Beruflich Dokumente
Kultur Dokumente
CICLO : II
GRUPO : B
Ingenieros afirma que los Idealistas por tener visiones muy claras, aunque
fueran muy futuras, influyen en gran medida sobre su conducta. Explica que la
imaginación y la experiencia caminan paralelamente, sin embargo la
imaginación es la que crea los ideales. El autor, resalta que el Ideal puede ser
erróneo parcial o totalmente, sin embargo, eso no es malo, lo malo es no llegar
siquiera a tener un Ideal.
Es claro que los mediocres abundan, y que las cosas que los mediocres
pueden hacer son resultado de lo que los pocos Idealistas han logrado al seguir
fielmente sus creencias. De las cosas que se pueden aprender, es que gracias
a los Idealistas, la humanidad posee de muchos bienes, los cuales no hubiesen
sido posibles si ellos no hubieran tomado la iniciativa ni defendido tanto sus
creencias.
Además, el autor agrega también que existen dos tipos de Idealistas, los que
se dejan llevar más por su corazón, los idealistas románticos; y aquellos que se
dejan guiar por el cerebro, los idealistas estoicos.
José Ingenieros nos aclara que este tipo de Idealistas, el idealista romántico,
pertenecen al pensamiento de la juventud, son sumamente sensibles y sus
Ideales se basan es sentimientos.
Una frase característica de Montaigne fue que: “Los animales de una misma
especie difieren menos entre sí, que unos hombres que otros”. Horacio también
apoya esta idea, nos dice que las costumbres y las leyes pueden establecer
derechos y deberes comunes a todos los hombres, pero estos serán siempre
tan desiguales como las olas que levantan la superficie del océano.
Nos hablan del hombre exitoso, nos da entender que el hombre mediocre
siempre va asociarse con la vanidad.
La envidia es una adoración de los hombres por las sombras, del mérito por la
mediocridad. La envidia predomina hoy en día, y explica en como consiste,
primero se cree que la persona envidiosa es una adoración a hombres por sus
sombras.
El que tiene méritos, sabe lo que le cuestan y los respeta, estima en los demás
lo que desearía que se le estimara en sí mismo, el mediocre ignora esta
admiración abierta muchas veces se resigna a aceptar el triunfo que desborda
las restricciones de su envidia. Pero aceptar no es amar. El envidioso es la
única víctima de su propio veneno; la envidia lo devora. Dante consideró a los
Todo viejo cree que los jóvenes lo desprecian y desean su muerte para
suplantarle traduce tal manía por hostilidad a la juventud, considerándola muy
inferior a la de su juventud juicio que extiende a las nuevas cuando ve que ya
no puede adaptarse a ella. Los fantasmas de las primeras impresiones
juveniles siguen rodando en la mente cuando ya han desaparecido los
recuerdos más cercanos los del día anterior la nueva plasticidad hace que los
nuevos procesos psíquicos no dejen rastro o muy débiles mientras los antiguos
se han plasmado muy hondamente en su cerebro.
Las cosas del espíritu son despreciadas no siéndole propicio el clima, sus
cultores son contados, no llegan a inquietar a las mediocracias, están
proscritos dentro del país que mata a fuego lento sus ideales sin necesidad de
desterrarlos cada hombre queda preso entre mil sombras que lo rodean y lo
paralizan.
Todo homenaje a los hombres de genio que impidieron su vida por la libertad y
por la ciencia, es un acto de fe en su porvenir solo en ellos pueden tomarse
ejemplos morales que contribuyan al perfeccionamiento de la humanidad. Todo
hombre de genio es la personificación suprema de un ideal contra la
mediocridad que rodea a los espíritus originales.
El hombre mediocre es aquel que pasa por la vida como si no hubiera pasado,
que fue incapaz de dejar una huella, de construir, de hacer un aporte, es el
hombre que cree que se trata de instalarse en una rutina y gastar su vida en
ella. Opuesto a este Ingenieros hace un enfoque del hombre idealista, hombre
que considera que el mundo está en constante transformación, es el hombre
que decide aportar, dejar su huella, generar ideas y acciones, es el inconforme,
el que no se siente bien con el mundo tal y como está y que se plantea la
necesidad de mejorarlo, de convertirlo en otra cosa y que asume retos y
compromisos en ese terreno.
El autor de este libro se propuso mancillar las funestas lacras morales que se
llaman rutina e hipocresía y servilismo, deseando ser útil a los jóvenes que,
estando en edad propicia para evitarlas y puedan formarse ideales.
Hay muchos aspectos que pueden hacer que una persona tenga
cierto tipo de actitudes: la predisposición genética, el entorno, la
rutina, el conformismo, la envidia, etc. Entonces este libro nos
ayuda de cierto modo a concientizarnos y nos deja en claro que
basta una sola acción o actitud para cambiar el rumbo de nuestra
vida.