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Facultad de Humanidades y Artes.

Escuela de Bellas Artes

UNIVERSIDAD NACIONAL DE ROSARIO

Seminario

TRATANDO EL AUTORRETRATO

Atlas y Archivo como antonomasia del yo.

Alumna: Sofía Quarroz

Titular: Prof. Vesta Olivera


Introducción

Las vanguardias artísticas del sXX han corrido los límites del arte y sus modos de
representación. La cuestión de la fidelidad mimética dejó de ser esencial en el arte, por lo que
el género del autorretrato también dejó de responder al mismo mandato. El arte objetual
logró un quiebre significativo, en el que la presentación (y no la representación) de objetos
entran en las dimensiones de la expresión artística. Si bien las rupturas de la vanguardia
declararon su autonomía y han abierto el campo artístico abismalmente seguimos
encontrándonos con la idea que en un autorretrato deberíamos encontrar autorrepresentado
al artista - o al menos que el título indicativo que referencie al género, es decir, que la obra se
llame Autorretrato, para validarlo como tal.

Es necesario hacer una revisión en lo que respecta a este género en el arte contemporáneo. El
arte de archivo- clasificación y numeración de objetos bajo un criterio-, o el atlas-
presentación de objetos sin nexo explícito- son recursos que han sido utilizados en el arte
contemporáneo.

Mi interrogante gira en torno a tres producciones artísticas, en las que no aparecen ni el


cuerpo ni el rostro de los artistas, ni una representación de su corporalidad o su interioridad,
ni el título de Autorretrato, sino que son una serie de objetos y/o documentación reunida en
torno a sí mismos.

La investigación que propongo en este momento instaura una relación horizontal entre
universos artísticos absolutamente distintos. Arthur Bispo do Rosario creó la mayor parte de su
obra internado en un asilo psiquiátrico Rio de Janeiro desde 1938 a 1989, y esta consiste de un
extenso archivo del mundo que le había sido encomendado por Dios. La obra de On Kawara
registra sus actividades diarias, movimientos y encuentros desde 1968 a 1977. Mientras que
Sol Lewitt desarrolla su Autobiografía en 1.101 fotos que el artista tomó de cada uno de los
objetos de su vivienda en Nueva York, y que publica en un libro en 1980.

¿Pueden ser autorretratos sin ser retratos de sí mismos? ¿Pueden una serie de objetos y/o
documentos hablar de lo que somos? ¿Cuáles son los límites del autorretrato? ¿Pueden ser
autorretratos sin llevar ese nombre como título?¿Qué sucede con la autorreferencialidad?

Qué se entendió por autorretrato

La práctica del autorretrato es el género por excelencia del yo. En el sentido tradicional y
clásico de la historia del arte, podríamos entender al autorretrato como la representación
exacta de los atributos físicos o morales del autor real en la obra, a través de los métodos
tradicionales como la pintura, el dibujo y la escultura.

He encontrado una definición de Carlos Cid Priego, a la que él llama definitoria:

" partiremos de la base de que el retrato es la imagen de una persona, hecha por cualquier
procedimiento, que de alguna manera establece relación de reconocimiento entre el modelo y
la obra, dentro de las condiciones apuntadas en el sentido corriente de realismo, pero también
en otros muchos que se alejan profundamente, siempre que persista al menos la intención de
mantener mutua dependencia. El autorretrato hay que considerarlo dentro de este concepto,
con la diferencia de que en el retrato la acción es transitiva: hay un sujeto (artista), alguien que
la recibe (modelo) y un complemento directo (obra), mientras que el autorretrato equivale a
una oración reflexiva porque la recibe el mismo sujeto que actúa y se identifican artista y
modelo. Por esto se añade a "retrato" el prefijo griego auto en las lenguas latinas, y self en las
germánicas, indicativas de esa reflexividad básica."

Antes del surgimiento de las técnicas fotográficas, la única forma de captar la imagen de una
persona para inmortalizarla era a través de una creación artística, y en el caso del autorretrato
era pintarse de frente a un espejo. Durante largos períodos en la historia del arte el receptor
de la obra también resultaba ser el mismo artista, ya que los autorretratos no eran realizados
para ser vistos, consumidos y/o exhibidos por otro sino para sí mismos. Modelo, artista y
receptor de la obra se unifican en una sola persona. Es recién en el arte moderno y
contemporáneo que un artista empieza a pensar su autorretrato más allá de su uso personal y
estas obras pueden ser parte del mercado del arte.

