Nombre: Israel Francisco Rojas Vásquez

Rut: 18.223.121-5

Estamento: Programa de Pedagogía en Religión Católica- Campus Oriente.

Autor: Israel Rojas

Relato Personal sobre la experiencia de inclusión de la UC

En primer lugar, deseo comenzar este relato presentándome: soy alumno de Pedagogía en
Religión Católica de segundo año, sin embargo, soy Cristiano Evangélico.

Es por eso que me animé a escribir este relato de inclusión puesto que, desde que postulé a la
carrera como aspirante evangélico, nunca me he sentido discriminado por no ser católico y estar
estudiando Pedagogía en Religión Católica. Tal vez, para muchos no es algo relevante, pero
para mí sí lo era, ya que de niño siempre me gustaron dos cosas: en primer lugar, el anhelo de
ser profesor; y, en segundo lugar, saber más sobre las Sagradas Escrituras, que ha sido parte de
mi infancia, y por qué no decirlo de toda mi vida.

A mí parecer que hace especial lo que estoy narrando, es que la actual vía de admisión a mi
carrera es por PSU. Sin embargo, cuando yo postulé era admisión complementaria más una
entrevista. Pero, aquel día de la entrevista para postular para ser profesor de religión católica,
yo fui muy sincero al mostrar quien soy: un evangélico, con ganas de estudiar Teología y
Pedagogía. Si bien me comprometí que si quedaba estaba dispuesto a estudiar bajo el paragua
católico, tenía la leve intuición que no me llamarían.

Sin embargo, tres días antes de Navidad, recibí la noticia más linda que me pudieron dar en
toda mi vida, que fui aceptado para estudiar Pedagogía en Religión Católica en la Pontificia
Universidad Católica de Chile. Sin lugar a dudas, aquella Navidad ha sido una de mis mejores
experiencias.

Hasta este punto, vale la pena mencionar, que desde el primer momento fui apoyado por mI
familia y mi mejor amigo que es evangélico, y que acaba de licenciarse de ingeniero en minas
en esta misma universidad. Ellos conocían que mi sueño era ser profesor y que mi habilidad
con las Sagradas Escrituras era innata, aunque deseaba aprender mucho más de lo que sabía.
En cuanto a la universidad y sobre todo a mi unidad académica, jamás me he sentido
discriminado por ser evangélico y estudiar para ser profesor de religión católica, todo lo
contrario, me he sentido acogido, acompañado, y muy valorado en todo aspecto. Con decirles,
que mi primer año de universidad, representé a mi carrera como Consejero Académico de
Pedagogía en Religión Católica siendo el único evangélico en ella. Desde el director del
programa, la subdirectora, la encargada de asuntos estudiantiles y cada funcionario, me han
hecho sentir siempre en casa.

He participado, de retiros espirituales, he participado de misas, viviendo la experiencia de

experimentar a Jesús, si bien no en la Eucaristía (porque no tengo la primera comunión, ni estoy
confirmado), pero si desde la palabra, la homilía del padre y la liturgia en general.

Mencionar, que la inclusión que he vivido no sólo ha sido parte por los directivos del programa,
sino por mis propios compañeros, que me han aprendido a querer, respetar, y conocer más sobre
mi fe evangélica. Del mismo modo, en mi vida no pensé ni me imaginé que sería el mejor amigo
de una monjita, ella es Sor Katherine, quien desde el primer día de clases fuimos cultivando
una linda amistad.

No digo que todo ha sido color de rosas, académicamente la carrera sobre pasó mis expectativas,
yo tenía una concepción de la religión que era fácil y sencilla, sin embargo, me di cuenta del
alto nivel de la Universidad Católica. Me encanta el enfoque hacia la excelencia, el cual aspiro
llegar en todo momento.

Por otra parte, es menester mencionar, que aquel Cristo que conocí en mí contexto evangélico-
pentecostal, es el mismo Cristo que se enseña en Pedagogía en Religión Católica, tal vez la
mirada o la forma en cómo llegamos a Él varia; sin embargo, el centro es siempre el mismo,
estar más cerca de Jesús de Nazaret. También he participado, en muchas ferias universitarias y
paradójicamente representando fielmente a que postulen a la carrera de pedagogía en religión
católica. ¡Eso para mí, no es otra cosa que inclusión en extremo!

Por otra parte, haciendo memoria, por problemas económicos luego de haber ingresado, no
podía seguir por mis propias fuerzas, mi familia pasaba un mal momento económico, pero fue
ahí, donde más ayuda recibí de parte de mi unidad académica; y luego de presentar varios
documentos, me gané la gratuidad un logro que cada día hago que valga la pena. Tal vez seré
muy majadero, pero hablo de mi corazón, me siento muy feliz de estudiar Pedagogía en
Religión Católica, siendo evangélico. Puesto que la calidad de personas que trabajan en esta
universidad han hecho que siempre me sienta en casa.

Una frase que hace que esté más feliz conociendo de mis hermanos católicos, es aquella que
escuché de un sacerdote que dice lo siguiente: “entre más cerca estamos de Jesús, más cerca
estaremos los unos de los otros, pero entre más lejos estemos de Jesús, más lejos estaremos los
unos de los otros”.