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El gambito Omega: un arma

sorpresiva.

El gambito omega es un desconocido gambito que puede jugarse con blancas o con negras,
y que yo encuadro en lo que denomino “aperturas extremas” por su singularidad. Hoy os lo
presentaré desde el punto de vista de las blancas.

Puede ser una alternativa interesante para sorprender al rival o para explorar territorios
desconocidos. El origen del gambito no está claro, pero se tiene constancia de que se jugó
por primera vez a nivel competitivo en el año 1952, entre Jacobo Patt Rubinstein y Orestes
Giustina. Como es de suponer, por lo atrevido del gambito, no tiene demasiada
implantación entre la élite pero, a su favor, he de decir que a Fedorowicz le hicieron tablas
en el año 1988, y que ha sido jugado por los fuertes GMs Vladimir Baklan (2606) y por
Nakamura contra Fritz 5 (hizo tablas).

Posición tras e4!

Apenas tenemos más de 100 partidas registradas, lo cuál sorprende considerablemente,


teniendo en cuenta que los módulos le otorgan una valoración razonablemente respetable.
Eso sí, las estadísticas son desastrosas para el blanco, pero hay que valorarlas con cautela,
ya que entre jugadores de más de 2100 las estadísticas nos muestran un porcentaje de ganar
de aproximadamente un 20%, de perder de otro 20% y de tablas un 60%.

Curiosamente, el gambito puede jugarse tanto para jugadores de d4 como para aquellos que
inician la partida con e4. Algo que es bastante infrecuente. Por ejemplo, el blanco puede
jugar 1e4 y contra la Defensa Alekhine sorprender con un mágico 2. d4! No es lo más
ortodoxo del mundo, pero seguro que en una partida a 5 minutos más de 20 segundos
robamos al rival. Y el tiempo es oro y cada día más…
Ahora bien, ¿cómo podemos explotar las sutilezas del Gambito Omega? La clave de todo
reside en comprender la esencia del ajedrez dinámico (te recomiendo que leas la GUIA
PARA ENTENDER EL AJEDREZ DINAMICO), este es un ejemplo arquetípico. El
blanco entrega material a cambio de tiempo y de mayor presencia central. Es decir, si el
negro toma el peón de e4 estará moviendo dos veces el caballo y, por tanto, perdiendo un
tiempo para comerse el peón, mientras que el blanco estará desarrollando sus dos alfiles sin
moverlos.

Los poderosos alfiles blancos. Al menos de momento…

La única forma de luchar por la ventaja, pero no es del todo intuitiva. Trata de devolver
material a cambio de recuperar tiempo. Esta realmente es la jugada que me parece que hace
que el gambito tenga sentido. Si el negro tiene que jugar de esta manera, ?por qué no
experimentar con el Gambito Omega?4…Cc6Otra jugada normal de
desarrollo.5.Cc3Af56.Ad3e67.cxd5exd58.O-OAd69.Db3O-OEl negro debe devolver el
material.10.Dxd5Cxc311.Dxf5 ±g612.Dh3 ±4…e6Veamos que sucede con las jugadas
“normales”5.Ad3Ab4+6.Cbd2Cxd27.Axd2Axd2+8.Dxd2dxc49.Axc4O-O10.O-OCon
compensación por el peón ya que el blanco ha conseguido dos tiempos de más, mayor
espacio, mejor coordinación de piezas y mayor control central. Una posición totalmente
jugable para el blanco.5.Cxe5Ab4+6.Cd2O-
O7.Ad3Cxd28.Axd2Axd2+9.Dxd2f610.Cf3Te8+11.Rf1
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Puede que el blanco esté algo inferior pero su posición no es tan dramática. Si esto es lo
peor que le puede suceder al blanco ?por qué no experimentar?
CONCLUSIONES:

El Gambito Omega es una alternativa atrevida para jugar determinado tipo de partidas o
contra determinado tipo de rivales. Lógicamente, no puede constituir la base de nuestro
repertorio, pero sí que sugiero que también podamos utilizar ciertas dosis de creatividad
para poder enrolarnos en partidas en las que la discusión teórica sea sencilla.

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