Sie sind auf Seite 1von 18

UNIVERSIDAD PERUANA LOS ANDES

DERECHO PROCESAL CIVIL I:


TEMA:

COSA JUZGADA
GRUPO:
JAVIER RICARDO GARCIA PEREZ
SALVATIERRA ORTIHUELA BRENGHY

CATEDRATICO
Dr. CARLOS YANACO ESTRADA

HUANCAYO, 24 DE NOVIEMBRE 2018

1
INTRODUCCIÓN
La cosa juzgada es una institución con la que diariamente tienen que confrontarse
abogados, jueces y fiscales. Su estudio es considerado uno de los más complejos y, sin
embargo, aunque son múltiples los autores que han abordado su análisis, los problemas
que subsisten en la práctica son casi los mismos, desde hace más de tres milenios.

La presente monografía simplifica la problemática que ha generado no solamente la


práctica judicial, sino la que ha creado, en muchas ocasiones artificialmente, la doctrina.
La cosa juzgada, sea cual fuere la perspectiva desde la que se la observe, no es más que
una prohibición de reiteración de juicios que intenta conferir seguridad al ordenamiento
jurídico, consiguiendo con ello paz social. Desde esta sencilla premisa, a la que se llega
tras un estudio histórico y doctrinal, se afronta el problema central de la cosa juzgada:
su alcance, es decir, a qué y a quién afecta, por qué, en qué situaciones y por cuánto
tiempo, dibujando soluciones fácilmente comprensibles que permiten su aplicación a
cualquier caso concreto.

Se muestra de ese modo en qué ocasiones es precisa la estabilidad de un


pronunciamiento jurisdiccional, y cuándo se puede prescindir de dicha

2
INDICE
INTRODUCCIÓN 02
CAPITULO I
FUNDAMENTO HISTÓTICO 03-04

CAPITULO II .
LA COSA JUZGADA 05
FUNDAMENTO DE LA COSA JUZGADA 06-07
REQUISITOS DE LA COSA JUZGADA 08-.09
EFICACIA DE LA COSA JUZGADA 10-11
NULIDAD DE LA COSA JUZGADA 11-12
RESOLUCION EN LA COSA JUZGADA 12-17
BIBLIOGRAFIA 18

3
CAPITULO I:
I.- FUNDAMENTO HISTÓRICO:
La cosa juzgada señala Savigny no es una consecuencia natural o necesaria deducible
del concepto del oficio del juez. Al contrario, cuando se pone en duda la justicia de la
sentencia, parece natural emprender un nuevo examen del asunto. La experiencia
histórica demuestra cómo, en diversas épocas de la evolución de las instituciones
judiciales, se ha considerado conveniente el establecimiento de un régimen jerárquico
de instancias sucesivas en busca de la justicia de la decisión; y cómo se ha comprobado
en muchos casos, que la decisión del último juez no es siempre la mas justa, ni la más
conforme con el derecho.

Esto plantea el desiderátum entre mantener la vigencia de una sentencia fruto del
error o de la prevaricación del juez, o prolongar la incertidumbre en las relaciones
jurídicas y patrimoniales, sin límite de tiempo, hasta alcanzar una sentencia justa.

Es una cuestión de política del derecho dice Savigny establecer cuál de estos dos
peligros o daños sea mayor y optar por la solución más conveniente. Son pues, como
afirma también Chiovenda, razones de oportunidad, consideraciones de utilidad social,
las que hacen poner un término a la investigación judicial, y tratar la sentencia como ley
irrevocable para el caso concreto.

En el primitivo derecho romano, la eficacia de la decisión se fundaba en el


"compromiso" que asumían las partes en la litiscontestatio, no en la autoridad del
Estado, como se ve del pasaje de Ulpiano: stari autem debet sententiae arbitri quam de
re dixerit, sive aequa, sive iniqua sit; et sibi imputet, qui compromisit (se debe estar a la
sentencia que el árbitro diese sobre la cosa, sea justa o injusta; y cúlpase a sí mismo el
que se comprometió).

