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FACULTAD DE DERECHO Y CIENCIA POLÍTICA

ESCUELA PROFESIONAL DE DERECHO

LA AUTORÍA Y LA PARTICIPACIÓN

ASIGNATURA:
DERECHO DE PENAL GENERAL

DOCENTE:
MAGTR. Víctor Hugo URIOL VALVERDE

PRESENTADO POR:
MEJIA DIONICIO MAYRA LISSETTE

SATIPO – PERÚ
2018

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ÍNDICE Pág.
INTRODUCCIÓN…………………………………………………………………………. 4
ANTECEDENTES……………………………………………………………………….... 4
ESTADOS DE CUESTIÓN………………………………………………………………. 5
I.- PARTICIPACIÓN…………………………………………………………………. 5
II.- FORMAS DE PARTICIPACIÓN………………………………………………… 5
2.1 Investigación……………………………………………………………… 5
2.2 Complicidad……………………………………………………………… 5
III.- CLASES: AUTORÍA…………………………………………………………….. 5
3.1 Autoría única inmediata………………………………………………… 6
3.2 Coautoría…………………………………………………………………. 6
3.3 Autoría mediata………………………………………………………….. 6
3.4 La teoría del dominio/ hecho……………………………………………. 6
IV.- ESTADO ACTUAL DE LA DISCUSIÓN SOBRE AUTORÍA Y PARTICIPACIÓN. 6
4.1 Autoría y participación versus la categoría general de interviniente 6
4.2 Sistema unitario o concepto unificado de autor……………………… 6
a) Concepto unitario formal……………………………………….. 7
b) Concepto unitario material o funcional………………............. 7
4.3 Sistema diferenciador ………………………………………………………....... 8
a) Para el concepto extensivo de autor…………………………………... 8
b) Para el concepto restrictivo de autor…………………………………... 8
c) La teoría del dominio del hecho………………………………………… 9
V.- FUNDAMENTO DE LA PUNICIÓN DE LA PARTICIPACIÓN…….............. 10
5.1 Teoría de la participación en la culpabilidad……………………………. 10
5.2 Teoría pura de la causación……………………………………………… 10
5.3 Teoría de la participación en lo injusto o en lo ilícito…………………… 10
VI.- ELEMENTOS DOGMÁTICOS DE LA PARTICIPACIÓN………………………… 10
6.1 Accesoriedad de la Participación……………………………………..… 10
a) Accesoriedad mínima…………………………………….……… 11
b) Accesoriedad limitada……………………………………………. 11
c) Accesoriedad extrema…………………….…………………… 11
d) Hiper accesoridad…………………………………………….… 11
6.2 Incomunicabilidad de circunstancias: ………………………………… 12
6.3 Convergencia……………………………………………………………… 12

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CONCLUSIONES…………………………………………………………………………. 15

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INTRODUCCIÓN
El tema de Auditoría y Participación es quizás uno de los más polémicos dentro de los
estudios de la dogmática penal.
Innumerables autores, principios y teorías han intentado dar respuesta a la problemática
de la concurrencia de personas en la realización del Delito.
Estos dos temas controvertidos han sido abordados por la Doctrina en busca de
elementos objetivos que permitan medir la importancia de cada uno de los sujetos
intervinientes en la configuración del delito y en segundo lugar precisar si el Juicio a cada
uno de los participantes debe de ser el mismo, o cual es el fundamento jurídico que
permita hacer una Distinción y poder así determinar la responsabilidad penal.
Si esta problemática se traslada al terreno de los tipos penales que sancionan la sola
sentencia a una asociación criminal en forma distinta e independiente de la sanción de
los llamados delitos fin, es decir la existencia de preceptos penales que se apartan de
los criterios dogmáticos de imputación individual pues no imputan un hecho específico
como es tradicional en la doctrina y en la legislación penal, sino a la condición de
miembros como tal el asunto a tratar se torna más polémico aún.
Este no es un tema teórico sin ninguna importancia práctica, por el contrario y al contrario
de nuestra legislación penal sanciona con el mismo marco punitivo del autor a los
instigadores y a los participas necesarios de primera importancia ya que es práctica
común dentro de nuestra comunidad jurídica la falta de motivación y de base conceptual
para utilizar cualquier título de imputación e imponerlo arbitrariamente a los intervinientes
en un hecho, sin mayor sustento.
Por este motivo se buscará datos de contenido a lo que la doctrina llama “Grados de
intervención Delictiva” como opera la imputación objetiva en su clasificación y cuál es la
intervención delictiva para lo cual se cuestiona el principio de autoresponsabilidad y los
límites de la participación criminal.
Así también abordaremos el problema de la autoría y participación trasladadas a los
delitos de Organización, los intervinientes pasivos y activos, la tipología de los delitos de
Organización y el injusto de los delitos de Organización, su naturaleza dogmática y las
posturas doctrinales al respecto para finalmente precisar las conclusiones.

