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COSA JUZGADA
GRUPO:
JAVIER RICARDO GARCIA PEREZ
SALVATIERRA ORTIHUELA BRENGHY
CATEDRATICO
Dr. CARLOS YANACO ESTRADA
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INTRODUCCIÓN
La cosa juzgada es una institución con la que diariamente tienen que confrontarse
abogados, jueces y fiscales. Su estudio es considerado uno de los más complejos y, sin
embargo, aunque son múltiples los autores que han abordado su análisis, los problemas
que subsisten en la práctica son casi los mismos, desde hace más de tres milenios.
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INDICE
INTRODUCCIÓN 02
CAPITULO I
FUNDAMENTO HISTÓTICO 03-04
CAPITULO II .
LA COSA JUZGADA 05
FUNDAMENTO DE LA COSA JUZGADA 06-07
REQUISITOS DE LA COSA JUZGADA 08-.09
EFICACIA DE LA COSA JUZGADA 10-11
NULIDAD DE LA COSA JUZGADA 11-12
RESOLUCION EN LA COSA JUZGADA 12-17
BIBLIOGRAFIA 18
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CAPITULO I:
I.- FUNDAMENTO HISTÓRICO:
La cosa juzgada señala Savigny no es una consecuencia natural o necesaria deducible
del concepto del oficio del juez. Al contrario, cuando se pone en duda la justicia de la
sentencia, parece natural emprender un nuevo examen del asunto. La experiencia
histórica demuestra cómo, en diversas épocas de la evolución de las instituciones
judiciales, se ha considerado conveniente el establecimiento de un régimen jerárquico
de instancias sucesivas en busca de la justicia de la decisión; y cómo se ha comprobado
en muchos casos, que la decisión del último juez no es siempre la mas justa, ni la más
conforme con el derecho.
Esto plantea el desiderátum entre mantener la vigencia de una sentencia fruto del
error o de la prevaricación del juez, o prolongar la incertidumbre en las relaciones
jurídicas y patrimoniales, sin límite de tiempo, hasta alcanzar una sentencia justa.
Es una cuestión de política del derecho dice Savigny establecer cuál de estos dos
peligros o daños sea mayor y optar por la solución más conveniente. Son pues, como
afirma también Chiovenda, razones de oportunidad, consideraciones de utilidad social,
las que hacen poner un término a la investigación judicial, y tratar la sentencia como ley
irrevocable para el caso concreto.
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el pasaje de Ulpiano: ingenuum accipere debemus etiam eum, de quo sententia lata
est, quamvis fuerit libertinus: quia res iudicata pro veritate accipitur (debemos también
tener por ingenuo a aquel que por sentencia se declaró serlo, aunque fuese libertino,
porque la cosa juzgada se tiene por verdad).
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CAPITULO II.
II.- LA COSA JUZGADA
1.- CONCEPTO.
Si como hemos visto, el fin del proceso es lograr la paz social en justicia, dicho fin sólo
podrá cumplirse cuando las decisiones judiciales no admitan cuestionamiento, es decir
cuando la decisión del juez sea indiscutible.
El Código Procesal Civil, en el artículo 123º, nos precisa qué debe entenderse por cosa
juzgada.
Artículo 123º.- Cosa Juzgada.
Una resolución adquiere la autoridad de cosa juzgada cuando:
1. No proceden contra ella otros medios impugnatorios que los ya resueltos.
2. Las partes renuncian expresamente a interponer medios impugnatorios o dejan
transcurrir los plazos sin formularlos.
La cosa juzgada sólo alcanza a las partes y a quienes de ellas derivan sus derechos. Sin
embargo se puede extender a los terceros cuyos derechos dependen de los de las partes,
si hubieran sido citados con la demanda.
La resolución que adquiere la autoridad de cosa juzgada es inmutable, sin perjuicio de
los dispuestos en los artículos 178º y 407º
Viene a ser la determinación del juez, teniendo en calidad de estado o status que
adquiere LA RESOLUCION DE CARÁCTER DEFINITIVO, motivada por un
Órgano Jurisdiccional.
En donde podemos entender que es el AUTO o SENTENCIA, Haya quedado
consentida o se califica como inimpugnable
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objeto de un proceso que ha concluido con una resolución firme no puede ser
nuevamente juzgado en el mismo proceso o mediante uno nuevo. El fundamento de la
cosa juzgada en materia penal se encuentra esencialmente en la seguridad jurídica que
se le otorga al ciudadano de que no sufrirá una nueva injerencia estatal por el mismo
hecho que fue objeto ya de una decisión judicial. De esta forma, el ciudadano resulta
protegido frente a la arbitrariedad o ligereza estatal en el ejercicio del ius puniendi, por
lo que puede decirse, que “el Estado sólo tiene una oportunidad para hacer valer su
pretensión sancionatoria, ya no puede ejercerla, así se invoquen defectos técnicos o
diferentes perspectivas jurídicas para resolver, detrás de la cosa juzgada se encuentra
indudablemente el principio más general del non bis.
