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UNIVERSIDAD MAYOR DE SAN ANDRÉS

VERSITAS MA

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D IVI A N D R E A
FACULTAD DE DERECHO Y CIENCIAS POLÍTICAS

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CARRERA DE DERECHO

DERECHO PENAL “PARTE GENERAL”


Grupo No

17

“La Omisión”
Estudiantes: Arias Chacón Alexis C.I.: 8437505 LP.
Calle Cossio Nery Felipe C.I.: 496925 LP.
Condori Cauna Guido C.I.: 5985663 LP.
Mamani Guarachi Alex Fernando C.I.: 7056577 LP.
Morales Magne Luis Alberto C.I.: 9148341 LP.
Quispe Villalobos Ericka Ruth C.I.: 8468476 LP.
Quisbert Cuchut Iván Ascencio C.I.: 13118926 LP.
Docente: Doctor Ignacio Escobar Aruquipa
Paralelo: Tercero “A”

La Paz - Bolivia
2018
Universidad Mayor De San Andrés

Facultad de Derecho y Ciencias Polı́ticas


Carrera De Derecho

DERECHO PENAL “PARTE GENERAL”

“La Omisión”
Estudiantes: Arias Chacón Alexis C.I.: 8437505 LP.
Calle cossio Nery Felipe C.I.: 496925 LP.
Condori Cauna Guido C.I.: 5985663 LP.
Mamani Guarachi Alex Fernando C.I.: 7056577 LP.
Morales Magne Luis Alberto C.I.: 9148341 LP.
Quispe Villalobos Ericka Ruth C.I.: 8468476 LP.
Quisbert Cuchut Iván Ascencio C.I.: 13118926 LP.
Docente: Doctor Ignacio Escobar Aruquipa
Paralelo: Tercero “A”

La Paz - Bolivia
2018
Contenido

1. Introducción 2

2. Concepto Natural de la Omisión 3

3. Concepto Normativo de la Omisión 3

4. Delitos de Omisión Propia u Omisión Pura 4

5. La Omisión Penalmente Relevante 6


5.1. La Acción Esperada . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . 6
5.2. Clases de Omisión Penalmente Relevantes . . . . . . . . . . . . . . . . 7

6. Estructura de la Omisión Propia, Elementos 8


6.1. Estructura de la omisión . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . 8
6.2. La omisión pura o propia . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . 9
6.3. La Tipicidad Objetiva . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . 9
6.4. La Tipicidad Subjetiva . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . 10

7. Delitos de Omisión Impropia o Comisión por Omisión 11


7.1. Origen de la Comisión por Omisión . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . 11
7.2. Tipicidad Objetiva . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . 14
7.3. Tipicidad Subjetiva . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . 17
7.4. Clases de delitos de omisión impropia o comisión por omisión . . . . . . 18

8. La Posición del Garante 19


8.1. Fuentes . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . 20
8.2. Fuentes de la calidad de garante . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . 24
8.3. Teorı́a funcional de la posición de garante . . . . . . . . . . . . . . . . 25

9. Conclusiones 26

1
10.Bibliografı́a 26

1. Introducción
El tema de los delitos de comisión por omisión y la determinación en ellos de las fuentes
de la posición de garante resulta, en nuestro criterio, una de las aristas investigativas
más interesantes del mismo, a tenor.

El hecho de tener que dirigirse a leyes extrapenales para encontrar el sustrato de la


posición de garante provoca disquisiciones en cuanto a la preservación del Principio de
Legalidad. El Principio de Legalidad constituye el lı́mite que se le es impuesto al ejerci-
cio de la potestad punitiva del Derecho Penal e incluye una serie de garantı́as para los
ciudadanos que derivan en la imposibilidad del Estado de intervenir penalmente más
allá de lo que permite la propia ley.

El contenido esencial de este principio, en el orden penal, reside en que a nadie le puede
ser imputada una conducta sin que esta esté previamente tipificada en la ley y no puede
ser sancionado por una pena que no haya sido establecida con anterioridad al hecho
cometido.

En el caso de los delitos de omisión impropia o comisión por omisión, suele decirse que
entran en contradicción con este principio ya que al presentar dos formas (configura-
ción legal y configuración judicial), la omisión en su variante de comisión por omisión
configurada judicialmente, supone que el órgano jurisdiccional conforma un tipo penal
derivado del delito comisivo, e imputa el mismo resultado, pero ahora, causado de forma
omisiva y provocado por el incumplimiento de una obligación jurı́dica.

Entre otros motivos que impulsan el estudio de este tema, podemos plantear como
ejemplo los accidentes del tránsito por causa de ganado suelto en la vı́a, lo cual consti-
tuye un ejemplo fehaciente de la presencia de los delitos de omisión impropia, ya que

2
los propietarios de estos animales se encuentran en posición de garante, u otros casos
similares donde se necesita dilucidar de manera conveniente, por ello presentamos este
tema que hace en si mismo un tema amplio de poder trabajar.

2. Concepto Natural de la Omisión


Concepto natural de la omisión mediante la asimilación a la acción.- tiene su basamento
en la realidad, establece que la omisión significa un actuar. La critica fundamental a
esta corriente, es que este concepto de omisión nos conducirı́a a tener una visión auto-
ritaria de la omisión, pues toda omisión deberı́a ser castigada.

Concepto natural de la omisión como oposición a la acción.- Es la posición de la escuela


finalista y pretende construir una noción autónoma de omisión. El concepto de omisión
seria antagónico al de la acción y se basarı́a en un principio de la inversión, según esta
escuela la omisión consiste en no hacer aquello que se tenı́a un poder final de hacer. En
la acción se conduce al proceso causal orientado por un fin en lo positivo, en cambio en
la omisión es la no conducción de ese acontecer pese a que se podı́a manejarlo con un
dominio final.

3. Concepto Normativo de la Omisión


Donde lo importante es fijar un criterio que nos permita seleccionar entre todos los
comportamientos pasivos o finalmente potenciales, aquellos que interesan al Derecho
Pena.
Por tanto la Omisión no consiste en un comportamiento pasivo sino en abstenerse de
realizar aquel comportamiento que debiera haberse hecho.

El autor no realiza la conducta jurı́dicamente esperada, en virtud de lo dispuesto con


una determinada norma preceptiva (Artı́culo 262. (OMISIÓN DE SOCORRO). Si en el
caso del artı́culo anterior el autor fugare del lugar del hecho u omitiere detenerse para

3
prestar socorro o asistencia a las vı́ctimas, será sancionado con privación de libertad de
uno (1) a cuatro (4) años.)

