Sie sind auf Seite 1von 12

1

A.S.K. Associates for Scriptural Knowledge


(Asociación para el Conocimiento Escritural)
_____________________________________________________________________
FUNDAMENTOS DE LA DOCTRINA
DEL NUEVO TESTAMENTO
CAPÍTULO 10

UNA NUEVA (vieja) MANERA DE VER EL PECADO


Y LOS ACTOS PECAMINOSOS

TODO LECTOR CRISTIANO debe conocer las enseñanzas de las Sagradas


Escrituras lo suficiente como para darse cuenta de que usted y yo somos pecadores
en el mismo plano con cualquier otro pecador que ha aparecido (o mejor, caído en
desgracia) en esta tierra con su presencia. He dado abundantes referencias
escriturales para establecer la verdad de esta evaluación. Por otra parte, también ha
leído escrituras suficientes en contexto que dicen que cada uno de ustedes es
considerado por Dios el Padre de ser sin pecado en sus ojos, porque usted y yo
somos considerados hoy en día de estar "en Cristo".
Eso es correcto. El Padre reconoce a cada uno de nosotros como sin pecado. Esto
se aplica a nosotros, NO por lo que hemos hecho o dejado de hacer, sino por lo que
somos. Ahora estamos aceptados delante de Dios como Sus propios Hijos e Hijas, y
estamos sin pecado (en el libro de los récords de Dios), como es Cristo mismo. De
hecho, toda la impecabilidad que poseemos es puesta a nuestra cuenta porque
estamos "en Cristo" y Él ha pagado todas las multas que nuestros pecados,
naturalmente, atrajeron sobre nosotros, aquí y ahora, así como ante el tribunal de Dios
después de la resurrección. Esta es la simple enseñanza de las Sagradas Escrituras
que hemos revisado hasta ahora.
Hay una ilustración más profunda que justifica esta posición intachable que todos
tenemos para con el Padre por nuestro ser "en Cristo". Usted recordará el uso
constante por Pablo en los libros de Romanos, Corintios y Gálatas, que los Cristianos
ya no estamos bajo la Ley. Ahora estamos preparados para ver exactamente lo que
esa frase significa, cómo se va a aplicar en nuestra vida cotidiana y conocer mejor cuál
es nuestra posición con Dios el Padre, con Jesucristo, nuestra relación con los demás
miembros de la Ekklesia y el resto del mundo. Es un principio de la forma en que
correctamente deberíamos ver el pecado y los actos pecaminosos y cómo evaluar
apropiadamente justo lo que constituye un comportamiento correcto y la conducta que
se debe mostrar a todos aquellos con quienes entramos en contacto.
La simple verdad es, que el apóstol Pablo dijo claramente en cuatro lugares
distintos, y respaldados en una veintena de otros, que nosotros los Cristianos adultos
que somos maduros en Cristo no tenemos leyes escritas sobre nosotros de ninguna
clase. Sí, usted me lee correctamente. Cuando Pablo muchas veces, afirma en los
libros de Romanos, Corintios y Gálatas que "ya no estamos bajo la ley", lo decía en
serio con mucho vigor y convicción. Cuando usted se da cuenta y cree firmemente
este hecho, usted es más capaz de apreciar lo que debería estar haciendo en esta
vida, en materia de comportamiento y conducta en cada situación o circunstancia que
2

se pueda imaginar. Esto le da un método y una seguridad de cómo evaluar


inmediatamente cualquier estado o condición en que usted se encuentre y también
para tener la seguridad de que sus acciones serán correctas (y si no son correctas,
que no le harán daño en lo más mínimo en la medida de a lo que su salvación se
refiere). Este es un principio que usted y yo deberíamos atesorar con todo nuestro
corazón y dar gracias a Dios por la seguridad que le da a cada uno de nosotros.
La Enseñanza Primaria para los Cristianos
en el Trato con el Pecado o Actos Pecaminosos
Recuerde lo que el apóstol Juan nos informó. Dijo que a pesar de que éramos
pecadores en realidad como el resto de la humanidad (1 Juan 1:8), nosotros somos sin
embargo, a los ojos del Padre, gente sin pecado. Esto significa que somos
contados continuamente, libres de pecado, no importando qué pecados hay en el
mundo, o qué pecados específicos tenemos o vamos a cometer. Juan dijo:
"Todo aquel que es nacido de Dios no practica el pecado, porque la simiente
[esperma de Dios] permanece en él, y no puede pecar, porque es nacido de Dios".
1 Juan 3:9
Por supuesto, yo podría darle un centenar de versos de las Escrituras que nos
dicen que no debemos pecar y que podemos ser castigados por Dios por hacer algo
malo (y he dado muchos en este libro). Sin embargo, el hecho es que como "Cristiano
nacido de nuevo", [Recuerde que usted es contado por Dios ahora de ser "nacido
de nuevo" porque usted bebe de la leche sincera de la palabra (somos reconocidos de
estar fuera del vientre y bebiendo la leche materna)-véase 1 Pedro 1:23 con 2:2], en
los ojos de Dios usted es un hijo maduro de Dios. Usted no tiene que esperar a la
resurrección de entre los muertos para ser llamado "nacido de nuevo". Pero, como
usted es de hecho "nacido de nuevo", entonces usted está reconocido por Dios el
Padre de estar en un estado de sin pecado.
Ahora, ¿qué tiene esto que ver con la frase de NO estar "bajo la ley"? Simplemente
quiere decir que ya no estamos "bajo la ley" a los ojos de Dios. La Ley escrita ya no es
la norma por la cual Dios juzga la conducta de una persona o de hecho, para nosotros,
para juzgar si una persona está pecando o no. La norma ya no es el código escrito en
la Ley que se encuentra en las Sagradas Escrituras que Dios ha dado a varias
personas a observar. Y esto significa TODAS las leyes. Esto significa los códigos de la
Ley escrita para los israelitas a guardar (o qué se debe evitar) y otros códigos de Ley
que fueron escritos por diferentes naciones Gentiles a observar (o qué evitar).
Anteriormente, bajo el Antiguo Pacto, si alguien rompía cualquier ley escrita-no
importando cuán grande o pequeña, no importando cuán importante o insignificante la
ley podría ser, si la ley era física o espiritual-entonces esa persona podría ser
reconocida como pecadora (1 Juan 3:4).
Incluso más que eso, si una persona no ejercía fe, eso también era un pecado,
porque hay leyes escritas que exigen fe con obras de la Ley. [Vea Romanos 14:23
con Santiago 2:17-26, donde Santiago dijo que la fe sin las obras de la ley está tan
muerta como por sí misma]. Acepción de personas es también pecado (Santiago
2:9), de hecho, Santiago declaró que la acepción de personas era una clara violación
de la Ley real de Dios (Santiago 2:8-9). Toda injusticia es también pecado (1 Juan
5:17).
En todos estos casos, sea la falta de fe, acepción de personas o actuando
injustamente, los contextos en los que las virtudes de fe, la igualdad de personas o la
rectitud son ordenadas, la violación de ellos es constantemente reconocida como la
3

