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Objetivos de Desarrollo Sostenible

Igualdad de Género

Luz Gabriela Mora Guzmán


Septiembre 2018

Institución: Universidad de las Américas Puebla


Departamento de Relaciones Internacionales y Ciencia Política
Asignatura: Ética para el Desarrollo Sostenible
Introducción

Los Objetivos de Desarrollo Sostenible (ODS), son metas correspondientes al periodo 2015-
2030 que están basados en los resultados de los Objetivos de Desarrollo del Milenio los
cuales se realizaron entre el 2000 y el 2015. De esta manera, y a grandes rasgos, los ODS son
un llamado universal a la implementación de medidas para erradicar la pobreza, proteger el
planeta y asegurar que todas las personas vivan en paz y prósperas; también en estos objetivos
se incluyen nuevos ámbitos o temas como el cambio climático, la desigualdad económica, la
paz y justicia, etcétera (PNUD, 2018).

Así, para este trabajo decidí elegir el quinto Objetivo de Desarrollo Sostenible que
corresponde a la Igualdad de Género y elegí dos metas para realizar el análisis la primera es
“eliminar todas las formas de violencia contra todas las mujeres y las niñas en lo s
ámbitos público y privado, incluidas la trata y la explotación sexual y otros tipos de
explotación” (PNUD, 2018) y la segunda es “aprobar y fortalecer políticas acertadas
y leyes aplicables para promover la igualdad de género y el empoderamiento de todas
las mujeres y las niñas a todos los niveles” (PNUD, 2018).

Antes de describir el análisis, es necesario conocer el proceso histórico de inclusión


de los temas de género en la agenda internacional. Esta inclusión, a pesar de que Naciones
Unidas fue fundada en 1945, comenzó hasta la década de 1970 con la organización de cuatro
conferencias mundiales las cuales tenían como objetivo crear estrategias y planes de acción
que iban desde el reconocimiento de las mujeres hasta la promoción de su en las actividades
humanas y de sus derechos. Esta década, comenzando en 1975, fue declarada la década de
las Naciones Unidas para la Mujer, y en ese mismo año, se llevó a cabo la Primera
Conferencia Mundial sobre la Mujer en la Ciudad de México la cual coincidió con la
declaración de la Asamblea General sobre 1975 como el Año Internacional de la Mujer
(Centro de Información de las Naciones Unidas para Argentina y Uruguay, 2007; Mujeres
en Red, 2005).

Posteriormente, las conferencias fueron celebradas en 1980 en Copenhague, en 1985


en Nairobi y en 1995 en Beijing, resultando ser esta última la conferencia más significativa.
La Conferencia de la Mujer de Beijing 1995 fue la IV Conferencia Mundial sobre la Mujer
la cual fue celebrada por 189 países, en esta conferencia fue aprobada la Declaración de
Beijing y su Plataforma de Acción la cual era una muestra del compromiso internacional para
alcanzar las metas de igualdad, desarrollo y paz de las mujeres en todo el mundo (Naciones
Unidas, s.f.). Igualmente, la importancia que tuvo la Conferencia de Beijing radica en que
ella se destacó el carácter "plural", "multicultural" y "pluriétnico" de las sociedades y los
movimientos de mujeres, se pusieron en contexto las problemáticas de desigualdad para las
mujeres y se integró a la escena internacional la necesidad de tratar los temas de violencia,
racismo, desigualdad, entre otros, situación que en décadas anteriores no se había suscitado
(OCDE, 2016). De esta manera, de acuerdo con López (2005) se puede afirmar que fue
durante la década de 1990 que se originó un avance significante en la inclusión del término
“género” y su relación con el desarrollo, el cual estuvo acompañado por las diferentes
conferencias dirigidas a la mujer.

