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DERECHO PROCESAL CIVIL (Conforme al nuevo Código Procesal Civil)

Capítulo XXVII
CONSIDERACIONES GENERALES
SOBRE LA EJECUCIÓN FORZOSA

1 . Concepto y naturaleza de la ejecución forzosa


La ejecución forzosa es siempre, y en todo caso, una actividad jurisdiccional.
Varios artículos en diferentes cuerpos legales vienen a reforzar dicha
constatación: el artículo 159 de la Constitución, el artículo 3 de la Ley Orgánica
del Poder Judicial y ahora los artículos 22 párrafo segundo y 59 5 CPC. Todos
ellos proclaman el principio de exclusividad jurisdiccional de la ejecución al
señalar que el ejercicio de la potestad jurisdiccional en todo tipo de procesos,
es decir, la potestad de juzgar y «hacer ejecutar lo juzgado» corresponde
exclusivamente a los juzgados y tribunales.
No puede ser de otro modo si se tiene en cuenta que la ejecución supone
una injerencia directa en la esfera del deudor, de modo que el principio
. constitucional por el que se asienta el monopolio del ejercicio de la coacción
por el Estado cobra en la ejecución especial relevancia."?
)> La finalidad de la actividad ejecutiva es otorgar la tutela solicitada por el ejecutante
la que sólo se consigue con la plena satisfacción del derecho reconocido a aquél
en el título de ejecución dentro de los límites de la propia demanda ejecutiva.
La demanda ejecutiva es sustitutiva de la conducta omisiva del obligado, es decir,
y
es un �edio sustitutivo dél incumplimiento. Ante éste, a instancia del ejecutante,
el órgano jurisdiccional realiza y hace realizar aquellos actos que hubiera debido
acometer por sí el deudor para dar satisfacción al derecho del acreedor.
Principio esencial de la actividad ejecutiva es el de proporcionalidad.
Conforme el mismo, la actividad ejecutiva ha de tender a obtener la máxima
utilidad para el acreedor con el mínimo sacrificio posible para la esfera jurídica
y patrimonial del deudor. Así, por ejemplo, en la determinación de los bienes
inembargables (arts. 345 y ss. CPC).

440
GONZÁLEZ PÉREZ, J., El Derecho a la tutela jurisdiccional, 3ª ed., Ed. Civitas, Madrid, 2001, pp. 345 y ss.

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2. Tipos de ejecución forzosa
Existen distintas clasificaciones de la ejecución forzosa. Siguiendo los criterios
doctrinales más consolidados se derivan las siguientes clasificaciones: de títulos
judiciales y de títulos no judiciales; ejecución definitiva y provisional; ejecución
específica y genérica; ejecución propia e impropia; y, por último, ejecución
singular y universal.441

2.1. Ejecución de títulos judiciales y de títulos no judiciales

Serán títulos judiciales de ejecución las resoluciones judiciales firmes de


condena dictadas tras el correspondiente proceso de declaración, a las que a
estos efectos, se equiparan los autos que conforme el Código Procesal Civil
u otras leyes lleven aparejada ejecución, las sentencias de homologación de
transacciones y acuerdos durante el proceso (art. 600 párrafo primero CPC).
Títulos no judiciales son todos los demás a los que por disposición legal
expresa se les atribuye fuerza ejecutiva (art. 600 párrafo segundo CPC).
Es interesante poner de relieve la diferencia más importante entre los títulos
judiciales y no judiciales, que condiciona el proceso de ejecución, según esté
basado en una u otra clase de títulos.
Una de las características del título ejecutivo es la «in�en el
sentido de que la obligación a que se refiere aparece ya como fuera de toda
duda, es decir, no supeditada a ulterior declaración sobre su existencia, validez
y exigibilidad. Pero por mucho que se pretenda la equiparación entre una
clase y otra de títulos, nunca puede ser idéntica la posición del deudor ante
una sentencia judicial firme, que ante un título no judicial. Las posibilidades
de oposición en este segundo caso, sin duda, han de ser mayores que en el
primero, pues el título judicial viene precedido de una fase declarativa que
concluye por una sentencia firme que definitivamente deja zanjada la cuestión
controvertida (art. 21 O CPC). En tal caso, sólo podrá alegar, aparte de las
excepciones puramente procesales, hechos ocurridos después de producirse
la firmeza, y en ningún caso, hechos que pudieron alegarse en la fase declarativa
del proceso.
En cambio, en la ejecución de títulos no judiciales el deudor puede
oponer tanto los hechos anteriores a la formación del título, como los hechos
concurrentes y posteriores, sencillamente por cuanto su existencia procede de
441
PRIETO-CASTRO, L., Derecho concursa/ ... , op. cit., 1978, p. 21. DEVIS ECHANDÍA. H., Compendio
de Derecho procesal, t. 1, Ed. ABC, Bogotá, 1985, p. 71. ASENCIO MELLADO, J.M., Introducción al
Derecho ... , op. cit., 1997, pp. 190-191.

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una simple apariencia, reduciéndose, por razones obvias, su indiscutibilidad.442


El cómo se posibilite esta defensa, es opción legislativa, pues puede permitirse
al deudor la alegación de esos hechos anteriores o concurrentes en el mismo
proceso de ejecución, ensanchando el ámbito de la oposición o demorar su
eficacia para un posterior proceso declarativo.

2.2. Ejecución definitiva y provisional

También puede distinguirse, dentro de la ejecución de títulos judiciales,


la ejecución provisional, y la ejecución definitiva, según se realice estando
pendiente algún recurso o tras la adquisición de firmeza de la sentencia,
respectivamente.

2.3. Ejecución específica y genérica

Se atiende para esta clasificación, con escaso rigor terminológico, al


contenido u objeto de la obligación a cuyo cumplimiento compele el título
ejecutivo.
La ejecución es específica cuando se trata de llevar a cabo una obligación
de hacer, de no hacer o de entregar una cosa determinada. Se persigue en tal
caso una restitución natural del patrimonio del acreedor, o el cumplimiento de
la ejecución en sus propios términos.443
La ejecución se denomina genérica cuando versa sobre sobre la entrega de
una suma de dinero, bien porque éste sea el contenido propio de la obligación
impuesta, bien porque siendo distinto, se convierte en imposible y se sustituye por
el pago de una cantidad equivalente a su valor, previa determinación, a la que se
vendría a añadir el pago de una indemnización por daños y perjuicios que hayan
podido causarse (arts. 728, 735, 739, 741, 742 párrafo segundo y 743 CPC).

