Es un caso muy valioso para pensar la noción de eficacia clínica.
Entiendo la noción de eficacia no desde la lectura posmoderna o desde el discurso neoliberal, es decir, en términos de llegar a objetivos. Tampoco en el sentido de conducir la cura a un Ideal. No se trata de eso.
Considero que la eficacia mantiene un aire de familia con lo que
Germán García llama la virtud indicativa, la incidencia por vía de la alusión, de la insinuación, nunca por la vía de fijar el sentido. Hay algunos pasajes del caso en los que queda situada esa operación de la analista. Son ejemplos en acto de cómo entender la eficacia interpretativa.
Hay una lógica de la cura en juego
La paciente se nombra como "[mis hermanos piensan que] soy un
objeto a despreciar". Posición masoquista que por un lado refiere el marco desde el cual lee su relación al Otro, por otro lado es la gramática que comanda el síntoma, siempre por la vía del sometimiento al Otro. Una primera intervención en ese sentido, muy precisa, apunta a esa posición: "eso no quiere decir que lo seas". Primera operación en la que el sentido inicial queda conmovido. Operación que posibilita un alivio y un primer drenaje de goce.
Una nueva intervención: "¡Qué bueno!", en alusióna al llamado que
recide de la Escuela - Y la sorpresa como respuesta. Lo cual se puede leer como el paso que permite el despliegue su historia familiar. La "frialdad" de su madre portadora de los rasgos a los que la paciente va a identificarse por un lado y por otro las marcas que operan como estrago; la crueldad de su padre y la identificación viril que la orientó para defenderse en la vida.
El encuentro con el otro sexo, estan signados por el abuso y los
intentos de violación. Se pueden situar los elementos que la confinan en el lugar de ser "un objeto para despreciar", su madre no puede hacer mucho para rescatarla de esa posición -por el contrario, la confirma. Y el padre castigador opera en el mismo sentido. El único recurso aunque sea "basado en una mentira" es quedar ligada al que va a ser "el padre de sus hijos". Son las condiciones para que el amor por un hombre y la familia puedan inscribirse. La salida de ese triángulo villento es por la vía del amor ... por un hombre.
La clave de cómo ella encuentra dicha salida es el juego de espejos
que encuentra entre su relación con su madre y con su hija. El dicho de la analista que indica y la autoriza es "Dale tu opinión". Ella como madre no habla la lengua que se inscribió en su cuerpo por vía del estrago materno. No sabe cómo hablar con su propia hija en ocasión del despertar de la sexualidad adolescente, pero ese dicho de la analista, la posiciona en otro lugar. Eficacia clínica de la virtud indicativa. No es una explicación, no es un consejo, no es una orden. Es una indicación con la delicadeza de la alusión.
Estas operaciones hacen posible que su posición fijada en ser un
objeto para despreciar quede desfijado y sea conducida a elegir entre opciones que nada tienen que ver con el estrago ni con la identificación. Ella empieza a hacer la experiencia como mujer de un hombre y madre de familia. La eficacia clínica, se puede situar entonces como lo que perturba la fijación de sentido (que remite a la fijación pulsional freudiana en última instancia).
Algunos comentarios
La interpretación no explica nada - no es la función de la
interpretación explicar nada. Cuál es la función de la interpretación entonces? Me gusta decirlo así: hacer que el sentido quede perturbado, es decir interpretar es por la vía de una des-fijación.
La interpretación es producto de una operación de lectura. No explica
la frase y, a su vez, equivale a la frase misma. Un matiz en la voz, una exclamación, un énfasis puede operar como interpretación, es decir, como aquello que des-fija y posibilita en consecuencia, una suerte de desbloqueo. A eso Freud llama asociación libre.
Hay un término que usa Freud, atascamiento (einklemmen). Entiendo
la eficacia clínica de la operación analítica como una intervención sobre ese punto de Fixierung, como indica Freud en Consejos al médico. Vale también para situar la regla de abstinencia por un lado y lo que él llama atención flotante: "es preciso abstenerse de privilegiar nada, presumir o proyectar nada; es preciso mantener en pie de igualdad todo lo que se escucha para no dejar pasar el menor indicio que pondría sobre la pista, por más incongruente (inesperado) que parezca; por consiguiente es preciso mantener la atención difusa y no focalizada, es decir, no regida por alguna intencionalidad, constituye, como se sabe el primer "consejo" que Freud le dirige al psicoanalista. En el fondo, el único que hay que observar. Porque todos los demás, de cerca o de lejos, conducen a él" *
Francois Jullien llama a esta posición "disponibilidad", la
disponibilidad del psicoanalista.
* Jullien, F., Cinco conceptos propuestos al psicoanálisis, p. 26-27,