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Definición:
Si el objeto de estudio de la Psicología es la conducta humana, la definición más acepta de
Psicopatología es que es la ciencia básica que aborda la conducta humana.
Sin embargo, el objeto de estudio de esta disciplina puede ampliarse desde las experiencias
singulares cotidianas hasta lo que forma parte de las actividades cognitivas, funcionamiento
emocional y/o comportamientos anómalos.
La Psicopatología se dirige hacia lo que le sucede a la persona, no solo a los síntomas o
manifestaciones anormales, sentido que recuerda más a una concepción médica.
Objeto de estudio
Este objeto de estudio implica la delimitación y análisis de las variables generadoras y
participantes (estructuras, procesos y contenidos).
De este modo, la Psicopatología se constituye como ciencia base de la Psicología clínica, la
Psiquiatría y la Psicología de la salud.
No es semiología en sentido estricto, cuyo objeto de estudio sería la delimitación de signos
y síntomas, ya que se centra en las estructuras y procesos que definen lo anormal, en lugar
de hacerlo en las conductas patológicas en sí mismas o de forma exclusiva.
Metas
Entre sus principales metas se sitúa la descripción pero, esencialmente, aspira a alcanzar
la explicación y predicción del fenómeno que se ha denominado anómalo e inusual, a
permitir construir modelos y teorías que detallen su origen y mantenimiento, a contribuir a
sistemas de clasificación, a integrar los hallazgos con los de otras ciencias y falsar los
resultados anteriores por medio de la metodología experimental.
Criterio estadístico
Este criterio es uno de los mas referidos y utilizados en Psicopatología para la propia
definición de anormalidad.
Puede asumirse, desde un punto de vista práctico, que el empleo de la estadística ha
permitido guiar la investigación en Psicología y de Psicopatología en particular.
El problema de este criterio es que puede generar confusión entre una característica
infrecuente y la Psicopatología. Se trata además de un criterio sometido a continuo cambio.
Criterio biológico
Este criterio han sido de los mas apelados para hacer referencia al origen de la
Psicopatología, lo que guarda relación con el propio concepto de enfermedad mental o
trastorno mental.
No puede considerarse aisladamente este criterio; es preciso tener presentes las variables
psicológicas y sociales que definan el fenómeno psicopatológico en toda su amplitud.
Social
Concepto generado por la sociedad, sus expectativas y el papel del enfermo.
La OMS propone una definición de salud basada en la presencia de bienestar (físico, social
y mental) y de adaptación pero, de forma radicalizada, podría cuestionarse entonces si hay
alguien que no está enfermo.
Por tanto, es difícil hablar de salud en términos absolutos, más bien, se trata de un equilibrio
dinámico y fluctuante en el que se incluyen los estados pasajeros de enfermedad.
En consecuencia, salud y enfermedad no son conceptos simétricos, la salud representa más
bien las ideas referido a la autonomía personal, a la falta de restricciones físicas o
psicológicas.
Trastorno
El concepto de diagnóstico surge para equiparar el diagnostico al de enfermedad; síndrome
o grupo de síndromes que cavarían y desde el que se realiza un diagnostico empírico que
orienta de forma practica la intervención.
Sin embargo, la definición del trastorno a partir del diagnóstico sincrónico resulta insuficiente
porque no permite separarlo de los síntomas que igualmente se aprecian por ejemplo, como
resultado de problemas cotidianos o de la exposición de situaciones de estrés.
Por este motivo, un elemento diferenciador del trastorno es que incluye significación clínica
(malestar, discapacidad o deterioro en una o más áreas de funcionamiento) y la exclusión
de las características del contexto social.
La definición de trastorno a partir de la disfunción dañina abarca tanto el plano físico como
el psicológico y se fundamenta en un criterio objetivo y explicativo; no es posible el
desempeño de una función (corporal o mental) para la que está dañada por selección
natural.
Además de ello, requiere también un criterio de valor subjetivo, el daño, que se refiere al
prejuicio o privación que ocasiona el componente. En suma, los criterios sintomáticos son
insuficiente separa considerar un trastorno.
