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Torres de refrigeración
Las torres de refrigeración han sido
ampliamente utilizadas para deshacerse del
calor residual de procesos industriales y de los
sistemas de refrigeración o aire acondicionado
donde ha sido más barato o más conveniente
rechazar el calor a la atmósfera en lugar del
agua de un río cercano, lago o mar. En muchos
casos, la elección ha sido en gran medida una
cuestión de costos comparativos, pero desde la
Segunda Guerra Mundial nuestro sistema de
energía eléctrica de rápido crecimiento ha
comenzado a sobrepasar la capacidad de
sumidero de calor de algunos de nuestros ríos
para que, incluso con la amplia libertad en la
selección de sitios abiertos para estaciones
centrales, en muchos casos, no ha habido más
remedio que construir grandes instalaciones de
torres de refrigeración. Esto ha sido
particularmente cierto en el suroeste.
El diseño de torres de enfriamiento es mucho
más empírico que eso o cualquier otro tipo de
intercambiador de calor. Hay, de hecho,
algunos muchos imponderables que algunos
ingenieros apuntan a la brujería. Gran parte de
la dificultad proviene de idiosincrasia en el
comportamiento de la atmósfera en las
cercanías de una torre de enfriamiento. Bajo
ciertas condiciones, con poco o nada de viento
los efectos combinados de la geometría del
terreno y de los edificios en las inmediaciones
pueden conducir a la recirculación de aire a
través de la torre y, por lo tanto, una pérdida
de rendimiento. Estos efectos son tanto una
función de la topografía local, la dirección
predominante del viento, el clima, y similares
que son difíciles de predecir, y el rendimiento
de una torre de refrigeración de un diseño
dado puede variar mucho de un lugar a otro.
Debido a estas y otras complejidades, este
capítulo tiene la intención de hacer poco más
que presentar las relaciones básicas
involucradas y mostrar algo de su uso en la
especificación, selección y pruebas de
aceptación de las torres de refrigeración.
TIPOS DE TORRES DE
REFRIGERACIÓN
Las torres de refrigeración se han desarrollado
a partir de los estanques de pulverización en un
esfuerzo para obtener un sistema que ocupe
menos espacio. Cabe señalar en este punto que
la capacidad de disipación de calor por unidad
de área de un pequeño estanque se puede
aumentar aproximadamente 20 veces
mediante la instalación de un sistema de
pulverización simple, y alrededor de 100 veces
por la construcción de una torre de
refrigeración. Las torres de refrigeración tienen
una ventaja adicional sobre los estanques de
pulverización en que reducen el consumo de
agua para una carga de calor dada por un
factor de aproximadamente cinco, ya que
pueden ser diseñados para eliminar la pérdida
de agua arrastrada por el viento en forma de
gotas.
Torres de refrigeración por convección
natural
El tipo más simple de la torre de enfriamiento
es sólo un pequeño estanque con agua
pulverizada rodeado de paredes tener
persianas interiormente inclinadas, como en la
Figura. 19.1. En este tipo de torre de
refrigeración el aire cambia de dirección al
pasar a través de las rejillas de las persianas,
dejando a su paso las gotitas suspendidas de
agua que inciden en las tablillas de las
persianas, se depositan hacia fuera y drenan
hacia la cuenca en la base de la torre.
Tanto los requisitos de bombeo de agua y la
capacidad de la torre de enfriamiento por
unidad de área de la base se pueden mejorar
proporcionando superficies horizontales dentro
de la torre de refrigeración para reducir la
velocidad promedio de las gotitas que caen y
para aumentar el tiempo que las gotitas están
expuestos a la corriente de aire de
refrigeración, en su caída a través de la torre.
Otra ventaja de este enfoque es que se hace
posible el rendimiento de contracorriente y, por
tanto, obtener la temperatura más baja en la
corriente de agua de salida. La última ventaja
se puede realizar mediante el uso de chorros
de agua de baja presión en la parte superior,
colocar las cubiertas horizontales de celosía en
la torre, y la organización de las paredes como
en la Figura. 19.2 de modo que el aire entra
horizontalmente y se descarga verticalmente.
Una característica deseable de este régimen es
que el movimiento vertical hacia arriba del aire
también ralentiza la caída de las gotitas de
agua y por lo tanto aumenta el área de
superficie efectiva para cualquier tasa de flujo
de agua dado. En este tipo de torre de
enfriamiento de las superficies dentro de la
torre se llaman empaque o relleno, y por lo
general se escalonan de modo que las gotas de
agua pueden caer tan sólo unos metros antes
de golpear una superficie. Algunas grillas o
paneles hechos de tiras de madera clavados a
1 x 2 en los largueros de madera se muestran
en la Figura 19.3. Rejillas de plástico están
reemplazando a los listones de madera.
El aumento de la temperatura del aire que se
mueve hacia arriba a través de la torre induce
la circulación por convección térmica, que es
especialmente útil si la velocidad del viento es
muy bajo. Para grandes instalaciones, muchas
torres de refrigeración de tipo mostrado en la
Figura. 19.2 pueden ser colocados lado a lado
en una fila larga en ángulos rectos a la
dirección del viento predominante. Este es el
arreglo particularmente eficaz en las regiones
costeras, donde los vientos son
predominantemente costeros o a cierta
distancia de la costa.
The British inició la construcción de grandes
torres de convección térmica, muchos de ellas de
más de 300 pies de alto. Un conjunto típico se
muestra en la Figura 19.4. El aire entra a través
de la rendija anular proporcionado por un
anillo de columnas de soporte en la base, se
calienta a medida que pasa a través de relleno
cerca de la base (véase la fig. 19.5), y luego
se eleva bajo la acción de las fuerzas de
convección térmica a la parte superior de la
torre. Este tipo de torre de enfriamiento es muy
adecuado para los sitios en los que la
temperatura del aire ambiente rara vez supera
los 27 C (80 F), y un viento constante y
substancial está disponible durante todo el año.
Otras condiciones que favorecen estas grandes
torres de tiro natural son un gran rango de
temperaturas (y por lo tanto un aumento de
temperatura de aire sustancial), no hay
necesidad de una aproximación a la
temperatura de bulbo húmedo pequeña, una
gran carga de calor en invierno, y bajo costo
operativo. El ducto está construido de hormigón
armado con un espesor de pared de sólo dos a
seis pulgadas. La figura geometría es un
hipoide de modo que dos capas de varillas de
refuerzo de acero rectas pueden estar
dispuestos de manera que están inclinadas en
direcciones opuestas respecto de la vertical
para formar una red. Esta disposición facilita la
fabricación, sin embargo confiere una
estructura fuerte.
