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ra. Lisboa.
3. Aires Mateus. Proyecto de hotel en campo de golf.
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traste de masas y vacíos, de luces y som- espacio en algunos de sus proyectos (p. ra high-tech, Se elige el material en fun- 189
bras, de gravidez y de proporciones, los ej., en el hotel en Dublín o en el hotel ción de sus cualidades para imponer-
ingredientes de su arquitectura. del Bom Sucesso ligado al campo de le una geometría pero la manipulación
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El cambio de paradigma que las he- golf (ver fig. 3) resulta revelador. que sobre él se ejerce también depen-
rramientas informáticas han introdu- Su lectura de pesos y equilibrios en- de de ellas.
cido en la concepción y en el desarro- tre la masa y el vacío, entre el hueco joao Belo Rodeia 5 escribía sobre los
llo del proyecto resulta incuestionable; para habitar y la materia que lo defi- dibujos como exploración proyectual
muchas geometrías complejas de la ar- ne, que lo hace posible y que permite del proceso de excavado o vaciado de
quitectura reciente de Eisenman o a la luz -en sus ausencias- terminar de la materia que caracteriza la arquitec-
Gehry serían imposibles de desarrollar esculpir dichos vacíos hacen que, pa- tura de los hermanos Mateus:
o construir sin ayuda de dichas herra- ra dicha arquitectura, dicho material
Parecen concentrar y excavar siempre,
mientas. Por el contrario la arquitec- sea idóneo para trabajar. No imagi- agrietando, sustrayendo y/o encastrando,
tura de los hermanos Aires Mateus, no namos la elección del mismo material forzando la figuración hacia una especie
requiere de semejantes sofisticaciones; para las maquetas de una arquitectu- de concepto dibujado.
la sencillez geométrica que la caracte-
riza no necesita de modelizaciones tri-
dimensionales en el espacio virtual. La
concepción del espacio engendrado por
sustracción encuentra en las maquetas
y en su materialidad una herramienta
adecuada a su estrategia proyectual.
Así describía Leopoldo Uría 4 a vue-
lapluma la relación entre los dibujos,
las maquetas y su proceso de proyec-
to en el coloquio que se desarrolló tras
la citada conferencia:
... tienes una relación entre proyecto y di-
bujo que yo diría que es clásica, tranquila
y limitada (y limitada no lo digo en un sen-
tido negativo, sino en cuanto que parcial).
Es clásica porque el desarrollo gráfico de
tus proyectos yo diría que es tradicional:
se van generando, se van produciendo y se
acaban. Es tranquila porque recoge una
relación equilibrada entre tus estrategias
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proyectuales y tu estrategia gráfica ... En
cambio, cuando el proyecto está hecho y
lo tienes que narrar, recurres poco al di-
bujo; la maqueta nos cuenta más tus pro-
yectos que tus dibujos.
190 La calidad el resultado final suele común a cierta tradición portuguesa de Manuel Aires Mateus 7 habla del di-
depender, en buena medida, del cami- representación. Se diría que estamos ante bujo en el inicio del proyecto:
un trabajo dentro o a partir de las entra-
no recorrido para llegar a él; en el ca- Pero el dibujo más importante creo que
ñas de la tierra, unas veces más viscoso,
so del proyecto, el proceso que se ha otras más pétreo, entre el barro y la roca es el que haces para concretar ideas de
seguido para resolver dicha arquitec- [ver serie vivo Serra d'Aire de la fig. 4]. proyectos. A mi me interesa mucho un di-
tura. Por ello nos interesa analizar aquí bujo que es en parte dibujo, en parte tex-
Los dibujos expresan una materia- to, en parte matemática ... una especie de
la estrategia proyectual de los herma-
lidad que la línea fina del instrumen- representación de todo lo que puedes pen-
nos Aires Mateus. En este sentido, Be-
to no puede generar per se por lo que sar al mismo tiempo. Estas son tres pá-
lo Rodeia 6 ha escrito sobre los dibu- ginas de un cuaderno de dibujo [ver fig.
jos de ideación: recurre a grafismos -agrupaciones de
4] para hacer una casa individual. Estaba
líneas y rayados- para representar lo muy preocupado con la idea de hacer un
En general, estamos hablando de bocetos
material como lo denso y rayado, fren- espacio principal que fluye por todos los
bidimensionales, densos y miniaturizados,
te al espacio como lo vacío y blanco. espacios. Este espacio principal es lo que
normalmente en blanco y negro, casi in-
Rodeia habla de la tradición opuesta llamamos un espacio blanco, porque es
fantiles, que presentan series secuenciales
refiriéndose a los dibujos de Siza, en un espacio entre otros más pequeños, que
de cada problema ... A pesar de que siguen
son habitaciones y cosas que hacen ellí-
buscando y fijando los trazos en los que los que la predilección por la línea es
mite de la casa. Y así, tienes el espacio
la forma cobra sentido, ahora amalgaman determinante; apenas hay en ellos un principal y los límites, que son otros es-
emplazamientos, programas y cierta la-
mínimo rasgo de construcción de man- pacios, porque en realidad lo que quería-
tencia maté rica que proviene de su res-
pectiva densidad, muy lejos de la delica- chas para representar ya sea la luz y la mos era dibujar con muros muy gruesos.
deza de las líneas y los contornos que es sombra, ya sea la materia y el espacio.
