Sie sind auf Seite 1von 7

MUGLA [laboratorio continuo

de juegos musicales
de la Plataforma Container]
SÍNTESIS
A partir de un pensamiento crítico definido por las
prácticas que anteceden al Laboratorio MUGLA, hemos
encontrado espacios intersticiales entre las prácticas y
división de trabajo establecidas, y las potencialidades
del presente.

Música y Juego
¿Por qué creemos válida y catalizadora la exploración
de las conexiones entre música y juego? ¿Qué hace de
este binomio, que se ubica central en el entramado de
la presente propuesta, un disparador potentísimo?

En el ejercicio sintético de la dupla


MÚSICA(arte)/JUEGO pueden ocasionarse
intervenciones disruptivas en la cultura y la
sociedad, y en la manera de hacer y experienciar el
arte en la vida cotidiana y actual. Creemos que
contiene en sí mismo fuertes vectores de cambio y
sostenemos, además, que es un terreno apenas
explorado.

No es un dato menor el hecho de que en otros países


cultura, arte, medios y deportes formen parte de
departamentos o acciones y políticas conjuntas.

Hay algo de iniciático, de lo primario, que hacen del


juego, del gesto lúdico, un gesto muy próximo a todo
individuo. “[…] el acto de jugar es consustancial a la
cultura humana; es decir, el “elemento de juego en la
cultura" y "no el elemento de juego de la cultura […]”
(Johan Huizinga). El juego antecede a la propia cultura.
O mejor dicho, sin cierto desarrollo de una actitud
lúdica, ninguna cultura es posible.

Todo juego es una actividad libre, que transcurre dentro


de sí misma y lleva la satisfacción intrínseca. Se juega
dentro de determinados límites espacio-temporales.
Conlleva emoción y tensión. Sigue sus propias reglas,
obligatorias y aceptadas por todos. Se rodea con
facilidad de misterio y secretismo, y puede activar
dentro del equipo de jugadores mecanismos de
contagio de un saber, la transferencia de un saber
hacer. Permite, sin embargo también, el conocimiento
heurístico, por ensayo y error. Y no responde en primer
término a una utilidad o necesidad inmediatas por
fuera de sí.

La música actual (y la música y el arte en general) por


su parte, en cada acción u obra, buscan inaugurar,
delimitar al igual que el juego, un lugar de intensa
totalidad, que se apropia de la materia de lo real, pero
mantiene abiertas y en movimiento las relaciones,
estableciendo procedimientos propios y singulares.
Plantea al igual que el juego, determinados límites
temporo-espaciales. Tiene la capacidad de asociar los
materiales más dispares de una realidad y captar de
ellos sus aspectos energéticos. No se reduce tan sólo a
un acto de contemplación estética, es una intervención
que redimensiona de hecho la situacionalidad del
presente. Instaura un territorio mágico, donde conviven
la concentración del puro presente y la proyección de
un futuro posible.

Tanto la música como el juego –en su invención-,


necesita de la creación de pautas a un nivel
fundacional. Incluso las acciones más simples, que
puedan suponer escenarios de juego o ejecución
aparentemente abiertos, contienen implícita o
explícitamente reglas que condicionan el
comportamiento, las acciones posibles, los entornos
posibles, pero sobre todo delimitan una zona
segura/espacio seguro para el hacer en sí. Responden
ambos a gestos procedimentales y pueden, a su
vez, desencadenar modos de aprendizaje y
conocimiento también de índole procedimental. Sin
embargo o, mejor dicho, al mismo tiempo, y citando
Csikszentmihalyi-Bennett “El juego” (y podríamos
agregar el arte) “se basa en el concepto de posibilidad.
Y es en esta dualidad, en esta elasticidad intrínseca
que comparten el juego y la música (el arte), que
eluden todo hacer canónico. El desencadenamiento de
las energías del artista, jugador, ejecutante, espectador
activo se vuelve así progresivo y envolvente y ya no
puede interrumpirse.

Tanto la música como el juego se nutren, necesitan y


son capaces de crear espacios-otros, distintos de los
espacios de la realidad, con sus propias relaciones
sociales, tensiones interiores y fronteras simbólicas. En
otros idiomas el tocar/ejecutar y el jugar son portados
por palabras idénticas. Así, música y juego, juego y
música, y sus espacios-otros posibles, despliegan el
territorio para “la subversión, la hibridación y la
blasfemia” (Homi Bhabha); para la innovación y la
singularidad, habilitando así la irrupción de la energía
individual y colectiva.

Laboratorio Artístico Continuo/Colectivo/método


original=diseño procedimental/entrenadores
Se dan en la actualidad dos cuestiones que
entendemos sintomáticas.

Por un lado, en las artes y el sector cultural no abundan


ejemplos donde la participación y la colaboración entre
backgrounds, organizaciones, disciplinas y perspectivas
sea efectiva y transversal. Y las que existen, en
general, tienen comportamientos a corto plazo: tienen
una existencia a modo de destellos y efímera. No hay
un pensamiento integral y de gran arco.