Torres de refrigeración por convección
forzada
La capacidad de un tamaño dado de la torre
de enfriamiento puede incrementarse por la
instalación de un ventilador como en las Figs.
1.19 y 19.6. El costo adicional del ventilador y
la energía eléctrica que consume suele ser más
que compensado por la reducción de los
requerimientos de capital por unidad de
capacidad de disipación de calor. Los
ventiladores pueden montarse en las afueras de
la base de la torre para que el flujo de aire
sea dirigido horizontalmente hacia el interior
para dar una instalación de aire forzado, o
ventiladores de tiro inducido pueden ser
montados en la parte superior de modo que
extraer el aire a través de la torre y se
descarga de forma vertical hacia arriba desde
la parte superior, como en las Figs. 1.19 y 19.6.
Es más fácil proporcionar una estructura robusta
de montaje del ventilador la primera
disposición, pero el segundo es generalmente
preferida, ya que no sólo es menos sensible a
la dirección del viento, sino que además por la
descarga del aire hacia arriba en un fuerte
chorro vertical, se reduce la recirculación que
tiende a calentar el aire húmedo de salida de
nuevo en la torre bajo el viento y las condiciones
atmosféricas desfavorables. (El problema de
recirculación se discute en una sección
posterior). De baja velocidad hasta 12 m (40
pies) de diámetro se emplean para reducir al
mínimo el consumo de energía. Para proyectos
de instalaciones inducidas el motor se monta a
menudo a un lado del ventilador y la potencia
transmitida a través de un eje horizontal a una
caja de engranajes en el eje vertical bajo el
ventilador. Esta disposición de accionamiento se
utiliza para las torres en ambas Figs. 1.19 y
19.6.
Las torres de las Figuras 1.19 y 19.6 difieren
en que el flujo de aire es vertical a través del
relleno de la Figura 1.19, mientras que fluye
horizontalmente a través del relleno de la torre
de la Figura19.6. Las configuraciones de flujo
horizontal permiten una reducción de la altura
de la torre, y por lo tanto en el costo, para los
lugares en los que una torre más alta es no
requerida por la naturaleza del terreno, los
edificios cercanos, etc.
RELACIONES
FUNDAMENTALES
La función principal de una torre de
refrigeración es reducir la temperatura de una
corriente de agua caliente a un valor tan bajo
como sea posible. Esta caída de temperatura en
la corriente de agua que fluye a través de la
torre se conoce como el rango de temperatura.
El enfriamiento se lleva a cabo parcialmente de
dos formas: por un lado aumentando la
temperatura del aire circundante; y por otro
mediante la evaporación de una porción de la
corriente de agua caliente. Las cantidades
relativas de calor que ingresa y provoca el
aumento de la temperatura del aire y la
evaporación del agua, dependen de la
humedad del aire que entra en la torre de
refrigeración. Otro factor, probablemente la
figura más importante por mérito para una
torre de refrigeración, es la medida en que la
temperatura de salida del agua se aproxima a
la temperatura de bulbo húmedo del aire que
entra - siendo esta última la temperatura
mínima a la que el agua podría ser enfriada en
una instalación ideal. En cualquier torre dada
esta diferencia de temperaturas, conocido como
la aproximación mediante la temperatura de
bulbo húmedo o acercamiento o simplemente
aproximación de temperaturas, varía con la
temperatura de bulbo húmedo de entrada de
aire, la tasa de flujo de agua, y la carga de
calor.
Balance térmico
Dado que la cantidad de agua llevado por el
aire en forma de gotitas en suspensión es
normalmente insignificante y el calor específico
del agua es la unidad, el producto de la
diferencias de temperaturas tW en las gotas
de agua y la tasa de flujo de agua líquida Lw
es igual a la producto de la elevación de
entalpía en el aireHa, y la tasa de flujo de
aire G, esto es,
∆𝑡𝑤 𝐿𝑤 = ∆𝐻𝑎 𝐺
Donde las tasas de flujo de aire-agua: Lw y G
son en libras por hora por pie cuadrado de
área de sección transversal horizontal en una
torre vertical.
La entalpía del aire húmedo es casi
exclusivamente una función de la temperatura
de bulbo húmedo. Esto es tan cierto que casi
sólo las líneas de temperatura de bulbo húmedo
se dibujan normalmente en las cartas
psicométricos; escalas de entalpía de la mezcla
de vapor de agua del aire se dibujan a menudo
cerca de los extremos de las líneas constantes
de temperatura de bulbo húmedo. Estas líneas
de temperatura de bulbo húmedo a
continuación, se pueden utilizar con las escalas
de entalpía para la obtención de valores
aproximados de la entalpía, o un borde recto
se puede utilizar para una determinación
exacta. Por lo tanto las temperaturas de bulbo
húmedo para la entrada y la salida de aire dan
una buena medida de la subida de entalpia.
Las temperaturas de bulbo seco son
principalmente significativas desde el punto de
vista del consumo de agua.
La transferencia de calor
El balance de calor de la Ecuación19.1 no
incluye términos que definen el tamaño de la
torre de enfriamiento. Si la torre de
enfriamiento considerada análoga a una matriz
de transferencia de calor, con un área de
superficie de la película de agua que depende
de las tasas de agua y de flujo de aire y de las
características del embalaje o de relleno, el
calor se transmitirá al aire por dos mecanismos:
la transferencia convencional de calor por
convección y la vaporización del agua. Se ha
encontrado que la tasa de pérdida de calor
desde el agua por vaporización es análogo al
coeficiente de transferencia de calor para la
convección térmica, ya que tanto depende de
la velocidad a la que la mezcla tiene lugar
entre la película delgada de gas,
inmediatamente adyacente a la superficie de
transferencia de calor, y la corriente de aire
mayor que pasa sobre la superficie. Los datos
de prueba indican que el coeficiente de
pérdida de calor por vaporización, de la
película de agua en una corriente de aire, es
aproximadamente igual al coeficiente
convencional de transferencia de calor por
convección h dividido por el calor específico del
aire. Así, el coeficiente de transferencia de
entalpía K, para la tasa de pérdida de calor
por evaporación, aproximadamente se puede
expresar como K = h / cp.