ANTECEDENTES
En el Juzgado Romano las penas correspondientes a los delitos se imponían por regla
general en la misma calidad y cantidad a todos los participantes, como si cada uno
hubiese cometido el delito por sí solo.

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A fines de la edad Media comenzó a vislumbrarse cierta distinción entre autor y
cómplice e inductor, luego procedió el Código Penal Francés de 1810 del cual pasó al
Código Penal prusiano de 1851.
Por otra parte el Código de Napoleón también influyó en el Código Penal español de
1822 y en el de 1848.
En la actualidad en nuestro Texto Penal, las categorías de autor, coautor y autos
mediatos son reguladas separadamente de las de cómplice e instigador.
ESTADOS DE CUESTIÓN
Cuando el Hecho delictivo se realiza por un solo agente no existe problema alguno,
pero si varios son los ejecutores del delito la doctrina ha expuesto 2 sistemas a seguir.
I.- PARTICIPACIÓN:
Naturaleza jurídica: Si son varios los que intervienen en la comisión de un Delito realiza
el tipo en sentido estricto tan sólo quien domina formalmente la Conducta Típica.
Ejemplo: Dispara por causa muerte a otro. No puede invocarse lo mismo si la otra
persona se limita tan solo a inmovilizar a la víctima o simplemente induce a otro a que
le de muerte.
Realmente, si el legislador no hubiera extendido la punidad a estas situaciones
periféricos, los comportamientos serian impunes.

II.- FORMAS DE PARTICIPACIÓN:


2.3 Investigación: es una forma participación pero por su entidad cualitativa, a
efectos de la dosimetría penal, la ley la considerable equiparable autoría.
Fagoso: Sostiene quien ejecuta la investigación a través del mandato, la persuasión, el
consejo, la orden, la amenaza e inclusive, la aparente disuasión.

2.4 Complicidad: Es una forma de participación que se encuentra establecida en el


Art. 25 C.P. en principio la contribución anterior o simultánea al delito es común en toda
clase de complicidad; lo que destaca en su mínimo soporte material permitiendo que la
pena sea inevitable interior a la que merezcan los autores del delito. En consecuencia,
el cómplice ayuda o coopera en forma auxiliar o secundaria a la ejecución a diferencia
de los coautores que ejecutan directamente el delito.

III.- CLASES: AUTORÍA:

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3.1 Autoría única inmediata. - Corresponde a un único sujeto. El cual realiza
directamente la acción típica mediante actos ejecutivos típicos.

3.2 Coautoría. - Supone la colaboración/ 20 + personas de mutuo acuerdo (realizar


directamente la acción típica mediante actos ejecutivos típicos) Cada uno / el autor
ejecuta parte del hecho delictivo, pero actuando en común.

3.3 Autoría mediata. - Es autor mediato quien realiza el hecho típico utilizando a
otro como instrumento.
El autor, es el que está detrás del que realiza directamente la acción típica.
Por ello, quien pone la causa será autor, mientras que el que aporte solamente una
condición será cómplice. La dificultad radica entre causa y condición.

3.4 La teoría del dominio/ hecho. - Nace con Hans Welzel, defiende que es autor
aquel que por la dirección final y siendo consciente del desarrollo causal hacia el
resultado típico es señal y realización del tipo.
El autor se caracteriza por el dominio final del suceso, mientras los partícipes carecen
del dominio.
El autor domina, dirige el curso / los hechos y puede interrumpirlo: los partícipes se
limitan a auxiliar.

