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DERECHO CONSTITUCIONAL - EFIP I

COMPENDIO DE DERECHO CONSTITUCIONAL – GERMÁN BIDART CAMPOS.

El poder constituyente.

Es la facultad soberana del pueblo de darse su ordenamiento jurídico – político fundamental


originario por medio de una constitución y a revisar ésta total o parcialmente cuando sea
necesario. Es la facultad que tiene el pueblo soberano de darse su propia constitución, de
organizarse políticamente, de establecer quiénes son los que ejercen el poder en su
nombre, etc.

El poder constituyente originario y derivado.


El originario se ejerce en la etapa fundacional que da origen al estado en su nacimiento y
su estructura organizativa; el derivado es el que se ejerce para introducir reformas o
enmiendas a la constitución.

El originario, tiene como titular natural al pueblo o a la sociedad, ello porque al no estar
predeterminada una forma política concreta para la comunidad que se va a erigir en estado,
es esa comunidad la que debe elegir la de su preferencia. Ello a efectos de conferir
legitimidad en el ejercicio del poder constituyente originario.
A su vez, el poder Constituyente originario puede ser ejercido de manera abierta o cerrada,
en esta última categoría la Constitución primera se dicta en un solo acto, mientras que la
modalidad abierta deriva en un proceso constitucional integrado por más de un acto
constitutivo.
Una vez alumbrado el texto las constituciones se clasifican en rígidas o flexibles, según sea
su proceso de reforma, será flexible si puede modificarse por el mismo órgano y bajo el
mismo procedimiento del dictado de la ley, por el contrario será rígida si requiere para su
dictado un proceso especial.

Cuando se califica al poder constituyente originario como ilimitado, en primer lugar, quiere
decir que no tiene límites provenientes de una instancia de derecho positivo superior. En
segundo lugar, no significa desconocer la suprapositividad del valor justicia, ni los límites
que colateralmente derivan del derecho internacional público.
El poder constituyente derivado tiene límites: a) porque para su reforma, la constitución
señala quién tiene competencia para introducir modificaciones y qué procedimiento debe
seguirse; b) porque si hay tratados internacionales incorporados al ordenamiento interno
con anterioridad a la reforma, dichos tratados a veces impiden que posteriormente el
derecho interno incluya ciertos contenidos incompatibles (ej. establecer pena de muerte).

Tiene límites jurídicos:


- Límites temporales (tiempo en que se debe hacer la reforma)
- Límites formales (relativas al procedimiento o a la competencia del órgano
reformador)
- Límites de fondo (cláusulas pétreas)

El poder constituyente en el derecho argentino.


Un recorrido histórico en torno de nuestro proceso constituyente admite situarlo en 1810,
en que la emancipación del Virreinato del Río de la Plata da inicio genético a la futura
formación territorial y política de la República Argentina, que culmina con la Constitución de
1853.
Como en 1853 quedó segregada la pcia. de Buenos Aires, la predisposición geográfica y
cultural que exigía la integración en un solo estado de todas las provincias preexistentes a
la federación, da base para sostener que el ciclo de nuestro poder constituyente originario
iniciado en 1853 quedó abierto hasta la incorporación de Buenos Aires en 1860, año en
que la “reforma” constitucional no fue ejercicio de poder constituyente derivado sino
originario. Por ende, la prohibición del texto de 1853 que impedía su “reforma” hasta
transcurridos 10 años no ha de ser aplicada para tildar de inconstitucional a los agregados
y enmiendas de 1860.

Etapas, límites y reformas efectuadas.


El art. 30 consagra la rigidez, a través de varias pautas.
Según nuestro texto es necesario un procedimiento especial, y un órgano especial para
proceder a la reforma de la constitución nacional. Además existen límites que se refieren a
la materia o contenido a reformar; ello se vincula con los contenidos pétreos.
a) En cuanto al procedimiento que debe seguirse para modificar el texto constitucional,
hay que distinguir dos etapas:
 En la primera, es el congreso el que toma iniciativa para declarar la necesidad de
reforma y, debe puntualizarse qué temas, cuestiones o normas de la constitución
incluye en el listado de reforma.
 En la segunda etapa, es una convención convocada al efecto la que tiene a su cargo
decidir si, dentro del marco del listado antedicho, hace o no las enmiendas en las
materias y contenidos para las cuales se ha reunido. La convención reformadora surge
de la elección popular.
a.1) La declaración de necesidad de reforma toma forma de ley, es un acto pre-
constituyente.
a.2) La convención reformadora no puede introducir enmiendas fuera del temario
concreto que ha fijado el congreso; todo exceso queda incurso en inconstitucionalidad.
Si el congreso le ha dado plazo a la convención, ésta no puede hacer reformas válidas
después de vencido; si al declarar la necesidad de reforma no se ha establecido plazo, el
congreso no lo puede fijar después.

b) En cuanto a la materia, la constitución posee contenidos pétreos que no se pueden


abolir, suprimir ni sustituir por otros opuestos. Tal petrificación surge del carácter
parcialmente tradicional- historicista de nuestra constitución de 1853-1860.
Esos contenidos mantienen su naturaleza pétrea mientras la estructura social subyacente
en la que hicieron base conserve su fisonomía.
Contamos con cuatro:
 La forma federal del estado
 La forma republicana del gobierno
 La democracia como forma de estado
 La confesionalidad del estado
Lo prohibido sería: reemplazar el federalismo por unitarismo, la república por monarquía, la
democracia por el totalitarismo, la confesionalidad por laicidad.

Los límites de nuestro poder constituyente derivado son varios: a) los contenidos pétreos
que no se pueden abolir; b) los que impiden reformas sin que el congreso haya declarado
su necesidad; c) los que surgen del temario que el congreso le propone a la convención
para que introduzca modificaciones; d) el quórum que precisa el congreso para declarar la
necesidad de reforma; e) el plazo para que trabaje la convención, si ha sido estipulado.

Una vez que la reforma de 1860 es reputada como ejercicio del poder constituyente
originario, que tuvo inicio en 1853, las reformas habidas fueron las de 1866, 1898, 1957 y
1994.
La de 1949 dejó un producto que quedó sin efecto después de la Revolución Libertadora
del año 1955 contra el régimen peronista. La de 1972, en una época de facto, se
autoatribuyó transitoriedad y rigió solamente hasta el golpe de estado de 1976. La de 1957
tuvo un vicio de origen, porque se efectuó en un período de facto y, por ende, no hubo
declaración del congreso (disuelto) sobre la necesidad de la reforma, la que fue sustituida
por el poder ejecutivo de facto. La de 1994 tuvo prohibida por la ley declarativa de la
necesidad de reforma toda modificación en los 35 primeros artículos de la constitución, cuyo
texto hubo de mantenerse sin variantes, de manera que las numerosas enmiendas que se
introdujeron en 1994 quedaron ceñidas a: a) los nuevos derechos y garantías que se
numeraron desde el art 36 al art 43; b) la parte orgánica de la constitución.

Procedimiento Reformador.
Existen diversas etapas para el ejercicio del poder constituyente derivado.
Nuestra Constitución solo regula la etapa de iniciativa y de revisión.
La etapa de iniciativa está a cargo del Congreso, al que el art. 30 le encomienda declarar
la necesidad de reforma, fijando el quórum de votos.
El acto declarativo requiere una mayoría especial: el de los dos tercios de votos de los
miembros del Congreso. Bidart Campos considera que se deben contar sobre el total de
los miembros del Congreso.
Al declararse la necesidad de reforma el Congreso debe puntualizar los contenidos o
artículos que considera necesarios de revisión. La fijación del temario demarca la materia
sobre la cual pueden recaer las enmiendas.

La etapa de revisión o etapa constituyente ya no le pertenece al Congreso, sino a un órgano


especial que es la Convención Constituyente.
Los convencionales constituyentes son elegidos directamente por el pueblo, según el
mismo sistema utilizado para los legisladores nacionales. Por ej. la ley que declaro la
necesidad de reforma en 1994, estableció que se elegirán en cada distrito el mismo número
de diputados y senadores que cada uno envía al Congreso de la Nación, mediante el
sistema electoral de representación proporcional (D’Hondt).
Si el Congreso estableciera un plazo para que la Convención sesionara, el vencimiento del
mismo provocaría automáticamente la disolución de la Convención, que perdería su
habilitación para continuar trabajando o prorrogar sus sesiones.

ETAPAS
1) Etapa preconstituyente: Según el artículo 30 la necesidad de la reforma debe ser
declarada por el Congreso de la Nación, con el voto al menos del voto de las dos terceras
partes de sus miembros.
Se suscitan varias cuestiones: la declaración debe tener forma de ley, y esa ley requiere
una mayoría calificada de dos tercios. También se ha discutido la forma de computar estas
cifras.
La ley declarativa debe contener el límite material (los artículos a reformar) el límite
temporal, es decir en cuanto tiempo de debe cumplir con la tarea. La cantidad y forma de
elección de los convencionales constituyentes. Lugar de deliberación, presupuesto entre
otras

2) Etapa dereforma propiamente dicha está a cargo de la Convención Nacional


Constituyente, cuerpo colegiado especialmente electo por el pueblo que tiene a su cargo la
reforma del texto constitucional, según el límite material y temporal impuesto por la ley
declarativa

El poder constituyente de las provincias.


Las provincias son estados componentes de nuestra federación, y disponen de poder
constituyente para organizarse, dentro de los límites que impone la constitución federal. Art.
5: “Cada provincia dictará para sí una constitución bajo el sistema representativo
republicano, de acuerdo a los principios, declaraciones y garantías de la Constitución
Nacional; y que asegure su administración de justicia, su régimen municipal, y la educación
primaria. Bajo de estas condiciones el Gobierno federal, garante a cada provincia el goce y
ejercicio de sus instituciones”.
El poder constituyente provincial, ofrece la curiosidad de subordinarse a una instancia
superior que lo condiciona, y que es la constitución federal. Este límite no es heterónomo
porque no proviene de afuera, no es colateral ni externo.

Las constituciones provinciales han de adecuarse al sistema representativo republicano y


a los principios, declaraciones y garantías de la constitución federal.
Deben asegurar el régimen municipal, la administración de justicia y la educación primaria,
con más la obligación explícita de que los municipios sean autónomos en el orden
institucional, político, administrativo, económico y financiero.
Tienen prohibido invadir el área de las competencias federales.

La supremacía de la constitución.

Artículo 31.- Esta Constitución, las leyes de la Nación que en su consecuencia se dicten
por el Congreso y los tratados con las potencias extranjeras son la ley suprema de la
Nación; y las autoridades de cada provincia están obligadas a conformarse a ella, no
obstante cualquiera disposición en contrario que contengan las leyes o constituciones
provinciales, salvo para la provincia de Buenos Aires, los tratados ratificados después del
Pacto de 11 de noviembre de 1859.

Su formulación y alcances.
Hay dos significados posibles: a) la constitución material es la base o fundamento que da
efectividad y funcionamiento al orden jurídico-político de un estado; b) adosado a la
tipología de la constitución formal, por estar revestida de superlegalidad y supremacía, la
constitución impone como “deber-ser” que todo el mundo jurídico inferior a ella le sea
congruente y compatible, que no la viole ni le reste efectividad funcional y aplicativa.

El orden jurídico se escalona en planos de gradación jerárquica, de modo que cuando se


disloca esa gradación se produce una inconstitucionalidad en los planos inferiores que no
compatibilizan con los superiores.
La supremacía supone el punto más alto en la escala jerárquica normativa, de manera que
cualquier norma posterior y contraria que eventualmente entrase en colisión con la norma
suprema provocaría la nulidad de la norma inferior.
La supremacía de la constitución se liga con la distinción entre el poder constituyente que
le da origen, y el poder constituido que no debe vulnerar a la constitución y debe darle
cumplimiento.

Para defensa de la constitución suprema, hace falta que exista y funcione algún sistema de
control .El control de constitucionalidad sirve de garantía para declarar que las normas y
actos violatorios de la constitución son inconstitucionales. En efecto de tal declaración,
puede limitarse a desaplicar la norma o el acto inconstitucional en el caso donde así se
declara, o adquirir un efecto general que llegue hasta derogar la norma o el acto
inconstitucional.

En la República Argentina ha existido un conflicto jurisprudencial sobre la jerarquía de los


tratados internacionales que fue finalmente resuelto con la reforma constitucional de 1994.
El artículo 75 inciso 22 de la Constitución Argentina otorga la misma jerarquía de la
constitución a un grupo de tratados internacionales sobre Derechos Humanos. También en
la misma reforma se estableció un proceso legislativo particular para anexar otros tratados
a ese grupo, sin necesidad de reformar nuevamente la Constitución. La pirámide jurídica
en Argentina quedaría con la Constitución y los Tratados sobre DD.HH. en la cima, los
demás tratados internacionales inmediatamente después y las demás leyes por debajo
El artículo 31 establece la supremacía para ella misma, para las leyes nacionales que sean
sancionadas en su consecuencia y para los tratados con potencias extranjeras. Se
autodefine como “ley suprema”, puesto que es quien encabeza la nómina de dicho artículo.

La supremacía y los instrumentos internacionales con jerarquía constitucional.


ART 75 inc. 22, los tratados “no derogan artículo alguno de la primera parte de esta
constitución y deben entenderse complementarios de los derechos y garantías por ella
reconocidos”.
¿Qué quiere decir esto?
a) unas normas y otras se suman, sin que entre sí, alguna sufra derogación o inaplicación
por causa de otra;
b) el constituyente hizo un juicio de comparación y corroboración, que dio como resultado
la afirmación de que las normas internacionales son compatibles con las de la 1ª parte de
la Constitución.
c) si ha de entenderse que son complementarias, debemos dar por cierto que son y deben
ser aplicables y aplicadas porque, de no ser así, la complementariedad no funcionaria ni
tendría sentido alguno.
Los instrumentos internacionales de derechos humanos con jerarquía constitucional no
forman parte del texto de la constitución, pero se sitúan a su mismo nivel, y en común con
la constitución encabezan el vértice del ordenamiento jurídico argentino; esto significa que
forman parte del bloque de constitucionalidad federal.

Luego de la reforma de 1994, la estructura de la pirámide jurídica es la siguiente:


1. En la cúspide se ubica la CN y los Trataos Internacionales de Derechos Humanos
Constitucionalizados.
2. Por debajo, se ubican los demás tratados internacionales firmados por nuestro país, y
los concordatos firmados con la Santa Sede.
3. En el tercer escalón encontramos a las normas dictadas por organizaciones
supraestatales de integración de las cuales nuestro país forme parte.
4. En el cuarto escalón, las leyes nacionales, son las normas que dicta el Congreso de la
Nación.
5. Por debajo de las leyes nacionales se encuentran las Constituciones Provinciales.
6. En el sexto escalón, se ubican las leyes provinciales, es decir, las normas dictadas por
las legislaturas locales.

El control de constitucionalidad.
El control de constitucionalidad es una facultad otorgada a un determinado órgano del
Estado para controlar e interpretar la supremacía constitucional.
Esta práctica surge por la acción de la Corte Suprema de Justicia de los Estados Unidos de
Norte América, cuando el Presidente de la Corte de EE.UU. Marshall, en el fallo “Mar- bury
vs. Madison” fundamentó esta teoría.
Se basa en el fundamento que todo acto legislativo que es contrario a la constitución no
puede aplicarse al caso concreto debiendo prevalecer la Constitución. Caso contrario una
ley modificaría su contenido.
El control no funciona respecto de las “cuestiones políticas no judiciables” (ej. actos de
gobierno).
Como principio, tampoco se controla si una reforma de la CN es constitucional o
inconstitucional (excepción en el caso “Fayt”).
Sistemas y modalidades.
a) En cuanto al órgano que ejerce el control.
1. Control político, a cargo de un órgano político. El sistema tiene su origen en
Francia. Este organismo ejerce un control preventivo y a priori de las leyes.
2. Control jurisdiccional, a cargo del poder judicial.Tiene su origen en EE.UU. Éste
se divide a su vez en:
Control judicial difuso: todos los jueces tienen competencia para ejercerlo,
cualquiera sea su grado, jurisdicción, y pertenencia (tanto jueces federales
como provinciales). Es el modelo que aparece con el fallo de la Corte
Suprema de EE.UU “Marbury vs. Madison”.
Control judicial concentrado: está a cargo de un fuero especializado,
conocido como “fuero constitucional”, ejercido por un Tribunal o Corte
Constitucional, que tiene exclusividad de control.

b) Por el procedimiento.
1) A priori: el control se realiza antes de que entren en vigencia las normas objeto
de ese control. Tiene carácter preventivo. (Típico caso de la Constitución Francesa)
2) A posteriori: el control se realiza con posterioridad a la entrada en vigencia de la
norma objeto de ese control. Tiene carácter reparador. (Nuestro país)
3) Mixto: hay constituciones que incorporan a su sistema tanto el control a priori
como el a posteriori, en distintos casos. (Constitución de Chile)

c) Quién (o qué sujeto) puede promover el control. Legitimación procesal.


1) Legitimación restringida: el ejemplo es el sistema francés. En él sólo están
legitimados para provocar el procedimiento ante el Consejo Constitucional el
presidente de la República, el primer ministro, los presidentes de ambas cámaras
del Parlamento.
2) Legitimación intermedia: pueden provocar e impulsar el procedimiento de
control aquellas personas que son titulares de un derecho subjetivo agraviado por
una norma presuntamente inconstitucional y que ha originado la causa o litigio.
3) Legitimación amplia: cualquier ciudadano está legitimado para solicitar al Poder
Judicial el ejercicio del control de constitucionalidad de las normas y actos jurídicos.
d) Por los efectos del control.
1) Cuando la sentencia declarativa de inconstitucionalidad implica no aplicar la
norma al caso en que se dicta, el efecto se limita a las partes intervinientes en ese
proceso. Es un efecto restringido o inter-partes, que mantiene la vigencia general
de la norma declarada inconstitucional. La decisión del órgano no invalida la norma
con alcance general, sólo prescinde de aplicarla al caso concreto en el cual se está
discutiendo su validez constitucional. Sistema clásico del control judicial difuso.
2) Cuando la sentencia invalida con carácter general la norma inconstitucional, el
efecto es amplio, extra- partes, erga omnes.Implica la declaración de nulidad de
la norma, la cual, a partir de la publicación de la sentencia en el boletín oficial, deja
de tener aplicación a todos los casos.

e) Vías procesales.
Vía directa, de acción o de demanda, cuando el proceso judicial se promueve para
impugnar la presunta inconstitucionalidad de una norma o un acto.
Vía indirecta, incidental o de excepción, cuando la cuestión de constitucionalidad
se incluye en un proceso judicial cuyo objeto principal no es el control, sino otro
diferente.
Elevación del caso constitucional, que efectúa un juez que tiene a su cargo un proceso,
derivando la cuestión constitucional que surge de tal proceso al órgano especializado y
único para que resuelva dicha cuestión, una vez resuelta, le devuelva el proceso al juez de
origen que debe sentenciar la causa.

Sistema argentino de control de constitucionalidad.


Con la reforma de 1994 podemos encontrar una norma en el art. 43 CN (dedicada al
amparo) que dice: “en el caso, el juez podrá declarar la inconstitucionalidad de la norma en
que se funde el acto u omisión lesiva”.
En cuanto al órgano de control, el derecho federal argentino sigue el modelo de control
jurisdiccional difuso. Todos los jueces, tanto del Poder Judicial de la nación como de los
poderes judiciales provinciales tienen a su cargo la función de ejercer el control de
constitucionalidad.
En cuanto al procedimiento, es a posteriori, se realiza con posterioridad a la entrada en
vigencia de la norma objeto de control; y adhiere a la legitimación intermedia, sólo pueden
provocar el control los titulares del derecho agraviado por la norma.
Con la reforma de 1994 hay situaciones que confieren legitimación al afectado, al defensor
del pueblo y a las asociaciones que propenden a fines conexos con los derechos cuya
protección se demanda, también al ministerio público.
El efecto se limita al caso, es inter-partes, significa que la norma o acto queda subsistente
y en principio debe ser aplicada a todos los casos, salvo aquel en el cual fue declarada
inconstitucional. Pero cuando la jurisprudencia de la Corte sienta pautas en la materia, el
resultado de sus sentencias suele generalizarse por reiteración o por aplicación que de ellas
hacen los demás tribunales en casos similares.
La vía procesal habitual es la indirecta o incidental, pero tal vía no es la única, ya que a
partir de 1985 la Corte comenzó a afirmar que también hay acciones directas de
inconstitucionalidad.

Formas de Estado.
Las formas de estado:
Según cómo se relacionen entre sí el poder y el territorio en un estado, tradicionalmente se
distingue entre:
 Estado unitario: El Estado es uno en su estructura, en su elemento humano y en sus
límites territoriales. Esta es la forma de estado más simple y la primera con la que aparece
históricamente el Estado Moderno. Es la adoptada por Gran Bretaña, Uruguay, Paraguay,
etc.
 Estado Federal: Está basado en la descentralización territorial del poder, de forma tal
que coexisten en él un Gobierno federal, que detenta y ejerce el poder sobre todo su
territorio y todas las personas que habitan en él, por una parte y por la otra, una pluralidad
de estados miembros (en el caso argentino se denominan provincias), cada uno de los
cuales ejerce poder dentro del respectivo límite territorial sobre los habitantes de cada uno
de ellos. En esta estructura compleja, sólo el Estado Federal es soberano y sujeto del orden
internacional. El poder es ejercido entonces por las autoridades centrales o las autoridades
del estado miembro, según un sistema de reparto de competencias preestablecido. Los
Estados miembros del Estado federal carecen de derecho de secesión (no pueden
separarse) y nulificación (no pueden negarse a aplicar las decisiones adoptadas por las
autoridades federales) Esta forma de estado ha sido adoptada por Estados Unidos,
Alemania, Argentina, Brasil, Méjico, entre otros países.
 Confederación: Es una asociación entre Estados soberanos, cada uno de los cuales es
sujeto del orden internacional, que se unen por un pacto o tratado, por el que se crea un
órgano permanente (dieta) a cargo de las competencias establecidas en el pacto de alianza.
Una característica peculiar que diferencia la Confederación del Estado federal, radica en
que aquella carece de poder directo sobre los habitantes de los Estados confederados,
quienes conservan los derechos de secesión (separarse de la confederación) y nulificación
(negarse a aplicar las decisiones emanadas del órgano de la confederación). Generalmente
la confederación representa la primera etapa en la constitución de un nuevo Estado. Así
ocurrió por ejemplo con los Estados norteamericanos desde 1777 a 1787 y la confederación
suiza de 1815 a 184836.
En el siglo XX aparece una nueva forma de Estado, a la que podemos denominar Estado
Regional: Supone la descentralización del poder en regiones, esto es, “conjuntos humanos
que ofrezcan caracteres comunes en su historia idiosincrasia, necesidades y proyecciones
futuras”37. El Estado región suele ser considerado como una figura intermedia entre el
Estado federal y el Estado unitario. El Estado regional, históricamente, surge en Europa
partir de la Segunda Guerra mundial, cuando países que habían adoptado originariamente
la forma unitaria, como Italia, Francia y España, comienzan a organizarse internamente en
regiones.

El federalismo argentino.
Fisonomía y origen.
Nuestra constitución adopta la forma federal de estado. Ella importa una relación del poder
con el territorio: el poder se descentraliza políticamente con base física, geográfica o
territorial.
El federalismo combina una fuerza centrífuga en cuanto descentraliza el poder, con una
fuerza centrípeta en cuanto la pluralidad y autonomía de varios estados se integra en la
unidad de uno solo: el estado federal.
Con la reforma de 1994, en las provincias hay, y debe haber, municipios con autonomía; y
a las provincias se suma un nuevo sujeto de la relación federal, la Ciudad Autónoma de
Buenos Aires.
El federalismo ha estado precedido por un proceso que fue gestando su realidad sociológica
y política.
Retrocediendo a la etapa anterior a 1810, hay que mencionar a las ciudades que la
colonización española fue fundando en las corrientes del norte, del oeste y del Río de la
Plata, y que extendieron sus zonas de influencia preparando futuras regiones territoriales.
Los órganos de gobierno locales (cabildos), proporcionaron al federalismo futuro una base
municipal o comunal.
Ideológicamente, desde la Revolución de Mayo, se perfilaron dos sectores: el unitario
(monárquico, liberal, centralista, de fuerte influencia porteña) y el federal (aglutinaba a la
masa popular e inorgánica de tendencia republicana y federalista).

La cronología histórica del federalismo argentino reconoce tres fuerzas de integración:


a) una fuerza proveniente del medio físico-natural, donde la situación capitalina de Bs. As.
jug como polo de atracción de las provincias, y conformó el diseño de un ámbito territorial
preexistente a 1853-1860.
b) una fuerza ideológica, es la doctrina federal (pensamiento oriental con base en Artigas).
c) una fuerza instrumentadora, aportada por los pactos interprovinciales.

De todo ese proceso genético inferimos que el federalismo que el constituyente organizó
en 1853-1860 es un contenido pétreo de la constitución, que se puede reformar pero no
suprimir.

Las relaciones federales.


Hay tres relaciones típicas en la estructura federal:
a. La relación de subordinación, en virtud de la cual los ordenamientos locales han de
ajustarse al ordenamiento federal (Art. 5, 31, 75 inc. 22 y 24, 123 y 128)
b. La participación, en virtud de la cual se da cierto espacio a la colaboración de las
provincias en las decisiones del gobierno federal; en nuestra constitución, se institucionaliza
en la cámara de senadores.
c. La coordinación, delimita las competencias federales y provinciales mediante una
distribución o reparto.

El reparto de competencias.
Hay que empezar por el art. 121, según el cual las provincias conservan todo el poder no
delegado por la constitución al gobierno federal, y el que expresamente se hayan reservado
por pactos especiales al tiempo de su incorporación.
En primer lugar, la delegación ha sido efectuada por las provincias a través de la
constitución.
En segundo lugar, la norma esclarece que el poder de las provincias preexistió al del
gobierno federal, que ha recibido el suyo por delegación que ellas hicieron a través de la
constitución. El poder provincial fue y es el poder originario.
Las competencias prohibidas a las provincias constan en los art. 126 y 127.

Competencias exclusivas del gobierno federal: la intervención federal, el estado de sitio,


las relaciones internacionales, dictar códigos de fondo.
Competencias exclusivas de las provincias: dictar la constitución provincial, las leyes
procesales, las que estableces impuestos directos, lo referente a asegurar el régimen de
autonomía de sus municipios y educación primaria (Arts. 121 a 124).
Competencias concurrentes: impuestos indirectos internos, y las que surgen del art. 125
concordado con el 75 inc. 18, art. 41 y 75 inc. 17.
Facultades excepcionales del estado federal: establecer impuestos directos en el marco
del art. 75 inc. 2 solamente por tiempo determinado.
Competencias excepcionales de las provincias: dictar los códigos de fondo mientras no
los dicta o haya dictado el congreso. Art. 126
Competencias compartidas: no deben confundirse con las concurrentes, éstas son las
que pueden ejercer tanto el estado federal como las provincias, mientras que las
compartidas requieren una doble decisión integratoria, por ej. en la creación de nuevas
provincias (art. 13).
Sub eje temático 2: declaraciones derechos y garantías

Declaración: Son forma generales, es una afirmación, una elección entre posibles, una
toma de postura de la Nación, considerada en sí misa y en su relación con otros Estados,
las provincias, la iglesia, etc., como ejemplo citamos el artículo 1, 2, 3, entre otros.
Derechos: son atribuciones, facultades, potestades expresamente reservadas por los
hombres para sí al momento de suscribir el pacto constitucional, destinados a ser ejercido
erga omnes Como ejemplo citamos el artículo 14, 14bis, 15, 16,17, entre otros.
Garantía: es un remedio, un camino o vía procesal en manos de los ciudadanos para
asegurar el pleno ejercicio de los derechos y lograr la reparación de un derecho
constitucional violado, menoscabado, etc. como ejemplo citamos el artículo 18, 19 43, entre
otros.

Generaciones de derechos
Según el orden cronológico en que fueron reconocidos constitucionalmente los derechos
pueden clasificarse en:
 Derechos de primera generación, civiles o políticos: son los derechos conferidos
a los individuos de manera particular. Tienden a proteger los valores de la libertad,
propiedad y seguridad. Su consagración constitucional se produce a partir de la
Revolución Francesa en 1789. En nuestro país su reconocimiento se produce ya
con la sanción de la Constitución originaria de 1853 y están reflejados en los arts.
14 a 18. Por ejemplo, derecho al sufragio.
-Son los derechos civiles y políticos, que fueron reconocidos a las personas durante
la etapa del Constitucionalismo Clásico. Por medio de este tipo de derechos se
busca darle libertad a los individuos. En nuestra constitución podemos mencionar,
el derecho a trabajar, a casarse, a enseñar y aprender, etc.
 Derechos de segunda generación, sociales económicos y culturales: surgen a
partir de la finalización de la segunda guerra mundial. Son derechos concedidos a
las personas por su pertenencia a determinada categoría social. Principalmente son
los derechos de los trabajadores, de los gremios, de la familia y de la ancianidad.
Los valores que tienden a proteger son los de la igualdad y solidaridad. En nuestro
país son incorporados al texto constitucional con la reforma de 1949, la que más
tarde en 1956 es dejada sin efecto, para ser definitivamente incorporados con la
reforma constitucional de 1957 en el art. 14 bis.
-Son los denominados derechos sociales, económicos y culturales, que surgieron
durante el constitucionalismo social en el Siglo XX, por medio de este tipo de
derechos se busca establecer una mayor igualdad entre los individuos. En nuestra
Constitución, la mayoría de estos derechos fueron incorporados por el Art 14 bis,
con la reforma Constitucional del año 1957.-
 Derechos de tercera generación, colectivos: surgen en las últimas décadas del
siglo XX. Son derechos modernos, cuyo valor predominante en ellos es la dignidad
humana. Son derechos reconocidos a la sociedad en su conjunto por eso suele
denominárselos derechos colectivos. Fueron incorporados al texto de nuestra CN
con la reforma de 1994 en el art. 41 mediante la consagración del derecho al medio
ambiente y en el art. 42 con los derechos concedidos a los consumidores y usuarios.
-Son los denominados derechos colectivos, que fueron incorporados en los últimos
años en las constituciones modernas. En nuestra Constitución Nacional la mayoría
de estos derechos se encuentran en el capitulo Nuevos derechos y garantías. Se
pueden citar por ejemplo, el derecho a un medio ambiente sano, derechos del
consumidor y de los usuarios, derecho a una mejor calidad de vida, etc.-

A los fines de su mejor sistematización y estudio seguiremos una doble clasificación:


Derechos enumerado y no enumerados y derechos incorporados en el texto originario y en
sus sucesivas reformas constitucionales.
Derechos Enumerados: son aquellos expresamente incluidos en el texto en su redacción
original y las posteriores incorporaciones.
Derechos no enumerados incluidos en el artículo 33, texto incorporado por Domingo
Faustino Sarmiento en la reforma constitucional de 1860, cuya magistral composición
permite cubrir cualquier omisiónvoluntaria o involuntaria en la enumeración previa y también
adelantarse a los tiempos, dando cobertura a las personas por futuras situaciones
amenazantes de la dignidad del hombre que no hubieran podido tenerse en cuenta en la
enumeración al momento de sancionarse la reforma. Este artículo, tal como lo hemos
sostenido es una puerta abierta a los actores constitucionales, especialmente a los jueces,
como soporte constitucional para reconocer nuevos derechos protectores de la persona
humana.
Artículo 33- Las declaraciones, derechos y garantías que enumera la Constitución,
no serán entendidos como negación de otros derechos y garantías no enumerados;
pero que nacen del principio de la soberanía del pueblo y de la forma republicana
de gobierno.

Las garantías

Conjunto de seguridades jurídico- institucionales deparadas al hombre. Las garantías


existen frente al Estado, en cuanto son medios o procedimientos que aseguran la vigencia
de los rechos.
La reforma constitucional de 1994 incorporó al texto expreso de la CN el nuevo art. 43, que
da jerarquía constitucional a varias garantías procesales, que existían con anterioridad a la
reforma y a las que la doctrina y la jurisprudencia les reconocían ya rango constitucional,
porque derivan de los arts. 33 y 18 de la CN.
Las garantías incluidas son cuatro: el amparo, el habeas data, la reserva de las fuentes de
información periodística y el habeas corpus.

Artículo 43.- Toda persona puede interponer acción expedita y rápida de amparo,
siempre que no exista otro medio judicial más idóneo, contra todo acto u omisión
de autoridades públicas o de particulares, que en forma actual o inminente lesione,
restrinja, altere o amenace, con arbitrariedad o ilegalidad manifiesta, derechos y
garantías reconocidos por esta Constitución, un tratado o una ley. En el caso, el
juez podrá declarar la inconstitucionalidad de la norma en que se funde el acto u
omisión lesiva.

Podrán interponer esta acción contra cualquier forma de discriminación y en lo


relativo a los derechos que protegen al ambiente, a la competencia, al usuario y al
consumidor, así como a los derechos de incidencia colectiva en general, el
afectado, el defensor del pueblo y las asociaciones que propendan a esos fines,
registradas conforme a la ley, la que determinará los requisitos y formas de su
organización.

Toda persona podrá interponer esta acción para tomar conocimiento de los datos a
ella referidos y de su finalidad, que consten en registros o bancos de datos
públicos, o los privados destinados a proveer informes, y en caso de falsedad o
discriminación, para exigir la supresión, rectificación, confidencialidad o
actualización de aquéllos. No podrá afectarse el secreto de las fuentes de
información periodística. Cuando el derecho lesionado, restringido, alterado o
amenazado fuera la libertad física, o en caso de agravamiento ilegítimo en la forma
o condiciones de detención, o en el de desaparición forzada de personas, la acción
de hábeas corpus podrá ser interpuesta por el afectado o por cualquiera en su
favor y el juez resolverá de inmediato, aun durante la vigencia del estado de sitio.

El derecho procesal constitucional


Puede llamarse jurisdicción constitucional a la administración de justicia que mediante
procesos y recursos, presta cobertura a la constitución y a los derechos en el sistema
garantista.
Ya dijimos que para su efectividad este sistema exige que quien pretende la tutela judicial
de sus derechos disponga la legitimación procesal para hacerlos valer.
La jurisdicción constitucional cuenta hoy con un último espacio en la jurisllicci6n
supraestatal cuando hay organismos y tribunales internacionales a los cuales acudir
después de agotar las vías internas. En el sistema interamericano existe la Comisión
Interamericana de Derechos Humanos y la Corte Interamericana de Derechos Humanos.

Artículo 18.- Ningún habitante de la Nación puede ser penado sin juicio previo fundado en
ley anterior al hecho del proceso, ni juzgado por comisiones especiales, o sacado de los
jueces designados por la ley antes del hecho de la causa. Nadie puede ser obligado a
declarar contra sí mismo; ni arrestado sino en virtud de orden escrita de autoridad
competente. Es inviolable la defensa en juicio de la persona y de los derechos. El domicilio
es inviolable, como también la correspondencia epistolar y los papeles privados; y una ley
determinará en qué casos y con qué justificativos podrá procederse a su allanamiento y
ocupación. Quedan abolidos para siempre la pena de muerte por causas políticas, toda
especie de tormento y los azotes. Las cárceles de la Nación serán sanas y limpias, para
seguridad y no para castigo de los reos detenidos en ellas, y toda medida que a pretexto
de precaución conduzca a mortificarlos más allá de lo que aquélla exija, hará responsable
al juez que la autorice.
Es conocido como el art. De las garantías individuales, a saber:
 Irretroactividad de la ley penal
 Retroactividad de la ley más benigna
 Jueces naturales (Prohibición de comisiones especiales)
 Prohibición de la confesión coercitiva (autoincriminación)
 Arresto por orden judicial escrita
 Derecho a la jurisdicción (Debido proceso)
 Inviolabilidad del domicilio
 Inviolabilidad y secreto de la correspondencia
 Abolición de la pena de muerte por causas políticas y de toda clase de tormentos y
azotes
 Régimen carcelario
Las garantías implícitas de dicho art. Son el principio de inocencia y el principio de “in dubio
pro reo”.
Artículo 8 de la Convención Americana de Derechos Humanos
Artículo 8. Garantías Judiciales
1. Toda persona tiene derecho a ser oída, con las debidas garantías y dentro de un plazo
razonable, por un juez o tribunal competente, independiente e imparcial, establecido con
anterioridad por la ley, en la sustanciación de cualquier acusación penal formulada contra
ella, o para la determinación de sus derechos y obligaciones de orden civil, laboral, fiscal o
de cualquier otro carácter.
2. Toda persona inculpada de delito tiene derecho a que se presuma su inocencia mientras
no se establezca legalmente su culpabilidad. Durante el proceso, toda persona tiene
derecho, en plena igualdad, a las siguientes garantías mínimas:
a) derecho del inculpado de ser asistido gratuitamente por el traductor o intérprete, si no
comprende o no habla el idioma del juzgado o tribunal;
b) comunicación previa y detallada al inculpado de la acusación formulada;
c) concesión al inculpado del tiempo y de los medios adecuados para la preparación de su
defensa;
d) derecho del inculpado de defenderse personalmente o de ser asistido por un defensor
de su elección y de comunicarse libre y privadamente con su defensor;
e) derecho irrenunciable de ser asistido por un defensor proporcionado por el Estado,
remunerado o no según la legislación interna, si el inculpado no se defendiere por sí mismo
ni nombrare defensor dentro del plazo establecido por la ley;
f) derecho de la defensa de interrogar a los testigos presentes en el tribunal y de obtener
la comparecencia, como testigos o peritos, de otras personas que puedan arrojar luz sobre
los hechos;
g) derecho a no ser obligado a declarar contra sí mismo ni a declararse culpable, y
h) derecho de recurrir del fallo ante juez o tribunal superior.
3. La confesión del inculpado solamente es válida si es hecha sin coacción de ninguna
naturaleza.
4. El inculpado absuelto por una sentencia firme no podrá ser sometido a nuevo juicio por
los mismos hechos.
5. El proceso penal debe ser público, salvo en lo que sea necesario para preservar los
intereses de la justicia.

PODER/LEGISLATIVO
Funciones
El Poder Legislativo es ejercido en la República Argentina por el Congreso Nacional, que
está compuesto por dos cámaras: la de Diputados y la de Senadores. Si bien ambas
cámaras se fundan en la representación popular (todos sus miembros son elegidos en
forma democrática en base al sufragio universal, secreto y obligatorio), los diputados
representan directamente al pueblo argentino y los senadores a las provincias y a la
Ciudad de Buenos Aires. El equilibrio entre ambas representaciones es la base de nuestro
sistema representativo, republicano y federal.
El Congreso ejerce su función legislativa a partir de la deliberación y sanción de leyes que
tengan en cuenta el bien común de todos los habitantes, para lo cual pueden también
modificar la legislación preexistente. La Constitución Nacional determina las atribuciones
del Congreso, las cuestiones sobre las cuales puede y debe legislar, así como sus
limitaciones. También establece la relación entre los distintos poderes, que es clave para
fortalecer el sistema republicano. La participación del Congreso y del Poder Ejecutivo en
la formación y sanción de las leyes es un ejemplo de ello.
Además de legislar, el Congreso tiene la función de ejercer el control del Poder Ejecutivo.
Entre otras atribuciones, ese control incluye el pedido de informes, las interpelaciones, la
actuación de la Auditoría General de la Nación -dependiente del Congreso-, la posibilidad
de solicitar juicio político y la aprobación de las Cuentas de Inversión. La publicidad de
sus actos es otra de las tareas clave del Congreso ya que permite a la ciudadanía evaluar
el cumplimiento del mandato conferido.
Es importante también señalar que, desde la reforma constitucional de 1994, el jefe de
Gabinete de Ministros tiene la obligación de concurrir periódicamente al Congreso para
informar acerca de la marcha del Gobierno. Este informe se realiza alternadamente, un
mes en cada Cámara del Congreso.

Competencias específicas de cada cámara


Conforme a lo dispuesto en la Constitución Nacional, son competencias específicas de la
Cámara de Diputados:

 Recibir los proyectos de Ley presentados por iniciativa popular (CN Art.39)
 Iniciar el proceso de consulta popular para un proyecto de ley (CN Art. 40)
 Iniciar las leyes sobre contribuciones y reclutamiento de tropas (CN Art. 52)
 Acusar ante el Senado, en juicio político, al presidente y vicepresidente de la
Nación, al jefe de Gabinete de ministros, a ministros del Poder Ejecutivo y a
miembros de la Corte Suprema (CN Art. 53)

Por su parte, la cámara alta tiene las siguientes atribuciones específicas:


 Juzgar en juicio político a los acusados por la Cámara de Diputados (CN Art. 59)
 Autorizar al presidente de la Nación para que declare el estado de sitio en caso de
ataque exterior (CN Art. 61)
 Ser cámara de origen en la Ley Convenio, sobre coparticipación federal de
impuestos (CN Art. 75 Inc. 2)
 Ser cámara de origen de leyes que promuevan políticas tendientes al crecimiento
armónico de la Nación y el poblamiento de su territorio (CN Art. 75 Inc. 19)
 Prestar acuerdo al Poder Ejecutivo para la designación de magistrados judiciales,
embajadores, ministros plenipotenciarios, encargados de negocios y de oficiales
superiores de las Fuerzas Armadas (CN Art. 99 Inc. 4, 7 y 13)

Conformación
La Cámara de Senadores se encuentra compuesta por 72 senadores, a razón de tres por
cada provincia y tres por la Ciudad de Buenos Aires, correspondiendo dos bancas al
partido político que obtenga el mayor número de votos y la restante al partido político que
le siga en número de votos.
Esta cámara se renueva por partes: un tercio de los distritos cada dos años. La duración
de los mandatos de los senadores es de seis años y pueden ser reelegidos
indefinidamente.
Son requisitos para ser elegido senador tener la edad de treinta años, haber sido
ciudadano de la Nación seis años y ser natural de la provincia por la que se postula o
tener dos años de residencia inmediata en ella.
La Cámara de Diputados, por su parte, está compuesta por 257 diputados elegidos
directamente por el pueblo de las provincias y de la ciudad de Buenos Aires, que se
consideran a este fin como distritos electorales de un solo Estado y a simple pluralidad de
sufragios. El número de diputados por distrito es proporcional a su población.
Esta cámara se renueva por mitades cada dos años. La duración de los mandatos de los
diputados es de cuatro años y también pueden ser reelegidos indefinidamente.
Son requisitos para ser diputado tener al menos veinticinco años, cuatro años de
ciudadanía argentina y haber nacido en la provincia por la que se postula o haber residido
en ella los dos años precedentes.

