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Qué es el vínculo de unión o apego con el bebé?

El vínculo de unión de la madre con el bebé es la relación emocional única que se forma entre tu bebé y
tú como la primera persona que cuidará de él. El intercambio emocional y sin palabras los acerca uno al
otro asegurándole que estará seguro y él tendrá la calma suficiente para experimentar un óptimo
desarrollo de su sistema nervioso. El vínculo es un factor muy importante para la forma en que el
cerebro de tu bebé se organiza e influye también en el desarrollo social, intelectual y físico del bebé.

La comunidad científica todavía está aprendiendo mucho de esta vinculación o apego. Saben que los
lazos tan fuertes que se forman entre los padres y el bebé le van a dar un primer modelo de relaciones
íntimas interpersonales y a proveerle de un sentido de seguridad y autoestima. Se sabe también que las
respuestas de los padres a las señales del bebé y del infante pueden afectar el desarrollo social y
cognitivo del bebé.

Con el apego, instintivamente aprendes a entender la relación que has establecido con el bebé y tienes
la certeza de saber que puedes confiar en que él sabe lo que necesita en cada momento de su
desarrollo. Deseas respetarlo y acompañarlo en los momentos buenos pero también en sus momentos
de enojo y frustración. Es un deseo de estar presente física y emocionalmente con el bebé respetando
su papel como padres y el lazo de unión que comparten con él.

¿Por qué el apego o vinculación es importante?

Los estudios que se hicieron en monos recién nacidos a los cuales se les dio una madre falsa (hecha de
maniquí), aún cuando estaban hechas de un material suave y le daban la botella a los changuitos, estos
bebés no se desarrollaron igual que los que sí tenían a su mamá para que los cuidara y presentaron
problemas en su desarrollo y relación con el mundo. Los científicos creen que la falta de apego en los
bebés humanos puede causar problemas similares.

¿En qué momento se desarrolla?

La mayoría de los bebés están listos para desarrollar este lazo de unión inmediatamente, pero los padres
pueden tener una mezcla de sentimientos a este respecto. Algunos padres sienten un apego intenso en
los primeros minutos o días del nacimiento del bebé, pero otros- especialmente si el bebé quedó en
terapia intensiva o es adoptado- tardan mucho más.

La vinculación es todo un proceso, no algo que se da en unos minutos ni algo que se da en un tiempo
limitado. Para muchos padres es algo que va surgiendo del cuidado diario que se da al bebé y es muy
probable que ni siquiera se den cuenta de lo que está sucediendo hasta que al ver la primera sonrisa se
dan cuenta de que se han llenado de alegría y amor.

¿Cómo establecen este vínculo los bebés?

Es de vital importancia para la supervivencia del bebé que sea capaz de comunicar sus necesidades a los
adultos y que estas sean atendidas sin demora. Recuerden, mientras el niño es pequeño, es
mentalmente incapaz de ninguna manipulación. Durante el primer año de vida, las necesidades y los
deseos de un niño son lo mismo.
Cuando se acaban de estrenar como padres, les tomará un poco de tiempo el entender cuáles son estas
necesidades y de qué forma pueden interactuar con él.

Pero es importante saber que este apego o vínculo no significa resolver una necesidad que el niño, más
adelante, pueda satisfacer por sí mismo. Significa entender cuáles son las necesidades, cuándo se
presentan, cómo cambian a lo largo del tiempo y de las circunstancias y ser flexibles al idear maneras
para responder apropiadamente.

¿Cómo lograr esta vinculación o apego?

Lograr este lazo de unión con tu bebé es quizás una de las partes más agradables del cuidado de un
infante.

El tacto es el primer lenguaje ya que los bebés responden al contacto de piel con piel. Es tranquilizante
para ambos al mismo tiempo que promueve el desarrollo y crecimiento saludable del bebé.

Puedes empezar por acunarlo e irlo acariciando de diferentes maneras. Si ambos padres lo tocan y
sostienen frecuentemente, pronto aprenderá a reconocer quién es quién. Es importante que ambos lo
coloquen sobre la piel, sobre todo cuando lo están alimentando o acunando.