Para que tenga lugar la cosa juzgada en una decisión judicial es necesario la existencia
de dos identidades:
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4.- EFECTOS QUE CAUSA LA COSA JUZGADA
Los diferentes efectos que produce una decisión judicial son descritos con los conceptos
de cosa juzgada formal y material (según Roxin). La cosa juzgada formal impide que lo
que se ha resuelto en una resolución judicial firme sea impugnado posteriormente dentro
del mismo proceso (efecto conclusivo), mientras que la cosa juzgada material trae como
consecuencia que la causa decidida firmemente no sea objeto de otro proceso judicial
(efecto impeditivo). Como puede verse, ambas formas de cosa juzgada evitan que se
reviva procesos fenecidos, sea prohibiendo dar vida al mismo proceso ya concluido, sea
prohibiendo incoar uno nuevo por los mismos hechos y contra el mismo sujeto.
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decir, formalmente igual. Hace que no se pueda volver a revisar la decisión
adoptada mediante fallo ejecutoriado la cosa juzgada material, cuando no se trata de
una norma con texto normativo exactamente igual, formalmente igual, sino de una
disposición cuyos contenidos normativos son idénticos. El fenómeno de la cosa
juzgada opera así respecto de los contenidos de una norma jurídica.
Esta restricción tiene sustento en el artículo 243 de la Constitución Política, según el
cual “ninguna autoridad podrá reproducir el contenido material del acto declarado
inexequible por razones de fondo…”. De este modo la reproducción integral de la
norma, e incluso, la simple variación del giro gramatical o la mera inclusión de un
elemento normativo accesorio por parte de legislador, no afecta el sentido esencial
de la disposición, y entonces se concluye que sobre la misma opera el fenómeno de
la cosa juzgada.
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necesidades concretas de la vida colectiva – aún cuando no haya habido cambios
formales en el texto fundamental -, lo que incide necesariamente en el juicio de
constitucionalidad de las normas jurídicas. El concepto de “Constitución viviente”
puede significar que en un momento dado, a la luz de los cambios económicos,
sociales, políticos, e incluso ideológicos y culturales de una comunidad, no resulte
sostenible, a la luz de la Constitución, – que es expresión, precisamente, en sus
contenidos normativos y valorativos, de esas realidades -, un pronunciamiento que
la Corte haya hecho en el pasado, con fundamento en significaciones
constitucionales materialmente diferentes a aquellas que ahora deben regir el juicio
de Constitucionalidad de una determinada norma. En estos casos, no se puede
considerar que el fallo vulnera la cosa juzgada, ya que el nuevo análisis parte de un
marco o perspectiva distinta, que en lugar de ser contradictorio conduce a precisar
los valores y principios constitucionales y permiten aclarar o complementar el
alcance y sentido de una institución jurídica.
Todo lo anterior nos lleva a la consideración de la cosa juzgada porque esta, aun
cuando sea material puede ser revisada, aun cuando el Principio doctrinario y
jurídico diga que no es así.
5.1. Inimpugnabilidad.
Se refiere, a que la Sentencia de cosa juzgada no puede ser revisada por ningún Juez
cuando se hayan agotado ya todos los Recursos que dé la Ley, inclusive el Recurso
de invalidación.
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Es inatacable. No acepta recurso alguno, sea ordinario o extraordinario. Cuando la
sentencia se basa en autoridad de cosa juzgada, esta es inatacable o inimpugnable.
En conclusión que la Ley impide su cuestionamiento.
5.3. Coercibilidad.
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En conclusión existe eventualmente, la posibilidad de la ejecución forzada de lo
decidido, especialmente en las sentencias de condena.
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una culminación o terminación del proceso penal y, a partir de ello, precisar si les
corresponde el carácter de cosa juzgada y el alcance del mismo.
A. Las excepciones
Salvo la excepción de naturaleza de juicio, los autos que declaran fundadas
de manera definitiva una excepción penal tienen el carácter de cosa juzgada.
En la medida que el auto que declara fundada una excepción plateada en el
proceso penal pone de manifiesto un impedimento procesal insuperable, el
auto de sobreseimiento tendrá el carácter de cosa juzgada material absoluta.
En consecuencia, el auto firme que resuelve favorablemente una excepción
no puede ser nuevamente revisado en sede judicial. Distinto es el caso de los
autos que resuelven las cuestiones previas o prejudiciales, pues en estos
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casos cabe reiniciar el proceso penal si se subsana el defecto. Por lo tanto,
puede decirse que, respecto de estos medios de defensa técnico, el auto que
los resuelve tiene solamente el carácter de cosa juzgada relativa.
