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Oropesa

Castillo y parador

Talavera

El viejo casco de Talavera de la Reina merece una visita tranquila.

Detalle de San Salvador. Fotografía de guiarte. Copyright

No hay obras excepcionales pero sí diversos destellos desde la arquitectura


mudéjar a la barroca; sencilla arquitectura pero que marca un pasado de
vitalidad.
El entorno del río es también bello, con el viejo y destartalado puente
romano, mal llamado romano, porque en realidad es fábrica medieval, al lado
de ese otro, de inicios del XX, con aires de obra de un Eiffel hispano.

Y también resulta ameno el paseo por el entorno de la basílica del Prado,


construida al perecer allá donde antaño hubo un templo a Ceres, y que hoy es
un interesante álbum de la Talavera alfarera.

Pero es ese ultimo elemento, el cerámico, lo que da unidad a esta ciudad.


Tiendas de cualquier clase, monumentos, fuentes, iglesias... hasta una
humilde casa proletaria tiene permanentemente la referencia de la cerámica;
en sus platos, en su palmatoria o en el recubrimiento de la pared de su hall de
entrada. Talavera lleva con derecho propio el apellido de “la ciudad de la
cerámica”.

Los recintos defensivos


Talavera conserva, desperdigados por el viejo casco, numerosos elementos
pertenecientes a los distintos cercos defensivos que poseyó desde la época
romana.

Parece ser que la ciudad contó con distintos recintos amurallados: los
romanos, los árabes y los desarrollados en el medioevo. De todos ellos
perduran retazos a lo largo del centro de la población.
Las murallas árabes fueron realizadas en tiempos de Abderramán III, sobre la
base romana y con nuevas estructuras como las torres albarranas, salientes,
que potenciaban la calidad defensiva de esta urbe, también protegida al sur
por el propio Tajo. De aquella época era el alcázar, ya ruinoso en el final del
siglo XV, y del que ahora apenas quedan restos.

En etapas posteriores hubo diversas obras, tras la inicial de Alfonso VI,


incluida la cerca exterior, de más amplitud que fortaleza.

Restos de los recintos defensivos de Talavera, en las proximidades de la Puerta de Sevilla. Fotografía de
guiarte. Copyright

Los puentes
Muchas grandes poblaciones ubicadas al lado de un río poderoso tienen un
mismo origen: el puente.

Así ocurre con puntos como Salamanca, Zamora o Mérida, por citar ejemplos
no lejanos de Talavera.
Parece ser que el Tajo ya tuvo aquí un puente en tiempos romanos, destruido
en los días de la Reconquista. En la Edad Media se construyó el que ahora
llaman popularmente Puente Romano, pues fue hecho a la usanza de los que
Roma realizó en distintos puntos de Hispania.

Fue fray Pedro de los Molinos, del cercano convento de los Jerónimos, quien
dirigió la obra. Era el final del siglo XV.
Hoy Talavera tiene dos hermosos puentes, al lado del Viejo, eternamente
quebrado, se construyó uno nuevo de estructura metálica, obra de más de 400
metros de longitud que se inauguró en 1908.

El llamado Puente Romano, de Talavera. Foto guiarte. Copyright.

La Plaza del Pan


Fue desde el siglo XVI centro de la vida local, en torno al cual se ubicaban
las casas palaciegas de familias ilustres de Talavera, aún se puede ver
algún detalle en el entorno.

Fuente en la Plaza del Pan. Fotografía de guiarte. Copyright.

En la plaza del Pan destaca el amplio espacio rectangular, con sus palmeras, y
sus elementos cerámicos. En torno a este espacio está el viejo ayuntamiento,
de portada renacentista, y la Colegiata.
En las inmediaciones de la plaza se halla también el edificio modernista del
Teatro Victoria, que se construyó en 1914 sobre el terreno de la antigua Casa
de Comedias.

La colegiata
Se trata de un magnífico templo, ubicado en la bella Plaza del Pan de
Talavera. La antigua parroquia de Santa María, antes mezquita, recibió la
categoría de colegiata en 1211.
Fachada de la Colegiata. guiarte. com

Ha sufrido obras en distintas épocas. Lo básico de la actual es del XV, de un


gótico mudéjar. Tiene tres naves, cuya perspectiva queda realzada por la
carencia de coro, aunque pierde verticalidad por los arcos rebajados que
debieron construirse entre las columnas de la nave central para remediar los
problemas estructurales del edificio. No tiene crucero. Cuenta con algunas
capillas de valor.
En la portada destaca la fuerte torre, cuyos dos últimos tramos corresponden
a los comienzos del siglo XVIII

Uno de los elementos más típicos de la iglesia es el complicado rosetón, es de


ladrillo recubierto de estuco.

