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La percepción ha sido durante largo tiempo objeto de estudio desde diversas disciplinas científicas, desde la
filosofía inicial, a las corrientes de investigación más actuales enmarcadas en el campo de la neurociencia.
La percepción se puede considerar como la capacidad de los organismos para obtener información sobre su
ambiente a partir de los efectos que los estímulos producen sobre los sistemas sensoriales, lo cual les permite
interaccionar adecuadamente con su ambiente.
Percepción y lenguaje.
Hemos visto que los factores personales e influencias sociales condicionan la percepción. Ahora bien, el papel
del lenguaje en el proceso perceptivo requiere una consideración especial. A través del lenguaje, el sujeto realiza
la plena identificación de los objetos percibidos. En efecto, la asignación de un nombre a un objeto es lo que
caracteriza el acto de identificación de estímulos en los que consiste la percepción. Cuando ponemos un nombre
o aplicamos un concepto a la realidad percibida culmina la identificación del objeto. Por ejemplo, si no sabemos
qué es una cornucopia -es decir, si no tenemos el concepto de cornucopia difícilmente podremos identificarla
cuando la veamos, a pesar de que alguien nos pueda decir que está cerca de nosotros. En nuestro mundo perceptivo
no puede haber cornucopias mientras no asociemos la palabra con un cierto tipo de sensaciones. Así, pues,
percibimos realmente cuando podemos reconocer lingüísticamente unos estímulos. Por esto se puede decir que
fuera del lenguaje no tenemos una percepción íntegramente significativa. Las palabras constituyen un filtro
cultural a través del cual nos relacionamos con el mundo real. Las palabras representan una determinada
comprensión del mundo, de la realidad, de las relaciones entre las personas...
ALTERACIÓNES
Los trastornos de la percepción son muy variados y pueden obedecer a causas tan diferentes como
El Trastorno perceptivo persistente por alucinógenos (LSD, hongos alucinógenos, peyote, etc.) es un trastorno de
la percepción que consiste en que el antiguo consumidor de alucinógenos experimenta una especie de
reminiscencias de lo que vivió bajo los efectos dichas drogas alucinógenas.
El Trastorno perceptivo persistente por alucinógenos surge después que el individuo dejó de consumir la droga,
y persiste durante cierto tiempo, generalmente meses.
2. Alucinaciones Kinestésicas y Esquizofrenia
Dentro este tipo de trastornos de la percepción citaremos: la sensación de quemadura en el cerebro, sensación de
presión en los vasos sanguíneos de su abdomen, sensación de corte en el corazón, sensación de que algún órgano
en su cuerpo está alterado sin ser ello real, etc.
3. Alucinación háptica
La Alucinación Hipnagógica es una falsa percepción, bien auditiva o visual, que puede aparecer cuando nos
estamos quedando dormidos.
Este Trastorno de la Percepción es similar a la Alucinación Hipnopómpica, pero esta última ocurre cuando nos
vamos a despertar, es decir en la franja de tiempo comprendida entre el sueño y la vigilia.
5. Alucinación Hipnopómpica
La Alucinación Hipnopómpica es una falsa percepción sensorial que tiene lugar al despertar, es decir en la franja
de tiempo comprendida entre el sueño y la vigilia.
Este Trastorno de la Percepción es similar a la Alucinación Hipnagógica, pero esta última ocurre cuando nos
estamos quedando dormidos.
Ni las alucinaciones hipnopómpicas ni las alucinaciones hipnagógicas son patológicas.
6. Alucinación liliputiense
La Alucinación liliputiense es un tipo de Trastorno de la percepción en la cual los objetos son percibidos como
si tuvieran un tamaño menor del que en realidad tienen.
7. Ilusión de Frégoli
La ilusión de Frégoli se caracteriza porque el paciente piensa que su “perseguidor” se disfraza con las caras de
diferentes personas: un vecino, su médico, un hermano, un policía, un amigo, etc., es decir, el sujeto paranoico
ve a la persona que supuestamente le persigue con “diferentes caras “.