IV.- ESTADO ACTUAL DE LA DISCUSIÓN SOBRE AUTORÍA Y PARTICIPACIÓN:


4.1 Autoría y participación versus la categoría general de interviniente
Como es sabido, el núcleo problemático más importante de la concurrencia de
personas en la realización de un delito es medir la importancia del aporte y el juicio de
reproche a cada uno de los sujetos intervinientes. Frente a esta problemática la
doctrina penal ha propuesto dos sistemas a los que ha denominado unitario y
diferenciador.
4.2 Sistema unitario o concepto unificado de autor
Para los defensores de la llamada teoría unitaria de autor, toda contribución causal al
hecho convierte al sujeto en autor, con independencia de la importancia de dicha
contribución no existiendo ninguna relación de accesoriedad entre los diversos aportes
al hecho delictivo.

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Se rechaza así la distinción entre autor y partícipe y se niega en absoluto la
trascendencia de la accesoriedad.
Todo aquel que toma parte ha de considerarse autor de un hecho antijurídico y
culpable, sin tener en cuenta las cualidades delictivas de la contribución de los demás;
sin más que un vínculo causal con el estado de desarrollo de las aportaciones de los
otros (preparación, tentativa, consumación).
Los planteamientos de la teoría unitaria del autor se adecuan más a la estructura de los
delitos culposos; en efecto, la doctrina y la jurisprudencia acuden a un concepto unitario
a la hora de determinar quién es el autor de un hecho imprudente.
Fueron partidarios de este concepto Von Liszt y Von Buri y en general todos los
partidarios de una teoría causalista del delito propia de la doctrina penal del positivismo
naturalista que estuvo en boga en Alemania a fines del siglo XIX. Kienapfel es
partidario actualmente de esta teoría, con una moderna concepción que exige que,
además de la relación causal, el resultado pueda ser imputado objetivamente al autor.
Tuvieron simpatía por esta teoría, en un primer momento, en el caso español Jiménez
de Asua, Quintana Ripollés y Conde Pumpido, siendo legislativamente recogida en
ordenamientos y legislaciones como la noruega, danesa e italiana.
Esta teoría responde a una política criminal que cree necesario castigar por igual a
todos los intervinientes; sin embargo, se critica que en alguno delitos el tipo exige que
se realicen de propia mano para su configuración; por otro lado, siendo la contribución
causal lo trascendente, se extenderían a terceros los delitos especiales, pues la
responsabilidad penal se sustentaría únicamente en la pura cooperación causal.
Asimismo, se cuestionó el hecho de que para muchos autores, nuestra legislación
asume una visión diferenciadora de la intervención punible, pero sobre todo porque no
se cuenta con referentes legales que establezcan cuales son los criterios para
determinar la autoría, lo que no concuerda con la función de garantía de la ley penal
consagrada en el principio de legalidad, y, asimismo, se amplía en forma desmedida la
función represiva del Derecho Penal.
Los dos grandes modelos de concepto unitario de autor son los siguientes:
a) Concepto unitario formal: Denominado concepto unitario clásico por Kienapfel, no
admite ninguna forma distinta en que se pueda desarrollar la autoría; todos los
participantes en un hecho son autores del mismo.
b) Concepto unitario material o funcional: Partiendo de la igualdad como autores de
todos los intervinientes, admite distintas formas de autoría.
El fundamento del concepto unitario de autor es la equivalencia causal de las
aportaciones de los intervinientes en la producción del resultado.