Período de sesiones
Ambas Cámaras del Congreso se reúnen en sesiones ordinarias, que son inauguradas
por el presidente de la Nación el 1° de marzo y se extienden hasta el 30 de noviembre de
cada año. No obstante, el Poder Ejecutivo Nacional puede convocar a sesiones
extraordinarias o prorrogar las sesiones ordinarias. En el primer caso, el presidente de la
Nación determina el temario a tratar, mientras que en el segundo las cámaras tienen libre
iniciativa.

PODER EJECUTIVO
El Poder Ejecutivo de la Nación.
Art. 87; el poder ejecutivo de la nación será desempeñado por un ciudadano con el titulo
de "Presidente de la Nación Argentina".

Naturaleza.
Es el órgano que tiene a su cargo la aplicación de las leyes para la administración general
del país y, en especial, de sus servicios públicos.
Este ejerce la funciones de jefe de estado y jefe de gobierno. El cargo es ejercido por una
sola persona, elegida directa o indirectamente por el pueblo, la cual asume en forma
exclusiva la responsabilidad por el desempeño de su función especifica.
El presidente es auxiliado por los ministros o secretarios de estado o de departamentos,
quienes, en principio, son simples colaboradores y ejecutores de su política y
responsables ante el presidente, que los nombra y los remueve. No forman un consejo de
ministros, ni un gabinete en el sentido parlamentario, sino un órgano meramente colectivo
–no colegiado-, cuya función es esencialmente consultiva y de asesoramiento. Por tales
razones se produce la unificación de la jefatura del estado y de la administración en una
misma persona.
Antecedentes Históricos.
En la trinidad de poderes derivada de la teoría de Montesquieu, el poder ejecutivo en el
poder originario. Entendemos que el poder del estado comenzó actuando en forma
monolítica, abarcando todas las funciones, las que, aun cuando pudieran distinguirse
conceptualmente y realmente, no estaban divididas, repartidas, ni separadas en su
ejercicio entre órganos distintos. Al operarse progresivamente el reparo divisorio, las
funciones legislativa y judicial se desprenden del núcleo primario para atribuirse a órganos
propios, en tanto la función de poder ejecutivo es retenida por el órgano que
anteriormente las concentraba a todas.
Cuando el poder del estado en su triple dimensión ejecutiva, legislativa y judicial ya no
legisla ni juzga –porque legislan y juzgan otros órganos separados-, el poder ejecutivo
retiene todo lo que no es legislación ni administración de justicia. O sea que el núcleo
residual del poder estatal es conservado por el ejecutivo.
Cuando logra independencia la justicia, y luego la legislación, lo que queda por exclusión
se llama administración. Y la función administrativa se radica fundamentalmente, en el
poder ejecutivo (aunque no exclusivamente).
Funciones ejecutivas, "legislativas" y "judiciales".
El Art. 99 de la Constitución nacional establece en sus 20 incisos, las atribuciones del
Poder Ejecutivo Nacional. En cierto modo, la competencia del poder ejecutivo es residual,
ya que comprende el ejercicio de aquellas funciones administrativas que no estén
atribuidas a los otros dos poderes.
Dentro de estas atribuciones podemos encontrar las típicamente ejecutivas, que están
únicamente reservadas a esta investidura; las llamadas "colegislativas" como ser, la
participación de la formación de las leyes, su promulgación; dictar los decretos
reglamentarios para la aplicación de las mismas; ejerce el derecho de veto, con el que
puede oponerse total o parcialmente a la sanción de una ley; convoca a sesiones
extraordinarias del congreso y puede prorrogarlas; puede dictar decretos de necesidad y
urgencia, etc.; y las "judiciales" como podrían ser el indulto o la conmutación de penas.
Requisitos para ser presidente de la Nación (Art. 89).
Art. 89; para ser elegido presidente o vicepresidente de la Nación, se requiere haber
nacido en el territorio argentino, o ser hijo ciudadano nativo, habiendo nacido en país
extranjero; y las demás calidades exigidas para ser elegido senador.
 Calidades de senador; tener 30 años de edad cumplidos, haber sido ciudadano por 6
años de la nación, disfrutar de una renta anual de dos mil pesos fuertes o de una entrada
equivalente a la que nos referimos.
Duración.
Art. 91; el presidente de la nación cesa en el poder el mismo día en que expira su periodo
de cuatro años; sin que evento alguno que lo haya interrumpido, pueda ser motivo de que
se le complete mas tarde.
Reelección. (Art. 90, Disposición transitoria novena y décima.)
Art. 90; el presidente y el vicepresidente duran en sus funciones el termino de cuatro
años y podrán ser reelegidos o sucederse recíprocamente por un solo periodo
consecutivo. Si han sido reelectos o se han sucedido recíprocamente no pueden ser
elegidos para ninguno de ambos cargos, sino con el intervalo de un periodo.
Disposición novena; el mandato del presidente en ejercicio al momento de sancionarse
esta reforma, deberá ser considerado como primer periodo.
Disposición décima: el mandato del presidente de la nación que asuma su cargo el 8 de
julio de 1995, extinguirá el 10 de diciembre de 1999.
El proyecto de Alberdi.
El proyecto constitucional de Alberdi se encuentra plasmado en su obra "Bases y Puntos
de Partida para la Organización Política de la República Argentina". Aquí se muestran sus
anhelos por una constitución federal basada en que las instituciones debían adecuarse a
las necesidades y a los antecedentes del país.
Constitución de 1949.
La reforma de 1949 no tiene vigencia en la actualidad, pero en su momento, introdujo
cambios notorios en la constitución. En el ámbito que abarca al poder ejecutivo se
permitía la reelección ilimitada del Presidente de la República, se eliminaba el Colegio
Electoral ( la elección del Presidente sería directa, por el voto popular) y aparte del Estado
de Sitio, el presidente podría, sin aprobación del congreso, declarar estado de prevención
y alarma.
También imponía como requisito para ser presidente o vicepresidente pertenecer a
la religión católica apostólica romana.
Esta reforma fue derogada por la reforma constitucional de 1957.
Retribución.
Art. 92; el presidente y el vicepresidente disfrutan de un sueldo pagado por le tesoro de la
nación, que no podrá ser alterado en el periodo de sus nombramientos. Durante el mismo
periodo no podrán ejercer otro empleo, ni recibir ningún otro emolumento de la nación, ni
de provincia alguna.
El juramento del Art. 93.
Art. 93; al tomar su cargo, el presidente y vicepresidente prestaran juramento, en manos
del presidente del senado y ante el congreso reunido en asamblea, respetando sus
creencias religiosas de:"desempeñar con lealtad y patriotismo el cargo de presidente (o
vicepresidente) de la nación y observar y hacer observar fielmente la constitución de la
nación Argentina"
Es un medio formal y ético que pretende asegurar el buen desempeño de al función por
quienes lo prestan, y es requisito constitutivo para la validez del titulo de iure del
presidente y el vice.
Si se negaran a prestarlo, la omisión afectaría el titulo y ambos magistrados serán
de facto. Una ves prestado el juramento por el presidente, si después delega sus
funciones en el vicepresidente por cualquier motivo constitucional, no debe jurar
nuevamente al reasumir sus funciones. En cambio si el vicepresidente pasa a
desempeñar definitivamente el cargo de presidente, debe prestar nuevo juramento para
ejercer las funciones presidenciales.
La acefalía en el Art 88.
Art. 88; en caso de enfermedad, ausencia de la capital, muerte, renuncia o destitución del
presidente, el poder ejecutivo será ejercido por el vicepresidente de la nación. En caso de
destitución, muerte, dimisión o inhabilidad del presidente y vicepresidente de la nación, el
congreso determinara que funcionario publico ha de desempeñar la presidencia, hasta
que haya cesado la causa de la inhabilidad o un nuevo presidente sea electo.
Causales;
a. Renuncia; acto personalísimo del presidente que debe ser fundado y cuyos motivos
pueden ser desechados por el congreso.
b. Destitución; solo por juicio político. (único método legal. No se refiere a una revolución)
c. Enfermedad o inhabilidad; puede ser reconocida por el mismo presidente o, en su
defecto declarado por el congreso.
d. Ausencia del territorio de la nación.
e. Muerte.

Si al ausencia es definitiva el vicepresidente asume como presidente y dejando vacante la


vicepresidencia, pero si no es definitiva solo asume como suplente.
Leyes 252, 20972 y 25716.
La situación de acefalía presenta un gran problema político. Lamentablemente, debido a
ser por su propia naturaleza un problema de emergencia, Argentina ha tendido a darle a
este problema – cuando ha surgido – soluciones de emergencia. En lugar de este tipo de
soluciones, sería preferible la existencia de una solución institucional clara e inequívoca
que resolviera este tipo de situaciones. Es decir, sería deseable contar con una Ley de
Acefalía que claramente estipulara cómo, cuándo y en qué condiciones se elige a un
presidente en caso de inhabilidad perpetua del presidente y vicepresidente. Las preguntas
que debe entonces responder una ley de acefalía son tres:
1. ¿Quién elige al sucesor?
2. ¿Qué plazos legales deben cumplirse hasta que el sucesor asuma?
3. ¿Cuál es el plazo del mandato del sucesor?
Leyes de acefalía
En el Anexo I se presentan los antecedentes legislativos pertinentes. El primero de ellos
es de la Constitución Nacional que en su artículo 88 establece que en caso de inhabilidad
perpetua del presidente y vicepresidente, "el Congreso determinará qué funcionario
público ha de desempeñar la Presidencia, hasta que haya cesado la causa de la
inhabilidad o un nuevo presidente sea electo." Pero también establece en su artículo 75,
inc. 21 que corresponde al Congreso "Admitir o desechar los motivos de dimisión del
presidente o vicepresidente de la República; y declarar el caso de proceder a una nueva
elección."
Estos preceptos constitucionales son claramente incompletos – e incluso contradictorios –
ya que no responden cabalmente a las tres preguntas. Quedaba claro que era el
Congreso el encargado de elegir a un sucesor, pero ni establecía el método de elección
(¿por Asamblea o por determinación de ambas Cámaras? ¿Mayorías especiales?
¿Cámara de origen?) ni limitaba el rango de funcionarios públicos pasibles de ser
elegidos. Tampoco establece el artículo 88 qué plazos deben cumplirse en la elección ni
qué mandato surgía de esta elección (cumplir el mandato de los inhabilitados, nuevo
mandato de cuatro años o alguna otra solución?
Atento a estos silencios, el legislador bien rápido intentó cerrar las incógnitas abiertas por
el texto constitucional: efectivamente, en 1868 sancionó la Ley 252 de Acefalía. La Ley
252 establecía que en caso de acefalía perpetua el funcionario que tomara la presidencia
provisoria (presidente del Senado, de la Cámara de Diputados o de la Corte Suprema)
debía convocar a elecciones en un período no mayor a los 3 meses desde su asunción
temporaria. Es decir, a la primer pregunta la Ley 252 respondía que es el pueblo de la
Nación el encargado de elegir a un sucesor, y establecía plazos claros para esa elección.
La ley, sin embargo, no establecía plazos para la asunción de las autoridades electas ni
fijaba el plazo del mandato (aunque por ser elegido por el voto popular podría haberse
inferido que se trataba de un nuevo mandato de – entonces – seis años.)
La Ley 252 fue derogada por la Ley 20.972 de 1975, que introdujo
un procedimiento radicalmente diferente al de aquella. En lugar del pueblo es la Asamblea
Legislativa la que elige al presidente entre funcionarios que deben ser legisladores
nacionales o gobernadores de provincia. Los plazos de elección eran, además,
sustancialmente reducidos: en 4 días debería haber un nuevo presidente. Sin embargo, la
Ley 20.972 volvía a incurrir en el error de omitir el plazo del mandato del nuevo
presidente. La Ley 25.716 de 2003 modificó en pocos detalles a la 20.972: básicamente,
establece que de haber presidente y vicepresidente electos, estos asumen los cargos
acéfalos y – en flagrante contradicción con los artículos 90 y 91 de la Constitución
Nacional - que el tiempo transcurrido en los cargos hasta el comienzo del período para el
que habían sido elegidos se sumará al mismo.
La actual ley en acción La ley 20.972 fue la aplicada a fines de 2001 y principios de 2002
tras la renuncia del presidente De la Rúa. Como los cambios introducidos por la 25.716 no
hubieran modificado nada del proceso, es interesante ver cómo se dio éste para confirmar
la necesidad de sancionar una ley de acefalía más clara.
La Asamblea Legislativa efectivamente se reunió el 23 de diciembre de 2001 y produjo su
resolución DR 989/01. Por este instrumento se nombró presidente de Adolfo Rodríguez
Saá; se estableció un límite a su mandato (el 5 de abril de 2002); se llamó a elecciones
para el 3 de marzo de 2002 con segunda vuelta el 31 de marzo de 2003; y se estableció
para esa elección el sistema de ley de lemas.
Tras la renuncia del Dr. Rodríguez Saá la Asamblea nombró al Dr. Eduardo Duhalde y fijó
su mandato hasta el día 10 de diciembre de 2003. Pero luego por los decretos 1399/02 (5
de agosto) y 2356/02 (11 de noviembre) el Dr. Duhalde renunciaba a partir del 25 de
mayo de 2003 y se fijaban las elecciones para el 27 de abril (con segunda vuelta el 18 de
mayo).
El proceso no puede calificarse como positivo. Argentina tardó un año y medio en volver a
tener un presidente elegido por el pueblo, y casi un año para fijar el cronograma de la
transición. El hecho de no ser elegido por el voto popular sin duda impacta en la
legitimidad del presidente y esto se vio no sólo en el caso de Rodríguez Saá, quien se vio
obligado a dimitir, sino también de Duhalde, que adelantó las elecciones y se refirió en
repetidas oportunidades al carácter transitorio de su presidencia como limitante para su
acción.
Por otra parte, la libertad de la Asamblea para fijar los límites temporales del mandato
agrega una innecesaria imprevisibilidad al proceso político.
El proyecto de ley de acefalía que aquí se presenta define claramente quién elige al
sucesor (el pueblo), cuáles son los plazos legales para la asunción del sucesor (cuatro
meses) y cuál es el mandato del sucesor (4 años). Estimamos que el difícil proceso vivido
tras la renuncia del presidente De la Rúa es una clara muestra de que en caso de acefalía
presidencial debe haber un presidente provisorio hasta tanto el pueblo de la Nación elija
democráticamente a uno nuevo y que la duración de esa presidencia provisoria debe
acotarse lo máximo posible. (Aquí se podría argumentar que 4 meses es un tiempo
demasiado extenso.
La respuesta es que, en primer lugar, ese período está claramente delimitado; y, en
segundo lugar, que la experiencia ha demostrado que con la ley actualmente vigente el
período desde la acefalía hasta la asunción de un nuevo presidente puede ser mucho
más extenso y menos previsible).
Por estas consideraciones, proponemos el siguiente Proyecto de Ley de Acefalía
Artículo 1° - Inhabilidad transitoria del Presidente y el Vicepresidente En caso de acefalía
de la República, por falta de Presidente y Vicepresidente de la Nación, el Poder Ejecutivo
será desempeñado transitoriamente en primer lugar por el presidente del Senado, en
segundo por el presidente provisorio de la Cámara de Diputados y, a falta de estos, por el
presidente de la Corte Suprema de Justicia de la Nación.
Artículo 2° - Inhabilidad perpetua del Presidente y el Vicepresidente En los casos en los
que la inhabilidad del Presidente y Vicepresidente fuera perpetua, el funcionario llamado a
ejercer el Poder Ejecutivo nacional en los casos el artículo 2° convocará al pueblo de la
República a nueva elección de Presidente y Vicepresidente. Esta elección deberá
efectuarse dentro de los noventa días siguientes a la instalación en el mando del
presidente transitorio. Si fuera necesaria una segunda vuelta electoral, ésta se efectuará
dentro de los quince días de celebrada la anterior.
Artículo 3° - Nuevo mandato constitucional Los ciudadanos elegidos por la elección
establecida por el artículo 2° se instalarán en el mando dentro de los quince días
siguientes a la elección en la que hubieran sido proclamados presidente y vicepresidente
de la Nación, ya sea en primera o segunda vuelta. El mandato presidencial será de cuatro
años, tal como establece el artículo 91 de la Constitución Nacional.
ANEXO I
ACEFALÍA PRESIDENCIAL: Antecedentes legislativos
Constitución Nacional
"Art. 88. En caso de enfermedad, ausencia de la Capital, muerte, renuncia o destitución
del presidente, el Poder Ejecutivo será ejercido por el vicepresidente de la Nación. En
caso de destitución, muerte, dimisión o inhabilidad del presidente y vicepresidente de la
Nación, el Congreso determinará qué funcionario público ha de desempeñar la
Presidencia, hasta que haya cesado la causa de la inhabilidad o un nuevo presidente sea
electo."
"Art. 75. Corresponde al Congreso (...) "Admitir o desechar los motivos de dimisión del
presidente o vicepresidente de la República; y declarar el caso de proceder a una nueva
elección."
Ley de Acefalía. Texto vigente ordenado según leyes 20.972 y su modificatoria
25.716
ARTICULO 1º — En caso de acefalía por falta de Presidente y Vicepresidente de la
Nación, el Poder Ejecutivo será desempeñado transitoriamente en primer lugar por el
Presidente Provisorio del Senado, en segundo lugar por el Presidente de la Cámara de
Diputados y a falta de éstos, por el Presidente de la Corte Suprema de Justicia de la
Nación, hasta tanto el Congreso reunido en Asamblea, haga la designación a que se
refiere el artículo 88 de la Constitución Nacional.
ARTICULO 2º — La designación, en tal caso, se efectuará por el Congreso de la Nación,
en asamblea que convocará y presidirá quien ejerza la Presidencia del Senado y que se
reunirá por imperio de esta ley dentro de las 48 horas siguientes al hecho de la acefalía.
La asamblea se constituirá en primera convocatoria con la presencia de las dos terceras
partes de los miembros de cada Cámara que la componen. Si no se logra ese quórum, se
reunirá nuevamente a las 48 horas siguientes, constituyéndose en tal caso con simple
mayoría de los miembros de cada Cámara.
ARTICULO 3º — La designación se hará por mayoría absoluta de los presentes. Si no se
obtuviere esa mayoría en la primera votación se hará por segunda vez, limitándose a las
dos personas que en la primera hubiesen obtenido mayor número de sufragios. En caso
de empate, se repetirá la votación, y si resultase nuevo empate, decidirá el presidente de
la asamblea votando por segunda vez. El voto será siempre nominal. La designación
deberá quedar concluida en una sola reunión de la asamblea.
ARTICULO 4º — La determinación recaerá en un funcionario que reúna los requisitos del
artículo 89 de la Constitución Nacional, y desempeñe alguno de los siguientes mandatos
populares electivos: Senador Nacional, Diputado Nacional o Gobernador de Provincia. En
caso de existir Presidente y Vicepresidente de la Nación electos, éstos asumirán los
cargos acéfalos.
El tiempo transcurrido desde la asunción prevista en este artículo hasta la iniciación del
período para el que hayan sido electos, no será considerado a los efectos de la
prohibición prevista en el último párrafo del artículo 90 de la Constitución Nacional.
ARTICULO 5º — Cuando la vacancia sea transitoria, el Poder Ejecutivo será
desempeñado por los funcionarios indicados en el artículo 1º y en ese orden, hasta que
reasuma el titular.
ARTICULO 6º — El funcionario que ha de ejercer el Poder Ejecutivo en los casos del
artículo 1° de esta ley actuará con el título que le confiere el cargo que ocupa, con el
agregado "en ejercicio del Poder Ejecutivo". Para el caso del artículo 4° el funcionario
designado para ejercer la Presidencia de la Nación o el Presidente y Vicepresidente
electos deberán prestar el juramento que prescribe el artículo 93 de la Constitución
Nacional ante el Congreso y en su ausencia, ante la Corte Suprema de Justicia de la
Nación.
El funcionario que ha de ejercer el Poder Ejecutivo en los casos del artículo 1º de esta Ley
actuará con el título que le confiere el cargo que ocupa, con el agregado "en ejercicio del
Poder Ejecutivo". Para el caso del artículo 4º el funcionario designado para ejercer la
Presidencia de la República deberá prestar el juramento que prescribe el artículo 80 de la
Constitución Nacional ante el Congreso y en su ausencia, ante la Corte Suprema de
Justicia.
Ley 25.716. Sancionada: Noviembre 28 de 2002. Promulgada: Enero 7 de 2003.
El Senado y Cámara de Diputados de la Nación Argentina reunidos en Congreso, etc.
sancionan con fuerza de Ley:
ARTICULO 1° — Modificase el artículo 1° de la Ley N° 20.972 de Acefalía Presidencial, el
que queda redactado de la siguiente manera:
Artículo 1°. — En caso de acefalía por falta de Presidente y Vicepresidente de la Nación,
el Poder Ejecutivo será desempeñado transitoriamente en primer lugar por el Presidente
Provisorio del Senado, en segundo lugar por el Presidente de la Cámara de Diputados y a
falta de éstos, por el Presidente de la Corte Suprema de Justicia de la Nación, hasta tanto
el Congreso reunido en Asamblea, haga la designación a que se refiere el artículo 88 de
la Constitución Nacional.
ARTICULO 2º — Modifícase el artículo 2° de la Ley N° 20.972 de Acefalía Presidencial, el
que queda redactado de la siguiente manera:
Artículo 2°. — La designación, en tal caso, se efectuará por el Congreso de la Nación, en
asamblea que convocará y presidirá quien ejerza la Presidencia del Senado y que se
reunirá por imperio de esta ley dentro de las 48 horas siguientes al hecho de la acefalía.
La asamblea se constituirá en primera convocatoria con la presencia de las dos terceras
partes de los miembros de cada Cámara que la componen. Si no se logra ese quórum, se
reunirá nuevamente a las 48 horas siguientes, constituyéndose en tal caso con simple
mayoría de los miembros de cada Cámara.
ARTICULO 3º — Modifícase el artículo 3° de la Ley N° 20.972 de Acefalía Presidencial, el
que queda redactado de la siguiente manera:
Artículo 3°. — La designación se hará por mayoría absoluta de los presentes. Si no se
obtuviere esa mayoría en la primera votación se hará por segunda vez, limitándose a las
dos personas que en la primera hubiesen obtenido mayor número de sufragios. En caso
de empate, se repetirá la votación, y si resultase nuevo empate, decidirá el presidente de
la asamblea votando por segunda vez. El voto será siempre nominal. La designación
deberá quedar concluida en una sola reunión de la asamblea.
ARTICULO 4º — Modifícase el artículo 4° de la Ley N° 20.972 de Acefalía Presidencial, el
que queda redactado de la siguiente manera:
Artículo 4°. — La determinación recaerá en un funcionario que reúna los requisitos del
artículo 89 de la Constitución Nacional, y desempeñe alguno de los siguientes mandatos
populares electivos: Senador Nacional, Diputado Nacional o Gobernador de Provincia.
En caso de existir Presidente y Vicepresidente de la Nación electos, éstos asumirán los
cargos acéfalos.
El tiempo transcurrido desde la asunción prevista en este artículo hasta la iniciación del
período para el que hayan sido electos, no será considerado a los efectos de la
prohibición prevista en el último párrafo del artículo 90 de la Constitución Nacional.
ARTICULO 5º — Modifícase el artículo 6° de la Ley N° 20.972 de Acefalía Presidencial, el
que queda redactado de la siguiente manera:
Artículo 6°. — El funcionario que ha de ejercer el Poder Ejecutivo en los casos del artículo
1° de esta ley actuará con el título que le confiere el cargo que ocupa, con el agregado "en
ejercicio del Poder Ejecutivo". Para el caso del artículo 4° el funcionario designado para
ejercer la Presidencia de la Nación o el Presidente y Vicepresidente electos deberán
prestar el juramento que prescribe el artículo 93 de la Constitución Nacional ante el
Congreso y en su ausencia, ante la Corte Suprema de Justicia de la Nación.
ARTICULO 6º — Comuníquese al Poder Ejecutivo nacional.
PODER EJECUTIVO NACIONAL
Funcionario que desempeñará la Presidencia de la Nación en caso de acefalía.
LEY Nº 20.972 Sancionada: 11 de julio de 1975. Promulgada: el 21 de julio de 1975.
ARTICULO 1º — En caso de acefalía por falta de presidente y vicepresidente de la
Nación, el Poder Ejecutivo será desempeñado transitoriamente en primer lugar por el
presidente provisorio del Senado, en segundo por el presidente de la Cámara de
Diputados y a falta de éstos, por el presidente de la Corte Suprema de Justicia, hasta
tanto el Congreso, reunido en Asamblea, haga la elección a que se refiere el artículo 75
de la Constitución Nacional.
ARTICULO 2º — La elección, en tal caso, se efectuará por el Congreso de la Nación, en
asamblea que convocará y presidirá quien ejerza la presidencia del Senado y que se
reunirá por imperio de esta ley dentro de las 48 horas siguientes al hecho de la acefalía.
La asamblea se constituirá en primera convocatoria con la presencia de las dos terceras
partes de los miembros de cada Cámara que la componen. Si no se logra ese quórum, se
reunirá nuevamente a las 48 horas siguientes constituyéndose en tal caso con simple
mayoría de los miembros de cada Cámara.
ARTICULO 3º — La elección se hará por mayoría absoluta de los presentes. Si no se
obtuviere esa mayoría en la primera votación se hará por segunda vez, limitándose a las
dos personas que en la primera hubiesen obtenido mayor número de sufragios. En caso
de empate, se repetirá la votación, y si resultase nuevo empate, decidirá el Presidente de
la Asamblea votando por segunda vez. El voto será siempre nominal. La elección deberá
quedar concluida en una sola reunión de la asamblea.
ARTICULO 4º — La elección deberá recaer en un funcionario que reúna los requisitos del
artículo 76 de la Constitución Nacional, y desempeñe alguno de los siguientes mandatos
populares electivos: Senador Nacional, Diputado Nacional o Gobernador de Provincia.
ARTICULO 5º — Cuando la vacancia sea transitoria, el Poder Ejecutivo será
desempeñado por los funcionarios indicados en el artículo 1º y en ese orden, hasta que
reasuma el titular.
ARTICULO 6º — El funcionario que ha de ejercer el Poder Ejecutivo en los casos del
artículo 1º de esta Ley actuará con el título que le confiere el cargo que ocupa, con el
agregado "en ejercicio del Poder Ejecutivo". Para el caso del artículo 4º el funcionario
designado para ejercer la Presidencia de la República deberá prestar el juramento que
prescribe el artículo 80 de la Constitución Nacional ante el Congreso y en su ausencia,
ante la Corte Suprema de Justicia.
ARTICULO 7º — Derógase la Ley número 252 del día 19 de septiembre de 1868.
ARTICULO 8º — Comuníquese al Poder Ejecutivo.
Ley 252: Acefalía del Poder Ejecutivo.
ARTICULO 1º — En caso de acefalía de la República, por falta de Presidente y
Vicepresidente de la Nación, el Poder Ejecutivo será desempeñado en primer lugar por el
presidente del Senado, en segundo por el presidente provisorio de la Cámara de
Diputados, y a falta de éstos, por el presidente de la Corte suprema.
ARTICULO 2º — Treinta días antes de terminar las sesiones ordinarias, cada Cámara
nombrará su presidente para los efectos de esta ley.
ARTICULO 3º — El funcionario llamado a ejercer el Poder Ejecutivo nacional en los casos
del artículo 1º, convocará al pueblo de la República a nueva elección de Presidente y
Vicepresidente dentro de los treinta días siguientes a su instalación en el mando, siempre
que la inhabilidad de aquellos fuera perpetua.
ARTICULO 4º — El funcionario que haya de ejercer el Poder Ejecutivo en los casos del
artículo 1º de esta ley, al tomar posesión del cargo, ante el Congreso, y en su ausencia
ante la Corte suprema de justicia, prestará el juramento que prescribe el Art. 80º de la
Constitución.
ARTICULO 5º — Comuníquese, etc.
PUNTO 132.
El Vicepresidente de la Nación. Naturaleza.
El vicepresidente, en tanto no ejerza la titularidad del Poder Ejecutivo, no tiene funciones
propias en éste. Es un funcionario de reserva, cuya principal misión es reemplazar al
presidente en caso de vacancia transitoria o definitiva de éste. (es un órgano extrapoder
porque se encuentra fuera del ejecutivo).
Por ello, el Art. 49 de la Constitución le otorga una función de gran jerarquía: presidir el
Senado de la Nación.
Este cargo de presidente nato del Senado le otorga al vicepresidente una naturaleza
jurídica híbrida, ya que no pertenece al Poder Ejecutivo, y aun presidiendo el Senado, no
se puede afirmar que pertenezca a él, dado el carácter eminentemente federal de esta
cámara.
Doctrinas.
Acerca de la naturaleza jurídica del vicepresidente de la nación, se han suscitado diversas
posturas: hay quienes consideran que el Vicepresidente en una investidura que no
pertenece a ninguno de los tres poderes, por lo que seria un órgano extra-poder, y hay
quienes consideran que al ser el presidente del Senado, éste se encuentra dentro del
Poder Legislativo. Sin embargo, hay que tener presente que las normas que regulan el
cargo se encuentran nombradas en conjunto con las de Presidente de la Nación, por lo
que la Constitución no brinda bases sólidas acerca de donde ubicar jurídicamente al
vicepresidente de la Nación.
Requisitos para ser Vicepresidente.
Son los mismos que para ser elegido Presidente de la Nación, y se encuentran
enunciados en el Art. 89: Para ser elegido presidente o vicepresidente de la Nación, se
requiere haber nacido en el territorio argentino, o ser hijo de ciudadano nativo, habiendo
nacido en país extranjero; y las demás calidades para ser elegido senador. (Tener 30
años de edad cumplidos, haber sido ciudadano por 6 años de la nación, disfrutar de una
renta anual de dos mil pesos fuertes o de una entrada equivalente a la que nos referimos.)
Duración. Reelección.
Dura lo mismo que el Presidente de la Nación, y se encuentra en el Art. 90 de la
Constitución: El presidente y vicepresidente duran en sus funciones el término de cuatro
años y podrán ser reelegidos o sucederse recíprocamente por un solo período
consecutivo. Si han sido reelectos o se han sucedido recíprocamente no pueden ser
elegidos para ninguno de ambos cargos, sino con el intervalo de un período.
Retribución.
Al igual que el presidente, su retribución se encuentra reglada en el Art. 92 de la
Constitución: El presidente y vicepresidente disfrutaran de un sueldo pagado por el
Tesoro de la Nación, que no podrá ser alterado en el período de sus nombramientos.
Durante el mismo período no podrán ejercer otro empleo, ni recibir ningún otro
emolumento de la Nación, ni de provincia alguna.
La exigencia de los Art. 89 y 93.
Como hemos visto, en el Art. 89 se regulan las exigencias necesarias para ser elegido
vicepresidente, y en el Art. 93 se establece que: al tomar posesión de su cargo, el
presidente y vicepresidente prestarán juramento, en manos del presidente del Senado y
ante el Congreso reunido en Asamblea, respetando sus creencias religiosas (...).
Situación en caso de acefalía.
El Art. 88 de la Constitución prevé los casos de vacancia del Poder Ejecutivo y el
procedimiento para solucionarla, siendo el caso de acefalía transitoria, el vicepresidente
asume las funciones, mas no el cargo, y si se trata de acefalía permanente, el
vicepresidente asume el cargo de Presidente de la Nación.
El problema se encuentra en caso de acefalía tanto de presidente como de
vicepresidente. Esta situación es conocida como acefalía de la República o, mas
precisamente, acefalía del Poder Ejecutivo. Este caso se encuentra legislado en el
segundo párrafo del Art. 88: ...En caso de destitución, muerte, dimisión o inhabilidad del
presidente y vicepresidente de la Nación, el Congreso determinará que funcionario público
ha de desempeñar la presidencia, hasta que haya cesado la causa de la inhabilidad o un
nuevo presidente sea electo.
La experiencia nacional y norteamericana
Lo que venimos exponiendo, nos permite coincidir con la mayoría de la doctrina, en que la
institución vicepresidencial proviene de la Constitución de los Estados Unidos de
Norteamérica. más aun, cuando los antecedentes enunciados, no tienen la suficiente
entidad para relacionarlos directamente con los Art. 49, 50 y 75 de la Constitución
Nacional.
b) La Vicepresidencia en EE.UU.: Después de lo dicho, obviamente no podemos
apartarnos de la doctrina y experiencia norteamericana en este sentido. Estimamos
correcto seguir el análisis de la institución desde su fuente, con el objeto de no
desnaturalizar la intención del constituyente.
En el Art. II, sección l, cláusula H, aparece la figura del vicepresidente (igualmente en
otros artículos y enmiendas también se nombra). JOSEPH STORY al comentar esta
cláusula da dos razones fundamentales para su existencia, una como Presidente del
Senado, permitiendo que los Estados estén uniformemente representados evitando que
sea elegido de su seno. "Si se elevase a este empleo, un miembro del Senado, sucedería
que el Estado cuyo representante fuere en el Senado, quedaría privado de un voto en
caso de empate ... Un funcionario e1egido por el pueblo entero, estaría en condiciones
mejores para presidir y tener una voz preponderante, porque estaría exento de todo
sentimiento de localismo, o de todo interés privado, más que ningún miembro el Senado;
y como representará la Unión se encontrará naturalmente inclinado a consultar los
intereses generales de todos los Estados ... ".
La otra, razón fundamental que sostiene STORY, "es la necesidad de tener una persona
que pueda ser convenientemente investida de la autoridad ejecutiva en caso de muerte,
de ausencia o de renuncia del presidente de la Unión".
Dentro de esta concepción, la vicepresidencia tiene gran utilidad en
la estructura institucional Norteamérica, estableciéndose por ello, que quien ocupe el
cargo debe reunir los mismos requisitos que el presidente o sea que el tratamiento
normativo para calificar las condiciones personales es igual para ambos cargos. De allí,
no es ocioso resaltar, la importancia, que le dio el Constituyente Norteamericano a la
vicepresidencia.
Para algunos autores, como FISKE, el vicepresidente cumple su rol fundamental ante la
ausencia del presidente, por lo que ese cargo se "creó especialmente con el propósito de
hacer frente a esa emergencia".
Igualmente HARRISON, destaca la función vicepresidencial para el caso de acefalía.
Podemos decir entonces, que estamos ante una interpretación restrictiva del rol
institucional del vicepresidente, a diferencia del tratamiento que le dan los Comentarios de
STORY.
Es interesante tener presente que en la Convención Constituyente, la introducción de la
figura vicepresidencial produjo un arduo debate. Por un lado, la mayor objeción residió en
su situación "híbrida." pues se encontraba encaballado en las funciones ejecutivas y
legislativas. Se advierte que el despacho de la Comisión Redactora disponía que en caso
de muerte, incapacidad, renuncia o remoción del presidente, ejerciera esas atribuciones el
presidente del Senado (recuérdese en igual sentido, el Proyecto de ALBERDI y se
apreciará su similitud). BIDEGAIN dice que el convencional ROGER SHERMAN defendió
su introducción porque: "Si el vicepresidente no fuere designado presidente del Senado
careciera de ocupación".
Más allá de lo anecdótico, sin duda alguna, la figura del vicepresidente "constituye un
claro desafío al principio de la separación de los poderes" como dice PRITCHETT, pues
ha, sido elegido junto al presidente, tiene vocación inmediata para sucederlo y preside
uno de los órganos del otro poder, el Senado.
Se observa la peculiaridad de concebir a la institución vicepresidencial con cierta
autonomía, además de orgánica, ideológica, al identificarla con su titular llegado al caso,
que nos demuestra no sólo la envergadura que tiene, dentro de la estructura institucional
por la sucesión presidencial y la presidencia del Senado con su correspondiente injerencia
en la política legislativa; sino que puede convertirse en el efectivo conductor político del
Estado, en determinadas circunstancias.
CORWIN dice que: "Es un hecho típico que el vicepresidente sea elegido de las filas de
otra a la del partido para equilibrar la fórmula. Es más usual que los asesores del
presidente sean elegidos sobre la base de sus opiniones po1íticas semejantes a las del
propio presidente". Esta, sería la razón por la que, el vicepresidente Marshall no asume la
presidencia a pesar de la enfermedad que mantiene incapacitado por meses a Wilson en
1919. Mientras cuando, "Eisenhower en forma en los años 1955, 1956 Y 1957, el rol del
vicepresidente Nixon es de envergadura, pero quien efectivamente conduce la Casa
Blanca es Sherman Adams. Dice más adelante el autor norteamericano: "En resumen,
siempre que un, presidente se ve afectado, podemos prever el tipo de lucha por el poder
que se desarrolló junto al lecho del presidente Eisenhower entre el ayudante presidencial
Sherman Adams y ,el vicepresidente Richard Nixon. Con ello no pretendemos sugerir que
haya malevolencia en los participantes en esa lucha. Hay mucho en juego, y grandes
posibilidades de beneficiar a La Nación, y es natural que los rivales políticos se vean ellos
mismos como la salvación de la Nación y a, sus rivales como otras tantas amenazas".
El fundamental protagonismo que adquiere el vicepresidente, en circunstancias como las
apuntadas, da lugar a afirmar que el postulante a este cargo debe reunir para los
norteamericanos, no sólo cierta identidad ideológica-política con el presidente, sino
además dotes personales con la relevancia de ser "prescindibles", y poseer, el sustento
político suficiente para conducir las relaciones con el Congreso. En este sentido, no sólo
debe tenerse en cuenta el vota del vicepresidente en caso de empate, sino también las
importantes atribuciones del Senado en política exterior, cuando este órgano les el que
aprueba los tratados (conf. Art. II, sección 11, cláusula 2ª).
La vacancia de la, vicepresidencia, era un problema no resuelto, hasta que en 1967 es
ratificada la enmienda XXV, que en la sección II dispone: "Cuando' queda vacante el
cargo de vicepresidente, el presidente propondrá un vicepresidente, que ocupará el cargo
después de ser confirmado por una mayoría de votos de ambas Cámaras del Congreso" .
Esta enmienda tiene su debut en 1974 cuando Spiro Agnew renuncia a la, vicepresidencia
y es elegido' Gera1d R. Ford, quien asume luego la presidencia. ante la renuncia de
Richard Nixon y es designado vicepresidente Nelson Rockefeller.
La enmienda XXV, por un lado viene a confirmar el carácter relevante que tiene el cargo
de vicepresidente, y que es tal, que no puede estar vacante o ejercido por otro funcionario
que no sea permanente; y nos induce a pensar, que no resultaba conveniente convocar a
elecciones para ello, principalmente con el objeto de evitar que una mayoría circunstancial
pueda alterar la identidad política con el presidente, de allí que el Congreso asume
la calidad de "gran elector".
c) La Situación Institucional del Vicepresidente en la Constitución Nacional, Habiendo
sostenido anteriormente que la institución vicepresidencia1 tiene su fuente inmediata en la
Constitución de los Estados Unidos, lógicamente creemos que la ubicación de este
magistrado en la estructura institucional no debe ser diferente a la que tiene en su fuente.
Ello sin perjuicio de las adaptaciones que recomiendan el buen sentido, ajustadas a las
diferencias de nuestro Ejecutivo y Legislativo con los de Estados Unidos.
MANUEL MONTES DE OCA es un severo defensor de la institución del vicepresidente,
rebatiendo los conceptos críticos de BOUMY en cuanto a la inutilidad de este cargo, dice
que: "En la República Argentina, a pesar de su corta vida organizada, y a pesar de los
violentos sacudimientos habidos en la opinión, los dos últimos presidentes no han
Concluido, sus mandatos, y han sido substituidos por los vicepresidentes, sin que se
hayan originado por eso peligros ni inquietudes para el mantenimiento de las instituciones.
Es que no es exacto que el pueblo, cuando elige el vicepresidente, no tenga en cuenta la
posibilidad de que ocupe más tarde la primera magistratura. La Constitución determina
con razón que iguales condicione., debe reunir el candidato a la vicepresidencia que el
presidente de la Nación".
JOAQUÍN V.. GONZÁLEZ, siguiendo a MONTES DE OCA en la crítica a BOUTIVIY, dice
que: "el vicepresidente es un funcionario cuya natura1eza e importancia no son bien
comprendidas siempre por los autores de distinta raza y escuela constitucional que los de
los Estados Unidos ... En el desarrollo político de las naciones que han adoptado este
sistema, la elección del vicepresidente les da un elemento de conciliación
e inteligencia entre ambiciones antagónicas, o entre los partidos dominantes y la gran
masa de la opinión, porque ese alto cargo se provee en el concepto de dar
representaciones a tendencias sociales".
No sólo debemos imaginarnos un vicepresidente que puede ser presidente, sino también
como un componente político en las relaciones institucionales. De, allí, que la
vicepresidencia no es para un funcionario "decorativo" o "'estética,", sino que debe ser un
"artífice de las relaciones políticas", constituyendo con el presidente un "equipo" de
gobierno.
Con suficiente razón dice ABAD HERNANDO que: "se ha planteado la dificultad de ubicar
jurídicamente al órgano en relación a los llamados «poderes» cuya división funcional es
fundamento de la «Republica», aunque lo que se divide es el ejercicio del Poder, no el
Poder mismo, que es indivisible, como se ha señalado tan acertadamente.
En rigor, el órgano que consideramos tiene dos funciones, una actual y otra potencial,
como hemos expresado, pero no ejercibles al mismo tiempo". Este problema de
ubicación, es solucionado por GERMÁN BIDART CAMPOS a partir de la doble función del
vicepresidente. "El vicepresidente como presidente del Senado forma parte del órgano
«Congreso», o sea, está dentro y no fuera, de uno de los tres poderes -el Legislativo-...",
mientras cuando la Constitución se refiere a él -en los Art. 76, 77, 79, 80 Y 81 a 85, o sea
junto con el presidente, no significa que "el vicepresidente forme parte del Poder
Ejecutivo, y acá sí, con respecto al ejecutivo unipersonal, el vicepresidente es un órgano
'extra-poder', porque está fuera del Poder Ejecutivo y no forma parte de él".
Creemos que las mismas razones que se apuntan para considerar a la vicepresidencia,
como órgano "extra-poder", son válidas pero no considerarlo "dentro" del Congreso en el
caso del Art. 49. La presidencia, del Senado no lo integra al cuerpo como un senador
más. Ha sido elegido por un procedimiento distinto, carece de derecho a votar (excepto en
caso de empate) y el derecho a voz (excepto para fundar su Voto), no le alcanzan las
disposiciones del Art. 58, sino directamente el juicio político (Art. 45 y conc.), y la duración
de su mandato es igual al del presidente. Todo ello nos persuade a considerarla también
como "órgano extra-poder", tanto para e1 Art. 49, como para el caso en que esta
relacionado con el Poder Ejecutivo.
El Art. 88 y las leyes reglamentarias.
Puede no haber vicepresidente por dos circunstancias: a) porque habiendo presidente el
vicepresidente incurre en alguna de las causales del Art. 88 –enfermedad o inhabilidad,
ausencia, renuncia, muerte o destitución–; b) porque afectado el presidente por una
causal de acefalía, quien es vicepresidente pasa a ejercer la presidencia. En cualquiera
de ambas hipótesis, la falta de vicepresidente puede ser definitiva o temporaria. Cuando
falta definitivamente el vicepresidente, el órgano-institución queda sin órgano-
individuo que lo porte
PUNTO 133.
La elección del presidente y del vicepresidente de la nación.
Dos sistemas principales son adoptados para la elección del binomio presidente-
vicepresidente; a) elección directa, y b)elección indirecta., también llamada de segundo
grado.
Esta segunda forma fue adoptada por los constituyentes de 1853 a 1860, respondiendo al
sistema norteamericano.
la elección directa fue aplicada en las elecciones de 1951 y 1973, durante la vigencia de
las reformas constitucionales de 1949 y 1972, que posteriormente quedaron sin efecto.
El sistema de "colegios electorales" se proponía entregar a ciudadanos seleccionados la
función de nombrar al presidente y vicepresidente.
Los artículos 94 a 98.
Estos textos son introducidos con al reforma de 1994. (reemplazan a los Art. 81 a 85).
Art. 94; El presidente y el vicepresidente de la Nación serán elegidos directamente por el
pueblo, en doble vuelta, según lo establece esta Constitución. A este fin el territorio
nacional conformará un distrito único.
Art. 95; La elección se efectuará dentro de los dos meses anteriores a la conclusión del
mandato del presidente en ejercicio.
Art. 96; La segunda vuelta electoral, si correspondiere, se realizará entre las dos fórmulas
de candidatos más votadas, dentro de los treinta días de celebrada la anterior.
Art. 97; Cuando la fórmula que resultare más votada en la primera vuelta, hubiere
obtenido más del cuarenta y cinco por ciento de los votos afirmativos válidamente
emitidos, sus integrantes serán proclamados como presidente y vicepresidente de la
Nación.
Art. 98; Cuando la fórmula que resultare más votada en la primera vuelta hubiere
obtenido el cuarenta por ciento por lo menos de los votos afirmativos válidamente
emitidos y, además, existiere una diferencia mayor de diez puntos porcentuales respecto
del total de los votos afirmativos válidamente emitidos sobre la fórmula que le sigue en
número de votos, sus integrantes serán proclamados como presidente y vicepresidente de
la Nación.
El sistema anterior a la reforma de 1994.
El sistema de colegios electorales se proponía entregar a ciudadanos seleccionados la
función de nombrar al presidente y vicepresidente .
Pero ese propósito no había dado resultado en al practica, puesto que los colegios
electorales elegían los candidatos de los partidos políticos. En la realidad el votante no se
preocupaba por conocer quiénes eran los electores: consideraba que éstos tenían un
mandato imperativo del partido político de votar sus candidatos.
De esta forma se había desnaturalizado la concepción primitiva de los constituyentes. Se
consideraba con disfavor y hasta como una traición a los votantes la posibilidad de que el
colegio de electores actuara con libertad para la designación.
Era aplicable a nuestro sistema la opinión de Corwin sobre el sistema norteamericano.
Sostiene que los miembros de los colegios electorales no ejercen sus juicios individuales,
porque los electores no son "sino testaferros de los partidos". Por esas razones y por
nuestra práctica constitucional, nos inclinamos por la elección directa, como rige a partir
de la reforma de 1994.
El texto anterior establecía: Art. 76.- hacia referencia que para ser elegido presidente o
vicepresidente se requería pertenecer a la comunión católica, apostólica, romana.
El texto anterior establecía: Art. 77.- el presidente y el vicepresidente duran en sus
cargos el termino de seis años, y no pueden ser reelegidos, sino con intervalo de un
periodo.
El texto anterior establecía: Art. 81. - La elección del presidente y vicepresidente de la
Nación se hará del modo siguiente: la Capital y cada una de las provincias nombrarán por
votación directa una junta de electores, igual al duplo del total de diputados y senadores
que envían al Congreso, con las mismas calidades y bajo las mismas formas prescriptas
para la elección de diputados.
No pueden ser electores los diputados, los senadores, ni los empleados a sueldo del
gobierno federal.
Reunidos los electores en la Capital de la Nación y en la de sus provincias respectivas
cuatro meses antes que concluya el término del presidente cesante, procederán a elegir
presidente y vicepresidente de la Nación por cédulas firmadas, expresando en una la
persona por quien votan para presidente, y en otra distinta la que eligen para
vicepresidente.
Se harán dos listas de todos los individuos electos para presidente, y otras dos de los
nombrados para vicepresidente con el número de votos que cada uno de ellos hubiere
obtenido. Estas listas serán firmadas por los electores, y se remitirán cerradas y selladas
dos de ellas (una de cada clase) al presidente de la Legislatura provincial, y en la Capital
al presidente de la municipalidad, en cuyos registros permanecerán depositadas y
cerradas; y las otras dos al presidente del Senado (la primera vez al presidente del
Congreso Constituyente).
El texto anterior establecía: Art. 82. - El presidente del Senado (la primera vez el del
Congreso Constituyente), reunidas todas las listas, las abrirá a presencia de ambas
Cámaras. Asociados a los secretarios cuatro miembros del Congreso sacados a la suerte,
procederán inmediatamente a hacer el escrutinio y a anunciar el número de sufragios que
resulte en favor de cada candidato para la presidencia y vicepresidencia de la Nación. Los
que reúnan en ambos casos la mayoría absoluta de todos los votos, serán proclamados
inmediatamente presidente y vicepresidente.
El texto anterior establecía: Art. 83. - En el caso de que por dividirse la votación no
hubiere mayoría absoluta, elegirá el Congreso entre las dos personas que hubiesen
obtenido mayor número de sufragios. Si la primera mayoría que resultare hubiese cabido
a más de dos personas, elegirá el Congreso entre todas éstas. Si la primera mayoría
hubiese cabido a una sola persona, y la segunda a dos o más, elegirá el Congreso entre
todas las personas, que hayan obtenido la primera y segunda mayoría.
El texto anterior establecía: Art. 84. - Esta elección se hará a pluralidad absoluta de
sufragios y por votación nominal. Si verificada la primera votación no resultare mayoría
absoluta, se hará segunda vez, contrayéndose la votación a las dos personas que en la
primera hubiesen obtenido mayor número de sufragios. En caso de empate, se repetirá la
votación, y si resultase nuevo empate, decidirá el presidente del Senado (la primera vez el
del Congreso Constituyente). No podrá hacerse el escrutinio, ni la rectificación de estas
elecciones sin que estén presentes las tres cuartas partes del total de los miembros del
Congreso.
La elección directa.
Esto significa que el pueblo reunido en un solo distrito electoral que abarca todo el país,
vota directamente por el candidato de su preferencia para ocupar el poder ejecutivo, sin
intervención de terceros mediadores (colegios o juntas).
Casos en que no procede la doble vuelta. (Art. 95 y 96).
No se realiza cuando;
a. En el primer acto electoral la formula mas votada supera el 45% de los votos
afirmativos validamente emitidos;
b. En ese primer acto electoral la formula mas votada alcanza el 40% al menos de los
votos afirmativos validamente emitidos, y además hay una diferencia mayor del
10% respecto del total de votos afirmativos emitidos validamente a favor de la formula
que le sigue en números de votos.