Por otro lado, en el caso de la actuación de México, ONU Mujeres (2015) menciona
que México es uno de los 51 países fundadores de la ONU el cual desde su integración ha
tenido un papel de liderazgo global y regional debido a que busca fomentar el diálogo y
consenso entre las naciones en temas diversos en los cuales se incluye la igualdad. De esta
manera, México se ha consolidado como un país comprometido con los objetivos de las
Naciones Unidas siendo un aliado estratégico para construir la agenda internacional de
igualdad de género y el empoderamiento de las mujeres y teniendo diversas contribuciones
como muestra de este compromiso.

Algunas de estas contribuciones para impulsar la agenda de igualdad de género son


su función como país sede de la Primera Conferencia Mundial sobre la Mujer en 1975 en
Ciudad de México, su participación en las conferencias posteriores, su contribución a
posicionar el tema de violencia feminicida en los debates de la Comisión de las Naciones
Unidas sobre la Condición Jurídica y Social de la Mujer en 2013, y más actualmente,
participó en el Consejo de Derechos Humanos de la ONU (2014-2016) y en el Comité
Directivo de la Comisión Interamericana de Mujeres (2013-2015) (ONU Mujeres, 2015).

A nivel nacional, de acuerdo con la Secretaría de Gobernación (2014), en México


desde 1970 se han desarrollado programas y acciones con respecto a la violencia de género;
no obstante, es hasta la década de 1990 cuando se integra formalmente a la agenda pública.
A partir de esa década, el gobierno mexicano inició la elaboración de leyes y programas con
respecto al fenómeno siendo el resultado la creación de la Ley General de Acceso a las
Mujeres a una Vida Libre de Violencia (LGAMVLV) aprobada en 2007, la cual pretende
garantizar el derecho a las mujeres a una vida libre de violencia y discriminación y para
garantizar el cumplimento de esta ley, se creó el Programa Integral para Prevenir, Atender ,
Sancionar y Erradicar la Violencia contra las Mujeres 2007-2012 y, posteriormente, 2014-
2018, cuyo objetivo general consiste en otorgar a las mujeres el acceso a una vida libre de
violencia para favorecer su seguridad, desarrollo y bienestar a través de la erradicación de la
discriminación, la transformación de los patrones socioculturales y la promoción de una
cultura pacífica e igualitaria. Así, estas herramientas de política pública responden a las dos
metas que se eligieron: la eliminación de todas las formas de violencia contra las mujeres y
la aprobación y fortalecimiento de políticos acertadas y leyes aplicables.

De igual forma, con respecto a la segunda meta que elegí, que es aprobar y
fortalecer políticas acertadas y leyes aplicables para promover la igualdad de género
y el empoderamiento de todas las mujeres y las niñas a todos los niveles, viendo el
empoderamiento desde una perspectiva económica, el gobierno mexicano ha creado
diversos programas como PROMETE o el Programa PYME los cuales tienen como
objetivo incentivar a las mujeres emprendedoras en sectores agrarios y desarrollar y
consolidar las empresas micro, pequeñas y medianas lideradas por m ujeres (Secretaría
de Agricultura, Ganadería, Desarrollo Rural, Pesca y Alimentación , 2016; Secretaría de
Economía, 2016).

Un vez conociendo la perspectiva histórica de la inclusión de la igualdad de


género a nivel internacional y nacional, así como algunos de los esfuerzos por parte
del gobierno mexicano para crear programas o leyes que corresponden a este objetivo,
cabe mencionar que para realizar el análisis, en un entorno cercano, elegí centrarme
en San Andrés Cholula, Puebla, de manera más específica en la comunidad UDLAP
pues considero que la población de esta región me permitió tener una muestra
conocedora de los objetivos de desarrollo sostenible y distinguir cómo perciben la
existencia de la igualdad de género en la sociedad y cuánto creen que se ha logrado
avanzar en pro de estas metas.

Marco conceptual

Para comprender de mejor manera qué es la igualdad de género y qué implican sus
metas como objetivo de desarrollo sostenible, a continuación, se presentan los
conceptos que consideré más pertinentes, así como se explican dos de las dimensiones
de desarrollo sostenible utilizadas para realizar el análisis.