2.4. Ejecución propia e impropia

La ejecución propia se refiere a la de títulos no judiciales y a las de sentencias


de condena, esto es, aquellas que imponen coactivamente el cumplimiento de
una determinada obligación.444

442
GARBERÍ LLOBREGAT, J (dir.); TORRES FERNÁNDEZ DE SEVILLA, J.M.; DURO VENTÚRA, C. y CA-
SERO LINARES, L., Los procesos civiles, comentarios o lo Ley de enjuiciamiento civil con formularios y jurispru­
dencia, t. 4, Ed. Bosch, Barcelona, 2001, p. 16.
443
RAMOS MÉNDEZ, F., Derecho procesal ... , op, cit., t.11, 4ªed., 1990, pp. 1002-1003.
444
GUTIÉRREZ BARRENENGOA, A y LARENA BELDARRAIN, J. (dir.), El proceso ... , op. cit., t. 11, 2ª ed.,
2006, p. 94.

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En cambio, la ejecución impropia alude a las sentencias declarativas y
constitutivas, que en realidad no requieren de ejecución, pues basta la misma
sentencia para producir el efecto pretendido por el demandante. Este tipo
de sentencias puede ser objeto de algunos actos complementarios, como
consecuencia de inscripciones en Registros públicos, notificación a terceros,
etc., que no constituyen verdadera y propia ejecución.445

2.5. Ejecución singular y universal


La ejecución singular se refiere a bienes o derechos concretos del
patrimonio del ejecutado. La ejecución universal afecta a todo el patrimonio,
concurriendo una pluralidad de acreedores e insuficiencia de bienes del deudor
para la satisfacción plena de todos ellos. Mediante ésta ejecución se trata de
hacer efectiva la «pars condictio creditorum», esto es, la liquidación ordenada
del patrimonio para satisfacer los créditos según su distinta clase y según la
preferencia que el ordenamiento material les atribuye, dando lugar a los
denominados procesos concursales. 446

J. LA ACCIÓN EJECUTIVA

Como sucede respecto del proceso declarativo, el proceso de ejecución


requiere también su activación a instancia de parte, mediante el ejercicio de
una pretensión específica dirigida al órgano judicial y frente a la parte contraria.
En realidad, el concepto de acción ejecutiva no es sino especificación
del concepto general de acción, que se individualiza por el contenido de la
pretensión. Por ello, el Código Procesal Civil, con todo acierto, incluye la
acción ejecutiva junto con la acción declarativa y la tutela cautelar dentro de la
categoría general que describe el artículo 22 párrafo segundo CPC.
El CPC refuerza, no obstante, la idea de la titularidad de la acción ejecutiva
al exigir en los artículos 630 y 614 que la ejecución, sea provisional o definitiva,
se solicite por demanda que es el vehículo de la acción, concretando, en todo,
la tutela ejecutiva que se «pretende» (art. 614 párrafo primero numeral 4)
CPC). Una demanda que, en cuanto tal, sólo puede ser interpuesta por el
ejecutante, esto es, aquel que aparece como titular del crédito documentado
en el título de ejecución, único legitimado para instar la ejecución.

445
Véase art. 60 1 CPC.

446
CORDÓN MORENO, F., El proceso de ejecución, Ed. Aranzadi, Pamplona, 2002, p. 31. GUASP. J.,
Derecho ... , op. cit., 1956, p. 841.

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Así, partiendo de estas ideas generales, la doctrina conceptúa la acción


ejecutiva como «el ejercicio del derecho a la jurisdicción en su manifestación
de ejecutividad», o como «el conjunto de derechos que el Estado concede a
los particulares en orden a la ejecución forzosa».447
Concretado el concepto, procedemos a abordar el contenido de la acción
ejecutiva. La doctrina afirma que la acción ejecutiva se nutre de tres derechos,
que en realidad reflejan tres planos distintos pero complementarios:
a) El derecho al acceso a los órganos judiciales.
La acción ejecutiva es, ante todo, un derecho de naturaleza pública que
concede a su titular la facultad de poner en marcha la jurisdicción.
Se trata de un derecho primario e incondicionado para solicitar y obtener
del juez una resolución fundada, que tanto puede ser estimatoria como
desestimatoria del despacho de ejecución.
b) El derecho al despacho de la ejecución.
Este segundo derecho tiene un contenido concreto: obtener del juez la
incoación de la ejecución lo que conlleva la orden de que se practiquen las
actividades ejecutivas que el CPC prevé. Se trata por tanto, de la efectiva
puesta en marcha de la ejecución.
Este derecho está condicionado a la concurrencia de dos requisitos: la
constatación de todos los presupuestos procesales, por un lado, y por otro, la
presentación por parte del ejecutante de un título ejecutivo.
c) El derecho a la ejecución.
La acción ejecutiva comprende por último, el derecho a consumar la
ejecución. Dicha acción se constituye, modifica y extingue por completo
desligada de la constitución del título ejecutivo. Esto no supone que por sí
sólo el título ejecutivo sea condición suficiente para obtener el despacho de la
ejecución. De aquí que resulte posible que quien está en posesión de un título
ejecutivo carezca de acción ejecutiva. Aunque, no es posible que suceda a la
inversa, ya que la acción ejecutiva presupone en todo caso la existencia de un
título ejecutivo, pues sin él la ejecución no puede iniciar.?" Asimismo, puede
suceder que aun despachada ejecución porque existe título ejecutivo, la acción

447
GARBERÍ LLOBREGAT, J (dir.); TORRES FERNÁNDEZ DE SEVILLA, J.M.; DURO VENTURA, C. y CA-
SERO LINARES, L., Los procesos civiles ... , op. cit., t. 4, 2001, p. 20.
448
RIFÁ SOLER, J.M.; RICHAD GONZALÉZ, M. y RIAÑO BRUN, l., Derecho procesal .. , op. cit., vol. 11, .
2006, p. 419.