Cuando no concurre ninguna de estas dos hipótesis, se debe realizar un segundo acto
electoral para que el electorado activo elija entre las dos formulas mas votadas en la
primera vuelta. La segunda tiene lugar dentro de los treinta días de realizada la anterior.
(se excluyen de los votos validamente emitidos; los votos en blanco –que no son
afirmativos- y los votos nulos –que no son validos y carecen de valor para el derecho y
para los cómputos electorales-).
Las disposiciones reglamentarias; (Art. 148 a 155 de la Ley 24.444.)
TITULO VII. Del sistema electoral nacional
CAPITULO I. De la elección de Presidente y vicepresidente de la Nación
Art. 148. El Presidente y vicepresidente de la Nación serán elegidos simultánea y
directamente, por el pueblo de la Nación, con arreglo al sistema de doble vuelta, a cuyo
fin el territorio nacional constituye un único distrito.
La convocatoria deberá hacerse con una anticipación no menor de noventa (90) días y
deberá celebrarse dentro de los dos (2) meses anteriores a la conclusión del mandato del
Presidente y vicepresidente en ejercicio.
La convocatoria comprenderá la eventual segunda vuelta, de conformidad con lo
dispuesto por el artículo siguiente.
Cada elector sufragará por una fórmula indivisible de candidatos a ambos cargos.
Art. 149. Resultará electa la fórmula que obtenga más del cuarenta y cinco por ciento (45
%) de los votos afirmativos válidamente emitidos; en su defecto, aquella que hubiere
obtenido el cuarenta por ciento (40 %) por lo menos de los votos afirmativos válidamente
emitidos y, además, existiere una diferencia mayor de diez puntos porcentuales respecto
del total de los votos afirmativos válidamente emitidos, sobre la fórmula que le sigue en
número de votos.
Art. 150. Si ninguna fórmula alcanzare esas mayorías y diferencias de acuerdo al
escrutinio ejecutado por las Juntas Electorales, y cuyo resultado único para toda la Nación
será anunciado por la Asamblea Legislativa atento lo dispuesto por el Art. 120 de la
presente ley, se realizará una segunda vuelta dentro de los treinta (30) días.
Art. 151. En la segunda vuelta participarán solamente las dos fórmulas más votadas en la
primera, resultando electa la que obtenga mayor número de votos afirmativos válidamente
emitidos.
Art. 152. Dentro del quinto día de proclamadas las dos fórmulas más votadas, éstas
deberán ratificar por escrito ante la Junta Electoral Nacional de la Capital Federal su
decisión de presentarse a la segunda vuelta. Si una de ellas no lo hiciera, será
proclamada electa la otra.
Art. 153. En caso de muerte o renuncia de cualquiera de los candidatos de la fórmula que
haya sido proclamado electa, se aplicará lo dispuesto en el Art. 88 de la Constitución
Nacional.
Art. 154. En caso de muerte de los dos candidatos de cualquiera de las dos fórmulas más
votadas en la primera vuelta electoral y antes de producirse la segunda, se convocará a
una nueva elección.
En caso de muerte de uno de los candidatos de cualquiera de las dos fórmulas más
votadas en la primera vuelta electoral, el partido político o alianza electoral que
represente, deberá cubrir la vacancia en el término de siete (7) días corridos, a los efectos
de concurrir a la segunda vuelta.
Art. 155. En caso de renuncia de los dos candidatos de cualquiera de las dos fórmulas
más votadas en la primera vuelta, se proclamará electa a la otra.
En caso de renuncia de uno de los candidatos de cualquiera de las dos fórmulas más
votadas en la primera vuelta electoral, no podrá cubrirse la vacante producida. Para el
caso que la renuncia sea del candidato a Presidente, ocupará su lugar el candidato a
vicepresidente.
El sistema utilizado a este ese momento era el de elección indirecta por juntas o colegios
electorales. Actualmente se utiliza el sistema de elección directa, que significa que el
pueblo en un solo distrito electoral que abarca todo el país, vota directamente por el
candidato de su preferencia para ocupar el poder ejecutivo, sin intervención de terceros
mediadores (colegios o juntas).
Anterior a la reforma el presidente duraba en su cargo 6 años y sin reelección. Podía ser
reelecto con periodo de intervalo. Actualmente en el Art. 90 los elegidos duran en sus
funciones el termino de cuatro años y pueden ser reelegidos o sucederse recíprocamente
por un solo periodo consecutivo. Si han sido reelectos o se han sucedido recíprocamente
no pueden ser elegidos para ninguno de ambos cargos, sino con el intervalo de un
periodo.

JEFATURA DE GABINETE DE MINISTROS


La Jefatura de Gabinete de Ministros es un cargo ministerial de la República Argentina,
desempeñado por un Jefe de Gabinete. Corresponde a un funcionario de la Constitución
Nacional y surge como consecuencia de la reforma constitucional de 1994. Su rol,
atribuciones y obligaciones se detallan en los artículos 100 y 101 de la Constitución
Nacional, profundizadas en el art. 16 del Decreto 684/2003. Actualmente, el jefe de
Gabinete es Marcos Peña.

Atribuciones
Entre las funciones que la Constitución asigna al Jefe de Gabinete de Ministros se
encuentran:

 ejercer la administración general del país, coordinar y preparar las reuniones de


gabinete de ministros,
 hacer recaudar las rentas de la Nación,
 ejecutar la Ley de Presupuesto Nacional y cumplir con aquellas responsabilidades que
le delegue el Presidente de la Nación.
El ejercicio de estas funciones está relacionado con la supervisión de las políticas
públicas del Gobierno Nacional. Hay tres aspectos de esta tarea que el Jefe de Gabinete
realiza:
Coordinación interministerial
Coordina y controla las actividades entre los diferentes ministerios para el cumplimiento
de las políticas públicas y objetivos propuestos. Coordina las reuniones de gabinete y las
preside cuando el presidente no está. Además en acuerdo de gabinete debe resolver
sobre los temas que le indique el Poder Ejecutivo, o por su propia decisión, en el ámbito
de su competencia. Junto con los demás ministros secretarios tienen a su cargo el
despacho de los negocios de la Nación, y refrendan y legalizan los actos del Presidente
por medio de su firma, sin cuyo requisito carecen de eficacia.
Enlace parlamentario
Realiza funciones de enlace entre el poder ejecutivo y el legislativo. Entre ellas refrenda
decretos y presenta informes de situación a cada una de las Cámaras, una vez por mes,
sobre el cumplimiento de objetivos y políticas públicas implementadas por los ministerios.
Anualmente junto con los demás ministerios elabora la Memoria del Estado de la Nación
que presenta ante el Congreso.
Relación con las provincias y municipios
Coordina el seguimiento de la relación fiscal entre la Nación y las provincias.
Según la ley de ministerios
El artículo 16 de la Ley de Ministerios2 indica que son atribuciones del Jefe de Gabinete
de Ministros, con responsabilidad política ante el Congreso de la Nación, las establecidas
en la Constitución Nacional. En consecuencia le corresponde:
1. Cumplir y hacer cumplir la Constitución Nacional y la legislación vigente.
2. Ejercer la administración general del país y asistir al Presidente de la Nación en la
conducción política de dicha administración.
3. Ejercer las atribuciones de administración que le delegue el Presidente de la Nación,
respecto de los poderes propios de éste.
4. Entender en la organización y convocatoria de las reuniones y acuerdos de gabinete,
coordinando los asuntos a tratar.
5. Coordinar y controlar las actividades de los Ministerios y, de las distintas áreas a su
cargo realizando su programación y control estratégico, a fin de obtener coherencia en el
accionar de la administración e incrementar su eficacia.
6. Coordinar las relaciones del Poder Ejecutivo Nacional con ambas Cámaras del
Honorable Congreso de la Nación, sus Comisiones e integrantes, en cumplimiento de las
atribuciones que le asigna la Constitución Nacional procurando la mayor fluidez en dichas
relaciones y el más pronto trámite de los mensajes del Presidente de la Nación que
promuevan la iniciativa legislativa.
7. Producir los informes mensuales que establece el artículo 101 de la Constitución
Nacional, relativos a la marcha del Gobierno, y los demás que le fueren requeridos por las
Cámaras del Congreso.
8. Dictar Decisiones Administrativas, referidas a los actos y reglamentos que sean
necesarios para ejercer las facultades que le atribuye la Constitución Nacional y aquellas
que le delegue el Presidente de la Nación, con el refrendo del Ministro Secretario que
corresponda en razón de la materia.
9. Presentar al Honorable Congreso de la Nación, junto con los Ministros Secretarios, la
memoria anual detallada del estado de la Nación en lo relativo a los negocios de los
Ministerios.
10. Hacer recaudar las rentas de la Nación.
11. Intervenir en la elaboración y control de ejecución de la Ley de Presupuesto, como así
también en los niveles del gasto y de los ingresos públicos, sin perjuicio de la
responsabilidad primaria del Ministro Secretario del área y de la supervisión que al
Presidente de la Nación compete en la materia.
12. Requerir de los Ministros Secretarios, Secretarios y demás funcionarios de la
Administración Pública Nacional la información necesaria para el cumplimiento de su
función específica y de las responsabilidades emergentes de los artículos 100, incisos 10
y 11 y 101 de la CONSTITUCIÓN NACIONAL, la que deberá producirse dentro del plazo
que a tal efecto establezca.
13. Asistir al Presidente de la Nación en el análisis de los mensajes que promueven la
iniciativa legislativa, en particular los proyectos de Ley de Ministerios y de Presupuesto
que deberán ser tratados en Acuerdo de Gabinete, y de los proyectos de ley sancionados
por el Congreso Nacional.
14. Asistir al Presidente de la Nación en el dictado de instrucciones y reglamentos que
sean necesarios para la ejecución de las leyes de la Nación y de los decretos que
dispongan la prórroga de las sesiones ordinarias o la convocatoria a extraordinarias del
Congreso de la Nación.
15. Coordinar y controlar la ejecución de las delegaciones autorizadas a los Ministros
Secretarios.
16. Velar por el cumplimiento de las decisiones que emanen del Poder Judicial en uso de
sus atribuciones.
17. Coordinar y controlar las prioridades y relaciones interjurisdiccionales vinculadas con
la gestión y ejecución del financiamiento proveniente de organismos internacionales de
crédito.
18. Coordinar el seguimiento de la relación fiscal entre la Nación y las provincias.
19. Entender en la evaluación y priorización del gasto, efectuando el diagnóstico y
seguimiento permanente de sus efectos sobre las condiciones de vida de la población.
20. Entender en la distribución de las rentas nacionales, según la asignación de
Presupuesto aprobada por el Congreso, y en su ejecución.
21. Intervenir en los planes de acción y los presupuestos de las sociedades del Estado,
entidades autárquicas, organismos descentralizados o desconcentrados y cuentas y
fondos especiales, cualquiera sea su denominación o naturaleza jurídica en su área; así
como en su intervención, liquidación, cierre, privatización, fusión, disolución o
centralización.
22. Entender en la formulación, ejecución y control de las políticas de comunicación social
y de medios de comunicación social, en particular a la difusión de opciones educativas.
23. Entender en la difusión de la actividad del Poder Ejecutivo Nacional, como así también
la difusión de los actos del Estado nacional a fin de proyectar la imagen del país en el
ámbito interno y externo.
24. Administrar y controlar los medios de difusión que se encuentran bajo la
responsabilidad del Poder Ejecutivo Nacional y aquellas empresas del sector en las que la
jurisdicción sea accionista.
25. Entender en la conducción de la gestión y obtención de cooperación técnica y
financiera internacional que otros países u organismos internacionales ofrezcan, para el
cumplimiento de los objetivos y políticas de su competencia, en coordinación con los
demás organismos del Estado, para su implementación.
26. Entender en la aplicación de los tratados internacionales relacionados con los temas
de su competencia, e intervenir en la formulación de convenios internacionales en los
asuntos propios de su área.
27. Entender en el lineamiento de las políticas referentes a Medios Públicos Nacionales y
su instrumentación.
28. Entender en el lineamiento de las políticas referentes a la implementación de la
Unidad Plan Belgrano.
29. Participar en la aplicación de la política salarial del sector público, con participación de
los Ministerios y organismos que correspondan.
30. Entender en la elaboración, registro, seguimiento, evaluación y planificación de los
proyectos de inversión pública.
31. Entender en el análisis y propuesta del diseño de la estructura de la Administración
Nacional Centralizada y Descentralizada y aprobar las modificaciones propuestas.
32. Garantizar el efectivo ejercicio del derecho de acceso a la información pública y
controlar la aplicación de la Ley N° 25.326 de Protección de los Datos Personales.

Áreas de gestión
La Jefatura de Gabinete cuenta con las siguientes áreas de gestión:3

 Secretaría de Comunicación Pública4


 Secretaría de Coordinación Interministerial
 Secretaría de Asuntos Estratégicos
 Secretaría de Relaciones Parlamentarias y Administración
 Unidad de Auditoría Interna5
 Secretaría de Coordinación de Políticas Públicas
 Sistema Federal de Medios y Contenidos Públicos
 Unidad Plan Belgrano

PODER JUDICIAL
El Poder Judicial de la Nación (PJN) es uno de los tres poderes que conforman
la República Argentina y es ejercido por la Corte Suprema de Justicia (CSJN) y por los
demás tribunales inferiores que establece el Congreso en el territorio de la Nación.
Está regulado en la sección tercera de la segunda parte de la Constitución de la Nación
Argentina. La designación de los jueces inferiores la realiza el presidente de la Nación con
acuerdo del Senado, sobre la base de una terna integrada por candidatos seleccionados
en concurso público por el Consejo de la Magistratura, órgano de composición
multisectorial, a quien le corresponde el control directo de los jueces y la administración
del Poder.

Justicia federal
De acuerdo al artículo 116 de la Constitución de la Nación Argentina, corresponde a
la Corte Suprema y a los tribunales inferiores de la Nación, el conocimiento y decisión de
todas las causas que versen sobre puntos regidos por la Constitución, y por
las leyes nacionales, salvo los casos que corresponden a la justicia provincial; y por
los tratados internacionales; de las causas concernientes a embajadores, ministros
públicos y cónsules extranjeros; de las causas de almirantazgo y jurisdicción marítima; de
los asuntos en que la Nación Argentina sea parte; de las causas que se susciten entre
dos o más provincias; entre una provincia y los vecinos de otra; entre los vecinos de
diferentes provincias; y entre una provincia o sus vecinos, contra
un Estado o ciudadano extranjero.
Dichas causa deben resolverse únicamente ante el foro federal. Actuando, en tal
situación, la Corte Suprema de Justicia como tribunal de apelación, si fuese el caso.
Corte Suprema de Justicia de la Nación
La Corte Suprema de Justicia de la Nación es el máximo tribunal de justicia del país. La
Corte tiene competencia originaria sobre determinadas materias que se encuentran
reguladas en el artículo 117 de la Constitución, entre ellas las referentes a embajadores,
ministros y cónsules extranjeros y también los juicios entre provincias argentinas. Con
competencia originaria se alude a que cualquier caso judicial que contenga esos
elementos deberá ocurrir directamente a la Corte Suprema como órgano judicial decisor.
También es última instancia decisoria por vía de apelación (a través de un recurso
extraordinario federal), si el caso suscitare una cuestión federal, que traiga aparejada la
necesidad de decidir en un conflicto suscitado entre dos leyes de igual o diferente rango o
respecto de tratados internacionales.
Consejo de la Magistratura
El Consejo de la Magistratura, regulado por una ley especial sancionada por la mayoría
absoluta de la totalidad de los miembros de cada Cámara del Congreso, tiene a su cargo
la selección en concurso público de los candidatos a jueces y la conformación de ternas,
de las cuales, el Presidente de la Nación con acuerdo del Senado, elige al nuevo juez. El
Consejo de la Magistratura administra también el Poder Judicial, supervisa a los jueces y
pone en marcha el mecanismo para su remoción por un Jurado de Enjuiciamiento.
De acuerdo a la Constitución, debe ser integrado periódicamente de modo que se procure
el equilibrio entre la representación de los órganos políticos resultante de la elección
popular, de los jueces de todas las instancias y de los abogados de la matrícula federal.
Debe ser integrado, asimismo, por otras personas del ámbito académico y científico, en el
número y la forma que indique la ley.

Justicia provincial
Cada una de las provincias de Argentina, basándose en la autonomía reconocida por
la Constitución nacional en su artículo 5, establece la administración y organización de la
justicia ordinaria dentro de su territorio. Es por ello que en Argentina hay una organización
judicial distinta en cada una de las provincias. Dicha organización es creada de acuerdo a
cada una de las constituciones provinciales.
Cada provincia regula su sistema procesal, dictando sus propios códigos de
procedimiento, aunque aplican -con diferencias de criterio adecuadas a las condiciones
sociales, económicas o culturales locales- el mismo derecho de fondo o material. Así, con
veinticuatro diferentes normativas procesales, siempre se aplica el mismo Código Civil,
Comercial, Penal, derecho Supranacional, Tratados internacionales, etc. Siendo deseable
que en la aplicación lejos de perpetuarse arquetipos o conceptos inducidos por la industria
editorial concentrada en Buenos Aires, se realicen análisis jurídicos que atiendan la
diversidad socio cultural de las regiones de la República Argentina.
El Consejo de la Magistratura de la República Argentina es un órgano constitucional
multisectorial integrado, encargado de confeccionar las ternas de carácter vinculante de
los candidatos para los tribunales inferiores del Poder Judicial , para que luego sean
designados por el Presidente de la Nación en acuerdo con el Senado. El Consejo de la
Magistratura tiene a su cargo también la administración del poder judicial, el control de la
actividad de los jueces y la imposición de sanciones. En caso de causas graves es el
organismo que abre el juicio político para resolver sobre la destitución de los jueces ante
el Jurado de Enjuiciamiento, ante el cual el Consejo de la Magistratura actúa como
acusador.
El Ministerio Público de Argentina es un órgano constitucional, regulado en sus pautas
básicas por el artículo 114 de la Constitución Nacional:
Sección Tercera - Del Poder Judicial. Capítulo Primero. De su Naturaleza y
Duración.
Artículo 114.- El Consejo de la Magistratura, regulado por una ley especial sancionada
por la mayoría absoluta de la totalidad de los miembros de cada Cámara, tendrá a su
cargo la selección de los magistrados y la administración del Poder Judicial.
El Consejo será integrado periódicamente de modo que se procure el equilibrio entre la
representación de los órganos políticos resultante de la elección popular, de los jueces de
todas las instancias y de los abogados de la matrícula federal. Será integrado, asimismo,
por otras personas del ámbito académico y científico, en el número y la forma que indique
la ley.
Serán sus atribuciones:
1. Seleccionar mediante concursos públicos los postulantes a las magistraturas inferiores.
2. Emitir propuestas en ternas vinculantes, para el nombramiento de los magistrados de
los tribunales inferiores.
3. Administrar los recursos y ejecutar el presupuesto que la ley asigne a la administración
de justicia.
4. Ejercer facultades disciplinarias sobre magistrados.
5. Decidir la apertura del procedimiento de remoción de magistrados, en su caso ordenar
la suspensión, y formular la acusación correspondiente.
6. Dictar los reglamentos relacionados con la organización judicial y todos aquellos que
sean necesarios para asegurar la independencia de los jueces y la eficaz prestación de
los servicios de justicia.
Artículo 114 de la Constitución Argentina.

Su estructura orgánica y funciones se encuentran reglamentadas por la Ley 24.937 del


Consejo de la Magistratura, sancionada el 10 de diciembre de 1997, con varias reformas
posteriores.
Jurado de Enjuiciamiento de Magistrados de la Nación (Argentina), es el órgano
constitucional a cargo del juzgamiento de los jueces federalesde los tribunales inferiores.
En sus orígenes se encontraba conformado por nueve miembros: un ministro de la Corte
Suprema, dos jueces de cámara, tres legisladores y tres abogados de la matrícula federal.

Integración
El juzgamiento de los jueces de los tribunales inferiores de la Nación estará a cargo del
Jurado de Enjuiciamiento de los Magistrados según lo prescripto por el artículo 115 de la
Constitución Nacional. El mandato de los miembros es por seis meses. El desempeño de
las funciones será considerado una carga pública. Ninguna persona podrá integrar el
Jurado de Enjuiciamiento de los magistrados en más de una oportunidad. Los jueces de
cámara y los legisladores no podrán ser nuevamente miembros de este cuerpo, hasta
tanto lo hayan integrado el resto de sus pares. La ley 24.937 precisa la integración del
organismo en su artículo 22, cuyo texto obedece a la ley 26.080 de 2006.

Integración del Jurado de Enjuiciamiento

Sector de
Condición Forma de elección Cantidad
procedencia

Juez de Sorteo (1 del interior y 1 de Capital


Poder Judicial 2
Cámara Federal)

Cámara de Sorteo (1 por la mayoría y 1 por


Senador 2
Senadores primera minoría)

Cámara de Sorteo (1 por la mayoría y 1 por


Diputado 2
Diputados primera minoría)
Abogado
Abogados Sorteo 1
federal

TOTAL 7

Fuente: Ley 24.937, art. 22.

Miembros
Mandato de los Miembros del Jurado
LEY 26.080 del 2006 modificatoria de la ley 24.937
"Artículo 22: Integración. Incompatibilidades e inmunidades. El Jurado de Enjuiciamiento
estará integrado por siete miembros de acuerdo a la siguiente composición:
1.- Dos jueces que serán: de cámara, debiendo uno pertenecer al fuero federal del interior
de la República y otro a la Capital Federal. A tal efecto, se confeccionarán dos listas, una
con todos los camaristas federales del interior del país y otra con los de la Capital Federal.
2.- Cuatro legisladores, dos por la Cámara de Senadores y dos por la Cámara de
Diputados de la Nación, debiendo efectuarse dos listas por Cámara, una con los
representantes de la mayoría y la otra con los de la primera minoría.
3.- Un abogado de la matrícula federal, debiendo confeccionarse una lista con todos los
abogados matriculados en el Colegio Público de Abogados de la Capital Federal y en las
Cámaras Federales del interior del país que reúnan los requisitos para ser elegidos jueces
de la Corte Suprema de Justicia de la Nación.
Todos los miembros serán elegidos por sorteo semestral público a realizarse en los
meses de diciembre y julio de cada año, entre las listas de representantes de cada
estamento. Por cada miembro titular se elegirá un suplente, por igual procedimiento, para
reemplazarlo en caso de renuncia, impedimento, ausencia, remoción o fallecimiento.
Los miembros del Jurado de Enjuiciamiento estarán sujetos a las incompatibilidades e
inmunidades que rigen para sus calidades funcionales. El miembro elegido en
representación de los abogados estará sujeto a las mismas inmunidades e
incompatibilidades que rigen para los jueces."

Referencias

Actualmente, luego de la reforma de la ley 24.937 por la ley 26.080 la conformación paso
a estar integrada por siete miembros: dos jueces de cámara -uno por la Capital Federal y
otro por el Interior del país-; dos diputados nacionales -uno por la mayoría y otro por la
primer minoría-; dos senadores nacionales -uno por la mayoría y otro por la primer
minoría-; y finalmente un abogado de la matricula federal. Esta última es la conformación
actual del Jurado de Enjuiciamiento de Magistrados de la Nación, cuyos miembros
resultan ser sorteados cada seis meses, dado que ese es el lapso de su mandato.
MINISTERIO PÚBLICO ARGENTINO

El Ministerio Público de Argentina es un órgano constitucional bicéfalo integrado por


el Ministerio Público Fiscal, dirigido por el Procurador General de la Nación y encargado
de la acción de los fiscales, y el Ministerio Público de Defensa dirigido por el Defensor
General de la Nación y encargado de la acción de los defensores oficiales o públicos.2 Los
fiscales son los encargados de defender los intereses públicos en los procesos judiciales,
instando la acción pública, en tanto que los defensores públicos son los encargados de
defender los derechos de las personas perseguidas por los tribunales del país o que, por
alguna circunstancia no pueden ejercer su defensa, como en el caso de los menores,
incapaces o afectados por discriminaciones.

Normativa
El Ministerio Público de Argentina es un órgano constitucional, regulado en sus pautas
básicas por el artículo 120 de la Constitución Nacional:
Sección Cuarta - Del Ministerio Público.
Artículo 120.- El ministerio Público es un órgano independiente con autonomía funcional
y autarquía financiera, que tiene por función promover la actuación de la justicia en
defensa de la legalidad de los intereses generales de la sociedad, en coordinación con las
demás autoridades de la República.
Está integrado por un procurador general de la Nación y un defensor general de la Nación
y los demás miembros que la ley establezca.
Sus miembros gozan de inmunidades funcionales e intangibilidad de remuneraciones.
Artículo 120 de la Constitución Argentina.

Su estructura orgánica y funciones se encuentran reglamentadas por la Ley 24.946 del


Ministerio Público, sancionada en 1998.3

Ministerio Público Fiscal


El Ministerio Público Fiscal está dirigido por el Procurador General de la Nación. El
Procurador General de la Nación es el jefe de todos los fiscales que actúan ante
tribunales nacionales, y a la vez, él mismo, es el fiscal ante la Corte Suprema de Justicia
de la Nación. En su función como fiscal de la Corte Suprema, dirige la tarea de los
Procuradores Fiscales ante la Corte Suprema.
El Ministerio Público Fiscal también tiene un cuerpo denominado Fiscalía de
Investigaciones Administrativas, encargada de investigar los posibles actos de corrupción
en el Poder Ejecutivo Nacional.

Ministerio Público de la Defensa


El gobierno del Ministerio Público de la Defensa se encuentra a cargo desde el año 2005
de la Defensora General de la Nación, Dra. Stella Maris Martínez. A la institución le
corresponde velar por la garantía de la debida defensa en juicio de aquellas personas que
acceden al servicio de la defensa pública (si se reúnen los requsitos que exige la ley para
su prestación). Se encuentra organizado sobre la base de distintas especializaciones y
cumplen diferentes roles tanto en la esfera judicial como en la extrajudicial. Asumen la
defensa técnica en un juicio civil o penal; ejercen la tutela de niños y adolescentes
huérfanos o en conflicto con sus representantes legales, o la curatela de las personas
declaradas judicialmente dementes o inhabilitadas; llevan adelante la representación
promiscua prevista en el art. 59 del Código Civil para reasegurar la defensa de los
intereses de los aún llamados "menores e incapaces".
Derecho Penal I

Eje Temático 1: Derecho Penal y Constitución. Garantías Constitucionales

Principios del Derecho Penal


Integran el modelo constitucional penal. Son un conjunto de principios que se constituyen
en límites de la potestad punitiva, esenciales a todo estado de derecho y se traducen en
condiciones necesarias tanto para la atribución de responsabilidad penal como pata la
imposición de una pena.

1. Principio de Legalidad
Es la función de garantía que tiene la ley penal frente al poder del Estado. Se expresa en
su aspecto formal con el aforismo: nullum crimen, nulla poena sine lege, que consagra a la
ley penal previa como la única fuente del Derecho Penal. En su aspecto material, significa
que el contenido de dicha ley debe ajustarse a los límites constitucionales descriptos
anteriormente.
Se halla consagrado como garantía en el Art. 18 de la CN y se explicita en los tratados
internacionales con jerarquía constitucional (Art, 75, inc 22 CN), el Pacto internacional de
derechos civiles y políticos, convención americana sobre DDHH y la Convención sobre los
Derechos del niño.
De éste principio surgen cuatro garantías:
-Garantía Criminal: exige que el delito se halle determinado por ley.
-Garantía Penal: requiere que la ley señale la pena que corresponda al hecho.
-Garantía Jurisdiccional o Judicial: exige que la existencia del delito y la imposición
de la pena se determinen por medio de una sentencia judicial y según el
procedimiento legalmente establecido.
-Garantía de Ejecución: requiere el cumplimiento de la pena se sujete a una ley que
lo regule.
Asimismo, la ley debe cumplir con ciertos requisitos: ley previa, escrita y estricta.
La exigencia de la ley penal previa consagra el principio de la irretroactividad de la ley penal
más severa, ya que es preciso que el sujeto pueda conocer el momento en que actúa, si va
a incurrir en delito y en su caso cuál sería la pena determinada.
Con la exigencia de la ley escrita queda excluida la costumbre como posible fuente de
delitos y penas, ya que es preciso que se trate de una ley emanada del poder legislativo; y
con el requisito de la ley estricta se impone cierto grado de precisión de la ley penal y
excluye la analogía como perjuicio del imputado.

2. Principio de Reserva
“Ningún habitante de la nación será obligado a hacer lo que la ley no manda, ni privado de
lo que ella no prohíbe”
Éste principio es derivado del de legalidad, reserva a los individuos determinados actos
exentos de castigos que por inmorales o perjudiciales que sean, no están configurados y
castigados por la ley penal.
Podemos diferenciar claramente un sistema penal fundado en el principio de reserva que
opone al poder punitivo una valla de un catálogo legal de delitos y penas absolutamente
prescripto, haciendo valer la idea de la libertad sobre las necesidades de la autoridad; de
otro fundado en el principio de justicia penal sustancial que deriva del poder punitivo de una
legalidad ampliable por analogía en virtud de fuentes represivas independientes de la ley
misma, esforzándose por liberar la represión de todo contralor legal.

3. Principio de Mínima Suficiencia


Éste principio supone aceptas un cierto nivel de conflictividad sin una consecuente reacción
de las instancias del control jurídico-penal pese no haber dudas sobre la lesividad del
comportamiento. Se asume a cambio de los beneficios en libertar individul obtenidos, los
posibles errores en las decisiones penalizadoras que se puedan producir y la potenciación
de una sociedad dinámica.
Según Ferraroli, se trata de restringir numerosos tipos legales consolidados partiendo del
principio de lesividad y tomando como parámetros un carácter cualitativo y una restricción
estructural.
Integra dos subprincipios: el de subsidiariedad y el de fragmentariedad.
Principio de Subsidiariedad
Tiene el fin de proteger los derechos fundamentales en la realización estatal de un
programa de derecho penal mínimo. Se encuentra íntimamente conectado con el
resultado del juicio de necesidad acerca del derecho penal, en virtud del cual si la
protección de bienes jurídicos puede lograrse a través de medios no penales.
Principio de Fragmentariedad
El DP se limita solo a sancionar las modalidades de ataques más peligrosas para
aquellos, no todos los ataques a los BJ, deben constituir un delito.

4) Principio de Proporcionalidad
Es una exigencia que nació para ser aplicada a medidas de seguridad pero luego se
extiende a las penas. Si el principio de culpabilidad nos dice cuando una persona puede ser
culpable por un hecho delictivo, el de proporcionalidad limita la especie y medida de pena
a aplicar en el caso concreto.
La especie y envergadura de la pena conminada debe tener cierta correspondencia con el
hecho dañino previsto por el tipo básico, agravado o atenuado, con las características
criminológicas del autor, con su estado anímico al momento de cometer el hecho con los
perjuicios individuales y sociales causados con la transcendencia pública de la afectación
ilícita, etc.

5) Principio de Lesividad
Configura la base de un derecho penal liberal que tiene como regla esencial aquella que
impide prohibir y castigar a determinada acción humana si ésta no perjudica o de cualquier
modo ofende los derechos individuales o sociales de un tercero, moral u orden público.
La necesaria lesividad del resultado constituye el principal límite axiológico externo del
derecho penal, concebido como instrumento de tutela.
Principio de acción-exterioridad
El DP se caracteriza como un conjunto de ilicitudes definidas que tienen por
objeto la prohibición de acciones determinadas, en tanto sólo a través de éstas se
pueden lesionar los BJ objeto de protección penal. Por lo cual, donde no hay acción,
como exteriorización, no hay delito. La sanción puede ser impuesta solo a alguien
por algo realmente hecho por él, no por algo pensado, deseado o propuesto.
Ello porque sólo mediante la acción externa, puede un hombre provocar lesiones a
un BJ. Por lo que nuestro DP es un derecho de hecho, y no DP de autor.
Principio de Privacidad
Es una garantía constitucional que tiene fuente en el Art. 19, expresa que: las
acciones privadas de los hombres que de ningún modo ofendan al orden, a la moral
pública, ni perjudiquen a un tercero, están sólo reservadas a Dios, y exentas de la
autoridad de los magistrados.
Así se ha consagrado una zona de intimidad que no puede ser amenazada ni
lesionada por el poder estatal, e implica en última instancia, un respeto a la dignidad
humana.
Conforme con el Art. 19 CN, ésta zona de privacidad comprende por una parte, el
fuero interno del hombre -ideas, pensamientos, creencias- y por otra parte aquellas
acciones personales que no afecten a terceros, la moral pública, ni perjudiquen a
terceros.
Además la garantía se extiende a una serie de ámbitos vinculados íntimamente con
la vida privada del individuo. El Art. 18 se refiere al domicilio, correspondencia
epistolar y papeles privados.
Finalmente se conceptualiza a éste principio como “el derecho a que se respeten
por el Estado, aquellos ámbitos privados donde sus titulares han exhibido un interés
en que así se mantenga.

6) Principio de Culpabilidad
Éste principio exige como presupuesto de la pena, reconocer la capacidad de la libertad del
hombre.
Debe remarcarse la vigencia de un derecho penal de culpabilidad por el hecho, el que
excluye de toda posibilidad de sancionar penalmente a una persona en razón de sus ideas,
creencias, pensamientos o supuesta peligrosidad que han sido el fundamento de los
sistemas represivos impuestos por los regímenes autoritarios.
La responsabilidad del individuo se basa en su libre albedrío, en virtud del cual, es él quien
elige delinquir o no delinquir.

7) Principio de Judicialidad
La judicialidad representa para los acusados una garantía respecto de la imparcial y
correcta aplicación de la ley penal. Tiene su fuente constitucional en los principios de juez
natural, división de poderes y juicio previo.
El DP no puede realizarse legítimamente frente a un conflicto en forma privada “la
responsabilidad y el castigo del autor, deberá emanar de un órgano público. Según nuestro
derecho positivo, los órganos encargados de conocer y resolver en las causas por
responsabilidad penal son los tribunales judiciales.

8) Principio del Non Bis In Idem


Éste principio, es por el que se prohíbe perseguir penalmente más de una vez por el mismo
hecho, adquiere el rango de garantía constitucional a partir de la Convención Americana
sobre DDHH, el Pacto de Derechos Civiles y políticos incorporados a la CN.
Además de los tratados expuestos, la garantía de éste principio puede ser considerada una
derivación del principio de inviolabilidad de la defensa.

9) Principio de humanidad y personalidad de la pena


1. Humanidad
El primer paso en la evolución de las penas, fue la sustitución de un sistema penal que
giraba en torno a las penas de muerte y corporales, por otro cuya espina dorsal han sido
las penas privativas de la libertad. Las penas corporales desaparecieron primero mientras
que las de muerte van siendo abolidas en los últimos años en muchos países civilizados.
Éste argumento tiene un carácter político, además de moral: “sirve para fundar la legitimidad
del Estado únicamente en las funciones de la tutela de la vida y los restantes derechos
fundamentales; de suerte que conforme a ello, un Estado que mata, tortura, humilla a un
ciudadanos no solo pierde cualquier legitimidad sino que contradice su razón de ser.
Nuestro derecho constitucional consagra el principio aludido a través del Pacto internacional
de Derechos civiles y políticos, Convención americana de DDHH y Declaración americana
de DDHH.
2. Personalidad
Este principio es una consecuencia del de culpabilidad, impide castigar a alguien por un
hecho ajeno, esto es, producido por otro.
El principio de personalidad excluye toda posibilidad de extender formas de responsabilidad
penal a grupos sociales en conjunto o de imponer penas sobre las personas no individuales.