Posteriormente, la evolución del concepto del Estado, la extensión del Imperium y el


nuevo concepto de la jurisdicción, que llevaron al Estado a asumir la función pública de
administrar justicia mediante los jueces, hicieron inútil el contrato de litiscontestatio de
las primeras épocas, y bajo Justiniano, la fuerza de la sentencia se fundó en la cosa
juzgada, entendida como presunción de la verdad, según

4
el pasaje de Ulpiano: ingenuum accipere debemus etiam eum, de quo sententia lata
est, quamvis fuerit libertinus: quia res iudicata pro veritate accipitur (debemos también
tener por ingenuo a aquel que por sentencia se declaró serlo, aunque fuese libertino,
porque la cosa juzgada se tiene por verdad).

Este fundamento dado a la cosa juzgada en el derecho justiniano fue recogido en el


Código Civil napoleónico bajo el influjo y la autoridad de Pothier, que hizo de la teoría
de la "presunción de verdad" no ya el fundamento político-social de la cosa juzgada,
sino su fundamento jurídico y dogmático, incluyéndola entre las presunciones legales; y
así ha pasado a los códigos modernos que siguieron el modelo francés, entre ellos el
nuestro, que incluye entre las presunciones legales, a "la autoridad que da la ley a la
cosa juzgada"; lo que bien entendido significa, como señala Chiovenda, que es ilícito
buscar si un hecho es verdadero o no, al objeto de invalidar un acto de tutela jurídica. El
nuevo Código de Procedimiento Civil optó por introducir en el título que trata de los
efectos del proceso, una formulación normativa de la cosa juzgada en su doble función:
formal y material, las cuales serán examinadas más adelante.

5
CAPITULO II.
II.- LA COSA JUZGADA

1.- CONCEPTO.
Si como hemos visto, el fin del proceso es lograr la paz social en justicia, dicho fin sólo
podrá cumplirse cuando las decisiones judiciales no admitan cuestionamiento, es decir
cuando la decisión del juez sea indiscutible.
El Código Procesal Civil, en el artículo 123º, nos precisa qué debe entenderse por cosa
juzgada.
Artículo 123º.- Cosa Juzgada.
Una resolución adquiere la autoridad de cosa juzgada cuando:
1. No proceden contra ella otros medios impugnatorios que los ya resueltos.
2. Las partes renuncian expresamente a interponer medios impugnatorios o dejan
transcurrir los plazos sin formularlos.
La cosa juzgada sólo alcanza a las partes y a quienes de ellas derivan sus derechos. Sin
embargo se puede extender a los terceros cuyos derechos dependen de los de las partes,
si hubieran sido citados con la demanda.
La resolución que adquiere la autoridad de cosa juzgada es inmutable, sin perjuicio de
los dispuestos en los artículos 178º y 407º

Viene a ser la determinación del juez, teniendo en calidad de estado o status que
adquiere LA RESOLUCION DE CARÁCTER DEFINITIVO, motivada por un
Órgano Jurisdiccional.
En donde podemos entender que es el AUTO o SENTENCIA, Haya quedado
consentida o se califica como inimpugnable

2.- FUNDAMENTO DE LA COSA JUZGADA

La llamada cosa juzgada constituye un efecto procesal de la resolución judicial firme


que impide que lo que ya se ha resuelto sea nuevamente revisado en el mismo proceso o
en otro proceso. Este instituto procesal se encuentra reconocido en el artículo 139 inciso
13 de la Constitución Política del Perú, en donde se establece “la prohibición de revivir
procesos fenecidos con resolución ejecutoriada”. En consecuencia, la cosa juzgada
constituye una garantía constitucional de la Administración de Justicia, según la cual el

