicación y cultura de mIlSIlS, Caracas, Monte Avila,1976. países del "Tercer Mundo", véase Ianní, O., A sociedade gWbJd, op. rito

86 fJ7
OTRO TERRITORIO CULTURA, COMUNICACiÓN Y MASA

con las formaciones sociales anteriores quizás haya lleva- disputa, O acomodadas a su estructura jerárquica Por eso la
do a los sociólogos a sobredimensionar la capacidad inte- manutención del orden requiere un gasto permanente de
gradora de las sociedades industriales. Por cierto, tienen energía, porque garantiza la reproducción, diferenciada y
razón en contraponer las sociedades agrarias a las industria- desigual, de las legitimidades existentes.
les. No obstante, al considerar el universo de las sociedades Multitud y masa. 'Ial vez no deberíamos tomarlos como
industriales, no de forma comparativa, sino en sí mismo, nociones o conceptos, sino como emblemas.Ia cristalización
identificamos varios puntos que fraccionan la supuesta ho- de un conjunto de preocupaciones que nacen con la moder-
mogeneidad. nidad. En un primer momento, las transformaciones ocurri-
Entre tanto, se puede incluso cuestionar la premisa de la das durante el siglo XIX se condensan, de alguna manera, en
homogeneidad cultural desde un punto de vista más con- los fenómenos de la multitud, que denotan otro tipo de or-
ceptual, puesto que no es necesario asociarlo al concepto de ganización social y de sociabilidad. La masa viene después¡
integración. Ésta se puede realizar como conjunto diferen- es el fruto de un pensamiento dirigido al siglo xx. Con la
dado, en el que las diferencias representan idiosincrasias, radicalización de la revolución industrial (industria qulmi-
también ajustadas a las jerarquías socialmente legitimadas. ca, petróleo, automóvil, avión) y el crecimiento de los me-
El todo, en este caso, es un resultado de los conflictos inter- dios de comunicación (cine industrial, radío, televisión), las
nos de su propio orden. Pierre Bourdieu, en su libro La dis- socie~des.generan una forma de articulación que ultrapasa
tinción, nos ofrece un buen ejemplo de ese tipo de anaíísís". las dimensiones hasta entonces conocidas. Actualmente, se
Este autor no trabaja en ningún momento con la noción de abre otro horizonte. "Aldea global", "sociedad informática",
"cultura de masa". Los objetos vehiculizados socialmente, "tercera ola", "posmodernídad", son metáforas que buscan
tanto provenientes de la esfera erudita (música clásica, pin- comprender su especificidad. Los avances tecnológicos, los
tura.Hteratura), como de la"esfera de bienes ampliados" --el cambios económicos y el proceso de globalización, redimen-
mercado- (filmes, historietas, programas de televisión), es- sionan el plano de la discusión. ¿Cómo entenderlo?
tán siempre en interacción con los grupos y las clases socia- Una primera línea de razonamiento retoma el tema de la
les. Cada uno de ellos los consume, los utiliza, en función de homogeneización y 10extiende a escala planetaria. Theodo-
sus posiciones en el seno de la secíedad. La distribución y el re Levitt, uno de los principales teóricos del marketing glo-
consumo de bienes se realiza así de forma diferenciada, to- bal, es un representante de este pensamiento. Su texto "La
mando en consideración el "capital cultural" de los indivi- g10balización de los mercados" describe la contemporanei-
dad del siguiente modo:
duos y su condición de clase. Lejos de ser visto como un
espejo uníforrne, el universo cultural se ilumina en tanto "Una fuerza poderosa impulsa actualmente al mundo hada
distinciones sociales, en contacto y en conflicto. Es como si. un futuro punto convergente, y esa fuerza es la tecnología,
estuviese constituido por círculos, en cuyo interior cada uno que prolelarizó las comunícadones, los transp<n1eS Y los via-
determinaría un circuitoespecifiro. En este sentido, Rayrnond jes, al volverlos baratos Yaccesibles, en los lugares más aisla-
WJlliams tiene razón: de hecho, las "masas" no existen. La dos del mundo y a las multitudes empobrecidas. De forma
sociedad es una totalidad articulada de partes diversas, en súbita, ningún lugat; nadie, se encuentra aislado de las fasci-
nantes atracciones de la modernidad. Casi todas las persa-
nas en todos los lugares quieren todas las cosas que oyeron,

..
29 Bourdieu. P., ÚI distincticm, París, Minuit, 1980.

