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Patrón de Conducta Tipo A y

estilos de aforamiento

Por Equipo editorial. 13 marzo 2018

Surge del trabajo de Friedman y Rosenman, quienes


definen el patrón de conducta del riesgo coronario o
Tipo A, como un: complejo de características de acción-
emoción, mostrado por individuos que están
comprometidos en un esfuerzo crónico para obtener un
número ilimitado de cosas pobremente definidas de su
entorno, en el período más corto de tiempo y, si es
necesario, contra el esfuerzo opositor de otras cosas o
personas de su mismo ambiente.
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Índice
1. Patrón de Conducta Tipo A
2. Estilos de Afrontamiento
3. La Percepción de Control

Patrón de Conducta Tipo A


Según Friedman y Rosenman los rasgos que caracterizan
a la persona Tipo A son los siguientes:
1. un afán intenso y constante por conseguir metas
establecidas por el propio individuo, pero usualmente
pobres;
2. una marcada tendencia a la competitividad;
3. una alta motivación de logro;
4. implicación en varias tareas y trabajos al mismo tiempo:
tendencia a la realización apresurada de todo tipo de
funciones, tanto físicas como mentales;
5. y un estado de alerta permanente.
Los aspectos más críticos de la conducta Tipo A son
excesos de agresión, apresuramiento y competitividad. Así,
las personas que típicamente muestran este particular
patrón de conducta son llamadas individuos Tipo A, y
quienes muestran el tipo de conducta opuesto -un estilo
satisfactoriamente relajado, no apresurado y maduro-
son designados Tipo B.
La persona Tipo B también puede estar interesada en
progresar y ganar, pero tienden a proceder con el ritmo de
la vida, más esforzándose constantemente contra él. Así
pues, el patrón de conducta Tipo A, es definido como un
conjunto motivacional-emocional, pero en el fondo del Tipo
A lo que define este patrón de comportamiento es su
peculiar estilo de afrontamiento, basado en un uso abusivo
de estrategias activas, junto con la presencia de respuestas
emocionales de hostilidad y apresuramiento; las cuales son
las responsables de sus nefastas consecuencias.
Sin embargo, el patrón de conducta Tipo A no sólo está
definido por los posibles efectos negativos en su
interacción con el estrés, sino también por los positivos.
Desde este enfoque, los efectos del estrés tanto positivos
como negativos, se producen conjuntamente y de forma
indisoluble. Los efectos positivos que obtendría el Tipo A
de su interacción con el estrés, se centrarán en conseguir
reconocimiento social, obtención de bienes materiales, alta
autoestima y una sensación de abundante energía
fisiológica para enfrentarse a cualquier problema, como
consecuencia de exceso de producción de norepinefrina.
Por el contra, los efectos negativos serán también amplios,
afectando a corto y medio plazo a la actividad cognitiva,
conductual y fisiológica; y a largo plazo episodios
coronarios. Así pues, los efectos negativos aparecen como
efectos secundarios, no buscados, de los efectos positivos.
Altos niveles colesterol y triglicéridos La evidencia
existente, demuestra que el patrón de conducta Tipo A no
está determinada genéticamente, sino que es adquirido.
Existen dos tipos de antecedentes que determinan el
desarrollo del Tipo A:
1. unos son de carácter externo al individuo y primarios en
cuanto a su acción, los antecedentes sociales y culturales;
2. y otros son de carácter interno y secundarios en su acción,
los antecedentes personales derivados del proceso de
aprendizaje.
Podemos concluir que los factores cognitivos-
comportamentales de predisposición al desarrollo de
trastornos coronarios y de persistencia en el patrón de
comportamiento están compuestos por estrategias
comportamentales y cognitivas, así como limitaciones y
carencias en las habilidades de afrontamiento que se
reducen a estrategias activas; que si bien reducen el
estrés, no obstante aumentan el riesgo de desarrollar
trastornos.

Estilos de Afrontamiento
En cualquier situación de afrontamiento intervienen otros
aspectos estructurales tales como las creencias, los
compromisos, la historia personal previa de afrontamiento,
etc.
Es preciso diferenciar entre estilos de afrontamiento y
estrategias de afrontamiento:
 Estilos de afrontamiento: predisposiciones personales
para hacer frente a las situaciones y son los responsables
de las preferencias individuales en el uso de unos u otros
tipos de estrategia de afrontamientos, así como de su
estabilidad temporal y situacional.
 Estrategias de afrontamiento: procesos concretos que
utilizamos en cada contexto y son altamente cambiantes
dependiendo de las condiciones desencadenantes.
Existen tres dimensiones básicas a lo largo de las cuales
se sitúan diferentes estilos de afrontamiento:
El método empleado en el afrontamiento:
 El estilo de afrontamiento activo: moviliza esfuerzos para
los distintos tipos de solución de la situación.
 El estilo de afrontamiento pasivo: no hacer nada
directamente sobre la situación, sino simplemente espera
a que cambien las condiciones.
 El estilo de afrontamiento de evitación: evitar o huir de la
situación y/o sus consecuencias.
La focalización del afrontamiento:
 dirigido al problema: manipular o alterar las condiciones
responsables de la amenaza.
 dirigido a la respuesta emocional: reducir o eliminar la
respuesta emocional.
 dirigido a modificar la evaluación inicial de la situación:
reevaluación del problema.
La actividad movilizada en el afrontamiento:
 El estilo de afrontamiento cognitivo: los principales
esfuerzos son de tipo cognitivo.
 El estilo de afrontamiento conductual: principales
esfuerzos están por comportamientos manifiesto.

La Percepción de Control
Selye distinguió entre un tipo de estrés que sería positivo y
que denominó agradable(enstress)y otro tipo que sería
negativo y denominó desagradable (distress). Estos dos
tipos de estrés son a su vez independientes de la magnitud
e intensidad del estresor. El que el estrés sea positivo o
negativo, depende del grado de control que se pueda
ejercer sobre el estresor: a) Si el estresor es controlado y
predecible, incluso buscado por la persona, tendríamos que
el estrés positivo. b) Si el estresor es incontrolado e
impredecible para la persona, tendríamos que el estrés
negativo. Un desencadenante o suceso estresante
es incontrolable cuando la probabilidad de que dicho
evento ocurra es independiente de la respuesta del sujeto.
Por el contrario, un desencadenante o estresor es
controlable cuando la probabilidad de que ocurra depende
de la respuesta emitida por el sujeto.
La exposición a estresores incontrolados moviliza el patrón
de respuesta al estrés, además de producir cambios
importantes en el comportamiento de la persona. Por otra
parte, podemos decir que un estresor es predecible por un
estímulo, cuando la probabilidad del estresor en presencia
del estímulo es mayor que la probabilidad del estresor en
ausencia del estímulo. Por el contrario, es impredecible si
la probabilidad del acontecimiento en presencia del
estímulo es igual a la probabilidad del acontecimiento en
ausencia del estímulo. El poder predecir la ocurrencia de
un estresor produce efectos positivos en todo el proceso:
genera una menor activación psicofisiológica, menor
respuesta emocional negativa y una valoración menos
estresante de la situación. Seligman denomina miedo al
estado emocional agudo que surge cuando una señal
predice un acontecimiento estresante y denomina
ansiedad, al miedo crónico que se produce cuando un
acontecimiento estresante está cerca o es impredecible.
Este artículo es meramente informativo, en Psicología-
Online no tenemos facultad para hacer un diagnóstico ni
recomendar un tratamiento. Te invitamos a acudir a un
psicólogo para que trate tu caso en particular.
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