6
objeto de un proceso que ha concluido con una resolución firme no puede ser
nuevamente juzgado en el mismo proceso o mediante uno nuevo. El fundamento de la
cosa juzgada en materia penal se encuentra esencialmente en la seguridad jurídica que
se le otorga al ciudadano de que no sufrirá una nueva injerencia estatal por el mismo
hecho que fue objeto ya de una decisión judicial. De esta forma, el ciudadano resulta
protegido frente a la arbitrariedad o ligereza estatal en el ejercicio del ius puniendi, por
lo que puede decirse, que “el Estado sólo tiene una oportunidad para hacer valer su
pretensión sancionatoria, ya no puede ejercerla, así se invoquen defectos técnicos o
diferentes perspectivas jurídicas para resolver, detrás de la cosa juzgada se encuentra
indudablemente el principio más general del non bis.

3.- REQUISITOS DE LA COSA JUZGADA

Para que tenga lugar la cosa juzgada en una decisión judicial es necesario la existencia
de dos identidades:

A.- La identidad objetiva o unidad de hecho punible.


Según la cual habrá cosa juzgada si los hechos objeto de la nueva apreciación judicial
son los mismos. Para la existencia de este requisito no interesa la calificación jurídica
que pudiese habérsele dado a los hechos, bastando únicamente con que sean los
mismos.

B.- La identidad subjetiva o unidad de imputado.


Exige que se trate del mismo sujeto al que se le hace la imputación penal, con
independencia de quién haya sido el denunciante del hecho. Por lo tanto, no podrá
alegarse el carácter de cosa juzgada, si el nuevo juicio se hace por otros hechos o contra
una persona distinta.
El carácter de cosa juzgada requiere conjuntamente la identidad objetiva y la identidad
subjetiva.

7
4.- EFECTOS QUE CAUSA LA COSA JUZGADA

Los diferentes efectos que produce una decisión judicial son descritos con los conceptos
de cosa juzgada formal y material (según Roxin). La cosa juzgada formal impide que lo
que se ha resuelto en una resolución judicial firme sea impugnado posteriormente dentro
del mismo proceso (efecto conclusivo), mientras que la cosa juzgada material trae como
consecuencia que la causa decidida firmemente no sea objeto de otro proceso judicial
(efecto impeditivo). Como puede verse, ambas formas de cosa juzgada evitan que se
reviva procesos fenecidos, sea prohibiendo dar vida al mismo proceso ya concluido, sea
prohibiendo incoar uno nuevo por los mismos hechos y contra el mismo sujeto.

a) De la cosa juzgada aparente.


Ha dicho la Corte que la cosa juzgada es apenas aparente, cuando la declaratoria de
constitucionalidad de una norma, carece de toda motivación en el cuerpo de la
providencia. la absoluta falta de toda referencia, aun la más mínima, a las razones
por las cuales fue declarada la constitucionalidad de lo acusado, tiene como
consecuencia que la decisión pierda, la fuerza jurídica necesaria para imponerse
como obligatoria en casos ulteriores en los cuales se vuelva a plantear el asunto tan
sólo supuesta y no verdaderamente debatido. Es decir que en este caso es posible
concluir que en realidad no existe cosa juzgada y se permite una nueva demanda
frente a la disposición anteriormente declarada exequible y frente a la cual la Corte
debe proceder a resolver de fondo sobre los asuntos que en anterior proceso no
fueron materia de su examen y en torno de los cuales cabe indudablemente la acción
ciudadana o la unidad normativa, en guarda de la integridad y supremacía de la
Constitución.

b) De la cosa juzgada formal y la cosa juzgada material.

