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UNIVERSIDAD ABIERTA PARA ADULTOS

UAPA

ESCUELA DE PSICOLOGÍA
CARRERA DE PSICOLOGIA CLINICA

TEMA

Género y Sexualidad y Disfunciones en la Sexualidad.


PRESENTADO POR:

MATRÍCULA:

ASIGNATURA:

Sexualidad Humana.

FACILITADORA:

Ilusion Garcia.

Santiago de los Caballeros


República Dominicana
Abril, 2018.

Rathus Spencer A. Nevid Jeffrey s. Fichner-Rathus. Louis (2005). Sexualidad


Humana. Madrid. Editora Pearson.
1. Elaboración de un análisis del caso de: Jayne Thomas. Del libro de texto
referido. Argumente acerca del mismo.

El caso de Jayne Thomas, acerca de la transformación sexual a la cual se sometió y los


resultados a partir de asumir su nuevo rol como mujer, nos dejan bien en claro la
diferencia marcada con que la sociedad a menudo trata a las mujeres en relación a los
hombres.

Solo el hecho de ser mujer es suficiente para que la sociedad exija mucho más de la
persona solo para que esta sea aceptada dentro de una sociedad dominada por los
hombres.

Está claro que para muchos hombres la mujer es un ser que solo viene al mundo a ser
pisoteada y ver violentado sus derechos sin que se reconozca en lo más mínimo sus
capacidades intelectuales. Es un tema cultural que la propia sociedad se ha encargado de
mantener invariable a pesar de la innegable superación femenina en todos los campos
importantes de la vida moderna.

Por otro lado, este caso deja ver en claro el nivel de marginalidad a que están expuestos
las personas transexuales o aquellas llamadas homosexuales o lesbianas.

Marginalidad que comienza en los hogares, siendo las propias familias quienes niegan de
entrada, el apoyo que merecen estas personas en su difícil situación y en la posible toma
de decisión.

2. Elaborar un Diario de doble entrada donde analices los siguientes puntos:


a) Diferencias psicológicas y de la sexualidad, del hombre y la mujer
b) Actitudes hacia varones gay y lesbianas
c) Investigaciones, autores y teorías que explican por qué las personas se vuelven
homosexuales.
a) Diferencias psicológicas y de la Opinión personal.
sexualidad, del hombre y la mujer
La sexualidad en cada género es diferente
Hombres y se ve influenciada por diversos factores
que interfieren con las funciones de rol e
Excitación, en solitario, con estímulos incluso con la manera de adaptarse
sexuales. Pocos hombres se masturban sin socialmente.
fantasías eróticas.
Estos factores pueden ser ambientales o
El estado de ánimo del varón depende de estar sustentados en las experiencias
la excitación conseguida. Un hombre adquiridas durante el desarrollo del
puede estar enfadado, incluso molesto con individuo.
su mujer, pero cambia y se anima cuando
advierte la posibilidad de una relación
sexual.
Poca influencia del “clima”. El hombre se Algunas de las diferencias en el proceso
excita cuando tiene estímulos sexuales. fisiológico sexual en el hombre y la mujer,
No es necesario que “TODO” sea son los siguientes:
maravilloso.
El orgasmo es muy similar, en cuanto a
Preferencia por estímulos visuales. Es una contracciones y sensaciones. La mujer no
consecuencia de la necesidad de estímulos “eyacula”, aunque puede parecerlo en
sexuales. Al hombre suele gustarle mirar algunos casos. Las contracciones
y tener la luz abierta. vaginales durante el orgasmo pueden
provocar la salida del fluido vaginal, que
Interés prioritario por las caricias se segrega desde la excitación hasta el
genitales, desde el primer momento. La final. En el orgasmo tras la estimulación
erección del pene, como mejor se del punto G hay una secreción
aposenta, es con caricias en el mismo complementaria de las glándulas
pene. periuretrales; las contracciones pueden
provocar emisión (por uretra) de esta
Admisión (o necesidad) de “variaciones” secreción; hay mujeres que cree orinar
en la fase de meseta. El hombre, durante el orgasmo.
interesado en los aspectos sexuales, suele
buscar incrementos de excitación a base
de cambiar (de posición, de caricia).

Mujeres:

La mujer, para excitarse, necesita estar


relajada. Primero hará las paces. Quizá
después pueda excitarse. Lo contrario le
resultará muy difícil, por no decir
imposible.

Mucha influencia del “clima”. Para


empezar la excitación, el ambiente, el
entorno, las circunstancias… deben ser lo
más agradables que sea posible.

