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1.

- Concepto y origen de los yacimientos minerales

Introducción

Los elementos químicos que componen nuestro planeta están distribuidos de una forma
que a grandes rasgos es muy regular, ya que depende de dos grandes factores:

 Su abundancia en cada una de las capas que componen el planeta,


 La naturaleza y composición de las rocas presentes en cada sector concreto que
analicemos.

Sobre la base de los datos conocidos sobre la naturaleza y composición geoquímica,


mineralógica y petrológica de las diferentes capas en que está dividido nuestro planeta, la
composición es simple y homogénea en la zona más profunda (núcleo), e intermedia en el
manto, mientras que la capa más superficial (la corteza) presenta una composición más
compleja y heterogénea. Esto último se debe a su vez a dos factores:

o El hecho de que la diferenciación planetaria haya producido un enriquecimiento


relativo de esta capa en los elementos más ligeros, que no tienen cabida en los
minerales que componen el manto, que son de composición relativamente simple:
fundamentalmente silicatos de Mg y Fe. Eso hace que con respecto al manto, la
corteza sólo esté empobrecida en elementos como Fe y Mg (en lo que se refiere a
elementos mayoritarios) y Ni, Cr, Pt, en lo que se refiere a minoritarios o trazas.
o La mayor complejidad de los procesos geológicos que operan en la corteza
producen fenómenos muy variados de enriquecimiento o empobrecimiento de
carácter local, que afectan a la concentración de los distintos elementos químicos de
diferentes maneras.

De esta manera, podemos entender a la corteza como aquel segmento de nuestro planeta en
el que se rompe la homogeneidad de la distribución de los elementos que encontramos en
capas más profundas. Por ejemplo, a pesar de que existan algunas variaciones
composicionales en el manto, éstas son insignificantes con respecto a la altísima
variabilidad que observamos en la corteza. Así, en ésta podemos observar rocas ígneas que
independientemente de su lugar de origen (manto astenosférico, manto litosférico, corteza)
van desde composiciones peridotíticas hasta las graníticas. Es en la corteza donde, además,
encontraremos las rocas sedimentarias y metamórficas.

Los procesos que llevan a la diferenciación de un magma, o a la formación de una roca


sedimentaria o metamórfica implican en ocasiones transformaciones profundas químico-
mineralógicas. Es durante el curso de esos procesos que algunos elementos o minerales
pueden concentrarse selectivamente, muy por encima de sus valores "normales" para un
tipo determinado de roca, dando origen concentraciones "anómalas" que de aquí en
adelante denominaremos "yacimientos minerales".

El carácter "anómalo" de estas concentraciones hace que los yacimientos constituyan


singularidades en la corteza terrestre.
Es muy importante considerar el aspecto geoquímico del concepto: todos los elementos
químicos están distribuidos en la corteza de forma muy amplia, aunque en general su
concentración en las rocas es demasiado baja como para permitir que su extracción de las
rocas resulte rentable. Como hemos explicado, su concentración para dar lugar a un
yacimiento mineral se produce como consecuencia de algún proceso geológico (ígneo,
sedimentario o metamórfico) que provoca la concentración del elemento. Por ejemplo, el
oro que se encuentra concentrado en los yacimientos sedimentarios de tipo placer puede
proceder del oro diseminado en áreas de gran extensión regional. En esas áreas el oro estará
presente en las rocas, pero en concentraciones demasiado bajas como para poder ser
extraído con una rentabilidad económica. Sin embargo, el proceso sedimentario produce su
concentración en los aluviones o en playas, posibilitando en algunos casos su extracción
económica.

En definitiva, para que un elemento sea explotable en un yacimiento mineral, su


concentración debe ser muy superior a su concentración media (clark) en la corteza
terrestre.

El otro factor importante a considerar es el económico: esas concentraciones podrán ser o


no de interés económico, lo que delimita el concepto de Yacimiento explotable o no
explotable, en función de factores muy variados, entre los que a primera vista destacan
algunos como el valor económico del mineral o minerales extraídos, su concentración o ley,
el volumen de las reservas, la mayor o menos proximidad de puntos de consumo, la
evolución previsible del mercado, etc., factores algunos fácilmente identificables, mientras
que otros son casi imposibles de conocer de antemano.

Esta conjunción de factores geológicos y económicos hace que el estudio de los


yacimientos minerales sea una cuestión compleja y problemática, en la que hay que
conjugar la labor de especialistas de distintos campos, ya que incluye desde las cuestiones
que afectan a la prospección o búsqueda de estas concentraciones, su evaluación, el diseño
y seguimiento de su explotación minera, el estudio de la viabilidad económica de la
explotación, el análisis del mercado previsible para nuestro producto, hasta factores
políticos (estabilidad económica y social de un país) o cuestiones medioambientales, como
la recuperación de los espacios afectados por esta actividad.

El término de yacimiento mineral se he venido utilizando tradicionalmente para referirnos


únicamente a los yacimientos de minerales metálicos, que se emplean para obtener una
mena, de la que se extrae un metal. Es el caso, por ejemplo, del cinabrio, que se explota
para la extracción del mercurio. No obstante, el auge de las explotaciones de minerales y
rocas industriales, y la similitud de los procesos que dan origen a los yacimientos metálicos
y de rocas y minerales industriales hacen que esta precisión no tenga ya sentido. De esta
forma, en este temario se va a abordar de forma integral el estudio de ambos.