- Solo serán omisivas aquellas conductas que consistan en no realizar una determinada
prestación o que consistan en no evitar la producción del resultado cuando ası́ lo esta-
blezca el C.P.1 .

- Los delitos de Omisión suponen la infracción de una norma de mandato o preceptiva


a diferencia de los delitos de acción donde lo que se infringe es una norma prohibitiva,
o de prohibición.

Omitir significa abstenerse, no hacer algo, y esa falta de acción se torna delictiva cuando
la ley penal ordena que se haga algo pues en caso contrario se provocará un grave daño.
El delito se perfecciona cuando la conducta prevista por la ley no se lleva a cabo. Estas
son las denominadas omisiones propias (las que ley establece que son delitos y cualquier
persona en general puede ser autor de ellas).

4. Delitos de Omisión Propia u Omisión Pura


En relación con los delitos de omisión pura o propia, a los que nos ceñiremos en el
presente punto, cabe decir que la omisión propia o pura puede definirse como el com-
portamiento pasivo, que se encuentra tipificado expresamente en la ley y que el Derecho
sanciona con una pena. Ası́, en esta clase de delitos hay que partir de la base de que
existe un peligro para el bien jurı́dico protegido, que se encuentra tipificado legalmente,
por lo que se espera que el sujeto realice una conducta (un deber estrictamente penal)
que impida la materialización de dicho peligro.

La estructura del tipo de omisión pura o propia, a la vista de la descripción de esta


clase de delitos está constituida por tres elementos: la situación tı́pica, la inejecución
1
Se hace uso del Abreviado C.P. como Código Penal.

4
de la acción esperada y la capacidad de ejecutar la acción.

- La situación tı́pica: dicho componente del tipo de omisión propia hace referencia a
diversos presupuestos que se encuentran delimitados tı́picamente y cuya concurrencia
hace que el ordenamiento jurı́dico exija una actuación. Ası́, tales presupuestos contem-
plados por las normas son normalmente: la meta que se pretende mediante la realización
de la acción mandada, el objeto sobre el que debe influirse, y otras posibles circunstan-
cias que pueda exigir eventualmente la norma para requerir la intervención.

- La inejecución de la acción esperada: dicha acción debe estar claramente expresada


en la ley, para poder concretar de forma adecuada cuál es la conducta omisiva punible
en cada caso concreto. No existirá delito doloso en el caso de que el sujeto obligado im-
perativamente por lo dispuesto en un precepto se esfuerce seria, pero infructuosamente,
en la consecución de la acción objeto de la norma imperativa; pues dicho sujeto puede
fracasar en la consecución de tal objetivo por diversas razones, por ejemplo: por utilizar
erróneamente el medio adecuado para realizar correctamente la acción, por seguir una
vı́a inadecuada para hacerlo o por no encontrar la vı́a para intervenir, a pesar de haber
valorado correctamente la situación de hecho. En caso de que el sujeto actúe creyendo,
por error, que está haciendo lo adecuado, cuando realmente no es ası́, sólo podrá entrar
en consideración la culpa.

- La capacidad de ejecutar la acción: para poder decir que el sujeto obligado a actuar
por la norma está capacitado para ello, ha de tenerse en cuenta que tal capacidad hace
referencia a dos aspectos de la misma: el psicofı́sico y el normativo. Ası́, desde el punto
de vista psicofı́sico, el sujeto obligado incurrirı́a en omisión en caso de que concurran las
siguientes circunstancias: que el mismo conozca la situación tı́pica, que conozca su pro-
pia capacidad de ejecución de la acción omitida y que exista la posibilidad material de
realizar la acción impuesta por la norma. Asimismo, desde el punto de vista normativo,
sólo podemos afirmar que el sujeto está capacitado para actuar según exige la norma
cuando al mismo se le pueda exigir el cumplimiento del mandato, por no suponer tal

5
actuación un riesgo para su persona o para un tercero, o cuando ello no suponga un
eventual aumento de tal peligro.

Además de los referidos elementos del delito de omisión propia, es necesario hacer refe-
rencia también a la posibilidad de cometer los mismos a tı́tulo de dolo o de imprudencia.

Ası́, en relación con los delitos de omisión pura existirá dolo en el caso de que el su-
jeto obligado a actuar tenga conocimiento de situación tı́pica y decida no actuar (no
obstante, existen autores que consideran que no ha de exigirse el elemento volitivo del
dolo, la decisión de no actuar).

Por otra parte, desde el punto de vista teórico, los delitos de omisión propia se come-
terán a tı́tulo de imprudencia cuando el sujeto obligado incurre en una falta negligente
del cuidado exigido; pues en caso de que la inejecución o ejecución defectuosa de la
actividad sea intencionada, se tratará de una omisión dolosa. No obstante, como ya se
ha dicho, ello es ası́ teóricamente, ya que en nuestro Código Penal no se ha tipificado
ningún caso de omisión imprudente.

Cabe anotar además, que no existe entre la doctrina acuerdo sobre las siguientes cues-
tiones: la posibilidad de admitir la tentativa en los delitos de omisión impropia, la
hipótesis de la coautorı́a de omisión, autorı́a mediata de omisión, inducción a la omi-
sión o complicidad en la omisión.

5. La Omisión Penalmente Relevante

5.1. La Acción Esperada

La omisión penalmente relevante, es la omisión de la acción esperada.

El delito omisivo consiste siempre en la omisión de una determinada acción que el sujeto

6
tenı́a obligación de realizar y que podı́a realizar, consiste en la infracción de un deber
jurı́dico. Éste se incumple al omitir el sujeto una acción mandada.

Metodológicamente, es correcto estudiarlo desde el punto de vista ontológico, ya que


la omisión es una forma del comportamiento humano que sirve de base a todas las
categorı́as de la teorı́a del delito.

5.2. Clases de Omisión Penalmente Relevantes

En derecho penal, el delito aparece en varias formas:

a) Como delitos de omisión pura o propia, en los que se castiga la simple infracción
de un deber de actuar, sin más. Estos delitos de omisión pura equivalen a los
delitos de simple actividad.

b) Como delitos de omisión y resultado, en los que la omisión se vincula a un deter-


minado resultado, con el que se conecta causalmente.

c) Como delitos de omisión impropia, o de comisión por omisión, en los que, al igual
que en el supuesto anterior, la omisión se conecta con un determinado resultado
prohibido, pero en el tipo legal concreto no se menciona expresamente la forma de
comisión omisiva, constituyendo, pues, un problema de interpretación dilucidar
cuando la forma omisiva puede ser equiparada a la activa que si se menciona
expresamente en la ley.