8. La Ilusión de Intermetamorfosis
La Ilusión de Intermetamorfosis es un raro síntoma descrito en 1932 por Courbon y Tusques y al cual
denominaron “Illusion d’intermetamorphose“.
Este trastorno de la percepción la encontraron en pacientes esquizofrénicos, los cuales afirmaban que las personas
de su alrededor se metamorfoseaban convirtiéndose unas en otras, por ejemplo, el sujeto A se convertía en B, el
sujeto B se convertía en C, el sujeto C se convertía en A, etc.
Finalmente, decir que los trastornos de la percepción pueden darse en un amplio número de trastornos o
enfermedades, tanto físicas como psicológicas. En el caso de estas últimas, psicólogos y psiquiatras pueden dichas
alteraciones de la percepción en la Esquizofrenia, en el Trastorno Bipolar, en la adicción a drogas, en el
Alcoholismo, etc.
También se refiere a la argumentación del médico sobre la mayor o menor probabilidad de sufrir unas u otras
enfermedades ante el cuadro clínico del paciente; se suele dejar constancia escrita en la historia clínica, como
juicio diagnóstico, con el fin de orientar las pruebas complementarias (radiología, análisis de laboratorio, etc.)
que deben realizarse hasta el diagnóstico de certeza.
DIAGNÓSTICO DIFERENCIAL:
Para diagnosticar si se trata de una alteración de la percepción se tiene que tomar en cuenta:
TRASTÓRNÓ DE PERSÓNALIDAD
HISTRIÓNICA
La personalidad histriónica se caracteriza principalmente por la teatralidad, la dramatización y por una excesiva
demanda de atención de los demás. Las personas con este estilo de personalidad suelen buscar, de forma
incansable, la aceptación, la admiración y la estima de los demás, y para conseguirlo pueden hacer uso de
estrategias de seducción o de victimismo.
Características de las personas con personalidad histriónica
Las personas con este estilo de personalidad suelen ser inseguras, con una débil autoestima y que sufren ante las
situaciones negativas que tienden a crear y en las que no suelen reconocer su propia responsabilidad, ni los propios
errores. En esta línea, tienen tendencia a culpar a los demás del propio sufrimiento y a posicionarse como víctimas
indefensas de las situaciones en las que se hallan inmersas.
Aunque estadísticamente es un estilo de personalidad más frecuente en la población femenina, también está
presente en la masculina.
Otras características propias de la personalidad histriónica son:
Junto a estas características, hay que destacar también que suelen ser personas con una gran facilidad para
desenvolverse en los ámbitos sociales y laborales. No obstante, es habitual que se ofendan con facilidad en
aquellas situaciones en las que no consiguen ser el centro de atención o que con frecuencia no se sientan
suficientemente valoradas, queridas o comprendidas.
Cuando estas personas hacen uso de la seducción, como su objetivo final es sentirse reconocidas, aceptadas y
valoradas suelen producir en los demás sentimientos positivos, de utilidad y hacen que resulte agradable y
divertido estar junto a ellas. Por el contrario, cuando estas personas se posicionan como víctimas tienden a
presentarse ante los demás como seres débiles e indefensos y solicitan ayuda y protección. Este hecho, por el
contrario, suele producir consecuencias negativas en las personas del entorno, a las que a la vez culpan de sus
frustraciones, decepciones y fracasos.
Todos estos rasgos de personalidad y el rechazo que producen sus intentos de manipular el ambiente, convierten
con frecuencia a la persona con una personalidad histriónica en alguien desadaptado e infeliz, bajo una máscara
en apariencia brillante.
Causas del trastorno histriónico de la personalidad
No existe mucha información acerca de lo que origina este tipo de padecimiento, sin embargo, se han encontrado
algunas causas de tipo biológico, social y psicológico interesantes. Entre las principales, se encuentran las
siguientes:
Factores biológicos: se ha encontrado que personas con este tipo de trastorno muestran un mal funcionamiento
en la administración de algunos neurotransmisores como la noradrenalina y la norepinefina.
