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FACULTAD DE DERECHO Y CIENCIAS POLÍTICAS.

ESCUELA PROFESIONAL DE DERECHO.

CURSO:

DERECHO FINANCIERO

TEMA:

"DESARROLLO HISTÓRICO DEL PENSAMIENTO FINANCIERO"

INTEGRANTES

VASQUEZ RIVEROS, RONALD JUNIOR

IBAÑEZ MORENO, BORIS

DOCENTE:

.VICUÑA HONORES, GIOVANI

CICLO:

IV

TRUJILLO - PERÚ.

AÑO: 2018
MONOGRAFIA SOBRE EL DESARROLLO HISTÓRICO
DEL PENSAMIENTO FINANCIERO
INDICE

1. EVOLUCION DEL PENSAMIENTO FINANCIERO

2. ESBOZOS FINANCIEROS ANYERIORES AL SIGLO XVII

3. AVANCES OPERADOS A PARTIR DEL SIGLO XVII

3.1. Esta teoría tenía como lineamientos generales

3.2. Los principios básicos de la Escuela clásica eran

3.3. En el plano fiscal son celebres las cuatro máximas de Adam Smith
sobre

4. TENDENCIAS COMTENPORANEAS (siglo XX)

5. EL NEOLIBERALISMO O LIBERALISMO PRAGMATICO

5.1. IDEAS DEL NEOLIBERALISMO

6. CONCLUSIONES

7. REFERENCIAS BIBLIOGRAFICAS
1. EVOLUCION DEL PENSAMIENTO FINANCIERO

En la antigüedad se confunde el tesoro público con el patrimonio propio del


monarca, esta idea propia de los pueblos de la antigüedad tiene una excepción
en la concepción romana.

En el Digesto de JUSTINIANO encontramos que Numa Pompilio - segundo rey


de Roma - rompe con esta tradición cuando establece la presencia de dos
questores encargados de la recaudación de recursos para solventar obras
piadosas, posteriormente se establece todo un sistema tributario que llegó
inclusive a privatizar la recaudación, pero siempre bajo el principio nullum
tributum sine lege es decir que no podía existir imposición sino era creada
previamente por la norma legal, .y en caso de dudas se considera que la
interpretación normativa se fundamentaba en el principio in dubio contra fiscum.

En la edad media se regresó a la confusión del patrimonio público con el


patrimonio del gobernante, si embargo encontramos algunas restricciones como
la que se encuentra en la Magna Carta de 1215, por la cual los varones ingleses
obligaron al rey Juan a aceptar que la imposición de tributos era posible
únicamente previa la aprobación del Parlamento. Esta idea vincula las
imposiciones al pensamiento de la república Romana y encontramos, similitud
en esta práctica con la de la leges rogatas, sólo que la consulta se limita al
Parlamento y no al pueblo, como se hacia en las comitia de la Roma
republicana.

En el siglo XVII surge una corriente conocida como el CAMERALISMO o


MERCANTILISMO, esta corriente, de pensamiento estudia los problemas
financieros desde el punto de vista de Estado, y plantea la racionalización de la
legislación estatal, el énfasis en el incremento de las exportaciones e imponer
límites a las importaciones para lograr el equilibrio fiscal, así como una notoria
tendencia a la protección del capital individual de los capitalistas nacionales.

En oposición al cameralismo surgió la FISIOCRACIA que es una doctrina


francesa expuesta por Quesnay, Turgot, Mirabueau y Dupont de Nemours; se
fundamenta en el orden natural de origen divino para dotar al género humano
del bienestar, propugna la libertad plena de las personas para el logro de sus
intereses, y expone la doctrina del “dejar hacer y dejar pasar”.

Esta doctrina constituye una reacción contra la proliferación de impuestos que


restringen la libertad económica de los individuos, sin embargo considera a la
actividad agraria como la actividad preponderante para la generación de, la
riqueza, no es raro pues que en esta época se asocie la idea de riqueza con la
Idea de la propiedad privada de la tierra. Recordemos que este fue uno de los
motivos de la revolución francesa de 1789 y una de las primeras acciones de la
revolución fue exigir a los nobles del reino la exhibición de los títulos, de
propiedad de la tierra que usufructuaban pues se confundían los títulos
mobiliarios con la propiedad del suelo, esto tenía su causa en la necesidad de
los industriales de encontrar la mayor cantidad de tierra libre para
El liberalismo clásico tiene su máximo exponente a Adam Smith 1776
(Investigación de la naturaleza y causa de la riqueza de las naciones) en donde
expone que existe una diferencia entre

El Estado y la persona del gobernante, esta idea trae implícita la idea de separar
los bienes del Estado de los bienes del monarca. Smith cree plenamente en la
libertad individual de las personas, y considera que el enriquecimiento personal
contribuye al beneficio colectivo ya sea de manera directa o indirecta, señala que
el rol del Estado debe supeditarse a la defensa nacional, la administración de
justicia, la garantía de la paz y el orden al interior de las naciones.

El pensamiento de Smith expone cuatro reglas fundaméntales que aun se toman


en cuenta para establecer las cargas impositivas, estas reglas son las siguientes:

a) El impuesto debe guardar una relación directa entre el recurso obtenido y


la actividad que brinda el Estado para la protección de los individuos.
b) La tributación debe estar contenida en reglas claras para que sean
comprendidas por todas las personas.
c) La actividad de la recaudación así como la fiscalización debe realizarse
en el momento y forma más cómoda y oportuna para los contribuyentes.
d) Debe evitarse los gastos excesivos en la actividad de la recaudación
pues corre el riesgo que la administración del tributo sea más costosa
que el importe que de ella se obtiene.

El surgimiento del constitucionalismo introdujo diversas limitaciones a la potestad


tributaria del Estado. En esta época surge la teoría de la productividad que
propone que la recaudación producida por los aportes de las grandes
contribuyentes debe servir para financiar los servicios públicos y algunos otros
beneficios para los sectores desfavorecidos económicamente. A esta época
pertenecen las ideas de Wagner, Von Stein, y otros.

Después de la segunda guerra mundial, el capitalismo dio un viraje en su


estrategia económica y se aparta del liberalismo tradicional para adherirse a la
idea de que el Estado debe intervenir en la actividad económica de un modo
activo, esta actitud sustentada en el pensamiento de Keynes tuvo gran acogida
en todo el mundo dotando el Estado de nuevas y variadas funciones todas ellas
vinculadas a su intervención en la economía, lo cual desencadenó grandes
procesos inflacionarios que llevaron a la caída del capitalismo de Estado
representado por la antigua Unión Soviética y a tener que replantear las
estrategias económicas y el rol del Estado en franca crisis del capitalismo lo que
dio origen a la aparición de una nueva expresión del capitalismo denominada la
globalización o post modernidad, momento e que nos encontramos actualmente.
La globalización aporta nuevas fuentes de riqueza como es la información y el
conocimiento, así como el uso de fuerza no convencional, lo cual ha motivado
que organizaciones importantes como la Organización de Naciones Unidas
adopten nuevos criterios con relación a la forma de gobierno con la creación de la
palabra gobernanza que es usa para designar al estilo de gobierno que adopta
las decisiones en base a la concertación de los empresarios y los administrados,
en el cual el rol del Estado es el de promotor de los entendimientos.
2. ESBOZOS FINANCIEROS ANYERIORES AL SIGLO XVII

Aunque en épocas remotas distintos escritores se ocuparon de gran parte de la


materia que hoy comprenderemos en la teoría financiera, no sería acertado
atribuirles una labor científica o técnica, que tuviera el alcance y el concepto
fundamentales de lo que hoy se entiende por finanzas.

