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EXPERIENCIA REGULATORIA ARGENTINA

EN GAMMAGRAFÍA INDUSTRIAL EN MATERIA DE RADIOPROTECCIÓN

Ermacora, M.G.
Autoridad Regulatoria Nuclear

RESUMEN
La gammagrafía industrial siempre fue responsable de los mayores índices de
accidentes radiológicos en casi todo el mundo. Esto se debe principalmente a las altas
actividades de las fuentes radiactivas utilizadas, las cuales son transportadas
constantemente en los equipos que las contienen entre el depósito y las áreas de trabajo,
y a presiones de carga de trabajo que pueden inducir a descuidos en el seguimiento de
los procedimientos de operación, si no existe una cultura de la seguridad arraigada.
El propósito de este trabajo es presentar los aspectos principales de la reglamentación
argentina en materia de radioprotección para controlar esta práctica y de esta manera
contribuir a reducir los riesgos asociados. Asimismo, se describen algunos incidentes
ocurridos en Argentina durante los últimos años, las causas que condujeron a dichos
sucesos y su relación con el incumplimiento a la normativa vigente, sus consecuencias y
las medidas adoptadas para remediarlas.
Por último, se destaca la importancia del rol que cumplen la capacitación y el
entrenamiento en el fortalecimiento de la Cultura de Seguridad, elemento clave en todo
emprendimiento.

INTRODUCCIÓN
La gammagrafía industrial es una técnica de ensayo no destructivo, destinada al control
de calidad de materiales, muy utilizada en las industrias siderúrgica, naval, nuclear,
petrolera, etc.. Es empleada principalmente con el objeto de identificar y clasificar
defectos de soldaduras. Esta técnica es llevada a cabo con fuentes selladas de radiación
gamma de Iridio-192, Cobalto-60, Cesio-137, Se-75, Iterbio-169 y Tulio-170, siendo el
primer radionucleido mencionado el de uso más extendido en nuestro país. Estas fuentes
son alojadas en unidades fijas, móviles o portátiles.
Las unidades fijas no generan mayores problemas en radioprotección. Por el contrario,
la gammagrafía con unidades portátiles puede conducir a un nivel de exposición más
importante y presenta riesgos potenciales de sobre-exposición. En nuestro país, este tipo
de unidades son las más utilizadas en las prácticas de gammagrafía.
Un ejemplo de una fuente de Iridio 192 de 3,7 TBq da una tasa de dosis de 20μSv/min
(1,2 mSv/h) a 20 m, que representa un moderado nivel de exposición para una persona
que pasara por el perímetro de seguridad. La misma fuente da 8 mSv por minuto a 1 m,
que es el nivel de dosis potencialmente recibida por los operadores en el caso de un
rescate de fuente. Pero a 1 cm la tasa de dosis de 80 Sv por minuto produciría
exposiciones severas.
Debemos recordar el accidente ocurrido en nuestro país en el año 1968, en el que un
trabajador encontró una fuente de Cs-137 de 0,5 TBq y sin reconocerla como tal la llevó
en el bolsillo de su pantalón durante 18 horas. El operador del equipo no advirtió que
había perdido la fuente en una destilería de petróleo. Como consecuencia de este hecho,
una persona resultó irradiada habiendo sufrido lesiones severas, úlceras en la mano
derecha y la amputación de ambas piernas. Se estimó una dosis máxima en piel de
17.000 Gy, en gónadas de 20 Gy y en todo el cuerpo de 0,5 Gy. La falta de seguridad de
la fuente condujo a estos resultados.
El objetivo de este trabajo es presentar los aspectos principales de la reglamentación
argentina para controlar esta práctica y reducir los riesgos asociados, describir algunos
incidentes ocurridos en Argentina durante los últimos años y destacar la importancia de
la capacitación y el entrenamiento en la promoción de una fuerte cultura de la
seguridad.