..•
8/ Manuel AIRESMATEUS,op. cit. 9/ BELORODElA,Joao. Sobre un recorrido; 2G, nO 28, 2003, p. 12
10 ¡Eduardo Chillida, Cuaderno de notas.
5. Proyecto vivo unifamiliar. Serra d'aire.
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do lugar o situación se ve enfatizado 193
cuando inesperadamente desaparece o
ya no está. Es el frustrado contraste
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con respecto a nuestra expectativa lo
que hace de la ausencia un poderoso
recurso expresivo.
La dialéctica de los opuestos ante-
riormente citados constituye, junto con
los conceptos de escala y de orden, par-
te de ese aleph atemporal de invarian-
res de la arquitectura. El problema de
la escala es, en buena medida, una de
las dos fronteras que separan la ar-
quitectura de la escultura; la otra es la
necessitas de Alberti 14. Sin embargo,
en lo que se refiere a la dialéctica del
espacio y la materia (ver figs. 7 y 12),
muchos de los ingredientes son comu-
nes en arquitectura y escultura. Oc-
tavio Paz 15 recoge esas claves en la es-
cultura de Chillida:
Los protagonistas son los mismos; me-
jor dicho, el protagonista: el espacio en
sus metamorfosis. Las nuevas formas son
sólidas, pesadas, como si fuesen los pila-
res o sostenes del rnu ndo , Sólo que esas
construcciones férreas no sostienen nada,
son esqueletos vacíos, deshabitados. En-
tre sus paredes metálicas y por sus corre-
dores ásperos o lisos no pasa nadie sino
el viento. El hierro edifica vastas terrazas
y altos parapetos, cava secretas cámaras
y profundas galerías para un pueblo in-
tan próxima al lenguaje arquitectóni- o la dureza, la fragilidad o la plastici-
corpóreo. Rudos homenajes de las formas
de! espacio en su manifestación más sen- co. Para todo escultor dad, la rigidez o la flexibilidad, la iso-
sible y, al mismo tiempo, más abstracta y el problema de la forma está ínti- tropía o la anisotropía de dicho mate-
filosófica: la vacuidad. Tensión contra- mamente relacionado con el del mate- rial. La huella de su conformación, el
dictoria: las formas quieren colonizar al rial; Chillida no es una excepción. Las rastro de la génesis de su transforma-
espacio pero e! triunfo del espacio es la
cualidades intrínsecas del propio ma- ción por la acción del escultor quedan
anulación de las formas.
terial determinan en gran medida có- así fosilizados en la materia, en su ca-
Las referencias a la arquitectura en mo puede y debe ser trabajado. Cua- pacidad de ser madera, hierro, grani-
el rico lenguaje descriptivo de Paz es- lidades que no son otra cosa que sus to O alabastro y haber tenido que
tán cargadas de intención. Porque, propiedades físicas. Otra vez la Físi- adoptar una determinada geometría
efectivamente, esa pugna entre el es- ca con sus leyes que prescriben la ver- impuesta o descubierta por la mano
pacio y la materia tan característica de dadera naturaleza de uno u otro ma- del hombre. Octavio Paz 16 escribe a
la obra de Chillida es 10 que la hace terial; leyes que establecen la ductilidad propósito de la obra de Chillida:
9 Y 9 bis. Proyecto vivienda unifamiliar en el litoral del 17 / Octavio PAZ. op. cit.
Alentejo. 18/ Juan Miguel OTXOTORENA. Arquitecturas excavadas. A propó
sito de los proyectos de los hermanos Aires Mateus.
Arquitecturas de autor 25.
194 Obra singular entre todas pues en ella se tamente atenta a la centralidad de la idea
conjugan dos direcciones opuestas del ar- de espacio en el propio proyecto.
te contemporáneo: la atracción por la ma-
teria y la reflexión sobre la materia. La es- La oposición entre la materia y el es-
cultura de Chillida nos impresiona, a pacio arrancado a ella es lo que rela-
primera vista, por su acentuada materia- ciona la arquitectura de los dos portu-
lidad: más que formas en hierro o grani-
gueses y la obra de ambos escultores
to, sus esculturas son el hierro mismo, el
granito en persona.