El primer concepto revisado es igualdad de género que de acuerdo con


Gelambí-Torrel (2015) se puede entender como una visión, un empoderamiento y una
participación de ambos sexos en todas las esferas de la vida pública y privada; este
enfoque incluye en los planes la relevancia del género como construcción social de
las desigualdades que afectan a hombres y mujeres, y funciona como la base para
impulsar acciones positivas que obligan a observar cualquier situación social o
programa desde una perspectiva que permita entender las necesidades específicas de
las mujeres y los hombres y los efectos diferenciales de cada situación.

La Organización Mundial de la Salud (2018) define género como “los conceptos


sociales de las funciones, comportamientos, actividades y atributos que cada sociedad
considera apropiados para los hombres y las mujeres”. De igual forma, Cantera et al. (2017)
mencionan que los géneros se manifiestan en tres niveles. El primer nivel corresponde al
nivel sociocultural o socio estructural en el cual el género funciona como un sistema de
organización social que gobierna el acceso al poder y a los recursos, el segundo nivel es el
interaccional o relacional el cual se visibiliza mediante las diferencias en la actuación y en el
trato de hombres y mujeres en las interacciones cotidianas, el último nivel es el individual o
personal el cual se manifiesta a través de la auto representación femenina o masculina.

Por otro lado, se tiene el concepto de violencia que de acuerdo con Torres (2004),
algunos autores hacen la distinción entre violencia y agresión a partir del fin perseguido. De
esta manera, en la agresión, el objetivo es causar daño y no se requiere la interacción entre
los sujetos implicados mientras que en la violencia se pretende imponer una conducta
especifica e impedir la realización de un acto. Así, la autora define a la violencia como “la
trasgresión a la voluntad de la otra persona” y menciona que “la violencia contra las mujeres
se sustenta en relaciones de desigualdad y asimetrías de poder en todos los niveles de la
organización social”.

Rico (1996) menciona que la violencia de género se entiende como el ejercicio de la


violencia que muestra la desigualdad existente entre las relaciones de poder entre hombres y
mujeres y que promueve la subordinación y desvalorización de lo femenino frente a lo
masculino. También menciona que este tipo de violencia está caracterizado por el patriarcado
como su sistema ya que este establece las prácticas cotidianas que producen la desigualdad
entre ambos sexos. La diferencia de este tipo de violencia con respecto a otros es que el factor
de riesgo existe solo por el hecho de que ser mujer.
De igual forma, el artículo 5 apartado IV de la Ley General, la Violencia contra las
Mujeres se define como “Cualquier acción u omisión, basada en su género, que les cause
daño o sufrimiento psicológico, físico, patrimonial, económico, sexual o la muerte tanto en
el ámbito privado como en el público; por el hecho de ser mujer”. Y En el artículo 6 de esta
misma ley se establecen los tipos de violencia contra las mujeres los cuales son:

1. La violencia psicológica.- Es cualquier acto u omisión que dañe la estabilidad


psicológica, que puede consistir en: negligencia, abandono, descuido reiterado,
celotipia, insultos, humillaciones, devaluación, marginación, desamor, indiferencia,
infidelidad, comparaciones destructivas, rechazo, restricción a la
autodeterminación y amenazas, las cuales conllevan a la víctima a la depresión, al
aislamiento, a la devaluación de su autoestima e incluso al suicidio;
2. La violencia física.- Es cualquier acto que inflige daño no accidental, usando la
fuerza física o algún tipo de arma u objeto que pueda provocar o no lesiones ya
sean internas, externas, o ambas;
3. La violencia patrimonial.- Es cualquier acto u omisión que afecta la supervivencia
de la víctima. Se manifiesta en: la transformación, sustracción, destrucción,
retención o distracción de objetos, documentos personales, bienes y valores,
derechos patrimoniales o recursos económicos destinados a satisfacer sus
necesidades y puede abarcar los daños a los bienes comunes o propios de la
víctima;
4. Violencia económica.- Es toda acción u omisión del Agresor que afecta la
supervivencia económica de la víctima. Se manifiesta a través de limitaciones
encaminadas a controlar el ingreso de sus percepciones económicas, así como la
percepción de un salario menor por igual trabajo, dentro de un mismo centro
laboral;
5. La violencia sexual.- Es cualquier acto que degrada o daña el cuerpo y/o la
sexualidad de la Víctima y que por tanto atenta contra su libertad, dignidad e
integridad física. Es una expresión de abuso de poder que implica la supremacía
masculina sobre la mujer, al denigrarla y concebirla como objeto,
6. Cualesquiera otras formas análogas que lesionen o sean susceptibles de dañar la
dignidad, integridad o libertad de las mujeres.
Así mismo, consideré importante el concepto discriminación, debido a que de acuerdo
con el Comité de la Convención sobre la Eliminación de todas las formas de discriminación
contra la mujer (citado en Procuraduría General de la República, 2017) “la violencia contra
la mujer es una forma de discriminación que inhibe gravemente la capacidad de la mujer de
gozar de derechos y libertades en pie de igualdad con el hombre (p. 2). De esta forma, la
Convención sobre la eliminación de Todas las Formas de Discriminación Contra la Mujer de
la ONU (citado en Rodríguez, 2005), define el concepto como:
… la expresión “discriminación contra la mujer» denotará toda distinción, exclusión
o restricción basada en el sexo que tenga por objeto o resultado menoscabar o anular
el reconocimiento, goce o ejercicio por la mujer, independientemente de su estado
civil, sobre la base de la igualdad del hombre y la mujer, de los derechos humanos y
las libertades fundamentales en las esferas política, económica, social, cultural y civil
o en cualquier otra esfera (p.27).
Otro concepto para considerar es el empoderamiento femenino el cual se refiere a la
necesidad de generar cambios dentro de las relaciones de poder entre géneros con el objetivo
de liberar a las mujeres y construir una sociedad más equitativa (Cañedo-Cázares &
Mendoza-Guerrero, 2017)
El último concepto que revisé fue legislar con perspectiva de género el cual López
(2017), perteneciente al Instituto Nacional de las Mujeres, define como la acción de revisar
y asegurar que la política nacional de igualdad tenga bases firmes y armonizados en todo el
territorio nacional más de allá de la buena o nula voluntad de los gobernadores, para buscar
la creación y reforma de leyes que favorezcan a los sujetos más vulnerables para lograr la
igualdad en todos los sectores y ámbitos sociales.
Una vez revisados los conceptos en relación con la igualdad de género, es necesario
mencionar las dimensiones de desarrollo sostenible las cuales son la dimensión económica,
la dimensión sociocultural y la dimensión ecológica. Para esta investigación se abordó la
igualdad de género desde la dimensión sociocultural y la dimensión económica para ello las
fuentes de datos fueron artículos y personas y la técnica de investigación consistió en el uso
de encuestas y entrevistas. De esta manera, los datos que busqué contemplar fueron
principalmente la percepción y el conocimiento de la sociedad, fueran expertos o no expertos,
sobre la igualdad de género. No utilicé la dimensión ambiental debido a que consideré que
este objetivo responde principalmente a fenómenos sociopolíticos.

Metodología
Para realizar esta investigación utilicé una metodología cualitativa y cuantitativa para ambas
dimensiones. En el caso de la dimensión sociocultural la metodología cuantitativa se utilizó
mediante la aplicación de una encuesta conformada por 20 preguntas a 41 personas
pertenecientes a la comunidad UDLAP mientras que la metodología cualitativa se utilizó
mediante una entrevista de 4 preguntas realizada a la Doctora Kira Ciofalo Lagos
perteneciente al departamento de Derecho de la UDLAP. Por otra parte, para la dimensión
económica la metodología cuantitativa se utilizó con la aplicación de una encuesta de 11
preguntas la cual fue respuesta por 65 personas, en su mayoría pertenecientes a la comunidad
UDLAP, mientras que la metodología cualitativa se utilizó igualmente mediante dos
entrevistas una la primera constó de 10 preguntas y fue realizada a la Doctora Dainzú López
de Lara Espinosa perteneciente al departamento de Relaciones Internacionales y Ciencia
Política de la UDLAP y la segunda fue realizada a la Doctora Kira Ciofalo Lagos y constó
de 6 preguntas.
Para el análisis de cada uno de los datos se procedió a revisar las gráficas generadas
a partir de ambas encuestas y describir cada una de las respuestas, mientras que las entrevistas
permitieron inferir y generar conclusiones con respecto a cómo dos expertas perciben a la
igualdad de género. A continuación, se presentan los resultados primeramente de la
dimensión sociocultural, tomando en cuenta únicamente la encuesta, y posteriormente de la
dimensión económica tomando en cuenta la entrevista realizada a la Doctora Dainzú López
de Lara Espinosa.