La introducción de la fotografía desplazó el interés por la representación mimética, para


explorar las profundidades de las formas. El estilo en el autorretrato se volvió una máscara y
el cuerpo apareció como soporte visible de decisiones estéticas largamente meditadas. La
fisionomía perdió credibilidad como transmisora de la psicología del individuo. Los aristas se
inspiraron en las nuevas ideas de "la ciencia del yo" influidos por las teorías psicoanalíticas de
Freud, presentaron un" yo" fracturado, facetado en el cubismo, enmascarado o
metamorfoseado en el surrealismo, desarticulado en el futurismo. Se valieron de exposiciones
múltiples, se emplearon fotomontajes para representar diversas personalidades. El
surgimiento de la fotografía, que era promesa de mayor objetividad, terminó por cuestionar
uno de los grandes pilares del arte moderno, la idea de original en la obra de arte.

Antes de referirnos a las obras seleccionadas, referiremos a los ready-mades de Marcel


Duchamp que llevaron al límite la experiencia de la vanguardia. Duchamp seleccionó
mercancías anónimas en circulación en las sociedades capitalistas y las convirtió en obra. Los
ready-mades, generaron una reconfiguración del campo artístico al considerar que el arte no
es tanto una cuestión de formas sino de función. Esto es el germen de lo que se conocerá
como arte objetual y arte conceptual. Objetualismo y conceptualismo mantendrán
consecuentes diálogos que generarán la constante autorreflexión del arte.

El arte objetual es entendido como un trabajo artístico realizado a partir de un objeto- o


fragmento de este- que no fue creado originalmente por el artista. Se trata de objetos que
pueden haber sido encontrados o adquiridos y que cobran carácter de objeto artístico por
medio de su modificación, intervención o interacción con otros objetos. Es el arte objetual lo
que deriva en arte conceptual, entendido como un desplazamiento del énfasis del objeto a
favor de la idea, desatendiendo la apariencia para destacar la operación mental del artista.
Tendencias al archivo y al atlas en el arte contemporáneo

Desde finales de la década de los sesenta se puede evidenciar una tendencia de las prácticas
artisticas hacia el «archivo». El arte de archivo encuentra como destino reunir documentación
-usando estrategias como almacenar, clasificar, numerar, catalogar, registrar- en torno a uno o
varios parámetros. El archivo unifica una configuración de documentación u objetos,
predetermina un corpus de su selección y recorta de manera sistemática.

Por otro lado, lo que se entiende como Atlas, se despega del concepto de Archivo(* de aquí en
adelante cada vez que se hable de Archivo referiremos a la práctica artistica del archivo). El
Atlas propone una cartografía regida por criterios propios, siempre abiertos. A menudo
rayando en obsesiones personales, abierto ampliaciones de criterios o contenidos. Es una red
abierta de relaciones cruzadas, nunca cerrado o definitivo, siempre ampliable a la
incorporación de nuevos datos o al descubrimiento de nuevos territorios. El Atlas es por
definición Work in Progress, un proceso infinito. Está lejos de basarse en conceptualidades o
jerarquías, sino que se basan en asociaciones inconscientes, difíciles de determinar apriori.

Sin embargo y a pesar de sus diferencias, tanto en el archivo como en el Atlas los documentos
y objetos incorporados poco tienen de tautológico. Por el contrario, son de corte
mnemotécnico, evocan recuerdos y asociaciones, que permiten enunciaciones, relaciones de
sentido. Esto evidencia la posibilidad de lecturas inagotables. Tanto los Achivos como los Atlas
están abiertos a la posibilidad de una nueva opción que los seleccione y los recombine para
crear una narración diferente, un nuevo corpus y un nuevo significado dentro del
espacio/tiempo dado.

¿Qué es una obra? Hay que publicar todo, ciertamente, pero ¿qué quiere decir este "todo"?
Todo lo que el propio Nietzsche publicó, de acuerdo ¿Los borradores de sus obras?
Ciertamente. ¿Los proyectos de aforismos? Sí, ¿también los tachones, las notas al pie de los
cuadernos? Sí. Pero [...] una cuenta de la lavandería, ¿es obra o no es obra?¿Y por qué no?