.
vieron y probaron, a través de los nuevos vetúculos tecno-
OTRO TERRITORIO
CULTURA, COMUNICACiÓN Y MASA

lógicos que impelen sus voluntades y deseos. Y esto nos con-


fendidas -a menudo heredadas del concepto de imperiaJJs-
duce.cada vez más,hacia un puntocomún globaL alhOnt'W'-
neizar de esa forma los mercados en todos los lugares" .
mo- acaban por afirmar un terreno común. En nombre de
la afirmación de los principios nacionales, el potencial ho-
Existe, por lo tanto, una tendencia uniformadora de los mogeneizador de una eventual 'cultura global' es considera-
productos y de los comportamientos. El mundo sería único, do como algo amenazador, por lo tanto, concreto. Por cierto,
y en él predominaría la alta tecnología y la producción ma- ese potencial no posee las cualidades apreciadas por los ideó-
siva, El hecho de encontrar en "todos los lugares" los mismos logos del mercado, pero su negatividad forma parte del rei-
objetos, traduce una estructura homogénea del mercado y de no de la realidad. Viviríamos, así, una etapa de dilución de
las preferencias individua1es. Los consumidores, al partici- las diferencias, de uniformidad del planeta.
par de un mercado globalizado de ofertas, se comportan así Un punto de vista distinto, en verdad antagónico del an-
de manera idéntica. Sus gustos y dispom'bilidades estéticas teríor; tematiza la diferenciación y la segmentación de la so-
expresan la unicidad de un "mundo sin fronteras". ciedad. Mejor estructurado, y articulando una visión más
La argumentación presentada se transformó en una es- consistente de la historia Y de las transformaciones econó-
pecie de sentido común, que imagina al mundo como un micas y tecnológicas, es ciertamente más sólido que la visión
organismo vivo -para usar una expresión de Herder-, una homogeneizadora. Talvez por eso se encuentra tan difundi-
especie de metanaci6n, en cuyo interior estamos todos inte- do entre diversos autores, de los divulgadores científicos a
grados. Pero la visión de un planeta homogéneo, a menudo los posmodemos. Menciono, en primer lugar, a Alvin Tof-
cultivada sobre la base de un excesivo optimismo técnico-la fler: 'Durante la Segunda Ola, la comunicación de masa se
aldea global de McLuhan es una reproducción del ideal tomó cada vez más poderosa. Hoy está ocurriendo un cam-
de "comunidad" en el ámbito mundial-, es en el fondo tan bio espantoso. Con la emergencia de la 'Iercera Ola, lejos de
equívoca como la unicidad postulada en el plano nacional expandirse, la comunicación de masa se ve, súbitamente,
Presupone que las sociedades de "masas" se desarrollaron, forzada a compartir su poder. En varios frentes, comienza a
primero en el interior de algunos países, para luego traspa- ser superada por lo que llamo mass-media desmasíscedos?'.
sar sus fronteras. La estandarización de los productos, al El autor se refiere a los productos ofrecidos por la televisión
comienzo restringida a los mercados nacionales, al planeti- por cable, el video casete, los video-games, los servicios de
zarse revelaría la uniformidad de las acciones, su homoge- información, etc, Eso significa que durante la "Segunda Ola',
neidad los individuos habian recibido una educación de "masa"
No deja de ser una ironía el hecho de que muchos de los uniformadora, niveladora Mientras que la 'Tercera Ola' se
criticos de la "globalízecíén" de la cultura (por eso, prefiero caracteriza por una pluralidad de ofertas, dirigidas a seg-
hablar de mundíaüzedén) terminen compartiendo algunos mentos de consumo. El individuo pasaría así, de una con-
de los presupuestos de la concepción que intentan refutar. ciencia de "masa.. . a una elección desmasificada de lo que
Es verdad que las diferencias ideol6gicas de las corrientes realmente 'le' interesa. Él ganaría libertad.
de pensamiento son claras. No obstante, algunas ideas de- En verdad., esta concepción no se limita a un único autor;
Está presente en toda la literatura empresarial referida a la
30 Levitt, T., "A globalizal;io de mercados", en A inuJginsJ9io do 17JllthtinK-
,S,znPablo, Atlas, 1991, p. 40.
90 .,
31 Toñler, A., TheThird Wave, Nueva York,. Bantam Boob, 19t11,p. 158,
OTRO TERRITORIO CULTURA, COMUNICACiÓN Y MASA

