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HARLEY
LA NUEVA NATURALEZA
DE LOS MAPAS
Ensayos sobre la historia de la cartografía
Compilación
Pa u l L a x t o n
Introducción
J. H. A ndrew s
Harlev, J. B.
La nueva naturaleza de los mapas. Ensayos sobre la
historia de la cartografía / J. B. Harlev; cornp. de Paul Lax-
ton; introd. de J. H. Andrews; trad. de Leticia García Cor
tés, Juan Carlos Rodríguez.— México: fce, 2005
398 pp.: ilus.; 23 x 17 cm — (Colee. Tezontle)
Título original The New Nature of Maps. Essays in the
History of Cartographv
ISBN 968-16-7531-2
Título original:
The Netz Nature ofM aps. Essays in the History o f Cartographv
D. R. O 2001, The Johns Hopkins University Press
2715 North Charles Street
Baltimore, Marvland 21218-4363
www.press.jhu.edu
ISBN 968-16-7531-2
Textos y contextos
en la interpretación
de los primeros mapas*
Los mapas antiguos son testigos escurridizos. Sin em
bargo, ¿dónde estarían los historiadores sin ellos?
J. H. Pa r r y, 1976
H/ntre los numerosos tipos de documentos que por lo general utilizan los
historiadores, los mapas son muy conocidos; sin embargo, no son tan bien
comprendidos. Podríamos hacer una antología de afirmaciones que clasifi
can a los mapas no sólo como “ escurridizos” (adjetivo empleado por el dis
tinguido historiador J. H. Parry), sino también com o “ peligrosos” o “ no
confiables” .uLos historiadores tienden a relegar los mapas, junto con cua
dros, fotografías y otras fuentes no verbales, a un tipo de evidencia de
menor categoría que la palabra escritaJ Gran parte de la investigación y
de los textos históricos se realiza sin recurrir sistemáticamente a los ma
pas contemporáneos. Aún más, incluso cuando se admite que los mapas
son documentos, se les considera útiles principalmente en pocas cuestio
nes históricas determinadas. Por ejemplo, se reconoce ampliamente que
los mapas son valiosos para estudiar algunos temas dentro de la historia
de los Estados Unidos, com o los descubrimientos, las exploraciones, la
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¿Imagen o texto?
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TEXTOS Y CONTEXTOS EN LA INTERPRETACIÓN DE LOS PRIMEROS MAPAS
como una ciencia concreta. La premisa es que un mapa debe ofrecer una
ventana transparente al mundo. Un buen mapa debe ser preciso. Cuando
un mapa no representa la realidad de una manera adecuada sobre una
escala concreta, se hace acreedor a una calificación negativa. Los mapas se
clasifican según su correspondencia con la verdad topográfica. Se nos ha
dicho que la imprecisión es un delito cartográfico.
Este juicio de valor a menudo se traslada a la manera en que leemos
los mapas antiguos. Promueve un tipo de interpretación en la que se sub
rayan las manifestaciones de hechos o literales que hacen los mapas acer
ca de una realidad empírica. Ya sea que se describa la ruta costera caribe
ña de un navegador del siglo xix o los vestigios de alguna ciudad fantasma
después de la explotación de una mina en el siglo xix, se juzga al mapa en
términos de la ubicación de sus coordenadas, la forma de sus líneas o la
confiabilidad de los accidentes del terreno medidos. Se usa única y exclu
sivamente como un conjunto de hechos en la reconstrucción del pasado.
De ninguna manera estoy degradando la aplicación histórica de los mapas.
Gomo un índice de la ubicación de cosas, procesos y hechos del pasado,
los mapas son la única forma de documentación.-JJbicar acciones humanas
en el espacio sigue siendo el mayor logro intelectual de los mapas como
formas de conocimiento^
Sin embargo, hay una respuesta alternativa a la pregunta de qué es un
mapa. Para los historiadores, una definición igualmente adecuada de
un mapa es: “ Una construcción social del mundo expresada a través del
medio de la cartografía” . Lejos de fungir com o una simple imagen de la
naturaleza que puede ser verdadera o falsa, los mapas redescriben el mun
do, al igual que cualquier otro documento, en términos de relaciones y
prácticas de poder, preferencias y prioridades culturales. Lo que leemos en
un mapa está tan relacionado con un mundo social invisible y con la ideo
logía com o con los fenómenos vistos y medidos en el paisaje. Los mapas
siempre muestran más que la suma inalterada de un conjunto de técnicas.
La aparente multiplicidad de los mapas, su cualidad de ser “ escurridizos” ,
no es una desviación idiosincrásica de un perfecto mapa ilusorio. Más bien
yace en el corazón de las representaciones cartográficas. Aquí se encuen
tra una oportunidad histórica. La fascinación que ejercen los mapas como
documentos creados por el ser humano radica no únicamente en la medi
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TEXTOS Y CONTEXTOS EN LA INTERPRETACIÓN DE LOS PRIMEROS MAPAS
A l igual que otros textos, los mapas usan signos para representar al mun
do. Guando éstos son fijos en un género de mapas, los definimos como sig
nos convencionales. ^Los mapas no tienen una gramática como el lenguaje
escrito, pero igualmente son textos diseñados de manera deliberada y crea
dos bajo la aplicación de principios y técnicas, y desarrollados como siste
mas formales de comunicación. En la cartografía moderna se ha trabajado
arduamente para estandarizar estas reglas de composición de los mapas.
Los libros de texto y los modelos nos dicen cuál es la “ m ejor” manera de
representar gráficamente al mundo en términos de líneas, colores, símbo
los y topografía.4 En cuanto a algunos de los mapas más antiguos, que se
describen más adelante, también existían libros de normas para su cons
trucción y diseño, así como vocabularios o signos diferentes. Tales obras
pueden fungir como una gramática o un diccionario para aprender a leer o
a traducir el texto del mapa.
