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-CUESTIONES
GENERALES DE DERECHO PÙBLICO
Abg. Nelson A. Castañeda
Para cualquier observador promedio resulta característico que los órganos de control
penal solo actúen procesando y dando penas cuando la lesión al bien jurídico ya se haya
producido. Entonces surge la duda si el derecho penal protege eficaz y eficientemente
los intereses estatales.
El problema de la corrupción y los delitos contra la administración pública para ser más
concreto (la “corrupción” se ha generalizado como palabra), que es un problema latente
en los Estados, ha sido en Honduras uno de los mayores óbices de la construcción de
una democracia firme y transparente. La corrupción socava la legitimidad del Estado y
con ello su fundamento democrático, afecta el correcto funcionamiento de la
administración pública, el patrimonio estatal, el carácter público de la función, la ética
en el ejercicio de funciones públicas, con lo cual genera que se inserte en el colectivo
social la certeza de que la función pública se vende al mejor postor. Nada más ajena a
un sistema de economía donde todo se puede vender hasta la conciencia y valores de las
personas, sobre todo si son funcionarios o servidores públicos.
La lucha contra la corrupción si bien es cierto está en la agenda política, no tiene buenos
avances, después del desfalco del Instituto Hondureño de Seguridad Social (IHSS) se
sacó a la luz diversos y escandalosos casos de corrupción que se vienen dando desde
muchos gobiernos anteriores, por lo que se pensaba que íbamos por buen camino, pero
luego de esos primeros años, una administración de justicia inoperante, impunidad por
prescripción, y varios casos encubiertos de corrupción, ponen al descubierto que la
corrupción sigue imperando en nuestro país.
Conceptos básicos:
Para el derecho penal la administración pública (objeto de tutela penal) como bien
jurídico, significa:
Debe quedar claro que el titular del bien jurídico “administración pública” es siempre el
Estado. Entonces viene a constituir un sujeto pasivo genérico. Sin embargo, puede
hablarse de un sujeto pasivo específico (directo): la entidad estatal afectada o el
funcionario (en los casos de delitos cometidos por particulares).
Aún así no siempre existe identidad entre sujeto pasivo y víctima del delito. Pueden
haber agraviados directos distintos a los entes estatales (generalmente particulares) que
resultan lesionados en sus derechos o intereses con los actos vulneratorios del bien
jurídico “administración pública”. Por ejemplo, en el delito de abuso de autoridad, se
puede apreciar un sujeto pasivo y víctima diferenciados.
LA FUNCIÓN PÚBLICA
La función pública, como institución del derecho público, es una actividad del
ordenamiento jurídico – constitucional y legal, reservada a los órganos – instituciones y
se manifiesta por la voluntad de los órganos individuales (funcionarios públicos). Toda
función pública implica una esfera de atribuciones limitada por el derecho objetivo.
Características:
EL FUNCIONARIO PÚBLICO
6.-CONSECUENCIAS JURÍDICAS
El sistema de sanciones penales, para los particulares que delinquen afectando el bien
jurídico “administración pública”, utiliza: a)penas conjuntas, privativa de libertad e
inhabilitación (arts. 361, 364, 369, 371 segundo párrafo); b) penas alternativas:
privación de la libertad o prestación de servicios comunitarios (arts. 362, 370,371,372
segundo párrafo, 375); o , c) pena única (arts. 363, 365, 366,367,368,373) el nivel b de
penas es aplicable a los hechos delictuosos de menor gravedad.
En cuanto a los delitos especiales, es decir, los cometidos por funcionarios o servidores
públicos contra la administración pública, se hace uso de 4 clases de penas específicas:
a) privativa de libertad para todas las figuras penales, con excepción de la figura del art
381; b) multa (arts. 377,381); c) prestación de servicios comunitarios de modo
alternativo con la privativa de libertad (arts. 385, 387 tercer párrafo; y d) inhabilitación.
7.- PRESCRIPCIÓN
El sistema doble de prescripción de la acción penal que hace uso nuestro código,
prescripción ordinaria y extraordinaria, art 80 y 83 respectivamente es aplicable a estos
tipos de delitos.
Para las otras clases de pena que no sean privativas de libertad, prescriben a los tres
años.
Existen dos casos especiales, si el agente es menor de 21 años, entonces el plazo de
prescripción se reduce en al mitad (art 81) y el segundo caso especial que vamos a
desarrollar por ser de especial interés, es que si el delito es cometido por funcionarios o
servidores públicos es contra el patrimonio del Estado o de organismos sostenidos por
éste, el plazo de prescripción se duplica. El problema es determinar que tipo de delitos
que vulneren el bien jurídico “administración pública” se les debe aplicar este tipo de
prescripción especial.