Resultados
1. Dimensión sociocultural
Como se menciona anteriormente, la encuesta realizada para analizar la dimensión
sociocultural está compuesta por 20 preguntas realizadas a 41 personas en su mayoría dentro
de un rango de edad entre los 18 y 21 años, el 80.5% de los encuestados fueron mujeres y el
90.2% de los mismos pertenecen a la escuela de Ciencias Sociales de la UDLAP. Debido a
que la encuesta es extensa, a continuación, se presentan las respuestas que consideré más
relevantes (ver anexo 1).
La primera pregunta es ¿conoces el tema de discriminación y violencia de género? A
la cual el 100% de los encuestados respondió que sí (ver gráfica 1); posteriormente se realizó
la pregunta ¿qué piensas sobre este tema? A la cual las respuestas fueron múltiples, pero
destacan las opiniones de que nadie debería ser discriminado, la desigualdad de género
persiste en nuestra sociedad y existe una necesidad urgente de tomar medidas que resolver
este problema.
La tercera pregunta realizada es ¿estás de acuerdo con la afirmación “los hombres son
mejores que las mujeres en muchos aspectos, no solo físicos”? A lo cual el 90.2% de los
encuestados respondió que no, el 7.3% piensa que tal vez, y sólo 2.4% que sí está de acuerdo
(ver gráfica 2). Como justificación a esta respuesta, las opiniones que más se repiten son: que
todos somos capaces y que las habilidades están definidas por el género.
La cuarta pregunta es ¿existe discriminación en el mundo? A lo cual el 92.7%
respondió que sí, el 4.9% que no y el 2.4% piensan que tal vez (ver gráfica 3). La última
pregunta es si la discriminación positiva consiste en favorecer a la mujer por su sexo y darle
ventajas ¿estás de acuerdo con ello? La mayoría de los encuestados respondió que no, con
un 92.9%, el 12.2 % que sí y el 4.9% piensan que tal vez estarían de acuerdo (ver gráfica 4).
Con base en lo anterior, se puede decir que es evidente que todos están informados,
profundamente o no, sobre el tema de igualdad de género y que, aunque existe una opinión
conjunta sobre que es necesario hacer algo al respecto y que todos los seres humanos somos
iguales, la percepción sobre la existencia de igualdad de género en la sociedad no es real pues
varios de los encuestados opinaron que la desigualdad es un fenómeno que persiste. De igual
forma, se puede observar que la mayoría piensa que nuestras capacidades y habilidades no
están definidas por nuestro género, que la discriminación es algo que, al igual que la
desigualdad, permanece en la sociedad y que, a pesar de que existe este término de
discriminación positiva el cual podría llegar a ser beneficioso, la mayoría se muestra en
desacuerdo de su uso.