Factores sociales: personas que durante la infancia han tenido padres que no les prestaban la atención que
necesitaban y estaban demasiado ausentes. También pudieron haber recibido abuso psicológico, malos tratos y
humillaciones. El estilo de crianza puede influir, ya que si de pequeños notaban que la única manera de llamar la
atención de los padres era haciendo berrinches, gritos y pataletas exageradas, crecen con la creencia inadaptativa
de que de esta manera van a poder ser vistos y tomados en cuenta por los demás.
Factores psicológicos: factores como el temperamento y la personalidad del individuo. Una persona insegura,
con baja autoestima y que no se siente satisfecha con su aspecto físico, entre otras cosas, puede dar lugar a que
se desarrollen y mantengan las conductas histriónicas.
Trastorno de la personalidad histriónica DSM V
301.50 (F60.4)
Patrón dominante de emotividad excesiva y de búsqueda de atención, que comienza en las primeras etapas de la
edad adulta y está presente en diversos contextos, y que se manifiesta por cinco (o más) de los hechos siguientes:
1. Se siente incómodo en situaciones en las que no es el centro de atención.
2. La interacción con los demás se caracteriza con frecuencia por un comportamiento sexualmente seductor o
provocativo inapropiado.
3. Presenta cambios rápidos y expresión plana de las emociones.
4. Utiliza constantemente el aspecto físico para atraer la atención.
5. Tiene un estilo de hablar que se basa excesivamente en las impresiones y que carece de detalles.
6. Muestra autodramatización, teatralidad y expresión exagerada de la emoción.
7. Es sugestionable (es decir, fácilmente influenciable por los demás o por las circunstancias).
8. Considera que las relaciones son más estrechas de lo que son en realidad
Psicoterapia
El tratamiento consiste, primero, en hacer una evaluación completa del comportamiento de la persona para hacer
un buen diagnóstico del trastorno. También se va a identificar en qué áreas de la vida de la persona está afectando
este tipo de comportamiento histriónico y que, por lo tanto, le está generando malestar.
Se suelen encontrar diversos síntomas asociados a este padecimiento (depresivos, ansiosos, hipocondríacos, entre
otros) con los cuales se trabaja por medio de distintas técnicas como la reestructuración cognitiva,
psicoeducación, ejercicios de relajación, entre otros, para aliviarlos. Se trabaja especialmente con los
sentimientos, creencias y experiencias de la persona, los cuales la hacen actuar de esta manera. Así mismo, se
propicia la introspección para que la persona pueda con más facilidad tener un mejor control sobre sus
sentimientos y emociones. Algunas técnicas que han demostrado su eficacia para la curación de este trastorno
son el mindfulness, EMDR, hipnosis clínica y las técnicas de relajación.
Medicación
En algunas ocasiones, dependiendo de la situación individual de cada persona, la psicoterapia se puede combinar
con la administración de algunos fármacos, los cuales se utilizan para tratar otros síntomas y/o trastornos
asociados con el trastorno histriónico de la personalidad, como pueden ser la depresión y la ansiedad.
Normalmente, aparecen este tipo de trastornos secundarios como consecuencia de tener problemas en la relación
con las demás personas.
Consejos prácticos
Convivir con una persona que presenta estos rasgos puede ser complicado.
Para intentar ayudar a que pueda ir tomando conciencia de que su forma de actuar es disfuncional, y también para
evitar que las personas cercanas acaben también afectadas psicológicamente, hemos elaborado esta lista con
distintos puntos a tener en cuenta.
1. Aceptemos la realidad
En ocasiones puede ser complicado aceptar las cosas tal como son. Y más si la persona que tenemos cerca tiene
comportamientos que no entendemos. Sin embargo, esto no significa que no debamos actuar para intentar cambiar
la situación.