Se ha demostrado que, en cualquier elemento
dado de la torre de volumen dV, que tiene un
área superficial por unidad de volumen “a”, el
calor entregado por libra de agua puede estar
relacionado con el calor transferido al aire por
convección y con la pérdida de calor por
vaporización a través de la expresión siguiente:
𝑑𝑡𝑤 𝐿𝑤 = [ℎ(𝑡𝑤 − 𝑡𝑎 ) + 𝐾∆𝐻𝑣 (𝑥𝑠 − 𝑥)] 𝑎 𝑑𝑉
Donde Hv es la entalpía de vaporización, xs
del contenido de vapor de agua del aire
saturado, y x el contenido de vapor de agua
de la corriente de aire.
La ecuación 19.2 puede ser manipulado para
ponerla en una forma algo diferente y más
conveniente mediante la sustitución de cpK para
h, definiendo a Hs = cptw + Hvxs, como la
entalpía del aire saturado a la temperatura del
agua; así cómo a Ha = cpta + Hvx como la
entalpía promedio de la corriente de aire local
(es decir, no considerando la entalpía de
sobrecalentamiento en el aire húmedo), y
omitiendo la diferencia en las tasas de flujo de
salida-entrada del agua, resultantes de la
evaporación de la misma, de la siguiente
manera:
𝑑𝑡𝑤 𝐿𝑤 = 𝐾(𝑐𝑝 𝑡𝑤 − 𝑐𝑝 𝑡𝑎 + ∆𝐻𝑣 𝑥𝑠
− ∆𝐻𝑣 𝑥) 𝑎 𝑑𝑉
𝑑𝑡𝑤 𝐿𝑤 = 𝐾(𝐻𝑠 − 𝐻𝑎 ) 𝑎 𝑑𝑉
Donde Hs es la entalpía del aire saturado a la
temperatura de agua local y Ha la entalpía
media de la corriente de aire.
Diferencia de temperaturas efectiva
La relación de la Ecuación 19.3 se aplica a las
condiciones locales dentro de la torre de
refrigeración. Determinar la performance
general requiere una integración similar a la
llevada a cabo por la diferencia de
temperaturas media logarítmica de un
intercambiador de calor convencional. En el
examen de la Ecuación 19.3 se puede ver que
Hs y Ha dependen de la temperatura del agua,
y las otras cantidades no lo hacen. En
consecuencia, reordenando los términos, la
integración entre la entrada y la salida da
𝑡𝑤2 𝑉
𝑑𝑡𝑤 𝐾𝑎𝑑𝑉 𝐾𝑎𝑉
∫ =∫ =
𝑡𝑤1 𝐻𝑠 − 𝐻𝑎 0 𝐿𝑤 𝐿𝑤
Donde V es el volumen activo en pies cúbicos
por pie cuadrado de área de sección
transversal horizontal. La entalpía de aire
saturado no varía linealmente con la
temperatura, y esto impide realizar las
simplificaciones que suelen ser posibles en el
análisis de rendimiento del intercambiador de
calor. La naturaleza del problema puede ser
visualizado mediante el examen de la Figura
19.7. Esta figura muestra la entalpía del aire
saturado como una función de la temperatura
local del agua, junto con la entalpía real del
aire húmedo en una torre. Dado que el calor
específico del agua es esencialmente constante,
y puesto que la cantidad de calor cedida por
el agua es igual a la absorbida por el aire
para cualquier cambio dado en la temperatura
del agua, la entalpía local del aire húmedo Ha
varía linealmente con la temperatura local del
agua. Debido a que la obtención de la
diferencia media logarítmica de temperaturas
depende de una relación lineal entre la
entalpía y la temperatura para ambos fluidos,
una diferencia media logarítmica entalpías no
puede ser empleado. El procedimiento
subsiguiente obvio es la integración de la
Ecuación 19.4 utilizando técnicas gráficas o
numéricas.
Factor característico de la torre
Al examinar la Figura 19.7 y la Ecuación 19.4
se puede observar que la distancia vertical
entre las dos curvas representa la diferencia de
entalpía Hs - Ha en la integral de la Ecuación
19.4. Así, en una segunda curva, tal como la
Figura 19.8, pueden representarse
gráficamente para 1/(Hs - Ha) como una
función de la temperatura local del agua, y el
valor de la integral se puede determinar
mediante la obtención del área bajo la curva.
La cantidad resultante KaV/Lw conocida como
el factor característico de la torre, es por lo tanto
una función de la temperatura de bulbo húmedo
del aire, a la entrada y la salida; y de las
temperaturas de entrada y salida del agua.
Estos se pueden expresar en términos de la
aproximación de temperaturas, el rango de
temperatura del agua, y la relación de la tasa
de flujo de agua a la tasa de flujo de aire. Si
para una variedad de condiciones deben ser
realizados muchos cálculos, se puede ahorrar
mucho tiempo mediante el uso de un gráfico tal
como el mostrado en la Figura 19.9. Un gráfico
similar e independiente de la Figura 19.9 debe
estar preparado para cada combinación
representativa de temperatura de bulbo
húmedo del aire a la entrada y del rango de
temperatura del agua en la región de interés
de modo que se necesita un conjunto de 50 o
100 cartas para cálculos rápidos y precisos.
La cantidad de calor que puede ser eliminada
por unidad de volumen de la torre de
refrigeración depende de la geometría del
relleno de la torre y del sistema de distribución
de agua. El área de transferencia de calor
efectiva resultante es un factor particularmente
difícil de evaluar, porque no hay una buena
manera de determinar la superficie media de
las gotas formadas por salpicadura o rociado.
Los valores para "a" comúnmente varían de 2 a
6 pies2/pies3 (6,5 a 20 m2/m3).
Cuando un conjunto de gráficas de rendimiento
similar a la Figura 19.9 no está disponible, la
integración gráfica o numérica de la Ecuación
19.4 se vuelve muy lenta (o consumen
demasiado tiempo) si una variedad de casos ha
de ser investigado. Mientras que el método de
la entalpía media logarítmica basado en las
diferencias de entalpías, a la entrada y a la
salida, subestimaría el valor del factor
característico de la torre KaV/Lw, la curva para
Hs en la Fig. 19.7 podría ser sustituida por una
línea recta trazada de la manera mostrada en
la Figura 19.10 para dar la misma área bajo
la curva. La posición de esta línea se puede
definir mediante la introducción de una
corrección de la entalpía h, donde
𝐻𝑠1 + 𝐻𝑠2 − 2𝐻𝑠𝑚
𝛿𝐻 =
4
Hs1 y Hs2 son los valores de Hs en la salida y las
entradas, respectivamente, y Hsm es el valor de
Hs evaluado a la temperatura media del agua
(tw1+tw2)/2.