La equiparación y equivalencia de la omisión, no mencionada expresamente es el tipo


legal, a la acción en sentido estricto, descrita legalmente, debe realizarse con sumo
cuidado si no se quiere lesionar el principio de legalidad y el principio de intervención
mı́nima, que impide equiparar con la misma sanción comportamientos cualitativamente
diferentes.

7
6. Estructura de la Omisión Propia, Elementos

6.1. Estructura de la omisión

1. La omisión no tiene soporte material (inactividad), estamos ante una infracción


por lo cual;

2. La omisión no tiene resultado material

3. La omisión responde a una expectativa, se espera a algo que no ocurre. La expec-


tativa es de carácter jurı́dica, tiene relevancia penal en la medida que el código
penal (ordenamiento jurı́dico penal) espera que se realicen determinados manda-
tos, por lo cual estamos frente a un delito omisivo cuando no se realiza un obrar
esperado por el ordenamiento jurı́dico penal, que se traduce en un deber jurı́dico
de obrar.

La Norma preceptiva lo que hace es obligar al sujeto a la realización de un determinado


comportamiento.

Delitos de omisión propios.- En los delitos propios de omisión, se castiga la simple


infracción de un deber de actuar y equivalen a delitos de mera actividad. Se consuman
con la simple omisión del autor. Por ejemplo, nuestro Código Penal establece la omisión
del deber de socorro, al que habiéndose encontrado una persona herida o en una situa-
ción peligrosa, haya omitido la prestación de su ayuda a dicha persona cuando no lo
exponga a daño o peligro personal2 , la acción mandada consiste pues en prestar ayuda
a la persona herida o en situación peligrosa.3 .

2
(artı́culo 438, parte in fine) Código Penal
3
(ORTEGA, Julio y MARCANO, José Gregorio. El delito de omisión impropia en la ley contra
la corrupción. REVISTA DEL MINISTERIO PÚBLICO. REVISTA CIENTÍFICA ARBITRADA. V
ETAPA No 15, 2012, pp. 148 - 149)

8
6.2. La omisión pura o propia

Los delitos omisivos se castigan por no llevar a cabo una conducta con independencia
del posible resultado, es decir el legislador prevé un castigo a quien omite un deber sin
asociarlo a un resultado material.

Requisitos

1. El primer requisito es que exista inactividad, es decir que no tenga soporte mate-
rial, y que eso no se vincule a un resultado material.

2. La omisión penalmente relevante tiene que configurarse como una situación tı́pica
es decir prevista en el código penal, solo el tipo penal hace surgir el deber jurı́dico
de obrar, es decir el mandato.

3. Esa omisión está estructurada de manera dolosa, abarcara la situación tı́pica, es


decir el sujeto sabe que omite un deber y aun ası́ no realiza la conducta.

OMISIÓN PROPIA
dfsdxdsfdsfdsfgfdgfdfsdfInactividad =⇒ No produce un resultado material
”No hacer”

En la comisión por omisión se obliga al garante a evitar la producción de un resultado


tı́pico.

Todos los Delitos de Omisión Propia tienen en común los siguientes aspectos.

6.3. La Tipicidad Objetiva

Los elementos que conforman el tipo objetivo de la omisión propia son tres:

1) Situación tı́pica, en la que se establece el presupuesto de hecho que da lugar al


deber de actuar y que varı́a según el tipo especı́fico (estar en peligro grave y

9
manifiesto) Existencia de una situación de hecho: Ex ante el sujeto debe contar
con la situación de hecho.

2) Ausencia de realización de la acción mandada (no socorrer) Existencia del deber


de actuar: Ex ante el sujeto debe contar con ese deber.

3) La capacidad personal de realizar la acción; para lo que se requiere determina-


das condiciones externas, cercanı́a, que existan medios de salvamento, condiciones
personales o que el sujeto cuente con determinadas posibilidades, suficientes co-
nocimientos y facultades intelectuales para realizar la acción. Poder intervenir es
un elemento para la existencia del delito. Posibilidad objetiva de actuar: Significa
capacidad personal de realizar la acción

6.4. La Tipicidad Subjetiva

Tipo Subjetivo Normalmente son dolosos los tipos de omisión propia. La dimensión
cognoscitiva del dolo exige que el sujeto sea consciente de que concurren todos los
elementos del tipo objetivo. La dimensión volitiva en la expresión de la voluntad de no
realizar la acción exigida, como volición del tipo objetivo. La Omisión Propia admite:

1) La versión dolosa

2) La versión imprudente, siempre que ésta última esté prevista

La dimensión cognoscitiva del Dolo exige que el sujeto sea consciente, de que el sujeto
sea conocedor de que concurran todos los elementos del tipo objetivo.

El sujeto debe además de conocer, querer o tener la voluntad de no realizar la acción


exigida por la norma penal.

10
7. Delitos de Omisión Impropia o Comisión por Omi-
sión

7.1. Origen de la Comisión por Omisión

La comisión por omisión surgió en Alemania, cuando los grandes iuspenalistas de la


época advirtieron que los delitos de acción con resultado material, tomando en conside-
ración a la antisocialidad, podı́an concretarse, también, mediante una omisión; es decir,
que la omisión, por su eficacia, era equivalente a la acción con resultado material.
En la dogmática alemana, con base en su ordenamiento penal de 1870, donde su
parágrafo 1 postulaba: “crimen es toda acción conminada con [...]; delito es toda acción
conminada con [...]; contravención es toda acción conminada con [...]”, se interpretó que
el término acción deberı́a entenderse en un sentido amplio, abarcando tanto la acción
stricto sensu como la omisión. En esta forma, resultaba fácil extender la acción con
resultado material a la omisión.

Con su acción en amplio sentido se imponı́a un doble deber: deber de no causar el resul-
tado material y deber de evitarlo, pero de ello derivaba una interrogante: ¿El deber de
evitar el resultado material estaba dirigido a todas las personas? Por ejemplo, ¿podı́a
imponerse a todas las personas el deber de evitar la muerte de quien está en peligro
de morir? El deber jurı́dico ası́ entendido era demasiado amplio; por ende, era preciso
buscar un criterio que permitiera delimitar el ámbito de las personas a las cuales se les
imponı́a ese deber de evitar el resultado material y, consecuentemente, la lesión del bien
jurı́dico tı́pico. En esta forma, surge a la vida jurı́dica la calidad de garante: sólo el que
tiene la calidad de garante tiene a su cargo el deber de evitar el resultado material tı́pico.