10) Principio de Resocialización


La resocialización constituye la finalidad de la ejecución de las penas privativas de la
libertad.
La resocialización no puede estar orientada a imponer un cambio en el sujeto, en su
personalidad y en sus convicciones a fin de obligarlo a adoptar el sistema de valores que el
Estado tiene por mejor.
Su objetivo es tratar de ofrecerle al interno a través del tratamiento penitenciario, una ayuda
que le permita comprender las causas de su delincuencia, sin alterar coactivamente su
escala de valores. Se busca hacer comprender al sujeto que ha delinquido, las expectativas
que dichas normas contienen, evitando en el futuro la comisión de nuevos delitos.

11) Principio de prohibición de prisión por deudas


Se ha incorporado a nuestro derecho constitucional a partir de la Convención Americana
sobre Derechos Humanos, donde expresa que: Nadie será detenido por deudas. Éste
principio no limita los mandatos de autoridad judicial competente dictados por
incumplimientos de deberes alimentarios, y de lo preceptuado por el Pacto Internacional de
Derechos Civiles y Políticos y la Declaración Americana de Derechos y deberes del hombre.

RESUMEN PRINCIPIOS PENALES


Surgen diversas garantías:
- Criminal: el delito debe estar determinado.
- Penal: la pena debe estar determinada.
De Legalidad: debe existir ley previa,
- Judicial: exige sentencia judicial según
escrita y estricta.(Art. 19 1° párrafo CN)
proceso establecido.
- De ejecución: la ejecución de la pena debe
sujetarse a ley que la regule
De Reserva: Se reserva a los individuos zonas exentas de castigos para hechos no
configurados y castigados por ley previa.(Art. 19 2° párrafo CN)
De Mínima suficiencia (o de Se desprenden dos principios:
Intervención): Limita el derecho penal a lo - De subsidiariedad: La pena o medida de
estrictamente necesario.(Halla su razón seguridad es el último recurso.
en el principio de lesividad y de - De fragmentariedad: Sólo deben
proporcionalidad) considerarse delitos los más peligrosos.
De proporcionalidad: la pena debe ser proporcional al delito cometido.
De Lesividad: Impide prohibir o castigar acciones si no perjudican derechos individuales
o sociales.(Art. 19 1° párrafo CN)
De Acción – Exterioridad: Donde no hay acción no hay delito.(implícito en Art. 19 1°
párrafo CN)
De Privacidad: Se fija un ámbito privado que no puede ser amenazado.(en Art. 19 1°
párrafo CN, 14, 17 in fine y 18)
De Culpabilidad: Se castigan sólo a los Se requiere que se cumplan los principio de:
culpables. - Personalidad de la pena: No puede
(Art. 1 y 33 CN y en el Principio de castigarse a un tercero en reemplazo del
legalidad) culpable.
- Responsabilidad: Solamente se castigan
conductas.
- Dolo o culpa: Que el hecho haya sido
querido e imprudente.
- Imputación persona: Que haya sido como
producto de una motivación racional
normal.
De Judicialidad: garantía de una imparcial y correcta aplicación de la ley penal.(Art. 18
CN)
Non bis in idem: Los absueltos o condenados no pueden ser vueltos a juzgar por el
mismo delito.(Convención Americana de DDHH y Pacto de Derechos Cciviles y
Políticos – Inc. Art. 75 inc. 22)
De Humanidad de la pena: Humanizar el rigor de las penas por respeto a la
persona.(Art. 119 CN)
De Resocialización: Deben preferirse penas que eviten separar al individuo de la
sociedad(Convención Americana de DDHH y Pacto de Derechos Cciviles y Políticos
– Inc. Art. 75 inc. 22)
De prohibición de prisión por deudas: Nadie será detenido por deudas, salvo casos
de deberes alimentarios.(Convención Americana de DDHH)
Eje Temático 2: Teoría del delito - Dogmática Penal

Concepto de delito: acción típica, antijurídica y culpable.

La teoría del delito en cuanto modelo de comprensión. Concepto analítico.


Las definiciones que los dogmáticos han dado del delito varían de acuerdo con sus
respectivas posiciones científicas. A pesar de que, como regla general, las definiciones
dogmáticas giran alrededor de los conceptos de acción, tipicidad, antijuridicidad y
culpabilidad.

Categorías de la estructura del delito


La Definición del Delito con arreglo al derecho positivo:
El hecho -que es equivalente a la "acción en sentido amplio" de que hablan los autores- es,
a veces, una actividad [acción en sentido estricto), y otras un no hacer [omisión).
La delincuencia tiene en la actividad su fuente mayoritaria. La actividad no sólo se traduce
en movimientos corporales, sino, también, en actitudes (p. ej., la injuria) o palabras (p. ej.,
además de la injuria, la calumnia). Constituyen ejemplos de no hacer, la omisión de auxilio
de acto de oficio, la denegación de justicia y el retardo de ella
De tal manera, en el derecho positivo, al hecho o acción en sentido amplio corresponden
como especies, la acción en sentido estricto y la omisión.
Sólo la acción es susceptible de ser concebida desde el punto de vista exclusivamente
natural, pues para estructurarla basta la actividad como tal. No sucede lo mismo con la
omisión, ya que ésta no es un simple no hacer. Para concebirla es necesario, además de
la inactividad, requiere una exigencia jurídica de hacer lo que no se hizo.
Código Penal, asienta la responsabilidad delictiva en la posesión por parte del autor de la
conciencia de la criminalidad de su acto y en su posibilidad de dirigir su acción y de
determinarse con libertad.
Si bien el hecho, la tipicidad, la antijuridicidad y la culpabilidad del autor representan los
conceptos estructurantes del ente jurídico delito, a la ley penal no le interesa como objeto
principal el delito en sí, sino el delito como expresión de los presupuestos legales de la
procedencia de la pena, el delito punible, vale decir, el delito que, además de sus elementos
estructurantes, admite que se lo castigue en el caso concreto por satisfacer las otras
condiciones establecidas por la ley para que proceda el castigo. Esta exigencia se trasluce
en la necesidad de que el hecho sea perseguible penalmente.
Con arreglo a lo dicho hasta aquí, el delito, como hecho punible, se puede definir como el
hecho (acción en sentido amplio), típico, antijurídico, culpable y punible.

La acción. Caracterización de su contenido.


La conducta humana (acción u omisión) es la base sobre la cual descansa toda la estructura
del delito. Si no hay acción humana, si no hay conducta, no hay delito. Sin embargo, el
concepto de acción engloba igualmente el de omisión, en la cual existe una conducta en la
que conscientemente se evita una acción concreta.
Constituye el soporte conceptual de la teoría del delito y el eje de la consideración axiológica
y natural del hecho punible.

El concepto de acción:
Una de las principales funciones del concepto de acción es servir de límite o filtro
para seleccionar previamente las acciones que pueden ser relevantes para el
Derecho penal.
El concepto de acción ha experimentado una evolución en la que se han
entremezclado puntos de vista filosóficos, político-criminales y dogmáticos.

Concepto causal de acción:


El concepto natural de acción es creación de von Liszt y Beling, quienes son los
fundadores del "sistema clásico del delito".
Von Liszt define por primera vez el concepto de acción como la producción,
reconducible a una voluntad humana, de una modificación en el mundo exterior. En
este concepto, para la modificación causal del mundo exterior debía bastar cualquier
efecto en el mismo, por mínimo que sea.
Debido a la imposibilidad del concepto señalado de explicar la omisión, von Liszt
fórmula más tarde una segunda descripción, diciendo que acción es conducta
voluntaria hacia el mundo exterior; más exactamente: modificación, es decir,
causación o no evitación de una modificación (de un resultado) del mundo exterior
mediante una conducta voluntaria.
Correlativamente, Beling sostiene que existe acción si objetivamente alguien ha
emprendido cualquier movimiento o no movimiento, a lo que subjetivamente ha de
añadirse la comprobación de que en ese movimiento corporal o en esa falta de
movimiento animaba una voluntad. En resumen, el concepto de Beling consiste en
que la acción debe afirmarse siempre que concurra una conducta humana llevada
por la voluntad, con independencia de en qué consista esa voluntad (es decir, no
considera dentro de su concepto el contenido de la voluntad).

Concepto finalista de acción. HanzWelzel.


Toda la vida comunitaria del hombre se estructura sobre la actividad final del
hombre. Los miembros de la sociedad pueden actuar conscientes del fin, es decir,
proponerse fines, elegir los medios requeridos para su obtención y ponerlos en
movimiento con conciencia del fin. Esta actividad final se llama “acción”.
Cuando el hombre es corporalmente causal sin que pueda dominar su movimiento
corporal a través de un posible acto de voluntad –sea que obre como simple masa
mecánica o que ejecute movimientos reflejos- tales movimientos corporales quedan
excluidos de las normas del derecho penal. Por eso se exige la voluntariedad de la
conducta humana como presupuesto esencial del juicio jurídico-penal.
Voluntariedad es la posibilidad de dominio de la actividad o pasividad corporal a
través de la voluntad.
El objeto de las normas penales es la conducta humana, esto es, la actividad o
pasividad corporal del hombre sometida a la capacidad de dirección final de la
voluntad. Esta conducta puede ser una acción (el ejercicio efectivo de actividad
final), o la omisión de una acción (el no ejercicio de una actividad final posible).

El desarrollo del concepto de acción como primer elemento del delito fue evolucionando
paulatinamente en la ciencia del derecho penal del siglo XIX.
Los rasgos distintivos del concepto de acción son los siguientes:
- Exterioridad: sólo pueden ser alcanzadas por el derecho penal aquellas conductas
humanas que trasciendan la esfera interna de la persona, es sólo a través de ellas
que se puede producir una lesión a los bienes jurídicos que la ley tutela. Surge del
Art. 19 CN, del principio de exterioridad.
- Sujetos de acción: solo las personas físicas pueden ser sujetos de actos del
derecho penal, sólo a ellas se le puede atribuir la responsabilidad de hechos
delictivos.
- Formas de conductas: la conducta -acción en sentido amplio- es susceptible de
asumir dos modalidades: bajo la forma de acción en sentido estricto o bien como
una omisión.
El primer supuesto implica una actividad de la persona que vulnera una norma
prohibitiva. La omisión por su parte, se configura como una inactividad violatoria de
una norma receptiva, es decir, de una norma que manda implícitamente a realizas
una conducta determinada.

Faz negativa de la acción


Se trata se supuestos en donde por motivos externos o internos, no hay acción, por ende,
tampoco delito.

1. Factores externos:
Fuerza física irresistible (vis absoluta):
Está prevista como causa de exclusión y corresponde a lo que tradicionalmente se
conoce como bis abtoluta. Por fuerza física irresistible debe entenderse como una
fuerza de entidad tal que haga al sujeto incapaz de dirigir sus movimientos, o sea,
que lo haga obrar mecánicamente.
Se distingue se la vis relativa, situación que podrá dar lugar a la inculpabilidad del
sujeto pero no excluye a la acción.
Usos de medios hipnóticos o narcóticos
En nuestro derecho positivo por expresa disposición del Art. 78 del CP. “el uso de
hipnóticos o narcóticos” queda comprendido en el concepto de violencia.
Los actos típicos realizados en dichos estados caen dentro de la causal de la falta
de acción.
Por su parte ZAFFARONI sostiene que tan violentado está aquel que sufre una
fuerza física irresistible, como el que obra coaccionando ante las amenazas de sufrir
un mal grave e inminente, por lo que puede haber violencia que no excluya la acción.

Movimientos, reflejos o involuntarios


Es la actividad o inactividad atribuible a una excitación de los nervios motores debido
a un estímulo fisiológico-corporal, interno o externo, ajeno a la impulsión voluntaria
de la persona. Pueden ser espontáneos como el estornudo o provocados como los
producidos por las cosquillas.

Comportamientos automatizados
Se ubican en una discutida zona límite, al igual que los hechos producidos bajo
impulsos afectivos de alta intensidad o embriaguez sin sentido.
Se entiende por acción automatizada a una disponibilidad de acción adquirida
mediante larga práctica y que llegado el caso se transforma en movimientos sin
reflexión consciente.
La opinión dominante admite el carácter de acciones de éstos comportamientos en
virtud de que las disposiciones para la acción aprendidas pertenecen a la estructura
de la personalidad y su desencadenamiento es manifestación de ésta con
independencia de si en determinadas situaciones conduce a consecuencias
provechosas o nocivas.
2. Factores Externos:
Estado de inconsciencia
La conciencia es el resultado de la actividad de las funciones mentales. Puede estar
perturbada: en estas ocasiones no hay ausencia de conductas, porque no
desaparece la voluntad del sujeto.
En cambio, cuando la conciencia no existe, porque está transitoria o
permanentemente suprimida, no puede hablarse de voluntad y desaparecerá la
conducta. Entonces, hay inconsciencia cuando en el hecho no intervienen los
centros altos del cerebro o cuando lo hacen en forma altamente discontinua o
incoherente.

Tipo penal o delictivo

El tipo
La tipicidad es el resultado de un juicio u operación mental llevada a cabo por el intérprete
o juez que permite determinar que la conducta objeto de examen coincide con la descripción
abstracta contenida en la ley penal. Por ende, la conducta será típica o atípica según se
subsana o no la descripción abstracta del tipo penal.

Tipo garantía. Tipo Sistemático


De acuerdo su contenido, hay dos conceptos de tipo:
Tipo garantía:
Contiene la totalidad de los presupuestos que condicionan la aplicación de una
pena. Es un esquema denominado delito-tipo lo que indica en general, que un tipo
de ilicitud y un tipo de culpabilidad, juntos, puede constituir una figura del delito.
La faz objetiva y subjetiva deben siempre coincidir, de modo que tanto aquella como
ésta sean regidas por in idéntico esquema.
La función garantizadora deriva del principio de legalidad que asegura que sólo los
comportamientos descriptos previamente por ley penal serán sometidos a castigos.
Éste postulado fundamental de un derecho penal liberal exige al legislador: a.
precisión y uso adecuado del lenguaje en la redacción de la ley penal; b.
incriminación de conductas específicas; c. afectación de BJ.
Tipo sistemático
Es el que describe la conducta prohibida por la norma
Bacigalupo sostiene que el tipo sistemático se obtiene mediante una delimitación de sus
elementos, no autorización de la conducta por el orden jurídico; por ello la falta de
antijuricidad no excluye la tipicidad, la relación entre ambas categorías se expresa en que
la tipicidad es sólo un indicio de la antijuricidad que cede frente a la causa de justificación.
Ésta posición se enmarca dentro de la estructura tripartita del delito -tipicidad antijuricidad
y culpabilidad- que se contrapone a la teoría de los elementos negativos del tipo

Funciones del tipo


- Indiciaria: se sostienen que se pueden encontrar conductas típicas que no son
antijurídicas porque en el caso concreto concurre alguna causa de justificación.
- Vinculante: el delito-tipo importaba un concepto fundamental que domina el
derecho penal en toda su extensión y profundidad; sin referencia a una figura
autónoma del delito, toda adquisición jurídico-penal cae en el vacío.
- Didáctica: implica que los destinatarios de la ley penal deben tener la posibilidad
antes de realizar determinada conducta de conocer si ella está prohibida o no y
amenazada con una pena. De modo que ésta función sirven para motivar a los
individuos que integran la comunidad a abstenerse de realizar un comportamiento
prohibido.
- Limitadora: en el momento de la sanción de la ley penal el legislador selecciona
aquellas conductas que atentan más gravemente contra los BJ más importantes y
las sanciona con una pena. Los hechos típicos no son valorativamente neutros sino
que se configuran comportamientos penalmente relevantes con significado
valorativo propio, ya que suponen una lesión o puesta en riesgo del BJ valioso para
el DP.

Construcción compleja
Partimos del tipo complejo cuya construcción se efectúa mediante la descripción objetivo-
subjetiva de la conducta.
En el tipo doloso la realización del tipo es querida por el autor, de modo que coexisten dos
niveles: tipo objetivo y subjetivo. En cambio, en el tipo culposo, no existe tal
correspondencia entre lo ocurrido y lo conocido o querido por el sujeto.

Tipo Objetivo
Comprende el aspecto externo del comportamiento humano prohibido por la norma, que
abarca no solo su descripción abstracta sino también las valoraciones de distinta índole.
Elementos objetivos o descriptivos
El núcleo del tipo objetivo está constituido por la conducta o la acción descripta por
el verbo. Pero además encontramos diferentes circunstancias como su relación con
personas, cosas, su vinculación con el tiempo, espacio, forma y modo de ejecución
y sus nexos con otras acciones.

Tipos de pura actividad y de resultado


En los tipos de Pura Actividad, sólo se requiere el comportamiento del autor sin exigir
ningún tipo de resultado. En cambio, en los de resultado, la modificación sensible
del mundo exterior está separada espacial y temporalmente de la acción del sujeto.
El resultado puede consistir en una lesión o puesta en peligro del respectivo BJ. Se
distinguen:
- Tipos de lesión: son aquellos en que la conducta debe haber producido la
lesión del BJ mediante el daño o la modificación del objeto material sobre el cual
recae
- Tipos de peligro: no se exige que la conducta haya ocasionado un daño
en el objeto. Es suficiente que el BJ se haya puesto en peligro de sufrir una lesión.

Tipo subjetivo
Es el conjunto de conductas lesivas a los bienes jurídicos que se pueden distinguir en dos
clases: tipos dolosos y tipos culposos. El autor debe saber que realiza el hecho, qué hecho
realiza y las circunstancias que lo rodean y además, debe querer realizarlo.
Respecto a sus elementos: conocimiento y la voluntad.
- Tipos dolosos: el sujeto plenamente consciente de su actuar lesiona al BJ y quiere
afectarlo.
- Tipo culposo: el sujeto no pretende lesionar el BJ pero su accionar descuidado
produce su afectación.

Dolo
Concepto: es el conocimiento y la voluntad de la realización del tipo penal.
Clases de dolo:
 Directo: nos encontramos frente a ésta clase de dolo cuando la acción o resultado
típico constituye el objetivo perseguido por el sujeto. Ej: quiere matar a otro y lo mata
 Indirecto: abarca los resultados no queridos por el sujeto, pero que aparecen de
unidos de modo necesario e ineludible al resultado comprendido por la intención del
autor.
 Eventual: el sujeto que realiza la conducta conoce que probablemente se produce
un resultado típico pero no deja de actuar por ello.

Falta de tipo
La falta de adecuación del hecho concreto a la descripción abstracta contenida en el tipo
penal, nos pone en presencia de la atipicidad de la conducta del sujeto.
La ausencia de cualquiera de los elementos del tipo objetivo supone atipicidad:
 Cuando la estructura realizada no coincide con la acción descripta en la ley penal
 Por falta de sujeto activo
 Por falta de sujeto pasivo o de objeto
 Por falta de circunstancias temporales o espaciales
 Por carencia del medio
 Por error de tipo que recae sobre cualquiera de los elementos del tipo objetivo
 Por ausencia de los elementos subjetivos del tipo distintos del dolor

Antijuricidad
A diferencia de la doctrina mayoritaria estimamos que lo que comúnmente se denomina
antijuricidad no hace referencia al estrato analítico de la estructura del tipo prohibitivo.
Sencillamente se trata de un sector a confrontar eventualmente con aquel resultado de una
deficiente elaboración del supuesto de hecho concreto. (antijuricidad general)
Como característica del supuesto de hecho abstracto, la antijuricidad general viene ya
afirmada por la comprobación de la tipicidad mientras que la antijuricidad especial implica
verificar si el supuesto es merecedor de pena.

El tipo es la descripción concreta de la conducta prohibida. La antijuridicidad es


siempre la contradicción entre la conducta real y el ordenamiento jurídico.
La antijuridicidad del hecho representa la ofensa que él implica a los intereses sociales
receptados por los tipos delictivos. Esta ofensa es de naturaleza objetiva, porque se traduce
en la lesión, de daño o de peligro del bien jurídico.
La antijuridicidad es formal porque únicamente el derecho positivo, mediante la
formulación de los tipos y de las reglas especiales de justificación, constituye su fuente, y,
por consiguiente, la antijuridicidad solo existe si el hecho ha sido cometido contrariando la
norma prohibitiva u ordenadora del pertinente tipo delictivo, sin que concurra una causa de
justificación.
La antijuridicidad material tienen un contenido real, que no consiste en la oposición
formal del hecho a una especial norma jurídica, sino que a la antijuridicidad se la hace residir
en la falta de adecuación del hecho a determinadas pautas decisorias.

Culpabilidad
Concepto: La culpabilidad es la actitud anímica jurídicamente reprochable del autor
respecto de la consumación de un hecho penalmente típico y antijurídico.

Capacidad de culpabilidad: Imputabilidad. Concepto


La imputabilidad es la capacidad para ser penalmente culpable.
El Art. 34 CP determina la culpabilidad con base a un método mixto, biológico-psicológico,
para eximir de responsabilidad penal se exige:
a. La presencia del presupuesto biológico: insuficiencia de facultades mentales,
alteraciones morbosas de éstas o estado de inconsciencia.
b. El presupuesto biológico incida en el psicológico, impidiendo al autor en el momento
del hecho la comprensión de la criminalidad o la dirección de sus acciones.
Presupuestos biológicos
A. Madurez mental: según los modernos planteamientos político-criminales en
materia de menores se estima que éstos no deben ser castigados como los mayores
ni ir a la cárcel como ellos, sino que van a ser objeto de medidas educativas no
penales sino preventivas. Se basa en la suposición de que ante cierta edad no
ocurre la imputabilidad, por otro lado y respecto a los menores de mayor de edad
pueden resultar efectivamente imputables en términos clásicos.
Este último es el seguido por la ley argentina que actualmente declara “no punible
al menor que no haya cumplido 16 años de edad”
Nuestra ley se refiere también a otra categoría de menores de 16 a 18 años a los
que también declara “no punibles”, pero únicamente con relación a ciertos
delitos: “los que solo están reprimidos con multa e inhabilitación, o tengan asignadas
penas privativas de libertad de menos de 2 años, y lo que sean perseguibles por
acción privada”.
B. Salud mental: el CP dispone que el sujeto activo del delito goza de salud mental si
no está afectado de una insuficiencia de sus facultades o una alteración morbosa
de las mismas. Se hace necesario por lo tanto, realizar una interpretación de los
elementos normativos empleados por el legislador al referirse a éstas causales de
inimputabilidad.
C. Conciencia: el CP en su Art. 34 contempla como eximente de responsabilidad penal
al estado de inconsciencia. La expresión conciencia se refiere a la perceptiva o
lúcida que consiste en el claro o nítido conocimiento de los acontecimientos internos
o externos de nuestra vida psíquica en cuya virtud percibimos correctamente, nos
orientamos en tiempo y espacio, respondiendo adecuadamente a los estímulos y
los evocamos cronológicamente.
Presupuestos psicológicos:
A. Capacidad de la comprensión de la criminalidad: la imposibilidad de comprender
la criminalidad del acto como uno de los requisitos exigidos para caracterizar el
efecto psicológico de inimputabilidad solo se dará ante aquel que a causa de
alteraciones morbosas de las facultades mentales o por su estado de inconsciencia,
tenga alguna posibilidad de entrar en contacto intelectual con la norma penal
primaria, aunque ésta no desplegará la intensidad motivadora.
B. Imposibilidad de dirigir las acciones: presupone admitir la libre voluntad del autor
lo que es científicamente indemostrable en el caso concreto, se produce a causa de
la presencia de alteraciones morbosas de las facultades mentales o estado de
inconsciencia cuando se prueba normativamente que los procesos de motivación
de modo anormal. Ya que la anormalidad debida a facultades psíquicas anormales
acondicionará una deficiente formación de la voluntad en conformidad con la
comprensión de la criminalidad del acto.

Culpabilidad como categoría del delito


La culpabilidad, en Derecho penal, es la conciencia de la antijuridicidad de la conducta, es
decir supone la reprochabilidad del hecho ya calificado como típico y antijurídico, fundada
en el desacato del autor frente al Derecho por medio de su conducta, mediante la cual
menoscaba la confianza general en la vigencia de las normas. El problema de la
culpabilidad es central en el Derecho penal, por cuanto determina finalmente la posibilidad
de ejercicio del iuspuniendi.
Bajo la categoría de la culpabilidad, como último elemento de la teoría del delito, se agrupan
todas aquellas cuestiones relacionadas con las circunstancias específicas que concurrieron
en la persona del autor en el momento de la comisión del hecho típico y antijurídico.

DOLO
El Codigo NO lo define de manera expresa. Consiste en el conocimiento y voluntad
de realización del tipo penal. El sujeto es plenamente consciente de que su actuar lesiona
el bien juridico y a pesar de ello, quiere efectuarlo. El autor debe saber:
 Que realiza el hecho
 Qué hecho realiza y las circunstancias que lo rodean
 Debe querer realizar el hecho

Está compuesto por DOS elementos:


 la intención de realizar el hecho y
 el conocimiento de su carácter ilicito.

Clases de DOLO
 Directo: el resultado típico constituye el objetivo del autor. tiene la intención directa
de ejecutarlo (dolo directo)
 Indirecto: abarca los resultados NO queridos por el autor, pero que resultan unidos
de modo necesario e ineludible con la conducta realizada por el autor.
 Eventual: quien realiza la accion conoce que probablemente se produzca el
resultado tipico y sin embargo no deja de actuar por ello (se requiere que el autor se
haya representado el resultado lesivo como probable y que en su esfera interna lo
haya consentido)
 Especifico: a veces el tipo delictivo exige como elemento subjetivo especial del
delito, un conocimiento o una intención especial (dolo específico o elemento
subjetivo del tipo). Esta especialización del dolo excluye la imputación del mismo
delito a título de culpa o, cuando consiste en una intención especial, la imputación a
título de dolo eventual.

CULPA
Quien actúa culposamente causa una acción dañosa pero NO tiene intención de
realizar el TIPO penal. Es un comportamiento imprudente, negligente, imperito o
inobservante de reglamentos o deberes cuyo cumplimiento corresponde al autor en el caso
concreto. La razón de ser de la culpa reside en la voluntad contraria a la precaución que el
autor está obligado a observar en determinadas circunstancias para no dañar intereses
ajenos.
Modalidad: Según el CP., 4 son las formas en que una persona puede actuar con culpa a
saber:
 IMPRUDENCIA: Es imprudente el comportamiento que, con arreglo a las
circunstancias, es atrevido, riesgoso o peligroso para las personas o los bienes
ajenos.
 NEGLIGENCIA: Es negligente el comportamiento que, de acuerdo, con las
circunstancias es descuidado Presuponen la posibilidad del autor de prever el
resultado delictivo, ya que sin ella, subjetivamente no existe un deber de precaución.
 IMPERICIA EN EL PROPIO ARTE O PROFESIÓN: Es una forma de imprudencia o
negligencia en el ejercicio del propio arte o profesión. Es una culpa profesional.
Consiste en la actuación en el propio arte o profesión sin el saber, experiencia o
habilidad mínimos exigibles para su ejercicio beneficioso.
 INOBSERVANCIA DE LOS REGLAMENTOS O DE LOS DEBERES DEL CARGO:
Es una forma de culpa caracterizada porque la precaución exigible está
predeterminada por las normas reguladoras de una actividad o cargo. Ésta solo
implica una presunción iuris tantum de responsabilidad por el resultado delictivo, ya
que esta presunción cede ante prueba en contrario de que la inobservancia fue la
causante del hecho.

Clasificación de los delitos culposos


 De resultado
 De lesión
 De peligro concreto
 De peligro abstracto
 De mera actividad
Los de RESULTADO pueden ser por COMISION o por OMISION IMPROPIA, NO existen
en nuestro derecho penal delitos CUPOSOS por OMISION PROPIA.
Nuestro ordenamiento solo pune TENTATIVAS DOLOSAS, Nunca una TENTATIVA
CULPOSA.

Eje Temático 3: Participación Criminal - Unidad y Pluralidad Delictiva

Autoría y participación en el CP
Autor
El Art. 45 CP, conceptualiza la coautoría, se puede inferir no sólo el concepto de autor sino
también la autoría mediata.
Hay tres formar de ser autor:
 Si el dominio es un hecho in totum estamos frente a la autoría directa
 Si el dominio del hecho es funcional estamos frente a la coautoría
 Si el dominio que se tiene es sobre la voluntad de otro estamos frente a la autoría
mediata.

Autoría directa o individual


Es el que realiza el tipo ejecutando por sí mismo la acción típica, es el que comete el hecho
punible por si mismo.
Entre las características especiales que en ocasiones la autoría exige a más del del dominio
de hecho se puede enumerar:
-Elementos subjetivos de la autoría: referencia anímica del autor
-Elementos objetivos de la autoría: cuando el tipo requiere circunstancia de carácter objetivo
de la persona del autor.

Coautoría.
Existe coautoría cuando varias personas por común acuerdo toman parte en la fase
ejecutiva de la realización del tipo, ejecutando el hecho entre todos.
Requisito del carácter subjetivo:
 Decisión conjunta: común acuerdo entre las partes.
Requisitos del carácter objetivo:
 Condominio de hecho: para coactuar se debe haber codecidido hasta el último
momento acerca de la realización del tipo.
 Aporte realizado en fase ejecutiva: para conceptualizar a alguien como coautor es
indispensable que preste su aporte en el momento de la ejecución del hecho
 Especialidad del aporte, bien o función: es coautor quien ha ejercido una función,
aporte o contribuido con una cosa o actividad.

Autoría mediata
En éste tipo de autoría un sujeto realiza el tipo utilizando a otro como instrumento que será
quien lo ejecutará. Se trata de supuestos de dominio de voluntad.
Características especiales: elementos objetivos de dominio (infracción del deber en los
delitos especiales, realización por si mismo de la acción en los delitos de propia mano) y
elementos subjetivos (ánimo de lucro).

Participación en sentido restringido


La participación se caracteriza por estudiar el problema de aquellos que tomando parte del
delito, no tienen dominio del hecho.
La participación en sentido restringido abarca a cómplices e instigadores.
Formas de complicidad
 Necesaria: es cómplice primario el que presta al autor o autores auxilio o
cooperación sin los cuales no se hubiera ejecutado el hecho.
 No necesaria: es cómplice secundario el que coopera por cualquier otro modo, al
previsto para el cómplice primario a la ejecución del hecho o preste ayuda posterior
cumpliendo promesas a éste.
Criterios de distinción
Cualquiera sea la forma de complicidad, la lesión típica del BJ del hecho principal es
objetivamente imputable a la conducta del cómplice, cuando ésta ha generado el peligro
de la lesión típica del BJ por el autor principal y si mediante la prognosis realizada
objetivamente se establece que se podía contar con la realización de dicho peligro.
La complicidad necesaria se produce por auxilio o cooperación. Se asemejan en que
ambas son contribuciones prestadas al autor del delito para que éste lo realice.
Al distinguir nuestro legislador, entre complicidad necesaria y no necesaria ha puesto a
la doctrina y jurisprudencia en el dificultoso brete de elaborar un criterio para lograr la
separación de ambas especies.
En la actualidad la doctrina se inclina por la teoría de los bienes escasos, donde el
participe coopera al delito con un objeto difícil de obtener con uno del que el auto
material no dispone, es cómplice necesario.
GIMBERNAT, parte de tres principios:
 Cualquier solución debe prescindir de qué es lo que habría sucedido sin la
actividad del sujeto.
 Está fuera de duda que la ley hace referencia a una actividad de especial
importancia para el resultado, razón por la cual agrava la pena en relación al
cómplice no necesario.
 El lenguaje de la ley coincide con el lenguaje corriente.

Instigador
Concepto: es el que hubiese determinado directamente por otro a cometer el delito.
Concurso de delitos
Existe concurso de delitos si una persona ha cometido dos o más delitos no juzgados con
anterioridad. Los delitos ya juzgados no originan un concurso de delitos, sino, en ciertas
condiciones, la reincidencia del condenado. El Código penal comprende el concurso ideal
(formal) (art. 54) y el concurso real (material) (arts. 55 y 56).

Concurso ideal de delitos


Para la doctrina predominante un hecho se encuentra en ésta categoría cuando presenta
un encuadramiento múltiple de modo efectivo y se aplica la pena mayor.
Art. 54: cuando un hecho cayere bajo más de una sanción penal, se aplicará solamente la
que fijare pena mayor.
Características
La comisión de un hecho por el autor y la pluralidad de sanciones penales bajo las
que cae.
Al significado de la fórmula "un hecho", que representa la base material del concurso
ideal, lo señalan muy claramente los arts. 34, inc. I, 45, 46 y 47 del Código. Cuando
el art. 34, se refiere al "momento del hecho" o cuando los arts. 45 y 46 aluden a la
"ejecución del hecho" y el art. 47 menciona "un hecho menos grave que el cometido
por el autor", no puede caber ninguna duda que se están refiriendo a un hecho
previsto y penado como delito en el Libro Segundo del Código.
Implica que una unidad material (el hecho único) constituye formal o idealmente más
de un delito porque cae bajo más de una sanción penal, es decir, bajo más de una
definición represiva. El concurso ideal no es otra cosa que una cuestión de doble
tipicidad de un hecho naturalmente único. La razón de esta doble tipicidad es que la
conducta del agente, esto es, lo que ha hecho o dejado de hacer, que ya cae como
tal en una sanción penal, debido a una circunstancia de modo, lugar, tiempo, etc.,
también cae bajo otra sanción penal. El pariente de una menor que la accede
carnalmente, supuesto que el incesto esté castigado, incurre por su conducta carnal
en la sanción del estupro, pero por la circunstancia de ser pariente de la víctima,
también cae bajo la sanción del incesto. En fin, situaciones, en las cuales accidentes
de tiempo, modo, lugar, personas, etc., que, sin multiplicar materialmente la
conducta del autor de un delito, multiplican la delictuosidad de ella.
Penalidad
El Art. 54 ha seguido el principio de la absorción, ya que unifica la pena de los
distintos tipos involucraos en el concurso ideal: “se aplicará solamente la que fijate
pena mayor”.
Para determinar cuál es la pena mayor debe tenerse en cuenta dos situaciones:
A. Si las penas de los distintos tipos delictivos son de la misma naturaleza: 1.
Pena mayor es la que tiene conminado un máximo superior. 2. Si los
máximos son iguales, la que presente mínimo mayor. 3. Si tanto los máximos
como los mínimos son iguales, la pena mayor será la del tipo que prevé
penas conjuntas.
B. Si las penas son de distintas naturaleza, la pena mayor será la de naturaleza
más grave.

Delito continuado
Es aquel en donde el sujeto realiza concominante o sucesivamente varias infracciones entre
las cuales existe homogeneidad por lo que jurídicamente se las computa como una sola.
Elementos:
 Pluralidad de hechos: exige que la misma persona cometa dos o más hechos
discontinuos en tiempos y lugares distintos.
 Dependencia de los hechos entre sí: para que se configure el delito continuado
varios hechos deben concurrir o proseguir en relación a una sola y misma
delincuencia que no se ha agotado. Esta exigencia implica que el sujeto que amplía
una consumación delictiva continua cometiendo el mismo delito.
 Sometimiento a una misma sanción legal: para cumplir éste requisito que
determina la unidad delictiva de los varios hechos independientes entre sí deben
concurrir dos factores: 1. Que la totalidad de esos hechos merezcan la misma
calificación delictiva, por ello debe darse una homogeneidad conceptual, es decir,
que los distintos hechos puedan unificarse en una misma calificación legal. 2. Que
en el caso de la pluralidad de los ofendidos la naturaleza de los bienes jurídicos
lesionados admita la unificación delictiva. La naturaleza de la vida, integridad sexual,
salud, son incompatibles con la continuidad delictiva en caso de pluralidad de
ofendidos.
Consecuencias jurídicas
El delito continuado genera como principal consecuencia que los plurales hechos
dependientes son nacidos con pena única.
No hay dificultad cuando se trata de los mismos tipos delictivos en juego pero la cuestión
puede complicarse en el caso de continuidad delictiva entre hechos tentados y
consumados, o entre hechos simples y agravados.

Concurso Real de delitos


Según el Art. 55 el concurso real o material de delitos tiene lugar cuando hay una pluralidad
de hechos independientes, susceptibles de ser encuadrados en uno o varios tipos penales,
realizados por el mismo sujeto activo, que concurren para ser juzgados en un mismo
proceso.
Elementos
 Pluralidad de hechos: el mismo sujeto debe haber cometido varios hechos
definidos como delitos por la ley penal, es decir, causado materialmente dos o más
modificaciones en el mundo exterior tipificadas penalmente.
 Independencia entre sí: éste requisito resulta determinado por exclusión en los
desarrollos del concurso ideal y el delito continuado
 Concurrencia de los distintos hechos: la concurrencia puede ser simultáneo o
sucesiva. En segundo caso existe una reiteración delictiva.
 Enjuiciamiento en un mismo proceso judicial: sólo puede haber concurso si la
misma persona ha cometido dos o más delitos que no han sido juzgados con
anterioridad. Por el contrario, si entre los distintos delitos media una sentencia
condenatoria firme queda descartado el concurso real.
Sistemas de Punición
Nuestro CP ha consagrado el sistema de pena única que erige tanto si cada uno de los
distintos delitos está reprimido con una sola pena, como si alguno de ellos o todos lo están
con penas alternativas.
La pena única fija una escala abstracta para graduar la pena de función de los arts. 40 y
41, que se establece de la siguiente forma:
 Principio de acumulación jurídica: si los tipos delictivos en que encuadran los
plurales hechos independientes están conminados con penas divisibles de la misma
especie, las penas correspondientes a tales hechos no se suman de modo
aritmético, sino que tienen un tope: el máximo de la escala de la pena única “no
podrá exceder el máximun legal de la especie de pena que se trate”. El mínimo de
la escala del concurso real es el mínimo mayo de las escalas penales de los tipos
en juego aunque pertenezca a un tipo cuyo máximo de pena sea inferior al de los
otros.
 Sistema de conversión: si todos los tipos delictivos correspondientes a los distintos
hechos independientes están conminados con pendas divisibles de diversa especie,
se aplicará la pena más grave, teniendo en cuenta los delitos de penal menor. La
más grave es la pena de reclusión según surge en el Art. 57 y su remisión al orden
de prelación del Art. 5 CP. En tal caso corresponde la acumulación de las penas de
diferente especie previa su conversión; ésta contiene en la reducción de todas las
penas concurrentes a la especie más grave es decir, la reclusión en base a la
equivalencia del Art. 24 CP.

Punibilidad
Concepto: es el estudio de aquellas condiciones de las que la ley hace depender la
operatividad del castigo penal de los intervinientes de un hecho que por ser típico,
antijurídico y culpable ya es delito
La acción Penal como pretensión punitiva.
Las acciones penales son las formas jurídicas mediantes las cuales se excita el deber del
Estado de aplicar la sanción establecida por la ley al partícipe de un hecho típico y
penalmente antijurídico. Se trata de los modos a través de los cuales se pretende el ejercicio
de la fuerza represiva del estado. Hay acciones en sentido material y formal
Las materiales hacen referencia al contenido sustancias y estático del concepto, mientras
que las formales alude a quien la ejerce y el modo de hacerlo, su aspecto dinámico.
Clases de acciones
La acción penal por su naturaleza, es siempre pública, ya que, a través de ella el Estado en
caso de condena estabiliza las expectativas sociales en relación con la validez del derecho,
garantizando así a los demás ciudadanos que su confianza en el sistema no ha sido en
vanos.
No obstante las acciones penales pueden clasificarse en públicas o privadas. Las acciones
públicas por su promoción se subdividen en promovibles de oficio o a instancia de parte de
acuerdo a que no sea obligatorio o sí, la provocación de la actividad persecutoria por parte
del ofendido.

Acciones públicas:
 Promovibles de oficio: por regla la acción penal es pública y se ejerce de oficio.
El Art. 120 CN. Le otorga al Ministerio Público la función de promover la actuación
de la justicia federal en defensa de la legalidad de los intereses generales de la
sociedad. De este modo, el constituyente nacional ha optado por crear una nueva
función del Estado independiente de las tres restantes, que le adscribe la acción en
sentido formal o la acción propiamente dicha, de ejercicio público.
Características de la acción penal de ejercicio público:
- Oficiosidad: exige que la promoción de la acción sea de oficio por el órgano del
Estado habilitado a tal fin.
- Legalidad: porque torna necesaria la promoción de la acción, no pudiendo una
vez iniciada, retractarla: ala acción se agota por los medios expresamente
establecidos sustancial y procedimentalmente y no por la mera voluntad del órgano
persecusor.
El Ministerio Público está obligado a tal menester, siempre que existan
indicios de que se ha cometido un hecho perseguible por acción pública, a no
ser que existan obstáculos fundados en privilegios constitucionales, que
supediten la continuación de la persecución a la realización de un antejuicio.
- Indivisibilidad: de haber varios partícipes no puede ejercerse la acción contra
algunos y reservarse la posibilidad respecto a otros.
 Promovible a instancia de parte: existen acciones públicas en que el ofendido no
tiene el ejercicio de la acción penal, sino un derecho preprocesal y también
sustantivo, que es la facultad de provocar la promoción.
La instancia a través de la cual se puede realizar éste derecho es la demanda
o acusación del agraviado.
Desde la óptica de la oficiosidad, la instancia, una vez iniciada es irretractable.
Ejemplos: lesiones leves, dolosas o culposas.

Acción de ejercicio privado


Son aquella en que si bien existe también un interés social en la persecución y represión
del delito, éste se criba e identifica con el interés del agraviado por el hecho; se ajusta al
interés del ofendido, el cual lo ejerce en forma sostenida a los largo de todo el proceso
penal. En lugar de concurrir un actor penal público como en caso de las acciones públicas,
existe un actor penal privado.
Son acciones privadas:
 Calumnias
 Injurias
 Concurrencia desleal
 Incumplimiento de los deberes de asistencia familiar, cuando la víctima fuera el
cónyuge.
La acción de ejercicio privado carece de oficiosidad, en tanto no existe promoción de oficio
ni tampoco su articulación es inevitable. Respecto a la legalidad, tampoco es válido en ese
sector, ya que el agraviado dispone la posibilidad de ejercer o no la acción y por último con
relación a la divisibilidad, si en el mismo contexto concurren varios delitos de acción privada,
puede no ejercer la acción o sólo ejercer respecto alguno.
CONTRATOS

CONCEPTO, CLASIFICACIÓN Y FORMACIÓN


(Eje 1)

DEFINICIÓN-CLASIFICACIÓN-FORMACIÓN
Definición:
Art. 957. Definición. Contrato es el acto jurídico mediante el cual dos o más partes
manifiestan su consentimiento para crear, regular, modificar, transferir o extinguir
relaciones jurídicas patrimoniales.
El contrato es un acto jurídico; es más, es el modelo prototípico del acto jurídico patrimonial.
Por lo tanto le son aplicables las disposiciones de los títulos IV y V del Libro I (arts. 257 a
400) y las reglas establecidas en este Título deben ser interpretadas y aplicadas en armonía
con las previsiones sobre acto jurídico.
Elementos del Acto Jurídico:
1. Acto Voluntario: ya que hay auto determinación de los sujetos para que gobiernen
por si mismos sus propios intereses. Es necesario que esa voluntad sea
exteriorizada pero a su vez debe guardar una relación de correspondencia con la
voluntad interna del sujeto.
2. Lícito: no contrario a ley, moral y buenas costumbres.
3. Dirección de la voluntad manifestada: el acto jurídico tiene como fin inmediato
producir consecuencias jurídicas. Por eso la doctrina se divide en 3 TESIS: AMPLIA
- RESTRICTIVA - INTERMEDIA.
TESIS AMPLIA: afirma que son contratos todos los actos jurídicos bilaterales
patrimoniales cualquiera sea el efecto que persigan y sea la clase de derechos
patrimoniales sobre los que incidan.
TESIS RESTRICTIVA: uso del término a los negocios bilaterales creadores de
obligaciones, denominando a los demás “convenciones”.
TESIS INTERMEDIA: coincide con la amplia en cuando a la variedad de efectos del
contrato, pero lo circunscribe al campo obligacional.