Si H1 y H2 son las diferencias de entalpía a
la entrada y a la salida entre las curvas de Hs
y Ha mostrados en la Figura 19.10 una
diferencia de entalpía media logarítmica
aproximada, HM ahora se puede definir como
∆𝐻2 − ∆𝐻1
∆𝐻𝑚 =
2.3 log[(∆𝐻2 − 𝛿ℎ)/(∆𝐻1 − 𝛿ℎ)]
El gráfico de la Figura 19.11 da los valores de
la corrección entalpía h como una función de
la temperatura de salida de agua para una
serie de valores del rango de temperaturas.
El factor característico de la torre puede
calcularse a partir
𝐾𝑎𝑉 𝑡𝑤2 − 𝑡𝑤1
=
𝐿𝑤 ∆𝐻𝑚
El error involucrado en la estimación del factor
característica de la torre mediante el método
entalpía media logarítmica corregido es
pequeño y normalmente aceptable.
Efectos de la geometría del relleno
Un interesante conjunto de datos se han
publicado sobre el desempeño de las diversas
geometrías de la matriz de relleno de una torre
de enfriamiento, como la que se muestran en la
figura. 19.3. Uno de los resultados más
importantes es que, para una geometría de
matriz dada, el factor característico de la torre
KaV/Lw es casi directamente proporcional a la
altura de la sección de relleno. Este efecto se
muestra en la figura. 19.12, en el que el eje de
abscisas da la altura de la sección de relleno en
términos del número de paneles o grillas
(parrillas) del relleno. La línea de puntos de los
datos de la Figura 19.12 en coordenadas
logarítmicas, muestra que el factor
característico de la torre varía en alguna
potencia de la relación de flujo Lw/G, de modo
que la performance de las matrices de relleno
ensayados se podría aproximar bastante bien
por
𝐾𝑎𝑉 𝐿𝑤 −𝑛
= 0,07 + 𝐴𝑁 ( )
𝐿𝑤 𝐺
Donde N es el número de paneles; A y n son
constantes para cualquier matriz dada. La
Tabla 19.1 resume los valores encontrados
para estos coeficientes para relacionar los
datos de la geometría de la Figura 19.3 para
agua de entrada caliente a una temperatura
de 120 F (49 C).
Sucede que efectos secundarios provocan
algunos cambios en el rendimiento de la torre,
con la temperatura de entrada de agua, que
no están incluidos en la Ecuación 19.7. Estos
efectos varían sustancialmente de una
geometría de matriz de relleno a otra, pero la
figura. 19.13 muestra los datos para tres casos
típicos. Tenga en cuenta que estos efectos
pueden cambiar el factor característico de la
torre hasta en un 15%.
Caída de presión del aire
La caída de presión del aire a través de una
torre de refrigeración de tiro forzado, depende
en parte de la geometría del relleno y en parte
de la tasa de flujo de agua, ya que las gotitas
que caen tienen un área total de superficie que
puede ser sustancialmente mayor que la del
relleno. Esto implica que la expresión para la
caída de presión debe tener dos términos: el
primero, función de la geometría de relleno y
la tasa de flujo de aire; y el segundo función de
la geometría de relleno y tanto las tasas de
flujo de agua como la de aire. Los datos para
torres con las matrices de relleno de la Figura.
19.3 se representaron mediante curvas tales
como las de la Figura 19.14. Estos fueron
analizados y se encontró que los datos de
prueba puede ser bien correlacionados por
∆𝑃
𝑁
0,0675
= 𝐵𝐺 2
𝜌𝑎
0,0675
2
+ 𝐶𝐿𝑤 𝐺𝑒𝑞 √(𝑐𝑎í𝑑𝑎 𝑙𝑖𝑏𝑟𝑒 𝑚𝑒𝑑𝑖𝑎)
𝜌𝑎
Donde P es la caída de presión del aire en
libras por pie cuadrado, a es la densidad del
aire seco en libras por pie cúbico de mezcla
vapor-aire, B y C son constantes como las dadas
en la Tabla 19.2. La cantidad "caída libre
media" es la distancia vertical en pies que las
gotas de agua caen entre los listones en el
relleno. Este factor es una función tanto del área
de flujo libre del relleno como del espaciado
vertical de los paneles. Los valores para esta
cantidad se dan en la Tabla 19.2 para las
matrices de la Figura 19.3. La cantidad Geq es
una tasa de flujo de masa de aire equivalente
correspondiente a la velocidad del aire en
relación con las gotas de agua que caen, y por
lo tanto depende tanto de la tasa de flujo de
aire como de la distancia media que recorre
una gota de agua en caída sin obstáculos. La
relación entre el Ga, Geq y la caída libre media
se muestra en la figura. 19.15.
Efectos de las condiciones del diseño
sobre el tamaño de la torre
El rango de temperaturas, la temperatura de
bulbo húmedo y la aproximación de
temperaturas, afectan (en conjunto) el tamaño
de la torre de refrigeración; estos efectos se
incluyen implícitamente en la Ecuación 19.4.
Para mostrar la tendencia general de estos
efectos, los cálculos se han realizado para el
tamaño de la torre de enfriamiento con
respecto a la de una unidad de referencia
evaluado para: una temperatura de bulbo
húmedo de 75 F, rango de 25 F y un
acercamiento de temperaturas de10 F. Para
una temperatura de bulbo húmedo de entrada
de aire dado y un descenso de la temperatura
del agua, la Fig. 19.6 indica que el tamaño de
la torre varía ampliamente con la aproximación
de temperaturas de diseño. Esta curva es otro
ejemplo que muestra lo difícil que resulta llevar
la temperatura de salida del fluido caliente
hacia abajo cerca de la temperatura de
entrada del fluido frío. La Figura 19.17 muestra
el efecto sobre la temperatura de bulbo
húmedo del aire de entrada en el tamaño de la
torre requerido para una típica aproximación
de temperaturas y un rango típico de
temperatura del agua. Del mismo modo, la Fig.
19.18 ilustra el efecto de rango de
temperatura del agua sobre el tamaño relativo
de la torre.
Limitaciones prácticas sobre las tasas de
flujo de agua y aire
La cantidad de refrigeración obtenible con una
torre en las condiciones de principal interés, es
insensible a las tasas de flujo de aire-agua a
través de la torre si la relación entre el flujo de
agua al flujo de aire se mantiene constante.
