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LOS DOCE AÑOS DE BALAGUER (1966-1978

Siguiendo el establecido en el Acta de Reconciliación


Nacional Dominicana, el presidente Héctor García Godoy se
dedico casi con exclusividad a la organización de las
elecciones generales. Dichas elecciones marcaron el
predominio del bipartidismo en la política dominicana, al
ser polarizadas entre el Partido Revolucionario Dominicana
y el partido Reformista. El primero, tenía estrechos vínculos
con los sectores que habían impulsado el movimiento
constitucionalista, mientras que el segundo alimentaba sus
filas captando los seguidores del desarticulado Partido
Dominicano.
Bajo la consigna de “Revolución sin sangre”, Joaquín
Balaguer dio a su campaña un tono conciliador y de
concordia. Su oferta electoral se concentraba en lograr de
manera pacífica las transformaciones que exigían el país, y
en reivindicaciones inmediatas que favorecían a los más
necesitados. Juan Bosch, en cambio, replanteaba el
programa reformista-liberal que había causado su
deposición del poder del poder en septiembre de 1963. Su
propuesta de campaña, y la reciente experiencia de la
guerra de abril, hacían que sus partidarios asumieran un
discurso agresivo, violento. Así lo mostraban en una de sus
consignas al expresar que: “si Juan Bosch no coge el mando
volveremos a los comando”.
Favorecido por el clima de inseguridad que impedía al
profesor Bosch llevar a cabo una campaña electoral más
allá de la radio, y por el abierto respaldo de los Estados
Unidos, Joaquín Balaguer gano las elecciones nacionales
celebradas el 1 de junio de 1966. Al mes siguiente, una
nueva etapa quedaba abierta en la sociedad dominicana,
con su juramentación como presidente de la república.
Con el ascenso de Joaquín Balaguer a la presidencia de la
República se planteaban tres metas inmediatas, a saber: la
desarticulación del movimiento popular que había apoyado
la insurrección de abril, fortalecer el poder del estado a
través del fortalecimiento de los sectores sociales y
económicos que en el inciden, y lograr un clima político que
favoreciera la inversión extranjera, particularmente de
Estados Unidos, en el país.

POLITICA ECONOMICA
El modelo de desarrollo económico adoptado por el
presidente Balaguer fue el conocido como bonapartista.
Este consiste en el fortalecimiento de la influencia del
Estado en el proceso de acumulación de capitales, lo que
permite mayor control estatal del aparato productivo y de
las políticas económicas a ejecutar.

La puesta en práctica del modelo bonapartista no fue difícil


para el país, pues el gobierno contaba con 15 empresas y 12
ingenios expropiados de Trujillo. Organizadas en el Consejo
Estatal del Azúcar (CEA) y en la Corporación de Empresa de
Empresas Estatales (CORDE), se conformo atreves de la
empresas una burocracia civil y militar que, a cambio del
ejercicio de una corrupción administrativa generalizada,
sirvió de sostén al régimen de los doce años. Como ejemplo
de esta afirmación destaca la explicación de Balaguer,
quien, asediados por las acusaciones de que en su
administración se cometían actos doloroso, sentencio; la
corrupción se para en la puerta de mi despacho.

Al tiempo que el bloque de poder se fortalecía alrededor de


la figura política de Balaguer, se ponía en práctica un
modelo de desarrollo basado en un endeudamiento
externo, y en las inversiones y ayuda técnicas de los Estados
Unidos. Para favorecer este proceso se sustituyeron las
leyes de Trujillistas que limitaban la inversión extranjera por
la ley 299, relativa al incentivo y protección del desarrollo
industrial. Mediante esta fueron rebajados algunos
impuestos y exonerados los correspondientes a la
importación de materias primas. También se hizo más
baratas las fuerzas de trabajo con la congelación de los
salarios.
POLITICA REPRESIVA

El ambiente revolucionario dejado por la guerra de abril fue


enfrentado sin contemplaciones por el régimen del
gobierno de los doce años de Balaguer. Para tales fines,
sostiene la prensa de la época, conto con la asesoría y el
entretenimiento de organismo de seguridad de Estados
Unidos. De modo que el “nuevo amanecer” prometido en la
campaña electoral se cambio por dolor y amargura para los
hogares dominicanos. Solos quienes habían renunciados a
los postulados constitucionalistas quedaron libre de la
persecución que terminaban con la cárcel, el exilio, la
desaparición o la muerte.