Conceptos básicos
Cuando hablamos de Yacimientos Minerales, hay una serie de conceptos que tienen una
gran importancia, ya sea en los aspectos geológicos-geoquímicos, o en los económicos. Los
más importantes son los siguientes:

Mena: Es el mineral cuya explotación presenta interés. En general, es un término que se


refiere a minerales metálicos y que designa al mineral del que se extrae el elemento
químico de interés (Cu de la calcopirita, Hg del cinabrio, Sn de la casiterita, entre muchos
ejemplos posibles). En este caso de los minerales metálicos, se requiere un tratamiento de la
mena, que en general comprende dos etapas: el tratamiento mineralúrgico y el metalúrgico
(ver más abajo).

Ganga: Comprende a los minerales que acompañan a la mena, pero que no presentan
interés minero en el momento de la explotación. Ejemplos frecuentes en minería metálica
son el cuarzo y la calcita. Conviene resaltar que minerales considerados como ganga en
determinados momentos se han transformado en menas al conocerse alguna aplicación
nueva para los mismos.

Reservas: Cantidad (masa o volumen) de mineral susceptible de ser explotado. Depende de


un gran número de factores: ley media, ley de corte (ver más abajo), y de las condiciones
técnicas, medioambientales y de mercado existentes en el momento de llevar a cabo la
explotación. Se complementa con el concepto de Recurso, que es la cantidad total de
mineral existente en la zona, incluyendo el que no podrá ser explotado por su baja
concentración o ley. Ver más detalles pulsando aquí.

Ley media: Es la concentración que presenta el elemento químico


de interés minero en el yacimiento. Se expresa como tantos por
ciento, o como gramos por tonelada (g/t) (equivale a partes por
millón, ppm) u onzas por tonelada (oz/t).

Ley de corte o cut-off: Es la concentración mínima que debe tener


un elemento en un yacimiento para ser explotable, es decir, la
concentración que hace posible pagar los costes de su extracción,
tratamiento y comercialización. Es un factor que depende a su vez
de otros factores, que pueden no tener nada que ver con la
naturaleza del yacimiento, como por ejemplo pueden ser su
proximidad o lejanía a vías de transporte, avances tecnológicos en
la extracción, etc.

Factor de concentración: Es el grado de enriquecimiento que


tiene que presentar un elemento con respecto a su concentración
normal para que resulte explotable, es decir:

Ley de corte
Fc = --------------------
Clark
Así, por ejemplo, el oro se encuentra en las rocas de la corteza en una proporción media o
clark de 0.004 ppm, mientras que en los yacimientos de la cuenca de Witwatersrand (RSA)
su ley de corte es de 7 g/t (1.750 veces mayor). La figura muestra los factores de
concentración de una serie de elementos, y se aprecia como para elementos escasos este
valor es mucho más alto que para los elementos más comunes, más abundantes en el
conjunto de la corteza.

Todo uno: Mezcla de ganga y mena que extrae de la mina o cantera, con un contenido o ley
determinado, que hay que saber previamente (investigación de pre-explotación) y confirmar
tras la explotación.

Todo uno marginal: Aquel producto de la explotación que tiene contenidos ligeramente
por debajo de la ley de corte, y que no se suele acumular conjuntamente con el estéril, o
bien para procesar mediante tratamientos de bajo coste, o en previsión de que los precios
del producto suban y puedan aprovecharse como reservas.

Estéril: Corresponde a las rocas que no contienen mineral o lo contienen en cantidades muy
por debajo de la ley de corte. No suele corresponder con la ganga, que como se indica
antes, son los minerales acompañantes de la mena.

Subproductos (o by-products): Suelen ser minerales de interés económico, pero que no son
el objeto principal de la explotación, si bien aumentan el valor económico de la producción:
por ejemplo, el Cd o el Hg contenido en yacimientos de sulfuros con altos contenidos en
esfalerita, o el manganeso contenido en los pórfidos cupríferos.

Explotación minera: Es el proceso o conjunto de procesos por el cual o cuales extraemos


un material natural terrestre del que podemos obtener un beneficio económico: puede ser
desde agua, hasta diamantes, por ejemplo. Se lleva a cabo mediante pozos (caso del agua o
del petróleo, entre otros), en minas, subterráneas o a cielo abierto, o en canteras.

Metalurgia extractiva: Es el proceso o conjunto de procesos, propios de la minería


metálica, que permiten obtener el elemento de interés a partir del todo-uno de mina o
cantera. Implica o puede implicar una serie de procesos:

- Lavado o concentración. Proceso o conjunto de procesos por el cual o cuales se


separan la mena y la ganga. Pueden ser de carácter físico: por ejemplo, separación
de la magnetita por medio de electroimanes; o de carácter físico-químico: por
ejemplo, flotación de los sulfuros.