globalización". Los teóricos y ejecutivos de las grandes fir- limite, las promesas de realización del ser humano. Existe
mas trasnacionales consideran el mercado mundial como un entonces, una correlación inmediata entre el tipo de reeno-
conjunto de segmentos, en cuyo interior diseminan sus logia empleado y la forma de organización de la cultura. Al
productos. El problema de la gestión moderna consistiria en paso de los mase-media para los medios electrónicos se ro-
combinar el descentramiento de la economía mundial y la rresponde una superación del monolitismo (de las ideas, de
oferta de productos adecuados al gusto de cada uno. El mer- las producción y de los contenidos) por la diversidad. Como
cado de "masa" cedería entonces su lugar a los segmentos dice uno de esos especialistas:
diversificados, y los productos de 'masa' a los objetos 'per-
"La segundarevoluciónindustrial [la Tercera Ola de Toffler]
sonalizados". No pretendo examinar las impJicaciones ideo-
modifica el énfasis de lasmercancías y los mensajes produ-
lógicas de la perspectiva esbozada; en el fondo, reedita una
cidos en masa. Máquinas, producción masiva, mecánica,
ideología seudodemocrática contenida en las primeras
eran la clave de la primera revoluctón industriaI para la re-
explicaciones acerca de la sociedad de "masa". Me interesa düccíén de los costos. La clave de la segunda revolución
más focaJiz.ar su aspecto específicamente sociológico. industrial es la química y la electrónica, lo cual enfatiza la
La problemática de la 'fragmentación' está íntimamente diversificación. La estandarización de la línea de montaje
asociada al tema de la tecnología y la información. Para fue relajada por el control de la producción computaríeada,
muchos autores, el hecho de que un conjunto de técnicas lo que permite en una sociedad afluente la eficiencia en la
recientes estén basadas en la informática lleva, necesaria- diversidad",34.
mente, a una modtñcacíón radical del tejido social De este
Nos encontramos nuevamente en una encrucijada. Hay
modo, existiría una ruptura entre las "nuevas" y las "viejas"
tecnologías'". Estas últimas -cíne, televisión, prensa- otro 'antes" y otro 'después". En ese contexto, la vieja 'cultura
son vistas como de "masa". En ellas, algunos individuos uti- de masa" está condenada a la declinación. La estandariza-
ción de los productos sería cosa del pasado.
lizando pocos canales de comunicación, vehicu1izarian
para una gran audiencia los mismos mensajes. Un conteni- Anoto una última corriente teórica en la cual se desdobla
do estandarizado alcanzarla al público como un todo. la problemática de la segmentación. Me refiero a los autores
Las 'nuevas' tecnologías serían de otra naturaleza. Ellas pertenecientes a la tradición del pensamiento crítico -sea
favorecerían la descentralización de la producción, la di- marxista o no-, Thmbién ellos intentan comprender las trans-
versificación de mensajes, la interacción entre el emisor y el formaciones ocumdes". Pueden ser destacadas varias dí-
receptor. Este último aspecto representa una especie de re-
vancha del individuo frente a la ccmunícecíón unidimen- 34 De Sola Pool, L, "Prcm Mass-Media Revolution to Electronk Revolu-
sional, unilateral. Los medios interactivos contienen, en el tion"", en Tedmologies without Bouruimies: on Telaxmmutnialtion on Glo-
&al Age, Cambridge, Harvard University Prees, 1990.
35 véase Lash, S. y Vny, J., The End of (J,goniud 0q>ibWmn, MadUon,
32 Véase, Ohmae, K, Mundo sem fronleirru, San Pablo, Makron Books, Wisconsin, Univer5ity of Wisconsin Press, 1987; Harvey, D., TIre Con-
1991; Porter, M., "The Strategic Role oi Intemational Marketing", en dition of PostmDdemity, Cambridge, BlackweIl, 1990. Para un trabajo
flaruard 8usiJvss Review, Vol 3., No. 2, printavera de 1986. especifico sobre el área de comunicación, véase Robins, K YWebster,
33 Véase, por ejemplo, gogers, E. M. y Balle,F. (comps.), TheMediaRevo- F.• "CybemeticC.pUatism, Jnfonnation, TechnoIogy, Bveryday Li/e",
lution in Anreric4 tmd in Western E.~ Norwood, Nueva Jersey,Ab1ex en Mosco, V. yWasko,J. (comps.), The PolitiadEccmomyoflnformation,
Publishing Corporatioo, 1987. Madison, The Universl.ty of Wisconsin Press, 1988.