ruptura de la Ley escrita de Dios y esto era PECADO ante los ojos de Dios. Tal fue el
camino bajo el Antiguo Pacto. ¡Pero espere! Ahora llegamos a algo diferente,
¡totalmente diferente! Observe lo que Pablo enseña ahora.
Todas las Cosas Son Lícitas y Todas las Cosas Son Puras
Lo que ahora encontramos en las enseñanzas de las Sagradas Escrituras para
aquellos ahora "en Cristo", los que son Cristianos maduros, es algo muy diferente a
ser guiado por Leyes escritas, incluso si son las Leyes escritas de Dios. Lo que
descubrimos es que ahora estamos bajo PRINCIPIOS NO ESCRITOS, nosotros NO
estamos bajo ninguna ley escrita, la que sea, incluso si esas leyes son las más
sacrosantas de las Leyes de Dios. Eso es correcto. No estamos bajo ninguna de ellas.
Permítanme ser claro como el apóstol Pablo fue, si se rompe alguna de esas leyes
(nombre cualquier ley que desee, incluso la más santa, justa y buena), usted ya no es
más considerado un pecador por Dios el Padre o Jesús Cristo si usted está "en Cristo
Jesús". ¡Qué declaración ésta! Sí, pero eso es cierto en todos los sentidos.
Veamos esto de cerca. En un contexto en el cual el apóstol Pablo habló de las
cosas hechas por aquellos en la fornicación de la carne, idólatras, adúlteros,
afeminados, los que se echan con varones, ladrones, los avaros, los borrachos,
maldicientes, extorsionadores (de esos males las Escrituras tienen muchas Leyes
escritas que absolutamente condenan este tipo de acciones y le dice a la gente no
observar tales hechos)-el apóstol hizo una valoración muy opuesta a lo que la mayoría
de la gente podría pensar que daría. [Mire esto con cuidado, porque a muchas
personas les resulta difícil creer que Pablo afirmase tal cosa]. Pablo afirma
atrevidamente en medio de esas cosas malas,
"Todas las cosas me son lícitas a mí, pero no todo conviene; todas las cosas me
son lícitas, pero no me dejaré dominar de ninguna". 1 Corintios 6:12
Tan claro como nadie podría hacerlo (a menos que la gente tenga ideas
preconcebidas que ellas nunca ven a el contexto de un tema determinado a causa de
sus prejuicios), Pablo dijo que él estaba en libertad de hacer cualquiera de esos males
que él justamente mencionó, ya que "todas las cosas me son lícitas a mí". Pero agregó
rápidamente y gracias a Dios, porque esto es lo que él quería que la gente entendiera,
"pero NO todo conviene; [beneficioso]". La verdad es que NINGUNA DE ESAS
COSAS que él justamente mencionó era conveniente [o beneficioso] y que no quería
que él mismo o cualquier otra persona, las hiciese. A pesar de este hecho, a los ojos
de Dios (ahora que NO estamos bajo la Ley, puesto que ya no somos contados como
pecadores), incluso esas malas acciones tienen que reconocerse como lícitas de
hacer. Esto es simplemente porque los Cristianos ya no estamos bajo ninguna ley,
aunque el Cristiano maduro no debería hacer siempre las cosas terribles que nuestra
sociedad y el sentido común muestran que son malas.
Es cuestión de mirar nuestra posición legal que tenemos en Cristo. Aunque ninguno
de nosotros debería hacer las cosas malas que Pablo mencionó anteriormente, no
seríamos todavía pecadores a los ojos de Dios, no importando lo que hacemos porque
todos estamos "en Cristo" y reconocidos como libres de pecado. Siempre vamos a ser
contabilizados libres de pecado porque nuestra norma de conducta o comportamiento
ya no es gobernada por la Ley escrita con la que Dios nos juzga cuando venimos ante
Su tribunal. Ya no estamos medidos o supervisados por Dios a través de la anterior
norma conocida como la Ley escrita, ni siquiera por las leyes escritas que Dios le dio a
Israel en el período del Antiguo Pacto. Eso es lo que el apóstol Pablo declaró, y eso es
precisamente lo que quería decir. Esta es una nueva manera de ver lo que es correcto
4