Por el otro, la inversión pública en cultura está


continuamente bajo una presión considerable y
constante.

Es probable que una y otra cuestiones tengan una


causalidad muy próxima la una con la otra, y que
incluso sea muy difícil distinguir qué rol ocupa cada una
en este vínculo de causalidad.

Sin embargo, o -mejor dicho- justamente por esto, es


que creemos vital considerar proyectos o estructuras
sustentables a largo plazo, que vayan mucho más allá
de lo meramente económico. Es indispensable y
urgente imaginar opciones altamente adaptables que
inauguren nuevas maneras de pensar y trabajar; y que
incluso subviertan las nociones aceptadas de lo que el
arte y la cultura pueden hacer o de quién puede o no
estar involucrado. Que incorporen nuevas voces que
puedan moldear nuevas perspectivas. Opciones que
reconozcan como propia la redefinición de los roles de
creador, curador, intérprete y consumidor que
efectivamente sigue dándose de manera cada vez más
radical en el campo actual del arte.

En este sentido, nuevamente, las características o


aspectos del binomio MÚSICA-JUEGO, pueden tener
implicancias relevantes a la hora de pensar proyectos
culturales y estructuras de funcionamiento. Más
precisamente, a la hora de pensar la macro
estructura=laboratorio que contiene las acciones a
ejecutar a través de este proyecto.

• El diseño iterativo tanto en el campo del desarrollo de


juegos como en el ámbito de la ejecución y la
creación musical.
• Los procesos heurísticos, de prueba y error, como
procesos posibles, contenidos y aceptados.
• La capacidad de tomar riesgos y de tener a su vez
una conducta anticipatoria.
• El hecho de que diseñadores de juegos de gran
experiencia testeen sus juegos junto con otros
artistas o nuevos usuarios o jugadores,
provenientes de perfiles completamente
diferentes.
• En el diseño de juegos actual, la implementación de
una metodología de diseño crítico que requiere el
desplazamiento de la autoridad y las relaciones de
poder hacia un intercambio participatorio no
jerárquico.
• Anclaje del hacer en modalidades procedimentales de
funcionamiento, propias y específicas, donde se
establecen reglas y pautas obligatorias y
aceptadas por todos y que implican un proceso de
práctica que deriva en el dominio de la técnica,
habilidad o estrategia; y posibilita, a su vez, por
“contagio” la transferencia de conocimiento.
• La creación de espacios-otro, lugares de refugio y
estimulación, lugares de confianza y exploración,
abiertos a todos.

Así, el presente proyecto supone un conjunto de


acciones lúdico-musicales, diferenciadas por
tópicos. Estas acciones son el marco de procedimiento
sobre el que acciona el colectivo como equipo
pluridisciplinario y heterogéneo de actores
convocados ad hoc entre artistas, tecnológos y
científicos. A su vez, estas acciones se ven
moldeadas, en una segunda instancia, de manera
aleatoria por la adjudicación de un plano siguiente de
filtros, según se explica en la descripción que sigue.
Así, el presente proyecto propone una estructura de
funcionamiento continuo que pueda adoptar
circunstancialmente la forma de la acción sobre la que
el colectivo opera.

Este laboratorio continuo, está colegiado -desde su


aspecto de resolución y producción- por un núcleo
promotor, que buscará el desarrollo permanente de
vínculos y articulaciones con agentes públicos y/o
privados. Esta red vincular ensayará un modelo que
denominaremos consorcio de actores. En este
esquema de funcionamiento, el consorcio de actores
podría poner a disposición de la acción sus espacios,
instituciones, festivales, centros, recursos, capital
humano, etc. de manera conjunta.

Desde el punto de vista de la curaduría, la mecánica de


funcionamiento sobre acciones previamente pautadas,
con reglas conocidas y aceptadas por todos -desde el
descanso que posibilita esta metodología de lugar
seguro/lugar común- permitirá también la
horizontalidad de fuerzas dentro del equipo creativo
del colectivo, que será fuertemente heterogéneo.
Mientras que permitirá al núcleo promotor que
presenta este proyecto modificar y actualizar la
configuración del colectivo según lo requiera el
acompañamiento del desarrollo de una acción dada. En
todos los casos, las posibles acciones contenidas en
el método de MUGLA, en su diseño procedimental,
llevan implícito un fuerte contenido de cambio,
experimentación e innovación. El desplazamiento
y actualización de la referencia que acompañe el
desarrollo creativo de la acción sobre la que se decida
operar es, por ende, ineludible. Así, este colectivo
invitará y convocará la participación de referentes del
estado del arte, bajo el rol no sólo de creadores, sino
también de entrenadores.

Das könnte Ihnen auch gefallen