En el marco legal actual, la prescripción puede ser ordinaria y extraordinaria, la primera
es igual al máximo legal de la pena para cualquier delito Art 80, y la segunda es la que
supera en la mitad del plazo ordinario de prescripción en los casos señalados en el Art
83. Entonces, por ejemplo el delito de concusión (8 años) prescribiría a los 12 años. Sin
embargo, aún a pesar que las penas no son tan benévolas, la justicia da cuenta
frecuentemente de casos de impunidad por prescripción. Esto evidencia que la
impunidad no se debe a una sola causa, sino que concurren diversos factores que
favorecen la prescripción como, por ejemplo, la estructuración de los procesos, la
funcionalidad de sus procedimientos, la demora de los procesos que se extienden
excesivamente en el tiempo, los recursos, formación y organización de los operadores
de justicia, la calidad de los autores de estos delitos, funcionarios públicos que hacen
uso de su posición de poder, conocimientos, capacidad económica para eludir la acción
de la justicia, distraerla y evitar que los procesos concluyan con una sentencia. Como se
puede observar, la impunidad de la corrupción no se debe únicamente al deficiente
marco normativo que regula la prescripción.
Nuestro ordenamiento jurídico en el art. 80 in fine, establece que en el caso de delitos
cometidos por funcionarios y servidores públicos contra el patrimonio del Estado o de
organismos sostenidos por éste, el plazo de prescripción se duplica. Sin embargo, tal
como está redactada la norma solo es aplicable a algunos delitos contra el patrimonio
del Estado. Entonces se establece dos presupuestos: delito cometido por funcionario o
servidor público, y que este afecte el patrimonio del Estado. Debido a ello han surgido
diversas interpretaciones, pero podemos ver res tendencias más concretas:
Interpretación restrictiva, aquellas que tienen como específico bien jurídico protegido el
patrimonio del Estado. Por lo tanto, esta interpretación solo abarcaría los delitos de
peculado (387 CP) y malversación de fondos (389 CP).
Interpretación extensiva, según la cual los delitos contra el patrimonio del Estado
comprende todos los que afecten directa o indirectamente al patrimonio del Estado, con
lo cual extiende la aplicación de la regla a un grupo mucho más amplio, todos los
delitos comunes cometidos por funcionarios públicos en agravio del patrimonio del
Estado, al delito de peculado en todas sus variantes, pero también delitos de cuyo
contenido no se aprecia un ataque (directo) al patrimonio estatal como, por ejemplo, el
delito de rehusamiento de actos funcionales, abuso de autoridad y otros similares.
Interpretación intermedia, la referencia legal a delitos que «afectan al patrimonio del
Estado» debe entenderse como ataque directo al patrimonio del Estado, con lo cual el
grupo de delitos comprendidos por esta norma será más amplio que el admitido por la
concepción restrictiva, pero menos amplio que el admitido por la concepción extensiva.
la regla especial será aplicable a los tipos penales de peculado, malversación, a todos los
demás delitos contra la administración pública en los que aunque el tipo penal no
considere bien jurídico protegido primariamente al patrimonio del Estado, sí se
desprenda de su configuración fáctica en el caso concreto una afectación directa del
patrimonio del Estado. Visto así, este ámbito podría comprender casos como los de los
delitos de corrupción de funcionarios (cohecho, enriquecimiento ilícito, etcétera) donde
el contenido del acto de corrupción tenga como objeto defraudar al Estado y afectar su
patrimonio gravemente.
Pero este debate ha sido zanjado por el Acuerdo Plenario 1-2010/CJ- 116 del 16 de
noviembre de 2010, la Corte Suprema señaló que «el fundamento esencial de la
duplicidad de la prescripción es la lesión efectiva del patrimonio del Estado realizada
por los funcionarios o servidores públicos», por lo que «es necesario que exista una
vinculación directa entre estos», es decir, una vinculación entre el funcionario y el
patrimonio estatal. Luego, según la Corte Suprema, la vinculación directa entre el
funcionario y el patrimonio se dará cuando concurran tres presupuestos: Primero, «que
exista una relación funcional entre el agente infractor especial del delito —funcionario o
servidor público— y el patrimonio del Estado». Segundo, «el vínculo del funcionario o
servidor público con el patrimonio del Estado implica que este ejerza o pueda ejercer
actos de administración, percepción o custodia sobre bienes públicos». Tercero, «puede
servir como fuente de atribución de dicha posición y facultad funcionarial una orden
administrativa y, por tanto, es posible que a través de una disposición verbal se pueda
también transferir o delegar total o parcialmente el ejercicio de funciones concretas de
administración, percepción o custodia sobre bienes públicos al funcionario o servidor
que originalmente por su nivel y facultades específicas no poseía».
Esta interpretación ha recogido en parte la tesis restrictiva, siendo entonces los delitos
en las cuales se aplican esta regla especial los de peculado y el de malversación de
fondos, dejando de lado el cohecho que es uno de los delitos emblemáticos de casos de
corrupción.
