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Con olor a muerte:

agudización de la violencia
criminal y necroactivismo en
Sonora.

Guaymas, Empalme y Cajeme


además de compartir el Valle del
Yaqui, también comparten las
cualidades que ha adquirido el
ejercicio de la violencia criminal
organizada en los últimos años.
En esas tres localidades se han
derramado ríos de sangre, literal, pues sus calles han sido escenario de las
expresiones más cruentas del crimen organizado.

Lo que se ha venido observando es un claro proceso de agudización criminógeno


en la región, producto de la guerra entre diferentes organizaciones delictivas por el
control de territorios y sus economías. Donde además del incremento en las
ejecuciones, irrumpiendo violentamente se suma la figura de la desaparición
forzada, conocida como levantón.

México conmemoró el pasado 30 de agosto el Día Internacional de las Víctimas de


Desapariciones Forzadas. A propósito, y como un síntoma que revela la gravedad
del problema, en la ciudad de Guaymas se realizó una marcha donde participaron
colectivos organizados de la sociedad civil dedicados a la búsqueda de
desaparecidos, recientemente creados en esa misma ciudad en conjunción con
ciudad jardín, Empalme. Según información de la propia organización, se trata de
por lo menos 700 personas las que están tratando de localizar sólo en esos dos
municipios, sin embargo, dicha cifra fácilmente puede exceder el millar.

Casi mil personas o tesoros, como suelen llamar las “rastredoras” a sus familiares
desaparecidos, han perpetuado el cementerio en que se han convertido algunas
ciudades y pueblos de nuestro estado. Las mujeres que conforman estas
organizaciones, y que buscan los restos de sus seres queridos, son el resultado y
reflejo de la profunda herida que la violencia criminal organizada ha dejado en
nuestra sociedad, y la cual recientemente se ha vuelto más visible.

En ese contexto, el filósofo camerunés Achille Mbembe, influenciado por el


concepto de Biopolítica de Michel Foucault, quien analiza la relación entre política y
vida, indica que la Necropolítica es una forma de dominación, de control y
economía de la muerte. En la cual, es el estado o entes paralelos a éste los que
ejercen la política de aniquilamiento de determinadas personas o grupos.
Normalizando mediante mecanismos bélicos la destrucción de seres humanos.

Pero acá, en nuestra realidad, la Narco Máquina, citando a la investigadora


Rossana Reguillo, se aceita y arrasa en nuestros barrios. Son nuestras familias, las
de amigos, vecinos o conocidos las laceradas por las violencia de la guerra. Así, la
muerte convive, se fortalece y se ejerce donde se reproducen las violencias
cotidianas; la pobreza, la violencia intrafamiliar, el desempleo, drogadicción,
alcoholismo, desorganización social, abandono institucional, etc. Ahí encuentra sus
víctimas y/o victimarios.

Hoy son tres localidades de Sonora las que están siendo asoladas por la violencia.
Sin embargo, no debemos olvidar que la violencia criminal organizada, como
cualquier otro fenómeno social, es dinámico, cambia, trasmuta, carece de quietud.

M.C. Antonio de Jesús Barragán Bórquez

Publicado en:

Con olor a muerte: agudización de la violencia criminal y necroactivismo en Sonora. Perióó dicó Tribuna.
13 de Octubre del 2018. Nó. 19188 Anñ ó. LI

Con olor a muerte: agudización de la violencia criminal y necroactivismo en Sonora. Pórtales. Bóletíón de
El Cólegió de sónóra. Nuó m. 729 http://pórtales.cólsón.edu.mx/num729/cón-ólór-a-muerte-
agudización-de-la-viólencia-criminal-y-necróactivismó-en-sónóra/

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