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4.3 Sistema diferenciador
La teoría de la autoría y la participación presupone la necesidad dogmática de la
distinción entre autor y partícipe y a partir de esta dicotomía se ha esbozado diferentes
conceptos de autor. Este sistema constituye la orientación tradicional y preponderante
tanto en la doctrina como en la legislación. Teniendo dos vertientes principales:
a) Para el concepto extensivo de autor, todo interviniente en un hecho es en principio
autor; constituyen la inducción y la complicidad solamente supuestas de restricción de
la pena o de la punibilidad.
Al respecto, Díaz y García Conlledo refiere que al existir cláusulas en la legislación que
distinguen entre autor y partícipe en el Derecho Positivo, la doctrina se ve obligada a
buscar criterios en los que se base tal distinción.
Por su parte, Quintero Olivares refiere que al no poder designar al partícipe mediante
criterios objetivos se acude a lo subjetivo de manera que lo importante es el
sentimiento de ser autor del hecho, de tenerlo como propio y no como colaboración en
el hecho de otro.
Los preceptos sobre participación de acuerdo a una visión extensiva de autor tienen un
doble fin; en primer lugar, permitir la punibilidad de un injusto que de otro modo sería
impune a través de su tipificación y, en segundo lugar, tener en cuenta también el
diferente merecimiento de la pena de tales acciones, a través de un marco
penal diferenciado.
En otros términos, es autor todo aquel que interviene en el proceso causal que acaba
en la producción de un hecho típico y dada la existencia de preceptos que
describen determinadas formas de intervención, determinadas acciones salen del
ámbito de la autoría para entrar en el de la participación.
El concepto extensivo de autor está asociado a las teorías subjetivas que señalan que
si autoría y participación no pueden distinguirse objetivamente, pues son causalmente
equivalentes, el criterio de distinción solamente podrá ser subjetivo, es decir, en buena
cuenta dependen de la posición interna del sujeto respecto de su contribución al hecho.
Lo fundamental para diferenciar autoría y participación sería, entonces, según las
teorías subjetivas, el animus del sujeto: animus auctoris y animus socii, querer el hecho
como propio o como ajeno; es decir, la diferencia sería la motivación interna de
los intervinientes.
b) Para el concepto restrictivo de autor, en cambio, existen diferencias objetivas
entre la conducta del autor y del partícipe pues sólo el que desarrolla la acción típica
descrita en el tipo penal es autor; sin embargo, hay una extensión de la punibilidad a
quienes realizan aportes.

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El elemento central dogmático y piedra angular de un concepto restrictivo de autor es la
accesoriedad. Tienen una visión restrictiva de autor tanto la Teoría Objetivo Formal y la
Teoría Objetivo Material
Para la Teoría Objetivo Formal autor es el sujeto que ejecuta, total o parcialmente la
acción descrita en los tipos de la parte especial; el aporte del partícipe es causal pero
no está dentro del tipo; se critica a esta postura que no da respuesta a casos de autoría
mediata y de coautoría, donde el coautor no realiza el hecho típico.
Para la Teoría Objetivo Material el fundamento de la diferencia entre la acción del autor
y del partícipe es la mayor peligrosidad de la contribución del autor, es decir será autor
quien realiza el aporte más importante al injusto, dejando de lado la equivalencia.
c) La teoría del dominio del hecho, esbozada por Welzel y desarrollada por
Claus Roxin en 1963, es una teoría objetiva subjetiva; pues parte de un concepto
restrictivo de autor al señalar que no toda contribución causal puede fundamentar
autoría, sino sólo la realización de una acción típica.
Sin embargo, dicha realización de la acción típica no es sólo la ejecución material y
objetiva del hecho.
El hecho es la obra de una voluntad que conduce el suceso, pero solamente podrá ser
autor la figura clave o central del suceso, quien domina el curso del hecho; es decir,
quien tiene la capacidad de poder decidir sobre la realización del hecho delictivo a
través del dominio de la acción con relación al autor individual, el dominio de la
voluntad con relación al autor mediato y el dominio de la acción funcional con relación a
los coautores.
Para aplicar el concepto del dominio del hecho se debe tener en cuenta diversos
criterios entre los cuales tenemos, el transcurso y resultado del hecho dependen
decisivamente de la voluntad del autor; la capacidad de hacer continuar, dar el giro
decisivo y de impedir el hecho también, y la subordinación de la voluntad del partícipe.
Sin embargo, no en todos los delitos la autoría se puede determinar basándose en el
criterio del dominio del hecho; en los delitos de infracción del deber el autor será el
especialmente obligado por el tipo penal; si el obligado especial tuvo el poder de
configurar el hecho, no es algo que interese a efectos de determinar la autoría del
delito, sino la infracción del deber.
Son seguidores de esta postura en el caso de Alemania Claus Roxin, Welzel y en el
caso de España Gimbernat, Cerezo, Mir Puig, Muñoz Conde y Luzón Peña; y en el
caso peruano Bramont Arias, Hurtado Pozo.
Cabe agregar que a diferencia de lo que ocurre en la teoría, la jurisprudencia tiene de
una manera cada vez más clara a dar fundamento a sus decisiones con apoyo en la
teoría del dominio del hecho, pues si bien la teoría objetiva formal ha sido abandonada
en Alemania, sin embargo, es la dominante en España.