DESARROLLO
EL CONTROL Y LA FISCALIZACIÓN EN ARGENTINA
NORMATIVA VIGENTE
La Ley N° 24804, denominada Ley Nacional de la Actividad Nuclear, sancionada el 2
de abril de 1997, y su Decreto Reglamentario 1390/98, establece que el Estado Nacional
fijará la política nuclear y ejercerá las funciones de regulación y fiscalización por medio
de la Autoridad Regulatoria Nuclear (ARN). Entre otras funciones, esta Ley confiere a
la ARN la competencia de dictar normas regulatorias sobre seguridad radiológica y
transporte de material radiactivo; otorgar, suspender y revocar licencias y permisos; y
realizar inspecciones y evaluaciones regulatorias. En el caso particular de gammagrafía
industrial, los requisitos que deben ser cumplidos en materia de seguridad radiológica
en este campo de aplicación están establecidos en las Normas AR 7.9.1 Rev.1
“Operación de equipos de gammagrafía industrial”, AR 7.11.1 Rev 1 “Permisos
individuales para operadores de equipos de gammagrafía industrial”, AR 10.16.1 Rev.1
“Transporte de materiales radiactivos” y AR 10.1.1 Rev. 3 “Norma Básica de Seguridad
Radiológica”.
A continuación se detallan los elementos principales sobre los que se centra la actividad
regulatoria argentina relacionada con la gammagrafía industrial, y se describen algunos
incidentes ocurridos relacionados con los mismos.

Î EL EQUIPO
En general un equipo de gammagrafía industrial consta de un contenedor de alojamiento
y transporte del material radiactivo, una fuente radiactiva, un telemando, y un tubo guía.
El proyector o contenedor debe estar correctamente identificado mediante dos o más
placas metálicas con la siguiente información grabada o estampada en forma visible:
marca, modelo y número de serie, radionucleido contenido, máxima actividad del
radionucleido autorizado en el proyector, dirección del fabricante, símbolo normalizado
de radiación y la palabra “RADIACTIVO”.
Otra placa, adosada al proyector o contenedor, debe mostrar el símbolo químico y
número másico del radionucleido contenido, la actividad, fecha de calibración, nombre
del fabricante, modelo y número de serie de la fuente.
El responsable de la Licencia debe contar con un certificado emitido por el fabricante
del equipo que permita identificarlo, y con el manual de operación y mantenimiento, así
como con un registro que incluya los controles realizados sobre cada equipo.
En muchos casos, es el mal estado de piezas mecánicas el que condujo a la pérdida de
control de la fuente radiactiva con los consecuentes riesgos para una persona que
pudiera tomar la fuente en su mano.
Existen escenarios que pueden presentarse y que pueden conducir la operación a este
tipo de incidentes, algunos de ellos evitables y otros muy difíciles de evitar. Entre los
primeros están:
 que se haga difícil el accionamiento de la manivela por falta de limpieza y
lubricación inadecuada del cable flexible.
 que se debilite la sección del cable flexible debido al uso, con lo cual aumenta la
probabilidad de un corte del mismo.
 que las conexiones entre cable y portafuente se encuentren desgastadas o
dañadas con lo que existe la probabilidad de que una maniobra brusca produzca
su desenganche.
 que la manguera se encuentre aplastada, con lo que se puede trabar el
movimiento del cable flexible, tanto del telemando como del tubo guía. En este
último caso la fuente radiactiva podría quedar atrapada sin poder ingresar a su
blindaje.
Existen también los imponderables como puede ser la caída de un elemento pesado
sobre la manguera que produzca su aplastamiento e impida el retorno de la fuente a su
posición segura, pero este problema se encuentra acotado mientras se lleven a cabo los
procedimientos de rescate adecuados.
Estos escenarios pueden provocar un incidente, pero su ocurrencia no necesariamente
lleva a la ocurrencia de un accidente. Es la concomitancia de alguno de ellos con fallas
en el procedimiento de monitoreo de las tasas de dosis en contacto con los equipos lo
que puede producir una pérdida de control de la fuente sin el conocimiento de que ello
haya ocurrido.