MICHEL FOUCAULT

Arthur Bispo do Rosario y el inventario de su mundo

Cuando nos acercamos a la obra de Arthur Bispo do Rosario, es difícil disociar su figura, su
personalidad, su vida , de su obra. No podemos dejar de pensar en cómo habrá sido aquella
persona que dedicó su tiempo de encierro para la creación artística. Es su condición de
existencia la que resulta en una obra totalmente diversa y rica.
En palabras de Antonin Artaud "el artista sobrevive donde el loco naufraga". Arthur Bispo do
Rosario creó la mayor parte de su obra durante los 50 años que siguieron a su internación en el
asilo de Colônia Juliano Moreira, cerca de Rio de Janeiro, en 1938. Sus trabajos expresan la
forma en la que experimentaba el universo, mezclando elementos autobiográficos y objetos,

en una cartografía compulsiva del mundo.

En su condición de encierro, su vida en el hospital psiquiátrico, comenzó a desarrollar su


proceso creativo utilizando materiales simples, de los que disponía. Trabajaba con materiales
de la basura y chatarra, produciendo objetos en serie ligados a la cultura de masas y al
consumo, entre los que se cruzan textos y objetos personales. Por ejemplo sus inventarios
enumeran interminablemente cada una de las personas que conoció e incorporan cada
elemento con el que se enfrentó en su vida cotidiana. Destacan su fe en Dios expresadas en
cientos de textos transformados obsesivamente en innumerables bordados.

Es en este punto dónde se podría considerar, el inventario


del mundo de Bispo, responde a los criterios abiertos de
un atlas autobiográfico. Si bien el inventario determina un
corpus de selección a priori: el mundo, podemos
reconocer las infinitas posibilidades que el mundo abarca,
más allá de las limitaciones del hospital psiquiátrico. Bispo
sostenía que la obra fue "inspirada por los ángeles y por
la virgen María" sería presentada al todopoderoso en el
día del Juicio Final, lo que hoy podríamos considerar un
criterio realmente personal y abierto, ya que su
originalidad lo llevó a acopiar desechos de la
cotidianeidad que estaban a su alrededor, los que
transformó y organizó en múltiples conjuntos de objetos.
Cada uno de estos conjuntos o especie de paneles representa una obra diferente. Estos ofician
de esquemas ordenadores abiertos, reflejando a su vez un cuidado por la forma, el color, y las
texturas, bajo criterios totalmente personales.
On Kawara y la autopercepción

On Kawara ha orientado su obra a la autopercepción, de una manera que conjuga el pasado y


el futuro, lo individual y lo colectivo, lo privado y lo social. El artista conceptual japonés ha
elaborado la mayor parte de su obra en clave de archivo, obras que a partir de una extrema
abstracción hablan de su vida cotidiana. En los Date Paintings o Today series, Kawara pinta de
1966 a los años 80,cada día, el día de la fecha. Estos son pequeños cuadros que hacen
referencia a una fecha precisa, el día que el cuadro fue pintado. Si bien en estas series no hay
ningún discurso, solo una repetición de fechas, cada fecha es "su fecha". Las fechas se vuelven
el tema de sus pinturas, como también las pinturas uno de los temas de su vida.
Otros de los temas que toca Kawara, que podríamos
considerar autobiográficas, son las series de cuadernos I
met, I read, I went, en las que el artista anota
meticulosamente, y en primera personal, las personas
que conocía o con las que se encontraba, los libros que
leía y los lugares a los que iba y recorridos que hacía, en
una repetición fría y objetiva de ficheros y mapas que
van desde 1968 a 1977.

Es también autobiográfica la serie de postales


tituladas I Got Up que envía a sus amigos de
todo el mundo con el mensaje, las fechas y el
destinatario. Las postales siempre dicen lo
mismo, "I got up at" ("Me levanté a las") y el
horario en el que el artista se despertó cada día.

La elaboración sistemática y objetiva de la vida


diaria y rutinaria del artista tejen un lazo
existencial entre la palabra escrita y el objeto de
representación: el artista. Como en el
autorretrato, sujeto y objeto son los mismos,
aunque en este caso, lo que queda exaltado no
es tanto el objeto representado, sino el medio, el
archivo y la estructura.