Se suelen mencionar prácticas financieras en Egipto, Grecia y Roma, pero nada


en cuanto a teoría, ya que la omnipotencia del estado no permitía la discusión de
los asuntos públicos.

Los recursos surgían de un conglomerado de medidas destinadas a satisfacer las


necesidades inmediatas de los gobernantes, medidas que eran diseñadas por
autores cuyos nombres no trascendieron.

No se puede negar alguna conexión entre las ciencias de las finanzas y cualquier
estudio del pasado vinculado a las imprescindibles necesidades económicas del
gobernante, así como tampoco olvidar los muy disímiles escenarios y medios
sociales que aparecieron en el curso de la historia y las variantes que imponen el
medio, el lugar y la época.

Por otro lado, la concepción del Estado era muy diferente. En términos generales,
el Estado se identificaba con quien ejercía el gobierno, el cual procuraba sus
ingresos personales principalmente por conquistas guerreras o donativos que
pagaban sus súbditos a cambio de justicia o protección. A su vez, los gastos que
hoy llamamos públicos se cubrían con los ingresos personales del jefe de
gobierno.

La actividad pública financiera era simple en esta época. Luego, durante la

edad media no se produjeron cambios significativos. Así, las gabelas y otros


tributos exigidos por los señores feudales eran obtenidas a cambio del privilegio
para el vasallo de usar la tierra y realizar trabajos viles durante toda su vida
contando con la protección del noble poseedor del feudo

.
3. .AVANCES OPERADOS A PARTIR DEL SIGLO XVII

La situación comenzó a cambiar en el siglo XVII en materia financiera,


básicamente porque se afianzo la soberanía del estado sobre cualquier otro
poder, aun cuando persistió la confusión de patrimonios entre monarca y estado.
Se desarrollaron explosivamente las poblaciones urbanas en detrimento de las
propiedades rurales de los señores feudales y creció el comercio con una fuerza
nunca antes vista, fue cesando el fraccionamiento feudal y apareció el concepto
de Estado-Nación, originando que los reyes se elevaran al rango de monarcas
absolutistas y pasaran a simbolizar la soberanía estatal.

Como es lógico, esta concepción debía originar actividad financiera, porque se


requerían gastos para reclutar a los hombres que formaban sus ejércitos y para
otras necesidades que forzosamente producía la administración de la cosa
pública. Se necesitaban recursos y personal técnico que asesorara a los
monarcas sobre como conducir lo mejor posible el manejo de a hacienda pública.

El primer concepto de soberano-Estado obligo a aplicar postulados o reglas


económicas y financieras.

Surge entonces la corriente conocida como “cameralismo” o “mercantilismo”, que


es la primera en examinar los problemas económicos y financieros desde el
ángulo del Estado como sujeto de ellas, lo cual lleva a decir a algunos autores
que las doctrinas cameralistas son la primera expresión de las ciencias de las
finanzas públicas.

3.1. Esta teoría tenía como lineamientos generales:

1) Se abocaron a la racionalización de la legislación fiscal y a enunciar bases


de buena política económica estatal, es decir, financiera.
2) Su tesis predominante era de incrementar las exportaciones y limitar al
máximo las importaciones para tener saldo a favor en la balanza de pagos. Esto
origino un excesivo proteccionismo para fomentar las exportaciones, cuyos
gravámenes eran reducidos o incluso abolidos. Al contrario, se restringió la
importación, elevando los tributos y derechos aduaneros para esas operaciones.
3) Defendieron la acumulación de dinero, lo cual se consideraba
indispensable para el comercio y la industria, ya que mediante los depósitos de
metálico el estado adquiría los bienes y servicios indispensables y tenía a mano
para reserva para contingencias especiales.

Se produce el marcado predominio del aspecto político. Los temas de economía


se desarrollaban, pero solo en cuanto a la actuación paternalista del estado y al
buen cuidado de las finanzas de los soberanos.
Surgen luego los fisiócratas. Con Quesnay como iniciador de esta y es
continuada por talentosos autores, como Turgot. Esta concepción, si bien nunca
llego a ser integralmente puesta en práctica, tuvo el mérito de ser el primer
intento de creación de un sistema científico de la economía y de haber ensayado
incluso un enfoque macroeconómico en la “tableau Economique” (Quesnay,
1758).

Esta posición económica se basó en que el orden natural era establecido por
Dios para proporcionar el bienestar de los hombres y que actuaba merced a la
acción libre de los individuos en la búsqueda de sus intereses, produciendo la
consiguiente remoción de las trabas del Estado a las actividades individuales con
la adopción del lema “dejar hacer dejar pasar”.

Su teoría económica consistió en considerar que la única actividad humana

De la cual se obtenía un producto neto era la explotación agrícola, porque dicho


producto era superior a los medios empleados para su obtención.

En relación con las finanzas públicas, contribuyeron con su reacción contra la


multiplicidad de gravámenes existentes por considerar que limitaban la libertad
individual y con su propuesta de crear un impuesto único sobre la venta de la
tierra, a lo que consideraban como el único acrecentamiento real de riqueza.

También fue importante su aporte en dos aspectos: por un lado, su


convencimiento de que los gastos públicos se debían limitar al producido por los
impuestos, límite establecido por el “orden natural”, y por otro, que los impuestos
eran un sacrificio mediante el cual los ciudadanos pagaban la protección del
estado.

Luego surgió el liberalismo clásico, cuyo exponente más representativo es la


Escuela clásica inglesa fundada por Adam Smith (Escoces), significo el comienzo
de estudios sistematizados con relación a los gastos y recursos del Estado,
aunque concibiéndolos como integrantes de una economía publica, que no era
sino parte de la economía general.

Adam Smith, en su obra fundamental “Ensayo sobre la naturaleza y las causas


de la riqueza de las naciones” (1776) en la cual sostiene que la riqueza proviene
del trabajo, dejando sentadas una serie de bases relativas a la actividad
financiera del Estado, partiendo de premisas filosófico- políticas que significaron
una profunda transformación en relación con las ideas entonces imperantes, por
un lado puso de relieve la neta diferenciación entre el ente “Estado” y la persona
del gobernante (con la consiguiente y obligatoria separación de sus bienes), y,
por otro, efectúo un riguroso análisis de la actividad económica en sus diversas
etapas, delimitando un independiente y especifico sector del conocimiento
humano (el económico) y exponiendo una serie de principios fundamentales,
entre los cuales se hallan sus célebres reglas sobre la imposición.
Destaca además DAVID RICARDO (Ingles) que desarrolla temas vinculados con
las ¡finanzas y la tributación.