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La regla básica del método histórico es que sólo se pueden interpretar los
documentos en su contexto. Esta norma se aplica igualmente a los mapas,
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Por encima del taller siempre hay una persona que encarga el mapa y, como
consecuencia, el mapa está imbuido en dimensiones sociales además de
técnicas. Podemos adaptar a la cartografía las palabras de Michael Baxan-
dall sobre la pintura italiana del siglo xv. Ese arte siempre era
depósito de una relación social. Por un lado estaba el pintor que pintaba el
cuadro o, por lo menos, lo supervisaba. Por otro lado estaba alguien que le
pedía que lo hiciera, proporcionaba los fondos necesarios y, una vez termi
nado, decidía usarlo de una u otra manera. Ambas partes trabajaban den
tro de instituciones y convenciones (comerciales, religiosas, preceptúales,
en el sentido social más amplio) diferentes a las nuestras, e influían sobre
la formas de lo que habían hecho juntos.15
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El contexto de la sociedad
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ciencia sigue siendo una realidad construida por el ser humano. Los mapas
de gran escala de la parte este de Norteamérica de mediados del siglo xvm
son un ejemplo de esta limitación. A primera vista cumplen los objetivos
de la cartografía de la Ilustración. Están construidos sobre medidas geodé
sicas; empiezan a mostrar cierto dominio cartográfico sobre los paisajes de
esta zona y omiten algunos de los elementos más abiertamente imaginati
vos, míticos y pictóricos de los mapas anteriores. Sin embargo, si los
vemos más de cerca, nos damos cuenta de que también señalan los im
perativos territoriales de una agresiva expansión inglesa en este conti
nente.44 El colonialismo se señala en los mapas desde los márgenes. Con
frecuencia los títulos hacen referencia al imperio y a la posesión y delimi
tación de territorio; las dedicatorias definen el rango social de los gober
nantes coloniales; y las tarjetas, con todo un desfile de banderas naciona
les, escudos de armas o coronas dispuestas por encima de los indios
sirvientes, definen las relaciones de poder en la vida colonial.45 Sin embar
go, los contornos de la sociedad colonial también pueden ser leídos entre
las líneas de los mapas. La cartografía se ha convertido principalmente en
un registro de los intereses coloniales. Es un retrato inconsciente de qué
tan exitosamente se había reproducido una sociedad colonial europea en
el Nuevo Mundo y los mapas otorgan seguridad a los conquistadores al repro
ducir la autoridad y los nombres de los lugares simbólicos del Viejo Mundo.
Aún más, en la medida en que la frontera se movió hacia el occidente, los
vestigios del pasado indio fueron eliminados de la imagen. Muchos cartó
grafos del siglo xvm prefirieron los espacios vacíos al registro de la geogra
fía india.46 No estoy diciendo que las omisiones, las “ reglas de ausencia” ,
fueran deliberadamente reforzadas a manera de especificaciones técnicas.
Sin embargo, incluso cuando eran dadas por un hecho, o aplicadas incons
cientemente, percibirlas nos ayuda a cuestionar los mapas antiguos.
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Arte Cartografía
(Se usan los términos de Panofskv) (Paralelismo cartográfico sugerido)
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Conclusión
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TEXTOS Y CONTEXTOS EX LA INTERPRETACIÓN DE LOS PRIMEROS MAPAS
sus métodos de investigación y por todas las pruebas que pueda aportar. Al
igual que existen innumerables mapas de Norteamérica que el historiador
puede consultar, hay infinidad de temas de investigación para los cuales
los mapas pueden ser adecuados. No ha sido mi intención minimizar los
aspectos técnicos de la interpretación de los primeros mapas; sin embargo,
ante el hecho de que ya disponen de bastante literatura, me pareció im
portante tomar esta oportunidad para trabajar en un marco más amplio
dentro del cual pueden mostrarse. Los tres contextos de la cartografía que
se han señalado nunca son mutuamente exclusivos, sino que se encuen
tran entretejidos de manera sutil y con frecuencia inseparable. Una vez
que aprendemos a leer mapas, pueden convertirse en textos de una utili
dad indispensable para el historiador.
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II
’ Este capítulo apareció originalmente en Denis Cosgrove y Stephen Daniels (eds.), The Icono-
graphy o f Landscape: Essays on the Symbolic Representación, Design and Use ofp a s t E nviron-
ment, Cambridge Studies in Ilistorical Geography, 9 (Cambridge, Cambridge University Press,
198S), pp. 277-312.
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Perspectivas teóricas
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producto social16, y para hacerla más clara se han dispuesto dos grupos de
ideas relacionadas con los ejemplos empíricos de este ensayo. El primer
grupo se deriva de Michel Foucault, quien, a pesar de que sus observacio
nes en el campo de la geografía y los mapas fueron superficiales,17 ofrece
un modelo útil para la historia del conocimiento de los mapas en su crítica
de la historiografía:
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Al igual que las armas de fuego y los barcos de guerra, los mapas han sido
armas del imperialismo. En la medida en que los mapas se usaron en la
promoción colonial y se adueñaron de las tierras en papel, antes de ocu
parlas efectivamente, los mapas anticiparon el imperio. Al principio, los
topógrafos marchaban al lado de los soldados para trazar mapas con fines
de reconocim iento, después como información general y, con el paso del A,
tiempo, como una herramienta de pacificación, civilización y explotación
en las colonias ya definidas. Sin embargo, hay algo más allá deí trazado de
fronteras para la contención práctica política y militar de las poblaciones
sometidas. Los mapas se usaron para legitimar la realidad de la conquista y /
el im perio. Contribuyeron a la creación de mitos que ayudarían a conser
var el statu quo militar. Como comunicadores de un mensaje imperial, se
han usado com o com plem ento agresivo de la retórica de los discursos,
periódicos y textos escritos, o de las historias y canciones populares que
elogian las virtudes del imperio •31 á?
85 I
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Figura ii .I. Federación imperial. Mapamundi que muestra la extensión del Imperio
británico en 1886fu e publicado por primera vez como un suplemento del perió
dico Graphic, el 24 de ju lio de 1886. Se usaron la proyección de Mercator, tinta
rosa para el territorio del im perio y emblemas decorativos que muestran a Bri-
tania sentada en el mundo para articular el mensaje del “Nuevo im perialism o”.
Con permiso de la British Library.