Es por ello también que se ha reforzado la tesis de la imprescriptibilidad de los delitos
de corrupción. Pero habría que preguntarse es equiparable los delitos de corrupción con
los de lesa humanidad, eso habría que analizar, sobre todo a nivel del injusto, y el daño
realizado y el bien jurídico protegido, para consideraros después delitos de “lesa
Estado”. Que no está legitimado en ninguna Convención mencionada anteriormente.
Segundo aspecto es el de la jerarquía y valores protegidos en nuestro ordenamiento
jurídico siendo principalmente la vida, la salud, la libertad del individuo, sobre el
Estado, si sería de alguna forma invertida volveríamos a las leyes decimonónicas de los
delitos de Lesa Majestad, analizados por Beccaria. Lo cual no sería coherente ni
consistente.
Por último la proporcionabilidad y razonabilidad de la medida, puesto que siempre los
delitos contra la humanidad vana a ser de mayor gravedad, que los cometidos contra la
administración pública, y la medida que se pretende imponer es igual al suplicio de estar
perseguido permanentemente, persecución ad infinitum, quizás por aquellos platos rotos
no cometidos, y que ocurren comúnmente, puesto que siempre la soga se corta por el
lado más débil.
La sugerencia sería aplicar la interpretación intermedia a través de una reforma
legislativa, pero entendiendo que si no hay una verdadera investigación y actuación del
Ministerio Público en su función, para evitar casos de impunidad por prescripción y a la
vez que sean aquellas personas que están en las esferas altas, a las que nunca se les
imponga una sanción penal en los casos de delitos contra la administración pública –
especialmente los de corrupción.
No legislado en los anteriores códigos penales, el tipo penal tiene un escaso contenido
de lesividad penal, es por ello que en el derecho comparado no proveen una pena
privativa de libertad, sino una pena de multa; o, simplemente no le otorguen relevancia
penal a título delictivo.
8.2.1 BIEN JURÍDICO PROTEGIDO
Proteger a la administración pública en su exclusiva función de otorgamiento de
embleas, distintivos, títulos y honores oficiales, de la posibilidad del descredito y
vulgarización de dicho monopolio.
8.2.2 SUJETO ACTIVO Y PASIVO
Cualquiera, tanto particular, funcionario público o servidor público o un militar. Puede
ser como autor directo o indirecto (inmediato y mediato)
Titular del derecho y sujeto pasivo del delito: El estado.
8.2.3 COMPORTAMIENTOS TÍPICOS
PRIMERA MODALIDAD: Ostentar públicamente insignias o distintivos de una
función o cargo que no ejerce.
Verbo rector: ostentar, es decir, hacer visible o patente una condición o calidad, una
vez en poder o tenencia de signos oficiales, los muestra en afán o interés de diversa
índole que el tipo penal no especifica, carece de relevancia el móvil, pero siempre y
cuando esta produzca una posibilidad de lesión o peligro del bien jurídico protegido.
Requisitos:
La publicidad de la ostentación
La ilegitimidad del acto de ostentar (sin que exista derecho que ampare ese
comportamiento)
El objeto de la ostentación pública
Insignias.- Señales o emblemas usuales u honoríficos de carácter oficial que acompañan
al funcionario o servidor público. Ejemplo: medallas, anillos, carnés y demás instintivos
de índoles oficial.
Distintivos.- Depende mucho de las jerarquías o funciones distintas, son distintivos por
ejemplo los matices cromáticos de las bandas, el tipo de uniforme, los galones y
estrellas militares. Quedan fuera del tipo, las replicas o falsificaciones de las mismas.
A nivel de códigos penales no existe referencia en el país. Estamos frente a una figura
delictiva especial que criminaliza los actos ejecutivos de apoyo o ayuda al ejercicio
ilegal de la profesión, imputable al profesional. Se ha elevado a nivel de autoría un caso
de participación necesaria, otorgándole calidad delictiva autónoma. Tipo penal de
acurdo a la coyuntura pues se ha elevado a niveles alarmantes la práctica del ejercicio
profesional sin título.
8.4.1 BIEN JURÍDICO PROTEGIDO
Proteger a la administración pública frente a un específico comportamiento de los
profesionales que desvirtúa el sentido exclusivo de la habilitación otorgada para el
ejercicio de las profesiones.
8.4.2 SUJETO ACTIVO Y PASIVO
S. Activo, el profesional, es decir, el que ha sido titulado a nombre de la nación para
realizar el ejercicio de la profesión.
Sujeto pasivo, el Estado.
b) Sujeto pasivo
El Estado y el funcionario, autoridad o servidor público, que se ve amenazado por la
violencia o la amenaza para ejercer sus funciones.
9.1.3 ELEMENTOS CONSTITUTIVOS
a. Cualquier persona hombre o mujer que sin alzamiento público
b. Usa la violencia a la amenaza o impide a una autoridad o a un funcionario o servidor
público a ejercer sus funciones
c. Le puede obligar a practicar un determinado acto de sus funciones o le estorba en el
ejercicio de estos.