93
OTRO TERRITORIO CULTURA. COMUNICACiÓN Y MASA

mensiones: crecimiento de los servicios, restructuraci6n del nimiento de un capitalismo flexible deriva el fin de toda y
espacio urbano, consolidaci6n de un sistema financiero glo- cualquier "cultura de masa,,36. Su ocaso es simultáneo y com-
bal, desregulaci6n del mercado mundial, advenimiento de plementario con el ocaso del modernismo, superado por las
nuevas tecnologías, reformulación de las plantas industria- condiciones de la posmodemidad.
les, deslocalizaci6n del trabajo, peso de las trasnacionales No quiero trasmitir al lector la impresión de que los diag-
en las economías nacionales, relativa declinaci6n del papel n6slicos mencionados son similares. Seria incorrecto. El pen-
del Estado-nación, etc. No es mi intenci6n profundizar en samiento crítico no sólo difiere, sino que contrapone, a una
cada uno de esos aspectos. Apenas quiero recordar que, en visión atomizada de la sociedad, un espacio en el cual los
su conjunto, señalan un cambio estructural de la sociedad. individuos se mueven en función de sus voluntades y con-
Por eso, contrastan con una fase en la que habían prevaleci- ciencias personales. Para el pensamiento crítico, el mundo
do: el peso numérico y político de la clase obrera, las ciuda- no está compuesto por partes inconexas o por consumido-
des modernas (con sus centros bien definidos), un sistema res "sueltos" en el mercado. Plexíbílídad significa otra forma
financiero nacional e internacional, el mercado regulado de organización social. Entre tanto, respecto de la proble-
por el Estado, las "viejas" tecnologías, la fábrica como uni- mática que enfrentamos, hay una convergencia de puntos
dad de producción, la importancia del Estado-naci6n, etc. En de vista. La quiebra de la "cultura de masa" se deriva de los
suma: estamos viviendo la transici6n de un capitalismo de cambios en marcha Perovolviendo a Raymond WJ.Il:iams, me
tipo "fordísta" a otro más flexible. pregunto ¿cómo podria desaparecer algo que nunca existi6?
La elección del término "'fordista" para calificar un periodo En verdad, la supuesta superaci60 de la 'cultura de masa"
histórico no es fortuita. Significa: control centralizado, pro- sobreentiende una serie de argumentos, a menudo poco ex-
ducción en masa, uniformizaci6n y homogeneizaci6n de plicados en el debate. Hay, en primer lugar, una cierta ten-
los productos. En contrapartida, flexibilidad quiere decir: tación determinista por parte de varios autores. Aclaro mi
descentralización del trabajo, la administración y el espado, posición. Seria insensato subestimar las consecuencias de las
producción segmentada, diversidad de los productos. Evi- transformaciones tecnológicas y económicas sobre el uni-
dentemente, y ése es el punto que nos interesa díreetamen- verso cultural Esimposible entenderlo sin tomarlas en con-
te, ninguno de esos calificativos se limita al nivel económico; sideración. Afirmarlo contrario nos conducirla a una visión
cada uno de ellos expresa una forma cultural sui generis, un cultorista de los fenómenos sociales. En el estudio de las so-
modo de vida. Fordismo implica modernismo, 'cultura de cíedades contemporáneas, debe haber un lugar destacado
masa", homogenización del mercado; por su parte, el capi- para una economía política de los medios de comunicación
talismo flexible se abre a otras dimensiones-posmodemidad, y de las instituciones que los utilizan37• A fin de cuentas, al-
diversificaci6n cultural, segmentación-. La historia puede gunas de ellas, como las trasnacionales, tienen un papel pre-
ser, entonces, dividida en dos etapas, y cada una de ellas se
adapta a una configuración culIural especifica. Exisle, por lo
36 Véase Denning. M., "Ihe End of Mass Culture", en Naremore, J. y
tanto, una homología entre el 'modo de producci6n" y su Brantlíeger,P. (romps.)_tyandM= CulMe,1lIoomington, in-
"'super-estructura" ideol6gica. Una cultura integrada ver.. diana University Press, 1991.
ticalmente, producida en línea de montaje, distribuida en 37 Muchos autores trabajan con seriedad desde esta pe:tspectiva. Cito,
'masa" para los diferentes estratos y clases sociales, repre- entre ellos, a MatteJart, A, lA Communialticm monde, Paris, La Décou-
senta el primer momento. De forma consecuente, del adve- verte, 1991.