Naturaleza Jurídica
Comentario
Noción de contrato
El nuevo Código Civil y Comercial consagra legislativamente la noción de contrato que la
doctrina y la jurisprudencia habían consensuado en su labor interpretativa y de aplicación
del Código de Vélez. De modo que contrato es todo acto jurídico bilateral y patrimonial.
Bajo ese concepto entran en la noción de contrato los actos jurídicos que crean relaciones
jurídicas, pero también los que las modifican (la novación), las transmiten (la cesión), las
regulan (el contrato de arbitraje) o las extinguen, como la transacción o el distracto.
Contrato y derecho real
Es contrato tanto el que crea obligaciones como el que sirve de título a la creación o
constitución de derechos reales. El art. 2185 del Cód. Civ. y Com. Confirma esta idea al
disponer que "Los derechos reales de garantía sólo pueden ser constituidos por contrato...".
Contrato y derecho de familia
Tradicionalmente en el derecho de familia el ámbito de la autonomía de la voluntad era
mucho más reducido que en el derecho patrimonial. Sin embargo, se advierte que en el
Código Civil y Comercial hay una apertura hacia la contractualización de las relaciones
entre los cónyuges y convivientes. Ello se aprecia en la eliminación de la prohibición de
contratos entre cónyuges, la posibilidad de optar por un régimen de bienes alternativo (arts.
505 y ss.), y de celebrar
"pactos de convivencia" (arts. 513 y ss.)
El contrato como instrumento de la vida económica
La institución jurídica del contrato —e l contrato acto jurídico— es el un reflejo de la
institución jurídica de la propiedad privada. Es entonces el vehículo de la circulación de la
riqueza (Messineo), y como tal instrumento capital para el funcionamiento de la economía
de mercado (Cueto Rúa).
Por ello las interpretaciones del contrato deberán tener en cuenta la finalidad económica
perseguida por las partes al celebrarlo, como lo resolvía el Código de Comercio y lo
consagra ahora el art. 1065, inc. c) del Cód. Civ. y Com.

3. Contrato y convención jurídica: patrimonialidad de la relación jurídica


Explicaba Spota que la convención jurídica es contrato cuando se desenvuelve en el campo
patrimonial, por lo que cuando ello sucede "...resulta correcto aseverar que los términos
convención jurídica y contrato son intercambiables". De allí que se sostenga que el acuerdo
de partes por el que se decide someter una controversia patrimonial a la decisión de
árbitros, es un contrato, pues produce sus efectos en ese ámbito. Y así lo resuelve el Código
Civil y Comercial al regular el arbitraje como contrato típico.

4. Patrimonialidad de la relación jurídica e interés no patrimonial


Cuando el Código trata del objeto del contrato, establece que debe ser lícito, posible,
determinado o determinable, susceptible de valoración económica y corresponder a un
interés de las partes aunque éste no sea patrimonial (art.
1003). Esta última frase permite calificar como contrato el caso de quien tiene interés en
estudiar una lengua muerta y paga por ello a un profesor; ese acto jurídico es un contrato
aun cuando el interés en aprender latín o sánscrito no pueda ser objetivamente estimado
en dinero (Lorenzetti).

5. El consentimiento
La definición del art. 957 pone el acento en el consentimiento, que ha de estar dirigido a
crear, modificar, reglar, transmitir o extinguir derechos.
La doctrina señala que cuando se habla del consentimiento de los contratantes se está
aludiendo de manera relativamente promiscua de tres cosas:
— La voluntad interna de cada uno de los contratantes;
— La declaración de esa voluntad;
— Y lo que puede llamarse la zona de coincidencia entre las voluntades declaradas, que
constituye entonces la declaración de voluntad común o intención común, que propiamente
constituye el consentimiento contractual .

6. Otros requisitos del contrato


Sin embargo la noción de contrato no estaría plenamente descripta, si no se atiende a
aspectos atinentes al consentimiento en sí mismo y a otros elementos.
Por empezar, el consentimiento requiere la capacidad de las partes; en este sentido, la
capacidad es un presupuesto de la validez de contrato. El Código regula la capacidad en
general en el Libro I (a partir del art. 22) y las inhabilidades para contratar a partir del art.
1009.
Y el consentimiento ha de exteriorizarse a través de una manifestación de voluntad, que
por regla general puede tener lugar oralmente, por escrito, por signos inequívocos o por la
ejecución de un hecho material (art. 262), excepcionalmente por el silencio (art. 263) y que
en determinados casos estará sujeta a alguna forma establecida por la ley o por las partes
(arts. 284 y ss. y 1015 y
ss.). Pero la doctrina argentina en general no considera a la forma como un elemento del
contrato.
Amén de ello se consideran elementos del contrato al objeto (art. 1003) y la causa (art.
1012), los que deben a su vez reunir ciertos requisitos; el objeto debe ser lícito, posible,
determinado o determinable, susceptible de valoración económica y corresponder a un
interés de las partes aunque éste no sea patrimonial.
Mientras que la causa debe existir y ser lícita (v. art. 1014). Al objeto y la causa del contrato
se aplican las disposiciones más generales sobre el objeto y la causa de los actos jurídicos
(arts. 279 a 282).
Con la mención de la causa se supera la disputa doctrinaria sobre si ella constituye o no un
elemento de los actos jurídicos en general y del contrato en particular.
Como veremos en su momento se adopta la noción sincrética de causa, esto es la que
comprende la causa tipificadora u objetiva y la causa motivo o subjetiva.

Ubicación sistemática de los Contratos:


Los contratos se ubican en el Libro III llamado Derechos Personales, Título III “Contratos
en General” y se establecen otros dos títulos: Título III “Contratos de Consumo y Título IV
“Contratos en Particular”.

Requisitos de Existencia y Validez

Presupuestos y Elementos de los Contratos: Clasificación Clásica y Contemporánea

Tradicionalmente y sin que el CCyC los enuncie, se distinguieron elementos esenciales,


naturales y accidentales de los contratos. Desde una concepción más moderna se
distinguen entre: presupuestos, elementos y legitimació.
Los presupuestos son los requisitos extrínsecos del contrato pero determinan su eficacia y
son valorados antes de él como un prius. Estos requisitos son: voluntad jurídica, capacidad,
aptitud del objeto y legitimación.
Respecto a los elementos del contrato sin aquellos requisitos intrínsecos, constitutivos del
los mismos: cláusulas.
Elementos:
1. Esenciales: son necesarios para que el contrato exista. Sin ellos no hay
contrato. Son: sujetos, objeto, cusa y forma. Asimismo cada contrato tiene
en particular elementos esenciales y especiales, que varían de acuerdo al
tipo de contrato.
2. Naturales: son aquellos que ya se encuentran en el contrato porque así están
dispuestos por ley y pueden ser dejador de lado por disposición expresa de
las partes.
3. Accidentales: aquellos que naturalmente no se encuentran en el contrato
pero las partes pueden adherirlos por disposición expresa.

Autonomía de la voluntad y fuerza del Contrato.

De conformidad con lo expuesto en los “Fundamentos del Anteproyecto de Código Civil y


Comercial de la Nación” (2012), se incorporaron algunos principios jurídicos aplicables en
la materia, que constituyen la base sobre la cual se asienta la noción dogmática y que son
los siguientes:
 “La libertad de las partes [énfasis agregado] para celebrar y configurar el contenido
del contrato dentro de los límites impuestos por la ley, el orden público, la moral y
las buenas costumbres”.5 Existe, primariamente, la libertad de conclusión o libertad
de contratar, y se trata de la posibilidad ofrecida a cada persona de contratar o no
contratar, y de elegir con quién hacerlo.

 Al establecer la libertad de las partes para determinar el contenido del contrato, la


misma norma consagra el principio de la autonomía de la voluntad, aunque con
ciertos límites. López de Zavalía (1997) define a este principio en términos de poder;
afirma que la autonomía privada es el poder que compete a los particulares para
crear normas jurídicas. No es común a los contratos, sino a todos los negocios
jurídicos, siendo la expresión autonomía de la voluntad producto o fruto de una
pasajera concepción histórica.

Fundamento de la fuerza obligatoria de los contratos


El efecto vinculante de los contratos, es decir, la fuerza obligatoria mediante la cual el
contrato válidamente celebrado es obligatorio para las partes, sólo puede ser modificado o
extinguido conforme con lo que en él se disponga, por acuerdo de partes o en los supuestos
que estén previstos por la ley.13 La fuerza obligatoria del contrato viene a completar el
significado de la autonomía contractual. Así, con el contrato, las partes tienen libertad para
disciplinar sus relaciones jurídicas patrimoniales de un modo vinculante. Las personas son
libres de contratar, y cuando han hecho uso de esa libertad deben atenerse a lo estipulado.
Nace, de ese modo, una regla que las vincula de una manera independiente de la voluntad
por obra del ordenamiento jurídico.
En este sentido, el propio Código se encarga de establecer que las normas previstas
expresamente en relación a los contratos son supletorias a la voluntad de las partes, es
decir que tiene prevalencia lo dispuesto por las partes, excepto que ellas asuman el carácter
de imperativas, en cuyo caso son indisponibles. El art. 962 del Código lo dice expresamente
cuando establece esta preeminencia, “a menos que de su modo de expresión, o de su
contexto, resulte su carácter indisponible”.14 A los efectos de zanjar esta discusión, el art.
963 prevé expresamente un orden de prelación normativa, asignando la siguiente
preeminencia: “a) normas indisponibles de la ley especial y de este Código; b) normas
particulares del contrato; c) normas supletorias de la ley especial; d) normas supletorias de
este Código”

Clasificación de los Contratos

Contratos Unilaterales y Bilaterales:


Dadas las obligaciones que surgen al momento de celebrar contratos, los mismos se
clasifican en dos: bilaterales y unilaterales.
Los unilaterales nacen cuando se forman con la voluntad de un solo centro de interés y los
bilaterales cuando se requiere el consentimiento de dos o más centros de intereses. Por lo
tanto, los contratos son siempre negocios bilaterales y no se tienen en cuenta el número de
centros sino los efectos del contrato.
En referencia al contrato bilateral es menester que concurran dos características: ambas
partes estén obligadas y dichas obligaciones sean recíprocas. Así, será unilateral aquel
contrato en el que una sola de las partes se obliga hacia la otra, sin que esta otra quede
obligada, y cuando, existiendo obligaciones a cargo de ambas partes, faltara la
reciprocidad.
Son ejemplos de contratos bilaterales: compraventa, permuta, cesión onerosa, mandato
oneroso, locación de cosa, obra o servicio. Y de contratos unilaterales: donación, fianza,
mandato gratuito, mutuo, comodato, depósito.

Contratos a título Oneroso y título Gratuito:


Según el costo de las ventajas, es decir, si al momento de celebrase traen aparejadas
ventajas para una o para las dos partes, los contratos se clasifican en onerosos o
gratuitos.17 A su vez, los contratos onerosos se dividen en conmutativos y aleatorios.18
En la vida de relación son más comunes los contratos onerosos. En éstos, cada una de las
partes se somete a un sacrifico y cuyos extremos son equivalentes.
En los contratos gratuitos, una sola de las partes efectúa el sacrificio, y la otra sólo es
destinataria de una ventaja.
Son un ejemplo de contrato oneroso la compraventa o locación de cosas. Y de contratos
gratuitos: donación, comodato, etc.

Contratos conmutativos y aleatorios:


Según la determinación de las ventajas, los contratos pueden ser conmutativos o aleatorios.
Cuando las ventajas para todos los contratantes son ciertas, entonces el contrato se
denomina conmutativo.
Y cuando no es posible apreciar dicha relación inicialmente o ab-initio, dado que las
ventajas o las pérdidas para uno de ellos, o para todos, dependen de un acontecimiento
incierto (es decir, cuando no se sabe si acaecerá o se ignora el momento en el cual se
verificará), se dice que el contrato es aleatorio.
Ejemplos de contratos conmutativos: la mayoría; compraventa, locación, cesión. Ejemplos
de contratos aleatorios: juego, apuesta de lotería, contrato oneroso de renta vitalicia. Es
dable destacar que estos contratos aleatorios mencionados se encuentran regulados en la
ley, pero hay otros que pueden convertirse en aleatorios por voluntad de las partes, en
virtud de cláusulas agregadas.

Contratos Formales:
Según la exigencia de forma para su validez, los contratos pueden clasificarse en formales
o no formales.20
Son formales aquellos para los cuales la ley exige una forma para su validez, por lo que
son nulos si la solemnidad no ha sido satisfecha. Cuando la forma es requerida solo para
que el contrato produzca sus efectos propios, pero sin sanción de nulidad, no quedan
concluidos como tales mientras no se otorgue el instrumento previsto, pero sí valen como
contratos en los que las partes se obligaron a cumplir con determinada formalidad.
Por el contrario, son no formales cuando la ley no dispone una forma determinada para su
celebración, en cuyo caso la forma asumida sólo constituye un medio de prueba del
contrato, pero no afecta su validez.
De conformidad con el artículo número 1.552 del Código, el contrato de donación de cosas
inmuebles debe ser formalizado mediante escritura pública, aunque la mayoría de los
contratos no requieren una forma específica, como el contrato de locación que es un
ejemplo de mandato.

Contratos Nominados e Innominados:


Según la reglamentación legal, es decir, según la ley los regule especialmente o no, los
contratos se clasifican en nominados e innominados.
Los contratos innominados están regidos en el siguiente orden por:
 la voluntad de las partes,
 las normas generales sobre contratos y obligaciones;
 los usos y prácticas del lugar de celebración, [y]
 las disposiciones correspondientes a los contratos nominados afines que son
compatibles y se adecuan a su finalidad.
Es de destacar la importancia que reviste la existencia de contratos innominados desde el
punto de vista social, ya que presupone la libertad contractual y de configuración del
contenido del contrato reconocida por la ley a las partes, lo que significa encontrar
instrumentos idóneos para la satisfacción de los intereses de ellas en medio de una realidad
totalmente en proceso de cambio y evolución.

Otros Criterios Clasificatorios


Además del criterio de clasificación contemplado por el Código, es posible añadir otros
criterios que, aunque ni han sido contemplados específicamente, han sido desarrollados
por la doctrina largamente.
Contratos de cambio y asociativos
Según la finalidad, los contratos puede ser de cambio o asociativos. Los contratos de
cambio son aquellos que suponen una atribución de ventajas o prestaciones que hacen las
partes entre sí.
Los contratos asociativos son aquellos en los que las partes convergen; unen sus esfuerzos
y prestaciones para el desarrollo de una actividad conjunta en vistas a un fin común. Por
ende, cada contratante satisface su interés de participación en el resultado útil obtenido de
esa asociación de prestaciones y actividad común. El Código ha incorporado este criterio,
regulando a los contratos asociativos en el Capítulo 16 del Título II, especificando en el art.
1.442 que las disposiciones de los artículos 1.442 al 1.478 “se aplican a todo contrato de
colaboración, de organización o participativo, con comunidad de fin, que no sea sociedad”.
Se pueden citar variados ejemplos de contratos de cambio, ya que permanentemente
estamos ante ellos: cuando un sujeto paga un alquiler por el uso de una cosa, contrata un
servicio por un precio, o paga un precio por la propiedad de una cosa mueble o inmueble,
etc. Cada parte recibe una prestación de la otra, en recompensa de la propia. En cuanto a
contratos asociativos, el Código regula los negocios en participación, las agrupaciones de
colaboración, las uniones transitorias y los consorcios de cooperación.

Contratos de consumo. Importancias de las normas constitucionales


La incorporación de los contratos de consumo fue uno de los aspectos más discutidos en
el marco de la reforma del Código. Este aspecto será desarrollado con mayor profundidad
en la Lectura Nº 2, al referirnos detalladamente a los contratos de consumo y su regulación
en el Código.
En los “Fundamentos del Anteproyecto de Código Civil y Comercial de la Nación” (2012),
se sostuvo la necesidad de considerar el rango constitucional de los derechos del
consumidor en nuestro régimen legal, la amplia aplicación de estas normas en los casos
judiciales y la opinión de la mayoría de la doctrina. Siguiendo estos lineamientos, se
incentivó la necesidad de también incorporar a los contratos de consumo en el marco de la
regulación del Código Civil y Comercial. En definitiva, y tal como surge de tales
fundamentos, se dispuso la regulación de los contratos de consumo atendiendo a que no
son un tipo especial más como, por ejemplo, la compraventa, sino una fragmentación del
tipo general de contratos que influye sobre los tipos especiales (por ejemplo: compraventa
de consumo). Y de allí la necesidad de incorporar su regulación en la parte general. Se
consideró que esta solución era consistente con la Constitución Nacional, la cual considera
al consumidor como un sujeto de derechos fundamentales, como así también con la
legislación especial y la voluminosa jurisprudencia y doctrina existentes en la materia.
(Sobre este respecto, se recomienda profundizar con la lectura de los fundamentos al
anteproyecto).
Concretamente, el Código regula, en el Título III, la relación de consumo (capítulo 1), la
formación del consentimiento (capítulo 2), las modalidades especiales (capítulo 3), y las
cláusulas abusivas (Capítulo 4). Tal regulación está comprendida en los arts. 1.092 al 1.122
del Código. Además, esta regulación se complementa con la ley Nº 24.240 (Ley de Defensa
del consumidor)25; ésta es una ley especial que continúa vigente con sus correspondientes
modificaciones parciales (leyes número 24.56826, 24.78727, 24.99928 y 26.36129).

Contratos atípicos
Como ya vimos en el punto 2.1.5., el art. 970 del Código diferencia a los contratos
nominados de los innominados según si la ley los regule especialmente o no. La sanción
del Código ha venido a incorporar contratos que antes denominábamos atípicos,
fundamentalmente vinculados con los contratos comerciales modernos, tales como la
franquicia, el factoraje, la agencia, la concesión, etc., que en la práctica comercial se
utilizaban con mucha frecuencia, pero que no tenían una regulación legal. Claramente, la
realidad negocial es inagotable, por lo que es propio que, con el transcurso del tiempo y el
desarrollo de la tecnología, la gama de contratos atípicos se amplíe. El Código, previendo
esto, dispone pautas específicas sobre las cuales deben regirse los contratos innominados,
las que están especificadas en el art. 970.30

Autocontrato. Subcontrato y conexidad. Generalidades


Autocontrato
Cuando nos referimos al autocontrato, o contrato “consigo mismo”, aludimos a la posibilidad
de que una parte celebre un contrato actuando por sí y en representación de otra parte, o,
según el caso, actuando en representación de dos o más partes.
Como señala Alterini (2012), en los casos aludidos (cuando hay una parte que celebra un
contrato actuando por sí y en representación de otra parte, o actuando en representación
de dos o más partes), la bilateralidad del contrato no está afectada, por aplicación de la
teoría de la representación, según la cual el único celebrante del acto actúa a) en nombre
de terceros, representándolos, o b) por sí y representando a un tercero. Por ejemplo,
cuando una persona.

Subcontrato
El Código establece una regulación expresa para el subcontrato, lo cual constituye una
novedad. Específicamente, el art. 1.069 lo define como un nuevo contrato, “a través del cual
el subcontratante crea a favor del subcontratado una nueva posición contractual derivada
de la que aquél tiene en el contrato principal [o base].31 Reconocemos, entonces, la
existencia de un contrato principal que sirve de base, pero que es independiente del
subcontrato, que tiene autonomía. Y las partes se denominan: subcontratante y
subcontratado.
Pensamos en los contratos base en que existen prestaciones pendientes a cargo de una o
de ambas partes. En esos casos, el art. 1.070 dispone que esas prestaciones pendientes
puedan ser subcontratadas, en todo o en parte, dando lugar a la formación del subcontrato.
Lógicamente, esto es posible en la medida en que esas prestaciones no constituyan
obligaciones que deban ser cumplidas personalmente por una de las partes, en cuyo caso
la subcontratación no sería posible.32
Acciones del subcontratado. A la parte subcontratada se le conceden:
 “las acciones emergentes del subcontrato, contra el subcontratante”.33 Esto es
evidente, en tanto el subcontrato está conformado por esas dos partes; y
 las acciones contra la otra parte del contrato principal, en la medida en que “esté
pendiente el cumplimiento de las obligaciones de éste respecto del
subcontratante”.34

Acciones de quien no celebró el subcontrato:


 esta parte mantiene contra el subcontratante (que es la parte con quien contrató en
el contrato principal) todas las acciones derivadas del contrato base;35

 “dispone también de las acciones que le corresponden al subcontratante contra el


subcontratado, y puede ejercerlas en nombre e interés propio”.

Oferta

El consentimiento en los contratos está conformado a través de conceptos tales como la


oferta y la aceptación. A continuación analizaremos concretamente a la oferta.
Concepto:
A diferencia del Código Civil reformado, el actual Código Civil y Comercial de la Nación,
define expresamente a la oferta: “La oferta es la manifestación dirigida a persona
determinada o determinable, con la intención de obligarse y con las precisiones necesarias
para establecer los efectos que debe producir de ser aceptada”.81
La oferta es una manifestación unilateral de voluntad, comprendiendo aquellos casos en
que es expresa o tácita, recepticia o no, dirigida a persona determinada o indeterminada.

Naturaleza jurídica
Según el Código, la oferta es un acto jurídico unilateral. Esto es así porque se configura con
la sola voluntad del oferente. Es recepticio, en tanto tiene un destinatario, pues no puede
pensarse a la oferta sino dirigida a otros, para que esos terceros la conozcan y, en su caso,
la acepten. Y, por último, tiene una finalidad esencial, que la diferencia de las meras
tratativas contractuales, y que implica la intención de obligarse por parte del oferente.

Art. 971. Formación del consentimiento. Los contratos se concluyen con la recepción
de la aceptación de una oferta o por una conducta de las partes que sea suficiente
para demostrar la existencia de un acuerdo.

II. Comentario
1. Formación del contrato: tipos de contratos a los que se aplica la normativa
El Código Civil y Comercial trata exhaustivamente el tema de la formación del contrato en
esta Sección, con la advertencia de que ella se aplica a los contratos discrecionales. En los
mismos Fundamentos se pone de manifiesto que "las particularidades que surgen de los
contratos por adhesión y de consumo son reguladas separadamente y no se confunden con
esta normativa general".
2. Regla general
El contrato se perfecciona por la recepción de la aceptación de una oferta.
Como anticipamos, con esta formulación el Código se adecua a la Convención de Viena
(art. 18.2), ratificada por ley 22.765.
Oferta. Remisión
La oferta es definida en el art. 972 como la manifestación dirigida a persona determinada o
determinable con la intención de obligarse y con las precisiones necesarias para establecer
los efectos que debe producir de ser aceptada. Remitimos al comentario del artículo citado.

4. Modos de la aceptación. Regla general. Remisión


Por aceptación se considera toda declaración o acto del destinatario que revele
conformidad con la oferta (art. 979, a cuyo comentario remitimos).

Requisitos
La oferta debe estar dirigida a una persona determinada o determinable, debe ser completa
y contener la intención de obligarse. Según el art. 972 del Código, son requisitos de la
oferta83:
 Direccionalidad. Con respecto al elemento "sujeto", la oferta debe ser recepticia.
Esto implica decir que tenga destinatario, o sea, una o más personas determinadas
o determinables que, en su caso, asumirán la condición de aceptante.

 Completitividad. Supone la autosuficiencia o plenitud de la declaración contractual


emitida, que debe contener las precisiones necesarias vinculadas a los efectos que
van a derivarse del contrato, en caso que ella sea aceptada.
 El art. 972 sólo exige que contenga las precisiones necesarias para establecer los
efectos que debe producir de ser aceptada, aunque no contenga todos los
elementos constitutivos del contrato. Esto implica que la oferta es completa aún
cuando carezca de cuestiones accesorias, lo que puede variar, lógicamente, de
acuerdo con las circunstancias particulares del caso. En aquel sentido, en los
principios UNIDROIT se establece que: “una propuesta para celebrar un contrato
constituye una oferta, si es suficientemente precisa e indica la intención del oferente
de quedar obligado en caso de aceptación”.84
 Vinculante. La oferta debe ser hecha por el oferente con la intención de obligarse,
es decir, de quedar obligado cuando el destinatario la acepte. Esto se relaciona
directamente con la finalidad de la oferta. La oferta se hace con la intención de
producir efectos jurídicos, ya sea crear, modificar o extinguir un contrato.
Es evidente que no hay intención de obligarse en los casos de declaraciones que se
formulan como bromas, o ejemplos, o enseñanzas, o cualquier otro tipo de manifestaciones
que, por no contar con la intención de obligarse, carecen de trascendencia jurídica.

Invitación a Ofertar:
La invitación a ofertar es una declaración unilateral de voluntad por la que se propone a
personas determinadas o indeterminadas, a que se realicen ofertas en relación a un posible
negocio. El código contempla la invitación a ofertas disponiendo:
Art. 973. Invitación a ofertar.
La oferta dirigida a personas indeterminadas es considerada como invitación para
que hagan ofertas, excepto que de sus términos o de las circunstancias de su
emisión resulte la intención de contratar del oferente. En este caso, se la entiende
emitida por el tiempo y en las condiciones admitidas por los usos.
Es decir, la oferta al público es efectiva cuando de ella surge la clara intención de
obligarse.

Fuerza Obligatoria de la oferta


El Código establece expresamente que la oferta obliga al proponente, es decir que la regla
es que la oferta tiene carácter vinculante para quien la propone o emite. Asimismo el propio
art. Que se refiere a la fuerza obligatoria de la oferta dispone excepciones a éste carácter
vinculante. A saber:
Art. 974. Fuerza obligatoria de la oferta. La oferta obliga al proponente, a no ser
que lo contrario resulte de sus términos, de la naturaleza del negocio o de las
circunstancias del caso.
La oferta hecha a una persona presente o la formulada por un medio de
comunicación instantáneo, sin fijación de plazo, sólo puede ser aceptada
inmediatamente.
Cuando se hace a una persona que no está presente, sin fijación de plazo para la
aceptación, el proponente queda obligado hasta el momento en que puede
razonablemente esperarse la recepción de la respuesta, expedida por los medios
usuales de comunicación.
Los plazos de vigencia de la oferta comienzan a correr desde la fecha de su
recepción, excepto que contenga una previsión diferente.

Retractación de la oferta
Retractación
Es una manifestación de voluntad del oferente que tiene por efecto retirar la oferta. El
Código permite que el oferente retire libremente su oferta, en tanto el destinatario tome
conocimiento de la retractación antes de haber conocido la oferta, o en el mismo momento
de conocerla93.
Este sistema difiere del seguido por el Código Civil Alemán, en el cual la oferta es
irrevocable (salvo reserva en contrario). Y no pierde vigor en caso de muerte o incapacidad
del oferente. A saber:
Art. 975. Retractación de la oferta. La oferta dirigida a una persona determinada puede
ser retractada si la comunicación de su retiro es recibida por el destinatario antes o al mismo
tiempo que la oferta.

Relación con el Código Civil. Fuentes del nuevo texto


Este artículo ha de relacionarse con el último párrafo del art. 974. La fuente es el art. 926,
primer párrafo, del Proyecto de 1998. Modifica el criterio del art.
1150, en cuanto éste admitía la revocación de la oferta hasta el momento de la aceptación;
ahora la revocación de la oferta debe llegar al destinatario antes o al mismo tiempo que la
oferta.

Comentario
Retractación de la oferta. Nuevo régimen
El Código Civil y Comercial admite la oferta revocable y la irrevocable. La regla es
que la oferta con plazo es irrevocable, pues ella obliga por todo el término, salvo que
sea revocable y se la retracte (art. 974, último párrafo).
Ahora bien; este art. 975 dispone que la retractación es eficaz si la oferta ha sido
dirigida a persona determinada y llega al destinatario antes o al mismo tiempo que
la oferta.
Aplicación de la idea de la "recepción"
Como se ha señalado se modifica sustancialmente la regla establecida en el
Código Civil, pues en el art. 1150 la oferta podía ser revocada mientras no hubiese
sido aceptada. En cambio, en el régimen vigente, la oferta sólo se considera
retractada, si la comunicación de la revocación llega antes que la oferta o al mismo
tiempo que ella. Del sistema de " fragilidad de la oferta" se ha pasado a un régimen
en el cual una vez recibida la oferta ella obliga al oferente por todo el término por el
cual ella ha sido concebida.
La solución del nuevo Código Civil y Comercial resulta acorde con el derecho
comparado y aparece como mucho más adecuada a las modalidades de
negociación contemporáneas.

Caducidad
Supone la pérdida de eficacia de la declaración por el acaecimiento de determinados
hechos objetivos, tales como el fallecimiento o incapacitación del proponente o destinatario,
conforme analizaremos en el punto 3.2.5.

Muerte o incapacidad de las partes


La caducidad de la oferta se produce por muerte o incapacidad de cualquiera de las partes
(proponente o destinatario de la oferta), ocurrida antes de la recepción de la aceptación, es
decir, antes del perfeccionamiento del contrato.98
Ahora bien, si el destinatario aceptó la oferta ignorando la muerte o la incapacidad del
oferente, y, a consecuencia de la aceptación, hizo gastos o sufrió pérdidas, tiene derecho
a reclamar su reparación.

Contrato plurilateral
Oferta hecha por una pluralidad de sujetos o a una pluralidad de sujetos
La oferta puede ser efectuada por varias personas y estar dirigida a uno o varios
destinatarios. Estamos ante casos de contratos plurilaterales, es decir, casos en que la
oferta emana de diferentes personas o tiene varios destinatarios.
En este sentido, el Código plantea que, en esos casos, no hay contrato sin el consentimiento
de todos los interesados.100 Es decir, para que se perfeccione el contrato se requiere la
aceptación de todas las personas que intervinieron en la oferta (en caso de varios
ofertantes) y de todos los destinatarios (en caso de que la oferta esté dirigida a varias
personas). Ello es así porque se infiere que existe la intención de que todos los interesados
sean las partes contratantes.
Ahora bien, la norma contempla la posibilidad de que por disposición legal, o de las partes,
se autorice a la mayoría a concluirlo en nombre de todos (el contrato sería concluido por
todos los ofertantes y/o destinatarios originales), o bien que se permita su celebración entre
todos los que lo consintieran (caso en el que el contrato se perfeccionaría entre los
oferentes y/o destinatarios que aceptaran la celebración en esos términos).

Aceptación
En la doctrina hay coincidencia en cuanto a considerar a la aceptación como una
manifestación unilateral de la voluntad, recepticia, de contenido coincidente con el de la
oferta, que está dirigida al oferente y destinada a la formación del contrato.

Modos de aceptación
a) Direccionalidad. Así como la oferta es direccional, la aceptación, lógicamente, debe estar
dirigida al ofertante o proponente de la oferta. Esto marca su carácter de recepticia: el
destinatario no puede ser otro que aquel que le propuso la oferta en cuestión.

Se evidencia aún más en la actual redacción del Código, en donde es clave el hecho de la
recepción por el proponente de la aceptación, lo que delimita el momento en que el contrato
queda perfeccionado, en los contratos entre ausentes.101
b) La plena conformidad con la oferta. La oferta supone una declaración unilateral de
voluntad realmente encauzada a concluir el negocio, por lo que debe ser eficaz a tal fin.
Para que el contrato se concluya, la aceptación debe expresar la plena conformidad con la
oferta.
La regulación en nuestro Código: mediante el principio de identidad, establece que “para
que el contrato se concluya, la aceptación debe expresar plena conformidad con la
oferta”.102
La norma no discrimina entre elementos esenciales y secundarios del contrato, por lo que
el acuerdo debe ser absoluto. Para ello, debe existir una total coincidencia con la
proposición enviada, tanto en los puntos esenciales, como en los accidentales. A tenor de
ello, cualquier modificación que el destinatario hace a la oferta, al manifestar su aceptación,
se reputa como una propuesta de un nuevo contrato que requiere de aceptación por parte
de quien era el oferente original para su formalización. Esta es la postura receptada por el
art. 978 del Código, que además contempla la posibilidad de que las modificaciones sean
admitidas por el oferente si lo comunica de inmediato al aceptante. Es decir, en este caso,
el tiempo es relevante a los efectos de determinar si el contrato queda concluido con las
modificaciones formuladas.
Es necesario distinguir el problema tratado de la falta de previsión de determinados
aspectos del contrato por las partes. Una cosa es que las partes contraten, dejando sin
resolver diversos aspectos de la convención (plazo, determinación exacta del objeto, precio,
etc.), pero manifestando pleno acuerdo sobre los que sí han tratado. Y otra muy diferente
es que mantengan diferencias sobre el contenido del contrato.

Retractación de la aceptación
Habiéndonos referido a las vicisitudes de la oferta, trataremos ahora las vicisitudes de la
aceptación. Una de éstas es la retractación.
El Código dispone: “La aceptación puede ser retractada si la comunicación de su retiro es
recibida por el destinatario antes o al mismo tiempo que ella”.105 Es decir que, formándose
el consentimiento con la recepción de la aceptación de la oferta, se permite el retiro de la
aceptación antes de que quede perfeccionado el contrato. De hecho, no ocasiona ningún
perjuicio al ofertante por el retiro de una manifestación de voluntad que aún no ha llegado
a conocer.
En definitiva, la retractación es posible hasta el perfeccionamiento del contrato (recepción
de la aceptación de la oferta).

Caducidad
A diferencia del Código Civil, que no contemplaba la posible caducidad de la aceptación, y
sí la de la oferta, el nuevo Código Civil y Comercial de la Nación prevé el caso genérico de
muerte o incapacidad de cualquiera de las partes (proponente o destinatario).106
Aún cuando el Código se refiere a la muerte o incapacidad del destinatario de la oferta,
como un supuesto de caducidad de la oferta y no de la aceptación, brinda una solución al
caso. Concretamente, dispone la caducidad de la oferta para el caso de muerte o
incapacidad del destinatario de la oferta, producido antes de la recepción de su aceptación.
Es decir, no habiéndose perfeccionado el contrato antes de la recepción de la aceptación,
la muerte o incapacidad del aceptante anterior a ese momento, suponen su caducidad, sin
más consecuencias jurídicas. Las dudas presentes en la codificación anterior, para el
mismo caso, quedan disipadas en el nuevo Código al acogerse la teoría de la recepción y
no la de la expedición como relevante para el perfeccionamiento del contrato.

Acuerdo parcial
El Código contiene una disposición específica para el caso de los acuerdos parciales.
Dispone textualmente:
Acuerdo parcial. Los acuerdos parciales de las partes concluyen el contrato si todas ellas,
con la formalidad que en su caso corresponda, expresan su consentimiento sobre los
elementos esenciales particulares. En tal situación, el contrato queda integrado conforme a
las reglas del Capítulo 1. En la duda, el contrato se tiene por no concluido. No se considera
acuerdo parcial la extensión de una minuta o de un borrador respecto de alguno de los
elementos o de todos ellos.108
La noción de acuerdos parciales está relacionada con la etapa de formación del contrato.
Las partes comienzan tratando determinados aspectos del contrato, que van a ser parte de
su contenido, y van arribando a acuerdos o pactos parciales. De esta manera, el contenido
del contrato se va conformando de manera progresiva, en función de los graduales
acuerdos respecto de determinados puntos del contrato. En el marco de esas
negociaciones, es posible que las partes documenten por escrito esos avances, a través de
lo que comúnmente se denomina minutas o puntualización, donde sirven de prueba los
puntos en los que han manifestado su acuerdo, o inclusive su desacuerdo.
Ahora bien, se considera celebrado el contrato cuando la totalidad de los aspectos sobre
los que debía referirse, y que las partes sometieron a discusión, fueron aprobados por los
involucrados. Es por ello que el artículo requiere:
a) expresión del consentimiento de todas las partes;
b) acuerdo sobre los elementos esenciales particulares. Inclusive, se ha planteado
la hipótesis de que las partes inicien tratativas respecto a la posibilidad de convenir
un determinado proyecto de contrato, cuyas cláusulas deben ser objeto de análisis
y discusión.

Formación del contrato entre presentes y ausentes

Contratos entre presentes


En los contratos celebrados entre presentes, la oferta y la aceptación se producen en forma
inmediata, por lo que la formación del contrato es instantánea. Se recepta el principio de la
tempestividad de la aceptación.
Esto comprende la noción de contratos entre presentes como así también aquellos en los
que la oferta y aceptación se formulan a través de medios de comunicación instantáneos.
El segundo párrafo del art. 974 del Código prevé que: “la oferta hecha a una persona
presente o la formulada por un medio de comunicación instantáneo, sin fijación de plazo,
solo puede ser aceptada inmediatamente”.109 Asimismo, el art. 980 del Código dispone
que entre presentes se perfecciona el contrato cuando la aceptación es manifestada.110
Al no existir espacio temporal entre la manifestación de la aceptación y la recepción de la
misma (teoría receptada en el Código para la formación del consentimiento), la primera es
suficiente para lograr el perfeccionamiento del contrato. Se aplica en los casos de contratos
entre presentes, o en aquellos en los que estén involucrados medios de comunicación
instantáneos.

Contratos entre ausentes


Son contratos entre ausentes aquellos celebrados por sujetos que se encuentran en distinto
lugar geográfico.
Los efectos de calificar una convención como contrato entre ausentes recaen en el
momento de perfeccionamiento del contrato.
No obstante, aunque el contrato sea entre ausentes, deberá ser juzgado en cuanto al
momento de perfeccionamiento por las reglas relativas a los contratos entre presentes
cuando existe inmediatez en la emisión de las respectivas declaraciones contractuales y,
correlativamente, instantaneidad en la formación del consentimiento.
El Código dispone que, en el caso de contratos entre ausentes, la aceptación perfecciona
el contrato “si es recibida por el proponente durante el plazo de vigencia de la oferta”.
Es posible que la oferta contenga un plazo de vigencia. Cumplido el plazo, si la aceptación
no fue recibida por el proponente, no hay contrato perfeccionado. Ahora bien, la mayoría
de las ofertas no incluyen un plazo de duración. El Código resuelve esta situación
disponiendo que, en el caso de contratos entre ausentes (entre presentes la aceptación
debe ser inmediata), “el proponente quede obligado en relación a su oferta hasta el
momento en que pueda razonablemente esperarse la recepción de la respuesta, mediante
medios usuales de comunicación”.113 La aceptación, entonces, debe ser oportuna.
En el siguiente punto analizaremos los sistemas existentes en relación al perfeccionamiento
de los contratos entre ausentes, en los cuales no existe instantaneidad en la formación del
consentimiento.
CONTENIDO DEL CONTRATO
(Eje 2)

Capacidad. Reglas Generales de la capacidad restringida


El régimen de la capacidad está regulado en el Capítulo 2, Título Primero, del Libro Primero
del Código Civil y Comercial.
El Código reconoce a la capacidad de derecho como la aptitud de la que goza toda persona
humana para ser “titular de derechos y deberes jurídicos” 134, y establece que “la ley puede
privar o limitar esta capacidad respecto de hechos, simples actos, o actos jurídicos
determinados”

Art. 1000. Efectos de la nulidad del contrato.


Declarada la nulidad del contrato celebrado por la persona incapaz o con capacidad
restringida, la parte capaz no tiene derecho para exigir la restitución o el reembolso de lo
que ha pagado o gastado, excepto si el contrato enriqueció a la parte incapaz o con
capacidad restringida y en cuanto se haya enriquecido.
II. Comentario
1. Actos nulos y anulables
El art. 44 del Código Civil y Comercial declara nulos los actos ejecutados por
persona incapaz o con capacidad restringida realizados en contra de lo dispuesto
por la sentencia inscripta en el Registro de Estado Civil y Capacidad de las
Personas.
Por otro lado, el art. 45 señala que los actos anteriores a la inscripción de la
mencionada sentencia pueden ser declarados nulos si perjudican a la persona
incapaz o con capacidad restringida y si se cumplen tres extremos, a saber: 1. la
enfermedad mental era ostensible a la época de la celebración del acto, 2. quien
contrató con él era de mala fe y 3. Si el acto fue a título gratuito.
El art. 1000 del Código Civil y Comercial protege el interés de los incapaces de hecho.
2. Restricciones a la capacidad en el Código Civil y Comercial
2.1. Persona declarada incapaz
El art. 32 segundo párrafo circunscribe la declaración de incapacidad para aquella
persona mayor de trece años que se encuentra en situación de falta absoluta de aptitud
para dirigir su persona o administrar sus bienes. De este modo, como lo remarca Tobías, la
declaración de incapacidad se circunscribiría únicamente a aquellos casos donde la
persona manifiesta problemas psíquicos, con lo que vendría a sustituir la terminología "
dementes" o " incapaces por demencia" del art. 141 del Código de Vélez, recogiendo así la
moderna tendencia de evitar el uso de cualquier vocablo o término que pueda ser calificado
como ofensivo o discriminatorio, guardando, de ese modo, coherencia con lo establecido
por la ley 26.387.
2.2. Persona con capacidad restringida
El art. 32 primer párrafo del Código Civil y Comercial regula el caso de aquella
persona mayor de trece años, la cual padece de una adicción o alteración mental
permanente o prolongada, a quien el juez puede restringirle su capacidad.
Esta capacidad restringida vendría a suplantar el término inhabilitados de los
incs. 1 y 2 del art. 152 bis del Código de Vélez.
3. Protección al incapaz
El art. 1000 del Cód. Civil y Comercial regula los derechos de la parte capaz ante la
declaración de nulidad del contrato celebrado con persona incapaz o con capacidad
restringida.
El principio general es que la parte capaz del contrato declarado nulo, no tiene derecho a
exigir la restitución o el reembolso de lo que hubiere pagado o gastado, ya que muy
probablemente el incapaz, dado su estado, ya lo dilapidó.
Ahora bien, esta regla encuentra una excepción en el caso que el incapaz se hubiese
enriquecido, lo cual es coherente con el instituto del enriquecimiento sin causa del art. 1794
del Código Civil y Comercial.

