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Revista Educacién 23(2): 43-50, 1999 OPORTUNIDAD PARA APRENDIZAJES ENTRE JUBILADOS Y SUS NIETOS ADOLESCENTES Resumen: La jubilacién produce cambios a nivel indivi- dual, que ademas repercuten en la vida econdmica y so- cial de la familia. Estos desajustes se conocen como “el sindrome del retiro”. Los estereotipos existentes sobre las personas mayores tienden a ser negatives y asocian vejez con jubilacion, fo que vuelve este periodo del retiro laboral, una transicion muy dificil para los adultos mayores. A su vez, el periodo adolescente ha sido considerado cri- tico, donde el joven tiende a algjarse de su familia crean- do ta brecha generacional, al mismo tiempo que necesita mucha guia y apoyo tolerante. Este articulo analiza la postbilidad de lograr una rela- cidn de aprendizaje entre estas dos generaciones, que permita una fuerza sanadora de carifio, reconocimiento ) aceptacién entre jubilados y adolescentes de ta familia. Flory Stella Bonilla Flor Jiménez Segura a jubilaci6n o retiro es la separaci6n de la persona de las actividades y obligaciones la- borales, luego de haber cumplido con los re- quisitos de edad y cotizacién, lo cual le permi- te cesar en la prestacién de sus servicios para acogerse al beneficio de la pensi6n, que reci- bird con cardcter vitalicio (Mata, 1993; Sanchez, 1975; Aguilar et al, 1983). La amplitud de expectativas sobre la cantidad de tiempo que se disfrutar como pensionado, obliga a las personas que planean retirarse y a sus familiares, a educarse para una larga vida, tal vez de 30 y mas aftos como ju- bilado. De ahi la importancia que las autoras damos a la concepci6n del periodo de jubila- cién como época de aprendizajes. Se pretende con este articulo, informar y reflexionar sobre la jubilaci6n, estereotipos existentes sobre ella y las relaciones entre las diferentes generaciones, especialmente se ex- ploran posibilidades acerca de los lazos que se pueden desarrollar entre j6venes, jubilados y jubiladas de la familia, y sobre el papel sano y estimulante que los adolescentes y las adoles- centes pueden desempefiar mejorando la cali- dad de vida de sus abuelos y abuelas retirados, Situacién del jubilado Es importante apuntar que la jubilacion no es un cese definitivo de toda actividad 44 EDUCACION sino el retiro del trabajo, y ésta es una carac: tefistica de la etapa adulta que requiere de una preparacion previa. Implica un proceso de adaptacién fisica, emocional y psicol6gica ante el rompimiento que experimenta el tra- bajador con su centro laboral, donde quedan sus iguales, con los que ha interactuado y lo- grado metas individuales y de grupo, que le han beneficiado su autoestima, su satisfac- cién general y su papel de trabajador entre otros, los cuales le han servido para organi- zar su vida (Bonilla y Mata, 1998). Este rompimiento de la rutina produce en el jubilado una perturbaci6n que trae con- sigo grandes cambios, no sélo en cuanto a la esfera laboral, sino que repercute en el ambi- to familiar, econémico, social e individual, por un perfodo que dura més alla del acto mismo de la pensién. Y es que las personas antes de retirarse de sus trabajos, a menudo ya habian empezado a sentir un ambiente hostil de parte de sus compaferos, los cuales pueden alegrarse por la plaza vacante que dejara o bien pueden conversar del emplea- do en pasado, como si ya se hubiese retirado (Aguilar, 1989; Leén, 1990). La situacion de la mujer parece que re- sulta menos estresante ya que en muchos momentos ha tenido que cumplir un doble papel, como ama de casa y trabajadora, sien- do a menudo este tltimo solo un medio pa- ra canalizar su tiempo libre y su ayuda eco- némica a su familia, lo que facilita su adapta- cin al papel de pensionada una vez que vuelve a su casa (Deiros, 1990). El hombre, por el contrario, en la mayoria de las situacio- nes ha realizado sus labores fuera del hogar, al que Hegaba solo a descansar. Una vez pensionado esto le trae problemas: se con- vierte casi en un “estorbo” en su mismo ho- gar (Aguilar, 1989; Len, 1990). La imposibilidad de ocupar un lugar en la sociedad, como miembro activo en su fa- milia, en el trabajo y en la comunidad, podria generar en el jubilado un desajuste social, co- nocido como “sindrome del retiro”, produci- do por los sentimientos de inadaptaci6n al nuevo estatus, la disminuci6n del poder y del prestigio y Ia falta de estimulos, inquietudes y esperanzas que se puede generar con el re- tiro (Mata, 1993; Sanchez, 1975). Existen otros aspectos que afectan al jubilado en su adaptaci6n a la nueva vida, co- mo la salud, la presi6n social y otros determi- nantes ambientales, todo lo cual debe tomar- se en cuenta en la etapa de preparacion al re- tiro para que éste no precipite el proceso de envejecimiento que, entre otros factores, de- pende del estado fisico y mental de cada uno, del equilibrio que posea la persona entre el trabajo y el ocio y de cOmo acepte la vejez. Estas situaciones crean la necesidad de bus- car una actividad sustitutiva para. evitar sen- timientos de soledad, minusvalia, dependen- cia y otros que pueden provocar conflictos en las nuevas relaciones sociales y familiares (Aguilar, et al, 1983). E] jubilado necesita cultivar