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ACCIONES PARA PREPARACIÓN DEL SECTOR SALUD

Dr. Diego González Machín

1. Introducción

En nuestra Región, la industria química se ha desarrollado a un ritmo acelerado y en


muchos países representa uno de los principales factores de desarrollo económico. Sin
embargo, no ha existido a un ritmo paralelo el establecimiento de programas de
preparación del sector salud para hacer frente a los accidentes que pueden ocurrir por
incendio o explosión, durante el transporte de productos peligrosos, en almacenes de
sustancias químicas o también aquellos que se presentan secundarios a desastres
naturales. Si bien estos últimos pueden ocurrir no son los mas frecuentes y en la
experiencia que hasta el momento se tiene se observa que la mayoría de los accidentes
químicos son antropogénicos, es decir provocados por el hombre. Los programas de
preparación a todos los niveles son de vital importancia para lograr su meta principal:
minimizar o impedir los efectos a la salud resultantes de la exposición a las sustancias
químicas.

Existen ciertas características de los accidentes químicos que los distinguen de otras
emergencias y que es importante tener en cuenta en los preparativos y en la respuesta
y esto son:

- Puede haber una zona tóxica a la que solamente podrá entrar personal con equipos
de protección de personal, debidamente entrenados. En la mayoría de los países
ese personal es de cuerpo de bomberos o de grupos HazMat (materiales
peligrosos).
- Las víctimas expuestas a productos químicos pueden constituir un riesgo para el
personal de rescate, quienes podrán contaminarse al contacto con ellas. Por
consiguiente se requiere de equipo de protección personal para trasladarlas del sitio
del accidente hasta el área de descontaminación y una descontaminación temprana
debe efectuarse antes de que las víctimas sean atendidas por personal médico. Con
esto se evita el riesgo de contaminación secundaria.
- Si tenemos en cuenta la exposición a las sustancias químicas, todas las víctimas del
accidente sufrirán el mismo tipo de efecto nocivo, variando sólo la magnitud del
daño. Sin embargo, hay elementos que no debemos dejar de tener en cuenta como
son la susceptibilidad individual, estado de salud previo, etc. La aparición de
múltiples víctimas pone de manifiesto la necesidad de realizar “triage” o clasificación
de las mimas para el tratamiento y evacuación.
- Dada la gran cantidad de sustancias químicas que existen y que pueden estar
involucradas en accidentes químicos, deben identificarse sistemas efectivos para
obtener información esencial del (o los) químico(s) involucrados y brindar esta
información a los grupos de rescate y otras personas que lo necesiten. En el
siguiente cuadro aparecen un grupo de sustancias que por la frecuencia en que
están involucradas en accidentes químicas se debía disponer de protocolos de
actuación fácilmente accesibles y de igual manera puede ser necesaria la
realización de estudios toxicológicos ambientales y/o en fluidos biológicos de
pacientes contaminados para la identificación de los productos químicos, por lo que
deben identificarse los laboratorios con capacidad para realizar este tipo de
investigaciones.

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Cuadro 1. Algunas sustancias para las que se debería contar con instrucciones de fácil
acceso en lo que concierne a tratamiento específico en caso de exposición

Acetonitrilo Humos metálicos (fiebre del humo


metálico)
Ácidos Agentes formadores de metahemoglobina
Álcalis Mercurio y sus derivados
Amoníaco Nitritos
Arsénico Nitrobenceno
Monóxido de carbono Gases de nitrógeno
Cloro Organofosforados
Productos de la combustión Petróleo
Cianuros Fenoles
Formaldehído Fosgeno
Ácido fluorhídrico Fósforo (amarillo, blanco)
Ácido sulfúrico Bióxido de azufre
Gases irritantes (en general) Cloruro de vinilo
Gas licuado de petróleo LPG

Fuente: OPS/OMS. Accidentes químicos: aspectos relativos a la salud. Guía para la


preparación y respuesta.

La respuesta a un accidente químico exige una coordinación multiinstitucional y


multidisciplinaria. La ausencia de esta coordinación puede repercutir negativamente o
empeorar los efectos que se producen a causa del accidente. Los servicios de salud
desempeñan un papel importante en la respuesta y en la mayoría de los países de la
Región existen sistemas bien establecidos para actuar en caso de emergencias y
desastres. Sin embargo, en muchos casos estos sistemas no están preparados
adicionalmente para enfrentar de forma adecuada los accidentes que involucran
materiales peligrosos. Es importante conocer todos los elementos que requerimos para
estar preparados y es este precisamente el objetivo principal de esta presentación.

¿Qué significa prepararse para las emergencias químicas?