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ejecutiva no se agote sino con la completa satisfacción del acreedor: la ejecución


infructuosa, por insolvencia del deudor, no extingue la acción ejecutiva.

3.1. Presupuestos de la acción ejecutiva


La acción ejecutiva tiene unos presupuestos propios que se concretan en
dos: el título ejecutivo y el incumplimiento del obligado.

3.1. I. Título ejecutivo


El título ejecutivo es el presupuesto básico para iniciar la actividad de
ejecución forzosa, en cuanto del mismo se deduce que el acreedor tiene
derecho al despacho de ejecución. Por tanto, el título de ejecución es aquel
documento en el que consta la obligación de la parte contra la cual se ha de
dirigir el proceso de ejecución.449
El título ejecutivo está sujeto al requisito de legalidad o tipicidad, esto es, sólo
tienen el carácter de ejecutivos los que la Ley expresamente reconoce como
tales. Así, se infiere con toda claridad a tenor del artículo 600 CPC, al expresar
que sólo tendrán aparejada ejecución los siguientes «títulos» para concluir en
el párrafo primero numeral 2) del mismo precepto refiriéndose como otros
títulos ejecutivos, además de los enumerados en los numerales anteriores,
a «las demás resoluciones judiciales y documentos que, «por disposición de
«este Código u otras leyes, lleven aparejada ejecución».
En consecuencia, la Ley es la única fuente creadora de títulos ejecutivos, no
bastando, por tanto, la norma reglamentaria para dotar a un documento de
fuerza ejecutiva, es decir, sólo puede ser establecido por el legislador y no por
la administración, titular de la potestad reglarnentaria.t'"
La fuerza ejecutiva dimana directa y exclusivamente de la Ley, lo que limita
cualquier libertad de pactos al respecto: la voluntad de los particulares, por sí sola,
no puede ser fuente originadora de tftulos ejecutivos, ya sean creados por las
partes mediante convenio u otros distintos medios de los que la Ley reconoce.
Piénsese, por ejemplo, en un convenio reflejado en escritura pública por el que las
partes pactaran que pudiera ser presentada como tftulo ejecutivo una segunda o
ulterior copia del testimonio, en contra de lo prevenido en el artículo 600 párrafo
segundo numeral 1) CPC. En este caso, el pacto sería nulo por contravenir una Ley
449
FENECH NAVARRO, M., Derecho procesal ... , op. cit., 1980, pp. 311 y ss. CORDÓN MORENO, F, El
proceso ... , op. cit., 2002, p. 47. SOLCHAGA LOITEGUI, J., El procedimiento de apremio sobre bienes inm­
uebles, Ed. Aranzadi, Pamplona, 1986, p. 38.
450
GARBERÍ LLOBREGAT, J (dir.); TORRES FERNÁNDEZ DE SEVILLA, J.M.; DURO VENTURA, C. y
CASERO LINARES, L., Los procesos civiles ... , op. cit., t. 4, 2001, p. 38.

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imperativa (art. 2437 C), y desde luego, el juez habría de rechazar el despacho de
ejecución al no haberse cumplido los requisitos que en la norma legal se establecen,
debiendo tener por no puesto el pacto que la contraría.
Ello no quiere decir, naturalmente, que la voluntad de las partes sea ajena
por completo a la creación de estos tipos de títulos, sino que la voluntad que
cree dichos títulos sólo tendrá efectos si su expresión se ajustó a los supuestos
contenidos en la norma (art. 600 párrafo segundo numeral 1) CPC).

3.1. I. I. Clases de títulos ejecutivos

El CPC ha optado por unificar en su Libro Sexto y bajo un mismo sistema


tanto la ejecución de títulos judiciales como la de títulos no judiciales. Así, frente
a la regulación contenida en el antiguo Código de Procedimiento Civil de 1906,
que había separado la ejecución de sentencias de la de otros títulos, para los
que reservaba el denominado «juicio ejecutivo». Por lo tanto, opta el nuevo
Código por una regulación unitaria, que consigue parificando la ejecución de
títulos jurisdiccionales y extrajudiciales (art. 600 CPC). Con ello, desaparecen
como títulos ejecutivos, en relación con la legislación anterior, el documento
privado reconocido ante el juez competente y la absolución de posiciones.
Para cubrir la protección de créditos basados en documentos normalizados,
que carecen de fuerza ejecutiva, se prevé el proceso monitorio.

3. I. I. I. I. Títulos ejecutivos judiciales

El artículo 600 párrafo primero CPC contempla como títulos ejecutivos


jurisdiccionales que abren paso a la ejecución forzosa, los siguientes:

0
�\���/)\
« 1) Las ejecutorias de sentencias firmes». "'4" � \
«2) Las ejecutorias de los autos que conforme este Código u leyes, lleven
aparejada ejecución».
«3) Las ejecutorias de las sentencias de homologación de transacciones y
acuerdos durante el proceso, conforme lo dispuesto en este Código».

3.1. l. l .2. Títulos ejecutivos no judiciales

Los títulos ejecutivos de naturaleza extrajudicial que establece el artículo


600 párrafo segundo del Código Procesal Civil, son los siguientes:
« 1) La escritura pública con tal que sea el primer testimonio, y las segundas y
terceras copias del testimonio emitido con autorización judicial conforme la
Ley del Notariado y con conocimiento de las personas a quien perjudique».

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«2) El documento auténtico emitido por funcionario o empleado público


competente, con las solemnidades requeridas por la ley».
«3) Los títulos valores y demás documentos mercantiles que habiendo llenado
los requisitos establecidos por la ley, se les confiera fuerza ejecutiva».
«4) Los laudos arbitrales, transacciones y acuerdos suscritos entre las partes
originados por cualquiera de las formas alternas de resolución de conflictos».
«5) En general, los documentos que por disposición de la ley tengan reconocida
fuerza ejecutiva».