Mezger anota que “las dificultades teóricas de los delitos de comisión por omisión
yacen en el hecho de que en tales casos se imputa al agente un resultado externo que
aparece más allá de los lı́mites de su conducta corporal”, y se formula las siguientes
preguntas: “¿Cómo es posible que un simple omitir cause tal resultado? ¿Cómo puede

11
surgir un algo de la nada? Para explicar esto se ha intentado el desesperado esfuerzo
de transformar en un algo la nada de la omisión”4 .

En esta lı́nea de ideas, la comisión por omisión no se origina en el ámbito de las omi-
siones, sino tiene su origen en las acciones que causan o tienen como consecuencia un
resultado material. De ahı́ el desvı́o de los iuspenalistas de querer encontrar un nexo
causal en esta clase de omisión5 . Ası́, durante algún tiempo se construyeron diversas
teorı́as para fundamentar la causalidad6 , hasta que Nagler enfocó su atención en el
autor y se empezó a hacer referencia a la posición de garante. Las ideas postuladas por
4
Tratado de derecho penal, Madrid, Revista de Derecho Privado, 1955, pp. 294 y 295.
5
Jesús Marı́a Silva Sánchez estima que “la imposibilidad de afirmar una causalidad eficiente de
la omisión en sı́ y la necesidad por otro lado, de fundamentar dogmáticamente el castigo de ciertas
omisiones como causaciones del resultado, lleva a la doctrina a pretender encontrar esa causalidad en
el entorno de la omisión” (El delito de omisión. Concepto y sistema, Montevideo, Buenos Aires, B de
F, 2003, p. 8).
6
Las teorı́as más significativas son:
1) La que propone que la acción positiva realizada por el omitente, en el momento en que omite la
acción ordenada, es la causa del resultado y, por tanto, es la causa del suceso delictivo. Krug, al
respecto, ha dicho que esta teorı́a podrı́a llevar al absurdo de admitir que la causa de la muerte
de la pequeña, a la cual no alimenta la madre, es “tejer calcetines, debido a que la madre eso
hacı́a en lugar de alistar a la niña”. Por otra parte, también se dice que no siempre que se omite
una acción (la esperada y ordenada) se realiza otra acción positiva.
2) La teorı́a de la acción precedente (de Krug, Glaser y Merkel), que fundamenta la causalidad
de la omisión en la acción anterior del omitente. Esta teorı́a también ha tenido crı́ticas severas.
Cabrı́a preguntar ¿por qué, y en qué condiciones una conducta anterior a la omisión y ajena (al
tipo) a la situación tı́pica podrı́a ser causa del resultado material tı́pico?
3) La teorı́a de la interferencia (sostenida por Binding), que basó la causalidad en el “contraim-
pulso” que desarrolla el propio autor para interferir el impulso natural de actuar para evitar el
resultado. Esta teorı́a, aparte de ser falaz, ocasionarı́a problemas en relación con el dolo.
4) Otra corriente fundamenta que afirma la causalidad en la comprobación de un deber de actuar.
Aquı́ se ubica la teorı́a de la acción esperada (o de la comisión normativa), de Waldemar von
Rohland, quien considera que la “acción esperada” por el ordenamiento jurı́dico es la base de
la causalidad. En otras palabras, la acción que deberı́a evitar el resultado es la causa del suceso
delictivo. Wolff, al abordar este tema, atiende a dos principios: a) la relación de dependencia del
bien jurı́dico, del omitente, y b) La libre decisión del omitente, de tal forma que “la no ejecución
de este hecho conduzca a la lesión del bien jurı́dico”.
5) Mayer, Beling y otros juristas trasladaron el problema a la antijuridicidad. Sauer, más puntual-
mente, parte de la antijuridicidad material. Dice: “causal es la omisión si la acción (sociológi-
camente) expresada hubiera impedido el resultado previsible”; si la omisión de esta acción es
socialmente peligrosa, al contrario, la actuación hubiera eliminado el peligro. Por su parte, Kauf-
mann hace nuevas e importantes aportaciones a esta teorı́a (Islas, Olga, “Reflexiones sobre la
omisión”, Liber ad Honorem Sergio Garcı́a Ramı́rez, México, UNAM, Instituto de Investigacio-
nes Jurı́dicas, 1998, pp. 1244 y 1245).

12
Nagler fueron ampliamente desarrolladas por Welzel y Maurach. Welzel, a partir de
su concepción finalista, indica que “acción y omisión de una acción son dos subclases
independientes dentro de la ’conducta’ susceptible de ser regida por la voluntad final.
La omisión... está referida necesariamente a una acción, no existe una omisión ’en sı́’
sino sólo la omisión de una acción determinada... La omisión no es un puro concepto
negativo, sino uno ’limitativo’: es la omisión de una acción posible del autor”.

Maurach, por su parte, enfatizó que la problemática de la causalidad en los delitos


de omisión era tajantemente distinta de la manejada en la ciencia natural, pues en la
omisión impropia no interesaba si el sujeto activo habı́a causado naturalı́sticamente el
resultado material exigido en el tipo, sino si habı́a dejado que se produjera pudiendo
evitarlo y teniendo, por mandato legal, el deber de hacerlo.
Entonces los delitos impropios de omisión se pueden definir como “la producción de un
resultado penalmente tı́pico que no fue evitado por quien pudo y debı́a hacerlo, es decir,
por quien tenı́a la capacidad y el deber jurı́dico de actuar en la evitación del resultado
tı́pico (de lesión o de peligro concreto del bien jurı́dico)”.

El comportamiento OMISIVO se menciona de forma expresa en el tipo penal:


Artı́culo 13 Bis. (COMISIÓN POR OMISIÓN). Los delitos que consistan en la
producción de un resultado sólo se entenderán cometidos por omisión cuando el no
haberlos evitado, por la infracción de un especial deber jurı́dico del autor que lo coloca
en posición de garante, equivalga, según el sentido de la ley, a su causación.