La Escuela clásica planteo la vigencia de la libertad de los individuos, quienes al


buscar el logro de su propio beneficio obtenían el de toda la colectividad, aun
cuando no se lo propusieran. Planteaba que en su actividad económica, el sujeto
procura solo su propia ganancia y en este, como en otros casos, una mano
invisible lo conduce a lograr un fin que no formaba parte de su designio.
Consecuencia lógica de esto era que la intervención del Estado resultaba
negativa, tanto cuando quería incentivar como disuadir actividades, todo lo cual
retrasaba el progreso de la sociedad.

Para esta escuela el soberano debía quedar relevado de vigilar el trabajo de los
particulares; su deber consistía en garantizarlo, cumpliendo sus funciones
esenciales, consistentes, básicamente, en la defensa nacional, el orden interior y
la administración de justicia.

3.2. Los principios básicos de la Escuela clásica eran:

1) El Estado se debía limitar en sus tareas y cometidos, sin interferir en la


economía de la nación. Lo recaudado por los impuestos se debía ceñir a obtener
los recursos indispensables para satisfacer las necesidades publicas primarias
como la defensa exterior, seguridad interior, administración de justicia y también
algunas secundarias como la instrucción y la realización de obras y
establecimientos necesarios para toda la comunidad, pero de imposible o no
rentable financiación para individuos o grupos.

2) Los impuestos debían ser neutrales, esto es, se debían seleccionar


aquellos que alterasen en el menor grado posible los precios del mercado y la
distribución de los ingresos.

3) El presupuesto anual del Estado debía ser equilibrado.

4) Se distinguían las finanzas ordinarias, en las cuales los gastos se cubrían


con impuestos y recursos patrimoniales, y las finanzas extraordinarias, y otras
medidas monetarias. Pero se advierte que la deuda pública era un peligro a largo
plazo que podía llegar a la banca rota.

5) Se auspiciaba la división del trabajo, aun a nivel internacional, lo que


permitía a cada grupo especializarse en una tarea determinada, obteniendo así
los mejores resultados.
3.3. En el plano fiscal son celebres las cuatro máximas de Adam Smith
sobre:

Proporcionalidad. Impuesto en proporción a las rentas obtenidas bajo la


protección del Estado;

Certeza en la tributación, de modo tal que las normas sobre tiempo, forma y
cantidad deberían ser inteligibles para cualquier persona.

El tributo deberá ser regido en el tiempo y modo que sea más cómodo y
conveniente para los contribuyentes;

Deben ser evitados los gastos excesivos de recaudación para que el tesoro
reciba lo máximo posible.

Las finanzas públicas como disciplina independiente dela


economía (siglo XIX)

Fue en el siglo XIX cuando la ciencia de las finanzas comenzó a sistematizarse


como disciplina con contenido propio e independiente de la economía. Si bien
durante la primera parte del mencionado siglo, el pensamiento financiero
continuo bajo la ignorancia de los economistas clásicos, lo cual llevo a que la
mayoría de los estados occidentales limitaran

Su actividad financiera a lo imprescindible para asegurar básicamente las


necesidades primarias a los ciudadanos. La actividad financiera del Estado era
primordialmente fiscal o de cobro de tributos. También es destacable que,
durante el siglo en cuestión, los Estados se imponen limitaciones mediante las
normas jurídicas emanadas de las Constituciones de los Estados que fueron
surgiendo en el devenir del tiempo. Esto significo que el Estado solo debía
adoptar resoluciones financieras mediante disposiciones legales, y eso tuvo gran
importancia para este sector del conocimiento que requirió entonces de cultores
propios.

Es indiscutible la influencia del sistema filosófico originado en Hegel el cual


genero doctrina que se opuso al naturalismo de los clásicos y exigieron que el
Estado fuera más allá de la protección de los derechos individuales y
desempeñara un papel más activo en las cuestiones económicas y sociales.

Fue en la segunda mitad del siglo XIX cuando surgieron talentosos autores que
estudiaron en profundidad este especial tipo de actividad que forzosamente debía
llevar acabo el Estado.
En 1960 Lorenz Von Stein (Alemán), planteo toda una construcción científica de
las finanzas públicas sobre la base de la teoría de la productividad, Von Stein
analizo la estructura del Estado y delineo una interpretación económica de la
historia que incluye conceptos tales como clases, proletariado y lucha de clases
pero rechazo la revolución como solución.

Las ideas de Von Stein dieron origen a la propuesta del Estado Social, que puede
ser definido -en sus términos- como un estado que inicie una reforma a fin de
mejorar la calidad de la vida de las clases "bajas", evitando así, en sus palabras,
"el proceso de las clases que buscan ascender socialmente.

En este siglo aparece también la obra de Adolph Wagner (Alemán) en 1883,

Quien sostiene que el aspecto financiero no consiste solo en la producción del


estado y su gasto, sino también en la redistribución del interés, a su criterio el
impuesto debe ser progresivo. El propósito era de recaudar fondos de las clases
más pudientes y distribuirlos, en forma de servicio público y otros beneficios, a
los sectores mas necesitados.

Otra obra relevante fue “El traite de la Science de las finanzas” (1877), de Leroy
Beaulieu (Frances), con un enfoque global de los principales aspectos de la
nueva ciencia ya independizada de la economía.

La disciplina financiera en este siglo XIX logra su objeto propio de estudio, el de


la actividad financiera del estado, ósea, la ciencia de las finanzas públicas

.
4. TENDENCIAS COMTENPORANEAS (siglo XX)

Esta nueva ciencia, a través de su variado enfoque doctrinal, tomaba como base
los postulados liberales clásicos y reflejaba el ámbito socioeconómico de la
época anterior a la primera guerra mundial pero a partir de ahí se produjo una
profunda conmoción. Después del conflicto bélico se destacaron crisis económica
que culminaron con la profunda depresión de los 30, que significo un
acontecimiento que influyó decisivamente en el pensamiento económico-
financiero.

Luego de la Segunda Guerra Mundial se desarrollan políticas de post- guerra que


debieron resolver problemas de muy diversa índole y que exigieron el
cumplimiento de tareas estatales diferentes de las entonces consideradas como
ideales, contribuyo a eliminar las ideas liberales del automatismo del mercado y
del papel pasivo que en la economía debía desempeñar el Estado.

Es así como surgen nuevas doctrinas que procuran el fortalecimiento de la


actividad pública en el ámbito económico y social, otorgando al Estado un papel
principal a cumplir.

Durante el desarrollo de este complejo proceso se imponen los principios


económicos enunciados por John Keynes que dio origen a la revolución
keynesiana. Pero se debe advertir que la decadencia de liberalismo no fue tanto
por la esencia de sus ideas, sino porque sus simples y claros principios perdieron
vigencia ante instituciones económicas monopólicas y oligopólicas que atacaron
directamente los principios de libre competencia, libre concurrencia y
automatismo del mercado, conculcando en la práctica las libertades que se
proclamaban en la teoría.

