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Rafael Herrera

Notas sobre el sentido ético de la filosofía en Séneca


(UNED. Facultad de Filosofía)

Notas sobre el sentido ético de la filosofía en Séneca


Rafael Herrera
(UNED. Facultad de Filosofía)

El pensamiento de Séneca se orienta fundamentalmente hacia la acción ética. Cuando


decimos acción ética no queremos decir solamente que su sentido práctico del filosofar
es ético porque busque y exponga una teoría ética, sino que es ético también porque se
inspira en la acción social. El pensamiento senequista constituye una brújula para la
acción. Por tanto, es un pensamiento que se inspira en la sabiduría del hombre ético y
social, más que en la sabiduría del filósofo de carácter exclusivamente teorético.

“Todo mi propósito se reduce a decir lo que siento y a sentir lo que digo, y que
la palabra esté de acuerdo con la vida.” Ep. 75

La filosofía y el estilo de Séneca son las propias del moralista, que ha tenido una larga
historia posterior hasta autores contemporáneos como por ejemplo Cioran, quien, a
pesar de su carácter y estilo muy diferente, no deja de emplear el viejo modo retórico
eficaz y brillante del moralista, cuyo dominio tiene en Séneca a uno de sus máximos
representantes. En esa historia de la retórica filosófica se inscriben también filósofos
como Nietzsche, cuyo proyecto de transvaloración de todos los valores es también la
obra de un moralista. En tal sentido, una frase como ésta de Séneca “Importa más que
nuestras almas se hagan más fuertes que doctas” es muy inspiradora respecto del ethos
nietzschiano, por ejemplo. Con esto no queremos establecer paralelismos simplistas
entre el filósofo latino y autores contemporáneos.
La centralidad del hombre es tal en Séneca, que, desde su filosofía, se trata al ser
humano principalemente como sujeto de acción individual y social, dejando siempre en
segundo plano toda cuestión metafísica o cosmológica. Hay en Séneca un sano
escepticismo metafísico, que le impulsa, no a negar las cuestiones últimas y radicales,
sino a dejarlas en suspenso, a favor de las urgencias material y moral del presente.
Como Unamuno, al filósofo latino le interesaba el destino y la dignidad de la acción del
hombre como realidad efectiva, del hombre real, del hombre “Séneca” y cada uno de los

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Rafael Herrera
Notas sobre el sentido ético de la filosofía en Séneca
(UNED. Facultad de Filosofía)

interlocutores que aparecen en sus cartas. A pesar de ser considerado el mayor


representante del estoicismo latino, no considera la idea del cosmos como el contexto
decisivo en el que incardinar la existencia, sino que el hombre, en tanto que naturaleza,
constituye una criatura de una dignidad cuyo sentido se expresa socialmente a través de
la decisión moral en cada caso.
Con claro espíritu socrático, Séneca considera que la filosofía es el arte de vivir,
no de comprender teoréticamente una vida que no se ejerce. A esto último él lo llama la
reducción filológica de la filosofía, según la cual, el saber filosófico sobre la vida es
sustituido por un saber externo a la sabiduría de la vida, que lo reduce a juego de
ingenio, más que a práctica orientada por la inteligencia en la vida. Pero, partiendo de
las premisas estoicas, Séneca tiene que habérselas con la cuestión del fatum y la
posibilidad de la libertad. El sabio es aquel que acepta, resignadamente, el carácter
supremo del cosmos y sus condicionantes ineludibles sobre el ser humano, desde las
leyes físicas, hasta las pasiones y la muerte. Sin embargo, Séneca se revela hasta cierto
punto contra esta tesis estoica, porque en ella la libertad queda muy cuestionada como
posibilidad práctica. Así, en algunos momentos, recurre a la distinción dualista alma y
cuerpo para sumir al cuerpo al dominio del fatum y reservar al alma humana el reino de
la libertad. Hay espacio para la frónesis dentro del imperio del Logos; este espacio se
encuentra en el alma humana. Sabio es aquel que sabe ejercer su libertad, reconociendo
el principio de realidad así como los dictados supremos del Logos, pero no sin dejar
escapar su dignidad hacia la desesperación o el desenfreno del ignorante. El sabio
practica la virtud. Pero ¿qué es la virtud? No hay en Séneca una definición cerrada de la
misma. El propio carácter de su filosofía lo impide. La virtud del sabio se encuentra
sobre todo en el ejemplo de los sabios históricos. La historia es maestra de la vida, de la
misma manera que los sabios del pasado son maestros de vida. Éste será un método que
llevará al extremo la filosofía maquiaveliana, quien encuentra la virtus política en los
ejemplos históricos, dada la continuidad esencial constitutiva del ser humano en todas
las épocas.

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