Los bebés, especialmente los bebés prematuros y todos aquéllos que tienen algún problema médico,
pueden responder al masaje especializado para este tipo de casos. Es importante tener en cuenta que
como los bebés son mucho más delicados que los adultos, es necesario que el masaje sea muy suave,
antes de empezar asegúrense de haber aprendido bien las técnicas y si no las saben, simplemente
acarícienlo suavemente durante el baño o al vestirlo.

El contacto ocular (verlo a los ojos) provee una comunicación muy entendible cuando se hace a corta
distancia.

El bebé puede seguir el movimiento de algunos objetos con sus ojos.

El bebé tratará (al principio) de imitar algunos de tus gestos y expresiones.

Prefiere la voz humana y trata de vocalizar al hacer sus primeros esfuerzos para comunicarse. Los bebés
generalmente disfrutan escuchando las conversaciones y las descripciones de lo que le hacen y su medio
ambiente.

La vinculación o apego generalmente sucede también inmediatamente con los bebés alimentados con
mamila ya que los bebés responden al olor o tacto de sus madres así como a la respuesta de sus padres
a sus necesidades. En un parto sin complicaciones, tu pediatra o la enfermera tratarán de aprovechar el
momento en el que el bebé está alerta para que se lo coloquen a la madre y trate de alimentarlo o se lo
ponen sobre su pecho para que lo sostenga piel a piel. Esto no siempre es posible y, aunque ideal, no es
absolutamente indispensable para el futuro vínculo que se establecerá entre el bebé y sus padres.

Para los padres adoptivos puede ser una preocupación la forma en la que van a lograr este apego o
vínculo con sus bebés. No debe ser ningún problema, ya que aunque para algunos será antes que para
otros, los niños adoptados pueden desarrollar ese apego tan fuerte como el de los bebés con sus padres
biológicos.

El apego con la madre


Hablaremos más del lazo que se forma entre la madre y el bebé y no por excluir al padre, sino porque,
cuando menos en los primeros meses, este lazo es más obvio con la madre. Esto no significa que un
padre no pueda sentirse fuertemente unido a su bebé, pero casi siempre este lazo de unión es
diferente. No es menor ni es peor, simplemente es diferente.

Esta unión significa que una madre y su bebé están en total armonía uno con el otro y lograr esto es uno
de los sentimientos más satisfactorios que una madre puede tener. Basta observar a una madre que
está en armonía con su bebé, cuando el bebé hace algún gesto o movimiento que signifique alguna
necesidad, la madre –que está abierta a estas señales-, responde.

Al principio, las respuestas pueden ser un poco tensas y no exactamente lo que necesita el bebé, pero
conforme se van “entrenando” mutuamente cientos de veces al día, en unas semanas cada vez serán
más naturales y armoniosas. El bebé anticipa la respuesta que obtendrá de su madre y así tratará de dar
más señales que le permitan entenderse con ella porque ha aprendido que la respuesta que obtendrá,
es predecible.

Como el bebé manda el mensaje de que los cuidados maternos son recibidos muy bien y apreciados, la
pareja madre-hijo se van disfrutando cada vez más y se acostumbran uno al otro. Podríamos decir que
son “adictos” uno al otro y esto quiere decir que la madre se siente bien cuando está con su bebé y mal
cuando están separados.

Es fácil saber cuando ya has formado ese lazo de unión con tu bebé. En el momento en el que el bebé
llora y tú respondes naturalmente desde el corazón y no tensionada, puedes decir que ya lo lograste.
Cuando tu bebé da alguna señal y tú respondes sabiendo que eso es lo correcto que tienes que hacer,
entonces puedes decir que vas en el camino correcto para formar ese importante lazo de unión con tu
hijo.

Del olor a las sonrisas

En la actualidad existe una mayor evidencia de que estamos preparados para conectar con nuestros
bebés a través de las “feromonas” –las substancias químicas que secretamos para atraer a nuestra
pareja- que son también secretadas por nuestros bebés asegurando así nuestra atracción por ellos. En
un estudio, 90 % de las mamás pudieron identificar a su bebé por el olor después de haber estado
únicamente 10 minutos con ellos. Cuando ya habían estado 1 hora, el 100% pudo distinguir el olor de su
bebé entre los otros.