Este artı́culo contempla una cláusula sita que pretende establecer cuándo un comporta-
miento omisivo ha de ser equiparado a la realización activa de un delito. Dicho precepto
establece:
El que omite impedir la realización del hecho punible será sancionado:

1. Si tiene el deber jurı́dico de impedirlo o si crea un peligro inminente que fuera


propio para producirlo, y

13
2. Si la omisión corresponde a la realización del tipo penal mediante un hacer. La
pena del omiso podrá ser atenuada.

El comportamiento omisivo también puede deducirse del tipo penal.


Ejemplo: Artı́culo 251o .- (HOMICIDIO)
“EL QUE MATARE A OTRO. . . ”
Conducta delictiva (VERBO RECTOR) puede realizarse por OMISIÓN: Una enferme-
ra con el dolo de matar no presta auxilio a un paciente grave que necesita una medicina.

No todos los delitos admiten una conducto omisiva (Ejemplo: Artı́culo 260o .- DELITO
DE VIOLACIÓN)
El garante (SUJETO ACTIVO) tiene el deber especı́fico de actuar con el propósito de
evitar que se produzca el resultado (un delito de resultado que responde a una norma
de prohibición).

7.2. Tipicidad Objetiva

Establece los mismos requisitos de la omisión propia pero con dos adicionantes:

i) Posición de Garante, Donde el sujeto activo tiene la obligación de actuar, la


norma exigen un determinado comportamiento. Para establecer la posición del
garante, existe dos fuentes:

a) Función de protección de un bien jurı́dico


Hay tres supuestos:

a.1) Estrecha Relación Familiar


El obligado por estos precepctos tiene una posición de garante respecto a
la vida, integridad fı́sica y salud de sus familiares (padres, hijos, esposos,
concubinos, etc.)
a.2) Casos de Comunidad de Peligro
Surge entre quienes realizan ciertas actividades peligrosas que se admi-
ten en la comunidad. Sus integrantes tienen la obligación de ayudarse
mutuamente (andinistas, mineros)

14
a.3) Supuestos de Asunción Voluntaria
El agente de manera voluntaria asume la protección de otras personas
(sujetos que trasladan personas ciegas, cuidan niños o vigilante cuida
vivienda de contratantes)

b) Función de control de una fuente de peligro


Hay cuatro supuestos:

b.1) Actuar Precedente o Injerencia


Casos en que la persona ha causado un daño a otra y luego omite ayu-
darla. Exsisten dos momentos:

1. Causar un daño

2. Luego de causar un daño, el agente realiza la omisión

Se denomina actuar precedente porque uno responde por el hecho que


ha realizado anteriormente

b.2) Deber de Control de una Fuente de Peligro


Casos en que las personas tienen bajo su esfera de dominio determinados
elementos que pueden causar daño (tenencia de perros bravos)

b.3) Responsabilidad por Conducta de Otras Personas


Son sujetos que tienen bajo su amparo a personas que pueden afectar o
lesionar bienes jurı́dicos (policı́as que trasladan detenidos)

b.4) Caso de las Personas Jurı́dicas


Tienen posición de garante los representantes de una persona jurı́dica
respecto de sus subordinados (el contador de una persona jurı́dica que
cometió delito de estafa responde penalmente, pero también los gerentes
de la empresa).

ii) La Causalidad Hipotética (Imputación Objetiva) Los delitos de co-


misión por omisión actualmente son delitos de resultado, en el caso de los
delitos por omisión se realiza el inverso de la pregunta del análisis de la re-
lación de causalidad:
¿Que habrı́a pasado si Sujeto habrı́a actuado?

15
¿Si se hubiera dado el medicamento, el sujeto habrı́a muerto o no habrı́a
fallecido?

Los autores Silvestroni y Bacigalupo7 concuerdan en que los tres elementos que
caracterizan la tipicidad en los delitos de omisión propia coinciden con los elementos
de tipicidad objetiva en los delitos de omisión impropia o comisión por omisión pero
además añaden otros tres elementos.

En el caso de Bacigalupo: El resultado. La imputación objetiva. La posición de ga-


rante. Para Silvestroni serı́an: La producción del resultado. El nexo causal hipotético
o nexo de evitación. La posición de garante.

A partir de los criterios antes expuestos, es nuestra opinión que los elementos estructu-
rales que caracterizan a la Parte Objetiva del delito de comisión por omisión u omisión
impropia son los siguientes:

1. No realización de la acción exigida, de lo cual se deriva la producción de un


resultado.

2. Poder de hecho de ejecutar la acción mandada, junto a la posibilidad de impedir


la producción de ese resultado.

3. Situación tı́pica generadora del deber, a la que se añade la posición de garante en


la que se encuentra el sujeto.

Desde su punto de vista la relación de causalidad en los delitos de omisión impropia o


comisión por omisión se explica del siguiente modo: Existe un nexo causal entre una
acciona (la causa) y un resultado (el efecto). Ese resultado (efecto) se produce porque la
acción causal no ha sido interrumpida, en su desarrollo, por otra acción. La acción que
interrumpe el nexo causal necesario no se ha llevado a cabo por un sujeto determinado
7
Véanse: SILVESTRONI, M. H. (2004). op. cit., pág. 137. Plantea como elementos de tipicidad
comunes en los delitos de omisión propia y los delitos de omisión impropia: a) La situación tı́pica
generadora del deber de actuar. b) La realización de una acción distinta a la debida. c) La posibilidad
real fı́sica de ejecutar la acción debida.

16
(obligado), a pesar de que este debı́a haberlo realizado. El deber de actuar de ese sujeto
para evitar el resultado causal, constituye un deber jurı́dico especial que le colocaba en
una posición especial (de garante). La omisión de ese sujeto, de este modo, constituye
la causa inmediata del resultado.
Según Bacigalupo, este elemento puede apreciarse de dos formas distintas: La capa-
cidad de realizar el acto o de impedir el resultado debe valorarse sin tener en cuenta
el conocimiento que el sujeto tenga de ella. Se demanda como elemento fundamental
de la capacidad, tanto el conocimiento de la situación generadora del deber, como la
cognoscibilidad de los medios para realizar la acción y el conocimiento del fin de la
acción.

Por otro lado, Ricardo Núñez8 considera que no existe una omisión de quien, aun
al encontrarse en posición de garante del bien jurı́dico dañado, no posee en sus manos
el poder de protegerlo efectivamente. “La omisión delictiva no supone sólo el deber de
atenerse a la norma tı́pica prohibitiva, sino, también, la posibilidad de hecho de hacerlo
eficazmente. Ese poder no existe si la protección realizable por el garante no hubiera
evitado el resultado”.