Î LA FUENTE RADIACTIVA
La fuente radiactiva está formada por material radiactivo de una alta actividad y se
encuentra contenida dentro de cápsulas de acero inoxidable selladas, calificada como
material radiactivo en forma especial y como fuente sellada para el uso específico. La
misma se encuentra dentro de un portafuente, cuyo extremo no activo sobresale en parte
del contenedor, y en el mismo se encuentra grabado el número de serie de la fuente.
Es fundamental efectuar el seguimiento de las fuentes. Es por ello que la Norma AR
7.9.1 establece un plazo de cinco días para que el titular de licencia comunique toda
compra, venta, alquiler, préstamo o baja de las mismas. Se dispone de una base de
datos, la cual permite conocer en cada momento en qué empresa se halla determinada
fuente. De esta manera, la fuente es seguida desde la entrega hasta la disposición final
en el área de gestión de residuos o hasta que sean exportadas a su destino de origen en el
caso de las fuentes que hubieran sido importadas. Asimismo, el titular de licencia debe
mantener un registro de movimiento que permita identificar en qué equipo se encuentra
cada fuente y su ubicación en el lugar de las prácticas.
Por otra parte, cada pérdida o robo de fuentes debe ser declarado a la ARN, según lo
requerido en el punto 62. a. de la Norma AR 7.9.1.
En la Argentina hay actualmente un fabricante y un importador de fuentes de Sudáfrica.
Î EL INSTRUMENTAL DE RADIOPROTECCIÓN
La Norma AR 7.9.1 establece que el titular de la Licencia debe asegurar que los
operadores tengan a su disposición medidores de radiación portátiles cuantitativos que
puedan medir tasas de dosis equivalente ambiental entre 0 y 100 mSv/h como mínimo,
monitores portátiles con indicación acústica, cuya tasa de repetición de pulsos sea
proporcional a la tasa de dosis, dosímetros individuales integradores de lectura directa
(tipo lapicera o similar), y dosímetros individuales de lectura diferida.
Asimismo, el titular debe llevar un registro del inventario del instrumental en su haber,
y de las calibraciones, controles y mantenimientos efectuados.