Se produjo una realidad que debe constituir una voz de alerta para la situación
económica presente. El capitalismo se apartó de las premisas que le dieron
origen y organizo la producción sobre la base de predominio de grupo
monopólicos y oligopólicos que, mediante el crecido número de estrategias que le
permitió su ilimitado poder económico, eliminaron prácticamente de la
competencia a los pequeños productores y empresarios. Ello dio pie a la
convicción de que el Estado debía intervenir en materia económica, ya que por
su organización, estructura y recursos a su alcance, era el único capacitado para
luchar contra esas grandes concentraciones privadas de riquezas y ejecutar las
medidas necesarias para estabilizar la economía.

Fue necesario entonces reelaborar o modificar aquellos principios teóricos que se


mostraron insuficientes ante la luz de las realidades históricas. Gran importancia
dentro de este proceso tuvo el equipo del presidente Roosevelt (EEUU), que llevo
a la práctica el Nuevo ideal norteamericano. El Estado adquirió nuevas funciones,
entre las cuales se destacó, sin lugar a dudas la de impedir, o al menos aminorar,
las fluctuaciones económicas.
Las finanzas públicas ampliaron su estudio, dado que, además del tradicional
concepto de la actividad financiera, o sea, la obtención de recursos para cubrir
los gastos públicos (fin fiscal) surgió el concepto de la actividad financiera
encaminada a influir directamente en la economía de la nación (fin extrafiscal).

En lo que hace el aspecto científico surgieron numerosas y transcendentales


obras de finanzas públicas (o hacienda pública), así como también de las
distintas especialidades que la conforman, tales como la economía financiera y la
política financiera.

También hicieron su aparición las obras que realizaron el enfoque jurídico de la


actividad financiera y se refirieron especialmente al aspecto tributario, surgiendo
entonces el derecho financiero y el derecho tributario como ciencias jurídicas que
recibieron el aporte de grandes juristas. En materia de finanzas públicas se
destacaron en Italia Cosciani, Nitti, Bompani, Cutrera, Einaudi, Fasiai, Morsell,
Rossi, Gangemi, Griziotti y Jarach. Fue también importante la obra de los
franceses Trotabas, Mehi, Laufellburger, Laferriere así como también la de los
alemanes Gerloff, Neumark, Eheberg-boesler, Schmolders. En los Estados
Unidos se destacaron la obra de Buchanan y Richard Musgrave, quien tiene
escrito un moderno tratado de hacienda pública. Fue así mismo importante el
trabajo de la inglesa Ursula Hicks. En España han escrito con éxito sobre
hacienda pública Ballestero, Franco y, más recientemente Pérez de Ayala y
Amorós, en tanto la Argentina tuvo excelentes cultores de la disciplina, entre los
cuales mencionamos a Terry, Ruzo, Oria y Ahumada.

En la ciencia especializada denominada “política financiera” resultaron


transcendentales las obras de Duverger.

En “economía financiera” registramos como de gran valor los trabajos de los


franceses Brochier, Tabatoni y Barrere. En “sociología financiera” destacamos el
transcendental estudio sobre ilusiones financieras, de

Almicare Puviani, aparte de las obras de pareto.

En cuanto al derecho financiero es imposible agotar la gran cantidad de


excelentes producciones habidas en la especialidad. En España mencionamos a
Sàinz de Bujanda, Ferreiro Lapatza, Perez de Ayala, Gonzalez Garcia, y a
muchos otros jóvenes autores que se destacan en la actualidad. En Italia
hallamos estupendas realizaciones como las de Graziani, Ingrosso y Pugliese. En
Francia se consideran clásicas las obras de Gaston Jeze. En la Argentina tuvo
decisiva influencia la obra de Giuliani Fonrouge.

Por ultimo, y en lo que hace al derecho tributario, hay una interesante producción
brasileña con Geraldo Ataliba, entre otros. En Alemania fue transcendental el
aporte de Albert Hensel, Uruguay tiene un alto representante en ramón Valdés
Costa, quien ha sido calificado como el “padre del derecho tributario
latinoamericano”. Argentina ha tenido y tiene excelentes cultores de la materia,
encabezados por Dino Jarach en su actividad científica en nuestras latitudes.
5. EL NEOLIBERALISMO O LIBERALISMO PRAGMATICO

Tantos fracasos y desastres llevaron a volver los ojos a las viejas ideas de los
liberales clásicos. Pero se operó solo un retorno a las ideas liberales,
debidamente pragmatizadas con el reconocimiento de que son necesarios un
cierto grado de intervencionismo estatal y la debida satisfacción de algunas
necesidades públicas de creciente importancia, principalmente en cuanto a
educación, salud, seguridad social y desempleo.

Esta nueva concepción del neoliberalismo o “liberalismo pragmático” se inició en


1979, cuando los conservadores accedieron al poder en Gran Bretaña; continuo
en 1980 en los Estados Unidos, en 1982 en Alemania, Bélgica y Luxemburgo. En
Francia, en 1983, con un gobierno en manos de

Los socialistas, se produjo un giro hacia una especie de liberalismo de izquierda,


y algo similar ocurrió en España. El proceso llego incluso a los países socialistas,
y surgió la “Perestroika” de la era Gorbachov, así como también el paulatino
abandono de la teoría comunista por los países de Europa del Este.

A su vez, algunos países latinoamericanos, agobiados por el subdesarrollo y por


siderales deudas externas, iniciaron un severo camino de políticas basadas en
las ideas del nuevo liberalismo como el Perú a partir de 1990.

7.1. Básicamente, tiene las siguientes ideas:

1) Economía de mercado: aunque con intervención del estado,


preferentemente indicativa, en ciertas variables económicas. Lo que se
conoce como economía social de mercado.

2) Estabilización: disminución del sector público, intentando evitar que se


convierta en una carga presupuestaria insostenible para el Estado, y
con el propósito adicional de una prestación más eficiente de los
servicios públicos. Un ejemplo de esto está dado por la privatización de
las empresas públicas
.
3) Incentivo a la iniciativa individual en cierta manera es consecuencia de
lo anterior, ya que se trasfiere a los particulares la satisfacción de
necesidades publicas secundarias que estos están en mejores
condiciones de satisfacer, consiguientemente se atrae a los capitales
nacionales y extranjeros, y se les proporciona nuevas oportunidades de
inversión.

4) Reducción del déficit presupuestario: lo cual implica la reducción del


gasto público en todos sus órdenes y una mayor eficiencia en la
recaudación
CAMERALISMO

La historia de la ciencia de las finanzas, como disciplina moderna, puede hacerse


comenzar por el cameralismo. La significación de esta corriente de pensamiento
con respecto a las finanzas públicas se halla en el hecho que ella examina los
problemas que atañen a la economía y a las finanzas desde el ángulo del Estado
como sujeto de las actividades corrientes, siendo precursores de la doctrina
financiera del autor alemán Wagner, entre otros, y también de las actuales
doctrinas de política económica y planificación. La ciencia cameralista es la
primera expresión de la ciencia de las finanzas públicas.