Inhabilidad para contratar


Art. 1001. Inhabilidades para contratar.
No pueden contratar, en interés propio o ajeno, según sea el caso, los que están
impedidos para hacerlo conforme a disposiciones especiales. Los contratos cuya
celebración está prohibida a determinados sujetos tampoco pueden ser otorgados por
interpósita persona.

Art. 1002. Inhabilidades especiales.


No pueden contratar en interés propio:
a) los funcionarios públicos, respecto de bienes de cuya administración o
enajenación están o han estado encargados;
b) los jueces, funcionarios y auxiliares de la justicia, los árbitros y mediadores, y sus
auxiliares, respecto de bienes relacionados con procesos en los que intervienen o
han intervenido;
c) los abogados y procuradores, respecto de bienes litigiosos en procesos en los
que intervienen o han intervenido;
d) los cónyuges, bajo el régimen de comunidad, entre sí.
Los albaceas que no son herederos no pueden celebrar contrato de compraventa
sobre los bienes de las testamentarias que estén a su cargo.

Efectos de la invalidez del contrato


“Declarada la nulidad del contrato celebrado por la persona incapaz o con capacidad
restringida, la parte capaz no tiene derecho para exigir la restitución o reembolso de lo que
ha pagado o gastado”.142 Esto se realiza a los efectos de no perjudicar a la parte contraria.
Ahora bien, si el contrato ha enriquecido a la parte incapaz o con capacidad restringida,
entonces la parte capaz (una vez declarada la nulidad del contrato) tiene derecho a
reclamarle a aquella en la medida de ese enriquecimiento.

Representación

La representación puede ser legal cuando resulta de una regla de derecho, sin tener en
cuenta la voluntad de la persona que resulta representada. Es el caso, por ejemplo, de la
representación de los incapaces.
Es orgánica cuando resulta del estatuto de una persona jurídica. Este es el caso de la
representación que ejerce el órgano de Dirección en una sociedad. El Presidente de una
sociedad tiene su representación y es en virtud de ella que cuando celebra un negocio sus
efectos se producen en cabeza de la sociedad representada.
Es voluntaria cuando resulta de un acto jurídico, y hay voluntad del representado para que
otro actúe como representante suyo. Y es aparente cuando no hay representación expresa,
pero una persona actúa de manera en que induce a otra a celebrar un acto jurídico,
haciéndolo creer, razonablemente, que está tratando con su representante, en cuyo caso
la ley entiende que se le ha otorgado tácticamente poder suficiente.
Se enumeran los casos de a) quien tiene la administración de un establecimiento abierto al
público, como apoderado para los actos propios de la gestión ordinaria; b) los empleados
para las gestiones propias de las funciones que llevan a cabo; y c) los empleados que
entregan mercaderías fuera del establecimiento, como facultados para recibir el precio de
ellas.
Efectos
Como se mencionó previamente, las consecuencias de la representación son,
fundamentalmente, que los actos celebrados por el representante producen efectos
directamente para él, en la medida en que aquellos se celebren dentro de los límites de las
facultades que fueron conferidas por la ley o por el poder a favor del representante,
dependiendo de que se trate de una representación legal o voluntaria.
En relación a estos límites, si existieran limitaciones al poder o supuestos no autorizados y
los terceros con quienes el representante contrata los conocen, o bien pudieron conocerlos
obrando con la diligencia debida, entonces esas limitaciones le son oponibles a esos
terceros. A modo de ejemplo: Juan, actuando en representación de María, vendió una casa
de propiedad de María a Pedro. Pero Juan sólo estaba facultado para alquilarla, no para
venderla. Esa limitación a las facultades conferidas le son oponibles al tercero (Pedro),
quien tenía como saber los alcances de la representación conferida.
Ratificación
La ratificación es una manera de subsanar la falta de representación. Como el
Código estima, en su art. 369, la ratificación “suple el defecto de representación”. La
consecuencia de ello es que la actuación de quien obró sin representación ahora, producto
de la ratificación, se encuentra autorizada de manera retroactiva al día en que se celebró el
acto. Por supuesto, ello no puede afectar a los terceros que hubieren adquirido derechos
con anterioridad, por lo que a ellos les es inoponible.
Los artículos 370 y 371 del Código se refieren al tiempo y forma de manifestación de la
ratificación.
Poder. Poderes generales y especiales
El poder es “la aptitud para celebrar contratos en la medida de las facultades
otorgadas al representante para comprometer directamente al representado” (Alterini, 2012,
p. 283).
Los poderes generales o especiales son aquellos que le permiten al representante ejercer
una serie de actos de representación o sólo alguno específico. El Código dispone que los
poderes conferidos, en términos generales, sólo incluyan a los actos propios de
administración ordinaria y los necesarios para su ejecución. Luego enumera aquellos casos
para los cuales se requieren facultades expresas.
Copia
La ley confiere expresas facultades a los terceros para que soliciten al representante
que suscriba y entregue copia firmada por él del instrumento del que surge la
representación.
Responsabilidad
El Código Civil y Comercial prevé las consecuencias para quien actúa sin
representación, o bien excede los límites de la representación conferida. La consecuencia
es la responsabilidad por los daños que la otra parte sufra por haber confiado en la
representación y en la validez del acto celebrado con quien decía ser representante o actuar
dentro de los límites autorizados. Ello en la medida en que el tercero no haya sido culpable,
o bien conociera la falta de poder o su exceso.
Extinción
El Código enumera los siguientes casos de extinción del poder:
1. Porque se cumplieron los actos encomendados.
2. Por muerte del representante o del representado, o su declaración de muerte
presunta o la pérdida de la capacidad exigida en cualquiera de ellos.
3. Por la revocación del poder efectuada por el representado. Un poder puede ser
conferido de modo irrevocable, en tanto sea para actos especialmente
determinados, limitado por un plazo cierto, y en razón de un interés legítimo que
puede ser solamente del representante, o de un tercero, o común a representante y
representado, o a representante y un tercero, o a representado y un tercero. Se
extingue llegado el transcurso del plazo fijado y puede revocarse si media justa
causa.
4. Por la renuncia del representante.
5. Por la quiebra del representante o representado.

Objeto del Contrato


El objeto de los contratos y la prestación
Tal como sostiene Alterini (2012), “con el sustantivo objeto del contrato se designa a la
prestación a propósito de la cual se produce el acuerdo de voluntades y en torno a la cual
se ordena la economía del contrato” (p. 197).
Él distingue entre el objeto inmediato del contrato, que consiste en la obligación que se
genera a raíz del contrato, y el objeto mediato:
Que a su vez es el objeto de la obligación, vale decir, la cosa o el hecho, positivo o
negativo, que constituye el interés del acreedor. El objeto de la obligación consiste
en el bien apetecible para el acreedor sobre el cual recae su interés implicado en la
relación jurídica. (…) Así el objeto de la obligación de entregar la cosa vendida que
tiene a su cargo el vendedor es la cosa misma; esta cosa, precisamente, es lo que
pretende el comprador, acreedor de aquella obligación. El contenido de la obligación
es cierta conducta humana, a la que se designa técnicamente como prestación; se
trata del comportamiento del deudor destinado a satisfacer el interés del acreedor
respecto de ese objeto. En el ejemplo dado, el contenido de la obligación del
vendedor consiste en su comportamiento tendiente a entregar al comprador la cosa
vendida, que –como vimos- es el objeto, centro de su interés.

Caracteres. Posibilidad, determinación, licitud y valor patrimonial


De conformidad con lo que dispone el Código, el objeto “debe ser lícito, posible,
determinado o determinable, susceptible de valoración económica y corresponder a un
interés de las partes, aun cuando éste no sea patrimonial”

Art. 1004. Objetos prohibidos.


No pueden ser objeto de los contratos los hechos que son imposibles o están
prohibidos por las leyes, son contrarios a la moral, al orden público, a la dignidad de la
persona humana, o lesivos de los derechos ajenos; ni los bienes que por un motivo especial
se prohíbe que lo sean. Cuando tengan por objeto derechos sobre el cuerpo humano se
aplican los artículos 17 y 56.
Comentario.
Enumeración de los requisitos que debe satisfacer el objeto del contrato
Leyendo los tres artículos llegamos a que el objeto del contrato debe ser :
 posible;
 lícito;
 determinado o determinable;
 susceptible de valoración económica;
 corresponder a un interés de las partes;
 no ha de ser contrario a la moral y las buenas costumbres;
 no ha de afectar la dignidad de la persona humana;
 no ha de ser lesivo para los derechos ajenos;
 tratándose de bienes no ha de estar prohibido que sean objeto del contrato;
 tratándose de hechos no han de estar prohibidos por las leyes.
Atendiendo a que el objeto pueden ser bienes o hechos, parecería que estos requisitos
funcionaran del modo siguiente: todos los bienes — determinados o determinables—
pueden ser objeto de los actos jurídicos — en el marco de las disposiciones de los arts.
1007 a 1010— salvo aquellos que estén prohibidos para ser objeto de un negocio; — los
hechos pueden ser objeto de los actos jurídicos si son posibles, lícitos, acordes con la moral
y las buenas costumbres, y no afectan la dignidad de la persona humana ni resultan lesivos
para derechos ajenos.

Determinación
Art. 1005. Determinación.
Cuando el objeto se refiere a bienes, éstos deben estar determinados en su especie o
género según sea el caso, aunque no lo estén en su cantidad, si ésta puede ser
determinada. Es determinable cuando se establecen los criterios suficientes para su
individualización.

Art. 1006. Determinación por un tercero.


Las partes pueden pactar que la determinación del objeto sea efectuada por un tercero. En
caso de que el tercero no realice la elección, sea imposible o no haya observado los criterios
expresamente establecidos por las partes o por los usos y costumbres, puede recurrirse a
la determinación judicial, petición que debe tramitar por el procedimiento más breve que
prevea la legislación procesal.
II. Comentario
1. Determinación o determinabilidad del objeto
Como vimos en el comentario a los artículos precedentes, uno de los recaudos del
objeto de los contratos es que sea determinado o determinable.
Es determinable cuando están identificados su especie o género aunque no lo esté
en cantidad. Ejemplifica Bueres diciendo: es de objeto indeterminado — y por ende
ineficaz— la venta de un animal, porque puede ser un caballo, un gato o una vaca,
no hay forma de saberlo; pero es eficaz la venta de un caballo, pues la cosa está
determinada en su especie.
El Código Civil y Comercial agrega que es determinable el objeto cuando se
establecen los criterios suficientes para su individualización. Esta idea de " criterios
suficientes para la individualización " es un estándar que debe ser analizado caso
por caso.

Art. 1007. Bienes existentes y futuros. Los bienes futuros pueden ser objeto de los
contratos. La promesa de transmitirlos está subordinada a la condición de que lleguen a
existir, excepto que se trate de contratos aleatorios.
II. Comentario
1. Contratos sobre bienes futuros. Principio general
El principio general es que se puede contratar sobre bienes futuros.
2. Modalidades
El contrato sobre bienes futuros puede asumir dos modalidades básicas: como
contrato conmutativo, en el cual una de las partes se obliga a transmitir o constituir
algún derecho sobre el bien cuando exista y si existe; en este caso el contrato se
considera subordinado a condición suspensiva, la cual consiste justamente en que
el bien llegue a existir. Es lo que Lafaille llama contrato sobre la cosa esperada.
La otra posibilidad es que el contrato sea concebido como aleatorio, esto es, que
una de las partes asume el riesgo de que el bien no llegue a existir; es la hipótesis
contemplada en la última parte del art. 1007, a la que Lafaille denomina contrato
sobre la esperanza de la cosa futura.

Art. 1008. Bienes ajenos:


Los bienes ajenos pueden ser objeto de los contratos.
Si el que promete transmitirlos no ha garantizado el éxito de la promesa, sólo está obligado
a emplear los medios necesarios para que la prestación se realice y, si por su culpa, el bien
no se transmite, debe reparar los daños causados.
Debe también indemnizarlos cuando ha garantizado la promesa y ésta no se cumple.
El que ha contratado sobre bienes ajenos como propios es responsable de los daños si no
hace entrega de ellos.
Modalidades que puede asumir el contrato sobre bienes ajenos
La primera distinción que cabe hacer es según se haya contratado sobre bienes
ajenos como tales o como propios.
Si una parte contrató sobre un bien ajeno como si fuera propio, asume la obligación
de adquirirlo, por lo que es responsable de los daños y perjuicios derivados del
incumplimiento si no lo entrega.
Si se contrató sobre bien ajeno como tal, quien prometió su entrega asume una
obligación de medios, pues como establece el artículo que se comenta, está
obligado " a emplear los medios necesarios para que la prestación se realice " , y
responde por los daños y perjuicios si por su culpa el bien no se transmite. La culpa
consiste, justamente, en no haber empleado los medios necesarios para que la
prestación se realice.

Art. 1009. Bienes litigiosos, gravados, o sujetos a medidas cautelares. Los bienes
litigiosos, gravados, o sujetos a medidas cautelares, pueden ser objeto de los contratos, sin
perjuicio de los derechos de terceros.
Quien de mala fe contrata sobre esos bienes como si estuviesen libres debe reparar los
daños causados a la otra parte si ésta ha obrado de buena fe.
II. Comentario
1. Principio general
Los bienes afectados a un derecho real de garantía, a medidas cautelares o que son
materia de un litigio pueden ser objeto de los contratos, quedando a salvo los
derechos de terceros.
Ello significa que el contrato es plenamente válido y eficaz, pero el embargo o
gravamen sigue existiendo y lo soporta el adquirente del bien. Esta solución es
explícita en materia de hipoteca, pudiendo responder solo con el bien gravado si no
ha asumido sin obligarse al pago del crédito asegurado.

Causa, forma y prueba

Causa
La causa en el Código Civil y Comercial
Definición: la causa es el fin inmediato autorizado por el ordenamiento jurídico que ha sido
determinante de la voluntad". Y es una definición claramente no normativa porque el
precepto no impone que la causa lícita sea un elemento del negocio jurídico ni establece
cuál es la sanción por su ausencia o ilicitud. Esos efectos hay que extraerlos de la
conjugación de otros preceptos.
Necesidad de la causa.
Art. 1013. Necesidad.
La causa debe existir en la formación del contrato y durante su celebración y
subsistir durante su ejecución. La falta de causa da lugar, según los casos, a la nulidad,
adecuación o extinción del contrato.

Causas receptadas en el código:


Causa ilícita (Art 1014).
El contrato es nulo cuando:
a) su causa es contraria a la moral, al orden público o a las buenas costumbres;
b) ambas partes lo han concluido por un motivo ilícito o inmoral común. Si sólo una
de ellas ha obrado por un motivo ilícito o inmoral, no tiene derecho a invocar el
contrato frente a la otra, pero ésta puede reclamar lo que ha dado, sin obligación de
cumplir lo que ha ofrecido.
La cuestión en el Código Civil:
Durante la vigencia del Código Civil existió un intenso debate acerca de cuáles eran
los elementos del negocio jurídico. En concreto, el tema se centraba en determinar
si la causa final es o no uno de sus elementos. Ello se originaba en el hecho de que
nuestro Código Civil no tenía la precisión suficiente en la determinación de los
elementos del negocio ni en la regulación de la causa.
Un intento de conciliar los textos con la idea de finalidad como elemento del negocio,
encontró cauce en el texto del art. 953, que refiere al objeto del acto jurídico, y que
exige que él sea conforme con la ley, la moral y las buenas costumbres, con lo cual
vendría a imbricarse en el objeto la licitud y moralidad de los fines perseguidos por
los otorgantes. Es la doctrina del objeto fin social del acto jurídico, desarrollada
magistralmente por Spota, y que tuvo notable difusión entre nuestros autores e
influencia en la jurisprudencia.
La evolución doctrinaria. Noción de causa
En cuanto al concepto de causa al dualismo sincrético, que identifica la causa con
la finalidad objetiva perseguida con el negocio jurídico (la transmisión de la
propiedad, la transmisión del uso y goce) que es uniforme en todos los negocios
jurídicos de la misma especie y que sirve para identificarlo o tipificarlos; y que
también puede referirse a los móviles concretos que movieron a un contratante
individualizado. Es decir que la causa sirve para responder a las preguntas: para
qué se contrata y por qué se contrata.

Forma
Concepto: hecho exterior por el que la voluntad se manifiesta. Seguidamente, nos
referiremos a la forma de los contratos en nuestra legislación.

Libertad de formas (Art. 1015). Sólo son formales los contratos a los cuales la ley les
impone una forma determinada.
Alterini (2012) que “los contratos, en principio, son no formales. Pueden ser celebrados
verbalmente, por escrito, mediante manifestaciones indirectas de la voluntad, siempre que
pueda inducirse que ésta existe”

Contratos formales y no formales


Como ya explicáramos al referirnos a la clasificación de los contratos, éstos pueden ser
formales o no formales. El art. 969 del Código define a los contratos formales como
“aquellos para los cuales la ley exige una forma para su validez, por lo tanto son nulos si la
solemnidad no ha sido satisfecha”.
Ahora bien, cuando la forma requerida para los contratos lo es sólo para que éstos
produzcan sus efectos propios, sin sanción de nulidad, no quedan concluidos como tales
mientras no se haya otorgado el instrumento previsto, pero valen como contratos en los que
las partes se obligaron a cumplir con la expresada formalidad.
Si, por el contrario, la ley o las partes no imponen una forma determinada, ésta debe
constituir sólo un medio de prueba de la celebración del contrato.

La escritura pública
La escritura pública funciona como un medio de prueba, en tanto es un instrumento
en el que interviene un oficial público en el otorgamiento, quien tiene facultades otorgadas
para la intervención en ese acto, y que se caracteriza por su autenticidad.
Son definidas por el Código como: el instrumento matriz extendido en el protocolo de un
escribano público o de otro funcionario autorizado para ejercer las mismas funciones, que
contienen uno o más actos jurídicos. La copia o testimonio de las escrituras públicas que
expiden los escribanos es instrumento público y hace plena fe como la escritura matriz.168
Sobre el valor probatorio de la escritura pública, en tanto instrumento público:
a) Hace plena fe sobre la realización del acto, la fecha, el lugar y los hechos que el
oficial público anuncia como cumplidos ante él o por él, en tanto esto no sea declarado falso
en juicio civil o criminal;
b) Hace plena fe sobre el contenido de las declaraciones sobre convenciones,
disposiciones, pagos, etc., vinculados con el acto instrumentado, excepto que se produzca
prueba en contrario.
El art. 1.017 del Código enumera los contratos que necesariamente deben ser otorgados
por escritura pública, imponiéndoles esta forma a:
a) los contratos que tienen por objeto la adquisición, modificación o extinción de
derechos reales sobre inmuebles. Quedan exceptuados los casos en que el acto es
realizado mediante subasta proveniente de ejecución judicial o administrativa;
b) los contratos que tienen por objeto derechos dudosos o litigiosos sobre
inmuebles;
c) todos los actos que sean accesorios de otros contratos otorgados en escritura
pública;
d) los demás contratos que, por acuerdo partes o disposición de la ley, deben ser
otorgados en escritura pública.

Otorgamiento de instrumento
La conversión de las obligaciones
El presente artículo establece la conversión del negocio jurídico, y dispone que el
contrato concluido sin la forma prevista o acordada valga como instrumento obligatorio de
celebrarlo bajo la forma debida, bajo apercibimiento de que el juez otorgue lleve adelante
la tarea. Y ello si la parte solicitante de la instrumentación asegurase el cumplimiento del
contrato.
La solución actual no es diferente de la que contemplaba el régimen anterior, aunque la
conversión está mejor expresada ya que se incluyen todos los supuestos en la misma
norma.
El remedio de conversión no aplica en la nueva legislación cuando las partes o la ley
establezcan la pena de nulidad para la falta de respeto a la forma acordada o prevista. En
dichos casos, los contratos en cuestión serían formales solemnes absolutos y la conversión
no puede ser la solución a la falta de adecuación a la norma.
Prueba
Nociones generales
Conforme lo señala Alterini (2012), “la forma es el elemento externo del contrato; la prueba
es el medio para demostrar que fue celebrado” (2012, p. 431). Continúa, al respecto:
Al Código Civil (ley de fondo) le incumbe precisar qué medio de prueba es idóneo
para cada acto, pues muchas veces la prueba está íntimamente ligada a la naturaleza del
acto; piénsese, por ejemplo, en la prueba del estado de las personas. Pero incumbe a las
Provincias regular, a través de sus leyes de forma, la manera en que se llevará a cabo la
prueba, esto es, la regulación pormenorizada de la producción, y en su caso de la
apreciación de la prueba.
Medios de prueba (Art. 1019). Los contratos pueden ser probados por todos los medios
aptos para llegar a una razonable convicción según las reglas de la sana crítica, y con
arreglo a lo que disponen las leyes procesales, excepto disposición legal que establezca un
medio especial. Los contratos que sea de uso instrumentar no pueden ser probados
exclusivamente por testigos.
Comentario:
La prueba de los contratos
La norma comentada establece de una manera general y sucinta cuales son
los medios de prueba de los contratos. Y los medios concretos no se especifican,
con lo cual todo medio eficiente estará disponible para probar el acuerdo de que se
trate.
Se establece que cuando se hubiere establecido un medio de prueba específico, en
la norma comentada no es aplicable.
Consideramos que la legislación sustituida y la actual son esencialmente similares,
por lo que la doctrina y jurisprudencia creada bajo el régimen anterior siguen siendo
aplicables luego de la modificación de régimen. La actual redacción, al ser más
general y abierta, es más adecuada a a la actualidad de medios probatorios
disponibles.
Prueba de los contratos formales (Art. 1020):
Los contratos en los cuales la formalidad es requerida a los fines probatorios pueden
ser probados por otros medios, inclusive por testigos, si hay imposibilidad de obtener
la prueba de haber sido cumplida la formalidad o si existe principio de prueba
instrumental, o comienzo de ejecución.
Se considera principio de prueba instrumental cualquier instrumento que emane de
la otra parte, de su causante o de parte interesada en el asunto, que haga verosímil
la existencia del contrato.
Comentario:
Los contratos a los cuales se les establece una forma específica para que
sean probados, pueden igualmente ser acreditados por otros medios,
incluyendo a la prueba testimonial, si se demostrara que fue imposible
obtener la prueba que acredite el seguimiento de la formalidad, y/o si hay
principio de prueba por escrito o comienzo de ejecución del respectivo
contrato.
Entendemos que la regulación actual tiene igual alcance y sentido que la
sustituida, y por ende la jurisprudencia anterior a la reforma tendrá la misma
aplicabilidad luego de ella.
VICITUDES
(Eje 3)

Suspensión del cumplimiento y fuerza mayor.


Existen diversas alternativas frente al incumplimiento. Una de las posibilidades es la
suspensión del cumplimiento. En el caso de los contratos bilaterales (es decir, cuando las
partes en el momento de la celebración se obligan recíprocamente cada una con una
prestación), donde existen prestaciones que deben cumplirse simultáneamente por las
partes (es importante tener en cuenta a qué casos es aplicable esta figura), ante el
incumplimiento de una de las partes, la otra puede suspender el cumplimiento de las
prestaciones que le correspondan. Ello, hasta tanto la contraria cumpla u ofrezca cumplir.

Art. 1031. Suspensión del cumplimiento. En los contratos bilaterales, cuando las partes
deben cumplir simultáneamente, una de ellas puede suspender el cumplimiento de la
prestación, hasta que la otra cumpla u ofrezca cumplir. La suspensión puede ser deducida
judicialmente como acción o como excepción.
Si la prestación es a favor de varios interesados, puede suspenderse la parte debida a cada
uno hasta la ejecución completa de la contraprestación.
Comentario.
La frustración del negocio, en sentido amplio, alude al acto jurídico válido que no
puede cumplirse por circunstancias sobrevinientes no originadas por el hecho
personal de las partes. si bien es razonable suponer que las partes afectadas
mantienen su ilusión de que el hecho configurativo de la frustración habrá de
desaparecer (dejando en claro que muchas veces puede transformarse en
definitivo), no es menos real que sería de una tremenda iniquidad pretender que
quien conserva una expectativa deba cumplir tal como si el contrato transitara por
un andamiaje de normalidad.
El Código legisla aquí un instituto que, como vimos, ha sido incorporado por la lex
mercatoria , la suspensión de cumplimiento trata de solucionar aquellos supuestos
donde no se invoca la exceptio non adimpleti contractus, hay todavía una esperanza
de cumplimiento de la prestación debida, pero quien está cumpliendo el contrato
quiere ponerse a resguardo de un posible incumplimiento definitivo de la otra parte.
La suspensión puede ser alegada como acción o como excepción dilatoria y tendrá
efecto hasta que la parte remisa cumpla u ofrezca cumplir.

Tutela Preventiva
El Código contempla una suerte de tutela preventiva en los casos en los que
(aún no existiendo incumplimiento todavía de la otra parte), una de ellas sufre “un
menoscabo importante en su capacidad para cumplir, o en su solvencia”.24 Esa
situación provoca que la otra parte tenga incertidumbre respecto a la posibilidad de
que la otra cumpla, lo que supone una amenaza de daños en sus derechos.
Entonces, la ley le permite que, de manera preventiva, suspenda el cumplimiento de
sus prestaciones, estando esta suspensión justificada por la situación de
incertidumbre de la contraria. Asimismo, dispone que la suspensión sea dejada sin
efecto, en tanto la otra parte otorgue garantías suficientes de que cumplirá con sus
prestaciones.
Art. 1032. Tutela preventiva.
Una parte puede suspender su propio cumplimiento si sus derechos sufriesen una
grave amenaza de daño porque la otra parte ha sufrido un menoscabo significativo en su
aptitud para cumplir, o en su solvencia. La suspensión queda sin efecto cuando la otra parte
cumple o da seguridades suficientes de que el cumplimiento será realizado.
Comentario.
El fundamento debe situarse en el acreedor que tiene una acción preventiva que se
concede a la parte cumplidora, puesto que no tiene sentido obligarla a seguir cumpliendo
cuando es seguro que la parte contraria no lo hará. Se trata de acción preventiva de tutela
del crédito. El supuesto de hecho activante no es la lesión como ocurre en la
responsabilidad contractual, sino la mera amenaza de lesión, la afectación de una
expectativa de cumplimiento.

Obligación de Saneamiento.

Concepto: La doctrina y la legislación comparada hablan del " saneamiento" como la forma
de amparar al adquirente de los defectos que tenga la cosa y de la turbación que pueda
sufrir por parte de terceros.
El fundamento de estas garantías, que se otorgan al adquirente a título oneroso, se
presenta como un efecto natural del vínculo, quien transmite algo y cobra por ello un precio,
debe garantizar que su adquirente no será molestado por otra persona que invoque un
mejor derecho, y también debe asegurar que la cosa transmitida es apta para su destino y
que no tenga defectos que disminuyan su valor.

Sujetos responsables. (Art: 1033):


Están obligados al saneamiento:
a) el transmitente de bienes a título oneroso;
b) quien ha dividido bienes con otros;
c) sus respectivos antecesores, si han efectuado la correspondiente transferencia a
título oneroso.
Comentario:
La garantía pesa sobre quien transmite un bien a título oneroso, ya que se trata de
una garantía es natural de los contratos onerosos, como así también abarca a quien
ha dividido bienes con otros (división de condominio, partición hereditaria, etc.).
Están también obligados al saneamiento, los antecesores en el dominio en la
medida que su transferencia fuera a título oneroso.

Responsabilidad por Saneamiento.


La ley le da la posibilidad, a quien sea acreedor de la obligación de saneamiento, de optar
por:
a) reclamar el saneamiento del título o la subsanación de los vicios, es decir, una
acción por cumplimiento del contrato;
b) reclamar un bien equivalente, si este es fungible32;
c) declarar la resolución del contrato. Ello excepto en los casos de extinción de la
responsabilidad por evicción por prescripción o cuando el defecto sea subsanable y
el garante ofrezca subsanarlo.
También se prevén ciertas excepciones para solicitar la reparación de los daños. A saber:
a) que el adquirente haya conocido o podido conocer el peligro de la evicción o la
existencia de los vicios;
b) si el enajenante no conoció ni pudo conocer el peligro de la evicción o la existencia
de los vicios (ya que en ese caso no hubo mala fe de su parte). En estos dos casos
a) y b), la exención de la responsabilidad por daños y perjuicios no funciona cuando
el enajenante actúa profesionalmente en la actividad vinculada con la enajenación,
pues justamente por eso no puede desconocer la existencia de los vicios o evicción.
Excepto que al adquirente también sea profesional.
c) Que la transmisión fuere hecha a riesgo del adquirente (en cuyo caso esto debería
estar estipulado en el contrato);
d) que la adquisición se haya efectuado por subasta judicial o administrativa.

Responsabilidad por daños


El acreedor de la obligación de saneamiento también tiene derecho a la reparación de los
daños en los casos previstos en el artículo 1039, excepto:
a) si el adquirente conoció, o pudo conocer el peligro de la evicción o la existencia
de vicios;
b) si el enajenante no conoció, ni pudo conocer el peligro de la evicción o la
existencia de vicios;
c) si la transmisión fue hecha a riesgo del adquirente;
d) si la adquisición resulta de una subasta judicial o administrativa.
La exención de responsabilidad por daños prevista en los incisos a) y b) no puede
invocarse por el enajenante que actúa profesionalmente en la actividad a la que
corresponde la enajenación, a menos que el adquirente también se desempeñe
profesionalmente en esa actividad.
Comentario:
El acreedor de la obligación de saneamiento también tiene derecho a la
reparación de los daños en los términos del artículo anterior, salvo en los
supuestos previstos en la norma.

Responsabilidad por evicción


Concepto:
La palabra evicción, en términos generales, como explicaba Vélez Sarsfield, es toda
especie de pérdida, turbación o perjuicio que sufra quien adquirió una cosa. En un
concepto más preciso, evicción implica que todo enajenante en un acto bilateral
oneroso es responsable frente al adquirente por las consecuencias que se derivan
de la falta de legitimidad del derecho que transmite.
La palabra evicción deriva de "evincere" que significa " vencer" y se aplicaba en
derecho romano a la victoria en juicio. En base a ello, algunos autores sostuvieron
que la garantía sólo podía hacerse efectiva cuando el perturbador esgrimía una
pretensión judicial
La característica fundamental de la evicción es que produce el efecto de juntar en un mismo
reclamo judicial dos pretensiones procesales, la de quien reivindica un mejor derecho contra
el actual titular de la cosa o del bien transmitido y la de este último contra su antecesor en
el dominio o titularidad del derecho.
Para que funcione la garantía de evicción, quien adquiere por título oneroso debe verse
enfrentado a otra persona que ejerce una pretensión jurídica, por la cual le impida total o
parcialmente, el ejercicio del derecho transmitido. Esa turbación debe encontrar
fundamento en la pretensión jurídica que ejerce la otra parte pues si son turbaciones de
hecho el adquirente puede repelerlas por vía policial o judicial.
Contenido de la responsabilidad por evicción.
La responsabilidad por evicción asegura la existencia y la legitimidad del derecho
transmitido, y se extiende a:
a) toda turbación de derecho, total o parcial, que recae sobre el bien, por causa
anterior o contemporánea a la adquisición;
b) los reclamos de terceros fundados en derechos resultantes de la propiedad
intelectual o industrial, excepto si el enajenante se ajustó a especificaciones
suministradas por el adquirente;
c) las turbaciones de hecho causadas por el transmitente.
Citación por evicción:
Si un tercero demanda al adquirente en un proceso del que pueda resultar la
evicción de la cosa, el garante citado a juicio debe comparecer en los términos de
la ley de procedimientos. El adquirente puede seguir actuando en el proceso.

Responsabilidad por vicios ocultos


Concepto:
Constituyen una garantía de los contratos onerosos que protege al adquirente
permitiéndole devolver la cosa al enajenante si presentan vicios que la hacen
impropia para su destino o exigir una disminución del precio.
El vicio que ocasiona el funcionamiento de la garantía, a diferencia de la evicción, es un
vicio de hecho, que surge de la materialidad de la cosa y pueda ser advertido a simple vista.
No cualquier vicio puede hacer funcionar la garantía, sino aquel que la haga impropia para
su destino o disminuya gravemente su utilidad. Explica
Wayar que para calificar cuál es el destino específico de la cosa, no sólo debe valorarse su
naturaleza, sino también se atenderá a las previsiones de las partes expuestas en el
contrato. El juez debe apreciar en cada caso particular la gravedad del vicio en función del
destino previsto para la cosa adquirida, cuando esa finalidad no está especificada en el
contrato, habrá de estarse al uso común que se normalmente se le da.

Contenido de la responsabilidad por vicios ocultos.


La responsabilidad por defectos ocultos se extiende a:
a) los defectos no comprendidos en las exclusiones del artículo 1053;
b) los vicios redhibitorios, considerándose tales los defectos que hacen a la cosa
impropia para su destino por razones estructurales o funcionales, o disminuyen su
utilidad a tal extremo que, de haberlos conocido, el adquirente no la habría adquirido,
o su contraprestación hubiese sido significativamente menor.
Caducidad de la garantía por defectos ocultos. La responsabilidad por defectos ocultos
caduca:
a) si la cosa es inmueble, cuando transcurren tres años desde que la recibió;
b) si la cosa es mueble, cuando transcurren seis meses desde que la recibió o puso
en funcionamiento.
Estos plazos pueden ser aumentados convencionalmente.
EXTINCIÓN
(Eje 4)

Frustración de la finalidad
Art. 1090. La frustración definitiva de la finalidad del contrato autoriza a la parte
perjudicada a declarar su resolución, si tiene su causa en una alteración de carácter
extraordinario de las circunstancias existentes al tiempo de su celebración, ajena a
las partes y que supera el riesgo asumido por la que es afectada. La resolución es
operativa cuando esta parte comunica su declaración extintiva a la otra. Si la
frustración de la finalidad es temporaria, hay derecho a resolución sólo si se impide
el cumplimiento oportuno de una obligación cuyo tiempo de ejecución es esencial.
Comentario:
Efectos de la aplicación del instituto
Paso a referirme ahora a los efectos, tanto a los vinculados a la implementación del
instituto, como los atinentes a la eficacia del contrato, y la suerte de las prestaciones
pendientes y cumplidas.
Invocación por la parte afectada:
La parte afectada debe invocar la doctrina. Aunque en Gran Bretaña se
resolvía de pleno derecho sin mediar voluntad de las partes (Ray) en nuestro
sistema jurídico debe ser invocada por las partes que son las únicas que
saben de la causa fin común, en particular por aquella a la que se reclama el
cumplimiento.
Por el mismo motivo, en mi opinión tampoco procede su aplicación de oficio
por el juez.
Jurisprudencia:
La frustración del fin del contrato presupone la insubsistencia del propósito impulsor
inicialmente considerando como la " razón " o el " sentido " para contratar, lo que
implica que las partes confiaron en el mantenimiento de los motivos durante el curso
del contrato y hasta su extinción. Las circunstancias sobrevinientes deben
proyectarse sobre el resultado o finalidad, de manera que malogren el motivo que
impulsó a contratar, al punto que desaparezca el interés o utilidad en la subsistencia
del contrato.

Teoría de la imprevisión
Art. 1091. Imprevisión. Si en un contrato conmutativo de ejecución diferida o
permanente, la prestación a cargo de una de las partes se torna excesivamente
onerosa, por una alteración extraordinaria de las circunstancias existentes al tiempo
de su celebración, sobrevenida por causas ajenas a las partes y al riesgo asumido
por la que es afectada, ésta tiene derecho a plantear extrajudicialmente, o pedir ante
un juez, por acción o como excepción, la resolución total o parcial del contrato, o su
adecuación. Igual regla se aplica al tercero a quien le han sido conferidos derechos,
o asignadas obligaciones, resultantes del contrato; y al contrato aleatorio si la
prestación se torna excesivamente onerosa por causas extrañas a su área propia.
Condiciones de aplicación: contratos bilaterales conmutativos de ejecución diferida o
permanente y los aleatorios en la medida en que la excesiva onerosidad exceda dicha área.

Antecedentes doctrina y jurisprudencia


La reforma del CCC del año 1968 incorpora el art. 1.198 que era una teoría de imprevisión
y especialmente conclusiones elaboradas en el tercer congreso nacional de derecho civil
fueron la fuente de la consagración legislativa de dicha teoría.
Alterini dice que en cuanto a la posibilidad de desligarse de un contrato que por causas
sobrevinientes a su constitución resulta ruinosa o bien a adecuar los términos del contrato,
tiene el fundamento en las bases del negocio jurídico.
Uno de los supuestos que frecuentemente nos lleva a considerar la teoría de la imprevisión
es la inflación la que no siempre puede tornar aplicable ésta teoría.
La imprevisión no ha sido sustituida para rectificar malos negocios ni subsanar errores
comerciales o financieros de los mismos.

Lesión en materia contractual.


Antecedentes
El Derecho Romano post-clásico consagró un modo de rescisión del contrato de
compra-venta: la lesión enorme o de más de la media (laesio enormis) que tenía
lugar cuando una persona hubiere enajenado una cosa por un precio inferior a la
mitad de su valor real. Esta forma de rescindir el contrato no tenía como
consecuencia dejarlo sin efecto de pleno derecho, sino que solamente autorizaba al
vendedor, cuando el contrato no habría sido ejecutado, a obtener una excepción en
caso de que el comprador persiguiera la entrega de la cosa y también valerse de la
actio venditi, cuando hubiera cumplido el contrato, para volver las cosas a su anterior
estado, según lo expresa un reconocido autor, R. M. Salvat, en su libro Tratado del
Derecho Civil Argentino - Parte General, Tomo II. Tal causa de rescisión nació por
motivos de equidad desde que era presumible que la persona que vendía un objeto
de su propiedad por un precio muy inferior a su verdadero valor, sólo lo hacía
impulsado por un estado de necesidad que la ley no podía dejar de contemplar a fin
de hacer desaparecer los efectos de tales ventas. La acción rescisoria, que en un
principio se aplicaba sólo a los inmuebles, luego se extendió a toda clase de cosas;
no alcanzaba las ventas aleatorias.
Naturaleza Jurídica
Naturaleza jurídica: la lesión es un vicio propio de los actos jurídicos. La diferencia
básica entre lesión e imprevisión radica en que ésta se aplica a los actos que
originariamente contenían prestaciones equivalentes. Pero circunstancias
sobrevinientes, imprevisibles y extraordinarias convierten en excesivamente
oneroso para una de las partes el cumplimiento de las prestaciones. En la lesión, el
defecto está presente desde el mismo momento de la celebración y debe subsistir
al tiempo de la demanda. Además, la lesión contiene elementos subjetivos: estado
de inferioridad y explotación, que no aparecen en la imprevisión.

La ley 26.994 que sanciona el Código Civil y Comercial de la Nación91, regula a la lesión
en el art. 332 (Capítulo 6, “Vicios de los actos jurídicos”, Título IV, Libro Primero del Código)
como un vicio de los actos jurídicos, junto con la simulación y el fraude:
Puede demandarse la nulidad o la modificación de los actos jurídicos cuando una
de las partes explotando la necesidad, debilidad síquica o inexperiencia de la otra,
obtuviera por medio de ellos una ventaja patrimonial evidentemente
desproporcionada y sin justificación. Se presume, excepto prueba en contrario, que
existe tal explotación en caso de notable desproporción de las prestaciones. Los
cálculos deben hacerse según valores al tiempo del acto y la desproporción debe
subsistir en el momento de la demanda. El afectado tiene opción para demandar la
nulidad o un reajuste equitativo del convenio, pero la primera de estas acciones se
debe transformar en acción de reajuste si éste es ofrecido por el demandado al
contestar la demanda. Sólo el lesionado o sus herederos pueden ejercer la acción.
El elemento subjetivo del lesionante o beneficiado: es el aprovechamiento de la situación
de inferioridad en que se halla la víctima del acto lesivo. No es suficiente el sólo
conocimiento de la existencia de la necesidad, debilidad psíquica o inexperiencia, sino que
es necesario que, a partir del conocimiento de ese estado, se pretenda obtener un beneficio
desproporcionado, tomando posesión psicológica de ellos para explotarlos e
instrumentarlos para sus fines.
Tal como sostiene Alterini (2012), para diferenciar la lesión de la figura antes vista de la
imprevisión, en los dos casos el deudor sufre un perjuicio patrimonial exorbitante e inicuo.
Sin embargo, en la imprevisión, el perjuicio se produce en otro momento, al tiempo del
cumplimiento del contrato, es decir que en la imprevisión hay una lesión que es
sobreviniente pero por circunstancias extrañas al comportamiento de las partes. Por otro
lado, en la lesión el perjuicio sucede en otro momento diferente, cuando se celebra el acto
jurídico y como consecuencia del aprovechamiento de una de las partes de las
características de la otra. Asimismo, la imprevisión no incide sobre los efectos ya cumplidos
del contrato, a diferencia de la lesión cuando el afectado requiere la nulidad del contrato.

Rescisión Bilateral
Forma de extinción de los contratos. Es informal, aunque se considera que si el
contrato requiere una formalidad solemne, igual forma debe requerirse a su distracto, sin
embargo no corresponde exigir igual formalidad si se trata de un mero recaudo probatorio,
como suele ser propio de la forma escrita.
Art. 1076. Rescisión bilateral.
El contrato puede ser extinguido por rescisión bilateral. Esta extinción, excepto
estipulación en contrario, sólo produce efectos para el futuro y no afecta derechos
de terceros.

Extinción por la declaración de una de las partes.


El contrato puede ser extinguido por la declaración de una de las partes, a través de
diferentes mecanismos: rescisión unilateral, revocación y resolución dependiendo de
los casos en los que el propio contrato o ley permitan tal facultad.

Revocación
Es la facultad de una de las partes de dejar sin efecto un acto de las circunstancias
previstas y sancionadas por el legislador. Tanto la revocación como la rescisión bilateral
dejan subsistentes los efectos ocurridos hasta su cesación como consecuencia de la
revocación o rescisión.
La revocación como instituto extintivo de los actos jurídicos tuvo su origen en los
actos unilaterales. Es en definitiva un acto jurídico unilateral e incausado que a partir de la
previsión legal o contractual que lo autoriza, produce efectos extintivos ex nunc sobre actos
jurídicos unilaterales o bilaterales.