Î EL TRANSPORTE
El transporte de equipos de gammagrafía con sus fuentes de radionucleidos gamma
emisores está bajo la reglamentación general sobre el transporte de materiales
radiactivos contemplado en la norma AR.10.16.1.
Los contenedores con el material radiactivo se denominan bultos. Los bultos de
transporte utilizados en gammagrafía industrial son del tipo B(U) o A. El tipo de bulto
requerido es dependiente de la actividad que deba transportar y en cualquiera de los dos
casos, tipo B(U) o A, antes de su aprobación como tales, especímenes de los mismos
deben ser sometidos a exigentes ensayos que permiten inferir que son adecuados para
resistir fuerzas de impacto grave, fuerzas de aplastamiento, inmersión en líquido y
tensión térmica sin pérdidas de los contenidos radiactivos ni pérdida significativa del
blindaje. El titular de licencia debe poseer el certificado de aprobación por parte de la
autoridad competente.
El transporte de estos contenedores cargados debe realizarse de acuerdo a las normas de
transporte vigentes, convenientemente etiquetados de acuerdo a las tasas de dosis que
producen, con la documentación correspondiente y en vehículos señalizados y
adecuados para tal fin, con las trabas mecánicas necesarias para evitar su
desplazamiento.
El transporte más crítico es aquél que es realizado por el operador, que viaja de un sitio
a otro, en general en su propio vehículo. Esta clase de transporte da lugar a riesgos de
pérdida (o extravío) o robo. En un primer momento es el vehículo el que es objeto de
robo y luego, cuando los ladrones comprenden que hay una fuente radiactiva en el
equipo, la abandonan en cualquier sitio. Otro riesgo son los accidentes de tránsito, y en
este caso, aún si el equipo no es dañado, su presencia puede llevar a todo tipo de
reacciones por parte de las personas que deben intervenir.
Cabe destacar dos episodios ocurridos en nuestro país en los años 2001 y 2003.
♦ El 9 de junio de 2001, en la ciudad de Neuquén, se produjo el extravío en la vía
pública de un equipo de gammagrafía industrial conteniendo una fuente radiactiva de Ir-
192 con una actividad de 1.96 TBq (53 Ci). El equipo, que era transportado en la parte
trasera abierta de una camioneta, sujetado a la caja del vehículo con una soga, cae del
mismo sin que lo advierta el conductor mientras se dirigía a la obra donde prestaría
servicios.
Poco después lo recoge un albañil en la vía pública, quien lo confunde con un aparato
vibrador para compactar hormigón. Dicha persona no comprende el idioma (inglés) de
las identificaciones del equipo y al cabo de dos horas y media lo deja depositado en el
patio trasero de la vivienda de su hija.
Por ese entonces, hacía media hora que la empresa de gammagrafía había notificado del
hecho a la ARN, por lo que ésta le requirió a la misma, propietaria del equipo, que diera
alerta a la población a través de los medios de difusión masivos. También se le requirió
a la empresa que iniciara una búsqueda sistemática del equipo de gammagrafía
utilizando el equipamiento de medición de radiaciones ionizantes que disponía.
La familia que tenía el equipo toma conocimiento, a través de la televisión, del aviso de
alerta a la población. Poco después un integrante de la familia se comunica con personal
de la empresa de gammagrafía para informarle que tenía en su poder el equipo
extraviado. Finalmente, ocho horas después del extravío, la empresa recupera el equipo.
La ARN a través del Sistema de Intervención en Emergencias Radiológicas (SIER),
llega al lugar –a 1000 km de Buenos Aires- aproximadamente una hora después de
haber sido recuperado el equipo y verifica el estado seguro del mismo y que la fuente
radiactiva se encuentra alojada en su interior.
Se reconstruyen los hechos y preventivamente se toman muestras de sangre para
efectuar dosimetría citogenética de las tres personas del público involucradas, sin que se
hayan observado efectos de las radiaciones sobre las mismas.
♦ El segundo caso ocurrió en la ciudad de Río Grande, Tierra del Fuego, el día 19
de noviembre de 2003. La ARN recibió un llamado telefónico de un operador de una
empresa de gammagrafía industrial, que realizaba trabajos en un gasoducto del lugar,
denunciando el extravío de un equipo de gammagrafía con una fuente de Ir-192 de
actividad 6,5 Ci a la fecha de ocurrido el hecho. El equipo era transportado en una
camioneta alquilada, en la caja abierta, y sobre un carro con ruedas. Personal del
Sistema de Intervención en Emergencias Radiológicas (SIER) de la ARN se hizo
presente en el lugar del hecho al día siguiente. Inmediatamente se realizó una
conferencia de prensa para dar amplia difusión a todos los medios de comunicación
locales. La ARN se abocó a la búsqueda del equipo, con la colaboración de la Policía de
Tierra del Fuego, Gendarmería Nacional, Policía Federal, Defensa Civil, Prefectura
Naval, el Juzgado Provincial y el Juzgado Federal. Todos los llamados recibidos
denunciando sobre el equipo en cuestión fueron investigados sin excepción. En todo
momento se mantuvo contacto con el Centro de Control de Emergencias de la ARN en
Buenos Aires, para evacuar consultas técnicas y jurídicas, así como para solicitar apoyo
adicional. Paralelamente, se realizó el asesoramiento de todos los servicios médicos de
la ciudad, públicos y privados, dejando copias de dos instructivos: “Cómo reconocer y
dar una rápida respuesta a una radiolesión accidental” (OIEA-OMS) y “Guía práctica
para la rápida identificación de fuentes radiactivas y equipos que las contienen”
(ARCAL-OIEA). Las tareas estratégicas específicas coordinadas con la Brigada de
Investigaciones de la Policía Judicial dieron los resultados esperados y se recibió un
llamado telefónico a las 03:30 horas del domingo 23 de noviembre en la Seccional de la
Policía Judicial, diciendo que había sido visto el equipo en cuestión en el Barrio Austral
en Río Grande. Junto con personal policial, el grupo de intervención se dirigió allí y
realizó una verificación visual reconociendo el equipo en un contenedor de residuos. La
zona se encontraba vallada por la Policía 20 metros alrededor del contenedor. El grupo
de la ARN procedió a realizar las mediciones correspondientes y verificó que el punto
de máxima exposición era de 60 μSv/h, valor compatible con la actividad de la fuente
ubicada en su lugar de guarda dentro del equipo. Las mediciones de contaminación
resultaron negativas. Se procedió a realizar una conferencia de prensa ante los medios
de información periodísticos locales dando por finalizada la emergencia. La ARN está
realizando las actuaciones regulatorias del caso para deslindar las responsabilidades.
Estos hechos no condujeron a exposiciones peligrosas porque en todos estos casos la
fuente permaneció confinada en el proyector/contenedor. Sin embargo, esta clase de
incidentes puede tener serias consecuencias si la fuente fuera extraída del contenedor y
tomada por una persona durante varias horas.
Una evaluación de estos eventos permite identificar como la causa principal la falta de
acatamiento estricto de la reglamentación vigente en materia de transporte. Sin
embargo, es importante destacar que el respeto de la normativa en relación con la
inmediata comunicación a la ARN sobre los mencionados incidentes ha permitido evitar
consecuencias mayores. La implementación de la difusión a través de los medios de
comunicación masiva con el fin de alertar a la población ha jugado un rol muy
importante.