- Metalurgia: Proceso o conjunto de procesos por el cual se extrae el metal


correspondiente de un mineral metálico. Puede ser por tostación (caso de los
sulfuros: HgS + calor + O2 -> Hg + SO2) denominándose entonces pirometalurgia,
o por vía húmeda (CuCO3 + H2SO4 -> CuSO4(soluble); a su vez el CuSO4 se
descompone electrolíticamente: CuSO4 + en.el. -> Cu + SOx); este tipo se denomina
hidrometalurgia; otra posibilidad es confiar este proceso a la acción de bacterias, y
se denomina entonces biometalurgia.
Otros procesos post-mineros: El producto minero, tal como sale de cantera o de la planta
de mineralurgia, si no es de carácter metálico, a menudo necesita otros tratamientos antes
de ser aprovechable: por ejemplo el petróleo necesita el refino; las rocas industriales
necesitan corte y tratamientos superficiales de la superficie de corte; expansión térmica de
perlita o vermiculita para obtener áridos ligeros, calcinación de la caliza para obtener cal
(CaCO3 + calor -> CaO + CO2), entre muchos otros.

Origen de los Yacimientos Minerales

El origen de los yacimientos minerales puede ser tan variado como lo son los procesos
geológicos, y prácticamente cualquier proceso geológico puede dar origen a yacimientos
minerales.

En un estudio más restrictivo, hay que considerar dos grandes grupos de yacimientos:

1. Los de minerales, ya sean metálicos o industriales, que suelen tener su origen en


fenómenos locales que afectan a una roca o conjunto de éstas,
2. Los de rocas industriales, que corresponden a áreas concretas de esa roca que
presentan características locales que favorecen su explotación minera.

A grandes rasgos, los procesos geológicos que dan origen a yacimientos minerales serían
los siguientes:

Procesos ígneos:

Plutonismo: produce rocas industriales (los granitos en sentido amplio), y minerales


metálicos e industriales (los denominado yacimientos ortomagmáticos, producto de
la acumulación de minerales en cámaras magmáticas).

Volcanismo: produce rocas industriales (algunas variedades "graníticas", áridos,


puzolanas), y minerales metálicos (a menudo, en conjunción con procesos
sedimentarios: yacimientos de tipo "sedex" o volcano-sedimentarios).

Procesos pegmatíticos: pueden producir yacimientos de minerales metálicos (p.e.,


casiterita) e industriales: micas, cuarzo...

Procesos neumatolíticos e hidrotermales: suelen dar origen a yacimientos de


minerales metálicos muy variados, y de algunos minerales de interés industrial.

Procesos exógenos o superficiales:


La erosión es el proceso por el cual las rocas de la superficie de la Tierra, en
contacto con la atmósfera y la hidrosfera, se rompen en fragmentos y sufren
transformaciones físicas y químicas, que dan origen a fragmentos o clastos, y a
sales, fundamentalmente. Las trasformaciones que implica la erosión pueden dar
lugar a yacimientos, que reciben el nombre de yacimientos residuales.

El transporte de los clastos por las aguas y el viento, y de las sales por el agua,
modifica la composición química tanto del área que sufre la erosión como del área a
la que van a parar estos productos. Además, durante el propio transporte se
producen procesos de cambio físicos y químicos, nuevas erosiones, depósito de
parte de la carga transportada, etc.

La sedimentación detrítica da origen a rocas como las areniscas, y a minerales que


podemos encontrar concentrados en éstas, en los yacimientos denominados de tipo
placer: oro, casiterita, gemas...

La sedimentación química da origen a rocas de interés industrial, como las calizas,


y a minerales industriales, como el yeso o las sales, fundamentalmente.

La sedimentación orgánica origina las rocas y minerales energéticos: carbón e


hidrocarburos sólidos (bitúmenes, asfaltos), líquidos (petróleo) y gaseosos (gas
natural). También origina otras rocas y minerales de interés industrial, como las
fosforitas, o las diatomitas, entre otras.

Como ya se ha mencionado, la sedimentación asociada a los fenómenos


volcánicos produce yacimientos de minerales metálicos de gran importancia.

Procesos metamórficos:

El metamorfismo da origen a rocas industriales importantes, como los mármoles, o


las serpentinitas, así como a minerales con aplicación industrial, como el granate.
No suele dar origen a yacimientos metálicos, aunque en algunos casos produce en
éstos transformaciones muy importantes.

Así pues, y a modo de conclusión, en cada caso han de darse unas determinadas
condiciones que permitan que se origine el yacimiento, como algo diferenciado del
conjunto rocoso, en el que uno o varios procesos geológicos han actuado de forma
diferencial con respecto al resto del área, lo que ha permitido que se produzcan esas
condiciones especiales que suponen la génesis del yacimiento.

Lecturas recomendadas

Bustillo Revuelta, M.; López Jimeno, C. (1996). Recursos Minerales. Tipología,


prospección, evaluación, explotación, mineralurgia, impacto ambiental. Entorno Gráfico
S.L. (Madrid). 372 pg.

Carr, D.D.; Herz, N. (1989). Concise encyclopedia of mineal resources. Pergamon Press.
426 pg.

Díaz Prieto, P. (1995). Glosario de términos mineros (Inglés-Español/Español-Inglés).


Secretariado de Publicaciones. Universidad de León. 291 pg.

Earth Science Australia. http://www5.50megs.com/esa/mindep/mindep.html

Evans, A.M. (1993). Ore geology and industrial minerals: An introduction. Blackwell
Science, 389 pg.

Guilbert, J.M.; Park, Ch.F. (1986). The geology of ore deposits. Freeman. 985 pg.