relaciones sociales con amigos cercanos y personas que han experimentado dicho proceso, para re- ducir la sensacién de aislamiento y pérdida de asociados. Pero aprender a llegar a los otros y a relacionarse con ellos con amor, lo que algunos Ilaman “actividad del espiritu’, es un aprendizaje que solo se logra con el tiempo, producto de estilos de vida que sa- ben cultivar la amistad y expresar el carifo. El jubilado debe prepararse para dedicar tiempo y esfuerzo a sus nuevas relaciones (Kinder, 1991). Muchas personas pasan largos aftos de su vida sofiando con el momento en que cumplan la edad para lograr su jubilaci6n. Piensan en el dia que le dirdn adi6s al traba- jo, y mientras llega ese dia, van hilando sue- fhos sobre lo que desean hacer cuando se ju- bilen y ya no tengan la obligacion de la da laboral. Realizarén lo que desean, pla- neardn sus actividades y no tendran la preo- cupacién del reloj para entrar y salir a una hora determinada de su trabajo. Estas son las personas que se preparan y para quienes la jubilacin no constituye un problema por- que han aprendido a prepararse para la nue- va etapa de sus vidas (Sanchez, 1975; Deiros, 1990), BONILLA y JIMENEZ: Opomunidad para aprenclzajes entre jubilados y sus nietos adolesceates 6 Sin embargo, no se puede generalizar tal actitud pues la individualidad juega un pa- pel de peso también en lo que a la jubilacién se refiere. Algunos decidirin retirarse solo a descansar, otros abandonan totalmente la vi da anterior y la cambian por una distinta. Quienes planifican con tiempo lo que van a realizar en su futuro tiempo libre puede que lo logren. Pero también existen diferentes in- dividuos que se daran cuenta que al retirarse no se cumplieron sus expectativas por falta de dinero, mala salud, 0 porque simplemen- te lo que habian aforado no era realista (Sénehez, 1975). Es por ello que la persona proxima al retiro laboral debe educarse y pre- pararse, animica y socialmente, para las posi- bles situaciones que puedan presentarsele. Debe evaluar la trayectoria de su vida, lo agradable y desagradable que en ella ha vivi- do, asi como lo que ha deseado realizar y no ha podido (Ramirez, 1985). Estereotipos sobre el jubilado y el envejecimiento Los estereotipos son generalizaciones acientificas de la realidad, que generan una imagen falsa de un grupo de personas, a las que se les atribuyen rasgos que contribuyen a mantener su subordinaci6n o explotacién (Arluke y Levine, 1984). Implican una tenden- cia a percibir cierta clase de cosas de manera determinada, lo cual es Gtil para prever con- ductas segin las experiencias previas, pero problematic cuando se atribuyen caracteristi- cas 0 atributos simplificados, fijos, imprecisos y generalizados, con base irreal o incorrecta (Cerséssimo, 1977). Los estereotipos se apren- den desde la infancia, tienden a estigmatizar y discriminar a ciertos grupos de personas, por cietas condiciones especiales como la raza 0 la edad, a la vez que impiden que los indivi- duos se percaten de las diferencias que exis- ten entre los miembros de esos grupos, lo que lleva a errores de conocimiento, Las opiniones negativas pueden tener repercusiones devastadoras pues se ha en- contrado que las personas estigmatizadas usualmente son también explotadas. Aunque ciertos estereotipos muestran lo religioso, lo mental, los rasgos psicol6gicos, los fisicos 0 de aspecto de esos grupos, pricticamente cualquier criterio que permita formular com- paraciones puede dar origen a un estereotipo. Esto es lo que induce a errores de conoci- miento, pues se atribuyen rasgos individuales a todo un conglomerado, generalizéndolos. Cuando estas visiones estereotipadas se refieren a las personas mayores, se ha en- contrado que tienden a sefalar rasgos negati- vos, que solo destacan enfermedades y decli- naci6n, y que llegan a convertirse en image- nes mentales del propio anciano. Entonces no solo la sociedad funciona basada en esas creencias, sino que el mismo adulto mayor introyecta la vision estigmatizada y termina creyendo que es instil y enfermo (Bonil: 1994). Aunque en el mundo entero la pobla cién mayor de 60 afios esta creciendo a un ritmo sin precedentes en la historia, y aun- que la percepcion de la vejez varia mucho entre las diferentes sociedades del mundo, la valoraci6n casi exclusiva de la moderniza- cién con sus cambios tecnol6gicos, produc- tividad, glorificacién del vigor y Ia belleza, estin asignando a las personas mayores un lugar que los relega a la impotencia, obso- lescencia, dependencia y soledad. Tales es- tereotipos ignoran el relevante papel que muchos de ellos desempeiian en sus familias y comunidades y que han desempefiado en la historia de la humanidad. Ciertamente que hay razones objetivas que destacan la dificil vida que viven muchos ancianos, como cuando se les identifica con uno de los sectores mas pobres en sus res- pectivas sociedades, pero no debe confundir- se esta realidad al punto de llegar a tener una opinion peyorativa sobre la vejez (Redondo, 1990). Cuando las relaciones entre las perso- nas se basan en mitos y estereotipos, en lu- gar de basarse en visiones objetivas, esas re- laciones no tienen posibilidad de mejorar

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