Paradigmas en Psicopatología
Probablemente por la complejidad del objeto de estudio, tal vez porque esta ciencia no se
ha desplegado todavía de forma definitiva, lo cierto es que no hay unidad en las perspectivas
que abordan y contribuyen a su crecimiento.
Paradigma biológico
También conocido como modelo de la enfermedad, medico, fisiológico, somatógeno u
orgánico. El paradigma biológico se fundamenta en que los llamados trastornos mentales
son enfermedades, y sus estudio debe basarse en el análisis de los componentes biológicos
y fisiológicos que subyacen a ellas.
Por lo tanto, se ha de determinar una etiología orgánica que produce síntomas, establecer
un pronóstico y determinar un tratamiento. El origen de este paradigma esta en Hipócrates
y en una larga tradición que llega a la figura de Kraepelin.
La adopción en Psicopatología de este paradigma significa que el origen de las
expresiones psicopatológicas esta en las alteraciones cerebrales y/o genéricas.
Se fundamenta en unos síntomas y signos que conforma una agrupación
denominada síndrome cuya etiología especifica da nombre a una enfermedad en curso
y pronostico.
Hay dificultades tanto conceptuales como practicas cuando se adopta esta
perspectiva de forma estricta, por una parte la presencia de alteraciones fisiológicas no
indican que este componente sea el único interviniente, pues la participación de variables
psicopatológicas y sociales contribuye a dar una visión más completa y realista de lo que
le sucede a una persona. Por lo tanto, es necesario apelar a una perspectiva más amplia
que incorpore una visión y compresión integral incluyendo una etiología funcional
(biopsicosocial).
Otras dificultades no resueltas por parte de este paradigma son la atipicidad, la baja
fiabilidad de los diagnósticos pero, especialmente, las carencias en la validez de las
categorías diagnósticas y las diferencias entre el diagnostico etiológico y el descriptivo
.
Paradigma Psicodinámico
En realidad se refiere a un conjunto de escuelas con raíz común del Psicoanálisis que
desarrolló Freud. Se fundamenta en la diferenciación entre procesos primarios y secundarios
(inconscientes y conscientes), es un modelo estructural del aparato psíquico basado en el
principio del placer, de realidad y de economía, en una teoría del desarrollo sexual en etapas
cuyos conflictos dan lugar a diferentes expresiones psicopatológicas y en principios relativos
a la energía psíquica procedente de los instintos, los conflictos derivados de estos y los
mecanismos de defensa puestos en marcha.
Los límites entre normalidad y patología quedan difuminados, y la técnica de exploración se
fundamenta en el análisis de los sueños, la asociación libre y la interpretación de diversos
fenómenos.
Las principales críticas se han dirigido al alto grado de especulación de sus presupuestos,
a la tendencia a entremezclar observación con interpretación, a las dificultades para poder
verificar los principios en los que se basa esta doctrina, a la posibilidad de comprender pero
no de predecir t a la escasez de confirmación empírica.
Sin embargo, a pesar de haber recibido numerosas críticas, se trata de un paradigma solido
con propuestas sugerentes.
Paradigma fenomenológico
La tradición fenomenológica procede del idealismo alemán, en concreto del método
dialectico de Hegel y de la filosofía de Brentano, aunque en su aplicación a la Psicopatología,
se liga a la obra de Husserl.
El concepto básico sobre el que se organiza es sobre el de intencionalidad, esto es, los
fenómenos mentales refieren un propósito, se dirigen hacia algo, por lo que interesa el
análisis de los datos inmediatos a la conciencia.
El método fenomenológico es empírico- descriptivo, por tanto, se trata en una línea de
pensamiento centrada en la forma, propiamente inductiva y caracteriza por el razonamiento
dialectico.
La principal dificultad se planteó entonces en la transmisión o comunicación de la
experiencia.