Jébrak, M. Manuel de gîtologie (on line).


http://www.unites.uqam.ca/~sct/gitologie/mjg1.htm

Kesler, S.E. (1994). Mineral resources, economics and the environment. Maxwell
Macmillan International. 391 pg.

Lunar, R.; Oyarzun, R. (Eds.) (1991). Yacimientos minerales: técnicas de estudio, tipos,
evolución metalogénica, exploración. Ed. Centro de Estudios Ramón Areces. 938 pg.

Sawkins, F.J. (1984). Metal deposits in relation to plate tectonics. Springer-Verlag. 325 pg.

Shakelton, W.G. (1986). Economic and applied geology. Croom Helm. 227 pg.

Skinner, B.J. (1980). Economic Geology - Seventy-fifth anniversary volume (1905-1980).


Economic Geology Publishing Co. (El Paso, Texas). 964 pg.

Smornov, V.I. (1982). Geología de Yacimientos Minerales. Mir. 654 pg.

Vázquez Guzmán. F. (1997). Geología económica de los Recursos Minerales. Fundación


Gómez Pardo (Madrid). 481 pg.
Los nombres de los minerales

Deambulando una tarde de invierno por la Biblioteca de la Facultad de Ciencias


Geológicas, tuve la suerte de toparme con un libro cuyo título llamó mi atención: “Mineral
names. What do they mean?”. No pude por menos que hojearlo y tomarlo en préstamo con
la idea de plagiar algunos de sus contenidos y, una vez traducidos, reproducirlos en nuestra
revista.

Como aficionado a la Mineralogía, siembre he admirado los pomposos nombres que


reciben muchas especies minerales, vocablos que componen esa peculiar jerga que nos
distingue de otros colectivos profesionales. En ese libro, escrito por Van Nostrand Reinhold
Company, están recogidos varios cientos de nombres perfectamente clasificados según su
origen etimológico:
NOMBRES RACIONALES: se refieren a información del mineral en sí mismo:

1. composición química
2. color
3. similitudes
4. formas o hábitos
5. brillo
6. propiedades

NOMBRES IRRACIONALES: no informan nada acerca del mineral propiamente dicho:

1. otorgados en honor a personas


2. referidos a localidades geográficas

De un total de 15.000 nombres que se han venido utilizando, tan sólo se consideran válidos
para designar especies diferentes unos 2300. El organismo que vela por la pureza en la
asignación y clasificación es la Comisión de Nuevos Minerales y Nombres de Minerales,
creada en el seno de la I.M.A. en 1959.

A continuación os relaciono algunos de los minerales más comunes o curiosos y el origen


que se atribuye a sus nombres:

NOMBRES DE PERSONAS O PERSONAJES (más de 1.100 especies)

1. Mineralogistas y otros científicos


1. Torbenita: Torben Olof Bergman (1735-1784), químico y mineralogista
sueco que asentó las clasificaciones químicas.
2. Smithsonita: James Smithson (1765-1829), químico y mineralogista inglés
con cuya herencia se fundó la Smithsonian Institution en 1846.
3. Wollastonita: William Hyde Wollaston (1766-1828), químico y físico
inglés, inventor del goniómetro reflectante para la medida de ángulos de los
cristales.
4. Biotita: Jean Baptist Biot (1774-1862), físico francés que estudió el
magnetismo y la óptica (cristales biáxicos).
5. Cordierita: Pierre Louis Cordier (1777-1861), geólogo americano,
vicepresidente de la American Geological Society.
6. Sillimanita: Silliman (1779-1864), geólogo y químico americano, profesor
de Yale y fundador del American Journal of Science.

1. Coleccionistas:
1. Heulandita: John Henry Heuland (1778-1856), coleccionista inglés que
publicó el contenido de su colección en tres tomos.
2. Morganita: John Pierpont Morgan (1837-1913), banquero y filántropo
americano que coleccionaba gemas.
2. Personajes mitológicos
1. Aegririna: Aegir, dios escandinavo del mar.
2. Mercurio: dios romano, hijo de Júpiter y Maia.
3. Tautalia: Tautalus, rey de la mitología griega.
1. Otros personajes famosos:
1. Livingstonita: David Livingstone, explorador escocés de siglo XIX que
recorrió África.
2. Goethita: Johann Wolfgang von Goethe (1749-1832), poeta, escritor y
filósofo alemán.
3. Rooseveltita: Franklin D. Roosevelt, presidente de los Estados Unidos de
Norteamérica.
4. Alejandrita: Alejandro II (1818-18819, zar de Rusia.
5. Eveita: Eva, personaje bíblico.

NOMBRES IMPERSONALES:

1. Derivados de términos botánicos


1. Granate: del latín granatum, granada.
2. Malaquita: del griego malva, por su color verde.
2. Derivados de otros nombres minerales:
1. Sufijo –oide: como... feldespatoides, piroxenoides,...
2. Sufijo –ite: similar a... jadeita, fosfenita,...
3. Combinaciones: kandita (kaolinita+nacrita+dickita).