3.1.2. Incumplimiento del obligado

Si la actividad ejecutiva tiene por finalidad satisfacer el derecho del


ejecutante, entonces su causa está en el incumplimiento del deudor. Por lo
tanto, es imprescindible el presupuesto de que el ejecutado se encuentre en
situación de incumplimiento. Esta consideración explica toda la regulación de la
ejecución, y de ella se derivan las siguientes consecuencias:
a) Sólo puede solicitar la ejecución el acreedor designado en el título, nunca
el ejecutado, pues, sólo aquél, y nunca éste, es el titular de la acción.451
b) La acción ejecutiva presupone el incumplimiento del deudor, que se
constata con la práctica del requerimiento (arts. 617 2) y 648 CPC).
c) Por lo mismo, el ejecutado puede poner fin a la ejecución dando plena
satisfacción al ejecutante (arts. 598, 650 y 665 CPC).
d) De igual forma, y puesto que lo primordial no es tanto lograr que el deudor
cumpla sino obtener la satisfacción del acreedor, la ejecución concluye
cuando paga el crédito un tercero (arts. 201 O C, 721 párrafo segundo y
758 párrafo primero CPC).
e) En todo caso, se reconoce al ejecutado la posibilidad de oponerse a la
ejecución alegando y acreditando el pago o cumplimiento (arts. 619, 652
y 759 CPC).
En conclusión, sin incumplimiento de la obligación no hay ejecución forzosa,
la cual tiene como única finalidad la satisfacción de lo adeudado.

451
CORTES DOMÍNGUEZ, V.; GIMENO SENDRA, V.; MORENO CATENA, V. y ALMAGRO NOSETE, J.,
Derecho procesal ... , op. cit., t. 1, vol. 11, 5ª ed., 1991, p. 417.

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4. lAs PARTES PROCESALES EN LA EJECUCIÓN

El concepto de parte en la ejecución, es obviamente dependiente del concepto


general de parte que se extrae de las disposiciones contenidas en los artículos 64
a 1 08 CPC, a cuyo estudio hemos de remitirnos, para evitar reiteraciones.
Ahora bien, el proceso de ejecución entraña determinadas especificaciones
del concepto de parte. Como es sabido, en el proceso de declaración la
atribución o designación de las partes corresponde por entero al demandante,
en el proceso de ejecución la situación varía.
Condicionado todo el proceso de ejecución por su presupuesto
característico, el título ejecutivo, sólo pueden ser partes en este proceso, en
principio, quienes figuren en el título como acreedor y deudor.452 La designación
por el ejecutante es necesaria como elemento subjetivo identificador de la
acción ejecutiva (arts. 614 párrafo primero numeral 1) y 643 párrafo primero
numeral 1) CPC), y desde luego, cuando los deudores identificados sean varios,
el despacho de ejecución puede dirigirse contra todos o contra alguno de ellos.
Pero, en todo caso, el juez, y en contra de lo que sucede en el proceso de
declaración, ha de verificar la correspondencia entre la designación efectuada
en la demanda ejecutiva y el título, rechazando, de oficio, el despacho de
ejecución referente a persona que no esté identificada como deudor en el
mismo. Así pues, es el título el que determina la legitimación procesal.
En conclusión, serían partes las que, conforme al título, determine, a
instancia del ejecutante, el despacho de ejecución. Pero, basta la inclusión en el
despacho de ejecución para que la persona contra la que éste se dirija adquiera
el «status» de parte. Así se infiere de lo dispuesto en el artículo 602 párrafo
primero CPC: «Son parte en la ejecución forzosa la o el solicitante de la misma
y la persona contra la que se ordena, que habrá de ser quien figure en el título
como obligado a su cumplimiento».

4.1 . Parte ejecutante


Es ejecutante la persona o personas que piden y obtienen el despacho de
ejecución.453 En efecto, el artículo 614 párrafo primero Cf'C legitima a quien solicita
la ejecución, denominándole técnicamente de manera correcta «ejecutante» y no
«acreedor», como expresaba el anterior Código de Procedimiento Civil de 1906.

452
OCAÑA RODRÍGUEZ, A, Partes y terceros ... , op. cit., 1997, pp. 1 1 y ss. ALMAGRO NOSETE, J. y
TOMÉ PAULE, J., Instituciones ... , op. cit., t. 11, 2ª ed., 1994, p. 225.
453
OCAÑA RODRÍGUEZ, A, Partes y terceros ... , op. cit., 1997, pp. 12 y ss.

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En los casos de sucesión procesal, el CPC admite como única excepción los
supuestos de sucesión ya sea «mortis causa» o «ínter vivos», que puede afectar
tanto a la legitimación activa como pasiva.
El fenómeno sucesorio puede ocurrir una vez abierto el proceso de
ejecución, instado inicialmente por o frente al causante.454 En tal caso, serán de
aplicación las disposiciones contenidas en los artículos 79 a 84 CPC.
Sin embargo, el artículo 603 CPC regula de forma específica la sucesión
en el proceso de ejecución, de cuya regulación se extraen las siguientes
características:
a) La regulación es unitaria e idéntica, tanto para los supuestos de sucesión
por causa de muerte como entre vivos. El artículo se refiere, de forma
genérica a la sucesión sin hacer distingo alguno por el origen de la misma.
b) Dicha regulación abarca tanto la sucesión desde el lado activo como del
lado pasivo.
c) En todo caso, la sucesión habrá de ser argumentada y explicada en la
demanda ejecutiva.
d) La sucesión habrá de ser acreditada al interponer la demanda ejecutiva
mediante la aportación de documentos fehacientes expresivos del trámite
suceso no.
e) Sí el acreedor no aporta esos documentos fehacientes porque carece
de ellos o porque no está siendo sujetado a un proceso formal o si,
presentándolos el juez no los considera, suficientes, señala el artículo 603
párrafo segundo CPC un brevísimo procedimiento para determinar, la
legitimación.

