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ORFEO

Personaje de la mitología griega. Ejecutaba la lira de modo cautivante, logrando así enamorar
a la bella Eurídice, quien lamentablemente muere bajando al inframundo de donde aquel intenta
rescatarla, cosa que a la final no consigue lograr. En su honor se desarrollaron los
rituales Misterios Órficos. Uno de los principales poetas y músicos de la Antigüedad. Inventor
de la cítara, pionero de la civilización, habiendo enseñado a la humanidad las artes de la
medicina, la escritura y la agricultura. Hizo accesibles muchos cultos importantes, como los
de Apolo y Dionisos; instituyó ritos místicos, tanto públicos como privados; prescribió rituales
iniciatorios y de purificación

Mito de Orfeo:
La historia más conocida sobre Orfeo es la que se refiere a su esposa Eurídice quien murió al
ser mordida por una serpiente mientras huía de Aristeo.
A orillas del río Estrimón, Orfeo lamentaba amargamente la pérdida de Eurídice. Consternado,
Orfeo tocó canciones tan tristes y cantó tan lastimeramente que todas las ninfas y todos los
dioses lloraron y le aconsejaron que descendiera al inframundo (catábasis) en busca de su
amada. En el trayecto, utilizando su música, hizo detenerse los tormentos del inframundo y
ablandó los corazones de Hades y Perséfone, quienes permitieron a Eurídice volver con Orfeo,
a condición de no voltear a mirarla hasta salir al mundo superior y que los rayos de sol bañasen
a la mujer.
Orfeo no volvió la cabeza en todo el trayecto. Llegando, finalmente, a la superficie, éste,
imprudentemente, dirigió la mirada a su amada sin haber sido bañada completamente por el
sol, así que se desvaneció en el aire y esa vez para siempre.6
Según relata Platón, los dioses del infierno sólo presentaron a Orfeo una aparición de Eurídice
y no le entregaron a su amante ya que les parecía que se mostraba cobarde, como
buen citaredo no teniendo el arrojo de morir por amor, antes, mas bien, había buscado el medio
de penetrar con vida en el Hades.7

La muerte de Orfeo
Según Ovidio, Orfeo intentó regresar al inframundo, pero Caronte le negó el paso por el
río Leteo, así que se retiró a los montes Ródope y Hemo, donde permaneció tres años evitando
la unión amorosa con cualquier mujer, a pesar de que se le ofrecieron muchas ninfas.
Orfeo seguía cantando y tocando la lira, lo que provocó que los árboles se conmovieran.9
Visto por las Bacantes tracias, conocidas como las Ménades, despreciadas por él, lo
apedrearon, despedazándolo y esparciendo sus miembros. Su cabeza y su lira arrojadas al
río Hebro fueron a parar al mar y ya cerca de la isla de Lesbos, una serpiente quiso devorar la
cabeza de Orfeo, impidiéndolo Apolo quien la transformó en roca. Por su parte, Dioniso castigó
a las Bacantes convirtiéndolas en árboles.
De esta manera, el alma de Orfeo encontró la de Eurídice en el inframundo y desde ese
momento se hicieron inseparables.10
Otra versión, recogida por Eratóstenes y que se remonta a la obra perdida de Esquilo Las
basárides, narra que Orfeo, al final de su vida, desdeñó el culto a Dioniso, del que antes presidía
los misterios. Considerando, en cambio, a Helios, a quien llamó Apolo, como el principal dios.
Por ello, mientras Orfeo se encontraba en el monte Pangeo esperando la salida del sol, Dioniso
envió a las Ménades para que lo despedazaran. Logrando unas ninfas reunir sus restos
enterrándolos en un lugar llamado Libetros, cerca del monte Olimpo. Mientras, la lira fué
colocada por Zeus entre las constelaciones.11 1
Otras versiones, recogidas por Pausanias, señalan que Orfeo obligaba a los maridos de las
mujeres de Tracia a que lo siguieran en sus viajes. Por tal razón lo mataron mientras estaban
embriagadas de vino y con ello se estableció la costumbre de que los hombres salieran a
combatir tras haber bebido.
Según Platón, los dioses impusieron a Orfeo el castigo de morir a manos de mujeres por no
haber tenido el arrojo de morir por amor como Alcestis, hija de Pelias, que había muerto en lugar
de su marido Admeto.

CULTO

Orfeo es uno de los primeros trabajos reconocidos como ópera, compuesta por Claudio
Monteverdi con el texto de Alessandro Striggio para la feria anual de Mantua. Su primer
exhibición fue en la Academia degl’Invaghiti de Mantua en Febrero de 1607 y el 24 de
Febrero del mismo año en la Corte Teatral de Mantua. Y fue publicada en Venecia en
1609.

La ópera hizo su moderno debut en 1904 en una versión para concierto en París. Se dice
que en las primera representaciones se utilizaba la voz aguda de algún castrati. La trama
está basada en el antiguo mito griego de Orfeo, quien intenta rescatar a su difunta
amada del Hades, el mundo de los muertos.