hacer y lo que no es correcto, lo que es pecado a los ojos de Dios para el Cristiano y lo
que no es pecado para el Cristiano. Aférrese a estas enseñanzas de Pablo y Juan,
porque no estoy terminando todavía.
Veamos 1 Corintios 10:23. En un contexto en el cual Pablo habla de ofrecer
sacrificios a los ídolos y a los demonios, qué alimentos son limpios e inmundos, y en
su discurso sobre los males de la idolatría pura y simple, note lo que Pablo interpone
(en el centro de su contexto de esas cosas malvadas) para demostrar que él y otros
Cristianos maduros son libres de hacer lo que quieran, afirma,
"Todas las cosas me son lícitas, pero no todo conviene; todo me es lícito, pero no
todo edifica" 1 Corintios 10:23
Pablo lo dijo de nuevo con las mismas palabras que usó cuatro capítulos anteriores
en Primera de Corintios. Y una vez más, pone la libertad que él tiene de las leyes en
un contexto de hablar sobre algunos de los excesos más atroces que uno se pueda
imaginar - en asuntos relacionados con la idolatría absoluta ¡e incluso la adoración de
demonios!
Hermanos y amigos, esta fue la enseñanza del apóstol Pablo (y yo creo que es la
santa doctrina de nada menos que Dios el Padre y Jesucristo). Quiero que se den
cuenta de que no soy yo, Ernest L. Martin, quien dijo tal cosa (por lo menos en cuatro
ocasiones diferentes). Es el apóstol Pablo afirmando que esta libertad que tenía (y
todos los Cristianos maduros) para hacer lo que él (o ellos) agrade en el ejercicio de
su (o sus) experiencia de vida en Cristo.
Note que Pablo no dijo que estaba de acuerdo con esas malas acciones en que
colocó la situación jurídica de la libertad que tenía en Cristo. No, en absoluto. Lo que
dijo fue que a pesar de que era libre de hacer lo que quisiera (sin rendir cuentas a Dios
el Padre o Cristo porque estamos "en Cristo") y, aunque no había ni una sola ley
diciéndole lo que podía o no podía hacer (que siempre podía hacer lo que quisiera),
volvió con fuerza al afirmar que aunque "todas las cosas me son lícitas", "todas las
cosas no son convenientes" y "no todo edifica". Él quiso decir: Debemos hacer el bien
sin leyes sobre nosotros.
Sin lugar a dudas, Pablo creía que esos actos idólatras eran malos para él o
alguien más de hacer. Sin embargo, dijo que debido a que este tipo de acciones no
"edifican" al Cristiano, cuando ellos hicieren eso ellos no estarían de ninguna manera
en sabia "conveniencia" o "beneficiosa" para el Cristiano en su estilo de vida. No
obstante, sin embargo, Pablo admitió que ahora que estaba "en Cristo", no estaba bajo
la ley (cualquier ley) y no podía ser considerado responsable por Dios aunque él
hiciera esas cosas.
Ahora, esté en este concepto durante un rato y no renuncie a Pablo (o a mí), aún,
porque hay más por venir sobre este tema. Pablo no ha terminado con nosotros
todavía. Él está dando sólo un juicio legal.
Tenga en cuenta lo que el apóstol Pablo enseña en el libro de Romanos con
respecto a los diversos alimentos que la gente comía, los que los israelitas podían
comer o no comer de acuerdo a las leyes de Dios en Levítico 11 y Deuteronomio 14,
en comparación con los alimentos de los gentiles (que comerían cualquier cosa que se
moviera o creciera en el suelo si no fuera venenosa). Pablo otra vez quiere mostrar
que él y todos los Cristianos maduros no estaban bajo la Ley (cualquier ley, incluyendo
la Ley de Dios dada a Israel) con respecto a lo que era puro y limpio, y lo que no era
puro y limpio para comer o tocar. Note lo que Pablo dijo. Él está usando la misma
5