Si bien todas sus obras reúnen información entorno de su vida personal, ninguna tiene una
carga emocional, o dramática, ni siquiera cuenta una historia en una lógica de narrativa
personal. Apelan desde sus nombres a la autorrepresentación. Los criterios de archivos son su
vida personal, pero estos archivos pocos nos cuentan de su persona, de su vida humana. Son
un archivo que intenta ser objetivo, que si
bien el contenido puede ser considerado
autobiográfico, hace más énfasis en la
estructura que da forma a ese contenido.
Es decir, que si bien esta obra podría ser
considerada un autorretrato y un archivo,
es más archivo que autorretrato, lo que
permite trasladar estas estructuras a otras
configuraciones de sentido, a nuestra vida
personal (si es que vivíamos en aquellos años), a los territorios cartografiados (los espacios
comunes visitados), a la historia y los acontecimientos conocidos que sucedieron en aquellos
años. Además, nos genera la intriga de cómo habrán sido los días de ese artista, que planteó
sobre si mismo una estructura, motivos sistemáticos para archivar datos precisos de su vida
diaria y rutinaria.

Autobiography Sol LeWitt

La obra de Sol LeWitt, Autobiography (Autobiografía) sin duda refiere a una


autorrepresentación del artista que mucho dista de las formas de representación consideradas
tradicional.

Inspirado en la obra Animal Locomotion, de Muybridge, en la que el fotógrafo retrata animales


en movimiento, en una secuencia continua de fotos sin jerarquía alguna. En Autobiography,
LeWitt confecciona un archivo fotográfico con todos los objetos que posee en su estudio en
Nueva York, para compilarlos en un libro de 1.001 fotografías sin jerarquía alguna.
LeWitt, selecciona y organiza su material a partir de sus propias apropiaciones y elaboraciones.
Podríamos decir que su obra funciona como un álbum autobiográfico en el sentido que
engloba en su totalidad los objetos que posee. A partir de dichas experiencias visuales su
autorrepresentación empiezan a formarse series heterogéneas y discontinuas, cuyo lenguaje
se examina en objetos, fotografías e imágenes del mundo cotidiano. LeWitt colecciona cada
especie de imágenes, las organiza
y las clasifica en grupos de grupos.

Esta obra termina por expresar, no


solo los criterios estéticos del
autor, sino su medio de trabajo y
su medio de vida. Dan testimonio
de lo íntimo de su estudio, de la
vida en su entorno de producción.

Por su manera de organización,


podríamos considerar a esta obra
un Atlas, ya que no se conciben a priori las estructuras de organización. Pero, en definitiva, es
un Archivo, ya que los límites de la selección están totalmente delimitados, todo lo que el
artista posee en su estudio en Nueva York. Por eso, podríamos considerarlo un Archivo-
autorretrato, en el que el retratado aparece alegóricamente en su ausencia, como un espectro
que se mueve entre sus objetos.

La antonomasia del yo, como una serie de objetos puede hablar de lo que somos

El índice, los sistemas modulares, la fotografía objetiva, la colección, las series, la acumulación,
la secuencialidad, la repetición, resultan de un interés por el arte de la memoria, tanto la
memoria individual como la memora cultural o la memoria histórica, dibujan siluetas en lo
abierto.

Estos atlas y archivos enuncian existencias, conviven intencional o no, con la


autorrepresentación de cada artista, que en ningún caso es explicada de una manera explícita,
lineal o progresiva, sino a base de unidades de información en clave alegórica. Las obras de
estos tras artistas dan testimonios de su vida, de su intimidad, de el entorno en que fueron
producidas, aunque no estamos seguros de que esto sea intencional. Las formas de
interpretarlas no son fijas, permiten constantemente una nueva enunciabilidad. Nos permiten
encontrar, imaginar, dilucidar a estos artistas en sus ausencias y en sus producciones. Estas
obras y sus historias se hacen carne en nuestra propia carne, reconfigurando su corpus en lo
enunciable.

En palabras de Brea "autorretrato siempre ha mostrado lo contrario de lo que decía: no


la existencia, sino la total evanescencia", en la que podemos identificarnos. En todas estas
obras que podría considerar autorretratos a partir de los objetos, ya sea a modo de archivos o
de atlas, de paneles o cuadernos, de mapas o fotografías, los autores son la ausencia entre las
cosas ¿cuál es la imagen que no se detiene sobre las cosa, sino que se mueve entre las cosas?
Tal vez toda imagen, toda obra, todo archivo o todo atlas, sea en algún punto
autorretratístico. Si toda imagen implica un posicionamiento ético y estético, toda imagen es
autorretratística. En estos casos, son los objetos los que enuncian a los artistas, los objetos que
funcionan como antonomasia del yo.

Bibliografía:

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arte Nro 5, pp. 177-205, 1985.

Brea, J. L. (2004)Fábricas de identidad (retóricas del autorretrato)”. El tercer umbral. Estatuto


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