2. Dimensión económica
Para el análisis de la dimensión económica, el enfoque está dirigido al mercado laboral y la
participación de las mujeres en este. Para ello, se hizo uso de la entrevista realizada a la Dra.
Dainzú López de Lara Espinosa (ver anexo 2) a partir de la cual se pudo determinar que, a
pesar de que en México la lucha por la igualdad de género comenzó aproximadamente en la
década de 1970, esta se quedó a medio camino pues se basó en hacer conciencia de género
más que en tener acciones que modificaran realmente la situación; en consecuencia, esto se
tradujo a que, actualmente, la violencia de género, incluyendo la laboral, este desatada más
que nunca pues ahora alcanza a todas las mujeres sin importar su clase social o la región
geográfica en la que habiten.
Por otro lado, siguiendo la línea de la discriminación positiva, se puede decir que a
pesar de que existe y podría ser una herramienta para uniformar la situación entre hombres y
mujeres, una de las razones por la cual esto no ha funcionado es porque a muchas mujeres
no les gusta ser discriminadas incluso si esa discriminación las beneficia, además de que, al
final, sólo son acciones mínimas que no buscan el cambio a profundidad.
Así, dentro del ámbito económico existen diversos factores que fomentan la
desigualdad de género entre los cuales podrían destacar la carencia de políticas en materia
laboral fuertes, la impunidad o las ideas socioculturales de los requisitos que una mujer debe
cumplir para rendir en su trabajo como lo es ser soltera o no ser madre, esto tiene un impacto
directo sobre la participación de las mujeres en el mundo laboral y consecuentemente lo
tendrá en la economía. Y aunque, en la introducción se mencionó que en México se han
instaurado programas que buscan promover, beneficiar y empoderar en la economía, desde
la percepción de una experta, estos esfuerzos, a pesar de que existen como parte de la agenda
pública, no funcionan y esto se debe en gran parte a la corrupción dentro de las instituciones
la cual no permite que los recursos tengan un buen manejo. Entonces, la respuesta a ¿qué se
debería hacer para reducir la desigualdad de género? Se reduce a que, sin importar el puesto
laboral que una mujer ocupe, es necesario hacer protocolos que establezcan las normativas
que se deben seguir para poder ser empleadas teniendo condiciones laborales igualitarias y
dignas; y en el caso de las empresas, a pesar de que existen diversos medios legales que las
obligan a mejorar las situaciones laborales, lo necesario es generar un cambio en la cultura
laboral la cual se base en el respeto y la inclusión.

Interpretación y conclusión
En conclusión, aunque la igualdad de género forma parte de la agenda internacional estando
incluida en los primeros cinco objetivos de desarrollo sostenible y que a nivel nacional
existan diversos esfuerzos por incluirla mediante programas o políticas, se pudo determinar
que las líneas de acción por parte del Estado mexicano y la sociedad mexicana no son
suficientes pues tan sólo con una muestra de población, se observó que la percepción es que
no está existe y que la violencia y la discriminación de género son una realidad tanto en
ámbitos socioculturales como económicos.
Así, las implicaciones que tienen los resultados con respecto a las metas analizadas
es que ponen énfasis a una necesidad verdadera y urgente de tomar acciones que realmente
reduzcan la desigualdad de género pues no estamos ni cerca de cumplirlas; es evidente que
diversos factores como la corrupción dentro de las instituciones, la falta de recursos y la
sociedad en si misma no permiten alcanzar estas metas; no obstante considero que el primer
paso, que es reconocer y conocer el tema de desigualdad e igualdad de género, ya se dio por
lo que, en mi opinión, restaría trabajar primero individualmente cambiando algunas
conductas que nos inhiben de reconocer que somos iguales y segundo en conjunto tomando
acciones en contra de los factores que no nos permiten avanzar como sociedad, que en para
mí son la corrupción y la impunidad, y exigiendo a instituciones públicas y privadas la
instauración de normativas, políticas, programas eficientes.

Anexos
Anexo 1
Gráficas correspondientes a la encuesta realizada para el análisis de la dimensión
sociocultural.
Gráfica 1.

Gráfica 2.

Gráfica 3.
Gráfica 4.