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gráfica del mapa dio a sus usuarios imperiales un poder arbitrario que era
fácilmente separable de las responsabilidades sociales y consecuencias de
su ejercicio. El mundo podía ser grabado sobre papel. El papa Alejandro VI
demarcó las posesiones españolas y portuguesas en el Nuevo Mundo.35
En la división de Norteamérica, ella misma “ parte de un vasto proceso y
experimento europeo, un desarrollo actual del im perialism o interna
cional” , las “ propias líneas del mapa exhibían este poder y proceso impe
rial porque habían sido impuestos sobre el continente con poca referencia
a los pueblos indígenas y en muchos lugares con poca referencia a la pro
pia tierra. Los invasores se repartieron el continente entre ellos con dise
ños que reflejaban sus complejas rivalidades y su poder relativo” .36 En el
siglo xix, cuando los mapas se institucionalizaron más y se vincularon al
crecim iento de la geografía com o disciplina, los efectos de su poder se
manifestaron nuevamente en la ola continua de imperialismo europeo. La
lucha por Africa, en que los poderes europeos fragmentaron la identidad
de la organización territorial indígena, se ha vuelto casi un texto ejem
plar de estos efectos.37 En nuestro propio siglo, en la división británica de
la India en 1947, vemos cómo el trazo de una pluma a través de un mapa
podía determinar las vidas y las muertes de millones de personas.38 Hay
innumerables contextos en los que los mapas se convirtieron en la moneda
de “ tratos” políticos, contratos, subdivisiones, ventas y tratados realizados
con m otivo del territorio colonial y, una vez vueltos permanentes en la
imagen, estos mapas con mucha frecuencia adquirieron fuerza de ley en^
el paisaje.
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Figura ii .2. Los mapas estatales de gran escala y los catastros que los acompa
ñan se convirtieron en una herramienta en el surgimiento del capitalismo agrario
en Inglaterra a partir del siglo xvi. En este fragmento del mapa de Samuel Walker
del estado de Gametts, Essex (1622), los detalles de propiedad ( dn = tierras de
Edward Naylor, dl = tierras de Richard Lavender), la delincación precisa y las me
didas correctas (en acres, roods o perches) traducen los derechos de propiedad a
una imagen tangible y de compromiso legal. El original está en una escala de 50 cm
por 1 609 m. Esta reproducción mide aproximadamente 1.6 x 1.1 m. Con permiso
de la British Library (Manuscritos Adicionales 41848).
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Figura ii .J. Incluso los simples mapas temáticos pueden transm itir sutiles men
sajes propagandísticos. Este mapa de atlas escolar, del Geschichtsatlas für die
deutsch Jungen (Julius Belz, 3a cd., 1935), representa los elementos germánicos
en Europa y (en un mapa inserto) del otro lado del océano; sin embargo, no ofre
ce una leyenda para los valores de los tres tamaños de símbolos. Mientras que la
pauta de distribución es realista, las minorías germanas en los países europeos
por lo general eran mucho más pequeñas (menos de 4% de la población total) de
lo que el símbolo sugiere. Con permiso de la British Library (Mapas 30.b.25).
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Hay numerosos casos en que los nombres indígenas de lugares de los gru
pos minoritarios se suprimen en los mapas topográficos en favor de una
toponimia estándar del grupo que tiene el control.67 *—
Geometría subliminal
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vés de sus omisiones como por medio de las características que describen
y enfatizan.
Las corrientes políticas escondidas bajo estos silencios son tan podero
sas que en ocasiones resulta difícil explicarlas únicamente recurriendo a
otros factores históricos o técnicos. En la Irlanda del siglo xvn, por ejem
plo, el hecho de que los topógrafos que trabajaban para los propietarios
ingleses a veces excluyeran las viviendas de los irlandeses nativos de sus
mapas que, por demás, eran “ precisos” , no es sólo cuestión de escala y
Je prominencia topográfica de las casas, sino de los conflictos religiosos
y de las relaciones de clase del campo irlandés.76 Se puede decir lo mismo de
las omisiones de los levantamientos de condado impresos de la Inglaterra
Jel siglo X V III; la exclusión de las pequeñas viviendas rurales puede res
ponder tanto al mundo ideal de los clientes dueños de tierras que encarga
ban los mapas como a los dictados de la escala cartográfica.77 En muchos
Je los primeros mapas de ciudades, el cartógrafo puede haber ignorado
inconscientemente las calles y los jardines de los pobres para preferir los
caminos principales, los edificios públicos y las residencias de la clase
comercial a manera de promoción consciente de orgullo cívico o con el fin
Je jactarse de algún éxito comercial.7/ Este filtro ideológico es un proceso
universal. En el trazado colonial de los mapas, al igual que en Norteaméri- 4-
ca en el siglo xvm, los silencios también se consideran una manifestación
de discriminación contra los pueblos nativos/Un mapa com o el de Virgi
nia de Frv y Jefferson (1751) sugiere que los europeos habían vivido ahí
desde siempre; la parte en la que se representan las “ naciones indias” se
dibuja como señal de la futura expansión colonial y no como un reconoci
miento de su integridad étnica. 7/T)e esta manera, durante el largo periodo
de las exploraciones, los mapas europeos dieron una visión parcial de los
encuentros étnicos y apoyaron el derecho divino de apropiación territorial
de los europeos. También los atlas europeos, mientras codificaron un ran
go mucho m ayor de conocim iento geográfico, prom ovieron una visión
eurocéntrica imperialista que efectivam ente reflejaba una inclinación al
espacio doméstico que reforzaba la percepción europea de la superioridad
cultural en el sistema del m u n d o . L o s silencios de los mapas, a menudo
parte de estereotipos culturales más amplios, llegaron, por lo tanto, a
poner en alto las profecías cumplidas acerca de la geografía del poder.
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Jerarquías de representación
----- — ...
El papel del mapa como forma de proclamación social es aún más reforza
do por los sistemas de clasificación y por las formas de representación (los
signos supuestamente convencionales o cartográficos)81 que han sido
adoptados para las características del paisaje. Durante mucho tiempo, una
de las reglas de los cartógrafos ha sido que los signos para las ciudades y
los poblados, descritos ya sea mediante iconos u otros recursos abstractos,
se muestran de manera proporcional al rango de los lugares en cuestión.