expresión para demostrar que NO estaba bajo ninguna ley (no importa cuál fuese).
Vea Romanos 14:20. Una vez más, dice, "todas las cosas" están bien.
"Todas las cosas a la verdad son puras [limpias]; Pero es malo el hombre que come
con escándalo [pensando que era impuro] Bueno es no comer carne, ni beber vino, ni
nada en que tu hermano tropiece, o se ofenda, o se debilite. ¿Tienes tú fe [para comer
o hacer lo que quiera]? ten ésta para ti mismo [ir adelante y hacerlo] ante Dios.
Bienaventurado el que no se condena a sí mismo en lo que él aprueba. Pero el que
duda sobre lo que come [que se pregunta si está haciendo lo correcto], porque no
comió por fe: todo lo que no proviene de fe, es pecado" Romanos 14:20-23
Si una persona piensa que algo está prohibido porque la Ley de Dios informa a los
israelitas NO hacer esto o aquello, entonces, si el hombre se aplica la ley a sí mismo,
será un pecador si piensa que él desobedece esa Ley de Dios. Sin embargo, tenga en
cuenta que el apóstol Pablo declaró dogmáticamente en todos los ambientes y
contextos de vicios y defectos que la humanidad pueda juzgar como malos. Él dijo que
"todas las cosas me son lícitas para mí", pero continuó diciendo que "todas las cosas
son [por supuesto] no edificantes, beneficiosas o edificantes", tales como idolatría,
desviaciones sexuales como la homosexualidad a la que Dios muestra disgusto,
robos, extorsiones, embriaguez, codicia, juerga y abusadores con la humanidad. Pablo
permaneció lejos de tales actos (y recomendó que los Cristianos lo hicieran así)
porque no eran beneficiosas. Aún así, Pablo admitió alegremente y abiertamente que
no había una ley de Dios o el hombre que él (Pablo, o cualquier Cristiano) fuera sujeto
a eso que a él le haría un pecador a los ojos de Dios si lo desobedecía. Esta doctrina
no es tan extraña como puede parecer al principio.
Observemos Este Nuevo Enfoque del Pecado
Es refrescante para los Cristianos maduros que ahora puedan acercarse a todos
los aspectos de la vida de una manera nueva y satisfactoria, es decir, en el trato con
cualquier cuestión religiosa, social o civil en las que uno debe juzgar si un acto es
pecado o no. Este nuevo enfoque da una mayor confianza y certeza de que nuestras
acciones son propias y edificantes a Dios, a nuestro prójimo y a la sociedad, e incluso
a nosotros mismos.
La primera cosa que nosotros maduros Cristianos debemos adoptar en la política
de evaluación de cualquier acción que hacemos o queremos hacer, es afirmar que
ésta no es pecado a los ojos de Dios el Padre, no importa lo que la acción pueda ser.
Sí, estamos sin pecado a los ojos de Dios y no hace ninguna diferencia lo que
hacemos porque estamos legalmente "en Cristo". Una vez dicho esto, hay que
recordar (como Pablo dejó en claro) que NO todo en nuestros sistemas sociales y
religiosos es edificante, NO todo en nuestro medio es conveniente (o beneficioso) y
NO todo lo que se nos podría permitir hacer glorifica a Cristo y a Dios el Padre (1
Corintios 6:12-13; 10:23-32).
El énfasis para el Cristiano maduro no es la obediencia a las Leyes escritas, sino
para llevar a cabo los principios divinos de conducta que se encuentran en los frutos
del Espíritu Santo. De hecho, Pablo enseñó que la Ley no fue dada para el justo (1
Timoteo 1:9). Fue diseñada para obligar a la gente a hacer el bien bajo la amenaza del
castigo si no lo hacían. Sí, los Cristianos siempre deben hacer hincapié en el deber y
la responsabilidad de un comportamiento adecuado para todas las personas con las
que entramos en contacto, o para nuestras sociedades en general. Pero lo que Pablo
quiere que sepamos es que nosotros, maduros Cristianos, podemos (y debemos)
siempre vivir en un ambiente de libertad y no en un estado de servidumbre
6

permanente de leyes escritas que dominen nuestras vidas. Es cierto que no se debe
dejar el deber y la responsabilidad, sino que cumplimos con nuestro deber y obligación
a la sociedad y las costumbres religiosas como hombres y mujeres libres, no
dominados y mantenidos en cautiverio por leyes escritas que están en pie como un
testimonio flagrante contra nosotros, juzgando con severidad nuestras acciones sea el
comportamiento bueno o malo. Dios nos ha liberado de tales requisitos estrictos
basados en la obediencia a las leyes (cualquier ley).
Por ejemplo, el Cristiano maduro antes de hacer un juicio (que alguna acción suya
es correcta o incorrecta de hacer) conozca muy bien que el asesinato de un ser
humano está mal, mal, mal y nunca se debe hacer. Incluso la idea misma de hacer tal
cosa es mala y equivocada, y nunca debe ser considerada como una posible acción a
tomar. Pero hay más.
Todo el mundo también conoce muy bien que cometer felonías, engaños, perjurios,
actos sexuales indecentes que toda la sociedad rechaza y tiene como despreciables
son igual de mal, mal, mal. En efecto, no obedecer las leyes civiles (es decir, no pagar
sus impuestos, o no dando honor a las autoridades gubernamentales, etc.) también
está mal de acuerdo a Romanos 13:1-8 (y uno no tiene por qué dudar un momento
para llegar a tal conclusión). Sin embargo, Dios el Padre ahora pone su derecho (de
usted) a la libertad de hacer lo que quiera, adelante de cualquier tarea que todos
nosotros debamos hacer para el mejoramiento de la sociedad y el bienestar de las
instituciones religiosas.
Esta libertad que usted sabe que tiene ahora, puede expresarse mediante el uso de
cualquier medio legal posible que la sociedad permita para lograr sus propios deseos
personales o para perpetuar su propio bienestar. Por ejemplo, si cree que el gobierno
está tomando demasiados impuestos de usted, puede utilizar todos los medios legales
para reducir su carga tributaria u obtener que el control del gobierno se quite de su
espalda (si siente que son perjudiciales para usted y la sociedad). Haga estas cosas
dentro de las leyes del país en que vive. Todas las sociedades lo permiten.
En efecto, nuestras sociedades occidentales nos permiten el privilegio de usar las
leyes para nuestro beneficio personal en los asuntos civiles, políticos o
gubernamentales. Todo lo que se requiere de los Cristianos en estos asuntos es el
hecho de que nuestros esfuerzos para proteger o promover a otros y a nosotros
mismos, deben ser justos y honestos y hechos dentro de los límites legales
establecidos por los órganos legislativos. Cuando los gobiernos o las organizaciones
religiosas niegan los derechos humanos básicos [como los definidos en la Carta de
las Naciones Unidas que contiene la Declaración de los Derechos Humanos que las
personas más modernas y civilizadas aceptan como correcta], sólo entonces debe uno
comenzar a cuestionar cualquier autoridad gubernamental (y esto incluye autoridad
religiosa) de acuerdo con el apóstol Pablo (Romanos 13:1-8).
Si la situación en frente de usted significa desafiar las costumbres civiles
establecidas, asuntos sociales que establecen normas comunes para el bien común, o
reglas religiosas y regulaciones que algunos creen que son de Dios mismo, usted
debe vacilar a través de mucho tiempo y pensar en la materia cuidadosamente antes
de tomar la decisión final para sus acciones. Después de todo, cada cosa que
hacemos, de acuerdo con Pablo, debe ser edificante para nosotros y los que nos
rodean, y eso significa la edificación de la sociedad en la que vivimos. Nunca debemos
eludir nuestro deber de ser apropiado y vertical como ciudadanos de nuestras
comunidades y naciones. Pero a pesar de todas estas declaraciones, sigue siendo un
7