Como se puede deducir de la Figura 19.7, para
una condición de entrada de aire dada, la
entalpía del aire de salida depende de la
relación de Lw/G que es consistente con las
características de los intercambiadores de calor
convencionales. Por lo tanto hay un fuerte
incentivo para aumentar las tasas de flujo de
fluidos a través de la torre hasta que se torna
dificultoso debido a la pobre distribución del
flujo de agua a altas tasas de flujo de la misma,
o por los excesivos requisitos de alimentación
del ventilador. Con torres de relleno, el
equilibrio entre las exigencias de capital y los
costos de energía del ventilador normalmente
limita la potencia del ventilador, y por lo tanto
la tasa de flujo de aire máximo a
aproximadamente 1800 lb/h·m2. Una pobre
(mala) distribución del flujo de agua sobre el
relleno se experimenta comúnmente en las tasas
de flujo de agua en exceso de alrededor de
3000 lb/h·m2, ya que si la tasa de flujo de
agua se incrementa demasiado, el agua cae en
grandes chorros en lugar de caer en forma de
aerosol, de modo que el área de superficie
efectiva se reduce. Esta condición se conoce
como inundación. Por otro lado, si el flujo de
gotas de agua a alrededor de 600 libras/h·ft2,
o menos, la tensión superficial hace que el agua
fluya a través de canales. Esto da una pobre
distribución de flujo de agua, y, por lo tanto,
una marcada caída en el rendimiento. Los
límites de flujo de agua impuestos por estas
condiciones, por supuesto, varían de acuerdo
con la geometría interna de la torre, pero los
valores dados representan la habitual para un
buen diseño.
El consumo de agua
El consumo de agua de una torre de
enfriamiento depende no sólo de la carga de
calor, sino además de la relación de las
cantidades de calor transportado por el
aumento de la temperatura del aire y por
evaporación del agua. En un buen diseño de la
torre, la cantidad de agua perdida en forma
de gotitas suspendidas en la corriente de aire
de salida es por lo general menos de 1% del
consumo de agua. Así, el consumo de agua
Ww de una torre de enfriamiento puede estar
relacionado con la tasa de flujo de aire y el
vapor de agua contenido en el aire de entrada
y salida: x1 y x2 de la siguiente manera:
∆𝑊𝑤 = 𝑊𝑎 (𝑥2 − 𝑥1 )
Si el aire que entra en la torre está saturado,
tanto como un tercio del calor extraído del
agua puede entrar en el calentamiento del aire
(servirá para calentar el aire), mientras que el
resto irá a la evaporación del agua (y el resto
se destinará para evaporar el agua). Así, el
consumo de agua será sólo dos tercios de lo que
se requeriría si toda la carga de calor se
emplease en la evaporación del agua. Por otra
parte, bajo condiciones inusuales de cargas
ligeras, con un rango de temperatura bajo y
aire muy seco, la evaporación del agua puede
de hecho reducir la temperatura de bulbo seco
del aire para que el calor sea más bien
removido que añadido al aire, y la cantidad de
calor que va a evaporar el agua en realidad
supera la carga de calor en la torre.
Sólidos disueltos en agua de relleno
Si, como es generalmente el caso, hay una
concentración apreciable de sólidos disueltos en
el agua de relleno, esta concentración aumenta
a medida que el agua se evapora. Para evitar
la des incrustación de las superficies dentro de
la torre, es mejor escurrir (drenar) una porción
del agua para reducir la concentración de los
sólidos. Esta operación es análoga a la purga
de calderas. De esta forma la concentración de
sólidos se puede mantener a un valor tal que los
depósitos desagradables no se forman. En
algunos casos, puede ser que valga la pena
emplear un tratamiento de ablandamiento del
agua para el agua de reposición.
Dependiendo del tipo de aplicación, el agua
fría puede extraerse del depósito en la base
de la torre y se bombea a intercambiadores de
calor en otros puntos de la planta, o el fluido
caliente en la planta puede ser conducido a la
base de la torre de enfriamiento a unos bancos
de tubos dispuestos de modo que se enfría
directamente por el agua que cae a medida
que alcanza la base de la torre.
Recirculación
Como se mencionó anteriormente en este
capítulo, bajo algunas condiciones de viento una
parte del aire caliente y húmedo que sale de la
torre puede recircular a través de la entrada
de la misma y por lo tanto disminuir el
rendimiento. Si un gran número de unidades
está dispuesto en una fila larga una dificultad
similar es probable cuando la dirección del
viento es más o menos paralela a la longitud de
la fila. En un esfuerzo por comprender los
efectos de la mayoría de los parámetros
involucrados, un procedimiento detallado de
prueba fue elaborado sobre la base de
instrumentos portátiles, y este equipamiento se
empleó para probar 30 torres de refrigeración
diferentes. Se ha hecho todo lo posible para
que la prueba sea lo más coherente posible,
teniendo en cuenta la gran variedad de
unidades de prueba, es decir, torres de tiro
forzado e inducido, torres de contraflujo y de
flujo cruzado, torres de longitudes de 36 a 361
pies, anchos de torre de 13 a 68 pies, alturas
de marcos de torre que van desde los 19 a los
55 pies, y alturas de chimenea (que aloja al
ventilador) de 7 a 17 pies.
Los resultados de las pruebas mostraron que las
torres de tiro forzado dieron tasas de
recirculación casi el doble que para las torres
de tiro inducido. Dado que la mayor parte de
las torres analizadas eran del tipo de tiro
inducido, los resultados de las pruebas de estos
se representan como funciones de varias
variables. Los dos únicos parámetros que
muestran efectos bien definidos fueron la tasa
de flujo de agua y la longitud de la torre
(Cuando una multiplicidad de unidades está
dispuesta en una fila larga, la longitud de la
torre se toma como la longitud de todo el
conjunto.) Un análisis de los datos mostró que
una buena correlación para los efectos de estos
dos factores se podría obtener mediante la
aplicación de una corrección a la temperatura
de bulbo húmedo. Esta corrección para un
rango de refrigeración 20 F y un acercamiento
de 10 F se muestra en la Figura 19.19. La
tabla debajo del gráfico contiene los factores
que se aplicarán a las curvas de la Figura
19.19 para obtener la corrección apropiada
para otro rango y los valores de aproximación
a la temperatura de bulbo húmedo. Tenga en
cuenta las dos curvas que se dan en la Figura
19.19: una, la asignación de recirculación
recomendada, y la otra el cupo máximo de
probabilidades de ser necesario.