Î LOS TRABAJADORES
La reglamentación relacionada con los trabajadores tiene en cuenta la capacitación y
entrenamiento, el monitoreo de exposición y la aptitud psicofísica.
¾ El certificado de aprobación del curso habilitante es otorgado actualmente por
una Institución que dicta el curso para operadores de equipos de gammagrafía industrial.
La mesa evaluadora está integrada por una persona con conocimientos en
radioprotección, personal con experiencia en la operación de estos equipos, un médico y
personal de la Autoridad Regulatoria Nuclear. El certificado se entrega luego de haber
aprobado una evaluación escrita y oral en los siguientes temas: Conceptos generales
sobre las radiaciones ionizantes, interacciones de la radiación con la materia, principios
de detección de la radiación, fundamentos de dosimetría de las radiaciones, efectos
biológicos de las radiaciones, criterios y normas de protección radiológica, fundamentos
de cálculo de blindajes, evaluación de accidentes y cultura de la seguridad. El examen
también abarca el conocimiento de los diferentes tipos de equipos, la reglamentación
sobre el uso de fuentes y su transporte y los procedimientos a seguir en caso de
emergencias.
Es relevante resaltar la suma importancia que reviste la capacitación y el entrenamiento
de los operadores, ya que gran parte de los incidentes que pueden derivar en accidentes
se deben a factores humanos.
Por ejemplo, en el año 2004, en nuestro país, durante una de las inspecciones de rutina
al depósito de una instalación se detectó que uno de sus equipos registraba una medición
de tasa de exposición injustificadamente elevada, descubriéndose luego que se debía a
que la fuente de Ir-192 se encontraba en posición invertida dentro del canal en S del
proyector, es decir que no se encontraba adecuadamente blindada. El responsable
manifiesta haber solicitado a uno de sus operadores el trasvase de la fuente a un
contenedor, y no haber chequeado el correcto traspaso, habiendo incurrido en
incumplimiento de lo establecido en la norma “Operación de equipos de gammagrafía
industrial”. Esto evidencia asimismo la falta de entrenamiento por parte del operador
que realizó la maniobra.
¾ El monitoreo de la exposición comprende el uso de dosímetros individuales
integradores de lectura directa y diferida. Por otra parte, el titular de licencia debe
notificar a cada operador de su correspondiente informe dosimétrico mensual y enviar a
la ARN los informes anuales de dosimetría.
¾ Asimismo, es necesario asegurarse que el operador esté en buen estado de salud
con una buena condición física y psicológica. La Norma AR 7.11.1. establece que para
solicitar o renovar un permiso individual el operador debe presentar un certificado de
aptitud psicofísica aprobado por el médico examinador. Es muy importante que las
prácticas de gammagrafía se realicen en equipos de dos o tres personas por razones de
seguridad. La Norma Argentina establece que como mínimo debe haber dos personas
operando.

