Las auditorías tienen como propósito evidenciar la eficacia, eficiencia, efectividad y
transparencia de la gestión de los distintos procesos, actividades, planes, proyectos, operaciones y demás resultados de las entidades para lograr su mejora continua, promoviendo el ejercicio de autocontrol y autoevaluación. A nivel mundial la función de la auditoria está encaminada a la prevención y la detección de posibles riesgos u oportunidades, el análisis de las incidencias que se produzcan y la elaboración de un plan de acción que contribuya a evitar nuevas incidencias o corregir los efectos que puedan tener una vez que éstas se dan, y también a eliminar riesgos y aprovechar oportunidades. Todo ello, en un contexto de mejora continua. En Ecuador no se le ha tomado a la auditoría como una herramienta necesaria para la revisión de las actividades que se desarrolla dentro de las empresas, debido a que para la mayoría de los representantes de dichas instituciones es opcional y por lo tanto no se le da la debida importancia que esta merece, es por eso que en muchas de esas instituciones se producen problemas como inutilidad de objetivos, falta a la autoridad, inexistencia de espíritu de iniciativa, no hay responsabilidad, quebrantamiento de unidad de mando, organización costosa, difícil control, falta de comunicación e información, conflictos de competencia y personal, decisiones lentas entre otras que perjudican el desempeño de la organización. Para ello la Auditoría del futuro, será la solución a muchos problemas actuales y deberá cumplir un rol muy importante, como el apoyar a los miembros de instituciones tanto públicas como privadas proporcionando análisis, evaluaciones, recomendaciones, asesoría e información concerniente a las actividades revisadas.