94 95
OTRO TERRITORIO CULTURA, COMUNICACiÓN Y MASA

ponderante en la elaboración de las ideologías de la socie- "más", o "menos", plural en función de características pre-
dad global. Entre tanto, no podemos olvidar. que existen dominantemente técnicas. 'Iengo la impresión de que lalitera-
mediaciones entre el nivel tecnol6gico-econónnco y el mun- tura especi.a1izada, al contraponer las "viejas" a las "nuevas"
do de la cultura. El pasaje de las 'viejas" a las "nuevas" tec- tecnologías. exagera en la adjetivación, tanto de sus cuali-
nologías, del "fordísmo" al capitalismo"desorganizado", no dades como de sus desventajas. Esta literatura las presenta
conduce al mismo tipo de configuración de la esfera cultu- como si, de hecho, estuviésemos ante universos antitéticos.
ral. El argumento enunciado de esta forma~ postula una Cernraíízacíotvdescentealízaoón, homogeneidad/diversidad,
relación reduodorusta, condicionándola inmediatamente a la rigidez/flexibilidad, se vislumbran como polos enteramente
base material de la sociedad. excluyentes. Es esa certeza dualista la que permite a ciertos
Esto nos lleva a una serie de malos entendidos. Un filme autores pasar del plano tecnológico a la dimensión cultural.
de autor (Wun Wenders, Buñuel, Resnais, víscontí) utiliza, Aplicados fuera de contexto, los términos inducen al error.
como medio de expresión, la "vieja" tecnología, el cine. Pero Surgen así afirmaciones del tipo: la televisión por cable es
no por eso su influencia es masiva ~ verdad, su difusión más "democrática" que la televisión hertziana; las técnicas
no es una cuestión meramente técnica. Se trata de una es- descentralizadas son menos "coercitivas" que las centraliza-
trategia de los autores, que buscan vincular sus realizacio- doras. Se mezclan niveles distintos de interpretación, y se
nes, en parte al mercado cinematográfico y en parte, a una nos da, a menudo, la ilusión de que los problemas concretos
esfera de bienes restringidos -el arte-. Los programas de la pueden ser resueltos como realidades técnicas.
MTV son vehiculizados por una "nueva" tecnología, la tele-
Asimismo, la ecuación: fordismo = línea de montaje ==
visión por cable. Pero su audiencia es planetaria. Esto no sig: estandarización = "cultura de masa", es poco convincente.
nifica que "todos" se interesen por esos pr~gramas; pero SI Presupone que las industrias culturales habían, al menos en
que circulan en un estrato juvenil que trasciende las fronte-
el pasado, operado como las grandes fábricas textiles o auto-
ras nacionales. Su importancia reside en el hecho de que
movilfsticas. Oto, al acaso, uno de los manuales recientes, es-
generan un espacio de legitimidad de una cultura interna-
critos para las escuelas de comuoícacíon. Dicen los autores:
cional-popular. Junto con las revistas de rock, la música, en
vinilo o en, los programas de la MIV no sólo alimentan ~ "De hecho, a mediados de siglo. el arte de masa fue produ-
mercado de dimensiones mundiales, sino que determi- cido por un sistema fordísta, integrado verticalmente, y sus
nan los gustos y los juicios estéticos de ~ .conj~~to de productos estandarizados, designados para alcanzar el ma-
"jóvenes". También las televisiones comurntarias utilizan la yor número posible de clases Y fracciones de clases. De ca-
tecnología de la MTV, pero su alcance es Ilmitado y se restrin- pital intensivo, articulado a una compleja división del trabajo,
ge al horizonte de la vida local. era en general racionalizado por losproductores comosi fue-
En verdad, el tamaño del públlco, el cuntenido de los men- se mucho más tmadiversi6n que propiamente arte. Su propia
naturaleza desvalorizaba la 'originalidad' y la 'fndívídualí-
sajes y las formas de producción.no son varia~les.direc-
dad', y la supervisión de la producd6n era reaJizada por
tamente dependientes de los medios de comurncaa6n. Su
ejecutivos y comisiones de dtrección,,38.
utilización debe tomar en consideración un cálculo mucho
más complejo: la naturaleza de las audiencias, la ~versión
financiera, las expectativas de lucro, las estrategias de los 38 Naremore,}. y Brantlinger,P., "Introdudion: SixArtisticCultures"', en