Preferencia por estímulos auditivos y


táctiles, los cuales requieren una actitud
positiva por parte del varón.

La mujer agradece la luz apagada, así


como las buenas palabras y las caricias
tiernas, no exigentes.

Desinterés por las caricias genitales, en los


primeros momentos. La excitación inicial
se logra mejor con caricias en cualquier
otra parte del cuerpo (preguntar a cada
mujer qué es lo que prefiere), con buenas
dosis de respeto y nada de exigencia. Una
mujer agradece las caricias genitales
cuando está a punto de llegar a la fase de
meseta, pero no antes.

La mujer, una vez llegada a la fase de


meseta, tiene un interés prioritario por
llegar al orgasmo. Considera más
interesante un tipo de caricia sostenido y
continuo, que la lleve al orgasmo, que no
un surtido de variaciones. Corre el riesgo
de perder excitación en los momentos de
cambio.

La respuesta sexual, en general, es más


variable en las mujeres que en los
hombres. Creemos que ello se debe a las
diferencias culturales y educativas, más
que a factores estrictamente físicos. La
mayor parte de diferencias se refieren a los
aspectos psicosexuales, y éstas son las que
vamos a detallar con mayor precisión.

b) Actitudes hacia varones gay y lesbianas

Al temor y rechazo extremo (irracional)


hacia hombres homosexuales o lesbianas
se le denomina homofobia. Este rechazo
suele ser más fuerte hacia las personas del
mismo sexo con orientación homosexual,
y en general está más definido hacia
hombres homosexuales que hacía
lesbianas (Herek, 1994). La homofobia
también se podría definir como una actitud
de extremo rechazo hacia los hombres
homosexuales y las lesbianas frente a
posiciones neutras o incluso de
aceptación. Desde una perspectiva
funcional estas actitudes tienen una
función expresiva, donde se contempla al
objeto actitudinal como un medio para que
la persona pueda alcanzar un fin, ya sea el
asegurar apoyo social en su entorno,
incrementar su autoestima, o reducir la
ansiedad. En este caso, las lesbianas y los
hombres homosexuales desempeñan un
papel de símbolo o vehículo, y la función
de las actitudes expresadas hacia ellos se
basan primariamente en los beneficios
sociales y psicológicos derivados de la
expresión de dichas actitudes.

c) Investigaciones, autores y teorías que


explican por qué las personas se vuelven
homosexuales.

Se dice que una persona es homosexual si


él o ella se siente romántica o sexualmente
atraída a miembros del mismo género o
sexo. Esto no significa que a los
homosexuales les atraen todos los
miembros del mismo sexo más que lo que
les atraen a los heterosexuales todas las
personas del sexo opuesto. Típicamente
las palabras “gay” y “lesbiana” se usan
para referirse a hombres y mujeres
homosexuales. El término “bisexual” se
refiere a personas a las que les atraen tanto
los hombres como las mujeres.

Los investigadores dedicados a estudiar la


sexualidad humana creen que la
orientación sexual se desarrolla y cambia
durante la vida de una persona. Tener
sentimientos o inclusive una experiencia
sexual con una persona del mismo sexo no
necesariamente significa que una persona
es “gay” o bisexual. No es inusual que las
personas experimenten con su sexualidad,
especialmente durante la adolescencia y al
comienzo de la edad adulta.

Que es lo que causa la homosexualidad:

Nadie sabe por qué algunas personas son


homosexuales. Algunas personas que
estudian la sexualidad humana creen que
la sexualidad es el resultado de los genes,
de factores sociales o individuales
aislados o combinados. Una percepción
equivocada muy común es que las
relaciones familiares donde ha habido
problemas hacen que la gente se vuelva
homosexual; sin embargo, no existe
ninguna investigación científica de peso
que apoye este mito.

No existe hasta el día de hoy


investigaciones que se hayan podido
repetir y den el mismo resultado, que
confirmen desde el punto de vista
biológico, que el homosexual nace.
Existen numerosas investigaciones a nivel
psicológico, bajo el contexto de terapia
familiar y de orientación psicodinámica,
muchas de estas confirman entre otras
cosas, que madres dominantes y fuertes de
carácter, son casi siempre las que tienen
hijos homosexuales.

Tanto a nivel homosexual como


heterosexual es un hecho que nos
enamoramos de acuerdo a la relación que
papá y mamá tuvieron y de acuerdo a la
relación que nosotros tenemos o tuvimos,
con papá y mamá.