La ópera L’Orfeo se encuentra dividida en cinco actos y un prólogo:

•PRÓLOGO. Un “espíritu de música” explica el poder de la música y específicamente el poder de


Orfeo, cuya música es tan poderosa que es capaz de conmover a los dioses.

ACTO I. Orfeo y Eurídice celebran su boda.

ACTO II. Orfeo recibe la terrible noticia de que Eurídice ha muerto; resuelve ir él mismo al mundo de
los muertos para rescatarla. Canta un conmovedor recitativo sobre la fragilidad de la felicidad
humana.

ACTO III. Esperanza acompaña a Orfeo hasta la entrada del Hades. Orfeo conoce a Caronte, la
guardián del Hades, e intenta seducirlo con la belleza de su canto para que lo dejase entrar. Al
principio no tiene éxito, luego intenta nuevamente utilizando su lira; Caronte cae pacíficamente
dormido; Orfeo entra y desciende al Hades.

ACTO IV. Proserpina, la reina del Hades, es conmovida por la música de Orfeo, y persuade a Plutón,
rey del Hades, para que deje ir a Eurídice. Plutón accede bajo una condición: que Orfeo no mire
hacia atrás pues Eurídice ha de seguirlo hacia la luz y de vuelta a la vida. En un principio se marcha
con Eurídice siguiéndolo. Sus dudas, sin embargo, lo llevan a mirar sobre su hombro y en ese
momento Eurídice se desvanece, como un fantasma, ante sus ojos. Abatido, Orfeo regresa a la
tierra.

ACTO V. Orfeo es consumido por el dolor y Apolo, su padre, baja del cielo para llevarlo lejos, donde
pudiera contemplar la imagen de Eurídice para siempre en las estrellas.

Claudio Monteverdi, compositor del barroco italiano nacido el 15 de mayo de 1576 en Cremona, fue
una de las personalidades que se sintieron atraídas por la historia de Orfeo, componiendo así la
partitura de su ópera L’Orfeo (1605), basada en el citado mito. Monteverdi, con su maestría,
mostró, bajo la temáticas del mito, los alcances de los nuevos descubrimientos musicales, basados
principalmente en las múltiples resonancias expresivas de una melodía bellamente adornada con
un sustento de acordes por todo acompañamiento. Nacía así, para la historia de Occidente, la
música melódica con acompañamiento armónico.

Para recrear el momento en que Orfeo suplica con su canto a Caronte que deje salir a su amada,
Monteverdi escribe el arioso Possente spirto (mitad aria, mitad recitativo), colocado
simétricamente en el centro de la ópera.

Con el canto de Orfeo, Monteverdi nos muestra los profundos valores expresivos de la nueva
música, en correspondencia con los estados anímicos que Orfeo necesita despertar en Caronte para
conmoverlo.

Siguiendo con la misma línea, el músico, compositor, cantante y organista italiano, Luigi Rossi (1598-
1653), creó una ópera para tan insigne personaje de la mitología griega: Orfeo (1647), realizada con
gran éxito.

Retomando composiciones de célebres músicos, en el Teatro Municipal de Santiago, se recurrió a la


ópera de “Orfeo ed Euridice” de Christoph Willibald Gluck (1714 - 1787), obra insigne del siglo XVIII
que marcó un quiebre muy relevante en la forma de componer y encarar el drama lírico, reforma
que no se igualaría en magnitud hasta el siglo XX.

Cuando tenía catorce años, Gluck dejó el hogar para ir a estudiar a Praga, donde trabajó como
organista. Pronto se trasladaría a Viena y Milán, dando lugar a su primera ópera datada en 1741. La
ópera Orfeo ed Euridice la escribió en 1762. Tenía una técnica para componer limitada, pero
suficiente para las metas que él se había fijado. Su música podía producir una sensación de energía,
al tiempo que serenidad, alcanzando la sublimación. Su importancia histórica se basa en el
establecimiento de un nuevo equilibrio entre la música y el drama.

Y es que con su ópera, Gluck inicia un tremendo cambio que se puede observar tanto en Mozart
como en Wagner, en Verdi o en Berlioz por igual. Hasta esos días, las óperas consistían en una
especie de historia dramática de las hazañas y andanzas de héroes, en general mitológicos o clásicos,
que se acompañaban con música casi incidental. La gran innovación de Gluck fue darle relevancia
real a la música, generando partituras de alto contenido emocional y personajes más cercanos al
público que sufrían por problemas que, eventualmente, podrían haberle ocurrido a quienes estaban
más allá del foso.

El mito de Orfeo, gestado en la antigüedad griega, fue utilizado por la gran mayoría de los
compositores antiguos y barrocos para alguna de sus obras, Monteverdi y Vivaldi entre otros
muchos, pero fue Gluck el primero que puso al héroe a llorar sobre el escenario cuando pierde a su
amada Eurídice, dando significado a la expresión “drama lírico”, con la que se denomina
normalmente a las óperas.