INSPECCIONES REGULATORIAS
Con el objetivo de verificar el cumplimiento de los requerimientos de la normativa
vigente en materia de radioprotección la ARN lleva a cabo inspecciones. En el caso
particular de gammagrafía industrial, se pueden clasificar las mismas en dos tipos:
• Inspecciones de depósito: se verifica el lugar de almacenamiento de los equipos y
contenedores.
• Inspecciones de campo: se controla la práctica propiamente dicha donde se
radiografían los tubos y cañerías.
A continuación se describen los principales aspectos verificados durante las
inspecciones en los depósitos:
¾ Correcta señalización del depósito
¾ Tasas de dosis en las inmediaciones del mismo
¾ Tasas de dosis en la superficie exterior de los contenedores
¾ Estado de conservación del contenedor verificando su identificación y existencia
de la placa identificatoria de la fuente que se aloja en su interior
¾ Accionamiento de la llave de cierre del contenedor
¾ Estado de los telemandos, tubos guía y demás accesorios
¾ Instrumental de radioprotección
¾ Estado del libro de registros de inventario y movimiento de fuentes y equipos, y
de los registros dosimétricos del personal
¾ Procedimientos de operación, de actuación en emergencias y de transporte
En las inspecciones de campo se efectúan algunos de los controles mencionados
anteriormente y además se realiza:
¾ Verificación del cumplimiento de las normas de transporte de material radiactivo
¾ Verificación de que intervenga un mínimo de dos personas en la operación (un
operador y un ayudante), y constatación de que al menos una de ellas posea
permiso individual vigente para esta práctica, otorgado por la ARN
¾ Verificación del uso del instrumental de protección radiológica tanto del
operador como de su ayudante
¾ Verificación del cumplimiento con los procedimientos de operación
¾ Verificación de la señalización de la zona de trabajo
¾ Monitoreo de los vallados
El riesgo mayor en la operación normal en este tipo de prácticas es la irradiación
externa de miembros del público o del personal ocupacionalmente expuesto.
Con el objeto de evitar los riesgos, que están relacionados con los altos niveles de
radiación cuando las fuentes son proyectadas, existen procedimientos durante la
operación que consisten en la demarcación y vallado de la zona de trabajo. El sistema
consiste en alertar a los miembros del público sobre el riesgo radiológico a que se
someterían de acercarse, tratando asimismo de impedirlo. La señalización se realiza con
carteles que indican el uso de material radiactivo y el vallado mediante soga o cinta. No
obstante el operador deberá ejercer un control visual de manera de verificar que no haya
ninguna persona no autorizada dentro de la zona controlada.
Con respecto a los dos últimos puntos mencionados, cabe aclarar que la normativa
regulatoria argentina no establece un límite de tasa de dosis para la delimitación de
áreas de vallado, sino que deja a criterio del operador el establecimiento de dicho límite
para cada caso particular, teniendo en cuenta para los cálculos de distancias el factor de
ocupación, que suele ser muy bajo en los sitios donde las prácticas son llevadas a cabo.
Por otro lado, con la utilización de elementos blindantes, como colimadores, estas
distancias se reducen considerablemente permitiendo asimismo disminuir las dosis
recibidas por el personal ocupacionalmente expuesto.
La frecuencia recomendable de la inspección, teniendo en cuenta que los equipos
poseen fuentes radiactivas de considerable actividad y que en su mayoría son portátiles,
es anual.
Durante el año 2004 se han totalizado 72 inspecciones, habiéndose realizado 12 de ellas
en campo y las restantes en los depósitos de las 63 empresas relacionadas con la
operación de equipos o fabricación, importación, exportación y venta de fuentes
radiactivas selladas para gammagrafía industrial habilitadas en ese período en nuestro
país.

PUNTOS A DESTACAR
Todo el esfuerzo regulatorio descripto ha permitido evitar accidentes de gran
envergadura en Argentina.
Sin embargo, es relevante destacar los siguientes puntos, que contribuyen a una mejora
continua promoviendo el arraigo de la Cultura de la Seguridad.
• Promoción de la comunicación de situaciones accidentales ocurridas por parte de
los usuarios. Esto ha permitido intervenir y conducir las situaciones de emergencia
eficientemente en el caso de involucrar áreas públicas.
• Difusión de información radiológica, incluyendo lecciones aprendidas, en el
ámbito de las actividades industriales, promoviendo de esta manera la integración de
la radioprotección con la seguridad e higiene laboral en general. El entrenamiento
permanente es esencial al mantenimiento de un alto nivel de seguridad, lo cual
requiere facilitar a trabajadores y otros representantes de partes involucradas el
acceso a cursos y talleres. Al respecto, la ARN realiza reuniones informativas
dirigidas a personal supervisor de industrias contratistas de empresas de
gammagrafía industrial.
• La capacitación de los operadores de gammagrafía se realiza mediante la
aprobación de un curso cuyo período de validez es de 2 años. Sin embargo, es
importante reforzar el entrenamiento de los trabajadores en sus compañías. Se está
evaluando solicitar a cada Entidad con Licencia la implementación de registros de
entrenamiento del personal a su cargo (tanto operadores como ayudantes), en los
que se incluyan copias de exámenes escritos, fechas y resultados de exámenes orales
y prácticos y de las evaluaciones periódicas del trabajo, y nombres de las personas
que condujeron los mismos. El entrenamiento podría tener una frecuencia anual
como mínimo y es recomendable que el Responsable evalúe el trabajo de los
operadores cada seis meses.
• Por otra parte, es esencial destacar la capacitación y el reentramiento de los
reguladores.