NOMBRES DE LUGARES (unas 500 especies):

1. Formas fisiográficas:
1. Andesita: Andes, cadena montañosa sudemericana
2. Kaolinita: Kauling, montaña china
3. Fayalita: Isla Fayal, en el archipiélago de las Azores
4. Ilmenita: Montañas Ilmen, en Rusia.
5. Jarosita: Barranco Jaroso, en Sierra Almagrera (España)
6. Vesubiana: Vesubio, volcán de Italia.
2. Divisiones político-administrativas:
1. Columbita: Columbita, antiguo nombre de EE.UU.
2. Aragonito: Molina de Aragón, Guadalajara (España).
3. Villlamaninita: Villamanín, León (España).
4. Illita, Illinois, estado de EE.UU.
5. Moscovita: Moscovia, región de Rusia.

NOMBRES POR SUS PROPIEDADES QUÍMICAS:

1. Contener elementos químicos


1. Calcita: calcio.
2. Magnesita: magnesio.
3. Vanadinita: vanadio.
4. Cromita: cromo.
5. Molibdenita: molibdeno.
6. Uranita: uranio.
7. Argentita: plata (argentum).
8. Siderita: hierro (sideros).

1. Prefijos químicos: arseno-, chalco-, ferri-, urano-, calcio-, cupro-, mangano-, sidero-
,...
2. Comportamiento químico:
1. Anhidrita: sin agua.
2. Piroslusita: fuego para lavar, al usarse en vidrios incoloros.

NOMBES POR SUS PROPIEDADES FÍSICAS:

Cristalográficas:

1. Tetraedrita
2. Octaedrita
3. Axinita (eje)
4. Sanidina: del griego tableta, por su hábito
5. Epidota: por el aumento del tamaño de las caras.
6. Diópsido: por poder tener el prima orientado de dos formas.
7. Tridimita: macla de tres pliegues.
8. Estaurolita: macla en forma de cruz.

Fractura y exfoliación:

1. Ortoclasa: fractura recta.


2. Plagioclasa: fractura oblicua.
3. Triplita: tres rupturas.

Color:

1. Clorita, verde.
2. Melanita, negra.
3. Celestina, azul.
4. Cianita, azul.
5. Albita, blanca.
6. Aguamarina.
7. Psilomelana: “humo negro”, por su color.

o Otras propiedades físicas:


 Dioptasa: “se ve al revés”, por su transparencia.
 Diamante: del griego adamas (invencible), por su dureza.
 Pirita: de fuego, al saltar chispas cuando se golpea.
 Cuarzo: del sajón querkluftertz, en yacimiento de venas
entrecruzadas.
 Asbesto: del griego inextinguible, al no arder en el fuego.

Textos de Andrés Díez Herrero.


Las fotografías pertenecen al fondo de imágenes del Ministerio de Cultura.
http://recursos.cnice.mec.es/bancoimagenes2/buscador/index.php
El origen de los nombres de los elementos químicos

By Triplenlace on 21 - diciembre - 20142 comentarios

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Marcos Díaz Gay >

Todos nos hemos preguntado alguna vez por qué los elementos tienen los nombres que
tienen. Sobre todo en nuestros inicios en el apasionante mundo de la química, que es
cuando nuestra curiosidad está en su punto álgido y todavía no hemos empezado a creer y
memorizar sin cuestionar, múltiples principios y leyes fundamentales.

A medida que avanzamos en la tabla periódica pasamos de nombres muy conocidos y que
no llegamos a cuestionarnos porque digamos que son así porque así han sido siempre
(hidrógeno, carbono, oxígeno, plata, oro, etc.) hasta otros que indudablemente nos resultan
familiares, por referirse a países o personalidades históricas relacionadas con la química, u
otros en los que una simple lectura nos hace sacar una sonrisa por su inusual sonoridad,
véase por ejemplo el que pone fin al séptimo período, el “ununoctio” (aunque una segunda
lectura más seria nos puede hacer ver que parece tener una cierta relación con el número
118).

Pero independientemente de si nos son más o menos conocidos, los nombres de estos
elementos tienen un origen, y conocerlo puede hacer que la ardua tarea de memorizarlos
pase a ser un ejercicio de historia, mitología, geografía, comprensión de sus propiedades,
etc.

Espero que con estas líneas la primera labor de un futuro químico, aprender la tabla
periódica, requiera un menor esfuerzo, o que al menos, sea más gratificante.

Nombres prequímicos

En esta descripción de algunos de los distintos nombres de los elementos del sistema
periódico vamos a comenzar con los prequímicos. Estos son aquellos propios de elementos
conocidos desde la antigüedad. Muchos de ellos podrían caer dentro de ese grupo que antes
denominábamos como el de los elementos que se llaman así “porque sí”, porque así han
sido siempre. Y es que entre ellos tenemos a los 7 metales clásicos: el oro y la plata
(conocidos desde hace más de 6.000 años), el cobre, el hierro, el plomo, el estaño y el
mercurio (que ya hace más de 3.000 años era usado por alquimistas indios en la
preparación de elixires que se creaban buscando alcanzar el secreto de la inmortalidad).

Como es evidente en este último caso, las clasificaciones que serán usadas en este artículo
se entremezclan, pues aunque el mercurio forme parte de estos 7 metales clásicos también
sabemos que su nombre deriva de la mitología, en particular del dios romano Mercurio, que
será una de los grupos de nombres que se presentarán a continuación. Por otro lado, este
elemento también comparte nombre con el primero de los planetas de nuestro sistema solar,
por lo que también podrá ser incluido dentro de otra categoría relacionada con los cuerpos
celestes.