No obstante, la jerarquía visual de los signos resultante en los primeros
mapas modernos a menudo es una Réplica de los estratos legales^Juudales
y eclesiásticos. De hecho, los cartógrafos contemporáneos no han perdido
el concepto de una sociedad territorial dispuesta en hileras. Mercator, por
ejemplo, esperaba en su atlas de 1595 mostrar “ una enumeración y asigna
ción exacta de las sedes de príncipes y nobles” .82 Al igual que otros cartó
grafos anteriores, diseñó un conjunto de signos de la colonización que, con
la misma fidelidad que las cuadrículas ya mencionadas, conforman un
ordenamiento del espacio representado en el mapa con el solo hecho de
hacerlo visible. En otros mapas las ciudades ocupan espacios, incluso
cumpliendo con las convenciones cartográficas, excesivamente alejados de
su tamaño real.83 También los signos de los castillos, ya que implican un
rango feudal y militar, en ocasiones son más grandes que los correspon
dientes a los poblados, a pesar de que ocupan en la tierra un tamaño
menor^Los escudos de armas, símbolo dejposesiómlerxitorial, se emplea
ban para localizar la cabeza de un señorío, mientras que a los asentamien
tos cuya tenencia dependía del orden feudal se les asignaban signos infe
riores sin importar su población o el tamaño del área que ocupaban. Esto
fue particularmente común en los mapas del territorio germano que ante
riormente se encontraban dentro del Sacro Imperio Romano. Estos mapas
prestan una atención considerable a la geografía del poder de la Iglesia. Con
frecuencia el principal mensaje era el de la ubicuidad de la Iglesia. Se tra
tara de territorio “ impío” en manos de los turcos, de tierras bajo el gobier
no del papado, de áreas dominadas por protestantes en general o por sec
tas específicas como los husitas, los mapas comunicaban la extensión del
estado temporal dentro del paisaje espiritual. Como mensaje secundario,
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Figura ii .4. Los silencios en los mapas. Detalle de A Plan of the Gities of London
and Westminster (1775) que muestra el área occidental construida de la ciudad
de Londres y los prestigiosos nuevos desarrollos de los campos verdes de
Bloomsbury. Mientras que los distritos del norte de Covent Carden y alrededor
deBroad Street y St. Giles rápidamente se convertían en barrios pobres, el cartó
grafo produjo una visión idealizada de la ciudad que subraya la graciosa rustici
dad de las principales manzanas, pero no enseña la pobreza urbana. Con permiso
de la British Library (Colección Cruce, port. 3:107).
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■pl uso que hacen los artistas de globos y mapas como emblemas con un sim
bolismo específico se puede encontrar desde el mundo clásico. Como signo
con carga política, el globo u orbe con frecuencia ha simbolizado la sobera-
nía sobre el mundqj*8 A partir de los tiempos romanos (en monedas y
manuscritos) un globo u orbe era sostenido por las manos del rey o empe
rador. En la era cristiana, ahora con una cruz encima, el orbe se convirtió
en insignia de los sagrados emperadores romanos, y en la pintura religiosa
a menudo se mostraba sostenido por Cristo como Salvator Mundi o por el
Padre Dios como Creator Mundi.89 Estos significados fueron trasladados a
las artes del Renacimiento. Para el siglo xvi, los globos que, al igual que los
mapas, se habían vuelto un lugar común en la cultura impresa,90 ahora se
mostraban como una parte de las insignias reales de autoridad en los retra
tos de reyes, embajadores, hombres de Estado y nobles. Sin embargo, ahora
su principal intención era transmitir la magnitud del poder, la ambición y
las empresas territoriales de quienes los llevaban. Estos cuadros proclama
ban el derecho divino al control político; fel_emblema del globo indicaba la
escala mundial en que se podía ejercer y para la que se deseaba/
Los mapas en la pintura han funcionado como símbolos territoriales.
Los ciclos murales del mapa del Renacim iento italiano, por ejem plo, se
pueden interpretar com o la suma visual del conocim iento, el poder y el
prestigio contemporáneos, parte de ellos religiosos, pero sobre todo segla
res.92 En los retratos de emperadores, monarcas, hombres de Estado,
generales y papas, los mapas también aparecen como un resumen gráfico
del poder social y territorial que se esperaba que ejercieran. Es correcto
que Isabel I esté de pie en un mapa de la Inglaterra del siglo xvi; que Cassi-
ni pinte a Luis X IV con un mapa de su reino;93 que el papa Pío IV supervi
se el levantamiento y el secado de las ciénagas pónticas,94 y que frecuente
mente se represente a Napoleón con mapas, ya sea a caballo, cuando está
acampando, o sentado, discutiendo conquistas propuestas o logradas.95
Incluso cuando el medio cambia de la pintura a la fotografía o al cine se
conserva el potente simbolismo de los mapas, como lo percibieron los ci
neastas de Napoleón o de Hitler.96 En los periódicos o en las pantallas de
televisión, así como en numerosas caricaturas políticas, frecuentemente se
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MAPAS, CONOCIMIENTO Y PODER
Figura ii .6. El mapa com o símbolo territorial. En esta pintura de Thomas, deci
mocuarto conde de Arundel, y su esposa Aletea ( hecho p or o después de Van
Dyck, ca. 1635). el conde señala un viaje coloidal a la isla de Madagascar que él
estaba promoviendo. Reproducido gracias a la gentil autorización de Su Alteza
el Duque de Norfolk (Fotografía del Courtauld Institute of'Art).
muestra a los líderes militares con un mapa enfrente para confirmar o ase
gurar a quienes los ven la obra del poder sobre el territorio del mapa. Los
mapas como motivo siguen siendo aceptados como signos geopolíticos en
la sociedad contemporánea.
103
MAPAS, CONOCIMIENTO V PODER
letras, las tarjetas, las viñetas, las dedicatorias, las rosas de los vientos y los
márgenes que pueden incorporar motivos del vocabulario de la expresión
artística contribuyeron a reforzar los significados políticos y a enfocarse en
ellos. Visto de esta manera, el concepto de la decoración cartográfica como
un ejercicio estético marginal resulta anticuado.