.
productores culturales. Sería equivoco imaginar un mundo Modernity end Mw Culture, op. cit., p. 13.

97
OTRO TERRITORIO CULTURA, COMUNICACIÓN' Y MASA

(Es sintomático el hecho de que las frases son conjugadas aumenta la complejidad de la división del trabajo. Reducir
en pasado). Ho~~ood a una línea de montaje es utilizar una figura re-
Los talleres e industrias culturales participan, de ese modo, tortea, madecuada para describir el funcionamiento de la in-
de la misma naturaleza productiva. La suposición es, no obs- dustria cinematográfica.
tante, infundada. En rigo~ la industria cultural nunca operó En verdad, hay un malentendido a lo largo de toda esta
de manera "Iordísta". Incluso Adorno reconocía el carácter ~sión, una ~onfusi6n entre estandarización y masifica.
artesanal de la confección de la música popolar. Pero pode- cíón. Los términos son utilizados como equivalentes. Es
mos encontrar otros ejemplos, en los cuales la dimensión probable que la polarización entre arte y cultura de "masan
industrial es más acentuada. Pienso en la telenovela, uno de haya contribuido a esto. Una parte considerable del debate
los productos más seriaJizados del mercado de imágenes. Su cultural tiende a contraponer, de un lado, la creatividad la
fabricación difícilmente puede ser descrita en términos de originalidad, el aura del objeto único, y, del otro, la homo-
centralización, rigidez o línea de montaje. Al contrario, si un geneidad, la repetición, la multiplicación de artefactos. Sin
sociólogo del trabajo se dedicase a comprenderla, percibiría embargo, si dejamos de lado el contrapunto con la esfera
de inmediato, que se trata de un modelo, en la mejor de las artística, las cosas cambian de figura. La estandarización es
hipótesis, "flexible". Entre la idea original del escritor, los ca- una exigencia del mercado, pero nada la articula, necesa-
pítulos que siguen, las filmaciones, realizadas por varios di- riamente, a una estrategia propiamente de "masa". Carteras
rectores, que trabajan de forma separada pero en sincronía, Cuccí, perfumes Díor; ropa Benetton, son productos tan es-
la actuación de los artistas Yla edición electrónica, no existe tandarizados como las series norteamericanas, las telenove-
ninguna jerarquía centraüzadora". Lo mismo puede decirse las brasileñas o los filmes de Hollywood. Incluso la llamada
de los filmes de Hollywood. Su producción no obedece, de "alta costura", al transformarse en ptit aporter, no escapa a
ninguna manera, a la rigidez de una organización automo- este destino. Al invadir los negocios sofisticados, los mode-
vilística tradicional. Los minuciosos estudios a nuestra los considerados "únicos", "obras de arte" de modistos ta-
disposición refutan ese tipo de apredaoón", En primer lu- lentosos, no poseen más el valor que insisten en alardear. La
gar, a lo largo de todo el siglo xx, hay una alternancia de griffe no es nada más que una marca, el patrón de una deter-
"modos de producción" (formas de fabricar un filme) que se minada vestimenta en el mercado. Estandarización significa
diferencian unos de otros -por ejemplo, es centralizado en ~ ~rmato ad~o a la multiplicación industrial Los pu-
los años veinte, se toma flexible a partir de 1930 y, nueva- blicístas Y los ejecutivos del marketing global conocen esto
mente, se transforma en la década del cincuenta-o En segun- perfectamente. Ellos no pretenden vender sus productos
do lugar, a partir de las innovaciones tecnológicas (sonido a todas las personas del planeta; les interesa conquistar seg-
y color) y de la sofisticación del lenguaje cinematográfico, mentos mundíalízados de consumo. Todo es una cuestión de
grado, una variable dependencia del público-objetivo.
En este sentido, el mercado nunca fue de "masa", ni siquiera
39 Véase Ortiz, R Y Ramos, J. M O., MA fabrica¡;áo indusbial e cultural en los tiempos pretéritos de las "viejas" tecnologías o del
da telenovela", en Ortiz, R el al, Telenovel,,: hisfórill e produ(iío, San "fordismo". Es verdad que actualmente es más diversifi-
Pablo, Brasiliense, 1989.
40 Véase Steíger, J. el al., TIre CÚlssícal Hollywood Cinema: Film, Sty1e and
cado, pero no debemos reducirlo a una dimensión cuantita-
Molle o/ Production ro 1960, Nueva York. Columbia Uníversíty Press tiva. La presencia de un mayor número de productos llP
1985. ' elimina sus características anteriores.
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OTRO TERRITORIO CULTURA, COMUNICACIÓN Y MASA