3. Resumir unidad 7
Tipos de disfunciones sexuales

El sistema de clasificación de las disfunciones sexuales más ampliamente utilizado está


basado en el Manual Diagnóstico y Estadístico de Trastornos Mentales (Diagnostic and
StatisticalManual ofMental Disorders, DSM), de la Asociación Americana de Psiquiatría
(2000). El DSM propone cuatro categorías de disfunciones sexuales:

1. Trastornos del deseo sexual. Implican falta de interés por el sexo o aversión al
contacto
sexual.

2. Trastornos de la excitación sexual. La excitación sexual se caracteriza principalmente


por la erección en el varón y la lubricación e hinchazón de los genitales externos
en la mujer. En los varones, los trastornos de la excitación sexual implican
dificultad para conseguir o mantener la erección lo suficiente para la relación sexual.
En las mujeres, típicamente implican lubricación insuficiente.

3. Trastornos del orgasmo. Los varones o las mujeres pueden tener dificultades para
alcanzar el orgasmo o pueden alcanzar el orgasmo más rápidamente de lo que desearían.
Las mujeres suelen tener más dificultades para alcanzar el orgasmo. Los varones
suelen tener más dificultades por alcanzar el orgasmo demasiado rápidamente
(eyaculación prematura).

4. Trastornos de dolor sexual. Tanto los varones como las mujeres pueden sufrir
dispareunia
(relación sexual dolorosa). Las mujeres pueden sufrir vaginismo, o contracción
involuntaria de los músculos que rodean la bóveda vaginal, impidiendo la
penetración por el pene o haciéndola dolorosa.
Las disfunciones sexuales se clasifican en «primarias», o de por vida, y secundarias, o
adquiridas. (Las disfunciones adquiridas siguen a un periodo de funcionamiento normal.)
Las disfunciones también se clasifican como generalizadas o situacionales. Las
disfunciones
generalizadas ocurren en todas las situaciones. Las disfunciones situacionales
afectan al funcionamiento sexual solo en algunas situaciones, como durante la relación
sexual
pero no durante la masturbación, o con una pareja, pero no con otra. Si un varón nunca
ha sido capaz de conseguir una erección durante las relaciones sexuales con una pareja,
pero la consigue durante la masturbación, su disfunción es de por vida y situacional.

Trastornos del deseo sexual

¿Qué son los trastornos del deseo sexual? Los trastornos del deseo sexual implican
ausencia de deseo sexual o aversión a la actividad sexual genital. Las personas con poco
o ningún interés o deseo sexual se dice que tienen un trastorno de deseo sexual hipoactivo.
A menudo informan de una ausencia de fantasías sexuales. La ausencia de deseo es más
común entre mujeres que entre varones.

Tratamiento de las disfunciones sexuales

¿Qué es la terapia sexual? La terapia sexual ayuda a modificar los pensamientos


que distorsionan (creencias y actitudes) la conducta, y esto se hace de una manera tan
directa como sea posible, aunque los terapeutas sexuales reconocen también el papel de
los conflictos en la infancia y la influencia de la relación de pareja. Así, atacan el problema
con diferentes terapias, según lo requiera el problema (Kleinplatz, 2003; Leiblum &
Rosen,
2000).
Aunque las aproximaciones particulares varían, en general, las terapias sexuales ayudan
a:
1. Cambiar las creencias y las actitudes derrotistas.
2. Aprender habilidades sexuales.
3. Mejorar el conocimiento sexual.
4. Aumentar la comunicación sexual.
5. Reducir la ansiedad.
La terapia sexual normalmente involucra a ambos miembros de la pareja, aunque en
algunos casos se prefiere la terapia individual. Los terapeutas han descubierto que «dar
permiso» para experimentar acerca del sexo, o discutir acerca de actitudes negativas hacia
el sexo, ayuda a muchas personas a superar problemas sexuales sin necesidad de una
terapia
más intensa.
También han aparecido tratamientos biológicos para varias disfunciones sexuales. La
atención pública se ha centrado en el Viagra, un medicamento que resulta de gran ayuda
en la mayoría de los casos de disfunción eréctil. Además, están apareciendo competidores
al Viagra y otros tratamientos biológicos para la eyaculación prematura, la disfunción
orgásmica femenina y la falta de deseo sexual.
Trastornos del deseo sexual