Anexo 2
Entrevista completa con respecto a la dimensión económica.
Datos de la entrevistada:
Entrevistada: Dra. Dainzú López de Lara Espinosa
Ocupación: Profesora de tiempo complete en la UDLAP
Estudios: Doctorado, licenciatura y maestría en Ciencias Políticas con especialización en
Política Exterior de México
Proyectos de investigación: Gobernanza ambiental y Género, equidad de género y violencia
de género.
Entrevista
1. ¿Cree que la equidad y la igualdad son lo mismo? No, no son lo mismo. No somos iguales,
nadie ni entre mujeres entre hombres ni hombres entre mujeres. Lo que se busca es la equidad,
aplanar el piso para que todos y todas tengamos las mismas oportunidades, la equidad que
buscamos es que como no somos iguales necesitamos políticas que fomenten la equidad de
género; que esas diferencias, que de repente se convierten en hándicaps o vulnerabilidades
sean paleadas por otras políticas.
2. ¿Diría que el término igualdad está mal utilizado para definir el objetivo? Sí, está mal
utilizado, pero igual lo utilizamos y está bien; no está mal porque se entiende que es lo que
estamos buscando. Tal vez en un sentido estricto viendo igualdad de género nos podemos
referir a que lo que queremos es tener igualdad de oportunidades, igualdad en los salarios,
pero también tener la igualdad para construir escenarios y estructuras que no nos son
favorables.
3. Sabemos que conoce sobre el tema de discriminación y violencia, ¿Cuál es su opinión
respecto a este? En lo general, siempre le digo esto a los estudiantes, tengo una amiga
feminista que estudió en el Colegio de México por ahí de 1970-1980 y cuando ella estaba
muy jovencita estaban estudiando todo lo del feminismo, llegando a México y todo; y
entonces estaban felices porque estaban estudiando a las feministas francesas,
estadounidenses y otras partes del mundo y ellas pensaron ilusamente que la conciencia de
género era suficiente para modificar la situación y lo que vemos es que es una catástrofe y
no es cierto; al contrario hemos visto que está peor el mundo que nunca. Yo no sé si antes
había igual de feminicidios en el mundo, pero lo que es cierto es que hoy se saben más, yo
creo que siempre han estado, siempre han existido la violencia contra las mujeres de manera
muy violenta, pero, hoy en día, ya toca a todas, de todas las clases sociales, de todas las
regiones geográficas hay violencia de género. Desde un acoso callejero hasta un feminicidio.
4. ¿Alguna vez ha escuchado hablar sobre la discriminación positiva? Sí, pues son acciones
positivas para mejorar, digamos, para emparejar. Creo que a veces si son necesarias, nada
más que hay muchas mujeres que no les gusta que por ser mujer las discriminen ni que por
ser mujer las beneficien.
5. ¿Cuáles diría que son los factores socioculturales que fomentan está desigualdad,
discriminación y violencia? Antes yo pensaba que era la educación, pero también he
estudiado estos países como Suecia y Noruega, y Suecia es de los países más violentos contra
las mujeres, claro todo a proporción guardada no hay siete feminicidios al día como en
México, pero también hay muchísimo. Entonces, hay algo que está tan arraigado en las
personas, en los hombres de que las mujeres deben de tener un papel secundario que llega y
permea a todas las sociedades. Si necesitamos políticas muy claras, educativas a favor de la
equidad y no violencia, pero también necesitamos cambiar y reconciliarnos las mujeres y los
hombres con nuestro lado femenino, desde ahí, porque decir que lo femenino es menor, es
tonto, poco inteligente, malo, etc. Hace que realmente estemos en una situación en donde en
países como Suecia todavía haya feminicidios.
6. Con respecto al ámbito económico, ¿Cuáles diría que son los factores que más fomentan esta
desigualdad? Hay políticas muy laxas y hay mucha impunidad, y hay esa idea de que todos
debemos ganar lo mismo, pero a la hora que contratan a alguien dicen porque a él lo están
contratando y va a ganar más que yo si tenemos lo mismo, no te lo dicen así y entonces solo
te dicen lo tomas o lo dejas. A una colega le dijeron porque él tiene una familia que mantener