Los compromisos de diseño
El diseño de una torre de refrigeración implica
normalmente no sólo compromisos en el diseño
detallado de la misma, sino también en la
selección de las condiciones de diseño de la
torre de enfriamiento. El costo de la torre de
refrigeración, del agua consumida, y de la
potencia del ventilador requeridos para una
aproximación de temperatura dada, deben ser
cuidadosamente equilibrados contra el valor de
una reducción en el acercamiento de
temperaturas. Esto es cierto particularmente
para aplicaciones de aire acondicionado en el
que la carga más pesada en la torre, y las
condiciones más difíciles de cumplir, se
producen durante un relativamente pequeño
número de días al año, por lo que si estas
condiciones deseadas se puede comprometer
un poco, se puede efectuar ahorros sustanciales
en el coste de la torre.
Procedimiento para estimar el tamaño
de una torre de refrigeración
Una variedad de técnicas para el diseño de las
torres de refrigeración están en uso, muchos de
ellos implican el uso de gráficos.
Si una persona que no está bien versada en el
diseño de las torres de refrigeración desea
hacer una estimación preliminar del tamaño y
costo de un proyecto de torre de convección
forzada para una aplicación especial y, tiene
poca información a la mano además de la sé
que incluye aquí, puede emplear el siguiente
procedimiento:
1. Elegir las condiciones de diseño, es decir, la
temperatura del agua de entrada y salida, y la
temperatura de bulbo húmedo del aire a la
entrada.
2. Preparar un diagrama de entalpía-
temperatura similar a la Figura 19.7.
Seleccionar la entalpía del aire a la salida de
tal manera que la pendiente de la línea para
la entalpía del aire sea igual a la pendiente de
la curva de la entalpía del aire saturado a la
temperatura de salida del agua. (Este es un
paso arbitrario, pero uno que por lo general
ofrece un conjunto razonablemente bueno de
proporciones, porque en general es deseable
tener un mínimo de fuerza impulsora de
transferencia de calor en la parte inferior de la
torre Al mismo tiempo el aumento de entalpía
del aire debe ser tan grande como sea posible
para reducir al mínimo los requisitos de energía
de bombeo de aire)
3. Trazar una curva similar a la de la Figura
19.8 para 1/(Hs-Ha) como una función de la
temperatura del agua.
4. Usando la regla de Simpson, determinar el
área bajo la curva obtenida de la etapa 3, y
de ella el valor requerido para la característica
KaV/Lw.
5. Elija una geometría de matriz del relleno a
partir de la Figura 19.3, y obtener los datos de
sus principales características de la Tabla 19.1.
6. De la Figura 19.13 estimar el efecto en el
factor característico de la torre KaV/Lw con la
desviación de la temperatura del agua de
entrada desde los 120 F para lo cual se
prepararon los datos de la Tabla 19.1.
7. Usando la curva de entalpía del aire de la
etapa 2, determinar Lw/G de las
consideraciones del balance de calor. (Lw/G es
igual a la pendiente de la línea de entalpía del
aire).
8. Sustituir los valores obtenidos en el paso 7
para KaV/Lw, A, (Lw/G) y n en la Ecuación 19.7
para obtener el número de paneles N y, por lo
tanto, la altura de la parte empacada de la
torre.
9. Para el Lw/G de la etapa 7, determinar la
tasa de flujo de aire para un flujo de agua de
2.500 lb/h·ft2. Si el flujo de aire resultante
supera 1600 lb/h·ft2, determinar el flujo de
agua que corresponde a un flujo de aire de
1600 lb/h·ft2.
10. Determinar el área de la sección transversal
de la torre empleando la tasa de flujo de agua
por unidad de área dada por el paso 9 y la
tasa de flujo total de agua establecida en el
paso 1.
11. Seleccionar las dimensiones horizontales de
la torre para obtener el área definida por el
paso 10, manteniendo la dimensión en la
dirección del viento predominante a no menos
de la altura de empaque y no más de 40 pies.
La altura total debe ser aproximadamente la
altura de empaque más una y media veces la
profundidad en la dirección del viento
predominante.
Evaluación de las pruebas de
aceptación
Bastante a menudo, una torre de enfriamiento
se ha completado y está lista para las pruebas
de aceptación en un momento en que las
condiciones climáticas dan temperaturas de
bulbo húmedo mucho más bajas que las
temperaturas críticas para las que la torre fue
diseñada. Por lo tanto, es necesario llevar a
cabo las pruebas de aceptación y aplicar
correcciones para determinar si la torre de
enfriamiento cumple con las condiciones de
diseño. La relación presenta en la Ecuación 19.4
es apropiada para este tipo de correcciones y
conforma la base para el procedimiento de
corrección estándar que ha sido aprobada por
el Instituto de Fabricantes de Torres de
Refrigeración.
Costo
Es evidente, a partir del material anterior que
es difícil estimar el costo de una torre de
refrigeración para un conjunto dado de
requisitos porque hay demasiadas variables.
Para proporcionar una base para las ásperas
estimaciones preliminares, la Tabla 11.2 se
indica el costo de las pequeñas torres de
refrigeración para sistemas de aire
acondicionado. Tenga en cuenta que la tasa de
flujo de agua es probablemente el mejor
parámetro a emplear en la estimación del
tamaño y costo de las torres de refrigeración
más grandes.
Ejemplo 19.1 – No traducido –
RAZONES PARA
INCERTIDUMBRES GRANDES
Las grandes diferencias entre el rendimiento
previsto y medido de las torres de refrigeración
han sido conocidos por más de 50 años. Una
gran cantidad de datos ha sido acumulada por
los fabricantes, pero gran parte de esto es
celosamente custodiado como información
propietaria. La creciente necesidad por
manipular en grandes torres de refrigeración el
calor emitido por las plantas de energía ha
despertado un nuevo interés en esta materia,
de manera que los programas de larga data
del Instituto de Torres de Enfriamiento se han
complementado con nuevos programas
patrocinados por el Instituto de Investigación de
Energía Eléctrica (EPRI) y la Sociedad
Americana de Ingenieros Mecánicos. Gran
parte de este nuevos esfuerzos se ha debido a
la esperanza de que la complejidad cada vez
mayor de los cálculos posibles por la
computador operaría con modelos matemáticos
mucho más elegantes que permitan reducir las
incertidumbres de quizás 30 % a no más del 10
%. Un número de tales modelos se han
desarrollado y evolucionado en los programas
de ordenador.