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V.- FUNDAMENTO DE LA PUNICIÓN DE LA PARTICIPACIÓN:
Partiendo de la diferencia dogmática entre autor y partícipe propia de un
sistema diferenciador; el fundamento para que se legitime el castigo al partícipe
ha sido explicado por las siguientes teorías:

5.1 Teoría de la participación en la culpabilidad. - Esbozada por H. Mayer, también


llamada Teoría de la corrupción; lo esencial de esta teoría es la influencia que el
partícipe ejerce sobre el autor, pues ha obrado corrompiéndolo, conduciendo al autor a
la culpabilidad y la pena se impone por haber hecho de él un delincuente.
En nuestro ordenamiento jurídico donde la participación es accesoria, esta teoría no ha
sido aceptada, pues sólo permite fundamentar la pena en el caso de la instigación
sobre un autor culpable, pero es difícil que justifique la sanción en supuestos de
instigación sobre un autor no culpable o incluso en supuestos de complicidad.

5.2 Teoría pura de la causación.- La participación se fundamenta en el aporte


causal del partícipe para la producción del resultado; el hecho que el aporte causal del
partícipe se efectiviza a través del autor, no fundamenta la sanción del partícipe, sino
que sólo representa un motivo para atenuarle la pena, pues muestra que el partícipe se
encuentra a mayor distancia respecto del hecho.
Los partidarios de esta teoría no consideran necesario derivar de lo injusto del hecho
principal al injusto del partícipe; siendo así el partícipe no es responsable por favorecer
un hecho ajeno sino por realizar su propio injusto.

5.3 Teoría de la participación en lo injusto o en lo ilícito.- Esta es la teoría


dominante; considera que la razón del castigo de la participación está en que el
partícipe induce o favorece una conducta típica y antijurídica a través de la provocación
del dolo en el autor; por ende el contenido del injusto en la participación se
determina según el contenido de lo injusto del hecho en el cual se participa; conforme
a esta teoría, la participación afecta el mismo bien jurídico que la conducta principal.
VI.- ELEMENTOS DOGMÁTICOS DE LA PARTICIPACIÓN:
6.1 Accesoriedad de la Participación:
La accesoriedad de la participación presupone tomar parte en un hecho ajeno; siendo
así, la accesoriedad implica la dependencia del hecho de los partícipes respecto del
hecho principal del autor o autores.

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La accesoriedad requiere para su existencia de parámetros cuantitativos y cualitativos
para que se justifique el castigo de los partícipes.
Serán parámetros cuantitativos, los referidos al grado de realización que debe alcanzar
el hecho principal para que los partícipes sean susceptibles de sanción.
Siendo así, el hecho principal debe haber sido cuando menos ejecutado para que el
partícipe pueda ser sancionado, no siendo necesario que sea consumado;
la participación punible presupone que el hecho principal haya alcanzado por lo menos
el nivel de la tentativa.
Serán parámetros cualitativos los elementos del hecho punible que deben darse en el
hecho principal para que el hecho del partícipe sea castigado.
Existen diferentes posturas acerca de los parámetros cualitativos recogidos por
la dogmática penal que justifican el castigo al partícipe:
a) Accesoriedad mínima: Para que se configure la accesoriedad sólo es
necesario que el hecho principal sea una conducta típica.
Se critica a la accesoriedad mínima, sin embargo, que siendo la tipicidad sólo un indicio
de antijuricidad, el plantear que para la accesoriedad es suficiente que el hecho
principal sea típico implica que se originen absurdos como, por ejemplo, sancionar a
una persona que colaboró a que otra ejercite una legítima defensa, es decir, se
castigaría al partícipe de un hecho que en realidad no es antijurídico.
b) Accesoriedad limitada: Requiere que el hecho principal sea típico y además
antijurídico.
c) Accesoriedad extrema: Que establece que el hecho principal tiene que
ser además de típico y antijurídico, culpable.
Se critica la accesoriedad máxima o extrema, pues el partícipe en un hecho principal
realizado por una persona que no es culpable, no podría ser sancionado originándose
la impunidad tanto del no culpable, como del partícipe; para superar este
inconveniente, los seguidores de la accesoriedad extrema recurrieron a la figura de la
autoría mediata; pero esta solución fracasa en los casos de mera complicidad.
d) Hiper accesoridad: Que exige que además deben presentarse todos los
presupuestos materiales de la punibilidad.
Esta postura también ha recibido críticas pues si la seguimos se llegaría al extremo de
dejar impune al partícipe en un hecho principal que a pesar de ser típico, antijurídico y
el autor culpable, hubiere concurrido una causa personal de exclusión de la punibilidad
sólo respecto de éste.