El paradigma fenomenológico recibió gran cantidad de criticas principalmente porque no
logró el objetivo de alcanzar la experiencia interna al centrarse excesivamente en la forma y
no en el contenido.
Paradigma sistémico
Se trata de un conjunto de aportaciones que surgen en los años sesenta como reacción al
conductismo y el psicoanálisis imperante.
En lugar de centrarse en el individuo, este paradigma se encamina al estudio de las
relaciones interpersonales y en un contexto determinado: la familia.
Por tanto, la intervenciones se dirigen a este núcleo, con la premisa de que una modificación
en un punto del sistema ocasiona cambios y reajustes en el. Se ha criticado esta postura
por que el trastorno pierde la concepción individual del sufrimiento.
Paradigma social
Se refiere a diferentes escuelas y corrientes con el común denominador de la importancia
de los factores sociales en el origen o en el mantenimiento de los trastornos.
Esta relación no es simple, y ha dado lugar a multitud de modelos, desde la Psicología social
hasta las teorías de la vulnerabilidad, de mayor interés clínico, en las que intervienen
factores biológicos, psicológicos y sociales.
Se critica este paradigma por su rigidez y extremismo, porque no se basa en una propuesta
alternativa, no presenta estudios o un procedimiento en el que apoyarse y porque confunde
los inconvenientes del concepto enfermedad mental con una intención aviesa por parte de
los facultativos.
Sin embargo, debe reconocerse que las críticas vertidas si consiguieron que se cuestionara
la importancia del diagnóstico por su efecto de etiquetado, la consideración de variables de
orden social y psicológico y la importancia del trato hacia el paciente, modificaciones que
dieron lugar a la psiquiatría comunitaria.
Paradigma conductual
Desde esta posición no se considera relevante el trastorno; el análisis psicopatológico se
centra en los síntomas, es decir, en la conducta anormal observable.
Su fundamento son las teorías del aprendizaje con los principios del condicionamiento
clásico y operante.
El conductismo junto con las tendencias objetivistas de la Psicología soviética, tratan de
elaborar una idea de Psicología extensional (objetivismo metodológico) centrada en la
conducta, en el rechazo de la idea de mente y en papel clave de los factores ambientales.
Un aspecto de la perspectiva conductual que influyó en el paradigma cognitivo, y en general,
en la Psicopatología es la consideración del criterio dimensional entre sus presupuestos.
Dada la riqueza del comportamiento humano, resulta difícilmente reducible su estudio a
estímulos y respuestas: la prueba está en que diferentes propuestas procedentes del
conductismo aluden a variables medicinales.
Paradigma cognitivo
La perspectiva cognitiva trata de volver a centrar el análisis en el papel de las variables
internas, en la intencionalidad (se busca el conocimiento, hay planes, objetivos, construcción
continua) así como el ámbito empírico; destaca por su pretensión extensional, en definitiva,
por una metodología experimental, legado del conductismo que le precedió. La Psicología
cognitiva nace en los años cincuenta del siglo XX.
Dentro de las críticas más repetidas que se le hacen al paradigma cognitivo puede
destacarse la primacía del componente cognitivo y el olvido de los aspectos emocionales
que pueden dar a la patología.
En un sentido conceptual, pero también aplicado, la Psicología cognitiva ha realizado
valiosas aportaciones a la Psicopatología. Ha mostrado que la capacidad de procesamiento
es limitada, que su aplicación requiere esfuerzo y precisa de la capacidad de atender
selectivamente.
Por otro lado, el procesamiento sigue una secuencia de pasos, realiza actividad en paralelo,
es retroalimentado o regulado por un sistema jerárquico.
Estas referencias, permiten hacer alusión, a la denominada psicopatología cognitiva, área
psicopatológica que, a diferencia del paradigma fenomenológico , analiza las variables de
naturaleza cognitiva, estudiados de forma dimensional y en general, como experiencias,
procesos y contenidos inusuales y anómalos y , por tanto, sin referencia exclusiva a los
trastornos mentales.
Paradigmas integradores