Es importante que tengamos en cuenta que la personalidad histriónica no es fruto del capricho, sino que es una
forma disfuncional y consolidada de expresarse. Por supuesto, debemos evitar decir frases como: “No deberías
montar estas escenitas”. Para la persona afectada, su percepción sobre estas expresiones no es así. La persona
histriónica no ve nada raro en cómo expresa sus emociones, porque son conductas que están muy consolidadas
en su personalidad.
Por tanto, debemos tener en cuenta que son personas con graves dificultades para controlar sus emociones y que
tienen una percepción distorsionada e irreal, cosa que seguramente le afecte más de lo que creemos. No es buena
idea tratar a estas personas de forma caritativa y compasiva, puesto que estaríamos reforzando su conducta
victimista. Hay que hacerles ver que todos tenemos nuestras rarezas y dificultades en la vida, y que nadie es
perfecto.
2. Establezcamos límites claros
Que aceptemos su personalidad no quiere decir ni que no intentemos poner remedio, ni que debamos ser blandos
y sumisos ante las personas histriónicas. Podemos ser comprensivos, pero a la vez establecer unos marcos claros:
de nada sirve justificarlo todo.
Debemos intentar actuar con moderación y objetividad, y hacer notar que también somos dignos de respeto.
Cuando la persona histriónica entra en una de sus fases de expresión desmesurada de sus sentimientos, debemos
mantenernos firmes, pero educados. Por ejemplo, podemos decir: “Me parece que ahora mismo estás muy
alterada, en un rato volveré y podemos hablar sobre lo que ha pasado. Me sabe mal la situación y es importante
que podamos entendernos” o bien: “No te puedo consentir que me faltes al respeto. Yo te respeto y te valoro, y
por eso no entiendo tu actitud. En el momento en que seas consciente de esto, podemos volver a hablar sobre este
asunto”.
3. No caigamos en ciertas trampas
No es buena idea entrar en sus manipulaciones y juegos. Debes tratar a este tipo de personas como adultos, a
pesar de que puedan mostrar comportamientos infantiles. Si le sigues el juego y actúas como si fueras su padre o
te pones a su nivel, la relación acaba entrando en terrenos pantanosos y ni tú ni ella ganáis nada.
Si eres capaz de comunicarte con esta persona de tú a tú y con responsabilidad y tacto, desistirá en su empeño de
hacerte jugar a su juego.
4. Reforcemos positivamente sus comportamientos adultos
Cuando esta persona se comporte de forma adulta y madura, debe notar que nuestra atención hacia ella es mayor.
En el momento en que su comportamiento histriónico habitual deje paso a la responsabilidad y la madurez,
debemos valorarlo y lograr que note que eso nos agrada.
De hecho, en ocasiones resulta más fácil desincentivar una conducta disfuncional reforzando positivamente la
conducta contraria cuando esta se produce. En resumen, debe notar que somos secos y cortantes (pero educados)
cuando se comporta de forma histriónica, pero que sin embargo estamos atentos y positivos cuando muestra
conductas adultas.
5. No mofarnos ni despreciar
Es importante este punto: no deberíamos reírnos ni burlarnos de una persona con este problema. Aunque en
muchos ámbitos de la vida el humor puede ser una buena válvula de escape y puede relativizar los problemas, en
el caso de las personalidades histriónicas no es aconsejable puesto que podría tener efectos más negativos que
positivos.
Si perciben que las menosprecias y que no les tienes respeto puedes estar propiciando que sus emociones todavía
se vean más alteradas. Ten en cuenta que son personas muy susceptibles y que no les ayudará en nada notar que
los demás se mofan y les tratan sin respeto.
Tratamiento
El tratamiento para el trastorno paranoide de la personalidad suele basarse en la terapia psicológica con un
psicólogo con experiencia y formación en el apoyo profesional en este tipo de casos. También pueden
administrarse ciertos psicofármacos si los síntomas y el contexto personal y social de la persona afectada así lo
ameritan.