hecho que en los ojos de Dios "todo es lícito para nosotros". Ya no estamos bajo las
leyes escritas que definen lo que es pecado o injusticia. Estamos bajo un código
mayor que Pablo llama el desempeño de los frutos del Espíritu Santo (Gálatas 5:22-
23). Esos nueve frutos son todos principios no escritos, ¡no leyes! Nuestra atención
debe centrarse en el rendimiento de los frutos del Espíritu Santo, ¡no en obediencia a
leyes escritas!
¿Qué Acerca de Leyes Religiosas y Mandamientos?
Veamos ejemplos de conducta que las personas que son muy religiosas piensan
que todas las personas deben observar. ¿Qué pasa si usted se enfrenta a una
situación de carácter religioso (o mandamientos religiosos que algunas personas
sienten que usted y yo esperan que hagamos)? Si ese es el caso y no involucran leyes
civiles establecidas por la sociedad para tener una relación armoniosa con los demás
para la paz, la seguridad y el bienestar de la comunidad y de la nación, a continuación,
inmediatamente puede decir "Todas las cosas me son lícitas". Usted puede
inmediatamente afirmar que "puedo hacer lo que quiera, a cualquier hora que yo
quiera, y ningún hombre o mujer, predicador o sacerdote, tiene derecho a decirme qué
hacer". Usted puede hacer esto porque tiene libertad en Cristo. Usted ya no está bajo
ninguna ley en los ojos de Dios.
Por supuesto, los Cristianos deben acatar lo que Pablo dijo en aquellos asuntos
respecto a si sus acciones son totalmente edificantes, beneficiosas y glorificando a
Cristo. En pocas palabras, al juzgar cualquier acción que usted podría querer realizar,
pregúntese si Cristo aprobaría sus acciones; incluso si lo que usted hace NO es
pecado (puesto que ya no está bajo ninguna ley que defina el pecado o demande
obediencia).
Veamos ahora esto demostrado en un sentido práctico. Los gentiles Romanos y
Corintios se preguntaron si el mandamiento de Dios dado a los primeros Israelitas se
les aplicaba a ellos como Gentiles. ¿Las leyes de la alimentación del Antiguo
Testamento tienen que ser guardadas por los gentiles? ¿Los Gentiles tienen que
guardar los Sábados y Días Santos de los Israelitas? ¿Eran las costumbres sociales y
religiosas que se adhirieron a los Judíos en el momento, también necesarias para los
gentiles obedecer?
Echemos un vistazo a lo que los Judíos, que vivieron en ese momento, estaban
haciendo habitualmente dentro de la sociedad Judía. Los Gentiles se preguntaban si
deberían adoptar las costumbres de los Judíos que consiguieron de Dios. Alfred
Edersheim da un resumen de la actitud de los Judíos hacia los Gentiles en este
período. Tenga en cuenta su valoración de la antipatía celebrada entre las dos partes
(los Judíos y los Gentiles) en el primer siglo. Lo mejor será citarle a él textualmente. Es
doloroso leerlo, pero lo que Edersheim dijo era verdad. [Alfred Edersheim, Life and
Times of Jesus the Messiah (vol. 1. I, p. 90-92)].
"Para empezar, cada niño gentil, tan pronto como nacía, debía ser considerado
como impuro. Los que realmente adoraban montañas, colinas, arbustos, etc., en
resumen, graves idólatras, deberían ser cortados con la espada. Pero como era
imposible exterminar el paganismo, la legislación Rabínica mantenía ciertas
objeciones definidas en vista, que se pueden resumir así: prevenir que Judíos
pudieran ser inadvertidamente conducidos a la idolatría, evitar toda participación en la
idolatría, no hacer nada que pueda ayudar a los paganos en su adoración, y, más allá
de todo esto, no dar gusto, ni siquiera ayuda, a los paganos. El segundo involucró un
principio muy peligroso, capaz de aplicación casi indefinida por el fanatismo. ¡Incluso
8