Dicho de otro modo, la segmentación no es fruto de la espacio de intercambio. Esta función, cumplida durante un
"Iercera Ola" o de la "posmederrudad". Varios ejemplos de- momento de la mod~d, implicaba una apropiación uti-
muestran esto. La radionovela, en América Latina, es una litaria de los objetos. Estos servían algo, eran adquiridos de
invención que conjuga influencias diversas: una forma ~o-­ acuerdo con sus características objetivas. El consumo se fun-
lletinesca de contar una historia, la emergencia de la radio, da hoy en la 'inutilidad". Los objetivos son portadores de
el interés de las firmas patrocinadoras (CoIgate-Palmoli- un valor 'saaó' (diría Durlcheim), Y simbolizan comporta"
ve, Gessy-Lever). Desde el inicio, se ~ a una au~cia mientos y distinciones sociales. En su ámbito, los individuos
específica: las amas de casa. De ~, el interés de las ~_ construyeo sus identidades, comparten expectativas de vida,
de jabón'" en producirlas y djfundirlas en escala contínen- modos de ser. El mercado es, por lo tanto, una instancia de
tal El melodrama radiofó~ es una estrategia d~ exglota- socialización. Aliado de la familia, la religión y las naciones,
ción, comercial y dramatúrgíca, del gusto feme~o . Las modela la personalidad de los hombres. Su influencia es
revistas de historieta también requieren una especialización planetaria, y se desdobla en la marcha de la modernidad-
del público. Sus héroes -Batman, Superman, Fantomas, Man- mundo.
dreke, Pato Donald, Mickey, Tio Patilludo- se dirigen a los Los primeros escritos sobre las sociedades de "masa" su-
adolescentes y los niños. El mecanismo se repite en la músi- brayaban esa dimensión socializadora, que, sin embargo,
ca popular. El rock-and-roll surge en los años cincuenta,como quedó en un segundo plano. Debemos recuperarla y situar-
resultado de las transformaciones de la industria cultural la en el nivel mundial. El consumo se revela así como una
norteamericana y como una expresión musical vinculada ínstítucíéa formadora de valores y orientadora de la con-
N42.
estrechamente a un mercado emergente: los NjÓvenes ducta; genera una ética específica, al desplazar los princi-
"Rebelde", frenético", el rack connota las maneras de ser
N pios de la esfera del gran arte y de las culturas populares.
de un determinado grupo de edad. Buena parte del debate acerca del "fin" del arte puede leerse
Homog~nversus fragmentación. No creo que el de- desde esta perspectiva. En rigor, sería insensato decir que el
bate deba ser conducido en esa dirección. Quizá tengamos arte desaparece en el contexto de la posmodernjdad, apenas
que focalizar algo que subyace en las .dos ~idone~: el m~ ocurre la declinación de su legitimidad. La esfera erudita ya
cado. En él, diferencia y estandartzaoón convrven S1o- no posee la autoridad que disfrutaba anteriormente. Nuevas
crónicamente. En rigor, lo nuevo de este siglo XXI es que el fuerzas sociales le hacen competencia El espacio del merca-
mercado se mundíalízé. Al atravesar los países, se consolidó do y del consumo se tornan así lugares en los cuales se en-
como una instancia fundamental de producción de sentido. gendran, y comparten, patrones de cultura. En ellos, en
En este aspecto, Adorno y Horkheimer tenían razón. En la escala mundializada, se materializan las fuerzas socialmen-
discusión sobre la "cultura de masas", lo que importaba no te hegemónicas.
eran las masas sino el mercado. Por eso, el emblema de los Multitud, masa, ronsunw. El primer término de esa secuen-
tiempos actuales es el consumo, que ya no se restringe a un da cayó en desuso, quizá llegó el momento de abdicar del
segundo. La importancia de los medios de comunicación 1\0
deriva.del hecho de ser de "masa". Debemos perdbirlosoomo
41 Lo mismo sucede con la sazp-oper& véaseABen, R, Spetiling of Salp-
intrínsecos de la modernidad que se tornó mundo; conectan
Opem Carolina del Norte, Univemty al North Carolina Presa, 1985.
4:2 Véase Peterson, R, ~y 19557 ExpIaining the Advent of Rock Mu· las partes dispersas en la sociedad global, y las articulan en
sic",en Popular Music, vol. 9/1,octubrede 1990. un mismo proceso. Lo mismo puede ser dicho respecto de
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OTRO TERRITORIO