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Para la doctrina nacional (Villavicencio, Bustos Ramírez, García Cavero) el sistema
más adecuado es el de la accesoriedad limitada, pues es suficiente que el hecho
principal sea típico y antijurídico, no siendo necesario que sea culpable, pues la
culpabilidad, el reproche de lo injusto es de naturaleza individual, añadiendo además
que esta postura es la que mejor se adecua a nuestro ordenamiento penal.

6.2 Incomunicabilidad de circunstancias:


Las circunstancias y cualidades personales que al darse en alguno o algunos de los
participantes en el hecho delictivo no se comunican a los demás.
Para algunas posiciones doctrinales, las circunstancias y cualidades personales se
refieren únicamente al ámbito de la culpabilidad o a la penalidad a imponerse; mientras
que para otros, también se circunscriben a las que están referidas al injusto.
Una problemática especial está en determinar si la incomunicabilidad de las
circunstancias se refiere sólo a la culpabilidad o, además, debe extenderse a
las circunstancias que cancelan o excluyen la punibilidad y si es admisible considerar
que también se hace referencia a las que están al nivel del injusto.
De conformidad con el principio de accesoriedad limitada, tanto la culpabilidad como
aquellos casos que están más allá de ella, a nivel de la punibilidad, sólo afectan al
sujeto en forma individual; esto es, no se comunican, por lo que en la aplicación de este
principio podemos afirmar que las circunstancias que están a nivel de la punibilidad no
se comunican.
Existen también partidarios de una incomunicabilidad extrema, según la cual cada
concurrente debe ser castigado según la naturaleza del injusto en que ha incurrido, el
cual no puede ciertamente materializar circunstancias personales que no se presentan
en el sujeto; por ello el tercero que colabora con el hijo para que éste, de muerte al
padre, es cómplice de homicidio, aunque el autor lo sea de parricidio. Del mismo modo,
el hijo que instiga a un tercero para que de muerte a su padre, es inductor de parricidio,
aunque el autor sólo lo sea de homicidio; tesis que ha sido criticada pues se considera
que divide el hecho principal y se crean interpretativamente dos tipos de injusto,
rompiendo el principio de accesoriedad.

6.3 Convergencia
Supone que la voluntad de los diferentes sujetos que intervienen en la ejecución de un
injusto culpable se oriente a la realización conjunta del hecho punible. Si no se logra un
acuerdo de voluntades no habrá participación, sino una conjunción temporal de actos
diferenciados.

