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POR UNA ADECUADA GESTION AMBIENTAL

El cumplimiento de la normativa y de los estándares establecidos en la ley requieren


de un fuerte cambio conductual que involucra, no sólo al gobierno, sino a los distintos
actores sociales y a todos los sectores productivos públicos y privados del país.
Conocimiento e información van de la mano para iniciar el camino del cambio de
comportamiento de la sociedad hacia su medio ambiente. Esto ha sido extensamente
comprobado por la experiencia de países como Canadá, Estados Unidos, y los
principales países europeos quienes, hace más de 30 años, iniciaron su camino hacia el
desarrollo sustentable, invirtiendo capital en sus recursos humanos porque obtienen
enormes beneficios económicos, sociales y ambientales. Sus ciudadanos son
responsables y protegen su entorno natural y son exigentes consumidores de
productos que garanticen su procedencia “limpia”.

Entre noviembre de 1998 y abril del 2000 se desarrolló un Programa de Asesoría


Jurídica a la Conama para la “Racionalización y Modernización de la Legislación
Vigente”, cuyo objetivo fue revisar y armonizar la normativa ambiental vigente
identificada por la Conama para obtener un diagnóstico pormenorizado sobre la
vigencia de la normativa ambiental, duplicidades de normas y otros factores de
carácter formal y de fondo que inciden en su eficaz aplicación; y una propuesta de
armonización formal y sistematización, a fin de facilitar y fortalecer su aplicabilidad.

En 1995 se establece una nueva forma de desarrollar las normas, no desde un origen sectorial, sino desde
un trabajo coordinado e interdisciplinario, con la aplicación de dos reglamentos: uno que fija el
procedimiento para dictar las normas de emisión y de calidad (DS Nº 93/95 Minsegpres) y otro que define el
proceso para implementar los planes de descontaminación para enfrentar los problemas más urgentes (DS
Nº 94/95 Minsegpres). Además se incluyen dos elementos nuevos para elaborar la norma: los costos y
beneficios sociales de su implementación y la participación ciudadana que da mayor legitimidad a las
regulaciones. Desde entonces se han desarrollado 38 normas nuevas para la protección de los distintos
componentes ambientales. En enero de 1998 se aprobó la Política Ambiental para el Desarrollo Sustentable
que presenta la política del gobierno en esta materia.

Evaluación de Impacto Ambiental (EIA)

Una evaluación de impacto ambiental es un instrumento para implementar la


gestión ambiental, es decir, es una herramienta que facilita la toma de decisiones en
materia ambiental. Se utiliza en un gran número de países en el mundo y su
precedente mundial reconocido es la National Environmental Policy Act (NEPA),
publicada en Estados Unidos de América en 1969. Este cuerpo normativo ha tenido una
indiscutible influencia en la mayor parte de los países incluyendo a Chile. Por ejemplo,
la Comunidad Económica Europea incorporó la evaluación de impacto ambiental en el
año 1989. Sin embargo, en nuestro país debe ser desmitificada. Aparece como la gran
panacea ambiental de Chile, lo que no es plenamente efectivo. Ciertamente es uno de
los instrumentos de gestión ambiental más relevante dentro de la Ley de Bases
Generales del Medio Ambiente, pero debe ser más bien entendida como una
herramienta, una parte de todo el proceso de gestión ambiental del país. Un EIA, por
ejemplo, no protegerá por sí solo el ambiente. Es la implementación y el cumplimiento
de las medidas de mitigación, de las correcciones y de los planes de manejo que de
este Estudio surjan lo que verdaderamente protegerá el ambiente. Todo ello sin
perjuicio de la aplicación de los demás instrumentos de gestión ambiental y de la
necesaria coordinación que debe existir entre ellos.

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La EIA como instrumento aparece también como principio en la Agenda 21: “deberá emprenderse una EIA
en calidad de instrumento nacional respecto de cualquier propuesta que probablemente haya de producir un
impacto negativo considerable en el medio ambiente, y que esté sujeta a la decisión de una autoridad
nacional competente”. Conferencia Mundial de Río 1992.

Una EIA es un instrumento preventivo. un conjunto de procedimientos


administrativos y herramientas metodológicas, destinado a prevenir y mitigar, antes
que ocurran las consecuencias negativas sobre la calidad del medio ambiente que
puedan tener proyectos o actividades, sean estos de carácter público o privado, así
como también potenciar las consecuencias positivas de estas iniciativas. Se basa en
presunciones y no en hechos. Su trabajo consiste principalmente en estimar
cuantitativa y/o cualitativamente las modificaciones que, eventualmente, se producirán
en la calidad del medio ambiente como resultado de una acción propuesta. Por lo
tanto, se dice que su real valor está principalmente basado en la calidad de las
predicciones efectuadas.

Fuente:
- Ruiz Adaros, Bolívar, Evaluación de Impacto Ambiental. Manual de
procedimiento. 163 p. Multimedia Publicidad. Concepción, Chile. 1998

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