4.2. Parte ejecutada


Parte ejecutada es la persona frente a la que se pide y se obtiene el despacho
de ejecución. Basta, en efecto, .con que el despacho de ejecución se refiera a
determinada persona, física o jurídica, para que, por ese sólo hecho, adquiera
la cualidad de parte ejecutada.455

454
DE LA OLIVA SANTOS, A; DÍEZ-PICAZO GIMÉNEZ, l.; VEGAS TORRES, J. y BANACLOCHE PALAO,
J.,Comentarios a la Ley ... , op. cit., 2001, p. 934. En el mismo sentido, SENÉS MOTILLA, C., Disposioo­
nes generales sobre la ejecución forzosa, Ed. La Ley, Madrid, 2000, p. 69. En idéntico sentido, CORDÓN
MORENO, F, El proceso ... , op. cit., 2002, p. 1 O.
455
ORTELLS RAMOS, M. y OTROS., Derecho ... , op. cit., 7ª ed., 2007, p. 752. FERNÁNDEZ-BALLESTEROS
LÓPEZ, M.A., La ejecución forzosa ... , op. cit., 2001, p. 93. PRIETO-CASTRO, L., Derecho procesal civil,
vol. 11, 9ª ed., Ed. Revista de Derecho Privado, Madrid, 1968, p. 275.

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El artículo 602 párrafos terceros y ss. CPC determinan los factores que
atribuyen la legitimación pasiva, de modo que sólo será lícito despachar
ejecución frente a persona o personas que reúnan las pertinentes cualidades
que el Código menciona. Pero ello no impide que el juez, por equivocación
u otra causa, despache ejecución contra otra persona. En este caso, la parte
erróneamente identificada podrá oponerse a la ejecución (arts. 619 2) y 653
párrafo tercero numeral 2) CPC) o consentir el despacho de ejecución y
permitir que la ejecución se siga frente él hasta su culminación.
Para que el proceso de ejecución se inicie, continúe y culmine de forma
válida, se ha de seguir contra persona que tenga legitimación pasiva. La
legitimación pasiva surge en los siguientes casos:
a) Tiene legitimación pasiva, por regla general, quien aparezca como deudor
en el título ejecutivo (art. 602 párrafo primero in ftne CPC).
b) También tienen legitimación pasiva, y contra ellas puede ser despachada
ejecución, a instancia del ejecutante, determinadas personas no mencionadas
o identificadas en el título, a las cuales se extiende, legal o convencionalmente,
la responsabilidad por el crédito que se ejecuta (art. 602 párrafo tercero CPC).
Son casos expresivos de la diferenciación entre deuda y responsabilidad, pues
se exige ésta sin que, en realidad, exista aquélla frente al acreedor ejecutante.
Se refiere el precepto a la asunción de responsabilidad, bien por disposición
legal o en virtud de afianzamiento.
1) Son, entre otros, casos de responsabilidad a título personal, por la
deuda de otro, y en virtud de disposición legal: a) la de los socios de
sociedades colectivas (art. 137 CC); y b) la de los integrantes de la
sociedad irregular, cuando el título designe como deudor a la propia
sociedad.
En estos supuestos, el ejecutante habrá de justificar en su demanda ejecutiva
la razón jurídica por la que dirige la acción contra personas no designadas en el
título. Ello, naturalmente, no impide la posibilidad que tiene el ejecutado, en tal
caso, para oponerse a la ejecución alegando la carencia del carácter con el que
se le demanda (art. 602 párrafo cuarto CPC).
2) El segundo supuesto en el que el artículo 602 párrafo tercero numeral
2) CPC autoriza la extensión de responsabilidad, refiere a los casos
cuando venga justificado «en virtud de acción legal o contractual
acreditada de forma indubitada».

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Con estos términos el Código se refiere a todos los supuestos en que la
extensión de responsabilidad viene fundada en un acto o contrato que vincula a
la persona contra la que, sin estar designada en el título ejecutivo, se pretende
el despacho de ejecución. Esto es, no se refiere el CPC únicamente a la fianza,
como modalidad típica de contrato, sino al género, esto es, a la categoría
general de la garantía personal otorgada mediante contrato, sea nominado o
innominado.
En cuanto al fenómeno sucesorio, remitimos al lector al comentario
respecto a la sucesión procesal de la parte ejecutante (art. 603 CPC).
En lo que respecta a los deudores solidarios, dada la vinculación que en
el proceso de ejecución produce el título ejecutivo, no es posible dirigir la
acción ejecutiva ni por acreedor ni contra deudor solidario que ño se hallen
mencionados nominalmente en aquél.
Este es el significado del artículo 604 párrafo primero CPC al expresar que,
tratándose de la ejecución de títulos judiciales «obtenidos sólo contra una o
varias deudoras o deudores solidarios, no servirán de título ejecutivo contra las
o los deudores solidarios que no fueron parte en el proceso».
Si se trata de ejecución de títulos no judiciales, «sólo podrá despacharse ejecución
contra la o el deudor solidario que figure en ellos o en otro documento que lleve
aparejada ejecución conforme lo dispuesto en la ley, que acredite la solidaridad de
la deuda y el monto afianzado expresamente» (art. 604 párrafo segundo CPC).
Asimismo se habla de la medida de responsabilidad de los codeudores, cuando
son varios los ejecutados, al establecer el artículo 604 párrafo tercero CPC que
cuando «en el título ejecutivo aparezcan varias deudoras o deudores solidarios,
podrá pedirse que se despache ejecución por el importe de la deuda más intereses
y costas, contra una o algunas de esas deudoras o deudores o frente a todos ellos».
Le corresponde, por tanto, al acreedor el derecho a instar la ejecución
frente a uno o varios, y en este caso, puede pedir el despacho de ejecución
por el importe total frente a todos los ejecutados.
Cuando se solicita el despacho de ejecución por el importe frente a todos o
varios de los deudores, no puede entenderse ni un exceso en la ejecución ni un
enriquecimiento injusto, ya que el acreedor sólo puede percibir el importe de
su crédito, más intereses y costas, pero de ahí nada más. Por el contrario, hasta
que este resultado se produzca tiene interés legítimo en que quede cubierta la
responsabilidad que puede exigir frente a todos y cada uno. De lo contrario,
si alguno o algunos de los deudores se opusieren y prosperare su oposición