CONTRIBUCIÓN DEL PENSAMIENTO FISIOCRÁTICO A LA CIENCIA DE LAS


F. P.
Desde el punto de vista de las finanzas públicas, la doctrina fisiocrática nos
ofrece las siguientes contribuciones:
1. La eliminación de las funciones estatales y la eliminación de las trabas a
las actividades individuales por la adopción del lema: “laissez faire-laissez
passer”
2. la doctrina según la cual el impuesto debe aplicarse sobre la renta de la
tierra, o sea, sobre el único acrecentamiento neto de riqueza
3. la doctrina del impuesto único sobre la renta de la tierra como resultado de
la teoría del producto neto y como reacción a la gran cantidad de
impuestos que caracterizaba el régimen fiscal de la monarquía francesa
4. la teoría de la amortización o capitalización del impuesto territorial, que
reduce el valor de la tierra gravada y que permite al comprador de un
terreno pagar un peecio, descontando la parte del mismo que ha de
producir la porción de la renta destinada al impuesto
5. el descrédito de los impuestos indirectos a los consumos y la spología de
la imposición directa
6. la teoría según la cual los gastos públicos deben limitarse en su magnitud
al producido del impuesto, límite establecido por el “orden natural”

ADAM SMITH
Pensamiento esencial en materia de finanzas públicas
El pensamiento de Adam Smith en materia financiera consiste en dos temas: el
papel del Estado y los principios de la imposición.
a) Con respecto al papel del Estado, éste no debe intervenir ni interferir en la
economía (ver Villegas)
b) En lo que respecta a la imposición, Smith parte de la premisa, a la cual se
refiere el primer libro de su obra, que los ingresos individuales derivan de
tres fuentes diferentes: rentas, beneficios y salarios. Por tanto, los
impuestos deben finalmente ser pagados de una u otra de esas fuentes o
de las tres indiferentemente.
Principio de las facultades o igualdad
El primer principio es que los súbditos de cada Estado deben contribuir al
sustento del gobierno, lo más aproximadamente posible, en proporción con sus
capacidades respectivas; esto es, en proporción con la renta que ellos gozan
bajo la protección del Estado.
Este principio reúne, en sí, las reglas que ahora se denominan de la igualdad y
proporcionalidad. Smith acota que cualquier impuesto que recaiga en definitiva
sobre los ingresos provenientes de una sola de las fuentes es necesariamente
desigual, en cuanto no afecta a las otras dos (crítica a la doctrina fisiocrática del
impuesto único a la tierra)
El principio de igualdad equivale al que se conocerá como principio de la
capacidad contributiva.
Se le atribuye a Smith también el haber anticipado la doctrina de la no
imponibilidad del ahorro.

Principio de la certeza
El impuesto que cada individuo está obligado a pagar debe ser cierto y no
arbitrario. El tiempo, la manera y la cantidad del pago deben todos ser claros y
simples para el contribuyente y cualquier otra persona. A este principio de la
legalidad del impuesto y la exclusión de la discrecionalidad de la administración
recaudadora.

Principio de la comodidad
Todo impuesto debe ser recaudado en el tiempo o en el modo en que con mayor
probabilidad sea conveniente para el contribuyente pagarlo.

Principio de economicidad
Este principio tiende a limitar el sacrificio del contribuyente a la menor suma
posible por encima de la que constituye el ingreso efectivo para el Estado.
Smith quiere evitar la existencia de un gran número de funcionarios y empleados
en el servicio de recaudación y el posible beneficio personal de ellos, posible
obstrucción de la industria, la imposición de multas y otras penalidades en la que
incurren aquellos que evaden impuestos.

ENFOQUE DE LAS FINANZAS CLÁSICAS


PRINCIPIOS FUNDAMENTALES
Al lado de estos principios, la doctrina clásica no liberal ni liberalista admite cierta
función extrafiscal de los impuestos a través del uso protector de ciertos
derechos aduaneros a las importaciones, por un lado y, por el otro, reconociendo
y propiciando el efecto redistributivo como principio de reparto social de la carga
presupuestaria.
Ataque al enfoque de las finanzas clásicas

Esta doctrina que, en cierto modo, reflejaba las condiciones y las exigencias del
ámbito socio-económico de la época anterior a la primera guerra mundial, sufrió
una severa conmoción como consecuencia de dos causas históricas: el conflicto
bélico indicado; y la crisis económica mundial de los años 30.
Un nuevo ataque a la doctrina financiera clásica surge con motivo de la segunda
guerra mundial o, mejor dicho, con la política de posguerra y, principalmente, con
los programas de seguridad social en la gran mayoría de los países occidentales
y con la política de desarrollo económico y social, para las regiones menos
desarrolladas o subdesarrolladas.

La característica más importante de la guerra no fue la extensión del conflicto y el


número de naciones afectadas, sino el grado de afectación de la economía y de
la estructura social que ella trajo consigo y que consistió en la movilización de las
fuerzas económicas y en la dirección centralizada de la producción y del
consumo. Se trata de una planificación por el poder público de las fuerzas
económicas privadas, coordinando sus acciones y restringiendo o estimulando
sus iniciativas, en suma, dirigiendo tanto la producción como el consumo.
Surgió así la tendencia hacia una estructura del mundo económico, que dejaba
de ser una economía de mercado sujeta al libre juego de las fuerzas económicas
y que también se distinguía de la economía socialista, por mantenerse la
propiedad privada de los medios de producción.

El papel del Estado en esta nueva estructura, que se definió como economía
dirigida o intervensionismo estatal, se desarrolla a través de la política económica
y también a través de la actividad financiera, que se transforma así en una parte
de la política económica.

El presupuesto es un plan económico propio del sector público, que se inserta en


la planificación general de la economía por parte del Estado.

LAS OBRAS DE KEYNES


Sus obras y su actividad de economista evidencian una extraordinaria adherencia
a los problemas reales de la vida económica y de los acontecimientos. Terminad
la primera guerra mundial su pensamiento se vuelca de lleno al estudio tanto
teórico como práctico de la depresión de los años 30 y a la forma de volver al
pleno empleo y a la recuperación de la entera economía.
La contribución de Keynes al pensamiento financiero se debe en gran medida a
su “Teoría general de la ocupación, el interés y el dinero” (1936).

Líneas fundamentales de sus teorías


Keynes construye una nueva teoría económica sosteniendo, a diferencia de la
economía clásica, la posibilidad de un equilibrio con desempleo.
Proyección de la “Teoría General” sobre las F.P.
Su doctrina le atribuye al Estado el papel de reactivante de la economía mediante
las inversiones que suplen la insuficiencia de la inversión privada. Esto echa luz
sobre el gasto y los recursos del Estado.
Con el propósito de esclarecer este nuevo enfoque de las finanzas públicas,
observamos, por ejemplo, que las obras públicas estaban ya consideradas como
una tarea del Estado desde Smith, pero no como un instrumento de reactivación
económica, sino como creación de un capital propio del Estado, a los efectos de
la producción de sus servicios.
De ahí el nuevo enfoque de las finanzas públicas, no como simple producción y
suministro de servicios públicos, sino como correctoras del nivel del empleo y de
crecimiento del ingreso nacional.