Resolución
Es un acto jurídico bilateral y extintivo que supone la extinción del contrato como
consecuencia de causas sobrevinientes y que extinguirlas, en principio retroactivamente los
efectos del contrato. El hecho resolutorio pudo haber sido previsto por las partes o por la
ley, ser expreso o tácito y ser la resolución total o parcial. Los institutos resolutorios operan
ex nunc es decir, con efecto retroactivo.
Código Def:
Acto jurídico unilateral y extintivo. Concurre en diversas instituciones que, sin
embargo, pueden organizarse en supuesto de resolución automática y supuesto de
resolución facultativa (Lorenzetti, Lafaille, Bueres,
Mayo, López de Zavalía) en los que además del supuesto previsto en la ley o el contrato,
se requiere la voluntad de la parte que resuelve.
Efecto de la resolución
Tradicionalmente se atribuía efecto retroactivo a la resolución (Borda) a partir de la
nota de Vélez Sarsfield al art. 555 del Código derogado (Alterini, López de
Zavalía) que consideraba a la obligación como " no sucedida" . Sin embargo, códigos más
recientes y a partir de ellos también la doctrina anterior al nuevo código (Lafaille, Bueres,
Mayo) consideraban que la resolución carecía de tales efectos retroactivos. Esa es la
postura del nuevo Código. Hoy la resolución a causa de haberse cumplido una condición
resolutoria, carece de efecto retroactivo (art. 346).
Sin embargo la resolución por otras causas de las señaladas, produce efecto retroactivo a
la celebración del contrato (art. 1079 inc. b), con dos salvedades.
La primera es que la resolución no puede afectar a terceros que hayan adquirido su derecho
a título oneroso y de buena fe (art. 392 del Código Civil).
La otra salvedad es la que se sigue de la naturaleza de las cosas, pues si se han cumplido
prestaciones no restituibles en los contratos de duración (v.gr. el uso de la cosa locada en
la locación), el efecto retroactivo entre las partes no logrará conmover tales prestaciones,
pues son esencialmente " no restituibles".
Art. 1083. Resolución total o parcial.
Una parte tiene la facultad de resolver total o parcialmente el contrato si la otra parte
lo incumple. Pero los derechos de declarar la resolución total o la resolución parcial
son excluyentes, por lo cual, habiendo optado por uno de ellos, no puede ejercer
luego el otro. Si el deudor ha ejecutado una prestación parcial, el acreedor sólo
puede resolver íntegramente el contrato si no tiene ningún interés en la prestación
parcial

Rescisión Unilateral
Es la consecuencia del acuerdo de las partes que han celebrado el contrato y
únicamente podemos hablar de rescisión unilateral cuando la ley específicamente así lo
establezca o si el contrato se ha facultado en una cláusula a tal fin.
Efecto ex nunc
La rescisión unilateral participa del efecto hacia el futuro que se reconoce a
la rescisión bilateral. Frente a la previsión expresa del art. 1079 inc. a) puede
concluirse que no es válida la producción de efectos retroactivos salvo los casos
respaldados en una disposición legal expresa.
Sin embargo, no encuentro diferencia sustancial entre el caso de la rescisión
bilateral en el que se permite el pacto para producir efecto ex tunc, y la rescisión
unilateral autorizada por un acuerdo de partes para ser ejercida por la voluntad de
una sola.

Clausula Resolutoria Expresa


Art. 1086. Cláusula resolutoria expresa.
Las partes pueden pactar expresamente que la resolución se produzca en caso de
incumplimientos genéricos o específicos debidamente identificados. En este supuesto, la
resolución surte efectos a partir que la parte interesada comunica a la incumplidora en forma
fehaciente su voluntad de resolver.
El pacto comisorio expreso “es una cláusula accidental del contrato en virtud de la cual la
parte cumplidora tiene derecho a resolver el contrato ante el incumplimiento de la otra”.
Como dijimos, el art. 1.086 del Código regula este instituto.
Para que produzca efectos, la parte que ejerce el pacto comisorio debe comunicarle
a la incumplidora, de manera fehaciente, su intención de resolver el contrato.
Resolución por ministerio de la ley
El requerimiento para que el deudor cumpla en un plazo no inferior a 15 días, no es
necesario cuando es la ley la que faculta a la parte a declarar unilateralmente la extinción
del contrato. Ello de conformidad con el art. 1.089 del Código.
Algunos casos previstos por la ley: en el contrato de cuenta corriente bancaria (art.
1.404 inc. a del Código); en el caso de la revocación del mandato (art.
1.332 del Código), el desistimiento unilateral de la obra por el locatario de obra (art. 1.261
del Código) y en el contrato de comodato (arts. 1.539 y 1.541 del Código).

Cláusula Resolutoria Implícita


Art. 1087. Cláusula resolutoria implícita. En los contratos bilaterales la cláusula
resolutoria es implícita y queda sujeta a lo dispuesto en los artículos siguientes:
Art. 1088. Presupuestos de la resolución por cláusula resolutoria implícita.
La resolución por cláusula resolutoria implícita exige:
a) un incumplimiento en los términos del artículo 1084. Si es parcial, debe
privar sustancialmente de lo que razonablemente la parte tenía derecho a esperar
en razón del contrato;
b) que el deudor esté en mora;
c) que el acreedor emplace al deudor, bajo apercibimiento expreso de la
resolución total o parcial del contrato, a que cumpla en un plazo no menor de quince
días, excepto que de los usos, o de la índole de la prestación, resulte la procedencia
de uno menor. La resolución se produce de pleno derecho al vencimiento de dicho
plazo. Dicho requerimiento no es necesario si ha vencido un plazo esencial para el
cumplimiento, si la parte incumplidora ha manifestado su decisión de no cumplir, o
si el cumplimiento resulta imposible. En tales casos, la resolución total o parcial del
contrato se produce cuando el acreedor la declara y la comunicación es recibida por
la otra parte.
Art. 1089. Resolución por ministerio de la ley:
El requerimiento dispuesto en el artículo 1088 no es necesario en los casos
en que la ley faculta a la parte para declarar unilateralmente la extinción del contrato,
sin perjuicio de disposiciones especiales.
CONTRATOS QUE POR SU IMPORTANCIA SE APLICAN ANALÓGICAMENTE
A OTROS
(Eje 5)

Compraventa
Según el artículo 1.123 hay contrato de compraventa cuando:
Una de las partes se obliga a transferir la propiedad de una cosa y la otra a
pagar un precio en dinero.

Caracteres:
 Bilateral: implica obligaciones de ambas partes
 Consensual: porque produce todos sus efectos por el sólo hecho del
consentimiento y sin necesidad de la entrega de la cosa o del precio.
 No Formal: puede celebrarse válidamente por instrumento privado.
 Oneroso
 Conmutativo: es de naturaleza que los valores intercambiados sean equivalentes.
 Aleatorio: compra de una cosa que puede existir o no.

Relaciones con otras figuras jurídicas afines


Con el objetivo de definir el campo de aplicación de la compraventa, se incluyen artículos
en el Código que permiten distinguirla de otros contratos. En primer lugar, y como pauta
básica, es muy importante tener en cuenta la regla que prevé el art. 1.127 a los efectos de
establecer la naturaleza del contrato: “el contrato no debe ser juzgado como de
compraventa, aunque estuviese así estipulado por las partes, si le faltase algún requisito
esencial”.
Luego, el Código distingue expresamente a la compraventa de otros contratos. Sus normas
se aplican supletoriamente a los contratos por los cuales una parte se obliga a: transferir a
la otra derechos reales de condominio, propiedad horizontal, superficie, usufructo o uso, o
a constituir los derechos reales de condominio, superficie, usufructo, uso, habitación, o
servidumbre, y dicha parte, a pagar un precio en dinero o transferir la titularidad de títulos
valores por un precio en dinero.

La cosa y el precio
Existen elementos comunes a todos los contratos (la capacidad y el consentimiento, por
ejemplo), y otros elementos que le son propios a cada uno de ellos. En el caso del contrato
de compraventa, los elementos propios son: la cosa y el precio, tal como surge de la
definición establecida por el art. 1.123 del que resultan claramente identificables estos
elementos.
La cosa
En cuanto a la cosa pasible de ser vendida, el Código establece en su art. 1.129 que
“pueden venderse todas las cosas que pueden ser objeto de los contratos”.7 Por lo
tanto, serán aplicables las normas vinculadas al objeto de los contratos reguladas
en el capítulo 5 del Título II “Contratos en general” del Libro III, así como las
disposiciones de la sección 1, Capítulo 5, Título IV del Libro I referidas al objeto de
los actos jurídicos.
El Código regula los casos de cosa cierta que dejó de existir, cosa futura y cosa
ajena en los artículos 1.130, 1.131 y 1.132, respectivamente:
a) La cosa cierta deja de existir: como la cosa es un elemento propio del
contrato, si se trata de la venta de una cosa cierta que deja de existir al
tiempo de perfeccionarse el contrato, entonces éste no produce efecto
alguno. En cambio, si deja de existir pero parcialmente, el comprador
interesado en la cosa, aun cuando exista en parte, podría requerir la
entrega de esa parte con la correspondiente reducción del precio en
forma proporcional. Asimismo, las partes pueden asumir expresamente
el riesgo de que la cosa deje de existir, ya sea porque haya perecido o
esté dañada, en cuyo caso el comprador no puede exigir el cumplimiento
del contrato.
b) Cosa futura: se pacta la venta de una cosa que, al momento de la
celebración del contrato, todavía no existe. Por ello es que el contrato
queda supeditado a la condición de que la cosa llegue a existir. Es éste
un contrato sujeto al régimen de las obligaciones condicionales. De igual
manera que en el caso del punto “a”, el comprador puede asumir
expresamente el riesgo de que la cosa no llegue a existir, sin poder
reclamar esto al vendedor cuando la no existencia de la cosa no haya
obedecido a su culpa.9
c) Cosa ajena: la venta de la cosa total o parcialmente ajena es válida. El
Código remite a los casos en que se permite que los bienes ajenos
constituyan el objeto de los contratos, de conformidad con el art. 1.008
del Código. En ese sentido, debe tenerse en cuenta la extensión de la
promesa del vendedor para poder conocer sus efectos; así:
a. Si el vendedor promete transmitirlos y no ha garantizado el éxito
de la promesa, solo está obligado a emplear los medios
necesarios para que la prestación se realice. Si, por su culpa, el
bien no se transmite, debe reparar los daños causados.
b. Si, por el contrario, el vendedor ha garantizado el éxito de la
promesa, deberá también indemnizar los daños causados si ésta
no se cumple, sin importar que haya empleado los medios
necesarios o no para lograrlo.
El Código no lo aclara específicamente al regular la venta de cosa ajena,
pero se entiende que el art. 1.132 trata la venta de cosa ajena en el caso de
que ambas partes conocieran esa circunstancia, ya que la venta de cosa
ajena como propia constituye un supuesto no permitido por la última parte
del art. 1.008, si el vendedor no hace entrega de la cosa, y aun podría
considerarse una hipótesis de dolo que tacha de nulidad al acto.
El Precio
Es otro de los elementos del contrato de compraventa. Para que éste último quede
legalmente configurado, es preciso que el precio reúna las siguientes
características:
a) Debe ser en dinero: de lo contrario, no hay compraventa.
b) Debe ser determinado o determinable: el precio debe ser cierto. Es
determinado cuando: i) las partes lo fijan en una suma que el comprador
debe pagar; ii) cuando se deja su indicación al arbitrio de un tercero
designado; o iii) cuando su determinación se hace con referencia a otra cosa
cierta; iv) cuando las partes prevén el procedimiento para determinarlo.
Determinación del precio por un tercero: se prevé la posibilidad de que sea
un tercero el que determine el precio, ya sea que a éste se lo designe en el
contrato o con posterioridad. En caso de que no hubiere acuerdo sobre el
tercero, o que por cualquier motivo éste no quiera o no pueda determinar el
precio, entonces será el juez quien fije el precio.
c) Debe ser serio.
Modalidades especiales
El Código define ciertas cláusulas que pueden ser incorporadas al contrato de compraventa:
a) El pacto de retroventa: entendido como aquel por el cual el vendedor se reserva
el derecho de recuperar la cosa vendida y entregada al comprador contra restitución
del precio, con el exceso o disminución convenidos. El contrato sujeto a este pacto
se rige por las reglas de la compraventa sometida a condición resolutoria.
b) El pacto de reventa es aquel por el cual el comprador se reserva el derecho de
devolver la cosa comprada. Ejercido el derecho, el vendedor debe restituir el precio,
con el exceso o disminución convenidos. Se aplican las reglas de la compraventa
bajo condición resolutoria.
c) Con relación al pacto de preferencia, se establece que es aquel por el cual el
vendedor tiene derecho a recuperar la cosa con prelación a cualquier otro adquirente
si el comprador decide enajenarla. El derecho que otorga es personal y no puede
cederse ni pasa a los herederos. Estas normas se complementan con lo dispuesto
en la parte general.
Como regla general, se establecen plazos para dar certeza jurídica y para no impedir o
dificultar el tráfico de modo permanente. Se dispone que puedan establecerse por un plazo
que no supere los 5 años para las cosas inmuebles y los 2 años para las cosas muebles.
En caso de que las partes opten por fijar un plazo mayor, este se reduce al máximo legal
de 5 o 2 años de acuerdo con el caso. Se trata de un plazo perentorio y que no puede ser
prorrogado.

Boleto Compraventa
La figura del boleto de compraventa fue incorporada al Código Civil por medio de la ley
17.711 a través del artículo 1185 bis y del agregado de una parte final al artículo 2355. La
mención en esos dos artículos, sumada a las disposiciones de los arts. 1184 y 1185, ha
provocado ríos de tinta sobre la naturaleza jurídica de esta figura jurídica. Hay quienes
caracterizan a este acuerdo como un precontrato. Desde esta perspectiva, el boleto de
compraventa inmobiliaria, celebrado mediante instrumento privado no puede ser entendido
como un contrato definitivo que permite la transmisión o constitución de un derecho real.
Es un “antecontrato” o acuerdo previo, o “contrato preparatorio”, o “precontrato” que genera
los efectos propios de esos actos, pero de ninguna manera reúne los requisitos sustanciales
que la ley privada exige.
La posición que se ha logrado imponer en doctrina es la que indica que el boleto de
compraventa importa un contrato en que las partes se obligan válidamente a celebrar un
contrato de compraventa de inmuebles.
Este contrato del artículo 1185 es sin duda alguna un contrato verdadero, firme, serio,
definitivo y perfecto, pero no como contrato de compraventa sino como contrato que obliga
a concluir el de compraventa. Ello en alusión al régimen del Código Civil derogado. En
cuanto a la ley 26.994, no ha “esclarecido la cuestión de la naturaleza jurídica del boleto de
compraventa, pues no lo define ni determina sus alcances. En cuanto a las consecuencias
para las partes, podrá recurrirse a lo establecido en la parte general, especialmente lo
previsto por el art. 1018” (otorgamiento pendiente del instrumento).
En la Sección 8ª del Código Civil y Comercial se regula la figura del boleto de compraventa
de inmuebles. La normativa lo contempla en los artículos 1.170 y 1.171.
Obligaciones de las partes
Al respecto, en los “Fundamentos del Anteproyecto de Código Civil y
Comercial de la Nación” (2012), se dispone:
En estos textos se alude a la obligación nuclear y típica del contrato, transferir y
pagar el precio, así como a los deberes colaterales, los cuales son absolutamente
diferentes en cuanto a su entidad y funciones. Sin embargo, se ha mantenido la idea
de incluirlos en un solo artículo para cada parte, porque de este modo queda claro
que el vendedor o el comprador tienen un plexo de obligaciones y deberes, si bien
de distinta entidad. Es labor de la doctrina desarrollar aisladamente cada uno de
ellos.

Principales obligaciones del vendedor


A. Conservar la cosa
Atento que el vendedor debe entregar la cosa, entonces también está obligado a
conservarla sin cambiar su estado, hasta el momento en que haga efectiva la
entrega, por lo que es un cargo inherente a la obligación de entrega. Se la
caracteriza como una actividad preparatoria que pondrá el vendedor en condiciones
de cumplir su promesa. La custodia no es, por tanto, una prestación en sentido
técnico ni puede ser objeto del reclamo del comprador por sí misma. Lo que a éste
le interesa es que la cosa se le entregue. No hay, pues, una custodia-deber, como
la del depositario, sino solamente la carga propia de todo deudor de preparar y hacer
posible el cumplimiento de la prestación.
Los gastos de conservación de la cosa corren por cuenta del vendedor, pues eso es
lo que está dispuesto respecto de los gastos de entrega, (art. 1.13820) y ya se ha
dicho que la custodia no es sino un aspecto de la entrega. Pero no hay inconveniente
en que las partes estipulen lo contrario, puesto que, en este sentido, rige la
autonomía de la voluntad y las normas a que se hace referencia operan como
derecho supletorio en caso de que las mismas nada hayan dicho.
B. Transferir la propiedad de la cosa
El vendedor debe transferir al comprador la propiedad de la cosa vendida. Esto
incluye también poner a disposición del comprador los instrumentos para concretar
la transferencia y la cooperación necesaria para efectivizar la transferencia dominial.
Ésta constituye la obligación central a su cargo.
La transferencia de la propiedad se podría fraccionar, teóricamente, en dos partes:
a) la entrega de la cosa; y b) la existencia y legitimidad del derecho que se transmite
sobre ella.
Asimismo, el art. 1.139 del Código establece que el vendedor debe entregar el
inmueble "inmediatamente de la escrituración"23, es decir, luego de ella, excepto
que se hubiere convenido lo contrario.
Por otra parte, los gastos de entrega y los vinculados a la obtención de los
instrumentos necesarios para concretar la transferencia, en principio están a cargo
del vendedor.
C. Responder por saneamiento

Obligaciones del comprador


A. Pago del precio
Obligación esencial a cargo del comprador. El pago debe efectuarse en el lugar y
tiempo convenidos, conforme el art. 1.141, inc. a.26 Es que aquí rige el principio de
autonomía de la voluntad. Tal como entiende Esper (2015), hay una regla de
interpretación de conformidad con la cual si no hay pacto específico en relación al
pago del precio en un lugar y tiempo convenidos, entonces se presume que la venta
es de contado y que el pago del precio debe ser simultáneo a la celebración del
contrato y entrega de la cosa.
B. Recepción de la cosa
Así como el vendedor debe entregar la cosa, el comprador debe recibirla. Esto
implica realizar todos los actos que razonablemente cabe esperar del comprador
para que el vendedor pueda efectuar la entrega y hacerse cargo de la cosa.
C. Pagos necesario para hacerse cargo de la cosa
De acuerdo con el Código, esto requiere el pago de los gastos de recibo, incluidos
los de testimonio de la escritura pública y los demás posteriores a la venta.
El Código no enumera cuáles son concretamente estos gastos, pero en gran medida
están vinculados a los usos y costumbres. El costo del testimonio de la escritura
pública involucra a las compras de inmuebles y al resto de las transferencias
onerosas a las que se refiere el art. 1.12427, e involucra los demás gastos notariales,
tales como los honorarios de los escribanos intervinientes, costos de los timbrados,
etc., que son abonados por los compradores. Hay gastos posteriores a la venta,
como, por ejemplo, los gastos de inscripción, tasas y otros derivados del contrato.

Cesión de derechos
Concepto
Se establece que hay contrato de cesión cuando una de las partes transfiere a la otra un
derecho. Se aplican a la cesión de derechos, siempre que no haya reglas específicas
establecidas en el capítulo 26 del Código, las reglas de:
a) La compraventa, cuando la cesión se hizo con la contraprestación de un precio
en dinero.
b) La permuta, cuando la cesión se hizo mediante la transmisión de la propiedad de
un bien.
c) La donación, cuando se realizó sin contraprestación.
Caracteres
 Es un contrato consensual, ya que se perfecciona con el simple acuerdo de
voluntades y no requiere como condición ineludible la entrega del título, pese a que
el art. 1.619 del Código establece como obligación del cedente la entrega de los
documentos probatorios del derecho.39
 Es formal, ya que la cesión debe hacerse por escrito, sin perjuicio de los casos en
que se admite la transmisión del título por endoso o por entrega manual. Deben
otorgarse por escritura pública: la cesión de derechos derivados de un acto
instrumentado por escritura pública; la cesión de derechos hereditarios; la cesión de
derechos litigiosos. Si la cesión no involucra derechos reales sobre inmuebles,
también puede hacerse por acta judicial.
 Puede ser onerosa o gratuita. En el primer caso (venta, permuta), será bilateral y
conmutativa porque las prestaciones son recíprocas y se presumen equivalentes;
en el segundo (donación), será unilateral.
Efectos
Art. 1620. Efectos respecto de terceros. La cesión tiene efectos respecto de terceros
desde su notificación al cedido por instrumento público o privado de fecha cierta, sin
perjuicio de las reglas especiales relativas a los bienes registrables

Cesión de Créditos
La cesión tiene efectos frente a terceros desde la notificación al cedido mediante
instrumento público o instrumento privado con fecha cierta.
Los pagos del crédito que efectuare el deudor cedido, antes de la notificación de la cesión,
lo liberan (así como cualquier otra causa de extinción de la obligación). Esto es así, ya que
de conformidad con el art. 1.620, la cesión sólo tiene efectos una vez notificada por los
medios previstos expresamente, por lo que, antes de ello, no puede ser oponible al cedido.
Acciones Conservatorias: si bien la cesión no tiene efectos respecto de terceros sino
desde el momento de la notificación, esta regla no es absoluta. La ley concede
prudentemente al cesionario y al cedente el derecho a realizar todos los actos
conservatorios del derecho antes de la notificación de la cesión. Es que el cesionario
ostenta cuanto menos la calidad de acreedor condicional y es lógico que se le reconozca
ese derecho, pudiendo, por ende, embargar el crédito, ejercer la acción subrogatoria,
interrumpir la prescripción, etcétera.
Garantías: cuando la cesión es onerosa, el cedente garantiza la existencia y legitimidad
del derecho al momento de la cesión. Ello, excepto que se trate de la cesión de un derecho
litigioso o que se lo transmita como dudoso. Si el derecho no existe, en función de esta
garantía es que el cedente debe restituir al cesionario el precio recibido más los intereses
correspondientes. Si el cedente fuere de mala fe, es decir, si conocía la inexistencia del
derecho al momento de perfeccionar la cesión, la ley dispone que, además, debe la
diferencia entre el valor real del derecho cedido y el precio de la cesión efectuada.
Límite de la garantía: el cedente garantiza que el crédito exista y sea legítimo, pero no
garantiza la solvencia del deudor cedido o de los fiadores involucrados (excepto mala fe del
cedente, es decir, que éste último conozca al momento de la cesión el estado de insolvencia
del deudor). Esta es la regla para la cesión onerosa.41 Sin embargo, las partes en virtud de
la autonomía de la voluntad pueden pactar expresamente que se garantice también por la
solvencia.
Cuando, pese a la regla fijada por el art. 1.628, el cedente garantiza la solvencia del deudor
cedido, son aplicables las disposiciones de la fianza. En ese caso, el cesionario sólo podrá
reclamar al cedente que garantizó la solvencia del deudor cedido luego de haber excutido
los bienes de éste último (salvo que esté concursado o quebrado).
Son de aplicación supletoria todas las normas vinculadas a la responsabilidad por
saneamiento estudiadas en la parte general de los contratos.

Cesión de deudas
Concepto
Hay cesión de deudas cuando acreedor, deudor y un tercero convienen que éste último
debe pagar la deuda, sin que exista novación de la obligación. Esto exige conformidad de
los tres: del acreedor, del deudor original y del tercero que se hace cargo de la deuda. Si,
en cambio, el acreedor no prestara conformidad para la cesión de la deuda de la cual es
acreedor con la consecuente liberación del deudor, el tercero será un deudor subsidiario.

Cesión de posición contractual

Art. 1637. Efectos. Desde la cesión o, en su caso, desde la notificación a las otras partes,
el cedente se aparta de sus derechos y obligaciones, los que son asumidos por el
cesionario.
Sin embargo, los co-contratantes cedidos conservan sus acciones contra el cedente si han
pactado con éste el mantenimiento de sus derechos para el caso de incumplimiento del
cesionario. En tal caso, el cedido o los cedidos deben notificar el incumplimiento al cedente
dentro de los treinta días de producido; de no hacerlo, el cedente queda libre de
responsabilidad.

Locación de cosas
Concepto
Art. 1187. Definición. Hay contrato de locación si una parte se obliga a otorgar a otra el
uso y goce temporario de una cosa, a cambio del pago de un precio en dinero.
Al contrato de locación se aplica en subsidio lo dispuesto con respecto al consentimiento,
precio y objeto del contrato de compraventa.
Comentario
Los elementos propios son la obligación de conceder el uso y goce temporario de
una cosa a cambio de un precio en dinero. Así las cosas, a través de tres elementos
queda perfectamente configurado el contrato.
En primer lugar, la obligación del locador de otorgar el uso y goce de una cosa. Lo
realmente característico de este contrato es el no compromiso de transmisión del
derecho real de dominio o de la posesión sobre la cosa que el locatario reconoce en
cabeza del locador.
En segundo lugar, como elemento distintivo advertimos la nota de temporalidad, tan
próxima a los derechos personales, y tan propia de este contrato por la existencia
de un plazo resolutorio que delimita temporalmente el ejercicio del uso y goce
concedido.
En tercer lugar, se requiere un precio en dinero, obligación típica y principalísima del
locatario.

Caracteres
 bilateral (en tanto genera obligaciones recíprocas para ambas partes, la entrega del
uso y goce de la cosa, y el pago de un precio);
 consensual (queda perfeccionado con el consentimiento de las partes);
 oneroso (porque se comprometen prestaciones recíprocas);
 conmutativo (las ventajas para los contratantes son ciertas, no dependen de un
acontecimiento incierto);
 de tracto sucesivo (porque es un contrato que tiene una duración y cuyos efectos se
cumple en el transcurso del tiempo).

Forma. Oponibilidad. El contrato de locación de cosa inmueble o mueble registrable, de


una universalidad que incluya a alguna de ellas, o de parte material de un inmueble, debe
ser hecho por escrito.
Esta regla se aplica también a sus prórrogas y modificaciones.

Plazos
Art. 1197. Plazo máximo.
El tiempo de la locación, cualquiera sea su objeto, no puede exceder de veinte años para
el destino habitacional y cincuenta años para los otros destinos.
El contrato es renovable expresamente por un lapso que no exceda de los máximos
previstos contados desde su inicio.
 Locación con destino habitacional: plazo máximo de 20 años.
 Locación con otros destinos: plazo máximo de 50 años.

Art. 1198. Plazo mínimo de la locación de inmueble.


El contrato de locación de inmueble, cualquiera sea su destino, si carece de plazo expreso
y determinado mayor, se considera celebrado por el plazo mínimo legal de dos años,
excepto los casos del artículo 1199.
El locatario puede renunciar a este plazo si está en la tenencia de la cosa.

Obligaciones de las partes


Del locador:
1. La entrega de la cosa:
El locador debe entregar la cosa conforme a lo acordado. A falta de previsión
contractual debe entregarla en estado apropiado para su destino, excepto
los defectos que el locatario conoció o pudo haber conocido.
2. Conservación de la cosa:
El locador debe conservar la cosa locada en estado de servir al uso y goce
convenido y efectuar a su cargo la reparación que exija el deterioro originado
en su calidad o defecto, en su propia culpa, o en la de sus dependientes o
en hechos de terceros o caso fortuito.

3. Pago de las mejoras:


El locador debe pagar las mejoras necesarias hechas por el locatario a la
cosa locada, aunque no lo haya convenido, si el contrato se resuelve sin
culpa del locatario, excepto que sea por destrucción de la cosa.
4. La frustración del uso o goce de la cosa:
Si por caso fortuito o fuerza mayor, el locatario se ve impedido de usar o
gozar de la cosa, o ésta no puede servir para el objeto de la convención,
puede pedir la rescisión del contrato, o la cesación del pago del precio por el
tiempo que no pueda usar o gozar de la cosa. Si el caso fortuito no afecta a
la cosa misma, sus obligaciones continúan como antes
5. La supresión de la pérdida de luminosidad del inmueble como vicio:
La pérdida de luminosidad del inmueble urbano por construcciones en las
fincas vecinas, no autoriza al locatario a solicitar la reducción del precio ni a
resolver el contrato, excepto que medie dolo del locador.

Del locatario:
1. Prohibición de variar el destino:
El locatario puede usar y gozar de la cosa conforme a derecho y exclusivamente para
el destino correspondiente. No puede variarlo aunque ello no cause perjuicio al locador.
2. Conservación de la cosa en buen estado:
El locatario debe mantener la cosa y conservarla en el estado en que la recibió. No
cumple con esta obligación si la abandona sin dejar quien haga sus veces. Responde
por cualquier deterioro causado a la cosa, incluso por visitantes ocasionales, pero no
por acción del locador o sus dependientes.
3. Reparaciones a la cosa:
El Código prevé que:
Si la cosa es mueble, el locatario tiene a su cargo el gasto de su conservación
y las mejoras de mero mantenimiento; y sólo éstas si es inmueble.
Si es urgente realizar reparaciones necesarias puede efectuarlas a costa del
locador dándole aviso previo.
4. Responsabilidad por el incendio de la cosa:
En caso de destrucción de la cosa por incendio no originado en caso fortuito, también
responde el locatario.
5. Pago del canon convenido:
La prestación dineraria a cargo del locatario se integra con el precio de la locación y
toda otra prestación de pago periódico asumida convencionalmente por el locatario. Es
decir que el canon tiene un significado más amplio que el alquiler al que también
comprende, pues también comprende toda prestación periódica que se haya pactado
entre las partes del contrato y en razón del mismo.
6. Pago de las cargas y contribuciones por la actividad:
El locatario tiene a su cargo el pago de las cargas y contribuciones que se originen
en el destino que le otorgue a la cosa locada. No tiene a su cargo el pago de las que
graven la cosa, excepto pacto en contrario.
7. Obligaciones de restituir la cosa:
El locatario, al concluir el contrato, debe restituir al locador la cosa en el estado en
que la recibió, excepto los deterioros provenientes del mero transcurso del tiempo y
el uso regular. También debe entregarle las constancias de los pagos que efectuó
en razón de la relación locativa y que resulten atinentes a la cosa o a los servicios
que tenga.

Régimen de mejoras
Art. 1211. Regla.
El locatario puede realizar mejoras en la cosa locada, excepto que esté prohibido en
el contrato, alteren la substancia o forma de la cosa, o haya sido interpelado a restituirla.
No tiene derecho a reclamar el pago de mejoras útiles y de mero lujo o suntuarias, pero, si
son mejoras necesarias, puede reclamar su valor al locador.
Comentario
Regla
En principio, y como ley supletoria, el locatario puede realizar mejoras en la cosa
locada que le permitan llevar a la práctica el uso y goce concedido, pudiendo ser
necesarias, útiles o suntuarias. Como vemos, la regla sigue siendo aquélla
contenida en el art. 1533 del Código de Vélez. El Proyecto de 1993 (art.1097)
disponía: " Si no hubiese prohibición en el contrato, el locatario podrá hacer en la
cosa arrendada las mejoras que deseare para su utilidad y comodidad, con tal de
que no altere su forma o que no hubiese sido citado para la restitución de la cosa" .
Sin embargo, esta regla tiene sus excepciones para el supuesto que las partes
hayan pactado en contrario; o bien impliquen mudar o alterar su destino; o bien haya
sido interpelado a reintegrarla al locador.
En primer lugar, para el supuesto que las partes hayan pactado en contrario, habrá
que distinguir si se trata de una "cláusula que podrá tener carácter general o referir
a supuestos determinados"
En segundo lugar, se interpreta en doctrina que el fundamento de prohibir mejoras
que alteren el destino de la cosa consiste " en que la modificación de la cosa es una
facultad del propietario y no del tenedor- locatario"
En tercer lugar, el fundamento de la prohibición de introducir mejoras una vez
requerida la devolución de la cosa, por cualquier medio (notificación judicial o
extrajudicial), radica " en la imposibilidad de que el locatario logre un pleno disfrute
de la misma"
Art. 1212. Violación al régimen de mejoras.
La realización de mejoras prohibidas en el artículo 1211 viola la obligación de
conservar la cosa en el estado en que se recibió.
Comentario
Violación al régimen de mejoras
Para el supuesto que la norma supletoria haya sido modificada por las partes, por
ejemplo, prohibiéndose la introducción de mejoras, sea por una prohibición general
o particular, o bien de algunos de los otros supuestos previstos en la norma, la
violación implica desconocer uno de los principales deberes a cargo del locatario,
cual es el de conservación de la cosa, autorizando al locador a extinguir la relación
contractual
Prescribe tres consecuencias:
a) Impedir o paralizar su ejecución;
b) Demandar la demolición;
c) Solicitar la restitución de la cosa en el estado en el cual fue entregada.
Como dijimos antes, el régimen anotado es mucho más sencillo y su sanción es la
resolución del contrato.
Conclusión de la locación
Modos extintivos:

 El cumplimiento del plazo convenido, o requerimiento previsto para el caso de


la continuación en la locación concluida.
El nuevo art. 1218 recibe la regla del derogado art. 1622, en cuanto prohíbe
la tácita reconducción y autoriza la continuación del contrato bajo sus mismos
términos aun vencido el plazo contractual.
Sin embargo existe una diferencia entre la regla derogada y la del art. 1218.
Consiste en dilucidar quién es el legitimado para dar por concluida la locación
luego de vencido el plazo contractual, pues el artículo derogado solo legitima
al locador, y el actual 1218: pone en pie de igualdad a locador y locatario,
autorizando que sea cualquiera de ambas partes quien comunique a la otra
su voluntad de concluir el vínculo locativo prolongado en el tiempo pese a
estar vencido el plazo contractual. La recepción de pagos durante la
continuación de la locación no altera lo dispuesto sobre la no existencia de
tácita reconducción.
Es un principio admitido sin fisuras con anterioridad, aunque quizás
innecesario, puesto que la continuación de la locación bajo sus mismos
términos implica necesariamente el pago, cobro y otorgamiento de recibo de
alquileres. Y quien paga, cobra exige u otorga recibo lo hace en virtud de los
deberes seguidos de la continuación de la locación que está en sus manos
utilizar o no, y no porque exista tácita reconducción. Si el monto del alquiler
pagado luego de vencido el plazo contractual excede al anteriormente
pagado no corresponde asumir que hay un nuevo contrato.

 La resolución anticipada.
Aún cuando el contrato tiene un plazo mínimo de duración, la ley le acuerda (sólo al
locatario) la posibilidad de concluir anticipadamente el contrato. Esto es coherente con
la disposición del art. 1.198, en tanto está estipulada en beneficio del locatario.
El Código prevé en el art. 1.221 las reglas para la resolución anticipada. A saber:
A) Si la cosa locada es un inmueble y han transcurrido seis meses de
contrato, el locatario debe notificar en forma fehaciente su decisión al
locador”. Si bien establece este deber, no fija un tiempo de antelación con el
que debe efectuarse la notificación. Asimismo, prevé:
Si hace uso de la opción resolutoria en el primer año de vigencia de la
relación locativa, debe abonar al locador, en concepto de indemnización, la
suma equivalente a un mes y medio de alquiler al momento de desocupar el
inmueble y la de un mes si la opción se ejercita transcurrido dicho lapso.
B) En los casos del artículo 1199 [excepciones al plazo mínimo legal],
debiendo [el locatario] abonar al locador el equivalente a dos meses de
alquiler”.

Obra y Servicios
El capítulo 6 del Título IV del Libro Tercero del Código regula el contrato de obras y
servicios, estableciendo una Sección 1a en la que se regulan disposiciones comunes a los
contratos de obras y de servicios.
Art. 1251. Definición.
Hay contrato de obra o de servicios cuando una persona, según el caso el contratista
o el prestador de servicios, actuando independientemente, se obliga a favor de otra,
llamada comitente, a realizar una obra material o intelectual o a proveer un servicio
mediante una retribución.
El contrato es gratuito si las partes así lo pactan o cuando por las circunstancias del
caso puede presumirse la intención de beneficiar.

Diferencia entre obra y servicio


Art. 1252. Calificación del contrato.
Si hay duda sobre la calificación del contrato, se entiende que hay contrato de
servicios cuando la obligación de hacer consiste en realizar cierta actividad
independiente de su eficacia. Se considera que el contrato es de obra cuando se
promete un resultado eficaz, reproducible o susceptible de entrega.
Los servicios prestados en relación de dependencia se rigen por las normas del
derecho laboral.
Las disposiciones de este Capítulo se integran con las reglas específicas que
resulten aplicables a servicios u obras especialmente regulados.

Sistema de contratación de obras


Art. 1262. Sistemas de contratación. La obra puede ser contratada por ajuste
alzado, también denominado "retribución global", por unidad de medida, por coste y
costas o por cualquier otro sistema convenido por las partes. La contratación puede
hacerse con o sin provisión de materiales por el comitente. Si se trata de inmuebles,
la obra puede realizarse en terreno del comitente o de un tercero. Si nada se convino
ni surge de los usos, se presume, excepto prueba en contrario, que la obra fue
contratada por ajuste alzado y que es el contratista quien provee los materiales.
Comentario
En el sistema por ajuste alzado , descripta la obra, se proyecta y acuerda un
precio que será invariable (con la salvedad del art. 1091). Este principio obedece al
sentido común y la experiencia ordinaria, pues se supone que el empresario al
calcular el precio, ha considerado con su formación y experiencia, las posibles
fluctuaciones en el valor de los materiales y mano de obra. Por ello, el acuerdo es
válido en tanto permanezcan las circunstancias que le dieron su razón de ser
(Lorenzetti). Es posible, también, que se pacte reconocer ciertas alteraciones de
precio, dentro de límites tope, lo que se denomina ajuste alzado relativo, por
oposición al absoluto (Borda); por tanto, "habrá un precio básico y un tope máximo"
(López de Zavalía).
La contratación por unidad de medida presupone la divisibilidad de la obra (conf. art.
805). En efecto, se fracciona la obra en etapas o unidades terminadas, a las que se
le asigna un valor; pudiendo luego estimarse el precio a pagar por la simple
multiplicación del valor acordado a cada unidad (v.gr. tantos pesos por km; aunque
también podríamos imaginar un precio por función teatral), por el número de
unidades efectivamente elaboradas. Permite al comitente poner fin a la relación
contractual abonando el número de unidades trabajadas y caracteriza a la misma
por una cierta imprevisibilidad en relación al número depiezas o unidades que se
necesitarán.
Finalmente, el sistema por coste o costas implica acordar un valor sujeto a la
condición de variabilidad del valor de los materiales y salarios (Borda) pudiendo el
contratista reajustarlos de acuerdo a sus fluctuaciones, toda vez que "el precio surge
a posteriori de la ejecución" (Lorenzetti). Por coste se entiende el gasto de
construcción y por costas la utilidad del empresario.

Obligaciones de las partes


Art. 1256. Obligaciones del contratista y del prestador.
El contratista o prestador de servicios está obligado a:
a) Ejecutar el contrato conforme a las previsiones contractuales y a los
conocimientos razonablemente requeridos al tiempo de su realización por el arte, la
ciencia y la técnica correspondientes a la actividad desarrollada;
b) Informar al comitente sobre los aspectos esenciales del cumplimiento de la
obligación comprometida;
c) Proveer los materiales adecuados que son necesarios para la ejecución de la obra
o del servicio, excepto que algo distinto se haya pactado o resulte de los usos;
d) Usar diligentemente los materiales provistos por el comitente e informarle
inmediatamente en caso de que esos materiales sean impropios o tengan vicios que
el contratista o prestador debiese conocer;
e) Ejecutar la obra o el servicio en el tiempo convenido o, en su defecto, en el que
razonablemente corresponda según su índole.

Art. 1257. Obligaciones del comitente.


El comitente está obligado a:
a) pagar la retribución;
b) proporcionar al contratista o al prestador la colaboración necesaria, conforme a
las características de la obra o del servicio;
c) recibir la obra si fue ejecutada conforme a lo dispuesto en el artículo 1256.
Contratos colaborativos, gratuitos y de préstamo
(Eje 6)

Mandato
Art. 1319. Definición.
Hay contrato de mandato cuando una parte se obliga a realizar uno o más actos
jurídicos en interés de otra.
El mandato puede ser conferido y aceptado expresa o tácitamente. Si una persona
sabe que alguien está haciendo algo en su interés, y no lo impide, pudiendo hacerlo,
se entiende que ha conferido tácitamente mandato. La ejecución del mandato
implica su aceptación aun sin mediar declaración expresa sobre ella.
El mandato puede ser conferido y aceptado expresa o tácitamente. Si una persona sabe
que alguien está haciendo algo en su interés, y no lo impide, pudiendo hacerlo, se entiende
que ha conferido tácitamente mandato. La ejecución del mandato implica su aceptación aun
sin mediar declaración expresa sobre ella.

Mandato con Representación


Art. 1320. Representación.
Si el mandante confiere poder para ser representado, le son aplicables las
disposiciones de los artículos 362 y siguientes.
Aun cuando el mandato no confiera poder de representación, se aplican las
disposiciones citadas a las relaciones entre mandante y mandatario, en todo lo que
no resulten modificadas en este Capítulo.
Comentario
La ley establece en el art. 1320 cuáles son las reglas aplicables al mandato, según
que el mandante otorgue al mandatario la facultad para representarlo o no le
conceda esa prerrogativa. Para el primer supuesto, el Código establece que rigen
prioritariamente las disposiciones de los arts. 362 a 381, que son las que
específicamente reglan el vínculo entre el representado -que en el caso sería el
mandante y el representante -que en nuestro tema sería el mandatario-
Además de ello, aunque el Código no lo establezca expresamente, es claro que se
aplican también:
a) las disposiciones generales en materia de representación (arts. 358 a
361);
b) las normas de este Capítulo que regulan el contrato de mandato.
Para la segunda hipótesis, esto es, para el caso de que el mandato no otorgue al
mandatario la potestad de actuar en nombre del mandante, la nueva legislación
prevé que las normas aplicables tendrán el siguiente orden de prelación: primero,
las disposiciones de este Capítulo y, luego, las reglas establecidas en los arts. 362
a 381que disciplinan el vínculo entre representados y representantes.
Esto último revela hasta qué punto existe un claro parentesco entre estas figuras
jurídicas, aunque conceptual y teóricamente existas diferencias entre ellas.