¿Cómo tratan los profesionales los trastornos del deseo sexual? Algunos terapeutas
ayudan a despertar los apetitos sexuales de personas con deseo sexual hipoactivo
prescribiendo ejercicios de autoestimulación combinados con fantasías eróticas (Leiblum
& Rosen, 2000). Los terapeutas también pueden ayudar a las parejas disfuncionales
prescribiendo
ejercicios focalizados en las sensaciones, mejorando la comunicación y ampliando
el repertorio de habilidades sexuales de la pareja. Los terapeutas sexuales reconocen
que el deseo sexual hipoactivo es a menudo un problema complejo, que requiere
un tratamiento más intensivo que los problemas de la excitación o el orgasmo (Leiblum
& Rosen, 2000; Helen Singer Kaplan, 1987). Argumentan que los enfoques orientados a
la comprensión e interpretación son de ayuda, especialmente en el tratamiento del deseo
sexual hipoactivo y la aversión sexual, para descubrir y resolver conflictos psicológicos
profundamente
asentados.

Trastornos de la excitación sexual

Existen trastornos de la excitación sexual masculinos y femeninos.


¿Cómo tratan los profesionales los trastornos de la excitación sexual?
El trastorno de la erección. El trastorno de la excitación masculina se conoce también
como trastorno eréctil. Los hombres con trastorno eréctil pueden pedir a sus terapeutas
que les «enseñen» o les «muestren» cómo conseguir una erección. Algunos de nuestros
pacientes
nos han pedido que les digamos qué fantasías deberían recrear para conseguir una
erección, cómo deberían tocar a sus parejas o cómo deberían ser tocados. Sin embargo,
la
erección es un reflejo, no una habilidad. Un hombre no necesita aprender cómo tener una
erección más de lo que necesita aprender a respirar.
En la terapia sexual, las mujeres que tienen problemas para conseguir lubricación y los
hombres con problemas eréctiles, aprenden que no necesitan «hacer» nada para excitarse
sexualmente. En la medida en que sus problemas tienen origen psicológico y no genético,
solo necesitan recibir estimulación sexual mientras están relajados, para que la ansiedad
no inhiba los reflejos naturales.

Para reducir la ansiedad, las parejas mantienen contactos sexuales sin exigencia,
contactos
que no exigen lubricación o erección. Pueden comenzar con ejercicios focalizados
en las sensaciones no genitales, como los de Masters y Johnson. Después de un par de
sesiones, la focalización sensorial se extiende a los genitales.

Trastornos de dolor sexual

Entre los trastornos de dolor sexual destacan dos: la dispareunia y el vaginismo.


¿Cómo tratan los profesionales los trastornos del dolor sexual?
La dispareunia. La dispareunia, o relación sexual dolorosa, generalmente requiere la
intervención
del médico para valorar y tratar cualquier problema físico que subyazca,
como infecciones del tracto urinario genital, que podrían provocar el dolor (Laumann
et al., 1999). Cuando la dispareunia es provocada por el vaginismo, el tratamiento del
vaginismo mediante un enfoque conductual, descrito a continuación, puede eliminar el
dolor.

El vaginismo. El vaginismo se trata por lo general con ejercicios conductuales en los


cuales
se insertan dilatadores plásticos de tamaño creciente para ayudar a relajar la musculatura
vaginal. Un ginecólogo puede primero demostrar la inserción del dilatador más
estrecho. Después, la mujer, por sí misma, practica la inserción de dilatadores más anchos
en casa. La mujer incrementa el tamaño del dilatador a medida que ella se sienta capaz
de tolerar la inserción y mantenerlo en la vagina (durante diez o quince minutos) sin
incomodidad ni dolor. La mujer, por su cuenta —no su pareja o su terapeuta—, controla
el ritmo del tratamiento (Leiblum & Rosen, 2000). Los dedos de la mujer o de su pareja
(primero los dedos más pequeños, después dos dedos, etc.) pueden utilizarse en
lugar de los dilatadores plásticos, con la mujer controlando la velocidad y la profundidad
de la penetración. Cuando la mujer es capaz de tolerar dilatadores (o dedos) equivalentes
al grosor del pene, la pareja puede intentar el coito. Aun así, la mujer debería
controlar la penetración. Las circunstancias deberían ser relajadas y sin exigencia. La idea
es evitar volver a sensibilizarla con los temores de la penetración. Como el vaginismo, a
menudo, ocurre entre mujeres con un historial de trauma sexual, como violación o incesto,
el tratamiento de los efectos psicológicos de estas experiencias debe ser el apropiado
(Leiblum & Rosen, 2000).

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