7.3. Tipicidad Subjetiva

En los delitos de comisión por omisión, el dolo implica la captación de la presencia de


la posición de garante y del deber que de ella emana; la captación de la situación tı́pica
(existencia de un riesgo para un bien jurı́dico) y de la concreta capacidad de actuar en
evitación de que ese riesgo se materialice en resultado tı́pico.

En criterio de Sanjuán López,9 la estructura del dolo no puede encajar por completo
8
NÚÑEZ, R. C. (1999). op. cit., pág.126.
9
SANJUÁN LÓPEZ, R. (2002). La comisión por omisión: el artı́culo 11 del Código Penal. Disponible
en World Wide Web: www.derecho.com/artı́culos/2002/12/01/la-comisi-n-por-omisi-n-el-art-culo-11-
del-c-digo-penal/ (Consultado: 21 de febrero 2013). Este autor, quien se desempeñaba como Secretario
Judicial del Tribunal Supremo Español, se remite a la sentencia de 18 de marzo de 1997 (RJ 1997/3083),
en la que actúa como ponente el experto en esta materia Dr. Enrique Bacigalupo Zapater, la que cita
a su vez a otras más antiguas, entre ellas la de 24 de octubre de 1990 (RJ 1990/9656). En tales
resoluciones se parte precisamente de la necesidad de concebir el dolo en los delitos de omisión de

17
en los delitos de omisión, por cuanto la voluntariedad no es un elemento necesario o
esencial de la omisión, como tampoco lo es la finalidad. En ellos se castiga un no hacer,
sin que con ello tenga que perseguirse un determinado fin. En consecuencia, el concepto
del dolo en los delitos de omisión debe necesariamente ser distinto al concepto que se
maneja en los delitos de acción.

En concreto, en cuanto a los delitos de omisión impropia, para que concurra el elemento
doloso deben darse una serie de circunstancias: a los requisitos propios de esta modalidad
delictiva (capacidad de acción, posibilidad fı́sica y real de actuar, posición de garante
y relación de equivalencia entre omisión y acción), debe añadirse el conocimiento de la
situación, de su obligación de actuar y del modo para evitar la producción del resultado.

7.4. Clases de delitos de omisión impropia o comisión por omi-


sión

Los delitos de omisión impropia o comisión por omisión pueden ser clasificados desde dos
puntos de vista: Delitos de configuración legal: aquellos delitos que la ley expresamente
tipifı́ca. Delitos de configuración judicial : aquellos que por no estar expresamente reco-
gidos por la norma penal, el tribunal tiene que realizar una especial apreciación.

forma distinta a los delitos de acción, sosteniendo que en los primeros, el dolo no requiere otro elemento
que el conocimiento de la situación generadora del deber, dado que en la omisión no puede darse la
voluntad de realización del hecho, pues evidentemente este no es ejecutado por el omitente. Por otra
parte, se recuerda en la sentencia que la doctrina preferı́a utilizar el término cuasidolo para referirse a la
concurrencia del mismo en los delitos de omisión. El mismo ponente de la sentencia que comentamos ya
habı́a afirmado en otra muy anterior de 25 de abril de 1988 (RJ 1988/3363) que el dolo no puede negarse
en los delitos de comisión por omisión cuando el omitente ha tenido conocimiento de las circunstancias
que generan el peligro de producción del resultado y de su propia capacidad de acción; el “animus
neceandi” del omitente se pone de manifiesto, en consecuencia, cuando este deja transcurrir los hechos
sin actuar, conociendo las circunstancias que fundamentan el peligro de producción de la muerte y
su posibilidad de evitarlo. Por su parte, la Sentencia de 30 de junio de 1988 (RJ 1988/5719, también
ponente Dr. Bacigalupo Zapater) dice que en el delito de omisión la caracterı́stica básica del dolo es la
falta de decisión de emprender la acción jurı́dicamente impuesta al omitente. Otra resolución del Alto
Tribunal que merece ser comentada es la de fecha 17 de abril de 1997, en la que se intenta establecer
la delimitación entre la culpa y el dolo en los delitos a los que nos venimos refiriendo; en tal sentido, su
ponente D. Eduardo Moner Muñoz explica que el dolo en los delitos de omisión está constituido por
el conocimiento de las circunstancias que condicionan el surgimiento del deber de actuar propio de la
posición de garante que ocupa el omitente, ası́ como su capacidad de realizar la acción requerida para
impedir el resultado lesivo del bien jurı́dico.

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Dentro de los delitos de configuración legal podemos citar en el código penal boliviano
que se establece:
“Articulo 262.- (OMISIÓN DE SOCORRO).- Si en el caso del artı́culo anterior
(Homicidio Y Lesiones Graves Y Gravı́simas En Accidentes De Transito) el autor fugare
del lugar del hecho u omitiere detenerse para prestar socorro o asistencia a las vı́ctimas
será sancionado con privación de libertad de uno a cuatro años. La pena será de priva-
ción de libertad de seis meses a dos años, cuando el conductor de otro vehı́culo no se
detuviere a prestar socorro o ayuda al conductor u ocupantes del vehı́culo accidentado,
agravándose la pena en una mitad, sı́ el accidente y la omisión de asistencia se produ-
jeren en lugar deshabitado.”

“Articulo 248.- (ABANDONO DE FAMILIA).- El que sin justa causa no cum-


pliere las obligaciones de sustento, habitación, vestido, educación y asistencia inherente
a la autoridad de los padres, tutela o condición de cónyuge o conviviente, o abandona-
re el domicilio familiar o se substrajere al cumplimiento de las indicadas obligaciones,
será sancionado con reclusión de seis meses a dos años o multa de cien a cuatrocien-
tos dı́as. En la misma pena incurrirá el que no prestare asistencia o no subviniere a
las necesidades esenciales de sus ascendientes o descendientes mayores incapacitados, o
dejare de cumplir, teniendo medios económicos, una prestación alimentaria legalmente
impuesta.”

En los delitos de omisión impropia se admiten tanto el dolo como la culpa, Ejemplo: Ar-
ticulo 260.- DELITO DE HOMICIDIO CULPOSO “El que, por culpa, causare
la muerte de una persona...”