LA TEORÍA FINANCIERA DE ALVIN HANSEN


Su punto de partida es la observación empírica respecto a que las inversiones
necesitan, en los países industrializados de elevados ingresos (donde una
porción importante de éstos se destina al ahorro) factores dinámicos que
provoquen alicientes adecuados, tales como: el rápido incremento de la
población, los grandes inventos y el ensanchamiento de las fronteras. A la falta
de estos factores, la inversión total del sector privado no logra absorber la
totalidad de los ahorros, con la consiguiente desocupación de hombres y factores
de producción.
Esta situación puede no corresponder a una etapa del ciclo económico, son a un
fenómeno estructural (“estancamiento secular”), y que lleva la connotación de
una situación permanente y de una brecha entre ahorros e inversiones que la
economía por sí sola no puede llenar. Es, pues, un cometido del Estado llenar la
brecha mediante el gasto público, con la advertencia que éste debe financiarse
en modo tal que los recursos sacados de la economía no restrinjan la inversión
del sector privado. A estos efectos, los gastos del Estado deben ser financiados
con el endeudamiento que no drena fondos del sector privado.

ABBA LERNER Y LA TEORIA DE LAS “FINANZAS FUNCIONALES”


Como extrema derivación del pensamiento Keynesiano, debemos a Lerner la
más revolucionaria teoría de las finanzas públicas.
Niega este autor que el sistema tributario de un país tenga como objeto la
cobertura de los gastos y le asigna un papel de instrumento para absorber poder
adquisitivo del sector privado para impedir o combatir la inflación.
Esta concepción reduce el papel de las finanzas públicas a un mero instrumento
de política económica y, en particular, de política de estabilización, dejando fuera
del campo de estudio toda la problemática de las finanzas públicas, de la óptima
asignación de los recursos entre el sector privado y el sector público de la
economía y, en cierto modo, también la redistribución de ingresos.
DAVID RICARDO

Debemos a David Ricardo el primer tratamiento de la imposición con rango


científico igual a la economía política, en su obra que se intitula “Principios de
Economía Política y Tributación”.
El contenido esencial de la obra de Ricardo consiste en la teoría general de la
distribución. En especial, su doctrina financiera se centra en la incidencia de los
impuestos que afectan la renta de la tierra, a diferencia de aquellos que recaen
sobre productos brutos.

La renta ricardiana y el impuesto sobre ella.

El Estado asume como base del impuesto dicha renta, siendo que el precio del
mercado se determina por el costo del productor marginal (o sea aquel cuyo
costo de producción es igual al precio del mercado), este productor no tiene renta
y por lo tanto no paga impuesto. Por consiguiente, el tributo no influye sobre el
precio del mercado y los productores intramarginales, que sí tienen renta y pagan
el impuesto, deberán soportar su carga, sin poder trasladarla, por la vía de
modificaciones en los precios, sobre los consumidores.
Por lo contrario, el impuesto que asume como base el producto bruto de la tierra,
modifica el costo de producción del productor marginal y, por tanto, el precio del
mercado;por consiguiente este impuesto se traslada al consumidor.

Presión del impuesto extraordinario y del empréstito

Otro tema de finanzas públicas en el que Ricardo hace una aporte fundamental a
esta ciencia es el de la comparación entre un impuesto extraordinario y un
empréstito como instrumentos para financiar un gasto extraordinario.
Ricardo afirma que en ambos casos los recursos reales que el Estado retira de la
economía son bienes presentes y no riqueza futura. Además, es igual el
desembolso de los contribuyentes de un impuesto extraordinario de un millón de
pesos o el pago a perpetuidad de un impuesto anual de cincuenta mil pesos
(siendo la tasa de interés del cinco por ciento) para cubrir el servicio de una
deuda de un millón de pesos contraída por el Estado en lugar del impuesto
extraordinario.
La doctrina de Ricardo en esta materia marca el comienzo de una larga disputa
entre numerosos autores para determinar las ventajas o desventajas relativas de
la elección entre la financiación de gastos extraordinarios por endeudamiento o
por imposición, la incidencia de la deuda sobre la generación presente o las
generaciones futuras y la carga de la deuda pública.

Crítica a la teoría de Ricardo sobre impuesto y empréstito

La ciencia financiera posterior a Ricardo, por una parte critica la doctrina, ya que
el contribuyente propietario de bienes raíces, aunque se vea enfrentado con un
impuesto anual, no lo capitaliza como carga perpetua, prefiere el empréstito que
para él solo importa un sacrificio por algunos años.
JOHN STUART MILL
Continuador del pensamiento económico de A. Smith.
Mill refuta el principio del beneficio y lo reemplaza por el de la capacidad
contributiva, que desemboca en los principios de la igualdad, proporcionalidad y
minimización del sacrificio y en la imposición progresiva, mientras que el principio
del beneficio implica el impuesto regresivo.

La doble imposición del ahorro


Otro aporte de Mill a la FP consiste en la teoría llamada de la doble imposición
del ahorro.
Sostiene que un impuesto que grave con igual alícuota toda la renta, tanto la
parte de ella que se destina al consumo como aquella que se destina al ahorro,
es discriminatorio en perjuicio de esta última, ya que el impuesto grava una
primera vez la renta ahorrada y luego, periódicamente, los intereses que se
obtienen de su inversión.

BASTIAT Y SENIOR
Ambos economistas definen el fenómeno financiero como un fenómeno de
cambio: El estado presta servicios (que deben limitarse al orden, la justicia y la
seguridad) y a cambio de ellos percibe impuestos.
Nos parece atinado calificar su doctrina financiera como optimista, atento a que
considera al Estado como un factor positivo (aunque dentro de un marco
restringido) en el proceso económico.
Esta posición contradice plenamente la que podemos calificar de pesimista
encabezada por J. B. Say.

JEAN BAPTISTE SAY


Este autor, como los anteriores, reconoce el fenómeno de cambio por el cual el
Estado recauda impuestos a la vez que presta servicios, pero al no considerar a
éstos como bienes, termina por considerar la actividad financiera como un
fenómeno de consumo y no de creación ni de cambio de riquezas.
Consideramos a Say como primer exponente de una corriente pesimista con
respecto al papel del Estado y a la naturaleza de su actividad financiera.
La doctrina económica de Say con respecto a la crisis y su famosa “ley de las
salidas” niega la posibilidad de un equilibrio sin plena ocupación. Esto lo hace
calificar como uno de los principales exponentes de la doctrina clásica a la que se
contrapone la doctrina Keynesiana.

