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Antecedentes
Es por eso que este libro nos permite tener un mejor control sobre nuestro
cuerpo y de esa manera poder relacionarnos mejor tanto con nosotros como
con el resto de individuos ya que el individuo ha sido criado y se han formado
siempre en un ambiente rodeado de más personas, por lo que no somos
seres aislados, sino que existe esa especie de necesidad por relacionarnos
con otras personas.
Desarrollo
Poder salir del estado de confort es algo difícil, pero eso va a permitirnos
poder relacionarnos de mejor manera con el resto de persona, ya que
obviamente no todos estamos acostumbrados a realizar las mismas
actividades, y el aprender de los demás y tomar sus buenos hábitos nos va a
ayudar a tener relaciones más poderosas.
Para tomar conciencia de cómo nos relacionamos hay que tener presente las
palabras que decimos, las acciones, la emoción y el sentido; ser conscientes
de cómo explicamos lo que nos pasa, qué hacemos o no hacemos, qué
estado emocional acompaña y qué sentido tiene para nosotros lo que
estamos viviendo.
Explican: “El sentido tiene que ver con el fin que perseguimos y con la
trascendencia de lo que hacemos. Es un norte que surge de lo que quiero y
no quiero más para mi vida, de todo aquello que quiero hacer y de lo que no
quiero repetir, es ese lugar donde quiero llegar y que me produciría una
sensación de plenitud de mi propia presencia y existencia”.
Examinar el sentido que le damos a las cosas desde lo que sentimos nos
permite reorganizar nuestra experiencia y deshacernos de muchos objetivos
intermedios absurdos que nos hacen sufrir a nosotros y a los que nos rodean.
Ésta es una de las ideas centrales y que más nos ha cautivado del libro.
Esto, y dejar claro que el vínculo fundamental de la trama relacional en que
vivimos es la relación que tenemos con nosotros mismos. La buena relación
con uno mismo. “Partiendo de que solo se puede cuidar aquello que se
conoce, la clave de una buena relación con uno mismo es la consciencia de
cómo nos narramos en la actualidad, cuáles son nuestras emociones
predominantes y cómo llegaron a gobernar nuestra vida”.
Y añaden que una manera de abordar el fortalecimiento de la relación con
uno mismo es crear un verdadero sentido de urgencia en cuanto a que el
momento de vivir plenamente es ahora, y no mañana. Párrafo que
subrayamos, junto a: “Si piensas en lo pequeña, breve e inestable que es tu
existencia en millones de años luz estrellas, lo único posible es valorar la
maravillosa sensación de estar aquí y ahora”…. “La persona que tiene
consciencia de la brevedad e irrelevancia, y que además está en paz con
esto, puede mirar a otros desde la paz, desde la aceptación de sus
características, desde la curiosidad de comprender cómo es que el otro llegó
a ser así”.
El libro dedica un espacio muy destacado a las relaciones de trabajo. Nos
paramos especialmente en el apartado que aconseja “operar desde una
nueva comprensión de lo que significa trabajar; entender el trabajo como la
construcción sistemática de satisfacción en una red de personas que yo
valoro laboralmente y con las cuales quiero vivir y relacionarme”. Construir
una identidad laboral poderosa pasa por centrarse en ir más allá de hacer
bien el trabajo y en cuidar la experiencia que las otras personas tienen
cuando trabajan con nosotros.
No somos buenos trabajadores solo porque cumplimos nuestra tarea, sino
que, además, siempre hay un fondo ético compartido que consolida las
relaciones.
Antes, tendremos que haber definido nuestro objetivo profesional más
prioritario. Saber que está en nuestras manos hacer la vida laboral que
soñamos, si antes hemos asumido esta responsabilidad y generamos
acciones relacionales que cambien nuestro espacio de oportunidades.
Las relaciones poderosas las podemos ir articulando desde tres ejes
Repetir las condiciones que hicieron que ocurriese ese momento pleno es el
objetivo y el propósito es compartirlo con nuestras Personas de Valor.
Convivimos en redes de relación, familia, amigos, trabajo y en ellas
compartimos con personas en quién confiamos, con las que sentimos una
cercanía confortable, que nos reafirman en lo que destacamos y en lo que
podemos mejorar, que su presencia nos hace creíbles y nosotros les damos
el poder de la credibilidad.
Conversar y pensar con los que nos rodean en nuestras redes particulares y
profesionales de forma transparente, contrastando continuamente lo que
uno espera del otro para así ir ajustando las expectativas mutuas y estar
siempre en un equilibrio en el dar y recibir, en el escuchar; en definitiva, en
ser reconocido.
Conclusión