Este papel simbólico de la decoración se puede encontrar en gran parte
de la historia de la cartografía europea. Los frontispicios y las portadas de
muchos atlas, por ejemplo, definen explícitam ente, mediante emblemas
generalmente claros, tanto la importancia ideológica como el alcance prác
tico de los mapas que con tien en ." Los arcos monumentales son expresión
de poder; el globo y la esfera armilar se asocian con dedicatorias reales; los
retratos de reyes y reinas, así com o las imágenes de escudos reales de
armas se incorporan al diseño; otros emblemas reales como la flor de lis o
el águila imperial también tienen una carga política, así como ideas geográ
ficas más mundanas acerca del espacio que se registra en el mapa. Las
figuras personificadas con mayor frecuencia son las de nobles, obispos,
comerciantes acaudalados y aristócratas. En los mapas estatales ingleses
se incluyen símbolos microcósmicos de la riqueza de tierras: escudos de
armas, casas de campo y la actividad de cacería de los dueños que se re
presentan.100 Ser dueño del mapa era ser dueño de la tierra.^
En los atlas y mapas de pared, la decoración sirve para simbolizar la
adquisición de territorios de ultramar. Los navegadores europeos, repre
sentados con el símbolo cartográfico de su oficio: brújulas o compases de
puntas,101 reflexionaban seriamente sobre las terrcie incognitae com o si
tomaran posesión de ellas antes de haber comenzado sus actos de “ descu
brimiento” , conquista, exploración y explotación. De hecho, en los mapas
de estos imperios de ultramar encontramos algunos de los ejemplos más
impresionantes de reforzam iento ideológico a través de la decoración.
Si vemos los mapas de Sudamérica de los exploradores franceses del si
glo xvi,102 o los mapas británicos de territorios africanos del siglo xix, en
todos ellos la decoración desempeña un papel importante pues incluyen
una serie de estereotipos y prejuicios raciales en las áreas representadas.
Esto es evidente también en Africa. La decoración de los mapas produ
cidos en Europa difundió la imagen del Continente Negro. Algunos de los
m otivos empleados sugieren la idea de que fue difícil para los europeos
104
Figura ii .7. La portada del atlas corno una afirmación geográfica. En la edición
de 1573 del Theatrum Orbis Terrarum de Abraham Ortelius, Europa es personi
ficada com o gobernadora del mundo v está sentada en un trono por encima de
los otros tres continentes. De la Colección de la Sociedad Geográfica Americana.
Biblioteca de la Universidad de Wisconsin-Milwaukee.
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i
MAPAS, CONOCIMIENTO Y PODER
aceptar que la humanidad africana era diferente. Luego entonces, en los már
genes de muchos mapas africanos aparecen caras con rasgos europeos. A los
hombres africanos se les daban apariencias físicas “ideales” y poses propias
de la iconografía de la Grecia y la Roma clásicas; los gobernantes africanos,
obedeciendo a la suposición de que los sistemas políticos europeos eran
universales, por lo general eran representados en los mapas com o reyes.
En otros casos, los símbolos de otredad asumían la forma de un racis
mo bizarro. Se muestra a los nativos sobre un avestruz o un cocodrilo rea
lizando prácticas caníbales; se les agrupa y se les pone el título de “ hom
bres salvajes” , o, como en un mapa francés del siglo xvill, se incluye “ una
raza de hombres y mujeres con cola” . En las representaciones de las muje
res africanas, la sexualidad femenina y las alegorías de América y los otros
106
MAPAS, CONOCIMIENTO Y PODER
Biblias protestantes del siglo xvi, en parte para validar la verdad literal del
texto, eran tanto un ensayo sobre simbolismo sagrado com o representa
ciones más pictóricas de la región.106
Éstos no son ejemplos excepcionales del papel histórico de los mapas
con medidas en la conformación del mito y la tradición.107 Los mapas de
Estado, aunque derivados de un levantamiento instrumental, simbolizaban
una estructura social basada en la propiedad de la tierra; los mapas de con
dado y regionales, aunque fundamentados en la triangulación, articulaban
los valores y los derechos locales; los mapas de los Estados-nación, aunque
construidos sobre la base de los meridianos, eran una síntesis simbólica de
un com plejo de ideas nacionalistas; los mapamundis, aunque con mayor
frecuencia trazados sobre proyecciones matemáticamente definidas, die
ron un giro total al destino manifiesto de la conquista y la colonización
europeas en el Nuevo Mundo. Incluso los mapas celestiales, aunque obser
vados con telescopios cada vez más poderosos, contenían imágenes de las
constelaciones que percibían las guerras religiosas y las dinastías políticas
del mundo territorial.108 Sería prematuro decir que dentro de casi todos
los mapas hay un símbolo político; sin embargo, por lo menos parece
haber un primer fundamento para esta generalización.
108
Figura ii .9. Los mapas llegaron a servir como imágenes representativas del pro
pio Estado-nación. En este grabado de The Polish Campaign (tom o 1, Londres,
1863), la división de Polonia en 1772 se representa rompiendo el mapa. Quienes
se encuentran ahí presencian el acto con preocupación (de izquierda a derecha:
Catalina la Grande, la emperatriz M aría Teresa, José I I de Austria y Federico I I
de Prusia), mientras que un ángel que representa a la Iglesia católica se voltea ho
rrorizado y toca una trompeta en señal de alarma. De la Colección de la Sociedad
Geográfica Americana. Biblioteca de la Universidad de Wisconsin-Milwaukee.
109
MAPAS, CONOCIMIENTO Y PODER
110
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MAPAS, CONOCIMIENTO Y PODER
112
III
Silencios y secretos *
LA AGENDA OCULTA DE LA CARTOGRAFÍA
EX LOS ALBORES DE LA EUROPA MODERNA1
113
SILENCIOS Y SECRETOS
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SILENCIOS Y SECRETOS
estar conscientes no sólo de los lím ites geográficos del conocim iento, sino
tam bién de las lim itaciones tecnológicas de la representación, así como de
los silencios en el registro de la historia debidos a la destrucción de p ru e
bas. Sin em bargo, en este ensayo no m e in teresan esos silencios surgidos
de ignorancia geográfica, c a re n c ia de datos, e rro res, lim itaciones de las
mediciones, diseño deliberado ni otros aspectos de las carencias de especi
ficación y té c n ic a s.8 Aquí abordo los silencios políticos. De m odo que
resulta fu n d am en tal p la n te a r u n a teo ría adecuada resp e c to de los silen
cios políticos en los m apas, tan to p ara mi interp retació n de la naturaleza
de la cartografía del Estado com o para las diversas m aneras en que los m a
pas se utilizaron p ara conservar y legitim ar el poder del Estado. Mi posi
ción teórica se deriva de dos vertientes. La p rim era está relacionada con
una percepción filosófica y, m ás específicam ente, fenom enológica de los
silencios.9 La segunda, con la sociología del poder y la idea de que el cono
cim iento es poder.