Es importante tener esto en cuenta, pues hay casos en que no está completamente claro el
origen del término que nombra al elemento ni su clasificación dentro de los distintos
grupos, y existen discrepancias al respecto. En este texto, se tratará de incluir el nombre del
elemento en todas las posibles clasificaciones que sean oportunas en cada caso.

Como curiosidad, de nuevo en el caso del mercurio, se produce un hecho sorprendente,


pues su nombre no se corresponde en absoluto con su símbolo (que es lo que sucede en la
mayoría de casos, usándose las iniciales siempre que es posible mientras no existan
coincidencias entre elementos), que es Hg. El origen de este último lo encontramos en el
nombre que le daba Dioscórides: plata acuática (en griego hydrárgyros: hydra = agua,
gyros = plata).

El origen de los nombres prequímicos es incierto, aunque se supone que derivan de


términos procedentes de lenguas antiguas como el griego, el latín, el sánscrito o el
indoeuropeo. Además de los nombrados 7 metales clásicos también forman parte de este
grupo el carbono [cuyo origen se supone griego carbonis o latino carbon] o el azufre
[sánscrito sulveri o latín sulphur].

Nombres derivados de cuerpos celestes

Esta categoría, que aparentemente podría parecer una de las más conocidas por todos y que
necesita poca explicación, tiene sorprendentes componentes, pues no sólo la forman los
clásicos elementos con nombre de planeta sino que también se derivan nombres de
asteroides, del sol o de la luna.

Comenzando con los planetas, todos podemos reconocer con facilidad la referencia al
descubrimiento de Urano en el elemento uranio (que fue descubierto sólo 8 años después
de que lo fuese el planeta) o la correlación de los dos elementos siguientes denominados
neptunio y plutonio, en referencia a la sucesión de, en su momento, los tres últimos
planetas en el sistema solar (actualmente Plutón no es considerado planeta sino planeta
enano desde 2006 según la Unión Astronómica Internacional). Pero ya no es tan evidente la
relación del telurio con el nombre de la Tierra en latín o del fósforo con el apelativo de
Venus también en latín.
Derivado de la luna está el selenio, mientras que del sol el helio, ambos nombres
procedentes del nombre de estos astros en griego.

Pero lo más desconocido seguramente sea el nombre de dos elementos derivados de los dos
primeros asteroides descubiertos: Ceres y Palas. Estos dan lugar al cerio y al paladio,
hallados respectivamente sólo dos y un año después de que lo fuesen sus correspondientes
asteroides.

Nombres derivados de la mitología

En este grupo es evidente que también van a poder ser encuadrados muchos del anterior,
pues también existe una gran relación entre el mundo de la mitología y la nomenclatura de
los cuerpos celestes, tanto de planetas como también de asteroides, como los presentados
anteriormente Ceres y Palas (que proceden de las diosas Ceres y Palas Atenea, de la
agricultura en la mitología romana y de la sabiduría en la mitología griega
respectivamente).

Castigo de
Tántalo

Además también tenemos en esta categoría elementos como el tántalo [procede de Tántalo,
hijo de Zeus; se explica el nombre dado al elemento porque en la mitología este personaje
sufre un castigo mítico por entregarle la bebida de los dioses a los humanos, siendo
condenado con el hambre y la sed eternas, lo que se relaciona con la capacidad de este
metal de no ser atacado por los ácidos], el niobio [Níobe, hija de Tántalo; el niobio fue
descubierto en el mineral tantalita, que contenía tantalio, por lo que se le puso el nombre de
la hija del personaje que daba nombre al elemento ya conocido], el prometio [en honor a
Prometeo, el personaje mitológico que robó el fuego a los dioses para la humanidad], el
titanio [procedente de los Titanes, hijos de Urano], el iridio [diosa griega Iris], el torio [en
referencia a Thor, dios de la guerra nórdico] o el vanadio [deriva de la diosa de la belleza
en la mitología nórdica].

Nombres derivados de sus minerales o compuestos derivados

Otros muchos elementos como por ejemplo el aluminio, el bario, el samario, el silicio o el
gadolinio toman su nombre de los minerales o compuestos de los que forman parte, en este
caso del alumbre, la baritina, la samarskita, el sílex y la gadolinita respectivamente.

Nombres derivados de colores de los elementos o de sus compuestos

En esta categoría, junto con la que se presentará a continuación, se sitúan los elementos
cuyas propiedades son las que han generado su nomenclatura. Se les ha bautizado a partir
de las palabras en diferentes idiomas (aunque predominantemente en griego o latín)
referidas a sus propiedades más importantes.

En este primer caso la propiedad a destacar es el color, bien sea del elemento propiamente o
de alguno de sus compuestos más importantes.

Separándolos por los idiomas de los que proceden los términos tenemos los siguientes
elementos dentro de este grupo:

 Del griego proceden los nombres del cloro [khloros: amarillo verdoso], el cromo [khroma:
color; debido a los distintos colores que presentan sus compuestos], el yodo [ioeides:
violeta], el praseodimio [prasios: verde y didymos: gemelo], el rodio [rhodom: rosado] y el
talio [thallos: retoño verde o rama, por el brillo de color verde en las líneas de su espectro
de emisión, como podemos ver en la imagen de la derecha].
 Del latín tenemos el cesio [caesius: azul celeste], el indio [indium: índigo, añil] y el rubidio
[rubidius: rojo muy intenso, por las dos rayas rojas características de su espectro de
emisión].
 Del alemán deriva el nombre del bismuto [weiße Masse: masa blanca].