San Prudencio
Este convento, con altivo aire de poder, fue fundado en el siglo XIV para
los canónigos de la colegiata, que nunca residieron allí.

Si acudieron, en cambio, los Jerónimos. Luego fue habitado también por los
Jesuitas. La iglesia es renacentista, de traza rectangular, con un altar mayor
barroco. De la obra primitiva tan solo queda una sencilla puerta gótica. El
grueso del edificio es de inicios del XVI.
La mole de San Prudencio se eleva sobre los edificios cercanos. guiarte.com

Otras iglesias
En la geografía local de Talavera de la Reina se pueden apreciar diversos
elementos religiosos de interés.

La Ermita de la Virgen del Prado, es una magnífica obra del XVII, ubicada en
un lugar donde antiguamente se daba culto a Ceres. Junto a su magnífico
edificio cabe admirar la obra de azulejería desde el siglo XVI en adelante, lo
que la convierte en un punto de interés artístico.
La iglesia de El Salvador es de las más antiguas de la localidad; en su pórtico
se administraba justicia en el siglo XIII. De la fábrica primitiva perdura el
ábside, mudéjar

También es bello el ábside de Santiago el Viejo, monasterio originario de


1226. Otra iglesia de Santiago, Santiago el Nuevo, estaba en los arrabales,
interesante iglesia mudéjar.

Mercado medieval ante San Agustín. guiarte. com.

Santo Domingo es una bella obra del gótico final, con sepulcros renacentistas,
donde destaca el trazo de nervaduras que recorre la esbelta nave.
Aunque en lamentable deterioro, el barroco talaverano tiene algunas obras de
belleza, como la portada de San Agustín, donde el ladrillo adquiere notable
dignidad.
Muy parecido en el estilo es la iglesia del convento de El Carmen, que fue
terminada en los inicios del XVIII. Más sólida, severa y académica es la
portada del monasterio de las Bernardas

Museo Ruiz de Luna


En 1996 se abrió en el convento de San Agustín el Museo Ruiz de Luna,
donde se puede contemplar una gran colección de cerámica, desde el siglo
XVI hasta nuestros días.

En el mismo se exhiben piezas que recorren la historia cerámica local; no sólo


platos, jarrones y piezas de este estilo, sino también arte de retablos y
esculturas; un recorrido importante para adentrarse en la historia cerámica
de la ciudad
Ruiz de Luna fue un personaje clave que en los inicios del siglo XX retomó la
tradición de la cerámica talaverana y la sacó del estilo decadente y
repetitivo, logrando un renacer de esta importante actividad artística – y
económica- en la ciudad.

Jardines del prado

Rodeando la Basílica y la Plaza de Toros de Talavera de la Reina se


extienden estos magníficos jardines arbolados y con parterres
adornados con muros y bancos coloridos por los azulejos de la
cerámica talaverana.
Atravesar su puerta principal o por alguna de las restantes entradas
que dejan los muros enrejados que lo rodean y aislan del tráfico
rodado de la ciudad es una experiencia gratificante ya que permite
abstraerse bajo sus altos y frondosos árboles y palmeras que dan
frescor al visitantes. El colorido de sus cuidados y floridos parterres se
mezcla con otras curiosidades que jalonan los paseos que en tierra de
albero o adoquín transitan laberínticamente en su interior. Se pueden
encontrar aseos públicos disimulados como casas, fuentes de las que
brota el agua mansa, bancos y muros con cerámica, esculturas,
juegos infantiles y para adultos (como un pequeño rocódromo o juego
de bolos y petanca). Son muchos los detalles en los que entretenerse
en este jardín que aunque pequeño en extensión, por las curiosidades
se hace extenso. El cantar de los pajaros que sin miedo se posan en
sus fuentes y ramas, las palomas y tórtolas que hacen del lugar su
hogar, las jaulas pajareras con especies exóticas para mostrar, todo
limpio y ordenado para el disfrute principal de niños y mayores, así
como los que sacan a sus mascotas.
No es un parque abierto al picnic en su cesped, del que apenas
dispone, pero si dispone de un par de cantinas con terraza en su
interior para completar la experiencia.
POZAS

Hemos vuelto enamorados de la zona de Arenas de San Pedro y alrededores. ¡Qué bonito
todo! ¡Cuántas charcas y pozas en las que bañarse! ¡Qué gente tan maja! ¡Qué bien
hemos comido! Le damos un 10 a este pequeño viaje de 3 días que hemos hecho. Os
queremos hablar de muchos sitios y rutas, pero en este post os vamos a proponer una
excursión para pasar un día de verano divertidísimo y fresquito. Ideal para ir con niños. En
la piscina fluvial del río Pelayo no podréis bañar a los perros (aunque sí tomaros algo en el
chiringuito con ellos), pero en las otras dos charcas podrán disfrutar al máximo. Nosotros,
como íbamos con nuestro querido López, fuimos directamente a las charcas que, además,
nos gustan mucho más al ser más “vírgenes” y haber menos gente.

