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Carlos Aldunate es un sacerdote jesuita chileno que ha cumplido cien años bien intensos.

A lo
largo de su ministerio, ha presenciado diversas gracias de sanación en personas con enfermedades
físicas y la liberación de otras que han sido dañadas por la acción del demonio.

Ante la presencia de signos evidentes de posesión diabólica, en algunas ocasiones ha pedido


permiso a su obispo para efectuar exorcismos.

Se da la circunstancia de que el padre Carlos fue profesor del Papa Francisco. Durante la juventud
de Jorge Mario Bergoglio, en su período de formación sacerdotal, pasó una temporada en Chile en
1960, y allí Carlos Aldunate le dio clases.

El 16 de mayo Carlos Aldunate cumplió 100 años y por este motivo Portaluz homenajeó al
sacerdote con una entrevista realizada en 2011 pero que permanecía inédita. En ella cuenta una
sanación física que le asombró especialmente y pide combatir al demonio aunque sin darle el
protagonismo, porque para el cristiano, recuerda, "lo primero es el Reino de Dios, su justicia y su
santidad, y todo lo demás se dará por añadidura".

El demonio según Carlos Aldunate

Decenas de personas se reunieron el 16 de mayo en la Iglesia San Ignacio de Loyola en Santiago de


Chile para agradecer a Dios, en una Eucaristía, los 100 años de vida del sacerdote jesuita Carlos
Aldunate Lyon.

Carlos Aldunate es el autor del libro “El demonio, doctrina y práctica católica”. La idea de escribirlo
surgió de la Audiencia General del 15 de Noviembre de 1972, que el Papa Pablo VI inició
señalando: “¿Cuáles son hoy las necesidades mayores de la Iglesia? No os suene como simplista, o
justamente como supersticiosa e irreal nuestra respuesta; una de las necesidades mayores es la
defensa de aquel mal que llamamos demonio.”

Su batalla
Conoce muy bien las almas acosadas por el demonio porque también ha efectuado algún
exorcismo. “Bueno, yo he orado, sí. En las órdenes menores hay una que se llama Exorcista. De
modo que todo sacerdote ha pasado por una consagración y oración para ser Exorcista. Ahora el
ejercicio del exorcismo se puede decir que está reservado por los obispos y a veces yo he pedido
autorización del obispo para hacer algún exorcismo, sí”, explica.

Sobre las posesiones demoníacas afirma que en la Biblia, en concreto en el Nuevo testamento, se
narran varios casos y en ellos “Jesús actúa echando fuera al demonio. Algunos dicen que
probablemente en países, diríamos paganos, hay más posesiones que en países cristianos”.

Los antiguos catecúmenos y el rechazo al demonio

De hecho, Carlos cuenta que antiguamente los catecúmenos hacían todos juntos un rechazo del
demonio y era una de las etapas antes del Bautismo. "El obispo les decía: 'Ahora pónganse todos
de pie. Miren al Occidente, rechacen al demonio que se vaya allá lejos, lejos'. Entonces todos
echaban al demonio y el bendecía esa oración. Luego decía: 'Dense vuelta al Oriente, que es
donde nace Jesús, el Sol de Justicia, ábranse a que llegue el Señor y los llene'… De modo que era
una oración pre bautismal".

Y habla sobre el tabú que existe actualmente en la Iglesia Católica en torno al tema de los
exorcismos y del demonio. “En el rito antiguo del bautismo había algunos restos de esta
ceremonia. Se le ponía un poco de sal en la boca. Y estas ceremonias que vienen de muy antiguo
¡se han suprimido!”, dice.

"El demonio existe"

A lo largo de su experiencia como sacerdote carismático y tras haber realizado varias ceremonias
de sanación afirma no haberse encontrado nunca con el demonio, sino con personas dañadas y
corrompidas por él.

“Con el demonio no, con gente oprimida, con gente afligida por el demonio sí. Yo me acuerdo que
estando en Perú con el padre norteamericano Francis MacNutt estuvimos orando por un joven
que trajeron -o llegó por sí mismo-. Un joven de más o menos veinte años, -no me acuerdo si era
norteamericano-, que creía estaba oprimido por el demonio", recuerda Carlos.
(Francis MacNutt fue un predicador sacerdote dominico de la Renovación Carismática Católica que
en los años 70 se hizo popular por sus numerosos viajes con predicaciones multitudinarias que
incluían oraciones por los enfermos, muchos de los cuales se sanaban. En 1980, manteniendo su fe
católica y buena relación con la Iglesia, dejó el ministerio sacerdotal y se casó; sigue activo en la
formación de personas que oran por enfermos en la evangelización).