8. La Posición del Garante


No todo sujeto que no evita el resultado puede ser autor, sino sólo aquel que se en-
cuentra en posición de guardador o garante de la integridad del bien jurı́dico tutelado.
Esta posición hace nacer el deber de garante, que es el deber de cuidar el bien jurı́dico

19
tutelado e incluye (por haberse presentado la situación tı́pica señalada previamente) la
obligación de evitar el modo de afectación descrito en el tipo penal.

En definitiva, la posición de garante puede definirse como la relación que existe entre
un sujeto y un bien jurı́dico, la cual determina que el individuo se responsabiliza por la
inmunidad de ese bien jurı́dico De esa relación emerge para el sujeto un deber jurı́dico
de evitación del resultado y la no evitación de este por el garante equivaldrı́a a su
realización mediante una conducta activa.
Una vez analizados los elementos de tipicidad tanto subjetiva como objetiva, es necesario
referirnos a lo que origina la posición de garante, como elemento esencial de los delitos
de omisión impropia o comisión por omisión.

8.1. Fuentes

Existen dos grupos de fuentes de garantı́a:

1. Las situaciones que engendran un deber de protección de ciertos bienes jurı́dicos y,

2. Las situaciones que generan un deber de control sobre determinados focos de


peligro.

Ambas situaciones se dividen en determinados subgrupos:

1. Posiciones de garantı́a que originan un deber (especial) de tutelar ciertos bienes


jurı́dicos.

a) Estrecha inoculación familiar: En relación a esto, hacen referencia a la situa-


ción de dependencia de los menores de sus padres o tutores por la posibilidad
de estos últimos, al encontrarse cerca de los menores, de salvarles de peligros
o riesgos que no puedan ser evitados por los niños y proveerles de los sus-
tentos necesarios para garantizar su salud y supervivencia. Refieren además
que si esa relación de dependencia no se aprecia, no se puede hablar de po-
sición de garante y ejemplifican con el caso de los cónyuges, los cuales en su
criterio, no son mutuamente garantes de sus vidas o salud, de manera que si

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omiten actuar en el sentido indicado realizarı́an un delito de omisión simple
o propia.
En nuestro criterio, consideramos que no solo los menores se encuentran en
esta situación de dependencia, sino también los ancianos enfermos o impe-
didos con respecto a sus hijos ya mayores, los cuales están en la obligación
por ley de brindarles protección.

b) Voluntaria asunción de una función protectora: En este caso el sujeto asume


la función de proteger un bien jurı́dico determinado (mediando contrato o
no) y por tanto se subroga en el lugar de otras personas más cercanas y que
serı́an las obligadas de preservar el mismo, por lo cual el titular de dicho bien
depende solo de quien se haya adjudicado voluntariamente tal obligación.
Entre los ejemplos más comunes están: la niñera, el personal de un jardı́n
de la infancia, el salvavidas de una piscina o playa pública, el lazarillo de un
ciego, etc. Aquı́ también se incluyen los casos en los que alguien asume de
manera unilateral la función de tutela y después de comenzar a actuar en
evitación del resultado tı́pico, omite proseguir.

c) Comunidad de peligro: Se refiere a supuestos en los cuales se practican colec-


tivamente actividades deportivas de riesgo regidas por el principio de solida-
ridad en el mismo (eje. el montañismo). Aquı́ los participantes son garantes
los unos de los otros porque en caso de peligro son los compañeros los que
están más cerca y en mejores condiciones de neutralizarlo, siempre y cuan-
do el amenazado por el peligro dependa de la actuación salvadora de sus
compañeros.

2. Posiciones de garantı́a que origina un deber de control de determinadas fuentes


de peligro.

a) El actuar precedente o injerencia: Esta posición surge cuando un sujeto actúa


imprudentemente y con este comportamiento pone en peligro un bien jurı́di-
co perteneciente a otra persona. El sujeto que crea esta situación de peligro y
omite la acción neutralizadora del mismo, incurre en responsabilidad por la

21
producción del ulterior resultado. El más común ejemplo es el del conductor
que atropella a una vı́ctima y huye del lugar abandonándola. El fundamen-
to de esta posición está nuevamente en la proximidad al peligro y en la
dependencia del amenazado respecto al omitente. El actuar precedente o in-
jerencia para que pueda ser considerado fuente de garantı́a debe poseer dos
caracterı́sticas: primera, que la acción haya sido antijurı́dica y segunda, la
dependencia del titular del bien jurı́dico puesto en peligro, de la conducta
posterior del sujeto para salvar ese bien.

b) El dominio sobre una esfera social de actuación: En estos casos se trata de


un sujeto que domina una fuente de peligro y, por tanto, está en mejores
condiciones que otros para actuar de manera que la misma esté controlada
y no llegue a perjudicar los bienes jurı́dicos; dependiendo de él, en caso de
alteración de ese dominio, la evitación del deterioro de tales bienes jurı́dicos.

c) Responsabilidad por el comportamiento de terceros: Aquı́ se alude a los casos


de personas que tienen a su cargo otras que por su incapacidad o edad pueden
comportarse de forma peligrosa con respecto a los bienes jurı́dicos ajenos.
El fundamento de esta función se encuentra en que esas personas se hallan
en mejores condiciones que las demás para evitar tales riesgos y en caso de
que se produzcan, contrarrestarlos con su conducta activa y ası́ evitar que
se materialicen daños a los bienes jurı́dicos de terceros.

Calidad de garante. Zaffaroni destaca que la teorı́a referente a la posición de garante


fue primitivamente concebida como un componente no escrito adicionado al tipo de
comisión, en virtud de que se consideraba que la omisión impropia era violatoria de una
norma prohibitiva, habiendo sido el mérito de Nagler asentar lo contrario, o sea, que
“las omisiones siempre violan mandatos normativos”10 . Antes de abordar la doctrina
sobre la calidad de garante cabe preguntar: ¿Quién, de todo el universo de personas,
debe evitar la producción del resultado material? ¿Todos?
Welzel apunta que la posición de garante “es una especial y estrecha re-lación vital
10
Derecho penal. Parte general, México, Porrúa, 2001, p. 548.

22
unida ı́ntimamente con el bien jurı́dico lesionado”. En esta idea destaca que esta rela-
ción sea “vital, especial y estrecha”11 .

Jeschek considera que la función de garante implica una posición especial del afectado
por la obligación frente a la masa restante de sujetos. No puede existir un deber de
prestar ayuda donde quiera que haga falta. El autor de la omisión es jurı́dicamente
responsable de que el resultado no se produzca (con fundamento en el deber jurı́dico
del garante)12 .