A pesar de autodenominarse como el candidato de la paz,


durante el régimen de Balaguer, especialmente durante los
primeros ocho años, era limitada la seguridad individual en
el país. Con el pretexto de que se buscaban armas o
pruebas que mostraban la afiliación comunista, la
población, muy especialmente los jóvenes, se veía sometida
a constante atropellos, intimidación y censura. Como
explicación ante ese exceso, el propio presidente exonero
de culpa al gobierno al afirmar que se trataba de fuerza
incontrolable. Para control de quienes habían conformado
los comandos populares, y de cualquier otra manifestación
de oposición, en gobierno permitió en ascenso social de
muchos de los luchadores constitucionalista. Gracias a las
facilidades para viajes, riquezas, honores y prestigio,
Balaguer logro alejar en poco tiempo a los sectores
populares que habían luchado unidos en la guerra de abril.
De ese modo, a mediados de los años setenta, las
Demandas colectivas de reforma de gobierno iban
cediendo a las solicitudes y caprichos individuales.

A tales fines también fueron utilizados los grupos castrenses


y las bandas paramilitares. En ese último caso destaco la
formación a finales de 1970 del Frente Democrático
Anticomunista y Antiterrorista, mejor conocido como la
Banda Colora. Su membrecía estaba compuesta por
antiguos militares de la izquierda, y por marginados sociales
seleccionados por su propensión al delito. Durante el año
en que se estuvo operando, La Banda Colora sometió al país
a un terror colectivo, siendo su expresión de mayor horror,
según se ha hecho eco el pueblo, el asesinato de cinco
dirigente del Club Héctor J. Díaz.

Al agotarse el siglo de la Banda Colora, el gobierno ya


estaba en capacidad de ejercer el control de la población
mediante los mecanismos formales del Estado. Esto había
sido posible mediante la ejecución de importantes partidas
presupuestarias en seguridad y defensas ascendentes a 94.5
millones de pesos en 1977. Fruto de esos recursos, la Policía
Nacional pudo asumir el rol de guardar el orden público,
mientras los grupos castrenses defendían abiertamente al
gobierno.
Fin del Gobierno de los Doce Años

Las posibilidades de lograr una tercera reelección eran


escasas para el presidente Balaguer en 1978. Para ese año,
la crisis que venía afectando el modelo reformista, basado
en el clientelismo y en el estilo centralizador de la cosa de
Estado, había avanzado tanto que no era posible repetir las
experiencias de las cuestionadas elecciones de 1970-1974.
Dicha crisis obedecía a la combinación de una serie de
factores, de los cuales destacan los siguientes:

.Las contradicciones entre los grandes propietarios de tierra


y el gobierno despertadas por la ley relativa a la reforma
agria;
.El rechazo de la elite burocrática civil y militares a las
demandas democráticas y de participación hechas por los
sectores medios y una parte de la burguesía que ya estaba
en capacidad de medir fuerzas con el presidente Balaguer;
.El surgimiento de importante grupos de presión urbanos:
gremios, asociaciones, colegios de profesionales, que
escapaban al control gubernamental;
.La efectiva oposición del Partidos Revolucionarios
Dominicano, hecha a partir de su alejamiento del
radicalismo populista y de su alianza con sectores burgueses
adversos a la continuación de Balaguer en el poder;
.El desplome de los precios de los principales productos de
exportación, particularmente el azúcar.
EL PAPEL DE LA BANDA COLORA

El frente Democrático Anticomunista y Antiterrorista mejor


conocido como la Banda Colora, fue un grupo parapolicial al
servicio de Joaquín Balaguer, que opero en Santo Domingo
con fama nacional e internación en los años de la década
de 1970.