El demonio es real y oprime

A Carlos Aldunate no le queda ninguna duda de que el demonio es real. “Dos o tres años después
yo pasé por ahí y tuve ocasión de ver al joven y le pregunté por su vida. Estaba tranquilo,
realmente se había liberado. De modo que a la pregunta sobre si el demonio existe y oprime, la
respuesta es sí”.

Ser exorcista, dice el padre Aldunate, no tiene por qué suponer un trauma para el sacerdote que lo
practica, pero recomienda salir de la parroquia, reunirse con otros sacerdotes y conocer otras
experiencias.

“En general el exorcista no tiene por qué estar temiendo contaminarse, no. Creo que eso depende
de la persona. Es importante que los sacerdotes también tengan su contacto con otros sacerdotes
y también se me ocurre que una persona que está en un manicomio y tratando todo el tiempo con
depresivos se puede ir poniendo un poco depresivo. Por lo menos está con un panorama muy
negativo. Por eso la higiene mental exige que uno haga ejercicios, ejercicios ignacianos, por
ejemplo, y se encuentre también con otros aspectos del servir”.

Carlos Aldunate sintió la necesidad de realizar exorcismos al encontrarse con personas que tenían
signos de posesión.“Si uno sospecha que una persona necesita un exorcismo, entonces toma el
teléfono y llama al obispo para pedir autorización”. De hecho, considera que es algo que cualquier
sacerdote debe hacer. “Yo diría que es una obligación de caridad. Muchos sacerdotes no lo hacen
por falta de experiencia o porque no se les ocurre. No sé como sea la formación del clero en esto
hoy en día”.

Hablar de Cristo
También avisa de que vivir preocupado por el demonio puede distraer a ciertas personas de las
cosas importantes. “En general es más importante hablar del seguimiento de Cristo, Cristo como
modelo: «Sagrado Corazón de Jesús, dame un corazón semejante al vuestro»".

"En el Evangelio uno ve que Cristo echó muchos demonios, pero en su predicación casi no tocó el
tema. Hay personas que están siempre muy preocupadas de su salud y se toman siempre el
pulso... son hipocondríacos. Eso no es sano”, continúa Carlos.

Afirma que no es necesario recordar la existencia del demonio porque “la gente que cree en
fuerzas sobrenaturales, las encuentra. Uno confía en el Señor y pone lo positivo de servir al
hermano y buscar primero el Reino de Dios y su justicia y su santidad y todo lo demás se dará por
añadidura”.

Un milagro de sanación

No sólo de experiencias diabólicas está cargada la vida del padre Carlos, sino también de vivencias
de sanación y milagros en oraciones carismáticas, como el caso de un alargamiento de pierna a
una chica de Colombia.

“Era una joven de Colombia que siendo chica, de unos doce años, en una excursión se rompió una
pierna. El injerto que los médicos le realizaron no consolidó, y quedó coja. Yo estaba ahí –en La
Ceja (Colombia)- con el padre MacNutt. Él nos había repartido entre la concurrencia para atender
a la gente. Y llegó esta chica con su pierna cortita. Y me dije, vaya, esto es más complicado.
Porque yo había estado orando por personas con asma, con otras dolencias, pero una piernecita
así… Bueno, llamé al padre MacNutt y él se interesó inmediatamente, recuerda el sacerdote.

Ante la causa, tanto el padre MacNutt como Carlos oraban con fe para que se hiciera el milagro.
“Porque era una pierna cortita con un pie como bolita, sin forma casi. El hecho es que con las
oraciones el pie fue tomando forma, apareció el empeine, aparecieron los dedos, en fin”.

"Estuvimos orando yo creo que unas tres o cuatro horas. Y al día siguiente que era el último del
retiro, quedó un católico encargado de seguir orando con esta mujer. El hecho es que con el
tiempo mejoró algo pero no totalmente. Yo volví tres o cuatro años después para preguntarle
cómo estaba y me dijo que se le había alargado un poquito la pierna, que se le había solidificado y
ella podía ahora usar una bota ortopédica, pero le faltaba aún un tramo. Había sanado
ciertamente un setenta por ciento a lo menos, pero no estaba completamente sana”, detalla.

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