Nombres derivados de propiedades diferentes al color

Dentro de las otras propiedades que caracterizan la nomenclatura de parte de los elementos
de la tabla periódica, destaca la de formador de un cierto tipo de compuestos.

De ahí parten los nombres de muchos de esos elementos que nos suenan también muy
familiares, pero que de esta forma podremos conocer un poco mejor. Hidrógeno deriva de
los términos griegos hydro y gen: generador de agua, oxígeno por su parte significa
generador de ácidos, mientras que nitrógeno, generador de nitratos.

Otras propiedades cuya importancia ha hecho que pasen a la historia dando nombre a los
elementos que las poseen son por ejemplo el olor, en el osmio [del griego osme: olor,
debido al fuerte olor del OsO4] y en el bromo [del griego bromos: hedor, peste], la
“portación de luz” en el fósforo [del griego phos: luz y phero: portador], la baja calidad
respecto a la plata (según opinión de sus descubridores claro) en el platino [que procede de
la palabra castellana platina], la dificultad de su obtención en el disprosio [del griego
dysprositos: difícil de obtener], la inestabilidad, debido a la propensión a la desintegración
radiactiva, en el ástato [del griego A-statos: inestable] o el hecho de ser producido de forma
artificial en el tecnecio [del griego technetos: artificial], entre muchas otras.

Nombres derivados de países, ciudades, etc.


Este es uno de los grupos más numerosos y que permite reconocer fácilmente el origen del
término que nombra al elemento (excepto en los casos en que no se usa el nombre actual
del lugar sino el latino). Pero las razones por las que un elemento recibe el nombre de un
determinado país o ciudad son diversas. Puede ser para destacar la nacionalidad del
descubridor, el país donde fue descubierto o simplemente para honrar el trabajo realizado
en un cierto lugar en lo referente a la investigación química (como es el caso de Berkeley,
Darmstadt o Dubná, lugares donde se sitúan importantes laboratorios de investigaciones
nucleares, responsables de la síntesis de los últimos elementos de la tabla periódica actual
desde mediados del siglo pasado).

Según los países, ciudades, lugares, etc. a los que hacen referencia se presentan en la
siguiente lista:

 América: americio
 Alemania: germanio y hassio (derivado de Hassias, nombre latino para Alemania)
 Berkeley (California, EEUU),: berkelio
 California (EEUU): californio
 Copenhague: hafnio (nombre latino de la ciudad, Haffnia)
 Darmstadt (Alemania): darmstadtio
 Dubná (Rusia): dubnio
 Escandinavia: escandio y tulio (derivado de Thule, nombre latino para Escandinavia)
 Estocolmo: holmio (nombre latino de la ciudad Holmia)
 Europa: europio
 Francia: francio, galio
 Isla de Chipre: cobre
 Kadmeia (Grecia): cadmio
 Magnesia (Thessaly, Grecia): magnesio y manganeso
 París: lutecio (derivado del nombre de la ciudad en latín Lutecia)
 Polonia: polonio (por el país de nacimiento de su codescubridora Marie Curie)
 Rhin: renio (derivado de su forma en latín Rhenus)
 Rusia: rutenio (derivado de su forma en latín Rutenia)
 Strontian (Escocia, RU): estroncio
 Ytterby (Suecia): erbio, iterbio, itrio y terbio (en la mina de este pueblo se descubrieron
una gran cantidad de elementos, entre los que se encuentran estos cuatro que tomaron su
nombre para la posteridad de diferentes formas)
Nombres en honor a grandes personajes de la ciencia química

En los últimos años ha habido una gran sucesión de descubrimientos de nuevos elementos
químicos que, como ya se ha comentado, han sido bautizados en ocasiones con nombres
relacionados con los países o lugares donde se ha producido su síntesis.

Sin embargo esto sólo ha ocurrido en unos pocos casos. En la mayoría, el término por el
que estos elementos pasarán a la historia está directamente relacionado con algo muy
diferente. Su nombre se ha puesto en honor a grandes personajes de la historia de la
química. Hombres y mujeres que han dedicado su vida al mundo de las ciencias químicas y
que con su trabajo y esfuerzo han contribuido en gran medida, por ejemplo, a completar la
tabla periódica hasta el punto en que la conocemos y estudiamos hoy en día.