En la línea antes mencionada, se presentó recientemente en el Auditorio Manuel de Falla de


Granada (enero, 2003) el drama de F. J. Haydn: “L’anima del filosofo, ossia Orfeo ed Euridice” en
música con libreto de Carlo Francesco Badini. El éxito de la noche fue en parte gracias a la presencia
del prestigioso Christopher Hogwood, conocedor profundo de la obra. Tras llevar al disco hace varios
años la versión de referencia absoluta y presentarla finalmente en el Covent Garden de Londres con
un retraso de más de dos siglos, la cuidada lectura del director inglés se basa en el perfecto
ensamblaje de unas piezas que en ocasiones adolecen de cierta coherencia o sólido hilo narrativo.

Joseph Haydn, compositor austriaco, nacido 1732 en el seno de una familia de origen húngaro. a
los 6 años ingresa en la escuela coral de la Catedral de San Esteban, en Viena, donde recibió su única
formación académica.

Durante nueve años mantuvo esa participación y llegó a actuar de solista. Estudió los tratados de
contrapunto y tomó algunas lecciones del prestigioso maestro de canto y compositor italiano Nicola
Porpora.

Trabajó como maestro de capilla y posteriormente para tres príncipes de la familia Esterházy.
Además de las sinfonías, óperas, operetas de títeres, misas, obras de cámara y música de danza que
el príncipe le encargaba, también hizo que ensayara y dirigiera sus propias obras, así como las de
otros compositores. Durante la década de 1780 su obra empezó a conocerse más allá de los límites
de Esterházy y su fama se extendió considerablemente.

Compuso sinfonías que gozaron de gran éxito; también escribió piezas corales, cuartetos, tríos del
piano, sonatas del piano y canciones, música eclesiástica, así como óperas, entre las que
destacamos L'anima del filosofo. Sus mejores óperas sabidas son "Acide y Galatea" y "Orfeo". Lo
bautizaron como el "padre de la instrumentación", el "inventor de la sinfonía", el "creador de la
música de compartimiento moderna".

Otra intérprete cautivada por el embrujo de Orfeo ha sido la contralto británica Kathleen Ferrier
(1912-1953), quien se caracterizaba por ser reacia a los escenarios y prefería el recital. Tan sólo dos
óperas atrajeron su fantasía irresistiblemente: Orfeo ed Euridice de C. W. Gluck y The rape de
Lucretia de B. Britten, ambas afrontadas por vez primera en el Festival de Glyndebourne.
Influencias tuvo el mito de Orfeo en la formación de otras religiones como del cristianismo primitivo,
influjo, entre otros, en algunas representaciones de la iconografía cristiana, lo cual sugiere
sorprendentes paralelismos entre Orfeo y Jesucristo o también en las conexiones con otros
movimientos doctrinales y rituales como los ritos dionisíacos y los misterios de Eleusis.

Asímismo, es innegable las influencias de la figura de Orfeo y el orfismo en el cambio radical del
pensamiento y la filosofía griega con la introducción en Grecia de la noción de inmortalidad del alma
y su incorporación plena en el pensamiento occidental, através de la revisión de este concepto
realizada por Pitágoras y Platón, lo cual merecería mucho más espacio del que disponemos.

Interesante puede ser la influencia de Orfeo en la conformación del movimiento religioso que adoptó
su nombre, el orfismo, y la penetración que esta doctrina pudo tener en la formación del pensamiento
heleno.

En el ámbito del arte antiguo, las representaciones iconográficas de Orfeo en la antigüedad clásica
superan, en cantidad y cualidad, las de cualquier otro mito. Sobre la enorme proyección del mito de
Orfeo en los más variados aspectos de la cultura y el arte de todos los tiempos, baste ahora con
recordar lo que afirma Pierre Grimal en su conocido diccionario de Mitología: “El mito de Orfeo es
uno de los más oscuros y cargados de simbología de cuantos registra la mitología helénica”.
ORFISMO

Conjunto de creencias, de ritos y prácticas religiosas propias de la religión órfica cuya revelación se
atribuye al poeta Orfeo, una figura mítica, detrás de la cual probablemente exista un verdadero
fundador religioso.

De la doctrina de la secta, pese a la gran cantidad de escritos órficos de época posterior, es poco lo
que se sabe con certeza. Numerosos indicios inducen a creer que estaba contenida en unos hieroi
logoi, cuyo núcleo procedía de los s. VII-VI a. C., que circulaban en un lamentable estado de
transmisión textual en los s. V y IV.

Platón atribuye a Orfeo la doctrina del soma/sema, la del cuerpo-sepulcro, en un pasaje muy citado
(Cratilo, 4000) que concuerda perfectamente con la del aionos eidolon, «imagen de la vida»
pindárica. Un fragmento de él es: pero el alma no es sólo inmortal, sino eterna, preexiste al cuerpo,
y puede entrar indefinidamente en el ciclo de la generación. Como los pitagóricos los órficos creen
en la transmigración de las almas, según se desprende también de los testimonios concordes de
Píndaro.

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