FRANCISCO FERRARA
Concepto filosófico y concepto histórico del impuesto
El contraste entre la visión optimista del fenómeno financiero como fenómeno de
cambio y la pesimista que lo coloca entre las formas de consumo de riqueza es
asumido por Ferrara en su dicotomía del fenómeno de la imposición.
Según Ferrara hay dos concepciones del impuesto:
 Concepción Filosófica: el impuesto (contribución) es la contraprestación de
los servicios que el Estado presta a los ciudadanos;
 Concepción Histórica: el impuesto implica una destrucción de riquezas por
voluntad de los gobernantes sin compensación para los gobernados.
El impuesto como sustitución de un impuesto por otro
El impuesto en sí, no es ni un bien ni un mal; consiste en la sustracción de un
valor y en la producción de otro, o, en definitiva, en un consumo impedido y otro
que lo sustituye. El mérito o el demérito del impuesto surge siempre de la
circunstancia que el consumo reemplazante sea más o menos útil que el
consumo impedido.

EL MARGINALISMO
La escuela marginalista austríaca promovió la consideración de las finanzas
públicas como un problema de valor, cuya solución no se diferencia del problema
económico de la satisfacción de las necesidades individuales.
En su formulación general las necesidades públicas son necesidades de los
individuos, que cada sujeto ordena conjuntamente con las demás necesidades
individuales, según el grado de apremio respectivo y satisface con su renta
disponible en forma tal que se igualen las utilidades marginales ponderadas
logradas por la satisfacción de todas esas necesidades.

Crítica del enfoque marginalista


Un primer aspecto sujeto a crítica consiste en considerar al individuo como el
sujeto activo de la actividad financiera y confiar a él mismo las decisiones
respecto de la asignación de los recursos para los gastos del Estado,
desplazando a éste de las decisiones acerca de las necesidades públicas a
satisfacer y de los recursos para financiar esa actividad.
Una segunda crítica apunta a la naturaleza de muchas necesidades públicas que
no son apreciadas individualmente y son satisfechas por el Estado mediante
servicios indivisibles, o sea que no pueden dividirse en participaciones
individuales en el beneficio.

BIFURCACIÓN DE LA TEORÍA FINANCIERA


De las críticas y reacciones contra esta enunciación marginalista surgen dos
principales corrientes de pensamiento:
 Una corriente marginalista que, aceptando el enfoque de la escuela
austríaca, trata de enmendar las fallas de que ésta adolecía;
 La otra abandona el enfoque económico y, a su vez, se divide en dos
ramas
 La doctrina sociológica
 La doctrina política

CORRIENTE MARGINALISTA
TEORÍA FINANCIERA DE EMIL SAX
Emil Sax reconoce que el proceso financiero se debe encarar como un problema
de valor, pero sostiene también que el sujeto activo es el Estado y es él mismo el
que tiene que realizar el cálculo económico de la distribución del ingreso para la
satisfacción de las necesidades individuales y colectivas.
Sostiene que hay necesidades colectivas propiamente dichas que no son
susceptibles de preferencias individuales: las decisiones son tomadas por los
gobernantes, que se fundan sobre sus propias valoraciones. Sin embargo, éstas
no pueden dejar de tener un consenso popular de carácter general, en cuyo caso
los gobernantes son desplazados por el pueblo.
LA TEORÍA FINANCIERA DE UGO MAZZOLA
Igual posición asume Mazzola quien subraya la diferencia entre la creación del
impuesto y la formación de los precios en el mercado, porque los servicios
públicos indivisibles son consumidos por todos por igual, pero no deben estar
sujetos a un precio idéntico para todos, ya que se traduciría en desequilibrio
político.

LA TEORÍA FINANCIERA DE MAFFEO PANTALEONI


Consideraba posible ubicar al proceso financiero entre los fenómenos de precios
pero con el calificativo de “políticos”. Según Pantaleoni, el Parlamento es el lugar
y el instrumento a través del cual los legisladores en representación del pueblo
deciden sobre el reparto entre los contribuyentes de los gastos públicos. Para ello
es necesario que tanto los gastos como los recursos sean establecidos
conjuntamente. De este modo el proceso financiero se puede asimilar a un
proceso de formación de precios (políticos) y se inserta en el equilibrio
económico general.

TEORÍA FINANCIERA DE KNUT WICKSELL


El enfoque de knut es análogo al de Pantaleoni, en cuanto ubica el proceso
financiero en la teoría del valor a través de la aprobación parlamentaria del
presupuesto de gastos y recursos. Como Pantaleoni, también subraya el carácter
político de este proceso, sin por ello negar su identificación con el problema del
valor.
Wicksell comprende que la justicia en la distribución de las cargas fiscales exige
como premisa una situación previa de justa distribución de la riqueza.
Por nuestra parte, creemos importante observar que, a la par de Pantaleoni,
identifica al Parlamento como el medio de establecer la justicia de la imposición e
igualar esa justicia con la apreciación individual de utilidad y sacrificio, pero
transferida a la representación parlamentaria.

LA TEORÍA FINANCIERA DE DE VITI DE MARCO


De Marco, como los autores cuya doctrina se origina en el marginalismo, se
caracteriza por reconocer en el fenómeno financiero un proceso peculiar de
formación de los precios fuera del mercado y por poner de relieve que el sujeto
activo de las finanzas es el Estado y no los individuos.
Partiendo de estas premisas, postula dos modelos extremos de Estado:
1. El Estado absoluto, autocrático, en el que los gobernantes no se
identifican con los gobernados y cuyos intereses son distintos. El Estado
absoluto se identifica con el Estado productor monopolista de servicios
públicos.
2. El Estado popular, o sea el Estado democrático o representativo, en el
cual los gobernantes se identifican con los gobernados a los que
representan. Este modelo teórico de Estado asume como postulado la
plena y rápida sustituibilidad de los gobernantes que dejan de interpretar
los fines y las necesidades de los gobernados. Este postulado tiene como
consecuencia inmediata que gobernantes y gobernados se confunden y la
producción de servicios públicos puede considerarse efectuada por los
mismos consumidores de dichos servicios.
La renta individual como índice de la demanda de servicios públicos
En lo que se refiere al problema del mecanismo del cambio entre los servicios
prestados por el Estado y el valor o precio que deben pagar los particulares,
supone que los gobernados demandan servicios públicos en proporción con su
renta, lo cual implica que el impuesto como precio de los servicios públicos debe
ser proporcional a la renta. El impuesto proporcional a la renta es la institución
tributaria que respeta al máximo la producción de la riqueza y la acumulación del
capital y respeta el juego natural de las fuerzas económicas y queda neutral entre
ellos.
La teoría de la traslación
Critica la postura de David Ricardo de que el impuesto significa siempre un
aumento del costo de producción, el cual termina trasladándose al precio.
Según De Marco, el impuesto se transforma en bienes públicos que son
instrumentales para la producción y el goce de los bienes privados. Si los bienes
o servicios públicos son eficientes, su utilidad supera el sacrificio del impuesto y
éste no hace aumentar el costo de producción. En general, puede ocurrir
cualquiera de estos hechos: que como consecuencia del impuesto y su empleo
en servicios públicos el costo de producción de los bienes privados aumente,
quede igual o disminuya.