DIGRESiÓN: CULTURA, CIUDADANIA y POLITICA"


la cultura. No me parece conveniente pensarla en tanto ~ma­
sificaei6n". Fstandarización Y diversificación no ~n ~ver­
sos excluyentes. En este sentido, cultura y com~caCl6n de
"masa" son nociones de poco provecho analítico. ~do­ Inicio mi reflexión con una pregunta: zqué entender por po-
narlas no significa, sin embargo, entend~ que.su vali~ez ~ lítica? Sin la pretensión de dar una respuesta definitiva, creo
agotó debido al debilitamiento de la SOCIedad mdustrial. NI
que es posible comprenderla como un tipo de actividad que
que fueron superadas por la flexibilidad de las tecno1oglas y
se desarrolla en el ámbito de un dominio específico. El obje-
la segmentación del mercado. Vunos que ese tipo de expli-
tivo de la cienda política (sea alcanzado o no) es, justamente,
cación es insuficiente. Yodiría, simplemente, parafrasean~o el de revelar la lógica de este espacio, haciendo inteligibles
a Lévi-Strauss, que "masa" ya no es una buena categona las acciones de los individuos que actúan en él, así como las
para pensar. Instituciones y los intereses que las sostienen. Se supone, por
lo tanto, la existencia de un horno politicus, que se comporta
de acuerdo con metas estrictamente racionales, claramente
determinadas 00 que no significa que no pueda equivo-
carse). En este caso, la esfera de la política constituye una
especie de subsistema de la sociedad, con reglas y funciona-
miento propios. Se puede decir que el "hacer política" se
arraiga en determinados lugares: sindicatos, partidos, esta-
dos, movimientos sociales. Allí se encuentran, pragmática-
mente, los contornos físicos de la actuación de los agentes.
En las sociedades contemporáneas, la política constituye
una esfera especializada Su autonomía puede ser descrita
corno el resultado de un largo proceso de racionalización,
para hablar en términos weberianos. En su interior se reali-
zan y confrontan las ideologlas y los programas partidarios,
las intensiones y los proyectos de los miembros de una co-
munidad. Por eso, los que "hacen política" hablan de estra-
tegia: un cálculo, una tentativa de maximizar las acciones,
en la realización de un objetivo dado. Poco importa, en
nuestra discusión, que los objetivos propuestos o los mé-
todos empleados sean más o menos adecuados. Subrayo
apenas, que la estrategia se vincula con una cierta capacidad
de la mente de desprenderse de la realidad inmediata, plan-
teando los problemas a mediano y largo plazo. El cálculo

• Traducción: Ada Solari.

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