Cuando se habla de preparación para emergencias químicas nos referimos al
conjunto de acciones que se deben realizar antes de que se produzcan los
accidentes químicos y con lo cual se preparan las condiciones para que los
diferentes actores involucrados en la respuesta lo hagan de una manera
adecuada y efectiva.

Cada emergencia química que ocurre nos deja lecciones algunas positivas y otras que
nunca deben repetirse. Cuando observamos el impacto de una emergencia, como por
ejemplo la ocurrida en el ataque terrorista del 20 de marzo de 1995, en Tokio, Japón,
con gas Sarín, sustancia química neuroparalizante y donde resultaron 12 muertos, 980
moderadamente afectados, 500 hospitalizados, 5500 buscaron atención médica y
donde el 10% de los socorristas resultaron afectados, nos llama a la reflexión y siempre
debe llevarnos a hacer la pregunta: ¿estamos preparados?

La respuesta a esta pregunta cuando es afirmativa, nos da la llave hacia una buena
respuesta, pero la respuesta negativa nos lleva entonces a esta otra pregunta: ¿Qué es
necesario para que estemos preparados?

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En esta presentación haremos énfasis en lo necesario para que el sector salud esté
preparado, información que puede ser accesada en extenso en el libro: “Accidentes
Químicos: Aspectos relativos a la Salud, publicado por la Organización Mundial de la
Salud y traducido al español por la Organización Panamericana de la Salud y que
puede ser accedido en la siguiente dirección electrónica:

http://www.bvsde.paho.org/bvstox/e/fulltext/accidentes/accidentes.html

A continuación los elementos con los que debe contar el sector salud para estar
preparados para emergencias químicas:

2. Planes del Sector Salud para las emergencias químicas

Son planes que el sector salud realiza en la etapa preparatoria, los cuales deben
someterse a pruebas periódicas y ser del conocimiento de todos los involucrados en la
respuesta. Estos planes incluyen:

Inventario de peligros. Mapas de riesgo, donde aparecen localizados los principales


puntos peligroso como por ejemplos las industrias, los puntos de embarque y
desembarque de sustancias peligrosas, transporte y sus rutas y el registro de
sustancias y su localización.
Identificación de recursos. Se deben identificar los recursos necesarios, incluidos
personal, equipos, instalaciones y medicamentos, que estarán disponibles para la
respuesta a los accidentes:

Personal

Debe mantenerse actualizado un registro de profesionales de la salud a los que se


puede llamar para la respuesta a un accidente, los cuales periódicamente deben recibir
capacitación en las etapas preparatorias.

Dentro del sector salud hay que tener en cuenta a:

- Autoridades de Ministerios de Salud.


- Autoridades locales y regionales.
- Primeros en la respuesta (del sector salud incluye a los paramédicos, que forman
parte - conjuntamente con policías y bomberos - de los primeros en la escena de un
accidente).
- Profesionales médicos en sus diferentes disciplinas. En las emergencias químicas
todos los médicos que han recibido previa capacitación para el manejo de víctimas
de un accidente participan en la respuesta; sin embargo, hay disciplinas
importantes, como por ejemplo: toxicólogos, epidemiólogos, intensivistas,
emergencistas, psiquiatras, nefrólogos, cirujanos, traumatólogos, etc.).
- Trabajadores de hospitales y de otras instalaciones de tratamiento.
- Profesionales de seguridad ocupacional, inspectores de salud e inspectores de
fábricas.
- Proveedores de información.
- Proveedores de productos farmacéuticos.
- Personal de laboratorios.
- Veterinarios, etc.

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Equipos

Determinar los tipos de equipos médicos necesarios para casos de emergencia, y


mantener un inventario de los mismos es una de las actividades del proceso de
preparación del sector salud.

Incluye:

- Equipos de transporte, incluyendo también en aire y agua.


- Equipos de descontaminación para uso en el lugar y en hospitales.
- Equipos para el tratamiento de emergencias (para mantenimiento de función
respiratoria, cardiovascular; para tratamiento sintomático y específico).
- Equipos de protección personal (ropa de protección y equipo de protección
respiratoria).
- Otros (envases para muestras, material para vendajes, etc.).

Requisitos: Encontrarse en buen estado, ser confiable y estar disponible con rapidez.

Se necesita efectuar inspecciones periódicas del adecuado funcionamiento del equipo.

En el cuadro 4.2 del documento “Accidentes químicos: aspectos relativos a la salud”


aparece un listado del equipos básicos necesarios para el tratamiento de emergencia de
pacientes intoxicados.