CONCLUSIÓN
El análisis de las situaciones que han terminado en incidentes o accidentes demuestran
que los mismos se producen principalmente por ignorancia de los efectos de la
radiación, falta de mantenimiento preventivo, no seguimiento de los procedimientos de
operación o falta de seguridad en el transporte. Todo esto está contemplado en la
normativa Argentina.
En conclusión, el respeto de la normativa vigente en nuestro país ha permitido limitar el
número de accidentes relacionados con la práctica de gammagrafía industrial.
Se sugiere, sin embargo, prestar especial atención a los puntos destacados relacionados
con la difusión de información, la capacitación continua y el reentrenamiento, de modo
de contribuir a una mayor conciencia de una Cultura de Seguridad.

REFERENCIAS
Ley N° 24804 “Ley Nacional de la Actividad Nuclear”
Norma AR 7.9.1 Rev.1 “Operación de equipos de gammagrafía industrial”
AR 7.11.1 Rev 1 “Permisos individuales para operadores de equipos de gammagrafía
industrial”
Guía AR 5-Rev.0: “Recomendaciones generales para la obtención y renovación de
permisos individuales para operadores de gammagrafía industrial”.
Norma AR 10.16.1 Rev. 1 “Transporte de materiales radiactivos”
Norma AR 10.1.1 Rev. 3 “Norma Básica de Seguridad Radiológica”.
Informe Anual 2001, Autoridad Regulatoria Nuclear, Buenos Aires, Argentina
Informe Anual 2003, Autoridad Regulatoria Nuclear, Buenos Aires, Argentina
Radiation Protection of the workers in industrial radiography: the point of view of the
regulatory body in France, Alain BIAU
Algunas conclusiones de la conferencia internacional sobre protección radiológica
ocupacional, Massera,G.E:, Memoria Técnica 2003, Autoridad Regulatoria Nuclear,
Argentina
Accidentes en gammagrafía industrial, Quijada R., Gironzini, E., Sociedad Peruana de
Radioprotección, Lima, Perú, 1988
Acidentes radiológicos em gammagrafía industrial-Casos brasileiros, Da Silva, F.C.A.,
Instituto de Radioproteçao e Dosimetria, CNEN
Code of Federal Regulations, 10, Parts 1 to 50, Energy, 2000, Subpart D-Radiation
Safety Requirements
AGRADECIMIENTOS
La autora agradece especialmente a la Ing. Dora Vidal por la colaboración brindada en
la revisión del presente trabajo.
ARGENTINE REGULATORY EXPERIENCE
CONCERNING RADIATION PROTECTION IN INDUSTRIAL GAMMAGRAPHY

Ermacora, M.G.
Nuclear Regulatory Authority

ABSTRACT
Industrial gammagraphy has always been responsible for the highest rates of
radiological incidents in almost every part of the world. This is mainly due to the high
activities of the radioactive sources used, which are constantly transported in the
equipment that contains them between the storage and the areas of work, and is also due
to work load pressures which may induce to negligence in following the operational
procedures, if a strong Safety Culture does not exist.
The purpose of this paper is to present the main aspects of the argentine regulations
relating to radiation protection to control this practice and to contribute in this way to
reduce the associated risks. In addition, some incidents occurred in Argentina during the
latest years, the causes that led to those events and their relation to the inobservance of
the regulations in force, their consequences and the measures taken to repair them are
described.
Finally, the importance of the role that education and training has in the strengthening
of Safety Culture, key element of all undertaking, is highlighted.

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