Zona de baño Pelayos Beach

Entre Arenas de San Pedro y Guisando, encontraremos una piscina natural acondicionada
para el baño, con zona verde con mesas y asientos de piedra, barbacoas, etc. Además,
dispone de un chiringuito donde podréis refrescaros e incluso comer. También dispone de
aseos públicos.
Podréis llegar en coche y aparcar ahí al lado. Otra opción es comenzar la Senda de los
Pescadores en Arenas de San Pedro y, a la altura del puente romano, saliros de la ruta
para llegar a esta piscina fluvial.
Charco verde

A la izquierda de la puerta de entrada a las piscinas fluviales de Pelayos Beach hay un


camino que marca la senda al Charco Verde. No os lo podéis perder. ¡Visita obligada! Aquí
os podrá acompañar vuestro perrillo. Por el camino, veréis salidas al río, con alguna que
otra poza, pero, tras andar 1 Km aproximadamente llegaréis al Charco Verde, sabréis que
habéis llegado porque no deja indiferente a nadie.

A la entrada del Charco hay un poco de sitio para dejar las toallas, pero si cruzáis el río,
saltando de piedra en piedra, veréis que se ha formado un caminito de tierra en subida del
paso de la gente. Si lo seguís, llegaréis al otro lado de la charca, donde hay formaciones
rocosas muy amplias y donde podréis dejar la toalla y tomar el sol, si os apetece.
Los Cachizos

Desde el Charco Verde, cruzando el río por el camino de piedras, veremos un camino
ascendente, formado por el paso de la gente. Subiremos y tiraremos para la izquierda. Ese
camino nos llevará al otro lado del Charco, pero si en vez de bajar al Charco, seguimos el
camino iremos pasando por varias pozas.

¡Truco! Siempre que haya una bifurcación, deberemos escoger la opción de la izquierda.
Llegando un punto deberemos cruzar el río, que no os extrañe. Seguid caminando que
merece la pena porque, finalmente, llegaremos a otro charco que, además de precioso, es
divertidísimo porque … ¡tiene un tobogán natural! Es conocido con el Charco de Los
Cachizos.
Nosotros nos tiramos un montón de veces por el tobogán y no tiene ningún peligro. El
fondo es muy profundo y no nos vamos a dar con nada. Además, el tobogán tiene bastante
musgo, lo que lo hace resbaladizo y evita que nos raspemos el culete. De todas formas,
nuestro consejo es que crucéis los brazos sobre el pecho al tiraros. Así, no os daréis con
ellos en las paredes. Este truco nos lo enseñó un monitor de descenso de barrancos hace
tiempo.
Y poco más. Simplemente recomendaros esta excursión porque nosotros nos lo pasamos
genial, genial. Podéis ir varios días porque por la zona de Arenas de San Pedro hay
muchas rutas y muchas piscinas naturales. Es preciosa toda la zona de Gredos. Además,
no nos casaremos de decir lo majísima que nos ha parecido la gente de esta zona. =)

Sólo os queremos pedir una cosa: sed respetuosos con la naturaleza, no dejéis basura ni
colillas. Nos encanta encontrarnos estos sitios en perfectas condiciones y, por eso,
debemos seguir cuidándolos entre todos.

Madrigal de la vera

La garganta de Alardos forma a su paso por Madrigal de la Vera unos charcos perfectos
para darse un chapuzón: Los Maquis, La Caldera, El Rubioso, La Paloma, El Negro, El
Cardenillo y La Piscina o Puente Viejo… Casi todos con su correspondiente chiringuito
para comer o tomarse una cerveza bien fría ( incluso hacer una barbacoa en alguno de
ellos, esto no es posible en verano) … Además te sentirás como en Talavera, te
encontrarás a muchos vecinos…

LAGO DE JARAÍZ DE LA VERA

Con un concepto similar, muy espacioso y concurrido con zona habilitada


para los más pequeños, chiringuito y mucho espacio para la sombrilla,
muy cerca también puedes disfrutar en el “Charco de las Tablas” de un
ambiente un poco más íntimo. Para llegar tienes que atravesar Jaraiz de
la Vera por la Ex-203 dirección Jarandilla y tomar la salida a unos 2 km
del pueblo.(Está bien indicado)

LAS OLLAS
En el término municipal de Cuacos de Yuste, junto al puente romano, en
plena naturaleza, quizás un poco menos saturado y con verdaderos
jacuzzis naturales tallados en la roca por el agua a lo largo de los siglos…
¡Un placer para los sentidos!

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