LA TEORÍA FINANCIERA DE ERIK LINDAHL


Este autor trata de perfeccionar la doctrina de Wicksell, su maestro, con un
modelo de demanda y oferta de servicios públicos que se basa en el supuesto
inicial de un solo tipo de bienes sociales y de dos contribuyentes. La curva de
demanda para el premier contribuyente representa la curva de oferta para el
segundo y de la misma manera la curva del segundo para el primero. Según este
esquema, hay un punto de equilibrio que determina el impuesto con que deben
contribuir ambos contribuyentes por el servicio público producido por el Estado.
Seguidamente, el autor amplía los supuestos, admitiendo una pluralidad de
bienes sociales y de contribuyentes. Se producirá, como en un mercado, una
serie de tentativas y correcciones de ofertas de servicios y de precios (impuestos)
hasta alcanzar los precios de equilibrio para cada servicio y para cada
contribuyente.
Esta doctrina tiene la particularidad de conciliar el principio del beneficio con el de
la capacidad contributiva, puesto que la existencia de precios múltiples por un
mismo servicio prestado por el Estado, hace que cada uno pague de acuerdo con
su capacidad.
Críticas a la doctrina de Lindahl
El principio utilitario no debe necesariamente referirse a los individuos, sino al
Estado, sujeto actuante para alcanzar fines políticos a través de sus órganos que
tienden primordialmente a satisfacer dichos fines y solo los fines individuales en
la medida en que éstos sean asumidos como propios por el Estado o que sean
paralelos a los fines estatales y puedan ser satisfechos, simultáneamente con
éstos, con un mismo bien o servicio.
LA TEORÍA FINANCIERA DE EDGEWORTH
Se considera como heredero y continuador del pensamiento clásico de la escuela
inglesa. Este autor rechaza el principio del beneficio como fundamento del
impuesto y la doctrina que tiende a asimilar el impuesto al precio y elaborando
matemáticamente la doctrina de la igualdad de la imposición, formula los
principios del sacrificio igual, proporcional y mínimo.
Esta doctrina está supeditada a la comparabilidad de las utilidades y de los
sacrificios de diferentes sujetos. Esta condición ha sido impugnada por la
ausencia de comunicación y comparabilidad de las escalas de utilidades y
sacrificios, las que son excluyentemente subjetivas.

LA DOCTRINA ALEMANA. ADOLFO WAGNER


Antes de abordar las teorías sociológicas y políticas de las finanzas públicas, es
oportuno examinar una corriente de pensamiento que no sigue la línea de la
doctrina económica clásica ni la tendencia de la escuela marginalista, sino que se
vincula directamente con la doctrina cameralista, aunque remozándola y
enriqueciéndola con nuevos aportes, muchos de ellos fruto de la reacción contra
las doctrinas económicas.

La actividad financiera como producción de servicios públicos y como


distribución de las cargas presupuestarias. La redistribución del ingreso
El aspecto propiamente financiero no consiste en la forma de la producción ni en
los gastos en que incurre el Estado para llevar a cabo la producción de “servicios
administrativos”, sino en el reparto de la carga presupuestaria entre los
contribuyentes. Este reparto, de acuerdo con un principio de política social, debe
tender a redistribuir el ingreso, mediante el impuesto progresivo. Wagner puede
considerarse como el primer exponente de la moderna doctrina que admite al
lado del fin del impuesto de cubrir el gasto, el propósito político-social de la
redistribución del ingreso.

WILFREDO PARETO Y LA ESCUELA SOCIOLÓGICA DE LA FINANZAS


Objeta la posición doctrinaria que pretende asimilar el fenómeno financiero a la
teoría del valor. Sostiene que el Estado representa, en realidad, el resultado de la
asunción del poder por un grupo seleccionado de hombres (elite), el que al
adquirir fuerza suficiente se adueña del gobierno estatal y lo explota no en
beneficio de los gobernados, sin en beneficio propio, extrayendo del pueblo los
recursos necesarios para satisfacer sus intereses o caprichos.
Los servicios públicos no son bienes económicos que benefician al pueblo o a los
individuos que lo componen, sino una simple pantalla para engañar a los
ciudadanos.
TEORÍAS SOCIOLÓGICAS Y POLÍTICAS DE LAS FINANZAS PÚBLICAS
Según Musgrave se consideran como teorías sociológicas de las finanzas
públicas todas aquellas que tienden a explicar la naturaleza del fenómeno
financiero, indagando sobre la naturaleza del Estado, sus propósitos y sus
actividades; en una palabra, las teorías que no pueden considerarse como
normativas.
De acuerdo con esta posición, todas las teorías políticas de las finanzas se
ubican entre las sociológicas y viceversa.
Elemento común de las teorías sociológicas y políticas es la negación de la
asimilación del fenómeno financiero a un problema de valor y también de la
asimilación de las decisiones presupuestarias a un común denominador con las
decisiones individuales sobre consumos. También les une la pretensión de
describir lo que es la actividad financiera en su esencia y no la de determinar
cuáles son los caminos a seguir a fin de lograr una óptima asignación de los
recursos según las apreciaciones individuales u otros objetivos: como la justa
distribución de la renta, la estabilización de los precios y el pleno empleo o el
desarrollo económico y social.

LA TEORÍA FINANCIERA DE BENVENUTO GRIZIOTTI


Como ya lo planteó Wagner, Griziotti define el fenómeno financiero como la
actividad del Estado tendiente a repartir la carga presupuestaria entre categorías,
clases y generaciones de contribuyentes.
Para el autor, la decisión del Estado que determina sus gastos es previa a la
elección de los recursos e independiente de éstos. Además, los fines del Estado
son limitados, lo que limita también el monto total de los gastos públicos frente a
una abundancia relativa de recursos a los que puede acudir el Estado; y el poder
que aquel puede ejercer sobre los individuos, excluye la negociación que
caracteriza a la economía de mercado (por ello, las finanzas públicas constituyen
un fenómeno esencialmente político y no económico.)
La acción del Estado, como sujeto activo de la actividad financiera, es motivada
por las fuerzas políticas y se realiza con sometimiento a normas jurídicas. Estas
determinan la actividad financiera y expresan, a su vez, las decisiones políticas y
económicas tomadas por el Estado. Las elecciones de los instrumentos
financieros adecuados en cada caso para lograr los fines deben ajustarse a
determinadas técnicas operativas.
De lo antes dicho, las finanzas se componen de elementos políticos, económicos,
jurídicos y técnicos, a los que agrega en sus últimos escritos el elemento ético.
6. CONCLUSIONES

. El pensamiento de Smith expone cuatro reglas fundaméntales que aún se


toman en cuenta para establecer las cargas impositivas

. Se debe tener en cuenta que en los estados de la antigüedad la riqueza se


obtenía mediante la guerra y la conquista de otros pueblos, es decir, en forma m
muy distinta del proceso económico actual.

.
7. REFERENCIAS BIBLIOGRAFICAS

. FINANZAS PUBLICAS-DINO JARACH

Romina Mariel Ferrari

(UNLaM)

CATEGORÍA: FINANZAS PÚBLICAS

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