Mir Puig entiende que la posición de garante “se da cuando corresponde al sujeto una
especı́fica función de protección del bien jurı́dico afectado o una función personal de
control de una fuente de peligro, en ciertas condiciones”. En esta forma hace referencia
a las fuentes de la calidad de garante.

Gimbernat anota que la posición de garante es una “posición que destaca a una per-
sona (o personas) de entre todas las demás, que le hace res-ponsable del bien jurı́dico
penal protegido, y que, en consecuencia y si no evita su lesión, le atribuye ésta igual
que si la hubiera causado mediante una acción”.

“Calidad de garante es la relación especial, estrecha y directa en que se hallan un


sujeto y un bien singularmente determinados, creada para la salvaguarda del bien”. Es
una calidad del sujeto regulada por el derecho penal que, en los tipos de omisión, se
introduce para especificar al sujeto que tiene el deber de actuar para la conservación del
bien. En consecuencia, la calidad de garante hace posible, por una parte, aprehender
espacial y temporalmente la conducta omisiva y, por otra, determinar al sujeto que la
realizó. “Esta calidad genera para el sujeto el deber de ejecutar una acción idónea para
evitar la lesión tı́pica. Si no la ejecuta, le será atribuida la lesión como si la hubiese
producido”.
11
Derecho penal alemán. Parte general, Chile, Jurı́dica de Chile, 1976, pp. 292 y 293.
12
Jeschek, ()p. cit., p. 835

23
8.2. Fuentes de la calidad de garante

Se dice que Feuerbach (desde el siglo XIX) fue el primer jurista que concibió la calidad
de garante, derivándola de la ley y el contrato.

Originariamente se consideraron como fuentes sólo las eminentemente formales: la ley


y el contrato (aceptación contractual); modernamente se considera la aceptación real
de una especial esfera de deberes. A ellas se añadió el actuar precedente.

Maurach reconoce cuatro criterios para fundamentar el deber de evitar el resultado:


a) fundamentación legal; b) fundamentación por libre aceptación; fundamentación por
comunidades de vida y de peligro, y d) fundamentación por hacer anterior. Al referir-
se a la ley como fuente del deber, subraya que “ésta debe obligar efectivamente a la
protección de determinados bienes jurı́dicos [...] o bien a la vigilancia de determinadas
fuentes de peligro...”.

La doctrina, en general, acepta como fuentes: a) una orden especial de la ley; b) la


asunción voluntaria de una función (del deber), o sea, una libre aceptación efectiva; c)
especiales comunidades de vida o de peligro, y d) una conducta anterior peligrosa.

Las fuentes, fundamentos o funciones de la calidad o posición de garante se agrupan en


dos categorı́as. a) función protectora de un bien jurı́dico, y b) función de control de
una fuente de peligro.

Dentro de la primera categorı́a quedan comprendidas la aceptación efectiva de la obli-


gación o asunción voluntaria, la estrecha vinculación familiar o afectiva y las especiales
comunidades de vida o de peligro. La segunda incluye el actuar precedente o de injeren-
cia; la responsabilidad por tener en la esfera de dominio: animales, sustancias tóxicas,
personas inimputables, menores de edad, etcétera, y la responsabilidad de funcionarios
en cuanto al buen desempeño de sus subordinados.

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Mir Puig anota como supuestos de posición de garante: “a) Función de protección de
un bien jurı́dico”, en la cual quedan comprendidos: “a) La existencia de una estrecha
vinculación familiar”, en la que debe concurrir “una efectiva dependencia absoluta con
respecto de otra, asumida por parte de ésta; b’) La comunidad de peligro; c) La asunción
voluntaria de una función de protección”. “b) Deber de control de una fuente de peligro”,
que incluye: “a) El actuar precedente”; “b) El deber de control de fuentes de peligro
situadas en el propio ámbito de dominio”, y “c) La responsabilidad por conducto de
otras personas”.

8.3. Teorı́a funcional de la posición de garante

Centra su atención en la relación fáctica entre las partes durante el ejercicio de los roles
sociales particulares. Parte del reconocimiento de que, a lo interno de una sociedad, ca-
da individuo tiene asignadas funciones especı́ficas, encontrándose obligado a cumplirlas
debido a las expectativas sociales que genera en el resto de los individuos.

De acuerdo con esta teorı́a, la posición de garante se establece conforme a la función


protectora y a la función de vigilancia.

Mediante la función protectora, el sujeto debe preservar o resguardar el bien jurı́dico


a su cargo de todos los daños que puedan serle ocasionados y acorde a la función de
vigilancia, el sujeto debe de estar atento para que la fuente de peligro que él custodia
no cause lesión o amenace a otro bien jurı́dico ajeno13 .

A partir del contenido de la teorı́a en análisis, podemos concluir que si bien las anteriores
contribuyeron a su formación, adolecı́an de algunas carencias que quedan suplidas en
esta última, la cual brinda la esencia de la omisión impropia o comisión por omisión,
13
Esta tesis denominada también Teorı́a de las Funciones, fue defendida inicialmente por Armin
Kaufman y sustentada por otros como Huerta Tocildo y De Toledo y Ubieto. HUERTA TOCILDO,
S./DE TOLEDO Y UBIETO, E. O. (1986). op. cit., pág. 579; y Jeschek y Weigend, JESCHEK, H.
H./WEIGEND, T. (2002). op. cit., pág. 669.

25
su fuente y elemento fundamental.

9. Conclusiones
1. Los delitos de omisión impropia, conocida también de omisión por comisión, el
sujeto al que está dirigida la norma tiene una calidad especial, por ende se le llama
“garante” quien tiene la obligación de evitar la lesión del bien jurı́dico tutelado
que se encuentra en peligro.

10. Bibliografı́a
[1] Ghuther Jakobs; “Acción y omisión en el derecho penal”.

[2] Carlos Blanco Lozano 2009; “La Omisión del deber de Socorro”.

[3] Oficina de Administración de los Tribunales Academia Judicial Puerto-


rriqueña 2015; “Glosario de Términos y de Conceptos Jurı́dicos o Relati-
vos al Poder Judicial”.

[4] Código Penal Boliviano Código Penal Boliviano.

[5] Arteaga Sánchez, A.; “Derecho Penal Venezolano. Décima Edición.


Editorial McGraw-Hill, Caracas.”.

[6] Welzel, H. (1956); “Manual de Derecho Penal Parte General. Roque


de Palma Editor. Buenos Aires.”.

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