Es la autoridad de una SENTENCIA que permite hacerla valer como asunto


resuelto definitivamente en cualquier otro proceso y aun ante cualquier autoridad.
Esta cosa juzgada es la excepción, es inimpugnable e coercible (no es inmutable),
La cosa juzgada formal se presenta, cuando existe una decisión previa del juez
constitucional en relación con la misma norma que es llevada posteriormente a su
estudio, o, cuando se trata de una norma con texto normativo exactamente igual, es

8
decir, formalmente igual. Hace que no se pueda volver a revisar la decisión
adoptada mediante fallo ejecutoriado la cosa juzgada material, cuando no se trata de
una norma con texto normativo exactamente igual, formalmente igual, sino de una
disposición cuyos contenidos normativos son idénticos. El fenómeno de la cosa
juzgada opera así respecto de los contenidos de una norma jurídica.
Esta restricción tiene sustento en el artículo 243 de la Constitución Política, según el
cual “ninguna autoridad podrá reproducir el contenido material del acto declarado
inexequible por razones de fondo…”. De este modo la reproducción integral de la
norma, e incluso, la simple variación del giro gramatical o la mera inclusión de un
elemento normativo accesorio por parte de legislador, no afecta el sentido esencial
de la disposición, y entonces se concluye que sobre la misma opera el fenómeno de
la cosa juzgada.

La cosa juzgada Material, es la fuerza y autoridad de la RESOLUCION JUDICIAL,


cuando una disposición es declarada inexequible, la cosa juzgada material produce
como efecto, una limitación de la competencia del legislador (ordinario o
extraordinario), que le impide reproducir el contenido material de la norma que no
se ajusta a la Carta Fundamental, y en el evento que ello ocurra la Corte debe
proferir un fallo de inexequibilidad por la violación del mandato dispuesto en el
artículo 243 de la Constitución Política.
Cuando es declarada exequible una disposición, el fenómeno de la cosa juzgada
material, produce como regla general la imposibilidad para la Corte Constitucional
de pronunciarse sobre la materia previamente resuelta, ya que puede conducir a
providencias contradictorias que afecten la seguridad del ordenamiento jurídico, o
alteren la confianza legítima de los administrados en la aplicación de la
Constitución, o vulneren el principio de la igualdad.

No obstante lo anterior, y teniendo en cuenta la especial naturaleza de la cosa


juzgada constitucional, es necesario advertir, que de manera excepcional, resulta
posible que el juez constitucional se pronuncie de fondo sobre normas que habían
sido objeto de decisión de exequibilidad previa. El carácter dinámico de la
Constitución, que resulta de su permanente tensión con la realidad, puede conducir a
que en determinados casos resulte imperativo que el juez constitucional deba
modificar su interpretación de los principios jurídicos para ajustarlos a las

9
necesidades concretas de la vida colectiva – aún cuando no haya habido cambios
formales en el texto fundamental -, lo que incide necesariamente en el juicio de
constitucionalidad de las normas jurídicas. El concepto de “Constitución viviente”
puede significar que en un momento dado, a la luz de los cambios económicos,
sociales, políticos, e incluso ideológicos y culturales de una comunidad, no resulte
sostenible, a la luz de la Constitución, – que es expresión, precisamente, en sus
contenidos normativos y valorativos, de esas realidades -, un pronunciamiento que
la Corte haya hecho en el pasado, con fundamento en significaciones
constitucionales materialmente diferentes a aquellas que ahora deben regir el juicio
de Constitucionalidad de una determinada norma. En estos casos, no se puede
considerar que el fallo vulnera la cosa juzgada, ya que el nuevo análisis parte de un
marco o perspectiva distinta, que en lugar de ser contradictorio conduce a precisar
los valores y principios constitucionales y permiten aclarar o complementar el
alcance y sentido de una institución jurídica.

c) De la cosa juzgada absoluta y de la cosa juzgada relativa:


Se presenta cosa juzgada absoluta cuando el pronunciamiento de constitucionalidad
de una disposición, a través del control abstracto, no se encuentra limitado por la
propia sentencia, es decir, se entiende que la norma es exequible o inexequible en su
totalidad y frente a todo el texto Constitucional.

5.- EFICACIA DE LA COSA JUZGADA.

