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¿Cristo llama?

Edgar Sóbac Campos

La mayoría de las personas al escuchar la palabra vocación la relacionan


inmediatamente con el sacerdote de su parroquia, con la monjita que han visto
rezar o con aquél oficio que mejor saben desempeñar. Pero realmente, ¿Qué es la
vocación? Esta palabra deriva del término latino “vocare” que significa “llamar”. Es
decir, la vocación es un llamado, pero llamado ¿a qué?

En el plano de la religión es Dios quien llama al hombre a una misión específica,


es un llamado que Él hace al hombre desde su inicio, por lo que el primer llamado
que hemos recibido de Dios es a la vida. El segundo llamado es a ser hijos de
Dios que tiene como fin alcanzar la santidad por medio de nuestras acciones y de
ahí entendemos los llamados particulares como lo es la vocación al matrimonio, al
sacerdocio, a la vida religiosa.

Existen también otros estilos de vida que sin duda son considerados como
llamados que Dios hace a algunos de sus hijos como por ejemplo la soltería y la
viudez.

Sin embargo, quiero detenerme para hacer hincapié a la vocación al sacerdocio.


¿Al sacerdocio? ¿Por qué al sacerdocio? Ah, pues como bien sabemos el
sacerdote es un hombre tomado de entre los hombres puesto al servicio de los
demás. Es administrador de los sacramentos que el mismo Cristo instituyó. En
otras palabras, este hombre que Dios ha elegido como su sacerdote es alter
Christus (el otro Cristo).

Tal vez suena algo místico o divino, o podría parecer algo reservado solo para
seres extraordinarios, y no es así. Entonces ¿quiénes pueden ser sacerdotes?
Todos aquellos que sientan el llamado a la vocación sacerdotal, que ya hice
mención de lo que es un sacerdote, pero ¿cómo puedo saber que Dios me llama
para ser sacerdote? En primer lugar, el joven que sienta la inquietud de ser
sacerdote deberá comenzar un proceso de discernimiento donde a lo largo de un
año o más descubrirá con la ayuda de un acompañante espiritual si es llamado por
Dios al sacerdocio o es invitado a otra vocación. Este proceso se realiza con la
asistencia de tres preseminarios teniendo el primer acercamiento en el mes de
julio en está ocasión se llevará a cabo del 25 al 28 del presente; el segundo
preseminario que habrá de realizar el joven inquieto por descubrir su vocación se
lleva a cabo en el mes de diciembre; y un último en lo que es la Semana Santa.
Estos preseminarios, ayudarán a discernir y a dar pautas para descubrir a dónde
te llama Dios a seguirle, y una vez que lo descubras a tener el coraje de
responderle. Es necesario que todo aquel joven que sienta el llamado al
sacerdocio comience este proceso de discernimiento vocacional para que a lo
largo de este pueda dar una respuesta generosa y fiel a la invitación que el Buen
Pastor le hace para apacentar a su Grey amada.

El trabajo nunca termina y hacen falta sacerdotes en nuestra Iglesia diocesana por
lo que es necesario que no dejemos de orar para que el Buen Dios envíe más
operarios a su mies y roguemos también para que muchos jóvenes de nuestra
querida diócesis se animen a comenzar un proceso vocacional por medio de los
“Preseminarios” y así respondan a la misión que el Señor ha hecho como al
profeta Jeremías: “Antes de haberte formado yo en el vientre te conocía; antes
que nacieses, te había consagrado yo profeta; te tenía destinado a las naciones”
(Jr 1,5).

Ánimo. No tengas miedo de responderle al Señor. Hoy es un buen tiempo para


ser Sacerdote de Cristo.

Cristo llama… Joven responde

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