Sin embargo, incluso las predicciones de
rendimiento obtenidos con estos nuevos
programas no siempre comprueban bien con los
resultados de las pruebas.
En vista del hecho de que muchos ingenieros muy
competentes han abordado los problemas de
predicción del rendimiento de una torre de
enfriamiento con un éxito limitado, uno es
llevado a sospechar que las variaciones
aleatorias e impredecibles en la distribución del
flujo, pueden ser responsables de las
diferencias entre el rendimiento previsto y los
resultados de las pruebas. La desviación de la
idealidad parecen ser de la misma naturaleza
que los discutidos en el Capítulo 8. Esta opinión
se ve reforzada por el hecho de las
desviaciones con respecto a la performance
prevista son mayores en tiro natural que en las
torres de enfriamiento de tiro forzado, una
tendencia que debe esperar porque la carga
dinámica del viento representa una fracción
sustancialmente mayor de la caída de presión
a través torres de tiro natural que para las
torres de tiro forzado. No sólo puede cambiar
la velocidad y la dirección del viento (o ambos)
además de la cantidad de recirculación, pues
también puede cambiar el patrón de flujo
dentro de la torre de enfriamiento, por lo que
grandes segmentos de relleno pueden
presentar remolinos que vuelven a la región
ineficaz porque velocidad de aire es baja o
incluso con recirculación interna. Las
posibilidades de estos remolinos se pueden
prever fácilmente para cualquier torre de
enfriamiento dada al tratar de esbozar los
patrones de flujo que pueden desarrollarse en
la zona de entrada para algunos de los menos
favorables de toda la gama de posibilidades
de dirección y velocidad del viento. Uno no
puede predecir con certeza si se van a formar
tales remolinos o cuál podría ser su magnitud,
pero la posibilidad de que las grandes
desviaciones de una distribución de flujo
ideales, sin duda existe, y un patrón de flujo
turbulento a gran escala es tan impredecible
como el clima, cuyo caprichos también
dependen de combinaciones aleatorias de
turbulencia a gran escala reales y de los
efectos de convección térmica.
Efectos de la distribución de flujo de
agua
Ocurre que una irregularidad en la distribución
del flujo de agua es una desviación de la
idealidad, cuyos efectos se pueden examinar
cuantitativamente mediante el uso de la curva
característica incluida en este capítulo.
Empleando la Figura 19.9, considerar los
efectos de una región local que tiene un flujo de
agua 25 % mayor que el promedio, cuando se
supone que la torre será operativa con Lw/G =
2 y una aproximación de temperatura de 10
F, lo que determina que el parámetro KaV/Lw
= 3,4. En la región de flujo de agua más alto
de lo normal, el valor de Lw/G sería de 2,5,
mientras que KaV/Lw sería igual a 2,72. Esto
produce una aproximación de temperaturas
igual a 15 F si no se tiene en cuenta la
reducción en el flujo de aire local, resultante de
la resistencia adicional al flujo de aire causado
por el aumento del flujo de agua. De la Figura
19.14 parece que el flujo de agua más alto
aumentaría la caída de presión de aire en
alrededor de 15 %, lo que llevaría a una
reducción en el flujo de aire en alrededor de 7
%. Esto causaría un aumento adicional en el
valor de Lw/G a aproximadamente 2,7, dando
una aproximación de temperaturas de 16,5 F.
El examen de la Figura 19.16 indica que ¡este
exceso local de agua del 25% reduce el
rendimiento de la sección afectada de la torre
a la de una torre de la mitad del tamaño! Este
ejemplo da una idea de la medida en que las
torres de refrigeración pueden ser
sorprendentemente sensibles a las desviaciones
aparentemente pequeñas de la idealidad.
PROBLEMAS AMBIENTALES
El penacho de vapor húmedo emitido por las
chimeneas de las torres de refrigeración puede
causar dificultades tales como parches
peligrosos de niebla en las carreteras, y las
gotitas finas arrastradas desde los chorros de
agua pueden ser un problema inmediato a
favor del viento de la torre. Como consecuencia,
parte del elaborado proceso de satisfacer los
requisitos de concesión de licencias de la EPA,
es la estimación de las características de la
columna de humo de la torre de enfriamiento
bajo la gama completa de viento y posibles
condiciones de inversión térmica que se esperan
en el lugar propuesto. Para ayudar a satisfacer
estos requisitos, las pruebas de túnel de viento
extensas (como las de Ref. 16) se han llevado a
cabo para investigar los efectos del terreno, y
se han desarrollado programas informáticos
elaborados (como el de Ref. 17).
CARGAS DE VIENTO
Los problemas estructurales que plantean las
cargas de viento se manejan fácilmente por la
práctica del diseño de construcción convencional
para las torres de refrigeración más pequeños
y de tamaño medio, pero el enorme tiro torres
de enfriamiento de convección natural como las
de la Figura 19.4 se encuentran en una clase
muy diferente: son láminas delgadas algo así
como las estructuras de aeronaves en los que el
pandeo a gran escala puede ocurrir como
consecuencia de cargas aerodinámicas en un
fuerte viento. Tan delgado como la cáscara de
huevo es un modismo que da una vívida
impresión de fragilidad, sin embargo, el grosor
de una cáscara de huevo es de
aproximadamente 1% de su diámetro, mientras
que el espesor 127 mm (5-in) de las corazas de
hormigón armado de las torres de refrigeración
de Ferrybridge fue sólo aproximadamente
0,14% de su 91 m (300 pies) de diámetro. La
posibilidad de pandeo a gran escala de estas
láminas de hormigón fino fue apreciada y las
pruebas de túnel de viento se realizaron en
Inglaterra para proporcionar datos sobre las
fuerzas aerodinámicas que se generarían en los
vientos con fuerza de huracán. Este trabajo
incluyó incluso de carcasas finas
electroformadas de níquel para investigar el
pandeo. A pesar de este trabajo, tres de un
conjunto de ocho grandes torres de
refrigeración en la planta de Ferrybridge de la
Central Electricity Generating Board se
doblaron y colapsaron en una fuerte tormenta
el 1 de noviembre de 1965. Estas torres eran
de 114 m (375 pies) de alto y 91 m (300 pies)
de diámetro en la base, y las láminas de
hormigón eran de 127 mm de espesor. La gran
inversión, no sólo en las torres de Ferrybridge,
sino también en muchas otras unidades similares
en el Reino Unido propició una investigación
exhaustiva. Ninguno de los muchos factores que
se encontraron, que pudieran haber contribuido
a los fracasos, se consideraron responsables
salvo que, el comité consideró que la
investigación de la complejidad de los
problemas y la posibilidad de una acumulación
desfavorable de incertidumbres
comparativamente pequeñas, hacen
aconsejable utilizar un factor mucho más
grande de seguridad que el factor de 1,25 que
se había utilizado.