la Mishná va tan lejos como para prohibir la ayuda a una madre en la hora de su
necesidad, o nutrición para su bebé, a fin de no criar a un niño para la idolatría! Pero
esto no es todo. Los paganos eran, de hecho, no precipitados hacia el peligro, pero sin
embargo no eran librados de éste. De hecho, un profesor aislado, aventuró incluso
sobre esta declaración: 'Lo mejor entre los gentiles, el muerto; la mejor entre
serpientes, aplastada su cabeza". Aún más terrible era el fanatismo que ordenó que
los herejes, traidores, y los que habían abandonado la fe Judía debían ser arrojados al
peligro real, y, si ellos no estaban en éste, todos los medios para su fuga eran
eliminados. No tener relación de ninguna clase se tendrá con tal, ni siquiera para
invocar su ayuda médica en caso de peligro para la vida, ya que se consideraba que el
que tenía que ver con los herejes estaba en peligro inminente de convertirse en uno
igual, y que, si un hereje regresaba a la verdadera fe, él debe morir de una vez, en
parte, probablemente para expiar su culpa, y en parte por miedo de recaída...
En verdad, el odio amargo, que el Judío dio a luz a los gentiles, sólo puede
explicarse a partir de la estimación tenida de su carácter. Lo más vil y antinatural,
incluso crímenes fueron atribuidos a ellos. No era seguro dejar el ganado a su cargo,
para no permitir a sus mujeres nutrir a los bebés; enfermería, o sus médicos para
asistir a los enfermos, ni a caminar en su compañía, sin tomar precauciones contra
ataques repentinos y no provocados. Ellos deben, en la medida de lo posible, evitarse
por completo, excepto en casos de necesidad o por razones de negocios. Ellas y ellos
estaban contaminados; sus casas inmundas, que contienen los ídolos o cosas
dedicadas a ellos, sus fiestas, sus ocasiones alegres, su contacto, estaba muy
contaminado por la idolatría, y no había seguridad, si un pagano se quedara solo en
una habitación, que él no podría, en desenfreno o por descuido, contaminar el vino o la
carne en la mesa, o el aceite y el trigo en la tienda. En tales circunstancias, por lo
tanto, todo debe ser considerado como de haber quedado impuro. Tres días antes de
un festival pagano (según sonle, también tres días después) toda transacción
comercial con ellos estaba prohibida, por temor a dar cualquier ayuda o placer. Judíos
evitaban pasar por una ciudad donde había una fiesta idólatra - no, ni siquiera el
sentarse a la sombra de un árbol dedicado a la adoración de ídolos. Su madera estaba
contaminada, y si se usaba para hornear, el pan estaba sucio, y si una lanzadera se
había hecho de ella, no sólo era todo el paño tejido en ésta prohibido, sino que si tal
tejido había sido sin querer mezclado con otras piezas de tela o una prenda de vestir o
colocado con otras prendas, todo se volvía inmundo. ...Dolorosos como estos detalles
son, éstos podrían ser multiplicados.
Cuán triste era la situación con respecto al sistema social adoptado por los Judíos
en el primer siglo. Una versión modificada de esta actitud extrema condujo al odio y la
discriminación; y los Gentiles Romanos quisieron adoptarlo. O, al menos, algunos de
los Romanos eran de la opinión de que algunas de sus partes debían ser puestas en
práctica porque la Ley de Dios dijo que ciertas cosas eran "impuras".
Pablo, sin embargo, tomó un enfoque diferente con los Gentiles. Él dijo que lo
primero que usted debe hacer cuando se enfrenta con las normas de la sociedad, es el
decir, "Todas las cosas son en verdad puras [limpias]" (Romanos 14:20). Y la verdad,
todo es puro, limpio y legal para Pablo y todos los Cristianos maduros. ¿Por qué?
Debido a que "todas las cosas me son lícitas" (1 Corintios 6:12; 10:23-32). Lo que los
Judíos estaban llamando "inmundas" e "impuras", como ellos interpretaron de la Ley
del Antiguo Testamento, Pablo dijo que sólo eran "inmundas" e "impuras" a los que
estimaban que tales cosas eran así. En los ojos de Dios, Pablo dijo que ninguna de
9

estas cosas eran "impuras", aunque hubiesen sido definidas como "inmundas", incluso
si se define así en la anterior Ley de Dios. ¡Eso es correcto! Esto se debe a que ya no
estamos bajo la Ley de Dios como norma de conducta apropiada. Debemos andar en
los nueve principios del Espíritu Santo (Gálatas 5:22-23).
Esto es lo que Pablo estaba diciendo a los Gentiles de Corinto acerca de las
libertades que ahora tenían en Cristo. La primera reacción que todos nosotros
deberíamos tener a cosas tales como si se debe comer los alimentos y bebidas
regidas por las enseñanzas religiosas, guardar los tiempos sagrados como Sabbaths y
los Días santos, observar las normas y reglamentos sobre tipos de ropa a usar, o la
cantidad de ropa que se debe usar, o lo que debería hacerse en todas y todos los
deberes religiosos, es el decir, "Todas las cosas en realidad son puras [limpias]"
(Romanos 14:20) y "todas las cosas me son lícitas" (1 Corintios 6:12; 10:23-32). En
otras palabras, estas cosas no son lo que los frutos del Espíritu Santo son. En todas
estas cosas, puede hacer lo que le alegre su deseo y nunca será responsable ante
Dios por sus acciones. Si usted quiere hacer las costumbres religiosas judías, no
estará mejor con Dios, o si no lo hace, no estará mejor con Dios.
Todas estas costumbres religiosas y las leyes alimentarias son ahora irrelevantes
para el Cristiano maduro. Dios diseñó estas cosas para los niños en la fe, los
Cristianos NO maduros y educados. Pero, si usted quiere hacerlos, adelante, pero no
censure a otros si ellos desean evitarlos. Usted está en libertad de hacer lo que quiera,
pero no reprenda a los demás si ellos sienten que esas cosas están mal. Pablo
resume el asunto,
"Porque el reino de Dios no es carne [comida] ni bebida, sino justicia, paz y gozo en
el Espíritu Santo. Porque el que en esto sirve a Cristo, agrada a Dios y es aprobado
por los hombres. Así que, por lo tanto sigamos detrás de las cosas que contribuyen a
la paz y de las cosas con que uno puede edificar a otro. Pues la carne [es decir, en lo
que se refiere a los alimentos], no destruye la obra de Dios. Todas las cosas son en
verdad puras [limpias] pero es malo para ese hombre que come con ofensa [pensando
que lo que come es malo], bueno es no comer carne, ni beber vino, ni nada en que tu
hermano tropiece, o se ofenda, o se debilite [él quiere decir hacer a un débil hermano
que acaba de ser introducido al Cristianismo aún más débil]. ¿Tú tienes fe [para
comer, beber y hacer lo que quiera]? Tenla [bien, use su privilegio] para sí mismo
delante de Dios. Bienaventurado el que no se condena a sí mismo en lo que él
aprueba " Romanos 14:17-22.
Puede aplicar la misma sabiduría al hacer un juicio sobre cualquier cosa que se
presente en su vida diaria. Si quiere ver una película recomendada por un amigo en el
trabajo y el amigo le advierte que puede haber lenguaje sucio o desnudos en la
película, y esas cosas le ofenden, no debería ir a verla. Sin embargo, la primera cosa
que un Cristiano maduro se dice a sí mismo es lo siguiente: "Todas las cosas a la
verdad son puras [o limpias]" o "Todas las cosas me son lícitas a mí". Esa película
(aún con sus descoloridas partes) es en sí misma NO MALA para usted
personalmente, a menos que usted piense que lo es, incluso sin verla. Es
perfectamente legítimo a los ojos de Dios para usted verla, si lo desea. Si usted va a
ver la película y encuentra que no es tan beneficiosa para usted como usted pensó
que podría ser (en sentido general), entonces podría no recomendarla a otros. Pero de
ninguna manera ha pecado por verla (o verla una y mil veces).
El hecho es la cuestión de "pecado" y qué película es completamente irrelevante
para el Cristiano maduro. Si le ha gustado y beneficiado algo de la película aunque
10