Sabemos por los filósofos que el silencio es un fenóm eno “encontrado
en todos y cada uno de los segm entos de la experiencia hum ana en los que
se da alguna ex presión”.10 Conocem os tam bién la definición de la ex p re
sión: “cu a lq u ier a c tu a c ió n que em plea signos, sonidos, gestos o m arcas
relacionados sistem áticam ente y que tienen significados reconocibles para
m anifestar pensam ientos, sentim ientos y estados de cosas” y que el “des
pliegue de cualquier tipo de lenguaje se considera [...] una expresión”.11
Esto significa que, aunque los silencios m ás obvios son los que ocurren en
el discurso y en la m úsica, tam bién se dan en las artes que no se actúan,
como la p intura y la escu ltu ra.12 De esta m anera, el concepto de silencios
se aplica tam bién a los m apas. Ignorar o desacreditar estos silencios, como
lo h an h ech o la cartografía y la h isto ria de la cartografía, es c e rra r un
camino im portante de la exploración histórica, cam ino en el que se puede
observar que los m apas co m p ren d en ta n to la im aginación com o las p re
concepciones sociales de sus lectores.13
De tal suerte, sabem os que aquello que no está presente en los m apas
es tanto un cam po de investigación com o lo que sí está. Una segunda refle
xión derivada de la v e rtie n te filosófica es que se puede c o n sid e rar a los
silencios com o declaraciones positivas y no sólo brechas en el flujo del len
guaje. Por lo ta n to , to m an d o en c u e n ta estos hu eco s en los m apas que
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SILENCIOS Y SECRETOS
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SILENCIOS Y SECRETOS
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SILENCIOS Y SECRETOS
form as de conocim iento y que estru ctu ran “su lenguaje, sus esquem as, sus
técnicas, sus valores, la jerarq u ía de sus p rác tic a s”.23 Desde los prim eros
m apas europeos encontram os que estos silencios se com prenden m ejor en
térm inos “a priori históricos” que “en un periodo determ inado delim itan
[...] la totalidad de la experiencia de un cam po del conocim iento”.24 Estos
“a priori h istó ric o s” form an lo que alguna vez Foucault llam ó u n a epis-
tem e;25 al igual que el resto del conocim iento, el conocim iento cartográ
fico está delim itado de tal m an era que m ien tras en los m apas se incluye
cierta inform ación, otros aspectos de la vida y del paisaje son excluidos de
acuerdo con la epistem e.
Equipados con estas reflexiones filosóficas y sociológicas de los signifi
cados com unicados por los “espacios en blanco” de los m apas, me parece
que estam os en una m ejor posición para tra ta r de descubrir la historia de
esos significados. Q uizá tam b ién estem o s m ejor equipados p ara d esci
frar esos sistem as del conocim iento “no form al” que abundaba en la prác
tica cartográfica cotidiana de los principios de la Europa m oderna, y que lo
sigue haciendo.
El secreto y la censura:
los silencios intencionales de los mapas
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MLENCIOS V SECRETOS
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SILENCIOS Y SECRETOS
Secreto estratégico
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SILENCIOS Y SECRETOS
Secreto comercial
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SILENCIOS Y SECRETOS
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'ILENCIOS Y SECRETOS
leí siglo xv, Juan II de Portugal (1481-1495) tom ó m edidas para desterrar
a los extranjeros, especialm ente a genoveses y florentinos, de todo el te rri
torio portugués, m ientras que, se dice, las cortes de 1481, en cuanto a la na
vegación hacia Africa occidental, “exigieron medidas estrictas para conservar
el secreto de las tierras descubiertas. Los docum entos fueron confiscados;
estaba prohibido registrar nuevas tierras en los m apas; las obras náuticas
se convirtieron en libros secretos; se difundieron cuentos de prohibición;
y se obligó a los navegantes a m an ten er un voto de silencio”.51
LA HEJRDTKE E N T E R P R 1N S E F A IC T P A R L E S 1 G K E V R D K A LCK
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PEERAG-NAHTINi
Figura iii .I. Parte del mapamundi de Nicola van Sype que muestra la circunna
vegación de Drake, grabado y publicado en Amberes, ca. 1583. Quizá sea una
copia no autorizada hecha a partir de un original inglés secreto y sacada de con
trabando del país. Con permiso de la British Library (Mapas C2. a. 7).
123
SILENCIOS v secreto:
A los pilotos no se les permitía usar ningún otro mapa más que éste, y te
nían instrucciones de que, al encontrar nuevas islas o tierras, puertos o
bahías, o cualquier otra cosa (corriente o arroyo, cabo o m ontaña) que
pudiera servir para la subsiguiente identificación de las localidades, las
ingresaran en la copia del Padrón Real que llevaban y tenían que reportar
lo; sin embargo, no podían insertar nada de lo que no se hubiera dado fe
bajo juram ento.57
124
SILENCIOS Y SECRETOS
estaba [... ] obligado a asegurar que las bitácoras de las naves que llegaran
se entregaran en orden y no cayeran en manos equivocadas. Debía guar
darlas en un cuarto especial en la Casa de India Oriental y tam bién tenía
que llevar el registro adecuado. Cada seis meses tenía que dar cuenta de
las mejoras que había hecho en las cartas y en las rutas. El dibujante ju ra
ba no revelar ninguna información acerca de sus actividades a personas
que no fueran empleadas de la compañía. No tenía permiso para publicar,
de m anera directa o indirecta, parte alguna del m aterial sin el conoci
m iento ni com entario de la compañía, y todo nuevo dibujante que fuera
nom brado tenía que ju ra r ante el m ayor de Am sterdam que obedecería
estas instrucciones.59
125
SILENCIOS Y SECRETOS
F igura hi.2. Tierra del Fuego en dos estados del Nova Orbis Terra de Willem Jan-
zoon Blaeu (izquierda, 1606-1617; derecha, después de 1618). El conocimiento
con que se contaba en 1617 sobre el Estrecho de Magallanes a partir del viaje de
Le Maire estuvo censurado por razones comerciales hasta después de 1618 (véa
se Tony Campbell en la nota 59). Permiso de British Library (Mapas 920 [262] y
Mapas 18S.j. l[i]).
