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ACTIVIDAD EDAD MEDIA 3º MEDIO A

1. Los pueblos germanos son uno de los elementos de la nueva conformación del mundo
mediterráneo, en especial de Europa Occidental. A partir de la lectura del siguiente
texto desprenda las características de estos pueblos.

Costumbres de los germanos en el siglo I

Mientras los germanos no hacen la guerra, cazan un poco y sobre todo viven en la
ociosidad dedicados al sueño y a la comida. Los más fuertes y belicosos no hacen nada;
delegan los trabajos domésticos y el cuidado de los penates y del agro a las mujeres, los
ancianos y los más débiles de la familia, languidecen en el ocio; admirable contradicción de
la naturaleza, que hace que los mismos hombres hasta tal punto amen la inercia y
aborrezcan la quietud. Es costumbre que espontánea e individualmente las tribus ofrezcan
a sus jefes ganado y cereales, lo cual, recibido por éstos como un homenaje, también
satisface sus necesidades. Pero ante todo les halagan los presentes que les son enviados
de pueblos vecinos, no sólo por particulares, sino también oficialmente, tales como
caballos escogidos, ricas armas, faleras y collares (...)

Los pueblos germanos no habitan en ciudades, es bien sabido, incluso no toleran que
las casas sean contiguas. Se establecen en lugares aislados y apartados, en relación con
una fuente, un campo o un prado, según les plazca. Las aldeas no están construidas como
nosotros acostumbramos, con edificios contiguos y unidos unos a otros; cada uno tiene un
espacio vacío que rodea su casa, sea como defensa contra los peligros de incendio, sea
por ignorancia en el arte de la construcción. En realidad, no emplean ni piedras ni tejas, se
sirven únicamente de madera sin pulimentar, independientemente de su forma o belleza.
No obstante embadurnan los lugares más destacables con una tierra tan pura y brillante,
que imita la pintura y los dibujos de colores. También acostumbran a excavar subterráneos
que cubren con mucho estiércol y que sirven de refugio durante el invierno y de depósito
para los cereales, puesto que estos lugares los preservan de los rigores del frío. Y de este
modo, si el enemigo aparece, sólo saquea lo que está al descubierto, las cosas ocultas y
enterradas o bien las ignoran o bien por ello mismo les escapan, puesto que habría que
buscarlas.

Para todos el vestido es un sayo sujeto por un broche o, a falta de éste, por una espina;
sin otro abrigo permanecen días enteros junto al fuego del hogar. Los más ricos se
distinguen por su vestidura no holgada, como la de los sármatas y los partos, sino ajustada
marcando los miembros. También visten pieles de fieras, descuidadamente los más
próximos a las orillas, con más esmero los del interior, para quienes las relaciones
comerciales no pueden dar otro atavío. Eligen determinadas fieras y adornan con manchas
las pieles arrancadas (...) y el vestido de las mujeres no difiere del de los hombres, excepto
en que las mujeres se cubren más frecuentemente con tejidos de lino adornados con
púrpura y en que la parte superior del vestido no se prolonga formando las mangas; llevan
desnudos los brazos y los antebrazos, incluso la parte alta del pecho aparece descubierta.

P. CORNELIO TACITO, De origine et situ Germanoru. Ed. E. Koestermann, Lipsiae in


aedibus B. G. Teubneri, 1949, II, fasc.2, pp. 14-15. Recoge M. RIU y otros, Textos
comentados de época medieval (siglo V al XII), Barcelona, 1975, pp. 30-32
2. Del siguiente texto responda:

a) ¿Por qué el autor habla de una fusión en la conformación del mundo medieval?
¿Cuál es su característica?

b) ¿Qué es la ruralización?

c) ¿Cuáles son sus causas y consecuencias?

“Ese mundo medieval es el resultado del encuentro y de la fusión de dos mundos en


evolución, de una convergencia de las estructuras romanas y las bárbaras en plena
transformación.

El mundo romano, desde el siglo III al menos, se alejaba de sí mismo. En cuanto


construcción unitaria, no cesaba de fragmentarse. A la gran división que separaba
Oriente de Occidente había que añadir el aislamiento cada vez mayor entre las
diversas partes del Occidente romano… Así se esbozaba la fisonomía del Occidente
medieval: la atomización en núcleos cerrados en sí mismos… esto pone de relieve
un hecho capital: el languidecimiento urbano acelerado por las destrucciones de
los invasores bárbaros…

Cuando la huida del dinero deja a la gente de la ciudad sin poder adquisitivo,
cuando las rutas comerciales dejan de irrigar los centros urbanos, los ciudadanos
se ven obligados a refugiarse cerca de los centros de producción. La necesidad de
obligados a refugiarse cerca de los centros de producción. La necesidad de
alimentarse es la que explica ante todo la huida del rico hacia sus tierras y el
éxodo del pobre hacia el dominio del rico. También aquí las invasiones bárbaras,
al desorganizar las redes económicas, al dislocar las rutas comerciales, aceleran
la ruralización.

La ruralización, un hecho económico y demográfico, es a la vez principalmente un


hecho social que va modelando la imagen de la sociedad del Medioevo.

La desorganización de los intercambios acrecientan el hambre y el hambre empuja


a las masas hacia el campo y las somete a la servidumbre de quienes dan pan, los
grandes propietarios…”

(Jacques Le Goff, La Civilización del occidental medieval, Barcelona: 1999, Paidos,


pp. 34 -35.)

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