Fue creada por el ex mayor general Enrique Pérez y Pérez


para romper huelgas, también hacia sus aportes al extender
el personal de los “servicio de seguridad” que se encargaría
luego de perseguir, reprimir, torturar y desaparecer jóvenes
revolucionarios.

Durante la permanecía de esta banda que fue creada y


comandada por el Gral. Enrique Pérez y Pérez, de 1970 a
1978 perdieron la vida a manos de este grupo; Tito Monte,
Amín Abel Hasbun, Flavio Suero, Sagrario Elcira Díaz
Santiago, Gregorio García Castro, Orlando Martínez,
Amaury Germán Aristy y otros tres compañeros del
movimiento Los Palmeros.

Unos de los actos más bochornoso y repudiado de esta


banda fue el asesinato de cinco jóvenes que residían en el
barrio 27 de febrero y pertenecían al Club Héctor J. Díaz. Los
cinco jóvenes fueron encontrados Torturados y mutilados.

Esto origino que el presidente Joaquín Balaguer para callar


las protesta y aparentar no estar de acuerdo con los hechos,
cambio al jefe de la policía general Pérez y Pérez y nombro
en su lugar Neit Nivar.

Durante mucho tiempo, esta banda tuvo también dirigida


por Ramón Pérez Martínez (MACORIS).

Macorís, en una entrevista que le hiciera la periodista


Yolanda Martínez, primero pone en claro que su paso de la
izquierda revolucionaria al extremo como cabeza del Frente
Reeleccionista y Anticomunista (en ese tiempo “la banda
colora”) fue una respuesta a los golpe, traiciones y
desengaño de compañero que, tras los conflictos en torno
“al carácter de la revolución” y haberlo dejado
prácticamente indefenso y en el aire, en un momento dado
lo buscaban y perseguían por un lado, mientras la policía lo
hacía por el otro.

Pérez Martínez refiere que la creación del cuestionado


grupo no fue obra del gobierno ni de la jefatura policial,
como se vendió, sino de agente de la embajada de Estados
Unidos en el país con una línea de casería de las principales
figuras de la izquierda dominicana, haciendo énfasis en el
agregado político de la época. Dijo que estando preso en la
policía, el general Nivar lo mando a buscar y le pidió que
incriminara a Pérez y Pérez en la muerte de los cinco
jóvenes del Club Héctor J. Díaz, a lo que se negó porque
sabía que el autor era un oficial hijo del general Álvarez, a
quien se le fue la mano y mato a uno de ellos y luego
decidió matar a los otros cuatro.
INTRODUCION

Mediante el presente trabajo estamos dando a conocer


como fue el gobierno de los doce años de Joaquín
Balaguer.

El propósito que tengo es brindar una buena


investigación para conocer las principales fuentes.

El gobierno de Balaguer fue un gobierno que fortaleció la


economía social, su política económica basada en: el
fomento del sector agrario, la producción industrial y la
inversión extranjera.

Ya en el poder cientos de industrias se habían instalado,


su gobierno estaba dando resultado, economía estaba
alta y el pueblo dominicano inconforme.

Para llegar al poder se mostro como un gobierno de paz,


lo que luego se convirtió en amargura y dolor para
algunos sectores y jóvenes que perdieron sus vidas
injustamente por comandos populares.

Sus primeros ocho años se sufrió muerte, atropello,


intimidación y otros más castigos impuesto por matones
de sus régimen.
PRECENTACION

NOMBRE Y APELLIDO:

LEONELA YSABEL CALCAÑO ALCALA

ASIGNATURA:
FUNDAMENTO DE HISTORIA
SOCIAL DOMINICANA

PROFESOR:
EUDES ALMANZAR

TEMAS:
LOS DOCE AÑOS DE BALAGUER Y
EL PAPEL DE LA BANDA
COLORADA

MATRICULA:
100515101

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