Todo lo anterior nos lleva a la consideración de la cosa juzgada porque esta, aun
cuando sea material puede ser revisada, aun cuando el Principio doctrinario y
jurídico diga que no es así.

La cosa juzgada entonces será eficaz:

5.1. Inimpugnabilidad.

Se refiere, a que la Sentencia de cosa juzgada no puede ser revisada por ningún Juez
cuando se hayan agotado ya todos los Recursos que dé la Ley, inclusive el Recurso
de invalidación.

10
Es inatacable. No acepta recurso alguno, sea ordinario o extraordinario. Cuando la
sentencia se basa en autoridad de cosa juzgada, esta es inatacable o inimpugnable.
En conclusión que la Ley impide su cuestionamiento.

5.2. Inmutabilidad o inmodificable.

Consiste, en que la sentencia no es atacable indirectamente, por no ser posible abrir


un nuevo proceso sobre el mismo tema; no puede otra autoridad modificar los
términos de una sentencia pasada en cosa juzgada.
Porque no la podemos cambiar (el mismo Juez) en su contenido o la causa, el tema.

COMENTARIO: En la cosa juzgada Material, la eficacia de la cosa juzgada


trasciende a toda clase de juicio, porque esta no puede ser decidida en ningún otro
tipo de Juicio. Y cuando esa cosa juzgada se repite en determinada sentencia, es
decir; surge como un modelo a seguir para otras sentencias donde se diluciden en
otras causas, con otras partes el mismo contenido; entonces adquiere esa cosa
juzgada el carácter de Jurisprudencia.

En conclusión no es posible alterar los términos de la sentencia, ni de oficio ni a


petición de parte. Excepto en lo previsto en el artículo 178º y 407º del Código
Procesal Civil.

5.3. Coercibilidad.

Consiste en la posibilidad de ejecución forzada en los casos de sentencia de


condena.

COMENTARIO. Porque es susceptible de ejecución. La sentencia basada en


autoridad de Cosa Juzgada puede ser ejecutada, es decir, adquiere ejecutoriedad
desde el mismo momento que se le solicite al Juez que ejecute la Sentencia de
manera amistosa o forzosa.

11
En conclusión existe eventualmente, la posibilidad de la ejecución forzada de lo
decidido, especialmente en las sentencias de condena.

6.- LA NULIDAD DE LA COSA JUZGADA FRAUDULENTA.

La Nulidad de Cosa Juzgada Fraudulenta tal como se concibe en nuestro


ordenamiento procesal civil, artículo 178, constituye un remedio de carácter
extraordinario, excepcional y residual, que tiene por objeto rescindir (declarar la
nulidad) una sentencia o auto definitivo por haberse seguido el proceso primigenio
con fraude o colusión cometido por una, o por ambas partes, o por el Juez o por éste
o aquellas, siempre que ambos casos, implique violación del debido proceso.

Se establece que hasta dentro de seis meses de ejecutada o de haber adquirido la


calidad de cosa juzgada, si no fuere ejecutable puede demandarse, a través de un
proceso de conocimiento la nulidad de una sentencia o la del acuerdo de las partes
homologado por el Juez que pone fin al proceso, alegando que el proceso que se
origina ha sido seguido con fraude, o colusión, afectando el derecho a un debido
proceso, cometido por una, o por ambas partes, o por el juez o por éste y aquéllas.