TORRES DE ENFRIAMIENTO EN
SECO
La construcción de las nuevas plantas de
energía, está restringido en algunas zonas,
debido a que el suministro de agua no es aún
suficiente para una torre de refrigeración
húmeda que consume alrededor de 10,000
gpm (631 L/s)/1000 MWe, sólo alrededor del
2% del flujo de agua de los condensadores
convencionales de las turbinas a vapor. No es
sorprendente encontrar que esto ocurre en el
suroeste de los EE.UU., pero es cierto, en la
región central de Inglaterra. Allí una de las
primeras grandes instalaciones de torres de
enfriamiento en seco se hizo en la década de
1960 debido a que los pequeños ríos que
drenan esa nación-isla eran apenas suficientes
para satisfacer las necesidades domésticas e
industriales en las zonas industrializadas.
Aunque el costo de torres de enfriamiento en
seco es aproximadamente cuatro veces mayor
que la de torres de refrigeración húmeda, por
lo que su uso lleva a un aumento en el coste de
capital de una planta de vapor de agua en
aproximadamente un 30%, no hay alternativa
en algunas áreas.
Las instalaciones típicas
Un número sorprendentemente grande de las
plantas que utilizan torres de enfriamiento en
seco se han construido a partir de 1970 o se
encuentran en construcción en el momento de la
escritura de este documento. En las áridas
llanuras y los valles de los Estados Unidos
occidentales hay varias instalaciones. Una de
las primeras de las grandes instalaciones es una
planta de 300 MW en Dakotas que utiliza una
torre de refrigeración de tiro forzado. Otra es
la planta Wyodak 330 MWe en las minas de
carbón de Wyoming; se condensa el vapor
directamente en bobinas refrigerados por aire.
Este enfoque tiene la desventaja de que se
requieren grandes tuberías para manejar el
gran volumen de vapor de baja presión, pero
evita las pérdidas de temperatura implicados si
se emplea un circuito de agua de enfriamiento
intermedio. Otro ejemplo es el de la central San
Juan II, cerca Farmington, Nuevo México, la que
utiliza un circuito de agua intermedia. También
emplea una sección húmeda suplementario en la
torre para el uso con cargas pesadas
particularmente en los días calurosos; el
relativamente pequeño consumo de agua para
estas condiciones de carga máxima es
aceptable, y la capacidad de enfriamiento en
seco reducido permite un marcado ahorro en los
costos de capital. Un tercer enfoque ha sido
probado en la estación de Kern en Bakersfield,
California; se condensa el vapor de turbinas
mediante la evaporación de amoníaco y luego
se condensa el amoníaco en una torre de
refrigeración en seco. Este sistema evita la
pérdida de temperatura asociada que con la
caída de temperatura en un circuito de agua,
ya que, como en el tubo de calor, hay poca
diferencia de temperatura entre el punto de
ebullición y condensación de amoníaco. Sucede
que la densidad del vapor cae tan
rápidamente por debajo de alrededor de 38
C (100 F) que se convierte en rentable para
construir turbinas suficientemente grandes como
para manejar la situación. Este no es el caso
para el amoníaco, debido a que su densidad
de vapor es de aproximadamente 200 veces
mayor que la de vapor de agua a 38 C. Por
lo tanto él sistema de amoniaco tiene la ventaja
adicional en un clima frío de que el amoniaco
se puede hervir en alrededor de 40 C y se
expande a través de la turbina en un ciclo
completo cerca de la temperatura del aire
ambiente, para producir energía adicional y
aumentar la eficiencia térmica de la planta.
Una planta de 30 MWe de este tipo se ha
puesto en servicio por Electricité de France. El
uso de amoníaco también evita el problema de
la congelación en el invierno en los climas fríos,
lo que fue otra razón por la que el ciclo de
vapor de amoníaco con una torre de
enfriamiento en seco fue elegido para
recuperar energía de los gases de escape de
una turbina de gas en una estación de bombeo
de tuberías en Alberta, Canadá. El ciclo de
vapor de vapor de agua-amoníaco Kalina es
también muy adecuado para usar con torres de
enfriamiento en seco. Las excelentes
propiedades de transferencia de calor de
amoniaco hacen que sea especialmente
adecuado para estas aplicaciones. Algunas
instalaciones bastante grandes de torres de
enfriamiento en seco se han construido en otros
países. Varios han sido fabricados en África del
Sur, uno de los cuales cuenta con seis torres de
refrigeración en seco de convección natural, de
150 m (500 pies) de alto, cada uno
descartando el calor de una unidad de turbina
de 670 MWe de vapor. Otra planta en la
provincia árida de Shanxi, China utiliza torres
de enfriamiento en seco para dos unidades de
200 MWe.
Los problemas de diseño
Un buen número de estudios se han dirigido al
principal problema de las torres de
enfriamiento en seco, es decir, su alto costo.
Idealmente, una matriz de transferencia de
calor muy finamente dividido con separaciones
de platos tal vez la mitad de la menor de las
de la Figura 14.3 reduciría a la mitad el área
de superficie, los requisitos de peso de metal, y
por lo tanto el costo de los intercambiadores de
calor junto con el tamaño y el costo de la
estructura de la torre. Sin embargo, los finos
pasajes serían sensibles al ensuciamiento por la
basura y restos de plantas acarreadas por el
viento, y sería difícil de limpiar, por lo que este
enfoque no parece ser factible para la mayoría
de los sitios. Los únicos metales que tienen una
alta conductividad térmica que serían
adecuados son el aluminio y el cobre. El cobre
proporciona una excelente resistencia a la
corrosión, pero es caro. El aluminio puede ser
adecuado en algunas instalaciones, pero en la
primera instalación de la torre de enfriamiento
en seco grande en Inglaterra la corrosión del
aluminio finalizó la operación en dos años. Los
problemas sutiles de la suciedad y la corrosión
son dependientes del sitio, y la relación costo-
beneficio de las distintas posibilidades sólo
puede evaluarse después de una amplia
experiencia en pruebas de campo.