usted no hubiera usado algo del lenguaje, o mostrado el cuerpo humano, o mostrado
la violencia como la película lo hizo, usted todavía no es peor por esto porque no debe
verse afectado por tales cosas. [Todos debemos reconocer que la Biblia es un libro
muy violento en sus descripciones históricas y proféticas. Tenga en cuenta el hecho de
que Dios mató a cada hombre, mujer y niño (a excepción de Noé y su familia) en el
momento del Diluvio (Génesis 6:1 a 9:29). La Ley de Dios ordenó a Moisés y Josué
matar a todos los Cananeos, incluyendo hombres, mujeres y niños (en otras palabras,
no tomar prisioneros como sea) en el momento de la conquista (ver Deuteronomio
20:16; Josué 10 28-43; 11:11, 14, 21). También, el libro de Apocalipsis que muestra la
ira del Padre y de Cristo Jesús tiene algunas de las descripciones más violentas y
terribles de los juicios, el caos y la masacre a gran escala que uno pueda leer
(Apocalipsis 6:12 en adelante hasta el final del libro) y Dios, no dudo, recomendaría
que los niños pequeños no se les debe permitir leer esos pasajes sin la supervisión de
un adulto.
El Cantar de los Cantares es uno de los diálogos sexuales más gráficos que se
puede encontrar en cualquier literatura (cuando se traduce del Hebreo correctamente)
y no debe ser leído (o incluso claramente explicado) a los niños hasta que tengan
edad suficiente para beneficiarse de la descripciones explícitas y muy sexuales que
Dios da. Para los adultos casados, no hay ninguna pieza de la literatura mejor de leer
y aplicar en su vida matrimonial que la que encontramos en el Cantar de los Cantares
dada a nosotros por Dios.
Por otro lado, hay sectores enteros de la Biblia que los niños pequeños no deben
leer a menos que los adultos supervisen la lectura. Entre otras cosas, hay un lenguaje
muy grosero en algunas partes de las Sagradas Escrituras (si está bien traducido), y si
bien esto está muy bien para los adultos, no lo está para los niños pequeños. En
efecto, Así como usted no les debe permitir a los niños ver películas para adultos que
uno puede encontrar en algunas habitaciones de hoteles hoy día, también se les debe
prohibir la lectura de partes de la Biblia que los Gedeones han colocado en esa misma
habitación de hotel. Así es, ambas, ilustraciones bíblicas y algunas películas, deben
ser censuradas para ciertas audiencias. Dios esperaría que los adultos utilicen el juicio
correcto sobre todos estos asuntos. Sin embargo, antes de que los adultos puedan
tomar decisiones adecuadas, deben leer y aplicar Eclesiastés 3:1-8 junto con 1
Corintios 10:31]. O, si usted encuentra que no aprueba totalmente lo que vio en la
película, usted no es peor porque, simplemente dice que juzgó mal el asunto y usted
puede seguir su camino sin condena en los ojos de Dios. No fue un pecado verla
(incluso una veintena de veces), porque "Todo me es lícito a mí"
Este es el principio que Pablo estaba enseñando para los romanos y los Cristianos
de Corinto. Si, por el contrario, siente que la película fue una producción totalmente
indecente sin el menor contenido de beneficio, entonces sería un error verla de nuevo
o animar a otros a verla. Esto es lo que Pablo quiso decir en Romanos 14:22.
"¿Tienes tú fe? Tenla para ti mismo y Dios. Bienaventurado el que no se condena
a sí mismo en lo que aprueba"
Pablo dijo que algunos Cristianos permiten ciertas cosas en sus vidas y otros
Cristianos no permiten varias cosas. Pablo dijo que para seguir adelante y hacer lo
que quiera, porque todas las cosas son lícitas para usted, recuerde, que todo lo que no
es de fe [o la creencia de que las cosas están bien] es erróneo. "todo lo que no es de
fe, es pecado" (Romanos 14:23). Siempre busque glorificar a Cristo en sus acciones.
11