Medicamentos y antídotos

Se deben tener cantidades suficientes de medicamentos de emergencia y antídotos


para el tratamiento de las víctimas de un accidente químico. Muchos de estos
medicamentos y antídotos deben ser utilizados en los primeros momentos de la
exposición a sustancias químicas por lo que deben estar disponibles de inmediato. Para
dar respuesta a esta necesidad en muchos países se han creado botiquines antitóxicos
a nivel de instalaciones peligrosas, ambulancias, hospitales y otras unidades de
tratamiento y bancos de antídotos en los centros de información toxicológica. En el
cuadro 4.1 documento “Accidentes químicos: aspectos relativos a la salud”, aparece un
listado de antídotos y otros medicamentos que pueden necesitarse en caso de
accidentes químicos.

Dada la fecha de caducidad de muchos de estos productos, es necesario hacer un


control estricto de los mismos a través de revisiones periódicas.

Instalaciones

Incluye: áreas de almacenamiento para el equipo de emergencia, instalaciones para


descontaminación, "triage" de pacientes, instalaciones para tratamiento (centros
médicos, hospitales y otras unidades), centros de información toxicológica, laboratorios
de toxicología y locales alternativos (puede ser necesaria la transformación de
instalaciones que se utilizan con otros fines). Como actividad de preparación debe
contarse con inventario de estas instalaciones y los recursos necesarios para ellas por
ejemplo: número de hospitales con número de camas, disponibilidad de camas en
terapia intensiva, etc.

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3. Necesidades de información y comunicación

Las necesidades de información deben ser cubiertas durante la etapa preparatoria.


Incluye:

- Determinar qué tipo de información se requiere dependiendo del usuario de la


misma.
- Determinar los recursos informativos (hojas técnicas, publicaciones, bases de datos,
etc.) que van a ser utilizados y sobre todo hacer ejercicios para el uso e
interpretación de la información disponible.
- Determinar y mantener un inventario de los centros que coleccionan, procesan y
brindan la información en las emergencias, incluyendo centros de información
toxicológica y de respuesta química. Para que estos centros sean efectivos, deben
funcionar las 24 horas, los 365 días del año).
- Debe establecerse los equipos de comunicación que van a utilizarse. Se deben
tener en cuenta todas las situaciones que pueden presentarse, para asegurar la
disponibilidad y difusión de la información.
- Hay que tener en cuenta que ninguna fuente prevista de información sustituiría el
lugar de los expertos, por lo que es importante mantener una capacitación continua
de los profesionales que trabajan en información toxicológica.
- Los sistemas de notificación de emergencia deben constituir una de las acciones
priorizadas para la preparación del sector salud para accidentes químicos. El reporte
de accidentes es el que garantiza sacar experiencias de cada evento que ocurre y
contribuye a no repetir errores.

4. Adiestramiento y capacitación

- Constituye uno de los elementos principales de la preparación del sector para las
emergencias químicas.
- Es responsabilidad de las autoridades públicas, la industria, las universidades y de
los propios profesionales de la salud que participan en la respuesta y debe constituir
un trabajo de conjunto.
- Los programas deben ser dirigidos de acuerdo con la actividad que el profesional va
a desarrollar en la respuesta. En muchos países existen ya programas formales de
medicina de emergencias incluidos en la currícula de las universidades y en otros
esta actividad ha sido incluida como cursos cortos. Lo importante de estos cursos es
que sean multidisciplinarios y que incluyan la realización de simulacros
multiinstitucionales.
- Los aspectos de salud en el sitio, así como los planes de emergencia fuera de él,
deberían someterse a prueba en simulacros donde participen otros sectores
involucrados, seguidos de un ejercicio de evaluación de los mismos, que permita
detectar errores y corregirlos antes de que se produzca el accidente.

5. Conclusión

El éxito en la respuesta está marcado por la preparación previa, la coordinación eficaz,


la participación de múltiples instituciones y actores, información necesaria y medios y
equipos disponibles.

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6. Bibliografía

- OPS/OMS. Memorias del Seminario sobre Desastres Tecnológicos Asociados con


Agentes Químicos, 1987.
- OPS/OMS. Organización de los servicios de salud para situaciones de desastres,
1983.
- WHO/IPCS. Health aspects of chemical safety – Emergency response to chemical
accidents, 1981.
- Young, L. Hospital preparedness for chemical accidents. Plant Technology and
Safety Management Series No. 3, 1990.
- OECD. Guiding principles for chemical accident. Prevention, preparedness and
response. Paris 1992.
- IPCS/PNUMA, OIT, OMS, OCDE. Accidentes químicos: aspectos relativos a la
salud. Guía para la preparación y respuesta. 1998.
- U.S. Department of Health & Human Services. Medical management guidelines for
acute chemical exposures, Volume III. San Rafael, ATSDR, 1992.

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