Un bebé reconoce también el olor de su madre. El año pasado, investigadores de Japón encontraron que
los bebés que olían la leche de sus madres, mostraban menos estrés ante un procedimiento rutinario,
que los bebés que eran expuestos al olor de la leche de otra madre o a ningún olor. El puro olor de la
leche de sus madres es suficiente para calmarlos y disminuir el dolor.

Y así como el olor te motiva a cuidar de tu bebé y al bebé lo ayuda a mantenerse cerca de ti, así mismo
lo hace una sonrisa. Es todo muy primitivo: la mamá hace que el bebé sonría, la mamá obtiene su
recompensa y…quiere que el bebé sonría otra vez.
En resumen: estamos diseñados para hacernos adictos a nuestros hijos: “El vínculo madre-hijo asegura
la sobrevivencia en términos de protección, nutrición y cuidado” dice Francesca DÁmato M.D, una
neurocientífica del comportamiento y prominente investigadora del vínculo madre-hijo.

El apego con el papá

Los hombres de esta época pasan mucho más tiempo con sus bebés de lo que lo hacían los padres de las
generaciones pasadas. Aunque los padres ansían tener un contacto más cercano con sus bebés, el apego
generalmente ocurre en un momento diferente del de las madres y esto sucede, principalmente, porque
ellos no tienen el contacto temprano y cercano de la alimentación a pecho que tienen las madres.

Pero los padres tienen que tener muy presente, casi inmediatamente, que establecer este vínculo con su
bebé no significa que tienen que ser “otra mamá”. En muchas ocasiones las actividades que ellos
realizan con sus hijos son muy especiales y la pareja se beneficia cuando se pueden apoyar y estimular
mutuamente.

Las actividades que pueden compartir en pareja para establecer, en un principio, el vínculo con su bebé,
pueden incluir:

Participar juntos en la labor y parto

Alimentarlo (pecho o mamila); algunas veces el papá va formando un vínculo especial con el bebé
cuando él es el que se encarga de levantarlo y cambiarle el pañal en la comida de la noche (antes de
llevárselo a la mamá) y la primera de la mañana.

Leerle o cantarle al bebé

Compartiendo el baño con el bebé

Copiando los movimientos que hace el bebé

Copiando sus ruidos y cualquier vocalización que haga –son sus primeros esfuerzos para comunicarse.

Usando un cargador frontal para llevar al bebé mientras que realizan ciertas actividades rutinarias.

Permitiéndole sentir las diferentes texturas de la piel del padre y de la madre.

¡Confíen en su habilidad como padres!

Por supuesto que es más fácil establecer este apego con el bebé si la gente alrededor suyo los apoya y
los ayuda a que tengan confianza en sus habilidades como padres. Esta es una de las razones por las
cuales los expertos recomiendan que el bebé se quede con la madre durante su estadía en el hospital.

Aunque cuidar de un bebé es abrumador en un principio, los puede ayudar mucho el apoyo emocional
que les dará el personal del hospital y empezarán a confiar en sus habilidades como padres. Aunque el
permanecer con el bebé después del parto no puede ser posible para los bebés prematuros o con
necesidades especiales, el apoyo del personal del hospital puede ayudar a que, a pesar de todo, este
vínculo se establezca fácilmente.
Al principio, el cuidado de un recién nacido puede necesitar de toda su energía, especialmente la de una
madre que está dando el pecho. A ella le será mucho más fácil establecer ese apego o vinculación
cuando no está agotada por todas las otras cosas que se tienen que hacer como la limpieza de la casa, el
lavado de la ropa, la preparación de los alimentos, etc. Es maravilloso cuando los padres pueden ayudar
con este tipo de actividades rutinarias al mismo tiempo que dan apoyo emocional al bebé y a la madre.