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El punto que puede resultar discutible respecto del auto de No Haber Mérito
para Pasar a Juicio Oral es el alcance del carácter de cosa juzgada material
de la resolución judicial que deniega pasar a juicio oral. Como ya lo
señalamos, el alcance de la cosa juzgada material será solamente relativo si
la aparición de nuevas pruebas sobre el hecho permite iniciar un nuevo
proceso penal. Podría pensarse que en la medida que los artículos 232 y 237
del Código de Procedimientos Penales autorizan el ofrecimiento o la
proposición de la actuación de nuevas pruebas en el juicio oral, la cosa
juzgada material del auto que declara no haber mérito para pasar un juicio
oral tendrá el carácter sólo de relativa, de manera que si nuevas pruebas
corroboran la existencia del delito y la responsabilidad del inculpado, podrá
iniciársele un nuevo proceso penal. Esta solución, sin embargo, no puede
suscribirse, pues el Estado tiene que asumir el riesgo de una defectuosa
labor de investigación penal.
Si un ciudadano es sometido por el Estado a una investigación penal con
todas las restricciones y efectos socialmente perjudiciales que conlleva sin
que se le encuentre responsable por el delito, no cabe dejarlo expuesto a la
indeterminación de que, en cualquier momento, podrá ser nuevamente
procesado. El Estado tiene solamente una oportunidad para hacer valer su
pretensión punitiva. Si bien puede que esta garantía implique que gente
culpable quede libre de pena, constituye una medida necesaria para evitar la
arbitrariedad y la injerencia ilimitada del Estado. Por lo tanto, el auto que
declara no haber mérito para pasar a juicio oral, tiene el carácter de cosa
juzgada material absoluta.
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En primer lugar, la propia Constitución Política pone de manifiesto que el
carácter de cosa juzgada no se limita a la sentencia firme, sino que incluye
los casos de sobreseimiento definitivo cuyos efectos son similares a los de la
sentencia. Como lo pone de manifiesto con suma claridad SAN MARTÍN
CASTRO, “Si el fundamento (scl. de la resolución que deniega la apertura
de instrucción) es semejante al que puede basar una sentencia absolutoria o
una resolución de otro tipo, pero que, por unos u otros motivos, equivaldría
a una absolución y si esa resolución pasa –o puede pasar– por sucesivos
tribunales con competencia para dictar sentencia, se darán los requisitos
para atribuir a tal resolución fuerza de cosa juzgada”. Por lo tanto, resulta
incorrecto negarle el carácter de cosa juzgada al auto de No Ha Lugar a abrir
instrucción porque no es formalmente una sentencia, pues en determinados
casos este auto realiza un juicio materialmente equivalente al que se hace en
una sentencia. En segundo lugar, resulta infundado afirmar que no ha
existido una actividad probatoria previa al auto de No Ha Lugar, pues el
Fiscal Provincial tiene que realizar una investigación preliminar que le
permita reunir los indicios suficientes para presumir la existencia de un
hecho punible. Si no se hubiese realizado esa actividad investigadora
mínima, el fiscal no habría podido denunciar penalmente al sospechoso ante
el juez. Es evidente que la actividad probatoria no se ha actuado en un
proceso penal formalmente instaurado, pero eso no significa que el fiscal no
denuncie con indicios suficientes de responsabilidad. En cualquier caso, la
crítica a la falta de una actividad investigadora solamente podrá valer para
cuestionar el carácter de cosa juzgada de los autos de No Ha Lugar a abrir
instrucción que se sustentan en un déficit de prueba, pero no para aquellos
en los que se desestima el inicio de la investigación penal por no tener el
hecho denunciado relevancia penal.
En cuanto a la falta de un contradictorio, esta objeción podría ser un
elemento de juicio determinante si el auto de No Ha Lugar implicase una
cierta desprotección del investigado frente a la actividad del Ministerio
Público, en el sentido de no poder controvertir las pruebas, argumentos o
posiciones de los denunciantes o del fiscal. Si bien el régimen del
contradictorio se manifiesta con mayor fuerza en el juicio oral, esta
afirmación no implica desconocer su vigencia en las etapas previas al juicio.
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En la medida que el investigado ha tenido la oportunidad de controvertir las
afirmaciones de la denuncia fiscal, habrá existido el contradictorio suficiente
para garantizar su derecho a la defensa.
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BIBLIOGRAFÍA
Alcalá-Zamora y Castillo, Niceto, 1906. Estudios de teoría general e historia del
proceso (1945-1972) / Niceto Alcalá-Zamora y Castillo. Reimpr.: México, D.F. :
UNAM, Instituto de Investigaciones Jurídicas, 1974 (reimpr. 1992).
Arellano García, Carlos. Teoría general del proceso / Carlos Arellano García. 5a
ed. México, D.F. : Porrúa, 1995.
Carrión Lugo, Jorge. Análisis del Código Procesal Civil. Lima, 1994, Cultural
Cuzco S. A. Editores, Tomo I.
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