126
SILENCIOS Y SECRETOS
p j e autiioas D c m c v r a t e a a;
Figura iii.3. Brasil en la Carta de Camino, 1502. La ansiedad por el comercio ita
liano de especias llevó al duque de Ferrara a obtener, por medio de un soborno,
este mapa de las “islas recién descubiertas en las [...] Indias”de un original por
tugués en Lisboa, del facsímil de Harrisse en Recueil de voyages et de documents
pour servir á L'Histoire de la Géographie No. 3 Les Corte-Real et leurs voyages au
Nouveau-Monde (París, 1883). Permiso de la British Library (Mapas 7. e. 8).
127
SILENCIOS Y SECRETOS
creto ha sido endém ico en la historia de los m apas y su realización, así co
m o en las actividades del capitalism o m onopolizador, no ha habido nada
claro o predecible en los tiem pos o en los m odelos geográficos de su im po
sición. Vemos que algunos periodos se caracterizan por la “alta seguridad”,
m ientras que en otros se han perm itido ciertos errores. Cuando los límites
m undiales de los im perios español y portugués se estaban constituyendo,
aproxim adam ente e n tre 1515 y 1529, se reforzaba rigurosam ente el con
trol sobre los secretos; sin embargo, m ás adelante, durante el m ism o siglo,
em pezó a haber cierta laxitud (figura m.3). O tro punto es la inconsistencia
de las políticas de Estado. A p esar de la com ún p reocupación de España
por los secretos y el control, la cautela cartográfica fue echada por la borda
cu ando C arlos V de E spaña quiso im p re sio n a r a las co ronas ex tran jeras
con m apas propagandísticos que m ostraban la extensión territo rial dé la
influencia española.65 La m anipulación de un Estado no siem pre fue acep
tada hum ildem ente por sus rivales. Ellos deseaban obtener m apas por m e
dio del e sp io n a je,66 el robo y la p ira te ría , y tam b ién po r la observación
d irecta y su propia investigación. Por lo tan to , la colección de m apas del
Nuevo Mundo de Raleigh, que provenía principalm ente de fuentes españo
las, in clu ía “un m apa secreto de aquellos rum bos hech o en M éxico [...]
para el rey de E sp añ a”.67 Más aún, las políticas m ás e stric tas de secreto
cartográfico podían verse afectadas por la facilidad con que cosmógrafos y
pilotos, ju n to con su conocim iento cartográfico especializado, se ponían al
servicio de co ronas rivales. Éstos son casos conocidos de pilotos p o rtu
gueses a quienes atrajo el servicio m ejor rem unerado de España, Francia
o Inglaterra, m ien tras que de cartógrafos com o C abot, R ibeiro y Rotz se
sabe que fueron los agentes a través de los cuales se dio m ayor difusión a
m apas que una vez fueron confidenciales. Incluso el Padrón de navegación
española no perm aneció en secreto para siem pre y su contenido fue publi
cado con el paso del tiem po. Finalm ente, y todavía m ás notable quizá, fue
ron las ocasiones en que los conflictos ideológicos en torno a los secretos
aparecieron en las propias instituciones que habían sido establecidas para
conservarlos. Por ejem plo, se ha dem ostrado que hubo un prolongado de
bate, incluso un litigio, dentro de la Casa da C ontratación por el papel del
patriotism o en los argum entos científicos y el del secreto en el crecim iento
del conocim iento.68 A la luz de todo esto, hem os concluido que el acceso
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SILENCIOS Y SECRETOS
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SILENCIOS Y SECRETOS
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SILENCIOS V SECRETOS
zado puede difundirse m ás uniform em ente por todo un país. Sin embargo,
es necesario plantearse la pregunta: ¿por qué tenía el m apeo científico que
facilitar esta tarea? Si hacem os a u n lado todos los argum entos logísticos
que se h an presentado en favor de los m apas (y es evidente que lograron
una inversión considerable de los gobernantes de la Europa m oderna) que
da en to n ces otro aspecto de e sta explicación: los silencios de los m apas
legitiman y n eu tralizan las acciones arb itrarias en la conciencia de quie
nes las originaron. En otras palabras, la falta de diferenciaciones cu alita
tivas en los m apas estructurados por la epistem e científica sirve para des
hum anizar el paisaje. Estos m apas tra n s m ite n u n co n o cim ien to que
m antiene al su jeto al m arg en .78 El espacio ad q u iere u n a im p o rta n c ia
mayor que la del lugar: si los lugares se ven parecidos, se les puede tra ta r
de m anera parecida. Por lo tanto, con el progreso del m apeo científico el
espacio se volvió m uy fácilm ente un producto socialm ente vacío, un p ai
saje geom étrico de hechos fríos, no hum anos.
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SILENCIOS Y SECRETOS
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'ILENCIOS Y SECRETOS
quedan la historia y los sitios del Nuevo Testam ento, m ientras que esta tra
dición a p arece de m an e ra m uy p ro m in e n te en los m a p p a e m u n d i de la
Edad Media católica.85
El contenido y la publicación de m apas pueden entonces estructurarse
con base en los cism as religiosos y las batallas ideológicas de los principios
Je la Europa m oderna. La publicación de libros de planos de la ciudad de
Italia, po r ejem plo, puede h a b e r estado inhibida en algunas zonas po r la
aversión de los calvinistas a la re p re se n ta c ió n de la Rom a católica. De
manera similar, puede resultar significativo que el rango, eclesiástico de los
asentam ientos hum anos se indica con m ayor frecuencia en m apas de las
regiones del sur de los Alpes (o en los m apas de cartógrafos de algunos paí
ses en los que la Iglesia rom ana católica conservaba el poder, com o Italia,
España y Francia) que en las regiones p ro te sta n tes del norte. Por el c o n
trario, los m apas que co n tienen inform ación acerca de las diferentes sec
tas y las adh esio n es de los c ristia n o s europeos e ra n de la p a rte m ás c o
mún del n o rte de los Alpes, donde se reflejaba la agitación religiosa de la
Reforma, ac erc a de la cual los m apas de los c e n tro s católicos de Italia,
Francia y E spaña p erm an ecían en silencio.86 Las divisiones sectarias en
ocasiones son discernibles en m apas cuyos autores eran ardientes partida
rios de u n a do ctrin a, por ejem plo a través del silencio en los m apas con
respecto a iglesias o asentam ientos de o tra87 (figura m.4). En otros m apas
más, incluidas las cartas portulanas, se m ostraban las tierras que los oto
m anos h ab ían co n q u istad o com o si c o n tin u a ra n en m anos c ristia n as,
m ientras que Jerusalén a m enudo se m ostraba com o cristiana en algunos
mapas de la Edad M edia, incluso m ucho después de h a b e r pasado a m a
nos del Islam .88
El prim er problem a que se en cuentra al tra ta r de integrar los silencios
de los m apas que pueden h ab er surgido de las percepciones co n tem porá
neas de clase o raza, es la te n d e n c ia a su p o n e r que estas p e rcep cio n es
habrían sido id én tic a s e n tre todos los europeos d u ra n te los siglos xvi o
xvii. Incluso en to n ces p arece razonable sugerir que había u n a base c o n
ceptual com ún a toda la sociedad europea de la época. Por ejemplo, el esta
tus social y la naturaleza de la ocupación de los hom bres eran asuntos de
gran interés tanto en la Europa feudal central com o entre la naciente clase
media o la grande bourgeoisie de otros Estados que habrían ejercido cierta
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F igura hi.4. Parte de S urrey de John Norden, 1594. Se ha dicho que Norden, por
ser anticatólico, omitió las vistas de los arzobispados de su mapa. El íntico
mapa de éstos que los muestra, Middlesex, 1593, los señala con una estrella y no
con una cruz papal. Aparecen las “capillas” (capillas subordinadas) reflejando
la atención que Norden prestaba a los detalles eclesiásticos. Con permiso de la
British Library (Mapas C2cc7).