Y no se olviden de pedir ayuda y apoyo a la familia en los primeros días que tienen a su bebé en casa,
pero no para que se queden a su alrededor –esto podría ser muy estresante- sino para que hagan todos
los pendientes que signifiquen salir de casa o para que les ayuden con el cuidado de los hermanos.

¿Qué factores pueden afectar la secuencia del desarrollo del apego? que se forme este lazo de unión?

La secuencia del desarrollo del apego puede ser afectada por el estado del bebé y por el bienestar de la
madre. El “estado” en el bebé se refiere a los patrones de comportamiento, estables y distinguibles:
sueño regular, sueño periódico, somnolencia, inactividad alerta, llanto y actividad al despertar. El estado
del bebé determina su capacidad de reconocer y responder a las figuras humanas.

Muchas madres se han dado cuenta de que el mismo estímulo puede provocar diferentes respuestas en
el bebé si el estado del infante es diferente. Cuando está contento, un juego puede provocar sonrisas,
pero si está inquieto, puede causar una crisis de llanto.

La nueva mamá tiene que ir aprendiendo cuál es el estímulo que debe usar dependiendo del estado del
bebé y el momento del desarrollo.

El apego entre el bebé y los padres puede retrasarse por varias razones:

Los padres se imaginaron que su bebé iba a tener ciertos rasgos emocionales o físicos.

Cuando en una adopción conoces al bebé después del parto, la realidad te hace que ajustes la imagen
que te habías hecho de él. La cara del bebé es la primera herramienta de comunicación y tiene un papel
crítico en el apego o vinculación.

Las hormonas pueden también afectar este lazo de unión. La lactancia puede ser un factor importante
de ayuda, pero no cabe duda de que es causa también de un derrame de diferentes hormonas en la
madre y algunas veces las madres tienen mucho trabajo para establecer este apego cuando sus
hormonas están desbalanceadas o cuando tienen depresión post parto.

Igualmente puede retrasarse cuando la madre está agotada o cuando tiene dolor debido a un parto
complicado, si tiene depresión, si está estresada por problemas financieros, del hogar, de desempleo,
etc.

Si el bebé pasa algún tiempo en cuidados intensivos, al principio pueden estar amedrentados por el
equipo médico a su alrededor, pero es importante que se contacten con él. Seguramente el personal del
hospital los ayudará para que puedan sostener al bebé aún en la incubadora y les pedirá que se queden
a acompañarlo hablándole, cantándole y tocándolo de vez en cuando. Pronto verán que el bebé
reconoce y responde a su voz y tacto. Podrán aprender a bañarlo y a alimentarlo y si lo están
alimentando con leche materna, te ayudarán a que puedas darle bien el pecho antes de que te vayas a
casa.

¿Qué actividades podemos hacer para mejorar este vínculo?


Tacto entre los cuerpos: coloca a tu bebé desnudo sobre tu pecho y permite el contacto entre sus
cuerpos. Permanezcan así el mayor tiempo posible y repitan esto varios días para incrementar esta
experiencia. Mientras tanto háblale tranquila y amorosamente (usa una cobija si la necesitas para
protegerlo y protegerte del frío).

Simulación de alimentación al pecho: para los bebés que no pueden ser alimentados al pecho, coloca al
bebé contra tu pecho desnudo mientras le das la fórmula. El contacto físico, cuerpo con cuerpo, durante
la alimentación, ayuda a crear un lazo especial entre los padres y el bebé.

Cara a cara: si tu bebé está “hablando”, siéntate enfrente de él y juega a tocarlo dándole nombre a cada
parte de su cuerpo y del tuyo, esto estimula el desarrollo del sentido de un concepto y el contacto físico.
Trata de hacer esto una o dos veces a la semana hasta que te acostumbres a dar y recibir el contacto
físico con tu bebé.

El juego del abrazo: de recién nacido abrázalo mucho y, si puedes, mantenlo cerca de tu cuerpo con un
cargador especial mientras realizas algunas tareas. Más grande, juega con él a que el premio por
cualquier actividad bien realizada sea un abrazo.