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basada en excepciones personales, quedaría el acreedor al descubierto de la


parte correspondiente a esos deudores, si los demás resultaren insolventes.
Por último, en cuanto a las entidades sin personalidad el artículo 64 5)
CPC reconoce capacidad para ser parte a determinados grupos o entidades
sin personalidad jurídica, de modo que es posible que se constituya un título
ejecutivo judicial o una sentencia condenatoria contra éstas.
La actuación en el tráfico económico y jurídico de estas entidades carentes
de personalidad jurídica, permite que puedan aparecer mencionadas como
deudoras en títulos ejecutivos no judiciales.
En tales casos, la responsabilidad no puede exigirse a estos entes sin
personalidad, y por ello, sin patrimonio sino a sus integrantes, gestores o
miembros que hayan actuado ante los demás usando el nombre de aquella
entidad.
Por ello, el artículo 602 párrafo último CPC establece la posibilidad de que
el despacho de ejecución, a solicitud del acreedor se dirija frente «a todos y
cada uno de los socios, miembros o gestores que hayan actuado en nombre
y representación de dicha entidad, siempre que se acredite tal condición y la
actuación ante terceros en nombre de la entidad».

4.3. Terceros
El proceso de ejecución forzosa puede afectar; ilícita o lícitamente, a terceros. En
primer lugar, perjudica ilícitamente cuando el juez, erróneamente, ha despachado
frente a él la ejecución creyendo que era deudor designado en el tftulo o porque
estima existente una vinculación, por Ley o por convenio, a la responsabilidad
derivada de la deuda456 (art. 602 párrafo tercero numerales 1) y 2) CPC).
En tal caso, queda a la voluntad de este tercero, erróneamente tomado por
deudor, el derecho de oponerse (arts. 619 2) y 653 párrafo primero numeral
2) CPC). Pero si no se opone, y consiste la ejecución, ésta es válida. Si el error
es únicamente imputable al juez, y se dan los demás requisitos precisos para
ello, incurrirá en la responsabilidad que proceda.
Si el error judicial es inducido por el acreedor, éste, aparte de la
responsabilidad penal que en determinados casos puede contraer a través de
la estafa procesal (art. 235 c) CP), queda obligado a responder de los daños y
perjuicios (art. 599 CPC).

456
PRIETO-CASTRO, L., Derecho procesal .. , op. cit., vol. 11, 9ª ed., 1968, pp. 275-276.

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WILLIAM TÓRREZ PERALTA
En segundo término, la traída al proceso del tercero puede ser lícita, por
estar fundada en responsabilidad que establezca la Ley o el pacto válidamente
concluido. Estos son los casos a que se refiere el artículo 605 CPC al disponer
que «podrá intervenir en la ejecución quien sin ser parte ejecutante o ejecutada
según este Código, resulte afectado en sus bienes o derechos por el título de
ejecución o por los actos de ejecución. Esta intervención será para la defensa
de sus derechos e intereses, quedando sujeto a las obligaciones y cargas que
establezca respectivamente el ordenamiento jurídico».
Bajo esta categoría se incluyen los supuestos de garantías reales (prenda,
hipoteca) otorgadas en seguridad de la deuda por la que se procede.

5. ÓRGANO COMPETENTE

Conforme el artículo 612 párrafo primero CPC, la competencia para


conocer del proceso de ejecución basada en títulos judiciales corresponde al
juez «que los dictó en primera instancia». Así, se determina la competencia,
en tal caso por conexión, encontrándonos ante un supuesto de competencia
funcional.
En el caso de ejecución de acuerdo o transacción dentro del proceso, será
competente para su ejecución el juez de primera instancia. «Si se hubiere
producido en segunda instancia, se devolverán las diligencias con la ejecutoria
respectiva, dentro de los tres días siguientes a la notificación» (art. 612 párrafo
segundo CPC).
Para los títulos no judiciales, el artículo 641 CPC designa distintos fueros
territoriales, los cuales pueden ser sistematizados de la siguiente forma:
a) Será competente el juez de primera instancia, «con arreglo a lo dispuesto
para la competencia objetiva y territorial regulada en este Código».
b) Para el caso de la ejecución recaiga sobre bienes hipotecados o pignorados,
«la competencia se determinará con arreglo a lo dispuesto en este Código».
c) En el caso de la ejecución de transacciones y acuerdos suscritos entre las
partes originados por cualquiera de las formas alternas de resolución de
conflictos, será el juez conforme lo estipulado por el Código.
d) En cuanto a la ejecución de laudos arbitrales se llevará a cabo por la
autoridad «judicial competente de conformidad a este Código y las leyes
de la materia».

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DERECHO PROCESAL CIVIL (Conforme al nuevo Código Procesal Civil)

6. ACUMULACIÓN DE EJECUCIONES

6. 1. Generalidades
La pluralidad de objetos en un mismo proceso de ejecución puede resultar de
un único proceso que versó sobre varias pretensiones ejecutivas, o porque en
aquél se fundan o reúnen distintos procesos que se habían iniciado por separado.
En el primer caso se produce una acumulación de pretensiones; en el
segundo, una acumulación de procesos de ejecución.457
Aparte de la acumulación de procesos de ejecución, que es la materia
que trata específicamente el artículo 607 CPC, puede existir acumulación de
pretensiones ejecutivas en un solo procedimiento de ejecución: así será cuando
sean varios los ejecutados o cuando el título ejecutivo reconozca derechos de
ambas partes, como ocurre en el caso de haber estimado la sentencia, en todo
o en parte, la demanda y la reconvención.