Esta manera Paulina de ver el pecado o actos pecaminosos es clara. Esto significa
que todas las cosas son de hecho lícitas de hacer pero todas las cosas no son
edificantes o beneficiosas. Siga adelante y haga lo que quiera, pero recuerde que uno
debe ser responsable de sus acciones y que todo lo que una persona hace debe ser
para glorificar a Dios Padre y a Cristo Jesús y Sus enseñanzas. "Si, pues, coméis o
bebéis, o hacéis otra cosa, hacedlo todo para la gloria de Dios" (1 Corintios 10:31).
El Primer Principio a Seguir en Todos los Asuntos Sociales
No hay la menor duda de que debemos honrar y respetar todas las leyes de los
hombres en nuestras sociedades (Romanos 13:1-8), siempre y cuando esas leyes no
vayan en contra o en conflicto con los principios superiores que Dios nos ha dado a
obedecer. El apóstol Pedro y todos los apóstoles con él, dijo: "Es necesario obedecer
a Dios antes que a los hombres" (Hechos 5-29). Estoy de acuerdo 100%. Durante
mucho tiempo he sido un partidario activo de estos versículos de las Sagradas
Escrituras y no tengo la menor intención de dirigir a cualquiera de mis lectores lejos de
acatar estas disposiciones claras y sencillas que la Palabra de Dios exige de nosotros.
Están diseñadas a ser para nuestro bien y nos ayudan a vivir en un entorno que es
apropiado y correcto. También nos muestran que debemos tener una preocupación
por el prójimo, nuestra comunidad, nuestro estado (provincia), y las leyes nacionales e
internacionales (y esto incluye el pago de impuestos). Nuestro deseo de ser justos y
rectos en nuestra conducta con los que nos rodean debe extenderse hacia fuera para
incluir a todas las personas en la comunidad mundial. Tenemos que ser decentes y
honestos con todos. Debemos ser sinceros, honrados, corteses, serviciales, rectos y
ciudadanos responsables. En todas las cosas que nos permitimos hacer, debemos con
certeza ser discretos en nuestra conducta y no imponer nuestras creencias sociales y
religiosas en otras personas que no comparten nuestros sistemas de valores. Esto
debe aplicarse a cualquier persona en nuestras sociedades con las que entramos en
contacto.
Por supuesto, esto no quiere decir que tengamos que estar de acuerdo con todo el
mundo. No hay dos personas en la tierra de acuerdo al 100% entre ellos en cada
detalle para estar todo el tiempo en armonía; debemos ponernos de acuerdo en los
puntos principales. Incluso si no estamos de acuerdo con algunas de las actitudes de
ciertos grupos dentro de nuestro entorno, debemos darles el derecho a practicar lo que
les plazca, siempre y cuando su conducta, junto con nuestra propia conducta, no
afecte la intimidad de otros para practicar sus creencias religiosas, sociales y étnicas
en un contexto de respeto y tolerancia con todos los demás en el vecindario. [Como
se dijo antes, esto de ninguna manera significa que tenemos que aprobar las acciones
de todas las personas, sino que podemos respetar a la gente a hacer lo que cree que
es correcto, siempre y cuando sus actividades no hagan a otros incómodos o
temerosos por su acciones externas, y sobre todo si no perturban la tranquilidad social
que todos deseamos y deberíamos tener]. Después de todo, como dijo Pablo, todas
las cosas son lícitas para ellos hacerlas, como lo es para nosotros los
Cristianos maduros tener los mismos privilegios. Siempre debemos ser caballeros y
damas en la conducta externa con todos los que entran en contacto con nosotros, ya
sean Cristianos o no.
Esta actitud de ser justos con todos es la manera Cristiana de dejar que la gente
haga lo que quiera en los confines de sus propios hogares, mientras que la paz de los
demás no sea impactada. También es la forma de vivir que la mayoría de la gente que
ama los principios democráticos de gobierno desean para ser gobernados. Es lo que la
12

mayoría de la gente normal habría de sentir que es la forma correcta de vivir y dejar
vivir. Dicha provisión no sólo muestra la conducta Cristiana correcta, esto es simple
sentido común el cual todos debemos expresar en ese comportamiento. Esto es lo que
Pablo quiso decir cuando dijo que nosotros, maduros Cristianos ya no somos contados
por Dios el Padre de ser pecadores. Ahora somos Cristianos adultos guiados por leyes
NO ESCRITAS (los principios que se encuentran en los frutos del Espíritu Santo en
Gálatas 5:2, 23) y no por las leyes escritas destinadas a los niños en la fe. Usted ahora
es libre de hacer lo que le gusta en todos los aspectos de la vida. Siempre sea un
caballero y una dama en su conducta delante de todas las personas con las que entra
en contacto.
Muestre siempre a la gente GRACIA, como Dios y Cristo han mostrado a todos
nosotros GRACIA. Es la virtud que siempre debe regir nuestro comportamiento y la
apariencia externa de amor hacia Dios. Gracia es la respuesta. En el próximo capítulo
vamos a explicarlo. □

_____________________________________________________________________
Capítulo 10 del libro ‘Essentials of New Testament Doctrine’ por Ernest L. Martin, Ph.D. (†)
Publicado por Associates for Scriptural Knowledge (ASK)
Traducción y edición EONG -02/13.

Das könnte Ihnen auch gefallen