También tenemos el caso particular del galio, que antes comentábamos que venía derivado
de Francia, por su nombre en latín. Pero también aparece dentro de esta clasificación, pues
su nombre responde a uno de esos juegos de palabras de los que tanto gustaban los
científicos de finales del siglo XIX ya que la palabra latina gallus significa gallo, o lo que
viene a ser lo mismo coq en francés, es decir, el nombre de su descubridor exceptuando el
artículo previo: Lecoq. De esta forma tan ocurrente, el nombre del elemento hace honor
tanto al país de origen como al nombre de su descubridor.
Según el personaje histórico al que hace honor el
nombre, se presentan los restantes elementos
clasificados dentro de este grupo ordenados por
número atómico creciente:

 Curio: Pierre y Marie Curie


 Einstenio: Albert Einstein
 Fermio: Enrico Fermi
 Mendelevio: Dmitri Ivánovich Mendeléiev
 Nobelio: Alfred Nobel
 Lawrencio: E. O. Lawrence
 Rutherfordio: Ernest Rutherford
 Seaborgio: Glenn T. Seaborg
 Bohrio: Niels Bohr
 Meitnerio: Lise Meitner (matemática y física de
origen austríaco y sueco)
 Roentgenio: Wilhelm Conrad Roentgen
(descubridor de los rayos X)
 Copernicio: Nicolás Copérnico

Nombres sistemáticos y controversia en la nomenclatura de los nuevos


elementos superpesados

Por último vamos a descubrir por fin el sentido de esas palabras raras que empiezan por u y
que tantas sonrisas han sacado a los más jóvenes estudiantes de química mientras los más
importantes científicos las veían como salvación, al menos temporal, a sus fuertes disputas.

En esta carrera que comentábamos anteriormente por el descubrimiento de nuevos


elementos superpesados alrededor de los años 60 y 70, había surgido una gran controversia
derivada del gran enfrentamiento reinante en la época: la guerra fría. Este conflicto entre
americanos y rusos se transformó en el entorno químico en una guerra de nomenclaturas
para los nuevos elementos entre ambas potencias. Grandes científicos de uno y otro bando
merecían para cada una de las partes un reconocimiento. Ante ello la comunidad
internacional, liderada por la IUPAC (International Union of Pure and Applied Chemistry),
decidió en 1976 que a partir del elemento de número atómico 103, el laurencio (que
cerraba la serie de los actínidos y que ya había sido objeto de polémica aunque finalmente
fuese aceptado por los rusos), los nuevos elementos responderían a un nombre sistemático.
Según las propias palabras de la organización “para evitar la confusión y para asegurar que
todos los químicos hablen del mismo elemento”.

Este nombre sistemático se crearía a partir del número atómico de cada nuevo elemento,
refiriéndose a los tres números de este con una serie de raíces, mezcla de griegas y latinas,
para evitar ambigüedades. Mientras, el símbolo del elemento tendría también 3 letras para
diferenciarlo completamente de cualquier elemento anterior existente en la tabla periódica.
De ahí salieron nuestros queridos elementos que comienzan en u (lógico, pues todos los
números atómicos mayores a 103 comienzan con un 1 al que hay que poner nombre), como
por ejemplo el anteriormente conocido como unununio (número atómico 111, actualmente
roentgenio) o el ununoctio (número atómico 118), que se indicaba al comienzo de este
texto.

Todo esto facilitaba la vida a los científicos y evitaba múltiples disputas, generadas en su
mayor parte, porque el criterio habitual de la IUPAC consistía en que el descubridor podía
elegir el nombre del elemento. Esto no tendría mayor problema si no fuese porque en los
últimos años, tanto rusos como americanos, además de franceses y alemanes, declaraban
haber sido los descubridores de los mismos elementos en muchas ocasiones. Por supuesto,
el personaje o lugar al que querían dejar para la posteridad, rara vez coincidía entre los
distintos equipos de científicos.

Sin embargo, más tarde en 1995 la IUPAC volvía a cambiar de criterio, seguramente por
presiones políticas ante la menor trascendencia de Rusia en el contexto internacional, y se
volvía a aceptar la nomenclatura de los elementos a partir de personalidades históricas. La
controversia volvía y de hecho continúa hasta nuestros días. Elementos como el meitnerio,
el roentgenio, el livermorio o el todavía no oficial flerovio han sido objeto de nuevas
polémicas que seguro se seguirán repitiendo en un futuro.

¡Con lo fácil y divertida que era la nomenclatura sistemática! Qué ganas de complicarse la
vida y buscar enfrentamientos.

Para finalizar, cabe destacar que todavía se mantiene la nomenclatura sistemática para los
nuevos elementos descubiertos temporalmente, hasta que le sea asignado un nombre
definitivo por la IUPAC. El origen de estos últimos seguramente podremos en un futuro
encuadrarlo en las categorías que han sido explicadas con anterioridad aunque, como ya
sabemos, el descubridor decide.

Bibliografía

 “O nome e o símbolo dos elementos químicos” (M. R. Bermejo, A. M. González-Noya, M.


Vázquez) Xunta de Galicia. Secretaría Xeral de Política Lingüística. Centro Ramón Piñeiro
para a investigación en humanidades. 2006
 “Que es y para qué. Elementos químicos y sus aplicaciones” (F. Franco Ibeas) Ed. Index
(Madrid-Barcelona) 1983
 www.uv.es/~jaguilar/elementos/nombres.html
 www.cienciaxplora.com/divulgacion/cuatro-elementos-qumicos-nombre-pero-muchos-
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 www.alonsoformula.com/inorganica/tabla_periodica.htm
 es.wikipedia.org/wiki/Elemento_qu%C3%ADmico
 es.wikipedia.org/wiki/Descubrimiento_de_los_elementos_qu%C3%ADmicos
 es.wikipedia.org/wiki/Controversia_sobre_la_denominaci%C3%B3n_de_los_elementos

Trabajos de clase

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