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El dolo del partícipe comprende conocer y querer la colaboración otorgada a un hecho
ilícito doloso, siendo suficiente el dolo eventual; es así que el conocimiento y la
voluntad del partícipe y del autor son necesariamente convergentes, por lo que se
afirma que los diversos participantes en un delito actúan con un dolo común; bastando
un acuerdo tácito, incluso en el caso de los cómplices, el autor no requiere conocer la
colaboración que se le presta; es importante además señalar que para esta postura, el
acuerdo de voluntades puede ser previo o en el momento de la ejecución del delito.
Siendo este el resumen de lo planteado por la doctrina sobre la autoría y la
participación, se observa que la formulación de la teoría del dominio del hecho, es la
que ha sido mayoritariamente aceptada por la doctrina.
Sin embargo, en atención a que el concepto restrictivo de autor estima la existencia de
la autoría ahí cuando el sujeto activo del delito ha cometido la realización propia del tipo
penal, en ese caso se estaría admitiendo de modo implícito que la participación -a la
inversa- consistiría en la no ejecución propia del hecho típico.
En efecto, la teoría del dominio del hecho, tratándose particularmente de la coautoría,
exige que cada coautor, por separado deba cumplir con la realización típica del hecho,
para tener esa calidad.
Siendo así, criticamos que el coautor se defina como tal en virtud del aporte alcanzado
dentro de la fase ejecutora del delito; ello es así porque en la coautoría no hay un
hecho propio de cada interviniente, sino que más bien persiste un hecho conjunto de
los intervinientes.
Entonces cabe reflexionar si en los casos de participación (en que no se tiene
propiamente el dominio del hecho) el instigador, cooperador necesario, o bien el
cómplice deben responder por el abuso que el autor haga respeto del aporte de los
partícipes; o qué ocurre en casos donde el partícipe tiene cierto dominio potencial del
hecho.
Una corriente distinta a la del dominio del hecho y que intenta dar una renovada
explicación de los conceptos de autoría y de participación, es la esbozada por el
funcionalismo sistémico-normativo de Günther Jakobs; en efecto este autor abre
nuevas posibilidades de solución en la imputación penal cuando, a partir del
concepto de "competencia del hecho", sostiene que es autor quien tiene una
competencia decisiva sobre determinado ámbito de organización.
Pareciera que en el caso peruano, Peña Cabrera se adscribía tempranamente a
un concepto unificado de autor cuando señala que la noción de participación supone la
intervención concurrente de varios sujetos con el objeto de realizar un mismo hecho
delictivo; describiéndola como una tarea plural o empresa conjunta, sin embargo, luego
añade que se extiende el alcance de la ley penal no solamente a los que ejecutan el
hecho típico, sino también a los que cooperan o auxilian, demostrando con ello
reconocer como criterio diferenciador la accesoriedad. Por su parte Mir Puig refiere que

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para ser autor es preciso algo más: la pertenencia exclusiva o compartida del hecho. Y
el hecho no pertenece a todo aquél, de quien depende la posibilidad de su ejecución,
sino sólo a quien lo realiza, por sí solo o a través de otro que actúa como instrumento,
o lo comparte con otros; la autoría supone en efecto que el hecho es imputable al
sujeto como suyo.
Cabe advertir que la competencia del hecho no se trata de una vuelta a una teoría
unitaria de autor basada en la teoría de la equivalencia de las condiciones, sino por el
contrario en concebir el hecho como un injusto único, el cual deberá ser atribuido a
todos aquellos competentes de acuerdo a su rol de persona, el cual es distinto a las
subjetividades del individuo.

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CONCLUSIONES

1.- La teoría unitaria no han sido aceptadas debido a la superación de las teorías
que se basan en el dogma casual. Además, no es adecuado considerar autores a
quienes realizan solamente aportaciones al hecho del que no son relevantes.
2.- El problema del concepto extensivo de autor, consistente en dejar impune la
autoría mediata, y por ello resulta inadecuado.
3.- Dentro de las teorías restrictivas, la teoría objetivo formal no explica
satisfactoriamente la autoría mediata e igual sucede con la coautoría.
4.- La teoría del dominio del hecho distingue 3 tipos de autoría: Autoría directa,
autoría mediata y coautoría.
5.- Abarcados por la teoría de la autoría tenemos que distinguir el dominio del
hecho engloba:
a.- Del dominio de acción, que es la teoría directa
b.- El dominio de la voluntad, que son los supuestos de autoría mediata.
c.- El dominio funcional del hecho que es la coautoría
6.- Autor directo es que realiza el tipo ejecutando por sí mismo la acción típica.
7.- La autoría mediata aparece cuando el sujeto realiza el tipo utilizando a otra
como instrumento que será quien lo ejecutará.
8.- La coautoría, es decir, el dominio funcional del hecho, se presenta cuando varias
personas de común acuerdo toman parte en la fase ejecutiva de la realización del tipo.
9.- Desde nuestra perspectiva, es partícipe aquel que contribuye a la realización del
hecho de otro.

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