7.-EN LA COSA JUZGADA LA RESOLUCION


Del artículo 139 inciso 13 de la Constitución Política del Perú se desprende que la
cosa juzgada tiene lugar con la expedición de una resolución firme en un proceso
judicial. Si bien la propia Constitución Política amplía los efectos de la cosa juzgada
a los casos de amnistía, indulto y prescripción, es evidente que el sentido propio de
la cosa juzgada está referido a las resoluciones emanadas en un proceso regular.
Siguiendo esta lógica, el artículo 90 del Código penal establece que nadie puede ser
perseguido por segunda vez en razón de un hecho punible sobre el cual se falló
definitivamente. Por su parte, el artículo 78 inciso 2 del mismo cuerpo punitivo
contempla como una causa de extinción de la acción penal la autoridad de la cosa
juzgada. Queda claro entonces el efecto que produce la cosa juzgada en las
decisiones que concluyen definitivamente un proceso, siendo más bien la cuestión
central precisar cuándo existe propiamente un fallo definitivo en el proceso. En lo
que sigue voy a ocuparme de mencionar las principales resoluciones que producen

12
una culminación o terminación del proceso penal y, a partir de ello, precisar si les
corresponde el carácter de cosa juzgada y el alcance del mismo.

1.- La sentencia firme

El artículo 280 del Código de Procedimientos Penales establece que la


sentencia pone fin al juicio, lo cual quiere decir que cierra la instancia y
decide definitivamente sobre la imputación penal14. Si la sentencia alcanza el
carácter de firme (consentida o ejecutoriada), adquiere evidentemente la
calidad de cosa juzgada, de manera que no podrá ser impugnada en el mismo
proceso o en uno nuevo15. ROXIN reconoce a la sentencia definitiva el
carácter de cosa juzgada absoluta16, lo cual implica, como ya lo vimos, la
imposibilidad de reactivar el proceso o volver a iniciar otro proceso al mismo
sujeto por el mismo hecho.

2.- Los autos de sobreseimiento del proceso penal

La Constitución Política atribuye el carácter de cosa juzgada también a los


casos de sobreseimiento definitivo17. En este sentido, resulta de suma
importancia precisar cuáles son los autos o resoluciones que producen el
sobreseimiento definitivo del proceso penal. Pero de mayor importancia
todavía será determinar la extensión o alcance del carácter de cosa juzgada
que podrían alcanzar estas resoluciones, es decir, si se trata de una cosa
juzgada absoluta o relativa.

A. Las excepciones
Salvo la excepción de naturaleza de juicio, los autos que declaran fundadas
de manera definitiva una excepción penal tienen el carácter de cosa juzgada.
En la medida que el auto que declara fundada una excepción plateada en el
proceso penal pone de manifiesto un impedimento procesal insuperable, el
auto de sobreseimiento tendrá el carácter de cosa juzgada material absoluta.
En consecuencia, el auto firme que resuelve favorablemente una excepción
no puede ser nuevamente revisado en sede judicial. Distinto es el caso de los
autos que resuelven las cuestiones previas o prejudiciales, pues en estos

13
casos cabe reiniciar el proceso penal si se subsana el defecto. Por lo tanto,
puede decirse que, respecto de estos medios de defensa técnico, el auto que
los resuelve tiene solamente el carácter de cosa juzgada relativa.

B. El sobreseimiento por minoría de edad.


El sobreseimiento por la comprobación de la minoría de edad del procesado
produce respecto del procesado un sobreseimiento definitivo con calidad de
cosa juzgada material absoluta, en la medida que el mismo hecho que
realizó el autor cuando era menor de edad no podrá ser objeto de otro
proceso penal. El artículo 18 del Código de Procedimientos Penales
confirma esta afirmación al señalar que acreditada la minoría de edad del
procesado se cortará el procedimiento penal respecto de éste, no pudiéndose,
en consecuencia, reiniciársele un proceso penal por el mismo hecho.