y porque es soltera, por eso le pusieron más salario a él. Esta tan normalizada esa forma de
pensar en la que los hombres deben tener ventajas ¿por qué?; y entonces en el ámbito
económico, en las empresas hay una lucha, pero no se está viendo reflejada en lo monetario.
Y es esto muchas mujeres decimos, bueno acepto el trabajo porque quiero trabajar y necesito
trabajar, ni modo […]. Siempre nos están probando, siempre tenemos que estar demostrando
que estamos ahí, porque sabemos, porque nos lo merecemos, entonces es muy desgastante y
todo nos cuesta el doble o el triple de trabajo, por eso la discriminación positiva me parece
un mínimo.
7. ¿alguna vez ha sufrido discriminación o le han pedido ciertos requisitos para entrar a un
trabajo? A mi así, flagrante y personalmente, no, no lo he vivido, pero a veces ves que hay
cosas en el aire que, pues si, que eres mujer y que automáticamente piensan que no, que no
vas a poder hacer esto; y el factor de los hijos […], yo no puedo rendir igual aquí, en el
trabajo, que mi colega soltero. Entonces yo hago un esfuerzo triple para estar a la par que los
demás.
8. ¿conoce programa gubernamentales o no gubernamentales destinados a erradicar esta
desigualdad en lo social o en lo económico? N, la verdad es que todo el mundo habla de cosas
y de políticas y, ahora mismo en el Congreso las de Morena van a luchar por la igualdad de
oportunidades, etc. pero hay que ver que es lo que van a hacer, por lo menos lo están
discutiendo, eso es algo bueno porque antes no se discutían estos temas.
9. Entonces no cree que las políticas o programas que ya existen sean útiles o eficientes: Hay
unos de procuración de justicia que me parece que quedan cortos porque la procuración de
justicia en México es un desastre, pero ya hay, por ejemplo, fiscalías contra los delitos contra
la mujer y protocolos. Hay cositas, pero cositas chiquitas.
10. ¿deberían ser todas estas reformadas o crear nuevas? No reformadas, impulsadas y sobre todo
asignar recursos porque están muy buenos los institutos nacionales o estatales de la mujer,
pero no tienen lana y si tienen lana se la gastan en otras cosas como cualquier otra
dependencia publica; entonces al final no llega. Y algo que a mí me gustaría que creo están
un poco discutiendo es esta situación de la educación básica que ya debe de venir, así como
la ecología, la parte de la relación con las mujeres […], eso ya sería urgente y lo que veo es
que en las primarias públicas y privadas no tienen lenguaje incluyente, no hablan de esto
como un problema y es urgentísimo.
11. Por último, ¿qué sugeriría implementar para se logre una igualdad? Pues programas de
educación desde muy temprana edad, desde la primera infancia; programas educativos bien
pensados donde todos entandemos desde chiquitos que no hay ninguna diferencia entre
hombres y mujeres, que está debajo de la ropa y eso no importa, y políticas más estrictas en
el sentido en que no haya impunidad.
12. Y, ¿en el ámbito laboral? En el ámbito laboral, nosotras las académicas soñamos porque
estoy en una red mexicana de ciencia, tecnología y género, y nosotras siempre tenemos quejas
[…], entonces tenemos este sueño de crear una oficina en donde abogadas traten estos temas
porque ya existe, me parece, legalmente pero institucionalmente me parece que no hay en las
universidades casi nada de género, entonces creo que deberíamos empezar por crear un
protocolo […]. Y en las empresas y eso, pues es un mundo muy diferente al nuestro porque
ahí es el quien demuestra y es tu dinero, y si tú eres dueño de la empresa y quieres pagarle
más y a una mujer menos y lo aceptan hay muy pocos candados para hacerlo, aunque puedes
llevarlo a junta de conciliación y arbitraje del trabajo, llevarlo a instancias legales, pero es
muy complicado. Entonces un cambio de cultura laboral, de respeto hacia las mujeres y
también reafirmar y fortalecer esta parte judicial y jurídica, porque en el momento en que
empiecen a haber escándalos […] por prestigio se irá haciendo. Cuando hay impunidad se
sigue cometiendo, cuando hay impunidad y se castiga se hace algo.
Referencias
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