vascos. Esta cualidad es, sin duda, la
que imprime a la arquitectura de aque-
En los procesos sustractivos típica- llos su sello característico. Su obra tras-
mente operados en piedra en la obra ciende por su afinidad hacia lo mate-
de Chillida encontramos ecos de ar- rial en contraste con la tendencia
quitecturas excavadas como las de Pe- opuesta que ha marcado la arquitec-
tra o las de algunas tumbas egipcias. tura moderna desde sus inicios. Su con-
La arquitectonicidad de la obra de Chi- cepción de una espacialidad generada
llida contrasta con algunas arquitec- por sustracción de la materia pertene-
turas del pasado, que por su marcado ce al linaje conceptual de la arquitec-
carácter escultórico podrían relacio- tura de la antigüedad, de la arquitec-
narse apriorísticamente como obras tura excavada como en los hipogeos o
emparentadas; nada más lejos de la en Petra. La materia que delimita al es-
realidad. Así escribe Paz 17: pacio no lo hace con la misma intensi-
La arquitectura de la India y de los Ma-
dad en el caso de que la proporción en-
yas fue realmente escultura arquitectóni- tre el espacio confinado y la delgadez
ca: el templo concebido como una esta- de sus límites materiales sea mayor o
tua divina cubierta de ornamentos y menor. Así, cuando experimentamos la
atributos; la escultura de Chillida, en cam- espacialidad que encierra un edificio
bio, es profunda y radicalmente arquitec-
tan notable como el Pantheon, no po-
tura: construcción de un espacio, no so-
bre sino en y dentro del gran espacio. demos evitar comparar la sección de
sus muros, frente al espacio que deli-
Estas relaciones entre la escultura mitan. Los casetones de su bóveda y
de Chillida, e incluso con la de Otei- los nichos de los muros evidencian la
za, y la arquitectura de los hermanos cantidad de materia y la profundidad
Aires Mateus las ha apuntado Juan de la envolvente de ese espacio unita-
Miguel Otxotorena 18 de esta manera: rio. Nuestra percepción del mismo no
sería la misma si se tratara de una del-
Los trabajos de autores tan significativos
[Chillida y Oteiza] nos han habituado a re-
gada piel sin apenas espesor.
lacionar su poética del vacío con una ins- Esa monumentalidad a la que ante-
piración arquitectónica de la tarea escul- riormente hacíamos referencia está pre-
tórica que radica en la centralidad del papel sente, de alguna manera, en la obra de
del espacio en ella. La exploración de esa los hermanos Mateus. El peso del ele-
poética pasa en sus realizaciones por la asig-
mento material frente al vacío en una
nación al espacio del mayor protagonismo
estético y conceptual... La arquitectura de
composición determina buena parte de
los hermanos Aires Mateus parece decan- la sensación que tenemos de su gravi-
tarse claramente por la opción más direc- dez. La grandiosidad de las ruinas ro-
19/ Eduardo CHILlIOA, Cuaderno de notas. 10. Aires Mateus. Secciones y maqueta. Ciudad de la
Cultura en Lisboa.
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manas se debe, tanto o más que a su ta- vida), materia habitada (escala pe-
maño, a las colosales dimensiones de los queña como jerarquía subordinada,
cerramientos estructurales -lo material- servidora del espacio y entendida co-
en comparación con los espacios que de- mo límite). El tratamiento que hacen
limitan: la escala propia de la forma. del espacio gira entorno a los concep-
Ahora bien, el espacio arquitectó- tos de materia sustraída y jerarquía es-
nico con el que trabaja Chillida es el pacial. Sin embargo, al vaciar la ma-
resultado de una reflexión acerca de la teria no establecen la dicotomía de la
dualidad espacial y material de la rea- arquitectura de la antigüedad materia
lidad en un plano abstracto. El propio vs. espacio a través de un límite sóli-
escultor escribe a propósito de este te- do. Podríamos decir que establecen un
ma 19 "Los espacios en los que traba- orden intermedio, una transición gra-
jo son virtuales o inaccesibles". Debe- dual entre la materia y el espacio, una
mos acercamos a la obra de Chillida piel que aparentemente contiene tan-
como a un universo de formas y geo- to estructura como cerramiento pero
metrías ligadas a su materialidad y, por que es a la vez un nivel intermedio de
tanto, a su realidad como esculturas densidad de la materia, el límite que se
en las que, sin embargo, hay una ex- convierte en materia habitada al tiem-
tensa y sincera reflexión tanto acerca po que servidora del espacio protago-
del espacio como de la propia materia. nista; en suma, la densidad de lo ex-
En la estrategia proyectual de los her- tenso en el sentido de Spinoza. Esta
manos Aires Mateus se establecen tres densidad contrasta con la desmateria-
niveles de jerarquía conceptual: mate- lización y la transparencia progresivas
ria (gestación del espacio como sus- de la arquitectura contemporánea. Es-
tracción de la materia), espacio (gran tamos pensando en Serra d' Aire, en el
escala como jerarquía superior y ser- Litoral Alentejano, o en la Ciudad de
11. Proyecto para la Ciudad de la Cultura en Lisboa. 20 / Manuel AIRES MATEUS, op. cit.
21/ Lao-Tse, Tao Te-Ching.
Concepción.