C. El auto de No Haber Mérito para Pasar a Juicio Oral.


Siguiendo la doctrina jurisprudencial de la Corte Suprema expuesta en la
Ejecutoria Suprema de 31 de marzo de 1987, Exp. Nº 1220-86, Junín,
SÁNCHEZ VELARDE destaca el carácter de cosa juzgada del auto de No
Haber Mérito para Pasar a Juicio Oral que luego resulta confirmado por la
Sala Superior en grado. En consecuencia, una vez confirmado el auto que
desestima pasar a juicio oral, no cabe luego que el juez penal ordene la
detención de quien fuera procesado, ni mucho menos tramite la instrucción
y dicte incluso sentencia por los mismos hechos. El sobreseimiento que
produce este auto puede ser de dos clases, tal como se desprende del tenor
del artículo 221 del Código de Procedimientos Penales: provisional y
definitivo. El sobreseimiento provisional se presenta cuando se ha probado
la existencia del delito, pero no la responsabilidad del imputado. En estos
casos, el efecto de la cosa juzgada es formal y subjetivamente relativa, pues
el proceso penal puede reactivarse una vez individualizado el verdadero
responsable. El sobreseimiento definitivo se produce cuando luego de la
investigación penal no se ha comprobado la existencia del delito, por lo que
este auto de sobreseimiento definitivo adquirirá necesariamente el carácter
cosa juzgada material.

14
El punto que puede resultar discutible respecto del auto de No Haber Mérito
para Pasar a Juicio Oral es el alcance del carácter de cosa juzgada material
de la resolución judicial que deniega pasar a juicio oral. Como ya lo
señalamos, el alcance de la cosa juzgada material será solamente relativo si
la aparición de nuevas pruebas sobre el hecho permite iniciar un nuevo
proceso penal. Podría pensarse que en la medida que los artículos 232 y 237
del Código de Procedimientos Penales autorizan el ofrecimiento o la
proposición de la actuación de nuevas pruebas en el juicio oral, la cosa
juzgada material del auto que declara no haber mérito para pasar un juicio
oral tendrá el carácter sólo de relativa, de manera que si nuevas pruebas
corroboran la existencia del delito y la responsabilidad del inculpado, podrá
iniciársele un nuevo proceso penal. Esta solución, sin embargo, no puede
suscribirse, pues el Estado tiene que asumir el riesgo de una defectuosa
labor de investigación penal.
Si un ciudadano es sometido por el Estado a una investigación penal con
todas las restricciones y efectos socialmente perjudiciales que conlleva sin
que se le encuentre responsable por el delito, no cabe dejarlo expuesto a la
indeterminación de que, en cualquier momento, podrá ser nuevamente
procesado. El Estado tiene solamente una oportunidad para hacer valer su
pretensión punitiva. Si bien puede que esta garantía implique que gente
culpable quede libre de pena, constituye una medida necesaria para evitar la
arbitrariedad y la injerencia ilimitada del Estado. Por lo tanto, el auto que
declara no haber mérito para pasar a juicio oral, tiene el carácter de cosa
juzgada material absoluta.

D. El auto de No Ha Lugar a abrir instrucción penal


En la doctrina procesal se ha discutido sobre la cuestión de si el auto firme
que declara no haber lugar a abrir instrucción penal tiene el carácter de cosa
juzgada o no. Como argumentos en contra de reconocerle dicho carácter de
cosa juzgada se dice que esta resolución judicial no puede ser equiparada a
una sentencia, que no es resultado de una actividad de investigación actuada
en el juicio, que se ha expedido sin la existencia de un contradictorio y que,
finalmente, no se ha iniciado siquiera un proceso penal. Todas estas
objeciones carecen, sin embargo, de fundamento. Veamos por qué.