6.2. Requisitos comunes


Para los supuestos que regula el artículo 607 CPC se derivan los siguientes
requisitos comunes:
a) Pendencia de los procesos de ejecución.
La acumulación sólo es procedente si los distintos procesos de ejecución a
que se refiere están pendientes, es decir, que los procesos estén activos. Por
ello, impedirá la acumulación no sólo la terminación de la ejecución (art. 598
párrafo tercero CPC), sino también la suspensión que ocurriera en cualquiera
de los procesos, en el sentido de que aquel que se halle en alguno de estos
estados -terminación o suspensión- no será acumulable.
b) Conexión u homogeneidad de las distintas obligaciones.
Este requisito resume el propio fin de la acumulación, que busca la reunión
de procesos en base a tanto la identidad de partes como a la pluralidad de
ejecuciones (art. 607 CPC).
c) Instancia de parte o de oficio.
El artículo 607 párrafo primero CPC establece que tanto a instancia del
ejecutante como de oficio, podrá acordarse la acumulación de procesos de
ejecución pendientes entre el mismo acreedor ejecutante y el mismo deudor

457
GARBERÍ LLOBREGAT, J (dir.); TORRES FERNÁNDEZ DE SEVILLA, J.M.; DURO VENTURA, C. y CA­
SERO LINARES, L., Los procesos civiles ... , op. cit., t. 4, 2001, p. 479.

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WILLIAM TÓRREZ PERALTA

ejecutado y cuando los procesos de ejecución se tramiten ante el mismo


juzgado.
En este supuesto, su finalidad es la de reducir trámites y esfuerzos ejecutivos
sin menoscabar los derechos (principio de economía procesal), y que, sin duda,
benefician a las partes y a la propia Administración de Justicia.
Ahora bien, cuando la acumulación se refiera a procesos instados por
ejecutantes distintos contra el mismo ejecutado ante un mismo juzgado, podrán
acumularse, a instancia de cualquiera de los ejecutantes, si el juez competente
«en el proceso más antiguo lo considera más conveniente para la satisfacción
de todos los acreedores ejecutantes» (art. 607 párrafo segundo CPC).
Cuando se estén tramitando en diversos juzgados, procesos de ejecución
entre distintos ejecutantes contra el mismo deudor ejecutado, cualquiera de
los ejecutantes podrá solicitar ante el juzgado del proceso más antiguo, la
acumulación de los distintos procesos de ejecución (art. 607 párrafo tercero
CPC).
Conforme al denominado «ius distrohendi», con la consiguiente facultad de
separación, que se reconoce al acreedor hipotecario o pignoraticio, el artículo 607
párrafo quinto CPC deja a salvo el derecho de esta clase de acreedores, de modo
que se excluye la acumulación del proceso de ejecución hipotecaria o pignoraticia a
otros procesos de ejecución, como no sean homogéneos, esto es que persigan la
efectividad de otras garantías hipotecarias sobre los mismos bienes.
Para concluir, el artículo 607 párrafo cuarto CPC dispone que para
determinar la procedencia de la acumulación de ejecuciones, el juez atenderá
a lo dispuesto en este Código para la acumulación de procesos, en todo lo no
regulado en este artículo. 458

7. AMPLIACIÓN A LA EJECUCIÓN DE DEUDAS PERIÓDICAS SOBREVENIDAS

Se recoge en el artículo 662 CPC la posibilidad de acumular en un


proceso de ejecución en curso otras pretensiones del ejecutante basada en
el vencimiento de obligaciones generadas del mismo negocio jurídico, sin
necesidad de presentar nuevas demandas.
El ámbito de aplicación se encuentra muy restringido al hecho de que
todas las deudas cuyo pago se solicitan provengan de una misma obligación,
y, lógicamente, entre el mismo acreedor y el mismo deudor. Un ejemplo
podría ser el contrato de compraventa en el que el pago se difiere a sucesivos
458
V. arts. 1 14 a 125 CPC.

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DERECHO PROCESAL CIVIL (Conforme al nuevo Código Procesal Civil)

plazos hasta el abono total. Vencido uno de los plazos y no pagado, se puede
presentar la correspondiente demanda ejecutiva procediendo a la ejecución
del correspondiente título; si durante la sustanciación del proceso de ejecución
vence otro plazo y es igualmente no pagado se puede ejercitar la posibilidad
establecida en el artículo 662 CPC y pedir la ampliación de la ejecución sobre
el importe correspondiente.
La ampliación de la ejecución siempre se produce a instancia de parte,
sin que el juez pueda actuar de oficio, aunque una vez solicitada sí deberá
comprobar que la nueva deuda proviene de la misma obligación y que es
conforme con el título ejecutivo en base al cual se está ejecutando.

7. 1 . Modalidades a la ampliación de la ejecución

Se recogen en el CPC dos posibilidades distintas para a la ampliación a la


ejecución, según la misma se enuncie o no en la demanda ejecutiva y que
reciben los nombres de ampliación automática y rogada.
a) Automática.
La ampliación de ejecución automática es aquella que el ejecutante solicita
en la propia demanda ejecutiva. Supone un anuncio de la llegada de nuevos
plazos de la misma obligación, aun no vencidos (art. 662 párrafo primero
CPC), pero que podrán estarlo a lo largo del proceso, e implica dos requisitos
fundamentales, como son: el primero, notificarle al ejecutado el auto por
el que se despacha ejecución, se le advierta de esa petición de ampliación
automática y de las circunstancias de que si a las fechas de vencimiento de los
sucesivos plazos no se hubiese consignado los pagos a disposición del juzgado,
la ejecución se ampliará automáticamente; la segunda, la necesidad de que
el ejecutante que solicita la ampliación automática presente una liquidación
final por el total de la deuda en la que incluya los vencimientos de principal e
intereses producidos durante la ejecución.
La ampliación automática no debe implicar ningún tipo de resolución
judicial o diligencia de ordenación según los plazos vayan venciendo, salvo en
dos supuestos concretos: el primero, cuando como consecuencia de estos
vencimientos se pida mejora del embargo (art. 662 párrafo segundo CPC),
en cuyo caso el juez resolverá (art. 680 CPC); el segundo, tras la liquidación
final, ya que el juez deberá determinar si la misma es conforme con el título
ejecutivo y que no se han consignado las cantidades incluidas en ella, en cuyo
caso, deberá acordar que el pago al ejecutante se realice con arreglo a lo que
resulte de la liquidación (art. 662 párrafo segundo in fine CPC).