Mandato sin Representación


Art. 1321. Mandato sin representación.
Si el mandante no otorga poder de representación, el mandatario actúa en nombre
propio pero en interés del mandante, quien no queda obligado directamente
respecto del tercero, ni éste respecto del mandante. El mandante puede subrogarse
en las acciones que tiene el mandatario contra el tercero, e igualmente el tercero en
las acciones que pueda ejercer el mandatario contra el mandante.
Comentario
Luego de establecer en el art. 1320, segundo párrafo, cuál es el orden normativo
que rige el mandato sin representación, el Código establece en el art.1321 algunas
reglas aplicables a ese tipo de mandato.
En primer término, la norma explica lo que vengo señalando desde el comienzo de
este Capítulo y que constituye la base del desempeño del mandatario sin poder de
representación: el sujeto que así actúa, desarrolla su actividad en nombre propio y
declara su voluntad frente a terceros por sí mismo, en su propio nombre, sin invocar
el nombre de ningún otro. Es por ello que el mandante no queda obligado frente a
los terceros con quienes actuó el mandatario ni éstos contraen obligaciones ni
derechos directos a favor de o contra aquél. Es el funcionamiento jurídico de la
actuación sin representación (d. Fontanarrosa).
Sin embargo, como en la relación interna mandante-mandatario existe un contrato
de mandato, que legitima la actuación del mandatario y determina que él no actúa
frente a los terceros en su propio interés sino que lo hace en interés del mandante,
es decir, con la intención de satisfacer una necesidad de él, el acto celebrado con
los terceros no resulta indiferente ni ajeno a los intereses del mandante; más bien
todo lo contrario.
Esto explica la última parte del art. 1321, cuando autoriza al mandante a subrogarse
en las acciones que tenga el mandatario contra el tercero ya éste en las acciones
que el mandatario posea contra el mandante. La redacción de esta parte de la
norma, que mejora los términos del viejo art.1929, Cód. Civil, el cual autorizaba una
acción sobre cuya naturaleza jurídica no había uniformidad en la doctrina nacional -
acción indirecta no subrogatoria (Borda) supuesto de subrogación legal (Aríza),
acción sub rogatoria (Mosset Iturraspe, "La relación apunta al ejercicio de la acción
subrogatoria que el Código legisla de manera genérica en los arts. 739 a 742.
Desecha, con ello, la posibilidad de que el mandante o el tercero puedan recurrir al
ejercicio de la acción directa que también, de forma genérica, el nuevo Código
disciplina en los arts. 736 a 738,la cual sólo procede en los supuestos expresamente
previstos por la ley, que justamente no es el caso del mandato.
Como se trata de instituciones compatibles y no excluyentes, se admite expresamente que
el mandato pueda celebrarse bajo dos modalidades diferentes: mandato con representación
y mandato sin representación. En la primera, el mandante apodera al mandatario y, a través
de ese acto, confiere al mandatario la facultad de actuar en nombre de él; en la segunda,
la ausencia de facultades de representación a favor del mandatario implica que él actúa,
frente a terceros, en su propio nombre y no en nombre del mandate.

Derechos y obligaciones de las partes


Obligaciones del mandatario
Art. 1324.Obligaciones del mandatario.
El mandatario está obligado a:
A) Cumplir los actos comprendidos en el mandato, conforme a las instrucciones
dadas por el mandante y a la naturaleza del negocio que constituye su objeto,
con el cuidado que pondría en los asuntos propios o, en su caso, el exigido por
las reglas de su profesión, o por los usos del lugar de ejecución.
Comentario:
El Código determina un primer estándar o patrón de conducta que debe
respetar el mandatario en el desarrollo y ejecución del encargo: debe cumplirlo
con el cuidado que pondrían en sus propios asuntos. Luego fija como pauta de
cuidado lo que surja de las reglas de la profesión y, por último, lo que emane
de los usos vigentes en el lugar de ejecución del mandato. El mandatario debe
respetar siempre el principio cardinal de la buena fe en la ejecución del
mandato y de sus obligaciones
B) Dar aviso inmediato al mandante de cualquier circunstancia sobreviniente que
razonablemente aconseje apartarse de las instrucciones recibidas, requiriendo
nuevas instrucciones o ratificación de las anteriores, y adoptar las medidas
indispensables y urgentes.
C) Informar sin demora al mandante de todo conflicto de intereses y de toda otra
circunstancia que pueda motivar la modificación o la revocación del mandato.
D) Mantener en reserva toda información que adquiera con motivo del mandato
que, por su naturaleza o circunstancias, no está destinada a ser divulgada.
Comentario:
Esta disposición obliga al mandatario a guardar secreto y a no difundir la
información que adquiera con motivo del mandato, que por su naturaleza o
circunstancias no esté destinada a ser divulgada. Es, en cierto modo, una
explicitación de la regla de todo representante de mantener reserva
E) Dar aviso al mandante de todo valor que haya recibido en razón del mandato, y
ponerlo a disposición de aquél.
Comentario
En la hipótesis que regula el inciso, la información que debe brindarse al
mandante se relaciona con todo valor -dinero, efectos, papeles de
comercio, etc. que el mandatario haya recibido como consecuencia de la
ejecución del mandato.
La información debe resultar clara y completa, para que el mandante tome
conocimiento de los datos de las cosas o valores recibidos, a qué
operación corresponden y, especialmente, para que instruya al mandatario
respecto de qué debe realizar con ellos, salvo, claro, que esto último surja
de las instrucciones previas, la naturaleza del negocio, las reglas de la
profesión o los usos del lugar de ejecución del encargo
F) Rendir cuenta de su gestión en las oportunidades convenidas o a la extinción
del mandato;
G) Entregar al mandante las ganancias derivadas del negocio, con los intereses
moratorios, de las sumas de dinero que haya utilizado en provecho propio;
H) Informar en cualquier momento, a requerimiento del mandante, sobre la
ejecución del mandato;
I) Exhibir al mandante toda la documentación relacionada con la gestión
encomendada, y entregarle la que corresponde según las circunstancias.
Si el negocio encargado al mandatario fuese de los que, por su oficio o su modo
de vivir, acepta él regularmente, aun cuando se excuse del encargo, debe tomar
las providencias conservatorias urgentes que requiera el negocio que se le
encomienda.

Obligaciones del mandante


A) Suministrar al mandatario los medios necesarios para la ejecución del mandato.
Debe, como titular del interés, poner la cooperación necesaria y posible para que
el encargado llegue al resultado querido por ambos.
Asimismo, debe compensarle, en cualquier momento que le sea requerido, todo
gasto razonable en que se haya incurrido para ese fin. Para que proceda la
compensación de gastos, la ley impone tres requisitos:
1) que el mandatario requiera el reembolso, lo que puede realizar en
cualquier tiempo, incluso antes de concluido el mandato;
2) que los gastos sean razonables, de acuerdo con las circunstancias de
tiempo, lugar, personas, etc., del encargo realizado, lo que variará según
cada caso; y
3) que el mandato sea la causa de la erogación realizada
B) Indemnizar al mandatario los daños que sufra como consecuencia de la
ejecución del mandato, no imputables al propio mandatario.
Es que durante la ejecución del contrato de mandato es posible que el
mandatario sufra algún perjuicio, ya sea en su persona o en sus bienes,
pero que tienen estricta vinculación con el contrato de mandato, pues de
otra forma no los hubieran sufrido. En consecuencia, los perjuicios sufridos
deben ser indemnizados por quien encargó la tarea, es decir, por el
mandante, siempre y cuando esos daños no sean producto de la culpa o
dolo del mandatario, tal como surge de la última parte del artículo
mencionado. El mandato no debe perjudicar ni empobrecer al mandatario
(Esper, 2015).
C) Liberar al mandatario de las obligaciones asumidas con terceros, proveyéndole
los medios necesarios para ello. En este caso, es necesario distinguir entre el
mandato con o sin representación, ya que es en este último caso (mandato sin
representación) en que se actúa en su nombre, personalmente, asumiendo las
consecuencias frente a los terceros.
D) Abonar al mandatario la retribución convenida, en tanto y en cuanto no se haya
estipulado que el contrato sea gratuito, ya que, en ese caso, el mandante nada
debe al mandatario como retribución. Ello es excepcional, ya que el contrato de
mandato se presume oneroso en el Código, por lo que el mandante está obligado
a satisfacer al mandatario la retribución estipulada (la legal, o la que surja de los
usos, o la que fije el juez).
Si el mandato se extingue sin culpa del mandatario, debe la parte de la retribución
proporcionada al servicio cumplido. Pero, si el mandatario ha recibido un adelanto
mayor de lo que le corresponde, el mandante no puede exigir su restitución.

Mandato irrevocable
Art. 1330. Mandato irrevocable.
El mandato puede convenirse expresamente como irrevocable en los casos de los
incisos b) y c) del artículo 380.
El mandato destinado a ejecutarse después de la muerte del mandante es nulo si
no puede valer como disposición de última voluntad.
El mandato destinado a ejecutarse después de la muerte del mandante es nulo si
no puede valer como disposición de última voluntad.
Si bien, como regla, el mandato puede ser revocado, cuando la revocación es ejercida sin
justa causa en el marco de un contrato de mandato que fue otorgado por tiempo
determinado o por asunto determinado, y la misma se produce antes del vencimiento del
plazo o de la culminación del asunto o negocio, entonces el mandante debe indemnizar
los daños causados al mandatario como consecuencia de la extinción del contrato que los
vinculara.
Por otra parte, si el mandato fue dado por plazo indeterminado, el mandante debe dar
aviso por un plazo adecuado a las circunstancias o, en su defecto, indemnizar los daños
que cause su omisión. El Código contempla una suerte de indemnización sustitutiva del
preaviso para los casos en que éste se omita.
De manera coherente, también se prevé el caso en el que el mandatario es el que
renuncia al mandato conferido. En esos casos, la renuncia (en tanto sea intempestiva y
sin causa justificada) lo obliga a indemnizar los daños causados al mandante.
Por último, nos referimos al caso del mandato irrevocable. En casos excepcionales, el
Código permite que se pacte el carácter irrevocable del mandato, delegando su regulación
a lo estipulado en los inc. b y c del art. 380, que regula los casos de extinción del poder.

Extinción del mandato


Art. 1329. Extinción del mandato.
El mandato se extingue:
a) Por el transcurso del plazo por el que fue otorgado, o por el cumplimiento de la
condición resolutoria pactada;
b) Por la ejecución del negocio para el cual fue dado;
c) Por la revocación del mandante;
d) Por la renuncia del mandatario;
e) Por la muerte o incapacidad del mandante o del mandatario.
Causales y efectos
El art. 1.329 del Código enumera los casos de extinción del mandato. Se pueden
distinguir entre causas normales de extinción de este contrato a las siguientes:
A) por el transcurso del plazo por el que fue otorgado, o por el cumplimiento de la
condición resolutoria pactada. Así, al respecto, Esper (2015) señala que el
transcurso del tiempo produce la extinción sin que se requiera manifestación de las
partes. Además, la verificación del hecho condicionante al que se había
condicionado el contrato de mandato genera la culminación del contrato sin efecto
retroactivo, de similar manera a lo establecido por el Código en cuanto a los
efectos de los actos jurídicos subordinados a condición
B) por la ejecución del negocio para el cual fue dado. Tal como señala Mosset
Iturraspe (2014), como los contratos se celebran para ser cumplidos, lo habitual y
natural es que denomina ‘agotamiento.
Por otro lado, podemos referirnos a causas anormales, que pueden ser propias de todos
los contratos o vinculadas con las características particulares de este contrato. El Código
enumera los siguientes casos:
a) revocación del mandante (a lo que ya nos hemos referido);
b) por la renuncia del mandatario (ya lo hemos considerado);
c) por la muerte o incapacidad del mandante o del mandatario.

Fianza
Concepto
Art. 1574. Concepto.
Hay contrato de fianza cuando una persona se obliga accesoriamente por otra a
satisfacer una prestación para el caso de incumplimiento.
Si la deuda afianzada es de entregar cosa cierta, de hacer que sólo puede ser
cumplida personalmente por el deudor, o de no hacer, el fiador sólo queda
obligado a satisfacer los daños que resulten de la inejecución.
La fianza debe convenirse por escrito y puede garantizar obligaciones actuales o futuras,
inclusive las obligaciones de otro fiador. La fianza garantiza la obligación principal, sus
accesorios y los gastos que pueda acarrear el cobro para el acreedor.
Es importante que se tenga en cuenta que, en el contrato de fianza, la prestación que está
a cargo del fiador debe ser equivalente a la del deudor principal o menor, pero no podría
ser más onerosa. Si así lo fuera, el contrato no sería inválido, pero judicialmente podría
requerirse su reducción para que devenga similar a la obligación garantizada.
Garantías reales y personales
Las garantías personales son aquellas que afectan el patrimonio de una persona, aunque
no determinados bienes individuales de ese patrimonio. La fianza es la garantía personal
por excelencia, y la desarrollaremos a continuación.
Las garantías reales, en cambio, son aquellas que afectan determinados bienes y dan
lugar a la constitución de derechos reales de garantía, tales como la hipoteca y la prenda,
con las particularidades específicas de estos derechos.

Fianza civil y comercial


De acuerdo con el art. 478 del Código de Comercio, derogado por ley 26.994, la fianza
era civil o comercial según lo fuera la obligación principal, en la aplicación del principio de
que lo accesorio tiene la naturaleza jurídica de lo principal.
Con el nuevo Código Civil y Comercial de la Nación, la distinción entre fianza civil y
comercial se extingue, quedando equiparadas en cuanto a su regulación y a sus efectos.

Modalidades
Fianza general: se establecen reglas limitativas de la fianza general, con lo cual se
persigue tutelar a los sujetos que suscriben estos contratos. Es válida la fianza general
que comprenda obligaciones actuales o futuras, incluso indeterminadas, caso en el cual
debe precisar el monto máximo al cual se obliga el fiador en concepto de capital. Esta
fianza no se extiende a las nuevas obligaciones contraídas por el afianzado después de
los cinco años de otorgada. La fianza indeterminada en el tiempo puede ser retractada,
caso en el cual no se aplica a las obligaciones contraídas por el afianzado después de
que la retractación haya sido notificada.
Fianza solidaria: en principio, el fiador no es responsable solidario con el deudor. Por esa
razón es que cuenta con el beneficio de excusión previsto en el art. 1.583 del Código, que
le permite exigir que primero sean ejecutados los bienes del deudor.
Sin embargo, la fianza puede ser solidaria en dos casos: a) cuando expresamente lo
convengan las partes; b) cuando el fiador renuncie al beneficio de excusión. En ese caso,
el acreedor podrá demandar indistintamente el cobro a ambas partes (deudor o fiador).
Fiador principal pagador: si una persona se obliga como principal pagador, aunque se
consigne que es fiador (cláusula que vemos en numerosos contratos, “fiador principal
pagador”), se considera deudor solidario. En consecuencia, no tiene los beneficios del
fiador y se le aplican las normas de las obligaciones solidarias.

Fianza Solidaria
Art. 1590. Fianza solidaria.
La responsabilidad del fiador es solidaria con la del deudor cuando así se
convenga expresamente o cuando el fiador renuncia al beneficio de excusión.
Comentario
La norma se refiere a la solidaridad entre el fiador y el deudor. Dispone que
la fianza es solidaria cuando se convenga expresamente en tal sentido o
cuando se renuncia al beneficio de excusión, quedando pues el acreedor
facultado para demandar y ejecutar directamente los bienes del fiador.
Sin embargo, es importante no confundir fianza solidaria con la obligación
solidaria, salvo la renuncia a los derechos de excusión y de división, en
todo lo demás, la fianza solidaria queda sujeta a las reglas de la fianza
simple, sobre todo por la regla de la accesoriedad.

Beneficio de excusión
Art. 1583. Beneficio de excusión.
El acreedor sólo puede dirigirse contra el fiador una vez que haya excutido los
bienes del deudor. Si los bienes excutidos sólo alcanzan para un pago parcial, el
acreedor sólo puede demandar al fiador por el saldo.
Comentario
El beneficio de excusión es el derecho que tiene el fiador de oponerse a la
ejecución de sus bienes hasta tanto se hayan ejecutado todos los bienes
del deudor o éste caiga en insolvencia.
El fundamento de este derecho es el principio de equidad (Salvat), pues
resulta justo que primero se proceda contra los bienes del deudor principal
de la obligación.
La duda que nos surge de esta disposición es que frente a la unificación del
régimen contractual, es difícil entrever la aplicación de este beneficio en los
contratos de naturaleza mercantil.
Art. 1584. Excepciones al beneficio de excusión.
El fiador no puede invocar el beneficio de excusión si:
a) el deudor principal se ha presentado en concurso preventivo o ha sido
declarada su quiebra;
b) el deudor principal no puede ser demandado judicialmente en el territorio
nacional o carece de bienes en la República;
c) la fianza es judicial;
d) el fiador ha renunciado al beneficio.

Beneficio de división
Art. 1589. Beneficio de división.
Si hay más de un fiador, cada uno responde por la cuota a que se ha obligado. Si
nada se ha estipulado, responden por partes iguales. El beneficio de división es
renunciable.
Comentario
El beneficio de división se presenta en la fianza simple y no en la solidaria y en la
del principal pagador, puesto que en estos dos últimos supuestos el fiador está
obligado por el todo. De ahí entonces que si la fianza es simple y goza de este
beneficio (ya que es renunciable), el acreedor no puede sino exigir la cuota que le
corresponda, es decir, la porción viril

Efectos entre el fiador y el deudor


Cuando el fiador cumple con su prestación, entonces queda subrogado en los derechos
del acreedor; por lo tanto, lo sustituye y, en consecuencia, puede exigir al deudor el
reembolso de lo que pagó. Ello más todos los intereses que correspondan desde el día en
que pagó y de los daños y perjuicios ocasionados con motivo de la fianza.
Fiador: la ley le impone al fiador la carga de comunicar al deudor el pago que haga
al acreedor. Ello es sumamente relevante, pues cuando el fiador paga sin el
consentimiento del deudor, este último puede oponerle todas las defensas que
tenía frente al acreedor. A modo de ejemplo, si el deudor pagó al acreedor,
desconociendo que el fiador ya había pagado, el fiador sólo podrá repetir el pago
en contra del acreedor, que cobró dos veces, pero no podrá hacerlo en contra del
deudor. Ello, pues debería haberle dado aviso del pago efectuado.
Respecto a los derechos del fiador, se le reconoce la posibilidad de que trabe
embargo sobre bienes del deudor a los efectos de garantizar el cobro de la deuda
afianzada, en la medida en que:
a) le sea reclamado judicialmente el pago de la deuda al fiador;
b) el deudor no cumpla con la obligación vencida;
c) el deudor haya asumido el compromiso de liberar al fiador en un plazo
determinado, pero no lo hace;
d) hayan pasado 5 años desde el otorgamiento de la fianza, excepto que la
obligación que se afianzó tenga un plazo superior. Esto es importante, ya
que, en principio, pasado ese lapso de tiempo, la fianza queda extinguida;
e) si el deudor asumió riesgos excesivos, de los que se entiende que puede
verse perjudicada su capacidad de pago de la deuda;
f) el deudor quiere irse del país sin dejar bienes suficientes para el pago de
la deuda
Art. 1592. Subrogación.
El fiador que cumple con su prestación queda subrogado en los derechos del
acreedor y puede exigir el reembolso de lo que ha pagado, con sus intereses
desde el día del pago y los daños que haya sufrido como consecuencia de la
fianza.
Comentario
1. Acciones del fiador contra el deudor. Subrogación legal
Antes del comenzar el análisis de esta disposición conviene distinguir con
qué acciones cuenta el fiador que ha pagado la deuda para ser
reembolsado. Podemos hacer referencia entonces a dos tipos de acciones:
las directas , aquellas que se originan del vínculo obligacional con el deudor
y las indirectas , que corresponderían al acreedor y que por el efecto del
pago, son aquellas en las que el fiador queda subrogado.
El artículo dispone que el fiador que ejecuta la prestación debida queda
subrogado en los derechos del acreedor, por lo tanto, la subrogación se
produzca automáticamente por obra del pago. Esto resulta favorable para
el tráfico jurídico, ya que de lo contrario implicaría necesidad de que el
acreedor ceda convencionalmente sus acciones o subrogue
convencionalmente al deudor.
2. Acción de reembolso del capital
Siguiendo el texto de la norma, encontramos que alude a la acción más
relevante del fiador pagador y cuyo objeto principal es lógicamente el
reembolso del capital abonado.
Aquí debemos señalar que la base de la subrogación consiste en la suma
cancelada, por ende, si el fiador sólo pagó una parte, quedará subrogado
en la proporción correspondiente y de darse el caso particular de pagar por
entrega de bienes, si existieran diferencias no corresponde tasar los bienes
entregados, no cuentan las diferencias de los mismos.
3. Intereses devengados
Pueden existir intereses devengados a favor del acreedor o a favor del
fiador.
Los primeros, constituyen un accesorio del crédito, por lo que deben ser
pagados juntamente con el capital. En el caso de los segundos, las sumas
pagadas por el fiador se capitalizan a la fecha de su pago.
4. Indemnización de los daños y perjuicios
En la última parte de la disposición se confiere el derecho de reclamar la
reparación de los daños ocasionados a causa de la fianza. Corresponde
pues al deudor indemnizar los perjuicios originados con motivo de la fianza,
cuestión que limita el alcance de las consecuencias imputables.
Art. 1593. Aviso.
Defensas. El fiador debe dar aviso al deudor principal del pago que ha hecho.
El deudor puede oponer al fiador que paga sin su consentimiento todas las
defensas que tenía contra el acreedor; y si el deudor ha pagado al acreedor antes
de tener conocimiento del pago hecho por el fiador, éste sólo puede repetir contra
el acreedor.

Efectos entre fiador y acreedor


El fiador desempeña el papel de garante del deudor principal. Si éste no cumple, él
deberá hacerlo. Por cumplimiento debe entenderse hacer efectiva la obligación en el
modo, lugar y tiempo convenidos.
Ahora, si el principal obligado no da cumplimiento tal como se pactó en tiempo y forma
con su obligación, el que será responsable es el fiador.
Es necesario destacar que su obligación tiene carácter accesorio y subsidiario; por esta
razón, cuenta con los siguientes recursos:
a) Podrá exigir al acreedor que sólo dirija su pretensión en su contra una vez que
haya excutido los bienes del deudor. Si esos bienes sólo alcanzan para un pago
parcial, podrá, entonces, el acreedor demandar al fiador pero sólo por el saldo.
b) Si los fiadores son varios, sólo está obligado a pagar su parte, ya que responde
por la cuota a la que se ha obligado. Si no hay nada convenido, se entiende que
responden por partes iguales. Esto se denomina “Principio de división”, y es un
beneficio renunciable por los fiadores. Respecto al funcionamiento del beneficio,
no opera de pleno derecho y el fiador interesado debe oponerlo cuando se le
reclame más de lo que le corresponde. Pero, a diferencia de lo que ocurre con el
beneficio de excusión, puede ser opuesto en cualquier estado de pleito.
c) Puede oponer todas las defensas y excepciones propias y las que podría
oponer el deudor principal, aunque éste las haya renunciado.
Art. 1594. Derechos del fiador.
El fiador tiene derecho a obtener el embargo de los bienes del deudor u otras
garantías suficientes si:
a) le es demandado judicialmente el pago;
b) vencida la obligación, el deudor no la cumple;
c) el deudor se ha obligado a liberarlo en un tiempo determinado y no lo hace;
d) han transcurrido cinco años desde el otorgamiento de la fianza, excepto que la
obligación afianzada tenga un plazo más extenso;
e) el deudor asume riesgos distintos a los propios del giro de sus negocios, disipa
sus bienes o los da en seguridad de otras operaciones;
f) el deudor pretende ausentarse del país sin dejar bienes suficientes para el
g) pago de la deuda afianzada.

Donación
Concepto
Art. 1542. Concepto.
Hay donación cuando una parte se obliga a transferir gratuitamente una cosa a
otra, y ésta lo acepta.

Forma
Art. 1552. Forma.
Deben ser hechas en escritura pública, bajo pena de nulidad, las donaciones de
cosas inmuebles, las de cosas muebles registrables y las de prestaciones
periódicas o vitalicias.
Las donaciones pueden ser:
a) Donaciones de cosas inmuebles, cosas muebles registrables y de prestaciones
periódicas o vitalicias: deben ser hechas en escritura pública bajo pena de nulidad.
b) Donaciones al Estado: pueden acreditarse con las correspondientes
actuaciones administrativas.
c) Donaciones de cosas muebles no registrables y de títulos al portador: deben
hacerse mediante la entrega (tradición) de la cosa donada.

Capacidad de las partes. Objeto del contrato


Como es una liberalidad, un acto a título gratuito, sólo pueden ser donantes las personas
que tengan capacidad plena para disponer de sus bienes. Los menores emancipados
pueden hacer donaciones, excepto de aquellos bienes que hubiesen recibido a título
gratuito. Pero sí podrían donar bienes que hayan adquirido con razón de su trabajo.
En cuanto a la capacidad de los donatarios, deben ser capaces para aceptar la donación.
Si no lo son (en el caso de los incapaces), entonces sus representantes legales pueden
aceptarlas por ellos. Si la donación tuviera un cargo, el Juez debería autorizarla. Por otra
parte, los tutores y curadores no pueden recibir donaciones de las personas que hayan
estado bajo su tutela o curatela, hasta antes de la rendición de cuentas y el pago de las
sumas que les debieran.
Como dijimos, la donación supone la transferencia de la propiedad de una cosa. Ahora
bien, no puede ser objeto del contrato de donación:
a) La totalidad ni una alícuota del patrimonio del donante.
b) Cosas respecto de las cuales el donante no tenga el dominio, es decir, cosas
ajenas.

Donación Remuneratoria
Art. 1561. Donaciones remuneratorias. Son donaciones remuneratorias las realizadas
en recompensa de servicios prestados al donante por el donatario, apreciables en dinero
y por los cuales el segundo podría exigir judicialmente el pago. La donación se juzga
gratuita si no consta en el instrumento lo que se tiene en mira remunerar.

Donación con cargo


Art. 1562. Donaciones con cargos.
En las donaciones se pueden imponer cargos a favor del donante o de un tercero,
sean ellos relativos al empleo o al destino de la cosa donada, o que consistan en
una o más prestaciones.
Si el cargo se ha estipulado en favor de un tercero, éste, el donante y sus
herederos pueden demandar su ejecución; pero sólo el donante y sus herederos
pueden revocar la donación por inejecución del cargo.
Si el tercero ha aceptado el beneficio representado por el cargo, en caso de
revocarse el contrato tiene derecho para reclamar del donante o, en su caso, de
sus herederos, el cumplimiento del cargo, sin perjuicio de sus derechos contra el
donatario.

Revocación de la donación
Art. 1569. Revocación.
La donación aceptada sólo puede ser revocada por inejecución de los cargos, por
ingratitud del donatario, y, en caso de habérselo estipulado expresamente, por
supernacencia de hijos del donante.
Si la donación es onerosa, el donante debe reembolsar el valor de los cargos satisfechos
o de los servicios prestados por el donatario.
Comentario
El Código Civil y Comercial además, con un perfil metodológico diferente a su
antecesor, incorpora un regla general de revocación, por la cual habilita la
revocación de donaciones, enumerando las causas por las cuales se puede
extinguir la donación por esta vía.
Establece tres causales taxativas: inejecución de cargos, ingratitud del donatario y
supernacencia de hijos -sólo para cuando se lo hubiera pactado expresamente.
El caso de supernacencia de hijos como causal de revocación, deja de tener un
artículo especial, como lo era el art. 1868, Cód. Civil, y queda integrado en este
texto general. No obstante, la nueva referencia define ya precisamente el caso
como un supuesto de revocación. Esto no era claro para la doctrina unánime en la
redacción del art. 1868, Cód. Civil, sobre el cual existe una posición interpretativa
que sostiene que la supernacencia operaría en la donación involucrada, como una
condición.

Comodato
Concepto
Art. 1533. Concepto.
Hay comodato si una parte se obliga a entregar a otra una cosa no fungible,
mueble o inmueble, para que se sirva gratuitamente de ella y restituya la misma
cosa recibida.

Transmisión de uso temporario


El comodatario sólo adquiere un derecho personal de uso de la cosa. Además, el uso
debe ser gratuito. Desde el momento en que se paga algo por él, deja de ser comodato y
se transforma en otro contrato como el de locación.
Existen dos partes en este contrato: comodante que es quien se obliga a entregar la cosa,
y comodatario que es quien recibe la cosa y se sirve de ella.
Si el préstamo es de cosas fungibles, se rige por las normas del comodato sólo si el
comodatario se obliga a restituir las mismas cosas que ha recibido.
Tiene los siguientes caracteres:
a) Es un contrato consensual, ya que queda perfeccionado con la manifestación
del consentimiento de los contratantes. Ello es así habida cuenta la desaparición
de la categoría de los contratos reales en el Código.
b) Es un contrato gratuito, porque se le asegura al comodatario una ventaja (el uso
de la cosa) independientemente de toda prestación a su cargo. Que el comodante
no pueda recibir retribución sin desnaturalizar el contrato no significa que deba
necesariamente carecer de todo interés en él. Así, por ejemplo, quien presta su
casa durante un viaje a unos amigos, puede tener interés en que se la vigilen
durante dicho tiempo. En cambio, no hay comodato si el que recibe el uso de la
cosa se compromete a prestar determinados servicios que tienen el carácter de
retribución.
c) Es un contrato celebrado intuitu personae.

Régimen legal
El contrato de comodato está regulado en el Capítulo 21 (Título IV, Libro Tercero) del
Código, en los arts. 1.533 a 1.541. Seguidamente, analizaremos sus efectos.

Efectos
Obligaciones del Comodatario
Las obligaciones del comodatario no son otra cosa que limitaciones al derecho que se le
concede, ya sea en cuanto a su extensión y alcance (obligación de cuidar la cosa y usarla
conforme con lo pactado o su naturaleza), ya sea en cuanto a su duración (obligación de
restitución). Se considera que:
a) El comodatario debe usar la cosa conforme con el destino convenido. A falta de
convención, puede darle el destino que tenía al tiempo del contrato, el que se da a
cosas análogas en el lugar donde la cosa se encuentra, o el que corresponde a su
naturaleza;
b) debe pagar los gastos ordinarios de la cosa y los realizados para servirse de
ella, tales como los gastos de la nafta, aceite, cambios de gomas de un automóvil
prestado; los de reparación de una casilla y alambrados de un inmueble realizados
por el comodatario a fin de entrar a usarlo; los gastos comunes (calefacción, agua
caliente, servicio de portería, etc.) de una propiedad horizontal. No puede solicitar
al comodante el reembolso de los gastos ordinarios, conforme lo dispone el art.
1538 del Código;32
c) debe conservar la cosa con prudencia y diligencia;
d) debe responder por la pérdida o deterioro de la cosa, incluso causados por caso
fortuito, excepto que pruebe que habrían ocurrido igualmente si la cosa hubiera
estado en poder del comodante. Los deterioros sufridos por la cosa por culpa del
comodatario obligan a éste a resarcir al dueño todos los daños y perjuicios
sufridos. Ordinariamente el comodatario cumplirá devolviendo la cosa y pagando,
además, la indemnización correspondiente;
e) restituir la misma cosa con sus frutos y accesorios en el tiempo y lugar
convenidos. El comodatario no tiene derecho a apropiarse de los frutos y menos
de los aumentos sobrevenidos a la cosa. Nada se opone a que las partes
dispongan lo contrario y en tal caso habrá, además de comodato, una donación de
frutos. La autorización al comodatario para conservar para sí los frutos, puede
resultar inclusive tácitamente de la circunstancia de que la cosa dada en comodato
no pueda usarse, conforme con su naturaleza, sino aprovechando de sus frutos. A
modo de ejemplo, el comodato de una vaca lechera supone la autorización para
aprovechar la leche. En concordancia con ese criterio, se ha declarado que el
comodato de cosas que, como los animales, son de producción natural y continua,
supone el reconocimiento tácito del derecho del comodatario a apropiarse de sus
frutos.
Pero si la duración del contrato no está pactada ni surge de su finalidad, el comodante
puede reclamar la restitución en cualquier momento. Ni siquiera tiene que pedir la fijación
por el juez, sino que se limita a reclamar directamente la cosa. Una sola limitación tiene
este derecho: que la demanda no sea intempestiva o maliciosa, porque el derecho no
puede amparar la mala fe ni siquiera cuando se trata de una relación nacida de un acto de
complacencia como es el comodato.
Ahora bien, el Código contempla la posibilidad del comodante de exigir la restitución
anticipada de la cosa, cuando haya un plazo fijado en el contrato. En ese sentido, la ley
permite que el comodante la requiera por dos motivos que dependerán, en un caso, del
comodante y, en otro, del comodatario: en primer lugar, que la necesite por una
circunstancia urgente e imprevista; y en segundo, cuando el comodatario la use para un
destino distinto del pactado, aun cuando no la deteriore.
Derecho de restitución del comodatario: tenga o no plazo el contrato, el comodatario tiene
derecho a restituir la cosa cuando le plazca, porque el término se supone pactado en su
beneficio, a menos que expresamente se hubiera acordado que el comodatario no podría
restituirla antes del plazo fijado. Pero la restitución no debe ser intempestiva ni maliciosa,
ni en el momento en que ocasione perjuicio al comodante. Así ocurriría si el comodatario
pretende devolver la cosa cuando el comodante está ausente y no se encuentra en
condiciones de proveer a su cuidado.

Obligaciones del comodante


Las obligaciones del comodante están establecidas en el art. 1.540 del Código Civil y
Comercial y son las siguientes:
a) Entregar la cosa en el tiempo y lugar convenidos; siendo el contrato consensual,
el comodante debe cumplir con la obligación esencial a la que se ha
comprometido, la entrega de la cosa.
b) Permitir el uso de la cosa durante el tiempo convenido. Debe permitirle al
comodante el uso de la cosa prestada durante todo el tiempo convenido, no
pudiendo exigir la restitución de la cosa antes de su debido tiempo, excepto el
caso del art. 1.539.
c) Responder por los daños causados por los vicios de la cosa que oculta al
comodatario.
d) Reembolsar los gastos de conservación extraordinarios que el comodatario
hace, si éste los notifica previamente o si son urgentes. Se hace esta aclaración
porque los gastos ordinarios son a cargo del comodatario, tal como surge del inc.
B. del art. 1.536.35
El comodato finaliza por varias causas, entre las que se contemplan:
 La destrucción de la cosa
 El vencimiento del plazo
 La voluntad unilateral del comodatario y
 Muerte del comodatario

Mutuo
Concepto
Hay contrato de mutuo cuando el mutuante se compromete a entregar al mutuario
en propiedad una determinada cantidad de cosas fungibles, y éste se obliga a
devolver igual cantidad de cosas de la misma calidad y especie.
El mutuo se regula como contrato consensual, en tanto no existe en el Código la
distinción entre contratos consensuales y reales. Las partes del contrato son el
mutuante, que es quien compromete la entrega de las cosas, y el mutuario, quien
recibe las cosas y se obliga a restituirlas.
El contrato de mutuo está regulado en el Capítulo 20, del Título IV (“Contratos en
particular”), del Libro Tercero (“Derechos personales”) del Código Civil y Comercial.

Préstamo de consumo
Lo esencial del mutuo es que se trata de un préstamo de uso y que, por las características
de las cosas fungibles, el mutuario puede cumplir con su obligación de restitución o, si no,
devolviendo otras cosas de la misma especie y calidad.
De acuerdo con el artículo 232 del Código, son “cosas fungibles aquellas en que todo
individuo de la especie equivale a otro individuo de la misma especie, y pueden sustituirse
por otras de la misma calidad y en igual cantidad”. Como derivación de la calidad de las
cosas, se produce la transmisión de la propiedad al mutuario y la obligación de restituir
otras de la misma calidad y especie. Al tratar la categoría de cosas fungibles y su relación
con las cosas consumibles, en los Fundamentos al Anteproyecto se ha dicho:
En general en el derecho se consideran los bienes fungibles en dos sentidos:
como aquellos que no se pueden usar conforme a su naturaleza si no se acaban o
consumen, y como aquellos que tienen el mismo poder liberatorio, es decir, que se
miran como equivalentes para extinguir obligaciones. En oposición a esto, las
cosas no fungibles son aquellas que no tienen poder liberatorio equivalente porque
poseen características propias y por consiguiente, no pueden ser intercambiables
por otras. En definitiva, se quita una de las acepciones de cosas fungibles y se las
deja solamente como aquéllas que tienen poder liberatorio equivalente, por lo cual
pueden sustituirse por otras de la misma calidad y en igual cantidad. La
fungibilidad, entonces, involucra poder de sustitución.
Ello es relevante pues tanto en las normas del contrato de mutuo como del contrato de
depósito siempre se utiliza la categoría de cosas fungibles.
Cuando seguidamente analicemos el contrato de depósito, veremos que se contempla la
figura del depósito irregular. El art. 1.367 del Código, especifica que cuando, en el marco
de un contrato de depósito, el depositante entrega al depositario cantidad de cosas
fungibles y asimismo le concede la facultad de servirse de ellas, se las sujeta a las reglas
del mutuo.
Es importante tener en cuenta que se aplican al mutuo, en forma supletoria, las
disposiciones relativas a las obligaciones de dar sumas de dinero o de género, según el
caso que corresponda en función de la naturaleza de las cosas entregadas por el
contrato.

Régimen Legal

Son obligaciones del mutuante


Entrega de las cosas: la obligación primordial del mutuante es la entrega de las
cosas comprometidas. Si no lo hace en el término pactado (y si no hubiere plazo
pactado, ante el simple requerimiento), el mutuario tiene derecho a exigir el
cumplimiento, o bien la resolución del contrato.
Sin embargo, la ley autoriza al mutuante a no hacer esa entrega en los casos en
que, luego del contrato, hayan cambiado la situación del mutuario de que hagan
incierta la posibilidad de la restitución. Por ejemplo, en el caso de que haya
sospechas ciertas del cambio de fortuna del mutuario.
Responsabilidad por mala calidad o vicios de la cosa: según el art. 1.530 del
Código, el mutuante es responsable de los perjuicios que sufra el mutuario por la
mala calidad o vicios de la cosa prestada; por ejemplo, si el vino estaba agriado o
los granos en malas condiciones (ello cuando la cosa prestada no se tratare de
dinero).
En el préstamo gratuito, el mutuante sólo es responsable cuando ha habido mala
fe, esto es, cuando, conociendo los defectos o vicios de la cosa, se los ocultó al
mutuario. Pero si es oneroso, responde también por los vicios cuya existencia
ignoraba.

Son obligaciones del mutuario:


La restitución de las cosas: la obligación principal del mutuario es la restitución
de igual cantidad de cosas de la misma calidad y especie que las entregadas.
Debe restituirlas dentro del plazo convenido en el contrato. Si no existiera plazo,
debe restituirlo dentro de los 10 días de ser requerido por el mutuante.
También debe cumplir con el pago de los intereses convenidos. De lo contrario,
esa falta de pago le permite al mutuante resolver el contrato con la consecuencia
derivada de ello, es decir, requerir la devolución de lo prestado más los intereses
hasta que se concrete la restitución.

Depósito
Concepto
Art. 1356. Definición.
Hay contrato de depósito cuando una parte se obliga a recibir de otra una cosa con
la obligación de custodiarla y restituirla con sus frutos.

Caracteres
 Consensual
 Oneroso
 Puede ser gratuito

Clases
Depósito irregular
El Código en la Sección 2a, art. 1.367, lo distingue como aquel en el que se entrega una
cantidad de cosas fungibles, que no se encuentra en saco cerrado, caso en el cual el
depositario adquiere el dominio y debe restituir la misma cantidad y calidad. Es importante
remarcar que es el carácter de cosas fungibles (entendida esta peculiaridad como la
capacidad de sustitución) lo que le da al contrato el rasgo de irregular.
Comentario
Depósito irregular constituye la modalidad en la que su objeto consiste en
cosas fungibles, no individualizadas. Como necesaria derivación de esa
calidad de la cosa, se produce la transmisión del dominio al depositario y la
obligación de restituir no será ya sobre la misma cosa-como en el depósito
regular- sino de cosas de la misma cantidad y calidad.
Art. 1367. Efectos. Si se entrega una cantidad de cosas fungibles, que no se encuentra
en saco cerrado, se transmite el dominio de las cosas aunque el depositante no haya
autorizado su uso o lo haya prohibido. El depositario debe restituir la misma calidad y
cantidad.
Si se entrega una cantidad de cosas fungibles, y el depositario tiene la facultad de
servirse de ellas, se aplican las reglas del mutuo.

Depósito necesario.
Art. 1368. Definición.
Es depósito necesario aquel en que el depositante no puede elegir la persona del
depositario por un acontecimiento que lo somete a una necesidad imperiosa, y el de los
efectos introducidos en los hoteles por los viajeros.

Régimen legal
Serán obligaciones del depositario:
 La guarda de la cosa como obligación primordial: el depositario debe “poner en
la guardar de la cosa la diligencia que usa para sus cosas”47. Asimismo, se
agrega otro estándar de valoración, que corresponde a la profesión del
depositario.
Como sostiene Pita:
Cuando el depósito es ejercido profesionalmente, el modelo de conducta está
dado por el “buen hombre de negocios”, “buen empresario” u “organización
idónea” lo que implica la obligación de extremar las diligencias destinadas al
cumplimiento del objeto del contrato, configurándose el deber de garantía o
seguridad que obliga al empresario.
 La prohibición del uso de la cosa, ya que el depositario tiene sólo la guarda:
esto significa que no puede usar las cosas (sin el permiso del depositante) y debe
restituirlas, con sus frutos, cuando le sea requerido. Esta prohibición de uso de la
cosa es lo que diferencia en mayor medida al contrato de depósito del comodato.
 La restitución de la cosa hecha por el depositario al depositante: la misma
debe restituirse, en el lugar en el que debía ser custodiada, al depositante o a la
persona que éste indique. ¿Cuándo? Puede convenirse un plazo, en cuyo caso el
depositario debe hacerlo a su vencimiento. El plazo se entiende en beneficio del
depositante, ya que en el contrato de depósito es preeminente el interés del
depositante, lo que le permite a éste reclamar la restitución en cualquier momento.
Tal como señala Pita, “se le confiere al depositante una facultad de restitución ad
nutum, no querida de invocación de justa causa, ni susceptible de generar, como
regla, responsabilidad para quien la ejercita” (2014, p. 294).
 Ahora bien, cuando el depósito es gratuito, se entiende que el depositario puede
exigirle al depositante, en todo tiempo, que reciba la cosa depositada. Esto es
lógico, porque, siendo el contrato gratuito, el depósito se hace como una suerte de
cortesía.

Serán obligaciones del depositante:


 El pago de la remuneración: cuando el depósito es oneroso, lo que constituye la
regla, pactada para todo el plazo del contrato.
 El pago de los gastos: cuando, para conservar la cosa, deban hacerse gastos
extraordinarios, estos son a cargo del depositante. El depositario debe avisarle al
depositante sobre la situación que generan estos gastos y afrontar aquellos gastos
que no puedan demorarse. Luego, el depositante debe restituirlos.
 La pérdida de la cosa: si la cosa depositada perece, y no hay culpa del
depositario en dicha situación, entonces la pérdida es soportada por el
depositante.

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