15
En primer lugar, la propia Constitución Política pone de manifiesto que el
carácter de cosa juzgada no se limita a la sentencia firme, sino que incluye
los casos de sobreseimiento definitivo cuyos efectos son similares a los de la
sentencia. Como lo pone de manifiesto con suma claridad SAN MARTÍN
CASTRO, “Si el fundamento (scl. de la resolución que deniega la apertura
de instrucción) es semejante al que puede basar una sentencia absolutoria o
una resolución de otro tipo, pero que, por unos u otros motivos, equivaldría
a una absolución y si esa resolución pasa –o puede pasar– por sucesivos
tribunales con competencia para dictar sentencia, se darán los requisitos
para atribuir a tal resolución fuerza de cosa juzgada”. Por lo tanto, resulta
incorrecto negarle el carácter de cosa juzgada al auto de No Ha Lugar a abrir
instrucción porque no es formalmente una sentencia, pues en determinados
casos este auto realiza un juicio materialmente equivalente al que se hace en
una sentencia. En segundo lugar, resulta infundado afirmar que no ha
existido una actividad probatoria previa al auto de No Ha Lugar, pues el
Fiscal Provincial tiene que realizar una investigación preliminar que le
permita reunir los indicios suficientes para presumir la existencia de un
hecho punible. Si no se hubiese realizado esa actividad investigadora
mínima, el fiscal no habría podido denunciar penalmente al sospechoso ante
el juez. Es evidente que la actividad probatoria no se ha actuado en un
proceso penal formalmente instaurado, pero eso no significa que el fiscal no
denuncie con indicios suficientes de responsabilidad. En cualquier caso, la
crítica a la falta de una actividad investigadora solamente podrá valer para
cuestionar el carácter de cosa juzgada de los autos de No Ha Lugar a abrir
instrucción que se sustentan en un déficit de prueba, pero no para aquellos
en los que se desestima el inicio de la investigación penal por no tener el
hecho denunciado relevancia penal.
En cuanto a la falta de un contradictorio, esta objeción podría ser un
elemento de juicio determinante si el auto de No Ha Lugar implicase una
cierta desprotección del investigado frente a la actividad del Ministerio
Público, en el sentido de no poder controvertir las pruebas, argumentos o
posiciones de los denunciantes o del fiscal. Si bien el régimen del
contradictorio se manifiesta con mayor fuerza en el juicio oral, esta
afirmación no implica desconocer su vigencia en las etapas previas al juicio.

16
En la medida que el investigado ha tenido la oportunidad de controvertir las
afirmaciones de la denuncia fiscal, habrá existido el contradictorio suficiente
para garantizar su derecho a la defensa.

3.- Las resoluciones de archivo del Ministerio Público


El proceso penal puede también paralizarse por las resoluciones de archivo
del Ministerio Público, por lo que cabe preguntarse si tienen el carácter de
cosa juzgada o no. En la doctrina procesal existe un amplio consenso en no
atribuir el carácter de cosa juzgada a las resoluciones de archivo definitivo
del Ministerio Público. Se trata, más bien, de una cosa decidida que
solamente produce la imposibilidad legal de dar inicio al proceso penal y la
imposibilidad de investigar penalmente los mismos hechos. En la medida
que no existe un pronunciamiento propiamente judicial dentro de un proceso
regular, no podrá tener los efectos de la cosa juzgada. La persecución penal
puede continuar, por lo tanto, si aparecen nuevos elementos probatorios
sobre la comisión del delito imputado

17
BIBLIOGRAFÍA
Alcalá-Zamora y Castillo, Niceto, 1906. Estudios de teoría general e historia del
proceso (1945-1972) / Niceto Alcalá-Zamora y Castillo. Reimpr.: México, D.F. :
UNAM, Instituto de Investigaciones Jurídicas, 1974 (reimpr. 1992).

Arellano García, Carlos. Teoría general del proceso / Carlos Arellano García. 5a
ed. México, D.F. : Porrúa, 1995.

Asociación Nacional de Abogados "Manuel Lorenzo Vidaurre y Encalada".


Lecciones de Derecho Civil, Comercial y Procesal Civil. Lima, 1997. Cultural
Cuzco S.A. Editores.

Carnelutti, Francisco. Sistema de Derecho Procesal Civil. Buenos Aires, Unión


Tipográfica Editorial Hispano Americana.

Carrión Lugo, Jorge. Análisis del Código Procesal Civil. Lima, 1994, Cultural
Cuzco S. A. Editores, Tomo I.

18

Das könnte Ihnen auch gefallen