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b) Rogada.
La ampliación de la ejecución es rogada cuando la petición se hace después
del despacho de ejecución, solicitando la ampliación de la misma al haber
vencido un nuevo plazo de la misma obligación.
Cada vencimiento de algún plazo o del total de la obligación genera una
concreta petición de ampliación, sumándose, en caso de ser admitida por
el juez, al montante de la cantidad por la que se haya acordado despachar
ejecución, y sin que ello suponga retrotraer el proceso, es decir, opera un efecto
preclusivo de tal forma que la ejecución se hace común. La ampliación de la
ejecución no permite volver a realizar aquellos actos procesales ya precluidos.

7 .2. Oposición del ejecutado a la ampliación de la ejecución

El artículo 662 párrafo tercero CPC dispone: «Cuando la solicitud de ampliación


se haga durante la tramitación de la ejecución, se ordenará la notificación de la
solicitud y se convocará a audiencia que se celebrará al tercer día de su notificación,
para que la parte ejecutada se allane o se oponga a la misma. La incomparecencia
de la parte ejecutada al llamamiento, se entenderá como sumisión a la ampliación
referida, lo que será causa suficiente para ordenar la ampliación del embargo».
Si la parte ejecutada se opusiera a la ampliación de la ejecución y la causa en
que se funde fuera atendible, en la audiencia expondrá y probará las razones
por las cuales no es procedente la ampliación (art. 663 párrafo primero CPC).
Admitida la solicitud, el juez ordenará la ampliación del embargo y procederá
como en la ejecución originaria (art. 663 párrafo segundo CPC).
Rechazada la solicitud, quedará expedito el derecho de la parte acreedora
para entablar la demanda correspondiente por la suma cuya ampliación le ha
sido denegada (art. 663 párrafo tercero CPC).

7.3. Efectos de la ampliación

Además de la retroacción del proceso, el artículo 664 CPC establece que


el mandato de ejecución de la ampliación se decretará por medio de auto, en
el que se fijará la cantidad indicada por la parte ejecutante en la solicitud, en
concepto de principal e intereses vencidos hasta la fecha en que se presenta,
ya sean éstos ordinarios o por demora en el cumplimiento. Esta cantidad se
podrá incrementar hasta un veinticinco por ciento para cubrir tanto el pago de
los intereses devengados, como las costas ocasionadas durante la ejecución, sin
perjuicio de la posterior liquidación.

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8. NULIDAD DE ACTUACIONES EN LA EJECUCIÓN

La infracción de normas procesales reguladoras de la actividad ejecutiva,


puede ser de tal gravedad que provoque la nulidad de actuaciones. A tal fin
el artículo 599 párrafo segundo CPC determina: «Serán nulos los actos de
ejecución que se extiendan a cuestiones no resueltas en el proceso en que se
constituyó el título, o que contradigan su contenido. La nulidad se hará valer
mediante los recursos de reposición y de apelación».
Estos recursos no presentan ninguna característica propia cuando se
produce en el proceso de ejecución, por lo que a los oportunos comentarios
sobre tales recursos nos remitimos.

9. SUSPENSIÓN Y TÉRMINO DE LA EJECUCIÓN

El artículo 609 del Código Procesal Civil regula las distintas causas por la que
debe o puede quedar en suspenso, así como su alcance y efectos.
El mencionado precepto se abre estableciendo que la suspensión sólo
procede «cuando así lo soliciten las partes personadas o cuando lo ordene
expresamente la ley» (art. 609 párrafo primero CPC).
Con ello se refuerza la idea de celeridad y vigor del proceso de ejecución,
de modo que, sea cual sea la incidencia que en el mismo se plantee, nunca se
procederá a la suspensión de la actividad ejecutiva, como no sea que la Ley
lo prevea expresamente o concurra el consentimiento conjunto de todas las
partes.

9 .1. Suspensión por imperativo legal

La ejecución quedará en suspenso cuando así lo determine la Ley, y por el


tiempo que en cada caso se establezca. Son variados los supuestos legales de
suspensión, si bien ceñidos a lo estrictamente necesario.
Así, se pueden citar, sin exhaustividad alguna, los siguientes supuestos: 1 º.
La prejudicialidad penal (art. 61 O CPC); 2º. La suspensión de la ejecución
provisional dineraria (art. 637 CPC); 3º. La cesación de actuaciones por caso
fortuito o fuerza mayor (art. 106 párrafo primero CPC); 4º. Planteamiento
de declinatoria (art. 46 CPC); 5º. La petición de acumulación de ejecuciones
(arts. 123 párrafo segundo y 607 CPC); 6º. La tercería de dominio (art. 686
párrafo primero CPC); y 7º. La ejecución del acuerdo para la realización del
bien embargado (art. 700 párrafo primero CPC).

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9 .2. Suspensión por acuerdo de las partes
Las partes pueden convenir la suspensión del proceso de ejecución. Se trata
en todo caso de un acto bilateral que no depende, por tanto, de una voluntad
exclusiva del ejecutante.
El acuerdo se puede manifestar bien por la voluntad expresada conjuntamente
por ejecutante y ejecutado en el mismo escrito, bien por petición de una de las
partes a la que la otra, al conferírsele traslado, muestra su conformidad o no se
opone de modo expreso (art. 609 párrafo primero CPC).

9.3. Efectos de la suspensión


El efecto primordial de la suspensión, ya sea por disposición legal o por
convenio de las partes, es la cesación de la actividad procesal ejecutiva,
conservando plena validez los actos ya realizados.
La suspensión durará el tiempo que dure la causa que la haya motivado.
El tiempo transcurrido para estos casos, nunca producirá la caducidad de la
instancia, pues las actuaciones para la ejecución forzosa se podrán proseguir
hasta obtener el cumplimiento de lo juzgado, aunque el proceso haya quedado
sin curso durante los plazos señalados en el presente Código (art. 105 CPC).
El artículo 680 CPC permite la mejora o ampliación del embargo «cuando
el cambio de las circunstancias permita dudar de la suficiencia de los bienes
afectados», y claramente una ampliación en el tiempo de la ejecución supone
una nueva circunstancia, que puede resultar en un montante de deuda mayor,
debiéndose, por tanto, ajustar el conjunto de bienes embargados por la que
primeramente se despachó ejecución al valor actualizado de la deuda, tal como
exige el artículo 6 73 párrafo segundo CPC.

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