El juego de las cosquillas: acuéstate en el suelo o en la cama (vestida) con el bebé en tu pecho de tal
manera que su cabeza queda cerca de la tuya. Susurra y háblale suavemente, hazle cosquillas mientras
que te ríes y juegas a balancearte de un lado a otro haciendo ruidos. Esto estimulará su sentido de la
diversión y seguridad.

¿Qué es lo que el bebé aprende?

La interacción temprana son una muestra de señales sociales que contribuyen al desarrollo de una
autoestima saludable y un sentido de seguridad. Al crecer el bebé, responderá a estas señales imitando
expresiones y respondiendo con sonidos.

La calidad de este vínculo o apego, puede variar. Pero se puede decir que un vínculo seguro actúa como
la base de un buen desarrollo social y emocional. El bebé inicia la capacidad de formar y mantener
relaciones sociales, adquiere una saludable conciencia de sí mismo y aprende a dar y recibir amor,
mostrar empatía y preocuparse por otros.

Un vínculo inseguro, aquel que falla en cumplir con la necesidad del bebé de seguridad y comprensión,
puede llevarlo a confundir su propia identidad y a que, más adelante en la vida, tenga dificultades para
el aprendizaje y para relacionarse con otros.

¿Cómo influye en las personas el tipo de vínculo formado en al infancia?

Los niños que han establecido un vínculo de seguridad, no necesitan estar abrazados a sus madres
continuamente. Se sienten seguros para alejarse de ella y explorar el ambiente, porque saben que ella
seguirá ahí cuando vuelvan. Esta libertad les permite intentar y aprender cosas nuevas, afrontar
problemas y sentirse más tranquilos ante las situaciones nuevas o desconocidas.

Entre los tres y cinco años, los niños con vínculos afectivos de seguridad son más curiosos y
competentes, se llevan mejor con otros niños y tienen mayor probabilidad de establecer amistades
íntimas. También tienen una mayor probabilidad de ser independientes en el preescolar y consultar a los
profesores sólo cuándo los necesitan.
A los diez y once años, los niños que han tenido un vínculo de seguridad en la infancia son más capaces
de hacer y mantener amigos y de actuar en grupo.

A los catorce o quince años, obtienen puntuaciones más altas en salud emocional, autoestima y
competencia. Además, tienen más apertura de sentimientos.

Resumen

En resumen, la educación con apego es amar y confiar en nuestros hijos. Si logramos hacerlo ellos
confiarán en nosotros, confiarán en los otros y serán, a su vez, personas de confianza.

El apego bebé-padres es una experiencia compleja y muy personal que toma cierto tiempo. No existe
una fórmula mágica y no puede forzarse. Un bebé al que se le está dando todo lo que necesita no sufrirá
si este lazo de unión no es muy fuerte al principio.

Conforme se vayan sintiendo más cómodos con la presencia del bebé en la casa y se vayan
acostumbrando a la nueva rutina, ambos se sentirán más confiados acerca de los aspectos tan increíbles
que hay en la educación de un infante.

Los padres tienen una forma muy particular de conectar con sus hijos. Sin duda, muchos de ellos son
más ingeniosos, más creativos y menos temerosos que nosotras. Los papás son muy particulares en
estos temas, principalmente cuando el bebé es aún muy pequeño. Algunos sólo consiguen interactuar
con sus hijos a partir de los 6 meses, cuando el bebé ya sujeta la cabecita y empieza a balbucear.

Sin embargo, los tiempos cambian y se nota que hoy los padres se involucran mucho más en el cuidado
de su bebé. No importa, si a nuestro parecer lo hacen bien o mal. Lo que importa es que ellos lo
intenten, hasta el punto de que hay padres que, por increíble que pueda parecer, cuidan mejor de sus
bebés que las madres. ¡Hay padres que lo llevan genial! Puede que no les vayan bien lo de vestir al bebé,
pero lo de llevarlo de paseo, al pediatra o a la guardería, se les da de maravilla. Sugerir aventuras,
entretenerle mientras come, calmarle a la hora de dormir o leerle un cuento, también les va muy bien a
algunos. No se si será por eso, pero la primera palabra que suelen decir los bebés es 'papá'.

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