Psicoterapia
La psicoterapia es el método menos invasivo y más efectivo a la hora de tratar cualquier tipo de trastorno de la
personalidad.
Al ser un trastorno que tiene su origen en creencias desadaptativas e irracionales del paciente, el enfoque girará
en torno a recuperar la confianza del afectado, ya que no suele ser habitual que hablen de entrada sobre sus ideas
paranoicas.
Una vez que el paciente decide colaborar porque es consciente de las consecuencias de su trastorno de
personalidad sobre su vida y su entorno, se pueden aplicar algunas de las siguientes técnicas para el tratamiento
del trastorno de personalidad paranoide:
Reestructuración cognitiva, con la que combatir los pensamientos inadecuados que van a incitar las
conductas de evitación. A través de esta técnica se van a conseguir descubrir los
pensamientos intrusivos como: “éste quiere...”, “me va a....”. Una vez identificados, hay que trabajar con
ellos conscientemente con otros como: “no tiene por que ser malo para mí”, “voy a ver su punto de vista”,
de forma que se automatice el proceso y con ello se superen dichos pensamientos.
Entrenamiento en habilidades sociales, con las que mejorar su comunicación con los demás, facilitando
así que pueda establecer nuevas relaciones con las que enriquecer su vida, lo que a su vez le va a permitir
tener mayores posibilidades de recuperación, al contar con un grupo de apoyo más grande.
Terapia ocupacional, con la que reeducar los comportamientos que hasta ahora estaban interfiriendo en
el correcto desarrollo de las tareas laborales, formando a la persona en aquellas que precise su puesto,
para que obtenga confianza en sus propias habilidades.
Aproximaciones sucesivas a los lugares o personas temidos injustificadamente, de forma que adquiera
las habilidades necesarias para saber superar su desconfianza en situaciones que con anterioridad no se
atrevería a afrontar.
Técnicas de control del estrés, que le ayuden a relajar y rebajar la tensión que producen estos episodios
paranoides, lo que le permitirá darse cuenta de que únicamente está pensando de esta forma a causa del
episodio.
Farmacológico
Los psicofármacos, a pesar de ser efectivos desde el punto de vista psiquiátrico, están desaconsejados en este tipo
de casos porque pueden generar sospechas y recelos por parte del paciente, y esto suele llevar al abandono del
proceso terapéutico. En ese caso, si es estrictamente necesario, la administración de medicamentos debe ceñirse
a espacios de tiempo breves.
Se suelen administrar psicofármacos ansiolíticos, por ejemplo, Diazepam, en casos en que el paciente padezca
ansiedad o agitación. La medicación de tipo antipsicótico, por ejemplo, Haloperidol, puede ser indicada si la
persona afectada tiene pensamientos psicóticos que pueden ser potencialmente peligrosos para ella o para otras
personas.
https://quierocuidarme.dkvsalud.es/ocio-y-bienestar/personalidad-histrionica
https://www.psicologia-online.com/trastorno-histrionico-de-la-personalidad-causas-sintomas-y-
tratamiento-3244.html
https://www.webconsultas.com/mente-y-emociones/trastornos-mentales/tratamiento-del-trastorno-de-
personalidad-paranoide-12241
https://www.webconsultas.com/mente-y-emociones/trastornos-mentales/tratamiento-del-trastorno-de-
personalidad-paranoide-12241
https://psicologiaymente.com/clinica/trastorno-paranoide-personalidad
https://revistas.ucm.es/index.php/RCED/article/viewFile/RCED0000120015A/17050
https://www.unioviedo.es/psiquiatria/wp-content/uploads/2017/01/PM-percepcion-2018_OK.pdf
http://www4.ujaen.es/~mrgarcia/Tema1PAM.pdf
https://filosert.files.wordpress.com/2012/06/u5-los-procesos-perceptivos.pdf