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SILENCIOS Y SECRETOS
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SILENCIOS Y SECRETOS
Figura iu.5. Mapa de Virginia del capitán John Smith. El grabado de William Hale
construye un paisaje con montes, ríos, bosques y asentamientos reconocibles
para la mirada de quienes están familiarizados con los mapas ingleses de con
dado del periodo. En el escudo de armas real inserto como emblema de posesión
colonial debajo del pergamino del título vemos el inicio de un discurso cartográ
fico que termina con el silencio de los mapas acerca de los derechos de los indios
a su territorio. Se muestra la edición de 1625. Con permiso de la British Library
(Mapas 75005 [9]).
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SILENCIOS Y SECRETOS
Conclusiones
Este ensayo fue diseñado para ilustrar la posibilidad de una historia carto
gráfica surgida a p a rtir de ideas concebidas por otras disciplinas. Ha sido
p rin c ip alm e n te u n a exploración teórica. No o b sta n te , debo a c la ra r que
ningún concepto, com o el de poder-conocim iento, o el de epistem e, ofrece
generalizaciones “com probables” que puedan relacionarse absolutam ente
con los “h e c h o s” de esta u otra cu ltu ra cartográfica. Mi argum ento surge
de un p u n to de vista hu m an ístico : el del papel que desem p eñ a la teoría
para revelar la com plejidad del m undo, m ás que para reducirla a los m ode
los más sim ples del científico social. Por lo tanto, nuestra prim era conclu
sión es que m ientras inicialm ente los conceptos de poder-conocim iento y
de cartografía resultan simples y fam iliares com o un discurso de poder con
efectos sociales, u n a vez que em pezam os a relacio n arlo s con contextos
h istó rico s específicos a d q u ie ren u n a eno rm e com plejidad. F re n te a un
m apa en particular, a m enudo es difícil decir, a p artir del contexto históri
co, si sus silencios se deben a actos deliberados de censura, a un silencio
epistem ológico no intencional, a una m ezcla de am bos, o quizá se trate de
una simple manifestación de la lentitud con que los cartógrafos revisaban sus
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mapas de acuerdo con las realidades del m undo. Las relaciones entre los m a
pas y el poder, y en tre los m apas y otras formas de conocim iento, cam bia
ban co n stan tem en te. La aportación de la cartografía a la conservación de
la autoridad durante los siglos XVI y xvii nunca fue un factor constante. Las
com plejidades fueron reco n o cid as po r H elgerson, quien señaló que los
mapas nunca podían ser ideológicam ente neutrales, cualquiera que fuera
el uso o las consecuencias de su uso, y que nunca serían “sim ples h e rra
m ientas”, ya fuera del centralism o m onárquico o de alguna otra organiza
ción de poder. Según él, inevitablem ente entraban “en sistem as de relacio
nes con o tra s p rác tic a s de re p re se n ta c ió n y, al h acerlo, a lte ra b a n el
significado y la au to rid ad de todas las d em ás”.98 Este terren o c o n sta n te
m ente cam biante e n tre los m apas y otras form as de poder-conocim iento
aún tiene que ser registrado dentro de la historia de la cartografía.
Una segunda conclusión es que nos encontram os en un terreno m ucho
más seguro cuando se trata de la im portancia de los silencios. Suponiendo
que el m undo sea un lugar donde se ejerce la elección hum ana, la ausencia
de algo debe verse tan digna de investigación h istó ric a com o su p re se n
cia. Así sucede con la cartografía. Hace poco se sugirió que “el m apa que
no se hace [...] m erece ta n ta aten ció n com o el que se h a c e ”.99 Este afo
rismo se puede extender tanto a la historia de la producción de los m apas
como a la de los silencios en la representación. Hemos podido m ostrar, en
mapas específicos, que actos deliberados de censura y secretos en el pasa
do h an tenido con secu en cias cartográficas e h istóricas. Sin em bargo, se
puede decir lo m ism o acerca de los silencios epistem ológicos, elem entos
“no p en sad o s” del d isc u rso .100 Son tam b ién declaraciones afirm ativas y
tienen consecuencias ideológicas en las sociedades en cuestión. Estos si
lencios tam bién contribuyen a la reproducción, el reforzam iento y la legi
timación de valores culturales y políticos. E ncontrarlos expresados geográ
ficamente en los m apas refleja su universalidad. No existe un espacio vacío
como tal en un m apa. Revelada por un estudio cuidadoso del inconsciente
cartográfico y sus bases sociales, esta agenda oculta tiene m ucho que ofre
cer a los historiadores de la cartografía para llegar a e n te n d e r de qué m a
nera, a través de la historia, los m apas han sido —y siguen siendo— una
fuerza de la sociedad.
La tercera y últim a conclusión está relacionada con la naturaleza de la
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